19-3C2-2011 CÁMARA PRIMERA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL CENTRO: San Salvador, a las catorce horas y cuatro minutos del día treinta de mayo del año de dos mil once. Vista en apelación la sentencia interlocutoria, pronunciada a las catorce horas y treinta minutos del día veinte de octubre de dos mil diez, por el señor Juez Segundo de lo Civil de este distrito judicial, en el Juicio Ordinario de Prescripción Adquisitiva, promovido por la demandante señora PAULA HERNÁNDEZ, conocida por PAULA HERNÁNDEZ VIUDA DE MELARA, en su carácter personal, en contra de los demandados señores JOSÉ RODRIGO HERNÁNDEZ CONTRERAS, JUAN GORGE SAFIE SAMOUR, WILLIAN NELSON SAFIE GUIA, y las sociedades INTERCAMBIOS CULTURALES, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, y ARRENDADORA FINANCIERA CAPITAL, SOCIEDAD ANÓNIMA. Ha intervenido en ambas instancias la señora PAULA HERNÁNDEZ, conocida por PAULA HERNÁNDEZ VIUDA DE MELARA, en el carácter señalado. RESOLUCIÓN IMPUGNADA. La resolución impugnada, literalmente dice: “””” El Art. 2231 Pr.C., establece que “la prescripción es un modo de adquirir las cosas ajenas, o de extinguir las acciones y derechos ajenos…”, tomando como base lo anterior, y por desprenderse de la lectura de la demanda presentada que la señora PAULA HERNÁNDEZ conocida por PAULA HERNÁNDEZ VIUDA DE MELARA fue declarada junto a otras personas herederos definitivos de sus padres señores BENIGNA CONTRERAS DE HERNÁNDEZ conocida por BENIGNA CONTRERAS y RODRIGO HERNÁNDEZ, quienes eran dueños de los inmuebles objeto de litigio, es decir, que dichos inmuebles de los cuales se solicita la prescripción tienen dueños, teniendo también la calidad de dueña la mencionada señora HERNÁNDEZ, por lo tanto, la acción de prescripción adquisitiva extraordinaria que pretende entablar dicha señora no encaja con los supuestos que establece la disposición legal ya arriba citada, pues pretende adquirir por medio de la prescripción unos inmuebles que ya adquirió por la herencia dejada por sus padres, en razón de lo anterior declarase IMPROPONIBLE la anterior demanda”””””. I- Introducidos los autos en esta Instancia, la apelante señora PAULA HERNÁNDEZ conocida por PAULA HERNÁNDEZ VIUDA DE MELARA, en su escrito de expresión de agravios de fs. 4 a 13 de este incidente, en lo esencial dijo: Que no comparte el análisis esbozado por el Juez a quo. En el presente caso, tal y como lo ha expuesto en su demanda, específicamente al inicio del Romano I, de la narración precisa de los hechos, la apelante es la actual poseedora de los dos inmuebles que describe y denomina como inmueble A e inmueble B, manifestando que el inmueble A era propiedad de su madre señora Benigna Contreras de Hernández, y que el inmueble B era propiedad de su padre, señor Rodrigo Hernández, según números de inscripción que también relacionó. Manifiesta además que, luego de describir los dos inmuebles en mención, en su demanda, específicamente en el romano II, relacionó que ella ha poseído en forma quieta, pacifica e ininterrumpida por más de treinta años, los inmuebles relacionados; el inmueble A, desde el día veintiséis de marzo de mil novecientos setenta y cuatro hasta la fecha, y el inmueble B, desde el día veintinueve de marzo de mil novecientos setenta y cuatro hasta la fecha, ejerciendo así, actos de verdadera dueña. La posesión que alega en su demanda, la ha sido y continua siendo sin violencia, clandestinidad y sin interrupción por todo el tiempo, que data de más de TREINTA AÑOS antes de la fecha de presentación de la demanda. Manifiesta que la posesión que ostenta sobre los dos inmuebles, la adquirió no por causa de la declaratoria de herederos, sino desde mucho tiempo antes de que promovieran las diligencias de aceptación de herencia de sus padres; para ambas fechas en las cuales entró en posesión de los mencionados inmuebles, sus padres ya no existían, pues habían fallecido y, fue posterior a la muerte de ambos, que entró en posesión de tales inmuebles. Manifestó que, en cuanto a la declaratoria de herederos en la herencia de sus padres, aclara que, en su demanda exteriorizó, que ella junto con otras