El deber cuidado frente al derecho a morir Mary Susan Carrasco Navarrete* RESUMEN Esta investigación tuvo dos objetivos: describir y analizar los dilemas éticos que enfrenta la enfermera en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Se aplicó una metodología cualitativo-descriptiva y se empleó como instrumento una entrevista semiestructurada a una muestra de nueve enfermeras de UCI de un hospital de Chiclayo (Perú). Los datos recolectados fueron procesados por análisis de contenido temático, basado en los principios éticos de Sgreccia. Se llegó al siguiente resultado: el cuidado brindado por las enfermeras de UCI gira en torno a la dignidad de la persona que debe ser respetada y protegida en todas sus fases del ciclo vital. Palabras clave: dilemas éticos, cuidar, cuidado, enfermera, cuidados intensivos. ABSTRACT The objectives of this research were to describe and analyze ethical dilemmas faced by the nurse in the Intensive Care Unit (ICU). We applied a qualitative methodology and descriptive and used as a semistructured instrument to a sample of nine nurses from the ICU of a hospital in Lima (Peru). The collected data were processed by thematic content analysis, based on ethical principles Sgreccia. It was the following result: the care provided by ICU nurses focuses on the dignity of the person to be respected and protected at all stages of the lifecycle. Keywords: ethical dilemmas, caring, care, nurse, intensive care INTRODUCCIÓN El avance de la ciencia y la tecnología en el campo de la Medicina está facilitando un frecuente perfeccionamiento de los cuidados enfermeros y sitúa a los profesionales ante dilemas éticos cuya solución podría afectar la dignidad humana de los sujetos, en especial, cuando el paciente en estado crítico se encuentra en una etapa final de su existencia. En esta etapa, se produce una confrontación entre el deber cuidado del profesional de enfermería y el derecho a morir que clama el paciente o la familia. En tales circunstancias, las decisiones adoptadas por el profesional enfermero exigen calidad profesional fundamentada en la razón ética, que valore la dignidad de las personas. Pues a medida que progresa la ciencia y la tecnología, aumenta su campo de acción. Por tanto, exige una formación profesional y un conocimiento del hombre acorde con su naturaleza espiritual y trascendente. Pastor asegura que la dignidad del hombre no está en ese 1 avance, sino en el hombre mismo. Como se argumenta en la investigación cualitativa, 2 realizada por Amaro en el año 2004, “Toma de decisiones éticas aplicada a la especialidad de Enfermería”. En este trabajo de investigación, se señala que no basta tomar en cuenta la dimensión técnica para evaluar la calidad de la atención de enfermería, sino que es imprescindible acompañar este análisis de una valoración de la conducta moral de los profesionales de la salud. * Maestría en Ciencias de la Enfermería, Máster en Bioética. E-mail [email protected] . APUNTES DE BIOÉTICA / JULIO 2011 En este sentido, la enfermera que trabaja en las unidades de cuidados intensivos requiere de una formación científica y humanística constante, pues la aparición de nuevas técnicas que fortalecen y prolongan la calidad de vida traen consigo situaciones conflictivas como las encontradas en la investigación realizada por Roser Valls Molins (2006)3. En este trabajo de investigación, se identifican los dilemas más frecuentes en los profesionales de Enfermería. Se destacan, según prioridad, los siguientes: "Derecho a morir con dignidad"(28.15%), "Derecho a la información de los pacientes"(13.59%), "Calidad de los servicios o f r e c i d o s " ( 13 . 