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BLANCA
SIN NUMERAR
I
BLANCA
SIN NUMERAR
II
Academia de Ciencias Políticas y Sociales
BOLETÍN
de la
Academia de Ciencias
Políticas y Sociales
HOMENAJE A
IRENE STACHOWSKY DE VALERA
ENERO – DICIEMBRE 2013 / N° 152
CARACAS / VENEZUELA
BLANCA
SIN NUMERAR
IV
Individuos de Número
de la
Academia de Ciencias Políticas y Sociales
Junta Directiva
2013-2014
Presidente
Dr. Luis Cova Arria
Primer Vicepresidente
Dr. Eugenio Hernández-Bretón
Segundo Vicepresidente
Dr. Gabriel Ruan Santos
Secretario
Dr. Humberto Romero-Muci
Tesorero
Dr. Alberto Arteaga Sánchez
Bibliotecario
Dr. Jesús Ramón Quintero
Luis Ugalde
James Otis Rodner
José Guillermo Andueza
Ramón Escovar León
Arístides Rengel Romberg
Román J. Duque Corredor
José Muci-Abraham
Luis Ignacio Mendoza
Enrique Urdaneta Fontiveros
Carlos Ayala Corao
Luciano Lupini Bianchi
Gonzalo Parra Aranguren
Francisco López Herrera
Alberto Baumeister Toledo
Pedro Nikken
Emilio Pittier Sucre
Allan Randolph Brewer-Carías
Julio Rodríguez Berrizbeitia
Tomás Enrique Carrillo Batalla
Alfredo Morles Hernández
Humberto Njaim
Enrique Lagrange
Hildegard Rondón de Sansó
Carlos Leáñez Sievert
Rafael Badell Madrid (e)
Luis Guillermo Govea U., h
Henrique Iribarren Monteverde
Luis H. Farías Mata
Josefina Calcaño de Temeltas
Oscar Hernández Álvarez
Enrique Tejera París
Fortunato González Cruz
René De Sola
Luis Napoleón Goizueta H.
Boletín de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales
Nº 152 / enero-diciembre 2013
Caracas, Venezuela
Periodicidad anual
Hecho el depósito de Ley
Depósito Legal: pp193602DC482
ISSN: 0798-1457
1. Derecho-Publicaciones periódicas
CONSEJO EDITORIAL
Alfredo Morles Hernández [Academia de Ciencias Políticas y Sociales]
Alberto Baumeister Toledo [Universidad Católica Andrés Bello]
Eugenio Hernández-Bretón [Universidad Monte Ávila]
El Boletín de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales se encuentra indizado en la
base de datos del Catálogo LATINDEX (Folio N° 15543).
QUEDA PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL DE ESTE LIBRO,
SIN LA AUTORIZACIÓN ESCRITA DE LOS TITULARES DEL COPYRIGHT.
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Diseño de portada: Evelyn Barboza V.
Diagramación: Margarita Páez-Pumar
Impreso en Venezuela
LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES HACE CONSTAR QUE LAS
PUBLICACIONES QUE PROPICIA ESTA CORPORACIÓN SE REALIZAN RESPETANDO
EL DERECHO CONSTITUCIONAL A LA LIBRE EXPRESIÓN DEL PENSAMIENTO; PERO
DEJA CONSTANCIA EXPRESA DE QUE ESTA ACADEMIA NO SE HACE SOLIDARIA
DEL CONTENIDO GENERAL DE LAS OBRAS O TRABAJOS PUBLICADOS, NI DE LAS
IDEAS Y OPINIONES QUE EN ELLAS SE EMITAN.
ÍNDICE
Irene Stachowsky de Valera ................................................................................
Eugenio Hernández Bretón
1
PRONUNCIAMIENTOS
Las Academias Nacionales ante el País. Febrero 2013 . .....................................
9
Pronunciamiento sobre el acto electoral del domingo 14 de abril de 2013 ........
15
Pronunciamiento ante el abuso de las normas penales para reprimir acciones
enmarcadas en el ejercicio de derechos constitucionales. Mayo 2013 ...............
21
Pronunciamiento de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales sobre
el conflicto universitario. Julio 2013 . .................................................................
25
Pronunciamiento de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales sobre
la entrada en vigor del retiro de Venezuela de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos. Octubre 2013 ...........................................................
31
Declaración de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales sobre el nuevo
atropello a la soberanía nacional por el gobierno de la República
Cooperativa de Guyana. Octubre 2013 . .............................................................
35
Pronunciamiento de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales
ante las agresiones de la República Cooperativa de Guyana, el abandono
de la reclamación territorial frente a Guyana y el incumplimiento
del acuerdo de Ginebra por parte de Venezuela. Octubre 2013 ..........................
39
VII
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
Respuesta de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales a la consulta
de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, en relación
con la legalidad o no de la firma por parte de la República de convenios
con empresas foráneas para la explotación de recursos minerales
en el territorio nacional .......................................................................................
47
TOMA DE POSESIÓN JUNTA DIRECTIVA - PERIODO 2013-2014
19 de MARZO 2013
Discurso pronunciado por el Presidente de Academia de Ciencias Políticas
y Sociales, Doctor Enrique Lagrange, en el acto de entrega de la Presidencia,
19 de marzo de 2013 ...........................................................................................
57
Discurso de toma de posesión de la Junta Directiva de la Academia de Ciencias
Políticas y Sociales por el Presidente electo, Doctor Luis Cova Arria,
19 de marzo de 2013 ........................................................................................... 63
JORNADAS CONMEMORATIVAS AL CENTENARIO
DEL NACIMIENTO DE ELOY LARES MARTINEZ
14 DE MAYO 2013
Palabras de apertura del Doctor Luis Cova Arria, Presidente de la Academia
de Ciencias Políticas y Sociales . ........................................................................
75
Palabras a cargo de Rodrigo Eloy Lares Bassa (nieto del homenajeado)
en representación de la familia Lares .................................................................
81
Eloy Lares Martinez, un administrativista integral . ...........................................
Allan R. Brewer-Carías
89
El concepto de Derecho Administrativo venezolano en la obra del Maestro
Eloy Lares Martinez . .......................................................................................... 103
José A. Araujo Juárez
La teoría del contrato administrativo en la obra de Eloy lares Martinez ............ 119
Henrique Iribarren Monteverde
Un siglo de Derecho Administrativo. A propósito del centenario del nacimiento
de Eloy Lares Martinez . ..................................................................................... 133
José Ignacio Hernández
VIII
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
ACTO EN HOMENAJE A LA MEMORIA DEL DOCTOR
TOMAS POLANCO ALCANTARA
21 DE MAYO 2013
Palabras de apertura del Doctor Luis Cova Arria, Presidente de la Academia
de Ciencias Políticas y Sociales . ........................................................................ 151
Palabras en homenaje a Tomás Polanco Alcántara y Augusto Mijares,
dos ejemplos de patriotismo y de civismo .......................................................... 155
Gabriel Ruan Santos
Palabras pronunciadas por Manuel Polanco Fernández (hijo del homenajeado) 173
Palabras de presentación de la reimpresión de la obra Derecho Administrativo
Especial del Profesor Tomás Polanco Alcántara ................................................ 183
José Ignacio Hernández G.
PRESENTACIÓN DEL LIBRO
LA ASAMBLEA NACIONAL: CUATRO PERFILES PARA
SU RECONSTRUCCIÓN CONSTITUCIONAL
DEL DR. JUAN MIGUEL MATHEUS
4 DE JUNIO DE 2013
Palabras de apertura del Doctor Luis Cova Arria, Presidente de la Academia
de Ciencias Políticas y Sociales . ........................................................................ 193
Palabras del Dr. José Ignacio Hernández, Director del Centro de Estudios
de Derecho Público de la Universidad Metropolitana ........................................ 197
La dignidad moral del parlamento ...................................................................... 203
Juan Miguel Matheus
PREMIO ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS
Y SOCIALES 2012-2013
Palabras pronunciadas por el Doctor Eugenio Hernández-Bretón, Primer
Vicepresidente de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales en el acto
de entrega del Premio Academia de Ciencias Políticas y Sociales 2012-2013 .. 213
“La llama interna”, Discurso de aceptación del Premio Academia de Ciencias
Políticas y Sociales 2012-2013 ........................................................................... 219
Serviliano Abache Carvajal
IX
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
Discurso pronunciado a propósito de la entrega del Premio de la Academia
de Ciencias Políticas y Sociales, mención estudiantes ....................................... 227
Enrique Altimari
Palabras pronunciadas a propósito de la entrega del Premio de la Academia
de Ciencias Políticas y Sociales, mención estudiantes ....................................... 233
Fernando Sanquirico
SESION ESPECIAL EN HOMENAJE AL DOCTOR
ALBERTO BAUMEISTER TOLEDO
30 de julio 2013
Palabras de apertura del acto por el Doctor Luis Cova Arria, Presidente
de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales ................................................ 239
Discurso en homenaje a la obra tributaria del académico Alberto Baumeister
Toledo en reconocimiento conjunto de la Academia de Ciencias Políticas
y Sociales y de la Asociación Venezolana de Derecho Tributario,
por el académico Doctor Humberto Romero-Muci ............................................ 243
Alberto Baumeister Toledo: “Un jurista de la enseñanza”. Discurso
en homenaje a la trayectoria académica del Dr. Alberto Baumeister Toledo ..... 253
Serviliano Abache Carvajal
Semblanza del Doctor Alberto Baumeister Toledo . ........................................... 267
María Grazia Blanco
ACTO HOMENAJE A LA MEMORIA DEL DOCTOR
RICARDO ANTEQUERA PARILLI
19 DE NOVIEMBRE DE 2013
Palabras de apertura del acto por el Doctor Luis Cova Arria, Presidente
de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales ................................................ 277
Discurso de Orden a cargo del Doctor Gabriel Ruan Santos, 2° Vicepresidente
de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales ................................................ 281
Palabras del Doctor Luis H. Farías Mata, Individuo de Número
de la Corporación . .............................................................................................. 295
Palabras del Doctor Hernando Díaz Candía, Profesor de Derecho
de la Universidad Central de Venezuela ............................................................. 301
X
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
ACTO HOMENAJE A LA DOCTORA
CLARISA SANOJA DE OCHOA
27 DE NOVIEMBRE DE 2013
Palabras de apertura del acto por el Doctor Luis Cova Arria, Presidente
de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales ................................................ 313
Palabras del Doctor Alfredo Morles Hernández, Individuo de Número
de la Corporación . .............................................................................................. 317
Palabras del Doctor Víctor J. Vargas Irausquín, Presidente del Banco
Occidental de Descuento .................................................................................... 329
Palabras de la Doctora Clarisa Sanoja de Ochoa al agradecer el homenaje
en su honor . ........................................................................................................ 333
ACTO ESPECIAL CON OCASIÓN DE LA ENTREGA DE DIPLOMAS
A LOS COLABORADORES ESPECIALES DE LA ACADEMIA
EN LOS ESTADOS ANZOÁTEGUI, ARAGUA Y MÉRIDA
Palabras de apertura del acto por el Doctor Luis Cova Arria, Presidente
de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales ................................................ 345
Distinción Académica de Colaboradores Especiales a los Doctores José Getulio
Salaverría Lander, Egberto Abdón Sánchez Noguera y Gilberto Guerrero
Quintero, por el Doctor Román Duque Corredor, Individuo de Número
de la Corporación . .............................................................................................. 349
Palabras pronunciadas por José Getulio Salaverría Lander . .............................. 357
DISCURSOS DE INCORPORACIÓN
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales
del Doctor Luciano Lupini Bianchi, el 15 de octubre de 2013 . ......................... 367
Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario
Doctor Ramón Escobar León, Individuo de Número de la Corporación . .......... 389
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales
del Doctor Julio Rodriguez Berrizbeitia, el 22 de octubre de 2013 . .................. 409
XI
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
Discurso de Contestación al Doctor Julio Rodriguez Berrizbeitia
por el recipiendario Doctor Alfredo Morles Hernández, Individuo
de Número de la Corporación ............................................................................. 437
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales
del Doctor Henrique Iribarren Monteverde, 7 de mayo de 2013 . ...................... 459
Discurso de Contestación al Doctor Henrique Iribarren Monteverde
por el recipiendario Doctor Humberto Romero Muci, Individuo
de Número de la Corporación ............................................................................. 485
TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN
Amargo de Angostura ......................................................................................... 503
Eugenio Hernández Bretón
Crítica a la regulación de las funciones del Banco Central de Venezuela .......... 517
Rafael Guilliod Troconis
39° Programa externo de la Academia de Derecho Internacional de la Haya
“Gobernanza global y Derecho de los negocios internacionales” ...................... 547
Erick David Barrios Bastardo
La mediación como medio alterno de solución de conflictos: comparación
de las soluciones contenidas en la Ley de Justicia Alternativa del Tribunal
Superior de Justicia para el Distrito Federal de los Estados Unidos Mexicanos
y la Ley sobre Procedimientos Especiales en Materia de Protección Familiar
de Niños, Niñas y Adolescentes de la República Bolivariana de Venezuela ...... 567
Haydee Barrios
La presunción de legitimidad de los actos administrativos ................................ 597
Gabriel Ruan Santos
Reflexiones a vuela pluma sobre la impugnación de los acuerdos sociales
de la sociedad anónima ....................................................................................... 637
Luis Corsi
El arbitraje como mecanismo de protección de la inversión extranjera.
El Estado peruano frente al CIADI . ................................................................... 657
Jancarlos J. Vega Lugo
XII
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
Extensión del acuerdo arbitral al no-signatario caso Dallah vs Gobierno
de Pakistán .......................................................................................................... 681
Dickar Bonyuet Lee
El procedimiento administrativo sancionador judicial en la experiencia
comparada ........................................................................................................... 707
Román J. Duque Corredor
El régimen jurídico del trabajador de dirección en la LOTTT ........................... 751
Jaime Heli Pirela León
La transacción y su homologación en materia laboral . ...................................... 771
Juan García Vara
La propiedad de la tierra y el problema social y económico del campo
(La equitativa distribución de la propiedad para reducir la pobreza rural) . ....... 789
Román J. Duque Corredor
DISCURSOS
UCAB: Promociones de abogados de la primera década pioneros
de profesionales de solidaridad, en homenaje a las 10 primeras promociones
de abogados egresados de dicha Universidad. UCAB 15 de mayo de 2013 ...... 809
Román J. Duque Corredor
ACUERDOS DE JÚBILO
Septuagésimo aniversario de la graduación como Doctor en Ciencias Políticas
y Sociales en la Universidad Central de Venezuela del Doctor Luis Ignacio
Mendoza, Individuo de Número de la Academia ............................................... 819
Septuagésimo aniversario de la graduación como Doctor en Ciencias Políticas
y Sociales en la Universidad Central de Venezuela del Doctor René De Sola,
Individuo de Número y ex Presidente de la Academia ....................................... 823
Septuagésimo aniversario de la graduación como Doctor en Ciencias Políticas
y Sociales en la Universidad Central de Venezuela del Doctor Enrique Tejera
París, Individuo de Número de la Academia ...................................................... 827
XIII
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
IN MEMORIAM
A la memoria de Gonzalo Pérez Luciani ............................................................ 833
Hildegard Rondon de Sansó
NÓMINAS ......................................................................................................... 837
XIV
Irene Stachowsky de Valera
Eugenio Hernández Bretón*
* Individuo de Número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales. Miembro Honorario de ASADIP.
Decano y profesor de Derecho Internacional Privado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de
la Universidad Monteávila, Caracas; Profesor y coordinador de la Maestría en Derecho Internacional
Privado y Comparado de la Universidad Central de Venezuela.
Irene Stachowsky de Valera
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 3-5
ISSN: 0798-1457
Al forastero que viva con ustedes lo mirarán
como a uno de ustedes y lo amarás como a ti mismo,
pues ustedes también fueron forasteros en Egipto
Levítico 19, 34
Incansablemente eficiente, desde 1997, año a partir del cual vino a fungir
primero como asistente del presidente y la junta directiva, y luego como su
directora ejecutiva, su nombre y sus ejecutorias estuvieron ligadas al mejor
desempeño de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
Le tocó nacer en Bubentsch, Distrito XIX de Praga, en la entonces Checoes­
lovaquia, un 30 de octubre del penúltimo año de la Segunda Guerra Mundial.
Sus padres, de origen ucraniano, fueron el Dr. med. Lev (León) Stachowsky
Kirstein y la señora Tatjana Bogdanowsky Guljanicky. El padre, entonces
apátrida, nació en Vinnytsya, Ucrania, de religión ortodoxa rusa, fue forzado
a emigrar a Checoeslovaquia. Se recibió de médico cirujano y de doctor en
medicina en la Universitas Carolina Pragensis el 29 de mayo de 1937, especializándose en Otorrinolaringología. La madre, de ancestros rusos, de religión
ortodoxa rusa, entonces de apenas 19 años de edad, había nacido en Lutsk,
Ucrania, en el tiempo en que esa ciudad formaba parte de Polonia y donde sus
padres se habían visto obligados a emigrar ante el temor de la llegada del comunismo a Rusia y Ucrania, y como consecuencia de la creación de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas. La joven madre había realizado estudios de
primaria y bachillerato en su ciudad natal hasta el año 1941, cuando la invasión
rusa la hizo marchar a un nuevo exilio, finalizando sus estudios de bachillerato
en el Russisches Vereinsrealgymnasium de Praga el 11 de junio de 1942, con
mención honorífica y excelentes calificaciones en todas las materias, salvo en
3
Irene Stachowsky de Valera
Matemáticas y Física. La pareja había contraído nupcias el 30 de septiembre
de 1943 ante el Comisario Superior Municipal de Praga.
El fin de la Segunda Guerra Mundial coincide con toma de Praga por
los comunistas y ello obliga a un nuevo exilio. Luego de varias estaciones en
hospitales alemanes entre 1944 y 1948, la familia decide emigrar nuevamente.
La pequeña Irene, con nombre operático de Donizetti (Ah! rammenta, o bella
Irene), apátrida, de cuatro años, conoce Venezuela. Sus primeros recuerdos
son en alemán. Se cría hablando ucraniano y ruso en casa, y bajo la dirección
de su abuela paterna además estudia francés, alemán e inglés, en la residencia
de su padre en la calle Real de Sabana Grande No. 178, en Caracas. Aprende
castellano en la escuela y se gradúa de bachiller en humanidades en el Colegio Humboldt de Caracas. Mientras tanto su padre logra revalidar su título de
médico cirujano en la Universidad Central de Venezuela y llega a ser el Jefe de
Servicios de Otorrinolaringología de los Sanatorios Antituberculosos de Caracas (Simón Bolívar, José Gregorio Hernández y Luisa Cáceres de Arismendi).
También escribe y publica trabajos científicos. Por su parte, su madre, luego
de inscribirse en la Facultad de Medicina, revalida estudios de bachillerato en
Filosofía y Letras en el Liceo Andrés Bello de Caracas, logra ser Directora
del Sanatorio Infantil (Anti-Tuberculoso) Luisa Cáceres de Arismendi, de
Caracas, se naturaliza venezolana y se gradúa summa cum laude de abogado
en la Universidad Central de Venezuela, para luego doctorarse en Derecho en
la Universidad de Frankfurt a.M., Alemania, ingresando al personal docente
de la entonces Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela,
como profesora de Derecho Mercantil y de Derecho Internacional Privado.
Irene Stachowsky, ya naturalizada venezolana, ingresa a la Facultad de
Derecho de la Universidad de Venezuela, de donde egresa en la promoción
1967. Allí conoce a su esposo Luis Valera, de su misma promoción de abogados, con quien contrajo nupcias en Caracas el 7 de agosto de 1968. Desde ese
momento pasó a ser Irene de Valera. De esa unión procrearon tres hijos: León,
Natalia y Nicolás. Sus hijos la obsequiaron con cuatro nietas: Aleksandra,
Andrea, Tatiana y Vanessa. Durante su permanencia en la Facultad y hasta su
graduación forma parte del personal de investigación del Instituto de Estudios
Políticos, entonces bajo la dirección del doctor Manuel García Pelayo, en
donde aprovecha sus amplios conocimientos de idiomas y su capacidad para
organizar eventos académicos y divertirse estudiando Ciencias Políticas. Evitó
los rigores de las evaluaciones de su madre y con ello la sospecha de que ella
disfrutaba de algún privilegio en la Facultad. A su graduación se une al equipo
4
Eugenio Hernández Bretón
docente-investigador de ese mismo Instituto por un año. Luego de una pausa
prolongada, regresa a su Facultad en 1980 como profesor contratado a tiempo
completo. Su regreso viene motivado por el profesor Brewer-Carías con quien
colabora durante cuatro años organizando foros, seminarios, congresos internacionales y publicaciones sobre muy diversos temas como la Ley Orgánica
de Salvaguarda del Patrimonio Público, el régimen de control de cambios, el
proyecto de Ley de Costos, Precios y Salarios, por ejemplo. En particular es
de recordar su activa y decisiva participación en el exitoso XI Congreso de
la Academia Internacional de Derecho Comparado, celebrado en Caracas en
1982. No sorprende, con esa tan buena experiencia, que en 1997, en la primera
sesión ordinaria celebrada durante la presidencia de la Academia por parte
del profesor Brewer-Carías, el propio Brewer haya propuesto a Irene para ser
asistente del presidente y de la junta directiva. Según la propia Irene relataba,
al asumir la presidencia de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales el
profesor Brewer-Carías le dijo “yo quiero que tu trabajes aquí, y después, a
mi salida, tu te quedas”. Así fue. Se quedó para siempre, pues su trayectoria,
su sentido de responsabilidad, su buen gusto por hacer bien las cosas, su fuerza
y vigor irresistibles marcaron para siempre la forma de hacer mejor las cosas
en esta Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
Fue una mujer práctica, única familia de su madre, con quien conformó una
unidad inseparable. Compañeras de óperas, ballets y otras tantas cosas buenas
de la vida, vivió siempre sin que alguien pudiera darse cuenta de todo el inmenso
esfuerzo que supuso lograr lo que ellas lograron. Con ellas todo parecía fácil,
sin importar cuán difícil fuera. Le encantaba cocinar, en especial los platos
típicos ucranianos: Borsch, Vareniky, Kotleta po-Kyvivsky, para el disfrute de
su familia y sus amigos. Tal vez le costó encontrarse como venezolana, con
los mismos derechos que los venezolanos por nacimiento, pero quiso mucho a
Venezuela. Su marca en la Academia es indeleble. Aquí quedan su logros, sus
amistades y el respeto de todo el personal de la Academia, quienes junto con
sus hijos, sus amigos y los académicos de esta Corporación la acompañamos
el día de su despedida en Caracas. El Señor quiso que Irene Stachowsky de
Valera se reuniera con su mamá el 11 de julio de 2013, cerca de la hora del
mediodía. Tal vez ya fueron al teatro. Besos para ambas.
5
BLANCA
SIN NUMERAR
6
PRONUNCIAMIENTOS
BLANCA
SIN NUMERAR
8
LAS ACADEMIAS NACIONALES
ANTE EL PAÍS
FEBRERO 2013
BLANCA
SIN NUMERAR
10
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Páginas: 11-13
ISSN: 0798-1457
Preocupadas por el respeto a las instituciones democráticas y republicanas,
y en atención a los acontecimientos desarrollados durante las últimas semanas
relativas al ejercicio del cargo del Presidente de la República, de los ministros y
otros altos funcionarios del Poder Público Nacional, las Academias Nacionales
se sienten obligadas a expresar las siguientes consideraciones.
El Acuerdo de la Asamblea Nacional del 8 de enero de 2013 y la posterior
sentencia de la Sala Constitucional del día 9 del mismo mes y año, relativos a
la juramentación del Presidente de la República, ya ampliamente divulgados,
han afectado la credibilidad de los poderes públicos y la institucionalidad del
Estado de Derecho, y ello ha agravado la incertidumbre sobre su seguridad
jurídica y sobre la conservación del orden democrático y republicano.
Actualmente, la sociedad venezolana se mantiene bajo una gran indefinición respecto del funcionamiento del Poder Ejecutivo, por cuanto es un hecho
notorio que el Presidente reelecto no se encuentra en ejercicio de sus funciones y
no se sabe, según informaciones de voceros oficiales, cuándo podría asumirlas.
No hay que repetir lo poco revelado. Aunque es incuestionable y totalmente
respetable el derecho del Presidente a la salud, ello debe conformarse a las
regulaciones constitucionales, pues de no corregirse de inmediato la situación
antes mencionada ella dejará profundas heridas en las instituciones democráticas y republicanas del país.
Respecto a la aplicación del régimen de faltas temporales y absolutas
de quien ejerce la Presidencia, o de quien ha sido elegido para este cargo,
en atención a lo escuetamente revelado hasta ahora hay un tema clínico que
requiere una explicación clara y directa por médicos venezolanos designados
según la normativa aplicable y de manera inmediata e impostergable. En una
sociedad democrática, la información sobre una enfermedad grave y el estado
de la salud del Presidente de la República son asuntos de interés público que
11
LAS ACADEMIAS NACIONALES ANTE EL PAÍS
incumben a la ciudadanía y, además, son asuntos que afectan a la transparencia
democrática. El orden democrático y republicano se caracteriza, además del
respeto por las reglas de selección, asunción y funcionamiento de los órganos
de los poderes públicos, por la garantía del derecho ciudadano de acceso a una
información veraz, seria y objetiva. Toda versión que no informe de manera
efectiva o la deforme debe ser irrestrictamente inaceptada.
La elección, proclamación y juramentación de los individuos electos para
cargos públicos, así como la fijación del inicio y terminación de períodos para
su ejercicio, son todas garantías indispensables para asegurar la legitimidad de
origen del poder público, que en los casos de reelección impiden que se desvirtúe el principio del gobierno republicano, democrático, electivo, periódico
y alternativo. De su respeto depende que los procesos de reelección signifiquen lo que son: una renovación de los poderes públicos, y no se conviertan
en una simple ratificación que prorrogue el período anterior. La elección de
autoridades mediante voto popular, directo y secreto no ha de tratarse como
si fuese un mero plebiscito.
Estos elementos son principios universales de la moralidad política, que
dan relieve a la concurrencia del respeto a la voluntad popular, junto con las
reglas que esa misma voluntad ha impuesto para legitimar el ejercicio del poder público a fin de garantizar la seguridad jurídica e institucional de la Patria
republicana, democrática, libre y soberana, de todos los venezolanos.
La actual situación de inseguridad jurídica e incertidumbre debe ser superada de manera tal que permita la toma de las medidas políticas, sociales y
económicas indispensables para el gobierno de la República, que ya se hacen
impostergables. Es un legítimo reclamo de la soberanía nacional exigir que las
supremas decisiones de la República sean tomadas e informadas a la Nación
directamente por quien detenta el mandato popular, sin intermediarios y dentro
del territorio nacional. Cada funcionario electo es responsable personalmente
ante el electorado y ante el ordenamiento jurídico del Estado.
Rafael Muci Mendoza
Presidente
Academia Nacional de Medicina
Enrique Lagrange
Presidente
Academia Nacional de Ciencias Políticas y Sociales
12
LAS ACADEMIAS NACIONALES ANTE EL PAÍS
Claudio Bifano
Presidente
Academia de Ciencias Físicas Matemáticas y Naturales
Luis Mata Mollejas
Presidente
Academia Nacional de Ciencias Económicas
Manuel Torres Parra
Presidente
Academia Nacional de la Ingeniería y Hábitat
Caracas, 19 de febero de 2013
13
BLANCA
SIN NUMERAR
14
Pronunciamiento sobre el acto
electoral del domingo
14 de abril de 2013
BLANCA
SIN NUMERAR
16
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Páginas: 17-19
ISSN: 0798-1457
La Academia de Ciencias Políticas y Sociales, en su condición de organismo integrado principalmente por profesores de ciencias jurídicas y políticas
que han alcanzado los más elevados niveles en el escalafón universitario y que
está obligada a expresar opinión sobre los asuntos públicos del más alto interés nacional, quiere expresar su parecer en torno al acto electoral del pasado
domingo 14 de abril de 2013:
1. El proceso electoral que culminó el 14 de abril no guarda correspondencia con los criterios internacionales de elecciones libres y democráticas.
2. Las elecciones del día 14 de abril, acto culminante del proceso, estuvieron teñidas por numerosas denuncias de irregularidades –llamados incidentes
electorales– por la oposición democrática.
3. Ante el resultado ofrecido por el árbitro electoral, el cual muestra una
diferencia mínima en favor del candidato oficial, la oposición ha solicitado un
recuento de los votos, cosa que fue aceptada públicamente por el candidato
gubernamental la misma noche de la elección. Esta es la fórmula idónea para
resolver este tipo de discrepancias. Sin embargo, el árbitro electoral ha negado
esta posibilidad y ha procedido apresuradamente a declarar vencedor al candidato oficial y le ha entregado su credencial al día siguiente de las elecciones.
Con este proceder se ha creado en el país una delicada crisis política.
4. El argumento principal del árbitro electoral hace privar los aspectos
técnicos de emisión, transmisión y resguardo electrónico del voto sobre los soportes físicos de la “papeleta electoral” o boleta consignada en las cajas o urnas
electorales. Esta posición es contraria a los principios generales y universales
de interpretación del derecho de las nuevas tecnologías, el cual ha consagrado
el principio de equivalencia funcional –recogido en la Ley sobre Mensajes de
Datos y Firmas Electrónicas– para indicar que el registro informático surte los
mismos efectos que el registro físico. Sin embargo, esa equivalencia funcional
17
Pronunciamiento sobre el acto electoral del domingo 14 de abril de 2013
no implica que, en el supuesto que haya un respaldo material físico del registro
electrónico, el material físico quede sustituido íntegramente por el electrónico.
Al contrario, cuando se presenta una discrepancia entre un documento elaborado
en forma física y su soporte electrónico, la discrepancia se resuelve acudiendo a
los originales contenidos en el formato físico. Eso es lo que hay que hacer en el
caso de la discrepancia de cifras electorales que tienen los candidatos: ir, entre
otros, a “las papeletas” o boleta consignada, es decir, ir a los soportes físicos
materiales originales. Afirmar, como lo hizo la Presidenta del árbitro colectivo
electoral, que tal cosa sería regresar al antiguo sistema de conteo de papeletas es
desconocer que la papeleta o boleta consignada sigue siendo parte del sistema
electoral venezolano. Tan cierto es lo dicho que, la Ley orgánica de procesos
electorales se refiere expresamente y exige considerar la papeleta o boleta
de consignada como elemento de prueba de las posibles inconsistencias que
pueden justificar la nulidad del acta de escrutinio (art. 219). Adicionalmente,
se le encomienda a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana su custodia, traslado y resguardo. Si la papeleta fuera un elemento inútil o inservible que más
nunca va a ser utilizado con propósito alguno sería un despropósito que sirva
de elemento de convicción ante una eventual verificación de inconsistencias o
encomendar su custodia a la autoridad militar. Tan importante es la papeleta,
además, que la verificación ciudadana que se realiza al finalizar el escrutinio de
los votos, se lleva a cabo leyendo cada una de ellas, registrando el nombre que
en ella aparece, tomando nota del total de todas ellas y contrastando su número
con los datos del cuaderno de votación. Todos estos actos demuestran que el
legislador se inclinó por darle preferencia a la prueba material por encima de
la prueba virtual, respetando, de esa manera, los preceptos constitucionales
que regulan el derecho de la prueba.
5. El problema planteado por los ajustados resultados electorales del 14
de abril es un gravísimo asunto político que debe recibir una inmediata solución política. Sin embargo, cuando los asuntos políticos se mueven en los
extremos de la dimensión jurídica, la tendencia predominante en los países
con ordenamientos jurídicos democráticos es ofrecer al débil jurídico, al integrante de la minoría o al aparentemente derrotado, vías a través de las cuales
se pueda canalizar pacíficamente su insatisfacción. El recuento de los votos,
junto a las protestas y a las manifestaciones pacíficas, es uno de los medios
legítimos de la convivencia democrática. Negarlos es cerrar una vía de escape
al desacuerdo. Referir a los opositores al ejercicio de recursos ante los órganos
18
Pronunciamiento sobre el acto electoral del domingo 14 de abril de 2013
jurisdiccionales no es la solución más efectiva acorde con la situación jurídica
y política planteada.
Dado y firmado en el Salón de Sesiones de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Palacio de las Academias, a los dieciséis (16) días del mes
de abril de dos mil trece (2013).
LUIS COVA ARRIA
Presidente
HUMBERTO ROMERO MUCI
Secretario
19
BLANCA
SIN NUMERAR
20
Pronunciamiento ante el abuso
de las normas penales para reprimir
acciones enmarcadas en el ejercicio
de derechos constitucionales
Mayo 2013
BLANCA
SIN NUMERAR
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Páginas: 23-24
ISSN: 0798-1457
Las normas penales contenidas en nuestro ordenamiento jurídico están
destinadas, per se, a la descripción de conductas gravemente transgresoras del
status ético-jurídico que merecen, por ello, las sanciones más severas que, en
especial, pueden afectar el bien más preciado después de la vida, como es la
libertad. Por ello el derecho penal debe ser concebido y aplicado como recurso
extremo y con el máximo celo, para así preservar el principio de legalidad,
que postula la inequívoca y expresa previsión del hecho en una ley formal, y
el principio de culpabilidad, que solo permite que se sancione por lo que es
conocido y querido por estar previsto legalmente, todo ello con el más absoluto
y celoso apego a las garantías de un justo o debido proceso.
Separarse de estas exigencias en la interpretación y aplicación de la ley
penal y utilizar su normativa para fines que le son ajenos, convierte al derecho
penal en un instrumento de perversa eficacia para generar zozobra en la colectividad y en cualquier ciudadano que pueda verse expuesto a las consecuencias
de una persecución penal.
Entre nosotros, en todos los tiempos, se ha abusado de las normas penales
a través de la consagración de las fórmulas abiertas de tipificación, descripción
de conductas punibles sin contornos precisos, con profusión de elementos
normativos y de delitos de expresión cuya interpretación abre fácilmente el
camino a la arbitrariedad, poniendo en peligro la libertad de los ciudadanos.
En particular, la reforma del Código Penal de 2005 facilitó esta peligrosa
apertura, a tal punto que la mayoría de las normas introducidas en esa oportunidad han sido objeto de un recurso de nulidad intentado en el año 2006 por el
propio Fiscal General de la República y, por otra parte, la reforma del Código
Orgánico Procesal Penal de 2012 se ha traducido en una manifiesta regresión
en materia de garantías judiciales y afectación de derechos consagrados en la
Constitución.
23
Pronunciamiento ante el abuso de las normas penales para reprimir acciones enmarcadas ...
En este contexto y en el marco de un sistema de justicia bajo manifiestas
y evidentes presiones que ponen en entredicho su independencia y autonomía;
ante expresiones de disidencia, de crítica, de protesta y de reafirmación del más
evidente ejercicio de derechos ciudadanos, se han producido no solo amenazas
de acciones penales por pretendidos delitos de traición a la patria o de conspiración, sino que, inclusive, se han puesto en marcha procesos penales por
supuesta instigación al odio y, lo que es más grave, por delitos contemplados
en la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al
Terrorismo. Esto último implica que se identifique a la delincuencia organizada
con actividades lícitas de ciudadanos, de organizaciones de derechos humanos
y de partidos políticos que hacen vida en un sistema democrático.
Esta Corporación, en razón de lo expresado, denuncia estas prácticas de
auténtico terrorismo penal o de utilización de la justicia para fines que le son
ajenos. De la misma manera, insta a que, de acuerdo con la ley, se establezcan
responsabilidades por hechos violentos que hayan ocurrido, sin que se pretenda
una supuesta autoría o participación por el ejercicio legítimo del derecho a la
protesta; solicita formalmente que se rectifique y se dejen sin efecto imputaciones carentes de fundamento, de claro contenido político, de modo que cesen
los procesos penales injustos que han sido incoados. Asimismo, esta Academia
de Ciencias Políticas y Sociales se suma a los llamados que se han formulado a
los fines de abrir el camino del diálogo, del reconocimiento al adversario y del
serio establecimiento de las bases para la reconciliación de los venezolanos, en
el marco de los valores proclamados por nuestra Constitución y con absoluta
sujeción a las normas legales vigentes.
Dado y firmado en el Salón de Sesiones de la Academia de Ciencias
Políticas y Sociales, Palacio de las Academias, a los veinte y un (21) días del
mes de mayo de dos mil trece (2013).
LUIS COVA ARRIA
Presidente
HUMBERTO ROMERO MUCI
Secretario
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Pronunciamiento de la Academia
de Ciencias Políticas y Sociales
sobre el conflicto universitario
JuLio 2013
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Páginas: 27-30
ISSN: 0798-1457
Para dar cumplimiento a sus fines institucionales, y en respuesta a lo solicitado por el Presidente del Comité Interacadémico, la Academia de Ciencias
Políticas y Sociales ha considerado su deber ético y jurídico advertir los elevados principios y normas que deben ser respetados en la solución del conflicto
social planteado con las remuneraciones de los profesores universitarios en
las universidades nacionales autónomas y los beneficios estudiantiles, en los
términos que se exponen a continuación:
1) De acuerdo con las normas de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la educación es un derecho humano y un deber social
fundamental que el Estado debe asumir como función indeclinable y de máximo
interés en todos sus niveles y modalidades, sin perjuicio del derecho de toda
persona capacitada que reúna los requisitos éticos, académicos, científicos y
materiales para fundar y mantener instituciones educativas privadas bajo la
inspección y vigilancia del Estado. Tiene la educación el carácter de servicio
público democrático, gratuito y obligatorio, debiendo el Estado aportar los
recursos económicos suficientes para el logro de sus fines e invertir prioritariamente en su desarrollo, según las pautas de la Organización de las Naciones
Unidas. En especial, el Estado debe obligatoriamente asegurar la gratuidad
de la enseñanza impartida en sus instituciones educativas hasta el pregrado
universitario, sin menoscabo de los estándares propios de una buena educación
(Arts.102, 103, 104 y 106).
2) En vista de lo anterior, la educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica, debiendo el Estado
garantizar la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, pública o privada,
en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión, debiendo
atender a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra
naturaleza no académica. En tal sentido, el Estado debe proteger el trabajo
27
Pronunciamiento de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales sobre el conflicto ...
docente; garantizar la intangibilidad, progresividad e irrenunciabilidad de los
derechos y beneficios laborales de los docentes; la suficiencia del salario para
vivir con dignidad; la aplicación del principio “a trabajo igual-salario igual”
conducente a la homologación salarial y del principio que ordena la aplicación
de la norma más favorable al trabajador; prohibir las discriminaciones por
cualquier condición, evitar los retiros o despidos forzosos o eliminación de
cargos mediante presiones económicas indebidas; preservar el derecho a la
negociación colectiva voluntaria y sin extorsiones; reconocer la libertad sindical
de los docentes sin violar el principio de representatividad de las asociaciones
laborales y sin acudir a tecnicismos formales negadores de la realidad de los
hechos. (Arts. 104, 89, 91, 93, 96, y 118)
3) La educación, y en particular en su nivel universitario, está fundamentada en el respeto a todas las corrientes del pensamiento, en el carácter pluralista
del gobierno y de la sociedad, en la libertad de conciencia y de expresión del
pensamiento, en la comunicación libre y plural, en el desarrollo del potencial
creativo de cada ser humano y en el pleno ejercicio de su personalidad. En
tal sentido, los docentes universitarios al servicio del Estado son funcionarios
públicos que no deben ser sometidos a parcialidad partidista o proyecto político
alguno, ni el Estado debe desconocer el carácter universal de la educación.
(Arts. 2, 6, 102, 21, 57, 58, y 61).
4) La Universidad es fundamentalmente una comunidad de intereses
espirituales que reúne a estudiantes y profesores en la tarea de buscar la
verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre, como reza la Ley
de Universidades y lo recoge claramente el artículo 109 de la Constitución
de 1999, y no un cuerpo de funcionarios, empleados y obreros de todos los
niveles destinados a promover una ideología política parcial. La Constitución
prescribe que el Estado reconocerá la autonomía universitaria como principio
y como jerarquía de la comunidad de profesores, estudiantes y egresados en la
búsqueda del conocimiento para beneficio espiritual y material de la Nación.
En la misma senda de la Ley de Universidades, dicha norma constitucional
prevé que las universidades autónomas se darán sus normas de gobierno,
funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio, bajo el control
que establezca la Ley. La autonomía universitaria comprende la planificación,
organización, elaboración y actualización de los programas y actividades de las
universidades, bajo la coordinación del Consejo Nacional de Universidades.
En todo caso, será competencia exclusiva del legislador nacional regular los
28
Pronunciamiento de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales sobre el conflicto ...
aspectos de la autonomía universitaria que no sean del dominio de las universidades, con acatamiento estricto de las normas constitucionales. En materia
presupuestaria y con respeto del régimen autonómico, el Consejo Nacional
de Universidades propondrá al Ejecutivo Nacional el aporte anual para las
universidades nacionales, el cual deberá ser sometido a la Asamblea Nacional
para ser integrado en la Ley de Presupuesto, con base en los presupuestosprograma elaborados por cada universidad, sujetos al límite de los ingresos
globales estimados correctamente por el Ejecutivo. (Arts. 109 de la CRBV y
1, 2, 3, 4, 9 y 20 de la Ley de Universidades).
5) A la luz de los principios y normas que rigen la educación universitaria,
antes reseñados, esta Academia declara:
Es deber ineludible del Estado y en particular del Gobierno Nacional,
garantizar con urgencia el digno nivel de vida de los profesores universitarios, los beneficios que mitiguen las desigualdades entre los estudiantes y el
funcionamiento normal de las actividades en las universidades autónomas
nacionales, con una dotación presupuestaria suficiente y acorde con las necesidades actuales, severamente desatendidas por los reconducidos y anacrónicos presupuestos que les han sido impuestos por el Ejecutivo Nacional. Debe
cesar la discriminación de los docentes y estudiantes universitarios frente a los
gremios de empleados y obreros de las universidades nacionales.
Es deber del Estado asegurar el acatamiento de los principios constitucionales de “trabajo igual-salario igual” que se expresa en la homologación de los
tabuladores de salarios y de congruidad de las remuneraciones de los docentes
universitarios frente a la inflación, y en especial, destaca su obligación de revisar periódicamente las remuneraciones y beneficios adicionales de acuerdo
con los índices del Banco Central de Venezuela, como ha sido expresamente
reconocido desde el año 1982 por el Consejo Nacional de Universidades.
Es deber del Estado respetar la libertad sindical de los profesores universitarios, quienes tienen derecho a organizarse libremente sin autorización
previa del Estado y a negociar colectivamente y sin coacción sus condiciones
de trabajo a través de sus asociaciones más representativas. Por ello es inconstitucional y reprochable la actitud de desconocer y excluir de la negociación
a la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela,
como ente más representativo demográficamente de los docentes universitarios,
hecho tradicionalmente reconocido por el Consejo Nacional de Universidades.
Y mucho más reprochable y condenable que se pretenda intimidar mediante
la violencia a la comunidad universitaria.
29
Pronunciamiento de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales sobre el conflicto ...
Es deber del Estado respetar la libertad de pensamiento y gobierno pluralista en las universidades nacionales autónomas, como expresiones auténticas
de la autonomía universitaria consagrada en el artículo 109 de la Constitución.
En tal sentido, es inconstitucional que se pretenda imponer por cualquier vía a
las universidades nacionales, en este caso mediante convención colectiva, la
adopción y promoción dominante de una ideología política, en violación del
respeto debido a todas las corrientes del pensamiento y al no sometimiento
partidista de los funcionarios universitarios.
Es deber del Estado y en particular del Ejecutivo Nacional, respetar la
organización autonómica de las universidades y su reserva constitucional y
legal. Por consiguiente, debe acatar el concepto de comunidad de profesores,
estudiantes y egresados en la búsqueda de la verdad, elevado a norma suprema
por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En consecuencia,
es inconstitucional e ilegal, y además impertinente, que mediante un proyecto de convención colectiva impuesto por el Ejecutivo se persiga cambiar la
organización de las universidades autónomas y en particular, el sistema de
elección de sus autoridades. Más aún, cuando tal pretensión ya fue rechazada
por el referéndum popular de la reforma constitucional de 2007 y por el veto
presidencial del año 2011 a la Ley de Educación Universitaria, aprobada por la
Asamblea Nacional en 2010, cuya sanción fue consiguientemente levantada.
Finalmente, la Academia de Ciencias Políticas y Sociales hace un llamado
a todas las partes en conflicto, pero especialmente al Ejecutivo Nacional, para
que en un ambiente sincero de paz y de diálogo, con pleno acatamiento de
la Constitución y de la Ley de Universidades, se resuelvan urgentemente los
justos reclamos de la comunidad universitaria.
Caracas, dos de julio de 2013
Es auténtico,
Eugenio Hernández-Bretón
Primer Vicepresidente
30
Pronunciamiento de la Academia
de Ciencias Políticas y Sociales
sobre la entrada en vigor del retiro
de Venezuela de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos
Octubre 2013
BLANCA
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Páginas: 33-34
ISSN: 0798-1457
La Academia de Ciencias Políticas y Sociales se suma a las expresiones
nacionales e internacionales de profunda preocupación y rechazo ante la entrada en vigor el pasado 10 de septiembre de 2013 de la denuncia realizada
por el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, ya que se trata de una decisión en sí
misma violatoria de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
y de los compromisos internacionales del Estado venezolano:
1. El sistema interamericano de protección de los derechos humanos ha
sido un patrimonio regional y mundial, a cuya creación y fortalecimiento ha
contribuido Venezuela. Este sistema ha permitido la protección a numerosas y
variadas víctimas de violación de derechos humanos, quienes nunca obtuvieron
justicia en el derecho interno en Venezuela, incluidos entre otros, grupos de
campesinos, indígenas, personas privadas de libertad, periodistas y jueces.
2. La denuncia de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
(CADH) equivale a derogar la Constitución, ya que es violatoria de esta en
virtud de este instrumento internacional tiene “jerarquía constitucional” por
ser un tratado relativo a los derechos humanos (art. 23); además, la CADH
expresamente está incorporada a la Constitución en la regulación de los estados
de emergencia (art. 339).
3. El derecho de toda persona a dirigir peticiones o quejas ante los órganos de la CADH, es decir, ante la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) –y luego conforme a las regulaciones aplicables a que su
caso sea enviado por ésta ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos
(Corte IDH)– con el “objeto de solicitar el amparo a sus derechos humanos”,
es igualmente un derecho constitucional expresamente consagrado en su artículo 31 de la Constitución. Por lo cual, la disminución o el desconocimiento
de ese derecho constituye una transgresión del principio constitucional de
progresividad de los derechos humanos reconocidos en el artículo 19 del
Texto Fundamental.
4. La denuncia de la CADH es un hecho de gravísimas repercusiones
nacionales e internacionales, ya que afecta injustificadamente el derecho de
33
Pronunciamiento de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales sobre la entrada en vigor ...
todas las personas bajo la jurisdicción del Estado venezolano a su protección
internacional. En efecto, si bien la denuncia de la CADH no tiene efectos
retroactivos respecto a los hechos ocurridos antes del 12 de septiembre de
2013, en principio estarán fuera del ámbito de su protección las violaciones a
los derechos humanos causadas por el Estado venezolano con posterioridad a
esta fecha. Ello sin embargo no afecta las competencias de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), como órgano principal de la Carta
de la OEA (arts. 51, e y 106) desde el Protocolo de Buenos Aires adoptado
en 1967, a cuya jurisdicción están sujetos todos los Estados Miembros de la
OEA. Igualmente, en virtud del mencionado principio de progresividad, los
derechos reconocidos en la CADH deben permanecer en vigor en el derecho
interno venezolano, por haberse incorporado como derechos inherentes a la
persona humana, conforme a nuestra Constitución (art. 22).
5. En virtud del carácter y jerarquía constitucional y los demás principios
constitucionales aquí expuestos, ni el Presidente de la República ni la Asamblea
Nacional podían ni pueden modificar libremente la Constitución en la materia
de tratados relativos a los derechos humanos, ya que ésta no puede ser derogada
“por cualquier otro medio distinto al previsto en ella” (art. 333). En todo caso,
conforme a la Base Comicial Octava aprobada en referendo por el pueblo de
Venezuela en 15 de agosto de 1999, es un deber del poder constituyente y por
ende con mayor razón del poder constituido, respetar con base en el principio
de progresividad los derechos y compromisos internacionales contenidos en
los pactos, convenciones y tratados vigentes en Venezuela.
6. En consecuencia, la denuncia de la CADH por el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela configura una violación objetiva de la Constitución
y un menoscabo de los derechos garantizados en ella, por lo cual dicho acto es
“nulo”, y “los funcionarios públicos y funcionarias públicas que lo ordenen o
ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, según los
casos, sin que les sirvan de excusa órdenes superiores” (art. 25).
7. Hacemos un llamado final al Estado venezolano para que rectifique esta
decisión, ratifique de nuevo la CADH en beneficio de todas las personas bajo
su jurisdicción y repare así la grave inconstitucionalidad aquí denunciada.
En Caracas, a los 1 días del mes de octubre de 2013.
Luis Cova Arria
Presidente
Jesús Ramón Quintero
Secretario Accidental
34
Declaración de la Academia
de Ciencias Políticas y Sociales sobre
el nuevo atropello a la soberanía
nacional por el gobierno de la
República Cooperativa de Guyana
Octubre 2013
BLANCA
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36
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Páginas: 37-38
ISSN: 0798-1457
Una vez más la Academia de Ciencias Políticas y Sociales en cumplimiento de las obligaciones que le imponen sus Estatutos legales, considera
necesario manifestar su honda preocupación ante el inexplicable silencio del
Gobierno Nacional frente a las recientes acciones llevadas a cabo por la República Cooperativa de Guyana en violación directa del Acuerdo de Ginebra
y en detrimento de la soberanía territorial de Venezuela.
El Gobierno de Guyana, heredero de los atropellos imperialistas ingleses
contra Venezuela, ha procedido en forma absolutamente negativa a lo largo
de las etapas establecidas por el Acuerdo de Ginebra, en la búsqueda de una
solución satisfactoria para el arreglo práctico de la controversia, y además, ha
traspasado todos los límites de la tolerancia y la buena fe al llegar a otorgar
concesiones a terceros en la fachada atlántica de la exclusiva jurisdicción de
Venezuela.
Venezuela como Estado con una fachada atlántica, tiene derechos
exclusivos de soberanía en los espacios de la proyección de su territorio
continental en el mar territorial, la plataforma continental, la zona marítima contigua y la zona económica exclusiva, reconocidos, entre otros,
por los tratados de delimitación de áreas marinas con Trinidad y Tobago.
En efecto, según el Derecho Internacional Venezuela, como todo Estado, tiene
derecho no sólo al mar territorial de doce millas náuticas (20 kilómetros) sino
además a una zona económica exclusiva de hasta 200 millas náuticas de la
costa, para aprovechar con carácter exclusivo los recursos económicos de la
superficie del fondo del mar y de las aguas que lo cubren, y de la plataforma
continental, la cual se extiende más allá de las doscientas millas hasta el talud
continental, en la cual tiene el derecho exclusivo de explotar los recursos del
subsuelo. Venezuela acordó con Trinidad y Tobago, mediante un tratado suscrito en 1990 (publicado en la Gaceta Oficial Nº 34,588 del 6 de noviembre de
37
Declaración de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales sobre el nuevo atropello ...
1990.) la línea de frontera marina que separa los espacios que respectivamente
les corresponden, en él se reconoce la proyección hasta el talud continental, el
cual está a más de 360 millas náuticas de la costa.
La Academia advierte que la inacción del Estado venezolano en protestar
ante este nuevo atropello a la soberanía nacional por parte del Gobierno de
Guyana, podrá traer consecuencias negativas bajo el Derecho Internacional.
La Academia estima que con base en el Artículo IV del Acuerdo de Ginebra ha llegado el momento para que con el apoyo del Secretario General de la
Organización de las Naciones Unidas, las partes concreten el arreglo práctico
de la controversia, de forma que les resulte mutuamente aceptable.
Como conclusión de las anteriores reflexiones, la Academia manifiesta su
firme e indeclinable posición en los términos siguientes: Primero.- Solicitar al
Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela que eleve su más rotunda
protesta ante el Gobierno de la República Cooperativa de Guyana, por las violaciones a nuestra soberanía nacional por las concesiones otorgadas, en virtud
de los irrenunciables derechos de Venezuela en todos los espacios geográficos
de su fachada atlántica. Segundo.- Instar al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela para que exprese al Gobierno de la República Cooperativa
de Guyana la necesidad de concluir con prontitud, con el apoyo del Secretario
General de la ONU, la controversia pendiente con base en el Acuerdo de Ginebra, mediante un acuerdo práctico mutuamente satisfactorio.
Caracas, 1 de octubre de 2013.
Luis Cova Arria
Presidente
Jesús Ramón Quintero
Secretario accidental
38
Pronunciamiento de la Academia
de Ciencias Políticas y Sociales
ante las agresiones de la República
Cooperativa de Guyana, el abandono
de la reclamación territorial frente
a Guyana y el incumplimiento
del acuerdo de Ginebra por parte
de Venezuela. Octubre 2013
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Páginas: 41-45
ISSN: 0798-1457
1. Es un hecho público y notorio, reseñado en el comunicado de la cancillería de la Republica Bolivariana de Venezuela de fecha 11 de octubre de
2013, que el Patrullero Oceánico de Vigilancia Armada Bolivariana “Yekuana” (PO-13) informó que el día 10 de octubre de 2013, a las 5 de la tarde,
fue detectado e interceptado el buque Teknik Perdana, el cual se encontraba
navegando al RV 259°, a una velocidad de 7 nudos, en posición geográfica,
latitud: 1Ø°20’3Ø”N y longitud: Ø57°3Ø’Ø7”W, en espacio marítimo que
corresponde a la Zona Económica Exclusiva de Venezuela. Según el comunicado, se procedió a efectuar el Control de Tráfico Marítimo, se constató que el
referido buque zarpó el día 08 de octubre del puerto de Georgetown (Guyana),
y se obtuvo información de que éste había sido contratado por el Gobierno de
la República Cooperativa de Guyana y que se encontraba efectuando labores
de investigación científica con el apoyo de sensores (sonar), sin autorización
de las autoridades venezolanas, por lo que se le invitó a cesar los trabajos de
investigación, detener las máquinas y posteriormente, se le solicitó acompañar
a las autoridades venezolanas al muelle del Morro de Valdez, ubicado en la
Isla de Margarita, Estado Nueva Esparta, con el fin de efectuar las averiguaciones pertinentes en el marco del Derecho Internacional Marítimo (DIM) y
en cumplimiento del resguardo de nuestra soberanía en los espacios marítimos
e insulares de Venezuela.
En el comunicado, el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela
expresa su “más enérgica protesta” ante la situación que se planteó con respecto a las actividades de prospección científica y exploración de la plataforma
continental y el lecho marino venezolano, realizadas por dicha embarcación; y
a continuación, la República Bolivariana de Venezuela manifestó su profunda
preocupación por la manera en que embarcaciones extranjeras autorizadas por
el Gobierno de Guyana irrumpen sin la debida autorización en el mar territorial
y zona económica exclusiva de Venezuela.
41
Pronunciamiento de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales ante las agresiones ...
2. Con fecha 14 de octubre de 2013, otro comunicado de la cancillería
venezolana informa que “el pasado 11 de octubre de 2013, el Ministro del
Poder Popular para Relaciones Exteriores, Elías Jaua Milano, y su homóloga,
la Ministra de Relaciones Exteriores de la República de Guyana, Carolyn
Rodrigues-Birkett, sostuvieron una conversación telefónica con el fin de
abordar los últimos incidentes fronterizos”.
Agrega el comunicado que “ambos Ministros intercambiaron puntos de
vista, en el ánimo de resolver por la vía diplomática cualquier diferencia existente entre las partes. Posteriormente, acordaron, mediante Nota Verbal, celebrar una reunión el jueves 17 de octubre de 2013, en Puerto España, Trinidad
y Tobago, a fin de avanzar en el diálogo bilateral, así como aclarar los temas
relacionados con los incidentes antes mencionados y avanzar en el diálogo que
preserve las relaciones que se han profundizado en los últimos años.” El 16 de
octubre de 2013, un día antes de la reunión de los cancilleres, las autoridades
venezolanas liberaron al buque Teknik Perdana y a su tripulación. El 17 de
octubre de 2013, después de la reunión de Puerto España, los cancilleres de
Venezuela y de Guyana emitieron en esa ciudad un comunicado conjunto en
el cual manifiestan que se reunieron “con el objetivo de avanzar en el diálogo
político bilateral, a la luz del evento suscitado”; y que “acordaron explorar
mecanismos en el marco del derecho internacional para abordar el tema de la
delimitación marítima, y que en los próximos cuatro meses un equipo técnico
se reúna para intercambiar opiniones al respecto”.
3. La Academia de Ciencias Políticas y Sociales se ha pronunciado sobre
el diferendo de Venezuela con Guyana en varias ocasiones, las dos últimas
el 26 de octubre de 2011 y el 1º de octubre de 2013. En el primero de ellos,
la Academia denunciaba la pretensión de Guyana de delimitar, sin la participación de Venezuela, sus áreas marítimas en perjuicio de los claros derechos
que a ésta corresponden de proyección marítima de su territorio con acceso
al Océano Atlántico, así como su pretensión de extender el límite exterior de
la plataforma continental hasta las 350 millas marítimas, sin tomar en cuenta
ni los derechos actuales ni los derechos reclamados por Venezuela. Añadió el
pronunciamiento del 26 de octubre de 2011 de la Academia: “No menos flagrantes violaciones son las reiteradas y ofensivas declaraciones del gobierno
de Guyana, como las de su representante diplomático acreditado en el país,
en el sentido de que Venezuela debe abandonar su reclamación por tratarse de
dos gobiernos socialistas, como única solución del problema planteado. Ante
tales hechos el Gobierno de Venezuela ha mantenido además una política de
cooperación y ayuda económica al Gobierno de Guyana, que está permitiendo
42
Pronunciamiento de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales ante las agresiones ...
la consolidación de actos de ocupación del Territorio en Reclamación, sin que
se deje expresamente la salvedad de que ninguno de esos actos menoscaban
los derechos sujetos a reclamación por Venezuela con base en el Acuerdo de
Ginebra”.
4. En el pronunciamiento del 1º de octubre de 2013, hecho nueve días
antes de la interceptación del buque Teknik Perdana, la Academia de Ciencias
Políticas y Sociales manifestaba su honda preocupación ante el inexplicable
silencio del Gobierno Nacional frente a las recientes acciones llevadas a cabo
por la República Cooperativa de Guyana en violación directa del Acuerdo de
Ginebra y en detrimento de la soberanía territorial de Venezuela. Se expresaba
en ese documento que el Gobierno de Guyana “ha traspasado todos los límites
de la tolerancia y la buena fe al llegar a otorgar concesiones a terceros en la
fachada atlántica de la exclusiva jurisdicción de Venezuela”. La Academia
advertía que la inacción del Estado venezolano, su abstención ante este nuevo
atropello a la soberanía nacional por parte del Gobierno de Guyana podía traer
consecuencias negativas bajo el Derecho Internacional, por lo cual solicitaba
al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela que elevara su más
rotunda protesta ante el Gobierno de la República Cooperativa de Guyana por
las violaciones a nuestra soberanía nacional por las concesiones otorgadas,
contrariando los irrenunciables derechos de Venezuela en todos los espacios
geográficos de su fachada atlántica; y se instaba al Gobierno de la República
Bolivariana de Venezuela para que expresara al Gobierno de la República
Cooperativa de Guyana la necesidad de concluir con prontitud, con el apoyo
del Secretario General de NN UU, la controversia pendiente, con base en el
Acuerdo de Ginebra, cuyo propósito es la búsqueda de un acuerdo práctico
mutuamente satisfactorio.
5. La Academia de Ciencias Políticas y Sociales registra con satisfacción
la interceptación del buque Teknik Perdana por el Patrullero Oceánico de
Vigilancia Armada Bolivariana “Yekuana” (PO-13) y felicita a la Armada por
el cumplimiento del deber patriótico de defender los espacios geográficos del
país. La Academia aplaude también la enérgica protesta del Gobierno de la
República Bolivariana de Venezuela por “las actividades de prospección científica y exploración de la plataforma continental y del lecho marino venezolano”
realizadas por el buque Teknik Perdana. Sin embargo, es sumamente preocupante verificar que este llamado “incidente” no es el único ni el primero, pues
como lo asienta el propio texto del comunicado de la cancillería venezolana
del 11 de octubre de 2013, “La República Bolivariana de Venezuela expresa
su profunda preocupación por la manera en que embarcaciones extranjeras
43
Pronunciamiento de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales ante las agresiones ...
autorizadas por el Gobierno de Guyana irrumpen sin la debida autorización en
el mar territorial y zona económica exclusiva de Venezuela.” En ese párrafo se
habla de incursiones en el mar territorial de Venezuela, hechos absolutamente
desconocidos por el país, lo cual es sumamente grave.
6. La Academia de Ciencias Políticas y Sociales estima que el Gobierno
de la República Bolivariana de Venezuela no puede contentarse con el acto
aislado y plausible de la interceptación del buque Teknik Perdana, sino que
está obligado, constitucionalmente, a conminar al Gobierno de la Republica
Cooperativa de Guyana a revocar las concesiones otorgadas en zonas de la
exclusiva soberanía de Venezuela, y a expresarle formalmente que Venezuela
desconocerá cualquier acto jurídico y toda situación de hecho de cualquier
país que contradiga su soberanía sobre sus espacios marítimos. Debe, además, conminar a Guyana a cesar su actividad de otorgamiento de derechos
de exploración, explotación y/o concesiones en el territorio en reclamación y
en las zonas marítimas de éste, en concordancia con el espíritu del Acuerdo
de Ginebra; y en todo caso, debe expresar su desconocimiento de estas concesiones, ya que las mismas no generan actos legítimos de posesión sobre el
territorio en reclamación oponibles a Venezuela, de conformidad con el articulo
V.2 de dicho Acuerdo.
7. La Academia de Ciencias Políticas y Sociales exhorta al Gobierno de
Venezuela: (i) a intensificar el patrullaje de la fachada atlántica del territorio
de Venezuela, incluido su mar territorial y su zona económica exclusiva; (ii) a
revisar su política de cooperación con Guyana en detrimento de los derechos
de Venezuela y, sobre todo, a reconsiderar el enfoque antihistórico dado en los
últimos años a la reclamación del territorio esequibo.
8. La Academia de Ciencias Políticas y Sociales deplora el lenguaje ambiguo y evasivo de la cancillería venezolana en sus comunicados del 14 de octubre
y del 17 de octubre de 2013, en los cuales habla de “incidente fronterizo” y de
“evento suscitado”, respectivamente, en lugar de confirmar la calificación del
hecho como interceptación de un buque que incursionó en aguas de la zona
económica exclusiva de Venezuela y sin hacer ninguna referencia a la “profunda preocupación” del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela
“por la manera en que embarcaciones extranjeras autorizadas por el Gobierno
de Guyana irrumpen sin la debida autorización en el mar territorial y zona
económica exclusiva de Venezuela”, tal como se dijo en el comunicado inicial
del 11 de octubre de 2013, ni tampoco mencionar “los incidentes fronterizos”
aludidos en el comunicado dela cancillería venezolana del 17 de octubre. La
Academia, además, expresa su “profunda preocupación” por el giro de la di44
Pronunciamiento de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales ante las agresiones ...
plomacia venezolana, que ahora va a “explorar mecanismos en el marco del
derecho internacional para abordar el tema de la delimitación marítima”, sin
decir una palabra sobre la solución de la controversia con relación al territorio en
reclamación bajo el Acuerdo de Ginebra, en ausencia de la cual están previstos
los mecanismo de solución a disposición de las partes (articulo IV.2).
La declaración contenida en el comunicado conjunto del 17 de octubre
de 2013 podría interpretarse como un abandono de la reclamación territorial
contra Guyana y por tanto un incumplimiento del Acuerdo de Ginebra a favor de Guyana. Guyana no solo no se disculpa por sus incursiones ilegales
“en el mar territorial y zona económica exclusiva de Venezuela”, sino que
obtiene, además, un triunfo diplomático en la primera reunión de su canciller
con el canciller venezolano. Así, con posterioridad a los actos de agresión
públicamente denunciados por la República Bolivariana de Venezuela en
el comunicado del 11 de octubre de 2013, Guyana logra que se excluyan de
las futuras negociaciones los problemas de la reclamación territorial y de las
concesiones ilegales otorgadas por Guyana en el territorio en reclamación y
en la zona económica exclusiva de Venezuela, ya que tales negociaciones se
van a circunscribir al tema de la “delimitación marítima”. La intolerable ambigüedad en que quedan las cuestiones pendientes entre Venezuela y Guyana
por la inadecuada actuación del canciller de Venezuela en la reunión del 17 de
octubre de 2013 en Puerto España, reflejada en el comunicado conjunto de esa
fecha, es contraria al interés nacional. Por otra parte, la renuncia de derechos,
si la hubiere, hecha por el canciller en el comunicado conjunto de esa fecha
sería contraría el artículo 1º de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, según el cual la soberanía es irrenunciable.
Caracas, 22 de octubre de 2013.
Dr. Luis Cova Arria
Presidente
Dr. Gabriel Ruan Santos
Secretario accidental
45
BLANCA
SIN NUMERAR
46
Respuesta de la Academia de Ciencias
Políticas y Sociales a la consulta
de la Academia de Ciencias Físicas,
Matemáticas y Naturales, en relación
con la legalidad o no de la firma por
parte de la República de convenios
con empresas foráneas
para la explotación de recursos
minerales en el territorio nacional
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SIN NUMERAR
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Páginas: 49-53
ISSN: 0798-1457
-ISegún la información suministrada a esta Academia de Ciencias Políticas
y Sociales, el 24 de febrero de 2012 fue suscrito en Caracas el “Acuerdo Marco
de Prospección Geológica Nacional de Venezuela” entre CITIC Construcción
(sic) Co. Ltd. y el Ministerio del Poder Popular de Petróleo y Minería de la
República Bolivariana de Venezuela (en lo sucesivo el “Acuerdo Marco”). El
texto del referido Acuerdo Marco no ha sido publicado en la Gaceta Oficial de la
República, ni tampoco es de acceso público. CITIC Construcción (sic) Co. Ltd.
es un ente totalmente propiedad de CITIC Group, a su vez controlado íntegramente por la República Popular China. En ejecución de dicho Acuerdo Marco,
CITIC Construcción (sic) Co. Ltd. se propone establecer el Departamento del
Proyecto de Prospección Geológica de Venezuela, a partir de octubre de 2012
y hasta octubre de 2017 (el “Proyecto de Prospección Geológica Nacional de
Venezuela”), con el objeto de facilitar la elaboración de la base geológica para
la exploración y explotación de los recursos minerales de Venezuela.
El referido proyecto propone desarrollar trabajos en una superficie total
de 916.700 km2, con un total de 1.648.900 km de prospección. A tales efectos se planea establecer 27 campamentos distribuidos por todo el territorio
nacional. Los trabajos a ejecutar comprenden: prospección geofísica aerotransportada, investigación geoquímica regional, investigación y evaluación
de recursos minerales, prospección de recursos minerales en las seis regiones
en que dividen el país a los fines del referido proyecto. En ejecución de lo
anterior, se prevé la elaboración del mapa geológico de los recursos minerales venezolanos y la correspondiente base de datos. Para la ejecución de los
trabajos antes mencionados, CITIC Construcción (sic) Co. Ltd. se propone
utilizar los entes subordinados del Buro Estatal de Prospección Geológica de
49
Respuesta de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales a la consulta de la Academia ...
la República Popular China, tales como el Instituto de Prospección Geofísica
y Geoquímica de Academia China de Investigaciones Geológicas y el Instituto de Investigaciones de Geología y Recursos Minerales de Nanking; así
como también el Instituto de Investigaciones de Metalurgia y Geología de Si
Chuan; la Sociedad Limitada de Industria Minera no Ferrosa de Jiang Xi; y el
Departamento General de Geología y Mina de Sinopec. Todos los anteriores
son entes controlados por la República Popular China.
-IIEl Acuerdo Marco es un contrato referido a un sensible sector de la soberanía económica del país, a saber, el sector minero. Los yacimientos mineros,
cualquiera que sea su naturaleza, existentes en el territorio nacional, bajo el
lecho del mar territorial, en la zona económica exclusiva y en la plataforma
continental, pertenecen a la República (Artículo 12 de la Constitución, publicada en la Gaceta Oficial No. 5.908 Extraordinario de 19 de febrero de
2009 y artículo 2 del Decreto No. 295, con Rango y Fuerza de Ley de Minas,
publicado este último en la Gaceta Oficial No. 5.382 Extraordinario de 28 de
septiembre de 1999). En atención a la importancia de los recursos minerales del
país, todo lo referente a las minas y a los minerales existentes en el territorio
nacional, cualquiera que sea su origen o presentación, ha sido declarado de
utilidad pública (Artículos 1 y 3 de la Ley de Minas).
Tan celoso ha sido el legislador nacional en materia de recursos minerales
que el artículo 22 de la Ley de Minas dispone tajantemente:
Los gobiernos extranjeros no podrán ser titulares de derechos mineros
dentro del territorio nacional. Cuando se trate de entes que dependan de
dichos gobiernos o de empresas en las cuales ellos tengan una participación
tal, que por capital o estatutos, les confiera el control de la empresa, para
el otorgamiento del derecho minero, requerirán la aprobación previa del
Congreso Nacional.
Ahora bien, en atención a la materia objeto del Acuerdo Marco y a la
circunstancia de que ha sido celebrado por el Ministerio del Poder Popular de
Petróleo y Minería, el cual es un órgano de la República Bolivariana de Venezuela, se trata, sin duda alguna, de un contrato de interés público nacional.
50
Respuesta de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales a la consulta de la Academia ...
En tal sentido, el artículo 150 de la Constitución establece:
La celebración de los contratos de interés público nacional requerirá la
aprobación de la Asamblea Nacional en los casos que determine la ley.
No podrá celebrarse contrato alguno de interés público municipal, estadal
o nacional con Estados o entidades oficiales extranjeras o con sociedades
no domiciliadas en Venezuela, ni traspasarse a ellos sin la aprobación dela
Asamblea Nacional.
La ley podrá exigir en los contratos de interés público determinadas condiciones de nacionalidad, domicilio o de otro orden, o requerir especiales
garantías.
Tratándose en este caso de un contrato de interés público nacional celebrado con una sociedad mercantil constituida en el extranjero, aparentemente
controlada por un Estado extranjero, se requiere la aprobación (–rectius: autorización–) de la Asamblea Nacional. Se trata, para los efectos del artículo 150
de la Constitución, de una entidad oficial extranjera, sin que importe a tales
propósitos que la misma revista la forma de sociedad mercantil y de que esté o
no domiciliada en Venezuela. El control de un Estado extranjero sobre el ente
contratante ya determina forzosamente la necesidad de la autorización por parte
de la Asamblea Nacional. La inobservancia de tal disposición constitucional
acarrearía la sanción de nulidad absoluta del contrato en cuestión.
De la revisión de la Gaceta Oficial efectuada por esta Academia de Ciencias
Políticas y Sociales, donde se ha debido publicar el acuerdo de autorización correspondiente, constatamos que tal autorización no ha sido impartida al Acuerdo
Marco por la Asamblea Nacional (Artículos 150 y 187.9 de la Constitución).
De tal forma, el mencionado Acuerdo Marco sería nulo de nulidad absoluta.
-IIIEsta Academia de Ciencias Políticas y Sociales desea, además, destacar
que las tareas a ser ejecutadas de conformidad con el referido Acuerdo Marco, según se refieren en el “Proyecto de Prospección Geológica Nacional de
Venezuela”, se corresponden con las competencias que legalmente le han sido
encomendadas al Instituto Nacional de Geología y Minería (INGEOMIN), instituto autónomo con personalidad jurídica, autonomía funcional y patrimonio
propio, distinto e independiente del Fisco Nacional, adscrito al Ministerio del
Poder Popular de Petróleo y Minería (Artículo 116 de la Ley de Minas).
51
Respuesta de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales a la consulta de la Academia ...
El referido Instituto Nacional de Geología y Minería (INGEOMIN) tiene
por objeto la realización de investigaciones principalmente de carácter interdisciplinario, en las áreas de geología, recursos minerales, geofísica, geoquímica,
geotecnia y demás áreas afines. Asimismo, le corresponde planificar, ejecutar,
dirigir y coordinar los programas de geociencias en general, así como la evaluación de los recursos minerales y energéticos no convencionales, asesorar a
las entidades gubernamentales, al sector privado y contribuir en la generación
y difusión de los conocimientos de la información científica y técnica en las
áreas de su competencia (Artículo 117 de la Ley de Minas).
En lo particular, por mandato de ley, le corresponde al Instituto Nacional
de Geología y Minería (INGEOMIN):
a) Formar y mantener el inventario de los recursos minerales existentes en
el territorio nacional;
b) Elaborar estudios geológicos y de investigación, evaluaciones de los
recursos mineros, prestar asistencia técnica, servicios de laboratorio y de
consultoría en las diferentes áreas de su actividad, a personas naturales o
jurídicas, públicas o privadas;
c) Coordinar y gestionar con instituciones de educación superior o con
personas públicas o privadas, nacionales o extranjeras, programas de investigación y de cooperación técnica que se requieran para el desarrollo
de sus objetivos;
d) Atender la solicitud del Ministerio de Energía y Minas, en lo relativo a
estudios de croquis, planos y demás recaudos técnicos presentados por
los solicitantes de concesiones mineras, y emitir su pronunciamiento, o
cualquier otra materia técnica de su competencia;
e) Elaborar, recopilar, sistematizar y divulgar los informes y estudios realizados;
f) Impartir y desarrollar capacitación y entrenamiento en las áreas que tengan
relación con las funciones del Instituto;
g) Preparar la Cartografía Geológica del país a diferentes escalas;
h) Realizar investigaciones sobre tecnologías aplicables a la actividad minera
en sus distintas escalas y a la recuperación ambiental; y,
i) Las demás materias que señalen los reglamentos de esta Ley (Artículo
118 de la Ley de Minas).
Una simple confrontación de los hechos narrados en la sección -I- de este
informe con lo establecido en el artículo 118 de la Ley de Minas, lleva a esta
52
Respuesta de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales a la consulta de la Academia ...
Academia a concluir que con la celebración del Acuerdo Marco se habrían
ignorado, incuestionablemente, las expresas competencias legales del Instituto
Nacional de Geología y Minería (INGEOMIN).
-IVPor las razones antes expuestas y con base en las informaciones recabadas,
esta Academia de Ciencias Políticas y Sociales es de la opinión que:
1. El Acuerdo Marco sería nulo de nulidad absoluta.
2. Con la celebración del Acuerdo Marco se estarían ignorado las expresas
competencias legales del Instituto Nacional de Geología y Minería.
Atentamente,
Luis Cova Arria
Presidente
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TOMA DE POSESIÓN JUNTA DIRECTIVA
PERÍODO 2013-2014
19 de marzo de 2013
BLANCA
SIN NUMERAR
56
Discurso pronunciado
por el Presidente de Academia
de Ciencias Políticas y Sociales,
Doctor Enrique Lagrange, en el acto
de entrega de la Presidencia,
19 de marzo de 2013
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Páginas: 59-61
ISSN: 0798-1457
Señor doctor Luis Cova Arria, Presidente electo de la Academia de Ciencias
Políticas y Sociales.
Señores Primer Vicepresidente y demás miembros de la Junta Directiva
electa.
Señores Individuos de Número de la Academia de Ciencias Políticas y
Sociales.
Señores Individuos de Número de otras Academias.
Señoras, Señores.
Hace dos años mis compañeros de Academia tuvieron a bien elegirme
para el cargo de Presidente.
Terminados esos dos años vengo hoy a entregar la Presidencia, con la
esperanza de haber cumplido a cabalidad las funciones que me fueron encomendadas y la indicación de los logros más importantes a lo largo de dicho
lapso. Con la advertencia de que los cometidos de esta Corporación han tropezado con las dificultades derivadas de las carencias presupuestarias de la
Academia, la cual se ha visto obligada a operar con la estrechez propia que ha
sufrido por esas carencias.
Durante ese tiempo se realizaron en la Academia diversos eventos de
divulgación científica y en materia jurídica, entre los cuales cito una serie de
conferencias celebradas el 20 de mayo de 2011, sobre las relaciones entre el
Derecho Internacional Público y el Derecho Internacional Privado y su consideración por los Tribunales Nacionales.
En octubre de 2011 se realizaron las III Jornadas Aníbal Dominici,
sobre Derecho Probatorio, con la participación de juristas del extranjero y
venezolanos.
Fue otorgado el Premio Academia de Ciencias Políticas y Sociales 20102011, al trabajo “Garantismo y Derecho Penal Tributario en Venezuela”, por
59
Discurso pronunciado por el Presidente de Academia de Ciencias Políticas y Sociales ...
Carlos E. Weffe H. y Mención de Honor a los trabajos “La Casación Civil”, por
Humberto Tercero Bello Tabares y “Estudios sobre el debido Proceso Tomo I
y Tomo II, por Luis Alberto Petit Guerra.
Se realizó un Foro sobre los 30 años de la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos, con la participación de administrativistas venezolanos.
El 16 de junio de 2011, se realizó un Foro sobre los Ejes Temáticos más
importantes de la Reforma de la Ley Orgánica del Trabajo.
Una serie de conferencias sobre el Derecho de las Obligaciones ante los
Tribunales, en Homenaje al Dr. José Mélich Orsini.
La presentación del libro del Dr. Allan Brewer Carías, “La constitución
de la Provincia de Caracas de 1812”.
Un evento sobre recursos judiciales en contra de actuaciones y laudos
arbitrales, el 21 de octubre de 2011.
En el año 2011 fueron editadas, además, las siguientes obras jurídicas:
1.- “La empresa y sus negocios de carácter internacional”, por Claudia Madrid
Martínez
2.- “La Tributación en Venezuela en el contexto de la responsabilidad social
del sector empresarial”, por Juan Cristóbal Carmona.
3.- “Bases constitucionales para la redacción de una Ley de Universidades”.
4.- Ley de Derecho Internacional Privado.
5.- “Teoría General de Derecho Internacional Privado”, por Tatiana de
Maekelt.
6.- “Las Arras en la Contratación”, por Enrique Urdaneta Fontiveros.
7.- Propuestas de las Academias Nacionales a la Nación.
8. - “La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia como Legislador
positivo”, por Daniela Urosa.
9.- “Procesos sobre la Propiedad y la Posesión”, porRomán J. Duque Corredor
(reimpresión con jurisprudencia actualizada).
10.-“Caminos de la Filosofía Jurídica”, por Julio Rodríguez Berrizbeitia.
11.-“La Cláusula penal en el Código Civil Venezolano”, por Enrique Urdaneta
Fontiveros.
12.-Boletín de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales N° 150. Año
2011.
En el año 2012 fueron editadas las siguientes obras jurídicas:
1.- Estudios de Derecho Civil, por Enrique Lagrange.
2.- Comercio Internacional incluyendo el comercio electrónico, por Luis Cova
Arria.
60
Discurso pronunciado por el Presidente de Academia de Ciencias Políticas y Sociales ...
3.- Teoría General de Derecho Internacional Privado, por Tatiana de Maekelt.
4.- Análisis de 10 años de vigencia de las Leyes Marítimas Venezolanas.
Varios autores.
5.- Derecho de las Obligaciones, obra en homenaje al Prof. José Melich Orsini.
Varios autores.
6.- El Derecho y el Revés de la Contabilidad, por Humberto Romero Muci.
7.- La Tributación en Venezuela, por Juan Cristóbal Carmona.
8.- Boletín de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales. N° 151. Año
2012.
9.- La Globalización, por James Otis Rodner.
10.-El Hacedor de Derecho, por Isaías Medina Felizzola.
El Premio Academia de Ciencias Políticas y Sociales 2011-2012, fue adjudicado por el jurado examinador a la obra “La eficacia de las sentencias de
la Corte Internacional de Derechos Humanos frente a las prácticas ilegítimas
de la Sala Constitucional”, por Eduardo Meier García. El jurado concedió
Mención Honorífica a los trabajos: “Los derechos fundamentales y sus restricciones”, por Jesús María Casal H. y “Protección Internacional de las personas
con discapacidad mental: análisis del derecho a la integridad personal”, por
Angelina Calzadilla.
Estos son los eventos y publicaciones que he considerado más importantes
en los años 2011 y 2012.
Aprovecho la ocasión en la cual presento mi discurso presidencial de
despedida, para agradecer a los miembros de la Junta Directiva que me acompañaron: Luis Cova Arria, Eugenio Hernández Bretón, Gabriel Ruan Santos,
Humberto Njaim y Jesús Ramón Quintero.
Igualmente agradezco la labor que desempeñaron la doctora Irene de
Valera y la señora Evelyn Barboza, distinguidísimas Secretarias Ejecutivas
de la Academia, cuyas eficaces labores hicieron posible el cumplimiento de
nuestras metas, así como agradezco la labor de nuestra Bibliotecónoma, Beatríz
Martínez y del grupo de profesionales que la secundaron en sus labores y las
del Centro de Investigaciones Jurídicas. Muchas gracias a todos ellos.
Y, finalmente, deseo que el éxito acompañe al nuevo Presidente, Luis
Cova Arria y a los demás miembros designados de la Junta Directiva, que lo
acompañarán en el desempeño de sus labores: Eugenio Hernández-Bretón,
Gabriel Ruan Santos, Humberto Romero-Muci, Alberto Arteaga Sánchez y
Jesús Ramón Quintero.
Señoras y señores, muchas gracias.
Caracas, 19 de marzo de 2013
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Discurso de toma de posesión
de la Junta Directiva de la Academia
de Ciencias Políticas y Sociales
por el Presidente electo,
Doctor Luis Cova Arria,
19 de marzo de 2013
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Páginas: 65-72
ISSN: 0798-1457
Señor Dr. Enrique Lagrange, Presidente saliente de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales;
Señor Dr. Manuel Torres Parra, Presidente de la Academia Nacional de
Ingeniería y el Hábitat;
Señor Dr. Leopoldo Briceño-Iragorry, Secretario de la Academia Nacional
de Medicina;
Señor Dr. Antonio Machado Allison, Secretario de la Academia Nacional
de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales; y, Presidente de la Fundación
Palacio de las Academias;
Señor Dra. Pola Ortiz, Representante de la Academia de Ciencias
Económicas;
Señor Dr. Eugenio Hernández-Bretón, Decano de la Facultad de Derecho
de la Universidad Monte Avila;
Señor Dr Humberto Njaim, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Metropolitana;
Señora Doctora Ninoska Rodríguez, Directora de la Facultad de Derecho
de la Universidad Católica “Andrés Bello”;
Señor Dr. Alfredo Arismendi, Representante de la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela;
Señores Directores, Individuos de Número y Corresponsales de las Academias venezolanas, Invitados Especiales, apreciados colegas de la Junta
Directiva recién electa;
Señoras y Señores
Al iniciar estas palabras, con ocasión de la toma de posesión de la nueva
Junta Directiva de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, para el periodo
2013-2014, quiero agradecer, antes que a nadie, a Dios por permitirme vivir
este momento, y luego a los académicos presentes en la sesión del pasado 19
65
Discurso de toma de posesión de la Junta Directiva de la Academia de Ciencias Políticas ...
de febrero de 2013, por la elección de los miembros de la nueva Directiva y, de
mi persona en particular, realizada por unanimidad, así como reconocer la labor
cumplida por el Dr. Enrique Lagrange, como Presidente de esta corporación
en el lapso 2011 al 2013, quien en forma acertada, con cordura y sabiduría,
dirigió los destinos de la misma, sosteniendo mediante pronunciamientos,
tanto exclusivos de esta Academia, como conjuntos con las otras Academias
Nacionales, los principios de nuestra Constitución Nacional.
Al aceptar la honrosa designación que se me ha hecho para presidir esta
corporación, me comprometo a mantener en alto los nobles fines de la Academia, obligándome a defender los principios constitucionales de igualdad,
fraternidad y, por sobre todas las cosas, de la libertad.
La nueva Directiva está integrada, además de mi persona, por el Dr. Eugenio Hernández-Bretón, como Primer Vicepresidente; Gabriel Ruán Santos,
como Segundo Vicepresidente; Humberto Romero Muci, como Secretario;
Alberto Arteaga Sánchez, como Tesorero y, Jesús Ramón Quintero, como
Bibliotecario. Cada uno de ellos representa, no sólo una determinada rama
del derecho, sino una amplia cultura y conocimientos plenos de las ciencias
jurídicas. Con esta Junta Directiva y, el excelente personal administrativo con
que cuenta la Academia, debemos cumplir una exitosa gestión. Estar a la cabeza
de esta Directiva y, por ende presidir esta institución, reitero, es un grandísimo
honor, que me compromete aún más.
PLANES DE LA DIRECTIVA PARA EL PERIODO 2013-2014
Una arraigada usanza y normas reglamentarias obligan a la realización
de este acto público y solemne en este paraninfo cuando asume una nueva
Junta Directiva. Se le otorga tal jerarquía a este evento debido a que quienes
tomamos la conducción de esta institución tenemos el deber de informar y,
hoy, con más razón ante esta distinguida audiencia como la que esta mañana
asiste a este recinto, sobre los planes inmediatos de la nueva Directiva. En este
sentido, haré una relación breve de esos planes.
Antes de continuar, es bueno reiterar, lo que muchos de los aquí presentes
saben, que esta Academia es una institución de derecho público no estatal,
que goza de autonomía y cuyo objetivo consiste en promover el desarrollo y
progreso de las ciencias políticas y sociales en general.
Nuestra institución, fue creada por Ley del 16 de junio de 1915, faltando
poco más de dos años para que podamos celebrar con orgullo el centenario
66
Discurso de toma de posesión de la Junta Directiva de la Academia de Ciencias Políticas ...
de su fundación, una efeméride a la que no podemos ser indiferentes. Su sede
actual está ubicada en este bello y acogedor recinto, donde hoy nos encontramos, antigua sede de la Universidad Central de Venezuela hoy Palacio de las
Academias. El edificio lo comparte con otras cuatro academias nacionales:
la Academia Nacional de la Historia; la Academia Nacional de Medicina; la
Academia Nacional de la Lengua y la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales.
Esta nueva Junta Directiva, dará continuidad a las labores de la Junta
saliente, destinadas a la divulgación de la ideología positiva de las ciencias
jurídicas, políticas y sociales mediante conferencias, seminarios, foros, congresos y jornadas; a través de la publicación de nuevas obras en las diversas
series; y a través de nuevas investigaciones por medio del Centro de Investigaciones Jurídicas.
Nos proponemos hacer que las sesiones ordinarias de la Academia, incluyan puntos de agenda fijos, como por ejemplo, informe de nueva bibliografía,
suerte de recensión verbal, jurisprudencia reciente, a cargo de algún académico
o de algún invitado especial.
Una labor que continuaremos, es la digitalización de las publicaciones
jurídicas venezolanas y su puesta a disposición de los investigadores, docentes, estudiantes, profesionales y demás interesados a través de la plataforma
electrónica de su página web. En este sentido, apoyaremos la digitalización de
los clásicos jurídicos venezolanos en todas las áreas del derecho.
A tal efecto, se continuará el proceso de suscripción de acuerdos entre la
biblioteca “Andrés Aguilar Mawdsley”, de la Academia y las demás bibliotecas
jurídicas para ofrecer al usuario una red que le permita acceder a la información
donde ésta se encuentre. Hay que destacar la labor realizada por la biblioteca,
bajo la dirección del Dr. Jesús Ramón Quintero, con la eficiente ayuda de
la Licenciada Beatriz Martínez. Es de destacar, el gesto del Dr. Quintero de
poner su biblioteca privada a la orden de la Biblioteca de la Academia, gesto
digno de imitar.
Otra institución a la cual le prestaremos nuestra atención es a la “Fundación Juan Germán Roscio”, con énfasis en la edición de las publicaciones de
la Academia. De ese modo, por un lado, ayudaremos al financiamiento de sus
actividades en el orden jurídico, social y político y, por el otro lado, mostraremos
su labor editorial, conformada por diferentes títulos: Series Compendios, Series
Estudios, Series Eventos y Misceláneas. Incluiremos en esta labor editorial, la
publicación con regularidad del Boletín de la Academia.
67
Discurso de toma de posesión de la Junta Directiva de la Academia de Ciencias Políticas ...
Una labor que apoyaremos, es la presencia de la Academia en las Ferias
de Libros que han venido funcionando con regularidad en los últimos años
en nuestro país, en las cuales nuestras publicaciones se han venido vendiendo
con bastante éxito.
Adicionalmente, a través de su página web, La Academia estará ampliando
el radio de promoción de sus publicaciones, brindando así nuevas opciones
para que sus usuarios en Venezuela y el mundo puedan adquirir los libros que
se ofrecen.
En este orden de ideas, creemos que una tarea fundamental de esta nueva
Junta Directiva, es la de diseñar una política de publicaciones, programando
las mismas, conforme a un presupuesto de publicaciones.
La Academia cuenta con unas Comisiones Permanentes, cuya última
conformación se hizo durante la Presidencia de nuestro siempre recordado
profesor, el Dr. José Melich Orsini. Pienso que debemos actualizar esas Comisiones, pues son esenciales para el estudio y análisis de los problemas jurídicos, políticos y sociales que vive actualmente nuestra nación, procediendo
a reestructurarlas a fin de incorporar en las mismas a los nuevos académicos
que han sido designados para ocupar los sillones vacantes. Esta actualización
de las Comisiones Permanentes nos permitiría dar cumplimiento a la Ley de
la Academia y a su Reglamento. Las mismas podrán reunirse y trabajar en
diferentes asuntos según las materias de su competencia, lo que le permitiría
a la Academia tener mayor presencia y participación en asuntos de interés
nacional, con planteamientos y respuestas oportunas.
Igualmente, está pendiente la designación de algunos Miembros Correspondientes Extranjeros, así como de Miembros Colaboradores Especiales por
los Estados de la República.
Fomentaremos la proyección nacional e internacional de la Academia,
reforzando sus vínculos con las Universidades, Colegios de Abogados y Asociaciones especializadas de Derecho.
En este sentido, es conveniente mencionar que durante la Presidencia del
doctor Román Duque Corredor, se firmaron diversos Convenios con Universidades y Colegios de Abogados del interior del país. El Dr. Duque ha seguido
siendo el enlace de nuestra Academia con esas instituciones y, por ello, le pediré que siga siendo nuestro “Coordinador Académico”, función que le fuera
asignada por la Junta saliente, a pedido del Dr. Enrique Lagrange, para de ese
modo garantizar la continuidad de los Convenios de Cooperación que se han
firmado con esas Universidades y Colegios de Abogados.
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Discurso de toma de posesión de la Junta Directiva de la Academia de Ciencias Políticas ...
Reforzaremos los vínculos con las otras Academias Nacionales, manteniendo una fluida, cálida y constante relación con las mismas, participando en
las actividades conjuntas del Comité Interacadémico y cumpliendo el compromiso con la Fundación Palacio de Las Academias, de engrandecer las nobles
infraestructuras y claustros del Palacio de Las Academias; que constituyen
patrimonio histórico y cultural de la República.
En fin, defenderemos la autonomía, objetivos e independencia de la Academia, los derechos humanos, la institucionalidad democrática y el Estado de
Derecho, todo lo cual constituirá el plan de acción de esta nueva Junta Directiva
de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, para el período 2013-2014,
para lo cual contamos con la colaboración de todos nuestros compañeros
académicos.
EL PAIS ACTUAL Y LA ACADEMIA
Este acto se realiza en un momento de transición de la República, originado
por el fallecimiento del Presidente Hugo Chávez Frías, electo el 7 de octubre
de 2012. Nuestra Academia, en unión de las otras Academias Nacionales se
unió al duelo nacional por ese acontecimiento haciéndole llegar sus condolencias a sus padres, hijos, hermanos y demás familiares, las cuales reiteramos
en este acto solemne.
La muerte del Presidente ha producido una ausencia absoluta del cargo,
el cual debe ser llenado mediante unas elecciones convocadas para el 14 de
abril de este año.
Como antes hemos dicho, esta Academia fue creada para el fomento,
pedagógico y positivo de la libertad de pensamiento, con el deber de enfatizar la defensa de nuestra Constitución y, en general del Estado de Derecho.
Es verdad, que los miembros de esta Academia son individuos de las más
distintas ideologías y creencias, que han sido elegidos por sus credenciales
intelectuales, y no por ataduras a ningún partido político, secta religiosa o ente
gubernamental, pero su naturaleza como lo señalara, quien fuera Presidente
de esta Corporación, el Dr. Alfredo Morles Hernández, en su discurso de toma
de posesión del 15 de marzo de 2005, “está vinculada a la defensa del estado
de derecho, al reconocimiento de la democracia como sistema civilizado de
convivencia proclamado constitucionalmente y a la reflexión sobre el destino
del hombre en la sociedad en que vive”
69
Discurso de toma de posesión de la Junta Directiva de la Academia de Ciencias Políticas ...
Se ha dicho por muchos de nuestros académicos, uniéndose a la opinión
de calificados juristas de nuestras universidades y colegios de abogados, que
necesitamos el acatamiento, pleno y auténtico, de los preceptos constitucionales
en la acción de nuestros gobernantes, especialmente de todos los derechos y
garantías para preservar en el curso de los tiempos la dignidad humana, superando los obstáculos que la intolerancia de las pasiones políticas acarrean para
el progreso social, como de aquellos que regulan sus instituciones republicanas
con un dinamismo ejemplar y fiel a la esencia del constitucionalismo democrático. De allí, que la confrontación especial que este próximo evento electoral
produce, nos lleva a rogar por el mantenimiento de la paz de la República, de
modo que, dicho evento se realice apegado estrictamente a los lineamientos
constitucionales y legales vigentes.
Sin embargo, las actuaciones recientes de nuestros Poderes Públicos,
ponen en duda que ello sea así, y por el contrario, refuerzan la conseja de que
los preceptos constitucionales han sido interpretados de acuerdo con el interés
momentáneo o el capricho político. Así lo demuestran los últimos actos de
nuestros Poderes Públicos, como lo son el Acuerdo de la Asamblea Nacional
del 8 de enero de 2013 y las posteriores decisiones de la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia del día 9 del mismo mes y año, y, del 08 de
los corrientes, confirmando la continuidad del ejercicio del cargo del VicePresidente de la República y, luego permitiendo su juramentación como Presidente Encargado, todo en contra de lo dispuesto en la Constitución y la Ley,
ante la ausencia absoluta de un Presidente electo, que nunca fue juramentado
antes de su muerte.
Al no haber una fiel e íntegra interpretación de la Constitución y Leyes
de la República, no se están cobijando las condiciones para concretar la paz,
la armonía en las relaciones sociales y el desarrollo cultural del pueblo, como
barrera infranqueable para toda concepción sociopolítica autocrática, que
pretenda desarticular la esencia democrática del Estado de Derecho.
El alejamiento del mensaje constitucional por parte de nuestros Poderes
Públicos, no es un acto aislado sino reiterado que, paulatinamente, nos ha
distanciado del proceso democrático, acarreando un retroceso preocupante en
esta transición, el cual nos inserta al caos institucional y consecuente autoritarismo, retrotrayendo a Venezuela a épocas, superadas varios siglos atrás por
la comunidad internacional, en las cuales no existía la división de los poderes
públicos y, donde un monarca se investía sobre todos sus súbditos con poderes
70
Discurso de toma de posesión de la Junta Directiva de la Academia de Ciencias Políticas ...
omnímodos y exclusivos, considerados como derivados de Dios, sin control
de poder alguno sobre sus actuaciones.
Es por ello evidente que, en la Venezuela actual, hay una total inaplicación
del principio de la separación de las funciones del poder del Estado, legados
de la humanidad desde que fuera esbozada en el siglo XVII por John Locke,
formulada en el XVIII por el Barón de Montesquieu y complementada, en el
siglo pasado, por Karl Loewenstein, como una de las garantías fundamentales
para la manifestación de una república y una convivencia democrática. El
Reino Unido, Francia y los Estados Unidos, cuya Constituciones se inspiraron
en las ideas de estos pensadores, y, todos aquéllos países, como el nuestro, que
se adaptaron a las mismas, tienen Cartas Magnas, escritas o no escritas, en
donde se consagran el principio de la separación y autonomía de los poderes
del Estado. Ya no existe el monarca omnímodo, ni siquiera en el Reino Unido,
donde la Reina, reina, pero no gobierna.
Ahora bien, siguiendo la clasificación ontológica de las Constituciones,
delineada por Karl Loewestein, siguiendo los pensamientos de Locke y Montesquieu, podemos encuadrar la actual y real eficacia de nuestra Constitución
de 1999, en vista de esas actuaciones de nuestros Poderes Públicos en contra
de su letra y espíritu, en una “Constitución semántica” o “pseudoconstitución”, es decir, aplicada, pero no tanto para regular el proceso político sino
para formalizar y legalizar el monopolio de poder de un determinado grupo.
Estamos, como dice Loewestein, ante un “disfraz constitucional”, donde no
se aplica el principio de la separación de los Poderes Públicos, no habiendo
un respeto hacia el mismo y a su digna sustentabilidad, restando garantía al
funcionamiento eficiente de todos los órganos de control, que es condición
ineludible de un sistema político democrático constitucional que, si bien puede
presentar falencias, es el más eficiente que se conozca para salvaguardar la
libertad y dignidad del ser humano.
Ahora más que nunca, corresponde a la Venezuela actual rescatar el Estado
de Derecho, saliendo de este retroceso institucional a donde hemos caído y
a nuestra Academia ocupar su lugar en ese rescate, con fortaleza, dignidad y
respeto, sin miedo ni restricciones.
Por ello, reitero el juramento de ley que hemos rendido los miembros de
la recién nombrada Junta Directiva, de cumplir nuestros deberes con arreglo
a la ley, de modo que nuestra gestión cumpla con las mejores expectativas,
superando los obstáculos, fortaleciéndose ante las dificultades y asumiendo
los retos que se le presenten.
71
Discurso de toma de posesión de la Junta Directiva de la Academia de Ciencias Políticas ...
CONCLUSION
Antes de concluir, quiero agradecer en forma especial a mi esposa, Moraima, a mis hijos, Luis Leopoldo, Halvor, Gabriella, Luis Humberto, Annabella,
Moraima Elvira y Jorge, y a mis doce nietos, por todas las satisfacciones y
alegrías que me han proporcionado en mi vida.
No quiero dejar de mencionar a mis padres difuntos, Luis Cova García y
Obdulia Arria de Cova, quienes me dieron la vida y a quienes tanto les debo,
especialmente al primero; quien por ser también abogado, influyó y guió mi
profesión, así como a mi también difunto suegro Leopoldo H. Franco Sagredo
quien fue para mí como un padre y mucho me ayudó en mis primeros pasos
del ejercicio profesional.
Asimismo, agradezco y saludo a mis demás familiares y amigos aquí
presentes, así como a mis socios, Henry Morián Piñero y Patricia Martínez
de Fortoul.
De igual forma, no puedo concluir, sin agradecer sinceramente y reiterar
mis saludos a las autoridades académicas ya mencionadas, a los académicos,
a los juristas de las más diversas procedencias y al público en general que ha
tenido a bien prestigiar este acto con su presencia.
Señores, en esta hora, llena de emoción, prometo, con el juramento de ley,
y con el favor de Dios, cumplir los deberes inherentes a mi cargo, continuando
la digna labor de mis antecesores, con la eficiencia y el entusiasmo con que
ellos la ejercieron.
En nombre de esta nueva Junta Directiva y, en el mío propio, muchas
gracias a todos por acompañarnos en este acto y los invito a un brindis en los
jardines del Palacio.
Luis Cova Arria
Caracas, 19 de marzo de 2013
72
JORNADAS CONMEMORATIVAS
AL CENTENARIO DEL NACIMIENTO
DE ELOY LARES MARTÍNEZ
14 de maYo de 2013
BLANCA
SIN NUMERAR
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Palabras de apertura del Doctor
Luis Cova Arria, Presidente
de la Academia de Ciencias Políticas
y Sociales
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SIN NUMERAR
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Páginas: 77-79
ISSN: 0798-1457
Señor Dr. Gabriel Ruán Santos, Segundo Vice-Presidente Academia de
Ciencias Jurídicas y Políticas.
Señor Dr. Enrique Tejera París, Académico Orador de Orden.
Señores Académicos.
Señores Académicos Miembros de otras Academias Nacionales.
Señor Dr. José Ignacio Hernández, Director del Centro de Estudios de
Derecho Público de la Universidad Monteávila.
Señor Dr. Rodrigo Lares Bassa, hijos, nietos y demás familiares del
Dr. Eloy Lares Martínez.
Señoras y Señores.
En nombre de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, me complace
darles la más cordial bienvenida a esta Jornada conmemorativa al centenario
del nacimiento del Dr. Eloy Lares Martínez, de cuya celebración sentimos gran
beneplácito, pues eventos como este forman parte de uno de nuestros objetivos,
como es el de recordar y homenajear a nuestros ya fallecidos académicos.
Nuestro homenajeado, nació el 17 de abril de 1913 en la ciudad de Carúpano, Estado Sucre.
Como nos cuenta su nieto, Rodrigo Lares Bassa, quien hoy nos acompaña,
en su biografía, titulada “El andar de una vida”, el Dr. Lares Martínez, en su
juventud fue maestro de Latín y Griego, Castellano, Geografía e Historia y,
en su adultez profesor universitario de la Cátedra de Derecho Administrativo
de la hoy Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Central
de Venezuela.
Ya, el Dr. Lares Bassa nos dirá más sobre la vida de su abuelo, pero puedo
adelantarles, lo cual para mí es sumamente grato que nuestro homenajeado, fue
77
Palabras de apertura del Doctor Luis Cova Arria, Presidente de la Academia de Ciencias ...
coterráneo y compañero de estudios universitarios, de mi ya fallecido padre, Luis
Cova García, habiéndose graduado ambos en el año de 1935, en este mismo
edificio que, para la fecha era la sede de nuestra primera casa de estudios universitarios. Guardo, como un tesoro, la foto donde aparecen ambos con sus otros
compañeros, el día de su graduación, al pié de la estatua de José María Vargas,
en el patio del mismo nombre de este honorable Palacio de las Academias.
Por lo demás, siempre es bueno recordar que el Dr. Lares Martínez, se
graduó “summa cum laude” y que ocupó altos cargos, tanto públicos como
privados, habiendo sido elegido como miembro de esta corporación para ocupar
el Sillón 31, en sesión de 15 de junio de 1962. Se incorporó el 11 de octubre de
1967, con una pieza jurídica notable, como lo es su discurso de incorporación,
denominado “El principio de legalidad aplicado a la administración”. Llegó
a ser Presidente de esta corporación.
Su obra más conocida, es su “Manual de Derecho Administrativo”, hoy
con catorce ediciones, la última a cargo de su nieto, Rodrigo Lares Bassa. Por
ese Manual, muchos de nosotros nos iniciamos en el estudio de esta importante
rama del derecho.
Esta Jornada en el centenario de su nacimiento, cuenta con la participación
de los Académicos Dr. Enrique Tejera París, Allan R. Brewer Carías y Henrique
Iribarren Monteverde, además de la de los profesores Rodrigo Lares Bassa,
Jesús Araujo Juárez y José Ignacio Hernández.
Ellos tratarán los temas incluidos en la programación, a fin de nutrir a esta
distinguida audiencia sobre la extraordinaria obra que dejó en el campo del
derecho administrativo nacional, el Dr. Eloy Lares Martínez.
Luego a las palabras que sobre el homenajeado oiremos de Lares Bassa,
tendremos el placer de oír el discurso de orden del Dr. Enrique Tejera Paris.
Seguidamente, el Dr. José Ignacio Hernández, Director del Centro de
Estudios de Derecho Público de la Universidad Monteávila, tendrá el gusto
de leernos la conferencia que para este acto ha preparado el académico, Allan
Brewer Carias, en la cual se destacará la importancia que ha tenido el Dr. Eloy
Lares Martínez en el Derecho Administrativo Venezolano.
Por su parte, el Profesor José Araujo Juárez, nos disertará sobre el concepto
del derecho administrativo en la obra de Eloy Lares Martínez, mientras que
Henrique Iribarren Monteverde, lo hará sobre la teoría del contrato administrativo en su obra, y finalmente, José Ignacio Hernández, nos ilustrará sobre
los cien años del derecho administrativo venezolano en este centenario que
hoy celebramos.
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Palabras de apertura del Doctor Luis Cova Arria, Presidente de la Academia de Ciencias ...
En espera que esta mañana supere nuestras expectativas, les reitero nuestro agradecimiento por su asistencia y, a continuación los dejo con nuestros
panelistas.
Buenos días.
LUIS COVA ARRIA
Caracas, 14 de mayo de 2013
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Palabras a cargo de
RODRIGO Eloy Lares Bassa
(nieto del homenajeado)
en representación de la familia Lares
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Páginas: 83-87
ISSN: 0798-1457
EXCELENTÍSIMOS SEÑORES ACADÉMICOS DE LA ACADEMIA
NACIONAL DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES.
SEÑORES ACADÉMICOS MIEMBROS DE LA JUNTA DIRECTIVA
DE ESTA ACADEMIA NACIONAL.
QUERIDOS MIEMBROS DE LA FAMILIA LARES MONSERRATTE.
SEÑORES Y SEÑORAS.
Bachilleres.
Debo iniciar las presentes palabras –como lo señalan los grandes tratados
de Educación– agradeciendo (en nombre de la familia Lares y en el mío) el
gran gesto que esta Academia, en representación de todos sus miembros, ha
tenido en honrar la memoria de mi abuelo Eloy Lares Martínez, dedicando
las presentes jornadas a su persona y trayectoria profesional. Asimismo, extiendo nuestro agradecimiento al Centro de Estudios de Derecho Público de
la Universidad Monteávila; al ilustre panel de conferenciantes, quienes con
sus trabajos nutren éstas interesantísimas jornadas y ofrecen así su aporte a la
realidad jurídica actual venezolana en atención con la perspectiva jurídica de
Lares Martínez. Y, por supuesto, agradecemos muy especialmente a todo el
público presente por su interés en estar aquí.
No puedo dejar de señalar mi emoción particular en haber sido honrado
para pronunciar unas palabras de bienvenida a estas jornadas, viéndome ante
todo este público, frente a estas paredes que antaño fueron de la Universidad
Central de Venezuela; justamente la casa donde cursó sus estudios jurídicos el
homenajeado, paredes que, posteriormente, han domiciliado la prestigiosa Sede
de las seis Academias Nacionales, incluida la de Ciencias Políticas y Sociales
donde ocupó el Dr. Eloy Lares Martínez el Sillón Nro. 31.
Para quien les habla, el orgullo es inmenso. Ésta, es la segunda vez que me
encuentro pronunciando unas palabras al auditorio que este Palacio convoca.
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Palabras a cargo de RODRIGO Eloy Lares Bassa (nieto del homenajeado) en representación ...
Ambas oportunidades con el mismo motivo: honrar a Eloy Lares Martínez. La
primera, fue ya hace más de 13 años –específicamente el 21 de Septiembre de
1999– cuando presentaba ante este paraninfo –sonrojado, asustado y emocionado– mi primer libro publicado, titulado “El Andar de una vida” biografía
de Eloy Lares Martínez. Recuerdo que aquel libro lo escribí a hurtadillas del
biografiado, motivado por una admiración unísona de venezolano y de nieto.
Aún conservo en el tesoro de mis pertenencias afectivas las palabras que en una
carta el biografiado me dirigió al enterarse de aquella meta literaria, entonces
cumplida: “Debo decirte que tu cariño hacia mí te conduce a exagerar los
méritos que yo pueda tener. Con toda sinceridad debo decirte que no veo en la
historia de mi vida hechos de tanta importancia que justifiquen la preparación
de una biografía. Creo haber sido un luchador, haber escalado honestamente
ciertas posiciones en la vida de mi país, no obstante la muerte prematura de
mi padre, anterior a mi nacimiento, y la escasez de recursos de mi admirable progenitora. Pero sólo hasta allí llegan mis méritos. No los considero
suficientes para justificar una biografía.” Pues fue justamente esa humildad
y sencillez la que me hizo y hace admirarlo; en ese entonces le respondí:
“Abuelo, justamente lo que expresas en tu carta es lo que para mí justifica
tu biografía”. Hoy día, gracias a una innumerable cadena de acontecimientos
y demostraciones de afecto de terceros hacia su persona y trayectoria, como
por ejemplo las Jornadas que hoy celebramos, reitero que no me equivoqué
en cumplir el deseo de plasmar en tinta y papel su vida.
Ahora bien, en esta oportunidad, 2013, nos reunimos para celebrar el año
centenario del natalicio de Eloy Lares Martínez, con un homenaje a su carrera
profesional, y por su destacada valía como jurista y ciudadano venezolano. De
manera que para hablarles de Eloy debo iniciar, comentándoles que él nació
en una familia que contaba con limitados recursos económicos. Su núcleo
familiar se formaba tan sólo de tres personas: su madre, María de Lourdes
Martínez Meaño y su hermana Julieta, quien murió en el terremoto de Cumaná
de 1929, catástrofe natural donde casi pierde la vida Eloy, contaba entonces
con la edad de 16 años; fue hijo póstumo paterno. Su ahínco y perseverancia
por el cultivo del intelecto fue hereditario, sobre todo la preparación personal y
vocacionalmente inclinada al estudio de la disciplina del Derecho y su ejercicio
profesional, lo cual se remonta a varias generaciones. Así, nos encontramos
con que el abuelo paterno de Eloy, don Eloy Lares Sánchez (1856-1901) fue
Doctor en Derecho, graduado de la Universidad Central de Venezuela (UCV);
el padre de Eloy, Eloy Lares Saravia (1875-1912) fue Procurador Judicial; Eloy
Lares Martínez (1913-2002) fue Doctor en Derecho, graduado de la UCV.
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Palabras a cargo de RODRIGO Eloy Lares Bassa (nieto del homenajeado) en representación ...
Entre sus hijos, dos estudiaron la disciplina jurídica como primera opción:
Leopoldo Lares Monserratte y Enrique Lares Monserratte, ambos Abogados
graduados de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB); un tercero, Eloy
Lares Monserratte estudió la Carrera en segunda opción –primero graduándose
de ingeniero–, y entre sus nietos, dos se graduaron de Abogado, Ximena Lares
Bassa y Rodrigo Eloy Lares Bassa, ambos en la UCAB.
Pues bien, con gran alegría y entusiasmo, la familia Lares celebra la coincidencia de las efemérides del centenario del natalicio de Eloy Lares Martínez
y del cincuenta aniversario de su obra titulada “Manual de Derecho Administrativo”. Serán a estos dos puntos a los que me referiré a continuación:
1) En lo que se refiere a su centenario podemos comentar acerca de su
trayectoria vital: Eloy Lares Martínez, fue un venezolano que nació en Carúpano (17 de abril de 1913), tierra volcánica de intelectuales. Hablo de un
hombre que enfocó sus esfuerzos en ayudar a que se alcanzase un verdadero
y efectivo progreso en su país, entonces provinciano.
En su juventud fue profesor de segunda enseñanza escolar de Latín y Griego, Castellano, Geografía e Historia y en su adultez profesor universitario de la
Cátedra de Derecho Administrativo (UCV). Abogado graduado Summa Cum
Laude de la Universidad Central de Venezuela; Consultor Jurídico del Banco
Agrícola y Pecuario (1936-1945); Diputado principal por Sucre, su Estado
natal (1945); Gobernador del Estado Sucre (1958); magistrado de la otrora
Corte de Casación (1959-1960), hoy Tribunal Supremo de Justicia; miembro
de número de esta Academia Nacional de Ciencias Políticas y Sociales (desde
1962) de la cual fue presidente (1975-1976); magistrado de la Corte Suprema
de Justicia (1961-1964); Ministro del Trabajo (1964); Presidente del Colegio
de Abogados del Distrito Federal (1965); Procurador (Encargado) General de
la República (1965-1966) y Procurador General de la República (1966-1969);
Rector fundador de la Universidad Simón Bolívar (1968); Consultor Jurídico
del Consejo Supremo Electoral (1971-1984) y miembro del Directorio del
Banco Central de Venezuela (1992-1994). Falleció en Caracas, el 4 de febrero
de 2002. Podemos recordar las siguientes palabras que demuestran por sí solas
la gran valía que su esfuerzo profesional significó: “Que el fallecimiento del
doctor Eloy Lares Martínez, constituye una irreparable pérdida, especialmente
para el foro y la judicatura venezolana”. Así indica el tercer considerando del
Acuerdo publicado por la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, el mismo
día en que se producía la ausencia corporal de Eloy, igualmente, se anunciaba
el duelo tanto para ese alto tribunal como para todo el Poder Judicial.
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Palabras a cargo de RODRIGO Eloy Lares Bassa (nieto del homenajeado) en representación ...
2) En cuanto al cincuenta aniversario de su Manual de Derecho Administrativo, podemos decir: Autor de la obra proba Manual de Derecho Administrativo, que en 1963 vio la luz por primera vez. De dicho Manual, que
ha venido desde entonces educando a generaciones de abogados venezolanos,
al día de hoy, cuenta en su haber con XIV ediciones: 12 actualizadas por el
propio autor y 2 póstumas a él. Este gran logro del Maestro Lares Martínez
–como le llaman respetuosamente quienes le conocieron–, sin lugar a dudas,
de extraordinario calado dentro de las publicaciones jurídicas venezolanas se
debe al inmenso tesón del autor por aportar su sapiencia y experiencia a la
cultura jurídica nacional. Entre las 14 ediciones del Manual se han contabilizado
la publicación de un tiraje total 57.000 ejemplares; lo que demuestra la gran
aceptación, por parte del alumnado y claustro profesoral, del laureado texto.
Lo anterior, sin contar la incalculable cantidad de ejemplares piratas que se
han impreso de todas y cada una de las 13 ediciones (la Décimo Cuarta, apenas
acaba de salir de la imprenta), cuestión que muy lamentablemente sucede y
desfila impunemente ante la presencia pasiva de las autoridades competentes.
Dicho mal, lo sufren innumerables autores que no encuentran cómo defenderse
ante tal gravamen.
Hablamos pues, de una obra de lenguaje didáctico hecha en exclusiva
para el estudiantado y con el único propósito de desarraigar de las aulas “el
vicioso sistema de los apuntes de clase”; así, precisaba el autor: “jamás fue
pretensión nuestra la de elaborar un libro que hubiera de sorprender por sus
hallazgos extraordinarios a los expertos en derecho público” ya que éste, en
su esencia, debía “ser una obra concebida y escrita con el propósito exclusivo
de servir a los estudiantes venezolanos”. En este noble esfuerzo Eloy publicó
doce ediciones, todas puestas al día, de acuerdo a la actualidad legal del país
y por supuesto al dinamismo de la materia. Constituyéndose el autor en lo
que su amiga, Hildegard Rondón de Sansó define como un “autor fecundo de
una sola obra” aclarando en que “se trata de intelectuales de una profunda
honestidad que, una vez que elaboran un texto que saben destinados a servir
de guía y de estudio, consideran que el mismo debe ser constantemente depurado, actualizado y profundizado. En esta labor de depuración, actualización y
perfeccionamiento, transcurre su tiempo útil y se concentra todo su esfuerzo”.
