Revista del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Teruel Presidente: Ismael Sánchez Hernández Vicepresidente: Jesús Ángel Mar!nez Burgui Atalaya Medica Turolense es el nombre de la cabecera de la revista que edita el Colegio Oficial de Médicos de Teruel. Esta revista servirá también para publicar aquellos temas que en cada momento interesen o preocupen a la profesión médica: Documentos de é#ca y deontología, observaciones o recomendaciones sobre aspectos asistenciales, legislación, convocatoria de premios, concursos, temas de interés médico actual, ac vidades colegiales, etc. Se trata de una publicación de carácter semestral, abierta a todos los Médicos Colegiados en Teruel. Comité Editorial: Director: Jesús Ángel Mar!nez Burgui Subdirector: Jesús Sánchez Padilla Vocales del Colegio de Médicos de Teruel: Sonia Sebas#án Checa Pedro I. Bono Lamarca Beatriz Sanchís Yago Agus!n Galve Royo Miguel Nassif Torbey Comité Cien!fico: Coordinador: Jesús Ángel Mar!nez Burgui José Manuel Sanz Asín (Servicio de Neurología del Hospital Obispo Polanco) Clemente Millán Giner (Atención Primaria de Alcañiz) Antonio Mar!nez Oviedo (Servicio de Urgencias del Hospital Obispo Polanco) Carlos Izquierdo Clemente (Atención Primaria de Zaragoza) Francisco Rodilla Calvelo (Servicio de Farmacologia del Hospital Obispo Polanco) Vicente Estopiñán García (Servicio de Endocrinología del Hospital obispo Polanco) Rafael Saenz Guallar (Atención Primaria de Alcañiz) José Enrique Ruiz Laiglesia (Servicio de Nefrología del Hospital Clinico) Juan Carlos Cobeta García (Servicio de Reumatología del Hospital Miguel Servet) Juan Antonio Domingo Morera (Servicio de Neumología del Hospital Miguel Servet) Ivan Ulises Fernández-Bedoya Korón (Servicio de Radiodiagnos#co del Hospital Obispo Polanco) Joaquín Velilla Moliner (Servicio de Urgencias del Hospital Miguel Servet) Enrique Alonso Formento (Servicio de Urgencias del Hospital Miguel Servet) DISEÑO y MAQUETACIÓN: M.A. Cano o Edita: Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Teruel Depósito Legal TE-131-2013 ISSN 2254-2671 Indexada en LATINDEX - Folio 24152 2 SUMARIO Editorial Código deontológico: compromisos y obligaciones de la profesión médica. Luis Ciprés Casasnovas Colaboración cien!fica Médicos de familia ¿hasta aquí hemos llegado? Carlos Izquierdo Clemente Originales Hábito tabáquico entre los profesionales de los centros de salud del sector Teruel. B. Sanchis Yago / C. 5 7 12 Izquierdo Clemente / C. Iannuzzelli Barroso / C. López Mas / S. Valdearcos Enguidanos / E. García López Análisis de los !empos quirúrgicos de las intervenciones de cirugía general y diges!vo. J. Mar!n Pérez Revisión de la eficacia de pautas de dosificación off-label de fármacos biológicos en psoriásis. A. González Álvarez / E. Giner Serret / V. Caballero Pérez / F. Rodilla Calvelo Notas Clínicas Glomerulonefri!s post-estreptocócica en la infancia. A propósito de tres casos. V. Caballero Pérez / L. Gracia 37 Torralba / E. Carlos López Soler / A. González Alvarez Absceso cerebral por quemadura electrica; una rara complicacion. M. León Escalante / W. Pita Merejildo / V. Suárez Contreras / C. Iannuzzelli Barroso Síndrome de Marshall como causa de fiebre recurrente, a propósito de dos casos. J. Astudillo Cobos / I. Sirbu / O. Myronenko / P. Sanz de Miguel Paciente con trauma!smo y dolor en muñeca. A propósito de dos casos. M. Osca Guadalajara / Mª P. Muniesa Herrero / A. Castro Sauras / J. V. Díaz Mar$nez Dolor persistente en muñeca tras trauma!smo de 4 meses de evolución. J.V. Díaz Mar$nez / J.J. Ballester Gimenez / A. Castro Sauras / M. Osca Guadalajara Dolor torácico. Síndrome de Boerhaave. E. C. López Soler / F. Rodero Álvarez / C. López Mas Hernia de Spiegel: a propósito de un caso. C. Blanco Pino / F. J. Esteban Fuentes / M. Oset García / D. Soffian!ni Vocalía de Jubilados Emponderamiento en torno al mayor ante el conflicto económico del desequilibrio demográfico. 73 J. Sánchez Padilla Celebraciones y eventos Cursos impar!dos 81 Concurso Navideño 2014 3 Seguro de Automóvil Porque cuando se queda sin coche, es cuando más ayuda necesita Así funcionan nuestras nuevas coberturas exclusivas: ¿Tiene un problema con el coche y necesita que alguien le acerque al taller? Nosotros lo hacemos ¿No sabe cómo volver a casa después? Nosotros le llevamos Y en caso de siniestro total, ¿cómo va a moverse? Con el coche de sustitución que A.M.A. pondrá a su disposición Así de fácil y así de claro. Confíe en la experiencia de A.M.A. y disfrute del mejor servicio con total tranquilidad. A.M.A. TERUEL Joaquín Arnau, 2; 1º Tel. 978 61 72 10 [email protected] 4 www.amaseguros.com Código deontológico: compromisos y obligaciones de la profesión médica La Medicina es la única profesión que ha dispuesto desde siempre de unas normas é!cas consustanciales y aplicables a su ejercicio. Ya Hipócrates (460-370 antes de Cristo) con su “Juramento Hipocrá!co” nos hace llegar unos principios básicos de comportamiento profesional; aunque no es hasta el S. XIX de la mano del moralista y legislador ingles Jeremy Bentham (1748-1832) cuando se introduce el termino Deontología en su acepción de deber u obligación é!ca en el ejercicio profesional. Nuestra Deontología Médica se asienta sobre principios básicos con solera de años pero a la vez huye del inmovilismo y adapta, desarrolla y actualiza las normas a la realidad profesional y social de cada momento; es por ello que la Organización Médica Colegial aprobó en su Asamblea General del 9 de julio de 2011 el primer Código de Deontología del siglo XXI, elaborado por la Comisión Central de Deontología tras un amplio proceso par!cipa!vo y de consenso de todos los Colegios de Médicos de España. Dr. Luis Ciprés Casasnovas Presidente de la Com. Deontológica del Col. de Médicos de Teruel. Miembro de la Comisión Central de Deontología de la O.M.C. que han de inspirar y guiar la conducta profesional del médico”; y en el Art. 2.1 el ámbito de aplicación de los principios que con!ene: “Los deberes que impone este Código, en tanto que sancionados por una En!dad de Derecho Público, obligan a todos los médicos en el ejercicio de su profesión, cualquiera que sea la modalidad en la que la prac!quen”. Del punto anterior se deduce que las normas que con! ene el CDM son de obligado cumplimiento Se trata de un Código, que sin roturas violentas con el anterior, aporta muchas novedades, y que, por tanto, su infracción puede llevar aparejapues no es una actualización del de 1999, sino una das la imposición de sanciones “El incumplimiento nueva redacción con casi el doble de contenido y de algunas de las normas de este Código supone inen el que se incluyen como novedades: 5 capítu- currir en falta disciplinaria !pificada en los Estatulos; “Objeción de Conciencia”, “Atención Médica al tos Generales de la Organización Médica Colegial, Final de la Vida”, “Pruebas Gené!cas”, “Dopaje De- cuya corrección se hará a través del procedimiento por!vo” y “Docencia Médica”; 25 ar"culos y 107 norma!vo en ellos establecido” (Art. 2.2). puntos. Conviene recordar que por el hecho de ser normas de obligado cumplimiento se ha procuraLa Deontología Médica, recogida en el Código, la construimos los propios médicos como una do que puedan ser asumidas por la mayor parte de “Autorregulación” que es un compromiso explici- una colegiación muy amplia y plural; esta cues!ón to de una mayor exigencia profesional y é!ca del se recoge en el Preámbulo del CDM “Al tratarse de médico con los pacientes y la sociedad. Son unas normas de obligado cumplimiento se ha mantenido normas de conducta que los médicos nos “Autoim- el principio general que siempre inspiró su redacponemos” por encima y más exigentes de lo que ción: codificar sólo aquellas conductas y situaciones determinan las leyes. Es un “Compromiso” que que sean asumidas por la mayoría de la colegiación, la profesión médica adquiere con los ciudadanos sin quebrantar la conciencia de nadie, ni violentar y con la sociedad en respuesta a la autonomía y los fundamentos é!cos que garan!zan la convivencia de un amplio colec!vo, que necesariamente ha autorregulación que ambos nos conceden. de tener y mantener opiniones dis!ntas ante alguEn el Ar!culo 1 del “Código de Deontolonos dilemas, que el ejercicio de una medicina cada gía Médica” (CDM) se establece la definición: ”La vez más compleja plantea” Deontología Médica es el conjunto de principios 5 Tenemos en nuestras manos un Código Deontológico, fruto de un trabajo conceptual y terminológico intenso realizado a lo largo de varios años, que siendo el Código de la par•cipación, del consenso, del respeto a la tradición deontológica y de la autorregulación; también lo es de la responsabilidad para asumir que si queremos ser y somos libres en nuestras acciones y prescripciones también tenemos que estar dispuestos a dar de nuestras actuaciones una jus•ficación razonable y profesionalmente aceptable. El Código además de su papel norma•vo para regular situaciones y comportamientos también cumple la misión de ser una “Guía de É•ca Médica” muy ú•l para la prac•ca médica ya que en ella se pueden encontrar respuestas a dudas o incer•dumbres del ejercicio profesional diario: calidad de la atención médica, objeción de conciencia, historia clínica electrónica, problemas é•cos del comienzo y final de la vida, secreto médico, dopaje, prevención de la enfermedad, consultas no presenciales, huelga de hambre, autonomía e información al paciente, salud mental, pruebas gené•cas, •empo preciso para los actos 6 médicos, incen•vos, relaciones con la industria farmacéu•ca , trasplantes de órganos, docencia médica, etc. Se trata de un instrumento: novedoso, en cuanto que aborda la problemá•ca médica y social actual; valiente, ya que no rehúye pronunciarse sobre situaciones conflic•vas, y que aporta un compromiso explicito y claro de nuestra profesión con los pacientes y la sociedad. Se podría concluir resaltando que aunque el Código también tenga una misión puni•va su obje•vo fundamental, tal como se recoge en el Preámbulo del CDM, es confirmar el compromiso de la profesión médica con la sociedad y potenciar los principios esenciales de la misma: “El fomento del altruismo, la integridad, la honradez, la veracidad y la empa"a, que son esenciales para una relación asistencial de confianza plena” con la finalidad de lograr “La mejora con•nua en el ejercicio profesional y en la calidad asistencial, basadas en el conocimiento cien"fico y la autoevaluación”. Revista Atalaya Medica nº 6 / 2014 Colaboración Científica Pág. 7-11 Original entregado 06/10/2014 Aceptado 24/11/2014 MEDICOS DE FAMILIA ¿HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO? (HISTORIA BREVE EN ESPAÑA) Dr. Carlos Izquierdo Clemente Centro de Salud Sagasta-Ruiseñores. Atención Primaria Zaragoza A finales del siglo XX se produjo España una importan!sima reforma de la Atención Primaria con tres hitos importantes: - La creación de la especialidad de Medicina Familia y Comunitaria en 1978. - El Real Decreto 137/1984 sobre estructuras básicas de salud. - La promulgación de la Ley General de Sanidad en 1986. ANTECEDENTES HISTÓRICOS En España a finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX se desarrollaron numerosas “mutuas” y “cajas de enfermedades” promovidas por sindicatos y empresarios para la atención de los trabajadores, en muchas ocasiones con el sistema de “igualas” (cuotas periódicas fijas, para recibir atención sanitaria gratuita). Este sistema dio origen al ins"tuto nacional de previsión (INP), organización sanitaria que cubría a la población obrera asalariada, la beneficencia con aportaciones públicas o privadas se encargaba de la población sin recursos. Se implanta el Seguro Obligatorio de Enfermedad (SOE) en 1942. El SOE queda a cargo del INP, como en"dad aseguradora única, y entre las prestaciones del Seguro, estaba la asistencia sanitaria en caso de enfermedad y maternidad, e indemnización económica por la pérdida de retribución derivada de las situaciones anteriores. Hasta la década de los 80 se mantuvieron en atención primaria (AP) una estructura de médicos "tulares en el medio rural y de médicos de cupo en ambulatorios para municipios de más de 10.000 habitantes. Ambos ejercían su labor asistencial en base a un cupo de asegurados. El médico rural tenía asignado un ámbito territorial (par"do médico) y servía como funcionario con labores de salud pública, y asistencial en base al número de car"llas de trabajadores en su cupo, sobre los que tenía labores sanitarias, además exis!a un sistema de igualas, pactado con las familias del municipio. Los consultorios individuales y los ambulatorios irían progresivamente desapareciendo hasta la actualidad, en la que se ha completado el mapa sanitario en Aragón. En 1978 como consecuencia de la reforma efectuada sobre la ges"ón ins"tucional de la seguridad social, la salud y el empleo, se suprimió el Ins"tuto Nacional de Previsión, pasando la ges"ón y administración de los servicios sanitarios del Sistema de Seguridad Social al Ins"tuto Nacional de la Salud (INSALUD), organismo de nueva creación. En 1981 de acuerdo con el principio de descentralización territorial, se inicia el traspaso de competencias en materia de asistencia sanitaria de la Seguridad Social a las Comunidades Autónomas, proceso que se culmina en el año 2001, con la trasferencia a las 10 comunidades que restaban, incluida Aragón. En 1986 la Ley General de Sanidad configura el nuevo modelo de organización sanitario español, creándose el Sistema Nacional de Salud, y define el concepto de servicio sanitario público que debe prestar el Estado. A par"r de 1989, se amplía la previsión cons"tucional en lo que se refiere a la protección de la salud de los ciudadanos, por una parte, se produce el cambio de financiación del gasto sanitario público, que pasa a ser fundamentalmente asumido por el Estado, a través del sistema imposi"vo ordinario; y por otra parte, se ex"ende la cobertura sanitaria de la Seguridad Social a las personas no incluidas en la misma y sin recursos suficientes. DECLARACION DE ALMA-ATA La conferencia internacional sobre atención primaria de salud de 1978, en Alma-Ata, capital de Kazajistán (una de las repúblicas de la an"gua 7 Colaboración Científica URSS) patrocinada por la OMS. produjo el despegue de una nueva concepción de la A.P. en numerosos países incluido el nuestro. Se propuso un obje!vo, altamente mo!vador, pero imposible de cumplir “salud para todos en el año 2000”. Se establecía que el derecho a la salud es un derecho humano fundamental. La desigualdad en salud se consideró polí!ca, social y económicamente inaceptable, se instaba al aumento de protección social para lograr el máximo de salud para todos. Para lograr los fines de salud para todos se proponía la cobertura asistencial universal por los servicios de AP. y el desarrollo de sistemas nacionales de salud. Siendo preciso abordar la mul!causalidad de la enfermedad, mantener el acercamiento bio-psico-social, la atención al individuo, a la familia y a la comunidad, con la necesidad de un equipo mul!disciplinar para integrar promoción, prevención, curación y recuperación de la salud. España estuvo presente en la conferencia y firmó la declaración de alma-ata . CREACION DE LA MEDICINA DE FAMILIA En un ambiente de permeabilidad ideológica durante la transición polí!ca y con los ejemplos de los centros de salud finlandeses como modelo promocionado por la O.M.S., la experiencia de ges!ón sanitaria de algunos salubristas emigrados de La!noamérica, principalmente chilenos, el desarrollo en EEUU. de la especialidad de medicina de familia (primer país donde nace la especialidad en 1966 ) y con la filoso#a emanada de declaración alma ata, se impulsó la reforma de A.P. que hoy conocemos. La implantación de la especialidad se realizó previamente al marco jurídico de la A.P, de hecho los movimientos reivindica!vos de las primeras promociones de especialistas de medicina familiar y comunitaria (MFC) vía MIR, impulsaron la creación de los centros de salud pilotos y los nuevos conceptos de trabajo. La presencia de especialistas de médicos de familia en AP. fue decisiva para la implantación de equipos mul!disciplinares en el primer nivel asistencial con nuevos conceptos de trabajo en equipo: 8 -registros de ac!vidades y sistemas de información, historias clínicas - educación para la salud -programación de la asistencia en consulta. Elaboración de protocolos - realización de docencia e inves!gación. Se crea la especialidad de MFC con el obje!vo de lograr un medico bien formado en lo cien$fico, capaz de tener una visión de salud de la comunidad. Se aspiraba a que este médico fuera la figura fundamental del sistema sanitario. En la convocatoria MIR de 1979 aparece por primera vez la especialidad de MFC y las unidades docentes pilotos de medicina de familia. Para que los futuros especialistas roten por los centros de salud tendrán que esperar hasta 1982, y un año después se aprueba el primer programa docente de la especialidad. REAL DECRETO 137/84 El elemento legisla!vo clave de la organización de la atención primaria, que reflejo casi literalmente a con!nuación - Zona de Salud La Zona de Salud, marco territorial de la atención primaria de salud, es la demarcación poblacional y geográfica fundamental: delimitada a una determinada población, siendo accesible desde todos los puntos y capaz de proporcionar una atención de salud con!nuada, integral y permanente con el fin de coordinar las funciones sanitarias afines - Centro de salud El Centro de Salud es la estructura #sica y funcional que posibilita el desarrollo de una atención primaria de salud coordinada globalmente, integral, permanente y con!nuada, y con base en el trabajo de equipo de los profesionales sanitarios y no sanitarios que actúen en el mismo. En él desarrollará sus ac!vidades y funciones el Equipo de Atención primaria. En el medio rural podrá, exis!r un Consultorio Local en cada una de las localidades restantes que cons!tuyan la Zona. Igualmente, en el medio urbano, cuando las condiciones lo aconsejen, podrán exis!r otras instalaciones diferenciadas dependientes del Centro de Salud. MEDICOS DE FAMILIA ¿HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO? Colaboración Científica - Equipo de Atención Primaria El conjunto de profesionales sanitarios y no sanitarios con actuación en la Zona de Salud recibe la denominación de Equipo de Atención Primaria. Componen o compondrán el Equipo de Atención Primaria: Los Médicos de Medicina General y Pediatría, Diplomados en Enfermería, Matronas, Auxiliares de Clínica, Trabajadores Sociales El personal de administración, recepción de avisos, información y cuidados de mantenimiento. Se pueden incorporar otros profesionales según Equipos, como unidad de salud mental (psiquiatra, psicólogo y apoyos) fisioterapeutas, odontólogos, etc. Los Equipos de Atención Primaria son elementos organiza"vos de carácter y estructura jerarquizados, bajo la dirección de un Coordinador Médico. - Funciones de los Equipos de Atención Primaria Prestar asistencia sanitaria, tanto a nivel ambulatorio como domiciliario y de urgencia, a la población adscrita a los Equipos en coordinación con el siguiente nivel asistencial. Realizar las ac"vidades encaminadas a la promoción de la salud, a la prevención de la enfermedad y a la reinserción social. Contribuir a la educación sanitaria de la población. Realizar el diagnós"co de salud de la Zona. Evaluar las ac"vidades realizadas y los resultados obtenidos. Realizar ac"vidades, de formación pregraduada y posgraduada de atención sanitaria, así como llevar a cabo los estudios clínicos y epidemiológicos que se determinen. Par"cipar en los programas de salud mental, laboral y ambiental. El trabajo en equipo obliga a que cada uno de sus miembros par"cipe en el estudio, ejecución y evaluación de las ac"vidades comunes. DESARROLLO DE LOS CENTROS DE SALUD La creación de los centros de salud ha llevado a la configuración de equipos diversos, con la par"cipación de médicos de familia, enfermería, Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 trabajadora social, matrona, auxiliar de clínica y personal administra"vo, según "pos de centros además odontólogos, psiquiatras, psicólogos, equipos de atención domiciliaria, etc. Todo lo cual ha llevado a la construcción de nuevos centros, con la creación de la unidad de admisión, sistema de archivo y documentación clínica, salas de extracciones, urgencias y a veces cirugía menor, siendo más reciente la informa"zación generalizada de la ac"vidad. Así mismo ha mejorado el acceso a la realización de pruebas diagnós"cas en el centro de salud: analí"cas, electrocardiograma, espirómetros, citologías, etc. Y las pe"ciones externas de radiogra#as, ecogra#as, tac o resonancias, endoscopias, etc. Por tanto a los programas iniciales de atención a la infancia, mujer, adulto, anciano, vacunaciones y patologías crónicas (diabetes, dislipemias, hta, epoc ), se han ido añadiendo otros como atención al paciente terminal, deshabituación tabáquica, control de an"coagulación, etc. El aislamiento secular del médico rural, y el escaso pres"gio del médico general urbano han quedado atrás. los ciudadanos están sa"sfechos de la atención sanitaria en primaria, y ha aumentado el respeto hacia la misma desde el ámbito hospitalario, con el que se va aumentando la colaboración, aunque queda camino por recorrer. Como ejemplo de la visión de los ciudadanos, reflejar un apartado de la Encuesta de Sa"sfacción de los Usuarios sobre el Sistema de Salud de Aragón, 2013-2014, estos responden que - el interés que demuestran los médicos junto a la amabilidad del personal en su trato son los dos indicadores mejor valorados del cues"onario (91,7% y 91,6%, respec"vamente, de usuarios sa"sfechos o muy sa"sfechos). EL SISTEMA DE ESPECIALIZACION. MIR El sistema de especialización de posgrado ha significado un gran avance cualita"vo para la educación médica en España, aunque su estructuración en torno a un examen "po test, debería evolucionar hacia una valoración de la competencia y la racionalidad crí"ca. Resultó desde luego una gran aportación para la atención pri9 Colaboración Científica maria, con la nueva incorporación de especialistas formados en medicina de familia tanto en el hospital con sus otros compañeros de otras especialidades, como en el centro de salud con sus tutores. La implantación de la atención primaria se caracterizó desde el inicio por la falta de homogeneización del colec!vo de faculta!vos que ejercían. Dificultando la unidad del colec!vo a la hora se sus demandas, y fue responsable de infinidad de conflictos laborales o de valoración para exámenes y concursos, traducidos en conflictos de integración en los equipos, y absorbiendo gran parte de la energía que el sistema precisaba para su desarrollo. La dificultad de absorción de los especialistas nuevos por parte de la atención primaria ha favorecido una cierta diáspora de los mismos, fuera del medio natural que les corresponde, por ejemplo con los numerosos médicos de familia en servicios de urgencia, y en sistemas sanitarios de otros países. El úl!mo programa de la especialidad de medicina familiar y comunitaria, aprobado por la comisión nacional de la especialidad, en 2005 establece un periodo de rotación de 4 años. Los futuros especialistas pertenecen a una unidad docente, con un coordinador al frente, y unos tutores que van a supervisar sus tareas, en el programa se incluyen desde las rotaciones a realizar, las competencias clínicas y otras competencias más recientes como: la entrevista clínica, la relación médico paciente, el razonamiento clínico en la toma decisiones, la ges!ón de la atención o la bioé!ca. Así mismo establece la organización de la unidad docente, su comisión asesora y las evaluaciones - SEMG sociedad española de médicos generales y de familia fundada en 1988 - SEMFYC sociedad española de medicina familiar y comunitaria desde 1982, par!cipa como la representación española internacional de la WONCA y del CIMF Quizá esta separación entre la representación cien$fica de los profesionales, nos muestre todavía la falta de unión entre los médicos de ap. Desde todos los puntos de vista sería deseable una reformulación de estas sociedades, o una unión de todas ellas. FUTURO DE LA MEDICINA DE FAMILIA Deberíamos tender a lograr que la figura del Médico de Familia sea el eje central del sistema sanitario ante los responsables polí!cos y sociales, orientando la sanidad hacia un modelo integral de entender los problemas de salud, de calidad y par!cipa!vo, en el que la Atención Primaria ocupe una posición de liderazgo. Apostar por el desarrollo con!nuo de la Medicina de Familia y de la Atención Primaria, generando nuevos conocimientos apoyados en el avance de la inves!gación, formando nuevos profesionales y promoviendo la incorporación progresiva de la medicina de familia en la universidad. Debemos dar a conocer a los estudiantes las labores propias de nuestro trabajo y de nuestra especialidad. SOCIEDAD ESPAÑOLA DE MEDICINA FAMILIAR Permanece la división entre faculta!vos de Atención Primaria en las sociedades cien$ficas. - SEMERGEN sociedad española de medicina rural y generalista , actualmente sociedad española de médicos de AP, con esta definición desde 1990 10 MEDICOS DE FAMILIA ¿HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO? Colaboración Científica Todos los médicos de primaria vamos en el mismo barco, todos independientemente de nuestros valores y procedencia queremos un buen funcionamiento del sistema para nosotros y para nuestros pacientes. Que la Atención Primaria y el Centro de Salud tengan la importancia y dotación que se merecen. Por tanto si se ha optado por esta denominación. EN ATENCION PRIMARIA SOMOS TODOS MEDICOS DE FAMILIA BIBLIOGRAFIA 1.h!p://www.msssi.gob.es/profesionales/formacion/docs/medifamiliar.pdf 2.h!ps://www.boe.es/boe/dias/1984/02/01/pdfs/A02627-02629.pdf 3.h!p://www.alma-ata.es/declaraciondealmaata/declaraciondealmaata.html 4.file:///C:/Users/usuario/Downloads/DPPMMLHM_Amigo_Rodriguez_P_Ins#tucionalizacion_de_la_medicina%20(1).pdf 5. h!ps://www.saludinforma.es/portalsi/web/salud/calidad-informacion-sanitaria/encuestas-sa#sfaccion 6.h!p://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1979-3116. Real Decreto 3303/1978, de 29 de diciembre, de regulación de la medicina de familia y comunitaria como especialidad de la profesión médica. 7. h!p://www.semfyc.es/es/informa#vo/la_especialidad/ 8.h!ps://www.boe.es/boe/dias/1986/04/29/pdfs/A15207-15224.pdf Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad. Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 11 Revista Atalaya Medica nº 6 / 2014 Originales Pág. 12-17 Original entregado 05/11/2014 Aceptado 03/12/2014 HÁBITO TABÁQUICO ENTRE LOS PROFESIONALES DE LOS CENTROS DE SALUD DEL SECTOR TERUEL Dra. Beatriz Sanchis Yago1 / Dr. Carlos Izquierdo Clemente2 / Dra. Carla Iannuzzelli Barroso3 / Dra. Clara López Mas3 / Dr. Santiago Valdearcos Enguidanos4 / Dr. Ernesto García López5 1 Médico Servicio de Urgencias. Hospital Obispo Polanco. Teruel 2 Médico de Atención Primaria de Zaragoza 3 Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. Hospital Obispo Polanco. Teruel 4 Coordinador Médico de Equipos de Atención Primaria. Teruel 5 Médico de Atención Primaria de Teruel RESUMEN Obje vos: el obje vo de este trabajo es conocer la prevalencia del tabaquismo entre los dis ntos profesionales de los centros de salud del sector Teruel, así como las caracterís cas del hábito tabáquico y la mo vación para su abandono. Métodos: se ha realizado un estudio descrip vo y transversal durante el año 2014 entre el personal de los centros de salud del sector Teruel sobre el hábito tabáquico. La información se ha recogido mediante una encuesta con diferentes variables a estudio. Para el estudio de la mo vación para dejar de fumar se ha seguido la Escala Richmond. Resultados: se han estudiado un total de 224 encuestas (83 hombres y 141 mujeres). Encontramos una prevalencia total del tabaquismo del 22,4%, por sexo fuman un 24,3% de las mujeres y un 19,3% de los hombres. En cuanto a la categoría profesional, la mayor prevalencia de fumadores se encuentra en el grupo de celadores (40%), seguidos de auxiliares de enfermería (33,3%), personal administra vo (27,8%), enfermería (24,4%) y médicos (19,8%). Hasta un 84,5% de los fumadores reconocen que les gustaría dejar de fumar, habiéndolo intentado previamente un 56,5%. ABSTRACT Objec ves: the objec ve of this study is to determine the prevalence of smoking among different professionals that work for health centers in the sector of Teruel, and the characteris cs of smoking and mo va on to their abandonment. Method: is a descrip ve cross-sec onal study during 2014 among all staff of the health centers in the sector of Teruel. The informa on was collected through a survey with different variables to study about smoking habit. For the study of mo va on to quit smoking had followed the Richmond Range. Results: have studied a total of 224 surveys (83 men and 141 women). We found an overall prevalence of smoking 22.4%, of which 68% are women and 32% men. As a professional category, the highest prevalence of smokers is in the group of guards (40%), followed by nursing assistats (33.3%), administra ve staff (27.8%), nurses (24.4%) and physicians (19.8%). Up to 84.5% of smokers reported that they would like to quit, having previously a#empted to 56.5%. Conclusión: la prevalencia de fumadores en nuestro estudio es menor a la de la población general, habiendo disminuido en los úl mos años. Esta prevalencia es muy similar a la de otros sectores sanitarios estudiados en Aragón. Se encuentra una prevalencia considerablemente mayor en el sexo femenino. En cuanto a categoría profesional, los grupos con mayor porcentaje de fumadores son los celadores y auxiliares de enfermería. Conclusions: the prevalence of smokers in our study is lower than that of the general popula on, having also declined in recent years. This prevalence is similar to that of other health sectors studied in Aragon. There is a significantly higher prevalence in females, and as for professional category groups with highest percentage of smokers are the guards and nursing assistants. PALABRAS CLAVE Smoking habits. Health care professionals. Prevalence. Primary care. Tabaquismo. Profesionales de la salud. Prevalencia. Atención primaria. 12 SMOKING HABIT AMONG PROFFESIONALS OF THE HEALTH CENTERS IN TERUEL SECTOR KEY WORDS Originales INTRODUCCIÓN El tabaquismo cons!tuye un problema prioritario de salud pública ya que, según la OMS, es la primera causa de muerte prevenible en los países desarrollados y también la causa más importante de años de vida perdidos y/o vividos con discapacidad1. Es bien conocido que el consumo de tabaco está directamente relacionado con la aparición de numerosas enfermedades, principalmente dis!ntos !pos de cáncer (pulmón, laringe, riñón, vejiga, entre otros), enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias, además de tener graves consecuencias sobre el sistema reproductor femenino1-2. Según el Ins!tuto Nacional de Estadís!ca en su Encuesta Nacional de Salud 2011-2012 para Determinantes de la Salud (ENS), en España un 27,9% de los hombres y un 20,2% de las mujeres se declaran fumadores habituales. Esta población fumadora se concentra principalmente entre los 25 y los 54 años, disminuyendo a par!r de los 55 años, en mayor medida entre las mujeres. Asimismo, un 3,5% de los hombres y un 2,6% de las mujeres reconocen ser fumadores ocasionales. El porcentaje de exfumadores es de un 26% entre los hombres y un 12,7% en las mujeres3. Existe evidencia de que el papel de los profesionales de la salud, así como su ac!tud ante el tabaco y su propio hábito, son unos determinantes muy importantes en el cambio social con respecto al tabaquismo, pudiendo influir en gran medida sobre sus propios pacientes y sobre la población en general2-3. Así, los equipos de Atención Primaria !enen un papel ac!vo en este problema de salud, ya que cons!tuyen el nivel asistencial más apropiado para la actuación en tabaquismo. Por ello, la intervención desde Atención Primaria !ene una alta efec!vidad y posee una de las mejores relaciones coste-efec!vidad entre todas las ac!vidades preven!vas4. Según varias encuestas realizadas entre profesionales de la salud en España encontramos una elevada prevalencia de tabaquismo, en ocasiones incluso superior a la de la población general. Además, se observa un aumento del consumo entre las mujeres, al igual que en el conjunto de la población5-9. Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 El obje!vo de este trabajo es conocer el hábito tabáquico entre los profesionales de los centros de salud pertenecientes al Sector Teruel, según sexo y categoría profesional (médicos, enfermería, personal administra!vo…), así como su mo!vación para el abandono del tabaco, u!lizando para este fin una encuesta realizada a todo el personal ac!vo durante el año 2014. MATERIAL Y MÉTODOS Se trata de un estudio descrip!vo y transversal realizado durante el año 2014. Como población a estudio se consideró a los profesionales, sanitarios y no sanitarios, de los 16 centros de salud pertenecientes al Sector Teruel. La recogida de datos se elaboró a través de una encuesta, que incluía las variables de estudio: edad, sexo, profesión, hábito tabáquico, número de cigarrillos/día, intentos de abandono del hábito tabáquico así como la mo!vación para dejar de fumar. Las categorías profesionales se han dividido en 5 grupos: personal médico, que incluye a médicos de familia y pediatras; enfermería, donde también se han incluido matronas; auxiliar de enfermería, celador, trabajador social y personal administra!vo. Para clasificar el hábito tabáquico hemos seguido las recomendaciones de la OMS para Europa6, donde se establecieron las siguientes categorías: fumador habitual (toda persona que en el momento de la encuesta consume cualquier !po de tabaco todos los días), fumador ocasional (toda persona que fuma, pero menos de una vez al día), exfumador (toda persona que ha fumado diariamente durante al menos seis meses, pero que no fuma desde hace al menos 12 meses) y no fumador (todo aquel que nunca ha fumado cigarrillos, al menos de forma diaria durante 1 mes). La mo!vación para dejar de fumar se ha evaluado mediante la Escala Richmond, que es un test con 4 ítems con un rango de puntuación entre 0 y 10, donde de 0-3 puntos se considera mo!vación baja, de 4-7 mo!vación media y de 8-10 mo!vación alta7-8-9. Otra variable estudiada ha sido las diferentes causas que han mo!vado a la población para dejar de fumar. El análisis estadís!co se realiza mediante el programa SPSS para Windows. 13 Originales 14 RESULTADOS (Gráfica 2). De 309 encuestas enviadas a los profesionales de 16 Centros de Salud del Sector Teruel, se han obtenido un total de 224 encuestas cumplimentadas, 83 hombres y 141 mujeres, con una edad media de 48,62 años (DE ± 8,91). La distribución respecto a la categoría profesional se divide en: personal médico 50%, enfermería 35,1%, auxiliar de enfermería 2,7%, celadores 2,7%, trabajador social 0,9% y personal administra!vo 8,6%. El hábito tabáquico según grupo etario indica una mayor prevalencia de fumadores en < 35 años, con un 36,4% y la menor prevalencia en > de 50 años (20,4%) (Gráfica 3). El hábito tabáquico está representado con un 14,3% de fumadores habituales, un 8,1 % de fumadores ocasionales, un 33,2% de exfumadores y un 44,4% de no fumadores (Gráfica 1). Respecto a las categorías profesionales, el grupo con mayor porcentaje de fumadores ha sido el de celadores (40%), seguido por el de auxiliar de enfermería (33.3%). Los médicos fuman en un 19.8%, enfermería un 24.4% y el personal administra!vo un 27.8%. El grupo de menor prevalencia de tabaquismo ha sido el de trabajadores sociales con 0%, sin embargo, dado el tamaño de la muestra (n=2), no sería estadís!camente significa!vo (Gráfica 4). La prevalencia total de tabaquismo (incluyendo fumador ocasional) ha sido del 22,4%, siendo mayor la prevalencia, ajustada por sexo, en mujeres (24,3%) que en hombres (19,3%) Respecto al número de cigarrillos que se consumen al día, un 43% consumen de 0-10 cigarrillos/día y tan solo un 16% de fumadores consumen entre 20-30 cigarrillos/día. Ningún entre- HÁBITO TABÁQUICO ENTRE LOS PROFESIONALES DE LOS CENTROS DE SALUD DEL SECTOR TERUEL Originales vistado refiere consumir más de 30 cigarrillos/día (Gráfica 5). Un 56,5% de los fumadores han realizado algún intento de abandono del hábito tabáquico previamente y a un 84,5% les gustaría dejar de fumar. Respecto a la mo"vación por abandonar el hábito tabáquico, según la Escala Richmond, un 31.8% de los fumadores "enen una mo"vación baja, un 63.6% una mo"vación media y un 4.5% una mo"vación alta para dejar de fumar (Gráfica 6). Las causas más frecuentes por las cuales los encuestados dejarían de fumar son, de mayor a menor; mejorar la salud, no depender del tabaco, dar ejemplo, ahorrar dinero y mejorar el rendimiento #sico, frente a otras causas como recuperar sabores y olores, mejorar la autoes"ma o la aceptación social (Gráfica 7). DISCUSIÓN Comparando los datos obtenidos en este estudio, observamos que la prevalencia de fu- madores en los Centros de Salud de nuestra área (22.4%) es similar a la prevalencia de tabaquismo en Aragón según el estudio de Izquierdo de 201310, con un 21,4% de fumadores diarios, y a la observada en otros estudios3-9-17, y sin embargo es inferior a la de la población general según la Encuesta Europea de Salud en España de 2009 (31,8%)11-17 y más posteriormente la ENS con un 27%, teniendo en cuenta que ésta úl"ma maneja población desde los 15 años hasta su muerte, encontrando grupos de adolescentes o ancianos escasamente fumadores. Estudios previos realizados en profesionales de la salud reflejan datos de consumo más elevados12 y superiores al 30% en profesionales de asistencia hospitalaria13. En cuanto a la distribución según el sexo es mayor el consumo de tabaco en mujeres (24,3%) que en hombres (19,3%), en contra de la Encuesta Nacional de Salud de 2012, en la que predominaba el tabaquismo en los hombres (31.4%) sobre las mujeres (22.8%)14-17. El grupo de edad predominante fumador es el de <35 años, disminuyendo el consumo a mayor edad. La diferencia con respecto a la población española es más manifiesta en el grupo de edad de 35 a 50 años con un 23% de nuestros trabajadores sanitarios fumadores frente a un 33,6% entre 35-44 años y un 35,7% entre 45 y 54 años en la población general. Respecto a las categorías profesionales, en nuestro estudio, el consumo de tabaco es más frecuente en celadores (40%), auxiliares de enfermería (33%) y personal administra"vo (28%). En un estudio realizado en el Hospital Obispo Polanco de Teruel en 200115, los celadores y el personal administra"vo fueron las categorías con Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 15 Originales mayor consumo de tabaco (50% y 40% respec!vamente). La prevalencia de tabaquismo entre los médicos fue del 31.4% y la de enfermería del 25.4%, siendo inferiores en nuestro estudio (20% y 24% respec!vamente). Otro estudio realizado en los Centros de Salud de Zaragoza del año 199016 indicaba una mayor prevalencia de consumo (54%). En nuestro trabajo, un 56.5% han tenido algún intento previo de abandono del tabaco, un 63.6% de los encuestados presentan una mo!vación media para abandonar el hábito tabáquico y un 4.5% presentan una alta mo!vación para ello, según la escala Richmond. De hecho, un 40% creen posible haber abandonado el tabaco en los próximos 6 meses. En el estudio de Izquierdo et al16 un una mayor proporción de fumadores (67.8%) deseaban abandonar el tabaco y el 59.8% lo intentaron en alguna ocasión. Llama la atención en nuestros datos que un 15.2% de los fumadores no !enen interés en abandonar el tabaco, a pesar de ser inferior a la cifra de otros estudios como el de Gu!érrez et al9, donde un 17% de profesionales de la salud refiere que no han pensado dejar de fumar, o como el encontrado por el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) en población general, donde un 24,7% de las personas fumadoras refiere que no piensan en dejar de fumar próximamente18. Las causas más frecuentes que propiciarían el 16 abandono del tabaco han sido mejorar la salud, no depender del tabaco y dar ejemplo. En el estudio de Gu!érrez et al9 las principales causas para no fumar fueron la protección de la salud seguida del respeto y/o protección de la salud de cualquier persona que esté alrededor. Añadir la importancia de la menor prevalencia de tabaquismo en los médicos con respecto al resto de los profesionales, y sobre todo la importante disminución de fumadores médicos con respecto a los úl!mos años. Parece que el colec!vo empieza a ser más consecuente. CONCLUSIONES La prevalencia de tabaquismo en nuestra área de salud es menor a la de la población general, y ha disminuido considerablemente en los úl!mos años. Sin embargo, la prevalencia sigue siendo elevada en los trabajadores de Atención Primaria, lo que implica un ejemplo nega!vo para nuestros pacientes. Por ello, es necesario actuar de manera ac!va sobre este grupo, ya que cons!tuye un modelo de salud para la población. Reseñar además, que todos los profesionales sanitarios debemos intervenir sobre el tabaquismo de manera adecuada según la situación del paciente y en función de los recursos de que se dispongan. En cualquier ámbito del sistema sanitario se puede y se debe intervenir sobre el tabaquismo. HÁBITO TABÁQUICO ENTRE LOS PROFESIONALES DE LOS CENTROS DE SALUD DEL SECTOR TERUEL Originales BIBLIOGRAFÍA 1. Jiménez CA, Barrueco M, Solano S, Torrecilla M, Domínguez, Díaz-Maroto JL, et al. Recomendaciones en el abordaje diagnós!co y terapéu!co del tabaquismo. Documento de consenso. Archivos de Bronconeumología. 2003; 39(1): 35-41. 2. Jiménez-Ruiz CA, Solano S, Barrueco M, De Granada JI, Lorza JJ, Alonso S et al. Recomendaciones para la organización y funcionamiento de las unidades especializadas en tabaquismo. Arch Bronconeumol. 2001; 37: 382-387. 3. Gil E., Robledo de Dios T, Rubio JM, Bris MR, Espiga I, Saiz Mar"nez-Acitores I. Prevalencia del consumo de tabaco en los profesionales sanitarios del Insalud 1998. España. Prevención del tabaquismo. 2000; 2(1): 22-31. 4. Gallardo MA, Grasa I, Beni D, Esteban A. Intervención en tabaquismo desde atención primaria de salud. Guía para profesionales. Conserjería de salud y servicios sanitarios. 2009. 5. Fernández ML, Bayle MS. Evolución de la prevalencia de tabaquismo entre las médicas y enfermeras de la Comunidad de Madrid. Gaceta Sanitaria. 2003; 17(1):510. 6. Oficina Regional de la OMS para Europa. Comisión de Comunidades Europeas. Encuestas cuan!ta!vas sobre el tabaquismo. En Evaluación y seguimiento de acciones públicas contra el tabaquismo. Europa sin tabaco: 3. Comunidad Económica Europea, 1988; pág. 9-17. 7. Richmond RL, Kehoe LA, Webster IW. Mul!variate models for predic!ng absten!on following interven!on to stop smoking by general prac!!oners. Addic!on. 1993; 88: 1127-1135. 8. Córdoba R, Mar"n C, Casas R, Barberá C, Botaya M, Hernández A, et al. Valor de los cues!onarios breves en la predicción del abandono del tabaco en atención primaria. Atención Primaria 2000; 25(1): 32-36. 9. Gu!érrez JJ, Velasco A, Lozano A, Usera ML. Estudio sobre Tabaquismo en Profesionales Sanitarios de Atención Primaria de Salud de la Región de Murcia. 1ª ed. Murcia: Consejería de Sanidad y Polí!ca Social; 2011. Serie Informes: 60. 10. Izquierdo C. Úl!mos datos del consumo de tabaco en España. Compara!va histórica. Bole!n Oncológico. 2013; 1:36 [acceso 12 de diciembre de 2014]. Dis- Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 ponible en: h$p://boloncol.blogspot.com.es/2013/06/ ul!mos-datos-delconsumo-de-tabaco-en. html 11. Encuesta Europea de Salud en España 2009 [sede web]. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo [acceso 15 de diciembre de 2014]. Disponible en: h$p://www. msssi.gob.es/estadEstudios/estadis!cas/EncuestaEuropea/Principales_Resultados_Informe.pdf 12. Tenas MJ, Ballesteros AM, Barceló I, Bueno JM, García J, Guillén M, et al. Grupo de Atención al Tabaquismo (GAT) de SMUMFyC. Ac!tud de los profesionales de Atención Primaria frente al tabaco. SEMERGEN. 2008;34(3):1138 13. Pérez Trullén, Herrero I, Clemente ML, Escosa L. Abordaje de la prevención y el tratamiento del tabaquismo: ¿a quién, cuándo y cómo realizar la deshabituación tabáquica? Arch Bronconeumol. 2004; 40 (supl 3): 63-73. 14. 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Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo. Encuesta sobre conocimientos, ac!tudes, creencias y conductas en relación al consumo de tabaco. Encuesta Tabaquismo 2008, v1. [acceso 16 de diciembre de 2014]. Disponible en: h$p://www.socidrogalcohol.org/ tabaco/documentos.html?download=33:encuestatabaco,-cnpt,-2008 17 Revista Atalaya Medica nº 6 / 2014 Originales Pág. 18-25 Original entregado 25/11/2014 Aceptado 03/12/2014 ANÁLISIS DE LOS TIEMPOS QUIRÚRGICOS DE LAS INTERVENCIONES DE CIRUGÍA GENERAL Y DIGESTIVO Dña. Judith Martin Pérez Trabajo Fin de Grado presentado en la Escuela Universitaria de Enfermería. Teruel. 2014 Dirigido por D. Antonio Minguillón Serrano RESUMEN ABSTRACT Introducción. El bloque quirúrgico cons!tuye un elemento esencial dentro de un hospital, debido al alto coste de los recursos u!lizados, la can!dad de recursos humanos que moviliza y el impacto de las intervenciones que se realizan en él, sobre la salud de los pacientes. Por todo ello necesita un seguimiento y una ges!ón adecuada. Background. The surgical unit makes up an essen!al part in a hospital, on account of the high costs of the used resources, the amount of human resources it mobilises and the impact of the surgeries which are held in the unit, dealing whit the health of pa!ents. That is why it needs an appropriate management and monitoring. Obje!vos. Análisis de !empos quirúrgicos de las intervenciones programadas de cirugía general y diges!vo, en el Hospital Obispo Polanco de Teruel y contribuir con este estudio a la mejora del rendimiento quirúrgico. Objec!ves. Analyzing the opera!ve !me of elec!ve or scheduled surgeries in general and diges!ve surgery in Obispo Polanco Hospital in Teruel and contribu!ng with this study to the improvement of the surgical efficiency. Material y métodos. Se realizó un estudio descrip!vo retrospec!vo de la ac!vidad quirúrgica programada de la especialidad de cirugía general y diges!vo, en el periodo comprendido entre el 1 de octubre y el 31 de diciembre de 2013. Se analizó el !empo de comienzo, !empo de cambio, !empo restante, rendimiento quirúrgico, así como la duración media de los procedimientos más frecuentes. Materials and methods. A retrospec!ve descrip!ve study of the surgical scheduled ac!vity in general and diges!ve surgery was made for the period from 1 October to 31 December 2013. The star!ng, changing and remaining !me were analyzed, as well as the surgical performance and the average dura!on of the most common procedures. Resultados. Se analizaron los !empos quirúrgicos de 193 intervenciones. El promedio del !empo de comienzo fue de 12,50 minutos, el !empo de cambio 15 minutos, el !empo restante 30 minutos y el rendimiento quirúrgico 77,57%. Conclusiones. De acuerdo con los resultados obtenidos, los !empos analizados se ajustan a los estándares publicados. Comenzar lo antes posible la primera intervención del día, controlar los !empos de cambio y una correcta programación son las claves para el éxito del bloque quirúrgico. PALABRAS CLAVE Ges!ón del bloque quirúrgico. Tiempos quirúrgicos. Rendimiento quirúrgico. Quirófano. 18 Results. The opera!ve !me of 193 surgeries was analyzed. The star!ng !me average was 12,50 minutes, the changing !me 15 minutes, the remaining !me 30 minutes and the surgical performance 77,57%. Conclusions. In accordance with the obtained results, the !me analyzed fit with the published standards. Star!ng the first surgery of the day as KEY WORDS Surgical unit management. Surgical !mes. Surgical efficiency. Opera!ng room. Originales INTRODUCCIÓN colaterales del proceso3. Dentro de los servicios de enfermería de un hospital, el bloque quirúrgico (BQ) es un área fundamental, dado el alto número de profesionales que trabajan en dicho servicio, la tecnología empleada, el alto coste de los recursos u!lizados y el impacto de las intervenciones que se realizan en él, sobre la salud de los pacientes1. La limpieza de la sala de cirugía es considerada como uno de los procedimientos para controlar la contaminación ambiental y es recomendada antes, durante, después de la cirugía y al final del día. El intervalo entre cirugías, también referido como !empo de turnover, !empo de rotación de la sala o !empo de cambio, significa el !empo trascurrido desde la salida del paciente anterior hasta la entrada del próximo e incluye el !empo de limpieza y preparación de la sala. Este !empo puede ser el responsable del retraso y el prolongado intervalo entre cirugías generando, muchas veces, reclamaciones y descontento por parte del personal del bloque quirúrgico4. En el área quirúrgica la interrelación, par!cipación e implicación entre los profesionales sanitarios son necesarias para que se lleven a cabo todas las funciones de ges!ón de este servicio. El Hospital Obispo Polanco, fue inaugurado en 1953, es un hospital público que depende del Servicio Aragonés de la Salud (SALUD), abarca una asistencia sanitaria especializada a los ciudadanos del sector sanitario de Teruel. El bloque quirúrgico consta de: 6 quirófanos, 4 de ellos des!nados a intervenciones programadas de las especialidades de O"almología, O.R.L, Traumatología, Cirugía General y diges!vo, Urología y Ginecología. Los otros 2 quirófanos están des!nados a procesos quirúrgicos de Dermatología, Endoscopias, Bloqueos Analgésicos de la Unidad del Dolor, Terapia Electroconvulsiva, Obstetricia y Marcapasos. Una URPA, antequirófanos y “salita” de información a familiares. Está ubicado en la primera planta del hospital. Obtener los mejores rendimientos depende de la capacidad para hacer lo más amplia posible la jornada quirúrgica, lograr el máximo !empo ú!l de cirugía, disponer de flexibilidad para hacer cambios y hacer una programación quirúrgica correcta, tratando de ocupar todo el !empo disponible sin prolongaciones2. La ges!ón de las áreas quirúrgicas ha evolucionado intensamente en los úl!mos años. Desde los años setenta, donde se construían quirófanos sin una excesiva preocupación por los costes que ocasionaban, el gasto quirúrgico ha sido mo!vo de debate y, actualmente, es una exigencia contar con un bloque quirúrgico eficiente. Considerando el acto quirúrgico como uno más en el largo proceso asistencial de un paciente, desde que es remi!do por un médico de cabecera y visitado en la consulta de cirugía hasta que es dado de alta defini!vamente tras la intervención, la ges!ón del bloque quirúrgico debe ser global y atender a múl!ples ramificaciones o ac!vidades Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 Se ha realizado un estudio a par!r del año 2005 en el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS), donde se analizaron los diagnós!cos y procedimientos más frecuentes de la lista de espera quirúrgica, para establecer sus !empos quirúrgicos estándar (TQE) y asignar un “descriptor TQE” a cada una de ellas5. La finalidad del estudio fue analizar las caracterís!cas de las jornadas quirúrgicas y comparar dis!ntos indicadores de rendimiento quirúrgico. El “!empo estándar de la intervención” se define como el !empo necesario para que un equipo quirúrgico experto realice la intervención, medido desde que el paciente entra en quirófano hasta que sale de él. Se considera “!empo muerto” el !empo necesario para preparar el quirófano para la siguiente operación. El “peso de la intervención” se relaciona con la retribución por acto quirúrgico. La asignación de TQE se ha realizado mediante un consenso de un grupo de expertos. Se considera que un TQE equivale a 60min de !empo quirúrgico; para asignar !empo menores de TQE de 0,3 equivaldría a 18min, TQE de 0,5 equivaldría a 30min, etc6. Es imprescindible conocer el !empo u!lizado en cada intervención para la ges!