Documento WE editado el día 2015-12-23 a las 10

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JDO. DE LO MERCANTIL N. 1 DE MURCIA
AVD. DE LA JUSTICIA S/N, FASE 2, MÓDULO 2,2ª PLANTA, 30011 MURCIA
Teléfono: 9682722/71/72/73/74
Fax: 968231153
M66430
N.I.G.: 30030 47 1 2013 0000891
S5L SECCION V LIQUIDACION 0000449 /2013
Procedimiento origen: CONCURSO ABREVIADO 0000449 /2013
Sobre OTRAS MATERIAS
D/ña.
Procurador/a Sr/a.
Abogado/a Sr/a.
DEUDOR D/ña. ELECTRIFICACIONES Y SUMINISTROS RUIZ, S.L.
Procurador/a Sr/a. MARIA SANCHEZ ROSILLO
Abogado/a Sr/a. JUAN ANTONIO SERNA CASTEJON
AUTO
ILTMA. SRª.Dña. MARIA DOLORES DE LAS HERAS GARCIA.
En MURCIA, a quince de diciembre de 2015.
HECHOS
PRIMERO.- En el concurso seguido ante este Juzgado con el número
449/2013 se presentó ante el Registro General por la Administración
concursal plan de liquidación del activo de la mercantil concursada
ELECTRIFICACIONES Y SUMINISTROS RUIZ S.L. el 16 de octubre de
2015.
SEGUNDO.-
Por providencia de fecha 22 de octubre de 2015 se
acordó unir dicho plan a la sección quinta del concurso y a ponerlo de
manifiesto al deudor y a los acreedores concursales para que pudieran
formular las observaciones y propuestas que tuvieran por conveniente.
TERCERO.-
Dentro de dicho plazo la representación de
RURALES REUNIDAS S.C.C. y la
CAJAS
AGENCIA TRIBUTARIA presentaron
escritos formulando observaciones al plan de liquidación propuesto que
obran unidas a las actuaciones y que en aras a la brevedad se dan aquí
por reproducidas.
RAZONAMIENTOS JURIDICOS
PRIMERO.- El art. 148 LC dispone que “1. Dentro de los quince días
siguientes al de notificación de la resolución de apertura de la fase de
liquidación a la administración concursal, presentará ésta ante el juez un
plan para la realización de los bienes y derechos integrados en la masa
activa del concurso que, siempre que sea factible, deberá contemplar la
enajenación unitaria del conjunto de los establecimiento, explotaciones y
cualesquiera otras unidades productivas de bienes y servicios del
concursado o de algunos de ellos (…). 2. Durante los quince días
siguientes a la fecha en que haya quedado de manifiesto en la oficina
judicial el plan de liquidación, el deudor y los acreedores concursales
podrán formular observaciones o propuestas de modificación. El juez,
según estime conveniente a los intereses del concurso, resolverá
mediante auto aprobar el plan en los términos en que hubiere sido
presentado, introducir modificaciones en función de aquellos o acordar la
liquidación conforme a las reglas supletorias”.
Y el art. 149 LC establece unas normas supletorias que serán de
aplicación “de no aprobarse un plan de liquidación y, en su caso, en lo
que no hubiere previsto el aprobado”, estableciendo unas reglas a las
que habrán de ajustarse las operaciones liquidatorias cuando concurra
tal circunstancia.
El sistema jurídico concursal está inspirado, pues, por el principio de
conservación
de
empresa,
principio
que
tiende
a
evitar
la
desmembración de las organizaciones económicas de producción de
bienes y servicios que se encuentran en el patrimonio del concursado y
que se manifiesta en la regulación de todo el articulado de la Ley
Concursal y por lo que aquí nos interesa también en la regulación que de
la enajenación de la empresa efectúa en su texto.
Efectivamente, en caso de enajenación la “conservación translativa” de
la empresa (la transmisión a un tercero) puede hacerse tanto en
solución de convenio (artículo 100.2) como en la liquidación y en este
último caso la conservación de la empresa, o lo que es lo mismo, la
continuidad de la actividad a cargo de una persona distinta al
concursado puede darse tanto en caso de existencia de un plan de
liquidación (art. 148.1) como de aplicación de las reglas supletorias (art.
