Aprendiendo a filosofar - Federación de Enseñanza de Comisiones

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Aprendiendo a filosofar
I.
¿Filosofía?
Definir este concepto es una tarea compleja, y eso, a pesar de que se trata de una
obligación iniciática para todo buen filósofo. Todo filósofo comienza por tratar de definir
qué es la filosofía, así no es difícil encontrar libros, artículos o ensayos en los que
nuestros filósofos favoritos traten de desarrollar qué es para ellos la filosofía.
Anotemos este rasgo puesto que va a ser una diferencia que la filosofía tiene respecto
a otras disciplinas. Os imagináis que cada físico, o químico, se dedicase a definir la
física, o la química, o la geología, o cualquier otra disciplina científica; esta tarea
ralentizaría muchísimo el desarrollo de esa ciencia. Pues en el caso de la filosofía, ha
frenado tanto su desarrollo, que la filosofía nunca llegará a ser ciencia, pero ello no le
impedirá ser la madre de todas las ciencias. Sabéis ¿por qué?, pues porque en el
momento en que cualquier filósofo consigue una definición y un método sólido de lo
que es la filosofía para él, se desgaja de la filosofía para dar lugar a una disciplina
científica. La filosofía se ha especializado en definir el objeto y en dotar de un método
a cada una de las ciencias que hoy pueblan nuestro repertorio cognoscitivo.
Nosotros vamos a tratar de acercarnos a este delicado concepto a la manera en
que lo haría Ortega y Gasset, cerrando cada vez más el círculo en torno a él, ella en
este caso, que la sabiduría siempre fue muy maternal. Probablemente la definición
absoluta, al igual que la verdad objetiva sea inalcanzable, pero lo que sí podremos
lograr será aproximarnos cada vez más a ella, hasta que tengamos una definición
suya que no nos deje insatisfechos, ni indiferentes. Para ello, nos vamos a dar un
paseo por su origen griego, por la historia de las definiciones de la filosofía y por lo que
actualmente hacen los filósofos.
II.Fue en Mileto
Dice W. Nestle:
"La filosofía nació en Mileto, mercado del mundo antiguo, en el que los
pueblos del Mediterráneo procedían al intercambio de sus mercancías; y los
1 más antiguos pensadores, no fueron ascetas alejados del mundo, sino
hombres distinguidos, curiosos y abiertos al mundo".
Fue en la Grecia de hace 27 siglos cuando nació la filosofía, eso nos lleva al siglo
IV, V a de N. E. Podríamos decir que el origen de la filosofía está en la admiración y la
curiosidad, la extrañeza que la realidad produce en el hombre cuando es desconocida,
el hombre se siente en la necesidad de dotar de sentido la realidad en la que vive
mediante el descubrimiento del por qué, del cuando, del cómo. El hacerse preguntas
sobre la realidad que nos rodea es la raíz de la filosofía.
Este sentido de la admiración es el sello del filósofo. De hecho es el
único origen de la filosofía. Platón
Pues los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos
por la admiración. Aristóteles
Mitología
Ambas, admiración y búsqueda de sentido llevaban mucho tiempo instaladas en la
mente de los hombres, preñándolos de ideas que vestían de mitos las religiones, sin
embargo, los frutos de la mitología han sido pobres, imaginativos pero con pies de
barro. O si no fijaros en este mito:
Tifón era un ser monstruoso que sobrepujaba en talla y fuerza a todos
los demás hijos gigantescos de la Tierra. Más grande que las montañas, su
cabeza daba a veces con las estrellas. Cuando extendía, los brazos, una
mano alcanzaba el Oriente, y la otra, el Occidente. Como dedos tenía cien
cabezas de dragones. De cintura abajo estaba rodeado de víboras. Su
cuerpo era alado y sus ojos despedían llamas. Tan sólo Zeus y Atenea se
atrevieron a afrontarle. Zeus le lanzó varios rayos, y con ellos y su garfio de
acero, consiguió abatirle. Esto ocurrió en el monte Kasios, en Siria. La Tierra
no había sido jamás campo de lucha semejante. Pero Tifón, que no estaba
sino herido, acabó por llevar la ventaja en la descomunal agarrada, y
cortando a Zeus los tendones de piernas y brazos, cuando ya le tuvo a su
merced y sin defensa, se le echó a la espalda y lo llevó hasta Sicilia donde le
encerró en una caverna. Los músculos y tendones que le había cercenado
los metió en una piel de oso, y luego encargó su custodia a Delfine, un
dragón hembra. Pero Hermes y Pan los robaron y volvieron a ponerlos en su
sitio, en el cuerpo de Zeus. Con ello, éste recobró al punto su fuerza y
reanudó la lucha, acribillando al monstruo con sus rayos. Tifón, incapaz de
resistirlos esta vez, huyó. Al llegar a Tracia, empezó a lanzar montañas
contra Zeus; pero éste, a fuerza de rayos, las hacía retroceder y caer sobre
el monstruo. Huyendo siempre Tifón, cuando atravesaba el mar de Sicilia,
Zeus lanzó sobre él el Etna, que le aplastó. Las llamas que salen del volcán
son, ora las que vomita el engendro infernal, ora lo que queda de los rayos
de Zeus.
Qué fantástico tratado de vulcanología y a la vez que imaginativa forma de
explicar la orografía del terreno, ya sabemos por qué en la zona de Tracia hay amplias
mesetas.
2 Como podemos ver en este mito la verdad queda aún lejos, pero sí encontramos
en él, el intento de satisfacer la curiosidad y de dar explicación de ciertos fenómenos
de la naturaleza, en este caso los volcanes y el fenómeno natural del tifón que queda
convertido en un dios menor. Y es que los mitos son intentos de dar respuesta a los
enigmas que sobre el origen y la naturaleza del universo tiene el hombre, además se
pueden encontrar en ellos una preocupación por problemas de orden moral y
emocional pero desde la lógica mágica de la imaginación.
