la vanguardia - Universidad Complutense de Madrid

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2 QUIÉN PROTAGONISTAS DE LA SEMANA
Sábado, 21 junio 2014 LA VANGUARDIA
Un político con
“hambre de cambio”
“Mi mujer no tiene nada que ver
con la política. Mis hijas están sorprendidas de que salga en la tele.
Ven que algo especial está pasando,
pero no comprenden su alcance. Y
mis alumnos en la universidad alucinan y me animan a ganar... ¡pero no
sé si es para que les apruebe o qué!”.
Quien bromea así es el marido de Begoña, que tiene sus mismos 42 años;
el papá de Ainhoa y Carlota, de 9 y 7
años, a las que siempre que puede
acompaña a la ruta del cole para “recargar las pilas y llenarme de energía”; y el profesor de Estructura Económica de la Universidad Camilo José Cela que tiene encandilados a sus
pupilos. Es Pedro Sánchez PérezCastejón (Madrid, 1972), el aspirante revelación al liderazgo del PSOE.
“Yo no estaba entre los elegibles,
pero si hoy estoy en las quinielas es
por derecho propio”, dice con una
amplia sonrisa. Y es que la primera
vez que Alfredo Pérez Rubalcaba escuchó en público su nombre como
uno de los posibles aspirantes a sucederle, y de esto hace casi un año y
medio, abrió los ojos como platos:
“¿¿¿Pedro???”. Hace apenas tres meses, aún,
cuando los aspirantes
se estaban preparando para concurrir a unas primarias abiertas para
elegir en noviembre
al cartel electoral
del 2015, en altas instancias del PSOE sólo
daban por hecho que concurrirían
Carme Chacón, Eduardo Madina y
Patxi López: “¿Pedro? No, como mucho se acabará integrando en otra
candidatura”. Pero el pasado 25 de
mayo el PSOE se volvió a desplomar
en las elecciones europeas y Rubalcaba asumió que había llegado la
hora del adiós y cambió todos los
planes: antepuso un congreso extraordinario para coronar a un nuevo secretario general antes que las
primarias para elegir al candidato
electoral. Chacón se cayó del cartel
del congreso, Patxi López también y
se desplegó una larga alfombra roja
entre el sevillano palacio de San Telmo y la madrileña sede de Ferraz para la andaluza Susana Díaz. Pero
Madina se cruzó en su camino, forzó un congreso con el voto directo
del militante y Díaz anunció una retirada táctica para no dejarse ningún jirón en la batalla. El resultado
de tanta convulsión es que Pedro
Sánchez –“¿¿¿Pedro???”– dejó de
ser el “patito feo”, como celebran en
su equipo, para convertirse, quizá,
en el nuevo cisne del PSOE. Aunque
de “patito feo” a “Pedro, el guapo”,
como algunos le bautizaron para restarle peso político, va un trecho. Él
mismo no tiene mayor problema
c
JUAN CARLOS MERINO
Madrid
pedro sánchez
EL CANDIDATO REVELACIÓN AL LIDERAZGO DEL PSOE EXHIBE SU TRAYECTORIA
PROFESIONAL, DESHACE MITOS Y LEYENDAS Y AVISA QUE LLEGA CON FUERZA
con esta última descripción, “si es
bienintencionada”. “Bienvenidos
sean los piropos, pero yo no estoy
aquí por eso, que es secundario, sino para cambiar al PSOE y al país”,
zanja, muy seguro de sí mismo.
Con la fuerza, dice, que le dan los
de abajo. “Fue la militancia de base
la que me dijo que diera un paso adelante. Para la dirección del partido
sólo era un diputado de base más.
No contaba. Pero ahora tengo mucha fuerza de abajo, y hambre de
cambio. Los auténticos cambios vienen siempre de abajo, no de arriba.
Yo no habría emprendido este camino hace ocho meses si pensara que
todo está escrito”, dice.