personas más fueron declaradas herederos de la herencia antes apuntada, y que la herencia constituye un patrimonio abstracto dejado por el de cujus, compuesto por todos los bienes, derechos y obligaciones del causante; que junto con sus hermanos decidieron iniciar las diligencias de aceptación de herencia vía judicial, en las cuales nunca se hizo mención alguna de los bienes en especifico, puesto que no es necesario, ya que la herencia recae sobre la universalidad del patrimonio dejado por los causantes; arguye que, la declaratoria de herederos fue emitida años después de las fechas en las cuales la demandante se constituyó poseedora de los inmuebles A y B. Manifiesta que una vez se inscribió por parte de los otros herederos declarados, en el Registro de la Propiedad, la certificación de la declaratoria de herederos, por consecuencia legal se inscribieron por traspaso por herencia cada uno de los inmuebles que aparecían registrados como propiedad de sus padres; lo cual significó como consecuencia que los inmuebles A y B, también quedaron inscritos por traspaso por herencia; argumentando que, no obstante haberse efectuado esta inscripción de los inmuebles A y B, la demandante desde hace muchos años atrás a dicha inscripción de traspaso por herencia, ya se encontraba en posesión absoluta sobre dichos inmuebles. Ahora, el hecho de que se hayan inscrito en el Registro de la Propiedad, por traspaso por herencia los inmuebles A y B, no cambió, ni alteró la posesión que ostentaba y que continúa ostentando sobre los relacionados inmuebles. Manifiesta, que debe advertirse que el hecho de que la demandante haya sido declarada heredera junto con los demandados, en la herencia dejada por sus padres, y que registralmente aparecían a nombre de sus padres, tal circunstancia no significa que la suscrita sea propietaria absoluta de tales inmuebles, ya que solo adquirió un derecho proindiviso sobre todos los bienes de ambas herencias; pero que no puede cambiarse que la demandante, desde años atrás a la fecha de las diligencias de aceptación de herencia, ya se encontraba en posesión sobre dos bienes específicos, los inmuebles A y B, por lo que pretende la prescripción adquisitiva extraordinaria, en cuanto posee materialmente los inmuebles de manera absoluta, y no pretende la adquisición de un derecho proindiviso, sino el dominio total de dichos inmuebles, y pide que se revoque el auto con fuerza definitiva, venido en apelación, ordenando al Juez que admita la demanda. La presente resolución, deberá ceñirse únicamente respecto del punto apelado, de conformidad con lo dispuesto en el Art. 1026 Pr. C. FUNDAMENTACIÓN. II- Sobre la improponibilidad de la pretensión resuelta por el Juez a quo, esta Cámara hace las siguientes estimaciones jurídicas: La improponibilidad de una pretensión contenida en la demanda no se basa en cuestiones de forma, sino de fondo, puesto que involucra un estudio de la pretensión. Esta institución debe aplicarse al resultar manifiesto que los hechos en que se funda la pretensión constitutiva de la causa petendi, considerados en abstracto, no resultan idóneos para obtener la satisfacción de la pretensión planteada, debiendo abarcarse no solo defectos encaminados al objeto de la misma, sino que también a todos y cada uno de los elementos o requisitos que ésta debe contener; consideraciones, que por la severidad de sus consecuencias debe tener aplicación ante un defecto o vicio absoluto que aparezca de manifiesto en la demanda misma y que no tenga subsanación, como se ve, el Juzgador debe incluir en el análisis realizado, tanto los aspectos vinculados a la proposición de la demanda, como a la postulación, es decir, tanto aspectos formales encaminados a la pretensión, como meramente de fondo, entendiéndose que dicha declaratoria debe circunscribirse a sus efectos básicos. Ahora bien, la demanda como acto procesal de iniciación que es, debe reunir determinados requisitos, dentro de las condiciones de procesabilidad de la misma, por lo que es deber y obligación legal del juzgador "in limine litis" que se vele por el debido proceso, en apego a la obligación contenida en los Art. 