LA CIENCIA FICCIÓN Y LAS TEORÍAS CIENTÍFICAS

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LA CIENCIA FICCIÓN Y LAS TEORÍAS CIENTÍFICAS
Alumno: SOLA, Gastón David
Escuela: Escuela Industrial Superior, Santa Fe
Profesor Guía: BIANCULLI, Luis Angel
Jules Verne, Isaac Asimov, Arthur Clarke, Vernor Vinge, Gregory Benford… Todos
escritores de ciencia ficción a lo largo de la historia ¿Pero, hasta aquí llegamos con la ciencia
ficción? ¿Revistas, comics, películas y novelas son todas sus muestras? ¿La ciencia ficción no
supera estos límites? ¿No ha sido parte, en forma alguna, de la ciencia?
¿Nos equivocaríamos al decir que muchas de las grandes teorías científicas son producto de
la ciencia ficción? ¿Acaso Albert Einstein, padre de una de las teorías que revolucionó la física, no
hizo ciencia ficción de modo alguno? ¿La teoría de las cuerdas, de cierta forma, no posee algo de
ciencia ficción?
Normalmente reconocemos a la ciencia ficción como quien tan solo intenta predecir el
futuro. Pero ¿no tiene otra importante utilidad, como es la de plantearnos dilemas éticos y morales?
¿No es ella la que nos pone en atención sobre lo que puede traer esta continua evolución? Además
de intentar marcar los avances, ¿no intenta predecir sus posibles consecuencias?
En estos tiempos está en discusión una teoría que podría unir a dos grandes como son la
física cuántica y la teoría de la relatividad, que podría transformar la ciencia tal como la conocemos.
A lo largo de la historia, los científicos han perseguido y soñado con una teoría del todo. Hoy, se
nos presenta una candidata: la teoría de las cuerdas y su sucesora, la teoría M. ¿Cuánta ciencia
ficción podrían poseer?
A nuestros fines, para introducirnos en el tema que nos compete, vamos a comentar a
grandes rasgos algunas teorías científicas.1 En 1974 se conocen los comienzos de la teoría de
cuerdas, a cargo de los científicos Jöel Scherk y John Schwuarz. A posteriori, aparecen cinco
versiones o variantes de esta teoría. La confusión era aún mayor, aquellos científicos que creían en
esta teoría, además de confiar en sus principios, tenían que elegir una de las cinco variantes.
Finalmente, en 1995, en una conferencia a la que asistieron científicos de todas partes, Edward
Witten, físico y matemático norteamericano, propone la teoría que unirá las cinco variantes y
dejará claro que tan solo son cinco enfoques de una misma teoría: la teoría M.
Esta teoría propone que el universo en su totalidad está formado por cuerdas minúsculas
que vibran de diferentes modos. Así, dependiendo de su vibración, serían electrones, fotones o
cualquiera de las partículas conocidas por el actual modelo. Siguiendo la teoría M, existirían
cuerdas cerradas, parecidas a banditas elásticas de ínfimo tamaño; superficies o membranas
denominadas branas; y cuerdas abiertas. Dichas partes formarían el universo y todo lo que
conocemos de él. También plantea que millones de años atrás, membranas de inmensas
dimensiones, al vibrar, chocaron unas con otras y generaron los que hoy denominamos: universo.
La teoría permitiría relacionar los cuatro fenómenos de la naturaleza que ninguna teoría hasta el
día de hoy ha conseguido relacionar: interacción nuclear fuerte, fuerza electromagnética, fuerza
gravitacional e interacción nuclear débil.2
Esta formulación, pese a los años y al esfuerzo científico, aún no se ha podido corroborar.
Además de lo ya comentado, la teoría supone la existencia de la supersimetría, como también de
1
Las intenciones, bajo ningún punto de vista, son las de desarrollar o analizar las teorías científicas. La información
dada es al solo hecho de asegurar la comprensión de lo expuesto.
2
Fragmento basado en los artículos “Teoría de cuerdas” y “Teoría M” de Wikipedia; y del documental “La Teoría M”,
de Nova Vision.
siete nuevas dimensiones aparte de las tres dimensiones convencionales del espacio y la del tiempo.
Vale aclarar que estas dimensiones y la simetría son hechos no comprobables en su totalidad hasta
el momento, y por lo tanto no aceptados formalmente por la ciencia. De este modo, ¿No se la podría
considerar ciencia ficción?
A partir de esto, ¿no podríamos decir que la teoría de las cuerdas es una impresionante obra
de la ciencia ficción? ¿Acaso podríamos llamar ciencia a algo que aún no ha sido demostrado
científica ni experimentalmente?