Alcanzar la secretaría general del
PSOE puede ser la culminación de
un trayecto que arrancó muy pronto, cuando tomó su primera conciencia política apenas con 12 años. El
entonces bisoño escolar comprendió que sus dos abuelos paternos,
originarios de Anchuras de los Montes (Ciudad Real), y su abuela materna, que era de Murcia, eran analfabetos. “Ninguno de los tres sabía leer
ni escribir. Yo pensaba que todo el
mundo sabía. Y empecé a tomar conciencia de la injusticia que se produce en la sociedad”. La política, además, siempre estuvo presente en el
hogar familiar, en las largas sobremesas. “Mi padre estaba afiliado al
PSOE, y mi madre sólo era simpatizante pero era más socialista que
él”. Casi siempre fue fiel a esas siglas: “He votado al PSOE desde los
18 años... salvo una vez que voté a
un senador de IU”. ¿Pecadillos de juventud? En 1993, apenas veinteañero, Felipe González parecía encami-
“Mis hijas están sorprendidas
de que salga en la tele; y mis
alumnos en la universidad alucinan
y me animan a ganar... ¡pero no sé
si es para que les apruebe o qué!”
Rostro nuevo. Pedro
Sánchez ha irrumpido
en la escena política
con fuerza. Recibe
apoyos de la base y
será uno de los
candidatos a liderar y
dar un golpe de
timón a un PSOE en
horas bajas
VÍCTOR LERENA / EFE
narse a la derrota electoral: “Íbamos
a perder y pensé que era cuando mayor necesidad de ayuda tenía el
PSOE. Así que primero me afilié al
partido y luego constituí la agrupación de Juventudes Socialistas en
mi barrio, Tetuán, de la que fui secretario general”. González aún
aguantó tres años más. Y tres son
los referentes políticos que Sánchez
enumera de carrerilla: Felipe González, Indalecio Prieto y Azaña. “Dos
socialistas y un republicano”.
Estudió el bachillerato en el Ramiro de Maeztu, y allí nació su pasión
por el baloncesto, que le enseñó “el
valor de los equipos por encima de
las individualidades”. Altura física
no le faltaba, desde luego. Aún hoy
es patrono de la Fundación Estudiantes, que mima a la cantera del
PROTAGONISTAS DE LA SEMANA QUIÉN 3
LA VANGUARDIA Sábado, 21 junio 2014
MARGARITA PUIG
LA MIRADA
DE PEDRO
EL GUAPO
Tiene la mirada de Adolfo
Suárez, y como él, suya es la
transición. Si no de un país
entero, al menos de su partido, que comienza a creer en
el poder de la telegenia, de
la imagen y de la eficacia de
vestirse bien aunque uno
sea socialista. Se puede, y
casi se debe, ir sin corbata,
pero mejor con una americana que no baile como las de
Rubalcaba, y aun así acercarse a un pueblo necesitado de
buenas maneras y mejores
ejemplos. “Pedro el guapo”,
así es como conocen en el
Ayuntamiento de Madrid a
este ex jugador de baloncesto que a sus 42 años se sigue
mordiendo las uñas, lo sabe.
Nacido un 29 de febrero,
lo que debería permitirle
cumplir años sólo cada cuatro años (suele bromear así
con su fecha de nacimiento), es alto como el recién
coronado Felipe VI y un
cholista de la política. Igual
que Simeone gana, ha ganado, sus avales partido a partido, día a día, estilismo a
estilismo. Pero no lo ha hecho en total black, que aunque el negro suele sentar
siempre bien y estiliza, sobra cuando también sobran
los centímetros y las opciones en un armario cuidado.
Su estilismo es como él, a
quien han llegado a llamar
el fontanero de José Blanco, socorrido y acertado.
Camisas de cuadros en los
actos más informales, blancas planchadas pero nunca
almidonadas combinadas
con trajes oscuros o vaqueros en los platós que engrandecen más aun su buena planta le han valido el
mote al más guapo madrileño del barrio de Tetuán.
