LA FIGURA DEL SINDICATO MÁS REPRESENTATIVO Y LA CRISIS

Anuncio
LA FIGURA DEL SINDICATO MÁS REPRESENTATIVO Y LA CRISIS DE
REPRESENTATIVIDAD SINDICAL
Belén del Mar López Insua
Profesora Ayudante Doctora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social
Universidad de Granada
1. CONSTITUCIONALISMO DEMOCRÁTICO-SOCIAL Y REPRESENTACIÓN SINDICAL EN EL
ACTUAL CONTEXTO DE CRISIS ECONÓMICA : PANORÁMICA GENERAL
La representatividad sindical de los trabajadores constituye, a día de hoy, un
problema de gran de transcendencia que sobrepasa todos los niveles políticos, sociales
y empresariales. La razón es evidente, se trata ésta de una figura (la del sindicato más
representativo) que aparece vinculada no sólo a la negociación colectiva, sino también a
las formas de organización en la empresa y a los métodos de interlocución con los
poderes sociales 1 . En los últimos tiempos se habla de una “crisis de representatividad
sindical” producida a merced de los procesos de “individualización”, “fragmentación” y
“descentralización”, que están afectando de lleno al mercado de trabajo. Y es que la
necesidad de frenar la fuerte y compleja tensión que se produce entre la centralización y
la descentralización, con vistas a lograr un equilibrio (no siempre fácil) entre todos estos
niveles, está siendo la principal causa que pone en duda las bases mismas y el papel que
desempeñan estas organizaciones 2 .
Junto a la lluvia ácida que sobre los sindicatos más representativos ha caído se
sitúa ahora un creciente fenómeno de empresarialización de las relaciones laborales, el
cual enlaza con las nuevas formas de organización del trabajo, aunque también con las
orientaciones flexibilizadoras e individualizadoras que se están impulsando por parte del
legislador (tanto internacional, como comunitario y nacional). Lo que está determinando
un desconfianza hacia las instituciones de defensa de los trabajadores y su sistema de
valores. Paradójicamente, en un constitucionalismo social y democrático en donde
debería exigirse la primacía de los valores y derechos fundamentales se está, por el
contrario, haciendo va ler las libertades económicas3 y las políticas de austeridad. De ahí
que los sindicatos más representativos se vean limitados a la hora de influir en materia
socio-política. Espoleada por la situación de crisis económica se refuerza así la
centralidad del mercado y se debilita, al mismo tiempo, el sistema de garantías sociales
de primer nivel al convertir los intereses colectivos en una individualización del
1
RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden
democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez, Granada, Comares, 2014, páginas: VIII y siguientes.
2
MONEREO PÉREZ, J.L: "Modelos sindicales: Función del sindicato y mayor representatividad sindical (Ponencia
general sobre libertad sindical)", en VV.AA, MONEREO PÉREZ, J.L (Dir) Los derechos de libertad sindical y
negociación colectiva desde una perspectiva comparada, Granada, Comares, 2011, páginas 48 a 69.
3
En esta línea, las sentencias del TSJUE de 11 de diciembre de 2007 (Asunto C-438/05, Caso Finnish Seamen's
UnionInternational Transport Workers' Federation contra OÜ Viking Line EestiViking); de 18 de diciembre de 2007
(Asunto C-341-15, caso Laval un Partneri Ltd y Svenska Byggnadsarbetareförbundet, Svenska
Byggnadsarbetareförbundets avdelning 1, Byggettan, Svenska Elektrikerförbundet ) y Rüffert (Asunto C-346/06).
Para un conocimiento más exhaustivo ver GUAMÁN HERNÁNDEZ, A: "Los límites de la acción sindicial en las
situaciones de desplazamiento trasnacional de trabajadores", Revista Doctrinal Aranzadi Social Doctrinal, núm.
22/2007, páginas: 1362-1372.
trabajo 4 . En este contexto, los valores de la trabajadores quedan relegados a un nivel
inferior debido a que la lógica actual es más la propia de un sistema capitalista de
mercado, que de un constitucionalismo social y democrático de derecho (en el sentido
que propugna la Carta Magna de 1978- en adelante CE-).
El debate abierto en torno al papel que desempeñan los sindicatos más
representativos ha provocado profundas brechas en la doctrina científica. Así pues, de
un lado, está la tesis de aquellos que abogan por la desaparición de los sindicatos más
representativos y, de otro, la de aquellos otros que defienden su mantenimiento 5 . Eso sí,
en este último caso, será necesaria la revisión del actual modelo de mayor
representatividad a fin de que las funciones de éstos se adecuen, de forma directa y en
conexión con los problemas reales que ofrecen las transformaciones sociales
contemporáneas, a la defensa de los intereses específicos de los trabajadores 6 .