5 9 % ) , " E x p e r i m e n t a c i ó n humana"(8.73%), seguida de "Calidad de Vida"(6.79%), "Atención a pacientes difíciles o con VIH positivo"(5.82%), "Responsabilidad"(5.82%) y "Atención a los pacientes con dolor"(4.85%). Estos indicadores podrían verse reflejados en las frases que la investigadora pudo escuchar: “…está en muerte cerebral. Hay que administrarle la terapia mínima”…Si fallece, me avisan para constatar el fallecimiento…. “Bueno, ya tiene 92 años, ya vivió”, “Se le debe dejar morir tranquilo”… Se evidencia, pues, algunas veces, que frente a esta situación los puntos de vista se contraponen con los de la familia, pues ellos insisten y refieren: “Haga todo lo posible por recuperar a mi padre”. Cabe mencionar que la enfermera, muchas veces, puede identificar cuando un paciente, según la evolución de su enfermedad, ya no se va a recuperar, y considera que el tiempo dedicado a él podría estar restando el cuidado a otro paciente con mayores posibilidades de sobrevivencia. Esto podría conducirla a cuestionarse: ¿pero si va a morir…, le daré cuidados mínimos o tendré que cumplir con todas las indicaciones médicas? Otras veces, se han escuchado frases como: ¡Pero si está en muerte cerebral!, ¿por qué lo han instalado al ventilador? “Estamos ventilando un cadáver”. En otras oportunidades, frente a la gravedad del paciente, el médico ordenaba lo siguiente: “Ciérrale la dopamina; ya no hay nada que hacer”… Pero, según la valoración de la enfermera, se suscitaba una contradicción y expresaba: “Parece que se está recuperando; su Glasgow ha subido a 5,….Intenta parpadear cuando se le aspira”. Ante estas situaciones, cabría preguntarse: ¿Quién retira el ventilador a una persona en muerte cerebral que no es donante de órganos? ¿Será correcto retirarlo? ¿Qué tan ético es seguir cuidando a este paciente en muerte cerebral? ¿Será importante conocer los dilemas éticos en el cuidar / cuidado de las enfermeras que laboran en la Unidad de Cuidados Intensivos? Ante dicha realidad problemática, se planteó la siguiente pregunta de investigación: ¿Qué dilemas éticos en el cuidar / cuidado enfrenta la enfermera que labora en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)? Se consideraron estos dilemas como objeto de estudio y se establecieron los siguientes objetivos: describir y analizar los dilemas éticos y la actitud en el cuidar / cuidado de la enfermera en la Unidad de Cuidados Intensivos. 41 El deber cuidado frente al derecho a morir / Mary Susan Carrasco Navarrete METODOLOGÍA La investigación se abordó desde la perspectiva cualitativo–descr iptiva. Se descr ibieron, clasificaron, interpretaron y analizaron los acontecimientos, hechos y fenómenos relacionados con dilemas éticos que las enfermeras enfrentan durante el cuidar/cuidado en la UCI de un Hospital de Chiclayo. Para ello, se aplicó, previo consentimiento informado, la entrevista semiestructurada. Los datos fueron procesados por Análisis temático, basado en Lupicinio y se procesó en tres etapas: preanálisis, codificación y categorización. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN para vivir y morir como auténticas personas. La dignidad de la persona humana lleva a considerar al otro como un ser digno del máximo respeto y cuidado.4 Por tanto, todos tienen derecho a morir con dignidad. Esto no significa que las personas se procuren la muerte cuando se sientan seres inservibles o como una sobrecarga para los demás. Pues, cuando se habla de derecho a morir, se refiere a la forma en la que se ha de morir, rodeado de seres queridos, en un ambiente familiar, con la tranquilidad de estar esperando la muerte como parte de nuestra finitud humana. Sin embargo, hoy en día, el término derecho a morir se ha tergiversado y ha ocasionando opiniones contradictorias en nuestra sociedad y, en especial, en los integrantes del equipo de Salud. 5 Las enfermeras que laboran en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) enfrentan el dilema ético entre el deber-cuidado frente al derechomorir. Frente a este dilema, muchas veces adoptan medidas de cuidado vital, acompañando la muerte digna de la persona. Pues el actuar del profesional de enfermería gira en torno a la dignidad no solo en la vida, la muerte o la existencia, sino que va mucho más allá de las propias consideraciones y de la apariencia, ya que esta viene implícita en la condición de ser humano: ¿Quién le da la dignidad de persona y, por tanto, de todo su quehacer como ser humano? ¿De dónde procede y a dónde va? ¿A quién pertenece su vida? Ciertamente, la