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FORMACIÓesI (O lO GI [,1
ASPECTOS PENALES DEL JUEGO PATOLÓGICO
Mónica Moragues Ibáñez
RESUM EN El término juego patológico o ludopatía ya es conocido por la mayor parte de la población, pero no se conocen los problemas
que puede conllevar, especialmente los legales. En muchas ocasiones la gravedad del trastorno lleva a cometer actos ilegales para conseguir
dinero con el que financiar la adicción.En este artículo se plantean, en primer lugar, cuales son los delitos nor malmente asociados y cual es
la evolución del jugador hasta llegara dicha situación.En segundo lugarse describen las similitud es con otras conductas adictivas para pasar
posteriormente a analizar tanto las consideraciones legales como la perit ación ps icológica al res pecto.
PALABRASCLAVE Juego patológico,adicción,peritación psicológica,imputabilidad, semiimputabilidad, capacidad cognitiva, capacidad volitiva,
eximente, atenuante.
ABSTRACTThe term pathological gamblingor ludopathy is already known by most people, but the problems that it may cause are ignored,
especially the legal ones. The seriousness of the disease often leads to commit ilegal actions in order to get the money to support the
addiction. In this article,firstly, crimes usually associated and which is the evolution of gambler up to that situation are explained.Then, the
pape r describes the similarit ies to other addictive behaviors and analyses both legal consideratons an d the psychological valuation on this
manero
KEY W ORDS Pathological gambling, addiction, psychological valuation, irnputability, sem i-imputability, cognitive capability, volitive capability,
exemption, attenuating.
- - - - - 1.·
INTRODUCCiÓN
8. Se cometen actos ilegales, como fa lsiftcación, frau de, robo
o abuso de conftanza, para ftnanciar el juego.
El DSM-/V ( 1994) establece los siguientes criterios para el
diagnóstico de juego patológico:
A. Comportamiento de juego desadaptativo, persistente y
recurrente, como indican cinco o más de los siguientes ítems:
l. Preocupación por el juego (p.ej., preocupación por revivir
experiencias pasadas de juego, compensar ventajas ent re
competidores o planiftcar la próxima aventura, o pensar
formas de conseguir dinero con el que jugar).
2. Necesidad de jugar con cantidades crecientes de dinero
para conseguir el grado de excitación deseado.
3.Fracaso repetido de los esfuerzos para controlar,interrumpir
o detener el juego.
4. Inquietud o irritabilidad cuando intenta interrumpir o
detener el juego.
5. El juego se utiliza como estrategia para escapar de los
problemas o para aliviar la disforia (p.ej.,sentimientos de
desesperanza, culpa, ansiedad, depresión).
6. Después de perder dinero en el juego, se vuelve otro día
para intentar recuperarlo (tratando de cazar las propias
pérdidas).
7. Se engaña a los miembros de la familia, terapeuta y otras
personas, para ocultar el grado de implicación en eljuego.
9. Se han arriesgado o perdido relaciones interpersonales
significativas, trabajo y oportunidades educativas o
profesionales debido al juego.
10. Se confía en que los demás proporcionen dinero que
alivie la desesperada situación ftnanciera causada por el
juego.
B. El comportamiento del juego no se explica mejor por la
presencia de un episodio maníaco.
Como vemos, el trastorno es extr emadamente incapacitante y
lleva a un fra caso en la capacidad de obtener o ma ntener la
solvencia económica, o en proporcionar el apoyo básico para
unomismoo para la propia familia. Los problemas característicos
son la pérdida del trabajo debido a las ausencias para poder
jugar, los desfalcos o las deudas, alteración de las relaciones
familiares , obtención del dinero a través de fu entes ilegales,
fraude , robo y evasión de impuestos.
Los delitos no suelenser de carácter violento (en general suelen
ser delitos contra la propiedad) y la intención consciente es
devolver o restituir el dinero,hipotéticamente,cuando lo recupere
en un golpe de fortuna.
Los delitos asociados a lostrastornos delcontrol de los impulsos
se originan por la conituenaa de dos factores. Por un lado la
Psicóloga. Gabin et e de Psicología EIOOS - Alican te.
E·mail: mmi@ozu .es
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TEM ES D ' ESTUDI
ASPE CTOS PENALE S DEL JUEGO PATOLÓGICO
MO NJe l\ ,\\ O J(¡\ c u r s IllAÑ l Z
intensa impulsividad existente y por el otro, debido al precario
control noético, lo que da lugar a la existencia de actos en
"cortocircuito"en los que no existe ladeseable regulación volitiva
(Cabrera y Fuertes, 1994).
Para Leiseur ( 1984; citado por Esbec y Delgado, 1998) los
jugadores tienden a convertirse en maestros de la conducta
precriminal. En un principioeljugador patológico podrá delinquir
para solventar sus deudas u obtener dinero para reiterar sus
inversiones en pos de una recuperación de anteriores pérdidas,
haciéndolo de entrada sin ánimo ni conciencia delictiva, al no
tener intención de substraer, sino más bien de tomar prestado,
ya sea en la (amilia, ya sea en el trabajo, A medida que se
adentra en su personal espiral constrictiva de implicación en el
juego,para el que cada vez tiene menos recursos, en tanto que
adquiere progresivamente mayores deudas y compromisos, el
jugadorpierde lacapacidad de gobernar su conductade acuerdo
con la moral establecida e incfuso sus propios principios. El
jugador compulsivo explota a su (amilia. ya sea bien desviando
los fondos a el/a destinados, o biencogiendo dinero o vendiendo
joyas o bienes del patrimonio familiar;explota a la empresa,no
sólo en concepto de tiempo (retrasos, absentismos, etc.), sino
también efectuando apropiaciones indebidas o realizando
operaciones financieras fraudulentas .Atrapado en su juego el
ludópata puede efectuar estafas o robos callejeros con
intimidación.Todo dependeráde sus personales circunstancias.
