Primer Encuentro de Arqueología del Guadiamar Octubre de 2009 Rafael Rodríguez Moreno. Asesor Científico de la Prospección Sistemática Intensiva de Cobertura Total de los TM de Olivares y Albaida del Aljarafe y de la Carta Arqueológica de Sanlúcar La Mayor. [email protected] Olivares. Huellas de probable regadío andalusí, bajomedieval y moderno en el valle del Guadiamar. Las recientes prospecciones arqueológicas realizadas en el término de Olivares han puesto de manifiesto la existencia de estructuras de regadío cuyos orígenes pueden situarse, al menos, en época almohade para reutilizarse o integrarse posteriormente en espacios ya bajomedievales y modernos, no siendo descartable su mantenimiento hasta tiempos contemporáneos. Junto a estas, el acueducto romano a Itálica a su paso por La Zahurda y Conti, pudo tener nuevos usos en aquellos días de al- Andalus en al- Šaraf como canal principal en un diseño territorial de huertas. Los yacimientos y estructuras detectados en los entornos del río Guadiamar también nos enseñan las distintas funciones que sus aguas han tenido en estas tierras que conforman el occidente del TM de Olivares. Con el nombre de Maenuba fue navegable hasta y desde aquí durante la Prehistoria, Protohistoria y Antigüedad, vertiendo sus aguas en el cercano Sinus Tartesius, luego Ligustinus Lacus, constituyendo una vía fluvial para el comercio mediterráneo de productos agrícolas de la zona y, fundamentalmente, con el relacionado con el metal o mineral que provenía del núcleo minero de la actual Aznalcóllar. Para la Edad Media, esta navegabilidad se reduce a pequeñas travesías locales, sin salida atlántica, carente ya de aquel impulso comercial y sus aguas desarrollan la nueva función de alimentar las huertas cultivadas en las ricas y llanas tierras de sedimentación de su valle. En tiempos andalusíes los campos y huertas del Aljarafe, al- Šaraf, alimentaron a su población al tiempo que contribuían al abastecimiento de Išbīliya. Estas tierras sirvieron también para la experimentación y aclimatación de plantas en el contexto de la gran revolución agrícola que al- Andalus realiza en la Península Ibérica. Algunos tratados fundamentales de los agrónomos andalusíes fueron elaborados en el mismo Aljarafe o por personas muy unidas a él: al- Muqni‘ fīl- filāha (Lo que basta saber en torno a la agricultura), de Ibn Haŷŷāŷ al Išbilī, siglo XI. al Kitāb al- Filāha (Tratado de agricultura), de Abū l- Jair, finales s. XI- primeros del XII. al Kitāb al- Filāha, Libro de Agricultura, de Ibn al- ‘Awwām, finales s. XII- primeros del XIII: “yo sembré arroz en el Aljarafe”… “habiendo yo plantado de riego cebolla de azafrán en el Aljarafe”. Dos palabras nos acercan a la concepción del regadío en los espacios de al- Andalus: bustān (plu. basātīn) y ŷanna (plu. ŷannāt). 1 www.turismo-olivares.es Para tratar de diferenciar y caracterizar estos espacios nos basaremos en las importantes aportaciones de Expiración García Sánchez en “Cultivos y espacios agrícolas irrigados en alAndalus” (II Coloquio Historia y Medio Físico. Agricultura y regadío en al- Andalus, págs. 1737, Almería, 1996). Aunque los términos se intercambian indistintamente (Ŷanna al- Sultān y Bustān Hādira Išbīliya) y se confunden con frecuencia, podemos diferenciar algunos rasgos no muy marcados. Los rasgos comunes significativos de bustān y ŷanna se resumen en que son espacios regados, cercados y cercanos entre sí y de espacios habitados, alquerías o ciudades, en torno a los que se agrupan y de los que dependen. Son espacios no sólo de autosuficiencia sino que favorecen el abastecimiento de las cercanas poblaciones y necesitan de la mano de obra campesina de las alquerías o ciudades donde se ubican. Desde el horizonte de las formas más extendidas del poblamiento andalusí, básicamente la ciudad (madīna) y las alquerías (al- qurà) de distintas dimensiones, desde las unidades familiares dispersas pero constituidas en comunidades a la aldea y al pueblo (djamaas, diya`, bilād, inclusive con barrios, huwam, e importante urbanismo), poblaciones en régimen de pequeñas y medianas propiedades o de gran propiedad regida por relaciones contractuales, desde estos horizontes, bustān y ŷanna son, en términos amplios, espacios periurbanos y, en el caso sobre todo del jardín, plenamente urbanos. En ellos se realiza una agricultura de policultivo, intensiva y parcelada, con mucha importancia en ŷannāt de la propiedad minifundista. Se trabajan los productos horto- frutícolas junto a especies herbáceas aromáticas, condimentarias, textiles, azucareras, tintóreas, además de las especies ornamentales y de sombra. Pero es posible distinguir también algunas características específicas de bustān y ŷanna. Así, bustān es un huerto o huerto-jardín con finalidades estéticas, económicas y experimentales y en el que predomina una de ellas. Es