“Boy”

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“Boy”
Cuando escuchamos a un negro americano pronunciar el célebre "hey, man", lo
interpretamos como el "oye, tío" que tantas veces aparece en nuestro idioma. Pero el
hecho de que ese "man" sea más común entre los negros tiene una dolorosa razón de
sobra conocida en los Estados Unidos: no hace tantas décadas que los blancos utilizaban
el "boy" para dirigirse a un negro. Ya podía el negro ser un anciano que nunca
abandonaba su categoría de "chico", siéndole negada de por vida la mayoría de edad.
Los negros sustituyeron con el apelativo "hombre" aquel humillante "chico" al que
tantas veces se vieron obligados a responder. Cierto es que la corrección política en
Estados Unidos ha alcanzado cotas ridículas, tratando de fiscalizar no ya el habla
presente sino la que forma parte de la historia, como esas correcciones que se le han
aplicado al pobre Mark Twain en Huckleberry Finn. Irónico, siendo como fue Twain un
adelantado en la defensa de los derechos de todos los seres humanos.
El caso español es curioso. Cuando a un personaje público se le recrimina su falta
de consideración hacia un determinado grupo, este apela de inmediato a su derecho a
hablar a la pata la llana, a no dejarse llevar por la cursilería de lo correcto. No es capaz
de reconocer que a estas alturas dirigirse en términos discriminatorios a un ciudadano,
sea cual sea su condición, es inadmisible. ¿Es tan deshonroso pedir disculpas y dejar de
marear la perdiz? Celia Villalobos defendió su derecho a usar la entrañable palabra
"tontitos" para referirse a los discapacitados por tratarse del habla de la calle. No sé a
qué calle se refería, pero sería deseable que los políticos no la frecuentaran. Yo, que
también amo la calle, dejé hace mucho de oír la odiosa palabra. Desde que aquellos que
fueron tontitos hoy van a la escuela, aprenden oficios y a menudo aspiran a ganarse la
vida.
Elvira Lindo. El País. 2/3/2011
1) Haga un comentario de texto del fragmento que se propone contestando a
las preguntas siguientes:
a) Enuncie el tema (0,5 ptos.);
El tema del texto es la crítica por el uso de un lenguaje discriminatorio entre la clase
política de nuestro país.
b) Detalle las características lingüísticas y estilísticas del texto (1,25 ptos);
Ese texto pertenece al género periodístico de la columna de opinión. Se trata por
tanto de un texto argumentativo ensayístico en el que sobresale la función expresiva del
lenguaje. Ello se traduce en algunos rasgos lingüísticos característicos. En primer lugar,
hay que mencionar la presencia de la primera persona en pronombres (“Yo”) o verbos
(“amo”, “dejé”) que manifiesta la subjetividad del autor. Otra muestra de esta
subjetividad es la abundancia de términos modalizados, es decir, de expresiones nada
neutras, como “dolorosa razón”, “odiosa palabra”, “inadmisible” o la irónica
“entrañable palabra”. Por último, rasgos lingüísticos propios de este tipo de textos son
también las modalidades oracionales distintas a la enunciativa. Podemos encontrar
preguntas retóricas (“¿Es tan deshonroso pedir disculpas?”) o expresiones de deseo
como “Sería deseable que los políticos no la frecuentaran”.
En este texto, por la temática que aborda, el lenguaje políticamente correcto, llama
la atención la función metalingüística. Hay multitud de expresiones sobre las que se
reflexiona o que sirven de ejemplo, expresiones que tal y como manda la convención
van entrecomilladas: “hey, man”, “oye tío”, “boy”, “hombre”, “tontitos”, etc. También
por este motivo hay que señalar las muchas voces que pertenecen al campo semántico
del lenguaje: “pronunciar”, “idioma”, “dirigirse”, “habla”, “referirse”, etc.
