El C. Juez Sexto Penal del Distrito Federal.

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INCIDENTE
DE
INEJECUCIÓN
DE
SENTENCIA 73/95.
DERIVADO DEL JUICIO DE AMPARO 89/80.
QUEJOSO: RAFAEL URIBE ÁLVAREZ
PONENTE: MINISTRO JUAN DÍAZ ROMERO.
SECRETARIO: ROBERTO RODRÍGUEZ MALDONADO.
México, Distrito Federal. Acuerdo de la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
veintiséis de enero del año dos mil uno.
V I S T O S; Y,
R E S U L T A N D O:
PRIMERO.- Por escrito presentado el día diecisiete de julio
de mil novecientos ochenta, ante el Juzgado Quinto de Distrito en
Materia Penal en el Distrito Federal, RAFAEL URIBE ÁLVAREZ,
por su propio derecho, solicitó el amparo y protección de la
Justicia Federal, contra las autoridades y por los actos que a
continuación se indican:
“AUTORIDADES RESPONSABLES.- C. Juez Sexto
Penal, la H. Sexta Sala del Tribunal Superior del
Distrito Federal. --- ACTO RECLAMADO.- Del C.
Juez Sexto Penal, dictado el auto de formal prisión,
en el que se me declara formalmente preso. --- De la
H. Sexta Sala del Tribunal Superior del Distrito
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Federal, la confirmación del auto de formal prisión,
dictado por el C. Juez Sexto Penal” (foja 1 del tomo I
de los cuadernos de amparo).
El quejoso señaló como garantías violadas, las contenidas
en los artículos 1º., 2º., 3º., 5º., 11, 16, 17, 22, 27, 28, 33, 34, 37,
54, 80, 86, 116, 117, 120, 123, 124 y 136 de la Constitución
General de la República y relató los siguientes antecedentes del
caso:
“1.-
Por
conducto
del
señor
Fernando
Ruiz
Carvallo, en 1970, promovió juicio de Prescripción,
en contra de la señora Carmen Sánchez de Algara,
por dos fracciones de su propiedad, ubicadas en la
Exhacienda de Coapa, D.F., con superficie de
155,000 y 222,000 M2, respectivamente por haber
celebrado contrato de compra-venta, verbalmente
con una señora; -que me fue presentada por
Dolores Altamira Bandera-, y que dijo ser Carmen
Sánchez de Algara, a la que le entregué en ese acto
la cantidad de $70,000.00 (SETENTA MIL PESOS
00/100 M.N.), como primer pago de los $200,000.00
(DOSCIENTOS MIL PESOS 00/100 M.N.), en que
pactamos
la
posteriormente
compra-venta,
las
de
mismas
sus
terrenos,
personas,
se
presentaron conmigo, y les hice otra entrega de
$60,000.00 (SESENTA MIL PESOS 00/100 M.N.),
dejando
pendiente
la
firma
del
contrato
de
compraventa, al momento en que yo le liquidara
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
totalmente
la
cantidad
de
$200,000.00
(DOSCIENTOS mil pesos 00/100 M.N.), (parte ilegible
por estar la hoja rota) ser Carmen Sánchez de Algara,
a pesar de haber insistido con la persona que me la
presentó, con la que dejé de tener relación, porque
cambió de domicilio y me fue imposible volver a
localizarla. --- 2.- Desde el año de 1953, he tenido la
posesión pacífica y continua de los predios,
objetos de la operación de compra-venta celebrado
con la persona que dijo ser Carmen Sánchez de
Algara, siendo hasta 1970, ante el peligro de una
invasión muy frecuente en esta zona; decidí
regularizar la situación de los predios de mi
propiedad, encargando al entonces estudiante de
Derecho, Fernando Ruiz Carvallo, ahora Lic., el que
tramitó el juicio de Prescripción, según su dicho
en el Juzgado Tercero, al que fui citado en 2 o más
ocasiones, para asistir a audiencias. – Hasta 1971,
me
entregó
sentencias
las
copias
pronunciadas
certificadas
en
los
de
las
juicios
de
Prescripción, tramitados así como los oficios
girados al C. Juez Tercero de lo Civil, al C. Director
del Registro Público de la Propiedad, para que en
cumplimiento de las sentencias pronunciadas, se
suscribieran en el Registro Público de la Propiedad,
las sentencias dictadas a mi favor. --- 3.- Desde el
año de 1971, me fueron entregadas las copias de
las sentencias a que me refiero, pero fue hasta
1978, en que inició los trámites de inscripción ante
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
el Registro Público de la Propiedad, el registro de
las sentencias, las que fueron inscritas en febrero
de 1979, como obra en autos. Para solventar los
pagos originados por los registros, hipotequé el
predio de 155,000 M2; con el Lic. Ángel del Villar
Toledo, en la cantidad de $5’000,000.00 (CINCO
MILLONES DE PESOS 00/100 M.N.), para los pagos
y costas que originaran los bienes inmuebles de mi
propiedad. Considero que todo está en regla, ya
que, el Lic. del Villar, celebró el contrato de mutuo
con interés conmigo, después de haber hecho las
investigaciones que consideró convenientes, para
que su dinero quedara debidamente garantizado. --4.- Tengo celebrado contrato de fideicomiso, en el
Banco Obrero, con los representantes del Sindicato
de Programación y Presupuesto, el que obra en los
autos del proceso.
En mayo de 1979, celebré
contrato privado de compra-venta, con el Sindicato
de Aviación, por el predio de 155,000 M2, en las
condiciones que quedaron establecidas en el
mencionado contrato; dándoles la posesión de
dicho predio, en el que instalaron personas a su
servicio, para que cuidaran el terreno, colocando
grandes anuncios de lámina en los que se leía:
estos terrenos son propiedad del Sindicato de
Aviación y Similares, y en el que se construirá un
desarrollo para su beneficio. --- Letreros que fueron
quitados, ignoro en qué condiciones y por quién,
situación que aprovechó el Lic. Juan Soriano
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Cerda, para instalar una patrulla, en una de las
calles que circundan la propiedad, con gente a su
servicio, pretendiendo que son de la policía, con el
objeto de despojarme de la posesión de este
predio. --- 5.- Como ya lo he manifestado, he tenido
la posesión pacífica y continua en calidad de
propietario de esos terrenos, desde el año de 1953,
fecha en que tomé posesión en virtud de lo ya
manifestado, encargando su vigilancia a diversas
familias, que los cuidaron en todos estos años. El
señor Juan Mancera, se hizo cargo de la vigilancia
de estos terrenos, desde el año de 1972, hasta la
fecha. --- 6.- En 1979, un grupo de personas al
servicio del Lic. Montejano (socio del Lic. Juan
Soriano Cerda), se presentaron en los terrenos con
unas máquinas pretextando que los iban a limpiar
de la basura que según ellos, estaban tirando en
los terrenos; en realidad era una maniobra del Lic.
Juan Soriano Cerda, para tomar posesión de los
terrenos y preparar esta absurda denuncia penal,
acción que fue impedida por el señor Juan
Mancera, que está encargado de la vigilancia de los
terrenos para impedir invasiones de cualquier
índole, a los terrenos. --- 7.- El 11 de junio de 1979,
el Lic. Juan Soriano Cerda, en su calidad de
apoderado
y
representante
de
Constructora
Cafetales, S.A., presentó un escrito de denuncia en
la Procuraduría de Distrito, acusándome de delitos
de uso de documentos falsos, despojo y fraude, en
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
perjuicio de su representada Cafetales, S.A. --- 8.Presentándose el día 18 a la Mesa 19 de la
Procuraduría del Distrito a ratificar su escrito de
denuncia, acompañó una serie de documentos, con
los que según su dicho se acredita que Cafetales,
S.A., es la propietaria de los terrenos de mi
propiedad, por haberlos recibido en aportación de
las señoras Prieto en su calidad de representante
de Pridi, S.A.,
en el aumento de capital.
Para
acreditar este acto, exhibió la escritura número
28715 de 16 de febrero de 1978, otorgada ante el
Notario Público 78, Lic. Jorge Tinoco Ariza, con lo
que acredita la construcción de la Fraccionaria
Cafetales, S.A. (sic), y la escritura número 29500 del
16 de diciembre de 1978 tirada ante la fe del mismo
Notario, con la que acredita la aportación y el
aumento
de
Capital
de
Cafetales,
S.A.,
a
$100’000,000.00 (CIEN MILLONES DE PESOS 00/100
M.N.). --- 9.- El 11 de mayo de 1961, se reunieron los
accionistas en el domicilio Sociedad de Inmuebles
Pridi, S.A., en la calle de Bolívar, en el número 54
en dicha asamblea aparece como escrutadoras y
como Presidenta la señora María Díaz de Prieto, y
como escrutadoras Rosario Prieto Díaz de Vela, y
María Isabel Prieto Díaz de Vela, quienes hicieron
constar
bajo
su
firma
que
el
capital
de
$2’500,000.00 (DOS MILLONES Y MEDIO DE PESOS
00/100 M.N.), estaba totalmente representado. --10.- El 30 de agosto de 1978, a las 11 horas, se
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
reunieron en la Asamblea de Accionistas de Pridi,
S.A., en la que las escrutadoras María Bogoña
Fernández Prieto de Disteny, y María Isabel
Fernández Prieto de Rauchaín, quienes certifican
que se encontraba reunido el capital consistente de
1,500 accionistas, con un valor de $1’500,000.00
(UN MILLÓN Y MEDIO DE PESOS 00/100 M.N.), que
hacía un total del 60% del capital total de Pridi, S.A.,
por lo que no se llenaron los requisitos a los que se
refieren los artículos 182, 190, de la Ley de
Sociedades Mercantiles y Cooperativas, ya que la
aportación de los inmuebles que se acordó está
sujeta a lo previsto, por el artículo 190, de la misma
ley,
por
lo
que
es
nula
la
Asamblea
y
consecuentemente las resoluciones tomadas en la
misma, por lo que Cafetales, S.A., no tiene
debidamente acreditada la propiedad que dice tener
de los terrenos que fueron objeto de la aportación a
la que se refiere la escritura” (fojas 1 a 3 del tomo I
de los cuadernos de amparo).
El quejoso expresó los conceptos de violación que estimó
pertinentes.
Mediante escrito de fecha veinticuatro de julio de mil
novecientos ochenta, presentado en la misma fecha ante el
Juzgado Quinto de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal,
el quejoso, sin que mediara prevención alguna, aclaró su
demanda en los términos siguientes:
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
“QUEJOSO:
RAFAEL
URIBE
ÁLVAREZ.
---
AMPARO: --- C. JUEZ QUINTO DE DISTRITO DEL
DISTRITO FEDERAL EN MATERIA PENAL. --RAFAEL URIBE ÁLVAREZ, promoviendo en el
juicio
de
amparo
del
rubro,
con
respeto
comparezco y expongo. --- Vengo por medio de
este escrito a aclarar lo siguiente: --- Por un error
mecanográfico,
autoridad
involuntario,
responsable,
no
al
señalar
expresé
con
a
la
toda
claridad que la C. Juez Sexto Penal, del fuero
común, era la autoridad responsable, aclaración
que hago para los efectos legales consiguientes. --Por lo expuesto: --- A USTED C. JUEZ, atentamente
pido, se sirva. --- ÚNICO.- Tenerme por presentado
con este escrito aclarando que la autoridad
responsable en este juicio es la C. Juez Sexto
Penal, del fuero común, para los efectos legales
consiguientes. --- PROTESTO LO NECESARIO. --México, D.F., a 24 de julio de 1980 --- FIRMA. --RAFAEL URIBE ÁLVAREZ” (foja 9 del tomo I de los
cuadernos de amparo).
SEGUNDO.- El Juez Quinto de Distrito en Materia Penal en
el Distrito Federal, mediante proveído de fecha veinticinco de julio
de mil novecientos ochenta, admitió la demanda de garantías y
ordenó su registro con el número 89/80 (foja 10 del tomo I de los
cuadernos de amparo).
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Substanciado el procedimiento, pronunció sentencia el día
veintidós de agosto de mil novecientos ochenta, en la que
resolvió:
“PRIMERO.- La Justicia de la Unión NO AMPARA NI
PROTEGE A RAFAEL URIBE ÁLVAREZ, contra los
actos que reclama de la Sala Sexta del Tribunal
Superior de
Justicia del Distrito Federal y Juez
Sexto Penal del Distrito Federal, consistentes en:
EL AUTO DE FORMAL PRISIÓN DICTADO POR LA
SEGUNDA
DE
LAS
RESPONSABLES
Y
CONFIRMADO POR LA PRIMERA, respectivamente,
en el proceso 302/79 y toca penal 996/79, por el
delito de FRAUDE. --- SEGUNDO.- La Justicia de la
Unión AMPARA Y PROTEGE A RAFAEL URIBE
ÁLVAREZ, contra los actos que reclama de las
autoridades responsables señaladas en el punto
resolutivo que precede, consistentes, en el auto de
formal prisión dictado en su contra por los delitos
de, USO DE DOCUMENTO FALSO Y DESPOJO, en
los expedientes ya mencionados. --- TERCERO.Notifíquese personalmente” (fojas 649 vuelta y 650
del tomo I de los cuadernos de amparo).
Las consideraciones que rigen esa sentencia, en la parte
conducente, son las siguientes:
“TERCERO.- Ahora bien, en la especie debe
indicarse que el más Alto Tribunal Federal de
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
nuestro País, tiene establecido el siguiente criterio:
‘Los Tribunales Federales tienen facultades para
apreciar directamente, según su criterio, el valor de
las pruebas recibidas y que tiendan a demostrar el
cuerpo del delito, o la presunta responsabilidad del
inculpado; y si los Jueces Federales no tuvieran el
arbitrio de hacer la estimación de esas pruebas,
estarían incapacitados para resolver sobre la
constitucionalidad del auto, y en tal sentido es
firme la Jurisprudencia de la Suprema Corte’. - Con
base en tal criterio cabe indicar que en el caso
como
lo
estima
la
autoridad
responsable
ordenadora, se encuentra acreditado el cuerpo del
delito de Fraude previsto en el artículo 386 de la
Ley Penal aplicable, esto en los términos del
artículo 116 en relación con la fracción I del artículo
115 del Código de Procedimientos Penales, ya que,
del
material
probatorio
mencionado
en
el
considerando que precede, se deducen datos
bastantes que satisfacen tal requisito, pues existe
la
denuncia
presentada
por
‘Fraccionadora
Cafetales, S. A. a través de su apoderado, en la que
hizo constar que esa empresa se constituyó el
dieciséis de febrero de mil novecientos setenta y
ocho, según escritura notarial número 28715,
teniendo como objeto social la compraventa de
toda
clase
de
inmuebles,
urbanización
y
lotificación; que por escritura notarial 29500 de seis
de diciembre de ese propio año, se celebró
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria de
Accionistas,
aumentándose
el capital donde
‘Inmuebles Pridi, S. A.’ aportó los predios de labor
denominados San Juan, con superficie de noventa
y cinco mil seiscientos tres metros cuadrados;
Santa María, con superficie de cien mil metros
cuadrados y Buena Vista, con superficie de ciento
cincuenta
mil
metros
cuadrados;
que
como
advirtieron que a esos terrenos ocurrían múltiples
camiones para tirar cascajo y desperdicios, el tres
de mayo de mil novecientos setenta y nueve
solicitaron de la Dirección Política de Coyoacán, se
autorizara a la denunciante el establecimiento de
casetas de vigilancia para evitar se siguieran
llevando a cabo los actos mencionados, solicitud
que fue concedida, por lo que, el once de dicho año
(sic) al tratar de realizar los trabajos necesarios
para ese fin, cuando pretendieron introducir una
motoconformadora
presentó
el
para
señor
aplanar
Juan
el
Rodríguez
suelo,
se
Mancera
acompañado de otras personas y les indicó que se
oponía terminantemente a que siguiera laborando
el
aparato,
ya
que
tenía
instrucciones
del
Licenciado Ángel del Villar y de Rafael Uribe
Álvarez para que no dejara entrar a nadie en esos
predios; la declaración inicial del peticionario de
garantías Rafael Uribe Álvarez, misma que ratifica
al rendir su preparatoria, en la cual señala, que en
el año de mil novecientos cincuenta y uno,
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
precisamente el quince de septiembre obtuvo un
premio de la Lotería Nacional por la suma de
doscientos mil pesos, el cual se redujo a ciento
setenta mil pesos; que esa cantidad la invirtió en la
compra de terrenos, concertando con la persona
que dijo llamarse Carmen Sánchez de Algara, la
compra de los terrenos ubicados en la Exhacienda
de Coapa, del Distrito Federal, los cuales resultaron
ser
trescientos
setenta
y
siete
mil
metros
cuadrados y se los vendió a razón de cinco pesos
metro, dándole inicialmente la suma de setenta mil
pesos, posteriormente en diversas partidas otros
sesenta mil pesos, pues el precio total era de
doscientos mil pesos; que el resto ya no se lo pudo
entregar a dicha persona en vista de que por el año
de mil novecientos cincuenta y tres desapareció del
‘panorama’ ignorando el exponente a donde pudo
irse; que la operación de compraventa la efectuó en
el mes y año primeramente citados con la señora
Carmen Sánchez de Algara y a ésta la vio en la casa
de Dolores Altamira Bandera y dicha señora le
informó que por el año últimamente aludido que la
señora
Carmen
se
había
ausentado
de
ese
domicilio; que desde esa fecha y hasta mil
novecientos setenta, el de la voz desatendió la
situación legal de los terrenos, pero dejó algunas
gentes al cuidado de los mismos, como las
personas que ahí había dejado abandonaron los
terrenos en el año de mil novecientos setenta y
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
dos, contrató los servicios de Juan Rodríguez
Mancera para que los vigilara, sin que viviera ahí,
siendo en mil novecientos setenta y siete, a
principios de año, cuando tal persona se instaló
definitivamente, contratando los servicios de otros
individuos para realizar el cuidado respectivo; que
en mil novecientos setenta y uno, como el lugar por
donde estaban ubicados los terrenos se está ya
poblando, fue entonces cuando el declarante se
preocupó por la situación legal de sus predios y
como no volvió a saber de la señora Carmen
Sánchez de Algara, se dirigió al empleado del
Registro Público de la Propiedad de nombre
Fernando Ruiz Carvallo, quien en aquel tiempo
estudiaba la carrera de Derecho en la Universidad
Lasalle y le planteó el problema de los terrenos,
siendo éste quien se ofreció a legalizar los
inmuebles y fue en el año últimamente citado
cuando le entregó las copias certificadas de las
sentencias de prescripción positiva, en las que se
declara que el acusado es el propietario de los
terrenos, así como original y copia del oficio que
dirigía el Juez Tercero de lo Civil al Director del
Registro Público de la Propiedad y del Comercio
del Distrito Federal, y en el cual se ordena la
inscripción y cancelación correspondiente; que el
exponente asistió a dos o tres audiencias en el
Juzgado Tercero de lo Civil, siempre acompañado
de Ruiz Carvallo; que como la inscripción relativa le
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
resultaba onerosa, la dejó pendiente y fue hasta el
mes de febrero de mil novecientos setenta y nueve,
cuando acudió ante el Licenciado Ángel del Villar
para que lo asesorara en un juicio seguido en
contra del declarante por el Licenciado Carlos
Reguera Amable, en el Juzgado Primero de lo Civil,
de la Ciudad de México, correspondiente a un juicio
de otorgamiento y firma de escritura, quien pidió al
Licenciado
del
Villar
lo
asesorara
para
la
inscripción de las sentencias de prescripción
positiva emitidas a su favor; que los terrenos que
adquirió el de la voz están compuestos, el primero
de ciento cincuenta y cinco mil metros cuadrados y
el segundo, de doscientos veintidós mil metros
cuadrados; que respecto al último de esos terrenos
lo dio en fideicomiso al Sindicato de la Secretaría
de Programación y Presupuesto, siendo fiduciario
el Banco Obrero, S. A., operación por la cual el
exponente recibió la cantidad de tres millones de
pesos; por lo que hace al otro inmueble, también lo
hipotecó en favor del Licenciado Ángel del Villar y
con la anuencia de este estableció un contrato de
compraventa con el Sindicato de Trabajadores de
Aviación, el cual dio al declarante la cantidad de
doce millones de pesos, a cuenta de setenta que
iba a ser el total; el contenido de la partida del
Registro Civil de fecha veintiuno de marzo de mil
novecientos treinta, en la que consta que Carmen
Sánchez Juárez viuda de Algara, falleció el día
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
veinte de ese propio mes de Asistolia Cáncer del
Mediasteno,
a
la
consiguientemente,
edad
de
queda
sesenta
años;
desvirtuada
la
aseveración del quejoso en el sentido de que en el
mes de septiembre de mil novecientos cincuenta y
uno fue cuando celebró contrato de compraventa
con la persona últimamente citada, pues en esa
época ya había fallecido; por otra parte, a pesar de
que señala que los terrenos los adquirió por
prescripción positiva, mediante los juicios civiles
301/71 y 302/71, seguidos en contra de Carmen
Sánchez de Algara y del Director del Registro de la
Propiedad
y
del
Comercio,
en
autos
está
evidenciado, sin prueba en contrario, que el
primero de tales expedientes se instruyó ante el
Juzgado Tercero de lo Civil, del Distrito Federal y
aparece como parte actora ‘ROSS LIMANTOUR
HAMISH’, demandado RAÚL CÁCERES, S. A.,
relativo a un juicio de jurisdicción voluntaria; el
segundo, de tales expedientes corresponde a un
juicio seguido por ese mismo actor en contra de
RAFAEL SAINZ OLIVA, relativo a jurisdicción
voluntaria; asimismo, el resultado de la inspección
practicada en el local del Archivo del Tribunal
Superior de Justicia del Distrito Federal, en donde
se tuvo a la vista el Libro de Gobierno General del
Juzgado Tercero de lo Civil, en donde se corrobora
que
los
juicios
civiles
últimamente
citados
corresponden a la materia mencionada; igualmente
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
al revisar los Boletines Judiciales correspondientes
a los meses de junio, julio y agosto de mil
novecientos setenta y uno, no se encontró ninguna
publicación relativa a los juicios mencionados, de
donde se deduce que la aseveración del imputado
resulta también falsa, en el sentido de que siguió
los multicitados juicios ante el Juzgado Tercero de
lo Civil, del Distrito Federal cuyas sentencias del
veintiséis de febrero de mil novecientos setenta y
nueve, logró que fueran inscritas en el Registro
Público de la Propiedad y del Comercio, la que se
dijo se pronunció en el juicio civil de prescripción
positiva número 301/71, en el Tomo 149, Volumen II,
Fojas 372, bajo el número 476 de la Sección ‘C’; la
concerniente al expediente 302/71, en el Tomo 149,
Volumen II, fojas 372, bajo el número 477, de dicha
Sección; infiriéndose igualmente de autos que el
acusado con base en las sentencias que dijo fueron
dictadas por el Juzgado Tercero de lo Civil en los
expedientes últimamente citados, por instrumento
notarial 52687 de dieciocho de mayo de mil
novecientos setenta y nueve, celebró fideicomiso
traslativo de dominio en el cual él tenía la calidad
de fideicomitente, el Banco Obrero, S. A., como
fiduciario
y
esta
institución
crediticia
como
representante del fideicomisario, por el cual aportó
los inmuebles a que se contraen las multicitadas
sentencias, por lo cual según el ahora quejoso
recibió la suma de tres millones de pesos; que
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
también en relación a esos terrenos celebró
contrato con el Sindicato de Trabajadores de
Aviación, obteniendo de éste la suma de doce
millones de pesos como anticipo del total de
setenta millones que se le entregaría; por otra
parte, aparece que la ofendida Fraccionadora
Cafetales, S. A., según escritura notarial 29500, de
fecha seis de diciembre de mil novecientos setenta
y ocho, recibe diversos inmuebles aportados por
Inmuebles Pridi, S. A., entre ellos, el lote ‘San
Juan’, ‘Buena Vista’ y ‘Santa María’, con superficies
respectivamente de noventa y cinco mil seiscientos
tres, ciento cincuenta mil y cien mil metros
cuadrados, ubicados todos en la Colonia Agrícola
Benito Juárez, Coyoacán, Distrito Federal; terrenos
según se dijo en la denuncia, lo cual quedó
corroborado con la inspección ocular realizada el
veintiuno de julio de mil novecientos setenta y
nueve, y con lo narrado por Juan Rodríguez
Mancera, los estaba cuidando por instrucciones de
Uribe Álvarez, por lo que a fines de junio de mil
novecientos setenta y nueve, al ocurrir a los
inmuebles un grupo de personas no los dejó que
realizaran los trabajos. Así pues, a criterio de este
Juzgado,
los
indicios
ya
especificados
son
suficientes para tener acreditados los elementos
materiales que configuran el cuerpo del delito de
fraude que se imputa al quejoso Uribe Álvarez,
pues está evidenciado que valiéndose de las
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
sentencias de las cuales no consta que sean
auténticas dictadas según dijo en los juicios 301/71
y 302/71 por el Juez Tercero de lo Civil del Distrito
Federal, logró se inscribieran a su nombre en el
Registro Público de la Propiedad y del Comercio
los terrenos que en ellas se describen, los cuales
asevera la empresa ofendida son de su propiedad y
aquél realizó operaciones en los Sindicatos de
Programación y Presupuesto, así como, con el de
los trabajadores de Aviación, de donde obtuvo
diversas sumas de dinero, conducta con la cual
resulta evidente que engañó a otras personas y
obtuvo un lucro indebido. Con esas mismas
probanzas
se
demuestra
la
probable
responsabilidad penal del imputado, pues si bien
es cierto en autos existen contradicciones en
cuanto a la ubicación exacta de los inmuebles que
se precisan en las sentencias que exhibió el
amparista al Registro Público de la Propiedad y del
Comercio y las que asevera la denunciante, cabe
indicar que independientemente de ello no es en el
auto de formal prisión donde debe establecerse
cuál de esos elementos contradictorios es el
preponderante, si no tal situación debe definirse en
la sentencia que se dicte en la causa instruida a
Uribe Álvarez, máxime que en la especie no sólo
son esos datos los que aparecen sino los demás a
que se han hecho mérito, de donde la Sala
responsable actuó correctamente al tener por
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
justificado en autos el cuerpo del delito de
FRAUDE, así como, la probable responsabilidad
penal del amparista en la comisión del mismo. En
cambio, opuestamente a lo que se precisa en la
resolución
pronunciada
por
la
autoridad
responsable ordenadora, debe indicarse que en la
especie
no
se
integran
los
elementos
configurativos del delito de Uso de Documento
Falso previsto en el artículo 246, fracción VII, del
Código Penal aplicable, debido a que se advierte en
autos, que las copias certificadas, que según dijo el
acusado, se pronunciaron en los juicios civiles
301/71 y 302/71, fue el medio que precisamente
utilizó para iniciar los actos tendientes a la
comisión del delito de fraude, por lo que, aquél
delito queda subsumido en este último, porque está
operando precisamente como un elemento que
integra ese propio ilícito, o sea, el modo necesario
para
poder
engañar
a
los
ofendidos,
consiguientemente, no puede estimarse que en la
especie se acredite el cuerpo del hecho criminoso
primeramente citado en este párrafo y menos la
probable responsabilidad de Uribe Álvarez en su
comisión. --- Tampoco es correcta la apreciación de
la Sala responsable al considerar que en autos se
encuentra acreditado el cuerpo del delito de
Despojo previsto en el artículo 395, fracción I, del
Código Penal, en los términos del artículo 122, del
Código de Procedimientos Penales, pues aunque si
PÁG.
