lineamientos para una política cultural de la universidad de panamá

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UNIVERSIDAD DE PANAMÁ
VICERRECTORÍA DE EXTENSIÓN
DIRECCIÓN DE CULTURA
LINEAMIENTOS PARA
UNA POLÍTICA CULTURAL
DE LA UNIVERSIDAD DE
PANAMÁ
APROBADO EN EL CONSEJO ACADÉMICO
Nº 01-00 DEL 15 DE ENERO DE 2000
CIUDAD UNIVERSITARIA
“OCTAVIO MÉNDEZ PEREIRA”
AUTORIDADES
DR. GUSTAVO GARCÍA DE PAREDES
RECTOR MAGNÍFICO
DR. JUSTO A. MEDRANO V.
VICERRECTOR ACADÉMICO
DRA. BETTY ANN ROWE DE CATSAMBANIS
VICERRECTORA DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
DR. CARLOS BRANDARIZ ZÚÑIGA
VICERRECTOR ADMINISTRATIVO
MGTR. ELDIS BARNES
VICERRECTOR DE ASUNTOS ESTUDIANTILES
MGTRA. MARÍA DEL C. TERREINTES DE BENAVIDES
VICERRECTORA DE EXTENSIÓN
DR. MIGUEL ÁNGEL CANDANEDO
SECRETARIO GENERAL
MGTR. LUIS POSSO
DIRECTOR GENERAL
CENTROS REGIONALES UNIVERSITARIOS
MAESTRO NÉSTOR J. CASTILLO RESTREPO
DIRECTOR DE CULTURA
2
Lineamientos para una Política Cultural de la
Universidad de Panamá
1. Aspectos Generales
Una
política
pública
es
el
resultado de
la
conjugación de principios, expectativas, necesidades y
modelo de funcionamiento a los que corresponde la
gestión administrativa y, por lo tanto, constituye el marco
de referencia necesario al cual deben estar dirigidas todas
las acciones institucionales, tanto en término de objetivos
a desarrollar, como de metas a alcanzar. En un sentido
más amplio, pero igualmente más operativo puede ser
definida como “…pautas generales de decisiones o
acciones
de
las
autoridades
(gubernamentales
o
institucionales) que están ligadas por una meta común
general, a la cual todos ellas (decisiones o acciones)
están dirigidos.
Esas decisiones se implementan por
organismos específicos de la administración y sus
impactos afectan a todos los miembros de la colectividad
no sólo en el presente, sino también en el futuro.”1
Dentro de ese concepto genérico una Política
Institucional está llamada a delinear las estrategias a
seguir, planes operativos, los objetivos de desarrollo, las
1
Seminario de Alto Nivel sobre Políticas Públicas, Ministerio de
Planificación, 22-26 de febrero de 1988, Panamá.
3
metas programáticas y las tareas a realizar por cada
una de las unidades administrativas responsables de la
gestión administrativa, al igual que debe servir como
patrón presupuestario al cual deben estar referidos los
recursos.
Se constituye de esta manera en el núcleo
primario de la planificación y debe ser la referencia
necesaria para cualquiera acción de planeamiento global
o sectorial.
Por las condiciones especiales que demanda la
definición de una Política Institucional, la tarea de
diagnóstico
y
considerando
de
todos
proyección
los
debe
agentes
ser
realizada
involucrados,
las
variables en el comportamiento de la sociedad a la cual
está dirigida y, en especial, los recursos disponibles para
la consecución de los objetivos, de manera que la gestión
emprendida no constituya un agravante adicional al
problema que se aspira a solucionar. La definición de la
política estará caracterizada por la flexibilidad y la
comunicación permanente que contribuya a retroalimentar
el proceso de formulación con miras a obtener el mejor
perfil posible.
En
el
caso
específico
de
las
Políticas
Institucionales éstas deben estar insertas y mantener
4
estrecha
correspondencia
con
las
Políticas
Gubernamentales diseñadas para el sector y con los
grandes objetivos nacionales de desarrollo. Por el natural
ordenamiento piramidal en las tomas de decisiones, la
gestión institucional debe su eficacia al grado de
compatibilidad con la gestión gubernamental y, por lo
tanto, una y otra mantienen un equilibrado grado de
relaciones en búsqueda de los fines trazados a corto,
mediano y largo plazo.
2. La Política Cultural del Estado Panameño.
Situación y alternativas.
