laudo arbitral obligatorio dictado en el conflicto

Anuncio
LAUDO ARBITRAL OBLIGATORIO DICTADO EN EL
CONFLICTO PLANTEADO EN EL SECTOR DE TRANSPORTE
DE VIAJEROS POR CARRETERA DE LA COMUNIDAD DE
MADRID
15 de abril de 2002
LAUDO ARBITRAL OBLIGATORIO DICTADO EN EL
CONFLICTO PLANTEADO EN EL SECTOR DE TRANSPORTE
DE VIAJEROS POR CARRETERA DE LA COMUNIDAD DE
MADRID
En Madrid, a 15 de abril de 2002, Jaime Montalvo Correa, Catedrático de Derecho del
Trabajo y Presidente del Consejo Económico y Social, actuando como Árbitro
designado por el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid, con base en la
situación de conflicto creado en el Sector de Transportes de Viajeros por Carretera de
dicha Comunidad, ha dictado el siguiente LAUDO ARBITRAL OBLIGATORIO,
basado en los siguientes
ANTECEDENTES
Primero.- La Comisión Negociadora del Convenio Colectivo de Transporte de Viajeros
por Carretera de la Comunidad de Madrid celebró el día 18 de diciembre de 2001
reunión al objeto de su constitución y de iniciación de las negociaciones de un nuevo
Convenio que habría de estar vigente a partir del 1 de enero de 2002.
Segundo.- Tras diversas reuniones celebradas por la citada Comisión Negociadora, la
representación sindical de los trabajadores integrada por la Unión Sindical Obrera
(USO), Comisiones Obreras (CC.OO.) y Unión General de Trabajadores (U.G.T),
entendiendo que no se había alcanzado acuerdo alguno, convocó huelga por escrito
fechado el 7 de marzo de 2002 y registrado el día 8 en la Delegación de Trabajo de la
Comunidad de Madrid. Los días convocados eran 21, 22, 27 y 28 de marzo y 8, 9, 18 y
19 de abril del corriente año, de 00.00 a 24.00 horas. Posteriormente, el día 27 de
marzo, estas organizaciones sindicales convocaron huelga con carácter indefinido con la
misma motivación, con efectos a partir del 10 de abril a las 00.00 horas. Ambas
declaraciones de huelga se formularon contra las organizaciones empresariales
FENEBUS, Federación Empresarial de Transportes de Viajeros de la CAM y
AETRAM.
2
Tercero.- Ante la falta de acuerdo en el establecimiento de los servicios mínimos entre
las organizaciones sindicales y empresariales afectadas por el conflicto, la Consejería de
Obras Públicas, Urbanismo y Transporte de la Comunidad de Madrid, mediante las
Ordenes de 15 de marzo y de 4 de abril de 2002 fijó dichos servicios por considerar que
el transporte de viajeros por carretera es un servicio esencial para los intereses generales
de la comunidad, no sólo por su enorme incidencia en la actividad económica general,
sino también y principalmente por su vinculación al ejercicio de derechos y libertades
de los ciudadanos que gozan de la máxima protección jurídica.
Cuarto.- En vista del incumplimiento reiterado de los servicios mínimos, el Gobierno
de la Comunidad de Madrid, por entender que suponía un agravamiento de los
perjuicios causados al conjunto de la sociedad y, especialmente, a los usuarios de este
tipo de transporte , y habida cuenta de la imposibilidad de llegar a acuerdos negociados
en la solución del conflicto, habiéndose agotado las medidas contempladas en el
ordenamiento jurídico para la solución negociada, con fecha 11 de abril de 2002, acordó
establecer un arbitraje obligatorio, designando un árbitro para que resolviera en equidad
las cuestiones que se habían suscitado en el planteamiento y desarrollo del conflicto y
estableciendo un plazo para dictar su decisión que vence el 15 de abril de 2002.
Quinto.- En cumplimiento del requisito procedimental de previa audiencia a las partes,
el Árbitro designado, a lo largo de la jornada del pasado día 12 y previa citación formal
a las mismas, ha mantenido reuniones, por separado, con el Comité de Huelga y con la
representación de las organizaciones empresariales, habiéndose puesto de manifiesto los
puntos fundamentales de discrepancia, las posibles aproximaciones en los mismos y los
argumentos que justifican las respectivas posturas.
