Una mirada al crédito agropecuario

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Edición 974
Una mirada al crédito agropecuario
RESUMEN
18 de noviembre de 2014
La baja productividad del sector agropecuario es uno de los determinantes de los magros
ingresos de la población rural. El rezago en dicha productividad se debe en buena parte a
la adopción de medidas de protección y al atraso en la provisión de bienes públicos. Un
suministro adecuado de crédito para financiar la inversión podría ayudar a incrementar la
productividad y los ingresos de la población rural. Desafortunadamente, el diseño del
actual sistema de financiación no lo facilita.
La existencia de fallas de mercado en el otorgamiento de crédito al sector agropecuario,
es el argumento por el cual el Estado mantiene la canalización forzosa de recursos de los
establecimientos de crédito privados –con un alto costo de oportunidad- hacia Títulos de
Desarrollo Agropecuario, TDA en Finagro. Esta entidad, como banca de segundo piso,
canaliza esos fondos a través de líneas de redescuento, para otorgar créditos agrícolas a
tasas de interés fijadas por las autoridades. Los establecimientos bancarios pueden
reducir los requerimientos de inversión obligatoria en TDAs por medio de la validación de
cartera sustitutiva ante Finagro. La cartera sustitutiva es otorgada por los bancos con sus
propios recursos, aunque debe mantener las condiciones de tasa de interés y plazo
establecidas por Finagro para el crédito redescontado.
En el caso de la financiación de los pequeños productores, la tasa de interés fijada a la
fecha (11%) no cubre los costos ni los riesgos asociados a los desembolsos. El tope de
14% para los créditos a los medianos y grandes productores, se ubica por encima de las
tasas de interés vigentes en el mercado, lo que implica que en promedio no habría
problema con el acceso al crédito para dichos segmentos. Sin embargo, productores con
riesgo mayor quedan excluidos del acceso al crédito formal.
María Mercedes Cuéllar
Presidente
Marta Lasprilla
Vicepresidente de Ahorro y
Vivienda
A pesar de las distorsiones del esquema de crédito vigente, el crédito agropecuario ha
aumentado considerablemente en la última década: la proporción de productores
agropecuarios con crédito aumentó de 11% a 40% y la profundidad de la cartera de 10%
al 32% del PIB del sector.
La cartera total agropecuaria registrada en Finagro asciende en la actualidad a $13.5
billones. Si se le añade el crédito destinado a cubrir otras necesidades de las familias
como la compra y el mejoramiento de la vivienda, muebles y electrodomésticos y
educación, el dato total de crédito formal se estima en más de $21 billones, equivalentes
al 53% del PIB sectorial, que está incluso por encima del promedio nacional, ya que el
indicador de cartera total sobre el PIB del país asciende a 40%. No obstante, es preciso
profundizar el financiamiento para lo cual se requiere superar las limitaciones para
acceder a crédito formal.
Por el lado de la demanda, dichas limitaciones se relacionan principalmente con las
garantías (inexistencia o temor de perderlas) y requisitos y papeleos que se estiman
elevados. Por el lado de la oferta, sería de la mayor conveniencia el diseño de una política
que, al tiempo que desarrolle o rediseñe mecanismos eficientes (hoy existen varios, pero
su uso es muy bajo) de reducción de riesgos, permita que el sector financiero cobre tasas
de interés de mercado, así se establezcan por otro lado subsidios directos a las que se
aplican para los pequeños productores, como se implementó con éxito para la vivienda.
Semana Económica 2014
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1
Edición 974
Una mirada al crédito agropecuario
Sobre el tema agropecuario es mucho lo que se ha escrito –incluso muchos estiman que
este sector está sobre diagnosticado-, aunque se sabe poco sobre lo hecho en materia de
su financiación. La recientemente creada Misión Rural, presidida por el ex ministro José
Antonio Ocampo, introdujo de manera afortunada la problemática del crédito agropecuario
dentro del portafolio de políticas públicas que está estructurando para el campo
colombiano. Lo anterior en razón a que comparte la idea de que una de las herramientas
fundamentales para mejorar la competitividad del sector es el acceso a financiación y a
instrumentos financieros adecuados, en la medida que estos permiten mejorar las
condiciones económicas de producción y en particular la productividad del sector.
Algunos estudios sugieren que uno de los determinantes de los magros ingresos de la
población rural es la baja productividad del sector agropecuario1. Esta productividad,
medida como el valor agregado por trabajador, ascendió entre 2010 y 2013 a US$3.561
dólares en promedio en Colombia, cifra que se compara desfavorablemente con la de
otras economías, respecto de las cuales no ha tenido un aumento significativo en los
últimos 10 años. Por esta razón se considera que el sector agropecuario colombiano
desaprovechó la expansión del comercio mundial de alimentos que tuvo lugar en este
período2.
Editores:
Este rezago en la productividad del sector agropecuario se debe en buena parte a la
adopción de medidas de protección, que lo aíslan de la competencia internacional, y al
atraso en la provisión de bienes públicos, como son las vías de comunicación, los distritos
de riego y drenaje, las cadenas de enfriamiento y almacenamiento, la conectividad, los
servicios públicos y la inversión en capital humano.