jardín y huerto o huerto- jardín incorporado o en el entorno inmediato del o de los edificios de la propiedad. “Para los huertos (basātīn) se han de elegir los sitios cercanos a la casa del dueño” (al ‘Awwām). Más claramente que ŷanna se entiende como espacio con plantas ornamentales y de sombra o como jardín de experimentación. También con funciones recreativas. Basātīn tienen carácter privado. El término se aplica más específicamente al huerto- jardín de la mediana o grande propiedad y munya. Ŷanna es más específicamente la huerta, el sitio para el cultivo de legumbres, hortalizas y en el que se cuidan algunos árboles frutales. Tiene, al menos como conjunto de pequeñas o medianas propiedades (a veces es sinónimo de toda la tierra de regadío), mayor extensión que el huerto- jardín bustān pero es menos arbolado, con menor importancia de la ornamentación y de la experimentación, funciones que pueden ser escasas o inexistentes, espacio, pues, más dedicado a la producción de verduras. Ŷannan es el hortelano, el agricultor de hortalizas y de árboles. Hay también presencia de cereales y leguminosas de regadío, ausentes en basātīn. 2 www.turismo-olivares.es Se trata de la unidad de producción agrícola de regadío básica, casi única funcionalidad. Ausencia de edificaciones. Propiedad parcelada de pequeños propietarios o de carácter comunal asociada a los habitantes de las cercanas alquerías o ciudad, tierras que organizaban por sí mismos, espacios diseñados por los propios campesinos. Creemos que ŷannāt define los espacios de regadío que describimos en el occidente de Olivares, junto o cercanos al río Guadiamar, campos dependientes de las cercanas alquerías, alqurà, algunas de cuyas estructuras para conducción de las aguas, quizás reutilizadas y mantenidas durante los siglos posteriores a al- Andalus, aún se mantienen a la vista. Además de la divulgación de cultivos nuevos y de una nueva definición de la propiedad campesina y de las relaciones de trabajo, la revolución agrícola andalusí supuso la introducción o expansión de estructuras y sistemas para el uso del agua en espacios de regadío. Las técnicas ya conocidas desde la antigüedad, ahora se impulsan, se mejoran o se crean otras nuevas, se expanden, junto con las plantas, y se popularizan, se hacen parte esencial de una economía agraria que entra en una importante transformación en sus medios. Entre las importaciones o difusión de tecnologías antiguas mencionamos los canales, acequias (sahriŷ), zúas, azud o presas (al- sudd), sistemas de riego (tablas, surcos…), noria (al- nā‘ūra, hidráulicas o de sangre, aceña) y otros mecanismos de elevación (dalw, šāduf), de abastecimiento, qanāt, mina, pozo (bī´r, más específicos para una “agricultura de jardines, individual, no lejos de los núcleos de población y de los pueblos grandes” (Lucie Bolens, “Agrónomos andaluces de la Edad Media”, Universidad de Granada e Instituto de Estudios Almerienses, Granada, 1994) o estructuras de almacenaje: aljibes, “cisternas, pilones, pantanos y albercas, al- bīrca (Ahmed Tahiri, “Agricultura y poblamiento rural en Sevilla durante la época `abâdî”, Área de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, 2001, Sevilla.). Los ingenios se aplican también a la transformación de productos agrarios mediante molinos de agua. En todo caso, la creación, mantenimiento y explotación de estos espacios regados corresponden a iniciativas individuales que en ŷannāt tienen un importante carácter colectivo (Tahiri). Observemos los espacios de regadío que estudiaremos seguidamente. Las líneas y polígonos de color verde ilustran los lugares y estructuras de estos espacios de Olivares (de norte a sur, el itinerario del sistema conocido como Arroyo el Cao), todos al occidente del término, en cercanía al río Guadiamar. Los polígonos azules corresponden a las alquerías que podrían estar implicadas en la creación, mantenimiento y uso de dichos sistemas de regadío. 3 www.turismo-olivares.es Gerena Cortijo La Pizana Cortijo de Conti Cortijo de San Antonio Cortijo de La Alegría Valdegrillos La Cigarra Torreón de San Antonio Bonar- Tinahón NO Tinahón Sur Valdegallinas Área Arqueológica Laelia- Subarbina Atendiendo a criterios andalusíes, en las canalizaciones que describimos el regadío parece constituir un objetivo prioritario pero compatible con la utilización de las aguas para abastecimiento urbano o como fuerza motriz en molinos. Presentamos ahora los espacios de regadíos propuestos ubicándolos en el ámbito de distintas alquerías: 1. Espacio de regadío acueducto romano adrianéo de Talyâta (Tejada) a Tâliqa (Italica). Del tramo adrianéo del acueducto a Italica, desde Tucci, se conservan en el municipio de Olivares unos 500 metros desde los restos del último arco una vez salvado el río, el único en parte aún en pie, en dirección sureste, cruzando las tierras de La Zahurda y en cercanía a los yacimientos de Cortijo de San Antonio, La Cigarra, Valdegrillos, Conti y Cortijo de la Pizana. Aproximadamente la mitad de este itinerario transcurre con el specus elevado sobre muro de opus caementicium revestido de ladrillo, llegando progresivamente casi a ras del nivel actual del suelo. El tramo se acoda al enfrentarse al cauce buscándose una mayor resistencia al impulso de las aguas. La otra mitad es recta y toda ella se extiende al mismo nivel. 