FUNDAMENTOS Y NATURALEZA JURÍDICA DEL LAUDO
Como señala el Acuerdo del Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de
Madrid, de 11 de abril pasado, parece evidente tanto la competencia de esta Institución
de Gobierno como la fundamentación que justifica la adopción de la medida de
establecimiento de un arbitraje obligatorio, en vista del reiterado incumplimiento de las
circunstancias concurrentes en este conflicto, posibilidad que, para situaciones como la
existente, contempla el artículo 10 del Real Decreto-Ley 17/1977, de 4 de marzo, sobre
relaciones de trabajo debidamente “depurado” a partir del juicio sobre su
3
constitucionalidad establecido en la Sentencia del Tribunal Constitucional, Nº 11/1981,
de 8 de abril (Pte. D. Luis DÍEZ PICAZO),
Este arbitraje obligatorio, decidido por la Autoridad gubernativa competente, reúne
algunas características, además de la propia designación.
En primer lugar se trata de un arbitraje en equidad, lo que significa que el árbitro, en su
decisión, ha de suplir, de algún modo, la capacidad creadora de normas, novatoria, que
corresponde a los agentes sociales titulares de la autonomía colectiva. A partir de esta
caracterización jurídica de la acción arbitral, que cumple un papel sustitutorio de la
voluntad de los sujetos negociadores, han de valorarse adecuadamente por el árbitro los
elementos de negociación, en este caso, ciertamente dispersos, -propuestas, debates,
preacuerdos-, aunque sin desconocer cómo un proceso negociador ha de integrar
diferentes elementos equilibradamente. De forma que no sería aceptable valorar como
propuesta una determinada oferta que podría encontrar su fundamento en otra
contraoferta y pudiera afectar a otras materias (por ejemplo, jornadas, salarios,
antigüedad, derechos sociales), en satisfacción de intereses contrapuestos que, a través
de la vía de ofertas y contraofertas, son capaces de ser compuestos.
En definitiva, queda al árbitro la no fácil tarea de presumir el inexistente punto de
equilibrio negociador, que precisamente no fué posible a los negociadores alcanzar.
Y esta tarea, como es obvio, exige recabar la mayor información posible, oral y
documental, de las partes, suministrada en la formalización de la correspondiente
audiencia.
Además de las consideraciones anteriores, este Laudo presenta la dificultad añadida de
determinación de su concreto objeto. El Acuerdo del Consejo de Gobierno de la
Comunidad Autónoma de Madrid citado señala que “la decisión del árbitro habrá de
resolver cuantas cuestiones se hayan suscitado en el planteamiento y desarrollo del
conflicto”. Tan amplio postulado limita, sin duda, el objeto de la actuación arbitral a los
diferentes puntos planteados en el proceso de negociación colectiva abortado, según se
desprende de los diferentes elementos probatorios disponibles; tanto los documentos de
puesta en marcha del nuevo convenio, previa denuncia formalizada del anteriormente
vigente con la constitución de la nueva Comisión Deliberante, como las vicisitudes
producidas en la puesta en marcha de la propia negociación, con las cuestiones de
representatividad planteadas, como la presentación de las llamadas “Plataformas del
Convenio”, como los debates, tanto en el turno de la discusión como en los esfuerzos
mediadores realizados, como, desde luego, los diferentes documentos relativos a la
huelga convocada, los servicios mínimos establecidos, las actuaciones de
incumplimiento de los mismos, etc.
4
Por fin, este material documental se ha visto enriquecido por las manifestaciones orales
realizadas al ampliarse el trámite de audiencia, debidamente contrastados por la
manifestación de ambas partes negociadoras.
Este Laudo, por consiguiente, ni entra, ni entiendo que pueda entrar en otros relevantes
aspectos relacionados con las condiciones de prestación del trabajo en el sector, que
quedaron fuera de este marco negociador, al menos, hasta el momento de las
actuaciones que sirven de antecedente al presente Laudo.