ón adecuada del bloque quirúrgico, estos !empos quirúrgicos se anotan en una hoja de registro en cada quirófano. El Servicio de Cirugía está compuesto por todo un equipo de trabajo, por lo que es importante que exista una buena organización para así poder administrar los recursos adecuadamente, siendo uno de los más importantes de estos el 19 Originales •empo quirúrgico7, el uso óp•mo del bloque depende del personal cualificado, así como el cumplimiento de la programación quirúrgica y de un adecuado aprovechamiento del •empo. OBJETIVOS Generales: Análisis de •empos quirúrgicos de las intervenciones programadas de cirugía general y diges•vo. Específicos: to en que el paciente •ene un nivel anestésico adecuado para el comienzo de la cirugía, se han realizado todos los procedimientos anestésicos necesarios, como la monitorización invasiva y se puede comenzar con las tareas de preparación para la cirugía como la colocación. • Comienzo de la cirugía: hora de la incisión o del comienzo de la instrumentación en su caso. • Final de la cirugía: hora en que finaliza la totalidad de la técnica quirúrgica y se han cubierto con apósitos las incisiones. • Contribuir con este estudio a la mejora del rendimiento quirúrgico. • Salida del quirófano: hora a la que sale el paciente del quirófano. MATERIAL Y METODOS • Suspensión de la intervención: variable cualita•va nominal dicotómica con respuesta de •po sí/no. Se llevó a cabo un estudio descrip•vo retrospec•vo que recoge información acerca de la duración de los •empos quirúrgicos de la especialidad de cirugía general y diges•vo, intervenidos en el Hospital Obispo Polanco de Teruel. El periodo de estudio fue del 1 de octubre al 31 de diciembre del 2013. Se incluyeron en el estudio 193 intervenciones quirúrgicas programadas correspondientes a cirugía general y diges•vo durante el turno de mañanas, de lunes a viernes. Las cuales se llevaron a cabo en 45 jornadas quirúrgicas. Han sido excluidos del estudio todos aquellos pacientes que fueron intervenidos de urgencia. La recogida de datos se realizó mediante la hoja de registro de quirófano, donde están anotadas las variables de estudio que fueron las siguientes: • Fecha de la intervención. • Quirófano: variable cuan•ta•va. A par•r de estas variables se realizaron unos cálculos y se obtuvieron otros •empos quirúrgicos, que fueron los siguientes: • Tiempo de comienzo: desde el •empo de inicio de la jornada quirúrgica (8:00 horas) hasta la entrada del primer paciente. • Tiempo de la inducción anestésica: desde la entrada del paciente al quirófano hasta el fin de la inducción anestésica. • Tiempo de cirugía: desde el fin de la inducción anestésica hasta el final de la cirugía. • Tiempo de procedimiento: desde la llegada del paciente al quirófano hasta la salida del quirófano. • Tiempo de cambio: desde la salida de un paciente del quirófano hasta la entrada del siguiente. • Sexo: variable cualita•va nominal dicotómica. • Tiempo restante: desde el final de la úl•ma salida hasta la finalización de la jornada quirúrgica (15:00 horas). • Edad en el momento de la intervención: variable cuan•ta•va recogida a par•r de la fecha de nacimiento y poniendo como fecha de corte el día en que se realizó la intervención quirúrgica. • Rendimiento quirúrgico: es el porcentaje que resulta de dividir la suma de los •empos de procedimiento entre el •empo de la jornada quirúrgica. • Entrada a quirófano: hora de entrada del paciente al quirófano. • Intervención suspendida: variable cualita•va nominal dicotómica con respuesta sí/no. • Fin de la inducción anestésica: momen20 ANÁLISIS DE LOS TIEMPOS QUIRÚRGICOS DE LAS INTERVENCIONES DE CIRUGÍA GENERAL Y DIGESTIVO Originales En cuanto a la recogida y el análisis de los •empos quirúrgicos, todos se registraron en minutos. Se analizaron los procedimientos de los diagnós•cos más frecuentes, cuyo número era mayor o igual a 6 intervenciones a fin de establecer la duración de la cirugía. Los datos recogidos se obtuvieron de la hoja de registro de quirófano. Se estudiaron las siguientes variables: • Procedimiento: variable cualita•va nominal con cinco categorías: mastectomía, colecistectomía por laparoscopia, hernioplas•a inguinal, hernioplas•a umbilical y varicectomía. • Tiempo de cirugía Las intervenciones menos frecuentes y que no se tuvieron en cuenta a la hora de analizar la duración de la cirugía fueron clasificadas en una hoja de Excel (Anexo I). DIAGNOSTICO PROCEDIMIENTO Nº INTERV. DIAGNOSTICO Cic atriz hipertrófic a Ex•rpac ión de la c ic atriz 2 Nodulo Exeresis 5 Lipoma Exeresis 5 Granuloma Ex•rpac ión 1 Colec istec tomía abierta + apendic ec tomía 1 Polipo rec tal + hemorroide Exeresis + hemorroidec tomia 1 Coleli•asis Hemorroides Hemi•roidectomia 1 Eventrac ión rec idivante Eventroplas•a 1 Exeresis 1 Reparac ión de la eventrac ión 3 Amputac ión 3º dedo del pie 1 Reamputac ión bilateral EEII 1 Gastrectomía total + esófago yeyustomía 1 Gastrectomía subtotal 3 Fisura anal Esfinterec tomia lateral interna 3 Fisura anal + polipo endoanal Esfinterec tomia parc ial + 1 ex•rpac ion de polipo Protesis mamarias Re•rada de protesis mamarias 1 Eventrac ión epigástric a 1 Fistula yeyuno – ileal Resec c ión ileal 1 Hernia inguinal Herniorrafia 2 Necrosis Neo de estomago PROCEDIMIENTO Nº INTERV. Metástasis axial Vac iamiento axial 1 Neo de rec to – sigma Resec c ión anterior + esplenec tomía 2 Amputac ión abdominoperinal 2 Colostomía palia•va 1 Sigmoidec tomia 3 Resec c ión anterior 3 Hernia inguinal + hernia umbilical Hernioplas•a + Herniorrafia 1 Ulc era talón Desbridamiento 1 Hernia c rural Hernioplas•a 1 Fibrosis malla + hemorroides Exeresis granuloma + hemorroidec tomia 1 Coleli•asis + hernia umbilical Colec istectomía conver•da + Herniorrafia umbilica 1 Hemic olec tomia Neo de c olon 2 Resec c ión anterior 1 Exeresis 1 Neo de c iego Hemic olec tomia 2 Biopsia 1 Hemic olec tomia 2 Hemi•roidec tomia 2 Fistula intes•nal + reparac ión Tiroidec tomía 2 Hidrosadeni•s glútea Exeresis 1 Lesión cutánea Ex•rpación 3 Fibroadenoma mama Tumorec tomia 1 Quimioterapia Coloc ac ión de reservorio venoso 6 Ex•rpac ión 1 Gigantomas•a bilateral 1 Re•rada de reservorio venoso 6 Mamopla•a de reduc c ion Resec c ión intes•nal + apendic ec tomía 1 Colec istec tomía + eventroplas•a 1 Enfermedad de Crohn Coledoc oli•asis + eventrac ión Hemic olec tomia 1 Varic es EEII Flebec tomía residual 1 Neo de angulo esplénic o Quiste sebáceo Exeresis 5 Dialisis Coloc ac ión de c atéter diálisis peritonal 1 Drenaje 1 Adenopa!a Neo de •roides Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 21 Originales Gráfica 1. Media de edad por sexo de los pacientes intervenidos en el Gráfica 2. Representación periodo de estudio quirúrgicas realizadas en el periodo de estudio. Los datos recogidos fueron introducidos y analizados con el paquete estadís•co SPSS. 20. Los gráficos y tablas se realizaron tanto con el programa SPSS como con Microso" Excel 2010. Para la valoración de las variables cuan•ta•vas como los •empos quirúrgicos y la edad se u•lizó la prueba de Kolmogorov-Smirnov para comprobar si dichas variables se rigen por la ley de la normalidad, en función de dicha prueba se u•lizaron medidas de tendencia central la media y la mediana para su descripción, y porcentajes como medida de resumen para variables cualita•vas. las intervenciones • Hernioplas•a inguinal con 19,17% • Hernioplas•a umbilical con 7,25% • Varicectomía con 6,23% • El resto de los procedimientos fueron múl•ples con escasa frecuencia quedando agrupados con 49,22% Los resultados de los •empos quirúrgicos analizados fueron los siguientes: RESULTADOS La mediana del •empo de comienzo fue de 12,50 minutos (IQ= 13 minutos), con un rango comprendido entre 0 y 60 minutos. La media de edad de los pacientes intervenidos fue de 62,44 años (DE=15,18años), con un rango comprendido entre 20 y 93 años. La mediana del •empo de cambio fue de 15 minutos (IQ= 16 minutos), con un rango comprendido entre 0 y 60 minutos. La distribución por sexo fue de 55,40% hombres y 44,60% mujeres. La media de edad en hombres fue de 62,93años (DE= 14,41años), mientras que en mujeres fue de 61,81años (DE= 16,16 años) (Gráfico 1) La mediana del •empo restante fue de 30 minutos (IQ= 75 minutos), con un rango comprendido entre 0 y 160 minutos. Los procedimientos realizados durante el periodo de estudio fueron (Gráfico 2): • Mastectomía con 5,70% • Colecistectomía por laparoscopia con 12,43% 22 de La media del rendimiento quirúrgico del quirófano fue de 77,57% (DE= 12). Los resultados de los •empos de cirugía de los procedimientos más frecuentes fueron los siguientes (Tabla 1): ANÁLISIS DE LOS TIEMPOS QUIRÚRGICOS DE LAS INTERVENCIONES DE CIRUGÍA GENERAL Y DIGESTIVO Originales Procedimiento Mastectomía Media 78,73 Desv. !p. 38,500 Mediana 68,00 Mínimo 40 Máximo 145 Colecistectomía por laparoscopia Hernioplas!a inguinal Hernioplas!a umbilical Varicectomía 89,68 56,00 49,31 68,91 33,883 26,495 26,336 23,637 84,50 53,00 40,00 70,00 40 15 11 40 190 145 95 110 Tabla 1. DISCUSION El respeto me!culoso a la hora de comienzo no solo ahorra !empos inú!les, sino que aporta al bloque quirúrgico cierta seriedad y cumplimiento. En cuanto al final puntual es imprescindible si se quieren evitar conflictos, costes extraordinarios por exceso de horas trabajadas3. El inicio de la jornada quirúrgica en el Hospital Obispo Polanco es a las 8:00 a.m. y el final a las 15:00 a.m. de lunes a viernes, en un estudio realizado en el Hospital General de Querétaro7 se encontró que el !empo de comienzo fue de 67 minutos, mientras que en este estudio fue de 12,50 minutos. Los resultados observados del presente estudio son puntuales en cuanto a la hora de comienzo y final de la jornada quirúrgica, no obstante se podría mejorar el !empo de comienzo con el objeto de aprovechar el !empo disponible, empezando la primera intervención del día a las 8:00 a.m. y sin ningún minuto de retraso. Una vez que sale el paciente del quirófano, es necesario que exista un elevado grado de coordinación entre la limpieza y la incorporación del próximo paciente, proceso que puede ser realizado en menos de 20 minutos de promedio2. Al revisar los !empos medios de cambio publicados por otros autores encontramos, que en el presente estudio se encuentra por debajo de los minutos es!pulados según el estudio encontrado de Prieto P et all.1 que habla de 20 minutos, la mitad del !empo según el estudio revisado de Je- ricó MC et all.4 y notablemente inferior al !empo encontrado en el estudio realizado en el Hospital General de Queretáro7 que considera un !empo de cambio de 50,2 minutos (Tabla 2). Se ha observado que la prolongación del !empo de cambio !ene repercusiones como insa!sfacción del personal, generación de retrasos, uso de !empos extras y cancelaciones de cirugía7. Debemos medir el correcto funcionamiento del bloque quirúrgico, mediante el índice de ocupación del quirófano o rendimiento quirúrgico, que es la relación existente entre el !empo quirúrgico u!lizado y el !empo quirúrgico disponible para un mismo día en un mismo quirófano1. Al revisar los !empos medios de ocupación de quirófano publicados por otros autores encontramos, resultados similares en los trabajos consultados como el de Gómez-Arnau J.I et all.3 y Vila JM et all.8. En cuanto a la revisión del estudio realizado en el Hospital General de Querétaro7 encontramos que el rendimiento quirúrgico está por debajo del rendimiento establecido en este estudio, al contrario que los resultados encontrados en las siguientes publicaciones de Prieto P et all.1, Ruiz P et all.2 y el estudio de SERMAS6 en los cuales el rendimiento quirúrgico es superior al encontrado en el presente trabajo (Tabla 3). Rendimiento quirúrgico Hospital Obispo Polanco 77,57% Estudio de la ac!vad quirurgica Tiempo cambio Hospital Obispo Polanco Estudio de la ac!vad quirurgica 1 Estudio de indicadores de calidad 4 Estudio !empo perdido entre cirugias7 80% y 85% Ges!ón clínica en cirugía 2 Principios generales de organización 75-90% 3 15 min Estudio SERMAS 20min Estudio !empo perdido entre cirugias 36,5 min Ges!ón de la lista de espera y de la ac- 70-85% !vidad8 50,2 min Tabla 2. Tiempos de cambio publicados por otros autores Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 de 84,6% y 80,4% 1 96,46% 6 7 64% Tabla 3. Rendimientos quirúrgicos publicados por otros autores 23 Originales Mastectomía Colecistectomía Hernioplas a ingui- Hernioplas a umbi- Varicectomía nal lical Hospital Obispo Polanco 78,73 min 84,5 min 53 min 49,31 min 68,91 min Uso eficiente del quirofano9 60 min 90 min 60 min 60 min 60 min Colecistetomia laparoscopica. Analisis de 243 casos11 96 min Experiencia de servicios universitarios del Htal de Clinicas12 117 min Revista de Cirugia Andaluza13 90 min Colescistectomia laparoscopica 10 años de experiencia14 133 min Tabla 4. Tiempos de cirugía de los procedimientos más frecuentes publicados por otros autores El uso eficiente del quirófano depende del cumplimiento de las funciones específicas de todo el personal involucrado y de la alta calidad en los •empos programados9. Para conseguir un buen rendimiento de los quirófanos es importante que el primer caso del día comience a la hora prevista, que el •empo entre caso y caso sea mínimo, que la tasa de cancelaciones sea baja, que los errores de programación sean escasos y la programación este bien ajustada10. Las horas de produc•vidad en este Hospital son de 7 horas por turno, un obje•vo razonable para la u•lización de los quirófanos programados podría ser de, al menos, 10 horas todos los días laborables y 7 horas los viernes, en sesiones de mañana y tarde, lo que permi•ría una u•lización de 47 horas por quirófano y semana, según estándares y recomendaciones10. Así se conseguiría una u•lización más intensa de este recurso, sin embargo para ello es preciso que el equipo quirúrgico así como el personal de plan•lla y recursos del hospital estén disponibles10. En cuanto al análisis del •empo de cirugía de los procedimientos más frecuentes, en comparación con lo publicado por otros autores encontramos que en el estudio de Alejandra G et all.9 los resultados observados son similares a los obtenidos en el presente trabajo (Tabla 4). Si comparamos el •empo de cirugía del procedimiento de colecistectomía por laparoscopia, los resultados se asemejan con los estudios publicados por Carabajal J et all11 y Mar•n M et all13. Cuando revisamos los resultados de los estudios realizados por Cazabán et all12 y Merchán R14 sus resultados varían entre 33 – 49 minutos 24 más en comparación a los obtenidos en el presente estudio (Tabla 4). Conociendo la duración media de las intervenciones realizadas, se podría conseguir una programación quirúrgica más exacta y un aprovechamiento mayor del quirófano. Anotando en una lista quirúrgica la cirugía a realizar, los cirujanos elaboraran un parte quirúrgico semanal, que será entregado con la suficiente antelación que permita rec•ficar y ajustar la programación a la disponibilidad del bloque quirúrgico. La predicción de cada intervención debe ser realista y no una simple es•mación, e idealmente debería basarse en datos publicados3. Se ha observado en el estudio de Strum D et all15 que la fuente más importante de la variabilidad en los •empos de procedimiento quirúrgico es el efecto cirujano y dicho efecto aumenta en las cirugías en teoría más largas. CONCLUSIONES A la vista de los resultados obtenidos se puede concluir que, durante nuestro periodo de estudio los •empos analizados se ajustan a los estándares establecidos, y son similares a los resultados publicados por otros autores. En cuanto a la ges•ón y organización de la jornada quirúrgica una medida de mejora podría ser, el comenzar lo antes posible la primera intervención del día, controlar los •empos de cambio y una correcta programación quirúrgica, estas medidas pueden ser las claves para el éxito del bloque quirúrgico. Los •empos analizados de los procedimientos pueden ayudar sin duda a una correc- ANÁLISIS DE LOS TIEMPOS QUIRÚRGICOS DE LAS INTERVENCIONES DE CIRUGÍA GENERAL Y DIGESTIVO Originales ta programación quirúrgica, sería recomendable realizar estudios similares con mayor número de casos y un mayor número de procedimientos quirúrgicos, a fin de establecer el •empo medio de cirugía. Conocer el •empo medio de cada intervención quirúrgica y los •empos medios de cambio de paciente, permiten aprovechar todo el •empo de la jornada quirúrgica minimizando los •empos residuales, las prolongaciones y las cancelaciones por falta de •empo. Por úl•mo, como líneas futuras de inves•gación propongo el análisis de los •empos de cirugía, de todas especialidades en relación con determinados aspectos clínicos del paciente y otros aspectos propios de la intervención, a fin BIBLIOGRAFIA (1) Prieto P, Muñoz E, Royuela C, Ayuso D. Estudio de la ac•vidad quirúrgica: una herramienta de registro de •empos. Rev Calidad Asistencial. 2003; 18: 115-24. (2) Ruiz P, Alcalde J, Landa J.I. Ges•ón clínica en cirugía. Madrid: Aran; 2005. (3) Gómez-Arnau J.I, González A. Principios generales de organización y ges•ón clínica de un bloque quirúrgico. Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. 2001; 48: 180-187. (4) Jericó MC, Perroca MG, Penha VC. Mensuración de indicadores de calidad en un centro quirúrgico: •empo de limpieza e intervalo entre cirugías. Rev. La•no-Am. Enfermagem. 2011; 19 (5): 1-8. (5) Corella I, Albarracín A, Gómez L, Gago T, Díez C, Iglesias R. Establecimiento de •empos quirúrgicos estándar (TQEs) como herramienta de ges•ón de la Lista de Espera Quirúrgica. Premios Profesor Barea a la Ges•ón y Evaluación de Costes Sanitarios. 7. ª ed. Madrid: Fundación Signo; 2009. 83-92. (6) Córdoba S, Caballero I, Navalón R, Mar•nez-Sanchez D, Mar•nez-Moran C, Borbujo J. Análisis de la ac•vidad quirúrgica realizada en el Servicio de Dermatología del Hospital Universitario de Fuenlabrada (2005-2010): establecimiento de los •empos quirúrgicos estándar. Actas Dermosifiliogr.v2013; 104 (2): 141-147. (7) Requesens E, Vega G, Montes B, Aburto M. ª, Cedillo L. Tiempo perdido entre cirugías y su repercusión en el cumplimiento de la programación quirúrgica del Hospital General de Querétaro. Cirujano general. 2008; 30 (4): 220-223. Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 de observar si las variables de estudio influyen o no en la duración de la intervención, con ello ayudar a una correcta y más exacta programación del bloque quirúrgico, op•mizando todo el •empo disponible. AGRADECIMIENTOS El presente trabajo de inves•gación fue realizado bajo la supervisión del Dr. Antonio Minguillón Serrano, a quien me gustaría expresar mi más profundo agradecimiento, por su paciencia, •empo, apoyo y dedicación. También me gustaría agradecer a Antonio Hernández Torres, por orientarme durante la realización de mi trabajo fin de grado. (8) Vila JM, Garrote C. Ges•ón de la lista de espera y de la ac•vidad de los servicios quirúrgicos. Cir Esp. 2003; 74 (1): 115-24. (9) Miranda A, Prado C, González A. Uso eficiente del quirófano. Rev. Gastroenterol Mex. 2000; 65 (2): 69-73. (10) Listado de personas que han par•cipado en la elaboración del documento de Estándares y Recomendaciones de calidad y seguridad en los centros y servicios sanitarios: Bloque Quirúrgico. En: Colomer J, Arias J, coordinadores. Bloque quirúrgico. Estándares y recomendaciones. Madrid: Ministerio de Sanidad y Polí•ca Social; 2009. p. 80 (11) Carabajal J, Valsechi S, Cas•llo C, Locatelli R, Ilich J. Colecistectomía laparoscópica. Análisis de 234 casos. 2003; (134): 10-15. (12) Cazaban, Genta, Hermida. Colecistectomía laparoscópica. Experiencia inicial de dos servicios universitarios del Hospital de clínicas. 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Teruel 3 Servicio de Pediatría. Hospital Obispo Polanco. Teruel RESUMEN La psoriasis es una enfermedad cutánea inflamatoria, de curso habitualmente crónico, que afecta a un 1-2 % de la población en los países occidentales industrializados, y produce una reducción marcada de la calidad de vida de los pacientes. Los datos obtenidos muestran que el uso de regímenes de dosificación no aprobados (offlabel) para el tratamiento de la psoriasis moderada-grave es una realidad en la prác$ca clínica, sin embargo se debe considerar el potencial beneficio-riesgo de la interrupción del tratamiento, ya que dicha interrupción puede afectar a la eficacia del tratamiento y seguridad. PALABRAS CLAVE Eficacia, seguridad, psoriasis, agentes biológicos, retratamiento. OFF-LABEL BIOLOGIC REGIMENS IN PSORIASIS: A SYSTEMATIC REVIEW OF EFFICACY ABSTRACT Psoriasis is an inflammatory skin disease that is generally chronic and that affects between 1 % and 2 % of the popula$on in industrialized Western countries and it is associated with a marked decline in quality of life. Offlabel dosing of biologics for the treatment of moderate-to severe psoriasis is a clinically relevant and important issue in real-world prac$ce se&ngs. Nevertheless, in pa$ents where interrupted therapy is considered, the clinician needs to carefully weigh the benefit-risk ra$o of interrupted therapy, because the dura$on of interrup$on may affect subsequent treatment efficacy and safety. KEY WORDS Efficacy, safety, psoriasis, biologic agents, re-treatment 26 Originales INTRODUCCIÓN La psoriasis (Pso) es una enfermedad inmunológica mediada por linfocitos T que afecta al 2% de la población. En el caso de la población española este porcentaje alcanza el 1,4%, con diferencias geográficas (1,2% a 1,9%)1. Se trata de una enfermedad eritematoescamosa, crónica y recidivante, que desde el punto de vista clínico puede concebirse como un espectro de diferentes manifestaciones cutáneas, donde la lesión elemental de la Pso es una placa eritematosa cubierta de una escama blanquecina cuyo tamaño y morfología varía de unos pacientes a otros, y en el mismo paciente2,3. Se ha demostrado que los pacientes con Pso presentan con más frecuencia enfermedades como diabetes mellitus o arteriosclerosis y donde cerca del 30% de los enfermos desarrollan artri"s psoriásica (APs)4, todo ello contribuye a una tasa de mortalidad aumentada5,6. Además, supone un impacto nega"vo muy significa"vo en la calidad de vida, con repercusiones en el ámbito #sico, emocional, sexual y laboral-económico de los pacientes7. Para definir la gravedad de la enfermedad en la prác"ca clínica dermatológica se u"liza normalmente el porcentaje de superficie corporal afectada (Body Surface Area, BSA) (considerando la palma de la mano como un 1% de dicha superficie o el Psoriasis Area and Severity Index (PASI)8. Otras medidas que se han empleado como parámetros de gravedad de la Pso y para evaluar la eficacia de las intervenciones terapéu"cas son el Physician´s Global Assessment (PGA) y parámetros de calidad de vida como el Dermatology Life Quiality Index (DLQI). Existe una buena correlación entre el PASI y el PGA, pero el primero está mejor validado y es el parámetro de elección para determinar la respuesta en los ensayos clínicos9. Estudios recientes sobre inmuno-patofisiología de la Pso han mostrado que las citoquinas, en par"cular el factor de necrosis tumoral (TNF), interleuquina-12 (IL-12) e interleuquina-23 (IL23) representan dianas terapéu"cas importantes en dicha patología10,11. El tratamiento disponible para la Pso es variado. En la terapia de primera línea se dispone de medicamentos tópicos basados en cremas o ungüentos con cor"coides, derivados de la vitaRevista Atalaya Médica nº 6 / 2014 mina D (calcipotriol) o re"noides tópicos (tazaroteno). Los tratamientos sistémicos aprobados para su uso en Pso moderada/grave comprenden: la fototerapia (radiación ultravioleta A, ultravioleta B o ultravioleta de banda estrecha), fotoquimioterapia (psoralenos más radiación ultravioleta A, PUVA), agentes sistémicos clásicos (metotrexato, ciclosporia, acitre"na) y más recientemente agentes biológicos (adalimumab, etanercept, infliximab y ustekinumab). Los tratamientos biológicos están diseñados para bloquear específicamente dianas moleculares relevantes en la patogenia de la Pso, y presentan un perfil de eficacia y seguridad previamente contrastado en ensayos clínicos randomizados, doble ciego y controlados con a placebo o en estudios post-comercialización12. Aunque algunos paneles de expertos proponen emplear tratamientos biológicos como agentes terapéu"cos de primera línea de la Pso moderada a grave, su elevado coste y la experiencia rela"vamente limitada en su empleo clínico hacen necesario el desarrollo de unas directrices basadas en la evidencia cien&fica disponible y el consenso de un grupo de expertos, cuyo obje"vo debe ser proporcionar el máximo beneficio terapéu"co a los pacientes y op"mizar la prescripción eficaz y segura. Al mismo "empo, en los úl"mos años la evaluación económica se está consolidando en los dis"ntos Sistemas Sanitarios Europeos, destacando las acciones llevadas a cabo por el Na"onal Ins"tute for Care Excellence (NICE) en Reino Unido. En nuestro país, este interés queda constatado con la entrada en vigor del RD 16/201213, donde para la financiación de medicamentos por parte del Sistema Nacional de Salud, se incluyen criterios tales como el coste-efec"vidad o el grado de innovación de los nuevos medicamentos. La incorporación de estos fármacos biológicos en el tratamiento de otras patologías como la APs, artri"s reumatoide y espondiloartropa&as ha supuesto un importante impacto económico para el Sistema Nacional de Salud, tal como muestran algunos estudios publicados recientemente14,15. Ello hace pensar que la incorporación de estos mismos fármacos al tratamiento de esta patología puede contribuir de manera importan27 Originales te al coste global en comparación con la terapia convencional. Por otro lado, los pacientes con Pso suelen recibir tratamientos de forma intermitente y rota•va. Tradicionalmente, este enfoque ha estado mo•vado en gran medida por las toxicidades acumula•vas y dosis-dependiente de metotrexato, ciclosporina o psoralen con luz ultravioleta A (PUVA). A pesar de ello, siempre es deseable reducir la exposición a los dis•ntos fármacos, lo que permite minimizar el riesgo de aparición de efectos adversos al tratamiento. En ocasiones, la prác•ca clínica diaria puede conllevar cambios en las pautas posológicas aprobadas y optar por reducciones o espaciado de los intervalos de administración e incluso por discon•nuación o intermitencia de la terapia biológica, en cuyo caso es necesario determinar el •empo en el que la enfermedad se man•ene controlada, evaluar el riesgo de recidiva y las caracterís•cas de la misma, así como determinar si una vez producida la recidiva, se puede restablecer el control de la enfermedad al instaurar nuevamente el tratamiento. Por ello, el obje•vo de la presente revisión es determinar la eficacia de los regímenes de dosificación off-label de fármacos biológicos en pacientes adultos con Pso, incluyendo reducciones de dosis o frecuencia de administración y tratamientos intermitentes. MATERIAL Y MÉTODO Se efectuó una revisión de la literatura referente a metaanálisis, ensayos clínicos y estudios de extensión que evaluaban los regímenes de dosificación no aprobados (off-label) con un único fármaco biológico para el tratamiento de la Pso en placa moderada/grave en pacientes adultos. Se emplearon las bases de datos Medline, Embase, Web of Knowledge, así como Up to Date, en el periodo comprendido desde enero de 1990 hasta agosto de 2013. Los términos u•lizados en la búsqueda fueron “psoriasis”, “etanercept”, “adalmumab”, “infliximab”, “ustekinumab”, términos del Medical Subject Headings (MeSH) de Index Medicus. Los criterios de inclusión abarcaron estudios en inglés o en castellano, pacientes adultos y estudios que evaluaran fármacos biológicos en 28 regímenes de dosificación off-label, que incluyeran pautas de reducción de dosis o ampliación de intervalos de administración y tratamiento intermitente o retratamiento, así como datos disponibles de variables primarias basadas en la escala PASI o PGA. Los estudios que combinaban la terapia biológica con otros tratamientos tales como metotrexato no fueron incluidos en la revisión. Definición de parámetros Off-label En esta revisión se definió el término “offlabel” como regímenes de dosificación de agentes biológicos no aprobados actualmente por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) para el tratamiento de pacientes con Pso moderada/ grave. Estos regímenes consis"an en la reducción de dosis o ampliación del intervalo posológico o terapia intermitente, consistente en múl•ples ciclos de tratamiento interrumpidos por periodos regulares sin tratamiento. Psoriasis moderada/grave Se definió como la que requiere (o ha requerido previamente) tratamiento sistémico, incluyendo fármacos convencionales, agentes biológicos y/o foto (quimio) terapia, según los criterios del Grupo Español de Psoriasis de la Academia Española de Dermatología y Venerología12. Fracaso o fallo terapéu#co primario Incapacidad para alcanzar una respuesta PASI50 (50% de mejoría con respecto al PASI basal) o umbral de eficacia, durante la fase de inducción terapéu•ca16. Eficacia u obje#vo terapéu#co Mejoría de por lo menos el 75% con respecto al PASI basal (respuesta ≥ PASI 75) durante la fase de inducción. Se definió respuesta óp•ma como mejoría de al menos el 90% (respuesta ≥ PASI 90, equivalente a la ausencia de manifestaciones clínicas, blanqueamiento o mínimos signos de enfermedad12. RESULTADOS La revisión inicial de las dis•ntas bases de datos incluyó un total de 353 publicaciones que cumplieron los criterios de búsqueda. Tras la lectura de los abstracts de los estudios y la aplicación de los criterios de inclusión y exclusión de- REVISIÓN DE LA EFICACIA DE PAUTAS DE DOSIFICACIÓN OFF•LABEL DE FÁRMACOS BIOLÓGICOS EN PSORIÁSIS Originales de 24 semanas. En la semana 12 de tratamiento, el 14% de los pacientes que recibieron la dosis de 25 mg SE y el 38% de los que recibieron 25 mg 2SE alcanzaron el valor PASI 75, con respecto al 49% de aquellos a los que se les administró