Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann Facultad de Ciencias INDUCCIÓN DE TOLERANCIA INMUNOLÓGICA EN POLLOS EMBRIONADOS Y DE 18 DÍAS DE NACIDOS, USANDO ALBÚMINA DE POLLOS Y COMPROBADA MEDIANTE INJERTO DE PIEL EN DONANTES Blgo. Víctor Gutiérrez Asmat Tacna – Perú 2003 CAPITULO I PLANTEAMIENTO Y DEFINICIÓN DEL PROBLEMA Se conoce a la Tolerancia Inmunológica, como la ausencia específica de respuesta inmune frente a un antígeno propio o extraño, inducida por el contacto previo con dicho antígeno. Es un estado activo de especificidad y de memoria. Los antígenos que inducen este estado de tolerancia se denominan tolerógenos, a fin de distinguirlos de los que provocan respuesta inmune : los inmunógenos. Se denomina tolerancia natural al estado en que es incapaz de responder a sus propias moléculas, también se le llama autotolerancia. Si este fenómeno falla se produce autoinmunidad. La tolerancia experimental es un estado de ausencia de respuesta inmune frente a un antígeno que normalmente sería inmunogénico. La tolerancia es un estado adquirido o aprendido, no innato. Se puede inducir fácil;mente en los linfocitos inmaduros y se requiere que el antígeno persista para que el estado permanezca Como antecedente citamos al Paul Ehrlich, a principios del siglo pasado quien postuló que el sistema inmune debe tener un mecanismo para evitar la formación de anticuerpos frente al propio individuo. En 1938 Traub indujo tolerancia específica vías intrauterina usando un virus. Este persistía toda la vida del animal de experimentación, el que era inapaz reproducir anticuerpos frente al virus. Burneo en 1954 postuló que el reconocimiento de lo propio por parte del sistema inmune no es algo innato, sino que debe ser aprendido durante el desarrollo embrionario y fetal : la interacción del sistema inmune en desarrollo con moléculas propias (autoantíegnos) provocaría la eliminación o activación de los clones correspondientes de linfocitos autorreactivos. 4 Experimentalmente en la década del 50 Medawer y col. Inocularon a ratoes neonatos (A) de una raza células del bazo de otra raza singénica (B). Cuando alcanzaron la madurez, se les hizo injertos de piel a los A usando piel de ratones B : éstos fueron aceptados y no hubo rechazo. Estos experimentos comprobaron la teoría de Burneo que dijo “ …los clones de linfocitos que encuentran el antígeno cuando aún son inmaduros quedas eliminados : son los clones prohibidos. ” A Burneo y a Medawer se les concedió el Premio Nobel de Medicina en 1960. Triplett, extirpaba la hipófisis a renacuajos y posteriormente al llegar a adultas ranas, les inyectaba su propia hipófisis : la rechazaban. Si por el contrario solo extirpaba la hipófisis al renacuajo y a la correspondiente rana adulta le infundía la mitad extirpada : era aceptada. Lo que ocurre durante la fase fetal y neonatal es que el indivoduo es susceptible a la tolerancia porque la mayor parte de sus linfocitos son aún inmaduros. En los animales adultos la tolerancia es más fácil de lograr, se requerirían unas cien veces más antígeno que la requeridas en los neonatos, para inducirla. La persistencia del antígeno juega un papel esencial en el mantenimiento de la tolerancia: cuando la concentración del antígeno cae de cierto umbral, se recupera la capacidad de respuesta. Ello se debe a que originan nuevos linfocitos a partir de sus precursores de los órganos linfoides primarios. Existen varios mecanismos para lograr el estado funcional de tolerancia : a) Deleción clonal : que viene a ser la eliminación física de las células autoreactivas en algún momento de su proceso de maduración. b) Aborto clonal : es el blqueo de la mauración o difernciación de la célula inmadura. c) Anergia clonal : es la inactivación funcional del linfocito maduro. d) Ignorancia clonal : clones de linfocitos T y B autorreactivas potencialmente funcionales, pero que no se llegan a 5 activarse porque el autoantígeno está en muy pequeña cantidad o está secuestrado en órganos inmunológicamente privilegiados. Para la ciencia médica, el tema de la Tolerancia Inmunológica es de suma importancia y de actualidad por mucho tiempo, especialmente en el tema de los injertos y su posterior tratamiento supresor. La investigación se planteó la siguiente hipótesis de trabajo : Comprobar y demostrar que la Tolerancia Inmunológica puede ser inducida usando albúmina de pollos de su misma raza e inoculándola a grupos de pollos embrionados(18 días ) y mantener a otro grupo control sin la inoculación. A ambos grupos y a los 15 días de nacidos se les realizaría injertos de piel. A fin de verificar rechazo del injerto o su aceptación. Asimismo se planteó el problema científico siguiente : ¿ Induicirá la albúmina de pollos inoculada en huevos embrionados con pollos de 18 días Tolerancia Inmunológica ? ¿ se comprobará la tolerancia haciendo uso de la técnica de injertos de piel, de los pollos donantes de la albúmina ?. MARCO TEORICO Tolerancia inmunológica Es el Proceso de manipulación del sistema inmunológico para que reconozca una sustancia como “propia” (es decir no extraña) con el objetivo de reducir o eliminar las reacciones frente a dicha sustancia. La tolerancia inmunológica se consigue habitualmente mediante la administración de dosis frecuentes de una sustancia problema. Con frecuencia, pero no siempre, tras un período de varios meses, la reacción inmunológica frente a la sustancia disminuye. Esta metodología es la que se ensayó en la presente investigación. 6 El término tolerancia inmunológica también hace referencia al mecanismo natural que se produce durante el desarrollo por el cual el organismo reconoce los elementos normales y suprime las reacciones inmunológicas contra él mismo. El objetivo fue el introducir el concepto de discriminación propio-no propio como una propiedad indispensable del sistema inmune necesaria para el establecimiento y mantenimiento de la tolerancia a componentes propios, y a eso apuntó el esquema de trabajo propuesto y ejecutado. Los componentes celulares de respuesta innata (por ejemplo, macrófagos, células NK, neutrófilos) y adaptativa (linfocitos B y T) utilizan diferentes receptores de reconocimiento y poseen diferentes requerimientos de activación los mecanismos de discriminación propio-no propio, que son diferentes. Se tratan de explicar con más profundidad los mecanismos de generación de los repertorios de células B y T autotolerantes. Las células B y T maduran en órganos primarios, médula ósea y timo, respectivamente. La generación de diversidad de reconocimiento en los receptores B y T impone que existan varios puntos de control que aseguren la no maduración o activación de células específicas para componentes propios. Un concepto importante es que la tolerancia debe ocurrir con mantenimiento de la diversidad de reconocimiento de los repertorios de células B y T. La generación de los receptores de células B y T ocurre por un mecanismo de recombinación de segmentos de genes al azar independiente del antígeno que ocurre en los órganos primarios donde maduran los linfocitos. Recién luego de la expresión en superficie de los receptores ocurre el proceso de control de la especificidad de los receptores y eliminación (deleción o aborto clonal) de aquellas células cuyos receptores reconocen componentes propios (tolerancia central). Es importante considerar la limitación del mecanismo en cuanto a que solo asegurará la eliminación de células específicas para 7 componentes propios que se encuentren presenten en los órganos de desarrollo de los linfocitos B y T. Por lo tanto se deduce que deben existir otros mecanismos de eliminación o inactivación de células autoreactivas que tengan lugar en los tejidos periféricos (tolerancia periférica). Es importante considerar los requerimientos de activación de los linfocitos B y T. Ambas células requieren de dos señales de activación una proveniente del antígeno y otra de una célula T cooperadora, en el caso de la célula B, y de una célula presentadora de antígeno profesional, en el caso de una célula T (teoría de la doble señal). La ausencia de segunda señal lleva a la inactivación prolongada de la célula (anergia clonal) y es la base de la tolerancia a gran parte de componentes propios presentes en los tejidos. A nivel periférico también puede darse eliminación de células autoreactivas. El mantenimiento de la tolerancia también ocurre por ignorancia inmunológica particularmente, para aquellos antígenos presentes en compartimentos anatómicos aislados a los que los linfocitos no acceden en condiciones fisiológicas normales. Aunque los mecanismos de tolerancia son eficientes no llevan a la ausencia total de células autoreactivas en la circulación y la ruptura de la tolerancia no es un fenómeno raro. Generalmente la reacción contra lo propio ocurre durante algunas infecciones y es de corta duración desapareciendo cuando el patógeno es eliminado. Las reacciones inmunológicas contra lo propio cuando se vuelven crónicas causan patologías. La regulación de la respuesta inmune como condición indispensable para el normal funcionamiento del sistema inmune, es indispensable revisarla : Se tratarán algunos de los mecanismos de regulación mejor entendidos y se han seleccionado ejemplos de mecanismos que participan en: a. inducción de la respuesta inmune. b. regulación de la respuesta inflamatoria. 8 c. conexión bidireccional entre las respuestas innata adaptativa. d. regulación de la diferenciación de las células T. e. regulación de la activación y diferenciación de células B. f. regulación de respuestas citotóxicas. y Todo esto como forma de abarcar distintos mecanismos que operan a diferentes niveles de la respuesta inmune y en diferentes sitios anatómicos involucrando la mayor parte de los componentes solubles y celulares del sistema. Algunos de esos mecanismos se pueden estudiar en el contexto de infecciones por patógenos intra o extracelulares. Las características de la respuesta inmune son el resultado del balance de diferentes señales positivas o negativas inducidas vía interacciones ligando-receptor en diferentes células del sistema inmune u otras que sin pertenecer al sistema inmune también participan en el funcionamiento del mismo de diferentes maneras, por ejemplo células del endotelio vascular o hepatocitos. Es necesario comprender la importancia de las moléculas de MHC como condicionantes del universo de "epitopes" que podrá reconocer un individuo. El papel de las citoquinas como reguladores de la respuesta inflamatoria, como moléculas que permiten una comunicación bidireccional entre las células de las respuesta innata y adaptativa y dirigen la diferenciación de las células T en subpoblaciones Th1 o Th2, que secretan patrones de citoquinas diferentes. Las citoquinas también dirigen el perfil isotípico de los anticuerpos que se secretarán y realizan dicha función durante la interacción específica entre una célula B y una célula T cooperadora (cooperación T-B). También se debe considerar la importancia de los complejos antígeno-anticuerpo en la regulación de la diferenciación de células B activadas a plasmocitos secretores de anticuerpos. Y como básico conocimiento se debe estudiar el concepto de apoptosis via interacciones Fas-Fas L como mecanismo de 9 regulación de respuestas citotóxicas mediadas por células TCD8+ durante infecciones virales. Entonces la respuesta inmune específica, tanto humoral como celular, está regulada tanto en su naturaleza como en su intensidad y duración por una serie de factores: • • • • • • • • por el antígeno (incluyendo su naturaleza, su dosis y la vía de administración) por anticuerpos por inmunocomplejos por la naturaleza de la célula presentadora por citoquinas por factores genéticos del hospedador por redes idiotípicas por regulación neuroendocrina. REGULACIÓNDE LA RESPUESTA INMUNE POR EL ANTÍGENO Según la naturaleza del antígeno • Las bacterias extracelulares, los productos bacterianos, y en general los antígenos solubles suelen inducir principalmente una respuesta humoral. Ahora bien, los antígenos polisacarídicos y lipídicos, al no poder ser ligados al MHC, no son presentados a los linfocitos TH restringidos por el MHC propio. Se ha comprobado que al menos algunos lípidos de micobacterias pueden ser asociados con moléculas CD1 y presentado a linfocitos T, por lo que no hay respuesta celular, sino que generan producción de IgM, sin memoria inmunológica ni maduración de la afinidad ( respuesta humoral timo-independiente ). • Los patógenos intracelulares provocan sobre todo respuesta celular. Si los parásitos no logran ser eliminados, pueden aparecer patologías. Cuando el antígeno es eliminado, las células T y B vuelven a reposo, por lo que el sistema inmune va disminuyendo la intensidad de su respuesta. 