Por otro lado, respecto de los rasgos estilísticos, no podemos olvidar que estamos
ante el texto de una escritora y por lo tanto, su intención estética es obvia. Podemos
incluir dentro de los rasgos de estilo, en primer lugar, el uso de la ironía: “un negro
podía ser un anciano que no abandonaba la mayoría de edad”, o la ya mencionada
“entrañable palabra “tontitos””. También me parece parte del estilo de la autora la
libertad organizativa del texto: un largo primer párrafo introductorio para cautivar
nuestra atención y que sirve de contraste para entrar en el tema que de verdad le
interesa, la crítica a Celia Villalobos y a la clase política en general. Hay que mencionar
algunas figuras literarias como la metáfora “no frecuentar esa calle”, que equivale a “no
usar esas palabras”, o los muy sonoros contrastes que surgen del choque entre el tono
formal que corresponde al género, la columna, y algunas expresiones coloquiales como
“a la pata la llana” o “marear la perdiz”. Es parte del estilo de la autora saber mezclar
hábilmente estos dos registros.
c) Indique qué tipo de texto es
Tanto por las funciones del lenguaje presentes, la expresiva en primer lugar, como por
los rasgos lingüísticos observados: defensa en primera persona de una opinión, libertad
expresiva, afán estético... podemos decir que es un texto argumentativo de tipo
ensayístico. Además, por su extensión, sus referencias a la actualidad y la firma de
autor, podemos afirmar que pertenece al género periodístico de la columna de opinión.
Sospecho que a Rajoy le preocupa más no haber sido espiado por Estados Unidos
que haberlo sido. Si el imperio espía a 35 líderes mundiales y tú no estás entre ellos,
verdaderamente es que no vales un pimiento. Y se diría que todo se reduce a eso: a que
hablen de ti, a tu pequeño poder personal, a la pompa y el lucro. La realidad política
cada vez me resulta más disparatada, más narcisa y más banal. Como esa desopilante
fundación creada y presidida por Felipe González para estudiarse a sí mismo.
La vida real marcha por otro lado. El pasado domingo estuve en el parque del
Retiro para aprovechar la esplendidez del día y el incendio de las hojas de otoño. Vi
familias que habían colgado banderitas y globos de colores entre los árboles para
celebrar una fiesta infantil al aire libre. Vi parejas besuqueándose, abismados el uno en
el otro; vi perros felices, con las colas girando como las aspas de un helicóptero, y críos
pequeños entregados a esa excitación nerviosa, a esa especie de borrachera que produce
en los niños la alegría. Vi hombres y mujeres con patines, corriendo en pantalón corto,
con bicicleta, vestidos de novios y haciéndose fotos; y a una maravillosa pareja de
octogenarios muy bajitos que caminaban lentamente de la mano. También vi a muchos
ancianos deteriorados e impedidos; a personas con discapacidades físicas o psíquicas
(gente con diversidad, como se llaman ellos), algunos atados a sus sillas de ruedas. Y vi
a una pareja de treintañeros sentada en un banco y rodeada de bultos y maletas… Quizá
fueran el producto de un desahucio, de un desalojo; atardecía y empezaban a sacar
mantas de los hatillos para hacer frente al relente. La vida estallaba en el Retiro, en fin,
en toda su gloria, toda su lucha y toda su pena. Era emocionante. Los políticos deberían
bajarse del coche oficial y ponerse a pasear de vez en cuando.
(Rosa Montero, El País de 29/10/2013)
1) Haga un comentario del texto que se propone contestando a las preguntas siguientes:
a) Enuncie el tema (0,5 ptos.);
El tema de este texto es la gran distancia entre las preocupaciones de los políticos y las de las personas a
las que gobiernan.
b) detalle las características lingüísticas y estilísticas del texto (1,75 ptos);
El texto que vamos a comentar es un ejemplo del tipo argumentativo. Por lo tanto, la función del
lenguaje dominante va a ser la expresiva. También va a ser muy importante la función poética. Los rasgos
lingüísticos y estilísticos que encontraremos estarán conectados con estas dos funciones.