Uno de los problemas que históricamente ha
afrontado el Estado panameño, desde sus orígenes, ha
sido una clara definición gubernamental de lo que aspira
en términos de cultura nacional y como lograr la cohesión
de esa cultura mediante un modelo programático a largo
alcance.
Mientras
que
encomiables
esfuerzos
se
desplegaron a favor de la educación desde los mismos
inicios de la república, con la creación de escuelas
secundarias de significativa importancia (el Instituto
Nacional 1909, el Artes y Oficios 1912, la Escuela Normal
de
Institutoras
1918)
llamados
a
satisfacer
las
necesidades educativas de grandes sectores de la
5
población, la creación del Conservatorio Nacional en 1909
y la Escuela de Bellas Artes en 1913 apenas cubrieron las
expectativas de un sector muy restringido y, en términos
generales, favorecidos económicamente. Sin descontar la
indiferencia casi total de las manifestaciones del arte y la
cultura popular.
Una copiosa legislación dispersa e imperfecta ha
tratado de suplir las carencias de un cuerpo orgánico en la
administración cultural. Legislaciones que van desde la
creación de museos en 1904, la creación de los Archivo
Nacionales en 1916, sobre la protección del patrimonio
histórico en 1941, la promoción de los artistas nacionales
en 1956;
hasta esfuerzos más amplios y con mayor
sentido de sistematización como la Ley Orgánica de
Educación de 1946 que le concede la administración y la
promoción cultural al Ministerio de Educación.
En el año 1973 se crea el Instituto Nacional de
Cultura como resultante de la decisión del Instituto
Nacional de Cultura y Deportes (INCUDE) y se le asignan
las funciones de difusor, promotor, administrador y
agente de gestión de la cultura nacional, mediante una
serie de leyes que van desde la Ley 63 de 1973 que crea
6
la institución, hasta la ley 14 de 1982 que administra el
patrimonio histórico.
La creación de la Universidad de Panamá en 1935,
a pesar de tener como prioridad inicial la preparación de
los
profesionales
progresivamente
que
las
necesitaba
expectativas
el
por
país,
amplió
los
temas
vinculados a la cultura nacional y a la personalidad
histórica del Estado (Estado Nacional) convirtiéndose en
punta de lanza de las acciones políticas masivas
orientadas a la plena recuperación de la soberanía sobre
la Zona del Canal y defensora de los valores tradicionales
de nuestro haber cultural. Preocupación que culminó con
la creación con la Dirección de Extensión Cultural en 1984
y con la reciente creación de la Vicerrectoría de Extensión
en 1995.
No obstante los esfuerzos de institucionalización de
la gestión cultural y de la abundante legislación al
respecto, no se hicieron mayores esfuerzos por definir
una Política Cultural que canalizar las acciones dispersas
de los diferentes agentes gubernamentales y privados en
pro de una cultura nacional con rasgos claramente
discernibles.
En el año 1983 el Instituto Nacional de
Cultura convocó al Primer Encuentro Nacional de
7
Política Cultural que se celebró durante los días 12 al 15
de diciembre de ese año y en el cual se aportó un gran
número de ponencias y recomendaciones en distintas
esferas de la actividad cultural recogidas en una bien
editada memoria, pero que lamentablemente no condujo a
la promulgación de la esperada Política Cultural del país.
Un segundo esfuerzo llevado a cabo los días 22, 23
y 24 de octubre del presente año se llevó a cabo el
Segundo Encuentro Nacional de Política Cultural,
teniendo como gestores al Instituto Nacional de Cultura, la
Universidad de Panamá y el Ministerio de Educación,
sumando luego la participación del Instituto Panameño de
Turismo, el Ministerio de Relaciones Exteriores, el
Ministerio de Asuntos del Canal, el Ministerio de Salud y
un número plural de organizaciones cívicas y privadas.
Los documentos a discutir, las recomendaciones y
propuestas están en proceso de revisión para presentar
un
documento
final
al
Órgano
Ejecutivo
para
la
promulgación de una legislación marco que sustente la
política.