10 Según la dosis • Las dosis óptimas inmunogénicas dependen de cada antígeno, pero en general dosis muy altas inhiben la respuesta inmune (sobre todo porque inducen un estado específico de no respuesta en las células T y a veces en las células B). Las dosis muy altas de antígenos polisacarídicos pueden provocar tolerancia en las células B. • En algunos casos, la concentración alta de antígeno origina delección clonal de células específicas para dicho antígeno (p. ej., en ausencia de ciertos factores de crecimiento las células T activadas pueden entrar en apoptosis). Según la vía de administración • • La administración subcutánea o intradérmica suele ser inmunogénica. Pero grandes cantidades de antígeno por vía oral, venosa o como aerosol pueden provocar tolerancia inmunológica o una desviación de respuesta (en función de las subpoblaciones de TH que se activan o inhiben). Competencia entre antígenos La presencia de un antígeno determinado en una mezcla de antígenos puede provocar una gran disminución de la respuesta inmune a esos otros antígenos. Esto puede ocurrir incluso entre epitopos de una misma molécula antigénica. La posible explicación estriba en la competencia entre distintos péptidos procesados (de distintas moléculas o de la misma) por unirse al surco de las moléculas MHC, de modo que el péptido más inmunodominante se une a casi todas las MHC disponibles, evitando la unión de otros péptidos; ello evita la activación de células T que reconocen esos otros péptidos. REGULACIÓN POR ANTICUERPOS Supresión por IgG Se trata de una retrorregulación negativa basada en supresión mediada por los anticuerpos de clase IgG. El efecto puede explicarse por: 11 • hecho de que al aumentar la concentración de anticuerpos (conforme avanza la respuesta inmune) se elimina más antígeno. • Parece que al haber mayor concentración de anticuerpos libres, compiten con los receptores (mIg) de los linfocitos B para unirse al antígeno; esto origina que cada vez haya menos células B que se activan y expanden (y las que lo hacen son de mayor afinidad, algo análogo a la maduración de afinidad). • La IgG se uniría por su porción Fc al receptor Fcg RII de la superficie de las células B vírgenes, y por uno de sus brazos Fab al antígeno, que a su vez estaría engarzado a una mIg de esa célula B. Este entrecruzamiento del antígeno provocaría una inhibición del linfocitoB virgen, pero no el de memoria. Esta retrorregulación por IgG es la razón por la que a los niños no se les vacuna contra sarampión o paperas hasta que cumplen un año; el recién nacido lleva, al menos hasta el 6º mes de vida, IgG maternas. Si le administrásemos la vacuna en esta época, las IgG maternas provocarían una respuesta inadecuada, ya que inactivarían a los clones de células B específicos frente a estos agentes. Aplicación clínica: la administración de anticuerpos antiRhD a madres Rh negativas impide la sensibilización primaria debida a células Rh positivas derivadas del feto. Estos anticuerpos (suministrados en la anemia hemolítica del neonato normalmente tras el parto del primer hijo) ejercen un efecto preventivo contra la aloinmunización materna, al suprimir la acción de los clones de linfocitos B que podrían actuar en un ulterior embarazo frente a otro hijo Rh engativo. El llamado "pecado antigénico original" es la tendencia a producir, durante la respuesta secundaria (y ulteriores) anticuerpos de la especificidad que fue predominante en la respuesta primaria, a pesar de que en la entrada secundaria y ulteriores del antígeno las variantes (según los epitopos) sean diferentes a la original. La explicación es que los anticuerpos con la primera especificidad (producidos durante la respuesta primaria) 12 impiden en la respuesta secundaria la activación de linfocitos B vírgenes de nuevas especificidades. Mejora de la respuesta inmune por IgM Se ha visto que cuando se administra simultáneamente un antígeno y anticuerpos monoclonales IgM frente a dicho antígeno, se mejora la respuesta inmune. Las posibles explicaciones son: desarrollo de una respuesta anti-idiotípica a la IgM monoclonal, que amplifica la respuesta (ver más adelante el concepto de regulación por anti-idiotipos); unión de complejos inmunes Ag-IgM monoclonal a los receptores para Fc de ciertas células presentadoras, que de esta forma mejoran su capacidad de engullir, procesar y presentar el antígeno. Este efecto tiene un potencial clínico que se ha ensayado con éxito en animales de laboratorio: potencial de que la administración de IgM pueda superar el efecto negativo de la IgG materna sobre la progenie, a la hora de ciertas vacunaciones. Por ejemplo, en ratones, cuando se administran a las crías parásitos Plasmodium fijados por formol junto con IgM, se produce una buena vacunación frente a este protozoo. REGULACIÓN POR INMUNOCOMPLEJOS Los complejos Ag-Ac que surgen durante una respuesta inmune pueden mejorar o suprimir, según los casos, la respuesta inmune. El antígeno que forma parte del inmunocomplejo puede quedar entrecruzado por un brazo Fab de la mIg del linfocito B y por un brazo Fab de un Ac distinto (que reconoce otro epitopo) que forma parte del inmunocomplejo, y que está unido a la célula B por el engarce de su porción Fc a un receptor para Fc. Esto puede producir una señal inhibitoria en la ruta de los segundos mensajeros, de modo que el linfocito B entra en un estado de no respuesta. 13 Parece que en ciertos tumores malignos se desarrollan inmunocomplejos circulantes que suprimen la respuesta inmune de los pacientes. PAPEL DE LAS CÉLULAS PRESENTADORAS EN LA REGULACIÓN Una célula presentadora profesional suele generan las dos señales (incluida la coestimulatoria) para activar al linfocito al que presenta el péptido procesado. Precisamente el papel de los coadyuvantes, suele ser el de inducir en las APC grandes niveles de MHC y moléculas coestimulatorias (B7), con lo que facilitan y potencian la respuesta inmune. Pero si la célula presentadora no es profesional, y carece del tipo de molécula que genera la señal coestimulatoria (B7 e ICAM-1), se induce tolerancia. La importancia de las APC de la piel se puede comprobar por contraste: si se irradia de forma permanente la piel con rayos UV-B se provoca una disfunción generalizada de sus APC (células de Langerhans, células dendríticas dérmicas, macrófagos), que conduce a que no se pueda inducir una respuesta inmune. PAPEL DE LAS CITOQUINAS SECRETADAS SUBPOBLACIONES DE CÉLULAS T CD4+ POR LAS FACTORES GENETICOS La capacidad de respuesta inmune depende del fondo genético de cada individuo. Mediante experimentos genéticos se ha determinado la existencia de genes (llamados en general Ir) que condicionan o modulan la respuesta inmune. Algunos de ellos están ligados al complejo MHC, mientras que otros residen fuera de esa zona. Influencia del complejo MHC El polimorfismo de secuencias MHC que cada individuo hereda de sus padres tiene una profunda influencia sobre la capacidad de unirse a péptidos, y como consecuencia, sobre la activación de los linfocitos T. 14 Existen varios ejemplos en los que se ha podido correlacionar un determinado haplotipo con la susceptibilidad o resistencia a ciertos patógenos o a ciertas enfermedades autoinmunes. El que determinados haplotipos condicionen una mayor sensibilidad a determinado agente puede explicarse por dos tipos de mecanismos: • durante la selección intratímica determinado clon de linfocitos puede quedar deleccionado por su capacidad de reconocer auto-péptidos en el surco de MHC; luego, en la vida adulta, ciertos péptidos del patógeno resultan ser parecidos a los autopéptidos, por lo que no podrán ser presentados ni servir para activar los linfocitos T (huecos en el repertorio). • unión más o menos buena de ciertos péptidos derivados del patógeno en el surco del juego particular de moléculas MHC del individuo. Genes no ligados al complejo MHC Se han descubierto unos 10 genes que controlan la capacidad de respuesta global del organismo a antígenos complejos. Algunos afectan a la capacidad del macrófago para procesar antígeno y a su actividad microbicida. Otros afectan a la tasa de proliferación de células B. Evidentemente, la ausencia de cualquier gen determinante de alguna función esencial en el sistema inmune puede condicionar fenotipos patológicos: p. ej., los mutantes incapaces de fabricar la proteína C3 del complemento muestran gran susceptibilidad a infecciones bacterianas y a enfermedades por complejos inmunes. SUPRESION POR CELULAS T Cuando se administra a un animal grandes dosis de un antígeno, se vuelve incapaz de responder a ese antígeno (se dice que se hace tolerante. 15 En los años 70 se demostró que tal estado de tolerancia se podía transferir de un animal a otro singénico simplemente por transfusión de linfocitos T, lo que llevó a postular la existencia de una población de células supresoras especializadas, denominadas linfocitos TS. Ahora bien, aunque el fenómeno de supresión es real, no hay apoyos experimentales serios como para defender la existencia de unos linfocitos supresores especializados. Entonces, ¿cuál es la explicación de esta supresión por células T? • La supresión puede deberse, en algunos casos, a linfocitos T clásicos. En algunos sistemas experimentales la supresión puede explicarse por el efecto citotóxico de linfocitos T CD8+: sobre células productoras de IL-2 y otras citoquinas, por lo que se deprime tanto la respuesta humoral como la celular. • Existen indicios (al menos en ratas) de que las células CD4+ de tipo TH2 realmente son capaces de regular el sistema inmune. • Recientemente se ha visto un tipo de supresión por linfocitos TC de fenotipo CD4+ (restringidos por MHC-II), que pueden matar selectivamente células presentadoras de antígeno, como linfocitos B. Existe evidencia de que parte del sida depende de la muerte selectiva de estos linfocitos CD4+ que tienen MHC-II en su membrana. REDES INMUNO-NEURO-ENDOCRINAS Debido a su complejidad, la inmunología aún no está bien estudiada en cuanto a su interrelación con la neurología y endocrinología. Desde hace muchos años existen observaciones clínicas que indican a factores psicosociales pueden influir en la susceptibilidad del individuo a enfermedades infecciosas o autoinmunes. Actualmente existe evidencia de comunicación tridireccional entre sistema inmune, sistema nervioso y sistema endocrino. 