Centro de Documentación Judicial 1

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Roj:
Id Cendoj:
Órgano:
Sede:
Sección:
Nº de Recurso:
Nº de Resolución:
Procedimiento:
Ponente:
Tipo de Resolución:
SAN 2266/2011
28079230022011100141
Audiencia Nacional. Sala de lo Contencioso
Madrid
2
234/2008
CONTENCIOSO
FRANCISCO JOSE NAVARRO SANCHIS
Sentencia
Resumen:
Impuesto sobre Sociedades, ejercicios 1999 y 2000. MALLORCA PRESTIGE. Recurso
extraordinario de revisión. Inadmisión del recurso extraordinario por el TEAC, por falta de
concurrencia de causa legal. No cabe considerar como documento nuevo a los efectos de la revisión
(Art. 244.1.a) LGT de 2003), aquéllos que pudo conocer y aportar la recurrente, habiendo una
confusión entre ésta como entidad con personalidad jurídica y las personas naturales que en uno u
otro momento hayan sido sus administradores. Además, no identifica la transcendencia de tales
documentos para hacer variar los actos administrativos firmes que se impugnan, ni la demanda
contiene alegación alguna que distinga, a tales efectos, entre los acuerdos de liquidación y sanción.
SENTENCIA
Madrid, a doce de mayo de dos mil once.
Vistos los autos del recurso contencioso-administrativo nº 234/08 que ante esta Sala de lo
Contencioso-Administrativo de la
Audiencia Nacional ( Sección Segunda ) ha promovido la Procuradora Dª. María Eugenia de
Francisco Farreras, en nombre y
representación de la entidad mercantil MALLORCA PRESTIGE, S.L., frente a la Administración
General del Estado (Tribunal
Económico-Administrativo Central), representada y defendida por el Abogado del Estado. Ninguna de
las cuotas
correspondientes a los ejercicios objeto de impugnación supera los 150.000 euros. Es ponente el
Iltmo. Sr. Don FRANCISCO JOSE NAVARRO SANCHIS, quien expresa el criterio de la Sala.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO .- Por la sociedad recurrente se interpuso recurso contencioso-administrativo, por escrito
de 7 de julio de 2008, contra la desestimación presunta, por silencio administrativo, del recurso
extraordinario de revisión promovido ante el Tribunal Económico Administrativo Central contra los acuerdos
de liquidación y sanción de la Dependencia Regional de Inspección de la Delegación Especial de las Islas
Baleares de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria, adoptados en relación con el Impuesto sobre
Sociedades, ejercicios 1999 y 2000. Se admitió a trámite el recurso por providencia de 1 de septiembre de
2008, en que se reclamó el expediente administrativo.
SEGUNDO .- En el momento procesal oportuno, la actora formalizó la demanda por escrito de 26 de
febrero de 2009, en que, tras alegar los hechos y exponer los fundamentos de derecho que estimó
oportunos, suplica la estimación del recurso y la anulación de la resolución del TEAC que inadmitió la
revisión de los referidos actos firmes, cuya nulidad se postula igualmente.
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TERCERO .- El Abogado del Estado contestó a la demanda mediante escrito presentado el día 4 de
junio de 2009, en el cual, tras alegar los hechos y los fundamentos jurídicos que estimó aplicables, terminó
suplicando la desestimación del recurso, por ser ajustadas a Derecho las resoluciones impugnadas.
CUARTO .- No solicitado ni recibido el proceso a prueba, se dio traslado a las partes por su orden
para la celebración del trámite de conclusiones, que evacuaron mediante la presentación de sendos
escritos, en los cuales se reiteraron las partes en sus respectivas pretensiones.
QUINTO .- La Sala señaló, por providencia, la audiencia del 5 de mayo de 2011 como fecha para la
votación y fallo de este recurso, día en el que, efectivamente, se deliberó, votó y falló, lo que se llevó a cabo
con el resultado que ahora se expresa.
SEXTO .- En la tramitación del presente recurso contencioso-administrativo se han observado las
prescripciones legales exigidas en la Ley reguladora de esta Jurisdicción, incluida la del plazo para dictar
sentencia.