19
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
bien es cierto en la denuncia presentada por
‘Fraccionadora Cafetales, S. A’., se asevera que
cuando ‘Inmuebles Pridi, S. A’, aportó los bienes
controvertidos, se le dio en posesión los mismos,
no es menos cierto que si esto hubiera ocurrido
así, la pasivo del delito para evitar según ella, de
que se siguiera tirando cascajo y desperdicios en
los terrenos, no hubiera tenido la necesidad de
solicitar a la Dirección Coyoacán, del Distrito
Federal, autorización para poder establecer casetas
de vigilancia dentro de sus terrenos; por otro lado,
existe tanto la declaración de Ángel del Villar, Juan
Rodríguez Mancera, (sic) adminiculadas con lo que
expresa el acusado Rafael Uribe Álvarez, en el
sentido de que con mucha anterioridad a la fecha
en que dice la denunciante, se le impidió el acceso
a los terrenos, este último ya estaba en posesión
de los mismos; por tanto, al existir en autos datos
que demuestran que el imputado se apoderó de
propia
autoridad
y
haciendo
violencia
o
furtivamente o empleando amenazas o engaño, de
los inmuebles que se citan en la denuncia, no
puede concluirse que esté comprobado el cuerpo
del ilícito que se analiza, pues la H. Suprema Corte
de Justicia de la Nación, en su jurisprudencia
definida número 113, publicada bajo el rubro
‘DESPOJO NATURALEZA DEL’, la cual puede ser
consultada a fojas 248 del Tomo correspondiente a
la Primera Sala, de la Compilación 1917-1975, tiene
PÁG.
20
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
establecido el criterio de que: ‘El Despojo, más que
una figura delictiva que protege la propiedad, tutela
la posesión de un inmueble’; de donde, al no haber
demostrado la denunciante que tenía en posesión
los multicitados inmuebles, ello conduce a dar
valor preponderante a los testimonios que las
personas citadas en último término y concluir que
tampoco se acredita la responsabilidad penal de
Uribe Álvarez en la comisión de este hecho
criminoso
por
el
que
también
lo
acusó
la
Representación Social” (fojas 645 a 649 vuelta del
tomo I de los cuadernos de amparo).
TERCERO.- Inconformes con la anterior resolución, el
quejoso, Rafael Uribe Álvarez, interpuso recurso de revisión en
contra de la negativa del amparo respecto del auto de formal
prisión por el delito de fraude; la Sexta Sala del Tribunal Superior
de Justicia del Distrito Federal, en su carácter de autoridad
responsable, promovió recurso de revisión en contra de la
concesión del amparo contra el auto de formal prisión, por los
delitos de uso de documento falso y despojo.
El Tribunal Colegiado del Primer Circuito en Materia Penal,
conoció de los recursos de revisión, y su Presidente, mediante
proveído de fecha quince de enero de mil novecientos ochenta y
uno, desechó por extemporáneo, el recurso de revisión
interpuesto por la autoridad responsable, quien, inconforme con
tal determinación hizo valer el recurso de reclamación, el cual se
declaró infundado mediante resolución de fecha treinta y uno de
PÁG.
21
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
marzo de mil novecientos ochenta y uno. (foja 722 frente y vuelta
del tomo I de los cuadernos de amparo).
En el mismo proveído de fecha quince de enero de mil
novecientos ochenta y uno, el Presidente del Tribunal Colegiado
del Primer Circuito en Materia Penal, admitió el recurso de
revisión interpuesto por el quejoso Rafael Uribe Álvarez, el cual
registró con el número de toca R. P.- 115/80. Mediante resolución
de fecha veinticuatro de noviembre de mil novecientos ochenta y
uno, el tribunal revisor resolvió lo siguiente:
“PRIMERO.- SE REVOCA en lo impugnado la
sentencia que pronunció el Juez Quinto de Distrito
en el Distrito Federal en Materia Penal, el treinta y
uno de octubre de mil novecientos ochenta, en el
juicio de amparo número 89/80; en consecuencia,
--- SEGUNDO.- Se sobresee en el presente juicio de
amparo, promovido por Rafael Uribe Álvarez,
contra los actos que reclama del Juez Sexto Penal
del Distrito Federal, y de la Sexta Sala del Tribunal
Superior
de
consistentes
Justicia
en
el
del
auto
Distrito
de
formal
Federal,
prisión
pronunciado por la primera autoridad y la sentencia
interlocutoria que confirmó tal auto, la segunda
autoridad mencionada, en el que se le consideró
presunto responsable, entre otros, de la comisión
del delito de fraude, respecto del cual el Juez
Quinto de Distrito en el Distrito Federal en Materia
Penal, le negó el amparo y protección de la Justicia
PÁG.
22
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Federal” (foja 725 frente y vuelta del tomo I de los
cuadernos de amparo).
Las consideraciones que rigen esa sentencia, en la parte
conducente, son las siguientes:
“PRIMERO.- El presente juicio de amparo es
improcedente, con relación al acto que el quejoso
Rafael Uribe Álvarez reclama del Juez Sexto Penal
del Distrito Federal, consistente en el auto de fecha
nueve de noviembre de mil novecientos setenta y
nueve, en el que se le decretó formal prisión, como
presunto responsable de la comisión de los delitos:
Uso de documento falso, fraude y despojo, pues tal
auto
quedó
substituido
con
la
sentencia
interlocutoria que lo confirmó, pronunciada por la
Sexta Sala del Tribunal Superior de Justicia del
Distrito
Federal,
en
atención
al
recurso
de
apelación interpuesto por el procesado Rafael
Uribe Álvarez; por tal motivo, se surte la causa de
improcedencia prevista en la fracción XIII del
artículo 73 de la Ley de Amparo, procediendo
sobreseer, respecto de tal acto reclamado del Juez
Sexto Penal del Distrito Federal, con fundamento
en lo que dispone la fracción III del artículo 74 de la
citada Ley de Amparo. --- SEGUNDO.- En el
presente asunto no se hará la transcripción de la
sentencia recurrida, que pronunció el Juez de
Distrito que conoció del amparo, ni de los agravios
PÁG.
23
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
que en contra de ella se expresaron por RAFAEL
URIBE ÁLVAREZ, en la parte que le negó el
amparo, porque en el presente toca número 115/80,
aparece el oficio de fecha diez de marzo de mil
novecientos ochenta y uno, enviado al Presidente
de este Tribunal por el Juez Sexto Penal del Distrito
Federal que conoció de la causa número 302/79,
instruida
a
RAFAEL
URIBE
ÁLVAREZ,
que
textualmente dice: ‘En el expediente cuyo numero
de partida se anota al márgen, seguido en contra de
RAFAEL
URIBE
ÁLVAREZ,
por
el
delito
de
FRAUDE, se acordó se gire a Usted oficio
transcribiéndole los puntos resolutivos de la
sentencia definitiva pronunciada en la causa
mencionada, el 5 de marzo en curso, los que son
del tenor siguiente: --- PRIMERO.- RAFAEL URIBE
ÁLVAREZ, es penalmente responsable del delito de
fraude de que lo acusa la representación social.Por cada uno de los delitos de FRAUDE, cometidos
con
las
copias
certificadas
de
la
supuesta
sentencia de prescripción a que se refiere esta
causa, se impone a RAFAEL URIBE ÁLVAREZ 4
años de prisión y multa de dos mil pesos o sufra 2
meses más de cárcel en caso de insolvencia o
impago de la pena pecuniaria. La pena en su
conjunto será de 8 años de prisión y cuatro mil
pesos de multa ó 2 meses más de cárcel en caso de
insolvencia o impago de la sanción pecuniaria.
SEGUNDO.- Se le condena a RAFAEL URIBE
PÁG.
24
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
ÁLVAREZ
a
la
reparación
del
daño,
pero
apareciendo de autos que fueron restituidos a la
denunciante, por conducto de su Representante
Legal,
los
terrenos
materia
de
los
hechos
delictuosos, por los cuales hoy se sancionan, se le
da por cumplido de esa sanción.- TERCERO.Amonéstese al reo para prevenir su reincidencia.CUARTO.- Comuníquese al C. Juez Quinto de
Distrito del Distrito Federal en Materia Penal, al C.
Presidente del Tribunal Colegiado del Primer
Circuito la presente sentencia, en virtud de que el
procesado tiene interpuesto juicio de garantías
número 89/80 ante la primera de las autoridades
mencionadas y la segunda conoce en revisión (R.P.
115/80) del mismo. QUINTO.- Notifíquese expídanse
y distribúyanse las boletas y copias de Ley; hágase
saber al reo el derecho y término de la apelación, y
al
acusar
expediente
ejecutoria
como
este
asunto
fallo
archívese
concluido.
Así
el
lo
sentenció y firmó la C. Juez Sexto Penal Licenciada
Dhelia
Treviño
Alonso
por
ante
el
Auxiliar
Secretario que autoriza y da fe.- firmado’. --Además, se solicitaron informes a la autoridad
responsable, Juez Sexto Penal del Distrito Federal,
para que precisara: ‘1).- Qué se decidió con
relación a los delitos Uso de Documentos Falsos y
Despojo; 2).- Si dictó la sentencia de Primera
Instancia, teniendo en cuenta el amparo concedido
al quejoso por los delitos Uso de Documento Falso
PÁG.
25
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
y Despojo y, 3).- Si el Agente del Ministerio Público
formuló conclusiones sólo por el delito de fraude’,
rindiéndolo en los siguientes términos: ‘En lo
referente al punto 1).- Se dio cumplimiento a la
libertad por Falta de Méritos con las Reservas de
Ley del señor Rafael Uribe Álvarez, por los delitos
de USO DE DOCUMENTO FALSO Y DESPOJO,
ordenado por el Juez Quinto de Distrito en Materia
Penal en el Distrito Federal, asimismo se libraron
las boletas correspondientes; por lo que hace al
punto número 2).- Efectivamente en fecha 5 de
marzo de 1981, se dictó sentencia en Primera
Instancia tomando en cuenta el Amparo concedido
al quejoso por los delitos DE USO DE DOCUMENTO
FALSO
Y
DESPOJO,
habiéndose
dictado
únicamente sentencia condenatoria, por los delitos
de fraude; y por último al punto 3).- Con fecha 16 de
enero del presente año, el C. Agente del Ministerio
Público adscrito formuló conclusiones acusatorias
por los delitos de FRAUDE ESPECÍFICO, USO DE
DOCUMENTO
FALSO
Y
DESPOJO. -
Consecuentemente, como el único acto reclamado
subsistente en el juicio de amparo, es la sentencia
interlocutoria que confirmó el auto de formal
prisión, resulta evidente que al pronunciarse
sentencia definitiva en la causa penal, cambió la
situación jurídica del quejoso, de procesado a
sentenciado,
sin
que
puedan
decidirse
las
violaciones reclamadas, porque se afectaría la
PÁG.
26
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
nueva situación jurídica, siendo por ello procedente
revocar la sentencia a revisión, sin poderse
estudiar su contenido, sólo en cuanto se negó el
amparo al quejoso Rafael Uribe Álvarez, respecto
del delito de fraude, por haber surgido la causa de
improcedencia prevista en la fracción X del artículo
73 de la Ley de Amparo; y, procede sobreseer en el
presente juicio constitucional, con fundamento en
lo que dispone la fracción III del artículo 74 de la
mencionada Ley de Amparo. El razonamiento
anterior tiene fundamento además, en el criterio
sustentado por la Primera Sala de la H. Suprema
Corte de Justicia de la Nación, contenido en la tesis
jurisprudencial número 186, visible a fojas 389, de
la última Compilación del Semanario Judicial de la
Federación,
que
a
la
letra
dice:
‘LIBERTAD
PERSONAL, RESTRICCIÓN DE LA (CAMBIO DE
SITUACIÓN JURÍDICA).- La libertad personal puede
restringirse por cuatro motivos: La aprehensión, la
detención, la prisión preventiva y la pena; cada uno
de los cuales tiene características peculiares. El
conjunto de normas jurídicas que condicionan y
rigen la restricción de la libertad, en los distintos
casos de que se ha hablado, se llama situación
jurídica, de modo que cuando esta situación
cambia, cesan los efectos de la situación jurídica
anterior, pues cada forma de restricción de la
libertad excluye a las otras, y por lo mismo
desaparecen los efectos del acto reclamado, y es
PÁG.
27
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
improcedente el amparo contra la situación jurídica
anterior” (fojas 722 vuelta a 725 del tomo I de los
cuadernos de amparo).
CUARTO.- El catorce de junio de mil novecientos ochenta y
dos, el a quo tuvo por recibidos los autos del juicio de amparo y
el testimonio de la resolución pronunciada en el amparo en
revisión número R. P. 115/80, y ordenó el archivo del expediente
(foja 812 del tomo I de los cuadernos de amparo).
En virtud del sobreseimiento decretado por el Tribunal
Colegiado respecto de la confirmación del auto de formal prisión
por el delito de fraude, al resolver el día veinticuatro de noviembre
de mil novecientos ochenta y uno el amparo en revisión número
R.P.-115/80, la causa penal 302/79 instruida al quejoso, continuó
por este ilícito y el Juez Sexto de lo Penal del Distrito Federal,
mediante sentencia de fecha cinco de marzo de mil novecientos
ochenta y uno declaró penalmente responsable a Rafael Uribe
Álvarez por la comisión del mismo, cometido con las copias
certificadas de la sentencia de prescripción adquisitiva a que se
refiere la causa penal y lo condenó a cuatro años de prisión, al
pago de una multa de dos mil pesos y a la reparación del daño,
pero al constar que los inmuebles materia de los hechos
delictuosos se restituyeron a la denunciante, se le tuvo por
cumplida esta sanción (foja 723 frente y vuelta del Tomo I de los
cuadernos de amparo).
En contra de la anterior resolución, el quejoso hizo valer el
recurso de apelación número 861/81, ante la Sexta Sala del
PÁG.
28
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, la que mediante
sentencia de fecha trece de diciembre de mil novecientos ochenta
y dos, revocó la sentencia impugnada y ordenó la inmediata y
absoluta libertad del sentenciado Rafael Uribe Álvarez; ello en
virtud de una falla técnica ya que se consignó al acusado entre
otros ilícitos por fraude genérico, se le procesó por el mismo, el
Ministerio Público formuló conclusiones acusatorias por fraude
específico y el Juez de la causa sentenció por fraude genérico.
Mediante escrito de fecha catorce de abril de mil
novecientos ochenta y tres, presentado el quince siguiente ante el
Juzgado del conocimiento, el quejoso, Rafael Uribe Álvarez,
solicitó que en ejecución de la sentencia de amparo, se le
restituyera en la posesión de los predios objeto de la acusación
de la cual fue objeto.
El a quo negó la petición del quejoso mediante proveído de
fecha veintiséis de abril de mil novecientos ochenta y tres, que a
continuación se transcribe:
“México, Distrito Federal, a veintiséis de abril de mil
novecientos ochenta y tres. --- Agréguese a su
expediente respectivo, el escrito del quejoso Rafael
Uribe Álvarez, presentado el quince los corrientes,
en el que solicita, se requiera al Juez responsable
para que dé cumplimiento a la sentencia dictada en
este juicio, en la parte que le concedió el amparo y
protección de la Justicia Federal, con el objeto de
que ordene se le restituya en la posesión de los
PÁG.
29
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
predios materia de la acusación de despojo. Ahora
bien, tomando en consideración que Rafael Uribe
Álvarez, en su demanda reclamó actos de la Sexta
Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal y del C. Juez Sexto Penal del Distrito
Federal, que hizo consistir en el auto de formal
prisión que le fue dictado por la segunda autoridad
citada y confirmado por la primera, en el proceso
302/79 y toca 996/79, respectivamente, como
presunto responsable de la comisión de los delitos
de Uso de Documentos Falsos, Despojo y Fraude;
que al dictarse la sentencia en este juicio se
concedió al quejoso el amparo y protección de la
Justicia Federal en cuanto el auto de formal prisión
combatido lo estimó presunto responsable de la
comisión de los delitos de Uso de Documentos
Falsos y Despojo y se le negó por cuanto hace al
delito
de
Fraude;
que
contra
esa
sentencia
interpusieron revisión tanto el quejoso por la parte
en que se le negó el amparo, como el Presidente de
la Sala responsable, por la parte en que se
concedió ese amparo; que en ejecutoria de
veinticuatro de noviembre de mil novecientos
ochenta y uno, cuyo testimonio se recibió en el
Juzgado el catorce de junio de mil novecientos
ochenta y dos, dictado en el Toca R. P. 115/80, el H.
Tribunal Colegiado del Primer Circuito en Materia
Penal, resolvió el recurso interpuesto por Rafael
Uribe Álvarez, revocando la sentencia de este
PÁG.
30
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Juzgado en la parte en que se negó el amparo a ese
agraviado y sobreseyó en el juicio con base en que,
según se asienta en la misma ejecutoria, el Juez
responsable en oficio de diez de marzo de mil
novecientos ochenta y uno, comunicó que el cinco
de ese mismo mes y año, dictó sentencia en el
referido proceso 302/79, en la que condenó al
quejoso a las penas respectivas al considerarlo
responsable de la comisión del delito de fraude,
penas dentro de las que incluyó la de la reparación
del daño, que dio por cumplida al constar en los
autos del proceso que habían sido restituidos a la
denunciante, los terrenos materia de los hechos
delictuosos por los cuales se sancionaba al
quejoso; y, que en esa misma ejecutoria, se
expresa:
Que
la
revisión
interpuesta
por
el
Presidente de la Sala responsable fue desechada
en acuerdo de quince de enero de mil novecientos
ochenta y uno, contra el que se interpuso recurso
de reclamación que fue resuelto por el Tribunal
Colegiado el treinta y uno de marzo del mismo año,
declarándolo infundado, así como que el Juez
responsable
informó
a
ese
mismo
Tribunal
Colegiado que en la sentencia tomó en cuenta el
amparo concedido por este Juzgado al condenar al
quejoso únicamente por el delito de fraude. --- De lo
anterior, se concluye que el treinta y uno de marzo
de mil novecientos ochenta y uno cuando se
declaró infundado el recurso de reclamación
PÁG.