16 • Ratones sometidos a confinamiento diario, durante 1 hora, en una caja pequeña, son incapaces de recuperarse de la inoculación de una dosis de virus Sendai que en los ratones normales es subletal. • ratas sometidas a estrés de luz, de ruidos o a frecuentes manipulaciones producen menos concentraciones de anticuerpos cuando se les inocula eritrocitos de carnero. Monos separados de sus familias o compañeros experimentan una disminución en las respuestas mitogénicas de sus linfocitos. • • Las respuestas mitogénicas de los linfocitos también quedan mermadas en humanos en épocas de estrés ( un examen ) El sistema nervioso central puede influir de varias formas sobre el sistema inmunitario: • el sistema simpático puede afectar directamente a ciertos linfocitos, o puede influir indirectamente sobre el tránsito linfocitario al regular el suministro de sangre a los órganos linfoides. • Ciertas hormonas pituitarias (como la GH, endorfinas y encefalinas) pueden actuar directamente sobre linfocitos y monocitos/macrófagos. • La ACTH (otra hormona pituitaria) influye sobre la corteza suprarrenal, induciéndole la producción y liberación de corticoides, que pueden deprimir el sistema inmune. El sistema nervioso autónomo, especialmente el simpático, inerva a órganos linfoides primarios y secundarios: • Fibras adrenérgicas que terminan en el estroma de la médula ósea y en la corteza y médula del timo. • En el adulto, las fibras adrenérgicas inervan las áreas T de bazo y ganglios. En el bazo, el 99% de las fibras entran en el manguito linfoide periarteriolar (PALS), donde hacen contactos con células T y células dendríticas interdigitantes. 17 De hecho parece que los linfocitos del PALS reciben estímulos de noradrenalina, para la que poseen receptores adecuados. En los ganglios las fibras son particularmente densas en el plexo subcapsular, pero algunas llegan a la médula a través de las cuerdas medulares. Los linfocitos de la corteza del ganglio reciben estímulos a -adrenérgicos y dopaminérgicos. El sistema nervioso central (SNC) puede actuar sobre el sistema endocrino, que a su vez influye sobre el sistema inmune. A su vez, el sistema inmune puede influir sobre los otros dos sistemas: • Ante una situación de estrés (miedo, hambre, daño físico, etc.) el hipotálamo hace que la hipófisis anterior libere hormona adrenocorticotropa (ACTH), la cual actúa sobre la corteza de las cápsulas suprarrenales para que a su vez liberen glucocorticoides (como la hidrocortisona). • Estos glucocorticoides tienen efectos de inmunosupresión (inhibiendo a los linfocitos TH1 y a los macrófagos). La raza LEW de rata es muy susceptible a encefalitis alérgica experimental. Dicha raza produce bajos niveles de corticosteroides. Parece que los estrógenos hacen que las mujeres sean en general más activas en su respuesta inmune que los hombres (producen más niveles de anticuerpos y resisten mejor las infecciones), pero en cambio son más susceptibles a enfermedades autoinmunes. En unos pocos casos los contraceptivos pueden llegar a inducir síntomas parecidos a los del lupus eritematoso sistémico. Se ha visto que, bajo ciertas condiciones, los linfocitos y leucocitos mononucleares producen ACTH, pero no se sabe exactamente cuál pueda ser su significado funcional. • El estudio reciente de los factores psicológicos que inciden sobre las respuestas inmunes abre el camino a una nueva especialidad, la Psicoinmunología: • En animales de laboratorio se puede llegar condicionamiento respecto de la respuesta inmune. 18 a un • • En el ratón se ha logrado inmunosupresión condicionada: durante cierto tiempo, cada vez que administramos una droga inmunosupresora, damos al ratón un estímulo condicionante. Al cabo del tiempo, si sólo damos el estímulo, comprobamos que el ratón deprime su respuesta inmune, aunque no le hemos administrado la sustancia inmunosupresora. En humanos igualmente existen datos que indican posibilidad de condicionamiento mental: muchas mujeres en tratamiento de cáncer de ovario, antes de ir a su sesión habitual de quimioterapia, disminuyen su respuesta inmune. Pero por otro lado, una actitud mental adecuada puede suponer una ayuda. Hay datos que indican una mayor esperanza de vida en pacientes cancerosos o sidosos que han adoptado estrategias cognitivas positivas. CAPITULO II MATERIAL 2.1 Y PROCEDIMIENTO Diseño de Estudio Es un estudio experimental ( Caso control). En el primer grupo se aplicará el factor de riesgo, para luego medir y en el otro, no se va aplicar el efecto solo se va medir el efecto. Lo que se va realizar es compara este efecto en ambos grupos. 2.2 Población Se utilizó un grupo de huevos de gallina embrionadas y otro grupo de quince días de nacidos: Grupo A: Grupo Experimental Se utilizó 10 huevos con pollos embrionados. Grupo B: Grupo Control y 10 pollos de quince días de nacidos( grupo A) e inoculados con albúmina, tras la experiencia de inoculación 19 2.3 Métodos e Instrumentos. 1. Se procedió a incubar 40 huevos de gallina 2. Se formaron dos grupos de 20 huevos cada uno. 3. Se obtuvo plasma sanguíneo aviar por punción intracardiaca. 4. Se aisló la albúmina por centrifugación y se la preparó al 50 % con solución salina fisiológica. 5. Al primer grupo : a los 18 días de incubación se lo inoculó con albúmina sérica de gallinas adultas : 1 ml a cada huevo. 6. Al segundo grupo, se lo dejó continuar con la incubación hasta los 21 dias. 7. Se denominó al primer grupo : Grupo experimental, y al segundo, Control. 8. A la semana de vida al grupo experimental, se le injertó piel de las gallinas donantes de la albúmina inoculada. 9. A la semana de vida al grupo control, se le injertó piel de gallinas donantes. 10. Se trató de seguir estrictamente las reglas quirúrgicas para injertos. 11. Se anotaron las observaciones particulares pre y posinjerto. 12. Se usó penicilina G, profiláctica a fin de evitar las infecciones. La siguiente fórmula fue usada para calcular la dosis (en gr.) de administración de la albúmina utilizada en la experimentación: Proteína total deseada en g/L - proteína total actual en g/l) x Volumen plasmático en L x 2 (el volumen plasmático fisiológico es aprox. 40 ml/kg de peso corporal). La velocidad de infusión se ajustó a cada animal y a cada indicación. La velocidad de infusión de referencia fue de 1 a 2 ml/min. Para el caso no debe sobrepasar una velocidad de infusión de 30 ml/min. La solución debe ser previamente llevada a temperatura ambiente si se ha almacenado bajo refrigeración. 20 No se usaron soluciones turbias que presentaron depósitos. Después de abierto el frasco, el contenido fue usado dentro de las 3 horas siguientes. Toda solución no utilizada fue descartada CAPITULO III RESULTADOS CUADRO Nº 1 FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UNJBG Pollos adultos según grupo de trabajo por inoculación de 1 ml de albúmina sérica y éxito del procedimiento 2003 GRUPO ÉXITO DE LA INCOCULACIÓN DE 1ml TOTAL DE DE ALBUMINA HUEVOS SI NO INOCULADOS Nº % Nº % A 15 75 20 100 B Fuente: Bioterio de la FACI 5 25 20 0 0 20 21 GRÁFICO Nº 1 FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UNJBG Pollos adultos según grupo de trabajo por inoculación de 1 ml de albúmina sérica y éxito del procedimiento 2003 120 SI NO 100 PORCENTAJE DE HUEVOS INOCULADOS 100 75 80 60 40 25 20 0 0 A B GRUPOS DE EXPERIMENTACIÓN Fuente: Cuadro Nº 1 CUADRO Nº 2 FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UNJBG Pollos adultos supervivientes según grupo de trabajo 2003 SUPERVIVENCIA GRUPO DE SI NO TRABAJO Nº % Nº A B 13 86.67 2 20 100.00 0 Fuente: Bioterio de la FACI 22 % TOTAL DE VIABLES 13.33 15 0.00 20 GRÁFICO Nº 2 FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UNJBG Pollos adultos supervivientes según grupo de experimentación 2003 120 100 SUPERVIVIENTES (%) 100 86,67 80 60 40 13,33 20 0 0 A B GRUPO DE EXPRIMENTACIÓN SI NO Fuente: Cuadro Nº 2 CUADRO Nº 3 FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UNJBG Pollos adultos supervivientes según grupo de trabajo resultado de Post Cirugía 2003 RESULTADO DECIRUGIA TOTAL DE CON SIN SUPERVIVIENTES INFECCION GRUPO NOVEDAD BACTERIANA "A" "B" Nº % Nº % Nº % 7 53.85 6 46.15 13 100 25.00 20 100 15 75.00 5 Fuente: Bioterio de la FACI 23 GRÁFICO Nº 2 FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UNJBG Pollos adultos supervivientes según grupo de experimentación 2003 80 75 70 RESULTADO DE CIRUGÍA 60 53,85 50 46,15 40 30 25 20 10 0 A B GRUPO DE EXPERIMENTACIÓN SIN NOVEDAD CON INFECCIÓN BACTERIANA Fuente: Cuadro Nº 3 CUADRO Nº 4 FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UNJBG Pollos adultos supervivientes según grupo de trabajo y que presentaron signos de la Tétrada de Celso - Inflamación 2003 24 TETRADA DE CELSO GRUPO DE TRABAJO A B Entrodermia Alza De T º Nº Nº % 100 100 7 15 Edema % 5 71,43 12 80,00 Nº % 2 40,00 4 33,33 Sensibilidad al dolor Nº TOTAL % 3 42,86 8 53,33 Nº Fuente: Bioterio de la FACI GRÁFICO Nº 4 FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UNJBG Pollos adultos supervivientes según grupo de trabajo y que presentaron signos de la Tétrada de Celso - Inflamación 2003 53,33 TETRADA DE CELSO SENSIBILIDAD 42,86 33,33 EDEMA 40 B A 80 ALZA DE T º 71,43 100 ENTROTERMIA 100 0 20 40 60 80 PORCENTAJE DE CASOS Fuente: Cuadro Nº 4 25 100 120 % 7 100,00 15 100,00 CUADRO Nº 5 FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UNJBG Pollos adultos supervivientes según grupo de trabajo post rechazo del injerto de piel 2003 RECHAZO GRUPO SI Nº "A" TOTAL NO % 2 Nº 28.57 5 15 100.00 0 "B" Fuente: Bioterio de la FACI % 71.43 7 0.00 15 GRÀFICO Nº 5 FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UNJBG Pollos adultos supervivientes según grupo de trabajo post rechazo del injerto de piel 2003 120 100 R E C H A Z O (%) 100 80 71,43 60 40 28,57 20 0 A B GRUPO DE EXPERIMENTACIÓN SI Fuente: Cuadro Nº 5 26 NO CUADRO Nº 6 FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UNJBG Pollos adultos supervivientes según grupo de trabajo por Infiltración celular observada en casos de rechazo final: coloración de Wright 2003 P REDOMI NI O GRUPO DE TRABAJO INFILTRADO LINFOCITARIO INFILTRADO LINFOCITARIO INFILTRADO POLIMORFONU MONONUCLEAR CLEAR INFILTRA TOTAL Nª % Nª % Nª % Nª % Nª % "A" 5 71.43 1 14.29 0 0.00 1 14.2857 7 100 "B" 11 73.33 0 0.00 1 6.67 3 20.0000 15 100 Fuente: Bioterio de la FACI 27 GRÁFICO Nº 6 FACULTAD DE CIENCIAS DE LA