Sujetos cuya conducta no habíatransgredido nunca las mínimas
normas de la moral tradicional. se sorprenden a sí mismos
delinquiendoy arrastrando a menudo profundos remordimientos
al respecto, no sólo por la envergadura del delito o de la ioha,
sino por el mero hecho de haber delinquido. Haber empeñado
unamedal/ita de laesposa,auncuando niel/a se haya percatado
de el/o, puede sumir al jugador en un estado de abatimiento
del que no sabe salir sino jugando. No será hasta estadios
avanzados de su ludopatía que abandone la fantas ía de poder
reparar conganancias deljuego los perjuicios que ha ocasionado
a terceros.Una vez que eljugador compulsivo ha tomado plena
conciencia de su dependencia y se ha propuesto solventarla
mediante el oportuno tratamiento. en la medida que se vaya
recuperando podrá ir asumiendo de forma progresiva sus
responsabilidades.Como todo dependiente necesitará encontrar
comprensión y apoyo (riesgo de suicidio); pero también le
resultará terapéutico hacer frente personalmente a los
compromisos. siempre y cuando éstos no sean inasequibles y/o
de cumplimiento inmediato. Al jugador no debe cancelársele
unadeuda, pero síadecuar su reparación alritmo que requieran
las circunstancias del sujeto. Pretender que alguien supere una
conducta dependiente teniendo ante síuna montañade asuntos
espinosos por resolver es irreal, además de antiterapéutico.
Nadie se siente motivado para acometer una empresa imposible.
y bastantedificil se le antoja alludópata su propia recuperación.
Para las reparaciones es necesario darles tiempo, o de lo
contrario se vería abocado a su antigua cacería, sintiendo ahora
la urgencia del juego para poder pagar.
2. Juego patológico como conducta adictiva
Actualmente la mayor ía de autores cons idera la ludopatía una adicción debid o a las semeja nzas co n la dependen cia a drogas . Entre las ca racterísticas comu nes de la ludopatfa y adicción a drogas se encuentran: la depend encia
físico -psí quica, la pérd ida de control sobre el co nsumo o
actividad y la vulnerabilidad subje tiva del indiv iduo afectado al poder ad ictivo de una y otra actividad . RodríguezMarta s ( 1987) seña la los siguientes aspectos comunes de l
j uego patológico con respecto a otras drogas:
l . La semejan za de las reacciones psicol ógicas tra s el
CO I/S U II/O de una sustancia psicoactiva o la ejccu ci án
de la co nducta dejuego en eljugador patol ágico .
2. La exist encia de fact ores de personalidad
las distintas co nductas adi ctivas.
CO /l/ U II CS
a
3. El so lapa m ien to de los mundos sociales de los bebcdores exce si vos y de los jugadore s pat ol ogico s (bare s.
pub s , ct c. )
4. La aparicián COI( jUIlf(/ o secuencial. (juc se da
frecuencia, de amb os tipo s de problemas.
CO I/
cierta
5. La pérdida de control sobre una actividad qu e al comient o resulta lúdica o de rclaci án social.
6. El deterioro gradual en el ámbito laboral yfamiliar y
una cvo luci án CO I/ m uchas recaidas
7. El rechazo o m inusvaloraci ón de la existencia del problcnia, que sup onen un gran obst áculo para la terap ia ,
8. La similit ud de las pautas de conducta en la obstinencia y en la rccaida ,
9. El papel de los grupos de autoayuda el/ el tra tamiento .
lO. El \'(/ 10 1' de la terapia de grupo en los programas espccia lizado s.
11. El papel de los c.\' pacientes en el tra tamient o de los
alcoh álico s. hcro inonumos y jugad ores patol ágico s.
En los j ugadores patológicos el juego actúa como un tóxico
crea ndo una dep endencia cada vez mayor y. en co nsec uencia. síndrome de abstinencia q ue lleva en ocasiones a cometer actos delictivos con el único fin de conseg uir dinero
para seguir j ugando.
Se podría considerar que la diferencia fundamental (a parte
de la falta de sustancia en el caso de la ludopatía) radica en
la ex istencia de síndrome de abstinencia en la adicción a
drogas. que no aparece en el juego patológico. Frente a
esto se han descrito cuadros de síndrome de abstin encia en
j ugadores patológicos (Custer 1982. cit. por Wise y Tierney,
1996: Wray y Dickerson 1981. c it. Por Lab rador y Beco ña,
1( 94) siendo sus manifestaciones: ansiedad . agitación. irritabilidad. inqui etud . pobre concentración y pen sami entos
obses ivos. Custer ( 1984: cit. por González. 1( 88) destacaba que en todas las adicciones pueden operar mecani smos
neuroqu ímicos semejan tes: alguno s provocados por sustancias externas (sustancias exo tóxicas) y otros provocaAbril 200 I • Número 75 • 73
TEMES D'ESTUDI
ASPECTOS PENALE S DEL JUEGO PATOLÓGICO
MOi': ICA M Olv\C U ES IK,\ i\:I 'Z
dos por es tím ulos psicológicos (endo tóxicos), qu e e llos só lo
pu ed en afec tar a l siste ma ner vioso , desen cad en ando de penden ci a psi col ógi ca . Este podría se r un o de lo s mecani sm os para ex p lica r e l juego pat ol óg ico . E l ju ego pu ed e indu cir un a respue st a de esti mulación, tranqu ilidad o a lejami ent o del dol or , respuestas se mejantes a las ex pe rime nta das po r la ingesti ón de sus ta ncias tó xicas. Frec ue nte me nte
e l j ug ado r ha man ifestado ineluso qu e las tres se producen
a l mi sm o tiempo.
La ex iste nc ia de un sí ndro me de ab stinen cia en e l jugador patol ógico podría ten er una imp ortanci a fundame nta l
en e l ám b ito de la po sible imputabilidad di sminuida e n e l
delincu ent e lud ópata, pudiendo enmarcarse e n la circunstancia de atenuaci ón de la respon sabilidad criminal (G arcí a Qu esada. 1993).