31
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
interpuesto
por
el
Presidente
de
la
Sala
responsable contra el acuerdo que desechó su
recurso de revisión por extemporáneo y, como
consecuencia de ello, quedaba firme la sentencia
de este Juzgado en la parte que concedió el
amparo
al
quejoso
y
hacía
exigible
su
cumplimiento, se había dictado sentencia en el
proceso desde el día cinco de ese mismo mes, lo
que cambió la situación jurídica del quejoso, de
procesado a sentenciado, y los inmuebles objeto
de los delitos por los que fue dictada la formal
prisión impugnada, se habían afectado a la
reparación del daño. Esta circunstancia hizo
legalmente imposible requerir a las responsables
para el cumplimiento de la sentencia, en la parte
que concedió el amparo, al recibirse en este
Juzgado, el catorce de junio de mil novecientos
ochenta y dos, el testimonio de la ejecutoria del
Tribunal Colegiado del Primer Circuito en Materia
Penal y, con mayor razón en el momento actual,
hace también procesalmente improcedente ese
requerimiento, porque sería tanto como obligar a
las
autoridades
responsables
a
variar
una
resolución y situaciones que no fueron materia del
amparo, lo que sería contrario a lo que establecen
el artículo 76, párrafo primero, de la Ley de Amparo
y la tesis jurisprudencial 186, consultable en la
página 389 del Tomo correspondiente a la Primera
Sala del último Apéndice de la Jurisprudencia de la
PÁG.
32
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
H. Suprema Corte de Justicia de la Nación, que a la
letra dice: ‘LIBERTAD PERSONAL, RESTRICCIÓN
DE LA (CAMBIO DE SITUACIÓN JURÍDICA).- (Se
transcribe). --- A mayor abundamiento, es preciso
resaltar que los inmuebles cuya restitución solicita
el quejoso fueron, objeto y materia de los delitos
por los que se le decretó la formal prisión que
impugnó, por lo que al sobreseerse en este juicio
de amparo, en lo relativo al delito de fraude, esos
bienes continuaron afectos al procedimiento penal
por ese delito, como lo prueba la misma sentencia
del juez responsable, que los destinó al pago de la
reparación del daño, lo que lleva a la conclusión
que no procedía, ni procede, en este juicio de
amparo, ordenar la restitución de los mismos al
quejoso y, por lo tanto, no ha lugar a ordenar el
requerimiento que se solicita, al Juez responsable”
(foja 815 a 816 vuelta del tomo I de los cuadernos de
amparo).
QUINTO.- En contra del anterior proveído, el quejoso Rafael
Uribe Álvarez, interpuso recurso de queja, ante el entonces único
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, el que
mediante sentencia de fecha veintinueve de agosto de mil
novecientos ochenta y tres, pronunciada en el expediente número
Q. P. - 5/83, resolvió lo siguiente:
“ÚNICO.- Se declara fundada la queja interpuesta
por RAFAEL URIBE ÁLVAREZ, por su propio
PÁG.
33
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
derecho, contra el acuerdo de veintiséis de abril de
mil novecientos ochenta y tres, dictado por el Juez
Quinto de Distrito en el Distrito Federal en Materia
Penal, en el juicio de amparo 89/80” (foja 837 vuelta
del tomo I de los cuadernos de amparo).
Las consideraciones que rigen esa resolución, en la parte
conducente, son las siguientes:
"SEGUNDO.- Son fundados los conceptos de
agravio aducidos por el recurrente. --- De acuerdo
con la tesis número 174, visible en la página 297 del
mencionado Apéndice al Semanario Judicial de la
Federación, 1917-1975, Octava Parte; ‘el efecto de
la sentencia definitiva que se pronuncie en el juicio
constitucional, concediendo el amparo, es volver
las cosas al estado que tenían antes de la violación
de garantías, nulificando el acto reclamado y los
subsecuentes que de él deriven’. Esta tesis tiene
aplicación en la especie. Como ha quedado
demostrado al hacer relación de las constancias
que informaron esta ejecutoria, el a quo en el juicio
de
garantías
número
89/80,
dictó
sentencia
concediendo el amparo al quejoso, contra el auto
de formal prisión decretado por la Sexta Sala del
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal,
por los delitos de uso de documento falso y
despojo;
habiéndose
cumplimentado
dicha
sentencia ejecutoria por el Juez Sexto Penal del
PÁG.
34
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Distrito Federal, ordenando la libertad por falta de
méritos con las reservas de ley de Rafael Uribe
Álvarez por los delitos en cita, según se aprecia de
la ejecutoria dictada en grado de revisión en el toca
115/80,
el
veinticuatro
de
noviembre
de
mil
novecientos ochenta y uno, por este Tribunal. Por
lo tanto, no sólo quedó sin efecto el auto de formal
prisión reclamado por los delitos en cuestión, sino
que deben ser nulificados los actos subsecuentes,
como lo fueron el acuerdo de quince de mayo de
mil novecientos ochenta
señalado como
dictado por el Juez
autoridad responsable,
en el
proceso 302/79 y la diligencia que practicó el
Secretario adscrito a aquella autoridad, en la que
restituyó a Fraccionadora Cafetales, S. A., en la
posesión de los inmuebles que constituyeron la
materia del supuesto delito de despojo. --- Es cierto
que como se advierte de la copia certificada de la
ejecutoria que este Tribunal dictó en el toca 115/80
en grado de revisión, en el Considerando Segundo
de la misma, se insertaron los puntos resolutivos
que fueron transcritos en el oficio de diez de marzo
de mil novecientos ochenta y uno, de la sentencia
que dictó el Juez Sexto Penal del Distrito Federal,
de los que aparece, que a Rafael Uribe Álvarez se le
condenó como responsable del delito de fraude a
sufrir las penas que señalan, y especialmente, en el
segundo punto resolutivo, ‘se condenó a Uribe
Álvarez a la reparación del daño, pero apareciendo
PÁG.
35
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
de autos que fueron restituidos al denunciante, por
conducto de su Representante Legal, los terrenos
materia de los hechos delictuosos, por los cuales
hoy se sancionan, se le da por cumplido de esa
sanción’; pero también lo es que, el escollo que
pudiera haber en la afectación de los inmuebles,
por concepto de reparación del daño por la
sentencia de primer grado, desapareció al ser
revocada, por la Sexta Sala del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal en la sentencia de trece
de diciembre de mil novecientos ochenta y dos,
que dictó en el toca 861/82, relativo a la apelación,
ordenó la inmediata y absoluta libertad de Rafael
Uribe Álvarez. Por lo tanto, para que se cumpla
cabalmente la sentencia que dictó el a quo por la
cual concedió el amparo al quejoso contra el auto
de formal prisión que a éste se le decretó, por el
delito de despojo, entre otros, se deben nulificar no
sólo dicho auto sino los subsecuentes actos que
de él se deriven, o sea el acuerdo de quince de
mayo de mil novecientos ochenta dictado por el
Juez señalado como autoridad responsable y la
diligencia que practicó el secretario adscrito a
aquél que se han dejado puntualizados con
anterioridad.- De lo anterior se sigue, que es
procedente
el
requerimiento
que
solicitó
el
recurrente al Juez de Distrito, para que el juez
señalado
como
autoridad
responsable,
con
fundamento en el artículo 104 de la Ley de Amparo,
PÁG.
36
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
cumpla en su integridad la sentencia ejecutoria por
la cual aquél concedió al quejoso el amparo contra
el
auto
de
formal
prisión
como
presunto
responsable entre otro por el delito de despojo,
para que dicha autoridad responsable provea lo
necesario y restituya las cosas al estado en que se
encontraban
antes
de
la
violación,
debiendo
restituir a dicho quejoso la posesión de los predios
denominados ‘Santa María’, ‘San Juan’ y ‘Buena
Vista’, de la Exhacienda de Coapa, Distrito Federal,
para que se dé cumplimiento cabal al contenido del
artículo 80 de la Ley de Amparo. En suma por los
razonamientos de orden legal que se han dejado
expuestos
con
anterioridad,
procede
declarar
fundada la queja contra la resolución de veintisiete
de abril de mil novecientos ochenta y tres, dictada
por el a quo” (fojas 832 a 837 vuelta del tomo I de los
cuadernos de amparo).
SEXTO.- En cumplimiento a lo resuelto en el recurso de
queja número Q. P. - 5/83, el a quo, mediante proveído de fecha
cuatro de octubre de mil novecientos ochenta y tres, requirió a las
autoridades responsables el cumplimiento a la ejecutoria de
amparo (fojas 840 y 841 del tomo I de los cuadernos de amparo).
En cumplimiento a dicho requerimiento, el Juez responsable
emitió el acuerdo de fecha cinco de octubre de mil novecientos
ochenta y tres, en el cual señaló las diez horas del día diez del
mes y año citados, para que tuviera verificativo la diligencia en la
PÁG.
37
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
que debería restituirse al quejoso en la posesión de los predios
controvertidos. Esta diligencia se intentó sin éxito en la fecha
indicada (fojas 850, 851, 859, 860, 861 y 862 del tomo I de los
cuadernos de amparo).
SÉPTIMO.- Fraccionadora Cafetales, Sociedad Anónima,
por conducto de su apoderado, promovió el recurso de queja
número Q. P.-21/83, ante el Tribunal Colegiado en Materia Penal
del Primer Circuito, en contra del acuerdo de fecha cuatro de
octubre de mil novecientos ochenta y tres, en el que el Juez de
Distrito requirió al Juez Sexto de lo Penal del Distrito Federal el
cumplimiento al fallo protector, así como en contra del acuerdo y
diligencia de cinco y diez de octubre del mismo año, en los que,
respectivamente, el Juez responsable y el Secretario de Acuerdos
adscrito procedieron a cumplir lo ordenado por el Juez de Distrito.
Mediante resolución de fecha veintiocho de febrero de mil
novecientos ochenta y cuatro, el Tribunal Colegiado en Materia
Penal del Primer Circuito, declaró improcedente la queja
interpuesta en contra del auto dictado por el Juez de Distrito, y
ordenó a este último que resolviera la queja por exceso en la
ejecución de la sentencia de amparo promovida en contra del
Juez Sexto de lo Penal del Distrito Federal y del Secretario de
Acuerdos adscrito (fojas 522 a 533 del tomo II de los cuadernos
de amparo).
Según consta de la copia simple que obra en el cuaderno de
antecedentes relativos, el Juez Quinto de Distrito en Materia
Penal en el Distrito Federal, por resolución de fecha diez de
PÁG.
38
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
agosto de mil novecientos ochenta y cuatro, declaró infundado el
recurso de queja promovido contra las autoridades responsables.
(fojas 881 a 885 del tomo III de los cuadernos de antecedentes).
OCTAVO.- Según aparece de las copias fotostáticas simples
que obran en el cuaderno de antecedentes relativo, la Mesa
Directiva de la Asociación de Adquirentes y Residentes del
“Fraccionamiento
Cafetales”,
Asociación
Civil
y
otros,
promovieron el recurso de queja número Q.P.-2/84, ante el
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, en contra
del acuerdo de fecha cuatro de octubre de mil novecientos
ochenta y tres, en el que el Juez de Distrito requirió al Juez Sexto
de lo Penal del Distrito Federal el cumplimiento del fallo protector,
así como en contra del acuerdo y diligencia de cinco y diez de
octubre del mismo año, en los que, respectivamente, el Juez
responsable y el Secretario de Acuerdos adscrito procedieron a
cumplir lo ordenado por el Juez de Distrito.
Mediante resolución de fecha veinticuatro de abril de mil
novecientos ochenta y cuatro, el Tribunal Colegiado de Materia
Penal en el Primer Circuito, declaró improcedente la queja
interpuesta en contra del auto dictado por el Juez de Distrito, y
ordenó a este último que resolviera la queja por exceso en la
ejecución de la sentencia de amparo promovida en contra del
Juez Sexto de lo Penal del Distrito Federal y del Secretario de
Acuerdos adscrito (fojas 1 a 34 del tomo IV de los cuadernos de
antecedentes).
PÁG.
39
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
El Juez Quinto de Distrito en Materia Penal en el Distrito
Federal, por resolución de fecha trece de agosto de mil
novecientos ochenta y cuatro, declaró infundado el recurso de
queja promovido contra las autoridades responsables (fojas 35 a
42 del tomo IV de los cuadernos de antecedentes).
NOVENO.-
En
cumplimiento
al
requerimiento
de
cumplimiento formulado, el Juez Sexto de lo Penal del Distrito
Federal, en su carácter de autoridad responsable, mediante oficio
número ochocientos cuarenta y siete, de fecha once de octubre
de mil novecientos ochenta y tres, informó al a quo la existencia
de causas de imposibilidad material para cumplir la ejecutoria, en
los términos siguientes:
“Asunto:
Se
informa
en
relación
con
el
cumplimiento de sentencia de amparo. --- C. Juez
Quinto de Distrito del Distrito Federal en Materia
Penal. --- P r e s e n t e . --- En relación con mi oficio
número 830, de 6 de los corrientes, recibido por ese
H. Juzgado a su digno cargo en esa misma fecha,
deducido del Juicio de Garantías número 89/80,
promovido por Rafael Uribe Álvarez en contra de
actos del suscrito Juez y de la H. Sexta Sala del
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, y
del cuaderno de queja Q. P. 5/83, del H. Tribunal
Colegiado del Primer Circuito en Materia Penal, le
informo que en cumplimiento a lo ordenado por la
Justicia Federal, el día de ayer el C. Primer
Secretario de Acuerdos de este Juzgado, se
PÁG.
40
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
constituyó en los lugares que el quejoso de
referencia señaló como los correspondientes a los
predios ‘Santa María’, ‘San Juan’, y ‘Buena Vista’ de
la Ex-Hacienda de Coapa, Distrito Federal, a fin de
restituir la posesión de esos predios al citado
amparista,
habiéndole
sido
materialmente
imposible realizar su cometido, en virtud de la no
identificación actual de los inmuebles, dada las
condiciones que presentan ahora, y en relación con
las que tenían cuando URIBE ÁLVAREZ fue
desposeído judicialmente, en el año de 1980, y
además,
informa
el
C.
Secretario
que
hubo
oposición física de centenares de personas para
que pudiera continuar con su diligencia. --- Le
comunico a su Señoría que el día de hoy he dictado
un ACUERDO en el expediente relativo, tomando
las medidas necesarias para lograr el cabal y
exacto cumplimiento de lo ordenado por la Justicia
Federal; y le acompaño al presente, una fotocopia
autorizada de la actuación citada en primer término,
y del acuerdo recaído, para todos los efectos
legales procedentes. --- Teniendo conocimiento que
este propio día ha salido a la publicación un
ejemplar del diario EXCELSIOR, en el cual se da a
conocer a la opinión pública, una actividad que se
pretende atribuírsele al personal de este Juzgado a
mi cargo; también le manifiesto que los hechos
verdaderos se contienen en la documentación que
le adjunto. --- Sin más por el momento aprovecho la
PÁG.
41
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
oportunidad para reiterarle las seguridades de mi
atenta y distinguida consideración. --- Sufragio
efectivo. No reelección. --- México, D.F., a 11 de
octubre de 1983. --- El C. Juez Sexto Penal del
Distrito Federal. --- Firma. --- Lic. Alfredo Rojo
González” (foja 856 frente y vuelta del tomo I de los
cuadernos de amparo).
Al oficio referido, la autoridad responsable anexó copia
certificada de la diligencia de fecha diez de octubre de mil
novecientos ochenta y tres, la cual es del tenor siguiente:
“En Coapa, D.F., se dice Distrito Federal, siendo las
diez horas del día 10 diez de octubre de mil
novecientos ochenta y tres, el suscrito Primer
Secretario de Acuerdos del Juzgado Sexto de lo
Penal del Distrito Federal en materia común, en
cumplimiento a lo ordenado por auto de fecha 5
cinco de fecha actual, y a fin de dar cabal
cumplimiento a la sentencia de amparo dictada en
el juicio de garantías número 89/80-I pronunciada
por el C. Juez Quinto de Distrito, del Distrito
Federal, me constituí en compañía del C. Agente
del Ministerio Público de la Adscripción y del sr.
Rafael Uribe Álvarez en los predios denominados
Santa María, San Juan de se dice (sic) y Buenavista
de esta jurisdicción, a fin de restituir en la posesión
de los mismos al citado Rafael Uribe Álvarez; y en
este momento procedo, que en este acto y estando
PÁG.
42
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
presente el representante legal de Cafetales, se
dice Fraccionadora Cafetales, S.A., quien justifica
su personalidad con el poder notarial número
32330 treinta y dos mil trescientos treinta expedido
por la Notaria Pública Número 88 de esta capital a
cargo del Sr. Lic. Jorge Tinoco Ariza, justificando
dicha personalidad el Sr. Gustavo Hernández
Monroy con la cédula profesional número 757007
siete cinco siete cero cero siete, como Contador
Público expedida por la Dirección General de
Profesiones
Educación
dependiente
Pública,
de
asistido
la
de
Secretaría
su
de
Abogado
Patrono sr. Lic. Daniel Parada del Valle quien se
identifica con la cédula profesional Número 83230
ocho tres dos tres cero, como Licenciado en
Derecho, expedida por la Dirección General de
Profesiones de la Secretaría de Educación Pública,
y dijo: que independientemente del recurso de
queja que se interpondrá en contra del absurdo
acuerdo dictado por el C. Juez Sexto Penal de la
Ciudad de México, en primer lugar quiere advertir
que el C. Secretario del Juzgado a quien se le
encomendó la diligencia se encuentra instalado en
la parte de afuera de las oficinas de la Empresa
Fraccionadora Cafetales, S.A., y que no puede
constituirse o estar constituido en los terrenos que
dice se denominan Buena Vista, San Juan y Santa
María, porque dichos predios actualmente no
tienen existencia física. En virtud de lo anterior se
PÁG.
43
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
opone legalmente a la práctica de la diligencia en
atención a que los predios citados por las
superficies linderos y colindancias con los que se
les denominaron han desaparecido, hoy en día se
encuentra
conformado
un
Fraccionamiento
debidamente autorizado por las autoridades del
Departamento del Distrito Federal con el permiso
correspondiente para subdividir y lotificar y que la
memoria de lotificación se encuentra debidamente
inscrita en el Registro Publico de la Propiedad y del
Comercio del Distrito Federal, y ello, es una razón
fundada para abstenerse de restituir en la posesión
al Señor Rafael Uribe Álvarez, que por otro lado
debe advertirse que conforme al acta que se
levantó y que obra en el expediente de donde
deviene esta ejecución se hace constar que
únicamente existían dos pequeños cuartos de
mampostería y con techos de lámina y que el
terreno era en greña, es decir las denominaciones
de los terrenos incluso hoy en día no existen se
han conformado 1248 mil doscientos cuarenta y
ocho lotes, existen zonas verdes y áreas de
vialidad, y todo ello pertenece por donación
expresa
y
convenios
efectuados
con
las
autoridades del Departamento del Distrito Federal a
esta dependencia es decir la posesión y la
propiedad de una superficie de 155,000 ciento
cincuenta y cinco mil metros aproximadamente que
se encuentran en el interior del fraccionamiento
PÁG.
44
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
pertenecen al Departamento de Distrito Federal y
ello hace imposible la restitución de predios que
son de las autoridades correspondientes; por otro
lado aun cuando es cierto que se contempla en el
auto que se pretende ejecutar que quedan a salvo
los derechos de terceros, sobre ese particular debe
decirse
que
más
de
ochocientas
personas
aproximadamente han adquirido derechos de titular
nominal y a título de posesión con razón suficiente
para no poder restituir al señor Rafael Uribe Álvarez
los predios San Juan, Santa María y Buena Vista,
que se hace imposible la ejecución de la restitución
de los predios por no haber definición de cada uno
de ellos de linderos, medidas, colindancias y
denominación de dichos predios, que se solicita
del C. Secretario Actuante y autorizado por el C.
Juez Sexto Penal certifique a simple vista la
existencia del fraccionamiento, la existencia de la
lotificación, la existencia de las áreas verdes, la
existencia de las vías de acceso y zonas viales, que
asimismo hay construcciones dentro del área que
se solicita que sean certificadas, razón por la cual
después de dicha certificación suspenda la práctica
de esta diligencia y de cuenta al C. Juez para que
determine lo conducente. --- Que en este acto y
sobre lo manifestado por el representante legal de
Fraccionadora Cafetales, S.A., se le da el uso de la
palabra al C. Rafael Uribe Álvarez, para que
manifieste
lo
que
a
su
derecho
convenga,
PÁG.
45
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
manifestando: Que de momento no tiene nada que
decir. --- Para el suscrito C. Primer Secretario de
Acuerdos del Juzgado Sexto Penal del fuero común
del Distrito Federal, y en cumplimiento al auto
dictado por éste con fecha cinco del actual y por
mandato del auto del C. Juez Quinto de Distrito del
Distrito Federal de fecha cuatro del presente mes,
le es materialmente imposible el cumplimiento de
referido
mandato,
toda
vez
que
carece
de
conocimiento para determinar la exactitud de los
predios a restituir en sus medidas y colindancias
respectivas,
además
de
que
se
advierte
la
existencia de diversas calles y avenidas que
dificultan todavía más los hechos del suscrito, por
otra parte el suscrito Secretario hace constar que al
constituirse en el lugar donde se actúa fue
informado por el mismo señor Rafael Uribe Álvarez,
que
pertenece
al
predio
222,000
doscientos
veintidós mil metros que está transcrito en la
restitución que se le dio a la Fraccionadora
Cafetales, S.A., por el mismo Juzgado Sexto Penal,
y que como referencia se encuentran algunas
construcciones de la Compañía Fraccionadora
Cafetales, S.A., seguidamente se hace constar
también la existencia de varias construcciones
habitadas en el lugar donde se actúa y se han
juntado varios centenares de personas en dicho
lugar y por todo ello como es materialmente
imposible dar cabal cumplimiento al auto que
PÁG.
46
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
decreta la ejecución de la sentencia de amparo; el
mérito por todo lo cual y con todo lo cual daré vista
al C. Juez de los autos para los efectos legales que
procedan. Con todo lo anterior se da por terminada
esta diligencia, firmando al margen los que en ella
intervinieron y quieran hacerlo. En este acto y en
uso de la palabra el C. Rafael Uribe Álvarez,
manifestó: En término de los artículos 107 ciento
siete constitucional y 105 ciento cinco de la Ley de
Amparo, así como de la jurisprudencia firme de la
Suprema Corte de Justicia la ejecución de una
sentencia de amparo sólo compete a la autoridad
responsable como simple ejecutora. Que no se
puede suspender ni se debe suspender por ningún
motivo y tratándose de restituir la posesión hay
orden expresa de que esto se haga sin que puedan
oponerse a ello terceros aunque hayan adquirido
de buena fe, que igualmente la ejecución de un fallo
protector que determine la restitución de la
posesión debe llevarse a cabo con todo aquéllo
que se encuentre en el predio a restituir y que no
sea posible desligarse del suelo o del subsuelo.
Que la violación de las normas que menciona
implica responsabilidad para el funcionario que
lleva a cabo la diligencia así como para el Agente
del Ministerio Público encargado en términos de la
Ley de Amparo para vigilar el estricto cumplimiento
de la sentencia protectora que además le debe
restituirse es exactamente aquéllo de lo que fue
PÁG.