149.1).
En el caso que nos ocupa la administración concursal, en el plan de
liquidación, después de relacionar los bienes y derechos que integran el
inventario de la masa activa de la concursada con sus cargas y
gravámenes, propone liquidar la empresa procediendo a la enajenación
de
activos
con
carácter
principal
en
adjudicación
directa,
y
subsidiariamente en subasta pública.
SEGUNDO.- Frente a ese plan se presentaron tres observaciones por
CAJAS RURALES REUNIDAS S.C.C.:
1ª.- En primer lugar, en las observaciones al plan interesa que se
recoja en el plan de liquidación que la realización de los bienes afectos a
créditos con privilegio especial se efectué de conformidad con lo
dispuesto en al articulo 155.4 de la LC.
Dicho precepto bajo el epígrafe pago de créditos con privilegio especial
dice “La realización en cualquier estado del concurso de los bienes y
derechos afectos a créditos con privilegio especial se hará en subasta,
salvo que, a solicitud de la administración concursal o del acreedor con
privilegio especial dentro del convenio, el juez autorice la venta directa o
la cesión en pago o para el pago al acreedor privilegiado o a la persona
que él designe, siempre que con ello quede completamente satisfecho el
privilegio especial, o, en su caso, quede el resto del crédito reconocido
dentro del concurso con la calificación que corresponda.
Si la realización se efectúa fuera del convenio, el oferente deberá
satisfacer un precio superior al mínimo que se hubiese pactado y con
pago al contado, salvo que el concursado y el acreedor con privilegio
especial manifestasen de forma expresa la aceptación por un precio
inferior, siempre y cuando dichas realizaciones se efectúen a valor de
mercado según tasación oficial actualizada por entidad homologada para
el caso de bienes inmuebles y valoración por entidad especializada para
bienes muebles.
La autorización judicial y sus condiciones se anunciarán con la misma
publicidad que corresponda a la subasta del bien y derecho afecto y si
dentro de los diez días siguientes al último de los anuncios se presentare
mejor postor, el juez abrirá licitación entre todos los oferentes y
acordará la fianza que hayan de prestar”.
En liquidación se planteaba un problema cuándo el concursado, como
aquí ocurre, tiene bienes que garantizan créditos privilegiados, y es
determinar
si
el
plan
de
liquidación
tiene
que
contemplar
necesariamente el 155.4 o puede la AC establecer un régimen de venta
diferente como le permite el art.148 de la LC
Se mantenían hasta tres posiciones al respecto:
1ª.-El articulo 148 LC, que establece el plan de liquidación
es
vinculante, por lo que si existe en el plan de liquidación previsión
expresa en el plan se puede optar por la enajenación unitaria de la
empresa o de bienes individualmente, ya sea por medio de subasta, por
persona o entidad especializada o por medio de venta directa. En estos
casos el 155.4 de la LC
no será de aplicación. Pero de no haber
previsión expresa en el plan de liquidación desenvuelve sus efectos el
srt.149.1.3º de la LC y su remisión al 155.4 de la LC entre sus reglas
supletorias. Posición mantenida entre las Conclusiones alcanzadas por
los Jueces de lo Mercantil de Cataluña el 23 de marzo de de 2011.
2ª.-El art.155.4 de la LC es ley especial, frente al 148 a la LC, por lo que
necesariamente el plan de liquidación debe seguir el procedimiento
previsto en el 155.4. Mantenida por ejemplo por Fdez Seijo en “Tratado
judicial de la insolvencia”.
3ª.-Posición ecléctica. Es aplicable el 155.4 sólo cuando el acreedor lo
pida. Es decir, es posible que se estipule en el plan de liquidación un
sistema concreto de realización de bienes afectos a créditos con
privilegio especial, y dicho mecanismo será aplicable, conforme al 148,
salvo que el acreedor con privilegio especial en el tramite de alegaciones
opte por la aplicación del 155.4 LC. Mantenida en el Auto del Juzgado
Mercantil nº5 de Madrid de 11 de diciembre de 2012.