respuesta a estas preguntas, condiciona el actuar en todos los ámbitos, incluyendo lo profesional, determinada por la legislación y el trato interpersonal, de tal forma que al ser humano enfermo ya no se lo cuide por lo que tiene, sino por lo que es, como persona. La dignidad del ser humano es un valor radical. Por eso, se le debe brindar un cuidado integral y digno 42 Vico argumenta que la asistencia a bien morir se basa en el derecho a morir con dignidad, y lleva consigo el acompañamiento a los moribundos por medio de una presencia atenta y afectuosa, además de la mitigación de los dolores que, si bien disminuyen la conciencia del paciente, permiten que viva con paz sus últimos momentos. Por el contario, hay quienes creen que el derecho a morir se relaciona a una muerte libremente elegida por el paciente o familiares, secundada por quienes lo cuidan. A este tipo de muerte, Thomas y Garrido 6 denominan eutanasia. Esta supone la conformidad con las peticiones libres y reiteradas de una persona que ve acortada su existencia por circunstancias físicas o mentales. De esta manera, todos los problemas éticos planteados a diario en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), como las decisiones concernientes al inicio o retiro de medios de soporte vital, son en ciertos casos las más dramáticas y difíciles de APUNTES DE BIOÉTICA / JULIO 2011 justificar. Las técnicas, aunque resulten altamente invasivas y supongan serios riesgos para el paciente por su misma implementación, son validadas por la práctica clínica bajo estándares establecidos ante determinadas situaciones biológicas, como técnicas de mayor beneficio que riesgo. El problema se presenta cuando la situación del paciente no permite efectuar este balance, lo cual no es infrecuente en una UCI, donde las características del paciente crítico son la complejidad de sus 7 afecciones y la inestabilidad de su estado . Y esto también se ve reflejado en el cuidado brindado por la enfermera que las conduce a expresar: El retiro de algunas terapias, la limitación de los esfuerzos terapéuticos: ¿cuándo hacerlo?,¿en qué momento debemos o no hacer el retiro del ventilador mecánico a un paciente irrecuperable?..., y este se necesita para otro paciente con posibilidades de recuperación. Allí entonces entras en un dilema ético,….Es un problema que yo sola no puedo resolver, una decisión que tengo que tomar, pero que estoy en duda y necesito confrontarlo con otra persona o un grupo de personas para que me ayuden a decidir lo que debo hacer... (rosa 3) En el discurso, podemos evidenciar cómo las enfermeras intensivistas se cuestionan si deberían o no proceder al retiro de esfuerzos terapéuticos, pues poseen el dominio y manejo de tecnologías. Ante estas situaciones, se sienten impedidas a realizar o ejecutar una decisión y solicitan ser ayudadas. Al 5 respecto, Vico manifiesta que los profesionales de la salud son cada día más hábiles en el manejo de los aparatos y en la utilización de técnicas complejas, pero a menudo se sienten desprovistos y desarmados de cara a la angustia y soledad de los pacientes críticos en fase terminal e incapaces de decidir lo que deberían realizar, puesto que no han sido preparados para ello. Sin embargo, frente al dilema de retirar o no el ventilador, los sujetos de estudio consideran la necesidad de favorecer el sentido humano y religioso del morir, tal como se evidencia en el siguiente discurso: ….retirar o mantenerlo a este paciente que evoluciona desfavorablemente y va llegando a muerte cerebral… ya no tiene probabilidades de vida... … y la indicación dice hay que retirarlo del ventilador: ya no hay nada que hacer. Bueno, el principio es de conservar la vida hasta que Dios decida lo contrario... (geranio -4) Las enfermeras, sabiendo la imposibilidad de recuperar a un paciente en muerte cerebral, reflexionan sobre su cuidado, pues son conscientes de su deber de conservar la vida hasta la muerte natural y anteponen una decisión divina como dueña de la vida hasta finalizarla. Son conscientes de que el estado crítico del paciente es irreversible y