FUNDAMENTOS JURÍDICOS
PRIMERO .- Constituye el objeto de este recurso contencioso-administrativo, por vía de ampliación
del recurso jurisdiccional a la decisión tardía expresa subsiguiente, por parte del TEAC, a la desestimación
presunta a la que se ha hecho anterior mención, la resolución del Tribunal Económico-Administrativo Central
de 9 de octubre de 2008, que declara la inadmisión, por falta de la concurrencia de los requisitos del artículo
244 de la LGT , del recurso extraordinario de revisión promovido contra los actos administrativos firmes de
liquidación y de imposición de sanción dictados en relación con el Impuesto sobre Sociedades, ejercicios
1999 y 2000.
SEGUNDO .- Procede reseñar previamente determinados datos de hecho relevantes en relación con
el procedimiento seguido originariamente y la vía revisoria excepcional emprendida ante el Tribunal
Económico-Administrativa Central:
a) En fecha 15 de marzo de 2005, la Dependencia Regional de Inspección de la Delegación en
Baleares de la Agencia Tributaria incoó a la citada entidad demandante el acta A02 (de disconformidad) nº
70974356, por el Impuesto sobre Sociedades, ejercicios 1999 y 2000. Las actuaciones inspectoras se
iniciaron mediante comunicación de 12 de junio de 2003, notificada el día 30 de julio siguiente a través de
publicación de anuncio en el Boletín oficial correspondiente (B.O. C.A.I .B) de 17 de julio de 2003, una vez
efectuados los preceptivos intentos de notificación mediante agente tributario, de conformidad con lo
establecido en el artículo 112 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria .
El alcance de las actuaciones fue parcial respecto de los periodos impositivos 1999 y 2000, conforme
a lo establecido en el artículo 11.5 del Reglamento General de Inspección de los Tributos . En el curso de
las actuaciones de comprobación e investigación no se extendieron diligencias, dada la incomparecencia del
contribuyente ante los Servicios de la Inspección de los Tributos.
Tanto en el acta como en el preceptivo informe de disconformidad se pusieron de manifiesto los
siguientes hechos y consideraciones, como fundamento de los actos finales luego acordados:
1.- EI contribuyente transmitió en el ejercicio 2000 un inmueble de su propiedad en virtud de escritura
pública de 16 de junio de 2000, estipulándose como precio de la operación 25.000.000 pesetas (150.253,03
euros). No obstante, el precio efectivo por el que se llevó a cabo la transmisión fue de 38.000.000 pesetas
(228.384,6 euros), ya que en la misma fecha se cancela, en escritura pública, la hipoteca constituida sobre
el inmueble transmitido, recibiendo la entidad Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Baleares del
contribuyente y ahora parte demandante, Mallorca Prestige S.L., la suma de 13.000.000 pesetas (78.131,57
euros) correspondientes a la parte no amortizada del préstamo, sin que figure en las cuentas bancarias de
aquél ninguna salida de dinero que permita efectuar el pago y cancelación de la hipoteca.
De acuerdo con estas consideraciones y en aplicación de lo dispuesto en el artículo 15.11 de la LIS ,
procede la integración en la base imponible del Impuesto de la renta positiva no declarada obtenida en la
transmisión del inmueble controvertido.
2.- EI obligado tributario obtuvo, durante los periodos impositivos 1999 y 2000, ingresos en sus
cuentas abiertas en distintas entidades bancarias cuyo origen se desconoce, por lo que ante la falta de
prueba por el contribuyente sobre la procedencia de los fondos reflejados, puede afirmarse la existencia de
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incrementos no justificados de patrimonio, conforme al artículo 140 de la LIS , relativo a la presunción de
obtención de rentas en el caso de bienes y derechos no declarados, procediendo su integración en la base
imponible del Impuesto sobre Sociedades.
