Definición social de los derechos del niño

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Definición social de los derechos del niño
No es fácil establecer una serie de valores universales que puedan ser compartidos
por las diferentes culturas y por todos los grupos
sociales. Pero la humanidad tiene fuentes
afectivas, mentales e históricas para llegar a
estas formulaciones. Las diferentes declaraciones
de los derechos humanos son, en este sentido, el
mejor producto, la mejor reflexión compartida de
la humanidad.
Existen diferentes formulaciones de los
derechos del niño. Casi todas ellas contienen los
elementos esenciales para la adecuada
protección de la infancia. Así y todo debe existir una clara correspondencia entre una
teoría de las necesidades del niño y una definición de los derechos de la infancia. Desde
este punto de vista podrían resumirse todos los derechos diciendo que los niños tienen
derecho a vivir en condiciones que les permitan satisfacer todas sus necesidades básicas.
Concretamente, todo niño tiene derecho a:
A. Satisfacer todas las necesidades fisiológicas
— Estar bien alimentado.
— Vivir en condiciones de temperatura e higiene adecuadas.
— Estar protegido de los peligros reales que puedan a atentar a su salud y a su integridad
física.
— Disponer de asistencia social sanitaria.
— Vivir en un ambiente físico que le permita la actividad física rica y variada.
B. Satisfacer sus necesidades cognitivas
— Vivir en un ambiente físico y social que le ofrezca condiciones de interacción que le
permitan desarrollar sus capacidades mentales; sus sentidos, la atención, la percepción, la
memoria, el lenguaje emocional, gestual y verbal; sus capacidades lógico matemáticas y
de razonamiento en general.
— Disponer de la ayuda de los adultos para comprender el significado de las cosas y de la
realidad, sin adoctrinamientos fundamentalistas, sectarios o racistas. Al contrario,
transmitirles los valores universales y la tolerancia hacia las diferencias culturales,
religiosas, étnicas y personales.
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C. Satisfacer sus necesidades emocionales y sociales
— Derecho a sentirse emocionalmente seguro, disponiendo para ello de vínculos afectivos
con personas incondicionales, disponibles y accesibles, capaces de ofrecer ayuda. Son
personas que los aceptan, expresan su afecto y ayudan. Esto implica considerar que los
niños tienen, además de necesidades biológicas, necesidades emocionales que sólo
pueden satisfacer si se les ofrece la posibilidad de establecer vínculos afectivos estables e
incondicionales. Las necesidades afectivas son tan primarias como las biológicas, como lo
ha reconocido la psicología en las últimas décadas.
— Derecho a
ser aceptado y estimado independientemente de su sexo, raza,
minusvalía, rendimiento, conducta y cualquier otra característica personal o social. La
autoestima forma parte de la salud psíquica y es un elemento fundamental de seguridad
emocional. Las figuras de apego deben aceptar incondicionalmente a sus hijos y la
sociedad en general no debe discriminar a ningún niño.
— Derecho a disponer de una amplia red de relaciones sociales que le permita establecer
relaciones de amistad con los iguales, formar parte de asociaciones sociales y sentirse en
comunidad. Los vínculos de amistad, la interacción con iguales y los grupos sociales son
básicos para el adecuado desarrollo social del niño.
— Derecho al reconocimiento de sus intereses y las manifestaciones de la conducta
sexual propias de su edad; así como a ser respetados por los adultos de forma que no sean
sujetos de abuso de una u otra forma a partir de la condición de menores. Los niños
tienen intereses sexuales que expresan en conductas de autoexploración, juegos y
preguntas. Estas manifestaciones deben ser respetadas. Los adultos no pueden
instrumentalizar a los niños para satisfacer sus propias necesidades sexuales, porque ello
conlleva efectos traumáticos para los niños y de ocurrir, deben tener drásticas sanciones
sociales y penales.
— Derecho a sentirse protegido de los peligros imaginarios, siendo escuchado,
comprendido y adecuadamente apoyado. Los niños fantasean numerosos peligros. Es
importante que los puedan expresar, que sean comprendidos y apoyados con palabras y
manifestaciones de afecto que les den tranquilidad.
— Derecho a ser un participante activo de acuerdo a su edad, en la familia, la escuela y
la sociedad en general. Los niños tienen capacidades que deben ser respetadas y tenidas
en cuenta en todas las decisiones en las que están afectados dentro de la familia, la
escuela y la sociedad en general.
Fuente básica de información: El desarrollo social y afectivo en los niños de primer ciclo básico. Tesis,
Universidad Mayor, Santiago, 2004. Por Mónica Álvarez F., María M. Becerra V., y Fabiola E. Meneses S.
Profesor Guía: Bartolomé Yankovic N.
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Declaración Universal de los Derechos del Niño (Naciones Unidas, 1989)
1.
El niño disfrutará de todos los derechos enunciados en esta declaración. Estos
derechos serán reconocidos a todos los niños sin excepción alguna ni distinción o
discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión opiniones políticas
o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra
condición, ya sea del propio niño o de su familia.
2.
El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y
servicios, dispensado de todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda
desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente, en forma saludable y
normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con
este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior
del niño.
3.
4.
El niño tiene derecho desde su nacimiento a un nombre y a una nacionalidad.
5.
El niño física o mentalmente impedido o que sufra algún impedimento social debe
recibir el tratamiento, la educación y el cuidado especiales que requiere su caso
particular.
6.
El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, necesita amor y
comprensión. Siempre que sea posible, deberá crecer al amparo y bajo la
responsabilidad de sus padres y, en todo caso en un ambiente de afecto y de
seguridad moral y material; salvo circunstancias excepcionales, no deberá
separarse al niño de corta edad de su madre. La sociedad y las autoridades
públicas tendrán la obligación de cuidar especialmente a los niños sin familia, o
que carezcan de medios adecuados de subsistencia. Para el mantenimiento de los
hijos de familias numerosas, conviene conceder subsidios estatales o de otra
índole.
7.
El niño tiene derecho a recibir educación que será gratuita y obligatoria por lo
menos en las etapas elementales. Se le dará una educación que favorezca su
cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades,
desarrollar sus aptitudes y su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral
y social y llegar a ser un miembro útil de la sociedad.
El niño debe gozar de los beneficios de la seguridad social. Tendrá derecho a crecer
y a desarrollarse en buena salud: con este fin deberán proporcionarse, tanto a él
como a su madre, ciudadanos especiales, incluso atención prenatal y postnatal. El
niño tendrá derecho a disfrutar de alimentación, vivienda, recreo y servicios
médicos adecuados.
El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la
responsabilidad de su educación y orientación: dicha responsabilidad incumbe, en
primer término, a sus padres.
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El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deberán
estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las
autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.
8.
El niño debe, en todas las circunstancias, figurar entre los primeros que reciban
protección y socorro.
9.
El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y
explotación. No será objeto de ningún tipo de trata.
No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en
ningún caso se lo dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo
alguno que pueda perjudicar su salud o educación, o impedir su desarrollo físico,
mental o moral.
10.
El niño debe ser protegido contra las prácticas que puedan fomentar la
discriminación racial, religiosa o de cualquier otra índole. Debe ser educado en un
espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y fraternidad
universal, y con plena conciencia de que debe consagrar sus energías y aptitudes al
servicio de sus semejantes.
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