Esta constancia actualizadora por parte del autor, y a su vez, la aceptación de
cada edición, hace que el Manual sea considerado una obra clásica dentro de
la doctrina venezolana; e igualmente, como señala José Ignacio Hernández
“una de las principales obras de formación universitaria”. Tanto es así, que
para muchos profesionales de la materia el Manual es un libro de referencia.
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Palabras a cargo de RODRIGO Eloy Lares Bassa (nieto del homenajeado) en representación ...
En cuanto a la obra jurídica general de Eloy Lares Martínez, nos permitimos hacer un pequeño paréntesis, para aprovechar la presencia de estudiantes, profesionales y estudiosos del Derecho en la distinguida audiencia que
nos acompaña para invitarles a visitar la web del Bufete de Abogados Lares
Martínez & Asociados (LM&A), sociedad civil que se encuentra actualmente
celebrando su 45 aniversario de fundada; en dicho sitio podrán encontrar un
espacio llamado “Acervo Eloy Lares Martínez” en donde se han venido
agregando los trabajos jurídicos-científicos del doctor Lares Martínez, todos
en archivos descargables para su fácil lectura y uso investigativo: www.lma.
com.ve
Para terminar las presentes palabras quisiera leerles dos citas breves.
La primera de don Luis Beltrán Prieto Figueroa, quien señala que: “Lares
Martínez, lo dice el periodista, es un hombre de mármol, de rugosa entraña
cuando sobre él no se ha posado la mano del artífice, que le da lustre. No enmohece, conserva su dureza en el frío y en el calor y la nobleza de la textura
que adquiere es para que, mirándolo de lejos, el reflejo del sol llegue a los
ojos como un deslumbramiento. Felices los países que puedan tener hombres
así, sin ruido ensordecedor de alas, pero con obra hecha en el silencio atormentado de quien sabe que el único camino para los hombres honestos es el
deber cumplido, sin pedir a cambio recompensa alguna, porque ésta llega en
la gran satisfacción que embarga todo el espíritu, que en Eloy Lares Martínez
se llena de claridad todos los días.”
Y, finalmente, la segunda cita del propio homenajeado, quien condensa
en la dedicatoria de su Manual todo su querer y su forma de ser: “A Hilda
María, mi amada esposa; a mis hijos: Eloy, Leopoldo, Hilda Cecilia, Carlos
Alfredo y Enrique Julio; a la memoria de mis padres; Eloy Lares Saravia, quien
no alcanzó a conocerme, muerto en la flor de sus años, y María de Lourdes
Martínez Meaño de Lares, forjadora de mi espíritu; a mis nietos; y al dulce
recuerdo de Julieta, mi Hermana”
Señores y señoras, bienvenidos a estas Jornadas.
Muchas gracias,
Rodrigo Eloy Lares Bassa
Caracas, 14 de mayo de 2013
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BLANCA
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Eloy Lares Martinez,
un administrativista integral
Allan R. Brewer-Carías*
* Individuo de Número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Páginas: 91-102
ISSN: 0798-1457
Como miembro de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, y estoy
seguro, en representación de todos los administrativistas del país, quisiera comenzar agradeciendo a la propia Academia la iniciativa que tuvo en organizar
estas Jornadas Conmemorativas del Centenario del nacimiento del profesor
Eloy Lares Martínez, quien fue miembro distinguido de nuestra Corporación
desde 1962; destacadísimo profesor de derecho administrativo de la Universidad Central de Venezuela desde 1947 (donde se graduó en 1935), y por varios
años de la Universidad Católica Andrés Bello y de la Universidad Santa María;
y autor del único Manual de Derecho Administrativo de Venezuela, concebido y publicado como tal desde 1963, con sucesivas reediciones que él cuidó
personalmente, actualizando su obra hasta el año 2001.
Todas estas ejecutorias y distinciones, identifican de entrada a Eloy Lares
como un académico con extensísima labor docente, con una persistente y sistemática labor de investigación, y con una consecuente vocación de difusión
de su pensamiento. No fue un profesor de clases esporádicas, y aún cuando
nunca estuvo dedicado tiempo completo a alguna Universidad, su docencia fue
una ocupación permanente que nunca dejó durante cuatro décadas. No fue un
investigador que hubiese trabajado en el seno de algún Instituto universitario
de investigación, lo que sin embargo no le impidió desarrollar una labor investigativa muy superior a la que han podido haber realizado tantos profesores a
tiempo completo o dedicación exclusiva de nuestras Universidades, pero que
al final de décadas nada o muy poco tienen que mostrar como aportes escritos
al desarrollo de la disciplina.
Al contrario, vemos en Lares un ejemplo, como lo han dado otros distinguidos académicos, de una actividad de investigación intensa realizada en
paralelo a su actividad profesional, en la cual invirtió tiempo e interminables
horas hombre, que por supuesto él mismo financió, como bien han hecho y
hacen muchos de los buenos y productivos investigadores, sin depender de
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Eloy Lares Martinez, un administrativista integral
nadie, dedicándole en su propio Escritorio de abogados y su casa, todas las
horas imaginables a su Manual y a sus estudios.
Todo ello basta para que se pueda considerar al profesor Lares Martínez,
como un destacado administrativista, por derecho propio. Sin embargo, si
analizamos el resto de sus actividades, lo que debemos concluir es que se
trató más bien de un administrativista integral, pues no se quedó en la academia, en la docencia o en la investigación, sino que él mismo fue abogado
litigante administrativista, no sólo en representación de intereses particulares
en reclamos contra la Administración, sino también como abogado asesor de
la misma. Además, fue actor destacado como funcionario público en la propia
Administración Pública, que es precisamente uno de los objetos más importantes de los estudios de derecho administrativo, y adicionalmente actuó en el
Poder Legislativo, como órgano regulador y de control de la Administración;
y también en el Poder Judicial.
Su actividad profesional la comenzó muy joven, al desempeñarse como
abogado consultor del Banco Agrícola y Pecuario. Luego de una breve pasantía
en el Poder Legislativo, como diputado al Congreso Nacional y vicepresidente
de la Cámara de Diputados, se desempeñó como Gobernador del Estado Sucre,
su Estado natal; pasando luego al Poder Judicial, como vocal de la Corte de
Casación hasta 1961 y luego como magistrado de la Corte Suprema de Justicia. Fue además, Ministro del Trabajo, Procurador General de la República,
Consultor Jurídico del Consejo Supremo Electoral y miembro del directorio
del Banco Central de Venezuela. Fue además, a fines de 1968, el Rector fundador de la Universidad de Caracas, a la cual luego se pasó a denominar como
Universidad Simón Bolívar.
Y en medio de todas esas actividades, además, enseñó y escribió sobre
derecho administrativo, habiendo sido parte integrante del pequeño grupo de
profesores que en los años cincuenta del siglo pasado sentaron las bases para
el desarrollo de lo que es hoy nuestra disciplina, junto con Antonio Moles
Caubet, Tomás Polanco Alcántara, Gonzalo Pérez Luciani y Luis Torrealba
Narváez. Entre todos, Lares, sin embargo, se destacó por haber sido el autor
del único Manual de la disciplina, concebido como tal.
No tuve el privilegio de haber sido su alumno. Mis profesores, a finales
de la década de los cincuenta, fueron, en la Cátedra, Gonzalo Pérez Luciani
y Tomás Polanco Alcántara; y en el Instituto de Derecho Público, Antonio
Moles Caubet. Tampoco tuve el privilegio de haber podido estudiar por el
Manual del profesor Lares Martínez, pues salió publicado en junio de 1963
92
Allan R. Brewer-Carías
(hace precisamente cincuenta años), un año después de haber yo terminado mi
carrera, y ya de regreso de mi estadía en Paris, donde había estado redactando
desde 1962 mi tesis de grado sobre Las Instituciones Fundamentales del Derecho Administrativo y la Jurisprudencia Venezolana, para cuya preparación,
tampoco pude tener acceso a la obra del profesor Lares. Luego a partir de
1963, cuando comencé a preparar y dar mis clases del entonces denominado
Derecho Administrativo II, lamentablemente tampoco pude haber tomado
como referencia el Manual de Lares, pues estaba básicamente concebido para
la enseñanza del otro curso de Derecho Administrativo I.
Pero a pesar de todo ello, no dejé de tener en mi biblioteca, desde su
primera edición de 1963, el Manual del Dr. Lares, que siempre fue y sigue
siendo el libro de derecho administrativo de obligatoria consulta para todos los
que nos interesamos por la disciplina. Allí siempre hemos encontrado, como
Manual, algún elemento esencial de los diversos aspectos universales de la
misma, que bien ha resultado útil retener. Por ello, la obra de Lares, cincuenta
años después, sigue siendo la referencia y cita obligada cuando cualquiera de
nosotros necesita, particularmente en sus dictámenes, reforzar sus opiniones
con la referencia a alguna autoridad académica indiscutible.
Con ocasión de la preparación de estas palabras, he vuelto a revisar el
Manual del Dr. Lares Martínez acudiendo deliberadamente a su edición inicial de 1963, con motivo de lo cual quiero hacer unos comentarios generales
sobre la disciplina, para destacar la importancia de su obra como administrativista, haciendo mención, también a los avances de la propia obra de Lares,
reflejados en la última edición de su Manual de 2001, que fue la que él cuidó
personalmente.
Ante todo debemos mencionar que el Manual de Lares, por sobre todo,
fue producto de su actividad docente, por lo que su contenido general estuvo condicionado por la propia concepción del programa de enseñanza e
la disciplina que el mismo Lares había propuesto quince años antes de su
primera edición, en 1947, cuando ganó la Cátedra por concurso, al dividir
la asignatura en tres partes fundamentales: la teoría general del derecho administrativo; la organización administrativa; y el estudio circunstancial de
los servicios administrativos de mayor relieve; refiriéndose en la parte de la
teoría general, a los temas siguientes: la Administración Pública, las fuentes
del derecho administrativo, los actos jurídicos y el acto administrativo; las
concesiones administrativas y los contratos de obra pública; la personalidad
en el derecho administrativo; los funcionarios públicos; la responsabilidad
93
Eloy Lares Martinez, un administrativista integral
de la Administración y de los Funcionarios Públicos, y el contencioso administrativo.1 Todos esos temas fueron los que luego serían plasmados en los
diversos Capítulos del Manual de 1963.
En él se concibe, por supuesto, al derecho administrativo como un derecho
estatal, es decir, un derecho del Estado en el sentido de que además de emanar
de éste, está destinado a regular una parte esencial de su organización, funcionamiento y actividad, particularmente de la Administración Pública como
complejo orgánico, del ejercicio de la función administrativa, y de las relaciones jurídicas entre las personas jurídicas estatales y los administrados; siendo
su objeto, por tanto, normar instituciones de carácter público que persiguen
fines públicos y colectivos, situados por encima de los intereses particulares.
Por ello, el profesor Lares comenzó su Manual en 1963 definiendo el derecho
administrativo como “la rama del derecho público que tiene por objeto el
régimen jurídico de la administración,” considerando esencial para ello, por
supuesto, determinar el concepto de “administración.” (p. 9). Dicha definición
se encuentra algo más precisa en la edición del Manual de 2001, al referirse a “la
rama del derecho público interno que comprende las normas del ordenamiento
jurídico positivo y los principios de la jurisprudencia y la doctrina aplicables
a la estructura y funcionamiento de la administración.”(p. 37).
Por ello Lares dedicó los ocho primeros Capítulos de su Manual, repasando, primero, a la Administración Pública como objeto de la disciplina bajo
el ángulo de sus “diversas acepciones” y de las “concepciones de las diversas
escuela”; segundo, las características de la propia disciplina, para individualizarla, refiriéndose a “la antítesis entre el derecho público y el derecho privado” y a las “relaciones con otras ramas del derecho y con la Ciencia de la
Administración,” y tercero, las diversas fuentes del derecho administrativo (la
ley, el tratado, los reglamentos, los decretos leyes, la costumbre, la jurisprudencia y la doctrina) y su codificación, considerando ya en 1963, en relación
con dicha codificación, que un código de derecho administrativo en varias
“leyes especiales” debía contener “las reglas relativas a los procedimientos de
elaboración de los actos administrativos, los recursos ejercitables contra ellos
en el seno de la administración, la carrera administrativa [y] las controversias
provocadas por los actos de la administración.” (pp. 86-87)
1
Véase en Eloy Lares Martínez, “Prueba de Enseñanza del concurso de la Cátedra de Derecho Administrativo, Universidad Central de Venezuela,” en Revista del Colegio de Abogados, Nº 9, Caracas,
mayo-diciembre 1947, pp. 145-153.
94
Allan R. Brewer-Carías
Y no otra cosa sucedió con el paso de los años, con las leyes sobre la administración pública, los procedimientos administrativos, la función pública
y la jurisdicción contencioso administrativa. El texto conjunto de dichas leyes
es el del Código que ya Lares vislumbraba en 1963.
Ahora, siendo un derecho que regula al Estado, el derecho administrativo
se presenta siempre, por supuesto, como un derecho dinámico, en constante
evolución, como consecuencia directa de los cambios que se operan en el
ámbito social y político de cada sociedad, por lo que además de ser un derecho del Estado, regulador tanto de sus fines y cometidos como de los poderes
y prerrogativas que tiene que tener para poder hacer prevalecer los intereses
generales y colectivos frente a los intereses individuales; es también un derecho
regulador del ejercicio de los derechos y garantías de los administrados.
Por ello, también, es un derecho regulador del necesario equilibrio que
debe existir entre los intereses públicos, colectivos o generales que debe proteger y garantizar, y los intereses individuales y privados que también debe
garantizar, lo que sólo se puede lograr cabalmente en un Estado de derecho
funcionando en un régimen democrático que es en el cual la supremacía
constitucional puede estar asegurada, la separación y distribución del Poder
sea el principio medular de la organización del Estado, donde el ejercicio del
Poder Público pueda ser efectivamente controlado, y donde los derechos de
los ciudadanos puedan ser garantizados por un Poder Judicial independiente
y autónomo. Sin democracia y sin dicho control, el derecho administrativo no
pasaría de ser un derecho del Poder Ejecutivo o de la Administración Pública,
el cual incluso podría estar montado sobre un desequilibrio o desbalance, donde
las prerrogativas y poderes de la Administración pudieran predominar en el
contenido de su regulación.
Este ángulo o punto de mira esencial en el derecho administrativo contemporáneo, a pesar de las profundas convicciones democráticas del profesor
Lares, por supuesto no aparece reflejado en las páginas del Manual, particularmente en su edición primigenia de 1963, pues en ese momento después de
muchos lustros de régimen autoritario, apenas estaba comenzando el régimen
democrático en el país, y su práctica aún no había llegado a impregnar el orden jurídico. Aún cuando tampoco aparece reflejado en la última edición que
revisó de 2001, pues aun no eran evidente las amenazas del régimen político
contra la democracia que luego se acrecentaron en los años siguientes, en la
misma sin embargo, al hacerse referencia a la Constitución de 1999, aparece
la fundamental referencia al valor normativo de la Constitución, y su esencial
95
Eloy Lares Martinez, un administrativista integral
carácter de instrumento destinado a limitar el poder en el Estado (p. 44), que
sin duda es uno de los elementos fundamentales del régimen democrático.
Ahora bien, siendo el objeto esencial del derecho administrativo, el estudio
de la Administración Pública, ello llevó a Lares en su Manual, como a todos los
que hemos escrito sobre el tema, a estudiar la Administración no sólo en lo que
se refiere a su funcionamiento y actuación, sino a su organización, dedicando
los capítulos del mismo al estudio de los actos y contratos administrativos
(capítulos IX a XIV; XVII a XXI); a los servicios públicos (capítulos XV Y
XVI); al dominio del estado (capítulo XXXVII), a la responsabilidad del Estado (capítulo XXIX), a la organización de la Administración en sus diversos
aspectos: los órganos (capítulo XXIII), a los funcionarios públicos (capítulo
XIV a XXVIII), a los órganos de la administración nacional (capítulos XXX a
XXXII, y XXXVI), estadal (capítulo XXXIII) y municipal (capítulo XXXIV
y XXV); y finalmente, a la jurisdicción contencioso administrativa (capítulos
XXXVIII a XL). Ese fue el contenido básico de aquél excelente trabajo de
1963, que en líneas generales se siguió en las ediciones sucesivas, aún cuando
en la edición de 2001 ya aparecieran nuevos capítulos, como por ejemplo, el
relativo a la Constitución como fuente del derecho (cap. III); los capítulos
sobre el régimen de la policía administrativa y la actividad de fomento (cap.
XVIII, XII); los capítulos que recogen las nuevas formas de organización de
la Administración derivadas de la Constitución de 1999 (cap. XL a XLV), y
los capítulos desarrollando la jurisdicción contencioso administrativa y los
procedimientos de anulación y amparo (cap. XLIX a LV).
Ahora bien, siendo la Administración Pública parte esencial de la organización del Poder Ejecutivo, el derecho administrativo contemporáneo
sin duda encuentra sus bases no sólo en las leyes concernientes a su objeto,
como las que luego de editado el manual comenzaron a sancionarse durante el
período democrático, sino en las Constituciones, en las cuales, cada vez con
mas frecuencia, se han incorporado previsiones de esta disciplina. Por ello,
en el derecho público contemporáneo se puede hablar del proceso de constitucionalización del derecho administrativo, proceso mediante el cual, como
ya lo apuntaba Lares en 1963, se han “agregado al texto constitucional, con el
propósito de darles mayor estabilidad, principios y reglas que no tienen carácter
fundamental en la organización del Estado, sino que rigen principalmente la
actividad de las instituciones, y por ello son propiamente, una parte del derecho administrativo incorporada a la Constitución” (p. 29). Este proceso que
sin duda afloró en la Constitución de 1961, se acentuó en la Constitución de
1999, con lo cual, las violaciones a principios clásicos de derecho administra96
Allan R. Brewer-Carías
tivo relativos, por ejemplo al principio de legalidad; a la actuación del Poder
Ejecutivo y en especial a la Administración Pública al servicio del ciudadano,
y a la conformación territorial conforme al principio federal, regional y en todo
caso descentralizador y municipal; se han convertido en los últimos años, por
su constitucionalización, en violaciones a la propia Constitución. Entre esas
previsiones que también pueden originar ahora posibles violaciones constitucionales están además, por ejemplo, las relativas a transparencia gubernamental;
al acceso a la información administrativa.
Por otra parte, vinculado a la descripción de su objeto, bien podría también
señalarse que el derecho administrativo es aquella rama del derecho público
que regula los sujetos de derecho o personas jurídicas que conforman al Estado;
la Administración Pública como complejo orgánico de esas personas jurídicas
estatales, y su organización y funcionamiento; el ejercicio de la función administrativa dentro de las funciones del Estado; la actividad administrativa,
la cual siempre tiene un carácter sublegal, realizada por los órganos de las
personas jurídicas estatales; y las relaciones jurídicas que se establecen entre
las personas jurídicas estatales o las que desarrollan la actividad administrativas, y los administrados. Por ello, ya desde 1963, el profesor Lares le dedicó
un Capítulo de su Manual al estudio de la personalidad de la Administración
(capítulo XXII), haciendo referencia a la clásica distinción, entre personas
públicas y personas privadas, considerándola ya insuficiente, al referirse a la
distinción que ya comenzaba a difundir Sayagúes Laso entre personas estatales
y no estatales (pp. 256 a 261).
En cuanto a la actividad administrativa, el principio más fundamental en
el marco de un Estado de derecho, es el principio de legalidad, al cual Lares le
dedicó el Capítulo XII de su Manual de 1963, considerando con razón que el
mismo “impone a las autoridades la obligación de ceñirse en todas sus decisiones a las reglas jurídicas preestablecidas” contenidas en todas las fuentes del
derecho (p. 122). En particular ello impone que la actividad administrativa solo
debe ejercerse por los órganos competentes, configurándose la incompetencia
como uno de los vicios más importantes de los actos administrativos, tal como
lo destacó en varias partes de su Manual (pp. 123, 143). En particular, respecto
de los reglamentos, los mismos no pueden por ejemplo regular materias reservadas a la ley, como es el caso de la tipificación de delitos, faltas o infracciones
administrativas, el establecimiento de penas o sanciones, así como tributos y
contribuciones, como ya lo observaba Lares en su Manual de 1963 (p. 63). La
importancia que el profesor Lares le dio al principio, se reflejó además en el
97
Eloy Lares Martinez, un administrativista integral
hecho de que su discurso de incorporación a esta Corporación fue precisamente
sobre “El principio de legalidad aplicado a la Administración.”
Ahora bien, específicamente sobre la competencia que siempre tiene
que estar prevista en texto legal expreso en el cual se autorice la actuación
del funcionario, es bien sabido que si bien en muchos casos está prevista con
precisos límites en la ley, en muchos otros casos, en cambio, es la ley la que
le otorga al funcionario cierta libertad para elegir entre uno y otro curso de
acción, apreciando la oportunidad o conveniencia de la medida a tomar. En este
último caso, como sabemos, se está en presencia del ejercicio de los poderes
discrecionales que existen, precisamente, cuando la ley permite a la Administración apreciar la oportunidad o conveniencia para la emisión de ciertos
actos administrativos de acuerdo a los intereses públicos envueltos, teniendo
el poder de elegir entre diversas alternativas igualmente justas.
Por supuesto, en el derecho público contemporáneo quedó superada la
apreciación que provenía de la doctrina francesa de la época y que recogió Lares
en la edición de su Manual de 1963, de ubicar a la discrecionalidad como una
suerte de “restricción” al principio de legalidad (p. 126-129), considerándose el
tema en la actualidad, más bien para identificar las limitaciones a la misma con
el objeto de evitar la arbitrariedad administrativa, y someter a control judicial
la totalidad de las actividades administrativas, precisándose aquellas áreas de
actuación que realmente no constituyen discrecionalidad como es el caso de
la utilización de los conceptos jurídicos indeterminados. En consecuencia,
mientras las competencias discrecionales dejan al funcionario la posibilidad
de escoger según su criterio una entre varias soluciones justas, en materia de
la aplicación de un concepto jurídico indeterminado no sucede lo mismo, pues
en su aplicación sólo se admite una sola solución justa y correcta, que no es
otra que aquélla que se conforme con el espíritu, propósito y razón de la norma
que autoriza la actuación.
Pero incluso depurada en esta forma la actividad discrecional, la libertad
dada al funcionario para desarrollarla también está sometida a límites y controles en aplicación de principios generales del derecho como los de razonabilidad
y racionalidad; de lógica, la justicia y la equidad; y de proporcionalidad, los
cuales progresivamente se han venido incorporando como texto expreso en
leyes de procedimiento administrativo.
Por otra parte, uno de los principales signos formales del afianzamiento
del principio de la legalidad en el derecho administrativo contemporáneo, ha
sido el sometimiento de la actuación de la Administración Pública a normas
procedimentales que aseguren a los administrados un trato justo, basado en la
98
Allan R. Brewer-Carías
buena fe y en la confianza legítima, mediante la previsión de un procedimiento
formalmente regulado, en el cual se garantice el derecho a la defensa y, en
general, el debido procedimiento administrativo. Estos temas, por supuesto, en
1963 no eran aún parte esencial de la concepción del derecho administrativo de
la época, ni en Venezuela ni en general en el derecho comparado, lo que explica
su ausencia de tratamiento en el Manual de Lares de 1963; carencia que progresivamente se disipó en las sucesivas ediciones del Manual, particularmente
luego de la sanción de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos de
1982, razón por la cual en la edición del Manual de 2001, el procedimiento
administrativo es tratado ampliamente en un Capítulo aparte (cap XLVI).
En efecto, tal como lo vislumbró Lares en su Manual en 1963, y lo destacamos anteriormente, en contraste con la situación de aquella época, en la
actualidad puede decirse que una de las características del derecho administrativo contemporáneo es la tendencia específica a codificar el procedimiento
administrativo que Lares definió como “el conjunto de trámites, requisitos y
modalidades necesarios legalmente para la elaboración de un acto administrativo” (p. 116), lo que entre otras, ha dado origen a las leyes de procedimientos
administrativo como la nuestra de 1982. Con dichas leyes se positivizaron lo
que al comienzo eran sólo principios generales de la disciplina, estableciéndose en forma, ahora detallada, previsiones sobre los actos administrativos,
su formación, efectos, ejecución, revisión y control; el principio de su irrevocabilidad cuando creen o declaren derechos a favor de particulares; los vicios
de nulidad que pueden afectarlos, y los principios para su revisión mediante
recursos. La consecuencia es que a partir de la entrada en vigencia de estas
leyes, comenzó a ser más segura la posibilidad de ejercer el control judicial
efectivo sobre la actividad de la Administración Pública, siendo dichas leyes
la fuente del derecho administrativo formal de mayor importancia, con base en
la cual la jurisprudencia ha enriquecido la disciplina. Por ello, en la edición del
Manual de 2001, ya esta un nuevo capítulo destinado precisamente al estudio
del procedimiento administrativo (Cap. XLVII).
Recuérdese que fue con posterioridad a la aparición del Manual de Lares
de 1963, que el régimen del procedimiento administrativo se enriqueció, particularmente con los principios del debido proceso cuya garantía también está
obligada la Administración Pública a respetar, particularmente en los procedimientos sancionatorios, regulándose en las leyes administrativas no sólo la
garantía de que la decisión administrativa se adopte por el órgano competente;
sino respecto de los administrados, por ejemplo, el derecho a la presunción de
inocencia, el derecho a la defensa y a ser informado de los cargos formulados,
99
Eloy Lares Martinez, un administrativista integral
el derecho a ser oído, el derecho a utilizar los medios de prueba pertinentes para
su defensa, el derecho a no confesarse culpable y no declarar contra sí mismo,
el derecho a la tutela efectiva de los derechos e intereses del sancionado, y el
derecho a la doble instancia.
Debe mencionarse, por otra parte, que además de la actividad manifestada
en forma unilateral, otra forma de ejercicio de la actividad administrativa es
la que se realiza a través de contratos que la Administración Pública celebra
con los administrados, que en esa forma asumen el rol de colaboradores de la
Administración. Por ello, los contratos del Estado o contratos administrativos
configuran otro de los contenidos esenciales de la disciplina, los cuales después
de su larga creación jurisprudencial, también han sido objeto de legislación
especial como la relativa a los contratos públicos o del Estado, particularmente
destinadas a establecer los principios para la selección de contratistas, a los
efectos de asegurar la transparencia de las actividades administrativas. Estas
leyes, como la Ley de Contrataciones Públicas de 2008, eliminaron definitivamente la clásica distinción entre contratos administrativos y los denominados
contratos de derecho privado de la Administración, que con precisión decía ya
Lares en su Manual en 1963, sólo consistía en que los primeros estaban regidos
“principalmente” o “de preferencia por reglas de derecho administrativo,” y
los segundos estaban regidos “fundamentalmente” por las disposiciones del
derecho privado, concluyendo con razón que “los contratos administrativos
no están sustraídos de modo absoluto de la aplicación de las reglas de derecho
privado; y en los contratos de derecho común que celebra la administración
rigen en algunos aspectos, preceptos de derecho público” (p. 190). Por esta
imprecisión de la distinción fue que décadas después, la misma desapareció
totalmente del derecho positivo, salvo una revivencia sorpresiva y circunstancial, en 2009, en una Ley de nacionalización de los servicios conexos de la
industria de los hidrocarburos.
Otro de los principios fundamentales del derecho administrativo propio del
Estado de derecho, ha sido la consolidación de la responsabilidad administrativa tanto de los funcionarios como de la Administración Pública, es decir, en
éste último caso, de las personas jurídicas estatales, de cuyos órganos administrativos aquéllos son titulares; y no sólo contractual sino extracontractual.
Aún cuando como en casi todas las regulaciones del derecho administrativo,
el régimen de derecho privado también está a la base del desarrollo de los
principios de la responsabilidad administrativa, en ésta, sin embargo, se han
configurado principios propios relativos a garantizar la responsabilidad objetiva
de la Administración, causada incluso por su funcionamiento normal, cuando se
100
Allan R. Brewer-Carías
causa un daño individualizable que puede ser en ejercicio legítimo de potestades
públicas, descartándose así la culpa del funcionario como fundamento único
medio para justificar el derecho de indemnización. Estos temas ya los trataba
el profesor Lares en su Manual de 1963, agregando consideraciones incluso
sobre la responsabilidad del Estado en general, también como legislador y
como Juez (pp. 349-352).
En todo caso, conforme a los postulados del Estado de Derecho y con
base en el principio de la legalidad, todos los actos estatales están sometidos
al derecho y todos son controlables judicialmente por razones de constitucionalidad o de legalidad. En consecuencia, ningún acto estatal debe escapar
al control del Poder Judicial, y en particular, al que ejercen los órganos de
la Jurisdicción Contencioso Administrativa cuya creación en el mundo contemporáneo es otra de las características del derecho administrativo, y cuyo
desarrollo efectivo en el país puede decirse que se produjo no sólo después
de la publicación del Manual de Lares Martínez, sino más específicamente,
y con mayor arraigo, después de la sanción de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia de 1976.
Ello no impidió, sin embargo, que en el Manual de 1963, Lares dedicara
los últimos capítulos del mismo a analizar aún cuando muy someramente el
tema de la jurisdicción contencioso administrativa en el derecho comparado,
haciendo escuetos comentarios sobre los recursos contenciosos, conforme
a la entonces clásica distinción entre los recursos de nulidad y los de plena
jurisdicción, a (pp. 493-499), que eran de la competencia de la Sala Político
Administrativa de la antigua Corte Suprema de Justicia, y se regían conforme
a las previsiones de la vieja Ley Orgánica de la Corte Federal que permaneció
vigente hasta 1976.
En Venezuela, con anterioridad a la publicación del Manual del profesor
Lares, sólo se habían publicado como obras de alcance general en la disciplina, el Tratado elemental de derecho administrativo de J.M. Hernández
Ron de 1943; la tesis de Tomás Polanco sobre La Administración Pública de
1951, al igual que su Derecho Administrativo Especial de 1959, la tesis de
Luis Torrealba Narváez sobre la Consideraciones acerca de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa de 1951, y los Apuntes de derecho administrativo
de Antonio Moles Caubet, publicados multigrafiados en 1960. Y nada más.
Tiene que comprenderse entonces el impacto que tuvo para la fijación de los
conceptos fundamentales de nuestra disciplina, la irrupción del Manual de de
derecho administrativo de Lares, y más que eso, su perseverancia en haber
dedicado todo el tiempo que regularmente invirtió para actualizarlo y ponerlo
101
Eloy Lares Martinez, un administrativista integral
al día, particularmente cada vez que algún cambio importante ocurría en la
legislación, como fue, por ejemplo, la regulación de la carrera administrativa
en 1970; la regulación, así fuera en forma transitoria, de la jurisdicción contencioso administrativa a partir de 1976; la sanción de la Ley Orgánica de la
Administración Central igualmente en 1976, y la sanción de la Ley Orgánica
de Procedimientos Administrativos en 1981. La última edición del Manual que
corrigió el propio profesor Lares, como se dijo, fue la de 2000, de manera que
la de 2008, adaptada a las previsiones de la Constitución de 1999, fue producto
de una revisión que tuvo a cargo su nieto Rodrigo Lares.
Al conmemorar el centenario del nacimiento del profesor Lares Martínez
mediante estas Jornadas que hoy se inician, que son también conmemorativas
del medio siglo de la aparición de la primera edición de su Manual de derecho
administrativo, no podemos sino rendir homenaje a quien como dije, fue en
Venezuela un administrativista integral, quien se destacó singularmente en
todas sus actividades de académico, docente, investigador, publicista, legislador, juez y funcionario público; todas las cuales desarrolló con un desempeño
intachable, como hombre capaz, inteligente, erudito y talentoso, quién a todos
los que lo conocimos, nos enseño durante su vida que llevó con sencillez, honorabilidad, civilidad y bonhomía, lo que es y debe ser un ciudadano correcto
y honesto, en fin, de hombría de bien, que tanta falta está haciendo actualmente
en el país, donde todos esos valores, lamentablemente, hemos visto cómo se
han venido invirtiendo.
Concluyo, además de agradecer a los organizadores de este acto y en
especial al profesor José Ignacio Hernández por la invitación que me formuló
para participar en estas Jornadas, deseando que el ejemplo de hombres como
Lares pueda servir para que en el futuro, el país pueda volver a los marcos de
la civilidad.
New York, mayo 2013
102
El concepto de Derecho
Administrativo venezolano en la obra
del Maestro Eloy Lares Martinez
José A. Araujo Juárez*
* Profesor de Postgrado de Derecho Administrativo de la Universidad Católica Andrés Bello, Caracas,
Venezuela. Miembro de la Asociación de Derecho Administrativo Iberoamericano, de la Asociación
Española e Iberoamericana de Profesores e Investigadores de Derecho Administrativo, de la Asociación
Internacional de Derecho Administrativo, y del Foro Iberoamericano de Derecho Administrativo; y
Miembro de Honor de la Asociación Mexicana de Derecho Administrativo y de la Asociación Dominicana de Derecho Administrativo.
BLANCA
SIN NUMERAR
104
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Páginas: 105-118
ISSN: 0798-1457
I. Introducción
Recibida la invitación a participar en el homenaje conmemorativo que
la Academia de Ciencias Políticas y Sociales junto a un grupo de entusiastas
profesores han tenido a bien rendirle al Mtro. Eloy Lares Martinez, la aceptación era ineludible y por lo demás honrosa si se trataba, como en este caso, de
reflexionar sobre una personalidad cuya larga y fecunda vida, fue ejemplo de
Maestros del Derecho por la riqueza de sus enseñanzas, su destacado civismo
a lo largo de una cumplida carrera, y por las virtudes de su presencia.
Y es que la impresionante carrera vital del Mtro. Lares Martinez se refleja
no solo en las enseñanzas en la cátedra, a la que consagró la mayor parte de su
actividad desde el año universitario de 1941, sino en la erudición portentosa
que, tan en grado sumo, se dan en la persona y resplandecen en su obra jurídica.
Producto de la maestría docente es su importante obra escrita, pero de manera
fundamental, el Manual de Derecho Administrativo que viera la luz en 1963,1
y que luego fue actualizando durante su fructífera vida hasta llegar a la XII
edición en el año 2001 poco antes de fallecer.2 Por otra parte, en el ejercicio
profesional tanto público como privado fue siempre fiel a su cátedra y a sus
enseñanzas, y dio siempre muestras de un conocimiento muy preciso y de una
gran experiencia concreta de los problemas propios de su país.
Pero la figura y pensamiento del Mtro. Lares Martinez evocan no solo la
sabiduría y la autoridad académica de una gran jurista, sino la de “un hombre
de mármol” –como le distinguió L.B. Prieto Figueroa–, pues quienes tuvimos
1
2
Lares Martínez, E., Manual de Derecho Administrativo, I edición, FD/UCV, 1963. La Universidad
Monteávila le rindió un homenaje con motivo de cumplirse los 40 años de la primera edición mediante
la publicación de la obra colectiva El Derecho Administrativo en los umbrales del siglo XXI. Libro
Homenaje al Manual de Derecho Administrativo de Eloy Lares Martínez, EJM, Caracas, 2006.
Las últimas ediciones (XIII y XIV) cuentan con la coautoría del Dr. Rodrigo Lares Bassa.
105
El concepto de Derecho Administrativo venezolano en la obra del Maestro Eloy Lares Martinez
el privilegio de conocerle nos complace recordar su sencillez, su afabilidad,
pero sobre todo su dignidad. Esto último, ayer, hoy y mañana debería ser
suficiente.
Hacer un balance de la obra jurídica del Mtro. Lares Martinez en tan
escaso tiempo es evidentemente una tarea imposible, y resumirla es caer
fácilmente en la caricatura. Sin embargo, permítaseme al menos intentar la
búsqueda de las líneas maestras de lo que fue su concepción del Derecho
Administrativo venezolano.
II. La concepción del Derecho administrativo
venezolano
Para desentrañar la concepción del Derecho administrativo venezolano,
que fue la disciplina científica de su predilección, hemos de acudir al reputado
Manual –su obra maestra– que se caracteriza por una preocupación didáctica
de exponer una disciplina jurídica coherente, centrado en lo esencial, que
reposa sobre conceptos decantados que traslucen la influencia francesa, alemana o italiana, y donde se revela una labor de honestidad intelectual por sus
constantes actualizaciones y renovaciones, como aconteció con la XII edición
que le implicó un esfuerzo de reelaboración para adaptarlo a los términos de
la recién aprobada Constitución de 1999.
Y es que el Mtro. Lares Martinez construyó su Manual de una manera
coherente y con exposiciones de meridiana claridad. Las categorías jurídicas
fundamentales aparecen allí: administración pública, fuentes del Derecho administrativo, acto administrativo, servicio público, contratos de la administración,
función pública, dominio público, procedimiento administrativo, responsabilidad administrativa, y un gran etc. De modo que todos estos temas revelan un
espíritu de síntesis y de sistematización, y donde a pesar de transcurridas varias
ediciones siempre mantuvo el diseño original distribuido en Capítulos.
Ahora bien, A. Moles Caubet3 nos enseña que para llegar a una concepción científica del Derecho Administrativo, queda por resolver el problema
central, que consiste en definir su esencia misma, determinando qué es el
Derecho Administrativo. Que el objeto del Derecho Administrativo se encuentra siempre implícito en su definición. De ahí que la definición constituye el
3
Moles Caubet, A., “La progresión del Derecho Administrativo”, en Estudios de Derecho Público,
Oswaldo Acosta-Hoenicka (Coord.), IDP/UCV, Caracas, 1997, pp. 26 y 27.
106
José A. Araujo Juárez
primero y más destacado de sus problemas. Que aun cuando no se trata, tan
solo, de la fórmula definidora, apreciada en su valor literal, antes bien sirviendo
funcionalmente para delimitar el propio contenido. Por tanto, Moles Caubet
afirmaba, según se defina, pues, el Derecho Administrativo se predetermina no
solamente la solución de sus problemas parciales sino la totalidad de su misma
sistemática. Por tanto, concluye, las diferentes concepciones se manifiestan en
las correlativas definiciones.
En tal sentido, hemos de acudir a la definición que el Mtro. Lares Martinez nos ofrece en los términos que citamos a continuación:
la rama del derecho público interno, que comprende las normas del ordenamiento jurídico positivo y los principios de la jurisprudencia y la doctrina
aplicables a la estructura y funcionamiento de la administración.4
Así las cosas, a los fines de precisar su concepción del Derecho Administrativo venezolano, estimamos conveniente un examen ulterior de los elementos
integrantes de la definición citada. Veamos.
A. El Derecho Público interno
El primer asunto que surge de la definición es un problema de gran envergadura, como es el de la naturaleza del Derecho al cual pertenece el Derecho
Administrativo. En tal sentido, el Mtro. Lares Martinez5 antepone a la definición de Derecho Administrativo la noción de derecho público en general, del
que forma parte el primero; hace referencia al género próximo y a la diferencia
específica, esto es, la indicación de que es una rama del derecho público, y la
expresión del contenido propio de esta disciplina, que la distingue de las otras
ramas restantes del mismo. Ahora, esta afirmación debería serle suficiente, ya
que supone el reenvío a una cuestión que la Teoría general del Derecho debe
haber resuelto. Sin embargo, sabemos todos, la discusión doctrinal ha enturbiado la distinción a ese respecto.
En este orden de ideas, el Mtro. Lares Martinez nos recuerda que desde
el período clásico del derecho romano se conoce la distinción entre el derecho
público y el derecho privado, si bien entre los autores modernos han surgidos
4
5
Lares Martínez, E., Manual de Derecho Administrativo, UCV, XII. edición, Caracas, 2001, p.37.
Ibídem, p. 37.
107
El concepto de Derecho Administrativo venezolano en la obra del Maestro Eloy Lares Martinez
opositores a la división tradicional del derecho (H. Kelsen y A. Merk).6 Que es
indudable que los linderos existentes entre uno y otro derecho son imprecisos,
lo cual se refleja también en el desacuerdo en cuanto al criterio que constituye
la base de la distinción, pero que sin embargo –sostiene enfáticamente– esto no
sería suficiente para negar la realidad de la diferenciación.7 También, agrega,
el derecho público se subdivide a su vez en interno y externo.
Luego de referir las explicaciones de las distintas teorías del interés, de
la naturaleza de la relación jurídica regida por la norma, y por último la que se
basa en la calidad de los sujetos, concluye que la del autor G. Zanobini,8 cuando
afirma que integran el derecho público “las normas de derecho reguladores
del Estado y demás entidades estatales, considerados como sujetos investidos
de supremacía”, es a su parecer “la explicación más correcta de la oposición
o antítesis entre el derecho público y el derecho privado”.9
Así las cosas, el Mtro. Lares Martinez acude al criterio más fácilmente
constatable, esto es, donde interviene el Estado (u otra persona pública) en
su carácter de Poder Público. En mérito a lo anterior afirma que forman parte
del derecho público todas las disposiciones y principios concernientes a la
organización y funcionamiento del Estado y demás entidades estatales, y a
los contratos celebrados por esos mismos entes con vista a dar satisfacción al
interés general. Finalmente pertenecen también al derecho público todas “las
normas que regulan las relaciones entre el Estado y los gobernados”.10
Así las cosas, concluye que las normas y principios que comprende el
Derecho Administrativo gozan de la naturaleza jurídica del derecho público.
En definitiva, la rama del Derecho Administrativo forma parte del derecho
público interno, y de ahí la referencia expresa que hace de tal circunstancia
en la definición que propone.
B. El ordenamiento jurídico positivo
Toda ciencia jurídica, nos enseña G. Zanobini,11 debe tener por objeto un
determinado ordenamiento positivo. Ahora bien, dentro del Ordenamiento
Ibídem, pp. 33 y 34.
Ibídem, p. 34.
Z anobini , G.,Curso de Derecho Administrativo. Parte General, Ediciones Arayú, 1954, t. I,
pp. 37 y 38.
9
Lares Martínez, E., Ob. cit., nota 4, p. 35.
10
Ibídem, p. 35.
11
Zanobini, G., Ob. cit., nota, t. I, p. 64.
8
6
7
108
José A. Araujo Juárez
jurídico se da la existencia de ordenamientos jurídicos sectoriales, los que a
su vez, dan lugar a disciplinas jurídicas independientes, dedicadas al estudio
de cada uno de los sectores del ordenamiento jurídico general. Por tanto, será
objeto de la ciencia del derecho positivo el estudio de un ordenamiento jurídico,
el Derecho positivo de una comunidad.
Ahora, si como sostiene también J. Gonzalez Perez, el Derecho Administrativo es un sector del Ordenamiento jurídico, una afirmación elemental
se impone: el objeto de la disciplina jurídica que conocemos con el nombre
de Derecho Administrativo no es –como frecuentemente se ha dicho– la Administración Pública. La Administración Pública constituye la realidad social
conformada, reglamentada por esta rama del Derecho. Es objeto del Derecho
Administrativo como sector del Ordenamiento jurídico. Pero de la disciplina
que llamamos Derecho Administrativo, no. Como las demás disciplinas jurídicas, estudia el Ordenamiento jurídico.
Como acierta en señalar el Mtro. Lares Martinez, el Derecho Administrativo “comprende las normas del ordenamiento jurídico positivo”, por lo que
no se puede admitir que formen parte de aquél cualesquiera norma o principio
que, en algún sentido, hayan de ser tenidas en cuenta por la Administración al
actuar. Desde este punto de vista se excluyen de su concepción del Derecho
Administrativo las normas jurídicas que no pertenecen al Derecho Público.
De esta consideración se deduce, a su vez, que no toda norma aplicable a la
actuación de la Administración es Derecho Administrativo.
Así las cosas, la noción del Ordenamiento jurídico interno lleva al Mtro.
Lares Martinez a un riguroso estudio de las fuentes del Derecho, entendidas
como los diferentes medios, maneras o procedimientos por los cuales se elaboran las normas del ordenamiento jurídico positivo.
C. Los principios de la jurisprudencia y la doctrina
1° Cuestión previa
Es sabido de todos nosotros, para que exista una ciencia particular es
necesario que se dé un objeto desde una singular perspectiva y un conocimiento sistemático del mismo, esto es, la existencia de unos principios que no
sólo sean sus cimientos, sino que recorran todo el cuerpo de la teoría, cuyos
concretos desenvolvimientos conceptuales no sean sino proyecciones de esos
principios.
109
El concepto de Derecho Administrativo venezolano en la obra del Maestro Eloy Lares Martinez
Esto supuesto, nos preguntamos ¿Porqué el Mtro. Lares Martinez resalta
con especial énfasis en su definición a los principios de la jurisprudencia y la
doctrina? Según explicación que aporta el propio autor, ello es “para evitar que
se piense que el objeto señalado está constituido únicamente por la legislación
positiva”.12 Y es que este planteamiento –de absoluto rigor metodológico– es
la condición para que el imponente sistema de Derecho Administrativo no
sea simplemente un conjunto de normas jurídicas positivas sino que, también
informado por principios propios, sea una verdadera ciencia jurídica.
2° Jurisprudencia
Con respecto a la “jurisprudencia”, que el Mtro. Lares Martinez define
como los principios reiteradamente proclamados en las sentencias de los tribunales, sostiene que en el campo del Derecho Administrativo los autores en
su mayoría la califican como fuente indirecta, pues carece de obligatoriedad.
Por tanto, la explicación que cabe sobre la expresa mención en su definición
es que, conocedor como el que más del origen de esta ciencia jurídica desde
una perspectiva histórica, no duda que es un dato absolutamente evidente, no
por tópico y conocido menos cierto, que la jurisprudencia ha desempeñado
respecto del Derecho Administrativo “un papel auténticamente constructivo
y creador” (Santamaria Pastor).13
Por ello el Mtro. Lares Martinez añade que es cierto que en las materias
sujetas a un régimen de Derecho Administrativo, los tribunales suelen aplicar
en ausencia de preceptos legales y algunas veces en contradicción con disposiciones legales de derecho común, las reglas de interpretación contenidas en
los fallos pronunciados en controversias sobre materias análogas.14
3° Doctrina jurídica
Con respecto a la “doctrina jurídica” el Mtro. Lares Martinez afirma que
estaría constituida por la exposición científica hecha por los jurisconsultos,
contentiva de la presentación de los problemas del derecho y de las soluciones
Lares Martínez, E., Ob. cit., nota 4, p. 37.
Santamaria Pastor, Principios Fundamentales de Derecho Administrativo, p. 167.
14
Lares Martínez, E., Ob. cit., nota 4.
12
13
110
José A. Araujo Juárez
propuestas, de la sistematización de las normas y por la interpretación de las
mismas.15
Ahora, la cuestión del valor jurídico y de la importancia de la doctrina
jurídica es más compleja y sutil que la que plantea la jurisprudencia, pues es
sabido que salvo los autores de la Escuela histórica, nadie ha defendido la necesidad de considerarla como una fuente del Derecho (Santamaria Pastor).16
Pero también es evidente que la influencia del jurista puede ser decisiva, si
realiza su concreta labor con arreglo a las pautas técnicas más depuradas y
prestigiosas.
Las anteriores consideraciones son de aplicación, y en mayor grado aún
si cabe, al Derecho Administrativo, donde la relevancia de la labor doctrinal
es indiscutible y capital, por lo que el Mtro. Lares Martinez afirma no sin
razón que los tribunales acogen corrientemente las enseñanzas de los más
prestigiosos jurisconsultos.
Finalmente, si bien la jurisprudencia como la doctrina son consideradas
por el Mtro. Lares Martinez solamente como una fuente indirecta del Derecho Administrativo,17 sin embargo al analizar las relaciones mutuas –y en
esto coincide con J. Rivero–18 pone en evidencia que siempre ha existido un
verdadero dialogo, una estrecha cooperación de las dos funciones, para una
obra común.
D. La administración
Por último, en el camino de precisar el objeto del Derecho administrativo,
el Mtro. Lares Martinez sostiene que existe un interés de primer orden en
determinar con toda claridad el concepto de “administración” que tiene en
esta disciplina capital importancia, porque conduce a precisar la significación
y alcance del Derecho Administrativo, que define invariablemente desde la
I edición –desde luego, en forma muy sintética y con carácter provisional–
como la rama del derecho que tiene por objeto “el régimen jurídico de la
administración”.
Ahora, es sabido que para la búsqueda del concepto de una ciencia, los
investigadores suelen adoptar, esencialmente, dos actitudes: (i) partir de los
17
18
15
16
Ibídem.
Santamaría Pastor, Ob. cit., nota 13, p. 169.
Lares Martínez, E., Ob. cit., nota 4, p. 109.
Rivero, J., Páginas de derecho administrativo, Temis,
111
El concepto de Derecho Administrativo venezolano en la obra del Maestro Eloy Lares Martinez
sujetos que actúan; o (ii) comenzar a estudiar la actividad con independencia
de su autor. Ello origina que unas ciencias adquieran estructura subjetiva y
otras una configuración sustantiva o funcionalista.
En tal sentido, el Mtro. Lares Martinez nos recuerda que con referencia a
los asuntos o negocios de orden privado, en numerosas ocasiones los Códigos
Civil y Mercantil aplican el vocablo administración y los que de él derivan al
referirse al manejo o gestión de bienes. Por el contrario, en derecho público
se utiliza la palabra administración en su significado estricto, exclusivamente
en relación con el Estado y entidades menores de carácter estatal.
Asimismo nos enseña que en este campo restringido, el vocablo administración es usado a su vez en dos sentidos diferentes. En el sentido objetivo
o sustantivo como “una actividad, una función” (I Edición);19 y luego como
“actividad, tarea o función del Estado” (XII Edición);20 y en el sentido subjetivo, esto es, como “el conjunto de autoridades, funcionarios y empleados
que la ejercen” (I Edición);21 y luego como “el cuerpo o conjunto de entes u
órganos ordinariamente encargados de ejercer la expresada actividad o función”
(XII Edición).22 Pero de seguidas nos advierte que en Venezuela no existe una
exacta correspondencia entre las funciones estatales y los órganos o poderes
constituidos para ejercerlas. El examen de una serie de ejemplos concretos le
van a servir de piedra de toque para comprobar la bondad de tal afirmación.
En efecto, el Mtro. Lares Martinez menciona que en ciertos casos la
legislación atribuye a los órganos administrativos actos que por su contenido
material podrían clasificarse de leyes (tales serían los reglamentos), o también
la facultad de pronunciar el derecho en los casos conflictivos (tales los casos
de las inspectorías de trabajo), pero que en razón precisamente de estar encomendados a la autoridad administrativa están sometidos a un mismo régimen
jurídico trazado por el Derecho administrativo.
Y es que la perspectiva subjetiva solo puede ofrecer, como Derecho Administrativo, un conglomerado de normas, de varia naturaleza, aglutinado por
la estructura estatal que ordena y que, por el peso de la tradición se califica
de administrativa. Y es que hay que recordar también que el criterio subjetivo
presuponía una coincidencia total entre órganos, funciones, fines y regímenes,
en el sentido que solo los órganos públicos gestionasen funciones públicas para
21
22
19
20
Lares Martínez, E., Ob. cit., nota 1, p. 9.
Lares Martínez, E., Ob. cit., nota 4, p. 19.
Lares Martínez, E., Ob. cit., nota 1, p. 9.
Lares Martínez, E., Ob. cit., nota 4, p.19.
112
José A. Araujo Juárez
fines públicos y en un régimen de derecho público. Es así que para evitar los
inconvenientes de la concepción subjetiva u orgánica de la administración se
acudió a la configuración sustantiva o material del Derecho Administrativo.
Ahora, sin desconocer la trascendencia de la concepción subjetiva de la
administración como natural destinataria del Derecho Administrativo, pareciera
desprenderse de la obra del Mtro. Lares Martinez que es imprescindible seguir
una concepción sustantiva, que legitime su autonomía como rama singular del
Derecho. En efecto, cuando examina el punto de vista doctrinal que insiste en
hallar un criterio material o sustantivo de determinación de la administración,
advierte que el objeto del Derecho Administrativo venezolano estaría constituido cabalmente por el conjunto de actividades que constituye el complejo de
la función administrativa, una de las funciones jurídicas del Estado. No habría
por qué dilucidar –continúa señalando– si tales actividades son sustancialmente de carácter legislativo, ejecutivo o jurisdiccional, pues es evidente que a
través de estos tres tipos de funciones se realiza la función administrativa y,
por otra parte, es también cierto que todos los actos imputables a la función
administrativa serían sometibles a un régimen jurídico unitario.
De ahí que el Mtro. Lares Martinez sostenga que al tratar de determinarse
el objeto del Derecho Administrativo, se debe señalar una “actividad”, pero
referida a los “órganos” de los cuales emana. Y es así como expone su criterio
en el sentido siguiente:
nuestra disciplina regula la actividad desplegada por ciertos órganos cualquiera que sea el contenido material de los actos cumplidos en ejercicio de
aquella,
para concluir señalando que
esto nos lleva a definir la administración, como la actividad realizada por
la rama ejecutiva del poder público, es decir, por el conjunto de órganos
estatales regidos por relaciones de dependencia a los cuales corresponde
ordinariamente la misión de ejecutar las leyes.23
En consecuencia, al criterio central como sustento de los poderes públicos
para la realización de actividades administrativas, el Mtro. Lares Martinez
acompaña las notas relativas a la relación de dependencia entre los órganos
Ibídem, p. 31.
23
113
El concepto de Derecho Administrativo venezolano en la obra del Maestro Eloy Lares Martinez
que las integran, y por sobre todo la naturaleza ejecutora del contenido de las
leyes que es propia de los órganos de la administración.24
III. Las consecuencias teórico-sistemáticas
de la concepción del Derecho Administrativo
Hemos examinado hasta aquí la concepción del Mtro. Lares Martinez
del Derecho Administrativo venezolano. Es necesario ahora que demos cuenta
de forma sucinta y de manera ejemplificativa, de las consecuencias teóricosistemáticas con relación a las nociones de acto administrativo y servicio
público.
A. El acto administrativo
La concepción sustantiva tiene estrecha relación con la noción del acto
administrativo. En este tema el Mtro. Lares Martinez revela una evolución de
su pensamiento, cuando en la I edición afirma que los actos administrativos son
“manifestaciones de voluntad emanadas de la autoridades administrativas,”25
e insiste luego en que “es necesario que la manifestación de voluntad la haga
alguna autoridad administrativa”. Luego en la XII edición, fiel a su concepción
sustantiva sobre lo que ha de entenderse por administración, y después de
referirnos con claridad las principales teorías de la doctrina extranjera, define
lo que ha de entenderse cómo acto administrativo, en sentido amplio, así:
todas las declaraciones emanadas de los órganos del Estado, actuando en
ejercicio de la función administrativa, productora de efectos jurídicos.26
Así las cosas, no duda en calificar también como actos administrativos
las decisiones adoptadas por los órganos legislativos cuando colaboran con el
ejecutivo en el ejercicio de la función administrativa o ejercen el control de la
administración pública, y también, cuando se traduce en actos de naturaleza
administrativa. Igualmente en el sentido amplio expresado considera actos
Idem.
Lares Martínez, E., Ob. cit., nota 1, pp. 101 y102.
26
Lares Martínez, E., Ob. cit., nota 4, p. 135.
24
25
114
José A. Araujo Juárez
administrativos las declaraciones y disposiciones de los órganos del Poder
Judicial que carecen de naturaleza intrínseca de los actos jurisdiccionales.
Las decisiones de los tribunales sobre asunto no contenciosos, y finalmente
las disposiciones adoptadas en cuanto a la organización y funcionamiento
del tribunal, como el acto de dictar normas reglamentarias, el nombramiento
de secretarios, amanuenses y la imposición de sanciones disciplinarias a los
subalternos.
Por tanto, sólo en un sentido restringido o subjetivo serán actos administrativos “las decisiones que emanan de los órganos de la administración
pública”.27
B. El servicio público
En materia de servicios públicos, el Mtro. Lares Martinez después de
analizar las definiciones más conocidas de la doctrina, expone la suya en los
términos siguientes:
toda actividad que en virtud del ordenamiento jurídico deba ser asumida o
asegurada por una persona publica territorial con la finalidad de dar satisfacción a una necesidad de interés general.28
Luego procede a examinar los elementos integrantes siguientes:
En primer lugar, el servicio público aparece enunciado como una “actividad” (concepción material o sustantiva) a pesar de que está consciente del uso
de dicho termino para designar el aparato u organización encargados de realizar
o de controlar una actividad general (concepción orgánica o subjetiva). Y es
que para el Mtro. Lares Martinez se pone de manifiesto nuevamente que la
concepción material o sustantiva tiene una significación anterior y superior a
la concepción orgánica, por cuanto solo una vez determinada una actividad por
el Estado como indispensable para dar satisfacción cumplida a una necesidad
colectiva, es que dispone la creación de los órganos destinados a realizar dicha
tarea o a ejercer el control de su realización.29
Ibídem, p. 136.
Ibídem, p. 205 y 206.
29
Ibídem p. 206.
27
28
115
El concepto de Derecho Administrativo venezolano en la obra del Maestro Eloy Lares Martinez
También nos enseña el Mtro. Lares Martinez que a principios del siglo XX las dos acepciones del servicio público (sustantiva y orgánica) eran
inseparables: todo servicio público estaba constituido por una actividad de
interés general, ejercida o asegurada por la administración. Luego se opera
una disociación, puesto que no toda actividad desplegada por las autoridades
administrativas puede ser calificada de servicio público en sentido material, y
que no toda oficina, repartición o dependencia de la administración constituye
un servicio público en el sentido orgánico.30
En segundo lugar, el elemento esencial de la noción es que la actividad
contemplada haya sido asumida o asegurada por alguna entidad político
territorial (Republica, Estados o Municipios). La finalidad de todo servicio
público es dar satisfacción de modo regular y continuo a una necesidad de
interés general.31
En tal sentido, una actividad llega a convertirse en servicio público cuando la Constitución o la ley deciden que la asuma la administración para dar
satisfacción regular y continua a una necesidad pública.
Y en cuanto al difícil problema de también difícil solución como lo es
determinar con exactitud si una actividad constituye o no un servicio público,
menciona que corresponde al poder público erigir una actividad en servicio
público, siguiendo la tesis voluntarista de G. Jèze al estimar que el criterio se
haya en “la intención de los gobernantes”.32 Que alguna vez la ley señala con
toda claridad que una actividad constituye un servicio público; pero cuando
ella no es clara será necesario desentrañar la intención del legislador a través
de ciertos signos reveladores, tales como la exclusión de los particulares en la
gestión de la actividad, quienes solo podrían participar a través de la obtención
previa de una concesión; o el otorgamiento para quienes ejercen dicha actividad
de prerrogativas de derecho público, especialmente, la facultad de expropiar
y la de establecer contribuciones.
En cuanto al régimen jurídico, el Mtro. Lares Martinez sostiene que los
servicios públicos están sujetos a un régimen de derecho público, pero que
no descarta la aplicación del derecho privado cuando así lo disponga expresamente; o ello se desprenda de preceptos generales de la legislación. En todo
Idem.
Ibídem, p. 206 y 207.
32
Idem.
30
31
116
José A. Araujo Juárez
caso, para la organización y funcionamiento será necesario hacer uso de las
prerrogativas consagradas por el derecho público.33
Finalmente, en cuanto a las actividades llamadas servicios públicos industriales no serían verdaderos servicios públicos, sino actividades de gestión
económica, y en consecuencia, estarían regidos preferentemente por el derecho
privado, y excepcionalmente, en virtud de textos expresos, por normas de
derecho público.34
IV. Consideraciones finales
En mérito a lo que llevamos dicho podemos concluir, por vía de resumen,
en las consideraciones finales siguientes.
El Mtro. Lares Martinez como todo jurista fue “un hacedor de sistemas”,
y en tal sentido, a través de sus enseñanzas, le dio una sólida base al Derecho
Administrativo venezolano al delimitar claramente, a su alrededor, no solo
el campo jurídico-administrativo, de gran influencia durante muchos años
en el contenido pedagógicamente determinado de los pensa de estudios de
las Escuelas o Facultades de Derecho venezolanas; en la jurisprudencia del
contencioso-administrativo; pero también en la renovación generacional de
iusadministrativistas que en buen número y cualidad continúan la enseñanza
oral y escrita para seguir perfeccionando un Derecho Administrativo acreditado
con denominación de origen venezolano.
Lo anterior no significa que el contenido pedagógico de la obra jurídica del Mtro. Lares Martinez no se vaya modificando según circunstancias
emergentes, la cual de seguro variará según el progreso de la investigación,
las innovaciones constitucionales y legislativas, la dinámica de la intervención
estatal, las doctrinas más contemporáneas, y un gran etc. Pero siempre habrá
un núcleo central constituido por los grandes temas torales por él tratados, por
lo que no resultaría exagerado afirmar que para la exposición pedagógica de
la disciplina, se tiene siempre a mano la precisión y claridad de la concepción
del Derecho Administrativo venezolano del Mtro. Lares Martinez.
Y por último, de la misma manera que no hace falta haber conocido
personalmente los ancestros, para reverenciarles; tampoco es preciso ser nada
Ibídem, p. 209.
Idem.
33
34
117
El concepto de Derecho Administrativo venezolano en la obra del Maestro Eloy Lares Martinez
más que lector de la obra jurídica del Mtro. Eloy Lares Martinez, que es un
fecundo manantial del pensamiento jurídico, para reconocer el privilegio que
supone haber bebido, con mayor o menor provecho, de sus fuentes.
Muchas gracias
RESUMEN
Se precisa la concepción de Derecho Administrativo venezolano en la obra
del Dr. Eloy Lares Martínez con un examen ulterior de los elementos que la
integran así como las consecuencias teórico-sistemáticas de la definición.
PALABRAS CLAVE
Derecho Administrativo
Derecho Público interno
Administración
Servicio público
118
La teoría del contrato administrativo
en la obra de Eloy lares Martinez
Henrique Iribarren Monteverde*
* Individuo de Número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
BLANCA
SIN NUMERAR
120
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Páginas: 121-132
ISSN: 0798-1457
El Maestro Lares Martínez fue, es y será uno de los estudiosos fundamentales del Derecho Administrativo en Venezuela, su obra es imperecedera, y él fue
un canal transmisor para futuras generaciones de las obras de J.M. Hernández
Ron y de Antonio Moles Caubet, todos fundadores de los estudios modernos
del Derecho Público en Venezuela.
Para tratar el tema propuesto, primero, me referiré a la génesis de la teoría
del Contrato Administrativo en el Derecho Administrativo venezolano, tal y
como fue recibida, prácticamente a imagen y semejanza de como se fraguó en
el Derecho Administrativo Francés, para luego exponer, en sus líneas generales,
como vio este asunto en su obra, el profesor Lares Martínez.
En derecho público venezolano se reconoce la existencia de los “contratos
administrativos” cuando menos desde 1944, por los preceptos contenidos en el
célebre fallo “La Nación Vs. La Compañía Anónima N.V. Aanemersbedrijf”;1
según el cual, no es necesariamente en los textos de derecho positivo que
ha de buscarse el fundamento de la existencia y régimen jurídico propio y
particular de estos negocios jurídicos, sino en la doctrina, y jurisprudencia,
de los grandes autores del Derecho Público Moderno, como expresamente lo
estableció esta sentencia.
Como fue dicho en ese fallo, parte esencial de ese régimen jurídico propio,
consiste en que en la ejecución de este tipo especial de contratos, el contratante de la Administración Pública no le puede oponer a ésta la “exceptio non
adimpleti”, en razón del servicio público involucrado.
La particularidad de este especial tipo de convenciones se concreta en que
ellos tienen (a) un régimen jurídico propio (distinto aunque no excluyente de
1
Corte Federal y de la Casación, en Sala Federal, del 5 de diciembre de 1944, Memoria de la Corte
Federal y de Casación 1945, Tomo I, p. 237.
121
La teoría del contrato administrativo en la obra de Eloy lares Martinez
los preceptos del derecho civil y comercial); y, (b) una jurisdicción propia para
ser juzgados (que es la jurisdicción contencioso-administrativa).
Esta sentencia venezolana ha sido la base de toda una sólida y tradicional
jurisprudencia que abarca desde entonces hasta nuestros días, la cual comenzó
a ser tratada por la propia Procuraduría General de la República, a comienzos
de los años sesenta.2
La sentencia clásica o de principios que recoge la Teoría de los “contratos
administrativos” en Derecho Público Venezolano, más allá de una variable
y fluctuante casuística jurisprudencial (donde se reconocieron situaciones
peculiares a veces encontradas pero que ceden ante el valor trascendental del
fallo que vamos a citar) es la sentencia recaída en el célebre caso “Acción
Comercial”, dictada por la Sala Político-Administrativa de la Corte Suprema
de Justicia, el 14 de junio de 1983, con ponencia del emérito Magistrado Luis
Henrique Farías Mata, y que transcrita en sus partes más relevantes reza:
“Cuando requerimientos del interés colectivo así lo postulan, acude la
Administración a la figura del contrato administrativo para asegurarse la
colaboración del particular en la satisfacción de determinadas necesidades
de interés general. La presencia de la Administración –dadas determinadas
condiciones– en el negocio jurídico, marca a éste, inevitablemente, de
características distintas a las de la contratación ordinaria, para asegurar
de esta manera que aquélla, depositaria del interés general o colectivo,
pueda comprometerse sin sacrificarlo en aras de intereses privados de los
administrados, por importantes –individualmente considerados– que éstos
parezcan. Los particulares contratantes quedan, a su vez, protegidos en ese
género de convenciones gracias a la intangibilidad de la ecuación económica
del contrato, en virtud de la cual una lesión a su patrimonio derivada del
incumplimiento por la administración de las cláusulas convenidas (rescisión
por motivos supervinientes: “hecho del príncipe”, circunstancias imprevisibles, fuerza mayor...) es compensada con la correspondiente indemnización
al particular de los daños y perjuicios que pudieren habérsele ocasionado.
No sin razón se ha afirmado que entre esos dos extremos –sujeción a las
normas del derecho civil, expresada en el respeto a la ecuación económica
del contrato; y violación de algunos de los principios del derecho privado,
motivada en razones de interés público – encuentra su adecuado y paradójico juego la peculiar Teoría del contrato administrativo, cuya regulación
2
Al respecto ver: Doctrina de la Procuraduría General de la República, año 1962, p. 137, año 1963, p. 89,
y año 1964, p. 72.
122
Henrique Iribarren Monteverde
queda sometida a reglas especiales distintas de las que rigen los pactos
jurídicos-privados”.
En idéntico sentido se ha pronunciado la Procuraduría General de la República, en su dictamen jurídico de fecha 23 de mayo de 1985, en donde ese
órgano consultivo de la Administración Pública Nacional, señaló que:
“En derecho administrativo venezolano, la existencia de la categoría que
ahora comentamos es incontroversible tanto en el ámbito del derecho positivo, como en lo relativo a la doctrina.
El problema que quedaría por resolver es el relativo a la determinación de los
criterios que permitan reconocer la calidad especial de “administrativo” a un
contrato suscrito por la Administración. Este es el problema de los criterios
de los -“contratos administrativos por naturaleza”, que son distintos a los
“contratos administrativos por determinación de la Ley”.
Hoy en día, en derecho administrativo es aceptado pacíficamente que son
tres las condiciones que permiten concluir en la existencia de un contrato
administrativo. La primera es absoluta y las otras dos alternativas:
En efecto la primera condición –que es absoluta, dijimos– es que al menos una de las partes sea una persona moral de derecho público: Así un
contrato concluido entre dos personas privadas no puede ser un contrato
administrativo (Conseil D´Etat, 13-12-63, sydicat des practiciens de L`art
dentaire, Dalloz 1964, p.55, condutions Braibant; 9-6-1967, societé des eaux
de Marseille, Recueil 1967 p. 241; Tribunal des Conflits 3-3-1969, societé
interlait, A. J. D. A., 1969 p. 307).
La segunda condición –que es alternativa en combinación con la tercera–, es
relativa al objeto del contrato: “es administrativo todo contrato cuyo objeto
esté vinculado a la ejecución misma del servicio público” (Conseil D´Etat,
20 avrill 1956, Epoux Bertin et Ministre de L´Agricultire contre consorts
Grimouard, Recueil 1956 p. 167 et 168).
La tercera condición –que es alternativa–, se refiere a las cláusulas del contrato: “cuando un contrato no tiene por objeto la ejecución del servicio, él
solo es administrativo cuando contiene Una cláusula exorbitante de Derecho
Común” (Conseil D´Etat, 31 juillet 1912, société des Granits Porphyroides
des Vosges –ya citada–,y, 10 mai 1963 societé la Prosperité Termiér, R.D.P.,
1963 p. 597).
Cabe destacar que tales principios han sido plenamente acogidos por nuestro
ordenamiento jurídico, como lo demuestra ampliamente el profesor Luis
Henrique Farías Mata en su citado trabajo sobre la “Teoría de los Contratos
Administrativos”, donde pone de relieve especialmente un hecho de singular
importancia, cual es que nuestra jurisprudencia patria dos años antes de la
123
La teoría del contrato administrativo en la obra de Eloy lares Martinez
sentencia del Consejo de Estado Francés Epoux Bertin –de 1956– ya en
1954 había dado la importancia debida –hoy incuestionable– al criterio de
la ejecución misma del servicio público como identificador de los contratos
administrativos”.3
Bajo la vigencia del artículo 126 de la Constitución de 1961, el artículo
42 numeral 14 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia de 1976,
expresamente se refería a los “contratos administrativos”, como criterio atributivo de competencia de la jurisdicción contencioso-administrativa.
Posteriormente, bajo la vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia en
Sala Político-Administrativa ha ratificado estos criterios en su sentencia, de
fecha 13 de Julio del 2000, en el caso: Inversiones Luixu, en donde la Sala
señaló que:
“Ha sido establecido en múltiples oportunidades por esta Sala y por la doctrina patria, las características esenciales de los contratos administrativos,
a saber: 1.- Que por lo menos una de las partes sea un ente público; 2.- Que
el contrato tenga una finalidad de utilidad pública o la prestación de un servicio público y; 3.- Como consecuencia de lo anterior, debe entenderse la
presencia de ciertas prerrogativas de la Administración en dichos contratos
consideradas como exorbitantes, aún cuando no se encuentren expresamente
plasmadas tales características en el texto de los mismos.
En el presente caso, el contrato que dio origen a la demanda, efectivamente
cumple las características arriba señaladas, toda vez que, una de las partes es
un ente Público, como lo es la República, por intermedio del entonces Ministerio de Desarrollo Urbano, hoy Ministerio de Infraestructura y el contrato
tenía por objeto la realización de trabajos de alumbrados del Estadium “San
Rafael” de la ciudad de Tucupita, Estado Delta Amacuro, lo cual tiene una
evidente finalidad de utilidad pública; motivo por el cual considera esta Sala,
que efectivamente resulta aplicable al caso de autos, la norma atributiva de
competencia contenida en el numeral 14 del artículo 42 de la Ley Orgánica
de la Corte Suprema de Justicia, la cual otorga competencia a esta Sala para
conocer de las acciones de cualquier naturaleza que se interpongan, con
ocasión de la interpretación, cumplimiento, caducidad, nulidad, validez, o
resolución, de los contratos administrativos celebrados por la República, los
Estados o los Municipios. Así se declara”.
3
Revista de la Fundación Procuraduría General de la República. Caracas, 1986, Año 1, Número 1,
p. 174.
124
Henrique Iribarren Monteverde
En otro caso, la Sala señaló lo siguiente:
Siendo la oportunidad para pronunciarse, esta Sala observa que, el ordinal
14 del artículo 42 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia,
establece:
“Artículo 42: Es de la competencia de la Corte como más Alto Tribunal de
la República:
14.- Conocer de las cuestiones de cualquier naturaleza que se susciten con
motivo de la interpretación, cumplimiento, caducidad, nulidad, validez o
resolución de los contratos administrativos en los cuales sea parte la República, los Estados o las Municipalidades”.
En este sentido, ha establecido esta Sala que los contratos celebrados por
las Municipalidades, mediante los cuales se otorgan a particulares terrenos
ejidos, sin importar bajo qué figura jurídica son otorgados (compraventa,
arrendamiento, comodato, etc.), son verdaderos contratos administrativos,
toda vez que los mismos poseen las tres características básicas de todo contrato administrativo, a saber: 1.- Una de las partes es un ente público, 2.- el
contrato tiene una finalidad de utilidad pública o la prestación de un servicio
público, y 3.- como consecuencia de lo anterior, se entiende la presencia de
ciertas prerrogativas de la Administración en dichos contratos, consideradas
como exorbitantes, aun cuando no se encuentren expresamente plasmadas
tales características en el texto del mismo. En el caso de autos la recurrente solicita la nulidad del acto administrativo
contenido en la Resolución Nº 451-000, dictado por el Alcalde del Municipio Iribarren del Estado Lara, mediante el cual se declaró sin lugar el
recurso jerárquico interpuesto y en consecuencia confirmó el contenido de
la Resolución Nº 14-2000, emitida por la Dirección de Catastro de dicho
Municipio, que resolvió anular la notificación de avalúo e información catastral Nº 44.334 de fecha 20 de agosto de 1999, otorgada al inmueble ubicado
en Carrera 13-B, entre calles 60 y 61, Nº 60-58, a nombre de la recurrente,
y ordenó otorgar nueva notificación de avalúo e información catastral del
mencionado inmueble a nombre de la ciudadana Aída Guadalupe Rojas de
Petit, en virtud de que la Cámara Municipal en sesión Nº4, de fecha 18 de
enero de 1994, aprobó otorgar concesión de uso sobre el terreno ejido donde
se encuentra construida la referida bienechuría, a favor de la mencionada
ciudadana, el cual fue suscrito en fecha 20 de enero de 1994.
Por tanto, visto que en el asunto bajo análisis se solicita la nulidad de un
contrato de concesión de uso sobre un terreno de origen ejidal, debe entonces aplicarse la regla atributiva de competencia, contenida en el ordinal
14º del artículo 42 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, en
concordancia con el artículo 43 eiusdem, según la cual es competencia de
esta Sala Político Administrativa conocer de las cuestiones de cualquier
125
La teoría del contrato administrativo en la obra de Eloy lares Martinez
naturaleza que se susciten con motivo de los contratos administrativos, y
así se declara.4
Ahora bien, actualmente, a pesar de que con la entrada en vigencia de la
Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia (2010)5 y de la Ley Orgánica
de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa (2010)6 se ha obviado cualquier
referencia expresa a los contratos administrativos, tales normas son de contenido adjetivo, sólo regulan los procedimientos judiciales mediante los cuales
operan la Justicia Constitucional y Contencioso-Administrativa, respectivamente, por lo cual y teniendo en cuenta la naturaleza sustantiva de la teoría
de los contratos administrativos, consideramos que, tales normas no vacían
de contenido los valores y principios contenidos en el mencionado fallo de la
Sala Político-Administrativa de la Corte Suprema de Justicia del 14 de junio
de 1983, caso Acción Comercial, referente a los contratos administrativos.
Como consecuencia de lo anterior, la Teoría del Contrato Administrativo
y las consecuencias jurídicas que tal calificación implican siguen teniendo
aplicación en Venezuela, a pesar de su exclusión en las normas reguladoras
del contencioso administrativo, en Venezuela, tal como lo ha afirmado la doctrina más autorizada y reciente en el país, al señalar que la teoría del contrato
administrativo revela que no se trata de un mero ejercicio de sistematización
teórica o didáctica, sino una categoría autónoma en el plano sustantivo con
elementos que no sólo le otorgan utilidad práctica sino que lo individualizan
en su régimen jurídico.7
En este sentido, podemos afirmar que tanto en derecho administrativo
francés como en derecho administrativo venezolano, deben presentarse tres
condiciones –la primera casi necesaria y las otras dos alternativas- para poder
concluir, en un determinado caso concreto, que se está en presencia de un
“contrato administrativo”.
En efecto, tales condiciones son las siguientes:
4
5
6
7
Sentencia de la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, caso: Dioselina Rivero
de Oropesa, de fecha 31 de enero del año 2002.
Publicada en Gaceta Oficial N° 39.451 del 22 de Junio de 2010
Publicada en Gaceta Oficial Nº 39.447 de fecha 16 de junio de 2010, reformada en fecha 26 de junio
de 2010, publicada en Gaceta Oficial Nº 39.451.
Araujo-Juárez José. El Contencioso de los Contratos Administrativos en XXXVIII Jornadas J.M. Domínguez Escovar “Avances Jurisprudenciales del Contencioso Administrativo en Venezuela”. Editorial
Horizonte C.A., Barquisimeto, 2013, pp. 239 a la 276. En igual sentido puede consultarse con provecho
la obra del maestro José Melich-Orsini “Doctrina General del Contrato”, Caracas, 2009 5 Edición.
p. 55.
126
Henrique Iribarren Monteverde
a) Primera condición (necesaria): Que al menos una de las partes contratantes
sea una persona moral de derecho público,
b) Segunda condición (alternativa con la tercera): es relativa al objeto del
contrato: es administrativo todo contrato cuyo objeto esté vinculado a la
“ejecución misma del servicio público”; y
c) Tercera condición (alternativa con la segunda): se refiere a las cláusulas
del contrato: cuando un contrato no tiene por objeto la ejecución misma
del servicio, sólo es administrativo cuando contiene una “cláusula exorbitante del derecho común”, en el entendido de que esta cláusula exorbitante
puede ser tácita o implícita en el contrato de que se trate.
Como ya mencionamos antes, si por aplicación de las condiciones o criterios arriba señalados, se determina que un negocio jurídico en concreto es
un “contrato administrativo”, entonces su principal consecuencia (aparte de
la jurisdicción propia para juzgarlo) es que tiene también un régimen jurídico
propio, distinto aunque no excluyente del derecho civil y mercantil, el cual,
en resumen, comporta las siguientes características:
a) En el proceso de formación de la voluntad contractual intervienen textos
de derecho público, que forman parte del llamado “Bloque De La Legalidad” (artículo 259 de la Constitución venezolana de 1999) (Vg. Ley de
Contratación Pública y los diversos textos que históricamente han regulado
en derecho venezolano las “Condiciones Generales de Contratación”; Ley
Orgánica de la Contraloría General de la República; antigua Ley Orgánica
de Régimen Presupuestario; antigua Ley orgánica de Salvaguarda del
Patrimonio Público);
b) La Administración Pública contratante, expresa o implícitamente, tiene
las “prerrogativas o potestades de imperio”, en razón de las cuales puede
modificar o terminar unilateralmente el contrato aun sin falta del contratante; y
c) Si el ejercicio de ese poder unilateral de modificación por parte de la
Administración Pública contratante, ocurre sin que medie un “falta contractual” del co-contratante o concesionario, entonces éste ve protegida
la ecuación económica del contrato, por aplicación de la “Teoría de las
Sujeciones Imprevistas”, que implica, dependiendo del caso, distintos
tipos y formas de indemnizaciones.8
8
Sobre esto puede consultarse Iribarren M., Henrique: “El equilibrio económico en los contratos administrativos y la Teoría de la Imprevisión”, en VIII Jornadas Internacionales de Derecho Administrativo
127
La teoría del contrato administrativo en la obra de Eloy lares Martinez
Quedan así expuestos, de manera general, los criterios, que a nuestro
juicio, son claves para calificar a un contrato como administrativo. Pasemos
ahora, a analizar estos mismos conceptos en el pensamiento jurídico del Dr.
Eloy Lares Martínez.
Para el Dr. Lares Martínez, la teoría general del contrato administrativo,
forma parte de lo que él denominó los “conciertos de la Administración Pública” o más comúnmente como los contratos de la Administración, los cuales
podemos dividir en contratos administrativos y contratos de derecho privado
de la Administración. Es por ello que comienza el desarrollo del tema con la
definición que nuestro derecho civil hace de los contratos, por lo que señala
que el contrato es un acuerdo de voluntades entre dos o más personas, que tiene
por objeto producir obligaciones; esa noción es igual en derecho privado y en
derecho público. En particular, los contratos de la Administración, son acuerdos
de voluntades (bilaterales o multilaterales) en cuya celebración intervienen una
o más entidades administrativas.
Ahora, continúa el Dr. Lares Martínez, en su Manual de Derecho Administrativo, señalando que la distinción entre los contratos administrativos y
los contratos de derecho privado sustituyó en Francia la teoría que oponía los
actos de autoridad a los actos de gestión.
De acuerdo con la mencionada teoría, todos los contratos celebrados por
la administración eran actos de gestión, porque se consideraba que en esos
casos la Administración no actuaba como depositaria del poder. Ello tenía
como consecuencia que todos los contratos celebrados por la Administración
formaban parte de una misma categoría y las controversias que de ellos se
derivasen correspondían a la competencia de los tribunales judiciales.
Abandonada la mencionada teoría, expone nuestro homenajeado cómo
la jurisprudencia en Francia consagró el criterio general de la competencia
administrativa, derivado de la noción de servicio público (inició con el arrêt
Blanco dictado por el Tribunal de Conflictos el 8 de Septiembre de 1873, y se
confirmó por el arrêt Terrier dictado por el Consejo de Estado el 6 de Febrero
de 1903). Según las mencionadas decisiones todo lo relativo a la organización
y funcionamiento de los servicios públicos sería de naturaleza administrativa,
independientemente de que la administración actúe por vía de contratos o por
vía de autoridad.
Allan Randolph Brawer Carías, “Los Contratos Administrativos. Contratos del Estado”, FUNEDA,
Caracas 2005, Tomo I, págs. 115 a 139.
128
Henrique Iribarren Monteverde
Las anteriores afirmaciones hechas por Lares Martínez en su Manual, nos
permiten adentrarnos en los criterios que él consideraba importantes para calificar un contrato administrativo, y en este sentido observaremos algunas ligeras
diferencias con lo expuesto por nosotros en la primera parte del estudio.
En efecto, comienza con lo que a su juicio, es lo más representativo de
la teoría en el régimen francés, y en efecto señala que la jurisprudencia y la
doctrina de ese país ha considerado fundamentalmente cuatro elementos para
la determinación del contrato administrativo:
1. Partes: Se requiere que al menos una de las partes sea una persona pública;
un contrato celebrado entre particulares no podría ser considerado como
administrativo.
2. Objeto del contrato: que se desprenda del contrato que este tiene por objeto ejecutar u organizar un servicio público o dar satisfacción a un interés
general. Debe señalarse que aquellos contratos celebrados en razón de
servicios públicos industriales y comerciales idénticos a los que prestan
los particulares, son usualmente considerados como contratos de derecho
común, salvo que se presenten características particulares que lleven a
considerar que se está en presencia de un contrato administrativo.
3. Cláusula: se le atribuye especial importancia a la inserción en el contrato
de cláusulas especiales, derogatorias del derecho común. Se ha considerado
fundamental que sean incluidas dichas cláusulas que se encuentran fuera
de la órbita del derecho común.
4. Duración: que la ejecución del contrato se realice en un período prolongado, es decir, que se considera indispensable que la ejecución del contrato
deba realizarse durante un período más o menos largo.
De lo expuesto podemos observar cómo la principal diferencia radica en
la inclusión de un cuarto elemento referido a la temporalidad del contrato, con
lo cual, los contratos de ejecución instantánea no podrían considerarse nunca
como administrativos, siendo calificados como tales sólo los contratos de
tracto sucesivo, lo cual nos parece muy limitativo, siendo un criterio personal
del Dr. Lares Martínez, que al menos hasta los momentos, no ha sido acogido
por la jurisprudencia nacional.
Ahora bien, la anterior exposición de ideas las realiza el Dr. Lares Martínez
en todas las versiones de su Manual (que en realidad deberían considerarse
un verdadero “Tratado”), sin embargo debemos advertir que su pensamiento
sobre esta materia la podríamos dividir antes y después de 1980, ya que antes
de esta fecha el profesor Lares Martínez, acepta la teoría del contrato administrativo resaltando como criterios reveladores de la cualidad administrativa
129
La teoría del contrato administrativo en la obra de Eloy lares Martinez
de un determinado contrato el criterio de servicio público y la duración del
contrato, señalando que la importancia de calificar un determinado contrato
como administrativo deviene del régimen jurídico aplicable al contrato, el cual
no será mas el derecho civil y mercantil, sino las reglas especiales de derecho
público desarrolladas por la jurisprudencia y la doctrina administrativa.
En efecto en las primeras ediciones de su Manual de Derecho Administrativo, el profesor Lares Martínez, comentaba:
“Sustentamos el primero de los criterios expuestos, esto es, el que se refiere
al objeto o finalidad perseguidos por la administración al celebrar el contrato.
Si dicho objeto o finalidad se refieren a una actividad de servicio público en
el sentido más amplio de esta expresión, es decir, si el particular o empresa
privada se obligan a desarrollar una actividad dirigida a dar satisfacción
a un interés general, el contrato pertenece a la categoría de los contratos
administrativos, y en consecuencia, le serán aplicables las reglas especiales
del derecho público diferentes de las disposiciones del Código Civil y del
Código de Comercio. Cuando faltan estas condiciones, el contrato pertenece
a la categoría de los contratos de derecho común.
La importancia de precisar si un contrato celebrado por una persona pública
estatal tiene o no carácter administrativo es para saber si le son aplicables
las reglas especiales que, en razón de las exigencias del interés general, han
sido creadas por la jurisprudencia y la doctrina para regular la ejecución de
los contratos administrativos”.
No obstante el pensamiento jurídico del Dr. Lares Martínez, continuó
avanzando, imaginamos que producto de la nueva literatura y de las reflexiones propias que un jurista de su talla podía tener dentro o fuera de la cátedra.
Muestra de lo anterior es el trabajo que sobre los contratos de interés nacional,
presentara para la obra “Libro Homenaje al Profesor Antonio Moles Caubet”,
en 1981 en donde el autor rectifica o aclara conceptos expuestos hasta ese
momento en su Manual de Derecho Administrativo, sobre los contratos administrativos y los contratos de interés nacional.
En efecto, el autor replanteó su postura con relación a la noción del contrato administrativo, la cual califica ahora como una noción “vívidamente controvertida”; también replantea las afirmaciones relacionadas con los contratos
de interés nacional, la cual consideraba, en el Manual, que eran los contratos
administrativos celebrados por la Administración Pública Nacional.
De una revisión de este texto podemos apreciar cómo el profesor Lares
Martínez se apoya en las afirmaciones de los profesores García de Enterría y
Allan R. Brewer-Carias, quienes por esos tiempos ya se oponían a una teoría
130
Henrique Iribarren Monteverde
del contrato administrativo como categoría singular y propia del derecho
administrativo, radicalmente opuesta a los contratos civiles y mercantiles;
en efecto, con base en las ideas expresadas por estos reputados autores el Dr.
Lares, afirmó que:
“El criterio de distinción entre una y otra categoría de contrato, fundado en
la noción de servicio público en sentido específico, ha sido casi completamente abandonado, por la notoria decadencia de dicha noción. El criterio de
la distinción basado en la sola existencia de cláusulas exorbitantes tampoco
puede sostenerse, pues dejaría a la libre voluntad de las partes determinar la
naturaleza del contrato, ya que la mayoría de la estipulaciones así calificadas
podrían ser insertadas en cualquier contrato de la administración, aunque
fuere de mera gestión mercantil. Es preciso confesar la dificultad extrema
de hallar un acertado criterio de distinción.
Con mucha razón el profesor García de Enterría dijo en su estudio anteriormente indicado que el concepto de contrato administrativo es un “concepto
polémico”; y expresa gran verdad el autor francés Liet Veaux, citado por
aquél, cuando afirma que este tema es “uno de los capítulos más desesperantes del derecho público”.
que:
De esta manera argumenta el Dr. Lares, para terminar sentenciando,
“La verdad es que no puede hablarse de contratos exclusivamente regidos
por el derecho administrativo y contratos exclusivamente regulados por el
derecho civil y mercantil. Es lo cierto que en todos los contratos de la Administración se aplica a un tiempo principios de derecho público, y preceptos
de derecho privado, en proporción mayor o menor”.
Esta argumentación la ratifica el Dr. Lares Martínez, en 1991, en la
obra “Régimen Jurídico de los Contratos Administrativos”, publicada por la
Fundación Procuraduría General de la República, en donde al referirse a los
contratos de obra pública inicia sus disertación ratificando lo expuesto una
década antes. Asimismo, ésta será la posición sostenida por el maestro en las
siguientes ediciones de su Manual de derecho administrativo.
En conclusión, podemos afirmar que la teoría de los contratos administrativos, de fuerte raigambre jurisprudencial, sigue vigente en Venezuela y
muestra de ello son las recientes decisiones de la Sala Político-Administrativa,
citadas en el cuerpo de este trabajo, y las calificadas opiniones del Doctor José
Melich Orsini y del Doctor José Araujo Juárez; sin embargo, tal como queda
131
La teoría del contrato administrativo en la obra de Eloy lares Martinez
expuesto, en criterio del Dr. Lares Martínez, no puede hablarse de contratos
exclusivamente regidos por derecho público y de contratos exclusivamente
regidos por derecho civil o mercantil. A todos los contratos de la Administración se le interaplican principios de derecho público y de derecho privado,
criterio que tiene fundamento en la calificada opinión de juristas como García
de Enterría y Allan R. Brewer-Carias, las cuales sin embargo no compartimos,
en razón de lo arriba expuesto.
Queda de esta manera expuesta la evolución conceptual que la noción de
contrato administrativo, fue teniendo en el pensamiento jurídico del profesor
Dr. Eloy Lares Martinez.
RESUMEN
Contiene una génesis de la teoría del contrato administrativo en el Derecho Administrativo venezolano con referencia a la jurisprudencia y doctrina
venezolana que confirman su vigencia a pesar de su exclusión en las normas
reguladoras del contencioso administrativo en Venezuela, exponiendo los
criterios que a juicio del autor son claves para calificar a un contrato como
administrativo realizando a su vez un análisis de dichos conceptos en el pensamiento jurídico del Dr. Eloy Lares Martínez.
PALABRAS CLAVE
Contrato administrativo
Derecho Administrativo
Contencioso Administrativo
132
Un siglo de Derecho Administrativo.
A propósito del centenario
del nacimiento
de Eloy Lares Martinez
José Ignacio Hernández*
* Profesor de Derecho Administrativo en la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Católica
Andrés Bello. Director del Centro de Estudios de Derecho Público de la Universidad Monteávila.
BLANCA
SIN NUMERAR
134
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Páginas: 135-148
ISSN: 0798-1457
INTRODUCCIÓN
1. El 17 de abril de 1913 nace en Carúpano, Estado Sucre, el profesor Eloy
Lares Martínez. El centenario de su nacimiento es una ocasión propicia para
reflexionar sobre la vida y obra de uno de los más insignes juristas de nuestro
país, y a quien tanto debe el Derecho administrativo venezolano.
2. Fue desde las aulas de la Universidad Central de Venezuela donde Eloy
Lares Martínez comenzó un largo trayecto de genuina y honesta vocación
universitaria. Desde 1947, cuando comenzó a regentar la cátedra de Derecho
Administrativo de esa Universidad, el profesor Lares Martínez orientó la
enseñanza del Derecho administrativo por el método crítico, fomentando la
discusión y debate entre sus estudiantes. De esa continua labor surgió un texto
de monumental trascendencia en el Derecho venezolano: el Manual de Derecho
Administrativo, que cumple, pues, cincuenta años, aniversario que celebra con
una nueva edición, a cargo del profesor Rodrigo Lares.
3. Tal y como señaló la profesora Hildegard Rondón de Sansó en las palabras preliminares al Libro homenaje al Manual de Derecho administrativo de
Eloy Lares Martínez, Lares fue un autor fecundo de una sola obra: su Manual,
libro artesanalmente trabajado desde la Universidad y para la Universidad. Un
libro que sigue siendo, como recientemente señalara Allan R. Brewer-Carías,
único en nuestro Derecho. Por ello, podemos decir que el profesor Lares Martínez cumplió, sobradamente, el propósito que inspiró a esa obra: despertar el
interés y entusiasmo por el Derecho administrativo. Hoy, 50 años después, el
Manual sigue cumpliendo ese cometido.
4. Por ello, hemos querido presentar un bosquejo de los cien años de
Derecho administrativo venezolano que han transcurrido desde el nacimiento
del profesor Eloy Lares Martínez. Como podrá comprenderse, no se pretende
135
Un siglo de Derecho Administrativo. A propósito del centenario del nacimiento de Eloy Lares ...
efectuar un análisis exhaustivo de estos cien años, sino más bien un intento de
periodización de esa disciplina, recordado que toda periodización de la historia
es siempre relativa.
I. LA CONSOLIDACIÓN DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
COMO RESULTADO DE LA FORMACIÓN DEL ESTADO
NACIONAL (1913-1944)
5. Eloy Lares Martínez nace durante la dictadura gomecista, que entre
1908 y 1935 rigió los destinos del país. En concreto, el año de nacimiento de
Lares -1913- coincide con el fin del que ha sido considerado por muchos el
período más laxo de aquel régimen y con el inicio de la “verdadera” dictadura
de Gómez (Manuel Caballero, Tomás Polanco). Lo que interesa destacar aquí,
en todo caso, es la estrecha relación entre la dictadura de Gómez y el Derecho
administrativo, según su estado en 1913 y posterior evolución.
6. Como es sabido, la clase de Derecho administrativo de la Universidad
Central de Venezuela, que años después regentaría Eloy Lares Martínez, fue
creada por Decreto de Juan Vicente Gómez el 4 de enero de 1909. Al año
siguiente será publicado, en la Revista Universidad, el que es considerado
el primer texto univesitario del Derecho administrativo: la “exposición de
Derecho administrativo” de Federico Urbano.
7. La creación de la clase de Derecho administrativo, en 1909, fue consecuencia del creciente número de Leyes administrativas, que a su vez eran
resultado del lento proceso de formación del Estado nacional. La Venezuela
del siglo XIX, citando palabras de Elías Pino Iturrieta, fue una especie de
país archipiélago, un país sin unidad central, producto –principalmente- de
la forma de gobierno adoptada, basada en el pacto con los caudillos locales
y con sus respectivas “montoneras”. El arribo de Cipriano Castro al poder,
en 1899, cambió ese panorama, pues Castro comenzó a establecer una nueva
forma de poder, asentada en un poder central: la Administración, y dentro de
ésta, el Ejército (Ramón J. Velázquez).
8. Desde 1899, de esa manera, se inicia el lento proceso de creación –o
consolidación, si se quiere– del Estado nacional centralizado, labor continuada y adelantada bajo la dictadura de Juan Vicente Gómez. Uno de los rasgos
característicos de ese Estado nacional centralizado fue la consolidación de la
136
José Ignacio Hernández
Administración Pública Nacional, como especie de dominación burocrática que,
a la larga, terminaría sustituyendo a la dominación carismática de Gómez. Esa
Administración se basó en un conjunto notable de Leyes, notable por su número
y por su extraordinaria calidad, en cuanto a técnica legislativa se refiere.
9. De esa manera, mientras que el ciudadano del siglo XIX, de cierta
manera, pudo prescindir del Estado nacional pues éste no tenía una realidad
perceptible, el ciudadano del siglo XX, por el contrario, no podrá ya vivir sin
el Estado y sin la Administración, que a través de numerosas Leyes, comenzó
a regular aspectos diversos de su vida cotidiana.
10. Este crecimiento de las Leyes administrativas llevó a un crecimiento
del Derecho administrativo, pero siempre anclado en los principios del Estado
liberal de Derecho. La “exposición de Derecho administrativo” de Federico
Urbano, de 1910, resume muy bien el contenido del Derecho administrativo
vigente en 1913, año de nacimiento de Eloy Lares: un Derecho administrativo
liberal, estructurado en un conjunto de Leyes administrativas que permitían
el estudio de la actividad de policía especial, a través de servicios públicos
esenciales y facultativos. Se trató de un Derecho Administrativo principalmente exegético. Esa fue la misma metodología con la cual, diez años más
tarde, Federico Álvarez Feo acometería el estudio del Derecho administrativo
venezolano, en el segundo texto –conocido- de esa disciplina en Venezuela.
11. En 1937, cuando Lares contaba 24 años, aparecerá el tercer texto de
Derecho administrativo venezolano: el Tratado Elemental de Derecho Administrativo de J.M. Hernández Ron, quien regentaba entonces la cátedra de Derecho
administrativo, que años atrás había sido ocupada por Urbano y Alvarez-Feo.
La visión del Derecho administrativo que nos ofrece Hernández-Ron sigue
siendo predominantemente exegética, orientada más a la parte especial del
Derecho administrativo. Con todo, ya se aprecia el abandono de los postulados
liberales que habían inspirado el trabajo de Urbano, 27 años atrás. El petróleo
había irrumpido en nuestras vidas y, con él, la intervención administrativa.
12. Un aspecto notable, que debe ser estudiado con mayor profundidad,
es que el Derecho administrativo formado entre 1910 y 1937 no seguía los
postulados del régimen administrativo francés. No puede decirse, en efecto,
que la Administración actuaba por medio de un Derecho autónomo, especial
y exorbitante del Derecho común, basado en privilegios y prerrogativas. La
imagen del Derecho administrativo durante esa época era otra: un Derecho
basado en los principios republicanos sentados entre nosotros a partir de la
137
Un siglo de Derecho Administrativo. A propósito del centenario del nacimiento de Eloy Lares ...
Constitución de 1811, y bajo los cuales la Administración llevaba a cabo una
actividad regida por el Derecho Común, salvo las Leyes especiales aplicables.
Tan es así que, por ejemplo, la Corte Federal y de Casación negó, reiteradamente, que la Administración pudiese terminar unilateralmente los contratos
públicos celebrados por ella, en tanto debía acudir al Poder Judicial.
II. EL DERECHO ADMINISTRATIVO BASADO EN EL RÉGIMEN
ADMINISTRATIVO. SU TRATAMIENTO JURISPRUDENCIAL (1944-1963)
13. El 5 de diciembre de 1944 la Corte Federal y de Casación resuelve
una demanda planteada con ocasión a la decisión de un contratista de la Administración en el Puerto La Guaira de suspender el contrato celebrado ante
los incumplimientos de la Administración. Una decisión basada en la excepción non adimpleti contractus del Código Civil, el cual, hasta entonces, venía
aplicándose a los contratos públicos. Sorpresivamente, la Corte Federal y de
Casación cambiará, en esa decisión, su doctrina entonces consolidada, para
concluir que la Administración Pública, cuando actúa como poder público,
se somete a un régimen exorbitante del Derecho Común con privilegios y
prerrogativas, lo cual hace inaplicable el Código Civil. Se reconocía, de esa
manera, la existencia de un régimen administrativo.
14. Conviene recordar que, para Maurice Hauriou, todo Estado de Derecho
desarrollado tiene un Derecho administrativo, pero no necesariamente tiene un
régimen administrativo. El régimen administrativo, para este autor, supone la
aplicación de un régimen exorbitante del Derecho Común, que desplaza al Código Civil. Tal fue el régimen que comenzó a estructurarse a partir de 1944.
15. A partir de ese momento, el Derecho administrativo venezolano comenzará a formarse en la jurisprudencia a través de los postulados básicos del
régimen administrativo francés. De manera especial, ese régimen se planteó
a través de dos figuras: el contrato administrativo y el acto administrativo,
figuras por medio de las cuales la Administración realizaba la “potestad de
autotutela administrativa”.
16. Junto a este cambio, el número de Leyes administrativas continuó
aumentando, como resultado de la progresiva intervención administrativa
en el orden social y económico, consecuencia de nuestra dependencia a la
138
José Ignacio Hernández
renta petrolera. El Derecho administrativo especial de Tomás Polanco, de
1959, da cuenta, precisamente, de ese panorama del Derecho administrativo
venezolano.
III. LA SISTEMATIZACIÓN DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
VENEZOLANO A LA LUZ DEL MANUAL DE DERECHO
ADMINISTRATIVO DE ELOY LARES MARTÍNEZ (1964-1982)
17. En 1947, como consecuencia de la jubilación del profesor J. M. Hernández-Ron, el profesor Eloy Lares Martínez comienza a regentar la cátedra
de Derecho administrativo de la Universidad Central de Venezuela, luego de
haber ganado el concurso de oposición abierto a tal efecto. En su preparación
para tal concurso el profesor Lares Martínez pudo aprovechar las lecciones
de Derecho administrativo que, por aquel entonces, comenzaba a dar en un
seminario de la Universidad Central de Venezuela el profesor de origen español,
Antonio Moles Caubet.
18. Moles Caubet aportó al Derecho administrativo venezolano algo que
le hacía falta: su sistematización. Al haber sido creada la cátedra de Derecho
administrativo como resultado del creciente número de Leyes administrativas,
nuestro Derecho administrativo fue, en parte, tributario de esas Leyes. De
allí un fenómeno paradójico: la parte especial de ese Derecho tuvo más desarrollo que su parte general. Antonio Moles Caubet contribuyó a cambiar esa
realidad, otorgándole al Derecho administrativo la sistematización necesaria
para perfeccionar su estudio. Entre los asistentes a esas lecciones, formales
e informales, estaban Gonzalo Pérez Luciani, Allan R. Brewer-Carías y Eloy
Lares Martínez.
19. Por ello, cuando en 1947 Lares Martínez comenzó a impartir clases, el
panorama ha debido ser desolador, en cuanto a los textos de estudio se refiere.
Los trabajos de Urbano y Álvarez Feo no tuvieron mayor difusión: asombrosamente, esa difusión solo sería posible casi un siglo después, con su publicación,
en 2009, por esta Academia de Ciencias Políticas y Sociales, en un proyecto
en el que tuvimos la honra de participar. Por su parte, el texto de HernándezRon, en su segunda edición de 1943, había quedado desactualizado por su
dependencia a las Leyes administrativas. Ante la carestía de textos, los alumnos
acudieron a un vicio presente incluso hoy día: los apuntes de clases.
139
Un siglo de Derecho Administrativo. A propósito del centenario del nacimiento de Eloy Lares ...
20. Nuestro Derecho administrativo tendría que esperar varios años más
para la aparición de un texto actualizado de acuerdo con las Leyes administrativas: el Derecho administrativo especial de Tomás Polanco de 1959. Aun
así, la parte general del Derecho administrativo –materia relevante dentro del
curso de Derecho administrativo impartido por el profesor Lares- carecía de
un texto actualizado y acorde a nuestro Derecho.
21. Lares Martínez hizo entonces lo que creía era su deber: escribir un
Manual de Derecho administrativo, labor que finalizó en 1963, cuando contaba
con cincuenta años de edad. Como vimos en la introducción, el Manual de Lares
fue –y sigue siendo- un texto escrito en la Universidad para la Universidad.
Un texto que apostó por una formación universitaria crítica, por el debate de
ideas, por la formación de criterios racionales de Derecho administrativo, que
comenzaba a adquirir, así, el carácter de sistema.
22. El Derecho administrativo de los lustros siguientes quedó marcado
definitivamente por el camino iniciado por Eloy Lares Martínez. Los principios
del Derecho administrativo basados en el régimen administrativo, que hasta
entonces estaban dispersos, comenzaron a ordenarse sistemáticamente. La parte
general del Derecho administrativo permitió, así, amoldar y dar orden lógico
y racional a la parte especial del Derecho administrativo. Se inició la creación
de la teoría general de la organización administrativa, del procedimiento y acto
administrativo, y del contrato administrativo, entre otros.
23. Año que el Manual de Lares fue publicado, Allan R. Brewer-Carías
terminó su tesis doctoral en París, publicada al año siguiente. En su introducción, Brewer-Carías indicó que el libro proponía demostrar cómo sí existía un
Derecho administrativo en Venezuela, formado principalmente por la jurisprudencia, y que seguía el modelo del régimen administrativo francés.
24. Precisamente, el Derecho administrativo venezolano que nos ofrece
Lares Martínez en la primera edición de su Manual, es un Derecho basado en
el régimen administrativo francés, en el sentido que la Administración quedaba
sujeta a un régimen autónomo y especial, exorbitante del Derecho común. Para
abordar el estudio de ese Derecho administrativo, Lares empleó el método
que siempre nos ha parecido más correcto: definir a la Administración, en
primer lugar, para luego tratar la definición de Derecho administrativo. A ello
dedica, precisamente, los dos primeros capítulos de su Manual. La definición
de Derecho administrativo de Lares sigue teniendo plena vigencia: rama del
Derecho Público interno, que comprende las normas y principios aplicables a
140
José Ignacio Hernández
la Administración (N°12). Al aludir a los principios, y entre ellos, a la jurisprudencia, Lares quiso enfatizar cómo nuestro Derecho administrativo tenía
un claro origen pretoriano.
25. En efecto, desde la sentencia de 1944 de la Corte Federal y de la Casación, correspondió a la jurisprudencia suplir, de cierto modo, la ausencia de
textos dedicados a la parte general del Derecho administrativo. Por ello, como
recientemente recordara Henrique Iribarren Monteverde en su incorporación
a esta Academia, el Derecho administrativo venezolano tiene un claro origen
pretoriano. Eloy Lares Martínez asumió el compromiso de sistematizar todos
esos principios dispersos y darle forma unitaria en su Manual, que sigue siendo,
hasta la fecha, en único texto de su especie en el Derecho venezolano.
IV. EL DESARROLLO DEL DERECHO ADMINISTRATIVO
VENEZOLANO EN FUNCIÓNA LAS GARANTÍAS
DE LOS CIUDADANOS (1982-1999)
26. A partir de la década de los ochenta del pasado siglo, comenzaría lo
que puede ser considerado la “década de oro” del Derecho administrativo
venezolano. El camino iniciado por el Manual en 1963 había dado sus frutos,
y jurisprudencia y doctrina fueron construyendo un Derecho administrativo
que, si bien basado en el régimen administrativo francés, desarrolló notables
garantías para los ciudadanos. La doctrina siguió la obra de Eloy Lares Martínez
y, principalmente a través de estudios monográficos, comenzó a desarrollar
diversas figuras del Derecho administrativo. La creación, en 1980, de la Revista
de Derecho Público, dirigida por Allan R. Brewer-Carías, es consecuencia de
ese empuje.
27. En 1981 se promulgará una Ley que marcará hondamente al Derecho
administrativo venezolano: la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos. Todos los principios, que de la mano de Lares Martínez, venían desarrollándose desde décadas atrás, quedaron ahora condensados en una Ley
que incrementó la subordinación de la Administración a la Ley y permitió la
transformación de los “administrados” en auténticos “ciudadanos”, titulares
de derechos subjetivos frente a la Administración.
28. A partir de ese momento, dos grandes temas ocuparán a la doctrina,
legislación y jurisprudencia: el sometimiento pleno de la Administración a
141
Un siglo de Derecho Administrativo. A propósito del centenario del nacimiento de Eloy Lares ...
la Ley y al Derecho, y el establecimiento de un conjunto de garantías del
ciudadano. A partir de ambos temas, nuestro Derecho administrativo consolidó
los principios basados en el régimen administrativo francés y, por ende, en el
reconocimiento de privilegios y prerrogativas en cabeza de la Administración
Pública. Junto a ello, se reconoció que la Administración quedaba sometida
plenamente a la Ley, en respeto de las garantías fundamentales del ciudadano y
que, como consecuencia de ello, toda la actividad e inactividad administrativa
se sujetaba al control judicial de la jurisdicción contencioso-administrativa.
29. A partir de entonces, comienza a desarrollarse principios generales
que hoy, luego incluso de la debacle de nuestro Derecho administrativo,
siguen vigentes: la competencia expresa como fundamento y condición del
acto administrativo; el control judicial pleno de la discrecionalidad administrativa; la racionalidad y razonabilidad de la actividad administrativa,
expresada en la teoría del acto administrativo; el procedimiento administrativo
como cauce formal garantista de la actividad administrativa; el respeto de
las situaciones jurídicas subjetivas de los ciudadanos; la teoría del contrato
administrativo; la responsabilidad patrimonial de la Administración Pública
y la concepción de la jurisdicción contencioso-administrativa como un orden
judicial universal, pleno y subjetivo de control de la actividad e inactividad
de la Administración.
30. En 1983, justo en este período, el profesor Eloy Lares Martínez cumplía 70 años, y la Universidad Central de Venezuela (acogiendo la propuesta
de Allan R. Brewer-Carías), publicó un merecido Libro Homenaje al Profesor
Lares. El prólogo de esa obra estuvo a cargo de uno de los grandes artesanos de
nuestro Derecho administrativo: el profesor Luis H. Farías Mata, quien desde
la Corte Suprema de Justicia, y a través de numerosas sentencias que son hoy
día verdaderos pilares de nuestro Derecho, contribuyó al desarrollo del Derecho administrativo venezolano. Ese prólogo resume muy bien la obra de Lares
Martínez, con lo que sólo podemos reproducir aquí algunos de los calificativos
empleados por el Profesor Farías Mata: inteligencia precozmente madurada,
congruencia ejemplar, fidelidad. Son todos estos atributos del profesor Lares
Martínez que hoy creemos pertinente recordar.
31. El desarrollo notable del Derecho administrativo contrastaba con la
situación política, económica y social del país. El modelo estatista y central de
desarrollo asumido desde 1958, con el inicio de nuestra democracia contemporánea, había dado sin duda frutos notables, pero también, mostraba ya signos
142
José Ignacio Hernández
de degaste. El cambio profundo de nuestro sistema político era una necesidad,
como lo acreditó la creación, en 1984, de la Comisión para la Reforma del
Estado (COPRE), que continuó los trabajos sobre reforma del Estado impulsados con tanto ahínco por el profesor Enrique Tejera París.
32. La apuesta era a favor de una mayor descentralización y, por ende, de
una mayor democratización del Estado venezolano, fortaleciendo a los partidos
políticos y abriendo cauces de participación ciudadana, incluso, en la propia
actividad administrativa. Fue el Derecho administrativo el que acusó directamente esos cambios en 1989, con un conjunto de Leyes que aprobadas ese
año, promovieron la transformación de la Administración pública de la mano
de la descentralización y de la democratización de su actividad.
33. Estos cambios llegaron tarde, o al menos, no lograron detener lo que
Brewer-Carías ha llamado la “crisis terminal” del Estado centralizado de partidos: las protestas populares de 1989, los dos golpes de Estado de 1992 y la
salida –política, que no jurídica- del entonces Presidente Carlos Andrés Pérez
del poder, en 1993, demostraron que los cambios requeridos eran mucho más
profundos. El profesor Lares Martínez no sólo fue testigo de esos hechos sino
actor, pues en 1990 suscribió una carta pública, junto a otros intelectuales, en
la cual se resumía las exigencias de transformación profunda de nuestro Estado
y de nuestra Administración. Recordemos parte de esa carta, cuyas palabras
hoy están más vigentes que nunca:
Desde hace mucho tiempo se ha hecho patente la necesidad de introducir
reformas sustanciales en el funcionamiento del Estado y de sus órganos, hacer
más eficaz y responsable la administración pública, pasar de una economía y
una sociedad subsidiadas por la renta petrolera a otras distintas, más sanas,
estables y progresistas, que tengan por objeto hacer efectiva la representación
democrática, la participación popular, y lograr una economía productiva para
una sociedad más libre, más justa, más segura de sí misma.
34. No había duda que la democracia venezolana, desde 1958, había promovido una progresiva transformación del Derecho administrativo venezolano,
lo que permitió los avances notables de los cuales hemos dado cuenta en este
apretado ensayo. Empero, las exigencias de cambio eran todavía mayores. El
Manual de Lares Martínez, que desde 1963 venía acompañando a los venezolanos, nos siguió acompañando incluso, en una de las épocas de mayores
cambios de nuestro Derecho administrativo.
143
Un siglo de Derecho Administrativo. A propósito del centenario del nacimiento de Eloy Lares ...
V. CRISIS Y TRANSFORMACIÓN DEL DERECHO
ADMINISTRATIVO EN UN SISTEMA OPRESOR
DE LAS LIBERTADES PÚBLICAS (1999-2013)
35. La solución política y jurídica –en ese orden- de la crisis del Estado
venezolano, fue la Asamblea Nacional Constituyente de 1999. Recordamos que
a finales de 1998, en una visita que hicimos al Profesor Lares, nos comentaba
su gran escepticismo en torno a ese proceso constituyente. Los problemas de
Venezuela –decía- no se solucionan sólo con una nueva Constitución.
36. El tiempo ha demostrado que la Constitución de 1999 es, ante todo, un
pacto político de transición, pues junto a principios que refuerzan el modelo
republicano venezolano, hay otros que, bajo una muy torcida interpretación,
han promovido la sistemática “pulverización” de esos principios. Una de las
normas más notables, que el profesor Lares llegó a estudiar en la última edición
que en vida hizo de su Manual (2001), es el artículo 141 del texto de 1999: la
Administración es una institución que, con objetividad, está al servicio de todos
los ciudadanos, con sometimiento pleno a la Ley y al Derecho. Ese artículo
recoge que lo que hemos denominado “noción vicarial” de la Administración
Pública, es decir, una Administración que promueve y facilita el desarrollo
centrado en el ciudadano y sus derechos fundamentales. Esa norma ha estado
acompañada de Leyes administrativas que potencian esa visión, como son, entre
otras, la Ley Orgánica de la Administración Pública, la Ley de Simplificación
de Trámites Administrativos, la Ley contra la Corrupción y la Ley del Estatuto
de la Función Pública, entre otras. La imagen que la Constitución y la Ley
nos dan de la Administración, es la de una institución técnica y objetiva, que
cumple su servicio con sometimiento pleno a la Ley y al Derecho, promoviendo
la participación ciudadana democrática, libre y plural.
37. Por ello, no puede negarse que ha habido, en estos años, un proceso
que continúa la línea de desarrollo de nuestro Derecho administrativo. Como
señala el profesor Araujo-Juárez, la “construcción científica del Derecho administrativo es un proceso de largo recorrido temporal”, pues “de forma progresiva han ido estableciéndose las claves institucionales básicas del sistema
del Derecho administrativo venezolano”.
38. A partir de 2006, con ocasión a la asunción del “modelo de transición
al socialismo”, esa visión constitucional de la Administración ha tenido, cuando
mucho, un muy pálido reflejo en la realidad. La concepción que se tiene de la
Administración, como quedó en evidencia con la propuesta fallida de reforma
144
José Ignacio Hernández
constitucional de 2007, es la de una Administración al servicio del Estado, o
más precisamente, de la Administración Pública como herramienta política del
Gobierno. Así, un conjunto de Leyes y de criterios jurisprudenciales se han
encargado de transformar al Derecho administrativo en un sistema opresor de
las libertades públicas. Veamos algunos ejemplos.
39. La jurisprudencia se ha encargado de matizar, notablemente, el principio de legalidad, al entender que la Administración no puede quedar limitada
por la Ley cuando se trata de atender el interés público (sentencia de la Sala
Constitucional N° 85/2002). Incluso, se ha llegado a afirmar que la Administración tiene una potestad implícita para limitar la libertad del ciudadano
(sentencia Nº 565/2008) lo que viene a ser la negación misma del Estado de
Derecho.