ETN a dosis altas (50 mg 2SE) (p<0,001 para los tres grupos respecto placebo). Estos datos fueron similares a los obtenidos en la semana 24, donde los porcentajes alcanzados fueron 25%, 44% y 59% para el valor PASI 75 respec!vamente18. Fig. 1. Molécula 3D de etanercept adaptada de “DrugBank.” finidos, finalmente se incluyeron un total de 12 estudios. El estudio de Cassano et al19 estableció dos grupos de tratamiento con ETN 50 mg SE y 50 mg 2SE como dosis de inducción, donde los porcentajes del valor PASI 50 alcanzados en la semana 12 fueron del 75% y 92% respec!vamente (p = 0,06)19. Tratamiento intermitente/retratamiento Un total de 5 estudios fueron localizados rela!vos al tratamiento intermitente con ETN20,21,22. ETANERCEPT •ETN• Etanercept es una proteína dimérica construida gené!camente por fusión del dominio extracelular soluble del receptor-2 del factor de necrosis tumoral humano (TNFR2/p75), unido al dominio Fc de la IgG1 humana, obtenida por tecnología del ADN recombinante a par!r de un cul!vo de células de ovario de hámster chino (CHO) (Fig. 1). Posología aprobada por la EMA La dosis aprobada por la EMA para el tratamiento de la Pso es de 25 mg administrados dos veces por semana o 50 mg administrados una vez a la semana. Alterna!vamente, pueden administrarse 50 mg dos veces por semana durante un periodo máximo de 12 semanas, seguidos, si es necesario, de una dosis de 25 mg dos veces por semana o 50 mg semanales. El tratamiento con ETN debe con!nuar hasta conseguir la remisión, durante un periodo máximo de 24 semanas, y con!nuando más allá de este periodo en algunos pacientes17. Reducción de dosis/ampliación de intervalos posológicos Se localizaron dos estudios que inves!garon reducciones de dosis de ETN abarcando un total de 724 pacientes18,19. Leonardi et al18 comparó las dosis de 25 mg semanal (SE), 25 mg dos veces a la semana (2SE) y 50 mg 2SE durante un periodo Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 En el primer estudio llevado a cabo por Gordon et al20, los pacientes con respuesta al tratamiento (definida esta como una mejoría ≥ 50% del PASI respecto al periodo basal) en la semana 24, suspendieron el tratamiento con ETN. Los pacientes en los que reapareció la enfermedad comenzaron a recibir nuevamente tratamiento con ETN a las dosis inicialmente asignadas (50 mg 2SE, 25 mg 2SE y 25 mg SE). Se constató que la mediana de !empo transcurrido hasta la recidiva (pérdida de al menos la mitad de la mejora numérica en el PASI conseguido entre el periodo basal y la semana 24) fue de 85 días. Además la mediana de !empo en perder el valor PASI 75 en los pacientes que alcanzaron un PASI 75 en la semana 24 fue de 57 días. En conjunto, el 93% de los pacientes con respuesta PASI 75 en la semana 12 de tratamiento ac!vo inicial consiguieron una respuesta PASI 50 en la semana 12 de retratamiento. Posteriormente, se realizó un estudio abierto, aleatorizado para evaluar la efec!vidad y seguridad del tratamiento con!nuo durante 24 semanas con ETN frente al tratamiento intermitente durante 12 semanas21. Todos los pacientes recibieron tratamiento con ETN 50 mg 2SE durante las 12 primeras semanas, seguido de un tratamiento con!nuo (n= 1.272) con ETN 50 mg SE o intermitente (n= 1.274) con 50 mg SE en las 12 semanas siguientes en función de la respuesta PGA. 29 Originales La variable principal de eficacia fue la proporción de pacientes con respuesta (puntuación ≤ 2 en la PGA y una mejoría respecto a la situación basal) en la semana 24. En la semana 12, las tasas de respuesta en el grupo de tratamiento con•nuo e intermitente fueron 71,3% y 72% respec•vamente sin diferencias entre grupos. Sin embargo, la proporción de pacientes con respuesta en la semana 24 fue mayor para el tratamiento con•nuo (71,0% frente al 59,5%; p< 0,0001). El estudio CRYSTEL22, un estudio abierto con un total de 720 pacientes incluidos, donde se asignó aleatoriamente a dos grupos de tratamiento con•nuo o con pausas durante 54 semanas (25 mg 2SE y 50 mg 2SE respec•vamente durante un máximo de 12 semanas hasta alcanzar una puntuación PGA ≤ 2). El PGA promedio de los pacientes durante las 54 semanas del estudio fue significa•vamente menor en los que recibieron una administración con•nua (1,98 frente a 2,51; p< 0,001). El PASI promedio también disminuyó significa•vamente desde valores basales (21,9 y 22,8) hasta la semana 54 con el tratamiento con•nuo e intermitente (7,1 y 9,5; p< 0,01). ADALIMUMAB •ADA• An•cuerpo monoclonal humano recombinante de •po IgG1 frente al factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) expresado en células de CHO (Fig. 2). Fig. 2. Molécula 3D de adalimumab adaptada de “DrugBank.” 30 Posología aprobada por la EMA La posología recomendada para pacientes adultos con psoriasis es de una dosis inicial de 80 mg por vía subcutánea, seguida de 40 mg administrados por vía subcutánea en semanas alternas comenzando una semana después de la dosis inicial23. Reducción de dosis/ampliación de intervalos posológicos Tras la búsqueda bibliográfica, un único estudio fue localizado24, que incluyó tan sólo un total de 17 pacientes. Tras una dosis inicial de 80 mg, seguida de 40 mg administrados cada dos semanas hasta un total de 24 semanas, los pacientes fueron asignados a dos ramas de tratamiento. Un grupo (n=7) siguió con la administración de 40 mg de ADA cada dos semanas, mientras que el otro se le asignó una dosis de 40 mg mensual (n=10). La eficacia del tratamiento fue evaluada mediante la proporción de pacientes que alcanzaban un valor de PASI 75 respecto al periodo basal en las semanas 36, 48 y 60. En la semana 24, sólo un paciente de cada grupo no alcanzó el valor PASI 75. De todos los pacientes que alcanzaron este valor en ambos grupos, también mantuvieron la respuesta PASI 75 hasta la semana 60 de tratamiento. Tratamiento intermitente/retratamiento Dos estudios examinaron la re•rada y retratamiento con ADA25,26. Menter et al25 evaluó 1.212 pacientes a lo largo de tres periodos de tratamiento con el obje•vo de determinar la eficacia a corto (16 semanas) y largo plazo (33 semanas) (periodos A y B) e inves•gar la pérdida de respuesta adecuada tras la interrupción del tratamiento en comparación con el tratamiento con•nuo (periodo C). Todos los pacientes (n= 490) que mantuvieron una respuesta ≥ PASI 75 en la semana 33 y que fueron asignados a la rama de ADA en el periodo A (40 mg cada 2 semanas), fueron de nuevo aleatorizados en el período C para recibir ADA (tratamiento con•nuo) o placebo (interrupción de tratamiento) durante 19 semanas más. En la semana 52 (final del periodo C), el 28% de los paciente (68/240) con respuesta PASI 75 que fueron asignados a placebo experimentaron una pérdida de respuesta adecuada (definida como mejoría < 50% de la respuesta PASI respecto al valor basal con un aumento de al menos 6 puntos REVISIÓN DE LA EFICACIA DE PAUTAS DE DOSIFICACIÓN OFF•LABEL DE FÁRMACOS BIOLÓGICOS EN PSORIÁSIS Originales de la puntuación PASI respecto a la semana 33) entre las semanas 33 y 52, mientras que sólo el 5% (12/250) de los que fueron tratados de forma con•nua con ADA experimentaron pérdida de respuesta (p< 0,001). En un segundo estudio llevado a cabo Papp K et al26 los pacientes que alcanzaron un control estable de la Pso en la fase de tratamiento, se discon•nuó el tratamiento con ADA hasta recaída y se monitorizaron durante 40 semanas. Tras la recaída o si los pacientes alcanzaban la semana 40 sin haber recaído, se inició el retratamiento durante 16 semanas (ADA 80 mg dosis inicial mas 40 mg cada 2 semanas). La mediana de •empo hasta recaída fue de 141 (93-202) días, o casi 5 meses. Entre los pacientes que recayeron previo a la semana 40, el 69% (123/178) alcanzaron PGA 0 o 1 al final del periodo de retratamiento comparado con el 89% (95/107) de los pacientes que no sufrieron recaída en ese periodo. Respecto al PASI 75 como variable secundaria, los autores mostraron que el 83% de los pacientes que recaían en el periodo de re•rada de tratamiento alcanzaban el valor PASI 75, a diferencia del 93% de aquellos que no recaían. INFLIXIMAB •IFX• Infliximab es un an•cuerpo monoclonal IgG1 humano humano-murino quimérico producido en células de hibridoma murino mediante tecnología de ADN recombinante. Posología aprobada por la EMA La posología para el tratamiento de la Pso en placas moderada a grave aprobada es de 5 mg/kg administrados en perfusión intravenosa, seguida de dosis adicionales de 5 mg/kg en perfusión a las 2 y 6 semanas siguientes a la primera y posteriormente cada 8 semanas27. Tratamiento intermitente/retratamiento Se iden•ficaron 3 ensayos clínicos en los que se estudiaba la re•rada y retratamiento con IFX en pacientes adultos con psoriasis28,29,30. El primer estudio de este •po con IFX realizado en 200328 asignó a los pacientes a dos grupos de tratamiento con IFX a dosis de 10 mg/kg IV y 5 mg/kg IV durante un primer periodo de 16 semanas. Tras este periodo, los pacientes respondedores, aquellos que alcanzaron un valor PGA 0 Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 o 1 se discon•nuó el tratamiento y se monitorizaron hasta recaída (definida ésta como la pérdida de al menos la mitad de la mejora PASI en la semana 10). Tras la recaída, los pacientes fueron tratados con la misma dosis de IFX a la del grupo al que fueron asignados, siendo ésta una dosis única con este fármaco. Los autores concluyeron que la pérdida de respuesta en los pacientes asignados a la dosis de 5mg/kg comenzaban a perder la respuesta a las 8 semanas, por las 12 semanas del grupo tratado con 10 mg/kg. En el estudio de Menter et al29 los pacientes se asignaron aleatoriamente a recibir tratamiento cada 8 semanas o a demanda (cuando en la visita correspondiente a la infusión perdían la respuesta PASI 75 se administraba infusión; si no era así, placebo) a par•r de la semana 14. En los pacientes tratados con la dosis de 5 mg/kg se observó una menor eficacia a la semana 50 que en los pacientes tratados a demanda, tanto por lo que respecta a la tasa de respuesta PASI 75 (38,1% frente a 54,5%) como a la respuesta PASI 90(10,4% frente a 34,3%). También fue superior en dicho grupo el porcentaje de pacientes en los que se detectaron an•cuerpos contra el fármaco (41,5 frente a 35,8%) y la tasa de reacciones de infusión: 9,2 por 100 infusiones frente a 6,2%. Por úl•mo, Go"lieb et al30 determinó la eficacia de una dosis única de IFX tras un periodo de 20 semanas de re•rada de tratamiento. Al inicio de dicho estudio, los pacientes fueron asignados a una dosis de IFX de 3 mg/kg o 5 mg/kg IV en las semanas 0, 2 y 6. Desde la semana 6 hasta la 26, todos los pacientes discon•nuaron tratamiento. Durante este periodo de re•rada, en la semana 10, el valor PASI 75 se alcanzó en el 71,9% de los pacientes con dosis de 3 mg/kg y el 87,9% con dosis 5 mg/kg. En la semana 26, aquellos pacientes con PGA ≥ 4 (enfermedad moderada o severa) (114/198) fueron seleccionados para la administración de una dosis única de IFX. Aproximadamente en la semana 30, el valor PGA ≤ 3 (blanqueada, mínima o leve-moderada), se consiguió en el 38% de aquellos que fueron retratados con una infusión de IFX 3 mg/kg y 64% de los retratados con 5 mg/kg. USTEKINUMAB •USTK• Ustekinumab es un an•cuerpo monoclonal IgG1 κ an• interleucina (IL)-12/23 totalmente humano que se produce en una línea celular del 31 Originales mieloma de ratón u•lizando tecnología del ADN recombinante. Posología aprobada por la EMA La posología recomendada consiste en una dosis inicial de 45 mg administrada por vía subcutánea, seguida de otra dosis de 45 mg 4 semanas después y posteriormente cada 12 semanas. En pacientes con un peso corporal > 100 kg la dosis ustekinumab es de 90 mg administrados por vía subcutánea, en semanas 0, 4 y cada 12 semanas31. Tratamiento intermitente/retratamiento Respecto al tratamiento intermitente con USTK en el ensayo PHOENIX la mediana de •empo hasta la recaída tras la suspensión del tratamiento (asignada aleatoriamente a la semana 40) fue de 15 semanas (27 semanas después de la úl•ma dosis), y un 85% de los pacientes recuperaron la respuesta PASI 75 a las 12 semanas después de reiniciar el tratamiento, con independencia de la dosis32. DISCUSIÓN La Psoriasis es una enfermedad crónica, recurrente y remitente que necesita tratamiento a largo plazo. En la prác•ca clínica, son aplicables regímenes de dosificación no aprobados, permi•endo una individualización del tratamiento del paciente. Por ejemplo, pacientes que presentan una respuesta subóp•ma a la terapia biológica estándar pueden requerir una intensificación de la dosis, mientras que la cirugía mayor o episodios infecciosos pueden requerir el cese temporal del tratamiento biológico. Por lo tanto, es importante sinte•zar la evidencia disponible para los regímenes de dosificación no aprobados (off-label) y hacer extensible esta evidencia a la prác•ca clínica habitual. No existen guías publicadas para el uso de terapia biológica “off label” en dosis escaladas, reducidas, interrumpidas, o regímenes intermitentes. Con ellos, a través de esta revisión sistemá•ca, sinte•zamos los datos de 12 estudios basados en tratamientos no estandarizados con etanercept, adalimumab, infliximab y ustekinumab para la psoriasis en placas moderada-severa en adultos. 32 Consideraciones de la reducción Todos los estudios encontrados de reducción de dosis de terapia biológica dan por resultado un empeoramiento de las medidas comparado con el tratamiento biológico estándar. La reducción de la inducción y tratamiento de mantenimiento de etanercept a 25 mg una vez a la semana y 25 mg 2 veces a la semana dan como resultado una disminución de la mejoría del PASI comparado con la dosis estándar18. Consideraciones de tratamiento intermitente y retratamiento El análisis de los datos de los diferentes estudios indica que la terapia con•nua se recomienda con todos los biológicos revisados. En muchos estudios sólo los respondedores (definidos como pacientes que alcanzan PASI 75 o PGA “limpio”o “muy limpio”) eran candidatos a entrar en periodos de tratamiento intermitente y retratamiento. Además, varios de los datos del tratamiento intermitente y retratamiento no pueden ser extrapolados directamente a no respondedores. Los estudios también usan diferentes definiciones para la enfermedad recidivada además de medidas de resultado de eficacia para el retratamiento, lo cual permite observar la gran heterogeneidad existente. Para pacientes con etanercept, los datos obtenidos muestran una mediana de •empo hasta la pérdida de PASI 75 de 85 días, y el 52% de los pacientes respondedores iniciales recuperaban PASI 75 con retratamiento20. Para adalimumab fueron necesarios aproximadamente 5 meses de tratamiento intermitente para que los respondedores recidivaran de la enfermedad moderada, y el 85% de los pacientes recuperaron el PASI 75 después del retratamiento26. Por otro lado, debido a la formación de an•cuerpos an•-fármaco para el caso de infliximab debido a su naturaleza quimérica (alto porcentaje murino), se hizo necesaria la terapia con•nuada para el control de la psoriasis. En algunos estudios se ha demostrado que la adición de metotrexato a la terapia con infliximab podría prevenir la formación de an•cuerpos an•-fármaco e incrementar la eficacia, sin embargo, estos datos son insuficientes debido a la calidad y can•dad de los estudios rela•vos a este REVISIÓN DE LA EFICACIA DE PAUTAS DE DOSIFICACIÓN OFF•LABEL DE FÁRMACOS BIOLÓGICOS EN PSORIÁSIS Originales aspecto, lo cual plantea dudas sobre la eficacia potencial de la adición de metotrexato. Finalmente, los pacientes con ustekinumab después de una mediana de 15 semanas de tratamiento intermitente recayeron (expresada como pérdida de respuesta PASI 50), y el 85,6% de los respondedores iniciales recuperaron PASI 75 tras retratamiento32. Consideraciones de seguridad Las consideraciones de seguridad son importantes para evaluar la relación beneficio-riesgo de administrar terapia biológica en pacientes candidatos con psoriasis. Para los regímenes de dosificación estándar de agentes an!-TNF, la asociación del uso a corto plazo de agentes an!-TNF con infección y malignidad, demostró que había un pequeño riesgo de sobreinfección y no se incrementaba el riesgo de infección severa o malignidad33. Por otro lado, el inconveniente de los estudios que incluyen regímenes de dosificación offlabel de agentes biológicos es el reducido número de pacientes y registro de eventos adversos, al no ser estudios elaborados con un adecuado rigor metodológico, lo cual dificulta su interpretación y la obtención de conclusiones concretas. Es por ello que, a pesar de los datos de eventos adversos publicados con agentes biológicos con pautas posológicas autorizadas, la modificación de las mismas (dosificaciones off-label) podría generar cambios en la incidencia de estos eventos, pudiendo llegar a ser superior en estos casos. Así pues son necesarios más estudios para comprender los datos de seguridad que existen Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 con modelos de dosis incrementada, reducida, o tratamiento intermitente-retratamiento. CONCLUSIONES La terapia biológica representa una alterna!va bien establecida en el manejo de la psoriasis moderada y grave. Sin embargo, su elevado coste, la experiencia rela!vamente limitada en su empleo clínico y la abundancia de publicaciones existentes hacen necesario el desarrollo de unas directrices basadas en la evidencia cien#fica disponible y en el consenso de un grupo de expertos. Aunque la evidencia disponible permite comparar de forma directa o indirecta la eficacia y las posibilidades de fracaso terapéu!co primario o secundario de los diferentes fármacos según parámetros obje!vos, las limitaciones en la extrapolación de los ensayos clínicos a la clínica diaria condicionan que la elección del fármaco y de la pauta de administración se realicen de forma individualizada en función de las caracterís!cas de cada paciente. Por otro lado, el uso de regímenes de dosificación no aprobados (off-label) para el tratamiento de la psoriasis moderada-grave es una realidad en la prác!ca clínica. En los pacientes donde se consideren interrupciones o discon!nuaciones del tratamiento (en casos de infecciones severas, cirugías invasivas, embarazo o en pacientes que han alcanzado un control de la enfermedad) se debe considerar el potencial beneficio-riesgo de la interrupción del tratamiento, ya que dicha interrupción puede afectar a la eficacia del tratamiento o producir un empeoramiento en el control de la enfermedad. 33 Originales BIBLIOGRAFÍA 1. Ferrandiz C, Bordas X, Garcia-Patos V, Puig S, Pujol R,Smandia A. Prevalence of psoriasis in Spain (Epiderma Project:phase i). J Eur Acad Dermatol Venereol. 2001;15:20---3. 2. Christopher E, Mrowietz U. Psoriasis. In: Freedberg, Eisen, Wolff, Austen, Goldsmith, Katz, et al., eds. Fitzpatrick’s Dermatology in General Medicine: McGraw-Hill 1999:595-21. 3. Baker H, Wilkinson DS. Psoriasis. In: Rook A, Wilkinson DS, Ebling FJG, eds. Textbook of Dermatology. Oxford: Blackwell Scien"fic Publica"ons 1972:1315-67. 4. 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Leonardi CL, Kimball AB, Papp KA, Yeilding N, Guzzo C, et al. (2008) Efficacy and safety of ustekinumab, a human interleukin-12/23 monoclonal an•body, in pa•ents with psoriasis: 76-week results from a randomised, double-blind placebocontrolled trial (PHOENIX 1). Lancet 371: 1665–1674. 33. Dommasch ED, Abuabara K, Shin DB, Nguyen J, Troxel AB, et al. (2011) The risk of infec•on and malignancy with tumor necrosis factor antagonists in adults with psoria•c disease: a systema•c review and meta-analysis of randomized controlled trials. J Am Acad Dermatol 64: 1035–1050. Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 35 Qué son los Planes de Pensiones? Los Planes de Pensiones son productos de previsión social privada destinados a constituir un capital que complemente tu jubilación. ¿Qué son los Planes de Previsión Asegurados? Los Planes de Previsión Asegurados o también llamados PPA, son Seguros de Vida utilizados para la previsión social privada que se presentan como una fórmula de ahorro periódico, ofreciendo un tipo de PU[LYtZNHYHU[PaHKV@[VKVLSSVJVULS[YH[HTPLU[VÄZJHS`SHZJHYHJ[LYxZ[PJHZLUJ\HU[VHSPX\PKLaKLSVZ Planes de Pensiones. ¿Qué diferencia hay entre un Plan de Pensiones y un Plan de Previsión Asegurado? 3HKPMLYLUJPHM\UKHTLU[HSLU[YLSVZ7SHULZKL7YL]PZP}U(ZLN\YHKVZ`SVZ7SHULZKL7LUZPVULZLZX\LSVZ WYPTLYVZVMYLJLU\UHNHYHU[xHKL[PWVKLPU[LYtZTPLU[YHZX\LSHZYLU[HIPSPKHKLZKLSVZ7SHULZKL7LUZPVULZ KLWLUKLUKLSJVTWVY[HTPLU[VKLSVZHJ[P]VZLUSVZX\LZLPU]PLY[LULUSVZTLYJHKVZÄUHUJPLYVZW\KPLUKV VI[LULYTH`VYVTLUVYYLU[HIPSPKHK La elección de optar por un Plan de Previsión Asegurado o un Plan de Pensiones depende fundamentalmente KLSHZP[\HJP}UKLSTLYJHKVKLSHLKHKKLSJSPLU[LKLSWLYÄSKLPU]LYZP}UKLSTPZTV`KLSHZJPYJ\UZ[HUJPHZ personales. Fiscalidad 3VYLHSTLU[LH[YHJ[P]VKLSVZ7SHULZKL7LUZPVULZ`7SHULZKL7YL]PZP}U(ZLN\YHKVZLZX\LZL[YH[HKLSVZ WYVK\J[VZÄUHUJPLYVZTLQVY[YH[HKVZÄZJHSTLU[L`HX\LSHZHWVY[HJPVULZX\L]H`HZYLHSPaHUKVK\YHU[LLS H|VH[\7SHU[LOHYmUYLK\JPYSHIHZLPTWVUPISLNLULYHSKLSPTW\LZ[VKLSH9LU[HJVUZPN\PLUKVHZxWHNHY TLUVZH/HJPLUKHVZP`H[LKL]\LS]LUSVNYHYX\L[LKL]\LS]HUHUTmZ3H[V[HSPKHKKLSHZHWVY[HJPVULZ realizadas, reducirá n la base imponible NLULYHSJVULSTm_PTVKLSZVIYLSVZYLUKPTPLU[VZUL[VZKLS[YHIHQV`KLHJ[P]PKHKLZLJVU}TPJHZWHYH WLYZVUHZJVULKHKPUMLYPVYHH|VZ`KLSKLLZ[VZTPZTVZYLUKPTPLU[VZWHYHWLYZVUHZJVU edad igual o superior a 50 años. 3VZSxTP[LZKLHWVY[HJP}UHU\HSWLYTP[PKVZZLNUSHSLNPZSHJP}U]PNLU[L ]HYxHULUM\UJP}UKLSHLKHKHZxWHYHTLUVZKLH|VZLZKLÁ`WHYHTHZKLLZÁ Te ofrecemos la mejor gama de planes de pensiones. 36 Revista Atalaya Medica nº 6 / 2014 Notas clínicas Pág 37-40 Original entregado 03/11/2014 Aceptado 10/12/2014 GLOMERULONEFRITIS POST-ESTREPTOCÓCICA EN LA INFANCIA. A PROPÓSITO DE TRES CASOS Dra. Victoria Caballero Pérez / Dra. Lorena Gracia Torralba / Dr. Emilio Carlos López Soler / Dr. Alejandro González Alvarez Hospital Obispo Polanco. Teruel RESUMEN El síndrome nefrí•co agudo pos•nfeccioso se define por la aparición de hematuria, oliguria, proteinuria y edemas, acompañados o no de alteración de la función renal e hipertensión arterial. La expresividad clínica varía desde formas floridas a formas que pasan inadver•das siendo la microhematuria la única manifestación. La lesión asienta sobre los glomérulos como consecuencia de un mecanismo inmunológico que se desencadena al entrar en contacto con componentes an•génicos de diferentes gérmenes. El más frecuente, y por lo tanto que mejor se conocen sus mecanismos patogénicos es el que aparece tras la infección por estreptococo hemolí•co del grupo A. Presentamos tres casos de glomerulonefri•s postestreptocócica que debutaron en el año 2014. PALABRAS CLAVE Glomerulonefri•s, Streptococo del grupo A, infección. ABSTRACT The acute pos•nfec•on nephri•c syndrome is characterized by hematuria, oliguria, proteinuria and edemas and some•mes, acute kidney injury and hypertension. The clinical presenta•on varies from full-blown acute nephri•c syndrome to asymptoma•c children with microscopic hematuria. Pos•nfec•on glomerulonephri•s appears to be caused by glomerular immune complex disease induced by specific an•gens of a group of microorganism. Group A betahemoly•c Streptococcus is the most common cause of acute pos•nfec•on nephri•s in children globally, because of that the knowledge about the pathogenic pathways is wide. We present three cases of poststreptococcal glomerulonephri•s which made debut in 2014. KEY WORDS Glomerulonephri•s, Group A streptococcal, infec•on. INTRODUCCIÓN La glomerolonefri•s aguda pos•nfecciosa (GNPI) es un proceso patológico de base inmunológica que se traduce en una lesión inflamatoria no supura•va de predominio glomerular. Aunque la prevalencia ha disminuido, sigue siendo la causa más frecuente de síndrome nefrí•co en la infancia1. El estreptococo hemolí•co del grupo A (SBGA) es el germen que más frecuentemente se ha asociado a esta en•dad. Los sero•pos nefritógenos son el 1, 2, 4, 12 y 25 en las infecciones faríngeas y 2, 42, 49, 56, 57 y 60 en las infecciones cutáneas. Las formas esporádicas ocurren generalmente después de una infección faríngea por SBGA •po 12. Otros infecciones a las que se ha asociado son el paludismo, la hepa••s B, la sífilis congénita, paro•di•s, varicela, brucelosis, fiebre •foidea, etc2,3. Tras la infección por SBGA existe un periodo de latencia de aparición de la clínica de dos semanas en el caso de infección respiratoria superior y de 4 semanas después de infecciones cutáneas. Sin embargo, en las formas no estreptocócicas la nefropa!a es simultánea al proceso infeccioso2. La edad más frecuente de presentación es entre los 4 y 14 años disminuyendo la incidencia por debajo de los dos años y por encima de los 20. Es el doble de frecuente en varones que en mujeres y el 97% de los casos aparecen en países subdesarrollados3. La presentación clínica varía mucho de unos pacientes a otros. La forma más frecuente es el síndrome nefrí•co en el que puede aparecer hematuria, edemas, hipertensión proteinuria, oliguria y alteraciones de la función renal. De forma excep37 Notas clínicas cional se manifiesta como síndrome nefró"co donde la caracterís"ca fundamental es la proteinuria superior a 40 mg/kg/h y más raramente como formas rápidamente progresivas. La evolución generalmente es favorable, aunque las formas graves pueden progresar a enfermedad renal crónica4. CASO 1 Niño de 12 años que estando previamente asintomá"co inicia convulsiones tónico clónicas en domicilio. A los 15 minutos llega ambulancia medicalizada y se inicia administración de diazepam cediendo la crisis tras lo que se traslada a urgencias de nuestro Hospital. A su llegada el paciente se encuentra estuporoso, con Glasgow 11 y TA mantenida por encima de percen"l 95 para su edad, sexo y talla en todo momento (valores máximos 160/70). Se realiza TAC craneal en el que como único hallazgo se obje"va leve edema bilateral en zona temporal y analí"cas sanguíneas urgentes en las que no se constata elevación de los parámetros infecciosos. En la punción lumbar se ob"ene líquido cefalorraquídeo sanguinolento. Ante sospecha de encefali"s por herpes virus se inicia tratamiento con aciclovir y se traslada a Unidad de Cuidados intensivos Hospital infan"l Miguel Servet. Se considera que la hipertensión arterial es secundaria a la hipertensión intracraneal por lo que no se administra tratamiento. Como dato relevante diez días antes había presentado cuadro febril autolimitado por el que no recibió tratamiento an"bió"co. El paciente presenta una buena evolución, con recuperación espontánea del estado de consciencia en las siguientes horas persis"endo TA elevada. Se realiza sedimento urinario detectándose microhematuria y analí"cas sanguíneas que muestran un ASLO elevado y la fracción C3 del complemento descendida. Se inicia tratamiento con hidralazina intravenosa con buen control de la TA por lo que se traslada a planta con hidralazina oral y restricción de líquidos. Posteriormente permanece asintomá"co, normalizándose los niveles de complemento en las tres semanas siguientes y con resolución de la microhematuria en los tres meses siguientes. CASO 2 Niño de 7 años que acude por presentar orina sanguinolenta e inflamación de los párpados. Durante el ingreso se constata hematuria 38 macroscópica con hema$es dismórficos y cilindros hemá"cos en sedimiento. En analí"ca sanguínea presenta