Tras la apertura del trámite de audiencia previo, en que la entidad comprobada no formuló
alegaciones, el Inspector Regional dictó acuerdo de liquidación el 8 de noviembre de 2005, en el cual se
confirma la propuesta de liquidación contenida en el acta de disconformidad, de donde resulta, por tanto,
una deuda tributaria de 162.152,42 euros, integrada por cuota e intereses de demora.
Conferida la correspondiente autorización el 2 de febrero de 2005, el siguiente 21 de mayo de 2005,
se incoó contra la ahora demandante expediente sancionador A51-73545361, tramitándose por el
procedimiento abreviado. EI Inspector Regional dictó, el 8 de noviembre de 2005
, acuerdo de imposición de sanción, en los siguientes términos: considera que concurren los
requisitos para que exista ocultación y, con arreglo a la Ley 230/1963 , califica la conducta como infracción
grave, consistente en dejar de ingresar y determinar improcedentemente cantidades negativas a compensar
o deducir en la base imponible de declaraciones futuras, propias o de terceros. Como consecuencia de la
liquidación realizada por la Administración, resulta un importe a pagar de 98.576,70 euros.
b) La entidad MALLORCA PRESTIGE. S.L. interpuso, frente a los indicados actos administrativos,
que habían devenido firmes, recurso extraordinario de revisión ante el Tribunal Económico-Administrativo
Central, mediante escrito registrado el 15 de marzo de 2007, alegando que la Administradora actual, Sra.
Koob, ha creído en todo momento, hasta el conocimiento del embargo existente sobre la cuenta bancaria de
su sociedad, que ésta estaba al corriente en sus obligaciones fiscales y sin ninguna deuda pendiente con el
Estado. Se adjuntan por ésta dos certificados emitidos por la Agencia Tributaria: Certificado de
Autoliquidaciones de 18 de noviembre de 2002 y Certificado Positivo de estar al corriente en la presentación
de las declaraciones tributarias, asimismo de no tener con el Estado deudas de naturaleza tributaria en
periodo ejecutivo, expedido el 8 de noviembre de 2004 (documentos nº 6 y 7 del expediente de la vía
revisoria excepcional aludida).
Que entre finales de noviembre y la primera quincena de diciembre, aproximadamente, se consiguió
reunir parte de la documentación. Según se manifiesta en el recurso de revisión, no ha sido posible disponer
de los comprobantes contables, ni de los Libros Diario ni Mayor de los periodos en cuestión. Se adjuntó a tal
efecto, según afirma la resolución de inadmisión aquí impugnada, copia del escrito en alemán fechado el 21
de octubre de 2002, del antiguo administrador, Sr. Secundino , a los actuales socios, debidamente
traducido, donde les comunica, entre otras cosas, que la documentación contable se encuentra en el
despacho de la Sra. Delia . Por otro lado, se adjunta comunicación actual del despacho de Doña. Delia
donde confirman que no tienen en su poder la documentación requerida y su motivo, de 9 de noviembre y
21 de diciembre de 2006, respectivamente, (documentos nº 8 y 9 del mencionado expediente). Que se han
podido obtener finalmente las escrituras públicas que se aluden en el acuerdo de Iiquidación, de
enajenación y cancelación de hipoteca, de 16 de junio de 2000, así como la escritura de compraventa por la
adquisición del mismo inmueble, de 13 de junio de 1997, obtenida el 13 de diciembre de 2006, según copia
de la factura y del certificado de reembolso de Correos de su recepción, que se adjunta. De las escrituras de
adquisición (1997) y cancelación (2000), se extrae el dato del valor de la hipoteca que grava la finca, siendo
en ambas el de 78.131.57 euros (13.000.000 pesetas), hecho que llama la atención, ya que no es pasible
que el valor coincida por existir entre ellas un periodo de tiempo considerable, tres años, durante los cuales
se han estado pagando las respectivas cuotas y consecuentemente amortizando el capital inicial
(Documentos nº 10, 11, 12 y 13).
