Santo Tomás de Aquino: Vías del conocimiento de Dios

Anuncio
• 3.      La naturaleza de Dios.
3.1. VÃ−as al conocimiento de Dios.
Una cosa es saber que Dios existe y otra diferente es saber en qué consiste ser Dios. Por las vÃ−as
sabremos que existe, pero apenas nos dicen nada sobre la esencia de Dios, sobre su naturaleza.
Existe una vÃ−a al conocimiento de Dios que se denomina vÃ−a sobrenatural. Ã sta contiene a su vez dos
maneras. La primera directa, inmediata y evidente es la que resultará de la contemplación de Dios en el
cielo, aunque nadie vivo ha visto de modo directo y pleno a Dios -metafóricamente se dice ver la cara de
Dios. La segunda es algo más oscura y se asienta en la fe.
Con independencia de la anterior, lo que a Tomás le interesa estudiar es si es posible establecer una vÃ−a
racional al conocimiento de Dios
El cristianismo ha considerado que la naturaleza de Dios excede las capacidades del entendimiento humano.
Tomás está de acuerdo en eso y lo fundamenta al señalar que nuestras ideas, que son los "ladrillos" con
los que construimos nuestros conocimientos, se asientan en la experiencia; es decir, tienen como objetos seres
del mundo sensible, seres inmanentes. Pero Dios ni es objeto de experiencia, al menos en esta vida, ni tan
siquiera es un objeto del mundo. No se trata de que a Dios no se le vea porque ahora no está presente, es que
no podrÃ−a estarlo, tal y como él es, porque él no es un objeto sensible que pueda percibirse, ni puede
serlo; y eso significa que él es trascendente. Y entonces la cuestión es, cómo es posible tener
conocimiento de su naturaleza cuando nuestras ideas, que son los ladrillos de nuestros conocimientos,
proceden de lo sensible y Dios es trascendente.
La forma en que tradicionalmente se encaraba esta cuestión tenÃ−a como resultado la denominada vÃ−a
negativa[11]. Según esta teorÃ−a podemos conocer algo de cómo es Dios a través de descartar lo que no
es él. Lo que se puede descartar de él es aquello que le conviene a lo creado por Dios, en tanto que
criatura.
Por ejemplo, lo creado por Dios, en tanto que tal, es corpóreo, móvil, temporal… Luego Dios no será
corpóreo, mutable, temporal…
Aunque lo que proporciona esta vÃ−a no es un conocimiento positivo, si puede servir para dar un
conocimiento aproximado de Dios.
Desde ese modo de ver las cosas algunos pensadores, como Maimónides, considerarán que de Dios sólo
se pueden decir propiedades negativas. Otros pensarán que cuando se dice, por ejemplo, que "Dios es
bondad" o "Dios es viviente", no hay que entender que Dios esté "vivo" o sea "bondadoso", ya que esos
predicados los conocemos al modo humano, sino que Dios es la causa de toda bondad y vida. Tomás no
estará de acuerdo, y señalará que por lo mismo podrÃ−a decirse que Dios es cuerpo, ya que él es causa
de todos los cuerpos.
Tomás señala que los predicados como "bueno" y "sabio" sÃ− dicen algo positivo de Dios, aunque esas
ideas, desde luego, no representen perfectamente a Dios, sólo lo hacen en la medida en que nuestro
entendimiento puede conocerle, que será como su reflejo en las cosas sensibles.
Que Dios sea "bueno" no indicará que lo sea al modo de la criatura, sino de un modo que excluye las
imperfecciones y limitaciones de la criatura. Si Dios es sabio es de un modo que excede nuestra experiencia
de lo que es sabidurÃ−a, pero en algunos seres creados por Dios hay un reflejo de su sabidurÃ−a. Nuestro
concepto de sabidurÃ−a es humano, pero tiene una cierta relación con lo que denominamos sabidurÃ−a en
1
Dios. Nuestro modo de conocer positivamente a Dios se funda no en ver a Dios, sino en conocer la "esencia"
de lo que es sabidurÃ−a a partir de su presencia en el ser humano, y considerar que conocido lo que es
"sabidurÃ−a" ésta es similar tanto si se aplica a Dios como al hombre[12]. Sin embargo, es tanta la
distancia que separa a Dios del hombre que, esos mismo conceptos como "sabidurÃ−a" cuando se aplican a
Dios y al hombre, no tienen en sÃ− una relación unÃ−voca —no significan lo mismo—, sino
analógica—presentan como cierto parecido de familia[13].
La palabra "sano" se puede predicar analógicamente del alimento —alimento sano—, del pasear —paseo
sano—, de una medicina —medicina sana—, del color de la cara —color de cara sano—, y en cada caso
quiere decir una cosa distinta; que conserva la salud, que la produce, que la devuelve, que es indicio de ella…
En todas esas apariciones "sano" significa cosas distintas, por eso el significado no es unÃ−voco. Pero como
esos significados guardan un parecido de familia, una unidad analógica en la palabra "salud", se dice del
término que no es equÃ−voco, sino analógico.
Apoyándose en la noción de analogÃ−a Tomás establece la posibilidad de una vÃ−a racional al
conocimiento de la naturaleza de Dios que mantiene dos caracterÃ−sticas, ser afirmativa y analógica.
Esta vÃ−a que, por supuesto, proporciona un conocimiento menos perfecto que la vÃ−a sobrenatural, puede
estructurarse en tres fases. La primera serÃ−a afirmar de Dios, analógicamente, las perfecciones que él ha
causado en los seres creados. Segundo serÃ−a negar de él lo que es propio únicamente de los seres
creados por el hecho de serlo. Tercero elevar al grado máximo las perfecciones que nos quedan, en el modo
que nos quedan.
2
Descargar