Número de registro: 22701 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO DIRECTO 578/2010.
Número de registro: 22701
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXXIII, Febrero de 2011
Página: 2386
AMPARO DIRECTO 578/2010. **********.
CONSIDERANDO:
QUINTO. Los anteriores conceptos de violación son infundados, por una parte y, fundados,
por la otra.
En efecto, en esencia dice la parte quejosa que la autoridad responsable concluyó que debía
acreditarse de manera fehaciente y sin lugar a dudas cuál era el domicilio a donde debía
acudir la demandada para efectuar el pago de las cantidades adeudadas, lo que no se pactó;
dice que, la autoridad responsable no atendió que en sus excepciones y defensas, la parte
demandada no opuso la excepción referente a lo que disponen los artículos 2080 y 2082 del
Código Civil, ni tampoco opuso excepción en el sentido de que no se señaló lugar de pago
para el cumplimiento de la obligación de pago a cargo de la compradora, es decir, que no se
señaló el domicilio, cuenta bancaria u otro lugar en donde la compradora realizaría el pago
del saldo del precio de la compraventa pactada, y así la autoridad responsable se excedió en
sus funciones, ya que introdujo situaciones ajenas a la litis planteada, que no fueron hechas
valer por la demandada.
Lo anterior es infundado, si bien es cierto que la parte demandada al contestar la demanda y
al formular reconvención no hizo manifestación alguna tendente a señalar que desconocía el
lugar donde se tenía que hacer el pago, también lo es que en la acción principal como en la
reconvención, se demandó la rescisión del contrato de compraventa que celebraron las partes,
y la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido, en un primer
criterio, que en la acción rescisoria de contrato, la mora o incumplimiento del deudor, era un
requisito para su procedencia y su acreditamiento debía ser estimado de oficio por el
juzgador, según se advierte de la tesis de jurisprudencia por contradicción número 1a./J.
46/2001, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Primera Sala, Tomo XIV, noviembre de 2001, página 6, que establece:
"ACCIÓN RESCISORIA DE CONTRATO. LA MORA O INCUMPLIMIENTO DEL
DEUDOR, ES UN REQUISITO PARA SU PROCEDENCIA Y SU ACREDITAMIENTO
DEBE SER ESTIMADO DE OFICIO POR EL JUZGADOR. En términos de lo dispuesto en
los artículos 376 del Código de Comercio, y 1778 y 2154 del Código Civil del Estado de
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México, referidos a contratos de compraventa, para que el contratante-acreedor esté en
posibilidad de demandar ante el órgano jurisdiccional la rescisión de contrato, debe acreditar
ante éste, además de haber cumplido con su obligación, el hecho de que el contratante-deudor
ha incumplido con la suya y, por tanto, incurrido en mora. Ahora bien, tratándose de
contratos de compraventa en los que no se haya designado lugar de pago, operará conforme a
lo previsto en los artículos 2082 del Código Civil Federal, aplicado supletoriamente en
materia mercantil y 1911 del Código Civil para el Estado de México, la regla general que
establece que el pago debe hacerse en el domicilio del deudor; en consecuencia, para que el
deudor se constituya en mora, debe ser requerido en su domicilio por el acreedor, hecho este
último que, por constituir una condición o requisito para la procedencia de la acción
rescisoria de contrato, debe acreditarse ante el juzgador y éste la debe estimar, aun de oficio,
por ser de orden público el cumplimiento de los requisitos de la acción, con independencia de
que haya o no alegación de la parte demandada en vía de excepción."