Marta Lasprilla
María Constanza Eraso
Miguel Medellín
De esta manera se ha creado un círculo vicioso: el lento crecimiento y la baja
productividad del sector agropecuario originan bajos salarios y exiguos retornos, que a su
vez atraen poca inversión. Una provisión adecuada de crédito para financiar la inversión
podría ayudar a incrementar la productividad y los ingresos de la población rural.
Desafortunadamente, el diseño del actual sistema de financiación no lo facilita.
Así las cosas, es pertinente formular algunas observaciones sobre el papel del sistema
financiero como intermediario de recursos para el sector.
La financiación al agro colombiano
El esquema de financiación del sector agropecuario vigente en Colombia es un vestigio
de la banca de fomento, que fue establecida en la década de 1950, con el fin de otorgar
crédito subsidiado redescontable a los sectores cuyo desarrollo las autoridades
consideraban prioritario, en una época en la cual el sistema financiero estaba poco
desarrollado, existía la banca especializada y se prestaba a plazos largos solo por medio
del redescuento.
1 Por
ejemplo, Consejo Privado de Competitividad, Informe Nacional de Competitividad 2008-2009; Hernández y
Becerra, Capital Básico para la Agricultura Colombiana, en Políticas para el desarrollo de la Agricultura en
Colombia, Fedesarrollo y SAC, 2013.
2 Semana Económica, Edición 943, “Es urgente cambiar el modelo de desarrollo del agro y su financiación”, abril
de 2014.
Semana Económica 2014
1
Los fondos para ese propósito operaron en el Banco de la
República y se alimentaron con recursos de emisión
primaria e inversiones forzosas y crédito externo, hasta que
fueron eliminados en 1991, cuando se estableció la
independencia del Banco de la República y se reformó el
sistema financiero en busca de la banca múltiple. A partir
de entonces se prohibieron los créditos al sector privado
por parte de la Banca Central, se permitió a los bancos
comerciales prestar a plazos largos y se liberaron las tasas
de interés. Gracias a ello se pudo pasar de una banca con
establecimientos especializados en otorgar crédito de
manera limitada para un determinado sector, a una
industria en la cual los bancos pueden prestarle a todos los
sectores. En la medida en que los créditos se han podido
ofrecer en condiciones de mercado, la banca ha estado en
capacidad de satisfacer mejor la demanda.
De este esquema, el único sector que quedó excluido fue el
agropecuario. En 1990 se creó el Sistema Nacional de
Crédito Agropecuario (SNCA), con el objetivo de mantener
una financiación preferencial. El SNCA estuvo compuesto
originalmente por el Fondo para la Financiación del Sector
Agropecuario (Finagro) –banca de redescuento-, la Caja
Agraria y los bancos Cafetero y Ganadero, hasta que los
dos últimos fueron vendidos por el Gobierno a la banca
privada y, producto de la liquidación y reestructuración de la
Caja Agraria, se creó el Banco Agrario en 1999.
El argumento esgrimido para mantener este privilegio se ha
centrado en la existencia de fallas de mercado en el
otorgamiento de crédito al sector agropecuario. Por ende, la
intervención del Estado preservó la canalización forzosa de
recursos de los establecimientos de crédito hacia Títulos de
Desarrollo Agropecuario, TDA, en Finagro, con una
rentabilidad para el banco vinculada a la DTF, la cual por
ser tan baja en la actualidad se aproxima a cero3. Hacia
estos títulos se destina el 5.8% de los depósitos a la vista y
el 4.3% de los depósitos a plazo (netos de encaje), según
lo establecido en la Resolución Externa 2 de 2008 de la
Junta Directiva del Banco de la República. Finagro, como
banca de segundo piso, canaliza los recursos así captados
hacia el sector agropecuario a través de líneas de
redescuento otorgadas a bancos de primer piso.
3
Los TDAs están clasificados en clase A y clase B, diferenciados por la tasa
de interés que pagan, así: DTF - 4%=0.23% para TDAs clase A (37% de la
inversión forzosa) y DTF - 2%=2.23%, para TDAs clase B (63%), lo que
equivale a que descontada la inflación tengan remuneraciones negativas (2,6% y -0,6% respectivamente).
4 Marulanda Consultores, USAID, Propuestas de reforma al sistema de
financiamiento agropecuario, Junio de 2013.
Semana Económica 2014
Estos recursos se han utilizado para otorgar créditos
agrícolas a tasas de interés fijadas por las autoridades,
independientemente de las condiciones, los riesgos y de los
costos de originación de los créditos en la zona rural.
Los bancos pueden reducir los requerimientos de inversión
obligatoria en TDAs a través de la validación de cartera
sustitutiva ante Finagro. Esta cartera está conformada por
los créditos agropecuarios que los bancos otorgan con sus
propios recursos, sin utilizar las líneas de redescuento
ofrecidas por Finagro. Las condiciones de tasa de interés y
plazo de estos desembolsos son las establecidas por dicha
entidad para el crédito redescontado. Con el fin de evitar la
acumulación de recursos no utilizados por Finagro en esa
entidad, como ocurrió con frecuencia en el pasado, a partir
de la Resolución Externa 3 de 2000 de la Junta Directiva
del Banco de la República, se estableció que
trimestralmente la Superintendencia Financiera informaría a
los bancos el monto de recursos a ser invertidos en TDAs.