De dichas posiciones parecía la más acertada la primera pues no sólo
es perfectamente posible, sino que además constituye un desideratum
del legislador que en la medida que sea factible se proceda a la
enajenación unitaria de la empresa o de una unidad productiva
(art.148.1 LC) de forma que si entre los bienes del concursado hubiera
alguno o algunos afectos al pago de privilegio especial bien pudiera
autorizarse judicialmente su transmisión al adquirente con la carga, y lo
mismo podría suceder de procederse a la venta individualizada del bien,
toda vez que el art.155.3 LC dispone: “Cuando haya de procederse
dentro del concurso, incluso antes de la fase de liquidación, a la
enajenación de bienes y derechos afectos a créditos con privilegio
especial, el juez, a solicitud de la administración concursal y previa
audiencia de los interesados, podrá autorizarla con subsistencia del
gravamen y con subrogación del adquirente en la obligación del deudor,
que quedará excluida de la masa pasiva”.
Por esa razón esa posición era la seguida por esta Juzgadora y por
nuestra Audiencia Provincial, en sentencias de fecha 7 de mayo y 9 de
julio de 2015, entre otras. No obstante lo anterior, esa posición no ha
sido la consagrada legislativamente por el legislador concursal, pues
actualmente de la Ley Concursal,- tras su reforma por Ley 9/2015 de 25
de mayo, de medidas urgentes en materia concursal-, se infiere del art.
148.6 de la LC la preeminencia del art.155.4 sobre el Plan de liquidación,
por lo que esta modificación debe ser acogida.
2ª.-En segundo lugar, se interesa que la remuneración de empresa
especializada corra a cargo de la administración concursal tal y como
prevé el articulo 149.1.1ª de la LC en su párrafo segundo. Propuesta de
modificación del plan que debe ser rechazada
toda vez que no
contempla que la enajenación de los bienes se efectué por empresa
especializada.
3ª.-En tercer lugar interesa que los gastos inherentes a la transmisión,
incluida las plusvalías municipales, sean abonados conforme a la Ley y
no a cargo, en todo caso, a cargo del adquirente.
Al respecto, debe
recordarse que el Artículo 106 (Sujetos pasivos del
Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza
Urbana) del Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, por el que
se aprueba el texto refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas
Locales(BOE de 9) (en adelante, TRLHL), dispone que:
“Es sujeto pasivo del impuesto a título de contribuyente:
En las transmisiones de terrenos o en la constitución o transmisión de
derechos reales de goce limitativos del dominio a título oneroso, la
persona física o jurídica, o la entidad a que se refiere el artículo 35.4 de
La ley General Tributaria, que transmita el terreno, o que constituya o
transmita el derecho real de que se trate”.
De dicho precepto se infiere que su condición de sujeto pasivo a título
de contribuyente radica en el hecho de que es el transmitente el que se
beneficia del negocio jurídico, esto es, la venta del inmueble.
Por su parte, el art. 36 de la LGT, estima sujeto pasivo “el obligado
tributario que, según la Ley, debe cumplir la obligación tributaria
principal, así como las formales inherentes a la misma, sea como
contribuyente o como sustituto del mismo”. En términos similares se
pronuncia el art. 30 de la derogada Ley 230/1963, de 28 de diciembre,
General Tributaria (BOE de 31), que disponía que “es sujeto pasivo la
persona natural o jurídica que según la ley resulta obligada al
cumplimiento de las prestaciones tributarias, sea como contribuyente o
como sustituto del mismo”; por lo que, de una interpretación conjunta
con lo establecido en el art. 107 LRHL, se identifica como sujeto pasivo
del impuesto a la persona, física o jurídica, que obtiene un lucro con la
operación inmobiliaria.