Luego, la propia Primera Sala varió su criterio y sostuvo que la mora es un elemento de la
acción de rescisión, de acuerdo con la jurisprudencia de la Novena Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXVI, agosto de 2007, tesis 1a./J. 37/2003,
página 5, que a la letra establece:
"ARRENDAMIENTO. CUANDO SE RECLAMA LA RESCISIÓN DEL CONTRATO
RESPECTIVO POR FALTA DE PAGO DE LA RENTA, EL ACREDITAMIENTO DE LA
MORA ES UN ELEMENTO CONSTITUTIVO DE LA ACCIÓN QUE DEBE
ESTUDIARSE DE OFICIO POR EL JUZGADOR (MODIFICACIÓN DE LA
JURISPRUDENCIA 1a./J. 37/2003). Cuando se ejerce la acción de rescisión del contrato de
arrendamiento por falta de pago de la renta, para acreditar su procedencia el acreedor debe
demostrar, además de su relación jurídica con el demandado, que la obligación que reclama
es exigible, pues de lo contrario no se acredita el incumplimiento y, por ende, no puede
solicitarse la resolución del contrato con base en esa causa. Ahora bien, conforme al Código
Civil para el Distrito Federal, una persona se constituye en mora desde que no paga la
prestación debida en los plazos y términos convenidos o, a falta de éstos, en los establecidos
en la ley. Así, en virtud de la indivisible relación entre el incumplimiento y la mora, y de que
no puede darse aquél sin que la obligación sea exigible, se concluye que cuando se reclama la
rescisión del contrato de arrendamiento y se hace valer la causa de incumplimiento por falta
de pago de la renta, el acreditamiento de la mora es un elemento constitutivo de la acción que
debe estudiarse de oficio por el juzgador, incluso si la parte demandada no alega la falta de
exigibilidad de la obligación, ya sea porque no se venció el plazo para el pago o porque no se
realizó el requerimiento correspondiente."
Así las cosas, es infundado el concepto de violación ya que, en términos de la última
jurisprudencia transcrita, fue correcto que el Juez natural haya analizado de oficio la cuestión
relativa a la mora por ser un elemento de la acción de rescisión del contrato base de la acción.
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Por otra parte, dice la quejosa que la Sala responsable reconoció que las partes señalaron en
el contrato base, domicilios para todo lo relacionado con el contrato, por lo que, se entiende,
el cumplimiento del pago pactado es parte de lo relacionado con el citado contrato, aun
cuando afirme la Sala responsable que se trate de un domicilio convencional.
Así también, en su primer concepto de violación señala la demandada que ninguna de las
autoridades responsables analiza el contrato base de la acción, ya que si así lo hubieren hecho
se habrían percatado que, en la cláusula décima quinta, las partes señalaron su domicilio, para
cualquier acto, sin perjuicio de notificarse cualquier cambio dentro de los diez días hábiles
siguientes al día que suceda.
Agregó la parte quejosa, que en la cláusula tercera del contrato se pactó que el pago del
precio del inmueble debía ser efectuado sin necesidad de previo requerimiento o cobro,
mediante cheque nominativo certificado y para abono en cuenta del beneficiario a nombre de
**********, por lo que si la compradora tenía pleno conocimiento del domicilio del
vendedor **********, su obligación era efectuar el pago adeudado sin necesidad de previo
requerimiento o cobro en el domicilio señalado en el contrato, ya que la tercera perjudicada,
al señalar como su domicilio convencional el que se precisa en la cláusula décima quinta del
contrato base de la acción, lo hizo para el cumplimiento de las obligaciones contraídas en el
contrato celebrado, por lo tanto, la obligación básica del contrato de compraventa era el pago
de la cantidad del precio total del inmueble objeto de la compraventa, de manera que cuando
el Código Civil autoriza el señalamiento de un domicilio convencional para el cumplimiento
de determinada obligación, debe entenderse ese como el precisado por la parte interesada
para cumplir las obligaciones de pago.
En su segundo concepto de violación dice, en esencia, la parte quejosa, que la autoridad
responsable, atento a lo dispuesto por el artículo 2082 del Código Civil para el Distrito
Federal, debió observar que, por regla general, el pago debe hacerse en el domicilio del
deudor salvo que las partes convinieren otra cosa o que lo contrario se colija de la
circunstancia, de la naturaleza de la obligación o de la ley y si se han designado varios
lugares para hacer el pago, el acreedor puede elegir cualquiera de ellos, además de que al
desahogarse la confesional a cargo de la demandada ésta reconoció que conocía el domicilio
del señor **********.
Los anteriores conceptos de violación, los que se estudian en su conjunto dada su íntima
relación, son fundados.