niveles de crea"nina, urea y cista"na C levemente elevados, ASLO alto y fracción C3 del complemento descendida. En anamnesis refieren posible prúrigo con sobreinfección bacteriana dos semanas antes que se trató con mupirocina tópica. Precisó tratamiento con furosemida oral y restricción de líquidos manteniendo TA normal en todo momento. La evolución fue favorable normalizándose los parámetros analí"cos en 4 semanas. CASO 3 Niño de 5 años que presentó orina sanguinolenta en contexto de cuadro febril. Inicialmente se sospechó infección del tracto urinario y se trató con cefixima. Ante persistencia del cuadro de hematuria, aunque hubo cese de la fiebre en 48 horas, se realiza sedimento urinario en el que se constata hematuria glomerular. A nivel analí"co presenta ASLO elevado, fracción C3 del complemento muy descendida, con nivel C4 normal y parámetros de función renal normales. No precisó ingreso por ausencia de edemas y TA normal, por lo que se realizó control ambulatorio. A lo largo de 6 meses ha presentado hematurias recidivantes coincidentes con procesos infecciosos, persis"endo niveles bajos de fracción C3 del complemento y an"cuerpos an"nucleares posi"vos. Man"ene función renal normal con excepción de leve proteinuria en el sedimento urinario. Se desconocen los antecedentes familiares (niño adoptado). Ante sospecha de glomerulonefri"s membranoprolifera"va o lúpica se remite al servicio de Nefrología Pediátrica Hospital Infan"l Miguel Servet para realización de biopsia renal, pendiente en el momento actual. DISCUSIÓN La GNPI se considera que es una enfermedad causada por inmunocomplejos, donde tanto la inmunidad humoral como celular están involucradas en su patogenia. La respuesta inmunológica pone en marcha dis"ntos procesos biológicos (ac"vación del complemento, reclutamiento de leucocitos, liberación de factores de crecimiento y citoquinas) que producen el daño glomerular. Estos hechos ocasionan una glomerulonefri"s GLOMERULONEFRITIS POST-ESTREPTOCÓCICA EN LA INFANCIA. A PROPÓSITO DE TRES CASOS Notas clínicas GNPI Nefropa!a IgA Nefropa!a lúpica GNMP Fracción C3 ↓ n ↓ ↓ Fracción C4 N n ↓ n Recuperación tras 6 semanas fracción C3 Sí - No No ANA N n ↑ n IgA N ↑ n n Hematuria recurrente Excepcional Sí Sí Sí Tabla 1. Diagnós!co diferencial. GNPI: glomerulonefri!s pos!nfecciosa. GNMP: glomerulonefri!s membranoprolifera!va. ANA: an!cuerpos an!nucleares. prolifera!va endocapilar con membrana basal no alterada. En las formas más graves ocurre una proliferación extracapilar con infiltrado celular en el espacio de Bowman y formación de semilunas epiteliales, lo que termina ocasionando una glomerulonefri!s rápidamente progresiva4. Proceso diagnós•co Debemos sospechar una GNPI ante la presencia de un cuadro clínico-analí!co de síndrome nefrí!co agudo: hematuria glomerular, con proteinuria variable, edema con hipertensión arterial y oliguria con insuficiencia renal aguda. Una proteinuria masiva con o sin otras caracterís!cas del síndrome nefró!co (proteínas/crea!nina en orina de una micción < 2, o en orina de 24 horas > 40 mg/m2/hora) se presenta en alrededor 2-4% de paciente, y su persistencia es un factor de riesgo para la progresión hacia la enfermedad renal crónica5,6. A nivel sanguíneo además del posible aumento de crea!nina y urea, podemos encontrar hiperpotasemia, acidosis metabólica e hiperfosforemia, hipoalbuminemia e hipercolesterolemia con hiponatremia dilucional. En el hemograma es caracteris!co la anemia dilucional y el aumento de la VSG. La ac!vación del complemento es por la vía alterna!va, por lo que la fracción C3 y CH50 están disminuidos con una fracción C4 normal. En un 80% de los casos hay elevación de IgG e IgM. Por úl!mo, encontraremos aumentado el ASLO y la DNAsa B, siendo más sensible la determinación de ésta úl!ma ya que el ASLO puede ser falsamente nega!vo en pacientes con infección de piel o previamente tratados con an!bió!cos4-6. En la historia clínica deberemos reflejar el antecedente infeccioso y si existen antecedentes familiares de enfermedades glomerulares que cursen con hematurias recurrentes como el sínRevista Atalaya Médica nº 6 / 2014 drome de Alport o la nefropa$a de membrana basal fina. Además de la anamnesis detallada será necesaria una exploración &sica exhaus!va en la que interesa descartar signos y síntomas de enfermedades sistémicas (púrpuras, exantemas, artralgias, síntomas gastrointes!nales, etc). Indicaciones de biopsia renal Elevación progresiva de la crea!nina sérica más allá de dos semanas. Hematuria macroscópica, proteinuria en rango nefró!co o la hipertensión persistentes después de seis semanas. C3 disminuido durante más de 8 semanas. Edad inferior a dos años7. Diagnós•co diferencial. (Tabla 1). Tratamiento El tratamiento es de soporte dirigido fundamentalmente a las complicaciones de la sobrecarga de volumen como el edema y la hipertensión arterial6,7. Sobrecarga de volumen Restricción hídrica limitando la ingesta de líquidos a 300 ml/m2/día y la de sodio a 2 mEq/ kg/día. Diuré!cos: Se usa furosemida en un 80% de los casos a dosis inicial de 1 mg/kg intravenosa y dosis diaria oral o intravenosa de 2-4 mg/kg en 3 dosis. Generalmente durante uno o dos días. Hipertensión arterial Se administra tratamiento an!hipertensivo cuando la gravedad de la hipertensión aconseja no esperar al efecto de la furosemida. Se usarán preferentemente vasodilatadores. 39 Notas clínicas Hidralazina (vasodilatador arteriolar directo), oral 0.75 mg/kg/día, repar!dos cada 6-12 horas (máximo 25 mg/dosis). Intravenoso: 0.10.2 mg/kg (máximo 20 mg); se puede repe!r cada 4-6 horas si precisa. Nifedipino (antagonista del calcio): 0.250.5 mg/kg/dosis (máximo 10 mg/dosis) oral. Se puede repe!r cada 4-6 horas. Encefalopa•a hipertensiva Infrecuente, pero precisa de un tratamiento enérgico con hidralazina parenteral, nicardipino o nitroprusiato sódico. En la neuroimagen puede observarse leucoencefalopa"a reversible tras las medidas terapéu!cas8. Diálisis Indicada si alteraciones hidroelectrolí!cas no manejables con tratamiento conservador, uremia o sobrecarga circulatoria grave. Pronós!co La mayoría de los pacientes en edad pediátrica !enen un pronós!co excelente. En un seguimiento de 15 años tras el episodio agudo, se encontró que la incidencia de microhematuria, proteinuria e hipertensión arterial no diferían de la población general9. Los únicos datos que parecen relacionarse con peor pronós!co a largo plazo son la proteinuria masiva persistente y la presentación rápidamente progresiva10. Comentarios finales Hiperpotasemia Restricción dieté!ca y resinas de intercambio iónico. En caso de hiperpotasemia sintomá!ca se tratará con gluconato cálcico, salbutamol, insulina con suero glucosado, etc. Cor!coides e inmunosupresores Se reservan para las formas rápidamente progresivas, con tendencia a la cronicidad, síndrome nefró!co, hipocomplementemia persistente e insuficiencia renal. La GNPI es una en!dad rela!vamente frecuente en nuestro medio con diferentes formas de presentación y evolución. Conocer sus formas de debut permite una mejor atención al paciente, así como evitar tratamientos innecesarios que puedan empeorar el daño renal. Consideramos imprescindible un control exhaus!vo de estos pacientes para detectar los signos y síntomas de alarma implicados en el mal pronós!co de la enfermedad. BIBLIOGRAFÍA 1. Mikhael G, Postlethwaite R. Pos!nfec!ous glomerulonephri!s. Glomerular diseases. European Society for Paediatric Nephology, ESPH Handbook, 2002; p.268-74. 2. Carape!s JR, Steer AC, Mulholland EK; Weber M. The global burden of Group A streptococcal diseases. 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Los Ríos –Ecuador 4 Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. Hospital Obispo Polanco. Teruel. RESUMEN El absceso cerebral es la infección purulenta del parénquima cerebral de •po focal. Los pacientes con este •po de infección suelen presentar un cuadro clínico poco específico, lo cual dificulta la sospecha diagnós•ca temprana y conlleva a una elevada morbilidad y mortalidad. El tratamiento es un tema deba•do, la decisión de ac•tud quirúrgica frente al tratamiento conservador con an•bió•cos, depende de la situación clínica del paciente, la localización de las lesiones y el tamaño de las mismas. Se presenta el caso de un paciente de 36 años de edad quien recibió una descarga eléctrica en la cabeza que provoco una quemadura de espesor completo en cuero cabelludo y perios•o del área biparietal. Posteriormente presentó convulsiones por lo que se le realizó un TAC donde se evidenció un absceso cerebral izquierdo, el cual fue drenado neuroquirurgicamente con recuperación neurológica total. PALABRAS CLAVE Absceso cerebral, convulsiones, Quemadura CEREBRAL ABSCESS BY ELECTRIC BURN; A RARE COMPLICATION ABSTRACT Brain abscess is purulent infec•on of the brain parenchyma of focal type. Pa•ents with this type of infec•on usually present a rare prognosis, wich makes it difficult to give a nearly diagnosis and it takes to a high morbility and mortality. The treatment is a debated topic, the decision between surgery and conserva•ve treatment with an•bio•cs depends on the clinical situa•on of the pa•ent, the place and the size of the injuries. We present the case of a 36 years old pa•ent who received an electric shock to the head that caused a full thicknesss calp burn and periosteum of the biparietal area. Later on he presented seizures, reason why the pa•ent underwent a CAT scan where a le" brain abscess was discovered, that was neurosurgically drained with fully neurological recovery KEY WORDS Brain abscess, seizures, Burn 41 Notas clínicas INTRODUCCIÓN Los abscesos cerebrales es una en!dad clínica infrecuente caracterizada por una elevada morbimortalidad. Se comporta como un proceso expansivo intracraneal con un periodo de crecimiento de dos semanas. Originados por con!güidad o por propagación hemá!ca de afecciones cardíacas (cianosantes), ó!cas, odontológicas, heridas penetrantes de cráneo, neumológica (infecciosa) y raramente por intervenciones neuroquirúrgicas. Actualmente se la observa en paciente inmunodeprimidos1-2. Hasta el siglo XIX era una enfermedad letal pero los avances en las técnicas neuroquirúrgicas, la introducción de an!bió!cos y la mejora de las técnicas diagnós!cas han supuesto un punto de inflexión en la mortalidad reduciéndola de un 30-60% al 5-20% actual. A pesar de esta mejoría las cifras siguen siendo elevadas sin olvidar las secuelas de muchos pacientes2. El absceso cerebral es la infección purulenta del parénquima cerebral de !po focal. La diferencia entre la encefali!s y el absceso cerebral, radica en que este úl!mo forma una cápsula fibrosa y puede ser de origen bacteriano, micó!co o $mico. La incidencia anual en países desarrollados es de 4 a 11 por millón de habitantes, con mayor prevalencia en varones 3:1. Son responsables de un 2% de todas las lesiones expansivas intracraneales, y aun a pesar de los avances en imagenología, terapia an!microbiana y técnicas quirúrgicas sigue presentando una elevada mortalidad. Los abscesos cerebrales son unos procesos supura!vos localizados en el parénquima cerebral rela!vamente infrecuente pero de gran relevancia clínica debido a su elevada morbi-mortalidad. La mortalidad en la literatura reciente oscila entre un 5 y 22%1. Las manifestaciones clínicas son variadas, a veces de instalación violenta, y no siempre se encuentra presente la tríada caracterís!ca de fiebre, cefalea y signos focales. El diagnós!co diferencial es amplio y la sospecha clínica debe ser precoz para lograr un tratamiento oportuno, mul!disciplinario y que asegure un buen pronós!co3. Los abscesos mayoritariamente son estériles y los patógenos encontrados más común42 mente son estreptococos, estafilococo aureus y anaerobios, en paciente inmunocomprome!dos Toxocara y Nocardia. Las cefaleas holocraneales, convulsiones generalizadas y depresión del sensorio suelen ser la forma de presentación. En tomogra$as en periodo de cerebri!s (estadio inicial) se evidencia edema vasogénico limitado al si!o de origen del absceso y en periodo tardío encapsulación del absceso, presencia de anillo hiperdenso centro hipodenso rodeados de edema vasogénico4. El tratamiento de esta patología requiere un manejo médico-quirúrgico en la mayor parte de los casos. Además de su u!lidad diagnós!ca, el tratamiento quirúrgico está especialmente indicado en pacientes con abscesos de diámetro mayor (> 2-3 cm), aquellos con un importante efecto de masa o ante fracasos del tratamiento médico. El tratamiento médico con an!microbianos empíricos adecuadamente seleccionados, puede ser ins!tuido ante la presencia de colecciones pequeñas, lesiones múl!ples o profundas o aquellas asociadas a meningi!s. En estos casos se requiere de un seguimiento periódico con TAC o RM cerebral5. Las cefalosporinas de tercera generación y el metronidazol poseen un espectro an!microbiano y una penetración al SNC adecuados, ú!l para la mayor parte de los microorganismos asociados a esta patología. Este esquema es muy u!lizado en forma empírica debido a la naturaleza polimicrobiana de las infecciones asociadas a un foco ó!co o dental y a sinusi!s. Los esquemas para infecciones neuro-quirúrgicas deben considerar una cobertura adecuada para S. aureus y además la posibilidad de resistencia a cloxacilina6. El uso de cor!coesteroides en esta patología con!núa siendo polémico debido a que no existen reportes randomizados que avalen su eficacia en este contexto, y a las aprensiones derivadas de estudios en modelos animales que señalan la persistencia de microorganismos al interior del absceso a pesar del uso de an!bacterianos6-7. El tratamiento quirúrgico puede ser realizado mediante una trepanación mínima, craneotomía o por cirugía estereotáxica5-8. Esta úl!ma representa un procedimiento invasor de menor morbilidad postoperatoria y que puede ser u!lizado con fines diagnós!cos o terapéu!cos. Los ABSCESO CEREBRAL POR QUEMADURA ELECTRICA; UNA RARA COMPLICACION Notas clínicas CASO CLÍNICO Se trata de un paciente masculino de 36 años de edad, quien tropezó con un cable de energía eléctrica que le provoco quemaduras en cuero cabelludo de espesor completo (Fig. 1), perios!o y tabla externa de región parietal bilateral. A su llegada a Urgencias presentó convulsiones generalizadas tónico-clónicas y disminución del nivel de conciencia. En el TAC de cerebro en urgencias, reveló gran edema vasogénico cerebral; un control a las 2 semanas del ingreso, puso en evidencia un absceso cerebral encapsulado (estadio tardío) con edema cerebral en región parietal izquierda (Fig. 2A), por lo fue intervenido neuroquirurgicamente. Fig. 1. Lesión en cuero cabelludo por descarga eléctrica. Quemadura de espesor completo incluyendo perios!o procedimientos quirúrgicos pueden estar des!nados al vaciamiento o escisión del absceso, a la instalación de un drenaje ventricular externo o al control de la puerta de entrada, especialmente ó!ca o sinusal8. Fig. 2. Se realizó orificio de trepano y aspiración del absceso cerebral; las TAC de control confirman la desaparición del absceso y disminución del edema (Fig. 2B). Fue dado de alta con medicación an!bió!ca, an!convulsiva y posteriormente cirugía plás!ca reparó la lesión de cuero cabelludo. Su evolución fue favorable y a los 2 años posteriores a la suspensión de medicamentos an!comiciales, no presentó convulsiones y en ninguna etapa observamos osteomieli!s del área A: absceso cerebral en estadio tardío, con capsula organizada hiperdensa y contenido hipodenso. B: control a los 8 días, mínimo neumoencefalo y mínimo edema vasogénico sin absceso cerebral izquierdo. Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 43 Notas clínicas comprome!da. Neurológicamente no presento ningún déficit motor. DISCUSIÓN Los abscesos cerebrales generalmente pueden formarse por propagación hemá!ca o por con!güidad de gérmenes ubicados en corazón (cardiopa#as cianosantes) mayoritariamente tetralogía de Fallot, en fistulas pulmonares arteriovenosas en un 5%, abscesos dentales, sinusi!s, o!!s, infección de celdillas aéreas mastoideas, (abscesos del lóbulo temporal y cerebelo) y trauma!smo craneales penetrantes. En el presente caso establecemos que la vía de propagación fue por con!güidad, debido a flebi!s de venas emisarias provocadas por la descarga eléctrica. El absceso cerebral formado en el caso que revisamos, !ene una causa a#pica (descarga eléctrica), considerando que el paciente no registraba antecedentes de patologías potencialmente facilitadoras de provocar absceso. Consideramos que la quemadura de espesor completo en la región parietal que compro- me!ó el cuero cabelludo y perios!o, propago un fenómeno de flebi!s a través de las venas emisarias de esta zona, provocando así, una infección intracerebral por estafilococos aureus o estafilococo epidermidis u otra bacteria, lo cual no pudo ser comprobado ya que los cul!vos fueron estériles. Al formarse el absceso, provocó el síndrome convulsivo de aparición tardía, el cual sugiere siempre la posibilidad de encontrar un proceso ocupa!vo, neoplásico, vascular o como el caso presente, un absceso cerebral, sintomatología que desapareció una vez aspirado el contenido del absceso. CONCLUSION Creemos que la formación de un absceso cerebral por quemadura con cable de energía eléctrica es un fenómeno raro, por lo que debería considerarse esta patología en pacientes, que de manera fortuita como el caso presente, reciban una descarga eléctrica en cuero cabelludo, y que presenten cefalea o convulsiones generalizadas de aparición tardía. BIBLIOGRAFIA 1. Fica, A., Bustos, P., & Miranda, G. (2006). Absceso cerebral: A propósito de una serie de 30 casos. Revista chilena de infectología, 23(2), 140-149. 2. Fritz Dp. Nelson Pb. Brain abscess in central nervous system infec!ons diseases and theraphy Ross kl. Marcel Decker 1997. Pág. 481 – 98. 3. Williams Fh, NelsmsDic, McGaharanKh. Brain abscess a rare complica!on of halo usage 1992 – 490 – 492 APMR 4. Bri' H en Zmann Dr. “Clinical Stages of human Brain abscess on serial CT seans a*er contrs!nfu!on. J. Neurosurg. 59: 972 – 989; 1983 5. Stephanoun S. “Surgical treatment of Brain Abscess Neurosurgery 36: 724 – 730. 1988 6. 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RESUMEN Síndrome de Marshall es una en•dad autoinflamatoria consistente en fiebre periódica, estoma••s a•osa, faringi•s y adeni•s cervical. Su e•ología es desconocida, aunque una falta en el control de la respuesta autoinflamatoria parece jugar un papel. Aunque se sospecha un origen gené•co, ninguna mutación específica se ha determinado todavía. Los cor•coides son el pilar del tratamiento durante los ataques agudos. Sin embargo, en largo plazo de seguimiento el papel de la amigdalectomía es controver•do. En nuestro ar•culo describimos 2 casos clínicos de niños que presentaron episodios febriles recurrentes acompañados de faringoamigdali•s, y adenopa•as cervicales. PALABRAS CLAVE Síndrome de Marshall, Cor•coides, Fiebre periódica. MARSHALL SYNDROME AS A CAUSE OF RECURRENT FEVER, OF 2 CASES ABSTRACT Marshall syndrome is an autoinflammatory en•ty consis•ng of periodic fever, aphthous stoma••s, pharyngi•s and cervical adeni•s. Its e•ology is unknown although a dysregula•on in the control of the autoinflammatory response seems to play a role. Although a gene•c origin is suspected, no specific muta•on has been determined yet. Cor•costeroids are the mainstay of the treatment during the acute a!acks. However, in long-term follow-up the role of tonsillectomy is controversial. In our ar•cle we describe two cases of children with recurrent fever episodes accompanied by pharyngi•s, and cervical lymphadenopathy. KEY WORDS Marshall syndrome, cor•costeroids, periodic fever. INTRODUCCIÓN La fiebre recurrente se caracteriza por episodios febriles que duran desde unos días hasta varias semanas separados por periodos asintomá•cos y de duración variable. Su diagnos•co diferencial incluye: neoplasias, infecciones, enfermedades autoinmunes y síndromes auto inflamatorios entre los cuales se encuentra el Síndrome de Marshall o PFAPA (Periodic Fever Aphtas, Pharyngi•s, cervical Adenopathies)1,2,3. El síndrome de PFAPA es una patología benigna, no hereditaria, de e•ología y patogenia desco- nocida. Descrita por primera vez en 1987 por Marshall. Se inicia antes de los 5 años y se resuelve habitualmente antes de los 10 años sin dejar secuelas ni afectación del desarrollo. Sus principales caracterís•cas son: episodios febriles recurrentes (cada 3 a 6 semanas) acompañados de Faringoamigdali•s, A•as bucales y Adenopa•as cervicales, que cursan entre 3 a 5 días con fiebre elevada y remite, independientemente del uso de an•térmicos y an•bió•cos. Entre los episodios los niños están asintomá•cos4. 45 Notas clínicas Los estudios de laboratorio son inespecíficos, pueden presentar discreta elevación de reactantes de fase aguda y una leucocitosis moderada. Los estudios microbiológicos e inmunológicos resultan nega"vos2. El tratamiento mas aceptado es la cór"coterapia en 1 o 2 dosis al inicio de los episodios que acorta de forma drás"ca la duración de la fiebre pero no disminuye el número de brotes. El diagnós"co del síndrome de PFAPA es clínico, y requiere la presencia de todos los siguientes criterios (Tabla 1): 1.- Fiebre cada mes o cíclica en cualquier grupo de edad. 2.- Amigdali"s exuda"va con cul"vo nega"vo. 3.- Linfadeni"s cervical. 4.- Estoma""s a#osa. 5.- Periodos entre episodios completamente asintomá"cos. 6.- Rápida respuesta a una dosis de cor"costeroides2. Tabla 1. Criterios diagnós"cos del síndrome de PFAPA • Fiebre cada mes o fiebre cíclica en cualquier grupo de edad • Amigdali"s exuda"va con cul"vo nega"vo • Linfadeni"s cervical • Estoma""s a#osa • Período entre episodios completamente asintomá"co • Rápida respuesta a una dosis de cor"coides El diagnos"co del síndrome de PFAPA requiere la presencia de todos los criterios. CASOS CLÍNICOS El primer caso se trata de una niña de 5 años de edad sin antecedentes personales de interés. Con antecedentes familiares de una hermana de 13 años con episodios de fiebres recurrentes que cedieron a los 7 años de edad, sin diagnos"co defini"vo. Dicha paciente consulta desde los 18meses en el servicio de pediatría en Atención primaria y en urgencias por procesos febriles de repe"ción acompañados de faringoamigdali"s y adenopa$as cervicales. Refiere una frecuencia aproximada de los episodios cada 2 – 3 semanas y la duración es de 4-5 días con mala respuesta a los an"térmicos y an"bió"cos. Entre episodios la pa46 ciente se encuentra asintomá"co y su desarrollo psicomotor y ponderoestatural están de acuerdo a su edad. Durantes estos episodios se le realizan múl"ples pruebas complementarias que incluyen estudio serológico (Virus de Ebstein Barr (VEB), Toxoplasma, citomegalovirus, brucella, herpes simple, parvovirus), estudio de autoinmunidad (an"cuerpos an"nucleares y an" DNA); Inmunoglobulinas incluida IgD: nega"vas; bioquímica general (colesterol, glucosa, crea"nina, ácido úrico, calcio, metabolismo del hierro, proteínas totales, función hepá"ca, función "roidea normales, factor reumatoide, ASLO nega"vos). Fro"s faríngeo en varias ocasiones, cul"vos de orina y, parásitos en heces nega"vos. Durante los episodios de fiebre se destaca elevación moderada de PCR, VSG con leucocitosis leve a moderada. Ante la elevada sospecha clínica de síndrome de PFAPA se plantea la posibilidad de comenzar de manera empírica el tratamiento de los siguientes procesos febriles con cor"coide vía oral a 1mg/Kg./día en dosis única como prueba diagnós"ca. Refiere inicialmente muy buena respuesta a la dosis única pese a que en los úl"mos procesos ha requerido a las 24 horas una segunda dosis del cor"coide. El segundo caso se trata de un niño de 3 años de edad, sin antecedentes neonatales, parto vaginal eutocico a término con peso al nacer 3840gr y lactancia materna. Presenta episodios febriles repe"dos de unos 5 días de duración desde los 8 días de vida. Que ha requerido ingresos en planta en 9 ocasiones, diagnos"cándose de onfali"s, infección urinaria y faringoamigdali"s. Según refieren los padres el niño presenta muy mala respuesta a los tratamientos an"bió"cos y an"térmicos. Analí"camente durantes estos episodios febriles presenta elevación moderada de Proteína C reac"va (PCR) y leucocitosis. Se decide completar estudio por procesos infecciosos de repe"ción, realizándose una bioquímica, inmunoglobulinas: IgG e IgM, IgA 100mg/dl, subclases de IgG, complemento, poblaciones linfocitarias, autoinmunidad todo dentro de la normalidad, serologías: Rotavirus, Brucella, Toxoplasma, E. Barr, Citomegalovirus (CMV) IgG, IgM: nega"vos. Con lo que con estos resultados y dado que el paciente "ene un correcto desarrollo ponderoestutarual y no ha habido ningún proceso febril grave SÍNDROME DE MARSHALL COMO CAUSA DE FIEBRE RECURRENTE, A PROPÓSITO DE 2 CASOS Notas clínicas se descarta inmunodeficiencias primarias y secundarias. Durante los siguientes 2 años el niño con"núa con sus episodios febriles recurrentes cada 3 -4 semanas, con lo que se diagnos"ca de síndrome de PFAPA. Desde entonces en sus episodios febriles se le administra cor"coides vía oral con resolución del cuadro en 2 a 3 días. DISCUSIÓN El síndrome de PFAPA es una patología esporádica y benigna cuyo reconocimiento suele ser defectuoso por similitud a múl"ples procesos infecciosos, provocando mucha angus"a a la familia, la realización de múl"ples pruebas complementarias y tratamientos an"bió"cos innecesarios al niño. Los síntomas empiezan alrededor de los 2-5 años de edad y comprenden fiebre, malestar, amigdali"s de aspecto exuda"vo con fro"s faríngeos nega"vos (como es el caso de nuestros pacientes), linfadenopa#a cervicales, ulceras aftosas orales y con menor frecuencia, cefalea, dolor abdominal y artralgias. Los episodios duran 4-6 días, independientemente del tratamiento an"piré"co o an"bió"co, y aparecen con una frecuencia de 8-12 episodios/año. PFAPA Los hallazgos durante los episodios pueden incluir una hepatoesplenomegalia leve, una leucocitosis leve y un aumento de los reactantes de fase aguda, como en nuestros casos. La frecuencia e intensidad de los episodios disminuyen con el "empo. El diagnós"co diferencial del Síndrome de PFAPA (Tabla 2.) habría que incluir todos los procesos que cursan con fiebre recurrente como las inmunodeficiencias, colagenopa#as, síndrome paraneoplásico, enfermedades infecciosas y síndromes autoinflamatorios como: la Fiebre Mediterránea Familiar, Síndrome de Hipergamaglobulinemia D, neutropenia cíclica5. El Diagnos"co del síndrome de PFAPA es únicamente clínico. La e"ología y la patogenia siguen siendo desconocidas, no esta claro si es una alteración infecciosa o inmunogené"ca. No se han encontrado factores gené"cos, aunque se han descrito algunos casos con agregación familiar7, tampoco factores raciales o geográficos predisponentes8. En España los primeros casos fueron publicados en el año 20009. La mayoría de los pacientes responden al tratamiento con cór"coterapia vía oral con pred- Neutropenia cíclica Síndrome hiper-IgD Fiebre Mediterrá- TRAPS nea Familiar Ascendencia predo- Ninguna minante Ninguna Holandeses, ceses Comienzo antes de Si los 5 años Si Muy frecuente Poco frecuente Frecuente Duración de los epi- 2 a 8 días sodios febriles 3 a 5 días 4 a 6 días Horas a 4 días De 1 a 4 semanas Intervalos entre los 2 a 9 semanas episodios 21+/- 3 días Variable Variable Variable Causa Desconocida Mutación del gen Mutación del gen Mutación del MEFV ELA2. MVK Mutación del gen TNFRSF1A Herencia - A. dominante espo- A. Recesiva rádica A. dominante Tratamiento Cor"coides, cirugía, Factor Es"mulante Ninguno cime"dina. de colonias granulo- des? cí"cas Secuelas Ninguna Fran- Judíos, armenios, Irlandeses, escoceses turcos, árabes A. Recesiva ¿esteroi- Colchicina Ninguna. Evolucio- Amiloidosis na atenuado con los Pérdida de piezas años dentales De las infecciones. Esteroides, etanercept Amiloidosis 15 al 25% Tabla 2. Diagnós"co Diferencial Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 47 Notas clínicas nisona dosis de 1-2mg/Kg./día que acorta la duración de la crisis pero sin disminuir el número de episodios10. La efec!vidad de otros tratamientos propuestos como el uso de betametasona en dosis de 0.3mg/Kg/día, cime!dina, colchicina aún no esta demostrada ya que los estudios realizados hasta la actualidad son insuficientes2,6. También se ha planteado el tratamiento quirúrgico con amigdalectomia aunque actualmente es un tema controver!do11. Se sugiere que se debe realizar un tratamiento quirúrgico solo a niños con manifestaciones clínicas severas que no responden a tratamiento con cor!coides o niños donde la frecuencia de los episodios febriles no varia a pesar del tratamiento, por lo que la decisión de debe basar en la calidad de vida de los pacientes y de sus familiares3,12. La remisión defini!va de este síndrome se produce en edades prepuberales y sin dejar secuelas a largo plazo. Hemos de recordar que ante procesos febriles recurrentes debe plantearse e!ología no infecciosa. El diagnos!co y tratamiento adecuado además de mejorar la calidad de vida supone un ahorro en costes evitando pruebas complementarias y tratamientos inadecuados. La pediatría de atención primaria es el lugar idóneo para sospechar esta patología por su capacidad para vigilar en le !empo la evolución de los paciente CONCLUSIÓN Al ser el síndrome de PFAPA una patología esporádica y benigna cuyo reconocimiento suele ser di#cil por similitud a múl!ples procesos infecciosos, es importante sospechar en su diagnos!co que es únicamente clínico, cuando nos encontramos frente a un cuadro de procesos febriles de repe!ción (8-12 veces por año) ya que provoca mucha angus!a a la familia, la realización de múl!ples pruebas complementarias y tratamientos an!bió!cos innecesarios al niño. Su e!ología es desconocida, se sospecha de un mecanismo inmunológico, lo que nos explicaría la buena respuesta al tratamiento con cor!coides. 