La previa delimitación, sin duda amplia, del objeto de la resolución arbitral, obliga a
abordar la importante cuestión planteada a la mesa negociadora, una vez que quedó
formalmente constituida, que podría afectar al ámbito funcional de aplicación de este
Laudo. En efecto, según se desprende tanto de las diversas Actas –particularmente a
partir de la de 21 de enero de 2002- como del planteamiento realizado ante este árbitro
en el trámite de Audiencia por el representante de AETRAM, como del escrito
presentado ante la Dirección General de Trabajo de la CAM “para su traslado al
Árbitro…” de 12 de abril pasado: “el día 15 de marzo pasado se procedió a depositar en
el Registro de Convenios Colectivos, Servicio de Relaciones Laborales, de la Dirección
General de Trabajo de la Comunidad de Madrid, el Convenio Colectivo suscrito el día
anterior denominado “CONVENIO COLECTIVO DE TRANSPORTES DE
VIAJEROS POR CARRETERA DE LOS SERVICIOS DISCRECCIONALES Y
TURÍSTICOS, REGULARES TEMPORALES Y REGULARES DE USO
ESPECIAL”.
Pues bien, de acuerdo con el planteamiento concretado por el representante de
AETRAM, en el trámite de audiencia, la existencia de este Acuerdo justifica la
exclusión del ámbito funcional representado por el mismo del correspondiente ámbito
funcional de aplicación del presente Laudo.
Este planteamiento resulta, desde cualquier punto de vista, jurídicamente insostenible.
Nuestro sistema de negociación colectiva concretado –a partir de las previsiones de los
artículos 7, 28 y 37 de la Constitución-, en el Título III del Estatuto de los Trabajadores
señala, efectivamente, que “los convenios colectivos tendrán el ámbito de aplicación
que las partes acuerden” (artículo 83.1). No obstante, vigentes en la actualidad
determinadas unidades negociadoras, éstas están “vivas” hasta el final de vigencia de un
convenio colectivo, como señala el artículo 84 del mismo texto legal, todo ello sin
perjuicio de lo que establecen los párrafos siguientes del mismo artículo, irrelevantes en
la cuestión que nos ocupa.
Lo anterior significa que solamente cabe desvincular un sector –o subsector- de una
unidad negociadora más amplia, una vez que el Convenio correspondiente a ésta ha
llegado a su término y por decisión, debidamente formalizada, de las representaciones
5
sindicales y empresariales de las mismas. Lo que es inaceptable en nuestro sistema
jurídico es que unas determinadas organizaciones que, por los datos de los que este
árbitro dispone, no han planteado en términos legales la “fragmentación” de su
subsector con la correspondiente acreditación de representatividad, decidan sustituir la
actuación jurídicamente exigible de una inasistencia a la Comisión Deliberante,
asistiendo solamente para comunicar una especie de bajada “en marcha” del,
ciertamente complicado, proceso negociador en curso.
Eso significa que aunque pueda haberse elaborado un documento con forma externa de
Convenio, y pueda haberse suscrito por una determinada organización empresarial (a las
que se añaden eventuales adhesiones, ulteriores, no ratificadas por los responsables en el
trámite de audiencia evacuado), ello no implica, en modo alguno, que dicho texto pueda
merecer la consideración de convenio colectivo a los efectos previstos en el Título III,
del Estatuto de los Trabajadores. Circunstancia, ésta, que impide cualquier posibilidad
de exclusión del ámbito funcional del presente Laudo de las empresas y trabajadores, de
las relaciones laborales, cuya afectación por aquel irregular acuerdo se pretende. Ello
supone, como jurídicamente no puede ser de otra forma, que el ámbito funcional de este
Laudo obligatorio se corresponde al ámbito funcional, pleno, del Convenio Colectivo
del Sector vigente en los años 2000-2001, y cuya denuncia puso en marcha el nuevo
proceso negociador abortado, correspondiente a la misma unidad de negociación.
Una última reflexión general sobre la naturaleza y objeto del presente Laudo. Su dictado
sobre las bases de equidad no puede ignorar su carácter sustitutorio de un proceso
negociador que se ha visto abortado. Por consiguiente, el Árbitro que suscribe, además
de tener presentes los distintos elementos que aparecen en el propio proceso negociador,
ha de considerar el marco general vigente para la negociación colectiva y el tono de los
compromisos asumidos por las organizaciones sindicales y empresariales más
representativas (que, de otra parte, son mayoritarias en este ámbito), orientadoras de
aspectos de cualquier contenido negociador.
Este dato, que sin duda limita –mejor, delimita- las facultades de este Árbitro, obliga a
buscar los diferentes elementos de propuesta, para poder configurar una “copia de
convenio” razonablemente equilibrada. Por ello, en este Laudo se contemplan medidas
relacionadas con la retribución de los trabajadores que intenta componer las posiciones
de ambas partes y sin que puedan desvincularse las correspondientes previsiones
salariales de otras relativas a jornada y tiempo de trabajo, prejubilaciones, etc.