No obstante, la preocupación permanente de un
sector de la población por el desarrollo cultural del país, la
imperativa obligación de que la cultura constituya un
8
aspecto medular del pensum educativo y la convicción de
que somos una nación con perfiles bien definidos y
propósitos claros, han logrado que una fuerte corriente a
favor de las tradiciones culturales, del patrimonio cultural
y de las expresiones folklóricas haya arraigado casi de
manera espontánea en nuestros conciudadanos. No
podemos decir lo mismo de las Bellas Artes y las letras,
que parecen sufrir un progresivo desmejoramiento y una
perceptible pérdida de vigor como forma de expresión de
la creación humana. La necesidad de establecer una
política cultural, con un plan orgánico capaz de enfrentar
los embates que los modelos culturales importados
producen entre los jóvenes, sin duda el sector más
sensible de nuestra población, es una prioridad que debe
ser
considerada
como
parte
integral
de
la
vida
universitaria en todos sus aspectos, en particular en la
encrucijada que nos impone el fin de siglo, la cual nos
aboca al reto más importante de nuestra vida republicana.
3. Componentes fundamentales para una Política
Cultural de la Universidad de Panamá.
El concepto más genérico de Cultura que considera
como tal “toda actividad humana, individual o colectiva,
material o espiritual, encaminada a la transformación y
apropiación del mundo” involucra una serie de actividades
9
que van desde la creación y disfrute del bien artístico
hasta las experiencias cotidianas de convivencia como la
familia, el trabajo, la política, la convivencia social, sin
dejar
de
considerar
aspectos
como
la
salud,
la
alimentación, la vivienda, la educación, la religión, el
derecho y el medio ambiente. Una visión tan amplia y
compleja de la actividad cultural, como acción envolvente
generada por el propio hombre de manera autónoma
como experiencia social, implica una cobertura capaz de
atender las múltiples aristas que un fenómeno que tiende
a sufrir innovaciones, fusiones y cambios de manera
continua como consecuencia de las propias fuerzas que lo
generan.
De allí que la formulación de una Política Cultural
para la Universidad de Panamá impone límites reales a su
capacidad de gestión, en la medida que ésta debe
guardar correspondencia con los fines y objetivos de la
Institución y, al mismo tiempo, debe contribuir a la
proyección institucional como parte de la misión histórica
que le corresponde desempeñar.
obligan
a
una
formulación
Fuerzas tensoras que
capaz
de
asumir
los
compromisos internos y externos dentro del marco de
posibilidades que impone su función académica
investigación.
10
y de
Lo que se debe pretender es, sobre todo una
definición realista de Política Cultura que mantenga
correspondencia con sus recursos humanos y materiales,
pero que al mismo tiempo acceda a la comunidad
nacional como forma efectiva de participación en la vida
del país. Dentro de este contexto es necesario establecer
las prioridades que deben contribuir a la formulación de
las premisas generales de la institución.
3.1.
Identidad Cultural Nacional.
El tema de la identidad cultural está estrechamente
vinculado a la identidad nacional, pues la cultura nacional
recoge las expresiones múltiples de la diversidad étnica
que compone la nación, las mantiene con sus propias
particularidades y al mismo tiempo las proyecta como
formas vivas del ser de la nación. Esa diversidad es la
dinámica
propia
que
le
confiere
el
equilibrio
y
homogeneidad a la identidad nacional, la promueve y al
mismo tiempo la cohesiona. Por nuestra particular
situación histórico-política, es prioritaria la salvaguarda de
la cultura nacional por su importancia capital en la
fundamentación de la identidad como nación; esto nos
obliga a promover, difundir y fortalecer la cultura nacional
en sus múltiples manifestaciones y en sus diferentes
11
procedencias para afrontar la amenaza que implican los
modelos foráneos de penetración que socavan nuestra
identidad.
3.2.
Patrimonio Cultural y Natural.
La protección del patrimonio cultural y del entorno
natural es una de las premisas básicas en la formulación
de una política que oriente la acción cultural en la
Universidad
de
Panamá.
En
primer
lugar
por
el
compromiso de la institución de formar profesionales que
contribuyan a exaltar nuestro pasado histórico, como la
responsabilidad inherente de proteger los vestigios de las
culturas que nos precedieron y que contribuyeron a la
formación
de
la
entidad
nacional.
Al
compromiso
académico se suma de esta manera el compromiso social
que conlleva a establecer un esfuerzo común con las
instituciones responsables de la protección, difusión y
administración de patrimonio histórico cultural para que
este pueda ser disfrutado por las generaciones venideras.
De igual forma es imperativa la protección del
patrimonio natural, tanto en el plano de la protección de
los recursos ecológicos como de la defensa del ambiente
ante los graves problemas de contaminación ambiental.