3. Peritación psicológica
La adi cci ón pat ol ógi ca a l juego- apu est a det ermina qu e e l
suje to necesit e g randes cantidad es de d inero pa ra poder
mant en er esa ac tiv id ad a la qu e psicol óg icam en te se encue nt ra supe di tado. Es tas ca ntida des, en principio . pu ed en
proced er del sa lario, patrimoni o o negoci o fam iliar. c réd itos. etc. pero una vez se han agotado se obtiene n a través
de la reali zac ión de ac tivi dades ilícit as. normalme nte del itos de natu ral eza patr im oni al. Es e n es te últi mo pun to do nde aparece la re lac ión e ntre e l trastorn o psicol óg icam ente
den ominad o lud opat ía o ju ego pat ol ógi co y e l Der ech o Pe nal.
Una de las cuestio nes más important es qu e tien e qu e re so lve r e l ju zgad or c uando se enfre nta ante un supue sto
deli ctiv o mot ivad o por e l juego pat ol ógi co es la det ermi na ción del grado de imputabilidad qu e afecta al autor del
hecho crim inal (Bo rj a, 1998 ).
La perit ación psicológica o psiqui átri ca en e l cam po del
Der ech o Penal tien e co mo objeto fundamental el es tab lec im iento de rel aci on es de causalidad e ntre los hombre s y
sus accion es , es decir, e l es tableci m iento de la imputabilidad co mo requi sit o pre vio de la resp on sabilidad y de la
c ulpabi lidad en caso de ac ciones deli ct ivas. Por e llo e l pe rito deb e es tar fam iliar izad o co n e l co ncepto de imputabi lidad . sus der ivaci on es y lim itac ion es (G isbe rt Ca labuig ,
1991) as í como co noce r los art ículos del Có d igo Penal qu e
se co ns ideran en es tos casos. El per ito ha de co nocer los
co nce ptos e n qu e co n fluye n psiqui atr ía. ps icol og ía y derec ho.
Ca da vez co n m ás fuerza se abre paso la hip ót esi s. e n
Psiqui atría Foren se ye n De rech o Pen al. de qu e no impor ta
tant o e l diagn ósti co psiqui átri co co mo e l es tud io psico patol ógic o del suje to . Lo rel evant e a efectos de determ inar e l
grado de imputabilidad del suje to no es tant o com o la ca lifica c ión y la nominaci ón qu e se le dé a l co rres po nd iente
trastorno, sino la ex plicac ió n de las co nc re tas condicione s
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psicopat ológi cas en las qu e se encontra ba e l s ujeto e n e l
m om ento de co me te r e l ac to. As í lo ex presa C arrasco G óme z ( 1993) a l señalar qu e lo qu e interesa a l mundo j uríd ico es ir más allá de la eti que ta d iag nóstica. ir a co nocer
có mo y co n qu é inte nsidad afecta ba la enferme da d a l sujeto y por s up ues to . co noce r co mo influi a e n un mom ent o
determinado y si tien e rel aci ón de se ntido o causa lida d co n
el hecho qu e se le imputa . Es dec ir. si e l act o se ha re ali za do en una s determinadas c irc uns ta nc ias psicop atol óg ic as
y có mo se e nco ntra ba n e n esos m om entos las fac ultades
de co noc im iento supe riores de sabe r lo qu e hací a y cu al
e ra la moti va ción , as í como si e l act o deli cti vo es una expresi ón sintomá tica más de la pat ología que pade ce . Ha y
qu e va lor ar. en cada c as o , la identidad del tra storno, las
facultad es m ás afect ad a s e n ese moment o ev o lutivo . la inten sidad de la s mi smas. la afec tac ió n o no del nivel de conc ienc ia, e l co ns um o o no de tó xico s y la co inc ide nc ia de
otras a feccio nes. Y ade más. también hay qu e an ali zar c uanta
info rm ac ión sea d is ponible ace rc a de la per son a y s us c irc uns ta nc ias. la moti vac ión de los hech os y es tab lecer si
ha y re lación de se ntido o caus alida d co n e l delito.
Es te m ism o aut or recoge dos se nte nc ias qu e pon en de manifi e sto la postura del Tribun al S up remo. La sente nc ia de
T. S. de I de j unio de 1962 decía así:
" .; 10 que de verdad interesa al derecho 110 SOIl tamo las
clasificaciones clinicas corno su reflejo en el actuar.."
Posteri orment e la S.T.S. de 2 de noviembre de 1983 explícit a c uá l es e l tratami ent o legi sl ati vo de lo s sup ues tos
de exe nc ión de imp utabilidad:
.....exigencias de/método mixto y que SO Il 110 sólo la existcncia de una enfe rmedad mental psiqui átricamentc cata logada . sino que además tal enfermedad produzca en el
psiqui smo de qu ien la padece petturbacioncs bastant es
para eliminar {a conciencia y la voluntad . base de {a iJII puta bilidad y culpabilidad .. "
As í, a la hora de valorar la perturbaci ón del suje to e n
c ues tió n, hab rá qu e es tar mu y ate nto a la inte ns idad del
tra storno. pu esto qu e a un j ugado r pat ol ógic o le pu ed e se r
tan im putab le un acto co mo a c ua lq u ier o tra persona pero
a medida q ue la patolog ía se ag rava. es decir. a medida qu e
e l impulso se torna incontenible la co ns iderac ión psiquiátri co-legal ha de correr paral ela al g rado de aceptación y/o
sufrimien to qu e la pato logía co m porta a l e nfermo y por
e nde a la d ist orsión o pérd ida de s u capacidad de vo luntad .
La im putabi lida d es un co nce pto j urídico de base psicológica. De é l dep ende la resp on sabilidad y c ulpa bilida d .