Respecto de la primera, la expresiva, es previsible la presencia de verbos de opinión (“Sospecho”,
“me resulta”) y en todo caso ejemplos del uso de primera persona: “estuve”, “vi”. Al mismo fin, a
expresar la subjetividad del autor, tienden las abundantes expresiones modalizadas. Muchas son
despectivas (“el imperio”, “narcisa”, “desopilante”), pero otras muestran afecto, como los diminutivos
(“banderitas”, “bajitos”), adjetivos (“abismados”, “maravillosa”), verbos (“besuqueándose”), sustantivos
(“gloria”). Son también ejemplos de subjetividad algunas oraciones en modalidad oracional dubitativa
(“Quizá fueran…”, “se diría…”) o exhortativa (“Los políticos deberían…”).
En relación con los rasgos estilísticos, que tienen mucho que ver con la función poética, destacan en
primer lugar las numerosas figuras retóricas. Sobre todo, las metáforas: “La vida estallaba en el Retiro”,
“atados a sus sillas de ruedas”, “bajarse del coche oficial”, “abismados el uno en el otro”, algunas
nítidamente literarias, como “el incendio de las hojas de otoño”. Junto a las metáforas hay
personificaciones (“La vida marcha por otro lado”), comparaciones (“como las aspas de un helicóptero”),
enumeraciones tan marcadas como la que recorre todo el segundo párrafo (“Vi familias…, vi parejas… vi
hombres y mujeres…”), contrastes (“toda su gloria, toda su pena”). Un rasgo de estilo bastante definido
es la alternancia de un tono formal generalizado, incluso con expresiones cultas como “desopilante”, con
otras muy coloquiales como “no vales un pimiento”, el uso impersonal de la segunda persona (“todo se
reduce a que hablen de ti, a tu pequeño poder personal”) o algún neologismo poco feliz como
“esplendidez”. También encuentro estilo en la bien lograda estructura: un primer párrafo de tono duro
para hablar (en presente) de los políticos, un segundo párrafo presidido por la dulce descripción (en
pretérito) de la gente común y el cierre, la última frase del texto, que vuelve a conectar con el primer
párrafo.
Para terminar, tengo que decir que noto cierta molesta tendencia a las enumeraciones de tres
elementos: “más disparatada, más narcisa, más banal”, “a que hablen de ti, a tu pequeño poder personal, a
la pompa…”.
c) Indique qué tipo de texto es (0,25 ptos.)
Por las funciones del lenguaje presentes y por los rasgos lingüísticos vemos que se trata de un texto
argumentativo. Por su extensión y actualidad podemos deducir que es un texto periodístico de opinión,
probablemente una columna.
2) Redacte un resumen del contenido del texto. (1 pto.)
En este texto, la autora enumera las diferentes personas que vio en sus distintas actividades: paseando,
haciendo deporte, descansando, etc, mientras daba un paseo por el Retiro. Ello le lleva a pensar en lo
poco que se parecen las preocupaciones de la gente normal con las de los políticos, al hilo de las últimas
revelaciones del caso de espionaje en Estados Unidos.
COMENTARIO DE UN TEXTO EXPOSITIVO
La España visigoda, que tan fácilmente fue conquistada por los musulmanes, adolecía de graves debilidades
internas. El examen de la situación de la Península Ibérica al comenzar el siglo VIII resulta necesario no sólo
para comprender la conquista, sino también para apreciar debidamente el desarrollo cultural de la España
islámica.
Parece que, a principios del siglo VIII, la aristocracia visigoda y la nobleza hispanorromana se habían
fundido en un solo grupo privilegiado, que incluía a todas las «clases elevadas». En el seno de esta clase
superior existían fracciones opuestas, pero no parece que el enfrentamiento respondiera a causas raciales. A
las clases elevadas pertenecía también la jerarquía eclesiástica.