48 BIBLIOGRAFÍA 1. Gómez BS, Cas!ella TM, Garcia ER, Esarte EG, Garicano JM. Síndrome PFAPA, un reto para el pediatra. Anales de pediatría (Barc). 2007; 66:625-34. 2. C. Villanueva Rodriguez, J. Caballero Soler. El Síndrome de Marshall o PFAPA debe ser sospechado en la consulta de Atención Primaria. Revista de pediatria de Atención Primaria. 2009; 11:613-7. 3. Benitez Alonso P, López Vasquez A, Matallana Barahona S, Carmen Samperiz L, Vallés Varela H. Síndrome PFAPA, O.R.L. Aragón 2012; 15 (1) 19/20. 4. Andre Suzete, Vales Fernando, Cardoso Eduardo, Santos Margarida, Síndrome PFAPA Acta Otorrinolaringologica, 2009; 60(03:208-9). 5. Garrahan Juan P, Fibre periodica, estoma!!s a$osa, faringi!s y adeni!s: Sindrome PFAPA en Argen!na. Anales de pediatría 2011;74(3):161-167 6. Marshall GS, Edward KM, Bu%er J, Lawton AR. 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PALABRAS CLAVE Fractura; piramidal; carpo. PATIENT WITH TRAUMA AND PAIN IN THE WRIST. REPORT OF TWO CASES ABSTRACT Triquetrum fractures are the second most common bone carpal, a!er scaphoid lesions. They usually have a late diagnosis, so a CT it is need to confirm it. These fractures are commonly non displaced and stable, so a conserva•ve treatment is indicated. We present a report of two cases. KEY WORDS Fracture; triquetrum; carpal INTRODUCCIÓN Las fracturas de los huesos del carpo, salvo las del escafoides y en menor grado del piramidal, son raras1. Son lesiones que se producen generalmente tras una caída con la mano en extensión 1, 2. Los signos clínicos suelen ser discretos e inespecíficos. Por lo tanto, el diagnós•co se basa en las pruebas de imagen. En la prác•ca habitual se u•lizan las proyecciones estándar, anteroposterior y lateral, y en ocasiones una proyección oblicua para el borde cubital de la muñeca. En caso de sospecha de lesión sin apreciarse signos de una fractura de un hueso del carpo en la radiogra•a,debería realizarse una tomogra•a computarizada (TC) o en su defecto una resonancia magné•ca2, 3. Dentro de las fracturas carpianas las del hueso piramidal cons•tuyen una en•dad poco frecuente, pero que pueden dar lugar a importantes secuelas funcionales, por lo que es importante tener en cuenta su existencia y tratarlas adecuadamente2, 4, 5. Presentamos dos casos clínicos de fracturas del piramidal tratadas en nuestro servicio. CASOS CLÍNICOS CASO 1 Paciente de 45 años que tras caída accidental con muñeca en extensión acude al servicio de urgencias por dolor y tumefacción en muñeca izquierda. A la exploración •sica presenta tumefacción importante, dolor a la palpación de es•loides radial y fibrocar"lago triangular. Ligero dolor en tabaquera anatómica. Sin lesiones neurovasculares distales. Se realizó radiogra•a simple de muñeca con proyecciones anteroposterior, lateral y oblicua no visualizándose lesiones óseas agudas. Con diagnós•co de contusión de muñeca se da de alta con férula antebraquial, analgesia y con49 Notas clínicas Fig. 1. Fractura piramidal con conminución dorsal. trol en consultas externas de traumatología en una semana. A la semana siguiente persiste dolor y tumefacción en la muñeca, no encontrándose ningún hallazgo en la radiogra!a. Debido a la clínica, se decidió con"nuar con inmovilización y revisión en una semana más. En la siguiente visita, en el control radiológico se observó una conminución dorsal clara (Fig. 1), por lo que se decidió realizar una TAC de urgencia (Fig. 2). En este estudio se confirma unafractura conminuta del hueso piramidal con frag- mento anterior que se sitúa por delante del hueso semilunar, una línea de fractura en la base de la apófisis palmar del trapecioy del borde medial superior del hueso grande en su ar"culación con el trapezoide, sin desplazamiento de fragmentos, y no se aprecian signos de luxación o subluxación del hueso semilunar ni resto del carpo. Tras llevar dos semanas de inmovilización, se decidió con"nuar cuatro semanas más para la correcta consolidación de las fracturas. Al finalizar el tratamiento, el paciente mejoró clínicamente y se realizó tratamiento rehabilitador para alcanzar la movilidad previa de su muñeca. Fig. 2. Imagen de TAC en la que se observa fractura conminuta del hueso piramidal con fragmento anterior que se sitúa por delante del hueso semilunar. Línea de fractura en la base de la apófisis palmar del trapecio y del borde medial superior del hueso grande en su ar"culación con el trapezoide, sin desplazamiento de fragmentos. No se aprecian signos de luxación o subluxación de hueso semilunar ni resto del carpo. 50 PACIENTE CON TRAUMATISMO Y DOLOR EN MUÑECA. A PROPÓSITO DE DOS CASOS Notas clínicas Fig. 3. Radiogra!a anteroposterior y con desviación radial (a la derecha de la imagen) de muñeca presentando fractura del hueso piramidal. CASO 2 Paciente de 39 años que tras caída con la bicicleta acude por dolor en muñeca izquierda. A la exploración !sica presenta dolor e inflamación en zona volar-cubital de la muñeca izquierda. Movilidad ac#va de la muñeca conservada, con dolor a la desviación cubital del carpo. Sin lesiones neurovasculares distales. En el estudio radiológico simple de muñeca presentaba una fractura piramidal del carpo izquierdo con mínimo desplazamiento (Fig. 3). Al ser una fractura sin desplazamiento se decidió tratamiento conservador con férula antebraquial, analgesia y control evolu#vo en consultas externas de traumatología. A los diez días, el control radiológico no mostró desplazamiento de la fractura,y se con#nuó con la inmovilización hasta completar el periodo de seis semanas. El paciente precisó de rehabilitación posterior para la recuperación completa de su movilidad previa de muñeca. otras lesiones, como fracturas del extremo distal del radio y luxaciones perisemilunares (producidas alrededor del arco del semilunar)2. Se caracterizan generalmente por dolor en el borde interno del carpo2, 4, 5. En el estudio radiológico inicial, las radiogra!as anteroposterior, oblicua en supinación y lateral son las más ú#les para constatar este #po de fracturas. A veces es necesario precisar de una TAC para alcanzar el diagnós#co2, 3. El mecanismo de lesión consiste o bien en una rotación o torsión de la muñeca, una fuerza de cizalla que conlleva un pinzamiento del ganchoso sobre la parte posterorradial del piramidal, una caída sobre la muñeca en extensión y desviación cubital, un impacto directo por la es#loides cubital, o un trauma#smo directo sobre el dorso del carpo1, 2. Existen tres #pos principales de fracturas del piramidal2: 1. Las fracturas de la cor#cal dorsal 2. Las fracturas del cuerpo del piramidal DISCUSIÓN La fractura del piramidal, también llamado hueso triquetral, representa el 13% de las fracturas carpianas, y es la segunda más frecuente del carpo tras la del escafoides1, 2. Suele asociarse a Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 3. Las fracturas volares El mecanismo más común de las fracturas de la cor#cal dorsal es por impactación. Este #po se observan mejor en la proyección oblicua y lateral. A menudo permanecen asintomá#cas a pesar de que el fragmento de cor#cal dorsal per51 Notas clínicas manezca sin consolidar. Su tratamiento es quirúrgico sólo si existe un fragmento doloroso residual no suscep!ble de osteosíntesis y consiste en una escisión-desbridamiento por vía artroscópica2. Las fracturas por avulsión de la cor!cal dorsal suelen afectar al si!o de inserción de los ligamentos dorsales intercarpianos y radiopiramidales; de este modo, pueden representar una forma menor de una lesión perilunar inversa. Generalmente, estas fracturas causan poca morbilidad y pueden ser tratadas mediante inmovilización con yeso durante seis semanas2. El segundo !po de fracturas afecta al cuerpo del piramidal. Suelen aparecer de forma aislada y son no desplazadas. Rara vez se asocian a fractura-luxación perilunar, y el tratamiento de elección viene marcado por la combinación de lesiones óseas y ligamentosas. Ante una lesión aislada del cuerpo del piramidal el tratamiento de elección es la inmovilización con yeso durante seis semanas. Se debe tratar mediante osteosíntesis en caso de desplazamiento y/o de luxación perisemilunar2. La luxación aislada del piramidal es rara, y se puede reducir con maniobras cerradas o abiertas si fuese necesario2. El tercer !po de fractura consiste en una fractura-avulsión del aspecto más volar del hueso. No es frecuente, pero puede significar la presencia de una inestabilidad carpiana, ya que conlleva la avulsión del ligamento palmar cubitopiramidal y, posiblemente, del ligamento intercarpiano lunopiramidal. Es una fractura que a menudo pasa desapercibida en las radiogra#as iniciales, ya que el fragmento puede estar escondido detrás del ganchoso o en la porción remanente del piramidal. El tratamiento ideal no está establecido, y debe individualizarse según la estabilidad carpiana2. Por úl!mo, existe un mecanismo raro de producción de fractura del piramidal asociada con la luxación del pisiforme. Este mecanismo de lesión se piensa que es debido a fuerzas de cizalla producidas por la subluxación del pisiforme. Tienden a ocurrir en la superficie distal cubital a nivel de la ar!culación pisopiramidal y deben tratarse mediante resección del fragmento osteocondral en combinación con la resección del pisiforme2. En conclusión, las fracturas del hueso piramidal son las segundas en frecuencia del carpo (13%) tras las de escafoides (78%) 1, 2, 4, 5. A menudo suelen pasar desapercibidas en la fase inicial debido a una clínica inespecífica y la dificultad radiológica de interpretación de los huesos carpianos. Sin embargo, no hay que subes!mar los trauma!smos de la muñeca con radiogra#as normales y siempre hay que conservar la idea de que se corre el riesgo de no diagnos!car algunas fracturas si no se realizan pruebas de imagen complementarias. Pueden conducir a una alteración funcional prolongada para el paciente si no se diagnos!can adecuadamente. La mayoría se tratan mediante inmovilización enyesada durante cuatro a seis semanas, reservándose el tratamiento quirúrgico en aquellos casos de importantes desplazamientos de los fragmentos óseos, luxaciones o inestabilidades carpianas asociadas. BIBLIOGRAFÍA 1. Bryan RS, Dobyns JH. Fractures of the carpal bones other than the lunate and navicular. Clin Orthop 1980; 149: 107-11 2. Green DP et al. Cirugía de la mano. Volumen 1. 2007. Editorial Elsevier. 3. Stuart PR, Berger RA, et al. The dorsopalmar stability of the distal radioulnar joint. J Hand Surg 2000; 25: 688-99 4. X. Delpit, E. Masméjean. Cirugía de los trauma!smos recientes del carpo. EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología 2011:1-15 [Ar!cle 44-352]. 5. Dumon!er C, Soubeyrand M, Carmès S .Fracturas de los huesos del carpo. EMC [14-714]- Doi : 10.1016/S1286935X(13)65906-7. 52 PACIENTE CON TRAUMATISMO Y DOLOR EN MUÑECA. A PROPÓSITO DE DOS CASOS Revista Atalaya Medica nº 6 / 2014 Notas clínicas Pág. 53-58 Original entregado 20/11/2014 Aceptado 10/12/2014 DOLOR PERSISTENTE EN MUÑECA TRAS TRAUMATISMO DE 4 MESES DE EVOLUCIÓN Dr. Jose Vicente Díaz Martínez / Dr. Juan Jose Ballester Gimenez / Dr. Angel Castro Sauras / Dra. Marta Osca Guadalajara Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología . Hospital Obispo Polanco. Teruel RESUMEN La patología postraumá•ca de la ar•culación radiocubital distal, es un problema frecuente y de di•cil tratamiento, sobre todo en aquellos casos que pasan desapercibidos inicialmente y se cronifican. A con•nuación presentamos una paciente con una inestabilidad crónica postraumá•ca de la ar•culación radiocubital distal tratada quirúrgicamente mediante una técnica de reconstrucción ligamentosa de forma sa•sfactoria. PALABRAS CLAVE Inestabilidad, ar•culación radiocubital distal. LINGERING WRIST PAIN AFTER FOUR MONTHS EVOLUTION TRAUMATIC EPISODE ABSTRACT Distal radioulnar joint postrauma•c pathology, is a common and difficult problem to treat, especially in cases that go unno•ced ini•ally and become chronic. We present a pa•ent with chronic pos"rauma•c instability of the distal radioulnar joint treated by surgical treatment with a ligament reconstruc•on technique successfully. KEY WORDS Instability, radioulnar joint INTRODUCCIÓN Presentamos el caso clínico de una paciente con una inestabilidad crónica de la ar•culación radiocubital distal, tratada de forma quirúrgica con técnica de reconstrucción ligamentosa. Esta patología cons•tuye una en•dad de di•cil tratamiento cuyo pronos•co depende del acto quirúrgico realizado. CASO CLÍNICO Paciente de 46 años de edad sin antecedentes médico - quirúrgicos de interés, no alergias medicamentosas conocidas, sin tratamiento habitual. Acude a urgencias por dolor en muñeca tras trauma•smo directo por caída accidental hace cuatro meses en tratamiento y seguimiento por su médico de cabecera. Exploración Física La paciente presenta dolor selec•vo a nivel de la ar•culación radiocubital distal, que se incrementa con la pronosupinación encontrándose el signo de la tecla posi•vo a nivel del cúbito distal. Fuerza y sensibilidad distal permanecían conservadas. Pruebas complementarias Ante esta exploración se decide realizar radiología simple con proyecciones antero-posterior (AP) y lateral (Lat) de muñeca ( Fig. 1), en las cuales se observa una subluxación de la ar•culación radiocubital distal. Se decide inmovilización con vendaje compresivo, pauta de an•inflamatorios y se deriva a consultas externas de traumatología para ampliar estudio a través de resonancia magné•ca nuclear (RMN), dado que había sospecha de lesión en el complejo fibrocar$lago triangular1 (CFCT). De no haberse dado esta situación, la tomogra•a axial 53 Notas clínicas Fig. 1. Proyección AP y Lat de muñeca preoperatoria. computarizada (TAC) hubiera sido la prueba de elección, puesto que proporciona mayor información en lo que a la congruencia ar!cular se refiere. Informe RMN: Subluxación crónica de la ar!culación radiocubital distal (ARCD) con edema óseo a nivel de cúbito y radio con tejido cicatricial periar!cular. Posible lesión del CFCT En la Fig. 2 se observa un corte axial de RMN a nivel de la ARCD En la Fig. 3 se observa un corte coronal de RMN de la ARCD. Diagnós•co Inestabilidad de la ar!culación radiocubital distal con lesión complejo fibrocar#lago triangular. Tratamiento Dada la clínica de inestabilidad de la ARCD crónica se opta por el tratamiento quirúrgico realizando una técnica de reconstrucción ligamentosa de Scheker reforzada con mini !ghtrope (Arthrex®). Fig. 2. RMN. Corte axial de la ar!culación radiocubital distal. 54 DOLOR PERSISTENTE EN MUÑECA TRAS TRAUMATISMO DE 4 MESES DE EVOLUCIÓN Notas clínicas Fig. 3. RMN. Corte coronal del carpo. Descripción de la técnica Con el paciente en decúbito supino, con manguito de isquemia y el antebrazo en pronación, se realiza una incisión angulada sobre el cuarto y quinto compar!mento extensor; se abre la fascia profunda proximal al re!náculo extensor entre el extensor común de los dedos, el exten- sor corto del primer dedo (Fig. 4) y las unidades musculotendinosas son retraídas, exponiendo así la porción dorsoulnar del radio distal2. Se realiza una pequeña capsulotomía entre el cuarto y quinto compar!mentos, a través de la cual se expone el borde dorsal distal, de la cavidad sigmoidea (Fig. 5). Se u!liza una aguja Fig. 4. Esquema anatómico. Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 55 Notas clínicas Fig. 5. Abordaje quirúrgico de Kirschner gruesa para perforar un túnel en el radio distal iniciando en el lado dorsal de la cavidad sigmoidea y dirigiéndola hacia proximal, palmar y radial en la cavidad medular (tunel a-b). Un segundo túnel se perfora en la metáfisis del radio, iniciando aproximadamente 3 cm distal a la cavidad sigmoidea, siendo dirigido hacia medial, palmar y distal para encontrarse con el túnel previo en la cavidad medular, creando así un túnel angulado, el cual se agrandará u"lizando una broca de 3 mm3. Posteriormente se realizan dos orificios unicor"cales de 3 a 3.5 mm de diámetro en la metáfisis radial a intervalos de 1 cm cada uno, se u"lizará un gancho para unir estos dos orificios (túnel c-d) en la cavidad medular y facilitar el paso del injerto tendinoso. El lado ra- Fig. 6. Túneles óseos y disposición de la plas"a 56 dial del cúbito distal se aborda entre el quinto y sexto compar"mentos extensores de la muñeca4, retrayendo los tejidos blandos. La cápsula a nivel de la es"loides cubital se abre justo radial al tendón del extensor carpi ulnaris, u"lizando la aguja de Kirschner para perforar un túnel que inicia en fovea cubital y se dirige hacia el lado dorsoradial de la corteza cubital (túnel e-f). Este túnel se agranda con una broca de 3 mm. Se realizan otros dos orificios unicor"cales a intervalos de un cen#metro uno del otro y se conectan de la misma forma que en el radio (túnel g-h). Con una pinza mosquito curva se pasa una lazada de alambre de una a otra capsulotomía, con el cual se engarza el injerto de tendón de palmaris longus, para que así quede dentro de las capsulotomías. U"lizando esta técnica con lazada de alambre, el extremo radial del injerto es traccionado dentro del orificio a y sale por el orificio b, el extremo distal del injerto se pasa dentro del orificio e y hacia afuera del orificio f. Este extremo del tendón entonces se pasa a través del orificio g y sale a través del orificio h. Se ancla el extremo cubital del tendón, asimismo con tornillo interferencial, u"lizando la misma técnica se pasa el extremo radial del injerto a través del túnel c-d. Se coloca el antebrazo en supinación máxima, se aplica tensión al extremo radial del injerto y se realiza prueba de estabilidad tanto en pronación5 como en supinación, se vuelve a colocar en supinación el antebrazo, se tensa nuevamente el tendón y se ancla asimismo , durante el cierre de la herida se man"ene el antebrazo en supinación (Fig. 6) DOLOR PERSISTENTE EN MUÑECA TRAS TRAUMATISMO DE 4 MESES DE EVOLUCIÓN Notas clínicas Fig. 7. Proyección AP y Lat de muñeca postoperatoria Finalmente se aumenta la estabilidad de la ARCD con un Tightrope en sen!do transversal de radio a cúbito, previamente se habían realizado los túneles para no interferir con el injerto. Se inmoviliza el antebrazo en neutro con una escayola braquiopalmar durante tres semanas, al término de las cuales se quitan puntos y se coloca una nueva escayola en 20-30ºde pronación durante 3 semanas más6. Resultados A los 4 meses postoperatorios la paciente se encuentra sin dolor, habiendo desaparecido la deformidad dorsal de la muñeca y la sintomatología derivada de la luxación de la ARCD .Se puede observar a través de la radiología simple en las proyecciones AP y Lat la perfecta congruencia ar!cular (Fig. 7). DISCUSIÓN El tratamiento quirúrgico de la inestabilidad radiocubital distal, ha sido siempre un reto para el cirujano ortopédico y en especial el cirujano de mano, llegando a ser referido en algunos textos como la «lumbalgia» de la cirugía de mano. Múl!ples técnicas quirúrgicas7 han sido descritas para el tratamiento de esta patología, referidas por sus autores como sa!sfactorias, pero en la prác!ca presentan algunas desventajas como es la rigidez ar!cular, inestabilidad y disminución de la fuerza. Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 En nuestro caso se valora una técnica, en la cual el obje!vo principal es preservar la unidad de la ar!culación radiocubital distal y la función de la muñeca8. Ya que esta ar!culación no sólo provee de movimientos rotacionales a la muñeca, sino que también soporta la carga transmi!da por un objeto a la mano y de ésta al radio a través del carpo. Por lo cual la reconstrucción del ligamento radiocubital dorsal anatómicamente es el procedimiento de preferencia9, comparado con otros procedimientos ru!lantes10 o que alteran la biomecánica de la ar!culación. Esta ar!culación no es congruente totalmente, ya que la cavidad sigmoidea del radio es mayor al de la cabeza del cúbito, dando esto un movimiento traslacional del borde anterior al posterior de la cavidad sigmoidea y el cúbito en los movimientos de pronación-supinación, lo cual provoca que la tensión de los ligamentos radiocubitales dorsal y volar sean diferentes durante el movimiento, encontrando tensión del dorsal al realizar pronación y del volar en supinación según los estudios de Acosta y Schuind y al mismo !empo encontrándose laxos en posición neutra del antebrazo11. El procedimiento de reconstrucción del ligamento radiocubital dorsal es técnicamente demandante, pero reproducible, en la cual se ob!ene una reconstrucción anatómica y funcional de la ar!culación radiocubital y aunque se ob!enen arcos de movimiento similares a los de otras estabilizaciones12, la eliminación del dolor, fuerza y sa!sfacción del paciente son mayores. 57 Notas clínicas BIBLIOGRAFÍA 1. 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RESUMEN El dolor torácico cons•tuye uno de los mo•vos de consulta más frecuente en los servicios de urgencias hospitalarios y corresponde al médico urgenciólogo realizar un diagnós•co diferencial entre las patologías no urgentes y las potencialmente graves que precisen una intervención inmediata y cuyo retraso diagnós•co y terapéu•co pueda desembocar en un desenlace fatal. Presentamos el caso de un paciente con dolor torácico con el diagnós•co final de síndrome de Boerhaave. PALABRAS CLAVE dolor torácico, perforación esofágica, síndrome de Boerhaave. THORACIC PAIN. BOERHAAVE SYNDROME ABSTRACT Thoracic pain cons•tutes one of the most frequent reasons for consulta•on in emergency departments, and the emergency physician must do a differen•al diagnosis between non-urgent and poten•ally serious diseases that require immediate interven•on and whose diagnosis and therapeu•c delay can lead to a fatal outcome. We report the case of a pa•ent with thoracic pain, with a final diagnosis of Boerhaave syndrome. KEY WORDS thoracic pain, esophagus perfora•on, Boerhaave syndrome INTRODUCCIÓN El dolor torácico cons•tuye uno de los mo•vos más frecuentes de consulta en los servicios de urgencias hospitalarias y corresponde al médico de urgencias, mediante una correcta interpretación de la sintomatología, la valoración de la estabilidad hemodinámica del paciente, la exploración "sica y las pruebas complementarias solicitadas realizar un diagnós•co diferencial entre patologías banales (osteocondri•s, dolor pleurí•co, estados de ansiedad, herpes zoster), procesos urgentes no vitales (pericardi•s, neumonía, derrame pleural, brote ulceroso, espasmo esofágico) y situaciones verdaderamente urgentes y potencialmente graves (cardiopa#a isquémica, disección aór•ca, taponamiento cardiaco, tromboembolismo pulmonar, neumotórax a tensión, perforación esofágica, volet costal). En un servicio de urgencias hospitalarias el obje•vo principal al valorar un dolor torácico consiste en diferenciar las e•ologías potencialmente graves que precisen una intervención inmediata y cuyo retraso diagnós•co y, por tanto terapéu•co, pueda desembocar en un desenlace fatal, de las que no lo son, cuya ac•tud terapéu•ca no requiere intervención inmediata. Presentamos el caso de una mujer de 81 años que consultó en nuestro servicio por un cuadro de dolor torácico secundario a un síndrome de Boerhaave con evolución fatal. CASO CLÍNICO Paciente mujer de 81 años de edad con antecedentes de diabetes mellitus •po 2, hipercolesterolemia, fibrilación auricular crónica con un ingreso por insuficiencia cardiaca descompensada debida a respuesta ventricular rápida, insuficiencia mitral, doble lesión aór•ca e insuficiencia tricúspide. En tratamiento con acenocumarol, atorvasta•na, metformina, lansoprazol, paracetamol, furosemida, bi59 Notas clínicas coagulación, bioquímica y enzimas cardiacos) con resultados en rango de normalidad excepto amilasemia de 358 UI/l y PCR de 35 mg/dl. Durante su estancia en urgencias permaneció hemodinámicamente estable en todo momento, se administró tratamiento con glucagon y digital y con la sospecha diagnós!ca de impactación esofágica y fibrilación auricular con respuesta ventricular rápida se decidió su paso al Área de Observación para control de frecuencia cardiaca y valorar realización de endoscopia por la mañana en caso de persistencia de la sintomatología. Fig. 1. Radiogra$a de tórax inicial en proyección anteroposterior semisentada donde se observa pequeño derrame pleural derecho. soprolol, dil!azem y zolpidem. Acude a nuestro servicio tras presentar mientras se encontraba comiendo episodio de sensación de impactación esofágica baja con posterior dolor centrotorácico, de !po opresivo, que mejoró con un pequeño vómito bilioso, sin irradiación y sin sintomatología vegeta!va acompañante. Desde entonces refiere disfagia acompañada de dolor costal derecho de caracterís!cas mecánicas. Presenta las siguientes constantes vitales, tensión arterial 125/74 mmHg, frecuencia cardiaca 141 lpm, temperatura 37.4ºC y saturación de oxígeno del 93% respirando