Esa lógica mágica que tan bien describiera J. G. Frazer en su obra “La rama
dorada”, (1890) donde formula la existencia de dos leyes que regulan el pensamiento
básico: la ley de la similitud (magia homeopática o imitativa), por la que lo semejante
produce lo semejante. El efecto se asemeja a la causa; cuando se pinta en las
paredes de una cueva un ciervo herido, se espera ese resultado en la caza. Hoy
perviven en nuestra sociedad manifestaciones religiosas de esa lógica mágica en los
muñecos de vudú o en los exvotos, (si tú me lo das, yo te lo doy) –. Y la ley del
contagio o contacto: las cosas que han estado unidas van a seguir actuado unas sobre
otras. Por ejemplo las reliquias religiosas o los sortilegios, donde se utiliza pelo de una
persona para actuar sobre la voluntad de esa persona. (Marcel Maussnos dice que
“los regalos llevan el alma de quien los regala”. Hoy en día, a nuestro alrededor aún
convivimos con la lógica mágica.
Junto a la lógica mágica hay que descubrir en los mitos su esquema racional,
todos sus intentos explicativos pasan por tratar de personificar y deificar las fuerzas
naturales, viento, mareas, en este caso el tifón; y en hacer depender de la voluntad de
un Dios determinados sucesos y fenómenos del universo. Leamos:
Pues Bien, este Dios, refiriéndose a Baco, encontró cierto día una
delicada planta que le fue simpática. Delicada, porque naciente apenas, sólo
tenía unos pujantes brotes verdes; no aún pámpanos ni asomo de racimos.
Como era mínima y frágil, en aquel momento, para protegerla la metió en un
hueso de pájaro. El débil tallito, satisfecho creció pronto, y de tal modo que
el Dios, viendo que la cuna que le había preparado era insuficiente, le metió
en otra mayor, quiero decir en otro hueso mayor, esa vez de león. Pero
como su protegida siguiese prosperando, acabó por acondicionarla en el
fémur de un asno. Adulta la planta, dio fruto: la uva. Entonces el Dios, cada
vez más interesado por su hallazgo, descubrió el modo de trasformar
aquellas uvas en vino, y el maravilloso licor nació con las cualidades de los
seres a los que habían correspondido sus tiestos: alegría, fuerza y
estupidez. Desde entonces todo el que bebe de modo opuesto a como reza
la expresión - meden agan -, (nada en demasía), es decir que al que se le va
la mano bebiendo, adquiere las dos primeras cualidades: disfruta
momentáneamente, de una alegría de pájaro y de una audacia de león. Al
que abusa de continuo, debilidad y embrutecimiento le esperan. O sea,
tórnase un asno de dos patas, bestia infinitamente más inútil y estúpido que
los de cuatro.
3 Los mitos, son la forma de expresión de las religiones, si indagamos cualquier
religión veremos cómo hacen uso de los mitos para explicar las grandes preguntas
que asedian la vida humana.
Logos
Pero algo fantástico sucedió en aquel Mileto del siglo IV−V a d. N. E., era la ciudad
más floreciente, el centro de un imperio comercial donde coinciden: de un lado una
prosperidad económica, un desarrollo de la artesanía y un creciente comercio
marítimo; de otro formas políticas flexibles y tolerantes que se abrían a otras
civilizaciones, lo que supone un aporte de nuevos conocimientos que relativizan lo
autóctono; y por último, una libertad de culto−rito mítico–religiosa. Mileto es pues un
puerto al que acuden gentes de todas las tierras del mundo habitado, donde todo se
comenta y se discute, donde se plantean nuevas empresas y todas las audacias son
posibles. Es el ambiente propicio para que germine la filosofía porque el individuo se
sintió libre, como en ningún otro tiempo y como en ningún otro lugar, y porque las
respuestas que le proporcionaba la mitología comenzaron a quedar en entredicho al
enfrentarse a las respuestas mitológicas de otras culturas que allí concurrían. De este
modo hubo hombres que sintieron la necesidad de acercarse a la admiración y
curiosidad desde la observación y la reflexión ordenada, es lo que posibilitó el
surgimiento del logos, un pensamiento que se atrevió a forjar una nueva imagen del
mundo, una imagen que quiere responder a la totalidad de lo real.
En Mileto nace así una nueva forma de acercarse a las grandes preguntas que
asediaban al ser humano el logos que va a ser la lógica de la filosofía, la lógica desde
la que ha de germinar el método científico. El logos supone la búsqueda de una
explicación racional a esas preguntas, es el abandono de la arbitrariedad divina a la
hora de explicar los fenómenos naturales y el descubrimiento de la necesidad como la
norma básica implantada en el reino de la naturaleza, los hechos naturales suceden
cuándo y cómo tienen que suceder, sin intervención divina, sino sometidos a la
causalidad natural.
“Logos” es una palabra griega que sobrevive en nuestro castellano, sobre todo en
las terminación −logía− que acompaña a muchas de nuestras nomenclaturas
científicas, pero en su origen “logos” al parecer poseía un triple significado: orden que
rige la realidad del universo, razón o inteligencia capaz de intuir y reflexionar, y palabra
como vehículo de comunicación humana; si unimos los tres significados quizá
encontremos el auténtico significado del término “logos”, que no es otro que la idea de
que la reflexión racional humana es capaz de descubrir el orden de la naturaleza y de
trasmitirlo a través de la palabra.
Por primera vez en la historia de la humanidad el hombre alberga la esperanza de
poder explicar la realidad desde sí misma. Y ese es el momento que marca el
4 nacimiento de la filosofía, la adopción por parte de la humanidad del “logos” como la
lógica natural del pensamiento humano.
