TRATOS INHUMANOS CONGRESO MADINC

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PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG TRATOS CRUELES, INHUMANOS Y DEGRADANTES
PERSONAS CON DISCAPACIDAD. (BORRADOR)
SOBRE
LAS
Javier García Medina
Universidad de Valladolid
1.-El impacto de las situaciones de violencia sobre las personas con discapacidad
La impronta dejada por siglos de estigmatización provoca que sean muchos
los campos en los que hay que trabajar para vencer roles y estereotipos vinculados
a las personas con discapacidad. Solo mencionar la visión de las personas con
discapacidad como sujetos dependientes, incapaces de tomar decisiones o inútiles,
y el avance que la Convención representa bajo el principio de la autonomía, entre
otros.
Sin embargo, la implantación de lo recogido en la Convención choca
precisamente con un cúmulo de barreras y atavismos, que lejos de ceder, persisten
en obstaculizar su desarrollo. Los cambios sociales en general son lentos y si, como
ocurre con lo establecido en la Convención, requieren de aporte económico, ello
dificulta más su implementación. Pero el factor económico es importante pero no
decisivo porque lo establecido por la Convención atraviesa todos los ámbitos
sociales, públicos y privados, y tiene que ver con un conocimiento y sensibilización
de quienes han de adoptar las decisiones legislativas y ejecutarlas en el campo de
la Administración.
El artículo 15.1.1 de la Convención, de forma específica, pero también los
artículos 16 y 17 son una manifestación clara de la necesidad de abordar la tortura
y los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes y la explotación, la violencia
y el abuso, tanto en el ámbito doméstico como fuera de él, con medidas legales,
judiciales, administrativas, sociales y educativas. Estos artículos demandan que
existan por parte de los Estados, que operan como sujeto pasivo, programas de
prevención, presididos por la perspectiva de género, edad y discapacidad y
señalando a las mujeres y la infancia como colectivos de especial protección.
Exigen, además, que los Estados se doten de recursos para la recuperación e
integración de las víctimas. Implican pues, estos artículos, el reconocimiento
explícito de la existencia de formas diversas de explotación, violencia y abusos
sobre las personas con discapacidad que hay que atajar con urgencia.
Al igual que en el artículo 16, se adopta aquí un concepto amplio de
violencia, ya que ésta incide de forma exponencial en su situación de aislamiento y
exclusión social, política, económica y cultural, generando por tanto una múltiple
discriminación. El Informe del Relator de Naciones Unidas relativo al derecho de
toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental
(9/8/2013)2, señala que las situaciones de conflicto en sus diversas formas (los
conflictos armados, los disturbios internos, las protestas, los desórdenes, las
Artículo 15.Protección contra la tortura y otros tratos o penas crueles,inhumanos o degradantes
1. Ninguna persona será sometida a tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes. En particular, nadie será sometido a experimentos médicos o científicos sin su libre
consentimiento . 2 Informe del Relator de Naciones Unidas relativo al derecho de toda persona al disfrute del más alto
nivel posible de salud física y mental (A/68/297), de 9 de agosto de 2013.
http://daccess-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/N13/423/00/PDF/N1342300.pdf?OpenElement
1
1 PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG revueltas civiles y la agitación, los territorios ocupados y los territorios en los que
hay una presencia militar constante), colocan a muchos individuos en situación de
discapacidad e incrementan los efectos sobre quienes ya lo estaban, provocando
cuadros de estrés y depresión. Las posibilidades de un tratamiento eficaz en
muchos casos desaparecen porque la marcha de médicos y personal sanitario y los
ataques contra el personal sobre el terreno impiden un abordaje tanto en el
momento del conflicto como en su desarrollo posterior, ya que en este caso el
sistema de salud se haya destruido y la reconstrucción suele tardar en producirse.
Pero la situación puede agravarse si el entorno familiar más cercano abandona a la
persona con discapacidad para poder huir del conflicto y en caso de llevarlo
consigo como tal grupo se convierten en desplazados, aumentando la marginación.
Pero la violencia o el abuso pueden revestirse de otras formas, tal y como lo
señala el documento “Monitoring the Human Rights of Persons with Disabilities in
Europe”(CommDH/Speech(2014)5)3 del Comisario del Consejo de Europa para los
Derechos Humanos, al subrayar que se ha incrementado el número de expresiones
de odio y de delitos con base en el odio hacia las personas con discapacidad como
consecuencia de ventajas y beneficios que han obtenido en algunos países. Llama
la atención sobre la existencia de un discurso del odio con base en la discapacidad
que puede pasar desapercibido, si bien la European Union Agency for Fundamental
Rights (FRA), indica que las diferentes formas de acoso y violencia se alzan como
barreras para la integración social de las personas con discapacidad.
Los prejuicios hacia el “diferente”, hacia lo diverso, no son exclusivos de
grupos extremistas que utilizan cualquier rasgo diferenciador para discriminar, sino
indicadores del grado de intolerancia presente aún en las sociedades actuales. El
hecho de pertenecer a una minoría, ser inmigrante, tener una u otra orientación
sexual o ser una persona con discapacidad convierte a muchos ciudadanos en
víctimas de violencia verbal, física y psicológica, porque el prejuicio social opera
como encubridor de los autores de tal violencia y coloca a la víctima y a quienes la
rodean en una especial indefensión al no poder denunciar tales ataques y porque,
de hacerlo, se hace muy difícil conseguir que tal comportamiento sea identificado
como una acción violenta. Estableciendo una impunidad en los autores y un
desánimo y desesperanza en las víctimas. Y lo que es aún peor, y en este punto
incide el Tribunal Europeo de Derechos Humanos4, es que el delincuente elige a su
víctima en función de lo que es o parece ser, de manera que al patente elemento
discriminatorio se añade el mensaje humillante de que una característica no
elegida por la víctima sirve para hacer pensar que sus derechos tienen mucho
menos valor. Lo cual puede incitar a otros a actuar de la misma manera.