En esta misma línea, podríamos destacar como ciencia ficción, otras tantas teorías que
actualmente están en discusión, pero que no poseen comprobación fehaciente de su existencia. Para
que algo sea considerado como ciencia, debe respetar el método científico, donde las hipótesis, a
través de la experimentación, serán demostradas. Entonces, entre éstas, podemos nombrar: la
supersimetría, que como hemos visto forma parte, a su vez, de la teoría de las cuerdas; la existencia
de universos paralelos, la cual es parte también de dicha teoría debida a la existencia de nuevas
dimensiones; las WIMPs, que explicarían la materia oscura; la antigravedad,… La primera de las
nombradas, la supersimetría, defiende la existencia de una simetría en la naturaleza, donde a cada
partícula le correspondería una partícula que sería su “compañera simétrica”; de modo que un
electrón tenga su selectrón y un fotón tenga un fotino. Como es de esperar, esta simetría, al
momento, no está totalmente comprobada.3 La existencia de universos paralelos, es algo que desde
hace mucho tiempo se viene tratando en la literatura de ciencia ficción, y que últimamente se ha
planteado como una teoría más “fundamentada”, si me permitiesen dicha palabra, a comparación
con las primeras versiones de universos paralelos. Ahora bien, cuando los científicos empezaron a
pensar en la teoría de las cuerdas o en cualquier otra teoría, ¿acaso no se basaron o fueron
influenciados por estos relatos, por esta ciencia ficción? A la hora de hacer su modelo mental de una
nueva teoría, ¿pueden dejar de lado todo eso que han oído o han visto de la ciencia ficción?
A continuación, una cuestión que normalmente debiéramos haber desarrollado en el inicio
de este articulo y que ahora intentaremos plantear: definamos ciencia ficción.
En cuanto a este concepto, tenemos muchas, por no decir demasiadas definiciones y
controversias alrededor de él. Luego del análisis, no es mi intención dar una definición, mas si dar
una visión de su concepción. La ciencia ficción, en mi opinión, podríamos considerarla como una
etapa de transición entre nuestra imaginación y la ciencia. Así, cuando los escritores o científicos
idearon, desarrollaron, imaginaron o inventaron una nueva teoría o una nueva situación, la
reflejaron en la ciencia ficción. Esta ciencia ficción, con el pasar del tiempo, antes o después, fue
desarrollada y con las herramientas científicas, se la pudo comprobar o refutar. De manera que
aquella ciencia ficción que el desarrollo científico-tecnológico permitió corroborar, fue
transformada en hechos, en ciencia. Y por otro lado, la ciencia ficción en la que aparecieron otros
hechos comprobados científicamente que fueron excluyentes, por lo menos hasta hoy, pasó a ser en
cierto modo fantasía.
Por esto, a la teoría de las cuerdas actualmente se la podría considerar, en algún modo, como
ciencia ficción, y si en un futuro fuese respaldada y acreditada fehacientemente, se convertiría
automáticamente en ciencia.
Muchos de los científicos del momento, frente a un vacío científico, a algo aparentemente
inexplicable, han desarrollado, supuesto o inducido teorías. Albert Einstein, a consecuencia de
aquellos vacíos físicos del momento, formula su teoría de la relatividad. A pesar de basarse en
hechos visibles y de cierta cohesión, Einstein, de manera alguna, ¿no desarrolló ciencia ficción? En
su primer modelo mental, ¿no apareció un poco de ciencia ficción? Ciencia ficción, que en un cierto
periodo fue comprobada y pasó a ser ciencia, una de las teorías más importantes de la época. Y
3
Fragmento basado en el artículo “Supersimetría” de Wikipedia
luego de esto ¿podríamos seguir pensando en ciencia ficción a la hora de sugerir las consecuencias
de dicha teoría?
Abandonando un poco el campo de la física pura y ahondando en la ciencia ficción de las
tecnologías, podríamos destacar otras predicciones o creaciones hasta ahora no conseguidas. Una de
ellas es, sin duda, la singularidad tecnológica. Su principal impulsor fue Vernon Vinge. La teoría
plantea que para la tercera década de este milenio, las máquinas podrán superar la inteligencia
humana. Ese será el momento en donde la era humana acabará. Desde hace mucho tiempo, se
viene cumpliendo la ley de Moore, una ley que expone que la cantidad de transistores en los
microprocesadores se multiplica por dos cada año. De este modo, en conjunto con el avance en el
conocimiento del cerebro humano, se quiere concluir que en un momento, sin otra opción, la
inteligencia de la máquina superará a la humana. Aquí también, se plantea el desarrollo de la
ampliación de la inteligencia y de la inteligencia artificial. Se proponen ideas como la creación de
una máquina capaz de almacenar toda la información de un cerebro humano, a través de un
escaneo del mismo, aprovechando la inteligencia altamente superior que se conseguiría con esa
máquina. 4 Si algo como esto llegase a producirse realmente sería la revolución y, por qué no, el fin
de nuestra era. De todos modos, como el refrán lo dice: de lo dicho a lo hecho, aparentemente, hay
un gran trecho.