172 inciso 3º Cn; 2 y 197 Pr. C:, es por ello que la demanda, no sólo debe ser entendida como un acto inicial del proceso, sino también como el vehículo que conlleva implícita la pretensión, y que la misma, ya por omisiones de fondo o de forma, que en uno u otro caso podrían dar lugar a ineptitud, inadmisibilidad o improcedencia de la misma, y en el peor de los casos, a generar innecesariamente la actividad jurisdiccional; es por ello que se ha implantado la figura jurídica de la improponibilidad de la demanda, recayendo esta atribución dentro de la facultad controladora del Órgano Jurisdiccional, quien debe en consecuencia, utilizar un despacho saneador idóneo, lo que motiva el rechazo de la demanda, a fin de obtener un limpio debate procesal o un dispendio innecesario de la actividad jurisdiccional, sin que ello implique de ningún modo, una negación al derecho de la tutela jurisdiccional efectiva o negación de la justicia. JUSTIFICACIÓN DE LA SENTENCIA. III- La elección que realiza un juzgador, de la norma jurídica que sirve de fundamento legal para la pretensión planteada, se base en un proceso intelectivo de análisis y constatación, de que los supuestos de hechos dados por el interesado, sean suficientes, aunque sea minimamente, para encajarlos en la norma elegida. Ese proceso en suma se traduce en la exacta correspondencia entre los supuestos hipotéticos que contienen la norma jurídica y los hechos expuestos por el demandante o solicitante, a fin de que surta efectos normales el precepto legal escogido. Para el caso de que nos trata, el Juez a quo luego de realizar el análisis de proponibilidad de la pretensión, y al dar el derecho a los hechos planteados por la demandante, advirtió que no era proponible. No obstante lo anterior, no puede pasar inadvertido que dicho funcionario judicial, al emitir su decisión, no realizó la motivación debida, es decir, se limitó a señalar ciertos supuestos jurídicos que no coincidían en la relación entre lo hechos planteados y el derecho alegado. En tal sentido esta Cámara estima que es necesario profundizar en la posible inexacta o exacta correspondencia de los hechos planteados por la recurrente y el derecho invocado, todo con el fin de un mejor entendimiento. DE LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA EN GENERAL: En tal sentido, es ya sabido que dentro de los modos de adquirir un bien, esta la prescripción adquisitiva o usucapión. La prescripción adquisitiva contempla elementos especiales que la caracterizan como un modo de adquirir, los cuales son: a) es un modo de adquirir originario, b) sirve para adquirir el dominio y los demás derechos reales, salvo excepciones expresas en la Ley; c) es un modo de adquirir a título singular; d) es un modo de adquirir a título gratuito y; e) es un acto de adquirir por acto entre vivos. También vale recordar que para que opere la prescripción adquisitiva, deben de concurrir ciertos requisitos, que se suscitan como conditio sine quanon para la misma: 1°) que se trate de una cosa o bien susceptible de prescribir; 2°) existencia de posesión, y 3°) el transcurso de un plazo. Las anteriores connotaciones, suponen que la prescripción adquisitiva, surte sus efectos sí se ven cumplidos los requisitos para que surta sus efectos; contrario a lo expuesto, si falta uno sólo de sus requisitos, no puede surtir efectos dicha prescripción. Reviste primordial importancia, en el presente caso, el requisito de que, lo que se trata de adquirir por prescripción adquisitiva, sea un bien susceptible de esta clase de prescripción. En tal sentido, y con basamento en lo estipulado por la Ley, se ha sostenido que no se puede adquirir por prescripción: los derechos personales; los derechos de la personalidad; los derechos reales expresamente exceptuados por la Ley; las cosas que están fuera del comercio; las cosas indeterminadas, y las cosas propias. DE LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA DE COSA AJENA: Respecto de que no se puede adquirir por prescripción una cosa propia, se ve preceptuado en lo establecido en el Art. 2231 C.C., que en lo pertinente señala que: “la prescripción es un