Biografía S an Agustín, nació en Tagaste, en África del Norte, en... Hijo de una madre cristiana, Santa Mónica, y de un...

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Biografía
S
an Agustín, nació en Tagaste, en África del Norte, en el 354. Muere en Hipona, el año 430.
Hijo de una madre cristiana, Santa Mónica, y de un pagano, el decurión Patricio, recibió una instrucción
literaria y filosófica. Enseñó gramática y retórica en Cartago, en Roma y en Milán. Se adhirió primeramente al
maniqueísmo, luego sufrió una pasajera crisis escéptica y, por último, se sintió atraído por las doctrinas
platónicas y neoplatónicas. En Milán, por influencia de su madre, la predicación de San Ambrosio y la lectura
del Nuevo Testamento se convirtió al cristianismo. Recibió el bautismo de manos de San Ambrosio. Tras la
muerte de su madre volvió a África y en 391, fue ordenado sacerdote en Hipona, y de ahí mismo, 4 años más
tarde, fue ordenado obispo. Finalmente muere en Hipona, en las manos de los vándalos.
Escribió más de quinientas obras, entre las que destacan: Las confesiones, en trece libros, autobiografía en la
que, a través del examen de las propias culpas y de la propia conversión, se propone exaltar la fuerza de las
gracias divina; De vera religione; De magistro; De linatura et gratia contra Pelagium; De gratia et libero
arbitrio; De praedestinatione sanctorum. Entre 413 y 426, presintiendo la caída del imperio romano, compuso
la obra De civitate Dei, en la que traza una teología cristiana de la historia a través de la contraposición de la
ciudad terrena y de la ciudad de Dios.
Teoría de la Iluminación
San Agustín nos demuestra mediante esta teoría la existencia de Dios, como ser supremo y eterno.
El alma y Dios para San Agustín, son los dos polos fundamentales entre los que se mueve el pensamiento.
Frente a ambas íntimas y cordiales realidades, poco cuenta para San Agustín lo demás; el mundo exterior le
sirve sólo para descubrir en él los rastros de Dios.
De Dios no podemos alcanzar un concepto positivo porque, como dice Plotino, está por encima de cuanto
pudiéramos pensar de Él. Únicamente es adecuada la concepción de Dios como aquel ser cuya esencia es su
misma existencia, cuyo ser es existir.
Según San Agustín el alma del hombre es una sustancia activa y fue creada para el cuerpo del hombre, y ahí
está apresada. Dice San Agustín: Fuimos creados para Ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que
descanse en Ti.
La frase empleada por San Agustín, para el existir de Dios, es ¿Existe algo que sea superior a la razón? De
existir algo, cuestiona ¿podría ser identificado con Dios? Si mediante la razón hallásemos algo superior que
esta misma, y ese algo no tiene nada superior a sí mismo, sin duda entonces ese algo tiene que ser Dios.
Para San Agustín, el alma fue creada para el cuerpo, y antes no existía. En cuanto a eso no concuerda con
Platón, pues según Platón el alma habría vivido antes, y entonces ahí habría conocido todas las ideas. Según
San Agustín, el alma no conocería las ideas desde una vida anterior, sino que es Dios quien las alumbra en
nuestro espíritu, dándonos así una visión superior, divina., de todo cuanto nos rodea y se ofrece a nuestros
sentidos. El entendimiento nos aparece así como un algo divino, y la contemplación intelectual como la obra
del Dios iluminada con su venida a todos los hombres.
Puedo entonces concluir que la teoría de la Iluminación del célebre San Agustín, sería algo así como que el
alma fue creada por Dios, y habita encarcelada en nuestro cuerpo para lo cual fue creada, y ahí espera llegar a
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Dios. Es Dios quien la ilumina y le permite ver las ideas, dándole la facultad para encontrarlas por si misma,
pues no pueden ser entregadas por un ser externo, sino que necesitan ser obtenidas por el alma, y tampoco
pueden ser obtenidas por los sentidos. Por lo tanto Dios nos ilumina el alma para comprender cuanto nos
rodea, para así darle gloria.
BIBLIOGRAFÍA.
• Enciclopedia Monitor
• Historia sencilla de la Filosofía (Rafael Gambra)
• Breve Historia de la Filosofía (Humberto Giannini)
• Internet
• Historia sencilla de la filosofía medieval.
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