Sin embargo, la monarquía misma distaba de ser fuerte. En principio, el rey era elegido por las clases
elevadas de entre sus propios miem bros. No existía una regla fija sobre la sucesión. Algunos reyes trataron de
asegurar la sucesión de uno de sus hijos asociándose a su poder antes de su muerte, pero los restantes
miembros de las clases superiores con frecuencia no estaban de acuerdo con este procedimiento. Las intrigas
en torno a la sucesión fueron constantes. La debilidad del rey respondía también a la inadecuada naturaleza de
su ejército. En teoría, todos los hombres libres capaces de empuñar las armas estaban obligados a la
prestación militar cuando el rey les convocaba a ello; cada hombre mantenía una relación directa con el rey, a
quien debía lealtad. Parece ser que, hacia fines del siglo VII, los reyes encontraron grandes dificultades para
reclutar un ejército adecuado.
Además de las clases elevadas, la población se componía de hispanorromanos libres, así como de una
considerable proporción de campesinos en régimen de servidumbre, sucesores de
los «colonos» romanos.
Este último grupo social vivía en condiciones muy duras, pero también los hombres libres se encontraban
discriminados. Por consiguiente, el descontento era grande y amplios sectores populares recibieron a los
musulmanes como libertadores y les apoyaron con todas sus fuerzas. Las ciudades, en particular se
encontraban en una situación más desfavorable que bajo la dominación romana, y habían perdido muchos de
sus privilegios municipales. Dado el primitivo modo de vida de los visigodos, no es de extrañar que apenas
apreciaran los beneficios del comercio y de la vida urbana en general; pero la razón más importante ha de
buscarse probablemente en la regresión económica general que siguió a la caída del Imperio Romano.
Esta minusvaloración del papel del comercio tal vez fue una de las causas del severo trato a que fueron
sometidos los judíos del reino, puesto que muchos de ellos eran comerciantes. Otro factor fue la íntima
asociación entre los obispos y el rey; una gran parte de las tareas de gobernación del reino se discutía en los
concilios eclesiásticos, y las jerarquías de la Iglesia, influidas naturalmente por consideraciones teológicas,
veían a los judíos como enemigos. Los decretos especialmente rigurosos del Concilio del 693 hicieron
prácticamente imposible que los judíos prosiguieran su actividad comercial, y un nuevo decreto del año 694
condenaba a la esclavitud a los judíos que no aceptaran el bautismo. Incluso aunque posteriormente esta
medida se suavizara en la práctica y no se cumpliera estrictamente, el gran descontento existente entre los
judíos contribuyó tal vez a estimular los proyectos musulmanes de invasión; en cualquier caso, es seguro que
los judíos del norte de África estaban dispuestos a proporcionar toda la información que poseían. Una vez
derrotado el ejército visigodo por los musulmanes, los judíos les apoyaron con todas sus fuerzas. La debilidad
del reino visigodo puede atribuirse, así pues, a tres factores principales: las divisiones entre las clases elevadas
acerca de la sucesión del reino; el descontento de los demás sectores sociales ante los privilegios de las clases
superiores, y, por tanto, la dudosa fidelidad del ejército; y, finalmente, la persecución contra los judíos.
MONTGOMERY WATT: Historia de la España islámica.
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COMENTARIO. TEXTO EXPOSITIVO 1. TERCER TRIMESTRE. (Montgomery Watt. La España islámica).
En este texto expositivo de tema histórico, el autor presente el que considera factor fundamental de la caída
del reino visigótico, su debilidad interna y analiza las causas políticas y sociales de esta situación.
Es un fragmento más amplio de un ensayo sobre la España islámica. El emisor es un especialista con amplio
dominio del tema, como lo prueba la profundidad de su análisis y la utilización de algunos datos concretos que
implican un conocimiento específico (referencias a los problemas de los reyes, a los concilios,…). Su intención
es puramente informática y explicativa: pretende que el destinatario adquiera cierta información de la que
carece y propone una explicación coherente a un suceso histórico conocido. Además, el texto tiene una clara
finalidad didáctica, que puede apreciarse tanto en la estructuración de los contenidos como en el léxico
utilizado.