4 www.turismo-olivares.es Al menos en su tramo de canal bajo, unos 250 metros lineales, al cruzar las tierras calmas y llanas de La Zahurda, frente a las más irregulares que se extienden entre Conti e Itálica, tierras excelentes de sedimentación fluvial, el acueducto pudo haber tenido restauraciones medievales, constituir un canal principal de distribución de aguas y construirse en su entorno canalizaciones secundarias para reutilizarlo en espacio de regadío andalusí (almohade), con pervivencia bajomedieval y moderna. Sería un aprovechamiento similar al que plantean M. Valor Piechotta y V. Romero Muñoz (“El abastecimiento de agua”, en “Sevilla Almohade”, págs. 179- 183, Universidad y Ayuntamiento de Sevilla, Madrid, 1999) para el acueducto romano- almohade de Sevilla conocido como Caños de Carmona. Piedras irregulares en sus entornos posiblemente procedentes de aquellas, ya arrasadas, así como importantes fragmentos de hormigón, con abundante cal, presentes en el extremo oriental de estos vestigios, parecen ir en el sentido de esta hipótesis junto a la presencia islámica en los yacimientos del entorno inmediato al paso del acueducto por estos lugares, Cortijo de San Antonio, Valdegrillo, La Cigarra. Igualmente hemos de considerar la importancia para los siglos XI a XIII de dos poblaciones en sus extremos: Talyâta, la turdetano- romana Tucci, y Tâliqa, iqllīm de la kūra de Isbīliya, en el actual Santiponce, heredera de Itálica y que probablemente seguiría abasteciéndose por este acueducto proveniente de aquella. Este último factor sería fundamental en la consideración de conservar y reutilizar el acueducto romano sea para el abastecimiento de Tâliqa, para riego o, lo más probable en nuestro caso, para ambas funciones. En algún caso, parece que se usaron también los respiraderos, spiramina, como pozos para la extracción de aguas. Por todo este potencial, merecía conservarse y cuidarse este acueducto romano en tiempos medievales. specus o canal en la Zahurda Refiriéndose a aquel acueducto que suministraba agua a Išbīliya, Sevilla, desde el sur, Magdalena Valor Piechotta y V. Romero Muñoz afirman que “El acueducto procedía de Alcalá de Guadaira, recorriendo de forma subterránea, a cielo abierto en forma de canal y con una estructura arquitectónica aérea. El recorrido total era de unos 17 km … tenía un 5 www.turismo-olivares.es origen anterior, probablemente romano, y es a partir de 1172 cuando se rastrea, se limpia y se pone en funcionamiento”. Por esta zona amplia y llana de La Zahurda, el acueducto sugiere poder haberse reutilizado, en nueva función, como una acequia madre o principal para abastecer un espacio de riego a ambos lados mediante canales secundarios y mecanismos para la elevación o diversificación de las aguas: norias o compuertas. Podemos contrastar lo que pudo ocurrir en estos lugares, con un canal casi a ras de tierra, con lo que se hizo por la misma época, almohade, en la cercanía a Išbīliya. Refiriéndose al canal que componía el tramo segundo del acueducto almohade ya mencionado que llevaba el agua a la Puerta de Carmona de Išbīliya, el conocido como Los Caños de Carmona, desde Torreblanca a la Cruz del Campo, dicen Magdalena Valor y V. Romero que “Este canal generaba a ambos lados de su recorrido huertas que quedaron consolidadas como tales después de la conquista cristiana de la ciudad, incrementándose en número durante los siglos siguientes… En efecto, este canal dio lugar al desarrollo de huertas a uno y otro lado del mismo, sobre las que quedan algunos testimonios gráficos. El canal a cielo abierto llegó a mover hasta nueve molinos en su recorrido”. Desde la Cruz del Campo a la Puerta de Carmona, el acueducto, elevado sobre arcos, llevaba el agua a la ciudad y al Alcazar. A poco de la Cruz del Campo un ramal de escaso alzado abastecía a la gran alberca que la distribuía en el Palacio de la Buhayra (Huerta del Rey). En el caso de Olivares, también al uso para riego se pudo unir la función de abastecimiento de Tâliqa. Este espacio de regadío en entornos de tierras llanas y de excelente suelo sería administrado por una o varias de las cercanas alquerías enclavadas en unos lugares de largo poblamiento temporal. Valdegrillos: 1170m. La Cigarra: 1360m. Cortijo de Conti y entornos: 910m. Acueducto Acueducto Cortijo San Antonio: 1020m. Cortijo la Pizana y entornos: 1460m. 6 www.turismo-olivares.es