Ahora bien, además de intentar predecir un suceso, creo que la ciencia ficción, en estos
casos, cumple una función mucho más importante: hacernos reflexionar sobre el futuro. Aquí nos
introduce en el análisis de hasta donde es bueno que la tecnología supere los límites humanos. La
pregunta que de algún modo nos hace es ¿nuestras invenciones no nos llevarán al propio fin
humano? ¿Debemos limitar la tecnología? ¿Ciencia controlada? ¿Sería correcto crear máquinas que
superen la inteligencia humana?
Otra de este tipo de teorías ha sido la invisibilidad. La ciencia ficción más burda, desde hace
años, ha despertado la fantasía de miles de personas en torno a la invisibilidad. Sin ir más lejos, “El
hombre invisible”, la famosa obra de H. G. Wells, es uno de los ejemplos más claros de la
invisibilidad. Sin embargo, en 2006, investigadores de la Universidad Duke y del Imperial College
de Londres consiguen la creación de un nuevo material, denominado genéricamente como
metamaterial, que permitió hacer invisibles frente a las microondas los objetos cubiertos por el
mismo. Posteriormente, en 2007, científicos de California y Alemania, consiguieron la invisibilidad
frente a la luz láser roja y verde. 5 A este ritmo, la invisibilidad tal como la imaginamos, aunque
pareciese imposible, chocará contra nosotros, si las leyes naturales lo permitiesen. La invisibilidad,
fuera de su grandiosidad, ¿no sería un peligro para la humanidad? Imaginemos que cualquier
persona pudiese estar con nosotros, actuar e introducirse donde sea sin que nos demos cuenta...
Tampoco debemos olvidar un gran suceso de la ciencia ficción como ha sido la
teletransportación. Esta teoría se remonta al año 1877, donde David Page Mitchell en su obra “El
hombre sin un cuerpo” relata la transmisión de los átomos de un gato a través de los cables de un
telégrafo. Aunque también parezca un hecho descabellado, en 2005, un científico consigue
teletransportar un par de fotones entrelazados cuánticamente una distancia de 600 m. Solo dos
años después, investigadores consiguen una comunicación cuántica a 144 km. de distancia. Será
solo cuestión de tiempo conseguir la teletransportación de los billones de átomos que forman el
cuerpo humano.6
Para finalizar con algunos de los principales hechos de la ciencia ficción que se han
entrometido en los sueños de la sociedad durante años y que probablemente lo seguirán haciendo
4
Fragmento basado en el artículo “Singularidad tecnológica” de Miquel Barceló; y en el artículo “Science,
popularization and science fiction” de Miguel Leiva Márquez.
5
Fragmento basado en el artículo “La física de lo imposible” de Michio Kaku
6
Fragmento basado en el artículo “La física de lo imposible” de Michio Kaku por varias décadas, recordaremos los viajes en el tiempo, que en la ciencia ficción datan de 1881,
año en que fue publicado "El reloj que marchaba hacia atrás", de Edward Page Mitchell y se
consagró finalmente en la obra “La máquina del tiempo”, de H. G. Wells.
Luego de ver todos estos casos, la ciencia ficción, acaso, ¿no nos insta a analizar los dilemas
éticos y científicos que puede producir el avance tecnológico? Además de intentar predecir el
desarrollo científico, ha intentado, en muchos casos, predecir sus consecuencias. Nos prepara, y por
qué no, nos advierte sobre lo que puede traer la evolución científica. Nos permite ver hasta dónde
pueden repercutir nuestros actos y nos permite replantear los límites entre ciencia y ética.
Casos más claros de este tipo de ciencia ficción han sido las novelas “1984” de George
Orwell y “Un mundo feliz” de Aldous Huxley. Ambas nos advierten sobre el futuro político que
pudiera adoptar nuestra humanidad. Muestran mundos extremos y nos hacen recapacitar sobre lo
que realmente queremos. La primera, plantea un gobierno totalitario al extremo: la historia se
manipula y modifica día tras día, todo lo que la sociedad hace está controlado y debe ser aprobado
por la autoridad suprema, el gran hermano; el control total físico y psíquico de las personas ha sido
alcanzado. La segunda, presenta una civilización manipulada y adaptada genéticamente; desde los
orígenes de la vida, las personas ya tienen escrita su vida y tan solo se limitan a hacer lo que le fue
asignado. La ciencia, la cultura y el pensamiento serían los costos de este “mundo feliz”.
