Empresa e Historia en Canarias

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Empresa e Historia
en Canarias
Coordinadores:
Fernando Carnero Lorenzo
Juan Sebastián Nuez Yánez
m
Equipo de investigadores: '
Luis Gabriel Cabrera Armas
Alvaro Díaz de la Paz
José Ignacio González Gómez
Jesús Hernández Hernández
Francisco Javier de León Díaz
María del Pino Ojeda Cabrera
Concepción M. A. Pérez Hernández
José Luis Rivero Ceballos
Cándido Román Cervantes
40
FYDE
CajaEanarias
GOBIERNO DE CANARIAS
Dnwriow CENE
F U N D A C I Ó N FORMACIÓN
Y DESARROLLO EMPRESARIAL
UNIVERSIDAD DE 1A LAGUNA
DPTO. DE HISTORIA E INSTITUCIONES
ECONÓMICAS
© 2001 Fundación FVDE-CajaCanarias (Edición)
© 2001 Los autores
Prohibida la reproducción total o parcial de este libro ni su incorporación a sistema informático alguno, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio sin el permiso
por escrito del autor.
Edita:
Fundación FYDE-CajaCanarias
Avda. de los Reyes Católicos. 31.2°
3X005 Santa Cruz de Tenerife
Tino.: 922 227 «35
Fax: 922 227 718
E-mail: fydeC<ícistia.es
www.FYDE-CajaCanarias.es
ISBN:
84-699-6208-6
Depósislo Legal: TF-J71/200J
Maquetación y
fotomecánica:
Logomecánica
Impresión:
The l.ittle Man/ana
PRESENTACIÓN
E
l conocimiento de las claves de nuestro desarrollo empresarial pasado nos
ayuda a entender la realidad actual de nuestro tejido empresarial y, lo que
es más importante, sirve de base para delinear y configurar estrategias
futuras. Para profundizar en ese conocimiento de (pestra historia, no sólo
es necesaria una ardua labor de recopilación documental y de investigación que describa, interprete y explique nuestro pasado, sino que también es
primordial la difusión de esos resultados de investigación1.
El libro que aquí presentamos hace una notable contribución a este objetivo,
ya que constituye un vehículo de transmisión de una parte de los resultados del
largo y constante esfuerzo que ha venido realizando este grupo de investigación
de Historia Económica de la Universidad de La Laguna a lo largo de los últimos
años. Esta recopilación de artículos es una muestra del amplio repertorio de investigaciones que este equipo ha ido generando a partir de su importante archivo documental sobre la empresa de nuestra región, y que ha supuesto un importante
avance en la configuración de lo que podríamos denominar la Historia de la
Empresa en Canarias.
El hecho de que el análisis económico de las empresas, desde una perspectiva
histórica, sea una línea de investigación relativamente nueva en Canarias, viene
a justificar aún más la oportunidad y necesidad de este trabajo, ya que recoge en
una misma obra un completo estudio de carácter histórico del tejido empresarial
canario y de los distintos sectores de la economía del Archipiélago.
A lo largo de sus diez capítulos, este libro nos acerca, desde una visión retrospectiva, a cuestiones como la rentabilidad de las empresas plataneras, la evolución del
asociaeionismo agropecuario o la estrategia de diversas empresas industriales que
ilustran la evolución de este sector en Canarias. Asimismo, sus páginas ahondan
en el conocimiento de determinados aspectos del sector servicios, como los
costes salariales de las empresas turísticas, el papel de las Cajas de Ahorros o el
de los puertos insulares.
Presentación
El apoyo a trabajos de investigación como éste ha sido uno de los objetivos
marcados por la Fundación FYDE-CajaCanarias, pues entendemos que de esta
manera se dota a la sociedad de herramientas válidas para su progreso. Para el
logro de este propósito, la Fundación, en colaboración con la Consejería de
Economía. Hacienda y Comercio del Gobierno de Canarias, ha venido desarrollando en los últimos años diversos programas de apoyo a la investigación en nuestras universidades, lo que ha dado come) resultado una veintena de publicaciones,
que han engrosado la bibliografía canaria especializada en el estudio de nuestro
tejido empresarial.
Confiarnos, una ve/ más, en que esta nueva publicación cumplirá con el objetivo que nos hemos marcado de apoyo al desarrollo empresarial de nuestra región.
Desde aquí, animamos a este equipo de investigación de la Universidad de La
Laguna a continuar con su entusiasmo y tenacidad en su labor de investigación y
a seguir superando, con el mismo éxito, el difícil obstáculo que existe en el acceso a
la documentación sobre el pasado de nuestras empresas, porque ésta es la base
para seguir construyendo la Historia de la Empresa en Canarias.
Rodolfo Núñez Ruano
Presidente de FYDE-CajaCanarias
PRESENTACIÓN
C
anarias ha avanzado. Todos los datos lo avalan. El Archipiélago ha
atravesado el momento más expansivo de su historia, lo que nos ha permitido saldar deudas históricas y llegar en óptimas condiciones al siglo
que ahora estrenamos. Crece el número de empresas, a pesar de la fragmentación territorial; crece la competitividad y la estructura de la empresa canana, a pesar de estar directamente condicionadas por las características
derivadas de su carácter ultraperiférieo. Y, a pesar de la escase/ de recursos propios
y de la evolución de la economía mundial, Canarias comienza a demostrar un cierto
dinamismo que está consolidando nuevas fuentes de rique^y reduciendo la excesiva especializaeión en los servicios y. en particular, en él turismo. No podemos hablar
de situaciones idílicas, pero sí razonablemente buenas. Ahora que las puertas de la
incertidumbre se abren de par en par al conjunto del planeta, nos encontramos en una
situación lo suficientemente sólida como para enfrentar la recesión con optimismo
y, sobre todo, con confianza.
Pero, volvamos la vista a los años recientes y no tan recientes. El panorama
empresarial de Canarias ha ido evolucionando a lo largo del tiempo. Y esa evolución se ha plasmado no sólo en una mejoría de su estructura y en una mayor competitividad, sino también en la delimitación de unas características propias,
diferenciadas del resto del panorama empresarial del listado. De hecho, el reconocimiento de estos condicionantes que influyen en nuestro modelo económico y
social ha sido uno de los pilares básicos en las negociaciones que hemos entablado desde el Gobierno de Canarias con la Unión Europea y con el.Gobierno central. Ha sido duro. Pero -ahí están los resultados- el balance ha sido satisfactorio. Un
avance que, hay que decirlo, tiene por protagonista a la sociedad canaria. Porque,
siendo cierto que el Gobierno ha trabajado con constancia, no lo es menos que los
logros deben atribuirse al conjunto de las fuerzas políticas, agentes sociales y
representantes de la Administración del Estado. Una vez más, se ha demostrado
que sólo desde el consenst) y la colaboración se alcanzan las metas trazadas.
A nadie se le escapa que no lo hemos tenido fácil. La insularidad y la lejanía
son jiara Canarias y para su economía desventajas que nos han condicionado
históricamente. Y no sólo porque el empresario en un territorio fragmentado debe
superar hándicaps como el transporte, los costos de conexión (no sólo con el mercado exterior, sino también con el interior), o la dificultad en el crecimiento con
Presentación
los que no se enfrenta el emprendedor en terreno continental. A ese rompecabezas
debemos añadir una lejanía -la ultraperificidad- que supone un inconveniente que
distingue a Canarias de otras regiones insulares. Porque, soplando los vientos de
la sociedad de la información a nuestro favor al acercarnos cada día más al resto
del planeta, hay condicionantes que siguen en pie.
Con el esfuerzo conjunto del sector empresarial y del Gobierno de Canarias,
estos inconvenientes se han transformado en retos. El presente trabajo constituye
un reflejo de lo que esa lucha ha conseguido a lo largo de la historia en nuestro
Archipiélago, ofreciéndonos una investigación exhaustiva de la evolución de los
distintos sectores económicos en el Archipiélago. Además, refleja de manera evidente el hecho de que la empresa canaria ha crecido lo suficiente como para poder
ser objeto de un estudio de esta magnitud. Constituye, por tanto, como una herramienta muy útil para el empresario que quiere conocer la realidad económica
de las Islas y su evolución en el tiempo, así como una forma de aprender y corregir
errores cometidos en el pasado.
El camino recorrido no ha sido sencillo, y esa es una de las verdades que
avalan los factores estudiados en este trabajo. La economía canaria está creciendo, y está creciendo bien. Desde el Gobierno creemos que, en el marco de una
economía cada vez más global izada, es necesario apostar (y lo estamos haciendo) por el fomento del desarrollo de tecnologías que faciliten la interrelación
económica del territorio insular, la expansión empresarial y la creación de
empleo.
Tras los acontecimientos del 11 de septiembre todo ha cambiado. Nos
enfrentamos a una realidad económica que no tiene referentes en tiempos anteriores. De ahí que, ahora más si cabe, debamos seguir en el camino de reforzar los
distintos pilares de nuestra economía y del marco en el que ésta se mueve. Y,
haciendo aún más necesario manejar trabajos como éste, contar con la información más completa sobre nuestra realidad y sobre cómo ésta encaja en nuestro
entorno económico y político. Frente a la inceitidumbre, información.
Adán Martín Menis
Vicepresidente y Consejero de Economía,
Hacienda y Comercio del Gobierno de Canarias
INTRODUCCIÓN
Fernando Carnero Lorenzo
Juan Sebastián Nuez Yánez
13
CAPÍTULO 1: EL TEJIDO EMPRESARIAL ISLEÑO,
1870-2000. EVOLUCIÓN Y CARACTERÍSTICAS
Luis Gabriel Cabrera Armas
Fernando Carnero Lorenzo
Alvaro Díaz de la Paz
19
m
1. introducción
2. Demografía empresarial y capital social
3. La estructura del tejido empresarial
4. Tamaño de las empresas
5. Conclusiones
6. Bibliografía
21
23
27
32
35
35
*.
''.
CAPÍTULO 2: UNA APROXIMACIÓN A LA RENTABILIDAD
DE LAS EMPRESAS PRODUCTORAS DE PLÁTANOS
EN CANARIAS, 1900-2000
Juan Sebastián Nuez. Yánez
1. Introducción
2. Las inversiones en capital fijo para la
producción de plátanos
3. La tipología de las explotaciones
4. La rentabilidad en la literatura
5. La rentabilidad desde las empresas
6. Los factores determinantes de la evolución
de la rentabilidad
7. A modo de conclusión
8. Bibliografía
41
43
44
50
54
56
,
62
67
68
CAPÍTULO 3: EL ASOCTACIONISMO AGROPECUARIO
EN EL ARCHIPIÉLAGO CANARIO.
UNA ANÁLISIS RETROSPECTIVO
Cándido Román Cervantes
1. Introducción
2. Los sindicatos agrarios del primer tercio del siglo XX
3. Cooperativas agrarias de comercialización:
el modelo franquista de asociacionismo
4. De los Grupos Sindicales de Colonización Agraria
a las Sociedades Agrarias de Transformación
5. Conclusión
6. Bibliografía
CAPÍTULO 4: UNELCO (1969-1998). SERVICIO PÚBLICO
Y ACTIVIDAD EMPRESARIAL
,
Luis Gabriel Cabrera Armas
Jesús Hernández Hernández
1. Interés y relevancia, objetivos y planteamientos metodológicos .
2. Unelco y la normalización del sen icio eléctrico en Canarias . . .
3. La realidad económica y financiera de Unelco
4. Conclusiones
5. Bibliografía y fuentes
CAPÍTULO 5: LA INDUSTRIA TABAQUERA
EN LAS ISLAS CANARIAS. UNA PERSPECTIVA
DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XXI
José Luis Riveiri Cebados
1. Oligopolio y regulación. Factores estratégicos de
loralización de las empresas tabaqueras en las Islas Canarias
2 Tendencias de la industria tabaquera en las dos
últimas décadas del siglo XX. Liberalización y
concentración del mercado
:
71
73
74
78
86
89
91
105
.107
.109
118
126
126
129
131
133
3. La inserción Je la industria tabaquera de las Islas
Canarias en la economía internacional
4. Algunas especialidades ilel mercado de puros . . .
5. Algunas conclusiones
6. Biblioerufía
. .135
..146
. .150
. .151
CAPITULO 6: INDI SIRIAS QUÍMICAS CANARIAS, S.A.
(1940-1983). liN EJEMPLO DE LA TENTATIVA
INDliSTRlALlZADORA DE LAS ISLAS .. ..
Concepción M, A. Pérez Hernández
153
m
.
1. Introducción
2. La creación de Industrias Químicas Canarias. S.A
3. La historia económica de la empresa
4. Conclusión
5. Bibliografía y fuentes
CAPÍTULO 7: LOS COSTES SALARIALES EN
EL SECTOR TURÍSTICO. I NA APROXIMACIÓN
«^
155
157
160
172
173
177
José ¡guacia González Gómez
Juan Luis Olmedo Guerrero
1. Introducción
2. Importancia del sector turístico
3. Las variables empleo, coste del trabajo y salario medio
en el subsector hostelería y restauración.
Una visión histórica de su comportamiento
4. Estudio de los componentes cualitativos
de los convenios colectivos
5. Estudio de los componentes cuantitativos
de los convenios colectivos
6. Conclusiones
7. Bibliografía
.179
1X0
181
183
186
199
199
CAPÍTULO 8: KL SISTEMA PORTUARIO CANARIO
EN LA ENCRUCIJADA
Luis Gabriel Cabrera Armas
Francisco Javier de León Díaz
.205
.207
1. Introducción
2. ¿Son eficientes los puertos'
3. Los puertos: ¿agentes inmobiliarios'.' .
4. La racionalización del gasto portuario
5. Conclusiones
6. Bibliografía v fuentes
.20X
.216
.220
.224
.224
CAPITULO 9: LAS CAJAS DE AHORROS EN CANARIAS.
UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA
fe mando Camero Lorenzo
231
1. introducción
2. Los antecedentes del «ahorro popular» en el Archipiélago
3. Los difíciles comienzos. 1911-1939
4. Autarquía y ahorro popular, 1939-1962
3. El proceso de bancarización y liberali/.ación, 1962-1988
6. Hacia el liderazgo del sistema financiero isleño, 1989-1999
7. Conclusiones
8. Bibliografía
233
234
238
243
247
253
257
258
UNA PRIMERA CATALOGACIÓN BIBLIOGRÁFICA
SOBRE LA HISTORIA EMPRESARIAL EN CANARIAS
Alaría del Pino Ojeda Cabrera
Concepción M. A. Pérez Hernández
1. Acerca de una Historia Empresarial
2. La Etapa Moderna
3. La Etapa Contemporánea
4. Otra bibliografía citada
.263
.
.
.
.
.265
.267
.279
.296
I P » * ••
Introducción
INTRODUCCIÓN
Los análisis económicos de las empresas- con perspectiva histórica son una
línea de investigación relativamente nueva en Canarias., una juventud que se debe
a que haya habido que esperar a fechas recientes para la superación de dos obstáculos fundamentales. Por una parte, cada vez son más los empresarios isleños
que han tomado conciencia de la importancia de este tipo de estudios, pues no
sólo facilitan una mejor comprensión de las claves del crecimiento económico,
sino también permiten conocer los resultados de pasadas estrategias empresariales, que, aunque en contextos diferentes, resultan aleccionadoras. Ese interés de
los empresarios por aprender del pasado, de los errores y los aciertos, ha hecho
que se vayan abriendo las puertas para el acceso a la documentación propia de las
empresas, apertura que ha de continuar en el tiempo, y que ha permitido el
aumento del número de investigaciones.
El otro obstáculo estaba en los propios equipos investigadores. La dificultad
de acceso a la información y la carencia de referentes exteriores, pues en el resto
de España no se había avanzado mucho más en la disciplina, hacía que se destinaran los escasos recursos humanos a cubrir otras lagunas de la historia económica general del Archipiélago que presentaban menos problemas. La progresiva
ampliación de las plantillas de ambas universidades isleñas en el área de conocimiento de Historia e Instituciones Económicas ha permitido incrementar y diversificar los ámbitos de análisis, entre las que se encuentra la historia de la empresa. Así pues, a medida que ha ido creciendo la información disponible ) los equipos de investigadores, ha habido una progresiva proliferación de estudios en los
que las empresas y los empresarios son elementos significativos, linos trabajos
de los que este libro es una muestra más.
14
Introducción
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La publicación se estructura en una decena de trabajos en los que se analizan
los distintos sectores económicos de Canarias desde la perspectiva empresarial.
La primera tarea a realizar debe ser conocer el parque empresarial del
Archipiélago, para poder valorar la relevancia de estos agentes en la actividad
económica. El estudio realizado por Luis Gabriel Cabrera Armas. Fernando
Carnero Lorenzo y Alvaro Díaz de la Paz, "El tejido empresarial isleño, 18702000. Evolución y características", esboza la trayectoria seguida por la demografía empresarial desde el último cuarto del siglo XIX; analizando su número,
estructura y capital social. Los cambios en estos parámetros ponen de manifiesto
una dinámica y unas características diferenciadas del resto de España, que permiten hablar de una tipología particular como resultado de la adaptación empresarial a un modelo económico también diferenciado.
Una vez conocido el entramado empresarial, los siguientes capítulos se
centran en análisis sectoriales, siendo el agrario el primero de ellos. Juan
Sebastián Nuez Yánez, en el estudio titulado "Una aproximación a la rentabilidad de las empresas productoras de plátanos en Canarias, 1900-2000". aporta su investigación sobre los resultados económicos de las explotaciones plataneras. Tras intentar medir la inversión necesaria para iniciar la producción,
analiza la tipología de las explotaciones tratando de separar las que pueden
tener un comportamiento más capitalista: la maximización de beneficios. Unos
beneficios que han sido lo suficientemente atractivos como para que se haya
destinado una importante cantidad de capital a esta actividad a lo largo del
siglo XX, y cuya evolución y factores determinantes se exponen a partir de una
muestra de contabilidades.
Si en la caracterización general de las empresas, Canarias presenta unos rasgos específicos, los modelos asociativos en el sector primario destacan sobremañera. Cándido Román Cervantes presenta, bajo el título "El asociacionismo agro-'
pecuario en el Archipiélago Canario: un análisis retrospectivo", el proceso de
consolidación de las cooperativas y sociedades agrarias de transformación en el
agro isleño. Desde los sindicatos agrarios del primer tercio del siglo XX, este tipo
de empresas han tenido en las Islas una dinámica y características bien diferenciadas de! resto de España, por lo que su cuantificación y el estudio del papel que
han jugado tanto en la esfera de la producción c o m o en la de comercialización se
tornan de gran relevancia.
En los análisis sobre la evolución de la actividad económica canaria, no es
habitual encontrar referencias al tejido industrial. Al haber pasado de una eco-
fprIntroducción
%
15
nomía agro-exportadora a una de servicios, parece que el sector secundario
fuera irrelevante, pero nada más lejos de la realidad. Pese a los escasos guarismos relativos, la industria canaria también existe, y en este libro se presentan tres trabajos sobre empresas del mismo. Luis Gabriel Cabrera Armas y
Jesús Hernández Hernández aportan un estudio sobre la compañía Unión
Eléctrica de Cananas. En "UNELCO (1969-1998). Servicio público y actividad empresarial" abordan las implicaciones que ha tenido para la empresa la
necesidad de normalizar, garantizar y estabilizar el suministro de electricidad
en un espacio insular fragmentado. Su objetivo principal es examinar los
determinantes de las estrategias de gestión de un servicio público, unos determinantes que han marcado el número, la localización j^pl importe de las inversiones, pero, sobre todo, han influenciado en la rentabilidad económica y
financiera de la empresa.
Los aspectos institucionales también condicioiían la localización de los
agentes económicos. En el trabajo de José Luis Rivero Ceballos titulado "La
industria tabaquera en las Islas Canarias. Una perspectiva desde el final del
siglo XX", se observa el impacto de las políticas estatales en el desarrollo de
las industrias elaboradoras de tabaco en el Archipiélago. Instalar plantas en
una zona en la que hay que importar las materias primas, y cuya producción se
destina principalmente a los mercados exteriores, es difícil de justificar atendiendo sólo a criterios de costes y precios. Las ventajas fiscales ofrecidas por
el modelo de inserción de la economía canaria en la nacional fueron las que
jugaron un papel principal en la llegada de las empresas, y la alteración de esas
ventajas tras la incorporación de Canarias a la Unión Europea las que han
determinado su retirada.
De forma similar ocurrió con IQCSA. empresa analizada por Concepción
María de los Ángeles Pérez Hernández en su aportación. "Industrias Químicas
Canarias, S.A;.(1940-1983). Un ejemplo de la tentativa industrializadora de las
Islas". El objetivo perseguido es analizar las estrategias adaptativas seguidas por
la compañía ante las variaciones en la política económica. Su instalación en el
Archipiélago vino determinada por la política de sustitución de importaciones
desarrollada en España en el primer franquismo, que convirtió en rentable la apertura de una fábrica de fertilizantes agrícolas y ácido sulfúrico para la refinería de
petróleos de CEPSA. Las variaciones en ese marco institucional, primero en
Canarias y luego en el resto del país, obligaron a la dirección de la sociedad a
plantearse cambios para tratar de sobrevivir.
16
Introducción
El último bloque sectorial, relativo a los servicios, también está conformado por tres capítulos, estando dedicado el primero de ellos al gran protagonista del modelo económico del último tercio del siglo XX: el turismo. José
Ignacio González Gome/ y Juan Luis Olmedo Guerrero examinan la evolución
del empleo y los costes del factor trabajo con un estudio titulado "Los costes
salariales en el sector turístico. Una aproximación". Las cuestiones laborales
tienen gran relevancia, no sólo por su incidencia en la cornpetitividad del producto, sino también porque al ser éste un sector locomotora de la economía,
ejerce una gran influencia sobre el resto. Modificaciones al alza en los aspectos cuantitativos o en los cualitativos de las relaciones laborales en la hostelería generan importantes efectos de arrastre, de forma que otras actividades
económicas se ven forzadas a variar también las suyas para evitar desplazamientos de la mano de obra.
Continuando con el sector servicios, se presenta el trabajo "El sistema portuario
en la encrucijada", una investigación realizada por Luis Gabriel Cabrera
Armas y Francisco Javier de León Díaz, en el que se estudia el proceso de
adaptación de los puertos isleños a los profundos cambios experimentados en
el transporte marítimo en el último cuarto del siglo XX. Es un análisis de las
Autoridades Portuarias de ambas provincias canarias como empresas, de sus
políticas encaminadas a mejorar sus magnitudes económicas y financieras. La
búsqueda de mayores ingresos en actividades no propiamente relacionadas con
el tráfico de buques lleva a los autores a plantearse si estos organismos autónomos de la administración no se habrán convertido en agentes inmobiliarios.
Pero no sólo se han preocupado de incrementar los ingresos, sino que de forma
simultánea han llevado a cabo una estrategia de reducción de gastos para
aumentar su eficiencia económica.
El tercero de los estudios del sector servicios, last but no least, es el realizado por Fernando Carnero Lorenzo y que se titula "Las Cajas de Ahorros en
Canarias. Una perspectiva histórica". Estas instituciones financieras han mostrado en las Islas un comportamiento propio muy marcado, que las diferencia
de sus homónimas en el resto de España. Presentan un elevado grado de vinculación con las principales actividades productivas, y con la sociedad canaria
en general a través de su importante obra benéfico-social. Esta imbricación tan
directa con la realidad insular ha condicionado su evolución como empresas,
de forma que la coyuntura económica del Archipiélago y la operatoria y resultados de las cajas de ahorros canarias han ido de la mano a lo largo del último
IJ
Introducción
17
siglo, pero también es esa proximidad la que las ha convenido en líderes del
sistema financiero isleño.
El último apartado del libro lo constituye "Una primera catalogación bibliográfica sobre la historia empresarial en Canarias" realizado por María del Pino
Ojeda Cabrera y Concepción M.A. Pérez Hernández En este trabajo se presenta una recopilación de los textos publicados sobre esta materia en las Klav
una recopilación que ha considerado la historia empresarial canaria en un sentido amplio ya que, corno señalan las autoras, son todavía muy pocos los t.-sUidios de carácter histórico-económico, y aún menos los de tipo empresarial.
Fernando Carnero Lorenzo
Juan Sebastián Nuez. Yánez
Depártamelo de Historia c
Instituciones Económica*
Universidad de l.a Laguna
CAPÍTULO 1
EL TEJIDO EMPRESARIAL ISLEÑO; i 870-2000.
EVOLUCIÓN Y CARACTERÍSTICAS
Luis Gabriel Cabrera Armas • Fernando Carnero Lorenzo
Alvaro Díaz de la Paz
El tejido empresarial isleño, 1870-2000. Evolución y características
21
1. INTRODUCCIÓN
La historia de la empresa en España ha suscitado un renovado interés en los últimos años, dando lugar a numerosas reuniones científicas y a una considerable producción bibliográfica. En ella destacan, en primer término, los textos biográficos
sobre empresas y empresarios, así como los sectoriales1. Poj su parte, los trabajos
que intentan dar una visión general sobre la evolución del tejido empresarial en
diferentes ámbitos espaciales han centrado su atención en la dinámica de las sociedades, ante los problemas que presenta el estudio de las. empresas individuales. El
punto de partida de esta literatura se sitúa en el artículo realizado por Ruiz Almansa
para el ámbito nacional, ya que «n él se utilizó por primera vez la constitución de
sociedades y la emisión de capital como indicador de la actividad económica y
empresarial. Pero, no será hasta la publicación del trabajo, ya clásico, de Jiménez
de Araya cuando se generalice la preocupación por esta cuestión. Este autor realizó un análisis pormenorizado, no sólo del número de compañías mercantiles creadas y de su capital, sino que incorporó una variada tipología en función de la forma
jurídica que adoptaron, de su distribución sectorial y de su domiciliación'.
Con posterioridad aparecieron otras investigaciones, en su mayoría de ámbito regional4, que permitieron ampliar la base estadística incorporando datos sobre la disolución de sociedades, las variaciones en el capital, la emisión de obligaciones y, más
recientemente, sobre los beneficios5. Desde de 1982, se abrieron nuevas posibilidades
dentro de esta línea de investigación siguiendo la metodología propuesta por la
Central de Balances del Banco de España, que incrementaba el campo de variables
a considerar, a través de los balances y las cuentas de resultados de la muestra de
empresas que contemplaba, y esto provocó una nueva avalancha de trabajos, tanto a
Una muestra de esta ahuilada bibliografía se encuentra reseñada en Torres Villanueva. E. (1993). García Ruiz. J.L.
(coord.) (1998) j Vaidaliso. J.M. y S. López (1999).
Ruiz Almansa. J. (1929).
Jiménez Araya. T. (1977).
" A la recopilación realizada por Em> Gasea. C. (1995) debemos añadir la actualización inserta en Cabrera, L.G.. F Camero y A.
Díaz (2(X)0). así corno ei resto de trabajos presentados en el Seminario. El Registm Metvanril, Utui fuente¡xini la historia económica de Es¡xiña, celebrado en septiembre de 2000 en Granada, y que pronto serán publicados.
• Tafunell. X (1996),
22
Capítulo I
escala nacional como autonómica''. Finalmente, la obligatoriedad de depositar las
cuentas de las compañías en el Registro Mercantil ha incrementado en la década de
1990 las disponibilidades de información, dando lugar a la aparición de nuevas centrales de balances de ámbito infraestatal. como las creadas recientemente en el seno
de las dos universidades canarias.
Este repaso no sería completo sino mencionásemos los intentos de superar la
limitación impuesta por el desconocimiento estadístico sobre las empresas unipersonales. Estos trabajos han empleado las cifras aportadas por la Contribución
Industrial y Comercial --o por sus sucesoras las Licencias Fiscales y el Impuesto
de Actividades Económicas—, así como los censos sectoriales elaborados por el
Instituto Nacional de Estadística, o el Directorio de Unidades Económicas realizado por el ISTAC en el ámbito isleño. En estos casos, al contrario que los estudios societarios, se incurre en un problema de exceso, ya que sus datos se refieren a unidades de producción, que superan con creces el número de empresarios
propiamente dichos*. Por esta razón, hemos optado por el criterio restrictivo,
siguiendo la opinión del equipo de investigadores dirigidos por el Profesor
E. Bueno Campos, ya que las sociedades mercantiles responden deforma significativa a los atributos propios de una empresa mínimamente organizada v que
funciona con regularidad, ofreciendo una información económica de un nivel
aceptable v contrastado".
Tomando como referencia este marco, el objetivo del presente trabajo es aproximarnos a la dinámica del tejido empresarial isleño durante el periodo contemporáneo. Para poder avanzar hacia ese conocimiento es fundamental la disponibilidad de
información estadística acerca de la demografía societaria, el capital de las compañías, la tipología jurídica de las mismas, su distribución por ramas de actividad y sus
dimensiones. Las principales fuentes utilizadas ya han sido descritas de manera
exhaustiva en otras investigaciones que hemos presentado en Jos últimos años11. Tan
" A modo de ejemplo rilaremos aquí algunos de estos trabajos: Bueno Campos, h. (19871. Eguinaga. E. \ C.M.
Fernández-Jardón (I99.H Dirección General de Economía ) Planificación (1995). Esesca (varios añosl: Auditoría
Balear. S.L. (varios años). Generalitat de Catalunya (varios años) y Centro de Estudios Regístrales ' 1999).
García Boza. .1 y otros 11997) y Medina Hernández. 1.'. y otros í 1997 y 2000), que han tenido su continuidad en
ejercicios posteriores.
' Algunas investigaciones que han empleado estas fuentes son: nadal Oller. J. 1197K). Nadal. .1 y A, Carreras. A.
(dirs.) (1990). Amores Mendoza. T. (1994). Luxán Meléndez. S. y S. Solhes Ferri 1998. Miras Araujo. J. (1999).
Bueno Campos. E y otros (1989:4)
•"Cabrera Armas. L.G. v F. Carnero Lorenzo (1997 v 1998) \ Cabrera. L.G. . F. Carnero v A. Díaz (2000).
El tejido empresarial isleño, 1870-2000. Evolución y características
23
sólo se han incorporado dos nuevas bases de datos, que nos permitirá extender el
estudio hasta la presente década: el Directorio Central de Empresas del I.N.E. y la
base de datos Camerdata. realizada por el Consejo Superior de Cámaras Oficiales de
Comercio Industria y Navegación de España11.
2. DEMOGRAFÍA EMPRESARIAL Y CAPITAL SOCIAL
A la hora de analizar el ritmo de las iniciativas empresariales se suele emplear
como indicador el número de sociedades constituidas, sin embargo, nosotros proponemos como alternativa la creación netade sociedades, descontando de la serie
anterior las disoluciones. Con ello mejora la interpretación de los resultados, sobre
todo en los períodos recesivos, que es cuando desaparece un mayor número deempresas. Además, evita tomar como nuevas aquellas actuaciones que tan sólo
suponen un cambio en la forma jurídica. En cuanto al capital social, y por análogas
razones, se debe emplear el capital neto desembolsado, es decir?añadiendo el emitido con posterioridad a la constitución y deduciendo el de las compañías disueltas,
así como las reducciones parciales. Además, hemos dividido el análisis en dos etapas, la primera se extiende desde la crisis de la cochinilla hasta el periodo autárquico y la segunda se refiere a los últimos cuarenta años del siglo XX.
2.1. El modelo agroexportador, ¡872-1960
Las cifras netas de creación de sociedades y de capital desembolsado1', se corresponden en cierta manera con los ciclos de la economía insular" (cfr. gráfico 1), Así.la
atonía fue el rasgo característico del empresariado isleño hasta mediados de la década de 1880. no en vano coincide con la crisis del primer producto exportador del
!l
En estas dos fuentes de información se recogen datos tanto de sociedades como de empresarios particulares.
Además las primeras incorporan datos sobre organismos autónomos de las administraciones públicas y las comunidades de propietarios. Nosotros sólo hemos empleados las cifras relativas a las sociedades mercantiles, las comunidades de bienes y las cooperativas, con la finalidad de homogeneizar las series que poseemos para periodos anteriores.
- En términos percápita la evolución de ambas variables para las sociedades mercantiles fue. salvo excepciones puntuales, siempre menor en las Islas que en el resto del conjunto nacional. Cabrera Armas. L.G. y F. Carnero Lorenzo
(1997)
En las argumentaciones sobre la economía del Archipiélago durante el periodo que abarca este estudio hemos
seguido los textos de Cabrera Armas. L.G. y A. Díaz de la Paz (1991a y b), Macías Hernández. A.M. y J.A.
Rodríguez Manín (ll)95) v Rodrísuez Martín J.A v P (¡utiérrez Hernández (1997).
Capítulo I
24
"I1
i n i•
modelo económico contemporáneo, la grana. Esta situación contrasta con el
gran dinamismo de las iniciativas societarias del período 1886-1914. coincidiendo con una etapa de expansión, auspiciada, en primer termino, por los
envíos a la Península de tabaco y azúcar, y, tras su relativo fracaso, por las
exportaciones de plátanos, tomates y papas al mercado europeo, especialmente al británico. A ello se debe añadir el auge de la actividad portuaria
propiciado por la nueva fase del imperialismo, ahora con destino al continente africano, que revitalizó el papel de las Islas como estación de avituallamiento marítimo. Durante el cambio de siglo, el Tuerte aumento del capital social estaría asociado, al igual que en el caso nacional, a las transferencias de fondos realizadas por los emigrantes, que buscaban nuevas oportunidades tras la independencia cubana y al amparo de un favorable tipo de cambio de la peseta.
GRÁFICO 1
Saldo neto de creación y acumulación de capital de las sociedades
(Medias de cada periodo)
1872-75 1881-85 1891-95 1901-05 1911-15 1921-25 1931-35 1941-45 1951-55
NOTA: No se dispone de cifras sobre el capital social neto del periodo 1936-1944.
FUENTE: CABRERA ARMAS. L.G. y F. CARNERO LORENZO (1997 y 1998) y
CABRERA. L.Ü.. F. Camero y A. Díaz (2000)
E! ¡¿'¡ido empresarial islciio. ¡X?(>-2OIH). livolitcion \ >iti(ici"risi¡cus
La Gran Guerra, la instabilidad monetaria de ¡os años \ cíate \ la crisis de los primeros años treinta, sumieron a una economía abierta como la canaria en un ma: de
incertidumbies. lo que podría explicar la caída en la creación neta de sociedades. Sin
embargo, este comportamiento empresarial no sería acorde con otros indicadores
macroeconómicos. que ponen de manifiesto nn fuene ciclo expansivo durante el
periodo de entreguenas. Para aclarar esta cuestión debemos recurrir al análisis del
capital social, que durante la década de 1920 y la II República muestra un importante
crecimiento. Esta aparente contradicción entre la evolución de ambos indicadores
societarios, queda en buena medida soslayada si tenemos en cuenta que asistimos a
un incipiente proceso de concentración empresarial durante este periodo. Proceso
que se traduce en un aumento de las disoluciones y en un descenso de las constituciones, al tiempo que el ritmo ascendente de las inversiones no se altero11.
La Guerra Civil y la Autarquía debieron suponer un frenazo respecto a la trayectoria precedente, ya que la inserción de las Islas en la estrategia autárquica se
tradujo en la pérdida c'e algunas de las peculiaridades económicas, sobre todo la
suspensión del régimen de Puertos Francos. En consecuencia, el modelo económico sufrió una transformación, en la que. si bien una parte de su aparato productivo continúe) vinculado al mercado internacional para la obtención de ingresos, se obligó a todos lo* sectores a abastecerse de forma preferente en el mercado peninsular, con unos costes más elevados. Los resultados de este proceso fueron la contracción de la actividad económica y la detención del proceso de cambio estructural que se había iniciado en la etapa anterior1'.
Esta coyuntura contrasta con el importante incremento de los saldos netos de
creación de compañías y acumulación de capital social durante la década de 1940.
Sin embargo, estos espectaculares guarismos obedecen a una distorsión estadística
provocada por la legislación del periodo, que obligó a muchas sociedades constituidas durante la República a reinscribirse en el Registro Mercantil después de la
conflicto civil"'. De hecho, en la segunda mitad de los años cuarenta, cuando se produjo una cierta recuperación económica al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el
ritmo de iniciativas empresariales y de! capital desembolsado se situaron en unos
niveles más bajos, acordes con la tendencia descrita en la etapa anterior a 1936.
"A modo de eicmpU) podemos Litar e¡ caso de ¡as empresas olear Ka isi.-ñas. qu;.1 a purt'r de los años treinta se \ iernn sometidas a un proceso de concentración que culminó en ia década de l:>70 Cabrera Afinas. L.G \ .! Demande?
Hcrnándi:/ (1988).
' Sobre estas cuestiones véase Cabrera Armas. L Ci > K Carnero Lorenzo ; I Wv'>; \ ( amero Loren/o. F \ j.S. Nuev
Yáne?U999i.
•' Rodríguez Martín. M. \ otros 11997).
26
Capitulo I
Z2, la terciarízación de la economía isleña, 1960-1999
r de 1959 se inauguró en nuestro país un periodo, que desde la perspectivino marcado por la aplicación de los Planes de Estabilización y
Esta nueva circunstancia propició un crecimiento importante del
i swiedade;, y del capital social, tanto en el ámbito regional como nacioando, además, un proceso de convergencia, ya que las tasas de crecimien• anoal obtenidas para las Islas fueron superiores17. En esta evolución de
ÍVO tuvo buena parte de responsabilidad el marco institucional, ya que la paulatii supresión de las limitaciones anteriores permitió la reactivación de la iniciativa
empresarial. Por tanto, esta paulatina liberalización y el diseño de Planes de
Desarrollo, eo parte específicos para el Archipiélago, provocaron, no sólo un considerable crecimiento económico, sino también un gran cambio estructural en favor
del sector .servicios. Esta terciarización, basada en el turismo, supuso la reafirmación
déla opoon intemacionalista de su modelo económica, en un momento en el que el
sector agroexportador perdía posiciones en los mercados europeos'".
GRÁFICO 2
Saldo neto de constitución y capital desembolsado de las sociedades
(Medias de cada periodo)
26.000
lsí(j(i-70
III
1971-7?
1976-80
19K1-85
1986-90
1991-95
NOTA: No se dispone de datos sobre el capital social neto para el periodo 1961 -1964. así como, a partir de 1990.
FUENTE: ídem gráfico 1 y Anuario Estadístico de España.
Asi. en ¡a fundación de nuevas empresas la tasa de crecimiento sería del 7.1 por ciento para el caso español y del
11.3 por ciento para el canario, siendo para el'volumen de capital asociado del 7.3 y 8,9 por ciento, respectivamen:e. Cabrera Armas. L.G. y F7. Carnero Loren/o (1997).
'\Si en 1960 el ?,ecior primario representaba aun el 26 por ciento del producto interior bruto y ei 52 di
le la población
activa, en 1^)5 tan sólo suponía el 4y el 7 por ciento, respectivamente. Fundación BBV f 1999!.
El tejido empresarial isleño, 1870-2000. Evolución y características
27
Esta favorable coyuntura se tradujo en un importante aumento del número de
compañías, mientras que el menor ritmo de crecimiento en el volumen de capitales es fácilmente comprensible si tenemos en cuenta que la mayor parte de los
negocios vinculados al nuevo buque insignia tiene escasos requerimientos inversores. La evolución posterior de la constitución de sociedades y acumulación de
capital responden fielmente a las distintas fases del nuevo modelo económico:
fuerte expansión durante los años sesenta, estancamiento en la década siguiente,
auge espectacular en la segunda mitad de los ochenta y nueva ralentización en los
primeros ejercicios del final del siglo XX.
3. LA ESTRUCTURA DEL TEJIDO EMPRESARIAL
A la hora de analizar los cambios en la tipología de las sociedades, tanto en relación a las formas jurídicas como respecto a su especialización productiva, necesitamos disponer de censos de empresas, pues el establecimiento de. clasificaciones a
partir de las constituciones puede llevar a conclusiones erróneas. Los listados disponibles, para el periodo de estudio, son a todas luces insuficientes19, pero tomándolos
como punto de partida y combinándolos con el resto de fuentes de información
podemos intentar aproximamos a la nómina de las compañías existentes en distintos
momentos de la última centuria, aunque sujetas a las correspondientes reservas*'.
3.1. Clasificación según la forma jurídica
El estudio de la forma jurídica de las sociedades ha sido empleado habitualmente como un indicador del desarrollo de las distintas zonas geográficas. Así, la
existencia de un gran número compañías de carácter personalista -colectivas y
comanditarias- se suele considerar como un síntoma del retraso, mientras que el
Estos serían los anexos de la Estadística tte la Contribución de Utilidades de la Rique~íi Mobiliaria correspondientes u los ejercicios 1922-1923. 1923-1924 y [927. Para los años anteriores disponibles no se incluyen las sociedades colectivas ni las comanditarias simples por no estar sujetas al impuesto. A ellos debemos añadir el Anuario
Financiero y de Sociedades Anónimas, cuya publicación se inició en 1916. y que. por sus propias características,
excluye el resto de formas de asociación de capitalev Otros de carácter más puntual serían el Censo de Sociedades
y Empresa referido al 31 de diciembre de 1949 y el Directorio Central de Empresas, así como Catnerdata. para la
última década del siglo XX.
"Esta provisionalidad reside en que el proceso de reconstrucción de los mismos, si bien se encuentra en un estado
avanzado, aun no ha culminado. De tal manera que se pueden producir algunas variaciones, aunque no creemos que
sean significativas
28
Capitulo
aumento de las de responsabilidad limitada —anónimas y limitadas— sería un
referente de ja modernización económica, debido a las mayores posibilidades de
acumulación Jt capital en aquellos sectores con grandes requerimientos inverso
res, así como a la separación entre gestores y socios ',
CUADRO 1
Estructura de las sociedades .según la ('orina jurídica en Canarias
11
11.
Concepro
\ i
Anónimas
Limitadas
Colectivas
Comanditarias
Otras fórmulas
,1 1 ' '
1
i
Núm. de empresas
¡V
1900
J927
1949
1975
2000
36.78
0,00
49,42
8.05
5,75
18,02
25,23
41,44
4.50
10.81
31.99
48.90
11,76
1,10
6.25
52.64
41.90
1.36
0,44
3.66
9.69
75,29
0,01
0,01
15.00
87
111
272
3.885
29.164
FUENTE: CABRERA ARMAS. L.G \ K CARNERO LORENZO (1998) CABRERA.
L.G., K CARNERO y A. DÍAZ (2000). Directorio Central de Empresas y Camerdata.
En este sentido, podemos deducir de los datos recogidos en el cuadro 1, que
en Canarias se observa un proceso de transformación en el que las sociedades
de tipo personalistas, heredadas del Antiguo Régimen, dejaron paso a las de
carácter más capitalista a partir del primer cuarto del siglo XX. Este proceso
se enmarca dentro de la vía de modernización de la economía isleña, que
arranca en las últimas décadas del ochocientos. No obstante, el tejido empresarial isleño presenta una situación de retraso en comparación con el resto del
territorio nacional hasta las vísperas de la I] República, mientras que durante
. el franquismo se aproxima paulatinamente a la media estatal, para superarla a
partir de la década de 1960. si bien se ha producido un nuevo acercamiento en
Jos últimos años (cfr. cuadro 2).
1
Avala. J.A, (19«i
El ¡ejido empresarial isleño, IH70-2000. Evolución y i'uranerístk'as
CUADRO 2
Distribución de las compañías según la furnia jurídica en España (% i
Concepto
. Anónimas
Limitadas
Colectivas
Comanditarias
Otras fórmulas
Núm. de empresas
1927
1949
1975
2000
35.40
14,38
42.74
4.75
2.73
11.689
49.31
29.07
15,97
63,90
11,15
2,90
0,28
21,77
14.31
66.14
0.07
0.01
19.47
143.774
781.163
•
1,56
4.09 •
22.414
FUENTE: Ídem cuadro 1
Las diferencias con el conjunto del estado son mayores si atendemos a la evolución del grupo de las sociedades de responsabilidad limitada, ya que en este último
predominan durante todo el periodo las anónimas, mientras quewn el Archipiélago
este hecho no se pone de manifiesto hasta la finalización de la Autarquía. Esta circunstancia se explicaría por la especialización productiva de ambos espacios, ya que,
mientras en el resto del territorio nacional el proceso de industrialización presentaba
unas mayores demandas de inversión, que habitualmente se resolvieron con la constitución de sociedades anónimas, en las Islas, el predominio comercial hasta los años
sesenta dio lugar a un gran numero de sociedades limitadas debido a sus menores
requerimientos de capital. Con el desarrollo del turismo, la necesidad de una mayor
acumulación inicial de fondos aumentó, contribuyendo a la gran expansión de las
anónimas. No obstante, esta tendencia se ha invertido en el último cambio de
siglo, debido al desarrollo en ambos ámbitos geográficos de una economía de servicios con menores demandas de inversión y por el trato legislativo favorable que
han tenido las compañías limitadas.
El recorrido de este apartado no sería completo si no se hace referencia a otras
formas societarias, en particular a las cooperativas y comunidades de aguas. La
primera forma de asociación tuvo una especial incidencia en la actividad agraria
y su etapa de mayor expansión se produjo durante el franquismo, producto de la
política corporativista llevada a cabo por el Estado::, si bien han recibido un
nuevo impulso con la Ley de Cooperativas de 1987. La'segunda tipología tiene,
Las cooperativas del campo y la:s de crédito rural pasaron de 323 a 6.895 entre 1944 y 1975 según el Anuario
FAtadistico de España.
30
• Capítulo I
sin lugar a dudas, una especial significación para el ámbito insular, pues constituyen una forma propia de empresas surgidas al amparo de las peculiares características que presenta el mercado del agua en Canarias1.
CUADRO 3
Especialización productiva de las sociedades en Cañarías (%)
Concepto
Agricultura y pesca
Energía y agua
Construcción
Industria
Comercio
Transp. y comunic.
Otros servicios
Núm. de empresas
1900
1927
1949
1975
2000
6,90
4,60
6,90
12,64
50,57
4,50
9,01
0,90
9.01
46,85
9,01
20,72
111
4,41
3,68
4,04
27,57
45,59
9,19
5,51
272
4,40
0,18
13,80
14,58
22,79
5,13
39,11
3.861
6,20
0,26
8,19
7.43
32,66
3.47
41,79
36.222
•3,45
14.94
87
FUENTE." ídem cuadro I v Estadísticas de Sociedades Mercantiles.
3.2. La especialización productiva
Antes de analizar su evolución debemos señalar que, ai excluir a las empresas
unipersonales del estudio, no suele ser un reflejo mímético de la estructura económica. Esto es especialmente relevante en el sector agrario, que es donde se da
una mayor presencia de este tipo de empresas. No obstante, la distribución sectorial de las compañías que operan en el Archipiélago se aproxima bastante a la del
conjunto de su economía (cfr. cuadro 3). Esta peculiaridad isleña reside en la gran
cantidad de sociedades creadas para la explotación hidráulica, ya que el agua es
un bien privatizado y escaso, que en su mayor parte se encuentra en el subsuelo
y se necesita de importantes inversiones para su alumbramiento. Esta circunstancia fue especialmente importante en los inicios del siglo XX, pues los nuevos cultivos exportadores consumían grandes cantidades de este recurso. La ligera recuperación de su representatividad en los últimos años vendría determinada por la
exigencia de asociacionismo de productores que lleva aparejada la Política
Agraria Común de la Unión Europea.
A este respecto véase el reciente (rabujo de Girneru Loren/u. F. v J.S. Nuez Yáne/ (2001).
x
El tejido empresarial isleñr>, 187O-2Ü0O. Evolución y características
31
CUADRO 4
Clasificación sectorial de las compañías en España (% )
Concepto
1927
1949
Agricultura y pesca
0.95
1.83
Energía y agua
Construcción
Industria
Comercio
Transp. y comunic.
Otros servicios
Núm. de empresas
14.73
3,46
45.63
11.01
8.37
15.84
11.690
3,88
3,19
48,47
• 28.94
•
3,57
10,12
22.414
1975
5.39
0.31
14,90
26.87
19.53
3.60
•** 29,40
85.233
2000
7.81
0.20
9.43
14.83
28,19
3.48
36.06
956.935
FUENTE: ídem cuadro 3.
En el resto de sectores económicos, el protagonismo corresponde a las
empresas de servicios, si bien podemos destacar algunos cambios de posición
entre sus componentes. La actividad comercial es la que ocupa el liderato
hasta los años sesenta, gracias a los efectos multiplicadores producidos por el
auge urbano-portuario desde finales del siglo XIX. Con posterioridad, el despegue del turismo generó el mismo efecto de arrastre sobre otras ramas del
sector terciario —hostelería, inmobiliarias, transportes—, así como sobre la
construcción. Esta sería otra especificidad respecto al conjunto estatal, donde
la primacía durante la mayor parte del siglo correspondió a la industria (cfr.
cuadro 4).
Por su parte, el aumento del sector manufacturero en las Islas se explicaría por la expan-sión de las empresas productoras de bienes de consumo básicos, que se inició en el primer tercio del siglo XX y recibió un notable impulso durante el franquismo. En este sentido merece especial mención el desarrollo de una industria orientada a la exportación, articulada en torno a las
elaboraciones tabaqueras y los derivados de la pesca. No obstante, será la propia crisis de estas dos mismas ramas, junto con la integración del
Archipiélago en el Mercado Único Europeo, la que tenga buena parte de responsabilidad en la decadencia de la actividad del sector durante el último
cuarto del siglo XX.
Capitula 1
32
GRÁFICO 3
Tamaño medio de las sociedades mercantiles respecto al capital desembolsado
(Millones de pesetas de i998)
12C
DCaiüirias
ion -
spaíui
96 -
48 tf> 24 12 ii
1900
|9|(l
VCO
í')Ml
1945
19.55
-1%5
1975
I9S5
1995
NOTA: No disponemos de datos para el conjunto nacional de 1900 y 1910.
FUENTE: ídem gráfico 2.
4. TAMAÑO DE LAS EMPRESAS
En este apartado vamos a efectuar el análisis de la dimensión media de las
empresas y su comparación con el resultado a nivel nacional. Para su determinación se emplea un enfoque multicriterio, basado en el capital social, el número de
asalariados y el valor añadido bruto al coste de los factores. No obstante, debemos aclarar que el primer criterio se refiere sólo a las sociedades y abarca Ja
mayor parte del periodo de estudio, mientras que en los otros dos se incluye a las
empresas unipersonales, pero su ámbito temporal se reduce a la segunda mitad
del siglo XX. Los resultados obtenidos en los tres casos ponen de manifiesto, en
términos generales, la menor dimensión de ¡as empresas isleñas, lo cual está en
perfecta concordancia con la especializacion productiva de los respectivos marcos territoriales de referencia, así como, con las características geográficas, institucionales v socio-culturales de cada uno de ellos:i.
' La influencia de este, conjunto de factores ya han sido estudiada para el caso canario a Iravés de la aplicación de
Modelo GEPS. aunque referido a la úliima década del siglo XX. Oreja Rodríguez. J.R. 1 1 W _v I W9i.
I )
•ii
El tejido empresarial isleño, IS7O-2OOO. F.voliu ion v earaeieríslieas
Ahora bien, las diferencias pueden ser mayores o menores, según el criterio
que seleccionemos. Así. el tamaño medio de las sociedades muestra un mayor
«rado de disparidad enire ambos territorios si comparamos el capital desembolsado icír. gráfico 3). No obstante en los últimos años, gracias a la existencia de
la Reserva para Inversiones de Canarias (RIO. se ha producido un importante
aumento en las ampliaciones de capital social de las empresas cananas, que para
el bienio IlW)-2(KKl lia sido de 22x000 millones de pesetas"\
GRÁ1 K O 4
Dimensión media de las empresas respecto al empleo
i Asalariados/ kmpivsas con U'jhaiuiUujcs)
i—l
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NOTA: Se inclme a los empresarios autónomos con empli'ui.¡o>.
Fl-'EMTF- CABRRR\ ARVUS. \..G. > P C XRNHRO LORHN/O 1 I9')KI \
Mantillas de la Tésate ría (jeneral tic la Seguridad Social.
Respecto al número de empleados, cabe significar el m;ty>r ritmo de crecimiento del indicador nacional, especialmente a partir de la década de l(>h0. M bien luego
asistimos al va mencionado proceso de convergencia a tíñales de la ceru'.u'.u. como
consecuencia de la homogeini/ación de ambos modelos económicos ic!i. gráfico 4).
La causalidad-de ello reside en el hecho de que en las c<.i'.r,oir,í;;> babadas en el .sector tetciario. como la canaria la creación de empleo ie-ja! es menor que en jqiiellus
otras donde las actividades del sector secundario, como ]\. ^^KIV.OU. 'icupan una
importante posición.
L,l l'tnvilICH,. Id Jj Illavu d.1 200] .
34
Capítulo 1
GRÁFICO 5
Tamaño medio de las empresas en relación al V.A.B.
(VAB/Número de empresas. Miles de pesetas de 1998)
25.(XKi
20.000 -
Düanaria.s
rx
DEspaña
17.500 15.(100
12.500 •
10.00(1 7.500 5.000 2.500 0
1955
1960
1965
1970
1975
1980
1985
199(1
1995
1998
NOTA: Se incluye a los empresarios autónomos.
FUENTE: ídem gráfico 4. FUNDACIÓN BBV (1999). FUNDACIÓN BBVA
(2000) y Estadísticas de Sociedades Mercantiles.
El último enfoque, basado en el valor añadido bruto, muestra cómo durante la
segunda mitad del siglo XX la productividad aparente de las empresas cananas
mantuvo una tasa de incremento superior a la estatal, lo que le llevaría a superar
claramente el promedio nacional en los últimos veinte años (cfr. gráfico 5). Uno
de los elementos determinantes de esta evolución es el hecho de que, cada vez
más. el ámbito de actuación de las empresas isleñas sea regional, abandonando
así el localismo e insularismo de antaño:<1. En este proceso desempeñó un papel
destacado la mejora de las comunicaciones interinsulares, que favorecieron una
mejor articulación del mercado canario, evitando las segmentación territorial y
disminuyendo los coste de transacción.
' En la primera mitad de la década de 1990. la proporción de empresas que operan a nivel de todo el Archipiélago
se duplicó, alcanzando en 1995 el 24.3 por ciento del total. Melcbior Navarro. M. y oíros (1997: 277-H7S).
£7 tejido empresarial isleño, IH7O-2OOO. Evolución y características
*«"••*«•"
35
5, CONCLUSIONES
De lo expuesto con anterioridad se deduce que la empresa en Canarias presenta una dinámica y unas características distintas de las del resto de España. El
motivo principal que nosotros hemos encontrado es la desigual evolución de sus
respectivos modelos económicos. No obstante, la convergencia de estos últimos
en el tramo final del siglo XX ha disminuido ese diferencial, aunque sin eliminarlo del todo, pues el entorno insular continúa.ejerciendo alguna influencia.
Estas especificidades isleñas se plasman en el menor ritmo de crecimiento, tanto
del número de sociedades como del capital'acumulada, durante la mayor parte del
periodo contemporáneo. La causa de ello reside en la orientación agroexportadora del
modelo económico canario, ya que la agricultura es uno dé los sectores donde predo-.
minan las unidades de producción unipersonales. De hecho, las constituciones de
sociedades sobrepasan la media nacional cuando se produíe el despegue del turismo
en la década de 1960. Otro rasgo propio del tejido empresarial dé*l Archipiélago es el
predominio de las sociedades limitadas frente a las anónimas, así como la creación de
una nueva modalidad de asociación de capitales, las comunidades de aguas.
Por último, señalar que el menor tamaño de las empresas en Canarias se puede explicar por la confluencia de varios factores: el predominio de la economía de servicios, que
presenta menores requerimientos de capital v empleo, y la fragmentación del mercado,
que hasta hace pocos años favorecía la atomización de las unidades de producción. De
todas formas, estos rasgos distintivos no implican en ningún caso atraso, sino la adecuación del tejido empresarial a la realidad económica en cada momento de la historia contemporánea del Archipiélago.
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36
Capítulo I
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CAPÍTULO 2
UNA APROXIMACIÓN A LA RENTABILIDAD DE LAS
EMPRESAS PRODUCTORAS DE PLÁTANOS EN
CANARIAS, 1900-2000
Juan Sebastián Nuez Yánez
aproximación u la reiilubilidad ... de piálanos en Canarias. 1900-2000
43
1. INTRODUCCIÓN
El plátano ha sido uno de los principales cultivos en Canarias durante el siglo
XX, e incluso hoy. en los albores del nuevo del milenio, todavía representa en
torno a la tercera parte de la producción agrícola de las Islas. Además, genera
unos 25.000 empleos directos y 10.000 indirectos, y sólo en la fase de producción
el sector viene aportando anualmente a la economía isleíWYnás de 35.000 millones de pesetas de 1999 desde los primeros años setenta (cfr. gráfico I). A ese valor
se ha llegado, más por un incremento de la produciividad.de la tierra cultivada.
que por el alza de la superficie o de las cotizaciones de la frutaba que si en los
últimos cincuenta años la primera se duplicaba, la segunda sólo aumentaba un 21
por ciento y los precios un 50'.
Parece evidente que si los agentes económicos isleños han decidido destinar
sus recursos a este producto, es porque la rentabilidad ofrecida por el mismo ha
sido suficientemente atractiva frente a opciones alternativas. Y, efectivamente, así
parece que ha debido de ser. ya que la puesta en producción de una explotación
platanera exige llevar a cabo importantes inversiones en capital fijo. Esto impone unas barreras a la entrada que parecen impedir actuaciones especulativas de
incorporación y salida del sector según las oscilaciones del mercado, e implican
una labor de cálculo de riesgos en la toma de decisiones que ha de estar centrada
en el medio y largo plazo, frente a otro tipo de cultivos -anuales y de escasa inversión en infraestructura- cuyas actuaciones podrían inclinarse más por la búsqueda de beneficios en el corto plazo. De esta forma, puede pensarse que las empresas dedicadas al cultivo de plataneras son las que presentan, dentro del sector
agrícola canario, mayor espíritu de empresa.
En este artículo voy a intentar centrar varias de las afirmaciones anteriores.
Primero, analizando la importancia de las inversiones en capital fijo, con objeto
de medir si la magnitud de las mismas ha obligado a ese planteamiento económico a medio y largo plazo mencionado, que se ha considerado como una de las
Nuez Yánez. J.S, (1995).
Capítulo 2
44
bases del comportamiento empresarial supuesto. Segundo, estudiando la tipología de las explotaciones y su evolución, e ¡mentando delimitar dentro de ellas las
que podrían considerarse regidas con criterios empresariales. Y tercero, constatando la evolución de la rentabilidad del sector en su fase de producción a partir
de la información de una muestra de explotaciones, con objeto de medir el atractivo de la inversión, a la vez que señalando cuáles han sido lo* factores determinantes en esa trayectoria.
GRÁFICO I
Valor de la producción de plátanos y precio percibido por el agricultor
(péselas de 1999)
55.000 i
I(>5
150
-\ 4I01 de la producción
135
45.000
~ precio
40 000
11
tí
55.000
.105
|
.Í0.O00
75 1
25.0011
tí)
15 l.XXi
45
IO.OOO
M)
=-'
15
5.(100
•O
190o
l')IO
1020
l'Wo
1<-MO
l<)50
|y7o
1980
l'Wo
2000
NOTA: Los precios entre 19ÍK) y 1929 eran por racimo, y se les ha supuesto 25 kilos de peso.
FUENTE: Anuarios di' Pnxiucción Agraria y NUEZ YÁNEZ. J.S. (1995). Elaboración propia.
2. I.AS INVERSIONES EN CAPITAL FIJO PARA LA PRODUCCIÓN DE PLÁTANOS
La puesta en marcha de una explotación platanera exige un importante desembolso económico. No sólo hay que adquirir el teneno, sino que en la mayoría de las ocasiones hay que sorribarlo, levantar cortavientos y construir un estanque, desembolsos
cuantiosos que deberían frenar comportamientos especulativos, ya que. dadas las
características del cultivo, entre la siembra y la recogida de los primeros racimos suele'
transcurrir en tomo a un año y medio. Así. no sólo hay que afrontar la inversión inicial.
l'na aproximación a la rentabilidad ... de plátanos en Canarias, ILM)0-2(XX)
45
sino también dos años de gastos de producción sin apenas ingresos, con lo que.
por muy elevada que pueda ser la rentabilidad, la recuperación de ese importe ha
de plantearse a medio y largo plazo. En el caso de optar por adquirir una explotación ya en producción, se perciben ingresos desde el primer momento, pero los
precios no son bajos.
Pero, cuando se habla de desembolsos cuantiosos, ¿en qué cifras nos movemos? Si bien existen series recientes de precios de compra de tierra, tanto ya produciendo plátanos como de eriales . el coste de • transformar estos últimos en
explotaciones productivas es más complicado de cifrar, ya que depende de factores diversos, como lus condiciones geológicas del mismo, o su pendiente". En el
cuadro I se presentan algunas cifras que. aunque sean mayqritariamente de la isla
de La Palma, sirven para aproximarnos al valor de la-inversión a realizar.
CUADRO 1
"
Evolución de los precios de la tierra para platanerü
(Miles de pesetas de 1999 por hectárea)
Sorriba
1935c
1950c
1959c
1974d
1979e
l9K3é
1986e
7.513
(>.457
5.617
14.299
17.824
11.941
11.167
Erial zona de
1902a
195Oe
1959c:
1968d
1979c
!983e
1986e
riego
5.3X2
3.099
4.369
36.272
33.420
20.470
16.75!
En cultivo y con agua
1913a
1923b
19451"
1955g
1960Ü
1972Í
1983e
1986e
14.337
21.695
100.443
66.527
122.311
115.246
40.940
36.852
FUENTE: a La Oroiava. en QUINTANA NAVARRO. F (ed.) (1992; 610-611 y 895): b
Cananas, en MENFNDEZ. J. y J. HERNÁNDEZ RAMOS (1923; 26); c Provincia de
Santa Cruz de Tenerife, en COMISIÓN DE DESARROLLO ECONÓMICO DEL
PLAN CANARIAS í 1962: 16): y d Charco Verde, e Lus Hoyas. Ha/acorte y g San
Miguel, en GARCÍA RODRÍGUEZ. J.L. 11992: 251. 260 y 261 í
hn Aklanondo. A.M. \ T. Aniunes (SW3) puede enconinrse un análisis del mercado tic Id tierra en bananas u panii de lli79.
cuando comien/a la recopila de esa información por el Ministerio de Agricultura, aunque se;¡ lie forma experimenta), y con
mayor ngor desde 1<>83. Sin embarco, ios-precios de la fuente oficial son ciñen veces inferiores a los que se recogen en el cuadro 1 para los años WKí \ ¡%ó. aunque la trayectoria que dibujan sea igual.
La descripción del proceso puede \ erse. entre otros, en Quicanres. F:. (1981: 66-771 a en Sanche/ Padrón. M. i l L »3:
46
1 [
Capitula 2
Como puede verse, el coste de sorribar una hectárea se duplica entre los años
cincuenta y setenta, siendo el encarecimiento de los jornales empleados en dicha
tarea el íactor que más ha incidido en elevarlo por encima de los once millones.
Pero a ese precio hay que añadir, en muchos casos, la compra del terreno, y que
en zonas de riego por debajo de los 20 metros sobre el nivel del mar se situaban
desde mediados de los años sesenta por encima de los treinta millones de pesetas
actuales, cuando sólo una década antes valían diez veces menos. Ni que decir
tiene que aquéllos que optaron por entrar en el negocio adquiriendo superficie en
explotación debieron afrontar un desembolso superior, que durante muchos años
sobrepasaba los cien millones de pesetas de hoy'. Pese a lo anterior, la superficie
dedicada a platanera en Canarias crecía un 67 por ciento entre 1950 y 1980, segün
las cifras del Ministerio de Agricultura (cfr. cuadro 2). y en especial en La Palma.
CUADRO 2
Superficie de platanera en Canarias y con subvención para la sorriba
(Miles de hectáreas)
Cultivada
1909
1930
1940
1950
1960
1970
1980
1990
1999
i.6
5.1
5.1
8.0
S.S
11.1
13.4
9.3
8.9
1909/30 1930/40 1940/50. 1950/60 1960/70 1970/80
Crecimiento
iniercensal
+3.5
Sorriba
subvencionada 0.0
1980/90 1990/99
+0.0
+2.9
+0.8
+2.3
+2.3
-4.1
-0.4
0.0
0.2
0.9
0.8
0.5
n.d.
n.d
FUENTE: Anuarios de Producción Agraria y RODRÍGUEZ BRITO. W. (1986: 87.
108. 169 v 278). Elaboración, propia
Buena parte de la responsabilidad de ese incremento la tuvo el IRYDA. No se
trató solamente de una cuestión de elevada rentabilidad del cultivo, sino que. además, el dinero público redujo el coste de la inversión inicial y. por tanto, ayudó a
sobrepasar las barreras a la entrada, permitiendo el acceso de agentes.que en su
La subida de precio del terreno erial obedece, (amo a la disminución de la oferta de tierra en zonas buenas para la producción platanera, como a la presión errada por otro1* sectores productivos, como señalan Aldanondo. A.M. y T. Anlunes
(1W31. La reducción de la demanda para cultivo en ION primeros años ochenta luvo su reflejo en la caída de los precios de
los eriales, aunque ésta fue menor que Ja de las tierras en cultivo. Así. si en los años cincuenta y sesenta la segunda era alrededor de treinta veces nuU cara, paulatinamente fue reduciéndose el margen hasta limitarse a .sólo triplicar el precio de la
primera, de forma que >e vendían explotaciones en cultivo ¡>or cantidades no muy superiores a lo que costaba el erial más
la sorriba (cír. cuadro 1 i.
Una aproximación a ¡a rentabilidad ... de plátanos en Canarias. 1900-2000
47
ausencia hubiesen tenido problemas para incorporarse a la producción, a la vez que
aminoró el riesgo de esa inversión. Sólo en la provincia de Santa Cruz de Tenerife
se aprobó ayuda financiera entre el año 1950 y 1980. cuando cesaron las subvenciones a la sorriba para plataneras debido al exceso de oferta de fruta generado en el
mercado peninsular, a 4.790 peticiones para la preparación de 2.145 hectáreas, que
equivalían al 41 por ciento del crecimiento de la superficie cultivada en esos años
. (cfr. cuadro 2). Como puede verse por los datos, las nuevas fincas tenían un tamaño
medio de 0.45 hectáreas, con lo que se ayudaba desde las instancias oficiales a mantener la tipología de minúsculas explotaciones predominante en el sector. La subvención, cercana a cinco mil millones de pesetas de 19.99'. suponía más de dos
millones de pesetas por hectárea, que ayudaban a cubrir casi ej veinte por ciento del
coste de la sorriba.
Además de la aportación de dinero público para sufragar parte de los costes de
preparar el terreno para la producción platanera, los agricultores que conocían la normativa solicitaron la exención tributaria durante diez años que eT Reglamento de
Contribución Territorial permitía a quienes transformaran terreno de secano en regadío. Para conocer la importancia de esta exención, veamos lo ocurrido en Los Silos
(Tenerife) entre 1960 y 1970. En el primer año el municipio contaba con trescientas
veinte hectáreas dedicadas a platanera, lo que suponía cerca del cuatro por ciento de
la superficie regional, mientras que diez años después rondaba las cuatrocientas,
repitiendo participación en el total. Pues bien, de esas ochenta nuevas hectáreas, el
sesenta y siete por ciento se acogió a la exención tributaria, debiendo abonar por contribución rústica como si la explotación fuera un erial o siguiera a secano. La reducción media en la cuota fija en este municipio para las nuevas fincas de platanera fue
de 200.000 pesetas de 1999 por hectárea y año, sin entrar a considerar la corrección
de la superficie en el Catastro, ni la clase a la que están adscritas las explotaciones".
El IRYDA no sólo ayudó a la preparación de fincas, sino que también recibió
subvención la construcción de estanques para riego. Dos mil peticiones atendidas
en la provincia de Santa Cruz de Tenerife entre 1950 y 1980 -casi las mismas que
las hectáreas sorribadas que recibieron ayuda- permitieron tener capacidad para
almacenar más de cuatro millones de metros cúbicos gracias al desembolso de
tres mil millones de pesetas de 1999. Y de nuevo, en lugar de apoyar la creación
Rodrigue/ Brilo. W i 1W6: K7. 108. 164 y 278 I. Ir.lahciractón propia.