La Pizana Conti Acueducto Cortijo de San Antonio Cortijo San Antonio Valdegrillos Cortijo La Pizana La Cigarra Desde el acueducto Posible espacio de regadío. Acueducto en Zahurda 2. Espacios de regadío en Arroyo el Cao. Arroyo el Cao es un término popular que permanece en uso por la gente de Albaida y Olivares. Parece que puede estar expresando el recuerdo colectivo de una acequia principal o “madre”, cao (de caz), término frecuente en el Campo de Gibraltar y Málaga, o de qâdûs (arcadúz en su interpretación como caño, término este frecuente en nuestra zona, “caño del agua”), la que marcaba la línea o límite de rigidez superior de varios espacios de regadío estructurados en diversas zonas a lo largo de su recorrido, atravesadas por otras canalizaciones secundarias, itinerario en el que se incorporan distintas estructuras hidráulicas, canal en La Barranca del Tarajal, tal vez alberca o aljibe en Boquerones 1 o algún pequeño molino en Boquerones 2, arcos y bóveda en El Caos, para terminar en La Molina, bajo el tell de la antigua Laelia o Cerro de la Cabeza, en época almohade integrado en alquería Subarbina, aspecto aquel importante por la prioridad dada al riego sobre los molinos en alAndalus a los cuales se les procura integrar siempre en el sistema local de regadío, aprovecharlo. Partiendo de la Zúa del Tarajal recorre de norte a sur el occidente del hoy término de Olivares y su recuerdo ha llegado hasta nosotros, tras restauraciones y pervivir su uso hasta la Edad Moderna, en aquellas estructuras aún visibles en su antiguo itinerario y en el topónimo popular de Arroyo El Cao. Entre estas estructuras destaca el sitio El Caos en el viejo Camino de los Carboneros, de Olivares. La acequia pasaba bajo dos arcos, de los que asoman hoy a cada lado del camino las dovelas superiores, enlazados por una bóveda de ladrillos casi visible también en el mismo, oculta sólo por una delgada capa de tierra. Aunque el canal (cao o qâdûs) pudiera dar nombre al cauce o acequia llamada popularmente arroyo creemos que el topónimo también popular de este sitio especialmente llamado El Caos, de factura almohade aunque con reutilizaciones y restauraciones, como toda esta acequia madre de la que hablamos, puede tener su origen en la memoria colectiva de la denominación árabe de la palabra “arco”, al- qaws, el elemento arquitectónico más significativo de este lugar. En todo caso, no es de descartar que esta estructura diera nombre a toda la canalización como Arroyo El Caos, Arroyo del Arco, en referencia al existente bajo el camino o Cordel de los Carboneros. 7 www.turismo-olivares.es La longitud aproximada de dicha acequia, arteria de posibles espacios hidráulicos andalusíes, sería de unos 6.061 metros. En distintos lugares de su itinerario pudo ser también alimentado por otras fuentes para subsanar el gasto durante el recorrido y las propias irregularidades del caudal del río, sobre todo en el largo verano. Los restos a la vista parecen conducirnos a su origen en época almohade. Los ladrillos, en un sentido amplio, se sitúan en el entorno de la tipología almohade de pie y medio, 14x 28x 4- 5´5, con algunas variantes en las diversas estructuras visibles en esta canalización, modelo que pervive y se afianza en época posterior, ya cristiana, en los siglos XIV y XV. La cal se usa abundantemente en la mezcla y llagas y está también muy presente en la tabiya gruesa o de piedra, heredera del opus caementicum romano, un hormigón de cal, generalmente con arena e, incluso arcillas, definido por incluir importantes cantidades de elementos pétreos de grandes proporciones, generalmente formando tongadas, grava, cantos o piedras irregulares, enlucido con mezclas en las que abunda también la cal (Gurriarán Daza y Sáez Rodríguez en “Tapial o fábricas encofradas en recintos urbanos andalusíes”, en “La ciudad en al- Andalus y el Magreb”, Instituto de Estudios Campogibraltareños, Algeciras, 2002). Este hormigón conforma las estructuras conservadas. Se trata de “… una base de piedras unidas con mortero y pueden presentar distintos tipos de cobertura” (Argemi, Mercè, Barcelo, Miquel, Cressier, Patrice, Kischner, Helena, Navarr, Carmen, “Glosario de Términos Hidráulicos”, en “El Agua en la Agricultura de al- Andalus”, El Legado AndalusíLunwerg Editores S.A., 1995). Estas tradiciones constructivas se transmiten en Andalucía a la Baja Edad Media y están presentes durante la Edad Moderna y hasta tiempos contemporáneos, con pequeñas variantes en los ladrillos, principalmente la disminución del grosor, y en la tapia de cal y canto, derivada de la tabiya gruesa o de piedra. Las descripciones de autores andalusíes también parecen conducirnos a esta interpretación de los vestigios y del propio topónimo: Ibn Rušd: “… una acequia construida antiguamente por la que corría el agua para regar los huertos por debajo de