UNJBG Pollos adultos supervivientes según grupo de trabajo por Infiltración celular observada en casos de rechazo final: coloración de Wright 2003 80 73,33 71,43 PREDOMINIO DE INFILTRACIÓN (%) 70 60 50 40 30 20 20 14,28 14,29 6,67 10 0 0 0 A B GRUPO DE EXPERIMENTACIÓN LINFOCITARIO LINFOCITARIO POLIMORFO Fuente: Cuadro Nº 6 28 MONONUCLEAR INFILTRA CAPITULO IV DISCUSION Se justifica el uso de la albúmina porque a semejanza para el caso de albúmina humana, se pueden usar soluciones de albúmina de bajo o alto porcentaje de antigenicidad según el uso que se le dé. La función más importante de la albúmina es mantener la presión coloidal osmótica (COP). La medida de la COP o la estimación indirecta del contenido total de proteína se deben usar para el cálculo de la dosificación. El límite generalmente válido de COP es de 20 mmHg. DISCUSION DE LA TOLERANCIA INMUNOLOGICA OBSERVADA DESPUES DE LA EXPERIMENTACION El mismo antígeno (albúmina) puede actuar algunas veces como un inmunógeno (que inmuniza) y, en otras ocasiones, como un tolerógeno (que induce un estado de tolerancia hacia sus determinantes). La tolerancia inmunológica es la falta de respuesta del sistema inmunitario contra un antígeno que ha sido reconocido previamente. La tole rancia observada pudo ser ( tabla 5 ) : (1) natural, como es el caso de los vertebrados que no responden contra todos sus antígenos propios o (2) inducida, como en los experimentos que logran eliminar la respuesta del sistema inmunitario contra un solo antígeno extraño en particular. La tolerancia inducida casi nunca es completa y por lo general desaparece después de cierto tiempo. La tolerancia inmunológica inducida siempre es específica porque sólo implica la falta de respuesta contra un solo antígeno. Los individuos que se vuelven tolerantes contra un antígeno, están sanos y tienen completo su sistema inmunitario. Ellos no pierden su capacidad 29 para reconocer otros antígenos extraños y pueden responder contra sus determinantes. En este sentido la tolerancia se distingue de la inmunosupresión (que compromete la respuesta inmune contra todos los antígenos, que por lo tanto no es específica y que puede ser provocada por diversos agentes físicos o químicos). La tolerancia observada post injerto también fue una condición inmunológica diferente a la de la falta de respuesta de los linfocitos de individuos con inmunodeficiencias congénitas o adquiridas (que son enfermedades del sistema inmunitario). Numerosos investigadores, se han propuesto numerosas hipótesis para explicar la tolerancia inmunológica, que para el caso de la experimentación también nos sirve. La falta de una respuesta inmune contra todos los antígenos propios (tolerancia natural) probablemente se debe a mecanismos que eliminan, anergizan o suprimen la respuesta de los linfocitos T autorreactivos. Las bases moleculares de esos mecanismos continúa siendo motivo de muchas discusiones. La falta de una respuesta inmune, en los casos observados de no rechazo contra un solo antígeno extraño (tolerancia inducida) probablemente depende de mecanismos que son diferentes a los responsables de la tolerancia natural. Esos mecanismos deben ser estimulados experimentalmente. Así por ejemplo, la tolerancia contra un solo antígeno extraño se puede provocar experimentalmente administrándolo en varias dosis muy grandes o muy pequeñas. También, se puede inducir tolerancia mediante inyecciones intratímicas de un solo antígeno extraño. La tolerancia también se puede inducir administrando el antígeno por vía oral o también introduciéndolo al organismo durante el período fetal de la vida de un animal. 30 Por lo general, sólo bajo condiciones experimentales, se puede lograr que el reconocimiento de un antígeno extraño induzca una respuesta inmunitaria negativa o tolerancia. En estos casos, se pierde total o parcialmente la inmunogenicidad de una molécula. La tolerancia inmunológica natural contra los antígenos propios se adquiere durante la vida embrionaria,- por esta razón de inoculó albúmina a los huevos embrionados, - probablemente a través de mecanismos diferentes. En estos casos, en el timo ocurre una selección negativa de los linfocitos autorreactivos después que reconocen los antígenos propios. Pero hay que añadir que los linfocitos T autorreactivos son eliminados por apoptosis, a través de señales que, probablemente, requieren la presencia de la proteína Fas y su ligando FasL, así como la activación de las enzimas que poseen el "dominio muerte". La muerte intratímica de los linfocitos autorreactivos provoca la tolerancia inmunológica natural contra los antígenos propios. La pérdida de la tolerancia contra los antígenos propios se denomina autoinmunidad. Desde hace tiempo y con una finalidad terapéutica se ha tratado de inducir un estado de tolerancia inmunológica permanente hacia los antígenos de los tejidos transplantados (para que no sean rechazados) y también hacia los antígenos que provocan reacciones de hipersensibilidad, particularmente alergias. Los antígenos extraños inoculados con la administración de la albúmina extraña, fue candidato a convertirse en tolerógeno. En otros casos han sido administrados a dosis muy bajas durante periodos prolongados, como es el caso de las "vacunas" aplicadas para desensibilizar pacientes alérgicos. En otras circunstancias, como en el caso de las artritis autoinmunes experimentales, se ha tratado que los ratones 31 recuperen la tolerancia inmunológica hacia los antígenos de sus articulaciones, administrando por vía oral o nasal antígenos análogos (colágena bovina, por ejemplo) para provocar una depresión de la respuesta inmune contra la colágena propia. Las enfermedades más frecuentes relacionadas con el sistema inmunitario son las que cursan con : - inmunodeficiencia ( desnutrición y Sida ), - las enfermedades infecciosas, - las alergias y - las enfermedades autoinmunitarias (lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoidea, esclerosis múltiple, miastenia gravis, diabetes Mellitus tipo I, vasculitis, etc.). Para comprender estos resultados, es necesario conocer los mecanismos subyacentes a los fenómenos autoinmunitarios y para ello es indispensable comprender los mecanismos de tolerancia inmunológica. Desde una perspectiva molecular, nuestros resultados se explican dado que, el Sistema Inmunitario es un conjunto de moléculas que tienen como función reconocer formas moleculares y dentro de estas moléculas de reconocimiento están los Anticuerpos (Ac) y el receptor del linfocito B (RCB), el Receptor del Linfocito T (RCT) y las Moléculas de Histocompatibilidad (HLA). El repertorio inmunológico potencial del organismo humano supera en varios órdenes de magnitud al repertorio de antígenos presentes en la naturaleza. El número potencial de anticuerpos producidos por los linfocitos B es de 10102 y el número potencial de Linfocitos T es de 10163, mientras que el número de genes de la especie humana es del orden de 105 y el número de antígenos en la naturaleza está entre 106 y 107. Esto significa que potencialmente cualquier individuo tendría la capacidad de reconocer la mayoría, si no todos, de los antígenos presentes en la naturaleza, tanto los propios (autoantígenos) como los extraños. 32 Sin embargo, el linfocito T está conminado a recocer determinantes antigénicos (epítopos o sencillamente péptidos) acoplados a moléculas HLA en la superficie de células presentadoras de antígenos (CPAs) como los macrófagos, las células dendríticas y el linfocito B4 . Los LB son estimulados directamente por los antígenos, mientras que los LT son estimulados por CPAs que procesan los antígenos a péptidos lineales y los expresan junto con moléculas HLA. Teniendo en cuenta que cada individuo de la especie humana tiene en promedio un potencial para expresar 6 moléculas HLA I y 16 moléculas HLA II diferentes, y que cada una de estas moléculas puede acoplar 1000 y 2000 péptidos naturales respectivamente5, la capacidad de las CPAs de presentar péptidos a los linfocitos T es de apenas 40000, lo cual reduce de manera importante el repertorio potencial de linfocitos T (restricción por HLA). Por otra parte, la activación de los linfocitos B está condicionada por dos eventos, la presencia de un antígeno particular y la interacción directa membrana-membrana o indirecta (citoquinas) entre el linfocito B y el linfocito T. De esta manera el repertorio inmunológico real del individuo humano se ve reducido, de manera importante, a un orden de magnitud entre 104 y 105. Con esta restricción, el ser humano no es capaz de reconocer la totalidad de los antígenos presentes en la naturaleza, y aún más, no es capaz de reconocer la totalidad de sus autoantígenos. Esta incapacidad del sistema Inmunitario para reconocer a ciertos antígenos (propios o extraños) se conoce, hoy en día, como ignorancia inmunológica, esto es lo que finalmente explica los resultados de no rechazo del injerto de piel ( tabla 5,6). La convivencia entre el sistema inmunitario y los autoantígenos de un individuo dado deben mirarse entonces desde dos ángulos diferentes; la capacidad del organismo para reconocer ciertos autoantígenos y no rechazarlos (tolerancia) y la incapacidad del organismo para reconocer ciertos autoantígenos (ignorancia). Un organismo puede convivir con sus propios tejidos teniendo en cuenta las apreciaciones anteriores y sin ser rigurosos en cuanto al mecanismo operante ( ignorancia o tolerancia ). 33 MECANISMOS RESPONSABLES POR LA AUSENCIA RESPUESTA INMUNE FRENTE A LOS AUTOANTÍGENOS DE Con base en el repertorio seleccionado de linfocitos T, en la individualidad genética (HLA) y dada la dependencia del linfocito B por el linfocito T, cada individuo tendrá una capacidad de presentar y reconocer antígenos limitada. De esta manera cuando un individuo se enfrenta a un antígeno propio o extraño tendrá dos posibilidades, reconocerlo o no; en el primer caso, el individuo tendrá la opción de montar o no una respuesta inmunitaria; en el segundo caso, el individuo no montará una respuesta inmunitaria. Los procesos responsables por la inmunidad y la tolerancia dependen de estas posibilidades. Ignorancia frente a antígenos por no reconocimiento o no exposición La ignorancia clonal debe verse desde dos ángulos diferentes, se ignora porque no se tiene la capacidad de reconocimiento de un antígeno particular, o se ignora porque no se está expuesto a dicho antígeno. En ambos casos es de esperar que no se monte una respuesta inmunitaria. La tolerancia inmunológica por su parte es un proceso activo mediante el cual se reconoce un antígeno propio o extraño y no se le adecúa una respuesta inmunitaria. Teniendo en cuenta las anteriores posibilidades, la ausencia de respuesta inmunitaria frente a un autoantígeno puede ser debida a un mecanismo de tolerancia inmunológica o a un mecanismo de ignorancia inmunológica. En el caso de tolerancia inmunológica, el individuo reconoce al autoantígeno y no elabora respuesta inmunitaria ( mecanismos de tolerancia ) y en el caso de ignorancia inmunológica, el individuo no monta respuesta porque no reconoce al autoantígeno o porque el sistema inmunitario no tiene acceso al auto antígeno. De igual manera la autoinmunidad puede resultar de un mecanismo de respuesta inmunitaria convencional, en vez de tolerancia, una vez el autoantígeno ha sido reconocido. 