Archivo Histórico Municipal de Los Silos. Caja 2/1/2/10
11
48
Capiruli) 2
de nna infraestructura hidráulica de mediano tamaño, se llenó el paisaje de estanques cuyo capacidad se limitaba a la del riego de una superficie de platanera no
muy superior a una hectárea . Dando por válido el coste de un millón de pesetas
para la construcción de un estanque para el riego de una hectárea en 1974\ las
ayudas cubrirían el veinte por ciento de la inversión.
V cuando la escasez de agua empezó a tornarse un problema para la continuidad
del cultivo, y hubo que hacer frente a importantes inversiones para los cambios en
los sistemas de riego, de nuevo estuvo allí el dinero público para auxiliar al sector.
En la segunda mitad tic los setenta comienza a instalarse riego por ¿¡oteo en la platanera, de forma que a la altura de IMS I ya hay cerca de mil quinientas hectáreas en
Gran Canaria y unas dos mil en Tenerife . Pues bien, entre 1975 y 1980 el IRYDA
.subvencionaba el cambio en mas de mi! hectáreas en Gran Canaria, siendo más difícil de euaniilicar su actuación en Tenerife al estar agrupados todos los cultivos, aunque M. Sánchez Padrón estima que entre el sesenta y el setenta por ciento de las mil
doscientas hectáreas en las que se recibió dinero público para instalar goteo eran de
platanera '. De acuerdo con esas cifras, dos tercios de la superficie con Jos nuevos
sistemas de riego había recibido ayudas gubernamentales, unas ayudas cuso importe total rondaba los dos mil millones de pesetas de 1999, y que suponían la mitad del
desembolso a realizar'.
Pero no acabó ahí la aportación pública a las inversiones para la modernización del sector. La entrada en vigor de la Organización Común de Mercado del
plátano en la Unión Europea desde 1993 ha eliminado la reserva del mercado
peninsular, con lo que la fruta de las Islas tiene que competir con la de otras procedencias1:. Para evitar que la producción comunitaria sea desplazada por falta de
competith idad, se ha beneficiado de un conjunto de ayudas, que en el caso canario han venido de la mano, tanto del punto 9 del POSEICAN. como del artículo
10 del Reglamento 404/93 -cofinanciadas en un 75 por ciento por el FEOGAOrientación y el resto por el Gobierno de Canarias-,
Rodrigue/ íí/iío. VV. ' l ü s / , : j-i^. )US. In^ \ 2"Xi La capacidad mciiui se1 reducía ;> dos ¡mi metros cúbicos, cuando
para regai una hectárea tic pl,llanera a inania se ¡vaü/an unos diez, ríceos de mi! quinientos metros cúbicos cada uno.
'.'na muestra de esui linea de inversión en pequeños estanques la leñemos en la solicitud realizada en las conclusiones de la ponencia de aejicuhura del Secundo Consejo [••.conómico Sindica! de Las Palmas en ¡956. para que e!
F..,;ad>> coüccdlci.:. j c m r o ue la modalidad de au\il»>* a IÍJIIUO pcidiJo. ia mi'ad Clel eosle de los embalses m i m o
res a e.fiun metro* ciibieos Coiiseie h c o n o n i k o -Sindical ue Las Palmas i iv^(r 4,s>
VV Rodrieuc/ l i n i o - 19S2. P . í i .
Rodrigue/ l i m o . VV. i I'-)S6: I 7S > ; V-,
Sanche/ Padrón. M. i IW.v 2,S.li
Sanche/ Padion. M lp R l.;- ?>O ;. .;')!) íjaboiacioi! propia.
w
Una aproximación a la rentabilidad ... de piálanos en Canarias, 1900-2000
49
Los objetivos buscados eran cinco, y los primeros resultados en el periodo
1992-1995 fueron los siguientes1":
Mejorar las infraestructuras. Las inversiones en este sentido absorbieron
4.648,5 millones de pesetas, el 77 por ciento de capital público; y se centraron en las
mejoras en la red de distribución de agua, favoreciendo a más de 2.800 hectáreas 33 por cíenlo del área cultivada de platanera en 1995.
Modernizar las explotaciones. Los cambios en los sistemas de riego, la instalación de invernaderos y la mecanización eran algunos de los aspectos subvencionables con un máximo del 40 por ciento á fondo perdido. Se invirtieron 2,288
millones de pesetas de origen público en mejorar los sistemas de irrigación de
1.152 hectáreas -29 por ciento de la superficie-, o en la creación de 400 nuevas
hectáreas de invernaderos, beneficiándose de estos fondos más de 1.700 explotaciones de las 9.800 existentes en 1995.
, '
Mejorar las estructuras comerciales. La O.C.M. obligaba ala agrupación de
los agricultores en Organizaciones de Productores. Los gastos de esta operación,
la modernización de empaquetados, o la cualificación de personal, recibieron
ayudas por 606 millones de pesetas, que suponían el 48 por ciento de la inversión
realizada.
Reconversión varietal. Tratando de buscar variedades más productivas se
invirtieron unos 550 millones de pesetas, el 40 por ciento de origen público.
Apoyar la investigación. Aquí la aportación privada fue nula, haciendo la
Administración todo el esfuerzo, con una dotación de 218 millones de pesetas.
Las ayudas han seguido llegando de la mano del Decreto 9/1996 del Gobierno
de Canarias de 26 de enero, por un importe superior a tres mil millones de pesetas entre 1996 y 1999l4-dos mil para la fase de producción y mil para la de comercialización-, con objeto de continuar mejorando la competitividad del sector, aunque desde 1998 se eliminaría la subvención a la construcción de invernaderos
ante la inminente superación del límite de 420 mil toneladas impuesto en la
O.C.M.
:
El impacto de la OX" M. sobro la comercialización de los plátanos caminos puede verse en Nuez Vane/.. J.S. í !%'?.
199H y 2ÍK)li.
Kierte-, Día/ L et al. t 1997: 9 y ! H.
Como el bloque anterior, el 75 por ciento de los londo aportados por el FtXXj A-Orientación y e! 25 por ciento,
por el Gobierno de Canarias. Para el detalle anual, consultaren ei Boletín Oficial de Canarias las sucesivas Ordenes
que abren el periodo de solicitud de subvenciones ai amparo del Decreto 9/1996.
50
Capítulo 2
Visto lo anterior, es cierto que las inversiones a realizar para dedicarse a la producción de plátanos son considerables, pero más de 18.000 millones de pesetas de
1999 de dinero público han sido empicados durante los últimos cincuenta años para
ayudar al crecimiento del sector, únicamente en la fase de cultivo1'. Y otra cuestión
a añadir, es que la compra de tierra, no sólo no se amortiza, sino que en Canarias significa hacerse con un bien de continua y rápida revalorización, especialmente la
dedicada a platanera, pues está ubicada en las zonas en las que hay más competencia por su adquisición11. Por ello, la idea de que las empresas productoras de plata
nos presentan mayor espíritu empresarial que el resto de las del sector agrícola en
Canarias por tener que hacer planteamientos de recuperación de la inversión a medio
y largo plazo dada la cuantía de la misma, ha de ser relativizada.
3. LA TIPOLOGÍA DE LAS EXPLOTACIONES
De acuerdo con la información de la Oficina Pagadora del FEOGA. las explotaciones plataneras que recibieron ayuda compensatoria en Canarias en 1997. se distribuían, según su nivel de producción, como refleja el cuadro 3. Más del ochenta por
ciento no llega a producir 40.000 kilos al año, con lo que su superficie puede cifrarse
corno inferior a una hectárea. Pero es que. ahondando en ese primer grupo, su producción media se reduce a poco más de 11 toneladas, con lo que en realidad debe
moverse en torno a únicamente 2.500 metros cuadrados. Ahora bien, podría pensarse
que esa tipología es reciente, y que es el resultado de la disminución de la superficie
cultivada en los años ochenta ante las dificultades pasadas en esos años por el sector,
pero nada más lejos de la realidad, ya que esa distribución puede considerarse como
estructural al venirse repitiendo, al menos, desde los años cuarenta17 (cfr. cuadro 4).
" Un ejemplo más. pues el recuento de la inversión estatal destinada a mejorar la situación de ios productores de plá:
tallos se convierte en interminable, io constituye la declaración de interés general de varias obras de regadío en La
Palma el 15 de noviembre de 2000. consiguiendo de esta forma que parle de la ejecución de las mismas, con un presupuesto conjunto de unos 3.000 millones, sea financiada por el Ministerio de Agricultura. Así. la segunda fase de la
red de riego de la balsa Dos Pinos beneficiará a 51f> explotaciones de Los Llanos y Ta7iicorte. de las que la mitad son
de plataneras.. Donde suponen mayoría es en las más de 300 hectáreas servidas por la nueva red de riego Las HoyasE! Remo, o en las 400 parcelas que mejorarán gracias a la red de riego Costa de Fuencaliente-La Palma, según el periódico Diario de Avisos de 16 de noviembre de 2000.
" La presión urbanística la sitúa Maté. V. (2000) corno uno de los factores que más inciden en el hecho de que en España
el precio de la hectárea de tierra más caro corresponda a las plataneras de Canarias, con 27 millones de pesetas, ya que
esa cotización no puede entenderse por meras cuestiones de la rentabilidad del cultivo (cfr. nota 4).
" Según Porres Juan-Senabre. E. (1965: 138). en la provincia de Santa Cru¿ de Tenerife existían «más de 7.0ÍMÍparcelas inferiores a un ruarlo de hectárea. X ()(K> comprendidas entre un citarlo v una hectárea, y no llega al millar de parcelas las comprendidas enlre una v t ¡neo hectáreas».
Una aproximación a la rentabilidad ...de plátanos en
m
lik
V,
Vi <
¡i' •
f>
"Ij'lu
Canarias,
51
190(1-2000
CUADRO 3
Tipología por producción en 1997
Producción
0cgs)
Número de
Explotaciones
%
Producción
del intervalo
%
Producción/
Explotación
8.371
1.390
307
211
103
41
10.423
80.3
13.3
3.0
2,0
1.0
0.4
100.0
93.648.402
92.033.774
46.420.544
• 57.722 938
56.915.624
56.915.624
403.656.906
23.2
22.8
11.5
14.3
14.1
14.1
100.0
11.187
66.211
151.207
273.568
552.579
1.388.186
38.728
1-40.000
40.001-120.000
120.001-200.000
200.001-400.000
400.001-800.000
Más de 800.000
Total
FUENTE: ARROYO HODGSON. A. (1999: 52Í
m
CUADRO 4
Tipología por superficie en 1946 y 196T
Hectáreas 0-0.5
1946
1967
FUENTE:
73.93%
71.89%
0,5-1
1-2
2-3
3-6
6-10
+10
12.81%
13.12%
7.62%
9.16%
2,37%
2,939,
2,04%
2.03%
0.57%
0.38%
0,35%
0.49%
CONFEDERACIÓN
REGIONAL
DE
LA
EXPORTACIÓN
DEL
PLÁTANO (1947: XXV) e IBERPLAN (1972: 140)
¿Actúan todas las explotaciones siguiendo criterios empresariales? A mediados de los años setenta ya J.A. Sans llevó a cabo una clasificación de las mismas,
a partir de los resultados de la encuesta realizada para IBERPLAN.- teniendo en
cuenta el porcentaje de mano de obra asalariada que empleaban, y así estableció
cinco categorías: pan-rime, campesinas, campesino-capitalistas, capitalistas
impropias"1 y capitalistas (cfr. cuadro 5). Como señala J.A. Sans Prats, las explotaciones de dos de las categorías, que engloban el 40 por ciento de la muestra, no
parece que puedan considerarse empresas si tenemos en cuenta sus ingresos, pues
una vez deducidos los gastos no han de suponer sino un complemento para la verdadera fuente de renta del empresario1". A estas dos categorías habría que añadir
la de capitalistas impropias, ya que. aunque el valor de su producción sea superior, el resultado (beneficio más renta de la tierra) es muy bajo.
• Las capitalistas impropias son aquéllas que. pese a tener características de las capitalistas, sus modos de gestión
reducen considerablemente los resultados de forma que los empresarios han de obtener el grueso de sus ingresos de
otras actividades.
11
Sans Prats. J.A. (1975: 181. 1977a: 67 \ 1977b: 263-266).
Cn/ntiilt,
CUADRO 5
Tipología por proporción de trabajo asalariado en 1970
(Pesetas de 1999)
Porcentaje de
la muestra
Part-time
Campesinas
Campesino-capitalistas
Capitalistas impropias
Capitalistas
17,0
23.3
6.0
39.3
14.4
Hectáreas/
explotación
Valor de la
Producción
Resultado
del empresario
0.24
0.51
727.900
I.3X6.N33
2.995.634
2.315.MI
13.639.137
334.437
288.397
1.097.996
641.077
2.877.897
0,99
0.79
4.13
R'ENTK: SANS PKATS. J A . ( 1975: 1X1, I97?a: f)7 y I977h: 263-266).
Hlaboración propia.
Pese a ese esfuer/o realizado por tipificar las explotaciones plataneras, creo
que es más práctico trabajar atendiendo a criterios de superficie-", dada la falta
de oirás encuestas posteriores que permitan realizar un análisis dinámico
siguiendo su metodología. Así. a partir de los mismos datos de IBBRPLAN he
calculado el resultado económico medio por explotación para cada intervalo de
superficie (efr. cuadro 6). Los cálculos muestran que aquéllas con un tamaño
inferior a una hectárea generan unos resultados que inducen a considerar que no
presentan un comportamiento empresarial, pues no pueden constituir, dada su
cuantía, más que un complemento a la renta de los empresarios". Se trata
entonces de explotaciones que se mantienen en producción mientras los ingresos percibidos permiten cubrir los gastos y generar algún excedente, por pequeño que éste sea.
Asumiendo e! que haya explotaciones de tamaño relativamente fraude que ¡Hiedan considerarse corno capitalistas
impropias \. por tanto, ser discutible su comportamiento como empresas.
Como en la iuente aparecía reflejada la remuneración del traha¡o propio, en unos casos en ¡a partida de costes salariales. \ en otros sumada a la renta de ia tierra _\ el beneficio empresarial, opté por tioniogenci/ar Seüün la encuesta, las necesidades de trabajo por hectárea eran 380 ¡ornadas. \ MI coste 1 í*7. i 60 péselas por ¡o que para calcular el
resultado económico por explotación sume las cantidades que aparecían ba¡o los epígrafes salarios _\ renta de la tierra y beneficio, para lúe.™ restarle, si sólo empleaba mano Je obra asalariada, lo obtenido tras multiplicar 107.16(1
por el número de hectáreas. \ si el empresario trabajaba a tiempo completo en la tinca, reducía en una unidad la
superficie.
En este iinipo se incluirían la mavona de las que .1 A Sans considcio como ¡niil-iiiilc. campesinas _\ campesinas
impropias.
(JrW
üpro.xifHiit'ión
a
Id
i't'iitiibilidüil...
de
plátanos
fti
Ccimwias.
IVOO-2000
CUADRO 6
Resultado económico por explotación en 1M70
(Pesetas de 1W9¡
Intervalos
de
superficie
Porcentaje
de la
Hectáreas/
Producción/
muestra
0-1 lias.
75.00
0.52
13.46
1.48
2-3 has.
4.17
2.62
4.P
4.04
7.64
18.264
57,420
105.867
143.911
312.138
0.64
30.43
1.738.192
6-10 has.
+ de 10 has.
Resultado
sin trabajo
propio
•1-2 has
3-6 has.'
Ingresos
explotación explotación explotación
1.495.989
393.078
4.586.3X9
i.320.049
. X.391.916
2.220.660
.11.870.968 ' 2.661.464
24.591.965 fijfl 4.620
151.754.592
67.469.628
Resultado
con trabajo
propio
877.648
2.251.914
"1.152.525
3.543.329 7.746.485
68.401.493
FUE'NTh: IBRRPLAN ( 1472: 1>I. 142-147). Elaboración propia'
¿Pueden extrapolarse los resultados de la encuesta de 1970 a la realidad actual
del sector.' Creo que sí, ya que. al igual que entonces, más del 80 por ciento de
las explotaciones plataneras estarían englobadas en aquel intervalo de superficie.
Además, ahora su producción media es de sólo 11.000 kilos y sus ingresos deben
rondar el millón de pesetas, aún menores que hace veinte años, con lo que los
resultados me parecen insuficientes para ganarse la consideración de empresas
plataneras. Por ello, cuando hablo de empresas plataneras, en realidad me estoy
refiriendo a las que tienen un tamaño suficiente, situando el umbral mínimo en
una hectárea, porque, al fin y al cabo, son éstas las que generan el ochenta por
ciento de la producción. Se trata de explotaciones que. dado su consumo de
inpitts, exigen realizar una labor de gestión si se quieren obtener resultados positivos remuneradores. y que toman decisiones para la combinación de factores
productivos buscando maximizar el beneficio y la rentabilidad, aunque esto no
quiere decir que entre las que superan el umbral no podamos encontrar algunas
que podríamos considerar capitalistas impropias, o que entre las de una dimensión menor no haya algunas tan eficientes como para estar incluidas en la categoría de empresas. Porque no se trata solamente de una cuestión de superficie,
ingresos o beneficios, sino de modos de actuación de los propietarios, tal y como
señala W. Rodríguez Brilo. Según este autor, un número considerable de fincas
no se han acoplado a los tiempos y a las mayores necesidades tecnológicas de un
cultivo que ha de competir, no sólo en los mercados de productos, sino también
54
Capítulo 2
en los de factores^. De esta forma han perdido rentabilidad al mantener estructuras
productivas anticuadas, con un exceso de mano de obra, riego por inundación y gestión deficiente de la fertilización. Una merma en la rentabilidad que ha venido de
la mano, no tanto de que los reducidos ingresos generados impidan afrontar la renovación del cultivo-"4, sino «sobre todo, (por) la práctica de un absentista dueño alejado ¿le la finca, alejado de la realidad productiva, sin un contacto directo con la
explotación agrícola», al no considerar ésta su fuente principal de ingresos.
4. LA RENTABILIDAD EN LA LITERATURA
Son muy escasos, por no decir casi inexistentes, los estudios sobre este tema.
Las grandes divergencias en cuanto a tamaño, productividad, niveles de capitalización y formas de gestión, hacen que las generalizaciones sean muy discutibles",
y han frenado los intentos de cuantificación. De todas formas, podemos encontrar
algunas referencias, aunque no siempre directamente preocupadas porel análisis
de los resultados económicos de los productores de plátanos, que nos permiten
intentar hacer un seguimiento a lo largo del siglo XX.
Así. el cónsul británico en Las Palmas comentaba en su informe de 1898, que
el producto bruto de un acre cultivado de platanera estaba en torno a 100 libras,
y que hacía falta muy poco dinero en mano de obra. El de Tenerife en 1901 iba
más allá, y situaba en 80 libras el beneficio neto por acre, pese a la necesidad de
emplear entre 30 y 60 libras para regarlo'; lo que significaría rentabilidades próximas al cien por cien. Esos niveles parece que se mantuvieron a lo largo de la
década, si no aumentaron, tal y como revelaba la sucursal del Banco de España
en Las Palmas de Gran Canaria en 1932. Un estudio de la entidad señalaba que
en los primeros años del siglo no era extraño que «los propietarios procurasen
ampliar la producción y aumentar sus propiedades recurriendo al crédito en
grado excesivo, asignando a sus fincas valores exagerados pues calculaban capitalizando la renta extraordinaria que les producía11» .
1
Rodrigue/ Brito. W. (I9K5: 8b i.
Creo que las cifras presentadas en e! apañado segundo de este artículo son una muestra suficiente del apoyo del
capital público para ia mejora de las infraestructuras.
Rodrigue/ Brito. W. (1985: 861.
'
•• Quintana Na\arro. F. (edl i 199:.; 610-611 y 1023-1025).
- Archivo Histórico de! Banco de Esparta. Dirección General de Sucursales, legajo 2211.
:
Una aproximación a la rentabilidad ... de piálanos en Canarias, 1900-2000
. Tras el paréntesis que supuso la Primera Guerra Mundial, el incremento espectacular de las cotizaciones de la fruta -ya en los primeros años veinte era el doble
que antes del conflicto bélico, y se volvían a duplicar entre 1924 \ 193 P - , disparó la puesta en explotación de nueva superficie, atraídos los inversores por la
elevada remuneración que percibían. Menéndez y Hernández Ramos daban como
cifra de ingresos algo más de dos millones y medio de pesetas de 1999 por hectárea, con lo que se generaba una rentabilidad superior al ochenta por ciento2'. Por
su parte, en un trabajo en el que comparaba los resultados de una explotación de
plataneras con una de naranjos, C. Marín la situaba diez años después en torno al
setenta por ciento"1.
Frente a estos cálculos realizados principalmente para jjromocionar el cultivo
y que, por lo tanto, solían mostrar los resultados máximo?que se podían obtener,
la mayoría de los publicados en la década de los cuarenta y cincuenta tenían como
objetivo presenlar las dificultades que generaba en el sector el intervencionismo
de las autoridades franquistas1. Así. cuando en agosto de 1946•quedaba tasado el
precio a percibir por el agricultor en 1,53 pesetas por kilo, rápidamente se elaboraba un informe que mostraba los funestos resultados que tal medida iba a tener'2.
Los cálculos de costes estaban ratificados por la Jefatura Agronómica, la
Delegación de Trabajo y el S.O.I.V.R.E. de cada provincia, y los situaban en
1.664 pesetas por kilo para Las Palmas y en 1.515 para Santa Cruz de Tenerife.
Ante el desfase entre gastos e ingresos, en diciembre del mismo año se incrementaba el precio un treinta por ciento, con lo que la rentabilidad de las explotaciones quedaba situada en ese mismo porcentaje. Y según los datos recogidos de
E. Porres Juan-Senabre, no mejoró en demasía en la década siguiente, pues de sus
gráficos se desprende que se había situado en el 32.9% en 1950, 31.3%- en 1957,
39.6% en 1959 y 17.6% en 196LV
A partir de los datos del cuadro 6 podemos tener la rentabilidad en 1970.
Oscilaba entre un mínimo del 28,9 para las explotaciones entre 3 y 6 hectáreas, y
un máximo del 80.0 por ciento que obtenían las mayores de 10 hectáreas, y la
media ponderada resultante de la muestra estaba en un 36.4 por ciento, continuando entonces en los niveles de las décadas anteriores. E incluso ya para los
;
Nuez Yátuv J.S". i!995>
' Menéndey. i. y J. Hernández Ramos' 19-3: 4()j
Marín. C. 119.121.
Sobre la intervención en el sector en los años cuarenta, consulta
' Conlederación Regional de la Kxportación del Plátano i I946t.
Porres Juan-Senahre. E. í l u ó5: l.i-í i.
cv Yáne¿. J.S. (1996).
56
Capítulo 2
años ochenta. G. Hernández Gómez calculaba que las explotaciones por debajo
de los 150 metros sobre el nivel de! mar se movían en torno al 53.3 por ciento de
rentabilidad, y las ubicadas entre la cota 150 y la 250. en algo menos del 40!J. Así
pues, todo parece indicar que en la segunda mitad del siglo los productores plataneros han visto reducirse los resultados por peseta gastada a la mitad de lo que
percibían en los primeros treinta años. La pregunta que surge entonces es si tan
escasas eran las alternativas de inversión para que esos rendimientos económicos
atrajeran la enorme cantidad de capital que fue necesaria para multiplicar por 2.6
la superficie cultivada entre 1940 y 1980.
i
llf
5. LA RENTABILIDAD DESDE LAS EMPRESAS
La respuesta puede radicar en la fiabilidad de esas estimaciones de rentabilidad, y creo que el empleo de información de las propias empresas aportaría una
visión más realista de lo ocurrido. El problema estriba en que, como y.a se indicó, tras el trabajo de IBERPLAN no se han vuelto a hacer encuestas que permitan tener una muestra de un tamaño significativo, y el número de explotaciones
que conservan libros de cuentas para poder llevar a cabo un análisis dinámico no
son muchas, y de entre éstas, las que permiten el acceso a los investigadores son
aún menos. Sin afán de generalizar los resultados, y pese a las críticas que se pueden hacer respecto a su representatividad, presento la trayectoria seguida por la
rentabilidad de un conjunto de explotaciones que me han facilitado el acceso a su
documentación:\ Dos están ubicadas en Arucas (Gran Canaria), tres en Icod de
los Vinos, dos en Los Silos y una en Garachico (Tenerife), municipios tradicionalmente dedicados al cultivo de la platanera, hasta el punto que en los años cuarenta se situaba en ellos más del veinte por ciento de la superficie en explotación,
y aunque con el crecimiento posterior fueron perdiendo peso, en los primeros
ochenta aún representaban en torno al trece por ciento. Creo que al tener distintos tamaños, ubicaciones y formas de gestión, sirven para mostrar si las
variaciones en los mercados, tanto de factores como de productos, han incidido de forma particular en cada una de ellas, o si. por el contrario, presentan
evoluciones hasta cierto punto comunes.
Hernández Gome/. C¡. (IWI: 15S-]fi(>i.
A la hora de c aícuku la rentabilidad he partido de la diferencia entre ingresos y gastos corrientes de explotación,
por lo que incluye no sólo el beneficio, sino también la renta de la licita y e! interés del capital circulante.
Una aproxiniMu'ni a la rentabilidad ... de plátanos en Canarias,
57
I9O0-2OOO
Árticas 1 era una explotación situada a 250 metros sobre el nivel del mar. en
el centro de la localidad del mismo nombre. La superficie dedicada a plátanos
osciló entre un máximo de 7.5 hectáreas en 1905 y un mínimo de 4.5 en 1935,
siendo la dimensión media en el periodo de 5 hectáreas. Contaba con estanque,
almacén y establo para el ganado vacuno, que mantuvo hasta los primeros años
sesenta. En cuanto al agua, pese a tener 12 azadas de la Heredad de Aguas de
Arucas y Firgas. tenía que comprar en torno al cuarenta por ciento de la que consumía. Todo el personal ocupado era asalariado, y entregaba la fruta, primero al
Sindicato Unión de Agricultores de Arucas. para desde 1944 hacerlo al Sindicato
Unión Agrícola de Las Palmas. A mediados de los años ochenta fue vendida como
solares. Sin embargo. Arucas2 es una minúscula explotación ubicada en el barrio
de Visvique y distante de la anterior entre 300 y 400 m«rYos. Con poco más de
mil metros cuadrados, carece de agua propia y las labores de cultivo y administración las realiza el mismo propietario, por lo que en el cálculo de la rentabilidad se estaría, incluyendo también la remuneración del trabajo propio, de ahí que
sus resultados sean los más altos del conjunto. La fruta la comercializa a través
de la Cooperativa Agrícola del Norte de Gran Canaria.
GRÁFICO 2A
Evolución de la rentabilidad, 1900-2000
(Pesetas de beneficio por cada 100 gastadas)
(media móvil 2.1.2;
350
.125
250
---•' " 1
200 -
l')3u
IO40
105o
l"6o
HL'F.NTK: Contabilidades prhadas. Elaboración propia.
|O7o
]O8o
¡'«i
Capítulo 2
58
[• ! i
Icodl ha mantenido una superficie de 9,5 hectáreas durante todo el periodo,
excepto los años cuarenta en que se redujo a 8.5, y se encuentra a unos 1 00 metros
sobre el nivel del mar. Aunque posee acciones de agua en galerías de la zona,
liene que adquirir en torno al quince por ciento del agua que consume. Como en
el resto de las fincas de Tenerife analizadas, tanto el cultivo como la administración la lleva a cabo con mano de obra asalariada, mantiene ganado vacuno hasta
mediados de los años sesenta, y en los años estudiados entrega la fruta a la FAST.
En el caso de Icod2. su dimensión es de 8,5 hectáreas al nivel del mar, y entre los
nacientes que manan en la propiedad, más las acciones de agua, tiene casi cubiertas sus necesidades hídricas. Por lo que respecta a Icod3. está situada por encima
de los 100 metros sobre el nivel del mar. en una zona con mucha pendiente. Los
bancales son muy numerosos y de escasa dimensión, lo que va a condicionar sus
resultados al necesitar emplear más tiempo de trabajo para realizar las labores de
cultivo, especialmente a partir de la elevación de los costes laborales desde los
años sesenta. Con algo más de 1.5 hectáreas hasta f959. duplicó a partir de ese
año la superficie, y el agua propia le permite cubrir prácticamente la totalidad de
su consumo. Pese a sus escasos resultados, aún continúa en explotación.
GRÁFICO 2B
Evolución de la rentabilidad, 1900-2000
(Pesetas de beneficio por cada 100 gastadas)
(media móvil 2.1.2)
35d
?25
Icod2
—*— icod3
200
175
I5(i
125
Jf
100
75
50
25
1900
]D10
1920
1930
1940
\
1950
1*0
FUENTE: Contabilidades privadas. Elaboración propia.
1970
19X0
1990
20(»
Una aproximación a la renrabilidad ... de plátanos en Canarias, 1900-2000
59
En Garachico, las 2.5 hectáreas a nivel de! mar de 1911, se habían convertido en
4 en 1922. y en 6 desde 1930. A las participaciones en galerías que posee hay que
añadir los nacientes de la zona, que le permiten no tener que acudir al mercado a
adquirir agua sino en muy escasa cuantía. Y en cuanto a las dos fincas ubicadas en
Los Silos, son las más grandes del conjunto estudiado. Así. Los Silos 1. ubicada en
torno a los 200 metros sobre el nivel del mar. tenía 9,5 hectáreas hasta la década de
los cincuenta. En esa fecha comenzó a ampliar, y en 1960 ya cultivaba 14 hectáreas, aunque las volvería a reducir a 12 desde 1966. Las acciones de agua que tenía le
permitían esa ampliación, teniendo que adquirir en el mercado menos del diez por
ciento de lo demandado en el peor de los años, como ocurre con Los Silos!. Esta es
una explotación localizada en una zona con cierta pendiente,, de forma que los primeros bancales están prácticamente a nivel del mar. mientra's que los más elevados
llegan a la cota 150. Empieza a producir a comienzos de los años treinta con 7 hectáreas, para seguir creciendo anualmente hasta alcanzar, las 17 hectáreas en 1960,
superficie que disminuiría en 3 hectáreas a partir de 1978. La explicación para la
reducción de sus resultados por debajo de la media del conjunto desde 1975 habría
que buscarla en que. tras el cambio generacional en la propiedad, se convirtió en una
finca que podríamos calificar como capitalista impropia.
GRÁFICO 2C
Evolución de la rentabilidad, 1900-2000
(Pesetas de beneficio por cada 100 gastadas)
(media móvil 2.1.2)
27
190(1
1910
1020
19.Í0
1940
1950
1960
FUENTE: Contabilidades privadas. Elaboración propia.
!'.'7(>
iy»>
1990
2(XH
Capitula j4
60
•J
I4J
S
I:
A partir de ¡(>s gráficos anteriores, se pueden establecer vanas etapas en la
evolución de la rentabilidad. Aunque con muy pocos datos, que se reducen aún
más al emplear medias móviles quinquenales, tanto Arucasl como Garachico se
movían en niveles ccieanos a los que planteaban los cónsules británicos en los
primeros años del siglo. La reducción de las exportaciones generada por la
Primera Guerra Mundial, con la consiguiente caída en los precios, llegó a colocar
en pérdidas a muchas explotaciones, como en el caso de Garachico". Hn esta
situación, algunos propietarios se vieron obligados a vender las fincas para hacer
(rente a sus deudas, otros optaron poi arrendarlas, y hubo quien arrancara las plataneras para sustituirlas por cultivos ordinarios, cuyos precios se habían elevado
de manera considerable por el conflicto. Sólo aquéllos que vieron en la guerra un
problema coyuntural continuaron cultivando, aunque reduciendo el consumo de
inputs hasta el punto de prácticamente limitarse a mantener vivas las plantas.
Fueron éstos los que de forma más rápida aprovecharon la vuelta a la normalidad,
pues ya en los primeros años veinte se habían recuperado los niveles de precios
y rentabilidades prebélicas.
Como va se indicó con anterioridad, la velocidad de crecimiento de los precios en esa década disparó los márgenes de explotación, aunque quizás de forma
exagerada en el caso de Arucasl. pese al aumento de los costes de producción,
listo provocaría, no solo la recuperación de la superficie anterior en cultivo, sino
un aumento que se puede estimar en torno al treinta por ciento, a la luz de la evolución de las cantidades comercializadas. Pero casi tan rápido como subió, volvió
a bajar cuando los principales países consumidores intentaron hacer frente a la
crisis de los años treinta con medidas proteccionistas. Aún a la altura de 1932 los
precios no habían caído demasiado, y eso se dejó notar en la rentabilidad de las
explotaciones analizadas, pues sólo la más pequeña -Icod3- y la que comenzaba
la producción -Los Silos2- estaban por debajo del setenta por ciento indicado por
C". Marín, mientras que tanto Arucasl como Los Si los 1 duplicaban ese nivel.
Los resultados económicos de las fincas tocaron fondo en 1935. aunque ninguna llegó a general' perdidas, para desde ese momento iniciar una nueva fulgurante recuperación hasta 1940. gracias a la combinación de medidas de apoyo a
los precios, con contenciones de los costes por vía legislativa, especialmente en
de p,
NI.LV V:;nex. I.S. '
Una api'oxiiiKinón a la rentabilidad ... de piálanos en Caminas.
IVOO-2000
61
el aspecto laboral. Sin embargo, las dos décadas siguientes van a seguir trayectorias que. pese a ser similares, merecen comentario separado. Así. Arucasl y
Garachieo. con dimensiones en torno a las cinco hectáreas, reducían su rentabilidad un cincuenta por ciento, pese a que. al no tener que pagar el agua, la de la
segunda fuera el doble que la de la primera. Por otra parte, las localizadas en lcod
se mantuvieron prácticamente al mismo nivel durante estos veinte años, mientras
que las ubicadas en Los Silos, y que eran las de mayores dimensiones, conseguían
sostenerse sólo durante una década, para caer también un cincuenta por ciento en
la siguiente. Lo que sí es común es que todas obtenían rentabilidades muy superiores a los que la literatura señala para esas techas* el treinta por ciento, pues hay
que esperar hasta los primeros años sesenta para que Artices 1 se sitúe por debajo
del doble de ese nivel, entendiéndose ahora el por qué del importante crecimiento de la superficie cultivada en este periodo.
Un crecimiento que continuó las dos décadas siguientes, pese a que la Ley de
Convenios Colectivos Sindicales de 24 de abril de 1958. y su apTicación desde los
primeros sesenta, marcara sobremanera la trayectoria seguida por la rentabilidad
de las explotaciones plataneras, en especial las que tenían un tamaño superior a
una hectárea y empleaban a mano de obra asalariada, como ocurre en la muestra.
Miora bien, aquí también hay diferencias. Así. Arucasl logró combinar un incremento de los rendimientos por hectárea con uno espectacular de la productividad
del trabajo", de forma que su rentabilidad, no sólo no se redujo por la subida de
los costes laborales, sino que inició una suave tendencia al alza hasta su cierre y
venta como solares. Sin embargo, las ubicadas en Tenerife vieron como la suya
caía desde un nivel medio del ciento cincuenta por ciento, a sólo el setenta y cinco
en apenas diez años, cuando la aplicación de mejoras en los sistemas de riego permitieron ahorros de agua y mano de obra. Las fincas situadas en zonas con elevada pendiente y. por tanto, con mayores necesidades de trabajo por unidad de
producto, fueron las más perjudicadas por esa elevación de los salarios y cargas
sociales, como eñ el caso de Icod3, a la que únicamente la inversión en modernos sistemas de fertirrigación impidió su entrada en pérdidas. De todas formas, la
rentabilidad media del conjunto se mantenía muy por encima de lo indicado por
la literatura, pese al incremento de los costes laborales, lo que. sumado al hecho
de que la mayoría de las nuevas explotaciones tenían uri tamaño inferior a una
hectárea, ayuda a explicar el atractivo de la inversión.
LoL'ró pasar de un promedio de !9.5OÜ kilos por hectárea en los años eincuenüi a alyo más de 21.000 en la década siguiente, mientras que los kilos por día de trabajo pasaron de 50 en 1960 a 00 en 1970.
i!;;:
62
Capitulo 2
Los buenos precios de la segunda mitad de los setenta, y la contención de los
costes vía mejoras técnicas e incrementos de productividad y rendimientos, permitieron invertir la tendencia descendente de la rentabilidad, pero el repunte fue
muy breve, ya que las cotizaciones se resentirían del exceso de oferta que se
generó en el mercado peninsular en los años ochenta. Esto supuso la puntilla para
muchas explotaciones, que vieron como se podían obtener mejores resultados con
usos alternativos de los factores, y abandonaron la producción, reduciéndose
drásticamente la superficie cultivada hasta situarse en .1990 en los mismos niveles que treinta años antes. Y en ese ambiente pesimista se vivía hasta que en 1993
se creaba la Organización Común de Mercado del plátano en la Unión Europea.
Y esto ha significado, no sólo la aportación de más de nueve mil millones de
pesetas para modernizar las explotaciones, como ya vimos en el apartado 2, sino
también el establecimiento de una ayuda por pérdida de renta que garantiza los
ingresos de los productores, y que ha supuesto más de dieciséis mil millones
anuales para las Islas. La combinación de ambas medidas ha vuelto a convertir en
atractivo al sector, elevando de nuevo su rentabilidad, como muestran Jos resultados de Arucas2.
6. LOS FACTORES DETERMINANTES DE LA EVOLUCIÓN DE LA RENTABILIDAD
En el apartado anterior se ha podido constatar cómo la evolución de la rentabilidad ha obedecido a la combinación de las trayectorias de ingresos y gastos, en
unos casos convergentes, divergentes en otros. Si escasos son los estudios sobre
los rendimientos económicos de las explotaciones plataneras, aún menos son los
que intentan analizar cuáles son los factores determinantes de la misma. El único
trabajo de este tipo que conozco lo realiza M. Gil Martínez, quien, mediante un
análisis de corte transversal a partir de los datos de un conjunto de explotaciones,
intenta estudiar si existe relación entre el margen bruto, y los precios, cantidades
de fruta producida e inputs empleados, pero los resultados indican una correlación poco significativa en los casos en los que ésta existe"1.
Para solventar esa laguna, y empleando la información recogida en los libros
de cuentas de las explotaciones reseñadas en el apartado 5, he calculado la respuesta de la rentabilidad de cada finca ante variaciones en los precios de la fruta
•Gil Martínez. M. (!980: 18-201.
Una aproximación a la rentabilidad ... de phiíatws en Canarias, I900-2000
63
y en los costes unitarios de producción, partiendo de la base de que la misma responde al modelo:
ln R¡ = B() + Bi hi Pj+ ih ln L¡ + 63 In Agt + 64 ln Abj + e¡
donde i se refiere al año. R es la rentabilidad. P es el precio por kilo de fruta. L
es el coste laboral por unidad de producto, Ag es el coste del agua por unidad de producto. Ab es el coste del abono por unidad de producto, B son los parámetros a estimar, y e es el residuo. Los resultados se presentan en el cuadro 7, y como se observa, los modelos presentan un elevado R ajustado y los signos de los coeficientes son
los que cabría esperar.
Es habitual encontrar referencias en la' bibliografía sobre el sector, que
colocan al coste del agua como el principaldeterminante^le la rentabilidad de
las explotaciones plataneras, y como clave para explicar la reducción de la
superficie cultivada que se da en Gran Canaria a partir de los años setenta1'.
Aunque en otro trabajo ya puse en duda la validez deia*afirmación'!l, veamos
los resultados que nos aportan los modelos calculados. Sólo eíTtres de las fincas, Arucasl. Arucas2 e Icodl. los aumentos en el coste del agua suponen una
merma en la rentabilidad, normal dado el escaso porcentaje del consumo que
el resto han de adquirir en el mercado. Ahora bien, en esas tres tenemos toda
la escala de valores. Como Icodl únicamente necesita comprar en torno al
quince por ciento de sus necesidades, la incidencia es relativamente pequeña,
sin embargo, como en Arucas2 no hay gastos en mano de obra, el agua se convierte en el principal componente del coste de producción, y una variación en
los gastos del uno por ciento genera una reducción de la rentabilidad del 1.535
por ciento. No es de extrañar entonces, que las explotaciones que. se encuentren en esta situación -en las que la mayor parte del trabajo es aportado por el
propietario, y que coinciden con las menores de una hectárea y/o con las que
J.A. Sans consideraba part-time o campesinas-, hayan generado ese lugar
común señalado por la literatura, pues no olvidemos que, aunque sólo significan en torno al veinte por ciento de la producción, son el ochenta por ciento de
las explotaciones.
1
Esta idea, además de repetirse con cierta asiduidad en la prensa, también se recoge en algunas investigaciones
como las de. por ejemplo. Rodrigue/ Martín. J.A. y M. Sanche? Padrón (1978: 21). Quirames. F. (1981. 123).
Rodrigue/ Brito. W. (1986: 225. 234. 237. 240 y 241). González Morales. A. y J.F. Martín Ruiz (1989: 44 y 52). J.F.
Martín Ruiz (1989: IKli. Manín Ruiz. J.F y A. González. Morales (1990: 44-45). Martín Ruiz. J.F. fíu/(1991: 5051)o Pérez Marrero. L.M. 11991. 122). entre otras.
« Nuez Yánez. J.S. (2000).
Capitule 2
64
CUADRO 7
Modelos planteados para medir la elasticidad de la rentabilidad
ante variaciones de los ingresos y costes unitarios
Finca
Años
1
Constante
¡s.e.)
Ln precio
(s.e.)
Ln laboral
f.v.f.J
Ln agua
(s.e.)
Ln abono
(s.e.)
R-
Arucas1
1934-1982
1.552
(0.350)
1.592
(0.2011
•0,772
(0.122)
-0.640
(0.09li
-0.176
(0.048)
69.01
24.5
ArucaO
1965-1996
2.560
(0.274)
1.699
(0.1491
s.d.
-1.535
¡0.139)
-0.150
(0.0811
87.61
61.3
laxl 1
1935-1987
1.369
(0.200)
1.800
(0.100)
-1.140
(0.100)
-0.163
(0.060)
-0.461
(0.070)
90.22
no.:
icocí:
1935-19X7
1,274
(0.317)
1.948
(0.172)
-1.391
(0.159)
n.s.
-0.462
(0.130)
77.33
55.7
laKÍ3
1929-1987
0.799
(0.275)
2.127
(0.172)
-1.452
(0.170)
n.s.
•0.608
(0.144)
84.75
88.9
Gurachicu
1929-1987
1.331
(0.197)
1.922
(0.103)
-1.368
(0.093)
n.s.
-0.515
(0.1051
89.11
150.0
Los Silos 1
1935-1987
1.974
(0.140)
1.599
(0.074)
-1.166
10.066)
n.s.
-0.434
(0.059)
95.01
310.8
Los Stlos2
1935-1987
0.948
(0.223)
2.111
(0.1221
-1.686
(0.130)
n.s.
-0.45X
(0.116)
91.19
176.0
NOTA: s.d. sin datos, n.s. no significativo
FUENTE: Contabilidades privadas. Elaboración propia
Arucasl sería el caso intermedio, pues en la evolución de su rentabilidad intervienen todos los factores, y el análisis del cuadro 7 nos muestra que tiene mayor
importancia el coste laboral que el de! agua, siendo muy reducido el peso de los
abonos. Evidentemente, en el resto de explotaciones, para las que el coste de
regar no incide de forma significativa sobre la rentabilidad, también es el factor
trabajo el más importante, destacando sobre el resto Icod3 y Los Silos2, ubicadas
en las zonas con mayor desnivel y que, por tanto, necesitan mayores cantidades
de mano de obra para realizar las mismas tareas: Al tratarse también de las que
Una aproximación a ¡a rentabilidad ... de plátanos en Canarias. 1900-2000
65
dependen más de la evolución positiva de los precios para mejorar sus resultados.
no es de extrañar que cuando en los años ochenta concurrieron una caída de ias
cotizaciones de la fruta con un alza salarial, fuera la época en la que obtuvieran
menor rentabilidad.
Pero en Arucasl se puede ir más allá en el análisis, gracias a que la disponibilidad de información es mayor, y se puede ver cuál de los componentes de los
ingresos y los costes -el precio o la cantidad- es más relevante. El modelo planteado ahora es del tipo:
Id R¡ = l;i() + Bj ln Kg¡+ B2 In PKg¡ + B3 In D¡ + li4 ln S¡ + % ln Ag¡+ B6
ln PAg¡ + B7 ln Ab¡ + B8 ln PAb, + e¡ '
donde i se refiere al año. R es la rentabilidad. Kg es 1*producción en kilos.
PKg es el precio por kilo de fruta. D es el número de tíias trabajados. S es el
salario por día. Ag es la cantidad de agua comprada. PAg es el precio del agua.
Ab es la cantidad de abono comprada. PAb es el precirt de los abonos. B son
los parámetros a estimar, y e es el residuo. Dado el importante cambio que
supuso para el aspecto laboral el primer convenio colectivo del sector, dividí
el análisis en dos periodos. 1940-1950 y 1960-1983. y los resultados se presentan en el cuadro 8.
Hay claras diferencias entre ambos periodos. Mientras que en el primero la
rentabilidad dependía de los precios de la fruta en cuanto a los ingresos, y de
los salarios y la cantidad de agua comprada respecto a los costes, desde 1960
la situación es más compleja. Así. por ejemplo el precio del agua, que hasta
esa fecha no tenía una influencia significativa sobre la rentabilidad, ganó peso
desde entonces. Hasta los años sesenta el sector platanero era-el principal
demandante de este recurso, y la cotización del mismo sólo fluctuaba al ritmo
de la climatología, sin embargo, el crecimiento de la demanda urbana vino a
alterar el mercado, y aunque la evolución del precio del agua fue paralela al
de la fruta, sus crecimientos porcentuales pasaron a repercutir negativamente
en la rentabilidad multiplicados por 1,5. Por lo que respecta al abono, el
estiércol del ganado vacuno estabulado en la explotación cubría una parte considerable de sus necesidades de fertilizante durante el primer periodo analizado. La eliminación de las vacas al tornarse no rentable su mantenimiento, dada
la mayor efectividad y menores precios de los abonos químicos, obligó a la
adquisición en el mercado de la totalidad de los nutrientes aplicados a las
plantas, de ahí que su incidencia sobre los resultados económicos se dejara
sentir desde entonces.
66
CUADRO 8
Modelos planteados para medir la elasticidad de la rentabilidad
en A rucas 1 ante variaciones en precios y cantidades
Constante (s.e.)
Ln kilos producidos is.c.)
Ln precio de la fruta (s.e.i
Ln días trabajados ÍN.Í\)
Ln salario diario (s.e.)
Ln agua comprada (s.e.)
Ln precio del agua (s.e.)
Ln abono comprado (s.e.)
Ln precio del abono (s.e.)
R
F
1940-1959
1960-1983
9.129(1.030)
-24.902 (4.960)
3.437 (0.490)
2.225 (0.360)
-1.177 (0.320)
-0.570 (0,200)
n.s.
-1.532 (0.250)
I1..V
.1.026 (0.330)
n.s.
-1.356(0.357)
-0.192 (0.069i
n.s.
n.s.
n.s.
60.59
8.20
-0.263 (0.0X0)
n.s.
82.93
12.95
NOTA: n.s. no significativo
FUENTE: Contabilidad privada. Elaboración propia
Sin embargo, dos tactores son aún más importantes en el segundo periodo: los
kilos cosechados y los días trabajados. El propietario consiguió incrementar los
rendimientos por unidad de superficie y por jornada, un diez y un ochenta por
ciento respectivamente, pues el conseguir realizar las mismas labores con menos
mano de obra se había tornado muy importante para mejorar la rentabilidad. El
aumento de los salarios había situado el mínimo a pagar en un nivel, que hacía que
el importe de incrementar el uno por ciento el número de jornales fuera superior
que el de elevar estos en el mismo porcentaje, y para conseguir ese objetivo de
mayor productividad del factor trabajo era necesario incrementar también la producción por hectárea. Y el impacto sobre los resultados económicos de esas, dos
medidas queda claro en el cuadro 8, ya que un aumento del uno por ciento en la
producción hacía subir la rentabilidad más de un tres, y una disminución del uno
por ciento de los días trabajados la incrementaba el 1.2. De ahí que los esfuerzos
realizados por la mayoría de los empresarios plataneros hayan ido en esa dirección, mecanizando, introduciendo el sistema de líneas pareadas, amarres aéreos
donde ha sido posible, o riego por goteo, para ahorrar mano de obra, e instalando invernaderos, controlando mejor la fertilización, o cambiando de variedad,
con objeto de incrementar la producción por unidad de superficie.
Una aproximación a la rentabilidad ... de piálanos en Canarias. 1900-2000
67
7. A MODO DE CONCLUSIÓN
Parece obvio decir que el cultivo de plataneras en Canarias a lo largo del siglo
XX ha sido un negocio rentable. Un negocio que ha exigido, y exige, una importante inversión para su inicio, y cuyos gastos corrientes también son elevados, por
lo que sería inexplicable que se hubiera convertido en el buque insignia de la agricultura isleña si no fuera por ofrecer una rentabilidad acorde con ese dispendio.
Sólo en tres momentos puntuales -la Gran Guerra, la pérdida de los mercados por
la crisis de los treinta, y la sobreproducción de los primeros años ochenta-, hubo
problemas serios para el sector, pero incluso en los dos.últimos la incidencia se
redujo al recibir ayudas estatales para superarlos.
m
El dinero público ha continuado llegando, tanto para financiar su crecimiento
como para facilitar su modernización, y en buena medida ha reducido las barreras a la entrada, a la vez que ha contribuido a aminorar- ef riesgo que supone la
cuantiosa inversión inicial. Esto ha permitido sumarse al sector ¿"muchos pequeños propietarios, configurando una estructura en la que el ochenta por ciento de las
explotaciones tienen menos de una hectárea, con un tamaño medio en torno a 2.500
m2. Este grupo, pese a ser el más numeroso, sólo aporta la quinta parte de la producción, y en la mayoría de los casos, de acuerdo con su nivel de ingresos, no puede
constituir más que un complemento a la renta del propietario. Es por esto que
cuando hablamos de empresas plataneras, en realidad nos tenemos que referir a
las que por su tamaño y forma de gestión tienen características más capitalistas.
y es en ellas en las que podemos estudiar la evolución de la rentabilidad.
Por las referencias bibliográficas, durante el primer tercio del siglo los rendimientos económicos se movían en cifras superiores al setenta por ciento, para
caer desde la Guerra Civil hasta la actualidad a la mitad. Sin embargo, parece
poco creíble que. tanto por las inversiones necesarios como por la cuantía de los
gastos corrientes, el sector resultara atractivo con esos niveles de rentabilidad,
hasta el punto de casi triplicar la superficie cultivada entre 1940 y 1980. Por ello
se ha acudido a contrastar las cifras publicadas con las de los libros de cuentas de
un conjunto de explotaciones. Éstas últimas la sitúan en un intervalo entre el cien
y el trescientos cincuenta por cien hasta los años sesenta, y aunque con posterioridad caen debido principalmente al incremento de los costes laborales, lo hacen
para moverse entre el cincuenta y el ciento cincuenta por cien, siendo más fácil
de entender ahora las razones del crecimiento vivido por el sector en la segunda
mitad del siglo.
68
Capítulo 2
8. BIBLIOGRAFÍA
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3
Una aproximación a la rentabilidad ... de piálanos en Canarias, 1900-2000
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70
Capítulo 2
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lo*.
CAPITULO 3
EL ASOCIACIONISMO AGROPECUARIO EN EL
ARCHIPIÉLAGO CANARIO. "
UN ANÁLISIS RETROSPECTIVO
Cándido Román Cervantes
El asociaeionismo agropecuario en el Archipiélago Canario, l.'n análisis retrospectivo
73
1.INTRODUCCIÓN
Si hubo algún aspecto que distinguió a las asociaciones agrarias del archipiélago canario en sus diversas formas de cooperación, respecto al que se desarrolló o impulsó en el resto del país, éste fue, sin lugar a dudas, la comercialización
de la producción agraria. La conexión con los'mercados internacionales, el grado
de apertura exterior de la economía isleña durante el siglo XX, exceptuando el
período franquista, determinó unas formas de cooperación entre las distintas categorías de productores y propietarios agrícolas cuyas estrategias pasaban, entre
otras, por la reducción de los aranceles a la exportación y, por eFrnanteniiniento
de las franquicias que permitieran compensar los costes de transportes para los
principales productos de exportación: plátanos y tomates.
Pero si lo expuesto anteriormente se refiere a la actividad económica, en el
ámbito del fomento de la economía social, los sindicatos agrícolas, las cooperativas, los grupos sindicales de colonización y, más tarde, las sociedades agrarias
de transformación, parece que no tuvieron, como se verá más adelante, el efecto
deseado en lo que se refiere al incremento de la renta de la mayoría de los agricultores canarios y. en consecuencia, a la reducción del desempleo agrícola que
hubiera detenido los movimientos migratorios de campesinos en aquellas áreas
rurales donde éstas sociedades desarrollaron su actividad.
El trabajo estudiará, en primer lugar, las formas asociativas en Canarias a partir de las primeras experiencias al amparo de la Ley de 1906 que regulaba la creación y el funcionamiento de los Sindicatos Agrícolas: en segundo lugar, el impacto de la legislación franquista y las acciones del Mando Económico de Canarias
como instrumento regulador de la actividad productiva, para terminar con la
modernización y. la capitalización del asociaeionismo canario, proceso que
arranca en la crisis de los años setenta y continúa en la actualidad tras la incorporación de España a la Unión Europea. La integración en cooperativas de mayor
tamaño, el crecimiento de las sociedades agrarias de transformación y, el proceso de
concentración empresarial, fueron algunas de las estrategias que las empresas de
economía social del archipiélago en particular y, el movimiento asociativo en
74
Capitula J
general, necesitaban para resistir los procesos de mundialización de la economía
y la elevada competitividad de los mercados internacionales.
2. LOS SINDICA IOS AGRARIOS DKI. I'KIMKR TERCIO DO. SIGIO XX
El sindicalismo agrario de principios del siglo XX en Canarias, se caracterizó
básicamente por dos aspectos: primero, por el escaso número de asociaciqíics con
respecto al resto de las regiones españolas (véase el cuadro I), _\ en segundo
lugar, por la estructura socioprofesional de sus miembros, ya que fue la terratenencia isleña, acompañada de los medianos y lo> pequeños propietarios quienes
impulsaron las primeras sociedades. Sin embargo, a pesar de la singularidad de
los sindicatos agrícolas canarios donde la función comercial fue el rasgo mas
reseñable. no cabe la menor duda de que se adecuaron tanto en sus organigramas
gerenciales. como en sus estatutos fundacionales a la influencia de la doctrina de
la iglesia en el desarrollo de la Ley de Sindicatos Agrícolas de 1906 .
En el ámbito nacional, los resultados de la aplicación de la ley fueron espectaculares. La Administración actuó de incitadora para reducir las distancias entre
lo que se estaba experimentado en Europa y lo que quedaba por hacer en España.
El balance de los primeros añas de funcionamiento habla por sí solo. En 1907
había ya 433 sindicatos agrícolas, en 1908 funcionaban 954 y en 1910 alcanzaba
la cifra de 1.559 -. Una vez constituidos tenían exenciones fiscales en cuanto a
timbre y derechos reales, además de ventajas arancelarias por la compra de bienes de equipo, semillas, productos fitosanitarios, etc. Con unas cifras de consumo de abonos químicos para el siglo XIX muy pequeñas, en el periodo 1897 y
1912 se produjo un importante, incremento. Además, como Sindicatos Agrícolas
se incluían a las asociaciones, sociedades, comunidades y cámaras agrarias cuyos
fines eran la prestación de todo tipo de servicios a los agricultores. Durante estos
Parece ser que en la^ islas no hubo, corno sí ocurrió en otros lugares del país, una presencia notoria de la iglesia
por el control social de los trabajadores de campo. La difusión del socialismo en el seclor agrario Tue mínima. >
menos aún en aquellas explotaciones cuya producción estaba orientada a ia exportación, fin este sentido cabe pensar que ya desde un principio la aplicación de los preceptos que emanaban de la Lev. no podían aplicarse del mismo
modo para Cananas. Sin embargo, fue la burguesía agíoexportadora junio con la ternaenencia isleña, de orientación
conservadora, los que fundaron la mayor parte de los Sindicatos Agrícolas. Además, prueba de la conexión ideológica de sus fundadores con e! régimen resultante de la contienda civil, fue la facilidad con que un gran número de
sindicatos se adaptaron a la normativa de la Le\ de Coo[>t'iiición di 1942.
~Garrido Herrero. S, (19%: 23)
•"'Gallee». D. 119861.
75
El asociacionismo agropecuario en el Archipiélago Canario. Un análisis retrospectivo
años compartían el asociacionismo rural las Colonias Agrícolas - cooperativas
qvie nacieron con el objetivo de poblar el campo y eliminar la emigración-, y las
Cámaras Agrícolas que se crearon a partir de la publicación de la Ley de
Asociaciones de 1887*. Por último, las Comunidades de Labradores, nacidas con
la ley anterior, tenían entre sus objetivos la promoción del cooperativismo agrario, no a través de las asociaciones profesionales sino como asociaciones de
apoyo en actividades complementarias como la custodia de !as fincas, conservación del medio rural, etc\
CUADRO 1
Sindicatos agrícolas,' 1915-1933
m
1915
1916
1918
1919
1922
1923
102
Asturias
90
51
Cantabria
69
País Vasco
7
Navarra
La Rioja
100
Aragón
167
163
Cataluña
Baleares
16
País Valenciano 142
T7
Murcia
Castillas León 427
Castilla la Mancha 59
50
Extremadura
Andalucía
51
9
Cananas
Total
1. 530
•113
120
653
228
767,
801
114
54
69
17
122
171
216
18
143
43
662
147
57
46
10
398
150
71
97
33
141
298
414
720
95
52
233
251
290^
89
136
117
157
472
639
59
577
160
Galicia
62
13
117
166
191
19
116
32
590
95
33
49
11
1.754
50
1924
ai
87
87
127
114
152
405
558
55
435
133
130
133
117
156
116
154
414
587
5S
483
138
438
609
58
1.174
522
145
1.235
124
313
15
413
128
329
16
421
135
343
17
2.005 3.470 4.892
5.180
296
72
894
268
85
191
12
1.120
379
1926
1.329
449
160
366
20
5.442 5.821
1928 1933
608
319
100
139
118
158
549
314
156
120
106
81
49
686
66
655
540
65
365
62
173
304
1.843 ]1.299
668 353
21! 149
452 278
68
14
6.813 4.266
FUENTE: GARRIDO HERRERO. S. (1996: 25).
Si tenemos en cuenta estas cifras, la importancia del asociacionismo agrario
en Canarias con respecto al resto del país, puede considerarse de testimonial. En
términos relativos el número de sindicatos existentes en las islas en el mejor de
los años. 1928, no alcanzaba el 1 % con respecto al resto del país. Para el conjunto del período la participación media de Canarias fue del 0,46 °k. No experimentó, como sí lo hicieron otras regiones que tuvieron un punto de partida similar - Navarra y Baleares-, el incremento de la década de los años veinte en donde
todas las regiones duplicaron su número. En cuanto a la cantidad de asociados
76
i
I
Capitulo 3
apenas varió, pasando del 0,33 9c en 191 7 al 0.35 </< para 1924" Estos datos indican la debilidad del movimiento asociativo en las islas, lo que podría responder a
la falta de organización de la burguesía agroexportadora cuyas iniciativas empresariales eran impulsadas por motivos individuales. A esto, se debe añadir la fuerte competencia de las compañías extranjeras que habían tomado posiciones desde
finales del siglo XIX en los cultivos de exportación más rentables.
La economía agrícola canaria en el primer tercio de¡ siglo XX se caracterizó •
a pesar de las crisis coyunturales en el comercio internacional de la Primera
Guerra Mundial'-, por un fuerte crecimiento del sector agrario. Por ejemplo, entre
1909 y 1935 la superficie cultivada de las islas aumentó en torno a un 20 c/<. De
este aumento, fue la ampliación de la extensión dedicada a los cultivos exportadores el hecho más significativo. La extensión plantada de tomates y plátanos
pas(') de 3.375 has a 10.688 has. con la consiguiente repercusión en los regadíos
Ello supuso fuertes inversiones en canalizaciones de agua, sistemas de riego y en
ia explotación de galerías para la extracción de los acuíferos.
En este contexto de capitalización y de crecimiento, es donde debe enmarcarse la creación de asociaciones de propietarios que tuvieron como objetivo prioritario incrementar la cuota de participación en el comercio de exportación, además
de minimizar los costes de explotación mediante la adquisición de inputs de producción (abonos, productos fitosamtarios. fertilizantes, aperos de labranza, maquinaria y medios de transporte)'. Las primeras asociaciones de propietarios y
* Se integraron como Sindicaron Agrícolas en 1906 meándose en cada provincia una Cámara de la Propiedad
Rústica. Con la llegada del franquismo fueron sustituidas por las Cámaras Sindicales Agrarias.
* Al igual que en el caso anterior, con la creación de la Organización Sindical se transformaron en Hermandades de
Labradores \ Ganaderos.
*" Salinas Ramos. F (1W4: 381.
1:1 volumen de tráfico portuario del puerto de La Lu/ en Las Palmas de Gran Canana y el de Santa Cruz de Tenerife,
pasó de 20.470042 toneladas en ¡411. a 14.883.198 al año siguiente. La cifra mas baja que indica la gravedad de
la crisis fue la de 1918 con un volumen de 1.724.800 lonelada.s. Macías Hernández.. A.M. II983 294).
No obstante, el principa) problema con el que se encontraban los sindicatos agrícolas canarios era la escasez de
capitales y las dificultades para acceder al crédito agrícola. t£n un editorial de La Prensa 11-8-1916. .se explicaban
los incotivenientes que tenían para obtener préstamos colectivos, siendo mucho más fácil conseguirlos individualmente. También se ponía en duda la reducción efectiva de los costos de las compras al por mayor de aquéllos abonos, unno el superfosfato. Según el artículo periodístico, resultaba igualmente de caro, ya que la diferencia de comprar un saco a un \ugón entero era de íati sólo 1 real cada ¡00 kilos. Se apuesta, no obstante, por la necesidad de
constituir Secciones de Crédito o Cajas Rurales.pertenecientes a los mismos sindicatos. Además, no consta ningún
préstamo que hubiera sido otorgado por el Sen icio Nacional del Crédito Agrario, para el periodo 1925- ¡936. véase.
Gamez Amian. A. 11997). No obstante, algunos autores han defendido la hipótesis de que ¡a escasa participación de
la banca privilegiada en el tejido productivo de las islas se debió entre otros factores al elevado nivel de amotinan
elación que debían tener ¡os prestatarios más significativos. Carnero Lorén/o. F (1999: 4¡2i
gl asociacianismo agrupecucirio en el Arclúpiéla¡>o Canario. Un análisis n'imspeclivo
77
productores agrícolas en las islas, surgen como respuesta al predominio de las
grandes compañías explotadoras de plátano de origen extranjero como la Fyffes.
Elder-Dempster, Wollson y Yeoward . por la necesidad de competir con estas
empresas en los mercados internacionales. La mas significativa fue el Sindicato
Agrícola del Norte de Tenerife (SANT) fundado en 1914 y que agrupaba a la
mayoría de los propietarios y cosecheros del Valle de La Orotava. El ritmo de crecimiento de la entidad en cuanto al número de asociados y en lo que concierne a
la capacidad de exportación, lo indica el que pasara de 68 socios y con una capacidad de exportación de 6.299.439 kilos en 1925. a 520 miembros y 41.203.520
kilos en 1933". En Gran Canaria, el sindicalismo agrario fue mas tardío y hubo
que esperar a 1922 para que se constituyera e! Sindicato del Norte de Gran
Canaria que aglutinaba a cultivadores de plátanos y tomaíe*s del noroeste de la
isla. Tenía almacenes en Galdar, Guía, Arucas y Las Palmas, pasó de 115 asociados en 1926 a 344 en 1933. En cuanto a la categoría territorial de sus asociados,
lo formaban pequeños y medianos productores"1.
«•
No es éste el lugar, ni tampoco el objetivo de este trabajo, detenerme en el
número de sindicatos agrícolas que estuvieron operativos durante el primer tercio
del siglo XX11. Si se tuviera que hacer un balance de la aportación del asociacionisitio agrario en el crecimiento y en la modernización de las estructuras productivas, puede considerarse de positiva a pesar de las limitaciones señaladas anteriormente. Son los primeros pasos del cooperativismo agropecuario, antecedentes de un modelo de empresa que debía orientar sus beneficios en la dirección de
mejorar la distribución de la riqueza agraria en aquellos segmentos de la sociedad
con rentas más bajas, y cumplir de ese modo su función social. La capacidad del
cooperativismo para consolidarse dependió en gran medida del grado de capitalización de los sectores implicados. Si el cooperativismo canario del primer tercio del siglo XX se caracterizó por la comercialización, esto fue posible por la
fuerte conexión de los grupos gestores de los sindicatos agrícolas con la actividad portuaria y de'exportación.
Sindicato Agrícola del norte de Tenerife (19/U i: Soluciones precisas a nuestra crisis platanera. Santa Cruz de Tenerife. Para
estos años \a se habían consolidado un gran número de sociedades en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Su clasificación por el volumen de kilos de plátanos exportados era el siguiente: Sindicato Agrícola del Norte de Tenerife. Sindicato
Agrícola Bananera de'Tenerife. Sindicato de Cosecheros de San Andrés-Sauces. Sindicato Agrícola del Valle de düimar.
Sindicato Agrícola de Santa Caí/ de La Palma y Sindicato Agrícola del Norte de 1.a í iomera. en total reunían a 958 propietarios, cultivaban 2.558 lanegadas y exornaban 51.590.520 kgs.
'" Suárez Bosa. M. (19%: 124).
' Al lector interesado le remito a los trabajos de Pérez Aniíes. .1. (199!). Delgado de Aguilar. .1. 119911 y Suáie?
Bosa. M. (19961
Clipillllo J
3. COOPERATIVAS, AGRARIAS DE COMERCIALIZACIÓN: rx MODELO FRANQUISTA DE
ASOCIAÍTONISMO
ilt ll
Es preciso plantear, aunque sea muy brevemente, ios rasgos más distintivos de
la economía canaria en este período . Los autores quejo han estudiado coinciden
en señalar que a pesar de las fuertes restricciones y reglamentaciones, consustanciales con un modelo de organización de la economía autárquicu. ésta no se caracterizó precisamente por la rigidez, sobre todo si lo compararnos con el resto del
país.
Un modelo basado en un tuerte proteccionismo arancelario que produjera
como resultado un incremento en e! proceso de industrialización capaz de sustituir importaciones, era un sistema que no podía funcionar en Canarias. Así fue. la
debilidad del tejido industrial isleño hacía imposible la producción de bienes que
sustituyeran los procedentes, de los mercados internacionales. Por ello, la
estructura comercial librecambista fue -exceptuando algunas figuras tributarias-, respetada en términos generales. La mayor parte de la burguesía .canaria,
propietarios, comerciantes, consignatarios y financieros, apostaron por la
internacionalización de la economía. Se disponía de aceptables infraestructuras portuarias que los responsables de planificar la estructura productiva del
Archipiélago debían optimizar. Como ha escrito .losé Ángel Rodríguez Martín.
"..el poder económico canario, al margen de sus convicciones políticas, tenía
sus preferencias por una economía de divisas"'5. No obstante, la autarquía trajo
consigo una importante reducción de la actividad productiva, encerrándola en
el marco comarcal y municipal, constriñendo el tejido empresarial, y favoreciendo de este modo las estructuras de reducido tamaño.