ella…” Yâqût al Hamawî : “grandes acequias que atravesaban” fincas y ciudades, se ramificaban en canales, cursos y arcaduces para extender el regadío a huertos, fincas y explotaciones circundantes…” al- Isfahânî: descripción del paso “de un río por una huerta” o “un huerto atravesado por un río” o una corriente. (de: Tahiri, Ahmed, op. cit.) Podría corresponder a un “sistema de fondo de valle” o “sistema de vertiente” (Argemi, Mercè, Barcelo, Miquel, Cressier, Patrice, Kischner, Helena, Navarr, Carmen, “Glosario de Términos Hidráulicos”, en “El Agua en la Agricultura de al- Andalus”, El Legado AndalusíLunwerg Editores S.A., 1995). Vamos describiendo brevemente los tramos del itinerario de este canal principal, las estructuras en su recorrido, destacaremos los distintos lugares donde pudo ser alimentado por otras fuentes distintas al río Guadiamar y delimitaremos en ortofotos ANDALUSIG o Google Earth Pro los probables espacios de regadío que las distintas alquerías que se ubicaron en su cercanía crearon a su paso. 8 www.turismo-olivares.es 2a. Espacio de regadío Tarajal- Boquerones. La presa o azud, conocida en estas tierras como La Zúa del Tarajal, parece superponerse a un vado cruzado por una calzada romana, probablemente la vía Adriana Tucci- Itálica- Ilipa. Como presa, mantuvo también la función de vado del río. Fraccionada por las embestidas de las aguas, hoy yace sobre el cauce del río Guadiamar. La obra de tabiya gruesa pude confundirse fácilmente con el opus caementicium, posiblemente presente también en la orilla oriental. Tongadas de piedras irregulares y cantos se superponen y unen por una mezcla con abundante cal. La obra está cubierta por enlucido de esa misma mezcla. Probable vestigio en la Zúa del Tarajal del tramo de la calzada Onuba- Hispalis, de época de Adriano, Tucci- AznalcóllarItalica- Ilipa (Alcalá del Río) Frente a ella se conserva, de la misma obra, un tramo de un canal que pudiera corresponder a un primer circuito de alimentación extrafluvial de la acequia madre Arroyo el Cao, desde un manantial existente en la pared conocida como La Barranca donde aún fluyen 9 www.turismo-olivares.es las aguas. Al sudoeste abundan las piedras irregulares producto de la destrucción de este tipo de estructuras, como a lo largo del probable itinerario del Arroyo el Cao que tratamos de reconstruir. as- sudd, azuda o zúa del Tarajal Cortijo de la Alegría Las huellas detectadas por ortofotos ANDALUSIG pudieran indicarnos la existencia de estructuras soterradas en este lugar húmedo, relacionadas con estas conducciones, imposibles en el estado actual de nuestros conocimientos definir hoy aunque pudiéramos pensar en una alberca o molino y en un canalización SO. La Barranca del Tarajal. Posibles estructuras soterradas en el humedal y al suroeste de este. Prosiguiendo esta reconstrucción del posible itinerario del Arroyo El Cao nos situamos ya en las tierras conocidas popularmente como Boquerones. En el contexto de las estructuras aún en pie relacionadas con esta acequia madre, de las acumulaciones de piedras irregulares y cantos en diversos sitios de la zona (norte, noreste, este y sureste), derivadas del arrasamiento de elementos hidráulicos, así como de los importantes yacimientos de sus cercanías, destacando la alquería Torreón de San Antonio (Torre de Alpechín en el Repartimiento de Sevilla) con la que aún enlaza el llamado Camino de Boquerones que muere en este lugar, las 10 www.turismo-olivares.es variantes en la coloración del suelo y de nuevo las ortofotos ANDALUSIG nos sugieren la existencia de estructuras aún soterradas. En todo caso, Estos lugares de Boquerones parecen remitirnos a una agricultura de regadío. al qariat La Torre de Alpechín Camino de Boquerones Camino de Boquerones El sitio Boquerones y el Camino de Boquerones que enlazaba con la alquería Torre de Alpechín, actual de San Antonio. Posible vestigio de la calzada de Adriano, tuvo la función de comunicar la alquería con sus huertas. Cambios en la coloración del suelo en la tierra calma destacados en ANDALUSIG Es muy probable la reutilización, restauraciones, mejoras y adaptaciones de las estructuras de estos espacios de regadío en torno a la acequia Arroyo el Cao, en época moderna o fines del medievo, afianzada ya la repoblación de estos lugares del Aljarafe y aplicando técnicas derivadas de época almohade: ladrillos de 1- 1/2, abundancia de mortero de cal, tapia de cal y canto… Para la edificación de la Colegiata de Olivares, el segundo conde, Enrique de Guzmán, en su testamento otorgado en 1606, establece que, entre otras fuentes, se aplique para ello “… el importe de la mitad de los diezmos que el papa Gregorio XIV le concedió en septiembre de 1591 sobre el riego de las acequias de Olivares y el resto de lugares de su estado” (Amores Martínez, F. “La Colegiata de Olivares”. Diputación Provincial