Asimismo, y a mayor abundamiento, el art. 17.4. LGT establece que
“los elementos de la obligación tributaria no podrán ser alterados por
actos o convenios de los particulares, que no producirán efectos ante la
Administración”; esto es, las posiciones jurídicas del transmitente y el
adquirente
son
indisponibles:
la
condición
de
sujeto
pasivo
del
transmitente no puede trasladarse por vía contractual al adquirente.
En este sentido se ha pronunciado, con criterio constante, la Dirección
General de Tributos del Ministerio de Economía y Hacienda – Sección de
Tributos Locales. Así, por ejemplo, en las consultas núms. 1727-00,
0358-02 y 0724-03, en las que se concluye que:
“De acuerdo con el artículo 107.1.b) de laley reguladora de las
Haciendas Locales, es sujeto pasivo del Impuesto sobre el Incremento
de
Valor
de
los
Terrenos
de
Naturaleza
Urbana,
a
título
de
contribuyente, en los supuestos de transmisión de terrenos a título
oneroso, la persona física o jurídica o entidad a que se refiere el artículo
33 de la Ley General Tributaria, que transmita el terreno. [...] En
consecuencia, en el supuesto objeto de consulta, el sujeto pasivo del
impuesto es la persona física o jurídica que transmitió el inmueble, de
acuerdo con lo previsto en la Ley 39/1988. [...]...cabe recordar que, de
acuerdo con el artículo 36 de la Ley General Tributaria, la posición del
sujeto pasivo no podrá ser alterada por actos o convenios de los
particulares, no surtiendo efecto ante la Administración dichos actos o
convenios...”
Aunque resulte evidente lo expuesto, los Tribunales han tenido que
pronunciarse sobre esta cuestión. Así, la STSJ Andalucía/Granada de 24
marzo 2003 (JT 2003, 922) que, en su Fundamento de Derecho 4º,
sienta la siguiente doctrina:
“CUARTO Tampoco puede prosperar lo alegado por la actora en relación
con el pacto expreso contenido en el contrato de compraventa, por el
que todos los «gastos, impuestos y arbitrios» que se devengasen por la
compraventa seria de cuenta del comprador, ya que hay que recordar
que desde el establecimiento en España en 1918 del denominado
entonces Arbitrio sobre Plusvalía, ha sido incuestionable que este tributo
gravaba la plusvalía generada por actuaciones ajenas al propietario,
principalmente por el progreso de los pueblos y ciudades, debido a la
actuación de los Ayuntamientos y de la colectividad de los vecinos, razón
por la cual los propietarios debían reintegrar a las comunidades locales
una parte de la plusvalía obtenida a través del correspondiente
tributo.[...] Pero en la actual situación no hay duda, que ante la
Administración el único sujeto pasivo del impuesto es el transmitente, el
que percibe el aumento de valor y como tal beneficiario es el obligado al
pago del impuesto...”
En similares términos se pronuncia la STSJ Andalucía/Sevilla de 15
abril 2002 (JUR 2002, 268994) que, en su Fundamento de Derecho 2º,
establece que:
“La primera alegación de la parte actora hace referencia a la estipulación
que se hizo constar en la Escritura de Compraventa, según la cual todos
los gastos que dicho otorgamiento ocasionara (incluido el relativo al
Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza
Urbana) serían de cuenta del comprador.
Alegación que contradice frontalmente el mandato establecido en el
artículo 107.1.b) de la L.H.L., según el cual en las transmisiones de
terrenos a título oneroso -como el actual supuesto- el sujeto pasivo es el
transmitente. Por lo cual, y dado el rango que en la jerarquía normativa
ostenta éste frente a aquella resulta obligado acordar la desestimación
de la examinada alegación.”