Estas inversiones en TDAs tienen un alto costo de
oportunidad para los establecimientos de crédito privados.
Si se colocaran como crédito bancario los cerca de $8
billones que la banca privada invirtió en TDAs durante
2013, obligación de la cual está excluido el Banco Agrario,
se produciría un retorno de $948 mil millones. Ese monto
equivale al 43% de la inversión pública directa en el sector
agropecuario en ese año, que fue de $2.2 billones. Así las
cosas, las inversiones forzosas conducen a que el sector
financiero asuma los costos de buena parte de los
subsidios al crédito agrícola.
Para la financiación de los pequeños productores, la tasa
de interés fijada a la fecha asciende a 11%, lo cual implica
un subsidio de cerca de 18 puntos porcentuales, de
acuerdo con cálculos de Asobancaria basados en un
estudio de costos realizado por Marulanda (2013)4, en
razón a que las tasas no cubren los requerimientos de
movilización de efectivo a zonas apartadas del país, ni el
acompañamiento que debe realizar la entidad, ni los
riesgos asociados a los desembolsos. También existe un
tope de 14% para los créditos a los medianos y grandes
productores, que se ubica por encima de las tasas de
interés vigentes en el mercado, lo que implica que en
promedio no habría problema con el acceso al crédito para
dichos segmentos. Sin embargo, productores con riesgo
mayor quedan excluidos del acceso al crédito formal.
2
El Banco Agrario se ha especializado en atender a los
pequeños y medianos empresarios agrícolas, en particular
con microcréditos que entrañan mayores riesgos y costos.
El Banco “asume” la pérdida vinculada a estas operaciones,
con cargo al producido de la captación de los depósitos
judiciales y el ahorro de entidades territoriales, a las cuales
les reconoce una baja remuneración. Dichos recursos se
canalizan hacia inversiones, en particular títulos de deuda
pública (TES), lo cual le genera importantes utilidades en la
operación (Marulanda 2013), con riesgos reducidos.
Gráfico 1. Participación productores por entidad
Saldos. ($billones) a septiembre de 2014
6,2 billones
7,3 billones
100%
3,0%
80%
30,0%
13,5 billones
31,0%
63,0%
Una nota al margen que no es marginal: a septiembre los
depósitos judiciales en el Banco Agrario ascendían $4,1
billones con una remuneración de 0.97% e.a., según
resolución 1185 de 2014 de la Superintendencia
Financiera. Si se remuneraran a las tasas de interés de
mercado para cuentas de ahorro (2.6%), el costo adicional
para el Banco Agrario ascendería a $66 mil millones
anuales. Esto equivale a una cuarta parte del presupuesto
de inversión anual del aparato judicial. Es decir, que existe
un subsidio implícito por cuenta de éste para el sector
agropecuario.
Por su parte, a los bancos privados no les resulta atractivo
ni rentable acceder al redescuento. Pero, ya que tienen la
posibilidad de sustituir lo que deben invertir en TDAs por
crédito directo al sector, se han concentrado en los
productores grandes y medianos, cuyo menor riesgo puede
ser cubierto por las tasas de interés establecidas por las
autoridades para estos segmentos.
PEQUEÑO
60%
MEDIANO
30,0%
GRANDE
40%
67,0%
31,0%
20%
39,0%
6,0%
0%
Banco Agrario
Banca Privada
Total
Fuente: Finagro
Gráfico 2. Fuentes de financiación por
productor. Saldos a septiembre de 2014
Banco Agrario
100%
Banca Privada
5%
90%
Las distorsiones del esquema de crédito vigente, no han
constituido una talanquera para que el crédito agropecuario
haya aumentado considerablemente en la última década.
En este período, según datos de Finagro, la proporción de
productores agropecuarios con crédito aumentó de 11% a
40% y la profundidad de la cartera se incrementó de 10% al
32% del PIB del sector, así esta se ubique por debajo del
promedio nacional (40% del PIB total).
80%
51%
70%
60%
50%
93%
95%
40%
30%
49%
20%
10%
7%
0%
PEQUEÑO
Finagro5,
La cartera total agropecuaria registrada en
asciende en la actualidad a $13.5 billones, de los cuales el
61% está colocado entre pequeños y medianos productores
y el 39% entre los grandes6 (Gráficos 1 y 2).