40. Junto a ello, la jurisprudencia ha propendido a la –permítaseme la
expresión- “administrativización del ciudadano”. De esa manera, toda empresa
privada que en ejercicio de su libertad económica lleva a cabo una actividad
declarada o considerada de servicio público (lo que en la práctica de nuestro
Derecho puede ser cualquier tipo de actividad) queda de inmediato equiparada
a la Administración Pública (sentencia de la Sala Constitucional N° 189/2010).
Por ello, la jurisprudencia ha rescatado la tesis decimonónica de las relaciones
de especial sujeción (sentencia de la Sala Constitucional N° 834/2009). Donde
antes había libertad, ahora hay sumisión.
41. Estos principios están contenidos y desarrollados en diversas Leyes
administrativas de reciente data, que han exacerbado el régimen administrativo y, con él, los privilegios y prerrogativas de la Administración. Por ello, la
Administración puede dictar cualquier tipo de medida administrativa de policía
incluso al margen del previo procedimiento administrativo, como se reconoce
en varias Leyes (Ley para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios, por ejemplo) y sentencias (Corte Segunda de lo Contencioso
Administrativo, sentencia Nº 248/2011), Probablemente los mayores abusos
han quedado condensados en la expropiación, concebida como especie de
privilegio regio que libremente puede ser ejercido por el Gobierno al margen
de cualquier proceso judicial, como se reguló en el Decreto-Ley de emergencia
de terrenos y viviendas, entre otros.
42. Pero quizás lo más grave de lo anterior, es que el ciudadano no cuenta
ya con el guardián último del Derecho administrativo: la jurisdicción contencioso-administrativa. A pesar de contar con una Ley de 2010 que introduce
novedades muy importantes, los tribunales de esa jurisdicción actúan más
145
Un siglo de Derecho Administrativo. A propósito del centenario del nacimiento de Eloy Lares ...
como guardianes de la Administración que como protectores de la Ley y de
las garantías ciudadanas. Basta con revisar las estadísticas de esa jurisdicción,
claramente favorables a la Administración.
43. Incluso recientemente, se ha pretendido señalar que los Tribunales
de la jurisdicción contencioso-administrativa deben trabajar de la mano del
Gobierno, promoviendo la “participación popular”. Esa afirmación, primero,
no es contrastable con las estadísticas, que insisto, favorecen a la Administración y no a los demandantes, es decir, a los ciudadanos, cuya participación se
dice privilegiar. Por otro lado, la afirmación se aparta, notablemente, del cauce
institucional que la jurisdicción contencioso-administrativa debe cumplir, a
saber, el control judicial pleno de la actividad e inactividad administrativa, en
defensa de los derechos de todos los ciudadanos. Pues si el Juez contencioso
administrativo va de la mano de la Administración, ¿Quién controla los excesos
y abusos de esa Administración?
44. Incluso en estos momentos, como les digo a mis alumnos, la obra de
Eloy Lares Martínez sigue siendo una firme guía para la reconstrucción del
Derecho administrativo venezolano, concebido como un Derecho centrado
en el ciudadano y no como un Derecho centrado en el poder. Que sea ése el
cometido de todos, siguiendo el camino señalado por Eloy Lares Martínez.
La Unión, 8-13 de mayo, 2013
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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construcción científica”, Universidad Católica Andrés Bello, 2010
Brewer-Carías, Allan, “Perspectiva histórica sobre el Instituto de Derecho Público y el Derecho administrativo y su rol en la enseñanza universitaria en
Venezuela”, en 100 Años de la Enseñanza del Derecho Administrativo en
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de Estudios de Derecho Público, Funeda, Caracas, 2011
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del Derecho administrativo”, en Desafíos del Derecho administrativo
contemporáneo, Tomo I, Paredes, Caracas, 2009
Caballero, Manuel, Historia de los venezolanos en el siglo XX, Alfa, Caracas,
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146
José Ignacio Hernández
Farías Mata, Luis H., “Presentación” Libro Homenaje al Doctor Eloy Lares
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Hauriou, Maurice, Précis de droit administratif et de droit public, decimosegunda edición, Dalloz, París, 2002 (reproducción de la edición de
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Hernández G., José Ignacio, “Una mirada al Derecho Administrativo en el
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de Venezuela, Centro de Estudios de Derecho Público, Funeda, Caracas,
2011
Hernández G., José Ignacio, “Perspectiva histórica de los textos fundamentales
del Derecho Administrativo en el Centenario de la Cátedra”, en Textos
fundamentales del Derecho administrativo, Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Caracas, 2010
Iribarren, Henrique, El principio del respeto a las situaciones jurídicas subjetivas en el Derecho Público venezolano, Discurso y trabajo de incorporación
a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Caracas, 2013
Lares Martínez, Eloy, Manual de Derecho Administrativo, Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas, Universidad Central de Venezuela, Caracas. Trece
ediciones (1963-2008)
Lares, Rodrigo, El andar de una vida, Caracas, 1999
Pino Iturrieta, Elías, País archipiélago, Venezuela, 1830-1858, Fundación
Bigott, Caracas, 2004
Polanco Alcántara, Tomás, Derecho administrativo especial, Editorial Jurídica
Venezolana, Caracas, 2012
Quintero, Inés, El ocaso de una estirpe, Editorial Alfa, Caracas, 2006
Rondón de Sansó, Hildegard, “Presentación”, en El Derecho administrativo
venezolano en los umbrales del siglo XXI. Libro homenaje al Manual
de Derecho Administrativo de Eloy Lares Martínez, Editorial Jurídica
Venezolana-Universidad Monteávila, Caracas, 2006
Velázquez, Ramón J. La caída del liberalismo amarillo. Tiempo y drama de
Antonio Paredes, Grupo editorial norma, Caracas, 2005.
147
Un siglo de Derecho Administrativo. A propósito del centenario del nacimiento de Eloy Lares ...
RESUMEN
Reflexiones sobre la vida y obra del Dr. Eloy Lares Martínez y la evolución del Derecho Administrativo venezolano durante cien años desde su
nacimiento.
PALABRAS CLAVE
Eloy Lares Martínez
Derecho Administrativo
Centenario
Régimen Administrativo
148
ACTO EN HOMENAJE A LA MEMORIA
DEL DOCTOR
TOMÁS POLANCO ALCÁNTARA
21 de MAYO DE 2013
BLANCA
SIN NUMERAR
150
Palabras de apertura del Doctor
Luis Cova Arria, Presidente
de la Academia de Ciencias Políticas
y Sociales
BLANCA
SIN NUMERAR
152
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 153
ISSN: 0798-1457
En nombre de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, formalmente
declaro abierta esta Sesión Solemne en homenaje a la memoria del Dr. Tomás
Polanco Alcántara, de cuya celebración sentimos gran beneplácito, al recordar
y homenajear a quien fuera miembro y Presidente de esta Corporación, así
como Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia y miembro correspondiente de la Real Academia de Historia de Madrid y de otras
instituciones académicas de Argentina, Chile y otros países.
Nuestro orador de orden, el Dr. Gabriel Ruan, así como su hijo, el Dr.
Manuel Polanco Fernández, nos ilustrarán con mayor detalle sobre su vida y
obra, en este acto solemne, en donde además se presentará la obra de la autoría
del homenajeado, “Derecho Administrativo Especial “, a cargo del Dr. José
Ignacio Hernández, Director del Centro de Estudios de Derecho Público de la
Universidad Monteávila.
A continuación se da inicio al acto.
153
BLANCA
SIN NUMERAR
154
Palabras en homenaje
a Tomás Polanco Alcántara
y Augusto Mijares,
dos ejemplos de patriotismo
y de civismo
Gabriel Ruan Santos*
* Individuo de Número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
BLANCA
SIN NUMERAR
156
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 157-171
ISSN: 0798-1457
En la edición de El Universal del día 21 de diciembre de 2002, en tiempos de conmoción nacional, fue publicada esta nota: “Ayer falleció el jurista
e historiador Tomás Polanco Alcántara, también firma colaboradora de El
Universal. Con él se va parte de la historia venezolana, esa que deja debajo
del lápiz y el papel muchas páginas de reflexión sobre los protagonistas de la
historia venezolana: Bolívar, Páez, Guzmán Blanco y Francisco de Miranda,
entre algunos de sus personajes a los que dedicó buena parte de su vida como
biógrafo, historiador y profesional de inquietudes literarias”. Así era visto por
la opinión pública. Han transcurrido algo más de diez años desde su partida y
es momento de evocar su figura y la estela de reflexión que nos dejó a quienes
le hemos sobrevivido.
En mis palabras de elogio al doctor Tomás Polanco Alcántara, pronunciadas con ocasión de mi incorporación a esta Academia de Ciencias Políticas y
Sociales el día 18 de mayo de 2004, expresaba que la mayor y más abrumadora
responsabilidad que generaba mi elección para ocupar el Sillón 26 de esta
Academia era y sigue siendo sucederlo dignamente, porque en él confluían
las cualidades de egregio abogado, magnífico docente, eficiente diplomático,
afanado historiador, fecundo escritor con frases cortas e ideas largas y venezolano ejemplar. Responsabilidad tan grande como la que a él tocó de suceder
en este mismo Sillón al profesor Augusto Mijares, fallecido en 1979, a quien
el mismo doctor Polanco calificó como “una de las figuras más luminosas de
la Venezuela intelectual del siglo XX”.
En aquella ocasión cumplí la difícil tarea de resumir la extensa vida
y obra de Tomás Polanco, la cual ya había sido materia de la eficaz pluma
de honorables y estudiosas personas, finamente conocedoras del personaje,
como Francisco López Herrera, Leopoldo Borjas Hernández, René de Sola,
Roberto Lovera de Sola y Rodrigo Eloy Lares Bassa, quienes escribieron en
distintos momentos de la brillante trayectoria de don Tomás. Pero me quedó
157
Palabras en homenaje a Tomás Polanco Alcántara y Augusto Mijares, dos ejemplos ...
en el tintero el deseo de ver en paralelo el significado de la imagen de Tomás
Polanco en unión con la de su antecesor Augusto Mijares, a quien, según sus
palabras, le unían nexos muy especiales. Por ello siento que éste es el momento propicio para satisfacer ese modesto deseo de proyectar el paralelismo
de sus pensamientos, y creo que quienes me escuchan compartirán conmigo
esta apreciación.
En su testamento sentimental, conocido como “Cuando yo me vaya”,
Polanco dejó un tesoro de consejos imperecederos para su familia y para todos
los venezolanos, entre los cuales tomo el siguiente: “Ojalá siempre los anime,
a ustedes y a mis nietos, un fervoroso amor por Venezuela. Debemos querer,
amar y venerar a la Patria. No hay que ocuparse tanto de morir por ella, que
casi siempre es inútil, sino de vivir por ella y para ella. Así decía don Augusto
Mijares”. Ambos se referían al “trabajo cotidiano y concreto que necesita la
Patria para remediar sus males” y coincidían en que la voluntad de servir al
país amado toda la vida era infinitamente más difícil y valioso que morir por
él, lo cual, ciertamente, podía ser el resultado insensato de una pasión insana,
tormentosa y pasajera.
“Patria, escribió Polanco, más que una idea es un sentimiento de relación
polifacética con el sitio donde se ha nacido, donde se ha vivido, donde se ha
amado. Es la tierra que vió existir a nuestros abuelos y la que está viendo a
nuestros hijos y nietos. Es un paisaje que se contempla todos los días. Es un
conjunto de gente que se conoce desde siempre. Es una historia común. Una
geografía recorrida en todas circunstancias. Es un modo de ser. Es un algo del
cual formamos parte”. Polanco señalaba que Patria no es nacionalidad, que es
un calificativo jurídico, es un sentimiento colectivo compartido por muchos,
que debe cultivarse con orgullo, pero sin caer en lo irrazonable y excluyente.
También señalaba que ese sentimiento podía aminorarse y hasta perderse, y
que a esto contribuía “la falta de educación patriótica, los intereses extraños
que en ocasiones presionan a las personas y la labor disolvente de los valores
patrios, lograda mediante el silencio, el sarcasmo y el combate despiadado
de todo lo que es nuestro”. Interpreto en estas palabras que la falta de equilibrio entre la crítica de los “errores nacionales” y la prédica de la grandeza
de Venezuela, unidos al desconocimiento de nuestra historia y a la obsesión
de ver en lo extranjero siempre lo mejor, han llevado a tejer, y así lo indicaba
Polanco, un mito de sobre valoración de lo ajeno y una fantasía nada real, que
incapacita para actuar con razonable conducta. Por esto clamaba: “Es tiempo
de creer en la Patria como una obra de todos y para todos”.
158
Gabriel Ruan Santos
Para Mijares la Patria no era algo abstracto sino muy concreto, “es un
conjunto de adquisiciones materiales y espirituales que debemos cuidar y
enriquecer en común,...no es ídolo que se conforma con un culto, sino una
realidad que es preciso trabajar en común” y lo más significativo, que “la Patria
no puede darnos nada que no le hayamos dado nosotros mismos o nuestros
antepasados”. “El amor a la Patria necesita por lo tanto partir de un aporte a
ella de lo mejor de cada quien”.
Por ello, tanto para Mijares como para Polanco la Patria se hace esencialmente con la educación y no sólo con el mito. No se trata de la patria mítica
de la que nos hablan los sociólogos, sino de un ser que se construye colectivamente y que no nos es dado sin esfuerzo, y sobre todo que tiene una función
de “animación creadora” para el trabajo de todos los habitantes de la nación.
No es solamente la patria independentista o la patria fundacional o la patria
religiosa o la patria pagana o la patria paisajística y de los recursos naturales
de que nos habla Ana Teresa Torres, en su obra la “Herencia de la Tribu”, que
se espera poseer por un título de origen. No es la Patria de la cual esperamos
todo con actitud pasiva, sino un ser amado que construimos todos los días con
nuestro esfuerzo activo, donde es más importante lo que queda por hacer que lo
que se ha hecho, lo que une más que lo que separa, como afirmaba Polanco.
A Mijares, según el testimonio de Polanco, “le parecía inaceptable cómo
en Venezuela es posible llegar a ser médico, abogado, legislador, profesor
universitario, ministro y en general hombre de prominente actividad social, sin
tener otros conocimientos sobre la existencia de la Patria que los adquiridos
durante la infancia en forma anecdótica y fragmentaria”. Y peor aún, cómo
podía ser usado el nombre de la Patria para perseguir objetivos particulares
y partidarios y excluir de ella a muchos compatriotas, conducta recurrente en
las autocracias que hemos padecido. Tal vez sobre la base de esta ignorancia,
es que los dictadores que ha tenido Venezuela han hecho reescribir la historia a su conveniencia y cada uno de ellos ha inventado su propia imagen de
la Patria, del Libertador y de los próceres de la independencia, con fines de
propaganda política.
Mijares decía que la idea de Patria fue el concepto revolucionario más
dinámico de la independencia, y “el amor a la Patria fue, con razón, la consigna
que unificó las ilimitadas esperanzas, individuales y colectivas, con que se abría
el Siglo XIX. Pero desgraciadamente, las ideas –tanto como los hombres– se
corrompen, y su corrupción es –más que la de los hombres– funesta y trascendental. Esto sucedió con aquella idea tan feliz, cuando cada pueblo hizo de
ella un cerrado recinto de odios y recelos, y cada quien sintió su propia Patria
159
Palabras en homenaje a Tomás Polanco Alcántara y Augusto Mijares, dos ejemplos ...
pero no la del vecino”. “El nombre de la Patria –decía Mijares– era el funesto
tambor que se tocaba para enloquecer a los pueblos y lanzarlos unos contra
otros”. Por ello, las ideas de democracia y de justicia social vinieron a sustituir
a la de Patria, las cuales, con las luchas políticas, también se corrompieron y
crearon, en palabras de Mijares, “nuevas y cerradas murallas y los hombres
se convirtieron en coléricos perros de presa para defenderlas”.
“Nada ganaron con renegar de la Patria y mucho perdieron, decía Mijares.
Las persecusiones recíprocas del hombre contra el hombre no reconocen ya
ningún límite; y es por eso: porque Hitler no podía considerar como compatriotas a los judíos; porque los marxistas no pueden serlo de los burgueses;
porque los capitalistas quieren excluir de la Patria a los que invocan la justicia
social; porque el imperialismo internacional rehúsa reconocer el patriotismo
de las colonias que se le sublevan, porque ricos y pobres ya no son en ningún
país compatriotas, y porque en medio de tantas negociaciones los jóvenes no
encuentran ningún asidero espiritual y han sido condenados a la desconfianza y
al odio o a la indiferencia y a la crápula”. Estas palabras las escribió Mijares en
1955, pero parecen conservar perfecta actualidad en la Venezuela de 2013. En
efecto, hoy en día tanto la Patria como la justicia social como la democracia,
son objeto de interpretaciones discriminatorias de sectas políticas y motivos
de insensata y dolorosa división entre los venezolanos.
Los avatares de la Patria nunca hicieron perder a Mijares lo que Polanco
llamó “El Irreprochable Optimismo de Augusto Mijares”, que Polanco compartía. Optimismo que seguramente compartían sus contemporáneos Parra Pérez,
Picón Salas y Briceño Iragorry y que se se muestra públicamente a partir de
1937 en el famoso ensayo de Mijares sobre “La interpretación Pesimista de la
Sociología Hispanoamericana”, publicado en medio del espíritu tormentoso
de la generación de 1936, después de la muerte del dictador Juan Vicente Gómez, con el objeto de polemizar con el pesimismo positivista y cientificista de
escritores como Sarmiento, Alberdi, García Calderón, Vallenilla Lanz, Arcaya
y Gil Fortoul, defensores del caudillismo estabilizador en América Latina. En
oposición a esa corriente, que subestimaba los pueblos de este continente y
buscaba la permanencia del hombre fuerte para vencer la anarquía, Mijares
decía: “Todo el problema cambia cuando partimos de la consideración que
nos sugiere la cita de Bolívar: éramos viejos en los usos de la sociedad civil,
esto es, ya para la época de la emancipación existía en la América Latina una
tradición de regularidad política en la base misma de nuestras nacionalidades.
El caudillismo no puede, pues, considerarse sino como un subproducto funesto
de la lucha emancipadora, un accidente histórico dentro de nuestra verdadera
160
Gabriel Ruan Santos
realidad fundamental, que es aquella tradición de la sociedad civil. Cuando
estos países recuperan después de la guerra su organización, su estabilidad y
continuidad, es porque se reanuda su tradición propia y vuelven a predominar
las costumbres políticas y el orden social, que ya tenían arraigo de siglos”.
“Insurge Mijares contra la tesis negativa, expresa Polanco, según la cual
la salvación de América consiste en buscar cultura europea o en traer grandes
masas de población, también europea, para poder organizar gobiernos democráticos y civiles, ya que el ideal republicano no es mera ideología de pega, ni
un principio disolvente: nos viene por el contrario desde nuestros más remotos
antecedentes políticos y sociales y su organización adecuada es la forma de
gobierno que más conviene a nuestra constitución positiva”.
Es muy probable que este optimismo civil de Mijares haya inspirado la obra
de historia del derecho elaborada por Tomás Polanco, quien mucho se ocupó
de investigar sobre las instituciones de gobierno en La Colonia y en los inicios
de La República, para identificar en América y en Venezuela “los usos de la
sociedad civil” –en los cuales teníamos tradición– según escribía el Libertador.
Ambos escritores trabajaron en una genuina “interpretación de Venezuela”,
como dijo Polanco. En esta línea destacan los trabajos de Polanco: La Justicia y
la Historia, Las Audiencias y Chancillerías Reales de Indias, la Real Audiencia
de Caracas y la Capitanía General de Venezuela durante los Años Caraqueños
de Andrés Bello, La Real Audiencia de Caracas como Antecedente de la Corte
Suprema de Justicia, referidos a nuestra época colonial , por una parte; y por
otra, Las Formas Jurídicas de la Independencia , La Continuidad Jurídica
durante la Independencia, El Libertador como Hombre de Estado, La Política
Diplomática de Simón Bolívar, El Pensamiento Universitario de Simón Bolívar,
La Ordenación del Estado en 1813, el Proyecto de Constitución de Angostura de
1819, el proyecto de Constitución de Bolivia de 1826, la Crisis Constitucional
de la Gran Colombia entre 1820 y 1830, y la Actividad Diplomática de Andrés
Bello en Londres, referidos a la época republicana de Venezuela. Todos estos
trabajos de Polanco están en la onda bolivariana señalada por Mijares, de los
“usos de la sociedad civil” en que “éramos viejos” al momento de la ruptura
bélica con España y que propiciaron la emancipación.
Polanco nos enseña la metodología propuesta por Mijares para descubrir
“la tradición civil y legalista” en Venezuela, seguida también por él. Nos dice
Polanco que hay que derivarla de la vida colonial tan desacreditada por la
guerra emancipadora; seguirla en una “historia que está por escribirse”; conocer las manifestaciones intelectuales en el país y no sólo las provenientes del
extranjero; conocer, analizar y divulgar las “vidas de figuras irreprochables”,
161
Palabras en homenaje a Tomás Polanco Alcántara y Augusto Mijares, dos ejemplos ...
y no sólo las de los hombres de poder; estudiar ciertos actos sociales carentes
de relumbre y gloria pero significativos para la consolidación de la sociedad,
así como los anales de sacrificios cuotidianos anónimos, pero significativos;
estudiar la producción política en el campo civil de nuestros hombres públicos;
y conocer los propósitos de las generaciones juveniles, que aunque se pierdan
temporalmente, “renacen en las generaciones sucesivas”. Polanco y Mijares
siguieron esta senda civilista al describir la vida, pensamiento y obra de figuras ejemplares, que aseguran la continuidad de la Patria, como Andrés Bello,
Juan Germán Roscio, Miguel José Sanz, José María Vargas, Simón Rodríguez,
Fermín Toro, José Rafael Revenga, Rafael María Baralt, Agustín Codazzi, Juan
Manuel Cajigal, Julián Viso, Cecilio Acosta, Caracciolo Parra Pérez, Pedro
Emilio Coll, José Gil Fortoul, Rómulo Gallegos y tantos otros más próximos
a nuestros tiempos, cuya enumeración sería interminable, que harían posible
escribir la “Otra Historia de Venezuela, no la de los datos muertos de un cronista
–como decía Mijares– sino la de la virtudes que valorizan la vida nacional”,
y que nos permitiría reconstruir la nación a partir de las virtudes humanas, a
pesar de la pérdida de las virtudes políticas; con fundamento en el trabajo y en
los logros de toda la sociedad venezolana, y en especial de sus próceres civiles,
no en las hazañas de los próceres militares y líderes políticos.
Habría que anotar aquí, que el optimismo de Polanco llegó a encontrar
no sólo defectos y vicios, sino también virtudes y obra de trascendencia en las
vidas reprochables de nuestra historia, como veremos más adelante, porque a
ello lo conducía un profundo sentimiento de justicia y el empeño de analizar
los hechos con sus pruebas, tal vez impulsado por su formación de jurista.
Para Polanco y para Mijares, la Patria y la sociedad civil se construyen con
la educación. Con cierto desespero, Polanco decía que había que “eliminar la
alpargata mental...que muchos no quieren eliminar porque viven cómodos con
ella o aprovechan sus resultados”. Tal vez por ello afirmaba que “las democracias no necesitan líderes, lo que necesitan son instituciones bien organizadas,
eficientes, honestamente conducidas, no personalizadas...” y ello, desde luego,
requiere de la educación y capacitación de los ciudadanos, que los hace “libres
de la ignorancia, la tiranía y el vicio”. “Hay que formar ciudadanos educados
–insistía– para que puedan ser libres”.
Para Mijares “la Educación es el Faro de la Sociedad”. Indignado frente al
menosprecio del escritor Rudyard Kipling por el “país de los monos”, imagen
que representaba a los pueblos colonizados por los países europeos, quienes
vivían en sueños y creyendo que con sólo quererlo ya se harían. Ante esto, en
1942 se lamentaba agriamente de nuestros defectos provenientes de la falta de
162
Gabriel Ruan Santos
educación: “ Podemos admitir que, reconocía Mijares, las características más
aparentes de nuestro carácter son la indisciplina y la inconstancia; la petulancia;
el ensueño desmesurado, por una parte, y por la otra la falta de consagración
a la obra objetiva y concreta. Buscamos el progreso a saltos o por imitación;
nos seduce lo más brillante, no lo más sólido. Nos interesa mucho que nuestros hijos sean inteligentes, pero no nos preocupamos de que sean valerosos,
sufridos y constantes. La obra colectiva, sin la cual ningún pueblo puede ser
grande, exige abnegación, paciencia y fe; pero estas virtudes no las contamos
nosotros entre nuestras grandes virtudes cívicas”. “Se prefiere al orador de
inflamado discurso que al trabajador cotidiano... nos fascinan los problemas
políticos y nos fastidian los problemas administrativos”. Pero seguidamente,
Mijares se reponía y decía: “No somos así, es que estamos así, lo cual es muy
diferente”. Nuestra “falta de sentido práctico y nuestro desdén por la obra
gradual y concreta”, que sólo podría cambiar con la educación, hace indefensa a la sociedad frente a los tiranos: “La sociedad por sí misma no tiene vida
propia bastante rica e independiente para utilizar, ni para proteger siquiera, a
los (principios) que el déspota desconoce; para acoger y levantar los valores
que él no quiere admitir; para abrir campo a las actividades que no quieran o
no puedan acogerse a la protección de la cachiporra omnipotente”.
Polanco no deja de reconocer la noble insistencia de Mijares en el tema
educativo, cuyas ideas siguieron siendo las mismas por muchos años, pero no
por esclerosis, sino por la resistencia del país a dar a la educación la importancia
que tenía para la superación del atraso. En plena identidad con Mijares, Polanco
sostenía que era necesario un “sistema educativo para reconstruir la nación”. “Y
qué necesitamos? –inquiría Polanco– Uno, hacer efectivo el derecho de todo
ciudadano a participar en la más noble y preciada conquista de la humanidad: la
cultura y la dignificación individual; dos, fortalecer a la nación, modernizarla,
aprovechar todas sus fuerzas, hacerla apta de una manera para dirigir su propio
destino, libre de dictaduras personalistas o de clases”. “ Por semejante razón,
decía Polanco, el primer deber del Estado es ocuparse de la educación de sus
ciudadanos, más que de su economía y de sus políticas. Y no hay ni puede
haber educación si no se dispone de buenos maestros y profesores, que deben
ser honrados y respetados como los primeros y más importantes ciudadanos
de todo país, ya que a ellos se confía la educación de niños y jóvenes”. Desgraciadamente, observamos nosotros, los maestros han sido desdeñados por
nuestra sociedad y la educación ha quedado tan rezagada, que cuando no ha
sido meramente abandonada ha sido transformada en adoctrinamiento.
163
Palabras en homenaje a Tomás Polanco Alcántara y Augusto Mijares, dos ejemplos ...
Este desdén y abandono de la educación y de los maestros, que tanto daño
ha hecho en Venezuela, también ha perjudicado a naciones de gran cultura
como Francia. Mario Vargas LLosa recuerda en obra reciente los deletéreos
efectos del “mayo francés” (1968) sobre la enseñanza pública en ese país,
producida por una supuesta revolución educativa libertinista e iconoclasta,
que lejos de promover la igualación de los ciudadanos, misión esencial de la
enseñanza pública, ha tenido como irónico resultado que “los pobres sigan
siendo pobres, los ricos más ricos y los inveterados dueños del poder siempre
con el látigo en las manos”.
El tema educativo hizo que tanto Mijares como Polanco hicieran un honesto y valiente reconocimiento a la labor de Antonio Guzmán Blanco, hombre
desconcertante y contradictorio, cuyo apodo “Autócrata Civilizador” encerraba
el contraste entre el vicio y la virtud en su ser. Relata Polanco, como también
lo había señalado Mijares: Más allá del famoso Decreto de Instrucción Primaria Obligatoria y Gratuita, dictado el 27 de junio de 1870, “La efectividad de
Guzmán en materia educativa –señalaba Polanco– se pone de manifiesto en el
hecho que para 1873, la educación popular contaba con 100 escuelas y 3.700
alumnos. En 1887, fin de la hegemonía de Guzmán, el número de escuelas
había subido a 1.949 institutos docentes y el total de alumnos a 97.468. El
asombroso crecimiento educativo se paraliza después de Guzmán, ya que en
los 43 años que van desde el término de su influencia en el país hasta 1932
son muy pocas las escuelas nuevas que abren sus puertas en el país”. Es más,
Polanco añadía, en su biografía de Guzmán, que la reducción de las escuelas
fue tan dramática que para 1.908, veintiún años después de la salida del poder
de Guzmán, sólo había 716 escuelas con un total de 25.000 alumnos. La hegemonía gomecista posterior sólo logró aumentar a 815 los establecimientos
docentes, para el año 1934. Por todo ello, Polanco y Mijares resaltaban este
empeño positivo de Guzmán por la instrucción pública del país, a pesar de los
vicios y arbitrariedades que ensuciaron su obra de gobierno. Y no dudo yo al
afirmar que esto demuestra el sentido práctico de un gobernante y su esfuerzo
real por combatir la “alpargata mental” de la que hablaba Polanco.
En la biografía del personaje, Polanco afirma: “No se ha atrevido nadie
a negar la atención que Guzmán, como gobernante, prestó a la Universidad.
Se tradujo en la creación de cátedras, la restauración del Convento de San
Francisco para sede del Instituto, la reforma del sistema de rentas, el suministro de instrumental de trabajo y estudio, la mejora sustancial de la biblioteca
y el cambio de la legislación orgánica”. Durante la hegemonía guzmancista,
relata Polanco, que la Universidad Central de Caracas tuvo como rectores a
164
Gabriel Ruan Santos
los hombres más cultos e ilustres que tenía el país, entre los cuales se destacan
Aníbal Dominici, Jesús Muñoz Tébar, Martín j. Sanabria y otros; esto, sin omitir
el episodio grotesco de la designación que hizo Guzmán de sí mismo como
rector de la Universidad. A Guzmán se debe también la fundación de muchos
colegios federales, que eran instituciones públicas de educación media, en las
poblaciones principales del país en la segunda mitad del siglo XIX, hecho que
repercutió trascendentemente en la expansión de la instrucción pública.
Cómo entender entonces que un hombre caracterizado por la “pasión de
mandar”, como decía Polanco, que aparentemente aspiraba a la sumisión y adulación de todos los venezolanos frente a su poder personal, se haya preocupado
tanto por instruir a la población y sembrar cultura en ella, con lo cual permitía la
formación de capacidad crítica en muchos compatriotas, suficiente para sentir
el impulso de combatir su autocracia y desear el ejercicio de la libertad.
Polanco y Mijares –finos analistas históricos– tuvieron actitudes semejantes frente a Guzmán Blanco, como personaje central de la segunda parte del
siglo XIX venezolano. Ambos fueron impresionados por su figura y sentían
desconcierto frente a la fuerte contradicción y choque de virtudes y defectos
que coexistían en su persona, y ambos hicieron un gran esfuerzo, digno de su
nobleza, por analizar con objetividad y justicia al personaje. Polanco señalaba
que, a pesar de que Guzmán no tuvo el procerato de Páez, de Soublette, de
Gual o de los Monagas, ni la sabiduría de Vargas, ni la nobleza de Tovar, ni
la popularidad de Falcón, tuvo preparación, cultura, experiencia, capacidad
administrativa, liderazgo y resolución para hacer una gran obra de gobierno,
pero la pasión de mandar, la codicia, el despotismo, la vanidad y la intolerancia, lo hicieron pasar a la historia como uno de los autócratas más odiados
por sus contemporáneos y lo que es peor, por la posteridad, ya que luego de
su muerte no hubo defensores de su memoria y fue ferozmente castigado por
la historiografía nacional. Mijares a su vez, decía que Guzmán a pesar de ser
una gran organizador, fue prisionero del oropel, con “admirables condiciones
de estadista y con groseras incontinencias de niño malcriado o de hombre primitivo”. “Pudo reconstruir la República, pero prefirió montar un circo”. Esta
dramática frase parece retratar el presente en nuestro país.
Allende las “vidas irreprochables” y en su empeño por analizar con justicia
las vidas reprochables y reprochadas de algunos venezolanos importantes, Polanco abordó también la biografía del General Juan Vicente Gómez. Consciente
Polanco del riesgo que asumía, reconocía: “Cuanto se refiera a él provoca
enseguida un intenso interés. A veces ese interés despierta sentimientos de
adversión, repulsa y hasta odio. Otras, el sentimiento suscitado es de respeto
165
Palabras en homenaje a Tomás Polanco Alcántara y Augusto Mijares, dos ejemplos ...
y admiración. No resulta fácil ubicarse en una actitud imparcial ante Gómez”.
Por ello invocó el derecho de todo escritor a escribir libremente, “escribiendo
sin vacilar ante presiones y controles”.
“Esa actitud me invitó a seguir adelante, escribió Polanco, con plena
conciencia de los inconvenientes naturales de un trabajo semejante, pues los
gomecistas a ultranza difícilmente admitirán las observaciones y comentarios
negativos que tienen que hacerse sobre Juan Vicente Gómez y su avaricia,
crueldad y prepotencia, y los antigomecistas absolutos condenarán, con energía,
que se destaque la cierta e importante acción de Juan Vicente Gómez cuando
acabó con las guerras civiles, pagó la deuda pública, hizo por primera vez
posible la comunicación menos difícil entre diferentes partes del territorio
nacional, organizó el Ejército y la Hacienda Pública, unificó el país e inició
el control de la inmensa riqueza petrolera venezolana”. A lo cual agregaba:
“Durante los años del gomecismo fueron muchos los venezolanos que actuaron en forma importante en todos los campos y a quienes no se puede ignorar
sin incurrir en una notoria injusticia y en una evidente falta a la verdad. Sería
un error creer que la Venezuela de los 36 primeros años del siglo XX está
reducida al ámbito de la personalidad de Juan Vicente Gómez y también sería
un error, quizás más grave, pensar que nada se hizo en nuestro país durante
los años del gomecismo.” En la larga lista de venezolanos que brillaron en
esa época oscurecida, Polanco recuerda a Rómulo Gallegos, a Rufino Blanco
Fombona, a Manuel Díaz Rodríguez, a Pedro Emilio Coll, a Luis Razetti, a
José Gregorio Hernández, a Tito Salas, a Caracciolo Parra León, a Teresa de la
Parra, sin olvidar a ciertos personajes ilustrados que colaboraron directamente
con Gómez, como Jesús Muñoz Tébar, Francisco González Guinand, César
Zumeta, Esteban Gil Borges, José Gil Fortoul, Samuel Darío Maldonado,
Abel Santos, Román Cárdenas, Gumersindo Torres, Eleazar López Contreras,
Diógenes Escalante y tantos otros.
En este punto, con el perdón de quienes me escuchen o lean, me permito
citar la opinión de Tomás Polanco acerca de Abel Santos, hermano de mi abuelo
materno, quien fue Ministro de Hacienda entre 1909 y 1911. Dijo Polanco, en
la biografía de Gómez, en el capítulo Tesoro, Petróleo y Carreteras: “Uno de
los hombres de más fina inteligencia y amplia cultura que se trasladaron del
Táchira a Caracas, con la “Causa Restauradora”, fue el doctor Abel Santos,
a quien Gómez designó Ministro de Hacienda al morir el eminente venezolano doctor Jesús Muñoz Tébar, primero en ocupar ese cargo después de la
transformación política de 1908”. Resalta Polanco lo expresado con valentía
y claridad por Santos al Congreso en 1909: “No es cierto que seamos inmen166
Gabriel Ruan Santos
samente ricos con recursos inagotables, Hacienda abundantísima y crédito
sólido...hay que partir del principio de que somos pobres, tanto en la riqueza
particular como en la pública y de que los fundamentos sobre que descansan
la Hacienda Pública y el crédito público son tan frágiles que se resienten de la
más leve perturbación económica o política”. Por ello, señalaba Polanco, Santos
proponía resguardar el equilibrio fiscal y utilizar el crédito público sólo para
gastos reproductivos, para robustecer la Hacienda Pública, como paso previo
a la creación de servicios públicos, desarrollo de la cultura y preparación para
el porvenir. Lamentablemente, creo que los períodos de abundancia súbita nos
han hecho desdeñar estos sanos criterios.
Mijares, por el contrario, por haberla vivido, juzgó duramente la larga hegemonía gomecista: “Los presos de Gómez llevaban grillos en los pies, a menudo
de setenta libras de peso, por lo cual los llamaban ‘setentones’ y por lo general
estaban incomunicados y encortinados... El destierro llegó a convertirse en una
merced... El uso discrecional del poder, las exacciones y violencias, dejaron
de ser patrimonio exclusivo de Gómez y de sus amigos inmediatos. Hasta el
más ínfimo funcionario tuvo el privilegio de usar tan tristes atribuciones y el
‘jefecivilismo’ –nombre con el cual se bautizó ese atropello ejercido por los
jefes civiles en cada pueblo– llegó a ser un azote nacional. Los cargos políticos
llegaron a jerarquizarse por las ganancias ilícitas que producían y hasta en los
estados más pobres de la República el Presidente se enriquecía en poco tiempo.
Porque no era el robo directo de los caudales públicos lo más codiciado, sino
la posibilidad de meter la mano en la propiedad privada, de adquirir valiosos
fundos por precios irrisorios, de hacerse pagar por los propietarios para no
reclutarles los obreros, el establecimiento de monopolios y hasta la explotación
de garitos valían más que la más alta posición... ...Los más celosos defensores
de la Rehabilitación Nacional –nombre que se dió al régimen gomecista– no
han encontrado para elogiarlo sino tres hechos: el pago de la deuda pública
que Gómez realizó en 1930, con el propósito de solemnizar el centenario de la
muerte del Libertador; la apertura de numerosas carreteras; y la paz que –según
quieren decir– fue obra de aquel caudillo”. Mijares reconocía los dos primeros
logros, pero en cuanto a la paz, para él estaba claro que ello no fue producto
de la acción “pacificadora” del dictador sino del descrédito de los caudillos
regionales, herederos del guzmancismo, y de la horrible fatiga que padecía la
población por la acción depredadora de las revueltas y guerras civiles. Pareciera
que algunos de estos hechos se han repetido en nuestra historia.
No es posible omitir que Polanco y Mijares fueron biógrafos de Simón
Bolívar, pero ambos se destacaron por analizar su obra civil de estadista y de
167
Palabras en homenaje a Tomás Polanco Alcántara y Augusto Mijares, dos ejemplos ...
organizador de la República. Polanco dedicó muchos de sus escritos a Bolívar
como hombre de Estado, y centró su interés en el pensamiento bolivariano
sobre la administración de justicia, a la cual calificó Bolívar como “Reina de
las Virtudes Republicanas”.
Bolívar escribió: “El Poder Judicial contiene la medida del bien o del mal
de los ciudadanos y si hay justicia, si hay libertad en la república, son distribuidas por ese Poder. Poco importa a veces la organización política con tal
de que la civil sea perfecta”. A partir de esta cita, Polanco señalaba: “Nótese
la persistencia de esa idea del Poder Judicial como garante de los derechos
individuales. Los jueces distribuyen la justicia y la libertad... es por ello indispensable, para proteger a los ciudadanos en su libertad, la presencia en la
sociedad de jueces autónomos e independientes que van a hacer que las leyes
se cumplan inexorablemente”. Muy claro para Bolívar, según Polanco, que
la principal misión de los jueces era garantizar la libertad del ciudadano, de
conformidad con las leyes, y no servir de instrumento servil para su represión,
como ha sido en todos los regímenes tiránicos que ha habido en la historia.
Polanco afincaba el dedo en las afirmaciones de Bolívar sobre los jueces
corrompidos y sobre el mal terrible que ocasionan a los pueblos. En particular,
señala el auténtico caos de la República denunciado por Bolívar en Ocaña, y
“entre las causas de ese funesto estado de cosas, la crisis del judicial existente:
los juicios complicados por una inadecuada ley de procedimientos; pequeños
pueblos enredados y sacrificados por los jueces; tribunales integrados por
jueces que ignoran el derecho; jueces prevaricadores y sin castigo; jueces
malignos e ignorantes que aniquilan la hacienda pública, ... etcétera”. Por ello,
decía Polanco, siguiendo el pensamiento bolivariano, “los buenos jueces son
primera necesidad para el Estado”. En cambio, continúa Polanco, “los jueces
prevaricadores, malvados e ignorantes, azotan, enredan, confunden y alteran
esa pieza fundamental de la vida social que es la salvaguarda de los derechos
individuales”. Qué pensaría hoy en día Polanco de jueces que critican la separación de poderes, abdican de la autonomía e independencia de su función,
desprecian los derechos individuales y someten su actividad a un proyecto
político partidario y destructor de las instituciones democráticas.
Mijares, según el criterio del finado amigo Luis Castro Leiva, se empeñó en demostrar el civilismo de Bolívar, en contra de quienes lo calificaban
como “ el caudillo de los caudillos” (Vallenilla Lanz), lo rescata de la creencia
pesimista en los “gendarmes necesarios” y lo pone a la cabeza de la tradición
civilista de la América Hispánica. Castro Leiva afirma que para Mijares había
“dos Libertadores” y cita sus palabras: “En el Libertador determina una primera
168
Gabriel Ruan Santos
dualidad que, como hemos insinuado, es concluyente: por una parte Bolívar
es un caudillo de una fuerza personal arrolladora, pero al mismo tiempo es
el pensador que busca con más ahínco una fórmula jurídica propia para la
Revolución americana: todo lo llamaba hacia la acción personalista –incluso,
es verdad, su carácter cesáreo y sus hábitos militares– pero como hombre de
Estado, sus ideas constituyen todavía la fuente más abundante y original de
un derecho público genuinamente americano”.
Entre los temas jurídicos que más despertaron la inquietud de Tomás Polanco estuvo el derecho de propiedad durante la vigencia de la Constitución
Venezolana de 1961. Sólo unas líneas para destacar su aporte con su trabajo
“Las Transformaciones de la Propiedad en Función del Desarrollo”. Polanco
fue de los primeros profesores que nos enseñaron el paso de la concepción de
la propiedad del Código Civil, inspirado en el Código Napoleón, a la propiedad
dotada de función social garantizada así desde la Constitución de 1947. En
esta nueva concepción desarrollada en el siglo XX, el derecho de propiedad
no sólo admitía las limitaciones impuestas por el interés social, ya reconocidas
desde la Constitución de 1811, sino el conjunto de limitaciones, restricciones,
obligaciones y cargas impuestas sobre ese derecho fundamental, que tenía el
efecto de cambiar la propia substancia del derecho, como son los supuestos
típicos de la propiedad urbana y la propiedad agraria, donde el contenido mismo
del derecho es determinado por las leyes. Frente a esta transformación decía
con el optimismo que lo caracterizaba: “No hay que alarmarse ante ello, el
concepto de la propiedad del Código Napoleón no ha sido el único, ni el último, ni el mejor”. Pero también prevenía: “En los países en vías de desarrollo
aparece la lucha evidente entre dos corrientes en conflicto: la una, la que trata
de mantener los viejos y ya caducos conceptos sobre el contenido de la propiedad; la otra, que quiere llegar al otro extremo de pensar en la eliminación
de la propiedad como solución definitiva del problema económico-social del
desarrollo”. Frente a este falso dilema, proponía buscar una tercera solución
y urgía a todos a trabajar en esa búsqueda.
Paradójicamente la Constitución de 1999, aún vigente, define con precisión
el contenido de la propiedad privada, como no lo hicieron los textos constitucionales anteriores, y además omite toda mención de su función social. A este
respecto, cabe recordar lo que decía Gil Fortoul, según lo recoge el mismo
Polanco, en la biografía que escribió sobre este personaje nacional: “La Ley no
basta en sí misma. Más que su texto es cosa importante en las leyes la manera
como se van a interpretar y a aplicar. Propiamente hablando, la Ley no está
completa con solamente su letra y forma; ella va animarse, a convertirse en
169
Palabras en homenaje a Tomás Polanco Alcántara y Augusto Mijares, dos ejemplos ...
verdadero organismo con su aplicación a los innumerables casos e incidencias
de la vida social y política”. Por ello, decimos nosotros, el artículo 115 de la
Constitución podría estar agonizando, aunque no haya sido borrado del texto
constitucional.
Hoy en día la propiedad se debate entre la vida y la muerte en nuestro
país, por el cambio de contenido que se pretende dar a la función social de la
propiedad para instaurar el modelo de la llamada propiedad social o colectiva
de los medios de producción, según la concepción marxista más pura, anacrónica y simplista, negadora de la asociación innegable entre la propiedad y la
libertad como garantía de la realización de esta última, supremo valor humano.
Sería injusto culpar a Tomás Polanco y a todos quienes han desarrollado el
principio de la función social de la propiedad de esta coyuntura inesperada
en su evolución nacional, tal vez resultado del movimiento pendular y cíclico
de la historia, pero sería irresponsable continuar enseñando este principio sin
defender al mismo tiempo la esencia del derecho de propiedad como sustento
de la libertad de los ciudadanos.
Ya próximos al cierre de estas palabras, es preciso hacer mención de la
virtud humana que más caracterizó a Polanco y a Mijares: la humildad de los
hombres sabios. Tomás Polanco decía “... he sido, soy y me siento integral y
esencialmente un abogado... No he querido ni pretendido ser nunca especialista
en cualquiera de las ramas del derecho, sino que siguiendo el consejo de mis
maestros más destacados, entre los cuales recuerdo con afecto al doctor Antonio Moles Caubet, he procurado asomarme con más o menos profundidad a
distintos aspectos de la ciencia jurídica”. Con esta sencillez, Polanco resumía
su trayectoria, que por mucho desbordó el derecho, para entrar de lleno en la
historiografía y la literatura. Augusto Mijares se consideraba en esencia y en
presencia un maestro de escuela, oficio del cual se enorgullecía, como testimoniaba Polanco, y que, según las mismas palabras de Mijares, “perteneció
–él– a una generación de improvisados, que quiso evitarle a todos los que
vendrían después, todo lo que ella había sufrido”.
Pero, tal vez lo que más los unió fue el sentimiento optimista y compartir
lo que Mijares llamó el pensamiento de “lo afirmativo venezolano”, imbuido
y fortalecido con el mensaje ético de la historia, como decía Pedro Grases,
que no significaba desconocer lo negativo venezolano presente en nuestra
historia, que Ramón J. Velázquez recordaba en sus Confidencias Imaginarias
de Juan Vicente Gómez, cuando afirmaba –aludiendo a Mijares– que “no se
sembraba cenizas”, ni se negaba el progreso de la sociedad venezolana, cuando
se anotaban los hechos que parecían negarlo.
170
Gabriel Ruan Santos
En la presentación del libro sobre ese pensamiento, Augusto Mijares expresó: “Lo afirmativo venezolano podría ser otro canto al heroísmo venezolano.
Si todavía los subtítulos estuvieran de moda, le correspondería llevar este: Del
Heroísmo que no figura en Venezuela Heroica. Y puede ser también un ideario
venezolano. Porque otro aspecto de nuestra tradición pesimista es afirmar que
siempre hemos ido a la deriva, sin propósitos fijos, a merced del capricho de
los poderosos y de la improvisación de sus favoritos. En parte es verdad, pero
no es toda la verdad de nuestra historia. Como fruto del patriotismo, de la perseverancia y el desinterés de muchos trabajadores, a veces anónimos, podemos
reconstruir una tradición intelectual que debe adquirir para la juventud tanta
realidad como la que nos hemos empeñado en darle a las vergüenzas, latrocinios
y perjurios de nuestra vida política. Desdeñados, perseguidos o escarnecidos,
siempre han existido esos venezolanos que de generación en generación, a
través de la muerte, se han pasado la señal de lo que estaba por hacerse y han
mantenido la continuidad de la conciencia nacional”.
Mijares pasó la señal a Polanco, quien la tomó con brío e inspiración, y
la llevó con entusiasmo hasta el final de su fecunda vida. Nos toca ahora a
nosotros, del mismo modo que Polanco recibió la señal de Mijares, continuar
la labor de hacer Patria, con la promoción de sus instituciones y la educación
civilista de sus ciudadanos. Todos nosotros debemos recibir la señal y aportar
el esfuerzo que esa misión interminable nos demanda.
Caracas, mayo de 2013
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BLANCA
SIN NUMERAR
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Palabras pronunciadas por
Manuel Polanco Fernández
(hijo del homenajeado)
BLANCA
SIN NUMERAR
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 175-182
ISSN: 0798-1457
El 22 de julio de 1950, cerca de la una del mediodía, con apenas veintidós
años de edad, recibía mi padre en este Paraninfo, el Doctorado en Ciencias
Políticas que le confirió el Dr. Julio de Armas, con su autoridad de Rector de
la Universidad Central de Venezuela. En esa ceremonia, le correspondió subir
a esta tribuna dorada, bajo la imagen de Santo Tomás de Aquino y la representación del Espíritu Santo, para pronunciar un breve discurso en nombre de
sus compañeros graduandos.
Desde entonces siempre se emocionó cuando le correspondía hablar desde
aquí y nos recordaba aquél momento memorable cada vez que vinimos a oír
sus discursos, sobre todo en los actos de su incorporación como Individuo de
Número de esta Academia de Ciencias Políticas y Sociales, de la Academia
Nacional de la Historia y de la Academia Venezolana de la Lengua.
Podrán imaginarse entonces el significado que tiene para mí pronunciar
unas palabras en este estrado, más aún cuando se trata de un acto en el que
se le rinde homenaje a la memoria de mi queridísimo, admirado y siempre
recordado padre.
Pocos días después de su graduación, el 26 de julio de 1950, la Corte Suprema del Distrito Federal le expidió el título de Abogado de la República. Desde
ese día y hasta que falleció, se sintió integral y esencialmente, un Abogado.
Él mismo confesaba, en su libro “Yo, Abogado de Este Domicilio” publicado por esta Academia en 1987, que luego de más de 30 años de docencia
había sido un Abogado-Profesor y no un Profesor-Abogado; después de haber
escrito más de 30 libros para ese entonces, se sentía un Abogado-Escritor y no
un Escritor-Abogado; habiendo actuado desde 1958 en la Corte Suprema de
Justicia como Magistrado Suplente o Conjuez, se consideraba un Abogado-Juez
y no un Juez-Abogado; tras haber sido Embajador durante más de 5 años en
diferentes destinos, era un Abogado-Embajador y no un Embajador-Abogado.
175
Palabras pronunciadas por Manuel Polanco Fernández (hijo del homenajeado)
Comentaba entonces que todo aquel que conozca bien el idioma castellano
percibirá el matiz diferencial que quiso dar al orden de las palabras.
Por eso se sintió tan honrado cuando en junio de 1980 se incorporó como
Individuo de Número de esta ilustre Academia de Ciencias Políticas y Sociales,
para ocupar el sillón No. 26, sustituyendo a ese gran venezolano que fue don
Augusto Mijares, y que ahora ocupa en forma brillante el Dr. Gabriel Ruan
Santos.
Expresó en su discurso de incorporación a esta Academia que el tiempo
no le había hecho perder la preferencia íntima que lo hizo escoger la carrera
de Abogado y que creía siempre en el Derecho como guía que permite vivir
honestamente, no hacer daño a nadie, y dar a cada uno lo que es suyo.
En ese mismo discurso, dijo que consideraba como una bendición, que la
Providencia haya querido que cuatro de sus nueve hijos estuviéramos también
dedicados al derecho y que, por muchos y largos años, que llegaron a ser más
de 40, una parte, grata e importante de sus ocupaciones, estuvo consagrada a
la docencia universitaria en las Facultades de Derecho.
Decía mi padre que escribir un libro y publicarlo es siempre una aventura,
interesante y magnífica, pero siempre una aventura llena de misterios algunos
de los cuales nunca llegan a ser explicados. Lo que pasará con cada libro es
impredecible, son como seres vivos que algunas veces tienen la capacidad de
sobrevivir.
Hoy nos encontramos frente a uno de esos casos de un libro que sobrevive
en el tiempo: la obra “Derecho Administrativo Especial”. Fue publicada en
1959, es decir, hace 54 años, y es editada nuevamente ahora, gracias a la generosidad del ilustre Académico y profesor Dr. Allan R. Brewer-Carías, quien
honra la memoria de mi padre al concederle el primer título en la colección de
Clásicos Jurídicos de la Editorial Jurídica Venezolana. A él un agradecimiento
especial de parte de mi madre y de toda la familia Polanco Fernández. Además,
también le expresamos nuestra gratitud por la deferencia en sus palabras de
presentación de esta nueva edición del libro, que confirman el afecto de una
larga y buena amistad con mi padre. Con toda seguridad el Dr. Brewer hubiera
estado muy complacido de poder acompañarnos.
Un reconocimiento además a mi hermano Tomás a quien, según el mismo
Dr. Brewer, se debe la cristalización del proyecto de la Colección de Clásicos
Jurídicos y que se haya iniciado esta Colección con la obra de nuestro padre.
Es oportuno resaltar la importancia de la nombrada colección pues con
ella se podrán rescatar del olvido algunas obras jurídicas que han tenido una
176
Palabras pronunciadas por Manuel Polanco Fernández (hijo del homenajeado)
marcada influencia en la historia del derecho en Venezuela. Nuestros mejores
deseos para que se sigan publicando títulos en esa Colección de Clásicos
Jurídicos.
A Tomás le correspondía decir unas palabras en este acto pero, por razones
muy justificadas, no pudo acompañarnos. En vista de lo cual, heme aquí, en
representación de mi madre María Antonia Fernández de Polanco, y de todos
mis hermanos, Tomás y Martha, Pancho, Alberto e Isabel, Andrés y Rosa,
Eduardo y Frances, Valentina, Irene y Joaquín, Beatriz y José Antonio, de mi
esposa María Fernanda, de mis hijos y de mis sobrinos, en el honroso y grato
deber de pronunciar unas palabras en este acto.
Vaya también un agradecimiento al Escritorio de Abogados Bolet y Terrero,
que cubrió los costos de esta obra y dispuso que los retornos que se perciban con
ocasión a su venta, sean donados a la Universidad Católica Andrés Bello.
Esa obra, con la cual se rinde homenaje a mi padre en esta sesión solemne,
tuvo una importancia muy especial en su vida. Pretendió comprender en ella
el estudio de la materia Administrativa, es decir, de las situaciones jurídicas
que surgen en las relaciones que existen entre la Administración Pública y los
particulares, cuando no existía en el país ninguna obra específica sobre esa
materia. Se trataba del contenido de su Cátedra de Derecho Administrativo en
la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela.
Su primera decisión en relación con la publicación de ese libro fue donar
los derechos que le correspondían en la edición a la Universidad Central de
Venezuela, con la finalidad de contribuir al fomento de la biblioteca de la
Facultad de Derecho.
No fue su primera publicación sobre el Derecho Administrativo. Anteriormente había escrito el libro “La Administración Pública” publicado en
1952, cuando apenas tenía 25 años. No existía una recopilación de las normas
reguladoras de los órganos administrativos, así que era necesario prepararlas.
Recordaba mi padre que, en aquel tiempo, las copias fotostáticas eran algo de
ciencia ficción. Todo debía ser transcrito a mano y luego mecanografiado.
Era entonces la primera obra que se había escrito en el país sobre la Administración Pública, fue su tesis doctoral en 1950 y con ella obtuvo, el 29 de
julio de 1953, el entonces recién creado Premio “Luis Sanojo” de la Fundación
Rojas Astudillo que se otorgaba ese año por primera vez y luego cada año,
para distinguir la mejor obra venezolana de carácter jurídico.
Sus inquietudes por esta rama del Derecho se originan cuando fue alumno
del primer curso que dictó su admirado Maestro, el Dr. Antonio Moles Caubet
177
Palabras pronunciadas por Manuel Polanco Fernández (hijo del homenajeado)
en la entonces Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela.
En esos años también se incorporaba en la Cátedra de Derecho Administrativo,
el ilustre profesor y destacado Académico, Dr. Eloy Lares Martínez recientemente recordado por esta Academia en la celebración del centenario de su
nacimiento.
Luego, todavía siendo estudiante, mi padre fue escogido, junto con su
amigo el Dr. Gonzalo Pérez Luciani, como asistente del Profesor Moles en el
Seminario de Derecho Público, que fue el antecedente inmediato del Instituto
de Derecho Público, fundado por el mismo Profesor Moles, y al cual se mantuvo vinculado por muchos años.
Se iniciaba así una nueva etapa del Derecho Administrativo en Venezuela.
Hasta entonces, la única obra que existía era el “Tratado Elemental de Derecho
Administrativo” del profesor Hernández Ron, quien ya por esos años había
recibido el beneficio de la jubilación.
Contaba mi padre que, como venía trabajando como Ayudante del Seminario de Derecho Público, el doctor Oscar Palacios Herrera, Director de la Escuela
de Derecho de la Universidad Central de Venezuela, lo seleccionó para ser Jefe
de Trabajos Prácticos de la Cátedra de Derecho Administrativo, con un sueldo
de doscientos bolívares mensuales. Para su sorpresa, cuando el Dr. Palacios le
entregó el nombramiento, le informó que debía encargarse de inmediato de la
cátedra del Dr. Moles Caubet, quien había salido de viaje. Resultó entonces
que el 15 de septiembre de 1950, todavía con veintidós años de edad, asumió
la responsabilidad de ser Profesor de Derecho Administrativo.
En agosto de ese mismo año comenzó también su ejercicio profesional.
Decidió formar un Despacho de Abogados junto con sus compañeros de curso
Haroldo Ruiz Carrillo y Leopoldo Bello Matute. Para ese fin alquilaron un pequeño local, de un único ambiente, en el tercer piso del Edificio de la empresa
de Prudencio Perdomo Delgado, entre las esquinas de Jesuitas y Tienda Honda.
Don Prudencio, amigo de mi abuelo, se la arrendó por trescientos bolívares
mensuales y sin depósito ni fianza.
Con orgullo contaba que en esa sencilla oficina, donde solo tenían unos
pocos muebles adquiridos a crédito, una máquina de escribir prestada y donde
ni siquiera había teléfono, se aventuraron a ejercer plenamente la abogacía,
dedicándose a ella por completo, con un esfuerzo personal diario, constante,
infatigable, que abarcaba tanto el trabajo de estudio de documentos y leyes,
como el de atender al cliente, oírlo, examinar lo que dice, acudir a los Tribunales
y vigilar los expedientes en forma directa y no a través de terceros. Contaban
ciertamente con buena voluntad, dedicación al estudio, honestidad, eficacia
178
Palabras pronunciadas por Manuel Polanco Fernández (hijo del homenajeado)
y responsabilidad, por lo que ese esfuerzo tenía que dar, como efectivamente
dio, muchos y abundantes frutos.
Cuando celebraron el quincuasésimo aniversario de su graduación, los
integrantes de su Promoción, que se llamó Fermín Toro, decidieron, como
una de las formas de esa celebración, que los que así lo desearan, redactaran
una comunicación explicativa de su experiencia personal en el ejercicio de la
Profesión.
Por eso mi padre escribió un trabajo, aún inédito pero que publicaremos
en corto plazo, que tituló El BUFETE DEL ABOGADO, en el cual pretendió
dar una visión panorámica de lo que observó y aprendió durante medio siglo
de actuación como Abogado, narrando algunas de sus vivencias profesionales,
con la intención de que pudieran servir para que los jóvenes Abogados no
cometieran sus errores ni incurrieran en sus desaciertos.
Hemos considerado importante publicar el trabajo mencionado porque
estamos convencidos de su utilidad para quienes se inician en el ejercicio
profesional. Mi padre explica en él muchas de las experiencias, dificultades y
satisfacciones que tuvo durante su vida profesional y nos hace algunas recomendaciones para que logremos ser buenos abogados, como por ejemplo, una
que siempre nos llamaba la atención, que el Abogado necesita, para ser mejor
Abogado, dedicar tiempo razonable a escuchar música, admirar obras de arte,
practicar un deporte, leer buenos libros, viajar…
En uno de los capítulos de ese trabajo hace mención a cómo consideraba
él que debía ser la actuación del abogado en el ejercicio profesional.
Valga esta oportunidad, en la que se rinde homenaje a mi padre, para
recordar algunos de sus sabios consejos, aún a sabiendas del altísimo nivel
profesional de los abogados presentes.
Decía que el primer deber del Abogado, muy claro, radica en tener siempre presente que es un instrumento para buscar la justicia y la aplicación del
derecho y nunca el medio para la venganza o el daño.
Si el cliente persigue la justicia o aplicar el derecho, debe ser asistido. Si
desea una venganza o hacer daño, el Abogado tiene la obligación de abstenerse
de prestar su concurso para semejantes fines.
Es un mandato muy preciso del artículo 2 del Código de Ética: El Abogado tendrá como norte de sus actos servir a la Justicia, asegurar la libertad y
el ministerio del Derecho.
Luego se refiere a la búsqueda de la verdad. Es indispensable siempre la
averiguación de la verdad. También es norma del Código de Ética: El Abogado
debe actuar en defensa de la verdad.
179
Palabras pronunciadas por Manuel Polanco Fernández (hijo del homenajeado)
De seguidas señala las ventajas de los arreglos amistosos. Expresa que bien
pronto entendió, ejerciendo la profesión, que el mejor camino para defender
los derechos de los clientes era casi siempre lograr un buen arreglo.
Continúa aludiendo a la lucha contra el poder, explicando que a veces
hay que batallar contra los poderosos. Es cierto, recordaba, que el Libro del
Eclesiástico aconseja no luchar contra el hombre poderoso porque vence con
su peso (Ecl. 8-1 y 8-2), pero cuando es el poderoso el que ataca, la conducta
única que debe adoptarse es la misma que recomienda Andrés Bello a las naciones: La mejor defensa del pobre es el derecho. Cuando se alega un derecho
bien claro ante un poderoso, a la larga se vence.
Más adelante menciona las diferencias entre el Abogado “sastre” y el
Abogado independiente. Dice que siempre clamó contra el Abogado “sastre” que redacta dictámenes a la medida de los intereses del cliente. No le
da una opinión objetiva sino le complace diciéndole que tiene razón. Tiene
temor de perder al cliente si le dice que no tiene razón o si le expone los
argumentos en su contra. Tajantemente concluye que actuar así constituye
un acto inmoral.
Además nos recuerda que en ocasiones, al mantenerse dentro de las formas sin acudir al fondo del tema, se olvida el mandato del Artículo 196 de la
Constitución de 1811, que moralmente debe ser considerado vigente: “Quien
sin violar las leyes las elude con astucia o con rodeos artificiosos y culpables,
es enemigo de la sociedad, ofende los intereses de todos y se hace indigno de
la benevolencia y de la estimación públicas”.
Finalmente fue categórico al señalar que no se podía omitir hacer notar la
especial presencia que tiene que tener la ética en la conducta del Abogado.
Para mi padre, la ética era un tema fundamental. Cuando fue Presidente
de esta Academia de Ciencias Políticas y Sociales publicó un libro formado
con varias monografías de los doctores Luis Felipe Urbaneja, José Román
Duque Sánchez, José Santiago Núñez Aristimuño y Manuel Cardozo acerca
de la Ética de las Profesiones Jurídicas, acompañado del Código de Ética del
Abogado venezolano.
Decía que el Abogado usa la ley, no la violencia. El Abogado sirve con
lealtad a su cliente. El Abogado no revela los secretos profesionales. El Abogado no exige honorarios que no le son debidos. El Abogado no presiona a
los Jueces sino los respeta. El Abogado trata con cordialidad y decencia a sus
colegas. El Abogado estudia sus casos con suficiente profundidad. El Abogado
trabaja constantemente. El Abogado busca la verdad y sirve a la Justicia.
180
Palabras pronunciadas por Manuel Polanco Fernández (hijo del homenajeado)
A veces el respeto a la ética puede producir al abogado severas consecuencias patrimoniales, como por ejemplo la pérdida de un cliente poderoso, pero
nunca debe separarse de los principios éticos que rigen su conducta.
El ejercicio profesional fue llevando a mi padre hacia la actividad casi
exclusiva del escritor. Comentaba que quizás en su caso se trató de una de
esas “mutaciones espirituales” que explica José Enrique Rodó en su hermoso
libro Los Motivos de Proteo.
Al final de su vida, mi padre escribió su obra más valiosa, su testamento
moral. Probablemente muchos de los presentes saben que poco antes de morir,
y en plena conciencia de encontrarse en sus últimos días, escribió un bello
documento dirigido a sus hijos que tituló “Cuando yo me vaya”.
Sus hijos tenemos enmarcado ese documento en nuestras casas para tener
presentes siempre su orientación en valores y principios y, siendo este acto un
homenaje a su memoria, me parece importante volver a recordar algunas de
sus valiosas recomendaciones.
Nos dice en ese Testamento que lo que más le importa es que tratemos
y enseñemos a nuestros hijos a vivir dentro de tres normas permanentes: el
trabajo, la honestidad y la eficiencia; que creamos siempre en Dios, que hablemos frecuentemente con Él para decirle lo que necesitamos y para pedirle
ayuda; que procuremos ser católicos con todo lo que ello significa, pero sin
perder de vista la tolerancia, el respeto por las creencias y conductas de los
demás y la solidaridad humana. Que no le guardemos rencor a nadie. Que no
odiemos a nadie.
Nos pide que procuremos siempre hacer el bien, incluso a quienes nos
hubiesen causado algún daño o sean personas desconocidas y que no causemos
voluntariamente daño a nadie.
Que no discriminemos a nadie por su raza, su nacionalidad, su idioma,
sus costumbres, el color de su piel. Por nada. La discriminación es una forma
cruel de dañar a gente inocente. Por eso es abominable.
Que respetemos nuestros hogares, pase lo que pase. Manejar bien el hogar,
con un profundo respeto, es la mejor educación para los hijos.
Que seamos generosos, nunca avaros. Es mejor tener menos y dar más
que tener más y dar menos o nada.
Que procuremos leer constantemente para así conocer nuevas ideas y
mejorar las existentes, para estar al tanto de los avances de la cultura, para
una continua superación de sí mismos. Por parecidas razones nos recomienda
escuchar música, no cualquier tipo de música sino la que eleva el alma.
181
Palabras pronunciadas por Manuel Polanco Fernández (hijo del homenajeado)
Nos dice que ojalá siempre nos anime, a nosotros y a nuestros hijos, un
fervoroso amor por Venezuela. Debemos querer, amar y venerar a la Patria.
No hay que ocuparse tanto de morir por ella, que casi siempre es inútil, sino
de vivir por ella y para ella, recordando lo que decía don Augusto Mijares.
Que seamos siempre venezolanos, orgullosos de nuestro país. Este es el
nuestro. Los demás no son mejores que nosotros. La verdad es que solamente
son distintos.
Que contribuyamos a que el nuestro sea un país donde exista libertad,
tolerancia, y progreso. Cada uno debe hacer lo suyo sin creerse redentor de
la Patria.
Y su último encargo fue siempre cuidar a nuestra madre. Nos pidió no
dejarla nunca sola, acompañarla siempre y no causarle mortificaciones.
Nos dijo que nuestra madre fue una inadvertencia en la administración
de las huestes celestiales, pues en lugar de enviar un ser humano enviaron un
ángel.
Todos sus hijos y sus nietos hemos procurado seguir sus indicaciones y
le rendimos homenaje a mi padre al recordarlas y reafirmar el compromiso
de cumplirlas.
En nombre de mi madre, de mis hermanos, de mi esposa, de mis hijos y de
mis sobrinos, expreso nuestro agradecimiento al Presidente y a los miembros
de la Junta Directiva de esta ilustre Corporación, por recordar a mi padre en
este emotivo acto y por permitirnos pronunciar estas palabras. Manifestamos
igualmente nuestra gratitud al Dr. Gabriel Ruan Santos por su Discurso de
Orden y al Dr. José Ignacio Hernández por sus palabras de presentación del
libro.
Muchas gracias también a nuestros queridos amigos por habernos
acompañado.
Señores!
182
Palabras de presentación
de la reimpresión de la obra
Derecho Administrativo Especial
del Profesor
Tomás Polanco Alcántara
José Ignacio Hernández G.*
* Profesor de Derecho Administrativo en la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Católica
Andrés Bello. Director del Centro de Estudios de Derecho Público de la Universidad Monteávila.
BLANCA
SIN NUMERAR
184
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 185-190
ISSN: 0798-1457
1. Deseo comenzar agradeciendo a la Academia de Ciencias Políticas
y Sociales, y en especial, al profesor Allan R. Brewer-Carías, la invitación
que hoy se me ha formulado para dedicar unas breves palabras al libro
Derecho administrativo especial del Profesor Tomás Polanco Alcántara,
publicado inicialmente en 1959, y que la Editorial Jurídica Venezolana editó
de nuevo en 2012, al inaugurar su Colección Clásicos Jurídicos. Breves
palabras que tratarán de hilvanar sucintamente tres de las grandes pasiones
del Profesor Polanco Alcántara: la historia, la enseñanza universitaria y el
Derecho administrativo.
2. La historia del Derecho administrativo venezolano está íntimamente
relacionada con el conjunto de Leyes administrativas que desde ámbitos muy
diversos comenzaron a reglamentar la relación entre los ciudadanos y la Administración. Leyes administrativas que a su vez son consecuencia del proceso
de centralización del Estado venezolano, iniciado en 1899 con el triunfo de la
llamada Revolución Liberal Restauradora, a cargo de Cipriano Castro.
3. Sabido es que el Estado venezolano del siglo XIX, como poder unitario y
unificador –en los términos referidos, entre otros, por Heller y Jellinek- no llegó
a ser una realidad tangible. La crisis de la monarquía española, que desencadenó
a su vez la crisis de las estructuras internas de poder, como resume Germán
Carrera Damas, marcaron al siglo XIX de una gran inestabilidad, reflejo de lo
cual fueron las variadas y continuas guerras civiles que como continuación de
la guerra de la independencia, azotaron a nuestro país. A ello se le agrega que
la estructura de poder se basó en pactos con los caudillos locales, todo lo cual
dificultó la formación de un Estado nacional. Venezuela era más bien, como
señala Elías Pino Iturrieta, un país archipiélago.
4. El análisis obviamente no puede simplificarse, reduciendo al siglo XIX
venezolano en un obscuro período. Notables fueron sin duda los avances, en
especial, en la conformación de una Administración Pública que, como asiento
185
Palabras de presentación de la reimpresión de la obra Derecho Administrativo Especial ...
del poder, lograse adelantar efectivamente los cometidos del Estado venezolano.
Allí están, por ejemplo, las reformas institucionales introducidas por Guzmán
Blanco, y que fueron detenidamente analizadas por el Profesor Polanco al
escribir la biografía de ese importante personaje de nuestra historia.
5. Lo cierto, en todo caso, es que la centralización del Estado venezolano,
puede decirse que es un proceso que inicia Castro en 1899. Como ha señalado
Ramón J. Velázquez, frente al binomio Partido-Ejército imperante en el siglo
XIX, en el siglo XX se alcanzará una nueva relación de poder basada en el
trinomio Jefe-Ejército-Administración. En efecto, con Castro comienza el lento
proceso de extinción del caudillismo y su sustitución por estructuras centrales
de Poder basadas en la Administración y en el Ejército Nacional. La pacificación
del país, con el fin de las guerras civiles en 1903, será un aliciente importante
para ese proceso de centralización que, a partir de 1908, alcanzará nuevas e
importantes cotas bajo el prolongado régimen de Juan Vicente Gómez.
6. En su biografía sobre Juan Vicente Gómez, el Profesor Polanco explicaba las dificultades que presentaba cualquier estudio historiográfico del
personaje, al considerarse que ese solo estudio era ya un homenaje que resultaba inaceptable. Sin embargo, como lo evidencia la obra historiográfica del
profesor Polanco, la historia no debe ser concebida como un acto de venganza
o pleitesía, ni mucho menos –como sucede hoy día– como un culto militarista
al personalismo. La historia, por el contrario, es una útil herramienta para
comprender mejor nuestra realidad. Como explicó Ramón J. Velázquez en el
prólogo a la biografía del profesor Polanco escrita por Rodrigo Lares, la obra
del profesor Polanco constituye un único esfuerzo por estudiar los grandes
escenarios y episodios de nuestro proceso histórico, como camino para comprender mejor nuestra realidad.
7. Por ello, es importante resaltar con objetividad el avance que, bajo la
dictadura de Gómez, se alcanzó en ese proceso de centralización del Estado
nacional. Proceso que tuvo, si se quiere, una protagonista principal: la Administración Pública. El Estado nacional centralizado, para 1935, se caracterizó
por la construcción de una Administración Nacional que actuó por medio
del Ejército Nacional, la Hacienda Pública Nacional y la creciente actividad
administrativa de obras públicas, en especial, en carreteras. Manuel Caballero
lo explicó así:
Gómez formó una burocracia y en particular un ejército, y no es inhabitual
que, con el tiempo, ambos lleguen a tener una cierta autonomía, aunque sólo
sea la impuesta por la dificultad de las comunicaciones
186
José Ignacio Hernández G.
8. No es casualidad por ello que la clase de Derecho administrativo de la
Universidad Central de Venezuela fuese creada por Decreto del entonces Presidente, Juan Vicente Gómez, el 4 de enero de 1909.Hasta entonces, esa clase se
leía conjuntamente con la clase de Constitucional. El informe preparado por la
Universidad Central de Venezuela justificó la necesidad de separar ambas clases
en el creciente número de Leyes administrativas que se había dictado, y que
dificultaba su estudio en una materia dedicada tanto al Derecho administrativo
como al Constitucional. La clase de Derecho administrativo nace, entonces,
como una clase dedicada principalmente al estudio de las Leyes administrativas, cuyo creciente número era consecuencia del proceso de centralización
del Estado nacional que se había iniciado, como vimos, en 1899.
9. La Revista Universitaria, en 1909, dio cuenta de la petición de los estudiantes de la clase de Derecho administrativo por contar con una recopilación
de las Leyes administrativas, indispensable para abordar su estudio sistemático.
Ese estudio será colmado un año después, con la publicación del primer texto
conocido de Derecho administrativo venezolano, a cargo del primer profesor
de la clase de Derecho Administrativo, Federico Urbano. Diez años después las
Leyes administrativas serán objeto de otro estudio sistemático, a cargo del profesor Federico Alvarez-Feo, segundo profesor de la referida clase. Ambos textos
prácticamente que no circularon, y afortunadamente fueron rescatados por la
Academia de Ciencias Políticas y Sociales en una recopilación de 2009, en la
cual tuve la honra de participar. En 1937 aparecerá el tercer texto de Derecho
administrativo venezolano, el Tratado Elemental del profesor Hernández-Ron,
que abordó la temática general de esa disciplina pero con un detallado análisis
la parte especial, de la mano de las Leyes administrativas dictadas.
10. El origen de la enseñanza del Derecho administrativo venezolano,
como puede apreciarse, está unido al estudio de las Leyes administrativos,
producto del proceso de centralización del Estado nacional. Es decir, que en
la enseñanza de nuestro Derecho administrativo, la llamada parte especial
–como la denominó el jurista alemán Otto Mayer- tuvo especial relevancia,
como reflejo de las Leyes administrativa o Leyes especiales. Esas Leyes, cuidadosamente elaboradas en diversas Comisiones creadas a tal efecto, recogieron
una prolífica actividad administrativa, encargada de abordar hasta los detalles
más pequeños de la vida cotidiana de los venezolanos. Ello marcó un cambio
fundamental: mientras que el ciudadano del siglo XIX pudo desenvolverse
sin una intervención detallada de la Administración nacional, el ciudadano
del siglo XX no podrá ya desenvolverse sin relacionarse cotidianamente con
la Administración Pública.
187
Palabras de presentación de la reimpresión de la obra Derecho Administrativo Especial ...
11. El profesor Tomás Polanco, como ya se nos ha explicado, se interesó
desde sus estudios universitarios por este fenómeno, como lo demuestra la
confección de su Tesis para obtener el grado de Doctor en Ciencias Políticas en
1950, dedicada a La Administración Pública. El texto ofrece una visión única
de la Administración Pública nacional, que de acuerdo con la cita de Fermín
Toro que hace el autor, había “tomado por norma el capricho y la voluntad
mudable de las personas”, dejando a un lado “los principios y las teorías”.
12. Cuando muy poco después el profesor Tomás Polanco Alcántara comenzó a regentar la Cátedra de Derecho Administrativo II en la Universidad
Central, se enfrentó a dos condiciones similares a la existentes en 1909: un
creciente número de Leyes administrativas que debía analizar para su exposición a los alumnos, y la ausencia de un texto universitario actualizado a la
materia. De ese vacío, y de su enseñanza universitaria, surgió el libro Derecho
administrativo especial. Como explicó su autor en la Introducción, la obra
perseguía “suministrar al estudiante una guía o información esquemática que
le permita orientarse en un estudio más atento y cuidadoso de cada uno de
los problemas tratados”.
13. El Derecho administrativo especial del profesor Polanco fue, y sigue
siendo, una obra singular en los estudios del Derecho venezolano. Alejándose
del método exegético, el profesor Polanco quiso abordar los distintos temas
del Derecho administrativo especial desde el estudio sistemático de las Leyes
administrativas, comenzando, como bien indica el propio autor, por el estudio
de los antecedentes históricos de esos temas, y partiendo de una visión integral
del Derecho. Se trata, por ello, de un completísimo estudio de las relaciones
entre la Administración y los ciudadanos, formulado al socaire de las Leyes
administrativas derivadas del proceso de consolidación del Estado nacional,
que entonces -1959- comenzaba el desarrollo de la democracia como forma
de expresión, legitimación y control de la Administración.
14. Baste citar como ejemplo el estudio de la expropiación, correspondiente
al Capítulo XI. El profesor Polanco, con una habilidad extraordinaria, logra
introducir el tema a partir del estudio histórico de la Declaración del Hombre
y del Ciudadano de Juan Bautista Picornell, para pasar de inmediato al estudio del tema desde el Código Civil y, finalmente, llevar al lector al concepto
de expropiación. Estudio que además se asume, como sucede con todos los
temas tratados, desde una posición claramente garantista del ciudadano. Por
ello, la expropiación se define como una potestad subordinada y condicionada
a la Ley y no sujeta a la voluntad personal y arbitraria de la Administración.
188
José Ignacio Hernández G.
He allí, plasmados, los rasgos de la Administración Pública bajo el Estado
democrático de Derecho.
15. Por ello, el Derecho administrativo especial del profesor Polanco
es una obra de referencia obligada, pues refleja el encuentro entre dos países: la Venezuela que en cierto modo alcanza el ciclo del siglo XIX, con la
consolidación del Estado nacional centralizado a partir de su Administración Pública, y la Venezuela del siglo XX que a partir de 1958, comenzará
a reconstruir una Administración Pública subordinada a la Ley y de claro
raigambre democrático.
16. Por ello, es afortunada sin duda la decisión de la Editorial Jurídica
Venezolana de reeditar esta obra, cuyo estudio es hoy más que nunca necesario.
Nuestro reconocimiento a la esta iniciativa de la Editorial ejecutada por Gabriela
Oquendo, movida como siempre por el entusiasta apoyo del profesor Allan R.
Brewer-Carías, y con el apoyo de la familia del profesor Polanco Alcántara,
en especial, su hijo, Tomás Polanco Fernández.
17. Además, esta nueva edición del libro del Profesor Polanco aparece en
un momento delicado del Derecho administrativo venezolano, en el que nuevamente hemos presenciado el incremento continuo de Leyes administrativas
de la más variada índole. Quienes impartimos en la Universidad Central de
Venezuela la cátedra de Derecho administrativo, nos encontramos, día a día,
con un número abrumador de Leyes, que cambian con tal velocidad que obligan
a replantear varias veces un mismo tema, incluso, durante el curso.
18. Pero estas Leyes administrativas son muy diferentes a las Leyes que
estudió el profesor Polanco. Incluso durante el régimen de Gómez, las Leyes
administrativas respetaban formalmente al Estado de Derecho en aquellas
áreas que –como estudió Diego Bautista Urbaneja– no afectaban el centro
del poder. Muy por el contrario, las Leyes administrativas del siglo XXI no
perfilan un Derecho administrativo centrado en el ciudadano (como obliga el
artículo 141 constitucional), sino un Derecho de la Administración, de su poder
y privilegio. Un Derecho, en fin, que con normas amplias y ambiguas, habilita
a la Administración para restringir la libertad general del ciudadano mediante
un sistema opresor, que desdice los postulados constitucionales bajo los cuales
ha de actuar el Estado de Derecho en una genuina democracia.
19. Por ello, como hace más de 50 años, el Derecho administrativo especial del Profesor Polanco, en esta nueva edición, debe orientarnos en la
reconstrucción del Derecho administrativo a partir de los ciudadanos y de la
subordinación plena a la Ley y al Derecho. Los profesores de Derecho administrativo debemos seguir así la recomendación que el Profesor Polanco diera
189
Palabras de presentación de la reimpresión de la obra Derecho Administrativo Especial ...
en su artículo “Formación para la libertad”, de enero de 2000: hay que educar
para la libertad, pues si hay libertad no existe la autocracia.
20. Debemos finalizar. En su Introducción al Derecho administrativo especial, decía el Profesor Polanco que no deseaba para su libro “aplausos sino
crítica constructiva”. Yo me permito discrepar del profesor Polanco, pidiendo
que en el cierre de este acto, dejemos a un lado momentáneamente el análisis
crítico de esta obra, y le brindemos un justo y merecido reconocimiento con
nuestros aplausos.
Muchas gracias
Mayo 21, 2013
190
PRESENTACIÓN DEL LIBRO
LA ASAMBLEA NACIONAL: CUATRO PERFILES
PARA SU RECONSTRUCCIÓN CONSTITUCIONAL
DEL DR. JUAN MIGUEL MATHEUS
4 DE JUNIO DE 2013
BLANCA
SIN NUMERAR
192
Palabras de apertura del Doctor
Luis Cova Arria, Presidente
de la Academia de Ciencias Políticas
y Sociales
BLANCA
SIN NUMERAR
194
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 195-196
ISSN: 0798-1457
Señores miembros de la Junta Directiva de Academia de Ciencias Jurídicas
y Políticas presentes,
Señores Académicos.
Señor Dr. José Ignacio Hernández, Director del Centro de Estudios de
Derecho Público de la Universidad Monteávila,
Señor Dr. Ramón Guillermo Aveledo, Presidente del Instituto de Estudios
Parlamentarios Fermín Toro.
Señor Dr. Juan Miguel Matheus, Profesor de Teoría Política y Constitucional en la Universidad Monteávila.
Señoras y Señores:
En nombre de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, me complace
darles la más cordial bienvenida a la presentación de la obra: “La Asamblea
Nacional: cuatro perfiles para su reconstrucción constitucional”, de Juan Miguel
Matheus, cuyo prólogo es del académico Allan R. Brewer-Carías y el Epílogo
de Jesús María Casal, obra de gran relevancia y actualidad en la grave crisis
constitucional que atraviesa nuestro país.
El Dr. José Ignacio Hernández, Director del Centro de Estudios de Derecho
Público de la Universidad Monteávila hará una introducción y seguidamente
la obra será presentada por el Dr. Ramón Guillermo Aveledo, Presidente del
Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro. Luego escucharemos al
autor, Dr. Juan Miguel Matheus, Profesor de Teoría Política y Constitucional
en la Universidad Monteávila, para proseguir con el bautizo de rigor.
La Clausura del acto estará a cargo de nuestro Primer Vicepresidente, Dr.
Eugenio Hernández Bretón.
Las palabras que oiremos de los distinguidos expositores que nos hablaran
esta mañana, nos ilustraran ampliamente sobre el libro, de cuya presentación
195
Palabras de apertura del Doctor Luis Cova Arria, Presidente de la Academia de Ciencias ...
trata este acto, permitiéndome solamente destacar las palabras con que inicia
el Académico Allan Brewer Carias, quien fuera Presidente de esta Academia,
el prólogo del mismo, de que “si hay una institución en Venezuela que en el
futuro próximo tendrá que ser objeto de una reestructuración y recomposición
sustancial y global para poder reconstruir una auténtica democracia constitucional en el país, es sin duda la institución parlamentaria, que de un órgano
bicameral representativo, como lo fue el antiguo Congreso desde 1811, en la
Constitución de 1999 fue convertido en una Asamblea unicameral, falsamente
“participativa”.
Oigamos pues, a los ilustres exponentes de este acto, para lo cual declaro
iniciado el mismo.
Caracas, 4 de junio de 2013
196
Palabras del Dr. José Ignacio
Hernández, Director del Centro
de Estudios de Derecho Público
de la Universidad MONTEÁVILa
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SIN NUMERAR
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1. Constituye doble motivo de satisfacción poder participar en la presentación del libro del Profesor Juan Miguel Matheus, intitulado “La Asamblea
Nacional: cuatro perfiles para su reconstrucción constitucional”. La primera
razón es personal: Juan Miguel Matheus fue mi alumno en la Universidad
Monteávila, cuando comencé a impartir clases de pregrado hace ya diez años.
Fue parte, por ello, de la primera promoción de abogados de esa Universidad,
de 2004, y desde entonces, un activo colaborador en la Universidad, en la
academia y en la política, siendo fiel ejemplo de la excelencia académica y
alta calidad como investigador, en el marco de la formación integral a la que
aludiera el Doctor Enrique Pérez Olivares, Rector fundador de la Universidad
Monteávila, en las palabras de apertura del primer año lectivo 1999-2000.
2. El segundo motivo es el tema, poco tratado entre nosotros pero de una
trascendencia actual que creo, no precisa ser subrayada: el régimen jurídico de
la Asamblea Nacional, estudio asumido desde una visión crítica, con distintas
propuestas para acometer su reconstrucción constitucional. Señala el profesor
Matheus en su libro que “no hay democracia sin parlamento” pues “un parlamento que no representa a la sociedad venezolana, que no la refleja fielmente
en su heterogeneidad, no puede ser considerada como tal”. La actual Asamblea
Nacional, afirma el autor, no es un templo republicano para la libertad de los
ciudadanos sino un atroz instrumento contra libertatis.
3. Este es, a no dudarlo, el principal mérito del trabajo del profesor Juan
Miguel Matheus: el estudio jurídico de la Asamblea Nacional, como institución
básica del sistema democrático. Ello forma parte de un conjunto de estudios
que el profesor Matheus ha venido realizando, entre los que destaca su Tesis
Doctoral en la Universidad de Navarra, sobre el llamado Derecho parlamentario. Un área del Derecho pocas veces estudiada, al considerarse que todo
lo que concierne al parlamento corresponde estrictamente a la política. Así
es, ciertamente, pero sin olvidar que el parlamento es, primero que nada, una
199
Palabras del Dr. José Ignacio Hernández, Director del Centro de Estudios de Derecho Público ...
institución jurídica al servicio de la democracia. Para que exista democracia,
por ello, el parlamento ha de ser una institución plenamente juridificada.
4. Como recuerda el profesor Allan R. Brewer-Carías en el prólogo del
libro, la Asamblea Nacional ocupa un lugar central en el sistema constitucional
venezolano, que es –no debe olvidarse– un sistema republicano. Desde 1811
ha sido así, de hecho, pues el Poder Legislativo fue concebido por quienes
diseñaron a nuestra República Liberal, como la primera institución de garantía
de la libertad.
5. En efecto, como indicaron Juan Germán Roscio y Francisco Javier
Yanes, nuestro sistema republicano adoptó el dogma de la representación, en
el marco del principio de separación de poderes. La soberanía, que reside en el
pueblo, ha de expresarse a través de la Ley, que es un instrumento al servicio
de la libertad, propiedad, igualdad y seguridad. Es decir, debe tratarse de Leyes de libertad, orientadas a imponer frenos al Gobierno, considerado un mal
necesario. La Ley debe ser consecuencia de la deliberación democrática, y a
ella corresponde implementar las instituciones que han de regir los destinos
de la República. Yanes lo resume en la idea de John Adams: un Gobierno de
Leyes, no de hombres.
6. En ese primer diseño de nuestra República Liberal, se tuvo claro que
la Ley puede ser también el camino al despotismo, y por ello, se negó toda
obediencia ciega a la Ley. Pues como advierte Roscio, una obediencia ciega a
la Ley abriría el camino a la tiranía y destruiría la libertad. Lo reitera Yanes: el
Poder Legislativo no tiene derecho a imponer medidas injustas, con lo cual la
obediencia se predica sólo respecto a la Ley justa, o sea, la Ley que contiene
–en palabras de Jefferson– una decisión racional. Concluye así Yanes con una
afirmación que hoy tiene más vigencia que nunca: “si las leyes no se cimentan
en la justica y la equidad, lejos de ser fundamento de la libertad, ellas serán
el apoyo y sostén de la más dura y odiosa tiranía, pues no hay tiranía más
detestable que la que se ejerce a la sombra de la Ley y so color de justicia”.
7. La Asamblea Nacional actual no es, ni en su origen ni en su ejercicio,
una institución genuinamente democrática. Su origen estuvo afectado por los
abusos cometidos en la definición de las circunscripciones electorales, a lo
que cual hemos dedicado algunas sesiones en el seminario de Profesores de
Derecho Público que coordinamos desde el Centro de Estudios de Derecho
Público de la Universidad Monteávila. Tales abusos rompieron completamente
el sistema representativo, y diseñaron, con la inconstitucional modificación del
Reglamento Interior y de Debates, una Asamblea para funcionar con la sola
200
Palabras del Dr. José Ignacio Hernández, Director del Centro de Estudios de Derecho Público ...
decisión de la mayoría. Al ver ello, sólo podemos reafirmar lo acertado del
juicio de Alexis de Tocqueville, sobre los riesgos de la tiranía de la mayoría.
8. Pero en su ejercicio, tampoco la Asamblea Nacional ha sido democrática. No hay allí pluralismo, como lo evidencia la sistemática discriminación
de los diputados de la Mesa de la Unidad Democrática. Recientemente esa
discriminación llevó a adoptar una decisión claramente despótica: silenciar a
esos Diputados, en abierta violación al Reglamento que, de por sí, es una norma
diseñada a la conveniencia de quienes, por los abusos cometidos en la definición
de las circunscripciones electorales, ejercen hoy una mayoría numérica.
9. Con lo cual, la Asamblea Nacional ha basado su actividad en una cuestión meramente matemática: la mayoría simple de sus miembros. Empero, en
su diseño constitucional, la Asamblea Nacional no puede ser una institución
que se limite a promover la expresión de la mayoría de los representantes. La
evolución de la democracia venezolana introdujo aquí una corrección importante a nuestro original sistema republicano y representativo, al incorporar el
pluralismo político como componente esencial de la democracia. La Asamblea
no debe ser una institución que funcione por mayoría: debe ser, antes que nada,
una institución plural, que promueva el libre debate de ideas.
10. A lo anterior hay que agregar, además, el intento de desmontar institucionalmente a la Asamblea Nacional, con la construcción del llamado Estado
Comunal, en el conjunto de Leyes del Poder Popular que fueron dictadas por
la Asamblea Nacional saliente, en el último ejercicio de su período, fuera incluso del período ordinario de sesiones. Un Estado Comunal que, reiterando las
críticas que siempre he realizado, es la antítesis de la democracia. Queriendo
presentarse como una instancia de participación ciudadana, el Estado Comunal
es, en realidad, la negación de la participación ciudadana, pues sólo reconoce
a la comunidad organizada por y desde el Gobierno, con el propósito único,
exclusivo y excluyente de construir la sociedad socialista. Estado Comunal
que se basa, entonces, en una democracia popular, propia de los regímenes
totalitarios.
11. Todo ello ha afectado, por supuesto, el concepto mismo de democracia,
que pretende reducirse a un modelo de participación directa y protagónica que,
en realidad, ni es participación, ni es directa ni mucho menos es protagónica.
Sólo puedo recordar aquí la advertencia del profesor Luis Castro Leiva quien,
en el discurso con ocasión el cuadragésimo aniversario del 23 de enero de 1958,
aludió con preocupación a quienes proponían degenerar la democracia a “un
acto de participación política instantánea, una especie de guarapita cívica”.
201
Palabras del Dr. José Ignacio Hernández, Director del Centro de Estudios de Derecho Público ...
Pues a eso se ha pretendido llevar nuestro sistema republicano y democrático:
a una guarapita que, de paso, no parece siquiera cívica.
12. Termino mis palabras retomando una idea en la que insiste el profesor
Matheus en su libro: la Asamblea Nacional, el Poder Legislativo, ha de ser el
guardián de la libertad, pues sin libertad, sin pluralismo, no hay democracia. Un
punto que quedó nuevamente en evidencia en la pasada elección presidencial del
14 de abril, en la cual pretendió reducirse la democracia a la simple elección,
lo que es claramente contrario a nuestro modelo republicano. La elección, para
ser democrática, debe ser una elección libre. Y para que existan elecciones
libres, la separación de poderes, la supremacía constitucional, el principio de
legalidad y el respeto a los derechos fundamentales, deben ser realidades tangibles y no meras proposiciones formales. Pues no hay elecciones allí donde
priva el abuso de poder. Ya lo dijo Juan Germán Roscio: donde reina el poder
arbitrario, son sinónimos el derecho y la fuerza.
Muchas gracias.
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La dignidad moral
del parlamento
Juan Miguel Matheus*
* Abogado Magna cum laude, Universidad Monteávila. Doctor en Derecho Constitucional y Parlamentario,
Universidad de Navarra. Profesor de Teoría Política y Constitucional de la Universidad Monteávila.
Vicedecano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Monteávila.
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Doctor Luis Cova Arria,
Presidente de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
Individuos de número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
Doctor Ramón Guillermo Aveledo,
Presidente del Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro.
Doctor José Ignacio Hernández González,
Director del Centro de Estudios de Derecho Público de la Universidad
Monteávila.
Señoras, señores.
Amigos todos.
I
No faltan en nuestra historia republicana ejemplos de hombres y mujeres
que han ejercido dignamente la libertad de la consciencia frente a la arrogancia
del poder autocrático. Uno de ellos, acaso el de más oportuno recuerdo en este
acto, es Fermín Toro. “El último venezolano”, como le llamaba el inefable
Juan Vicente González, fue un auténtico repúblico. Repúblico criollo, con la
quintaesencia de esta tierra en sus venas, que portó durante décadas la antorcha
de la civilidad en medio de los fusiles y de las montoneras de su tiempo.
Entre las facetas que conformaron su condición de hombre público están
las de orador y escritor, las de diplomático y docente, y las de literato y naturalista. Todo ello bajo la buena índole de “la ciencia, el honor y la probidad”,
según se leía la nota de duelo que publicó el periódico El Federalista para
informar el deceso de don Fermín. Pero todo perfil de este personaje quedaría incompleto si no se hace referencia a su vida parlamentaria. Porque fue
precisamente bajo la investidura parlamentaria que Toro legó a Venezuela un
205
La dignidad moral del parlamento
ejemplo imperecedero –como he dicho antes– de la dignidad de la consciencia
frente a la arrogancia del poder autocrático.
Son de sobra conocidos los acontecimientos del 24 de enero de 1848. Ese
día ocurrió el así llamado “fusilamiento del Congreso” por parte de José Tadeo
Monagas; Congreso, por lo demás, que entonces tenía su asiento físico en este
mismo Palacio de las Academias en el que hoy estamos reunidos. Sucedió
entonces –como señalara mi queridísimo tío Rafael Fernández Heres– “la
quiebra moral de la institución Parlamentaria”. Una mayoría de diputados
conservadores, entre los que se contaba Fermín Toro, aprobó la moción de
deliberar sobre un eventual enjuiciamiento político al Presidente Monagas.
Pero este último, en su afán de evitar la empresa que se cuajaba en su contra
y de recobrar apariencia de legitimidad y honorabilidad para su magistratura,
quiso que se convocara a una nueva sesión, con el quórum reglamentario, para
que el Congreso revirtiera lo hecho. El quórum, sin embargo, no fue alcanzado
porque en la Cámara no estaba presente, entre otros, el diputado Fermín Toro.
Inmediatamente Monagas hizo buscar a Toro por la fuerza para obligarlo a
incorporarse a la sesión. Ante tal arbitrariedad, y en virtud de no querer retractarse por lo hecho contra Monagas ni consentir tan perniciosa injerencia del
Poder Ejecutivo en la autonomía moral del Poder Legislativo, Toro se negó
a comparecer ante el Congreso y pronunció sus conocidísimas palabras para
desafiar el mandato ilegítimo del dictador: “decidle al general Monagas que
mi cadáver lo llevarán, pero que Fermín Toro no se prostituye”.
II
Agradezco a la Junta Directiva de la Academia de Ciencias Políticas y
Sociales la oportunidad de presentar mi libro “La Asamblea Nacional: cuatro
perfiles para su reconstrucción constitucional” en este solemne recinto. Agradezco también al Centro de Estudios de Derecho Público de la Universidad
Monteávila y al Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro por haber
hecho posible la publicación que hoy damos a conocer. Agradecimiento el mío
que se hace más hondo y sincero porque, ciento sesenta y cinco años después
del fusilamiento del Congreso por parte de José Tadeo Monagas, presenciamos
con asombro una nueva quiebra moral del Parlamento venezolano.
Calle de por medio con este digno recinto académico se yergue el Palacio Federal Legislativo, sede de la Asamblea Nacional de Venezuela. Los
hechos recientes muestran que, al igual que en los tiempos de Fermín Toro, la
206
Juan Miguel Matheus
autocracia, esta vez una autocracia no solo militarista, sino también marxista,
pretende echar mano de la dignidad moral de la institución parlamentaria y
aspira a hacer claudicar las conciencias de los diputados de oposición. Se trata
de una autocracia preñada de ilegitimidad que campea fuera de la sede del
Poder Legislativo Nacional y es encarnada por el Presidente de la República;
pero a diferencia de lo ocurrido en 1848, y en esto estriba su mayor gravedad,
es una autocracia que también ha enquistado su bota dentro del Palacio Federal
Legislativo como consecuencia del bárbaro proceder del actual Presidente de
la Asamblea Nacional. En este sentido, uno de los mayores problemas morales
que obsta para la reconstrucción de nuestra vida republicana vuelve a ser, una
vez más, el mismo problema que enfrentó Fermín Toro, a saber: la tensión
entre consciencia y poder o, para decirlo de una forma más concreta, la falta de
autonomía moral del Parlamento, aunada a la necesidad de conservar incólume
la dignidad de las consciencias de los diputados opositores que representan al
pueblo de Venezuela.
En este punto basta señalar que hay hombres y mujeres, diputados y diputadas, que luchan en la Asamblea Nacional para derrotar la autocracia de la
hora presente. Y eso es motivo de esperanza republicana. Pero con independencia de esa lucha, que es testimonio de resistencia democrática, la Asamblea
Nacional debe ser reconstruida institucionalmente. Debemos convertirla en un
órgano legislativo que vuelva a ser apto para sostener y reflejar una verdadera
democracia constitucional. Porque para nadie es un secreto que esta Asamblea
Nacional no posee autonomía ni sustantividad institucional. Para nadie es un
secreto que esta Asamblea Nacional perdió su significación constitucional y
su razón de ser política. Para nadie es un secreto que la mayoría oficialista ha
hecho de esta Asamblea Nacional una corporación sierva del poder autocrático. Lejos de ser un templo republicano para la libertad de los ciudadanos,
para la limitación del poder, para la expresión de la pluralidad social y para
la confección del reino de la paz y de la justicia a través de las leyes, nuestra
asamblea Nacional ha sido transformada en un atroz instrumento contra libertatis, utilizado una y otra vez por la estructura de poder que soporta al actual
régimen para controlar a la sociedad y a los ciudadanos.
III
Reconstruir, entonces, la Asamblea Nacional es una tarea de todo el pueblo de Venezuela, sin parcialidades ni mutilaciones, que supone una especial
207
La dignidad moral del parlamento
responsabilidad de la dirigencia política. Se trata de una responsabilidad que
alcanzará mayor importancia, plenitud, en el tan anhelado momento de la
transición democrática. Pero es una responsabilidad que debe ser asumida
desde ahora. Y esa es, precisamente, la intención del texto que hoy se presenta:
aportar algunas ideas para el necesario y responsable debate sobre la re-hechura
de nuestro Parlamento.
Para ello intenté relacionar la Asamblea Nacional con algunas características institucionales que permiten a los parlamentos del mundo situarse a la altura
de la democracia constitucional de nuestros días. Son características institucionales que, aunque en sus aplicaciones concretas responden a circunstancias,
tradiciones y necesidades distintas, pertenecen como principios universales al
acervo dogmático del Derecho Parlamentario y, por lo tanto, podrían ser implementadas exitosamente en cualquier cámara legislativa por vía de analogía,
si previamente median para ello las prudencias jurídica y política.
La primera de esas características es la interpretación pro-representación
del Estado democrático, que ha sido desdibujado de la Constitución por el actual
régimen bajo las entelequias del participacionismo revolucionario y del pueblo
legislador. La segunda es la revalorización del reglamento parlamentario, con
las necesarias reformas que deben hacerse a este instrumento normativo para
que sea fruto del mayor consenso político y no medio de dominación de una
mayoría circunstancial sobre las minorías. En tercer lugar, y para seguir en la
tónica de asegurar la dignidad de la consciencia frente al poder, el fortalecimiento de la situación subjetiva de los parlamentarios, el fortalecimiento del
estatuto jurídico de los diputados. Y por último, en cuarto lugar, la posibilidad
de crear más y mejores cauces para el control jurisdiccional de los actos internos
del Parlamento, conocidos como los interna corporis.
IV
Finalizo con una cita del más importante parlamentarista de finales del
siglo XIX. Me refiero al belga Augusto Reynaert. En su clásica obra Historia
de la disciplina parlamentaria, el mencionado autor escribe unas palabras que
lucen como formuladas a la medida para describir la crisis parlamentaria venezolana. Dice: “(…) el orden de las asambleas representativas refleja la vida,
la moral, los símbolos de los partidos políticos, de los grupos parlamentarios
y de la nación”. Como queda claro, las situaciones de orden o desorden en
los parlamentos son reflejo fiel del orden o del desorden que imperan en una
208
Juan Miguel Matheus
determinada nación. No hay dualidad, no hay esquizofrenia, entre la salud o
enfermedad de la paz parlamentaria y la salud o enfermedad de la paz de la
nación. Así lo demuestra la historia, y así se hace patente en nuestro país. Pero
la historia también enseña que las crisis de los parlamentos pueden responder
al nacimiento de nuevas realidades institucionales, acordes con las nobles
aspiraciones de justicia de los pueblos que luchan por recobrar la libertad.
Y eso es, pienso, lo que está ocurriendo en Venezuela. El nervio moral de la
sociedad vibra con intensidad para sustituir el existente orden autocrático por
un orden de justicia y de libertad, en cuyo centro tenga primacía una revitalizada Asamblea Nacional. Por eso debemos cultivar la esperanza en la mejor
suerte de este órgano legislativo y de los hombres y mujeres que, inspirados
por el ejemplo de Fermín Toro, lograrán la inminente reconstrucción de nuestro
Estado constitucional.
Muchas gracias.
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PREMIO ACADEMIA DE CIENCIAS
POLÍTICAS Y SOCIALES
2012-2013
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Palabras pronunciadas por el Doctor
Eugenio Hernández-Bretón,
Primer Vicepresidente de la Academia
de Ciencias Políticas y Sociales
en el acto de entrega del Premio
Academia de Ciencias Políticas
y Sociales 2012-2013
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 215-217
ISSN: 0798-1457
De conformidad con la Ley que la regula, corresponde a esta Academia
“Cooperar al progreso y mejora de la legislación venezolana, ya por medio de
conferencias dadas en el seno del Cuerpo, ya también por medio de estudios
sobre puntos determinados, que se publicarán en el órgano oficial de la Corporación, o promoviendo certámenes de acuerdo con sus Estatutos”.
El certamen Premio de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales ha
venido realizándose de manera exitosa desde hace más de cuarenta años. Como
es conocido, el Premio de la Academia se otorga en dos menciones, a saber,
para Profesionales y para Estudiantes. En ambos casos consta de un diploma,
de una recompensa monetaria y la posibilidad de la publicación de los trabajos
galardonados a cargo de esta Academia.
Este año el Premio para Profesionales le corresponde al profesor Serviliano Abache Carvajal, otrora uno de mis más destacados estudiantes en la
Universidad Central de Venezuela. Su trabajo intitulado “La atipicidad de la
presunción de legitimidad del acto administrativo y la carga de la prueba en el
proceso tributario” es el primer libro de este joven autor y tiene sus orígenes en
el trabajo que el autor presentara para optar al título de especialista en derecho
tributario en su alma mater, recibiendo la mención de “excelente” por parte de
los miembros del jurado examinador. Por cierto, uno de los miembros de ese
jurado y tutor del trabajo en cuestión, el profesor Carlos Weffe, recibió el Premio
de la Academia Mención Profesionales correspondiente al año 2010-2011.
De alguna forma, el complejo tema tratado por el autor galardonado este
año pone en evidencia la necesaria interrelación entre todas las ramas del Derecho; entre las más novedosas y recientes y las más tradicionales y clásicas. La
esencia del buen jurista está en una sólida formación general. De esto ha dado
muestra el autor galardonado este año con el Premio para Profesionales.
La exitosa trayectoria del Premio de la Academia para Profesionales
se evidencia también por la cantidad de obras que comparecen al certamen.
215
Palabras pronunciadas por el Doctor Eugenio Hernández-Bretón, Primer Vicepresidente ...
Muchas de ellas de gran calidad, lo cual hace aún más difícil la tarea del jurado.
Este año no fue la excepción, al punto que dos de los concursantes, a criterio
del jurado, han merecido Mención de Honor. Se trata de los trabajos de los
abogados César Carballo y José Rafael Belandria. Sea propicia la ocasión
para adelantarle a los galardonados la orgullosa felicitación de la Academia
de Ciencias Políticas y Sociales.
En el caso del Premio Mención Estudiantes, este año se ha presentado
una circunstancia excepcional: Tenemos dos ganadores, ambos estudiantes
de Derecho en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Monteávila. Ellos son Enrique Altimari, por su trabajo intitulado: “Una
Aproximación a los Elementos Esenciales de la Vida Política del Venezolano
en el Proceso Constituyente de 1999, desde la Sentencia del 19 de enero de la
Sala Político Administrativa”, y Fernando Sanquirico, por su trabajo intitulado:
“Presunciones e Indicios como Elementos de Certeza Procesal y Legal”. Se trata
de dos trabajos de actualidad que demuestran los intereses de nuestra juventud,
involucrada en el futuro político y jurídico-institucional de nuestro país.
Ambos son trabajos que exigieron de sus autores apartar horas de sus
compromisos de estudio universitario y de sus obligaciones laborales, pues
en la mejor usanza nacional, comparten su formación teórica de las aulas
universitarias con las prácticas profesionales en despacho de abogados. De tal
forma, en sus ratos libres o de ocio de alguna de sus ocupaciones, se entregaron
a explorar estos temas que concluyeron con los trabajos galardonados. Como
parte de la comunidad universitaria venezolana no puedo sino regocijarme
profundamente con esta premiación a estos dos bachilleres. Sea esta también
oportunidad propicia para invitar a los estudiantes venezolanos a participar
con gran entusiasmo en las futuras ediciones de este premio.
Quisiera aprovechar para agradecerle a los miembros de los respectivos
jurados, tanto del Premio para Profesionales como del Premio para Estudiantes, su desinteresado apoyo al evaluar con rigurosidad los trabajos sometidos
al certamen. Su colaboración es fundamental. También quisiera agradecer el
diario esfuerzo de todo el personal de la Academia de Ciencias Políticas y
Sociales que constituye tan importante ayuda para la realización de todas las
actividades de esta Academia, incluyendo, por supuesto, este certamen anual
y la premiación correspondiente. Muchas gracias, muy sinceramente.
La tarea de la investigación científica no es tarea fácil en Venezuela. El
esfuerzo aislado y limitado de algunas bibliotecas, como la Biblioteca de nuestra
Academia, no es bastante. La falta de locales adecuados y de materiales actualizados prácticamente convierten a los investigadores en actores solitarios que
216
Palabras pronunciadas por el Doctor Eugenio Hernández-Bretón, Primer Vicepresidente ...
deben autofinanciar su actividades. No hace falta recordarlo: No hay en esta
Venezuela real y auténtica conciencia acerca de la importancia de la investigación y por ello es que, aun cuando de manera modesta, premios como el de esta
Academia que hoy se otorgan sirven para mantener vivo el deseo “de mejora
y progreso de la legislación venezolana”, como lo ordena la Ley de nuestra
Academia, y con ello sirven para reconfortar el espíritu con la esperanza de la
mejora y progreso de la Nación de todos, por todos y para todos.
Una vez más, en nombre de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales,
de su Presidente, el doctor Luis Cova Arria, y de los miembros de su Junta
Directiva, felicitaciones a los galardonados, extensivas dichas felicitaciones
a sus padres y familiares, quienes hoy tienen la dicha de ser testigos de que el
trabajo y el estudio si tienen recompensas.
Felicidades a todos, porque este triunfo de los galardonados es igualmente
un gran triunfo de la Academia.
Señoras, señores.
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“La llama interna”,
Discurso de aceptación del Premio
Academia de Ciencias Políticas
y Sociales 2012-2013
Serviliano Abache Carvajal*
* Universidad Central de Venezuela: Abogado mención Magna Cum Laude, Especialista en Derecho
Tributario mención Honorífica, Profesor de pre y posgrado. Universidad de Alicante, España: Máster
en Argumentación Jurídica mención Sobresaliente. Universidad Católica Andrés Bello: Profesor de pre
y posgrado. Asociación Venezolana de Derecho Tributario: Miembro del Consejo Directivo.
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 221-226
ISSN: 0798-1457
Señor Doctor Luis Cova Arria,
Presidente y demás miembros de la Junta Directiva de la Academia de
Ciencias Políticas y Sociales.
Señoras y señores,
Individuos de Número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
Señor Doctor Jesús Sol Gil,
Presidente y demás miembros y compañeros del Consejo Directivo de la
Asociación Venezolana de Derecho Tributario.
Señores Doctores,
César Carballo Mena y José Rafael Belandria, galardonados con Mención Honorífica.
Señores Estudiantes,
Enrique Altimari y Fernando Sanquirico, galardonados con el Premio,
mención estudiantes.
Familiares y amigos, señoras y señores:
Cuando viví en Canadá aprendí, entre tantas cosas, que “si ganas, no
digas nada, y si pierdes, di menos”. Sin duda, entendiéndola a cabalidad, es
una importante lección. Por eso llegué a considerar que quizás bastaría con
pararme en este podio y decir, simplemente, gracias. Luego pensé que aunque
esa palabra se explica por sí sola, no daría cuenta del máximo agradecimiento y
orgullo que siento por haber sido honrado por esta Corporación con el más alto
e importante galardón que un jurista puede recibir en Venezuela por una obra
de Derecho. Simplemente no puedo pararme aquí y sólo decir “gracias”.
La verdad es que, haciéndome de las palabras de Johann Goethe, “Si yo
pudiera enumerar cuánto debo a mis grandes antecesores y contemporáneos,
no me quedaría mucho en propiedad”. Empero, estoy obligado a intentarlo,
pues aunque junto al título del libro sólo aparece mi nombre, lo cierto es que
221
“La llama interna”, Discurso de aceptación del Premio Academia de Ciencias Políticas ...
la obra y este premio no son sólo míos, también les pertenecen a las personas que los han hecho posibles. Tengo mucha gente que agradecer por este
reconocimiento y, realmente, por mi formación como abogado en ejercicio e
investigador, labor esta última que me llevó –precisamente– a escribir el trabajo hoy laureado: La atipicidad de la “presunción” de legitimidad del acto
administrativo y la carga de la prueba del proceso tributario.
Gracias, en primer lugar, a esta augusta Academia de Ciencias Políticas
y Sociales por el honor que me hacen, y el lugar en el que me colocan, junto
a las más brillantes mentes y juristas de nuestro país. Y como se suele decir
que “quizás lo más difícil no es llegar a la cima, sino mantenerse”, espero
ser siempre digno de este reconocimiento y mostrarme a la altura de quienes,
por su designio, hoy acompaño.
Gracias especiales a los Doctores José Guillermo Andueza, Alberto Baumeister Toledo y Gabriel Ruan Santos, Individuos de Número de esta Academia e integrantes del Jurado Especial del Premio, por darme esta oportunidad,
por considerar mi obra digna de este reconocimiento, sobre todo, teniendo
en cuenta el alto nivel de los demás trabajos y autores que disputaron por el
galardón. Quiero aprovechar la ocasión para resaltar que fue una “protesta
intelectual” del Doctor Ruan –como él mismo la califica– plasmada en un
trabajo de hace ya trece años, sabiamente titulado El mito de la presunción de
legitimidad del acto administrativo: límites de su alcance. Especial referencia
a los actos de determinación tributaria y a las actas fiscales, lo que sirvió de
punto de partida para muchas de las reflexiones, planteamientos y replanteamientos que pasé al papel y que, posteriormente, se vieron concretadas en el
libro. A todos ustedes, gracias.
La obra galardonada tiene, me gustaría pensar, dos ideas centrales. En
primer lugar, la importancia del lenguaje en el Derecho –o el lenguaje del
Derecho–, y realmente en la vida en general, después de todo, y como lo
escribiera Orwell “[s]i el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje
también puede corromper el pensamiento”, lo que hace necesario llamar a las
cosas por su nombre. Si esto se practicase, no se le llamaría –en el marco de la
investigación realizada– “presunción” de legitimidad a lo que no lo es y, con
ello, no se le atribuirían las consecuencias y efectos procesales que doctrina y
jurisprudencia, con contadas excepciones, le han reconocido.
En segundo lugar, la idea de que el poder del Estado debe necesariamente
–ahora más que nunca– ser frenado, limitado, restringido; debe apelarse a la
fuerza de la razón y no a la razón de la fuerza; teniéndose en cuenta que el
centro de sociedad y Derecho, es el individuo, sus derechos y su Libertad.
222
Serviliano Abache Carvajal
Éstas son, quizás, las dos ideas más importantes que he querido transmitir
con La atipicidad…, esperando que estudiantes, juristas, doctrina, administración, jueces y la comunidad jurídica en general, allende de que compartan
o no los planteamientos y tesis desarrolladas, reparen en que siempre hay
otras posibilidades y maneras de ver las cosas. Si ello ocurre, sólo con que se
considere que existen alternativas, me daré por servido. Y si acaso las propuestas y teorías planteadas tienen acogida, pues entonces la obra será plena,
pragmáticamente hablando.
Este trabajo, en definitiva, no es más que una invitación abierta a que se
retome tan importante tema, se active nuevamente el debate y se salga de la
preocupante apatía que por tanto tiempo ha mostrado la doctrina, sin duda, un
típico caso de la dogmática solemnidad que Alejandro Nieto ha denunciado
sobre muchas de las “teorías” del Derecho administrativo.
Pero aun cuando –e indiscutiblemente– no podría estar hablándoles en este
momento de la obra sino fuese por el galardón recibido por esta Academia,
lo que hoy se celebra es la investigación jurídica, en lo general, y esa llama
interna que nació, como la gran mayoría de las cosas buenas de mi vida, con
mi familia y que otros han alentado, en lo particular. Por ello, y volviendo al
principio, debo agradecer a varias personas.