De qu e se reúnan las condici on es qu e lo co ns tituye n o de
qu e es té n a use ntes tot al o par ci almente s urgi rán las ci rc uns ta nc ias modi ficad oras de la re sp on sabilidad (exi me ntes y ate nua ntes) . El Có d igo Pen al fo rm u la de for ma negativa el co nce pto de im putab ilidad . ha de deducirse de la no
con curren ci a de las caus as que lo exc luye n.
T EMES D'ESTUDI
ASPECTOS PENALES DEL JUEGO
MON ICf \ ¡'v\ORAGUES IBAÑ EZ
Según la doctrina dominant e en la actualidad , la imputa bilidad requi ere dos elementos:
3. Capac idad de voluntariedad.
4. Capacidad de libertad.
a) la capac idad de comprender lo injusto del hecho (capacidad cog nitiva) y
Lo que, desde el punto de vista psicopatol ógico, puede
resumirse en las siguientes :
b) la capaci dad de diri gir la actua ción confo rme a di cho
entendim iento (capac idad volitiva)
l. Que en el mom ento de la ejecución de! hecho posea la
inteligencia y el discernimient o de sus actos.
Gisbert Calabuig ( 199 1) define la imputabilidad como el
conjunto de condiciones psicobiol ógicas de las personas,
requerido por las disposiciones legales vigentes para que
la acción sea comprendida como causada psíquicamente y
éticamente por aquellas. La imputabilidad es, por tanto, un
conjunto de condiciones psíquicas existentes en él en el
momento de la ejec ución de un hecho antijurídi co, que lo
capacitan para responder del mismo ante el poder soc ial.
2. Que goce de la libertad de su voluntad y de su libre
alb edrío, es decir, de la f acultad de poder escoger entre
los div ersos moti vos de conducta que se pre sentan ante
su espíritu y de determinar librement e la potencia de su
voluntad.
En contrapos ición al concepto de imputabilidad, el suje to
no imputabl e o inimputabl e sería el que padece un grado
de afectación mental que lo haga tributario de un tratamiento
facultativo en el supuesto de ser autor de un hecho tipificado como delito. Entre ambos polos extremos de imputable
e inimputabl e, cabría un estado mental intermedio al que
se denomina imputabilidad parcial, imputabilidad disminuida o semiimputabilidad. Se trata de un supuesto con el
que se trata de dar una respuesta individuali zada en materia penal ante patologías " intermedias" a efectos jurídi cos,
en el sentido de que el suje to no está totalmente enaje nado
pero en las que tampoco existe un grado de normalid ad
mental que los haga equiparables, a efectos de medida s
punitivas y rehabilitadoras, al resto de los ciudadanos adultos normales. En estos casos se suele aplicar un atenuador
de la sanción penal y medida s terapéutico-facultati vas o
cautelares (Ortega Monasterio , 1991).
La imputabilidad constituye una variable continua que admite infinitos valores intermedios entre un máximo y un
mínimo. Ante la imposibilidad actual de puntuar con tanta
exactitud y con el fin de adaptar los conoc imientos médicos a las necesidades jurídi cas se han formado tres grupos:
imputabilidad pl ena , imputabilidad di sminuida o
semiimputabilidad e inimputabilidad (Esbec y Delgado,
1994).
Según estos autores, a pesar de que a veces se usa como
comodín para casos dudo sos, existen otros que entran de
lleno en el amplio espacio de la semiimputabilidad como
retrasos mentales leves, la demencia incipiente, alteracione s co nd uc tua les men or e s de lo s e p ilé pt icos ,
intoxicaciones, trastornos de la personalidad y trastorn os
del control de los impulsos.
Gisbert Calabuig ( 199 1) de acuerdo con la mayor parte
de los tratadistas clásicos, define las condiciones que determinan la imputabilidad :
l. Un estado de madurez mínimo. fi siológico y psíquico.
2. Plena conciencia de los actos que reali zan .
Este mismo autor señala los tres criterios exigidos por la
juri sprudencia a la hora de valorar la afectación de las funciones del conocimiento y la voluntad:
l. Criterio cualitativo : hace ref erencia a las fun ciones psíqui cas afectadas . cognitivas y volitivas.
2. Criterio cuantitativo : valora la intensidad o gra vedad
de! trastorn o .
3. Criterio cronológ ico : valora la coincidencia temp oral
entre e! trastorn o y los hechos imputados. A la vez , la
dim ensión cronológ ica aborda no sólo la coincide ncia
transversal entre el trastorn o y tales hechos , sino su perman encia (breve en el trastorn o mental transitorio y prolongad o en otros casos) .
Existe una fuerte polémica acerca de si el perito ha de
pronunciarse o no en término s de imputabilidad. La postura mayoritaria y juri sprudencial mantiene la tesis de que
jam ás el perito deberá hablar más que de imputabilidad del
procesado, es decir, de la existencia de una enfermedad
mental que la disminuya o anule y del grado de influencia
de la misma; las cuestiones de responsabilidad están completamente al margen de su competencia.
Esbec y Delgado ( 1994) se pronuncian . en este sentido,
afirmand o que al psicólogo o psiquiatra forense compete
pronunciarse sobre las relaciones de causalidad psíquica
entre los hombres y sus acciones, es decir, sobre la imputabilidad psíquica. La última palabra sobre si el imputad o es
o no jurídi camente imputable, es decir la imputabilidad
jurídica , corresponde al Tribunal. Como muy bien dice
liménez Cubero ( 1993), "peritar no es sentenciar".
4. Imputabilidad delludópata
La imputabilidad delludópata sigue siendo objeto de debate y controversia. Nos encontramos con dos postura s enfrentada s, los que defienden la exculpación para el jugador
patológico y los que la excluyen.