sería ilógico continuar sosteniendo la vida. Así lo 5 sustenta Vico cuando refiere que no existe obligación ética de prolongar la vida por el solo hecho de ser médicamente posible. No todo lo que 43 El deber cuidado frente al derecho a morir / Mary Susan Carrasco Navarrete es técnicamente posible es éticamente razonable. La técnica es una posibilidad humana que debe actualizarse en la medida que conduzca a la humanización del hombre. Por otro lado, al asumir el deber de conservar la vida hasta su muerte natural, las enfermeras ofrecen un cuidado humanizado, porque tienen en sus manos a la persona humana en estado muy crítico que requiere cuidado esmerado. Así, se expresa en el discurso: …cuando un paciente está en muerte cerebral, este paciente todavía es un ser humano y, por tanto, se le debe respetar hasta lo último como ser humano…se le debe brindar los cuidados cubriendo sus necesidades básicas….porque…Dios nos ha dado la vida para protegerla y pienso que el mismo debe quitarla y no las personas que estamos al cuidado de ese paciente…. (margarita 9) Estas expresiones evidencian el dilema interpelado por las enfermeras, frente a los pacientes con pronóstico irreversible, sometido a terapia de apoyo vital, donde se cuestionan, los cuidados y la tecnología utilizados, los cuales van dirigidos a incrementar la confortabilidad y el bienestar del paciente, como cambios posturales, cuidados de la piel, de la boca, entre otros. Estas apreciaciones de las enfermeras concuerdan con Waldow 8 cuando argumenta que toda acción es buena cuando la actitud de la enfermera tiene como objetivo lograr el bienestar del otro, su desarrollo y su plenitud de forma integral y, además, el profesional de Enfermería no se limita solo a una acción técnica, en el sentido de ejecutar un procedimiento, sino también es expresado de forma actitudinal, relacional, existencial. Pues el ser humano se confronta consigo mismo solo en relación con otro ser humano. Se destaca la consideración de la persona como un todo y 44 constituye un orden ético para la enfermería, de tal forma que se convierte en un valor profesional y personal, de central importancia que provee patrones normativos para gobernar las acciones y las actitudes en relación a los pacientes. Igualmente, es importante considerar que durante el proceso del cuidado es necesario contar con la disponibilidad de soporte vital, al alcance de cualquier paciente que ingrese en una UCI. Pero, a partir de un cierto momento o en determinadas situaciones, este tratamiento puede tener consecuencias desfavorables y altamente maleficentes tanto para el enfermo como para los familiares. Esto no es difícil de reconocer en aquellos pacientes en los que se ha logrado prolongar la vida, pero que se mantienen sin esperanza de recuperación en la UCI. Asimismo, si se ha logrado diagnosticar con razonable certeza la irreversibilidad del estado crítico de un paciente que ha evolucionado a una fase terminal, ya no existen, o no deberían existir, razones para dudar de la moralidad de la no aplicación de medidas de soporte vital. Es claro que la decisión está en el cómo se realiza la limitación terapéutica de modo que se respeten los bienes ontológicos de la persona humana de la cual emanan los principios morales 9 y, por tanto, el profesional de Enfermería deberá seguir brindando cuidados y acompañamiento al enfermo y a su familia hasta el final. Pero cuando estos conocimientos son insuficientes, puede darse el caso en que la enfermera entre en contradicción frente al tratamiento invasivo fútil y un cuidado hacia la muerte digna, tal como lo expresa el siguiente discurso: …desconectar al paciente…con muerte cerebral…del ventilador...que prácticamente está esperando la muerte…y nosotros nos encarnizamos. Pero la otra posibilidad de poder darle una muerte digna, no someterlo a más procedimientos APUNTES DE BIOÉTICA / JULIO 2011 invasivos, entubarlo, sobre agregarlo de drogas, hacerle un drenaje, colocar un catéter, o no invadirlo más, no maltratarlo , y que la familia en el momento de entrar no lo vean tan maltratado…(tulipan2) Una