de Sevilla, 2001). Estos del posible Arroyo el Cao son los más importantes vestigios de acequias y otros elementos constructivos hidráulicos para regadío y funciones anexas que conocemos en Olivares. El topónimo, con referencias a términos hidráulicos, habla también a favor de esta interpretación: 11 www.turismo-olivares.es Boca Boca Probable boca de canalización subterránea detectada en el talud donde acaba el Camino de Boquerones y que ha podido tener diversas restauraciones. Boquera (de boca): “Boca o puerta de piedra que se hace en el caz o cauce para regar las tierras” (Diccionario de la Real Academia Española). Boquerón: “Boca de canalizo entre bajos o peñascos” (Gran Enciclopedia Larousse). Canalizo: “Sin. CAÑO”. “Especie de gamella o canalización de madera que se emplea para la conducción de aguas”. (Gran Enciclopedia Larousse). Podríamos estar tratando de una zona que garantizaba su abastecimiento de agua, en los momentos críticos para las del Guadiamar, con las aportaciones de manantiales o conducciones subterráneas. Llevadas, seguramente por canalizos, desde los lugares donde se alumbraban hasta las huertas y la acequia madre que cruzaba estos campos, ayudaban a mantener en esta suficiente caudal cuando decrecía el del río llegados los días de verano y los cultivos exigían su riego. Nos encontraríamos con el segundo sitio de abastecimiento no fluvial del Arroyo el Cao. Al oeste, en cercanía al cauce del Guadiamar, se conservan varias estructuras que podrían corresponderse con un aljibe o alberca en el itinerario de la acequia madre y en relación también con ella. Es el sitio que hemos definido como Boquerones 1. De nuevo encontramos la tabiya gruesa aunque aquí está presente el ladrillo de 1- 1/2 con abundancia de cal en las llagas. De las estructuras visibles, dos conservan un buen estado. Otras dos están muy alteradas por la maquinaria agrícola. 12 www.turismo-olivares.es Inmediato al norte de este lugar hemos detectado un bloque de tabiya gruesa que conserva un enlucido que cabría definir dentro del concepto de opus signinum. Este aparece también, empleándose más allá del Imperio, en el baptisterio de la cercana basílica de Gerena. El vestigio de Boquerones 1 nos muestra la pervivencia de esta técnica constructiva impermeabilizadora en estructuras hidráulicas. Tabales Rodríguez, M. A., en “Algunas notas sobre fábricas murarias almohades en Sevilla”, en “Los Almohades: Su patrimonio arquitectónico en el sur de al- Andalus”, Consejería de Relaciones Institucionales, 2004, dice que “No debemos dejar de mencionar el valor del potente mortero hidráulico de cal empleado en baquetones y mezclas de revoco esparcidos como el opus signinum por todo al- Andalus”. Por su parte, Argemi, Mercè, Barcelo, Miquel, Cressier, Patrice, Kischner, Helena, Navarr, Carmen, “Glosario de Términos Hidráulicos”, en “El Agua en la Agricultura de alAndalus”, El Legado Andalusí- Lunwerg Editores S.A., 1995, describen “… capas impermeabilizantes hechas de cal hidráulicas, con fragmentos de material cerámico ya cocido, que les proporciona su condición impermeable y les da un tono rosado muy característico”. Unos 200 metros al sudeste, en el camino de finca se ubica el sitio Boquerones 2. Aquí, muy arrasado por la maquinaria agrícola y donde se presentan los ladrillos de 1- ½, 29- 30 x 14 x 5, con abundante argamasa de cal, así como las piedras irregulares del canal destruido pero del que se conserva, muy inestable, un pequeño lienzo, el suelo forma una elevación en la que asoman los ladrillos y que indica la existencia en este lugar de una estructura soterrada, indudablemente hidráulica y relacionada con el canal principal que definimos como Arroyo el Caos, tal vez un molino. 13 www.turismo-olivares.es Estos lugares entre el Tarajal y Boquerones constituirían los de un espacio de regadío en el ámbito de varias alquerías, de manera muy especial con la cercana Torre de Alpechín, hoy de San Antonio. Cortijo San Antonio Posible espacio de regadío Arroyo el Caos. Tramo 1. Tarajal- Boquerones La Cigarra La Alegría Tarajal Boquerones Torreón San Antonio o Torre de Alpechín Boquerones Este y Piedras irregulares La existencia de una canalización, parte noroeste de la propia Zúa del Tarajal, hacia tierras del Cortijo de la Alegría, en la orilla occidental del río, nos indica la ubicación allí de algún espacio de regadío específico. 2b. Espacio de regadío Boquerones- El Caos. Desde estos lugares de Boquerones, a través de la llamada Dehesa de Soberbina, donde de nuevo el agua aflora en dos fosas que coinciden con el paso del itinerario propuesto para el Arroyo El Cao, la acequia madre llegaba al sitio popularmente conocido como El Caos. al- qaws Cordel de los Carboneros Algunas de las estructuras visibles podrían corresponder a un molino posterior, de época moderna. 