modo de adquirir las cosas ajenas”; el motivo principal de tal condición es que, una cosa solo puede adquirirse de un modo, siendo jurídicamente imposible que, de dos o más modos de adquirir, se adquiera un bien. Bajo tal supuesto, es procedente afirmar que no puede adquirirse por prescripción o usucapión, un bien que ya se ha adquirido por otro modo de adquirir. En el caso en estudio, lo expresado guarda una estrecha relación con lo argumentado por la demandante señora PAULA HERNÁNDEZ, conocida por PAULA HERNÁNDEZ VIUDA DE MELARA, quien pretende adquirir por prescripción dos inmuebles descritos en su demanda y que identifica como inmueble A e inmueble B; quien manifiesta que es copropietaria de dichos bienes, los cuales adquirió por medio de transmisión por causa de muerte al ser declarada heredera y aceptar dicha herencia, conjuntamente con otras personas, según la misma expone, tanto en su demanda agregada de fs. 1 a 11 p.p., como en el escrito de expresión de agravios, agregado de fs. 4 a 13 fte., del presente incidente. Al acaecer tal hecho, se produjo un efecto jurídico, y es que al ser declarada heredera de una sucesión intestada, y al aceptarla, por ministerio de ley, opera la tradición de la herencia, en cuya masa universal se encontraba contemplado los dos bienes inmuebles que identifica en su demanda como A y B, y que pretende adquirir por prescripción, como ya se dijo; de tal manera que al momento de aceptar la herencia, se aceptó con efectos retroactivos ex tunc, según lo dispone el inciso final del Art. 669 C.C., al momento de la delación, esto es, al momento del fallecimiento del de cujus o causante; siendo que los bienes que pretende adquirir por prescripción, le son propios proindivisamente, desde el momento del fallecimiento de sus causantes, y por lo tanto, no son susceptibles de esta prescripción, en razón de que no cumplen con la condición de que sean cosas ajenas y no se puede obtener un bien por dos modos de adquirir. CONCLUSIÓN DE ESTE TRIBUNAL. IV- De lo expuesto, se advierte que en el caso subjúdice, claramente se observa que el defecto señalado por el Juez a quo, es insubsanable, por lo que su rechazo in limine litis es acertado; pues, no puede adquirirse por prescripción cosas propias, siendo éste el caso de que nos ocupa, en razón que la parte demandante es dueña proindivisa de los inmuebles que pretende adquirir por prescripción, porque en ese estado de proindivisión, no son susceptibles de ganar por ese modo de adquirir tales inmuebles; y no se vaya a pensar que se está prejuzgando, o que a priori, se le está negando a la demandante señora Paula Hernández conocida por Paula Hernández viuda de Melara, la oportunidad de satisfacerle su pretensión, o que se están violentando los principios constitucionales de acceso a la justicia y derecho a la protección jurisdiccional, pues de qué serviría admitir y darle trámite a una demanda, que al examinarla desde su inicio está fracasada, y los suscritos son del criterio que el acceso a la justicia tiene que ser eficaz, para evitar el dispendio innecesario del sistema judicial y que las partes no incurran en gastos superfluos, evitando así un despilfarro tan inútil como ocioso de la actividad procesal. Consecuentemente, esta Cámara estima procedente confirmar la resolución impugnada, que le puso término al juicio haciendo imposible su continuación, por estar arreglada a derecho. POR TANTO: sobre la base de los razonamientos expuestos, disposiciones legales citadas, y de conformidad a lo establecido en los artículos 1, 18, 172 inc.1º, 182 atribución 5ª Cn., 197, 417, 421, 428, 429, 432, 984, 1060, 1061, 1088, 1089 y 1090 Pr. C., esta Cámara RESUELVE: CONFIRMASE la sentencia interlocutoria que le puso término al juicio, haciendo imposible su continuación, venida en apelación, pronunciada por el señor Juez Segundo de lo Civil de este Distrito Judicial, a las catorce horas y treinta minutos del día veinte de octubre del año dos mil diez. Oportunamente devuélvase la pieza principal al Juzgado de origen con certificación de esta sentencia. Hágase saber. Pronunciada por los señores Magistrados que la suscriben.