vez más vemos el dilema planteado por las enfermeras que laboran en la UCI; ellas son conscientes de la difícil recuperación del paciente y se cuestionan, frente a la indicación médica, el uso de tecnologías y procedimientos invasivos. Esto queda sustentado en lo manifestado por Bermejo10 .El progreso de la técnica diagnóstica y terapéutica de los últimos 20 años es notablemente beneficiosa, pues permite la prolongación de la vida, disminución del dolor, etc.; sin embargo, puede conllevar a graves inconvenientes y convertir al enfermo en una máquina corporal averiada, y al profesional de la salud, en un mecánico, y a aumentar de forma progresiva la separación entre ambos; solo se encuentran unidos por aparatos, tubos y demás instrumentos terapéuticos. A pesar de lo expresado por el autor, los sujetos de investigación son seres sensibles, pues en lo posible cuidan con responsabilidad ética a esos pacientes, se preocupan por ellos y sus familiares. Asumiendo esta preocupación como un deber moral y no únicamente como un sentimiento, Torralba 13 señala que cuando se tienen en cuenta estos aspectos en el cuidado, se evitaría caer en el dilema que se expresa a continuación: Cuando hay personas con signos de muerte cerebral y nos indican tratamiento limitado y bueno…nos da pena ver al paciente que está conectado al ventilador y con medicamentos…sabiendo que en una muerte cerebral, el paciente…no va a recuperarse…está en paro cardiorrespiratorio y, sin embargo, seguimos nosotras con el ventilador, los medicamentos, y sabemos que ya no cumple ninguna función. Es un dilema para nosotras el hecho de seguir administrando todos esos medicamentos y el procedimiento de mantenerlo con el ventilador mecánico y nos encontramos en una disyuntiva de retirarlo… (jazmin5). Las enfermeras expresan sensibilidad frente al sufrimiento de los pacientes hospitalizados en la UCI , lo cual les lleva a cuestionarse sobre los cuidados a las personas diagnosticadas en muerte cerebral. Ellas persisten en satisfacer necesidades básicas y piensan que es innecesaria la utilización de terapias desproporcionadas y fútiles. Además, son conscientes de que en estos pacientes ya no hay vida y, por lo tanto, ya no se les debe realizar procedimientos invasivos que atentan contra la dignidad de la persona. Pues, a pesar de que ya no son sujetos de derechos, no significa que no se les deba proporcionar una muerte digna. Sin embargo, estas reflexiones cambian cuando este paciente que está en muerte cerebral es un potencial donante de órganos, como se evidencia en el discurso: …cuando el paciente está con muerte cerebral,… ya no hay vida pero de todas maneras tienes que cuidarlo… ¿quién retira del ventilador? …Diferente es en el caso de los donadores de órganos. Tiene que mantenerlo, sobre todo, sus funciones vitales…que pueden beneficiar a otro ser humano, por eso, lo tenemos que cuidar... (gardenia 6) Este discurso muestra los cuidados a estos donantes cadavéricos en quienes sí se justifica la utilización de terapias que aseguren la funcionabilidad de los órganos en donación. Efectivamente, para que los sujetos de investigación logren tomar una decisión acertada frente a los dilemas antes mencionados, deberán contar con fundamentos científicos de sus acciones, integrar el saber biológico, junto al saber antropológico y filosófico, que describe la realidad 11 del hombre como ser humano . La falta de aplicación de medidas de soporte vital o la suspensión de ellas deben estar en concordancia 45 El deber cuidado frente al derecho a morir / Mary Susan Carrasco Navarrete a los procesos cuando un paciente entra en estado irreversible, para su aplicación en un orden gradual, de forma tal que no exista el “desenchufar” o el “desconectar” brusco de los pacientes de los medios de apoyo vital. Por ello, es importante que los sujetos de investigación conozcan el proceso de limitación de medios de apoyo vital. Dicho proceso suele empezar con la suspensión de relajantes, luego la interrupción de la infusión de drogas vaso activas, después cada 30 minutos se procederá al retiro de