Y la STSJ Madrid de 16 febrero 2002 (JUR 2002, 234779):
“El artículo 107.b) de la Ley de las Haciendas Locales, normativa a
aplicar dada la fecha del devengo del gravamen (4 de mayo de 1992),
mantiene el criterio tradicional de considerar sujeto pasivo del nuevo
impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos de naturaleza
urbana,
al
transmitente
en
las
transmisiones
a
título
oneroso,
apartándose el precepto de los precedentes, omitiendo toda referencia a
la condición de sustituto que se asignaba al adquirente, según la
legislación anterior ya expuest“En consecuencia, en las transmisiones de
terrenos a título oneroso, solamente el transmitente aparece como
sujeto pasivo del gravamen, al ser la persona a cuyo favor se genera la
plusvalía,
quedando
el
adquirente
absolutamente
al
margen
del
elemento personal de la relación jurídica tributaria, lo que supone que
solo el sujeto pasivo (transmitente) tenga obligaciones tributarias frente
al ente municipal.”
Ahora bien, siendo claro que el sujeto pasivo del impuesto sobre el
incremento del valor de los terrenos es el vendedor gran parte de la
jurisprudencia menor ha venido considerando que la inclusión, en los
contratos de adquisición de vivienda, de cláusulas contractuales por las
que el adquirente viene obligado al pago de la plusvalía (Impuesto sobre
el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana) tiene su
legitimidad en la libre disposición y voluntad de las partes, que se
manifiesta de forma genuina en la adopción, libre y consentida, de todo
tipo de "pactos, cláusulas y condiciones que tengan por conveniente",
sin más límites que las leyes, la moral y el orden público ( art.1255 del
Código
Civil).
No
obstante,
esta
concepción
va
evolucionando
paulatinamente, y algunos juzgados y tribunales vienen considerando
desde hace algunos años que tal práctica es contraria a la buena fe
contractual cuando una de las partes es un consumidor, y convierte la
relación sinalagmática en una relación jurídica descompensada y
asimétrica, en la que la parte jurídica más fuerte - el vendedor - viene
en imponer a la parte más débil - el comprador - una carga dineraria
suplementaria, so pena de resolver el contrato de compraventa de
vivienda o no llegar a su celebración. El adquirente, dada la naturaleza
del bien objeto del contrato, queda así obligado a asumir el pago de la
plusvalía, y esta circunstancia termina viciando la prestación del
consentimiento.
En este sentido, la Audiencia Provincial de La Coruña (Sección 4ª), en la
Sentencia nº 357/1999, dictada en el Recurso de Apelación nº
1331/1997, dispone que:
“SEGUNDO.- Matizaciones al margen, estamos también de acuerdo con
lo resuelto en primera instancia acerca de la llamada «plusvalía»
(Impuesto sobre Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza
Urbana). Contrariamente a lo que sostiene la parte apelante, en la
Sentencia
apelada
no
se
confunden
los
aspectos
tributarios
administrativo-sancionatorios (en VPO) y los civiles-contractuales, como
tampoco contradice la Jurisprudencia sobre los efectos civiles en materia
de precio de VPO. Con el estudio de la evolución del impuesto y sus
cambios (como la desaparición de la afección real del inmueble al pago
del
tributo,
así
como
la
figura
del
comprador-sustituto
del
contribuyente), lo que se está destacando es la carencia de interés o
sentido en el comprador para asumir contractualmente el pago de una
«plusvalía» que por ley corresponde a la parte vendedora que es la única
que se beneficia del incremento patrimonial. La autonomía de la
voluntad de los contratantes tiene un límite en la ley, la moral y el orden
público (art. 1255 CC)los ante un pacto entre particulares al mismo nivel
(en cuyo supuesto no advertimos obstáculo a la validez y eficacia de una
cláusula de asunción de la “plusvalía” por el comprador), sino a distinto
nivel, entre un promotor o constructor inmobiliario y un consumidor en
una primera venta de vivienda (y trastero y garaje) que, a mayores, es
de protección oficial, estando también sujeta a la Ley General para la
Defensa de los Consumidores y Usuarios citada, cuya normativa, como
su mismo nombre proclama, es para la protección o defensa de éstos y
para evitar, por ejemplo, la consecuencia expresada en el alegato del
escrito de recurso en orden a que si la compradora no hubiese suscrito
las cláusulas cuestionadas la demandada no le habría vendido entonces,
no obstante su carácter abusivo o el desequilibrio de prestaciones a su
favor, forzando aquélla a tener que pasar por ello.”