MEDIANO
GRANDE
Fuente: Finagro
5Crédito
agropecuario rural: aquel que se otorga para ser utilizado en distintas fases del proceso de producción de bienes agropecuarios, acuícolas y
pesqueros, su transformación primaria y/o comercialización, así como el que se otorga para minería, turismo rural y ecológico, artesanías,
transformación de metales y piedras preciosas, incluyendo su mercadeo (Finagro). La cartera total agropecuaria registrada en Finagro solo incluye los
créditos que se desembolsan bajo las condiciones de plazo y tasa de interés de Finagro (con acceso al FAG). No incluye créditos otorgados por los
bancos para financiar proyectos productivos con recursos propios, pero que no son colocados en condiciones Finagro y por lo tanto no se registran en
dicha entidad. Cálculos preliminares de Asobancaria arrojan que esta cartera asciende a cerca de $1 billón adicional.
6Pequeño productor agropecuario: aquel cuyos activos ascienden hasta $89 millones; mediano productor: con activos desde $89 millones hasta $3 mil
millones y grande: aquel con activos superiores a $3 mil millones.
Semana Económica 2014
3
De otra parte, cabe destacar que el crédito al sector rural no
sólo se canaliza hacia y se requiere para las actividades
productivas. De acuerdo con la Encuesta Longitudinal
Colombiana de la Universidad de los Andes- ELCA7, este
también se destina a cubrir diferentes necesidades de las
familias. Según dicha encuesta, los créditos formales, si bien
contribuyen en mayor medida a las inversiones productivas
(cerca del 70% del crédito formal se destina a ellas), también
han apoyado a los agricultores en sus necesidades de
consumo, tales como compra y mejoramiento de la vivienda,
muebles y electrodomésticos y educación (Gráfico 3). En
efecto, estimaciones de Asobancaria indican que la banca
amplió su participación en el crédito de consumo y vivienda
en los municipios rurales8 de $2.8 billones en 2008, a $7.1
billones en 2014, cifra que representa el 7% del total del
crédito de consumo y vivienda, otorgado en condiciones de
mercado. Esto implica que esta cartera más que se duplicó
en términos reales en los últimos cinco años.
Así las cosas, la cifra total de crédito destinada al sector rural
ascendería a más de $21 billones ($13.5 billones canalizados
en condiciones de Finagro; $1 billón con recursos de los
bancos, diferentes de Finagro, y $7.1 billones a consumo y
vivienda).
Gráfico 3. Formalidad de la fuente y destinos del
crédito rural 2013 (porcentaje de los créditos)
La evaluación de la información disponible no permite inferir
que los recursos de crédito para el sector rural sean
insuficientes. No obstante, es común oír quejas respecto de
la falta de financiación para el sector. De ahí que se
considere que un mayor acceso al crédito por parte de las
pequeñas y medianas empresas agropecuarias y la
atención de las necesidades de otro tipo de financiación por
parte del sector financiero, constituye uno de los mayores
retos en la ruta de impulso a su competitividad.
De acuerdo con el Banco Mundial, a nivel global el reto en
materia de inclusión financiera es enorme9. Esta
organización advierte que así una buena parte de las
personas y empresas no requieran servicios financieros
(exclusión voluntaria), existen obstáculos de crucial
importancia para la inclusión de los que sí los requieren,
pero no los solicitan, como son el costo, la distancia y los
requisitos en materia de documentación, entre otros
(exclusión involuntaria).
De la ELCA se desprende que la proporción de hogares
rurales con crédito formal e informal, aumentó de 32% a
48% entre el 2010 y el 2013. De este 48%, 25 puntos
porcentuales corresponden a los hogares que se financian
únicamente con el mercado formal10, 16 puntos a los que lo
hacen con el informal11 y 7 puntos a los que tienen créditos
en ambos segmentos (Gráfico 4).
Gráfico 4. Acceso al crédito – Porcentaje de
hogares rurales
2010
2013
20,2
25,3
9,2
67,9
51,8
15,9
2,7
7
Fuente: Evolución de los Servicios Financieros en Colombia 2010-2013;
análisis a partir de la Encuesta Longitudinal Colombiana de la
Universidad de los Andes
7Evolución
de los Servicios Financieros en Colombia 2010-2013, Análisis a
partir de la Encuesta Longitudinal Colombiana de la Universidad de los Andes
8Se tomó como municipios rurales los de categoría 4, 5 y 6 (población inferior
a 30 mil habitantes e ingresos municipales anuales inferiores a 30 mil SML)
9 Banco Mundial, Financial Development Report – Financial Inclusion 2014.
10Bancos o entidades financieras, almacenes de cadena, hipermercados o
Codensa, fondos de empleados, cajas de compensación e Icetex.
11Familiares, amigos, prestamistas, tenderos, compras por catálogo, casas de
empeño o casas comerciales y otros
Semana Económica 2014
Crédito formal exclusivo
Crédito informal exclusivo
Crédito formal exclusivo
Crédito informal exclusivo
Ambos
Sin crédito
Ambos
Sin crédito
*Hogares sin crédito y con al menos un crédito
Fuente: Datos del estudio Evolución de los Servicios Financieros en
Colombia 2010-2013; análisis a partir de la Encuesta Longitudinal
Colombiana de la Universidad de los Andes
4
En general, se puede decir que la mitad de los créditos se
pactan exclusivamente con el sistema financiero y la otra
mitad con el resto de intermediarios tanto formales como
informales (Gráfico 5).