47
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
desposeído inmueble cuya descripción obra en
autos en la diligencia de desposesión, con todo
aquéllo que de hecho y por derecho le corresponda
ya sea que se trate de accesiones civiles o
naturales. El predio en que se actúa es el de
222.000 doscientos veintidós mil metros al que los
representantes de Frac- (sigue renglón ilegible) y el
predio de 155,000 ciento cincuenta y cinco mil
metros que se encuentra ubicado al sur-este sobre
la Calzada de las Bombas al que atribuyeron los
representantes de Cafetales lote San Juan, también
debe ser materia de la restitución que pide se de
vista al C. Agente del Ministerio Público que se
encuentra presente con estas manifestaciones
dado que es él en los términos señalados por los
artículos 107 constitucionales y ciento cinco de la
Ley de Amparo quien debe vigilar el estricto
cumplimiento del fallo protector. Así que pide se
continué con la diligencia se le entregue la
posesión del predio en que se actúa con la
identificación que del mismo existe en autos y se
constituya posteriormente en el predio al que
Fraccionadora Cafetales denomina San Juan y se le
entregue la posesión igualmente tomando como
base la identificación que en autos aparece del
mismo ya que insiste el auto que ordena la
restitución de la posesión fue dictado por el Juez
Quinto de Distrito, siendo en este caso ejecutor el
Juzgado Sexto Penal, y por lo tanto sin capacidad
PÁG.
48
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
legal para interrumpir la diligencia o negarse bajo
pretexto de falta de identificación de los predios a
realizarla por lo que para este caso se reserva sus
derechos a fin de hacer saber al Sr. Juez de Distrito
los hechos y consignar penalmente a quien resulte
responsable de la inejecución de la sentencia
dictada por el Tribunal Colegiado del Primer
Circuito en Materia Penal de la que se deriva esta
diligencia.- Visto lo anterior el C. Primer Secretario
de Acuerdos del Juzgado Sexto Penal, dará vista al
C. Juez a efecto de que determine sobre lo que en
derecho corresponda. Con lo que se da por
terminada la presente diligencia, firmando en ella
los que en ella intervinieron y quisieron hacerlo. –
Doy fe. --- Constancia.- En la fecha de hoy y en
complemento a la actuación del suscrito Secretario,
en la diligencia de esta misma fecha, también hago
constar: Que los centenares de individuos que se
presentaron a esa diligencia en los momentos en
que principiaba la misma, eran azuzados por
desconocidos invitándolos a agredir físicamente a
este personal, y fue esta una razón principal por la
que se tuvo también imposibilidad física material
para cumplimentar el auto del C. Juez Sexto Penal,
en ejecución de la sentencia de amparo respectiva.También se hace constar, que si al inicio de dicha
actuación,
se
asentó
que
este
personal
se
constituyó en los predios ‘denominados Santa
María, San Juan y Buena Vista’, fue porque se
PÁG.
49
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
encontraban
en
ese
lugar
las
Oficinas
de
‘Fraccionadora Cafetales’, S.A., y de autos se
desprende
que
esas
oficinas
al
parecer
se
encuentran ubicadas en esos predios, pero sin
tener exactamente la certeza de ello, aun cuando
muchas personas desconocidas, afirmaron que sí
eran esos predios. --- También se hace constar que
en el lugar en donde me constituí, y por sus
cercanías y alrededores se aprecian diversas calles
y arterias que dividen lotificaciones masivas, sin
que
exista
señalización
alguna
que
permita
determinar la exactitud topográfica de los predios a
restituir; y que al revisar las actuaciones de esta
causa, existen croquis y planos en los cuales no
aparecen dichas arterias ni lotificaciones; por lo
que considero que debo ser auxiliado por expertos
y topógrafos que fijen exactamente los predios a
restituir, sin riesgo alguno de hacerlo con exceso o
con defectos. --- Conste. --- Constancia.- Enseguida
y en la misma fecha 10 diez de octubre de 1983 mil
novecientos ochenta y tres, el suscrito Primer
Secretario de Acuerdos de este Juzgado, también
hace constar: Que el señor Rafael Uribe Álvarez,
señaló el lugar en el que se pretendía llevar a cabo
la diligencia de restitución ordenada por el C. Juez
Quinto de Distrito del Distrito Federal, como los
predios correspondientes a ‘Santa María, ‘San
Juan’ y ‘Buenavista’; también se hace constar que
debido a las fuertes presiones que implicaban los
PÁG.
50
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
cientos de personas que pretendían agredir a este
personal, no fue posible en esos momentos hacer
estas últimas dos constancias de hechos, sino
hasta que se encontraba a salvo este personal. --Conste” (fojas 859 a 862 del tomo I de los cuadernos
de amparo).
Con el acta transcrita se dio cuenta al Juez Sexto Penal del
Distrito Federal, quien con vista a la misma, emitió el proveído de
fecha once de octubre de mil novecientos ochenta y tres, en el
cual y en razón de carecer de los conocimientos técnicos para
precisar la ubicación exacta de los predios a que se refiere la
causa penal, giró oficio al Director General de Justicia del Distrito
Federal, para que en auxilio de las labores del Juzgado,
proporcionara dos peritos ingenieros topógrafos, a fin de que
éstos, una vez que se impusieran de los autos y se constituyeran
en el lugar de los hechos, colocaran señales o referencias que
permitieran la exacta identificación de los predios a restituir, en
virtud de los cambios topográficos y urbanos existentes a la
actualidad (foja 862 frente y vuelta del tomo I de los cuadernos de
amparo).
Mediante comparecencia de fecha nueve de noviembre de
mil novecientos ochenta y tres, ante el Juzgado Sexto de lo Penal
en el Distrito Federal, los ingenieros topógrafos Amado Arturo
Cerino Nava y Francisco Roberto Castellanos, aceptaron el cargo
de peritos y protestaron su legal y fiel desempeño. En esa misma
fecha, el juez responsable les concedió el termino de cinco días,
para que se impusieran de los autos y fenecido éste, quince días,
PÁG.
51
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
para que realizaran su cometido (fojas 910 a 911 del tomo I de los
cuadernos de amparo).
Los peritos designados, mediante comparecencia ante el
Juez responsable, de fecha treinta de noviembre de mil
novecientos ochenta y tres, manifestaron carecer de equipo
topográfico necesario, consistente en tránsito, distanciómetro,
balizas y estadales, para realizar con precisión los trabajos
encomendados y solicitaron que estos implementos se pidieran
prestados al entonces Departamento del Distrito Federal, a la
Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos o a alguna otra
dependencia oficial. En esa misma fecha, el Juez responsable
emitió un proveído en el que requirió a la Presidenta del Tribunal
Superior de Justicia del Distrito Federal, a fin de que proveyera lo
conducente para el suministro de los elementos requeridos por los
peritos (fojas 322 a 324 del tomo II de los cuadernos de amparo).
En proveídos de fechas nueve y veinte de diciembre, ambos
de mil novecientos ochenta y tres, el Juez de Distrito requirió al
Juez Sexto de lo Penal del Distrito Federal, para que insistiera
ante la Presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal, para que proporcionara de inmediato a los peritos, los
útiles y elementos necesarios solicitados para rendir en el menor
tiempo necesario su dictamen (fojas 327 y 334 del tomo II de los
cuadernos de amparo).
Mediante oficio número mil ciento catorce, de fecha nueve
de diciembre de mil novecientos ochenta y tres, el Juez
responsable informó al Juez de Distrito que solicitó al entonces
PÁG.
52
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Jefe del Departamento del Distrito Federal, que proporcionara a
los
peritos
los
demás
elementos
solicitados
por
éstos,
consistentes en las coordenadas numéricas del Departamento de
Catastro, referidos a cada uno de los predios y los puntos de liga
referidos al mismo sistema de coordenadas (foja 337 del tomo II
de los cuadernos de amparo).
Por acuerdos de fechas nueve y treinta y uno de enero, y
seis de febrero de mil novecientos ochenta y cuatro, el Juez de
Distrito requirió a la autoridad responsable el cumplimiento a la
ejecutoria de amparo (fojas 339, 415 y 418 del tomo II de los
cuadernos de amparo).
En auto de fecha veintidós de febrero de mil novecientos
ochenta y cuatro, el Juez responsable tuvo al Ingeniero Javier
López Macías, aceptando el cargo de perito, en substitución de
Arturo Cerino Nava (fojas 450 y 451 del tomo II de los cuadernos
de amparo).
Mediante proveído de fecha quince de marzo de mil
novecientos ochenta y cuatro, el Juez de Distrito requirió a la
autoridad responsable el cumplimiento a la ejecutoria de amparo
(foja 513 del tomo II de los cuadernos de amparo).
Mediante comparecencia de fecha treinta de mayo de mil
novecientos ochenta y cuatro, ante el Juez responsable, el perito
Francisco Roberto Castellanos Solís, indicó que las coordenadas
numéricas
proporcionadas
por
el
Director
General
de
Administración del Uso del suelo, se obtuvieron gráficamente del
PÁG.
53
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
plano de fecha treinta de abril de mil novecientos setenta y nueve,
con lo cual existía la posibilidad de una deformación en el papel,
al momento de tomarlas, por lo que se requerían las coordenadas
calculadas para hacer dicho plano, así como el plano que se
mencionó en las mismas (fojas 552 y 553 del Tomo II de los
cuadernos de amparo).
Por oficio número quinientos cuarenta y tres, de fecha treinta
de mayo de mil novecientos ochenta y cuatro, el Juez
responsable informó al de Distrito, que para cumplir su cometido,
los peritos requirieron las coordenadas calculadas utilizadas para
obtener las coordenadas numéricas de los predios y el plano
sobre el cual se hicieron, así como también los puntos de liga y
sus coordenadas numéricas calculadas, a fin de realizar su
trabajo en forma exacta, sin dar lugar a excesos o defectos que
pudieran lesionar derechos no comprendidos dentro de los límites
de los terrenos de que se trata (foja 551 y subsecuentes del tomo
II de los cuadernos de amparo).
Mediante proveído de fecha seis de marzo de mil
novecientos ochenta y seis, el Juez de Distrito requirió a la
autoridad responsable el cumplimiento a la ejecutoria de amparo
(foja 570 del Tomo II de los cuadernos de amparo).
El autorizado del quejoso, en términos del artículo 27 de la
Ley de Amparo, mediante escrito de fecha tres de abril de mil
novecientos ochenta y seis, presentado el siete siguiente, ante el
Juzgado del conocimiento, hizo las siguientes manifestaciones:
PÁG.
54
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
“AMPARO 89/80.- RAFAEL URIBE ÁLVAREZ. --- C.
JUEZ
QUINTO
DE
DISTRITO
DEL
DISTRITO
FEDERAL EN MATERIA PENAL. --- JOAQUÍN
ORTEGA ARENAS, autorizado por la quejosa en
términos del artículo 27 de la Ley de Amparo, con
todo respeto digo: --- Que desahogando la vista
ordenada en auto de 25 de marzo actual, manifiesto
que, este H. Juzgado por auto dictado el día SEIS
DE FEBRERO DE MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y
CUATRO, concedió a la responsable un ‘…término
perentorio…’ de QUINCE DÍAS para que proveyere
a la ejecución de la sentencia dictada en este juicio
y Queja 5/83 y han transcurrido ya OCHOCIENTOS
CINCUENTA Y UN DÍAS MÁS A PARTIR DE QUE
ESE TÉRMINO VENCIÓ, sin que se ejecute la
sentencia, debido a una serie de evasivas de la
autoridad responsable que imputa a terceros
extraños la falta de cumplimiento de la ejecutoria,
NO OBSTANTE QUE LEGALMENTE SÓLO EL JUEZ
SEXTO PENAL DEL D.F. ESTÁ OBLIGADO A ESE
CUMPLIMIENTO,
Y
A
TOMAR
CUANTA
PROVIDENCIA SEA NECESARIA PARA ELLO, SIN
INMISCUIR A NADIE MÁS. --- Ahora bien, los
predios San Juan, Santa María y Buenavista cuya
posesión debe ser restituida al quejoso, HOY SON
DENOMINADOS
FRACCIONAMIENTO
RESIDENCIAL CAFETALES tal como se desprende
del certificado de ‘posesión de buena fé’ que
autoridades del Departamento del Distrito Federal
PÁG.
55
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
están expidiendo y de los que obra en autos una
copia exhibida por mi, y ese fraccionamiento, ESTÁ
COMPRENDIDO
ENTRE
LAS
CALLES
DENOMINADAS Calzada de las Bombas por el
norte,
Yucuchito,
por
el
sur,
Universidad
Metropolitana por el Oriente y Santa Cecilia por el
Poniente, el predio Buenavista, y los predios Santa
María y San Juan unidos actualmente, por el Norte
con calle Tepetlapa, por el Sur, Calzada de las
Bombas, por el Oriente, Calle Santa Cecilia y por el
Poniente calle Cacahoatan, y su localización sólo
requiere la lectura del nombre de dichas calles, sin
necesidad de coordenadas ni pretextos de ninguna
especie, y sin que la lectura de dichos nombres
requiera por otra parte de ser realizada por peritos
que el Juez responsable no puede designar. --- Es
evidente que la Autoridad Responsable se niega a
cumplir con la sentencia dictada por medio de
razones ineficaces y evasivas, por lo que debe
tener aplicación en el presente caso la Tesis
Jurisprudencial Número 108 de la Primera Parte de
la Compilación de Jurisprudencia de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación de 1917 a 1975
PLENO, que señala, SENTENCIAS DE AMPARO,
DESOBEDIENCIA A LAS.- Cuando en el juicio de
amparo
se
comprueba
que
la
autoridad
responsable se niega a cumplir con la sentencia
dictada, por medio de razones ineficaces o de
evasivas, es procedente aplicarle la sanción a que
PÁG.
56
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
se refiere la fracción XI (sic) del artículo 107
constitucional, separando a dicha autoridad de su
cargo, y consignando los hechos para los efectos
correspondientes.
---
Cabe
aclarar
que,
el
Fraccionamiento Residencial Cafetales, se ubicó en
el lugar en que se encuentra merced a una
diligencia de apeo y deslinde llevada a cabo por la
Empresa Fraccionadora Cafetales, S.A., y que esos
son
precisamente
los
predios
que
fueron
arrebatados al quejoso con motivo del auto de
formal prisión dictado en su contra en el proceso
de que emanan los actos reclamados y que la
autoridad responsable DEBE RESTITUIRLE. --- Por
lo expuesto, A UD. C. JUEZ ATENTAMENTE PIDO
SE SIRVA: --- PRIMERO.- Tener por desahogada la
vista que se ordenó en auto de 26 de marzo del
corriente año en los términos del presente escrito. --
SEGUNDO.-
Proveer
sobre
las
peticiones
contenidas en escritos exhibidos por la parte que
represento y que con motivo de la vista ordenada
han
quedado
pendientes.
---
TERCERO.-
En
atención a que las maniobras de que se ha valido la
autoridad responsable para rehuir el cumplimiento
de la sentencia de amparo son a todas luces
ineficaces y evasivas ya que no es dable creer que
durante más de dos años ‘…no haya logrado…’
localizar el predio del que despojó sin dificultades
de ninguna especie al quejoso, proceder en su
contra en la forma que señalan la fracción IX (sic)
PÁG.
57
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
del
artículo
107
constitucional
y
la
Tesis
Jurisprudencial que invoco con apoyo en el artículo
192 de la Ley de Amparo. --- México, D.F., a 3 de
abril de 1986. --- FIRMA” (fojas 607 del tomo II de los
cuadernos de amparo).
En auto de fecha veinte de mayo de mil novecientos ochenta
y seis, el Juez de Distrito ordenó se requiriera al entonces Jefe del
Departamento del Distrito Federal y al Delegado Político en
Coyoacán, para que le remitiera los planos autorizados de los
predios “San Juan”, “Santa María” y “Buena Vista”, conocidos
actualmente como “Fraccionamiento Residencial Cafetales”, a fin
de continuar con el procedimiento de ejecución de la sentencia de
amparo (fojas 610 y 611 del tomo II de los cuadernos de amparo).
El requerimiento anterior fue reiterado mediante auto de
fecha veintidós de septiembre de mil novecientos ochenta y seis
(foja 624 del tomo II de los cuadernos de amparo).
En auto de fecha doce de febrero de mil novecientos
ochenta y siete, el Juez de Distrito tuvo por recibido del Jefe de la
Unidad Departamental de Servicios Jurídicos de la Delegación
Coyoacán, el plano relativo al “Fraccionamiento Residencial
Cafetales” y ordenó remitir copia del mismo al Juez responsable
(foja 640 del tomo II de los cuadernos de amparo).
En auto de fecha dieciséis de marzo de mil novecientos
ochenta y siete, el
Juez de Distrito requirió a la autoridad
responsable para que le informara las medidas que hubiera
PÁG.
58
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
tomado para el debido cumplimiento a la ejecutoria de amparo
(foja 646 frente y vuelta del tomo II de los cuadernos de amparo).
Mediante escrito de fecha veintitrés de febrero de mil
novecientos ochenta y siete, presentado el día cuatro de marzo
siguiente ante el Juzgado de Distrito del conocimiento, los
integrantes de la Mesa Directiva de la “Asociación de Adquirentes
y Residentes del Fraccionamiento Cafetales”, Asociación Civil,
solicitaron que se declarara inejecutable la sentencia de amparo,
respecto de la restitución de los predios (fojas 649 a 658 del tomo
II de los cuadernos de amparo).
En auto de fecha diecinueve de marzo de mil novecientos
ochenta y siete, el a quo negó la anterior petición, en virtud de
que la sentencia de amparo se encontraba en vías de ejecución
(foja 661 del tomo II de los cuadernos de amparo).
Por oficio número nueve, de fecha veinticuatro de abril de
mil novecientos ochenta y siete, el Juez Trigésimo Noveno Penal
del Distrito Federal, por Ministerio de Ley informó al Juez de
Distrito que el día trece del mes y año citados, el expediente
302/79, del que derivan los actos reclamados, se radicó
definitivamente en ese Juzgado (foja 669 del tomo II de los
cuadernos de amparo).
En proveído de fecha dieciséis de diciembre de mil
novecientos ochenta y ocho, el Juez de Distrito ordenó que las
subsecuentes notificaciones se hicieran al Juez oficiante, en su
carácter de autoridad responsable. Posteriormente, en acuerdo
PÁG.
59
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
de fecha veintiséis de mayo de mil novecientos ochenta y nueve
el a quo le confirió expresamente el carácter de autoridad
responsable substituta (fojas 673 y 689 del tomo II de los
cuadernos de amparo).
Por auto de fecha ocho de junio de mil novecientos noventa
y cinco, el Juez de Distrito determinó que no se había cumplido la
ejecutoria de amparo y ordenó la remisión de los autos del juicio
de amparo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para los
efectos del artículo 107, fracción XVI, de la Constitución General
de la República (foja 744 frente y vuelta del tomo II de los
cuadernos de amparo).
SÉPTIMO.- Mediante proveído de fecha veintinueve de junio
de mil novecientos noventa y cinco, el Presidente de este Alto
Tribunal, ordenó formar y registrar el presente incidente de
inejecución de sentencia con el número 73/95 (foja 2 del
expediente de inejecución).
Por auto de fecha tres de julio de mil novecientos noventa y
cinco, se turnó el asunto, para su estudio, al Señor Ministro Juan
Díaz Romero, a fin de que formulara el proyecto respectivo (foja 4
del expediente de inejecución).
Mediante dictamen de fecha veintiuno de junio de mil
novecientos noventa y seis, el Señor ministro Ponente solicitó el
envío del expediente a la Sala de su adscripción, para que se
efectuaran los trámites que en derecho procedieran (foja 19 del
expediente de inejecución).
PÁG.
60
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
En atención a lo solicitado en el dictamen referido, el
Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
mediante proveído de fecha ocho de enero de mil novecientos
noventa y siete, envió los autos a la Segunda Sala, para los
efectos
legales conducentes
(foja 20 del expediente de
inejecución).
En acuerdo de fecha nueve de enero de mil novecientos
noventa y siete, se tuvieron por recibidos los autos en la Segunda
Sala, y en la misma fecha, su Presidente ordenó devolverlos al
Ministro relator (foja 21 del expediente de inejecución).
El presente asunto fue listado el diez de enero de mil
novecientos noventa y siete, y en la sesión celebrada el día
diecisiete del mismo mes y año, la Segunda Sala, por unanimidad
de cinco votos de los Ministros integrantes, acordó su
aplazamiento (foja 22 el expediente de inejecución).
CONSIDERANDO:
PRIMERO.- Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, es legalmente competente para conocer y
resolver este incidente de inejecución de sentencia, de
conformidad con lo dispuesto por los artículos 107, fracción XVI,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 105
de la Ley de Amparo; 11, fracción V, y 21, fracción XI, de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación; y punto tercero,
fracción IV, del Acuerdo Plenario 1/1997, aprobado el día
PÁG.
61
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
veintisiete de mayo de mil novecientos noventa y siete, toda vez
que no se está en el caso de aplicar las sanciones establecidas
en el precepto constitucional citado, en virtud de que deben
devolverse los autos del juicio de amparo indirecto número
89/80, del que deriva este incidente de inejecución de sentencia,
al Juzgado Quinto de Distrito en Materia Penal en el Distrito
Federal, a fin de que el a quo se pronuncie sobre las causas de
imposibilidad material y legal para cumplir la ejecutoria de
amparo, que invocan las autoridades responsables.
SEGUNDO.- Previamente al estudio correspondiente, es
necesario exponer algunas consideraciones acerca de la
procedencia del incidente de inejecución de sentencia, conforme
a los últimos criterios establecidos sobre el tema, por esta
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En la sesión pública celebrada el día doce de enero del año
dos mil, se resolvió por mayoría de cuatro votos a favor, el
incidente de inejecución de sentencia número 408/2000, deducido
del juicio de amparo indirecto 1451/98 en el cual es quejoso
Alejandro Morales Mega.
En ese asunto, se estableció, esencialmente, que cuando en
un juicio de amparo que se remite a este Máximo Tribunal como
incidente de inejecución por incumplimiento a una ejecutoria,
preexiste un recurso de queja por defecto en la ejecución de la
sentencia de amparo, dicho incidente de inejecución de sentencia
sólo es improcedente cuando la queja se declara infundada por el
tribunal que conoce del juicio de garantías, porque esa
PÁG.
62
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
determinación implica un pronunciamiento expreso respecto a que
los deberes impuestos por el fallo constitucional se han acatado
cabalmente, lo que no sucede cuando el recurso de queja se
declara
fundado,
porque
en
este
caso,
las
autoridades
responsables están obligadas a cumplir tanto la sentencia de
amparo, como la resolución que declara fundada la queja y ante
la omisión de hacerlo, la vía idónea para determinar si existe
incumplimiento de los deberes impuestos por la ejecutoria es,
precisamente, el incidente de inejecución de sentencia, pues de lo
contrario, se dejaría en estado de indefensión al agraviado.
El caso a estudio encuadra, por identidad de razón, dentro
del primero de los supuestos a que se ha hecho referencia, en
razón de que en el juicio de amparo 89/80, del que deriva este
incidente de inejecución de sentencia, preexiste el recurso de
queja número Q.P.- 5/83, promovido por el quejoso, en contra del
proveído de fecha veintiséis de abril de mil novecientos ochenta y
tres, por virtud del cual el Juez de Distrito negó la petición del
inconforme para que se le restituyera en la posesión de los
predios objeto de la acusación de la cual fue objeto, y dicho
recurso lo declaró fundado el entonces único Tribunal Colegiado
en Materia Penal del Primer Circuito, mediante resolución de
fecha veintinueve de agosto de mil novecientos ochenta y tres, a
fin de que el Juez de Distrito requiriera al responsable, para que
restituyera al quejoso en la posesión de los predios relativos, para
dar cumplimiento, de esta manera, al artículo 80 de la Ley de
Amparo.