2. EL SINDICATO MÁS REPRESENTATIVO : ANTECEDENTES , NACIMIENTO Y EVOLUCIÓN.
EL MODELO MEDITERRÁNEO DE RELACIONES SINDICALES
El sindicato aparece con el sistema capitalista de mercado y la cuestión social
obrera , sin embargo, su institucionalización y juridificación no se producirá hasta el
nacimiento del sistema democrático 8 .
7
El Constitucionalismo del Estado Social de Derecho determinará una reacción y
superación del anterior modelo liberal, el cual dará paso a la creación de un nuevo orden
de garantía de los principios y valores fundamentales, a lo que se le añade el proceso de
internalización, en general, de las normas laboral y del derecho sindical en particular 9 .
4
RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden
democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez... op.cit., páginas: XIII a XCIV.
5
RAMÍREZ MARTÍNEZ, J.A: "La representatividad sindical en la LOLS: 25 años después", Relaciones Laborales,
nº 8, sección doctrina, Quincena del 15 al 30 Abril de 2011, Año 27, pág. 347, Tomo 1, Editorial LA LEY.
6
RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden
democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez... op.cit., página: XCIX.
7
MONEREO PÈREZ, J.L, MOLINA NAVARRETE, C y MORENO VIDA, Mª.N: Manual de Derecho Sindical,
Granada, Comares, 10ª edición, 2015, páginas 33 a 41.
8
La normalización democrática pasó por dos fases: la salida del franquismo (1975 a 1978) durante el período de
transición democrática y el nacimiento del sistema democrático. Tras decaer la estructura sindical franquista
(sindicato vertical) se pasa a una etapa de legalización de los sindicatos gracias a la Ley Sindical de 1977 (contenido
el cual es acorde con el Convenio nº 87 de la OIT), la cual culminará con el reconocimiento del derecho a la libertad
sindical en la CE de 1978. El Estatuto de los Trabajadores de 1980 formulará, por primera vez, la representación
sindical. Ahora bien, la institucionalización sindical de éstos como organización no se alcanzará hasta la Ley
Orgánica de Libertad Sindical de 1985. Ver con más detalle, BAYLOS GRAU, A: "Ley sindical y sindicato más
representativo en España", Política y Sociedad, número 5, 1990, páginas 23 a 30.
9
En este sentido, el artículo 23. 4 de la Declaración de los Derechos Humanos de 1948 dispone que: "Toda persona
tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses". En esta misma línea, el Pacto
Internacional de Derecho Económicos, Sociales y Culturales de 1966 reconoce en su artículo 8: "1. Los Estados
Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar: a) El derecho de toda persona a fundar sindicatos y a
afiliarse al de su elección, con sujeción únicamente a los estatutos de la organización correspondiente para promover
y proteger sus intereses económicos y sociales. No podrán imponerse otras restricciones al ejercicio de este derecho
que las que prescriba la Ley y que sean necesarias en una sociedad democrática en interés de la seguridad nacional o
del orden público, o para la protección de los derechos y libertades ajenos; b) El derecho de los sindicatos a formar
Federaciones o Confederaciones Nacionales, y el de éstas a fundar organizaciones sindicales internacionales o a
afiliarse a las mismas; c) El derecho de los sindicatos a funcionar sin obstáculos y sin otras limitaciones que las que
prescriba la Ley y que sean necesarias en una sociedad democrática en interés de la seguridad nacional o del orden
Precisamente será en este momento cuando el reconocimiento del sindicato y del
derecho a la libertad sindical10 formen parte de dos caras de una misma moneda,
erigiéndose así, dentro de la forma política de Estado de Derecho, en pilares centrales de
la constitución del trabajo. Es en esta tradición cuando el sindicato encuentra un marco
pluralista de reconocimiento de poder de autodeterminación, regulación social y jurídica
autónoma 11 .
Junto al reconocimiento del sindicato como institución básica del sistema
democrático (artículo 7 CE) se produce la subjetivación político-sindical del trabajo, en
donde el sindicato está llamado a desplegar una función política y de equilibrio en el
marco de las relaciones laborales a través del reconocimiento de determinados derechos
(a saber: el derecho a la libertad sindical, el derecho a la huelga y el derecho a la
negociación colectiva). En un sistema de neocorporativismo democrático, como es el
propio del ordenamiento Español12 , la publificación del sind icato como sujeto
sociopolítico viene a atribuirle a éste una doble obligación, de un lado, la de participar
en la defensa de los intereses de todos los trabajadores (incluida la institucional en los
organismos públicos) 13 y, de otro, la de definir las políticas públicas (artículos 7, 28, 37
y 103.3 CE). Esto dará lugar al surgimiento de la representación sindical y a la
selección de la técnica legal de mayor representatividad 14 . A pesar de que la situación,
tras la legalización de los sindicatos en 1977, se caracterizaba por un acentuado y
disperso pluralismo sindical con tendencias ideológicas, organizativas y estrategias
público o para la protección de los derechos y libertades ajenos; d) El derecho de huelga, ejercido de conformidad
con las leyes de cada país".
