DNI electrónico: la LLAVE DIGITAL del apoderado

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Especial Banca de Empresa
Garantizar la seguridad jurídica de las
operaciones realizadas tanto por entidades
financieras como por empresas es uno de los
motivos del desarrollo de nuevos
instrumentos tecnológicos. El DNI digital ya
es una realidad más con la que contar
, Marek Szymanski
, David Gracia García
Agencia Notarial de Certificación (ANCERT)(*)
DNI electrónico: la LLAVE
DIGITAL del apoderado
n el desarrollo de la actividad económica de
empresas y entidades financieras, es muy habitual llevar a cabo apoderamientos notariales
de diversa índole, en función de las necesidades de
cada caso en particular. A este respecto es significativo el dato de que en el año 2005 se otorgaron
en España, aproximadamente, 1.400.000 poderes
notariales.
Habida cuenta que este año el DNI electrónico
es ya una realidad, y que sus ventajas, en cuanto a
seguridad electrónica, son indiscutibles gracias a la
tecnología utilizada, es ahora un momento idóneo
E
para introducir esta misma tecnología en el sector
empresarial y financiero (actualmente en desuso
mayoritario) respecto a identificaciones electrónicas de apoderados de todo tipo de entidades
jurídicas.
Con la entrada en vigor de la Ley 59/2003 de
Firma Electrónica, una entidad jurídica tiene la posibilidad de que sus apoderados puedan identificarse, además de forma presencial, también por
medios telemáticos, mediante certificados electrónicos reconocidos, dado que, como prevé el artículo
11.3 “(los certificados) podrán contener cualquier
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DNI electrónico: la llave digital del apoderado
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Ficha Técnica
AUTORES: Szymanski,
Marek y Gracia García, David
electrónico: la llave digital del apoderado
FUENTE: Estrategia Financiera, nº 229. Junio 2006
LOCALIZADOR: 62 / 2006
RESUMEN: Con la entrada en vigor del DNI electrónico se abre un amplio
abanico de posibilidades tanto para los particulares como para el sector empresarial y financiero: la posibilidad de conceder identificaciones electrónicas
de apoderados a todo tipo de entidades jurídicas garantizando la seguridad de
las operaciones.
En esta línea está trabajando la plataforma tecnológica del Notariado para
conseguir que, a través de medios telemáticos, los apoderados tengan su particular “DNI electrónico de apoderado” que acredite digitalmente su identidad
con todas las garantías legales.
DESCRIPTORES: Banca de empresa, DNI electrónico, firma digital, Certificado Notarial Corporativo de Representación, régimen de responsabilidad contractual y extracontractual.
TÍTULO: DNI
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otra circunstancia o atributo específico del firmante
en caso de que sea significativo en función del
fin propio del certificado y siempre que aquél lo
solicite”.
El apartado 4 del mismo artículo 11, establece que
en caso de que los certificados incorporen como atributo una relación de representación, deberán incluir, a
su vez, “una indicación del documento público que
acredite de forma fehaciente las facultades del firmante para actuar en nombre de la persona o entidad
a la que represente y, en caso de ser obligatoria la inscripción, de los datos registrales, de conformidad con el
apartado 2 del artículo 13.”
Podríamos afirmar, por lo tanto, que se trata de
algo así como un “poder electrónico” para apoderados de empresas. Esta modalidad de certificado
electrónico, que en la actualidad emite la Agencia
Notarial de Certificación – ANCERT con la denominación de Certificado Notarial Corporativo de Representación, ofrece las suficientes garantías jurídicas para que, muy probablemente en lo sucesivo,
se favorezca su uso. En este tipo de certificados,
debe destacarse que para garantizar su utilidad
real, en el momento de verificación de la firma, son
dos los elementos que deben ser considerados por
la entidad financiera: la definición de las facultades
otorgadas al firmante(1) y la vigencia del poder en
el momento de la firma(2), antes de realizar una
transacción telemática (que por su naturaleza debería poder efectuarse en cuestión de segundos),
actualmente el usuario debe consultar off-line
en el registro correspondiente si el poder está vigente, para evitar el conflicto que se podría producir si aceptase la firma electrónica y se encontrase posteriormente con que el poder no era válido porque ya hubiese sido revocado cuando el
titular firmó.