En idéntico sentido se pronuncia la Sentencia de la Audiencia Provincial
de Sevilla (Sección 2ª), nº 129/1994, de 16 de marzo (AC 2004\317):
“SEGUNDO.- El principio de autonomía de la voluntad está sujeto a
limitaciones, pues los pactos convencionales no pueden ser contrarios a
las Leyes, la moral y el orden público.
“Es contraria a norma legal imperativa la imposición al comprador, en la
primera venta de una vivienda, de los gastos de constitución del
préstamo hipotecario encaminado a financiar su construcción. La Ley de
Defensa de los Consumidores y Usuarios, tras la reforma operada por la
Ley sobre condiciones Generales de la Contratación, exige justo
equilibrio de las contraprestaciones de las partes contratantes (art.
10.1.c), y excluye expresamente las cláusulas abusivas, que se reputan
nulas, entre las que se encuentran las relacionadas con el apartado 22
del anexo, y en particular la imposición, en la primera venta de
viviendas, de gastos que por naturaleza corresponden al vendedor, tales
como los gastos de constitución de hipoteca anterior a la venta, como
declaró la sentencia del Tribunal Supremo de 1 de junio de 2000 ( RJ
2000, 5090)”.
Pero, como se adelantaba, otras resoluciones se pronunciaban en
sentido contrario
a la abusibidad, por lo que ante la existencia de
jurisprudencia contradictoria de las Audiencias Provinciales, el Tribunal
Supremo en Sentencia de 25 de noviembre de 2011, unificó la cuestión
en los siguientes términos:” El pacto incorporado a un contrato de
compraventa por el que se establece la obligación de pago del IIVTNU a
cargo del comprador queda sujeto al control de validez con arreglo a la
legislación de consumidores. La cláusula en la que se establece que el
comprador, cuya condición de consumidor no se discute, tiene la
obligación de pagar el IIVTNU se trata de una estipulación no negociada
individualmente que limita los derechos de los consumidores y que es
nula y convierte en indebido y restituible lo pagado por el consumidor
por el concepto de que se trata”.
Sentado lo anterior, resulta que el pago por el adquirente en las
enajenaciones de bienes que se efectúen de todos los gastos e
impuestos será en aquellos donde este posibilitada tal disposición por las
partes, donde sea válida, pues esos pactos son beneficiosos para el
concurso y para la seguridad jurídica del adquirente, pues éste puede
conocer antes de la adquisición a que importe ascienden los impuestos,
por una simple consulta tributaria, y decidir si
le conviene o no
adquirirlo, frente a la inseguridad que generaría no saber hasta el final si
el bien esta o no grabado con la carga de los impuestos y ello habida
cuenta de que en la mayoría de los concursos, la transmisión de
inmuebles con garantía real no deja ninguna cantidad liquida al
concurso, y ello supone que cuando existen varios créditos contra la
masa, y hasta la realización de todos los activos, finalizando el concurso,
es cuando se conoce la liquidez real, a pesar de las previsiones de
tesorería realizadas, que pudieran contemplar cantidad suficiente. De
forma que si el impuesto Municipal sobre el incremento del Valor de los
Terrenos no se puede pagar por falta de tesorería, dicho inmueble
quedaría gravado con la carga del mencionado impuesto, generando un
perjuicio para el adquirente, desconocido por este hasta ese momento y
que ya no podrá hacer nada en el seno del concurso.
Pero en aquellos supuestos en que la previsión del sujeto pasivo de los
gastos e impuestos no este a disposición de las partes, sino que se
impongan por disposición legal a la parte vendedora, deberán ser
satisfechos con arreglo a la Ley.
Respecto a la observación efectuada por la Agencia Tributaria, no es
propiamente una propuesta de modificación del plan sino que se limita a
señalar que la administración concursal efectué las averiguaciones
oportunas a fin de determinar la ubicación de determinados bienes.