10
El reconocimiento a nivel internacional del derecho a la libertad sindical no se vio consagrado hasta los Convenios
de la OIT número 87 (del año 1948) y número 98 (de 1949). La preocupación de la OIT por reconocer este derecho se
vio de nuevo consagrado en otros texto normativos (recomendaciones) y convenios publicados con posterioridad. Los
principios básicos del derecho a la libertad sindical son para la OIT los de: universalidad, plenitud e
institucionalización.
11
RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden
democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez... op.cit., página: VIII.
12
El modelo "mediterráneo" de relaciones laborales y sindicales incluye a los siguientes Estados: Italia, Francia,
Portugal, España y Grecia. RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El
sindicalismo y el orden democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez... op.cit., páginas: XLI a XLIV.
13
STS de 27 de octubre de 2014 (RJ 2015/737): "Las exigencias normativas resumidas traducen el doble significado
de constituir una garantía de la representatividad de los participantes y expresan un derecho de los más
representativos a participar en la negociación, en orden a asegurar la representación de los intereses del conjunto
de los trabajadores y empresarios".
14
Con anterioridad al ET, en efecto, diversas normas utilizaron indistintamente conceptos tales como
«representatividad», «suficiente representatividad», «implantación», sin definir con precisión su significado. Fue ya
el ET de 1980 el que utilizó el concepto de mayor representatividad (a efectos de trabajos prohibidos a los menores,
medidas de fomento del empleo, fijación del salario mínimo, modificación de ampliación o limitación de la jornada
de trabajo y de los descansos, o negociación de acuerdos o convenios marco), aunque en estas materias todavía sin
fijar su significado; y, para otras cuestiones (legitimación para negociar convenios supraempresariales, representación
institucional) estableció la capacidad representativa de los sindicatos en función del porcentaje, y en su caso, del
número absoluto de representantes del personal con los que el sindicato contara. Como se puede ver, todavía el ET
adolecía de falta de sistematización y precisión. Cuando utilizaba el concepto de mayor representatividad, no lo
definía; cuando daba unas definiciones correspondientes (o casi) a los conceptos actuales de mayor representatividad
y representatividad suficiente o cualificada, no utilizaba esos conceptos. Ver RAMÍREZ MARTÍNEZ, J.A: "La
representatividad sindical en la LOLS: 25 años después"...op.cit., página 354.
centrifugas, se pudieron fijar fácilmente, objetiva y razonablemente dos técnicas legales
de mayor representatividad 15 , esto es, la audiencia electoral16 y la irradiación17 .
En el modelo mediterráneo de sindicalismo reivindicativo, ideologizado en
clases y fragmentado, la Ley Orgánica 11/1985, de Libertad Sindical (LOLS) atribuye a
la mayor representatividad una singular posición jurídica que va más allá del ámbito
contractual y estrictamente profesional. De ahí que el sindicato más representativo,
como institución semi-pública y sociopolítica, tenga una labor de tutela de los intereses
de los trabajadores en todos los ámbitos de la vida social18 .
El "status" privilegiado de la mayor representatividad se traduce en la atribución
legal de ciertos poderes: la negociación colectiva con fuerza de ley y eficacia erga
omnes; la participación en la determinación de las condiciones de empleo de los
funcionarios públicos de las Administraciones Públicas; la facultad de promover
elecciones para los organismos representativos en las empresas y presentar candidaturas
a los mismos; la participación en los sistemas voluntarios de solución de conflictos y
cesión de uso de bienes inmuebles en proporción al score electoral obtenido. A todo
éste listado de facultades cabe añadir, aunque no venga expresamente reconocido en el
artículo 6.3 de la LOLS, la concertación social ya sea bajo la forma de acuerdos marcos
bilateriales entre asociaciones empresariales y sindicatos o con arreglo a los acuerdos
tripartitos entre el Gobierno, la patronal y los sindicatos más representativos19 .