aire ambiente. A la exploración se encuentra consciente y orientada, bien coloreada, perfundida e hidratada, no impresiona de gravedad y presenta buen estado general. Ingurgitación yugular nega!va, auscultación cardiaca con tonos arrítmicos, taquicárdicos y sin soplos, auscultación pulmonar con leve hipofonesis en base derecha, abdomen sin hallazgos relevantes, puñopercusión lumbar bilateral nega!va y extremidades con edemas !biomaleolares ++/++++, sin signos flebí!cos y con pulsos pedios conservados y simétricos. Se solicitaron las siguientes exploraciones complementarias, electrocardiograma que presentaba fibrilación auricular a 140 lpm sin signos isquémicos agudos, radiogra$a de tórax anteroposterior en posición semisentada donde se observó pequeño derrame pleural derecho sin obje!varse ningún otro hallazgo relevante (Fig. 1) y analí!ca de sangre (hemograma, 60 Durante su estancia en observación permaneció hemodinámicamente estable en todo momento, se controló la frecuencia cardiaca con digital, mejoró la disfagia y toleró ingesta líquida sin incidencias. En analí!ca de control sólo destacable amilasemia de 342 UI/l y PCR>90 mg/dl. En la radiogra$a de control realizada no se apreciaron hallazgos de interés, pero a posteriori se observó en la proyección posteroanterior la presencia de un nivel hidroaéreo en el medias!no y en la lateral un enfisema subcutáneo que debieron haber hecho sospechar, en el contexto clínico, perforación esofágica (Fig. 2 y 3). Con la sospecha diagnós!ca de derrame pleural y fibrilación auricular crónica se ingresó en Medicina Interna. Durante el ingreso en planta la paciente comienza con disnea y fibrilación auricular con respuesta ventricular rápida produciéndose, de forma brusca, importante deterioro del estado general con desaturación e hipotensión. En analí- Fig. 2. Radiogra$a anteroposterior de tórax donde se observa, señalado por la flecha, el nivel hidroaéreo en el medias!no. DOLOR TORÁCICO. SÍNDROME DE BOERHAAVE Notas clínicas terapéu!cas instauradas se produjo progresivo deterioro hemodinámico y del estado general y posterior fallo mul!orgánico que provocó su fallecimiento a las 48 horas. DISCUSIÓN Fig. 3. Radiogra#a lateral de tórax donde se observa, señalado por la flecha, el enfisema subcutáneo. !ca urgente destaca acidosis mixta con exceso de bases de -14 y lactato de 10. Se inicia ven!lación mecánica no invasiva (VMNI) con escasa mejoría respiratoria, impresionando la paciente de gravedad por lo que pasa a la Unidad de Cuidados Intensivos, donde se canaliza vía central femoral derecha iniciándose medidas de reanimación hemodinámica con fluidoterapia, bicarbonato y noradrenalina. Ante la evolución desfavorable se suspende VMNI y se realiza intubación orotraqueal. En nueva radiogra#a realizada se observó moderado derrame pleural derecho y colapso del parénquima pulmonar (Fig. 4). Se realizó ecogra#a pulmonar que obje!vó colapso del parénquima pulmonar con importante derrame pleural y ausencia de slinding pleural. Ante la sospecha de medias!ni!s se solicitó TAC torácico que se informó como neumomedias!no con sospecha de medias!ni!s (probable laceración/perforación esofágica no valorable por el método), hidroneumotórax derecho, tabicado, con colapso pulmonar y probable neumopa$a asociada, mínimo derrame pleural izquierdo y enfisema subcutáneo izquierdo (Fig. 5). La gravedad del cuadro e inestabilidad de la paciente impidió plantear su traslado al hospital de referencia. Pese a las medidas Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 La perforación esofágica espontánea o síndrome de Boheraave fue descrito en un principio en 1724 por Hermann Boerhaave tras la muerte de un varón, Lord Wessenaer, por un cuadro de vómitos intensos con ruptura esofágica y paso del contenido del esófago al tórax. Se puede definir como una dehiscencia de la pared esofágica en una zona macroscópicamente sana, generalmente en relación a un aumento brusco de la presión esofágica combinada con una presión nega!va intratorácica sin ser secundaria a trauma!smo externo, iatrogenia o a la acción de cuerpo extraño1-3. La mortalidad de este cuadro se sitúa en el 20-30% según la literatura internacional4,5, siendo por ello de vital importancia el diagnós!co precoz para una correcta ac!tud terapéu!ca. En la e!opatogenia de este cuadro pueden exis!r factores predisponentes en forma de alteraciones gastroduodenales como la hernia de hiato y ulcus duodenal, estando presente en algunos estudios un alto porcentaje de ulcus bulbar6,7. Desde el punto de vista fisiopatológico, para que se produzca una perforación esofágica, debe exis!r una fuerza lo suficientemente intensa como para vencer la resistencia de la pared Fig. 4. Radiogra#a anteroposterior de tórax donde se observa, señalado por la flecha, el derrame pleural y colapso del parénquima pulmonar. 61 Notas clínicas la región izquierda la más afectada por su mayor debilidad muscular y por el menor apoyo de estructuras paraesofágicas1,11. El cuadro clínico clásico se caracteriza por la presencia de vómitos, dolor torácico y enfisema subcutáneo, conocido como la tríada de Mackler4. No obstante en gran número de casos la clínica inicial es a#pica y abigarrada lo que en un número no despreciable de perforaciones puede retrasar el diagnós!co defini!vo con la consecuente demora terapéu!ca con resultado fatal. Con menor frecuencia pueden aparecer otras manifestaciones clínicas tales como hematemesis, disnea, atragantamiento, dolor en el hombro, sudoración, sed y derrame pleural1. En función de la gravedad de la sintomatología la exploración del paciente puede ser desde ciertamente anodina hasta encontrarnos con un paciente en estado de shock y con aspecto de gravedad. Fig. 5. Corte de TAC torácico en el que se observa el neumomedias!no (flecha blanca), el hidroneumotórax derecho tabicado (flecha amarilla), el derrame pleural derecho (flecha roja) y el acúmulo de detritus a nivel paraesofágico por sospecha de perforación esofágica (flecha azul). esofágica8, estando la gravedad de la perforación en relación con varios factores como el tamaño de la misma, la presencia o ausencia de contenido alimentario, la localización, !empo de evolución, la edad o la situación basal del paciente respecto a nutrición y estado inmunológico8-10. Las perforaciones cervicales !enen mejor pronós!co al producirse hacia el espacio prevertebral, las torácicas suelen ocasionar medias!ni!s mientras que las abdominales peritoni!s8. La localización de la perforación suele ser a nivel del tercio inferior del esófago, a unos 3-5 cm de la unión gastroesofágica, dada la anatomía de este segmento con ausencia de capa serosa1, siendo 62 En cuanto al diagnós!co éste se basa en la realización de pruebas de imagen. La radiogra$a simple es imprescindible4,12,13 y puede mostrar signos indirectos de perforación esofágica como enfisema subcutáneo, neumomedias!no, neumotórax y derrame pleural14. De todas formas, en los momentos iniciales del cuadro, la radiogra$a de tórax puede ser normal hasta en un 10-15% de los casos14,15. El esofagograma es una técnica diagnós!ca de referencia ya que localiza el punto de la perforación por la extravasación del contraste14,15. Suele u!lizarse contraste hidrosoluble al ser menos irritante para el medias!no, pero al ser menos radiopaco y tender a dispersarse rápidamente puede presentar hasta un 22% de falsos nega!vos14,16. Los contrastes baritados presentan mayor adherencia a la mucosa, baja dilución en el lugar de la perforación y alta radiopacidad14,16. Debido a su accesibilidad y precisión, la TAC ha ganado importancia, siendo en muchas ocasiones la prueba diagnós!ca defini!va4. Los hallazgos suelen ser la presencia de aire extraluminal (signo hallado con más frecuencia)14, adelgazamiento de la pared esofágica14,17,18, presencia de detritus o abscesos paraesofágicos14,15,17,20, existencia de $stulas hacia el medias!no o pleura14,15,20 y la presencia de derrame pleural preferentemente izquierdo14,20. La TAC ha demostrado su u!lidad sobre todo en el diagnós!co de casos de presentación a#pica y en falsos nega!vos con el esofagograma14. White et al17 encontraron que en el 33% de los pacientes que estudiaron la DOLOR TORÁCICO. SÍNDROME DE BOERHAAVE Notas clínicas perforación esofágica no fue considerada inicialmente y fue la TAC la que sugirió el diagnós!co. El diagnós!co diferencial deberá realizarse con gran variedad de procesos que cursan con dolor torácico, disnea, dolor abdominal, alteración del estado general o repercusión hemodinámica, como son neumonía por aspiración, apendici!s, aneurisma disecante de aorta, esofagi!s, absceso pulmonar, trombosis mesentérica, cardiopa"a isquémica, pancrea!!s, ulcus perforado, pericardi!s, neumotórax a tensión, neumomedias!no, neumoperitoneo, tromboembolismo pulmonar, li!asis ureteral, pielonefri!s, rotura de absceso subfrénico, hernia diafragmá!ca incarcerada y hemorragia esplénica1,3. Citar las complicaciones más graves y frecuentes como abscesos pulmonares, #stulas broncopleurales, neumonías, medias!ni!s, insuficiencia respiratoria aguda, insuficiencia renal aguda, empiema y shock sép!co1,21. Respecto al tratamiento de esta patología cabe destacar lo importante que resulta el diagnós!co y medidas terapéu!cas precoces ya que la mortalidad dependerá en gran medida del momento en que se instaure. La ac!tud terapéu!ca dependerá de factores como el momento de iniciar el tratamiento, localización y tamaño de la perforación y presencia de patología asociada8,10. Inicialmente siempre se deben adoptar una serie Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 de medidas generales de soporte como mantenimiento hidroelectrolí!co, soporte cardiorrespiratorio, nutrición parenteral, inhibición de la secreción ácida y an!bioterapia de amplio espectro8. El tratamiento conservador con an!bió!cos, drenaje y alimentación parenteral se ha visto eficaz en pacientes que presentaban escasa sintomatología, sin extravasación pleural y sin comunicación pleuroesofágica1,21. Algunos autores6,22 priorizan el tratamiento médico, si bien la mayoría admiten que con el tratamiento quirúrgico precoz se ob!enen mejores resultados, sin que la técnica empleada esté en relación directa con los resultados6,23. Entre las diversas técnicas quirúrgicas cabe citar el drenaje simple, con la colocación de drenaje cervical, torácico o abdominal dependiendo de la localización de la perforación, y realizando una gastrostomía o yeyunostomía para alimentación enteral; la exclusión esofágica bipolar intratorácica con ligadura del cardias y la exclusión del esófago a nivel cervical (esofagostomía). Se pueden realizar plas!as con parches vascularizados de fundus gástrico, músculos intercostales, diafragma, pericardio o pleura parietal1. La mortalidad está estrechamente relacionada con el retraso diagnós!co1,2,24, desciende al 10% cuando la cirugía se prac!ca en las primeras 24 horas y aumenta al 31% si es más tardía. 63 Notas clínicas BIBLIOGRAFÍA 1. Squella Boer F, Catán Gouhamer F, Ugarte Ubiergo S, Ramírez Izquierdo M, Grene! Herrera C. Síndrome de Boerhaave. Revisión a propósito de dos casos clínicos. Revista Chilena de Medicina Intensiva 2004; 19(1): 2427 2. Sealy WC. Rupture of the esophagus. 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Teruel 2 FEA del Servicio de Urgencias. Hospital Obispo Polanco. Teruel 3 FEA del Servicio de Cirugía. Hospital Obispo Polanco. Teruel RESUMEN La hernia de Spiegel es un defecto herniario raro de la pared abdominal. Aparece a nivel de la línea semilunar de Spiegel, siendo el lugar más frecuente de aparición, debajo del ombligo. Son de di•cil diagnós•co por su larvada clínica y su pequeño tamaño, por lo que las complicaciones son frecuentes y la mayoría de ellas se operan de forma urgente. El tratamiento quirúrgico de elección es la cirugía abierta, estando, la técnica laparoscópica, en discusión. PALABRAS CLAVE Hernia, Spiegel, pared abdominal, línea semilunar ABSTRACT Spiegel´s hernia is a rare hernia defect of the abdominal wall. It is developing at the semilunar Spiegel´s line, being the most common site of occurrence, below the navel. It is difficult to diagnose because of its latent clinical symptoms and its small size, so complica•ons are frequent and most of them are operated urgently. The surgical treatment of choice is open surgery, laparoscopic technique, is being discussed. KEY WORDS Spiegel´s Hernia, abdominal wall, semilunar line. INTRODUCCIÓN La hernia de Spiegel es una en•dad rara (aproximadamente 0.1-2% de todas las hernias)1-2 se produce por la protrusión de un saco peritoneal o un órgano a través de la línea semilunar de Spiegel, zona de transición entre la fascia del músculo recto anterior y las vainas de los músculos anchos del abdomen. Podemos encontrar de e•ología congénita o adquirida, siendo esta úl•ma la más frecuente. 32 Se consideran factores predisponentes aquellos que aumenten la presión intraabdominal; enfermedad pulmonar obstruc•va crónica (EPOC), obesidad, cirugía o esfuerzos musculares repe•dos2-3. Se presenta con mayor frecuencia en mujeres, en la 5ª década de la vida1-7. CASO CLÍNICO Se presenta el caso de una mujer de 87 años que acude al servicio de urgencias por tumoración dolorosa en fosa iliaca derecha acompañada de estreñimiento desde hace 4 días, febrícula, sin náuseas ni vómitos. Refería la aparición del bultoma tras haber realizo esfuerzo abdominal repe•do durante 2 horas, desde entonces había aumentado el tamaño y su consistencia. La paciente no presentaba antecedentes médicos ni quirúrgicos. A su entrada al servicio de urgencias se obje•va una TA de 162/78 mmHg, FC 91 LPM, Temperatura 37.9ºC. Presenta buen estado general, normocoloreada y normohidratada. La auscultación cardiopulmonar es normal. A la exploración abdominal presentaba tumoración de 3 cm a nivel de fosa iliaca derecha, dolorosa a la palpación, de consistencia dura y no reduc•ble (Fig. 1). Se le realiza una analí•ca sanguínea con los siguientes valores a destacar: leucocitos 16970, 65 Notas clínicas Fig. 1. Tumoración de 3 cm a nivel de fosa iliaca derecha. neutrófilos 88.4%, hemoglobina 10.8, Hto 30.7%, PCR >90. Se completa el estudio con un radiogra"a abdominal presentando distensión en colon derecho y niveles hidroaéreos a este nivel. Tras ser valorada por el servicio de cirugía se diagnos#ca de hernia de Spiegel incarcerada y se decide intervención quirúrgica urgente. Durante la intervención se confirma además de la hernia de Spiegel, una #fli#s y un absceso pericecal suges#vo de apendici#s muy evolucionada, sin encontrarse el apéndice. Se realiza lavado, drenaje y herniorrafia, dado que la presencia de pus desaconseja una reparación protésica. La evolución postoperatoria fue favorable y la paciente fue dada de alta a los 5 días. DISCUSIÓN La clínica de esta en#dad es múl#ple y confusa1 dependiendo del contenido sacular. Durante el acto quirúrgico el saco puede contener epiplón, un asa intes#nal e incluso estar vacío. Los signos y síntomas más frecuentes son la presencia de una masa y el dolor abdominal. El dolor es inespecífico, aumenta con los esfuerzos, la tos y la maniobra de Valsalva, y mejora con el decúbito. 66 La masa abdominal se puede reducir en decúbito o a la presión localizada en el borde externo. El retraso en el diagnós#co es habitual y por eso la tasa de complicaciones es elevada. La complicación más frecuente es la incarceración, también podemos encontrarla estrangulada, acompañada de una obstrucción o suboclusión intes#nal4. Debido a la dificultad en su diagnós#co, el punto de par#da debe ser la presencia de factores predisponentes para orientar correctamente la anamnesis. Aunque el diagnós#co suele ser clínico es aconsejable la realización de pruebas complementarias como la ecogra"a abdominal o el TAC. Muchos autores recomiendan el estudio radiológico simple, lo consideran obligado en el inicio, aunque pocas veces es diagnós#co. Puede ofrecernos signos radiológicos de obstrucción intes#nal, pero no diferenciar el contenido del saco herniario. Tras el estudio radiológico se considera adecuado por su inocuidad y su sencillez la realización de una ecogra"a abdominal, principalmente a nivel de urgencias. Se considera el TC como la exploración complementaria de elección ante la sospecha de hernia de Spiegel, ya que nos ofrece las imágenes más claras del defecto parietal, la localización y el contenido del saco1-5-6. La exac#tud diagnós#ca preoperatoria facilita un HERNIA DE SPIEGEL: A PROPÓSITO DE UN CASO Notas clínicas adecuado abordaje y mejora el pronós!co. El tratamiento de elección es quirúrgico, para prevenir las frecuentes complicaciones, pudiendo realizarse un abordaje clásico o laparoscópico. La cirugía abierta es la vía de elección para las hernia de Spiegel incarceradas, y sigue los principios de cualquier reparación herniaria6-7. El abordaje endoscópico puede aportar beneficios en cuanto a hospitalización más reducida, la analgesia postoperatoria y la infección de la herida quirúrgica6-7. BIBLIOGRAFÍA 1. Moles Morenilla L., Docobo Durántez F., Mena Robles J., Quinta Frutos R. de. Hernia de Spiegel en España: Análisis de 162 casos. Rev. esp. enferm. dig. [revista en la Internet]. 2005 Mayo [citado 2014 Sep 15]; 97(5): 338-347. Disponible en:h#p://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_ar#ext&pid=S113001082005000500006&lng=es. 2. Ruiz de la Hermosa A., Amunategui Prats I., Machado Liendo P., Nevarez Noboa F., Muñoz Calero A.. Hernias de Spiegel: Nuestra experiencia y revisión de la literatura. Rev. esp. enferm. dig. [revista en la Internet]. 2010 Oct [citado 2014 Nov 05] ; 102(10): 583-586. Disponible en:h#p://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_ar#ext&pid=S11300108201000100000 3&lng=es. 3. Cerdán Pascual R., Can$n Blázquez S., Barranco Domínguez JI., Bernal Jaulín J., Duque Mallén V. Hernia de Spiegel. Revision a proposito de de 8 casos. Rev Cubana Cir 2005, 44(4). 4. Zaragoza C, Villalba S, Castaño S, Trullenque R. Hernia de Spiegel. Cir Esp. 1996; 59: 165-7. 5. León S. Jorge, Acevedo E. Alberto, Dellepiane P. Verónica. Hernia de Spiegel. Rev Chil Cir [revista en la Internet]. 2011 Feb [citado 2014 Dic 2] ; 63( 1 ): 64-68. Disponible en: h#p://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_ar#ext&pid=S071840262 011000100011&lng=es. 6. Cervantes J, Rojas G, Menendez A, Cicero A, Vidal P. Hernia de Spiegel. An Med (Mex) 2007:52 (2): 65-68. 7. Moreno-Egea A, Flores B. La hernia de Spiegel en España: revisión bibliográfica y presentación de una serie personal de 27 pacientes. Cir Esp. Vol. 72. Núm. 01. Julio 2002 Revista Atalaya Médica nº 6 / 2014 67 Notas clínicas 68 HERNIA DE SPIEGEL: A PROPÓSITO DE UN CASO Colaboración Científica Normas de Publicación ATALAYA Médica Turolense se adhiere a los Requisitos de uniformidad para manuscritos enviados a revistas biomédicas publicados por el Interna•onal Commi•ee of Medical Journal Editors (ICMJE), el cual puede obtenerse en versión inglesa actualizada a octubre de 2007 en www.icmje. org, o bien en la versión en castellano disponible en la URL: h!p://www.doyma.es/requisitosuniformes2003/ En especial, deben haberse respetado los principios é"cos referentes a autoría de los trabajos, doble publicación, conflicto de intereses, ensayos clínicos e inves"gación animal por parte de los autores. El comité editorial se compromete a la revisión enmascarada y por pares de los trabajos, con especial atención además al conflicto de intereses por parte de los consultores de la revista. ATALAYA se estructura en base a las siguientes secciones: Editoriales y Colaboraciones cien!ficas. Comentarios sobre ar$culos originales publicados en el mismo número de la revista, o sobre temas que recientemente hayan sido objeto de controversia o cambios significa"vos. Se harán por encargo del Comité Editorial. La extensión será inferior a 1.500 palabras, con un máximo de 15 citas bibliográficas y 2 autores. Originales. Estudios originales de inves"gación básica, epidemiológica, clínica o técnica preferentemente prospec"vos. Deben constar de los siguientes apartados: resumen estructurado, introducción, métodos, resultados, discusión y bibliogra&a. La extensión será inferior a 5.000 palabras (excluido el resumen y la bibliogra&a), con un máximo de 6 tablas y/o figuras, 30 citas y, salvo trabajos coopera"vos, 6 autores. Originales breves. Trabajos de inves"gación original que por su obje"vo, diseño o resultado, puedan ser publicados en un formato más reducido y de forma más ágil. Tendrá la misma estructura de un original, con una extensión inferior a 3.000 palabras, con máximo de 3 tablas y/o figuras, 15 citas y 6 autores. Notas clínicas. Estudios de base descrip"va, prác"camente carentes de estadís"ca inferencial, y que presenten una serie de casos clínicos ó caso clínico que dan lugar a conclusiones que pueden ser relevantes para la prác"ca clínica diaria. Constarán de los apartados: introducción, caso clínico y discusión, su extensión será inferior a 2.000 palabras, con un máximo de 2 tablas y/o figuras, 15 citas y 3 autores. Revisiones. Puesta al día extensa de un tema, cuya bibliogra&a incluya los trabajos más recientes sobre el tema tratado. Generalmente se harán por encargo del Comité Editorial, aunque se evaluará revisiones remi"das sin encargo. Su extensión libre, con un máximo de 10 tablas y/o figuras, 50 citas y 2 autores y deberán acompañarse de un resumen. Imágenes. Trabajos basados en una imagen (radiológica o clínica) que aúnen excepcionalidad clínica y capacidad docente. La extensión del comentario clínico será inferior a 500 palabras, con un máximo de 3 autores y no se incluirán citas bibliográficas. Se remi#rá una carta de presentación y el manuscrito completo siguiendo las siguientes pautas: Carta de presentación: Dirigida al Director de ATALAYA Médica Turolense, con la firma y D.N.I. de todos los autores, en la que se solicite la valoración del trabajo para su publicación en ATALAYA Médica Turolense. Debe indicarse la sección a la que se dirige, que el trabajo no ha sido previamente publicado o está en consideración simultánea por otro comité editorial, y que se ceden todos los derechos de autor a ATALAYA Médica Turolense, en caso de que sea aceptado para publicación. Puede enviarse escaneada vía e-mail junto con el manuscrito, o por correo ordinario. Si se desea puede incluirse un breve comentario sobre la oportunidad de publicación del trabajo. Manuscrito: Debe presentarse con márgenes amplios, letra con un cuerpo de 12 ppi y a doble espacio. Cada apartado del manuscrito comenzará en una nueva página (página inicial, resumen, 69 Colaboración Científica Normas Editoriales introducción, métodos, resultados, discusión, agradecimientos, anexos con par•cipantes en caso de grupos coopera•vos, bibliogra•a, tablas y figuras). Las páginas se numerarán en el ángulo superior derecho. Se deben u•lizar únicamente abreviaturas comunes y la primera vez que aparezca en el texto debe estar precedida por el término completo al que se refiere, excepto en el caso de unidades de medida del Sistema Internacional. Debe evitarse el uso de abreviaturas en el •tulo del trabajo. – Página inicial. Deberá incluir el •tulo del trabajo en castellano, el nombre y apellidos de los autores por orden de publicación, grupo profesional y grado académico si se desea, centro o centros donde se ha desarrollado el estudio, autor de contacto, con su dirección postal y correo electrónico –método preferente de comunicación por parte del Comité Editorial–. Además, deberá declararse si existe o no conflicto de intereses y, en caso afirma•vo, describir el mismo (si no se consignan, el Comité de Redacción considerará que no existen), así como las fuentes de financiación del trabajo provenientes de agencias públicas de inves•gación o fundaciones. Opcionalmente podrá indicarse si el trabajo ha sido previamente presentado a algún congreso o reunión cien•fica, y si ha obtenido algún premio o mención. – Resumen. (originales y originales breves) tendrá un máximo de 250 palabras y constará de Obje•vo, Método, Resultados y Conclusiones. Para las notas clínicas y revisiones puede ser de texto libre con una extensión máxima de 150 palabras. Deberán incluirse entre 3 y 6 palabras clave en castellano, de acuerdo con las incluidas en el Medical Subject Headings (MeSH) de Index Medicus/Medline, en inglés disponible en: h"p://www.ncbi.nlm.nih.gov/sites/ entrez?db=mesh – Introducción. Debe ser sucinta, y redactarse con la intención de ubicar al lector en el estado actual del tema estudiado. En caso de haberse realizado una búsqueda bibliográfica deberá incluirse la estrategia u•lizada (palabras clave, periodo consultado y fecha de realización). Finalizará con una breve exposición del obje•vo del estudio o su jus•ficación. 70 – Método. Incluye fundamentalmente el •po de estudio y ámbito en el que se ha efectuado, sujetos o material u•lizado, sus caracterís•cas, criterios de selección y técnicas u•lizadas, diseño epidemiológico aplicado, las intervenciones realizadas sobre la población estudiada y los estudios estadís•cos aplicados a los datos obtenidos y, en general, todos los datos necesarios para que el estudio pueda ser repe•do por otros inves•gadores. Figurará la autorización del estudio por el Comité É•co de Inves•gación Clínica o de Experimentación Animal según corresponda. – Resultados. Se presentarán de forma descrip•va, sin interpretarlos, con el apoyo de las tablas y/o figuras, pero evitando la repe•ción literal completa. Deberán incluirse los intervalos de confianza y/o los valores de p. – Discusión. Comentario de los resultados obtenidos que incluya la interpretación de los autores, en especial con relación a su significado y aplicación prác•ca, las limitaciones metodológicas del trabajo, la comparación con publicaciones similares y discrepancias con las mismas y las directrices futuras de inves•gación. En los originales breves y notas clínicas la discusión debe ser corta y limitada a los aspectos destacables del trabajo y no una revisión de la literatura. – Bibliogra•a. Numerar las citas por el orden de aparición y entre paréntesis. Deberá procurarse el empleo de referencias recientes, además de aquellas consideradas como relevantes en el tema abordado. No u•lizar referencias de trabajos no publicados o en prensa, conferencias, comunicaciones personales, ni cualquier otro material di#cil de cotejar. El •tulo de las revistas incluidas en Medline deberá resumirse según aparecen en Journals Database: h"p:// www.ncbi.nlm.nih.gov/sites/entrez?db=journals. Cuando se usen referencias de otros ar•culos, deberá comprobarse su exac•tud con el original o en Medline. No obstante, las citas no se copiarán textualmente de MedLine, sino que se u•lizará el Es•lo Vancouver “tradicional”. – Tablas y Figuras. Se numerarán de forma independiente las tablas y las figuras, ambas con números arábigos. Se presentarán al final del manuscrito, según su orden de aparición en el texto, y cada una de ellas (tabla o figura) debe ocupar Normas Editoriales una hoja diferente. Deben ser complementarias del texto, no repe•ción del mismo. Deben tener un enunciado (tablas) o pie de figura explica•vo de lo que con•enen y en ellos deben incluirse todas las abreviaturas que aparezcan en las mismas, de manera que puedan leerse y entenderse independientemente del texto. En el caso de las figuras, es preferible presentarlas en dos dimensiones, con el fondo blanco y con diferentes tonalidades de grises o con tramas para dis•nguir entre los grupos ya que, salvo excepciones, se publicarán siempre en blanco y negro. Si son fotos de personas, no deben ser reconocibles, salvo autorización escrita. Cualquier figura o tabla tomada de otro autor debe contar con la autorización escrita del •tular del derecho y citar la fuente. Para las llamadas, se u•lizarán preferentemente los siguientes símbolos de forma correla•va: *, †, ‡, §, ||, ¶, **, ††, ‡‡. Los gráficos se presentarán en cualquier formato de uso habitual, preferentemente en dos dimensiones. Envío de los Trabajos: Los trabajos, tanto cien!ficos como de otro tema, incluyendo original y tres copias, serán enviados a : Director de revista del Ilustre Colegio de Médicos de “Atalaya Médica Turolense” C/ Joaquín Arnau 2, 44001.