Si bien la Decisión Marco del Consejo de la Unión Europa (2008/913/JAI),
circunscribe los delitos de odio a los motivados por la raza, el color, la religión, la
ascendencia u origen nacional o étnico, el informe “Mettre en évidence les crimes
de haine dans l’Union européenne : reconnaître les droits des victimes” de la FRAP,
incluye a las personas con discapacidad como víctimas del lenguaje y de los delitos
de odio. Además se señala que muchos países en las definiciones penales para la
protección contra la discriminación han incluido la discapacidad. Es el caso del
artículo 510 del Código Penal español, que expresamente recoge la referencia a las
3
https://wcd.coe.int/com.instranet.InstraServlet?command=com.instranet.CmdBlobGet&InstranetImag
e=2503663&SecMode=1&DocId=2130702&Usage=2 4
Consideraciones sobre el “discurso del odio”:
http://www.echr.coe.int/Documents/FS_Hate_speech_FRA.pdf 2 PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG personas con discapacidad (utilizando el término minusvalía) como grupo protegido
por este tipo penal, ya que prohíbe todo acto de discriminación, odio o violencia
contra ellos. Pero no es esa la situación en todos los países de la Unión Europea,
además existe una laguna en la toma de datos que puede provocar que las
víctimas de los llamados “crímenes de odio” no encuentren la oportuna reparación.
Esta “cifra oscura” en buena medida viene determinada por la desconfianza que
los propios individuos y grupos vulnerables tienen hacia estos tipos delictivos poco
concretos, no comunicando los hechos a las autoridades, las cuales, a su vez, se
encuentran con la dificultad de interpretar adecuadamente una conducta como
“crimen de odio”.
El hecho de que no se haya sustanciado ningún caso aún ante los tribunales
españoles, no supone que haya que deducir que el riesgo del que se habla en el
ámbito regional europeo no se dé en la sociedad española, sino que precisamente
se ha de estar muy vigilante e incidir en programas de prevención de diferente tipo
y en distintos ámbitos.
Desde Unicef en el Informe Mundial de la Infancia 2013. Niños y niñas con
discapacidad, se abordan los malos tratos, revelando que los niños y niñas en edad
preescolar y en edad joven, están más expuestos a padecer malos tratos por los
demás niños sin discapacidad y por los adultos. Urge este informe a que aquellos
niños y niñas con discapacidad que estén ingresados en instituciones reciban una
especial atención al entender que se deben considerar como un grupo de alto
riesgo a padecer violencia y cuya detección es fundamental. La institucionalización
según la organización Disability Rights International5 puede provocar más
probabilidades de desarrollar deficiencias que dificulten su crecimiento, y los más
jóvenes corren el riesgo de sufrir además daños psicológicos irreversibles; retraso
en el desarrollo, al dejan de comer en muchos casos; niños hacinados, falta de
personal y a veces mal preparado; complicaciones médicas por falta de
movimiento; la falta de atención y apoyo emocional hace que muchos niños y niñas
se vuelven autodestructivos; sometimiento a sujeciones y ataduras; la enfermedad
incrementa el riesgo de morbilidad e incluso se los somete a tratamientos sin
anestesia; las desapariciones no son infrecuentes al no haber programas de
vigilancia.
Niños y niñas6 pueden sufrir violencia bajo la forma de un tratamiento
orientado a modificar su conducta, como, por ejemplo, la electroconvulsión, la
terapia con fármacos o el electroshock. Los niños y niñas con discapacidad
presentaban un riesgo considerablemente mayor de experimentar violencia que sus
compañeros no discapacitados, siendo 3,7 veces más proclives a padecer
modalidades combinadas de violencia, 3,6 veces más proclives a ser víctimas de
violencia física y 2,9 veces más tendentes a padecer violencia sexual.
3.-Violencia y factores multiplicadores de la discriminación: género y
edad.
5
Se puede consultar la campaña de esta organización por la no institucionalización de las personas
con discapacidad: http://www.disabilityrightsintl.org/ CommDH/Speech(2014)5. International
Symposium “Human Rights and Disability” Vienna, Austria, 10-11 April 2014,
https://wcd.coe.int/com.instranet.InstraServlet?command=com.instranet.CmdBlobGet&InstranetIm
age=2503663&SecMode=1&DocId=2130702&Usage=2
6 Campoy, I., (2010) «Niños y niñas con discapacidad: reflexión general y concreción en España», en
Cuenca, P. (Editora), Estudios sobre el impacto de la Convención Internacional sobre los Derechos
de las Personas con discapacidad en el Ordenamiento Jurídico Español, Madrid, DYKINSON, p.547
3 PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG Las mujeres con discapacidad constituyen un colectivo especialmente
vulnerable cuando se habla de víctimas de violencia7, pues a la discapacidad se
añade un elemento más de discriminación como es el género8. Las niñas y las
mujeres sufren en una escala mayor situaciones de discriminación. Los roles
sociales están estructurados en diferentes categorías a las que hay que pertenecer
para formar parte de la representación social. Pero las categorías se fundan y
construyen sobre estereotipos. En la sociedad son los hombres quienes elaboran,
perpetúan y transmiten estereotipos sobre la mujer basados en la fertilidad, el
hogar y la belleza. Tradicionalmente se ha ubicado a la mujer en el hogar,
destinada a la gestación, para lo cual era primordial la belleza, y, por tanto, le
correspondía el papel de madre y educadora.
Las mujeres con discapacidad, sin embargo, observan como, por un lado se
las deja fuera de lo que se ha definido como el patrón de mujer y se las presenta
como asexuadas, incapaces para el hogar y carentes de belleza, aunque se las
confine al ámbito doméstico; pero por otro lado se resalta su discapacidad y se las
convierte en inservibles, limitadas y eternamente infantiles, de forma que, al igual
que el resto de personas con discapacidad, se las considera enfermas,
irresponsables o inútiles, recibiendo además un trato indiferente, de rechazo,
sobreprotección, lástima o sobrevaloración.
Estereotipos transmitidos y reproducidos por agentes de socialización como
las amistades, familia, la educación y los medios de comunicación, creando en la
visión de la sociedad una idea discriminatoria que no se corresponde con la
autopercepción de las propias mujeres con discapacidad. Las mujeres con
discapacidad han sido privadas del uso de su sexualidad, la maternidad o el
trabajo, debido a la sobreprotección que se ejerce hacia ellas y que provoca falta
de autonomía personal y de desarrollo social y laboral. Las mujeres con
discapacidad sobrevenida en etapa adulta, sufren la comparación entre la situación
actual y la anterior, obstaculizándoles aprehender la realidad ya existente. Las
niñas con discapacidad hallan dificultades para convivir en el ambiente escolar con
el resto del alumnado, de tal modo que el resto de niñas y niños no tienen la
oportunidad de crear una imagen real de sus compañeras con discapacidad. Si
bien la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad en su
artículo 24, habla de un sistema de educación inclusivo, la realidad no responde a
ese requerimiento normativo internacional.