PÁG.
63
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
En la resolución pronunciada en este recurso, se interpretó
la ejecutoria de amparo, se precisaron sus alcances y los actos
que debían requerirse a las autoridades responsables para darle
cumplimiento y es precisamente la falta de cumplimiento a ese
recurso de queja, lo que motivó al Juez de Distrito para remitir los
autos del juicio de amparo indirecto a esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, como incidente de inejecución de sentencia,
en virtud de que no obstante los diversos requerimientos
formulados, las autoridades responsables no habían logrado
restituir al quejoso en la posesión de los predios relativos.
De esta manera, aunque técnicamente no se está en el caso
del recurso de queja por exceso o defecto en el cumplimiento de
la sentencia de amparo, previsto en la fracción IX del artículo 95
de la Ley de Amparo, sino en el de la fracción VI del numeral
invocado, porque dicho medio de impugnación se promovió contra
una resolución del Juez de Distrito que no admite expresamente
el recurso de revisión y por su naturaleza trascendental y grave
causa un perjuicio no reparable en la sentencia definitiva, el
incidente es procedente, pues en el recurso de queja se interpretó
la ejecutoria y se precisaron los actos que debían realizar las
autoridades responsables para darle cumplimiento, en términos
del artículo 80 de la ley de la materia.
En esa tesitura, conforme a lo resuelto mayoritariamente por
esta Segunda Sala, en el incidente de inejecución de sentencia
número 408/2000 ésta es la vía idónea para determinar si la
autoridad responsable es o no contumaz para acatar la ejecutoria
de amparo y lo resuelto en la queja número Q.P.- 5/83.
PÁG.
64
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Sobre el particular, debe decirse que
la Ley de Amparo
establece diversos procedimientos para lograr el cumplimiento de
las sentencias que conceden la protección de la Justicia Federal,
entre los cuales se halla el que interesa al presente estudio, que
es el incidente de inejecución de sentencia.
En el caso propio de la figura de la inejecución de sentencia,
como uno de esos procedimientos para lograr el cumplimiento de
las ejecutorias de amparo, debe decirse que los artículos 104, 105
y 108, todos de la Ley de Amparo, establecen en lo que interesa,
respectivamente, lo siguiente:
“Artículo 104.- En los casos a que se refiere el
artículo 107, fracciones VII, VIII y IX, de la
Constitución Federal, luego que cause ejecutoria la
sentencia en que se haya concedido el amparo
solicitado, o que se reciba testimonio de la
ejecutoria dictada en revisión, el juez, la autoridad
que haya conocido del juicio
o el Tribunal
Colegiado de Circuito, si se interpuso revisión
contra la resolución que haya pronunciado en
materia de amparo directo, la comunicará, por oficio
y
sin
demora
alguna,
a
las
autoridades
responsables para su cumplimiento y la harán saber
a las demás partes. --- En casos urgentes y de
notorios
perjuicios
para
el
quejoso,
podrá
ordenarse por la vía telegráfica el cumplimiento de
la
ejecutoria,
sin
perjuicio
de
comunicarla
PÁG.
65
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
íntegramente, conforme al párrafo anterior. --- En el
propio oficio en que se haga la notificación a las
autoridades responsables, se les prevendrá que
informen sobre el cumplimiento que se dé al fallo de
referencia.”
“Artículo 105.- Si dentro de las veinticuatro horas
siguientes a la notificación a las autoridades
responsables la ejecutoria no quedare cumplida,
cuando la naturaleza del acto lo permita o no se
encontrase en vías de ejecución en la hipótesis
contraria, el juez de Distrito, la autoridad que haya
conocido del juicio o el Tribunal Colegiado de
Circuito, si se trata de revisión contra resolución
pronunciada
en
materia
de
amparo
directo
requerirán, de oficio o a instancia de cualquiera de
las partes, al superior inmediato de la autoridad
responsable para que obligue a ésta a cumplir sin
demora la sentencia; y si la autoridad responsable
no tuviere superior, el requerimiento se hará
directamente a ella. Cuando el superior inmediato
de
la
autoridad
requerimiento,
y
responsable
tuviere,
a
no
su
atendiere
vez,
el
superior
jerárquico, también se requerirá a este último.
Cuando no se obedeciere la ejecutoria, a pesar de
los requerimientos a que se refiere el párrafo
anterior, el Juez de Distrito, la autoridad que haya
conocido del juicio o el Tribunal Colegiado de
Circuito, en su caso, remitirá el expediente original
PÁG.
66
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
a la Suprema Corte de Justicia, para los efectos del
artículo 107, fracción XVI, de la Constitución
Federal, dejando copia certificada de la misma y de
las
constancias
procurar
su
que
fueren
exacto
y
necesarias
debido
para
cumplimiento,
conforme al artículo 111 de esta ley...”
“Artículo 108.- ...Cuando se trate de la repetición del
acto reclamado,
así
como
en
los
casos de
inejecución de sentencia de amparo a que se
refieren los artículos anteriores, la Suprema Corte
de Justicia determinará, si procediere, que la
autoridad
responsable
quede
inmediatamente
separada de su cargo y la consignará al Ministerio
Público para el ejercicio de la acción penal
correspondiente.”
Existe inejecución a la sentencia de amparo, cuando a pesar
de los medios utilizados y de los requerimientos efectuados tanto
a las autoridades responsables, como a sus superiores
jerárquicos, cuando los hubiere, para lograr el cumplimiento de la
ejecutoria de amparo, esto no se logra debido a la contumacia de
las autoridades obligadas a acatarla. En otras palabras, existe
desacato a la sentencia de amparo, cuando las autoridades
vinculadas al cumplimiento, abiertamente o con evasivas, se
abstienen totalmente de obrar en el sentido ordenado por la
sentencia, o bien, cuando no realizan la prestación de dar, hacer,
o no hacer, que constituye el núcleo esencial de la garantía que
se estimó infringida en la sentencia, sino que
realizan actos
PÁG.
67
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
intrascendentes, secundarios o poco relevantes para lograr su
acatamiento, y conforme a lo resuelto en el incidente de
inejecución de sentencia 408/2000, cuando preexiste un recurso
de queja fundado al cual no se ha dado cumplimiento.
En esa virtud, si el Tribunal que conoció y resolvió el amparo
estima que la ejecutoria no se ha cumplido, a pesar de los
requerimientos dirigidos a las autoridades responsables y, en su
caso, a su superior o superiores jerárquicos, cuando los hubiere,
en términos de lo dispuesto por el artículo 105 de la Ley
Reglamentaria, remitirá los autos a la Suprema Corte de Justicia
de la Nación para que se inicie el incidente de inejecución de
sentencia, que puede conducir a la destitución de las autoridades
contumaces
(la
directamente
responsable
y
su
superior
jerárquico) y su consignación ante el Juez de Distrito, según lo
establecen los artículos 107, fracción XVI, Constitucional, 105 y
108 de la Ley de Amparo.
Ello permite establecer que son dos las fases procesales, y
dos, también, las autoridades judiciales federales que deben
intervenir en el procedimiento de ejecución de una sentencia de
amparo.
La primera fase, corresponde al tribunal que conoció del
amparo y comprende la adecuación de medidas tendientes al
logro de la ejecución del fallo constitucional, la cual concluye, bien
sea con la atención a los requerimientos de ejecución del fallo
protector por parte de las autoridades responsables, o sus
superiores jerárquicos, o bien, con la remisión de los autos a la
PÁG.
68
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Suprema Corte de Justicia de la Nación, ante el desacato a los
requerimientos formulados para que se ejecute la sentencia de
amparo.
La segunda fase, sucede necesariamente ante esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien decidirá si
procede, o no, la aplicación de las sanciones establecidas en el
precepto supracitado, esto es, la separación de las autoridades
contumaces del cargo y su consignación ante el Juez de Distrito
correspondiente. Esta es, por excelencia, la
finalidad de la
tramitación del incidente de inejecución de sentencia, pues
habiéndose agotado por los tribunales de amparo todas las
medidas para obtener el cumplimiento de la ejecutoria, sin que
este propósito se logre, entones corresponde a la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, intervenir para decidir lo procedente
acerca de la aplicación de las sanciones previstas en el artículo
107, fracción XVI, de la Constitución General de la República.
Son ilustrativos de lo anterior, los siguientes criterios:
La tesis aislada número P.LXIV/95, sustentada por el
Tribunal en Pleno, visible en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo II, octubre de mil
novecientos noventa y cinco, página ciento sesenta, de rubro y
tenor:
“SENTENCIAS DE AMPARO. PROCEDIMIENTOS
PREVISTOS EN LA LEY DE AMPARO PARA
LOGRAR
SU
CUMPLIMIENTO.-
El
sistema
PÁG.
69
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
dispuesto por la Ley de Amparo para lograr el
cumplimiento de las sentencias que concedan la
Protección
Federal
procedimientos,
se
compone
excluyentes
de
entre
diversos
sí,
cuya
procedencia depende de que se actualice alguno de
los siguientes supuestos: 1o. Desacato a la
sentencia
de
amparo
cuando
la
autoridad
responsable, abiertamente o con evasivas, se
abstiene
totalmente
de
obrar
en
el
sentido
ordenado por la sentencia, o bien no realiza la
prestación de dar, hacer o no hacer que constituye
el núcleo esencial de la garantía que se estimó
violada en la sentencia, sino que desarrolla actos
que resultan intrascendentes, secundarios o poco
relevantes para dicho cumplimiento. En este
supuesto: a) Si el Juez o Tribunal que conoce del
asunto declara que no se ha cumplido la sentencia
a pesar de los requerimientos dirigidos a la
autoridad responsable y a su superior jerárquico
(artículo 105, primer párrafo), remitirá de oficio el
asunto a la Suprema Corte, iniciándose el incidente
de inejecución (artículo 105, segundo párrafo) que
puede conducir a la destitución de la autoridad
responsable en términos del artículo 107, fracción
XVI, constitucional; b) Si el Juez o Tribunal
resuelve que la responsable cumplió la sentencia,
procede la inconformidad en contra de su decisión
(artículo 105, tercer párrafo), cuya resolución
podría conducir a la destitución de la autoridad
PÁG.
70
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
responsable y su consignación ante un Juez de
Distrito, si la Suprema Corte comprueba que ésta
incurrió en evasivas o procedimientos ilegales para
incumplir, dando la apariencia de acatamiento; c) Si
el quejoso elige que la sentencia de amparo se dé
por
cumplida
mediante
el
pago
de
una
indemnización, procede el incidente de pago de
daños y perjuicios (artículo 105, último párrafo). 2o.
Cumplimiento
excesivo
o
defectuoso
de
la
sentencia de amparo. En este supuesto, el quejoso
puede acudir al recurso de queja en contra de los
actos de la autoridad responsable (artículo 95,
fracciones II y IV) y en contra de la resolución que
llegue a dictarse, procede el llamado recurso de
queja de queja (artículo 95, fracción V), cuya
resolución
no
admite
a
su
vez
medio
de
impugnación alguno. 3o. Repetición del acto
reclamado cuando la autoridad reitera la conducta
declarada inconstitucional por la sentencia de
amparo. En este supuesto: a) Si el Juez o Tribunal
resuelve
que
la
autoridad
incurrió
en
esta
repetición, procede el envío de los autos a esta
Suprema Corte para que determine si es el caso de
imponer
la
sanción
de
destitución
y
su
consignación ante un Juez de Distrito; b) Si el Juez
o Tribunal resuelve que la autoridad no incurrió en
repetición
del
acto
reclamado,
procede
la
inconformidad en contra de su decisión (artículo
108), cuya resolución podría conducir, en caso de
PÁG.
71
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
ser fundada, y una vez agotados los trámites
legales, a la destitución de la autoridad y a la
consignación señalada. En estos supuestos, los
procedimientos
que
destitución
la
de
podrían
autoridad
conducir
a
la
responsable
se
tramitarán sin perjuicio de las medidas que deban
tomarse hasta obtener el cumplimiento del fallo
protector.”
Tesis aislada registrada con el número doscientos treinta y
tres mil ochocientos treinta y nueve, consultable en el Semanario
Judicial de la Federación, Séptima Época, Volumen Doce,
Primera Parte, página treinta y tres, cuyo contenido es el
siguiente:
“SENTENCIAS DE AMPARO, INEJECUCIÓN DE
LAS.- Según los artículos 105, 106 y 108 de la Ley
de Amparo, y la fracción XVI del artículo 107
constitucional, dos son las fases procesales a
seguir, y dos las autoridades Judiciales federales a
intervenir, para los casos de imputación de
desobediencia a las sentencias dictadas en juicio
de
amparo
directo
o
indirecto.
La
primera
corresponde a la autoridad judicial federal que
conoció del juicio y comprende la adopción de
medidas tendientes al logro de la ejecución de la
sentencia, la que concluye, bien con la atención a
los requerimientos de ejecución del fallo protector,
o bien con el envío a la H. Suprema Corte de los
PÁG.
72
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
autos y remisión del informe en los términos
previstos por el artículo 108 de la Ley de Amparo
sobre la contumacia apreciada. Es propiamente
este segundo procedimiento que sucede a la
consignación de la contumacia lo que constituye el
incidente de inejecución de sentencia en el que la
H. Suprema Corte de Justicia, funcionando en
Pleno, decidirá si procede o no la adopción de las
dos severas medidas previstas por la fracción XVI
del artículo 107 constitucional, que son las mismas
que señala el artículo 108 de la Ley de Amparo.
Luego si la Tercera Sala de esta Suprema Corte,
con posterioridad al acuerdo de presidencia que
ordenó se le enviara un expediente para los efectos
de los artículos 106, 108 y 112 de la Ley de Amparo,
acuerda con plena jurisdicción, que se reitere al
Tribunal responsable el envío del informe que la
presidencia le tiene solicitado en relación a la
desatención de la ejecutoria de amparo que se le
atribuye, y conmina a la misma responsable con
imponerle una multa y, posteriormente acuerda
declarar sin materia el incidente de inejecución de
sentencia en atención a que el tribunal responsable
había acreditado que quedó cumplimentada la
ejecutoria de amparo respectiva, es de reconocer
que la Sala actúa con plenas facultades para
apreciar el acatamiento de la ejecutoria de amparo
y dar por concluido el asunto mandándolo archivar,
pues en esas circunstancias esta H. Suprema Corte
PÁG.
73
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
carece
conocer
de
los
de
la
presupuestos
necesarios
contumacia
para
atribuida
a
la
responsable y desestimada por el órgano judicial
federal competente como lo es quien conoció del
juicio
constitucional.
La
desestimación
del
incumplimiento de una ejecutoria de amparo por
parte de una de las Salas de esta H. Suprema Corte
o bien por un tribunal colegiado de circuito, por no
admitir recurso alguno, da lugar a que el asunto
concluya con la declaración de acatamiento del
fallo.”
Tesis número P. LXV/95 del Tribunal en Pleno, consultable
en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, Tomo II, octubre de mil novecientos noventa y cinco,
página ciento dieciséis, de rubro y tenor:
“INCIDENTES
DE
INEJECUCIÓN
E
INCONFORMIDAD. PARA ESTIMAR QUE EXISTE
‘PRINCIPIO
DE
EJECUCIÓN’
QUE
HAGA
PROCEDENTE LA QUEJA, NO BASTAN ACTOS
PRELIMINARES O PREPARATORIOS, SINO LA
REALIZACIÓN DE AQUÉLLOS QUE TRASCIENDEN
AL NÚCLEO
ESENCIAL
DE
LA
OBLIGACIÓN
EXIGIDA, CON LA CLARA INTENCIÓN DE AGOTAR
EL CUMPLIMIENTO. Este tribunal decide apartarse
del criterio sostenido en la tesis que con el título
de: ‘INCONFORMIDADES PREVISTAS POR EL
TERCER PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 105 DE LA LEY
PÁG.
74
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
DE AMPARO E INCIDENTES DE INEJECUCIÓN DE
SENTENCIA, REQUIEREN, COMO PRESUPUESTO
NECESARIO, LA IMPUTACIÓN DE UNA ACTITUD
ABSTENCIONISTA TOTAL POR PARTE DE LA
AUTORIDAD RESPONSABLE PARA ACATAR LA
EJECUTORIA DE AMPARO’, está publicada en el
Apéndice al Semanario Judicial de la Federación de
mil novecientos ochenta y ocho, Primera Parte,
página ochocientos veintiocho, pues un nuevo
examen de la fracción XVI del artículo 107
constitucional vigente, en relación con el sistema
previsto en la Ley de Amparo para lograr el
cumplimiento
de
las
sentencias
protectoras,
específicamente en sus artículos 95, fracciones II a
V, 105, 106 y 107, muestra que los incidentes de
inejecución y de inconformidad deben estimarse
procedentes no sólo en el supuesto de que exista
una abstención total de la autoridad responsable
obligada a cumplir la sentencia, sino también en
aquellos casos en que dicha autoridad realiza actos
que no constituyen el núcleo esencial de la
prestación en la cual se traduce la garantía que se
estimó violada en la sentencia, es decir, que se
limita
a
desarrollar
actos
intranscendentes,
preliminares o secundarios que crean la apariencia
de que se está cumpliendo el fallo, toda vez que
sólo admitiendo la procedencia de tales incidentes,
se hace efectivo el derecho del quejoso de someter
a la consideración de este alto tribunal la conducta
PÁG.
75
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
de la autoridad responsable que a través de
evasivas y actos de escasa eficacia, pretende eludir
el cumplimiento del fallo protector, lo que no podría
lograrse a través del recurso de queja por defecto o
exceso en la ejecución, ya que su substanciación
en ningún caso conduciría a imponer la sanción
prevista en el precepto constitucional en cita; en
este sentido, habrá ‘principio de ejecución’ y serán
improcedentes por tal motivo los incidentes de
inejecución y de inconformidad, por surtirse los
supuestos del recurso de queja, cuando se advierta
que la autoridad responsable ha realizado cuando
menos en parte, aquella prestación que es la
esencial para restituir al quejoso en el goce de la
garantía violada, considerando la naturaleza del
bien fundamentalmente protegido o resguardado
en la ejecutoria de amparo, que es el núcleo de la
restitución en la garantía violada, el tipo de actos u
omisiones de las autoridades necesarias para
restaurar ese bien protegido y su sana intención de
acatar el fallo.”
TERCERO.- En concordancia con los conceptos expuestos
en el considerando que precede, y entrando ya en materia, debe
decirse que este incidente de inejecución de sentencia se formó
originalmente, porque el Juez Quinto de Distrito en Materia Penal
en el Distrito Federal, mediante proveído de fecha ocho de junio
de mil novecientos noventa y cinco, ordenó la remisión de los
autos del juicio de amparo indirecto número 89/80 a esta
PÁG.
76
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Suprema Corte de Justicia de la Nación, al considerar que “… a
la fecha no se ha logrado dar cumplimiento a la ejecutoria
pronunciada por el Primer Tribunal Colegiado del Primer
Circuito en Materia Penal, dentro del recurso de revisión
115/80, así como del recurso de queja número 5/83 resuelto
por el proprio Tribunal Colegiado, en donde se ordena la
restitución
al quejoso RAFEL URIBE ÁLVAREZ de la
posesión de los predios denominados ‘Santa María’, ‘San
Juan’ y ‘Buena vista’, de la Exhacienda de Coapa, Distrito
Federal, dando
cabal cumplimiento, a lo que establece el
artículo 80 de la Ley de la Materia,... ", por lo que, en principio,
debe decirse que la finalidad de la tramitación de este incidente
consiste en analizar si existe desacato a la sentencia de amparo,
con el propósito de determinar si procede, o no, la separación del
cargo de las autoridades responsables contumaces y su
consignación ante el Juez de Distrito correspondiente, en
términos de los preceptos relativos de la Constitución General de
la República, de la Ley de Amparo, y de las jurisprudencias y
tesis citadas con antelación.
Sin embargo, esta Segunda Sala advierte que desde el
procedimiento de ejecución de la sentencia de amparo ante el
Juez de Distrito y también durante la tramitación de este incidente
de inejecución de sentencia, las autoridades responsables en
turno adujeron diversas causas de imposibilidad material y legal
para cumplir la ejecutoria, sin que el a quo se hubiera
pronunciado respecto de ellas, lo cual motiva que deban
devolverse los autos del juicio de amparo indirecto número 89/80,
al Juzgado Quinto de Distrito en Materia Penal en el Distrito
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77
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Federal, a fin de que su titular se pronuncie sobre los
impedimentos alegados para acatar la ejecutoria de amparo, que
esgrimen las autoridades responsables.
Por razón de método en la exposición, y con el propósito de
lograr una mejor comprensión del caso a estudio, es necesario
precisar sus antecedentes, en la parte que al mismo trasciende.
Rafael Uribe Álvarez, por su propio derecho, promovió el
juicio de amparo indirecto número 89/80, ante el Juzgado Quinto
de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal, en contra del
Juez Sexto de lo Penal del Distrito Federal y de la Sexta Sala del
Tribunal Superior de Justicia, también del Distrito Federal, a
quienes reclamó, respectivamente, el auto de formal prisión de
fecha nueve de noviembre de mil novecientos setenta y nueve,
decretado en su contra en la causa penal número 302/79, por los
delitos de uso de documento falso, fraude y despojo, éste último
cometido respecto de dos predios de ciento cincuenta y cinco mil
y doscientos veintidós mil metros cuadrados de la Exhacienda de
Coapa, en la Ciudad de México, Distrito Federal y, la sentencia
de fecha dos de abril de mil novecientos ochenta, pronunciada en
el toca 996/79 que confirmó aquel auto de término constitucional.
Conviene precisar que en los actos reclamados se
consideró, esencialmente, lo siguiente:
Que el cuerpo del delito de despojo previsto en el artículo
395, fracción I, del Código Penal se acreditó en virtud de que
“Fraccionadora Cafetales”, Sociedad Anónima es propietaria de
PÁG.
78
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
los terrenos denominados “San Juan”, “Santa María” y “Buena
Vista” de la Colonia Agrícola Benito Juárez, Hacienda de Coapa,
Delegación Coyoacán en México Distrito Federal; que el día once
de junio de mil novecientos setenta y nueve Juan Soriano Cerda,
en su carácter de representante legal de la persona moral
mencionada pretendió instalar una caseta de vigilancia en esos
predios, lo cual no pudo llevar a cabo en virtud de que el señor
Juan Rodríguez Mancera, le indicó que se encontraba en
propiedad ajena, en virtud de que el señor Rafel Uribe Álvarez,
adquirió los predios mediante los juicios de prescripción
adquisitiva números 301/71 y 302/71 del índice del Juzgado
Tercero de lo Civil del Distrito Federal, y que los cuidaba por
instrucciones de este último, asimismo, que en el mes de junio
del año de mil novecientos setenta y nueve, se instaló
definitivamente en los terrenos habitando una construcción
existente en los mismos.