Dentro de esta concepción debe hacerse énfasis en que
12
no sólo es un problema de carácter científico-tecnológico
que compete a las unidades especializadas, sino que es
un problema cultural que requiere nuevas modalidades
para enfrentar el acelerado deterioro del entorno y el
desarrollo de una cultura del medio ambiente que
nuestro país no se ha empeñado en desarrollar a plena
capacidad.
3.3.
Expresiones artísticas.
Uno de los componentes principales de una política
cultural es la creación, promoción y difusión de las
expresiones artísticas como forma de brindar acceso al
bien cultural producto de la vida espiritual.
contexto
las
expresiones
artísticas
en
En ese
todas
sus
modalidades -música, danza, pintura, literatura, teatro,
cine y cualquier otra modalidad plástica o dinámicadeben ser objeto de un tratamiento especial que permita
el acceso a los valores universales y nacionales de la
creación.
Las manifestaciones artísticas autóctonas, producto
de la multiplicidad de elementos étnicos que conforman la
sociedad panameña, constituyen expresiones culturales
de singular valor para el conocimiento de nuestras raíces,
nuestra identidad y nuestro proyecto como entidad política
13
con fines bien definidos. Las manifestaciones folklóricas,
etnográficas y lingüísticas de nuestras colectividades
constituyen un elemento esencial para la conformación de
una política cultural desarrollada a nivel de una institución
de enseñanza superior.
En particular por el carácter ecuménico de la
educación superior, la promoción de los valores culturales
universales es de carácter obligatorio considerando el
carácter formativo de los mismos y la necesaria
cosmovisión que debe tener el hombre contemporáneo,
en particular el profesional universitario, de las formas
culturales y valores que surgen como producto de otras
sociedades y de otros períodos históricos.
3.4. Convivencia social y cultura de paz.
Las formas de convivencia social, la práctica de la
solución pacífica de las controversias, la disposición al
diálogo racional y comedido, el respeto a las creencias
políticas, religiosas y culturales y la vocación a la vida
democrática como garantía de la paz, son componentes
prioritarios en la formación del universitario panameño y
una enseñanza y práctica que debe ser extendida por
parte de la Universidad a todos los segmentos de la
sociedad panameña.
14
La enseñanza de estos valores y la práctica de los
mismos debe ser parte sustancial no sólo de la actividad
cultural desplegada por la Universidad, sino un contenido
necesario dentro de la enseñanza en el nivel superior. La
cultura
de
paz,
preocupación
de
organismos
internacionales y de la propia comunidad nacional es
imperativa en un mundo en donde las formas activas y
pasivas de la violencia amenazan por adquirir carta de
uso común. Esa cultura de paz, fundamento de todas las
otras
formas
de
comportamiento
enunciados
con
anterioridad, debe ser el compromiso principal de la
política cultural de la Universidad de Panamá y debe, por
lo tanto, ser el mensaje insito en todos los proyectos y
programas culturales de nuestra Casa de Estudios.
3.5.
Valores cívicos y sociales.
La Universidad de Panamá debe propiciar la
educación cívica con miras a fortalecer los valores
morales y culturales, en el estudiantado universitario.
3.6 Salud pública y prevención del uso de drogas.
Mediante
programas
tanto
en
las
escuelas
primarias como secundarias que divulguen las actividades
culturales que conlleven a la prevención del uso ilícito de
drogas y asegurar un mejor futuro para la sociedad
panameña.
15
3.7. Difusión del avance científico y tecnológico.
La Universidad de Panamá debe incluir dentro de
su programa de enseñanza y aprendizaje para todas las
carreras la asignatura de informática de manera que el
estudiante al graduarse esté en capacidad de competir
tecnológicamente
en
la
disciplina
adquirida,
y
su
aplicación en las diferentes especialidades.
3.8. Promoción de la investigación científica y
cultural.
El profesor debe orientar al estudiante mediante la
asignación de trabajos investigativos que sirvan de
práctica de manera que al graduarse pueda ser un factor
multiplicador en cuanto a la investigación científica
y
cultural.
3.9. Promoción y difusión de la creación literaria.
Otra forma promoción y difusión de la creación
literaria, puede ser la realización de una feria de libros al
año a nivel nacional, y así atraer a la comunidad general
hacia la consecución y lectura de libros de autores
panameños, estableciéndose vínculos permanentes con
el Ministerio de Educación para lograr la divulgación de
las actividades literarias y otras instituciones tales como
editoriales y afines, nacionales e internacionales.