Gráfico 5. Fuentes de financiación de los
créditos rurales 2010-2013 (porcentaje de
créditos)
Formal Informal I-
Gráfico 6. Razones para no adquirir crédito
rural con el sistema financiero en el 2013
(Porcentaje de hogares rurales que tienen
créditos pero no con el sistema
financiero)
F-
FIII-
*Otros incluye: empleador, bancos o entidades en el exterior, Icetex,
tenderos, compras por catálogo y casas de empeño o casas comerciales.
El aumento en 2013 en este rubro corresponde a que en la encuesta de
2013 se incluyó la opción “tenderos” que no aparecía en 2010.
Posiblemente esto implica la caída de la opción “amigos”. F=Formales;
I=Informales
Fuente: Evolución de los Servicios Financieros en Colombia 2010-2013;
análisis a partir de la Encuesta Longitudinal Colombiana de la
Universidad de los Andes
En esta encuesta se indaga a las personas que tomaron
crédito con entidades diferentes a las del sistema
financiero, por las razones por las cuales no solicitaron el
crédito con este sector. Las principales son, en su orden de
importancia, el temor de no poder pagar o perder la
garantía y el no tener bienes para dar en garantía con un
32.9% (23% y 9.9%, respectivamente) y los requisitos y
papeleos exigidos, los cuales se estiman elevados,
(26.4%). Solo en tercer lugar aparece el costo del crédito, y
solo en el puesto 13 aparece la distancia entre el lugar
donde vive y donde puede acceder a crédito (Gráfico 6).
Semana Económica 2014
Como se mencionó, la principal razón para no solicitar
créditos formales está asociada a las garantías. El requisito
de garantía como respaldo del crédito se ha ido obviando
en buena parte en las ciudades para créditos de montos
pequeños y medianos, en razón a que los bancos cuentan
con suficiente información relativa a los hábitos de pago,
ahorro y nivel de endeudamiento, por ejemplo, de sus
clientes, lo que reduce el riesgo de no pago de los
préstamos. Si los bancos contaran con mayor información
sobre el comportamiento de los pagos y transacciones de
los pequeños productores agropecuarios estarían en mayor
capacidad de prescindir de esta exigencia para créditos de
menor cuantía.
Demasiado requisitos y papeleo
Temor de no poder pagar o perder la garantía
No tiene bienes para dar en garantía
Tasa de interés demasiado alta
Aunque lo solicitara no se lo aprobarían
No sabe cómo hacerlo
Ha solicitado pero no le han prestado
Tiene acceso a créditos de otras fuentes
No son flexibles a la hora de cobrar
Está reportado en centrales de riesgo
Mala experiencia en el sector financiero
No le prestan la cantidad que necesita
No existen bancos cerca donde vive
Otra
26,4
23,0
9,9
9,3
5,9
4,2
3,8
2,1
1,6
1,5
0,9
0,5
0,5
10,5
0
5
10
15
20
25
30
Fuente: Evolución de los Servicios Financieros en Colombia 20102013; análisis a partir de la Encuesta Longitudinal Colombiana de la
Universidad de los Andes
5
En cualquier caso, el sector agropecuario cuenta con un
esquema de garantías administrado por Finagro (Fondo
Agropecuario de Garantías - FAG) y su principal usuario es
el Banco Agrario. En la actualidad, esta garantía solo aplica
para créditos en condiciones Finagro (tasa y plazo), lo que
limita la oferta. La reclamación de la garantía en caso de
incumplimiento es engorrosa para la entidad financiera y no
opera para todos los montos de crédito de manera
automática como sucede por ejemplo con las garantías que
otorga el Fondo Nacional de Garantías (FNG), cuyo pago
se produce cuando se cumple la condición de siniestro, sin
perjuicio de que la entidad financiera deba adelantar todas
las labores de recuperación de cartera, sin importar el
monto de la acreencia. La garantía del FNG ofrece una
cobertura inferior pero con alta probabilidad de recobro.
Finagro ha anunciado cambios en este sentido con el fin de
establecer un esquema de garantía financieramente
sostenible, operativamente menos complejo y más atractivo
para los intermediarios financieros y los productores
agropecuarios. Se espera que los cambios propuestos se
materialicen pronto.
En este aspecto, se resalta la expedición de la Ley 1676 de
2013 por la cual se reglamentó la recuperación de las
garantías mobiliarias, normatividad con la que se espera
que los niveles de crédito aumenten al ampliar los bienes
susceptibles de ser utilizados como garantías, dadas las
deficiencias en las garantías inmobiliarias por cuenta de la
informalidad en la propiedad de la tierra y la inexistencia de
un sistema idóneo de catastro y registro rural.
La segunda percepción en importancia que recoge la
encuesta entre quienes no tomaron crédito con el sector
financiero,
está
asociada
con
los
engorrosos
procedimientos
de
solicitud
del
crédito
formal.
Probablemente esto ha llevado a que un importante
porcentaje de hogares acuda a proveedores y agiotistas
que están en capacidad de proveer financiación en
condiciones menos exigentes de acceso que las de los
bancos, aunque a un costo considerablemente superior
para los usuarios, el cual les permite cubrir los riesgos sin
exigir mayores requisitos. Este es un tema que precisa de
mayor atención.