Entre los que defienden la exculpación se encuentra Custer
( 1984; cit. por Delgado y Rodríguez-Martas, 1994), que
considera que su conducta compulsiva bordea lo psicótico,
y aunque no son dementes, sí son " insensatos". La mayoría de autores que mantienen esta postura se basan en la
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TE1'v\ES D' ESTU DI
ASPECTOS PENALES OEL JUEGO PATOLÓGICO
.\\ O :'\ IC A .\ I O I"'\( ; lJ E ~ li l A:': EZ
afec taci ón (pe rturbac ió n del co ntrol vo litivo ) de la capacidad vo litiva e n es te tip o de trasto rno . condici ón ésta so bre
la q ue se fu ndamen ta la im putab ilidad (Cabre ra y Fuert es.
1994 : García Que sada. 1993 ; Ho rn s, 1996 ).
Por su part e . Ca rrasco y Maza ( 1996) . opin an qu e existe
bas e pa to lógica para plantearse a lguna mod ificac ión en las
bases de la imputabi lidad, a lmenas c omo atenuante e inc luso en a lgún caso g rave hasta exim ente incomp leta . Mod ificac ión que no se rá perm an en te y por tanto no tend rá
igu al incide ncia en todos los momen tos. Estará en función
de los efec tos y de la intensi da d q ue los m ismos alcancen
en un mo mento de term inado. res pec to de sus efectos so bre
las fac ultades psíqu icas de l indiv id uo.
Los a uto res qu e exc luyen la excu lpac ión co ns ideran q ue
aún admitiendo la eve ntua l incapaci dad de la pe rson a de
apreciar lo co rrec to o incorrecto. esto so lamente es posihl e
cua ndo exi sta alguna co nd ic ió n pato lóg ica q ue lo ju st ifique (McGarry; c it. por De lgado y Rodríguez -Marta s. 1994).
o e n e l supuesto e xcepc io nal de q ue e l sujeto se hallase
baj o un sínd ro me de abs tine ncia lúd ica es pe c ia lme nte g rave ( De l Toro. 1996 ). De no ser así. afirma Del Toro ( 1994 ).
es de espe rar qu e la pri vaci ón de libe rtad impi da j uga r y
cance le la dependenci a. Po r lo ta nto . e xcepto e n esto s ca sos . el j ugador pat ológico se ría imputabl e.
No es tá de más adv ertir que e n la va lo rac ió n de la imputabilidad del ludópata habrá que te ner muy pre sen tes la
asoci ación con la depend encia a drogas y las altas tasa s de
e nfe rmedad men tal co ncomitante o rela cio nada. qu e pueden incidir so bre el pensam ient o re flexivo y e l con trol necesario para adec uar se a las situacio ne s.
Del Toro ( 1996) prop on e q ue e l d iagn óst ico j urídico de
las co nd uctas del j ugado r pa to lóg ico deb e hace rse con do s
ideas :
J. Atcnt licndo a la "complejidad de la seCUel/CÚI nioto -
ra" : seg ún la cual l/O cabe predicar irresponsa bilidad
de quienmadur a , pielisa y realiza externamente UII acto
larga . qu e e-rige conductas internas previas. y sus consccucncia s sociales , comp licada s, CO/110 pued e ser una 1'.1'taja o una niaíversaci án .ouc requieren mentalizarse, COI/ trariam cnte al acto el/ cortocircuito , cuya irrcsponsabi lidad parece más probable.
2. Intputahilidad como juicio de valor: "es imputable aquel
cuyo acto , alife cljue: CO/110 espe ctador desp rovisto de
conocimientos psiquiátricos , resulta comprensible el/ relaci ún COI/ los cstimulos. objetivamente comprobables.
que le impulsaro n" .
Esta última idea es crit icab le pues. co mo d ice Castilla del
Pino (c it. por J imén ez C ubero, 1993), c abría en tonces fun da me ntar lo ps icológico y lo psico patol ógico e n la logic idad
e ilogicid ad respecti vam ent e , S i es to fuera así habría qu e
afir ma r " a priori" qu e toda co nd uc ta norm al es te máticament e lóg ica y rac iona l: lo qu e no se co rrespo nde ría co n la
obse rvac ión más trivia l de c ua lq uier co nd uc ta hum an a qu e
76 • N úme ro 75 • Ab ril 200 I
den ominamos normal. la c ua l pu ed e es tar también moti vada por instancias irraci onales y. e n c onsec uenc ia. no es
siem pre ni mu ch o men os lógica. I lay ac tos del loco qu e
pued en también se r lógicos . pero es ta lógica es tá en rela ció n co n su psicopatologfu. Los ac to s del c ue rdo se co mprenden ps ico lógicament e. por moti vos psicológ icos. Los
del loco se com prende n también por motivos. pero és tos
son psicop atol ógicos,
o es m uy frecu e nte q ue algui en delinca s in tener conc ie nc ia de la ilic itud de l acto q ue rea liza. a no se r que padezca una g rave perturbac ión mental. Pero la actu a l llam ada " anomalía o altera ción psíq uica" pued e produci r un efecto psico lóg ico d istin to, pero ig ua lmente me recedo r de la
exe nc ión o aten uaci ón de la respon sa bilidad : aun comprendie ndo la ilic itud de la co nd ucta . e l sujeto resu lta incap az
de aj usta r su co nduc ta a tal compren si ón , En e l ámbit o
forense a esto se le den omina " inc apac idad de desar rollar
los fren os inhibirorios" (De l To ro . 1996). En e l caso del
lud ópata, és te s i co m prende lo ilícit o de los del itos qu e
perpetra para mantener la adi cción . pero es incapaz de impon er sus frenos inhibi torios. En es to s ca so s los frenos
inhibitori os so n más déb iles que los impulso s a llevar adelant e sus nec esidades de j uego (C arrasc o y Maza. 1996 ).
Del Toro ( 1996) propone tres co nd ic io nes para co ns iderar la exe nció n o d isminución de la resp on sabilidad de los
del ito s q ue come ta pa ra sa tisfacer o mant en er su adicci ón:
J. Que tal cond ucta tipica sea inco mprens ible para e/ es-
pcctador medio .