Gracias a mi madre, Milagros, perfecto ejemplo del amor, el consejo y la
abnegación. Jamás ha habido una madre más bella, amorosa y consentidora
que la mía. Recordando como el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa
conmemoró –en su discurso de aceptación de ese laurel– como su señora esposa hasta cuando le riñe le hace el mejor de los elogios, de la misma y exacta
manera hace mi madre cuando me dice: “Serviliano, para lo único que tú sirves
es para escribir”. Gracias mamá, por esos “regaños” y por todo.
Gracias a mi padre, Serviliano Abache Blanco, con quien no sólo he
tenido la enorme suerte y orgullo de compartir profesión y nuestra pasión por
la práctica del Derecho, de discutir y debatir un sinfín de temas, y de poder
atribuir mi formación como abogado a él, sino que además, desde los inicios
de mi carrera en las aulas de mi Alma Mater, la Universidad Central de Venezuela, tanto en pregrado cuanto –y aun más– en postgrado, tuve la oportunidad
de recibir de mano de mis mejores y más apreciados profesores el siempre
presente recordatorio de mi nombre y el honor, compromiso y responsabilidad
de llevarlo dignamente. Mi padre, tributarista conocido y reconocido en el
ejercicio profesional, profesor durante 40 años en la Universidad Central de
Venezuela en la disciplina y cátedra de Impuesto sobre la Renta, ha sido siempre
mi máxima inspiración y principal “contribuyente” en mi llama personal. Y no
223
“La llama interna”, Discurso de aceptación del Premio Academia de Ciencias Políticas ...
diré como cuando niños dijo mi hermano mayor Ludwig, en alguna Navidad
“papa, eres el mejor padre que he tenido”, ocurrencia que por años nos ha
hecho reír en familia, pues no sólo es el único padre que obviamente he tenido,
puedo tener y siempre tendré, sino que es el único que quiero tener. Gracias
papá, no sólo por el “estar-ahí”, no sólo por prologar éste, mi primer, libro,
sino por todo, absolutamente todo.
Gracias a mis hermanos, Ludwig, Erich e Iliana, a los dos primeros por
siempre echar más leña a mi fuego interno, quienes desde pequeños, asumiendo
a cabalidad su rol de hermanos mayores, me han guiado, por ser ejemplos a
seguir, por sus consejos y su amor, y a mi hermanita Ili, por permitirme transmitirle lo que aprendí de ellos, ahora asumiendo yo el rol de hermano mayor,
por su absoluta confianza y amor.
Gracias a mis profesores de la UCV. El fuego al cual he hecho referencia,
se vio definitivamente nutrido por los profesores que desde el primer año de la
carrera, y que hoy tengo la suerte de considerar mis amigos, tuve la oportunidad
de conocer y de sus lecciones aprender. Me refiero a los profesores Alberto
Blanco-Uribe Quintero, Juan Carlos Pró-Risquez, Gonzalo Pérez Luciani,
León Arismendi, Juan Francisco Porras, Nasly Ustaríz, Máximo Febres, Cora
Farías, Rómulo Velandia, Rafael Parra Pérez, Jaime Parra Pérez y Eugenio
Hernández-Bretón. A todos, los que están y los que lamentablemente ya no
nos acompañan, gracias.
Quiero destacar, entre ellos, a dos profesores cuyos especiales ejemplos
de academia e investigación me han impulsado a intentar seguir sus grandes
pasos: Alberto Blanco-Uribe Quintero y Eugenio Hernández-Bretón. Alberto, jurista dedicado al Derecho constitucional, ambiental, administrativo,
procesal y tributario, quien desde mi primer año en la UCV agregó unos cuantos
listones de leña a mi fuego académico, con cualquier cantidad de retos, por
quien siento el máximo respeto y admiración, y cuya investigación, desde la
óptica de los derechos humanos, he seguido muy de cerca, inclusive teniendo el honor de compartir publicaciones y podios en eventos académicos en
más de una oportunidad. Y el Prof. Hernández-Bretón, quien en lo personal
representó el mejor reto y estímulo que pude haber tenido para cerrar con
broche de oro mis estudios de pregrado, con sus magistrales lecciones, profundidad de análisis y característica sencillez, me enseñó más que Derecho,
particularmente responsabilidad, seriedad y constancia en el estudio. Qué
afortunado soy de haberlos tenido como profesores y más afortunado por
tenerlos hoy como amigos. Gracias a ambos, por su academia, sus enseñanzas
y su invaluable amistad.
224
Serviliano Abache Carvajal
Gracias a mi querido amigo Chibly Abouhamad Hobaica, cuya presencia
física ya no podemos disfrutar, quien, aunque no fue mi profesor –formalmente
hablando–, me enseñó muchísimo con nuestras interesantísimas y dilatadas
pláticas sobre el Derecho, la interpretación y el dinamismo jurídico, que creo
quedaron de alguna manera plasmadas en el libro y quien, como una sublime
coincidencia, fue galardonado con este premio en el año de mi nacimiento,
en la edición de 1977.
Gracias a mis hermanos académicos de la UCV, Tomás Arias Castillo
y Luis Alfonso Herrera, brillantes y destacados juristas y profesores universitarios, aparte de su hermandad, les doy las gracias por sus enseñanzas, su
academia y por guiarme decididamente por los siempre inacabados y apasionantes caminos de la filosofía y la teoría general del Derecho, bajo el prisma
de la Libertad.
Gracias a Ramón Burgos-Irazábal, Monchín, mi hermano y socio en
el Escritorio, con quien día a día intercambio mis opiniones sobre cualquier
cantidad de cuestiones, por darme la oportunidad de reflexionar y comunicar
muchas de mis inquietudes académicas en los Diplomados bajo su coordinación, lo que me ha permitido decantar y plasmar de manera más acabada mis
ideas en el libro, pero especialmente por su fiel amistad, su incondicionalidad
y por su apoyo sin igual durante tantos años y los que faltan.
Gracias a Carlos Weffe, mi brüder, en su momento mi profesor de
postgrado y posteriormente tutor de la tesis que, más tarde, se convertiría en
el libro que hoy nos congrega, brillante jurista como pocos, ganador de este
premio en la edición 2010-2011, quien me dio mi primera oportunidad de dar
clases, me impulsó a escribir mi primera publicación y con quien, además, he
tenido el placer de debatir cualquier cantidad de temas jurídicos y de quien he
aprendido, entre tantas cosas y por su recto ejemplo, que no es abogado quien
lo parece, sino, quien lo es.
Gracias a Jesús María Alvarado Andrade, brillante jurista que admiro
sobremanera, cuyos importantes aportes para el Derecho, desde las ópticas
constitucional, administrativa y filosófica, hablan por sí solos, por haber hecho
la revisión técnica de la obra y, más ampliamente, por su amistad.
Gracias a Ramón Díaz Henriques, por su hermandad, sin cuya ayuda de
último minuto –literalmente–, no hubiese sido posible reunirnos hoy aquí.
Gracias, finalmente, a mis compañeros del Consejo Directivo de la AVDT,
de quienes he podido aprender otras facetas de la academia, de la vida gremial
y la importantísima tarea en la divulgación a gran escala del conocimiento con
sentido de ciencia.
225
“La llama interna”, Discurso de aceptación del Premio Academia de Ciencias Políticas ...
Quiero que sepan que este premio es de todos ustedes, por poner sus
listones en este fuego, a quienes les debo tanto y desde hace tanto tiempo, y
que ningún agradecimiento dará cuenta del aprecio, respeto, admiración y lo
afortunado que soy por tenerlos.
Termino recordándoles, en el medio de tan complicados tiempos que nos
tocó vivir, que parecieran ser –más a menudo de lo que quisiéramos– el ocaso
del Derecho venezolano, que la noche es más oscura cuanto más cerca está
el amanecer, por eso debemos, de la mano de Rudolph von Ihering, continuar
La lucha por el Derecho, teniendo siempre presente que aunque las probabilidades de éxito en la defensa de alguna causa sean muy bajas, si intentamos
las acciones que tenemos a nuestro alcance puede ser que perdamos, pero si
no las intentamos, ya perdimos.
Muchas gracias.
226
Discurso pronunciado a propósito
de la entrega del Premio
de la Academia de Ciencias Políticas
y Sociales, mención estudiantes
Enrique Altimari
BLANCA
SIN NUMERAR
228
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 229-232
ISSN: 0798-1457
Sócrates, en “521 e”, del “Gorgias” de Platón nos dice: “Creo ser uno de
los pocos atenienses, si no el único, que examina el verdadero arte de la política,
y el único entre sus contemporáneos que la practica”. Fin de la cita.
Inicio con esta cita, entendiendo que el derecho está comprendido dentro
del actuar político de un ciudadano.
Sócrates, como nosotros, vivió un tiempo donde el ambiente racional de
la polis estaba seriamente nublado. Y es que hoy en día son muy pocos los que
practican el verdadero arte de la política y la verdadera ciencia jurídica.
El derecho debe suponer un conocimiento profundo del hombre y de las
relaciones humanas. Es preciso partir de estos objetos del conocimiento para
poder ver lo que es la justicia, independientemente de su contingencia, que la
expresa en una multiplicidad de formas.
Por mi conocimiento práctico del medio jurídico, he podido notar con
sorpresa cómo los abogados han vaciado de contenido las palabras que pronuncian: producto del positivismo de nuestro tiempo y del enfermo deseo de
buscar persuadir y seducir con sus argumentos a un juez, sin importarle los
medios que deba utilizar para hacerlo.
Sufren los abogados, una enfermedad parecida a la que adolecen los ingenieros frente a los físicos:
Los segundos buscan comprender la realidad, y partiendo de esa comprensión profunda descubren una serie de fórmulas que nos ayudan a comprender
de manera concreta la realidad, cuantificándola objetivamente. Ante esto los
ingenieros obtienen las fórmulas a través de las cuales pueden calcular, aunque
muchas veces sin comprender lo real, para alcanzar el quantum del objeto de
su cálculo.
El joven inquieto por encontrar el conocimiento de la justicia, de tener una
clara percepción de las profesiones, hoy no decidiría elegir al derecho como su
carrera Universitaria. Hoy el derecho está seriamente herido en sus objetivos.
229
Discurso pronunciado a propósito de la entrega del Premio de la Academia de Ciencias ...
Sencillamente porque no es la justicia su objetivo, sino el conocimiento de un
compendio de procedimientos para resolver distintos tipos de conflictos, aparentemente sin ninguna otra justificación que el ser una construcción social.
En cambio, ese joven se sentiría mucho más atraído por la verdadera
ciencia de lo justo, donde la reflexión pausada y constante lo conduciría al
camino filosófico: buscando comprender al hombre y a sus relaciones para
poder llevar una vida apegada a la justicia y al bien.
Planteo entonces un problema que, nos preocupe o no, toca a todos los
que se ven relacionados con el derecho.
Pero el ejemplo que daba algunas líneas atrás luce incompleto, aun erróneo: porque pase lo que pase el ingeniero no puede negar con sus cálculos el
descubrimiento del científico, porque aun ignorándolo, no sería aplicable ni
válido el cálculo realizado.
Por el contrario el abogado sí puede vaciar de contenido las palabras y
la estructura sobre la cual aplica las fórmulas jurídicas, de ahí viene nuestra
gran preocupación.
Es por esto que es necesario acudir a la reflexión pausada y profunda
sobre este problema: cómo volver a naturalizar el derecho, cómo hacer que
los abogados tengamos sentido real y no aparente en la actualidad, para que
no solo nos dediquemos a engrosar nuestras cuentas bancarias, sino que seamos verdaderamente buenos a la sociedad, acercando la consecución de la
justicia y perfeccionando nuestras vidas y nuestro entorno. Este es mi primer
argumento.
Quisiera pasar ahora a agradecer a mis maestros, profesores y a la Universidad Monteávila por todo el apoyo brindado; también a la Academia, heredera
de la Institución que hace 24 Siglos fundó mi Maestro, que hace posible este
tipo de concursos que promueven la reflexión y que tanta falta le hacen a una
Venezuela donde ya no se hacen exámenes de admisión en las Universidades.
Sobre todo quisiera agradecer a mi Mamá, a mi Papá y a mi familia en general,
a quienes siempre tuve presentes en los momentos de investigación y quienes
me apoyaron en esta ardua tarea, con todos sus accidentes.
Es tiempo de pasar a mi segundo argumento, donde utilizaré la palabra
latina inventio para iluminar mi explicación, esta palabra se entiende como
“inventar” en su primer sentido, y como “descubrir” en su segundo, inventio
deriva de la voz griega eßreoij, que se traduce como ‘hallar’ ¡Cuán interesante
es la relación etimológica que nos obliga la entrelazar el significado de inventar,
descubrir y hallar!
230
Enrique Altimari
Utilizo estas palabras, porque la tarea del constituyente no consiste en
producir una Constitución a la medida de un caudillo, como tantas veces hemos
visto en la historia venezolana; sino que consiste en ‘hallar’ en la sociedad
venezolana un texto que realmente ordene a nuestra comunidad hacia una
República Civil Democrática.
La Constitución de 1961 descubrió en la sociedad venezolana una Constitución que fue la más larga y la más acertada de nuestra historia, porque fue
el producto de un esfuerzo continuo de reflexión dirigido a comprendernos,
para luego ordenarnos.
Muy diferente fue la experiencia de 1999, donde los constituyentes decidieron producir una Constitución en tan solo cuatro meses, para responder
a una supuesta necesidad histórica que nos llevaba a producir otro quiebre
histórico más, auspiciado por el caudillo de moda ¡Una vez más quería un
caudillo hacer nacer a nuevos hombres, crear instituciones nuevas, y claro…
hacerse una nueva Constitución! 100 años después volvía el fantasma de
Castro, que nos arrastraba de nuevo a una Nación sin República ¡Malhaya esa
hora de grandes olvidos!
Las sentencias del 19 de enero significaron el último golpe a la Democracia venezolana en el siglo XX, que dieron paso al descalabro progresivo
de nuestra República.
Hoy ya no tenemos República, sino que estamos sumergidos bajo un Régimen totalitario que no solo logró destruir nuestra identidad como venezolanos,
sino que ha significado la negación estéril de nuestro pasado Republicano, que
es el modelo que debemos seguir para recuperar de nuevo el rumbo hacia el
desarrollo.
Con estos ejemplos he intentado demostrar como que el trabajo de los
juristas desde 1958, hasta 1961 fue muy diferente al del 99.
Claros ejemplo de la comprensión que supuso el texto de 1961 los encontramos en dos de sus disposiciones:
En primer lugar, en el cuidado de la alternabilidad con la reelección cada
dos períodos, entendiendo que Venezuela es un país que puede sucumbir fácilmente ante el riesgo de líderes carismáticos;
Y en segundo lugar, los términos bajo los cuales La República de Venezuela debía ser un estado federal y seguir un programa de descentralización; no
fusilando el modelo Federal de alguna Constitución ajena, sino en un sentido
particular y único: a sabiendas que veníamos de una Guerra Federal y que la
Federación implicaba un gran riesgo para la supervivencia Republicana.
231
Discurso pronunciado a propósito de la entrega del Premio de la Academia de Ciencias ...
Éramos proclives al levantamiento de caudillos en los distintos estados
del país, que se apropiaran de ellos y buscaran una vez más su paso triunfal
hasta Caracas.
La Constitución del 61, lejos de negar nuestro pasado y de querer una nueva
historia para Venezuela, buscó entender nuestro pasado para poder superarlo
y enrumbarnos hacia un mejor futuro.
Quisiera terminar agradeciendo a Luis Castro Leiva, y a nuestro más importante héroe civil, Rafael Caldera, recordando las palabras que pronunció el
23 de enero de 1961 cuando se promulgó nuestro mejor texto Constitucional,
único en su estilo. El Doctor Caldera, haciendo referencia a la Constitución
que se promulgaba y dejando en evidencia su comprensión de la realidad
venezolana dijo lo siguiente:
“No es una belleza anémica lo que va a salir de nuestras manos, para decorar las grandes ocasiones. Es una hermosa doncella mestiza, de negra y trenzada
cabellera, tostada la piel clara por los soles del trópico, ágil y esbelta la figura,
fortalecida por el ejercicio de andar los caminos de la patria y de moler con sus
manos talladas el limpio pan de cada día. No ha arrullado su cuna el rugido de
la demagogia, sino el canto del trabajo del pueblo. No la soltamos indefensa,
para convertirse en pasto de ambiciones o recibir el desenfado menosprecio
de los patiquines. Le hemos dado medios cabales para proteger su integridad.
Pura en su intención, criolla en su carne y en su espíritu, viene hoy a presidir
el gran esfuerzo nacional hacia la conquista del futuro; y, en medio de la áspera
contienda que las grandes coyunturas imponen a las generaciones, sabrá salir
fortalecida e indemne de los peligros que la circundarán y que solo por una
ceguera inaceptable podríamos excusarnos de atisbar”
Muchas Gracias.
232
Palabras pronunciadas a propósito
de la entrega del Premio
de la Academia de Ciencias Políticas
y Sociales, mención estudiantes
Fernando Sanquirico*
* Abogado de la Universidad Monteávila (2013), actualmente cursando Especialización en Derecho
Corporativo en la Universidad Metropolitana, pasante de Clyde and Co., y posteriormente en Baker &
McKenzie, actualmente en el libre ejercicio de la profesión.
BLANCA
SIN NUMERAR
234
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 235-236
ISSN: 0798-1457
Presidente y demás miembros de la Junta Directiva
de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
Individuos de Número.
Queridos Familiares y Amigos.
Señoras y Señores.
Recibir este Premio de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales el día
de hoy es el resultado final de un camino que comenzó hace aproximadamente
un año. Conseguir un tema de actualidad, investigar y luego desarrollar un
criterio sólido sobre él, más aun, volcarse a escribir y exponer algunas nuevas
ideas sobre el mismo fueron parte de las tareas que realizamos los hoy aquí
galardonados y que tuvimos que acometer para poder estar en esta Sesión.
“Presunciones e Indicios como Elementos de Certeza Procesal y Legal”,
es el título de mi trabajo. Espero que él contribuya a una mejor concepción de
dichas instituciones y que sean utilizadas por los operadores de Justicia con
la experticia y prudencia debida en cada caso.
El trabajo buscó esclarecer el equívoco que existe en torno a los conceptos
de Presunción e Indicio, considerándolos como pruebas. Se pretendió determinar, después de establecer un marco conceptual sobre la prueba y sus elementos,
que las Presunciones e Indicios no son Pruebas o Medios Probatorios, sino que
comparten el fin de estas instituciones, que son crear convicción en las personas
llamadas a decidir las controversias surgidas en determinados momentos.
Presentar este trabajo ante la Academia de Ciencias Políticas y Sociales
fue una gran responsabilidad, y el compromiso al obtener este premio es aún
mayor, sabiendo el significado de lo que representan los estudios continuos que
hace y propicia esta Institución para el desarrollo del Derecho en Venezuela.
Es importante acotar que Concursos como este son de gran relevancia para el
desarrollo de la Institucionalidad del País. Mientras más seamos las personas
235
PALABRAS pronunciadAS a propósito de la entrega del Premio de la Academia de Ciencias ...
que nos interese tener y desarrollar un sentido crítico constructivo de nuestro
entorno, mejores vamos a crecer como individuos y como Nación.
Es por ello que quiero agradecer a la Academia de Ciencias Políticas y
Sociales, por propiciar Premios como este, y aprovechar esta oportunidad
para exhortar a personas e instituciones a que sean promotores de concursos
que estimulen el estudio y la investigación, ya sea en el área del Derecho, o
en cualquier otra.
Del mismo modo, quisiera felicitar a los Abogados Serviliano Abache,
ganador del Premio Academia de Ciencias Políticas y Sociales 2012-2013
Mención Profesionales, a César Carballo y José Rafael Belandria por la obtención de las menciones de honor, como también a mi compañero Enrique
Altimari, con quién comparto el Premio Academia de Ciencias Políticas y
Sociales 2012-2013 Mención Estudiantes.
Quisiera también agradecer al grupo de práctica legal donde trabajo, en
especial al profesor Gabriel De Jesús, quien en la Universidad Monteávila
fue el encargado de impartir las clases de Instituciones de Derecho Procesal
II, en donde empezó mi formación en el tema de Las Pruebas, y las cuales
continuaron en las jornadas del Despacho de Abogados, esclareciendo mis
dudas en todos los momentos.
Por último mi más profundo agradecimiento a las personas que me
apoyaron y dieron su tiempo y paciencia durante todos los momentos de la
realización del Trabajo hoy premiado, María Antonieta Benatuil, con quien
comparto mis proyectos; Gisela Pittevil, siempre pendiente de mí, y nunca
podrá faltar mi madre, Mary Pittevil, sin cuya paciencia y apoyo no estaría
hoy aquí. Gracias por creer en mí.
Buenas tardes.
236
SESION ESPECIAL EN HOMENAJE AL DOCTOR
ALBERTO BAUMEISTER TOLEDO
30 de julio 2013
BLANCA
SIN NUMERAR
238
Palabras de apertura del acto
por el Doctor Luis Cova Arria,
Presidente de la Academia de Ciencias
Políticas y Sociales
BLANCA
SIN NUMERAR
240
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 241-242
ISSN: 0798-1457
Señor Académico Alberto Baumeister Toledo y demás colegas Individuos
de Número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
Señores miembros de la Junta Directiva de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales
Señores Numerarios de otras Corporaciones Académicas Nacionales.
Señor abogado Jesús Sol Presidente de la Asociación Venezolana de Derecho Tributario y demás miembros de dicha Asociación.
Distinguidos familiares del Académico Alberto Baumeister Toledo
Señoras y Señores:
Bienvenidos todos. Me ha sido encomendada por la Academia de Ciencias
Políticas y Sociales, la honrosa tarea de dar la apertura al acto homenaje del
Dr. Alberto Baumeister, Individuo de Número de esta Corporación, función
que cumplo con gran complacencia.
Adicionalmente, me es muy grato pronunciar estas palabras de apertura,
habida cuenta que me tocó, por encargo de esta Corporación, dar contestación
al Dr. Baumeister a su brillante discurso de incorporación a la misma.
Como señale, en esa oportunidad, Alberto Baumeister Toledo, nació en
1940 en Chacao, Estado Miranda, de padre maracucho y madre caraqueña,
siendo uno de los tres hijos que procrearon el Dr, Alberto Baumeister Baumeister y Luisa Toledo Rodríguez.
Tengo una amistad con Alberto, desde 1959, cuando ambos prestábamos
nuestros servicios como escribientes en el Juzgado Primero de Primera Instancia
en lo Mercantil del Distrito Federal y Estado Miranda, cuyo Juez era nuestro
querido profesor y académico de esta corporación, recientemente fallecido, el
Dr. Gonzalo Pérez Luciani.
Ya, desde esa fecha, Alberto se había iniciado como preparador en prácticas de derecho administrativo en la Universidad Católica Andrés Bello, con
241
Palabras de apertura del acto por el Doctor Luis Cova Arria, Presidente de la Academia ...
lo cual había comenzado su tránsito educativo universitario, el cual hoy en día
lo mantiene como profesor a nivel de postgrado.
Alberto, en su larga y dilatada obra de la enseñanza del derecho, no se ha
limitado a los claustros universitarios nacionales, tanto de Caracas, como del
interior de la República, sino que ha sido igualmente expositor, conferencista
y profesor invitado en universidades de Colombia, Argentina y Bolivia.
Como mucho de Ustedes saben, Alberto Baumeister, fundó la Asociación
Venezolana de Derecho de Seguros, luego fusionada con AIDA venezolana, hoy
AVEDESE-AIDA, de la cual ha sido su presidente en los últimos años, siendo
igualmente, miembro honorario de la Asociación Colombiana de Derecho de
Seguros (ACOLDELSE), del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal,
del Instituto Panamericano de Derecho Procesal, de la Asociación Venezolana
de Derecho Financiero y Tributario y, de la Asociación Venezolana de Derecho
Marítimo, entre otras asociaciones jurídicas, nacionales y extranjeras.
Quiero destacar, porque personalmente me consta, la valiosa contribución
qye Alberto Baumeister ha dado a la Asociación Venezolana de Derecho Marítimo. Además de ser un miembro activo de la misma, pertenece a su Comité
Ejecutivo y actualmente es un factor importante en la enseñanza de los procedimientos marítimos, tal como han sido desarrollados en el novísimo derecho
de la navegación que desde el 2001 tenemos en Venezuela.
Finalmente, es de todos conocidos su contribución en la labor de difusión
del conocimiento jurídico y la investigación con una larga lista de trabajos e
investigaciones publicados en Revistas Nacionales y Extranjeras, obras colectivas y Libros Homenajes, pero, en todo caso, dejemos que el Académico
y Secretario de esta Academia, Humberto Romero Muci, y, al abogado Serviliano Abache, miembro del consejo Directivo de la Asociación Venezolana de
Derecho Tributario, nos hablen más ampliamente de la vida y obra de nuestro
homenajeado, el Dr. Alberto Baumeister Toledo.
Luis Cova Arria
Presidente de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales
Caracas, 30 de Julio de 2013
242
Discurso en homenaje a la obra
tributaria del académico
Alberto Baumeister Toledo
en reconocimiento conjunto
de la Academia de Ciencias Políticas
y Sociales y de la Asociación
Venezolana de Derecho Tributario,
por el académico Doctor
Humberto Romero-Muci
BLANCA
SIN NUMERAR
244
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 245-252
ISSN: 0798-1457
Señor Doctor Luis Cova Arria
Presidente de la Academia de Ciencias Politicas y Sociales y demás colegas
integrantes de su Junta Directiva.
Señor Académico Alberto Baumeister Toledo y demás colegas Individuos
de Número de la Academia de Ciencias Politicas y Sociales.
Señores Numerarios de otras Corporaciones Académicas Nacionales.
Señor abogado Jesús Sol Presidente de la Asociación Venezolana de Derecho Tributario.
Señoras y Señores Colegas Tributaristas.
Distinguidos familiares del Académico Alberto Baumeister Toledo
Señoras y Señores.
Uno de los fines institucionales de esta corporación es reconocer y honrar
la obra docente y académica de eminentes juristas de la República.
Por la generosa y feliz iniciativa del Numerario Gabriel Ruan Santos,
Segundo Vicepresidente de la Academia de Ciencias Politicas y del abogado
Serviliano Avache, miembro del Consejo Directivo de la Asociación Venezolana
de Derecho Tributario, se decidió realizar un homenaje conjunto por ambas
instituciones en reconocimiento de la insigne trayectoria del profesor Alberto
Baumeister Toledo, individuo de numero de esta corporación y miembro de la
Asociación Venezolana de Derecho Tributario, con el fin de exaltar no solo los
encomiables logros del jurista, sino poner de manifiesto sus valiosos aportes
al desarrollo de un sector del derecho que tanto nos apasiona y compromete
nuestros esfuerzos intelectuales.
Agradezco a mis colegas tanto académicos como tributaristas la distinción
de esta encargo, que acepté complacido en nombre de ambas instituciones, para
rendir hoy tributo (homenaje) al egregio académico Alberto Baumeister Toledo,
preclaro profesor, fino jurisconsulto y, por sobre todo, un valioso ser humano
245
Discurso en homenaje a la obra tributaria del académico Alberto Baumeister Toledo ...
que honra la academia con su esfuerzo intelectual y moral colmándonos con
su impronta perdurable de ciudadano ejemplar.
El 21 de Junio de 2005, cuando Alberto Baumeister Toledo se recibió en
esta corporación, casualmente, correspondiéndole el discurso de recepción al
actual presidente de la Academia de Ciencias Politicas y Sociales. El Dr. Luis
Cova Arria en el párrafo final de de su discurso de bienvenida, señaló con todo
acierto que, los méritos académicos de Alberto Baumeister Toledo lo calificaban
con largueza para ingresar a esta Corporación, la cual se beneficiaría de su
brillo, de su constancia en el estudio de las ciencias jurídicas y de su enorme
capacidad de trabajo. No le faltaba razón.
Alberto Baumeister Toledo es un paradigma de tesón, voluntad y superación científica. Una lección viviente de que el trabajo arduo pero productivo
no cansa, sino afana y en adición, es testimonio palpable que en la vida hay
tiempo para todo, y eso es vivir.
Pero hay mucho más. Nuestro homenajeado ha sido un aluvión de entusiasmo en la divulgación y enseñanza del Derecho en todo el territorio nacional, en
el que el Derecho Tributario es solo una vertiente de su generosa y desprendida
vocación docente. El éxito de su labor esta esencialmente en comprender que
en Derecho no se puede ser “especialista” en una disciplina, prescindiendo del
resto del sistema. Por el contrario –y esto específicamente es valedero para el
Derecho tributario- no pueden tratarse sus temas sin partir de una sólida base
de la Teoría General del Derecho y de las disciplinas que se vinculan al caso
específico, no con un conocimiento superficial sino profundo de ellos
Del jurisconsulto y del jurisprudente
En frases inolvidables el legendario Juez Estadounidense Oliver Wendell Holmes señaló que, “la vida del derecho no consiste en lógica, sino en
experiencia”1 y que “[l]a ciencia es un magnífico mobiliario para el piso
superior de un hombre, siempre y cuando su sentido común esté en la planta
baja”. Estos pensamientos encierran una lección de permanente actualidad:
el derecho es razón práctica y debe estar anclado en la realidad.2
1
2
Cfr. Oliver W. Holmes, The common law, Little Brown and Co., Boston.1949, p. 1.
Cfr. Gustavo Zagrebelsky, El derecho dúctil<ley, derechos y justicia>, Sexta edición, Editorial Trotta,
Madrid 2005, p. 18.
246
Discurso en homenaje a la obra tributaria del académico Alberto Baumeister Toledo ...
Es así como se nos muestra la estructura y la estatura académica del jurista Alberto Baumeister Toledo: Un edificio intelectual anclado en profundos
cimientos del sentido común, armado en solidas columnas y bigas de ciencia
y encofrado en sólida experiencia sobre la realidad.
Abogado graduado summa cum laude en la Universidad Católica Andrés
Bello en 1962. Especialista en Derecho Privado y en Derecho Financiero de
la misma Universidad.
La impronta pragmática en el pensamiento y en la acción de Alberto
Baumeister Toledo, se presenta como un esfuerzo por combinar teoría y practica, cultura científica y cultura humanística, razón y acción. Esa vocación no
debe confundirse con la versión chata y banal que glorifica el rendimiento
individual e inmediato, despreciando las formas mas elevadas de realización
intelectual. Su disposición pragmática se hace notoria en la crítica conceptual,
la reflexión analítica al buscar liberar al pensamiento de nociones obtusas y
deformadoras de la realidad o sencillamente estériles.3 Lo que el procura es la
continuidad entre pensamiento y acción, para hacerlo más eficaz y la conducta
más inteligente. Sus instrumentales son la lógica y la argumentación racional.
Su propósito incidir en la claridad del pensamiento, en la experiencia real y
concreta de los individuos para ampliar sus horizontes de acción personal y
colectiva. Su labor crítica, por tanto, constructiva, lo convierte en un agente
sobre saliente del desarrollo material y moral del derecho venezolano.
Su trabajo sobre el impuesto sobre tierras ociosas4 es un ejemplo clínico de
su condición de pesador teórico y de activista jurídico en materia tributaria.
Con profusión de detalles y con desgarrador realismo nos alerta sobre el
galimatías legal. Indica que se trata de un tributo complejo, confuso de modalidades varias y por lo tanto ineficientes, pues para su debida implantación
requeriría de mecanismos técnicos y formales que incrementarían su costo de
implementación y recaudación.
Seguidamente denuncia sobre las inconstitucionalidades en el diseño de
la base imponible. Alerta que “…nada clara resulta la pertinencia de que el
Estado, sin mecanismos compensatorios, pueda a su solo juicio modificar, fijar
y alterar los rubros de producción agrícola”.5 Considera que el impulso de
3
4
5
Sobre el pensamiento pragmático, Ángel Manuel Faerna, Introducción a la teoría pragmatista del
conocimiento, Siglo XXI Editores, Madrid 1996, p. 13.
Cfr. “Algunas consideraciones en torno al llamado impuesto sobre tierras ociosas en el sistema tributario
venezolano”, en Revista de Derecho Tributario No. 116, Octubre Diciembre de 2007, pp. 117 a la 133.
Cfr. Ibid., p. 130.
247
Discurso en homenaje a la obra tributaria del académico Alberto Baumeister Toledo ...
las estructuras agro productivas del país se procuran con mecanismos distintos
como el apoyo técnico, sistemas de crédito tutelados, institucionalización de
grandes centros de acopio y mercadeo, “…y no con odiosos y siempre rechazados mecanismos impositivos, desiguales, imperfectos e indeseables”.6
Expresión de su agudo sentido práctico es su juicio prudente. Siempre
presente en la enseñanza como en el ejercicio profesional, en la dirección de
empresas, en la resolución de conflictos, allí donde no son decisivas las teorías
sino que se valora la posibilidad de aprender del caso concreto, del ejemplo, del
modelo, de la experiencia, de la práctica. Esa actitud hace evidente la máxima
moral de que “no hay virtud sin practica”.7
Otro trabajo notable en esta línea reflexiva es el opúsculo “el síndrome de
la iniquidad administrativa en los tramites sucesorales tributarios. Un ensayo
critico”,8 en coautoría con el abogado Serviliano Abache.
Consciente de que el pensamiento nunca es inocente, pero tampoco inútil.
Es combativo de la visión idealista del juicio y de la razón irreflexiva y opaca.
Así nos lo hacen saber en todo lo concerniente a las sórdidas prácticas,más
bien las “anticonductas o disconductas”9 de la administración tributaria sobre
sucesiones. Los autores describen las antinomias entre la legalidad y la arbitrariedad de la taquilla administrativa. A ese respecto critican las prácticas en
abierta violación de principios de seguridad jurídica y la debida eficiencia en
la gestión administrativa, proponiendo los remedios de cambio que imponen
la legalidad y el sentido común práctico.
De la obra escrita y de la obra editorial
Alberto Baumeister Toledo exhibe una obra jurídica fecunda. El conjunto
de sus creaciones son un caso notable de coherencia y continuidad de ideas y
temas. Su producción se distribuye ordenada y sucesivamente en los campos
del Derecho Tributario, Derecho de Seguros y Reaseguros, Derecho Agrario,
Derecho Civil, Procesal Civil y Procesal Constitucional, Medios Alternos de
6
7
8
9
Idem.
Cfr. Juan Antonio Martinez Muñoz, El conocimiento jurídico, 3ra edición, Servicio de publicaciones
de la Universidad Complutense de Madrid, 2012, p. 435.
Vid., en Temas de actualidad tributaria <homenaje a la memoria de Jaime Parra Perez>, Serie Eventos
No. 27, Academia de Ciencias Politicas y Sociales, Caracas 2009, pp. 129 a la 150.
Ibid., p. 149.
248
Discurso en homenaje a la obra tributaria del académico Alberto Baumeister Toledo ...
solución de Conflictos, Familia y Menores, Derecho Agrario y Mercantil tanto
en obras con autores varios, así como en Revistas Nacionales y Extranjeras.
En materia tributaria ha escrito sobre el régimen de pruebas administrativo,
elusión Tributaria e Incentivos fiscales y Armonización Tributaria. Sin lugar a
dudas, sus principales aportes se procuran en materia procesal y contencioso
administrativo.
Un caso prototípico es su trabajo intitulado “algunas consideraciones
sobre las modificaciones del texto constitucional en temas relacionados con el
poder judicial, justicia y procedimiento. Sus efectos dentro del procedimiento
administrativo y judicial tributario”, presentado en las V Jornadas Venezolanas de Derecho Tributario sobre los aspectos tributarios en la Constitución
de 1999.10 Con lucidez nos alerta sobre (i) los ingentes cambios de principios
en materia de garantías procesales, (iI) los riesgos de manipulación de la justicia tributaria a partir del abuso de las categorías procesales y (ii) sobre las
posibilidades de la apertura constitucional a los medios de autocomposición
procesal en el contencioso tributario.
Siempre lo identifica un estilo directo que es el resultado de su sinceridad.
Emplea un lenguaje claro, con la debida propiedad técnica, sin adiposidades
innecesarias y con la precisión que exige la corrección del discurso jurídico.
El ejemplo de investigación jurídica de Alberto Baumeister Toledo nos
compromete, “...marcándonos rumbos y enseñándonos que mientras más
se hurga en las raíces del derecho, más novedades e inquietudes obnubilan
nuestros modestos conocimientos”.11
Complementa sus logros de investigación con una estimulante obra editorial habiendo sido Director de la Revista de la Facultad de Derecho de la
Universidad Católica Andrés Bello y de la Revista Internacional de Seguros,
venezolana. Es también Presidente de la Fundación Editorial Jurídica Venezolana, fundada por el querido maestro y académico Allan Brewer Carias.
De la obra docente
Alberto Baumeister Toledo ha desarrollado también una productiva labor
jurídica en la cátedra universitaria. Su magisterio y carisma intelectual han
Cfr. AsociaciónVenezolana de Derecho Tributario, Livrosca, Caracas 2000, pp. 195 a la 218.
Cfr. Alberto Baumeister Toledo, Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Politicas y
Sociales, leído en sesión solemne el día 21 de junio de 2005, p. 10.
10
11
249
Discurso en homenaje a la obra tributaria del académico Alberto Baumeister Toledo ...
dejado huella en varias generaciones de juristas. Ante todo ha cultivado el humanismo en sus enseñanzas jurídicas, haciendo siempre evidente que “[el] Derecho esta hecho para el ser humano y no el ser humano para la norma”.12
Ha sido Profesor de Pre Grado en las Universidades Católica Andrés
Bello (Caracas y Táchira) y Central de Venezuela en las especialidades de
Derecho de las Obligaciones, Derecho Mercantil I (General: Comerciantes,
Sociedades y Títulos de Crédito) y II (Seguros, Concursal y Marítimo), Derecho Procesal I, II y III. Profesor de Post Grado (Especialización y Doctorado)
en las Universidades Central de Venezuela, Católica Andrés Bello, UNIMAR,
UCAT y Fermín Toro: Mercantil Superior (Seguros, Fideicomisos, Contratos
Mercantiles, Banca, Comercio y Transporte), Procesal Superior: (Jurisdicción
y Proceso, Ejecución de Sentencia, Formación de la Sentencia, Procesal Marítimo); Ética, Medios Alternativos de Resolución de Conflictos, Proceso en
la LOPNA. Procedimientos Tributarios.
Profesor invitado en las Universidades Simón Bolívar, Metropolitana y
Santa María de Caracas así como en la Católica del Estado Táchira (Venezuela)
y en la Universidad de El Salvador, en la Cátedra de Derecho Procesal Civil.
Profesor en los cursos de Doctorado invitado en la Universidad Privada
Boliviana, en Cochabamba, Bolivia (Derecho Mercantil Superior, Medios
Alternos de Solución de Conflictos: Mediación, Conciliación y Arbitraje).
Profesor en los Cursos de Formación Judicial en la Escuela Judicial de la
Dirección Ejecutiva de la Magistratura, Caracas (Procesal Civil, Probatorio, Procesos especiales mercantiles y Procesos especiales de Niños y Adolescentes).
Una actividad docente tan extensa y variada como la descrita no solo es
prueba de su versatilidad, de su condición erudita de jurisconsulto, sino de su
magnanimidad de espíritu para compartir su conocimiento.
En unión del recordado y reverendísimo Padre Fernando Perez LLantada
(s.j.), Alberto Baumeister Toledo sembró por todo el país la semilla de los
postgrados en nombre de la Universidad Católica Andres Bello. Se convirtió
en “piloto” de ese desplazamiento de la Universidad hacia la provincia. Y digo
“piloto” en todos los sentidos del término, pues contribuyó a dirigirlos y trasportó
en su avión –bajo su conducción de piloto- a los muchos profesores que desde
Caracas se trasladaban al interior para impartir clases los fines de semana.
Alberto Baumeister Toledo también se ha ocupado de la labor jurisdiccional, tanto en el propio ámbito judicial, como a nivel arbitral. Ha sido presidente
Cfr. Tomas Polanco Alcántara, “Sobre Antonio Moles Caubet”, en Venezuela y sus personajes, Academia
Nacional de la Historia, Caracas 1997, p. 422.
12
250
Discurso en homenaje a la obra tributaria del académico Alberto Baumeister Toledo ...
de la comisión tripartita del contrato del Instituto Venezolano de los Seguros
Sociales, Conjuez de Quejas y Conjuez, ordinario y suplente, en el entonces
Juzgado Superior Agrario Nacional. También fue Conjuez por seis años en la
Sala de Casación Civil de la antigua Corte Suprema de Justicia.
El liderazgo y la desbordante generosidad de Alberto Baumeister Toledo se
han hecho sentir en una obra encomiable: la fundación de la Asociación Venezolana de Derecho Financiero (ASOVEDEFI). Nuestro homenajeado perteneció
a la primera promoción de egresados del postgrado de derecho financiero de
la Universidad Católica Andres Bello iniciado en 1992, iniciativa fecunda que
corresponde a la visionaria y constante obra del eximio tributarista profesor
Federico Araujo Medina que ya alcanza hoy su undécima edición. Bajo la égida
de su primer presidente abogado Juan Cristobal Carmona Borjas Asociación
Venezolana de Derecho Financiero alcanzó un auge extraordinario. Su objetivo
fue promover el estudio, la atención y proposición constructiva de soluciones a
la problemática de las Finanzas Publicas en el país, bajo la convicción de que
la mejor manera de alcanzar tales fines no es otra que la discusión científica y
la superación profesional de sus miembros. Hoy la misión institucional de la
Asociación Venezolana de Derecho Financiero ha contribuido a fortalecer la
obra de su hermana mayor, la Asociación Venezolana de Derecho Tributario a
la que Alberto Baueister Toledo ha efectuado valiosos aportes, siendo una de
sus mayores expresiones el caudal humano que sigue sus pasos desde aquella
iniciativa gremial.
Por cierto que la prodigalidad de Alberto Baumeister Toledo en iniciativas
como la descrita, están sembradas en otras construcciones virtuosas como la
(i) Fundación de Altos Estudios Jurídicos y otras disciplinas (FUNAL), (ii) la
Asociación Venezolana de Derecho de Seguros (AVEDESE) sección venezolana
de la Asociación Internacional de Derecho de Seguros (AIDA), (iii) el Curatorio del Instituto Universitario de Seguros (IUS), (iv) el Centro de Estudios
Latinoamericanos de Derecho Constitucional y Administrativo (CECLA) y (v)
la novísima Asociación Venezolana de Arbitraje.
Epilogo
Son tiempos de fragilidad institucional. La lucha jurídica permite a quienes
monopolizan el capital legal necesario, la posibilidad de poner el derecho de su
parte haciendo pasar el atropello como simple e inocente aplicación del mismo.
El derecho tributario no es ajeno a estos ultrajes. Esto ocurre no solamente con
251
Discurso en homenaje a la obra tributaria del académico Alberto Baumeister Toledo ...
la apropiación política del discurso jurídico, sino también en la desatención de
las normas fundamentales, enfatizando solo aquellas meramente accidentales,
en la subestimación de las normas que garantizan los derechos de los particulares y en la inflación de tramites judiciales o administrativos como disuasivos
para inhibir el ejercicio de los derechos del ciudadano contribuyente.
Así como “…se hace camino al andar, también se hace derecho al
razonar...”.13 Frente a las vicisitudes actuales el ejemplo académico y humano de Alberto Baumeister Toledo nos compromete y orienta como guía en el
“camino”para repercutir constructivamente en la realidad social de nuestros
días. En palabras del maestro Norberto Bobbio, nuestro deber intelectual, es
“…impedir que el ejercicio del poder se convierta también en monopolio de
la verdad”.14
****
Querido Amigo Alberto. El de hoy es un homenaje sincero y merecido. Tus
colegas académicos y tributaristas te rendimos tributo: tributo de admiración
por tu obra de jurista egregio, tributo de gratitud por tu servicio al desarrollo
del conocimiento jurídico y divulgación de nuestra disciplina impositiva y
tributo de aprecio por tu amistad generosa. Este tributo lo pagamos con gusto
y con afecto.
Señoras, Señores
Cfr. Alejandro Nieto y Tomas Ramón Fernandez, El derecho y el revés <diario epistolar sobre leyes,
abogados y jueces>, Ariel, Barcelona 1998, p. 80.
14
Cfr. Elías Díaz, “Norberto Bobbio: la responsabilidad del intelectual”, en Doxa No. 28, Alicante 2005,
p. 49.
13
252
Alberto Baumeister Toledo:
“Un jurista de la enseñanza”.
Discurso en homenaje
a la trayectoria académica
del Dr. Alberto Baumeister Toledo
Serviliano Abache Carvajal*
* Universidad Central de Venezuela: Abogado mención Magna Cum Laude, Especialista en Derecho
Tributario mención Honorífica, Profesor de pre y posgrado. Universidad de Alicante, España: Máster
en Argumentación Jurídica mención Sobresaliente. Universidad Católica Andrés Bello: Profesor de pre
y posgrado. Asociación Venezolana de Derecho Tributario: Miembro del Consejo Directivo.
BLANCA
SIN NUMERAR
254
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 255-266
ISSN: 0798-1457
Señor Doctor Luis Cova Arria,
Presidente y demás miembros de la Junta Directiva de la Academia de
Ciencias Políticas y Sociales.
Señoras y señores,
Individuos de Número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
Señor Doctor Alberto Baumeister Toledo, ilustre Individuo de Número
de esta Corporación, hoy homenajeado.
Señor Doctor Jesús Sol Gil,
Presidente y demás miembros y compañeros del Consejo Directivo de la
Asociación Venezolana de Derecho Tributario.
Familiares y amigos del homenajeado, señoras y señores:
Estoy seguro, sin temor a equivocarme, que jamás se me había encomendado tan alto honor, responsabilidad y difícil compromiso como el que hoy he
debido –con el mayor orgullo– asumir desde este púlpito, en el marco de este
excelso homenaje a nuestro querido amigo, el Dr. Alberto Baumeister Toledo, por parte de esta Academia de Ciencias Políticas y Sociales, de la cual es
Individuo de Número y de la Asociación Venezolana de Derecho Tributario,
en la que es Miembro de Número.
Sin duda, y dando “honor a quien honor merece”, era más que necesario
saldar una vieja deuda con la obra de quien tanto ha aportado para el Derecho
en Venezuela. Desde ya mi mayor agradecimiento al Dr. Gabriel Ruan Santos,
Individuo de Número de esta Corporación y miembro de la Asociación Venezolana de Derecho Tributario, y al Dr. Jesús Sol Gil, Presidente del Consejo
Directivo de esa Asociación, quien lamentablemente no puede acompañarnos
el día de hoy por compromisos en el exterior, por su decidido empeño y colaboración para la celebración del acto que hoy nos congrega.
255
Alberto Baumeister Toledo: “Un jurista de la enseñanza”. Discurso en homenaje a la ...
Cuando conocí a Alberto hace más de 15 años, mi padre me dijo “[h]
ijo, ése es un hombre que trabaja 30 horas al día y 10 días a la semana”.
Y aun cuando en ese momento pudo lucir algo exagerado, hoy creo que mi
padre estaba equivocado, porque el pequeño viaje que haremos por algunos
de los pasajes más memorables de la carrera académica de Baumeister, deja
ver que, desafiando las leyes del tiempo, habrá tenido que trabajar 60 horas al
día y 20 días a la semana, para lograr todo lo que hoy se puede decir ha sido
su intachable trayectoria como Jurista y educador del Derecho. Empecemos,
entonces, el recorrido.
El Diccionario de la Real Academia Española define la palabra “jurisconsulto”, como aquella “[p]ersona dedicada al estudio, interpretación
y aplicación del derecho”, y la voz “enseñanza” como ese “[c]onjunto de
conocimientos, principios, ideas, etc., que se enseñan a alguien”. En honor
a la verdad, ninguna de esas definiciones hace justicia a todo el trabajo que a
lo largo de casi seis décadas Baumeister ha realizado. No sólo se ha dedicado, como pocos, al estudio, interpretación y aplicación del Derecho, en sus
distintas ramas y con una singular profundidad, sino también a su incansable
divulgación, compartiendo sus conocimientos sin cortapisas ni reservas.
La ardua labor académica que ha llevado a cabo –ininterrumpidamente–,
empezó inclusive antes de estudiar Derecho. En efecto, a sus 17 años, Alberto
se inició a temprana edad en la docencia, en el tercer año de bachillerato, como
preparador de Historia Crítica y Razonada de Venezuela y Geografía de Venezuela en el Colegio Fray Luis de León, ocasionalmente haciendo suplencias
en el Colegio Teresiano de La Florida.
En el año ‘57 Alberto, al margen de su vocación e inclinación natural
hacia las profesiones de la salud, por su padre, Don Alberto Baumeister Baumeister, quien fue odontólogo, médico y veterinario, y su mejor ejemplo de
formación humana y académica, inicia sus estudios de Derecho por influencia
de su madre, Doña Luisa Toledo Rodríguez, quien constantemente le repetía,
como él mismo lo recordó en esta Academia en su discurso de incorporación,
que “una viuda sin hijo abogado poco podía esperar que le respetaran su
patrimonio” bajo la promesa que nunca se concretó –para beneficio del Derecho venezolano y en detrimento de la medicina de nuestro país–, que luego
de estudiar para abogado, su madre sufragaría sus estudios de Medicina. Es
de esta curiosa manera, que Baumeister inicia su largo y acreditado viaje por
los senderos de la ciencia jurídica.
Durante sus estudios universitarios de pregrado, así como de postgrado,
Alberto tuvo, como él mismo lo reconoce, la enorme dicha de contar con
256
Serviliano Abache Carvajal
profesores de la talla de José Melich-Orsini, Gonzalo Pérez Luciani, José
Luis Aguilar Gorrondona, Roberto Goldschmidt, Hernán Jimenez Anzola,
entre otros, cuya marcada influencia se ha evidenciado a lo largo de toda su
carrera académica y profesional, rindiendo especial gratitud a los dos primeros
nombrados (Melich y Pérez Luciani), atribuyéndoles su formación, por ser
sus firmes guías y casi padres adoptivos.
Siempre se ha caracterizado por ser un hombre que no pierde el tiempo,
como desde muy joven dio cuenta de ello su grado en la Universidad Católica Andrés Bello con la mención Summa Cum Laude. Ello habla del tesón,
rigor y seriedad con que, desde un inicio, abordó el estudio y la práctica del
Derecho, sin perder de vista que la vida es un cúmulo de cosas, situaciones,
experiencias, por lo que si bien se dedicó con intensidad a sus estudios, no
dejó de incursionar en otras actividades y de disfrutar la vida universitaria más
allá de las aulas de clase.
Antes de graduarse de abogado en el año ‘62, continuó su labor pedagógica
–ahora sí en el Derecho– como preparador y asistente en la cátedra de Práctica
Jurídica durante el tercer año de la carrera. Posteriormente, en la recta final de
sus estudios universitarios en quinto año, se inició como preparador en las prácticas de Derecho civil y administrativo, principalmente. Luego continuó –como
siempre– ampliando sus horizontes y empezó a desenvolverse en la cátedra de
Derecho mercantil y procesal, de la mano del Prof. Arístides Rengel-Romberg
primero y Leopoldo Márquez Añez después. En ese constante crecimiento,
el Prof. Francisco López Herrera también le solicitaría su colaboración en
la cátedra de Derecho de familia, de la misma manera que el Prof. José Luis
Aguilar Gorrondona le requeriría su participación en las distintas cátedras
de Derecho civil, para la corrección de exámenes e, inclusive, en la revisión
de sus célebres textos con los cuales hoy se sigue estudiando en las distintas
Universidades a lo largo y ancho del país.
Es importante contextualizar, para los más jóvenes, los estudios realizados
en los tiempos vividos. En esa época, no era fácil hacerse de material bibliográfico, de los clásicos, de los no tan clásicos, y ni pensar en las traducciones de
esas obras, pero como buen hombre dedicado a la investigación, no dejó que
esos tempranos y pasajeros escollos lo desviaran del camino de la incansable
búsqueda de la verdad.
Y es –precisamente– esa siempre inacabada labor investigativa la que
ha llevado a Baumeister a introducir en su sistema personal y personalizado
de registro de obras jurídicas, más de 43.000 títulos de su biblioteca privada,
número éste, por cierto, lejano de la totalidad de obras que tiene en su haber,
257
Alberto Baumeister Toledo: “Un jurista de la enseñanza”. Discurso en homenaje a la ...
perfecta muestra de un rasgo imprescindible de cualquier académico e investigador: la curiosidad y pasión por la epistemología o fundamentos del
conocimiento científico, ese estudiar por la avidez de aprender, no por saber
más que otros ni por alcanzar reconocimientos, sino por el sincero interés de
descubrir el porqué de las cosas; característica que lo ha acompañado a lo largo
de sus viajes por el estudio y divulgación del Derecho.
Un aspecto muy resaltante en el proceso de cognición académico y profesional de Baumeister, es que a pesar de la indiscutible influencia directa que
recibió de muchos de sus más apreciados y admirados profesores y cercanos
amigos, como el ya nombrado Gonzalo Pérez Luciani, así como Enrique Pérez
Olivares y Tomás Polanco Alcántara, y su entrañable amigo y socio el Dr.
Allan Brewer-Carías, dedicados todos con intensidad al Derecho público, él
decidió especializarse en Derecho privado, por su temprana convicción acerca
del peligroso y exacerbado poder que siempre ha caracterizado al Estado, y por
la necesidad de enfocarse en los derechos civiles y libertades económicas de la
persona, sin las cuales los primeros difícilmente se concretan, como eje medular
del Derecho. Interesantes debates sostuvo Baumeister desde los tiempos universitarios con ellos, sobre la dialéctica Derecho público-Derecho privado.
Años más tarde, cuando decide especializarse en Derecho financiero,
estudios que culminó en el año ‘92, lo hace por la misma razón que estudió
Derecho privado, con un interés adicional: aparte de querer adentrarse en el
saber financiero –realmente, tributario– desde la óptica de la defensa de los
derechos y garantías del contribuyente, contó con un incentivo más personal
y directo, dadas las múltiples situaciones que tuvo que atender en asuntos
familiares, así como profesionales. Inmediatamente se dio cuenta de que,
para adentrarse con propiedad en esa parcela del saber jurídico, no sólo debía
enfocarse en la teoría del tributo y sus intríngulis, sino apelar a sus dilatados
conocimientos de Derecho civil, mercantil, constitucional y administrativo,
cuestión que le facilitó sobremanera su entrada y ejercicio en el mundo de los
tributos. Privilegiado como siempre, en esa oportunidad contó con profesores
del más alto nivel y reconocimiento, entre ellos, los Doctores Oswaldo Padrón
Amaré, Gabriel Ruan Santos y Federico Araujo.
A la par de especializarse en Derecho privado y en Derecho financiero,
continuó –inclusive con mayor fuerza– su desarrollo como Profesor Universitario, dictando clases en la UCAB y en la UCV como titular, y como Profesor
Invitado en las Universidades Simón Bolívar y Metropolitana, en las más variadas cátedras, entre las cuales podrían destacarse Derecho civil I, II, III y IV,
258
Serviliano Abache Carvajal
mercantil I, II y III, procesal civil I, II y III, procesal constitucional, procesal
laboral, menores, constitucional, administrativo, tributario y ética.
Empero, siguiendo su más que activa naturaleza, buscando siempre nuevos
retos y horizontes, no se ha limitado a dar clases en las aulas de su Alma Mater,
ni en las Universidades caraqueñas, sino todo lo contrario. Ha sido su constante
afán de divulgación universitaria en el interior del país, una de las labores que
más ha identificado la trayectoria académica de Baumeister a lo largo de sus
más de 60 años de enseñanza, como da cuenta de ello su vasto recorrido por
las Universidades y Colegios de Abogados de toda la geografía nacional.
Sin ánimos de listar exhaustivamente las instituciones nacionales con
las que ha desinteresadamente colaborado, entre tantas podrían mencionarse
las siguientes: Universidad del Zulia, Universidad de los Andes, Universidad
Católica del Táchira, Universidad Fermín Toro, Universidad Yacambú, Universidad de Margarita y la Universidad de Oriente. Las distintas materias y
cursos que ha dictado en esas Universidades se extienden desde las cátedras
más tradicionales, como Derecho procesal, hasta cuestiones menos estudiadas
para ese entonces, como Derecho de los seguros.
Y como bien recordó Baumeister en su discurso de recipiendario en esta
Academia, fue su gran amigo el Padre Fernando Perez Llantada, a quien
conoció en Mérida en año ‘74, el que lo guió por ese sendero de la difusión
de la educación universitaria. Marcada fue la influencia e indeleble la huella
que dejó Perez Llantada en la visión y concepción de Alberto Baumeister
sobre la importancia de la divulgación del Derecho, empresa que ha asumido
con especial dedicación durante todo su proceso de vida.
En tiempos pretéritos, como recuerda Alberto, los grandes intermediarios con las Universidades fueron los Colegios de Abogados. En efecto, sus
primeros contactos académicos en Mérida y en Zulia se vieron concretados
por los Colegios, que se encargaban de organizar todo lo relativo a la logística
necesaria para el traslado y estadía de los profesores. Muchas actividades y
cursos llevó a cabo Baumeister con los Colegios de Abogados de Amazonas,
Ciudad Bolívar, Puerto Ordaz, Portuguesa, Barinas, Margarita, Barcelona,
Anaco y El Tigre.
Alberto ha podido ver, con gran satisfacción y como él mismo lo afirma,
luego de tantos años dedicados a la enseñanza del Derecho en cualquier cantidad de cursos y postgrados dictados en la provincia, como los participantes,
cada vez más, se han preocupado por estudiar y especializarse en alguna área
del ejercicio profesional, con la misma o más preocupación que los abogados
259
Alberto Baumeister Toledo: “Un jurista de la enseñanza”. Discurso en homenaje a la ...
de las principales ciudades del territorio nacional. Ello pone en evidencia que
la labor prestada ha sembrado conciencia y recogido frutos que, en definitiva,
redundan en beneficio de nuestro desarrollo como sociedad. Qué empresa
tan importante ha llevado a cabo este incansable divulgador y educador del
Derecho.
Y ese esfuerzo invertido en la enseñanza jurídica, también lo dedicó por
más de 10 años a la Escuela de la Judicatura, primero organizando cursos en la
Asociación de Jueces y en los Colegios de Abogados, para subsiguientemente
hacer lo propio en la Escuela de la Magistratura. Alberto siempre ha sido un
afanoso colaborador del Poder Judicial, en las más diversas materias: Derecho
procesal, laboral, tributario, entre otras; habiendo ejercido, asimismo, uno de
los más importantes y delicados oficios bajo el Imperio de la Ley: la función
judicial, ésa donde la interpretación jurídica, como arte encontrada entre dos
momentos fundamentales del Derecho representados en su creación y aplicación, cobra vida y dinamismo, obligando al impartidor de justicia a salir
de la estática comodidad del desentrañamiento de las opciones normativas,
para forzosamente decantarse por alguna de ellas en la justificación racional
y razonable de su decisión.
En esta labor, ocupó el cargo de Conjuez y Juez Suplente Superior en el
Juzgado Superior Nacional Agrario de Caracas y en los Juzgados Superior
Primero de Familia y Menores, y Superior Primero Civil y Mercantil de la
Circunscripción del entonces Distrito Federal y estado Miranda; también habiendo sido integrante, como Conjuez de la Sala de Casación Civil, a cargo de
la Sala Especial de Casación, de la otrora Corte Suprema de Justicia.
Con fundamento en su vasta experiencia como profesor y conocedor
–desde adentro– de las bondades y defectos de la educación superior, ha
logrado hacerse un juicio crítico de la enseñanza universitaria en Venezuela.
Está convencido de que no nos enseñan a estudiar, por lo que el método de
formación debe cambiar, proponiendo y avalando la creación de cursos y materias propedéuticas, que de una u otra manera, adentren al joven estudiante
en las técnicas de aprendizaje y no, como ocurre en la actualidad, dejarlo a la
suerte de los profesores que la dicha les asigne. Como siempre lo ha pensando
Baumeister, un alumno con técnicas de estudio, teniendo buenos o malos profesores, siempre dispondrá de las herramientas necesarias para aprehender el
conocimiento. Muy al contrario, un estudiante sin técnicas de estudio o pocas
herramientas para ello, estará a la suerte de la didáctica del profesor.
Mecenas como ha sido de la enseñanza universitaria, Alberto no sólo
ha recorrido y hecho mella en las instituciones de enseñanza superior dentro
260
Serviliano Abache Carvajal
de nuestras fronteras, sino que ha puesto en alto el nombre de Venezuela en
otras latitudes, convirtiéndose, sin duda, en un embajador del Derecho y en el
perfecto ejemplo del jurista que siendo profeta en su tierra, también lo ha sido
fuera de ella, llevando sus conocimientos y lecciones por América y Europa, en
todo tipo de postgrados, diplomados, cursos, clases, conferencias, coloquios,
jornadas y congresos.
La primera experiencia de enseñanza trasfronteriza que tuvo Baumeister,
fue en el vecino país de Bolivia, a final de los ´90, donde, por medio de su
gran amiga la Prof. María Gracia Morais, lo contrató la Universidad Privada
de Bolivia ubicada en la ciudad de Cochabamba, para que diseñara un curso
de postgrado en Derecho privado, su programa general, materias en particular
e, inclusive, la bibliografía del mismo, importante experiencia que durante
los dos meses pautados llevó a cabo exitosamente. En ese período, dictó conferencias en distintas Casas de Estudios en tierra boliviana, intercambiando
conocimientos en materia de arbitraje, procedimientos especiales y Derecho
tributario, fundamentalmente.
Dentro de su experiencia internacional, también ha sido profesor invitado
en la Universidad de El Salvador, Universidad de Buenos Aires, Universidad
Fasta y Universidad de La Plata, ubicadas en Argentina, en las cátedras de
Derecho procesal y mercantil; en la Universidad de Chile, para dictar clases
en temas de seguros; en la Universidad de Santiago de Cuba; en la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Tecnológico de Monterrey,
en Derecho mercantil; y en la Universidad Javeriana, Universidad de Bogotá,
Universidad de Medellín y Universidad de Barranquilla en Colombia, alternando clases y conferencias en distintas materias, país en el cual además fundó,
junto al profesor Brewer-Carías, y los Padres Pérez Llantada y José del Rey
Fajardo, el Instituto Colombo-Venezolano de Derecho Público.
Por su parte, ha dictado conferencias en Argentina, Uruguay, Chile,
Ecuador, Perú, Bolivia, México, Guatemala, Costa Rica y, en Estados Unidos,
específicamente en la ciudad de Washington, participando como ponente por
Venezuela en un evento organizado por la Academia Internacional de Derecho Comparado de Luxemburgo, de la cual es miembro ordinario, sobre el
régimen de modificaciones de la actividad aseguradora; así como del otro lado
del Atlántico, en el viejo continente, ha dictado conferencias en Marruecos,
Francia, Portugal y, en España, en la Universidad Complutense de Madrid,
Universidad de Barcelona y Universidad de Sevilla.
El invaluable servicio de Alberto Baumeister en la difusión del conocimiento jurídico, en el marco de la divulgación de los postgrados, siempre
261
Alberto Baumeister Toledo: “Un jurista de la enseñanza”. Discurso en homenaje a la ...
proponiendo novedosos enfoques en los cursos y cátedras que ha diseñado y
enseñado, bajo la fiel creencia en la necesidad de llevar la enseñanza fuera
de las paredes de los recintos universitarios, es –quizás– el pilar fundamental
sobre el cual se erige su monumental obra, de ahí que, nunca mejor empleada
la expresión, se haya convertido en un verdadero Jurista de la Enseñanza.
Su prolija labor universitaria, aquí y en otros países, no puede estar de
mejor manera complementada que con una igualmente viva pluma, contando
con más de sesenta trabajos publicados, en revistas nacionales y extranjeras,
libros colectivos y obras homenaje, en las más diversas áreas del Derecho,
tanto sustantivo cuanto adjetivo: civil, procesal civil, procesal constitucional,
procesal laboral, seguros, quiebra, títulos valores, arbitraje, marítimo, agrario,
menores, administrativo y tributario.
Esa vocación y talento para escribir, se manifestó en Baumeister desde
muy joven, cuando estando apenas en la Universidad, desde el año ’57, empezó a publicar artículos en la Revista Estrados y en el periódico Opinión,
posteriormente dando su primer trabajo a la Revista de la Facultad de Derecho de la UCAB, titulado Consideraciones sobre la hipoteca judicial, órgano
divulgador del cual también fue Director, continuando su labor escrita en la
Revista de Derecho de la UCV, en la Revista de Derecho Público y en la Revista de Derecho Tributario, entre otras, así como coordinando obras conjuntas,
siempre manifestando sus inquietudes y dudas, abierto al debate e invitando
a la polémica.
A título personal, gozo del honor y singular privilegio de tener publicado
un trabajo con Alberto, titulado El síndrome de la iniquidad administrativa
en los trámites sucesorales tributarios: un ensayo crítico, que al igual que la
gran mayoría de sus trabajos académicos, éste es producto directo del ejercicio
profesional, en esta oportunidad de nuestras experiencias en casos llevados
conjuntamente en materia tributaria-sucesoral, que escribimos, a su vez, en el
marco del homenaje a un Maestro común e insigne tributarista, el Prof. Jaime
Parra Pérez, publicado en una obra colectiva de esta Academia y la AVDT.
Y es claro que, en las publicaciones de Baumeister, hay un hilo conductor
que transversalmente está presente en todas sus investigaciones, monografías,
ensayos y artículos: proporcionar una concepción moderna del Derecho, la
necesidad y análisis de los cambios en los temas e instituciones que ha tratado,
y el sentido y efectos que han generado en la sociedad, teniendo en cuenta que
los conceptos fundamentales de la ciencia jurídica, como justicia, proceso,
acción, derechos subjetivos, etc., están en función del hombre, del individuo,
de la persona.
262
Serviliano Abache Carvajal
Otra interesante y significativa faceta de la actividad académica de Alberto,
es la vinculada al Derecho registral, área poco estudiada –para evitar decir,
lisamente, no estudiada de nuestro Derecho–, cuya esencia e importancia se
centra, como es sabido, en la fe pública, concepto jurídico tan confundido y
tergiversado, instruyendo durante años a Registradores y Notarios. Muchas
conferencias, cursos y clases ha dictado sobre esta materia en el Zulia, Táchira,
Puerto La Cruz, Maturín, Ciudad Bolívar y Caracas.
Por su parte, la vinculación de Baumeister con el Derecho agrario se dio
por una necesidad de la vida real, teniendo que litigar, durante 20 años, un
juicio en esta materia en el cual, final y afortunadamente, se alzó victorioso.
Ello lo llevó a dedicarse en plano académico a estos temas sobre la base de la
experiencia profesional acumulada durante dos décadas.
De otro lado, su dedicación al Derecho de seguros, se dio al percatarse de
que mientras que en Italia, Francia y los Estados Unidos la técnica del seguro
se había desarrollado de manera importante, en Venezuela era una materia
desprotegida y precariamente regulada, lo que le impulsó a escribir y trabajar
en esta área, continuando la obra iniciada por el Maestro Goldschmidt, quien
fundó la Asociación Venezolana de Derecho de Seguros y de la cual se encargó
posteriormente Baumeister como Presidente de la misma.
Otro tanto hay que decir sobre Alberto Baumeister y el Derecho marítimo. Con la promulgación del conjunto de leyes que regularon esta área y por
su experticia en temas procedimentales, empezó a adentrarse en el Derecho
marítimo desde el punto de vista adjetivo. Luego, dada su familiarización con
la ley, Alberto se percató de que dicha normativa tenía mucho contenido de
seguro marítimo, continuando su dedicación desde una doble perspectiva bajo
un enfoque común: el Derecho marítimo y el Derecho de seguros, para crear
una cátedra de Derecho de seguros marítimos, materia que lleva más de una
década dictando.
Su dilatada obra en esas parcelas del saber jurídico, fue agasajada el año
pasado, por la Asociación Venezolana de Derecho de Seguros y por la Asociación
Venezolana de Derecho Portuario, de las cuales es miembro, dando al medio
una valiosa obra que recogió los trabajos de expertos del área, bajo el título
Derecho de los seguros marítimos y portuarios. Libro homenaje al Dr. Alberto
Baumeister Toledo, mediante la cual, y como lo escribió el Prof. Gustavo Omaña
Parés en el prólogo del libro, se brinda homenaje a “[u]n hombre que se la ha
pasado estudiando y, además, enseñando, compartiendo generosamente sus
conocimientos en la Universidad y a través de la Asociación Venezolana de
Derecho de Seguros en su doble carácter de estudioso y de maestro”.
263
Alberto Baumeister Toledo: “Un jurista de la enseñanza”. Discurso en homenaje a la ...
Más acertadas no pudieron ser las palabras del Prof. Omaña, pues si algo
ha caracterizado a Baumeister, es ese generoso compartir de sus conocimientos,
siendo siempre un enemigo declarado de la mezquindad intelectual, por lo que
ha llegado considerar que “[l]a ciencia no es para uno, es para la sociedad,
es necesario ejercerla, educarte, crearla, forjarla, apoyarla, con miras a lo
que vas a hacer socialmente, eso es básico”.
Alberto Baumeister siempre ha considerado, y así lo señaló en su discurso con ocasión al homenaje que le preparó la Asociación Venezolana de
Derecho de Seguros, que un abogado no puede ser completo, no puede ser
pleno en su formación, sino imparte clases, sino ejerce –así sea un poco– la
judicatura, porque eso complementa a la persona de leyes, eso hace que el
jurista observe la realidad del Derecho desde el punto de vista de quien recibe
el conocimiento jurídico y de quien lo aplica, de ahí que piense, que sería en
un todo beneficioso que el estudiante de leyes se formase en esa especie de
seminario que es educación y judicatura, que todos tuviésemos que recorrer ese
camino para darnos cuenta qué es enseñar Derecho, qué se puede enseñar en
el Derecho, cuál es la realidad versus la teoría, y cuál es la verdad y la esencia
del Derecho y la Justicia.
Adicionalmente son varios los Institutos y Asociaciones de los cuales es
miembro y que ha fundado, destacando entre ellos, además de los ya mencionados, el Instituto Iberoamericano de Derecho Concursal, los Institutos Iberoamericano y Panamericano de Derecho Procesal, la Asociación Venezolana
de Derecho Disciplinario y el Instituto Venezolano de Estudios de Derecho
Procesal, el cual inició con la Dra. Mariolga Quintero Tirado, cuya presencia
física desde hace muy poco ya no gozamos y a quien siempre recordaremos
como otro baluarte del Derecho venezolano.
Como es sólo lógico pensar, su prolongada e incansable actividad académica lo ha hecho merecedor de un importante número de distinciones y
reconocimientos, como ser Miembro Honorario de los Colegios de Abogados
de Amazonas, Nueva Esparta, Barinas y Mérida. También le han brindado
homenajes en Ciudad Bolívar, con motivo de las Jornadas Arístides Rengel
Romberg de Derecho Procesal; en Barquisimeto, en el marco de las Jornadas
J. M. Domínguez Escovar; y en Caracas, el ya comentado homenaje que las
Asociaciones Venezolanas de Derecho Portuario y de Derecho de Seguros
le prepararon por su trayectoria en esas áreas. Y ocupando un especial lugar
para Alberto, está la Orden Universidad Católica Andrés Bello, que recibió
en el 2003, a propósito del cincuentenario de la Universidad, por el “[a]porte,
conocimiento y experiencia compartida de sus miembros más destacados”.
264
Serviliano Abache Carvajal
Apenas la semana pasada, el jueves 25 de julio, se le brindó un nuevo
homenaje a Alberto por su labor en la UCAB, en el cual participaron conocidos
profesores de esa Universidad, entre ellos, el destacado Académico Alfredo
Morles Hernández, quien habló sobre la importancia de la colaboración que
Baumeister le brindó, en el año ‘72, en el seno de la Facultad de Derecho de
esa Casa de Estudios, manifestando su agradecimiento personal por tan notable
labor y por ser siempre un leal colaborador de la Universidad.
La ejemplar trayectoria de Baumeister se vio definida con el máximo
reconocimiento académico que un jurista puede recibir en Venezuela, con su
incorporación como Individuo de Número en esta honorable Academia de
Ciencias Políticas y Sociales, el 21 de junio de 2005, en cuyo acto y discurso
de incorporación abordó el complejo tema de las facultades interpretativas del
juez constitucional, leyendo un resumen de su trabajo titulado Aproximaciones al poder de interpretación de los jueces constitucionales a las normas y
principios constitucionales, con especial referencia al sistema contemplado
en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Este nombramiento lo colocó, como a todos los Individuos de esta ilustre Corporación, en
un privilegiado y especial plano en la academia nacional.
Su entrada en esta Academia fue respondida por el Dr. Luis Cova Arria,
hoy Presidente de la misma, en cuyo discurso abordó aspectos de la vida
personal y trayectorias académica, profesional y empresarial de Alberto,
recordando igualmente al Prof. Boris Bunimov Parra, quien también fuera
ilustre Individuo de esta Corporación y cuyo sillón N° 30 pasaría a ocupar el
hoy homenajeado.
El manifiesto éxito de Baumeister está estrechamente vinculado a su
constante adentramiento en varias materias, paradójicamente, y al margen
de tener en su haber dos especializaciones, ha sido su amplio entendimiento
del Derecho y no encasillamiento en alguna parcela del mismo, lo que la he
permitido aprehender de forma global e integral la idea de la ciencia jurídica,
así como su sublime dominio de lo sustantivo y adjetivo por igual, difícil
tarea que sólo algunas de las más preclaras mentes jurídicas han alcanzado
con propiedad.
Es necesario no perder de vista que Alberto ha sido uno de esos juristas
que ha arbitrado, en perfecta armonía y equilibrio, una intensísima actividad
académica con un dilatado, exitoso e igualmente intenso ejercicio profesional,
judicial y empresarial. Baumeister define, por excelencia, qué es un jurista
integral, así como un hombre que ha vivido plenamente, conduciéndose bajo
la fiel creencia, recogida en el refranero popular, de “no dejar para mañana
265
Alberto Baumeister Toledo: “Un jurista de la enseñanza”. Discurso en homenaje a la ...
lo que se puede hacer hoy”, erigiéndose, así, en manifiesto disidente de la
procastinación, siendo ello causa fundamental del éxito que ha alcanzado en
las distintas facetas de su vida. Al pensar en Alberto, es muy difícil no recordar
las palabras de Wilhelm Reich, que perfectamente encuadran en lo que ha sido
su modus vivendi: “[e]l amor, el trabajo y el conocimiento son los manantiales
de nuestra vida. También deben gobernarla”.
Al principio de este discurso dije que Alberto habrá tenido que trabajar 60
horas al día y 20 días a la semana, para lograr todo lo relatado, por lo que si a
Juan de París, quien fuera comentarista de las Sentencias de Pedro Lombardo
y seguidor de Santo Tomás de Aquino, se le conoció como “el que duerme”,
mutatis mutandi, a nuestro homenajeado podríamos llamarlo, tomándome una
pequeña licencia: “Alberto de Caracas, el que no duerme”.
Sin duda, el mérito de Baumeister no sólo ha estado en el contenido de
sus enseñanzas en las aulas, sus publicaciones y en las demás facetas de su
actividad académica, sino en enseñar con sus acciones que la actitud frente
a la vida lo es todo, el tesón, la constancia y la determinación por hacer las
cosas es el mejor ejemplo a seguir. Por ello, hoy reconocemos y celebramos
el efecto de su trascendente huella, porque como bien lo dijo Albert Einstein:
“Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la
única manera”.
Dilecto amigo, estoy más que seguro que la petición que elevaste en tu
discurso de incorporación en esta Academia a la memoria del Prof. Boris Bunimov Parra, fue oída y atendida, pues tus méritos, logros y siempre innovador
ahínco también han dejado la más profunda de las improntas en el seno de esta
Corporación y de la academia venezolana.
No me queda más que, en nombre de todos los presentes, darte las gracias
Alberto, por tu academia, por tus enseñanzas, por tu incansable dedicación a la
divulgación del saber jurídico y por tu recto ejemplo, que nos ha iluminado y seguirá iluminando a las generaciones de juristas por venir, en el estudio, práctica
y enseñanza del Derecho, pero sobre todo, por tu entrañable y sincera amistad,
que guardamos como el más preciado de los tesoros, hoy y siempre.
Muchas gracias.
266
Semblanza del Doctor
Alberto Baumeister Toledo
María Grazia Blanco*
* Abogado UCV, Especialista en Comercio Marítimo Internacional Universidad Experimental Marítima
del Caribe. Profesora de Seguro Marítimo en la Universidad Marítima del Caribe.
BLANCA
SIN NUMERAR
268
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 269-274
ISSN: 0798-1457
Señor:
Presidente y demás miembros de la Academia de Ciencias Políticas y
Sociales.
Estimados Colegas y Amigos.
Señoras y Señores.
Pocas veces tenemos el arrojo y la inspiración para poner en blanco y
negro unas frases tejidas con hilos de admiración y respeto.
Pocas veces existen carretes de razones que favorezcan la hilada de nuestros pensamientos, hasta el punto de declararlos inagotables.
Difícilmente la vida nos invita a reunirnos con figuras que deslumbran
nuestro intelecto, sin merecernos el privilegio.
Rara vez se nos presenta la prerrogativa, de ser parte de un homenaje,
emotivo y cargado de tantos afectos.
Hoy, sin embargo, es uno de esos días, en que todo es posible, y es que me
han solicitado honrosamente, asumir un reto inolvidable y por demás, con un
valor indescriptible para mí, con el que puedo confesar, que las bendiciones
algunas veces nos alcanzan y nos abrigan.
Por supuesto no puedo comenzar estas palabras sin antes expresar lo
apreciada y agradecida que me he sentido, al recibir la distinción de asumir
este difícil compromiso en nombre de los artífices de este sueño, a través del
cual, se proyecto la posibilidad real de enaltecer en vida, la extraordinaria
trayectoria profesional de un hombre notable en su esencia, excepcional en su
conocimiento, majestuoso en sus obras. Me refiero al Dr. Alberto Baumeister
Toledo, quien inunda este escenario con el brillo y personalidad que lo caracterizan. Dando distinción y significado en el día de hoy, al Bautizo de esta
importante obra: libro que en su homenaje se realiza y que quedara rotulado
bajo el nombre Derecho de los Seguros Marítimos y Portuarios.
269
Semblanza del Doctor Alberto Baumeister Toledo
Ciertamente en esta oportunidad el gran desafío ha quedado seducido por
el personaje destinatario de estas palabras. Durante el extenso camino que he
tenido que recorrer para encontrarme con el protagonista de mis líneas, un
sin fin de hechos, anécdotas y trabajos han jugado con remembranzas en mi
pensamiento, convirtiéndome en testigo fiel de lo asombrosamente hallado.
Pudiendo solo decir, que soberbias cualidades lo han definido en todo este
tiempo, que glorioso ha sido su esfuerzo e intelecto.
Este ilustre venezolano ha sido bendecido con una magnifica capacidad
de trabajo y estudio, atributos que lo han definido en su larga y sorprendente
vida profesional, hasta el punto de llevarlo a ocupar en el año 2005 de forma
activa, el sitial número 30 como distinguido Individuo de Número de esta
Academia.
Por eso en esta maravillosa mañana, como una suerte de fortuna, la Academia de Ciencias Políticas y Sociales se ha vestido con sus mejores galas para
recibirnos y celebrar juntos y por todo lo alto, un gran acontecimiento, donde
se reconoce la extraordinaria huella dejada por uno de sus notables hombres,
durante su espectacular recorrido por el conocimiento y la ciencia. Sin duda
alguna, los Sabios y los Dioses han convalidado en este hermoso e histórico
recinto, las intenciones que nos han convocado en este día.
Sería muy extenso el tratar de discurrir sobre la maravillosa vida del Dr.
Alberto Baumeister Toledo, sin embargo, su forma tan intensa de apoderarse
de su historia, me ha cortejado en todos estos días, por lo que no puedo dejar
de resaltar:
Que para gloria de todos, en 1940 nació en Caracas, un destacado venezolano, en el seno de una hermosa familia. Su infancia estuvo cargada de
cotidianidad y esperanza. Brillando en el tiempo por sus valiosos aportes y
logros.
Egresó de la Universidad Católica Andres Bello donde culminó sus estudios en 1962, alcanzando la mención de Summa Cun Laude. Hecho que solo
sirvió de inicio para una dilatada vida de esfuerzo y dedicación.
Es especialista en Derecho Privado y Derecho tributario. Su exitosa carrera
como abogado la inicio con notoriedad en el escritorio Herrera Pietri, siendo
posteriormente fundador, del bufete, Estudio Jurídico, con los académicos
Melich Orsini y Pérez Luciani.
Su esplendor, fama y distinción le permitieron posteriormente formar con el
Dr. Allan Brewer-Carias, Armida Quintana y Alí Domínguez Sánchez, la firma
Baumeister & Brewer, donde continua ejerciendo con triunfos su profesión.
270
maría grazia blanco
Se le destaca como Profesor en Post-Grado, Especialización y Doctorado
en la Universidad Central de Venezuela, Universidad Católica Andres Bello,
Fermín Toro y Universidad Privada de Margarita UNIMAR. Recintos que le
abrieron sus brazos para permitirle con éxito la divulgación del derecho. Pero
así mismo, se lee en sus páginas biográficas la destacada labor que realizo en
sus inicios como preparador en prácticas de derecho administrativo en la Universidad Católica Andrés Bello. Como profesor asistente de derecho mercantil,
derecho procesal I y II, derecho de obligaciones y derecho de familia.
Igualmente se inscriben sus reconocidas cátedras de procesal civil, pruebas, función judicial, arte y ciencia de la sentencia, razonamiento jurídico y
procedimientos mercantiles, en la Escuela de la Judicatura.
Son innumerables las aulas donde ha tenido presencia su conocimiento,
por lo que no podemos olvidar los postgrados en derecho procesal marítimo,
derecho procesal civil superior, nueva contratación mercantil, fideicomisos,
seguros y derecho concursal.
Este incasable educador ha recorrido nuestro país y más allá de nuestras
fronteras, en busca de este encomiable objetivo. Por lo que ha sido:
Destacado Profesor de Doctorado en la Universidad Privada Boliviana, de
Cochabamba, en Bolivia. Igualmente Profesor invitado en la Universidad de El
Salvador y de la Fasta en Buenos Aires y Mar del Plata en Argentina.
Las Universidades Nacionales Simón Bolívar, Católica del Táchira, Metropolitana y Santa María de Caracas, han contado con su valioso y destacado
servicio en favor de la educación. Por lo que sus cualidades académicas han
quedado registradas a todo lo ancho y largo del país.
No conforme con su trabajo de docente y abogado en ejercicio, ha ejecutado proyectos de Investigación para numerosas organizaciones internacionales,
como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Sus grandes dotes como conferencista lo han hecho brillar con luz propia
dentro y fuera del territorio nacional. Siendo invitado obligado en los más
importantes eventos.
Como una suerte de capacidad sobrenatural el Dr. Baumeister ha formalizado diversos y variados estudios para el Instituto de Investigaciones Jurídicas
de la Universidad Católica Andres Bello, entre los que podemos destacar los
referidos al Derecho agro alimentario y los nuevos regímenes de propiedad
en el derecho venezolano.
Cuando se estudia la semblanza tan extensa de este lucido personaje,
ratificamos que su vasta obra solo lo reafirma como un hombre enigmático y
271
Semblanza del Doctor Alberto Baumeister Toledo
victorioso, por cuanto, ha sabido doblegar ante sus pies, los límites del tiempo.
Alcanzando espacios adicionales para recrear su voluntad y sueños.
Debido a su destacada labor en el mundo de las ciencias jurídicas ha sido
admitido como:
• Honorable Miembro del Colegio de Abogados del Distrito Federal y del
Estado Amazonas.
• Miembro del Curatorio del Instituto Universitario de Seguros, en Caracas.
• Miembro de los Institutos Iberoamericanos de Derecho Concursal.
• Miembro honorario de la Asociación Colombiana de Derecho de los
Seguros
• Miembro del Capitulo Metropolitano de Derecho Procesal.
• Miembro del Instituto Panamericano de Derecho Procesal.
• Miembro de la Asociación Venezolana de Derecho Financiero y Tributario.
• Miembro de la Asociación Venezolana de Derecho Marítimo.
• Miembro del Comité Marítimo Internacional, Sección Venezuela, y de la
Asociación Venezolana de Derecho Administrativo.
Por su deseo incuestionable de dar lo mejor de sí fue:
• Fundador junto con la Dra. Mariolga Quintero del Instituto Venezolano
de Estudios de Derecho Procesal.
• Así mismo, fundó la Asociación Venezolana de Derecho de Seguros siendo
su presidente en la actualidad.
• Promotor e integrante de la junta Directiva de las fundaciones Roberto
Goldschmidt, Fernando Pérez Llantada, de la Editorial Jurídica Venezolana
y del Centro de Estudios Constitucionales y Legales (CECLA).
Su gran capacidad de servicio le permitió ejercer por mucho tiempo el
cargo de Director de la Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad
Católica Andrés Bello, una de las publicaciones más reconocidas en nuestro
país.
Igualmente se alzo en labor, al ejercer el cargo de Director en varias empresas e instituciones financieras prestigiosas del país.
• En cuanto al ámbito judicial, podemos decir que el mismo quedo impregnado de decisiones que hoy nos permiten evocar aquellos días en que el
derecho se recreaba en su oficio de juez suplente y conjuez. Destacando
en su función como:
• Conjuez de Quejas y Conjuez en el entonces Juzgado Superior Nacional
Agrario de Caracas , y en los Juzgados Superior Primero de Familia y
Menores y Superior Primero Civil y Mercantil.
272
maría grazia blanco
•
Conjuez de la Sala de Casación Civil, a cargo de la Sala Especial de Casación de la otrora Corte Suprema de Justicia.
Así como, en su labor de Presidente de la Comisión Tripartita del Contrato
del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales.
Debido a su destacada trayectoria en el ámbito Asegurador: se le
reconoce:
• Su participación como redactor del Proyecto de Ley de Seguros en 1960,
para la Cámara de Aseguradores de Venezuela.
• Miembro Asesor de la firma SEGULEX sociedad civil que agrupa Abogados Especialistas en Derecho de Seguros y Materias Mercantiles afines.
• Profesor en los cursos de Gerencia en Seguros en el Instituto Universitario
de Seguros.
• Integrante del Consejo Editorial de la Revista Ibero Americana de Seguros. Conferencista en Eventos Nacionales e internacionales sobre temas
de Seguros.
• Miembro y actual Presidente de la Asociación Venezolana de Derecho de
Seguros.
• Director y Co-editor de la Revista Internacional de Seguros.
• Corredor de Seguros Independiente, Inscrito en la Superintendencia de
Seguros.
• Ex Presidente y accionista de Seguros Saint Paul de Venezuela, Ex Director de Seguros La Previsora, Ex Director de Reaseguradora Nacional
de Venezuela y del Consejo Nacional de Seguros,
• Ex Director de FIDES por la Industria Aseguradora de Venezuela
• Proyectista de las leyes venezolanas de Contrato de seguros y de Empresas
de Seguro y Reaseguro.
• Profesor Invitado en el Instituto Universitario de la Frontera en Cursos
de Seguros.
Como pueden observar mis elogios han sido efímeros ante la extraordinaria
vida de nuestro Homenajeado el Dr. Alberto Baumeister.
En tal sentido, para sellar mis palabras solo puedo decir, que este gran
Hombre de pluma fina y talante crítico, supo escribir las páginas de sus
memorias.
Su verbo cargado de vehemencia sirvió para discurrir sobre desaciertos
legales e injusticias.
Ha sido claro y contundente, valiente y decidido al alzar su voz de protesta.
Muchas de las cuales retumban en estos momentos, en que las circunstancias
políticas nos demandan una participación mas activa.
273
Semblanza del Doctor Alberto Baumeister Toledo
Por lo que es propicio recordar en esta oportunidad, sus celebres artículos
en los Diarios Notitarde de Carabobo, La Voz, de Miranda y Nueva Prensa del
Estado Bolívar y Anzoátegui.
Dr. Baumesiter: Para Deleite de todos, el profesionalismo que lo define,
el amor por su patria que lo distingue y su voluntad férrea de conquistar sus
sueños, le permitieron la posibilidad de legarnos innumerables páginas de
conocimiento y sabiduría.
Imborrables e interesantes trabajos, artículos y ensayos quedaran en la
doctrina nacional e internacional y con el pasar de los años incontables generaciones estarán obligadas a citarlo como autor de obras tan valiosas referidas
al Derecho de Seguros, Ley Orgánica de Protección de Niños y Adolescentes,
Derecho Procesal Constitucional, Derecho Procesal Laboral, Derecho Agrario,
Derecho Procesal Civil, Derecho Constitucional, Arbitraje y medios alternativos de conflictos, Derecho Civil General, entre otros. Publicados la mayoría
de ellos, en revistas nacionales e internacionales, destacas obras colectivas y
libros homenajes.
Por esta y muchas razones más, recordaremos con nostalgia y emoción
este día, en que con especial cariño dábamos muestras de agradecimiento
y admiración a quien siempre cosechó y ha merecido nuestro respeto y
consideración.
Hoy por lo tanto, no es un día cualquiera. Todos hemos sido parte de su
grandeza y distinguida labor.
Hemos sido testigo de la vida de un hombre especial a quien me gustaría
honrar con un fragmento del poema INVICTUS de Williams Henley, que
acompaño a Nelson Mandela…de alma inconquistable, amo de su destino y
capitán de su alma.
Vaya entonces, antes de concluir, en nombre de todos los aquí presentes,
nuestro más sincero aplauso y felicitaciones al gran académico de estos tiempos, el Dr. Alberto Baumeister Toledo.
274
ACTO HOMENAJE A LA MEMORIA
DEL DOCTOR
RICARDO ANTEQUERA PARILLI
19 DE NOVIEMBRE DE 2013
BLANCA
SIN NUMERAR
276
Palabras de apertura del acto
por el Doctor Luis Cova Arria,
Presidente de la Academia de Ciencias
Políticas y Sociales
BLANCA
SIN NUMERAR
278
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 279-280
ISSN: 0798-1457
Señores miembros de la Junta Directiva de la Academia de Ciencias
Jurídicas y Políticas presentes,
Señores Académicos.
Señores Académicos Miembros de otras Academias Nacionales;
Señoras y Señores:
En nombre de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, me complace
darles la más cordial bienvenida a este acto en homenaje a la memoria del
Dr. Ricardo Antequera Parilli.
El Dr. Antequera Parilli se graduó en la Universidad Central de Venezuela
en 1969 y recibió su doctorado en la Universidad de Carabobo en 1976. Fundó
el Estudio Antequera Parilli & Rodríguez en el año 2001, donde continuó su
ejercicio profesional.
El Dr. Antequera Parilli fue valorado en el mundo del derecho como una
de las personas más distinguidas en el campo de la Propiedad Intelectual, tal
fama se expandió principalmente en América del Sur. Recibió muchos honores y premios nacionales e internacionales por sus valiosas contribuciones.
Su recorrido y entrega a la Propiedad Intelectual comprendió más de cuatro
décadas y alcanza los logros que incluyen la redacción de algunas de las leyes
de Derecho de Autor de varios países de América Latina, entre ellos Venezuela,
Costa Rica, Panamá y República Dominicana. Además, fue el co-redactor del
Capítulo de Propiedad Intelectual del Tratado del Grupo de Tres y la Decisión
351 sobre el Régimen Común sobre Derecho de Autor y Derechos Conexos de
la Comunidad Andina. Su experiencia se extiende a todos los aspectos de la
Ley de Propiedad Intelectual, en particular, en materia de Derecho de Autor.
Además de su profunda influencia en la legislación sobre Propiedad Intelectual, el Dr. Antequera Parilli impulsó y ayudó a muchos estudiantes a través
279
Palabras de apertura del acto por el Doctor Luis Cova Arria, Presidente de la Academia ...
de sus enseñanzas en universidades de toda América del Sur y España. Para
sus estudiantes, él era un profesor brillante, atento y dedicado. Su profundo
conocimiento de Propiedad Intelectual junto con su disposición excepcional
de mentor, son cualidades que los colegas, así como sus estudiantes, siempre
recordarán.
Para cerrar, del Dr. Antequera Parilli y su exitosa carrera podemos decir
las siguientes palabras, que representan el carácter y valor de nuestro homenajeado, gran inspiración para quienes estudian esta honorable profesión: “No
hay atajos para conseguir el éxito. Empieza antes, trabaja más duro, y termina
más tarde”.
Buenos días.
Caracas, 19 de noviembre de 2013
280
Discurso de Orden a cargo del Doctor
Gabriel Ruan Santos, 2° Vicepresidente
de la Academia de Ciencias Políticas
y Sociales
BLANCA
SIN NUMERAR
282
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 283-293
ISSN: 0798-1457
El día 13 de junio de 2013, falleció en Caracas el eminente jurista y
profesor universitario venezolano Ricardo Antequera Parilli, nacido en La
Victoria, Estado Aragua, el 18 de marzo de 1948. El doctor Antequera Parilli
había sido postulado recientemente para ser Individuo de Número de esta
Academia de Ciencias Políticas y Sociales, pero por razón de su fallecimiento
no llegó a ser votada su candidatura por la Asamblea de los Académicos de
la Corporación. Ante esta sorpresiva situación, fue propuesta y aprobada la
realización de este acto solemne en justo y merecido homenaje a su memoria.
Fui compañero de estudios de Ricardo en las aulas del Colegio La Salle La
Colina de esta ciudad, durante los años de la primaria y el bachillerato, así
como también en los estudios de derecho en la entonces Facultad de Derecho
de la Universidad Central de Venezuela, y esta circunstancia dio origen a una
larga amistad entre nosotros, que lamentablemente no pudo tener la misma
continuidad y calor después de haber egresado de la Universidad, a pesar del
gran afecto que siempre conservé hacia su persona, debido al alejamiento físico
y a la diversidad de materias jurídicas desarrolladas por ambos, impuestos por
los distintos caminos de la profesión que nos tocó recorrer. Este fue el motivo
principal para mi designación como orador de orden en este acto, pues había
manifestado con honestidad que no tenía suficiente conocimiento en las disciplinas jurídicas que cultivó con tanta dedicación Ricardo Antequera Parilli
y además había perdido el hilo de su extraordinaria trayectoria en Venezuela y
en el exterior. Sin embargo, el doctor Luis Henrique Farías Mata insistió y su
argumento fue que “la honestidad -a veces- es un fardo muy pesado”. Por ello,
he hecho un esfuerzo para estar a la altura del homenaje que merece nuestro
personaje de hoy y sus brillantes herederos Ricardo Alberto y Ricardo Enrique
Antequera Hernández, a quienes agradezco su apoyo entusiasta.
Desde sus años bisoños como estudiante de derecho, Ricardo Antequera Parilli manifestó su preferencia por el derecho penal, por ello no sólo
283
Discurso de Orden a cargo del Doctor Gabriel Ruan Santos, 2° Vicepresidente de la Academia ...
profundizó sus estudios de pregrado en esta materia sino que escogió la rama
penal del Poder judicial, para hacer sus primeras experiencias profesionales.
En los años sesenta, siendo estudiante, fue funcionario de varios juzgados
penales en Caracas y más tarde, como abogado, fue juez temporal de primera
instancia en varios tribunales penales del Estado Lara. Según el testimonio de
las personas más cercanas a Ricardo, su gran ilusión en esa época era hacer
un postgrado en criminología en España, para lo cual había cumplido con los
requisitos necesarios y reunido los ahorros suficientes. Circunstancias profesionales cambiaron sus planes y lo hicieron desistir de esta elección.
El doctor Jorge Rosell, reconocido juez penal del Estado Lara, es uno
de los testigos más importante de la experiencia de Ricardo Antequera en el
campo penal. Recuerda el doctor Rosell: “Ricardo siempre se destacó como
abogado en ejercicio por su dedicación y responsabilidad, además de sobresalir
por sus alegatos llenos de ilustración y sentido común. Lo digo con propiedad,
afirma Rosell, pues ejerció en tribunales de distintas instancias en donde yo
me desempeñada como juez: en Instrucción, Primera Instancia y Superior.
Recuerdo que siempre tuvimos el propósito, nunca realizado, de escribir una
crónica sobre un caso (“El Canapialito”) en donde él era defensor y yo Juez de
Instrucción (juez policía-pesquisa de esa época), con posiciones encontradas;
y aun cuando se mantuvo el auto de detención ordenado por mí durante todo
el sumario y el plenario, confirmado por instancias superiores, al final él “me
ganó” pues logró una absolutoria en el Superior, confirmada por la Sala de
Casación Penal. Todas estas diferencias con el respeto mutuo y con la independencia que me permitía ejercer mi ministerio con corrección a pesar de la
amistad que nos unía”.
Pero esta fase como penalista no duraría mucho tiempo. Como es sabido,
Ricardo Antequera se había trasladado a Barquisimeto, ciudad que tanto amó,
y había comenzado a trabajar en el escritorio jurídico del prestigioso abogado
larense Hugo Rivas Franco, con quien compartía numerosas causas de diversas
materias. Años después compartiría actividades profesionales con el doctor Félix Otamendi Osorio y con posterioridad tuvo su primera firma con los nombres
de Antequera Parilli, Bravo, Cordido y Asociados. Radicado en Barquisimeto, le
tocó intervenir en un complejo conflicto relativo a los derechos sobre la famosa
canción venezolana “Pasillaneando”, que absorbió de tal modo su interés que
lo inició como un apasionado estudioso del derecho de autor y lo vinculó con
la Sociedad Venezolana de Autores y Compositores (SACVEN) desde aquellos
momentos, a cuyo fortalecimiento contribuyó decisivamente. Este caso, fue
el detonante de la definitiva orientación de su brillante carrera, pues de allí en
284
Discurso de Orden a cargo del Doctor Gabriel Ruan Santos, 2° Vicepresidente de la Academia ...
adelante su línea persistente y definitiva de estudio y de trabajo, en la medida
que el mercado de trabajo de Barquisimeto se lo permitía, fue el derecho de la
propiedad intelectual y principalmente el derecho de autor.
Más tarde, tendría un caso del famoso tenor venezolano Alfredo Sadel,
quien a su regreso de estudiar el canto operático quiso participar en el certamen
denominado “La Voz de Diamante”. Sadel debió acudir a la vía del amparo
constitucional para lograr su admisión al concurso y Ricardo Antequera fue
su abogado. Estos casos fueron delineando la senda profesional y académica
que marcaría su vida.
Su estrecha relación con el derecho autoral y con el mundo de los escritores
y compositores lo convirtió en uno de los principales expertos nacionales en
la materia, motivo por el cual fue designado consultor jurídico de la Sociedad
Venezolana de Autores y Compositores (SACVEN) y más tarde su director
general.
En sus años iniciales ejerció también la docencia en la Universidad Centrooccidental Lisandro Alvarado de Barquisimeto, desde el año 1973, en la cual
destacó como profesor titular, investigador y consultor jurídico de la institución,
pero sin dejar sus tareas de abogado general en las sociedades profesionales
antes mencionadas. En estos años también trabaja con el derecho médico e
inicia sus investigaciones en esta materia, que culminarían en importantes estudios publicados sobre la responsabilidad civil, administrativa y penal de los
médicos y en la redacción de textos legislativos, como el proyecto de ley de
transplantes de órganos y de transfusiones de sangre. También en sus años con
la Universidad Centro-occidental Lisandro Alvarado estudia las migraciones
y publica su obra El Régimen Legal del Inmigrante en Venezuela.
En el año 1975 se había fundado una de las instituciones culturales más
importantes del Estado Lara: El Instituto de Estudios Jurídicos. Obra del
Colegio de Abogados del Estado Lara. Su primer director fue el doctor Óscar
Hernández Álvarez (miembro de esta Academia de Ciencias Políticas y Sociales), quien fue sustituido tiempo después por el doctor Jorge Rosell, quien
ejerció brillantemente la dirección hasta el año 1985, año en el cual se encarga
Ricardo Antequera de la misma función. Según el testimonio del doctor Rosell, Ricardo Antequera es quien le da al Instituto autonomía funcional, como
órgano académico del Colegio. Las primeras Jornadas Domínguez Escovar
que dirige Antequera versaron sobre Derecho Humanos en el año 1986, luego
dirige las de Derecho y Banca y Derecho y Seguros. En esta época y bajo su
dirección se realizaron varios Congresos Internacionales sobre Derecho de
Autor, de los cuales haremos mención más adelante. Rosell lo acompaña en
285
Discurso de Orden a cargo del Doctor Gabriel Ruan Santos, 2° Vicepresidente de la Academia ...
estos esfuerzos desde su especialidad en derecho penal. En el año 1987, inicia
desde el Instituto los estudios de post grado para abogados de la región con
un convenio con la Universidad Católica Andrés Bello, tarea proseguida por
su sucesor Ricardo Hernández Álvarez, con 17 post grados y 643 egresados.
En los cuatro años que dirigió Antequera el Instituto, éste dio un vuelco organizacional y de proyección también internacional. En 1989, renuncia a la
dirección del Instituto debido a su radicación en Caracas, por requerimientos
de su actividad profesional en el campo autoral.
Contaba Ricardo Antequera que, en el año 1987, ya encaminado como
experto en derecho autoral, recibió una llamada del director de la Universal
Estudios de Los Angeles, para consultarle un caso complejo relacionado con
el ámbito venezolano. Ello lo relacionó con la Motion Pictures Association,
organización gremial que canalizaba la asesoría jurídica a los autores y compositores en la industria del cine en los EE.UU. Precisamente, en este año sus
numerosos clientes, entre los cuales se encontraban las principales productoras
cinematográficas, quienes le piden que dirija la primera campaña contra la
piratería de obras cinematográficas en América Latina, motiva la fijación de
su residencia en la capital nuevamente.
Antes de su traslado a Caracas, había asumido la cátedra de Derecho de
Autor y Nuevas Tecnologías en la Universidad Católica Andrés Bello, función que tendría desde 1986 hasta 1997. La cual atendió inicialmente desde
Barquisimeto. En 1988, funda en Caracas, con su discípulo, colega y amigo
el abogado Manuel Rodríguez, la sociedad profesional Antequera Parilli &
Rodríguez, firma de gran y sólido prestigio en la materia de la Propiedad
Intelectual, que sería su asiento definitivo. A esta sociedad, se integran durante los años noventa sus hijos Ricardo Alberto y Ricardo Enrique, quienes
han llegado a ser dignos sucesores de su padre. Hoy en día, es una firma de
mediano tamaño que ocupa la banda principal y cuenta con profesionales de
muy alta calificación en la Propiedad Intelectual, según lo reporta la conocida
publicación Chambers Latin America, 2014.
Como nota importante de su actividad profesional, en el año 1990, la
sociedad Antequera Parilli & Rodríguez y Asociados emprende una campaña
de lucha contra la piratería de los programas de computación. Con ocasión
de ello, la sociedad lleva a cabo cerca de ochocientas actuaciones judiciales,
comprendidas demandas, inspecciones y medidas cautelares, para detectar y
combatir la violación de los derechos sobre dichos programas. Presta servicios a la organización gremial internacional denominada Bussines Software
286
Discurso de Orden a cargo del Doctor Gabriel Ruan Santos, 2° Vicepresidente de la Academia ...
Aliance e integra la Comisión Presidencial para la Lucha Contra la Piratería
en la Propiedad Intelectual en Venezuela.
En estos mismos años, Ricardo Antequera funda y promueve con el apoyo
de la profesora Raiza Andrade de Martínez y del profesor Francisco Astudillo
el famoso post-grado en Propiedad Intelectual de la Universidad de Los Andes,
del cual sería profesor, coordinador académico y autor del diseño curricular
y contenido programático de los Módulos de Derecho de Autor y Derechos
Conexos de dicho post-grado en la Universidad de Los Andes, actividad que
desempeñó desde 1995 hasta 2012. Contó este post-grado con el apoyo, entre
otros, de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y del Instituto
Max Planc de Alemania y la participación de los más calificados profesores de
Europa y de Iberoamérica en la Propiedad Intelectual, así como la concurrencia
de numerosos alumnos provenientes del extranjero, incluso de la República
Socialista de Cuba, Estado donde se reconocían en forma acomodaticia los
derechos de la Propiedad Intelectual.
Ricardo Antequera fue el primer latinoamericano que integró la Comisión
Jurídica de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC), órgano de máxima reputación académica y gremial a nivel
internacional, así como también fue el primer director latinoamericano de la
academia de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, organismo
internacional de la ONU, como consecuencia de su proyección nacional e
internacional a través de conferencias, congresos, seminarios, asesorías permanentes, promoción de organizaciones y eventos, libros, escritos y trabajos
legislativos en muchos países del mundo.
Llegado a este punto, creo conveniente resaltar la visión actual y trascendental de Ricardo Antequera, como abogado, académico y gremialista de
primer orden, al entrar de lleno en una materia que hoy en día ocupa lugar
principal en la economía del planeta. El profesor español Abel Martín, Director de la Sociedad de Artistas Audiovisuales de España, en su exposición
al Congreso Internacional de Propiedad Intelectual, celebrado en Margarita
en 2004, en homenaje a Ricardo Antequera Parilli, expresó con respecto a
la gestión del conocimiento y la propiedad intelectual e industrial que “…es
revelador el hecho que la mayor aportación al PIB por balanza comercial de
los EE.UU sean los ingresos por derechos de patentes, franquicias y marcas”.
Martín citaba al Director General de la Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual (OMPI) quien afirmaba: “En 1982 cerca del 62% de los activos de
las empresas de los Estados Unidos de América eran activos físicos, si bien en
287
Discurso de Orden a cargo del Doctor Gabriel Ruan Santos, 2° Vicepresidente de la Academia ...
el año 2000 esta cifra se redujo a un 30%. A principios de los años noventa los
activos intangibles representaban más de la tercera parte de los activos totales
de Europa…” El mismo funcionario citaba un informe de la firma Pricewaterhouse-Coopers de 1999, “… en el que cifró en más de cien mil millones de
dólares el mercado mundial de licencias de propiedad intelectual (en sentido
amplio) lo cual pone de manifiesto la relevancia económica que los activos de
propiedad intelectual poseen hoy en día… …El total de ingresos mundiales
aumento de 10.000 millones de dólares en 1990 a 110.000 millones en 2000,
destacando que estas cifras no sólo se refieren a las grandes multinacionales,
ya que cualquier PYME que tenga activos de patentes puede participar en este
tipo de relaciones comerciales”.
En la materia específica de derechos de autor, también llamada industria
cultural, señalaba dicho funcionario de la OMPI, citado por Martín, que en los
EE.UU los ingresos por copyrights contribuyen en mayor grado a la totalidad
de los ingresos nacionales, tanto que se estimaba en 2001 que la industria
del derecho de autor aportó 791.200 millones de dólares, lo que representaba
aproximadamente el 7,75% del PIB de ese país.
En relación también con la magnitud de la economía mundial que es
movida por las regalías, las cuales en alta medida se originan en el disfrute
de la propiedad intelectual, recuerdo que el periodista Andrés Oppenhaimer
reportaba hace poco tiempo que aproximadamente el 60% de los pagos que
hacen los países en desarrollo a los países desarrollados son por concepto de
regalías.
La sola magnitud económica de la Propiedad Intelectual en la economía
mundial y sus efectos sobre las economías de los países en vías de desarrollo,
antes aludida, justifica y da una idea del valor de la extensa obra y trayectoria
de Ricardo Antequera Parilli, quien fue pródigo en el desarrollo y difusión de
los conocimientos científicos y jurídicos acerca de la materia, para beneficio
no sólo de las personas jurídicas y naturales que solicitaban sus servicios, sino
también y sobre todo de muchos Estados, universidades, centros de investigación, profesionales del derecho, y funcionarios administrativos y judiciales. Fue
un hombre de proverbial generosidad intelectual, que atendía con interés y sin
mezquindad cualquier solicitud de aporte de conocimientos que se le hiciera,
por más humilde que fuera el requirente. Así como fue abogado y asesor de
grandes empresas, también fue un gran difusor de los conocimientos de su
dominio para beneficio de todos, dentro y fuera del país. De ello hay prueba
abundante en su extensa hoja de vida.
288
Discurso de Orden a cargo del Doctor Gabriel Ruan Santos, 2° Vicepresidente de la Academia ...
Antes de comentar la obra de Ricardo Antequera, conviene ilustrar al respetable público que nos escucha sobre el contenido y alcance de la Propiedad
Intelectual, con la finalidad de estar en capacidad de aprehender la substancia
y el ámbito de su trabajo. Expresaba Antequera en uno de sus múltiples textos:
“En sentido amplio, puede definirse la Propiedad Intelectual como un espacio
jurídico dentro del cual caben diferentes sistemas normativos que tienen por
objeto la protección de bienes inmateriales de diferentes órdenes: industriales,
comerciales, técnicos, artísticos, científicos y literarios. También se afirma,
continuaba Antequera, como regla general que los derechos de Propiedad Intelectual tienen como denominador común que reconocen derechos exclusivos
de explotación sobre esos bienes inmateriales, además de que en alguna de sus
ramas –particularmente en el derecho de autor- se atribuyen derechos morales
o de orden personal al autor”.
Advertía Antequera que la expresión Propiedad Intelectual no tiene el
mismo alcance en todos los ordenamientos jurídicos, ya que en algunos se
reduce a los derechos de autor, como equivalente de propiedad literaria o artística, frente a la rama de la propiedad industrial, referida a las invenciones y
diseños industriales, a los modelos de utilidad y a los signos distintivos, como
es el caso de España. Pero “hoy en día, la Propiedad Intelectual – sostenía
Antequera- tiende a universalizarse en su sentido amplio, abarcando así los
dos grandes sistemas (derecho de autor y propiedad industrial) sin perjuicio de
que la propiedad industrial puede dividirse, a su vez, en dos áreas: el derecho
invencional y el derecho marcario”. Sobre todo luego de la creación, en 1967,
de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) organismo
especializado de las Naciones Unidas que tiene competencia tanto en Propiedad Industrial como en Derecho de Autor y Derechos Conexos, referidos
estos últimos a las interpretaciones y ejecuciones artísticas, las producciones
fonográficas y las emisiones de radiodifusión; habiendo añadido la normativa
de la Organización Mundial del Comercio (OMC) el trazado de circuitos integrados y la protección de la información no divulgada.
Advertía también Antequera que no debía confundirse la Propiedad
Intelectual con el trabajo intelectual, pues la primera requería una obra, una
invención, un diseño, una marca, y no el mero trabajo que no genere un bien
inmaterial independiente, como sucede con los colaboradores técnicos, transcriptores musicales, correctores de pruebas, dibujantes arquitectónicos, etcétera.
Señalaba también que no debía confundirse la novedad exigida por el derecho
invencional en la propiedad industrial con la originalidad o individualidad
289
Discurso de Orden a cargo del Doctor Gabriel Ruan Santos, 2° Vicepresidente de la Academia ...
exigida a la obra en el derecho de autor, que “por su forma de expresión tenga
la impronta de la personalidad de su autor”. No siendo objeto de protección
las ideas sino la forma de expresión o ropaje de las mismas. Hacía hincapié en
el derecho moral del derecho de autor, por tratarse de creaciones espirituales,
destinado a “proteger el decoro de la obra y la reputación de su autor”, con
diferencia radical de naturaleza con los derechos de explotación. De allí el
carácter especial del derecho de autor, por cuanto más que la propiedad de
una cosa se trataba de un “haz de derechos” diversos, transmisibles unos y no
transmisibles otros.
En cuanto a los programas de ordenador o software, Antequera afirmaba
que el derecho positivo los consideraba obras literarias objeto de derechos de
autor, pero que podrían ser también materia de propiedad industrial si ellos
contuvieran una solución técnica que cumpliera con los requisitos de novedad,
altura inventiva y aplicación industrial, caso en el cual tendrían protección
acumulada por el derecho de autor y por el derecho de invención.
Con respecto a la propiedad intelectual, hay que advertir, como lo hacía el
profesor Abel Martín, en el libro homenaje a Ricardo Antequera, que esta forma
de propiedad no constituye un obstáculo para la libre circulación y desarrollo
de las ideas y de las creaciones, ni un impuesto ni un tributo, sino un incentivo
para seguir creando riqueza y cultura para la sociedad. Tampoco cabe concebir
el derecho moral de autor como un obstáculo para la divulgación de las ideas,
sino como una protección de la identidad legítima del creador; el derecho
de autor tampoco dificulta el libre acceso a la cultura, nadie más interesado
que el autor de que su obra adquiera notoriedad y conocimiento universal, en
correspondencia con el reconocimiento moral que le brinde la sociedad.
Pues bien, en relación con el ámbito de materia descrito, Ricardo Antequera Parilli produjo más de ciento ochenta (180) publicaciones, consistentes
en libros, monografías, colaboraciones en libros-memorias, recopilaciones,
anuarios, artículos en revistas especializadas, documentos para reuniones
y congresos, materiales para cursos, etcétera. De esta enorme producción
bibliográfica sólo haremos mención de algunos de sus libros: El Derecho de
Autor en Venezuela, año 1975; su tesis doctoral intitulada Consideraciones
Sobre el Derecho de Autor, 1977; La Fijación de Tarifas por las Entidades
Autorales y el Contencioso Administrativo, 1986; El Nuevo Régimen del
Derecho de Autor en Venezuela, 1994; El Derecho de Autor (2 tomos) 1998;
Manual de Enseñanza Virtual del Derecho de Autor (2 tomos), 2002, primero
en su especie en América Latina; Base de Datos de Jurisprudencia Comparada
Sobre Derecho de Autor y Derechos Conexos; Estudios de Derecho de Autor
290
Discurso de Orden a cargo del Doctor Gabriel Ruan Santos, 2° Vicepresidente de la Academia ...
y Derechos Afines, 2007; Estudios de Derecho Industrial y Derecho de Autor,
2009; Derechos Intelectuales y Derecho a la Imagen en la Jurisprudencia
Comparada, 2012.
Es muy conocida la labor intensa como legislador que realizó Ricardo Antequera. Cabe señalar en primer lugar, la redacción y promoción de la Reforma
de la Ley Sobre Derecho de Autor de Venezuela del año 1993, la cual supuso
un proceso lento, laborioso, conflictivo y fatigoso para lograr el consenso necesario con los diversos grupos de interés para su consideración y aprobación
legislativa; proceso indispensable para adecuar la vieja ley de 1962, redactada
por el doctor Roberto Goldschmidt, a las innovaciones de las convenciones y
tratados internacionales y a las nuevas realidades de la tecnología en el mundo.
Trabajo encomiable que fue alabado por el doctor Alirio Abreu Burelli en el
prólogo del libro de Antequera sobre esa Ley, quien destacó las oposiciones
de diverso signo ideológico que debió conciliar Ricardo Antequera en este
proceso de reforma.