Los medios de comunicación presentan a las personas con discapacidad en
general y a las mujeres en particular como sujetos dignos de admiración, como
héroes, o bien como merecedores de lástima y compasión. Los medios tratan a las
mujeres con discapacidad desde la inferioridad, la marginación, el paternalismo y la
superación, siendo este último igual de negativo que los demás. No incluyéndolas
en lo que los medios consideran como deseable, sino en lo raro, y tampoco como
ajustado a los estándares de belleza cara a la aceptación social y a la consecución
de la satisfacción personal. Sin posible identificación con ningún colectivo
aprobado socialmente y sufriendo un deterioro de la autoestima y la
autopercepción.
“Cuando la imagen personal se enfrenta a la percepción social” de “enredando”, (N.16º)
http://www.canfandalucia.org.es/public/mediaExchange/Documentos/enredando16.pdf 8
Fernández, P. (2009), Compendio sobre violencia de género y factores de discriminación en la
mujer con discapacidad, Valencia: Tirant, pp.79-82.
7
4 PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG La visibilidad del colectivo en los medios no existe y si lo hace, es en la
sección de sociedad o sucesos asociada a los conceptos negativos. Por estos
motivos, y siguiendo las recomendaciones de las últimos documentos oficiales en
materia de género y discapacidad, se debe promover una imagen adecuada de las
mujeres con discapacidad, que se ajuste a la realidad y en cuya elaboración se
tenga en cuenta a la propia mujer con discapacidad.
Las mujeres con discapacidad tienen un riesgo cuatro veces mayor de sufrir
violencia en atención a los diversos factores que se desprenden de la Encuesta
sobre Discapacidad, Autonomía Personal y Dependencia, (EDAD 2008) del Instituto
Nacional de Estadística9, y que se pueden señalar los siguientes: un mayor índice
de analfabetismo; niveles educativos más bajos; menor actividad laboral y/o con
puestos de trabajo de menor responsabilidad y peor remunerados; mayor
aislamiento social; más baja autoestima; mayor dependencia económica respecto
de la familia y/o personas responsables de apoyarlas; mayor dependencia socio
afectiva y emocional; menor desarrollo personal y social; gran desconocimiento de
la sexualidad y numerosos y catastróficos mitos al respecto; menor desarrollo
personal y social; mayor desprotección socio sanitaria; baja autovaloración de la
imagen corporal.
La esterilización forzada y el aborto coercitivo son formas de violencia contra
las mujeres con discapacidad, dado que se llevan a cabo sin su consentimiento o
sin que comprendan el propósito específico de tales prácticas médicas, y bajo el
pretexto del bienestar de la propia mujer con discapacidad. Se violan, así, sus
derechos humanos fundamentales y se les priva de los mismos, entre ellos el
derecho a salvaguardar su integridad corporal y el derecho a controlar su propia
salud reproductiva, en el sentido señalado por el artículo 23.1.b. de la Convención.
La edad avanzada opera como desencadenante de nuevas situaciones de
discapacidad o profundizando en las existentes. Naciones Unidas ha fijado un
conjunto de estándares básicos (Estándares Naciones Unidas, 2011)10 con los que
poder analizar la situación de las personas mayores y sus derechos en una
determinada comunidad y destaca entre ellos el referido a mayores y
vulnerabilidad, aludiendo a que el proceso de envejecimiento va exponiendo a la
persona mayor a situaciones de vulnerabilidad que llevan a su extremo en las
condiciones de discapacidad física y mental. Lo que implica programas de
prevención tanto en el terreno alimentario como en ámbitos de abusos, violencia y
malos tratos contra las personas mayores11
El Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos (E/2012/51)12, de 20 de abril de 2012, analiza la situación de los
derechos culturales, económicos, políticos y sociales de las personas mayores,
9
Instituto Nacional de Estadística de España http://www.ine.es/jaxi/menu.do;jsessionid=BBC7C64324FB622FAFB69B0130F4BA4F.jaxi01?type=pcaxis
&path=/t15/p418&file=inebase&L=0 10
Estándares de Naciones Unidas: Human rights of older persons: International human rights
principles and standards, BACKGROUND PAPER-revised and updated Open-ended Working Group,
GA resolution 65/182, New York, 18-21 April 2011:
http://www.ohchr.org/Documents/Issues/OlderPersons/OHCHRBackgroudpaper2011.pdf
11 Javato, A. y de Hoyos, M. (directores), (2010), Violencia, abuso y maltrato de personas mayores,
Valencia: Tirant, p.67.
12 Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
(E/2012/51), de 20 de abril de 2012
http://www.ohchr.org/Documents/Issues/SForum/SForum2014/E.2012.51_sp.pdf
5 PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG realizando una serie de consideraciones importantes para valorar la insuficiente y
débil protección que reciben las personas mayores derivadas del incumplimiento
de las propias condiciones de la Declaración Política y Plan de Acción Internacional
de Madrid sobre el Envejecimiento de 2002, como de las condiciones fácticas en
las que se encuentran las personas mayores. En concreto se indica que la vejez y la
discapacidad son factores que, por separado o combinados, pueden hacer que una
persona sea vulnerable a una serie de violaciones de los derechos humanos, desde
la violación de su derecho a la libertad de circulación, debido a los obstáculos
físicos, hasta la administración de un tratamiento médico sin un consentimiento
libre y con conocimiento de causa del interesado.
El abuso de las personas mayores, y más si están en situación de
discapacidad, puede ser físico, psicológico, sexual o emocional. Al igual que en el
caso de la discriminación, el abuso de las personas de edad es con frecuencia un
fenómeno oculto. Además, la insuficiencia general de estadísticas e información
fiables complica la tarea de evaluar el alcance del problema y ofrecer soluciones
eficaces. La explotación financiera, una modalidad de abuso que puede revestir
diversas formas como amenazas contra sus propiedades, ingresos o bienes
incluido el fraude, la privación arbitraria de su propiedad, el robo, la expropiación
de tierras, propiedades o bienes y la pérdida fraudulenta del disfrute y ejercicio de
su capacidad jurídica con el fin de asumir el control de sus asuntos financieros.