La actitud del emisor se caracteriza por su objetividad. Obsérvese en este sentido la ausencia de
intervenciones del autor, que evita completamente el uso de la 1º persona; usa exclusivamente la 3º, pues
interesan los objetos, los referentes. En el texto predomina, por lo tanto, la función referencial. A la ocultación
del sujeto hablante contribuye también el empleo de estructuras impersonales: La debilidad del reino visigodo
puede atribuirse…
El destinatario es un lector no especializado, al que se le supone cierto interés por el tema. No precisa de
grandes conocimientos previos sobre la materia, pues el léxico es accesible (hay únicamente un concepto
técnico o no común: coloni). Diversos procedimientos expositivos presentes en el texto se justifican por ser el
destinatario del mismo un lector no especializado, como ejemplificaciones de ideas y conceptos, la huida de la
exhaustividad y la precisión absoluta ( algunos reyes, no dice cuántos, ni cuáles). Se evitan también las
afirmaciones categóricas en las ideas o conceptos conflictivos o no contrastatados (pareceque…; tal vez…;
puede atribuirse…)
En definitiva el autor ha buscado más la claridad que el rigor y la precisión. El texto carece de elementos
lingüísticos y conceptuales que ofrezcan dificultad a un lector de nivel medio. Tampoco hay elementos propios
de los textos vulgarizadores (explicación de conceptos técnicos, comparaciones con la vida cotidiana, recursos
para ganar la atención del oyente,…), es por tanto, un texto divulgativo destinado a un lector medio
interesado, pero no especialista.
En cuanto a los aspectos estructurales, es perceptible la organización lógica de los contenidos, basada en un
orden analítico: idea general- análisis- síntesis-final.
El primer párrafo sirve como introducción. En él se presenta de manera general la idea fundamental y se
enuncia el propósito general del texto. El desarrollo está constituido por varios párrafos, organizados como un
análisis de la situación en las distintas clases sociales.
El último párrafo sirve como resumen; es una síntesis del desarrollo que entronca con la idea del inicio (la
debilidad del reino visigodo).
Podemos encontrar otros procedimientos expositivos como el mecanismo lógico de problema –solución (¿por
qué los árabes conquistaron tan rápidamente el reino visigodo?, aunque no está planteado de modo
interrogativo). Vemos también una enumeración, ligada al análisis. Presenta hechos o factores que concretan o
desarrollan la idea general, explicitada con numerosos marcadores discursivos ( también, otro factor, además).
Por lo que se refiere a los aspectos lingüísticos, dos son los rasgos fundamentales: la objetividad y la
claridad (exigida por el carácter divulgativo del texto).
La objetividad se encuentra en conexión con la presencia de la función referencial y el predominio de la
modalidad enunciativa o declarativa con verbos en indicativa: fue, adolecía, se habían fundido, incluía,… No
aparecen las modalidades exclamativas o imperativas. Ya hemos hablado del uso de los verbos en tercera
persona y del uso de construcciones impersonales y en cuanto a los sustantivos se prefieren las estructuras
nominales, las cuales permiten convertir los procesos y estados de los que se habla en conceptos abstractos (
la minusvaloración del papel del comercio…, la íntima relación entre los obispos y el rey, en lugar de se
minusvalora o existe una relación íntima…). La adjetivación predominante es especificativa y sirve para
clasificar los referentes: debilidades internas, desarrollo cultural, nobleza hispanorromana …). Son pocos los
adjetivos valorativos ( graves debilidades, inadecuada naturaleza, graves dificultades, decretos especialmente
rigurosos…)
En cuanto al léxico, es exclusivamente denotativo: el autor evita el uso de vocablos connotativos o que
impliquen cualquier valoración subjetiva. Las variadas denominaciones de las diferentes clases sociales no
suponen en ningún momento un juicio de valor subjetivo por parte del emisor: aristocracia, clases elevadas,
clase superior; por otro lado, son abundantes los términos abstractos ( situación, enfrentamiento, sucesión,
naturaleza, prestación, relación,…
Última actualización el Viernes 12 de Abril de 2013 10:21
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