En efecto, de la sentencia que constituye el acto reclamado, se advierte que la autoridad
responsable sostuvo que la exigibilidad de la obligación no quedó acreditada, ya que era
cierto que de la cláusula décima quinta, se advertía que las partes señalaron sus domicilios
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convencionales, los cuales pactaron para todo lo relacionado con dicho acuerdo de
voluntades, pero también lo era que tal domicilio no podía considerarse como el señalado
para efectuar el pago de lo adeudado, puesto que aquél se pactó con el carácter de
convencional y para todo lo relacionado con el contrato; sin embargo, lo que debieron
acordar los contratantes en forma precisa y de manera fehaciente sin lugar a dudas, era el
domicilio a donde tenía que acudir la demandada a efectuar el pago de las cantidades
adeudadas lo que, en la especie, no aconteció, por lo que para que la demandada se
constituyera en mora, resultaba indispensable que hubiera sido requerida en su domicilio por
el recurrente, por ser ello un elemento para la procedencia de la acción de rescisión intentada,
puesto que no bastaba con que se hubieran señalado en el contrato base de la acción los
domicilios de las partes para los efectos del cumplimiento del mismo, en razón de que el
lugar de pago de las obligaciones debe pactarse de modo expreso.
Lo resuelto por la Sala responsable es incorrecto, como se verá a continuación.
En efecto, cabe precisar en primer lugar, que en el ámbito doctrinal de las obligaciones, se
distinguen obligaciones exigibles a cierto tiempo o a plazo, que por esta circunstancia son
obligaciones de duración definida, en cuyo caso no se necesita interpelar al deudor u obligado
para ponerle en mora o para que cumpla con la obligación.
En cambio, existen otras obligaciones cuyo cumplimiento o exigibilidad no está previsto por
las partes en el contrato o en la ley y, en tales condiciones, es menester transformar esa
obligación de duración indeterminada por una obligación cierta o para día fijo. Esto se
consigue a través de la interpelación para poner en mora al deudor u obligado y en el Código
Civil se tiene una regla general en el artículo 2080, según el cual, si no se ha fijado el tiempo
en que debe hacerse el pago o cumplirse con una obligación, si se trata de obligaciones de
dar, se requiere poner en mora al deudor interpelándolo, ya judicialmente o
extrajudicialmente, ante notario o por medio de dos testigos.
En el caso, se advierte que el contrato de compraventa contiene la fecha para hacer el pago,
así como el domicilio del vendedor; de ahí que se está en el caso de una obligación de
duración definida, en la que no se necesita interpelar al deudor u obligado para ponerle en
mora o para que cumpla con la obligación.
En efecto, de las constancias remitidas por la autoridad responsable, en especial del contrato
de compraventa base de la acción, se advierte un domicilio donde la compradora pudo hacer
el pago de lo adeudado ya que, al final del contrato, las partes señalaron su domicilio, siendo
el domicilio del vendedor, hoy quejoso, el ubicado en **********, señalándose así también
los teléfonos **********.
En efecto, en la cláusula décima quinta del contrato base de la acción, las partes pactaron lo
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siguiente:
"Décima quinta. Domicilios convencionales. Las partes señalan como su domicilio para todo
acto, oír y recibir cualquier clase de notificación que se relacione con el presente contrato, los
que a continuación se enuncian, sin perjuicio de notificarse cualquier cambio, dentro de los
10 (diez) días hábiles siguientes al día en que suceda: ‘El vendedor’ **********."
Por otra parte, debe señalarse que en el contrato base de la acción, se advierte que las partes
en las cláusulas segunda y tercera, pactaron que el precio del inmueble materia del contrato
se cubriría por el comprador a más tardar el diez de noviembre de dos mil ocho, sin necesidad
de previo requerimiento o cobro, mediante cheque nominativo, certificado y para abono en
cuenta del beneficiario a nombre de **********.
En esas condiciones, es claro que las partes pactaron que el pago de lo adeudado se cubriría
mediante cheque certificado, título de crédito que la compradora pudo haber entregado al
vendedor en su domicilio, por lo que es de concluirse que el actor no tenía que interpelar de
pago a la demandada, hoy tercera perjudicada, como lo concluyó la Sala responsable, pues la
demandada, al tener conocimiento del domicilio del vendedor, estaba obligada a acudir a su
domicilio a realizar el pago a que se obligó; empero, no cumplió con su obligación de pago.