34 El fenómeno autoinmunitario entonces puede considerarse como un proceso fisiológico mediante el cual el sistema inmunitario colabora con la remoción de detritos tisulares (autoantígenos) resultantes del recambio normal de los tejidos o durante la inflamación. Los auto anticuerpos naturales existen en todos los individuos de la especia humana y se caracterizan por ser del isotipo IgM, de baja afinidad, con tendencia a dar reacciones cruzadas y con poca capacidad patogénica. Por su parte, la enfermedad autoinmunitaria debe considerarse como un proceso patológico mediante el cual el sistema inmunitario responde de una manera exagerada a los autoantígenos produciendo linfocitos T y autoanticuerpos patógenos, específicos para los autoantígenos, de alta afinidad y del isotipo IgG. Mecanismos involucrados en la tolerancia inmune Tanto la tolerancia inmunológica (proceso activo dependiente del reconocimiento antigénico) como la ignorancia inmunológica (proceso pasivo independiente del reconocimiento antigénico), responden por la ausencia de respuesta inmunitaria, en condiciones normales, a los autoantígenos. A pesar de la distinción anterior, al hablar de tolerancia inmunológica frecuentemente se mencionan eventos relacionados más con la ignorancia clonal, esto se debe a que tradicionalmente el concepto de autotolerancia era el único tenido en cuenta al explicar el porque los individuos no montan respuesta inmunitarias a sus propios tejidos. Es decir, el concepto de ignorancia clonal aparece apenas recientemente en la literatura. La tolerancia es un proceso que ocurre tanto en los linfocitos T como en el linfocito B, para ambos existe una forma de tolerancia central, en los órganos linfoides primarios y una periférica en los órganos linfoides secundarios y en los tejidos periféricos. 35 Linfocito T y su papel en la Tolerancia Inmunològica ( tabla 4 y 6 ) Los procesos responsables por el establecimiento de la tolerancia central de los linfocitos T ocurren en el timo y están relacionados principalmente con la selección negativa de los timocitos. A su paso por el timo los precursores de los linfocitos T (timocitos), son inducidos a proliferar y a diferenciarse en células T, para ello es indispensable la expresión del RCT y la selección positiva, mediante la cual de un repertorio enormemente grande de linfocitos se escogen sólo aquellos que expresan un RCT capaz de interactuar adecuadamente con las CPA del timo (a través de HLA y péptidos tímicos). De esta manera todos los timocitos seleccionados positivamente tendrán la posibilidad de interactuar con las CPAs del individuo (restricción por HLA), de ser estimulados por estas y de elaborar una respuesta inmunitaria frente a los antígenos extraños. Este nuevo repertorio seleccionado también tendrá células capaces de responder con baja afinidad o con alta afinidad a los autoantígenos expresados en la superficie de las CPAs del individuo. Las primeras células, autorreactivas de baja afinidad, no son problema porque dada la eventualidad de encontrarse con los autoantígeno respectivos, la probabilidad de activarse y montar una respuesta es mínima. La situación para las últimas células, autorreactivas de alta afinidad, es opuesta porque dada la eventualidad de encontrarse con los autoantígenos respectivos, la posibilidad de activarse y montar una respuesta es viable. Para disminuir esta posibilidad, el timo realiza una selección negativa, mediante la cual los timocitos que interactúan fuertemente con los péptidos y las CPAs tímicas son inducidos a una muerte celular apoptótica. Esta selección negativa, si bien es cierto, disminuye de manera importante el número de timocitos autorreactivos, no es la función esencial del timo, como si lo es la selección positiva que garantiza producir un buen número de linfocitos T, capaces de elaborar un repertorio inmunológico que responda a las 36 continuas agresiones causadas por los microorganismos patógenos, es decir, que haga al huésped inmune. Por esta razón la selección positiva prima sobre la selección negativa. Todos los individuos presentan linfocitos T autorreactivos fuera del timo por varias razones: - Los autoantígenos para los cuales ellos son específicos no se expresan en el timo. - Los autoantígenos para los cuales ellos son específicos se encuentran en el timo pero en concentraciones bajas. - Las CPAs del timo no presentan adecuadamente dichos autoantígenos. - La selección positiva prima sobre la selección negativa - Los Timocitos autorreactivos son de baja afinidad. Si bien es cierto que fuera del timo existen linfocitos T autorreactivos, éstos no montan, en condiciones normales, una respuesta a sus autoantígenos respectivos por dos mecanismos: - ignorancia clonal y - tolerancia. Los LT autorreactivos ignoran a sus autoantígenos respectivos en las siguientes situaciones: - Los LT no tienen acceso al tejido donde se en- cuentran los autoantígenos. - La concentración tisular del antígeno es baja. - Las CPAs tisulares no presentan el antígeno. - Las CPAs tisulares expresan bajos niveles de moléculas HLA. - Los LT autorreactivos ( infiltrados linfocitarios ) una vez reconocen a sus autoantígenos respectivos pueden volverse tolerantes por varios mecanismos : - deleción clonal - aborto clonal - anergia clonal - supresión clonal 37 La Deleción clonal La deleción clonal es un mecanismo responsable tanto por la tolerancia central (selección negativa en el timo) como periférica de los linfocitos T. El mecanismo responsable por ésta es la apoptosis inducida por la estimulación antigénica de los timocitos o de los linfocitos T autorreactivos en la periferia. En este último caso intervienen los receptores asociados a la muerte celular relacionados con el gen fas y con el receptor del factor de necrosis tumoral. La Anergia clonal La anergia clonal ocurre frecuentemente en los tejidos periféricos y consiste en la incapacidad de respuesta por parte de un linfocito una vez este ha sido estimulado por su antígeno específico. Este linfocito es activado por el antígeno de una manera inadecuada o en ausencia de señales co-estimulatorias y entra en un estado refractario del cual sólo sale después de un periodo de tiempo prudente y de una estimulación y co-estimulación adecuadas. Las células dendríticas además de procesar y presentar antígenos a los linfocitos T, expresan ciertas moléculas (CD 80, CD 86, CD 40L) o productos celulares (IL-12), que actúan como señales alternas o co-estimulatorias indispensables para la activación adecuada de dichas células T. Su expresión depende de los estímulos por parte de citocinas pro-inflamatorias (IL-1, TNF-alfa, IFN gama) o ciertos productos bacterianos (patrones moleculares) que interactúan con receptores similares a Toll, los cuales indican a la célula dendrítica sobre el peligro inminente en que se encuentra el tejido injuriado. De esta manera, si un tejido es lesionado, se producen mensajeros que alertan a las células dendríticas y éstas a su vez disparan la respuesta de los linfocitos T. En ausencia de peligro las células dendríticas pueden presentar antígenos ( autoantígenos ) pero sin señales alternas lo cual se traduce en una ausencia de respuesta por parte de la célula T. 38 La Supresión clonal La supresión clonal es un proceso activo mediante el cual un factor externo (citocinas, linfocitos u otras células) frenan la respuesta de una célula autorreactiva una vez esta es estimulada por el respectivo auto-antígeno. La supresión clonal depende de moléculas solubles (citocinas) o de contactos célula-célula (CTLA-4 _ CD 80). Las células T regulatorias son células CD4+, CD25+ con alta afinidad para ciertos auto-antígenos que escapan la selección negativa en el timo, gracias a su interacción con células epitelio reticulares medulares, van a los órganos linfoides secundarios y frenan las repuestas inmunitarias de linfocitos estimulados por sus respectivos auto-antígenos. La protección del individuo contra la auto agresión también es mediada a través de estas células T auto regulatorias, las cuales tienen una muy alta capacidad de inhibir respuestas inmunitarias potencialmente auto lesivas. Varios modelos animales han podido demostrar el papel de las células t regulatorias. Estas son generadas en el timo durante los tres primeros días vida, periodo durante el cual la timectomía ocasiona un déficit de las mismas (CD25+, CD4+) con el desarrollo de desórdenes auto inmunitarios severos y la subsiguiente corrección del proceso autoinmune generado mediante la adición de éstas. Linfocito B y su papel en la tolerancia inmunmològica ( tabla 3,4,6 ) Reiteramos que las células B y T maduran en órganos primarios, médula ósea y timo, respectivamente. La generación de diversidad de reconocimiento en los receptores B y T impone que existan varios puntos de control que aseguren la no maduración o activación de células específicas para componentes propios. Un concepto importante es que la tolerancia debió ocurrir con mantenimiento de la diversidad de reconocimiento de los 39 repertorios de células B y T. La generación de los receptores de células B y T ocurre por un mecanismo de recombinación de segmentos de genes al azar independiente del antígeno que ocurre en los órganos primarios donde maduran los linfocitos. Recién luego de la expresión en superficie de los receptores ocurre el proceso de control de la especificidad de los receptores y eliminación (deleción o aborto clonal) de aquellas células cuyos receptores reconocen componentes propios (tolerancia central). En este punto es importante considerar la limitación del mecanismo en cuanto a que solo asegurará la eliminación de células específicas para componentes propios que se encuentren presenten en los órganos de desarrollo de los linfocitos B y T. Por lo tanto se hipotetiza que deben existir otros mecanismos de eliminación o inactivación de células autoreactivas que tengan lugar en los tejidos periféricos (tolerancia periférica). Aquí es importante considerar los requerimientos de activación de los linfocitos B y T. Ambas células requieren de dos señales de activación una proveniente del antígeno y otra de una célula T cooperadora, en el caso de la célula B, y de una célula presentadora de antígeno profesional, en el caso de una célula T (teoría de la doble señal). La ausencia de segunda señal lleva a la inactivación prolongada de la célula (anergia clonal) y es la base de la tolerancia a gran parte de componentes propios presentes en los tejidos. A nivel periférico también puede darse eliminación de células autoreactivas. El mantenimiento de la tolerancia también ocurre por ignorancia inmunológica particularmente, para aquellos antígenos presentes en compartimentos anatómicos aislados a los que los linfocitos no acceden en condiciones fisiológicas normales. Aunque los mecanismos de tolerancia son eficientes no llevan a la ausencia total de células autoreactivas en la circulación y la ruptura de la tolerancia no es un fenómeno raro. Generalmente la reacción