14 www.turismo-olivares.es El topónimo El Caos podría en este caso devenir del árabe al- qaws, el arco, término que haría referencia al arco abovedado existente en este sitio y sobre el que pasa el Camino o Cordel de los Carboneros desde Aznalcóllar hacia Albaida y Fuente de la Coriana, Olivares. Quizás facilitar el paso de este camino sea la razón de su construcción. A uno y otro lado emergen las dovelas superiores de ambas bocas y bajo el camino se aprecian los ladrillos de la bóveda. Estos, de 1- ½, son también el material constructivo, con abundante cal de nuevo, de las estructuras que se mantienen a ambos lados, ladrillos de 29- 30 x 14 x 5. Junto a estas estructuras hay un bloque informe de argamasa también de cal y piedra gruesa. al- qaws al- qaws al- qaws Hasta este lugar llegaban a la acequia madre las aguas que vertían desde las fosas de la alquería Las Quinteras- Las Carboneras, yacimiento Valdegallinas, que posiblemente, como hoy, abastecieron en sus entornos, junto con un pozo de obra en opus spicatum, sus propias zonas de regadío. Abundan las piedras irregulares en los entornos de estas fosas. Junto a una hemos detectado otro fragmento de construcción con revestimiento de la argamasa similar o derivada del opus signinum a la que ya hicimos referencia en Boquerones 1. 15 www.turismo-olivares.es Hasta ocho sitios con abundantes piedras irregulares, ubicados en dirección al sur de Boquerones y Dehesa Nueva de Soberbina, hemos detectado en la altura conocida como Las Carboneras. Consideramos que la mayoría provienen del arrasamiento de canalizaciones que diseñaban espacios de regadío propios relacionados con la mencionada alquería Las QuinterasLas Carboneras. Estas aguas alimentaban también el canal principal que cruzaba la Dehesa bajo Las Carboneras. La información proporcionada por la propiedad de Soberbina nos indica que existieron restos de muros entre el Caos y el río, hacia el norte, hacia Boquerones, pues, sin precisar más. Es decir, por los lugares del itinerario de la acequia madre que venimos describiendo en la Dehesa de Soberbina. Las piedras irregulares por allí existentes confirman aquellas palabras y el arrasamiento de esta. Parece que por estos sitios y el de El Caos, la acequia recibía dichas nuevas aguas desde los manantiales de Las Carboneras, tercera de las aportaciones que alimentaban el canal Arroyo el Cao por vía no fluvial para no dejar de abastecer al regadío durante los rigores del verano. Es probable que en estas ricas tierras surgiera otro espacio de regadío alimentado por el Arroyo el Caos y por las propias aguas de Las Carboneras antes de integrarse en la red principal. Posiblemente dependió, entre otras cercanas, principalmente de alquería Las Quinteras- Carboneras, en Valdegallinas. Posible espacio de regadío Arroyo el Caos. Tramo 2. Boquerones- El Caos Torreón de San Antonio Boquerones Este y Sureste Tinahón- Bonar y Tinahón Sur Las Carboneras Valdegallinas Las Carboneras: ¿Abastecimiento del canal principal, de espacios regados en entornos de este y espacio propio de regadío dependiente de alquería Las Quinteras en Valdegallinas? 2c. Espacio de regadío El Caos- Valdegallinas. Los entornos de El Caos, al norte y al sur, así como los espacios inmediatos a las fosas y pozo de Las Quinteras- Las Carboneras constituirían unos espacios de regadío dependientes también de esta alquería, regados por sus aguas y por las de la acequia madre Arroyo el Cao. 16 www.turismo-olivares.es Posible espacio de regadío Arroyo el Caos. Tramo 3. El Caos- Valdegallinas El Caos Valdegallinas Subarbina Sus habitantes pudieron trabajar también el entorno inmediato al norte de la balsa hoy construida junto al arroyo Valdegallinas, donde abundan las piedras irregulares dispersadas, como en otros sitios, tras el arrasamiento del canal. Las Quinteras Pozas de Las Carboneras Balsa Las Quinteras 2d. Espacios de regadío Arroyo de Valdegallinas- La Molina del Cerro de la Cabezaloma de alquería Subarbina. Hacia el sur, entre el arroyo Valdegallinas y La Molina, donde finaliza el Arroyo el Cao, se conforman varios espacios de regadío tanto en el valle, cercanos al cauce, como en la propia loma de alquería Subarbina, donde existen hasta seis sitios específicos con concentración de piedras irregulares que posiblemente devienen de canalizaciones arrasadas, cuyos manantiales aportan también agua a la acequia principal, además de las probablemente recibidas por este de los arroyos Valdegallinas, Valdárrago y La Alameda, últimos aportes extrafluviales a esta conducción, esenciales también, en este tramo final, para el funcionamiento de La Molina. Además, estas aguas servirían más específicamente aquí, directamente, a la alimentación de aquellos espacios regados en el valle, posiblemente en los entornos de La Alameda y al occidente de dicha loma, principalmente desde la vagüada al oeste del caserío