Apoya lo anterior la tesis que sustentó la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, visible en el Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, Volúmenes 217228, Cuarta Parte, enero a diciembre de 1987, página 199, que establece:
"MORA, PARA INCURRIR EN, NO ES INDISPENSABLE EL REQUERIMIENTO EN
OBLIGACIONES DE DAR CUANDO SE HA FIJADO FECHA PARA CUMPLIRLA Y SE
CONOCE EL DOMICILIO DEL ACREEDOR. El requerimiento previo sólo es
indispensable cuando no se fija tiempo para efectuar el pago, ya que el artículo 2080 del
Código Civil previene: ‘Si no se ha fijado el tiempo en que debe hacerse el pago y se trata de
obligaciones de dar, no podrá el acreedor exigirlo sino después de los treinta días siguientes a
la interpelación que se haga, ya judicialmente, ya en lo extrajudicial, ante un notario o ante
dos testigos’. De manera que si se trata de una obligación de dar, para cuyo cumplimiento se
ha fijado fecha, y si el deudor, además, conoce el domicilio de la persona a quien debe
efectuar el pago, por haberse consignado en el documento relativo a la operación, no existe
impedimento para que efectúe el pago en la fecha indicada y en el domicilio señalado o, en su
defecto, para que promueva las diligencias de ofrecimiento de pago o de consignación."
Cabe precisar que en la ejecutoria que dio origen a la tesis de jurisprudencia transcrita, en lo
que interesa, se señaló lo siguiente:
"QUINTO. Los conceptos de violación antes transcritos, resultan ineficaces para desvirtuar la
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consideración de la Sala responsable en cuanto concluyó que la empresa quejosa había
incurrido en mora, ya que tratándose de obligaciones de dar para cuyo cumplimiento se ha
fijado la fecha, no es necesario requerir de pago al deudor, dado que este requisito
únicamente es indispensable cuando las partes no han señalado una fecha para efectuar el
pago, lo cual no aconteció en la especie, ... De lo expuesto, se desprende que en el contrato de
compraventa se establecieron los domicilios de los citados acreedores y en el convenio que
modificó a este contrato se fijó la fecha para el cumplimiento de la obligación. Al respecto,
esta Tercera Sala ha sustentado el criterio de que el requerimiento previo de pago solamente
es indispensable, cuando no se ha fijado el tiempo en que debe hacerse el mismo, y se trata de
obligaciones de dar, pero no cuando en el contrato se fijó la fecha del cumplimiento de la
obligación, y aparece en el mismo contrato el domicilio del acreedor pues, en tal caso, no
existe impedimento para que se efectúe el pago en la fecha indicada y en el domicilio
señalado o, en su defecto, para que se promuevan las diligencias de ofrecimiento de pago y
consignación. Dicho criterio se ha sustentado por esta Tercera Sala en la tesis visible en la
página 38 del Volumen 78, Séptima Época, que establece: ‘PAGO. REQUERIMIENTO NO
INDISPENSABLE PARA EFECTUAR EL. El requerimiento previo sólo es indispensable
cuando no se fija tiempo para efectuar el pago, ya que el artículo 2080 del Código Civil
previene: «Si no se ha fijado el tiempo en que debe hacerse el pago y se trata de obligaciones
de dar, no podrá el acreedor exigirlo sino después de los treinta días siguientes a la
interpretación que se haga, ya judicialmente, ya en lo extrajudicial, ante un notario o ante dos
testigos». De manera que si se trata de una obligación de dar, para cuyo cumplimiento se ha
fijado fecha, y si el deudor, además, conoce el domicilio de la persona a quien debe efectuar
el pago, por haberse consignado en el documento relativo a la operación, no existe
impedimento para que efectúe el pago en la fecha indicada y en el domicilio señalado o, en su
defecto, para que promueva las diligencias de ofrecimiento de pago o de consignación.’."
Así, por analogía, es aplicable la tesis número II.2o.185 C, que sustentó el Segundo Tribunal
Colegiado del Segundo Circuito, visible en el Semanario Judicial de la Federación, Octava
Época, Tomo XIII, mayo de 1994, página 476, cuyos rubro y texto son los siguientes:
"MORA, EXISTE SI EL ARRENDADOR PRUEBA QUE SU DOMICILIO ERA
CONOCIDO POR EL ARRENDATARIO. Si en un juicio de rescisión de contrato de
arrendamiento se opone como excepción por el arrendatario que no incurrió en mora por
ignorar el domicilio del arrendador, y este último prueba que su domicilio era del
conocimiento de aquél, precisamente con las diligencias de consignación de rentas hechas a
su favor por el inquilino, y en que se precisó su domicilio, la autoridad responsable resuelve
legalmente si estima que la excepción opuesta resulta improcedente."
