Tu código de honor Dan Roselle Los amigos juegan un papel importante en la vida de la mayoría de las personas. El deseo de tener amigos es muy natural, como también lo es sentirse triste si no se tienen amigos. En estos momentos hay mucha gente que disfruta teniendo gran número de amigos en Facebook. Seguramente conoces a jóvenes que se pasan horas comunicándose con sus amigos. Quizá tú mismo eres así. Tener amigos ha sido importante desde los albores del tiempo. ¿Sabías que en la Biblia se habla mucho de la amistad, comenzando en el Génesis? En Éxodo 33:11 dice que Dios hablaba con Moisés como quien habla con un compañero. Me pregunto cómo serían esas conversaciones. Me imagino que deben de haber sido muy interesantes. ¿Crees que hablaban de quién salía con quién, o de lo que ocurría en el vecindario? También está el caso de Abraham. Fue llamado amigo de Dios porque tenía una relación muy estrecha con Él. Seguramente te acuerdas del relato en que Abraham se preparaba para sacrificar sobre un altar a su hijo Isaac y Dios envió a un ángel para detenerlo1. Para que Abraham accediera a una petición tan difícil, debe de ser que tenía una amistad muy profunda con Dios, una relación de mucha confianza. Jesús consideró amigos a Sus discípulos debido a las cosas que les decía2. En otras palabras, el hecho de que fuera franco y abierto con ellos y les hablara de asuntos personales demostraba que estaban muy unidos, que eran amigos. En este artículo hablaremos de un solo aspecto de la amistad: TÚ. En gran medida, tu relación con tus amigos depende de TI. Tus palabras, tus actos, tus reacciones, la confianza que manifiestas, tu manera de escuchar, de divertirte, de comunicar tus sentimientos, todo eso tiene una enorme influencia en tu relación con tus amigos. Algo muy importante en la vida, que te ayudará y beneficiará en todas tus relaciones de amistad, es tener tu propio código de honor. Si quieres puedes ponerle otro nombre: tus valores, tus principios, lo que tú defiendes. No obstante, en este artículo lo llamaremos código de honor. Un código de honor suele ser una serie de principios que definen la conducta de una colectividad, como puede ser un ejército, un colegio o una empresa. Detalla el comportamiento que se espera de quienes integran tal comunidad u organización. Un ejemplo del Cuerpo de Marines de los EE.UU.: El carácter de un marine (es decir, lo que hace cuando nadie lo ve) viene definido por tres valores constantes: honor, valentía y compromiso. La conducta ética y moral de todo marine debe cumplir las mayores exigencias. Todo marine debe abrazar un código inviolable de integridad personal, responsabilizarse de sus actos y responsabilizar a los demás de los suyos. ¿Observaste que dice que un marine debe tener un código personal de integridad? De hecho, es importante que toda persona, sea marine o no, tenga integridad personal. La integridad se puede describir como honradez o seguimiento de los principios que uno tiene. Muchas universidades e instituciones de enseñanza, por no decir todas, tienen un código de honor al que deben adherirse los alumnos y profesores. Un colegio de Nueva York incluye los siguientes cuatro puntos en su código de honor: «Sé cuidadoso y considerado contigo mismo y con los demás. Sé veraz, honesto y justo en tu trato con los demás. Escucha a los demás y colabora con ellos. Esmérate en todo lo que emprendas»3. A menudo los alumnos tienen que firmar un documento o hacer un juramento en el que declaran que no harán o no hicieron trampa en los exámenes y en sus estudios. 1 Génesis 22:1-14 Juan 15:15 3 Brockport Central School District 2 En internet hay muchos foros o sitios con secciones de opinión que tienen un código de conducta para los participantes. Un sitio dice: «Ante todo, respeta a los demás y abstente de efectuar ataques personales». He leído que hasta las pandillas y las organizaciones terroristas tienen algo así como un código de honor, y los que lo incumplen se arriesgan a ser ejecutados o por lo menos a sufrir crueles castigos. La mayoría de las iglesias y organizaciones religiosas tienen un código de honor o de conducta basado en la Biblia o en sus propios textos y tradiciones. A veces está por escrito; otras veces es un código tácito. Los códigos de honor, pues, son bastante comunes. Al hablar de código de honor en este artículo, nos referimos al código por el que te riges