que reforma el artículo 13 de la ley de organizaciones ganaderas, a

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QUE REFORMA EL ARTÍCULO 13 DE LA LEY DE ORGANIZACIONES GANADERAS, A CARGO
DEL DIPUTADO DIEGO SINHUÉ RODRÍGUEZ VALLEJO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL
PAN
El que suscribe, Diego Sinhué Rodríguez Vallejo, integrante de la LXII Legislatura, en ejercicio de la facultad que
confieren los artículos 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y 6o., numeral 1, fracción
I, 77 y 78 del Reglamento de la Cámara de Diputados, somete a consideración de esta soberanía iniciativa con
proyecto de decreto por el que se modifica el último párrafo del artículo 13 de la Ley de Organizaciones
Ganaderas, al tenor de la siguiente
Exposición de Motivos
Las organizaciones ganaderas, conforme al artículo 3o. de Ley de Organizaciones Ganadera, son consideradas de
interés público, por lo que tanto el Gobierno Federal como los gobiernos de las entidades federativas y municipios
les darán todo su apoyo para la realización del objeto señalado en el artículo 5o. de la misma ley.
El carácter de interés público de las organizaciones ganaderas implica que las mismas deben guiarse en su vida
interna conforme a los principios de transparencia, democracia, libertad, entre otros, que el Estado mexicano
actualmente reconoce en otras instituciones y organizaciones, igualmente, consideradas de interés público como
son los partidos políticos o los sindicatos.
El voto libre y secreto tiene reconocimiento en la historia nacional y universal como garante de avance en la vida
democrática. Las instituciones y organizaciones de la sociedad que abonan a la democracia, todos sabemos, deben
guiarse en su vida interna conforme a principios democráticos reales y el voto secreto garantiza, precisamente, la
libertad de los integrantes.
Desde el plano doctrinal se ha discutido la diferencia entre el voto abierto y el voto secreto. “En realidad –nos dice
Jordi Barrat i Esteve, especialista en el tema–, el voto público paradójicamente puede esconder restricciones
indeseadas de la libertad individual y del pluralismo interno que solo el voto secreto sería capaz de combatir. El
hecho de que, en circunstancias muy precisas y determinadas, el voto sea compatible con un procedimiento
democrático no implica que su aceptación permita deducir per se la ausencia de coacción. La reflexión correcta
sería incluso la contraria, es decir, concebir primariamente al voto público como una amenaza para la libertad del
votante y, a la vista del contexto, admitir caso por caso las oportunas excepciones”.1
La Suprema Corte de Justicia de la Nación en jurisprudencia reciente ha hecho afirmaciones doctrinales que son
pertinentes en este momento para definir la importancia del voto libre y secreto:
El voto personal, libre, directo y secreto ... puede comprobarse la voluntad absoluta e irrestricta de cada uno
de ellos ... y para ello, deben proteger la confidencialidad, autenticidad y libertad de su voluntad, evitando
influencias externas que puedan hacer variar su decisión y poner en peligro su integridad al ejercer su voto dentro
del sistema de vida democrático y de libertad, que es una garantía social íntimamente ligada a las libertades de
expresión y asociación, lo que supone que cada persona pueda determinar sin presión, intromisión o suplantación
alguna su decisión2 (el resaltado es nuestro).
En la misma tesis, la corte enuncia los mínimos que deben verificarse en caso de elecciones que ahí señala, pero
que son pertinentes a todo proceso democrático, como mínimo, y que aquí sintetizamos:
1. Recabar oportunamente un padrón confiable, completo y actualizado de todos los que puedan votar;
2. Asegurarse de que el lugar o lugares en que se celebre el recuento presenten las condiciones físicas y de
seguridad mínimas para su desahogo, de manera rápida, ordenada y pacífica;
3. Cerciorarse de que el día de la celebración del mismo se cuente con la documentación y materiales necesarios
e idóneos para el desahogo de la votación de forma segura, libre y secreta;
4. Constatar que se prevean con oportunidad los mecanismos para asegurar la identificación plena de las
personas que tengan derecho a concurrir al recuento; y
5. Verificar que el cómputo final de los votos se haga de manera transparente y pública.
Como se verifica en la opinión doctrinal transcrita, así como de la opinión de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación en jurisprudencia relativa a procesos de votación, el voto secreto garantiza que los votantes se vean libres
de intimidaciones, señalamientos o intentos por coaccionar el voto.
El derecho electoral reciente demuestra con sobrada claridad la relevancia de que el secreto libre y secreto sea un
pilar de nuestro sistema electoral. Así mismo, en meses recientes, la introducción de la votación libre y secreta,
dentro de los procedimientos previstos en la Ley Federal del Trabajo para elegir la directiva de los sindicatos fue
uno de los pilares defendidos por el Partido Acción Nacional.
En congruencia con nuestro pensamiento democrático y con la convicción de que el voto libre y secreto debe
garantizarse en los procedimientos de votación de organizaciones de carácter público, es que ahora proponemos
modificar un párrafo de la Ley de Organizaciones Ganaderas para que los estatutos de las organizaciones ganaderas
incluyan expresamente que los sistemas de elección de sus dirigentes garanticen el voto libre, directo y secreto de
cada uno de sus miembros. La elección de los dirigentes de las organizaciones ganaderas debe garantizarse en esos
términos, pues sólo así, parafraseando a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, puede comprobarse la voluntad
absoluta e irrestricta de cada votante.
Sobra explicar la relevancia de las organizaciones ganaderas en el país, pues son actores indispensables en la
mejora de la producción ganadera de nuestro país. Su ayuda a los asociados y cooperación con las autoridades de
los tres niveles son indispensables para el desarrollo ganadero de nuestro México.
Por tal razón, garantizar que en la vida interna de las organizaciones ganaderas se asegure también una vida
democrática, sin duda resultará en gran beneficio para su mejor desarrollo y, por consecuencia lógica, para el
desarrollo democrático del país.
Por lo anterior nos permitimos someter a consideración de esta soberanía el siguiente proyecto de
Decreto
Único. Se modifica el último párrafo del artículo 13 de la Ley de Organizaciones Ganaderas, para quedar como
sigue:
Artículo 13.
...
Los estatutos de las organizaciones ganaderas en los términos que establezca el reglamento deberán consignar,
cuando menos, normas relativas a la integración, facultades y funcionamiento de sus órganos; al patrimonio de la
organización; a los sistemas de elección de sus dirigentes, que garantizarán el voto libre, directo y secreto; a la
duración de los cargos directivos y las incompatibilidades para su desempeño, así como las relativas a los derechos
y obligaciones de sus asociados.
Transitorio
Único. El presente decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la
Federación.
Notas
1 Barrat i Esteve Jordi, “El secreto del voto en el sufragio por Internet”, en Revista Mexicana de Análisis Político y
Administración Pública, volumen I, número 2, julio-diciembre de 2012, página 63.
2 Se trata de la tesis jurisprudencial 2ª./J. 150/2008, que se encuentra en el Semanario Judicial y su Gaceta, tomo
XXVIII, octubre de 2008, página 451. La tesis es referente a los votos para determinar la titularidad del contrato
colectivo, pero es igualmente al caso que nos ocupa y, en general, a todo proceso mínimo electoral de asociaciones
de carácter público como las organizaciones ganaderas.
Palacio Legislativo de San Lázaro, a 3 de diciembre de 2013.
Diputado Diego Sinhué Rodríguez Vallejo (rúbrica)
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