Sin embargo, fue mucho más extensa la obra de redacción legislativa de
Antequera fuera de las fronteras del país. Así, cabe mencionar la co-redacción
de la Decisión 351 del Acuerdo de Cartagena contentiva del Régimen Común
sobre Derecho de Autor y Derechos Conexos para los Países de la Comunidad
Andina, en 1993. Co-redacción del capítulo sobre Propiedad Intelectual del
Tratado del Grupo de Los Tres, en 1993. Redactor de los proyectos de leyes y
reglamentos siguientes: Ley Sobre Derecho de Autor de la República de Panamá, 1994; Ley Sobre Derecho de Autor de la república del Perú, 1996; Ley
de Derecho de Autor de la República del Paraguay, 1988; Ley Sobre Derecho
de Autor de la República Dominicana, 2000; Reglamento de la Ley 15 Sobre
Derecho de Autor de la República de Panamá, 1995; Ley de Derecho de Autor
y Derechos Conexos de la República de Costa Rica; Reglamento de la Ley
de Derecho de Autor de Venezuela y de la Decisión 351 del Acuerdo de Cartagena, 1997; Reglamento de la Ley Sobre Derecho de Autor de la República
Dominicana, 2001; nueva Ley Sobre Derecho de Autor y Derechos Conexos
de la República de Panamá, 2012.
La labor docente y académica de Ricardo Antequera dentro y fuera
de Venezuela fue sumamente amplia. Además de la que hemos reseñado
precedentemente, agregamos ahora la siguiente: Profesor Honorario de la
Universidad de San Agustín en Perú; Profesor Honorario de la Universidad
Católica de Guayaquil, en Ecuador; Profesor de cursos intensivos en Derecho
de Autor y Derechos Conexos de la Universidad de Buenos Aires; Profesor
de post-grado en Propiedad Intelectual en la Universidad Metropolitana de
291
Discurso de Orden a cargo del Doctor Gabriel Ruan Santos, 2° Vicepresidente de la Academia ...
Caracas; Profesor de post-grado en Propiedad Intelectual de la Universidad
de Alicante, España; Profesor en la Maestría en Propiedad Intelectual de la
Universidad de Las Américas, en Quito; Profesor en la Catedra Fundacional
en Propiedad Intelectual en la Universidad Católica Andrés Bello, Caracas;
Profesor de la Maestría de Propiedad Intelectual en la Universidad Carlos III,
España; Profesor de la Especialización en Propiedad Intelectual de la Universidad de Castilla-La Mancha, España; Profesor en la Maestría en Propiedad
Intelectual en la Universidad Austral, Argentina; Coordinador de la Academia
de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual OMPI para América
Latina y el Caribe; Profesor en los cursos OMPI/Suiza y OMPI/Sociedad de
Gestión de Derechos de Autores y Escritores de España; Profesor en los cursos
y seminarios de Derecho de Autor para el Centro Regional para el Fomento
del Libro en América Latina y el Caribe CERLALC; y muchos más.
Con el auspicio de la OMPI, fue instructor y facilitador de cursos de
Propiedad Intelectual para funcionarios judiciales y administrativos de varios
países en América Latina y en Europa, incluyendo los del Estado Cubano, así
como también para diplomáticos y profesores universitarios. Se vincula esta
labor con la elaboración de su Manual de Enseñanza Virtual del Derecho de
Autor, destinado a este tipo de funcionarios. Esta actividad docente se extendió
también a los funcionarios del Tribunal Andino de Justicia.
Además de las ya mencionadas, ocupó posiciones relevantes en instituciones extranjeras e internacionales, tales como Presidente Honorario del
Instituto Interamericano de Derecho de Autor; Miembro Honorario del Instituto
Mexicano de Derecho de Autor; Miembro Honorario del Centro Colombiano
de Derecho de Autor; Miembro honorario de la Academia Ecuatoriana de
Derecho de Autor; Presidente del Comité de Derecho de Autor y Derechos
Conexos de la Asociación Interamericana de la Propiedad Intelectual y miembro
de su comité de profesores; Miembro del Instituto Latinoamericano de Alta
Tecnología, Informática y Derecho; y otras instituciones más.
Fue consultor de numerosas instituciones internacionales, en Propiedad
Intelectual y Derecho Migratorio, tales como la OMPI, el CERLALC, la
UNESCO, la Secretaría Permanente del Sistema Económico Latinoamericano
(SELA) y la Secretaría Económica Centroamericana (SIECA), la Junta del
Acuerdo de Cartagena, la Organización Internacional para las Migraciones,
y otras más.
Fue fundador y coordinador general de múltiples congresos internacionales
(10) sobre los derechos intelectuales de autor, de artista y de productor, a partir
del primero realizado en Caracas en 1986, luego en Bogotá, Lima, Ciudad de
292
Discurso de Orden a cargo del Doctor Gabriel Ruan Santos, 2° Vicepresidente de la Academia ...
Guatemala, Buenos Aires, Ciudad de México y otras urbes latinoamericanas;
así como también, de los congresos iberoamericanos sobre derecho de autor
y derechos conexos (3), a partir del Congreso de Madrid en 1991, luego en
Lisboa y en Montevideo. Fue galardonado con ocho condecoraciones nacionales y estadales en Venezuela.
Por toda la obra y trayectoria de Ricardo Antequera Parilli, antes reseñada, podemos concluir con palabras de su amigo el profesor Carlos Fernández
Ballesteros, quien lo despidió con el “Adiós a un Grande”, grande como abogado, pensador, profesor, ensayista, escritor, tribuno, disertante, organizador
de eventos, promotor de la enseñanza y difusión de la propiedad intelectual
en toda la región; pero sobre todo “pródigo en la producción de la más amplia
bibliografía que sobre la propiedad intelectual, particularmente en derecho
de autor y derechos conexos, jamás produjera en idioma español tratadista
alguno”.
La Academia de Ciencias Políticas y Sociales, a quien represento en
este discurso de orden, recoge estas palabras y también da su “Adiós a un
Grande”.
Caracas, 19 de noviembre de 2013.
293
BLANCA
SIN NUMERAR
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Palabras del Doctor Luis H. Farías
Mata, Individuo de Número
de la Corporación
BLANCA
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 297-300
ISSN: 0798-1457
Señoras y Señores:
Me tocó muy de cerca este acabado discurso de orden pronunciado por
quien dijo no ser especialista en Propiedad Intelectual –tanto más mérito entonces, acoto–, el ilustre Académico Dr. Gabriel Ruan Santos, 2do.Vicepresidente
de la Corporación, me rozó muy de cerca, repito, porque cuando Gabriel se
refirió al Congreso Internacional sobre Propiedad Intelectual (Derecho de Autor
y Propiedad Industrial), celebrado en el 2004 por la Universidad de Margarita y dedicado –para decirlo con las muy acertadas palabras inaugurales del
Rector Pedro Augusto Beauperthuy– al ya para entonces renombrado jurista
venezolano Ricardo Antequera Parilli, la referencia del Académico Ruán trajo
a mi memoria la cita que un año antes el Rector Beauperthuy había hecho del
precedente inmediato a dicho Congreso Antequera, a saber: Nuestra Jornada
sobre Derecho Subregional Andino llevada a cabo por UNIMAR durante el
mes de octubre del año anterior (2003), Jornada precisamente asociada al
génesis de la cátedra “Derecho Comunitario Andino” instituida luego en el
octavo semestre de la Carrera de Derecho, la cual me fue confiada y ejercí,
posteriormente.
Y viene al caso, insisto, dicho recuerdo en esta cadena de remembranzas
porque la Propiedad Intelectual había sido una competencia originariamente
nacional, más tarde transferida por los Países Miembros a los órganos directivos
de la Comunidad Andina, en razón de lo cual los organizadores de la Jornada
decidimos incluir un par de temas dedicados al Derecho de Autor y a la Propiedad Industrial, temas que despertaron el mayor interés, revelado a través de
una encuesta cuyo resultado fue determinante para que el evento Unimar 2004
(Congreso-Homenaje a Ricardo Antequera Parilli) incluyera, dijo entonces
Beauperthuy tanto al Derecho de Autor como a la Propiedad Industrial dentro
del Derecho Comunitario, fundamentándonos en la supranacionalidad recién
297
Palabras del Doctor Luis H. Farías Mata, Individuo de Número de la Corporación
adquirida por dichas disciplinas, producto como había sido de la señalada transferencia de competencias nacionales a la Comunidad supranacional andina.
Como conclusión del recuerdo: En mi memoria quedó conectado el Congreso Internacional Antequera sobre Propiedad Intelectual (en sus dos vertientes: Derecho de Autor y Propiedad Industrial) con aquella memorable Jornada,
no sólo por haber adquirido la mayor parte de la materia objeto del Congreso
rango de legislación supranacional mediante dos Decisiones Andinas (351 y
486 fundamentalmente proyectada por Ricardo), circunstancia que las convirtió
en normativa directamente aplicable –sin instancias nacionales intermedias– en
los Países Miembros, con supremacía por tanto sobre el Derecho positivo de
Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y por supuesto Venezuela, haciendo nacer
asímismo directamente derechos para los individuos que integran la respectiva
población de dichos países, sino conectados también (Congreso y Jornada)
porque las exposiciones fueron recogidas igualmente en las correspondientes
publicaciones (por cierto, la del Congreso Antequera en 3 tomos).
Tal supranacionalidad lograda por la Propiedad Intelectual en sus dos
vertientes (Derecho de Autor y Propiedad Industrial) vino sobre todo a la medida de Ricardo, él supranacional por antonomasia, quien había comenzado
a cultivar con singular acierto el Derecho Penal, todo conforme al autorizado
testimonio del Magistrado Jorge Rosell, especialista en la materia. En efecto
recuerda Rosell, en glosa de Ruan, que “Ricardo se destacó como abogado en
ejercicio, por su dedicación y responsabilidad, además de sobresalir con sus
alegatos llenos de ilustración y sentido común”. Rosell lo dice con propiedad
y yo lo corroboré a través de mi propia experiencia como Juez Comunitario en
Quito, donde con entereza, no exenta por cierto de hidalguía, Ricardo realizó
extraordinarias defensas de los derechos de sus representados.
Esta fase como Penalista seguramente cumplida en Valencia, no duraría mucho tiempo afirma Ruán, porque Ricardo se trasladó a Barquisimeto, ciudad que
tanto amó, como tuve ocasión de comprobarlo en nuestras conversaciones.
La pasión que Ricardo comenzó a sentir posteriormente por el Derecho
de Autor tiene un hermoso origen que Gabriel finca en la famosa canción venezolana pasillaneando, “detonante – dice– de una definitiva orientación de la
brillante carrera de Ricardo, pues en adelante su línea persistente y definitiva de
estudio y de trabajo … fue el Derecho de Propiedad Intelectual y principalmente
el Derecho de Autor”, defendido éste en el caso Sadel que Ruan cita, y en el
cual Antequera acudió incluso a la entonces nueva vía procesal del Amparo
Judicial para proteger cabalmente a su defendido.
298
Palabras del Doctor Luis H. Farías Mata, Individuo de Número de la Corporación
Estimo además que a la par comenzó a configurarse la que fue en él
una “constante” de su actuación académica y profesional, caracterizada
por partir de lo local, en este caso de lo “estadal”, y desembocar, como he
dicho en lo nacional y subsiguientemente en lo internacional, especialmente
latinoamericano.
Esa “constante”, como tal se mantiene en todas sus otras actividades tanto
docentes como profesionales, iniciadas también localmente pero trascendiendo
luego a nivel nacional, y posterior e igualmente en niveles latinoamericano,
internacional y finalmente supranacional.
Siempre consecuente con esa “constante”, Ricardo Antequera Parilli
incursionó en el Derecho Médico, abordó el régimen legal del inmigrante en
Venezuela, también, no faltaba más, el tema de los Derechos Humanos; fundó
postgrados como el de la Universidad de los Andes; realizó importantísimas
actividades gremialistas; actuó como legislador (la Decisión 351 del Acuerdo
de Cartagena contentiva del régimen común sobre Derecho de Autor y Derechos conexos, por él proyectada, valga como uno –que no el único– de los
mejores ejemplos).
La enumeración de las actividades del homenajeado realizada prolijamente
por quien se autoanunciara como un “no especialista” no podría ser, como todos
esperábamos de un “generalista”, más acertadamente elocuente. Habría que
agregar que Ricardo las convirtió, quizás hasta sin proponérselo, igualmente
en un permanente ejercicio de Derecho comparado.
Extrañaría, y ha sido objeto de crítica, que tan monumental despliegue de
erudición y actividad fructífera se hubiera realizado fuera de Venezuela. Otro
tanto se dijo de nuestro más importante héroe civil Don Andrés Bello; pero,
sin ánimo de caer en comparaciones, se entiende que tanto aquel como nuestro
homenajeado realizaron actividades de rango universal e, incluso supranacional,
partiendo de lo local, Chile y siempre Venezuela en ambos casos.
Lamentable fue que nuestro homenajeado hubiera sido tardíamente asomado para ingresar a esta ilustre Corporación, postulado como fue por respetables
instituciones que él mismo creó o ayudó a formar.
Empero, nos acompañan hoy –como testigos– amigos y familiares de
Ricardo, notoriamente sus hijos dignos sucesores del homenajeado como con
acierto, lo expresó nítidamente Gabriel. En efecto: Ricardo Alberto y su hermano Ricardo Enrique, transitan con señalado éxito la senda que, agrego yo,
les trazó su padre. El primero, por cierto, fue mi alumno y como tal integró la
299
Palabras del Doctor Luis H. Farías Mata, Individuo de Número de la Corporación
XXXV Promoción, que llevó mi nombre, coincidente, con el XL aniversario
de la fundación de la Universidad Católica Andrés Bello.
***
Agradezco a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales haber tenido
en cuenta mi entrañable amistad con el homenajeado, la cual se extiende
hasta todos sus familiares, por asociarme a este acto, memorable incluso por
su singularidad.
Me sucede ahora en el uso de la palabra el Dr. Hernando Díaz Candia,
también mi ahijado de Promoción, meritoriamente escogido para corresponder, en nombre de la familia Antequera, a este noble y merecido gesto de la
Academia.
Señoras Señores
300
Palabras del Doctor
Hernando Díaz Candía,
Profesor de Derecho de la Universidad
Central de Venezuela
BLANCA
SIN NUMERAR
302
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 303-309
ISSN: 0798-1457
Señores
Miembros de la junta directiva y demás individuos de número
de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales
Viuda, hijos, demás familiares y amigos del doctor Ricardo Antequera
Parilli
Damas y caballeros.-
Los familiares del homenajeado, Ricardo Antequera Parilli, encabezados
por sus hijos Ricardo Alberto y Ricardo Enrique Antequera Hernández; las
señoras Marisol Ochoa, Susana Hernández Quijada; María Eugenia, Aurea y
Maritza Antequera Parilli; los señores Enrique y Gustavo Antequera Parilli y
Paul Dudamel; y los doctores Julián Hernández Quijada y Eyra del Castillo de
Hernández, aceptaron graciosamente mi participación en este acto con la tarea
de recordar el aspecto humanista –y humano– del homenajeado. En nombre
de ellos, agradezco a la Academia la realización del acto y esta honrosa oportunidad de dirigirme a ustedes.1
Es posible que algunos de los distinguidos invitados aquí presentes se
pregunten qué es y qué hace exactamente esta Academia. Por eso aprovecharemos los antecedentes históricos del ente que hoy es nuestro anfitrión, y de
este recinto físico que nos recibe, para metaforizar la trascendencia jurídica
de Ricardo Antequera Parilli.
1
El maestro Luis Henrique Farías Mata enseña que los elogios deben hacerse sin estridencias ni exageraciones, y que no debemos creer en ídolos hasta que éstos demuestren que merecen la idolatría.
Como su confeso discípulo, trataré de obedecer al maestro, aunque la mesura será difícil por las amplias
calificaciones del homenajeado.
303
Palabras del Doctor Hernando Díaz Candía, Profesor de Derecho de la Universidad Central ...
La Academia de Ciencias Políticas y Sociales es una sociedad científica
establecida con autoridad pública. El muy distinguido académico Allan BrewerCarías, quien lamentablemente no puede acompañarnos hoy, la clasifica como
un ente de derecho público de carácter no estatal. Se trata de una institución
inspirada en andanzas de Armand-Jean du Plessis, mejor conocido como el
polémico Cardenal de Richelieu, quien siendo el poderoso primer ministro en
la Francia de Luis XIII, en el siglo XVII, tuvo conocimiento de unas reuniones, aparentemente semanales, que se llevaban a cabo en la casa del literato
Valentin Conrart. Allí, varios intelectuales se juntaban para disertar sobre
literatura y filosofar. Con el interés de concentrarlos y sacarles provecho, el
Cardenal de Richelieu institucionalizó las reuniones, acercándolas al Estado,
lo cual dio nacimiento en 1634-35 a la Academia Francesa de Literatura, que
sigue existiendo en la actualidad –con un hiato en tiempos de la Revolución–.
Se trata, o al menos se trataba de un ente con independencia funcional del
Estado, pero que en cierta forma lo apoyaba y, quizá como suerte de beneficio
añadido, servía para tener a los intelectuales reunidos y vigilados. Puede ser
discutido si se trataba de un ente para conservar al Estado o para liberalizarlo
y hacerlo progresar.
Pero no puede ser discutido que un jurista de la talla de Ricardo Antequera Parilli estaba llamado por la historia a ocupar un sillón como individuo
de número en ese tipo de institución. Para apoyar al Estado a conservar sus
rasgos positivos, pero a la vez para hacerlo progresar. Y, ¿por qué no?, también
para que los abogados venezolanos pudiésemos vigilar y aprovecharnos de
sus travesuras, de su viveza y la sutileza de ingenio para conocer los temas
jurídicos y discurrir en ellos.
Este recinto que nos recibe, por su parte, está en un edificio cuya fachada
neogótica fue reformada en tiempos de Antonio Guzmán Blanco, en 1872. Aquí
funcionó primero un convento franciscano, luego un cuartel, un hospital, las
cámaras legislativas nacionales, el seminario de Caracas y la Universidad de
Caracas –luego Central de Venezuela–. Ahora esta prestigiosa Academia creada
por ley en junio de 1915. Este gran salón, conocido como el paraninfo, fue
originalmente el salón Antonio Guzmán Blanco. Esa rica y variada historia es
tal vez una parte de la explicación de porqué hay aquí retratos de personalidades
tan diversas. Tenemos al libertador Simón Bolívar (detrás del presidio), pero
también a reyes de España como Carlos III y Felipe V (a mi derecha). A figuras
religiosas como Inocencio XIII (a mi izquierda) y el gigante Santo Tomás de
Aquino (detrás de mi, a quien sin querer, hoy le doy la espalda). Militares como
Francisco de Miranda y civiles como José María Vargas. Académicos como
304
Palabras del Doctor Hernando Díaz Candía, Profesor de Derecho de la Universidad Central ...
Andrés Bello (frente a mi) y el rector Francisco de Ibarra (a mi izquierda).
La historia del edificio refleja distintas naturalezas, pero un destino siempre
de servicio y bien colectivo. Así son los antecedentes de Ricardo Antequera
Parilli; variados, pero siempre al servicio de bienes colectivos más que a los
suyos propios, a la educación y a la academia. Veamos.
Según nos recordó el distinguido orador de orden, Dr. Gabriel Ruan Santos, nuestro ilustre homenajeado nació en La Victoria, Estado Aragua, el 18
de marzo de 1948. Hijo de Auriacora Parilli, natural de Caracas, y de Tomás
Ricardo Antequera, militar de carrera oriundo de El Tocuyo, Estado Lara, que
estuvo preso durante el régimen del general Marcos Pérez Jiménez. Lo militar
tuvo así transcendencia en la vida de Ricardo, como el pasado de este edificio.
Su madre fue una mujer ejemplar, muy culta, quien junto a don Tomás incentivó
la excelencia académica en su hijo.
Fue el mayor de seis hermanos. Alrededor de sus once años de edad lamentó la muerte por leucemia de su padre, y le correspondió el prematuro rol
de figura paternal. En su joven adolescencia se mudó a Caracas con su familia
en busca de oportunidades.
Estudió la primaria en el Colegio La Salle La Colina, y se graduó de bachiller en La Salle de Barquisimeto con el promedio de notas más alto del Estado
Lara. Desde temprana edad destacó en lo académico. Tal como este edificio,
tuvo un pase formal por la religión, pues fue monaguillo, con habilidad para
leer en latín durante la celebración de las misas.
Cuando su familia consiguió visa y él hasta una beca para estudiar en
España, Ricardo prefirió permanecer en Venezuela y estudiar Derecho en la
Universidad Central, que como mencionamos funcionó en una época previa
en estas instalaciones. Se graduó de abogado en 1969, habiendo sido como
estudiante funcionario en un tribunal penal a cargo del recordado juez José
Erasmo Pérez España.
Sus compañeros de estudio de Derecho e íntimos amigos, Julián Hernández
Quijada y Eyra del Castillo, lo recuerdan alegre pero dormilón. Se acostaba
tarde y era muy difícil despertarlo. Antequera vivía en la urbanización El
Cementerio y frecuentemente iba a estudiar en Los Rosales, a la pensión de
estudiantes que tenía la mamá de Julián, quien terminaría siendo su suegra
cuando Antequera enamorado se casó con Susana, la hermana de Julián. Le
fascinaba la música: tocaba cuatro, trompeta y acordeón con gran habilidad;
dar serenatas era uno de sus pasatiempos. Le encantaban las aventuras con el
Orfeón Universitario.
305
Palabras del Doctor Hernando Díaz Candía, Profesor de Derecho de la Universidad Central ...
Casi recién graduado, y sintiendo el llamado de la tierra paterna, se mudó
a Barquisimeto para trabajar con el abogado Nelson Ramírez. Allá conoció al
doctor Héctor Rivas Franco, quien llegó a ser magistrado del extinto Consejo
de la Judicatura, y a quien Antequera Parilli consideró un segundo padre. Todavía hoy los hijos de Ricardo lo recuerdan como el abuelo Rivas Franco. Tuvo
la oportunidad de trabajar de cerca también con el ilustre doctor José Rafael
Mendoza Mendoza y de conocer a su socio Manuel Antonio Rodríguez, quien
sería su compañero de armas en el ejercicio del derecho hasta que la muerte
del homenajeado lo dispuso.
En sus inicios como abogado, Antequera Parilli fue un generalista; dominó un amplio campo de conocimientos jurídicos, y prestó servicios a clientes
como la General Electric, Caterpillar, Agrigas, la Policía Técnica Judicial
(PTJ) y la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela (SACVEN). Para
SACVEN, Ricardo se dedicó a cobrar los derechos pecuniarios de autores y
compositores por la comunicación pública de obras musicales en bares, restaurantes, discotecas e inclusive en establecimientos menos decorosos. Fue
en esa tarea con la cual se enamoró del derecho de autor y pudo comprender
la trascendencia y valor de la propiedad intelectual como estímulo para la
industria, el comercio y el ingenio humano. Comenzó muy joven a arar para
dar autonomía científica al derecho de autor y escribió, con apenas tres años
de graduado, un trabajo intitulado <<El Derecho de Autor en Venezuela>>.
Cerca de la misma época sirvió en diversos períodos como juez temporal de
primera instancia en lo penal.
Viviendo en Barquisimeto cursó el Doctorado en Derecho en la Universidad de Carabobo, el cual concluyó con éxito en 1976 con su condecorada
tesis <<Consideraciones sobre el Derecho de Autor>>. Ganó un premio internacional de investigación otorgado por la Confederación Internacional de
Sociedades de Autores y Compositores (CISAC) y la Broadcast Music, Inc.
(BMI). Con ese premio pudo realizar una productiva pasantía en la Dirección
Nacional de Derecho de Autor en México.
Con la rentabilidad económica que representó el mercado venezolano para
la industria cinematográfica cerca de 1980, cuando la tasa de cambio era de Bs.
4,30 (“viejos”) por cada dólar estadounidense, esa industria invirtió importantes
recursos para luchar contra las reproducciones no autorizadas, comúnmente
conocidas como piratas. Ricardo Antequera Parilli dedicó gran esfuerzo durante
varios años a esa iniciativa, con viajes semanales de Barquisimeto a Caracas
y un segundo hogar en el hotel Caracas Hilton.
306
Palabras del Doctor Hernando Díaz Candía, Profesor de Derecho de la Universidad Central ...
La vocación académica de Antequera Parilli no fue desaprovechada en esa
época. Sus constantes viajes a Caracas le dieron la idea de acercarse institucionalmente a la Universidad Católica Andrés Bello. Allí, con el apoyo del decano
Fernando Pérez-Llantada, S.J. y el profesor Luis María Olaso, S.J., comenzó
a impartir derecho de autor en un módulo de la materia electiva <<Regímenes
especiales de la propiedad>>. Fue una iniciativa pionera, pues representó la
primera vez que una cátedra relacionada con derecho de autor se dictó en un
pensum de pregrado en Derecho en América Latina.
Luego las circunstancias requirieron que el homenajeado se mudase a Caracas, de manera permanente, en abril de 1987. Lo acompañó en ese proyecto
su inseparable escudero, abogado Manuel Antonio Rodríguez, con quien fundó
Antequera Parilli, Hernández Quijada, Rodríguez & Asociados en el Centro
Parque Carabobo del oeste capitalino, con la esperanza –que no prosperó– de
que su entrañable Julián Hernández Quijada –quien para ese momento ejercía
la profesión en Maturín, Estado Monagas– se uniese a la empresa. El nombre
del escritorio fue cambiado al actual, Estudio Antequera Parilli & Rodríguez,
en 2001.
En Caracas, el homenajeado pasó de consultor jurídico a director general
de la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela (SACVEN) continuando la cruzada que había iniciado en Barquisimeto para que América Latina
acogiese con más amplitud el <<Convenio de Berna
para la protección de las
obras literarias y artísticas>>, tratado original del siglo XIX con una importante enmienda de 1979, adoptado por Venezuela en 1982. Así, una vez más
con al apoyo de la Universidad Católica Andrés Bello, en 1986 organizó en
Caracas un exitoso congreso internacional sobre la protección de la propiedad
intelectual, que dedicó a la memoria de su admirado Roberto Goldschmidt.
Ese congreso contribuyó e impulsó la aprobación y adopción del Convenio de
Berna en Colombia (1987), Perú (1988), Honduras (1989), Ecuador (1991),
Paraguay (1991), Bolivia (1993), Panamá (1996) y Guatemala (1997).
Estuvo acompañado en congresos, conferencias, cursos, foros, talleres
y simposios a lo largo y ancho del continente americano, entre otros, por el
distinguido profesor uruguayo Carlos Fernández-Ballesteros y los destacados
profesores argentinos Carlos Alberto Villalba y Delia Lipszyc. Junto a ellos,
llegó a ser nombrado consultor internacional para América Latina de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI; o WIPO por sus siglas
en ingles), órgano especializado del sistema de las Naciones Unidas con sede
en Ginebra, Suiza.
307
Palabras del Doctor Hernando Díaz Candía, Profesor de Derecho de la Universidad Central ...
El reconocimiento y prestigio internacional del homenajeado son impresionantes. Fernández-Ballesteros, ex vicepresidente de la OMPI, lo calificó como
<<Grande en el pensamiento, grande en la acción>>, tomando las palabras
que Rodó dedicó a Bolívar. El profesor uruguayo lo celebró como: <<promotor
de acciones en favor de la enseñanza y la difusión de la materia en todos los
países de nuestra región. Certero en sus juicios, polemista agudo y tenaz (…)
El más grande, preciso y claro expositor que viera nuestra América en los
últimos treinta años, captando la sumisa atención de cuanta audiencia (…)
enfrentó, subyugando a los miembros de la judicatura con la profundidad y
volumen de sus conocimientos, transmitidos con claridad y seguridad supremas. Sus juicios se tornaban inapelables cuando los vertía con la cadencia
de su voz inolvidable.>>
Sin embargo, su humildad y venezolanidad jamás titubearon. Cuando se
propuso crear el primer posgrado latinoamericano en propiedad intelectual
–con el apoyo de la OMPI–, al cual se refirió el académico Gabriel Ruan Santos, lo hizo en Mérida, con la ayuda del profesor Francisco Astudillo y en la
Universidad de los Andes, y no en cualquier otra universidad sudamericana,
que seguramente lo hubiese acogido con entusiasmo. La especialización en
propiedad intelectual funciona así en Venezuela desde 1995.
El homenajeado fue un abogado integral y no un exégeta. El académico
Ramón Escovar León en su contestación al discurso de incorporación del individuo Luciano Lupini Bianchi nos dijo que un verdadero jurista debe entender de
filosofía, perseguir la esencia de las cosas, y no ser un ius-positivista extremo.
Todas esas condiciones las reunió Ricardo Antequera Parilli.
Luego de que Venezuela se abrió al derecho de la libre competencia en
1992, tuve la oportunidad de trabajar con el homenajeado en varios casos
ante la Superintendencia para la Promoción y Protección de la Libre Competencia (Procompetencia). Ahí constaté que Antequera Parilli era preclaro,
pues fue él uno de los primeros que captó la falacia de la contradicción entre
la libre competencia y los mal llamados monopolios legales de la propiedad
intelectual. Gracias a él entendí lo que a muchos hoy nos parece obvio: tanto
la propiedad intelectual como la libre competencia persiguen el aumento de
ofertas en beneficio de los consumidores y el mercado; sin incentivos para el
ingenio y la innovación, la oferta usualmente no aumenta de manera sostenible.
La propiedad intelectual –me dijo Antequera Parilli– busca un balance o sano
equilibrio para que la oferta se incremente de manera justa y leal.
Su agudeza lo llevó a colaborar en la redacción de proyectos de ley sobre
derecho de autor, convertidos en ley de manera sustancial –entre otros lugares–
308
Palabras del Doctor Hernando Díaz Candía, Profesor de Derecho de la Universidad Central ...
en Venezuela y en la República Dominicana. Esas leyes basadas en el trabajo
de Antequera Parilli son enteramente compatibles con la era de internet a pesar
de haber sido concebidas antes de ella.
Ricardo fue un verdadero profesor; nunca dejó de enseñar. El ánimo de
lucro y sus grandes clientes –que sin duda los tuvo, entregándose a ellos con
la diligencia del mejor padre de familia y entre los cuales se destacaron la
Motion Picture Association (MPA), grandes productoras cinematográficas y
empresas líderes de software y tecnología– no eran su impulso fundamental
en el Derecho. Presencié que hasta en su cama de enfermo se dedicó a instruir
a sus enfermeras sobre responsabilidad médica y derechos de los pacientes.
¿Sabe usted, señorita, que yo como paciente tengo derecho a rehusar esa
inyección?, le oí preguntar una vez. Y verdaderamente no lo preguntó por retrechería, sino por transmitir conocimientos. En ese momento me dijo que sus
frustraciones inmediatas más grandes no eran sus dolencias y malestar físico,
sino que los ojos no le permitían trabajar en la computadora para finalizar su
trabajo académico de turno, y que no iba a poder estar con sus estudiantes en
España en el próximo semestre. Su artículo y sus estudiantes iban primero
que él. También dio prioridad a la señora Marisol Ochoa y al niño –hoy adolescente– Paul Dudamel, quien fue casi su hijo adoptivo; con ellos compartió
los últimos 14 años de su vida.
Mencioné al principio que Ricardo Antequera Parilli merecía ser individuo de número de esta Academia. El destino y el Todopoderoso lo llamaron
lamentablemente antes de su momento. Pero como señaló el académico
Humberto Romero-Muci en su contestación al discurso de incorporación del
individuo Henrique Iribarren Monteverde, el verdadero profesor, el académico
del Derecho, no es el que sólo transmite conocimientos de manera efectiva
y amena, sino el que levanta curiosidades y da herramientas para que otros
avancen e innoven por su cuenta en los caminos de las ciencias jurídicas. El
verdadero maestro no es quien tiene muchos discípulos, sino el que forma
muchos líderes.
Y es que ni el Cardenal de Richelieu hubiese podido vigilar o contener a
Ricardo Antequera Parilli. Por eso está ahora en un lugar más grande y desde allí
disfrutando el camino de los líderes que forjó, incluyendo a sus hijos Ricardo
Alberto y Ricardo Enrique. Y quién sabe si hasta impartiendo instrucción sobre
derecho celestial desde que murió en Caracas el 13 de junio de 2013.
No sólo recordaremos a Ricardo por lo que fue. Lo tenemos y trendemos
presente por lo que es y seguirá siendo.
Gracias.
309
BLANCA
SIN NUMERAR
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ACTO HOMENAJE A LA DOCTORA
CLARISA SANOJA DE OCHOA
27 DE NOVIEMBRE DE 2013
BLANCA
SIN NUMERAR
312
Palabras de apertura del acto
por el Doctor Luis Cova Arria,
Presidente de la Academia de Ciencias
Políticas y Sociales
BLANCA
SIN NUMERAR
314
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 315-316
ISSN: 0798-1457
Señores miembros de la Junta Directiva de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales presentes;
Señores Académicos;
Señores Académicos Miembros de otras Academias Nacionales;
Dr. Alfredo Morles Hernández, Individuo de Número de esta Corporación;
Dr. Víctor J. Vargas Irausquín;
Dra. Clarisa Sanoja de Ochoa;
Familiares de nuestra homenajeada;
Señoras y Señores:
En nombre de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, me complace
darles la más cordial bienvenida a este acto especial en homenaje a la Dra.
Clarisa Sanoja de Ochoa.
Como es bien conocido por todos nosotros, la Dra. Sanoja de Ochoa es
una de nuestras activas y luchadoras mujeres venezolanas, en cuya carrera
profesional se ha destacado por sus aportes como docente, en sus actividades
dentro del equipo organizador y fundador del antiguo Cuerpo Técnico de Policía
Judicial, dentro del cual fundó la División de Menores, en su actuación judicial,
desde la función de Juez de Menores hasta la alta posición de presidenta del
Consejo de la Judicatura.
En fin, la Dra. Sanoja de Ochoa constituye un ejemplo a seguir no sólo
por lo que ha logrado sino por su calidad humana dedicada a trabajar con los
niños abandonados.
En este acto en su homenaje que realizamos el día de hoy en el recinto de
esta Academia, oiremos, en primer lugar, a nuestro Ex Presidente, el numerario
Dr. Alfredo Morles Hernández, quien nos hará una semblanza de la Dra. Clarisa
Sanoja de Ochoa. Acto seguido, le haremos entrega a nuestra homenajeada de
315
Palabras de apertura del acto por el Doctor Luis Cova Arria, Presidente de la Academia ...
un Diploma de Reconocimiento y, luego el Dr. Víctor J. Vargas Irausquín hará
la presentación de la obra que se ha editiado en Homenaje a la Dra. Sanoja y,
finalmente oiremos las palabras de la propia Dra. Clarisa Sanoja de Ochoa.
De seguidas los dejo con el Dr. Alfredo Morles Hernández.
Caracas, 27 de noviembre de 2013
316
Palabras del Doctor Alfredo Morles
Hernández, Individuo de Número
de la Corporación
BLANCA
SIN NUMERAR
318
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 319-327
ISSN: 0798-1457
Señoras y señores:
Quiere una de las mejores tradiciones del mundo académico que se celebre
ciertos acontecimientos con la publicación de libros conmemorativos. A tales
libros se les llama de diversa manera: libro homenaje, estudios en honor, libro
conmemorativo, liber amicorum. Todos tienen en común y resaltan el festejo
de una ocasión que merece ser recordada o de una persona cuyos méritos deben
ser reconocidos. El libro tiene la virtud de registrar el suceso y de perpetuarlo.
Más nunca podrá ser olvidado, porque las bibliotecas públicas se encargarán de
atesorar el libro; y las privadas, con los vaivenes propios de estas colecciones,
harán que el libro vaya de unas manos a otras y siempre termine en alguna
mano misericordiosa o amante del libro que lo lea, lo guarde y lo transmita a
otra mano. Se necesitaría de una catástrofe para que un libro desapareciera, tal
como ocurrió con el incendio de la Antigua Biblioteca de Alejandría, ocasión
en que se quemaron millares de manuscritos y ejemplares únicos, pues una de
las quemas de libros históricamente más próxima, la de Hitler en Alemania en
1933, hizo desaparecer ejemplares de algunas ediciones pero no los libros en
su totalidad. Y si bien los libros no desaparecieron, lamentablemente se hizo
cierta la advertencia del escritor judío alemán y gran poeta Heinrich Heine,
quien decía que “donde se queman libros se termina quemando personas”. Y los
nazis, autores del Holocausto, terminaron quemando millones de personas. La
quema de libros de 1973 en Santiago de Chile, bajo la dictadura de Pinochet,
apenas si se recuerda, pero el régimen terminó aniquilando enemigos. Muy
recordadas son las quemas ideológicas o religiosas de libros, como la de la
hoguera de las vanidades de Savonarola en Florencia en el siglo XV o –en la
ficción– la quema de libros que aparece relatada en El Quijote. Mucho menos
recordada es la desincorporación y destrucción de libros llevada a cabo en
319
Palabras del Doctor Alfredo Morles Hernández, Individuo de Número de la Corporación
Venezuela el año 2008 en las bibliotecas públicas bajo los criterios de “desactualizado”, “mal estado” y “no pertinente”, aplicada a 107 libros de Rómulo
Betancourt en la biblioteca pública de Guatire. Los cristianos hemos dejado de
lado, afortunadamente, el fanatismo que un día nos llevó desde participar en los
saqueos y destrucción de una de las bibliotecas de Alejandría hasta a utilizar el
nihil obstat, con cierta frecuencia, para permitir que algo se publicara. Ahora,
según el decreto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe (1975),
“Los Pastores de la Iglesia tienen el deber y el derecho de ser vigilantes, no
sea que se dañe la fe y la moral de los fieles por escritos; consecuentemente
han de exigir que la publicación de escritos concernientes a la fe y la moral
deban ser sometidos a la aprobación de la Iglesia y también de condenar libros
y escritos que ataquen la fe y la moral”. Esta última reserva prácticamente no
es utilizada por la progresista Iglesia de hoy día.
Como la vida y la obra de Clarisa Sanoja de Ochoa han sido una vida y
una obra para recordar, quienes la admiran pensaron que editar un libro que
recogiera una breve biografía suya, a la cual se sumaran estudios políticos y
jurídicos que enriquecieran la bibliografía nacional, era una buena manera de
rendirle homenaje con ocasión de sus 90 años, porque ella, además, siempre ha
rehuido los reconocimientos. Y acertaron, porque el libro que hoy se presenta
es una colección digna de la persona homenajeada.
Es una colección digna, por varias razones: en primer lugar, porque resalta
la personalidad de la homenajeada, como símbolo ciudadano de resistencia a
la opresión; como modelo de juez discreto e independiente de la etapa democrática; y como persona comprometida con el enaltecimiento de la mujer y con
la protección de los menores; en segundo lugar, porque los estudios examinan
la realidad actual del país y constituyen una contribución a la reflexión crítica
sobre la interpretación que se hace de algunas instituciones jurídicas y políticas;
y, en tercer lugar, porque la homenajeada y los escritos en su homenaje tienen
la pretensión de proyectarse hacia el porvenir para indicar –que sin llegar a ser
perfectas– personas e instituciones de la democracia del período 1958-1998
eran respetables y procuraban perfeccionarse.
1. La homenajeada. La personalidad de la homenajeada es perfilada con
nitidez y elegancia por Virginia Betancourt Valverde. Clarisa siempre ha sido
renuente a relatar los detalles de su vida que se relacionan con el sufrimiento
personal al que fue sometida en tiempo ya remoto. Virginia logró con la mejor
intención –porque si bien hay que perdonar no se debe olvidar– que se obtuviera
320
Palabras del Doctor Alfredo Morles Hernández, Individuo de Número de la Corporación
una narración bastante aproximada de la tortura sufrida por Clarisa, para que
nunca se repita esa práctica. Porque el poder siempre ofrece la tentación del
abuso y en el entorno se respira una atmósfera pesada de amenaza, de sospecha,
de mano levantada para golpear, que requiere del ciudadano un estado de alerta
que incluya la voluntad de dejar constancia de lo que ocurra. Basta pensar en
el retiro de Venezuela de la Convención Americana de Derechos Humanos y
de la acción de sus órganos jurisdiccionales de protección para experimentar
legítimo temor. Virginia ha sido, en este caso, la fiel cronista de los sucesos y
el ejemplo para el futuro.
Clarisa Sanoja de Ochoa fue juez en la etapa democrática y nadie le
dijo, nunca, como debía sentenciar. Además, ella jamás lo habría aceptado.
Su conocimiento de la ley y del derecho la llevó a dictar sentencias memorables, como la del reconocimiento o equiparación del hijo adulterino al hijo
legítimo; y la interpretación que aplicaba era la de la solución más favorable
al menor, al incapacitado o al desfavorecido. Sus decisiones fueron siempre
respetables y respetadas. Su preocupación por el estudio de la materia en la
cual administraba justicia la llevó a publicar algunos trabajos, como “Derechos
alimentarios del menor”, “Conducta irregular del menor” y “Problemas de
conducta del adolescente”. Al final de su carrera de juez fue juez de jueces,
participando en la toma de decisiones para elegir jueces, procurando escoger
a los mejores por consenso con sus colegas y aplicando el derecho disciplinario judicial con las dosis de rigor, justicia y equidad que requieren estas
sentencias. El profesor José Manuel Guanipa, de la Universidad del Zulia, ha
escrito en honor de Clarisa y con destino al Libro Homenaje un ensayo sobre
la dignidad de la labor judicial. En él, dice Guanipa, que Clarisa Sanoja de
Ochoa, ejemplo de la mujer venezolana, “ha dado muestras elocuentes de que
es posible conducirse con rectitud, honorabilidad y eficiencia en las diferentes
facetas en las que se puede ejercer el Derecho como vocación profesional” y
como él le dedica su estudio a Clarisa y también a su distinguida madre Corina Villalobos de Guanipa (honorable juez también en su momento), afirma:
“Ellas son prueba palpable de que la figura del juez honesto, trabajador, firme
y prudente a la vez, sobrio, estudioso, confiable y vivaz no es simplemente
utópica, sino que, con base en una sólida formación moral, desinteresadamente y con empeño, se puede servir a los demás y a la sociedad administrando
sanamente justicia”. Guanipa enuncia la prudencia, la justicia, la fortaleza y
la templanza como las virtudes del juez, partiendo de las virtudes cardinales
o capitales de la filosofía griega y tomista. Esas virtudes, sin duda, se hallan
321
Palabras del Doctor Alfredo Morles Hernández, Individuo de Número de la Corporación
presentes en la homenajeada, como también se hallan presentes la vocación
de servicio, la honestidad, la humildad, la dedicación al estudio, el orden, el
decoro y la discreción. En justicia, se debe agregar que muchas otras magistradas de la época, contemporáneas de Clarisa, fueron personas ejemplares,
respetadas y dignas. Para limitar la referencia únicamente a las personas más
próximas a ella, a quienes ella recuerda y menciona con frecuencia, bastaría
con nombrar a Nohemí Irausquín de Vargas, especialista en derecho social,
cuya preocupación no se limitaba a los casos que decidía, sino que se extendía
al estudio y a la divulgación de los nuevos desarrollos de la disciplina que
cultivaba, a la recopilación, comentario y publicidad de las sentencias de los
tribunales superiores y de la doctrina de la entonces Corte Suprema de Justicia,
a la organización de reuniones, conferencias y jornadas que promovía con el
Instituto Venezolano de Derecho Social, que hoy funciona como Capítulo de
esta Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Instituto en cuya dirección
participó y cuya presidencia ejerció. En estos ámbitos académicos transcurrió
gran parte de la vida intelectual de Nohemí Irausquín de Vargas. Otras meritorias magistradas fueron Sofía Cardot de Briceño y Carmen Elena Crespo de
Hernández, quienes llegaron al Consejo de la Judicatura después de una larga
y meritoria carrera judicial.
Clarisa Sanoja de Ochoa cumplió una labor nacional e internacional de
defensa de la situación jurídica de la mujer y de protección de los menores,
como delegada permanente de Venezuela ante la Comisión Interamericana de
Mujeres de la OEA en los años 1960 y 70 del siglo XX, habiendo sido Vicepresidenta de ese organismo (1960-1962), y participado en reuniones nacionales e
internacionales de distinto género relacionadas con esas materias. En 1967, en
Bogotá, en la XIV Asamblea de la Comisión Interamericana de Mujeres, propuso que los países miembros de la OEA modificaran la legislación de menores
en materia de equiparación de derechos del hijo adulterino al hijo legítimo. En
el ámbito nacional, Clarisa siempre hizo causa común con el grupo de mujeres
ilustradas y progresistas que promovió reformas legislativas que favorecieran
el reconocimiento y el enaltecimiento de la mujer, así como la equiparación
de géneros, habiendo publicado un trabajo titulado “Igualdad de la condición
jurídica de la mujer”. Estuvo entre las promotoras de la reforma del Código
Civil de 1982; y en el comienzo de la era democrática 1958-1998 tomó a su
cargo la instauración y organización de una policía judicial profesional, respetuosa de los derechos humanos, delicada encomienda que recibió del ilustre
académico René De Sola, entonces Ministro de Justicia. Su preocupación por el
322
Palabras del Doctor Alfredo Morles Hernández, Individuo de Número de la Corporación
personal retirado de la administración pública la ha llevado hasta la presidencia
de la Asociación de Jubilados y Pensionados del Poder Judicial, que todavía
ejerce. Recientemente, un grupo de jueces retirados del Estado Carabobo le
ofreció un agasajo en Valencia, lo cual indica un respetuoso aprecio por su
labor y por su persona.
Clarisa Sanoja de Ochoa ha ejercido su profesión de abogado dignamente.
La parte más destacada de esa actividad, por décadas, la ha cumplido al lado de
su gran amigo y protector, el exitoso, respetado y generoso empresario Víctor
J. Vargas Irausquín, a cuya hidalguía y munificencia se debe la publicación del
Libro Homenaje. Él mismo ha dado testimonio en el propio Libro Homenaje y
con su presencia en este acto, del alto aprecio en que tiene la honesta y compleja labor desarrollada por la homenajeada dentro de su grupo de empresas.
De ese correcto ejercicio profesional dan fe, también, la Facultad de Derecho
de la Universidad Católica Andrés Bello, la Facultad de Ciencias Jurídicas y
Políticas de la Universidad del Zulia, la Federación Venezolana de Abogadas
y el Colegio de Abogados del Estado Zulia, cuyos testimonios se presentan
en este mismo acto.
2. Los estudios. La gran mayoría de los artículos de los autores de las
colaboraciones que componen el Libro Homenaje tienen un rasgo común: todos
se refieren a la situación actual del país, que José Manuel Guanipa caracteriza
como “uno de los momentos más complejos de su historia republicana”, “un
momento en que el estado de derecho cada vez está más debilitado, pues el
derecho no se concibe como instrumento para que impere el orden y la paz
social, sino que se utiliza para la dominación”; que José Ignacio Hernández
describe como “el intento de pulverizar el estado social y democrático de
derecho”; que Carlos Ayala Corao nos recuerda –con un gran optimismo y
a pesar de las adversidades– es un Estado sometido al control de convencionalidad, es decir, a la supremacía de los tratados válidamente suscritos y
ratificados por el país, en los términos interpretados auténticamente por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos; que Magaly Vásquez González
nos informa es un Estado en el cual se producen modificaciones irreflexivas
del Código Orgánico Procesal Penal, “en las que no se ha analizado o se desconoce el origen y aplicabilidad de muchas de sus figuras, conduciendo a los
ya recurrentes problemas de interpretación que, en la práctica, redundan en
más inseguridad jurídica”; que Román Duque Corredor nos hace saber es un
Estado que ha convertido el proceso penal inmobiliario en un instrumento de
323
Palabras del Doctor Alfredo Morles Hernández, Individuo de Número de la Corporación
persecución; que Eugenio Hernández-Bretón nos participa, es un Estado en que
ha disminuido la inversión extranjera, no se conoce la celebración de contratos
de estabilidad jurídica y las decisiones del TSJ y las resoluciones arbitrales
excluyen el recurso al arbitraje internacional establecido en el artículo 22 de
la Ley de Promoción y Protección de Inversiones; que Antonio Canova González, con gran crudeza, afirma, es un Estado en donde además de la negación
sistemática de la propiedad privada y otros males, como el de “un gobierno
despótico”, existe “un contexto de sometimiento, violación de los derechos
ciudadanos, persecución política y económica, lucha de clases, escasez, inflación, mercado negro y corrupción administrativa generalizada”; que Carlos
Luis Carrillo Artiles caracteriza como un país en que se desnaturaliza por vía
cautelar la disciplina judicial desde la Sala Constitucional del TSJ; que Juan
Cristóbal Carmona Borjas estima como un país en que el tratamiento dado por
la Sala Constitucional a un hecho relevante, como el de la juramentación de
un candidato presidencial reelegido en el cargo, no fue el acertado; y que yo
mismo –perdóneseme la referencia personal, pero es inevitable– haya considerado que el peor de los males, entre tantos otros presentes en la economía
venezolana, sea la incorporación de una ideología contraria a la economía de
mercado en la legislación, porque todos los participantes en el juego económico
saben que tienen sus días contados, que su existencia es precaria, por lo cual
no es de extrañar que los inversionistas apliquen políticas de “sobrevivencia”
en lugar de políticas de crecimiento.
Otros estudios examinan la situación actual de instituciones jurídicas
que han sufrido una transformación desfavorable, como es el caso de la tutela
cautelar del sujeto pasivo en el proceso contencioso tributario. Luis Fraga Pittaluga nos informa que “desafortunadas decisiones judiciales… prácticamente
han acabado con la tutela judicial en el ámbito de la justicia tributaria”; Luis
Torrealba Presilla afirma que la realidad del sistema cautelar en el contencioso
de la regulación bancaria es realmente “desoladora”; que existe una tendencia
jurisprudencial que ha deformado los requisitos de procedencia de las medidas cautelares, vulnerando constantemente el derecho de protección cautelar;
Enrique Sánchez Falcón manifiesta su acuerdo con las duras críticas que ha
recibido la jurisdicción contencioso-administrativa por su sesgo a favor de la
administración y, aporta, el examen de “tres casos en los cuales es evidente el
sesgo pro-gobierno del juzgador”, como él mismo dice; María Carolina Mogensen examina la limitación que ahora se impone a las empresas de seguros
–solo pueden operar en aquellas actividades expresamente establecidas en la
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Palabras del Doctor Alfredo Morles Hernández, Individuo de Número de la Corporación
ley– revirtiendo el principio pro libertate propio del principio de libertad económica, en base a la cual el órgano regulador ha limitado la gestión de fondos
administrados a través del contrato de fideicomiso.
Dos instituciones de origen anglosajón, una ya con cierta tradición legislativa (el fideicomiso) y otra todavía sin huella normativa en Venezuela (el escrow),
son el objeto de los análisis de Nasly Ustáriz Forero y Alfredo Ignacio Vargas
Salas, respectivamente. El primero es una incursión en la responsabilidad civil
del fiduciario, un tema no abordado antes en el país con la profundidad con
que ahora lo hace la autora. El segundo es una introducción a un contrato de
amplia utilización en los países de common law, desfigurado ocasionalmente
por la práctica de algunas instituciones financieras internacionales inescrupulosas. María Cristina Parra de Rojas relata el proceso de adaptación de la
legislación venezolana a las instituciones y principios más modernos en materia
de derechos de los niños, niñas y adolescentes, específicamente, a la doctrina
de la protección integral. Los niños y los adolescentes no son más objeto de
derechos sino sujetos privilegiados de derechos, con capacidad de hacerlos
valer incluso en forma personal y directa, lo cual sustituye la vieja teoría del
menor en situación irregular. Aunque la autora reconoce un esfuerzo público y
privado para proveer recursos a la atención de la familia y de la infancia, señala
que los recursos siguen siendo insuficientes. Al registro civil de nacimientos
se refiere el estudio de Anabellla Del Moral y a las instituciones de protección
civil a la infancia en el Zulia dedica su trabajo Ydamis Ávila García.
3. Pretensión de proyección del homenaje hacia el porvenir. Clarisa
Sanoja de Ochoa es un personaje destacado de la etapa democrática que vivió
Venezuela de 1958 a 1998 y ocupó cargos públicos en esa etapa. Algunos de
los colaboradores del Libro Homenaje, como Virginia Betancourt Valverde,
hija del ex Presidente Rómulo Betancourt, desempeñó admirablemente el cargo
de Directora de la Biblioteca Nacional; René De Sola fue Ministro de Justicia,
Embajador ante la Unesco en París y Canciller de la República, Magistrado y
Presidente de la Sala Político Administrativa de la antigua Corte Suprema de
Justicia; Andrés Caldera Pietri, hijo del ex Presidente Rafael Caldera, fue Ministro de la Secretaría de la Presidencia de la República en el segundo mandato
de su padre; Carlos Canache Mata fue parlamentario y gobernador de estado.
Todos ellos han escrito ensayos para el Libro Homenaje: Virginia Betancourt
Valverde, la biografía de la homenajeada; René De Sola, en torno a la historia
y a la evolución del Consejo de la Judicatura; Andrés Caldera, alrededor del
325
Palabras del Doctor Alfredo Morles Hernández, Individuo de Número de la Corporación
veto que en su momento utilizó su padre contra la ley de creación del Consejo
de la Judicatura, cuestión que dio origen a un proceso ejemplar de discrepancia
política y de solución civilizada y democrática; Carlos Canache Mata sobre
la evolución de los partidos políticos en el período 1958-1998. Todos estos
colaboradores del libro y, al mismo tiempo, ex funcionarios públicos de la
era democrática 1958-1998, viven modesta y honestamente y ninguno de
ellos ha dañado a nadie, como la mayoría de los ciudadanos que formó parte
de la sociedad de la impropiamente llamada “cuarta república”. Ni Virginia
Betancourt Valverde ni Andrés Caldera Pietri heredaron de sus padres grandes
fortunas o llevan un tren de vida que no pueden explicar. La mayor parte de
los ciudadanos de Venezuela cometió un suicidio político en diciembre de
1998, al hacer culpables colectivamente a los partidos políticos de los males
de los cuales cada uno de los ciudadanos era responsable individualmente en
algún grado. Al repudiar a los partidos políticos y hacerlos responsables de
los males del país, quitándose de encima su propia responsabilidad personal,
los ciudadanos destruyeron los salvavidas que los mantenían a flote en el mar
proceloso de la política de entonces. Así como en el mar no se puede navegar
sin salvavidas, en la política no se puede andar sin estar amparado a la sombra
de un grupo político, con tradición, con doctrina, con disciplina, aun con discrepancia, pero con cohesión alrededor de principios y valores democráticos.
Los partidos políticos son parte de la esencia de la democracia representativa,
la única verdadera, porque la otra, la democracia directa, es simplemente una
utopía. Las generaciones de hoy son huérfanos políticos, hijos de los huérfanos
políticos de 1998 que abominaron de los partidos políticos y prefirieron el azar,
afición muy venezolana justamente criticada por intelectuales como Mariano
Picón-Salas o Arturo Uslar Pietri, y que los venezolanos suelen asociar al gesto
de Florentino en el famoso verso de Alberto Arvelo Torrealba. Quienes están
en el poder están disfrutando de la auto destrucción de un sistema que era
imperfecto, es cierto, pero perfectible; un sistema que se perdió en un acto de
juego de azar de los electores y que ha sido sustituido por un sistema aún más
imperfecto. Nada podrán lograr los ciudadanos –huérfanos políticos– hasta que
no encuentren nuevas y fuertes formas de cohesión social, como las que lograron los ciudadanos que se aglutinaron alrededor de doctrinas socialcristianas,
social demócratas y liberales en la época que siguió a la dictadura, fenómeno de
cohesión social que dio lugar a una de las etapas de mayor libertad, de mayor
democracia y de mayor progreso que ha tenido el país.
326
Palabras del Doctor Alfredo Morles Hernández, Individuo de Número de la Corporación
Este homenaje y su representación más cabal, el Libro Homenaje que hoy
se presenta, es como una especie de mensaje contenido en una botella lanzada
al mar del porvenir, para que se sepa que había jueces honestos, magistrados
honestos, políticos honestos y personas honestas en la injustamente vilipendiada
“cuarta república”, período en el cual había una democracia real en los términos
definidos por Norberto Bobbio en su libro El futuro de la democracia, la única
democracia posible, la democracia siempre frágil, vulnerable, corrompible y
frecuentemente corrupta –porque es obra de los hombres y no de los dioses–
a la cual los electores venezolanos de 1998 hicieron pedazos con la utópica
intención de hacerla renacer, tal como hicieron en la mitología griega las hijas
de Pelias con su padre, según recuerda Hobbes y repite Bobbio, advirtiendo
sobre lo que no se debe hacer con la democracia.
Desde sus 90 años, con su vida, con su obra y con su ejemplo, Clarisa
Sanoja de Ochoa envía un saludo al futuro democrático del país; y nosotros
nos sentimos orgullosos de estar a su lado.
Señoras y señores.
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Palabras del Doctor Víctor J. Vargas
Irausquín, Presidente del Banco
Occidental de Descuento
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Página: 331-332
ISSN: 0798-1457
Tengo el honor de escribir estas líneas para presentarles un libro de especial
significación, en homenaje a la vida y obra de una persona excepcional, que
encarna fielmente los más altos valores de la mujer venezolana y constituye
un digno ejemplo a seguir.
Es una iniciativa que nació en el Banco Occidental de Descuento (B.O.D.)
y desde el principio contó con mi respaldo más entusiasta, pues se trata de un
merecido reconocimiento a Clarisa Sanoja de Ochoa, una mujer admirable,
ejemplo de lucha y superación, que aún hoy ejerce su labor con la sabiduría
y privilegiada perspectiva que le otorgan sus 90 años de vida, y que se ha
desem­peñado en nuestra institución durante 27 años.
Conozco a la doctora Clarisa Sanoja de Ochoa desde mi niñez y siempre le
he profesado el mismo afecto y respeto que le daba a mi madre, Nohemí Irausquín de Vargas, su gran amiga, también juez, activa militante del derecho social
y divulgadora de los valores superiores del ordenamiento jurídico, a través de
su obra escrita y de su actuación desde el Instituto Venezolano de Derecho
Social, hoy capítulo de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
Clarisa Sanoja de Ochoa es una mujer activa y luchadora, con una gran
calidad humana y una voluntad admirable en todos los retos que ha emprendido.
Sus aportes y logros se ven reflejados en la historia de su carrera profesional
y en su compromiso social con Venezuela. Luchó en contra de la dictadura
de Marcos Pérez Jiménez, fue docente durante más de 15 años, formó parte
del equipo organizador y fundador del Cuerpo Técnico de Policía Judicial,
creó la División de Menores, fue designada Juez de Menores, luego Magistrada del Consejo de la Judicatura y fue la primera mujer Presidenta de esa
institución.
Personalmente, y en representación del grupo de empresas que dirijo,
he recibido sus valiosos consejos y acertado asesoramiento profesional, en
331
Palabras del Doctor Víctor J. Vargas Irausquín, Presidente del Banco Occidental de Descuento
asuntos legales de mucha complejidad. Su parecer siempre ha tenido en cuenta
el respeto de las prescripciones legales que amparan a los trabajadores y los
postulados éticos que son fundamentales en mis empresas.
En innumerables ocasiones le he agradecido su invalorable colaboración,
su consejo oportuno, que nace de una gran experiencia profesional y del profundo conocimiento del país. Ahora quiero hacerlo públicamente, reconociendo
su incalculable aporte en materias trascendentales para Venezuela y reiterando
mi orgullo y satisfacción por presentar esta obra en su honor.
Víctor J. Vargas Irausquín
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Palabras de la Doctora Clarisa
Sanoja de Ochoa AL AGRADECER
EL HOMENAJE EN SU HONOR
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 335-342
ISSN: 0798-1457
Raras veces en la vida podemos tener la satisfacción inmensa, de reunirnos en una misma ocasión con la gente de nuestro afecto, que además goza de
nuestra admiración, y que siempre queremos tener cerca. En el disfrute de esa
gran satisfacción distinguido auditórium, me encuentro hoy, en esta sede de
la Ilustre Academia de las Ciencias Políticas y Sociales, donde también hacen
presencia distinguidas personalidades de la no menos ilustre Universidad Católica Andrés Bello, de la Universidad del Zulia, de la Federación Venezolana de
Abogadas, del Colegio de Abogados del Estado Zulia, apreciados compañeros
de lucha por la consolidación del sistema democrático como única vía política,
jurídica y social para una convivencia eficaz, queridos y entrañables amigos
de todos los tiempos que hoy me honran con su presencia.
Es esta sin duda alguna, una ocasión muy singular para mi, que dediqué
muchos años, tanto a la docencia en todos los ciclos de la educación primaria
y secundaria, período crucial del ser humano en su plena formación, así como
a la universitaria y a la profundización de los conocimientos profesionales
del Derecho, para dedicarlos al ejercicio de la Magistratura en el marco de
una trilogía de preceptos como lo son la objetividad, la imparcialidad y la
oportunidad, siempre ajustada a la norma legal. Considero que en el ejercicio
de nuestras funciones, es más valioso sentir el respeto de las personas, que
la admiración.
Quiero igualmente hacer propicia esta oportunidad, para unirme al júbilo
público, en la conmemoración de los sesenta años de la Universidad Católica
Andrés Bello; con más de medio siglo de fructífera vida académica, como
prestigioso foro de luces y virtudes, dedicados a la búsqueda de la verdad
mediante la práctica del conocimiento, y también como reservorio de futuro,
a través de las generaciones que allí se forman y que estoy segura honraran
nuestra patria, por la vía de esa sapiencia allí impartida.
335
Palabras de la Doctora Clarisa Sanoja de Ochoa AL AGRADECER EL HOMENAJE EN SU HONOR
Quiso el destino reservarme este gran honor, al ser objeto de la generosidad
de grandes amigos, compañeros y particulares, a quienes debo agradecer de
manera especial su presencia hoy, congregados en los centenarios recintos de
este Palacio, en cuyos cálidos espacios, se respira el bienestar de la conciencia
plena por el deber cumplido, en armoniosa simbiosis entre el conocimiento y
el desarrollo integral del talento humano.
Pero además, tiene para mí esta honorable sede, una significación muy
especial, fue aquí, donde cursé mi carrera y recibí mi título de Dra. en Ciencias
Políticas; cuando para la época este recinto era el asiento de la Universidad
Central de Venezuela. Aquí me posesioné de ese instrumento académico que
se transformaría en la herramienta legal que en adelante, me permitiría ejercer
la anhelada profesión que había escogido para servir con lealtad a mis conciudadanos hasta el final de mi vida, como en efecto lo ha sido.
Hoy todo lo que este entorno y su recuerdo significa emocional y afectivamente para mí, se me hace indescriptible, porque hurgar en el pasado es como
buscar el yo guardado en el recuerdo, por lo que agradezco en este momento
esa comprensión para proseguir.
Ante este caudal de afecto demostrado por todos Ustedes, se me hace
imprescindible evocar la conseja tan popular y antigua como la humanidad
misma, de que “nobleza obliga”, ello es cierto, Víctor Vargas Irausquín, joven
y talentoso empresario venezolano, en un gesto de noble gentileza, hace ya
varios años, cuando yo iniciaba un merecido descanso, gracias al beneficio de
una jubilación que se comenzaba a hacer efectiva en esos momentos por mi
propia voluntad, con el único propósito de incursionar al final de una razonable
pausa, en el campo del ejercicio, o quizás en la investigación, pero siempre
vinculada a mi profesión de abogado.
Otro gran amigo, también de mi entrañable afecto, Pedro Rendón Oropeza,
consideró que mi experiencia en la magistratura y mi dedicación en actualizar
los conocimientos del Derecho, serían factores de gran utilidad para la pujante
empresa bancaria liderada por Víctor, propuso mi incorporación al BOD, postulación que de inmediato contó con el sincero apoyo y la confianza de Víctor
Vargas, como máxima autoridad de la entidad.
Con el paso del tiempo esos valores que definen nuestra personalidad,
como son: la confianza y el respeto, se fueron transformando en afecto, donde
la consideración y la generosidad han marcado la pauta de una relación que
logró minimizar el umbral entre el jefe y el subalterno haciéndolo imperceptible,
confundido luego en un sentimiento de amistad, firme e irrevocable.
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Palabras de la Doctora Clarisa Sanoja de Ochoa AL AGRADECER EL HOMENAJE EN SU HONOR
Quiero en esta ocasión, expresarle todo mi agradecimiento por esa especial
oportunidad, y fundamentalmente, por el nivel de altura que le dio siempre
a nuestra relación laboral y las manifestaciones de afecto y solidaridad que
siempre he recibido de él.
A Pedro, la gratitud permanente de haber pensado en mí para ese reto, en
el desempeño de tan relevantes funciones y por haber consolidado en estos
largos años compartidos, nuestra amistad y afecto.
El tránsito por la vida nos depara momentos de especial significación,
frente a los cuales tenemos una actitud y una respuesta a sus estímulos. En mi
caso, en esta hora, siento sin falsa modestia, la satisfacción del deber cumplido. En el BOD tendrá fin mi jornada de trabajo de más de setenta años, en
ese momento de mi retiro solo aspiro que no haya muerto la democracia por
la que tanto he luchado.
Estoy convencida de que es el sistema político ideal, que nos permite garantizar las libertades plenas. Cuando me preguntan que si valió la pena tanta
lucha, tanto riesgo, tanta entrega por la causa de la democracia y no tenerla
hoy totalmente, respondo: Que no me arrepiento, porque aun cuando hubiese
sido con imperfecciones, esa experiencia de haberla logrado y practicado como
política de Estado durante cuatro décadas, es el aliciente que hoy nos permite
establecer las diferencias y continuar la lucha para recuperarla plenamente.
Debo confesarles apreciados amigos, que no encuentro términos que expresen cabalmente toda la gratitud y complacencia que me proporciona este
singular encuentro, dedicado a reconocer generosamente la trayectoria de mi
larga existencia, con motivo de celebrar mis noventa años de vida. Cuánto
agradecimiento y regocijo interior, me proporciona este gesto indescriptible
en la emoción y encomiable en su trascendencia espiritual y humana.
Apreciados amigos, noventa años, quizás se pronuncien fácilmente, no
obstante llevan la carga de una vida de lucha contra la injusticia en todas sus
manifestaciones, expresada en todos los ámbitos que transita el ser humano,
cuando cree en lo que lucha.
Me correspondió en lo político, enfrentar férreas dictaduras, combatir
sistemas autoritarios, injusticias sociales negadoras hasta del más legítimo de
los derechos, como lo es la libertad y en los excesos de los operadores políticos,
muchas veces ver comprometida hasta nuestra propia vida.
Sin embargo, mi rebeldía natural ante la injusticia, mi temple decidido, mi
inclinación para consustanciarme con el problema social, condiciones heredadas genéticamente de mi señora Madre, a quien debo agradecer públicamente
con el permiso de esta respetable concurrencia, todo lo que a través de una
337
Palabras de la Doctora Clarisa Sanoja de Ochoa AL AGRADECER EL HOMENAJE EN SU HONOR
formación aferrada a principios, valores y una adusta disciplina en la lucha sin
pausa, fueron factores decisivos para involucrarme desde muy temprana edad,
en la batalla contra la arrogancia del poder, la desigualdad social, económica
y legal de mis semejantes y a tantos otros padecimientos que sufre el hombre
en su cotidiana indefensión y que ella con su sabia sencillez, me reforzó el
espíritu para combatirlos.
Mi Madre y Francisco, mi esposo, mi compañero entrañable, fueron siempre los pilares donde me apoyé en las dificultades, reflexioné mis desaciertos,
confié mis anhelos, y volqué mis alegrías, para también compartir con ellos
mis éxitos. Esa huella sigue presente alimentando mi espíritu, complementada
ahora con la compañía y el afecto de mi hija Yula y de mis nietos, para proseguir
con dignidad hasta el final.
Ese espíritu de lucha y la firmeza de mi carácter, me enfrentó a riesgos hasta
de mi propia vida, que aún pasando por las escabrosas etapas de persecución
y prisión, hasta el exilio, no lograron doblegar mi voluntad y aún menos mi
convicción por esa lucha.
Sin embargo, no es menos cierto que la adversidad también fortalece al
hombre y le proporciona la capacidad necesaria para sobrellevar el tiempo
adverso, templando nuestro espíritu para superar las dificultades por complejas que ellas sean, invistiéndonos a la vez, de una dignidad que se encarga de
hacernos merecedores del respeto de nuestros conciudadanos. Ese valor ético
que nos resarce de las afrentas, nos devuelve también la fe en la humanidad,
con el honor intacto.
En este largo trayecto de mi vida pública que describo brevemente, también tuve la suerte de recibir grandes compensaciones, como fueron entre otras,
el realizarme profesionalmente, pues además de la docencia que impartí en
las edades del hombre como niño y como adolescente, señaladas antes y que
colmaron plenamente en esas aulas mi vocación de educadora, también me
correspondió ejercer la importantísima función jurisdiccional de administrar
justicia como Juez. Logrando conciliar la verdad procesal como norma, con la
verdad social como realidad, que aunque dramática y cruel, nos orienta siempre
hacia la justicia. Porque como decía el notable español, el gran Quevedo de
todos los tiempos “donde hay poca justicia, es grave tener razón”.
Cuando presidí la judicatura venezolana, siempre estuve consciente de
la responsabilidad ética que asumía ante las complejas y fundamentales competencias atribuidas constitucionalmente a ese Órgano del cual era rectora,
como por ejemplo, la disciplina y el decoro de los Tribunales de Justicia, con
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Palabras de la Doctora Clarisa Sanoja de Ochoa AL AGRADECER EL HOMENAJE EN SU HONOR
acento preponderante en la conducta del Juez. Para ejercer esas funciones me
apoyé siempre en el legado del Libertador Simón Bolívar, fiel y respetuoso
de la Ley.
Así lo hemos conocido a través de la historia. Contemporáneamente el
historiador José Luis Salcedo Bastardo en sus consideraciones sobre Bolívar,
señala: “su amor por la justicia, su respeto y acatamiento a la Ley, su profundo
sentimiento a la honradez, en el ejercicio de la función pública como Jefe de
Estado y formador de pueblos libres, lo inclinó a velar por la existencia de una
digna administración de justicia” traté entonces inspirada en ese mandato, de
honrar su memoria ajustándome a los principios de esa doctrina que debe ser
ejemplo y norte de nuestra actuación, aún más si se trataba en aquel momento,
de ser Juez de Jueces.
El Juez, decía Bolívar “está investido de una dignidad especial, la de
administrar justicia, para alcanzar esa altísima condición se requiere poseer
dotes científicos y morales que eleven su personalidad, que lo fortalezcan y
prestigien, que le hagan respetable y por lo tanto confiable ante la comunidad
siempre alerta, ante las posibles presiones políticas, económicas y sociales que
pretendan someterlo a sus intereses” fin de la cita.
Para lo cual conté con el apoyo y cooperación de distinguidas magistradas
en nuestro cuerpo colegiado: Carmen Elena Crespo de Hernández, Noemí
Irausquín de Vargas, Verónica Peñalver de Lepage, Carmen Beatriz Romero
de Encinoso y otros magistrados.
Debemos luchar por rescatar la confiabilidad en la justicia. No permitamos que el pueblo pierda la fe en ella. Esforcémonos porque la práctica de esa
doctrina sea una norma cotidiana, para dignificar al Poder Judicial y rescatarle
su majestad ética. Venezuela requiere que sus hijos se tracen una meta: la recuperación moral, lo cual solo puede lograrse mediante la rectificación de la
conducta de cada uno de nosotros, porque en esta hora especial, ese es el reto.
Los valores en que he fundamentado mi comportamiento tanto en el ámbito
de la acción pública, como en el privado, han sido la libertad, la igualdad y la
solidaridad porque esos valores nos conducen a la justicia, solo así las Instituciones pueden cumplir el mandato constitucional, para alcanzar ese objetivo,
es imprescindible velar por la separación real de los Poderes y hacerlos verdaderamente independientes y autónomos como los soñó el Libertador.
Tuve igualmente la oportunidad de representar el Poder Judicial en la
co-redacción de leyes que mejoraron sustancialmente la condición de la mujer y del niño en situación de desigualdad legal, eliminando las diferencias
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Palabras de la Doctora Clarisa Sanoja de Ochoa AL AGRADECER EL HOMENAJE EN SU HONOR
existentes. Hoy día, todos los hijos son iguales ante la Ley. En ese aspecto
trabajé incansablemente para consagrar la igualdad de género en la reforma
del Código Civil.
Me reconforta saber que junto a grandes luchadoras venezolanas, fuimos
precursoras de cambios sociales a favor de los más vulnerables que en definitiva
son siempre los ancianos, la mujer y los niños. En esta loable tarea trabajé
en la Ley de Protección al Menor, creando los Tribunales de Menores, para
garantizar sus derechos. La Ley de Carrera Judicial aún vigente, que garantiza
la estabilidad laboral del Juez, mediante la carrera judicial.
En fin, siempre participé nacional e internacionalmente en todos los foros
donde se pudiera discutir la igualdad de género y la protección del menor y
el adolescente, sirviendo de base esa lucha para consolidar en las nuevas legislaciones los beneficios, derechos y garantías que nos corresponden a todos
los ciudadanos por igual, sin excepción.
Igualmente mi paso por la Empresa privada, a lado de distinguidos ejecutivos, en el BOD, rodeada también de la consideración y respeto del personal
administrativo, ha sido una experiencia enriquecedora, tanto en el aspecto
profesional, como en el humano. Confieso que me satisface el comprobar que
se pueden conciliar ambos factores en pro de la equidad, demostrando que su
accionar en la práctica, son perfectamente compatibles. El ejercicio de esa
conciencia humana, es una norma en el BOD.
En el ámbito personal como madre y como abuela, descubrí el sublime
sentido de la vida, en el amor maternal. En la vida social, como amiga he
disfrutado mucho de ese elevado sentimiento de la amistad y mis amigos han
sido mi soporte y siguen siendo mi esperanza, este acto es una prueba de esa
afirmación.
Los compañeros ideológicos, me han respondido con la misma dignidad
con que los traté siempre. Con actitud decidida en la defensa de mis convicciones, prefiriendo siempre una independencia con peligro, a cambio de una
vida sin riesgos. Me aferré al respeto como principio, para que nuestra relación
en el tiempo se perpetuara, y así ha ocurrido.
Las generaciones de mi época pueden aún dar fe de cómo actué, tanto
en la lucha social y política, como en el ejercicio de las funciones públicas,
porque nuestro mejor aliado es el testimonio de nuestros actos, y en ese orden
de ideas, mi indeclinable posición de avanzada se hizo presente, tanto en la
filosofía ideológicamente democrática que he practicado y defendido siempre,
como en mi posición de lealtad como copartidaria y amiga.
340
Palabras de la Doctora Clarisa Sanoja de Ochoa AL AGRADECER EL HOMENAJE EN SU HONOR
Esa conducta ha quedado recogida en la historia de mi vida para la posteridad, preservada por el valor ético, social y político que tiene la memoria,
y ese proceder constituye hoy, todo mi patrimonio moral.
En ese aspecto, quiso la Providencia darme la posibilidad de ayudar solidaria y humanamente a distinguidos luchadores políticos y sociales, quienes
por razones muy personales que no tengo derecho a juzgar, disentían de los
gobiernos democráticos del momento, y acudieron en busca de mi protección y
de mi apoyo, porque aún cuando discrepábamos ideológicamente, igualmente
luchábamos por la justicia social, y tuvieron siempre mi comprensión y mi
respeto y fueron mis amigos y también gozaron de mi consideración y de mi
aprecio. Muchos de ellos regularizaron su presencia en el país, otros salieron
de nuestra patria en situación de rebelión al sistema, en fin por múltiples y
diferentes razones recurrieron a mi y siempre estuve presente para encontrar
una solución, democrática, civilizada, humana y sin riesgos, preservando
siempre la dignidad de todos.
Para mi tranquilidad interior, así ocurrió, esa ha sido siempre la impronta de
mis actos, transparencia y firmeza. Cabe citar como decía Aristóteles, “nuestro
carácter es el resultado de nuestra conducta”.
Dicen los filósofos que el destino humano en la mayoría de las veces
solo puede ser vivido en la ficción, hoy me atrevo a desafiar ese concepto. El
destino me hizo presentir lo que hoy es tangible para mí, la riqueza emanada
de la amistad que se ha hecho presente en este encuentro feliz, a través de
esta sincera manifestación que nos hermana en la compatibilidad de nuestras
coincidencias, pero también en la diversidad de nuestras diferencias.
Decía Goethe, que “nuestras afinidades electivas, son las que nos permiten
afirmar con propiedad que somos amigos”.
En el BOD tendrá fin mi jornada de trabajo de setenta y cinco años, en
ese momento solo aspiro que no haya muerto la democracia, por la que tanto
he luchado. Y, para cuando llegue mi partida final, me sentiré satisfecha, pues
he cumplido con mis deberes como ciudadana y en mis roles como hija, esposa
y madre.
Nací en una dictadura, me formé en una democracia y aspiro que cuando
llegue el final, haber podido oír el grito de nuestra valiente juventud: viva la
libertad, viva la democracia.
Muchísimas gracias a las insignes personalidades que hicieron posible
este encuentro, de manera particular al distinguido Dr. Alfredo Morles, en su
dedicación para la realización y brillo de este especialísimo y exitoso reen341
Palabras de la Doctora Clarisa Sanoja de Ochoa AL AGRADECER EL HOMENAJE EN SU HONOR
cuentro en toda su connotación. Al Dr. José Manuel Guanipa y al grupo de
profesionales que integran la Consultoría Jurídica del BOD. A todos quienes
de diferentes maneras apoyaron este propósito. A la Dra. Astrid Uzcátegui,
por su colaboración en las tareas de corrección, coordinación y recopilación
de la obra.
Mención especial merece igualmente en este acto, el equipo de intelectuales que participó en la producción del Compendio de importantes temas,
que se publican hoy en homenaje a mi persona, y que reúne valiosísima documentación jurídica, histórico política y social, basada en la investigación y
el seguimiento a la dinámica del acontecer nacional, para nutrir como legado
de obligada consulta, a las generaciones que nos seguirán y que seguramente
les corresponderá guiar los destinos de la Venezuela del futuro. Es para mí un
honor de incalculable estímulo y reconocimiento que esté dedicado a mí en
este acto, y sea publicado hoy. Muchísimas gracias por este gesto sin precedente en mi vida.
A los honorables miembros de: la Facultad de Derecho de la Universidad
Católica Andrés Bello; de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de
la Universidad del Zulia; del Colegio de Abogados del Estado Zulia; de la
Federación Venezolana de Abogadas y de la Academia de Ciencias Políticas
y Sociales, por haber dictado un acuerdo reconociendo mis méritos, y a ésta
última igualmente por ceder su prestigiosa sede para la realización de este acto.
A las Instituciones fundamentales aquí representadas, al gran capital humano
que son sin duda las nuevas generaciones, a los amigos de siempre, a todos los
aquí presentes, en nombre de mi familia y en el mío propio infinitas gracias y
mi reconocimiento eterno.
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ACTO ESPECIAL CON OCASIÓN
DE LA ENTREGA DE DIPLOMAS
A LOS COLABORADORES ESPECIALES
DE LA ACADEMIA EN LOS ESTADOS
ANZOÁTEGUI, ARAGUA Y MÉRIDA
BLANCA
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Palabras de apertura del acto
por el Doctor Luis Cova Arria,
Presidente de la Academia de Ciencias
Políticas y Sociales
BLANCA
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 347-348
ISSN: 0798-1457
Señores miembros de la Junta Directiva de la Academia de Ciencias
Políticas y Sociales presentes;
Señores Académicos;
Dr. Román Duque Corredor, Individuo de Número de esta Corporación;
Doctores José Getulio Salaverria Lander, Egberto Abdón Sánchez Noguera
y Gilberto Guerrero Quintero.
Familiares y amigos de los doctores José Getulio Salaverria Lander,
Egberto Abdón Sánchez Noguera y Gilberto Guerrero Quintero.
Señoras y Señores:
En nombre de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, me complace
darles la más cordial bienvenida a este acto especial de entrega de diplomas que
acreditan como colaboradores especiales de esta Corporación a los Doctores
José Getulio Salaverría Lander, Egberto Abdón Sánchez Noguera y Gilberto
Guerrero Quintero, distinguidos y apreciados colegas que hoy nos honran con
su presencia.
Es un honor para mí, pronunciar estas palabras de apertura de este acto,
al otorgarse, por primera vez, por esta Academia de Ciencias Políticas y Sociales, la distinción de “Colaborador Especial”, en uso de la facultad que le
confiere el artículo 17 del Reglamento vigente de la Academia, conforme al
cual, la misma podrá tener esos “Colaboradores”, en todos los Estados de la
República, salvo el Distrito Capital.
Esta norma, se introdujo en la reforma reglamentaria del 2009, luego que,
el Tribunal Supremo de Justicia, mediante sentencia de la Sala Constitucional
en octubre del 2007, eliminara la categoría de Miembros Correspondientes. El
propósito de la reforma reglamentaria, expresa su Exposición de Motivos fue
justamente que estos juristas sirvan “de enlace entre la Academia y las instituciones jurídicas del interior del país”, que si bien no tendrían la condición
de miembro de la Corporación, sin embargo, “coadyuvarán a las actividades
jurídicas de la Academia en sus respectivos Estados”.
347
Palabras de apertura del acto por el Doctor Luis Cova Arria, Presidente de la Academia ...
Los colaboradores especiales, enuncia el mismo artículo 17 del Reglamento, luego de prestar el juramento de Ley, adquieren el compromiso
de suministrar informaciones relacionadas con la actividad jurídica en sus
respectivos estados, de organizar eventos, tales como jornadas y foros sobre
tópicos de interés para su entidad, promover convenios de cooperación con
Universidades, Asociaciones Científicas y Colegios de Abogados y elaborar
trabajos y enviarlos a la Academia, a los fines de su posible publicación.
Así pues, en Sesión del 15 de mayo de 2.012, la Academia designó como
“Colaboradores Especiales” para los Estados Anzoátegui, Mérida y Aragua, a
los juristas: José Getulio Salaverria Lander, Egberto Abdón Sánchez Noguera
y Gilberto Guerrero Quintero, para lo cual constató que los tres reúnen los
requisitos que, la norma reglamentaria, exige para concederle tal distinción,
a saber, su condición de venezolanos, su título de cuarto nivel, su desempeño
como profesores universitarios por más de cuatro años, su conocimiento comprobado en el ámbito jurídico, su autoría de más de una obra en derecho y su
intachable conducta como profesional y como ciudadano.
El Doctor Román Duque Corredor, ex – Presidente de esta Corporación,
nos ilustrará en detalle sobre esos méritos de los prenombrados abogados para
evidenciar por qué se hicieron merecedores de la distinción de “Colaboradores Especiales” en cada uno de sus Estados, y posteriormente escucharemos
las palabras del colega José Getulio Salaverría, en representación de los tres
“Colaboradores Especiales”, que se acreditan el día de hoy. También para mí,
es muy grato que sea el Dr. José Getulio Salaverría Lander, quien pronuncie
esas palabras ya que me une una entrañable amistad con él, desde hace casi
sesenta años, cuando ambos estábamos en la secundaria y éramos vecinos de la
Urbanización El Paraíso de Caracas, la cual hemos conservado y acrecentado
durante todos estos años, junto con la de su esposa, Mercedes y, sus hijos, los
también abogados, María Adelaida y Juan Antonio Malpica Lander, todos
aquí presentes.
Sean bienvenidos, apreciados “Colaboradores Especiales” de los Estados
Anzoátegui, Mérida y Aragua, a esta Corporación la que sin duda se beneficiará
de su trabajo en esos Estados de nuestra República, y a todos muchas gracias
por acompañarnos el día de hoy.
De seguidas los dejo con el Dr. Román Duque Corredor, quien, como
he mencionado, hará una detallada semblanza de los doctores Doctores José
Getulio Salaverría Lander, Egberto Abdón Sánchez Noguera y Gilberto Guerrero Quintero.
348
Distinción Académica
de Colaboradores Especiales
a los Doctores
José Getulio Salaverría Lander,
Egberto Abdón Sánchez Noguera
y Gilberto Guerrero Quintero,
por el Doctor Román Duque Corredor,
Individuo de Número
de la Corporación
BLANCA
SIN NUMERAR
350
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 351-356
ISSN: 0798-1457
La eliminación de la categoría de Miembros Correspondientes por la sentencia de la Sala Constitucional de fecha 23 de octubre de 2007, que permitía
su nombramiento de dos por cada Estado, impidió que juristas de la Provincia
formaran parte de esta Academia mientras no ocurriera la vacante de algún
Sillón correspondiente a un Individuo de Número. Fue así, entonces, que la
Comisión que elaboró un nuevo Reglamento de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, al contemplar en su Proyecto la distinción de Cooperadores
Especiales de la Academia, en su Exposición de Motivos, explicó, que: “El
vacío creado por la sentencia en relación a los Miembros Correspondientes
Nacionales se ha tratado de llenar con la figura de Colaborador”. Ello con
el propósito, agregaba, de que sirvan “de enlace entre la Academia y las instituciones jurídicas del interior del país”, que si bien no tendrían la condición
de miembro de la Corporación, sin embargo, “coadyuvarán a las actividades
jurídicas de la Academia en su respectivo Estado”. Así quedó estableció en el
vigente Reglamento de la Academia de fecha 21 de julio del 2009. Con esta
reforma reglamentaria la Academia aspira contribuir a ser “La Casa de las
Ciencias Políticas y Sociales” en la país, facilitando su vinculación con juristas
y científicos sociales que no residen en el Distrito Capital, dentro del espíritu
moderno, de amplitud, que según algunos académicos de la Real Academia
Española, “ha eclosionado la Academia al calor de nuevos aires culturales”.
Ya en estos tiempos, la definición de Academia, de “ Jardín, vecino a la Casa
de Academo, donde enseñan los sabios y para los sabios de Atenas”, ya no
tiene vigencia, hasta el punto que hoy día no son una sola Casa, sino varías,
cuyo sustento son los académicos, donde estos puedan tener sus juntas, o
reunirse. Es una vuelta, si se quiere, a las antiguas tertulias que se reconocían
como academias, que permite la conjunción de los académicos titulares con
quienes cultivan las ciencias fuera de los recintos o palacios académicos. O, la
Academia “extra muros”. La reforma reglamentaria además, con la distinción
351
Distinción Académica de Colaboradores Especiales a los Doctores José Getulio Salaverría ...
de Colaboradores Especiales, superó una situación discriminatoria ocasionada por la eliminación por la citada sentencia de la Sala Constitucional de la
categoría de Miembros Correspondientes para los nacionales, ya que solo los
extranjeros podían ser objeto de esta distinción.
Para la reforma reglamentaria que introdujo la distinción de Colaborador
Especial de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, en todos los Estados de la República, se tuvo muy en cuenta, lo que expresa Carmen Iglesias,
académica de la lengua y de la historia españolas, que “las academias han
de ser historias vivas y no fósiles”, porque, según sus propias palabras, “los
académicos nunca deben estar en una torre de marfil”.1 Y si además por definición la ciencia es universal, en consecuencia, Academia, de acuerdo con
su nueva definición, es “sociedad científica, literaria o artística establecida
con autoridad pública; o reunión de los académicos”, donde, en razón de ese
carácter universal, al lado de sus miembros, Individuos de Número, o titulados,
se congregan también otros distinguidos científicos de las ciencias del derecho y
sociales, con iguales méritos. De esta forma, a los juristas y científicos sociales,
nacionales, no residentes en el Distrito Capital, poseedores de títulos universitarios de cuarto nivel, de comprobado conocimiento en el ámbito jurídico
o de ciencias políticas, profesores universitarios por más de cuatro años, que
hubieren publicado una obra en derecho o ciencias políticas y de intachable
conducta, la Academia les puede hacer la distinción de Colaborador Especial,
para hacer labor académica en sus respectivos Estados. En este orden de ideas,
debe resaltarse, también, que según su Ley de creación de 1915, la Academia
se compone de académicos reconocidos, como dice su artículo 1º, no solo en
el derecho sino también en las ciencias políticas y sociales, o entre abogados
o doctores en estas ciencias. Por ello, a diferencia del anterior reglamento del
21 de junio de 1995, el vigente reglamento, de fecha del 21 de febrero del
2005, sin género de duda alguna, precisa, en su artículo 7º, que la reconocida
e incontestable competencia que se exige a los postulados para ingresar como
Individuos de Número, es tanto en el dominio del derecho como en la ciencia
política. E, igualmente, para la distinción de Colaborador Especial, en su artículo 17, se exige poseer conocimiento comprobado en el ámbito jurídico o en
el de ciencias políticas. Esta precisión permite a la Academia ser considerada
como la Corporación científica cuyo objeto son el desarrollo y el progreso de
1
Revista Leer, Año XXIX, N° 246, octubre 2013, Madrid.
352
Distinción Académica de Colaboradores Especiales a los Doctores José Getulio Salaverría ...
las ciencias políticas y sociales, en general, como se define su objeto en la
Ley que la rige.
En atención a lo anterior, la Academia, en Sesión de fecha 15 de mayo de
2012, designó como Colaboradores Especiales para los Estados Anzoátegui,
Mérida y Aragua, a los profesionales del Derecho: José Getulio Salaverria
Lander, Egberto Abdón Sánchez Noguera y Gilberto Guerrero Quintero,
respectivamente. Para esta distinción la Academia tuvo en cuenta su condición
de venezolanos, su título de cuarto nivel, su desempeño como profesores universitarios por más de cuatro años, su conocimiento comprobado en el ámbito
jurídico, su autoría de más de una obra en derecho y su intachable conducta
como profesional y como ciudadano. Basta señalar algunos de esos méritos de
los prenombrados abogados para comprender por qué se hicieron merecedores
de la distinción de Colaboradores Especiales en cada uno de sus Estados.
José Getulio Salaverria Lander, nacido en Barcelona, Estado Anzoátegui, obtuvo su grado universitario en la Universidad Central de Venezuela en
1960, y además de su ininterrumpido ejercicio profesional, ha sido Profesor
de Derecho Bancario en los cursos de Especialización, en Derecho Corporativo, de la Universidad Metropolitana, y en los Diplomados de Derecho de
los Hidrocarburos dictados por la Universidad Monteávila. La Dirección de
Postgrados de la Facultad de Ciencias Políticas y Jurídicas de la Universidad
Central de Venezuela, en el año 2006, le confirió reconocimiento por su labor
en pro de la divulgación del Derecho. La Asociación Venezolana de Derecho
Tributario en el año 2008, reconoció su labor en pro de la divulgación del derecho tributario, a través de diferentes jornadas de mejoramiento profesional.
La Universidad Metropolitana, Extensión Puerto La Cruz, le otorgó diploma
por el aporte pedagógico y bibliográfico a la especialidad de Derecho Corporativo en el año 2006. Pero su labor más relevante ha sido la del mejoramiento
de los estudios jurídicos, no solo en su Estado, sino para todo el país, como
propulsor, organizador y sostén desde el año de 1990 de cursos y foros para
mejoramiento profesional, como directivo de la Asociación Civil Juan Manuel
Cajigal, sociedad de voluntariado social de su Escritorio SALAVERRIA RAMOS ROMERO & ASOCIADOS, a través de la cual organiza y desde el año
2008, las Jornadas Aníbal Dominici, en reconocimiento a la labor académica
y profesional de este jurista, nacido en Barcelona, Estado Anzoátegui, en el
año 1836, y autor de “Comentarios al Código Civil” y “Comentarios al Código de Comercio”. Y desde el año 2003, la referida Asociación Civil, con el
decidido empeño de Salaverría Lander, ha venido realizando anualmente foros
sobre temas jurídicos, en homenajes a distinguidos profesionales del derecho
353
Distinción Académica de Colaboradores Especiales a los Doctores José Getulio Salaverría ...
venezolano. Jornadas y foros estos, auspiciados, en sus diferentes oportunidades, por esta Academia, y en las cuales han sido honrados sus Individuos
de Número. Asimismo, ha publicado ensayos y trabajos en materias procesal,
mercantil y laboral.
Egberto Abdón Sánchez Noguera, nació en la población de Guaraque,
en el Estado Mérida, y obtuvo sus grados universitarios en la Universidad de
Los Andes, en 1973, donde se ha desempeñado como docente desde 1990, en
derecho procesal civil. Con anterioridad fue docente en educación primaria y
secundaria en su Estado natal. Ha sido profesor invitado de la Universidad del
Zulia en la maestría de derecho procesal penal y de postgrado en la Universidad
de Los Andes en la especialización de derecho mercantil. El Vicerrectorado
Académico de esta Universidad le otorgó diploma de reconocimiento por su
contribución al Programa de Actualización de Docentes. También ha sido
Síndico Procurador Municipal del Municipio Rivas Dávila del Estado Mérida,
Concejal del Municipio Rivas Dávila del Estado Mérida, Presidente del Concejo
Municipal del Municipio Rivas Dávila del Estado Mérida y Diputado Suplente
a la Asamblea Legislativa del Estado Mérida. Además, ha sido juez suplente
y temporal de primera y segunda instancia en la Circunscripción Judicial de
su Estado y miembro de los Jurados de Recursos de Queja de estos tribunales.
Igualmente ha sido autor de numerosas obras jurídicas en derecho procesal
donde se destacan sus publicaciones sobre “La Introducción de la Causa”,
“La Instrucción de la Causa”, “La Decisión de la Causa”, “La Ejecución de la
Causa”, “El Procedimiento Cautelar” y recientemente, del “Manual de Procedimientos Especiales Contenciosos”. Y, práctica el ejercicio profesional, desde
Tovar, en su Estado, donde reside, donde lleva a cabo una meritoria labor de
abogacía social.
Gilberto Guerrero Quintero, nativo de Mesa de Quintero, avecindado
en Guaraque y Tovar, en el Estado Mérida, y residente en Maracay, Estado
Aragua, cursó sus estudios en la Universidad de Los Andes, donde obtuvo
sus títulos universitarios en 1968. Además de su ejercicio profesional desde
su graduación, en la Ciudad de Maracay, Estado Aragua, es asesor externo de
la Procuraduría de este Estado, y desde 1992 ha desempeñado la docencia en
la Universidad de Los Andes, como profesor en los Cursos Vacacionales, y en
el postgrado de derecho procesal civil; y en la Universidad Católica Andrés
Bello, como profesor de pregrado en derecho civil y de familia y sucesiones. Se
hizo merecedor al Premio de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, en
1992, por su Obra “Posiciones Juradas” y, en 1994, se le concedió la distinción
354
Distinción Académica de Colaboradores Especiales a los Doctores José Getulio Salaverría ...
de presentar en la misma Academia su monografía “Canon arrendaticio y su
praxis procesal”. Asimismo colaboró con esta Academia con la publicación
del Boletín Nº 135 Homenaje al Dr. Luis Villalba Villalba, con su ensayo
“Canon arrendaticio y su praxis procesal”, y con el Boletín Nº 136 Homenaje
al Dr. José Román Duque Sánchez, con su trabajo “Sociedades Mercantiles
Interconyugales”. Igualmente ha publicado diversos trabajos en los Boletines
de esta Academia y así como su estudio en “El Código Civil venezolano
en los inicios del siglo XXI, en la obra conmemorativa del bicentenario del
Código Civil francés de 1804, editada por la Academia de Ciencias Políticas
y Sociales y la Embajada de Francia. Guerrero Quintero fue designado en el
2000, Segundo Magistrado Suplente de la Sala de Casación Civil del Tribunal
Supremo de Justicia. Finalmente, su obra jurídica ha sido fecunda, tanto en
el campo del derecho civil, contractual, arrendaticia, de familia y sucesiones,
y procesal, donde se destacan, entre muchas otras “Las Posiciones Juradas”,
“El requerimiento del artículo 168 del Código Civil”, “Tratado de Derecho
Arrendaticio Inmobiliario” , “La Resolución del Contrato”, y recientemente,
“Declarativa Concubinaria y Partición de Bienes Comunes”. Además, cultiva
el género literario costumbrista, con narraciones como “El Encanto de la Meseta”, sobre el Pueblo Mesa Quintero, de sus ancestros, que, en palabras de
Ramón Sosa Pérez, Secretario de la Academia de Mérida, “vale la pena leerse,
en tanto es savia de nuestros pueblos y suma de valores de la surandinidad
en lo espiritual, en lo ético y en razón de ser siempre bregadores de lo bueno,
lo grande y lo positivo”.2
La referencia a sus méritos es evidencia relevante de las condiciones
científicas de José Getulio Salavería Lander, Egberto Abdón Sánchez Noguera
y Gilberto Guerrero Quintero, quienes han sido designados por esta Academia
de Ciencias Políticas y Sociales como Colaboradores Especiales, por satisfacer a plenitud los requisitos exigidos para el otorgamiento de esa distinción,
con lo cual se honra esta Corporación y que aseguran además el éxito de las
actividades jurídicas de la Academia en cada uno de sus Estados.
Finalmente, por la distinción con la que se les ha honrado a los Colaboradores Especiales de esta Academia en los Estados Anzoátegui, Mérida y
Aragua, y con el respectivo juramento, éstos adquieren el compromiso, según
el artículo 17 del Reglamento, de suministrar informaciones relacionadas
2
Sosa Pérez, Ramón, “Un duende escapado de Mesa de Quintero” (http://www.blogger.com/
profile/06384093412875451934
355
Distinción Académica de Colaboradores Especiales a los Doctores José Getulio Salaverría ...
con la actividad jurídica en sus respectivos estados, de organizar eventos,
tales como jornadas y foros sobre tópicos de interés para su entidad, elaborar
trabajos y enviarlos a la Academia, a los fines de su posible publicación. De
esta manera la labor científica de esta Corporación puede proyectarse a sus
respectivas colectividades, lo que permitiría darle categoría de evento nacional,
entre otros acontecimientos, el próximo año, al Centenario de la creación de
esta Academia.
Doctores José Getulio Salaverria Lander, Egberto Abdón Sánchez Noguera
y Gilberto Guerrero Quintero, bienvenidos a la “Casa de las Ciencias Políticas
y Sociales”, que por su intermedio, en sus entidades regionales, tendrá ahora
también sus tertulias y una acreditada representación.
356
Palabras pronunciadas por
José Getulio Salaverría Lander
BLANCA
SIN NUMERAR
358
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 359-364
ISSN: 0798-1457
Cuando el Dr. Luis Cova Arria, mi primer amigo al residenciarme en
Caracas, me informó que la Junta Directiva de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, en su sesión del 12 de mayo de 2012, conjuntamente con los
honorables Abogados Gilberto Guerrero Quintero y Egberto Abdón Sánchez
Noguera, me designó como “Colaborador Especial” por el Estado Anzoátegui,
mi primer pensamiento fue para mi padre Ramón Salaverria Lusinchi.
El 21 de julio de 1960, al terminar los exámenes que me permitían obtener
el título de Abogado, lo llamé para compartir con él mi felicidad, respondiéndome: “Ahora puedo morir tranquilo.” Con esta expresión quiso decirme:
“No pude ser abogado”. “Logré que tú lo fueras”. Mi padre fue Secretario del
Tribunal de Distrito y de Primera Instancia, con sede en Barcelona.
Mi madre, Inés Lander de Salaverria, supo inculcarme los principios de
lealtad, probidad, honestidad y generosidad. Era una persona muy bondadosa
y de mucho carácter. De ella, mi inspiración para donar los beneficios de las
jornadas, a instituciones de servicio social de la región.
De mi primer jefe, Manuel Guzmán Lander aprendí muchas cosas, entre
ellas la perseverancia, la atención al cliente, la honradez y la puntualidad. Recuerdo con cariño cuando me decía: “José Getulio a la oficina hay que llegar
temprano, así sea para leer el periódico”.
Debo referirme, brevemente, ya que el Dr. Román José Duque Corredor
lo hizo in extenso, a mis compañeros, Dres. Gilberto Guerrero Quintero y
Egberto Abdón Sánchez Noguera. Aunque uno ejerce la profesión en Maracay
y el otro en Mérida, ambos nacieron en la misma ciudad, Guaraque, un pueblo
del sur del estado Mérida.
El Dr. Abdón Sánchez Noguera, tiene una amplia carrera académica, abogado de la Universidad de los Andes con Maestría en la misma Alma Mater en
Derecho Agrario, y especialista en Derecho Procesal de la Universidad Católica
359
Palabras pronunciadas por José Getulio Salaverría Lander
Andrés Bello; quien, además, es autor de varias obras sobre las diferentes etapas
del proceso ordinario y sobre los procedimientos especiales contenciosos.
El Dr. Sánchez está dedicado al ejercicio libre de la profesión, siendo un
destacado y brillante profesional del derecho, en su estado natal, Mérida.
El Dr. Gilberto Guerrero Quintero, egresó de la Universidad de los Andes,
con Doctorado en Derecho de la misma Universidad. Es profesor titular en
la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello. Obtuvo el
premio concedido por la Academia de Ciencias Políticas y Sociales en 1992,
por su libro “Posiciones Juradas”. Igualmente es autor de numerosas obras
en materia de derecho de familia, sucesiones, contratos y arrendamientos
inmobiliarios.
Además de escribir, el Dr. Guerrero tiene tiempo para ejercer la profesión,
con honradez, eficiencia y éxito. Mantiene en Maracay, estado Aragua, un
importante escritorio Jurídico.
Los tres somos abogados en ejercicio. Los tres nos hemos dedicado a la
divulgación del derecho, unos mediante la publicación de trabajos propios y
quien les habla, en la promoción de foros y eventos y la recopilación de las
ponencias en un libro.
Los méritos académicos de los Dres. Guerrero Quintero y Sánchez Noguera, fueron valorados por esta Ilustre Academia para otorgarles la distinción
de Colaboradores Especiales, en los estados donde residen. Distinción con la
que también he sido honrado.
Es para mí un honor incorporarme a esta ilustre Academia de Ciencias
Políticas y Sociales, institución que ha sido y es ejemplo en la defensa de los
valores nacionales, cuyo objetivo consiste en promover el desarrollo y progreso
de las Ciencias Políticas y Sociales.
En 1990, al cumplir 30 años de fundado el escritorio que presido, decidimos presentar un foro. Nuestro primer invitado fue el hoy académico Dr.
Carlos Ayala Corao. Luego de oír su conferencia, le pronostiqué un brillante
futuro. No me equivoqué.
Mientras nos abocábamos a su organización, muchos nos dijeron: “Es
una osadía”. “A la gente no le gusta estudiar”, “Fracasarán”. Esta osadía se
transformó en una realidad. El tiempo nos dio la razón. En muchas ciudades
del interior, siguiendo el ejemplo de Mérida, Barquisimeto y Barcelona, existen
grupos de estudio, con un fin común: La divulgación del derecho. Los días 1 y
2 de noviembre, se realizaron dos jornadas muy importantes, una en Valle La
Pascua y la otra en Porlamar, la primera sobre Derecho Procesal Constitucional
y la segunda sobre Derecho Procesal Probatorio.
360
Palabras pronunciadas por José Getulio Salaverría Lander
En abril de 1997, para organizarlos, constituimos la Asociación Civil
Juan Manuel Cajigal, en reconocimiento al sabio matemático nativo de
Barcelona.
Estos foros, se convirtieron en las Jornadas Aníbal Dominici. Hemos presentado cuatro y nos preparamos para la quinta, los días 21 y 22 de marzo de
2014, en Barcelona, en homenaje a un distinguido abogado y mejor ciudadano,
el Dr. José Muci-Abraham. La primera fue en homenaje al maestro Dominici; en
la segunda, reconocimos los méritos académicos de otro individuo de número
y gran maestro, el Dr. Román José Duque Corredor; la tercera, en homenaje al
brillante procesalista Dr. Ricardo Henríquez La Roche; y, la cuarta, al excelso
civilista Dr. Enrique Lagrange.
Antes presentamos varias jornadas para reconocer la trayectoria de los
Dres. Cesar Hernández B., Aurora Moreno de Rivas, Alfredo Morles Hernández, Leopoldo Márquez Añez y mi querido maestro y consejero Dr. Arístides
Rengel Romberg.
Si algún mérito hubiese de tener para ingresar como Colaborador Especial en representación del Estado Anzoátegui, es haber sabido seleccionar
a los conferencistas. No puedo mencionarlos a todos. No obstante, debo
referirme a seis de ellos, por haber venido de otras tierras. El Dr. Oscar Luis
Díaz Solimine, Juez de Cámara en lo Civil de la Provincia de Buenos Aires,
profesor titular de Derecho Procesal Civil de la Universidad de Buenos Aires,
autor de un magnífico trabajo sobre la teoría dinámica de la prueba; Leandro
Javier Caputo, profesor de Medios de Solución Alternativa de Conflictos de la Universidad de Buenos Aires, quien escribió un excelente libro sobre corrimiento del velo societario. De la madre patria tuvimos cuatro profesores, dos
nativos de Barcelona, el laboralista José Hurtado Cobles, autor de un tratado
sobre levantamiento del velo y grupo de sociedades, en el que tuve el honor
de participar en el capítulo relativo a Venezuela; y, el otro, conocido por todos,
el brillante abogado Joan Picó I Junoi, uno de los procesalistas de mayor relevancia en el foro jurídico hispanoamericano. De Salamanca, mi Alma Mater
española, nos acompañaron Esther Torrelles y José Antonio Martin Pérez,
ambos catedráticos de Derecho Civil.
El éxito de las Jornadas Aníbal Dominici, se debe a la participación activa
de diversas organizaciones académicas, gremiales y universitarias, destacando
la Academia de Ciencias Políticas y Sociales; Instituto Venezolano de Derecho
Privado; Asociación Venezolana de Derecho Tributario; Instituto Venezolano
de Derecho Social; Asociación Venezolana de los Hidrocarburos; Asociación 361
Palabras pronunciadas por José Getulio Salaverría Lander
Venezolana de Derecho Financiero; Instituto Venezolano de Derecho Procesal;
Asociación Venezolana de Derecho Marítimo, Universidad Católica Andrés
Bello y Universidad Monte Ávila.
No puedo dejar de mencionar a los asistentes a los foros y patrocinantes
económicos. Recuerden que los beneficios que se obtienen en nuestros eventos,
están destinados a ser donados a instituciones de servicio social de la región.
Sin el concurso de todos, no habría sido posible presentar, en estos 23
años, más de 30 foros y aportado, a instituciones benéficas, más de cien mil
bolívares de los mal llamados “fuertes”, en los últimos ocho años.
Quiero referirme a la persona que hizo posible que esté hoy recibiendo este
honor, el maestro Aníbal Dominici, nacido en Barcelona, el 9 de julio de 1837,
hijo de Santos Dominici e Inés Rodríguez de Alarcón. Hubo de trasladarse a
Caracas para continuar estudios de secundaria y universitaria, por no existir
en su ciudad natal, hecho éste que lo marcó y lo llevó a decretar, cuando fue
Ministro de Instrucción Pública, la educación obligatoria y gratuita.
En 1859, cuarenta años antes de publicar su tratado “Comentarios al
Código Civil”, “Comentarios al Código de Comercio”, obtuvo el título de
Abogado y Doctor en Jurisprudencia, conferido por la Universidad Central
de Venezuela.
Durante la denominada Guerra Federal, debe expatriarse. Su permanencia fuera del país, lo llevó a consolidar su formación académica y afincar sus
pensamientos políticos.
Cuatro años después, en 1863, retorna al país, domiciliándose en Carúpano,
para ejercer, con mucho éxito, la profesión de abogado.
En Carúpano contrajo nupcias con la distinguida dama Elina Otero,
procreando cuatro hijos, uno de ellos, Santos Aníbal, destacado médico, investigador y científico, en dos oportunidades fue Rector de la Universidad
Central de Venezuela.
El maestro Dominici, además de abogado fue político. Presidió por varios
años el Concejo Municipal de Carúpano. Fue Senador por el Estado Cumaná
y Presidente del Estado Carabobo.
En 1881 fue designado Ministro de Instrucción Pública. Una labor en la
que se destacó por la creación de la Dirección de Instrucción Popular, cuyo
objetivo fundamental era la organización de la educación primaria como
obligatoria y gratuita.
En 1882, preside la Comisión Revisora de los Códigos Nacionales, actividad que desempeña simultáneamente con las cátedras de Derecho Civil y
362
Palabras pronunciadas por José Getulio Salaverría Lander
Derecho Mercantil, en la Universidad Central de Venezuela, siendo su Rector,
en dos períodos.
De estas clases nace su obra más conocida “Comentarios al Código Civil” “Comentarios al Código de Comercio”, publicadas entre 1896 y 1905, la
primera poco antes de fallecer en Caracas, el 25 de septiembre de 1897, luego
de una fructífera carrera como político, ensayista, abogado, y autor de libros
de derecho, tratados éstos que al día de hoy, continuamos consultando.
Quiero compartir con ustedes, una excelente noticia: La familia Dominici,
representada por el distinguido abogado Dr. Salvador Yanuzzi Rodríguez, casado con Isabel Lafee Dominici, bisnieta del maestro, nos permitió culminar una
ilusión. Con la ayuda del Señor, nos dedicaremos a acometer la actualización
de sus “Comentarios al Código Civil” “Comentarios al Código de Comercio”,
trabajo éste que haremos con el patrocinio de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales y su relacionada, Asociación Venezolana de Derecho Privado.
Confiamos publicar el libro para el tercer trimestre del 2015.
Hay una persona muy especial en mi vida. Por cincuenta y tres años
hemos compartido. Rompimos los esquemas: Novia de estudiante; esposa de
graduado. Mercedes me ha acompañado en mis ilusiones en coadyuvar en la
formación académica de los estudiantes y jóvenes abogados. Supo comprender
mi pasión por la divulgación del derecho, aceptando la merma en el tiempo
que debía dedicarle. Tenemos cuatro hijos, dos de ellos abogados y diez nietos.
De todos me siento orgulloso.
También debo reconocer a mis socios, Rafael Ramos García, Reina Romero Alvarado y Maximiliano Di Domenico Viola, quienes me sustituyen en
mis compromisos profesionales, para que pueda organizar los foros. Mi eterno
agradecimiento. No puedo dejar de mencionar a nuestro personal. Desinteresadamente trabajan en la organización y presentación de los eventos.
Dejé para el final, hacer mención a una persona que ha influido mucho
en mi vida. A Dios gracias, para bien. Cuando en 1952 me vine de Barcelona
a Caracas, me acogieron en su casa mis padres afectivos, Teresa Lander de
Otero y José Miguel Otero Rodríguez. Mi padre me celaba. Yo le contestaba.
“Llegué a su casa siendo un niño y regresé hecho un hombre”. “Me formó”.
Mis hermanos afectivos, dicen que soy el hijo que más se le parece. Me siento
honrado y muy complacido que “el Tío Otero”, como todos lo llamamos, esté
aquí presente, con sus 96 años de edad.
Un agradecimiento muy especial a los miembros de la Junta Directiva
de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, en ese entonces presidida
363
Palabras pronunciadas por José Getulio Salaverría Lander
por mi compañero de aulas, Dr. Enrique Lagrange, quienes al ser postulados
por el Individuo de Número Dr. Román José Duque Corredor, tomaron por
unanimidad, la decisión de designar a los Dres. Gilberto Guerrero Quintero
y Egberto Abdón Sánchez Noguera, como Colaboradores Especiales, por los
estados Aragua y Mérida; y, a este abogado del interior, que, gracias al Señor,
ha sido profeta en su tierra, por el Estado Anzoátegui.
364
DISCURSOS DE INCORPORACIÓN
BLANCA
SIN NUMERAR
366
Discurso de incorporación
a la Academia de Ciencias Políticas
y Sociales del Doctor
Luciano Lupini Bianchi,
el 15 de octubre de 2013
BLANCA
SIN NUMERAR
368
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 369-388
ISSN: 0798-1457
Señores
Presidente y demás Miembros de la Junta Directiva de la Academia de
Ciencias Políticas y Sociales
Señores Individuos de Número de ésta Corporación y de las demás
Academias
Doña Olga Petersen de Mélich y distinguidos miembros de la familia de
José Rafael Mélich Orsini
Apreciados colegas, compañeros y amigos
Señoras y señores
I. Por circunstancias del destino, fue mi querido amigo y compañero de
tantas lides profesionales e intelectuales, Gabriel Ruan Santos, apreciado y
sobresaliente discípulo del Doctor José Rafael Mélich Orsini, quien en su condición de entonces Secretario de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales,
me informó oficialmente que, en sesión celebrada el 1º de noviembre de 2011,
fui electo como Individuo de Número de esta Academia, para ocupar el sillón
nº 6, vacante por el sensible fallecimiento del Maestro Mélich, acaecido en
Caracas el 13 de junio de 2011.
Al comenzar estas palabras me corresponde manifestar, en primer término, mi agradecimiento a los distinguidos académicos que generosamente me
abrieron las puertas de esta Corporación. Más que por los méritos profesionales,
académicos y científicos que haya podido acumular en el pasado, atribuyo
vuestra cálida acogida,a la profunda influencia intelectual, humana y moral
que tuvo en todos nosotros el Doctor Mélich Orsini. Por ende, tengo plena
consciencia de la enorme responsabilidad que recae hoy sobre mis hombros.
Me encuentro ligado por un deber que me exige no defraudar la confianza de
tantos profesores y amigos aquí presentes y hacer honor a la memoria de otros
tantos que ya nos dejaron, como es el caso de Gert Kummerow, Oscar Palacios
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
Herrera, José Alberto Zambrano Velazco, Chibly Abouhamad Hobaica, Ramón
Escovar Salóm, el padre Luis Olaso, Eloy Lares Martinez, Gustavo Planchart,
Gonzalo Perez Luciani y Tomás Polanco, por mencionar algunos cuya ausencia
ha creado un vacío doloroso en quien les habla. Tampoco les estaría hablando
desde este púlpito, de no ser por el ejemplo de vocación para el trabajo y la
excelente formación educativa y moral recibidos de mis queridos padres, Inés
y Quinto, quienes hoy serenamente contemplan, desde las verdes praderas del
cielo, el resultado de sus esfuerzos. También está presente la memoria de mi
hermano Juan Francisco, quien fue un reconocido y sobresaliente ingeniero
civil, egresado de la U.C.A.B. y luego, con los títulos de Master of Science y
Philosophy Doctor en mecánica de suelos, del Imperial College de Londres.
Siempre he atesorado su ejemplo de dedicación a la investigación y rigor metodológico. A mi esposa Manuela y a mis hijos, Manuela Carolina y Roberto,
agradezco su infinita paciencia, cariño y apoyo incondicional.
Según el Reglamento, me corresponde, a más de presentar un trabajo de
incorporación, pronunciar un panegírico de mi antecesor. Pocas veces como
hoy, esta obligación ha dejado realmente de ser tal, para convertirse en una
espléndida oportunidad de rendirle nuevamente tributo a la memoria de Mélich,
quien fue mi más importante y eficaz ductor en el mundo de las Obligaciones.
Por ello, se me perdonará el que me concentre más en este aspecto y que al
final haga apenas una somera referencia a la monografía que constituye mi
trabajo de incorporación, la cual por su extensión, luce más apta para que los
iniciados la ojeen, que para ser leída en este acto.
Dijo acertadamente mi querido profesor Román Duque Corredor, que el Derecho Privado venezolano puede dividirse en dos etapas: la anterior y la posterior
a la obra de Mélich. En efecto, una cosa era nuestro Derecho de Obligaciones
(o más bien, no era) cuando el joven Mélich se graduó de abogado summa cum
laude en la UCV en 1949 y otra, cuando entregó su alma a Dios.