12 Marulanda
Consultores, USAID, 2013; Fernández, D, Piñeros, J y Estrada,
D, Financiamiento del sector agropecuario: situación y perspectivas, Temas
de Estabilidad Financiera # 59, Banco de la República, Septiembre de 2011
Semana Económica 2014
La importancia asignada al costo de las tasas de interés por
parte de quienes no se endeudaron con el sector financiero
formal es tan solo del 9.3%. Es decir, las tasas de interés
no son consideradas por la inmensa mayoría de la
población rural como un obstáculo al acceso al crédito
formal, lo cual concuerda con el hecho de que en la
actualidad son subsidiadas y por lo tanto bajas. Aquellos
que las consideran altas también pueden hacer referencia a
las correspondientes al crédito informal –que pueden
aproximarse al 300%- y a que la población en cuestión es
precisamente la que accedió a ellas.
Ahora bien, en contraste con los resultados de la ELCA,
numerosos análisis12 han mostrado que el límite fijado para
las tasas de interés por las autoridades, desincentiva el
otorgamiento de crédito agropecuario por parte de las
entidades financieras formales, lo que se convierte en una
restricción en el acceso de productores y empresas
agrícolas que, en condiciones de mercado, podrían ser
atendidos por el sector bancario. Esta población al no ser
atendida por la banca formal, se desplaza al mercado
informal de proveedores y agiotistas, donde imperan tasas
de interés, implícita o explícitamente, mayores (Gráfico 7).
Gráfico 7. Tasas de interés (Septiembre de 2014)
DTF
Margen
Tasa fijada
por las
autoridades
Tasa de
Mercado
Tasa Crédito
Informal
PEQUEÑOS
4.23%
7%
11.2%
34.8%
275%
MEDIANOS
4.23%
10%
14.2%
10.9%
-
GRANDES
4.23%
10%
14.2%
7.4%
-
Fuente: SFC – BR – Econometría (2007)
Asobancaria ha manifestado reiteradamente la necesidad
de eliminar los topes a las tasas de interés, pues de esta
manera se lograría una mayor oferta de crédito con costos
sustancialmente menores que los del mercado informal. Así
lo evidencia lo ocurrido con el microcrédito: con la
flexibilización de la tasa de interés se incrementó en los
últimos cuatro años el número de microempresarios con
crédito bancario en 600 mil, de manera que hoy en día 1.8
millones de pequeños empresarios tienen acceso a la
banca formal, y contratan créditos a una tasa de 34%, tasa
considerablemente inferior a la autorizada para usura de
52%.
6
No obstante, es preciso resaltar que muchos consideran
que las fuerzas del mercado en el crédito productivo al
sector agropecuario no parecen funcionar de manera
eficiente, en particular por el enorme riesgo vinculado a la
actividad agropecuaria y la práctica inexistencia de
mecanismos de protección, por lo que se precisa de una
intervención estatal para su canalización. En este caso,
sería de la mayor conveniencia el diseño de una política
que, al tiempo que desarrolle o rediseñe mecanismos
eficientes (hoy existen varios, pero su uso es muy bajo) de
reducción de riesgos, permita que el sector financiero cobre
tasas de interés de mercado, así se establezcan por otro
lado subsidios directos a dichas tasas de interés para
pequeños productores, como se implementó con éxito para
vivienda. Podría pensarse también en que los subsidios se
destinen a ampliar el acceso al crédito, mediante apoyo a la
originación de los mismos.
Vale la pena resaltar que ya existen en el mercado algunos
productos de seguros, con primas subsidiadas parcialmente
por Finagro, que contribuyen a mitigar esos riesgos. No
obstante, estas no han sido ampliamente demandadas,
aunque su uso ha venido aumentando paulatinamente. Una
explicación de este comportamiento, radica en que las
autoridades gubernamentales, de tiempo atrás, han dirigido
recursos de manera discrecional a aliviar la mala situación
financiera de los productores agropecuarios, lo que ha
desincentivado la utilización de los instrumentos provistos
por los mercados, como son los seguros y las coberturas,
para enfrentar los riesgos fitosanitarios, climáticos, de
enfermedades y plagas, o inclusive las volatilidades de los
precios, la tasa de cambio o las de interés. Desde el lado
de la oferta se requieren sistemas de información que sean
eficientes, para mejorar la administración de riesgos del
sector agropecuario.
Por último, así en Colombia no sea significativo, en
encuestas realizadas en otros países, diferentes a la ELCA,
el argumento de la distancia entre el lugar de residencia y
la oficina bancaria, es una de principales razones
argumentadas por las cuales las personas no tienen
cuentas en el sistema financiero, en especial en el sector
rural. Frente a este tipo de argumentos, la banca y el
Gobierno Nacional, preocupados por promover el acceso a
los servicios financieros y por acercarse más a sus clientes,
crearon la posibilidad de prestar dichos servicios a través
de corresponsales bancarios y banca móvil. Dentro de los
servicios prestados por los corresponsales bancarios se
destacan las consultas de saldos, pagos de servicios
públicos, transferencias, retiros de efectivo.