En materia de jornada, este Laudo, ha de tener en cuenta que se trata de una materia que
aconseja un tratamiento a nivel estatal, capaz, así, de corregir peligros de competencias
indeseables procedentes de ámbitos territoriales diferentes. De otra parte, el diferente
régimen de jornada en los distintos subsectores funcionales que abarca este Laudo haría
6
complicado, al menos en esta instancia, un tratamiento correcto de medidas de
reducción del tiempo de trabajo. Por tal motivo, las posteriores limitaciones que se
recogen, que no pueden desconocer su evidente incidencia económica directa, se
expresan en días, acumulables a vacaciones o cualesquiera otras fórmulas que,
atendiendo a las peculiaridades de cada caso, puedan negociarse con las empresas. Por
fin, en esta materia se propone una Mesa Técnica en la que puedan abordarse algunas
cuestiones pendientes de definición que, son de una gran complejidad técnica, y que se
ven directamente afectadas por la reciente Directiva del Consejo y del Parlamento
Europeos.
Los contenidos anteriores se ven completados con un régimen particular, ciertamente
ventajoso, de prejubilación parcial, formulado en términos sin duda atractivos para los
trabajadores, y con el reconocimiento de la acumulación de horas sindicales, dando así
respuesta a una tradicional demanda de los trabajadores y sus representaciones.
En otro orden de cosas, y teniendo presente las opiniones recogidas en el
correspondiente Trámite de Audiencia, el arbitraje establece un sistema de estudio y
fijación de los criterios de determinación de los servicios mínimos en el sector. Resulta
evidente, que tales cuestiones permitan un tratamiento más adecuado en tan delicada
materia, desvinculado de los conflictos concretos en actividad, reconduciéndolo a
sistemas de autorregulación en los que se expresa la autonomía colectiva, En todo caso,
se contempla la presencia de un “tercero” a las partes que puedan coadyuvar a la
búsqueda de fórmulas satisfactorias.
No es preciso, asimismo, señalar como, dada la vocación convencional de esta
resolución arbitral, una vez denunciado a la finalización de su vigencia y, en tanto en
cuanto, no se llegue a un nuevo Convenio, quedarán en vigor las cláusulas normativas,
el propio cuerpo del Laudo.
Por fin, este Laudo, nacido a partir de un proceso negociador y compartiendo la eficacia
de un Convenio Colectivo, deja en vigor todo el contenido normativo del Convenio
anterior, salvo, claro está, en aquellas materias directamente abordadas por la resolución
arbitral. Esta circunstancia podría hacer aconsejable un proceso de refundición
normativa, que, sin duda, podría facilitar un más claro y mejor conocimiento de la
normativa sectorial en este caso aplicable.
7
RECOMENDACIONES
En el marco del presente Laudo en el que se expresa un proceso negociador abortado,
este Árbitro, además de dictar algunas cláusulas de eficacia normativa, que tratan de
recoger los aspectos sustanciales de la negociación frustrada, quisiera realizar algunas
recomendaciones a los sujetos negociadores, partes, por ende, de este conflicto.
Son recomendaciones carentes de valor jurídico formal, realizadas –con el máximo
respeto a los agentes sociales y a sus representados- desde la conciencia de que en este
ámbito no sólo la norma posee valor y significado y de cómo las relaciones laborales se
ven permanentemente entreveradas de acuerdos no normativos, simples compromisos y,
no pocas veces incluso, gestos.
De otra parte, no es preciso señalar como las facultades que corresponden al Árbitro,
aún resolviendo en equidad, están claramente circunscritas a determinadas materias
vinculadas a la negociación y al conflicto que están en su base y, en todo caso, al ámbito
competencial de la autonomía colectiva, es decir, del poder negociador. En modo
alguno el árbitro puede establecer cláusulas o imponer comportamientos en áreas que
corresponden a las facultades empresariales o a los derechos individuales del contrato
de trabajo, sólo definibles a partir de las autonomía individual.
Desde esta visión, y con este limitado alcance me atrevo a proponer algunas
recomendaciones partiendo de la idea de que cualquier proceso negociador (en este
caso, sustitutorio de la negociación) no debe agotar su objetivo o la estricta fijación de
condiciones laborales. Una actuación de valor colectivo, como ésta, debe tener presente
la dialéctica negociadora, el presente y el futuro de este sector y de las condiciones de
prestación de la actividad en el mismo.