Los sindicatos agrícolas de comercialización que estaban operativos al finalizar la Guerra Civil, tuvieron que adecuar sus estatutos a lo que especificaba la
Ley de Unidad Sindical de 1940 en la que se integraban definitivamente en la
Organización Sindical, todos los sindicatos agrícolas, cajas rurales y cooperativas. La Ley fue copia casi literal de los fines que recogía la Ley de Sindicatos
'" Son vanos los autores que si- c^tán ocuf
AiiL'et Rodrigue/ Martín, tanto en su ¡esi*.
quiL'O i 1936- IS)6O|. pensítmienlij \ hechos
ios tjU4.j -recopt'Ti una \ isióu mii-- coniplt;t
Kt;cicntt;ntt'n(C se deben citar la.s uparuicn
'"* Rodríííiitv Marli'n. J..V í 1483; 3071;
¡trido Je esie etapa. p¿ro de indos elio.s. son ¡os t¡abajos pioneros de José
.locloral (medita) I \LJH2l: La economía canaria durante ei período autár•onómfcns. conio en artículos posteriores citados en la bibliografía tina!.
del primer íranquismu. También, el de Navarro Segura. Mi. ÍWX2).
¡tes de Nue/ Vane? .1. ! i9%>. v Carnero I.oreim>. F. 11 W i .
i.!asocien.ionismo agropecuaria en el Archipiélago Canario. Un análisis retrospectivo
79
Agrícolas de 1906. ya que repite siete de los diez postulados. Se suprimen los tres
que hacían referencia a la promoción social y cultural de lo socios, a la búsqueda
Je nuevas técnicas y a la defensa de los intereses agrícolas. Se trataba de adaptar
los criterios ideológicos y políticos del nuevo régimen a la regularización del asotiacionism'o agrario, determinándolo durante dos décadas hasta la Ley de
( poperativas de 1974. A pesar de los vacíos legales y de la proyección política
del régimen, su repercusión sobre el funcionamiento del cooperativismo español
lue determinante. Lo que la legislación franquista se propuso fue vaciar de contenido el cooperativismo que funcionaba durante el primer tercio de la centuria, y le
impuso una disciplina jerárquica oficial, destruyó su organización federativa y lo
sometió a un rígido control público, administrativo, sindical^y. en consecuencia.
político e ideológico. Quizás, el instrumento que mejor describe los procesos de
control, sean los-informes realizados por el Consejo de Vigilancia14que anualmente debían acompañar a la memoria y contabilidad. k «
La institución encargada de coordinar las políticas de cooperativismo fueron las Uniones Cooperativas del Campo (UTECO) que ejercieron el control
de la organización y también, en cierto modo, político de las asociaciones de
productores. En la provincia de Santa Cruz de Tenerife, se puso en marcha
con el nombramiento de su primera Junta Rectora en 1943 y se disolvió a partir de las disposiciones oficiales del Real Decreto de 17 de junio de 1977 que
ordenaba el cese de las actividades económicas y comerciales de las Uniones.
A lo largo de estos años la UTECO de Canarias realizó las labores de canalización y distribución de abonos (sobre todo fosfatos de cal), piensos, fertilizantes, combustible y maquinaria. Impulsó las instalaciones de las plantas de
maduración de plátanos en Getafe que sería traspasada posteriormente a
COPLACA. Presionó a lo largo del período para que la reducción de los aranceles a la exportación de plátanos tuviera una tendencia bajista y. en fin, fue
el responsable del incremento de la capacidad productiva de las cooperativas
asociadas.
Según la Reseña Estadística de 1956 de la Provincia de Las Palmas, el número total de asociaciones agrarias era de 52. de las cuales. 29 cooperativas y 22
Lo formaban tres personas designadas por Madrid, a su \ e / SOCIOS de la cooperati-va cuyas funciones eran. básicamente, tíos. Primera, comprobar que los asientos contables se correspondían con el resultado de las operaciones
efectuadas durante el ejercicio. Y. segunda, certificar que la sociedad cumplía estrictamente con lo aprobado en sus
Estatuios, sobre todo en lo concerniente a los Fondos de Reserva y de Obras Sociales, b! informe, junto con la
Memoria anua! eran enviados al Subjefe Nacional de la Obra Sindical y Cooperación en Madrid. Véase Román
Cervantes. C. \ N. Bruno Pérez 11W: 61).
80
comunidades de labradores, hn la Provincia de Santa Cruz de Tenerife, según el
mismo documento pero con datos de 1957, el número de entidades fue. al igual
que ocurrió durante el primer tercio del siglo XX. mayor. El total de entidades
vinculadas con las asociaciones era de 12(1, con la distribución siguiente: 33 cooperativas de campo. 55 hermandades de labradores. 17 grupos sindicales de colonización v 15 entidades de crédito agrícola (.v/r).
Parece demasiado elevado el número de instituciones de crédito agrario operativas en Tenerife tal como lo indica la Reseña de 1957, va que fue precisamente la
escase/ de financiación uno de los grandes déficits estructurales del cooperativismo
canario. Que se sepa, la única entidad que funcionó orientada hacia el sector agrario fue el Crédito Agrícola e Industrial de Tenerife (CACITSA). impulsada por el
Mando Económico Regional en 1942 _\ en donde estaban representadas las principales compañías exportadoras de plátanos". La sociedad de crédito tenía como
objeto la admisión de depósitos c imposiciones de fondos, cobros y pagos, operaciones de descuento o préstamos con garantía personal, pignoraticia é hipotecaria: y en general, tildas aquellas operaciones de crédito que fueran solicitadas
por los agricultores. El capital inicial fue de 1.440.930 ptas. obtenido del descuento de 2 céntimos por kilo de plátano exportado que el Mando Económico disponía para reducir las elevadas tasas de desempleo agrícola. La decisión de desviar dicho capital hacia la constitución de una entidad de crédito, fue responsabilidad exclusiva de los representantes militares del Estado y de ¡as empresas agrícolas de comercialización que estimaron que dicho destino se adaptaba bien a sus
intereses. La idea era que dicha tasa se mantuviera sobre la exportación de plátanos hasta alcanzar un capital social de 15.000.000 ptas. Según los impulsores de
esta iniciativa tendrían derecho a ser socios un total de 10.000 agricultores.
Desconozco el grado de efectividad de CACITSA y si realmente sirvió para los
fines que se propusieron sus fundadores, lo que sí parece cierto fue lo efímero de
su actividad, muy ligada al Mando Económico.
Las asociaciones agropecuarias del Archipiélago necesitaban capitales para
financiar los procesos de comercialización de sus productos, a pesar de las elevadas
'^ Las empresa eu\ o-- represcnlanle^ formaron la Juma Gestora eran las siguientes: Sindical Exportabana. S.A.
Federación Agrícola SindicalON de Teneriíe. Sindicato Agrícola Je la. Rambla, l'nión Sindical de Agricultores
Canarias. Sindícalo Aoricola l'nii'ni de expoliadores. Hilos de Diego Betancon. S.A. fínsebio l.eci;ona Goiwale/.
I-sieve BaiiuK y C'1 Lida. ('asnnmjana Hermanos S.l . Hernandcv Suare? Mérmanos S.A. W iltred Mooiv y Compañía
txpoiiadora.de- Piálanos S.A. Memoria de CACITSA. ]»4 v
El asncúiciimismo aumpcatano en
m
el Archipiéiano
Canario,
l'n análisis
tusas de auiofinanciución que demostraban tener algunas de las cooperativas que
se han estudiado a nivel micro". A pesar de ello, ios datos del gráfico, tanto el
numero de préstamos como el volumen de dinero solicitado, mantuvieron una
tendencia similar: a la baja durante el primer quinquenio de los cincuenta. Los
potos préstamos solicitados - había años en los que se solicitaba tan sólo uno-,
demuestra la escasa actividad a la que habían llegado las cooperativas de comercialización agraria, resultado de la caída del volumen del comercio exterior con
la Península, donde el descenso de la demanda de plátanos por parte de las principales plazas urbanas, probablemente desincentivaba cualquier iniciativa que
fuera en la dirección de ampliar inversiones mediante la-financiación externa., A
esto se debe añadir el propio sistema de gestión de estas soledades, compuestas
la mayoría de ellas por medianos y pequeños propietarios, muy recelosas de
aumentar de tamaño a través del endeudamiento. Una de las opciones ante la
necesidad de liquide/, fue solicitar de los socios aportaciones extraordinarias.
GRÁFICO 1
Financiación de las cooperativas agrarias canarias
C-'i de participación con respecto al resto del país)
1.:
i ,o
ii.8
o . <•>
o.-i
o.;
0.(1
1948
950
195;
1954
1956
1958
1960
1962
FUENTE:1 Memoria', del Sen. icio Nacional del Crédito Agrícola. 195O-I%(). Resumen por provincias de \o>, préstamos otorgado*, en aplicación de la Ley de julio de 1946. Elaboración propia.
" En la cooperativa "Corporación de Agricultores de tu Palma", se daba ia situación en la que el balance contable
de lesorería arrojaba supcriivit año Iras año Wase. Koman CVn ame.. C. \ N. Bruno Pere/. 1 1999; 641.
82
Capítulo 3
Sin embargo, a partir de 1954 cambió la tendencia ya que aunque el número
de préstamos concedidos por el Servicio Nacional del Crédito Agrícola apenas
varió hasta 1956. sí lo hizo la magnitud de capitales que por primera vez subió
considerablemente, tendencia que se mantuvo en los años sesenta. Las cooperativas canarias pasaron de obtener 293.000 ptas en 1954 a 23.026.500 ptas en
1960. Este fuerte incremento debe vincularse al aumento de la actividad exportadora que tuvo lugar en todo el Archipiélago al finalizar la etapa a la que algunos
autores han denominado de "calvario autárquico"1'.. Según las estadísticas de
comercio exterior de Canarias para los años 1947-1959, las variables que se están
analizando en el gráfico fluctúan en el mismo sentido. En millones de pesetas, se
pasa de un valor para la exportación de 943, 1 en 1955, a 5.187, 2 en 1959, lo que
supone en términos relativos un aumento del 81,8 %. El Plan de Estabilización y
Liberalización encontró a la economía canaria en un marco expansivo de la coyuntura internacional que propició extraordinarias posibilidades de diversificación y
potenciación de su aparato productivo".
A finales de la década de los sesenta había un total de 18 cooperativas plataneras: 14 en la provincia de Santa Cruz de Tenerife con una capacidad de manipulación de 132.027 toneladas, lo que equivale al 46,89 % de la producción y. 4
en Las Palmas de Gran Canaria con 55.695 toneladas, el 34,86 %. A pesar de que
Tenerife ha tenido -por lo menos hasta los años ochenta'"-, la supremacía en cuanto al número de sociedades, parece ser que no fue así en lo que respecta a la capacidad de producción. En 1969. una sola empresa la de Hijos de Diego Betancor
S.A radicada en Gran Canaria, movió un total de 54.671 toneladas, o lo que es
lo mismo el 12,3% de la producción total de las islas.
A pesar de ello la estructura del cooperativismo en Canarias tenía, como ocurrió en otros lugares del país, un grave problema dé tamaño. La dispersión y la
fragmentación fueron el rasgo predominante en el subsector del plátano en donde
para obtener una producción de 420.000 toneladas se ocupaban más de 12.000
propietarios agrupados en diferentes sociedades. Una solución pasaba por la.creación de una cooperativa de segundo grado que permitiera una mayor concentración
Macías Hernández. A.M. y J.A. Rodríguez Martín (1995: 416).
Lo indica también el fuenc ritmo en cuanto a la constitución de sociedades \ del capital social. La eliminación de
trabas institucionales y una política económica más permisiva en lo que se rctiere al control de la actividad productiva,
propició el protagonismo del sector privado. Véase el trabajo de Cabrera Armas. L.G. y F. Carnero Lorenzo (1998).
Ver Apéndice 1.
El asociacioni.smo agropecuaria en el Archipiélago Canario. Un análisis retrospectivo
83
de las actividades productivas y permitiera aumentar los niveles de comercialización. CQPLACA se constituyó en Santa Cruz de La Palma el 18 de diciembre de
1970. en ella se integraron en un primer momento 15 cooperativas: 8 perteneciente a Tenerife. 3 a la isla de Gran Canaria. 3 a La Palma y 1 a La Gomera. Se
asociaron un total de 6.000 agricultores, cultivando 6.800 fanegadas de plátanos
y una capacidad de manipulación, de 170.000 toneladas. Al año siguiente se inicia la comercialización de la fruta en la Península, y de 1972 a 1974 empiezan a
funcionar las plantas de maduración de Madrid y sé inauguran, entre otras, las de
Barcelona y Sevilla con una capacidad cada una de 4.500 Tm2".
GRÁFICO 2
,Constitución de cooperativas agropecuarias
en Canarias, 1979-1998 (%)
30
25
20
1 5 •••
10 5
•
0 1975
- 1980
1985
1990
1995
2000
FUENTE: Apéndice 1. Elaboración propia.
La Ley General de Cooperativas de 1987. ha sido la norma a la que se adaptaron
las cooperativas canarias hasta la actualidad. En el gráfico 2. que comprende el periodo 1979-1998. se puede visualizar como son los años 1987 y, en menor medida 1988,
" Sobre lu evolución y crisis de Ooplaca puede verse los trabajos de José Mauricio Rodrigue/ en Quintana Navurro.
F. y J. Márquez Quevedo (19%: 358-366).
84
\\>
I
Capitula j
los que registran la mayoría de las altas de las sociedades. Hl motivo fundamental fue
el traspaso a las Comunidades Autónomas de las entidades dadas de alta en el
Ministerio de Agricultura. Es por tanto, en estos años donde se produce la mayor concentración. Ello supone, a falta de un análisis más detenido que cuantifique el total de
entidades operativas en el Archipiélago y no registradas en la Comunidad, que estaban activas un importante número \ que fueron regularizadas tras la aplicación de la
Ley. El gráfico 2 sólo pretende visualizar el proceso y detectar cuando se producen
los cambios. A partir de 1988, sólo se computan las dadas de alta en los respectivos
años. La nueva Le\ del me lo que se entiende por cooperativas, "...son sociedades que.
con capital variable y estructura _\ gestión democráticas, asocian, en régimen de libre
adhesión y baja voluntaria, a personas que tienen intereses o necesidades socio-económicas comunes, para cuya satisfacción y al servicio de la comunidad desarrollan
actividades empresariales, imputándose los resultados económicos a los socios, una
vez atendidos los fondos comunitarios,.." .
CUADRO 2
Distribución de las cooperativas agrarias y ganaderas
por municipios, datos de 1998 (% )
Municipios
I
W
:
Las Palmas de Gran Canaria
Santa Lucía
San Bartolomé de Tirajana
San Nicolás de Talentino
Galdar
Árticas
Valsequillo
Total Gran Canaria
S/C de Tenerife
La Laguna
Guía de tsora
Granadilla
San Juan de la Rambla
Puerto de la Cruz
La Orotava
Total Tenerife
Arrecife
San Bartolomé
Total Lanzarote
Municipios
23.80
16.10
12.38
9.52
4,76
4.76
2.85
100,00
37,68
7.24
4.34
4.34
4.34
2.89
2.89
100,00
42.85
28,57
100,00
FUENTE: Apéndice 1. Elaboración propia.
Artículo ! de la citada Lev
Los Llanos de Andane
San Andrés y Sauces
Fuencaliente
Punta Gorda
Santa Cruz de La Palma
Garalía
Barlovento
Total La Palma
Tu i neje .
Pájara
La Oliva
Antis; ua
Gran Tarajal
Total Kuerteventura
San Sebastián
Vallehermoso
Total La Gomera
Valverde
Frontera
Total El Hierro
18.18
18.18
13.63
13,63
13,63
9.0')
4.54
100,00
50.00
14.28
7.14
7.14
7.14
100.00
ÓO.(X)
40,00
100.00
25.00
75.00
100,00
.
El asociticiomsniti agropecuario en el Archipiélago Cunaría. Un imáüsis retrospectivo
85
Sin olvidar las cooperativas de producción y comercialización de productos
agrícolas que representan a la mayoría, creo que debo detenerme en aquellos
subsectores como el ganadero y el vitivinícola, que poseen suficiente peso
como para mantener el equilibrio productivo de la economía agropecuaria isleña. Por importancia, Gran Canaria es la isla que posee un mayor número de
sociedades. 104 en total. Destacan I I dedicadas a la ganadería, 4 a la producción avícola. 2 a la fabricación y comercialización de quesos, 1 central lechera
(Lechera de Gran Canaria en Las Palmas.) y otra a la elaboración de miel
(Api'valle en Valleseco). Por último, citar 3 cuya principal actividad es la
extracción y comercialización de agua (Regantes de Chira. Regantes Los Sitios
y Regantes 1.a Aga/al de Galdai). Tenerife'tenía operativas un total de 86 cooperativas, de las cuales 5 estaban dedicadas a la producción avícola. 2 a la ganadería propiamente dicha (Cooperativa Ganadera de Santa Cruz, y Benijos
Cooperativa Agrícola y Ganadera). I a la confección de queííos (Quesería de Arico).
1 a la apicultura (Apicultores del Teide). y 2 a la venta de agutí (Fuente de La
Guaricha y Propietarios del Agua). Fuera de los circuitos de los productos de alimentación destacan 2, una dedicada al cultivo del tabaco (Cooperativa cultivadores
de tabaco) y otra a la transformación del algodón.
En cuanto a las islas menores, encabeza la clasificación La Palma con 30
sociedades, dejando a un lado las de producción y comercialización de piálanos, se deben señalar las dedicadas al vino. 3 en total (Cocavinos Teneguía.
Llanosvid y Cooperativa Vinícola de Fuencaliente), 2 en ganadería y 2 centradas en el cultivo del tabaco (Cooperativa Campo de Las Lomadas y
Cultivadores de tabaco y almendra, ésta última en El Paso). A-distancia le
sigue Fuerteventura con 14 entidades, 2 a la ganadería (Ganadera del Ciervo
en Pájara y Ganadera de Fuerteventura en Betancuria): L.anz.arote con 7. 2
ganaderas y 1 al vino en Arrecife: La Gomera con 5 en total, todas agrarias y.
por último. El Hierro con 4.
Los datos del cuadro 2 muestran la distribución de las cooperativas por términos municipales. Santa Cruz de Tenerife posee el 37,68 ck de las cooperativas
activas que hay en la isla, al igual que Las Palmas de Gran Canaria con el 23. 80
c
k. No obstante, en Gran Canaria hay municipios como Santa Lucía y San
Bartolomé de Ti rajaría que con el 16. 19 9( y el 12.38 9c. respectivamente, concentran un gran número de cooperativas, cuestión que no ocurre en Tenerife
donde la capital posee el porcentaje más elevado. En La Palma ocurre algo similar a Gran Canaria, participando los municipios de Los Llanos de Andane. San
86
Capíluli)
Andrés y Sauces con el 18,18 9r, y Fuencaliente. Puntagorda y Santa Cruz de La
Palma con el 13,63 r/r. Tuineje en Fuerteventura con la mitad de asociaciones en
su territorio se define como la localidad más dinámica, seguida de Pájara con el
14.28 %. En el resto de las islas, el número de cooperativas es muy pequeño, en
La Gomera: San Sebastián y Vallehermoso: en Lanzarote: Arrecife y San
Bartolomé, y en El Hierro, uno en cada municipio de los dos que tiene la isla.
Val verde v Frontera.
4. DE LOS GRUPOS SINDICALES DE COLONIZACIÓN AGRARIA A LAS SOCIEDADES
AGRARIAS DE TRANSFORMACIÓN
Si hay alguna parcela en la historia económica de la agricultura canaria a la
que aún no se le ha prestado la1 suficiente atención, es sin lugar a dudas la que se
encarga de estudiar el papel de los grupos sindicales de colonización agraria y su
incidencia en la modernización y capitalización del sector. Hubo repercusión porque fueron entidades cuya principal actividad se dirigió a las infraestructuras,
equipamiento y, sobre todo, a la extracción y canalización de aguas. Este último
aspecto de trascendental importancia, no solamente por lo que afecta a los riegos
de los cultivos y al aumento del volumen de producción agraria, sino para el abastecimiento de agua potable de los núcleos urbanos, en un entorno territorial donde
los déficits en recursos hidráulicos fue y es una constante.
Estas agrupaciones se crearon con la promulgación de la Ley de Colonización
de Interés Local de 25 de noviembre de 1940. Donde se regulaba el auxilio del
Estado a estas entidades siempre que fueran constituidas con fines agrarios.
Debían formar parte de las Hermandades Sindicales o de los Locales de la
Falange Española Tradicionalista y de las Juventudes Obreras Nacional Sindicalistas (JONS). Su finalidad consistía en realizar obras y mejoras territoriales
con fondos públicos, por lo que no era posible concebirlas, en un principio, como
entidades asociativas agrarias. Sin embargo, un conjunto de órdenes y circulares
posteriores ampliaron el campo de acción de los grupos sindicales dotándolos de
un carácter societario v. también, mercantil22.
Ley del 11 de abril de I s)4f>. con su posterior reglamento que los define eomo " personas jurídicas de derecho pri*
\ado. naturaleza asocialha de interés particular, carácter y contextura sindicales por su nacimiento y relaciones con
el ámbito de la Organización Sindical, y personalidad \ patrimonio propios y distintos del de sus asociados, con
plena capacidad de yoce \ eiercieio de derechos para el cumplimiento de sus fines .
El asocien ¡(mismo agropecuario en el Archipiélago Canario. Un análisis retrospectivo
87
El cuadro 3 muestra una excelente instantánea sobre las actividades más rentables para este tipo de agrupaciones colectivas. Es evidente que las perforaciones de las galerías para la captación de aguas subterráneas fue la principal función a la que se dedicaron los grupos de colonización agraria, coincidiendo con
un periodo crecimiento de los cultivos de exportación. Se demuestra que las fases
expansivas del plátano, están vinculadas con los nuevos descubrimientos de agua
de las galerías. En la década de los cuarenta las perforaciones apenas alcanzaban
los 400 km. Fue después de la Segunda Guerra Mundial cuando se acelera la
demanda de agua, siendo la fase de expansión en el período 1950-1970.
CUADRO3
Grupos Sindicales de Colonización Agraria en C-áXarias, 1954
Isla
Tenerife
Gran Canaria
La Palma
La Gomera
El Hierro
Lan/arote
Fuerteventura
Totales
Número
87
58
32
12
8
~)
1
191
Regadío Invernadero Ganadería {Maquinaria
Otros
"* 4
10
11
6
5
1
4
24
51
. 39
12
7
10
1
26
7
6
1
132
1
19
12
NOTAS:
(1) Se incluyen, construcción de canales y estanques, riego por aspersión, captación y
elevación de aguas.
(2) Granjas avícolas, instalaciones ganaderas y central lechera.
(3) Construcción de muros de defensa, molino, secaderos de tabaco, destilación de alcohol, cultivo de rosas, roturaciones, abancálados y plátanos.
FUENTE: Dirección General de Desarrollo Rural. Registm de Sociedades Agrarias de
Transformación. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Elaboración propia.
Por las características singulares de la estructura del mercado de aguas de
Canarias, en las que la explotación y captación de aguas ha sido una actividad privada en la que han participado miles de personas, las formas asociativas bien en
comunidades o en cooperativas fueron las únicas posibles para optimizar la
extracción del líquido elemento. Recurso que por su dificultad en el alumbramiento necesitaba abundantes capitales para ejecutar las obras. Más aún en
88
I'11'
fjj,"'
||l
Capítulo
Tenerife que en Gran Canaria, el modelo de empresa para administrar la captación tomó la forma de comunidad de aguas. Derivada de los iniciales "heredamientos", equivale a una comunidad civil de bienes pero con personalidad jurídica según la Ley de27 de diciembre de 1957. Los socios aportan el capital para
ejecutar las obras, en proporción a su cuota de participación, y reciben como
única retribución, la parte proporcional de la "gruesa" del caudal extraído. El
agua obtenida, no es de la comunidad, sino de cada uno de los socios, según su
cuota de participación-'1.
Aunque este tipo de organizaciones fue el que mejor se adaptó para llevar a
cabo la gestión privada del agua, también se desarrollaron las comunidades de
regantes a pesar de la escasa importancia que tienen en Canarias las aguas públicas.
No obstante, esta asociación no estuvo ausente ya que hubo islas, como por ejemplo
en La Gomera, donde el aprovechamiento de las aguas de los manantiales públicos
requería este modelo". Junto a ellas debemos añadir a los grupos sindicales de
colonización agraria cuya principal actividad estaba centrada en el negocio del
agua. Según el cuadro 2. del total de agrupaciones registradas en las islas en 1954.
el 69.10 '7c se dedicaron a la captación de aguas para el regadío, a la canalización
y. a la construcción de estanques y presas. Tenerife es la que tiene un mayor
número, aunque en términos relativos con respecto al total de cada isla, es La
Palma la que posee el porcentaje más elevado: el 81.25 '7c de los grupos sindicales de colonización agraria operativos estaban empleados en labores relacionadas
con el agua y su uso. Siguen en importancia los dedicados a la construcción y
explotación de invernaderos, sobre todo en el sur de Tenerife y en Gran Canaria.
Quizás uno de los aspectos que más pueda interesar fue la versatilidad y con
ello el grado de modernización con que estas agrupaciones canarias se adaptaron
a la nueva normativa de las Sociedades Agrarias de Transformación (SAT), a raíz de
la promulgación del Real Decreto-Ley del 2 de junio de 1977, donde se eliminaba la
sindicación obligatoria. De este modo, los grupos pasaron a depender del Instituto
de Relaciones Agrarias, dejando de pertenecer a la Obra Sindical de Colonización.
. El modelo asociativo agrario de las SAT fue ideado y desarrollado en España. Para
su constitución se rigen por los mismos requisitos que las cooperativas agrarias y tienen que cumplir unos objetivos impuestos por la normativa que las regula. Entre
"' Fernández Beihenmuri. J. 12000: 7i.
;J
Q u i n i n a . F. i H'SI: 2251.
Fl usociafhmisnu) cii>n>pecttario en el Arclii/nélugo Camiri'n. Un análisis retrospectiva
89
ellos están los que se refieren a la actividad económica propiamente dicha: producción, transformación y comercialización de los productos agrarios (agrícolas, ganaderos y forestales) y, entre los segundos, la mejora del medio rural, la promoción y
el desaiToüo agrario. Estas asociaciones buscan maximizar el valor de la empresa y
aumentar las retribuciones de los socios.
. .
Con el Rea! Decreto 1776/1981 se regulaba el Estatuto de las SAT. A partir de
aquel momento los grupos sindicales de colonización agraria tenían que inscribirse en
el registro de sociedades agrarias y modificar su estructura como empresa asociativa,
o disolverse. Afortunadamente, se han podido localizar a las agrupaciones canarias
que se acogieron a un modo de organización menos personalista y más capitalista, que
prestaba más atención a la producción que a kv comercialización y que. a diferencia
del movimiento cooperativo tradicional, además del principi^'un hombre un voto".
se abría la posibilidad de voto plural en función de las aportaciones al capital social.
Los datos del Apéndice 2, muestra los grupos sindicales que pasaron a SAT en los distintos municipios del Archipiélago. Son significativos los porcentaje*, un 22 % de las
agrupaciones operativas en la Provincia de Las Palmas de Gran Canaria y un 18% en
el caso de Sania Craz de Tenerife, adaptaron sus estatutos. Aunque la actividad continuó siendo la misma, adquirieron una dimensión en la que el grado de capitalización
tenía un mayor peso que la función sexual. Las dedicadas a los cultivos de regadío
son, para ambas provincias, las más numerosas, a continuación le siguen las sociedades para la construcción de invernaderos. Ambas actividades muy vinculadas con el
desarrollo de los subsectores agrarios más rentables: hortoírutícola, platanera, tomates, flores, agua, vid y la producción de tomates. Desde 1981. fecha del Decreto, hasta
la actualidad se sabe que hay censadas más de 500 SAT. reuniendo un total de 8.920
asociados:".
S. CONCLUSIÓN
A lo largo de las líneas precedentes se ha realizado un breve recorrido de los
modelos asociativos en Canarias. Es verdad que el modelo de cooperativismo
comercial fue el rasgo más distintivo, tanto durante el primer tercio del siglo XX
cuando proliferaron los sindicatos agrícolas, como más tarde en las décadas centrales. También lo es que el cultivo de exportación líder, el plátano, determinó
^ La iniormaeión procede del Regisiro de SAT de la Dirección General de Política Agioaümentaria. Consejería de
Agricultura. Pesca v Alimentación del Gobierno de Canarias.
90
Capítulo 3
una forma de colaboración entre los agricultores canarios que buscaban ganar
espacio en los mercados de consumo peninsulares y europeos. Pero, no se puede
pasar por alto la existencia de iniciativas asociativas que cumplieron una función
de equilibrio y cubren, a pesar de su reducido tamaño, parcelas imprescindibles
en la estructura productiva agraria de las islas. Me refiero a las sociedades agroindustriales ganaderas, avícolas, lácteas y vitivinícolas.
Como se ha podido comprobar, la existencia de agrupaciones que invertían
su capital social en la construcción de infraestructuras como canales para riego,
invernaderos, estanques, son el resultado de unas iniciativas que agrupaban a
pequeños y medianos propietarios con el objetivo de dar respuesta a una
demanda del sector agrario sobre todo a partir de los años sesenta. El asociacionismo agropecuario en Canarias ha seguido un proceso de consolidación,
diseñando unos objetivos que pasaban por la búsqueda de maximizar el beneficio, por la reducción de los costes unitarios de explotación y, por la tendencia
hacia la fusión en entidades de mayor tamaño. Todo ello define un panorama en
el que las cooperativas y otras formas de asociación de agricultores y ganaderos deben competir al mismo nivel que el resto de las sociedades y empresas
agrarias individuales. Si en el ámbito estrictamente económico las empresas de
economía social mantuvieron expectativas, no se puede decir lo mismo en lo
que respecta a la función social. El asociacionismo canario se distinguió por su
escasa incidencia en la mejora del nivel renta de la mayoría de los agricultores.
Allí donde se constituyeron sociedades éstas se impulsaron a instancias de los
representantes de la burguesía agroexportadora isleña, dueños de las mejores
tierras. Junto a ellos, un numeroso grupo de micropropietarios. sin capacidad de
decisión efectiva y dependientes de las estrategias que marcaban los miembros
con más peso.
El asociacionismo agropecuario en el Archipiélago Canario. Un análisis retrospectivo
91
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El asociucionismo iiyropeauirio en el Arcliipiéla^o Canario. Un análisis retrospectivo
APÉNDICE 1
Censo de cooperativas agrarias y ganaderas en Canarias, datos de 1998
GRAN CANARIA
NOMBRE
LOCALIDAD
INSl'l.AR L>L Sl'MINISTKOS AGRÍCOLAS
LAS PALMAS
AGRÍCOLA DLL NORTE:
ARUCAS
AGRÍCOLA DHL SUR
TELDE
SARDINA DLL SUR DHL CAMPO
SANTA LUCIA
UNION AGRÍCOLA DF. LAS PALMAS
GALDAR
1980
COATSUR
S. BARTOLOMÉ DF TIRAJANA
1980
SAN RAFAEL DF VECINDARIO
SANTA LUCIA
1981
SAN ANTONIO DF PADL'A DE MOCAN
MOCAN
1981
CRUCF. DE SARDINA DEL CAMPO
SANTA LUCIA
1981
AGRÍCOLA GANADERA
LAS PALMAS
1981
PINOFLOR
VALSEQUILLO
1982
BLANCO DEL CAMPO
SANTA LUCIA
1982
HOYA DEL VIEJO DE SAN NICOLÁS
S. NICOLÁS DE TÓLF.NTINO
1982
LAS TOCAS DEL TABLERO
S. BARTOLOMÉ DE TIRAJANA
1982
LA ORILLA DE SARDINA DEL SUR
SANTA LUCIA
198?
BRIMATE
SANTA BRÍGIDA
1983
El. ROQUETE
SANTA LUCIA
1983
AGRICULTORES Y GAN ADEROS
SANTA LUCIA
1983
CAMPOSUR
SANTA LUCIA
1984
SAN PEDRO MARTIN DE DOCTORAL
SANTA LUCIA
1984
LOS PALMARETES
S. NICOLÁS DE TOLENTINO
1984
COPAS AN
S. NICOLÁS DE TOLENTINO
1984
VENTORA
S. BARTOLOMF DF. TIRAJANA
1984
ANO
,»
1979
1979
1980
„,
1980
Capítulo 3
94
*'"
NOMBRE
LOCALIDAD
AÑO
LASMARCIEGAS
S. NICOI .AS DE TOLENTINO
1984
LOMO DE ARTEJEVEZ
S. NICOLÁS DE TOLENTINO
1984
YEODWARD DEL CAMPO
SANIA LUCIA
1984
LEACOC"K
SANTA MARÍA DE GUIA
1984
UNION AGRÍCOLA Y GANADERA
SANTA LUCIA
1985
MONTAÑA LA DATA
S. BARTOLOMÉ DE TIRAJANA
19S5
F.XPORT. ALDEANOS UNIDOS
S NICOLÁS DE TOLENTINO
1985
SOL CANARIO
SANTA LUCIA
1985
TASARTE
S. NICOLÁS DE TOLENTINO
1985
COMUNIDAD ROQUE AGÜAYRO
S. BARTOLOMÉ DE TIRAJANA
1985
SAN ISIDRO LABRADOR
TELDE
1985
CERCADOS DE ARANA
S.BARTOLOMÉ DE TIRAJANA
1985
AVÍCOLA DE MOCAN
MOGAN
GUIA-GALDAR
SANTA MARÍA DE GUIA
• . 1986
1987
COAT
S. BARTOLOMÉ DE TIRAJANA
1987
CAPAÜN
S. BARTOLOMÉ DE TIRAJANA
1987
ZONA ALTA DE SAN BARTOLOMÉ
S. BARTOLOMÉ DE TIRAJANA
1988
UNION DE COSECHEROS EXP.
LAS PALMAS
1988
PRODUCTORES DEL CAMPO
S. BARTOLOMÉ DE TIRAJANA
1988
REUNIDOS DE CARDONES
ARUCAS
1988
UNION AGRICULTORES
ARUCAS
1988
UNION AGRÍCOLA
LAS PALMAS
1988
CAJA RURAL
LAS PALMAS
1988
AVICULTORES DE GRAN CANARIA
LAS PALMAS
1988
AVICULTORES DE ARUCAS
ARUCAS
1988
GRAN CANARIA AGRÍCOLA
LAS PALMAS
1988
MARZAGAN DEL CAMPO
LAS PALMAS
1988
SAN NICOLÁS DE BARÍ
SANTA LUCIA
1988
LAS VEGAS
VALSEQUILLO
1988
UNION TERRITORIAL DEL CAMPO
LAS PALMAS
1988
SAN JUDAS DE MOYA
MOYA
1988
El asociuvionismo «f>n>peciiurio en el Archipiélago Canario, b'n análisis retrospectivo
95
NOMBRE
LOCALIDAD
COCANOR
SANTA MARÍA DE GUIA
1988
AGRÍCOLA GANADERA
VEGA
1988
DE SAN MATEO
DE SAN MATEO
ANO
REGANTES DE CHIRA
S.BARTOLOMÉ DE T1RAJANA
1988
AGRÍCOLA DE INGENIO
INGENIO
1988
HEREDEROS LÓPEZ MIRANDA
GALDAR
1988
REGANTES 1 .A AGAZAL DE GALDAR
GALDAR
1988
HORTOFRUT1COLA Y GANADERA
LAS PALMAS
FLORICULTORES DE GRAN CANARIA
LAS PALMAS
EMPAQUETADORES DE PLÁTANOS
LAS PALMAS
AGROPECUARIO GANADERA
LAS PALMAS
1988
"*
1988
•
1989
1989
.
**
1989
LECHERA DE GRAN CANARIA
LAS PALMAS
SAN ANTONIO
LAS PALMAS
COFIBRA
LAS PALMAS
1989
SAN NICOLÁS DE TOLENTINO
SAN NICOLÁS DE TOLENTINO
1989
CANDELARIA DE ARTE.NARA
ARTENARA
1989
COALDEA
SAN NICOLÁS DE TOLENTINO
1989
1989
MIGUEL DENTZ E HIJOS
SAN NICOLÁS DE TOLENTINO
1989
GANADEROS DE GRAN CANARIA
ARUCAS
1990
AGRINOR
SANTA MARÍA DE GUIA
1990
LAS BOTONERAS
LAS PALMAS
1991
EL CARDONAL
LAS PALMAS
1991
APARCERÍA JOVEN GRAN CANARIA
SANTA LUCIA
1991
CONCHI
SANTA LUCIA
199!
AFURGAG
F1RGAS
1992
PORCICAN
LAS PALMAS
1992
FRAMAPE
SANTA LUCIA
1993
GANADEROS ROQUE NUBLO
LAS PALMAS
1993
1993
AGRÍCOLAS LLANOS DE SARDINA
GALDAR
APICUMBRE
TEJEDA
.
1993
EL BURNERO AGRÍCOLA
LAS PALMAS
1993
96
Capítulo
NOMBRE
LOCALIDAD
REGANTES DE MANZANILLA
SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA
1993
DE VAI.SF.QUILLO
VALSEQUILLO
iyi).i
AGRÍCOLA FAMILIA MARTÍN-
SANTA LUCIA
1993
AGRÍCOLA LA PARDILLA
LAS PALMAS
1994
AGRÍCOLA ECOLÓGICA CANARIA
VALSEgi 11.LO-
1994
GANADERÍA INTENSIVAS
LAS PALMAS-
1444
ANO
GRANJA AVÍCOLA DE C.GRAYTCAN
LAS PALMAS
1994
AGRARIA EL CASERÍO
LAS PALMAS
1995
CUN[FLOR LIMITADA
FIRGAS
1995
NL'EVA TARAXA LIMITADA
LAS PALMAS
1995
AGRÍCOLA SL'RESTE GRAN CANARIA
SANTA LUCIA
1995
APIVALLF.
VALLESFCO
11>95
QUESERÍAS DE GALDAR
GALDAR
AGRÍCOLA CASASANTA
SANTA LUCIA
1995
AGRÍCOLA HERMANOSGUERRA
AGIIMES
1995
VES!
AGIIMES
1996
COLICAM
SANTA LUCIA
1996
JUAN-GRANDE
VECINDARIO
1996
LOS REGANTES LOS SITIOS
SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA
1997
MASPALOMAS
SANTA LUCIA
1997
• . 1995
El asociacioiiismo agropecuario en el Archipiélago Canario. Un análisis retrospectivo
97
TENERIFE
NOMBRE
LOCALIDAD
ANO
TENFLOR
LA LAGUNA
1983
UCANCACAJA RURAL
S/C DE TENERIFE
1985
SAN SEBASTIAN
ADEJE
1985
COPl.ACSIL
ARONA
1985
LA CANDELARIA
LA LAGUNA
1986
SAN LORENZO
ARONA
1986
GUIA DE ISORA
GUIA DE ISORA
NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
GRANADILLA
PUNTA BLANCA
GUÍA DE ISORA
ISLA BAJA
BUENAVISTA DEL NORTE -
1987
NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ
GUIA DE ISORA
1987
TAMAIMO
SANTIAGO DEL.TE1DE
1987
COSECHEROS DE TRJINA
LA LAGUNA
¡987
FUENTE DELAGÜANCHA
LA CUANCHA
1987
/%
1987
19S7
u
.
1987
SAN MIGUEL
SAN MIGUEL
1987
LOS ROQUES
FASNTA
1987
EL CALVARIO
GUI MAR
1987
VILLA DE ADEJE
ADEJE
1987
COSECHEROS Y EXPORTADORES
S/C DE TENERIFE '
1987
COOPERATIVA FRUTOS DE ARAFO
ARAFO
1987
NORTE DE TENERIFE FAST
LAOROTAVA
1987
COOPERATIVA AGRÍCOLA SUR
GÜIMAR
1987
RAMBLA
SAN JUAN DE LA RAMBLA
1987
RIO
PUERTO DE LA CRUZ
1987
SAN ISIDRO
GRANADILLA
1987
SAN MATEO
LA LAGUNA
1987
SAN PABLO
PUERTO DE LA CRUZ
1987
TENERIFE AGRICULTOR COTAGRI
S/C DE TENERIFE
1987
UNIÓN DE EXPORTADORES
S/C DE TENERIFE
1987
KENAFCACANAF
S/C DE TENERIFE
1987
Capítulo 3
98
NOMBRE
LOCALIDAD
NOROESTE DE TENERIFE
ICOD-DE LOS VINOS
ANO
1987
CAÑA DE AZÚCAR DE TENERIFE
S/C DE TENERIFE
1987
AVÍCOLA DE TENERIFE
S/C DE TENERIFE
1987
DISTRIBUIDORA AGRÍCOLA TENERIFE
SAN JUAN DE LA RAMBLA
198-?
COOPERATIVA DEL CAMPO
REALEJO ALTO.
1987
PROPIETARIOS DE AGUA
LA VICTORIA
1987
COOPERATIVA UNION AVÍCOLA
TACORONTE
1987
COOPERATIVA ACENTEJO
LA VICTORIA
1987
PRODUCTORES AGRÍCOLAS
LA OROTAVA
1987
COO.V1TIN1COLA Y CAJA RURAL
S/C DE TENERIFE
1987
COO. Y CAJA RURAL SAN ANDRÉS
S/C DE TENERIFE
1987
UN ION PRODUCTORES AVÍCOLAS
S/C DE TENERIFE
COO. AVÍCOLA VALLE GÜ1MAR
GÜIMAR
COO. CULTIVADORES DE TABACO
S/C DE TENERIFE
1987
FRETECO
S/C DE TENERIFE
1987
UNION COOPERATIVAS DEL CAMPO
S/C DE TENERIFE
1987
COO. GANADERA DE S/C
S/C DE TENERIFE
1987
COO. DEL CAMPO OFRA
S/C DE TENERIFE
1987
COO. CAMPO KAÑABE
S/C DE TENERIFE
1987
COO. AGRÍCOLA
S/C DE TENERIFE
1987
FRUTOS DE CANARIAS COO. PRODUCTORES
S/C DE TENERIFE
1987
DE ALGODÓNFLORTECO
LA LAGUNA
1987
COPLACA
S/C DE TENERIFE
1987
CANARIA DE ZOOLOGÍA Y BOTÁNICA
S/C DE TENERIFE
1987
•1988
1987
' •
1987
APICULTORES DEL TEIDE
S/C DE TENERIFE
COSECHEROS DE VINO TEGUESTE
TEGUESTE
1990
CHABAO
GUIA DE ISORA
1991
VIJAGUA
ARICO
1992
CHINYERO
SANTIAGO DEL TEIDE
1992
TERESME
S/C DE TENERIFE
1992
LAS ERAS DE ARICO
S/C DE TENERIFE
1994
El asociacionismo agropecuario en el Archipiélago Canario. Un análisis retrospectivo
%
99
NOMBRE
LOCALIDAD
ANO
CORTES EXPORTACIÓN
S/C DE TENERIFE
FINCA LAS COLORADAS
S/C DE TENERIFE
1994
HERMANOS ASCANIO MACHADO
SAN MIGUEL
1995
1994
1FARA
GRANADILLA
1996
BENIJOS COO AGRÍCOLA Y GANADERA
LA OROTAVA
1997
COO, AGRÍCOLA LAS MEDIANÍAS
SAN JUAN DE LA RAMBLA
1998
TAGORITO
S/C DE TENERIFE
1998
ICOD DE LOS TRIGOS
LOS'REALEJOS
1998
LOCALIDAD
ANO
LA PALMA
NOMBRE
TENEGUIA
FUENCALIENTE
1981
COCAVINOS TENEGUIA
FUENCALIENTE
1984
AGRONORTE
PUNTAGORDA
1984
COO. COMARCAL DE LA PALMA
S/C DE LA PALMA
1985
FARO DEL NORTE DE LA PALMA
BARLOVENTO
1985
PROPIE.S TERRENOS DE QUINTOS
GARAF1A
1987
VIRGEN DEL PINO
PUNTAGORDA
1987
COO. CORPORACIÓN AGRICULTORES
LLANOS DE ARIDANE
1987
LA PROSPERIDAD
TUARAFE
VOLCAN DE SAN JUAN
LLANOS DE ARIDANE
COO. VALLE DE ARIDANE
LLANOS DE ARIDANE
1987
FIBRAS TEXTILES DE LA PALMA
S/C-DE LA PALMA
1987
PUNTALLANA
PUNTAI.LANA
1987
EL PASO
1987
COO. DEL CAMPO SAN PEDRO
SAN ANDRÉS Y SAUCES
1987
COO. AGRÍCOLA LA FUERZA
TAZACORTE
1987
'
CULTIV. TABACO Y ALMENDRA
1987
• 1987
Capítulo
100
NOMBRE
LOCALIDAD
ANO
COINPA
S/C [)F. LA PALMA
1987
COO. VINÍCOLA DE RJENCALIENTfc
FUENCALIENTE
1987
COO. DEL CAMPO LOS CiALGITOS
SAN ANDRÉS Y SAUCES
1987
COO. REGANTES
SAN ANDRÉS V SAUCES
1987
COO. DEL CAMPO DE LAS LOMADAS
SAN ANDRÉS Y SAUCES
1987
COO. TABAQUERA DE LOS LLANOS
LOS LLANOS DF. AR1DANE
1987
COO. AGRÍCOLA MONSERRAT
SAN ANDRÉS Y SAUCES
1987
U. DE COSECHEROS DE LA PALMA
S/C DE LA PALMA
199!
AGROFAGUNDO
PUNTAGORDA
1992
COO. UNIDAS DE LA PALMA
BREÑA BAJA
1993
GANADEROS DE LA PALMA
LOS LLANOS DE AR1DANE
1994
GASAM GANADEROS ARTESANOS
GARAF1A
I99X
FUERTEVENTURA
NOMBRE
LOCALIDAD
AGRÍCOLA DEL GRAN TARANJAL
TUINEJE
COMUNIDAD ROQUE AGUAYRO
LA OLIVA
1985
U. MAJORERA DE COSECHEROS
ANTIGUA
1991
AÑO
1980
HEROSAT
TUINEJE
1993
FUERFRUT
TUINEJE
'1993
AGR.COSH.BSP.FUERT (COEXFUR)
GRANTARAJAL
¡993
GANADERA DE FUERTEVENTURA
BETANCUR1A
1995
PINERA LIMITADA
TUINEJE
(995
CDAD. REGANTES LAS PALMERAS
TUINEJE.
1996
LA CALABAZA
TUINEJE
1996
ELBABILON
TUINEJE
1996
El asociacionismo agropecuario en e! Archipiélago Canario. Un análisis retrospectivo
1()1
NOMBRE
LOCALIDAD
DEGÜARIYEN
PUERTO DEL ROSARIO
1997
AGROPECUARIA TEM.1SAY
PAJARA
1997
GANADERÍA EL CIERVO
PAJARA
1997
ANO
LANZAROTE
NOMBRE
LOCALIDAD
GANADEROS DE LANZAROTE
SAN BARTOLOMÉ
1981
EL VOLCAN
ARRECIFE
1982
AGROLAN
ARRECIFE
1986
COSECHEROS DE LANZAROTE
TEGUISE
19X8
GUATIZA
HARÍA
1988
VINÍCOLA
ARRECIES
1989
GANADERA AGRÍCOLA EL TORIL
SAN BARTOLOMÉ
1995
ANO
LA GOMERA
NOMBRE
LOCAUDftD
AÑO
EL SALVADOR - ALEJERO
LA GOMERA
1981
VALLEHERMOSO
VALLEHERMOSO
1985
SAN BARTOLOMÉ
VALLEHERMOSO
1986
NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE
LA GOMERA
1987
INSULAR DE LA GOMERA
LA GOMERA
1987
102
Capítulo i
EL HIERRO
NOMBRE
LOCALIDAD
GANADEROS DEL. HIERRO
VALVERDE
RIEGOS DE IRAMAS
FRONTERA
1987
COO. DEL CAMPO PASTORES
FRONTERA
1987
FRONTERA
FRONTERA .
1991
FUENTE: Registro de Cooperativas. Instituto Canario de Formación y Empleo..
Gobierno de Canarias. Elaboración propia.
AÑO
1981
El asociacionistno agropecuario en el Archipiélago Canario. Un análisis retrospectivo
\ 03
APÉNDICE 2
Grupos sindicales de colonización agraria que se adaptaron a la normativa sobre sociedades
agrarias de transformación. Real Decreto 1776/1981 de 3 de agosto
PROVINCIA DE SANTA CRUZ tíE TENERIFE
S.A.T.
ACTIVIDAD
TEJINA
3.640
REGADÍO
TIJARAFE
2.943
REGADÍO
LOS LLANOS DE AR1DANE 3
2.469
REGADÍO '
ARICO
2.978
MAQUINARIA
GRUPO
TEJINA 2
'2.514
REGADÍO
TEJINA 3
2.417
REGADÍO
TEJINA LA 1SLETA
3.639
REGADÍO
FRONTERA
2.148
REGADÍO
'
SAN MIGUEL ALDEA BLANCA
2.468
REGADÍO
SAN MIGUEL DE ARONA
2.842
REGADÍO
FRONTERA "HOYA DEL VERODAL"
2.950
REGADÍO
GRANADILLA DE ABONA
2.471
CONSTRUCCIÓN DE INVERNADEROS
LOS LLANOS DE AR1DANE 2
2.470
REGADÍO
TEJINA-LA LAGUNA
1.945
CONSTRUCCIÓN DE INVERNADEROS
TEJINA-LA LAGUNA
2.95!
CONSTRUCCIÓN DE INVERNADEROS
GÜIMAR
2.744
CONSTRUCCIÓN DE INVERNADEROS
TEJINA-LA LAGUNA
2.979
CONSTRUCCIÓN DE EMBALSES
GRANADILLA
2.218
ROTURACIÓN DE TIERRAS
1.901
REGADÍO
2.515
ROTURACIÓN Y ABANCALADO
GRANADILLA
1.268
ROTURACIÓN Y ABANCALADO
GRANADILLA
2.977
CONSTRUCCIÓN DE INVERNADEROS
SAN MIGUEL
2.472
ROTURACIÓN DE HUERTAS
FUENCALIENTE
GUÍA DE 1SORA .
'
104
Capítulo 3
PROVINCIA DE LAS PALMA
GRUPO
S.A.T.
ACTIVIDAD
INGENIO
4.X89
REGADÍO
GAl .DAR 5
3.363
REGADÍO
INGENIO
-1.545
CONSTRUCCIÓN DE INVERNADEROS
GALDAR
1.819
CONSTRUCCIÓN DE INVERNADEROS
TELDE
3.341
CONSTRUCCIÓN DE INVERNADEROS
GALDAR
3.425
REGADÍO
TELDfc
1.824
PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
SANTA LUCÍA DE T1RAJANA
2.554
CONSTRUCCIÓN DE INVERNADEROS
GALDAR
3.f>%
RECiADÍO
VALSEQUILLO
1.761
REGADÍO
GALDAR
3 309
CONDUCCIÓN DE AGUA
ARICAS
2.351
CONSTRUCCIÓN DE ESTANQUE
SAN NICOLÁS DE TOLF.NT1NO
3.693
CONSTRUCCIÓN DE ESTANQUE
FUENTE: Rcífinm Je S.A.i. Dirección General de Desarrollo Rural.. Ministerio de Agricultura. Pesca y
Alimentación. Elaboración propia.
CAPITULO 4
UNELCO (1969-1998).
SERVICIO PÚBLICO Y ACTIVIDAD EMPRESARIAL
Luis Gabriel Cabrera Armas
Jesús Hernández Hernández
VNELCO 11969-1998). Sen-icio público v actividad empresarial
107
1. INTERÉS Y RELEVANCIA, OBJETIVOS Y PLANTEAMIENTOS METODOLÓGICOS
/./. Interés del estudio: el suministro eléctrico, entre el servicio público y la
actividad empresarial
El suministro eléctrico constituye un aporte básico para U actividad económica.
y ya desde las primeras inauguraciones en el siglo XIX ha estado incluido dentro del
conjunto de los servicios de utilidad pública: por ello, de la dimensión empresarial
no puede sustraerse la de servicio público básico, y de hechb la actividad del suministro eléctrico ha estado fuertemente regulada por la Administración. Por tanto, un
estudio del sector eléctrico no sólo es relevante en cuanto análisis de una actividad
que engloba a empresas de gran magnitud, sino que igualmente clarifica la evolución
seguida por el conjunto de la actividad económica.
Por otro lado, cuando descendemos al estudio del sector en el ámbito de
Canarias, debemos advertir de la existencia de singularidades que no sólo se restringen a las derivadas de la condición insular en cuanto a la fragmentación de las
instalaciones productivas y la inexistencia de un mercado interconectado. Desde
la perspectiva empresarial, el Archipiélago se mantuvo casi en su totalidad hasta
los años 70 al margen del devenir general del sector en el conjunto de España,
tanto en la regulación tarifaria1 como en la inserción dentro de los principales
grupos:: además, si a escala estatalya desde los años 40 se intensifica la intervención pública en el sector, incluso con participación directa en el mismo a través del INI. en Canarias esta actuación se retrasa hasta los años 60, a pesar de los
graves problemas que la gestión privada del suministro eléctrico manifestaba en
las Islas y que repercutían negativamente en las posibilidades de desarrollo de
amplios sectores, insulares'.
:
Véase. Cabrera. L.O. > J. Hernández (200(1).
Véase Cabrera. 1..CS. y J. Hernández ten preparación) Unelco en la configuración socioeconómica de Canarias.
Véase Cabrera. L.G, v J. Hernández (1998).
108
Capitulo 4
De hecho, el hilo fundamental en el desarrollo de la empresa eléctrica y del
servicio en general en Canarias lo marca la incorporación de 'Unión Eléctrica de
Canarias. S.A.' (Uneleo) al INI en 1969. fecha a partir de la cual se evidencia un
cambio sustancial en la evolución del sector, tanto en la ampliación territorial del
suministro la todo el Archipiélago) como en el aumento de la cantidad y calidad
de la energía disponible para los consumidores (y el abaratamiento de su precio).
Como resultado de ello, ya desde los años ochenta se puede hablar de la norma
lización del servicio eléctrico para la práctica totalidad de la población de
Canarias; en este tránsito. Uneleo se constituye también como la única distribuidora de electricidad del Archipiélago, por lo que cualquier evaluación del sector
eléctrico isleño debe pasar por dicha empresa. Ello justifica que nuestro horizonte
temporal de análisis sea el que se inaugura con la Unelco-INI de ámbito regional a
partir de 1969: en cuanto al fina) del período, lo situamos en 1998. fecha en la que
Uneleo pasa a integrarse totalmente en la empresa privati/ada Endesa y que delimita un lapso de tres décadas en las que se ha producido la definitiva consolidación del
sector eléctrico en el Archipiélago.
.
1.2. Objetivos y metodología
De acuerdo con el epígrafe anterior y ante la necesaria brevedad de nuestra
exposición, se plantean dos objetivos básicos que se desarrollarán sucesivamente en los correspondientes epígrafes:
1. Valoración de la actividad de Uneleo dentro del conjunto de la economía isleña y descripción de su evolución reciente y dinámica empresarial.
2. Estudio de los factores explicativos de la evolución explicitada en el
epígrafe anterior, singularmente el análisis económico-financiero.
En nuestro análisis utilizaremos como base la información disponible de actividad de Uneleo, a partir de las memorias de la compañía, y en concreto de los balances anuales y la cuenta de pérdidas y ganancias4. A ello se le añaden diversos estudios económico-financieros, así como documentación complementaria sobre el
papel del sector público y la Administración en el sector eléctrico canario.
J
No unii/aremos los balances consolidados, aj no disponer de los mismos para lodo el período y presentar divergencias con los publicados por el Instituto Nacional de Industria.
UNEl.CO <1V6V-1WX). Scrvico Público v actividad empresarial
\ 09
2. IJNELCO V 1.A NORMALIZACIÓN DEL SERVICIO ELÉCTRICO EN CANARIAS
2.1. El papel relativo de Vuelco dentro del conjunto de la empresa canaria
Dentro del páramo industrial isleño. Uneleo constituye uno de los principales
referentes empresariales, con un volumen de ingresos de 96.186 millones y una
cifra de activos de 233.414 millones en 1998: en ese año. Línelco era junto a
Cepsa (con importantes actividades ubicadas fuera del Archipiélago) la única
empresa de Canarias situada entre las 200 mayores del Estado por su nivel de
ingresos; además, contribuye de forma significativa a la formación del VAB en el
Archipiélago".
'
m
Ahora bien, la dimensión de la eléctrica canaria corrfb compañía de ámbito
regional y con un peso determinante dentro el conjunto de la actividad económica del Archipiélago es relativamente reciente. Si bien Uneleo se constituye hace
más de 70 años (en abril de 1930) a instancias de capitales norteamericanos que
adquieren y unifican las compañías más importantes de Tenerife y Gran Canaria,
durante los siguientes cuarenta años sólo actúa en esas dos islas y casi exclusivamente en las capitales y áreas urbanas próximas: como resultado de ello, hasta la
década de los setenta buena parte del territorio insular estaba desprovisto de servicio o quedaba bajo suministro de pequeñas compañías locales, en general en
condiciones precarias". Esta situación comienza a cambiar a partir de 1969. cuando se produce la toma de control por parte de la empresa pública (el INI) y se inicia un proceso de unificación del servicio y de expansión a todas las Islas que culmina a comienzos de los años 80.
Este proceso ha venido acompañado posteriormente por importantes cambios
en la compañía. Un primer hito lo constituye la integración en el conglomerado
de Endesa en 1983. coincidiendo con la reestructuración de la empresa pública.
Con posterioridad, como consecuencia de las sucesivas modificaciones que se
producen en la ordenación del sector.eléctrico (el Marco Legal y Estable de 1987.
la Ley de Ordenación del Sistema Eléctrico Nacional de 1994 y la Ley del sector
Eléctrico de 1997) y la política de desregulación del sector de los últimos años,
así como por la progresiva desaparición de la empresa pública y el INI -que culmina con la privatización de Endesa-. se producen dos cambios principales:
hn cifras próximas ¡si V\ del conjunto de Cananas en e¡ úhinxi decenio
Véase Cabrera. 1..G. \ J Hernámie/! 198»)
1K)
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t
Capítulo 4
a) Por una parte se define la tendencia a la diversificación y ampliación de las
actividades, con la consolidación de otras diversas de la electricidad (significativa es sobre todo la participación en el ámbito del abastecimiento de
asua v de las telecomunicaciones), de manera que al finalizar la década de
SI
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los noventa el Grupo Unelco. constituido en 1995, contaba con una treintena de empresas participadas, además de las principales dedicadas a la producción (Unelco II) y distribución (Unelco 1) eléctrica. Pueden destacarse
en este sentido Gestión de Asuas del Norte, (participada con un 55cf() que
cuenta con 17.460 clientes en gestión integral en Gran Canaria, además de
realizar el mantenimiento y explotación de tres plantas desaladoras;
Empresa Mixta de Aguas de Las Palmas (Emalsa, participada en un 339r,).
que realiza gestión integral de agua y desalación (con casi 144.000 clientes
y cerca de 20 Hm3 anuales); y Canarias Telecom (operador global de telecomunicaciones, en fase de expansión en el Archipiélago).
b) Por otra parte, y en cuanto a la articulación empresarial, en noviembre de
1998 y tras culminar el proceso de privatización de la empresa matriz, el
Consejo de Administración de Unelco aprobó la incorporación de sus
accionistas minoritarios al capital de Endesa. así como la reestructuración
del modelo corporativo del grupo; esta operación culminó en julio de 1999.
fecha en la que se produjo la fusión por absorción de Unelco (y del resto de
eléctricas participadas por Endesa: Sevillana, Enher. FECSA. ERZ, GESA.
Viesgo y Saltos del Nansa) en la nueva Endesa. dentro de la que conserva
autonomía, y constituye en el ámbito de la distribución eléctrica la tercera
filial en importancia por volumen de ventas y número de. clientes, tras
FECSA-Enher 1 y Sevillana I.
2.2. La intervención pública y la normalización del servicio eléctrico en Canarias
En los años sesenta la intervención estatal a través del JN1 en el sector eléctrico canario estaba plenamente justificada. Tal y como se denunciaba desde la práctica totalidad de las instancias políticas y socioeconómicas isleñas, el déficit acumulado en inversiones de producción y distribución de las empresas eléctricas
insulares publicas y privadas, se revelaba, cada vez más. como un freno a las
Gmiu es coimcido. la mie\.i ordenación del sistema elécincu obliga a la segregación de las actividades de produccion > distribución déclrica para lavnrecer la compeieneia
UNELCO <196V-]Wt<). Servico Público y actividad empresarial
posibilidades de desarrollo regional. Más aún. en las condiciones de partida, las
empresas del sector no estaban en disposición de hacer frente a un importante
programa de inversiones imprescindible para una sustancial mejora del servicio".
En este contexto se insertan las primeras actuaciones del INI en Canarias.
Fracasados los intentos de adquisición de Unelco ante la negativa inicial de los propietarios americanos (a fines de los cincuenta y principios de los sesenta) a vender
su participación, la política del Instituto se inicia en las Islas menores, con la compra, en 1965. de la participación del Cabildo Insular de La Palma en "Riegos y
Fuerzas de La Palma, S. A." (Rifu)". Esta compañía fue utilizada como cabeza de
puente por parte del INI en su estrategia de acceso al sector en Canarias.
De esta manera, antes de la adquisición por parte del I£II en junio de 1969 por 1.019 millones1": unos 15.000 millones de pesetas d"e* 1998- el Instituto ya
había intervenido en la resolución del suministro en La Palma. La Gomera y El
Hierro, y había comenzado a actuar en Fuerteventura, por medio de nuevas instalaciones y por la absorción de las pequeñas compañías locales:
La toma de control de Unelco por parte del INI representó un cambio sustancial en la dimensión y orientación de la empresa, que pasa a adquirir un ámbito
regional y a tener como objetivo prioritario la función de servicio de utilidad
pública, con la extensión y mejora del suministro al conjunto del Archipiélago,
subordinando, al menos inicialmente. los criterios estrictamente económicos,
pues la precariedad del servicio, la fragmentación de los mercados y la urgencia
del problema de la provisión de fluido eléctrico requerían fuertes inversiones.
cuya financiación repercutiría en la rentabilidad a corto plazo de la empresa. Con
ello, la actuación de la 'nueva1 empresa pública se orienta en dos direcciones: por
un lado, hacia la unificación empresarial, y. por otro, hacia la formulación de un
plan estratégico (de inversiones en producción y distribución) para la resolución
a medio plazo del suministro eléctrico en el Archipiélago.
' No sólo las que prestaban servicio en las Islas, si'no el resto del sector eléctrico español. Según comunicación verbal del presidente del IMr en esta época, julio Calleja, enterado el Instituto (por la prensa económica estadounidense) del intento de enajenación de linelco por parte 'de sus propietarios a otra empresa del mismo país. _\ aunque ya
habían iniciado una estrategia de actuación a tra\ es de otra compañía isleña. Rifu. decidió intervenir para que la propiedad de la compañía quedase en hspaña. Para ello, en primer lugar se ofreció la posibilidad de hacerse con el control de la empresa a las"otras sociedades privadas integrantes de UNESA (Unidad Eléctrica. S.A.. patronal de interlocución de las empresas eléciricas españolas]: sin embargo, éstas declinaron la oferta. En palabras del propio presidente del INI. con motivo de la visita a la sede de la compañía tras su adqúisicicin. el lendimtento de las acti\ idades di producción eléctrica en las Islas no es suficiente como para que el sector privado se haga cargo de ellas
(La l'i •meta. 6.Vll.fi9i
1
Compañía constituida por el Cabildo Insular de La Palma en I94 7 que explotaba el sallo hidráulico de El Mulato.
en el mi nicipui de San Andrés \ Sauces.
Esta ira incluye la asunción de la*, demias pendientes de la -.ociedad
112
Capítulo 4
7.2.1, La unificación empresarial
Respecto del primer aspecto, en diciembre de 1970 se produce la fusión de las
dos compañías del ¡NI. Rifu y Unelco, conservando el nombre de esta última la
nueva entidad: a lo largo de la década se continuarán produciendo sucesivas
absorciones de las pequeñas compañías locales simultáneamente al avance de la
electrificación.
Hasta el momento de la entrada del INI como accionista mayoritario de
Unelco. las actuaciones de la empresa en cuanto a la electrificación se habían
limitado a las islas de Gran Canaria y Tenerife, y dentro de éstas a las zonas con
mayor densidad poblacional y que ofrecían mejores perspectivas de reniabili-.
dad1'. Había todavía un elevado número de autoproductoras (industrias, urbanizaciones, instalaciones de ámbito local), de modo que la región ostentaba el primer puesto del país de forma destacada en cuanto al número de centrales, mientras que el consumo por habitante era apenas un tercio del estatal. Esta atomización del servicio se había visto acrecentada en la década de los años sesenta por
el considerable desarrollo económico del Archipiélago y por la falta de respuesta
de Unelco a esas demandas, pues no suministraba a amplias zonas -S de Gran
Canaria y Tenerife - que fueron focos de crecimiento económico1'.
Con la absorción de las últimas empresas autónomas de cierta importancia (a
fines de los setenta) y la conclusión de la mayor parte de las electrificaciones
rurales (con la finalización de las principales obras en Fuerteventura. última isla
i-i) ambo- casos, el sector NT. próximo :i !¡is arcas metiopolitanas.
bn concreta en e¡ S de Gran Canaria suryió Eléctrica de Maspalomus. S.A.. i Elmusaj. consumida en Las Pajinas
de Gran Canalla en ! 964 para suminisuar fluido eléctrico i\ agua desalada' a las nacientes urbanizaciones del Sur
di: Cuan ('anaria. en la zona de Maspulomas-Costa Canaria- y que ¡legó a tener el mayor mercado de Cananas excepto e! de Unelco La expansión empresaiial v territorial de esta última desembocó en ia absorción de Blmasa en 1974.
lucra ilcI ámbito tic actuación de L'neico debemos mencionar también a Termoeléctrica de Lun/arote. S.A..
(lermolansai. íundadíi en Madrid en !%2 con e! objetivo de suministrar agua desalada y. .subsidiariamente. fkiido
eléctrico en Lan/arote. ante la gra\e penuria que registraba la isla v ¡as favorables perspectivas de desarrollo de la
industria conservera en la capital insular. A parln de la segunda mitad de los años sesenta amplio su servicio progresivamente al resto de ¡a Isla: sin embargo, esta extensión vino acompañada de notables deficiencias debido a la1importantes dificultades financieras v el escaso nivel empresarial. Fracasados dos intentos iniciales de absorber a
eaa compañía (en 1969. coincidiendo con la absorción de Unelco) y en !972 (con la adjudicación de la misma a su
principal acreedor bancarioi. en 1974 se cent» finalmente la operación que la incorporaba a lineleo a partir del año
siguiente
Además de fllmasa \ lermoiansa hubo olías dos empresas de cierta importancia que retrasaron su incorporación
a la empresa pública: la Centra! Eléctrica de San Nicolás, que no lúe absorbida liasla 1U79 deludo a los impedí
mentos físicos de la eoni\ión de este sector de Gran Canaria: e Hidroeléctrica de Ta/acorle. pequeña empresa municipal que servía a clientes de Ia/acorle desde la década de 1930 a precios reducidos \ en condiciones que se fueron
deteriorando haslu obligar a su absorción en I9KII
l'NELCO H969-199X). Senicu Público v actividad empresarial
1 13
en culminar el proceso de electrificación), se puede considerar que a partir de la
década de los años ochenta Unelco es la distribuidora y productora casi exclusiva de electricidad en Canarias, salvo algunas excepciones1'.
2.2.2. La nueva estrategia inversora
La segunda línea de actuación seguida por Unelco-lNl se orientó a la definición de
una estrategia inversora, que se concretó en un primer momento por medio de un plan
estratégico de desarrollo eléctrico de Canarias, realizado en ese mismo año 1969 por una
división de Auxini'\ y que preveía una inversión para el período 1970-75 de 4.525.4
millones (50.000 millones en ptas. de 1998). desglosados de |¿í siguiente ma-nera: el
71 Ve para mejorar los sistemas de producción y transporte en Tenerife y Gran Canaria:
el b'/r para el desarrollo eléctrico de Lanzarote y Fuerteventura (sin incluir la previsible
adquisición de Termolansa); y el 23'/r restante computado comft adquisición de Unelco.