Respecto del cuerpo del delito de uso de documento falso, a
que se refiere el artículo 246, fracción VII, del Código Penal
aplicable, que este se acreditó porque para justificar sus derechos
de propiedad alegados sobre los predios controvertidos, el
inculpado Rafael Uribe Álvarez utilizó para su inscripción en el
Registro Público de la Propiedad y del Comercio del Distrito
Federal, dos copias certificadas de actuaciones que dijo
correspondían a los juicios de prescripción adquisitiva números
301/71 y 302/71, del índice del Juzgado Tercero de lo Civil del
Distrito Federal, sin embargo que estos expedientes en realidad
corresponden
a
las
diligencias
de
jurisdicción
voluntaria
promovidas ambas por Jamich Rosas Limnantour y dirigidas, la
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79
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
primera a Raúl Cáceres, Sociedad Anónima y la segunda, a
Rafael Saenz Oliva; que los procedimientos supuestamente
incoados por el quejoso en contra de Carmen Sánchez de Algara
y del Director del Registro Público de la Propiedad y del Comercio
del Distrito Federal, tampoco están registrados con otros números
ni existe publicación alguna en el Boletín Judicial de los acuerdos
que debieron haberse dictado en caso de haber existido los
expedientes. Asimismo, porque la señora Carmen Sánchez de
Algara, en contra de quien se promovieron los juicios de
prescripción, falleció el día veinte de marzo de mil novecientos
treinta, lo cual evidenciaba la falsedad de los documentos
utilizados por el quejoso para inscribir a su nombre los terrenos
cuestionados.
Por lo que hace al cuerpo del delito de fraude, sancionado
por el artículo 386 del Código Penal aplicable, que éste se
acreditó porque no obstante que los terrenos controvertidos no
pertenecen al quejoso, sino a “Fraccionadora Cafetales”,
Sociedad Anónima, aquél instituyó un fideicomiso en favor del
Sindicato de la Secretaría de Programación y Presupuesto, sobre
el predio de doscientos veintidós mil metros cuadrados, a cambio
de lo cual obtuvo la cantidad de tres millones de pesos; e hipotecó
el otro inmueble de ciento cincuenta y cinco mil metros cuadrados
en favor de Ángel del Villar y éste, con la anuencia del quejoso
celebró un contrato de compraventa con el Sindicato de
Trabajadores de la Aviación, quien ha dado al quejoso doce
millones de pesos, a cuenta de la cantidad de setenta millones,
obteniendo así, un lucro indebido.
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80
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Finalmente, en las resoluciones reclamadas se estableció
que la presunta responsabilidad de Rafael Uribe Álvarez, en la
comisión de los delitos de uso de documento falso, fraude y
despojo, por los que fue consignado, se acreditó con los mismos
elementos
reseñados
precedentemente
para
tener
por
demostrado el cuerpos de los delitos relativos.
El a quo, en la sentencia constitucional de fecha veintidós de
agosto de mil novecientos ochenta, negó el amparo respecto
auto de formal prisión y su confirmación por el delito de fraude,
al estimar que quedaron acreditados los elementos del cuerpo del
delito y la presunta responsabilidad del inculpado, aquí quejoso,
en virtud de que éste, valiéndose de las sentencias de las cuáles
no consta que sean auténticas, dictadas según dijo, por el Juez
Tercero de lo Civil del Distrito Federal en los juicios 301/71 y
301/72, logró que se inscribieran en el Registro Público de la
Propiedad y del Comercio los terrenos que en ellas se describen,
los cuáles aseveró la empresa ofendida son de su propiedad y el
quejoso celebró respecto de dichos terrenos operaciones con los
Sindicatos de la Secretaría de Programación y Presupuesto y el
de los Trabajadores de la Aviación, con lo cual percibió diversas
sumas de dinero, de manera que con estas conductas engañó a
otras personas y obtuvo un lucro indebido.
En cambio el Juez Federal otorgó el amparo y protección de
la Justicia Federal al quejoso en contra del auto de formal prisión
dictado en su contra únicamente por los delitos de uso de
documento falso y despojo.
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81
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
El a quo estimó ilegal el auto de término constitucional en
tanto declaró formalmente preso al quejoso por el delito de uso de
documento falso previsto en el artículo 246, fracción VII del
Código Penal aplicable, porque el uso de las copias certificadas
que el agraviado dijo haber obtenido de los juicios civiles números
301/71 y 301/72 fue el medio utilizado para la comisión del delito
de fraude, por lo que aquel ilícito se subsumía en este último.
También estimó ilegal el auto de formal prisión dictado al
quejoso por el delito de despojo previsto en el artículo 395,
fracción I, del Código Penal, pues consideró que la denunciante
no demostró que tuviera en su posesión los inmuebles relativos,
ni tampoco quedó acreditado que el quejoso se hubiera
apoderado de ellos, de propia autoridad, violenta o furtivamente o
empleando amenazas o engaños.
La sentencia constitucional fue impugnada en revisión tanto
por el quejoso en la parte en la cual le fue negado el amparo y por
la Sexta Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal,
en su carácter de autoridad responsable, en la parte en la cual
concedió al quejoso el amparo y protección de la Justicia Federal.
El
recurso
de
revisión
promovido
por
la
autoridad
responsable fue desechado por extemporáneo mediante proveído
del Presidente del entonces único Tribunal Colegiado del Primer
Circuito en Materia Penal y aún cuando la autoridad recurrente
interpuso en contra de esa determinación el recurso de
reclamación, este se declaró infundado mediante resolución de
fecha treinta y uno de marzo de mil novecientos ochenta y uno.
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82
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
De esta manera, el recurso de revisión sólo se admitió y
tramitó respecto del quejoso Rafael Uribe Álvarez.
Mediante resolución de fecha veinticuatro de noviembre de
mil novecientos ochenta y uno, pronunciada en el amparo en
revisión número RP.- 115/80, el Tribunal Colegiado declaró que
en el caso se actualizó la causal de improcedencia prevista por la
fracción XIII del artículo 73 de la Ley de Amparo, respecto del
auto de término constitucional pronunciado por el Juez Sexto de
lo Penal del Distrito Federal el día nueve de noviembre de mil
novecientos setenta y nueve; en virtud de que fue substituido
procesalmente con la sentencia interlocutoria que lo confirmó,
pronunciada por la Sexta Sala del Tribunal Superior de Justicia
del Distrito Federal al resolver el recurso de apelación hecho valer
por el quejoso, lo cual daba lugar al sobreseimiento del juicio
respecto de dicho acto, en términos del artículo 74, fracción III, de
la Ley de la Materia.
En esa virtud, el tribunal revisor decretó que el único acto
reclamado por el que subsistía el juicio de amparo era la
sentencia interlocutoria que confirmó el auto de formal prisión.
Sin embargo, el Tribunal Colegido determinó que al
pronunciarse sentencia definitiva en la causa penal, cambió la
situación jurídica del quejoso, de procesado a sentenciado, por lo
que no podían decidirse las violaciones reclamadas, sin afectar la
nueva situación jurídica creada.
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83
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Por lo tanto, el Tribunal Colegiado revocó la sentencia
constitucional en la parte impugnada, esto es, en aquella parte en
la cual negó al quejoso el amparo en contra del auto de formal
prisión por el delito de fraude y en su lugar decretó el
sobreseimiento, al estimar que se actualizó la causa de
improcedencia prevista por el artículo 73, fracción X, de la Ley de
Amparo.
De esta manera, la adminiculación de la sentencia
constitucional y la pronunciada en el recurso de revisión, llevan a
establecer que el juicio se sobreseyó respecto del auto de formal
prisión y su confirmación, por lo que hace al delito de fraude y
subsistió la concesión por lo que se refiere a la resolución de
fecha dos de abril de mil novecientos ochenta pronunciada por la
Sexta Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal,
en el toca 996/79 en tanto confirmó el auto de formal prisión
decretado al quejoso por los ilícitos de uso de documento falso y
despojo.
Es necesario precisar, para mayor información de este
asunto, que al negarse por el Juez de Distrito y posteriormente
decretarse el sobreseimiento por el Tribunal Colegiado, respecto
de la confirmación del auto de formal prisión por el delito de
fraude, la causa penal 302/79 instruida al quejoso, continuó sólo
por este ilícito y el Juez Sexto de lo Penal del Distrito Federal,
mediante sentencia de fecha cinco de marzo de mil novecientos
ochenta y uno declaró penalmente responsable a Rafael Uribe
Álvarez, por la comisión de ese hecho antisocial, condenándolo
por ese motivo, a cuatro años de prisión, al pago de una multa de
PÁG.
84
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
dos mil pesos y a la reparación del daño, pero al constar que los
inmuebles materia de los hechos delictivos se restituyeron a la
denunciante, se le tuvo por cumplida esta sanción.
En contra de la anterior resolución, el quejoso hizo valer el
recurso de apelación número 861/81, ante la Sexta Sala del
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, la que mediante
sentencia de fecha trece de diciembre de mil novecientos ochenta
y dos, revocó la sentencia impugnada y ordenó la inmediata y
absoluta libertad del sentenciado Rafael Uribe Álvarez, ello en
virtud de una falla técnica, ya que se consignó al acusado entre
otros ilícitos por fraude genérico, se le procesó por el mismo, el
Ministerio Público formuló acusaciones por el delito de fraude
específico y el Juez de la causa sentenció por fraude genérico.
Como se ve, el amparo se otorgó en forma lisa y llana, lo
cual implica, en principio, que para restituir al quejoso en el pleno
goce de la garantía individual violada, las cosas deben volver al
estado que guardaban antes de la infracción constitucional de que
se trata, según lo dispone el artículo 80 de la Ley de Amparo.
De esta manera, debe decirse,
que si el tribunal revisor
estableció en su sentencia que el único acto reclamado en el
juicio de amparo fue la sentencia interlocutoria que confirmó el
auto de formal prisión (lo cual es correcto conforme a la técnica
jurídica que rige el amparo, pues si el auto de término
constitucional se impugnó en apelación, entonces la resolución de
segunda instancia substituye procesalmente a aquél), entonces
para cumplir la ejecutoria de amparo bastaría, en principio, que la
PÁG.
85
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Sexta Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal
dejara sin efectos
la resolución de fecha dos de abril de mil
novecientos ochenta, pronunciada en el toca número 996/79 y en
su lugar emitiera otra en la que, siguiendo los lineamientos de la
ejecutoria, revocara parcialmente al auto de formal prisión sólo
por lo que se refiere a los delitos de uso de documento falso y
despojo, dejándolo subsistente únicamente por lo que hace al de
fraude.
Sin embargo en el caso concreto, los alcances del fallo
constitucional no sólo se constriñen a ello, en virtud de que existe
en autos un recurso de queja promovido por el quejoso en cuya
resolución se analizó la ejecutoria de amparo hasta el grado de
que se precisaron y definieron sus alcances.
Efectivamente, de los antecedentes del caso relatados en la
parte conducente de esta sentencia, se advierte que al recibir el
Juez de Distrito los autos del juicio de amparo y el testimonio de
la resolución pronunciada en el recurso de revisión
número
R.P.- 115/80, ordenó el archivo del expediente, el catorce de junio
de mil novecientos ochenta y dos.
Con
posterioridad,
el
quejoso
Rafael
Uribe
Álvarez,
mediante escrito presentado el día quince de abril de mil
novecientos ochenta y tres, ante el Juzgado del conocimiento,
solicitó que en ejecución de sentencia de amparo, se le
restituyera en la posesión de los predios objeto de la acusación
de la cual fue objeto.
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Por acuerdo de fecha veintiséis de abril de mil novecientos
ochenta y tres, el Juez de Distrito negó esa petición, al considerar
que en la sentencia de fecha cinco de marzo de mil novecientos
ochenta y uno, pronunciada en la causa penal número 302/97, el
juez responsable declaró penalmente responsable al quejoso del
delito de fraude cometido en agravio de la denunciante y lo
condenó, entre otras penas, a la reparación del daño, la cual dio
por cumplida al constar en autos que los bienes inmuebles de que
se trata fueron restituidos a la ofendida; asimismo, porque los
inmuebles cuya restitución
solicitó el quejoso fueron objeto y
materia de los delitos por los cuales se decretó su formal prisión,
por lo que al sobreseerse en el juicio de garantías respecto del
auto de término constitucional por lo que hace al delito de fraude,
esos bienes quedaron afectos al procedimiento penal por ese
delito como lo corrobora la circunstancia de que el juez penal los
destinó al pago de la reparación del daño.
Bajo las anteriores consideraciones, el Juez de Distrito llegó
a la conclusión de que en el caso no es procedente la restitución
de los bienes inmuebles pretendida por el quejoso.
En contra del anterior proveído, el quejoso, Rafael Uribe
Álvarez, hizo valer el recurso de queja número Q.P.- 5/83, ante el
entones único Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer
Circuito, el que mediante resolución de fecha
veintinueve de
agosto de mil novecientos ochenta y tres, la declaró fundada, al
considerar medularmente, lo siguiente:
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
1.- Que se concedió el amparo contra la resolución de la
Sexta Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal,
que confirmó el auto de formal prisión dictado al quejoso por los
delitos de uso de documento falso y despojo, en cumplimiento de
lo cual se ordenó la libertad de Rafael Uribe Álvarez, con las
reservas de ley, por dichos ilícitos.
2.- Que por virtud de la ejecutoria, no sólo debe nulificarse la
formal prisión decretada al quejoso por los ilícitos referidos, sino
también los actos subsecuentes, como lo son el auto de fecha
quince de mayo de mil novecientos ochenta dictado por el Juez
Sexto de lo Penal del Distrito Federal, en la causa penal 302/79,
por virtud del que ordenó la restitución a la ofendida, en la
posesión de los predios materia de la acusación, así como la
diligencia a través de la cual el Secretario del Juzgado puso en
posesión a “Fraccionadora Cafetales”, Sociedad Anónima, en
posesión de los inmuebles que constituyeron la materia del
supuesto delito de despojo.
3.- Que aún cuando el Juez responsable afectó los terrenos
relativos a la reparación del daño a la que fue condenado el
quejoso, este impedimento para restituir los predios desapareció,
porque al resolver la apelación interpuesta en contra de la
sentencia definitiva, la Sexta Sala del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal, en la resolución de fecha trece de
diciembre de mil novecientos ochenta y dos, pronunciada en el
toca 861/82, ordenó la inmediata y absoluta libertad de Rafael
Uribe Álvarez.
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Bajo los anteriores argumentos, el Tribunal Colegiado estimó
que sí es procedente el requerimiento formulado por el quejoso a
fin de que se provea lo necesario para que sea restituido en la
posesión de los predios denominados “ Santa María”, “San Juan”
y “Buena Vista”, de la Exhacienda de Coapa, Distrito Federal, y
de esta manera dar cumplimiento a lo establecido en el artículo 80
de la Ley de Amparo.
Como se aprecia, en el caso existe ya un pronunciamiento a
través de la resolución de un recurso de queja, en torno a los
alcances de la ejecutoria de amparo. La ejecutoria de amparo y la
resolución pronunciada en el recurso de queja se complementan
recíprocamente y forman una unidad jurídica, puesto que la
resolución de la queja no es otra cosa sino la interpretación legal
y obligatoria del fallo protector y por lo tanto entre ambas se
establece una relación de complemento.
El
anterior
razonamiento
encuentra
apoyo
en
las
consideraciones vertidas por esta Segunda Sala, al resolver el
doce de enero del año dos mil uno, el incidente de inejecución de
sentencia número 408/2000, al que se hizo referencia en el
segundo considerando de esta sentencia, en el que se analizó la
procedencia del incidente de inejecución de sentencia, pues se
determinó, en lo esencial, que las autoridades responsables se
encuentran obligadas a cumplir tanto la ejecutoria de amparo,
como la resolución que declaró fundada la queja y si así no lo
hicieran, entonces es procedente el incidente de inejecución de
sentencia.
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89
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Sobre el particular, es aplicable la tesis número CXLIV/90,
sustentada por la Tercera Sala de la anterior integración de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, la cual comparte esta
Segunda Sala de su nueva conformación, visible en el Semanario
Judicial de la Federación, Octava Época, Tomo VI, julio a
diciembre de mil novecientos noventa, Primera Parte, página
ciento setenta y uno, aplicada en el caso por analogía, cuyo
contenido es el siguiente:
“QUEJA
POR
EXCESO
O
DEFECTO
EN
LA
EJECUCION DE LA SENTENCIA DE AMPARO. SU
RESOLUCIÓN
SENTENCIA.
FIJA
EL
ALCANCE
DE
LA
La resolución que se dicta en el
recurso de queja interpuesto por exceso o defecto
en la ejecución de la sentencia de amparo,
necesariamente supone su análisis y la precisión
de sus alcances y efectos, pues la materia sobre la
que versa este recurso consiste en la interpretación
del fallo protector a partir de la naturaleza de la
violación examinada en el juicio de garantías y, una
vez
interpretada
esta
resolución,
fijar
sus
consecuencias para lograr el restablecimiento de
las cosas al estado que guardaban antes de la
violación
constitucional,
en
los
términos
del
artículo 80 de la Ley de Amparo. Por ello, la
resolución de la queja forma parte integrante de la
sentencia de amparo; es decir, se trata de una
unidad de resoluciones, puesto que la resolución
de queja no es más que la interpretación legal y
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90
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
obligatoria del fallo protector. De no entenderlo así,
se llegaría al extremo de aceptar el incumplimiento
de la queja declarada fundada por exceso o defecto
en la ejecución, reconociendo la autonomía o
independencia de esta resolución respecto de la
sentencia de amparo.”
Se dice que la tesis anterior se aplica por analogía, en virtud
de que la misma se refiere a la resolución de un recurso de queja
por exceso o defecto en la ejecución de una sentencia de amparo
y, en el caso, se trata del recurso de queja promovido en contra
de un proveído de trámite emitido por el Juez de Distrito, pero, es
aplicable al caso, porque establece que lo resuelto en el recurso
de queja fija los alcances de la ejecutoria, cuando a través de ese
medio de impugnación se interpreta ésta, que es lo que el
Tribunal Colegiado efectuó en su resolución.
En esa virtud, al existir un pronunciamiento de un Tribunal
Federal respecto a los alcances de la ejecutoria de amparo, con
efectos vinculatorios por la naturaleza del medio legal a través del
cual se emitió el mismo, debe estarse, en principio, a dicha
decisión.
Solamente queda destacar, como una observación de esta
Sala, que del análisis de la resolución pronunciada en el recurso
de queja número Q.P.- 5/83, no se advierte que al decretarse
que la restitución de los inmuebles controvertidos constituye uno
de los alcances del fallo, el Tribunal Colegiado hubiera calificado
la naturaleza y calidad de los derechos posesorios del quejoso, ni
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
mucho menos decidió que éstos le derivaran de algún derecho
real reconocido, ya que tampoco hizo pronunciamiento alguno
relacionado con la propiedad de esos bienes raíces. La decisión
de que deben restituirse al quejoso los predios involucrados en
los ilícitos penales, obedeció a que el Juez Penal responsable,
durante el procedimiento, puso a la parte ofendida “Fraccionadora
Cafetales”, Sociedad Anónima, en posesión de los mismos, y a la
circunstancia de que se ordenó la libertad del quejoso al
resolverse la apelación en contra de la sentencia de primera
instancia. Con base en lo anterior, el Tribunal Colegiado estimó
que si los actos a través de los cuáles se ordenó y efectuó la
restitución de los predios a la ofendida son posteriores y
subsecuentes al reclamado, por ello deben ser nulificados y, en
consecuencia, restituirse al quejoso en la posesión de los predios
de que se trata, como una consecuencia de la desaparición de los
efectos materiales producidos por los actos reclamados.
Es importante, ante todo, destacar que en la resolución
pronunciada en la queja sólo se impone la obligación de restituir a
la quejosas en la posesión de los predios, sin aludirse a la causa
de ésta, de tal manera que ni en la ejecutoria de amparo, ni en la
resolución pronunciada en la queja, ni mucho menos en esta
sentencia, se
reconoce derecho real alguno al quejoso sobre
esos inmuebles sino que la restitución en la posesión ordenada
por el Tribunal Colegiado es sólo una consecuencia de los efectos
anulatorios del fallo constitucional, en términos de lo dispuesto por
el artículo 80 de la Ley de Amparo.
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Sobre el tema en particular, debe decirse que el precepto en
cita dispone, en la parte conducente, que la sentencia que
conceda el amparo, tendrá por objeto restituir las cosas al estado
en el que se encontraban antes de las violaciones; este principio
no es irrestricto ni absoluto, pues está supeditado, a su vez, al
fundamento de orden público que rige los procedimientos de
ejecución de las sentencias de amparo, conforme al cual, el
conjunto de instituciones
jurídicas propias de una comunidad,
necesarias para la convivencia pacífica entre sus miembros, no
puede ser alterada. Esta noción del orden público, aplicado a los
procedimientos de ejecución de los fallos de la Justicia Federal,
lleva implícita la idea de que los alcances restitutorios de una
ejecutoria, necesaria e indefectiblemente deben materializarse
sobre derechos legítimos, esto es, respecto de aquellos derechos
de los gobernados, legalmente tutelados, pues de no ser así, la
ejecutoria de amparo podría utilizarse como un instrumento para
efectuar actos contrarios al tenor de las leyes y del propio orden
público, en agravio de derechos legítimos de otros gobernados.
Además de la necesaria legitimidad de los derechos del
quejoso para solicitar la materialización de los alcances
restitutorios del fallo, debe concurrir otra circunstancia, que exista
factibilidad material y legal para que las prerrogativas obtenidas
puedan
materializarse, en otras palabras, que no exista
impedimento legal o material alguno para que los alcances
restitutorios del fallo se concreten, máxime cuando en el juicio de
amparo no se decidieron fundamentalmente y por sus causas
derechos posesorios, como aconteció en el caso a estudio, de tal
suerte que la obligación de los Tribunales de Amparo de velar por
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93
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
el cumplimiento de las sentencias de amparo, no debe apartarse
de los fundamentos a que se ha hecho referencia, pues la
ejecutoria de amparo debe ser el instrumento para restablecer al
gobernado en el pleno goce de sus garantías individuales
violadas y no un medio para efectuar actos contrarios a la ley o
legitimar situaciones de hecho que están al margen de la misma.
Es necesario señalar lo anterior, porque si bien es cierto
que, en principio, la restitución de los predios relativos constituye
alcance de la ejecutoria, en términos de lo resuelto en el recurso
de queja número 5/83 no debe considerarse que necesariamente
deba o pueda materializarse esa acción, en virtud de que a su
cumplimiento se oponen diversos impedimentos legales y
materiales, los cuales, de existir, darían lugar a que no existiera
materia para la ejecución, en esta parte, de la sentencia de
amparo, lo cual, será el punto medular a dilucidar por el Juez de
Distrito con motivo de la devolución de los autos, y en esa virtud
la restitución de los predios, que por el momento constituye uno
de los alcances del fallo, dejaría de serlo, de existir alguno de los
impedimentos alegados.