I.
En esta perspectiva, este Árbitro se permite formular una primera
recomendación relativa a la organización y estructura de la negociación
colectiva en el conjunto del Sector de los Transportes de Viajeros por Carretera.
No parece preciso recordar como éste, al igual que los restantes sectores, se
vertebraba en el pasado entorno a una Ordenanza Laboral de ámbito estatal, en
la que se recogían homogéneamente para toda España determinadas condiciones
de trabajo y de la organización productiva; todo ello, sin perjuicio de la
convivencia de diversos convenios sectoriales de ámbito inferior.
Pues bien, la sustitución del antiguo modelo de relaciones laborales por un
nuevo sistema democrático devuelve a la autonomía colectiva el papel que le
corresponde. Por ello, derogadas todas las Ordenanzas y ante la imposibilidad de
8
alcanzar un Convenio Estatal con base en lo dispuesto en la Disposición
Transitoria Sexta, del Estatuto de los Trabajadores y del propio Acuerdo
Interconfederal de Cobertura de Vacíos de 13 de mayo de 1997, se dictó un
Laudo de carácter estatal en el que se recogieron algunos de los puntos
fundamentales que ya se contenían en la antigua Ordenanza y algunos otros de
interés para el conjunto del Sector.
No obstante, y sin perjuicio de la calidad técnica de dicho Laudo, siguen siendo
numerosos los aspectos de regulación homogénea (buena parte de los mismos
siguen en la antigua Ordenanza) que demandan una negociación en profundidad
para todos y cuya falta de regulación adecuada genera no pocas incertidumbres y
problemas.
De otra parte, no es preciso señalar la naturaleza de la actividad de Transportes
de Viajeros por Carretera, que se desarrolla con frecuencia fuera del ámbito
propio del domicilio de las empresas, resultando más visibles –y a veces más
perturbadores- los contrastes de condiciones laborales de personas que
desempeñan la misma actividad profesional en empresas pertenecientes a
distintas provincias y localidades.
Son, por consiguiente, no pocas las razones que hacen particularmente
recomendables en este ámbito sectorial la urgente promoción de un marco
negociador de nivel estatal el cual, además de sustituir el Laudo existente, sea
capaz de abordar las cuestiones y contenidos que, a la negociación estatal,
encomendaba el Acuerdo Interconfederal sobre Negociación Colectiva, suscrito
por CEOE, CEPYME, CCOO y la UGT en 1997, cuestiones tales como: el
ámbito funcional, la contratación laboral del sector, la estructura profesional, la
estructura salarial, las jornadas, la movilidad, los cambios de condiciones de
trabajo, los derechos sindicales, los procedimientos de solución extrajudicial de
conflictos, la formación profesional, la salud laboral, etc.; así como, los criterios
generales del procedimiento negociador, la administración de los convenios y la
propia articulación de la negociación colectiva en los distintos ámbitos
territoriales y funcionales que integran el sector.
A partir de este referente estatal, siguiendo de nuevo el Acuerdo Interconfederal,
podrá organizarse un adecuado sistema de Convenios Colectivos de ámbitos
inferiores, capaces de abordar y resolver la problemática concreta que tiene
planteada el Sector en los diferentes ámbitos territoriales en los que se
desenvuelve, definiendo, de este modo, un adecuado sistema de negociación
colectiva articulada que, sin duda, hará progresar nuestro sistema de relaciones
laborales en el marco del Transporte de Viajeros por Carretera.
9
II.
En otro orden de cosas, permítanme una recomendación respetuosa a los agentes
sociales, particularmente a las centrales sindicales para que, como sucede en
otros ámbitos profesionales, actúen partiendo de la asunción de su significado
como organizaciones que ostentan la representación de los trabajadores.
Representación, ésta, que no puede ser puesta en entredicho en cada momento ni
por opiniones de determinados colectivos, por relevantes que sean, no
vinculados a estructuras organizativas de representación. La naturaleza
representativa del mandato de los representantes sindicales, base y fundamento
del sistema de representación sindical en modelos de democracia social, como el
que felizmente define nuestra Constitución, no puede estar permanentemente
puesto en cuestión o sometido al placet de instancias efímeras o inorgánicas, lo
que podría debilitar este instrumento esencial de defensa de los intereses del
conjunto de los trabajadores.