Que resultado de los hechos que se han narrado en el apartado anterior, se ha pedido a la entidad
financiera "Sa Nostra", Caixa de Balears, el informe de cancelación de la hipoteca afectada y efectivamente,
el valor de la cancelación es por 43.779,74 euros (7.284.336 pesetas), y no el valor expresado en las
escrituras y, por derivación, el valor considerado en el acuerdo de liquidación, los 78.131.57 euros
(13.000.000 pesetas). Par este motivo, la Inspección no observa en las cuentas bancarias del contribuyente
un cargo por valor de 78.111.57 euros (13.000.000 pesetas) en el invocado concepto de cancelación de
hipoteca, ya que ésta fue cancelada por valor de 43.779,74 euros (7.284.336 pesetas), cargo que sí se
aprecia en la cuenta bancaria del obligado, en la misma fecha en que se abona el importe obtenido por la
enajenación del inmueble realizado, el 16 de junio de 2000.
Se adjuntaron al efecto copias del Informe de Cancelación Hipotecaria de "Sa Nostra", Caixa de
Balears (documento nº 14) y del extracto de la cuenta de la entidad "La Caixa" de fecha 16 de junio de 2000
(documento num. 15), donde se constatan los movimientos descritos anteriores. Se debe puntualizar el
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hecho de que la actual administradora, hasta la fecha actual, desconocía totalmente la existencia de la
cuenta abierta que la sociedad Mallorca Prestige S.L. mantuvo en su día operante en la entidad "Sa Nostra"
Caixa de Balears, ya que fue cancelada el 14 de noviembre de 2001 (documento num. 16), es decir, con
anterioridad a su nombramiento como administradora.
d) Mediante resolución del TEAC de 9 de octubre de 2008, ahora objeto de la impugnación
jurisdiccional, se inadmitió el mencionado recurso extraordinario de revisión, por no concurrir la causa
revisoria del artículo 244.1.a) de la LGT vigente, toda vez que, como se indica en su motivo único, tras la
cita de la doctrina general aplicable a esta modalidad revisoria excepcional, por falta de mención y
acreditación de que los documentos que se alegan como de imposible aportación en el procedimiento
seguido en su día, ni se ha demostrado esa imposibilidad, ni se aportaron como tales para fundamentar la
propia viabilidad del recurso extraordinario de revisión.
TERCERO .- Esta Sala ha perfilado, en sentencias precedentes, entre las que cabe citar las dictadas
en los recursos nº 51/07 y 91/07 , de fechas 11 de junio de 2009 y 31 de marzo de 2010 , la naturaleza
excepcional del recurso administrativo extraordinario que nos ocupa, en tanto que se dirige frente a actos
firmes y por razón de la probada concurrencia de algunas de las causas tasadas que la ley configura,
caracterizadas todas ellas por su sustantiva gravedad y por el carácter sobrevenido que representan
respecto de los hechos y circunstancias tenidos en cuenta para adoptar las decisiones que, una vez que
han ganado firmeza, se tratan por esta singularísima vía de revisar.
A tal efecto, el artículo 244 de la Ley 58/2003, General Tributaria , aplicable al caso presente,
dispone, en relación con el "recurso extraordinario de revisión", que:
"1. El recurso extraordinario de revisión podrá interponerse por los interesados contra los actos firmes
de la Administración tributaria y contra las resoluciones firmes de los órganos económico-administrativos
cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias:
a) Que aparezcan documentos de valor esencial para la decisión del asunto que fueran posteriores al
acto o resolución recurridos o de imposible aportación al tiempo de dictarse los mismos y que evidencien el
error cometido.
b) Que al dictar el acto o la resolución hayan influido esencialmente documentos o testimonios
declarados falsos por sentencia judicial firme anterior o posterior a aquella resolución.
c) Que el acto o la resolución se hubiese dictado como consecuencia de prevaricación, cohecho,
violencia, maquinación fraudulenta u otra conducta punible y se haya declarado así en virtud de sentencia
judicial firme.
2. La legitimación para interponer este recurso será la prevista en el apartado 3 del art. 241 .
3. Se declarará la inadmisibilidad del recurso cuando se aleguen circunstancias distintas a las
previstas en el apartado anterior.