Realizadas las anteriores precisiones y retomando el punto
respecto de los alcances del fallo, debe decirse que para cumplir
la ejecutoria pronunciada en el juicio de amparo indirecto 89/80, y
la queja número 5/83, las autoridades responsables deben
proceder de la siguiente manera:
1.- La Sexta Sala del Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal debe dejar insubsistente la sentencia de fecha
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
dos de abril de mil novecientos ochenta emitida en el toca 996/79
y en su lugar emitir otra en la que revoque el auto de formal
prisión de fecha nueve de noviembre de mil novecientos setenta y
nueve pronunciado por el Juez Sexto de lo Penal del Distrito
Federal en la causa penal 302/79 dictado en contra del quejoso,
sólo por lo que se refiere a los delitos de uso de documento falso
y despojo, lo cual se traduce en el hecho de ordenar su libertad
por la comisión de esos ilícitos.
2.- Que el Juez Sexto (hoy Trigésimo Noveno) de lo Penal
del Distrito Federal, en principio y mientras no se declare la
existencia de algún impedimento legal o material, restituya al
quejoso en la posesión de los inmuebles denominados “Santa
María”, “San Juan” y “Buena Vista” de la Exhacienda de Coapa,
en el Distrito Federal.
Ahora bien, respecto al cumplimiento del primer deber
jurídico impuesto por la ejecutoria de amparo, a que se hizo
referencia precedentemente, este se encuentra acreditado, en
virtud de que obra en los autos del juicio de amparo indirecto
número 89/80, la copia certificada de la resolución de fecha nueve
de noviembre de mil novecientos ochenta y tres, pronunciada por
la Sexta Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal,
para dar cumplimiento a la ejecutoria pronunciada por el Juez
Quinto de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal, en el
juicio de amparo 89/80, en cuya parte considerativa y resolutiva,
determinó lo siguiente:
PÁG.
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
“ÚNICO.-
En
acatamiento
de
la
resolución
pronunciada por el C. Juez Quinto de Distrito en
Materia Penal del Distrito Federal, esta Sala,
tomando en consideración como lo precisa la
Autoridad
Federal,
que
no
se
integran
los
elementos configurativos del delito de USO DE
DOCUMENTO FALSO, a que se refiere el artículo
246 fracción VIII del Código Penal, en virtud de que
el uso de las mencionadas copias fue el medio
utilizado en el delito de FRAUDE, procede ordenar
la libertad por falta de méritos con las reservas de
ley,
de
RAFAEL
URIBE
ÁLVAREZ,
en
el
mencionado delito de USO DE DOCUMENTO
FALSO.
Por otra parte, en cuanto al delito de
DESPOJO, previsto por el artículo 395 fracción I del
Código Penal, este Tribunal procede a establecer
que al no existir datos que demuestren que el
indiciado URIBE ÁLVAREZ de propia autoridad y
haciendo uso de la violencia o furtivamente, o
empleando
amenazas,
o
engaño,
se
hubiera
apoderado de los inmuebles materia de la causa,
ordena la libertad por falta de elementos para
procesar, con las reservas de ley, de RAFAEL
URIBE ÁLVAREZ, respecto del delito de DESPOJO,
por el que ejercitó acción penal el Ministerio
Público. --- Habida cuenta de lo anterior, tal como lo
ordenó el C. Juez Quinto de Distrito del Distrito
Federal, en Materia Penal, se ha establecido que no
se encuentra comprobado el cuerpo de los delitos
PÁG.
96
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
de USO DE DOCUMENTO FALSO Y DESPOJO, por
los que ejercitó acción penal el Ministerio Público,
y por ende, se ordena la libertad por falta de
elementos para procesar, con las reservas de ley,
de RAFAEL URIBE ÁLVAREZ, en los ilícitos de
mérito por lo cual se modifica la resolución dictada
por esta Sala con fecha 2 dos de abril de 1980 mil
novecientos ochenta, que confirmó el auto de
primera instancia de fecha 9 nueve de noviembre
de 1979 mil novecientos setenta y nueve, única y
exclusivamente respecto de los delitos de USO DE
DOCUMENTO FALSO Y DESPOJO. --- En mérito de
lo expuesto y fundado, es de resolverse y se, --RESUELVE: --- PRIMERO.- En cumplimiento de la
ejecutoria pronunciada por el C. Juez Quinto de
Distrito en el Distrito Federal, se modifica la
sentencia pronunciada por esta Sala con fecha 2
dos de abril de 1980 mil novecientos ochenta, que
confirmó la resolución de primera instancia de
fecha
9
nueve
novecientos
de
setenta
noviembre
y
de
nueve,
1979
mil
única
y
exclusivamente respecto de los delitos de USO DE
DOCUMENTO
FALSO
Y
DESPOJO,
en
los
siguientes términos. --- SEGUNDO.- Se decreta la
libertad por falta de elementos para procesar, con
las reservas de ley, de RAFAEL URIBE ÁLVAREZ,
respecto de los delitos de USO DE DOCUMENTO
FALSO Y DESPOJO, por los que ejercitó acción
penal
el
Ministerio
Público.
---
TERCERO.-
PÁG.
97
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Notifíquese.- Dése aviso al H. Juzgado Quinto de
Distrito en Materia Penal del Distrito Federal, que se
ha cumplido con lo ordenado.
Remítase copia
autorizada de esta resolución al Juzgado de su
procedencia y en su oportunidad archívese el
presente Toca. --- ASÍ, por unanimidad de votos lo
resolvieron los CC. Magistrados que integran la
Sexta Sala del Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal, licenciados ADELINA GÓMEZ DE
VARGAS, VICTORIA MORALES DE GARCÍA SAÉNZ
y RAÚL NAVARRO GARCÍA, siendo ponente el
último de los nombrados, los que firman ante la C.
Secretaria de Acuerdos, licenciada LUZ MARÍA
GONZÁLEZ OCHOA, que autoriza y da fe. --CUATRO RÚBRICAS. --- ES COPIA FIEL DE SU
ORIGINAL,
QUE
AUTENTICO
POR
MANDATO
JUDICIAL, HOY DÍA DE SU EXPEDICIÓN EN 3 TRES
FOJAS ÚTILES, AL C. JUEZ QUINTO DE DISTRITO
DEL DISTRITO FEDERAL. --- México, Distrito
Federal, a 11 once de noviembre de 1983 mil
novecientos ochenta y tres. --- EL C. SRIO. DE
ACUERDOS DE LA SEXTA SALA DEL TRIB. SUP.
DE JUST. DEL D.F. --- FIRMA --- LIC. LUZ MARÍA
GONZÁLEZ OCHOA” (fojas 229 vuelta a 230 vuelta
del tomo II de los cuadernos de amparo).
Esta documental fue certificada por el Secretario de
Acuerdos de la Sexta Sala del Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal en ejercicio de sus funciones, por lo tanto, es una
PÁG.
98
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
prueba instrumental pública y merece eficacia probatoria plena,
según lo disponen los artículos 129 y 202 del Código Federal de
Procedimientos Civiles,
supletoriamente aplicado a la Ley de
Amparo, según lo dispone su artículo 2º.
Es aplicable al caso la jurisprudencia número doscientos
veintiséis, consultable en el Apéndice al Semanario Judicial de la
Federación, mil novecientos diecisiete a mil novecientos noventa
y cinco, Tomo VI, Materia Común, Primera Parte, Tesis de la
Suprema Corte de Justicia, página ciento cincuenta y tres, de
rubro y tenor:
“DOCUMENTOS PÚBLICOS, CONCEPTO DE, Y
VALOR PROBATORIO. Tienen ese carácter los
testimonios
funcionarios
y
certificaciones
públicos,
en
expedidos
ejercicio
de
por
sus
funciones, y, por consiguiente, hacen prueba
plena.”
Esta prueba instrumental pública tiene eficacia probatoria
plena para demostrar
que en substitución de la resolución
reclamada, la Sexta Sala del Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal emitió una nueva sentencia el día nueve de
noviembre de mil novecientos ochenta y tres en la que, en
cumplimiento a la ejecutoria de amparo, revocó el auto de formal
prisión decretado en contra del quejoso en la causa penal número
302/97 por lo que se refiere exclusivamente a los delitos de uso
de documento falso y despojo y, en esa misma actuación, decretó
PÁG.
99
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
la libertad del quejoso con las reservas de ley, por falta de
elementos para procesar, respecto de esos hechos antisociales.
Con ello, la autoridad responsable asumió el primero de los
deberes jurídicos que le impuso la ejecutoria de amparo.
Sin embargo la restitución al quejoso en la posesión de los
predios relativos no sólo no ha sido posible, sino que las
autoridades responsables en turno han manifestado la existencia
de diversos impedimentos, materiales en un caso y jurídicos en
otro, para poder llevar a cabo dicha restitución.
Efectivamente, de los antecedentes relatados consta que en
la diligencia de fecha diez de octubre de mil novecientos ochenta
y tres, el primer Secretario de Acuerdos del Juzgado Sexto de lo
Penal en el Distrito Federal, en compañía del Agente del
Ministerio Público de la adscripción, del representante de
“Fraccionadora Cafetales”,
Sociedad Anónima y del quejoso
Rafael Uribe Álvarez, se constituyó en los predios denominados
“Santa María”, “San Juan” y “Buena Vista”, con el propósito de
restituir a este último en la posesión de los mismos, lo cual no se
llevó a cabo, en virtud de que desde la fecha en que se
materializaron las consecuencias de los actos reclamados a ésta
en que se actuaba, había cambiado la situación material de los
terrenos, porque éstos eran rústicos y en la actualidad se
encontraban lotificados y existían áreas verdes y avenidas. De
esta manera, el Secretario del Juzgado asentó en el acta
respectiva
que
“..le
es
materialmente
imposible
el
cumplimiento del referido mandato, toda vez que carece de
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
conocimientos para determinar la exactitud de los predios a
restituir en sus medidas y colindancias respectivas, además
de que se advierte la existencia de diversas calles y avenidas
que dificultan todavía más los hechos al suscrito, por otra
parte el suscrito Secretario hace constar que al constituirse
en el lugar donde se actúa fue informado por el mismo señor
Rafael Uribe Álvarez, que pertenece al predio 222,000
doscientos veintidós mil metros que está transcrito en la
restitución que se le dio a la Fraccionadora Cafetales, S.A.,
por el mismo Juzgado Sexto Penal, y que como referencia se
encuentran
algunas
construcciones
de
la
Compañía
Fraccionadora Cafetales, S.A., seguidamente se hace constar
también la existencia de varias construcciones habitadas en
el lugar donde se actúa y se han juntado varios centenares
de personas en dicho lugar y por todo ello como es
materialmente imposible dar cabal cumplimiento al auto que
decreta la ejecución de la sentencia de amparo; el mérito por
todo lo cual y con todo lo cual daré vista al C. Juez de los
autos para los efectos legales que procedan. Con todo lo
anterior se da por terminada esta diligencia, firmando al
margen los que en ella intervinieron y quieran hacerlo... En la
fecha de hoy y en complemento a la actuación del suscrito
Secretario, en la diligencia de esta misma fecha, también
hago constar: Que los centenares de individuos que se
presentaron a esa diligencia en los momentos en que
principiaba la misma, eran azuzados por desconocidos
invitándolos a agredir físicamente a este personal, y fue ésta
una razón principal por la que se tuvo también imposibilidad
física material para cumplimentar el auto del C. Juez Sexto
PÁG. 101
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Penal, en ejecución de la sentencia de amparo respectiva.También se hace constar, que si al inicio de dicha actuación,
se asentó que este personal se constituyó en los predios
‘denominados Santa María, San Juan y Buena Vista’, fue
porque se encontraban en ese lugar las Oficinas de
‘Fraccionadora Cafetales’, S.A., y de autos se desprende que
esas oficinas al parecer se encuentran ubicadas en esos
predios, pero sin tener exactamente la certeza de ello, aún
cuando muchas personas desconocidas, afirmaron que sí
eran esos predios. --- También se hace constar que en el
lugar en donde me constituí, y por sus cercanías y
alrededores se aprecian diversas calles y arterias que dividen
lotificaciones masivas, sin que exista señalización alguna
que permita determinar la exactitud topográfica de los
predios a restituir; y que al revisar las actuaciones de esta
causa, existen croquis y planos en los cuales no aparecen
dichas arterias ni lotificaciones; por lo que considero que
debo ser auxiliado por expertos y topógrafos que fijen
exactamente los predios a restituir, sin riesgo alguno de
hacerlo con exceso o con defectos. --- Conste” (fojas 860
frente y vuelta 861 frente y vuelta del tomo I de los cuadernos de
amparo)
Con el acta relativa, el Secretario de Acuerdos, dio cuenta al
Juez Sexto de lo Penal en el Distrito Federal, quien mediante
proveído de fecha once de octubre de mil novecientos ochenta y
tres, solicitó al Director General de Servicios Periciales de la
Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, que le
proporcionara dos peritos ingenieros topógrafos, a fin de que
PÁG. 102
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
colocaran señales o referencias que permitieran la exacta
identificación de los predios a restituir, en virtud de los cambios
topográficos y urbanos existentes en la actualidad. Asimismo, el
juez responsable, mediante oficio número ochocientos cuarenta y
siete de fecha once de octubre de mil novecientos ochenta y tres
comunicó al de Distrito la existencia de las causas de
imposibilidad material aludidas, en los términos apuntados, sin
que se hubiera pronunciado respecto de la existencia, o no, de
dichos impedimentos.
De lo anterior se aprecia que la imposibilidad material
alegada por la autoridad responsable se funda, esencialmente, en
dos circunstancias que son las siguientes:
1.- La variación de las condiciones materiales de los predios
a restituir, pues cuando se restituyeron a la ofendida eran rústicos
y en la actualidad, se encuentran urbanizados, pues en ellos
existen diversas calles, avenidas y construcciones habitadas.
2.- La presencia de “centenares de individuos” que se
opusieron a la diligencia, quienes estaban dispuestos a llegar
hasta la agresión física, al personal del Juzgado actuante.
Es
necesario
destacar,
respecto
de
la
causa
de
imposibilidad material reseñada en el numeral uno, que inclusive
al autorizado del quejoso en su escrito de fecha tres de abril de
mil novecientos ochenta y seis presentado el día siete del mes y
año citados ante el a quo reconoció que los predios cuya
posesión
pretende,
“…HOY
SON
DENOMINADOS
PÁG. 103
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
FRACCIONAMIENTO
RESIDENCIAL
CAFETALES…”,
afirmación que surte eficacia probatoria en su contra, en términos
del artículo 200 del Código Federal de Procedimientos Civiles
aplicado en supletoriedad de la Ley de Amparo, como se fundó
con antelación, el cual establece:
“Los hechos propios de las partes, aseverados en
la demanda, en la contestación en cualquier otro
acto del juicio, harán prueba plena en contra de
quien los asevere, sin necesidad de ofrecerlos
como prueba.”
Lo anterior dio pauta a que el Juez de Distrito en el auto de
fecha veinte de mayo de mil novecientos ochenta y seis,
acordara, en lo conducente:
“AGRÉGUESE a los autos del presente juicio de
amparo número 89/80-I,
para que
surta
sus
correspondientes efectos legales, el escrito de
cuenta signado por el Licenciado Joaquín Ortega
Arenas, autorizado en términos del artículo 27 de la
Ley de Amparo,
por el quejoso RAFAEL URIBE
ÁLVAREZ, por medio del que desahoga la vista
ordenada por auto de veinticuatro de marzo del año
en curso, aclarando que los predios San Juan,
Santa María y Buena Vista, cuya posesión solicita
le sea restituida, se han convertido y denominado
en Fraccionamiento Residencial Cafetales, el cual
se encuentra comprendido, en sus límites, entre
PÁG. 104
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
diversas calles y avenidas del sur de esta
Ciudad;…”
Ahora bien, debe destacarse que a la fecha en que el Juez
de Distrito ordenó la remisión de los autos del juicio de amparo
para la tramitación del incidente de inejecución de sentencia, los
peritos proporcionados al Juez responsable no habían logrado su
cometido, pues no está acreditado en autos que hubieran
identificado los predios a restituir, por lo que, al momento de
formarse el incidente persistía el mismo estado de cosas respecto
a la no ubicación actual de los predios, que la autoridad
responsable invocó como impedimento para proceder a la
restitución de los inmuebles.
Las causas de imposibilidad material alegada para cumplir la
ejecutoria, no sólo persistieron durante la tramitación del incidente
de inejecución de sentencia, sino que además se le adicionaron
otras, pues en esta ocasión, el Juez Trigésimo Noveno de lo
Penal del Distrito Federal, en su carácter de autoridad
responsable substituta, mediante oficio número ochocientos
treinta y cuatro, de fecha quince de mayo de mil novecientos
noventa y seis, dirigido al Señor Ministro José Vicente Aguinaco
Alemán, en aquella época, Presidente de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, informó lo siguiente:
“MINISTRO
ALEMÁN.
CORTE
LIC.
---
DE
JOSÉ
VICENTE
PRESIDENTE
JUSTICIA
DE
DE
LA
AGUINACO
LA
SUPREMA
NACIÓN.
---
PRESENTE. --- AT’N. LIC. VÍCTOR ESTRADA
PÁG. 105
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
JUNGO ASESOR DE LA PRESIDENCIA. --- PINO
SUAREZ # 2. --- PUERTA 3072 2º. PISO. --- Juzgado
39 Penal. --- Secretaría ‘B’. --- Partida 302/79. --- Of.
Núm. 834. --- En relación a la llamada telefónica de
Licenciado VICTOR MANUEL ESTRADA JUNGO
después de haber revisado el estado en que se
encuentra el proceso 302/79 en relación a la
inejecución de sentencia que se reclama por
RAFAEL URIBE ÁLVAREZ, en base al amparo
número 89/80-I, me permito informarle que la
autoridad
que
aparece
como
responsable
originalmente, es el entonces Juez Sexto Penal
Licenciado
Alfredo
Rojo
González,
quien
en
cumplimiento a la ejecutoria dictada en el amparo
de referencia, el 10 diez de octubre de 1983 mil
novecientos ochenta y tres, levantó un acta en la
que consta que se constituyó en compañía del C.
Agente del Ministerio Público de su adscripción, así
como del señor Rafael Uribe Álvarez en los predios
denominados Santa María y Buenavista, para
restituir de los mismos al citado Rafael Uribe
Álvarez, oponiéndose el representante legal de la
Fraccionadora Cafetales S.A., quien justificó su
personalidad como se indica en dicha acta,
señalándose
que
dichos
predios
no
tienen
existencia física, porque los linderos y colindancias
con los que se denominan han desaparecido, por
haberse
conformado
un
fraccionamiento
debidamente autorizado por el Departamento del
PÁG. 106
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Distrito
Federal,
comunicándose
que
se
han
conformado 1248 lotes, además existen zonas
verdes y áreas de vialidad y todo ello se ha hecho
por
donación
expresa,
Departamento
del
como
Distrito
convenios
Federal,
del
haciendo
constar que además 800 ochocientas personas a
título de poseedoras se opusieron a la ejecución de
la
restitución.
Al
constatar
conforme
a
la
certificación hecha por el Secretario de Acuerdos
del Juzgado Sexto Penal, la existencia de la
lotificación que se comunicó, así como la extensión
de áreas verdes, vías de acceso y zonas viales, se
suspendió la diligencia y en uso de la palabra de
los interesados, se hizo patente la imposibilidad
material del cumplimiento del mandato de la
autoridad federal, máxime que el Juez carece de
conocimientos
técnicos
para
determinar
con
exactitud los predios a restituir, además de que se
hace notar que el JUZGADO SEXTO LE DIO EN
RESTITUCIÓN
CAFETALES
A
S.A.
LA
LA
FRACCIONADORA
POSESIÓN;
asimismo
respecto a esta fraccionadora, obra en el proceso
302/79 copia de una sentencia definitiva dictada en
los autos del Juicio Ordinario Civil promovido por
FRACCIONADORA
CAFETALES
S.A.
CONTRA
RAFAEL URIBE ÁLVAREZ, BANCO OBRERO S.A. Y
CARMEN
SÁNCHEZ
DE
ÁLVAREZ
(sic)
relacionados con los mismos terrenos que se pide
se restituyan lo que se comunicó al Juez Sexto
PÁG. 107
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Penal y la sentencia civil en comento de la que se
adjunta copia, resuelve entre otras cosas, que
FRACCIONADORA CAFETALES, S.A. PROBÓ SU
ACCIÓN, sin que RAFAEL URIBE ÁLVAREZ Y
BANCO
OBRERO
hayan
justificado
sus
excepciones y defensas, por lo que se declaró nula
la copia certificada falsa respecto a la sentencia del
supuesto juicio ordinario civil promovido por
RAFAEL URIBE ÁLVAREZ en contra de CARMEN
SÁNCHEZ ALGARA quien ya había muerto y a cuyo
juicio se le atribuyó el número de registro 302/71
así como se declaró nulo todos los actos que en
base a ello realizó RAFAEL URIBE ÁLVAREZ, como
puede apreciarse a la letra en los resolutivos de la
sentencia civil de fecha 3 de junio de 1980, en la
que se reconoce a FRACCIONADORA CAFETALES
S.A. DESDE EL 16 DE DICIEMBRE DE 1978 (mismos
hechos contenidos en la causa penal 302/79 y
ANTERIOR A LA RADICACIÓN DE ÉSTA COMO A
LAS RESOLUCIONES DICTADAS EN RELACIÓN
CON LA MISMA); contra cuya sentencia del 3 de
junio de 1990, pronunciada por el Juez Décimo
Cuarto de lo Civil, no obstante que interpusieron el
recurso de apelación tanto Rafael Uribe Álvarez
como Banco Obrero S.A., se resolvió, en cuanto al
primero de los apelantes, en el toca 973/80 por la
Cuarta Sala en Materia Civil del Tribunal Superior
de Justicia del Distrito Federal, confirmar la
sentencia recurrida que se dictó a favor de
PÁG. 108
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Fraccionadora Cafetales; en cuyo mismo sentido
resolvió la misma sala en el toca 979/80, respecto a
la apelación de Banco Obrero por lo que al negarse
la apelación a ambos demandados, quedó firme el
reconocimiento
legal
de
propiedad
a
FRACCIONADORA CAFETALES S.A. quien tiene la
posesión de los predios cuya entrega se reclama;
sin embargo no obstante tal antecedente, atento a
lo ordenado por la autoridad federal y dada la
imposibilidad de cumplir con la ejecutoria dictada
en el amparo 89/80-I se dictó un auto el 11 once de
Octubre de 1983 por el Juez entonces Sexto Penal,
en el que en base a la certificación del secretario de
acuerdos de la imposibilidad material para ejecutar
la resolución dictada en el amparo 89/80 en relación
al expediente de queja A.P. 5/83 (sic) y en virtud de
que las condiciones topográficas de los terrenos
materia
de
restitución han
cambiado por
el
transcurso del tiempo, para evitar un exceso o
efecto en la entrega, se ordenó girar oficio al
Director General de Servicios Periciales de la
Procuraduría General de Justicia del Distrito
Federal
para
que
proporcionara
peritos
en
topografía para que una vez que se realicen los
trabajos técnicos correspondientes se provea lo
conducente; habiéndose designado los peritos
conforme a las diligencias que obran en autos de
las que se envían constancias, así como del
informe que rindieron y las dificultades técnicas y
PÁG. 109
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
humanas
que
les
impedían
determinar
las
ubicación de los lotes relacionados, así como
pidieron diverso material técnico; por lo que se
hicieron las gestiones correspondientes a través de
la entonces Presidenta del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal Licenciada Magistrada
Clementina Gil de Lester, que fueron diversas e
informando de lo que se iba haciendo al Juzgado
Quinto de Distrito en Materia Penal del Distrito
Federal, lográndose el apoyo del Departamento del
Distrito Federal, aunque se indica en autos que está
pendiente las coordenadas numéricas referidas a
cada uno de los predios en cuanto a los puntos de
liga referido al mismo sistema de coordenadas,
documentos que se han pedido en diversas
ocasiones, comunicándose al Juez respectivo de
Distrito todos los trámites realizados para proveer
dentro de la ley lo necesario, mismos términos en
cuanto a la imposibilidad material de la inejecución
de sentencia que en sustitución del Juez Sexto
informó el entonces Juez Trigésimo Noveno Penal
HORACIO ORANTES GONZÁLEZ al Juzgado Quinto
de Distrito en Materia Penal del Distrito Federal;
independientemente de lo cual existe constancia de
que está pendiente de resolver una queja número
14/84 relacionada con la determinación del Juzgado
Quinto de Distrito en Materia Penal del Distrito
Federal que se encuentra extraviada y según indicó
el Presidente del H. Tribunal Colegiado del Primer
PÁG. 110
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Circuito en Materia Penal por oficio 741 de fecha 16
de diciembre de 1985, que presumiblemente se
destruyó en los escombros del edificio en que se
encontraba ubicado tal tribunal en la época del
sismo
de
1995
(sic)
enviándole
diversas
constancias sobre el informe que se le rinde. --Reitero a usted las seguridades de mi atenta y
distinguida consideración. --- ATENTAMENTE. --SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN. --- México
D.F., a 15 de Mayo de 1996. --- LA C. JUEZ
TRIGÉSIMO
NOVENO
PENAL
DEL
DISTRITO
FEDERAL. --- FIRMA. --- LIC. TERESITA DE JESUS
MONTES GARZA” (fojas 15 a 18 del expediente de
inejecución).