En la práctica, la inversión real sobrepasó ampliamente estas previsiones, y sólo en
los dos primeros años de la década de los setenta se superó el total de inversiones realizadas en el decenio anterior"1; y a lo largo del período que se extiende hasta 1985. el
monto global de las mismas ascendió -según datos de la compañía- a 52.132 millones
de ptas. comentes (222 mil millones de pesetas de 1998). que permitieron que el inmovilizado fijo, en pesetas de 1998. pasara de 28.621 millones en 1970 a 107.790 millones en 1985. En los 13 años siguientes la inversión se incrementó todavía más. Hn
valores constantes de 1998. entre 1986 y 1998 la inversión de Unelco ascendió a 308
mil millones de pesetas, lo que permitió la práctica duplicación del inmovilizado fijo.
I
' Ln concreto, en Tenerife existe el ultimo de los atitoproduetores significativos. Cepsa. que por razones técnicas
produce unos 120-130 GWh anuales. También en esta isla y a partir de 1994 produce energía la empresa mixta de
Unelco y Cepsa ' Coyeneración de Teneriíe. SA . (Cotesa). con 38 MW instalados que en el primer año de fiincionamienlo alcanzó los 176.3 (i Wh. Hn Gran Canaria la producción de Unelco se ve complementada por la procedente
de la desaladora de Emalsa Las Palmas I. con 24.2 MW instalados, con cifras variables de producción, dependiendo del grado de uso de los diferentes grupos de desalación de ésta y las otras plajnas (Las Palmas II y III). en una
cantidad que se sitúa en tomo a los 125 MWh. En.el resto del Archipiélago tiene creciente importancia la energía
suministrada por parques .cólicos ¡incluyendo la producida en este tipo de instalaciones por la propia l;nelco en
empresas subsidiarias), de entre los que se destacan tctfras de 1998) los de Gran Canaria (39.8 GWh) Fuerteventuru
(25.2 GWh). Tenerife (2Í.2 GWh) y Lan/arotc í 17.4 GWh). y en menor medida. La Palma (8.2 GWh). El Hierro
(0.9 GWh I y La Gomera (0.6 GWhl.
hn cuanto a ia distribución, tras la concesión en diciembre de 1997 del sumínisiro del municipio del Puerto de la
Cruz a la subsidiaria de Unelco Distribuidora Eléctrica del Puerto de la Cruz. S.A.. se completa igualmente el ser\icio a todo el Archipiélago.
La Empresa Auxiliar de la Industria. S.A ' ( Auxini) había sido constituida como filial del INI en 1959 y lenía presencia en ia Islas desde algunos años antes, al ser la encargada de iniciar la electrificación de La Palma a partir de
1962 poen antes de la absorción de Rifu. Cfr. INI (1969) e INI (1973).
111
El esfuerzo realizado por el INI en esta época también puede valorarse a partir de la comparación con el conjunto sus inversiones en el sector: Unelco representó el 1 i .l(/t de los 68.571 millones invertidos por las empresas eléctricas del Instituto en el sexenio 1970-1975 Cfr. INI: Memorias
Capítulo 4
114
En cuanto la evolución y distribución por principales partidas de este esfuerzo inversor se observan tres picos significativos (cfr. gráfico I):
1. El inicial, muy destacado, se produce en el primer quinquenio de los setenta y
coincide con el rápido aumento de la potencia instalada en Gran Canaria y
Tenerife y la inauguración de nuevos sistemas en el resto del Archipiélago.
2. El segundo, a comienzos de los ochenta, es consecuencia de importantes
aumentos de producción, sobre todo en Gran Canaria y LanzaroieFuerteventura.
3. El último a fines de los ochenta, coincide con la construcción de las centrales
mixtas de Gran Canaria (Barranco de Tirajana) y Tenerife (Granadilla) con
dos grupos de vapor de 80 MW cada uno y una inversión de 102 mil millones, de acuerdo con directrices marcadas en el Plan Energético de
Canarias' , y cuya financiación se vio beneficiada por la subvención concedida por la Unión Europea1".
GRÁFICO 1
Inversión de Unelco, 1969-1998
45
Miles de millones de pía de 1 '»8
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FUENTE: UNELCO: Memorias
' De acuLTiío con él. las céntralo, deberían otar preparada.-, paia quemar t'uel. ga.s u carbón.
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Decisión de la Comisión de ia:> Comunidades Europeas de 7.1 II.i991. que asignaba 15.000 millones a este fin. Las
nuevas centrales de Granadilla y de San Bartolomé de Tirajana. que constituirán la base de la producción eléctrica
en los próximos años en Tenerife y Gran Canaria, fueron solicitadas en julio de 1987 y comenzaron a funcionar parcialmente en f 990 (Tenerife) y 1992 (Gran Canana), aunque su conclusión definiiiva se retrasó hasia junio de 1996.
Ademas de los dos grupos de vapor de 80 MW en cada una de las centrales, a fin de 1998 había grupos de
UNELCO (1969-1998). Servicn Público y actividad empresarial
,
115
Los períodos intermedios de estos picos de inversión se han caracterizado por
una inversión comparativamente mayor en medios de transformación, transporte
y distribución, más baratos1".
La nueva potencia añadida permitió mejorar las condiciones de producción de
forma significativa. Centrándonos en las dos islas principales, que acapararon la
mayor pane de las inversiones, sin duda era Gran Canaria la que planteaba mayores insuficiencias2". En esta isla, aunque la llegada de la empresa pública no resolvio de manera inmediata los problemas, el espectacular incremento de la potencia instalada (aumentó en un 117%) en apenas 3 años, gracias, en buena medida,
a la entrada en funcionamiento de la Central dé Jinámar, en 1971. permitió solucionar el abastecimiento de la demanda, pues en igual jjeríodo la punta de la
misma sólo creció un 509r; a ello se añadía la disponibilidad de fluido que se
adquiría desde 1970 a la recién inaugurada planta dual de Piedrasanta (que en
1971 representó un IWc de la energía puesta en red). En Tenerife, la solución no pasó por un incremento tan espectacular de la
capacidad de producción, pues ya se contaba con la moderna Central de
Candelaria, Aquí los problemas surgían de las dificultades en la conexión de la
línea de AT a 66 kV que constituía la arteria fundamental para el abastecimiento
gav (75 MW en Tirajana y 37.5 MVV en Granadilla) y Diesel (48 MW en Granadilla). La potencia en la?. do;> isla^
se completaba con los grupos de Las Caleüllav en Tenerife M32 MW) \ de Jinámar. en Gran Canaria (415.6 MW).
FU te proceso de ampliación de potencia .se ha visto acompañado de otras medidas complementarias encaminadas a
reducir los costes, pues el parque de generación estaba basado en costosísimas turbinas de gas (sobre todo en Gran
Canaria) y obsoletos grupos de \apor. que hubo que sustituir. También se han mejorado las condiciones medioambientales, con medidas contra la contaminación, especialmente desde fines de los 80. como la introducción progresiva del fue) de bajo contenido en azufre. Sólo esta última medida permitió la reducción a la mitad en las emisiones
anuales tanto de partículas como de SO2. En este ámbito de actuación también "se recibió una importante subvención por la Comisión Europea a cargo del FEDER. según decisión de 7.XI.94 para un programa operativo que contemplaba la mejora medioambiental de instalaciones eléctricas e infraestructura eléctrica por 8.284 millones;
Así. se produce en primer lugar la normalización de las tensiones de transporte y distribución. La superposición
de diversos proyectos de electrificación en el Archipiélago, en ámbitos geográficos y temporales diferentes, había
delerminado una excesiva dispersión de tipos de líneas de transporte > distribución. A partir de comienzos de la
década de los ochenta se va cambiando la red de Media Tensión de 6 kV a 20. Este proceso se concluye en su totalidad en Lanzarote \ Fúerteventura hacia 1991 y en el resto del Archipiélago a mediador de ios noventa. Una segunda medida fue la introducción del control" automatizado y centralizado dé las Subestaciones y del sistema de transmisión a través de un telemando, También se producen mejoras tecnológicas importantes en las Subestaciones (tecnología de hexafluoruro en los interruptores) y en las propias líneas de transmisión, con el tendido de líneas de doble
circuito a 220 kV en Tenerife \ Gran Canaria a partir de 1992 entre las nuevas y antiguas centrales.
Por último, se procede a la sustitución generalizada de las ET (como consecuencia de la normalización de la red en
Media Tensión a 20 "kV> y de las líneas en BT. Como consecuencia de ello, sólo entre 1985 y 1995 se cambiaron
unas 3.000 ET. y en ese último año el conjunto de líneas en AT. MT y BT'llegaban a los 17.800 km.
' £ n 1970. sólo en la provincia de Las Palmas había una potencia instalada de 48.5 MW de grupos electrógenos par-
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ticulares (apenas ligeramente inferior a los 59 MW de Unelco Gran Canaria), con una gama variada desde 1.000 k\V
a 1 kW. lo que implicaba no sólo un proceso de extensión, sino de sustitución, que requerirla importante inver-sio-
ne* en potencia
II
16
Capitulo 4
de las redes de las zonas de mayor consumo de la isla, en especial el área metropolitana". En 1971, el problema quedó solventado, con lo que al final de ese año
pudo comenzar a funcionar a pleno rendimiento la central base. Esto, unido al
incremento de la potencia instalada durante 1972, vino a solucionar los problemas de suministro a la urbe capitalina \ permitió en 1973 la conclusión de los servicios de la Central Flotante :. que pasó a prestar servicios a Lanzarote.
Como resultado de las medidas tomadas por Unelco, en la actualidad se puede
constatar que el servicio se encuentra normalizado. Dos indicadores evidencian
esta aseveración:
En primer lugar, en cuanto a la penetración en el mercado, la participación de
Unelco en el global del consumo eléctrico de la región, que había descendido hasta
un 609r a fines de los sesenta, desde la década siguiente aumenta rápidamente, de
manera que desde comienzos de los ochenta ha estado por encima del 90%. con un
aumento muy importante de la potencia instalada, que se multiplica por cinco en los
setenta, se duplica en los ochenta y todavía en los noventa aumenta en un 50c/c::\
GRÁFICO 2
Energía y PIB
Incremento en" <•
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20. ..'
1 <;
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0- -4 -J -J --J ^1 --J --J --J
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««.Incremento anual de las venias de energía de Unelco
—Incremento anual del PIB canario a precios de mercado en ptas constantes*
• Media móvil quinquenal de las ventas do I ¡nelco**
•*PIB A precios de mercado: **Datos de 1999 y 2000. información en prensa de las Juntas de Unelco.
FUENTE: Para la energía y el número de clientes. UNELCO: Memorias.
Para el PIB. FUNDACIÓN BBV (1999).
l'NELCO flVM-IWH). S
Público v actividad empresarial
17
Hn segundo lugar, en cuanto al número de abonados al servicio eléctrico.
si bien éste continúa creciendo de lorma importante durante todo el período, se
desacelera la disminución de la ratio de habitantes/abonado (gráfico 2) desde
niveles próximos a 6/1 a fines de los sesenta a cifras próximas por debajo de 2.5/1
desde comienzos de los ochenta, lo que muestra que la pene-tración en el mercado estaba ya en su mayor parte conseguida en esas fechas.
Como consecuencia de ello, y una vez conseguido el suministro básico, desde
los ochenta se ha producido un crecimiento de los consumos por habitante comparativamente muy importante, que al final del período han aproximado al
Archipiélago a los dos tercios del nivel medio español.Por primera vez en la historia del sector en las Islas. e>ía ampliación y mejora del servicio, sostenida por importantes inversiones en inmovilizado de producción y distribución, no lúe a remolque de la demanda (salvo en el periodo
inmediato a la torna de control de Unelco por el INI): sino que se llevó a cabo
mejorando la oferta energética y extendiendo el servicio a partir de una planificación más ajustada a medio y largo plazo-.
GRÁFICO 3
Consumo de energía
Millones Je MW1-
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FUHNTR: UNELOO: Memorias: Estimación de la población (dederecho) a partir de INI: e ISTAC
í.a poieneiíi inhalada se mulliplicú por 1 2 en el período de análisis, al pasar de 13 1 MW en I
l'MX.
¿i 1.5ÍO MV\ en
118
5
g
Capítulo 4
Los gráficos 2 y 3 muestran una aproximación a las principales magnitudes de
Unelco y el papel del sector eléctrico en general. En el gráfico 2 se evidencia la
relación entre los aumentos del consumo neto de energía y los incrementos del
PIB : \ y cómo en los primeros años las ventas anuales de energía llegaron a
incrementarse por encima del 20% anual, para descender suavemente (aunque en
niveles elevados, por encima del 10% de incremento anual), con una significativa reactivación en el últimu quinquenio de los 80 (al igual que el P1B) para mantener desde entonces unos niveles más moderados.
En el gráfico 3 se pueden apreciar las magnitudes referidas al consumo de
energía. En cuanto a las ventas de energía, durante el período de análisis se incrementan en un 1.700 9h desde los 271 GWh de 1969 a los 4.990 GWh de 1998, si
bien este crecimiento fue comparativamente más intenso hasta 1985, pues las
ventas de energía se multiplican por 7 (hasta 1.853 GWh). La misma precisión se
puede hacer para el número de clientes, que se cuadruplica entre 1969 y 1998 (al
pasar de 192.864 a 814.014). pero se triplica entre 1969y 1985. En cuanto al consumo por cliente, se multiplica por 2,3 (de 1.400 a 3.200 kWh/habitante. y año)
hasta 1985, y por 4.3 en la etapa analizada. Por último, la penetración dentro del
mercado se evidencia en una ratio que pasa de 6 a 2,5 habitantes de derecho por
cliente entre 1969 y 1985. y que en 1998 se sitúa en 2.0.
3. LA REALIDAD ECONÓMICA Y FINANCIERA DE UNELCO
3.1. Análisis económico-financiero
En esta segunda parte del trabajo analizaremos las principales partidas del
balance y la cuenta de resultados de la empresa para clarificar la estrategia y la
evolución general expuesta en el epígrafe anterior.
El análisis de la rentabilidad de los capitales propios (rentabilidad financiera:
cfr. gráfico 4 y apéndice 1) pone de manifiesto el descenso del índice -aunque con
altibajos- durante la primera parte del período hasta llegar en 1986 a apenas el
2,3%, para a partir de entonces escalar rápidamente en los siguientes dos años
hasta niveles superiores al 10%, cifras en las que se ha mantenido (con fluctuaciones) desde entonces.
Ambos parámetros están fuertemente correlacionados: en concreto, en el período 1969-1998 con un coeficiente de
correlación de Pearson superior a 0.8.
UNELCO (1969-1998). Servico Público y actividad empresarial
119
La causa fundamental de este dispar comportamiento está, sin duda, en la rentabilidad de los capitales invertidos (rentabilidad económica), inferior al 29c en el
primer período (salvo en 1978. en que supera ligeramente esa cifra), y que en el
segundo ha cuadruplicado su índice, singularmente en dos períodos: entre 1986 y
1989 y desde 1996.
Este incremento de la rentabilidad económica ha estado determinado por
varios factores. Por una parte, por las variaciones en el margen de ventas: frente
al 4.4ck de media entre 1969 y 1986, entre 1987 y 1998 esta cifra prácticamente
se triplica (12,6%), a pesar de que en la última década las compensaciones se destinan a inversión, dejando de figurar en el epígrafe correspondiente al 'importe
neto de la cifra de ne«ocios':\
»
GRÁFICO 4
Rentabilidad económica v financiera
14
Porcentaies
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O — Kl '-*-
3C OC
S 5 -
dad económica • * Rentabilidad financiera
Rentabilidad Financiera:. BeneficiosxIOO/Fondos propios Rentabilidad Económica: Beneficiosx I (XV Activo
FUENTE: Elaboración propia a partir de UNELCO: Memorias
' A partir de la OM -de 20. VI. 1986 y disposiciones complementarias posteriores, se' produce una modificación en el
sistema, al introducir una compensación por estructura de mercado, que puede ser negativa y debería deducirse de
los sobrecostes de generación y distribución, salvo que la empresa extrapenínsular justilicase inversiones que contribuyan a la reducción de costes de generación, mejora de calidad de servicio o electrificación rural. Ello determinó una drástica reducción del monto global de dichas compensaciones a partir de 1986. y una recuperación de las
mismas a partir de 1989 como resultado de su orientación como financiación de inversiones.
120
Capítulo 4
Por otra parte, por una más adecuada gestión del activo total de la empresa
(Ventas/Activo total), cuya rotación pasa de 0.32 en la primera etapa a situarse en
torno a 0.41 desde mediados de los años ochenta. A su ve/, en esta mejora de las
rotaciones del activo total también han influido, por una parte, una mejor gestión
del activo fijo (Ventas/Activo fijo), cuyas rotaciones han pasado de 0.40 en la primera parte del período (1969-1986) a 0.46 en la segunda parte (1987-1998); y por
otra, la mejor gestión del circulante, cuyos valores se han duplicado en dichos
períodos (1.90 y 3.54. respectivamente).
Como se desprende de lo dicho, la empresa ha experimentado una extraordinaria expansión en sus inmovilizaciones, con un predominio de las inversiones en
activos fijos (869í) sobre las inversiones en circulantes (14%: cfr. gráfico 5). Así,
su inmovilizado neto se ha incrementado en un 1.3379c. en el período de análisis,
y ello a pesar de la reducción experimentada en los dos últimos años, hasta alcanzar, en cifras absolutas, los 186 mil millones de pesetas.
GRÁFICO 5
Estructura del Activo-Pasivo de l'neleo
Porcentaje
ÍECI-ondos piopuv, Q C u p i l a l p^mianenrc ¡-1VH xiuiblc a torln -—Votivo tijv>
' FUENTE: UNELOO: Memorias.
Para financiar esta expansión la empresa recurrió a varias fuentes. En primer
lugar, al endeudamiento, que le ha proporcionado el 49% de sus necesidades en el
promedio del período. En segundo lugar, y nuevamente en la segunda fase descrita
en la evolución económico-financiera de la empresa (a partir de la segunda mitad de
los ochenta), a la autofinanciación. mediante la que ha cubierto el 42% de la finan-
UNELCO IIV6V-1W8). Senico Público y actividad empresarial
121
dación total. Por último, aunque limitado a la última década, al acceso a las subvenciones y compensaciones.
En cuanto a los fondos ajenos, se ha recurrido sobre todo a los préstamos a largo
y medio pla/o. que en el conjunto del período suponen el 65% del total, el resto
corresponde a los créditos a corto plaz,o. Ahora bien, en esta evolución hay que deslacar la transformación producida en la dicha estructura financiera, pues si hasta
1985 el mayor peso correspondió a los primeros (76%). en los último 13 años el peso
del pasivo circulante se ha incrementado, situándose de media en el 49% del endeudamiento; de ahí el empeoramiento de los ratios financieros (véase el apéndice 2).
En ambos casos, las principales vías de financiacicm fueron dos. Por un lado, la emisión de obligaciones, en su mayoría a medio y largo pla/o (jepresentan el 92% de
las mismas), que aportan en conjunto el 14% de los recursos; y. sobre todo, los
empréstitos, en los setenta en su mayoría del propio INI* (o de las empresas del
grupo), y que desde los ochenta se obtienen de la banca nacional.
GRÁFICO 6
Grado de autonomía v coeficientes de financiación
Grado de Autonomía = Fondos Propios/Activo total x 100; Coeficiente de Financiación del
Activo fijo = Capital permanente/Activo fijo x 100; Coeficiente de Financiación del Activo
circulante = Hxigible a corto/Activo circuíanle x 100.
FUENTE: Apéndice 2,
:
"Hn peseta* corrientes, ya en 1970 el INI era acreedor de Unelco por un total de K39.4 mil Iones. Estas cifra;, tueron
ascendiendo prcwrcsi\ amenté los años siguientes: l.?4fi millones en 1971. 2 OSO millones en 1972. 2.6.V7 millones
en 197?. 1 017 millones en 1074. 3.173 millones en 1975. y 3.751 millones en 1976. Hilo representaría porcentajes
que fueron disminuyendo desde más del 60'r de los empréstitos a lanjo pla/o a eomien?os de los setenta a alrede
dor del 40''^ en la secunda milad de la década.
Capítulo 4
122
Respecto a la autofinanciación, como se observa en el apéndice 2 y en el gráfico 6. tras del deterioro experimentado en los años setenta, cuando los fondos
propios apenas cubrían un tercio de las inmovilizaciones de la compañía, en los
años siguientes ha mejorado el grado de cobertura, lo que permite financiar en
torno al 45% de su actuación. En ello ha jugado un papel determinante el fuerte
incremento de las reservas y las ampliaciones de capital, 54 y 38% respectivamente de los fondos. Este volumen de acciones, fueron suscritas en su totalidad
por el INI y luego por Endesa. lo que permitió situar a la empresa eléctrica ísle^
ña entre las primeras del país por capital nominal.
GRÁFICO 7
Gastos i-orrientes de explotación
Miles de millones Je pt:i Je I99K
6(1
•--
- ¡3 •: i: a 5 3
Aprovisionaniiemos ^Personal :/Oíros
FUENTE: UNELCO: Memorias.
Por último, como ya se ha apuntado anteriormente, debemos destacar los
ingresos a distribuir en varios ejercicios, por subvenciones y compensaciones. La
primeras, meramente testimoniales hasta finales de los ochenta, en los noventa
han experimentado un fuerte crecimiento debido a que, por una parte, la plena
integración de la Comunidad Autónoma Canaria en la Unión Europea facilitó el
acceso a las ayudas del Fondo Europeo de Desarrollo (FEDER)"; por otra parte.
En 1991 la Comisión de las Comunidades Europeas concedió u t'NELCO 15.000 millones de pesetas para la construcción de dos grupos térmicos en Tenerife (Granadilla), y Gran Canaria (San Bartolomé de Tirajana). contabilizados, de acuerdo con la Lev 01/1978. de 27 de diciembre, como ingreso linealmente en !() años.
UNELCO (1969-1998). Servico Público y actividad empresarial
123
y, aunque de menor volumen, son también significativas las subvenciones del
Plan Nacional de Electrificación Rural (PLANER) y del Plan de Electrificación
Integral de Canarias (PEL1CAN). Respecto de las compensaciones -que volveremos a tratar más adelante dentro de la composición de los ingresos-, el volumen
de capital se vio incrementado con la contabilizacion de una parte de las mismas
siempre que estas fueran negativas y destinadas a inversiones en la mejora del
servicio. Estos ingresos adicionales, han permitido desde finales de la década de
1980 minorar los costes de la ampliación y modernización del parque de producción y distribución en Canarias.
3.2. Los resultados de la empresa
«
Sin duda, uno de los aspectos más relevantes en el análisis de la empresa eléctrica es el referido a los costes de explotación. Del estudid de los datos disponibles (gráfico 7) se observa, en primer lugar, la gran elevación de Jos mismos hasta
1985, y especialmente a partir de 1979. El principal factor responsable de dicho
incremento han sido los aprovisionamientos, y dentro de éstos los combustibles:\
debido a la influencia de las crisis energéticas, singularmente la segunda (1979-82)?".
aunque en ésta la repercusión se retrasa ligeramente, llegando el coste relativo de
los combustibles a su mayor nivel entre 1981 y 1985.
A partir de esa fecha, sin embargo, la confluencia de la decisión de libe-ralización de los precios de los combustibles por parte del Gobierno Central (OM de
7.III.86 para el Fuel-oil y OM de 1 .VII1.86 para el gasoil), junto con la guerra en
el mercado de los crudos que determinó la caída generalizada de precios en la primavera de ese año de 1986, hizo que los costes de adquisición del combustible
cayeran cerca de un 50% en términos corrientes en 1986-87, y en términos deflactados se llegara a finales de la década de los ochenta a una cuarta parte del valor
del período 1982-83.
-' Los comhustibles han representado a lo largo del período una cifra que en promedio ha superado el H0l/r del tota!
de aprovisionamientos.
:
" En términos deflact'ados los gastos de combustible se multiplicaron por 2.6 entre Í979 y 1981 (y otro 1009c más
entre 1981 y 1983). mientras que entre 3973 y 1975 sólo aumentaron un 589r. Otra ratiü significativa del diferente
impacto de las dos crisis la obtenemos relacionando la factura deflactada de combustible con los kWh vendidos,
pues, en los mismos períodos indicados se incrementó en un 2B9Í- y un ?7f/í respectivamente. Estas diferencias fueron en parte debidas a la mejora en el equipamiento de producción que se produce en los primeros setenta, que permite absorber parcialmente la elevación de los costes.
¡24
Capítulo 4
Por otro lado, la mejora de la infraestructura de producción y distribución también ha jugado un papel determinante en la disminución de los costes. A la llegada
del IN¡. tanto los consumos específicos como las pérdidas en generación y distribución eran muy elevados, por lo que. además de aumentar la potencia, hubo que sustituir los grupos obsoletos y mejorar los sistemas de transporte y distribución".
En cuanto a los gastos de personal, se pueden destacar los incrementos registrados en los costes por empleado en la década de los setenta, sobre todo entre
1976 y 1980 (registró una elevación del 50% en pesetas constantes sobre el quinquenio anterior), paralelamente al importante aumento de la plantilla (un 669Í
entre 1971 y 1980). Nuevamente, al finalizar la etapa estudiada se vuelve a apreciar una significativa elevación de los costes (20% de aumento por empleado),
simultáneamente a una fuerte reducción (en un 209c) de los efectivos en plantilla.
GRÁFICO 8
Recursos v Beneficios
" " R e c u r s o s g e n e r a d o s ( 1 t ^ B e n e f i c i ó i K i o (2>
(11 v (2): Cifras en miles de millones de pesetas de 1998
FUENTE: UNELCO: Memorias,
En el L'ÜM) de los consumos específicos, la utilización de grupos de gas. con consumos muy elevados, contribuía
a híicer muy onerosos los costes de producción. Así. ios rendimientos de las centrales eléctricas del INI en 1970 eran
mu} tiestas orahíes para I ¡nelco: Endesa tenia unos consumos de 2.5K5 kcal/kWh. y Gas y Electricidad. S.A. (GES A:
empiesa balear de suministro eléctrico de trayectoria paralela a L nelco adquirida a los mismos propietarios de
l.;nelco por el INI en [952i oscilaba entre las 3-.015 kcal/kWh en Mallorca y las 3.494 kcal en Menorca, mientras
que l.nelco estaba en torno a 4.500 kcal/kWh. Debe tenerse en cuenta que.en baleares la sustitución del gas-oil por
fuel comienza en 1962. En cnanto a las pérdidas en distribución, bajaron desde cifras próximas u\ 3O'/r en los primeros setenta a niveles inferiores al I5(>t desde la década de los 80. lo que posibilitó la reducción a la mitad de las
pérdidas totales en generación \ distribución a lo largo de la década de los setenta
UNEL.CO (1969-1998). Servico Público v actividad empresarial
,
1 25
En cuanto a los ingresos, es evidente que la práctica totalidad de los mismos
proceden de las ventas de energía (más del 95.9Í a lo largo del período estudiado).
Su evolución ha estado condicionada por la extensión del mercado y la elevación
de los niveles de renta, como se ha apuntado anteriormente. Sin embargo, y como
ya hemos señalado en otro lugar", conviene hacer mención a la ordenación tarifaria (que determina la retribución de las ventas de energía) en sus dos vertientes:
la garantía de un precio homogéneo con el conjunto del Estado (que no se consigue hasta la década de los 80) y. derivado de esta ordenación, las compensaciones por sobrecostes en la producción extrapeninsular, iniciadas en 1970 ;.
La importancia que han tenido tales compensaciones en Cananas ha sido rnuy
alta, al permitir la mejora y ampliación del suministro atácticamente todo el
Archipiélago sin elevar sustancialmente las tarifas., es decir, sin hacer recaer sobre
los consumidores el sobrecoste que implica la fragmentación territorial. Además,
indirectamente, facilitaron, junto al apoyo financiero def IÑI. el que la estructura
financiera de la compañía no se resintiera, a pesar del esfuerzo inversor que requirió la normalización del servicio durante los primeros quince años, en un período
en el que los costes de explotación aumentaron considerablemente, sobre todo
debido al incremento del precio de los combustibles.
Una última cuestión que nos queda por comentar es la valoración sobre el
efecto que ha tenido este esfuerzo inversor realizado por la empresa en un ámbito
insular fragmentado como el canario, con necesidad de multiplicación de las infraestructuras y elevación de costes de gestión. Como puede observarse (gráfico 8). la
evolución de los beneficios y de los recursos generados íBeneficios+Amortizaciones) confirma la existencia de dos fases diferenciadas en la evolución de la
compañía: una primera, hasta 1985 aproximadamente, de moderados beneficios
y recursos generados limitados, y una fase de fuerte expansión (con alguna inflexión coyuntural) que se ha prolongado hasta el final del período.
Ct'r. Cabrera. L.Ci. y J. Hernández (20<)0).
Rl acceso a las compensaciones sólo se. consiguió tras la incorporación de Unelco a! ÍNI. \ eracias a la presión de
la empresa matriz. Con .interioridad. \ a pesar de las reiteradas solicitudes efectuadas por las eléctricas isleñas para
su inclusión en el sistema de las Tarifas Tope.unificadas \. consiguientemente, en el sistema de compensaciones de
Ofile-Of¡cu. fueron desestimadas. Véase nuevamente nuestro trabajo Cabrera. L.G. Y J¡ Hernández (2000). '
Ahora bien, para conseguir ese precio uniforme, se deben compensar a las centrales que tienen unos costes mayores de producción, de acuerdo con unos eritema que han ido variando con los años. V.n el caso de Canarias, esas
compensaciones han representado una parte sustancial de su rentabilidad
126
Capítulo 4
4. CONCLl SIGNES
De lo anteriormente expuesto podemos apuntar como conclusión que la plena
inserción del sector eléctrico canario dentro del estatal ha permitido la consecución de la normalización del servicio y la garantía del mismo y su estabilidad.
básicas para un adecuado funcionamiento del conjunto de la economía isleña. El
enorme volumen de inversiones y las importantes transferencias que se han generado serían difícilmente entendibles si no se valorase el.decisivo papel que la
empresa pública y las consideraciones políticas y sociales han tenido para que
este gran salto se produjese prácticamente en el período de una década. La rentabilidad de la empresa ha estado condicionada decisivamente por dicha estrategia,
de forma que sólo despega desde mediados de los 80. condicionada también por
la mejora inducida por la reducción de los costes de producción debida al descenso de los gastos corrientes, singularmente del combustible.
5. BIBLIOGRAFÍA Y I I ENTES
• FUNDACIÓN BBV (1999). Renta Nacional de España y su distribución provincial Serie homogénea. Años 1955 a 1993. Avances 1994 al997. BBV.
•CABRERA, L.G y J. HERNÁNDEZ (1988): Historia de la electricidad en
Canarias, Unelco.
• CABRERA, L. G. y J. HERNÁNDEZ (1998): «Una aproximación al tejido
empresarial isleño: el ejemplo deJ sector eléctrico durante el período autárquico. 1936-1960». en Economía Canaria. Facultad de Ciencias Económicas y
Empresariales de la Universidad de La Laguna, t. II. pp 355-386.
• CABRERA, L. G. y J. HERNÁNDEZ (2000): «La singularidad canaria en la
estructura tarifaria del mercado eléctrico español. 1930-1980». en Economía Canaria
1999. Segundo Seminario de Economía Canaria. Facultad de Ciencias Económicas
y Empresariales de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, pp. 157-174
• INI (1969): Estudio del Desarrollo Eléctrico de las Islas Canarias i 1969-1980).
3 lomos mecanografiados.
•INI (1973): Previsión del desarrollo eléctrico de las Islas Canarias. Periodo
1973-1983. 2 tomos mecanografiados.
• INI: Memorias
•UNELCO: Memorias.
• UNELCO (1992): La actividad de Unelco durante el período 1975-1991: efectos
en el sistema socio-económico canario, Unelco.
UNELCO (I969-J99H). Scrvico Público v actividad empresarial
> 127
APÉNDICE 1
Análisis económico
Años
(1)
(2)
(3)
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
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12.1
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10.5
10.9
11.6
12.7
13.8
13.5
13.9
15.0
16.5
(4)
0.29
0.28
0.27
0.24
0.24
0.25
0.28
0.30
0.32
0.37
0.27
0.27
0.3Ó
0.41
0.41
0.40
0.45
0.41
0.45
0,40
0.45
0.42
0.44
0.42
0.40
0.37
0.37
0.35
0.38
0.41
0.37
0,40
0.40
0.30
0,29
• 0.31
0.34
0.36
0,38
0,43
0.32
0.31
0.43
0.49
0,49
0.48
0.56
0,47
0.52
0.46
0.50
0.48
0.48
0.48
0,45
0.41
0.41
0,39
0.46
0.51
(6)
(7)
(8)
1.3
0.4
0.8
1.3
1.3
1.3
2.7
3.5
4.5
4,4
5,4
4.7
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1.8 ^
1.9'
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62.6
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49.3
57.6
5S).4
2.6
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2.1
2,4
2.5
2.4
2.4
3.4
3.3
3.1
4.3
3.3
4.8
3.7
3.9
4,1
4.1
3.4
"> ")
NOTAS:
(1) Rentabilidad financiera: Beneficios xlOO/Fondos propios
(2) Rentabilidad económica: Beneficio x 100/Activo total
(3) Beneficios xlOO/Ventas
(4) Ventas/Activo total
(5) Ventas/Activo fijo
(6) Ventas/Activo Circulante
(7) Activo total/Capitales propios
(8) Exigible xlOO/Pasivo total
FUENTE: UNELCO: Memorias
3.7
3.5
3.0
2.1
2.0
2.5
o ~»
2.3
2.4
2.1
7 2
2.3
2.0
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2.3
2.4
2.5
2.0
2.0
1.8
54.1
56.2
58.5
52.7
52.5
54.4
48,8
51,6
45.0
43.3
42.3
39.7
37.8
30,5
24.4
8.6
Capítulo 4
128
APÉNDICE 2
Análisis financiero
Años
(I)
(2)
(3)
(4)
(5)
1969
37.4
28.9
22.0
22.5
18.5
21.1
21.2
26.9
28.4
33.0
47.9
50.7
42.4
40.6
45.9
43.8
41.3
46.8
46.0
43.3
49.3
45.4
47.1
45.6
44.0
41.8
40.4
48.9
51.2
56.2
91.8
115.8
125.3
128.8
64.9
46.7
95.5
130.4
115.6
95.5
88.3
83.4
72.8
80.1
86.6
90,9
73,6
85.1
87.4
93.5
94.7
119,3
203.3
279.8
205.1
244,9
200.6
223.8
224.8
223.0
134.5
74,0
41.2
3.5
5.0'
0,8
970
97|
1972
973
974
975
976
977
1978
979
980
1981
982
983
1984
1985
986
1987
988
989
990
1991
992
993
! 994
995
1996
1997
1998
101.0
93.4
96.3
100.9
102.3
103.4
104.6
103.2
102.0
101.8
105.4
102.9
102.6
101.5
100.7
96.9
84,6
79,0
84.5
85.5
86.9
85.8
87.6
87.8
96. i
105.3
113.3
6.7
5.6
4.3
4.5 •
6.3
6.8
7.1
9.6
9.1
8.8
6.5
8.0
7.2
6.8
5.7
8.6
6.1
3.8
3.4
3.8
4.5
4.3
4.3
4.9
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0.4
0.5
0.4
0.5
0.4
0.4
0.4
0.7
,4
2.4
NOTAS:
(1) Grado de autonomía: Fondos propios x 100/Activo total
(2) Coeficiente de financiación del activo fijo: Capital pennanente xlOO/Activo fijo
(3) Coeficiente de financiación de activo circulante: Exitdble a c/p x 100/Activo circulante
(4) Solvencia total: Activo total \ 100/Pasivo exiüible
(5) Solvencia técnica: Activo circulante xlOO/Pasivo circulante
FUENTE: UNELCO: Memorias
CAPÍTULO 5
'
..
LA INDUSTRIA TABAQUERA
EN LAS ISLAS CANARIAS.
UNA PERSPECTIVA DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XXI
José Luis Rivero Ceballos
La industria tabaquera en las Islas Canarias. Una perspectiva...siglo XXI
* 131
1. OLIGOPOUO Y REGULACIÓN. FACTORES ESTRATÉGICOS DE LOCALIZACIÓN DE
LAS EMPRESAS TABAQUERAS EN LAS ISLAS CANARIAS
Parece ser una idea firmemente asentada en el pensamiento económico que las
actividades industriales tienen pocos motivos estratégicos para localizarse en las
Islas Canarias. La información estadística confirma con catfbter general tal convencimiento. De hecho, el sector industrial no llega al diez por ciento del producto interior bruto de las Islas. Es cierto también que las actividades industriales en su mayor parte se orientan al mercado interno, cuyas dimensiones son
pequeñas en relación con las escalas de producción en serie que las empresas pueden rentabilizar. De ahí su debilidad frente á las importaciones. Todas estas percepciones parecen ser indiscutibles y tienen el aval del'análisis económico y de
las creencias de los hombres de negocios y los políticos, esto es, forman parte del
pensamiento económico. Sólo hay un problema, una realidad terca que contradice persistentemente ese arquetipo: la localización en las Islas Canarias de una
industria tabaquera durante un siglo y cuarto al menos. La gran pregunta es ¿qué
¡actores han contribuido a que en un medio poco favorable, según la opinión
general, se haya podido desarrollar un actividad industrial tan poderosa desde la
perspectiva de la exportación?
Nos estamos refiriendo a una actividad que exportó en el año 2000 por valor
de cincuenta mil millones de pesetas, el 16'5% de lo que exporta toda la economía de Canarias, más que el valor de las exportaciones de tomates, legumbres y
hortalizas, el 14'04% del total de Canarias, o de los plátanos y otros frutos comestibles, que contribuyen con el 1,174% a las exportaciones.
Algunos factores de atracción han debido operar permanentemente para que
las empresas hayan encontrado razones suficientes para localizar sus plantas en
las Islas. En nuestra opinión, la razón se encuentra en que las,empresas han sabido adaptarse de forma continua a la realidad de mercados concentrados por el
lado de la oferta, esto es, de oligopolio y monopolio, fuertemente regulados por
razones fiscales, de protección o sanitarias. Brevemente, exponemos las ideas
analíticas básicas que desarrollaremos en los epígrafes siguientes.
132
Capí:alo 5
El origen del cultivo y de la industria del tabaco en las Islas Canarias se
encuentra en la segunda mitad del siglo XIX. En ese momento, ¡as profundos
problemas de mercado con los que se encuentran los productos de exportación
que hasta entonces habían marcado el signo expansivo de la economía de las
Islas, hace que se debatan diferentes estrategias de salida de la crisis. La pérdida
del mercado de la cochinilla . especialmente grave desde 1873. incentivó la búsqueda de nuevos productos de exportación. El origen del cultivo y la industria que
nos ocupa es pues el resultado de una de las estrategias de inserción en la economía internacional que se ensayan. Millares Cantero denominó a esta estrategia de
inserción "el modelo cubano", debido a que su propósito era copiar el modo en el
que Cuba se insertaba en la economía internacional, a través la producción y
exportación de cultivos como el azúcar y el tabaco1.
El despegue de la industria y la extensión del cultivo fue posible por la existencia de tres vectores de mercado: el mercado interno, el abastecimiento de
buques y la exportación al área de monopolio, esto es. el territorio peninsular
español y las Islas Baleares. Desde el siglo XIX. por tanto, la localización de las
empresas tabaqueras en las Islas Canarias está ligada, fundamentalmente, al mantenimiento de cuotas de mercado interno y al acceso al mercado de monopolio.
Establecidas estas orientaciones básicas de mercado, no es difícil percatarse
de que son dos los argumentos sobre los que se sostiene el relato de la evolución
de las empresas tabaqueras localizadas en las Islas Canarias: la defensa del mercado interno frente a las importaciones y la pugna con la empresa gestora del
monopolio del tabaco en el territorio peninsular.
La locali/acion de las empresas tabaqueras en las Islas Canarias es la consecuencia de los cambios que se producen en estos dos mercados. Pero de lo dicho
se desprende que son dos mercados sujetos a regulación administrativa peculiar,
esto es. son mercados con una fuerte intervención en los que la competencia está
limitada. Por lo tanto, un vector más preside la existencia de empresas tabaqueras en las Islas Canarias: el vector político, de cuyas decisiones se deriva la regulación de los mercados isleño y de monopolio. El ámbito de la decisión política
fue durante mucho tiempo, hasta 1986. el de la política estatal, a partir de esta
fecha, se sumó al ámbito anterior el de la Unión Europea.
Este es el marco en el que se .desarrolla la empresa tabaquera en las Islas
Canarias desde finales del siglo XIX y durante algo más de ochenta años del siglo
Mlilhn", Cmirn,. A M ' P ' M
la industria tabaquera en ¡as Islas Canarias. Una perspectiva...siglo XXI
133
XX. Ahora bien, en las dos últimas décadas del siglo que acaba de terminar, se
han producido cambios decisivos en los factores de loralización de las empresas
tabaqueras. Nuestro objetivo es exponer los cambios radicales que se están operando en aquellos factores de localizaciún. Estos cambios tienen un interés analítico, notable. La razón es que el proceso combina estrategias'de oligopolio y regulación de mercados. Esta combinación de factores obliga a un análisis complejo,
en el que necesariamente habremos de hacer referencia a las estrategias de las
empresas que constituyen el oligopolio y a las decisiones que afectan a las Islas
Cananas, pero también a cómo los instrumentos de política económica, principalmente de orden fiscal, intervienen sesgando las decisiones empresariales.
Desde la perspectiva del cambio de siglo, y con el a$m de revelar las tendencias de la industria tabaquera localizada en las Islas Cananas en el marco
del proceso de ihternaeionalización, expondremos en pri/ner término los rasgos, fundamentales del mercado internacional de la industria del tabaco, para
explicar cuáles son las pautas de inserción de las empresas localizadas en las
Islas. En el siguiente epígrafe estudiaremos la regulación específica del mercado, a efectos de desarrollar medidas eficaces para mantener los empleos de
la industria tabaquera en Canarias.
2. TENDENCIAS DE LA INDUSTRIA TABAQUERA EN LAS DOS ÚLTIMAS DÉCADAS DEL
SIGLO X X . LLBERALIZACIÓN Y CONCENTRACIÓN DEL MERCADO
Las dos tendencias fundamentales del mercado de tabaco en el mundo son: la
oligopolización y la inelasticidad de la demanda. Estas dos tendencias, como analizaremos, se encuentran en la base del rápido proceso de localización y deslocalización de las empresas tabaqueras en las Islas Canarias. Expliquemos la naturaleza de ambas tendencias.
En las dos últimas décadas del siglo XX se ha generalizado el proceso de liberalización de los mercados. Numerosos países del mundo mantenían un régimen
de mercado administrado, en el que los monopolios de carácter fiscal eran habituales. Tales monopolios de producción y distribución fueron gestionados por
empresas públicas. Pues bien, los países que mantenían regímenes administrados
han ido progresivamente suprimiendo tales monopolios de producción y distribución, para pasar a un régimen de mercado abierto, eso sí, con una regulación
aún fuerte por razones sanitarias y fiscales.
134
Capítulo 5
Este proceso de cambio ha tenido importantes consecuencias para el proceso
de oligopolizaeión. La razón es que gran parte de las empresas públicas, gestoras
de los monopolios fiscales, han sido vendidas en su totalidad o en parte a las
empresas multinacionales, que han entrado por esta vía en los mercados nacionales. Hn otros casos, las empresas públicas se han privatizado a través de la venta
de acciones a grupos nacionales, pero también en este caso se ha producido una
sustitución de las marcas nacionales por las internacionales, a través de los acuerdos de producción y venta bajo licencia.
En consecuencia, las empresas líderes en el mercado internacional. Philips
Morris, BAT. Japan Tobacco/RJR. están incrementando su cuota de mercado, a
partir de la sustitución progresiva de las marcas nacionales. Especial importancia
tiene en este proceso la liberali/.ación de los mercados de los países que en los
años ochenta y noventa hicieron la transición desde economías de planificación
central al mercado.
Además de este proceso de penetración en los mercados, la liberalización de
producción y venta determina la posibilidad de concentración de la producción
en determinadas plantas y regiones. Este proceso de concentración se apoya en
un incremento de la escala determinado por el desarrollo de la tecnología, especialmente, en el proceso secundario. La sustitución de maquinaria que producía
entre tres mil y cinco mil cigarrillos por minuto por otras que producen entre
diez y doce mil está siendo habitual en las plantas que van concentrando la producción. De este proceso se deriva también la concentración espacial y el consiguiente cierre de plantas en las regiones periféricas. En Europa el proceso de
concentración espacial tiene como regiones beneficiarias a Alemania. Inglaterra
y Holanda.
Los cambios en la oferta de la economía tabaquera se orientan pues a la concentración, tanto de marcas como espacial. Ahora bien, el proceso se completa
con los cambios que se han producido en la demanda. Una característica fundamental de la demanda es su inelasticidad respecto del precio, en su doble vertiente
de resistencia a los incrementos de precios producidos por la imposición y por los
márgenes de beneficios. También es llamativa la inelasticidad de la demanda respecto de las campañas contra le consumo. De esta forma, la demanda de cigarrillos se mantiene aproximadamente estable a nivel mundial. Una información muy
representativa de este proceso es que el consumo de- cigarrillos per cápita en
Europa Occidental ha crecido entre 1995 y 1999 en el 3'l*7r. Desde la perspectiva de la demanda es relevante para Cananas que el consumo de cigarrillos se está
La industria lohut/iicni en las Islas Canaria*,. Una perspectiva...si¡>lo XXI
'
1 35
desplazando desde el tabaco negro al rubio, en parte por el cierre en el diferencial de los precios.
A partir de estas tendencias generales podemos estudiar la industria tabaquera de las Islas ('ananas. Será pues decisivo para entender los procesos que a continuación enunciaremos tener presente estas tendencias hacia la concentración y
liberali/ación de los mercados nacionales.
3. LÁ INSLRÍ ION I>£ LA INDUSTRIA r.\B.\Ql'KRA DK LAS ISI.AN CANARIAS EN I A
IXONOWÍA INTERNACIONAL"'
En la historia reciente de la industria tabaquera pueden distinguirse cuatro etapas.
La primera se refiere a la consolidación de la industria tabaquera en las Islas
Canarias que va desde sus orígenes hasta los años ochenta del siglo, XX. A! final de
esta etapa, se produce un periodo de recesión en la industria tabaquera de las Islas
derivada del cambie) de estrategia de la compañía arrendataria del monopolio. La
segunda etapa viene determinada por el modelo de la inserción de las Islas Canarias
en la Comunidad Hconómica Kuropea. La tercera etapa supone un cambio respecto
a la situación anterior en tanto las Islas toman la iniciativa de cambio en el modelo
de inserción en la economía comunitaria. Por último, se abre una nueva etapa a partir del desarrollo del articulo 299.2 del Tratado de la Unión Europea.
3.1, Fase de consolidación de la Industria Tabaquera de Canarias en el mercado
peninsular.
Hasta principios de los ochenta, momento en el que Tabacalera participa decididamente en la industria tabaquera de las Islas Canarias a través de la constitución de Tabaeanarias y Cigarcanarias. las labores de cigarrillos negros tienen una
evolución marcada por una etapa de crecimiento hasta 1972 y un descenso moderado hasta 1979 (cfr. gráfico 1 y 2). Esta es la especialización tradicional de la
industria de Canarias: la producción de cigarrillos de tabaco negro. Sin embargo.'
es esta especialización la que comienza a verse afectada por. el giro de la demanda hacia los cigarrillos rubios, debida principalmente al cierre del diferencial de
precios y a las campañas publicitarias de ámbito internacional (cfr. gráfico 3).
" Nos relcnrc'Mios a la induciría productora de eiiiarnllov Mas adelanLc haremos algunas apreciaciones sobre !a
industria productora df puros
Capítulo
136
GRÁFICO 1
Demanda de cigarrillos negros de Tabacalera y Canarias, 1957-1994
(Millones de cigarrillos)
2.250.000
Tabacalera
195?
1960
1%-í
1*0
Can.ina*
I9<>9
1972
Jy75
197X
I9X)
1984
198"
1990
199.1
1990
199.1
FUF.NTE: Serie historien de consumo de tabuco elaborado'
GRÁFICO 2
Demanda de cigarrillos rubios. 1957-1994.
Tabacalera, Bajo Licencia, Canarias e Importación
(Millones de cigarrillos)
1.600.00o
-Tabacalera
1 400.000 -
-licencia
1.200.000 -
-Canarias
1.000.001) -
-Importación
• ROO.MK'i (lOO.(X)O .-
-100.(KKi -
1957
1960
1961
1966
)%9
1972
1975
1978
1981
FUENTE: Serie histórica de consumo de tabaco elaborado
1984
198?
La industria tabaquera en las Islas Canarias, Una perspectiva...siglo XXI
137
GRÁFICO 3
Precios «le cigarrillos negros y rubios, 1957-1994
(Precios constantes i
.too
.0
]s)>7 1959 l'Al MS 191)5 1*7 1969 1971 197.Í 197? ¡V77 1979 1981 19K< 1985 19!C 1989 1991 1993
FUENTE: .SVn'í' histórica de consumo de tabuco elaborado
Durante la primera etapa de expansión algunos factores institucionales resultaron decisivos para la localización de las plantas industriales en las Islas.
El artículo 9. c). de la Ley del REF. establecía que "se estimulará la adquisición de las labores procedentes de Canarias por el Monopolio". Además, la venta
de las labores de Canarias y de Tabacalera. S.A. estaba protegida en el mercado
peninsular por altas tarifas aduaneras, mientras que las labores canarias tenían
libre acceso al mercado peninsular.
En el mercado de Canarias se aplica una baja fiscalidad relativa que favoreció
la demanda y. al tiempo, se establecía una vía de protección a través de tarifas
altas para las labores importadas. Sin embargo, la protección se articula a través
del arbitrio, cuyo objetivo es generalmente recaudatorio y no protector. Existe,
además, libertad de aprovisionamiento de materias primas y auxiliares sometidas
a una baja fiscalidad.
Las condiciones fiscales existentes supusieron un innegable incentivo para
que las empresas líderes en el mercado mundial se instalaran en Canarias. De esta
manera. Philips Morris se instala en Canarias en la antigua fábrica La Lucha. R.J.
Reynolds localizó sus actividades en La Palma a través de Tabacos Capote y el
grupo Martin Britman adquiere. ITACASA. A mitad de los años ochenta, además
138
Capíhil,
de las anteriores, operan en las Islas Canarias empresas multinacionales como
Brilish and American Tobacco. Gallear. Turmac. Rothmans. Reetsmma.
Brinkmann. Henri Wimernians, Swísher. Dunhill. Burger-Soehne \ Tabacalera.
S.A. Tal es la concentración de las empresas tabaqueras localizadas en las Islas
Canarias, que podemos decir con certe/a que en esos años no se encuentra en el
mundo un ejemplo similar. Hemos, por tanto, de concluir que los tactores reguladores del mercado favorecen de forma contundente la locali/.ación de la producción en las Islas,
Ahora bien, mirando unos años más atrás, un hecho no puede pasar desapercibido si queremos entender el desarrollo posterior de la industria tabaquera: a partir de la prórroga de la concesión a Tabacalera. S.A, (Ley de 30 de
marzo de 1971), por un período de 20 años, de la gestión del monopolio y del
cambio que se produce en la dirección de la Compañía en 1972. la actitud con
respecto a la industria localizada en Canarias empieza a cambiar, a pesar de
que ese mismo año, como queda señalado, se aprueba la i.ey de 22 de julio ele
l')72. del Régimen Economice1 \ Fiscal de Canarias, en el que se hace la expresa mención del estímulo a la adquisición de tabacos procedentes de Canarias
por el Monopolio. Tal cambio de actitud queda inmediatamente reflejada en la
Orden Ministerial de 2í> de enero de 1973 y en el Pliego de Condiciones
(Orden Ministerial de 19 de julio de 1974) para la venta en comisión de labores canarias en el área de monopolio. /\ partir de entonces, la contingentación
de las ventas y las dificultades administrativas fueron minando la fortaleza del
segmento de mercado de las labores producidas en Canarias. Las condiciones
establecidas en relación con la posibilidad de sustitución de marcas y la adaptación a los nuevos gustos del mercado, las garantías de distribución y publicidad, más que el contingente, se convirtieron en instrumentos proteccionistas
utilizados para la defensa de las producciones propias de la empresa concesionaria. Como en tantos otros casos, por ejemplo, dentro del mercado interior
comunitario, las reglamentaciones fueron instrumentos proteccionistas mucho,
más potentes que los fiscales.
El último hecho destacado de esta fase es la constitución de dos empresas.
TABACANARIA, S.A. y CJGARCANARIA. S.A.. para la producción de cigarrillos y cigarros respectivamente, que constituye un intento de concentración de la
oferta localizada en Canarias. TABACANARIA estaba participada al 5()9r por
Tabacalera. S.A. (incluyendo la valoración de ITACASA que había sido adquirida al
grupo Martin Britman) y en el otro 5()f/<- por un grupo de industriales con fábricas
La industria lahaí/itera en las Islas Cunarías. Una perspectiva...siglo XXI
*
139
tabaqueras localizadas en Canarias (grupos Fierro. Laín y Fuentes), participación
que se determina sobre la base de la valoración del patrimonio de las respectivas
empresas. La British American Tobacco (BAT) formó parte posteriormente de
LABACANARIAS, S.A. a través de la compra del 509r de la participación del
grupo Fierro. Quedan al margen de la operación tres grandes empresas CITA,
Philip Morris y RJ. Reynolds.
CIGARCANAR1A, S.A. se constituye también con la participación del 50%
de Tabacalera, S.A. y el otro 509r distribuido inicialmente entre Alvaro González
S.A. y Lorenzo Peñamil S.A.. La empresa tiene distintas alteraciones en la composición de; su accionariado durante los años ochental tales como la salida de
Alvaro González, S.A. y la incorporación de Cubatabacqf«í)unhill y B.A.T.
Debe, además, destacarse que en los años ochenta se consolida el cambio en
la demanda desde el consumo de cigarrillos negros a rubios. Este hecho supone
también un cambio significativo en Canarias, puesto que a partir de entonces
adquiere importancia la producción bajo licencia. Por otra parte. la producción de
maquila se consolida de forma determinante en Canarias.
3.2. Fase de integración parcial de Cananas en la Comunidad Europea
Los incentivos fiscales existentes y el régimen económico y fiscal de
Canarias en su conjunto se cuestionan a partir del tipo de integración por el
que se opta en el Protocolo n°2 del Tratado de Integración de España en la
Comunidad Europea.
Al.no estar Canarias dentro de la Unión Aduanera, ellibre acceso de las producciones tabaqueras de Canarias se sustituyó por un sistema de contingentes
exentos de impuestos, calculados sobre los promedios de ventas.
La adhesión de España a las Comunidades Europeas modifica necesariamente el
régimen de monopplio. La Ley de 22 de noviembre de 1985, del Monopolio Fiscal
del Tabaco, establece el nuevo, régimen, lo que supone una modificación "formal"
que. como las anteriores, no consigue incorporar un marco favorable a las labores
del tabaco producidas en Canarias. De esta manera, la liberalización de ciertas par-'
celas del monopolio, no consigue dejar margen a la actuación en el mercado de las
empresas localizadas en Canarias que, por otra parte, y debido a la participación
accionarial de Tabacalera S.A.. fundamentan su estrategia cada vez más en el régimen de producción de maquila y bajo licencia, y tienen cada vez menos margen para
establecer estrategias independientes en el mercado de monopolio.
140
Capitulo
También se abrió él mercado peninsular a la competencia comunitaria,
perdiendo, por tanto, el trato de reserva. Este hecho, junto con la armonización fiscal, produce cambios considerables en la demanda. Eintre otros efectos, se produce un incremento de la demanda de cigarrillos rubios que es
satisfecha con el rápido crecimiento de las labores producidas bajo licencia y
las propias producidas por Tabacalera. Los cambios afectan a la producción
de Canarias que inicia un rápido crecimiento de la producción bajo licencia y
de maquila, siguiendo modelos típicos que se dan en regiones frontera con
diferencias fiscales.
La producción conjunta de marcas propias de las empresas instaladas en
Canarias, marcas bajo licencia y maquila tiene un crecimiento considerable a partir de 1983 y llega a sus máximos en los años 1991 y 1992 (cír. gráfico 2).
3.3. Fase de integración total de Canarias en la Comunidad Europea
A partir de 1991. Canarias pasa a formar parte de la Unión Aduanera. Esle
hecho afecta a la industria tabaquera en varios aspectos muy relevantes para la
loralización de las empresas en las Islas
El FOSEICAN estableció un contingente para la importación de tabaco sin
elaborar de terceros países. Los tipos de importaciones que podían utilizar las
ventajas fiscales del contingente fueron clasificados, estableciéndose subcontingentes. Sólo el 6()'/r del contingente se utiliza, sin embargo, algunos de sus tipos
.se agotan, como es el caso de los cigarros no terminados a los que únicamente se
le añade la capa en Canarias.
Debe tenerse en cuenta que esta ventaja es sólo relativa, puesto que las empresas localizadas en la Unión Europea pueden realizar importaciones de tabaco sin
elaborar aprovechando las ventajas de los acuerdos preferenciales con los países
ACP. Estos hechos insisten en la necesidad del contingente pero relativizan su
importancia como incentivo comparativo de la industria tabaquera de Canarias. .
Un segundo factor de cambio se encuentra en la imposición indirecta. La
imposición sobre el tabaco elaborado en Cañarais ha sido tradicionalmente baja.
Sin embargo, la protección frente a la importación fue alta desde la aprobación de
la Ley de 1972, del orden de entre 29 y 71 puntos del arbitrio de lujo, según las
clases de tabaco.
Pero este esquema impositivo cambió tras la integración de 1992. La protección
se vio sensiblemente reducida tras la entrada en la Unión Aduanera, localizándose
La industria tabaquera cu las ¡slas Canarias. Una perspectiva...sií>lo XXI
>
141
en el tipo incrementado del APIM del \59c. De esta manera, la importación de
cigarrillos en Canarias se cuadriplicó desde l;i entrada en vigor de la Lev 20/1991.
de modificación del Régimen Económico y Fiscal de Canarias, pasando de 13 a
57 millones de cajetillas. Mucho más cuando se produce la reducción anual progresiva del APIM en un 209;.
Determinados segmentos de la demanda han quedado afectados por la integración. Hasta ahora, los turistas comunitarios no pueden hacer uso de Ja franquicia establecida para la circulación intracomunitaria por el artículo 9 de la
Directiva del Consejo 12/92. de 25 de lebrero, que permitiría transportar 800
cigarrillos, 400 cigarritos y 250 cigarros. El artículo 2.2 de la Directiva establece
que no es aplicable en Canarias. Los turistas sólo puedeofllevar desde Canarias
200 cigarrillos. 100 cigarritos y 50 cigarros.
Teniendo en cuenta el importante volumen de ventas por esta razón que se
produce en Canarias en la actualidad (409r del merc'ado interior), es posible
pensar en la potencialidad de estas ventas si se fle.xibilizara la Directiva
correspondiente.
3.4. Proceso de deslocalización v perspectivas
Como consecuencia del cambio producido en la integración de las Islas
Canarias en la Unión Europea a principios de los noventa, cuyas consecuencias
para la industria tabaquera se han descrito en 3.3.. y de determinadas medidas
tomadas de orden fiscal, en la segunda mitad de los años noventa se ha producido un notable proceso de desloeali/ación.
El proceso de deslocalización de la segunda mitad de la década de los
noventa se ejemplifica con la salida de las Islas Canarias de Philips Morris.
Reynolds y British and American Tobacco, las tres multinacionales más
importantes del mundo y las últimas empresas multinacionales que operaban
en las Islas.
El proceso de deslocalización puede detectarse a partir de tres variables fundamentales: los embarques de tabaco enviados a la Península, la evolución de las
importaciones y las ventas en el mercado interior de Canarias, y el número de
empleos.
En la segunda mitad de los años noventa la caída de los embarques de tabaco
producido en Canarias hacia la Península ha sido espectacular. En el año 2000 se
embarcó el 47'44f/í menos que en el año 1994 lefr, cuadro 1 i.
142
Capítulo 5
CUADRO 1
Embarques de Tabaco desde Canarias a Península
(Millones de cajetillas)
Años
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
Embarques 987
800
750
740
805
559
514
FUENTE: Asociación Cuneirici de Industriales Tabaqueros
Los resultados del año dos mil son aún más graves porque no reflejan el efecto del cierre de Reynolds en La Palma.
La segunda variable que hemos citado para apoyar ¡a idea del proceso de deslocalización es el incremento de las importaciones en el'mercado interno de
Cananas (ct'r. cuadro 2).
CUADRO 2
Mercado de Cigarrillos en Canarias
(Millones de cajetillas)
Años
1992
1996
Producción local
248
261
13
57
TOTAL
Importaciones
261
318
'i importado
4.98
17,92
1997
654
74
.428
17.29
1998
170
60
230
26.09
1999
225
96
. 321
29.91
2000
242
114
356
32.02
FUENTE: Asociación Canaria de Industriales Tabaqueros
Por último, mostraremos la caída del empleo desde mediados de los
ochenta, puesto que este proceso no sólo depende de la deslocalización de
empresas, sino también de la sustitución de trabajo por tecnología y de los
procesos de reestructuración que se han producido y han sido descritos (cí'r.
cuadro 3).
la industria tabaquera en /<« Islas Canarias. Una perspectiva...si^lo XXI
•
|43
CUADRO 3
Pímpleos en el Sector Tabaquero de Canarias
Años
1985
1990
1995
2000
Empleos
4.990
3.510
1.975
1.635
FUENTE: Asuciacu'ni ele Industriales Tabaqueros
El proceso de dcslocalización al que nos hemos referido dejó en el año 2000
una distribución del mercado concentrada en cuatro empresas. CITA, Reynolds
(que como se ha dicho ya no existe), TACISA. y Dos Saiip>s, con una participación muy desigual en el mercado (cfr. cuadro 4).
CUADRO 4
Ventas de Cigarrillos por Empresas y Mercados
(Ivtillones de cajetillas)
Empresas
CITA
R.J, Reynolds
TACISA
Dos Santos
Tolal
Canarias
Península
Otros Mercados
Total
72
35
121
8
236
207
144
163
514
70
148
9
1
228
349
327
293
9
978
FUENTE: Asociación Canaria de Industriales Tabaqueros
La hipótesis que hemos venido sosteniendo es que el proceso de localizacion
y deslocalización ha dependido de la estructura y la regulación de los mercados.
Tal hipótesis se enfrenta a otra posible hipótesis, esto es, que los procesos de locali/ación y delocalización están determinados por tactores competitivos, en especial, por las diferencias en la estructura de costes de las empresas. Analizaremos
brevemente por qué no pensamos que éste puede ser un factor explicativo.
La industria tabaquera en Canarias parte de una estructura de costes, en principio no competitiva. Pero será necesario definir cuáles son las razones. El cuadro siguiente procede de información empresarial y contiene los datos de los costes de cinco centros de trabajo de una empresa multinacional tipo, uno de ellos
situado en Cananas (cfr. cuadro 5).
144
Capitulo
CUADRO 5
Estructura de Costes de Centros Industriales Tabaqueros
(9c por mil cigarrillos)
Costes
•
.
Tabaco
Materiales
directos
Coste de
conversióii
Coste fijo
1
2
3
4
Canarias
40.29
24.31
28.59
29.61
28.26
22.95
39.57
33.25
58.66
18.17
14.29
18.22
20.74
10.49
9.1 1
21.12
23.5S
27.77
16.69
14.05
FUENTE: Empresarial. EUihorcu'UinPropiii.
En primer lugar, es destacable el peso porcentual del coste de la hoja de tabaco. Este hecho determina que el coste de producción sea un 2(Y/Í superior a la
media de los centros situados en el continente. El resto de los costes son algo inferiores a los del continente. Quiere esto decir que las decisiones en mercados oligopólicos, en los que la conducta empresarial es básicamente estratégica, tienen
múltiples vertientes. En este caso, el diferencial del coste del tabaco en rama es
obviamente una conducta estratégica con vistas a la obtención de resultados. La
diferencia se encuentra en la dimensión tecnológica de las plantas, lo que guarda
relación con los costes de transformación (entre ellos de la mano de obra) y en
parte con la dimensión del mercado próximo. En estos dos aspectos últimos es en
los que la diferencia de escala entre los centros es notable. Quiere esto decir que
las decisiones en mercados de oligopolio tienen un componente estratégico fundamental, o si se quiere, las decisiones están motivadas por factores no competitivos. La escala de la producción, por ejemplo, determina los costes de transformación, pero la escala está decidida por otros motivos. Así que la localización es
una decisión previa a la escala, probablemente motivada por factores institucionales. Esta última, como es obvio, es nuestra hipótesis.
Entre los factores institucionales que han determinado el proceso de deslocalización descrito se encuentra la fiscalidad indirecta. La fiscalidad indirecta
ha funcionado apoyando la deslocalización en un doble sentido: a través de la
fiscalidad ligada a las importaciones y a partir de la fiscalidad sobre las ventas. Ya se ha comentado el descenso de fiscalidad sobre las importaciones,
motivado por la incorporación a la Unión Aduanera. Pero de similar impor-
La
¡iiiltisíi'iii
u¡lhiL¡íi(jríi
vi\
¡as
/',/ÍV.S
C'IIIHUIH^
(!nu
pri^fiTiivii.,.\/v/r>
.V,\7
tancia ha sido el incremento de la fiscalidad sobre el consumo. Tal incremento se produjo en 1998.
En relación ton las previsiones de ingresos que se contenían en el proyecto de
Presupuestos de la Comunidad Autónoma de Canarias para 1998, el grupo parlamentario de'Coalición Canaria presentó enmiendas a la Ley de Presupuestos
Generales del Fstado paru 1998, mediante las cuales se elevaba el tipo impositivo del Impuesto Gene!ai Indirecto Canario al Ift'/r para las entregas e importaciones de labores del tabaco y sucedáneos del tabaco, excepto los cigarros puros.
listas mismas operaciones quedaban gravadas además con un recargo especial,
que se devenga al mismo tiempo que el Impuesto General Indirecto Canario, del 2()'-<•.
Por otra parte, el Arbitrio a la Producción e Importacjwi de las Islas Canarias
quedaba modificado para, los cigarros o puros y puritos, que contuvieran tabaco y
para los cigarrillos, aplicándose un tipo impositivo de! 4'~\c'i.
La justificación de las enmiendas se realiza a través de dosjrgumentos: desinceiaivar el consumo de tabaco y compensar los costes sociales ocasionados por
el consumo.
Hl primero de los argumentos carece de rigor. Ls bien conocido que la elasticidad
demanda-precio de cigarrillos es inelástica. es decir, la demanda cae relativamente
menos que la subida del precio. Precisamente por esta razón, la Hacienda Pública
puede incrementar la presión fiscal indirecta para obtener una mayor recaudación.
Además, es también conocido que el efecto de la caída de la demanda es a corlo plazo
y Cjue. por tanto, cabe esperar una recuperación de la demanda a medio plazo.
Ahora bien, la demanda interna de Canarias tiene un componente de demanda
externa, derivada de las compras de los viajeros motivadas por el diferencial
impositivo. En la medida en que el diferencial se reduzca, esta demanda será
menor o desaparecerá en el momento en el que el diferencial sea.nulo. Así pues,
esta parte de la demanda quedará afectada negativamente, pudiendo afectar a la
demanda derivada de trabajo.
De esta manera, la primera justificación carece de sentido, puesto que los
canarios seguirán consumiendo aproximadamente la misma cantidad de tabaco.
y, en el medio plazo, igual cantidad. Los viajeros también seguirán consumiendo
la misma cantidad, sólo que adquirirán en sus lugares de origen las cantidades que
antes demandaban en Canarias.
La segunda justificación es técnicamente imposible. El incremento del ingreso no tiene carácter finalista y. por tanto, no puede afectarse a programa alguno
de üasto en sanidad.