Así las cosas, procede hacer las siguientes precisiones:
1. La cuestión relativa a la mora, es un elemento de la acción de rescisión del contrato base
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de la acción;
2. El artículo 2080 del Código Civil para el Distrito Federal dispone que si no se ha fijado el
tiempo en que deba hacerse el pago y se trata de obligaciones de dar, no podrá el acreedor
exigirlo sino después de los treinta días siguientes a la interpelación que se haga, ya
judicialmente, ya en lo extrajudicial, ante un notario o ante dos testigos. Tratándose de
obligaciones de hacer, el pago debe efectuarse cuando lo exija el acreedor, siempre que haya
transcurrido el tiempo necesario para el cumplimiento de la obligación;
3. En el caso de que se esté en una obligación de dar, para cuyo cumplimiento se ha fijado
fecha y aparece en el mismo contrato el domicilio del acreedor, pues se consignó en el
documento relativo a la operación, en tal caso, no existe impedimento para que se efectúe el
pago en la fecha indicada y en el domicilio señalado o, en su defecto, para que promueva las
diligencias de ofrecimiento de pago o de consignación;
4. Que no es obstáculo a lo anterior que el domicilio del acreedor que obre en el documento
relativo a la operación no se señale expresamente, como domicilio para realizar el pago, pues
ese domicilio tiene el carácter de ser un domicilio convencional, esto es, es el domicilio que
designaron las partes en el contrato base de la acción, como aquel donde deberían ser
buscados para el cumplimiento de las obligaciones derivadas del contrato,
independientemente de que sean obligaciones de pago o no; y,
5. Así las cosas, es de concluir que la mora es elemento constitutivo de la acción y para
probarla debe existir el requerimiento del deudor, el cual puede ser en el domicilio
convencional, sin que sea necesario el pacto expreso del lugar de pago.
En esas condiciones, si bien es cierto que en la sentencia que constituye el acto reclamado, se
cita la tesis número I.3o.C.690 C, que sustentó el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Primer Circuito, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, Tomo XXVIII, agosto de 2008, página 1190, que es del tenor siguiente:
"RESCISIÓN DE CONTRATO. LA MORA ES ELEMENTO CONSTITUTIVO DE LA
ACCIÓN Y PARA PROBARLA DEBE EXISTIR EL REQUERIMIENTO DE PAGO EN
EL DOMICILIO DEL DEUDOR, SALVO PACTO EXPRESO EN CONTRARIO
(INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 2082 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO
FEDERAL). El precepto citado establece una regla general consistente en que el pago de una
obligación debe hacerse en el domicilio del deudor, salvo que las partes convengan otra cosa
o lo contrario se desprenda de las circunstancias, de la naturaleza de la obligación o de la ley.
Cuando no se pactó lugar de pago en el contrato de compraventa respectivo ni lo contrario
derive de la naturaleza de la obligación o de la ley, para que el deudor se constituya en mora
debe ser requerido en su domicilio por el acreedor porque es una condición, requisito o
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elemento de la procedencia de la acción rescisoria. No basta que estén señalados en el
contrato de mérito los domicilios de las partes en que puedan ser notificadas para los efectos
del cumplimiento del mismo porque el lugar de pago de las obligaciones debe pactarse de
modo expreso. En caso de no haber pacto expreso opera la regla general en supletoriedad de
la voluntad de las partes, para establecer que el lugar de pago es el domicilio del deudor, lo
que arroja para el acreedor la carga de probar que previo a la presentación de la demanda
requirió el pago al deudor para demostrar la mora y que la acción rescisoria sea procedente."