Cuando los responsables sindicales negocian con los representantes
empresariales, ponderando y valorando una gran diversidad de elementos e
intereses, no pueden verse mediatizados por elementos externos a la valoración
estratégica en cada caso más oportuna, valoración que, inevitablemente,
corresponde a los sindicatos y, en su ámbito, a las organizaciones empresariales.
De otro modo, se correría el riesgo, peligroso riesgo, de debilitar estas
estrategias y, por ende, los intereses sociales que tutelan.. Y no es, sino esta la
forma normal de actuación de las organizaciones sindicales en la generalidad de
los sectores profesionales de nuestro país y, desde luego, la que corresponde a
los modelos de relaciones laborales más avanzados, tanto desde el punto de vista
de la competitividad económica, como y sobre todo, de la mayor y mejor
cohesión y progreso sociales. Y este modelo es el resultado de no pocos años de
esfuerzo sindical y de consolidación de nuestro modelo de negociación colectiva
y concertación social.
III.
Por fin, el Árbitro que suscribe se permite, también desde la prudencia y el
respeto, una ulterior recomendación, dirigida a las partes negociadoras del
Convenio que ha dado lugar a estas actuaciones y a los propios poderes públicos.
Este árbitro no ignora las dificultades de este Sector profesional y como ellas
afectan también a las condiciones laborales de los trabajadores que lo integran.
Estas circunstancias, es evidente, tienen incidencia en el clima social que ha
acompañado a la declaración de huelga, creándose una espiral de tensión que,
con independencia de la atribución de responsabilidades que cada uno entienda
que debe realizar, sólo los trabajadores mismos y los sindicatos pueden ser
10
capaces de dominar y superar. A tal efecto, parece preciso que empresarios y
trabajadores recuperen la normalidad en las actividades y un adecuado clima de
diálogo.
Por ello, aún consciente que no corresponde a este Árbitro tomar decisiones que,
incluso queden fuera del poder de la negociación colectiva, quisiera pedir, recomendar- a los trabajadores la plena vuelta a la actividad regular y, en el
mismo marco, me atrevo a pedir a los empresarios representados en este acto por
sus organizaciones la retirada y cese de efectos de cualesquiera sanciones,
despidos, suspensiones, etc., que encuentran su fundamento en los eventuales
incumplimientos de algunos trabajadores que hayan tenido lugar en este proceso
negociador y en la huelga que ha sido consecuencia del mismo. Y asimismo, me
atrevo a solicitar la regularización de las medidas de renovación contractual y
nuevas contrataciones.
Este Árbitro entiende la dificultad que puedan encontrar empresarios y
trabajadores para acceder a esta petición, pero pretende que ambas partes
entiendan hasta que punto un nuevo esfuerzo de “diálogo” es preciso para la
plena normalización de la actividad laboral en este estratégico sector profesional,
sin necesidad de apuntalar la petición efectuada en la expectativa social
esperanzadora que las presentes actuaciones despiertan en un importantísimo
número de ciudadanos de nuestra Comunidad seriamente afectados por este
conflicto.
Por fin, una, también respetuosa, petición a las Autoridades Públicas
competentes, tanto del Estado como de la Comunidad Autónoma, a los efectos
de que, de ser jurídicamente posible, eviten la imposición de las
correspondientes sanciones a las empresas por incumplimientos de los servicios
respecto de los que resulta realmente difícil hacerles responsables. Esta petición,
que encuentra su referente en las recomendaciones anteriores, facilitaría, en
opinión del que suscribe, la inmediata y más adecuada y plena normalización de
este estratégico sector.
A la vista de todas las consideraciones anteriores se emite el siguiente
11
LAUDO ARBITRAL
Primero- Ambito funcional
El presente Laudo será de aplicación a todas las empresas y trabajadores de Transportes
de Viajeros por Carretera de la Comunidad Autónoma de Madrid que presten servicios
de Transportes Regulares Permanentes de uso general y de uso urbano e interurbano,
Regulares Temporales, Regulares de uso especial, Discrecionales y Turísticos.
Segundo- Vigencia
El presente Laudo entrará en vigor al día siguiente de su dictado. No obstante lo
anterior, las condiciones económicas establecidas en el mismo tendrán carácter
retroactivo desde el día 1 de enero de 2002.