2. Qtu: se ha llc el/ rclaci án de causa a efcctn COI/ la adi cci án.
3. Que la ab olici án de losfrenos inhibitorio s. CO/II0 COI/seCUel/CÚI de aquella adi cci án , resulte probada el/ 0('(/siones so ciahncnte absurda s y no el/ las nonnalntcnte
favora bles para cualquier delincu ent e /10 lud opa ta .
Es e l impulso patológ ico e l que material me nte empuja a l
sujeto a co mete r actos de lic tivos (q ue habrá n de estar de
ac uer do co n a l tras torno ) como robos. hu rtos fals ificaciones. e tc . para ob tene r d inero co n e l qu e finan cia r la imp ulsión . e l j uego (de nuevo se hace pat ente la eq uipa rac ión
co n las dro god epcndcncias). El j uego patológ ico puede te ner la sufic iente inte ns idad com o para diri g ir la con d uc ta
de la persona que la pad ece. tan to e n lo que se refiere al
acto de j ugar. como a las co nd uc tas de lic tivas e ncam inada s a la ob tención de medios para fi nanc iarl o que gene ran .
Los j ugadores pato lógicos pueden di fcrcnciar perfe ctamen te lo correcto de lo incorrec to. pero so n incapaces de ade cuar s u co ndu cta a las exige nc ias de la ley ( De lgado y Rod ríg uez -Ma rtos. 1994). La vo lunta d está mermada s i no
totalm en te sí pa rcia lme nte. y e l co noci m iento aunqu e lúcido. es tá viciado por la mór bida adicci ón (Ho rns . 1996 ).
Antes de pas ar a come ntar dónd e se e nma rca ría e l juego
pa to lógi co en e l Cód igo Pen al. co nsid ero necesario men c ionar qué se e ntie nde por e naje nac ió n y trastorn o ment al
T EMES D'ESTUDI
ASPECTOS PENALE S DEL JUEGO PATOLÓGICO
,\\ O N IC,\ ,\\O I0\GU r S I BA Ñ r z
transitori o, así co mo aq ue llos art ículos de Có d igo Penal
en e l que aparecen las ex ime ntes y atenuant es ya men cionada s ant er iorm ent e .
5. Qu« dich o trastorn o no haya sido p rovocado por el que
la padece CO I/ el prop úsito de delin quir o bien lograr la
imp unidad de .1'11.1' actos ilícitos.
Los térm inos en aje nació n y tras torno me nta l tran sito rio
no se co rres ponde n co n nin gún término médi co ni psiqu i átrico. Ambos surg ie ro n de la co laborac ión de j uris tas y ps iquiatras y q uedaro n recogidos po r pri mera vez con es te
e nunc iado e n la Re forma del Có digo Pe na l de 1934 .
La d ife ren ci a fund am ent al e ntre la enaje nac ió n y e l TMT
es la du ración de l trastorn o, qu e e n e l primer caso es cró nica y e n e l seg undo es breve .
Con e l concept o de enaje nació n se qu iso marcar la eq uivalenc ia a enferme dad mental. Se llam a e naje nado e n len g uaje co loq uial al qu e es tá fuer a de sí y al qu e está pe rturbado en e l uso de la razón . Es , por co nsi g uiente. ex presión
sin óni ma de todos los térm inos qu e indi can perturbación
ment al , a lie nac ió n o e n fer me d ad ps íqui c a (Gi s be rt
Calabuig, 19 0 1). Es un térmi no impreci so. pu es no se ex pli ca nada e n relación a la natu ra le za de los trastorno s
ment ales qu e pued en cnmarcarse en é l. En la e naje nac ión
ca ben tod os aque llos trastorn os psíqui cos q ue bien por su
propi a naturaleza, por su inten sidad e incid en c ia psicológ ica y por su ca rác ter d urad e ro o perm anent e, or igina n modifi ca cion es profundas en las bases psi col óg ica s de la im-
putabilidad .
El tra storn o mental tran sitori o co ns iste e n una perturbac ión ment al que anula par ci al o co mpleta me nte las fac ultad es psíquic as con pri vación de vo luntad y ra zonami ent o.
de durac ión Iimitad a. qu e desaparece sin dejar huell as. Está
ca usa do por fe nó m e no s e xóge no s o v ivc nc ial c s. o
endó ge no s de ca rác ter pato lógico. así co mo de se nca de nado por droga s. S u aparic ión no de be haber s ido produc ida
intenc ionalme nte . Es un tér mi no. seg ún Albe rca Lorent e
( 1949: c it. por Carrasco G ómcz, 1993 ). co n e l que se q uiere recoger e l estar e nfe rmo un sujeto e n e l mom ent o de
co mete r un deli to, en co ntraposi c ión a l ser del e nfermo de
la enaje nación , de las fo rmas de locura duradera o pe rmane nte .
El trastorn o ment al tran sito rio (e n adel ant e T MT) pu ed e
se r desen cadenado po r reacc ion es vive nc ia les o ambi entales despu és de un fue rte choq ue psíqui co qu e . por sus caracter ística s e inten sidad hayan anulado parc ia l o totalmente
las fac ultades ment ales. Tam bié n pued e se r originado por
brotes o man ifesta ciones pato lóg icas de e nferme dades psí qu icas que emerge n desaparec iendo posteriormente no siendo previsible su rei te ración ( Homs, 19lJ6 ).
Los requi sit os para qu e se co nside re TM T son (Luz ón
C ues ta. 1906 ):
I. Brusca aparici án .
2./rm!Jciúl/ en la mrnt « de! sujeto activo co n p érdida 1'0 // sc cutiva de .1'11.1' [acu ltadcs int etcct ivas () volitivas, o de
amb as.
3. Breve duraci án .
4. Curaci án sil/ secuelas.
El Có d igo Pen al antiguo inclu ía ambas ci rcuns ta nc ias e n
e l m ism o artíc ulo pe ro las diferen c iab a e n e l tema de las
medid as de seg uridad, ex igié ndo las a l aprec iar la for ma
co mpleta de e naje nac ión y o mi tié ndo las en e l supuesto de
T MT.