4.-Persistencia del contexto de violencia: posibles causas
Identificados algunos de los elementos que operan en el escenario de
violencia parece que la situación estaría en disposición de verse neutralizada y en
proceso de eliminación de estos contextos. Sin embargo, esto no parece que se
vaya a producir en estos términos pues si se atiende al Informe del Comisario para
los Derechos Humanos del Consejo de Europa, referido a España, tras su visita de
3 de junio de 201313, la situación de las personas con discapacidad viene
empeorando y, por tanto, la exposición a situaciones de violencia sigue siendo un
riesgo. Se menciona la reducción o supresión de la financiación para la
interpretación del lenguaje por signos en servicios públicos como los tribunales,
dificultando la denuncia de situaciones de abuso, violencia o maltrato14.
Violándose, a renglón seguido, el derecho a la tutela judicial efectiva.
Las reducciones a la protección social han provocado que muchas personas
con discapacidad se hayan visto privadas de una asistencia profesional adecuada,
siendo las familias quienes se van a hacer cargo de los cuidados de la persona con
discapacidad, generándose a partir de este momento una espiral que puede dar
lugar a abusos, malos tratos y violencia. La obligación de atender a una persona
con discapacidad, y más si es un niño o un anciano, puede convertirse en una
13
CommDH(2013)18. El informe hace especial hincapié en las repercusiones de las medidas de austeridad en la autonomía personal de las personas con discapacidad y en su acceso a los servicios generales; en el empleo; en el acceso de los niños con discapacidad a la educación incluyente y en la discapacidad intelectual y psicosocial. https://wcd.coe.int/ViewDoc.jsp?id=2108303&Site=CommDH&BackColorInternet=DBDCF2&BackColorIn
tranet=FDC864&BackColorLogged=FDC864 14
IndIcadores de derechos humanos. Guía para la medición y la aplicación. Precisamente en esta guía se recoge como un indicador de resultado asociado a la Integridad física y mental de las personas detenidas o recluidas, la incidencia y prevalencia de la defunción, las lesiones y las enfermedades transmisibles y no transmisibles (por ejemplo, VIH/SIDA, paludismo y tuberculosis, discapacidad mental) durante la privación de libertad. 6 PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG carga extraordinaria para sus cuidadores, incrementándose el riesgo de maltrato.
En este caso el aislamiento, la falta de comunicación y los obstáculos puestos a la
misma, imposibilitan el que se puedan denunciar episodios de abuso y maltrato.
Se subraya en el informe (punto 61) que las subvenciones a familiares ha
llevado a la bancarrota a numerosas empresas que daban servicio a personas
dependientes, con la consiguiente falta de cuidados especializados y la anulación
de una vía para detectar posibles agresiones. El hecho de que en muchas
ocasiones el principal ingreso de las familias, como consecuencia del desempleo,
sea la percepción económica de la persona con discapacidad también condiciona
su vulnerabilidad. El Comisario expresa su preocupación (punto 90) porque
medidas injustificadas y regresivas puedan generar un mayor grado de marginación
y exclusión, y una posible vuelta a la institucionalización, camino que España había
ido progresivamente abandonando (punto 97).
La Memoria de la Fiscalía General del Estado de 201315 llama la atención
sobre la importancia de tener datos estadísticos para apreciar la situación concreta
de las personas con discapacidad y de los grados de vulnerabilidad, de forma que
quepa distinguir entre las personas con discapacidad aquella afectadas por
deterioros cognitivos y las que lo son por enfermedades mentales. Rangos de sexo
y edades serían también datos relevantes para abordar programas y normativas
específicos. Por su parte la Memoria de la Fiscalía General del Estado de 201516,
insiste en “la necesidad de articular mecanismos de registro y seguimiento no solo
a efectos estadísticos internos, sino también debido a que desde los organismos
europeos se viene demandando información tanto acerca de la tipología delictiva
como acerca del motivo discriminatorio que subyace en cada una de las acciones
ilícitas (origen nacional, orientación sexual, ideología, religión, creencia, raza, etnia,
discapacidad….)”, para adoptar las medidas legislativas, sociales y públicas que
correspondan17.
Si una de las vías para reducir y eliminar la violencia sobre las personas con
discapacidad era caminar hacia la visibilidad y presencia en la vida social, parece
que las circunstancias actuales suponen, al menos, un freno en este camino.
5.-La Jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en la
configuración de Estándares Internacionales de derechos humanos
sobre tratos crueles, inhumanos y degradantes relacionados con
personas con discapacidad.
15
Memoria de la Fiscalía General del Estado de 2013, sección 2.3.4 Protección de los derechos de las personas con discapacidad, p.635. 16
Memoria de la Fiscalía General del Estado de 2015, Capítulo IV, sección 2.5 Protección de los derechos de las personas con discapacidad, p.737. 17
Informe anual 2015 del Defensor del Pueblo, II Supervisión de la actividad de las
Administraciones Públicas, apartado 8.3.: Informe anual 2015 del Defensor del Pueblo, en el que se
recogen casos y condiciones que inciden sobre la vida de las personas con discapacidad: demora en
la tramitación de los procedimientos de valoración inicial o revisión de la situación de discapacidad;
instar la modificación del Baremo de reconocimiento, declaración y calificación del grado de
discapacidad para adecuarlo a la Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad
y de la Salud (CIF/OMS-2001); necesidad de acciones positivas dirigidas a promover el acceso al
empleo de las personas con capacidad intelectual límite, que tengan reconocida oficialmente su
situación, aunque no alcancen un grado de discapacidad del 33 por ciento; información a personas
sordas en emergencias; accesibilidad de oficinas públicas;
7 PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG El estado de la cuestión que se ha presentado manifiesta una vulneración
de derechos humanos prácticamente absoluta pues coloca al individuo ante la
imposibilidad de desarrollar sus capacidades individuales y por tanto de participar
de la vida pública en común, lo que supone una privación de derechos civiles y
políticos, pero también de derechos económicos, sociales y culturales. En especial,
y a los efectos del tema del que versa este trabajo, se hallan concernidos los
derechos relativos a los tratos crueles, inhumanos y degradantes de diferentes
instrumentos internacionales.