4. Será competente para
Económico-Administrativo Central.
resolver
el
recurso
extraordinario
de
revisión
el
Tribunal
Para declarar la inadmisibilidad el tribunal podrá actuar de forma unipersonal.
5. El recurso se interpondrá en el plazo de tres meses a contar desde el conocimiento de los
documentos o desde que quedó firme la sentencia judicial.
6. En la resolución del recurso extraordinario de revisión será de aplicación lo dispuesto en el
apartado 1 del art. 240 de esta ley ".
Por tanto, la viabilidad del recurso extraordinario de revisión exige la concurrencia de dos requisitos
fundamentales: a) la firmeza de los actos contra los que se dirige el recurso, que sí concurre en el caso que
ahora se enjuicia, pues tanto las liquidaciones como los acuerdos sancionadores fueron consentidos por la
entidad ahora recurrente que, pudiendo haberlos impugnado, no tuvo a bien hacerlo, dejándolos firmes; y b)
que se haya padecido, a la hora de adoptar tales actos administrativos, un manifiesto o evidente error de
hecho que resulte indubitadamente de documentos nuevos aparecidos, que tengan un valor esencial y que
revelen por sí solos el error cometido en el acto que se pretende revisar. Tales documentos, señala la Ley,
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han de ser posteriores al acto o resolución que se impugna -razón por la que, con toda evidencia, no
podrían haberse examinado por el órgano decisor- o anteriores a tal fecha, en cuyo caso el mencionado
artículo 244 LGT exige que fueran "...de imposible aportación al tiempo de dictarse los mismos...", lo que
impone al recurrente la prueba plena de esa imposibilidad; y c) que el simple examen superficial del
documento, sin necesidad de análisis o interpretación, revele con toda evidencia el error cometido.
No en vano, se trata con esta variedad de los procedimientos revisorios de alterar los efectos
naturales de la firmeza de los actos desfavorables al interesado y, por ende, de sacrificar la seguridad
jurídica, como principio basilar del ordenamiento jurídico (art. 9.3 de la CE ) en aras de la justicia como valor
superior (preámbulo de la Constitución), de suerte que, en evitación de que este recurso se convierta en
una alternativa de los particulares para soslayar los efectos adversos de la firmeza causada, como si de un
recurso ordinario o común se tratase, la ley exige la acreditación perfecta sobre la concurrencia de una de
las causas prefiguradas agotadoramente en el repetido artículo 244 , carga que pesa en su integridad sobre
el recurrente, así como, tratándose de la causa establecida en la letra a) del apartado 1 -la aparición de
documentos nuevos- no sólo ha de identificarse con exactitud el documento o documentos
transcendentales, sino expresarse si son posteriores o anteriores y, en este último caso, justificar
cumplidamente su imposibilidad de aportación. Finalmente, debe razonarse en el recurso sobre la
relevancia material de tales documentos, esto es, sobre su cualidad evidente y ostensible para evidenciar
que la decisión habría sido otra radicalmente distinta a la vista de ese documento o documentos.
CUARTO .- Pues bien, antes al contrario, la parte aquí recurrente, para orillar la firmeza de las
resoluciones contra las que promueve la revisión extraordinaria, articula este medio impugnatorio
excepcional, sólo admisible, como hemos afirmado antes, cuando concurran las causas especiales que la
ley arbitra, fundamentando la causa supuestamente concurrente, no en un error fáctico de omisión
consistente en que no se hubiera tenido en cuenta -aun siendo anterior- un conjunto documental esencial
para dirimir el fondo del asunto, esto es, en la aparición de documentos desconocidos para el órgano que
resolvió y que, caso de ser conocido, habría determinado una resolución clara y radicalmente diferente, sino
que, por el contrario, se prescinde por completo del rigor de las causas previstas numerus clausus en la
LGT para denunciar el desconocimiento de las actuaciones seguidas frente a la sociedad, que culminaron
con la adopción de los acuerdos de liquidación y sanción, afirmándose a este respecto que la actual
administradora de la empresa se vio sorprendida por el conocimiento de datos que ignoraba íntegramente,
como fruto de la gestión acometida por el anterior administrador, afirmándose al respecto que la entidad ha
podido reunir, con posterioridad a haberse dictado tales actos, parte de la documentación mercantil de
obligatoria llevanza.