16
4.
Lineamientos para una Política Cultural.
En consideración a las premisas de trabajo
expuestas con anterioridad como fundamentación para
una Política Cultural de la Universidad de Panamá, se
deducen lineamientos de política que pueden ser
expresados
de
manera
orgánica
con
miras
al
establecimiento de un Plan de Acción y una Tabla de
Actividades que deberá ser resultado de las propuestas y
opciones que ofrezcan las unidades administrativas
responsables de su ejecución.
De acuerdo a las prioridades detectadas y a las
necesidades de la población universitaria y la comunidad
nacional, se pueden establecer pautas de política cultural
bien definidas con miras a las acciones que deben ser
tomadas a corto y a largo plazo. Como resultado de esa
ponderación
debemos
considerar
dos
componentes
principales en ese ordenamiento; el primero de ellos el
que concierne a los aspectos académicos y de recreación
propiamente dicho y, en segundo lugar, aquellos que
tienen un contenido político y social con miras a la
participación ciudadana. En atención a esa diferenciación
presentamos los lineamientos básicos para una política
cultural.
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4.1. Lineamientos de carácter académico
y de
recreación.
 La Universidad de Panamá, en coordinación con las
instituciones públicas y privadas responsables de la
administración, difusión, promoción y protección de
nuestro haber cultural pasado y presente, establecerá
los mecanismos para que su conocimiento, respeto y
valoración
contribuya
de
manera
efectiva
al
fortalecimiento de nuestra identidad nacional.
 Es misión de la Universidad fomentar el conocimiento
de las artes en sus diversas expresiones, ya sean
éstas producto de la
tradición cultural del país o
constituyan expresiones de la cultura universal, en
correspondencia con el espíritu de saber ecuménico
que es inherente a su función educativa.
 Corresponde a la Universidad la difusión y el acceso al
conocimiento científico y técnico, como contribución a
la sociedad panameña en su lucha por mejorar su
calidad de vida y elevar su participación en un mundo
en proceso de cambio. Con ese espíritu fomentará la
investigación científica y cultural y brindará las
facilidades para su realización y divulgación.
 Es misión de la Universidad fomentar la creación
literaria en su modalidad cultural y científica con miras
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a combatir el analfabetismo, y a lograr que el beneficio
de la lectura llegue con igualdad de oportunidades a
todos los panameños.
 Es misión de la Universidad brindar acceso y
participación del bien cultural a todos los panameños,
en correspondencia se hará responsable de volcar los
productos generados de su actividad académica,
creativa y de investigación a todos los sectores de la
comunidad nacional mediante programas de amplia
difusión y de participación colectiva, y brindar los
recursos económicos y logísticos para ejecutar dichas
actividades.
4.2.
Lineamientos de contenido político y social.
 La autoestima del panameño es uno de los valores
fundamentales que debe ser promovido y fortalecido
por
la
Universidad
como
paso
previo
a
un
compromiso de inserción de nuestra nación en los
procesos de cambio y globalización. Autoestima que
debe concierne a la ponderación de nuestra entidad
nacional como al carácter individual que debe ser
propio del hombre panameño, y que toca a su salud,
forma de vida y de convivencia social.
 La Universidad como conciencia crítica de la nación
debe promover y fortalecer aquellos valores que son
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propios de la vida institucional de la nación, de sus
tradiciones, costumbres y forma de vida democrática,
con énfasis en la convivencia pacífica, el respeto a la
libre expresión de las ideas y creencias, y la cultura
de paz.
 Es deber de la universidad fortalecer los principios de
soberanía
nacional,
integración
social
y
pleno
derecho de sus recursos soberanos en la nueva
encrucijada que ofrece la reversión del Canal.
 Es compromiso de la Universidad velar por la
conservación del medio ambiente y de los recursos
ecológicos, mediante programas que contribuyan a
formar una cultura del ambiente en la que participe la
comunidad nacional como un compromiso con las
nuevas generaciones.
 La calidad de vida, la salud pública y la lucha contra
las sustancias que afectan negativamente la vida de
los panameños es una de las misiones que la
universidad debe afrontar en el compromiso nacional
por lograr un hombre panameño capaz de asumir el
papel que le corresponde ante los retos de la nueva
centuria.
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