LOS PRIMEROS PASOS
Nació el Maestro, el 24 de agosto de 1924 en Puerto España, Trinidad,
entonces posesión británica, hijo del comerciante catalán José Mélich y de
madre carupanera, Doña María Josefina Orsini. Quedó huérfano de padre a los
dos años, al fallecer éste en 1927, durante un viaje a Nueva York, ciudad en
la que fue sepultado. Por virtud del artículo 28 de la Constitución de 1924 su
nacionalidad era la de venezolano por nacimiento, a pesar de haber nacido en
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
el extranjero y de padre extranjero, por ser su madre venezolana. Doña Josefina
era hija de padres carupaneros, descendientes de corsos. Fue en la biblioteca
de la casa de los abuelos maternos, ya radicados en Caracas, en donde el joven
José Rafael nutrió sus primeros sueños y aficiones históricas y literarias. Estudió en el viejo Colegio San Ignacio de Loyola de Caracas, donde se graduó
de bachiller en 1944 con la mención Summa Cum Laude. Decía Mélich que
de no haber sido por su tránsito por este Colegio, su temprana vocación por
las Humanidades habría posiblemente naufragado porque si algo caracteriza
la educación que imparten los padres jesuitas, desde la fundación de su orden
religiosa, es esa fatalidad de alimentar en sus alumnos una profunda e irreversible adicción a las Humanidades.
Al salir de Colegio, y ya aprobado el primer año de Derecho, incursionó
por breve tiempo, en 1945, como becario en estudios de filosofía y literatura en
Buenos Aires, Argentina, junto con su compañero de colegio, Gonzalo Pérez
Luciani, quien luego se convertiría en su socio de toda la vida en el bufete,
concuñado y entrañable amigo. Tal cambio de planes obedecía a la intención
de fundar, a su regreso, en la Universidad Central de Venezuela, las Escuelas
de Filosofía y Letras. Pero regresaron al corto tiempo al país porque el azar
quiso que por decisión de las nuevas autoridades de la llamada Revolución
de Octubre, se produjera la inmediata fundación, en la Universidad Central
de Venezuela, de las Facultades de Filosofía y Letras. Allí cursa dos años en
la Escuela de Filosofía y Letras, pero al propio tiempo cursa Derecho. Esa
ambivalencia explica el motivo por el cual Mélich fue el primer Presidente del
Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras y el desarrollo de
una privilegiada relación de amistad con ese ilustre venezolano que fue Don
Mariano Picón Salas, quien lo alentó a integrar la redacción de la Revista Nacional de Cultura que editaba el Ministerio de Educación. Al concluir el tercer
año de Derecho esa ambivalencia feneció, cuando su profesor de Obligaciones,
doctor Luis Felipe Urbaneja, quien fue también eminente miembro de esta
Corporación, lo nombró como su asistente de cátedra en 1947. Allí comienza
su fecunda carrera universitaria en el mundo del Derecho.
LA VOCACIÓN ACADÉMICA
Al graduarse en 1949 regentó la Cátedra de Obligaciones en la UCV hasta
1982. Su compromiso con su alma mater fue siempre para él el más importante
de todos los que tuvo la fortuna de cumplir. Ello explica su presencia continua
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
en dicha Universidad, incluso en funciones administrativas. Fue Miembro del
Consejo de la Facultad, su Decano, Director del Instituto de Derecho Privado,
de los Cursos de Postgrado y fundador del Instituto de Estudios Políticos, de
cuyo Consejo Técnico formó parte. Su acendrada vocación universitaria lo
llevó también a ser Miembro de la Comisión Organizadora de la Universidad
Simón Rodríguez y Presidente de la Comisión Rectoral de la misma.
El deleite intelectual que le producía compartir con sus discípulos y alumnos, fue el motivo principal por el cual siguió impartiendo clases en pregrado y
postgrado incluso después de haber alcanzado el título de Profesor Honorario
de la UCV en 1972 y aún más allá de su jubilación, en 1979. Fue precisamente
en las aulas del Doctorado de Derecho de la Universidad Central de Venezuela,
donde tuve el privilegio de conocerle en 1980, junto a otros destacados civilistas
venezolanos, tales como Oscar Palacios Herrera y Gert Kummerow. En 1982
se retiró definitivamente de su cátedra de pregrado, cuando, a petición suya,
me encargué de la misma, después de haber sido su asistente por un año. Me
había precedido, como asistente de esa cátedra, un compañero de Doctorado,
Ramón Escovar León, compadre y estimado discípulo de Mélich.
Precisamente por su humildad y por su sentido de proporción de las cosas,
no le habría gustado que uno de sus discípulos desaprovechara este tiempo
valioso hablando de cosas como sus numerosísimas distinciones honoríficas y
premios. Tampoco él perdió el tiempo en ello cuando le correspondió recibir en
esta Academia a su querido amigo, el ya mencionado Gonzalo Perez Luciani.
Antes bien, deseo hoy compartir con ustedes, la aventura de la evolución de su
pensamiento y de las diferentes etapas en las que se fue plasmando su visión
renovadora de nuestro mundo de las Obligaciones.
Cuando Mélich fungía como asistente de la Cátedra de Obligaciones en
1947, aún no había logrado salir Venezuela de la escuela de la exégesis de
nuestros civilistas. Todos conocen, en este sentido, las obras de Luis Sanojo,
del siglo XIX y de Anibal Domínici, de comienzos del siglo XX.
La obsolescencia de las obras exegéticas mencionadas en nuestra materia,
se vio incrementada notablemente por virtud de reformas legales subsiguientes.
Baste mencionar que, a consecuencia de la influencia del Proyecto Franco
Italiano de las Obligaciones, se introdujeron en nuestro Código Civil de 1942,
muchas innovaciones importantes, tales como la regulación del enriquecimiento
sin causa, el reconocimiento de la figura del abuso de derecho como fuente de
responsabilidad civil, el resarcimiento de los daños morales, y se introdujeron
cambios en las reglas pertinentes a la etapa de la formación del contrato, tema
sobre el cual versa mi trabajo de incorporación.
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
Todas estas innovaciones ameritaban una pronta reacción de la doctrina
y jurisprudencia, la cual no se produjo.
Inicia el joven Mélich a ejercer la profesión, en 1949, al lado de Gustavo
Herrera y de Luis Gerónimo Pietri, reconocidos juristas y hombres probos. El
destino quiso que el Doctor Pietri ocupara precisamente el sillón nº 6 de ésta
Academia, que luego del paréntesis de Julio Diez, correspondió a Mélich. A
comienzos de los años cincuenta, aparecieron unos Apuntes de Cátedra de
Obligaciones correspondientes a los cursos impartidos tanto por su mentor, el
mencionado Urbaneja, como por Oscar Palacios Herrera, en la Universidad
Central de Venezuela en el año 1950-1951.
Con todo, pensemos en la situación de orfandad en la que se encontraban
los operadores jurídicos de entonces, obligados a recurrir a esos apuntes o, en
forma azarosa, a la escasa doctrina francesa, italiana y alemana entonces disponible, para tratar de conseguir algunas luces sobre los temas más complejos.
EL JURISTA Y SU OBRA
Es éste el panorama en el que se asoma el joven Mélich, cuando con
ahínco, asombroso talento y obstinada determinación se avoca a la tarea
de transformarlo. Comienza publicando en 1957, un artículo, en materia de
simulación, que ha ejercido prolongada influencia en la sucesiva doctrina
venezolana sobre la materia. En 1958, saca a la luz sus reflexiones sobre las
relaciones entre la responsabilidad civil contractual y extracontractual. También
en 1958, siendo ya Decano de la entonces Facultad de Derecho de la UCV,
publica la primera visión sistemática, en Venezuela, de los elementos de la
responsabilidad civil extracontractual por hecho propio; vale decir, la teoría
general de ésta institución.
A mediados de la década de los sesenta, influido por las nuevas ideas adquiridas durante su tránsito por Universidades alemanas e italianas, entre 1959
y 1962, publica Mélich su primera gran obra, editada en 1965 por Cajica, en
México. Me refiero a su Tratado sobre las responsabilidades civiles complejas,
el cual habría de ejercer marcada influencia en la doctrina iberoamericana y
allende el océano.
Advertía el autor en su Prólogo lo siguiente:
La mayoría de las páginas de este libro fueron escritas entre los últimos años
de la década del cincuenta y los primeros años de la década de los años sesenta... La circunstancia de que, a pesar del largo tiempo transcurrido desde
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
la publicación por separado de los distintos estudios que integran esta obra,
nadie en nuestro país haya intentado un nuevo y orgánico tratamiento del
tema de la responsabilidad civil extracontractual, justifica la reunión de estos
diversos estudios que, en su conjunto, ofrecen todavía a nuestros estudiantes
una visión global de la materia en el derecho venezolano.
Decía uno de mis escritores predilectos, Ernest Hemingway, que el secreto
de la sabiduría, el poder y el conocimiento es la humildad. Las palabras recién
citadas, nos revelan nuevamente la innata modestia del Maestro, si se considera
la valía intrínseca de esta obra.
En 1969 se edita el primer tomo de la obra titulada “Código Civil de
Venezuela” concebida, organizada y dirigida por Mélich, cuando fue Director
del Instituto de Derecho Privado de la Facultad de Derecho de la Universidad
Central de Venezuela. En ese primer volumen, entre los auxiliares investigadores del Instituto, aparece el bachiller Gabriel Ruan Santos. Acerca de esta
impresionante obra colectiva, a la cual el nombre del Maestro estará para
siempre vinculado, recordaré lo que dijo el doctor Leopoldo Borjas, en su
contestación al discurso de incorporación de Mélich a la Academia, el 15 de
octubre de 1986:
El objeto principal de la obra, divulgando heterogéneo legado de más de
un siglo de experiencia nacional en intentos de elaboración legislativa y de
interpretación doctrinal y jurisprudencial, es motivo suficiente para el agradecimiento que la Nación y la Universidad deben a José MélichOrsini.
Desde finales de los años sesenta hasta mediados de los setenta, publica
Mélich diversos y sustanciosos trabajos sobre problemas novedosos o controvertidos de las Obligaciones. En 1970 escribe una notable monografía acerca
de la ejecución forzosa de las obligaciones de hacer y de no hacer. Dignos
también de mención, por su influencia determinante en doctrina y jurisprudencia, son sus trabajos en materia de mora del deudor y de la autonomía de
la acción por daños y perjuicios contractuales. Éstos y otros estudios, fueron
recogidos en una obra de dos tomos publicada en 1974 con el título de “Estudios de Derecho Civil”.
Posteriormente, la fascinación que despierta en Mélich la percepción de
algunas complejidades de la sanción del incumplimiento contractual, aunada a
la prácticamente inexistente doctrina venezolana sobre la materia, lo llevaron
a reflexionar, durante el período en que fue embajador plenipotenciario de
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
Venezuela en Colombia, de 1975 a 1977, acerca del tema central de la llamada Teoría General de los Contratos Bilaterales; la resolución del contrato por
incumplimiento. La simiente de sus especulaciones sobre el tema se encuentra
en un artículo publicado en 1975 en el Libro homenaje a la memoria del ilustre jurista Joaquín Sanchez Covisa. Vuelve sobre este tema, en su “Discurso
de incorporación a la Academia Colombiana de Jurisprudencia” en 1976.
Finalmente, en 1979 aparece su libro titulado “La resolución del contrato por
incumplimiento”, publicado por la Editorial Temis de Bogotá. De esta obra
tan sólo me permito recordar que el Profesor Angel Cristóbal Montes, de la
Universidad de Zaragoza, en recensión publicada en la revista española Anuario
de Derecho Civil en 1981, no vaciló en calificarla como la mejor escrita en
español sobre el tema de la resolución contractual en Iberoamérica.
Consciente de la magnitud de su obra y de su compromiso con la Universidad, su alma mater decide rendirle un homenaje importante, publicando en
1982 una obra colectiva en su honor, constante de dos tomos.
Después de haber cosechado todos estos logros, insistió Mélich en su empeño de compartir con los discípulos sus reflexiones en materia del contrato,
durante los cursos que impartió en el Doctorado de la U.C.V., a comienzos de
los años ochenta. Eso lo animó a escribir su obra más importante y a la que
habría de prestarle mayor dedicación: “La Doctrina general del contrato”,
cuya primera edición es de 1985. Con la tercera edición, de 1997, ampliada
con el agregado de los Capítulos correspondientes a la Teoría General de los
Contratos bilaterales y algunos otros, podemos decir que la misión que se
propuso Mélich, en la materia, quedó virtualmente cumplida.
La humildad intelectual propia de las mentes verdaderamente esclarecidas,
como la de Mélich, le hizo decir en el Prólogo de la primera edición de esta
obra que la misma iba apenas dirigida a satisfacer las urgencias prácticas de
los abogados y de los estudiantes de derecho venezolano. Pero la verdad es
que casi ninguna obra jurídica iberoamericana publicada subsiguientemente,
en temas conexos con el contrato, ha podido ocultar la huella de esta estupenda
contribución suya a la ciencia jurídica. En el plano personal, puedo decir que
lo poco que sé de Doctrina General del Contrato lo aprendí, antes que como su
alumno en el Doctorado o al preparar las clases que él quiso que impartiera, a
través de la constante relectura de las pruebas de las tres primeras ediciones de
la obra, a las cuales me obligaba el Maestro, con el pretexto declarado de que
aportara unas correcciones o ampliaciones, pero con el propósito encubierto
de lograr, en concreto, que uno de sus discípulos completara su formación
jurídica en la materia.
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
En sus últimos años, se dedicó a lo que solíamos llamar la “periferia”
de las obligaciones, en tono de chanza. Aparecen así sus libros sobre: El
pago,los modos de extinción de las obligaciones, la prescripción extintiva y
la caducidad,la representación voluntaria y la transacción. En verdad, cuesta
creer que toda esta monumental obra jurídica, que revoluciona e innova la
forma de pensar de profesores, abogados y jueces, la haya realizado un solo
hombre. Un hombre incansable, ejemplo de disciplina, puntual cumplidor con
todas sus ocupaciones profesionales, gremiales y académicas.
LAS CONTRIBUCIONES POLÍTICAS Y GREMIALES
Aunado a todo esto, piénsese que se trató de un jurista que no rehuyó a su
compromiso político, de un hombre que tuvo una clara visión de las bondades
de instaurar un sistema verdaderamente democrático en Venezuela, ideal por
el cual luchó tanto en su juventud. Convencido luego de la necesidad de insuflar un aliento renovador al sistema que contribuyó a crear y para rescatar la
dignidad del Poder Judicial, del cual siempre criticó su falta de independencia
y escasa calidad, colaboró en 1992 con la comisión de Los Notables. De ese
esfuerzo, recuerdo los criterios del Maestro y de varios otros intelectuales,
tales como Arturo Uslar Pietri, acerca de la necesidad de introducir cambios
importantes y urgentes en el rumbo de la política venezolana. Quizás el país
hoy sería diferente, si no hubiésemos contado con una clase dirigente agotada,
ciega ante las necesidades de entablar un diálogo distinto frente a los problemas
sociales y amenazas estructurales que acechaban aquel sistema democrático,
defectuoso sí, pero perfectible.
Para traducir en el plano concreto de acción su compromiso existencial
con la profesión de abogado, Mélich lidera un importante movimiento de
rescate del Colegio de Abogados del Distrito Federal, convirtiéndose en su
Presidente en 1990. Volvió al Colegio del cual ya había sido miembro de la
Junta Directiva, durante el período 1958-1959, para tratar de sustraerlo de las
garras de la política y en procura de su dignificación. Esta faceta del Doctor
Mélich la recordó cabalmente mi querido profesor de Derecho Mercantil,
Alfredo Morles Hernandez, en el discurso de orden pronunciado en el Acto
Homenaje que esta Corporación dispuso rendirle a raíz de su fallecimiento,
en los siguientes términos:
Mélich pensaba que los abogados, en funciones públicas o privadas, debían
tener clara consciencia de los fines éticos de la profesión y poseer una
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
formación académica adecuada para evitar que la deformación del derecho,
por obra de una incompleta preparación de sus operadores, se tornara a la
postre en instrumento del capricho, de opresión y de injusticias.
Lamentablemente esos esfuerzos se perdieron pronto, cuando se produjo
la salida del Colegio del sucesor de Mélich en su Presidencia, el doctor Román
Duque Corredor. Entre otras cosas, dejó de publicarse la Revista del Colegio
de Abogados, de la cual fui Director, durante su tercera etapa.
LA VOCACIÓN LITERARIA DE UN INTELECTUAL
En torno al abandono de su temprana vocación, creo que los operadores
jurídicos debemos darle gracias al profesor Luis Felipe Urbaneja por haber
sabido prevalecer sobre Don Mariano Picón Salas, descarrilando a Mélich de
la senda de la literatura y de la filosofía, para atraerlo a la disciplina que, a la
postre, consagró su grandeza y reconoció su genialidad. El talento y la calidad
que revelan los ensayos y críticas literarias escritas en su juventud, contenidos en el libro que obsequió a sus amigos al cumplir sus 80 años, titulado
Los Caminos Andados, confirman que es real la pérdida que sufrió nuestra
literatura, al apagarse ese fuego y avivarse la llama del otro, el del amor por
el Derecho y la Justicia. Como lo reconoce Mélich en el Exordio de esta obra,
las abrumadoras exigencias de la carrera y de su carga docente en la Facultad
de Derecho, hicieron naufragar su vocación inicial. Allí leemos una confesión
escrita por un gran intelectual, al acercarse al crepúsculo de su vida:
Como diría Antonio Machado, poeta que iluminó con sus versos mis primeros años, estos ensayos y notas literarias que he compilado para ustedes
son testimonio de ‘mis huellas y nada más’; por lo que ‘al volver la vista
atrás’, apenas si alcanzan a rescatar un poco de nostalgia por esa ‘senda que
nunca he de volver a pisar’. No me es fácil silenciar, sin embargo, lo que
significaron esas huellas para mí. Las contingencias de mi temprana vida
me habían obligado a interrogarme sobre mi pertenencia a la sociedad venezolana y en algunos de esos ensayos y notas literarias dejé vertidas algunas
de las reflexiones que entonces me hacía: ¿Qué significa ser venezolano?
¿En qué medida influyen la historia y la naturaleza de una sociedad en la
que estamos incrustados, en nuestra propia singularidad?
Hoy sabemos que Mélich tuvo la dicha de poder dar respuesta a estas
interrogantes, a través de su pensamiento, obra y acción, a lo largo de su
existencia: supo convertirse en un venezolano grande.
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA
A manera de conclusión del panegírico, deseo hacer una referencia obligada a su queridísima esposa de tantos años, con quien contrajo nupcias en
1952, Doña Olga Petersen Rutmann. Proviene ella de una distinguida familia,
que cuenta entre sus antepasados criollos a Diego Ibarra, primo y edecán de
Simón Bolívar. De esta unión matrimonial nace en 1957 un único hijo, Martín
Mélich Petersen. Como suele decirse que detrás de todo gran hombre hay una
gran mujer, me corresponde recordar hoy que de no haber sido por la infinita
paciencia y amor de Doña Olga, difícilmente habría podido el Maestro dedicarle tanto tiempo a los quehaceres intelectuales que hoy conforman el legado
que nos dejó. Recuerdo todavía los muchos fines de semana transcurridos en
la playa, en el Club Camurí Grande, del cual fue también Presidente Mélich,
dedicados por él a la investigación. Debo mencionar también la importante
participación, en las labores de redacción y revisión de sus múltiples obras, de
su fiel colaboradora de más de cuarenta años, Doña Estela Martínez de Abreu,
quien por sus cualidades humanas y afecto, se convirtió en un miembro más
de la familia y en una querida amiga. Finalmente, a Martín y a su esposa Carolina, agradezco pública y fraternalmente el haber sabido compartir el afecto
paternal de Pepe, sin mezquindades, con uno de sus discípulos.
II. En lo que concierne a mi trabajo de incorporación, el mismo se titula
“La Responsabilidad Precontractual en Derecho Comparado y en Venezuela
(Tratos preliminares, cartas de intención, minutas, formación progresiva del
contrato, precontratos y patologías de la fase precontractual a la luz del principio de la buena fe)”.
El mismo se subdivide en cuatro Capítulos. El primero contiene una síntesis
de la evolución histórica de la teoría de la responsabilidad precontractual. El segundo, un detallado análisis de Derecho Comparado, que incluye las referencias
necesarias acerca de cómo el soft law se ocupa de la relación precontractual y
del deber de negociar de buena fe y con lealtad. El tercer capítulo comprende
al tratamiento que corresponde darle a las relaciones precontractuales y a la
formación progresiva del contrato en Venezuela.
Finalmente, el cuarto capítulo se refiere específicamente de la responsabilidad in contrahendo en el derecho venezolano. Allí analizamos la respuesta
del ordenamiento frente a las patologías que suelen ocurrir en la fase precontractual, incluyendo el problema de la extensión del resarcimiento consistente
en el llamado daño negativo.
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
Hace casi un cuarto de siglo, tuve ocasión de ocuparme del tema de la
responsabilidad precontractual en Venezuela, en una ponencia presentada en el
XIII Congreso de la Academia Internacional de Derecho Comparado celebrado
en Montreal en agosto de 1990. Se trataba de una materia novedosa, sobre la
cual nada se había escrito en nuestro país. Mi regreso a este campo responde
al deseo expresamente manifestado en este sentido por el doctor Mélich, en
el prólogo que escribió para un libro que publiqué hace tres años titulado Estudios de Derecho Privado. En efecto, en Derecho Comparado, en los últimos
veinticinco años este tema ha despertado un notable interés en los operadores
jurídicos y ha provocado incluso intervenciones legislativas, tal como es el
caso de la importante reforma del derecho de obligaciones incorporada al Código Civil alemán vigente desde 2002. A su vez, este desarrollo ha tenido un
eco importante en el llamado soft law, vale decir, los Principles of European
Contract Law, los Principios UNIDROIT sobre los Contratos Comerciales
Internacionales, y el Draft Common Frame of Reference (DCFR) en el cual se
establecen los Principios, Definiciones y Reglas Modelo del Derecho Privado
Europeo. Por otro lado, la posterior posición de la doctrina nacional en cuanto
a la posibilidad de extender el deber de obrar de buena fe, a la fase precontractual, hizo necesario un replanteamiento de cuanto expusimos entonces en la
materia, en procura de la búsqueda del posible fundamento jurídico del deber
de quienes se encuentran negociando un contrato, de proceder de una manera
leal y correcta.
Es importante aclarar que cuando se habla genéricamente de responsabilidad precontractual, se alude a las consecuencias jurídicas de una multiplicidad
de situaciones que suelen acontecer en la fase antecedente a la formación del
contrato en sentido técnico. Se suele estar de acuerdo en incluir dentro de los
supuestos generadores de la responsabilidad precontractual no solo a la ruptura
injustificada de unos tratos o negociaciones preliminares a la conclusión de
un contrato, sino también a los casos en que se celebra un contrato inválido
o nulo, por haberse incurrido en una violación de la buena fe precontractual
y, finalmente, a la celebración de un contrato válido, pero desventajoso, que
merma las razonables expectativas económicas de una de las partes, como
consecuencia de la actuación desleal de la otra, en la fase precontractual. El
análisis del régimen jurídico y de las consecuencias de estas patologías que
ocurren en la fase precontractual, constituye el núcleo central de mi trabajo
de incorporación.
Cabe destacar que si bien es cierto que normalmente se puede lograr en
forma rápida y sencilla el acuerdo de voluntades cristalizado en un contrato,
379
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
en ocasiones las partes, antes de contratar, llevan a cabo un proceso de negociaciones, tanteos, cruce de propuestas, más o menos prolongado y de una
complejidad que escapa del modelo normativo (cruce entre oferta y aceptación)
concebido por nuestro legislador para la formación instantánea del contrato.
Baste mencionar el largo y laborioso período de preparación, discusión y
suministro de información recíproca, que antecede a la emisión de una oferta
en sentido técnico, en la mayoría de las operaciones comerciales sofisticadas
que se desarrollan en la economía contemporánea. Tal es el caso, por ejemplo,
de las negociaciones efectuadas para la adquisición de importantes paquetes
accionarios, las operaciones de fusión de empresas, los contratos de jointventure
o los contratos internacionales de obras.
En cuanto a la conexión de esta materia con el Derecho Público, debo
resaltar una importante sentencia de la Corte Suprema de Justicia, en Sala
Político Administrativa, del 6 de noviembre de 1991, con ponencia del ilustre
Magistrado y también Académico, Luis Henrique Farías Mata, en la cual se
admitió la posibilidad de que la ruptura intempestiva de negociaciones preliminares a la celebración de un contrato administrativo, genere responsabilidad
precontractual. Se recogió así el criterio de la procedencia de la responsabilidad
precontractual de la Administración Pública en Venezuela, que sostuve en la
mencionada ponencia.
En el campo de los contratos celebrados por comerciantes y productores
con los consumidores, en donde casi nunca se asiste a la negociación pari
passu del clausulado del contrato o a la formación progresiva del mismo, los
legisladores han intervenido para tutelar los intereses de la parte considerada
más débil. Se establecen así, en leyes especiales, normas dirigidas a proteger el
derecho a la información sobre las características y la calidad de los productos
vendidos masivamente y se sancionan las conductas engañosas que suelen
ocurrir en la fase antecedente a la adhesión del consumidor al clausulado
predispuesto por comerciantes y productores.
Pero, al margen de la legislación especial mencionada, en los contratos
que se forman de manera progresiva o en los que han precedido negociaciones
antes de su formación, en sentido técnico, los operadores jurídicos comienzan a
emplear “Cláusulas Generales”, como correctivos de la conducta de las partes
en la fase que antecede a la formación del contrato, desde nuevos ángulos y
con un efecto expansivo. La buena fe, la tutela de la confianza que la conducta
de un sujeto despierta en otro y la búsqueda de un criterio de repartición de
los riesgos y costos involucrados en el iter precontractual, adquieren entonces
importancia destacada en el tratamiento de los temas que se suelen enmarcar
380
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
en la responsabilidad precontractual. Una visión clara de las diferentes técnicas
empleadas en el Derecho Comparado para la aplicación de este principio, resulta
particularmente útil, sobretodo en aquellos ordenamientos que no reconocen
el deber de proceder de buena fe en las tratativas, como es el caso del common
law y el caso de muchos ordenamientos del civil law, que carecen de normas
expresas al respecto, tales como el francés y el nuestro.
El interés práctico que alimenta y justifica el creciente desarrollo del
análisis del proceso de la formación progresiva del contrato, estriba en la
creciente multiplicidad de conflictos que deriva de la superficial o desinformada valoración que muchas veces hacen las partes de las obligaciones que
asumen, aún sin tener clara conciencia de ello, durante la fase precontractual.
Las consecuencias pueden ser desastrosas.
Como ejemplo paradigmático, recordemos que en 1985 un jurado de Texas
emitió un veredicto en contra de la empresa petrolera Texaco, Inc. por 10.530.000
millones de dólares (7.530.000 millones de dólares por daños y perjuicios materiales y 3.000.000 de dólares por “punitive damages”) a favor de otra empresa
petrolera, Pennzoil Company. La mayor condena por responsabilidad civil en
la historia de los Estados Unidos hasta entonces, tuvo su causa en un conflicto
surgido en la fase precontractual, alrededor de un memorandum of understanding. Pennzoil, para aumentar su participación en el mercado petrolero, entró
en un proceso de negociaciones con la empresa Getty Oil Company y sus principales accionistas. A raíz de ello Pennzoil y Getty Oil llegaron a un “acuerdo
de principio” conforme al cual la primera compraría tres séptimas (3/7) partes
de las acciones de Getty Oil, a un precio de 110 dólares por acción.
En una negociación paralela diferente, otra empresa, Texaco, acordó con
Getty Oil comprar dichas acciones por 128 dólares cada una. Ello dio lugar a
que Pennzoil demandara a Texaco por los daños y perjuicios derivados de la
conducta de Texaco, al haber inducido a Getty Oil a incumplir el compromiso
asumido con Pennzoil. Para llegar al veredicto, uno de los principales problemas consistía en determinar si efectivamente el memorandum of understanding
entre Pennzoil y Getty Oil constituía un verdadero contrato, vinculante entre
las partes o si, por el contrario, no constituía más que una mera expresión de
intenciones.
La Corte Superior de Apelaciones de Texas consideró que efectivamente
existió un contrato vinculante entre Pennzoil y Getty Oil y confirmó el veredicto, pero reduciendo el monto de la indemnización por punitive damages
de 3.000.000 a 1.000.000 millones de dólares, para un total de 8.530.000
millones de dólares. Al final, las partes llegaron a un arreglo antes de que la
381
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
Corte Suprema de los Estados Unidos expidiera un pronunciamiento definitivo
sobre el caso.
A raíz de situaciones como ésta, cada día se perfila con mayor nitidez la
necesidad de analizar y delimitar el valor jurídico de los tratos preliminares,
las cartas de intención y los llamados pactos de caballeros (gentleman’s agreements) en la fase de la formación del contrato.
En resumen, por virtud de la investigación que realicé sobre estos temas,
me pareció posible llegar a los siguientes postulados:
A) En ausencia de una norma similar a la contenida en el § 311 del B.G.B.,
después de su reciente reforma, no es posible en nuestro ordenamiento concebir
la existencia de una verdadera relación jurídica precontractual, cuya violación
daría lugar a una responsabilidad civil de tipo contractual o a una especial
“responsabilidad precontractual”.
En la síntesis de derecho comparado se puso de relieve como los italianos
identifican ciertos deberes de información, cooperación, lealtad y custodia como
núcleos contrales de una relación precontractual, cuya violación se traduciría
en la responsabilidad precontractual.
En Alemania, las construcciones originarias buscaban a través de ficciones
diversas “contractualizar” el contacto de los sujetos en la fase precontractual,
para poder superar los obstáculos que en ese ordenamiento representaban la
configuración típica de hecho ilícito y el régimen legal limitativo de la responsabilidad de los dueños o principales por el hecho ilícito de los dependientes,
en el terreno extracontractual. Esas construcciones tienen ahora, después de
la reforma del B.G.B. de 2002, base legal expresa. En Venezuela, el art. 1185
del Código Civil regula el hecho ilícito con el carácter de Cláusula General, al
igual que acontece en Francia, y no se advierte el problema de la tipicidad del
hecho ilícito, como se lo suele hacer en conexión con el § 823 del B.G.B.
Por estas razones, la mayoría de los problemas que se suelen analizar en
el marco de la culpa in contrahendo, encuentran efectiva solución en el terreno
extracontractual, mediante la aplicación de la norma rectora del hecho ilícito
o delictual, sin que sea necesario recurrir a la construcción de una relación
contractual ficticia, entre quienes aún se encuentran negociando un contrato y
por ende están todavía en el terreno extracontractual.
Por otra parte, el análisis del soft law y de otros ordenamientos jurídicos
revela claramente la tendencia de regular la conducta de las partes en el período precontractual, imponiendo un deber de obrar conforme a la buena fe.
Sin embargo, en el caso paradigmático de la responsabilidad precontractual
382
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
(v.gr. la ruptura de los tratos preliminares) aún se versa en el terreno de la
responsabilidad civil extracontractual.
B) El hecho de que no luzca factible configurar una relación jurídica precontractual, cuya violación daría lugar a una responsabilidad de base contractual, como se puede ahora predicar en el caso de Alemania, no debe conducir
a la impresión de que las partes, en el transcurso de las tratativas se encuentran
en libertad absoluta de proceder. En Francia y en Bélgica, la jurisprudencia y
la doctrina han llegado a concebir que por virtud del principio general de la
buena fe, los tratantes se encuentran obligados a comportarse de manera leal
y correcta durante las negociaciones preliminares. De esa conclusión derivan
una serie de deberes de conducta, positivos y negativos, precontractuales. Por
tratarse el sintagma “buena fe y lealtad” en la fase precontractual de conceptos
indeterminados, de una Cláusula General, una enumeración taxativa de tales
deberes, no puede ser realizada y carecería de sentido.
De igual forma, en nuestro ordenamiento una ruptura dolosa o simplemente contraria a los parámetros de la buena fe en sentido objetivo, de unos
tratos preliminares, puede comprometer la responsabilidad extracontractual
de la parte que frustra las legítimas expectativas que tenía la otra en la celebración del contrato. Así también, quien conociendo un vicio de nulidad no lo
informa a la otra o quien provoca la nulidad del contrato, puede ser obligado
a resarcir los daños que la otra parte experimenta por virtud de la declaratoria
de nulidad del contrato en cuya validez había confiado, conforme a las reglas
de la responsabilidad civil extracontractual.
En determinadas circunstancias, son los mecanismos de la responsabilidad
contractual los que intervienen para sancionar la conducta desleal de las partes
durante la fase precontractual, tal como acontece en el caso de las obligaciones
denominadas de garantía. El vendedor que silencia los vicios de los que adolece
la cosa enajenada al comprador, será responsable por los daños y perjuicios
que éste experimente por virtud de los mismos.
Ciertas obligaciones de información, conservación, custodia y secreto
durante la fase precontractual, pueden construirse en nuestro derecho sobre la
base de los principios que regulan el hecho ilícito y el contrato de depósito. En
otros casos, la responsabilidad que deriva de haber suministrado información
incorrecta o falsa sobre las cualidades del producto vendido, se encuentra
regulada por la legislación especial en materia de protección al consumidor.
De manera que la mayor parte de las hipótesis englobadas en el marco
de la responsabilidad precontractual, encuentra solución dentro de las normas
reguladoras del hecho ilícito extracontractual. En nuestro ordenamiento,
383
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
cuando se alude a la culpa in contrahendo, no se hace referencia tanto a un
tipo especial de responsabilidad civil, a un tertium genus, sino a la sanción
que conecta el ordenamiento jurídico a ciertas conductas o actuaciones lesivas
de las partes que ocurren durante el período antecedente a la formación del
contrato; en la etapa precontractual. Son éstas hipótesis que parecen tener
como común denominador la violación del deber de proceder de buena fe en
la fase precontractual.
C) Creo que actualmente es posible configurar deberes de corrección,
lealtad y confidencialidad que vinculan a los sujetos que se encuentran negociando, con base al principio general de buena fe, aún en ausencia de una norma
que extienda a la fase precontractual el deber previsto por el artículo 1160 de
nuestro Código Civil, para la fase de la ejecución del contrato. En este sentido, se analizaron casos en los cuales, aun en el terreno extracontractual puede
concebirse el deber de obrar conforme a la buena fe, en sentido objetivo.
Ello obedece a que existen efectivamente circunstancias en las cuales, a
pesar de no existir un vínculo obligatorio entre dos sujetos, las personas están
obligadas a observar ciertos patrones de conducta, cuando entran en relación
con otras. Carece de sentido decir que el deber de obrar conforme a la buena
fe no tiene cabida entre dos sujetos, porque no han todavía entrado al mundo
contractual: ello equivaldría, paradojalmente, a admitir que las personas pueden
entrar a negociar de mala fe.
Una vez establecido este principio general del derecho para la fase
precontractual, tal como lo han venido haciendo nuestra reciente doctrina y
jurisprudencia, el mecanismo que encontramos para “juridificar” o “normativizar” en concreto su aplicación durante los tratos preliminares, encuentra su
fundamento en el único aparte del artículo 4 del Código Civil. Con base en
esta norma, cuyos antecedentes y vicisitudes analizamos, nuestro legislador
autoriza (y obliga) al juez a aplicar al caso concreto, en ausencia de norma
expresa o ante la imposibilidad de aplicar otra por analogía (v.gr. el artículo
1160 del C.C.), los principios generales del derecho. Se trata de un mecanismo de heterointegración del ordenamiento positivo, en caso de lagunas no
resolubles por analogía.
D) A pesar de que la aproximación al tema de la responsabilidad precontractual por parte de nuestra doctrina ha sido casuística, ella ha analizado los
diversos problemas que en Derecho Comparado se suelen reconducir dentro
del ámbito de la culpa in contrahendo. La responsabilidad por ruptura de las
tratativas ha sido tratada y enmarcada dentro de la responsabilidad civil extracontractual, como se ha dicho anteriormente.
384
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
Algunos autores han pretendido aplicar al caso de la interrupción intempestiva de los tratos preliminares la figura del abuso del derecho. Tal cosa no
me parece técnicamente correcta, ni necesaria, dado que el fundamento del
deber de proceder con lealtad y corrección conforme a la buena fe en sentido
objetivo en la fase precontractual, es el que explicamos con base al artículo
4 del Código Civil.
Los problemas de la revocatoria de la oferta simple de contratar y de la
negativa de contratar, han sido también resueltos recurriendo a la aplicación
de las normas en materia del hecho ilícito. En lo que se refiere al problema
del valor vinculante de la oferta firme con plazo, muy debatido en la doctrina
extranjera, el mismo ni siquiera se plantea entre nosotros, habida cuenta del
hecho de que el art. 1137 de nuestro Código Civil de 1942 acogió la figura
de la declaración unilateral de voluntad como fuente de obligaciones, al consagrar dicha oferta como un negocio jurídico unilateral vinculante. Por ello,
no puede hablarse en propiedad del tema de la responsabilidad civil derivada
de la revocación de este tipo de oferta, supuesto que ella no es revocable y el
contrato se forma si durante el plazo de la oferta se produce la aceptación del
destinatario y la misma es comunicada al oferente.
En materia de contratos nulos, la responsabilidad en la que incurre el
responsable de la nulidad, se rige por los cánones de la responsabilidad extracontractual. De allí se desprende la responsabilidad del menor que ha obrado
con discernimiento, en ciertos casos.
E) Cuando recibe aplicación la normativa de la responsabilidad extracontractual para sancionar una conducta lesiva o ilícita de una de las partes en la
fase precontractual, en principio la doctrina nacional suele estar de acuerdo
en que el resarcimiento de los daños y perjuicios no puede exceder del interés
contractual positivo, vale decir el interés de cumplimiento. Se ha acogido en
este sentido la categoría del interés contractual negativo, la cual comprendería
los gastos en que ha incurrido la parte inocente en previsión del contrato que
no fue celebrado o que fue anulado (daño emergente) y el daño que consiste
en la pérdida de las oportunidades que habría tenido la misma, de no haber
entrado en las negociaciones que luego fueron interrumpidas o que culminaron
en el contrato anulado (lucro cesante).
Sin embargo, esta concepción, a la luz del desarrollo de la doctrina moderna, debe ser tomada con cautela. La cuestión debe ser afrontada caso por
caso y sin prejuicios o criterios limitativos que carecen de fundamento en
nuestra legislación.
385
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
Recurrir a una categoría como la del interés negativo, por contraposición
a la del interés positivo, de acuerdo a la clásica distinción de Jhering, con el
propósito de sentar un pretendido principio de la menor extensión cuantitativa
del daño negativo, representa un error de perspectiva.
En nuestro ordenamiento no existe una norma que expresamente limite el
daño resarcible en los casos de ruptura de negociaciones o de contratos nulos,
motivo por el cual cabe descartar una postura que pretenda implantar estas
limitaciones frente al principio del resarcimiento integral del daño. La tan repetida comparación entre daño negativo y daño positivo equivale a confundir
peras con manzanas.
El principio que debe regir en la materia es el del resarcimiento integral
del daño experimentado por la víctima del comportamiento desleal de la otra
parte en el transcurso de las negociaciones. Así las cosas, carece de sentido
afirmar genéricamente que el daño resarcible nunca podrá exceder del interés
positivo, dado que se trata de hipótesis distintas.
En la práctica, en la mayoría de los casos de ruptura de negociaciones,
ciertamente será difícil configurar un resarcimiento cuantitativamente similar
al del interés positivo, sea por limitaciones probatorias o por el relativo grado
de incertidumbre que presenta el concepto de la pérdida de otras oportunidades
de contratar, algunas de las cuales pueden incluso haber sido más ventajosas
que la perseguida.
F) El problema de la responsabilidad precontractual derivada de la ruptura
de unas tratativas puede plantearse también en los casos en que unos sujetos se
encuentren renegociando los términos de un contrato ya existente, o su prorroga. En cambio, cuando se trata de la terminación unilateral (revocación) de un
contrato celebrado por tiempo indeterminado, efectuada en forma abusiva, se
asiste a la hipótesis de la responsabilidad post-contractual, como la denomina
un sector de la doctrina francesa. Nuestra jurisprudencia ha admitido que el
ejercicio de un derecho contractual puede ser realizado en forma abusiva,
dando lugar a la figura del abuso del derecho.
G) En nuestro ordenamiento, las partes pueden convencionalmente regular
su conducta y relaciones durante la fase precontractual. De los diversos pactos
y documentos que analizamos al referirnos al tema interesa recordar en particular a las cartas de intención y acuerdos de confidencialidad, a través de los
cuales las partes regulan sus relaciones durante el período precontractual. Estos
acuerdos tienden a reforzar la obligación de conducir las tratativas conforme a
la buena fe y usualmente establecen criterios para la repartición de los gastos
incurridos durante esta fase. Constituyen, además, un medio de prueba que
386
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
facilita la comprobación de la existencia de unas negociaciones preliminares
entre sujetos determinados, a los fines de exigir la responsabilidad consiguiente
a una ruptura indebida de las mismas. Estos pactos no deben ser confundidos
con los llamados acuerdos parciales y minutas, figuras que se presentan en el
caso de la formación progresiva del contrato, fenómeno que plantea el problema
del contenido mínimo del clausulado y la necesidad de establecer parámetros
claros para determinar cuándo un contrato puede reputarse formado.
También pueden las partes celebrar verdaderos contratos (cuyo incumplimiento compromete la responsabilidad contractual del infractor), con el fin de
obligarse a la subsiguiente o posterior celebración de un contrato definitivo.
En este caso versamos en la hipótesis de los contratos preliminares, (respecto
de los cuales también puede concebirse una fase precontractual y unas tratativas), cuya función es instrumental y no sustantiva, tal como puede predicarse
respecto del contrato definitivo.
III. En conclusión, la necesidad de establecer un deber de obrar leal y
correctamente, vale decir, conforme a la buena fe durante el período precontractual, parece obedecer a una exigencia moderna en el tráfico comercial y
constituye el punto de llegada de un largo y azaroso camino, tal como se desprende de las interrogantes que formuló hace más de dos mil años Cicerón en
su obra De officis, acerca de la mentira y la manipulación en las negociaciones.
Allí nos relata el caso del acomodado caballero romano Canio, quien al ir de
vacaciones a Siracusa, hizo saber que deseaba adquirir una casa de verano.
Pizio, banquero siracusano, al enterarse de la noticia le dijo que podía utilizar
su villa de la playa, como si fuese suya y lo convidó a cenar el siguiente día
en la misma. Al propio tiempo, Pizio mandó a llamar a unos pescadores del
lugar para decirles que llevaran al banquete una gran cantidad de peces. Canio
se presentó a la cena puntualmente y durante la misma varias embarcaciones
acudieron con toda clase de pescados. Estupefacto por aquella abundancia,
Canio le preguntó a Pizio el motivo de la misma y éste le contestó que todos
los peces de Siracusa moraban por allí; que no podían alejarse de las aguas de
la villa. Comenzó Canio insistentemente a pedirle a Pizio que le vendiera la
casa, cosa a la cual éste afectó oponerse hasta lograr un precio elevadísimo.
Concluida la venta, al día siguiente Canio invitó a sus amigos a cenar, pero al
llegar a la casa no vio ninguna embarcación alrededor. Intrigado, le preguntó
a un vecino si los pescadores estaban de fiesta y éste al contestarle negativamente, agregó que usualmente allí nadie iba a pescar. Al analizar el caso nos
dice Cicerón: “¿Qué hubiera podido hacer? En aquel tiempo Caio Aquilio, mi
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor Luciano ...
amigo y colega no había todavía propuesto las normas relativas al dolo malo.
Al preguntársele a éste en que consiste el fraude, respondió que el mismo se
verifica cuando se finge una cosa y se hace otra”.
Es pues vieja la historia de las manipulaciones y del engaño en la materia
contractual. Lástima que nos toca vivir en un país en el cual el tema parece
haberse trasladado al terreno de la política. Requerimos hoy más que nunca
del concurso de hombres talentosos y de transparente ejecutoria, para superar
la supersticiosa creencia en soluciones mágicas e irrealizables ante la crisis
que enfrentamos. Por eso, concluyo recordando unas palabras pronunciadas
por Don Mariano Picón Salas en 1947 al inaugurar el Centro de Estudiantes
de Filosofía y Letras, en presencia del joven Mélich:
Tener talento –esto se ha olvidado a menudo entre nosotros– más que un
privilegio, es una obligación. El auténtico hombre superior no es quien se
pone de espaldas ante la gente que pasa o se amuralla en el castillo de su
individualismo desdeñoso, sino el que sabe comprender las necesidades de
muchos, el que pensando obra y facilita la tarea progresiva de la especie
humana; el que destruye una superstición, esclarece un problema y contribuye a esa nunca concluida epopeya de Libertad que es la definitiva razón
de la Historia.
Muchas gracias.
388
Discurso de Contestación al Doctor
Luciano Lupini Bianchi
por el recipiendario Doctor
Ramón Escobar León, Individuo
de Número de la Corporación
BLANCA
SIN NUMERAR
390
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 391-407
ISSN: 0798-1457
DR. LUCIANO LUPINI BIANCHI, INDIVIDUO DE NÚMERO
ELECTO
Presidente y demás Miembros de la Junta Directiva
de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales
SEÑORES ACADÉMICOS
SEÑORES PRESIDENTES DE OTRAS ACADEMIAS
SRA. MANUELA PINZANI DE LUPINI, MANUELA CAROLINA,
ROBERTO LUPINI PINZANI Y DEMÁS MIEMBROS DE LA FAMILIA
LUPINI
SRA OLGA PETERSEN DE MÉLICH, MARTÍN MÉLICH Y SRA Y
DEMÁS MIEMBROS DE LA FAMILIA MELICH ORSINI
INVITADOS ESPECIALES
SEÑORAS, SEÑORES
En las aulas del posgrado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
de la Universidad Central de Venezuela, al final de la década de los setenta,
compartí con Luciano Lupini Bianchi la experiencia de ser alumnos de José
Mélich Orsini, a quien hoy el recipiendario sustituye en el sillón número 6.
En aquel momento me correspondió suplir a Mélich en su cátedra de
Derecho de las Obligaciones en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
de la Universidad Central de Venezuela, espacio que más adelante pasaría a
ocupar Luciano Lupini. De manera que se había producido una conexión doble:
como suplentes en su cátedra y como alumnos en el Doctorado en Derecho
en la UCV. Así, Luciano y yo pudimos nutrirnos de la sabiduría de ese jurista
excepcional de un modo muy especial en aquellos espacios de la UCV.
Cursamos juntos tres seminarios: dos sobre Teoría general del contrato, en
los cuales el Maestro se ocupaba de estudiar con sus alumnos la obra de Gino
Gorla; y uno sobre la Teoría de la Simulación en el cual estudiamos la obra
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Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario Doctor Ramón ...
de Francesco Ferrara. El Maestro sostenía la tesis de que era más conveniente
concentrar el estudio en una obra clásica que la dispersión bibliográfica, para,
de esa manera, poder reflexionar con profundidad sobre el tema objeto del seminario. Es, entonces, a través de la Universidad Central de Venezuela, como
conozco de manera directa la primera producción jurídica de Lupini.
Como costumbre solíamos reunirnos los días sábados en su casa de Altamira y ahí almorzábamos con sus padres, Quinto Lupini Sborzacchi e Inés
Bianchi de Lupini, oriundos de Gubbio en Italia.
PERFIL FAMILIAR
Quinto Lupini estudia en su natal Gubbio y en sus estudios de secundaria
conoce al Profesor Polidoro Benveduti, Marqués de Burano (1891-1979),
quien habría de convertirse en su mentor y guía por el resto de su vida. Por una
decisión del destino, el Marqués de Burano se convirtió luego en el tutor de
Luciano, 40 años después. Quinto , primero estudia en Fermo en el Instituto di
Avviamento y, luego, se enrola en la Real Academia de Artillería e Ingeniería de
Turín, de la cual se gradúa a comienzos de 1943, con el grado de subteniente,
perteneciendo a la promoción N° 143 de dicha institución. Es enviado enseguida
a comandar una batería de cañones navales en la isla de Rodas.
Durante la guerra, Inés en vista de los compromisos militares de Quinto,
se trasladó a vivir a Roma con su madre, en donde comenzó a trabajar en el
Ministerio de Guerra y Marina en octubre de 1941, como asistente administrativa. Mientras, después del 8 de septiembre de 1943 Quinto fue apresado
por los alemanes y enviado a campos de concentración en Polonia, Rusia y
Alemania.
En la postguerra, a raíz de su trabajo en la industria metalmecánica, Quinto
conoce al ingeniero Amedeo Marcotulli, fundador de un grupo transnacional
de empresas denominado SIMAR (Sociedades Industriales Marcotulli), con
sedes en Venezuela, Ecuador, Honduras y con oficinas en Caracas, Roma y
Nueva York.
Marcotulli, un industrial muy conocido entonces, insiste en traerse a Quinto
a Venezuela, a finales de septiembre de 1950. Quinto e Inés se habían casado
en Roma, en agosto de 1950. Apenas celebrado el matrimonio se trasladan a
Venezuela.
En la primera etapa de su vida en el nuevo continente, durante la década
de los 50, Quinto Lupini trabajando como Director de la empresa SIMAR
392
Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario Doctor Ramón ...
construyó y pavimentó, entre otras, las siguientes obras viales: las carreteras
Panamericanas del Ecuador y de Venezuela; la carretera de Oriente (El GuapoBarcelona); la de Cagua-San Juan de Los Morros; la de Tocuyito-NirguaChivacoa; la de Morón- Barquisimeto; la carretera a Los Caracas; la Autopista
Caracas La Guaira y la Avenida Francisco de Miranda. Construyó también el
Ferrocarril Puerto Ordaz-Cerro Bolivar. Durante esa década, obtuvo la licencia
de piloto privado n° 76 de la República del Ecuador (en 1954) y la n° 556 (en
1955) de la República de Venezuela. La aviación fue su gran pasión y piloteó
su avión aun después de cumplir los setenta años.
Una vez establecidos en Venezuela nacen sus dos hijos. Juan Francisco y
Luciano, ambos en el Centro Médico de Caracas, en San Bernardino.
A comienzos de los años 60 el grupo SIMAR dejó de operar por la crisis
en el sector de la construcción, que siguió a la caída de Pérez Jimenez. El ingeniero Amedeo Marcotulli se marcha a Italia y, como consecuencia de ello,
Quinto Lupini ingresa al grupo Vollmer, en la empresa IMOSA y allí se quedó
hasta abril de 1986. Luego, al retirarse de IMOSA fue consultor técnico de las
fábricas de tubos de SOLTUCA, hasta su fallecimiento.
Inés de Lupini, por su parte, se desempeña como educadora en el Colegio
Giacomo Leopardi. Ambos, fueron condecorados por el Gobierno italiano.
Quinto recibió la orden de Cavaliere Ufficiale dell’Ordine al Merito della
Repubblica Italiana, el 26 de junio de 1969. E Inés recibió la condecoración
de la Stella della Solidarietá della Repubblica Italiana.
PERFIL ESTUDIANTIL
Luciano estudia desde kínder hasta tercer grado en el Colegio Agustín
Codazzi. Al finalizar el tercer grado de primaria, fue enviado a estudiar cuarto grado a Roma, al Convitto Nazionale Vittorio Emanuele II, situado en el
Lungotevere, con su hermano mayor Juan Francisco, quienes compartían los
fines de semana con su madre, porque ella se trasladó a Roma con el propósito
de acompañar a sus hijos.
En el Convitto Nazionale Vittorio Emanuele II, Luciano contó con la tutela
del Maestro Carfagna, quien le inculcó el hábito de la lectura constante. Allí
leyó a Kipling, Julio Verne, Victor Hugo, Emilio Salgari, Alejandro Dumas,
entre otros.
En mayo de 1965, en una excursión a Florencia con sus padres conoció a
quien habría de ser su primer mentor intelectual, el ya mencionado Marqués
393
Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario Doctor Ramón ...
de Burano, Polidoro Benveduti y su señora Clelia Etzi de Benveduti, quienes
habitaban entonces en la Villa Medici.
Luciano regresó a Venezuela en julio de 1965 y continuó sus estudios en
Colegio Agustín Codazzi. Allí cursó el quinto grado y los tres años de la Escuela
Media, desde 1965 a 1969, cuya licencia consiguió con Diploma de Honor.
Luego, en 1969 regresa a Italia para estudiar en el Liceo en Gubbio. Allí
permanece, dos años bajo la tutela del profesor Benveduti, quien lo estimula
en la lectura de Heráclito, Platón, Montaigne, Pareto, Weber, Durkheim,
Marx, Mosca, Nietzsche, Darwin, Descartes y los empíricos Locke, Hume y
Berkeley.
A finales de 1971, ya en Venezuela, comienza el 4° año de bachillerato
en el Colegio San Ignacio y luego se gradúa de bachiller en Humanidades
en 1973. De inmediato comienza sus estudios de Derecho en la UCAB y se
gradúa en la promoción de 1978. Esta promoción estuvo integrada por nueve
estudiantes que lograron las menciones summa cum laude y cum laude; son
ellos Maripili Aneas, Eddy Gomez de Morabito, María Teresa Tovar, Lorenzo
Nacci, José María Fragachán, Marisol Sarría Pietri, Rosa Griselda Lopez,
Cristina Gonzalez y Luciano Lupini. A los integrantes de esta promoción tuve
la fortuna de darles clase en los cursos propedéuticos que desde el año 1971
se implementaron en la UCAB. Cabe recordar que Marisol Sarría Pietri es la
nieta del jurista Luis Gerónimo Pietri, quien también ocupó el sillón 6 de esta
Academia, antes ocupada por Julio Diez y José Mélich Orsini.
En el campo profesional, Luciano trabaja en los años 1975 y 1976 en
Baker & McKenzie, como pasante. Luego se incorpora al Escritorio Octavio
y Mathison, también como pasante desde enero de 1978, hasta su graduación
en julio de 1978. Allí permaneció como abogado hasta 1981, cuando funda el
escritorio de Mathison, Lupini y Ruan, el cual funcionó hasta 2005 y luego
pasa a Mathison, Lupini y Asociados, donde trabaja en la actualidad.
En el plano académico, en 1979 gana por concurso de credenciales la cátedra de Familia y Sucesiones en la UCAB. En 1980 comienza el Doctorado en
Derecho de la UCV, donde compartimos preocupaciones acerca del método de
análisis jurídico y el manejo de la bibliografía jurídica. Ahí también conoció a
los profesores Oscar Palacios Herrera, Gert Kummerow y José Mélich Orsini.
Éste, le pide a Luciano que regrese a la docencia, y en vista de ello, asume su
cátedra de obligaciones, tarea que cumplió hasta el año de 1995.
En el plano judicial, fue relator del Doctor René De Sola en la Corte
Suprema de Justicia, cuando éste se desempeñaba como su Presidente, desde
1985 hasta 1988 y ha sido Juez Asociado y árbitro en diversas causas.
394
Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario Doctor Ramón ...
En cuanto a su participación en la Administración Pública, Lupini fue
asesor del Ministro de Hacienda (1982-1983), del Procurador General de la
República (1985-1988), del Ministro de Justicia (1989-1990) y del Ministro
de Relaciones Interiores (1993-1995).
En el plano editorial, fue Director de la Revista del Colegio de Abogados del Distrito Federal (1991-1995), miembro del Consejo Consultivo de la
Revista de Derecho Mercantil y del Consejo de Redacción de la Revista de
Derecho Tributario.
En julio de 1992 le fue conferida la Medalla del Colegio de Abogados del
Distrito Federal. También posee la Orden del Mérito al Trabajo en su primera
clase y la Orden Francisco de Miranda la cual le fue impuesta en 1996 por el
Ministro de esa época, Ramón Escovar Salom
Lupini fue también miembro de la Comisión Nacional de Codificación,
Legislación y Jurisprudencia de Venezuela, durante el periodo en que fue presidida por el Doctor Román José Duque Corredor. En tal virtud, participó en
el análisis o redacción de diversos proyectos de leyes. También fue miembro
de comisiones especiales para la redacción de leyes tributarias.
Contrajo nupcias en 1984 con Manuela Pinzani Ciargo. En el seno del
matrimonio procrearon dos hijos: Manuela Carolina (1985) y Roberto Luciano
(1987), ambos graduados en la UCAB, la primera en Comunicación Social y
el segundo en Derecho.
La obra de Lupini
Lupini inicia de manera consistente su producción jurídica como cursante
del Doctorado en Derecho en la Universidad Central de Venezuela.
El primer seminario en el que participa se titula Las cláusulas limitativas de la responsabilidad contractual”, que fue dirigido por el profesor Gert
Kummerow con quien tuvimos la suerte de aprender metodología jurídica y
el manejo de bibliografía relevante. El título de su monografía fue “Análisis
de un caso concreto de aplicación de las cláusulas limitativas de la responsabilidad contractual en Venezuela”, la cual quedó como trabajo inédito. Se
discutió en sesión del 10 de noviembre de 1980 ante un jurado del que formaban parte, además del profesor Kummerow, los profesores Oscar Palacios
Herrera y José Mélich Orsini. Y esta es la fecha en la que Lupini conoce a
quien luego será su mentor, el Maestro Mélich. Recuerdo esta fecha, porque
395
Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario Doctor Ramón ...
eran públicas las defensas, así como los comentarios elogiosos acerca de su
formación y potencial como investigador de Kummerow, Palacios Herrera
y Mélich Orsini. Un privilegio sin duda haber cursado en esa época con tan
distinguidos profesores.
En la discusión de ese trabajo, Mélich planteó el tema de la obligación de
indemnizar en caso de incumplimiento contractual, la cual Lupini entendía que
era una obligación autónoma respecto al subrogado de la prestación originaria
(o cumplimiento por equivalente). Eso lo comprende así la doctrina moderna,
pero no era lo que pensaba Mélich en aquella época, lo que agradó a Mélich
y le hizo reconocer que Luciano contribuyó con un tema en el cual por años
no había encontrado la solución.
También se discutió el tema de la indemnización del daño moral derivado
del incumplimiento de una relación contractual. Esa tesis no era, como se sabe,
la seguida por la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, la cual se
fue introduciendo en nuestro país y ha sido admitida sin ambages en materia
ordinaria y en sede arbitral.
La posibilidad de reparar daños morales en materia contractual ha sido
discutida en Venezuela desde la sentencia de fecha 25.06.1981; discusión que
culmina con la sentencia de fecha 5 de febrero de 2002, cuando la Sala de
Casación Civil admitió la procedencia de la reparación de los daños morales
en materia contractual. Desde el comienzo, Lupini, defendió la tesis que luego
se impuso en Venezuela, tanto en la doctrina como en la jurisprudencia.
En la señalada fecha (10.11.1980), y frente a algunos comentarios crípticos
de Mélich sobre la abundancia de la bibliografía citada en el trabajo, Luciano
lo invitó a su casa para que pudiera constatar que disponía de los libros y
que no hacía citas indirectas, ya que éstas carecen de prestigio en el mundo
académico. Mucho menos citas extraídas o copiadas de otros autores, sin la
correspondiente referencia.
Además de la biblioteca de Lupini, nosotros como estudiantes, y por
recomendación del profesor Gert Kummerow, nos habíamos convertido en
usuarios regulares de la Biblioteca Rojas Astudillo, que tanta utilidad y servicio
ha prestado a los investigadores del Derecho.
Posteriormente publica, junto con el Dr. Gabriel Rúan Santos, Consideraciones sobre las Condiciones Generales de Contratación para la Ejecución
de Obras de la Administración Pública”, publicada en la Revista de Derecho
Público n°12, Octubre-Diciembre de 1982.
396
Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario Doctor Ramón ...
Luego, y para un seminario dirigido por Mélich escribe Reflexiones acerca
del negocio indirecto y del Negotium Mixtum cum Donatione, publicada en la
Revista del Colegio de Abogados del Distrito Federal, n° 147, 1983 (se trata
de la primera monografía venezolana sobre las donaciones indirectas), la cual,
por cierto, ha sido calificada por el maestro Mélich como un valioso estudio
(Doctrina General del Contrato, 2006, nota 65, p. 288).
Más adelante continuó con estudios en la materia tributaria:
• En materia de prescripción de la obligación tributaria y conflictos intertemporales de leyes publicado en la Revista de Derecho Tributario n° 47,
1985.
• La compensación tributaria escrita con Gabriel Ruan Santos, publicado
en el libro de Ponencias de las II Jornadas Venezolanas de Derecho Tributario, en 1987.
Vino después la conocida monografía sobre responsabilidad precontractual, titulada La responsabilidad precontractual en Venezuela, publicada en
la Revista del Colegio de Abogados del Distrito Federal, n° 149, Julio- Diciembre, 1991 que corresponde a la ponencia que presentó, por cuenta del
Instituto de Derecho Comparado del Ministerio de Justicia en el XIII Congreso
Internacional de Derecho Comparado, celebrado en Montreal, Canadá, en
agosto de 1990.
Siguieron las publicaciones siguientes:
• La colación en el derecho venezolano, publicada en la Revista del Colegio
de Abogados del Distrito Federal, n° 151, Julio- Diciembre, 1992 (primera
monografía sobre este tema en Venezuela)
• Las donaciones indirectas y la venta a precio vil, publicada en la Revista
de la Facultad de Derecho de la UCAB, n° 52, 1998.
• La influencia del Código Napoleón en la codificación y en la doctrina
venezolana escrita con la colaboración de Ana Irene Vidal , en El Código
Civil venezolano en los inicios del siglo XXI (AAVV), Coordinadora Irene
de Valera, Caracas, Academia de Ciencias Políticas y Sociales, 2005.
• El contrato preliminar de compraventa, su autonomía, función y ejecución
forzosa” en Derecho de las Obligaciones en el Nuevo Milenio (AAVV),
Coordinadora Irene de Valera, Caracas, Academia de Ciencias Políticas
y Sociales, 2007 (primera monografía sobre este tema en Venezuela).
• Notas sobre la teoría de la imprevisión en derecho civil, en el Libro Homenaje a Anibal Dominici, AAVV, Caracas, 2008.
397
Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario Doctor Ramón ...
Estudios de Derecho Privado, Caracas, Academia de Ciencias Políticas
y Sociales, 2010 (libro en el cual se recogen algunas de las monografías
citadas antes).
• Consideraciones críticas acerca de una reciente sentencia en materia de
ejecución de hipoteca y resolución de contrato de compraventa en Derecho
de las obligaciones, AAVV, Caracas, Academia de Ciencias Políticas y
Sociales-Asociación Venezolana de Derecho Privado-UCV, 2012.
• Limitaciones estatutarias a la transmisión de acciones: las cláusulas de
consentimiento publicada en el tomo II del Libro Homenaje al Profesor Alfredo Morles Hernández, Caracas, UCAB-UCV-Universidad Monteávila-U.
de Los Andes-Academia de Ciencias Políticas y Sociales, 2012 (primera
monografía sobre este tema en Venezuela)
• Naturaleza, efectos, requisitos y modalidades del laudo arbitral en El
arbitraje en Venezuela, AAVV, coordinadores L. Araque-M. Betancourt-D.
Droulers-C. Lepervanche, Caracas, Centro de Arbitraje de la Cámara de
Caracas-Cedca-Club Español del Arbitraje, 2013.
Ahora viene a enriquecer su producción jurídica con su trabajo de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, titulado La Responsabilidad Precontractual en el Derecho Comparado y en Venezuela.
El segundo paso de esta evolución fue su estudio titulado El contrato
preliminar de compraventa. Su autonomía, función y ejecución forzosa, (En:
Derecho de las Obligaciones en el Nuevo Milenio, Academia de Ciencias
Políticas y Sociales Coordinadora Irene de Valera, Caracas, 2007. Lupini ha
puesto, en mi opinión, fin a una tesis que ha predominado en Venezuela sin
mayor fundamento jurídico, que básicamente consiste en considerar a las
promesas bilaterales de venta como una venta definitiva, lo que sería cierto
en el ordenamiento jurídico francés dada la vigencia del artículo 1585 del
Code Civil,1 norma que jamás ha formado parte de nuestro derecho positivo.
La tesis que Lupini brillantemente ha logrado erradicar, aparejaba, a su vez,
como consecuencia, la pérdida de la autonomía de los contratos preliminares
en la materia, lo que no se compadece ni siquiera con la moderna doctrina
francesa. El último paso está constituido por este trabajo de incorporación a
la Academia de Ciencias Políticas y Sociales que resalta la madurez del autor,
al exponer un tema complejo con claridad de pensamiento y contrastando la
•
1
Art. 1585.- “La promesa de venta vale venta, cuando existe consentimiento recíproco de las partes sobre
la cosa y sobre el precio”.
398
Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario Doctor Ramón ...
doctrina relevante, tanto nacional como extranjera, para luego consignar su
propia opinión. Con esta obra se cumple un ciclo y el deseo expresado por
el propio Mélich en el Prólogo que escribió para el citado libro de Lupini de
Estudios de Derecho Privado.
LA NOCIÓN DE BUENA FE EN LA FASE PRECONTRACTUAL
Y LA INTERPRETACIÓN DE LOS CONTRATOS
Lupini desarrolla el tema de la buena fe en las tratativas contractuales y
construye un basamento jurídico en la fase precontractual (tratos preliminares)
en Venezuela, lo que es significativo en vista de que esta materia no está regulada por ninguna norma expresa al respecto. Luego de analizar la cuestión en el
Derecho Comparado y en el soft law, el autor se adentra en el tema en nuestro
país y delimita la naturaleza jurídica de la fase precontractual. Se pregunta
lo siguiente: ¿Puede configurarse en la fase precontractual, en donde se está
aún en el territorio extracontractual, un deber de obrar de buena fe entre dos
sujetos que aún no son partes de una relación obligatoria? La respuesta es
afirmativa, lo que implica un cambio de opinión en relación con la postura que
asumió en la primera versión de esta línea de investigación del año 1990.
Para algunos, la noción de la buena fe solo opera una vez que se ha trabado
la relación contractual; Lupini, en cambio, acierta al proponer que la buena
fe no necesita la armazón de la relación contractual, puesto que aún antes se
activan sus reglas, para lo cual recurre, mediante un acucioso análisis a los
principios generales del derecho. De manera que las tratativas precontractuales
estarían gobernadas por las reglas de la buena fe. Lo contrario sería sostener
que se podría negociar de mala fe y esto marcharía contra la lógica jurídica y
la experiencia.
Estoy de acuerdo con Lupini, por cuanto no admitir la buena fe en las
relaciones precontractuales equivale a admitir conductas contrarias a la lealtad
y corrección durante las negociaciones antecedentes a la formación del contrato en sentido técnico. Esta posición es compartida por otros autores como
Gonzalo Rodriguez Matos y Carlos Acedo Sucre para quienes la exigencia de
la buena fe equivale a un principio general del derecho
Una referencia a la buena fe en sentido objetivo la encontramos en la figura
del abuso del derecho, figura que ha sido regulada como un hecho ilícito en
el artículo 1185 del Código Civil. Lupini considera que su ubicación en esta
norma no ha sido particularmente feliz. A tales efectos, comenta la sentencia
399
Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario Doctor Ramón ...
de la Sala de Casación Civil (SCC) de fecha 18 de noviembre de 2001 (Cedel
Mercado de Capitales vs Microsoft Corporation). En esta decisión la SCS
sostuvo que el dispositivo técnico del artículo 1185 del Código Civil regula
dos situaciones: (i) cuando se actúa sin ningún derecho; (ii) cuando se abusa
del derecho que se tiene. Luego de examinar esta sentencia, concluye que el
abuso de derecho es una fuente autónoma de las obligaciones distinta al hecho
ilícito. Con lo cual seguramente todos estaremos de acuerdo, aun cuando el
punto ha sido debatido por la doctrina en el pasado Al propio tiempo, Lupini
descarta la posibilidad de aplicar la figura del abuso del derecho a la ruptura
intempestiva de las negociaciones, al negar la posibilidad de concebir un
abuso en sentido técnico, de la libertad de no contratar, postura que llegó a
sostener el Maestro Mélich en una monografía reciente. El punto es interesante y controvertido pero las razones aducidas por Lupini para sostener que
la libertad de contratación no es un derecho subjetivo susceptible de abuso,
lucen rigurosamente elaboradas.
Igualmente, en su obra desarrolla importantes ideas acerca de la categoría
del interés contractual negativo y la necesidad de superar concepciones apriorísticas o limitativas en materia del resarcimiento del daño precontractual,
para ir hacia la correcta aplicación del principio de la indemnización integral
del perjuicio experimentado por la víctima en la fase de las negociaciones
preliminares.
Por otra parte, sostiene que el legislador venezolano consagra un sistema
objetivo de aplicación de la buena fe, cuyos pilares fundamentales son los artículos 1160 y 1148 del Código Civil (CC) y 12 del Código de Procedimiento
Civil (CPC).
En relación con las dos últimas disposiciones me voy a detener. De acuerdo
con el artículo 1148 del CC la buena fe es regla de interpretación cuando se
califica el error de hecho que permite anular un contrato. Este error de hecho
debe recaer sobre la cualidad de la cosa o “o sobre una circunstancias que las
partes han considerado como esenciales o que deben ser consideradas como
tales en atención a la buena fe””.
Este artículo consagra el concepto de buena fe objetiva como regla para
interpretar los errores de hecho en que pueden incurrir las partes contratantes
en la fase precontractual. A partir de esta norma aislada, Lupini predica que
no puede fundarse por vía inductiva el principio general de la buena fe como
criterio rector de la conducta de los sujetos que se encuentren tratando un
negocio. Se trata más bien de una aplicación particular expresa del mismo,
motivo por el cual de inmediato sostiene que la buena fe prevista en el
400
Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario Doctor Ramón ...
mencionado artículo 1148 del CC “recoge un supuesto concreto de aplicación
del principio general de la buena fe, que debe regir la conducta de las partes
en la fase precontractual”.
Más adelante destaca, en relación con el principio general de la buena
fe, que el mismo cumple con los requisitos de generalidad, principalidad y
juridicidad y piensa, más bien, que el concepto de buena fe, al ser un principio
general del Derecho, aplica de manera general y abstracta, independientemente
de que cada institución la contemple o no. En este sentido, Lupini reseña su
cambio de criterio, pues en su monografía del año 1990 había sostenido que el
principio de la buena fe no aplicaba a la relación precontractual. Luego, en el
año 2008, cuando publica su trabajo sobre la teoría de la imprevisión, explica
su nueva posición debido a que mucha agua ha pasado por el molino. Esa
agua es la opinión de la doctrina y de la jurisprudencia que admiten ahora la
aplicación del principio de la buena fe en la fase precontractual. Es bien sabido
que cambiar un criterio sobre la base del desarrollo doctrinario o de la propia
investigación del autor, es moneda corriente en la doctrina comparada.2
Pienso que Lupini acierta cuando proclama que la buena fe contiene los
rasgos de generalidad y abstracción que le imprimen el carácter de principio
general del Derecho. Siendo así el asunto pienso que se trata de una noción
que cae en el campo del Derecho y no de los hechos y que siempre debe haber
el control de Casación.
La afirmación anterior la fundamento en la presencia del concepto, la
buena fe, como regla de interpretación de los contratos, la cual aparece establecida en el artículo 12 del CPC; tema que fue objeto de preocupación para
Mélich, quien consignó solidas críticas a la posición radical e intransigente
de la jurisprudencia de la casación, y de la doctrina dominante, que han visto
este asunto como un problema concerniente al terreno de los hechos y ajeno
al control de casación, salvo que se active el mecanismo excepcional previsto
en el artículo 320 del CPC, concretamente los casos de falso supuesto o de
suposición falsa, como ahora se les denomina.
Es decir, este tema complejo y relevante ha sido tratado como si fuese
un asunto burocrático. En efecto, cada vez que se plantea un asunto de esta
naturaleza, la casación lo resuelve apoyándose en tecnicismos propios de un
burócrata y no de un jurista. Esta manera de sentenciar de parte de la Casación
2
Así, por ejemplo, Calamandrei cuando publicó su obra proceso y democracia se retractó de lo que había
afirmado en su monumental obra La Casación Civil, la cual atribuía a su época juvenil.
401
Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario Doctor Ramón ...
se ha nutrido de los escritos forenses, en vista de que los litigantes también
sienten adoración por los tecnicismos y formalidades procesales y, en el fondo, se sienten más cómodos eludiendo un verdadero y constructivo debate
acerca de las más complejas cuestiones de derecho sustantivo. Entiendo que
esto se debe a la enseñanza positivista de nuestras escuelas de derecho y en
los arquetipos que acompañan la enseñanza dictatorial y memorística, que son
enemigos de la mente analítica.
De una manera más sencilla en este tema del hecho y el derecho, Mélich
afirma que el juicio de hecho es la afirmación de que algo es innegable y el
juicio de derecho se refiere a la subsunción de ese hecho concreto en el hecho
abstracto previsto en la norma.3 Así, por ejemplo, es un juicio de hecho cuando
digo que “Juan entregó Bs. 100 a María”. Pero si se digo que “Juan entregó
a Bs. 100 a María para cancelar una deuda” entonces atribuyo consecuencias
jurídicas al hecho que de manera cruda identifiqué inicialmente. De esta manera
se produce un cambio en la situación fáctica y en eso consiste, como enseña
Carnelutti,4 la juridicidad del hecho.
Según la autorizada voz de Carnelutti, existen los hechos puros y duros
y estos pueden modificarse hacia lo jurídico. Hay una situación inicial que
se refiere al hecho crudo y luego se presenta una situación final: cuando ese
hecho produce efectos jurídicos5. Por consiguiente, el contrato se establece
por medio de una prueba y una vez acreditada su existencia, se produce su
interpretación, que es la que produce efectos jurídicos. Se trata de dos pasos
íntimamente ligados, el uno con el otro, en el cual el intérprete se interesa por
las declaraciones de voluntad contenidas en el contrato y por el efecto jurídico
que éstas producen.
Entonces cada vez que los jueces se amparan en el concepto de la buena
fe para ponderar la relación pre contractual están desarrollando una labor que
no escapa a la censura de casación, porque no es una situación de hecho sino
de derecho como lo ha explicado magistralmente Mélich.
Y considerar el concepto de buena fe como un principio general del derecho
es asumir una posición intermedia entre el ius positivismo y el ius naturalismo.
3
4
5
MÉLICH: Ob. cit, núm 294, p. 378.
CARNELUTTI, Francisco: Teoría general del derecho. Madrid, Editorial Revista de Derecho Privado,
tr. Francisco Javier Osset, 3era. Edic, 1955, p. 255. Así lo expone: ...”el hecho jurídico es definido bastante más exactamente como el cambio de una situación jurídica o, en otras palabras, como un hecho
material en cuanto va acompañado de un cambio de una situación jurídica” (Ibíd ).
Ibíd, p. 257.
402
Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario Doctor Ramón ...
Por eso Lupini celebra la posición del Código Civil italiano de 1865 que al
respecto jerarquiza las fuentes del Derecho por medio de una norma expresa. En
primer lugar, la disposición legal, luego la analogía y, por último, la aplicación
directa de los principios generales del derecho, con efecto heterointegrador y
normativo. La norma italiana, que no encontramos en el Código Civil francés,
fue recogida por el legislador venezolano apenas en el Código Civil de 1916
y corresponde hoy a su artículo 4.
Sin embargo esta posición de Lupini de ver en los principios generales del
derecho una tercera opción que tiene el juez para sentenciar (norma jurídica,
analogía y principios generales del derecho) no llega al punto de permitir al
juez sentenciar privilegiando un principio general del derecho sobre una norma jurídica expresa, para de esa manera evitar la arbitrariedad,6 tal como lo
sostuvo el filósofo del derecho Giorgio Del Vecchio.
Lupini encuentra precisamente en el artículo 4 del Código Civil el fundamento para “juridificar” la aplicación de los principios generales del derecho
(concretamente, la buena fe) a las tratativas contractuales. De acuerdo con
esta norma, el juez está obligado, en ausencia de norma expresa o ante la imposibilidad de aplicar otra por analogía, a decidir conforme con los principios
generales del derecho. Todo lo cual constituye un mecanismo de heterointegración del ordenamiento.
Conectando lo señalado anteriormente con la opinión de Lupini, tenemos
que la fase precontractual así como la contractual deben interpretarse de acuerdo
con las reglas de interpretación que recoge el artículo 12 del CPC, de las cuales
la buena fe es determinante. Se trata de un principio general del derecho y,
como tal, no puede escapar al radio de la Casación. La consecuencia necesaria
de esto es que la buena fe puede ser infringida por falta de aplicación, falsa
aplicación y errónea interpretación.
COMENTARIOS FINALES SOBRE EL TRABAJO DE LUPINI
Se ha sostenido que la producción jurídica venezolana se ha caracterizado
primeramente por el método exegético y, en segundo lugar, por el método
6
Albergo duda sobre esta posición porque pienso, como lo demuestra Robert Alexi, que el juez sí puede
privilegiar un principio sobre una norma jurídica. Se entiende que se pueden ponderar los principios
frente a la norma y puede suceder que esta sea insuficiente, lo cual debe ser declarado por el juez para
de esa manera activar la aplicación del principio general del derecho.
403
Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario Doctor Ramón ...
sistemático. Así los exegetas examinan artículo por artículo mientras que en
el método sistemático se examina capítulo por capítulo Esto va de la mano de
una característica protuberante de nuestra doctrina jurídica: su afiliación a la
Escuela positivista.7 Sin embargo, se aprecia, como antes señalé, que la obra
de Lupini se ubica en una posición intermedia porque no se encuentra atado
al positivismo, aunque usa la metodología positivista de manera moderada.
Ello se advierte cuando privilegia el uso de los principios jurídicos en materia
de definición del concepto de la buena fe y su “normativización” en la fase
precontractual.
Para destacar lo anterior, conviene señalar ejemplos. Hay situaciones que
se presentan en los Tribunales Constitucionales que atañen a asuntos complejos,
como por ejemplo, el derecho de los homosexuales, los enfermos de sida y el
aborto. Son asuntos difíciles y controversiales que no encuentran clara respuesta
en el positivismo radical. Por eso conviene invocar las posiciones moderadas
que permiten acudir a los principios jurídicos, a la doctrina y a las máximas de
experiencia para poder construir la regla abstracta de derecho que nos permita
resolver estos asuntos no regulados en la norma de Derecho Positivo.
Lo mismo acontece en el campo de la formación de los contratos, en el cual
pueden presentarse situaciones complejas, que Lupini resuelve con una postura
amplia y sin atarse al método positivista. Así ocurre cuando potencia el valor
de la buena fe al darle el carácter de principio general del derecho y, como tal,
sostiene su fuerza normativa cobijada bajo el manto del artículo 4 del Código
Civil. La importancia de esta norma que establece el orden y jerarquía de las
fuentes del derecho había sido subvalorada por la doctrina y la jurisprudencia.
Incluso, en la reforma del Código de 1942 se pensó en su eliminación, tal como
nos lo recuerda el autor. El fundamento normativo que Lupini encuentra para
la buena fe en la fase precontractual es precisamente, a falta de regla expresa
y ante la imposibilidad de recurrir a la aplicación analógica del artículo 1160
del Código Civil, el principio general de derecho de la buena fe en el tráfico
comercial, incluida la fase precontractual.
Entonces, el trabajo de Lupini no se presenta como el resultado de un
ius positivista clásico sino más bien se corresponde con una posición moderada, como la que patrocinaba Ronald Dworkin cuando resuelve los asuntos
7
Véase María Luisa Tosta: Ensayo de Filosofía del Derecho. Caracas, Ediciones Paredes, segunda edicón,
2012, pp.55-56.
404
Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario Doctor Ramón ...
jurídicos con la norma jurídica, pero en aquellas situaciones en las cuales la
norma es insuficiente o inexistente, apela a los principios. Al mismo tiempo
predica una interpretación jurídica inductiva y pasa al método deductivo en
segundo lugar.
Todo lo anterior autoriza a concluir que el trabajo reúne los requisitos de
originalidad, razonamiento adecuado, exposición sistemática, pureza metodológica y complementación bibliográfica que establecen los usos académicos, y
constituye una obra que integra un estudio jurídico de singular valor y claridad,
lo cual acredita la madurez intelectual y cultural de su autor, como se exige
respecto de los trabajos de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y
Sociales. Muestra una línea de investigación consistente, que produce miradas
originales sobre el tema de la formación de los contratos.
EL PERFIL LITERARIO
Antes de concluir debo referirme al perfil literario del nuevo Académico.
Se trata de su interés por la literatura, la poesía y el arte. Y aquí hay otro rasgo
que lo identifica con el Maestro.
José Mélich Orsini inició su vida universitaria como estudiante de la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Venezuela, de cuyo
Centro de Estudiantes fue su primer Presidente.
La vida estudiantil de Mélich se desarrolló cuando el Decano fundador de
la Escuela, el gran Mariano Picón Salas, le imprimió a esa Escuela, el elevado
nivel de excelencia que todavía caracterizan a lo que ahora son la Escuela de
Filosofía y la Escuela de Letras.
Puedo dar fe de esto porque soy estudiante regular de la Escuela de Letras,
la cual ha mantenido los niveles académicos que le marcó a perpetuidad Don
Mariano Picón Salas. En esa faena Mélich jugó un rol estelar porque fue, un
destacado líder estudiantil. Esta circunstancia lo acercó a Don Mariano, todo
lo cual está evidenciado en el libro Los Caminos Andados que recoge la experiencia literaria de Mélich y su enriquecedora relación con Picón Salas. Por
eso razón no vacilo en afirmar que Mariano Picón Salas tuvo un rol de guía de
su pupilo Mélich. No es poca cosa en la vida intelectual de un hombre contar
con la sabiduría de un hombre excepcional, tal vez uno de los más relevantes
ensayistas latinoamericanos del siglo XX, como lo fue Mariano Picón Salas,
a quien vale la pena recordar hoy y siempre.
405
Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario Doctor Ramón ...
El Maestro, antes de ser jurista era crítico literario, tal como se evidencia
en Los caminos andados.8 Esta obra recoge los trabajos escritos en su etapa
juvenil, cuando estudiaba en la Escuela de Filosofía y Letras de la UCV. Se
trata de un elenco de artículos muy bien escritos que van de la crítica literaria
pura al ensayo literario y filosófico.
Es de destacar que en esta obra se reprodujo el discurso de Don Mariano
Picón Salas el día de la inauguración del Centro de Estudiantes de la Escuela
de Filosofía y Letras, en el cual puso de relieve el papel de la Cultura en la
fijación del destino espiritual del país, es decir, que las humanidades constituyen
un elemento determinante en la configuración del alma de un pueblo.
Adquiere entonces valor la opinión de María Fernanda Palacios quien en
sus legendarias lecciones en la Escuela de Letras de la UCV, explica que en
Venezuela se ha privilegiado el estudio de historia a través de la épica y se ha
puesto de lado lo trágico. Es de destacar que el héroe de la épica griega termina
de manera trágica. En las escuela venezolanas se destaca solo lo heroico, la
epopeya, sin reparar que en la tradición griega el héroe militar suele terminar
mal, como ocurrió, por ejemplo, con Agamenón. Por eso, destaca Palacios,
en Venezuela hace falta el desarrollo de un teatro trágico que evidencia la
otra cara de la moneda, la real, lo que en realidad se acerca a la verdad de los
hechos históricos.
Lupini, al igual que el maestro, ha desarrollado una interesante actividad
de crítica literaria que está recogida en el portal web Amazon. La actividad que
ha desplegado demuestra que Luciano es, por encima de todo, un humanista,
como lo fue el Académico a quien hoy sucede.
En la página de amigos de Luciano Lupini en Amazon, se pueden leer
notas de libros de filosofía, historia, cine, novelas y poesía. Allí encontramos
su pensamiento crítico acerca de la obras de historiadores clásicos del periodo
bizantino, de las invasiones barbáricas, del imperio de Justiniano así como
también de obras más recientes acerca de la batalla de Estalingrado, Hitler,
Mussolini y Churchill, La influencia de su temprana formación en filosofía se
aprecia a través de cuanto escribe acerca de obras clásicas de Locke, Hume,
Veblen, Nietzsche, Seneca, Russel, Kafka y Camus, además de sus comentarios
sobre las recientes obras de Warburton, Huxley y Baggini. En otra vertiente,
llama la atención su predilección por los clásicos de la poesía japonesa en la
forma de Tanka y Haiku. Se trata de un conjunto de reflexiones y críticas que
8
José Rafael Mélich Orsini: Los caminos andados. Caracas, Ed. Miguel Angel García e Hijo, 2004.
406
Discurso de Contestación al Doctor Luciano Lupini Bianchi por el recipiendario Doctor Ramón ...
prueba la voracidad en la lectura del nuevo académico. Todo esto demuestra
que la pasión por las humanidades es ya un rasgo que caracteriza al sillón
número 6 que ahora pasa ocupar el nuevo académico.
Como lo ha destacado Lupini en su discurso, Mélich revela en su mencionada obra Los caminos andados, que su interés por las humanidades lo adquirió
cuando fue alumno de los Jesuitas en el Colegio San Ignacio.
El nuevo académico, Luciano Lupini Bianchi, trae a esta Corporación un
trabajo de incorporación sólido, bien escrito y con una visión moderna del Derecho. Él es jurista y, al mismo tiempo, un humanista. Ingresa Luciano Lupini a
la Academia en momentos en los que nos encontramos ante terribles amenazas
contra la cultura, la independencia institucional, la dignidad y la autonomía
universitaria. De ahí la importancia de acercarse a la interpretación y estudio
de la norma jurídica desde la posición del hombre de Letras, del humanista,
y así entender la ubicación e interpretación de los asuntos jurídicos en una
perspectiva más amplia.
Bienvenido sea Luciano Lupini Bianchi al ambiente de esta Academia. No
albergo dudas de que usted continuará con inteligencia a difundir el Derecho y
la reflexión jurídica con el impulso que siempre le imprimió nuestro Maestro,
cuyo sillón número 6 usted ocupará desde hoy.
407
BLANCA
SIN NUMERAR
408
Discurso de incorporación
a la Academia de Ciencias Políticas
y Sociales del Doctor
JULIO RODRÍGUEZ BERRIZBEITIA,
el 22 de octubre de 2013
BLANCA
SIN NUMERAR
410
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 411-436
ISSN: 0798-1457
Señor doctor
Luis Cova Arria
Presidente y demás miembros de la Junta Directiva
de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales
Señoras y señores Individuos de Número de esta Academia
Señores Individuos de Número de otras academias
Honorables miembros de la familia del doctor
Gustavo Planchart Manrique
Señoras y señores
Hace algo más de cuarenta años mi padre, el doctor César Rodríguez, se
recibió como miembro de número de la Academia Nacional de Medicina, su
presencia en el día de hoy, como lo ha sido en todos los días de mi vida, es
fuente de inspiración espiritual permanente. Concurro a esta Academia con
aquel recuerdo y la emoción del momento presente. En aquella oportunidad
mi padre empezaba su discurso de orden con la siguiente frase: “Llamado o no
llamado, Dios está presente”. La vuelvo a evocar en agradecimiento al Dios
bueno que me ha permitido estar ante ustedes y en recuerdo de un hombre
bueno para quien el servicio a los demás se constituyó en brújula de su vida.
Platón en su República decía: “En cuanto a los honores ... Participará y
gustará complacido de aquellos que estime puedan hacerlo mejor y en cuanto a
aquellos otros que puedan desintegrar su estado espiritual, los rehuirá tanto en
la vida pública como la privada”1. El ocupar el sillón 32 de esta digna Corporación me acerca de un modo muy especial a los que me precedieron: doctores
1
PLATON, La república. Versión, introducción y notas de Antonio Gómez Robledo, Universidad Nacional
Autónoma de México, México, 1971, p. 346.
411
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
Celestino Farrera, Pedro Arismendi Lairet, José López Borges, Luis Loreto
Hernández y Gustavo Planchart Manrique. Digna distinción que me compromete no por lo realizado, sino por lo que debo realizar para contribuir con la
vida intelectual del país. Qué mejor manera de hacerlo que en este templo de la
más alta intelectualidad dedicada al pensar. Nosotros debemos participar en ese
renacer de la cultura general que irradia con particular determinación al mundo
de lo jurídico. De alguna forma lo dice Gustavo Zagrebelsky al señalar:
A los juristas hay que ofrecerles ayuda y la ayuda debe venir de la cultura. Sin un horizonte cultural de común referencia, los juristas se quedan
postergados y la jurisprudencia, que debería ser una actividad de cohesión
social, se convierte en sí misma en un factor de conflicto, de equívocos, de
sufrimiento. Es una vana ilusión pensar que el derecho se baste a sí mismo,
que sea una ciencia pura que pueda definir su objeto separándolo del contexto
cultural en el que opera...2.
Hoy volteamos nuestra mirada agradecida a esta digna Academia por
permitirnos acompañarlos en los desafíos presentes. Mi particular manifestación de agradecimiento a los señores académicos doctores Alfredo Morles
Hernández, Alberto Baumeister Toledo y Eugenio Hernández-Bretón por haber presentado nuestro nombre a la consideración y juicio de esta honorable
institución. Muchos de los académicos que forman parte de la Corporación
han estado presentes ya como profesores, ya como amigos o como alumnos
en momentos importantes de nuestra vida profesional. A ellos nuestro más
sentido agradecimiento. Somos lo que somos porque la vida nos ha dado la
oportunidad de servir y ser servidos. En este momento de recordar y agradecer
debemos tener presente al doctor Alfredo Morles Hernández. Su permanente
necesidad de saber es un ejemplo que ha dejado particular huella en mi vida,
así como en la de muchos que han sido afortunados en recibir sus enseñanzas.
En una oportunidad un académico aquí presente señaló: “No le pregunten al
doctor Morles qué libro terminó de escribir, sino cuál acaba de empezar”. Sea
propicia la oportunidad para recordar con afecto a su esposa, Delia Picón de
Morles, quien compartió con los alumnos del profesor Morles sus dotes de
gran dama y extraordinaria figura intelectual. Quiero también en este momento
especial de recuerdo manifestar mi agradecimiento a la Compañía de Jesús,
2
ZAGREBELSKY, Gustavo, La virtud de la duda: una conversación sobre ética y derecho con Geminello
Preterossi, Editorial Trotta, Madrid, 2012, p. 125.
412
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
la que a través del Colegio San Ignacio de Loyola y la Universidad Católica
Andrés Bello marcó en mi alma ese deseo de hacer las cosas bien por Dios y
los demás. En cuántas oportunidades de nuestra vida pudimos observar en los
hermanos y sacerdotes jesuitas los dones que José Luis Martín Vigil atribuía a
san Ignacio de Loyola: “Admirable era su hablar, grave y autorizado, no rápido
ni precipitado, ni insustancial, sino eficaz, propio de un hombre santo”3. Mi
recuerdo agradecido a tantos, que correríamos el riesgo de no nombrar a alguno.
Con cuánta razón señaló el hoy papa Francisco en su diálogo con Skorka que:
“Hay una diferencia entre ser profesor y ser maestro. El profesor da fríamente
su materia, mientras que el maestro se involucra. Es profundamente testimonial.
Hay coherencia entre su conducta y su vida”4.
Nuestra generación de la promoción de abogados de 1976 de la Universidad Católica Andrés Bello fue afortunada en el conocimiento desinteresado
que recibió de juristas notables: José Luis Aguilar, Ángel Cristóbal Montes,
José Guillermo Andueza, Luis Olaso, s.j., Tulio Chiossone, Leopoldo Márquez
Añez, Fernando Pérez Llantada s.j., Gonzalo Parra Aranguren, José Román
Duque Sánchez, Alberto Baumeister Toledo, Román Duque Corredor, León
Henrique Cottin, Alfredo Morles Hernández, Enrique Meier Echeverría, Luis
Beltrán Guerra, Adolfo Salgueiro, Jesús Eduardo Cabrera, Gustavo Sucre, s.j.,
Orlando Contreras Pulido, José Benjamín Escobar Chirinos, José Santiago
Núñez, Rafael Cubillán, Reinaldo Rodríguez Navarro. La relación con muchos
de ellos, algunos lamentablemente fallecidos, fue constante en nuestra vida.
Deseo igualmente recordar a mis profesores en el Centro Independiente de
Investigaciones Filosóficas en Toulousse, Francia, en la Universidad de Salamanca, en la escuela John F. Kennedy de Harvard, y en la Graduate School
of Business Administration de New York University. A mis compañeros de la
promoción de bachilleres del Colegio San Ignacio de 1971 y de Derecho de
la Universidad Católica Andrés Bello de 1976. Al igual que mis compañeros
de las otras universidades ya señaladas. Con razón John Finnis habla de la
amistad como un bien.
Saludo con fraternal afecto a los compañeros de vida que hoy me acompañan, Dios ha sido generoso al ponerlos a mi lado. A mi padre, con quien
empecé este discurso de incorporación. A mi madre, con su infatigable espíritu
3
4
MARTÍN VIGIL, José Luis, Yo, Ignacio de Loyola, segunda edición, Editorial Planeta, Barcelona,
1990, p. 170.
BERGOGLIO, Jorge y Abraham SKORKA, Sobre el cielo y la tierra, segunda edición, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2013, p. 127.
413
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
vizcaíno heredado de sus ancestros. Con razón Hermann Hesse decía en las
últimas líneas de Narciso y Goldmundo: “Sin madre no es posible amar. Sin
madre no es posible morir”5. Mi madre fue un factor fundamental en mi vida
y la de mis hermanos. A mis hermanos César y Mercedes, cuyo afecto ha llenado momentos felices y tristes de nuestro recorrido existencial. A mi esposa,
Ana Teresa Lepage, que ha compartido conmigo durante 34 años la aventura
del amor, gracias, como diría don Mariano Picón Salas, por transportarme
al infinito6. Ana Teresa me ha dado tres hijos maravillosos: Julio Humberto,
Ana Teresa y Alfonso José, que nos han enseñado el difícil arte de ser padres
y han compartido con nosotros los valores de una familia cristiana. Recuerdo
de afecto y respeto a mi padre político, doctor Humberto Lepage Dubuc, ya
fallecido, quien por tradiciones familiares y sólida formación intelectual hubiera apreciado este momento. A mi madre política, Mercedes Josefina Altuna
Poleo de Lepage, por acompañarme ella y sus hijos en momentos importantes
para la vida familiar.
Igual quisiera recordar con enorme gratitud a mis alumnos de la Facultad
de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello y de la Universidad Monteavila, ellos me han enseñado a enseñar, han soportado ese largo proceso que
lleva, como los buenos vinos, tiempo para envejecer y madurar el espíritu. No
hay en la vida mayor retribución que recibir a lo largo de los años el simple
saludo que dice más que mil palabras. El agradecimiento por una idea que
diste y en algún momento germina. El sentimiento de la labor cumplida. Hago
igualmente pausa en este discurso para recordar con afecto la memoria de Víctor
Giménez Landínez y Enrique Pérez Olivares. Sus vidas son la mejor muestra
de cómo la política puede ser dirigida por la ética. Finalmente un afectuoso
recuerdo a mis compañeros pasados y presentes del Banco Mercantil, con los
cuales he compartido largos años de actividad profesional.
PANEGÍRICO DEL DOCTOR GUSTAVO PLANCHART
MANRIQUE (1925-2012)
No es con obligación académica, porque así lo exigen los reglamentos
de esta Institución, que acometemos la tarea de recordar la vida ejemplar del
5
6
HESSE, Hermann, Narciso y Goldmundo, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1970, p. 412.
PICÓN SALAS, Mariano, Páginas de Venezuela. Obras selectas, Universidad Católica Andrés Bello,
Caracas, 2008, p. 1.462.
414
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
doctor Gustavo Planchart, quien nos antecedió en el sillón 32 que hoy tenemos el honor de ocupar. Es más bien por el deseo de resaltar –“compromiso
de derecho natural” lo llamó él en su discurso de incorporación en 1989 en
la oportunidad de recordar los incuestionable méritos del doctor Luis Loreto
Hernández– la vida y obra de nuestro ilustre antecesor. Ciertamente recordar
es evocar momentos de vida y transcursos de épocas que vuelven a nosotros
con la fuerza de lo que nunca nos ha dejado. No es simplemente “la Oratio
Finus” de los antiguos, es más que ello, es la fuerza evocadora del recuerdo
capaz de congelar en nuestro espíritu los momentos de una vida que vale la pena
recordar. En este sentido no recordamos a alguien fallecido, lo cual constituye
tránsito obligatorio de la vida humana. Recordamos una vida.
Gustavo Planchart Manrique nació en Caracas el 11 de septiembre de 1925
del ejemplar hogar formado por Julio Planchart y Rosalía Manrique. Su día de
nacimiento coincidió con el día de san Pafnucio de Egipto y coincide hoy con
el de nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela. En el mismo año la
hoy beata Madre Candelaria de San José es autorizada para que su orden se
acomode “al espíritu de la Tercera Orden Carmelita”7. Su año de nacimiento
es de Año Normal comenzado el jueves según el Calendario Gregoriano.
Todavía Caracas recordaba la muerte de Ignacio Andrade y se debatía
entre un pasado que quería superar y un futuro que por lucir incierto no quería
del todo alcanzar. Esta ciudad de los años veinte del siglo XX es evocada por
Mariano Picón Salas de la siguiente forma:
Podría compararse la Caracas de los años veinte con aquellas ciudades italianas de las novelas de Stendhal que se detuvieron, con su tirano sombrío, sus
medievales mazmorras y sus bellas y apasionadas mujeres capaces de inspirar
las aventuras de Fabrizio Dongo, en el umbral de la vida moderna8.
En esa realidad hecha ciudad inicia su largo caminar educativo el niño
Gustavo Planchart. Sus primeras luces las adquiere en el Colegio Santa Ana
para luego continuar con los “Hermanos de las Escuelas Cristianas” (Hermanos de La Salle) en Tienda Honda. Bajo la inspiración de san Juan Bautista de
La Salle, canonizado en 1900, los hermanos de La Salle realizaban una labor
educadora en la cual “la escuela se tiene como un altar y la educación como
7
8
VINKE, Ramón, La beata Madre Candelaria de San José. Una vida de caridad y abnegación, Caracas,
2008, p. 51.
PICÓN SALAS, Mariano, ob. cit., p. 262.
415
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
un apostolado”9. El colegio en el que estudió el niño Planchart se fundó en
1926. Los hermanos serán siempre recordados entre muchas otras cosas por
la fundación de “Ciencias Naturales La Salle” en 1934. Ella fue el germen de
la Fundación La Salle 27 años después. La vida de nuestro homenajeado sufre
un renovador viraje no carente de riesgos y nuevas situaciones, en la ocasión
de viajar a Londres en 1938 en compañía de su familia, ya que su padre había
sido nombrado Encargado de Negocios de Venezuela en la Gran Bretaña.
Permítaseme un breve paréntesis en el relato de la trayectoria de nuestro
recordado doctor Planchart para hablar en breves líneas de su padre. En efecto,
Julio Planchart fue un intelectual de gran valía. Se le asocia con un “esfuerzo
sostenido en pos del perfeccionamiento del saber y en el afinamiento de la
perfección estética”10. Una compilación de su obra publicada como Temas
críticos en 1972 constituye referencia obligatoria para entender las fuentes de
la literatura venezolana. De él dijo don Rómulo Gallegos:
Julio Planchart cultivó su dolor de patria, que es forma sacrificada de amor,
sin vehemencias desnaturalizadoras, hizo derechamente camino recto desde
el principio hasta el fin de su ejercicio de letras, de creación y de crítica, nos
dejó un admirable ejemplo de dignidad intelectual11.
Pero volvamos al joven Gustavo Planchart. Su llegada a Londres en 1938,
cambio de mundos, lo sumerge en un mar de nuevas emociones y experiencias. En la Londres de los albores de una de las tragedias más graves de la
historia de la humanidad: la Segunda Guerra Mundial. En ese año la BBC de
Londres comenzó su servicio para Latinoamérica en español. Precisamente
en ese año Sigmund Freud, padre del sicoanálisis, se establecía en Londres
huyendo del hostigamiento nazi. La época es mostrada en el cine en la comedia
“Las calles de Londres” de 1938, obra protagonizada por Charles Laughton
y Vivien Leigh. En ese provocativo y sugerente ambiente de la preguerra, el
joven Planchart ingresa en el Cardinal Vaugham Memorial School, que cumplirá cien años el próximo año (1914-2014). Allí adquirirá dominio del inglés
y pasión por lo cosmopolita. Dicha institución educativa debe su nombre al
cardenal Vaugham, factor principalísimo en la construcción de la Catedral
BRASECCO, Javier, El Universal, 10 de mayo de 2013.
GRASES, Pedro, Temas críticos. Introducción. Fuentes para la historia de la literatura venezolana,
Presidencia de la República, Caracas, 1972, p. 23.
11
GRASES, Pedro, ob. cit., p. 9.
9
10
416
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
Católica de Westminster, sede de un catolicismo inglés que pese a las limitaciones jurídicas que la política anticatólica había impuesto en el país se alza
como manifestación de un catolicismo combatiente que logró reunir a su lado
grandes figuras intelectuales.
Recordamos a través de la excelente biografía de Lytton Strachey al cardenal Henry Edward Manning (1807-1892) y al cardenal John Henry Newman
(1801-1890)12. De más está hablar de G.K. Chesterton, J.R.R. Tolkien y –por
no nombrar sino algunos– a la famosa filósofa inglesa G.E.M. Anscombe,
quien tuvo a su cargo la primera edición de las Investigaciones filosóficas de
Wittgenstein luego de su muerte en 1951.
La huella de la gestión diplomática de su padre dejó hondo interés en el
espíritu del joven Planchart. Su participación, ya como gran jurista, en la solución de conflictos limítrofes en los cuales rindió servicio honesto, desinteresado
y competente a su patria, es reflejo de esa llama prematura de su juventud. El
jurista es esa mezcla indescifrable de lo natural con lo adquirido.
Cuentan sus hijos, y permítaseme compartirlo con ustedes por expresa autorización que me fue dada, la siguiente anécdota: en efecto, Patrick Kennedy,
padre del futuro presidente John F. Kennedy, quien para la época era embajador
de los Estados Unidos de América ante el gobierno británico, llamó a la embajada venezolana para ofrecer, ante la inminencia de la guerra, los servicios
de su país en el traslado de venezolanos que lo requiriesen. Como quiera que
Gustavo Planchart era más diestro que su padre en el manejo del inglés fue a
él a quien le tocó hablar con el embajador norteamericano.
De Londres los Planchart se trasladan a New York. Las comparaciones
entre el viejo mundo y el nuevo invaden la imaginación de nuestro homenajeado. Estados Unidos salía de la depresión y se proyectaba exultante como
la primera potencia económica de la humanidad. Nueva York era como una
síntesis de eso que vivía el país. Frente a las formalidades de la sociedad inglesa, la vida en New York refleja en todo su esplendor la alegría de vivir. Es
oportuno disfrutar la ciudad y, por qué no, dedicarse a museos y al baseball
que será una de las grandes aficiones del futuro académico.
A la experiencia vivida en el exterior por nuestro homenajeado se refiere
el también académico Gonzalo Parra en los siguientes términos: “moldeó
STRACHEY, Lytton, “El cardenal Manning”, en vv.aa., Arte de la biografía, Conaculta, Océano,
México, 1999, pp. 307 y ss.
12
417
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
una recia personalidad en el joven adolescente que le permitirá superar con
sosegada calma variadas contingencias de épocas futuras”13.
Cuán agradecidos debemos estar con la Providencia que nos ha dado
unidad de ser para nutrir nuestra alma con experiencias felices y provechosas
como reservorio espiritual para momentos duros por venir.
De vuelta a la patria, el enorme conflicto existencial de todos los venezolanos que regresan y la dialéctica permanente entre lo que dejamos y lo que
conseguimos. El enorme abismo entre la individualidad y la colectividad.
Gustavo Planchart retoma sus estudios en Venezuela en el Liceo de Aplicación. Luego de superar los vaivenes propios de nuestro sistema educativo
y las reformas que nunca tienen fin, el joven Planchart se encuentra frente al
dilema de cómo orientar su vida profesional. En una corta pero poco documentada historia de su acontecer personal, parte a Argentina con la idea de
estudiar Filosofía. En esa época Buenos Aries, La Plata y Córdoba producían
importante obra filosófico-jurídica. Era época en Argentina en que empezaban a
brillar fundadores de escuelas de pensamiento como Carlos Cossio y Ambrosio
Lucas Gioja. La compañía de José Mélich Orsini y Ernesto Mayz Vallenilla le
hace más grato el encuentro con la “París de Latinoamérica”. La Argentina,
como muchos países latinoamericanos, se había enriquecido con un largo peregrinar de notables intelectuales europeos que por una u otra razón buscaban
cobijo en nuestras tierras. El doctor Planchart comentaba a sus hijos que en
Argentina había conocido al ilustre poeta español Rafael Alberti. La inestabilidad política de la patria lo obliga a regresar con un mundo de ilusiones y un
proyecto no totalmente definido bajo el brazo. Es en ese momento de su vida
que la “inquieta figura mundana” de su tío materno doctor Gustavo Manrique
Pacanins termina, con su ejemplo de gran jurista, inclinando la voluntad de
nuestro homenajeado por la disciplina a la cual dedicó su larga y fructífera
carrera profesional. Con qué lucidez lo describió el doctor Gonzalo Parra en
su “Contestación al discurso de incorporación del doctor Planchart”:
... el estudiante Planchart recibió la notable y benefactora influencia de su
tío materno, el doctor Gustavo Manrique Pacanins, quien con sus ejecutorias
de hombre de bien y sabio jurista logró despertar en el futuro académico un
apasionante interés por el quehacer jurídico14.
PARRA ARANGUREN, Gonzalo, “Contestación al discurso de incorporación del Dr. Gustavo Planchart
M. a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales”, Caracas, 1989, p. 51.
14
PARRA ARANGUREN, Gonzalo, ob. cit., pp. 53 y 54.
13
418
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
En el año 1944 el futuro académico inicia una larga carrera universitaria.
Primero como estudiante, luego como profesor y autoridad universitaria. Se
trató de una larga relación Planchart-Universidad. Su época universitaria se
vio marcada por el derrocamiento del presidente Medina y luego de Gallegos.
Con cuánto fervor juvenil los estudiantes se comprometían con un proyecto
democrático escurridizo. Esa es una nota constante en nuestra historia. Como
culminación de su estadía universitaria, el futuro académico obtiene en 1949 el
título de doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela.
Su tesis es acerca de “Los funcionarios de hecho”. En el mismo año obtiene el
título de abogado de la república conferido por la Corte Primera en lo Civil y
Mercantil del Distrito Federal. Es tiempo de hacer carrera y de fundar familia.
Lo primero lo hizo con el doctor Caracciolo Parra Aranguren y lo segundo con
la ilustre dama Inés Pocaterra, asociada con los mejores valores de la venezolanidad. Fundar familia es uno de los proyectos esenciales de la vocación
humana. Todo perece con el tiempo, al final la familia bien constituida resiste
los embates de una vida llena de triunfos y fracasos. Su carrera se desarrolla en
los términos en que puede hacerlo un profesional bien preparado y competente.
Empieza un largo periplo profesional que lo lleva a importantes cargos jurídicos
y empresariales. Todo ello culmina en el escritorio Tinoco, Travieso, Planchart
y Asociados, donde es objeto de profundo respeto y admiración por parte de
sus colegas y jóvenes abogados que se incorporan a la actividad propia del
derecho, a la faena diaria de ser abogado. Nunca dejó de ser maestro y amó con
pasión a su alma máter, la Universidad Central de Venezuela. “Estoy seguro
de que si hubiera vivido en otro país u otro tiempo hubiera sido un profesor a
tiempo completo”, dijo en muchas oportunidades. Llegó por méritos propios
a todos los cargos a los que puede aspirar un “universitario”. Fue profesor
de Derecho Constitucional de la UCV (1953-1982); miembro del Consejo de
Facultad de Derecho hasta 1973; decano de la Facultad y profesor honorario.
La Universidad Central reconoció con creces su titánico esfuerzo por formar
a nuevas generaciones de abogados.
Su experiencia y trayectoria también fueron requeridas por la Universidad
Simón Bolívar, en la cual fue presidente del Consejo Superior Universitario.
Por la Simón Rodríguez, de la cual fue miembro del Consejo Nacional y por
la Universidad para la Paz de la Naciones Unidas con sede en San José de
Costa Rica.
Pero comentario aparte mereció su desinteresado apoyo al proyecto que
representó la Universidad Católica Andrés Bello, que este año cumple sesenta
años. Fue su profesor de Derecho Constitucional durante casi veinte años e
419
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
incursionó entre los años 1968 y 1970 en una cátedra de Sociedades Mercantiles. Enseñó con su ejemplo y con la sabiduría que solo se adquiere después de
largas horas de reflexión. Sus alumnos lo recuerdan con afecto y admiración.
Fue un apasionado defensor de la Universidad y en momentos difíciles emitió
frases contundentes como aquella que pronunció en un programa de televisión
en el cual dijo: “Yo quiero demasiado a la Universidad para que me guste una
Universidad deteriorada”15. Solo tuvo una pasión paralela, su amor por el país.
Esa pasión lo llevó a representar a Venezuela en la Comisión para la Discusión de la Delimitación de las Aguas Marinas y Submarinas entre Venezuela
y Colombia (1980-1981); fue presidente de la Comisión para la Discusión de
la Delimitación de Aguas Marinas y Submarinas entre Venezuela y Martinica
Guadalupe (1980-1981). Su esfuerzo por apoyar decisiones justas siempre
será recordado con respeto.
Su discurso de incorporación a la Academia constituye una pieza particular del derecho constitucional venezolano. Su experiencia logra hacer una
síntesis bien elaborada de la doctrina y la práctica existente en la materia. En
su análisis hay elementos novedosos para nuestra realidad. El desarrollo de
su temática, expuesta en los términos de un pedagogo consumado, constituye
una referencia obligatoria para el constitucionalismo venezolano. Su discurso de incorporación a esta ilustre Academia empieza por señalar: “En cierta
forma puede decirse que la Constitución es solo norma jurídica desde que su
inviolabilidad es tutelada judicialmente”16. Su frase no solo es una afirmación
de la necesidad de la regulación judicial, sino además y eso es lo esencial, de
la caracterización de la Constitución como norma. De su carácter normativo.
De su realidad frente a la hipotética Grundnorm de Kelsen. El doctor Gustavo
Planchart entendió con prístina claridad lo que Gustavo Zagrebelsky en su obra
La virtud de la duda señala acerca de la Constitución:
La Constitución se sitúa como primera fuente de la legitimidad del derecho
y de la política. Expresa una idea de legitimidad radicada en el pasado. En
cierto sentido, establece en el curso de la historia un punto inicial que debe
ser asumido como firme porque ... las constituciones se hacen en momentos
en los que los pueblos están sobrios para que valgan en los momentos siguientes en los que puedan estar ebrios (de poder, de pasiones, de egoísmos,
Entrevista con Sofía Ímber y Carlos Rangel, Venevisión, programa “Buenos Días”, 17 de julio de
1970.
16
PLANCHART, Gustavo, “Discurso de incorporación del Dr. Gustavo Planchart Manrique a la Academia
de Ciencias Políticas y Sociales”, Caracas, 1989, p. 25.
15
420
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
etc.). Las constituciones son puntos de discontinuidad en la historia constitucional. Son siempre un punto de partida para algo nuevo con respecto
al pasado, pero, al mismo tiempo, son en el futuro, una llamada al origen:
innovación con relación a lo que había antes, pero conservación a lo que
vendrá después17.
Su definición normativa de la Constitución, con lo que ella implica, constituye una intuición práctica presente en el Estado de derecho.
La mención que hace de la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de
Estados Unidos del Caso Marbury contra Madison en 1803 contiene citas
importantes con respecto al rol constitucional en la búsqueda del bien de los
ciudadanos. En este sentido cita Planchart: “... el pueblo tiene un derecho
original para establecer, para su futuro gobierno, principios tales que, según
su opinión, conducirán a su propia felicidad”18.
Con agudo sentido, Planchart identifica una de las claves de nuestra problemática latinoamericana en materia constitucional. Así señala:
La América Latina, por su parte, aunque reconociendo la supremacía constitucional y habiendo creado muchos países los instrumentos para su efectivo
control y defensa, tuvo una vida constitucional durante todo el siglo XIX
y parte del XX que no conducía, y más bien impedía, tanto una práctica
interpretativa constitucional como su teorización. La América Latina en su
historia ha sido más bien un campo para hacer constituciones, que no de su
interpretación19.
Gran vigencia tiene la opinión de Planchart cuando como país hemos presenciado, a pesar de las expectativas positivas creadas, una serie de decisiones
de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia que convierten los
principios constitucionales en instrumentos para cualquier decisión. Especialmente cuando se trata de los que disienten del régimen político que detenta
el poder.
La urgencia de la advertencia de Planchart adquiere especial relevancia
frente al importante desarrollo que la teoría de la interpretación jurídica ha
tenido en los últimos años en el derecho comparado. El concepto del derecho
como integridad presente en el ideario de Planchart debía ser una razón para
ZAGREBELSKY, Gustavo, ob. cit., p. 69.
PLANCHART, Gustavo, ob. cit., p. 27.
19
PLANCHART, Gustavo, ob. cit., p. 36.
17
18
421
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
pensar que la interpretación constitucional es un instrumento fundamental no
solo para mantener el pacto social, sino la credibilidad en el sistema, que es
el fundamento último de su sostenibilidad. Para Planchart “la Constitución
cumple una función integradora que depende de la acción conjunta de todos
los impulsos y motivaciones políticas de la comunidad, y ... en ocasiones, esa
función integradora se realiza fuera de los canales constitucionales”20. La fuerza
de la afirmación anterior adquiere sentido cuando se expresa en términos de
comunidad política. Nuestra exclusión del fenómeno político por valoraciones
negativas relativas a expectativas no cumplidas constituye un vacío real en la
explicación constitucional. A fin de cuentas, como expresa Planchart, la función
de interpretación no obedece a otra razón que la propia necesidad “del espíritu
de expresarse en términos valorativos”21.
Ciertamente, Planchart propone una flexibilidad constitucional capaz de
acoger distintos proyectos sociales, lo que constituye una riqueza a la hora de
establecer un ideal común en la diversidad. Ello exige una capacidad constitucional de autotransformación que permita hacer frente a sus lagunas, con
ello se convierte en un producto vivo y no una mera reliquia de un momento
político pasado. Esa vida propia constitucional se opone a una tendencia natural de nuestro país, que trata de buscar cambios solo a través de los cambios
constitucionales y legales, sin tocar muchas veces las verdaderas raíces de los
problemas. Es en un tema como este, que la solución de integridad de Dworkin
merece al menos ser evaluada con detenimiento.
Por su parte Planchart, mencionando a Luis Recasens Siches, insiste en la
lógica material de lo jurídico. Al final lo valorativo siempre requiere respuesta.
Para Planchart, la lógica de lo razonable se nos presenta como la única medida
de lo posible.