146
Capitulo 5
Ahora bien, la pregunta relevante para el futuro es si este proceso de deslocalización puede ser reversible. Naturalmente, en las condiciones anteriores a los
años noventa parece imposible. Pero se abren algunas posibilidades. La primera
posibilidad es la de recuperar el mercado interno de las Islas Canarias a través de
dos fuentes de demanda: el propio mercado interno que ha sido progresivamente
abastecido por las importaciones y el mercado interno de \enta a viajeros.
En el primer caso, la posibilidad abierta por el desarrollo del artículo 299.2 del
Tratado de la Unión Europea en relación con la aprobación de un impuesto a la
importación de cigarrillos de carácter proteccionista parece ser un hecho cierto. En
las fechas en las que escribimos la Comisión Europea ha dado en principio su visto
bueno a un impuesto del 45(~'f sobre el precio de las importaciones de cigarrillos.
Esta decisión ha producido ya los primeros movimientos de las empresas multinacionales que encuentran tal barrera proteccionista efectivamente disuasoria y
optan por localizar de nuevo su producción en las Islas Canarias. Si tal cambio de
estrategia se consolidara, como así parece, podemos suponer que las importaciones actuales podrían sustituirse por producción interna a través de acuerdos de producción bajo licencia con las actuales empresas localizadas en las Islas, incluso
que determinadas plantas pudieran ponerse en funcionamiento de nuevo.
La posibilidad de que se aplique en las Islas la normativa comunitaria sobre
viajeros implicaría un incremento de la demanda interna muy importante, que se
completaría con la definición de la ampliación del diferencial fiscal entre
Canarias y el conjunto del área comunitaria, teniendo en cuenta que las Islas han
quedado excluidas del proceso de armonización fiscal.
Podemos concluir que la industria del tabaco, como ya se ha advertido, especialmente la de cigarrillos, se encuentra en las vísperas de notables cambios. Si
los cambios institucionales generan el marco de atracción y disuasión suficiente,
es muy posible que el proceso de deslocalización, que ha sido notablemente
intenso; se detenga, incluso podría pensarse en una cierta recuperación sobre
estándares de productividad de nivel europeo medio.
4. ALGUNAS KSPKCIAMDADES DEI. MERCADO DE PUROS
El primer problema que se presenta para evaluar el- mercado internacional de
cigarros es determinar el tipo de producto al que nos referimos. Mientras el mercado de cigarrillos es transparente en el sentido de que es fácil visualizar el pro-
I AI industria tabaquera ?n las Islas Canarias. Una perspectiva... si/fio XXI
*
|47
ducto, cuando se trata del mercado de cigarros es complicado establecer un estándar sin que se pierda parte de la información.
En el mercado español se encuentra una definición en la Ley de Impuestos
Especiales que no evita la dispersión del producto, por ejemplo, se encuentran
productos que pesan veinticinco veces más que otros, precios que multiplican por
cien el más barato, etc.
El caso de productos que podíamos denominar híbridos se está generalizando.
Recientemente se lanzó en Alemania un producto que fiscalmente era cigarro y
de apariencia externa cigarrillo. El caso más significativo es el de los "bidis". un
cigarro en el que la tripa se envuelve con una capa de hojas secas de "tendu"; una
planta no tabaquera, que supone el diez por ciento del meiíado mundial, y que en
EE.UU. paga aranceles como si fuera un cigarrillo.
La estimación del mercado mundial es de unos 19 000 millones de unidades.
Algunas fuentes lo acercan a 20.000 y otras lo rebajan a 15.00Qjnillones. debido
a las dificultades de catalogación que hemos señalado.
El primer mercado mundial es el de China con 4.000 billones de unidades, que
supone el 21% del mercado mundial. Estos 4.000 billones de unidades son producidas en su totalidad por China National Tobacco Corporation, que se convierte así en el primer operador mundial. El segundo mercado es el de EE.UU. con
un 18%, seguido por tres países europeos: Francia (7'4%), Alemania (7'\0/c) y el
Reino Unido (6'2%). Únicamente esos cinco mercados superan los mil billones.
Un grupo de cuatro países encabezados por España (3'8%) tienen un tamaño de
mercado superior al 2%-, aunque el caso de India es especial no sólo por los
"bidis". sino por las variaciones en las cifras que dan las fuentes. El conjunto de
los dieciséis países supone el 80% del mercado mundial.
Sólo en España, por los Farias. Italia, por los toscanos, y Cuba, se supera el
consumo de cigarros al de cigarritos. En Francia, Bélgica. Reino Unido,
Dinamarca y Suecia, mas del 90% del mercado es de cigarritos.
En lo que respecta a los grandes operadores, además de la empresa china, el grupo
americano Swiser International Inc. con una cuota del 6'8%, es el principal operador.
y controla un tercio del mercado de EE.UU. El grupo sueco Ebas (líder en Alemania
con A. André. en Suecia con Frans Suell y en Holanda) y Consolídate Cigar Corp. .
segundo en el mercado de EE.UU., son los únicos con más del 5% del mercado. El
grupo. B.A.T. (H. Wintermans, Skandinavisk Tabakskompagni e Imperial Tobacco),
el grupo suizo Burger (Danneman. Canariense de Tabacos, Ritmeester) y SEITA en
Francia, superan el 4% del mercado mundial. Estos operadores representan el 76%
Capitulo
148
del mercado mundial, el resto se lo adjudican muchos pequeños operadores. El grupo
Tabacalera tiene el 2'2% del mercado mundial, situándose en el puesto duodécimo del
mundo y el octavo de los operadores de Europa.
En este marco internacional se inserta la demanda de puros de las Islas.
Hagamos un breve repaso por cada uno de los mercados-.
La demanda de puros en el mercado de monopolio ha tenido dos fases. Hasta
1974 la demanda de puros canarios en el mercado peninsular se incrementó, A
partir de ese año, la demanda fue cayendo, primero muy rápidamente hasta 1978
y luego más lentamente (efr. gráfico 4).
Las razones del descenso están en que parte de la demanda de puros canarios
fue sustituida por la demanda de puros producidos por Tabacalera. Las diferencias de mercado se incrementaron desde 1978 en favor de los puros producidos
por Tabacalera. Sin embargo, en los últimos años la diferencia de demanda se ha
cerrado de nuevo, producto de la caída de la demanda de puros del monopolio.
Hasta mediados de la década de los ochenta la industria de puros de Canarias tenía
una importante demanda en el mercado norteamericano, que llegó a ser en su mejor
momento de 27 millones de puros elaborados a mano. El cierre de las tres empresas
del grupo Consolídate (dos en Cuan Canaria y una en La Palma), supuso una importante pérdida de mercado norteamericano en los años ochenta. El grupo pasó a producir en la República Dominicana, desde donde abastecía al mercado de EE.UU. Desde
entonces, se han hecho algunos intentos con resultados diversos, como veremos.
GRÁFICO 4
Demanda de puros. Área de monopolio, 1957-1994.
Tabacalera, Canarias, Importación y Licencia
(Millones de unidades)
1957 1959 1961 196.1 196? 1967 1969 107) 1«73 197; 1977 1979 19X1 19X3 19X5 19X7 1989 1991 199.Í
FUENTE: Serie histórica de consumo de tabaco elaborado
La industria nibiii/iwru en las Islas Canarias. Una perspectiva...sii;li> XXI
149
Del repaso por el mercado Peninsular y de los Estados Unidos de América se
obtiene una primera conclusión: el mercado de puros tiene una demanda muy
inestable para las Islas. Teniendo en cuenta que el 9 i %• de la producción se dirige a la exportación, el cuadro 6 nos indica bien claramente esta inestabilidad de
la demanda.
CUADRO 6
Exportación de Puros
(Miles de pesetas)
Años
1995
1996
' Í997
1998
1999
m
Unión Furopí'u
565.116
Resto del Mundo 135.966
TOTAL.
'
701.049
144.98S
236.531
381.519
661.060
1.118.554
1.779.614
'466.677
477.340
144.017
264.140
317.740
581.880
Fl T:.NTF; Asociación Canana tic industriales labocjucras
La demanda de puros debe contemplarse desde dos segmentos: los puros
manuales y mecanizados. La demanda peninsular de estos dos segmentos no
parece tener grandes alteraciones, pero sí la demanda de mercados tan interesantes con el de Estados Unidos de América. En este mercado crece la demanda del
puro de gran tamaño, producido manualmente, mientras en la Península crece la
demanda del puro mecanizado.
Estas consideraciones son relevantes a electos del futuro de la producción
de las Islas. La orientación de la producción deberá, por tanto, tener en cuenta estos sesgos iniciales. Sin embargo, el problema de la industria tabaquera.
si de puros tratamos, se encuentra en la debilidad de una parte de su estructura productiva, formada por pequeños empresarios con poca capacidad de
maniobra. De este grupo deben ser excluidas tres empresas: CITA, Guajiro y
Canariense.
La estructura productiva de Canarias está determinada, por tanto, por la existencia de empre.sas exportadoras y numerosos centros de trabajo, en buena parte
con régimen artesanal. que abastecen el mercado interno.. Hay 35 empresas en
Canarias constituidas legalmente.
La dimensión de los centros de trabajo real, con estructura familiar en su
mayoría, puede situarse en más de 200 artesanos que con dedicación parcial elaboran cigarros para otras empresas o para venta propia.
150
Capítulo
Como ya se ha señalado, la estructura de la oferta se ha ido simplificando en
los últimos quince años. La creación de Cigarcanarias a principios de los ochenla concentró una buena parte de la producción. Cigarcanarias pasó a controlar
marcas importantes como Peñamil y Alvaro o Condal. En los noventa, estas marcas han pasado a C.I.T.A. Por otra parte, ei ya mencionado cierre de las empresas del grupo Consolídate en Gran Canaria y La Palma, redujo considerablemente la capacidad exportadora de Canarias . Naturalmente, la capacidad exportadora no se ha agotado, empresas como La Regenta. Comercial Arico. El Guajiro.
etc. siguen teniendo un impacto en el mercado.
Respecto a las fuentes de aprovisionamiento, la mayor parte del tabaco utilizado procede de países ACP y otros que tienen acuerdos de preferencias generalizadas con la Unión Europea.
Los orígenes más frecuentes son Brasil. Cuba. Santo Domingo, Camerún.
Sumatra y Java. La capa tradicional de tabaco cubano se está sustituyendo por
tabaco de Connecticut (EE.UU.) o semilla de Connecticut producida en Santo
Domingo. Los contingentes de tabaco de importación aceptados por la.Unión
Europea no se han cubierto, como ya se expresó en el apartado correspondiente.
El sector artesanal de La Palma utiliza en la fabricación de sus labores no más
de un 25c/c de tabaco de La Palma por unidad. Este input es esencial para mantener la calidad y especialidad de las labores artesanales. La superficie en cultivo
es de 5 hectáreas, localizadas en las zonas de Breñas y Caldera. Según opinión de
los expertos en cultivo, los terrenos aptos para la producción son de 1.000 hectáreas. Las zonas más idóneas para tabacos de calidad son: Caldera. Cajita del Agua
(El Paso), Las Breñas (zona comprendida entre La Rosa de Mazo y Las Nieves
en Santa Cruz de La Palma). Para tabacos de inferior calidad son aceptables
Puntallana y Gallegos en Barlovento.
5. ALGUNAS CONCLUSIONES
La propuesta de interpretación sobre la existencia de una industria tabaquera
en las Islas Canarias, cuando tal industria es un sector maduro desde la perspectiva tecnológica, oligopolizado desde el lado de la oferta, y en proceso de concentración espacial, se fundamenta en la importancia de la regulación de los mercados. La locali/ación de las empresas obedece en estas industrias maduras a
decisiones puramente estratégicas, en las que tienen una función relevante los
aspectos institucionales.
Ixi iiulitstrui tcihtu/in'i'u en las Islas Canarias. Una perspectiva...sialo XX!
151
Las Islas Canarias son un ejemplo de cómo el modo institucional de inserción en
la economía peninsular primero, en la comunitaria europea después, determina las
decisiones, antes que los aspectos competitivos, tipo diferencial de costes o precios.
Ein estas condiciones, el íuturo de la industria tabaquera de las Islas dependerá de
cómo se resuelva el desarrollo del estatuto de región ultraperiférica. en el que se diseña el modelo de inserción institucional de Canarias en el área comunitaria.
6; BIBLIOGRAFÍA
• CABRERA ARMAS. L.G. y otros (1988): «Cultivóle América Tropical en
Canarias», en MORALES PADRÓN. F. (dir.): Cariarías y América, EspasaCalpc Argantonio. pp. 191-204.
•LEONA YERNA, C. y J.L. RIVERO CEBALLOS (1997): «La industria
tabaquera en Canarias. Globalización y reestructuración»."tn Situación. Serie
de estudies regionales. Canarias, pp. 343-365.
• MILLARES CANTERO, A. (1975): Una aproximación a la fenomenología
de la restauración en la isla de Gran Canaria, CÍES.
CAPITULO 6
INDUSTRIAS QUÍMICAS CANARIAS, S.A.
(1940-1983).
UN EJEMPLO DE LA TENTATIVA INDUSTRIAÜZADORA
DE LAS ISLAS
Concepción M. A. Pérez Hernández
Industrias Químicas Canarias. S.A. 11940-1983). Un ejemplo ... de las Islas
155
1. INTRODUCCIÓN
En el primer tercio del siglo XX. el proceso de industrialización observó un
notable avance en España, se registraron importantes cambios cuantitativos y
cualitativos que permitieron hablar de un recorte de distancias entre la economía
española y la de los países más industrializados de laJEuropa capitalista'. Esa
orientación hacia el sector secundario pudo incluso' apreciarse en economías
como la canaria, donde hasta entonces el sistema de franquicias parecía haber alejado la iniciativa industrial de nuestra economía. Las pYimeras décadas del siglo
--de modo especial la de 1920— fueron la ocasión para el nacimiento de nuevas
industrias, no sólo transformadoras de recursos propios como las pesqueras o
tabaqueras, sino también, de otras, como las metalúrgicas, químicas y energéticas, que amparadas en la libertad comercial y en el momento de expansión económica que se vivía, accedían con mayor facilidad a los mercados internacionales'. Los precios de algunos de sus inputs. tal como los energéticos, eran realmente competitivos, pero, además, la posición estratégica de las Islas ponía en
manos de la nueva industria renovados mercados, como el de avituallamiento y
el africano.
Tras la Guerra Civil, el nuevo régimen político —y no tanto la recesión de los
primeros años 30— modificó las condiciones del proceso de industrialización, la
economía del país sufrió una auténtica «fractura». La política económica del franquismo intentó reproducir la experiencia de los regímenes dictatoriales de
Alemania. Italia y Portugal, encaminándose por una trayectoria autárquica e
Carreras. A. (1990: 74-115|.
F.l desarrollo de la industria en Canarias en la primera mitad del siglo XX, ha sido abordado en raras ocasiones,
con lo que las visiones generales que se han hecho cuentan aún con escasos elementos de contraste, no obstante.
véase Rodrigue/) Rodrisuez de Acuña. V (1981: lOí-i.íOi \ Cabrera Armas. l'.Ci. y A. Díaz de la Pa7 (1991: 720728i.
.
.
'
Los electos de la recesión económica internacional en España siyuen siendo objeto de debate, no obstante, parece
existir acuerdo acerca de que esos efectos fueron más leves en nuestra industria que en la de otras economías occidentales: Comín. F. (1989: 119). En Canarias también fue asi. observándose incluso comportamientos contrarios en
sectores como el alimentario, eléctrico o químico. Cabrera Arinas. L.G. y A. Día/ de la Paz (1991: 728-7321.
156
intervencionista, que.poco tenía que ver con la llamada «vía nacionalista del capitalismo español» del primer tercio del siglo1. La industrialización se convirtió en
una obsesión para el régimen franquista. La iniciativa privada se encauzó por el
Estado, y el interés patrio fue el criterio prioritario para la puesta en funcionamiento de cualquier actividad". Las industrias necesarias para la guerra o las productoras de materias básicas fueron consideradas de interés nacional y preferente; la autosuficiencia y el «redimir! la) ¡a la economía española] de la importación
de productos exóticos capaces de producirse o manufacturarse en el área de nuestra Nación»' fueron los objethos fundamentales de la política industrial.
Las restricciones impuestas a la importación de materias primas, la escasez de
divisas y el rígido sistema de control de cambios supusieron para Canarias el desvanecimiento del beneficio de la franquicia . El puerto franco desaparecía de
faao repercutiendo directamente sobre nuestro incipiente y joven sector industrial'. Las consecuencias inmediatas para las empresas fueron: el aumento del
coste de las materias primas, la menor diversidad y calidad de éstas, la mayor
dificultad en el acceso a la tecnología y capital extranjero, y la pérdida de.algunc> mercados tradicionales. Además, desde entonces la Administración también
fijó los precios de las mercaderías, con lo que resultaba fácil augurar el estrangulamiento y desaparición de la pequeña industria canaria .
Sin embargo, las industrias pudieron soportar la situación y. no sólo no desaparecieron, sino que se crearon algunas nuevas. La explicación estuvo en la reserva
del mercado interno y en la seguridad de un estricto control de los salarios reales
por paite de la Administración Pública. Así es. que al iniciarse el período autárquico. lo que se observó fue la reorientado!) de la industria isleña hacia productos
•LGuatón..
ai di tifi. JJ.. (i i w . 1 .
.' >~ ' . ' i
. Ames de íinali/ür la Guerra. \ por paite de ION sublevados, st* promulgó el Decreto de 2<¡ de ago.siu de ¡9iS. por
el que se sometía J prcuu uuron/acióu do! Ministerio de Industria la implantación, transformación o ampliación de
cualquier acti\ idad industrial, este control se. mantu^i una \ e / finalizado el conflicto con e! Decreto de H de septiemhi'e de 1939. complementado con i;i Orden de 12 de septiembre de 1939.
La Le\ de 24 de octubre de 1930 inirodujo estímulos de carácter íiscal > «aramias de renta ai efecto de motivar a
la ime!aü\ a privada, si bien, éstas conllevaban l:i intervención \ ei control directo dei Estado sobre ¡a actividad productiva. A le mu»'* j\ntvlr.s ile e<i Lev <c ieumnauan de cunero! nr LIHI i as Leves Je 24 de noviembre de 1939 y 10
de febrero de 1940.
Carnero Lorenzo. F. t N97. 29-4S».
LIA problema*- bibliográficos sobre la industria canana de la década de i(>40 y 1950 son ma\"oics que en períodos
anteriores, ni) obstante \ca.se Alonso Luengo. ¡;. i 1947; 22i-24o).
Cabrera Arma-.,! .O. \ F. Carnero Loreii/o i I999¡.
Industrias Químicas Canarias. S.A. Il940-19H.il. Un ejemplo ... ile las Islas
•,
157
hasta ahora servidos por las economías internacionales y que. como prerequisito.
utilizaran el mínimo de materias primas y, tecnología extranjera"1.
Industrias Químicas Cananas. S.A.. la empresa objeto de este artículo, es
ejemplo de la iniciativa industrializados que surgió al inicio del período autárquico en el Archipiélago. Su estudio nos permite ir definiendo las características
del sector industrial contemporáneo, pero también observar la relación y la incidencia mutua entre la empresa -con su estrategia particular de crecimiento— y el
modelo de desarrollo económico de la región. A su historia nos acercamos utilizando como fuente principal de información las Memorias de la compañía y el
análisis económico-financiero de sus cuentas11.
•
2. LA CREACIÓN DE INDUSTRIAS QUÍMICAS CANARIAS, S.A.
La sociedad anónima Industrias Químicas Canarias (iQCSA) se constituyó en
• Madrid el primero de febrero de 1940. El objeto de su creación fue la producción
y comercialización de ácido sulfúrico y fertilizantes agrícolas. El ácido sulfúrico
ha sido desde el siglo XVIII hasta hoy el principal reactivo de la industria química. Su producción estuvo ligada, primero, a la industria textil y alcalina, y desde
finales del siglo XIX. a las industrias de explosivos, refino de petróleos y fertilizantes. Para la obtención del ácido sulfúrico se parte del azufre y de la pirita de
hierro, ambos proporcionan el dioxido de azufre, que es la materia prima común
a los distintos métodos de fabricación. El subsuelo español es muy rico en piritas, lo que favoreció, desde principios del siglo XIX, que la industria del sulfúrico atrajera tanto a capitales nacionales como extranjeros. Sin embargo, el resultado de las iniciativas no respondió nunca a las expectativas de esta industria: la
escasa demanda del mercado español para los subproductos del ácido planteaba
deseconomías, e impedía competir con el sulfúrico foráneo. Sólo con una política sustitutiva de importaciones, como la puesta en marcha en el primer tercio del
siglo XX. se logró relanzar esta industria en España. Los sectores que cargaron
con el lastre de esta protección fueron los de explosivos y de fertilizantes, ambos
lograron consolidarse en el mercado nacional favoreciendo el incremento de la
'" Quizás, la excepción fue la Refinería de la Compañía Española de Petróleos. S.A.. una industria que precisaba de
las relaciones con el exterior para su funcionamiento pero que. como compensación, alionaba gran cantidad de divisas a la economía nacional eji concepto de derhados energéticos.
Pérez Hernández. C.M.A. (2001:511-528}.
1:58
Capítulo 6
producción de sulfúrico-*. No obstante, si la producción de ácido sulfúrico de un
país es un indicador del grado de industrialización, los datos de la España de principios de la década de 1930 seguían mostrando una situación de claro atraso con
respecto a otras naciones europeas (véase el cuadro 1).
CUADRO 1
Producción de ácido sulfúrico (1935)
Producción
(Miles de Tm)
Alemania
Reino Unido
Italia
804
Países Bajos
España 261
1.574
912
280
Producción
per espita (Kg.)
23.54
19.45
18.68
33.19
11.07
Fl 'FN'Th: Datos de producción de ácido sulfúrico obtenidos de MITCHELL. B.R.
i 1980: 4X2-483); cifras sobre población de MADDISON, A. (1991. 162-163).
Elaboración propia.
Cuando concluyó la Guerra Civil, la situación en el sector químico había
empeorado, el aparato productivo no estaba afectado en demasía por la guerra,
pero las limitaciones a la importación de determinadas materias primas y tecnología mantenían en un aprieto a la industria. El sector químico estaba entre esas
industrias necesarias para el desarrollo autárquico de la nación, y es así que «tuvo
que desarrollarse desde el interior y para el interior»1' Para ello se trató de estimular la iniciativa privada concediendo ciertas garantías y beneficios a las empresas -aunque pocas accedieron realmente a ellas—, se creó el Sindicato Vertical de
la Industria Química en un intento de evitar los estrangulamientos del sector", e
incluso, se participó en la creación de empresas a través del INI. —empresas a las
que se les achacó el ejercer competencia desleal hacia el sector privado1--- .
' La industria refinera. ubicada en principio cerca de los lugares productores de crudo, no sirvió inicialinente para
promover la demanda Je sulfúrico en España. La primera refinería con cieña entidad del territorio nacional se estableció cu 19M) en Tenerife lun mercado abierto), la sepuuda se puso en funcionamiento veinte años después en
Lscombreras (Murcia i. Para un análisis más amplio del subsector químico del sulfúrico anterior a la Primera Guerra
Mundial véase Nadal. J. (i9861
Puii: Raposo. N \ S M. Lope/ (jarcia í !992: 40-411
• El Sindícalo Nacional de industrias Químicas se crea por Decreto de i 4 de Diciembre de 1Q4Ü. sustituyendo a Ui
anterior Comisión Reguladora de la producción creada por Orden de 30 de octubre de 143°.
' Puig Raposo. N. \ S. M. López García { \ty)Z: 40l.
Industrias Químicas Canarias, S.A. 11940-1983). Un ejemplo ... de las Islas
*
159
En ese contexto institucional, el Ministerio de Industria y Comercio concedió
autorización para establecer una fábrica de.ácido sulfúrico y fertilizantes a finales de octubre de 1939 en el Archipiélago Canario. El solicitante de la licencia del
establecimiento fue el industrial bilbaíno Juan Antonio Llano Bocharán"1. La
opción del emplazamiento en las Islas estuvo condicionada por tres aspectos: el
primero, la importante demanda de fertilizantes de la agricultura canaria1 . El
mercado existente justificaba por sí solo el montaje de una factoría para elaborar
sulfúrico y abonos fosfatados. De pequeño tamaño, como serían la mayor parte
de las establecidas en España", única en el territorio isleño y. dadas las circunstancias políticas y económicas, que actuaría prácticamente en régimen de monopolio. La política autárquica salvaguardaba de las impojjaciones extranjeras: la
distancia limitaba la competencia de las importaciones peninsulares: y el ser la
primera, condicionaba la decisión de que otros viesen rentable ubicarse en el
lugar -la propia política industrializadora limitaba la 'competencia interna—. En
segundo lugar. Tenerife contaba con la única refinería del país, lo que sin duda
era un incentivo relevante en la industria del sulfúrico1". Y en tercer lugar, no
debemos desdeñar las ventajas que el industrial debió observar en la obtención de
materias primas desde el territorio insular y en las opciones de exportación de
productos elaborados, pues, al fin y al cabo, a los puertos canarios no se les había
privado explícitamente de las franquicias, y aún cuando éstas se suspendieran de
facto, siempre había más facilidades para maniobrar que en la Península*.
" Como era preceptivo, fue publicado en el BOE de 7 de noviembre de 1939. p. 6.266.
Una gran pane de la superficie cultivada de las islas se dedicaba a la producción de plátanos y lómales, dos productos destinados ¡i la exportación que cubrían hasia entonces su demanda de fertilizantes con importaciones británicas y alemanas. |..a huadisiicn de Comercio Exterior señala como importación neta de 1934 la cantidad de 16.503
toneladas de superfosíato de cal. Sánchez Buedo. ingeniero agrónomo de la Dirección General de Agricultura estimaba que las necesidades de las Islas a la altura de 1943. momento en que se inaugura la fábrica, era de unas 22.000.
toneladas de superioratos y de 12.000 de sulfato de potasa -El Día. 21 de octubre de 1943
"Diego. E. (19%: 83-86).
A finales de la década de 1930. la capacidad de refino de CÉPSA en Tenerife era de 400.000 toneladas/año, sin
llegar al límite de su capacidad, el consumo de ácido era de unas 1,800 toneladas/año, que hasta antes de la II Guerra
Mundial se importaban de Bélgica y Alemania, y una vez iniciada la misma, se adquirían en Bilbao -El Día. 21 de
octubre de 1943. Sospechamos, aunque no tenemos dalos para confirmarlo, que fue el propio Llano Bochatón el que
desde Bilbao suministró a la compañía y que a partir de ahí se establecieron los contactos para el montaje de la nue.\ a
fábrica.
"' De hecho, en el Archipiélago circulaba la propuesta de un modelo de crecimiento económico en el que se daba
cabida al desarrollo industrial: a una industria que contara con la libertad de proveerse de materias primas en el exterior y -con la protección de los elaborados para su comercialización en el mercado interno. Véanse los informes de
los Delegados de Industria en las provincias canarias en las Memorias del Consejo Superior de Industria de 1949 \
1951. De oíro lado, y en lo relativo a las materias primas, algunos llegaron a especular con la utilización de azufre
proveniente del Teide en sustitución de las piritas, mas esta posibilidad nunca llegó a fraguar. Alonso Luengo. F.
(1947: 237).
160
La autorización, los planos y proyectos de la instalación, los contratos y opciones sobre terrenos, maquinaria y utillaje, y el compromiso de llevar a cabo la obra
lueron la aportación que Llano Bochatón hizo a Industrias Químicas Canarias.
S.-V Junto a! industrial bilbaíno formaron sociedad Lázaro Ramírez Escudero,
también industria! vasco, que adquiriría el I 9< ele las acciones, y Joaquín Reig
Rodrigue/, un abogado valenciano, miembro del Consejo de Administración de
CEPSA. que asumía inicialmentc el 4 f ¡ del capital social .
No cabe duJa que la inversión tenía una cierta relevancia. La empresa, con un
capital social inicial de 6,5 millones de pesetas, superaba el tamaño medio de las
empresas españolas, incluidas las del sector químico-•'. Conforme a su capacidad
productiva, aspiraba a asumir una cuola de la producción nacional de sulfúrico
cercana al 79f . Desde la perspectiva insular, la aportación a la formación bruta
de capital también era indudable, pocas empresas en Cananas contaban con un
inmovilizado material de 10.5 millones de pesetas a la altura de 1943. Si bien, el
ámbito de actuación de IQCSA no quedó reducido al Archipiélago, su extensión
ai territorio peninsular fue un hecho que no lardó en llegar. Mediante la.estrategia de absorción y fusión empresarial. IQCSA termino por poseer también factorías en Bilbao. Castellón y Valencia.
3. LA HISTORIA KÍ GNÓMICA DK LA IMPRESA
Partiendo de la evolución de los resultados económicos que quedan reflejados
en el gráfico I. hemos distinguido tres etapas en la historia de IQCSA. La primera,
cuando obtiene sus mejores resultados, abarca desde el comienzo de la actividad
productiva de la empresa hasta 1958. todo el período autárquico. La segunda, en
la que alcanza su mayor dimensión, es la fase en la que se vislumbra el fracaso
del modelo industrializado!; comprende el período 1959 a 1973. La tercera y última.
Joaquín Reí;.' Rodrigue/ fue miembro Je I COH.SJ¡O de Administración de CEPSA Jc.de. 1940 hasta I9S.!. los die¿
úlnmos año-, como Presidente, CHPSA a su \e¿ era filial del Banco Central, grupo al eua! estaba vinculado el Banco
- de Valencia, entidad que piesidió el propio Rei>i. Las conexiones entre ci sector químico español \ el sector bancario pueden ampliarse en Muño/. .1. ( 1969}
- E-J capital medio de la empresa española, según el Leían Je SuaeJailch \ Empirsiis de 1949. era de 1.1X4.000
pesetas -IQCSA .se encontraba emre las 30(1 mayores—. El capital medio de las productoras de químicos era de
I 719.0(10 pésela- . e IQCSA ya en esa techa contaba con 25.001 U00 de pesetas de capital social, no obstante, se
situaba entre ia menor de las grandes, ei 3.?f'•< del capital total de sector químico se concentraba en empresas con
capitales superiores a ios 30 millones entre ellas C ros S. -\ s L n >n de tupíosnos
hsie dato pretende tan solo apro\rmai.se a Lis aspiraciones de la empresa: en el año 1940 se produjeron en España
2I5OOO toneladas de sullúnco (Carreras. A.: I W , 2O6-2(Wi. s inplemente hemos confrontado esa cifra con las
14.400 toneladas anuales que reflejaba IQCSA en si; proyecto
fíV,
Industrias Químicas
Canarias.
S.A.
(1940-1983).
Un ejemplo
...de las Islas
161
es una etapa de crisis, en la que los acontecimientos internacionales, relacionados
con la subida de precios del petróleo, dan una estocada mortal a la empresa que
termina cerrando su centro fabril en Tenerife en 1987, y liquidando sus activos
dos años más tarde.
GRÁFICO 1
Resultados (Millones de ptas. de 1990)
600 -r400
200 -
-600
1944 1947 195(| 195? 195i> 1959 1962 1965 1968 1971 1974 1977 1980 198?
/•'UENTE: Memorias de Industrias Químicas Canarias. S.A. (1943-19831.
Elaboración propia.
3.1. La paradoja de una débildemanday una alta rentabilidad empresarial (1943-1958)
El primer establecimiento fabril de IQCSA se construyó en Tenerife mientras
transcurría la Segunda Guerra Mundial, lo que hubo de ser el origen de no pocas
dificultades. El' conflicto impedía el normal suministro de las materias primas
básicas para la construcción del edificio, dificultaba la importación de maquinaria y utillaje, e incluso, entorpecía la labor y disposición de técnicos y de mano
de obra adecuada. Por otro lado, las elevadas tasas de inflación que se alcanzaban
en estos años, junto al incremento de los fletes, hubieron de disparar los costes de
construcción con respecto al proyecto inicial, ello es, quizás, la explicación del
cambio en la composición de la propiedad y dirección. Hubo de hacerse una
ampliación del capital social para poder cubrir el costo de la infraestructura, y en
162
Capítulo ñ
este caso parece que el promotor de la idea no pudo mantener el control de la
misma. Antes de la puesia en marcha de la fábrica, el presidente del Consejo de
Administración de 1QCSA era ya Joaquín Reig, pero, además, junto a él estaban
Francisco Recasens Mercadé. Juan Villalonga Villalba y Fernando Merry del Val
--miembros todos del Consejo de Administración de CEPSA y de otras empresas,
entre las que destacaban las bancadas' -. además, completaban el Consejo,
García Valdecasas. Ventosa Despujol. Duran Reynolds. Ismael Barrera Juan (su
director-gerente) y Llano Bochatón.
La inyección financiera, resultado de la emisión de nuevas acciones, y quizás
el apoyo del poder político^, facilitó la conclusión de la obra antes de que finalizara la guerra. En octubre de 1943 se inauguraba el recinto. Una fábrica emplazada en la costa sur de Santa Cruz de Tenerife, junto a la refinería de petróleos,
con capacidad para producir unas 14.400 toneladas al año de ácido sulfúrico, y
entre 18.000 y 2!.000 toneladas anuales de superfbsfatos de cal. La técnica que
se incorporaba a la fábrica para la obtención del ácido sulfúrico era la de las
cámaras de plomo, una tecnología empleada en la industria desde 1772. muy
generalizada en España, pero que en Europa había sido desplazada por el método de contacto desde hacía algunas décadas2". Aún así. algunos en su inauguración se atrevieron a considerarla como una de las instalaciones más modernas de
España1".
Las circunstancias en las que la empresa comenzó su actividad impidieron inicialmente desarrollar el proyecto productivo en toda su extensión, había problemas
Juan Villalonga Yillalba era hermano de Ignacio Villaloniía. miembro de lo-, Consejos de Administración del
Banco Central. Baneo de Valencia. Banco de España y Banco de Fomento, entidad ésta que controlaba la mayor
parte de las acciones de Cepsa. Francisco Recasens pertenecía al Consejo del Banco Industrial de Cataluña. Por último, c! propio presidente de 1QCSA parlicipaba en los Consejos dei Banco Central > del Banco de Valencia, del que
años después sería presidente. Muño/. J. f I970: 4'M). Las conexiones entre la banca española \ el sector químico
han sido estudiadas también por Torrero. A i I99J i y Buesa. F. (1982).
Demetrio Carceler Segura fue Ministro de Industria desde 1940 a 1945. había sido el director gerente de Cepsa
entre 1929 \ 1940. momento en que fue designado por Francisco Franco para esa cartera. Concluida su tase política relornó al Consejo de Administración de Cepsa.
' El método de contacte» fue descubierto en 1875 por Clemens Winkler. y utilizado por primera vez en la industria
alemana, concreiamente en la Badischen Anilin -und Sodaíabak. Este método permitía obtener mayores cantidades
de sulfúrico concemrado. Riesenfeld. t. (1950: 2111
1:1 Subsecretario del Ministerio de industria y Comercio. Juan Granel!, se pronunciaba en e.ste sentido el día de la
inauguración (£7 Día. 10 de octubre de 1943). No dudamos que sea cieno., pero el lema estaba en que la industria
española no se caracterizaba precisamente por ser punta en tecnología industrial: el problema del atraso se arrastraba desde ios inicios de la industria del sulfúrico en España, como \ irnos con anterioridad, y esa sería también una
de las ra/ones tle su fracaso en el siglo XX.
Industrias Químicas Canarias, S.A. 11940-1'983i. Un ejemplo ... de las Islas
4
163
con los suministros de materias primas y con la demanda. No con las piritas,
que eran de producción nacional, pero sí con los fosfatos, ya que su importación estaba limitada por la escasa disposición de divisas y el establecimiento
de cupos. Luego, cuando en 1946 Francia rompió los acuerdos comerciales
con España, el problema se agravó aún mas. interrumpiéndose totalmente la
importación de Tosíalos desde Marruecos. Del lado de la demanda, las dificultades fueron menores, aunque el ácido sulfúrico no fue solicitado por la refinería en los primeros años de actividad —dada la escasez de crudos--, el mismo
pudo emplearse en la producción propia de fertilizantes --siempre que se contó
con fosfatos.
La producción de fertilizantes tenía como principal ulereado el sector agroexportador canario, una parte de éste no pasaba por sus mejores momentos -el cultivo del tomate se había reducido a una quinta parte de lo que era antes de iniciarse el conflicto-*--, otra, como el sector platanero pudo aguantar la crisis de la
Guerra colocando la fruta en el mercado peninsular". Tanto es así que su demanda de fertilizantes superó a la-oferta propia de IQCSA. teniendo ésta que importar superfosfatos de cal desde la Península1". Con ello, durante el conflicto bélico, y
aún sin poder producir a pleno rendimiento, los resultados de la compañía no fueron negativos, ya que su actividad comercial logró suplir las deficiencias de producción. Los ingresos por ventas quizás no fueron los deseados, pero desde luego
-como vemos en el gráfico Z-, cubrieron los costes directos de explotación,
incluidos los de amortización, y los gastos generales. Esto permitió obtener beneficios que, incluso en el peor de los años de esta etapa —1946—. dieron lugar a
dividendos brutos del 6% (sobre valor nominal de la acción), todo ello en el
marco de una política intervencionista que partía de la tasación de los fertilizantes y del establecimiento de cupos de producción.
' Si consideramos los "datos sobre \entas de tomates como un indicador del volumen de producción, nos encontramos con que se paso de producir más'de 141 mil toneladas en 193 a a tan solo algo más de 31 mil en 1943. Alonso
Luengo. F. (1947: 197).
• La producción platanera había ido mermando desde la crisis de los años 30. iniciando entonces la reestructuración
de sus mercados. El fin de la Guerra Civil permitió el aumento de la producción y la colocación de la fruta, ahora
básicamente en el mercado peninsular. La Segunda Guerra Mundial aceleró este proceso, en 193° se produjeron más
de 139 mil toneladas de plátanos, de ellas, unas 67 mil se destinaron al mercado peninsular: en 1944 se produjeron
algo, más de 146 mi i toneladas. 112 mi) se consumieron en la Península \ 32 mil en Cananas. Alonso Luengo. F.
11947: 190-192. 3911.
Algunos plataneros, ante la falta de fertilizantes en el mercado, recurrieron a la introducción masiva de estiércol
en sus plantaciones, otros, con menor capacidad inversora, tuvieron que asumir la caída de la productividad en sus
tierras. Nuez Yánez. J.S.: Tesis doctoral en elaboración.
164
Capítulo 6
GRÁFICO 2
Cuenta de Explotación
(Millones de pesetas de 1990)
-Producto neto
-Gastos generales y financieros
• Castos (k amortización \ otros
1.000 •
800 •
600 •
•400 -
200 -
o
1944
1947
1950
1953
1956
1959
1%;
1965
1968
1971
1974
1977
1980
1983
FUENTE: Memorias de Industrias Químicas Canarias, S.A. (¡943-1983).
Elaboración propia.
Esto nos induce a pensar que los precios de los fertilizantes, a pesar de estar
tasados, eran lo suficientemente altos, y los costes de explotación, en especial los
salarios, lo suficientemente bajos como para asegurar la rentabilidad del sector
aún en los momentos más difíciles. Se corroboran en estos resultados lo ya señalado por otros autores sobre el doble trasvase de rentas en la posguerra, el que se
producía del sector agrícola al industrial, y el que tenía lugar, de las rentas salaríales a las rentas de capital".
Los resultados de estos primeros años favorecieron el que pronto la empresa
se planteara su ubicación en territorio peninsular, las dificultades para acceder a
este mercado desde las Islas eran también un acicate al proyecto-'2. En principio
se planteó la construcción de una nueva fábrica en Castellón, pero pasado el conflicto bélico, la opción final fue la compra de los activos de dos empresas con
1
González. M. (19791 y Huesa. M. 11983).
Los productos elaborados en ("uñarías -dadas las exenciones arancelarias del régimen de franquicias para las materias primas- a) entrar en territorio peninsular, eran tratados como extranjeros y. por tanto, debían pagar el arancel
correspondiente.
;
Industrias Químicas Canarias, S.A. (1940-1983). Un ejemplo ... ¿Je las Islas
>
165
fábrica en Zorroza (Bilbao). Las empresas que IQCSA absorbió en 1946 fueron
la S.A. Llano Escudero y la Regular Colectiva Llano Escudero, casualmente su
denominación coincide con la combinación del nombre de dos de los socios fundadores, probablemente la operación está relacionada con ellos y se trata del
encuentro de la empresa con sus orígenes. La decisión de IQCSA no era una
excepción, en esta década de 1940 hubo un primer y destacado esfuerzo por parte
de los industriales del sector, incluidos los grandes como S.A. Cros o Unión
Española de Explosivos, por buscar vías para una mayor integración, o cuando
menos, llegar a acuerdos que permitieran la puesta en común de intereses, con ese
objetivo se había creado en 1942 la S.A. Auxiliar de la industria Química.-SAIQUI- en la que también participaba IQCSA".
,»
La adquisición de los activos de Bilbao supuso la segunda ampliación del
capital social de la compañía, que más que se duplicó, alcanzando la cifra de 25
millones de pesetas. De la ampliación, sólo un 40c/r financiaba la nueva infraestructura a disposición en Zorroza. Esta contaba con una unidad de producción de
sulfúrico, también por el sistema de cámaras de plomo, y otra unidad para la elaboración de fertilizantes fosfatados. La antigüedad de la fábrica recién adquirida
exigió la inmediata reconversión de su tecnología, proyectándose en 1947 la instalación del método de contacto, que no empezaría a funcionar hasta 1952.
La operación tuvo exitosos resultados, sus economías de escala quedan reflejadas en el gráfico 2. Los ingresos netos de explotación crecieron muy por encima de los gastos generales y de amortización. Al finalizar la década de 1940 la
rentabilidad de los fondos invertidos llegó a ser del 13c/c. El bloqueo francés a las
importaciones de fosfatos marroquíes se solventó temporalmente con materia
prima proveniente de Egipto, pero también con la diversificación de la producción, incorporando sulfatos de potasa, fluosilicatos, sulfato de hierro y sosa cáustica a la producción propia, y varios tipos de nitrogenados a la oferta de productos ajenos, que se colocaban en el mercado canario de modo particular. La
demanda desde el sector agroexportador isleño, todavía el principal mercado, fue
recuperando las cifras de antaño54. En esta primera fase de la Autarquía, con un
sector debilitado por la propia política agraria, la industria de abonos pudo crecer, aún cuando el consumo no llegara ni a la tercera parte de la década anterior.
Robles Tcigeiro. L. (1992).
* Las exportaciones, en relación directa con la producción de tomates, alcanzaron en 1947 ias cifras del año 1935.
Villalba Moreno. E. (1978). El sector platanero continuaba al alza apoyado por un Estado ansioso por conseguir divisas Nuez Yáne/. j . : Tesis doctoral en elaboración.
166
pero crecía porque se estaba procediendo a la sustitución de importaciones, los
abonos químicos consumidos -mayoritariamenle fosfatados-- fueron todos de
producción nacional .
Por último, tampoco debemos olvidar en la expansión de las ventas de
IQCSA. el papel que desempeño la demanda de ácido sulfúrico de la refinería,
que por fin. y a partir de 1945. pudo poner en marcha su unidad de craqueo, no
sólo recuperando sus anteriores cifras de destilación sino que. incluso, mejorándolas notablemente. A finales de la.década de 1940. la capacidad de destilación
alcanzaba la cifra de 800.000 toneladas de crudo al año.
Agotado para la agricultura el modelo intervencionista impuesto en la década
de 1940, los primeros años de 1950 trajeron nuevos aires para la economía espa- .
ñola, aunque todavía sin grandes cambios. Para nuestro subseetor de la industria
química, el inicio de la apertura comercial significó la relativa superación de los
problemas de abastecimiento de fosfatos, y mejores expectativas de crecimiento
basadas en la mejora de la demanda agraria. Con los cambios introducidos por el
Ministro de Agricultura. Rafael Cavestany. la superficie cultivada y la producción
se recuperaron, paralelo a ello el consumo de fertilizantes; de los 5.2 kgs. de fosfatos y los 0.7 kgs. de nitrogenados por hectárea de 1945. se pasó a los 15 y 11
kgs. respectivamente de 1955". F.n Canarias, condicionado en gran medida por
las características de su sector agroexportador. el consumo de fertilizantes sobrepasaba la media nacional". IQCSA continuó abasteciendo mayoritariamente a
este mercado con fosfatados propios y ajenos, y con nitrogenados importados.
Precisamente, y con la idea de continuar cubriendo la creciente demanda de
fertilizantes nitrogenados en el Archipiélago, fue por lo que IQCSA decidió participar en el proyecto de construcción de una fábrica de sulfato amónico en Gran
Canaria, junto a CEPSA y S.A. CROS'\ El nuevo proyecto se materializó con la
constitución en febrero de 195S de la Compañía Insular del Nitrógeno. S.A. -en
Robles Teisrcmi. 1... (1992)
' Barcicla. C. ¡ 1987: IM-lWi.
El dato que a partir de! Aunarte E\¡nüís!\<-n tic íJr<>dm< /f/.'t.s .Ay ilas se señala para Canarias en las campañas
do Ií^7iT'-5b \ IM5(>5~ os rcalniínte espectacular, y ello. aun cu añilo i te desconoce cuál fue el volumen de nitro;:en;idi>s importados: en !lJ55-56. la media de íenili/antes químicos t*m;' eados por hectárea labrada en Canarias es de
HW.-I ks;s. treme a la med a nacional de 2 3.7 kgs Castro. I. t I
IQCSA \ CROS colano; an'an estrechamente en la comerciah/acio! de sus jerlili/anies nitrogenados, eorrespon
diéndole a la primera su d: slrihución en el mercado canario y a la segunda en el peninsular. Por otra parte. CEPSA
era la encargada de sumin strar a la nueva empresa una de sus materias primas básicas, el amoníaco, un subproduclo del destilado de petróle >s crudos.
Industrien Quimil-as familias. S.A. 11940-19^.^1
iht í'jeinpln ... de ¡as Islas
167
adelante C1NSA-. Para IQCSA significó la ampliación de su capital social en un
ÍOO'/Í.. que quedó totalmenie desembolsado a los tres años'. La cañera de valores
pasó a ser uno de los principales activos de la sociedad, en 1958 la ratio Inmovilizado Financiero/Inmovilizado Total fue de 0.34. No obstante, en los resultados no empezó a reflejarse el peso del inmovilizado financiero hasta la puesta en
marcha de la fábrica, cuando, además, desembolsado todo el capital, la ratio ante
rior i'ue de 0.64. Pero esto lo veremos en la siguiente etapa,
El crecimiento de ias ventas en la década de.1950 no sólo fue consecuencia de
la'evolución del mercado de fertilizantes, la demanda retiñera de ácido sulfúrico,
aún siendo un cliente de menor importancia relativa, continuaba avanzando en función de los requerimientos de su unidad de eraking. Al finalizar la década, la capacidad productiva de la refinería era de 3.2 millones de toneladas de crudo al año.
La política de autol'inanciacíón fue la práctica habitual en la vida de IQCSA.
si bien en esta primera etapa es cuando mejor muestra su conservadurismo. El
endeudamiento general estuvo entonces por debajo de la ratio*0.32. quizás hubiera un exceso de capitales propios y un cierto apalancamiento financiero, mas no
debieran explicarse sólo como el resultado de una política empresarial pasiva,
sino también y. sobre todo, como producto de las circunstancias político-económicas del período nutárquico. Aún así. la media de la rentabilidad financiera en
el período 1 944-1958 fue del 1 2'A . Si bien, las cifras que manejamos muestran ya
los límites de la inversión: tasas de crecimiento positivas entre 1946 y 1951 - en
este último año la rentabilidad de los recursos propios alcanzó el máximo del
17',/-. y tasas de crecimiento negativas entre 1952 y 1958.
3.2 La expansión del mercado nacional y el aumento del tamaño de la empresa
(1959-1972)
A partir de 1959. el rumbo de la política económica fue la paulatina liberalización del comercio exterior, lo que unido a la anómala situación del mercado internacional de sulfato amónico -que rebajó considerablemente sus precios— implicó un
aumento de las importaciones españolas de abonos nitrogenados. Luego, la presión
de los productores nacionales, que venían ganando presencia desde los últimos años
1
E| capital MVKII do constitución de CIN.SA fue do 3(1(1 millones de pesetav IQCSA _\ ("ROS participaban con 4?
millones de peseta-, cada Lina -lo que suponía el 3!l(r i)el capital total suscrito--, CKI'SA aportaba el resto in: 25('<
quedara en la canora de la empresa y un 45f< se repartía entre sus accionistas'- CEPSA. (195^). En 196(1 el capiC
tal social. completamente cleseniholsado aumentó a -150 millones- de los que (QCSA continuó manteniendo ei \5 -' .
CEPSA
168
Capítulo 6
de la década de 1950. forzó a la reintroducción de restricciones en ese comercio. Con
el mercado interior protegido para los nitrogenados y con los fosfatados en línea
con los precios internacionales, a las empresas españolas sólo les quedó competir entre ellas, había un elevado número de industrias, excesivamente dispersas
por el territorio y, además, en su mayoría, de pequeño tamaño4".
Como consecuencia, la estrategia de crecimiento de IQCSA fue diversificar ¡a
producción, aumentar el tamaño y reorganizar la actividad de sus unidades productivas. El primer paso se había dado ya al participar en el proyecto de nitrogenados de CINSA. La fábrica de Telde (Gran Canaria) comenzó a producir sulfato amónico en 1961 e IQCSA era la empresa que lo comercializaba en el mercado canario. Sus ingresos por operaciones comerciales prosperaron de tal modo,
que no sólo compensaron los recesos en la producción propia de superfosfatos especialmente la de IQCSA-Tenerife— sino que la venta en las Islas de los nitrogenados grancanarios y de los importados se convirtió en uno de sus principales
negocios.
El segundo paso para ganar cuota en el mercado nacional se dio en 1963.
cuando se fusionaron con Fábricas Químicas, S.A. -FAQUISA--, una antigua
empresa del sector químico, que aportó factorías en Castellón y Valencia, y que
significó el aumento en un 52% de los activos de la empresa —en pesetas constantes-(gráfico 3). Las nuevas factorías incorporaron modernidad al aparato productivo de IQCSA, pero también hubo de hacerse cambios técnicos en las viejas
fábricas, ya que, y al margen de la inversión en construcción de almacenes, la
inversión técnica había sido escasa tanto en Bilbao como, y sobre todo, en
Tenerife. Mientras la de Bilbao contaba con una cámara de contacto —Oleum--.
la de Tenerife continuaba funcionando con el ya totalmente obsoleto sistema de
las cámaras de plomo, sólo se le habían añadido las instalaciones necesarias para
la elaboración de sulfato de hierro y sulfato de cobre y una Cueva Kuhlmann que
comenzó a trabajar en 1961. Las nuevas factorías de Castellón y Valencia, no obstante, contaban con aparatos de contacto, Crysal y una Cueva Kuhlmann para la
fabricación del sulfúrico, lo que permitía la elaboración de concentrados del sulfúrico más acordes con la demanda moderna.
" Las venias en el exterior eran realizadas en exclusividad por SAIQL'I.'
5P
Industrias Químicas Canarias, S.A. {¡940-19831. Un ejemplo ... de las Islas
169
GRÁFICO 3
Activos
(Pesetas de 1990. Números índice. 1944=100)
1944 1947 1950 1953 1956 1959 1962 1965 1968 1971 1974 1977 19H0 198?
FUENTE: Memorias de Industrias Químicas Canarias, S.A. II943-19H3).
Elaboración propia.
Fueron los cambios experimentados en la demanda de fertilizantes los que forzaron a la empresa a introducir novedades en la oferta de productos. En primer
lugar, porque avanzó notablemente el consumo de nitrogenados -éstos superaron
a los fosfatos sobre 196241. En este sentido, IQCSA ya había dado un paso importante al participar en CINSA. en 1966. incluso, aumentaría su presencia en la
empresa comprando nuevas acciones que se financiarían con fondos ajenos. Y en
segundo lugar, porque aparecen los abonos complejos -NPK- convirtiéndose en
los productos estrella del sector de los fertilizantes.
El esfuerzo por aumentar el tamaño de la empresa y por mejorar su posición
en el mercado no se vio compensado en los resultados obtenidos, que comenzaron a descender en términos reales desde que se produjera la fusión con FAQUISA (gráfico 1). Aunque todavía no disponemos de las series completas de producción de IQCSA, parece desprenderse dé las cifras que manejamos, que la tasa
de crecimiento de su producción, tanto de superfosfatos como, y sobre
1
Ese año se consumieron 341.! 00 Tin de nitrogenados y 332.800 Tm de fosfatados, las distancias entre ambos fue:
ron creciendo de ta! forma que en 1980 el consumo de nitrogenados ya era de 985.90 i tm. y e! de fosfatados se quedaba en 473.MX) Tm. Robles Teiaciro. L.. 11992: 193. 197).
170
Capitulo 6
todo, ile ácido sulfúrico, no siguió e! ritmo de la obtenida en el ámbito nacional.
La> in\ ersiones realizadas.no tiieron lo suficientemente amplias como para mejorar la competithidad de sus productos, ni en el mercado exterior ni en el nacional. F! proceso de concentración empresarial, que no fabril, seguía siendo objeti\o en la industria de los abonos. En los fosfatos, incluso, llegó a rumorearse la
fusión de los dos grandes en la década de 19M): en los nitrogenados, el problema
llegaba por la. cada ve/ más impórtame, presencia de las empresas del INI-, En
iodo caso, lo que parece estar claro es que la producción de fertilizantes fosfatados \ de ácido sulfúrico en el Archipiélago Canario liabía llegado a sus valores
máximos. La factoría de Tenerife en 1965 alcanzó un volumen de casi 23.000 Tm
de ácido sulfúrico, y 34.000 Tm de superfosfaios. Esa sería la cota más alta de
producción propia. La ra/.ón no fue el treno de la demanda de fertilizantes en las
Islas. Lo cierto es que ésta continuaba al alza, pero en la estrategia de la empresa resultaba menos costoso cubrir esos excesos con importaciones. La complejidad del mercado canario, al que concurría gran variedad de fertilizantes, favorecía la opción de la comercialización en lugar de la producción propia. La apertura del mercado en la década de l%0. y «la vuelta a la normalidad» en el funcionamiento del sistema de franquicias, eliminó las iniciales ventajas de la instalación industria!. En todo caso. IQCSA en las Islas compensó el descenso de los
ingresos brutos por ventas de bienes propios, con las ventas de bienes ajenos, ya
fueran de CINSA o importados.
Por otro lado, en el capítulo de gastos se observaron algunos cambios de relevancia en esta etapa. Se firmaron por parte de la empresa los primeros convenios
colectivos, el de la fábrica de Zorroza en 1963. y los de Tenerife, Castellón y
Valencia, en 1964. Por primera vez. a la empresa comenzó a preocuparle el costo
salarial. Si a esto se le unió el aumento en los costas del transporte, las piritas y
los fosfatos, el incremento en los gastos financieros, y la imposibilidad de repercutirlos en el precio final de los fertilizantes al continuar la política intervencionista de tasación, entonces entendemos el devenir de los resultados.
Lo cierto es que su marcha implicó la simultánea caída de la rentabilidad económica y financiera. Del \7'7< de rentabilidad por la inversión de fondos propios
que se había obtenido en 1956. se pasó a ratios en torno al 5,5% anual en el último quinquenio de la década de 1960. Un coste de oportunidad muy alto para los
inversores que podían haber ganado algo más. simplemente inviniendo en
Robles Ti-i?eiro. L íl'»2: 2U'!,
Industrias Químicas Canarias,
S.A. 11940-198 J).
Un ejemplo ... de las hlu.s
171
deuda pública. Aún así. y con estas rebajas, la política de la empresa durante este
periodo fue la de garantizar un dividendo, al accionista del 10% sobre el valor
nominal de las acciones. No obstante, la crisis comenzaba ya a palparse en la evolución de la cotización de las acciones en el mercado de valores de Madrid (véase
gráfico 4).
GRÁFICO 4
Cotización de las acciones de IQC'SA
I W l 1970 107 1 1072 107.! 1074 |O7J [O7<> 1077 1978 1074 19K0 108 1 I9S2 1985 19X4 1085
FUENTE: Anuario Financiero de Sociedades Anónimas, 1969-1976.
Bolsa de Madrid, 1977-19H5.
3.3 La reconversión del sector de los fertilizantes y el fin de IQCSA (1973-1989)
La crisis económica inducida por los problemas del mercado del crudo afectó
de lleno al sector químico, de modo especial a la química básica. Los problemas
estructurales que venía arrastrando la empresa española quedaron totalmente al
descubierto. La deficiente red de distribución y comercialización obligaba a la
existencia de un gran número de unidades fabriles, y ello empeoraba la situación
competitiva de las empresas españolas. Había tenido lugar un proceso de concentración empresarial, pero no de unificación fabril, lo que dejaba en clara desventaja a la industria española frente a los mercados internacionales. No obstante, el planteamiento de una reconversión no se hizo hasta los inicios de la década
de 1980. el detonante pareció ser el comienzo del proceso de entrada en la
172
Capitulo 6
Comunidad Económica Europea. El nuevo marco legal de la industria química de
abonos quedaba por fin plenamente definido en 19831¡.
IQCSA unió a su propia crisis el impacto de la crisis internacional. Una gran
parte de su aparato productivo se había desviado a la fabricación de abonos nitrogenados v abonos complejos, que utilizaban como materia prima básica las naftas. Mas el problema no estaba sólo en los precios de las naftas, también los precios de los fosfatos y los fletes se disparaban, todo ello a la vez que decrecía la
demanda de fertilizantes en el mercado nacional, y de modo especial, en el canario. La Administración de los años finales del franquismo, en un último intento
de mantener aislada su economía de los acontecimientos internacionales, pudo
atajar la evolución alcista de los precios absorbiendo algunos incrementos -en los
fosfatos, por ejemplo a través de la empresa FOSBUCRA-. Lo único que se consiguió fue aplazar la crisis. Los ingresos de IQCSA. como de otras empresas del
sector, continuaron a la baja a la vez que los gastos generales y financieros siguieron una imparable subida. En 1977, la empresa conoció las primeras pérdidas de
toda su historia. Gracias a las reservas pudo sobrevivir durante más de una década acumulando pérdidas año tras año. incluso logró de nuevo beneficios en 1981.
Pero los días estaban contados. Después de la paulatina venta de sus valores en
cartera, en 1989 se liquidó definitivamente su patrimonio pasando a la sociedad
IQCSA INMOBILIARIA. S.A.. que se encargó de poner a la venta el total de sus
fábricas. El último trabajador de la fábrica de Tenerife recibió la baja en 1987. El
sector químico en Canarias, dejando al margen los petróleos, desapareció prácticamente de la estructura industrial".
4. CONCLUSIÓN
Industrias Químicas Canarias. S.A fue un ejemplo del esfuerzo industrializado!" suslitutivo de importaciones que se desarrolló en España tras la Guerra Civil.
El establecimiento de su primer centro fabril en Canarias supuso una singularidad en la estructura industria] del Archipiélago, que en esos años había optado
preferentemente por su dedicación a la producción de bienes de consumo, contando para ello con los capitales de nativos. Sin embargo. Industrias Químicas se
RobL-s Teigeiro. L. 11092: 206-209).
' La industiiu química I sin el petróleo) en ] % 0 suponía el 2S.27 1 ,, del VAB industrial de la Islas > el 7.22'V del
empleo industrial, hn 1981. esas cifras habían pasado al 2.78 ( > > 2 . 0 2 ^ . respectivamente. Rodrigue? Manín. J.A
Industrias Químicas Canarias. S.A, < 1940 1983). Un ejemplo ... de las Islas
>
173
dedicó a la producción de ácido sulfúrico y superf'osfatos. y la inversión, de
eran envergadura para el contexto en el que se desarrollaba, tuvo su origen en
la iniciativa de capitales peninsulares. La necesidad de divisas por parte de la
economía nacional, y la posibilidad de que estas fueran aportadas por el sector agroexportador canario y por la refinería de petróleos de CEPSA en Santa
Cruz de Tenerife, hacían viable una industria de bienes básicos que satisficiera de los inputs necesarios a estos dos sectores: fertilizantes para ei agro,
y ácido sulfúrico para el craking de la refinería. El interés de CEPSA en el
proyecto, y su indirecta participación se han puesto también de manifiesto en
este artículo.
Una vez comenzó a liberalizarse la actividad comere&l en las Islas, las presiones del sector agroexportador isleño en demanda de fertilizantes más variados
-en especial nitrogenados-, fueron las que forzaron a un replanteamiento de la
política expansiva de IQCSA. A partir de entonces, la empresa distinguió dos
mercados con estrategias de expansión bien diferenciadas: el canario y el peninsular. En el canario, la política de la empresa fue la de controlar totalmente la
comercialización de abonos químicos, tanto de producción nacional como importados: de este modo desde la década de 1960 se fue dejando a un lado el proyecto productivo. En la Península, para mejorar la competitividad y crecer en cuota
de mercado, se planteó la incorporación de nuevas unidades fabriles. La estrategia no fue la construcción de nuevas factorías, había demasiadas, la opción fue la
concentración empresarial.
La crisis económica de la década de 1970 sorprendió a Industrias Químicas en
una situación pésima. Sus ingresos netos se reducían a la vez que los gastos
seguían un rumbo ascendente imparable. Su política financiera, sustentada en los
recursos propios, le permitió sobrevivir acumulando pérdidas durante casi una
década. Mas. definitivamente, el proyecto fracasó. La falta de competitividad en
unos mercados algo más abiertos se había puesto de relieve primero, en el mercado canario. Sólo había que esperar similares circunstancias en el mercado
nacional para, finalmente. Cerrar.
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irían Canaria. Cámara Oficial de Comercio. Industria y Navegación de Santa
Cruz de Tenerife e Instituto de Expansión Económica, pp. 55-67 \ 78-89.
CAPITULO 7
LOS COSTES SALARIALES EN EL SECTOR
TURÍSTICO. UNA APROXIMACIÓN
José Ignacio González Gómez
Juan Luis Olmedo Guerrero
Los costes sultirUtli's en el sector turístico. Una aproximación
>
179
1. INTRODUCCIÓN
Como se ha puesto de manifiesto en diferentes estudios5 los costes de personal representan aproximadamente un 35% de la cifra de negocio en los hoteles de tres.)1 cuatro estrellas (categorías representativas del sector) y por tanto
esta variable se perfila por la ponderación relativa anteqpr como estratégica en
la citada industria.
.
Es precisamente este carácter estratégico el que justifica la necesidad de realizar estudios que nos aproximen a su conocimiento y compresión y en esta línea
hemos enmarcado el presente trabajo, en el análisis de los componentes y evolución de los costes salariales en el subsector de hostelería y restauración.
Para alcanzar éste objetivo de aproximación al análisis de los citados costes
tomaremos como fuente de información los cuatro convenios colectivos del
Sector de Hostelería en la Provincia de Santa Cruz de Tenerife y que abarcan el
periodo comprendido entre 1 de enero de 1993 y 31 de diciembre de 2000. por
tanto el periodo medio de vigencia de cada convenio analizado es de dos años y
el horizonte temporal cubierto es de ocho años.
La información contenida en las citadas fuentes nos permitirá analizar el comportamiento tanto cuantitativo como cualitativo de la citada variable. Los aspectos cualitativos a los que haremos referencia son todos aquellos recogidos en los
distintos convenios pero que presentan un marcado carácter social y que inciden
de forma determinante en la valoración de la calidad del trabajo. En este sentido
entendemos que variables como licencias y permisos, componentes de la jornada
laboral, periodos de vacaciones, etc. contribuyen de forma determinante a la percepción de la calidad del trabajo.
Respecto al análisis de los componentes cuantitativos nos centraremos en «1
estudio del salario base analizando tanto las diferencias que pudieran existir entre
las distintas categorías profesionales y grupos de empresas así como su evolución
a lo largo del periodo.
G o n z a l o / G o m e / . .1.1. i I W 7 . 2 1 I - 2 1 2 i .
180
(. apílale 7
Pero antes de abordar directamente nuestro objetivo entendemos que sería conveniente exponer previamente el papel que el citado sector ha tenido y tiene en
nuestro entorno más inmediato y analizar su incidencia sobre las variables relevantes para este estudio como son el empleo, coste del trabajo y salario medio del sector. Esta breve visión histórica nos permitirá comprender mejor su estado actual.
2. IMPORTANCIA DEL SECTOR TURÍSTICO-
Con las medidas liberalizadoras introducidas por el Gobierno del Estado en los
años sesenta, se dio un nuevo impulso a la apertura exterior de la economía española y es precisamente a partir de este momento en el cual las actividades del sector
servicios, especialmente el turismo, empiezan a ganar terreno al sector primario.
En las últimas cuatro décadas este subsector no ha hecho más que reforzar su
relevancia en la economía española pero este fenómeno ha sido aún más notable
en la Comunidad Canaria. Así tenemos que si en el conjunto nacional -la producción total del subsector. pasó de representar un 30.61 ck en 1955 a un 50,82% en
1995. en la economía canaria esta variable varió desde un 42.439? a un 70.14%
para el mismo periodo.
En esta línea argumental podemos señalar también como dentro de la distribución del agregado Sector Servicios, las actividades relacionadas con la hostelería y restauración registraron un considerable aumento de su peso relativo
durante este periodo en este espacio insular, en concreto la tasa de participación
en la producción total del citado subsector en el año 1955 era del 9,07%. en 1975
era ya de un 21.57%. y de un 23.34% en 1995.
Otra variable macroeconómica que ratifica lo expuesto es el Valor Añadido
Bruto al coste de los factores del Sector que evolucionó desde aproximadamente
el 6% en 1955, al 15.24% en 1975. llegando a las proximidades del 20% en el año
1995.
Todos estos datos entendemos que son lo suficientemente significativos sobre
la importancia que la actividad turística y de restauración tiene en el sector servicios, tanto a nivel nacional como especialmente en la economía canaria.
La información cuantitativa contenida en esle apartado ha sido extraída de Fundación BBV (IW9! y Fundación
BBVA (2000) Las magnitudes se encuentran dellactadas en ptas. consumes del año 1 "J86.
Los coste* salariales en el sector turístico, llmi aproximación
]g]
3. LAS VARIARLES EMPLEO, COSTE DEL TRABAJO Y SALARIO MEDIO EN EL
SL'BSECTOR HOSTELERÍA Y RESTAURACIÓN. UNA VISIÓN HISTÓRICA DE SI
COMPORTAMIENTO''
El objetivo del presente apartado es mostrar una breve revisión histórica sobre
el comporlamiento que han tenido las variables empleo, coste del trabajo y salario en el subsector de hostelería y restauración en Canarias lo cual nos facilitará
la compresión y análisis de su estado actual.
GRÁFICO 1
Tasas de crecimiento del empleo, coste del trabajo y VAB el". Canarias 1955-95.
Subsector Hostelería y Restauración, f^c)
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1V93
FUENTF.: FUNDACIÓN BBV (190Q) v FUNDACIÓN BBVA (2000).
Elaboración Propia,
Tal y como muestra el gráfico 1 destaca un primer periodo entre finales de los
cincuenta y finales de los sesenta de crecimiento de los costes por encima del
experimentado por el valor añadido con un diferencial medio anual del 6.9 puntos entre 1961 y 1967. Es a partir de la crisis energética de los 70 cuando las tasas
de crecimiento del coste del trabajo son normalmente inferiores a las del valor
añadido bruto, destacando que desde el año 1989 los costes laborales crecen
significativamente por debajo del valor añadido bruto, con la excepción del bienio
Ver nota 2
182
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Capitulo
1994-95. De esia manera, se cierra el periodo 1973-1995 con una lasa total de
crecimiento del coste laboral inferior en 1.6 puntos respecto a la del Valor
Añadido Bruto.
Respecto al empleo total este ha tenido un buen comportamiento en el periodo anterior a la crisis energética, con tasas de crecimiento en los primeros bien
ios de los sesenta del 25 y 2b' '<. A partir ele la crisis de los setenta las tasas de crecimiento del empleo se situarán por debajo de las dos cifras, exceptuando los años
108 7 y 1995 i ver gráfico 1 i.
En cualquier caso, aunque la tasa de crecimiento del empleo asalariado sigue la
tendencia marcada por las del valor añadido bruto y del coste del trabajo, a lo largo
de todo el periodo se sitúa siempre, salvo en el úJtimo bienio, por debajo de ellas.