En Mileto, fue en Mileto, donde vivió el primer filósofo conocido, Tales de Mileto.
III. ¿Qué dicen los filósofos que es la filosofía?
Una definición de filosofía, no sin algo de sorna, nos dice que filosofía es lo que
hacen los filósofos, aquí vamos a parafrasear esta expresión y antes de ver lo que
hacen los filósofos vamos a ver qué dicen los filósofos que es la filosofía. Haremos un
recorrido histórico por las distintas definiciones de filosofía que han proporcionado los
filósofos.
Etimología
Comencemos por acercarnos a su definición etimológica. Si la filosofía nace en
Grecia, veamos qué palabras griegas la componen; de un lado tenemos al verbo
“philein”, que significa amar y el sustantivo “Sofía” que designa la sabiduría, el
conocimiento y de modo muy particular aquel saber que comprende contenidos
teóricos, abstractos1 y el arte de vivir. Un “sophos” es ante todo aquel que es hábil en
su profesión y en la vida, pero más específicamente un “sophos” es un sabio en el
pensamiento conceptual y abstracto, en términos sin referente visible. Será Sócrates
quien dará al nombre una significación que con el tiempo va a prevalecer en la historia:
filosofía como amor a la sabiduría.
ARQUEOLOGÍA DE LA PALABRA
Entre los siglos IX y VI a. d. N. E., aproximadamente, la palabra “sabiduría”
(sophia), hacía referencia a un conocimiento que no distingue entre teórico y práctico.
Así, el sabio (sophos) es aquel que posee el conocimiento: la capacidad teórica y
práctica para hacer o entender algo. La palabra sabiduría nos remite, de este modo, a
otra: teoría (theoria), que genéricamente significa “contemplar”. Etimológica y
literalmente el término teoría se refiere a la actividad que realiza el theoros. Un theoros
era la persona que una polis (ciudad-estado) enviaba a otra polis como embajador o
representante para contemplar la misma ciudad, para observar atentamente las
costumbres o para ser espectador de, por ejemplo, los juegos olímpicos (a partir del
776 a. d. N. E., fecha de su fundación). Así, la figura del theoros se caracteriza por ser
extranjero, que llega de fuera, aunque no bárbaro (pues conoce el idioma griego), lo
cual le permite ser, estar, participar en una determinada realidad conservando una
cierta actitud de distanciamiento (actitud genuinamente crítica) respecto de aquello en
lo que está o participa. La tarea encomendada al theoros no acababa hasta que, tras
volver de sus viajes, informaba de todo lo que había contemplado. Y, entonces, se
decía de él, al escucharlo, que estaba filosofando.
Con toda esta carga significativa nace y comienza a utilizarse el verbo “filosofar”
(que denota acción, actividad) y el nombre “filósofo” (que denota actitud). El sustantivo
“filosofía” aún no se utilizaba.
5 Como verbo, lo recoge el historiador griego Herodoto (484-420 a. d. N. E.) cuando
en sus Historias habla de Solón (640-558 a. d. N. E., legislador griego y uno de los
siete sabios del siglo VI a. d. N. E.) diciendo de él que ama la sabiduría y viaja
filosofando.
Como nombre, parece ser que Pitágoras (filósofo y matemático presocrático, 570480 a. d. N. E.) fue el primero en designarse a sí mismo como “filósofo”. La escena es
recogida por un discípulo de Platón, Heráclides Póntico, y transmitida, entre otros, por
Cicerón (Tusculanas): “Pitágoras le respondió que era filósofo. Asombrado León por la
novedad de la denominación, le preguntó quiénes eran los filósofos y en qué se
diferenciaban de los demás. Pitágoras le respondió que la vida de los hombres se
parece a un festival celebrado con los mejores juegos de toda Grecia, para el cual
algunos ejercitan sus cuerpos para aspirar a la gloria y a la distinción de una corona,
otros son atraídos por el provecho y el lucro en comprar y vender, mientras que otros
no buscan el aplauso ni el lucro, sino que acuden para ver y observar cuidadosamente
qué se hace y de qué modo. Estos últimos se llaman amantes de la sabiduría, o sea,
filósofos.”
Otra de las fuentes donde aparece también por primera vez el nombre “filósofo” es
en los fragmentos de Heráclito (presocrático, 550-480 a. d. N. E.). Heráclito resalta la
diferencia entre la filosofía y la polimatía, es decir, entre la sabiduría del sabio que pretende conocer la razón (logos) que gobierna todas las cosas y ama la sabiduría por
ella misma, y el saber del erudito que acumula información sin alcanzar nunca
verdadero cono-cimiento de nada. En otros fragmentos alegóricos, Heráclito dice, por
ejemplo, que “los ojos y los oídos son malos testigos para los hombres que tienen
almas bárbaras” (es decir, para aquellos que no entienden el lenguaje de los sentidos)
o que “existen tres clases de hombres: los dormidos, que ni sienten ni entienden el
logos, los iniciados, que sienten pero no entienden, y los despiertos, que sienten y
entienden”.
Obsérvese lo que de común y complementario tienen entre sí los diferentes usos
de las palabras filosofar y filósofo cuando están siendo usadas por primera vez,
cuando todavía la filosofía no se designa a sí misma con ese nombre.
Resulta paradójico que cuando aparece la figura del filósofo que hace theoria en
su propia polis manteniendo una actitud distante, es decir, crítica, éste es condenado a
morir, acusado por su propia ciudad de, entre otras cosas, corromper a los jóvenes.
Esa fue la causa de la muerte de Sócrates (470-399 a. d. N. E.), cuando Atenas le
obligó a dormir para siempre con cicuta.