Del oficio transcrito se advierte que la Juez responsable
además de los dos impedimentos materiales aludidos, respecto a
la no ubicación de los predios, por la urbanización existente en el
lugar y la oposición de diversas personas, para restituir al
quejoso, en la posesión, planteó otras causas de imposibilidad
para cumplir la ejecutoria y que son las siguientes:
3).- La declaración de nulidad del juicio 302/71, a través del
cual el quejoso había prescrito adquisitivamente de Carmen
Sánchez de Algara, los predios materia de los delitos y en cuyas
actuaciones el quejoso fundó su dominio sobre éstos, lo cual, en
el decir de la autoridad responsable, implicaría el consecuente
reconocimiento de propiedad de la denunciante “Fraccionadora
Cafetales”, Sociedad Anónima, respecto de ellos.
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Sobre este impedimento alegado debe apuntarse que tan
importante es una causa de imposibilidad material, como una
legal, máxime que en el caso se plantea la relativa a la falta de
título legal del quejoso, en virtud de la declaración de nulidad del
juicio de prescripción en que fundó sus derechos, la cual guarda
estrecha
vinculación
precedentemente,
prerrogativas
en
con
torno
materiales
de
los
a
la
la
conceptos
necesidad
ejecutoria
expuestos
de
de
que
las
amparo
se
materialicen respecto de derechos legítimos de los quejosos,
cuestión que debe ser resuelta por el Juez de Distrito.
4).- La falta de resolución del recurso de queja de queja
número 14/84, promovida por la Asociación de Adquirentes y
Residentes del Fraccionamiento Cafetales, Asociación Civil, en
contra de la resolución de fecha trece de agosto de mil
novecientos ochenta y cuatro, por virtud de la cual el Juez de
Distrito declaró a su vez infundada la queja interpuesta por la
recurrente en contra de los actos de cumplimiento a la ejecutoria
realizados por las autoridades responsables.
Sin embargo, de las constancias aportadas a los autos no se
advierte que el Juez de Distrito se hubiera pronunciado respecto
de ninguna las causas de imposibilidad para cumplir la ejecutoria
de amparo, alegadas por las autoridades responsables en turno
en los oficios relativos y por ende, no decidió si se actualizan o no
dichos impedimentos, con lo cual
las
dejó en estado de
indefensión, habida cuenta que las autoridades responsables
tienen derecho a demostrar las causas que les impidan cumplir
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
con la sentencia de amparo, con la correlativa obligación del Juez
de Distrito de tramitar el incidente relativo y en su oportunidad,
resolver con plenitud de jurisdicción lo conducente.
En efecto, si de las constancias de autos se desprende que
las autoridades responsables afirman que existen diversas causas
de imposibilidad para obtener el cumplimiento de la sentencia
protectora, y exponen las razones por las cuales llegan a esa
conclusión, resulta necesario que, en forma previa a la
determinación de la imposición de las sanciones establecidas en
el artículo 107, fracción XVI, de la Constitución, que constituye la
finalidad de la tramitación del incidente de inejecución de
sentencia, se les brinde la oportunidad de probar dichos asertos,
pues si demostraran que, en efecto, existe imposibilidad material
o jurídica para el cumplimiento de la sentencia, el Tribunal en
Pleno no podría aplicar las sanciones establecidas en el precepto
y
fracción constitucionales citados, puesto que no habría
desacatado o contumacia al cumplimiento, sino una imposibilidad
material o física para obtener el mismo, lo que de suyo excluiría la
aplicación de las sanciones previstas en el precepto constitucional
citado.
De esta manera, no basta que exista incumplimiento a una
sentencia que concedió la protección constitucional, para que,
ipso facto, se apliquen las sanciones correspondientes, pues en
ocasiones, no es posible jurídica o materialmente acatar el fallo
protector, ya que si la autoridad enfrenta en el cumplimiento
obstáculos insuperables, no deben aplicársele aquéllas, ya que
PÁG. 113
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
el incumplimiento no obedecería a su voluntad, sino a la
existencia de factores externos.
Si el legislador hubiere pretendido que, en todos los casos
se aplicaran las sanciones constitucionales a las autoridades
responsables que no obedecieran las sentencias de amparo, sin
importar si el cumplimiento es posible material y jurídicamente, así
lo habría prescrito en el procedimiento de que se trata, lo cual no
es así
y el Tribunal en Pleno ha interpretado el artículo 107,
fracción XVI, de la Constitución General de la República, en el
sentido de que está permitido a la autoridad responsable acreditar
si le es imposible jurídica o materialmente acatar el fallo protector.
Así se ha establecido en la tesis número P.XCIV/97 del
Tribunal Pleno, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo V, junio de mil
novecientos noventa y siete, página ciento sesenta y siete del
tenor siguiente:
“SENTENCIAS DE AMPARO. LAS AUTORIDADES
RESPONSABLES
DEMOSTRAR
CUMPLIMIENTO.
LA
TIENEN
DERECHO
IMPOSIBILIDAD
De
la
DE
interpretación
A
SU
lógica
sistemática de los artículos 104 a 112 de la Ley de
Amparo, que consagran el procedimiento mediante
el cual la Suprema Corte de Justicia, los Tribunales
Colegiados de Circuito y los Jueces de Distrito,
pueden constreñir a las autoridades responsables
al cumplimiento de las sentencias que conceden la
PÁG. 114
INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
protección de la Justicia Federal, se advierte que el
legislador
estableció
dicho
procedimiento
obedeciendo a un principio unitario, con propósitos
definidos, con espíritu de coordinación y enlace,
como lo es el que se acaten los fallos protectores y
no, primordialmente, la aplicación de las sanciones
a las autoridades remisas; lo que se corrobora con
la obligación que establece la ley a cargo de los
Jueces de Distrito, o Tribunales Colegiados de
Circuito, de hacer cumplir, por sí o por medio de
sus secretarios o actuarios, auxiliados con el uso
de la fuerza pública, si es necesario, la sentencia
constitucional,
cuando
ello
sea
jurídicamente
posible; con el hecho de la intervención de los
superiores
jerárquicos,
quienes
también
son
responsables del cumplimiento aun cuando no
hayan sido señalados como tales en la demanda de
amparo, cuya injerencia persigue el propósito de
facilitar, por la presión que dicha intervención
implica, la ejecución del fallo en los plazos
determinados por el legislador; así como del deber
de las autoridades sustitutas de las destituidas
para cumplir con la ejecutoria; y, por último, con el
establecimiento del procedimiento incidental de
cumplimiento
sustituto
de
la
sentencia.
Por
consiguiente, si una autoridad, responsable del
cumplimiento
de
una
sentencia
protectora,
manifiesta la imposibilidad material o jurídica del
mismo, tiene derecho a que se le dé oportunidad de
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
demostrarlo en forma fehaciente, pues si ello es así
el Tribunal Pleno no podría imponer las sanciones
a que se refiere el artículo 107, fracción XVI, de la
Constitución
Mexicanos,
Política
dado
de
que
los
con
Estados
la
Unidos
separación
y
consignación de la autoridad, no podría el Juez del
conocimiento
hacer
cumplir
la
sentencia,
ni
tampoco lo podría hacer la autoridad sustituta y el
único camino a seguir sería, a petición del quejoso,
mientras no se reglamente el artículo 107, fracción
XVI, constitucional reformado, el pago de daños y
perjuicios, o el que el expediente se fuera a reserva,
hasta en tanto cambiaran las condiciones o la
situación jurídica en el asunto.”
En esa virtud, esta Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, estima pertinente ordenar la devolución de
los autos del juicio de amparo indirecto número 89/80 al Juzgado
Quinto de Distrito en Materias Penal en el Distrito Federal, a fin de
que el a quo, en la vía incidental prevista en los preceptos
relativos y aplicables del Código Federal de Procedimientos
Civiles supletoriamente aplicado a la Ley de Amparo según se
fundó con antelación, otorgue oportunidad a las autoridades
responsables para que comprueben los obstáculos materiales y
jurídicos que dicen, existen para el debido cumplimiento de la
ejecutoria de amparo. En las condiciones prevalecientes este es
el procedimiento más adecuado a seguir, pues pretender que el
trámite correspondiente sea el de constreñir a la autoridad
responsable a cumplir con la sentencia, sin darle posibilidad de
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
demostrar, si en efecto, existe dicha imposibilidad para ello, y
ordenar la separación del cargo y su consignación, significaría
desatender la finalidad perseguida por el legislador al instaurar el
procedimiento multimencionado, que es la evitar la desobediencia
de las ejecutorias, extremo que no se podría cumplir en el caso
concreto, ordenando la separación del cargo de las autoridades
responsables y su consignación, cuando éstas han manifestado la
existencia de diversas causas de imposibilidad material y jurídica
para el cumplimiento, dado que con la aplicación de esas
sanciones, no podría el juez del conocimiento hacer cumplir la
sentencia, ni tampoco lo podría hacer la nueva autoridad que lo
sustituyera.
De esta manera, la única finalidad que se persigue con la
devolución de los autos al Juez de Distrito es la de conocer y
determinar con firmeza, si en efecto la autoridad responsable es
contumaz o rebelde a acatar la ejecutoria, o en realidad existe
alguna causa justificada que le impida cumplirla, para que esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación pueda decidir lo
procedente respecto de la aplicación de las sanciones a las que
se refiere el artículo 107, fracción XVI, constitucional.
Con apoyo en los anteriores razonamientos, así como en lo
dispuesto en los artículos 17 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, que consagra el principio de que la
justicia deberá ser pronta y expedita; 105 y 113 de la Ley de
Amparo que establecen, respectivamente, que el Juez de Distrito
procurará el debido y exacto cumplimiento de las ejecutorias de
amparo y que no podrá archivarse ningún juicio de garantías sin
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
que quede enteramente cumplida la sentencia en que se haya
concedido la protección constitucional, la devolución de los autos
del juicio de amparo, que aquí se ordena, tiene el propósito de
que el Juez Quinto de Distrito en Materia Penal en el Distrito
Federal, proceda a realizar lo siguiente:
1.- Dé vista al quejoso, mediante el incidente que al respecto
se tramite, con los oficios de las autoridades responsables a
través de los cuales exponen
las causas que en su decir,
imposibilitan jurídica y materialmente el cumplimiento de la
ejecutoria, a fin de que manifieste lo que a sus intereses
corresponda.
Este incidente no tiene señalada una tramitación especial,
por lo cual debe regularse conforme a los artículos 358 a 364 del
Código Federal de Procedimientos Civiles, supletoriamente
aplicado a la Ley de Amparo, según lo dispone su artículo 2º., de
tal manera que, en términos del artículo 360 del ordenamiento
procesal invocado, el Juez de Distrito debe correr traslado a la
parte quejosa, en el domicilio señalado en el juicio de amparo
para oír y recibir notificaciones, por el término de tres días, con el
contenido de los oficios a través de los cuales las autoridades
responsables en turno expusieron los impedimentos jurídicos y
materiales que en su decir, existen para el cumplimiento de la
ejecutoria de amparo, a fin de que manifieste lo que a su derecho
corresponda.
2.- Conforme al mismo artículo 360 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, el a quo debe abrir la dilación probatoria,
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
a fin de dar oportunidad a las partes para que aporten los medios
de
prueba
permitidos
legalmente,
para
demostrar
sus
pretensiones. De ser necesario, en atención al principio de orden
público que rige los procedimientos de ejecución de las
sentencias de amparo, el Juez de Distrito deberá recabar, de
oficio, las pruebas necesarias para la mejor resolución del asunto.
La dilación probatoria es esencial en este procedimiento
incidental, habida cuenta que de existir alguno o algunos de los
impedimentos alegados, éstos deben probarse fehacientemente,
por lo que las partes involucradas en el juicio de garantías, deben
gozar de la oportunidad de acreditar los hechos que afirmen y que
constituyen la litis en este procedimiento incidental.
En la dilación probatoria, deberá verificarse, según lo
previene el multicitado artículo 360, la audiencia a la que se
refieren los preceptos 341 a 344 del código adjetivo mencionado.
3.- Concluido el período probatorio, el Juez de Distrito debe
citar a las partes, dentro de los tres días siguientes a este evento,
a fin de que de que formulen alegatos. La audiencia de alegatos,
en todo caso, se verificará con la concurrencia de las partes o sin
ellas.
4.- Efectuado lo anterior, y dentro del término de cinco días
al que se contrae el artículo 360 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, el Juez de Distrito deberá decidir, con
plena libertad de jurisdicción,
si
existen impedimentos para
obtener el cumplimiento de la ejecutoria de amparo y en
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
consecuencia, si ya no hay materia para su cumplimiento, por
cuanto hace a la restitución al quejoso en la posesión de los
predios controvertidos.
5.- El Juez Quinto de Distrito en Materia Penal en el Distrito
Federal, deberá informar oportuna y regularmente a esta Segunda
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el avance en
el cumplimiento a lo ordenado en esta resolución.
Indicado
lo
anterior,
sólo
queda
precisar,
por
su
trascendencia, que mientras el a quo tramite y resuelva el
incidente innominado, a fin de conocer si en efecto existe algún
impedimento material o legal para cumplir la ejecutoria, el
procedimiento previsto por los artículos 104 y 105 de la Ley de
Amparo, no puede continuar, hasta en tanto se resuelva dicho
procedimiento incidental.
Efectivamente, el segundo párrafo del artículo 359 del
Código Federal de Procedimientos Civiles, supletoriamente
aplicado a la Ley de Amparo, según se fundó con antelación,
establece
que
ponen
obstáculo
a
la
continuación
del
procedimiento, los incidentes que tienen por objeto resolver una
cuestión que debe quedar establecida para poder continuar la
secuela en lo principal y aquéllos respecto de los cuales lo
disponga así la Ley.
Los
impedimentos
invocados
por
las
autoridades
responsables para cumplir la ejecutoria de amparo encuadran
dentro de estos supuestos jurídicos, pues constituyen un
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
obstáculo para la continuación del procedimiento de ejecución de
la sentencia de amparo, ya que estas cuestiones de la litis deben
quedar resueltas para poder proseguir con aquél, bien sea para
insistir en el cumplimiento de la ejecutoria en términos de los
artículos 104 y 105 de la ley de la materia y sancionar a las
autoridades responsables con la separación del cargo y su
consignación ante el Juez de Distrito para que sean juzgadas por
el desacato a la ejecutoria, en caso de que se decida que no
existen los impedimentos alegados y que su planteamiento
constituyó sólo un subterfugio de la autoridad para eludir el
cumplimiento, o bien, para exonerarlas de esas sanciones ante el
evento de que se declarara la existencia de algún impedimento
para acatar la ejecutoria y por lo tanto, que ya no existiera materia
para el cumplimiento del fallo protector.
Por ende, lo que se decida en el incidente innominado cuya
tramitación se ha ordenado, repercutirá trascendentalmente tanto
en el procedimiento de cumplimiento de la sentencia de amparo
ante el a quo como en el incidente de inejecución de sentencia
que se resuelve, de tal manera que mientras se substancia y
resuelve aquél procedimiento incidental, el a quo no puede
continuar con el de cumplimiento de la ejecutoria ni requerir a las
autoridades responsables el acatamiento a esta, pues dicho
incidente es de previo y especial pronunciamiento y mientras no
se decida en definitiva sobre los impedimentos alegados, el
procedimiento de cumplimiento a la ejecutoria de amparo, debe
suspenderse, como también debe quedar latente el incidente de
inejecución de sentencia, mientras tanto.
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Una vez que se resuelva en definitiva sobre las causas de
imposibilidad materiales y legales invocadas por las autoridades
responsables se procederá en congruencia con lo que se decida
en las instancias correspondientes.
Finalmente, debe decirse que conforme a la técnica que rige
tratándose de los procedimientos de ejecución de las sentencias
de amparo, es el Juez de Distrito quien debe pronunciarse de
primera mano, respecto de las causales de imposibilidad de
cumplimiento de las ejecutorias de amparo y no esta Segunda
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, porque de no
ser así, se privaría al quejoso de una instancia de impugnación,
en virtud de que en contra de la resolución que en su momento
declarara sin materia el cumplimiento de la ejecutoria, por
imposibilidad legal o material procedería en su contra, a petición
de parte legítima y dentro del término legal, la inconformidad, a
través de la cual, esta Sala estará en posibilidad de analizar la
legalidad de la determinación del a quo en la que decida acerca
de los impedimentos alegados por las autoridades responsables
para cumplir la ejecutoria de amparo.
Es aplicable al caso, por analogía, la tesis aislada número
2ª. LII/95, sustentada por esta Segunda Sala, visible en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Tomo I, correspondiente al mes de junio de mil novecientos
noventa y cinco, página doscientos treinta y cinco, de rubro y
tenor:
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
“INCONFORMIDAD.
PROCEDE
CONTRA
LA
RESOLUCIÓN QUE DECLARA SIN MATERIA EL
CUMPLIMIENTO DE LA EJECUTORIA DE AMPARO.
Si bien el tercer párrafo del artículo 105 de la Ley de
Amparo establece que ‘Cuando la parte interesada
no estuviere conforme con la resolución que tenga
por cumplida la ejecutoria, se enviará también, a
petición suya, el expediente a la Suprema Corte de
Justicia’, ello no significa que sólo establezca la
procedencia
de
resoluciones
la
que
inconformidad
tengan
por
contra
las
acatadas
las
ejecutorias de amparo, sino que también procede
contra las resoluciones que declaren sin materia el
cumplimiento por imposibilidad legal, pues ambos
tipos de resolución son equiparables, en tanto
tienen como efecto común que el asunto se archive
como concluido por encontrarse ya liberadas las
autoridades responsables de las obligaciones que
las ejecutorias de amparo les imponen, ya sea, en
el primer caso, por haberse cumplido con la misma
o, en el segundo, por encontrarse imposibilitadas
legalmente para tal cumplimiento, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 113 de la Ley de
Amparo al señalar que ‘No podrá archivarse ningún
juicio de amparo sin que quede enteramente
cumplida la sentencia en que se haya concedido al
agraviado
la
apareciere,
que
protección
ya
no
hay
constitucional,
materia
para
o
la
ejecución’...”
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Como el oficio número ochocientos treinta y cuatro de fecha
quince de mayo de mil novecientos noventa y seis, a través del
cual la Juez Trigésimo Noveno de lo Penal del Distrito Federal
plantea diversas causas de imposibilidad obra agregado de fojas
quince a dieciocho del cuaderno incidental, remítase al Juez de
Distrito copia certificada del mismo, que compulse el Secretario
de Acuerdos de esta Segunda Sala, a fin de que dé vista al
quejoso con su contenido, para los efectos legales precisados.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.- Devuélvanse los autos del juicio de amparo
indirecto número 89/80 al Juez Quinto de Distrito en Materia
Penal en el Distrito Federal, a fin de que proceda en los términos
precisados en la última parte del considerando tercero de esta
resolución.
SEGUNDO.- Se ordena al Juez de Distrito que informe a
esta Segunda Sala regular y periódicamente el avance en el
cumplimiento a lo ordenado en esta sentencia.
TERCERO.- Remítase al Juez de Distrito copia certificada
del oficio número ochocientos treinta y cuatro, de fecha quince de
mayo de mil novecientos noventa y seis, para los efectos
indicados.
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los
autos al juzgado de su origen, y en su oportunidad archívese
provisionalmente el expediente de inejecución de sentencia.
Así lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, por unanimidad de cuatro votos de los
Señores Ministros: Juan Díaz Romero, Mariano Azuela Güitrón,
José Vicente Aguinaco Alemán y Presidente Guillermo I. Ortiz
Mayagoitia. Ausente el señor Ministro Sergio Salvador Aguirre
Anguiano por atender comisión oficial. Fue Ponente el Ministro
Juan Díaz Romero.
Firman los Ministros Presidente y Ponente, con el Secretario
de Acuerdos de la Segunda Sala que autoriza y da fe.
EL PRESIDENTE
MINISTRO GUILLERMO I. ORTIZ MAYAGOITIA.
PONENTE
MINISTRO JUAN DÍAZ ROMERO.
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INCIDENTE DE INEJECUCIÓN 73/95.
EL SECRETARIO DE ACUERDOS
LIC. MARIO ALBERTO ESPARZA ORTIZ.
Esta foja corresponde al incidente de inejecución de sentencia número 73/95,
promovido por RAFAEL URIBE ÁLVAREZ, fallado el día veintiséis de enero del
año dos mil uno, en el cual se resolvió: PRIMERO.- Devuélvanse los autos del
juicio de amparo indirecto número 89/80 al Juez Quinto de Distrito en Materia
Penal en el Distrito Federal, a fin de que proceda en los términos precisados en la
última parte del considerando tercero de esta resolución. SEGUNDO.- Se ordena
al Juez de Distrito que informe a esta Segunda Sala regular y periódicamente el
avance en el cumplimiento a lo ordenado en esta sentencia. TERCERO.Remítase al Juez de Distrito copia certificada del oficio número ochocientos treinta
y cuatro, de fecha quince de mayo de mil novecientos noventa y seis, para los
efectos indicados. CONSTE.
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