En cualquier caso, la tasa de crecimiento de la relación VAB ct'/Empleo total
experimenta, a pesar de los incrementos de la década de los sesenta, una tendóncia bajista, especialmente pronunciada en el último bienio.
Otra de las variables de interés que pasamos a estudiar es la evolución del salario
medio la cual experimentó un primer periodo de crecimiento en el bienio 1959-61. sin
embargo esta variable realmente creció de forma prolongada y significativa entre los
años i 967 y 1977. a partir' de ahí la tendencia de crecimiento se suaviza, con la excepción del año 1987. No obstante, conviene resaltar que mientras el salario medio del
subsector analizado se encontraba en 1955 en el SI .349Í del salario medio de la economía canaria, tras un histórico año 1988 en el que se cifra en el 88.6'¿. se cierra el
periodo con tina ratio del 76.56 r r. Nos encontramos por tanto en tina de las actividades que menos han capitalizado las mejoras salariales del conjunto de la economía.
GRÁFICO 2
Evolución del salario medio en Canarias 1955-95.
Subsector Hostelería v Restauración. (Ptas constantes 1986)
FUENTE: FUNDACIÓN BBV i 1999) s FUNDACIÓN BBVA (20(10!. Elaboración Propia.
Los costes salariales en el sector turístico, lina aproximación
183
Por último, una reseña en relación con la evolución comparada de la tasa de crecimiento del salario medio con la de la productividad aparente del subsector. Si bien
la tendencia de ambas podríamos calificarla de descendente considerando todo el
periodo, es evidente que podemos diferenciar dos segmentos.
GRÁFICO 3
Evolución del salario medio y la productividad aparente. Canarias 1955-95.
Subsector Hostelería v Restauración. ( %)
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lasa cele VÁH ¿í
Tusa cctn b o s t e z á b a l o
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FUENTE: FUNDACIÓN BBV (1999) v Fb'NDACIÓN BBVA(2ÜÜÜ).
Elaboración Propia.
El primero llegaría hasta el año 1977. en el que en la mayoría de los años la
tasa de crecimiento del salario medio supera la productividad aparente. En el
segundo segmento se plantea una alternancia entre una y otra tasa, no obstante, el
conjunto del mismo se cierra con un crecimiento del salario medio casi un punto
por debajo de la productividad aparente.
4. ESTUDIO DE LOS COMPONENTES CUALITATIVOS DE LOS CONVENIOS COLECTIVOS
Como ya hemos manifestado el salario en el subsector de hostelería y restauración debe ser considerado como una variable de carácter estratégico en cuanto
qué no solo supone un 35% de la cifra de negocios sino que además el ejercicio
de la actividad es intensivo en el consumo de factor trabajo y por tanto la marcha
de este sector es altamente dependiente de las características de la demanda tanto
184
Capítulo 7
en términos cuantitativos (cantidad demandante) como cualitativos icualificación
de la demanda).
En esta parte del estudio centraremos nuestra atención en los componentes que
configura el salario en el citado siibsector para lo cual haremos uso de los convenios colectivos vigentes en esta última década.
Hemos de tener en cuenta que en la configuración de lo que podemos denominar coste salarial total se incluyen componentes o factores de carácter cualitativo como cuantitativo y la suma de ambos nos dará el verdadero coste salarial
total, por tanto el estudio y análisis de la evolución de cada uno de los componentes cuantitativos y cualitativos del salario es una cuestión fundamental para
entender y enjuiciar la marcha del subsector.
En este cuarto apartado centraremos nuestra atención en todos los aspectos
cualitativos del salario con especial atención a los cambios y mejoras que se
hayan podido producir a lo largo de esta última década y que supongan por tanto
variaciones significativas en las condiciones laborales. En concreto estudiaremos
el componente jornada laboral y las principales licencias y permisos reconocidos.
Posteriormente, en el apartado quinto, analizaremos los componentes cuantitativos del salario desde una doble perspectiva, complementos salariales y salario
base, intentando estudiar su evolución así como la interrelación que pudiera existir entre categoría profesional y tipología de empresa.
4.1 Jornada de trabajo
En los cuatro convenios objeto de estudio cabe destacar en primer lugar que
no se produce variación alguna en relación con los principales componentes de la
jornada de trabajo. Así, durante el periodo total considerado se fijaron en 40 las
horas efectivas de trabajo a la semana, en 30 minutos el tiempo diario de descanso, en 30 los días de vacaciones por año y en 14 el total de días festivos anuales.
4.2 Principales licencias y permisos
El resultado del examen de este componente es el siguiente:
- Alumbramiento de esposa o conviviente. Es contemplado en los cuatro convenios colectivos y por el tiempo máximo de cinco días igualmente.
- Concurrencia a exámenes. Todos los convenios analizados lo contemplan
cuantificándolo por el tiempo preciso para su realización.
Los costes salariales en el sector turístico. Uncí aproximación
185
- Cumplimiento de un deber de curácter público y personal (tiempo necesario).
Todos los convenios lo consideran.
- Enfennedcul grave con hospitalización del cónyuge, hijos, padres o personas
a su cargo. Es contemplado en los cuatro convenios colectivos y por el tiempo máximo de siete días.
- Enfermedad grave de padres políticos, hijos y hermanos políticos y abuelos.
Es contemplado en los cuatro convenios colectivos y por el tiempo máximo
de dos días.
• - Fallecimiento de cónyuge, padres, hijos y hermanos. Es contemplado en los
cuatro convenios colectivos y por el tiempo máximo de tres días.
- Matrimonio de un hermano del trabajador. Es contemplado en los cuatro convenios colectivos y por el tiempo máximo de un día.
- Matrimonio de un hijo. Es contemplado en los cuatro convenios colectivos
y por el tiempo máximo de dos días. •
- '
- Matrimonio del Trubajador. Es contemplado en los cuatro convenios colectivos y por el tiempo máximo de quince días.
- Por lactancia de un hijo menor de 9 meses. De conformidad con la legislación laboral vigente el convenio correspondiente al periodo 01-01-99 / 3112-00 incorpora este nuevo permiso por un periodo máximo de una hora de
ausencia del trabajo, que podrá ser dividido en dos fracciones. Asimismo
podrá sustituir de forma voluntaria tal derecho por una reducción de la jornada laboral diaria en media hora con igual finalidad. Este permiso podrá ser
disfrutado indistintamente por la madre o el padre en el caso de que ambos
trabajen.
- Traslado de domicilio habitual. Este derecho es solo recogido explícitamente en el convenio correspondiente al periodo 01-01-99 / 31-12-00.
En resumen, la mayoría de las licencias y permisos contemplados no experimentaron ningún tipo de variación en el conjunto del periodo considerado. Sólo
se producen dos novedades en el último convenio que comprende el periodo
enero de 1999 y diciembre de 2000. En primer lugar, se introduce una importante mejora que afecta a las trabajadoras del sector, que tendrán reconocido el derecho por lactancia de un hijo menor de nueve meses. En segundo lugar, se introduce como derecho la posibilidad de disponer de un día por traslado de domicilio habitual.
De lo expuesto se desprende que los avances alcanzados en los componentes
analizados son fruto de las modificaciones originadas en el ámbito estatal sin que
186
Capítulo
de la propia negociación colectiva se haya producido modificación alguna en
estos componentes de carácter cualitativo del salario.
5. KSTl.'DIO OK IOS COMPONKNTF.S CUANTITATIVOS DI] I,OS CONVEMOS COLKCTIVOS
5. /. Principales complementos salariales
En este apartado estudiaremos los principales complementos salariales recocidos en los diferentes convenios colectivos que presentan un marcado carácter
cuantitativo. Así tenemos:
ai Complemento de Antigüedad. Este es contemplado en los cuatro convenios
analizados y por tanto poetemos manifestar que el mismo se encuentra ya
consolidado como un componente importante de la retribución salarial del
empleado.
b) Ayuda familiar por fallecimiento. Igualmente que en el caso anterior este
complemento se recoge en los cuatro convenios objeto de estudio sin observarse cambio alguno en su composición. Corresponde esta gratificación al
viudo/a y su cuantía queda establecida en todos los convenios con los
siguientes límites:
- De 5 a 10 años de antigüedad. 1 mensualidad de salario establecido en el
convenio.
- De 11 a 20 anos: Dos mensualidades establecidas en el convenio.
- De 21 a 30 años de antigüedad: Tres mensualidades establecidas en el convenio.
- De 31 a 40 años de antigüedad: 4 mensualidades establecidas en el convenio.
Si no existiera cónyuge, tendrán derecho a las prestaciones citadas los hijos
incapacitados o menores o en su defecto padres o hermanos que dependieran económicamente del mismo.
c) Desgaste de Útiles y Herramientas. Las empresas facilitarán a los trabaja
dores los útiles y herramientas precisos para el desarrollo de su trabajo en
la misma. Si algún trabajador quisiera aportar los de su propiedad, deberá
obtener un permiso escrito de la empresa y en tal caso, se le abonará una
determinada cantidad. Esta cantidad es la que varía según convenio, así
tenemos que las cantidades reconocidas son las siguientes:
- Para los años 1993 y 1994 el citado complementos es 1907 pts trimestrales. '
- Para los años 1995 y 1996 asciende este complemento a 1990 pts trimestrales.
Los costes salariales en el seclor uinslicc. Lna aproximación
- Para ios años 1997 y 1998 es de 2060 pls trimestrales.
- Para el año ¡999 es de 2164 pts trimestrales.
- Para el año 2000 es de 2229 pts trimestrales.
d) Horas Nocturnas. Este complemento pretendo compensar las horas nocturnas
trabajadas y en todos los convenios estudiados se recoge que tendrán la
consideración de horas nocturnas todas las realizadas a partir de las 22
horas, salvo para los trabajadores en régimen de jornada continuada que
será a partir de las 24 horas. Estas horas se retribuirán con un 50% de incremento sobre la hora normal. Si se realizara mas de cuatro horas de forma
habitual, ya sea en régimen de jornada partida o continuada, a partir.de las
22 horas la percepción del trabajo será de acuerda-con la categoría inmediatamente superior quedando sin electo el incremento del 50'/r.
e) Nocturnidad: Trabajadores específicamente nocturno. Los trabajadores que
desempeñen trabajos fijos de noche, desde las cero hasta las 8 de la mañana se consideran a efectos económicos en la categoría inmediata superior de
la que vienen ostentando. Este aspecto es recocido en los cuatro convenios
objeto de análisis.
f) Jubilación e incapacidad permanente. Se le concederá un precio de constancia en proporción a los años de servicio en la misma de acuerdo con la
siguiente escala:
- Más de 10 años de servicio: 3 mensualidades de salario garantizado real
- Más de 15 años de servicio: 4 mensualidades de salario garantizado real
- Más de 20 años de servicio: 5 mensualidades de salario garantizado real.
Este complemento no ha sufrido ninguna variación a lo largo del periodo de
análisis.
g) Manutención y alojamiento. Todos los convenios coinciden en señalar que
todo trabajador tendrá derecho a efectuar sus comidas en la empresa sin que
por este concepto se le detraiga cantidad alguna mensual. El personal que
no efectué sus comidas en el .centro no podrá reclamar compensación alguna. El personal de los apartamentos y residencias no tendrán este derecho al
no tener establecidas manutención. En los casos en que corresponda- la
manutención, esta se ajustará a lo siguiente:
- Los Comités de Empresas o Delegados de Personal, vigilarán que esta
manutención sea sana, abundante y variada.
- Para consolidar la igualdad de los trabajadores, el comedor será común y
la comida única.
188
Capitulo
h) Pagas Extraordinarias. Las gratificaciones de Navidad y Io de mayo, se
fijan cada una de ellas en la cuantía equivalente a una mensualidad de los
salarios garantizados más el complemento personal y se cobrarán el 2! de
diciembre y entre el 1 y el 15 de mayo, respectivamente. Las empresas y
los trabajadores podrán pactar el prorrateo de las pagas extraordinarias
durante las doce mensualidades. Contemplados en todos los convenios.
i) Plus de Transpone. Por eslc concepto se han revisado las diferentes cantidades a percibir por lo> trabajadores. Así tenemos:
Trabajadores incluidos en las clasificaciones de establecimientos de Io al 5o
las cantidades correspondientes son:
•• Convenio 1993-1994: Para el año 1993 de pts 6240 pts/mes y para el año
1994 de 6427 pts/mes .
- Convenio 1995-1996: 6427 pts /mes
- Convenio 1997-1998: 6427 pts /mes
- Convenio 1999-2000: Para el año 1999 de 6620 pts /mes y para el año
2000 de 6819 pts/mes
Trabajadores incluidos en las clasificaciones de establecimientos 6". grupos Ia. 2a y 3a. las cantidades correspondientes son:
- Convenio 1993-1994: Para el año 1993 de 9369 de pts /mes y para el año
1994 de 9640 pts/mes
- Convenio 1995-1996: 9640 pts mes
- Convenio 1997-1998: 9640 pts/mes
• Convenio 1999-2000: Para el año 1999 de 9925 pts /mes y para el año
2000 de 10227 pts/mes.
Trabajadores incluidos en las clasificaciones de establecimientos de 6o
grupos 4a y 5a. las cantidades correspondientes son:
- Convenio 1993-1994: 10405 pts/mes
- Convenio 1995-1996: 10.405 pts/mes
-Convenio 1997-1998: 10.405 pts/mes
- Convenio 1999-2000: Para el año 1999 de 10717 pts/mes y para el año
2000 de 11039 pts/mes.
Esta paga no se abonará con las gratificaciones extraordinarias. Estos
importes no tendrán la consideración legal de salario y por lo tanto no formará parte de la base de cotización al Régimen de la Seguridad Social.
j) Ropa y uniforme de trabajo. Los cuatro convenios recogen este complemento salarial donde se especifica en todos ellos que las empresas vendrán
Los costes salaríale, cu el sector turístico. Una aproximación
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obligadas a proporcionar a su personal los uniformes así como la ropa de
trabajo que no sea de uso común en la vida ordinaria de sus empleados, o
en caso contrario, a su compensación en metálico. Si la empresa exige uniforme en. el calzado o esta fuera de una especial naturaleza por así indicarlo el servicio de prevención, el empresario estará obligado a la entrega de
tales zapatos o una compensación económica establecida en 1000 pts/mes.
La calidad del uniforme será negociado entre los órganos representativos de
los trabajadores y el empresario y en caso de desacuerdo se someterá a lo
que dictamine la Autoridad de Turismo competente. La conservación y limpieza de los uniformes y ropa de trabajo facilitado por la empresa será a
cargo de la misma.
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k) Segura de Vida e Incapacidad Permanente. Se establece una póliza de seguro colectiva para todo el personal, que garantice^ los herederos legales o
persona que el trabajador designe específicamente, un^apital por una sola
vez de un millón de pesetas. Este complemento salarial como su importe
permanece inalterable en los cuatro convenios objeto de análisis.
De lo expuesto destaca básicamente que los principales componentes salaríales tan poco se han visto sensiblemente alterados en esta ultima década.
tan solo en algunos casos se han actualizado las cantidades pactadas en ejercicios anteriores.
5.2. El Salario Base. Estudio de los factores determinantes
La determinación del salario base en este sector se encuentra condicionado por
dos factores como son el tipo de empresa en la que se ejerce la actividad y la función a desarrollar en la misma (categoría profesional) de tal forma que de la conjugación de ambas vendrá determinado el citado componente salarial. Por tanto
seria conveniente analizar Jas distintas tipologías de empresas y categorías proferí" sionales contempladas en los distintos convenios colectivos así como las posibles
modificaciones que puedan haberse producido a lo largo del periodo analizado.
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En este sentido y respecto a la clasificación de las empresas cabe destacar que
los convenios analizados parten de la premisa de que el desarrollo de la actividad
laboral en términos de exigencia profesional, nivel de cualificación etc. están
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condicionados por el tipo de empresa en la que la misma se desarrolla, es decir
por el nivel de calidad y tipos de servicios que el establecimiento turístico oferta
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Capitulo
al mercado y qué por tanto exige un nivel y calidad de desempeño de las dife. rentes tareas distinto. Este factor condicionante ha llevado a la necesidad de realizar una clasificación de las empresas en seis grupos atendiendo al nivel de calidad y tipos servicios ofertados por los distintos establecimientos en orden descendente de tal forma que en el Grupo I de clasificación se agruparán aquellas
empresas cuyo nivel de calidad _v servicios es mayor y por el contrario en el
Grupo VI se agruparán aquellas de más bajo nivel de calidad exigido.
Con el objeto de evaluar las posibles diferencias que se pudieran dar en esta*
clasificaciones a lo largo del periodo hemos elaborado el siguiente cuadro.
CUADRO 1
Número de empresas clasificadas en 1los diferentes grupos,
según convenio colectivo
] 993-1994
Grupo I
Grupo 11
Grupo III
Grupo IV
Grupo V
Grupo VI
Total
23
14
13
8
15
6
79
Convenios colectivos
1995-1996
1997-1998
23
11
13
8
15
6
23
76
76
11
13
8
15
6
1999-2000
23. .
11
13
S
15
6
76
FUENTE: Convenios colectivos. Elaboración Propia
Como podemos observar de los datos expuestos en el cuadro anterior la clasificación de las empresas ha sufrido una sensible modificación a lo largo de este
periodo de análisis donde se ha pasado de un total de 79 empresas clasificadas en
el convenio 93-94 (por la desaparición de tres en empresas en el Grupo II) a 76
empresas para el resto de convenios.
Centrando nuestra atención en el otro factor condicionante en la valoración del
salario base, es decir la categoría profesional, y debido a las diversas profesiones que
esta rama empresarial demanda para el ejercicio de su actividad ha sido también
necesario agruparlas atendiendo a las exigencias de cualificación y responsabilidad
Se presenta en el Anexo una elasificacion básica de las empresas turísticas en ios seis grupos mencionados.
Los costes salariales en el sector turístico. Una aproximación
191
que la misma exige, siguiendo para ello una estructura similar a la establecida
para la agrupación de las empresas turísticas es decir en seis categorías profesionales ordenadas de forma descendente en función del nivel de responsabilidad y
cualificación exigido*. Resulta en este caso también interesante el determinar si
ha existido en la negociación de estos diferentes convenios alguna variación en
estos agolpamientos, es decir si ha sido objeto de alguna modificación para lo
cual hemos elaborado el siguiente cuadro,
CUADRO 2
Grupos profesionales salariales según convenios
•á
'/s
y>
Grupo Profesional 1
Grupo Profesional 2
Grupo Profesional 3
Grupo Profesional 4
Grupo Profesional 5
Grupo Profesional 6
Total
1993-1994
16
17
15
->2
18
1
«9
Convenios colecy*os
1995-1996
1997-1998
17'
17
* 17
17
18
*
18
23
23
17
17
1
1
93
•93
1999-2000
17
17
18
23
17
1
93
FUENTE' Convenios colectivos. Elaboración Propia
Igualmente podemos observar como se ha producido una reclasificación de
los grupos profesionales a partir del convenio correspondiente a los años 19931994. En concreto se aumenta el número de categorías profesionales pasando
de 89 a 93. aunque de un análisis más profundo lo que realmente se ha producido es una revisión de las categorías profesionales creando y eliminando algunas de las mismas lo que ha afectado evidentemente a la composición de los
grupos profesionales.
Estas variaciones en la .clasificación tanto de las empresas turísticas como
categorías profesionales a partir del convenio 1995-1996 parece obedecer más
que al fruto de la negociación colectiva a un cambio legislativo y de adaptación
al mismo.
' Se presenl;) en e! Anexo una clarificación háMcu de las categorías profesionales
Capitulo 7
5.3. El Salario Base. Estudio de su evolución
Identificados los principales factores determinantes del salario base abordaremos a continuación un estudio de aproximación a la estimación del °rado de
influencia que cada uno de ellos ejerce sobre la citada variable y al análisis de la
evolución de la misma en el periodo objeto de análisis.
Para abordar el primer análisis hemos seleccionado un tipo de empresa representativa de cada grupo empresarial más concretamente los pertenecientes al subsector de hostelería" y también hemos seleccionado cuatro tipos de profesionales
pertenecientes a cada categoría. Los resultados obtenidos son los mostrados a través de las Tablas 1. 2 y 3 de la que podemos destacar lo siguiente:
- Del análisis de la columna B de las tablas 1 y 2 se desprende que la diferencia
de salario base máxima entre el Grupo Profesional I y mayor Tipolo°ía
Empresaiial y por otro lado el Grupo Profesional V y menor Tipología Empresaiial
es aproximadamente un 25%. diferencia constante en todos los periodos
- Es de resaltar sin embargo el comportamiento atípico del Grup 0 Profesional
V en el que parece que la clasificación empresarial o tipología ¿e empresa no
tiene ningún peso especifico en la determinación del salario base cuestión
esta que se confirma a través del análisis de todos los convenios colectivos.
- La diferencia salarial dentro de un mismo grupo profesional permanece
constante a lo largo de todos los convenios colectivos, es decir por ejemplo
el diferencial de salario base entre un Contable General en un hotel de máxima categoría (Salario Base 1993 = 106.276 pts) y en uno de menor categoría ( Salario Base = 89.530 pts) ronda de media un 15% para el Grupo
Profesional I. Esta diferencia se mantiene mas o menos constantes en todos
los convenios analizados para un mismo grupo profesional.
- Sin embargo se observa también que a medida que disminuimos en el Grupo
Profesional el peso especifico de la tipología de empresa pierde relevancia.
Así tenemos como del análisis de la columna A (análisis horizontal) y para
el ejercicio 1993. el diferencial máximo dentro de cada categoría profesional
en términos porcentuales es el siguiente: Grupo I: 15.8%. Grupo II' 15 1%.
Grupo III: 11.9%. Grupo IV: 10.37% y Grupo V: 1.2%. Estas diferencias
permanecen constantes para todos los ejercicios y se confirma el comportamiento atípico una vez más del Grupo Profesional V.
" Hemos excluido el Grupo VI de clasificación empresarial por ser poco representativas para el análisis
Con pequeñas variaciones que suponemos debidas al ajuste monetario del incremento establecido
los costes salariales en el sector turístico. Una aproximación
193
Así pues se pueden producir ciertas paradojas tales como que un Segundo Jefe
de Cocina (Grupo 11) en un Hotel de 4 o 5 Estrellas le compensa subir de categoría profesional y pasar a Jefe de Cocina (Grupo I) en términos de salario base
siempre y cuando el tipo de empresa no disminuya en dos niveles es decir el tipo
empresa sea igual a la que tenia o disminuya hasta un tipo de empresa de categoría 3 (Hoteles de 2 Estrellas). Situación similar a la anterior se produce entre un
Oficial de Contabilidad (Grupo 111 ) en un Hotel de 4 o 5 Estrellas y un Contable
(Grupo II) en Hoteles de 2 Estrellas. De lo anterior se desprende el mayor peso
qué tiene la categoría profesional sobre la tipología de empresa.
TABLA 1
K s t u d i o d e l a v a r i a c i ó n d e l s a l a r i o b a s e m e n s u a l s e g ú n t i p o l o g í a d e e m p r e s a y c a t e g o r í a p r o f e s i o n a l (I)
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TABLA 2
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TABLA 4
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Capitulo
Con el fin de evaluar el peso relativo o grado de influencia que ejerce la
tipología de empresa sobre el salario base de cada grupo profesional hemos
elaborado la Tabla 3. De su análisis se observa que la tasa de variación presenta un comportamiento irregular. Así por ejemplo para el Grupo Profesional
I el paso de una categoría de empresa a otra supone una tasa de variación en
el salario distinta para cada empresa tipo, por tanto podemos afirmar que el
grado de influencia de la tipología de empresa en el salario base si bien es
reconocida a la hora de establecer o determinar el mismo este puede ser caracteri/ado como totalmente arbitrario.
Esle comportamiento irregular se confirma cuando comparamos las tasas de
variación derivadas de la tipología de empresa entre los distintos grupos profesionales. Por ejemplo para el caso de un Hotel de 3 Estrellas el salario base en el Grupo
Profesional I supone un -1,4% inferior al de un Hotel de 4 o 5 Estrellas, sin embargo en el Grupo Profesional 11 implica un -3.39! inferior, cifras que como podemos
comprobar no son coincidentes en ninguno de los grupos- profesionales estudiados.
Por otro lado queremos destacar también como de los datos expuestos en la
Tabla 4 se observa que las sucesivas revisiones del salario base en los distintos
convenios y para las distintas categorías profesionales y tipologías de empresas
ha sido lineales y por tanto todos los aspectos que hemos señalado anteriormente se mantienen inalterables a lo largo de los ejercicios analizados lo que nos lleva
a pensar que estas cuestiones no han sido objeto de debate en la negociación de
los diversos convenios colectivos.
Los costes salariales cu el sedar turístico, lina aproximación
199
6. CONCIA SIGNES
De lo expuesto en las lineas precedentes destaca especialmente que las
mejoras salariales tanto cuantitativas como cualitativas no han sido notables,
si bien como sabemos el sector no ha dejado de crecer y sus cuentas de resultados de mejorar en esta última década tal y como avanzan las previsiones
macroecouómicas.
Entendemos que este momento coyuntura! es propicio para revisar las imperfecciones que el sistema salarial vigente en los distintos convenios presentan,
especialmente en el sistema de clasificación de empresas y el de las categorías
profesionales tal y como hemos puesto de' manifiesto anjpriormente.
7. BIBLIOGRAFÍA
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• FUNDACIÓN BBV (1999); Renta Nacional de Lspaña y su Distribución Provincial. Serie homogénea. Años 1955 a 1993 y avances 1994 a ¡997, BBV.
• FUNDACIÓN BBVA (2000): Renta Nacional de España y su Distribución
Provincial. Año 1995 v avances 1996 a 1999. BBVA.
• GONZÁLEZ GÓMEZ, J.I. (1997): Valoración de la calidad en la empresa
hotelera. Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España.
Centro de Estudios Resistíales.
200
Capítulo 7
ANEXO 1
Tabla de Clasificación básica de las empresas turística
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Grupo I
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Ciudad de Vacaciones de 3 Estrellas
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! Hostales Residencia de 4 Estrellas
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' Hoteles Residencia de 4 Estrellas
j Hoteles Residencia de 5 Estrellas
! Restaurantes de 5 Tenedores
i Restaurantes de 4 Tenedores
Salas de Baile de I"
Salas de Baile de Lujo
Salas de Fiesta de I"
Salas de Fiesta de Lujo
Tablados Flamenco de I"
Tablados Flamencos de Lujo
Hostales de 3 Estrellas
Hoteles de 2 Estrellas
Hoteles Apartamentos de 3 Estrellas
Moteles de 2 Estrellas
Hoteles de 3 Estrellas
Residencia Apartamento de 3 Estrellas
Moteles de 3 Estrellas
Salas de baile de 3"
Salas de Baile de 2*
Salas de Billar con Consumición
Salas de Fiesta de 2"
Tablados Flamenco de 3"
Tablados de Flamenco de 2"'
201
l/>s rostí'.': salariales en el sector turística. Una aproximación
Grupo IV
Grupo V
Grupo VI
Aptos, Extrahoteleros Je 2 Lla\es
Ambigús de 3"
Caté Bares de 3"
Aptos. Extrahoteleros de I Lla\e
| Cafe Bares de 4°
Hoteles Apartamentos de 2 Esirellas
Cale Bares de 2"
I Cafeterías de I !aza
Hoteles Residencia de 2 Fslrelbs
Cafeterías de 2 Ta/as
! Restaurante de 2 Tenedores
Hoieles Residencia de 3 Estrellas
Casinos de 4°
| Restaurantes de I Tenedor
Moteles de 1 Estrella
Fondas \ Casas de Huéspedes
¡ Tabernas \ Bodesones
Pensiones de 3 Estrellas
Hosiales de 2 \ I Estrella
Residencia Aptos, de 2 Estrellas
Hostales Residencias de 2 \ 1 Estrella
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Hoteles Aparlanientus de I Estrella !
Hoteles de I Estrella
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Hoteles Residencia de I Llave
|
Pensiones de 2 v 1 Estrella
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Residencia Aptos de 1 Estrella.
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Restaurantes de 3 Tenedores
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ANEXO 2
labia de Clasificación de las categorías profesionales en el sector turístico.
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Primer tncaiiíado de ( afeiena
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Supervisor de Calerinj
Se«undo Jele de Comedor
Supervisor de hxplotacrono
Semindo Jefe de Keeepcion
y Colectividades
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Jefe de Sector
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Oficial de Contabilidad
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Reeepciomsta
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Relaciones Publicas
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Técnicos o Uimersitanos
Segundo Jete de Salas
Secretaría
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\ Superior
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Subuobernanta
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Tenedor de Cuentas de Clientes
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Los costes sulanides en el .sector turístico. Uiiii ii¡>n/Miim< iíni
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(irupo Profesional 5
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Mecánico Calefactor Ser. Auuiiares ¡ Mo/os de Piscinas
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Per-i'inal de I.ÍTiipieza
Pincha-Disco.s
Pinche üe Cocina
Planchista
Portero de Acceso
Planchador. Costurera. Lavandero
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Portero de Coches
Resto de Personal mayores de 18 año»
Portero de Servicios
Taquilleros
Preparador de Caierinj:
Sumiller
Telefonista
Viailante de Noche
Grupo Profesional 6
i A-ccnsonsias
Aunlante de Recepción
Bañem'de Piscina-
203
CAPÍTULO 8
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EL SISTEMA PORTUARIO CANARIO
EN LA ENCRUCIJADA
Luis Gabriel Cabrera Armas
Francisco Javier de León Díaz
El sistema portuario canario en la encrucijada
207
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La economía isleña ha experimentado una evidente transformación en e! último cuarto de siglo. La expansión del binomio turismo-construcción y la definitiva integración en la Unión Europea son. sin duda, dos de los determinantes de
dicha transformación. La consecuencia más notoria, el aafrcamiento de los niveles de renta isleña a la media europea. Estos cambios tiene su reflejo en las llamadas infraestructuras puntuales -puertos y aeropuertos-, pues éstas resultan cruciaies para el desenvolvimiento económico de una región carerjte de alternativas,
en especial, para la entrada y salida de pasajeros y mercancías. Dado que la
mayor parte de las mercancías que entran y salen en Canarias lo hacen por sus
puertos, y que en los últimos años acaparan una mayor proporción del tráfico
interinsular de pasajeros, el estudio de la actividad portuaria resulta imprescindible para tratar de ponderar algunas de estas transformaciones.
En este sentido, el análisis se centra en el estudio de los organismos portuarios c o m o empresa. Hemos articulado el estudio en dos apartados, centrando
nuestra atención en la evolución económica-financiera y en la gestión de los
puertos canarios y, a fin de ponderar los resultados, del conjunto del Estado en
el último cuarto de siglo 1 . Análisis que, debemos advertir, presenta dos limitaciones en las fuentes. La primera, que hasta 1989 el estudio no incluye datos
económicos de los puertos de interés general en las islas menores 7 . La segunda,
el análisis del sistema portuario estatal para 1998 y 1999 no se ha podido completar, al no haberse publicado por el Ente Público Puertos del Estado las
memorias correspondientes.
I os resultados que aquí presentamos constituyen un resumen de un estudio másamplio sobre ía evolución de la
vida económica en ios puertos canarios cu los siglos XIX \ XX.
Las Memorias de la Dirección General de Puertos, de quien dependían'hasta 1980 los puertos de interés general,
no recogen ni Balances de Situación ni Cuentas de Resultados de los mismos. Desde esa fecha la gestión de estos
puertos se agrega a la de las dos Juntas de Puertos existentes en el Archipiélago: La Lu/ y Las Palmas, en la que se
integran los puertos de Arrecife y Puerto del Rosario: y Santa Cruz de Tenerife, en la que se incluyen Santa Cruz de
la Palma. San Sebastián. La Estaca v Los Cristianos.
J
208
Capitulo H
2. ¿SON EFICIENTES IOS PUERTOS?
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(IV
Históricamente la finalidad de los puertos era la de facilitar servicios e
infraestructuras que posibilitaran la navegación (eficiencia productiva o técnica), al tiempo que también se les exigía una gestión lo más eficiente y competitiva posible «en bases presupuestarias de gasto e inversión» (eficiencia financiera) . Esta perspectiva, que dominó la vida de los puertos hasta inicios de los
noventa, se vio modificada a partir de la Ley 27/1992 de Puertos y de la Marina
Mercante y, tras, la aprobación en 1994. del Marco Estratégico de desarrollo, al
establecer que la misión de cada puerto debía ser la de "contribuir al desarrollo de la actividad económica facilitando el libre comercio y transporte de mercandas y personas"
¿Qué repercusión tuvo esta transformación en los entes portuarios? Una primera aproximación la podemos realizar a partir del análisis de la eficiencia económica y productiva. La eficiencia económica, entendida como la relación entre
gastos e ingresos corrientes, podemos considerarla aceptable si comparamos los
extremos del período (véase gráfico 1). Sin embargo, su evolución muestra algunos matices. En primer lugar, refleja el esfuerzo de modernización realizado en
Las Palmas, desde inicios de los años ochenta, y, desde mediados de dicha década, en ei resto de los entes portuarios. En segundo lugar, muestra como en los
noventa se asiste al descenso de dicha eficiencia en el conjunto del sistema portuario, destacando el empeoramiento de resultados de los puertos canarios, cuyos
índices, entre 1996 y 1999. se han situado a la altura de los obtenidos en la segunda mitad de los años ochenta.
Esta situación se refleja con mayor claridad en la ratio de eficiencia productiva, en la que relacionamos los ingresos corrientes con el Activo. En efecto, véase
gráfico 2. si en los años ochenta la eficiencia aumentó, aunque con distinta intensidad según el puerto estudiado (sobresalen, una vez más. los elevados índices
iniciales de Las Palmas), desde mediados de los noventa se ha reducido considerablemente, situándose en torno al 7 por ciento en ambos sistemas portuarios.
Esta evolución nos revela que en la actualidad hay exceso de capacidad de oferta, o sobredimensionamiento. en nuestros complejos portuarios.
SlSTKMA PORTI S.K1O DI T l T l ' l AR1D-U) EvSUTAL. < 1<W4|.
" lbídcm.
El xhiL'/iui ¡Hirmtiiv) cutiuno cu la eiicriu ijada
20')
GRÁFICO 1
Ratios de eficiencia económica en los puertos ( cr )
NO'IA: hticicn^i.i a.vnúr.iÍLj -- ií iasi.-.s corrientiís/luuicsov cornomcs! \ IDO
r - l ' K \ ' I l - / Manfla; ,,',• /es :-v.'.;)/;:iii-¡fl
\¡!r<niila<les por:iumu,
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Je l'iwnos del Esuulo
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GRÁFICO 2
Ratios de eficiencia productiva en los puertos ( °/t i
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NOTA- Eíicit-m ia produciiv i = IÍIHTCMIS fiinienles/Aciivíi! \ 10(1.
Fl. hNTE-.: Mrmoriits de la s n \pcai\ a.\ Autoridades i/crluariiis \ de Puertos del Estado.
210
Capitulo ti
En consecuencia, en la evolución económica de los puertos españoles, podemos establecer dos grandes etapas en el marco de los cambios estructurales señalados con anterioridad. Una primera, hasta 1992. cuyas principales características
podemos resumir en la reorganización del sector de estiba, a fin de agilizar _\ abaratar la estadía de buques v la manipulación de mercancías'; en las modificaciones del sistema de financiación de los puertos con la constitución de Fondos de
Compensación interportuarios': en la simplificación y modificación de la cuantía
iic las tarifas y de los cánones de las concesiones: en los fuertes incrementos de
los resultados extraordinarios por la política de saneamiento del inmovilizado
portuario, amortizaciones y provisiones para insolvencias ; y. por último, de ahí
el empeoramiento de finales de los ochenta, por los costes de la integración del
Montepío de Previsión Social para Empicados y Obreros de Puertos en el
Régimen General de la Segundad Social*.
Una segunda, hasta el final del período, caracterizada por la mayor autonomía concedida a las nuevas Autoridades Portuarias": por la ampliación de las competencias1 :
por un nuevo sistema tarifario que facilite el intercambio1 : por el fuerte incremento
de las amortizaciones del inmovilizado material, consecuencia de la aplicación de
nuevos coeficientes|J; por el pago de las deudas aplazadas por la integración de!
La rcío;m;!. que arranco con el Ría! Decreto-Lev 2,'l'W.i. de 2? Je n t n u . se plasmo en l.i desaparición ik la
Oi-uani^kion Je Irabajo Portuario, encomendándose la organización a las Sociedades Estatales Je Estiba *
Desestibu icón participación pública \ privadai. en la reducción de plantilla v en Sa racionalización de las manos.
íi¡ Redimen Financiero de ios Puertos quedó establecido en la Lev ¡K/19.S5. de 1 de iuiio. que mnJil'ica la Lev
l.'IWih. de 2N de enero. v Real Decreto 2546/14X5. de 27' de dieicmbie Dentro dei obietivo «enera! de- autofinanciaeión üei sistema portuario se constituyeron tíos Fcindos de C ontpcnsación 1. lio destinado ¡i alendeí las necesida
del
la
i la sub
a del Estado
de
' Eliminando aquellas partidas, sin valor. Jel inmovilizado a fin de acer
la realidad
-financiera de
los puertos
Real Decreto 224S/I')X5. de 20 de noviembre. > Orden cié 24 de mayo de 19X7. La mlctrr.R ion suponía ei desembolso por lo- puertos Je 5S.Í00 millones ion pesetas de I'» 1 !), a amortiza! una parte en I',1 aíios y en 2*1 años ^[r.i
(en este caso crin un interés anual del 8 por ciento*
Se definen, setuin la Le\ 27/1W2. como empresas ele servicios con personalidad jurídica y patrimonios propios
independientes de los de) Lstadei.
Ln virtud Je la Le\ de Puertos ¡apartado seis de la Disposición adicional sexta), se tes adscribieron las obras e insllZilU
v los k
qu
supuso un irtvi
n sí ir leri n 1;
xirticij. ÜCK>MC del t- •ando en c! capital
de- l.is SDC edades Estala es de F suba v Descstib i. ai atnji tro le 1
uisnia
¡eclasiücan \ d i s m i m n e n los grupos de mercancías. \. lo cjuc es mas importante cara a la aulonomía \ eonipeleneia
portuaria, se esiableciti l.i posibüidati de conceder bonificas iones en'las l.inñts. pnmero de un 25 ! <. \ más tarde de
un 3 5 ' , , Bonificaciones c u \ a euantl.i se hacia depender de la rentabilidad \ de la apoitacuin neta a! "fondo de
(. onipensacion tic cada .'\ulondad l'iMtuarur
I ns Loefieiemes de amorti/aeion de! miiHuili/ado material se establecieron en O. M. de 12.V.I<-)y.v
1
El sistema portuario canario en la encrucijada
211
Montepío1'; y por último, por las actualizaciones del inmovilizado material de acuerdo con criterios europeos'". Veamos, más detenidamente, estos aspectos.
2.1. IM dinámica económica
'"íf"
'r *fe
A la hora de analizar la dinámica económica de una empresa se hace necesario estudiar tanto su rentabilidad financiera como económica, teniendo en cuenta
que uno de sus principales objetivos es el de maximizar la relación existente entre
lus beneficios obtenidos y los capitales invertidos.
GRÁFICO 3
Rentabilidad Financiera (%)
i
1982
1984
1980
il-.spnña
199! i
—•—S C Tenerife
1994
I«is Palmas
1998
NOTA: Rentabilidad financiera = (Beneficios/Fondos Propios) x 100.
FUENTE: Apéndice ].
Deudas a las que hay que unir el abono a los pensionistas del Montepío de las prestaeiones complementarias de la
Seguridad Social
A partir de !9U3 se establecieron diferentes criterios en la valoración dejos bienes en función de la fecha de la
inversión. Contablemente se dieron de baja del inmovilizado con careo a "Patrimonio" los valores netos a 1.1..1993
Asimismo, causaban alta, con abono a dicha cuenta, los resultantes del estudio parcial realizado por la firma
American Appr¿iisal España. S.A. (a quien e! Ente Público Puertos del Estado adjudico en 199? la valoración de
todos los activos fijos en los puertos!. Y. contra la cuenta "Resultados de ejercicios anteriores", las diferencias de
dotación de amortizaciones.
Capitulo K
212
En este sentido, véase gráfico 3. el estudio de la rentabilidad financiera
(Beneficios/Fondos Propios), revela, ademas de unos resultados erráticos, su paulatino descenso en los puertos isleños. En general, los índices obtenidos para
Santa Cruz, aunque muestran un comportamiento similar al conjunto del Estado,
reflejan la menor rentabilidad de este complejo portuario (sólo en 5 de los 18 años
analizados sus resultados son superiores a los nacionales). En el caso de Las
Palmas, sobresale la fuerte y sostenida caída del índice, más llamativa si tenemos
en cuenta que hasta principios de los noventa presentaba unos resultados muy
superiores a los del conjunto del país.
Sin embargo, la rentabilidad financiera está condicionada por el grado de gestión
de otros apartados del balance. Así. la capacidad del sistema portuario para remunerar los capitales puestos a su disposición, esto es la rentabilidad económica
(Beneficio/Activo Total), muestra un comportamiento similar en los puertos estudiados (cir. gráfico 4). Mientras que en el conjunto de los puertos estatales la remuneración ha aumentado, en especial en los años noventa, en los puertos canarios la
tendencia es descendente, destacando la fuerte disminución de Las Palmas., que llega
a mediados de la última década a situarse por debajo de la obtenida por Santa Cruz' ,
GRÁFICO 4
Rentabilidad Económica
1WÜ
l'Ȓ
198f>
I9XX
I Vid
199."'
IV.U
NOTA: Rentabilidad económica = (Beneficios/Activo total) * 100
FUENTh: Apéndice 1.
hntre I°X 1 - !'Í85 ^ !L>%- f ''^.descendieron un I'1 poi ciento, mientras que en Sania O'u/. paia los mi sinos ano*
a Laida íue menor, un 34 por cíenle*
h! sistema portuario canario en la encrucijada
%
213
Estos resultados, recogidos en el apéndice 1. se derivan tanto de la disminución del margen de los beneficios sobre las .ventas (Beneficios/Ventas), como de
la gestión del activo (Ventas/Activo Total). Así, en Santa Cruz el deterioro inicial
de su índice se debió, como veremos, a la caída de la facturación, mientras que
en Las Palmas, los factores determinantes fueron la contención del gasto y, sobre
todo, el excepcional comportamiento de los ingresos, muy por encima de la
media estatal. Sin embargo, a partir de mediados de los ochenta, aún cuando las
\entas mantuvieron un favorable comportamiento, los puertos canarios vieron
disminuir sus beneficios por las causas ya señaladas. En los años noventa el margen de ventas mantiene su tendencia decreciente como consecuencia de la disminución de las tarifas y el estancamiento del tráfico'". . f«C
En el segundo caso, la gestión del activo nos indica el grado de eficiencia en
su gestión. En la. primera etapa, en ambos complejos portuarios se observa una
estabilidad en dicha magnitud, mientras que en el segundo período se produce un
deterioro debido al comportamiento de las ventas y, sobre todo, a los nuevos criterios de valoración del Activo. Este deterioro está relacionado con la disminución en las rotaciones del Activo fijo, debido a la escasa importancia del circulante en el sector estudiado y, quizás, a un posible sobredimensionamiento de los
puertos canarios1 .
Por último, en cuanto a la de gestión de los derechos reconocidos (Ventas/Derechos reconocidos), se ha producido un claro empeoramiento, en mayor medida en
Santa Cruz, pues pasó de los iniciales 118 días a los 181 días al final del período,
frente a los 102 y 147 días de Las Palmas (cfr. apéndice 1).
2.2. La estructura financiera
En el apartado anterior examinábamos los puertos desde un punto de vista
económico, su.rentabilidad. Sin embargo, el aspecto económico de la empresa
" Como veremos en el apartado siguiente, en la última década del siglo se produee un cambio en la composición de'
los ingresos, aumentando en niavor proporción los originados por actividades inmobiliarias (cánones por concesiones i. en detrimento de los derivados del tráfico y servicios.
En cuanto a las rotaciones del circulante hay que remarcar que. aunque teóricamente, tanto el Activo fijo como el
circulante pueden tener igual influencia en las rotaciones totales del Activo y. a través de éstas, en la rentabilidad de
los puertos, de hecho son los bienes de capital circulante los que hay que vigilar más de cerca a la hora de medir la
rentabilidad. l:n Santa Cruz ha empeorado, al pasar de 1.71 a 1.06 rotaciones, mientras que en Las Palmas ha mejorado siistaneialmente. desde la inicial 1.24 ha pasado a las 2.13 rotaciones, superior, incluso, a ios datos nacionales,
que fluctuaron de 1.52 a 1.24 rotaciones.
214
Capitula
está íntimamente ligado con el financiero ya que la elección adecuada de medios
conlleva un incremento o una disminución de la rentabilidad del capital propio
que. en definitiva, es lo que interesa a los socios o propietarios, en nuestro caso
la propia sociedad. Ln este sentido, procederemos al análisis de las masas de
bienes a disposición de los puertos, y los tipos de medios que ha empleado para
financiar cada una de ellas, en función de su capacidad pura hacer frente a sus
compromisos a corto, •medio o largo plazo1'.
1:1 grado de autonomía financiera (Fondos Propios/Activo) en el conjunto
del sistema portuario estatal, al igual que en los puertos canarios, es siempre mu\
alto, lo que nos indica una gran independencia de los capitales ajenos icfr. apéndice 2). Este alto grado de autonomía es una característica específica de las
empresas que gestionan grandes infraestructuras pues, al ser actividades que
implican un largo periodo de madure/, de las inversiones y bajas lasas de rentabilidad, su financiación es obtenida en la mayoría de los casos a través de transferencias de capital de la propia Administración. Veamos, en consecuencia, cómo
se distribuyen los fondos entre las diversas masas de bienes del Actho. es decir,
qué masas de bienes se financian con medios propios y ajenos.
El coeficiente de financiación del Active» fijo (Capitales permanentes/Activo
fijo), nos permite aclarar las características de dichas inversiones'. Así. véase
apéndice 2. en contraste con la estabilidad del sistema portuario nacional, destaca el comportamiento de los puertos de la provincia de Las Palmas, que. en especial a finales de los años noventa, muestra un fuerte empeoramiento de este índice, hasta situarse por debajo de 100 (está financiando parte de su Activo fijo con
medios a corto plazo). Esto contrasta con evolución seguida por los puertos integrados en la Autoridad Portuaria de Santa Cruz, con un ratio. salvo 1998, siempre superior a 100. Esta situación, como es lógico, se refleja tanto en la evolución
del coeficiente de financiación del Activo circulante (Exigible a corto
plazo/Activo circulante)2", como en la capacidad para afrontar dichas obligaciones. Solvencia total (Activo total/Pasivo exigible). con valores aceptables en
todos los casos, salvo al final del período para Las Palmas (cfr. apéndice 2).
Kn consecuencia los análisis a reali/ai son los de fcstructura- masas de bienes de que dispone \ medios empleados para iiiianciariav Soh.cricia- capacidad de las empresas para hacer frente a sus compromisos a larai pla/ji:
Liquiden posibilidad de los puertos para hacer treme a sus compromisos a medie» plazo: Tesorería^ capacidad para
hacer líente a compromiso'- inmediato-. \'i\ cono pia/o.
Cuando el coeficiente es mayor que 100 nos indica que parle del Aclivo circulante ha sido financiado por Capitales
permanentes
Kti este caso, el ^aíor del rano dehe ser interior a 100 \a que. en caso contrario, se estaria financiando parte de!
Acmu fi[o mediante capitales a lareo pla/o
El sistema portuario canario en la encrucijada
215
Sin embargo, ni el Activo ni el Circulante están compuestos por partidas
homogéneas, en cuanto al momento de su realización o exigibilidad. respectivamente. Por todo ello, véase apéndice 2, una expresión más aproximada de la
aptitud de la empresa para hacer frente a sus compromisos en el momento de
su vencimiento, se obtendrá a través de la ratio de Tesorería (Disponible +
Realizable a eorto/Exigible a corto). Así, mientras Santa Cruz presenta a lo
largo del período un signo positivo. Las Palmas, que inicialmente estaba por
encima de la media nacional, cae drásticamente en los años noventa. Más aún.
la-posibilidad de la empresa para satisfacer sus obligaciones, la liquidez
(Disponible/Exigible a corto), tanto en el ámbito nacional como local, es
pequeña. Se mantiene estable en Santa Cruz y en Espaw*. mientras que se deteriora en la otra provincia, lo cual intuíamos tras el análisis del estado de'
Tesorería.
GRÁFICO 5
Evolución de los ingresos de explotación
(Miles de millones de pesetas de 1999)
• I¿J>
<•>
-
1978
19»)
1982
1984
1986
J988
1990
1992
1994
1996
1998
NOTA: Hasta 1988 sólo los puertos de Santa Cruz de Tenerife y La Luz Las Palmas, desde
1989 todos los puertos de interés general en cada provincia.
FUENTE: Memorias anuales de las respectivas Autoridades portuarias.
Elaboración propia
216
Capitulo H
3. Los PUERTOS: ¿AGENTES INMOBILIARIOS?
*'!
En el gráfico 5 y cuadro 1 hemos recogido los ingresos ordinarios, en pesetas
constantes. Varios son los hechos relevantes. En primer lugar, en todos los puertos
destaca la tendencia ascendente de los ingresos totales entre 1978 y 1999. En segundo lugar, sobresale el hecho de que este crecimiento fue mayor en los puertos canarios, en dicho período su lasa de crecimiento alcanzó el 4,2% anual, que en los de
España: 2.5% anual, en este caso sólo hasta !997;:. En tercer lugar, hay que resallar
la diferente intensidad temporal y espacial. Asi. en un contexto general de ajuste a la
crisis económica de los setenta, sobresalen los extraordinarios resultados obtenidos
por el puerto de Las Palmas, entre 1978-80 \ 1981 -85 incrementó sus ingresos en un
23%. frente al descenso de los mismos en Santa Cruz (-21%). mucho más acentuado que los del conjunto del sistema estatal í-5%' i. En la segunda mitad de los ochenta la tendencia general es de recuperación, destacando el auge de la facturación isleña (69%) frente a la alcanzada por el Estado (37% );:. Este comportamiento, a pesar
del mayor impacto de la crisis general en Canarias, se mantiene en los primeros
noventa, destacando ahora el incremento de los ingresos en Santa Cruz y en España,
con alzas en ambos casos, respecto al quinquenio anterior, del 45%. Por último, entre
1996 y 1999. asistimos a un descenso de los ingresos medios, tanto en Canarias
como en España cayeron un 8%- y un 14% respectivamente, en el que han jugado un
papel determinante las rebajas tarifarias y la mayor competencia entre los puertos laclor al que, en el caso de España, hay que añadir la competencia de otros medios
de transporte- (cfr. cuadros 1 y 2).
Ahora bien, si significativa es su evolución más aún lo es analizar los cambios en
su estructura (cfr. cuadro 2). Respecto a la actividad que mayores ingresos proporciona, los Servicios generales, más que comentar las etapas, que. como se observa
en el cuadro 1. se ajustan en gran medida a lo ya señalado, nos interesa el comportamiento de sus principales epígrafes y su relación con el tráfico marítimo (cfr. cuadro 2F. Respecto a los ingresos derivados del tráfico de buques, observamos corno,
después de que estos alcanzaran su mayor volumen a finales de los ochenta, en la
década de los noventa, a pesar de que el tráfico de buques mercantes ha crecido,
sobre todo en tonelaje, han reducido su cuantía e importancia relativa.
Si en I lisiar de 1999 utilizamos 1997. último dato disponible para hspaña. la tasa alcanzada en Canarias, aunque
menor, también es superior a la española; 3.28'.'< (3.25':/ en Santa Cruz. 3.31V en Las Palmus),
Los incrementos tueron del 73 y 6(S por ciento para Santa Cruz y Las Palmas, respectivamente.
Como ya,hemos comentado no há\ datos publicados con anterioridad, según los casos. 1981 o 1983.
,;
El sistema portuaria ¡anarin en la eiicntciuuln
v\\
2¡ 7
Esto confirma lo señalado más arriba sobre la política tarifaria, pero también re-da
los efectos q¡;e en la estadía de los buques, ademán de la ampliación de la int'raestiuctura portuaria, tienen los cambios tecnológicos en la navegación i mayor lainaño
y. sobre lodo, especiaü/ación ¡. y la disminución del tiempo de las operaciones en
!a manipulación de meicancías (mecanización, automatización y reducción de \Ü<
"manos" en la estitiai.
En cuanto a los ingresos por mercancías y pasajeros, destaca el mayor crecimiento
de Santa Cruz, en estas dos décadas ha multiplicado por 3.4 sus ingresos, gracias a
una tasa de crecimiento anual del 7.S'-/- mientras en Las Palmas su menor tasa de
crecimiento (4.(V,v). sólo ha permitido duplicar ias cifras iniciales. Ahora bien, no
todo este incremento cabe atribuirlo al tiúTito de mercancías, en especial en Santa
Cruz. Si separamos los ingresos por pasaje, parte de aquel incremento hay que atribuirlo ai movimiento de pasajeros que de suponei sólo t,*tW,'( de los ingresos por
Servicios Generales ha pasado a representar el 2bV< \ Resultados en los que ha sido
determinante la incorporación, en lc)89. de los puertos menores, en especial, los de
San Sebastián (La Gomera) y Los Cristianos ( Tenerife v. y. en menor medida, el establecimiento de nuevas líneas interinsulares entre Tenerife y Gran Canana, y el
aumento del tráfico ele cruceros.
Respecto a los Servidos específicos, destaca su cada ve/ menor relevancia, en
contraste con la estabilidad que presentan en el sistema portuario estatal (véase cuadro 3)''. En términos relativos, de sittiarse en el 18':* de los ingresos en Cananas, han
pasado a representar sólo e! l'{ del total. Esta pérdida de protagonismo se debe a la
disminución de los ingresos por la utilización de superficie y, en menor medida, al
descenso de los suministros. Descensos que. en cualquier caso, debemos relacionar
con la caída de la demanda debido al menor protagonismo de los puertos como lugar
de escala y avituallamiento en el tráfico comercial y pesquero en el Atlántico': a las
mejoras en la manipulación de la mercancía, lo que se traduce en un menor tiempo
de ocupación de los muelles; y a la cesión de determinados servicios a la iniciativa
privada, lo que se trae consigo reducciones en los ingresos (aunque, en parte, haya
estado compensada por la disminución de los gastos).
•• Por eiemplo en Las Pajinas, donde esle proceso ha ceñido una mavor intensidad, de transportar en 1976 en come
nedores el 2-IV de ¡a mercancía general en 1999 ha pagado n representar e] 7 !'>r
Entre 19% \ ! 999 lt> ingresos medios por pasajeros en Sania Cruz alcanzaron los 780 millones de pesetas anuales, mientras c]ue en t*as Paltnas solo se obtuvieron en el mismo pe'íorio 18? millones, lo que supone el 6(<r de los Servicios Generales
Presenta en todos los casos analizados tasas anuales de crectmienlo acumulado negativas entre 1978 \ 199L¿. 0.98'' para Canarias. -!.20r» on Santa Cruz \ -fi.5Sr» en Las Palmas
:
hl peso del avmiallanm'mo en C anaria * ha descendido en CÍ'-Í 5 pimíos en el período considerado de suponer el
! V'<- de media entre 1970 \ !9su de las mei'.aucías totales, ha pasado a representar sólo e! IO(V entre 199h \ [999
t:n cuanio a los buques que han recih;do alguna clase de asistencia fuera de las asuas del puerto, su numero se ha
reducido drásticamente. Para el puerío dei que disponemos de información. Las Palmas, ios 763 barcos s 88.82.-'
T.R.B.. atendidos de media en el quinquenio l97h-1980. en el de 19Xd-1990 se vieron reducidos a solo 58 buques,
con 2.291 T.R.B.. situación que en los noventa debió empeorar, como se relleia en la desaparición de este dato de
¡as Memoria* de la Autoridad Portuaria a partir de 1993
Capítulo H
218
CUADRO 1
Ingresos ordinarios de explotación
M.'gún períodos en miles de millones de ptas. de
PKKÍODOS
GKNF.RAI.KS
ESPECÍFICOS
CÁNONES
OTROS
TOTAL
Las Palmas
1978-80
1981-85
1986-90
1441 -95
1496-99
1.651.7 (72i
! 917.3 (69)
3.455.3 i 74)
í.938.7 (691
3.254.0 (661
346.2
546.4
721.4
846.6
(I5i
(20)
(16/
(15)
159.5 (7)
177.9 (6i
365.2 (8¡
844.2 (15)
309.7
(6i
1.316.7 ( 2 7 )
6 1 . 6 ( 1)
2.271.1
2.798.9
4.646.4
5.729.0
4.942.0
13.V8
156.9
106.5
99.6
16)
(6)
i2)
í2)
Sania Cruz de Tenerife
1978 80
1981-X5
1986-90
1441-95
1996 49
1.491.7
1 ¡45.4
2.205.4
3.130.2
(7!i
(68i
(76)
(74i
448.5 ¡2li
252.1 (15i
473.0(16)
376.5 19)
107.4 (5> .
!35 4 (Si
185.6 (6)
635.1 (15)
71.1
141.7
36.8
64.8
(5)
<8i
(1)
(2)
2.118.8
¡672.6
2.899.3
4.206.6
307.8
(7i
835.5 (20i
37.0
di
4.159.7
(71)
(68)
(75)
(71i
744.7
799.0
1.194.5
1.223.2
(18i
(18i
(16)
(12i
266.9
¡6)
311.3
(7i
548.8
(7)
1.479.3 (15)
204.8
298.5
143.3
164.4
(5)
i7i
(2)
(2)
6.233.5 (68)
617.5
(7i 2.152.2 (24i
98.6
(1)
4.389.8
4.471.5
7.545.7
9.935.6
9.101.7
(4i
(4)
(2)
(2)
(3)
54.783.5
51.999.2
71.432.2
103.799.2
89.480.7
2 974.5 (72i
Canarias
¡978-80
1981-85
1986-90
1991 95
1996-99
3.123.5
3.062.7
5.659.2
7.068.9
España
1978-80
1981 -85
1986-90
1991-95
¡Q%_97
38.849.1
3/.59O.O
52.385.1
75.507.')
61.351.1
(71) 9.512.2 (17) 4.151.0 (8)
(72) 8.545.8 (16) 3.851.6 (7)
(73) 11.927.2 (17) 5.490.3 (8)
(73i ¡5.322.7 í¡5> ¡1.154.0 (11)
(69) 11.477.2 (13)14.329.1 (16)
2.271.3
2.011.8
1.629.6
2.104.2
2.323.3
NOTA; Enirc paréntesis el porcenlaie sobre el Tutal.
FUENTE: Memorias anuales Je los n \/vctivtis Autoridades Portuaria':
v de Puertos del Estado.
Elaboración propia.
El sistema //ortuano canario en la encrucijada
219
CUADRO 2
Principales ingresos en Servicios Generales
(Media según períodos)
Periodos
Ingresos
Tráfico
Carga
Ratios
Tráfico
Mere
Niim.
TRB
U)
(2)
(?)
(4)
Í4/3)'
46.337
43.264
44.976
77.91"
5.048 • 6.886
4.322
8,579
4.596
9.690
7,l(,|
13.352
751 m
S>7>
994
1.227
149
198
217
172
6.092
4.827
4.126
6. i 10
1.831
1.368
999
806
301
280
243
!33
TM
(5)
(5/3)
(5/4)
(1/3)
(1/4)'
(5/2)
119
186
175
112
24
43
39
16
no
9!
9
19
101
t :
16',"
Las Palmas
1982-85
1986-90
1991-95
1996-99
1.'092.0 891.3
1.876.2 1.540.9
1 711.7 2.146.6
1214.4 .l.%3.3
9.2
II).!
9.8¡0.8
179
148
Santa Cruz
19X1-85
1986-90
1991-95
1996-99
424.5 697.3
900.0 1,286.5
Ü77.Í 2.188.0
538.2 2.368.8
7
.4 45.037
iO.O 46.171
13.5 55.064
¡8,2 ¡!2.85~
13.520
12,715
13.114
14.523
69
'9
i;
159
NOTA: (1) = Entrada y estancia de barcos y Atraque en miles de millones de ptas. de 1 W í : (2 )=
Mercancías y pasajeros en miles de millones de ptas. de 1999: (3)= Numero de buques mercantes
entrados, en miles: (4)= Toneladas de registro bruto de los buques mercantes entrados, en miles:
(5)= Mercancías embarcadas y desembarcadas, excluida la pesca, en miles,
FUENTE: Memorias anuales de las respectivas Autoridades Formarías. Elaboración propia.
Por último, hay que destacar, el incremento del producto de las concesiones y
cánones de actividades industriales en Canarias, donde los ingresos se multiplicaron por 8. y, aunque en jnenor medida, en el conjunto estatal (sólo se han multiplicado por 3.5). Esta evolución, que ha supuesto incrementar su participación
relativa hasta casi un quinto de la facturación, puede atribuirse, por una parte, a
las nuevas valoraciones de terrenos portuarios y consiguiente revisión del precio
de las concesiones y cánones, posibilitada por la reforma de 1985-s: por otra parte.
Real Decreto 2540/198.^. de 21 de diciembre, sobre política económico-financiera del sistema portuario dependiente de la Adminisiración del Estado. A partir ia Le> 27/1992 de Puertos, las competencias en materia de concesiones l'ueron traspasada a las Autoridades Portuarias
iiSilíf,-
220
CíipÍHtlo
dado que \í¡--- autorizaciones de ocupación del dominio público existentes eran, en
su mayoría, a !.:igo plazo y a precios interiores al de mercado, los ingresos supenoves, se cleoen también a la mayor disponibilidad de suelo, consecuencia de la
ampliación de la*- zonas de dominio adscrito al sisiema portuario•". Este eompor
lamienio parece configurar la conversión de las Autoridades Portuarias, con
ma\<-r intensidad en (.'ananas que en España, en agentes inmobiliarios, alejándose, lauto de su papel histórico de proveedor de servicios e infraestructuras, como
del más reciente de promotor del desarrolle) económico.
4. L\ RACIONALIZACIÓN OKI. (.ASTO I'OK 11 AKIO
, i
El comportamiento de los gastos de explotación en los sistemas portuarios
canarios es mu\ similar (cl'r. gráfico 6 y cuadro 3). Ln primer lugar, el gasto
crece, en el periodo 1978 1999. en términos reales a una tasa media anual acumulativa del 2..V'Í en Canarias (2.6cr en Santa Cruz. 2.5'-i en Las Palmas), mientras que el crecimiento registrado por el conjunto de España hasta 1997 fue menor
(1.9v( )'". F.n general, destaca el menor crecimiento de los gastos en relación con
los ingresos y la ilinación, lo que refleja una política de contención del gasto
corriente, cuyo menor éxito en Cananas podemos atribuir al factor insular.
GRÁFICO 6
Evolución de los gastos de explotación en Canarias
(Miles de millones de pesetas de 1999)
•''' ]
I
: . j -j
l'alnvi-, |
NOTA: Hasta 1988 solo los puertos de Santa Cruz de Tenerife \ La Luz Las Palmas, desde
1981-) todos lo< puertos de interés general en cada provincia.
FUENTE; Memorias unuulcx di' ¡as ivs/wciivcn Aituiriilades portuarias. Elaboración propia.
/;/ sisfcniti ¡>ortitano comino en la
Las características de estas políticas de contención se observan con mayor
claridad a! anali/ar su composición (véase cuadro 3). Sobresale el capitulo tic
persona! \. sobre todo, la pérdida del peso relativo del misino, alrededor de 20
puntos para el conjunto de puertos canarios y españoles: reducción derivada de
.su menor tasa de crecimiento. 1.3 por ciento anual acumulado entre 1C)78 y
1999. frente al 2.5 por ciento de los «asios totales. En esta evolución ha sido
determinante la política laboral de los organismos portuarios (reducción de
plantilla \ contención salarial), y el comportamiento de "Trabajos y suministros exteriores + consumos" que. según el ente portuario, de representar el
16 y el 24 por ciento de los gastos ha pasado a suponer entre el ?5 y el 45 por
ciento. Y ello, por el traslado a empresas privadas.ífc; algunas de las labores
que los organismos portuarios realizaban directamente. En consecuencia, parece evidente que en el conjunto del sistema portuario 4se ha llevado a cabo una
política de racionalización ele los gustos portuaiios que ha^rontribuido. como
'ya comentarnos, a tina mejora del margen de explotación, pero que también ha
tenido una repercusión directa en el incremento de la productividad aparente
por trabajador por encima de la media estatal.
In-Temcnlo de s,.¡elo ;:! -jue e o m n b u \ c r o u lanío las transferencias de la Dirección General de Costas v expropiaciones realizada- por el I-suido, como la p o l u t a inversora de kis propias juntas de Obra*. >. do^dc i L.'93. Aulondades
Portuarias. Hn aporta*. 10 a.úus. ha MipucsUi pa>.ai'. en la piro\ i¡K!a do I .;^ Fainuis. do 1.4 a ~.t> itiilkulos de ni ) on !.;
provincia de Sania (Vu/ do Tenonle. donde el crccüinenlo ha wdo menor, de 1.3 a 1.5 millones de mi
fin h 'S puerto'- l l e n o s enlro I07S \ !'.uy7 la> Lí¡sa.-> íuo¡on del I.45 ; ( er. Sania (.ni/ \ ^ . ^ 4 ' Í en 1 .as Puinias
l..a osirategia. -.rihio indi» en lo^ aíiu1- oeiienta > luíale^ de Uv- no\enia. se ba>o on la realización de ajusles laborales qno adquiriere)! ¡na\nr rele\anua en Sania 'L'rn/ i 2 ^ r , i. que en l,as Palma•• <'2\'' i
Planlilla media se<jnn periodos \ -.isienia'- portuariosly'/K-SO
Las Palman
SantaCiu/
•
'
1981-85 108(1-90 19MI-95
1906-99
-4!
3;i
1I..C
30''
27!
275
233
210
2O'¡
J')~
1 .a eoinhiiKieiíin de osio^ laeloies se relloja en la contcneión de K>s gasios de personal en los años noventa, a pesar
de las subida-, salariales aprobada- po; el tiohierno \. sonie loiio. la- d e r u a d a - de la aplicación del I Convenio
C o l e c m o del Sistema Portuario en 1W5. pue- e-ia- se compensan con reducciones de planlilla medíame nihilaciunos anlicipaila- \ la no ieno\ ;\aov, de eonlraios.
Capitulo H
O ADRO 3
Gastos ordinarios de explotación
(Media según períodos en miles de millones de ptas. de 1999)
PERÍODOS
PERSONAL
TRAB.+CONS.*
OTROS
TOTAL
L.as Palmas
1978-80
19X1-85
1986-90
1991-95
1996-99
1.048.0
1.092.2
1.034.0
1.387.5
1.364.1
(76)
(67)
(61 )
(60)
909.6
798.2
758.5
974.7
974.8
1.957.6
1.890.4
1.792.5
2.362.3
2.338.9
24.970.3
24.664.4
24.013.1
30.062.1
26.391.1
.4I7.(.437.1
.604.6
2.289.4
:. 263.6
(2 I
(3)
500.0 (31)
841.1 (37i
852.3 (38)
22.8
49.3
30.1
41.8
48.2
(82)
(80)
(66)
(62)
(54)
181.8
158.8
373.0
558.2
796.1
( I6i
(16)
(31)
(35)
(451
16.0
44.1
44.8
49.7
26.7
(2)
(4)
(4)
(3)
i 1¡
.107.2
.001.1
.212.2
.597.4
.797.6
[78)
(78)
(66)
(62)
(58)
445.8
372.3
752.4
1.318.3
1.598.5
(21)
(19)
(31)
(36)
(41)
38.8
93.4
74.9
91.5
74.9
(2)
(4)
(3 i
(2)
(2)
2.525.0
2.438.0
2.816.8
3.886.8
4.061.3
(79)
(771
(73)
(65)
(60)
5.624.7
5.869.7
8.655.9
14.890.2
15.284.6
1.128.4
1.346.2
943.7
1.699.5
2.039.8
(4i
(18)
(25)
(311
(35)
(4)
(3)
(4)
(5)
31.723,4
31.880,2
35.013.7.