En el ámbito universal, el artículo 5 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos (DUDH) señala que “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos
crueles, inhumanos o degradantes. El artículo 7 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos recoge también que “Nadie será sometido a torturas ni
a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. En particular, nadie será
sometido sin su libre consentimiento a experimentos médicos o científicos.” Del
mismo modo la Declaración sobre la protección de todas las personas contra la
tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes18, hace alusión en
el artículo 2 a esta cuestión indicando que “Todo acto de tortura u otro trato o pena
cruel, inhumano o degradante constituye una ofensa a la dignidad humana y será
condenado como violación de los propósitos de la Carta de las Naciones Unidas y
de los derechos humanos y libertades fundamentales proclamados en la
Declaración Universal de Derechos Humanos”, añadiendo en el artículo 8 que
“Toda persona que alegue que ha sido sometida a tortura u otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes, por un funcionario público o a instigación del
mismo, tendrá derecho a que su caso sea examinado imparcialmente por las
autoridades competentes del Estado interesado”.
La Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes19 en su artículo artículo 16.1. señala que “Todo Estado Parte se
comprometerá a prohibir en cualquier territorio bajo su jurisdicción otros actos que
constituyan tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes y que no lleguen a
ser tortura tal como se define en el artículo 1, cuando esos actos sean cometidos
por un funcionario público u otra persona que actúe en el ejercicio de funciones
oficiales, o por instigación o con el consentimiento o la aquiescencia de tal
funcionario o persona. Se aplicarán, en particular, las obligaciones enunciadas en
los artículos 10, 11, 12 y 13, sustituyendo las referencias a la tortura por
referencias a otras formas de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”.
La Observación general Nº 3 (2012) del Comité contra la Tortura se refiere al
artículo 14 de la Convención que aborda la tortura, pero tal y como se acaba de
señalar en lo atinente a las obligaciones de los Estados ha de sustituirse, cuando
corresponda, el término tortura por otras formas de tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes. En este sentido la Observación contempla un concepto
amplio de víctima20 al entender por tal toda persona que haya sufrido daños,
18
http://www.derechoshumanos.net/normativa/normas/onu/torturas/1979-­‐Declaracion-­‐Proteccion-­‐
contra-­‐tortura-­‐y-­‐otros-­‐tratos-­‐crueles-­‐inhumanos-­‐o-­‐degradantes.htm 19 http://www.derechoshumanos.net/normativa/normas/onu/torturas/1984-ConvencionProteccion-contra-tortura-y-otros-tratos-crueles-inhumanos-o-degradantes.htm
20 En esta línea se enmarcaría la DIRECTIVA 2012/29/UE DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL
CONSEJO
de 25 de octubre de 2012 por la que se establecen normas mínimas sobre los derechos, el apoyo y
la protección de las víctimas de delitos, y por la que se sustituye la Decisión marco 2001/220/JAI
del Consejo y la Ley 4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la víctima del delito.
8 PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG individual o colectivamente, incluidas lesiones físicas o mentales, sufrimiento
emocional, pérdidas económicas o menoscabo sustancial de sus derechos
fundamentales como consecuencia de actos u omisiones que constituyan una
violación de la Convención. Una persona será considerada víctima con
independencia de que el autor de la violación haya sido identificado, aprehendido,
juzgado o condenado y de la relación de familia o de otra índole que exista entre el
autor y la víctima. El término "víctima" también comprenderá a la familia inmediata
o las personas a cargo de la víctima así como las personas que hayan sufrido
daños al intervenir para socorrer a una víctima o para impedir su victimización”21
Según la Observación el artículo 14 de la Convención contra la tortura las
obligaciones de los Estados para proceder a la reparación de las víctimas son
sustantivas (alcance del derecho a la reparación) y de procedimiento (ejercicio del
derecho a la reparación). Las sustantivas consisten en:
1.- Restitución. Ha de restablecerse a la víctima en la situación anterior a la
vulneración y no dejarla en una situación en que la tortura y los malos tratos se
puedan repetir, abordando las causas estructurales de la infracción y eludiendo
toda discriminación por género, orientación sexual, discapacidad, origen étnico,
edad y religión, u otro motivo de discriminación.
2.-Indemnización. El derecho a una indemnización pronta, justa y adecuada
por torturas o malos tratos a que se refiere el artículo 14 tiene múltiples
dimensiones y debe ser suficiente para compensar los perjuicios a los que se
pueda asignar un valor económico y sean consecuencia de torturas o malos tratos,
sean o no pecuniarios.22
3.-Rehabilitación. La rehabilitación consistirá en la restitución de funciones o
la adquisición de las nuevas competencias que requieran las nuevas circunstancias
en que se encuentre la víctima, procurando la mayor autonomía, con los ajustes
necesarios en su ámbito físico y social, que garanticen la independencia física,
mental, social y profesional y la inclusión y participación plenas en la sociedad.
Subrayándose que la obligación no está condicionada a los recursos disponibles y
es inaplazable. Estableciéndose por los Estados un “planteamiento integrado y de
largo plazo y asegurarse de que los servicios especializados para las víctimas de la
tortura estén disponibles, sean apropiados y fácilmente accesibles”23, promoviendo
la resiliencia de la víctima y el riesgo de nuevos traumas
4. Satisfacción y derecho a la verdad. Obligación que se centra en la
investigación y procesamiento penal que imponen los artículos 12 y 13 de la
La Observación aclara que “En algunos casos, las personas que han sufrido daños tal vez
prefieran el término "supervivientes".
22 Reembolso de gastos médicos; fondos para sufragar servicios médicos o de rehabilitación para
que sea lo más completa posible; los perjuicios pecuniarios y no pecuniarios resultantes del daño
físico o mental causado; la pérdida de ingresos y el lucro cesante debidos a la discapacidad
causada por la tortura o los malos tratos y la pérdida de oportunidades, de empleo o educación,
asistencia letrada y otros gastos que entrañe la presentación de una solicitud de reparación.
23 Los servicios de atención “deben incluir un procedimiento para la determinación y evaluación de
las necesidades terapéuticas y de otra índole de las personas basado, entre otras cosas, en el
Manual para la investigación y documentación eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes (Protocolo de Estambul) y que podría incluir una amplia variedad de
medidas interdisciplinarias, como servicios médicos, físicos y psicológicos de rehabilitación;
servicios sociales y de reintegración; asistencia y servicios comunitarios y orientados a la familia y
formación profesional y educación, entre otros”.
21
9 PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG Convención y otras medidas24. No realizar estas actuaciones supondría negar de
facto la reparación y, en consecuencia, incumplir las obligaciones que le impone el
artículo 14.