cada uno de los ítems indicados: patrón de inversión, inspiración/espiración en la ventilación mecánica, eliminación de la presión positiva, espiratoria final hasta llevar la fracción inspirada de oxígeno a 0.21, disminución de volúmenes respiratorios en un 50% y, en un paso ulterior, eventual retiro de la ventilación mecánica. Al aplicar estas secuencias, se produce el cese de las funciones y no habrá necesidad de retirar la ventilación mecánica. Lógicamente, se seguirá evaluando, por si se detecte respuesta en el paciente. En caso contrario, se continuará la terapéutica, puesto que en algunos casos se observarán mejorías en los pacientes, tal como lo menciona Castillo Valery12. Ahora bien, el contenido del cuidado de la enfermera no se circunscribe únicamente al tratamiento médico, sino que se extiende a la ayuda, en la vida cotidiana del paciente, a la recuperación de la salud, la promoción y mantener hábitos de vida saludable o a vivir la muerte con dignidad8. Así lo demuestran los siguientes discursos: La actitud de la enfermera debe ser firme cuando se trata de cortar la vida de forma brusca a un paciente por más que tenga diagnóstico desfavorable… dejar que siga la secuencia normal… ,o sea, no avanzar la muerte, no hacerle eutanasia, porque imagínate si fuéramos nosotros,..Nunca he retirado el ventilador, solamente se ha sacado a parámetros fisiológicos y bueno se espera hasta que el organismo diga basta… 46 (gardenia 6) En este discurso, vemos la postura de las enfermeras de la UCI quienes defienden la vida y la muerte natural de los pacientes en estado crítico cuando ingresan a una fase terminal. Esto se fundamenta en lo referido por Antón 15, quien detalla que el cuidado ético conlleva a la interacción, trato humanizado y contacto moral entre dos personas. Respeto por la vida y los derechos del ser humano son circunstancias fundamentales de la enfermería, cuya misión es cuidar, es decir, proveer de un servicio específico y diferenciado a la sociedad e indispensable para la promoción de una vida o muerte digna. Lo referido también podemos evidenciarlo en la siguiente expresión: …desde las 10 p.m. hasta las 2 a.m. estaba reanimando a un lactante..., se le administraba, atropina, adrenalina hasta que yo dije: hasta qué hora voy a seguir haciendo esto. El médico me contestó: hasta que llegue el familiar... porque él quería que el abuelo lo vea reanimándolo y nunca llegó el abuelo hasta las 4am...pues hasta esa hora, no le íbamos a estar colocando la atropina y la adrenalina…yo le dije al médico: ya no quiero estar aquí. Lo dejé solo prácticamente(clavel7)... En este discurso, se puede identificar el actuar de la enfermera de las Unidades de Cuidados Intensivos. Se evidencia, pues, el cuidado a través de la realización de acciones libres y conscientes que determinan su modo de ser y la conducen a cuidar con responsabilidad. Conoce los principios, criterios, valores y derechos humanos dirigidos a defender la vida, la dignidad de la persona. Y que la enfermedad, el dolor o el sufrimiento son parte de la existencia permitidos por un Ser superior, dueño de la vida y de la muerte. Esta postura adoptada por el profesional de Enfermería evidencia que la ética está asociada con frecuencia a comportamientos y acciones, como afirma Waldow8 , pues la presencia durante el APUNTES DE BIOÉTICA / JULIO 2011 cuidado, afirma la humanidad del paciente y de la cuidadora en donde esta se guía por su criterio profesional y científico6 propio del perfil de la enfermera intensivista y no solo confronta el saber científico, sino que se cuestiona y trata en lo posible de buscar la decisión más idónea para solucionar el dilema presentado en su ejercicio profesional. Con respecto a los cuestionamientos planteados por la enfermera frente a la muerte, se puede decir que esta es una etapa final del hombre y forma parte de su vida, a diferencia de otras realidades humanas como la enfermedad. En este sentido, la reflexión ponderada sobre esto contribuirá a brindar un cuidado humanizado y una muerte digna a la persona doliente. La muerte digna de la persona