tú, no al de un grupo, una colectividad, una organización o un colegio al que pertenezcas. Para ser más concretos, tiene que convertirse en parte de tu forma de ser. Puede que ya te hayas fijado algunas reglas elementales de comportamiento, pero a medida que crezcas y madures, tanto física como espiritualmente, es indudable que irás ampliando ese código personal. Georgia Feiste, escritora y orientadora, dice: Tu código personal de honor refleja tus valores y tu escala de prioridades. El honor te infunde fortaleza y te enseña la importancia de cumplir tu palabra y vivir con integridad. Un código positivo de conducta contribuye a una fuerte autoestima y nos capacita para vivir con metas claras e inspiración creativa. Es el cimiento sobre el que edificamos una vida que nos guste. Siendo cristiano, es lógico que quieras tener un código personal de honor. Ese código te ayudará en el trato con tus amigos y en todo tipo de relaciones que tengas. Quizá ya te has dado cuenta de que no siempre es fácil tener amigos o mantener viva la amistad. Surgen dificultades, como la presión social negativa, las personas de carácter difícil, y los chismes que puedan decir de ti o que tú digas de otros, algo que es fatal para cualquier amistad. ¿Cómo reaccionas o reaccionarás en tales situaciones? Ahí es donde entra en juego tu código de honor. Tu código personal de honor son los principios por los que tú te riges. Ese código te define, define quién eres, tu forma de vivir, lo que haces y lo que nunca harías. La gente sabrá que puede confiar en ti porque cumples tu palabra, porque esperas mucho de ti, porque tienes un código moral por el que te riges. Tu código también se basa en tu respeto por ti mismo y por los demás. Lo que hagas o dejes de hacer se fundamenta en esos dos aspectos tan importantes de la vida. Si no observas tu propio código, lo que haces es faltarte el respeto a ti mismo o a los demás. Si haces algo que va en contra de tu código, este pierde su valor, su valía. Claro está que nadie es perfecto. Todos metemos la pata, tenemos descuidos y no cumplimos a veces con algo que consideramos importante. Es inevitable. Lo esencial es que te des cuenta, e incluso que ello te motive a repasar tu código de valores y comprometerte a hacerlo mejor la siguiente vez. ¿Cuál puede ser tu punto de partida? ¿Cómo puedes elaborar tu propio código? El Nuevo Testamento ofrece muchos consejos para llevar una vida íntegra. Jesús nos dio muchas pautas al respecto. Aquí tienes el código de honor de cierta persona, que viene a ser un resumen de algunos principios bíblicos. Quizá te venga bien redactar algo así para ti. Seré siempre honesto; no mentiré, engañaré ni robaré. Seré limpio de cuerpo, mente, palabra, pensamiento y hecho. Protegeré, defenderé, apoyaré y serviré a mi familia y mis amigos. Seré compasivo con los necesitados y ofreceré mi ayuda cuando pueda. Seré hospitalario con el extraño y lo trataré de forma justa. No pagaré la deshonra con deshonra. No toleraré afrentas. Cuando me equivoque, lo reconoceré rápidamente y procuraré remediar mi error. Cumpliré todo compromiso que haya asumido. Me esforzaré por destacarme de manera honorable en todo lo que haga. Defenderé el honor ante quienes me rodean, y jamás tendré temor de hablar abiertamente de temas honrosos. Me responsabilizaré plenamente de las consecuencias de mis actos. Quizá te convenga repasar esta sección de este artículo para ver si quieres incorporar algunos de esos valores a tu código personal de honor. Probablemente querrás adaptar algunos de esos principios, o redactar algo completamente distinto. Eso es lo bueno de tener tu propio código: es algo personal tuyo. Te representa a TI. Te recomiendo que te tomes un tiempo para reflexionar sobre ti mismo y sobre lo que crees. Pon por escrito tus pensamientos. ¿Qué es importante para ti? ¿Cuáles quieres que sean los valores rectores de tu vida? ¿Cómo te gustaría que te definieran los demás? Tu código debería reflejar claramente tus valores personales. Una vez que hayas elaborado tu código de honor, tendrás que aprender a ceñirte a él, aunque te cueste. Ahí es donde entra en juego la integridad. En mi próximo artículo estudiaremos más a fondo esa cualidad, para que descubras la forma de cultivarla, sobre todo en tu relación con tus amigos. Música: sindustry(CC). © La Familia Internacional, 2011 Etiquetas: amistad, integridad