Semana Económica 2014
A través de banca móvil se pueden realizar los mismos
servicios, incluidas las transferencias interbancarias. Para
los retiros en efectivo el canal a través del cual se
materializa esta operación es un cajero electrónico.
Por medio de los corresponsales se ha logrado aumentar la
cobertura y ofrecer a la población la posibilidad de realizar
operaciones financieras en la farmacia más cercana o con
el tendero de confianza, ahorrando tiempo y dinero en
desplazamientos hasta una oficina bancaria. Las cifras
actuales arrojan importantes resultados, a la fecha sólo
falta un municipio, de los 1102, para lograr total presencia
del sistema financiero a nivel nacional. Así mismo, cada vez
es mayor el número de corresponsales: 70.582 a julio de
este año. Por su parte, las entidades financieras cuentan
con más de dos millones de clientes vinculados a través de
productos de la banca móvil. Este es otro canal que ha
venido tomando fuerza en la penetración de los servicios
financieros en el sector rural y que a futuro se convertirá en
una de las principales opciones para aumentarla. Es
probable que estas sean las razones por las cuales la
distancia no figure entre las causas argüidas para no
demandar crédito formal ni sea significativa entre aquellas
por las cuales no se ahorra en el sistema financiero, según
datos de la ELCA. Ello no obsta para que, dada la
importancia de los logros alcanzados y el potencial que
tienen los corresponsales bancarios y la banca móvil, se
deba seguir profundizando en su uso en el sector rural.
Conclusión
En suma, el punto de partida en términos de suministro de
crédito y diseño de instrumentos financieros es mejor de lo
que se piensa comúnmente. Sin embargo, es preciso
profundizar
el
financiamiento
para
atender
los
requerimientos del sector en materia de desarrollo, máxime
de cara al posconflicto. El gran reto es aproximar lo hoy
existente a condiciones de mercado, eliminando las
distorsiones e ineficiencias asociadas al marco regulatorio.
Para ello, se requiere flexibilizar las tasas de interés,
fortalecer los mecanismos de provisión de información y
desarrollar un sistema de garantías, coberturas y seguros
mucho más eficiente. Finalmente, es preciso recanalizar las
ayudas del Estado con el propósito de maximizar su
impacto, expandiendo las fronteras de mercado y buscando
una mayor inclusión financiera de la población rural.
7
Colombia
Principales Indicadores Macroeconómicos
2011 2012
T1
PIB Nominal (COP MM)
PIB Nominal (USD B)
621,6 664,5
328 366
T2
2013
T3
T4
Total
T1
T2
2014
T3
T4
Proy.
2015
Proy.
172
94
175
91
179
93
181
94
707
367
187
95
186
96
…
…
…
…
2,9
4,6
5,8
5,3
4,7
6,4
4,3
…
…
4,8
5,1
739,2 776,9
375,2 384,6
Crecimiento Real
PIB real (% Var. Interanual)
6,6
4,0
Precios
Inflación (IPC, % Var. Interanual)
Inflación básica (% Var. Interanual)
Tipo de cambio (COP/USD fin de periodo)
Tipo de cambio (Var. % interanual)
3,7
2,4
3,9
3,2
1943 1768
1,5 -9,0
1,9
2,2
2,3
1,9
1,9
2,5
2,1
2,2
2,2
2,2
1832 1929 1915 1927 1927
2,2
8,1
6,3
9,0
9,0
2,5
2,8
2,5
2,5
2007 1954
4,9 -2,7
…
…
…
…
…
…
…
…
3,7
3,0
2130
2,2
3,5
…
2100
2,5
-3,0 -3,3
-9,4 -12,1
6,2
5,2
56,9 60,1
51,6 56,1
-4,6 -5,5
-16,0 -15,9
4,9
4,6
13,4 15,8
-3,4
-3,2
0,7
14,4
13,7
-1,4
-3,6
1,0
3,7
-2,6
-2,2
1,4
15,5
14,1
-1,4
-3,4
1,2
4,0
-4,1
-3,7
0,1
14,7
14,6
-1,5
-3,5
1,2
4,8
-4,1
-3,9
-0,6
13,5
14,3
-1,4
-3,2
1,0
3,6
-4,4
-4,2
-0,5
14,5
15,1
-1,6
-3,4
1,0
4,9
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
-1,8
37,9
39,6
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
Sector Externo
Cuenta corriente (% del PIB)
Cuenta corriente (USD mmM)
Balanza comercial (USD mmM)
Exportaciones F.O.B. (USD mmM)
Importaciones F.O.B. (USD mmM)