Filosofar: una búsqueda de sentido
Ya sabemos de la aparición del primero en llamarse a sí mismo filósofo y del final
que tuvo aquel a quienes los demás consideraron por primera vez filósofo; con estos
antecedentes lo extraño es que esta disciplina siguiera hacia delante. Su camino
siempre ha transcurrido así, lleno de altibajos, ha pasado por momentos de esplendor,
sobre todo el siglo V y IV a d. N. E. o la Ilustración europea, y por momentos de crisis,
la E. E. M. M. o el momento actual, donde se cuestiona muy seriamente su utilidad y
validez, y por tanto, su continuidad como actividad humana. Las concepciones de
filosofía son variadas, pero todas ellas tienen en común el hecho de que la filosofía, su
definición, es siempre el primero de los problemas de todo sistema filosófico. La
6 pregunta "¿Qué es la filosofía?" es una pregunta totalmente filosófica. De aquí
podemos inferir que habrá una respuesta a la pregunta por la filosofía desde cada
sistema filosófico. Cada respuesta es por tanto parcial pero necesaria y forman así el
corpus histórico de la filosofía. Detengámonos en las principales respuestas dadas
hasta ahora por parte Sócrates y de sus continuadores.
Sócrates
Sócrates era un maestro griego que vivió unos cuatrocientos años antes de
Nuestra Era. Fue pobre porque no tenía dinero, pero su riqueza estaba en su gran
inteligencia. El principio de su sabiduría estaba en el reconocimiento de su propia
ignorancia “Sólo sé que no sé nada”. Reconocer la ignorancia es el principio del
conocimiento, puesto que si no la admitimos no nos pondremos a investigar sobre un
tema, y permaneceremos en nuestra supuesta sabiduría, que no deja de ser una
ignorancia encubierta.
Su método, era la mayéutica y consistía en hacer preguntas al interlocutor hasta
conseguir que primero, reconociera la propia ignorancia y segundo, cada uno pariera
la verdad por sí mismo y no siguiera creyendo lo que sólo es apariencia, sino que
buscase una verdad más profunda o los intereses que latían bajo determinadas leyes
y costumbres sociales. Con su ironía provocaba en la gente malestar interior y abría
paso a las cosas más profundas, para que todos salieran de su ignorancia o, al
menos, dejasen de presumir de sabios. Era considerado como un aguijón, para la
sociedad de su tiempo, lo que le valió el sobrenombre de “el tábano”, y sus
enseñanzas morales y políticas le acarrearon muchos enemigos.
Ese afán por interrogárselo todo y por despertar en los demás la misma inquietud,
no es sino la plasmación de la curiosidad y la admiración de la que antes hemos
hablado. La extrañeza ante los fenómenos sociales, le lleva a cuestionárselos para dar
sentido, para dar coherencia a su vida. Así se cuestionará sus creencias y le costará la
acusación de impiedad; así, trasmitirá sus inquietudes a los más jóvenes y le costará
la acusación por corromper a la juventud. Por todo ello, será condenado a beber la
cicuta. Este episodio en la vida de Sócrates es una metáfora que representa la actitud
que ante la filosofía ha tenido casi siempre el poder y la sociedad, hacia la que ha
sentido siempre una mezcla de admiración y miedo, admiración por ser capaz de
cuestionarse lo que para la mayoría era incuestionable, y miedo por las posibles
consecuencias que sus respuestas puedan tener. ¿Será por ello también condenada a
desaparecer como Sócrates?
Platón
Para explicar qué es filosofía para Platón, vamos a recurrir a los siguientes textos;
en el primero Diotima interpela a Sócrates sobre la naturaleza de la filosofía:
7 …se encuentra ante la sabiduría y la ignorancia, puesto que la sabiduría
va anexa a la propia naturaleza divina y, en general, quien es sabio no
filosofa (no persigue la sabiduría). Lo mismo ocurre a los ignorantes: ninguno
de ellos filosofa ni desea llegar a ser sabio, porque la ignorancia tiene el
enojoso defecto de convencer a los que no son hermosos, ni buenos, ni
sabios, de que poseen estas cualidades, y nadie desea las cosas de las que
no se siente desprovisto.
SÓCRATES: Pero, Diotima, ¿quiénes son, pues, los que filosofan, si no
lo son los sabios ni los ignorantes?
DIOTIMA: Hasta para un niño es del todo evidente, que son los que
están entre los ignorantes y los sabios, y Eros es de ese número. La
sabiduría es una de las cosas más bellas del mundo; ahora bien: Eros ama
lo que es bello, luego hay que convenir en que Eros es amante de la
sabiduría, es decir, filósofo, y como tal ocupa el lugar entre el sabio y el
ignorante. Esto lo debe a su nacimiento, porque es hijo de un padre sabio y
rico, y de una madre que no es rica ni sabia. “Banquete” Platón
La filosofía en Platón queda caracterizada como el amor a la sabiduría, y no todos
son los elegidos, tan solo los curiosos, los que se admiren ante la realidad que les
rodea, serán los que persigan la filosofía. Platón distingue dos tipos de hombres, el
hombre vulgar, que se conforma con un conocimiento superficial de las cosas, se
conforman con la apariencia y los filósofos, que buscan un conocimiento racional y
profundo de la realidad, persiguen las auténticas causas de las cosas. Pero para
clarificar más aún la tarea de este filósofo, veamos este segundo texto, conocido como
el mito de la caverna:
Represéntate hombres en una morada subterránea en forma de
caverna, que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz. En ella
están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que
deben permanecer allí y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les
impiden girar en derredor la cabeza. Más arriba y más lejos se halla la luz de
un fuego que brilla detrás de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un
camino más alto, junto al cual imagínate un tabique construido de lado a
lado, como el biombo que los titiriteros levantan delante del público para
mostrar, por encima del biombo, los muñecos.
- Me lo imagino.