TERCERO.- Atendiendo a lo anterior, se estima conveniente a los
intereses del concurso aprobar el plan con carácter definitivo presentado
por la Administración Concursal incluyendo las modificaciones indicadas
en el fundamento anterior.
CUARTO.- El art. 152 LC regula los “informes sobre la liquidación”,
estableciendo que “Cada tres meses, a contar de la apertura de la fase
de liquidación, la administración concursal presentará al Juez del
concurso un informe sobre el estado de las operaciones, que quedará de
manifiesto en la oficina judicial”.
En cumplimiento de esta norma, la Administración Concursal queda
obligada a presentar informe cada tres meses en el que deberá detallar,
en este caso, la evolución del plan de liquidación; y en concreto y
especialmente, las enajenaciones de los bienes y derechos de la masa
activa y las actuaciones desarrolladas para el cobro de los créditos
deudores de la concursada.
Vistos los preceptos legales citados y demás de general y pertinente
aplicación.
PARTE DISPOSITIVA
ACUERDO
aprobar
como
administración concursal
plan
definitivo
el
propuesto
por
la
incluyendo las modificaciones primera y
tercera propuestas por CAJAS RURALES REUNIDAS S.C.C..
La Administración Concursal deberá presentar informes trimestrales
sobre el estado de las operaciones en los términos del artículo 152 de la
Ley Concursal.
Para el caso de que haya de celebrarse subasta judicial de bienes, las
condiciones generales por las que se rige esta subasta electrónica serán
las establecidas por la ley de enjuiciamiento civil para la subasta, en
concordancia con las normas de la ley concursal, pero con las
peculiaridades aprobadas por Junta de Jueces de lo Mercantil de Murcia y
que se harán constar en la Diligencia de Ordenación en la que se solicita
a la unidad de subastas su señalamiento.
Fórmese la Sección sexta de calificación del concurso, que se
encabezará con testimonio de esta resolución y del auto de declaración
del concurso. Póngase en conocimiento que dentro de los DIEZ DÍAS
siguientes a la notificación de la presente, cualquier acreedor o persona
que acredite interés legítimo, podrá personarse en dicha sección,
alegando por escrito cuanto considere relevante para la calificación del
concurso como culpable.
Líbrese mandamiento al Registro
Mercantil correspondiente a la
concursada para la inscripción de la presente resolución, y publíquese la
aprobación del plan en los términos señalados.
Si no fuera posible la publicidad y remisión de oficios vía telemática,
informática y electrónica, entréguense al/a procurador/a del solicitante
del concurso los mandamientos y los oficios acordados, autorizándola a
realizar cuantas gestiones sean necesarias para una pronta tramitación
de los mismos, quien deberá remitirlos de inmediato a los medios de
publicidad correspondientes. En caso de incumplimiento o demora le
pararan
los
perjuicios
que
procedan,
incluida
la
responsabilidad
disciplinaria prevista la legislación orgánica y procesal
Notifíquese la presente resolución a las partes, haciéndoles saber que
contra la misma cabe interponer recurso de apelación a preparar en el
plazo de veinte días desde su notificación a las partes.
Se le hace saber a las partes que para entablar el mencionado recurso
deberán consignar el importe que, al efecto, señala la Disposición
Adicional Decimoquinta de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Dicha
consignación deberá efectuarse en la cuenta de este Juzgado, mediante
ingreso
en
la
cuenta
expediente
correspondiente
al
órgano
y
procedimiento judicial en que se ha dictado, debiéndose especificar en el
campo concepto del documento Resguardo de ingreso que se trata de un
“Recurso”, seguido del código y tipo de recurso de que se trate (00Reposición; 01- Revisión de
resoluciones Secretario Judicial, 02-
Apelación y 03- Queja); caso contrario no se admitirá a trámite el
recurso.
Lo acuerda y firma Dª Mº Dolores de las Heras García, Magistrada- Juez
titular del Juzgado de lo Mercantil nº1 de Murcia, doy fe.
LA MAGISTRADA - JUEZ
LA SECRETARIA
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