Servicios (neto)
Renta de los factores
Transferencias corrientes (neto)
Inversión extranjera directa (USD mM)
-3,6 -3,5
-3,3 -12,4
0,6
2,8
15,3 58,8
14,7 56,6
-1,4 -5,6
-3,6 -14,1
1,1
4,6
3,9 16,4
Sector Público (acumulado)
Bal. primario del Gobierno Central (% del PIB)
Bal. del Gobierno Central (% del PIB)
Bal. primario del SPNF (% del PIB)
Bal. del SPNF (% del PIB)
-0,1
-2,8
0,1
-1,8
0,2
-2,3
1,8
0,4
0,8
0,4
1,9
1,5
2,4
1,3
3,6
2,5
2,4
0,7
4,0
2,1
0,3
-2,4
1,5
-0,9
0,1
-2,4
1,5
-0,9
0,5
0,1
…
0,6
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
…
0,2
-2,3
…
-1,0
…
…
…
…
22,9
12,9
10,0
35,4
21,6
12,7
8,8
35,3
21,7
12,4
9,3
33,3
22,2
12,3
10,0
32,3
24,0
13,6
10,4
32,4
24,4
13,8
10,6
33,9
24,4
…
13,8
…
10,6
…
34,8
…
23,6
13,6
10,3
…
24,4
14,3
10,1
…
…
…
…
…
…
…
…
…
24,4
10,1
14,3
33,6
…
…
…
…
Indicadores de Deuda
Deuda externa bruta (% del PIB)
Pública (% del PIB)
Privada (% del PIB)
Deuda del Gobierno(% del PIB, Gob. Central)
Fuente: PIB y Crecimiento Real – DANE y Banco de la República, proyecciones Asobancaria. Sector Externo – DANE y Banco de la República, proyecciones
MHCP. Sector Público y respectivas proyecciones - MHCP. Indicadores de deuda – DANE, Banco de la República, Departamento Nacional de Planeación;
proyecciones DNP y MHCP.
Semana Económica 2014
6
Colombia. Estados financieros*
sep-14
(a)
ago-14
sep-13
(b)
Var real anual
entre (a) y (b)
Activo
417.417
415.360
376.770
7,7%
Disponible
Inversiones
Cartera Neta
Consumo Bruta
Comercial Bruta
Vivienda Bruta
Microcrédito Bruta
Provisiones**
Consumo
Comercial
Vivienda
Microcrédito
Otros
Pasivo
Depósitos y Exigibilidades
Cuentas de Ahorro
CDT
Cuentas Corrientes
Otros
Otros pasivos
Patrim onio
Ganancia/Pérdida del ejercicio
Ingresos por intereses
Gastos por intereses
Margen neto de Intereses
Ingresos netos diferentes de Intereses
Margen Financiero Bruto
Costos Administrativos
Provisiones Netas de Recuperación
Margen Operacional
Indicadores
Indicador de calidad de cartera
Consumo
Comercial
Vivienda
Microcrédito
Cubrimiento**
Consumo
Comercial
Vivienda
Microcrédito
ROA
ROE
Solvencia
30.482
71.170
276.425
80.363
172.081
27.914
8.465
12.398
4.876
6.365
593
564
39.340
358.931
276.439
135.919
85.346
46.745
8.430
82.492
58.486
5.526
22.494
7.720
14.736
7.662
22.398
9.830
3.230
9.337
30.429
70.247
274.165
79.186
170.968
27.965
8.382
12.336
4.830
6.340
588
578
40.518
356.784
275.961
139.157
82.827
45.313
8.664
80.823
58.576
4.933
19.879
6.811
13.054
6.847
19.900
8.734
2.850
8.317
22.743
73.090
244.721
71.685
153.815
22.769
7.617
11.166
4.544
5.670
506
446
36.216
325.533
245.492
123.585
74.632
39.774
7.502
80.040
51.237
5.039
21.007
7.574
13.420
7.289
20.709
9.507
3.132
8.070
3,06
4,56
2,32
2,10
7,15
144,24
133,19
159,24
101,38
93,28
1,74%
12,46%
15,02%
3,09
4,63
2,35
2,04
7,19
143,52
131,87
158,03
102,90
95,93
1,76%
12,60%
15,02%
2,96
4,79
2,06
2,18
6,14
151,43
132,32
178,56
101,74
95,40
1,90%
13,97%
15,08%
30,3%
-5,3%
9,8%
9,0%
8,8%
19,2%
8,0%
8,0%
4,3%
9,1%
14,0%
23,1%
5,6%
7,2%
9,5%
6,9%
11,2%
14,3%
9,2%
0,2%
11,0%
6,6%
4,1%
-0,9%
6,8%
2,2%
5,2%
0,5%
0,3%
12,5%
Variación (a) - (b)
0,10
-0,24
0,26
-0,09
1,01
-7,20
0,87
-19,32
-0,36
-2,12
-0,2%
-1,5%
-0,1%
1/ Calculado como la diferencia entre ingresos y gastos por intereses menos Prima amortizada de cartera - cuenta PUC 510406
2/ Indicador de calidad de cartera en mora = Cartera Vencida /Cartera Bruta.
*Datos mensuales a septiembre de 2014 del sistema bancario. Cifras en miles de millones de pesos. Fuentes y cálculos Asobancaria.
** No se incluyen otras provisiones. El cálculo del cubrimiento tampoco contempla las otras provisiones.
Semana Económica 2014
7
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