contra lo propio ocurre durante algunas infecciones y es de corta duración desapareciendo cuando el patógeno es 40 eliminado. Las reacciones inmunológicas contra lo propio cuando se vuelven crónicas causan patologías. En el caso del linfocito B la situación es diferente, a nivel central el proceso de deleción clonal en la médula ósea no es tan intenso como en el timo para el LT, sin embargo una buena parte de linfocitos B autorreactivos mueren en la médula ósea por apoptosis(Deleción clonal) una vez reconocen sus autoantígenos, otros salen de la medula ósea y van a la periferia y después de un tiempo entran en apoptosis (aborto clonal). Este mecanismo apoptótico ha sido descrito sólo para linfocitos B y consiste en la inducción de una muerte celular programada debida a la estimulación antigénica de estas células a su paso por la medula ósea, este LB no sufre deleción en la medula ósea, pero disminuye la expresión de su receptor antigénico, circula por la sangre, no entra a los órganos linfoides secundarios y termina en apoptosis varias semanas después de salir de la medula ósea. Como la tolerancia central para los linfocitos B no es tan intensa, los linfocitos B autorreactivos son más abundantes que los linfocitos T autorreactivos. No obstante, dado el papel regulatorio de los linfocitos T CD 4 sobre la producción de anticuerpos por parte de los linfocitos B, muchos de los LB autorreactivos no responden a sus respectivos autoantígenos por la ausencia de una actividad colaboradora de los LT. Es decir, como no hay tantos LT autorreactivos, muchos de los LB autorreactivos se mantienen tolerantes. En resumen, muchos linfocitos T autorreactivos mueren dentro del timo, otros no interactúan con los autoantígenos respectivos y los restantes se tornan tolerantes a estos. Un número menor de linfocitos B autorreactivos muere en la médula ósea, y los restantes salen a la periferia donde no responden a sus autoantígenos respectivos debido a la ausencia de una señal auxiliar emitida por el linfocito T específico para dicho antígeno. 41 Esta señal no se da, bien porque no exista este LT, o porque existiendo éste ignora al autoantígeno, o se ha tornado tolerante. Se entiende por regulación de la respuesta inmune como otra de las propiedades que posee el sistema inmune y que es necesaria para su normal funcionamiento. Los mecanismos de regulación son muy complejos y no se conocen completamente. Bajo el término regulación de la respuesta inmune suelen incluirse todos aquellos mecanismos que participan: en la inducción de la respuesta inmune, en la conexión bidireccional entre las respuestas innata y adaptativa, en las características cuali y cuantitativas de la respuesta inmune y en la limitación de la respuesta inmune. Básicamente puede verse a los mecanismos de regulación como el balance final de diversas interacciones moleculares con efectos redundantes, sinérgicos o antagónicos. Para entender los mecanismos de regulación es necesario tener presente: la distribución compartimentalizada y dinámica de los componentes del sistema inmune, la importancia de los patrones de migración diferentes de células vírgenes y de memoria, la especialización celular en cuanto a funciones y secreción de factores solubles (por ej. citoquinas), la importancia de la modulación de los receptores de superficie para dichos factores, el papel de la apoptosis como mecanismo de mantenimiento de la homeostasis, entre otros aspectos funcionales del sistema inmune. TOLERANCIA INMUNOLÓGICA A LA EXPERIENCIAS OBTENIDAS AL PROYECTO DE INVESTIGACION LUZ DE FINALIZAR LAS EL Si la Tolerancia Inmunológica es la ausencia específica de respuesta inmune frente a un antígeno, ya sea propio o extraño, inducida por el contacto previo con dicho antígenom entonces se trata de un estado activo (no es una simple ausencia de respuesta), dotado de especificidad y de memoria. 42 Los antígenos que inducen este estado de tolerancia se denominan tolerógenos, para distinguirlos de los que provocan respuesta inmune (inmunógenos). La tolerancia se puede desarrollar de un modo natural, como cuando un animal en desarrollo se vuelve incapaz de responder a sus propias moléculas (autototolerancia). Cuando este sistema falla, se producen patologías por autoinmunidad. La tolerancia inducida experimentalmente es un estado de ausencia de respuesta a un antígeno que normalmente sería inmunogénico. Para ello, como veremos, el antígeno ha de ser administrado bajo ciertas condiciones. Propiedades de la inducción experimentación Se explican las observaciones conceptos : • • • • de la tolerancia en la a la luz de los siguientes La tolerancia es un estado adquirido ("aprendido"), no innato, que se induce más fácilmente en linfocitos inmaduros, que se induce cuando no hay señal coestimulatoria, y que requiere que el antígeno persista para que dicho estado permanezca. A continuación desarrollaremos cada uno de estas propiedades de la inducción de la tolerancia, aludiendo a experimentos históricos que fueron revelando estos aspectos. 1) La tolerancia es un estado aprendido o adquirido • A principios de siglo, mucho antes de los experimentos sobre la tolerancia, Paul Ehrlich postuló que el sistema inmune debía tener un mecanismo para evitar la formación de anticuerpos frente al propio individuo (a esto lo bautizó con el nombre latino de horror autotoxicus). • • En 1938 Traub indujo en ratones tolerancia específica a cierto virus al inocular dicho virus intrauterinamente. El virus persistía toda la vida del animal, que era incapaz de producir anticuerpos frente a dicho patógeno. En 1945 Owen describió un "experimento de la naturaleza" en terneros dizigóticos que habían compartido la misma 43 placenta: durante su fase fetal se habían intercambiado células hematopoyéticas (células madre), de modo que cada uno llevaba no sólo los marcadores de sus propias células sanguíneas, sino los de su hermano (son quimeras genéticas desde el punto de vista de sus células sanguíneas). Estos terneros podían aceptar sin problemas transfusiones del otro, sin montar una respuesta inmune. • En 1951 Peter Medawar demostró que este tipo de gemelos también podían aceptar injertos de piel uno del otro. • Tras estas observaciones, Burnet y Fenner propusieron que el momento del primer encuentro entre el sistema inmune y el antígeno era clave a la hora de determinar la capacidad del sistema inmune de reconocer al antígeno como no-propio. Burnet (1954) postuló que el reconocimiento de lo propio por parte del sistema inmune no es algo innato, sino que debe ser aprendido durante el desarrollo embrionario y fetal: la interacción del sistema inmune en desarrollo con moléculas propias (autoantígenos) provocaría la eliminación o inactivación de los clones correspondientes de linfocitos autorreactivos. • En los años 50 Medawar y colaboradores pusieron a prueba experimental esta hipótesis. A ratones neonatos de una raza (llamémosla raza A) le infundieron células de bazo de otra raza singénica (raza B). Cuando los ratones A alcanzaron la madurez, les fueron realizados injertos de piel de la raza B, que fueron aceptados sin rechazo. Esto se acomodaba en la teoría de la selección clonal de Burnet: los clones de linfocitos que encuentran el antígeno cuando aún son inmaduros quedan eliminados ("clones prohibidos"). [A Burnet y a Medawar les fue concedido el premio Nobel en 1960 por estos descubrimientos]. 2) La tolerancia se induce mejor en linfocitos inmaduros • Triplett sometió a prueba la teoría de Burnet de que el aprendizaje de lo propio se realiza durante el desarrollo fetal. Extirpaba la pituitaria a renacuajos, y posteriormente, al llegar a fase de ranas adultas, les 44 inyectaba su rechazaban. propia pituitaria, comprobando que la • En cambio, si sólo extirpaba la mitad de la pituitaria al renacuajo, y a la correspondiente rana le infundía la mitad extirpada, comprobaba que la aceptaba. • Lederberg (1959) sugirió que el factor clave en determinar la capacidad o no de respuesta estriba en el grado de madurez de los linfocitos, y no la fase de desarrollo del individuo: los linfocitos inmaduros que contactan con el antígeno son sometidos a "aborto clonal", mientras que las células maduras montan una respuesta inmune. Lo que ocurre durante la fase fetal y neonatal es que el individuo es susceptible a la tolerancia porque la mayor parte de sus linfocitos son aún inmaduros. En los animales adultos la tolerancia es más difícil de lograr (se requieren cantidades de antígeno 100 veces superiores que las de los neonatos). 3) La distinción entre inmunidad y tolerancia depende de que el linfocito reciba o no una señal coestimulatoria • Este punto fue propugnado en 1970 por Brestcher y Cohn. • La evidencia experimental llegó en los años 80, con los experimentos de Lafferty y colaboradores: injertos de islotes pancreáticos eran aceptados cuando se eliminaban del hospedador células presentadoras profesionales que son las que normalmente suministran la segunda señal (coestimulatoria). 4) El mantenimiento de la tolerancia depende de la persistencia del antígeno • La persistencia del antígeno juega un papel esencial en el mantenimiento de la tolerancia: cuando la concentración del antígeno cae por debajo de cierto umbral, se recupera la capacidad de respuesta. • Ello se debe a que se originan nuevos linfocitos a partir de sus precursores de los órganos linfoides primarios. Factores que afectaron la tolerancia experimental 45 Los principales factores que afectaron la tolerancia experimentalmente inducida son el estado del antígeno, su dosis y vía de entrada, y el estado de los linfocitos. 1) Vía de entrada Las rutas de entrada que mejor inducen tolerancia son las de administración oral y la intravenosa. La tolerancia oral puede que haya evolucionado para evitar reacciones contra proteínas ingeridas necesarias para la nutrición. Ciertos remedios aborígenes caseros se aprovechaban empíricamente de este hecho. Los indios norteamericanos solían comer hígado de ciervo para evitar reacciones contra la hiedra tóxica. El ciervo se alimenta de esta planta; al comer su hígado, se introduce vía oral el componente antigénico, lo que inducía tolerancia a éste (el problema es que esto puede ocasionar hipersensibilidad en la mucosa digestiva, a veces fatal). La administración intravenosa tiene más probabilidades de inducir tolerancia que la subcutánea. 2) Estado del antígeno Los antígenos solubles inducen mejor la tolerancia que los particulados. Parece que ello se debe a que cuando son engullidos por las células presentadoras, éstas no se activan, por lo que no expresan moléculas coestimulatorias como la B7. Cuando estas APC presentan el antígeno a los linfocitos T, éstos no reciben esa segunda señal, lo que induce el estado de anergia clonal. Este hecho se está intentado aprovechar a la hora de diseñar vacunas contra alergias o enfermedades autoinmunes, administrando formas solubles del alergeno o autoantígeno. 