en estado crítico queda fundamentada en lo que Lucas13 expresa: “No debe ponerse en acto ningún procedimiento para acelerar la muerte. Se debe evitar toda forma de eutanasia tanto activa como pasiva. No se está obligado practicar cuidados extraordinarios, que en algunos casos podrían derivar en encarnizamiento terapéutico, con el efecto de atormentar al enfermo y, en algunos casos, ser ofensivos a su dignidad. No se está obligado a adoptar medios extraordinarios para prolongar artificialmente la vida cuando se sabe con certeza de que el enfermo no tiene ninguna posibilidad de restablecerse. Sí, está obligado a ofrecer los cuidados ordinarios para dar al enfermo alivio físico y psicológico: alimentación, medicinas y analgésicos adecuados, ayuda a la respiración. La extracción de órganos para trasplante puede realizarse solo después de que haya certificado muerte cerebral”. La vida humana es la vida de una persona, unidad corpórea espiritual. No solamente es BIOS, pero tampoco espíritu puro. La vida humana es la vida de 13 un espíritu encarnado . Por consiguiente, cuando un paciente entra en muerte cerebral, se produce la pérdida total e irreversible de la unidad funcional del organismo e imposibilita la capacidad de integrar y coordinar funciones físicas y mentales, pero este cese no expresa la globalidad de nuestra humanidad. Por sí solas, tales funciones no constituyen el sujeto humano, ni como facultades ni mucho menos como actos puestos por ellas. En este sentido, la enfermera debe asumir una decisión basada en un razonamiento ético y considerar los siguientes criterios de la muerte cerebral: cese irreversible de todo el tallo cerebral, con devastación traumática del mismo, con imposibilidad para mantener la ventilación espontánea y la existencia de paro cardiocirculatorio prolongado, ausencia de reflejos desde el punto de vista neurológicos, comprobado por un lapso de seis horas, y la imposibilidad de regeneración de las células cerebrales13. Con estas consideraciones, la decisión ejecutada será ética. En caso contrario, podrá entrar en otros dilemas éticos. CONSIDERACIONES FINALES Esta investigación resaltó que la dignidad de la persona debe ser respetada y protegida en todas sus fases del ciclo vital. El respeto a la dignidad de la persona debe dirigir el actuar de los profesionales de la salud, en especial, de las enfermeras que laboran en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Por tanto, se debe cuidar al ser humano no por la patología, sino por lo que es: persona de máximo respeto y cuidado. Solo así las enfermeras de la UCI proporcionarán un ambiente apto con presencia de familiares e integrantes del equipo de salud y evitarán encontrarse con dilemas. Por otro lado, no existe el derecho a morir, sino el derecho a morir con dignidad en el caso de las personas en estado de gravedad rodeada de sus familiares y con la pre-sencia activa y humanizadora de la enfermera. Cuando no se consideran estos aspectos, las enfermeras entran en dilemas y optan por medidas de cuidado vital. Los participantes de la investigación son conscientes de la di- 47 El deber cuidado frente al derecho a morir / Mary Susan Carrasco Navarrete fícil decisión de iniciar o retirar un apoyo vital, y precisan que las enfermeras intensivistas no solo posean habilidades cognitivas, sino también destrezas en el manejo y aplicación de técnicas complejas e integren la ciencia, tecnología, ética, bioética y humanismo. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Pastor García Luís Miguel, León Correa Francisco Javier, Manual de Ética y Legislación en Enfermería. Bioética de Enfermería. España: editores Mosby / Doyma Libros, S. A. pág.: 243 , 1977. 2. Amaro Cano María del Carmen. Toma de decisiones éticas aplicada a la especialidad de Enfermería. Rev. Cubana Enfermería, Vol.20, No.3, sep. dic. 2004. 3. Valls Molins Roser. Diseño de programas para la formación ética de los profesionales de Enfermería. España 2006. 6. Tomas y Garrido, La Bioética un Compromiso Existencial y Científico. 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