- Imagínate ahora que, del otro lado del tabique, pasan hombres que
llevan toda clase de utensilios y figurillas de hombres y otros animales,
hechos en piedra y madera y de diversas clases; y entre los que pasan unos
hablan y otros callan.
- Extraña comparación haces, y extraños son esos prisioneros
- Pero son como nosotros. Pues en primer lugar, ¿crees que han visto
de sí mismos, o los unos de los otros, otra cosa que las sombras
proyectadas por el fuego en la parte de la caverna que tienen frente a sí?
(…)
- ¡Por Zeus que sí!
8 ¿Y que los prisioneros no tendrían por real otra cosa que las sombras de
los objetos artificiales transportados?
- Es de toda necesidad.
- Examina ahora el caso de una liberación de sus cadenas y de una
curación de su ignorancia qué pasaría si naturalmente les ocurriese esto:
que uno de ellos fuera liberado y forzado a levantarse de repente, volver el
cuello y marchar mirando a la luz, y al hacer todo esto, sufriera y a causa del
encandilamiento fuera incapaz de percibir aquellas cosas cuyas sombras
había visto antes. ¿Qué piensas que respondería si se le dijese que lo que
había visto antes eran fruslerías y que ahora, en cambio está más próximo a
lo real, vuelto hacia cosas más reales y que mira correctamente? Y si se le
mostrara cada uno de los objetos que pasan del otro lado del tabique y se le
obligara a contestar preguntas sobre lo que son, ¿no piensas que se sentirá
en dificultades y que considerará que las cosas que antes veía eran más
verdaderas que las que se le muestran ahora?
El filósofo es quien abandona la caverna, quien se libera por primera vez guiado
por la razón, usando la reflexión crítica. Quien es capaz de ver que es posible un
mundo diferente a éste que percibimos en el interior de la caverna, diferente al que
nos muestra la realidad sensible, la apariencia. Quien es capaz de construir otra
realidad en la que se pueda lograr el Bien. La tarea del filósofo, es además de
vislumbrar esa otra posible realidad vital, liberar al hombre vulgar, liberar al prisionero
de la caverna en la que vive mediante la educación. La enseñanza es la llave de la
libertad, puesto que te permite escapar de la ignorancia.
Epicuro
Epicuro nació en el 341 a d N. E. y vivió un hecho histórico que marcaría el destino
de la ciudad de Atenas, la muerte de Alejandro Magno que fuera, entre otras cosas,
discípulo de Aristóteles. La muerte de Alejandro marca el declive de la ciudad y
también la suerte de Epicuro obligado a continuos destierros, que harán de él un gran
viajero y conocedor del mediterráneo, aunque sea a la fuerza. Será el epicureísmo la
última de las escuelas filosóficas atenienses. Su sede estará en una huerta anexa a la
casa en la que vive y que será conocida como el Jardín de Epicuro. En el Jardín se
buscaba sobre todo la felicidad mediante la convivencia y la reflexión, lo que hizo que
se le conociese como “el sabio feliz”.
En Epicuro la filosofía adquiere un rol distinto al platónico, más intimista, más
próximo a la necesidad de búsqueda de sentido de la vida. La tarea de la filosofía es la
búsqueda de la felicidad, como podemos ver en los siguientes textos:
“Vana es la palabra de aquel filósofo que no remedia ninguna dolencia
del hombre. Pues así como ningún beneficio hay en la medicina que no
expulsa las enfermedades del cuerpo, tampoco lo hay en la filosofía si no
expulsa la dolencia del alma.”
9 Que nadie mientras es joven aplace el filosofar ni se canse de filosofar
cuando ha llegado a ser viejo. Ya que para nadie es nunca ni demasiado
pronto, ni demasiado tarde en lo que se refiere a procurarse la salud del
alma. Pues decir que aún no ha llegado o que pasó ya la hora del filosofar es
como decir que aún no es o que no es ya la hora de ser feliz. De modo que
han de filosofar tanto el joven como el viejo: Ese para que en su vejez
rejuvenezca en bienes gracias a lo ya vivido y aquel para que venga a ser
viejo y joven a la vez perdiendo el miedo a lo porvenir. Es necesario, pues,
ejercitarse en cuanto produce la felicidad puesto que todo lo tenemos
cuando ella está presente y todas nuestras acciones se encaminan a
alcanzarla cuando está ausente. Epicuro.
San Agustín
Nuestro obispo nos va a servir para ilustrar un período de la historia de la filosofía,
la E. E. M. M., en que la razón, la reflexión crítica que se había desarrollado con los
filósofos griegos, es subyugada por la religión, por las tres grandes religiones, tanto la
cristina como la judía y la musulmana. Ya San Pablo en su “Carta a los Corintios”
distingue entre la sabiduría del mundo o sabiduría de hombres y la sabiduría cristiana
o sabiduría de Dios y avisa del peligro de la vana falacia de una filosofía de las
tradiciones humanas.
San Agustín trata de armonizar ambas fuentes de saber planteando que el
cristianismo es una continuación de la filosofía, es más, es la verdadera filosofía. Si
tenemos en cuenta que la filosofía es la búsqueda de la sabiduría que muestra al
hombre el camino a la felicidad, si el hombre no tiene ninguna razón para filosofar
como no sea alcanzar la felicidad, entonces el cristianismo es la respuesta, es el gran
hallazgo, puesto que es el único camino verdadero para alcanzar la felicidad.
La filosofía es una propedéutica para el cristianismo, además de una herramienta
imprescindible para su comprensión, cuando nos dice: Crede ut intelligas. Intellige ut
credas.