Después de todo lo analizado, ¿No podríamos decir que al menos parte de la ciencia ficción
es todo aquello que hasta el momento no ha sido comprobado por la ciencia, pero que tampoco
contradice alguna ley ya conocida y debidamente validada?
La ciencia y la ciencia ficción, en muchos casos, pueden estar más relacionadas de lo que
pudiera parecer a simple vista. Los científicos, a la hora de crear nuevas teorías, ¿no han sido
influenciados o ayudados por la ciencia ficción, consiente o inconscientemente? ¿No podríamos
decir que la ciencia ha sido en algunas situaciones producto de la ciencia ficción generada por sus
mismos mentores? ¿Tampoco que en muchas ocasiones, la ciencia trae implícita, en sus orígenes, a
la ciencia ficción?
Así también, se debe destacar a la ciencia ficción como concientizadora de nuestro
desarrollo. Nos puede presentar, con suficiente antelación, los posibles efectos del progreso
científico-tecnológico.
La ciencia ficción, como la historia lo ha podido mostrar, nos ha preparado y día a día nos
prepara para lo que el hombre alcanzará. Es la encargada, en muchos casos, de reducirnos el
impacto con la realidad futura. Como dijo Arthur C. Clarke, “el futuro no es ya lo que solía ser”.
Si ninguna catástrofe ocurriese, sin duda seguiremos formando parte del avance logarítmico
de la ciencia y la tecnología. Tan sólo nos queda, ayudados y prevenidos por la ciencia ficción,
adelantarnos a este desarrollo, intentar ser parte de él, y sobre todo luchar porque este persiga el
bien común y la supervivencia humana.
Bibliografía consultada7
Libros
CAPANNA, Pablo. El sentido de la ciencia-ficción. Argentina, Ediciones Columbia, 1966.
7
La bibliografía enumerada es aquella que fue analizada para el desarrollo del artículo, pero solo una parte fue
aprovechada directamente para el mismo. Mucha de esta bibliografía permitió ubicarme en el tema, y elegir que era lo
que quería desarrollar y que era lo que no. Por esto, algunos de los temas tratados por este listado no se encuentran
desarrollados en el presente artículo.
CAPANNA, Pablo “et al”. Ciencia ficción argentina. Argentina, Ediciones Aude.
Documentales
The History Channel. Fantastic Voyage, La evolución de la ciencia ficción. 2002
Nova Vision. Teoría M.
Artículos
WIKIPEDIA [en línea] [consulta: 30 junio 2009]. Disponible en: < http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Portada >.
KAKU, Michio. La física de lo imposible. [en línea] [consulta: 30 junio 2009]. Disponible en: <
http://www.astro-web.es/2008/09/01/la-fisica-de-lo-imposible/ >.
LEIVA MÁRQUEZ, Miguel. Science, popularization and science fiction. [en línea] [consulta: 30 junio 2009].
Disponible en: < http://personales.ya.com/casanchi/ref/cienciaficcion01.htm>.
BARCELÓ, Miquel. La singularidad tecnológica. [en línea] [consulta: 30 junio 2009]. Disponible en: <http://divulgamat.ehu.es/weborriak/cultura/Paginas/01112006.asp>.
BARCELÓ, Miquel. Planetas de ciencia ficción. [en línea] [consulta: 30 junio 2009]. Disponible en: <http://divulgamat.ehu.es/weborriak/cultura/Paginas/01012007.asp>.
ORTIZ, Hernán. La singularidad tecnológica. [en línea] [consulta: 30 junio 2009]. Disponible en: <http://proyectoliquido.net/h2blog/121/especial-h2blog-la-singularidad-tecnologica/>.
DIARIO UNO Santa Fe. La ciencia avanza para darnos poderes como los superhéroes. [en línea] [consulta:
30 junio 2009]. Disponible en: <http://www.unosantafe.com.ar/25.10.2008/noticias/6545.html>.
LÓPEZ, Horacio. El nacimiento de un género. BePé. Año II N°4.
QUÍLEZ, Enric y JAVIER ESTABAN, Francisco. El viaje en el tiempo en la ciencia ficción. [en línea]
[consulta: 30 junio 2009]. Disponible en: <http://www.cyberdark.net/portada.php?edi=6&cod=334>.
Literatura
VERNE, Jules.8
ORWELL, George. 1984.
HUXLEY, Aldous. Un mundo feliz.
8
Las obras de Jules Verne leídas han sido variadas. A nuestros fines, se considera innecesario su detalle.
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