En suma, se confunde el desconocimiento de datos de hecho por la administradora con el
desconocimiento o imposible aportación documental que pudiera ser debido -tampoco consta con suficiente
entidad probatoria- a negligencia o desidia causada por parte de personas que, en su día, representaban a
la empresa, en el tráfico jurídico ordinario y también en sus relaciones con las Administraciones públicas y,
eventualmente, con los Tribunales.
De ahí que sea inaceptable considerar como ignorados o desconocidos documento de pretendido
valor esencial que no tenían en rigor ese carácter si vienen referidos a la sociedad como tal, que es la que
ostenta personalidad jurídica propia y en tal condición actúa en el ejercicio de su objeto social, sino sólo a
personas singulares y concretas que, sobrevenidamente, han asumido la dirección y administración de la
sociedad y denuncian una sustancial falta de conocimiento sobre la gestión precedente, lo que pone de
manifiesto la existencia de desavenencias o, cuando menos, descoordinación entre unas y otras personas
naturales, pero intranscendente desde el punto de vista de la afectación a la sociedad de los actos firmes
contra los que, oblicuamente y sin amparo legal, se trata de reaccionar. En otras palabras, tales discordias
pueden ser resueltas, eventualmente, mediante el ejercicio de las acciones de responsabilidad pertinentes,
pero en virtud de relaciones subyacentes ajenas por completo a la relación jurídico-tributaria.
QUINTO .- Pese a que la nueva LGT contiene una fórmula legal en parte distinta de la contenida en
su precedente versión del artículo 171 de la Ley General Tributaria de 1963 , no puede hablarse en el caso
ahora debatido de un error manifiesto de las liquidaciones y de las sanciones que sea deducible de un mero
y superficial examen de los documentos que, con cierto desorden e inconcreción, se invocan en la demanda
como patrón irrebatible, no sólo por la naturaleza del error invocado como determinante, respecto a lo que
no se razona, ni menos aún puede sostenerse que ese supuesto error se haga patente ante la
contemplación de los documentos del expediente, o de los documentos mercantiles referidos a libros de
comercio, a datos de cuentas bancarias y a otros que eran anteriores a las actuaciones de comprobación y
sancionadora y, por esa razón, inidóneos para fundamentar la revisión que se propugna, a menos que se
hubiera justificado plenamente la imposible aportación, no por la administradora actual, sino por la sociedad
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mercantil en sí misma considerada.
Prueba de la excepcionalidad de las causas que conducen al éxito de esta singular pretensión de
revisión es la simple lectura de las otras dos causas legales no alegadas, marcadas por un carácter
extraordinariamente grave, con las que la que ahora se invoca debe guardar una inherente
proporcionalidad, consistentes respectivamente en "b) Que al dictar el acto o la resolución hayan influido
esencialmente documentos o testimonios declarados falsos por sentencia judicial firme anterior o posterior a
aquella resolución"; y "c) Que el acto o la resolución se hubiese dictado como consecuencia de
prevaricación, cohecho, violencia, maquinación fraudulenta u otra conducta punible y se haya declarado así
en virtud de sentencia judicial firme", lo que revela la extraordinaria gravedad que debe revestir la causa
invocada para revertir el sentido de un acto administrativo que, por propia voluntad omisiva de su
destinatario, ganó firmeza en su día.
De ahí que no sea suficiente con mencionar la existencia de documentos aparentemente nuevos o de
conocimiento ignorado, sin mayores explicaciones, para obtener el éxito en la pretensión revisora
excepcional, ni tampoco sea particularmente idónea la reflexión sobre los vicios de que estuvieran
aquejados los actos firmes y que no se hicieron valer en su día, puesto que lo decisivo es lo que
precisamente la demanda omite, esto es, la prueba completa y plena de que los documentos esenciales
identificados de manera precisa e inconfundible, fueran posteriores a los actos o bien anteriores e ignorados
por la parte misma, que es una sociedad mercantil y no la persona individual que en un momento dado
asume la administración.