En el Có d igo Pen al las c ircunsta nc ias e xime ntes y atenu ant es se e nc ue ntran recogid as e n los ar ts. 20 y 2 1 respect ivam ent e .
El art. 20 d ice as í:
Est án exentos de respon sabi lidad criminal:
l " El que al tiempo de cometer la infracciou penal, a ('(1/( sa de cua lquier an omal ía o al tcraci on psiquica, no /J1(e da comprender la ilicit ud del hecho o act uar confo rme a
((/1 coniprcnsi án.
El tra storno mcntat tran sitorio l/O exim irá de pen a cuando hu biese sido pr o vocado por el sujeto COII e! proposito
de com eter el de lito o hu biera previst o o debido prever
.1'11 comisi án.
2~
El que al tiemp o de come ter la irfracci án pena l se hal le
el/ estado de intoxicaci ón plena por el COI/S I/IlIO de heh idas a lcoh álicas. drogas t áxicas , eSflll}(:ji/('iel/les . .1'11.1'101/ cias psico tráplca s 11 otras qt«: produzcan efectos an álogos . siempre l/l/e l/Ohall a sido buscado COJl e! pro posito
de come terla o /10 se hubiese previsto o de bido pre ver .1'11
comision , o se hall e bajo la influ encia de 1/1/ sind romc de
abst inencia , a 1'0 11.1'0 de .1'11 dependen cia de 101 1'S sustan cias . qu« le impida comp render la ilicitud del hecho o
act uar confo rme a esa co niprensi án.
3 ~ El que, por sufrir altera ciones de /0 perccpci án desde e!
nacimiento o desde la infancia . tcng« alterada gravemente
la concie ncia de la realidad.
6~ El qu e obre impu lsado po r mie do insup erah!c.
Enlos .1'1// 11/('.1'/0.1' de los / 1'1'.1' prim eros n úmeros se aplicarán , 1'11
las med idas de seguridad prevista s 1'11 es/e ('(íd igo.
.1'11 ClISO .
Las c ircuns tanc ias aten uantes de l art. 2 1 so n:
JY La s ca l/sos exp resadas en e! capitulo ant eri or. cua ndo
no concurrieren todos los requisitos necesarios pa ra eximir de resp on sabilidad el/ .1'11.1' resp ectivos casos .
2 ~ La de actuar e! cu lpa ble a ca usa de SI/ grav« adi cri án
a las sustancias m encion adas el/ el n úmero 2 ~ del articul o ant eri or.
6 ~ Cualquier otra circunstancia de an álogu sigl/!ji'caciúl/
qu e las ant eri ores.
Se e ntie nde por ex ime ntes incom pletas las c irc uns tanc ias
atenuantes reco gid as e n e l a rto2 1.1": " las causas e xpresadas en e l capítulo ant erior c uando no co nc urrie ran tod os
A br il 200 I • Núm er o 75 • 77
TEMES D 'ESTUDI
ASPECTO S PENALES DEL JUEGO PATOLÓGICO
l'v\ O N IC/\ MO R¡\GUES IRA Ñ EZ
los requi sitos necesarios para exim ir de responsabilidad en
sus respecti vos casos".
cas qu e pro voca la incapacidad de co m pre nde r la ilicitud
del hech o o actuar conforme a tal co m prens ión" .
Por consiguient e , seg ún Gi sbert Calabuig ( 1998), entrarían dentro de las eximent es incompletas:
Es por e llo por lo qu e la jurispruden cia se ha encargado
de definir y conc re tar las difer ent es categ orías qu e se co mprenden dentro de la amplia definici ón legal.
l . Las anomalías o alteraciones psíquicas qu e no impidan totalm ente comprender la ilicitud del hecho. pero
que amin oren totalm ente la comprensión, o las que si
bien no impidan la actuaci ón confo rme a tal comprensión, merm en la libertad de determin ación y actuación
volitiva .
2. El trastorno mental transitorio .
3. Los supuestos de intoxicación casi plena produ cidos
por el consumo de bebida s alcohólicas, drogas tóxicas.
estupef acie ntes o sustancias psicotrápicas . no buscados
con el prop ósito de cometer el delito. ni prevista , ni debida prever tamp oco su comisión.
4. El síndrome de abstinencia que no impida comprender
la ilicitud del hecho o de actuar confo rme a tal comprensión, pero que la reduzca notablemente.
5. Alteraciones de la percepci ón desde el nacimi ento o
desde la infancia que alteren , pero no grave mente. la
realidad.
La llamada atenuante anal ógica corres po nde al art. 2 1.6\.!:
"c ualq uier otra c ircuns tanc ia de análog a significac ión qu e
las ant eriores" .
El término " anomalía" hace refer encia al del enaje nado
del có d igo anterior y la " alterac ión" eq uivale a la situac ión
de trastorno mental tran sitorio (Luzó n C ues ta, 1996), aun qu e otros autores con sid eran qu e ambas hac en refer en cia a
la enaje nac ió n. Ambos términos son exc lus ivame nte jurídi co s, no se corres po nde n co n nin guno del léxi co psiquiátri co y eq uivale n a e nfermo mental (G isbe rt Calabuig ,
1998).
Tradicionalm ent e psiquiatras y juri sta s no se ponían de
ac uerdo a la hora de determinar si e l tra storno ment al requi ere o no ba se patol ógica. La jurispruden cia declara, en
co nsec ue nc ia, que " puede ten er también un origen exóge no,
atribu yendo su aparición a un choq ue psíqui co producido
por un agente exterior cualq uiera qu e sea su naturaleza y
se presenta baj o la forma de múltiples fen óm enos perturbad ores de la razón humana" (Luzó n C ues ta, 1996 ).