3) Dosis del antígeno Dosis muy altas o muy bajas del antígeno pueden inducir estado de tolerancia, existiendo lo que se denomina como zona de tolerancia a dosis bajas y zona de tolerancia a dosis altas. Por lo tanto, a la hora de la vacunación es esencial ajustar correctamente las dosis para lograr el efecto deseado. La existencia de la zona de tolerancia a dosis bajas se puede aprovechar clínicamente para la desensibilización alérgica: se inyecta al individuo dosis repetidas a baja concentración del alergeno para el que está sensibilizado; con ello se puede 46 inducir tolerancia a las dosis normales de dicho alergeno, evitando los síntomas de esa hipersensibilidad inmediata. 4) Susceptibilidad de las células T y B Parece ser que existe una susceptibilidad intrínseca diferente para la tolerancia en los linfocitos T y B: • las células T se vuelven tolerantes pronto y se mantienen así durante más tiempo que las células B. • Sin embargo, como la mayoría de las células B requieren in vivo la ayuda de las células T, en última instancia la respuesta humoral y su correspondiente tolerancia tendría una cinética determinada por el estado de capacidad de respuesta de los linfocitos T. Esto permite estudiar de modo directo la autotolerancia, ya que el gen introducido se expresa en fases tempranas del desarrollo, y por lo tanto podemos comprobar el efecto de que el sistema inmune entre en contacto temprano con determinadas moléculas. La proteína codificada por el gen introducido es tratada por el sistema inmune como un autoantígeno, y sus efectos se pueden estudiar sin los métodos traumáticos y llenos de artefactos que existían antes de la llegada de estas técnicas transgénicas. Desde el punto de vista de cómo se logra el estado funcional de tolerancia, se pueden distinguir varios tipos de mecanismos: • Delección clonal: eliminación física de las células (auto)reactivas en algún momento de su proceso de maduración; • Aborto clonal: bloqueo de la maduración/diferenciación de la célula inmadura; Anergia clonal: inactivación funcional del linfocito maduro. Ignorancia clonal: clones de linfocito T o B autorreactivos potencialmente funcionales, pero que no llegan a activarse porque el auto-antígeno está en muy pequeña cantidad (ejemplo: idiotipos de Ig o de TCR) o está secuestrado en órganos inmunológicamente privilegiados. • • 47 Desde el punto de vista de dónde se produce la inducción de tolerancia, se puede distinguir entre tolerancia central y tolerancia periférica. Tolerancia central: la que ocurre en los órganos linfoides primarios con los linfocitos inmaduros. Este proceso debe de estar ocurriendo continuamente, ya que también lo está la producción de linfocitos T y B. • Pero esta tolerancia central no debe de ser la única, ya que es difícil imaginar que todos los posibles auto-antígenos lleguen al timo y a la médula ósea durante la maduración de los linfocitos T y B. • Dada la gigantesca variedad de receptores que puede lograrse por los mecanismos aleatorios genéticos, cabe pensar que algunos linfocitos T y B inmunocompetentes contengan receptores para antígenos propios que no fueron presentados durante su educación (maduración). Los siguientes son los mecanismos de inducción TOLERANCIA PERIFÉRICA que hipotetizamos Para explicar finalmente todos los resultados obtenidos de 1) Tolerancia central en linfocitos T Parece ser que los autoantígenos secretados por diversos órganos y tejidos llegan al timo, donde son internalizados y presentados por macrófagos y células dendríticas a los timocitos dobles positivos (CD4+ CD8+); es aquí cuando se produce la selección negativa, en la que los clones autorreactivos son eliminados (delección clonal). El estado de diferenciación del timocito (linfocito inmaduro) es determinante para esta delección. Esto puede deberse a que en este estado inmaduro los auto-antígenos desencadenan vías de transducción de señal diferentes a las de los linfocitos T maduros. 2) Tolerancia periférica (postímica) de linfocitos T Algunas células T potencialmente autoagresivas logran escapar de la selección negativa del timo, por lo que el sistema inmune posee mecanismos para evitar su acción. En experimentos con ratones transgénicos se ha visto que existe tolerancia periférica por varios mecanismos: 48 • delección periférica de linfocitos Tc autorreactivos en órganos inmunoprivilegiados (globo ocular, ovario, testículos). Las células de estos tejidos expresan CD95L, que al unirse al CD95 del Tc le provocan la apoptosis. • anergia clonal, por ausencia de la señal coestimulatoria (cuando la APC carece de moléculas B7). 3) Tolerancia central de linfocitos B Existe evidencia de que existe tolerancia central por delección clonal de linfocitos B inmaduros (mIgM+) durante su maduración en la médula ósea. Las células B inmaduras, una vez que contactan con el autoantígeno en la superficie de células propias, detienen su desarrollo y mueren por apoptosis al cabo de 1-3 días, normalmente antes de salir de la médula. Por otro lado, los linfocitos B inmaduros que unen antígeno propio soluble quedan anérgicos, al bajar el nivel de mIgM y aumentar el de mIgD. 4) Tolerancia periférica de linfocitos B Son varios los mecanismos que se han estudiado: • Delección clonal de linfocitos B maduros en periferia (por apoptosis) al reconocer moléculas de membrana propias. • Anergia clonal cuando los receptores del linfocito B tienen un alto grado de ocupación: cuando hay altas concentraciones de un antígeno soluble monomérico, se inducen en las células B un cambio importante: baja notablemente el número de IgM de membrana. • Esto condiciona que sean incapaces de interaccionar adecuadamente con los linfocitos TH, induciéndose un estado de anergia. • Además, su vida media desciende a sólo 3-4 días, en comparación con las 4-5 semanas que dura una célula B periférica normal. La tolerancia inmunologica es una esperanza para el trasplante 49 Poder prescindir de la medicación inmunosupresora ante un trasplante es uno de los mayores retos para la medicina actual. Se destaca la posibilidad de inducir tolerancia inmunológica, una estrategia que ya se ha probado en algunos pacientes con injerto hepático, que prescinden de la inmunosupresión a los tres meses del trasplante. Inducir tolerancia inmunológica ante un trasplante sin la necesidad de emplear fármacos inmunosupresores a largo plazo es una de las esperanzas fundadas que pueden hacerse realidad en un futuro. En diversos centros de Investigación del mundo, se está avanzando en el desarrollo de protocolos que permitan a los receptores de un hígado abandonar el tratamiento sin que se presente rechazo, "ya que el organismo ha reconocido al injerto como propio". Actualmente, "además de estudios experimentales, ya existen protocolos clínicos que buscan, tras una inmunosupresión muy agresiva, eliminar la necesidad de terapia a los tres. El hígado es el órgano que más puede inducir tolerancia. Por sus características inmunológicas, el hígado es un órgano privilegiado, lo que ha permitido establecer protocolos de inducción de inmunosupresión y retirar el tratamiento posteriormente. Al decir de los investigadores sobre el tema "La tolerancia inmunológica es un campo interesante, pero no debemos olvidar que en medicina, cualquier cosa puede fracasar de pronto". Tolerancia a antígenos propios. Como venimos diciendo la tolerancia inmunológica se refiere a un estado de falta de respuesta específica para un determinado antígeno, que es inducido por la exposición previa a dicho antígeno. Aunque puede inducirse tolerancia frente a antígenos no propios, el aspecto más importante es la autotolerancia, por la que se 50 evita que el organismo desarrolle una respuesta inmunitaria contra sí mismo. El potencial para atacar a las propias células surge porque el sistema inmunitario genera al azar una gran diversidad de receptores antígeno-específicos, algunos de los cuales son autorreactivos. Las células portadoras de esos receptores deben eliminarse, funcional o físicamente. La autorreactividad se impide en virtud de procesos que tienen lugar durante el desarrollo, en vez de ser consecuencia de una programación genética. Por lo tanto, es evidente que la discriminación entre "lo propio y lo no propio" se aprende durante el desarrollo, y el yo inmunológico debe abarcar todos los epitopos codificados en el ADN del individuo; todos los demás epitopos se consideran no propios. La estructura de una molécula no determina la capacidad de distinguir entre lo propio y lo extraño. Hay otros atributos distintos de los estructurales entre los que están el momento en que los linfocitos se enfrentan por primera vez con los epitopos, el sitio de dicho encuentro, la naturaleza de las células que presentan a los epitopos y la producción por parte de éstas de moléculas coestimuladoras que influyen sobre la capacidad de respuesta de los linfocitos. Mecanismos de tolerancia centrales y periféricos La tolerancia es específica a nivel inmunitario y, por lo tanto, puede deberse a la eliminación o inactivación de los linfocitos T o B específicos para ese antígeno. La tolerancia frente a los antígenos propios es un proceso que se adquiere de forma activa o que se aprende, en la que bien se evita que los linfocitos potencialmente autorreactivos adquieren la capacidad de responder a los antígenos propios, o se les inactiva después de encontrarse con ellos. Los linfocitos inmaduros son más sensibles a la inducción de tolerancia que las células maduras. Los estadios sensibles a la 51 tolerancia de la maduración del linfocito se limitan en gran medida a los órganos linfoides generadores: el timo para las células T y la médula ósea para las células B. Los antígenos presentes, normalmente en estos órganos son antígenos propios, porque los antígenos extraños que penetran desde el ambiente externo son capturados y presentados a los órganos linfoides periféricos, como los ganglios linfáticos y el bazo. Por lo tanto, los linfocitos inmaduros se encuentran normalmente sólo con antígenos propios, con lo que los clones de linfocitos cuyos receptores sean específicos para estos antígenos propios se volverán tolerantes. A este proceso se le ha llamado también "tolerancia central". Este proceso asegura que los linfocitos que alcanzan la madurez funcional, dejan los órganos linfoides generadores y pueblan los tejidos periféricos, estén libres de clones que puedan responder a antígenos propios. Los linfocitos autorreactivos que escapan de este proceso de selección y maduran, pueden inactivarse después como resultado del encuentro con antígenos propios en condiciones que favorezcan la tolerancia en lugar de la activación. Estos procesos tienen lugar en los tejidos periféricos y se llaman por ello " tolerancia periférica". Los principales mecanismos de la tolerancia en los clones de linfocitos específicos para el antígeno son la eliminación clonal y la anergia clonal. Tanto la eliminación como la anergia, son inducidas por la unión de los antígenos a sus receptores específicos. La tolerancia frente a proteínas propias se debe principalmente a la eliminación o anergia de los linfocitos T reactivos frente a ellas. Debido a que las respuestas de anticuerpos frente a los antígenos proteícos depende de las células T cooperadoras, la tolerancia de la célula T puede ser suficiente para evitar la producción de anticuerpos. 