5.-Garantías de no repetición. Los artículos 1 a 16 de la Convención
establecen medidas concretas que los Estados partes han de entender como
esenciales para prevenir y garantizar que no se repitan las torturas y los malos
tratos, de manera específica, instrucciones claras a los funcionarios públicos sobre
la Convención25.
Por su parte las obligaciones procedimentales serían:
1.- Legislación. Los Estados deberán adoptar las medidas legislativas,
administrativas, judiciales o de otra índole eficaces para evitar la tortura y han de
recoger en la legislación penal “los elementos de la tortura que se definen en el
artículo 1 de la Convención y los requisitos del artículo 4”. Reconocimiento a las
víctimas de un recurso efectivo y su derecho a obtener una reparación apropiada.
El Comité destaca los esfuerzos de los Estados partes por proporcionar recursos
civiles a las víctimas que fueron sometidas a torturas o malos tratos fuera de su
territorio, posibilitando enjuiciar y extraditar a los presuntos autores de actos de
tortura cuando se encuentran en un territorio bajo su jurisdicción. Evitar la
revictimización y los traumas a través del derecho interno.
2.-Mecanismos eficaces para presentar quejas y llevar a cabo
investigaciones. Los cuales han de ser imparciales y efectivos, “se darán a conocer
al público y estarán al alcance de todos, entre ellos quienes estén privados de la
libertad, estén detenidos o confinados en establecimientos psiquiátricos o en otras
partes, mediante, por ejemplo líneas telefónicas directas o buzones de quejas
“Medidas eficaces para poner coto a las violaciones; la verificación de los hechos y revelación
pública y completa de la verdad, en la medida en que esa revelación no cause más daño o atente
contra la seguridad y los intereses de la víctima, de sus familiares, de los testigos o de quienes
hayan intervenido para ayudar a la víctima o impedir que se produzcan nuevas violaciones; la
búsqueda de las personas desaparecidas, de la identidad de los niños secuestrados y de los
cadáveres de las personas asesinadas y la ayuda para recuperarlos, identificarlos y volver a
inhumarlos, según los deseos expresos o presuntos de la víctima o las familias afectadas; una
declaración oficial o decisión judicial que restablezca la dignidad o reputación y los derechos de la
víctima y de las personas estrechamente vinculadas a ella; la aplicación de sanciones judiciales o
administrativas a los responsables de las violaciones; una disculpa pública que incluya el
reconocimiento de los hechos y la aceptación de la responsabilidad y actos de conmemoración y
homenaje a las víctimas”.
25 La Observación recoge de modo exhaustivo otras medidas: “que las autoridades civiles ejerzan
control efectivo sobre las fuerzas armadas y de seguridad; asegurarse de que todos los
procedimientos civiles y militares se ajustan a las normas internacionales relativas a las garantías
procesales, la equidad y la imparcialidad; reforzar la independencia del poder judicial; proteger a los
defensores de los derechos humanos y a otros profesionales del derecho, la salud u otras
disciplinas que prestan ayuda a las víctimas de tortura; establecer sistemas de supervisión periódica
e independiente de todos los lugares de detención; impartir formación prioritaria y continua a los
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, así como de las fuerzas armadas y de seguridad,
sobre las normas de derechos humanos que tenga en cuenta las necesidades concretas de los
grupos de población marginados y vulnerables e impartir formación específica sobre el Protocolo de
Estambul a los profesionales de la medicina y el derecho y a los funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley; promover la observancia de los códigos de conducta y de las normas internacionales
por los funcionarios públicos, con inclusión del personal de las fuerzas de seguridad, los
establecimientos penitenciarios, los servicios médicos, psicológicos y sociales y las fuerzas armadas; revisar y reformar las leyes que autoricen o propicien la tortura o los malos tratos; asegurarse de que se cumpla el artículo 3 de la Convención, que prohíbe la devolución, y de que haya disponibles
servicios temporales para particulares o grupos, como refugios para las víctimas de torturas o malos
tratos por motivos de género o de otra índole”
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10 PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG confidenciales en los lugares de detención, y quienes pertenezcan a grupos
marginados y vulnerables, incluidos los que tengan una capacidad de
comunicación limitada”. Señala el Comité que la reparación no debe esperar a la
resolución de los aspectos penales y procesales, condicionar la reparación a estos
trámites implicaría el incumplimiento del Estado de la Convención.
3.- Acceso a los mecanismos para obtener reparación. Ha de darse
información a las víctimas y sus familias sobre su derecho a obtener una
reparación, a través de procedimientos transparentes, asequibles, participativos y
con asistencia letrada adecuada. En los procedimientos judiciales y no judiciales se
deben tener en cuenta las características de estas personas. Por lo tanto, el
personal judicial debe recibir formación específica sobre los diversos efectos de las
torturas y los malos tratos, entre ellos los que sufren las víctimas pertenecientes a
grupos marginados y vulnerables, y sobre cómo actuar con sensibilidad respecto de
las víctimas de torturas y malos tratos.
En resumen las barreras u obstáculos con las que puede enfrentarse el
derecho a la reparación consistirían en “una legislación nacional inadecuada, la
discriminación en el acceso a los mecanismos de presentación de quejas e
investigación y a los procedimientos de recurso y reparación; la falta de medidas
adecuadas para que los presuntos autores de actos de tortura queden bajo
custodia; las leyes relativas al secreto de Estado; los requisitos de procedimiento y
prueba que dificultan la determinación del derecho a la reparación; las normas
sobre prescripción, amnistía e inmunidades; la falta de medidas suficientes de
protección y asistencia letrada para víctimas y testigos y el estigma y los efectos
físicos y psicológicos y otros efectos conexos que surten la tortura y los malos
tratos”.
La Observación general llama la atención en reiteradas ocasiones a atender
a la discapacidad para evitar posibles situaciones de discriminación, precisamente
porque las personas con discapacidad se encuadran dentro de los grupos en
situación de especial vulnerabilidad. En consecuencia lo dicho hasta aquí sobre
tortura y malos tratos es aplicable en el marco de las personas con discapacidad a
tenor de lo dispuesto en el artículo 15 de la Convención sobre los derechos de las
personas con discapacidad, relativo a la Protección contra la tortura y otros tratos o
penas crueles, inhumanos o degradantes:
1. Ninguna persona será sometida a tortura u otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes. En particular, nadie será sometido a experimentos
médicos o científicos sin su libre consentimiento.