El texto del anti gu o Códi go Penal ponía énfas is en resal tar el difer ente tratami ent o penal seg ún si se tratara de enajenado o de TMT. Tal situac ió n ha desaparecido en e l nuevo Có digo Penal , cuyos artículos 96,101 Y 105 -107 , dejan
a la libre deci sión del ju ez o Tribunal las medidas a adoptar en cada cas o, de acu erdo co n las c irc unstanc ias del condenado, y por ello tanto en lo relativo al internamiento, las
medidas de seg uridad etc.
El probl ema de la ludopatía no pued e se r acogido en e l
n\.!2 del art. 20, pues, en prin cipio, los episod ios ludopáticos
no so n e fecto de una ingesti ón tóxi ca , por lo qu e só lo po dría enma rcarse e n e l n\.!1 del art. 20: " alterac iones psíqui 78 • N úmero 75 • Abril 200 I
Según Hom s ( 1996), los delitos co me tidos por lud ópatas
co mo los de los to xicómanos deb en se r enj uiciados a la
vista de s i fueron come tidos bajo los e fec tos del ju ego patológico, es decir, c uando se es taba ju gando , co mo en e l
caso de qui en destrozó una máquina tra gap erras despu és
de horas de ju ego, o ant e un sínd ro me de ab stin en cia , es
decir, cuando se delinque para o bte ne r din ero par a seg uir
ju gando.
En e l último supues to, afirma es te aut or , cabe apli car la
ex ime nte del TMT del art. 8. 1. (antig uo Có digo Penal ) en
asimilación del síndro me de ab stinen cia, pue s al actu ar
deli cti vam ent e no s encontramos ante una situac ión tran sitoria de enaje nac ión, moti vada por la ludopatía y qu e reali zada la acti vidad lúdi ca de ju gar desaparece. No ob stante ,
al igual qu e en las to xic om anías, son trastornos mentales
tran sitorios qu e se repiten cíclicament e , es decir, sínd rome
de abstin en cia , delito, cons umo (d rog a o ju ego ), rep etidos
continuament e.
C uando e l delito se come te durante la reali zación de una
partida, e l suje to es tá bajo los e fectos de la exc itac ión del
ju ego , no es tando en síndrome de ab stin en cia pero sí baj o
perturbación mental deri vada de la ludopatía qu e se sufre y
de los e fec tos de la c ircunstanc ia viven cial qu e se expe rimenta, moment o en e l qu e un delito deb er á enj uiciarse al
amparo de la ex ime nte de tra storno mental tran sitorio pues,
tra s reali zarl o y finali zar la partid a de ju ego , e l sujeto vo lve rá a la normalidad , no siendo previsibl e qu e se repita si
no vue lve a ju gar. La perturbación durará lo qu e lo ha ga la
partida de ju ego, durante la cual un hecho irrelevante puede dar lugar a una reac ción desproporcionada.
A l amparo del art. 20 . 1 del Có d igo Penal se ría mu yacertada la exe nc ión total de resp on sabilidad y la sum isión a
tratami ento ambulatorio, que duraría ha sta la c urac ió n abso luta .
El internamient o qu e prevé e l art. 20.1 respecto a enajenad os deb ería reser var se só lo para aqu ellos casos de tal
g raveda d qu e la sum isión a tratami ento ambulatorio no ga ranti zara la no rep eti ción de hechos s im ilares,' ex tremo algo
infrecu ent e .
Ad emás tal medida podría co nve rtirse en indefinida, lo
cual podría llevar a la aberración de un internamiento psiquiátri co indefinido a un lud ópata crónico por una falta o
delito menor. Es por e llo qu e habrá qu e exam inar la g ravedad de la acción para determinar si proced e internami ento
psiquiátrico o sum isión a tratamiento ambulat ori o.
La ex ime nte incompleta de enaje nac ió n podría se r adec uada siem pre qu e al amparo del art. 2 1. 1, se pro ceda a
impon er las medidas de seg ur idad del art. 20 .1, s iendo
TEMES D 'EST UDI
ASPECTOS PENALES DEL JUEGO r
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¡\ \ O N IC \ ,\ \ O I\¡\ G U ES II~AÑ E Z
desaconsejable el cumplimiento de la pena en un medio
puramente penitenciario que no aseg uraría la curación del
ludópat a (Horns, 1996).
En su mayor parte, los Tribunales aplican automáticamente
la atenuación por analogía a la ludopatía, basándose en la
dificultad de los ludópatas para aj ustar su conducta a la
norma que sanciona el delito que comete n para satisfacer
su adicción.
Delgado y Rodríguez-Martas ( 1994) opinan, al igual que
Homs ( 1996), que en caso de ser considerada la atenuante
por analogía para el juego patológico, deberá ser sometido
a tratamiento en cualquiera de sus modalidad es y/o alternativas y en ningún caso deberá pasar por el internamiento.
Conclusiones
La consideración de la ludopatía como una adicción, aunque sin tóxico, ha favorecido que desde las instancias j udiciales se les aplique, al igual que en otras drogodependencias, una atenuación de la pena. En los casos de delitos
cometidos por ludópatas resulta más apropiado y terapéutico la sustitución de la pena privativa de libertad por el
ingreso en un centro especializado para el tratamiento de
estos trastornos. Pero nos encontramos con el problema de
que existen pocos centros espec ializados . Así que, a la solicitud de medid as preventivas, ha de añadirse la de creación de centros especializados para este trastorno, pues de
nada servirá ingresarlos en prisión si no se les somete a
tratami ento para solucionar el problema que les llevó hasta allí.
La labor del perito en estos casos debe orientarse principalmente a la descripción de la sintomatología más significativa, el diagnóstico, el momento evolutivo de la enfermedad durante los hechos, valorar qué funciones psíqui cas están afectadas y relacionarlas con los hechos con respecto a los cuales se realiza el peritaje, sin entrar a valorar
la imputabilid ad, pues ésta es función de los ju zgadores.
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