La cita del académico Planchart a la obra de Craig Ducat Modos de interpretación constitucional 22 es reflejo de la discusión existente para el momento
acerca de la concepción del derecho. Una primera forma se refiere al “positivismo analítico”, puesto sobre el tapete por Hart y en el que se rescataban
las teorías del lenguaje de Austin y la filosofía de Wittgenstein para tratar, de
acuerdo con los llamados juegos del lenguaje, entender los términos jurídicos.
Otra forma se refiere a la llamada jurisprudencia sociológica de la escuela escandinava y del realismo norteamericano fundado en las ideas, entre otros, de
PLANCHART, Gustavo, ob. cit., p. 38.
PLANCHART, Gustavo, ob. cit., p. 38.
22
PLANCHART, Gustavo, ob. cit., p. 42.
20
21
422
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
Oliver Wendell Holmes y Roscoe Pound. El tercero de los conceptos o ideas
del derecho señalada por Planchart se refiere a lo que sería el neoconstitucionalismo de autores como Carlos Nino y Robert Alexy. En dicha interpretación
los valores (derechos humanos, por ejemplo) se incorporan a la Constitución
como piedra angular de la interpretación de la misma23.
Las referencias anteriores de nuestro ilustre antecesor adelantan no solo
una forma de interpretación, sino de concebir al derecho. Planchart pone de
relieve la necesidad de la interpretación, la cual supone tener que decidir de
acuerdo a principios. En muchos casos se tratará de dar prioridad a unos en
lugar de otros y se recurrirá a técnicas como la “ponderación”, desarrolladas
por Alexy y Dreier entre otros filósofos jurídicos. Planchart expone con gran
claridad el tema al expresar:
Los derechos y garantías consagrados en la Constitución muchas veces entran
en conflicto unos con otros ... Cada vez que hay un conflicto en este sentido
no queda más camino que preferir uno al otro o buscar un arreglo razonable,
prudente, entre dos intereses sociales, ambos valiosos y necesarios24.
Planchart aplicó en su interpretación del derecho el “logos de lo razonable”
tal como lo formulara Recasens. Al final se trata de extraer, no de la ley muerta
o inanimada, sino de la viva, los valores que le sirven de fundamento.
La reflexión de Planchart está vigente y constituye un punto de referencia
para pensar el derecho en general y el constitucional en particular.
Conocí a Gustavo Planchart Manrique en 1971 cuando empecé a estudiar
Derecho en la Universidad Católica Andrés Bello. Gracias a su hija Inés María,
compañera de curso, tuve la oportunidad de ir a su casa y oír sus sabias prédicas en la maravillosa biblioteca que tenía. Era alguien que enseñaba con su
palabra e inspiraba ganas de ser jurista. Aprecio con particular emoción esos
momentos iniciales de estudio del derecho. No tuve la suerte de tenerlo como
profesor por los particulares eventos que sacudieron a la Universidad Católica
en el año 1972. Aunque no lo veía a menudo, sabía de él por amigos como el
doctor Alfredo Travieso Passios y sus hijos Gustavo y Pedro. Lo admiré con esa
admiración que surge en los años de la juventud y se consolida cuando el adulto
se hace consciente de las dificultades de la vida. Su familia ha estado siempre
cerca de nuestros afectos y cariño. Hoy quisiera decirle a doña Inés Pocaterra de
Planchart, excepcional compañera de una larga y feliz vida matrimonial, a sus
PLANCHART, Gustavo, ob. cit., p. 42.
PLANCHART, Gustavo, ob. cit., p. 47.
23
24
423
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
hijos: Inés María, Gustavo Enrique, Manuel Julio, Julio Alfredo, María Luisa,
María Gabriela, Pedro Luis, a sus trece nietos y seis biznietos, a sus sobrinos,
que no cubro la vacante dejada por el doctor Gustavo Planchart por cuanto la
misma nunca se producirá mientras siga vivo entre nosotros el espíritu que
inspiró una vida ejemplar.
Pido, con profunda humildad, al Señor Todopoderoso su sabiduría, a fin de
ser digno sucesor en el sillón N° 32 de esta Academia que con tanta legitimidad
ocuparon los que me antecedieron.
Realizado el panegírico de mi ilustre antecesor, quisiera delinear, acudiendo a la paciencia de ustedes, algunos aspectos centrales de nuestro trabajo de
incorporación.
FUNDAMENTACIÓN MORAL DEL DERECHO
Introducción
El derecho como hecho social trasciende su contenido para convertirse en
una razón para actuar los ciudadanos. Desde este punto de vista constituye un
elemento de coordinación de la sociedad que requiere justificaciones que él
solo no puede suministrar. Esas justificaciones las proporcionan en su sentido
último razones de naturaleza moral. El buscarlas en la filosofía moral tradicional
o en la llamada metaética es otro asunto que puede enriquecer la discusión,
pero no ignorar las exigencias morales de nuestra disciplina.
En una situación como la que vivimos actualmente en nuestro país cobra
vigencia el pensar que el derecho tiene una fuerza justificatoria que rige sus
relaciones con los ciudadanos.
Manuel Atienza en Las razones del derecho señala: “El problema, naturalmente, no consiste en efectuar proclamas vacías sobre la justicia, sino en idear
algún tipo de método, o por lo menos algún elemento de control, que permita
discutir racionalmente acerca de las cuestiones de justicia”25.
Muchos de los esfuerzos que se han hecho en la filosofía jurídica por
fundamentar el derecho han partido de una concepción, cualquiera que sea,
Cit. en MARTÍN ARMENGOL, Raúl A., “Interpretando y argumentando”, en Uzcátegui Angulo, Astrid, comp., Estudios en homenaje a Mariano Uzcátegui Urdaneta. Dogmática jurídica y filosofía del
derecho, tomo I, Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de Los Andes, Facultad de
Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela, Academia de Ciencias Políticas
y Sociales, Mérida, 2011, p. 310.
25
424
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
dada o sobreentendida acerca de lo que es el derecho. Razón tenía el ilustre
jurista argentino Carlos Nino cuando señalaba la relevancia que tiene el punto
de vista que se adopte para definir “derecho” en la toma de posición respecto
de importantes controversias iusfilosóficas.
En nuestro análisis partimos de algunas ideas de Francisco Suárez con
respecto a “las propiedades del ente en general y de sus principios”. El construir
o al menos mostrar una idea del derecho servirá para reivindicar el rol de la
justicia en la sociedad, la tan vilipendiada justicia, que ha sido caracterizada
por algunos como el “disfraz de la ideología”26. Por supuesto que adelantar
lo que consideramos la esencia del derecho va a llevar implícito algún grado
de valoración con respecto a lo que tratamos, al menos, de describir, siempre
refiriéndonos a propiedades, que es la ruta a seguir. En todo ello está presente
una necesidad de calificar como correcto lo elaborado. Pretensión que se vincula
con la capacidad propia del sujeto en estudio de dar las respuestas sociales que
esperamos. En todo sentido anticipo que el derecho es capaz –por correcto– de
solucionar conflictos, controversias, disputas, etc., con el mínimo posible de
resultados pendientes capaces de volver a generar los problemas anteriores
o potenciarlos de tal manera de poner en peligro la convivencia social. Ello,
aunque pudiera parecer que no es percibido por la comunidad, sí lo es, sin
lugar a dudas, como un factor distorsionante de la vida social y que al final
mina la confianza que los ciudadanos tienen en su sistema legal. Siempre la
valoración del repertorio de soluciones constituye un elemento básico en el
análisis que hagamos respecto a la racionalidad intensificada de las soluciones
jurídicas. En la solución adoptada de acuerdo con criterios de razonabilidad
práctica no podemos dejar de referirnos a elementos tales como: justicia;
utilidad; mínimo daño posible; respeto a las minorías; practicidad inmediata;
eficiencia y un conjunto de valores capaces de ser entendidos con referencia
a algo que constituye una verdadera razón para actuar en el logro de un bien
común que no es la simple suma del bien de cada uno. El tratar de construir
soluciones basadas en una sola propiedad de las que percibimos debe tener el
derecho, con prescindencia de las demás, puede ser una fuente inagotable de
desgracia social. Por ejemplo, en este terreno hemos sacrificado valores como
la justicia, en procura de una seguridad que no hace sino esconder profundas
situaciones de injusticia.
GARCÍA AMADO, Juan Antonio, El derecho y sus circunstancias. Nuevos ensayos de filosofía jurídica,
Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2012, p. 423.
26
425
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
El pensar en la formalidad de soluciones ya establecidas de antemano como
fórmula eficiente de regular la vida social, deja pendientes problemas que van a
requerir de otra solución. Buscar el ser del derecho implica, sin limitaciones de
ninguna naturaleza, aferrarse a la paz social; la seguridad jurídica; la felicidad
de los ciudadanos; la eficiencia; la gobernabilidad en el mediano y largo plazo
y la limitación del poder que no es anterior sino consecuencia de él. Siempre
corremos el riesgo de crear un ente de razón que no es malo como ejercicio, y
puede ser necesario, pero se confronta con la necesidad de soluciones inmediatas que solo la vida social puede dar. En este sentido la libertad kantiana y
la interpretación que de la misma hizo Rawls nos obligan a dilucidar lo que del
derecho es permanente en notas de mundo actual. El tratar de pensar en una
idea del derecho permite al menos crear un fructífero campo, para el filósofo,
con el cual podemos contrastar lo que tenemos. Las dificultades pudieran
surgir cuando convertimos la idea en el sujeto de nuestro estudio. Al menos
tiene la idea un valor crítico a la hora de juzgar lo que tenemos. Esta parece
ser la vía asumida por Hart en su diferenciación entre el derecho y la moral,
ya que si se confundieran no podríamos hacer un esfuerzo de moral crítica
del derecho. ¿Cómo juzgar acerca de valores como justicia, moralidad, bien
común, seguridad, etc., sin reducirlos a una mera teoría de “ponderación” en el
mejor estilo de Alexy? La receta de gran valor discursivo pudiera no siempre
producir el resultado esperado. Al final pudiéramos sucumbir frente al consenso
democrático capaz de validar todas nuestras manifestaciones de creación del
derecho. En el fondo subsiste el problema, señalado por Carlos Nino, de la
superfluidad o lo superfluo del derecho frente a la moral, que es la que marca la
pauta y da su fuerza obligatoria al derecho. El tema de la moralidad dentro del
derecho no puede reducirse en el mundo de hoy a una mera discusión acerca
de las relaciones entre el derecho y la moral, tal como fue planteada por Kant
y ampliamente desarrollada por Hart. Como ha señalado Carla Faralli en su
obra La filosofía del derecho contemporáneo:
La crisis del positivismo jurídico contemporáneo ha producido, entre otros,
dos importantes efectos. De un lado ha favorecido la superación de la tesis
de la rígida separación entre el Derecho y la moral, tesis de la que participan todas las tan numerosas como heterogéneas variantes del positivismo
jurídico. Al tiempo ha determinado la consiguiente apertura del debate
filosófico jurídico contemporáneo a la toma en consideración de los valores
ético-políticos27.
FARALLI, Carla, La filosofía del derecho contemporáneo, Servicio de Publicaciones, Facultad de
Derecho, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, 2007, p. 81.
27
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
Cuando pensamos acerca del derecho sin dejarnos seducir por las limitaciones de las definiciones, tal como lo señalaba Dworkin al referirse al aguijón
semántico que pone fin a toda discusión en el sentido de que el derecho es tal
cosa y no otra, como hacen los diccionarios, sin caer en un “ideal platónico” de
ideas que se nos esfuman frente a las realidades que la política suele imponerle
al derecho, o sin asumir los “universos paralelos” de Putman para comparar lo
que tenemos frente a nosotros sin tenerlo, podemos tratar de describir aquellas
propiedades del derecho con las cuales todos podemos estar de acuerdo por
evidentes. En tal sentido el derecho debe ser “uno”, “verdadero” y “bueno”.
Aquí debemos recordar la recomendación de Neil Maccormick: “Los usos
jurídicos que violenten el sentido común propio del lenguaje ordinario solo
deben ser aceptados cuando se obtiene con ellos una ganancia notable, en
claridad conceptual”28.
La introducción que hemos hecho, arbitrariamente comprimida con respecto al trabajo de incorporación, no pretende otra cosa que aproximarnos a
una idea del derecho que dé sentido a la necesidad de justificación moral del
derecho en las distintas variantes de moral que la doctrina ha elaborado. Es
precisamente esa idea la que permite comparar lo que en la práctica tenemos y
lo que debería ser. En pocas palabras, debemos volver nuestra mirada a lo que
el derecho tiene de absoluto: lo que Naucke y Harzer han llamado un “pequeño
ámbito de derecho propio y justo, independiente de fines, libre de política y
debido a su justicia es obligatorio aun sin positivización”29.
Parte I
Fundamentación moral del derecho
Jürgen Habermas, en Verdad y justificación, señala una reflexión vigente
para nuestra realidad actual:
Cuanto más fuertemente se evapora la sustancia de un acuerdo valorativo
preexistente, más se fusiona la idea misma de justicia con la idea de una
fundamentación (y aplicación) imparcial de normas. Cuanto más avanza la
erosión de las ideas de justicia heredadas, más se va depurando la idea de
justicia hasta convertirse en un concepto procedimental, aunque no menos
exigente. La expectativa de legitimidad según la cual solo pueden merecer
MACCORMICK, Neil, Instituciones del derecho, Marcial Pons, Madrid, 2011, pp. 103 y 135.
NAUCKE, Wolfgang y Regina HARZER, Filosofía del derecho. Conceptos básicos, Editorial Astrea,
Buenos Aires, 2008, p. 27.
28
29
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
reconocimiento aquellas normas que son “buenas para todos en la misma
medida” se puede satisfacer hoy solamente con la ayuda de un procedimiento
que, bajo condiciones de inclusión de todos los potencialmente afectados,
asegure la imparcialidad en el sentido de atender en la misma medida todos
los intereses implicados30.
El argumento de que debo obedecer el derecho, independientemente de su
contenido, no es sostenible en el tiempo. Las consecuencias del ejercicio del poder, el legal es uno de ellos en todas sus manifestaciones, por ejemplo, producto
de situaciones de escasa legitimidad en las cuales los criterios se convierten en
una mera cuenta de quién tiene la mayoría, no constituyen fundamento sólido
para una creación y aplicación del derecho impuesta por razones formales.
Especialmente cuando se trata de imponer por la vía legal lo que las circunstancias de hecho parecen desvirtuar. Lo anterior parece demostrar la necesidad
de explicar lo que hacemos, es más, darle sentido, independientemente de una
acción personal o de una acción de gobierno con trascendencia colectiva. Tal
como señala Sundram Soosay: “En el marco de la verdadera legalidad, para
que un sistema legal sea entendido como auténtico debe reflejar una recíproca,
sutil y profunda relación entre gobernantes y gobernados”31.
Los juristas estamos frente a una relación entre el derecho y la moral
particularmente importante. Estamos acostumbrados a oír hablar del contenido moral mínimo que tiene el derecho, pero no a hablar de que la moral
constituye un elemento esencial para la fundamentación del derecho. El jurista
ya no es más, ello exige decirlo con valor y fuerza, el artesano más o menos
competente para dar forma legal a los mandatos del Estado. Es el portador
de sentimientos morales que debe manifestar en cualquier situación en la que
sea requerido para crear derecho. No puede eximirse del fondo de la norma
que está contribuyendo a crear desde la posición que le haya tocado jugar en
el juego del derecho.
El enfoque en el usuario del derecho se nos impone de forma ine­ludible.
Neil Maccormick lo expresa así:
La clave para entender un orden normativo reside más bien en el usuario de
las normas que en el creador de las mismas. Los seres humanos son usuarios
HABERMAS, Jürgen, Verdad y justificación, Editorial Trotta, Madrid, 2007, p. 292.
SOOSAY, Sundram, “Rediscovering Fuller and Llewellyn”, en Del Mar, Maksimilian, editor, New
waves in philosophy of law, Palgrave, Macmillan, London, 2011, pp. 11 y ss. (Edición electrónica de
Amazon).
30
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
de normas por naturaleza. No serían capaces de hablar, ni de coordinar acciones a distancia, ni por tanto tendrían ninguna división social del trabajo,
si no fueran usuarios de normas32.
El modelo de Carlos Nino que hemos presentado en el trabajo de incorporación pone sobre el tapete la discusión, no acerca de la relación moral-derecho,
sino sobre la necesidad de mantener la fundamentación moral del derecho sin
perder su esencia propia. El esfuerzo es titánico, pero constituye un elemento
más en la reflexión relativa a la autoridad del derecho.
Norberto Bobbio, en su Teoría general de la política, introduce el tema
del proceso de justificación en la filosofía política y jurídica como algo coincidente con la legitimación, lo cual, en su opinión, no coincide con la ética y
con el discurso científico, en el cual se trata de una argumentación relativa a
sostener válidamente una tesis33.
Ronald Dworkin trata de poner de relieve las diferentes posiciones existentes entre el filósofo jurídico y el político a la hora de analizar, porque el
primero se ocupa de la fundamentación del derecho y el segundo de la fuerza
del mismo. Los efectos prácticos de dicho análisis se traducen en efectos
particulares como la consideración de la desobediencia civil y el alcance de
la obligación de los ciudadanos de obedecer el derecho.
El análisis de Marisa Iglesias Vila se concentra en las características que
deben cumplirse para que el ciudadano se sienta particularmente comprometido,
como miembro de una comunidad política, a responder ante la fuerza obligatoria del derecho. De alguna forma Raz ha complementado las teorías, o las
explicaciones de la fuerza del derecho, a través de una explicación profunda
de la autoridad. Para él la doctrina moral de la autoridad legítima es clave para
entender y evaluar el derecho. Para él el razonamiento moral no es interpretativo. Su análisis se concentra en la llamada “capacidad de autoridad”, que dota
al sistema de la posibilidad de tener autoridad legítima sobre sus destinatarios.
A fin de cuentas su concepción acerca del “servicio de la autoridad” genera
una perspectiva de análisis práctico que puede ser iluminadora de lo que no
tenemos en una situación como la nuestra. En su enfoque, la autoridad está
más dotada que los ciudadanos para decidir, lo cual es una situación de facto
que puede ser objeto de discusión.
MACCORMICK, Neil, ob. cit., pp. 303 y 304.
BOBBIO, Norberto, Teoría general de la política, Editorial Trotta, Madrid, 2009, p. 336.
32
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Cuando tratamos de buscar una relación del derecho con la moral en
la filosofía actual, Finnis constituye referencia obligatoria. Su esfuerzo por
mantenerse dentro de los postulados de una teoría analítica corregida por el
iusnaturalismo lo lleva a fundamentar la obligación jurídica en el bien, lo que
al final produce una dependencia de la moral que no es prima facie.
El análisis que hemos realizado de la filosofía jurídica actual nos lleva a
la conclusión de que el derecho no es un producto aislado de la vida social,
es más bien un reflejo de los conflictos existentes, con la gravedad de que
se recurre a él para contar con una de las propiedades que culturalmente le
asociamos, como es la coerción. Podríamos imaginar una sociedad en la cual
muy pocos logran controlar a muchos usando la fuerza del derecho. El hablar
de justificación o fundamento no es un tema que se refiere a una sola etapa de
creación o aplicación del derecho, se refiere a cualquier decisión que supone
modificar, cambiar o afectar la vida de los ciudadanos.
Mark C. Murphy tiene razón cuando señala que la mejor teoría no es solo
aquella que nos señala que debemos obedecer el derecho, sino aquella que
explica por qué esa obediencia es requerida moralmente y además cuáles son
los límites de esa obediencia34.
Probablemente nadie mejor que Sylvie Delacroix para realizar una síntesis
de lo que hemos venido analizando y para aportar una concepción que nos
brinde luces acerca del tema de la normatividad. La autora que acabamos de
citar aborda con un estudio comparativo de Montaigne, Kelsen y Hart el tema
de la normatividad, con un enfoque genealógico. En pocas palabras, trata de
descifrar los orígenes de nuestra necesidad de obedecer el derecho. Pone de
relieve la importancia de diferenciar el deber ser de la moral y el derecho del
deber ser de ciertas formulaciones gramaticales, ya que algunos reclamos normativos no son tales. Para ella el derecho es una guía de cómo actuar que se
fundamenta en un acuerdo social que responde a una moralidad social acordada
por los ciudadanos. Esta moral es objetiva y se fundamenta en un proceso de
naturaleza construccionista.
En un resumen arbitrario podríamos decir que trata de explicar cómo surge
la normatividad del derecho y ese es precisamente el aspecto genealógico de la
técnica utilizada. Para ella es inútil tratar de entender la capacidad del derecho
de obligar si no entendemos el proyecto al cual sirve. Su análisis moral, que
MURPHY, Mark C., Philosophy of law. The fundamentals, Blackwell Publishing, Malden M.A., 2007,
p. 63.
34
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
a diferencia de nosotros no se sostiene sobre principios pre-existentes que no
se crean sino que se descubren, tiene, sin embargo, el mérito de mostrar que
el esfuerzo positivista de evadir lo ético y lo político está llamado al fracaso.
Su manejo de la legitimidad es iluminador, así señala:
Cuando un sistema legal resulta incapaz de integrar expresiones de disidencia, cuando las tensiones entre las percepciones de legitimidad del derecho y
su exigencia de autoridad son muy grandes un sistema puede ser cambiado
por una revolución y puede requerir la construcción de una nueva estructura
normativa35.
Parte II
Las dudas que el derecho nos genera
En esta parte hemos tomado un ejemplo de Wittgenstein para ilustrar la
situación que confrontamos como juristas:
Le digo a alguien que he ido por cierto camino según un plano confeccionado previamente. A continuación le muestro este plano, que consiste en
trazos sobre un papel; pero no puedo explicarle en qué medida estos trazos
son el plano de mi excursión, no puedo darle al otro ninguna regla que permita interpretar el plano. Pero yo me atuve a ese dibujo de la manera que
es característica de la lectura de mapas. A un dibujo de esta naturaleza lo
podría denominar un plano privado; o al fenómeno que he descrito: seguir
un plano privado36.
Como colectividad, en los últimos años hemos creado un derecho que no
genera claridad a la hora de ser seguido. Es el intento de convertir la ideología imperante en derecho que se impone a los que disienten de los titulares
del poder. No es fácil seguir ese camino y las explicaciones no son capaces
de generar legitimidad a las medidas jurídicas asumidas, por cuanto no se
vinculan con objetivos generales de bien común para la mayoría. Si bien las
técnicas son, siguiendo el ejemplo de Wittgen­stein, las aparentemente legales,
DELACROIX, Sylvie, Legal norms and normativity. An essay in genealogy, Hart Publishing, Oxford,
2006, p. 155.
36
WITTGENSTEIN, Ludwig, Investigaciones filosóficas, tercera edición, Instituto de Investigaciones
Filosóficas de la Universidad Autónoma de México, Editorial Crítica, Barcelona, 2010, p. 395.
35
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
al menos en su forma, no se ajustan, en muchos casos, al contenido justo que
debería tener el derecho.
Los valores que el derecho predica no pueden ser el patrimonio exclusivo
de grupos. Carlos Cossio lo enfatizó con su ejemplo de que era preferible reemplazar la idea de una tabla plana donde nos colocábamos en los extremos,
por la de una esfera, que ilustra mejor la riqueza en la cual podemos estar
colocados a pesar de las distancias que existan en nuestras posiciones. No
es accidental en momentos de profundo cuestionamiento del orden jurídico
preguntarse acerca del fundamento del derecho y su legitimidad. Uno podría
discrepar de las teorías de Raz respecto de la autoridad, pero ellas ilustran los
aspectos prácticos sobre los cuales se sustenta la idea de que el gobierno está
mejor preparado que los ciudadanos para tomar las decisiones legales que le
convienen a todos. Ello, por supuesto, sin analizar situaciones particulares,
no siempre es cierto.
Probablemente en nuestra sociedad hemos perdido la capacidad argumentativa del derecho, guiada por principios de razonabilidad práctica que son
comunes de acuerdo al principio de unidad de la argumentación. El derecho se
expresa en actos de habla con los cuales se plantea una pretensión de verdad.
Tal como señala Alexy, citado por Rodolfo Luis Vigo:
Esta pretensión de verdad o corrección necesariamente vinculada a las
aserciones implica una pretensión de fundamentabilidad, de manera que
quien presenta algo como aseveración y al mismo tiempo dice que no existe
ninguna razón para lo que asevera, quizás ni siquiera formula una auténtica
aseveración o, en todo caso su aseveración es defectuosa. A la pretensión de
fundamentabilidad le corresponde el deber argumentativo de fundamentar
lo aseverado, cuando así le sea requerido, o de presentar razones de por qué
se niega a hacerlo37.
Sin lugar a dudas la metaética ha tratado, a través del análisis del lenguaje,
de descifrar las características propias del lenguaje moral. Desde el punto de
vista jurídico se ha hecho un esfuerzo con el objeto de probar los fundamentos
últimos del sistema legal con razones cognoscitivas susceptibles de ser verdaderas o falsas. Se ha sujetado la moral a un análisis lógico con el objeto de
determinar si objetivamente es cognoscible para utilizarla en algunos campos
VIGO, Rodolfo Luis, Perspectivas iusfilosóficas contemporáneas, segunda edición, Abeledo Perrot,
Buenos Aires, 2006, pp. 296 y 297.
37
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
como el derecho. En algunos casos se asume una posición escéptica que lleva
a una visión que pretende ser neutral acerca de lo que existe. De alguna manera
hemos dejado el derecho como un producto aislado de los fines que debe tener
para el logro del bien. Se ha convertido en un instrumento de cualquier fin y
se ha olvidado la visión de “fin” del derecho por logros temporales. Discutir
acerca de los riesgos de positivización de la moral o de la moralización del
derecho es apasionante, pero puede no responder nuestras preguntas acerca
de la necesidad de justicia en una sociedad.
Prescindir del contenido moral del derecho, ya hablemos de formulación,
interpretación o aplicación, es una responsabilidad que compromete a todos,
pero muy especialmente a jueces, legisladores y administradores de la justicia.
Allí radica uno de los puntos centrales de la teoría del riesgo, tan usada para referirse a casos de responsabilidad grave en contra de los derechos humanos.
Tal como señalamos en nuestro ejemplo del plano, la función del gobierno es decirle claramente a sus ciudadanos a dónde vamos. Ese destino debe
ser claramente explicado y percibido como algo que quiere ser realizado por
cuanto es necesario para el logro del bien común. El siguiente párrafo de Neil
Maccormick es sugerente:
A toda reflexión sobre el poder del Derecho y sobre la expectativa general
de conformidad, entonces, debe agregársele una concepción normativa
acerca de los fundamentos últimos del Derecho. Ésta reside en la actitud
popular de apoyo a la forma establecida en una sociedad para organizarse
a sí misma y enfrentar sus asuntos. Por detrás de las determinaciones del
Derecho están, entonces, tanto el peso de las creencias morales como la
fuerza coactiva y las expectativas comunes. No sorprende que muchas
personas tengan tantas reservas acerca de la desobediencia al Derecho en
circunstancias normales.
Habitualmente forma parte de toda moral cotidiana que el Derecho y el
orden deben respetarse38.
La pregunta que podemos hacernos en un contexto como el nuestro es
si nuestras circunstancias ya dejaron de ser normales, supuesto en el cual la
presunción anterior está en serias dudas. Probablemente estemos frente a lo que
Benedicto XVI llamó “la absolutización de lo casual”, que sucede cuando se
excluye la verdad y se ha entrado a la arbitrariedad. Las amenazas con nuestro
contexto actual llaman a profunda reflexión.
MACCORMIC, Neil, ob. cit., p. 316.
38
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
El derecho requiere legitimidad y el expediente a la coacción puede ser
momentáneamente útil, pero a la larga va a sembrar la semilla de la posible
destrucción del sistema legal. Ya Hart lo señaló de la siguiente forma:
Para que un sistema de reglas sea impuesto por la fuerza sobre cualquiera,
tiene que haber un número suficiente de individuos que lo acepte en forma
voluntaria. Sin su cooperación voluntaria, que crea así autoridad, el poder
coercitivo del Derecho y el gobierno no pueden establecerse39.
El prescindir del análisis de la vida social y política para hacer al derecho
más puro en la tradición kelseniana ignora los factores que están fuera del
derecho y que determinan lo que es. Para nosotros hay valores morales inmutables detrás del derecho que son interpretados en términos de actualidad por
la sociedad, para otros surgen de un consenso acerca de lo que es importante
en una coyuntura social particular.
Algunas de las teorías revisadas en el trabajo de incorporación ponen
en evidencia la necesidad del derecho de legitimarse a través de un proceso
democrático en el cual los que participan puedan sentirse de alguna forma
identificados con los valores que subyacen en el derecho. Todo ello se sustenta
en una comunidad política fraternal. La falta de ella no solo es una carencia
para la construcción de un orden jurídico, sino que también es un obstáculo
grave para lograr la paz en la sociedad.
A fin de cuentas ante el abismo que podemos tener entre lo que el derecho es y lo que debería ser, el jurista debe combinar su esfuerzo técnico y sus
mejores herramientas morales con la ética de la esperanza. Lo contrario a lo
que Zagrebelsky llamaba la “ética del laberinto”. La misma se origina en una
respuesta que Norberto Bobbio dió a un periodista que lo interrogó sobre la
esperanza:
¿En qué tiene esperanza, profesor?
No tengo ninguna esperanza. Como laico, vivo en un mundo en el que
la dimensión de la esperanza es desconocida. La esperanza es una virtud
teológica. Cuando Kant afirma que uno de los tres grandes problemas de
la filosofía es “qué debo esperar” se refiere con esta pregunta al problema
religioso. Las virtudes del laico son otras: el rigor crítico, la duda metódica,
HART, H.L.A., El concepto del derecho, traducción de Genaro Carrio, Abeledo Perrot, Buenos Aires,
2004, p. 248.
39
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
la moderación, el no prevaricar, la tolerancia, el respeto de las ideas ajenas,
virtudes mundanas, civiles40.
Legalidad no es legitimidad y no se requiere ser un agudo observador
cuando la habitualidad a obedecer el derecho legítimo se ha quebrado.
Epílogo
El presente trabajo pretende dar algunas explicaciones a una realidad que
todos vivimos y que se refiere a una práctica cotidiana en el mundo políticosocial nuestro que revela una profunda contradicción entre lo que jurídicamente
se hace –en todas sus manifestaciones– y la manera en que se justifica.
En momentos como los que vivimos, la manifestación del carácter normativo del derecho no puede fundarse en la autoridad del mismo sin generar
un alto grado de incertidumbre. Es como tratar de entender la fábrica de hacer
derecho sin tomar en cuenta cuál va a ser la respuesta o el interés de los consumidores. En el presente trabajo de incorporación hemos tratado de presentar
una idea del derecho universal y abstracta en el más puro espíritu kantiano
y contraponerla con el esfuerzo filosófico de aproximación al derecho como
mecanismo de limitación de la libertad que necesita ser justificado. Ello no
es teórico cuando en nuestra vida social actual nos escandalizamos frente a
manifestaciones legales que distan mucho de la idea del derecho, o al menos
de la justicia, que debe existir alrededor del concepto.
El reivindicar el valor moral del derecho nos acerca más a un ideal alcanzable, pero que puede lucir distante en determinados momentos de nuestra
historia. Por eso la esperanza es capaz de mantener ese espíritu de alcanzar lo
que nunca hemos debido perder.
Permítanme, abusando de su generosa paciencia, terminar con un texto
de Thomas Nagel:
Una vez que entramos en el mundo para nuestra estadía temporaria en él,
no hay otra alternativa más que intentar decidir en qué creer y cómo vivir,
y la única manera de hacerlo es intentando decidir qué es cierto y qué es
correcto. Aun si nos distanciamos de algunos de nuestros pensamientos e
impulsos, y los consideramos desde afuera, el procedimiento de intentar
ZAGREBELSKY, Gustavo, Contra la ética de la verdad, Editorial Trotta, Madrid, 2010, p. 131.
40
435
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor JULIO ...
ubicarnos a nosotros en el mundo nos conduce, finalmente, a pensamientos
que no podemos ver como meramente nuestros. Si es que en alguna medida
pensamos, debemos pensar en nosotros individual y colectivamente, como
sometiéndonos al orden de las razones más que creándolo41.
Muchas gracias
41
NAGEL, Thomas, La última palabra, Editorial Gedisa, Barcelona, 2000, p. 155.
436
Discurso de Contestación AL DOCTOR
Julio Rodriguez Berrizbeitia
por el recipiendario Doctor
Alfredo Morles Hernández,
Individuo de Número
de la Corporación
BLANCA
SIN NUMERAR
438
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 439-458
ISSN: 0798-1457
Señoras y señores:
Agradezco al señor presidente de la Academia, Dr. Luis Cova Arria, y a
los académicos que lo acompañan en la Junta Directiva, el honor que me han
dispensado al designarme como encargado para darle la bienvenida al nuevo
académico en nombre de la Corporación.
Hoy es un día de júbilo. Ingresa a la Academia de Ciencias Políticas y
Sociales Julio Rodríguez Berrizbeitia, filósofo y jurista. Un filósofo que piensa
que la filosofía, como disciplina especulativa, no puede ignorar el conocimiento
científico. Un jurista que estima que el derecho, como ciencia, no puede ser
aislado del pensamiento abstracto.
Pero es una descortesía comenzar hablando del júbilo académico. Con lo
dicho solo quise dar un aldabonazo para resaltar la importancia del ingreso de
Julio Rodríguez Berrizbeitia a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
Antes debo hablar del júbilo familiar. Es lo correcto y es lo protocolar.
I. El júbilo familiar
El Dr. Julio Rodríguez Berrizbeitia es orgulloso hijo de un gran médico,
investigador, científico y profesor universitario, que publicó más de 100 meritorios trabajos de investigación, el Dr. César Rodríguez Rodríguez, quien
falleció cuando tenía 65 años de edad, casi inmediatamente después de haber
sido electo vicepresidente de la Academia Nacional de Medicina, sin que llegara
a asumir el cargo. En la Gaceta Médica de Caracas, volumen 113, número
1, enero de 2005, se recoge un estudio de Leopoldo Briceño Iragorry, actual
secretario de la Academia Nacional de Medicina, titulado “Grandes maestros
de la cirugía venezolana”. Explica el autor:
439
Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
... el título de “Grandes Maestros” de la cirugía venezolana que tiene este
trabajo incluye personas con conocimiento en este difícil campo de las artes y
las ciencias, aquellos que tuvieron capacidad, constancia y generosidad para
transmitir sus conocimientos, obra escrita, ilustración general y formación
académica, con alto nivel ético y moral en su ejercicio y vida privada, e
interés por los grandes problemas de la vida nacional y que dejaron huellas
indelebles de gratitud en sus compañeros y discípulos.
José Enrique López, en su libro Minibiografías de médicos venezolanos,
informa que César Rodríguez Rodríguez obtuvo el título de doctor en Ciencias
Médicas en 1940 con la tesis “Estudio de la alergia tuberculínica en niños
vacunados con BCG” e inició su carrera médica como residente y adjunto de
Cirugía del Sanatorio Simón Bolívar de 1940 a 1943; fue Fellow in Surgery
en el Triboro Hospital for Tuberculosis, New York, de 1943 a 1945; residente
e instructor de Cirugía, University Hospital, Ann Arbor, Michigan, entre 1946
y 1947; jefe del Servicio No 2 del Sanatorio Simón Bolívar entre 1947 y 1982;
instructor y profesor agregado de la cátedra de Otorrinolaringología de la Universidad Central de Venezuela; fundador y jefe del Servicio de Cirugía Torácica
del Instituto Oncológico Luis Razetti entre 1947 y 1966; jefe del Servicio de
Cirugía de Tórax del Sanatorio Infantil Luisa Cáceres de Arismendi desde
1950; jefe del Departamento Quirúrgico del Área de El Algodonal desde 1965;
director fundador del Centro de Investigación, Diagnóstico y Tratamiento de
Afecciones Torácicas no Tuberculosas (Dispensario N° 5) de El Algodonal;
profesor titular del Posgrado de Neumonología, Clínica Integral, Universidad
Simón Bolívar; director del Curso de Posgrado de Cirugía Torácica.
A lo escrito por Leopoldo Briceño Iragorry y por José Enrique López se
pueden agregar testimonios de otros médicos, algunos de ellos sus profesores
y otros sus propios contemporáneos, como el de Franz Conde Jahn, quien lo
recibe en la Academia Nacional de Medicina y le da la bienvenida llamándolo
“una de las más esclarecidas representaciones de los médicos y trabajadores
circunspectos de las nuevas generaciones de Venezuela”; el de Alfredo González Navas, quien en el acto de recibir el título de profesor honorario de la
Universidad Central de Venezuela, también conferido post mortem a César
Rodríguez, dice que este “formó varias generaciones de médicos neumonólogos y cirujanos de tórax, quienes se encuentras desparramados por toda
la extensión de nuestra geografía, aplicando los conocimientos aprendidos”
con él; Pedro Pérez Febres, quien le atribuye haber realizado con depurada
técnica las primeras resecciones pulmonares en el país y por ello reconoce
440
Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
que se le ha llamado el “padre de la cirugía torácica en Venezuela”, pero, al
mismo tiempo lo llama un hombre “que posee profundo sentido cristiano de la
vida, vasto talento y consolidada formación humanística”; Manuel Adrianza,
quien observa que después de haber estado en Ann Arbor bajo la dirección
del eminente cirujano John Alexander, “regresa con un entrenamiento sólido
para acometer las grandes empresas de la cirugía de tórax en la curación de
los enfermos” y agrega: “Con una increíble resistencia física y con gran fe
en la vida pudo curar pacientes aparentemente perdidos en la cronicidad y
en el avance de su enfermedad”; Oscar Beaujon, quien lo llama “artífice de
la cirugía torácica en Venezuela […], introductor de técnicas operatorias y
de actos quirúrgicos primiciales, maestro de generaciones de cirujanos del
tórax y, por encima de todo esto, un hombre en la dimensión excepcional de
ser generoso en la transmisión y divulgación de sus conocimientos y de ser
fundamentalmente bondadoso en la aplicación abierta de sus extraordinarias
facultades clínicas y humanas”. Un “paradigma de virtudes médicas y humanas” es afirmación que pertenece al Dr. José Antonio Ravelo Celis, hecha el
19 de julio de 2001 en su discurso de incorporación a la Academia Nacional
de Medicina (Gaceta Médica de Caracas, volumen 109, número 3, Caracas
2001). Entre los “eminentes médicos” que han pertenecido a la Academia lo
incluye Guillermo Colmenares Arreaza en su discurso de incorporación a la
Academia Nacional de Medicina de 19 de junio de 2003 (Gaceta Médica de
Caracas, volumen 111, número 3, Caracas 2003).
César Rodríguez fue admitido en la Academia Nacional de Medicina como
Individuo de Número el 16 de noviembre de 1971, sucediendo en el sillón
número XXV al Dr. Alfredo Borjas. Se incorporó el 18 de octubre de 1972,
pronunciando un discurso de talante humanitario, en el cual sostiene que el
hombre es una unidad y debe ser considerado en su ambiente global; que la
enseñanza, por lo tanto, debe estar basada en el estudio del individuo, de la
familia, de la comunidad, en su propio ambiente y en la investigación de las
relaciones mutuas existentes; que las enfermedades tienen su historia natural y
al lado de la cama hospitalaria es imposible ver todas las fases de su desarrollo.
“Aprender a establecer el mayor acercamiento emocional con el paciente y
[…] observar su propia personalidad” es tarea del médico, dice. “En medicina
se está perdiendo ese coloquio íntimo entre el hombre que sufre y pide ayuda
y el médico que entrega su ciencia y si es posible su corazón”.
Se refiere, desde el punto de vista estrictamente médico, a la incorrección de dividir el estudio de las vías respiratorias en dos especialidades: las
vías aéreas superiores (otorrinolaringología) y la patología de las vías aéreas
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Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
inferiores; da cuenta del lugar de la cirugía en la evolución del tratamiento de
la tuberculosis (hubo una era quirúrgica en el tratamiento de esta enfermedad),
con minuciosa descripción de las diversas técnicas quirúrgicas aplicadas como
alternativa para la curación de la enfermedad (las colapsoterapias reversibles,
como el neumotórax artificial terapéutico; o las irreversibles, como la toracoplastia) hasta llegar al tratamiento quimioterápico más reciente que garantizaba la curación en más del 98% de los casos; el lugar de la contaminación
ambiental en el desarrollo de enfermedades respiratorias (bronquitis crónica,
enfisema, asma); los procesos respiratorios agudos, como las neumonías, que
afectaban especialmente a los niños, con alta tasa de mortalidad; el problema
de las estafilococcias pulmonares; las neumonías y bronconeumonías en el
período final de otras enfermedades; el aumento alarmante del cáncer broncogénico por el consumo de cigarrillos; la necesidad de que los especialistas
neumonólogos sepan de cardiología y de medicina interna, de administración,
epidemiología y estadística para supervisar la lucha por la salud en los centros
de salud, dispensarios y medicaturas (neumonólogos integrales); la formación
de cirujanos integrales de tórax, en virtud de los principios de unidad anatómica, fisiológica, patológica y quirúrgica; la tesis de que la enfermedad no es
solamente un fenómeno clínico, sino también un fenómeno epidemiológico
y social; la tesis de que las actividades de protección a la salud no pueden
drásticamente separarse en curativas, preventivas y sociales; que el hospital
debe quedar para el tratamiento de las enfermedades graves, aquellas que no
pueden ser tratadas fuera del nosocomio; que el tratamiento hospitalario es
costoso, por los adelantos científicos y técnicos que requieren las organizaciones hospitalarias completas.
Concluye su discurso el Dr. César Rodríguez con una cita de Heidegger
que revela su cultura, demostrada con otras referencias que dan indicios de su
formación humanística integral:
Si el tiempo existencial, el de la existencia, es finito, el tiempo espiritual
representa en cambio la eternización de lo finito. Vivimos en una atmósfera
cada vez más contaminada, contaminación del medio ambiente físico y
espiritual y, a veces, buscando la libertad y por la prisa de vivir, de quemar
en carrera loca los frenos de nuestra existencia, no nos damos cuenta de las
bellezas de la creación en el mundo moderno.
La Gaceta Médica de Caracas ha reproducido un discurso del Dr. Hugo
Murzi del 15 de noviembre de 1999, en el cual este médico y académico ha
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Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
referido cómo fue solucionado el misterio médico de las micosis profundas
gracias a la investigación científica que dirigía César Rodríguez en El Algodonal
(Gaceta Médica de Caracas, volumen 110, número 3, Caracas 2002). El Dr.
Murzi, después de describir ciertas patologías, se pregunta:
¿Pero qué eran esas lesiones pulmonares que no eran tuberculosis, ni cáncer, que en forma de nódulos, infiltrados, cavidades y derrames pleurales
desafiaban nuestra ignorancia?
Procede el Dr. Murzi, a continuación, a explicar:
La respuesta nos fue llegando, por entregas, desde el Sanatorio “Simón
Bolívar”, en los trabajos científicos que comenzaron a ser presentados en las
jornadas, simposios, congresos y cursos que, frecuentemente, realizaba la
sociedad de tisiología de Venezuela, que desde muchos años atrás funcionaba,
ocupándose, hasta entonces, casi exclusivamente, de la tuberculosis.
Tres hechos fundamentales ocurrieron en 1954 que marcaron el estudio sistematizado de esta patología en El Algodonal: la fundación del Dispensario
Nº 5 de Consulta Externa Neumonológica, la construcción del Hospital
Infantil Luisa Cáceres de Arismendi, y la constitución de un equipo de trabajo formado por el Dr. César Rodríguez, gran cirujano de tórax, Ladislao
Pollak, microbiólogo y Alberto Angulo Ortega, patólogo.
El dispensario Nº 5 fue concebido para atender, en forma racional, ambulatoriamente, los numerosos pacientes pulmonares no tuberculosos que, por
propia iniciativa o por haber sido referidos de otras instituciones médicas
de Caracas o del interior del país, llegaban a El Algodonal en procura de
diagnóstico y tratamiento.
A este dispensario se dedicaron estos tres médicos en cuerpo y alma, con
ansias de aprovechar ese filón que, para la investigación clínica, era esa masa
de enfermos venidos de todas partes del país. A los consultantes se les hacía
una historia clínica integral y se les sometía a las exploraciones endoscópicas
e intervenciones quirúrgicas, aprovechando las magníficas instalaciones que,
en esos años, tenía el Complejo Hospitalario de El Algodonal. A esto se
agregaba la organización de un Archivo de Historias Clínicas celosamente
mantenido, donde se clasificaban las diferentes entidades nosológicas para
facilitar el estudio ulterior.
El equipo de trabajo de César Rodríguez, Ladislao Pollak y Alberto Angulo
fue concebido para completar sistemáticamente el estudio de los casos de
enfermedades pulmonares no tuberculosas. Para el efecto, se estableció que
todas las muestras tomadas mediante biopsia, o punción, o intervenciones
quirúrgicas o expectoración, fueran estudiadas metódicamente por microbiología y anatomía patológica mediante frotis, cultivos y variadas coloraciones
443
Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
para tratar de identificar la etiología de cada caso en estudio. Los resultados
de este trabajo, hecho concienzudamente y con gran dedicación por estos
tres grandes trabajadores de la medicina, no se hicieron esperar. En diciembre de 1956, casi tres años después, en las III Jornadas Nacionales de
Tisiología y Neumonología efectuados en Mérida, el Dr. Alberto Angulo
leyó un trabajo titulado: “Las Micosis Broncopulmonares en el Servicio de
Anatomía Patológica del Instituto Nacional de Tuberculosis” que resumía
lo realizado hasta entonces.
Baldó, que desde 1955, a partir del Congreso de Ciencias Médicas realizado ese año en Caracas, se había estusiasmado en esa parte de la patología
pulmonar, se sorprendió, según lo refiere el Dr. Angulo, con el número de
casos estudiados en El Algodonal, estadística que le sirvió de apoyo a su
idea de crear una Comisión Coordinadora para el Estudio Nacional de las
Micosis, la cual se constituyó en abril de 1957, y que marcó el inicio del
estudio sistematizado de esa patología en Venezuela.
Dos años más tarde, en diciembre de 1959, se reunió en Valencia el IV
Congreso de Tisiología y Neumonología. Una de las ponencias oficiales
fue “Las micosis profundas en Venezuela con referencia especial a las
micosis pulmonares”. Allí se puso al día lo que se conocía en Venezuela
sobre micosis profundas. Fueron leídos 32 trabajos, de los cuales, en 19,
intervinieron los médicos de El Algodonal. Cinco fueron del Servicio de
Anatomía Patológica, y en dos este Servicio cedió el material anatomopatológico a otros médicos.
Varios invitados extranjeros, figuras de la micología médica mundial,
concurrieron a esas reuniones: Fiorano de Almeida, del Brasil, Mackinon,
de Uruguay, Negroni de Argentina, González Ochoa de México, Suweany,
Furcolow, Ajello y Bevedak de Estados Unidos, y Seagratán de Francia.
El Servicio de Anatomía Patológica aportó, además, una colección de 120
fotografías en colores sobre diferentes aspectos macro y microscópicas de
las micosis pulmonares, primera en su género en el país y que fue admirada y comentada muy favorablemente por propios y extraños. Desde ese
Congreso, podemos decir, Venezuela se hizo sentir en América en el campo
de la micosis.
La divulgación de este valiosísimo material docente en congresos nacionales y extranjeros motivó que varias instituciones invitaran a los doctores
Rodríguez, Pollak y Angulo a realizar cursos de corta duración, hasta de una
semana. Se efectuaron 13 cursos en diferentes países latinoamericanos…
En tres ocasiones dichos cursos fueron patrocinados por las facultades
de medicina de las universidades del Valle, en Cali, Colombia, y por la
Universidad de Santiago de Chile; tres cursos patrocinados por la Academia Internacional de Patología de San Juan, Puerto Rico, Buenos Aires y
México; tres por la Sociedad Latino-Americana de Anatomía Patológica, en
San Salvador, Lima y Quito; uno por la Sociedad de Manizales, y los tres
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Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
restantes por diferentes instituciones en Honduras, San José de Costa Rica
y Guayaquil, Ecuador.
Podemos decir, pues, con orgullo y satisfacción, que los estudios sobre micosis pulmonares realizados en el Sanatorio “Simón Bolívar” por Alberto
Angulo, César Rodríguez y Ladislao Pollak fueron conocidos, ampliamente,
en los centros especializados de esa disciplina en Latinoamérica; y algunos de
los trabajos allí elaborados son de cita obligatoria en publicaciones, porque
más de una vez han constituido primicias en la bibliografía micológica.
Hasta aquí el relato del Dr. Murzi.
A la memoria del Dr. César Rodríguez Rodríguez está muy justamente
dedicado desde 1983 el Hospital del Seguro Social de Puerto La Cruz, Estado
Anzoátegui, su región natal.
El talento científico, la dedicación al trabajo hospitalario desinteresado y el
amor por la familia y por el prójimo que distinguieron al Dr. César Rodríguez
marcaron a Julio, quien ha heredado esas cualidades y recuerda frecuentemente
a su padre con justificada admiración. Tuve la fortuna de conocer al Dr. César
Rodríguez en su hogar, un hombre discreto y encantador que se despojaba de
su aura de sabio, se empeñaba en seducir a su interlocutor o a su huésped y
lo lograba. Claro, tenía a su lado a doña Mercedes Luisa Berrizbeitia, descendiente de una ilustre, vieja y respetada familia oriental con raíces en el país
vasco, donde los Bérriz tienen personajes destacados que ilustran la historia
militar de la España Medioeval y provienen de la casa de Ibarguen, una de las
más ilustres de Vizcaya. Doña Mercedes era una mujer de una extraordinaria
inteligencia y de una definida y recia personalidad (Julio ha relatado que una
vez le preguntó a su mamá, todavía joven viuda, años después de la muerte
de su padre, cómo estaba su relación con Dios y ella le respondió: “No puedo
pelear con él, porque él no quiere pelear conmigo”). Doña Mercedes hizo
del amor por su marido un culto, de modo que se entendiera que su felicidad
tenía como origen y fuente el amor, el ejemplo y la acción de su esposo. Esta
maravillosa persona estaba muy feliz con la incorporación de su hijo Julio a
la Academia (Julio le había renovado la felicidad que ella había experimentado con el ingreso de su marido a la Academia Nacional de Medicina) y tenía
todo preparado para estar presente hoy en este acto. Hace apenas poco más
de un mes, Dios dispuso otra cosa y se la llevó de repente, pero su familia y
sus amigos la sentimos aquí, con nosotros. Sentimos su espíritu, sabemos que
está en paz y que comparte nuestra felicidad, como sabemos también que está
presente aquí el espíritu del sabio y generoso Dr. César Rodríguez, quien no
445
Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
solo estudió en este recinto, habló desde esta tribuna, hizo aquí destacada vida
académica, sino que creía en la eternidad del tiempo espiritual.
Julio Rodríguez Berrizbeitia se graduó de abogado en la Universidad
Católica Andrés Bello el año 1976, formando parte de la Promoción Alfredo
Morles Hernández, con mención cum laude. Durante sus estudios se distinguió
no solo como estudiante sino como dirigente estudiantil que, junto con un grupo
de preocupados compañeros de estudios y de profesores, promovió reformas
para la Facultad de Derecho que incluyeron un cambio del plan de estudios, un
nuevo sistema de selección del profesorado y de admisión de los estudiantes a
la carrera, un nuevo régimen de evaluación, la apertura de la Facultad hacia el
mundo exterior con la realización de jornadas y foros que tuvieron repercusión
nacional e internacional (varios libros recogieron la experiencia) y la fundación
del Centro, hoy Instituto de Investigaciones Jurídicas. El nuevo académico
hizo una maestría en Filosofía en el Instituto de Investigaciones Filosóficas de
Toulousse, Francia, en 1977; realizó curso de doctorado en Derecho en 1978
en la Universidad de Salamanca, España, en donde fue alumno de Francisco
Tomás y Valiente y de Enrique Ginbernat Ordeig; cursó una maestría en Administración Pública y Gerencia en Países en Vías de Desarrollo en 1983-1984
en la Universidad de Harvard, Cambridge, Massachusetts, en una de cuyas
cátedras fue compañero del actual secretario general de Naciones Unidas, Ban
Ki-Moon; obtuvo un certificado de Estudios Avanzados en Administración de
Empresas en la Universidad de Nueva York en 1985 y siguió un Programa
Avanzado de Gerencia (PAG III) en el IESA en 1988.
Julio Rodríguez Berrizbeitia ha sido profesor de Criminología de la Universidad Católica Andrés Bello. (1979-1980); profesor de Política Criminal
de la Universidad Católica Andrés Bello. (1980-1982); profesor de Derecho
Mercantil, Parte General de la Universidad Católica Andrés Bello (1985-2012);
profesor de Filosofía Jurídica de la Universidad MonteÁvila. (2007-2012);
profesor invitado de la Universidad del Zulia, Universidad de Los Andes
e Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA); profesor del
Postgrado de Mercado de Capitales en las Facultad de Derecho y Economía
de la Universidad Católica Andrés Bello.
Julio Rodríguez Berrizbeitia es autor de los siguientes estudios: “Las sociedades de caución mutua en el derecho comparado”, Revista de la Facultad
de Derecho, UCAB, No 30, 1980; “La garantía de recuperación de los créditos
agrícolas”, Temas Agrarios, 1982; “Reacción social internacional”, Jornadas
Internacionales de Ciencias Penales y Criminológicas, UCAB, 1982; “Los
446
Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
pagarés en dólares del Banco Central de Venezuela para el pago de las cartas
de crédito”, Revista de la Facultad de Derecho, UCAB, No 41, 1989; “Nuevas
tendencias del derecho mercantil venezolano de Alfredo Morles Hernández”,
Revista de la Facultad de Derecho, UCAB, No 43, 1991; “Algunas consideraciones sobre la Nueva Ley de Política Habitacional y la instrumentación
de nuevos mecanismos de captación de recursos a largo plazo”, Revista de
la Facultad de Derecho, UCAB, No 54, 1999; “La concepción criminológica
de Fernando Pérez Llantada”, Estudios de derecho en homenaje a Fernando
Pérez Llantada, UCAB, 2000; “Arte y derecho de algunas reflexiones sobre
los instrumentos jurídicos tradicionales en la comercialización de obras de
arte”, Revista de la Facultad de Derecho, UCAB, No 56, 2001; “Algunas
reflexiones sobre conceptos e instituciones en el derecho mercantil”, Revista
de la Facultad de Derecho, UCAB, No 57, 2002; Visión histórica de la teoría
de la transgresión. Libro homenaje a Tulio Chiossone, Tribunal Supremo de
Justicia, Colección Libros Homenaje, No 11, 2003; “Algunas consideraciones
sobre la usura”, Ciencias Penales, Temas Actuales, UCAB, 2003; Representación mercantil. Centenario del Código de Comercio Venezolano de 1904,
Academia de Ciencias Políticas y Sociales, 2004; “La reforma del Código de
Comercio de 1955 en su perspectiva actual”, Boletín de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, No 143, 2005; “Estado actual del Registro Mercantil
en Venezuela”, Memorias del I, II y III Seminario Visión y Revisión del Derecho
Registral y Notarial, 2005; Efectos de la Ley de Ilícitos Cambiarios sobre la
actividad bancaria, Academia de Ciencias Políticas y Sociales. Serie Eventos,
No 21, 2006; “Mitos y realidades de la llamada teoría del levantamiento del
velo corporativo”, Boletín de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, No
144, 2006; “La utilización de los medios electrónicos en el Registro Mercantil”, Boletín de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, No 145, 2007;
Análisis de algunas sentencias del Tribunal Supremo de Justicia a la luz del
análisis filosófico mercantil, Ediciones Liber, 2008; “Empresa, ética y responsabilidad”, Boletín de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, No 146,
2008; ¿Son posibles regulaciones legales eficientes en materia de gobierno
corporativo?, Bicentenario del Código de Comercio Francés, Academia de
Ciencias Políticas y Sociales, Serie Eventos, No 25, 2008; La mundialización
del gobierno corporativo, Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Serie
Foros, No 3, 2009.
Aparte de los estudios anteriores, Julio Rodríguez Berrizbeitia es autor
de tres libros: uno de filosofía, El campesino de La Garona. Introducción al
447
Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
pensamiento de Jacques Maritain, 2009; otro de derecho, Lecciones de derecho
mercantil, 2009; y otro de filosofía del derecho, Caminos de la filosofía jurídica
actual (2011), editado por la Academia de Ciencias Políticas y Sociales. La
labor profesional del nuevo académico se ha desarrollado, predominantemente,
en el campo financiero, específicamente en la banca, ocupando cargos de alto
ejecutivo en una prestigiosa organización.
Julio está felizmente casado con Ana Teresa Lepage Altuna, una fina y
culta mujer, hija del distinguido y recordado abogado Humberto Lepage Dubuc
y de la honorable dama doña Mercedes Altuna de Lepage. Ana Teresa realizó
estudios de Arquitectura en la Universidad Central de Venezuela, obtuvo el
grado de arquitecto en 1979 en la misma universidad; cursó un máster en Arquitectura y Diseño Urbano en Columbia University de la ciudad de Nueva
York, obteniendo el título de Diseñadora Urbana en 1985; hizo un curso de
Planeamiento Urbano en el Architectural Center en Boston, Massachusetts;
elaboró como trabajos de grado el Proyecto “La Universidad de las Ciencias
Urbanas” y el Proyecto de Remodelación e Integración del Downtown Brooklyn; ha trabajado en la Oficina de Planeamiento Urbano (OMPU), en la
Compañía de Arquitectura y Diseño Calycanto Gris; y habla inglés y francés,
además del castellano. Ana Teresa es miembro del Colegio de Ingenieros y del
Colegio de Arquitectos de Venezuela, así como miembro de la Asociación de
ex Alumnos de la Universidad de Columbia, de Nueva York.
La pareja formada por Julio y Ana Teresa tiene tres hijos: Julio Humberto,
Alfonso y Anate. Julio Humberto es odontólogo de la UCV (2008) con posgrado en la Universidad Maimónides de Buenos Aires, República Argentina, en
donde obtuvo el título de Especialista en Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial
(2013). Ejerce su profesión en Caracas.
Alfonso es licenciado en Administración de Empresas, mención Gerencia,
de la Universidad Metropolitana y cursó el Diplomado Profesional de Mercadeo
Digital en el Digital Marketing Institute, Dublin, Irlanda.
Ana Teresa es licenciada en Comunicación Social de la Universidad
MonteÁvila e hizo un posgrado en Producción Cinematográfica en la Escuela
Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña, adscrita a la Universidad de
Barcelona, España.
Julio tiene dos hermanos, César y Mercedes. César obtuvo el grado de
ingeniero mecánico en Austin, Texas, USA, en 1972; un máster en Ingeniería Industrial en la Facultad de Ingeniería Industrial de la Universidad de
Cornell, en Ithaca, New York; y siguió varios cursos en Administración y
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Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
Finanzas en el IESA entre 1976 y 1980, en Caracas. César se ha dedicado a
la actividad empresarial y, ocasionalmente, a la política, habiendo ocupado la
gobernación del Distrito Federal entre 1993 y 1994. Mercedes es licenciada
en Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela (1979)
y posee un máster en Gerencia Pública de la Universidad Metropolitana
(2007). Es funcionaria de la carrera diplomática, jubilada, del Ministerio de
Relaciones Exteriores luego de una trayectoria de 27 años, habiendo ocupado
cargos administrativos y consulares importantes.
II. El júbilo universitario
El ingreso de Julio Rodríguez Berrizbeitia es motivo de júbilo para la comunidad universitaria, especialmente para las cátedras de Filosofía del Derecho,
de Criminología y de Derecho Mercantil. En la Universidad Católica Andrés
Bello Julio recibió la influencia benefactora del sacerdote jesuita y profesor
Luis María Olaso, a quien él dedicó el libro Caminos de la filosofía jurídica
actual. También estuvo en la órbita generada por el pensamiento y las preocupaciones de otro profesor suyo, el sacerdote jesuita Fernando Pérez Llantada,
quien hizo de la criminología una pasión de vida. Simultáneamente, fue atraído
por el derecho mercantil como expresión intelectual y marco normativo de
la actividad económica. De todos es conocida la obra de Olaso en el campo
de la filosofía del derecho, con sus clases socráticas siempre orientadoras, en
búsqueda de los caminos hacia la conciliación y la convergencia, con angustia
entre la razón y la fe, hurgando entre el positivismo, el iusnaturalismo y las
variantes de ambas corrientes, predicador de la tolerancia, siempre optimista e
irreductible defensor de los derechos humanos. El tomo II de su obra Curso de
introducción al derecho fue puesto al día por Jesús María Casal el año 2003,
con la colaboración de los profesores Arturo Peraza y Alma Chacón1.
La cátedra de Filosofía del Derecho tiene en Venezuela una tradición de
alto prestigio y de cultura a la cual ha contribuido la fama de los personajes
que han sido sus titulares. Los nombres de Caracciolo Parra León2 y de Rafael
1
2
OLASO S.J., Luis María; CASAL, Jesús María: Curso de introducción al derecho, Universidad Católica
Andrés Bello, Caracas, 2003.
“Como centro de la teoría jurídica que Parra profesó y enseñaba a sus alumnos, sostuvo que el ser
humano está dotado de una dignidad intrínseca que tiene que ser respetada […] El derecho positivo
449
Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
Pizani3 – iusnaturalista el uno, positivista el otro– han sido mencionados como
elocuentes expositores de la disciplina4. María Luisa Tosta, también filósofo y
jurista, culta y prestigiosa profesora de la materia en la Universidad Central de
Venezuela y en la Universidad Católica Andrés Bello, ha realizado un examen
de las publicaciones de los profesores de la materia o atribuidas a ellos: Rafael
Pizani, Mariano Uzcátegui, J.M. Delgado Ocando, Manuel Simón Egaña, Arístides Calvani, los hermanos José Alberto y Luis Eduardo Zambrano Velasco
y Luis María Olaso. No incluye en el examen a Caracciolo Parra León por
la imposibilidad de determinar, en el texto que examina qué parte del mismo
corresponde a Parra León5. Tomando en cuenta algunos puntos que le parecen
significativos para conocer la orientación del autor sobre las corrientes de pensamiento que examina en su trabajo, como las relativas a la moral y al derecho,
al derecho objetivo y al derecho subjetivo, y a las fuentes del derecho, Tosta
procede a dividir en dos grupos a estos ocho profesores, “aun cuando presentan bastantes diferencias entre ellos, incluso cuando se encuentran ubicados
dentro de una misma tendencia”, de acuerdo a la influencia predominante de
Kelsen o de santo Tomás. Tosta observa: “las corrientes principales en Teoría
General del Derecho, en nuestro país, son el formalismo jurídico kelseniano y
3
4
5
tiene su propia técnica, su propia estructura, su propio valor, pero en ningún caso la Ley escrita puede
ir por sobre la dignidad del ser humano […] Parra fue tildado de reaccionario y de oligarca porque
proclamó la primacía de los derechos naturales del hombre sobre los vericuetos del derecho positivo”.
Ver POLANCO ALCÁNTARA, Tomás: “Caracciolo Parra León”, en Venezuela y sus personajes,
Academia Nacional de la Historia, 1997, pp. 308-309.
Pizani se declara seguidor de Hans Kelsen, en algunos de sus fundamentales planteamientos, en sus
explicaciones de cátedra; ver PIZANI, Rafael. Reparos a la teoría egológica del derecho, Ediciones
Edime, Caracas, 1954, p. 10. Sostiene una breve polémica con Cossio, quien a su vez había polemizado
con Kelsen (ibid., pp. 53-96). En relación a la polémica de Pizani con Cossio, se puede consultar a
PICÓN PARRA, Roberto: Introducción a la ontología del derecho, Cuadernos de Filosofía del Derecho,
Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1969. El autor le niega la razón a Pizani en un punto y se
la da en otro (ibid., pp. 80-82). Ver, también, UZCÁTEGUI URDANETA, Mariano: Semblanza del Dr.
Rafael Pizani, Mérida, 2000.
Ver SÁNCHEZ, Jesús Leopoldo: “Dos estudios sobre la introducción al derecho en Venezuela”, en
Libro Homenaje a Rafael Pizani, Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1979. Afirma Sánchez,
refiriéndose a Parra León: “El fundamento de su programa es la identificación ergotizante de ‛Principios
Generales del Derecho’ con filosofía del mismo. La orientación, totalmente neoescolástica, la marca
la obra del jesuita suizo-alemán Víctor Cathrein, según lo comprueban desde los temas del programa
hasta el arreglo de sus lecciones, que el autor del presente escrito leyó en la versión mecanografiada
del más conspicuo de los discípulos de Parra León, doctor Rafael Caldera Rodríguez” (ibid., p. 345).
Agrega luego el autor: “Parra León, aunque admirable orador y hombre eruditísimo, hizo involucionar
la cátedra en 1929, que vino a ser Enciclopedia, sí, pero sobre todo Filosofía e Historia de la misma”,
(ibid., p. 346).
TOSTA, María Luisa: “La filosofía del derecho y la doctrina venezolana”, en Ensayos de filosofía del
derecho, Universidad Central de Venezuela, Caracas, 2005, pp. 4-5, 37‑52, 55.
450
Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
el ius-naturalismo tomista. Sin embargo, hay que destacar que dentro de cada
uno de estos grupos no siempre hay una efectiva adhesión a los postulados
de la escuela correspondiente, por parte de los autores analizados”. Con estas
salvedades, como ella misma advierte, coloca “dentro de la órbita kelseniana” a
Rafael Pizani, J.M. Delgado Ocando, Manuel Egaña y Mariano Uzcátegui; y en
“el grupo tomista” a Arístides Calvani, José Alberto y Luis Eduardo Zambrano
Velasco y Luis M. Olaso6. Tosta, recordando las observaciones de Pizani sobre
la forma como se enseñaba la asignatura en las primeras décadas del siglo XX
(Pizani habla de una orientación fundamentalmente ius naturalista), destaca
que con el correr de los años se ha producido un cambio:
... ya no predomina una enseñanza ius-naturalista en la materia, sino que se
imparte formación en dos sentidos diferentes. A esto hay que agregar que
las interpretaciones que hacen los autores de las escuelas a las cuales se
adscriben suelen constituir variantes considerables de ellas. De todo esto
se puede concluir que no hay una tendencia uniforme en la enseñanza de la
asignatura, impartiéndose más bien una formación variada7.
La obra de Julio Rodríguez Berrizbeitia deberá ser ponderada por la crítica especializada para su ubicación en alguno de los campos en que se suele
dividir la disciplina, pero no hay riesgo en adelantar que se está en presencia
de las reflexiones de un jurista cristiano, de un ilustrado ius naturalista que no
desdeña el aporte luminoso del pensamiento positivista, con una fuerte inclinación hacia el examen de las posiciones de los juristas anglosajones.
No es ocioso recordar que en Venezuela, como en otros países, ha ocurrido
un fenómeno valorativo asociado a estas teorías jurídicas: generalmente, el
ius naturalismo es estimado como una corriente conservadora y el positivismo
como una corriente progresista. Estas fáciles etiquetas olvidan lo que Bobbio
llama
... la extrema inestabilidad de las ideologías jurídicas, cuyo valor progresista
o reaccionario depende de las circunstancias históricas en que son sostenidas
y de los partidos que las reclaman. Kelsen ha observado repetidamente que
al lado del jusnaturalismo progresista –que es el único que se suele recordar– existe también un jusnaturalismo conservador. Con la misma razón
se puede decir que al lado del positivismo reaccionario, contra el cual se
6
7
Ibid., p. 39.
Ibid., p. 55.
451
Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
ha librado desde hace años la lucha, ha existido también un positivismo
liberal […] Más que un contraste […] entre concepciones del derecho, la
oposición entre jusnaturalismo y positivismo jurídico se lleva a cabo […]
dentro de cada uno de nosotros, entre nuestra vocación científica y nuestra
conciencia moral, entre la profesión de científico y la misión como hombre.
Hay al menos un significado de “positivismo jurídico” que considera que
solo aceptando el método de investigación utilizado y recomendado por el
positivismo se logra aproximarse a aquel ideal de rigor sin el cual no hay
ciencia en el sentido tradicional de la palabra, sino tan solo opinión. Y sin
embargo, hay por lo menos un sentido de jusnaturalismo según el cual solo
la apelación a valores últimos que trascienden todas las leyes positivas,
impuestas o justificadas por quienquiera que sea, salva, en última y desesperada instancia, la libertad de la conciencia y la austeridad y la integridad
de nuestra vida moral. En tanto científicos, nos sentimos continuamente
tentados de defender algunas exigencias del positivismo, con el mismo
empeño y con la misma coherencia (no obstante la apariencia contraria) con
los que defendemos las razones últimas del jusnaturalismo que separa en dos
nuestra propia persona y en virtud del cual se termina siendo positivista o
jusnaturalista, no según los tiempos o las circunstancias, sino simplemente
según la parte que representamos.
Estas reflexiones de Bobbio están precedidas de la narración hecha por él,
según la cual en Italia, en la década de los 30 del siglo XX, dominaba la teoría
del positivismo jurídico, sobre todo en la forma presentada por Hans Kelsen en
la Teoría pura del derecho, y añadía que “el derecho natural era considerado
como el residuo de actitudes no científicas y debía ser eliminado en cualquier
parte que apareciera”. Cuando comienza la lenta erosión de las estructuras
del viejo régimen liberal, la concepción positivista de respeto a ultranza de la
legalidad asume un valor progresista y liberal, de resistencia a la intromisión del
Poder Ejecutivo y del partido dominante, en defensa de la libertad individual
contra el arbitrio de los poderes públicos. Pero, agrega Bobbio,
... cuando se impuso la dictadura y la máquina del Estado totalitario comenzó
a funcionar regularmente, la concepción positivista de respeto a la ley sirvió
óptimamente para el uso contrario, es decir, para inculcar la obediencia a la
autoridad, para extinguir toda veleidad de resistencia, para justificar todo
delito realizado en virtud de una orden recibida de un poder que era, por lo
menos, formalmente legítimo.
De estos problemas está consciente Julio Rodríguez Berrizbeitia. No
en vano ha escrito que “Los autoritarismos actuales suelen usar las formas
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Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
tradicionales del derecho positivo incluyendo el mal uso de las mayorías
parlamentarias para imponer contenidos legales de naturaleza discriminatoria
contra determinados sectores de la población”8. El nuevo académico estima
que no vale la pena perder el tiempo en la discusión entre el positivismo y el
iusnaturalismo. No se trata, anota el académico,
... solo de las teorías de la “inconmensurabilidad” que tratan de ver al derecho
como irreductible a una sola concepción. Si bien es cierto que todo puede ser
visto bajo la óptica del análisis y el examen de los hechos reales que a diario
se nos presentan en la sociedad como materia bruta a ser examinada, no por
ello podemos perder la perspectiva del examen a la luz de los valores9.
Esta actitud intelectual del nuevo académico, de sostener los valores
morales como escudo legitimador de lo jurídico, actitud que ahora lo conduce a recibir un lauro académico, complace a la cátedra de Filosofía del
Derecho. Las cátedras de Criminología y de Derecho Mercantil, prestigiadas
por la labor docente y por las publicaciones de Julio Rodríguez Berrizbeitia,
también registran con júbilo el hecho de su incorporación académica. Su obra
docente y de investigación en la cátedra de Criminología se distingue por el
humanismo de sus planteamientos. Sus publicaciones en materia mercantil se
han caracterizado por una orientación definida hacia la fundamentación moral
del derecho. Los cultores del derecho mercantil siempre han estimado que la
dignidad de su disciplina está íntimamente vinculada a los valores éticos y por
ello aprecian la orientación de los estudios del nuevo académico.
III. El trabajo de incorporación de Julio
Rodríguez Berrizbeitia
El trabajo de incorporación del nuevo académico es una obra anunciada.
En la Introducción de su libro Caminos de la filosofía jurídica actual, editado
por esta Academia en 2011, al calificar esa obra modestamente como “un
conjunto de vivencias intelectuales alrededor del derecho”; al afirmar que
debe ser preservada la modestia, tal como lo hace Hart al optar por describir el
derecho en lugar de definirlo; y al observar que “más difícil podría ser el tratar
8
9
RODRÍGUEZ BERRIZBEITIA, Julio: Caminos de la filosofía jurídica actual, Academia de Ciencias
Políticas y Sociales, Caracas, 2011, p. 39.
Ibid., p. 180.
453
Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
de conseguir su fundamentación, tentación ante la cual preferiría reflexionar o
aproximar tal reflexión a la determinación concreta de su esencia”, nos estaba
diciendo que la fundamentación del derecho era una obra deliberadamente
aplazada, aunque en algunas de sus páginas había suficiente material que podía
formar parte de la obra anunciada y pospuesta, tal como se podía comprobar
con la lectura de la revisión erudita de teorías, de puntos de vista y de autores bajo subtítulos como “Hart y el contenido mínimo del derecho natural”,
“Dworkin y el espíritu de la legitimidad”, “Finnis y las exigencias básicas de
la razonabilidad práctica”, “El diálogo Habermas Ratzinger y la superfluidad
del derecho” y “La teoría de la argumentación de Alexy”. También había
material aprovechable y pensamiento reflexivo en la obra anterior del autor
El campesino de La Garona10, especialmente en la “Sexta lección: Filosofía
moral”, que recoge el pensamiento de Jacques Maritain sobre el punto. En
todo caso, la obra anunciada es la que ahora entrega el nuevo académico, la
obra que nos ofrece hoy, dos años después de cuidadosa reflexión.
El trabajo de incorporación se compone de una introducción que contiene
una reflexión filosófica sobre los conceptos que permiten entender lo que se
espera del derecho. La Parte I se refiere a la justificación del derecho, lo cual
llevar al autor mucho más allá de argumentaciones meramente positivas, sin
desmerecer el valor que estas tienen como mecanismo de justificación del
derecho. En la Parte II el autor confronta los conceptos elaborados por la filosofía jurídica con las realidades sociales, para poder corregir las consecuencias
prácticas que se derivan de la forma en que se crea, se interpreta y se aplica lo
jurídico. Las conclusiones, por dinámica propia, conducen al autor a tratar de
ser congruente entre lo que jurídicamente se hace y la forma en que se justifica.
En tal sentido, propone que se revise el entorno a fin de determinar si no ha
llegado el momento de necesitar una nueva estructura normativa. La extensión de la investigación llevada a cabo por Julio Rodríguez
permite aproximarse a muchos tópicos de la filosofía jurídica y de la filosofía
política. Probablemente uno de los más importantes, en el contexto actual del
país, es el de la justificación del derecho, que él aborda en forma genérica en
la Parte I y de forma específica en la Parte II. En esta, el investigador afirma,
rotundamente, que como colectividad en los últimos años hemos creado un
derecho que no genera claridad a la hora de ser seguido. Sus palabras exactas
RODRÍGUEZ BERRIZBEITIA, Julio: El campesino de La Garona. Breve introducción al pensamiento
de Jacques Maritain, Editorial Arte, Caracas, 2009.
10
454
Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
son: “Es el intento de convertir ideologías, sin procesos de consulta con todos
los integrantes de la sociedad, en derecho que se impone a los que disienten
de los titulares del poder”. Esto se hace siguiendo técnicas aparentemente
legales, al menos en su forma, pero que no se ajustan, en muchos casos, al
contenido justo que debería tener el derecho, agrega el autor. Esta observación
del investigador nos conecta, inmediatamente, con la reflexión de Habermas,
según la cual
... un orden jurídico sólo puede ser legítimo si no contradice a principios
morales. El derecho positivo, a través de la componente de legitimidad que
representa la validez del derecho, conserva una referencia a la moral […]
referencia a la moral [que] no debe llevarnos a poner la moral por encima
del derecho en el sentido de una jerarquía entre dos órdenes normativos. La
idea de una hierarchia legum pertenece al mundo del derecho premoderno.
La moral autónoma y el derecho positivo, remitido estructuralmente este
último a la necesidad de justificarse, guardan más bien entre sí una relación
de complementariedad 11.
Esta conversión –inconsulta– de la ideología en derecho, de la cual nos
habla Julio Rodríguez, no es una experiencia nueva. Tiene, al menos, dos modalidades. La primera de ellas ha ocurrido en algunos países con ocasión de
la instalación de regímenes totalitarios, como el comunismo, el nazismo y el
fascismo en Europa en el siglo XX, oportunidades en las cuales lo que se ha
planteado es la crítica del sistema político en su totalidad, donde se considera
inmoral el sistema todo, sin perjuicio de que algunas o muchas de las normas
que lo componen no merezcan reparo moral alguno. Como dice Vernengo, “es
el régimen nazi o totalitario in toto lo que suponemos ilegítimo, por inmoral,
sin perjuicio de que admitamos la validez legal de muchos de los actos jurídicos […] cumplidos bajo tales regímenes nefandos”12. En este caso, tal como
el propio académico Rodríguez lo apunta, “un derecho injusto puede existir
y de hecho existe, pero a la larga su falta de legitimación moral, no de una
ley en particular, sino del sistema como tal, lo hace sensible a cambios que
pudieran ser drásticos”. Y como lo ha reseñado también en Venezuela Malin
Pino de Casanova,
HABERMAS, Jürgen: Facticidad y validez, tercera edición, Editorial Trotta, Madrid, 2001, p. 171.
VERNENGO, Roberto J.: “Legalidad y legitimidad: los fundamentos morales del derecho”, Revista de
Estudios Políticos, No 77, nueva época, julio-septiembre, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid,
1992, p. 270.
11
12
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Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
... conocemos muchos regímenes despóticos, totalitarismos y dictaduras,
que se han hecho ordenamientos jurídicos a la medida para blindar, desde
la perspectiva legal, sus atropellos. Sabemos que la noción de legalidad va
aparejada a aquella de vigencia, pues un ordenamiento jurídico y las distintas normas que lo componen a partir del momento que están vigentes son
legales, habiendo cumplido una serie de procesos formales para ello. Pero
sabemos igualmente […] que esto no garantiza la legitimidad de las normas
y, por ende, su eficacia13.
Legalidad, dice Pino de Casanova,
... es vigencia, pero legitimidad supone eficacia en tanto que aceptación social
[…] Y solo se acepta, por legítimo, aquello que es resultado de consensos
sociales construidos desde los disensos. Lo demás es arbitrario aunque se
disfrace con el precario ropaje de la legalidad14.
La segunda modalidad se puede presentar y, en efecto, se presenta, en
cualquier lugar y en cualquier tiempo. Lo explica Vernengo:
... un régimen político (es decir: un derecho positivo) puede tener legalidad
suficiente en cuanto ha sido producido o aplicado en la forma que la sociedad
que lo padece reconoce. Son, pues, normas jurídicas válidas […] producidas conforme a la regla de reconocimiento. Pero esa legalidad reconocida
puede ser considerada axiológicamente neutra […] Sucede, empero, que la
crítica interna y valorativa de un régimen político o del derecho positivo
correlativo se efectúa a partir de ciertas pautas de legitimidad, definidas a
partir de criterios ideológicos15.
Estos criterios se suelen identificar con principios morales y así se distinguiría entre validez formal de un derecho positivo, garantizada por su forma
reglada de producción y aplicación (por su legalidad), y validez material o
valorativa resultante de un juicio moral sobre el contenido de las normas
jurídicas. En este sentido se habla de normas válidas porque cuentan con un
PINO DE CASANOVA, Malin: “Derecho, arbitrariedad y democracia”, en Estudios en homenaje a
Mariano Uzcátegui Urdaneta, Astrid Uzcátegui Angulo, compiladora, tomo I, Universidad de Los
Andes, Universidad Central de Venezuela, Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Talleres Gráficos
Universitarios, Mérida, 2011, p. 272.
14
Ibid., p. 276.
15
VERNENGO, Roberto J.: Legalidad y legitimidad: los fundamentos morales del derecho, op. cit.,
p. 268.
13
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Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
valor intrínseco que les confiere mérito como para ser dignas de obediencia.
Se habla entonces de validez axiológica o normativa. “Las normas jurídicas
tendrían, se suele decir, una validez relativa en cuanto pertenecientes a un
orden positivo y una validez absoluta en cuanto intrínsecamente valiosas en
el plano moral”16.
El nuevo académico formula en su trabajo de incorporación el siguiente
planteamiento:
La pregunta que podemos hacernos en un contexto como el nuestro es si
nuestras circunstancias ya dejaron de ser normales, supuesto en el cual puede
haberse perdido la habitualidad moral de obedecer el derecho.
A continuación, pasa el autor a referirse a ciertas situaciones que él observa
en el entorno: (i) la aplicación de sanciones sin interpretar correctamente el
contenido de las normas, grave error que destruye la credibilidad del derecho.
Con ello se pierde el poder direccional del derecho y la moralidad inherente al
mismo; (ii) el argumento del poder (no de la autoridad) para justificar cualquier
tipo de decisión, incluso usando el argumento de que es preferible un gobierno
de facto o autocrático que la falta de poder. Esta argumentación se ha extendido
hasta la convicción de que los jueces traicionarían su misión y su juramento si
dejaran que su reconocimiento del derecho positivo se viera condicionado por
consideraciones extrajurídicas, y que si los juristas teóricos hicieran lo propio
dejarían de ser científicos para transformarse en políticos; (iii) la existencia, a
pesar de todas las manifestaciones de principios que existen en la Constitución,
de un enorme vacío de “expectativas” no cumplidas que generan una serie de
creencias negativas que pueden requerir de un nuevo derecho particular para
la sociedad. A estas observaciones se puede agregar, por estar implícita en
toda la narración, la circunstancia de la utilización de una ideología de grupo
impuesta inconstitucionalmente: “En Venezuela, en esta época se oye hablar
de revolución y de socialismo a diario, pero no se sabe con precisión en qué
consisten”, dice María Luisa Tosta17.
Julio Rodríguez Berrizbeitia sostiene que prescindir del análisis de la vida
social y política para hacer al derecho más puro en la tradición kelseniana
ignora los factores que están fuera del derecho y que determinan lo que es.
Ibid., p. 269
TOSTA, María Luisa: Evolución reciente del derecho venezolano, Serie Trabajos de Ascenso, No. 11
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Universidad Central de Venezuela, Caracas, 2007, p. 27.
16
17
457
Discurso de Contestación AL DOCTOR Julio Rodriguez Berrizbeitia por el recipiendario Doctor ...
Que hay valores morales inmutables detrás del derecho; que los principios
morales que provienen del derecho natural son hoy elementos del derecho
positivo (Habermas). Que hay una moralización del derecho que es innegable
e irreversible; que el derecho tiene necesidad de legitimarse a través de un
proceso democrático; que en el derecho no se puede pensar ignorando a la
moral; y que el derecho debe ser instrumento para articular una vida mejor
para las personas.
El pensamiento de Julio Rodríguez Berrizbeitia es claro y está revestido
de una actitud tolerante y de un llamado a la tolerancia, en la mejor tradición
de su maestro de la Universidad Católica, Luis María Olaso. Dice él que en la
sociedad, las posibilidades de disentir y las necesidades de consenso siempre
están presentes. La discusión no es acerca de cuál valor eliminar y cuál valor
mantener, es acerca de cuál valor privilegiar en una concreta situación social.
Eso nos ayuda, en nuestra estadía temporaria en el mundo, concluye nuestro
pensador, a decidir en qué creer y cómo vivir.
IV. Bienvenida
Señor Doctor Julio Rodríguez Berrizbeitia, en nombre de la Academia de
Ciencias Políticas y Sociales, le doy la bienvenida.
Llega usted a su casa. Esta casa, en su doble vertiente espiritual y física,
casa grande colonial y casa de las Academias Nacionales, fue la casa de su
ilustre padre. Es la casa de algunos de sus maestros y de algunos de sus condiscípulos, pero usted no llega aquí por méritos ajenos, sino por sus propios
medios, por los méritos que ha acumulado a lo largo de una carrera de culto
profesor; de serio investigador; de profundo pensador; de buen escritor; de hijo,
padre, esposo y hermano ejemplar; de profesional intachable; de ciudadano
comprometido con la democracia y con el destino de su país; de creyente en
los valores morales inherentes a su fe cristiana.
Todo ello lo hará un digno académico. Sea usted bienvenido.
458
Discurso de incorporación
a la Academia de Ciencias Políticas
y Sociales del Doctor
HEnrique Iribarren MONTEVERDE
EL 7 DE MAYO DE 2013
BLANCA
SIN NUMERAR
460
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 461-483
ISSN: 0798-1457
La generosidad de los integrantes de la Academia de Ciencias Políticas
y Sociales de Venezuela hizo que en sesión celebrada el 20 de septiembre de
2011, resultara electo Individuo de Número para ocupar el sillón Nº 18, vacante por el sensible fallecimiento del Doctor José Luis Aguilar Gorrondona,
ocurrido en fecha 22 de abril de 2011. El Dr. Aguilar Gorrondona ocupó este
sillón desde el 30 de abril de 1980, llegando a ser Segundo Vicepresidente
(1995-1997), Primer Vicepresidente (1997-1999) y Presidente (1999-2001)
de este Honorable Cuerpo.
Hoy tengo el honor y la responsabilidad de hacer el elogio de mi predecesor, tal como lo prescribe el Reglamento de esta Corporación, tarea que
pretendo acometer dentro de las limitaciones de tiempo, pero teniendo por
fortuna como ayuda la extraordinaria dimensión humana, profesional y académica de una persona que ha sido considerada como el padre del Derecho
Civil contemporáneo de nuestro país.
Como tuvo a bien relatar el Académico Doctor Gonzalo Parra Aranguren, en su discurso de contestación de abril de 1982, obra que constituye una
verdadera exégesis del recipiendario: “El diecinueve de octubre de 1929 fue
bendecido con un niño el matrimonio del Doctor Oscar Aguilar Lameda y de la
Señora Jeannette Gorrondona de Aguilar: el nacimiento tuvo lugar en Paris;
donde el padre ejercía funciones diplomáticas; y muy pronto el primogénito
estuvo acompañado por tres hermanos: Eduardo, Jorge y Marina.
La primera infancia del doctor José Luis Aguilar Gorrondona transcurrió
en la ciudad de Londres, donde fue trasladado su progenitor en tareas propias
del cargo; y desde los primeros años de su existencia pudo compartir la invaluable experiencia de un hogar constituido sobre muy sólidos fundamentos
religiosos: sus padres le hicieron conocer el Bien, en el más amplio sentido
de la palabra, y ese continuo acopio de diarios aconteceres representó segura
fuente de importantes reservas espirituales.
461
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
A los siete años de edad regresa a su patria y entra en definitivo contacto
con esta ciudad capital: de inmediato emprende estudios en el Colegio San
Antonio, regentado por benéficas monjas franciscanas; y una vez concluido
el segundo grado de educación primaria continuaría la escala de aprendizaje
ascendente en el Colegio San Ignacio”.
Al final del bachillerato, como la referida institución educativa de los
jesuítas sufrió los rigores de la paralización por los convulsos tiempos vividos
en esa época, terminó graduándose en el Liceo Andrés Bello. En su época
de estudiante, representó como líder al Colegio San Ignacio en las grandes
movilizaciones ciudadanas que hubo en Venezuela, luego del 18 de Octubre
de 1945, en especial contra el célebre Decreto 321 del 30 de mayo de 1946,
que tenía el supuesto propósito de regular adecuadamente las “calificaciones,
promociones y exámenes de la Educación Primaria, Secundaria y Normal”.
En la familia Aguilar Gorrondona, aún recuerdan que frente a ese Decreto, la
rivalidad colegial Loyola/La Salle, quedó a un lado, pasando a ser todos como
una sola familia; también recuerdan que el sacerdote jesuíta que más influencia
ejerció sobre José Luis Aguilar Gorrondona, desde ese entonces, fue el padre
Jenaro Aguirre, que era de una posición religiosa y política “extremadamente
conservadora”, a decir de su hermano Eduardo Aguilar Gorrondona.
Precisamente en ese año de 1946 obtuvo el premio “Asociación de Antiguos Alumnos” del Colegio San Ignacio por ser el alumno del último año de
bachillerato que más se ha distinguido en el tiempo escolar.
Como refiere el ya citado discurso de contestación del Académico Doctor
Gonzalo Parra Aranguren: “Acto continuo dirigió sus pasos a la Universidad
Central de Venezuela: su permanencia en los claustros fue interrumpida por
el transitorio cierre del Alma Mater, como violenta represalia por subyugar
un frenético activismo político; pero reiniciadas las actividades docentes tuvo
la inmensa satisfacción, en 1954 de finalizar los estudios con los máximos
honores, Summa Cum Laude. Sin embargo, el Título de Doctor en Ciencias
Políticas sólo le fue conferido dos años más tarde, luego de dedicar incontables
horas a la preparación de una extensa obra sobre la “Teoría General de la
Tutela de Menores en el Derecho Venezolano” y la “Necesidad de Apertura y
Constitución de la Tutela Ordinaria de Menores en el Derecho Venezolano”: la
tesis de grado del Doctor José Luis Aguilar Gorrondona, constituyó un examen
sin precedentes de la materia, en dos monografías autónomas, y, por sus indiscutibles méritos, fue ordenada su publicación por el jurado examinador.
Inevitables aconteceres de la vida humana representaron la inmediata
fuente de inspiración de su obra jurídica: desde 1944 la definitiva ausencia de
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
una madre irremplazable le había impuesto adiestrarse en el cuidado de los
hermanos menores; y siete años después tuvo que asumir en toda su plenitud
las nuevas tareas, cuando el Dr. Oscar Aguilar Lameda entregó su espíritu
al supremo creador en la ciudad de Rio de Janeiro, en continuo servicio al
Ministerio de Relaciones Exteriores. Algunos meses antes había fallecido su
segunda esposa, señora Maria Luisa Rivodó de Aguilar; y el fruto de estas
nupcias, de nombre Gonzalo, se vio igualmente protegido por el benévolo
manto del primogénito, con el carácter de tutor y constituido ya en jefe legal
de la familia.
Fue una difícil etapa para el Doctor José Luis Aguilar Gorrondona. Sin
embargo, tuvo la fortuna de verse acompañado por el afecto sin límites de
una hermosa jovencita, Luisa Elena Pardo, con quien contrajo matrimonio el
6 de agosto de 1954; y también encontró sustento espiritual en los consejos y
palabras de aliento de su padre político, el doctor Edgar Pardo Stolk.
Ciertamente la divina providencia ha sido muy generosa con el Doctor
José Luis Aguilar Gorrondona: una mirada retrospectiva hacia el pasado
representa motivo de legítimo orgullo y de una inmensa satisfacción. Todos
los hermanos son personas de bien en grado sumo; y su propia familia se vio
incrementada por Oscar Andrés, Luis Alejandro y Luisa Elena (tristemente
fallecida en fecha reciente)…”.
Una vez obtenido el título de doctor en Ciencias Políticas en 1956, su
carrera académica y profesional lo ha constituido en una referencia esencial
en la enseñanza y ejercicio del Derecho en Venezuela, a partir de la segunda
mitad del siglo XX.
Un resumen elemental de tales actividades podría hacerse de la siguiente
manera:
Aún antes de graduarse, ingresó al personal docente de la Universidad
Central de Venezuela en 1951, pasando luego a dictar un seminario de Derecho
Mercantil en 1954, y finalmente al primer Curso de Derecho Civil, materia
que ha constituido el objeto principal de sus explicaciones de cátedra, donde
llegó a ser profesor titular el 1º de octubre de 1961.
Parte fundamental de sus esfuerzos académicos los dedicó hacia la Universidad Católica Andrés Bello, Institución de la Compañía de Jesús, seguramente
influenciado por su preceptor Jenaro Aguirre. Habiendo impartido las materias
de Sociología y Fundamentos de Derecho Privado en la Facultad de Economía
desde 1954, su inmensa colaboración en la Facultad de Derecho empezó en
1956, donde fue profesor de “Personas”, “Bienes” y “Contratos y Garantías”.
Para alivio de los estudiantes, en 1963 aparecieron publicados sus “Manuales”
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
de “Derecho Civil I-Personas”, y en 1968 el de “Derecho Civil IV-Contratos
y Garantías”, los cuales han sido puestos al día y revisados múltiples veces
hasta el presente, por su enorme vigencia y valor pedagógico.
En la Universidad Católica Andrés Bello, cumplió elevadas funciones administrativas: Desde el 19 de octubre de 1959 fue por doce años ininterrumpidos
Decano de la Facultad de Derecho; también ejerció funciones de Asistente al
Rector (1967-1969) y de Vice-Rector Académico, con carácter interino (19691971). Esta carrera ascendente, se vio interrumpida por la violenta y amarga
crisis de la Universidad Católica Andrés Bello de 1972. Fueron momentos
devastadores donde, para contribuir a aplacar la conjura, generosamente decidió apartarse, en gesto de profunda humildad, de su elevado destino en esa
Institución Universitaria.
Citando una vez más al Académico Doctor Gonzalo Parra Aranguren,
durante la permanencia de José Luis Aguilar Gorrondona en el Decanato de la
Facultad de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello “fueron emprendidas importantes realizaciones: reformó el plan de estudios; se iniciaron por
primera vez en Venezuela los Cursos de Post-Grado en Derecho (1963), con
tres especialidades: Derecho Privado, Derecho Social, y Ciencias Penales;
abrió sus puertas la Escuela de Derecho de la Ciudad de San Cristóbal; y fue
resuelto incorporarse a la Organización de Facultades Latinoamericanas de
Derecho”. También agregamos que en 1965, la Revista de la Facultad vio luz
por obra del Doctor José Luis Aguilar Gorrondona.
Formó parte del Consejo Nacional de Universidades y de su Comisión de
Juristas, y asistió en representación del Rector de la Universidad Católica Andrés Bello a varios congresos, de la “Organización de Universidades Católicas”
y de la “Federación Internacional de las Universidades Católicas”.
Nuestro eximio causahabiente fue seleccionado para distinguir las promociones de abogados de 1960 y 1974 en la Universidad Católica Andrés Bello,
y por quienes egresaron de la Escuela de Derecho, seccional San Cristóbal,
en 1968.
Entre muchas otras, recibió las siguientes condecoraciones: La segunda
clase de la Orden Andrés Bello, en 1961; en 1969 la Orden 27 de junio en
su segunda clase; la banda de honor de la Orden Andrés Bello en 1972, y en
1980, la Medalla de Oro de la Orden 27 de junio. En 1968, el Vaticano, en
expresión de gratitud le otorgó la Orden San Silvestre Papa, en el grado de
Comendador.
Ocupó la presidencia del Colegio de Abogados del Distrito Federal en 1966
y en el período 1966-1968 ejerció la presidencia de su Tribunal Disciplinario.
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
Dentro de la Administración Pública el Doctor José Luis Aguilar Gorrondona, se desempeñó en la Consultoría Jurídica del Ministerio de Obras Públicas
en 1958, y luego en el Ministerio de Educación hasta 1962; también prestó
servicios, por contrato, en el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, y, en
el Ministerio de Justicia. Allí, antes y después de ser miembro de la “Comisión
Nacional de Legislación, Codificación y Jurisprudencia”, tuvo la oportunidad
de trabajar con el Maestro Doctor Roberto Goldschmidt, en la preparación de
importantes, proyectos que llegaron a convertirse en leyes de la República,
en diversas materias como: fideicomiso, derecho de autor, propiedad por
apartamentos, propiedad horizontal, venta con reserva de dominio, y algunos
aspectos del Libro Primero del Código de Comercio.
Por otro lado, ya en ámbito del Poder Judicial, el doctor Aguilar Gorrondona fue Juez Asociado y Arbitro en numerosas decisiones, así como Conjuez
y suplente de la Sala de Casación Civil, Mercantil y del Trabajo de la entonces
denominada Corte Suprema de Justicia.
Fue distinguido como Doctor Honoris Causa en Educación por la Universidad Católica del Táchira (1993) y por la Universidad Católica Andrés Bello
(1994). En la empresa privada se destacó como asesor jurídico de la Electricidad de Caracas y del Banco Consolidado. Sus años finales como profesor de
Derecho Civil, transcurrieron en la Universidad José María Vargas, en donde
acrecentó su prestigio y leyenda dentro de la Docencia.
Para satisfacer los extremos legales y reglamentarios, una vez designado
Individuo de Número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, presentó
un trabajo de incorporación, con el propósito de sugerir algunas “Bases jurídicas de los Regímenes Aplicables a las Personas de Edades Avanzadas”, en el
cual, desde una aproximación estadística, sociológica y jurídica, da cuenta de
cómo podría concebirse un derecho específico que proteja el servicio prestado
y las todavía intactas facultades creadoras de las personas de avanzada edad,
invitando a pensar en una rama del Derecho que regule en forma concreta tales
situaciones especiales.
En esa especie de prematuro testamento intelectual que constituye su
trabajo de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, José
Luis Aguilar Gorrondona, no sólo hace reivindicar, ya él con 53 años, las
fuerzas creadoras y los derechos, inalienables en términos de una vida rica e
integralmente vivida, de las personas de edad avanzada, sino que pareciera
sugerirnos cuáles serían en la historia de la literatura sus dos genios creadores
preferidos: Cervantes y Goethe.
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Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
Escribió el doctor Aguilar Gorrondona en su trabajo de incorporación a
la Academia en 1982: “Si hubiera imperado en el mundo un régimen que no
sólo impusiera el retiro forzoso a los 65 años de edad sino que hubiera logrado
excluir de la actividad a tales personas, la cultura y la historia serían hoy muy
distintas. Nada diremos por ejemplo de la historia del Papado y de Venecia.
Pero nos permitiremos recordar que el Quijote de la Mancha y el Fausto, sólo
constarían de una de sus partes…”.
Curiosa referencia la que nos señala el Doctor Aguilar. Cervantes, en el
Quijote, dibuja principalmente el mundo de las ilusiones y los más heroicos
ideales de una existencia donde imperan los valores sempiternos de la Justicia,
la Verdad y la Belleza. Sobre el Loco Genial sentenció Unamuno: “hay que
rescatar el sepulcro del caballero de la locura del poder de los hidalgos de la
razón que lo tienen secuestrado”.
Por contraste, Goethe, rescatando unos viejos cuentos germánicos, nos
lleva a un paseo por el inframundo, donde el doctor Fausto vende su alma al
Diablo a cambio de juventud, placeres y poderes terrenales. ¿Qué nos quiso
decir con tal antonimia, ese día de abril de 1982 cuando se incorporó a la
Academia, el doctor Aguilar?
José Luis Aguilar Gorrondona, fue un hombre excepcional marcado por
su amor al estudio y por las enseñanzas de los padres jesuítas. Un hombre de
dimensiones intelectuales enormes, difíciles de transmitir en todo su alcance.
Eso hemos tratado de hacer hoy.
En una entrevista que concedió a la publicación “Ámbito Jurídico”, en
noviembre de 2007, expresó él mismo que luego de 61 años dedicado a la
enseñanza: “La docencia forma parte de mi manera de ser, de mi vida cotidiana”, para terminar sentenciando, en la plenitud de sus años dorados: “Mi
mayor satisfacción es haber contribuido, en alguna medida, a la formación
de los estudiantes”.
En esas dos frases, considero, se condensan las principales notas distintivas
de la personalidad de este eminente Maestro: generosidad y humildad, dentro
de una profunda sabiduría.
Hoy, en solemne acto, estamos celebrando su vida y obra. Lo que nos lleva
a una reflexión final, en este momento de aparente sucesión, sobre la vida y la
muerte. Creo que una clave para hacer esta tarea puede ser una lectura sobre un
texto de Jorge Luis Borges que se titula “Abramowicz”, escrito para celebrar
un aniversario de su difunto amigo Maurice Abramowicz, compañero dilecto
de copas y cavilaciones.
466
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
Ese texto dice: “Esta noche, no lejos de la cumbre de la colina de Saint
Pierre, una valerosa y venturosa música griega nos acaba de revelar que la
muerte es más inverosímil que la vida y que, por consiguiente, el alma perdura cuando su cuerpo es caos. Esto quiere decir que María Codama, Isabelle
Monet y yo no somos tres como ilusoriamente creíamos.
Somos cuatro, ya que tú también estás con nosotros, Maurice. Con vino
rojo hemos brindado a tu salud. No hacía falta tu voz, no hacía falta el roce
de tu mano ni tu memoria. Estabas allí, silencioso y sin duda sonriente, al
percibir que nos asombraba y maravillaba ese hecho tan asombroso de que
nadie puede morir. Estabas ahí, a nuestro lado y contigo las muchedumbres
de quienes duermen con sus padres, según se lee en las páginas de tu Biblia.
Contigo estaban las muchedumbres de las sombras que bebieron en la fosa
ante Ulises y también Ulises y también todos los que fueron o imaginaron los
que fueron. Todos estaban ahí, y también mis padres y también Heráclito y
Yorick. Cómo puede morir una mujer o un hombre o un niño, que han sido
tantas primaveras y tantas hojas, tantos libros, y tantos pájaros y tantas mañanas y noches.
Esta noche puedo llorar como un hombre, puedo sentir que por mis mejillas las lágrimas resbalan, porque sé que en la tierra no hay una sola cosa
que sea mortal y que no proyecte su sombra. Esta noche me has dicho sin
palabras, Abramowicz, que debemos entrar en la muerte como quien entra
en una fiesta”.
Con esto quiero decir que José Luis Aguilar Gorrondona no ha muerto,
porque su Alma corre eterna en el Cuerpo de esta Academia, y que sigue vivo
en su esposa, Luisa Elena, en sus hijos y en los hijos de sus hijos, en sus hermanos, en sus amigos, y en las legiones de alumnos que educó, como hombre
de conocimiento en el esplendor de su humilde sabiduría, y que este acto que
celebramos hoy, es sólo una prolongación de su luminosa existencia.
Desde una perspectiva racional o cartesiana, el estudio realizado pretende
dar cuenta, a la luz del Derecho Público Venezolano, del “Principio de Respeto
a las Situaciones Jurídicas Subjetivas”, el cual constituye un límite al ejercicio
del Poder Público, y que conjuntamente con el Principio de la Separación de
Poderes, y, el Principio de la Legalidad, informan el contenido esencial de la
noción de “Estado de Derecho”. A otras conclusiones se llegaría si este asunto
fuese considerado con el método de pensamiento Hegeliano o Marxista donde
el derecho, como se le concibe modernamente, es, en el contexto de la “lucha
de clases”, una superestructura del Estado Burgués, que debe ser destruida.
Pero este no es en puridad el caso, al menos todavía, en Venezuela.
467
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
De este modo, se ha pretendido dejar en evidencia el funcionamiento práctico del “Principio de Respeto a las Situaciones Jurídicas Subjetivas”, a través
de la teoría de los llamados “Derechos Públicos Subjetivos”, sistematizado
por el profesor Eduardo García de Enterría, quien al considerar este tema, lo
divide en dos grandes categorías: “Los Derechos Públicos Subjetivos Típicos”
y “Los Derechos Públicos Subjetivos Atípicos o Reaccionales”.
En cuanto a los Derechos Públicos Subjetivos Atípicos o Reaccionales,
se pasa revista a la formación del contencioso administrativo en Venezuela,
lo cual nos lleva al análisis de la transformación de las antiguas “apelaciones”
previstas en Leyes especiales, en verdadero contencioso administrativo, y a
revisar la legitimación activa en el contencioso administrativo venezolano.
Siendo ello así, se ubica al contencioso administrativo venezolano en
cuatro períodos, a saber: i) Período de gestación (1811-1893), ii) Período de
nacimiento (1893-1953), Período de involución conceptual y de ligeros avances procedimentales (1953-1961), y Período de renacimiento y consolidación
(1961-fecha)
Dentro de este último período, el cual se extiende hasta la presente fecha,
cobran relevancia dos acontecimientos de marcada importancia para el Derecho
Público en Venezuela, que merecen ser destacados, primero la promulgación de
la Constitución de 1961, cuyo artículo 206 estableció las bases fundamentales
de nuestro sistema contencioso administrativo; y, segundo, la consolidación
del sistema por obra de la jurisprudencia tanto de la Sala Plena como de la
Sala Político-Administrativa de la extinta Corte Suprema de Justicia, que se
perfeccionó con la Ley Orgánica de la Corte Suprema Justicia del 30 de julio
de 1976, vigente a partir del 1ª de enero de 1977, y que reguló de manera transitoria el contencioso administrativo en Venezuela, hasta el año 2004, cuando
por mandato de la Constitución de 1999, se dictó la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia, y más recientemente la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contencioso-Administrativa (2010).
Es precisamente, después de la entrada en vigencia de la Ley Orgánica de
la Corte Suprema Justicia, que ocurrió uno de los hechos históricos de mayor
trascendencia en la formación del contencioso administrativo en Venezuela, al
mejor estilo del Consejo de Estado Francés. Por obra de la jurisprudencia, el
once de mayo de 1981, las apelaciones ante la Corte, de las decisiones de los
Ministros y otros órganos administrativos, entendidas de una manera u otra
como “recursos jerárquicos impropios”, dejaron definitivamente de existir de
ese modo.
468
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
En efecto, bajo una magistral ponencia de la doctora Josefina Calcaño
de Temeltas, la Sala Político-Administrativa de la extinta Corte Suprema de
Justicia, en fallo recaído en el caso PAN AMERICAN WORLD AIRWAYS INC
contra Resolución del Ministro de Transporte y Comunicaciones, sentenció
a muerte al recurso jerárquico impropio, y, en su lugar erigió al recurso contencioso administrativo.
En este fallo se afirma que al haber instituido el constituyente en la Carta
Fundamental de 1961 “Un sistema contencioso-administrativo con rasgos
perfectamente delineados”, luce evidente, siempre a juicio de la Corte, “que en
el estado de nuestra legislación no pueden subsistir o coexistir anóma­lamente
tales ‘apelaciones’, en la forma y con el tratamiento que se les ha dispensado
hasta el presente, al lado del recurso contencioso-administra­tivo de anulación,
que es el medio de impugnación por antonomasia contra los actos ilegales de
las autoridades administrativas”.
En fin, afirmó la Corte, “al presente, CUANDO UN CUERPO LEGAL ESPECIAL CONCEDE APELACIÓN CONTRA UN ACTO ADMINISTRATIVO POR ANTE
UN ÓRGANO DE LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVA DEBE
ENTENDERSE QUE SE TRATA EN SU LUGAR DEL RECURSO CONTENCIOSOADMINISTRATIVO PREVISTO EN LA CONSTITUCIÓN Y DESARROLLADO EN
LA LEY ORGÁNICA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA” (mayúsculas de
la propia sentencia).
Así, en términos generales, ha quedado descrito cómo se formó la jurisdicción contencioso-administrativa venezolana, especialmente con la interpretación que la jurisprudencia dio a las “apelaciones” antes llamadas “recursos
jerárquicos impropios”, y el aporte que esto significó para estructurar una de
las ramas de la Teoría General de los Derechos Públicos Subjetivos, llamados
“reaccionales”, impugnatorios o atípicos, por el profesor García de Enterría:
la de la existencia de una jurisdicción, la “contencioso administrativa”, ante
la cual se pueda pretender la nulidad de los actos administrativos.
El segundo de los elementos analizados como parte de los denominados
“Derechos Públicos Subjetivos Atípicos o Reaccionales”, es el referente a la legitimación para la impugnación de actos administrativos y aunque en el presente
trabajo se da cuenta de la situación en cuanto a la legitimación para impugnar
actos administrativos generales, actos administrativos individuales, y los actos
administrativos que se dictan en el curso de un relación contractual, bien en
la formación o ejecución de los denominados “contratos administrativos”, es
decir, la “Teoría de los Actos Separables”, a los efectos del presente discurso
469
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
nos referiremos concretamente a la legitimación exigida para la impugnación
de actos administrativos individuales, ya que éstos son los que afectan en forma
directa la esfera de derechos subjetivos de los administrados y en consecuencia
los de mayor recurribilidad ante el contencioso administrativo.
En este sentido, se hace notar nuevamente el origen pretoriano del Derecho Administrativo venezolano, al ser la jurisprudencia de la Sala PolíticoAdministrativa de la extinta Corte Suprema de Justicia, por obra de sus grandes
decisiones, la que fue moldeando las bases estructurales del contencioso administrativo, en este caso, al dotar de contenido jurídico el dispositivo técnico
contenido en el artículo 121 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia
de 1976. Así, en el caso Iván Pulido Mora contra un acto administrativo emanado del Contralor General de la República, la Sala Político-Adminis­trativa
en fecha 3 de octubre de 1985, con ponencia del Magistrado Doctor Luis
Henrique Farías Mata, sentó que:
“En el procedimiento contencioso administrativo de legalidad contra
actos particulares la solución es intermedia, ni tan amplia como el recurso
de inconstitucionalidad, ni tan limitada como en el proceso civil. Habida
cuenta de que cobra carácter prioritario la defensa del interés general o
colectivo son admitidos a recurrir en vía contencioso-administrativa: de
una parte los titulares de derechos subjetivos administrativos, es decir,
quienes derivarían su capacidad procesal de vínculos establecidos previa
y especialmente por la Administración con el particular, en virtud de los
cuales resulta justo que el afectado solicite la nulidad del acto ilegal lesivo
hasta la restauración de su derecho mediante dicho acto desconocido,
por haberse irrumpido contra esos vínculos previos (contrato, concesión,
permiso...); desconocimiento que configura la lesión de ese derecho subjetivo preexistente y de índole administrativa. Pero, además, detentan esa
misma capacidad procesal para actuar en juicio los interesados legítimos
–concepto diferente en derecho público del anteriormente expuesto es
decir, aquellos particulares que sin ser titulares de derechos subjetivos
administrativos se encuentren en una especial situación de hecho ante la
infracción del ordenamiento jurídico, la cual por eso mismo, los hace más
sensibles que el resto de los administrados al desconocimiento del interés
general o co­lectivo por parte de la Administración al violar la Ley. Más aun,
permitiendo el acceso de los interesados legítimos –quienes aparecen en el
proceso como defensores del interés general vulnerado por una actuación
administrativa–, se trata sin embargo, todavía de un sistema de recursos
‘subjetivo’, pues se protege la integridad de la norma sólo en función de
las situaciones jurídicas subjetivas finalmente alteradas” (Páginas 15 y 16
del texto original del fallo).
470
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
Estos criterios de los que venimos hablando quedaron reiterados en la
derogada Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia (2004), (artículo 21
parágrafo 9).
Por último, debemos señalar que la vigente Ley Orgánica de la Jurisdicción
Contencioso-Administrativa de 2010, en cuanto al requisito de la legimitacion
activa para recurrir contra los actos administrativos, expresa en su artículo 29
que están legitimadas para actuar en la Jurisdicción Contencioso-Administrativa
“todas las personas que tengan un interés jurídico actual”, lo que a nuestro
juicio, constituye un avance, ya que amplía la legitimación para la impugnación
de actos administrativos, en armonía con el precepto constitucional de acceso
a la justicia, contenido en el artículo 26 de la vigente Constitución de 1999.
En este sentido, debemos señalar que sólo resta esperar que la jurisprudencia de la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia,
interprete acertadamente este avance legislativo, sin menoscabo de la noción
jurisprudencial de la “especial situación de hecho”, originada en el mencionado
fallo “Iván Pulido Mora”.
Con esto pensamos que queda suficientemente tratado lo referente a los
Derechos Públicos Subjetivos Reaccionales o Impugnatorios o, más bien,
Atípicos. Pasemos de seguidas a analizar la otra vertiente de los Derechos
Públicos Subjetivos: lo que la doctrina ha dado en llamar Derecho Públicos
Subjetivos Típicos, en el entendido de que ambas categorías son expresiones
del Principio del Respeto a las Situaciones Jurídicas Subjetivas, tercer pilar
del “Estado de Derecho”.
En esta segunda parte, analizamos lo relacionado con el principio de
la Responsabilidad Patrimonial Extracontractual del Estado, a la luz de la
jurisprudencia clásica en la materia y de las sentencias dictadas por la Sala
Político-Administrativa durante el período comprendido entre los años dos mil
(2000) y dos mil doce (2012). Así mismo, se analiza lo referente al principio
de irretroactividad de las normas jurídicas, con especial referencia a la aplicación del principio a los actos administrativos y también el principio confianza
legítima o expectativa plausible.
En cuanto al desarrollo de la Responsabilidad Patrimonial Extracontractual
del Estado, luego de ubicar el origen histórico de esta figura, y quizás de todo
el derecho administrativo en el célebre fallo “Blanco”, emanado del Tribunal
de Conflictos francés del 8 de febrero de 1873, donde se dejó establecido que
esa responsabilidad “no puede regirse por los principios establecidos en el
Código Civil” y que “ella tiene sus reglas especiales”, se avanza en el estudio
de esta institución en el derecho venezolano.
471
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
Dicho análisis parte de los entonces vigentes artículos 47 y 206 de la
Constitución de 1961; y 131, 42, ordinales 14; 15 y 16, 103 al 111, 182, ordinal
2°, 183, ordinal 1° y 185, ordinal 6, de Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia de 1976, en virtud de los cuales, pronto comenzó a expandirse, y, a partir
de allí, comenzaron a producirse decisiones jurisprudenciales, y elementos de
derecho positivo y de doctrina relevantes en esta materia.
Ahora bien, este desarrollo tuvo su punto de partida en el voto salvado
del Magistrado Farías Mata, recaído en el asunto SILVIA ROSA RIERA,
decidido por la Sala Pólitico-Administrativa de la Corte Suprema de Justicia
en el fallo de fecha 15 de diciembre de 1992, donde dejó sentado el Maestro
lo siguiente:
“Finalmente, debe el autor del presente voto salvado concluir afirmando que
si este asunto hubiera sido visto desde una perspectiva del estricto Derecho
Público menos aún hubiera sido declarado patrimonialmente responsable
el servicio público involucrado en el lamentable hecho que dio lugar al
asunto subjudice.
En efecto, el régimen jurídico especial que disciplina la actividad de los
servicios públicos comporta no sólo la sujeción objetiva de éstos al principio
de la legalidad, sino una aplicación peculiar del principio de respeto a las
situaciones jurídicas subjetivas, aplicación ésta enraizada o morigerada
por las sentencias de los jueces contencioso-administrativos, quienes deben
apreciar tal actividad de servicio público en función del interés general
comprometido en la misma, para no tener por viables estricta e indiscriminadamente las reglas de responsabilidad civil, concebidas históricamente
para las simples relaciones entre los particulares.
Por consiguiente, en criterio del autor del presente voto salvado, la responsabilidad patrimonial que puede corresponder a las personas morales de
Derecho Público, no es ni general ni absoluta, como se ha dicho en la decisión a menudo considerada -no con todo fundamento– madre del Derecho
Administrativo; no se rige, en efecto, directa ni literalmente por las reglas
del Código Civil, concebidas para regular las relaciones entre simples particulares; y comporta reglas autónomas y propias, que debe determinar, como
ya lo ha hecho, el juez venezolano del contencioso-administrativo, tomando
en cuenta la naturaleza del servicio público involucrado, y la necesaria conciliación de los intereses particulares con el interés general en la prestación
del servicio. Parte de esas reglas propias consiste, en que la exigencia de
la ‘falta del servicio’ debe ser necesariamente menor en Derecho Público.