actual del cortijo, bajo los yacimientos alquería Subarbina, Soberbina N y los lugares hacia donde se dirige el qanāt de Soberbina así como al oeste de los yacimientos Soberbina NO y NE. 17 www.turismo-olivares.es Posibles espacios de regadío en Arroyo el Caos. Tramo 4. Arroyo de Valdegallinas- Cerro de la Cabeza- Subarbina En cercanía al arroyo Alameda, al sur del Valdárrago, se aprecian tres lienzos de vestigios correspondientes a la acequia madre Arroyo el Cao. De nuevo la argamasa gruesa, de cal y piedras o cantos, y los ladrillos de tipología de tradición almohade, 28- 30 x 14 x 4-5. Cruza la Alameda, donde ser conservan vestigios de los que pudo ser un dique y vado bajo el puente actual. De aquí, hacia el río, se observa un canal de unos 12 metros de largo, labrado con ladrillos algo menores, 27- 28 x 13 x 4, y suelo también de ladrillos en canto. Restos del canal principal Arroyo El Caos Paso y posible dique en La Alameda Tell Cerro de la Cabeza Posible restos de un dique y canal en La Alameda Desde La Alameda, bajo el lado occidental del tell Cerro de la Cabeza, el desnivel y algunos hallazgos de grandes fragmentos de esta argamasa, así como la vegetación siempre verde nos indican el curso del canal (siguientes.1ª fotografía), sobre el que probablemente se ha retenido el material de erosión del propio tell, dirigiéndose a la parte superior de La Molina donde las aguas se vuelcan para penetrar desde arriba en lo que podría corresponder al cubo del molino o a un aljibe recubierto de ladrillos de 28-30 x 14 x 5 en su lado oeste. Las estructuras conforman un rectángulo cubierto por vegetación. De la edificación al este parten dos muros laterales de ladrillos y otros, menores, parecen dividir el espacio interior en sentido paralelo a aquellos y 18 www.turismo-olivares.es transversales. En el extremo oeste, hay una estructura de argamasa gruesa rodeada de ladrillos semejantes a los anteriores de 28- 30 x 14 x 5- 5´5, con abundante cal. En la rica llanura de sedimentación a ambos lados de La Alameda, sirviéndose de las aguas del canal principal que en La Molina, antes de volver al Guadiamar, regarían sus entornos también, o de la propia Alameda reguladas por un dique, pudo extenderse el último de los espacios de regadío del Arroyo el Cao. Dos metros de sedimentos fluviales cubren la necrópolis que desde el siglo III, avanzada ya la desecación de las marismas, ocupó estas tierras entre el Valdárrago y La Alameda junto a la romana Laelia, hoy huerto solar. Posible espacio de regadío en torno a La Molina y al arroyo Alameda, final del recorrido de la acequia madre Arroyo El Caos Posible espacio de regadío en base a un dique en La Alameda, cuando el canal Arroyo El Caos se acerca a La Molina (fotografía tomada desde el tell). Los últimos espacios de regadío que identificamos con el Arroyo el Cao se hubieran podido dar en la loma de Soberbina, al oeste y norte del caserío. Sus aguas, como hemos indicado, a través de dos vaguadas y un qanāt del que se aprecian sus respiraderos contemporáneos, abastecerían el canal principal y las zonas bajas de regadío hasta el río, también dependientes de Arroyo el Cao, entre los arroyos Valdárrago y Valdegallinas, además de crear espacios propios de regadío en la propia loma de al qariat Subarbina donde hemos detectado, como ya hemos indicado, hasta seis concentraciones específicas de piedras irregulares procedentes de posibles canalizaciones arrasadas. 19 www.turismo-olivares.es En naranja, asentamientos. En verde, concentraciones de piedras irregulares, probables canalizaciones arrasadas: Soberbina NO Conc. nº 3 y 4 Posible espacio de regadío Soberbina NE andalusí en loma de al- qaryat Subarbina Conc. nº 6 Conc. nº 5 Soberbina Este Conc. nº 1 Soberbina N Naranjal Conc. nº 2 Posible qanat Al- qaryat Subarbina Concentración de piedras irregulares en loma de Subarbina. Al fondo, el Cerro de la Cabeza Respiraderos contemporáneos del qanāt de Subarbina Arroyo El Cao, tal vez Arroyo al- qaws, Arroyo del Arco: Acequia madre de unos 6.061 metros entre La Zúa del Tarajal y La Molina del Cerro de la Cabeza, abasteciendo espacios de regadío y a algunas estructuras hidráulicas y realimentado a lo largo de su itinerario por otras fuentes para subsanar el gasto durante el recorrido y las propias irregularidades del caudal del río, sobre todo en el largo verano. Nos recuerda aquel de al- Isfahânî al describir el paso “de un río por una huerta” o “un huerto atravesado por un río” o una corriente. El topónimo popular, bien para todo el sistema de riego o sólo para el mencionado sitio de su itinerario, podría representar también una huella aún viva en el colectivo de estos campos. Ulteriores investigaciones nos irán aclarando los diversos momentos y funciones en su utilización que, en todo caso, parece arrancar de época almohade. 20 www.turismo-olivares.es