Empero, también lo es que este tribunal no comparte el criterio citado, dado que una
interpretación teleológica del artículo 2082 del Código Civil para el Distrito Federal, lleva a
considerar que si bien es cierto que por regla general el pago debe hacerse en el domicilio del
deudor, también lo es que en uso del principio de libertad contractual las partes pueden pactar
una situación diversa y también permite que lo contrario pueda advertirse de las
circunstancias, de la naturaleza de la obligación o de la ley; en este tema adquiere
significación especial determinar el lugar de pago, si se han designado varios domicilios para
hacer el pago, el precepto legal en comento faculta al acreedor para que pueda elegir
cualquiera de ellos; pero si en el contrato sólo existe la designación de un domicilio
convencional para los efectos del cumplimiento del mismo, esto no implica que exista
ausencia del lugar de pago, porque la designación de único domicilio atiende a la voluntad de
los contratantes que consideran que en ese lugar serán eficazmente localizados, lo cual es un
acto de carácter eminentemente sustantivo y no adjetivo y, por tanto, no puede operar
supletoriedad alguna de la voluntad de las partes.
Sirve de apoyo a lo anterior, por analogía, la jurisprudencia sustentada por la Primera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación que aparece publicada en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXVII, junio de 2008, tesis 1a./J. 31/2008,
página 200, que a la letra establece:
"EMPLAZAMIENTO. ES VÁLIDO PRACTICARLO EN EL DOMICILIO
CONVENCIONAL CUANDO EN EL CONTRATO BASE DE LA ACCIÓN ASÍ LO
HAYAN SEÑALADO LAS PARTES (LEGISLACIONES DEL ESTADO DE JALISCO Y
DEL DISTRITO FEDERAL).-El emplazamiento es el acto procesal por virtud del cual se
hace del conocimiento de la parte demandada la existencia de una demanda instaurada en su
contra, proporcionándole la posibilidad de una oportuna defensa y cuya finalidad es que las
autoridades jurisdiccionales dentro de un proceso, o en un procedimiento seguido en forma
de juicio, cumplan con la garantía de audiencia contenida en el artículo 14 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos. Ahora bien, de los Códigos de Procedimientos
Civiles del Distrito Federal y del Estado de Jalisco se advierte que el emplazamiento debe
efectuarse personalmente en el domicilio que hayan señalado los litigantes en el primero de
sus escritos, y que puede practicarse en el domicilio donde habite el demandado, donde tenga
el principal asiento de sus negocios, e incluso en cualquier otro domicilio, o donde se le
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hallare; de lo que se infiere que no tiene que ser ineludiblemente en el domicilio donde habite
o resida (casa habitación), lo cual cobra sentido, en atención a la intención del legislador
consistente en proporcionar los medios para que el demandado tenga efectivo conocimiento
del juicio entablado en su contra, para no dejarlo en estado de indefensión y tutelar su
garantía de audiencia. Por tanto, es válido practicar el emplazamiento en el domicilio
convencional que las partes, en ejercicio de sus derechos sustantivos, señalen en el contrato
base de la acción, sin que ello implique la renuncia, modificación o alteración a las normas
procesales, ya que la designación de un domicilio convencional atiende a la voluntad de los
contratantes que consideran que en ese lugar serán eficazmente localizados, incluso en caso
de una contienda judicial sin que por ello dejen de observarse las formalidades que todo acto
de notificación debe revestir."
Cabe precisar que la ejecutoria que dio origen a la anterior jurisprudencia, en esencia,
sostuvo:
"... OCTAVO.-Esta Primera Sala estima que debe prevalecer con el carácter de
jurisprudencia el criterio que se sostiene en la presente ejecutoria. ... En ese tenor, las
legislaciones adjetivas tanto para el Estado de Jalisco, como para el Distrito Federal, permiten
la posibilidad de que el domicilio donde deba ser practicado el emplazamiento sea aquel
señalado por los litigantes para tal efecto; sin que, ineludiblemente, sea donde habite o resida
-casa habitación-; ya que, si bien disponen que se buscará al demandado en donde viva o en
el principal asiento de sus negocios, también prevén la posibilidad de que pueda ser realizado
en cualquier otro lugar o donde se le hallare; lo cual cobra sentido, en atención a que lo
pretendido por el legislador fue proporcionar los medios para que el buscado (la parte
demandada) tuviera un efectivo conocimiento del juicio que se entablaría en su contra, con la
finalidad de no dejarlo en estado de indefensión y tutelar su garantía de audiencia.-Ahora
bien, en ambas legislaciones no existe precepto alguno que prohíba la posibilidad de que el
domicilio en donde deba practicarse el emplazamiento sea aquel que haya sido señalado por