2. Los Estados Partes tomarán todas las medidas de carácter legislativo,
administrativo, judicial o de otra índole que sean efectivas para evitar que las
personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, sean
sometidas a torturas u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
Por su parte el sistema europeo de protección de derechos en el Convenio
para la Protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales
(CEDH) en su artículo 3 relativo a la prohibición de tortura se recoge una
formulación muy similar a la de la DUDH, indicando que “Nadie podrá ser sometido
a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes”. La Carta de los Derechos
Fundamentales de la Unión Europea en su artículo 4 referido a la- Prohibición de la
tortura y de las penas o los tratos inhumanos o degradantes recoge una redacción
similar “Nadie podrá ser sometido a tortura ni a penas o tratos inhumanos o
degradantes”
11 PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG En el marco nacional el Código Penal introducía en 1995 la “integridad
moral” como bien jurídico protegido en el artículo 173.1. (párrafo 1º): “El que
infligiera a otra persona un trato degradante, menoscabando gravemente su
integridad moral, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años”
La indeterminación conceptual y su generalidad exigen a la doctrina y a la
jurisprudencia de una labor de delimitación26. Estando la doctrina dividida en su
conformación entre una concepción de la integridad moral como dignidad humana
o bien como bien jurídico autónomo e independiente.
Una postura doctrinal y jurisprudencial minoritaria considera en atención a
la generalidad del concepto de dignidad humana, que ésta e integridad moral se
identifican, siendo por tanto la dignidad humana el bien jurídico que se protege en
este artículo. El sector mayoritario entiende que este artículo establece una
protección autónoma a la integridad moral, ya que la dignidad humana constituye
un valor superior informador del ordenamiento jurídico y un “mínimo invulnerable
inherente”27 a los derechos fundamentales. Ahora bien el hecho de que se
considere un bien jurídico autónomo no elude el debate sobre su concreción
jurídica que será diversa según se “vincule a la idea de incolumnidad; a las notas
de humillación y degradación, derivadas de los comportamientos lesivos de la
misma; o la idea de quiebra de la autonomía de la voluntad personal”.
La doctrina del Tribunal Constitucional al reconocer jurídico
constitucionalmente la integridad moral, junto a la integridad física, sirve de
fundamento para enlazar autonomía e independencia de la integridad moral a la
incolumidad. La integridad moral, en este sentido, tendría un ámbito específico
unido a las “ideas de inviolabilidad de la personalidad y de indemnidad o
incolumidad”28 afirmándose, por tanto, como “el derecho a ser tratado como
persona y no como cosa, con interdicción de cualquier intento de que el individuo
sea considerado un puro y simple medio para la consecución de cualquier fin, sea
éste lícito o ilícito; como el derecho de toda persona a recibir un trato acorde con su
condición de ser humano libre y digno de respeto, a ver respetadas su personalidad
y voluntad y a no ser rebajado o degradado a una condición inferior a la de su
persona; o como el derecho a ser tratado como uno mismo, como un ser humano
libre y digno, nunca como un simple objeto”29
Desde otra perspectiva doctrinal, la vinculación de la integridad moral como
bien jurídico a la humillación y degradación, resalta el sentido negativo de
comportamientos que la vulneran, constituyendo el derecho a “no sufrir
sensaciones de dolor o sufrimientos físicos o psíquicos humillantes, vejatorios o
envilecedores, (…) a no ser sometido a métodos o procedimientos que provoquen
una sensación de humillación o vejación en la persona, que le hagan perder tal
consideración, para ser reducida a la condición de mera cosa, provocando una
sensación de grave malestar o angustia e, incluso, sufrimientos o padecimientos
físicos o psíquicos”30
Por último, otros autores consideran que el artículo 173.1. párrafo 1 ha de
restringir su ámbito de aplicación a actuaciones que persigan doblegar la voluntad
Pérez Machío, A.I., De Vicente Martínez, R. y Javato Martín, M.(2015), Artículo 173, en
Comentarios Prácticos al Código Penal, Tomo II (Drtor.Manuel Gómez Tomillo),Pamplona: Thomson
Reuters ARANZADI, p.399.
27 Pérez Machío, A.I., De Vicente Martínez, R. y Javato Martín, M.(2015), Artículo 173, cit, p.400.
28 Pérez Machío, A.I., De Vicente Martínez, R. y Javato Martín, M.(2015), Artículo 173, cit, p.401.
29 Pérez Machío, A.I., De Vicente Martínez, R. y Javato Martín, M.(2015), Artículo 173, cit, p.401.
30 Pérez Machío, A.I., De Vicente Martínez, R. y Javato Martín, M.(2015), Artículo 173, cit, p.401.
26
12 PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG del sujeto pasivo o bien causar una vejación, de esta forma el bien jurídico
protegido por la integridad moral constituiría el “derecho a configurar de forma
voluntaria pensamientos, ideas o sentimientos, sin que nadie pueda alterar dicha
configuración, utilizando métodos o procedimientos contrarios a su voluntad”31
En último término, lo que este artículo protege es la integridad moral
entendida como el “derecho a no ser sometido a comportamientos que, dirigidos a
humillar y a degradar a la persona, la utilicen como mero instrumento en manos del
sujeto activo”32
La cuestión ahora es determinar qué es un trato degradante, y en este punto
es de referencia la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos
(TEDH) a la hora de diferenciar tortura, tratos inhumanos y tratos degradantes,
considerados como conceptos autónomos, relacionados entre sí, y cuya diferencia
radica en una gradación de la intensidad con la que se causa, siendo la tortura el
nivel más alto, los tratos inhumanos el nivel intermedio y los tratos degradantes en
nivel más bajo. Tal gradación además de a la intensidad responde también a
factores subjetivos complementarios vinculados a las circunstancias de cada caso y
a un enfoque que tenga en cuenta el contexto socio-político, exigiendo, por tanto,
una decisión que pondere los intereses en conflicto33.
Tanto la doctrina como la jurisprudencia del Tribunal Supremo han aceptado
esta concepción según la cual es propio de ese trato el que se provoque
humillación, degradación, envilecimiento e instrumentalización y cosificación de la
víctima. Por tanto los hechos subsumibles en el artículo 173.1.1 del Código Penal,
implican tratar a la persona como si fuera un “mero objeto de manera
especialmente humillante y vejatoria”34
La legislación internacional coloca a los tratos degradantes en el nivel más
bajo de la intensidad del comportamiento y considera que constituyen
comportamientos que implican sufrimientos físicos y/o mentales, cuyo fin es
degradar o humillar, y, en último término, instrumentalizar a la víctima. La gravedad
es, en consecuencia, una nota consustancial al trato degradante en la vulneración
de la integridad moral, no pudiéndose distinguir entre tratos degradantes graves y
no graves35.