Sus asesores de imagen,
que los tiene y no los esconde, han sabido sacarle partido a esa mirada y a ese porte que levanta suspiros a su
paso. Y casi se pasan cuando ellos mismos la comparan con la de San Juan de
Cuenca en la procesión de
las turbas frente al Ayuntamiento. Políglota, profesor,
con carrera y doctorado,
casado con una rubia casi
tan alta como él y padre de
dos niñas de las que no se
ha perdido ni un solo cumpleaños, supo ganarse la
vida más allá del Estudiantes y de la política. Reconoce que de su paso por el
baloncesto aprendió la disciplina y la necesidad de los
entrenamientos, pero esconde que también ensayó la
conveniencia de saber vestir un chándal con elegancia y un traje cuando no
queda otra.
VÍCTOR LERENA/ EFE
equipo. Luego se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales
por la Complutense. “Al terminar la
carrera no encontré trabajo, así que
me fui a buscarlo a Estados Unidos”. Y siguió formándose con dos
postgrados, uno en Madrid y otro
en Bruselas, “con una beca en el Parlamento Europeo que me consiguió
Enrique Barón”. Con el exministro,
que luego presidió la Eurocámara,
colaboró además en su libro Europa
en el alba del milenio (1994).
De allí saltó a Bosnia, como jefe
de gabinete del alto representante
de la ONU durante la guerra de Kosovo, Carlos Westendorp. “Bosnia
me marcó, con 28 años. En Sarajevo
vi los efectos de la mala política y de
la violencia”. En Bruselas y Bosnia,
no obstante, “adquirí una dimensión internacional”. Y dominó el inglés y el francés.
“Pero decidí entrar en política”.
Rechazó incluso una oferta de la
ONU. “Y volví a España, al paro por
unos meses”. Aunque pronto encontró trabajo: estuvo un año de director de relaciones internacionales en
la Organización de Consumidores y
Usuarios. En el año 2000, José Luis
Rodríguez Zapatero gana contra todo pronóstico el liderazgo del PSOE
a José Bono y conforma su equipo
en Ferraz. Entre ellos, como número dos, José Blanco. Sánchez niega
“Soy leal a mi partido,
pero mi trayectoria
política tiene más que
ver con el mérito que
con las amistades”
haber sido un fichaje del político gallego, pese a que habitualmente se le
ubica en el equipo que Blanco conformó en Ferraz con Óscar López y
Antonio Hernando. “Eso es una leyenda urbana. Cuando Zapatero ganó, quien me llama es Jordi Sevilla.
Y empecé a colaborar con él en Ferraz, definiendo el nuevo proyecto
económico. Allí, efectivamente, conocí a los miembros de la ejecutiva,
como Blanco”, relata. “En el 2003,
quien me metió en la lista fue Trinidad Jiménez”. Así pues, se fue como
concejal de la oposición al Ayuntamiento de Madrid durante cinco
años, en los que estuvo a las órdenes
de Jiménez, y luego de Óscar Iglesias, Miguel Sebastián y David Lucas. En el 2008 ya consiguió ir en las
listas al Congreso, pero no obtuvo
escaño. “Salí de la política, me hice
autónomo y me puse a dar clases”.
Pero un año después, Pedro Solbes
tiró la toalla, corrió la lista y Sánchez obtuvo su acta de diputado. En
el 2011, de nuevo no entró en el Congreso. Volvió a la universidad, donde en el 2012 se doctoró en Económicas y Empresariales e imparte
tres asignaturas. “De esto sé”, presume. Y, como autónomo, trabajó de
consultor internacional en un consorcio europeo. “¡A mí no me tienen
que explicar lo que significa que te
suban el IVA al 21%!”. Por otra carambola del destino –esta vez fue
Cristina Narbona la que dejó su escaño–, Sánchez recuperó su acta de diputado. Y hasta ahora. “Soy una persona de partido. Zapatero me puso a
diseñar el proyecto económico con
Miguel Sebastián, pese a estar enfrentado con Sevilla. Y Rubalcaba
me puso a coordinar la conferencia
política con Ramón Jáuregui. Siempre he dicho que sí porque soy leal a
mi partido. Pero mi trayectoria tiene más que ver con el mérito que
con las amistades”, zanja.c
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