el propio demandado en el contrato base de la acción, cuya designación implica la voluntad
que las partes decidieron externar al contraer una obligación contractual. ... Como puede
observarse, una fuente de las obligaciones es el contrato; esto es, la manifestación de la
voluntad plasmada en tal documento, genera desde el momento de su celebración
obligaciones para cada una de los contratantes, ya que la voluntad de las partes, en materia de
contratos civiles es ley. Lo anterior, cobra importancia, toda vez que los contratantes pueden
válidamente, en ejercicio de sus derechos sustantivos, designar un domicilio para efectos de
dar cumplimiento a las obligaciones derivadas del propio acto jurídico. ... El domicilio que se
pacte en el documento base de la acción para el cumplimiento de las obligaciones derivadas
del propio contrato, no es sólo un derecho que ejerzan las partes, sino que implica, en
atención a lo allí manifestado, que sea ese el lugar en donde ellas consideran que serán
eficazmente localizadas. ... el emplazamiento practicado en el domicilio convencional, es
válido, toda vez que las partes lo designaron en el contrato base de la acción como aquel en
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donde deberían ser buscados para el cumplimiento de las obligaciones derivadas del contrato
mismo, que si no se cumple de manera libre y espontánea, implicaría que su exigencia se
dirimiera en una contienda judicial. ... Es decir, la designación de un domicilio convencional
constituye un derecho de los contratantes, el cual es de carácter eminentemente sustantivo y
no adjetivo ..."
En tales condiciones al resultar fundado el concepto de violación en estudio, se impone
conceder el amparo y la protección de la Justicia Federal respecto del acto reclamado, para
los efectos siguientes:
a. Que la autoridad responsable deje insubsistente la resolución combatida;
b. Dicte una nueva resolución en la que parta de la base de que se está ante una obligación de
dar, para cuyo cumplimiento se ha fijado fecha, y al tener conocimiento el deudor del
domicilio del vendedor, no existió impedimento para que efectuara el pago en la fecha
indicada y en el domicilio del vendedor; y,
c. Hecho lo anterior resuelva lo que en derecho corresponda.
Cabe agregar que, al ser fundados los conceptos de violación señalados, hace innecesario el
estudio de los demás conceptos que tienden al fondo del negocio, porque los temas que
comprenden serán objeto del estudio que realice nuevamente la autoridad responsable al
emitir un nuevo fallo en cumplimiento a esta ejecutoria de amparo.
La concesión del amparo se hace extensiva a los actos de ejecución reclamados a la autoridad
señalada como ejecutora, de conformidad con lo dispuesto en la jurisprudencia número 103
del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación publicada en la página 67, Tomo VI,
Materia Común del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995, cuyos rubro
y texto son los siguientes:
"AUTORIDADES EJECUTORAS, ACTOS INCONSTITUCIONALES DE LAS.-La
ejecución que lleven a cabo, de órdenes o fallos que constituyan una violación de garantías,
importa también una violación constitucional."
Por lo expuesto y fundado, con apoyo, además, en los artículos 76 a 80, 188 y 190 de la Ley
de Amparo, se resuelve:
ÚNICO.-La Justicia de la Unión ampara y protege a **********, por su propio derecho,
contra los actos reclamados de la Octava Sala Civil y del Juez Cuadragésimo Tercero de lo
Civil, ambas autoridades del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, consistentes
en la sentencia definitiva de treinta de junio de dos mil diez, dictada en el toca de apelación
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número 862/2010, relativo a la segunda instancia del juicio ordinario civil número
1533/2009, seguido por el aquí quejoso, en contra de **********; y, su ejecución. El amparo
se concede para los efectos precisados en el último considerando de esta ejecutoria.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución devuélvanse los autos a la autoridad que los
remitió y, en su oportunidad, archívese el presente expediente como asunto concluido.
Así, lo resolvió el Noveno Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, por
unanimidad de votos de los Magistrados Ana María Serrano Oseguera y Gonzalo Hernández
Cervantes, con voto aclaratorio del Magistrado Daniel Horacio Escudero Contreras, siendo
ponente el segundo de los nombrados.
En términos de lo previsto en los artículos 3, fracciones II, VI, XII y XIV, inciso c), 4,
fracción III, 8, 13, fracción IV, 14, fracción I, 18, fracciones I y II, 19, 20, fracción VI, 21 y
61 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en
esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o
confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.
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