En cuanto a la relación entre el sujeto activo y el sujeto pasivo del delito,
parece desprenderse de la jurisprudencia que ha de haber una relación fáctica de
superioridad, bien en el marco de un hecho concreto bien en el contexto de
situaciones temporales o circunstancias de superioridad, originadas en una
situación concreta y temporal. La superioridad fáctica o temporal se entienden
propias y en la esencia de un trato degradante y al amparo del 173.1.párrafo 1º.
Otra cuestión es si es necesario que se produzca o no habitualidad, la respuesta es
que lo relevante es la sensación de envilecimiento, degradación y cosificación que
Pérez Machío, A.I., De Vicente Martínez, R. y Javato Martín, M.(2015), Artículo 173, cit, p.402: “la
inclusión del elemento volitivo en la definición de integridad moral, como presupuesto de la misma
puede inducir al error de identificar a ésta con otros bienes jurídicos respecto de los cuales la
integridad moral se supone autónoma e independiente”.
32 Pérez Machío, A.I., De Vicente Martínez, R. y Javato Martín, M.(2015), Artículo 173, cit, p.402.
33 Pérez Machío, A.I., De Vicente Martínez, R. y Javato Martín, M.(2015), Artículo 173, cit, p.402. Se
pueden citar las Sentencias del TEDH: Caso Irlanda contra Reino Unido (18 de enero de 1989); caso
Tyrer (25 de abril de 1978); y caso Campbell y Cosans (25 de febrero de 1982).
34 Pérez Machío, A.I., De Vicente Martínez, R. y Javato Martín, M.(2015), Artículo 173, cit, p.403.
35 Pérez Machío, A.I., De Vicente Martínez, R. y Javato Martín, M.(2015), Artículo 173, cit, p.404.
31
13 PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG padezca la víctima, que puede ser el resultado tanto de un único acto como de la
reiteración de pequeños comportamientos.
En conclusión, hay un trato degradante cuando “el sujeto activo –abusando
de la superioridad fáctica, circunstancial o temporal que le une al sujeto pasivoinflige sufrimientos y padecimientos de carácter físico, psíquico o de cualquier otra
naturaleza que provocan, potencialmente, sentimientos de humillación,
degradación y envilecimiento de especial intensidad a través de los que –en
definitiva- se cosifica e instrumentaliza al sujeto que los padece”36
El Código Penal recoge en su artículo 174 el delito de tortura para al indicar
que “comete tortura la autoridad o funcionario público que, abusando de su cargo,
y con el fin de obtener una confesión o información de cualquier persona o de
castigarla por cualquier hecho por cualquier hecho que haya cometido o se
sospeche que ha cometido, o por cualquier razón basada en algún tipo de
discriminación, la sometiere a condiciones o procedimientos que por su naturaleza,
duración u otras circunstancias, le supongan sufrimientos físicos o mentales, la
supresión o disminución de sus facultades de conocimiento, discernimiento o
decisión o que, de cualquier otro modo, atenten contra su integridad moral”. Siendo
determinante para entender que se está ante un delito de tortura, el que el sujeto
activo sea una autoridad o funcionario público, y los objetivos específicos que se
buscan: confesión, información o castigo.
Es evidente que el sentido de estas prohibiciones es evitar la violencia de un
ser humano sobre otro ser humano, ya que los comportamientos crueles,
inhumanos y degradantes deshumanizan a la víctima pero también al victimario. La
acción cruel es en sí misma una acción inhumana, que “habla de la reducción a la
víctima a cosa, de que la víctima es tratada como si careciera de capacidad para
sufrir y sentir dolor”37
Una acción cruel, según señala von Trotha38, es una acción intencional
porque se busca infligir dolor y sufrimiento a la víctima, siendo irrelevante que haya
un deseo subjetivo de ser cruel. La acción cruel se dirige a quien se sabe o se
presume que puede sufrir dolor. La violencia en la que consiste la acción cruel
puede ser física o psicológica, conllevando profundos daños físicos y psíquicos que
pueden ser de por vida. Crueldad siempre en contra de la voluntad y resistencia de
la víctima. Para que el concepto de crueldad pueda ser válido interculturalmente no
puede reducirse a su perspectiva física sino que ha de contarse con determinantes
psíquicos, sociales y espirituales. “El dolor y el sufrimiento infligido a la víctima
muestran un elemento de carácter excesivo de acuerdo con las categorías de la
cultura respectiva. El dolor y el sufrimiento experimentado por la víctima difieren de
las experiencias dolorosas "habituales". Esto incluye el miedo existencial o la
experiencia del dolor físico, impotencia desesperada, y el abandono existencial”
Los tratos crueles, inhumanos y degradantes ejercidos sobre personas con
discapacidad producen un rechazo moral y jurídico, dado que la situación de
partida es de especial vulnerabilidad o necesidad, es decir, la persona en cuestión
Pérez Machío, A.I., De Vicente Martínez, R. y Javato Martín, M.(2015), Artículo 173, cit, p.406.
Alonso Alamo, M. (2014). “La pena de muerte como pena cruel y Derecho Penal del exceso”, en
Pena de muerte: una pena cruel e inhumana y no especialmente disuasoria (Editores Arroyo
Zapatero, Luís, Nieto Martín, Adán; Schabas, William. Coordinadora: García-Moreno, Beatriz),
Cuenca: Ediciones de la Universidad Castilla-La Mancha, p.42.
38 Trutz von Trotha (2011). “On Cruelty. Conceptual Considerations and a Summary of an
Interdisciplinary Debate”, en Trutz von Trotha, Jakob Rösel (Eds.), On Cruelty. Köln. Rüdiger Köppe
Verlag, pp.5-15.
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37
14 PAPER PRESENTADO COMO BORRADOR DE TRABAJO AL CONGRESO ACCESIBILIDAD, AJUSTES Y APOYOS. UC3M MAYO 2016. PROYECTO “MADRID SIN BARRERAS” WWW.MADRIDSINBARRERAS.ORG no tiene otra alternativa, real o aceptable, más que someterse al abuso.
Precisamente ésta es la línea de discurso que se encuentra en las sentencias del
Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
15 
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