"Tú decías: 'entienda yo y creeré'. Yo, en cambio, decía: 'cree para
entender'. Surgió la controversia; vengamos al juez, juzgue el profeta; mejor,
juzgue Dios por medio del profeta. Callemos ambos. Ya se ha oído lo que
decimos uno y otro. 'Entienda yo, dices, y creeré'. 'Cree, digo yo, para
entender'. Responde el profeta: 'Si no creyereis, no entenderéis'.
¿Pensáis amadísimos, que dice cosa de poca monta quien afirma:
'entienda yo y creeré'? ¿Qué tratamos de hacer sino que crean, no quienes
son incrédulos, sino quienes aún tienen poca fe? (San Agustín, Sermón
XLIII. Obras".
La fe es imprescindible para la plena comprensión, pero no basta con ella, es una
primera condición necesaria. Ahora bien, para creer es preciso entender, puesto que
las Sagradas escrituras sólo serán útiles si se las entiende rectamente.
Tomás Moro
10 Tras el período de sombras medievales llegamos al Humanismo, que viste de
filosofía el Renacimiento destacando la dignidad, la inteligencia y la grandeza del ser
humano; recuperando así la confianza del individuo en sí mismo y dejando a un lado
ese endiosado Dios del cristianismo medieval. Tomás Moro, Tomás Campanella,
Giordano Bruno, Pico de la Mirandolla, Maquiavello entre otros se caracterizaron por
utilizar la razón para desprenderse de los prejuicios religiosos que doblegan la
voluntad de los hombres. Entendían que la función de la filosofía era mostrar al
hombre nuevas formas de organizar su vida y de poder alcanzar así una felicidad
negada. La filosofía recuperaba su capacidad crítica y su oportunidad para crear
nuevos escenarios virtuales para la felicidad humana, de este modo aparecerán las
utopías, lugares que no existen pero a los que vale la pena aspirar.
Cuando contemplo el espectáculo de tantas repúblicas florecientes hoy
en día, las veo, que Dios me perdone, como una gran cuadrilla de gentes
ricas y aprovechadas que, a la sombra y en nombre de la república, trafican
en su propio provecho. Su objetivo es inventar todos los procedimientos
imaginables para seguir en posesión de lo que por malas artes
consiguieron. Después podrán dedicarse a sacar nueva tajada del trabajo y
esfuerzo de los obreros a quienes desprecian y explotan sin riesgo alguno.
Cuando los ricos consiguen que todas estas trampas sean puestas en
práctica en nombre de todos, es decir, en nombre suyo y de los pobres,
pasan a ser leyes respetables. (...) Mucho me alegra que esa forma de
gobierno que yo quisiera que la tuvieran todos, la hayan alcanzado al menos
los utopianos. Basados en las instituciones que he descrito, han fundado una
república en la que... han sido eliminadas las raíces de la ambición y las
disensiones. No hay por lo mismo, peligro de disturbios internos y se ha
logrado en ella la armonía interior.” “Utopía” Tomás Moro
Voltaire
Voltaire nació en París en 1694 y le toca ilustrarnos cómo era entendida la filosofía
en el siglo XVIII. Aunque de educación jesuita, pronto descubrió, guiado por su
reflexión racional, que la religiosidad debe ser entendida de un modo puramente
interior y debe alejarse de todo tipo de ritos y ceremonias exteriores, que no hacen
sino barbarizar el sentimiento religioso. Llevó una vida de peregrinación por toda
Europa, exaltando el empirismo inglés y convirtiéndose en la cabeza intelectual de la
Ilustración, defendiendo la tolerancia religiosa y los derechos del hombre recién
promulgados, sus obras más destacadas, son sus Cartas filosóficas, Diccionario
filosófico portátil, Cándido y El filósofo ignorante.
La tarea de la filosofía es iluminar a los hombres, no podemos olvidar que estamos
en el siglo de las luces, por tanto el oficio de filósofo no podía ser otro, que traspasar el
mundo de los hechos para llegar al hallazgo de un significado, de una intencionalidad,
de lo que esconden los hechos mismos. Un trabajo filosófico es el desvelamiento de
11 los prejuicios que se asientan en la mente de los hombres y se convierten en hechos
históricos.
Prejuicios históricos. Damos crédito a la mayor parte de los historiadores
sin juzgar lo que refieren, y esta creencia es un prejuicio. Fabio Pictor nos
dice que muchos siglos antes de su época, una vestal de la ciudad de Alba
yendo por agua con un cántaro bajo el brazo, fue violada y parió a Rómulo y
Remo, que fueron amamantados por una loba. El pueblo romano creyó esta
leyenda sin parar mientes si en aquella época había vestales en el Lacio, si
era verosímil que la hija de un rey saliera de su templo y fuera por agua con
un cántaro y si era probable que una loba amamantara dos niños, y el
prejuicio quedó establecido. Voltaire.
Filosofar es el intento de la razón humana de liberarse de prejuicios y erigirse en
guía de la vida social del hombre. El progreso de la humanidad no es sino el resultado
cada vez más favorable de esos intentos. La filosofía es el espíritu crítico que se
opone a la tradición y que separa lo verdadero de lo falso, es la mano liberadora de la
reflexión racional. Veamos otro ejemplo.
12 Kant
Kant nació en 1724 en Königsberg, Alemania, dentro de una familia pietista.
Estudió en un colegio de esa misma influencia religiosa, y su biografía es muy fácil de
hacer, puesto que como señala E. Heine, "Difícil es escribir la historia de la vida de
Kant, pues él no tuvo ni vida ni historia." Era tan meticuloso, que algunos vecinos
aprovechaban para poner en hora sus relojes cuando le veían pasar en su paseo
vespertino, dada la escrupulosidad de sus actividades diarias. Toda su existencia
estuvo dedicada al pensamiento y a la docencia. A lo largo de su vida impartió clases
de materias tan variadas como: matemáticas, física, lógica, metafísica, derecho
natural, moral, estética, teología, geografía y antropología. Pero si algo caracterizó la
pedagogía de Kant, es su planteamiento dentro del aula: "Aquí, no se aprende
filosofía, se aprende a filosofar".