-Teruel También pueden remi•rse vía E-mail a: [email protected] El Comité Cien!fico efectuará una evaluación inicial de los trabajos para comprobar que se ajustan a los requisitos exigidos para admisión de manuscritos para su publicación en ATALAYA Médica Turolense. Los que se ajusten a ellos serán enviados de forma enmascarada a dos consultores externos para evaluación (peer review), y posteriormente el Comité Editorial decidirá la aceptación, modificación o rechazo defini•vo del trabajo. 71 Seguro de Automóvil Porque cuando se queda sin coche, es cuando más ayuda necesita Así funcionan nuestras nuevas coberturas exclusivas: ¿Tiene un problema con el coche y necesita que alguien le acerque al taller? Nosotros lo hacemos ¿No sabe cómo volver a casa después? Nosotros le llevamos Y en caso de siniestro total, ¿cómo va a moverse? Con el coche de sustitución que A.M.A. pondrá a su disposición Así de fácil y así de claro. Confíe en la experiencia de A.M.A. y disfrute del mejor servicio con total tranquilidad. A.M.A. TERUEL Joaquín Arnau, 2; 1º Tel. 978 61 72 10 [email protected] www.amaseguros.com Vocalía de Médicos Jubilados En esta sección se recogen información, actividades, propuestas, etc. que esperamos sean de utilidad para los Médicos Jubilados del Iltre. Colegio de Médicos de Teruel. Dr. Jesús Sánchez Padilla Vocal Médicos Jubilados Emponderamiento en torno al mayor ante el con licto económico del desequilibrio demográ ico I Empoderar: Del inglés Empower es una palabra relativamente nueva en su aplicación que signi ica: “Hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido”. El mayor, al menos colectivamente, está desfavorecido en principio por la infravaloración social que le adjudica ese nefasto “Ismo” que es el edadismo, (ageismo), y por la di icultad de prestación socio sanitaria, que se incrementará de forma acusada en un futuro muy próximo. El desequilibrio demográ!ico, (que es el tercer concepto clave de esta re lexión), se expresa con las últimas cifras estadísticas del INE, de 1/1/2014, que señalaban: Habitantes en España:46.507.760 de los cuales Mayores de 65 años 8.442.687. Si se contabilizan como mayores personas de más de 60 años sumarían 10.935.462, esto es:18, % ó 23% respectivamente de la población. El planteamiento por tanto es que un colectivo entre el 18 % y 23,% de la población, poco valorado socialmente, con incremento de patologías por acúmulo de secuelas y por razones de edad, ocasionará un gasto socio sanitario de imposible solución si continúan la iloso ía y prácticas actuales. Si no se pueden incrementar las partidas económicas para fármacos, asistencia social y médica, hay que agudizar la creatividad para buscar una solución que descargue los gastos actuales manteniendo la asistencia universal y gratuita para el colectivo. Hay que cambiar de actitud pidiendo la propia colaboración de los afectados para paliar el con licto, y poner en práctica muchos recursos existentes con los que se puede contar. Que ellos laboren también por sí. ¿Cómo? Haciendo que ese grupo de mayores adquiera un estado socio sanitario óptimo con reducción de gastos para sí, la familia y la sociedad aportando ideas creativas: 1-Empoderando: Enseñándoles las formas de actuar para conseguir un aumento de su 73 Vocalía de Médicos Jubilados salud. Demostrándoles, sin resquicio para la duda, que está comprobada su posibilidad. Mostrándoles nuestro convencimiento de que como jubilados tienen, si no más, al menos igual capacidad que otros para llevarlo a cabo. Que las tareas que hagan para ellos y para su colectivo son muy importantes. Que prácticamente todos se consideren voluntarios en pro de su colectivo con el mismo celo y logros que lo hacen en otras oenegés. Que en sanidad se cree con •irmeza en sus facultades y potencialidad, por lo cual dejan en sus manos la forma de realizarlo en colaboración con su grupo. Si quien les ha hecho el planteamiento citado ha sido claro, ha demostrado su con•ianza en el grupo y explicado que pierde gran parte del protagonismo la imposición de normas que se dicten desde arriba, ha iniciado una campaña exitosa. Así, el emponderar no tiene connotaciones políticas proselitistas ni se re•iere a las prácticas que algunas empresas hacen con •ines de productividad No se trata de una utopía, palabra en la que se basan los poco creativos y acomodados a la rutina, con la que se justi•ican diciendo que es “un plan, proyecto, o sistema optimista irrealizable”. No es irrealizable, solo hay que cambiar las estrategias. Si se hubiera pensado así hace años, no volarían los aviones ni existiría el teléfono o la televisión. 2-Paso básico segundo: Luchar contra el “edadismo o ageismo” El edadismo o ageismo es considerar al mayor como una persona en la que predomina lo negativo no por el estado •ísico o psíquico de cada cual, sino a todo el conjunto, por el solo hecho de tener más de 60 ó 65 años. Se trata de dirigir una campaña de sensibilización social para que el edadismo sea visto por todos los habitantes, medios de comunicación, legisladores, responsables del go74 bierno y las mismas familias con idénticas cali•icaciones morales y legales que el machismo o el racismo. Quiero decir que si alguien desde cualquier foro de la sociedad o a nivel coloquial dice o actúa en el sentido de que la mujer es un ser de segunda categoría o que una persona de raza negra es alguien inferior y despreciable, recae sobre él el peso de la ley, la crítica y el desprecio porque su proceder trae consigo tratos injustos, las víctimas quedan marginadas. Así se ha aceptado en España. Si no cambia el concepto de la incapacidad del mayor por el mero hecho de serlo, si no lo ponen en práctica los medios de comunicación y si no se lo creen las Autoridades y legisladores, es di•icilísimo que el colectivo de mayores crea y acepte a su vez sus posibilidades de ser útiles. Hay estereotipos en esta •iloso•ía: Todos los ancianos se comportan con una mentalidad infantil y se les habla con vocecita protectora como si de un niño de guardería se tratara; tienen unas ideas rígidas e inmutables, y así se justi•ica la disparidad de criterios que se puede tener con ellos; son una carga social, no tienen capacidad de aprender por lo que muchas de las actividades que se organizan tiene la •inalidad de “mantenerlos entretenidos a los pobres”; dudan de sus potencialidades de escribir, obtener un master o una licenciatura; no pueden ni deben trabajar salvo que formen parte de ese gran batallón de abuelos que se encargan de la guardería de los nietos, de su cuidado cuando enferman o de trasladarlos a los colegios y alimentarlos a diario… “no deberían, pero como les gusta tanto…” El que la gente dé por cierto estos mitos hacen que los medios de comunicación sigan prodigando esos comentarios, no con mala idea, sino porque creen que son reales. Yasí se vayan institucionalizando por aquello de que lo ha dicho la prensa. La sociedad lo acepta en su mayor parte; los gobernantes actúan a tenor de esas ideas Vocalía de Médicos Jubilados “admitidas” en sociedad; los legisladores crean reglamentos y leyes que excluyen al mayor de derechos inherentes a toda persona y quienes han de dictar las pautas que deben proporcionárseles, programan prioritariamente cosas para estar distraídos, sin molestar en casa, nada creativos e… ine icaces. Pero lo peor que puede pasar, es que los propios mayores se lo crean y obren según estos estereotipos. ¿Acaso no hemos oído: “Nosotros a nuestra edad ya…”, ”con nuestros años cómo vamos a…“, ¡Que diría la gente si…!? Pese a todo (conviene leer la Fábula de la rana sorda) muchos mayores no escuchan esos mensajes sociales, no por sordos sino porque con ían en sus posibilidades y, aunque no sirven para nada o son una carga social, actúan como voluntarios en todas las oenegés, hasta el punto que si no lo hicieran habría que cerrar muchas porque se mantiene gracias estas personas. No sirven, aún cuando si no hubiera sido por los cuidados, manutención y alimentación proporcionados por ellos a la familia durante toda esta grave crisis, hubiera habido una revolución con cientos de miles de personas en la calle sin casa ni dinero para sobrevivir. Por ser mayor, las novedades farmacéuticas en muchos casos, a partir de los sesenta de edad, no se investigan buscando en ellos los efectos secundarios y complicaciones, por lo que quien precisa utilizarlos en estos pacientes deben arriesgarse. No piensan pero escriben, crean, investigan, e incluso, a quienes los dejan, actúan de profesores eméritos… Y solo diré una cosa más de una lista interminable: que, aunque se diga que son rígidos, cuando los palos del chozo familiar se tambalean son ellos los que ponen orden, dinero, cuidados y experiencia en la solución del caso. Bien, si queremos emponderar, hacer fuertes o poderosos a este grupo social y resu- miendo lo anterior: Hay que creer en ellos, darles conocimientos, permitirles que se gobiernen y dejarles libertad para hacer. Menos estar encima porque tienen capacidades sobradas. ¿O es que se piensa alguien que por haberse jubilado un Médico es un ignorante en matera de medicina o un Fisioterapeuta en sus técnicas o un Directivo empresarial en la manera de llevar un proyecto o un Profesor en enseñar? Habrá que cambiar las normas y, al recomendar un hábito, pasar del “Por que sí” o “por que lo digo yo” a “un razonamiento explicado”. Esto es comenzar a emponderar. Hay que tenerlo claro, en este campeonato de salud, seguiremos jugando las cartas, pero esta es otra partida. Antes de seguir deseo dejar claro que como se dice en nuestra Revista las ideas aquí expresadas no son forzosamente las del Colegio, sino las del autor. Ese emponderar a los mayores podría convertirse en una bonita teoría y olvidarla si no se hace una demostración evidente. Teoría sin práctica no sirve y la anula. Por ese motivo se debería empezar a hacerlo sobre algo que fuera efectivo y pudiera medirse a corto plazo, sin gasto y sin esfuerzo. Es decir, podíamos comenzar a disminuir el gasto socio sanitario de este colectivo emponderándoles, por ejemplo, en el área de la isioterapia o si parece mejor, del ejercicio ísico controlado. La razón es que las ventajas del ejercicio •ísico en cuanto a mejoría del estado personal a corto plazo son comprobables. El resultado de esa medible mejoría ísica es creíble por experiencia. Todos sabemos que cuando estamos con un miembro o articulación inmovilizados durante el tiempo que requiera el tratamiento, al retirarnos la escayola, nuestra alegría por reintegrarnos a la normalidad se ve mermada al 75 Vocalía de Médicos Jubilados comprobar que ni la articulación se mueve ni la potencia muscular es la de antes. Si cualquier persona permanece en cama por prescripción facultativa unos días, y si el enfermo es persona mayor con más motivo, cuándo le permiten levantarse se encuentra asténico y casi sin fuerza. Pero la misma certeza de que esto ocurre se acompaña del convencimiento que tras realizar una rehabilitación, muy ligera por cierto, en casi todos los casos, la recuperación se da en un corto periodo de tiempo. La sarcopenia (perdida de masa muscular para que el colectivo de jubilados no médicos lo entienda) tiene varias etiologías, pero en todos los casos está incrementada por que no se ejercita la musculatura y en una grandísima parte de los mayores como causa fundamental. Una persona conforme avanza en edad va perdiendo masa muscular, sí, pero muchos siguen pudiendo caminar aprisa, levantar pesos y moviendo su cuerpo. Son personas válidas. Otros, no. Al cesar en su trabajo, no salen, no mueven los músculos tanto como su profesión previa requería, se hacen sedentarios y realizan los movimientos imprescindibles para valerse. Así se origina una sarcopenia progresiva con un caminar lento a pasos cortos, con ayudas de bastón al principio y necesitando ayuda de terceros al •inal. Hay también anquilosis, imposibilidad de movimientos •inos en las manos y di•icultad para usarlas, necesitando que le abrochen, le vistan y den de comer. Es decir, se han convertido en dependientes en grados progresivos por no ejercitar el sistema osteomuscular, sin necesidad de que concurra otra patología. que se hacen para congresos o tesis doctorales, a unos terceros les parece como posible, aunque requeriría un complicado y prolongado trabajo e incluso muchos se planteaban hace relativamente poco tiempo que con una edad de más de 90 años, tan apenas se conseguiría. En la literatura médica y con amplio acceso en Internet y revistas profesionales hay publicados multitud de estudios que con•irman su efectividad. Se trata, como digo, de trabajos para tesis, análisis de una situación particular, impartir cursos o conferencias, valoración de las posibilidades de residencias de ancianos, centros de día, etc. En todos ellos, se aportan resultados estadísticos •inales que expresan su e•icacia: Velocidad de la marcha mayor, aumento de los grados de movilidad articular, incremento de la potencia muscular, paso de la imposibilidad de levantarse de la silla a caminar, aumento del trayecto recorrido sin descansar, disminución del número de caídas y los bene•icios que el ejercicio proporciona en cuanto a mejoría o prevención en patologías que pudieran concurrir, como diabetes, cardiopatías o hipertensión. Sin embargo, muy pocas entidades pluri o unipersonales persisten en esa acción del ejercicio con el paciente geriátrico y no se continúa con este plan pese a los resultados obtenidos. Entiendo que no se haga por entrañar subconscientemente un nuevo trabajo a realizar que no está en la cartera de servicios y para el que se carece de tiempo o por que parecería necesario un personal extra para realizar estos cuidados y eso costaría dinero. ¿Es irreversible? Ni mucho menos si se comienza con unos ejercicios •ísicos de movilización y fuerza, cali•icables de ligeros. Algunos tenemos experiencia profesional de ello por haber ocupado muchas horas semanales en una residencia de ancianos, otros lo demuestran en estudios especí•icos 76 Si que hay muchos puntos que todos conocemos en los que se practican ejercicios de mantenimiento •ísico, pero no en todos como un reto con la •iloso•ía de un cambio medible en cuanto a la superación personal del anciano. De hecho, los Médicos o sanitarios en general, después de tratar una patología por Vocalía de Médicos Jubilados la que consulta el paciente mayor, no decimos que haga ejercicio, o si lo hacemos se limita a un “¡Hay que moverse!”, que es tanto como omitir la información de cómo y cuanto. Equivaldría al consejo del Pediatra a los padres del bebé de “¡Que coma adecuadamente!”, sin decir pautas. La mayoría de los estudios que se hacen con •ines docentes o de investigación para exponer trabajos, siempre llevan pautas parecidas y consiguen unos buenos resultados: No son diarios (4 a la semana), son pocos minutos cada sesión (15 a 20), los ejercicios de fuerza progresivos, subiendo de muy poco en poco, sin prisas , entre dos y cuatro meses y todo con muy ligeras variaciones Yo siempre utilicé uno que al escribirlo hace años denomine con •ines didácticos como “4x4 16 y un Paseo” Quería decir: 4 días a la semana, 4 meses, un cuarto de hora (16 minutos aprox.) por día y un paseo adecuado a su estado evolutivo. ¿Di•ícil conseguir gratis personal para dirigir los ejercicios?: En realidad están pensadas para que la mayoría una vez aprendido el método pueda realizarlo en su propia casa, es decir sería uno mismo, su cónyuge o un familiar que se prestara. conoce todo sobre él y sin que en nada ni nadie se oponga a la legislación vigente. También debe a•irmarse aquí que los profesionales de los servicios de rehabilitación de la sanidad pública se encargan dentro de su especialidad de recuperar esta sarcopenia. Pero se dan dos motivos para que no puedan hacerlo como ellos quisieran: 1) Que los servicios de rehabilitación tienen una saturación de trabajo con patologías más perentorias por lo que encargarles de esta propuesta multiplicaría la lista de espera. 2) Que se piensa propio de la edad que una persona se vaya quedando sin fuerza muscular y disminución de movimientos de forma irremediable, por lo que no se reclama que por la sanidad que se les trate y por ende que se pida acceder a sus servicios Es decir podemos ayudar a los servicios de rehabilitación en estos casos recurriendo a ellos cuando hubiera algún problema. ¿Son ejercicios di•íciles? No, son movimientos lógicos Se trata de movilizar articulaciones sin forzar nunca y sin tener prisa de alcanzar grandes cambios en poco tiempo. Los cambios vendrán y uno se sorprenderá al medir los logros. Pero siempre emponderar a todos los participantes del grupo de modo general, y en determinados casos, de manera especí•ica, pudieran ponerse en practica por voluntarios capaces como Médicos, Enfermeros, Fisios: Profesionales de la salud en general, jubilados o no, profesores que han estudiado y puesto en práctica la educación •ísica en sus centros etc. que aprendan a hacerlo para sí y para otros: De fuerza: Se pueden usar mancuernas, pero se sustituyen con unos saquetes en los que se colocan una cantidad leve de lentejas o arena. Al principio se trata solo de levantar sus propios miembros, después se elevan los pesos o se hacen sentadillas. (En algunos estudios se señalan, incluso en personas con 90 años, que se gana fuerza muscular de 12 y hasta 19 kilos en las piernas) Unos voluntarios mas, cuali•icados en las Asociaciones de Mayores. No se puede uno olvidar del perfecto trabajo que los rehabilitadores profesionales proporcionan a aquellos que han de ser remitidos a su cuidado o se requiera aprataje. Esa es la •iloso•ía de emponderar a un grupo: Que entre los miembros del grupo colaboren con el •in propuesto. Está claro, siempre con el visto bueno de sus médicos de cabecera, naturalmente, que De equilibrio: Una vez que tiene fuerza en sus extremidades inferiores fundamentalmente, se trata de hacer determinados movimientos que obligan a acostumbrase a ciertos 77 Vocalía de Médicos Jubilados desequilibrios para permanecer erectos o no caer. Aeróbicos. Peden ser varios, pero el más fácil, es el paseo con duraciones y ritmos que se van adaptando a las posibilidades progresivas de la persona. Métodos: Cada uno ofrecemos los que sabemos pero las revistas profesionales, los libros y los buscadores en Internet los ofertan Si no iguales, son muy parecidos. Puede pero solo un 10/15% de ancianos hacen ejercicio. ¿Que se consigue? La dependencia /invalidez pueden desaparecer en su totalidad, incluso en edades de más de 90 años o, si no totalmente, siempre bajar el grado de la misma: Como se ve en los videos que se hacen antes y tras el tratamiento, la persona que no se levantaba del sillón, necesitaba ayuda para caminar, vestirse, comer o asearse, a lo largo de cuatro meses minimiza su grado de incapacidad, pasa a caminar progresivamente con andador, con bastones o de forma autónoma; amplían la movilidad articular y en consecuencia realizan por sí tareas antes imposibles. También aparece una amplia sonrisa porque hemos disminuido la dependencia o su grado, y le permitimos disfrutar de la vida valiéndose por sí mismo. Quienes eran válidos, pero con su grado de impotencia muscular y rigidez articular mejorables, (que somos casi todos), se sorprenden de que sin notarlo y de forma progresiva pasan a ser otros. Además de la salud conseguida, disminuimos la necesidad de cuidadores, familiares o externos, con lo que ello representa en el gasto económico y humano. Muchos pueden caminar aunque sea con ayudas de andador o bastón. Los muy afectados llegan a los 50 ó 100 metros, pero para quienes 78 caminaban y salían a la calle con ciertas di icultades ganan minutos sin verse obligados a descansar y desde ahí aumentar hasta lo que resulte aconsejable. Las caídas disminuyen. No solo por el entrenamiento hecho en este sentido sino que también al tener mayor potencia muscular, son capaces de oponer su fuerza a la tendencia a caer y defenderse. Como las caídas generan fracturas en un 10 al 25 % con un 5% de ingreso, evitamos además de la alteración de la salud, el gasto sanitario que ello produce, las rehabilitaciones posteriores y sus posibles secuelas. Si pensamos que el coste por hospitalización por fracturas (Estudio MAPFRE 20062007) fue de 2.444.556,4 € y el coste total, 6.253.177,9 €, al evitar caídas, mucho podríamos ahorrar y más cuando se ponga en práctica en un alto numero de mayores. Hay que sumar la disminución de la dependencia, los bene icios que con la práctica del ejercicio validante se consiguen en la mejoría de patologías ( diabetes, HTA, cardiopatías… que me reservo para la próxima re lexión) Y lo básico, el incremento de salud, la posibilidad de disfrutar, caminar, realizar tareas o a iciones que antes no podíamos. Todo ello sin costarnos económicamente nada: Empoderando al grupo. Esto es solo un aspecto en el que se puede actuar sin gasto alguno. Hay muchísimos más: Con los dos puntos que toco hoy comenzaríamos a: 1) cambiar la mentalidad de la sociedad sobre el mayor con los bene icios de comprensión, de justicia, de legislación, etc. que conlleva, 2) que si la mejoría, ese gran cambio ísico, lo vive un grupo, empezará a creer y ver que sus posibilidades terminan solo cuando las ideas o la ilusión se agote. Entonces, se podría poner en marcha el programa de jubilación activa tan e icaz Vocalía de Médicos Jubilados como que en ella se demuestra que la evolución de un jubilado, en un 25%, puede depender de su estado de salud o de la genética para vivir toda la vida que le queda, pero en un 75% será tan buena o tan mala como la persona lo decida. Me reservo esto para otro día, y para otra re lexión donde explicar áreas en las que el emponderamiento consigue ahorro y más salud para los mayores, aunque si que voy a citar algunas: Papel del Geriatra (puede asombrar el enorme ahorro que estos especialistas generan en los ancianos, en ahorro de estancias hospitalarias, de previsión en la evolución de una patología, en cascadas terapéuticas, en polimedicados, consultas de geriatría con el colofón del consejo,…) Formación para manejarse en el mundo socio sanitario del colectivo mayor Formación especí ica individual • Formación en su propia patología • Formación en sus urgencias:. • Primeros auxilios en distintos eventos Envejecimiento o jubilación activa Todo sobre su nuevo estilo de vida positivo 79 Qué son los Planes de Pensiones? Los Planes de Pensiones son productos de previsión social privada destinados a constituir un capital que complemente tu jubilación. ¿Qué son los Planes de Previsión Asegurados? Los Planes de Previsión Asegurados o también llamados PPA, son Seguros de Vida utilizados para la previsión social privada que se presentan como una fórmula de ahorro periódico, ofreciendo un tipo de PU[LYtZNHYHU[PaHKV@[VKVLSSVJVULS[YH[HTPLU[VÄZJHS`SHZJHYHJ[LYxZ[PJHZLUJ\HU[VHSPX\PKLaKLSVZ Planes de Pensiones. ¿Qué diferencia hay entre un Plan de Pensiones y un Plan de Previsión Asegurado? 3HKPMLYLUJPHM\UKHTLU[HSLU[YLSVZ7SHULZKL7YL]PZP}U(ZLN\YHKVZ`SVZ7SHULZKL7LUZPVULZLZX\LSVZ WYPTLYVZVMYLJLU\UHNHYHU[xHKL[PWVKLPU[LYtZTPLU[YHZX\LSHZYLU[HIPSPKHKLZKLSVZ7SHULZKL7LUZPVULZ KLWLUKLUKLSJVTWVY[HTPLU[VKLSVZHJ[P]VZLUSVZX\LZLPU]PLY[LULUSVZTLYJHKVZÄUHUJPLYVZW\KPLUKV VI[LULYTH`VYVTLUVYYLU[HIPSPKHK La elección de optar por un Plan de Previsión Asegurado o un Plan de Pensiones depende fundamentalmente KLSHZP[\HJP}UKLSTLYJHKVKLSHLKHKKLSJSPLU[LKLSWLYÄSKLPU]LYZP}UKLSTPZTV`KLSHZJPYJ\UZ[HUJPHZ personales. Fiscalidad 3VYLHSTLU[LH[YHJ[P]VKLSVZ7SHULZKL7LUZPVULZ`7SHULZKL7YL]PZP}U(ZLN\YHKVZLZX\LZL[YH[HKLSVZ WYVK\J[VZÄUHUJPLYVZTLQVY[YH[HKVZÄZJHSTLU[L`HX\LSHZHWVY[HJPVULZX\L]H`HZYLHSPaHUKVK\YHU[LLS H|VH[\7SHU[LOHYmUYLK\JPYSHIHZLPTWVUPISLNLULYHSKLSPTW\LZ[VKLSH9LU[HJVUZPN\PLUKVHZxWHNHY TLUVZH/HJPLUKHVZP`H[LKL]\LS]LUSVNYHYX\L[LKL]\LS]HUHUTmZ3H[V[HSPKHKKLSHZHWVY[HJPVULZ realizadas, reducirá n la base imponible NLULYHSJVULSTm_PTVKLSZVIYLSVZYLUKPTPLU[VZUL[VZKLS[YHIHQV`KLHJ[P]PKHKLZLJVU}TPJHZWHYH WLYZVUHZJVULKHKPUMLYPVYHH|VZ`KLSKLLZ[VZTPZTVZYLUKPTPLU[VZWHYHWLYZVUHZJVU edad igual o superior a 50 años. 3VZSxTP[LZKLHWVY[HJP}UHU\HSWLYTP[PKVZZLNUSHSLNPZSHJP}U]PNLU[L ]HYxHULUM\UJP}UKLSHLKHKHZxWHYHTLUVZKLH|VZLZKLÁ`WHYHTHZKLLZÁ Te ofrecemos la mejor gama de planes de pensiones. Celebraciones y eventos Cursos Dª. Natividad-Sonia Sebastián Checa, MIR de Familia y Comunitaria. Vicesecretaria. Dª. Beatriz Sanchís Yago, M.I.R. de Medicina Familiar y Comunitaria en el Hospital Obispo Polanco de Teruel. Vocal de Médicos en Formación y/o Trabajo no estable. COLABORACIÓN EN OTRAS JORNADAS CELEBRADAS EN TERUEL XI Semana de Estudios Geriátricos (27 - 30 de Octubre). Celebradas en el Hospital San Jose (Teruel) IX Jornadas Cienti icas (26 - 27 de Noviembre). Celebradas en el Hospital Obispo Polanco (Teruel) 81 Celebraciones y eventos Seguro de Automóvil Porque cuando se queda sin coche, es cuando más ayuda necesita Así funcionan nuestras nuevas coberturas exclusivas: ¿Tiene un problema con el coche y necesita que alguien le acerque al taller? Nosotros lo hacemos ¿No sabe cómo volver a casa después? Nosotros le llevamos Y en caso de siniestro total, ¿cómo va a moverse? Con el coche de sustitución que A.M.A. pondrá a su disposición Así de fácil y así de claro. Confíe en la experiencia de A.M.A. y disfrute del mejor servicio con total tranquilidad. A.M.A. TERUEL Joaquín Arnau, 2; 1º Tel. 978 61 72 10 [email protected] 82 www.amaseguros.com Concurso Navideño 2014 Como otros años hemos celebrado un Concurso de Dibujos Navideños, donde han participado niños y niñas de Teruel entre 2 y 15 años. Se establecieron tres categorías: hasta 5 años; hasta 10 años y hasta 15 años, con tres premios en cada uno de ellas. Los ganadores recibieron sus obsequios el día 19 de diciembre de 2014 en nuestra sede. 83 Servicios del Iltre. Colegio Oficial de Médicos de Teruel CONVENIOS ASESORES Distintas entidades ofrecen condiciones preferentes a los Colegiados de acuerdo con Convenios previamente firmados. El Colegio dispone de un listado de Asesores en distintos campos. ENTIDADES BANCARIAS: Ibercaja Caja Rural de Teruel Banco Sabadell SEGUROS MÉDICOS Y DENTALES: Adeslas Sanitas COMPAÑÍAS TELEFÓNICAS: Movistar ASESOR LEGAL: D. Cosme Gómez Lanzuela, C/ Joaquín Arnau, 16. 44001 TERUEL Tel. 978 601153 ASESOR FISCAL: D. Marcelino Yago Ibañez, C/ Tomas Nougues, 4, 3º. 44001 TERUEL Tel. 978 600993 ASESOR INFORMÁTICO: D. Ángel Muela Algarate, Avda. de Segorbe, 5. 44002 TERUEL Tel. 978 620727 ASESORÍA FISCAL Y CONTABLE: D. Edmundo Nuñez Montalbán, Paseo Independencia, 8, 8º D. Zaragoza Tel. 976 216417 Para más información contactar con el Colegio Oficial de Médicos. 87