En suma, la demanda reacciona frente a los actos firmes prescindiendo de la consideración de que
son firmes y, por tanto, inatacables -con la sola y excepcional salvedad de que se esté ante una de las
situaciones definidas en el art. 244 LGT -, aspecto éste sobre el que la demanda es sumamente ineficaz,
puesto que sitúa la procedencia de la revisión en la pretendida conculcación de derechos fundamentales
que habrían afectado, en su sentir, a los actos adoptados y que después ganaron firmeza, llegando a
incurrir en una petición de principio, pues conecta la imposible aportación, por desconocimiento, a defectos
de notificación eventualmente padecidos, no por la empresa sino por la Sra. Koob, que habrían determinado
el seguimiento de un procedimiento comprobador y posteriormente sancionador inaudita parte , pero tales
vicios, que de concurrir podrían hacerse valer a través de los correspondientes recursos ordinarios, no
pueden ser asimilados a las causas excepcionales y tasadas que justifican la admisibilidad del recurso
extraordinario de revisión.
Prueba evidente acerca del acierto de la decisión de inadmisión que ahora se recurre es que la
demanda no razona sobre la procedencia de esa admisión que se deniega y que constituye en rigor el
objeto de este proceso jurisdiccional, por lo que no es de recibo que la demandante, prescindiendo de esta
sustancial consideración, se oriente directamente, a partir del folio 8, in fine , a combatir los citados actos de
liquidación y sanción como si estuviéramos ante el recurso dirigido contra ellos mismos, esto es, como si no
hubieran devenido firmes.
También acredita con toda evidencia la inviabilidad del recurso que examinamos el hecho de que,
siendo los supuestos documentos esenciales que se invocan, aun con el carácter genérico y confuso a que
hemos hecho mención, esenciales para la revisión de los actos -partiendo siempre de la opinión de la
demandante, que no compartimos-, la demanda no dedica ni una sola línea a distinguir qué documentos o
qué sustancial y decisiva importancia de éstos se dirigirían a la revisión de las liquidaciones y cuál
conduciría a mostrar la manifiesta improcedencia de las sanciones, juicio de valor argumental que, siendo
imprescindible a la vista de los actos impugnados, brilla por su ausencia en el escrito rector de la sociedad
demandante.
SEXTO .- De conformidad con lo establecido en el artículo 139.1 de la Ley Jurisdiccional , no se
aprecian méritos que determinen la imposición de una especial condena en costas, por no haber actuado
ninguna de las partes con temeridad o mala fe en defensa de sus respectivas pretensiones procesales.
EN NOMBRE DE SU MAJESTAD EL REY
FALLAMOS
Que debemos desestimar y desestimamos el recurso contencioso-administrativo interpuesto por la
Procuradora Dª. María Eugenia de Francisco Farreras, en nombre y representación de la entidad mercantil
MALLORCA PRESTIGE, S.L., contra la resolución del Tribunal Económico-Administrativo Central de 9 de
octubre de 2008, que declaró la inadmisión del recurso extraordinario de revisión promovido contra los actos
administrativos firmes de liquidación y de imposición de sanción relativos al Impuesto sobre Sociedades,
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ejercicios 1999 y 20000, sin que proceda hacer mención especial sobre las costas procesales devengadas,
al no haber méritos para su imposición.
Al notificarse la presente sentencia se hará la indicación de recursos que previene el artículo 248.4 de
la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de Julio del Poder Judicial .
Así por esta nuestra sentencia, testimonio de la cual será remitido en su momento a la oficina de
origen a los efectos legales, junto con el expediente administrativo, en su caso, lo pronunciamos, mandamos
y firmamos
PUBLICACION
Leída y publicada ha sido la anterior Sentencia por el Magistrado Ponente en la misma. Ilmo. SR. D.
FRANCISCO JOSE NAVARRO SANCHIS estando celebrando Audiencia Pública la Sala de lo
Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.
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