47.461,0
43.715.5
346.8 (24i
295.5 (21)
(74»
t2)
(2)
(2i
Santa Cruz
1978-80
1981-85
19,86-90
1991-95
1996-99
Canarias
1978-80
1981-85
1986-90
1991-95
1996-99
España
1978-80
1981-85
1986-90
1991-95
1996-97
(18i
NOTA: ''Incluye Trabajos y suministros exteriores+Con.sumos. Las cifras enlre paréntesis
•recosen el porcentaje sobre el Total.
FUENTE: Memorias imítales de las respectivas Autoridades portuarias v de Puertos del
Estado. Elaboración propia.
\§i I
El sistema portuario canario en la encrucijada
223
GRÁFICO 7
Recursos generados en los sistemas portuarios
IU).(M¡(0
KMDÜiXI
1 (XIMIX
lOüíXX)
1988
19*
1W)
—
Las Paknt.
|
Sala Cru? £k "faicrilc
—
f.spuña
NOTA: Recursos generados = (Beneficios + Amortizaciones). Has!a 1988 sólo los puertos
de Sania Cruz de Tenerife y La Luz Las Palmas, desde 1989 lodos los puertos de interés
general en cada provincia.
FUENTE: Memorias anuales de las respectivas Autoridades portuarias y de Puertos del
Estado: Elaboración propia.
Una última cuestión nos queda por aclarar. En el análisis de la gestión portuaria hay que valorar el factor insular, que si bien tiene una influencia positiva en
la evolución de los ingresos debido a los tráficos cautivos, tiene su reflejo negativo en los gastos por la necesidad de múltiples infraestructuras y los mayores
costes de gestión.
En consecuencia, para evitar los sesgos producidos por las políticas de amortizaciones, debemos analizar la capacidad de generación de recursos, para lo que
añadimos a los beneficios las amortizaciones. La evolución de dicha magnitud.
véase gráfico 7. nos ofrece una visión más positiva de la gestión que la que se
desprende del análisis de la rentabilidad. No obstante, ello no invalida nuestras
conclusiones acerca de las diferencias en el comportamiento de nuestros puertos
(sobre todo para antes de 1992). ni, lo que es más importante, nuestra afirmación
inicial del exceso de capacidad del sistema portuario isleño.
224
Capitulo 8
5. CONCUSIONES
Los puertos canarios han vivido, quizás con mayor intensidad que el resto de
puertos nacionales, los profundos cambios experimentados en el comercio marílinio en el ultimo cuarto de siglo. Cambios, o mejor, menor protagonismo, debidos a la progresiva pérdida del papel de escala en el Atlántico, el menor volumen
comercial de África con el resto del mundo, la práctica desaparición de la actividad pesquera, y. como no. los efectos derivados de los cambios en los flujos
comerciales tras la integración en Europa.
Hsta situación tiene un claro reflejo en la evolución de las principales magnitudes económicas y financieras. Como hemos visto hay un exceso de capacidad de
oferta en los puertos canarios, que se manifiesta en la disminución de la rentabilidad.
Disminución que en los ochenta se intentó afrontar mediante incrementos de tarifas
pura mejorar los márticnes. y en los noventa, al calor del nuevo revestimiento jurídico de la organización portuaria, medíame su reducción al objeto de atraer "nuevos"
tráficos. Esta política de incremento de los ingresos ha estado acompañada de una
de austeridad en el gasto y. especialmente, en el de personal.
6. BIBLIOGRAFÍA Y I I ENTES
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Estratifico del Si\icir*(i Culinario. Madrid.
*7
///
w
Capítulo H
226
APÉNDICE 1
Análisis económico
TFE
1
LPA
ESP
TFE
1
UPA
ESP
I.PA
5
4
3
TFE
KSP
TFE
1J*A
KSP
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I.PA
1182
2.9
4,7
sil.
2,8
4.6
s.d
26,6
33.6
s.d.
• 0,11
0.14
s.d
0.1 i
0.16
'i1
i 98.1
-1,4
3.3
• 1,7
-1.3
3.2
1,7
•21,7
29.7
18.1
0,06
0,11
0,09
0,06
0,12
, i
1984
1.1
6.2
1.9
l.l
6,1
1.9
16,7
49,1
21,4
007
0.12
0.09
0,07
0,14
1985
1.1
5.4
1,8
l.l
5.1
1.8
18,5
44.6
20.0
0.06
0,12
0.09
0.06
0.14
1986
1,5
6.2
1.6
1.5
6.0
1.6
19.3
47.4
16.5
0,08
0,13
0.09
0,08
0,15
1987
0.3
0,8
•1.5
3.6
5.2
-13,7
0,09
0.14
OJO
0,10
0,15
3.3
2.6
0,7
0.7
2.5
-1.4
1988
0.3
3,3
O.fi
33.4
18,5
5.5
0.10
0.14
0,11
0,10
0,15
1989
1,8
4.1
1.2
1.8
3.9
l.l
19.1
29,2
9.9
0.09
0.13
0,11
0,10
0,15
1990
1.9
3.8
1.7
1.9
3,6
1.5
21.7
28.0
13.9
0,09
0.13
0,11
0,09
0,14
199!
1.0
1.1
0.3
10,8
0.09
0.13
0,11
0,09
0.14
1.4
0,5
1.3
3,6
5.6
7,1
2.4
0.9
> •>
1,2
1992
0.3
0.5
19,2
11.3
0,09
0,12
0,11
0,09
0.12
1993
-! í
'8
05
-1 2
26
05
•137
19 9
14
0 09
Ü,H
0,13
' 0,10
0.14
1994
• -0.5
-2.8
2,1
-0.5
-2.6
1,9
•4.3
-21.2
13,0
0.10
0.12
0,15
0,12
0.14
1995
2.3
2,8
3.6
2.3
32.8
27.1
0.07
0.07
010
0.08
0.07
0.4
l.l
0.5
0.4
2.6
1.0
49.4
1996
3.8
0,5
7.4
6.2
12.4
0,07
0.06
0.08
0,07
0.06
1997
0,9
0.2
1.5
0,9
0.2
1.4
13.5
2.7
16,8
0.07
0,06
0,08
0,07
0,06
1998
-0.7
n.d.
-0.7
•9.1
10.2
n.d.
0.07
0,06
n.d.
0.08
0.07
l.l
n.d.
l.l
0.7
1.3
n.d.
1999
0,7
1.4
n.d.
14,7
17.8
n.d.
0.07
0,07
n.d
0,08
0.08
£7 sistema portuario canario en la encrucijada
227
APÉNDICE 1
(Continuación)
7
'6
TFE
ff*"
¡•I
I1'1'!
I.PA
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TFE
L.PA
9
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1982
1.7
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LO
1.0
1.0
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1985
Í.4-
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1988
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2.1
2.0
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1.0
1.0
11
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1.6
1989
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1.1
12
2,3
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2.4
LO
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1.0
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4.1
L1
17
1991
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1.5
1.2
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2.0
2.0
1.0
l.l
l.l
2.6
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.
1992
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1 1
1,2
2.2.
2.4
• 2,1
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1,1
l.l
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1,7
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l.l
l.l
5.2
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1995
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LO
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l.l
1.8
2.6
1996
(1,9
l.l
1.2
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2,-
1.0
LO
l.l
4.1
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Beneficio.* 100/Aclivo total: (3) Margen sobre venias: Beneficiox IOO/Ventas: (4) Ventas/Activo
total; (5) Ventas/Activo lijo; (6) Ventas/Activo Circulante; (7) Ventas/ Derechos a cobrar;(8)
Activo total/Capitales propios; (9) ExigiblexIOO/Pasivo tolal
FUENTE: Memorias de las Autoridades Portuarias.
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228
Capítulo <V
APÉNDICE 2
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APÉNDICE 2
(Continuación)
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( I) G u i d o de A u l u n o n i í a : f-ondos p r o p i o s \ I D ( ) / A c l i v o total: (2i Coeficiente de financiación del
Activo lijo: Capitales p e r m a n c m c s O O O / A a i v o fijo; (.-i, C u c H a e n t e de financiación del Activo
circulante: E \ i u i b k ' a corto.x KHi/Aetivo circulante; (4) Solvencia iota!; Activo total/Pasivo exig i ó l e : (5) S o l v e n c i a técnica: A c t i v o cireulantc/Pa.sivo c i r c u l a n t e ; (6) Tesorería:
(Disponihle+Reali/ahle a coitol/f-xigible a corlo; (7) L i q u i d e / : iDispoiiihle+Realiz.able a
cortoí/Activo total.
FUENTF,: Mauuntis de l(n Ai(h>ritlaiU's-Pi>rlimríui.
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CAPITULO 9
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LAS CAJAS DE AHORROS EN CANARIAS.
UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA
Fernando Carnero Lorenzo
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233
1- INTRODUCCIÓN
Los orígenes de los montes de piedad se remontan a la Baja Edad Media con
la aparición de instituciones como los pósitos y las arcas de limosna (o de misericordia). El denominador común de todas ellas era generar una oferta crediticia
que permitiese a las clases más desfavorecidas el accesj^ a la financiación o su
liberación de las redes de la usura. A comienzos del siglo XV111 surgieron los
primeros montes de piedad en España, también denominados cajas de socorros.
Pero, aunque con cierto retraso respecto a otros países" europeos, no será hasta el
primer tercio del siglo XIX que las ideas para fomentar el ahorro popular desem-
barquen de la mano de las revoluciones burguesas. El primero de estos proveetos que vio la luz fue el de la Caja de Ahorros de Madrid, fundada en 1838. A partir de aquí se inició una escalada en la creación de este tipo de entidades, en la
que cada vez más los montes de piedad se vincularon a las cajas.
La Ley de 1853 marcó un hito histórico, pues significó el comienzo de un creciente intervencionismo del Estado en su funcionamiento, encaminado al drena¡e de los abultados excedentes de tesorería de estas entidades, lo que significó una
merma de su autonomía, en lo que a las operaciones activas se refiere. Estos
sobrantes se generaban por las limitadas posibilidades que ofrecían los préstamos
prendarios de los montes de piedad para la colocación del volumen de ahorros
captados. Otra vuelta de tuerca por parte del gobierno se produjo en 1880, cuando pasaron a estar sometidas a su protectorado y. además, se les reconoció oficialmente como establecimientos benéficos. A ello se debe añadir la promulgación de un decreto en 1926 que las catalogaba como instituciones de ahorro y
capitalización, así como el Estatuto para las Cajas Generales de Ahorro Popular
de 1933, que establecía la ausencia de lucro para las mismas.
A partir de ese momento se asiste a iin cambio sustancial en la estrategia
gubernamental seguida hacia estas entidades, ya que paulatinamente se las irá
integrando en el sistema bancario. No obstante, ello no supuso la disminución del
tina sínk'Ms de la historia de la1- caja^ de ahurros europeas puede eunsLilturse en Tede ¡orea. P. í 19911
234
Capítulo 9
intervencionismo público, sobre todo en la gestión de sus activos, al contrario, se
acentuó su papel como apéndices de la política monetaria. Esta situación desvirtuó otra de sus funciones, la de instrumentos para el desarrollo económico local.
La restauración de la democracia significó su equiparación plena con el resto de
componentes del sistema bancario, conformando el denominado modelo de banca
universal. Asimismo se benefició del proceso general de desregulación del mercado financiero y se aumentó su potencialidad como agentes de la política económica regional, sobre todo con el establecimiento de las comunidades autónomas. Sin embargo, en la última decada se han eliminado las barreras territoriales,
con la consiguiente implantación nacional de muchas de ellas .
Tomando como punto de partida este marco de referencia, se trata en los apartados siguientes de aproximarnos al papel que han desempeñado las cajas de ahorros y sus montes de piedad en la economía canaria. Para ello se intenta dar una
visión a largo plazo, de la que hasta el momento se carece. En este sentido debemos señalar, que la bibliografía sobre estas instituciones en las Islas se ha centrado en análisis de dimensión regional para las tres últimas décadas, en Ja proliferación de estudios sobre entidades concretas, sobre todo de las domiciliadas en la
provincia de Las Palmas*, y en trabajos sobre el sistema financiero insular, en el
que. como es obvió, las cajas de ahorros ocupan un lugar preferente5.
2. LOS ANTECEDENTES DEI. «AHORRO POPULAR» EN EL ARCHIPIÉLAGO
El primer proyecto de creación de un monte de piedad del que se tiene constancia es de 1774. cuando el canónigo Jerónimo José de Roo y Fonte otorgaba
una escritura para la creación de uno en Las Palmas con un fondo inicial de 1.200
pesos. La finalidad era disminuir la práctica de la usura y atender a los pobres,
aunque, también se estipulaba que en épocas de escasez se destinaría la mitad del
disponible a la adquisición de granos del exterior. No obstante, en el momento
actual de la investigación se desconoce si llegó a funcionar'".
' Esta síntesis -.obre la evolución de la-- cajas de ahorros y montes de piedad en España se ha realizado a partir de
Matrero Hernández. A. 11987: 2! ) y Tilos Martínez. M. (1999: 135-136). Este último además recoge la bibliografía
más reciente sobre esta cuestión.
Marrero Hernández. A. 11986 y 1992i
- López Yepes. J. \ J.A. Martínez de la Fe i'1975i. Martínez de la Fe. J.A. <197:. ¡975. I9K0 y 1990i > Suárez Bosa.
M. 11993i.
' Marrero Hernández. A i 1978i. Francisco Díaz. J.C. i 1985). V V A A í I9H7¡. Delgado Peral. I... y otros (19951.
Carnero I oren/o. F. (1995) \ Rodríguez Fuentes. C.J. (1997)
Martíne/ de la Fe. J.A. (1972. separata).
w
m
Las Cajas de Ahorros en Canarias. Una perspectiva histórica
235
Una iniciativa que sí prosperó fue la de las Cajas de Ahorros y Socorros de la
ciudad de Las Palmas, impulsada por el Gabinete Literario de dicha localidad . El
proyecto se elaboró en 1846, pero hasta tres años más tarde no comenzaron los
trabajos para ponerlo en marcha, abriendo finalmente sus puertas en 1851. Por
tanto, el Archipiélago fue de las regiones españolas pioneras en disponer de una
institución financiera de estas características, pues en el resto del Estado tan sólo
existían 12 establecimientos similares en 1850. cifra que se incrementaría en las
dos décadas siguiente con la incorporación de otras seis; El objeto de esta entidad era, de nuevo, la lucha contra la usura y la extensión del crédito a las clases
más modestas. Para ello, ios depósitos se remunerarían al cinco por ciento y los
préstamos devengarían un seis, la diferencia perniitiríafcubrir los gastos de funcionamiento.
GRÁFICO 1
Saldo de las imposiciones de ias cajas de ahorros en Canarias
(Millones de pesetas de 1999)
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Fl 'ENTE: Boletín Oficial de la Provincia de Canarias y CABRERA ARMAS. I..G. Tesis doctoral.
" López Yept.s. J. y J.A. Martínez <!e la f-e 119751.
Tilos Martínez. M. (1999. 136-137).
236
Capitulo V
La duración de esta entidad fue breve, pues apenas llego a los seis años, debido a la.s disputas internas en el seno tic la Junta Directiva, así como a la legislación sobre este tipo de establecimienios. en particular la ya mencionada Ley de
1853. que desincentivó las operaciones al reducir la remuneración de las imposiciones ai 3.5 por ciento y la intromisión en el empleo de los excedentes de ahorro. De allí, que desde 1855 dejase prácticamente de funcionar, presentando su
definitiva liquidación dos años más larde (eír, gráfico 1 ). De todas formas, esta
entidad nunca contó con el decidido respaldo de la sociedad isleña, pues, en términos per cápita. el promedio nacional de los saldos de ahorro era 10 veces superior . Esta situación tenían, probablemente, mucho que ver con el atractivo que
ofrecían oirás opciones, sobre todo en el mercado inmobiliario, que era uno de los
más activos del país. Esta dinámica inversora estaba relacionada con las expectativas creadas por el reciente cambio de modelo económico auspiciado por la Ley
de Puertos Francos, el auge de un nuevo producto exportador, la cochinilla, y la
puesta en marcha del segundo proceso desamorti/ador'".
Con posterioridad se produjeron otras iniciativas para la constitución de cajas
de ahorros y montes de piedad, pero, al parecer, ninguna de ellas llegó a fructificar. Así. se pueden citar los casos de una caja de ahorros sin monte de piedad
(18611 y del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de la Comisión de Beneficencia
(1893) en Santa Cruz de Tenerife: de la Caja de Aliónos del Círculo de Obreros
de San José (1873) en Las ['almas; y de la Caja de Ahorros y Socorros del
Urcéolo de Obrero (1894) en Santa Cruz de La Palma1. A estas intentonas se
deben añadir otras perfectamente asimilables, como las de las sociedades de
socorros mutuos, cuya finalidad era proporcionar servicios médicos a las clase
obrera, pensiones por incapacidad física, ayudas a las familias en caso de fallecimiento o enfermedad y educación a sus hijos, si bien, también solían incluir una
Carncu- Loicuzo í". /./ .W.WÍJ/ÍÍ/ :;>n;n< ¡'.yo ni i;¿¡iunii> / •V.syi h^/i:. Tests ikiciovdl en elaboración.
fJjr;i la descripción de la situación económica venera! del periodo conlcrnporaneo se han seguido los it'abajos de
Cabrera Ansias. L.G. > A Díaz de la Paz l 1491 a \ b ) \ de Macias Hernández. A.M. > J.A Rodriaucz Marlint !W5i
Martínez .le la f e . JA il'WO: (Si.
hmrc las laicas: Asociación de Socorros Mutuos y Enseñanza Granula i I8W1. Asociación de Trabajadores i 1X701.
La Bienhechora (IS701. í.a C a m a m a I I W J " : \ I ..a Benéfica d ' J 0 3 i en Sania Cruz de Tenerife: Asociación de
Tiabajadoies 11 is71 ). Circulo de 'Inhaladores • i S1 "•) 7, •, La Previsora ií'Xlli en Las Palma.-: Sociedad de
Trabajadores en Sania Briillda I I87.il. Sociedad de Socorro:. Mullios de La Orolava ( NOI ): La Previsora I l u 0 2 l y
Union Benelica ¡ 1 'M2 i en Arrecííe: ) Sociedad de Socónos Mullios- c Insliuceion en e! laierlo Lie la Cru/ (1M06:
Por su parU1. --e crearon en es¡e periodo 10 Sociedades Católicas de Obreros en (irán Canana, fisie censo ha sido
elaboiado a pan ir de ios trabajos di- Bárrelo Romano, IV! ' 1'>)()). Cabrera Armas. L G. ; \. Día/ de la Paz i 1')')?•
\ Suarez liosa. M. ilSW-li.
La.s Cujas de Altorrrx; en Canarias, l'nu fcrspcfíiva
237
caja de ahorros y un monte de piedad. En c! Archipiélago se crearon a! menos
veintitrés sociedades de este tipo durante la segunda mitad del sirio XIX v
comienzos del XX1', aunque su situación no fue muy halagüeña porque el capital
disponible resultaba del todo insuficiente|;.
Junto a este proceso infructuoso de fomentar el ahorro popular por pane de los
agentes locales, se debe también situar la iniciativa pública estatal, que vino de la
mano de la Caja General de Depósitos. Esta institución fue creada en 1852 por el
entonces Ministro de Hacienda, J. Bravo Marillo, a semejanza de la Caisse de
Depots et Consignations francesa. El objetivo último era acumular recursos privados para financiar la deuda pública. La captación de fondos se realizaba por
tres vías: monopolizando la recepción de los depósito.s^bligatorios y fianzas ocasionadas por decisión administrativa o judicial, la cesión de un tercio del 809r de
los propios de los Ayuntamientos y, lo más relevante ,para este trabajo, imposiciones voluntarias que eran remuneradas entre un tres y wi cinco por ciento,
según el grado de exigibilidad de las mismas. En el ámbito organizativo de la
Caja se estableció su descentralización a través de las delegaciones provinciales
de Hacienda1'.
En Canarias, la captación de capitales privados de carácter voluntario no se
produjo hasta finales 1860, con la apertura de una sucursal". De todas formas,
este mecanismo gubernamental para movilizar el ahorro popular tampoco contó
con una acogida favorable en la economía insular, a pesar de que sí reflejaba el
ciclo alcista de la misma (cfr. gráfico 1), ya que la media per cápita nacional de
la imposiciones continuó siendo 10 veces mayor. La causa de este desinterés estaba en que el Archipiélago se encontraba en el momento álgido de su sector agroexportador, que absorbía la mayor parte de los esfuerzos y de los capitales.
Finalmente, la mala situación por la que atravesaba el Tesoro Público llevó al descrédito de la entidad, que fue sometida a un proceso de reorganización en 1868,
suprimiendo las imposiciones voluntarias'6.
"Quintana Navarro. F. (1992: 1.00.M.004).
"Gonzalo y González. L. (1981: 97-111)
" Agradecemos al profesor L.G. Cahrera Anuas la información relativa a la delegación en el Archipiélago de la Caja
General de Depósitos, que procede de sus Tesis Doctoral: Economía v Hacienda en Cananas. 1H00-1900. en elaboración.
"Gonzalo y González. L. (1981: 387-390).
23.8
Capítulo 9
Por tanto, y a pesar de esto breves escarceos, se puede afirmar que la aparición de cajas de ahorros en las Islas se produjo con un cierto retraso respecto al
conjunto nacional, en el que a lu altura de 1900 existían 55 instituciones de este
tipo con presencia en todas las regiones'". De tal manera que, habría que esperar
a ¡a segunda década del siglo XX para verificar la aparición de dos nuevas entidades, que conformarían el germen de las que conocemos en la actualidad.
i
3. LOS DIFÍCILES COMIENZOS, 1 9 1 1 - 1 9 3 9
La existencia de otras opciones de inversión más rentables, sobre todo en el
mercado de bienes raíces, tal y como señalamos con anterioridad, minaron las
posibilidades de creación y consolidación de entidades de ahorro en el ámbito
insular hasta 1911. Unos años antes Francisco Rivas Moreno, Delegado de
Hacienda en Canarias y gran precursor de este tipo de entidades en España, solicitó y obtuvo de la extinta Sociedad Arrendataria de Puertos Francos 20.000 pesetas para fundar sendas cajas de ahorros en Gran Canaria y Tenerife. Esta cantidad
se complementaria con la emisión de mil acciones reintegrables de veinticinco
pesetas por parte de cada una de ellas. Además de su interés altruista por la promoción de estas instituciones benéfico-financieras, justificaba este caso concreto
por el momento de auge económico de las Islas.
La acogida que se dispensó a estos proyectos fue desigual, ya que en Tenerife
se hizo realidad de una forma inmediata con la creación de la Caja General de
Ahorros y Monte de Piedad de Santa Cru¿ de Tenerife, que abrió sus puertas al
público el 13 de marzo de 1911. En el caso de Gran Canaria, la operación se fue
dilatando en el tiempo, llegándose incluso a plantear el empleo de las 10.000
pesetas que le correspondían en otras alternativas1*. No obstante, la decididaactuación de Rivas y de algunos de sus partidarios en la Isla hicieron desistir a los
promotores de esta última idea y el I de julio de 1914 se procedía a la puesta en
funcionamiento del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Las Palmas. A estas
dos instituciones locales se unió una nueva iniciativa de ámbito estatal en 1916,
la Caja Postal de Ahorros que. utilizando la red de oficinas de correos, debía
" Tilos Martínez. M. 11999: i421. Una visión más reciente sobre lu historia de las cajas de ahorros en el siglo XIX'
en Martínez Soto. \.P. (2000).
'' Martínez de la Fe. J.A, (1975: 229-2311.
Las Cujas de Ahorros en ('aliarías. Uno perspeetiva liisíoncti
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cumplir una finalidad análoga a la de la antigua Caja General ele Depósitos sí
bien su importancia en el Archipiélago fue muy reducida. Otro hito si<¡ni('icyti\o
de esta etapa fue la constitución de la Federación de Cajas de Ahorro de las islas
Canarias en 1929. aunque fue una de las últimas en aparecer en Hiparla.
Los primeros años de vida de estas entidades estuvieron plagados de numerosos obstáculos, destacando la desconfianza de la clientela potencial ame este tipo
de iniciativas, en gran parte justificada por las experiencias frustrantes de la
segunda mitad del siglo XIX. así como por la penuria que sufrieron las Islas
durante la Primera Guerra Mundial. Una vez superadas las dificultades iniciales.
conocieron una notable expansión durante los años veinte (cfr. gráfico 2).-fundamentada en un nuevo ciclo económico alcista y en la ctfisolidación de un niodelo bancario propio, cuya génesis se situaba en la segunda mitad de la década de
1880 con la apertura de sendas sucursales del Banco de España1". A ello se debe
añadir el convenio firmado con la Caja de Previsión Social pajji el desempeño del
servicio de tesorería en 1923'". Esta coyuntura favorable se tradujo en una tímida
expansión territorial de las dos cajas, que habían abierto 7 sucursales a la altura
de 1930. aunque sin traspasar los respectivos límites insulares".
Durante la crisis de los años treinta, aunque tuvo un impacto desigual en la
economía isleña, se produjeron dos hechos relevantes desde el punto de vista
financiero —la quiebra del Banco de Cataluña en 1931. que había tenido una rápida expansión en las Islas tras su llegada dos años antes, y el descubrimiento de la
mala situación por la que atravesaba la caja de Gran Canaria en 1933—. que provocaron el pánico entre los depositantes, dejando al resto de establecimientos
bancarios en una posición muy delicada. Los posteriores acontecimientos políticos que convulsionaron al país, generaron un clima de incertidumbre que no
ayudó a la recuperación del sector.
'" La primera de ellas se abrió en Sama Cruz de Tenerife en 1887 y ¡a segunda en Las Palmas, dos anos más [arde
Con el cambio de centuria, la actividad baneana conocerá un notable impulso con la aparición de nuevas entidades,
en su mayoría locales y extranjeras. Las peculiaridades de! sector bancario de las Islas hasta la Guerra Civil fueron:
el pequeño lamaño empresarial, ¡a limitada capacidad para captar recursos ajenos debido a la existencia de otras
opciones de inversión más atractivas \ el cierto grado de especiali/.aciún inversora de sus componentes, ya que ¡a
banca autóctona se orientaba hacia la producción, la extranjera financiaba el comercio exterior y la reducida presencia de entidades privadas estatales estaba asociada a la gestión de los escasos capitales peninsulares \ los servicios públicos. Carnero I oren/o. F (1995: 387-38°/
"" La.Caja de Previsión de las Islas Canarias se creó en 192- a! amparo de la estrategia del Instituto Nacional de
Previsión por buscar entidades colaboradoras en provincias. St'DKlA. C, (J998j.
"' Además de las centrales, ubicadas en las respectivas capitales insulares, ¡a caja de Tenerife abrió oficinas en La
Laguna (1929). Güímur 119301 > l..i Orotav j (19Í0). mientras que la de Gran Canaria hacía lo propio en el Puerto
de La Luz (1928) y Árticas 11929).
240
GRÁFICO 2
Saldo de las cuentas dt' ahorro do las Cajas
(Millones de péselas de ]W9¡
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H'l-NTh; Memorias de la-, entidades \ Anuario r-siadÍMieo de España
La crisis del Monte de Piedad \ Caja de Ahorros de Las Palmas merece una
mención aparte. La principal causa de esta situación radicaba en la actuación
negligente de sus directivos desde finales de la década anterior. Negligencia que
consistía en la concesión y renovación de créditos por encima de los límites permitidos, la falta de rigor en el cobro de deudas atrasadas, la aceptación de garantías insuficientes y el empleo de figuras crediticias vedadas a este tipo de establecimientos, como el descuento de efectos comereiales:;. A ellas debemos unir
la inestabilidad política de! momento que convirtió a esta entidad en chivo expiatorio de la rencillas partidistas1'. Este cúmulo de circunstancias llevaron, primero, a la intervención por parte del Estado entre 1934 y 1936 con el fin de sanearla, y luego a su liquidación, tras comprobar que era muy difícil recuperar la credibilidad en la institución".
Aim í/t' la \'¡>¡hl ti? uis/iix Í ióll tttcíliada al MunU' de Pieütíd ^ Ciijíi Je Ahorros üc luis Palmus \ 29 de mar/o úc.
l^.Ul. Archivo Histórico ¡Id Banco de España
Suáirv Rosa. M. I ¡ W ' 107-198)
l'roxt'cu»
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Histórico del Banco de hspaña.
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Piedad
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de
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Archivo
241
IMS Cajas ck Ahorros en Canarias, Una perspectiva histórica
Por su parte, la de Tenerife también pasó por algunos momentos de incertidumbre. motivados por el intento de creación de una nueva entidad por parte del Cabildo
de la Isla a partir de 1930. Este nuevo proyecto, que nacía bajo la denominación de
Caja General e Insular de Ahorros Tenerife, pretendía la absorción de la anterior e
incluso llegó a inscribirse en el Registro Nacional de Cajas de Ahorros del Ministerio
de Trabajo ese mismo año. No obstante, la citada propuesta, como otra emanada del
mismo organismo público insular' para crear el Banco de Fomento de Tenerife, no
fructificaron-*. La excusa esgrimida fue la desinterés de la población", sin embargo,
más cerca de la realidad esiaría la feroz resistencia opuesta por la Caja General de
Ahorros y Monte de Piedad de Santa Cruz de Tenerife.'Además, su evolución posterior demuestra que la confianza depositada por el públicajlo se vio mermada, pues
presento una enorme fortaleza a pesar de las adversas circunstancias que rodearon al
sector financiero durante los años treinta.
CUADRO 1
Distribución del negocio báncario en Canarias (%)
Cajas de Ahorro
Depósitos
1912
1918
1927
1933
0.39
13.67
32.39
45.69
Banca privada
Créditos Depósitos
0.26
4.59
11.99
22.73
14.97
11,41
15.08
18.13
Créditos
3.01
3.10
8.33
10.86
Banco de España
Depósitos Créditos
84.64
74.91
52.53
36.18
96.73
92.30
79.68
66.41
FUENTE: CARNERO LORENZO F: Tesis doctoral.
En cuanto a la importancia relativa de las cajas de ahorros, hay que señalar que
fueron ganado cuota de mercado durante el primer tercio del siglo XX. tanto en
la captación de recursos ajenos como en los préstamos concedidos (cfr. cuadro 1).
Esta evolución favorable desmiente-algunas afirmaciones en el sentido de que las
clases trabajadoras isleñas no tenían hábito de ahorrar . Estas hipótesis quedan
Expediente sobre tu ovación de la ( aja (¡enera! e Insular de Ahorros de Tenerife f 1928-193 1). Archivo Histórico
;lel Banco de Fomento de Tenerife se ha seguido a .través de! periódico £',' P/oxn>\i>
del Banco de Fispaña. El ea
11927-1936). Agradezco al pi esor A l u n o Din/ de la Pu/ que me haya suministrado la información de heme rote ca que, se empica en esle inib;
Artículo do opinión puhiic;. > en La r'iru\u ¡2 de niau» de 193 11.
fcn una cana de 23 de mar
de I90N. escrita por K Rivas Moreno \ reproducida por El Proiin-so ' 12-09- 1928i.
decía; Aquí ¡en Canarias!. <-!< de laníos e\,mi>t>s ¡une e¡ cdcohoii.sma. mn^iiii ¡reno de mL¡Y¡>r efiiaciu puede apli( urse contra \ icie itm nefas!*
ni<> la ¡"-Henea del al\ovn>.
Capítulo 9
242
aun más en entredicho si se toma en consideración que buena parte de los clientes de la caja tinerieña tenían precisamente un origen proletario o popular (cfr.
cuadro 2). Además, el diferencial existente en la segunda mitad del siglo XIX con
respecto al promedio per cápita nacional de las imposiciones se redujo a la mitad
durante este periodo.
CUADRO 2
Clasificación socioprofesional de los imponentes en la Caja General de Ahorros.y
Monte de Piedad de S/C de Tenerife (%)
Menores de edad
Amas de casa
Trabajadores
Militares
Abogados y médicos
Otros
1913
1917
1921
1925
1929
42.91
18.11
15.75 .
3.15
1.97
18.11
37,18
23.79
17.32
3.00
1.62
17.09
31.32
23.02
14.53
2.45
1.51
27.17
21.67
26,65
25,33
1.90
0.88
23.57
20.02
25.38
32.66
1.59
0.34
20.02
FUENTE: Boletín Municipal de Estadística de Santa Cruz de Tenerife.
Por su parte, en las operaciones activas de las cajas de ahorros canarias, la
compra de valores era insignificante, lo que suponía un evidente contraste con sus
homónimas peninsulares (cfr. cuadro 3). Además, esta circunstancia implicaba
que las entidades isleñas no estaban cumpliendo la normativa a este respecto que.
a partir de 1926, fijaba el volumen mínimo de la cartera en deuda pública en un
40 por ciento de los saldos de las libretas de ahorro. De todas formas, esta situación no resulta extraña, pues el resto del sistema bancario de las Islas presentaba
un comportamiento similar, en el que la adquisición de títulos apenas alcanzaba
el 25 por ciento-'. Por tanto, el mayor importe de las inversiones de las cajas en
ei Archipiélago correspondía a los préstamos, de los que una tercera parte eran
realizados por los respectivos montes de piedad, con una clara connotación
social. El resto se pueden considerar créditos a la actividad productiva, pues en
su mayoría se trataba de operaciones con garantía hipotecaria ligadas al sector
agrario, e incluso se descontaban letras, a pesar de estar prohibido a este tipo de
instituciones.
- Camero Lorenzo. F. (1995: 403-405).
243
Las Cujas de Ahorros en Canarias. Uncí perspectiva histórica
CUADRO 3
Estructura de las inversiones de las cajas de ahorros
en el primer tercio del siglo XX (%)
Canarias
España
Deuda
Pública
Otros
Valores
Monte
de Piedad
Otros
Créditos
9.53
47.01
4.28
10.85
39.99
10,54
46,19
31,61
FUENTE: Memorias de las cajas de ahorros canarias y FORNIÉS.C/CALS. J.F. (1979: 290-291)
Este repaso de la actividad inversora no estaría completo si no se hiciera referencia a la obra benéfico-social (O.B.S.) de las cajas, que, adejnás del monte de
piedad, se concretaba en la concesión de donativos o ayudas a distintos establecimientos benéficos o culturales durante éste periodo. En este apartado también
se manifiesta la superioridad de las entidades isleñas sobre la medía nacional, ya
que en relación a los recursos ajenos significaban el 1,25 y el 0,45 por ciento, respectivamente'. Ahora bien, se debe dejar constancia que estas funciones se iniciaron con manifiesto retraso, ya que se pospusieron hasta los años treinta y en
cumplimiento de los imperativos legales.
4. AUTARQUÍA Y AHORRO POPULAR, 1939-1962
p
i -vf-í-
i*
El final de la Guerra Civil marcó el comienzo de una nueva etapa en la evolución de las cajas de ahorros en el Archipiélago. De una parte, se procedió a la
liquidación del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Las Palmas en febrero de
1939 y a la creación de la C.aja Insular de Ahorros y Monte de Piedad de Gran
Canaria ese mismo mes, auspiciada por el Cabildo Insular de esa Isla. En realidad, se trató más bien de una operación de marketing para ganarse el favor del
público, pues la nueva entidad asumió las cuentas de la antigua. Por otro lado, se
debe añadir una iniciativa de nuevo cuño auspiciada por el Cabildo de la Isla
Bonita, la Caja de Ahorros Insular de la Palma, que comenzó a operar en 1943.
11
Los datos sobre Canarias se reiteren sólo a la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Santa Cruz de Tenerife, mteniras que los nacionales se han obtenido de Forniés Casáis. J.F (197'): 295-2971.
Capítulo 9
244
GRÁFICO 3
Saldos de las cuentas de recursos ajenos de las cajas
(Millones de pesetas de 1999)
8.1 KK>
7.0(1(1 -
Cf -
Monte de. I'iedad de S C ds. [tíllenle
Momo de 'ictlad de (inin C anana
Caía d -' Vliorn s Insular d La Palma
Caja P >slal de MlOlTOS
Caja C cneral de Aliono
- X - - Una insular de Ahorros
6.01 XI -
o
5.000 -1.000 •I
I
o
.v(KKl -
o
2.000 -
O
o
o
X
x
o
x
x
x
X
X
X--X--X
x
I O ,,,,0-r-O1441
1945
194"
1949
1951
195?
1455
I957
1959
i%l
rL'ENTE: Memorias de /«* entidades. Anuario Estadístico de España y Reseñas Fstattistiras
Provinciales de Las Palmas v Santa Cruz Je Tenerife.
Durante la mayor parte de este periodo se puede observar un menor ritmo de
crecimiento en la captación de recursos (cfr. gráfico 3). Esta atonía se justifica por
la concurrencia de varios factores, entre los que sobresalen el aislamiento que
sufrió Canarias durante la Segunda Guerra Mundial y las distorsiones que supu
so la Autarquía sobre sus relaciones económicas exteriores"1. Especial mención
merecen las rectricciones en materia de divisas, que aminoraron los ingresos por
exportaciones y dificultaron el acceso a los mercados de inputs internacionales'.
Todo ello tuvo un impacto negativo superior al que padeció el resto del país,
donde la nueva política económica fue un paso más dentro de la dinámica proteccionista e intervencionista del Estado que se vivía desde hacía mucho tiempo.
De tal manera que. en una economía abierta como la isleña provocó un giro de
casi 180 grados, al suspender defacto, que no de jure, el tradicional régimen de
franquicias y. por ende, sus vínculos con el mercado internacional, al menos en
V
ni
P¡ir;i profundizar sobre esl;i cuestión véase el trabajo de Cabrera Arma*. L-.Ci. y K Carnero Lorenzo 1199M).
[Tn a-nálisis sobre jas repercusiones Ue la política cambiaría t'ranquisia sobre hi economía canaria en Carnero
Lorenzo. F. !1W"- 37-471.
Líi.s Cujas de Ahorro) cu Cunaritis. Uncí p¿Jispeciiva ¡listonen
245
lo que a importaciones se refiere, contribuyendo así al deterioro de los niveles de
vida de la población en general -, lo que mermaba consecuentemente su capacidad de ahorro. Fiel reflejo de esto es que en términos per cápita el diferencial con
el conjunto nacional tan sólo se redujo en un punto respecto a la etapa precedente, siendo la propensión a realizar imposiciones en las cajas todavía cuatro veces
inferior en el Archipiélago.
GRÁFICO 4
Evolución de las oficinas de las cajas de ahorros isleñas
14 -i '
12 1(1 X6-
o
19Jb
144(1
1045
ll)50
1955
1960
FUENTE: Memorias de las entidades
A estos factores de carácter general debemos añadir otros propios del sector
financiero canario, ya que en este momento se produjeron profundas transformaciones en su seno. Transformaciones que tiene que ver con la desaparición de la
mayor parte de los bancos privados locales y extranjeros que operaban durante la
etapa anterior, siendo reemplazados por entidades peninsulares \ Este proceso,
Para una aproximación a! impacto de ¡a política económica del momento sobre el nivel de vida de ios isleños puede
consultarse Oirnero Loreiuo. F. \ Nuez Yanez. J.S. (1999).
Durante los Liños cuarenta desaparecieron: Banca Blandy Brothers y Cía (1942). Luis Pozuelo Banca (1942).
Banca Hamihon \ Cía. i 1946). Banca Juan Cabrera Martín < 1947) y Banca Jacob Ahlers (1948). así como el Bank
oí British West Aírica. que había abandonado el Archipiélago en 1938. Por su parte, las empresas bancarias privadas de ámbito nacional que comenzaron a operar en el Archipiélago durante la Autarquía fueron: Banco Exterior de
fcspaña (1938). Banco Español de Crédito (1942). Banco Central (1947). Banco del Comercio (1947). Banco
Popular de los Previsores del Porvenir (1947). Banco de Vizcaya (1948) y Banco Santander 119.Í0). Todos ellos se
venían a sumar a los tíos únicos bancos que vinieion con anterioridad a ¡a Guerra Civil. Banco Hispano Americano
(1921) v Banco de Bilbao (1931 >. Carnero Lorenzo. F. 1199? \ 20001
«Si
A hv
r
Capítulo 9
246
que obedecía al cambio de orientación de las relaciones económicas exteriores,
generó una cierta reticencia de la clientela potencial sobre las pocas instituciones
crediticias insulares que sobrevivieron '*. Como consecuencia de esta situación
asistimos a la pérdida de cuota de mercado de las cajas de ahorro a favor de la
banca. Así. las primeras pasaron de representar el 26.33 por ciento de la captación
de depósitos en 1944. al 14.02 en 1962. mientras que en los préstamos se situaba
en un exiguo 6 por ciento en la última fecha1'. Esta situación provocó un retroceso en la implantación territorial de las cajas (cfr. gráfico 4i. si bien la de Gran
Canana inició en 1952 su expansión fuera de la Isla con el establecimiento de
sendas sucursales en Arrecife v Puerto Cabras'".
CUADRO 4
Inversiones de las cajas de ahorros en la Autarquía (%)
Vi
ir
1945
Deuda Pública
Otros Valores
Créditos
55.86
0.28
43.87
Canarias
1950
1955
1960
1945
45.10
0.61
54.28
33,26
15.23
51,51
73.76
42.57
0.16
•57,28
8.21
18.03
España
1550
195559.27
11,79
28.94
1960
70,84
2.84
47.41
22.13
26.32
30.46
!
FUENTE: Memorias de las cajas de ahorros cananas y TITOS MARTÍNEZ. M. y .1. PINAR
SANTOS (1983: 246-2491.
La escasa actividad crediticia tiene mucho que ver con la acentuación del
intervencionismo gubernamental sobre las entidades de ahorro popular. Para ello
se arbitraron una serie de medidas, como la fijación de coeficientes de inversión
obligatorios, la realización de préstamos vinculados o de mediación. El resultado
es que las actividades de inversión libre pasaron a ocupar una posición marginal
respecto al total, de tal forma, que la cartera de valores ascendió de maneta considerable para asimilarse con el conjunto nacional, aunque en este último se
4
Junto a las ires cajas de ahorro, tan sólo quedó la banca Juan Rodríguez González, que posteriormente pasaría a
denominarse Bunco de Canarias.
Los datos de las cajas provienen de sus Memorias y los de los bancos de las Reseñas Euadísticas Provinciales.
publicadas por el Instituto Nacional de Estadística, y del Servicio de Estudios del Banco de España (I974t.
' Además de estas dos. abrió otra en Galdar (1948) y una agencia urbana (1955). Por su parte la caja de Tenerife
estbleció una en Icod í 1944) _\ otra en la capital (1956). Finalmente, la de la Palma puso en marcha sendas sucursa-'
les en San Andrés y Sauces y Los Llanos de Aridane en la segunda mitad de los cincuenta
i.
IMS Cajíis dv Ah(>rros cu Cuna ñas. Una f.H'rspeclivtt ¡üsíih'ica
247
sobrepasaban con creces las cuotas establecidas (cfr cuadro 4), Ahora bien, en su
evolución hay que distinguir dos etapas, pues en 1959 se autorizó a contemplar
como títulos computables las obligaciones emitidas por el Instituto Nacional de
Industria, de ahí el cambio de composición de la cartera hacia finales del periodo
que se está analizando.
En cuanto a la obra benéfico-social. se debe destacar la disminución considerable de las operaciones de los Montes de Piedad, que no alcanzaban el 1 por
ciento de las inversiones. No obstante, el resto de actividades se vieron incentivadas, aunque de nuevo por imposición estatal, que utilizó esta instituciones
como vehículo de su política social' . Su significación respecto a los recurso ajenos se incrementó hasta el 5 por ciento, empleándose lajhayoria de estos fondos
en hacer donativos para actividades culturales, deportivas o asistenciales ajenas a
las cajas, ya que la única de carácter propio fue el Hogar-Escuela de Santa Cruz
de Tenerife. En contraste con las del resto del país destaca su mayor esfuerzo,
pues la proporción de los beneficios brutos que se destinaban a esta finalidad
estaba diez puntos por encima de la media nacional.
5. E l . i'KCK ESO DE BANCARIZAC1ÓN V I.IBERAUZACIÓN, 1 9 6 2 - 1 9 8 8
Vi
La Ley de Ordenación Bancada de 1962 marcó un cambio de nimbo en el
devenir de las cajas de ahorros en España, que significó la integración de este tipo
de entidades con el resto de componentes del sistema bancario, mediante la equiparación del Instituto de Crédito de las Cajas de Ahorro con el Banco de España !>
y la no distinción entre estas entidades en la normativa que fijaba los tipos de interés y las comisiones a cobrar. En esta línea de integración, la Ley del Régimen
del Crédito Oficial de 1971 supuso un nuevo paso al suprimir el Instituto y transferir sus competencias al banco emisor, mientras que el Decreto 2.290 de 1977
completaba el proceso al permitir a las cajas el descuento de efectos. A ello debemos
añadir el proceso descentralizador que se inició con el establecimiento del Estado
'V¡>
l n episodio peculiar de ki utilización de estas entidades para los fines sociales dd nue\o régimen l'uc la oblma
toriedad de eontribuir al sostenimiento del Patronato del Orfelinato Antonio Girón, que generó un enfrentamiento
seriocon e! Gobierno desde IM45. Esta pugna se saldaría con la asunción por parte del Gobierno del control del 15
por ciento de los recursos destinados a la Obra Benéfico-Sociaí. sin que se conociera muy bien el deslino de los fondos, sako la construcción de una (inneisidad Laboral en Gijon. Titos Martínez. M. (!091: 25)
:>
El Instituto fue creado en 1933 como un organismo económico-socia! con la finalidad de ejercer como banco de
cajas y organismo coordinador y compensador de las operaciones entre ellas Titos Martínez. M. (1491: 28).
Capitulo 9
248
de las Autonomías, que le concedía a éstas algunos potestades normativas en el
ámbito financiero"'. Este marco legislativo favorable al desarrollo de las instituciones de ahorro popular coincidió con la etapa de bonan/.a económica iniciada a
partir de los Planes de Estabilización y Liberali/ación de la economía española,
que en el caso insular se tradujo en el inicio de una nueva lase de su modelo económico, capitaneada ahora por el turismo.
Este cúmulo de circunstancias hizo que se reactivara el negocio financiero de
las Islas tras el letargo autárquico (cfr. gráfico 5). Reactivación que. en el caso de
las cajas de ahorro, se materializó en un fuerte aumento de los depósitos al amparo de la mejora en los niveles de vida que trajo aparejado el nuevo ciclo expansivo y la llegada de divisas procedentes del turismo. Con posterioridad, el comportamiento de las imposiciones siguió la senda marcada por el conjunto de la
economía, ahora más dependiente del exterior si cabe. Así, la crisis de los años
setenta supuso una nueva fase de estancamiento, aunque no de retroceso, para reiniciar la tendencia ascendente a mediados de la década siguiente, en que el
Archipiélago gozó de una tasa de crecimiento sin precedentes, auspiciada por el
binomio turismo-construcción, que le llevaría a disminuir el diferencial con respecto al conjunto nacional. Diferencial que también se contrajo, en este caso a la
mitad, en la ratio depósitos por habitantes de las cajas de ahorros.
GRÁFICO 5
Saldos de las cuentas de depósito de las cajas de ahorros
(Millones de pesetas de 1999)
2 0 O . 0 I X ) •]
I75.ÍXXI
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25.OOO o
1962
1964
196(>
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l<)70
1972
o
o
1974
o
o
]97d
197X
1980
1982
FUENTE: Memorias de las entidades v TITOS MARTÍNEZ. M. (1991: 35)
lyfcU
1986
1988
Las Cajas de Ahorros en Canarias. Una perspectiva histórica
sffjjfi:;
249
Este momento de auge económico coincidió con un hecho importante en la
evolución de las cajas isleñas, ya que en .1984 se produjo la fusión entre la de
Tenerife y la de La Palma, dando lugar a la Caja General de Ahorros de Santa
Cruz de Tenerife. Los factores desencadenantes de este proceso se encontrarían
en las dificultades que tuvo la segunda de ellas para hacerse un hueco en el. mercado bancario de la Isla Bonita, ante la competencia de las entidades financieras
que se habían establecido con anterioridad y que gozaban de la confianza del
público. Además, su nacimiento tuvo lugar en un momento de franco retroceso
económico, que no favoreció su crecimiento y consolidación.
CUADRO 5
£
Estructura del mercado bancario en las Islas (%)
Cajas de Ahorro
Depósitos
Créditos
IJjpr
Hpr
•jip
Bife
jjll
••.33*
1965
1970
1975
1980
1985
16.50
24.99
30.26
32.59
43.87
8.75'
16.61
18.55
19.16
21.36
Bancos
- '
Depósitos
Créditos
83.50
74,68
68.62
66.16
54.78
91.25
82.74
80.49
79.64
76.96
Cooperativas de crédito
Bepósitos Créditos
0.00
0.34
1.12
1.24
1.35
0.00
0.65
0.96
1.20
1.68
FUENTE: Memorias de las entidades de ahorro canarias. Servicio de Estudios del Banco de
España {1974) v Boletín de Estadística del Banco de España.
^
En términos relativos, durante este periodo las cajas recuperaron cuota de
mercado respecto al resto de componentes del sector bancario, no sólo en cuanto
a los depósitos, sino también de los créditos, aunque en este caso más lentamente (cfr. cuadro 5). La causa principal de esto último hay que buscarla en la política del Gobierno respecto a su operaciones activas, que en 1964 implicó el descenso del coeficiente de inversión obligatoria en ,10 puntos y la creación de uno
nuevo para los préstamos, que se situó en el 30 por ciento de los depósitos, de tal
manera que sólo quedaba una quinta parte de los recursos ajenos a libre disposición de las entidades. Habrá que esperar hasta 1977 para que se dé un nuevo
"" Sobre c\ desarrollo de esta capacidad legislati\a en las Islas, véase Oreja Rodríguez. J.R. (199] i.
250
I 1 !,
i
I' ' \
Capitulo 9
impulso con la disminución de ambos al 41 y al 23 por ciento, respectivamente,
así como una rebaja mensual de un cuarto de punto a partir del año siguiente,
hasta lograr un nivel del 25 por ciento para la cartera y del 10 para los créditos.
Ya en i 985 se uniñcaron ambos coeficientes agregando ¡as proporciones establecidas, siendo reducido dos años más tarde al 11 por ciento y debiendo destinar
una décima parte del mismo a la adquisición de Pagares del Tesoro. Finalmente,
el Decreto de 13 de enero de 1989 establecía un calendario de descreste para su
total desaparición en 1992.
Este proceso de liberalización y los cambios en la estructura económica del
Archipiélago, que generaron nuevas oportunidades de inversión, contribuyeron
también a la diversificación del activo de las cajas (cfr. cuadro 6), en el que se
incrementaron los préstamos en detrimento de la cartera de valores sujeta a los
coeficientes. En definitiva, estas instituciones volvieron a desempeñar un papel
relevante como financiadores del aparato productivo insular, maleando de nuevo
un claro contraste con sus homónimas en el resto del país, así como con la mayoría de los bancos establecidos aquí, ya que en este periodo el único que había
sobrevivido al proceso de peninsularización de la Autarquía, el Banco de
Canarias, desaparecía en 19704". Además de la paulatina liberalización. que permitió incrementar su oferta crediticia, los cambios en la estructura productiva
también tuvieron su reflejo en el destino de los préstamos. Durante esta etapa el
sector agrario pasará a ocupar una posición marginal en relación a otras actividades más directamente vinculadas al proceso de terciarización en que se encontraba inmerso nuestra economía, como la construcción, la hostelería o el comercio.
CUADRO 6
Distribución de la inversión de las cajas de ahorro (%)
Deuda Pública
Otros Valores
Créditos
1965
Canarias
1970 1975 1980 1985
1965
1970
14.4
22.9
62.7
10,6
20.4
69.0
21.8
39.2
39.0
6.7
44.2
49.1
14.9
30.0
55.1
10.6
23.0
66.4
19.6
15.9
64.5
España
1975
1980
3.7
44.0
52.3
6.2
35.5
58.3
1985
29.6
15.3
55.1
FUENTE: Memorias de las entidades isleñas. Anuario Estadístico de España v Boletín de
Estadística del Banco de España.
" No obsianle. debemos reseñar la aparición de nuevas en entidades financieras de origen local. Caja Rural1
Provincial de Santa Cruz de Tenerife (19671. Banco de las Islas Canarias (1981). Caja Rural de Las Palmas (1982)
y Banco de Crédito Canario (19851. aunque nunca lograron alcanzar una posición relevante.
Las Cajas Je Ahorros a) Cananas Una perspectiva histórica
•f/fíf/
fifi
I
§
I
•
•
.
*
251
Este incremento y diversit'icación de la actividad de las cajas de ahorro se tradujo en una fuerte expansión territorial de las mismas icrr. gráfico o). Especial
mención merece la apertura de las primeras sucursales en La Gomera y El Hierro
en 1%7. ya que eran las únicas Islas que no contaban con oficinas bancarias hasta
ese momento. Este proceso de difusión espacial, que no fue exclusivo de las
cajas, respondía a los cambios geográficos que había provocado la transformación del múdelo económico isleño. Si con anterioridad se habían ubicado en las
zonas vinculadas a la agricultura de exportación, ahora seguían los pasos del sector turístico, logrando con eilo que fuesen las únicas instituciones financieras con
presencia en todos los municipios del Archipiélago desde mediados de los años
ochenta41. Esta implantación territorial también se vio^avorecida por la inexistencia de una legislación restrictiva, si exceptuamos la prohibición de no poder
establecerse fuera de la provincia donde estuviese domiciliada la entidad. Una
limitación que quedó superada de forma parcial en 1979 con la ampliación del
radio de influencia de las cajas a la comunidad autónoma de referencia, y. definitivamente, nueve años mas tarde con el Decreto 1.582 de 19 de diciembre que
permitió la instalación de sucursales en todo el territorio nacional. De todas formas, la difusión exterior de las cajas isleñas había comenzado con anterioridad,
ya que la Caja Insular de Ahorros de Cananas extendió su actuación a los territorios coloniales españoles en África Sidi Un i. Sahara y Guinea- en 1968. Por su
parte, la entidad de Santa Cruz de Tenerife había sido la primera en establecerse
en Madrid y Barcelona en 1984, aprovechando las excepciones a la norma de
1979. y. dos años más tarde, ambas cajas abrieron sucursales en la otra provincia,
teniendo así una presencia regional.
Este periodo de claro crecimiento de las cajas de ahorros se vio acompañado
de un importante salto, tanto cualitativo como cuantitativo, de su actividad benéfico-social. que además dejó de estar tutelada por el Estado, salvo en la fijación
de coeficientes máximos sobre los beneficios para destinar a esta faceta. No obstante, la necesidad de dotar fondos de reservas, impuesta por la normativa al respecto, fue mermando las disponibilidades para estas actividades, lo que no ha
implicado su descenso debido al enorme incremento de las ganancias obtenidas.
En esta etapa debemos reseñar el inicio de la Obra Social propia de la caja de Las
Palmas, con la inauguración en 1963 del Centro de Educación Especial de Tafira.
' Sobre esta cuestión pude verse el estudio pormenorizado realizado por Camero Lorenzo. F. y J.S. Nuez Yánez
(!99Xt. No obstante, se debe señalar que en este computo no se ha contemplado a la Caía Postal, pues MI implantación municipal fue muy anterior al operar a truvés de las oficinas de correos.
Capítulo
252
GRÁFICO 6
Evolución de las oficinas de las cajas de ahorros isleñas
lili -
FUENTE;: Memarins de las entidades.
CUADRO 7
Clasificación de la O.B.S. de las cajas. 1982-1988 (%)
Canariass
Educación
Sanidad
Asistencia!
Cultura
50.96
35.07
3.06
9.57
26.88
25,88
19,11
29.49
FUENTE- NUÑEZ. C E . (1998).
En cuanto a su comparación con las restantes cajas de ahorros nacionales, las
entidades cananas se situaban en el entorno del promedio estatal en términos de
la proporción de los beneficios destinados a estos fines, que suponía el 38 por
ciento. Ahora bien, esa convergencia respondía a do.s tendencia^ contrapuestas
respecto a la etapa anterior: el incremento en las nacionales y el descenso en las
isleñas. Esto podría deberse al creciente proceso de bancarización de las entidades de ahorro popular, al que hemos aludido con anterioridad. En la distribución
de estos fondos podemos encontrar una nueva diferenciación (cfr. cuadro 7), pues
las entidades isleñas se volcaron mayoritariamente sobre los aspectos relacionados con el desarrollo del capital humano, mientras que sus homónimas del conjunto del Estado mostraron una distribución más equilibrada entre las actividades
253
Las Cajas de Ahorros en Canarias. Una perspectiva historien
t
*
^
:t
educativas, culturales y asistenciales. En lo que sí coincidieron fue en la escasa atención prestada a la sanidad, que ocupaba una posición marginal en ambos casos.
6.
HACIA
£a
MPERAZGO DEI SISTEMA FINANCIERO ISLEÑO,
1989-1999
La legislación bancaria de 1989 marcó el comienzo de un nuevo ciclo para el
sistema financiero, pues supuso su definitiva desregulación, si bien nos referimos
aquí a sus aspectos estructurales y no. evidentemente, a los preventivos42. En las
cajas de ahorros, la culminación de este proceso liberalizado!1 se plasmó en la
supresión definitiva de los coeficientes obligatorios de inversión y en la posibilidad de expandirse por todo el territorio nacional4', conjpletando así su homogeinización con el resto del sector bancario. El único rasgo diferenciador continuaba siendo la obra benéfico social, pues, al mantenerse como entidades con ausencia de lucro, parece lógico que parte de los beneficios'que obtenían de la sociedad revirtiera de nuevo a ella bajo esta fórmula.
GRÁFICO 7
Saldos de las cuentas pasivas de clientes de las cajas de ahorros
(Millones de pesetas de ¡999)
4
NOTA: Las cajas nacionales serían: Caja Postal. La Caixa. Bancaja \ CajaMadrid.
FUENTE: Memorias de ¡as entidades canarias y Anuario Estadístico de las Cajas de Ahorros
Confederadas.
*' Para profundiza! en esta cuesIkSn véase Serra Ranioneiia. A. !) V95 ).
" Acerca del impaelti de la libertad de establecimiento por todo ei territorio nacional, véase f-uentelsaz Lamatu. L.
\ J. Gónuv Viüascuerna (IW8I.
254
Capítulo 9
Este marco normativo, denominado modelo de banca universal, coexistía en
el tiempo con un ciclo económico alcista, que era continuidad del iniciado a
mediados de la década de los ochenta, aunque no exento de contracciones eoyunturales. En el caso de Canarias ha servido para favorecer el proceso de convergencia con el resto del Estado, e incluso con el nuevo referente europeo. Esta trayectoria ha tenido, como no podía ser menos, su reflejo en el sistema financiero
del Archipiélago, que en el caso de las cajas de ahorros locales ha implicado un
importante salto cuantitativo (cfr. gráfico 7). aupándolas al liderato del sector
bancario de cada una de sus respectivas provincias, y que ha aproximado su nivel
de depósitos per cápita a la media nacional. Y todo ello en un momento en el que
proliferan las fusiones en la gran banca estatal y en el que se ha producido el desr
embarco en las Islas de las principales cajas de ahorros nacionales -Bancaja.
CajaMadrid y La Caixa-.
La equiparación plena de las cajas con el resto de componentes del sistema
bancario les ha permitido que gocen de total libertad en sus operaciones activas.
De ahí. que en el caso de Canarias su cuota de mercado en los créditos se haya
visto aumentada de manera espectacular en la última década del siglo XX. al
tiempo que en las imposiciones se igualaba con la banca privada (cfr. cuadro 8).
Por su parte, el proceso de expansión de las sucursales de las instituciones de ahorro isleñas se ha atemperado durante esta última década, una vez que se han establecido en todos los municipios. Sin embargo, las oficinas de las entidades de origen foráneo sí han experimentado un importante crecimiento, pues su llegada a
las Islas es aun reciente (cfr. sráfico 8).
CUADRO 8
Distribución de la actividad del sector bancario en las Islas (%)
Cajas de Ahorro
Depósitos
Créditos
1985
1990
1995
1999
43.87
45,04
44.87
46.41
21.36
33.91
31.01.
34.75
Bancos
Depósitos Créditos
54.7.8
53,42
52.43
48.97
FUENTE: Boletín de Estadística del Banco de España.
76.96
64.70
66.79
6! .57
Cooperativas de crédito
Depósitos
Créditos
1.35
1,54
2.72
4.61
1.68
1.38
2,20
3,68
Cujas de Ahorros en Canarias. Una pe ispee ¡¡Vil liisiórica
GRÁFICO 8
Sucursales de las cajas de ahorros en Canarias
i -i Cas;i '-k- Cmun.r
• Oiiu> níitiun
i 2:
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Fl'FNTF: Ídem gráfico 7.
Í'M
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11
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'
Por lo que respecta a la distribución de las operaciones de activo, las entidades
isleñas continúan mostrando una mayor imbricación con el aparato productivo a través de los créditos, si bien se produce un disminución considerable del diferencial
con las cajas del conjunto nacional ictr, cuadro 9). Esta situación es fruto del ma\or
grado de bancurización que van adquiriendo esia últimas, ya que las dos instituciones de ahorro locales habían anticipado ese comportamiento desde la etapa anterior,
lo que da fe dei importante dinamismo que fueron capaces de mostrar cuando no
estaban sometidas al encorsetamiento de la intervención gubernamental.
Cl ADRO 9
Distribución de las operaciones activa* de las cajas de ahorro ('7c)
iilll
' ///
1P
•
1985
Canarias
1990 1995
1999
1985
España
1990 1995
1999
Deuda Públici 19.59
Otros Valores 15.92
64,49
Créditos
15,50 • 24.62
10.60 5.53
73.90
69,85
18.81
4.14
77,05
29.63
15.27
55.10
32.72
5.44
61.84
17.48
7,92
74.60
25.41
5.06
69.53
FUL.NTL: Meworuis de las cajas ¡ananas, Btiii'tíi; de Esnulisriea del Banco de España \
Anuario Esnidi'stico de las Cajas de Ahorras Confedenula's.
Respecto al desarrollo de ia obra benéfico-social de las cajas de ahorros canarias en estos últimos años, debemos señalar que, sin estar abandonada del todo.
Capítulo 9
256
se ha visto afectada por el proceso de universalización del sector bancario. Estas
instituciones, en su intento por ser cada vez más competitivas, destinan una
menor proporción de sus beneficios a estos menesteres, alrededor del 16 por ciento en el periodo 1988-1999. cuya rentabilidad económico-financiera es muy reducida, por no decir nula. Esta tendencia no es particular, ya que se enmarca en la
evolución general que ha experimentado esta faceta en el conjunto de las cajas
españolas, pero, por primera ve/., las entidades isleñas se sitúan por debajo del
promedio nacional, que es del 20 por ciento de sus ganadas". También encontramos cambios en la atención prestada a las distintas funciones que la conforman,
de tal manera que las cajas canarias presentan un distribución bastante equilibrada entre las actividades educativas, sanitario-asistenciales y culturales, proceso
que contrasta con el comportamiento medio de las del resto del Estado, en las que
la mayor concentración se produce ahora en el último segmento (cfr. cuadro 10).
CUADRO 10
Estructura de O.B.S. entre 1988 y 1992 (% )
Canarias
Españas
Educación
Sanidad
Asistencia!
Cultura
50.96
35.07
3.06
26.88
25.88
19.11
29.49
9.57
FUENTE: ídem cuadro 7.
Las dos asignaturas pendientes de las cajas canarias para el siglo XXI son la
morosidad y la fusión. Respecto a la primera, se debe señalar que presenta unos
niveles muy superiores al promedio de las entidades españolas, si bien ese diferencial se ha ido corrigiendo a lo largo de los últimos años. Esta circunstancia
obedece a razones exógenas. corno la crisis turística de comienzo de los noventa,
v endógenas, que tienen que ver con la deficiente gestión de sus carteras.de créditos' . La otra cuestión, la de la creación de una única caja regional, quizás sea
más espinosa por la propia idiosincracia de los respectivos ámbitos sociales en los
que se desenvuelve cada una de ellas*, pero seria el mecanismo idóneo que les
conduciría a la obtención del liderazgo en el sistema financiero del Archipiélago.
' La situación actual de !a i>hi;i benéTico-soaai de las elijas españolas puede consultarse en C'arbo Ynherde. S \ K
Rodnacz Fernández ( 19981.
" Pere/ G o m e / . F. \ A. Arbelo Alvaro/ (1991 i \ Arbelo Aliare?. A. ( I 9 S O I .
' .Maturas hipótesis sobre este lema fueron \a expuestas por Orc¡a Rodrigue/. J R. í 1992t.
Las Caías ele Ahorros en Canarias. Una perspeciivu histórico
257
7. C'ONCLl S1ONKS
Las cujas de ahorros canarias, a pesar de su tardía aparición, si exceptuamos
el intento frustrado de las Cajas de Ahorros y Socónos, de Las Palmas en 1851.
presentaron un comportamiento propio bastante marcado y perfectamente asimilable al del resto de integrantes del sector bancario insular, caracterizado por el
predominio de las operaciones de crédito con el sector privado. Este rasgo implicaba un elevado grado de vinculación con las principales actividades productivas,
constituyendo una de las señas de identidad del sistema financiero isleño en su
comparación con el del resto de! Estado.
Durante la Autarquía, las instituciones de ahorro djg» las Islas vivieron una
etapa de ralentización en su actuación como intermediarios monetarios locales.'
pues el creciente control de su actividad inversora por parte del Estado limiió sus
posibilidades. Esta situación tuvo un impacto especialmente negativo en la economía insular, ya que perdieron uno de sus instrumentos financieros propios más
activos, mientras que. por el contrario, la incidencia de estas medidas fue menor
en el conjunto nacional, ya que su interpelación con los sectores productivos era
ya muy inferior desde mucho antes.
La liberalización de los años sesenta supuso la recuperación del dinamismo
perdido, y que de nuevo se orientase su operatoria hacia las ramas de actividad
económica punteras en las Islas, lo que llevaría muy pronto a alcanzar el protagonismo de antaño. Protagonismo que se ha mantenido hasta la actualidad, a
pesar de los recientes procesos de fusión-absorción llevados a cabo por las principales entidades hancarias españolas, y la expansión territorial de las principales
cajas de ahorros nacionales. Y todo ello, sin que se abandonase su vocación inicial benéfico-social. que se mantuvo durante casi todo el periodo de estudio muy
por encima del promedio estatal, si bien, en la década de 1990 se invirtieron las
tornas, fruto de la implantación del modelo de banca universal, al que las cajas
isleñas tampoco han sido ajenas. Tan sólo nos queda por saber como les afectará
el creciente proceso de concentración que están viviendo las instituciones financieras hispanas.en el umbral del siglo XXI.
258
(apílalo <J
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;.\\\v
UNA PRIMERA CATALOGACIÓN BIBLIOGRÁFICA
SOBRE LA HISTORIA EMPRESARIAL EN CANARIAS
^
María del Pino Ojeda Cabrera
Concepción M. A. Pérez Hernández
Una primera niia¡i>¡;acii¡n bil>lii)^n¡Jh\i suhrv ¡o lúslonn cm¡ni'\w ¡a! n¡ (.'
1. ACERCA DE UNA HISTORIA FAIPRESARIAI.
La Historia dt1 la Empresa en España, como disciplina independíenle, aún esta
en fase de construcción. Como consecuencia de ello, no resulla difícil entender
los problemas que surgen para establecer una catalogación bibliográfica sobre la
Historia de la Empresa en Canarias. No obstante, los esfuerzos realizados en ios
últimos años con el objetivo de darle un perfil específico a la misma, han contribuido a cimentar unas líneas de análisis que tienen visos de quedar cada vez más
definidos.