Mención especial requiere la relación de Kant con el poder, pues era un fiel
admirador del "Rey ilustrado", de "Federico el Grande", Federico II, monarca metido en
estudios literarios y filosóficos, amigo de Voltaire.
Murió en 1804, dejándonos obras que han sido consideradas ejes de la filosofía,
como “Crítica de la razón pura”, “Crítica de la razón práctica”, ”Metafísica de las
costumbres”, o la joya filosófica de la cual se ha extraído este fragmento; “¿Qué es la
Ilustración?”.
La Ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de
edad. La minoría de edad significa la incapacidad de servirse de su propio
entendimiento sin la guía de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de
edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de entendimiento, sino
en la falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de él sin la guía de
otro
Para saber qué es filosofía, basta con sustituir la palabra Ilustración por la palabra
filosofía. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento!, he aquí el
lema de la filosofía.
Nietzsche
Llegamos así al siglo XIX, y nos vamos a quedar con la figura de Nietzsche, que
querrá hacer de la filosofía una actitud que haga tomar al ser humano conciencia de
sus verdaderos valores vitales, invitando al individuo a vivir de acuerdo con ellos. Ello
exige un análisis crítico del autentico valor de los valores, cuáles son sus orígenes, y si
hoy son los adecuados para que el hombre pueda vivir plenamente, o por el contrario
sirven para el sojuzgamiento del ser humano
El mensaje de la filosofía de Nietzsche es que tomemos conciencia de la muerte
de Dios y del destino del hombre, ser culminado por el superhombre como paso lógico
de la evolución.
13 La filosofía, tal como yo la he comprendido y vívido siempre, consiste en
vivir voluntariamente en los hielos y en las cimas, en rebuscar todo lo que
en la existencia desorienta y cuestiona, todo lo que hasta ahora ha sido
desterrado por la moral.
Filosofar es mirar de frente la propia finitud, tratando de conocer el
sentido profundo de la existencia y de penetrar en el misterio del mundo, en
la búsqueda de respuestas a intensos interrogantes: ¿tiene sentido la vida?
¿Está, ya, presente el sentido en la naturaleza? ¿Cuál es el elemento que
aporta el sujeto en la constitución del sentido?
Ortega y Gasset.
La reflexión filosófica debe servir para que la vida sea más vida y alcanzar la
libertad. La función de la filosofía es mostrarnos lo que es el mundo y el hombre en su
integridad vital; es una respuesta a la necesidad de sentido o de orientación que tiene
el hombre.
"El problema radical de la filosofía es definir ese modo de ser, esa
realidad primaria que llamamos nuestra vida". "¿Qué es filosofía?".
"La situación del hombre, la vida, es desorientación, es estar perdido -y
por eso existe la metafísica- .... el saber de una orientación". “Lecciones de
metafísica”
La filosofía es también aquí interpretación del mundo y tiene la tarea de fundar
racionalmente el sentido de la vida.
Habermas
Jürgen Habermas nace en la Alemania de 1929 y es el representante más
sobresaliente de la segunda generación de filósofos de la Escuela de Frankfurt.
Estudió Filosofía, Psicología, Literatura y Economía en las universidades de Gotinga,
Zurich y Bonn, trabajó por libre como periodista, y actualmente posee la cátedra de
Filosofía y Sociología en la Universidad de Frankfurt. Sus obras más importantes son
"Conocimiento e interés" y "Teoría de la acción comunicativa" que le han servido para
obtener entre otros y hasta ahora el premio Príncipe de Asturias de Ciencias sociales,
convirtiéndose en un clásico del pensamiento contemporáneo.
Para Habermas, la filosofía es la vigilante e intérprete del mundo vital. Debe de
estar atenta al uso que hacemos de la ciencia y la técnica y a las patologías sociales
que aparecen dentro de las sociedades contemporáneas. (Invasiones que la lógica
industrial, la razón instrumental y tecnológica hace sobre el mundo de la vida, las
relaciones sociales y en ámbito de realización humano donde ha de primar la lógica de
la acción comunicativa.)
Habermas responsabiliza a la filosofía de velar por la aplicación del interés
emancipativo en toda actividad humana, ya sea técnica o política, científica o social,
deportiva o cultural. Se trata de orientar la acción humana hacia la liberación de
14 represiones y sojuzgamientos. La liberación del hombre se inicia como emancipación
del sometimiento a la naturaleza externa, pero continúa con la crítica de todos aquellos
productos culturales que siguen doblegando al individuo, a pesar de mostrarse como
liberadores, y la orientación del uso de los mismos hacia la real liberación del ser
humano. La filosofía ha de convertir al conocimiento, no sólo en una herramienta de
trasformación de la realidad, sino también en un instrumento de liberación del hombre.
IV. ¿Y hoy qué?
Filosofías de…
A finales del siglo XVIII y principios del XIX la filosofía da un giro en sus
expectativas. Los conocimientos de la humanidad se han ampliado mucho, desde que
el Renacimiento acabara con la sequía investigadora impuesta por el Medievo. En este
momento, no existe ya mente humana que sea capaz de abarcar todos esos
conocimientos, por lo que asistimos al final de los grandes sistemas filosóficos, Kant y
Hegel son los últimos en cultivar una filosofía con aspiraciones holísticas. A partir de
este momento comienza a especializarse y aparecen las “filosofías de…”: del lenguaje,
del derecho, de la ciencia, de la educación; algunas de ellas darán lugar a nuevas
ciencias, como la filosofía del arte que se abrirá paso como Estética, o la filosofía de la
matemática, convertida en la Lógica moderna, o filosofía de la sociedad trasformada
en Sociología, o la filosofía de la mente que dará lugar a la Sicología, (y es que el
destino de la filosofía es dar a luz a las ciencias) otras aún no se han separado y
siguen pegadas a su madre, como aquella búsqueda de la felicidad epicúrea que aún
hoy trata de emanciparse en la Ética, o la epistemología que sigue intentando buscar
una forma de conocimiento que nos permita alcanzar definitivamente la verdad, y por
supuesto, la necesidad de buscar sentido a nuestra existencia, que sigue alimentando,
como si de una energía inagotable se tratara el motor de la filosofía.