Extracontractualmente en Derecho privado se responde hasta por falta levísima; sin embargo, en Derecho público sólo responden las administraciones
públicas por falta leve, y, en algunos casos, por falta grave”.
472
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
A partir del efecto expansivo de las consideraciones contenidas en el
aludido voto salvado, la historia puede resumirse del modo que sigue.
Una primera sentencia de la Sala Político-Administrativa de la Corte Suprema de Justicia, que parece recoger los principios del voto salvado del caso
SILVIA ROSA RIERA, se encuentra en el conocido caso TERRA CARDÓN contra
la República de Venezuela, de fecha 27 de enero de 1994. Y otra, mucho más
amplia y profunda, incluso peligrosamente generalizadora, está en el fallo de
la misma Sala Político-Administrativa recaída en el caso SERMES FIGUEROA
contra el INSTITUTO AUTÓNOMO DE FERROCARRILES DEL ESTADO, de
fecha 25 de enero de 1996, una ponencia de la Magistrado Cecilia Sosa.
Esta evolución, llega a su clímax con los artículos 140 de la Constitución
de 1999, y 13 de la Ley Orgánica de la Administración Pública de 2008.
Luego de la adopción de un nuevo marco constitucional en la materia,
fueron dictadas varias sentencias tanto de la Sala Político-Administrativa como
de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, dentro de las cuales
la más importante a destacar es la emanada de la Sala Constitucional de fecha
19 de noviembre de 2002, (caso: viuda de Carmona), que dejó sentado:
1.-“Las anteriores consideraciones no impiden que por una ley regulatoria a
la cual remite el artículo 30 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, el Estado venezolano pueda auto limitar la responsabilidad
objetiva a la que sujeta la normativa constitucional el ejercicio de la función
pública, ya que esta responsabilidad ni se rige por los principios establecidos en el Código Civil para la regulación de las relaciones horizontales de
particular a particular, ni puede ser general o absoluta. Más aún, en aplicación de los principios de trasparencia y responsabilidad en el ejercicio de
la función pública postulados en el artículo 141 de la Constitución vigente,
la responsabilidad contractual y extracontractual del Estado debe tener sus
reglas especiales que varían en función de las necesidades del servicio, y de
la necesidad de conciliar los derechos del Estado con los derechos privados
de los ciudadanos”.
Observamos que esta redacción recuerda intensamente el Arrét Blanco del
Tribunal de los Conflictos Francés del 23 de febrero de 1873 y el voto salvado
del Magistrado Farías Mata, en la sentencia de la Sala Político-Administrativa
de fecha 15 de diciembre de 1992 recaída en el caso SILVIA ROSA RIERA;
entre otras.
Quedó pues así delineado el régimen constitucional, legal y jurisprudencial de la responsabilidad administrativa extra contractual en derecho
473
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
positivo venezolano, en un periplo que pasó del voto salvado del Magistrado
Farías Mata, en el caso SILVIA ROSA RIERA, emanado de la Sala PolíticoAdministrativa de la Corte Suprema de Justicia en fecha 15 de diciembre de
1992; continuando en el fallo recaído en fecha 15 de julio de 2000, en el caso
ELEORIENTE, dictada con ponencia del Magistrado Carlos Escarrá por la Sala
Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia; y culminando con
los fallos de la Sala Constitucional del mismo Tribunal Supremo de Justicia,
en revisión, de fecha 19 de noviembre de 2002 y 06 de agosto de 2004, en el
caso VIUDA DE CARMONA.
En esos fallos está contenida la esencia del régimen especial venezolano
de la Responsabilidad Patrimonial extracontractual de la Administración
Pública, como manifestación de un Derecho Público Subjetivo Típico, al
amparo del principio del Respeto de las Situaciones Jurídicas Subjetivas en
Venezuela.
Pasemos entonces a ver, en sus líneas generales, cómo ha sido estadísti­
camente aplicado tal régimen de la responsabilidad administrativa extracontractual en Venezuela, después de la vigencia del artículo 140 de la Constitución
de 1999, por la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia,
juez natural de estas cuestiones, a reserva de que tales sentencias puedan ser
revisadas por la Sala Constitucional del mismo Tribunal Supremo de Justicia,
por virtud del dispositivo técnico del artículo 336 numeral 10 de la Constitución, y con los efectos del artículo 335 ejusdem.
A) Cuadros estadísticos en materia de Responsabilidad Patrimonial Extracontractual de la Administración Pública, años 2000 a 2004
2000
2001
2002
2003
2004
Total
%
Parcialmente con
lugar
1
3
1
2
3
10
20,00
Con lugar
0
0
1
1
0
2
4,00
Sin lugar
4
4
7
11
12
38
76,00
5
7
9
14
15
50
100,00
474
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
B) Cuadros estadísticos en materia de Responsabilidad Patrimonial Extracontractual de la Administración Pública, años 2005 a 2012
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 Total %
Parcialmente
con lugar
3
2
6
5
6
6
1
0
Con lugar
0
2
5
2
0
0
0
0
Sin lugar
4
15
28
4
7
3
5
1
67 63,81
7
19
39
11
13
9
6
1
105 100,00
29 27,62
9
8,57
Los cuadros anteriores contienen el comportamiento de la jurisprudencia
de la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en materia
de responsabilidad extracontractual de la Administración Pública, -estudio que
comprende los doce años que ha durado el primer período constitucional, de
los primeros Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia.
De este modo, arriba quedó expuesto lo que a nuestro juicio es lo más
relevante de las mencionadas decisiones desde un punto de vista sustantivo,
es decir, lo relativo al régimen jurídico que aplica la Sala al momento de resolver dichos asuntos; y, por otro lado, el fenómeno cuantitativo, referente a
la cantidad de asuntos resueltos, el número de condenas.
En cuanto al segundo tema, creemos importante destacar el paulatino
crecimiento de condenas, el cual aún es bajo, pero se observa un importante
crecimiento entre los períodos analizados, pasando de un pequeño 25 porciento
de condenas en el período comprendido entre los años 2000-2004; al 36 porciento, reflejado para el período 2005-2012, en base al cual, de mantenerse, la
tendencia debería seguir aumentado.
Expuesto este tema, nos resta referirnos de manera sucinta al principio
de irretroactividad normativa, con especial referencia a su articulación con
los actos administrativos y su relación con el principio de confianza legítima
o expectativa plausible, vistos todos en su conexión evidente con la teoría de
los Derechos Públicos Subjetivos Típicos.
Sobre el primero de los mencionados principios, debemos destacar que parece haber un consenso en cuanto a que lo fundamental del tema, es el concepto
475
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
de retroactividad, ya que sólo es posible tener una correcta interpretación del
principio de irretroactividad, si se define claramente lo que es retroactividad.
Debemos entonces al menos destacar las que parecieran ser las dos principales teorías desarrolladas con la finalidad de dar contenido a una noción
tan etérea como la de retroactividad.
En primer lugar, se encuentran las denominadas tesis subjetivistas, según
las cuales una ley nueva será de contenido retroactivo cuando afecte los derechos adquiridos por los particulares al amparo de un ordenamiento jurídico
anterior, posición que deja de lado la variable temporal. No podemos pasar
por inadvertido que esta posición ha sido objeto de cuestionamientos por estar
construida sobre la noción “derecho adquirido”, la cual es tan frágil como la
irretroactividad misma, siendo sumamente complicado distinguir en muchos
supuestos, un verdadero “derecho adquirido”, de una “simple expectativa de
derecho”.
En segundo lugar, aparecen las teorías objetivistas o formalistas cuyo
eje principal es la temporalidad, según las cuales una ley nueva es retroactiva
cuando se aplica a hechos consumados o a consecuencias jurídicas en curso,
en la parte que resulta anterior al cambio de legislación, distinguiendo de esta
manera, los efectos retroactivos de ley, de la aplicación inmediata de ley.
Ahora bien, esta postura ya había sido objeto de críticas en el foro venezolano, por parte del maestro Sánchez-Covisa, quien en la última parte de su
extraordinario trabajo de tesis, en lo que denominó “Bosquejo de una solución
al problema de la irretroactividad”, señaló que debemos tener en cuenta tres
elementos, cuya concurrencia es necesaria para que la aplicación de la ley no
se haga en forma retroactiva.
Estos requisitos son: I) La ley no debe valorar los supuestos de hecho pasados. II) La Ley no debe regular las consecuencias pasadas de hechos pasados
y III) La ley no debe regular las consecuencias futuras de hechos pasados.
Posteriormente, si bien con un fundamento distinto, otro académico venezolano se opuso parcialmente a la distinción entre los efectos retroactivos
de ley, de la aplicación inmediata de ley. En este sentido, el académico venezolano Dr. Pedro Arismendi Lairet, señaló precisamente en su discurso de
incorporación a esta misma Corporación, publicado en 1956, que:
“Si alguna vez en remotos tiempos se hubiese definido la retroactividad de
la ley, como limitado a la invasión del pasado finito totalmente liquidado,
no encontramos razón para que después de siglo y medio en que se le viene
dando a la palabra, no por capricho ni por ignorancia, sino por necesidad,
un alcance mayor para que incluya la aplicación de la ley nueva a las
476
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
consecuencias actuales de las situaciones jurídicas en curso, creadas bajo
la ley anterior, se pretenda, sin más base que el significado de la raíz retro,
que esa mayor amplitud del término no es retroactividad, para sostener que
las consecuencias actuales de un pasado legal son el presente de una nueva
ley, en el cual esta debe ejercer su efecto inmediato.
Hemos dicho que tal ampliación del concepto de retroactividad no acusa
ignorancia ni capricho; ha venido imponiéndose como una ficción muy natural y necesaria; las consecuencias actuales de las situaciones creadas bajo
leyes derogadas, pertenecen más al pretérito que al presente, constituyen un
pasado en sentido jurídico de mucho más valor para los fines doctrinales y
de la legislación que el presente en sentido material. Y son fines doctrinales
y de la filosofía jurídica los que han originado y justifican esa acepción
traslaticia o metafórica del término; con ese mayor alcance se ha usado
siempre por los legisladores, y por la generalidad de la doctrina y de la
jurisprudencia el concepto de retroactividad. Este precepto legal ha tenido
como fundamento reconocido por todas las escuelas y aun por los maestros
sostenedores de la limitación etimológica, el interés y más que el interés, la
necesidad de la estabilidad de los derechos que legalmente nos pertenecen
hoy, aunque los hayamos adquirido en el pasado. El legislador con ese
precepto ha querido brindar la seguridad de que él no tendió lazos con las
leyes derogadas, para coger incautos en la trampa de una nueva ley.
Pues bien, esa deseada estabilidad de los derechos y de las situaciones
jurídicas, no de un individuo aislado, sino de todos los nacionales, y que,
por tanto, es de interés general, y de orden público, no se burla solo cuando la nueva ley destruye o modifica el pasado remoto en que todas sus
consecuencias quedaron ya liquidadas y posiblemente hasta olvidadas; el
más temido escarnio por ser más inmediato y el más factible, el que puede
mantener todavía la preocupación de los legisladores, es la inseguridad en
el momento presente de las situaciones jurídicas patrimoniales en curso,
lícitamente creadas en conformidad con la ley que entonces regía”.
Estas críticas fueron aceptadas por la propia jurisprudencia de la Corte
Suprema de Justicia que en Sala Plena, con ponencia de la Magistrada Josefina Calcaño de Temeltas, miembro de esta honorable Corporación, en el
célebre fallo Consejo Venezolano de Industria (CONINDUSTRIA), de fecha
05 de marzo de 1990, que superó el criterio anterior, al exponer de manera
magistral, lo siguiente:
“De acuerdo a la doctrina y a la jurisprudencia, la retroactividad, en términos generales, es la aplicación de una ley dirigida al pasado. Conforme
a esta definición la ley retroactiva es aquella cuyo campo de aplicación
está constituido por situaciones jurídicas surgidas bajo el imperio de una
477
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
ley anterior, lo que ocasiona el desconocimiento de derechos legítimamente
adquiridos. Esa situación es, precisamente, la que previene la Constitución
de la Republica en el artículo 44 cuando ordena que “ninguna disposición
legislativa tendrá efecto retroactivo, excepto cuando imponga menor pena”.
De manera lógica –ha dicho esta Corte– “la ley nueva rige el futuro, porque para ser conscientemente cumplida debe ser conocida, o presumirse
que se conoce, por lo cual sólo el supremo interés nacional puede privar
sobre este principio y, por ello, solo la soberanía nacional, encarnada en
el Poder Constituyente, puede dictar normas con carácter retroactivo, el
legislador ordinario, está sujeto a la restricción del artículo 30”. (Actual
44) (CF -. S. 9-4-1959).
El principio de retroactividad fundamentalmente significa que el dominio
del pasado no corresponde al legislador; y, por ello, la nueva ley solo ha de
aplicarse a las situaciones que se creen o se desarrollen desde el momento
mismo de su vigencia, con proyección hacia el futuro. Sin embargo, no
es frecuente que la nueva ley contenga en sí misma disposiciones que de
modo expreso regulen las situaciones pasadas y, por ello, el problema de
retroactividad generalmente se concreta a la aplicación de leyes nuevas a
situaciones que se desenvuelven en el tiempo, es decir, a situaciones nacidas
bajo el régimen de la ley anterior.
…Omissis…
Por lo que toca a la doctrina, una de las voces más autorizadas en la materia en nuestro medio ha puntualizado los tres requisitos esenciales de toda
aplicación de la ley que no incurra en el vicio de retroactividad: 1º.- La ley
no debe afectar la existencia de cualesquiera supuestos de hecho (hechos,
actos o negocios jurídicos) anteriores a su vigencia, es decir, la ley nueva
no debe valorar hechos anteriores a su entrada en vigor; 2º.- La ley no
debe afectar a los efectos anteriores a su vigencia de cualquier supuesto
de hecho; y 3º.- La ley no debe afectar los efectos posteriores a su vigencia
de los supuestos de hecho verificados con anterioridad a ella. La primera
y segunda cuestión suscitan –dice el autor– el problema de la diferencia
entre el derecho adquirido, consumado, el ius quaesitum –de un lado– y la
expectativa, el ius itinere, el derecho todavía no consumado –de otro–. La
tercera cuestión suscita el problema de distinguir el momento en que tuvo
lugar el verdadero supuesto de hecho de determinados efectos jurídicos”.
(Joaquín Sánchez-Covisa. “La vigencia temporal de la ley en el ordenamiento jurídico Venezolano”. Ediciones de la Contraloria General de la
República.- Caracas, 1976, ps. 228 y 229)”.
Las ideas parcialmente trascritas, las cuales compartimos, por su claridad
y magistral exposición, pero sobre todo por su potencial aplicación práctica en
478
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
la solución de los casos concretos, pone de manifiesto que independientemente
del concepto de retroactividad que se adopte, ninguno puede dejar escapar el
supuesto en que la ley nueva pretenda regular las consecuencias aún en curso
de hechos pasados, toda vez que este caso específico, es el que causa verdaderos
dolores de cabeza en la práctica, ya que pocas veces un legislador incurrirá en la
garrafal equivocación de regular hechos pasados o consecuencias jurídicas ya
cumplidas; sin embargo las posibilidades de dar “efecto inmediato” a normas
que pretenden gobernar consecuencias jurídicas pendientes de hechos pasados,
es la que mayores probabilidades tiene de “coger incautos en la trampa de una
nueva ley”, como expresó Arismendi Lairet.
En Venezuela la jurisprudencia reciente en esta materia ha sido vacilante,
toda vez que no ha asumido una postura unánime, en cuanto al criterio a seguir
para la determinación del concepto de retroactividad, ya que al momento de
resolver los casos concretos aplica de forma indiferente tanto el criterio subjetivo, referido a los derechos adquiridos, como el criterio formalista u objetivo,
referido a la temporalidad, como quedó expuesto.
Ahora, en cuanto a la aplicación del principio que estamos exponiendo
a los actos administrativos debemos señalar que el único caso en el cual se
podría admitir que un acto administrativo modifique o se aplique a situaciones
anteriores, es el supuesto reconocido constitucionalmente de la “retroactividad
in bonus” o en beneficio de los particulares.
Una interpretación contraria llevaría al absurdo de prohibir al legislador
ser retroactivo, pero dejando abierta la posibilidad a la Administración Pública, que en su actividad de ejecutar la ley mediante decisiones administrativas
concretas, y en casos particulares incurra o aplique una ley o un criterio con
efectos hacia el pasado.
Por último en cuanto al principio de confianza legítima o expectativa plausible, es importante advertir que el respeto a las situaciones jurídicas subjetivas,
por otra parte, implica que ante supuestos de hecho similares, la actuación de
los Poderes Públicos y en particular de las Administraciones Públicas, debe
ser similar, no pudiendo en consecuencia de manera arbitraria, dar a conflictos
similares donde ha presentado una actuación reiterada y uniforme, soluciones
totalmente disímiles.
Es así, como podemos decir que el principio de confianza legítima en
derecho público consiste en la expectativa válida que un determinado sujeto
de derecho tiene sobre el comportamiento o actuación de otro. En este sentido, el contenido esencial del principio radica en la interpretación y aplicación
uniforme del derecho, en especial por parte de los Poderes Públicos.
479
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
Conclusiones Generales
1.- El Poder Público como elemento constitutivo del Estado, está sometido
a control jurisdiccional por el juego equilibrado de tres principios: El principio
de legalidad; el Principio de la Separación de los Poderes y el principio del
Respeto a las Situaciones Jurídicas Subjetivas.
2.- Luego de la Revolución Francesa de 1789, y de las reglas consagradas
en la “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano” de agosto
de ese año, esos tres principios constituyen la sustancia de la noción “Estado
de Derecho”.
3.- Lo arriba descrito constituye la forma racional o cartesiana de ver ese
fenómeno; para el “Materialismo Dialéctico” y el “Materialismo Histórico”, o,
más simplemente para el “Marxismo”, esa óptica es errada ya que el “derecho”
está concebido simplemente como una superestructura de la burguesía, que
debe ser destruida, para dar paso al Estado Comunista.
4.- En Venezuela, todavía podemos ver estos temas desde la perspectiva
del Estado Moderno, hecho que nos permite continuar con las conclusiones
siguientes.
5.- El Principio del Respeto a las Situaciones Jurídicas Subjetivas, se aplica en lo concreto mediante el reconocimiento del principio de los “Derechos
Públicos Subjetivos”. Este principio existe en Derecho Comparado desde 1932
(Bonnard) y es explicado por García de Enterría en dos grandes categorías:
Los “Derechos Públicos Subjetivos Reaccionales”, Impugnatorios o Atípicos
(que presenta particularidades propias del derecho público) y los “Derechos
Públicos Subjetivos Típicos” (conformados con matices según los moldes del
derecho privado).
6.- En Venezuela, los “Derechos Públicos Subjetivos Reaccionales
o Atípicos”, podemos verlos ubicando el origen de nuestra jurisdicción
contencioso-administrativa a partir de 1893, y en el descarte de las “apelaciones” para recurrir de ciertos actos administrativos como “Recursos
Jerárquicos Impropios”, entendiéndose, luego de la jurisprudencia de la Sala
Político-Administrativa, caso PANAMERICAN WORLD AIRWAYS (1981),
que ellas son el “recurso de nulidad por ilegalidad”. También, en lo relativo
a la legitimación para recurrir en el contencioso administrativo de los actos
administrativos de efectos particulares, en la consideración definitivamente
establecida, a pesar de todos los cambios constitucionales y legales, de que
los “interesados personales, legítimos y directos”, “son quienes están en una
480
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
especial situación de hecho” frente al acto impugnado (Sentencia de la Sala
Político-Administrativa de la Corte Suprema de Justicia, caso IVÁN PULIDO
MORA, 1985).
7.- En nuestro país y en lo que se refiere a los “Derechos Públicos Subjetivos Típicos”, y sin entrar a considerar todo lo relativo a la “Teoría general
de los contratos administrativos”, hoy en día está plenamente consagrada, con
rasgos propios, la “Responsabilidad Administrativa Extracontractual”; ella tiene
su origen y reglas propias en el voto salvado del magistrado Luis Henrique
Farías Mata en el caso SILVIA ROSA RIERA (Sala Político-Administrativa,
1992), y en el artículo 140 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela de 1999, interpretado por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia del 19 de noviembre de 2002, caso “VIUDA DE
CARMONA”, mediante la noción de “falta no desprovista de todo vínculo con
el servicio”. La responsabilidad administrativa extracontractual, así concebida
puede ser objetiva o subjetiva. Hoy en día cerca del 36% de los casos de este
tipo especial de responsabilidad son declarados Con Lugar, o, Parcialmente
Con Lugar.
8.- Una manifestación de gran importancia del “Principio del Respeto a las
Situaciones Jurídicas Subjetivas” la constituye el principio de irretroactividad
de las normas y otros actos jurídicos, sobre el cual se tejen las tesis subjetivistas (afectación de los derechos subjetivos) y objetivistas o formalistas (cuyo
eje central es la temporalidad). En Venezuela, los principales autores que han
estudiado el tema son Joaquín Sánchez-Covisa y Pedro Arismendi Lairet. La
sentencia fundamental que ha tratado esta cuestión desde una perspectiva de
derecho público es la que dictó la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia
en 1990, en el conocido caso CONINDUSTRIA. Luego de la vigencia de la
Constitución de 1999, la Sala Constitucional y la Político-Administrativa del
Tribunal Supremo de Justicia, han aplicado indistintamente, según cada caso,
las tesis subjetivistas y objetivistas para solucionar problemas de retroactividad
de la ley.
9.- Esas reglas antes citadas se aplican también a la adopción y control de
actos administrativos, campo donde va adquiriendo importancia, en relación
con este tema, el llamado Principio de la Confianza Legítima o Expectativa
Plausible, sugerido por la doctrina y aceptado por la jurisprudencia.
Queda así expuesto un resumen de nuestro trabajo de incorporación.
En su libro “Cartas a un Joven Poeta”, Rainer Maria Rilke, escribió, como
consejo u orientación a un muchacho que quería ser escritor: “Está bien que
481
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
primero desemboque en una profesión que lo haga independiente y que lo deje
librado a usted mismo por entero y en todo sentido. Espere saber sin impacientarse, si su vida íntima se siente limitada por la forma de esa profesión.
La tengo por muy difícil y llena de exigencias, pues está cargada de grandes
convencionalismos, y no deja casi espacio para un concepto personal de sus
deberes. Pero su soledad aún en medio de muy inusitadas condiciones, le será
sostén y hogar; y desde ella encontrará usted todos sus caminos”.
Y en el momento preciso de escribir estas líneas, mi soledad me dice que
es necesario transitar el camino de la gratitud, y, por eso quiero expresar mi
profundo sentimiento de agradecimiento a las personas que directa o indirectamente han contribuido en forma determinante en mi formación académica,
profesional y personal.
Tengo un dulce y ahora sosegado recuerdo de mis padres Henrique Iribarren Soublette e Isabel Monteverde Pantin. A Dios y a ellos les debo la vida y
a ellos honro. Tengo un sentimiento de profunda gratitud hacia mis maestros
del Colegio San Ignacio, especialmente al padre Pedro Caldos, s.j., y al Padre
José Luis Andueza s.j. Hacia mis hermanos de sangre y a los de la vida, que son
muchos. Hacia mis tíos Oscar Palacios Herrera, Melchor Monteverde Basalo
y Panchita Soublette Saluzzo, quienes me señalaron las primeras lecturas de
lo cotidiano y del derecho. Hacia mi tío Rafael Iribarren Soublette, un eterno
quijote que nos ha guiado de la mano por el laberinto familiar. Hacia todos
mis profesores de la Universidad Católica Andrés Bello; especialmente hacia
el padre Luis María Olaso, s.j., María Helena Fernández, Hermes Harting,
padre Fernando Perez-Llantada, s.j., León Henrique Cottin, Julio Rodriguez
Berrizbeitia, James Otis Rodner, Luis Beltrán Guerra, Eloy Anzola, Jorge León
Giménez, Hugo Mármol Marquís, Jesús Eduardo Cabrera, padre Gustavo
Sucre Eduardo, s.j., Henrique Meier Echeverría, Gonzalo Parra Aranguren y
Luis Henrique Farías Mata.
Luis Henrique Farías Mata, pilar fundamental del derecho público venezolano, que ha sido mi mentor y es un padre para mí, tuvo la bondad sin límites de
permitirme ser su pupilo, ha sido y es la principal fuente de orientación en mi
carrera como abogado y como profesor. Igualmente Jesús Eduardo Cabrera.
Agradezco a la República de Venezuela por haber sido dos años becario
de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho.
Tengo un recuerdo agradecido también para mis profesores de Post-grado,
en la Universidad de Paris II, Roland Drago, Claude Goyard y Jean Luis De
Corail. Y para la República de Francia.
482
Discurso de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Doctor HEnrique ...
En el ejercicio profesional he conocido por fortuna a grandes abogados
que han sido fuente esclarecida de inspiración: René de Sola, Oswaldo Padrón
Amaré, Moisés Hirsch, Mario Pesci-Feltri, Augusto Matheus Pinto, Jimmy Mathison, Jesús Ramón Quintero, Gabriel Ruan Santos, Luciano Lupini Bianchi,
Ramón Escovar León, Enrique Urdaneta Fontiveros, Humberto Romero-Muci,
y Guillermo Gorrín.
Muy especialmente quiero agradecer a Nelson Socorro Calderas, mi amigo
y socio por más de 25 años, que, con su excepcional inteligencia y sentido
común, es un hermano mayor para mí, en las buenas y en las no tan buenas.
Parte estructural de mi formación se la debo a él. Tengo una palabra de agradecimiento para mi actual asistente Rosnell Carrasco.
Mención aparte de mi expresión de gratitud en este momento la tienen mi
adorada Constanza Quevedo, cuyo amor ha sido esencial en mi vida, y mis
hijos Henrique, Francisco, Valentina, Carmela y Aitor, por quienes trato de ser
cada vez mejor persona a pesar de mis defectos e imperfecciones.
Gracias infinitas a todos ellos y gracias al cuerpo de esta Academia, que
en su gran bondad tuvo a bien hacerme uno de los suyos.
Señoras, Señores.
483
BLANCA
SIN NUMERAR
484
Discurso de Contestación al Doctor
Henrique Iribarren Monteverde
por el recipiendario Doctor Humberto
Romero Muci, Individuo
de Número de la Corporación
BLANCA
SIN NUMERAR
486
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 487-499
ISSN: 0798-1457
Señor Doctor Luis Cova Arria
Presidente de la Academia de Ciencias Politicas y Sociales
Señores Doctores Eugenio Hernández-Bretón, Gabriel Ruan Santos,
Alberto Arteaga Sánchez y Jesús Ramón Quintero Prieto, integrantes de
la Junta Directiva de la de la Academia de Ciencias Politicas y Sociales
Señoras y Señores Colegas Individuos de Número de la Academia
de Ciencias Politicas y Sociales.
Señores Numerarios de otras Corporaciones Académicas Nacionales.
Señora Constanza Quevedo, hijos y demás familiares del Doctor Henrique
Iribarren Monteverde.
Señor Doctor Nelson Socorro.
Honorables Miembros de la Familia del Dr. Jose Luis Aguilar Gorrondona.
Señoras y Señores.
Uno de los más gratos deberes de un académico es dar la bienvenida a
un nuevo numerario que ingresa a la Corporación. La Academia de Ciencias
Politicas y Sociales, ha tenido a bien deferirme el honor de designarme para
dar el discurso de salutación a Henrique Iribarren Monteverde con motivo de
su incorporación como individuo de número de esta institución.
El recipiendario ocupará el sillón No. 18, vacante por el lamentable fallecimiento de su antecesor el eximio jurista y preclaro ciudadano, Dr. José
Luis Aguilar Gorrondona a quien correspondió desde 1980, así como a sus
antecesores en orden de sucesión desde la fundación de esta corporación en
1915, los juristas Doctores Raúl Crespo Vivas, Enrique Urdaneta Maya, José
Antonio Tagliaferro, Francisco Vetancourt Aristiguieta, José Loreto Arismendi
(hijo), quienes supieron colmar con sus ejecutorias la significación del derecho
nacional.
487
Discurso de Contestación al Doctor Henrique Iribarren Monteverde por el recipiendario ...
La presencia en esta Sala de los familiares del Doctor Jose Luis Aguilar
Gorrondona, cuyo recuerdo permanece vivo en nuestro respeto y afecto, enaltece aun más este acto de incorporación. Al recibir hoy entre nosotros para
llenar el vacío que nos deja la ausencia del Doctor Aguilar, consideramos que
la compañía que nos hará Henrique Iribarren Monteverde será el mejor consuelo pero también el mejor homenaje, pues tenemos la certeza que el habría
aplaudido la selección que esta Academia ha hecho del recipiendario, cuyo
brillo intelectual, juventud y capacidad de trabajo así lo auguran.
Datos biográficos del recipiendario
Henrique Iribarren Monteverde nació en Caracas el 23 de agosto de 1959.
Sus padres son Don Henrique Iribarren Soublette y Doña Isabel Monteverde
Pantin.
El recipiendario es el patriarca de una ilustre familia. Ha nutrido con su
ejemplo y afecto a sus 5 hijos: Henrique, Francisco, Valentina, Carmela y
Aitor Iribarren.
De los rasgos de su formación jesuítica
El recipiendario cursó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio
San Ignacio de Loyola de Caracas, institución privada de la Orden Jesuita,
obteniendo el Titulo de Bachiller en Humanidades en la promoción de estudiantes de 1977.
La excelencia académica (exelsior) es leitmotiv de la escuela Jesuítica,
correctamente entendida en el contexto más amplio de excelencia humana.1 Es
un imperativo ignaciano, buscar el magis (el más), esto es, tratar de realizar la
misión de la mejor manera posible, exigiendo siempre más, de manera apasionada. Este es un rasgo saliente que estará presente a lo largo del desempeño
estudiantil y que es un signo vital en el recipiendario.
Obtuvo el título de Abogado de la República en la Universidad Católica Andrés Bello en 1982, ocupando el primer lugar de esa promoción con promedio de
1
Ratio atque Institutio Studiorum Societatis Iesu <Plan oficial de estudios de la Compañía de Jesús>.
488
Discurso de Contestación al Doctor Henrique Iribarren Monteverde por el recipiendario ...
18 puntos. Entre sus compañeros destacan hoy brillantes juristas como Rafael
Badell Madrid, Doña Amparo Grau, Carlos Acedo Sucre, Oscar Torres, Pedro
Rengel, Armando Carmona y Aurelio Concheso, entre otros.
Entre sus profesores recuerda con afecto y gratitud a Jose Guillermo
Andueza, Luis Henrique Farías Mata, Gonzalo Parra Aranguren, James Otis
Rodner, Luis Beltran Guerra, Luis María Olaso (s.j), Fernando Pérez-LLantada
(s.j), Henrique Meier Echeverría, Julio Rodriguez Berrizbeitia, Hermes Harting,
León Henrique Cottin, Jesús Eduardo Cabrera, Jorge León Giménez.
Henrique Iribarren Monteverde es el discípulo dilecto del Profesor Farías
Mata, conspicuo numerario de esta corporación, “maestro de maestros” en
el decir del académico René De Sola.2 Un fructífero intercambio intelectual
marcará una relación de amistad y colaboración entre el maestro y alumno
desde los tiempos de Universidad, hasta el presente, llegando a ser incluso
asistente del Magistrado en la antigua Corte Suprema de Justica.
Bajo su patrocinio intelectual Henrique Iribarren Monteverde orientó
con pasión sus estudios de Pre y Postgrado por el cultivo del derecho público,
centrándose en esa convulsa, pero gratificante rama del derecho, a la cual ha
dedicado su trayectoria docente y de investigación, así como su exitoso ejercicio profesional. Por eso no fue casual que orientara sus estudios de cuarto
nivel en Francia, cuna del Derecho Administrativo.
Bajo la dirección del acreditado profesor Roland Drago en la Universidad
de Paris II (Panthéon-Assas), en el año 1983 obtuvo el grado de Especialista
en Derecho Administrativo, el Diploma Superior de la Universidad (Diplome
Superieur de L’Université) y el Primer lugar del curso en cuestión con Mención Honorífica Bien.
Complementa en esa misma casa de estudios su formación ius publicista
obteniendo el Diploma de Estudios Profundos, en la especialización de Ciencias
Administrativas (Diplome d’ Etudes Approfondies), ocupando el Primer lugar
en ese curso con Mención Honorífica Bien.
Un logro encomiable si se toma en cuenta que ambas especializaciones
se cursaron a la vez, se obtuvieron el mismo año y con máxima calificaciones.
Todavía hoy, después de algunos lustros, cuando se habla de la trayectoria
de estudiantes venezolanos en la Universidad de Paris, resuena con singular
admiración el nombre y la ejecutoria de Henrique Iribarren Monteverde.
2
Cfr. René De Sola, “Actos disciplinarios jurisdiccionales”, en Reflexiones Jurídicas, Serie Misceláneas
No. 5, Academia de Ciencias Politicas y Sociales, Caracas 2008, p. 247.
489
Discurso de Contestación al Doctor Henrique Iribarren Monteverde por el recipiendario ...
Creo, por el conocimiento que tengo del novel académico que, Francia y
su cultura jurídica, ejercieron sobre si un impacto notable que ha influido en su
carácter y en su vida posterior. En primer lugar Henrique Iribarren Monteverde
vió a Francia como la cuna del racionalismo aplicada a toda la estructura del
pensamiento y en especial al pensamiento jurídico. Por una parte, le atrajo y
sorprendió la estructura del Estado como prestador de los servicios públicos
y defensor del interés general y por la otra, quedo seducido y atrapado por el
famoso Plan Cartesiano, pilar central de los escritos jurídicos: una introducción,
dos partes, máximo tres y una conclusión, guía obligatoria para la exegesis
de cualquier problema jurídico, verdadero chaleco de acero, que obliga a depurar los criterios que se tienen, cuando se analiza o desarrolla una idea en la
academia francesa. Esa metodología fue para nuestro recipiendario, prueba de
fuego de la cual salió, no solo indemne, sino fortalecido. Pienso que esa es,
quizás, una de las bases que le ha servido para desarrollar el papel al cual le
tiene el mayor de los aprecios: la docencia, a lo cual me referiré más adelante.
En segundo lugar, durante los tres años que permaneció en Francia, pudo vivir
y sufrir, como muchos otros venezolanos que allí han vivido, las durísimas,
disciplinadas y férreas circunstancias que rodean a quienes allí estudian, trátese
de extranjeros o nacionales franceses. Por sus confesiones he sabido que, una
de las razones por las cuales sobrevivió, fue por la admiración y el aprecio
que se desarrolló en él hacia el clima de ciudad cosmopolita de Paris, su ambiente cultural, y diría yo lo enciclopédico de su urbanismo, de su gente, de
su modo de vestir, de sus costumbres, de su cultura urbana, formas de discutir
y dialogar, trato interpersonal y tantos otros factores inherentes al verdadero
francés, que tanto se diferencia del criollo. Digamos que esto lo conmovió en
el sentido más estricto de la palabra y esta conmoción lo ha perseguido durante
toda su vida posterior.
La vacuna del derecho francés lo inmunizó. El carácter republicano y
laico de ese sistema jurídico,3 una de sus piedras angulares, lo convenció de la
pertinencia y de la necesidad de erigir y creer en un Estado de Derecho fuerte
y en una sumisión completa a sus principios. Este es un espíritu que aún hoy
en día lo persigue, pero no en la versión corriente del Estado de Derecho,
que es puramente retórica e ideológica, sino de aquella que, como nos enseña
lucidamente el Profesor Alfredo Morles Hernández, solo es posible construir
3
Cfr. Eduardo Garcia de Enterría, La lengua de los derechos <la formación del derecho público europeo
tras la revolución francesa>, Alianza Editorial, Madrid 2000.
490
Discurso de Contestación al Doctor Henrique Iribarren Monteverde por el recipiendario ...
al amparo de la convicción de la democracia como un sistema civilizado de
convivencia y en la reflexión critica sobre el destino del hombre en la sociedad en que vive, tomando posición en el enfrentamiento entre civilización y
barbarie, entre democracia y totalitarismo, entre derecho y arbitrariedad.4
De la asesoría a la Administración Pública
Henrique Iribarren Monteverde fue un jurista prematuro. Al terminar sus
estudios de postgrado y a escasos 25 años de edad, fue designado Abogado
Jefe de la Dirección de Asesoría y del Contencioso Administrativo de la Procuraduría General de la República, entonces presidida por el profesor Luis
Beltran Guerra. Pocos meses después seria nombrado Director de Asesoría del
Estado en la Procuraduría General de la Republica. A la par siguieron otros
cargos como Director Fundador de la Revista de la Fundación Procuraduría
General de la República.
Ha tenido una extensa actividad en la asesoría de la Administración
Pública, entre otros protagonismos, –Miembro de la Comisión Nacional de
Legislación y Jurisprudencia del Ministerio de Justicia, Asesor Jurídico de la
Comisión de Magistrados de la Corte Suprema de Justicia para el estudio de la
reforma de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, Jefe del Departamento de Investigaciones y Representación de la Oficina de Investigación y
Asesoría Jurídica del Congreso de la República (por contrato), en su día dirigida
acertadamente por el profesor Nelson Socorro. Esos fueron tiempos de máxima
tecnificación jurídica en la producción legislativa, que dieron luz a la sanción
de leyes acertadas que todavía hoy transcienden, como la Ley Orgánica de
elección y remoción de Gobernadores, la Ley de Orgánica de Descentralización, delimitación y transferencia de competencias del Poder Público, la Ley
del impuesto al valor agregado, y la reforma de la Ley de impuesto sobre la
renta que introdujo el régimen de ajustes por inflación.
Siguieron actuaciones como Consultor Jurídico de la Comisión Permanente
de Finanzas de la Cámara de Diputados del Congreso de la República (por
contrato) y Consultor Jurídico del Senado de la República (por contrato).
4
Cfr. Discurso de toma de posesión de la presidencia de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales
por el Dr. Alfredo Morles Hernández, acto realizado en Caracas en el Paraninfo del Palacio de las
Academias el día 15 de marzo de 2005, a las 4 p.m.
491
Discurso de Contestación al Doctor Henrique Iribarren Monteverde por el recipiendario ...
De la trayectoria docente del Profesor Iribarren
Monteverde
El poeta Español Antonio Machado señaló que: “…en cuestiones de cultura
y de saber solo se pierde lo que se guarda y solo se gana lo que se da…”.5
Para ser un buen educador, con probabilidades de alcanzar al final de una
vida ejemplar la dignidad de “maestro”, no basta tener un completo dominio
de la materia de que se trate y saber transmitir esos concomimientos en forma
amena, sin fatigar la mente de los estudiantes, muy cerca del postulado fundamental de la pedagogía de “enseñar deleitando”, sino que, es indispensable
poseer el don de despertar inquietudes por la investigación científica, al mismo
tiempo que inspirar metas y crear en los alumnos un estado de conciencia de
que los estudios tienen un fin y una proyección en la sociedad.6 Ese fin no puede
ser otro que el ejercicio moralmente responsable de la libertad humana.
Con razón ha dicho el Académico Hernández Bretón, Primer Vicepresidente de esta Corporación, que: “El rescate de la condición esencial del ser humano
[debe ser] el alfa y el omega del ordenamiento jurídico” y consecuentemente,
el eje central de los estudios de Derecho y del análisis político.7
Así se nos revela con brillo y perseverancia la obra docente del profesor
Henrique Iribarren Monteverde: Un maestro que se ha dedicado a enseñar a
generaciones de abogados, por mas de 28 años ininterrumpidos en la cátedra
de “Derecho Administrativo” en su alma matter, nuestra querida alma matter,
la Universidad Católica Andrés Bello.
Del mismo modo ha sido profesor de postgrado en la cátedra “Derechos
de los Administrados”, en la especialización en Derecho Administrativo de la
misma universidad. Ha dictado infinidad de cursos y conferencias en la materia de su especialidad, incluido el contencioso administrativo y el Derecho
Constitucional.
Vivimos tiempos muy difíciles para el derecho en general, pero aun más
para el derecho público en particular. En la Venezuela de hoy asistimos a un
5
6
7
Cfr. Román José Duque Corredor, Discurso del doctorado Honoris Causa de la Universidad de los
Andes, Mérida Septiembre de 2005, p. 8, cita de Antonio Machado, efectuada por el Profesor Nicolás
Cassis Martínez, en el prólogo de su obra Combinación de Sociedades, publicado en octubre de 2002,
por la Universidad Espíritu Santo de Guayaquil.
Vid., del prologo de J.J Mendoza-Mendoza, en René De Sola, La Universidad y la profesión de abogado,
Serie Miscelánea No. 1, Academia de Ciencias Politicas y Sociales, Caracas 1992.
Cfr. Eugenio Hernández-Bretón, “Educación en ciencias politicas y sociales”, en Reflexiones y propuestas
para la educación universitaria, Academias Nacionales de Venezuela, Caracas 2012, p. 115.
492
Discurso de Contestación al Doctor Henrique Iribarren Monteverde por el recipiendario ...
momento de frustración y escepticismo acerca de la capacidad del derecho
para resolver conflictos.8 Contrariamente, este se percibe como un instrumento
negador de la realidad y mejor dicho, como promotor del conflicto social. Desde
esta perspectiva, lo peculiar del momento actual es que se predica una visión
instrumentalista del derecho “…como técnica normativa puesta al servicio
del proyecto político prevalente”.9
Esa extrema instrumentalización del derecho para el logro de objetivos
limitadamente políticos no invalida, sino que estimula y apremia esfuerzos
como los del profesor Henrique Iribarren dirigidos a vincular el derecho a
aquellos valores que deben informar los sistemas normativos sociales para
hacerlos dignos de los seres humanos, los propios de un Estado Social y
Constitucional de Derecho.
Nuestro recipiendario ha hecho de la docencia del derecho administrativo
un apostolado y desde su cátedra la promoción de la práctica comunicativa
del dialogo, de la razón, de la argumentación, abierto a una visión plural y
multidisciplinaria de su realidad. Prueba fehaciente de la anterior afirmación
es el testimonio de muchos de sus discípulos. Su objetivo en la cátedra es tratar
de compartir todo su conocimiento con sus alumnos, no dejar nada a oscuras,
orientarlos para que sean iguales o mejores que él.
Siempre nos recuerda, como dogma de fe republicano que, “…la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre son las únicas
causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos”10 y
que si bien el “…el poder se confiere, la razón no; [que] el poder se detenta
de manera excluyente, [pero] la razón esta a disposición de todos. Por decirlo
de algún modo: [que] el ideal del Estado de Derecho esta en que el ejercicio
del poder se someta a la razón (de ahí la necesidad de la justificación de
Cfr. Humberto Romero-Muci, La Práctica del Derecho en Serio, Discurso para la clase inaugural de
la Facultad de Derecho de la Universidad Monteavila, Caracas, 2006, p. 24.
9
Cfr. Manuel Delgado Ocando, “Indeterminación hermenéutica e ideología de la interpretación”, en
Libro homenaje a José Andrés Fuenmayor, Volúmen I, No. 8, Tribunal Supremo de Justicia, Caracas
2004, p. 424. Idea repetida múltiples veces por la jurisprudencia de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, vid, Sentencia de fecha 28 de noviembre de 2011, caso Banco Nacional de Vivienda
y Habitat <BANAVIH>, consultada en: http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/noviembre/1771-281111
-2011-11-1279.html
10
Cfr. En Preámbulo, Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, aprobada por
la Asamblea Nacional Constituyente francesa el 26 de agosto de 1789, citada por Henrique Iribarren
Monteverde, en Bicentenario del Código de Comercio Francés, Coordinadores Alfredo Morles Hernandez e Irene de Valera, Serie Eventos No. 25, Academia de Ciencias Politicas y Sociales, Caracas
2008, p. 13.
8
493
Discurso de Contestación al Doctor Henrique Iribarren Monteverde por el recipiendario ...
los actos del poder), [y] no que la razón sea una propiedad derivada de la
tenencia del poder”.11
De los aportes académicos del Profesor Iribarren
Monteverde
La producción jurídica de Iribarren Monteverde es abundante y
sólida. Lo único que apenas puede hacerse en un acto como este, en el
cual los excesos del discurso podrían empecer el júbilo de anfitriones, del
recipiendario y de convidados, es mencionar algunas de sus obras más
relevantes, la mayoría de las cuales están dirigidas a esclarecer temas del
derecho público venezolano.
(i) “Notas sobre la Supra inconstitucionalidad de base de una enmienda que permita la reelección indefinida del Presidente de la Republica en
Venezuela”,12 (ii) “La potestad sancionatoria de la Administración Publica
en la Ley de Reconversión Monetaria”,13 (iii) “El principio de la legalidad de los actos del Poder Público y el proceso constituyente de 1999 en
Venezuela”14 (iv) “El contencioso de la Responsabilidad Administrativa
Extracontractual”,15 (v) “El equilibrio económico en los contratos administrativos y la Teoría de la Imprevisión”, 16 (vi) “Estudios de Derecho
Administrativo”,17 (vii) “Notas sobre el régimen que disciplina el artículo 28
de las <Normas de evaluación y concursos de oposición para el ingreso y permanencia en el poder judicial del 14 de marzo de 2000>;18 (viii) “Las partes
en el proceso Contencioso Administrativo”;19 (ix) “La noción República en
Cfr. Joseph Aguiló Regla, Teoría General de las fuentes del derecho (y del orden jurídico), Ariel Derecho,
Barcelona 2000, p. 126.
12
En colaboración con Nelson Socorro, en Anuario de Derecho Público, año 2008, Centro de Estudios
de Derecho Publico de la Universidad Monteavila, Caracas 2009, pp. 69 a 73.
13
En La reconversión monetaria, Academia de Ciencias Políticas y Sociales, Serie Eventos, Nº 24, Caracas,
2007, pp. 127 a 144.
14
En Boletín de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, enero-diciembre 2006, No. 144, Caracas,
pp. 89 a 104.
15
En Derecho Contencioso Administrativo, <libro homenaje al profesor Luis Henrique Farías Mata>,
Barquisimeto 2006, pp. 319 a 349.
16
En Tomo I del Congreso Internacional de Derecho Administrativo, en homenaje al profesor Luis H.
Farías Mata, Caracas 2006, pp. 140 a 173.
17
Ediciones Liber, Caracas, 2004.
18
En Revista de Derecho Administrativo, Nro. 17, Septiembre/Diciembre 2003, Caracas, pp. 111 y 119.
19
En Avances Jurisprudenciales del Contencioso Administrativo XXVIII Jornadas J.M. Domínguez Escobar, <en homenaje a la memoria del Dr. Eloy Lares Martínez>, Barquisimeto, 2003, pp. 151 a 176.
11
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Discurso de Contestación al Doctor Henrique Iribarren Monteverde por el recipiendario ...
Francia y en Venezuela,20 (x) “Legitimación para Recurrir en el Contencioso
Administrativo;21 (xi) “La Responsabilidad Administrativa Extracontractual”,22
(xii) “Notas sobre algunos problemas jurídicos derivados de la adopción del
Decreto N° 76 y del Convenio Cambiario N° 1”23 (xiii) “El Contencioso de los
contratos administrativos”,24 (xiv) “Notas sobre la exención de impuestos a las
actividades agropecuarias25 (xv) “La usucapabilidad de las tierras baldías en la
jurisprudencia reciente de la Sala Político-Administrativa de la Corte Suprema
de Justicia”,26 (xvi) “El recurso de casación contra algunas de la sentencias que
dicta la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”,27 (xvii) ¿Es posible
incorporar en el sistema gubernativo venezolano una estructura administrativa
como la del “Primer Ministro” peruano?28 (xviii) “La venta de las acciones
hecha por la sociedad cuando el accionista no las ha cancelado totalmente,29
(xix) “De la metamorfosis del recurso jerárquico impropio en recurso contencioso administrativo de anulación por obra de la jurisprudencia”,30 (xx) “La
intervención de la Procuraduría General de la República en el contencioso
administrativo”,31 (xxi) “¿Existe en Venezuela un recurso autónomo de plena
Jurisdicción?,32 (xxii) “Algunas consideraciones acerca del procedimiento
inquilinario y en especial sobre la naturaleza del tribunal de Apelaciones de
Inquilinato”,33 entre otros.
En El Nuevo Derecho Constitucional Venezolano, UCAB, Caracas, 2000, pp. 393 a 402.
En Avances Jurisprudenciales del Contencioso Administrativo en Venezuela, Tomo I, <XVIII Jornadas
J.M. Domínguez Escobar>, Barquisimeto, 1993 Tomo I, pp. 131 a 150.
22
En Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello, N° 44, Caracas 1992,
pp. 135 a 172.
23
En Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello, N° 43, Caracas 1991,
pp. 253 a 275.
24
En la obra colectiva Régimen Jurídico de los Contratos Administrativos, Fundación Procuraduría
General de la República, Caracas, 1991, pp. 249 a 266.
25
En Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello, Nros. 39-40, Caracas,
enero-diciembre de 1988, pp. 462 a 499.
26
En Revista de la Fundación Procuraduría General de la República, N° 3, 1988, Caracas, pp. 165 a 174.
27
En Revista de la Fundación Procuraduría General de la República, N° 3, 1988, Caracas, pp. 81 a 112.
28
En Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello, N° 38, Caracas, juliodiciembre de 1987, pp. 161 a 183
29
En Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello, N° 37, enero-julio
1987, Caracas, pp. 441 a 523.
30
En Revista de la Fundación Procuraduría General de la República, N° 2, 1987, Caracas,
pp. 133 a 170.
31
En Libro Homenaje a la Procuraduría General De La República, Caracas, 1986, pp. 173 a 208.
32
En Revista de la Fundación Procuraduría General de la República, No. 1, Caracas, 1986,
pp. 173 a 208.
33
En Revista de Derecho Público N° 22, abril-junio 1985, Caracas, pp. 62 a 89.
20
21
495
Discurso de Contestación al Doctor Henrique Iribarren Monteverde por el recipiendario ...
Los estudios de Iribarren Monteverde lo exhiben no solo como un jurista
profundo, capaz de hacer aportaciones científicas significativas y originales,
sino también con una atildada prosa. Tiene ideas valiosas y además las expresa con diafanidad y con galanura. Nos recuerda a esos excelentes juristas
franceses que saben expresarse en oraciones lacónicas y sobrias, completas
y elegantes.34
Ha sido un incansable promotor del estudio sobre los aportes del derecho
francés al conocimiento jurídico venezolano y al intercambio cultural entre
ambas naciones. Es actualmente Secretario General de la Junta Directiva de
la Alianza Francesa y fue Presidente de la Asociación Franco Venezolana de
Juristas (JURISFRAVEN), artífice de los estudios editados por esta corporación
sobre la influencia del Código de Comercio Francés de 1807 sobre su correspondiente venezolano con ocasión del bicentenario del primero.35
El jurisprudente
El espíritu universitario nunca ha dejado de acompañar el ejercicio de la
profesión de nuestro recipiendario. Lo han mantenido en contacto permanente
con las realidades de la vida y lo han llevado a orientar su cátedra en función
de las verdaderas necesidades del derecho y del país.
El abogado Henrique Iribarren Monteverde es un hidalgo caballero y un
insigne luchador por y para el derecho. Prudente y serio. Sus armas son la
pluma y la palabra.36 Siempre se ha ganado el respeto de sus contrincantes,
incluso en los más feroces lances judiciales y arbitrales.
Es un diestro del discurso forense. Su merito no esta solo en lo que dice,
sino como lo dice. Sus escritos están fundidos en el hierro de la lógica y con
la llama de la elocuencia (verve).37
Sus opiniones son luminosas, sabias y practicas. Iribarren es un paradigma del ars abogandi,38 siempre apoyado en los pilares de la experiencia, la
coherencia, la ciencia y la elocuencia.
Cfr. Enrique Lagrange, Discurso de contestación al Académico Enrique Urdaneta Fontiveros, Academia
de Ciencias Políticas y Sociales, Caracas 2011.
35
Cfr. Bicentenario del Código de Comercio Francés, Coordinadores Alfredo Morles Hernández e Irene
de Valera, Serie Eventos No. 25, Academia de Ciencias Politicas y Sociales, Caracas 2008, p. 13.
36
Cfr. Alejandro Nieto, Balada de la Justicia y la Ley, Trotta, Madrid 2002, p. 256.
37
Idem.
38
Idem.
34
496
Discurso de Contestación al Doctor Henrique Iribarren Monteverde por el recipiendario ...
Ha sido asesor de la Presidencia del Banco Consolidado y Vicepresidente
Ejecutivo, Consultor Jurídico del Banco de Venezuela.
Desde 1994 ejerce una exitosa práctica privada en sociedad con el respetado jurista Nelson Socorro.
Henrique Iribarren Monteverde es además poseedor de una enorme sensibilidad, lo que constituye uno de sus atractivos vitales y una de sus mayores
debilidades. Esa sensibilidad, consecuencia de su gran inteligencia, lo ha
llevado a situaciones personales delicadas. Asume, como suelen hacerlo los
creyentes, los casos, los afectos y los problemas con absoluta pasión y con
desmesurada confianza, lo que por demás lo convierte en un gran abogado. Da
la vida por sus querencias, por su familia, por sus hermanos, por sus amigos,
por sus clientes, por sus creencias, sean políticas o de otra naturaleza, y sufre
luego por las consecuencias de esa solidaridad, cuando las cosas no se dan
como él las ha previsto. Digamos que es un hombre apasionado.
Henrique Iribarren Monteverde es un gran lector de temas psicoanalíticos
jungnianos y lacanianos, y ha devorado varias decenas de libros relacionados
con esas disciplinas del pensamiento. Es, quizás, como corolario de los trazos
anteriores, admirador de Boticelli, de Chagall, de Picaso y lector entre otros
de Jorge Luis Borges.
Del trabajo de incorporación
Como disertación de incorporación a esta Corporación, Henrique Iribarren Monteverde nos ofrece un estudio sobre la evolución jurisprudencial y
normativa del Principio de Respeto a las Situaciones Jurídicas Subjetivas
en nuestro ordenamiento jurídico. Enfatiza la condición del principio como
limite a la acción de los poderes públicos, que junto con los principios de
legalidad y separación de los poderes públicos, son fundamento esencial del
Estado de Derecho.
Nos pasea con profusión de detalles por un análisis diacrónico de los
diversos momentos de la institución, desde sus orígenes en el derecho comparado, su recepción histórica por la jurisprudencia patria –tímida en sus
comienzos– y su encarnación positiva en los ordenamientos constitucionales
de 1961 y el vigente de 1999, finalmente su mas actual desarrollo en las Leyes orgánicas de la Administración Pública y de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa.
497
Discurso de Contestación al Doctor Henrique Iribarren Monteverde por el recipiendario ...
En primer lugar nos da cuenta de los Derechos Públicos Subjetivos Reacciónales o Atípicos”, ubicándolo con la aparición de la jurisdicción contenciosoadministrativa a partir de 1893, y la asimilación al “recurso de nulidad por
ilegalidad” de las “apelaciones” para recurrir de ciertos actos administrativos
como “Recursos Jerárquicos Impropios, según la interpretación progresiva de
la Sala Político-Administrativa, en el emblemático caso Panamerican World
Airways. Lo propio hay que añadir respecto del entendimiento de la condición
de “interesados personales, legítimos y directos”, como aquellos “que están
en una especial situación de hecho” frente al acto impugnado como condición
de legitimación para recurrir en el contencioso administrativo contra los actos
administrativos de efectos particulares, en la consideración definitivamente
establecida, a pesar de todos los cambios constitucionales y legales en el emblemático caso Iván Pulido Mora, con ponencia magistral de Luis Henrique
Farías Mata.
En segundo lugar, por lo que respecta a los “Derechos Públicos Subjetivos Típicos”, nos comprueba la consagración plena, con rasgos propios, de
la “Responsabilidad Administrativa Extracontractual”, ubicando su origen y
reglas propias en el voto salvado del magistrado Luis Henrique Farías Mata
en el caso Silvia Rosa Riera (Sala Político-Administrativa, 1992), y encarnación actual en el artículo 140 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela de 1999, interpretado por la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia en sentencia del 19 de noviembre de 2002, caso Viuda
de Carmona, mediante la noción de “falta desprovista de todo vínculo con el
servicio”. La responsabilidad administrativa extracontractual, así concebida
ha sido vinculada con bases objetivas o subjetivas.
Finalmente, nos relata la importancia del principio de irretroactividad
de la los actos normativos y demás actos jurídicos, como expresión esencial
del principio de respeto a las situaciones jurídicas subjetivas. Afirma que, se
concitan dos tesis en la aproximación interpretativa a la operatividad del principio: la visión objetiva (que se afinca en los datos sobre impacto temporal de
la nueva norma) y la visión subjetiva (que se afinca en la noción de afectación
de derechos subjetivos). Nos informa que la sentencia líder al respecto sigue
siendo el fallo de la antigua Sala Político Administrativa de la Corte Suprema
de Justicia, en el caso Conindustria y que al amparo de la Constitución de 1999,
las tesis objetivas y subjetivas son aplicadas oscilantemente por el Tribunal
Supremo para decidir sobre la irretroactividad de los actos jurídicos, incluido
el fecundo ámbito en el control de los actos administrativos con el llamado
principio de confianza legítima o expectativa plausible.
498
Discurso de Contestación al Doctor Henrique Iribarren Monteverde por el recipiendario ...
Por supuesto, no faltan aquellas decisiones que desdicen de los principios
anteriores y que los deshacen olímpicamente, por razones de estricta conveniencia política, cuestión de la que el novel académico da cuenta en su erudito
trabajo de incorporación.
Epilogo
La Academia de Ciencias Politicas y Sociales está llamada a trabajar
intensamente. En ella debe residir la conciencia jurídica del país. Esa es su
función esencial. Con sobrada razón, el eximio jurista Tulio Chiossone, ex
presidente de esta Corporación, señaló que quienes hemos sido obsequiados
con el honor de ser recibidos en su seno, estamos obligados a devolver ese
honor enalteciéndola con nuestro trabajo. “Las academias solo honran cuando
son honradas con el brillo de la actuación de sus individuos, que cada sillón
sea siempre un puesto de trabajo intelectual y no un mullido cojín para soñar
con la fama”.39
Henrique Iribarren Monteverde. Sea Ud., bienvenido. La Academia
de Ciencias Políticas le recibe jubiloso. Aquí tiene un sitio que le estaba
reservado. De Ud., aguardamos bastante, en exceso de lo mucho que ya nos
tienes dado.
Señoras, Señores.
Caracas, 7 de mayo de 2013
Cfr. Tulio Chiossone, “Prologo”, en Discursos de incorporación <1926-1944>, Serie Discursos No. 1,
Segunda edición, Academia de Ciencias Politicas y Sociales, Caracas 1989, p. 9.
39
499
BLANCA
SIN NUMERAR
500
TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN
BLANCA
SIN NUMERAR
502
Amargo de Angostura
Eugenio Hernández Bretón
Sumario
Introducción. I. El caso Trinidad Machado Siegert de Cuéllar contra
Alfredo Cornelio Siegert. II. El asunto discutido. III. Las normas sobre la
jurisdicción venezolana. IV. La decisión de los tribunales. Conclusión.
* Individuo de Número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales. Miembro Honorario de ASADIP.
Decano y profesor de Derecho Internacional Privado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de
la Universidad Monteávila, Caracas; Profesor y coordinador de la Maestría en Derecho Internacional
Privado y Comparado de la Universidad Central de Venezuela. Este trabajo fue preparado especialmente
para el libro homenaje al profesor Roberto Ruiz Díaz Labrano, presentado en la Jornadas de ASADIP,
Asunción, Noviembre 2013.
BLANCA
SIN NUMERAR
504
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 505-515
ISSN: 0798-1457
It sometimes happens that when you make a slip of the tongue you
don’t want to correct it. You try to pretend that what you said was
that you meant. And then it often happens that you begin to see
that there is some truth in your error. You begin to see, for instance, that to subtract from someone’s good name can also be said to
detract from that name.
V. S. Naipaul, Half a Life (2001).
Introducción
1. Muchos y muy buenos cocteles son preparados combinando diversos
exquisitos, exóticos y aromáticos ingredientes con extraordinarias y añejadas
bebidas espirituosas. Todo buen catador así lo sabe.1 Uno de los más utilizados
ingredientes en la coctelería contemporánea, pieza infaltable e imprescindible
en cualquier bar de cualquier parte del mundo, tiene origen venezolano. Se
trata del “Amargo de Angostura” o del “Angostura aromatic bitters”, hoy en
día producido por Angostura Ltd. en Puerto España , Trinidad & Tobago y
mercadeado en “todas partes del mundo”.2
2. La creación del “Amargo de Angostura” se le atribuye al médico alemán
doctor Johann Gottfried Benjamin Siegert quien experimentando con plantas
y yerbas locales, mezcladas con algo de ron, inventó el afamado producto en
1824. El “Amargo de Angostura” debe su nombre al lugar donde fue inventado
por su creador, para la fecha residencia del doctor Siegert. Angostura, ubicada
en la ribera derecha del río Orinoco, es “el lugar más estrecho del río” y, por
1
2
Como el Pepe Carvalho de Manuel Vásquez Montalbán, de este último ver Beber o no beber, Ediciones
B, Barcelona, 2002.
Así lo dice la etiqueta del producto.
505
Amargo de Angostura
lo tanto, en algún momento fue conocida como la “Angostura del Orinoco”.
Es la sucesora de la vieja ciudad de Guayana o Santo Tomé de Guayana. Fue
fundada en 1764 y hasta 1846 llevó la denominación que dio su nombre al
famoso Amargo, año en el cual la ciudad pasó a llamarse Ciudad Bolívar.3
3. La fabricación del “Amargo de Angostura” se inició en 1824 y su
exportación hacia las Antillas e Inglaterra en 1830. Se trata de una bebida
aromática y carminativa,4 en sus orígenes ideada para tratar las epidemias que
azotaban a la región de Guayana y preparada “con no menos de 26 productos
vegetales de la formidable despensa de Guayana”.5 De tal suerte, constituía
“(u)n maravilloso y agradable extracto de frutas, raíces, semillas aromáticas,
como la sarrapia, que por muchos años sirvió de base para los mejores perfumes
franceses; cortezas como la de la quina, y muchos otros ingredientes”.6 Tan
famoso era el producto en esos tiempos que sin él “ningún barco ni velero se
hacía a la mar”.7 El producto, ayer como hoy, ha tratado de ser imitado, “sin
embargo, ninguno de los falsificadores ha podido averiguar la correcta composición de los extractos obtenidos de varias diferentes plantas, ni tampoco
han podido identificar las plantas usadas. Se dice que uno de los componentes
principales son las hojas del árbol llamado chaparro, que crece en la sabana y
que posee un sabor amargo.”8
4. Johann Gottfried Benjamin Siegert o Johannes Teophilus Benjamin
Siegert nació en Groswalditz, cerca de Loewenberg, provincia de Silesia,
3
4
5
6
7
8
Al respecto ver los distintos escritos y discursos publicados con ocasión de la conmemoración del
bicentenario de la fundación de Ciudad Bolívar en Boletín de la Academia Nacional de la Historia,
Abril-Junio de 1964, No. 186, Caracas, p. 157 y ss. Hay discusión en cuanto al día de la fundación
de Angostura. Al efecto, los historiadores mencionan el 22 de mayo y el 19 de marzo como posibles
fechas, ambas del año 1764.
Hoy en día la etiqueta del “Amargo de Angostura” indica que es una “preparación alimentaria y
aromatizante”.
Leopoldo Briceño-Iragorry, Siegert Johann Gottlieb Benjamín (1796-1870), en Clínica Médica, Revista
Científica Oficial de la Sociedad Médica del Hospital de Clínicas Caracas, Volumen XVI, Número 2
Mayo-Agosto 2011, p. 89.
Id.
Friedrich Gerstaecker, Viaje por Venezuela en el año 1868, Universidad Central de Venezuela, Caracas,
1968, p. 141.
Carl Geldner, Anotaciones de un Viaje por Venezuela, Oscar Todtmann Editores, Caracas, 1998, p. 306.
Ver también Rolf Walter, Los Alemanes en Venezuela y sus Descendientes. Tomo II: 1870-1914. Publicado bajo el patrocinio de la Fundación Edmundo y Hildegard Schnoegass y de la Asociación Cultural
Humboldt, Refolit, Caracas, 1991, p. 163. Hoy en día la etiqueta del producto “Amargo de Angostura”
menciona que está hecho con “los mismos ingredientes desde 1824” y que “no contienen la corteza de
angostura”. La etiqueta además lista los ingredientes como sigue: “Agua, alcohol, genciana, azúcar,
colorante vegetal y especias vegetales”. El listado de ingredientes, sin embargo, es algo diferente cuando
se expresa en otros idiomas.
506
Eugenio Hernández Bretón
Prusia el 22 de noviembre de 1796. Sirvió como médico militar traumatólogo
en el Tercer Cuerpo de Cazadores Voluntarios de Magdeburgo en la guerra
de 1814-1815 contra los ejércitos napoleónicos y realizó estudios de Medicina en Berlín entre 1816 y 1819. Fue contratado en 1819 por Luis López
Méndez, agente del gobierno venezolano, como médico cirujano para servir
en el ejército libertador. Llegó a Angostura el 1° de agosto de 1820 dedicándose a labores médicas y sirviendo a las filas patriotas durante la guerra de
independencia, alcanzando el grado de Teniente Coronel. Durante veintiséis
años fue el Director del único hospital militar de Ciudad Bolívar. Por razones
evidentes no pudo revalidar sus estudios de Medicina hasta mucho tiempo
después. El 3 de mayo de 1838 aprobó el correspondiente examen de reválida
ante la junta examinadora designada al efecto, cosa que solicitó motu proprio,
y el día posterior le fue expedido el título correspondiente.9 Fundó y dirigió la
farmacia municipal de Angostura por muchos años. Destacado pianista, casi a
diario tocaba sonatas a cuatro manos con el conocido comerciante alemán de
la zona, el señor Georg Blohm. En 1848 fue elegido por el general José Tadeo
Monagas, para entonces presidente de Venezuela, como Médico Cirujano de
los Ejércitos de la República. En 1849 se doctoró en medicina en Berlín con
un trabajo intitulado “De steatomate ante glandulam pituitarium cerebri sito”.
También ejerció privadamente su consulta médica compartida con cargos
de beneficencia. Admirador del Libertador Simón Bolívar formó parte de la
junta que se constituyó en Ciudad Bolívar para erigir una estatua en honor del
Libertador, la cual se develó el 28 de octubre de 1869, día de San Simón. Fue
conocido con el apodo de “El padre”, por su actitud protectora y benefactora
ante quienes lo necesitaban. Y, sin duda, fue “uno de los hombres más ilustres
de la ciudad” donde eligió vivir.10
5. El doctor Siegert era “de contextura corporal fuerte, de cabeza redonda, frente amplia, cabello negro lacio, nariz perfilada, de ojos negros
con una mirada penetrante, que transmitía una gran personalidad, de carácter enérgico, disciplinado, acostumbrado al rigor militar, que irradiaba
La reválida del título de Doctor en Medicina de Juan J. B. Siegert aparece reseñada en la publicación
UCV Egresados desde la universidad colonial hasta nuestros días, Tomo I, 1725-1957, Universidad
Central de Venezuela, 1996, p. 280
10
La información anterior está tomada de los materiales que se citan a lo largo de este estudio. Además
pueden consultarse los siguientes: J.M. Agosto Méndez, Perfiles Médicos, Tomo I, Tipografía La
Empresa-E. Suegart, Ciudad Bolívar, 1922, p. 3 y ss.; Bartolomé Tavera-Acosta, Anales de Guayana,
Caracas, 1954, p. 473, nota 7.
9
507
Amargo de Angostura
confianza y seguridad a sus pacientes a los que lo rodean (sic) y a los cuales
brindó cariño.”11 Un facsímil de su firma autógrafa se encuentra impreso en
la etiqueta del producto como oferta de “mayor garantía de la autenticidad de
estos amargos aromáticos”.12
6. El doctor Siegert casó dos veces en la entonces Angostura, a saber, en
1821 con María del Pilar Araujo y en 1830 con Bonifacia Gómez de Záa. Del
primer matrimonio tuvo cuatro hijos: tres hembras y un varón, homónimo de
su padre y quien también fuera médico y ejerciera en la ciudad de Upata en
el estado Bolívar, Venezuela. Este tuvo a su vez cuatro hijos y dos hijas. Uno
de sus hijos, de nombre Benjamín (Benno) Siegert Contasti, casó con Delfina
Sucre y tuvo cuatro hijas y tres hijos.13
7. Del segundo matrimonio tuvo siete hijos: tres varones y cuatro hembras. Tres de las cuatro hijas casaron con miembros de la familia Machado,14
de origen portugués y asentados en la región de Guayana.15 El mayor de los
hijos de este segundo matrimonio, Carlos Dámaso (1830-?), casó con Petronila
Grillet,16 y fue quien desde 1864 se encargó de la fabricación del “Amargo de
Angostura”.17 El tercero de los hijos, Alfredo Cornelio (1847-1919), casó en
segundas nupcias con Petronila Siegert, probablemente prima suya, tuvo dos
hijas y un varón de nombre Alfredo Galo (1883-1968). Este casó con Nina
José Antonio Condado R., Biografía del Dr. Juan Teófilo Benjamín Siegert, Trabajo Biográfico de
Historia de la Medicina, Cátedra de Historia de la Medicina (s/f, inédito), p. 7. Un retrato del doctor
Siegert puede verse en Ceferino Alegría, Los médicos en la gesta emancipadora de Venezuela, Caracas,
1965. p. 118 y en la obra del mismo autor intitulada Sesenta Figuras Médicas en la Segunda Mitad del
Siglo XIX, en Historia de la Medicina en Venezuela, Cuaderno 16 (Segunda Entrega), Caracas, 1966,
No. 1, p. 1 y ss. También lo hay en el trabajo de Leopoldo Briceño-Iragorry, op. cit., p. 89. El retrato
del doctor Siegert decora el cuello de la botella del “Amargo de Angostura”. Esto último también lo
destaca Rolf Walter en su trabajo intitulado Relaciones germano-venezolanas desde el siglo XVI hasta
1945, en Karl Krispin (compilador), Asociación Cultural Humboldt 50 años de irradiación cultural,
Refolit, Caracas, 1998, p. 64.
12
Así lo dice la etiqueta del producto.
13
Rolf Walter, Los Alemanes en Venezuela …, op. cit., p. 196 y s.
14
Id.
15
Bartolomé Tavera-Acosta, Anales de Guayana, Caracas, 1954, p. 449 y ss.
16
Rolf Walter, Los Alemanes en Venezuela…, op. cit., p. 196 y s.
17
Ceferino Alegría, Sesenta Figuras Médicas en la Segunda Mitad del Siglo XIX, en Historia de la Medicina
en Venezuela, op. cit., p. 2. Friedrich Gerstaecker, quien conoció al doctor Siegert en 1868, menciona
que al hacerse más conocido el producto “la demanda creció tanto con el consumo, que el doctor Siegert
hubo de emplear a sus dos hijos en el negocio y ahora realiza en gran plan toda la fabricación como
también la exportación”, op. cit., p. 141. Esos hijos serían Carlos Dámaso y Alfredo Cornelio, ver José
Ángel Rodríguez, Al son del ron. Azúcares y rones de Venezuela y la cuenca del Caribe, Ediciones B,
Caracas, 2009, p. 79.
11
508
Eugenio Hernández Bretón
Henderson y fue quien se ocupó de la fábrica de “Amargo de Angostura” en
Puerto España, Isla de Trinidad, W. I.18
8. El doctor Siegert falleció en su hogar de Ciudad Bolívar, “ubicado en
la calle Igualdad sobre la acera oeste, enfrente de la Catedral”,19 el 13 de septiembre de 1870. Fue sepultado en el mausoleo familiar en el cementerio de
Ciudad Bolívar.20 Según se informa, años después los restos mortales del doctor
Siegert fueron trasladados a la Iglesia de la Santísima Trinidad de Caracas,21
mejor conocida como el Panteón Nacional, recinto creado en 1874 para honrar
la memoria de los héroes de la Patria.22
9. En 1875, por diversas razones, incluyendo una “miope política aduanera,
que fijó tasas impagables sobre las esencias que había que importar necesariamente” para la elaboración del “Amargo de Angostura”, “redujo demasiado el
margen de ganancias del Amargo”,23 los hermanos Carlos Dámaso y Alfredo
Cornelio Siegert Gómez decidieron mudarse a la isla de Trinidad, desde donde
continuaron fabricando el “Amargo de Angostura”.24
Rolf Walter, Los Alemanes en Venezuela …, op. cit., p. 196 y s.
Camilo Perfetti, Ciudad Bolívar: Hospitales y Médicos Directores, Anauco, Caracas, 2005, p. 25.
20
Ricardo Archila, Alemania y Venezuela. Vínculos Médicos, Miguel Angel García e hijo, Caracas, 1978,
p. 15. El nombre de Siegert no aparece en el registro de extranjeros del Cementerio de Ciudad Bolívar
que se inserta en la obra de Hanns Dieter Elschnig, Cementerios en Venezuela, Tipografía Cervantes,
Caracas, 2000, p. 160 y ss.
21
Rolf Walter, Relaciones germano-venezolanas desde el siglo XVI hasta 1945…, op. cit., p. 65. Este
autor expresa, no obstante: “Por cierto que Siegert es uno de los tres alemanes cuyos nombre (sic) se
honran en el Panteón Nacional, es decir que se pueden encontrar ahí grabados en piedra, o mejor dicho, que se podían leer ahí hasta hace pocos años, porque durante mi visita a Caracas en 1995 ya eran
imposibles de descifrar.” Durante mi investigación para este trabajo no pude ubicar el acto normativo
que acordara el traslado de los restos del doctor Siegert al Panteón Nacional. El doctor Siegert tampoco
aparece mencionado en el listado de médicos cuyos restos reposan en el Panteón Nacional que fuera
elaborado por la doctora Leonor Zapata y publicado bajo el título de Médicos inhumados en el Panteón
Nacional, Revista de la Sociedad Venezolana de la Historia de la Medicina, Volumen 60, No. 1-2, Año
2011, p. 47 y ss. Otros listados publicados recientemente, que tampoco incluyen al doctor Siegert, no
resultan fiables. En mi visita personal al recinto del Panteón Nacional en el mes de octubre del año 2013
no pude ubicar evidencia de que los restos del doctor J.G.B. Siegert reposen allí. Sin embargo, y aquí
puede estar la confusión, su nombre si aparece en un cenotafio en homenaje a los médicos y practicantes
que participaron en las campañas libertadoras, el cual se encuentra casi al inicio de la pared de la nave
derecha del Panteón Nacional.
22
Decreto de 27 de marzo de 1874, en que se declara la Iglesia de la Santísima Trinidad, de Caracas, Panteón Nacional, en Recopilación de Leyes y Decretos de Venezuela, Tomo VIII, Imprenta de la Opinión
Nacional, Caracas, 1884, p. 14 y ss.
23
Rolf Walter, Los Alemanes en Venezuela…, op. cit., p. 163.
24
José Ángel Rodríguez, op. cit., p. 79.
18
19
509
Amargo de Angostura
I. El caso Trinidad Machado Siegert de Cuéllar
contra Alfredo Cornelio Siegert
10. Durante el año de 1905 los tribunales venezolanos tuvieron la ocasión
de conocer de la disputa surgida entre algunos de los descendientes del doctor Johann Gottlieb Benjamin Siegert, inventor del para entonces ya famoso
“Amargo de Angostura”. La demanda fue presentada por la señora Trinidad
Machado Siegert de Cuéllar, por medio de apoderados, contra el señor Alfredo Cornelio Siegert, domiciliado en Trinidad, para ese entonces colonia
británica.
11. El objeto de la demanda era lograr que el demandado conviniese en
que la demandante tenía “derecho de co-propiedad así sobre el producto25
denominado “Amargo Aromático” o “Amargo de Angostura,” como sobre la
marca de fábrica con que el mencionado producto se distingue”.26 Se trataba de
tal forma de una demanda de contenido patrimonial, tendiente a la declaración
de la titularidad del derecho de propiedad sobre el producto y su marca.
12. La controversia en cuestión se presentaba, entonces, entre un tío y una
sobrina, descendientes del segundo matrimonio del doctor Siegert, o valga
decir, entre una nieta y un hijo del inventor del “Amargo de Angostura”.
II. El asunto discutido
13. La demanda fue propuesta ante el Juzgado de Primera Instancia en
lo Civil de la Sección Occidental del entonces Distrito Federal, con competencia en la ciudad de Caracas. En el acto de contestación el demandado
opuso la “incompetencia” (falta de jurisdicción) del tribunal para conocer del
caso. Tal defensa fue declarada con lugar. Posteriormente fue apelada por la
demandante.
14. La apelación fue conocida por la Corte Superior del entonces Distrito
Federal y decidida el 27 de enero de 1906. La Corte Superior confirmó la
decisión del Juzgado de Primera Instancia.
La referencia la producto parece ser hecha a la fórmula para la elaboración del producto.
Sentencia dictada en el recurso de casación anunciado en el juicio seguido por Trinidad Machado
Siegert de Cuéllar contra Alfredo Cornelio Seigert (sic), 5 de mayo de 1906, en Memoria que presenta
al Congreso Nacional en 1907 la Corte Federal y de Casación de los Estados Unidos de Venezuela,
Primer Tomo, Imprenta Bolívar, Caracas, 1907, p. 418.
25
26
510
Eugenio Hernández Bretón
15. Contra la decisión de la Corte Superior formalizó la demandante el
recurso de casación ante la Sala de Casación de la entonces Corte Federal y
de Casación. Con fecha 5 de mayo de 1906 la Sala de Casación dictó sentencia declarando sin lugar el recurso interpuesto e imponiéndole costas a la
demandante.
III. Las normas sobre la jurisdicción venezolana
16. Para la fecha de las decisiones se encontraba vigente el Código de
Procedimiento Civil de 18 de abril de 1904.27 El artículo 101 de ese Código
reprodujo el texto con idéntico número del Código de Procedimiento Civil de
14 de mayo de 1897.28
17. Para ese entonces el criterio general atributivo de jurisdicción a tribunales venezolanos estaba determinado por el domicilio del demandado en
territorio venezolano. En tal sentido, si el demandado estaba domiciliado en
Venezuela tendrían jurisdicción los tribunales venezolanos. Para tales efectos,
el domicilio de una persona venía determinado por el asiento principal de los
negocios e intereses de la misma.29
18. Sin embargo, si la persona no estaba domiciliada en Venezuela, y
tampoco se encontraba en su territorio, aun podrían tener jurisdicción los tribunales venezolanos si se trataba de acciones sobre bienes muebles o inmuebles
ubicados en el país o si trataba de obligaciones provenientes de contratos o
hechos verificados en la República o que debían ser ejecutados en ella.30
Leyes y Decretos Reglamentarios de los Estados Unidos de Venezuela, Tomo V, Caracas, 1943, p. 89 y ss.
Al respecto, ver en general los comentarios de Gonzalo Parra Aranguren, Nociones históricas sobre
la jurisdicción civil internacional de los tribunales venezolanos (1830-1987), en Nuevos Estudios de
Derecho Procesal, Homenaje a José Andrés Fuenmayor, Colección Libros Homenaje, No. 8, Tribunal
Supremo de Justicia, Caracas, 2002, p. 9 y ss., 44 y ss.
28
Leyes y Decretos Reglamentarios de los Estados Unidos de Venezuela, Tomo V, Caracas, 1943,
p. 161 y ss.
29
Leyes y Decretos Reglamentarios de los Estados Unidos de Venezuela, Tomo II, Caracas, 1943, p. 638,
artículo 20 del Código Civil de 1904: “El domicilio de una persona se halla en el lugar donde tiene el
asiento principal de sus negocios e intereses.”
30
Artículo 101 del Código de Procedimiento Civil: “ El que no tenga domicilio en la República puede
ser demandado ante las autoridades judiciales de la misma, aunque no se encuentre en su territorio:
1. Si se trata de acciones sobre bienes inmuebles o muebles, existentes en la República.
2. Si se trata de obligaciones provenientes de contrato o hechos verificados en la República, o que deban
ser ejecutados en ella.”
27
511
Amargo de Angostura
19. La doctrina venezolana de aquel tiempo afirmaba que tratándose de
acciones sobre bienes inmuebles “la jurisdicción es innegable: es consecuencia natural de la jurisdicción territorial y de la soberanía nacional, como se
reconoce universalmente; y si se trata de muebles, desde que están en nuestro
suelo, e igualados por la ley a los raíces, ni podríamos dejar a la decisión de
la justicia extranjera las cuestiones respecto de ellos, sin menoscabo también
de nuestra soberanía, ni podríamos abandonar a la acción de los contendores
el resolver por la fuerza sus encontradas pretensiones, con riesgo del mismo
orden público y ofensa y desdoro de nuestra administración interior.”31
20. Es importante destacar que la legislación venezolana jamás ha hecho
distingos en materia de jurisdicción por razón de la nacionalidad de los litigantes. De tal forma, “trátese de un venezolano que demanda a un extranjero; de un
extranjero que demanda a otro extranjero, serán aplicadas las reglas ordinarias
de competencia judicial como si tratase de un litigio entre venezolanos”.32
21. Concordante con lo anterior, el artículo 8 del Código Civil de 1904
sometía los bienes muebles o inmuebles situados en Venezuela al derecho
venezolano.33
IV. La decisión de los tribunales
22. En su escrito la demandante había denunciado la infracción de los ar­
tículos 101 del Código de Procedimiento Civil y 8 del Código Civil. La Sala de
Casación desestimó las denuncias y confirmó la decisión de la Corte Superior.
Ramón F. Feo, Estudios sobre el Código de Procedimiento Civil Venezolano, Tomo Primero, Editorial
Biblioamericana, Argentina-Venezuela, 1953, p. 168. Esta edición corresponde a la edición original de
Tipografía Guttenberg, Caracas, 1904.
32
Francisco Gerardo Yanes, Memorándum de Derecho Internacional Privado, Academia de Ciencias
Políticas y Sociales, Caracas, 2007, Serie Clásicos Jurídicos Venezolanos No. 1, p. 61. Esta edición
corresponde a la original de Imprenta Nacional, Caracas, 1912. Los artículos relevantes del Código de
Procedimiento Civil de 1904 establecían lo siguiente: Artículo 1: “ En los Tribunales civiles de Venezuela
todos los que a ellos ocurran serán considerados iguales ante la Ley, en el sentido de que la República
no reconoce fuero privilegiado en favor de ninguna clase de personas, y de que todos están sometidos
a unas mismas Leyes y sujetos a sus Jueces naturales competentes.” El artículo 2 del mismo Código
establecía: “ Los Tribunales civiles de la Nación, de los Estados y del Distrito Federal están obligados
a administrar justicia tanto a los nacionales como a los extranjeros; y así a los naturales, vecinos, residentes o transeúntes de su territorio, como a los que no lo sean; siempre que dichos Tribunales sean
competentes para el respectivo asunto, según este Código y las Leyes orgánicas.”
33
Leyes y Decretos Reglamentarios de los Estados Unidos de Venezuela, Tomo II, Caracas, 1943, p.
637, artículo 8: “Los bienes muebles e inmuebles situados en Venezuela, aunque estén poseídos por
extranjeros, se regirán por las leyes venezolanas.”
31
512
Eugenio Hernández Bretón
De tal forma, concluyó que los tribunales venezolanos no tenían jurisdicción
para conocer de la demanda intentada por la señora Trinidad Machado Siegert
de Cuéllar contra el señor Alfredo Cornelio Siegert.
23. La Sala de Casación, por votación unánime de sus siete miembros,
consideró que la Corte Superior había establecido que se trataba de una demanda que versaba sobre bienes que no están situados en Venezuela y que la
misma no se encontraba en ninguno de los casos del artículo 101 del Código de
Procedimiento Civil que permitirían asumir jurisdicción respecto de personas
que no se encontraban en su territorio ni tengan domicilio en el.
24. De tal forma, la Sala al igual que la Corte Superior consideraron que
el señor Alfredo Cornelio Siegert no estaba domiciliado en Venezuela y que
el “producto denominado “Amargo Aromático” o “Amargo de Angostura”,
así como la marca que lo distingue, no se encontraban situados en el territorio
venezolano.
25. La Sala de Casación Civil no explicó las razones que le llevaron a
concluir –al igual que lo hizo la Corte Superior– que ni el producto ni la marca
en cuestión se hallaban en territorio venezolano. Para esa fecha regía la Ley
de Marcas de Fábrica y de Comercio de 24 de mayo de 187734, primera ley
especial sobre la materia en Venezuela.35
Leyes y Decretos Reglamentarios de los Estados Unidos de Venezuela, Tomo XIII , Caracas, 1944,
p. 291 y ss.
35
Leopoldo Palacios, Las marcas comerciales en Venezuela, Universidad Central de Venezuela, Caracas,
1968, p. 59 y ss. Este autor, en las páginas 70 y s., explica la tardanza en la aparición de una legislación
de protección de marcas en Venezuela con las siguientes palabras: “También es posible que el retardo
en aparecer esta clase de protección en el panorama jurídico venezolano, se deba a la escasa o ninguna
actividad industrial desarrollada dentro de las fronteras patrias, como consecuencia de la intranquilidad
política que vivió el país a partir de 1848. Es conocida nuestra accidentada historia política y militar
a partir de esa fecha, en que se suceden asonadas tras asonadas, cambios repentinos de gobierno,
ambiciones desmesuradas de poder y permanente lucha fratricida, que no podían constituir ambiente
propicio para la actividad creadora.
La vida política venezolana ha distorsionado el concepto de progreso y antes que la actividad productiva
y útil, hemos consumido tiempo, dinero y esfuerzo, en la realización de programas eminentemente partidistas; a sobrevivir a crisis, a asechanzas o cuartelazos. Esta desgracia no ha permitido el adelanto que
Venezuela debería tener, como lo han conseguido otras naciones de Europa y de este mismo continente,
que han tenido la suerte de superar la etapa caudillesca, que aún se deja sentir en algunos aspectos de
la vida nacional.
La inconsecuencia de nuestros mejores hombres mantiene a Venezuela rezagada en muchos campos,
y ello no ha permitido el avance y desarrollo de la industria, del comercio, de las artes y de la cultura;
por otra parte, nuestras más ilustres y nobles instituciones han recibido, cuando menos se esperaba,
el zarpazo y el golpe artero de quienes, por su formación, debieron ser sus guardianes. En el campo
del Derecho, nos encontramos en desventaja con países hermanos, en razón de que nuestras leyes e
instituciones jurídicas no sólo han sido violadas y socavadas, sino que, en diversas ocasiones, nuestros
mejores cerebros, por una distorsión de la realidad venezolana, se han puesto al servicio del usurpador
34
513
Amargo de Angostura
26. Los comentaristas de la época señalaban que las marcas de fábrica quedaban sometidas al derecho del lugar “en donde se encuentra el establecimiento
cuyos productos se tratan de proteger”.36 De tal suerte, aplicando criterios de la
lex fori para determinar el lugar de ubicación del producto y de la marca que
lo identifica, no sorprendería pensar que la razón subyacente utilizada por la
Sala de Casación Civil y la Corte Superior para decidir el asunto fue considerar
que la marca “Amargo de Angostura” se encontraba ubicada en el lugar del
establecimiento del titular de la marca en cuestión.37
Conclusión
27. En 1846 “(e)l gobierno venezolano quiso borrar el nombre de Angostura y sustituirlo por el de Ciudad Bolívar, pero … (el doctor J.G.B. Siegert)
… no lo permitió y le erigió al antiguo nombre un monumento que, si bien
sólo era líquido, resultó sin embargo permanente.”38
28. Salud a todos, y brindemos por el respetado y distinguido profesor
doctor Roberto Ruiz Díaz Labrano, a quien la ASADIP tan justificadamente
ha querido homenajear con este libro.
de turno o detentador del poder, olvidándose de paso, de la grave responsabilidad moral e intelectual
que se tiene en razón de la propia cultura.
La Ley de Marcas de Fábrica y de Comercio de 1877, que hemos comentado, es la manifestación palpable,
de que, para esa fecha, en el país, ya se inicia un período de relativa paz y prosperidad económica, que
hasta llega a exigir diferenciación entre los productos que se están fabricando dentro de las fronteras
patrias y los que se importan del extranjero.”
36
Francisco Gerardo Yanes, op. cit., p. 163.
37
El Código Bustamante sitúa la propiedad industrial en el lugar donde ella haya sido registrada oficialmente, artículo 108. Al respecto ver mi trabajo Acciones Patrimoniales, Artículo 40, en Tatiana B. de
Maekelt et al (Coordinación), Ley de Derecho Internacional Privado Comentada, Tomo II, Universidad
Central de Venezuela, Caracas, 2005, p. 999 y ss.
38
Friedrich Gerstaecker, op. cit., p. 141.
514
Eugenio Hernández Bretón
Resumen
El “Amargo de Angostura” es una de las marcas más conocidas del mundo.
El producto que identifica la marca toma su nombre de la entonces ciudad de
Angostura, hoy Ciudad Bolívar, Venezuela. A finales del siglo XIX la fabricación del famoso Amargo se trasladó a Puerto España, Trinidad. A principios
del siglo XX, los tribunales venezolanos conocieron de un entre los herederos
del doctor J.G.B. Siegert, el inventor del producto, relativo al derecho sobre
la fórmula y la marca del producto. Los tribunales venezolanos declararon
su falta de jurisdicción para conocer del caso pues ni el demandado estaba
domiciliado en Venezuela ni el producto y su marca se encontraban ubicados
en Venezuela. El “Angostura Bitters” sigue fabricándose en Puerto España y
desde allí se comercializa a todo el mundo.
Palabras Clave
Amargo de Angostura
Johann Gottlieb Benjamin Siegert
Derecho Internacional Privado
Jurisdicción
Acciones de contenido patrimonial
Marcas
lex rei sitae
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BLANCA
SIN NUMERAR
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Crítica a la regulación
de las funciones del Banco Central
de Venezuela
Rafael Guilliod Troconis*
I. INTRODUCCIÓN. II. LA REGULACIÓN DE LA POLÍTICA MONETARIA. III. REGULACIÓN DE
LAS FUNCIONES DEL BANCO CENTRAL EN MATERIA DE ESTABILIDAD FINANCIERA. IV. LA
REGULACIÓN DE LA AUTONOMÍA DEL BANCO CENTRAL DE VENEZUELA. V. REFORMA
DE LA REGULACIÓN DE LAS FUNCIONES DEL BANCO CENTRAL DE VENEZUELA
* Abogado (Magna Cum Laude), Universidad Central de Venezuela. Maestría (LL.M.) en Derecho
Bancario, Universidad de Boston. Especialista en Derecho Financiero, Universidad Católica Andrés
Bello. Profesor de Derecho Financiero y Tributario en la Escuela de Derecho de la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela.
BLANCA
SIN NUMERAR
518
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 519-545
ISSN: 0798-1457
I. INTRODUCCIÓN
1. Venezuela ha sufrido durante los últimos años niveles de inflación que
se ubican entre los más elevados del mundo. Los factores que conducen a esta
situación son variados. Pero, en vista de que el Banco Central de Venezuela
tiene como objeto fundamental procurar la estabilidad de precios, es natural
que nos preguntemos si ese Instituto está cumpliendo adecuadamente con sus
funciones.
Una experiencia ajena a las realidades del sistema jurídico venezolano
puede suministrarnos lecciones válidas para una evaluación de las funciones del
Banco Central de Venezuela. En efecto, la crisis sufrida en el mercado financiero
de los Estados Unidos en el año 2008, generó un debate sobre las funciones
que debe cumplir el Estado en la regulación y supervisión de los intermediarios financieros. Como afirma el jurista norteamericano Richard Posner, esa
crisis “nos obliga a comprender la inherente fragilidad del sistema bancario
y, por ende, el peligro de una regulación deficiente, incluyendo una política
monetaria laxa”.1 En el marco de ese debate, se ha discutido la necesidad de
ampliar las funciones de la banca central en materia de estabilidad financiera,
en atención a que sus funciones tradicionales tienen una vinculación directa
con el sector financiero y sus herramientas de política monetaria se aplican,
fundamentalmente, a través de dicho sector.
En todo caso, cualquier cambio en las atribuciones de la banca central en
materia de estabilidad financiera, debe realizarse sin perturbar las atribuciones
que la misma debe desempeñar en materia de estabilidad de la moneda, que
en definitiva predominan sobre las primeras, en razón de su significación y
1
Posner, Richard. The Crisis of Capitalist Democracy. Harvard University Press. 2010, p. 8.
519
Crítica a la regulación de las funciones del Banco Central de Venezuela
trascendencia. En tal sentido, es el criterio universalmente aceptado “que los
objetivos asignados al Banco Central no deben entrar en conflicto con su objetivo principal que se resume en el logro de la estabilidad monetaria requerida
para promover baja inflación y estabilidad de precios”.2
Ahora bien, debe reconocerse que el valor de las experiencias regulatorias
de los países desarrollados en los países en vías de desarrollo no es directa
ni forzosa. Se trata de realidades distintas, en los planos económico, social
y cultural. La regulación financiera permite apreciar esas diferencias. Así,
por ejemplo, la persuasión moral que tiene una influencia determinante en la
supervisión financiera en Inglaterra sería, seguramente, ineficaz en países con
menor grado de disciplina social y desarrollo institucional.
Ello no obstante, consideramos que las experiencias regulatorias foráneas
permiten anticipar problemas y evaluar posibles soluciones, facilitando el
diseño de cuerpos legislativos con mayor calidad técnica y mejor adaptados a
las necesidades de cada sociedad.
2. Producto de la crisis financiera norteamericana de 2008 y sus secuelas,
la literatura especializada ha planteado que la banca central contemporánea
debe proveer estabilidad tanto en el poder de compra de la moneda como en
el sistema financiero del país, incluyendo el sistema de pagos.3
A este respecto, Davies y Green señalan:
Los eventos del pasado reciente han generado un fuerte recordatorio de la
medida en que una economía funcionando correctamente depende de una
infraestructura financiera estable, y cuan delicada y frágil es la infraestructura financiera. La estabilidad de esta última depende de la preservación de
la confianza en sus diferentes elementos, en el valor interno y externo de la
moneda, en la fiabilidad de los mecanismos de pago y compensación, y en
la habilidad de las entidades financieras para proveer, sin perturbaciones,
intermediación entre deudores y prestamistas, a un costo que refleje razonablemente el riesgo involucrado.4
La estabilidad de la moneda cubre dos aspectos diferentes: estabilidad de
la moneda en relación con los precios locales, lo que supone la preservación
2
3
4
Hernández Delfino, Carlos y Hernández G., José Ignacio. “El Banco Central de Venezuela” incluido en
la obra colectiva El Derecho Administrativo Venezolano en los umbrales del siglo XXI. Libro homenaje
al manual de Derecho Administrativo de Eloy Lares Martínez. Editorial Jurídica Venezolana-Universidad
Monteávila. Caracas, 2006, p. 324.
Davies, Howard y Green, David. Banking on the Future: The fall and rise of Central Banking. Princeton
University Press. 2010, p. 19.
Davies, Howard y Green, David. Obra citada, p. 285.
520
Rafael Guilliod Troconis
del poder adquisitivo de la moneda nacional en el mercado interno; y la estabilidad del poder de compra externo de la moneda, esto es, la preservación
del poder adquisitivo de la moneda nacional para la adquisición de bienes y
servicios en el exterior.
Para lograr la estabilidad interna de precios, el Banco Central sólo debe
poner en circulación una cantidad de dinero que evite crear condiciones para
un aumento exacerbado de la demanda para adquirir bienes o servicios. Como
parte de esta limitación, el Banco Central debe eximirse de prestar fondos al
Gobierno, impidiendo que éste incremente de manera desproporcionada su
demanda por bienes o servicios. Para el logro de este último objetivo, se estima
que los bancos centrales deben conservar su autonomía, ya que ello los protege de las presiones del Gobierno para que adopten políticas potencialmente
inflacionarias. El alcance de esa autonomía varía de un país a otro.
Las restricciones impuestas al Banco Central en esta materia tienen el
propósito de evitar que el Gobierno se financie a través de la emisión de dinero, lo cual genera inflación, que constituye un tributo encubierto sobre la
población. El Estado tiene un incentivo para generar inflación, ya que la misma
desvaloriza sus pasivos, permitiendo el cumplimiento de sus obligaciones
con una moneda con valor mermado. En la medida en que el interés real sea
negativo, esto es, que se encuentre por debajo de la inflación, el Gobierno
puede permitirse financiar sus actividades en el presente con recursos cuyo
poder adquisitivo se encontrará deteriorado por la inflación. Ese fenómeno se
agrava si se considera el problema de la deuda flotante en que incurre el Estado
con contratistas y proveedores, en donde de ordinario no se pacta el pago de
intereses por la demora en el cumplimiento de las obligaciones.
Por su parte, el objetivo de alcanzar la estabilidad externa de la moneda
permite mantener el flujo de importaciones requerido por el país y el pago de la
deuda externa. De allí que el Banco Central normalmente sea el administrador
de las reservas internacionales del país y copartícipe en el diseño de la política
cambiaria. En tal sentido, la estabilidad del poder de compra externo del bolívar
exige una administración eficiente de las reservas internacionales del país y la
adopción de una política cambiaria que permita reducir la fuga de capitales –o
más bien la salida del ahorro financiero interno– y privilegiar, si fuera necesario, la canalización de las divisas hacia aquellos bienes o servicios importados
estimados prioritarios para el funcionamiento de la economía nacional.
En lo concerniente a la estabilidad financiera, el Banco Central puede contribuir al logro de este objetivo mediante la formulación e implementación de
las políticas de fijación de tasas de interés activas y pasivas y el establecimiento
521
Crítica a la regulación de las funciones del Banco Central de Venezuela
de niveles mínimos de capital y reservas para los intermediarios financieros. Sin
embargo, debe reconocerse que el objetivo de alcanzar la estabilidad financiera
no depende exclusivamente de los bancos centrales; existen otros entes a cargo
de funciones de supervisión financiera, cuya importancia es determinante para
la sanidad de ese sistema.
Sobre este particular Davies y Green agregan:
Los responsables de la política monetaria deben recordar que la misma
sólo puede realizarse a través del sistema financiero y que sin un sistema
financiero que funcione correctamente, ni las políticas de precio ni las
políticas cuantitativas podrán alcanzar resultados predecibles. De igual
forma, la política de supervisión debe recordar que la actividad financiera
es afectada por lo que pasa en la economía. Los supervisores necesitan
considerar de manera explícita la forma en que el ambiente económico
afecta el comportamiento de los intermediarios financieros y sus clientes,
y estar preparados para ajustar el régimen de supervisión, atendiendo al
cambio experimentado por los riesgos.5
Sin embargo, las experiencias recurrentes de euforias y pánicos en el
sector financiero en diversos países, permiten apreciar la necesidad de que
los bancos centrales tomen medidas preventivas que desalienten la formación
de burbujas especulativas, en tiempos de euforia, y permitan contener las
corridas, en momentos de pánico. Así, cuando se determine la existencia de
burbujas en el mercado financiero o en el sector real de la economía, la banca
central puede adoptar medidas para encarecer el costo del crédito; mientras
que, cuando se produzcan situaciones de pánico, debe desempeñar su papel
tradicional de prestamista de última instancia, que permita a la banca privada
obtener la liquidez necesaria para atender sus obligaciones ante sus depositantes y acreedores.
Los instrumentos de los que se vale el Banco Central para cumplir sus
cometidos son, básicamente, las operaciones de descuento, redescuento, anticipo y reporto, las operaciones de mercado abierto y la fijación de las tasas de
interés activas y pasivas que puede cobrar o pagar la banca.
La estabilidad del sector financiero debe representar un objetivo primario
para la banca central, debido a que dicho sector sirve de instrumento para el
sistema de pagos del país, el cual permite la circulación de bienes y servicios
5
Davies, Howard y Green, David. Obra citada, p. 285.
522
Rafael Guilliod Troconis
en el sector real de la economía. El sistema de pagos incluye los subsistemas
de cheques, tarjetas de crédito y las transferencias electrónicas, en los cuales
la presencia de la banca es indispensable. La estabilidad y eficiencia de ese
sistema son condiciones necesarias para facilitar el comercio y la actividad
económica. Como quiera que el establecimiento de sistemas de pagos privados
genera externalidades, corresponde de ordinario a la banca central la administración de dicho sistema o al menos su supervisión.
A la luz de lo antes expuesto, procederemos a realizar una evaluación
crítica la regulación actual de las funciones del Banco Central de Venezuela.
Dicha evaluación se concentrará en tres áreas: política monetaria, estabilidad
financiera y autonomía. El tema de la autonomía tiene influencia decisiva en
el desempeño de las funciones del BCV, de allí que sea objeto de revisión
conjuntamente con las funciones del Instituto Emisor antes indicadas.
II. LA REGULACIÓN DE LA POLÍTICA MONETARIA
En materia de política monetaria, el encabezamiento y el primer aparte
del Artículo 32 de la Ley del Banco Central de Venezuela establecen:
Artículo 32. Durante el primer mes de cada semestre, el Directorio del Banco
Central de Venezuela aprobará las directrices de la política monetaria, con
las metas y estrategias que orientarán su acción, atendiendo a los objetivos
que fije el Banco.
En tal sentido, el Directorio deberá conocer y evaluar las proyecciones
y escenarios de mediano y largo plazo, referidos a las diversas opciones
de desarrollo de la economía venezolana y el entorno internacional que
permitan fundamentar su estrategia de actuación, recabando de los entes
públicos y privados la información requerida para estos propósitos.
Obsérvese que, según lo dispone este artículo, la determinación de las
metas en política monetaria corresponde al Directorio del Banco Central de
Venezuela. Sin embargo, la meta inflacionaria debe incluirse en el Acuerdo de
Coordinación Macroeconómica, según lo contempla el segundo aparte del Artículo 102 de la Ley del Banco Central de Venezuela, que al respecto señala:
El Acuerdo contendrá, entre otros aspectos, los rasgos en los cuales se
centrarán los objetivos macroeconómicos que deben ser asegurados, los
cuales deberán estar dirigidos a garantizar el crecimiento de la economía,
523
Crítica a la regulación de las funciones del Banco Central de Venezuela
la estabilidad de precios a través de una meta de inflación, el balance fiscal
y el balance externo. Asimismo evaluará las repercusiones sociales de las
políticas económicas que deberán ser utilizadas para alcanzar los objetivos
mencionados (Énfasis añadido)
En esta materia, Davies y Green sugieren que el Ejecutivo establezca una
meta inflacionaria, pero dejando su implementación al Banco Central. De esa
forma se puede alinear de mejor manera la política monetaria con la política
fiscal, en términos de la consecución de la meta trazada.
La implementación de las medidas que permitan alcanzar la meta inflacionaria debe establecerse, en todo caso, en el contexto de otros objetivos de
política económica, como el crecimiento económico o la estabilidad financiera.
Con ello, el Banco Central conservaría suficiente flexibilidad para atender con
celeridad situaciones anómalas en la economía, como por ejemplo el deterioro
de las condiciones económicas del país o la existencia de desbalances en el
sistema financiero.
La meta inflacionaria no debería limitarse al impacto sobre el índice de
precios al consumidor. Según Davies y Green, se debe considerar dentro de
la meta de inflación los precios de activos como la propiedad inmobiliaria. La
consideración del precio de los activos inmobiliarios para el diseño de la política
monetaria, persigue prevenir y evitar la formación de burbujas en el mercado
inmobiliario que puedan generar desbalances en el sistema financiero, tal como
los que dieron origen a la crisis financiera norteamericana de 2008.6
Por lo antes expuesto, es conveniente incorporar al texto de la Ley la
obligación de considerar el precio de bienes inmuebles para asegurar que
los mismos sean considerados en el diseño e instrumentación de la política
monetaria.
Por otra parte, en relación con el control del crecimiento del crédito
bancario, el encabezamiento y el primer aparte del Artículo 51 de la Ley del
Banco Central de Venezuela contempla lo siguiente:
Artículo 51. Con el objeto de regular el volumen general de crédito bancario
y de evitar que se acentúen tendencias inflacionarias, el Banco Central de
Venezuela podrá fijar los porcentajes máximos de crecimiento de los préstamos e inversiones para períodos determinados, así como topes o límites
de cartera para tales préstamos e inversiones.
6
Johnson, Simon y Kwak, James. 13 Bankers: The Wall Street Takeover and the Next Financial Meltdown.
2010, pp. 123 y 124.
524
Rafael Guilliod Troconis
Estas medidas podrán ser establecidas, en forma selectiva, por sectores,
zonas, bancos e instituciones financieras o por cualquier otro criterio de
selección que determine el Banco Central de Venezuela.
Cabe destacar que el volumen del crédito bancario puede fomentar distorsiones en el precio de los activos que le sirvan de respaldo o garantía, generando
burbujas en la economía que puedan afectar eventualmente la sanidad del sistema financiero. Por esta razón, es necesario que el Banco Central establezca
límites al volumen del crédito bancario cuando ello sea necesario.
Por último, la obligación impuesta al Banco Central de Venezuela de
transferir las llamadas reservas internacionales excedentarias al Fondo de
Desarrollo Nacional (FONDEN) deja sin respaldo el contravalor en bolívares
de las reservas transferidas, lo cual ha ejercido una influencia significativa en
los altos niveles de inflación que existen en la actualidad.
Cabe destacar que la evaluación del nivel adecuado de reservas internacionales encuentra antecedentes en estudios efectuados por el Banco de la
República de Colombia en el año 2003, cuyo propósito era destinar las reservas excedentarias a la compra de títulos de la deuda pública.7 Este programa
después fue aplicado por otros países de América Latina, para otros fines. Pero
aparentemente en la actualidad sólo se aplica en Venezuela.
Esta materia está regulada por el Artículo 125 de la Ley del Banco Central
de Venezuela, el cual establece lo siguiente:
Artículo 125. Las divisas que se obtengan por concepto de exportaciones
de hidrocarburos, gaseosos y otros, deben ser vendidas al Banco Central
de Venezuela al tipo de cambio vigente para la fecha de cada operación,
excepto las divisas provenientes de la actividad realizada por Petróleos de
Venezuela S.A., o el ente creado para el manejo de la industria petrolera,
las cuales serán vendidas al Banco Central de Venezuela, al tipo de cambio
vigente para la fecha de cada operación, por las cantidades necesarias a
los fines de atender los gastos operativos y de funcionamiento en el país
de dicha empresa; y las contribuciones fiscales a las que está obligada de
conformidad con las leyes, por el monto estimado en la Ley de Presupuesto
para el Ejercicio Fiscal de la República.
Petróleos de Venezuela S.A., o el ente creado para el manejo de la industria
petrolera, podrá mantener fondos en divisas, con opinión favorable del
Banco Central de Venezuela, a los efectos de sus pagos operativos en el
7
Vid. Banco de la República de Colombia. Reportes del Emisor. Diciembre 2003.
525
Crítica a la regulación de las funciones del Banco Central de Venezuela
exterior y de inversión, y a lo que prevea la Ley, lo que aparecerá reflejado
en los balances de la empresa. Asimismo, informará trimestralmente o a
requerimiento del Banco Central de Venezuela sobre el uso y destino de los
referidos fondos.
El remanente de divisas obtenidas de la fuente indicada en el presente
artículo, será transferido mensualmente al Fondo que el Ejecutivo Nacional creará a los fines del financiamiento de proyectos de inversión en
la economía real y en la educación y la salud; el mejoramiento del perfil y
saldo de la deuda pública, así como la atención de situaciones especiales
y estratégicas.
Las transferencias que, con arreglo a lo dispuesto en este artículo, efectúa el Banco Central de Venezuela, se harán dentro de los quince días
siguientes al cierre de cada ejercicio semestral, tomando en consideración
la estimación del nivel adecuado de reservas internacionales prevista en
el artículo 87 de la presente Ley con respecto a lo observado en dicho
cierre.
La aplicación de los recursos transferidos al Fondo a que se contrae el
presente artículo será informada al Banco Central de Venezuela en los términos y con la periodicidad que su Directorio determine al efecto (Énfasis
añadido).
La obligación impuesta al Banco Central de transferir las reservas excedentarias al FONDEN, carece de contraprestación. Ello altera de manera significativa la base monetaria de la economía venezolana, ya que disminuye el
respaldo en divisas que le sirve de fundamento. Por supuesto, esta disposición
afecta negativamente el cumplimiento del objetivo de lograr la estabilidad
de los precios internos, que forma parte de los cometidos tradicionales de la
Banca Central.
Adicionalmente, esta obligación deteriora la capacidad del país de honrar
sus obligaciones financieras porque “a mayor nivel de reservas, mayor es
el acceso a los mercados y menor el costo; por el contrario, si las reservas
caen por debajo de un nivel que los prestamistas internacionales consideran
adecuado, los mercados se cierran, se incrementa la prima de riesgo, y las
agencias calificadoras disminuyen su percepción sobre la probabilidad de
cumplimiento de los pagos del país”.8
Al margen de lo antes indicado, desde el punto de vista jurídico, debe
cuestionarse la constitucionalidad de la obligación impuesta al Banco Central
8
Banco de la República de Colombia. Obra Citada13 Bankers: The Wall Street Takeover and the Next
Financial Meltdown, p. 1.
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Rafael Guilliod Troconis
de Venezuela en el Artículo 125 de la Ley que lo rige. En efecto, esta obligación
contraviene lo previsto en el Artículo 318 de la Constitución, que le otorga al
Banco Central la competencia de administrar las reservas internacionales.9 En
tal sentido, la transferencia de recursos en divisas a FONDEN supone que ese
Fondo administrará una parte de las reservas internacionales, lo que colide con
el artículo citado de la Constitución, que establece la competencia del Banco
Central de Venezuela para administrar las reservas internacionales.
El Artículo 125 de la Ley del Banco Central de Venezuela fue objeto de
un recurso de nulidad por inconstitucionalidad ante la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, en cuya sentencia se declaró sin lugar al mismo.10 Entre los argumentos citados por la mayoría de esa Sala se destaca que
las competencias constitucionales atribuidas al Instituto Emisor para lograr la
estabilidad de precios y preservar el valor interno y externo de la unidad monetaria deben ser ejercidas en coordinación con la política económica general
formulada por el Ejecutivo Nacional. Agrega la Sala que no puede derivarse
de lo previsto en el Artículo 318 de la Constitución, que exista una obligación
de centralizar las divisas que se obtengan por concepto de exportaciones de
hidrocarburos o de la explotación de cualquier otra actividad económica, sino
que esa determinación corresponde a una decisión normativa de rango legal o
sublegal de política en materia económica. Para finalizar, la Sala sostiene que
no existen en el expediente elementos de convicción que permitan determinar
una violación irreversible o de difícil reparación al contenido de los valores
y derechos que garantiza la Constitución –tales como acciones susceptibles
de convalidar o financiar políticas fiscales deficitarias del gobierno nacional–,
más si se tiene en cuenta que las divisas que serán transferidas al FONDEN
serán empleadas en el financiamiento de proyectos de inversión en la economía real y en la educación y la salud; el mejoramiento del perfil y saldo de la
deuda pública; así como la atención de situaciones especiales y estratégicas,
lo cual se subsume en el Artículo 311 de la Constitución, que establece que
el ingreso que se genere por la explotación de la riqueza del subsuelo y los
minerales, en general, propenderá a financiar la inversión real productiva, la
educación y la salud.
Sobre este particular véase Reyes Torres, Eddy. “El Banco Central de Venezuela y las Reservas
Internacionales Excedentarias”, incluido en la obra colectiva Temas Actuales de Derecho Bancario:
Libro Homenaje a la Memoria del Dr. Oswaldo Padrón Amaré. Fundación de Estudios de Derecho
Administrativo. Caracas, 2009, pp. 577-8.
10
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. 16 de noviembre de 2010.
9
527
Crítica a la regulación de las funciones del Banco Central de Venezuela
Sin embargo, en voto salvado del Magistrado Pedro Rondón Haaz, se
presentan argumentos de peso en contra del criterio expuesto por la mayoría.
Así, sostiene el disidente, que el Artículo 312 de la Constitución no obliga al
Banco Central a subordinarse al Ejecutivo Nacional, esto es, a supeditar las
políticas monetarias a los designios de la política fiscal; por el contrario, la
letra de la Constitución obliga a que la política fiscal se defina en atención a
los designios del Banco Central, órgano que se considera, según la Constitución, como el único capacitado para la lucha contra la inflación y los altibajos
del signo monetario. Agrega el magistrado disidente que la transferencia del
remanente de divisas que son obtenidas de las exportaciones de hidrocarburos
al FONDEN infringe el Artículo 318 de la Constitución, ya que constituye una
evidente delegación de la administración de parte de las reservas internacionales
al Gobierno, competencia que sólo está atribuida al Banco Central de Venezuela.
Finaliza el magistrado disidente indicando que las reservas internacionales son
una parte central del valor de la moneda, con lo cual su administración es un
componente fundamental de la política monetaria, cuyo ejercicio, es competencia exclusiva y obligatoria del Banco Central de Venezuela.
A nuestro juicio, a los argumentos presentados por el magistrado disidente
cabría agregar que si se admite que la administración de las reservas internacionales pueda realizarse por entes distintos del Banco Central de Venezuela,
se estaría vaciando de contenido a la norma que le atribuye esa competencia
al Instituto Emisor en la Constitución.
En conclusión, por contravenir el cumplimiento de las competencias del
Banco Central en materia de estabilidad interna y externa de la moneda, así
como por violar el Artículo 318 de la Constitución, según el cual corresponde al
Banco Central de Venezuela la administración de las reservas internacionales,
debe modificarse el Artículo 125 de la Ley que rige al Instituto Emisor, para
eliminar la obligación de efectuar transferencias al FONDEN de los montos
excedentes de reservas internacionales.
III. REGULACIÓN DE LAS FUNCIONES DEL BANCO CENTRAL
EN MATERIA DE ESTABILIDAD FINANCIERA
1. En materia de estabilidad financiera, el último aparte del Artículo 32
de la Ley del Banco Central de Venezuela establece:
“…Los organismos con competencias en materia de supervisión de las entidades del sistema financiero deberán enviar al Banco Central de Venezuela los
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Rafael Guilliod Troconis
informes de las inspecciones que realicen a las entidades sujetas a su control,
a efectos de la aprobación de las directrices de política que debe aprobar el
Directorio de ese Instituto, durante el primer mes de cada semestre”.
De lo indicado en este artículo se desprende que el Banco Central de Venezuela no ejerce una supervisión directa sobre el sistema financiero sino que
se apoya en la información recabada por los organismos con competencias en
materia de supervisión del sistema financiero.
La información que se debe enviar al Banco Central de Venezuela no
se limita al sector bancario, sino que se extiende a los sectores asegurador y
bursátil, que conjuntamente con el sector bancario conforman el sector financiero, a tenor de lo dispuesto en el Artículo 5 de la Ley Orgánica del Sistema
Financiero Nacional. Esta disposición establece:
Artículo 5. El Sistema Financiero Nacional está conformado por el conjunto
de instituciones financieras públicas, privadas, comunales y cualquier otra
forma de organización que operen en el sector bancario, el sector asegurador, el mercado de valores y cualquier otro sector o grupo de instituciones
financieras 
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