La duración de este Laudo será de cuatro años desde la fecha anterior, es decir, hasta el
31 de diciembre de 2005.
Dada la naturaleza del Laudo, sustitutorio de un convenio colectivo, al término de su
vigencia, se prorrogará de año en año si no media denuncia expresa de alguna de las
partes. Dicha denuncia habrá de formalizarse, por las partes legitimadas para instar el
correspondiente convenio colectivo, dentro del plazo de dos meses anteriores a su
vencimiento o al de las respectivas prórrogas si las hubiera, en los términos previstos en
el Convenio Colectivo del Sector vigente hasta el 31 de diciembre de 2001. Una vez
producida la denuncia de este Laudo y en tanto en cuanto no se llegue a un Convenio
que lo sustituya, quedará en vigor el contenido normativo del mismo.
No obstante lo dispuesto en los párrafos anteriores, este Laudo cesará en su vigencia de
producirse el correspondiente Acuerdo válido de las partes legitimadas para la
negociación, de conformidad con lo previsto en el artículo 87 del Estatuto de los
Trabajadores y en los términos establecidos en el Título III de dicha normativa.
12
Tercero- Incremento económico
Con efectos 1 de enero del año 2002, las tablas salariales vigentes en dicha fecha se
incrementarán en 48,08 euros, de los que 18,03 irán al salario base y 30,05 al plus de
convenio. El resto de los conceptos económicos del Convenio se incrementarán según la
variación del IPC diciembre sobre diciembre prevista por el Gobierno en la presentación
de los Presupuestos Generales del Estado para dicho año; en caso de que la variación
del IPC real, diciembre sobre diciembre, supere dicha previsión, se efectuará una
revisión para estos conceptos económicos por importe de la diferencia, de forma que se
garantice el incremento de la variación del IPC real en los mismos.
Con efectos 1 de enero de los años 2003, 2004 y 2005 la totalidad de los conceptos
económicos se incrementará según la variación del IPC, diciembre sobre diciembre,
prevista por el Gobierno en la presentación de los Presupuestos Generales del Estado
para dichos años, más 0,7 puntos porcentuales. En caso de que la variación del IPC real
diciembre sobre diciembre en cada año supere la prevista, se efectuará una revisión de
todos los conceptos económicos por importe de la diferencia de forma que se garantice
el incremento del IPC real más 0,7 puntos porcentuales en los años 2003, 2004 y 2005.
Cuarto- Jornada y Tiempo de Trabajo
A) Quedan en vigor las normas sobre jornada y tiempo de trabajo del Convenio
Colectivo de Transportes de Viajeros por Carretera de la Comunidad Autónoma de
Madrid para los años 2000-2001, sin perjuicio de las reducciones en su duración que a
continuación se recogen:
a) A la entrada en vigor de este Laudo y para todos los colectivos afectados por
el mismo el tiempo de trabajo se verá reducido en el valor de un día
completo de trabajo en jornada plena.
b) A partir del 1 de enero de 2003 se producirá una nueva reducción de un día
completo de trabajo en jornada plena.
c) A partir de 1 de enero de 2005 tendrá lugar una nueva reducción de otro día
completo de trabajo en jornada plena.
Salvo pacto en contrario, los días anteriormente señalados en que se concreta la
reducción de la jornada y tiempo de trabajo establecido en el presente Laudo, se
acumularán a los correspondientes periodos vacacionales de acuerdo con la normativa
aplicable al efecto.
13
B) Dentro de los tres meses siguientes a la publicación de este Laudo, las partes
integrantes de la Comisión Deliberadora de la Negociación Colectiva que está en el
fundamento del mismo habrán de establecer una Mesa Técnica para el Estudio y
Ordenación de la Jornada en el Sector, en la que se aborden, entre otras cuestiones, la
definición y delimitación de las horas efectivamente trabajadas y las horas de presencia,
así como una mejor ordenación horaria de las diferentes áreas de actividad que integran
el Sector, teniendo en cuenta la normativa existente así como los instrumentos
emanados de la Unión Europea a este respecto, en particular la Directiva 2002/15 del
Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de marzo de 2002, relativa a la ordenación del
tiempo de trabajo de las personas que realizan actividades móviles de transporte por
carretera, pendiente de transposición al ordenamiento interno español. Todo ello sin
perjuicio de lo que en su día pueda establecerse en el marco estatal de la negociación
colectiva del sector.