La Empresa, como institución económica, se la suele considerar privativa del
capitalismo y. por ello, generadora de mayores niveles de desarrollo económico
al amparo de dicho modelo. Aunque, del mismo modo, si algo nos ha demostrado también es su capacidad de adaptación, transformación y cambio en aras del
principio básico que rige al capitalismo: el beneficio \ sus posibilidades de ser
incrementado. Así. si nos detenemos a aplicar la perspectiva histórica, no podemos obviar lo que ha sido un rico legado construido en pos de dicho criterio leí
beneficio) -a partir de las conductas y actuaciones de individuos o grupos de
individuos—, hasta el punto de que nos ¡leva a parafrasear a algunos autores cuando decimos que la empresa es tan antigua como la humanidad. No obstante, fue
a partir del Mundo Moderno cuando dichas actuaciones se intensificaron, contribuyendo a esbozar el origen del capitalismo moderno, ya que la expansión comercial de este período así lo predispondría, a pesar de la ausencia de un marco institucional propiamente capitalista. Un aspecto este que. desde el punto de vista de
la construcción de la Historia de la Empresa, constituye un obstáculo metodológico al no poder disponer de pautas regladas de validez universal en el control
administrativo de muchas de las empresas de este período. Carencias que intentaron subsanarse, ocasionalmente, por parte de los poderes establecidos, hasta
quedar definidas en la era del capitalismo a partir del siglo XIX.
En todo caso, en un punto de debate como puede ser el relacionado con las
líneas definitorias de una Historia Empresarial o una Historia de la Empresa,
hemos creído conveniente considerar lo planteado por J.M. Valdaliso (1993: 4231
266
a! indicarnos que. la prioridad fundamental aquí y ahora es sobre todo producir
estudios dt; historia empresarial de todo tipo, desde historias de compañías a biografías de enipiesarios. pasando por estudios sectoriales o regionales, en definitiva, ampliar una base de datos todavía pequeña! La escase/ de nabatos de categoría científica nos ha hecho considerar, incluso, otros trabajos que no cumpien con
s-sie ¡equisko. pero que apoyan el conocimiento de la Historia Empresarial, son
aquellos nominados historias de empresas eonin literatura o entretenimiento1.
En io que se refiere a la Historia Empresarial Canana hemos de abordarla también ;.:n un '•cutido amplio, de tal modo que formará parte de nuestra historia toda
aquella actividad empresarial que se realice en el ámbito del Archipiélago, así
como también toda iniciativa desarrollada en el exterior que haya contado, prio-,
ruanamente, con recursos generados o formados en Canarias.
Si POS adentramos en las publicaciones de los repertorios bibliográficos sobre
economía canana publicados hasta la actualidad, comprobamos cómo carecen de
apartados que explícitamente acometan las historias de las empresas-. Por otro
lado, en las relaciones o catálogos de historia empresarial realizadas en .el ámbito nacional son escasas las referencias hechas a lo escrito sobre Canarias. La más
exhaustiva, la de lories Villantieva. incluye tan sólo 10 títulos relativos a agentes empresariales que actúan en el Archipiélago .
(".Cuáles son las razones que explican el desinterés y la parquedad de los repertorios bibliográficos en esa materia?. En primer lugar, la reciente preocupación por esta
disciplina en las universidades canarias. Son todavía muy pocos los trabajos que en
nuestra bibliografía podemos calificar como histórico-económicos y que. además, le
den el protagonismo a la institución empresarial. En todo caso, ha sido en la década
de 1990 cuando se han comenzado a publicar trabajos sobre la empresa. Así. los
Congresos Nacionales e Internacionales de Historia Económica, y varios Seminarios
y Congresos celebrados con sesiones específicas de historia empresarial han sido un
incentivo para ia apertura de esta línea de investigación en las áreas de historia económica. Y. por otra paite, no menos íncentivadora ha sido la labor docente.
Esla catalogación biblioyuílica lúe utilizada por Cüll S. v Cj. Toileila 11994. 67-S7 i. basando.se en L. Bensor.
Oe economía genera!: Mailincv de la he. JA (1984j. /\;/>¡</t'.v dt Econenuu t)¡Hiñoli¡ ( 199.S, \ los apartador biblio«rálico* de novedades que sobre economía, c inserios en Ciencias Sociales o Ciencia Aplicada, se publican periódicamente en el Áuuuru' de Estudios Atlunli<<>\ Especifica de historia económica es la relación publicada por L.uxán
Rodiiyue/. S. i!994> lis preciso matizar i¡üé CP esta última obra se incluyeron subapailados nominados como
•socic-dade- adraría-••. -sociedades de aprovechamiento do aLHias- o 'sociedades constructoras-, donde se recogió
una pequeña relación de redámenlos estatutos o memorias tmpiesus. que nosolios. en lodo caso, no hemos considerado para este capitulo.
Torres Villiinueva A F.. ( 19o-i).
Uncí primera calalufiaciihi bibliográfica sobre la historia empresarial en Lunarias
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267
En segundo lugar, hemos de decir que. en algunas ocasiones, quienes han dispuesto de información empresarial han menospreciado o no han ciado el tratamiento adecuado a la documentación económica y contable, siendo relativamente frecuentes los análisis de carácter descriptivo, pero pocas las interpretaciones
de la información que en ellos se refleja.
En tercer lugar, y corno última ra/ón. está la dificultad que los investigadores
encuentran en el acceso a las fuentes de información empresarial, ya sea por desconfianza del empresariado o por destrucción de la información. Sin embarco.
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también aquí hemos de reconocer que en los últimos años hay una mayor predisposición a la valoración de los fondos por parte del empresariado. y a la cesión
de éstos para su estudio, ya que la propia evolución de Indisciplina ha contribuido a ello. Así. en el ámbito universitario hay dos iniciativas que deben destacar-'
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se. la de la Universidad de Las Palmas de tiran Canaria, que ha creado un
Servicio de Recuperación de Archivos de la Empresa Canaria', y la del Departamentó de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de La Laguna.
que desde hace años viene recopilando en sus archivos un gran volumen de
documentación al respecto. Ello, unido a los archivos familiares, en especial de
títulos nobiliarios, de empresas extranjeras, de heredamientos de aguas, y de
Cámaras de Comercio. Industria y Navegación, conforma una buena base de
datos para la futura investigación en materia empresarial'. Además, no debemos
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olvidar otras fuentes para la investigación que pueden reforzar la ardua tarea de
la reconstrucción histórica como pueden ser el Registro Mercantil, la Hacienda
Pública o los propios fondos del Banco de España' .
2. LA ETAPA MODERNA
Este período, inserto en el marco de la expansión comercial y de la política
Mercantilista. yá indujo a los agentes socioeconómicos a adoptar pautas de actuación articuladas en el formato de las protoempresas y. en algunos casos, de la
cuasi-empresa.. En un ámbito como la Región Canaria, dichos agentes encontraron el contexto idóneo para operar como tales, teniendo en cuenta que la misma.
- Luxún McIcnJcz. S. \ JA. Martíniv de la IV i ÍW7- 4-W 4M>.
' Bernal. A.M. (1982: fS7-7."íi.
Cabrera Armas. L.G.. I7 Carnero I oren/o \ A. Día/ de la Paz (2(K)0. en prensa) y Tundía. T. (20(10).
268
desde el punto de vista de su situación, no solo resultó geoestratégicamente atractiva para que actuase de trampolín tricontinental en función de intereses mercanlilistas sino que, como mercado, también resultó arráyente desde el momento en
que tales intereses se centraron en lo que. desde el punto de vista agrícola-comercial, pudo brindar el Archipiélago. Se trató del comienzo de las épocas expansivas de cultivos y productos como el azúcar, el vino. etc.. que reportaron a los
agentes que se involucraron en su producción y comercialización un concepto
que es privativo del modelo capitalista, el lucro. Y en.pos de tal lucro, como se
comprueba en la historiografía canaria, vemos operando a agentes que siendo
incluso extranjeros, no dudaron en naturalizarse con tal de actuar de corresponsales, o vincularse a los poderes locales a fin de realizar actividades que resultaron trascendentales en el mundo moderno y ejerciendo, por ello, individualmente en ocasiones o en conjunción con los naturales de las Islas, de comerciantesempresarios, comerciantes-banqueros o agricultores-comerciantes. Actuaciones
que. en definitiva, bien protagonizadas por foráneos o por los propios isleños,
dieron lugar a prácticas emprendedoras, como la creación de compañías, o a la
suscripción de riesgos, seguros marítimos, emisión de letras de cambio, etc.
E! tratamiento que la historiografía canaria ha dado a estas actividades y agentes en la etapa que nos ocupa, ha sido prácticamente homogéneo en lo que a la
metodología y enfoque se refiere, es decir, fundamentados en criterios de carácter biográficos, descriptivos y sectoriales. Si hemos de conocer las razones de este
tratamiento podemos hallarlas, no sólo en el hecho de que han sido trabajos realizados casi exclusivamente por historiadores, sino en las fuentes documentales
de este período, que si por algo están caracterizadas es por sus enormes lagunas,
carencias y ausencias de constancia escrita. Ello, en lo que se refiere a las fuentes archivísticas custodiadas, porque el otro gran obstáculo está representado por
las documentaciones privadas, de difícil o casi imposible acceso, en la mayoría
de los casos. No obstante, ello no ha impedido que algunos trabajos sobre.compañías o actuaciones de algunas familias hayan podido salir a la luz. merced al
esfuerzo realizado por algunos especialistas, y a la concienciación por parte de los
herederos de aquellos que intervinieron como emprendedores de que debían
ceder el rico legado escrito de sus antepasados a fondos adecuados para su conservación y posterior estudio.
Por último, y en la línea de lo expuesto, hemos integrado la selección bibliográfica en subepígrafes considerando, de forma sintética, los descriptores de sus'
contenidos.
Una primera catalogación bibliográfica .sobre ¡a historia empresarial en Canarias
'
269
2.1 Biografías
Inicialinenle, presentaremos aquella categoría de autores y obras que han dado
un tratamiento, biográfico a sus trabajos y. por ello, nos proporcionan datos no
tanto cuantitativos como cualitativos sobre las aportaciones de las figuras o apellidos estudiados.
•ANAYA HERNÁNDEZ, L.A. (1981): «El Converso Duarte Enrique/..
Arrendador de las Rentas Reales de Canarias». Anuario de Estudios Atlánticos,
27, pp. 345-423.
'
.
•ANÓNIMO (1982): «Agustín de Bethencourt. el. Ingenioso». Aguayw. 139.
pp. 11-14.
• ANÓNIMO (1987): «El canario Agustín de Bethencourt. insigne figura de la
ciencia y de la tecnología», Aguayw. 172. pp. 10-13.
„
•BERNAL RODRÍGUEZ. A. M, (1983): «Archivos familiares y empresariales
en Andalucía y Canarias», en Actas del Primer Congreso sobre Archivos
Económicos de Entidades Privadas, Archivo Histórico del Banco de España,
pp. 67-73.
• BETANCOURT (1996): Betancourt. Los inicios de la ingeniería moderna en
Europa. Ministerio de Obras Públicas. Transportes y Medio Ambiente.
• BETHENCOURT MASSIEU, A. (introducción y estudio), RODRÍGUEZ
GALINDO, A. (transcripción) (1996): Los "quademos" del comerciante de
la calle de La Peregrina Don Antonio Betancourt, 1796-1807. Cabildo Insular
de Gran Canaria.
•BONNET Y REVERÓN, B. (1950): «Lugo y los mercaderes genoveses».
Revista de Historia de Canarias. 90-91. pp. 248-250.
• BRITO GONZÁLEZ, O. (1991): Argenta de Eranquis: una mujer de negocios
(La hacienda, de Cniímar en el siglo XVI). Cabildo Insular de Tenerife - Centro
de la Cultura Popular Canaria.
• CIORANESCU, A. (1963): «Tomas NichoLs. mercader de azúcar, hispanista y
hereje». Instituto de Estudios Canarios. Monografías.
• CIORANESCU, A. (1965): Agustín de Bethencourt y Molina. Su obra técnica v
científica. La Laguna.
•DÍAZ PADILLA, G. (1985): «La familia gomera Cubas: sus relaciones
comerciales con América. Siglo XVIII», V Coloquio de Historia CanarioAmericana (1982). t. 1. Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 143-162.
270
• DIARIO (1931) de Don Antonio Bcihcnconrl. comerciante en Las Palmas de
(irán Canaria (fines del siglo XVlll y principios del XIX). comentado y publicado por1 la sociedad El Museo Canario (1796-1807), Editado por Agustín
Millares Cubas.
•FERNÁNDEZ, D.W. (1984): «La familia Vargas-Machuca». Rerisia Museo
Canario. XLIV. pp. 45-48.
•GÓMEZ GALTIER, I. (1963-64): -El genovés Francisco Lcrca. prestamista
y comerciante de orchillu en Las Palmas de Gran Canaria en el decenio 15171527». Revista de Historia de Cananas, t. XXIX. 141-148. pp. 70-76.
GUIMERÁ RAVINA, A. (1987): «Burocracia fiscal y sociedad "comerciante":
el visitador Pedro Alvarez en Canarias (1792-1755)». 17 Coloquio de Historia
Canario-Ainericanii I 19S4), t. I. Cabildo insular de Gran Canaria, pp. 425-447.
LOBO CABRERA, M. (1987): «Silvestre de Balboa, poeta y mercader de
Indias». Roista Museo Canario. XLVI1, pp. 213-216.
• LOBO CABRERA, M (1990): -.Mercaderes de Burgos en Canarias: Francisco
Manrique». Anuario de Estudios Atlánticos. 36. pp. 493-5 13.
LUIS VANES. M.J. y C.I. FIMERO DE LEÓN (1993): «El mercader Juan
Jácome de Carminatis. Apuntes para su estudio». Sirenae Emmanuelav
Mutrero Óblatele. t.I. Universidad de La Laguna, pp. 627-633.
MARTÍN GARCÍA, G. (1988): «D. Agustín de Bethaneourt. empresario en
Avila (1800-1807)». Anuario de Estudios Atlánticos. 34. pp. 477-505.
OTTE, E. (1979): «Los Soprani y los Lugo». // Coloquio de Historia Canario
Americana 11977), t. 1. Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 241-259.
OTTE, E, (1979): «Los Botti y los Lugo». /// Coloquio de Historia CanarioAmericana (¡978). t. I. Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 49-85.
ROSA OLIVERA, L. de la (1966): «La varia fortuna de los Rivarola».
Anuario de Estudios Atlánticos. 12. pp. 167-200.
ROSA OLIVERA, L. de la (1972): «Francisco de Riberol y la colonia genovesa
en Canarias». Anuario de Estudios Atlánticos. 18, pp. 61-198.
TORRES SANTANA, E. (1981): Relaciones comerciales de Gran Canaria
entre 171)0-1725. Una aproximación a la burguesía mercantil canaria. Excma.
Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas.
VRANTCH, S.B. (1980): -<EI negociante tinerleño Gaspar de Argüijo (153294). Historia de un éxito». Anuario de Estudios- Atlánticos. 26. pp. 561-612.
1. na primera caltilai>ación bibUí^ráfica sobre Ui ¡lisloiiü entprcsiuiül t'n ('anonas
2.2
Burguesía
\
27 I
mercantil foránea
Este subepígraíe considerará a aquellos «nipos de individuos foráneos que.
mediante su actividad, sentaron las bases de actuaciones mercantiles del
Archipiélago con el exterior,
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i
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•ALBERTI Y CHAPMAN (1912):. En^lish Merchants and the Spatush
Inqtiisilion in the Cdnaries. London.
• ALBERTO CAMPOS, C. (1985): «The Atlantic Islands and the entrepeneurial
developrnent of southern Castile». V Coloquio de Historia Canana-Americana
i 1982). Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 579-635,»
• ANAYA HERNÁNDEZ, L.A. (1995): «El papel de los judeoconversos canarios
en la fundación de la comunidad judía inglesa y el comercio anglo-canario».
Anuario de Estudios Atlánticos, 4 1 . pp. 439-457.
• BELLO LEÓN, J.M. y M.C. GONZÁLEZ MARRERO (T997): Los otros
extranjeros": catalanes, flamencos, franceses e ingleses en la sociedad canaria
de los siglos XV y XVI». Revista de Historia de Canarias. 1. 179. pp. 12-71 y
180. pp. 13-67.
• B O N N E T Y SUÁREZ, S.F. (1951):«Familias portuguesas en La Laguna del
siglo XVII». Revista de Historia de Canarias. 93-94. Universidad de La
Laguna, pp. 111-118.
• BRITO GONZÁLEZ, O. (1993): «La presencia extranjera en Tenerife durante
el Antiguo Régimen Siglos XVII y XVIII». Strenae Emmanuelae Marrero
Oblatae. t.I. Universidad de La Laguna, pp. 203-223:
• EVERAERT, J.G. (1985): «La colonie marchande flamande aux Canaries a la
tounure du "cycle du vin". 1665-1730». V Coloquio de Historia CanarioAmericana {1982), Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 435-457.
• EVERAERT, J.G. (1991): «L'Hispanisation diine bourgeoisie mercantile: les
immigres flamands et wallons a Tenerife (1670-1745)». VIH Coloquio de Historia
Canario-Americana {1988), t. I. Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 145-186.
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«GUIMERA RAVINA, A. (1985): Burguesía extranjera v comercio atlántico.
La empresa colonial irlandesa en Canarias (1703-1771), Consejería de Cultura
™l
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y Deportes del Gobierno de Canarias/CSIC.
• LOBO CABRERA, M. (1987): «Los mercaderes franceses en Canarias en el
siglo XVI». VI Coloquio de Historia Canario-Americana (1984). t. I (I paite).
Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 27-46.
272
LOBO CABRERA, M. (1991): «Flamencos en la carrera de Indias. La Gran
Canaria^. VIH Coloquio de Historia Canario Americana (1988). t. II. Cabildo
Insular de Gran Canaria, pp. 5-20.
LOBO CABRERA, M.. (1992): «Vascos en el comercio canario americano:
los Narea». IX Coloquio de Historia Canario-Americana ¡1990). Cabildo
Insular de Gran Canaria, pp. 551-567.
MADÜRELL MARIMÓN, J.M. (1957): «El antiguo comercio de Barcelona
con las Islas Canarias y de Santo Domingo». Anuario de Estudios Atlánticos,
3. pp. 563-592.
MARRERO RODRÍGUEZ, M. (1950): «Los genoveses en la conquista de
Tenerife. 1496-1509». Revista de Historia de Canarias, t. XV. 89-92, pp. 52-64.
MARRERO RODRÍGUEZ. M. (1982): «Mercaderes flamencos en Tenerife
durante la primera mitad del siglo XVI». IV Coloquio de Historia CanarioAmericana (1980). t. I. Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 601-614.
MORALES LEZCANO, V. (1965): «Memoria! de los mercaderes ingleses
que comercian con las Islas Canarias». Revista Museo Canario. XXVI. pp.
141-146.
MORALES LEZCANO, V. (1970): «Relaciones mercantiles entre Inglaterra
y los archipiélagos del Atlántico Ibérico». Instituto de Estudios Canarios.
Monografías. XXII. pp. 80-85.
RÍO MORENO, J.L. (1994): «Los mercaderes del azúcar y el vino y las relaciones
entre Andalucía y Canarias (1550-1600)». X Coloquio de Historia CanarioAmericana (1992). t. I. Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 217-234.
RUIZ ÁLVAREZ, A. (1954): «Matrícula de Extranjeros en la isla de Tenerife
a fines del siglo XVIII». Revista de Historia Canaria. 105-108, pp. 102-111.
2:3 Política Mercantilista e Instituciones
Integraremos obras destacadas por abordar el marco regulador de las actuaciones mercantiles de este período y. por ello, sustentado en el contexto institucional, así como Instituciones promotoras de cambio económico sustentado en
dicho marco.
•EL REAL CONSULADO DE CANARIAS (1966): Enciclopedia Canaria.'
Aula de Cultura de Tenerife.
í '/(o primera i tiwli/(ii •ion bihiu mrujien sohrt iu historia empresarial en Ciiihtiiti\
i
273
•GARCÍA DEL ROSARIO, C. (1981): l.u Real Sociedad Económica de
Amibos del País de Las Palmas di; (irán Canaria. Ediciones de la
Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas.
• GONZÁLEZ PÉREZ, T. (1985): L<Í Real Sociedad Económica de Amibas del
País de Tenerife (¡776ISOO). Tecina de la Universidad de La Laguna dirigida
por Teresa Noreña Sallo.
•LADERO Ql ESADA, M.A. (19791: «Ordenan/as municipales \ rcíiuiaci<Sn
de la actividad económica en Andalucía y Canarias. Siglos XIV XVII". II Coloquio de
ftft'V
I
Historia Ccnutrio-Antcrioinit 11977). i. II. Cabildo Insular de Gran Canana, pp. 141-156.
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• M I N Í í U K T . C H . (1982): « D o c u m e n t o s inéditos sacados del A r c h i v o Nacional
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de Francia v relativos al comercio canario americano. I7W-I785». IV Coloquio de
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I lisiaría i 'anario-Americami (I9H0), 1.1. Cabildo Insular de (irán Canana, pp. 661-671.
• MORALES LEZCANO, V. (1965-1966): «Cinco documentos ingleses relativos
a la Compañía de Canarias que se encuentran en el Public Record Office
• (Londres)».. Revisia de Historia de Canarias. I. XXX. 149-1*52. pp. 73-8').
• NAVA Y GRIMÓN, A. (1980): Tres Informes de Economía Canaria, publicado
con motivo de las I Jornadas de Estudios Económicos Canarios.
*NAVA Y (iRIMÓN, A. (1988): Escritos económicos. Canarias: Economía c
Hnsrriición. l'nisersidad de La Laguna/Fundación Inskles-CajaCanarias.
• PERAZA AVALA, J. (1952): «Consideraciones sobre los recientes trabajos
uue estudian el comercio de Canarias con las Indias». Revista de Historia de
'
Canarias, t. XVI11. 97-100. pp. 532-556.
•PERAZA AVALA, j. (1959): «La Junta de Comercio de Canarias». Anuario
de Estudios Atlánticos. 5. pp. 569-606.
• PERAZA AVALA, J. (1972): El Real Consulado de Cananas, Aula de Cultura
de Tenerife.
• PÉREZ-MALLAINA BUENO, P.E. (1979): «La navegación canaria a Indias
y la Junta de Restablecimiento del Comercio. 1700-1708». // Coloquio de Historia
Canario-Americana 11977>. 1.1. Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 373-411.
• RU1Z RIVERA, J. (1985): «El Consulado de Cádiz en Canarias». V Coloquio
de Historia Canario-Americana (1982). t. II. Cabildo Insular de Gran Canaria,
pp. 501-525.
• SOLANO Y PÉREZ-LILIA, F. de (1977): «El Juzgado de Indias en Cananas a
través de las apelaciones al Consejo de Indias: inventario de la documentación existente en los archivos general de Indias e Histórico Nacional». / Coloquio de Historia
Canario-Americana i 1976). Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 105-043.
274
> TISSEAl DES ESCOTÁIS, J. (1985): «La problemática del comercio francés
en Canarias a principios del XVIII, a través de la correspondencia consular
francesa^. V Coloquio de Historia Ciinario-Ame ruana (¡982), t. II. Cabildo
insular de Gran Canaria, pp. 479-499.
2.4 Puertos, construcción naval, tráfico marítimo v pesquerías
Los puertos, la construcción naval, como parte de las "empresas navieras" del
período, el tráfico marítimo y la actividad portuaria y pesquera, integran las
siguientes referencias.
•ALFONSO MOLA, M. (1994): «Armadores canarios en Cádiz durante el
período de libre comercio». X Coloquio de Historia Canario-Awericami
119921. Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 367-401,
• CLAV1JO HERNÁNDEZ, F.J. (1982): «Los documentos de fletamentos en el
primer tercio del siglo XVI», IV Coloquio de Historia Canario-Americana
(1980), t. I. Cabildo Insular de Gran Canaria pp. 29-75.
•LOBO CABRERA, M. (1980): «El mundo del mar en la Gran Canaria del
siglo XVI: navios, marinos y viajes». Anuario de Estudios Atlánticos, 26. pp.
303-350.
•LOBO CABRERA, M. (1979): «Los vecinos de Las Palmas y sus viajes de
pesquerías a lo largo del siglo XVI. Otros datos para su estudio». /// Coloquio
de Historia Canario-Americana (1978), Cabildo Insular de Gran Canaria, pp.
403-428.
• MARTIN GALÁN, F. (1984): Lc¡ formación de la ciudad de Las Palmas: ciudad
v puerto. Cinco siglos de evolución, .¡unta del Puerto de La Luz y Las Pahuas,
Gobierno de Canarias, Cabildo Insular de Gran Canaria y Ayuntamiento de Las
Palmas de Gran Canaria.
• RUMEU DE ARMAS, A. (1977): «Las pesquerías españolas en la costa de
África (siglos XV-XVI)». Anuario de Estudios Atlánticos, 9, pp. 349-370.
• SL'ÁREZ GRIMÓN, V. (1982): «Construcción naval y tráfico marítimo en
Gran Canaria en la segunda .mitad del siglo XVIII». IV Coloquio de Historia
Canario-Americana (1980). t. II. Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 785-879.
UIUI primera catalogación bibliográfica sobre la historia empresarial en Canarias
275
2.5 Trabajos sobre actividades empresariales
La organización de empresas y. por ello, fundamentadas en la creación de
compañías, suscripción de seguros marítimos, riesgos, organización de mercados
y,la financiación de dichas actuaciones, entre otras pautas organizativas, configuran el siguiente subepígrafe.
• BELLO LEÓN, J.M. (1994): «El préstamo a riesgo en el comercio canarioandaluz a fines del siglo XV». X Coloquio de Historia Canario-Americana
{1992)A, 1. Cabildo Insular de Gran Canana, pp. 181-194.
• FERNÁNDEZ ARMESTO, F. (1982): «La financiad,* de la conquista de las
Islas Canarias en el tiempo de los Reyes Católicos». Anuario de Estudios
Atlánticos. 28. pp. 343-378.
• FERNÁNDEZ ARMESTO, F. (1997): Las Islas Canarias después de la conquista: la creación de una sociedad colonial a principios del siglo XVI.
Cabildo Insular de Gran Canaria.
• FERNÁNDEZ MARTÍN, L. (1975): «Aspectos económicos, administrativos
\ humanos de la Diócesis de Canarias en la segunda mitad del siglo XVI».
Anuario de Estudios Atlánticos. 21, pp. 95-131.
• FISHER, J. (1987): «Free trade between the Canary Island and Spanish
American». VI Coloquio de Historia Canario-Americana (1984). 1.1. (I parte).
Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 387-404.
• GENTIL DA SILVA, J, (1961): «Echanges et troc: l'exemple des Canaries au
debut du XVI siécle». Anuales. 5. pp. 1004-1011.
•GONZÁLEZ YANES, E. (1953): «Importación y exportación en Tenerife
durante los primeros años de la conquista (1479-1503)». Revista de Historia de
Canarias. I. XIX. 101-104. pp. 70-101.
•GUIMERÁ RAVINA. A. (1975-76):«Los Protocolos Notariales y el
Comercio Canario-Americano en la Edad Moderna», Revista Museo Canario.
36-37. pp. 169-188.
• GUIMERÁ RAVINA, A. (1977): «¿Por qué comercia Canarias con las Indias
en el siglo XVI'.' Incentivos y obstáculos». / Coloquio de Historia
Canario-Americana (1976). Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 86104.
.
• GUIMERÁ RAVINA, A. (1978): «Canarias en la can-era de Indias», Historia
General de las Islas Canarias, t. IV. pp. 169-184.
276
• GUÍMERA RAVINA. A. 11979): «La financiación del comercio de Ciaruchico
con las Indias i 1566-1612) ». // Coloquio de Historia Cutiano-Americana
{¡977), Cabildo Insular tic Gran Canaria, pp. 263-282.
• GlJJMERA RAVINA, A. (1986): La hiirí/uesia mercantil amaria en la etapa
de libre comerán i /7rt5 1S24). fundación Banco Exterior.
• HEERS, .1. (1985): «Las empresas genovesas en el Atlántico durante el siglo
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(•'/M priim'i'd
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tiempos de Felipe III. Cabildo Insular de Gran Canaria.
TORRES SANTANA. E. (1991): La burguesía mercantil de las Canarias
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TORRES SANTANA, E. (1992): «El mercader en la vida socioeconómica de
Gran Canaria durante el Antiguo Régimen». Veguera. 0. pp. 79-86.
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• VIEIRA, A. (1987): «O comercio de cercáis das Canarias para a Madeira nos
. secuios XVI-XVII», VI Coloquio de Historia Canario-Americana IJ9H4). i. I.
(I parte). Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 325-351.
2.6 Textos sobre actividades sectoriales
in '
Actividades sectoriales que pudieron generar actuaciones de emprendedores a
niveles organizativos, industriales, etc.. aglutinan los descriptores de la siguiente
relación.
•ANÓNIMO (1979): «El cultivo de la caña de azúcar en la isla tinerfeña»,
Aguayro. 117. pp. 6-9.
• ARBELO GARCÍA, A. (1998): Las mentalidades en Canarias en la crisis del
Antiguo Régimen: élites agrarias v comportamiento social en Tenerife 117501823). Centro de la Cultura Popular Canaria.
• BETHENCOURT MASSIEU, A. (1993): Canarias e Inglaterra: el comercio
de vinos (1650-1800), Ediciones del Cabildo Insular de Gran Canaria.
•BRUQUETAS DE CASTRO, F. (1994): «Casa fuerte de Santa Cruz del
Romeral, genealogía de la familia Rocha». X Coloquio de Historia CanarioAmericana (1992). Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 493-528.
• CAMACHO Y PÉREZ CALDOS, G. (1961): «El cultivo de la caña de azúcar
y la industria azucarera en Gran Canaria (1510-1535)». Anuario de Estudios
Atlánticos. 7. pp. 11-70.
• GOYANES CAPDEVTLLA, M. (1938): Las antiguas industrias de la seda en
Tenerife. Santa Cruz de Tenerife.
•LOBO CABRERA. M. (1980): «La seda en Gran Canaria. Siglo XVI».
Anuario de Estudios Atlánticos. 26. pp. 549-560.
•LORENZO CÁCERES, A. de (1941): Malvasia y Fulstaff: Los vinos de
Canarias. La Laguna.
•MACÍAS HERNÁNDEZ, A. (1979): «La transformación de la propiedad
concejil en el paso del Antiguo al Nuevo Régimen: el Repartimiento Ilustrado
de 1769 en La Laguna». Revista de Historia de Canarias. Anexo 1. pp. 1-160.
•MORALES LEZCANO, V. (1979): «Cultivos'dominantes y ciclos agrícolas
en la historia moderna de las Islas Canarias». Historia General de las Islas Canarias.
t. IV. pp. 11 -22.
lina ¡irimcni cimiluyjiaoii l>iblío¡>rúfivu sobre in Insuma empresarial en Canarias
279
• MORALES LEZCANO, V. (1996): «La Compañía de Canarias. Un Capítulo
sobre la Historia Económica del Archipiélago». Anales de la Universidad
Hispalense, vol. XXVI. pp. 33-44.
• PERAZA DE AVALA, J. (1969): «El Heredamiento de Aguas de la Orotava
(ñolas \ documentos para un estudio histórico-jurídico de las aguas en
Canarias)», en Estudios de Derecho Administrativo Especial Canario
{Heredamientos v Comunidades de Agita), Cabildo Insular de Tenerife, t. III.
pp. 41-94.
• REGULO FEREZ, J. (1976): La Laguna \ la sericultura canaria. La Laguna.
• RIVERO Sl'ÁREZ, B. (1992): «El cultivo del a/úear en Gran Canaria en la
primera mitad del siglo XVI». IX Coloquio de Hisiorjg Canario-Americana
i 1990). Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 845 863.
• ROSA OLIVERA. L. DE LA (1969): «Antecedentes históricos de los heredamientos y comunidades de aguas en Canarias», -en' Estudios de Derecho
Administrativo especial Canario i Heredamientos v Comunidades de Agua).
C a b i l d o insular de Tenerife, t. III. pp. L )-39.
• SANTANA PÉREZ, G. < 1996): El comercio interinsular de Lanzaron'. 16351665. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
• STECKLEV, C.F. (1980): «The Wine Economy of'Tenerit'e in the Seventeenth
Century. Anglo Spanish Partnership in a Luxury Trade». Economk: Hisiory
Kevien . 3. pp. 335-350.
•STECKLEY, G.F. (1981): «Relación angloespañola en un comercio de lujo:
la economía vinícola de Tenerife en el siglo XVÍI». Aguaxro. 138. pp. 25-31.
•TORRES SANTANA. E. (1991): La burguesía mercantil de las Canarias
Orientales, 1600' 1625. Cabildo Insular de Gran Canaria.
• TORRES SANTANA, E. (1994): «Hacia una tipología de la burguesía canaria en
el siglo XVI». Anuario de Estudios Atlánticos. 40. pp. 443-455.
• TORRES SANTANA. E. y E. ALEMÁN RUIZ (1998): «Datos para el estudio
de la burguesía palmera en el siglo XVII». A7/ Coloquio de Historia CanarioAmericana (1996). t.II. Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 445-463.
3. LA ETAPA CONTKMPORÁNFA
La quiebra de las instituciones del Antiguo Régimen marcó el inicio de la
etapa contemporánea. Así. en la primera mitad del siglo XIX se sentaron las bases
280
para la inipiantación de un Estado Liberal, del que nació un nuevo mcxielo de desarrollo económico para Canarias que quedó estrechamente vinculado al sistema de
franquicias. El apogeo del liberalismo a escala internacional y la consolidación
de la vía aperturista de la economía canaria, permitieron el desarrollo de nuevas
formas de organización empresarial vinculadas, especialmente, a la actividad
agrícola exportadora y al sector portuario. En Canarias no prosperó la vía industrializadora que marcó las pautas de crecimiento de los países del occidente europeo, pero la ampliación de los mercados internacionales y la situación estratégica del Archipiélago favorecieron que nuestro territorio se convirtiera en un punto
crucial para la organización del transporte marítimo, del comercio de productos
alimenticios y combustibles, e incluso para que se dieran los primeros pasos err
el desarrollo de la actividad turística. La expansión económica que conoció la
región canaria, en especial a partir de la década de 1880. se hubo de apoyar en la
iniciativa empresarial tanlo foránea como indígena. La historiografía ha dado
mayor importancia a la primera, siendo múltiples los trabajos sobre la actuación
británica, estadounidense o germana en la economía canaria, que tratan-de constatar las teorías del desarrollo dependiente que tanto prosperaron en la década de
1970 y 1980 aunque, creemos, que no se han de desdeñar las aportaciones empresariales de los agentes locales. Trabajos como los realizados por el profesor
Fernando Carnero sobre el sector financiero, trazan la línea de reconocimiento de
los emprendedores canarios.
Ese período de expansión económica, se vio obstaculizado por crisis coyunturales de alcance internacional que derivaron en cambios de actitudes y estrategias
de actuación. La Primera Guerra Mundial y la Depresión de la década de 1930
pusieron freno al desarrollo de algunas actividades, pero también, en algunos
casos, se convirtieron en incentivos a la renovación que favorecieron, incluso, el
desarrollo de la vía industrial en las Islas. Tras la Guerra Civil, con el acceso al
poder del general Franco y la práctica desaparición del mercado como fórmula
para el establecimiento de los precios, la empresa perdió alguna de sus funciones.
Sin embargo, la política autárquica y sustitutiva de importaciones del régimen
forzaron a un cambio en la iniciativa inversora en las Islas, esta vez de la mano
exclusivamente de los capitales nacionales que se dirigían a cubrir, especialmente, las necesidades de productos industriales de consumo básico. La puesta en
marcha del Plan de Estabilización y los subsiguientes Planes de Desarrollo favorecieron, tras el largo impasse de la postguerra, el restablecimiento económico del
Archipiélago que. no obstante, no siguió la vía industrializadora del territorio
i'ini primera euialoaueion hibiitmnitien sobre hi hisioritt empresarial en Ccuuii'iiis
,
28 I
peninsular, sino la que se amparaba en el sector sen icios y. de modo especial, en
el turístico.
Con la consolidación del capitalismo, el concepto de empresa acaba de definirse. Ello nos ha permitido utilizar descriptores más concretos en la catalogación
bibliográfica de la etapa contemporánea, de tal modo que. fundamentalmente, el
criterio elegido obedece a una clasificación sectorial de las empresas, al que se le
ha añadido un subepíerafe referido a la figura del empresario y a las instituciones
en que se forma.
3.1 Análisis históricos y globales sobre la empresa contemporánea
¡
|
)'
v
_!¡|
• BERNAL. A.M. (1983): «Archivos familiares y empresariales en Andalucía y
Cananas», en. Acias del Primer Congreso sobre Archivos Económicos de
Entidades Privadas < 19X2). Archivo Histórico del Banco de L>paña. pp. 67-73.
•CABRERA ARMAS. L.G. y F. CARNERO LORENZO (1998): La dinámica
empresarial en Cananas. 1936-1975». i encuentro de investigadores sobre el
jruiu/tiisnio \ la transición española. Muño/ Moya ed., pp. 189-199.
•CABRERA ARMAS. L.G.. F. CARNERO LORENZO y A. DÍAZ DE LA
PAZ (en prensa): «Fuentes para la historia de la empresa. Un ejemplo regional:
Canarias. I 872-193h» en Seminario: El Registro Mercantil, una fuente para la
historia económica de España. Universidad de Granada.
• LUXÁN MELÉNDEZ, S. v S. SOLBES FERRI (1998): «El factor histórico
en la configuración de la empresa industrial en Canarias». Estudios Regionales,
50. pp. 187-220.
• LUXÁN MELÉNDEZ, S. y J.M. MARTÍNEZ DE LA FE (1997): «La recuperación de los archivos de empresas canarias». Congreso Atlántico (1995).
Mapire Guanarteme. pp. 449-453.
Hemos de añadir a esta relación la aportación original que ha proporcionado
la Gran Enciclopedia Canaria publicada por Ediciones Canarias (1994-1999).
dedicando algunas voces a empresas y a figuras específicas del empresariado
canario, tales como Banca Luis Pozuelo. Banco Blandy Brothers y Cía. Banco
Industria de Canarias. S.A.. Consignatarios. Compañías Eléctricas (Energía).
Compañías Marítimas. CEPSA. Coplaca. Fyffes y otras.
282
3.2 IMS empresas agrarias
Curiosamente, habiendo sido nuestra economía agrícola nos encontramos con
pocos estudios sobre esta actividad, y cuando los hay. centrados en las actuaciones exportadoras del sector. El escaso número de sociedades agrarias \ el limitado respaldo documental justifican, en parte, esla carencia. Mas. en términos «enerales, el comportamiento de la historiografía mundial sobre la empresa ha sido
similar, tendiendo a marginar los análisis de las empresas agrarias a favor de las
empresas del sector secundario, a las que ha considerado más innovadoras. Junio
a esta relación, y por la estrecha relación que mantienen, hemos incluido algunos
artículos que abordan los mecanismos jurídicos y la organización del capital para
la extracción v distribución de asiuas.
• BATISTA MEDINA, J.A. (1998): «La financiación autónoma de sistema* de
irrigación: aproximación a un caso en La Palma». XII Coloquio de
Historia Canario-Americana (1996), t. 1. Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 85-94.
• CARNERO LORENZO, F. y J.S. NUEZ YÁNEZ (2001): «Empresa capitalista y agua en Canarias. 1896-1936. Lina primera aproximación», en Vil
Congreso de la Asociación de Historia Económica.. Universidad de Zarago/a
(formato CD-ROM).
• DELGADO DE AGUILAR, J. (1991): Apuntes para una historia del cooperativismo en Canarias. Publicaciones del Centro EFOCA. 5.
• DAVIES. P.N. (1990): Fyffes and the Banana Musa Sapientum. A Centenar)
Hisiory. 1888-1988. The Athlone Press.
• GALVÁN FERNÁNDEZ. F. y L. MARTÍNEZ DE AZAGRA Y BENÍTEZ
DE LUGO (1985): La transformación del campo de La Orotava ante la
Primera Gran Crisis Capitalista v algunos precios canarios. Ed. Benchomo.
• GUIMERÁ PERAZA, M. (1953): «Heredamientos y comunidades de agua en
Canarias (Notas para un estudio de sus diversos problemas jurídico-prácticos)». Anales de la Academia matritense del Notariado. Vil. pp. 505-515
• HERNÁNDEZ GARCÍA,.!. (1987): «La "Unión Agrícola Comercial de Gran
Canaria" (1874). una sociedad isleña para la comercialización de la cochinilla».
VI Coloquio de Historia Canario-Americana (1984). t. 1. 2a parte. Cabildo
Insular de Gran Canaria, pp. 575-590.
Una primen! ciitulo¡>tiritm bibliográfica sobrr la historia empicsurial en Cwiuria\
~~
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G. LEMEUNIER (eds.): Agua y Modo de Producción. Crítica, pp. 121-149.
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capitalista en Canarias: burguesía agraria y terratenencia territorial/'. A7
Coloquio de Historia Canario-Americana í 1994). t. 1. Cabildo Insular de Gran
Canaria, pp. 73 93
•NIETO, A. (1969a): «Heredamientos y comunidades de aguas en el siglo
XIX», en Estudios de Derecho Administrativo Especial Canario t Heredamientos
y Comunidades de Agua), Cabildo Insular de Tenerife. U^TlI. pp. 95-147.
• NIETO, A. (1969b): «Las comunidades de aguas cananas en 1956». Estudios
de Derecho Administrativo Especial Canario I Heredamientos x Comunidades
de agua). Cabildo Insular de Tenerife, t. III, pp. 149-177. „,
• NIETO, A. (1969c): «Hacia una teoría consorcial de las comunidades de aguas
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• PÉREZ ARTILES. J. (1991): Cooperativismo agrario en Canarias. Consejería
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América AEA (IWS¡. Cabildo Insular de (¡rao Canana, pp. 2192-2213.
.?..? IMS empresas comerciales, de transportes y de prestación de servicios portuarios
A fines del siglo XIX. \ hasta inicios de la Primera Guerra Mundial, asistimos
a un proceso de integración vertical en lo que aciividad comercial y prestación de
servicios portuarios se refiere, en la que participó tic forma mu\ activa el capital
foráneo y de la cual la historiografía se ha ocupado de modo especia!. Ya en la
etapa autárquiea estas actuaciones quedaron naturalizadas al tiempo que adquirió
relevancia la presencia peninsular y canaria.
• ALEMÁN, J.A. (1975): «Canarias y su dependencia económica. La suspensión
de pago de los "Betancores"». Triunfo.
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• CABRERA ARMAS, L.G. y FJ. DE LEÓN DÍAZ (2001): «Los puertos canarios
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Dirección General de Universidades del Gobierno de Canarias, pp. 145-160.
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Puerto de la Lux y Las Palmas: estrategia y organización». Actas del VI
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cambio en la estructura empresarial en el Puerto de Las Palmas. Vil Congreso
de la A.H.E.. Universidad de Zaraco/a (formato CD-ROM).
3.4 IMS empresas turísticas
Debemos advertir que las pocas monografías existentes hacen especial hincapié en aspectos biográficos, histórico-culturales, etc. sin valorar la actividad
desde el punto de vista económico-empresarial.
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•GUIMERÁ RAVINA. A. (1991): El Hotel Taoro, cien años de turismo en
Tenerife (1890-1990). Santa Cruz de Tenerife.
• HERNÁNDEZ GUTIÉRREZ, A.S. (1983): De la Quinta Roja al Hotel Taoro.
Puerto de la Cruz.
• MARTÍNEZ, V. (1997): «El Valle de La Orotavá: un destino turístico con una
larga tradición histórica», en La actividad turística española en 1996.
A.E.C.I.T./Nexo Editores, pp. 414-420.
Una primera ccitaloitación bibliográfica sobre la historia empresarial en Canarias
287
3.5 IMS empresas del sistema financiero
La mayoría de las empresas o empresarios que se han dedicado a la actividad
financiera en Canarias, captaron sus recursos en la actividad comercial exportadora y en los retornos de emigrantes, de ahí que con el subepígrafe sobre las
empresas del sector exterior ya planteamos una parte de la actividad financiera.
No obstante hemos dejado para este apartado del repertorio los análisis globales
y las entidades de crédito, ahorro y seguros constituidas como tales.
• BENÍTEZ INGLOTT, I. (1950): «Esquema del desarrollo bancario en Gran
Canaria-. Revista Financiera del Banco de Vizcaxa, XD*. 78. pp. 35-37.
• CARNERO LORENZO, F. (1993): «El sistema bancario canario y la crisis de
los años 30», Actas del V Congreso de la Asociación de Historia Económica.
San Sebastián, pp. 285-295.
• CARNERO LORENZO, E. (1995): «Crisis económica y banca en Canarias.
1930-1936». en Homenaje a Antonio de Bethencourt Massieu. t. 1. Cabildo
Insular de Gran Canaria, pp. 387-418.
• CARNERO LORENZO, R (2000): «El papel de las Entidades Oficiales de
Crédito en la Economía Canaria», en Economía Canaria 1999. Segundo Seminario
de Economía Canaria. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, pp. 409-420.
• CARNERO LORENZO, F. (2001): «Ahorro y Fortuna. Un antecedente de la
inversión colectiva en España», en Vil Congreso de la Asociación de Historia
Económica. Universidad de Zaragoza, (formato en CD-Rorn).
• CARNERO LORENZO, F. (en prensa): «El papel de la banca en los flujos financieros
exteriores. Canarias. 1960-1990». en Actas del X Congreso Internacional de la
Asociación de Encuentros Económicos Temáticos de las Universidades del Sur
de Europa (1994). Universidad de Anglet.
• CARNERO LORENZO, F. y J.S. NUEZ YÁNEZ (1995): «El empleo en el
sector financiero de Canarias. 1955-1990», en V Congreso Nacional de Economía. Economía de los servicios, vol. 5. Consejo General de Colegios de
Economistas de España y Colegio de Economistas de Las Palmas, pp. 221-23.3.
• CARNERO LORENZO, F. y J.S. NUEZ YÁNEZ (1998): «La incidencia de
la banca en la polarización de la actividad económica. Canarias 1960-1990». en
IX Encuentro ARETHUSE (1993). Los efectos de la polarización de las actividades económicas en las regiones del Sur de Europa. Asociación de
Encuentros Económicos Temáticos de Europa del Sur, pp. 71-93.
288
• CARNERO LORENZO, E. y J.S. NUEZ VÁNEZ (2001): «Los trabajadores
de! sistema Hilandero en Canarias», en C. ARF.NAS: A. FLORENCIO > J.
FONS uoord.): I raba ¡o v relaciones laborales en lii España contemporánea.
Merjwblum. pp. 125-133.
•CARNERO LORENZO, F. y J.S. NUEZ YÁNEZ (en prensa): «El crédito
aütíeola en Cananas, 1 880-I936><. Airas.
•CAL'BÍN MARTÍN, M. (2000): «Mutua Guanarteme: aproximación a la historia de las mutualidades v las compamas de seguros, en Canarias. Avance de
una historia en curso». XIII Coloquio de Historia Canario-Americana. VIH
Congreso Internacional de Historia de América ALA (199$). Cabildo Insular
de Gran Canaria, pp. 2 160-2 174.
• DÍAZ HERRERA, ,J. (1976): «Quiebra de agencias de préstamos». Cuadernos
para el Diálogo. 1-5.
•FRANCISCO DÍAZ, J.C. (1985): «Sistemas financieros en Canarias-».
Geografía tic Canarias. 1.6. Interinsular ('ananas, pp. 151-166.
•FRY, R. (1976): Bankers in Wesl África (The Story of The Bank of British
Wcsi Africu Limited), ilutchtnson Benharn.
•LÓPEZ YEPES. J. v J.A. MARTÍNEZ DE LA FE (1975): «Las Cajas de
Ahorros y Socorros de la Sociedad del Gabinete Literario de Las Palmas (í 8461857)»'. Boletín de Documentación del FIES. VIL pp. 76-96.
• MARRERO HERNÁNDEZ, A. (1986): El ahorro en Cananas y su vinculai ion con las Cajas de Ahorros. CÍES, Cuadernos Canarios de Ciencias Sociales. 13.
•MARRERO HERNÁNDEZ, A. (1978): «Una introducción al sistema financiero canario^. Información Comercial Española. 543. pp. 120-1 30.
•MARTÍNEZ DE LA FE, J.A. (1972): Evolución histórica del ahorro en la
provincia de Las Palmas. CÍES.
• MARTÍNEZ DE LA FE, J.A. (1975): «El Monte de Piedad y Caja de Ahorros
de Las Palmas. Antecedentes y primera época (1812-1919)», Estudios, de
Historia de Cajas de Aiiorros v Montes de Piedad. CECA, pp. 225-258.
• MARTÍNEZ DE LA FE, J.A. (1980): Caja de Ahorros v Monte de Piedad
(provincia de Las Palmas). Las Palmas Gran Canaria.
• MARTÍNEZ DE LA FE, J.A. (1990): «La Caja de Canarias. 50 años de historia». Aguaym. 187. pp. 6-30.
• SUÁRFIZ BOSA, M. (1993): «El ahorro popular en Canarias. La primera
etapa y crisis del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Las Palmas (19141939)». Vefiueta. 1. pp. 179-199.
Una primera caialoyación bibiio^rújicü sobre iu historia empresarial en Canarias
t
289
•SUÁREZ BOSA, M. (1994): «Las Sociedades de Socorros Mutuos en las
Canarias Orientales entre el final del siglo XIX y principios del XX», A'
Coloquio de Historia Canario-Americana (¡992). t. II, Cabildo Insular de Gran
Canaria, pp. 725-747.
• UNIÓN MUTUA TINERFEÑA (1959): Vigésimo Quinto Aniversario, 19341954. Litografía Romero.
• VALIDO ROSALES, M.P. (2000): «Los comerciantes banqueros en Canarias
a finales del siglo XIX y comienzos del XX: problemas para su estudio. El
ejemplo de I). Blas Rosales Batista (1888-1935)». XIII Coloquio de Misiona
Canario-Americana. VIII Congreso Internacional de Historia de América AEA
11998). Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 2149-2159^
• VV.AA. (1973): Memoria adjunta a la solicitud de creación del Banco
Industrial de Canarias. Las Palmas de Gran Canaria.
3.6 Las empresas industriales y la prestación de servicios
Contrariamente a lo señalado en el subepígrafe sobre empresas agrarias, las
empresas industriales, con tener menor presencia en el Archipiélago, han sido objeto de estudio en mayor número de ocasiones. Incluso, este sector es ei único que ha
contado con la prerrogativa de que se hiciera una aproximación histórica a su evolución --aunque eludiendo las empresas del período autárquico . La razón estriba en
el desan'ollo de la propia disciplina que, desde la Revolución Industrial, ha asociado
frecuentemente el concepto de empresa con las organizaciones industriales.
•BRITO GONZÁLEZ, O. (1979-1980): «La industria tabaquera». Revista
Rumbo. 3. 4 y 5-6; pp. 13-20, 9-18 y 15-34.
•CABRERA ARMAS, L.G. y J. HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ (1988):
UNELCO. Historia de la electricidad en Canarias, UNELCO.
• CABRERA ARMAS, L.G. y J. HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, (1998):
«Una aproximación al tejido empresarial isleño: el ejemplo del sector eléctrico
durante el período autárquico, 1936-1960», Economía canaria. Primer seminario de investigación universitaria sobre la economía canaria, t. I. Facultad
de Ciencias Económicas y Empresariales ULL, pp. 355-385.
Véase Liixám. S. i i998) en el .subepígrafe 5.1
290
•CEPSA (1956): Biografía de una realidad 1929-1954. Hijos de Antonio
Fábrega.
•CEPSA (1959): CEPSA v la economía nacional. Algunas actividades de la
Compañía Española de Petróleos. CEPSA.
• DARÍAS PRÍNCIPE, A. y T. PURRINOS CORBELLA (1987): «Las sociedades
constructoras en Canarias». VI Coloquio de Historia Canario-Americana
(1984). t. II. Cabildo Insular de (irán Canaria, pp. 629-672.
DÍAZ DE LA PAZ, A. (1988): «Las pesquerías canario-africanas a la luz de
los estudios sobre el banco sahariano (1940-1975)», en III Aula Canarias y el
Noroeste de África. Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 433-441.
DÍAZ DE LA PAZ, A. (1992): «La pesca en Canarias. Herencia conflictiva;
incierto futuro», en Situación. Serie de estudios regionales. Canarias, pp. 339-345.
DÍAZ DE LA PAZ, A. (1995): «La pesca en Canarias. Un sector en transformación». Pape/es de Economía Española. 15. pp. 143-150.
DÍAZ DE LA PAZ, A (2000): «Las estrategias de producción y los costes de
la industria conservera de pescado canaria en el pasado inmediato», en
Economía Canaria 1999, Segundo Seminario de Economía Canaria,
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, pp. 1-13.
•DÍAZ RODRÍGUEZ, J.M. (1988): Molinos de agua en Gran Canaria, La
Caja de Canarias.
DÍAZ TORRES, A. y A. SALGADO PÉREZ (1993): La fábrica de gas de
Santa Cruz de Tenerife: su historia y funcionamiento (1906-1975). Consejería
de Industria y Comercio.
EXPÓSITO LORENZO, M.G. y P.C. QUINTANA ANDRÉS (1996): «La
explotación forestal y el desarrollo del sector naviero en La Palma entre 17991850». XI Coloquio de Historia Canario-Americana (1994), 1. I. Cabildo
Insular de Gran Canaria, pp. 645-665.
FÁBRICA DE CERVEZAS (1974): 50 Aniversario. Medio siglo de una
empresa. Fábrica de Cervezas. Las Palmas de Gran Canaria.
GALVÁN GONZÁLEZ, E. (1995): «El servicio de abastecimiento de agua
potable á Las Palmas de Gran Canaria: implicaciones políticas derivadas de su
concesión a una compañía inglesa». Boletín Millares Cario. 14. pp. 119-133.
HERRERA PIQUÉ, A. (1975): «75 años de energía eléctrica en Canarias».
Aguayro, 62. pp. 7-9.
INSTITUTO NACIONAL DE INDUSTRIA (1969): Estudio del Desarrollo
Eléctrico de las Islas Canarias (1969-19H0). 3 tomos mecanografiados.
l'iui primera ciitalo<>üL"i<m bibliográfica sobre la historia empresarial en Canarias "
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• INSTITUTO NACIONAL DE INDUSTRIA (1973): Previsión del desarrollo
eléctrico de las Islas Canarias. Periodo 1973-1983, 2 tomos mecanografiados.
«LEGNA VERNA, C. y j.L. RIVERO CEBALLOS (1997): «La industria
tabaquera en Canarias. Globalización y reestructuración». Revista Situación.
Serie Estudios Regionales. Canarias, pp. 347-365.
•LLISO MORENO, J. (1969): «Tenerife y los primeros pasos de CEPSA».
Oilgás. monográfico.
• LUXÁN MELÉNDEZ, S. (1995): «La industria del libro en Canarias 17501900. Algunos rasgos definitorios». Anuario de Estudios Atlánticos, 41. pp.
259-270.
'
•LUXÁN MELÉNDEZ, S. y J.L. QUESADA«%GONZÁLEZ (1997):
Publicidad Atlantis 1945-1995. Historia de una empresa familiar. Universidad
de Las Palmas de Gran Canaria.
• MACÍAS HERNÁNDEZ, A.M. (1986): «El sector 'pesquero en la economía
canaria» en VV.AA. Geografía de Canarias. Geografía económica, aspectos
sectoriales, t. 5, Interinsular Canaria.
• MARTÍN DEL CASTILLO, J.F. (1995): «Los primeros proyectos de talleres
de reparación de automóviles en Las Palmas de Gran Canaria (1920-1923)», en
Homenaje a Antonio Bethencourt Massieu. t. II, Cabildo Insular de Gran
Canaria, pp. 337-364.
«MEDEROS SOSA, A. (1946): «La Gomera textil», Revista de Historia de
Canarias, 76, pp. 433-442.
• PÉREZ DEL TORO, F. (1881): El tabaco canario y las pesquerías enAfricaMadnd.
• PÉREZ HERNÁNDEZ, C.M.A. (2001): «Industrias Químicas Canarias, S.A.
El análisis económico-financiero, un primer paso para acercarnos a su historia
(1940-1983)», en Economía y Finanzas 2001, Dirección General de
Universidades del Gobierno de Canarias, pp. 511-528.
• PÉREZ VIDAL, J. (1942): «La imprenta en Canarias», Revista de Historia de
Canarias, 59, pp. 137-143.
• PÉREZ VIDAL, J. (1961): «La cestería en Canarias (Notas para un estudio)».
Revista de Historia de Cananas. 135-136, pp. 235-253.
• SÁNCHEZ DE ENCISO VALERO, A. (1988): «Las sociedades constructoras
canarias entre 1866 y 1878», Anuario de Estudios Atlánticos, 34, pp. 507-563.
• SOSA ENRÍQUEZ, J. y C. GONZÁLEZ RODRÍGUEZ (1994): «Sociedades
constructoras en Las Palmas durante el siglo XIX». X Coloquio de Historia CanarioAmericana (1992), t. III, Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 579-602.
292
' SUAREZ MORENO, F. (1994): Ingenierías históricas de La Aldea, Cabildo
Insular de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria.
• TIERRA Canaria (1972): Industria tabaquera CONDAL, Las Palmas de Gran
Canaria.
• UNELCO (1992): La actividad de Unelco durante el periodo ¡975-1991: efectos
en el sistema socio-económico canario, UNELCO
3.7 Arquitectura industrial
Aquellos que conocen la economía de la empresa saben que la arquitectura de
las instalaciones empresariales condiciona en gran medida la actividad que se
realiza en ellas. Por ello, uno de los elementos que mejor nos habla de la organización de los factores productivos y de su evolución es, precisamente, la edificación que lo conforma y las técnicas que en ellos se desarrolla. Así, hemos
considerado de interés las aportaciones que a la disciplina están dande -investigadores provenientes de otras áreas como la Historia del Arte y la Técnica, la
Ingeniería Industrial, la Arquitectura etc.
• CRUZ Y SAAVEDRA, A. (1996): «Arquitectura industrial en Gran Canaria:
algunos ejemplos para su estudio», Revista de Historia de Canarias, 178, pp. 53-82.
•FLORIDO CASTRO, A.M. (1996): «Tipologías arquitectónicas de la
'Industrial del pan' durante la restauración: Introducción a la arqueología industrial en la capital grancanaria», XI Coloquio de Historia Canario-Americana
(1994), t.II. Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 63-80.
• MARTÍN DEL CASTILLO, J.F. (1996): «Consideraciones sobre la historia
de la ciencia y de la técnica en las Islas Canarias», A7 Coloquio de Historia
Canaria-Americana (1994), t. II. Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 739-752.
• MARTÍN GUZMÁN, C. (1983): «Arqueología Industrial I, II y 111», Aguayro
148-150. pp. 24-25, 31-34. 28-30.
3.8 Formación de la clase empresarial
La formación de una nueva clase de empresarios promotores del cambio económico constituye uno de los grandes retos del modelo capitalista. En Canarias,
Una primera caraloittición bibliográfica sobre la historia empresarial en Canarias
*
293
dicho proceso no estuvo exento de las influencias internacionales. En este apartado hemos considerado tres tipos de trabajos: los biográfico, los que atienden a
grupos de empresarios como parte de un colectivo y. por último, a las instituciones en las que estos se forman.
{
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",i'
iL
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• CARNERO LORENZO, F. (en prensa): «Capital indiano y crecimiento económico en Canarias. 1850-1936. Una aproximación». Estudios Migratorios, 10..
• CASAS PESTAÑA, P.J. de La (1916): Don Juan Cabrera Martín. Bosquejo
biográfico, imprenta de Diario de Avisos.
•DAVIES, P.N. (1978): Sir Alfred Lew i a Jones. Shipp'mg Entrepeneur par
Excelence. Europa Publications Limited.
.,**
• DAVIES, P.N. (1987): «The british contribution to the economic development
of the Canary Islands. with special reference to tjie 19th century». en VI
Coloquio de Historia Canario-Americana (1984). t. III..Cabildo-Insular de
Gran Canaria, pp. 353-380.
• GALVÁN, F. (1984-1986): «Consideraciones sobre la expansión burguesa en
Canarias (del siglo XIX al XX)». Revista de Historia de Canarias. 174. I, pp.
473-490.
• GALVÁN FERNÁNDEZ, F. (1986): «Burgueses, ferrocarril y transporte en
Tenerife a principios de siglo». Anuario de Estudios Atlánticos. 32, pp. 355-375.
• HERRERA PIQUÉ, A. (1977): «La colonia inglesa en Gran Canaria, una gran
aventura económica en el XIX», Aguayro, 94.
• KELLENBENZ, H. (1991): «Las relaciones comerciales de Alemania con
Canarias hasta comienzos del siglo XIX». VIII Coloquio de Historia CanarioAmericana (1988). t.II, Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 131-149.
• MARQUES DOLZ, M.A. (2000): «Empresarios insulares en la Cuba finisecular». XIII Coloquio de Historia Canario-Americana. VIH Congreso
Internacional de Historia de América AEA (1998), Cabildo Insular de Gran
Canaria, pp. 627-636. •
• MARTÍN GARCÍA, G. (1988): «D. Agustín de Bethancourt, empresario en
Avila (1800-1807)», Anuario de Estudios Atlánticos. 34, pp. 477-505.
• MARTÍN. HERNÁNDEZ, U. (1988): Tenerife y el expansionismo ultramarino
europeo, 1880-1919. Aula de Cultura de Tenerife.
• MARTÍN HERNÁNDEZ, U. (1995): «Presencia y actividades extranjeras en
Canarias entre 1880 y 1919», en Homenaje a Antonio Bethencourt Massieu.
t.II. Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 393-418.
294
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I
sil
> MILLARES CANTERO, A. (1978): «Sobre el papel de las compañías impe. rialistas en Gran Canaria. Canary Islands; Unió, Coppa, City. SELP, CICER.
UNELCO y Tranvías», Aguayro, 98, 99. 100 y 101; pp. 31-34, 31-34. 39-42 y
31-33.
• MILLARES CANTERO, A. (1979): «Notas para un estudio sobre la burguesía majorera en el tránsito del XIX al XX», Anuario del Centro Regional de la
UNED de Las Palmas, pp. 75-139
• MILLARES CANTERO, A. (1985): «Reflexiones acerca del comercio exterior canario y la burguesía mercantil isleña (1778-1852)», V Coloquio de
Historia Canario-Americana (1982), t.IV, Cabildo Insular de Gran Canaria, pp.
679-838.
• MILNE, A.H. (1914): Sir Alfred Lewis Jones, K.C.M.G.
'MILLER, B. (1990): Canary saga: The Miller family. in Las Palmas: 18241990. Haggerston Press.
•MILLER, B. (1994): Saga canaria: La familia Miller en Las Palmas: 18241990, Cabildo Insular de Gran Canaria.
..
> MORALES LEZCANO, V. (1971): «Inversiones inglesas en Canarias durante el
siglo XIX». Moneda y Crédito, 118, pp. 101-121.
•MORALES LEZCANO, V. (1979): «Capitalismo industrial e inversiones
extranjeras en Canarias (1850-1945)», IV Coloquio de Historia Social Canaria,
5, UNED, pp. 143-162.
• MORALES LEZCANO, V. (1983): «The trade makers: Eider Dempster in
West África 1852-1972» (recensión al libro de P.N. Davies), Aguaym, 146, pp. 29-30.
- MORALES LEZCANO, V. (1986): Los ingleses en Canarias (libros de viaje
e historias de vida), Edirca.
• OJEDA QUINTANA, J.J. (1979): «Burguesía comercial canaria en el siglo
XIX: fines, medios y figuras», IV Coloquio de Historia Social Canaria, 5.
UNED, pp. 67-73.
> PINTADO PICO, F. (1991): «Origen de la Escuela Superior de Industria de
Las Palmas», VIH Coloquio de Historia Canario-Americana (1988), t. I,
Cabildo Insular de Gran Canaria, pp. 697-702.
• QUINTANA NAVARRO, F. (1992): «Los intereses británicos en Canarias en
los años 30. una aproximación», Vegueta, 0. pp. 149-172.
•ROMÁN CERVANTES, C. (1998): «Estrategias de la clase dominante: la
diversificación y control de las actividades comerciales y financieras en la Isla
de La Palma. 1800-1860», -Revista de Historia de Canarias, 180, pp. 177-201.
Una primera iiUalogación bibliográfica sobre la historia empresarial en Canarias
»
295
•VIVES COLL, A. (1967): La Escuela de Comercio de Tenerife, Cabildo
Insular de Tenerife.
3.9 Textos de referencia a la estructura de la empresa canaria actual
Incluimos una muy breve relación de la situación de la empresa en la actualidad que puede ser utilidad en el análisis histórico-empresarial canario.
• ARBELO ALVÁREZ y otros (2000): Orígenes de^is ventajas competitivas
en la empresa canaria. FYDE, Colección Investigación Eimpresarial. 5.
•GARCÍA BOZA, J. y otros (1997): Análisis económico financiero ele las
empresas en la provincia de Las Palmas: 1992-1994. Central de Balances de la
Universidad de I.as Palmas de Gran Canaria
• GONZÁLEZ PÉREZ, A. y U. MEDINA HERNÁNDEZ (1997): «Resultados
y alternativas financieras de la Empresa Canaria». Situación. Serie de Estudios
Regionales. Canarias, pp. 289-312.
• GONZÁLEZ PÉREZ, A.L., A. CORREA RODRÍGUEZ, JA GONZÁLEZ
GÓMEZ, M.C. HERNÁNDEZ GARCÍA y T. RODRÍGUEZ FERRER
(1998): «Crecimiento y rentabilidad: empresas canarias versus empresas peninsulares», Economía canaria. Primer seminario de investigación universitaria
sobre la economía canaria. Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales
ULL, t.II. pp. 467-488.
•
• "
• MEDINA, U., A. GONZÁLEZ PÉREZ y M.G. RODRÍGUEZ BRITO
(1995): «La empresa en Canarias: estructura y resultados» Papeles de
Economía Española. Economía de las Comunidades Autónomas, Canarias, 15.
pp. 250-266.
'
. •
• MEDINA, Ü. y OTROS (2001): Resultados de la Empresa Canaria. Informe
de los Ejercicios 1990-96. FYDE. Colección Investigación Empresarial. 8.
• MELCHIOR NAVARRO, M., A. T. GUTIÉRREZ PÉREZ y J.R. OREJA
RODRÍGUEZ (1997): «La actividad empresarial en Canarias», Situación,
Serie de Estudios Regionales, Canarias, pp. 273-288.
• OREJA RODRÍGUEZ, J.R. y otros (1995): «La empiesa en Canarias: diseño
organizativo y perfiles estratégicos», IUDE, Serie Estudios 9$22, Universidad
de La Laguna.
296
-OREJA RODRÍGUEZ, J.R. (1997): «El impacto del entorno insular en las
actividades empresariales, en Canarias» en Situación. Series de Estudios
Regionales. Cananas, pp. 261-272.
•OREJA RODRÍGUEZ, J.R. (coord.) (1999): El impacto del entorno en las
actividades empresariales i El caso de la empresa, en Canarias). FYDE.
Colección Investigación Empresarial, 4.
4. OIRÁ BIBLIOGRAFÍA OTADA
• COLL, S. y G. TORTELLA (1994): «Reflexiones sobre la historia empresarial: estado de la cuestión en España», en G. NÚÑEZ y L. SEGRETO (eds.):
Introducción a la historia de la empresa en España. Abacus, pp. 67-87.
•PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA (1995): «Bibliografía de
Economía de Canarias». Papeles de Economía Española. Economía de las
Comunidades Autónomas. Canarias. 15,335-339.
•MARTÍNEZ DE LA FE, J.A. (1984): Economía canaria. Una aproximación
bibliográfica. Caja Insular de Ahorros de Gran Canaria - Confederación
Española de Cajas de Ahorros.
• TORRES VILLANUEVA, E. (1993): Catálogo de publicaciones sobre la hixtoria empresarial española de los siglos XIX v XA', Documento de trabajo.
Fundación Empresa Pública.
• TORTELLA, T. (2000): Una guía de fuentes sobre inversiones extranjeras en
España (1780-1914), Banco de España.
• VALDAL1SO, J.M. (1993): «Algunas reflexiones acerca de la historia empresarial y su desarrollo en España»., Revista de Historia Económica. 2, pp. 4J7-433.
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