52 Las células B específicas para antígenos protéicos propios pueden sobrevivir si los antígenos están presentes a concentraciones bajas, pero estas células B serán incapaces de producir anticuerpos de alta afinidad si las células T cooperadoras específicas se eliminan o son anérgicas. Sin embargo, las proteínas propias son capaces de inducir tolerancia en la célula B si están presentes a concentraciones elevadas. Además los antígenos propios que no dependen de la célula T, como los polisacáridos y los glucolípidos, deben inducir directamente la tolerancia de la célula B. Los linfocitos T con un TCR de baja o intermedia avidez por el complejo MHC-péptido propio, se seleccionan positivamente y maduran hacia linfocios T CD4+ ó CD8+. Aquellos linfocitos cuya TCR interacciona con alta avidez por el complejo MHC-péptido propio, morirán, es decir se producirá una selección negativa. El segundo mecanismo de autotolerancia en las células T es la tolerancia periférica (extratímica). Se cree que la tolerancia periférica es un mecanismo de seguridad que mantiene la tolerancia, incluso aunque algunas células T autorreactivas se escapen de la selección negativa en el timo, maduren y entren en los tejidos periféricos. La tolerancia periférica puede ser también el principal mecanismo de tolerancia de la célula T frente a antígenos específicos de tejidos que no están presentes en el timo. Un mecanismo probable es que los antígenos propios induzcan anergia clonal en la célula T porque sean presentados a las células T por APC deficientes en coestimuladores, es decir, estaría ausente la segunda señal para la activación. Ignorancia o silencio inmunológico: la mayoría de las células parenquimatosas de los tejidos periféricos, normalmente no expresan CPH-II, ni tampoco moléculas de adhesión. Tampoco las células endoteliales que las rodean expresan niveles altos de moléculas de adhesión. Hay pues, una circulación linfocitaria reducida, en condiciones normales y además los autoantígenos aparecen en forma no inmunógena. 53 Otro mecanismo puede ser que algunas APC (células veto) produzcan señales negativas o inhibidoras a las células T, que den lugar a tolerancia en lugar de activación. En el repertorio de clones B circulantes hay muchos más clones autorreactivos que entre los linfocitos T. Los linfocitos B no sufren en la médula ósea una selección negativa tan rigurosa como los LT en el timo y de hecho se postula que la autorreactividad B de baja afinidad es normal. El mecanismo de la hipermutación somática puede, además, generar autoanticuerpos de alta afinidad. Los clones autorreactivos permanecen inactivos en gran medida por ausencia de linfocitos T cooperadores, aunque esta falta de células T puede ser superada cuando un autoantígeno se une a un antígeno extraño que pueda activar a los LT. A nivel central (Médula ósea), el principal mecanismo de tolerancia es la delección clonal. Para que un autoantígeno induzca la delección de los linfocitos B deberá expresarse abundantemente en la membrana celular, lo que produce la multimerización del receptor que en ausencia de segunda señal determinará la apoptosis de los LB. A nivel periférico, el mecanismo fundamental es la anergia clonal. Las células B anérgicas se caracterizan por expresar IgD de membrana normal, pero con una marcada reducción de IgM de membrana. Basta conocer que los fetos expresan antígenos paternos alogénicos para la madre pero la localización anatómica del feto es un factor determinante en la ausencia de respuesta por parte de la madre. El trofoblasto y el resto de tejido fetal de la placenta no expresa MHC de clase II o de clase I clásicos y evita la respuesta mediada por linfocitos T (Th y Tc). Para no sufrir la acción de las NK, las células trofoblásticas expresan una molécula parecida a la MHC de clase I denominado HLA-G. También existen citocinas y moléculas inhibidoras de origen fetal (TGF-beta y alfa-proteína). En ocasiones esta tolerancia falla, como son los casos de la anemia hemolítica del recién nacido (madre Rh-, feto Rh+) o la 54 neutropenia neonatal neutrófilos fetales). isoinmune (contra el CD16 de los Otro ejemplo de tolerancia es el que se establece en las mucosas oral y digestiva en relación a las múltiples moléculas con potencial capacidad antigénica presente en la microbiota y en los alimentos. En este caso interviene por un lado la memoria inmunológica más corta que existe en el sistema inmune asociado a las mucosas. FUNDAMENTACION SOBRE EL RECHAZO tabla 5 ) OBSERVADO ( El rechazo del tejido trasplantado en el trabajo de investigación se puede predecir y explicar por la presencia de la molécula del Complejo Mayor de histocompatibilidad HLA-G Diversos investigadores en transplantes encontraron y reportan la presencia de la molécula de histocompatibilidad HLA-G en biopsias de trasplantes de corazón siendo ésta predictiva de rechazo, según José Peña, jefe de Servicio de Inmunología del Hospital Reina Sofía, de Córdoba, que ha explicado la relación entre genes CMH no clásicos y la tolerancia inmunológica. Al respecto debe oportunidad : tenerse - Existen quimioteràpicos vasculopatía en injertos. en que cuenta previene para el una próxima rechazo y la - Los fármacos antiproliferativos evitan el rechazo crónico cardiaco - Las moléculas enzimáticas reducen el rechazo en trasplante cardiaco Bases Moleculares en la Explicación Subrayo la importancia del conocimiento de las bases moleculares y celulares de la tolerancia inmunológica que puede conducir a la afectación específica de un órgano trasplantado, 55 "no a una afectación genérica que induciría la muerte del individuo por un tumor, una infección u otras causas que no son la del rechazo del implante. De ahí el interés por seguir investigando sobre el tema : tolerancia inmunológica". Las moléculas de histocompatibilidad, que tradicionalmente se han relacionado con la personalidad biológica, son las responsables del rechazo y regulan la respuesta inmune, aquí la excepción son las moléculas "no clásicas" HLA-G y HLA-E, que son moléculas que no reúnen condicionamientos de presentación antigénica primaria. Se conoce desde hace mucho que "la molécula HLA-G estaría presente en las células trofoblásticas encargadas de proteger al feto del sistema inmune de la madre, así como la HLA-E, que tiene elementos protectores". Tolerancia de las células NK Todos los inmunólogos coinciden en que "El mensaje sería la necesidad de introducir una tolerancia NK" y los trabajos deben orientarse a medir las moléculas de HLA-G tanto en biopsias de trasplantes del órgano como en suero de trasplantados". He aquí una de nuestras mayores limitaciones en el ámbito universitario peruano. Investigadores han estudiado biopsias, el fenómeno de no rechazo se incrementaba ante la presencia de la molécula HLAG; y también en el análisis del suero, al medir la HLA-G5 soluble, se ven dos patrones electroforéticos en los trasplantados: uno plano, de bajo nivel de esa molécula desde el principio al final, y otro patrón en el que durante la primera semana hay un aumento del HLA-G5, seguido de un descenso y un plateau. Lo que falta hasta ahora es estudiar si esto se relaciona tratamiento, pero lo cierto es analiza en biopsia de corazón, afirmar si, todavía se tiene que con fenómenos de rechazo o de que cuando la molécula HLA-G se es predictiva de rechazo. Factores que afectaron a la tolerancia experimental 56 Los principales factores que afectaron a la tolerancia experimentalmente inducida son el estado del antígeno, su dosis y vía de entrada, y el estado de los linfocitos. 1) Vía de entrada Las rutas de entrada que mejor inducen tolerancia son las de administración oral y la intravenosa. La tolerancia oral puede que haya evolucionado para evitar reacciones contra proteínas ingeridas necesarias para la nutrición. Ciertos experiencias con, remedios aborígenes caseros se aprovechaban empíricamente de este hecho. Los indios norteamericanos solían comer hígado de ciervo para evitar reacciones contra la hiedra tóxica. Se conoce que el ciervo se alimenta de esta planta; al comer su hígado, se introduce vía oral el componente antigénico, lo que inducía tolerancia a éste (el problema es que esto puede ocasionar hipersensibilidad en la mucosa digestiva, a veces fatal). La administración intravenosa tiene más probabilidades de inducir tolerancia que la subcutánea. 2) Estado del antígeno Los antígenos solubles inducen mejor la tolerancia que los particulados. Parece que ello se debe a que cuando son engullidos por las células presentadoras, éstas no se activan, por lo que no expresan moléculas coestimulatorias como la B7. Cuando estas APC presentan el antígeno a los linfocitos T, éstos no reciben esa segunda señal, lo que induce el estado de anergia clonal. Este hecho se está intentado aprovechar a la hora de diseñar vacunas contra alergias o enfermedades autoinmunes, administrando formas solubles del alergeno o autoantígeno. 3) Dosis del antígeno Dosis muy altas o muy bajas del antígeno pueden inducir estado de tolerancia, existiendo lo que se denomina como zona de tolerancia a dosis bajas y zona de tolerancia a dosis altas. 57 Por lo tanto, a la hora de la vacunación es esencial ajustar correctamente las dosis para lograr el efecto deseado. La existencia de la zona de tolerancia a dosis bajas se puede aprovechar clínicamente para la desensibilización alérgica: se inyecta al individuo dosis repetidas a baja concentración del alergeno para el que está sensibilizado; con ello se puede inducir tolerancia a las dosis normales de dicho alergeno, evitando los síntomas de esa hipersensibilidad inmediata. 4) Susceptibilidad de las células T y B Parece ser que existe una susceptibilidad intrínseca diferente para la tolerancia en los linfocitos T y B: las células T se vuelven tolerantes pronto y se mantienen así durante más tiempo que las células B Sin embargo, como la mayoría de las células B requieren in vivo la ayuda de las células T, en última instancia la respuesta humoral y su correspondiente tolerancia tendría una cinética determinada por el estado de capacidad de respuesta de los linfocitos T. 58 CONCLUSIONES 1. La albúmina sérica de pollos adultos induce Tolerancia inmunológica cuando se la inocula a pollos embrionados de 18 días. 2. Los injertos de piel deben guardar las reglas quirúrgicas de asepsia a fin de disminuir las infecciones post injerto. 3. El rechazo celular del tejido injertado fue mayormente a predominio linfocitario. 4. Se induce tolerancia inmune cuando se sensibiliza a los pollos en estado embrionario. 5. El sistema inmune no rechaza el injerto de piel, cuando lo reconoce en estado embrionario, al inocularle antígenos. 6. La explicación de los acontecimientos inmunes compleja y de mucha actualidad. es muy 7. la tolerancia es una esperanza para los transplantes, dado que con ella se podrá prescindir de la medicación inmunosupresora de tedioso uso en la actualidad. 59 BIBLIOGRAFIA 1. BROSTOFF, MALE.& ROITT. Inmunología (5ª ed.), 2000. Harcourt Brace. 2. FUNDERBERG HUG, STILES DANIEL. Inmunología Clínica. Editorial el Manual Moderno S.A. Mexico. 1990. 3. PAUL. 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