Dicha Comisión o Mesa Técnica estará integrada por una representación paritaria de
siete miembros por cada parte y por un Presidente designado por acuerdo de ambas
partes.
Quinto- Autorregulación de Servicios Mínimos
En el plazo de tres meses desde la entrada en vigor del presente Laudo, se creará una
Comisión para el establecimiento y fijación de Servicios Mínimos en caso de huelga en
el sector de Transporte de Viajeros por Carretera de la Comunidad de Madrid. Estará
compuesta por quince miembros, todos con voz y voto: siete designados por las
representaciones sindicales de USO-SLT, UGT y CC.OO., siete designados por las
organizaciones empresariales FENEBUS, Federación Empresarial de Transportes de
Viajeros de la Comunidad de Madrid y AETRAM y uno designado por mutuo acuerdo
entre las partes de entre personas de reconocido prestigio e independencia. De no
alcanzarse acuerdo a este respecto su designación recaerá en el Árbitro de este conflicto
o persona que el mismo designe.
Los acuerdos de la Comisión se adoptará por mayoría del conjunto de sus miembros y
tendrán fuerza vinculante para ambas partes desde el momento de su adopción.
14
Sexto- Horas sindicales y su acumulación
Los representantes legales de los trabajadores dispondrán del número de horas
legalmente establecido para el desarrollo de sus cometidos sindicales, pudiendo
acumularse las horas de los Delegados de Personal o Miembros de los Comités de
Empresa en uno o varios de sus miembros pertenecientes a una misma Sección sindical
o Sindicato.
Dicha acumulación, de no corresponder a la programación general establecida por cada
Sección y conocida por la empresa, habrá de comunicarse a ésta con una antelación
mínima de cuarenta y ocho horas al inicio de su utilización, a los efectos de no alterar la
organización de la actividad laboral, debiendo especificarse el nombre del cedente, el
del cesionario y el número de horas objeto de cesión.
Séptimo- Jubilación parcial de los trabajadores
Los trabajadores en los que concurran las condiciones establecidas en el artículo 12 del
Estatuto de los Trabajadores, podrán solicitar de sus respectivas empresas la jubilación
parcial, petición que habrá de ser aceptada por éstas en las condiciones legalmente
establecidas.
En tal caso, los complementos salariales de puesto de trabajo (plus conductor perceptor,
quebranto de moneda, plus disponibilidad de discrecional) y cualesquiera otros
complementos referibles a día de trabajo existentes en el ámbito de las empresas, serán
abonados proporcionalmente a la jornada que cada trabajador realice. La jornada del
trabajador jubilado parcialmente y la del trabajador relevante habrá de fijarse con
carácter anual.
Octavo- Comisión Paritaria
Se constituye una Comisión paritaria, integrada por seis representantes de cada una de
las partes, empresarial y social, para entender de cuantas cuestiones de carácter general
referentes a la aplicación del presente arbitraje le sean sometidas por cualquiera de las
partes. Entenderá igualmente de las propuestas de inaplicación del régimen salarial que
los interesados puedan someterla.
15
Cuando la Comisión paritaria no logre en su seno acuerdos para la solución de los
conflictos a ella sometidos en virtud de lo previsto en el apartado anterior, las partes se
obligan a acudir a la vía establecida en el Acuerdo Interprofesional sobre la creación del
Sistema de Solución Extrajudicial de Conflictos y del Instituto Laboral de la Comunidad
de Madrid y su Reglamento de 22 de noviembre de 1994.
Sin perjuicio de lo específicamente establecido en este Laudo, la solución de los
conflictos colectivos de interpretación y aplicación de este arbitraje y cualesquiera otros
que afecten a los trabajadores y empresarios incluidos en su ámbito de aplicación, se
efectuará conforme a los procedimientos regulados en el Acuerdo Interprofesional
citado en el apartado anterior.
Noveno- Cláusula Final
El Convenio Colectivo de Transporte de Viajeros por Carretera de la Comunidad de
Madrid con vigencia para los años 2000 y 2001 se mantendrá vigente en su contenido
normativo, salvo las previsiones establecidas en el presente Laudo que le puedan
afectar.
Es este el Laudo Arbitral que dicto en Madrid a 15 de abril de 2002.
Jaime Montalvo Correa
16
Descargar