División de la filosofía
La filosofía pretende una integración armónica de todos los saberes y
conocimientos humanos. Como ciencia humanística, persigue la formación del
hombre, nos pone en contacto con otros hombres y con sus diversos modos de
entender la vida. En este sentido, en el ámbito pedagógico, algunos autores aceptan
una división próxima a la siguiente:
Epistemología. Reflexión sobre el conocimiento, el problema de la verdad,
métodos científicos de las ciencias sociales y naturales; límites del conocimiento.
Lógica. Estudio del pensamiento humano, las formas de razonamiento, sofismas y
reglas de argumentación racional.
15 Filosofía del Lenguaje. A partir del lenguaje analiza la comunicación y las
posibilidades que tiene como trasmisor de ideas y como portador del pensamiento
humano.
Ética. Una reflexión sobre las normas morales que indaga en la naturaleza de los
valores y del relativismo moral intentando buscar valores morales universales.
Estética. Reflexión sobre la belleza, las aportaciones de la creatividad artística a la
naturaleza humana como vehículo de expresión de una parte de la misma que
necesita realizarse.
Antropología filosófica. Su objetivo es el hombre en su totalidad, incorporando
datos que proporcionan tanto las ciencias sociales que lo tienen por objeto, desde la
Sicología, la Sociología, Historia, Antropología social y cultural; como las ciencias
naturales, sobre todo la biología.
Metafísica. Estudia el ser por sus últimas causas o principios ¿Por qué hay ser en
vez de nada? ¿Cuál es el sentido último de las cosas?
La filosofía hoy
Una vez hecho este paseo por las distintas concepciones históricas, creo que es
necesario plantearse extraer alguna conclusión, que casi necesariamente nos llevará a
revisar el papel que en la actualidad desempeña la filosofía. Quizá la conclusión más
clara sea la imposibilidad de alcanzar una definición absoluta de filosofía, pero aún así,
probablemente todos los filósofos de hoy en día coincidan en aceptar que una tarea de
la filosofía es pensar la época actual; otra cosa bien distinta es que la filosofía pueda
arrojar luz sobre los problemas de hoy, puesto que también ha quedado claro que a
nuestra disciplina le gusta más plantear problemas, preguntas que alcanzar una
solución. −Y hay que reconocerle que es un logro ver problemas donde se cree que no
los hay.−
Hoy la filosofía tiene muchos enemigos: desde el Círculo de Viena se le achaca
que si bien fue válida en el pasado, hoy carece de sentido y de significado; Alan Watts,
un filósofo de la actualidad, propone que el destino de la filosofía sea desembocar en
la ciencia y desaparecer, su tarea y trayectoria ha concluido, forma parte del recuerdo,
del mismo modo que un día la mitología dio paso a la filosofía y desapareció, hoy en
día la filosofía ha dado paso a la ciencia y le aguarda su destino ineludible.
Otros critican su exceso de academicismo, su falta de acercamiento a la realidad,
y pretenden convertirla en un saber de 2º orden, un saber acerca del saber donde se
ha de dedicar a la clarificación del lenguaje, a la detección de errores en teorías
filosóficas del pasado, pero ello sería un reduccionismo filosófico, puesto que la
obligarían a abandonar parte de sus objetos tradicionales, parte del legado histórico de
la filosofía.
16 Y otros, como los políticos de turno que quiere eliminarla del currículo educativo,
con el único oculto objetivo de salvar a las futuras generaciones de cuestionarse
críticamente la sociedad en la que viven, sus costumbres, sus formas de vida, sus
leyes, sus estructuras, su concepción de progreso, Si la filosofía nació en Grecia con
un doble objetivo, como era: de un lado, extraer los secretos del universo y en esa
línea ha parido a las ciencias, que aún necesitan de la filosofía cuando entran en
crisis; y de otro lado, tratar de organizar, primero, nuestra vida, intentando dotarla de
sentido y segundo, nuestra sociedad, aspirando a llenarla de felicidad y bienestar para
todos queda claro que aún le queda mucho trabajo por delante en sus tres frentes
abiertos.
Bibliografía
1. Angel J. Cappelletti. (19869). Mitología y filosofía: los presocráticos. Madrid:
ediciones pedagógicas.
2. Girogio Colli . (1994). El nacimiento de la filosofía. Barcelona: Tusquets
editores, cuadernos ínfimos.
3. G Reale y D Antiseri . (1991).Historia del pensamiento filosófico y científico.
Barcelona: editorial Herder.
4. Ferrater Mora. (2009). Diccionario de Filosofía. Barcelona: Ariel.
5. Guthrie, W.K . (1984). Historia de la filosofía griega. Madrid:Gredos.
6. Jaeger W. (1990). Paideia. Los ideales de la cultura griega. Fondo de la cultura
Económica de España.
7. Ortega y Gasset J. (1972). Qué es filosofía. Madrid: Espasa Calpe col Austral.
8. Friedman, G. (1981). La filosofía política de la Escuela de Francfurt. México:
Ed F.C. E.
9. E. Fink. (1980). La filosofía de Nietzsche .Madrid: Alianza
10. J. G. Frazer. (1890). La rama dorada. Madrid: Fondo de cultura económica.
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