Situaciones como las planteadas se deberían resolver entrando en juego el régimen de responsabilidad
contractual y extracontractual entre el poderdante, el
titular del certificado, el prestador del servicio de certificación que emitió el certificado y, además, en su caso,
el prestador que hubiera comprobado la validez y vigencia del certificado, con los evidentes perjuicios que
esto podría comportar al usuario.
Por tanto, dado que la mera constancia de la representación en el certificado no acreditaría por sí
sola la vigencia del poder, se está trabajando para
ofrecer servicios que permitan que en el momento
de una transacción se pueda acreditar la representación mediante una consulta que informe si el poder está vigente o, en cambio, ha sido revocado por
el poderdante ante notario, con independencia de
que aún no se hubiera presentado a inscripción en
el registro correspondiente, en los casos en que
fuese preceptivo.
En definitiva, sin duda alguna, el objetivo es
prestar un servicio al usuario que no sólo le garantice: “Si el certificado y la firma electrónica son válidas”, sino también: “Si su poder es válido y vigente
para realizar la transacción”.
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Ahora bien, todo ello podría no ser suficiente si
además no se atiende al factor tiempo, es decir, tener la
certeza de cuál es el momento de la firma. Es cierto que
no existe en España una regulación de los servicios de
fechado electrónico, aunque el artículo 1.1 de la Ley de
Firma Electrónica establezca que “esta Ley regula la
firma electrónica, su eficacia y la prestación de servicios de certificación”, y el timestamping es uno de los
servicios que pueden ser prestados tanto al firmante
como a terceros.
Por ello, se recomienda utilizar, en el momento en
que se genera la firma, un sello de tiempo, utilizando
para ello su Autoridad de Fechado Digital, que interviene en calidad de Tercero de Confianza, de acuerdo
con la definición de éste establecida en el artículo 25 de
la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de
Comercio Electrónico (LSSI-CE): “Las partes podrán pactar que un tercero archive las declaraciones de voluntad
que integran los contratos electrónicos y que consigne
la fecha y la hora en que dichas comunicaciones han
tenido lugar. La intervención de dichos terceros no
podrá alterar ni sustituir las funciones que corresponde realizar a las personas facultadas
con arreglo a Derecho para dar fe
pública.”
En definitiva, un objetivo de las empresas y entidades financieras es utilizar instrumentos para desarrollar sus
actividades garantizando la seguridad jurídica de sus operaciones, y
ésta es la dirección en la que está
centrando sus esfuerzos la plataforma tecnológica del Notariado.
Esto es, que por medios telemáticos
los apoderados de todo tipo de entidades jurídicas dispongan y usen su
particular “DNI electrónico de apoderado” para acreditar digitalmente
su identidad de representante con
todas las garantías legales. Conseguir este objetivo es un beneficio
para ellas y para toda la comunidad
electrónica, que de este modo aprovecharía las muchas ventajas que el
uso de esta tecnología sin duda puede
brindarles. 9
Se recomienda utilizar, en el
momento que se genere la firma,
un sello de tiempo utilizando su
Autoridad de Fechado Digital
(*) La Agencia Notarial de Certificación S.L. Unipersonal
(www.ancert.com), fue constituido en julio de 2002 por el Consejo
General del Notariado (www.notariado.org). Es titularidad al cien por
cien del Consejo General del Notariado.
(1) En cuanto al primer aspecto, el usuario que valida una firma electrónica de un apoderado con un certificado de ANCERT, puede verificar las facultades del firmante realizando una consulta a
http://www.ancert.com, sección Productos > Certificados notariales
Corporativos de representación.
(2) Para asegurarse que el poder otorgado contenga las facultades
necesarias que permitan realizar la transacción en cuestión, evitando
así el riesgo que posteriormente pudiera ser declarada nula o anulable
por falta del siguiente poder.
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