3. CRISIS EN EL FUNCIONAMIENTO DE LA REPRESENTATIVIDAD SINDICAL EN EL
ACTUAL MODELO NEOCORPORATIVISTA DEMOCRÁTICO
En el sistema español de relaciones laborales la gestión de los distintos
conflictos de intereses se articulan en torno a tres centros de poder: Estado, patronal y
sindicatos. Precisamente, es en este ámbito en donde la correlación entre todos estos se
mueve en una situación de equilibrio inestable debido a la existencia de unas reglas de
juego, más o menos institucionalizadas, que se encuentran condicionadas por la
presencia de: circunstancias políticas, económicas y sociales; un marco organizativo e
15
VALDÉS DAL-RÉ: "Rappresentanza e rappresentatività sindacale in Spagna", Rivista Lavoro e Diritto, 1988,
página 505. BAYLOS GRAU, A: Dialogando dalla Spagna sulla rappresentatività sindacale e la costituzionalità
democratica in Italia, 2013, página 7.
http://www.academia.edu/9190182/DIALOGANDO_DALLA_SPAGNA_SULLA_RAPPRESENTATIVIT%C3%80
_SINDACALE_E_LA_COSTITUZIONALIT%C3%80_DEMOCRATICA_IN_ITALIA
16
La concreción de la audiencia electoral, como criterio para seleccionar al más representativo, se traduce en la
búsqueda de dos opciones de política legislativa: a) evitar el minifundismo sindical (o atomización) y b) buscar la
centralización sindical. Ver VALDÉS DAL-RÉ: "Sobre las condiciones de acreditación de un sindicato como más
representativo de Comunidad Autónoma", Relaciones Laborales, Nº 2, Sección Editorial, Quincena del 16 al 31 Ene.
2011, Año 27, Tomo I, página 17.
17
BAYLOS GRAU, A: "Ley sindical y sindicato más representativo en España"... op.cit., páginas 24 y 25.
18
Reconocimiento que ya estaba previsto en la misma Constitución de la OIT (texto que entró en vigor en 1919, pero
que ha sufrido varias modificaciones -la última en con motivo de la Enmienda de 1972-) en su artículo 3.5: " Los
M iembros se obligan a designar a los delegados y consejeros técnicos no gubernamentales de acuerdo con las
organizaciones profesionales más representativas de empleadores o de trabajadores, según sea el caso, siempre que
tales organizaciones existan en el país de que se trate".
19
MONEREO PÉREZ, J.L: "Modelos sindicales: Función del sindicato y mayor representatividad sindical (Ponencia
general sobre libertad sindical)"..op.cit., páginas 47 y siguientes.
institucionalizado; las funciones atribuidas a los agentes sociales y a los poderes
públicos y las realmente ejercidas, así como por los procedimientos que articulan sus
relaciones mutuas 20 .
Se trata éste de un modelo nacional caracterizado por una cultura sindical
conflictual, reivindicativa y fragmentada ideológicamente, que desemboca en el
pluralismo y que determina la creación de la figura del sindicato más representativo a
nivel Estatal y autonómico, a efectos de su participación institucional y acción sindical.
No obstante, la LOLS también ha previsto la regulación de las organizaciones
suficientemente representativas 21 cuando acrediten una audiencia electoral del 10% de
los representantes de personal en un ámbito funcional y territorial específico (Art. 7.2).
El modelo español presenta líneas de convergencia con otros sistemas de
relaciones laborales europeos (el anglosajón, el germánico y el mediterráneo), fruto no
sólo de las tendencias homogeneizadoras en la actuación de la OIT22 , sino también de
las respuestas que ante los problemas económicos y tecnológicos presentan los distintos
países comunitarios. La similitud de soluciones que ante las dificultades ofrecen las
relaciones entre trabajo y capital determinan una predilección hacia la convergencia
organizativa. Por lo que, al final, esa tendencia normativa del colectivo europeo acaba
presentando rasgos concurrentes, a saber: en cuanto a la precarización del empleo; las
políticas de competitividad, crecimiento y empleo; la pérdida de poder de los sindicatos
y la descentralización de la negociación colectiva 23 .
3.1. Funcionalidades y disfuncionalidades en el sistema español de mayor
representatividad
Son dos los puntos críticos que presenta aquí la LOLS: a) Funciones de los
sindicatos más representativos y principio de igualdad y, conectado con este apartado,
b) Las reglas para la determinación de la mayor representatividad.
El marco jurídico que diseña la LOLS (título III) institucionaliza el status quo
del sindicato más representativo al concederle efectos beneficiosos para que pueda éste
desarrollar la función promocional de acción sindical y efectividad en la defensa tanto
de los intereses de los trabajadores, como los de interés públicos (STC 99/1983, de 16
de noviembre)24 . La atribución de un catálogo de funciones privilegiadas, así como el
reconocimiento de unas organizaciones sindicales fuertes puede, sin embargo, friccionar
con el principio de igualdad y el pluralismo social inherente al derecho a la libertad
20
RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden
democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez... op.cit., página: XXVIII.
21
VALDÉS DAL-RÉ: "Sobre las condiciones de acreditación de un sindicato como más representativo de
Comunidad Autónoma"... op.cit., páginas 17 y 18.
22
En los Convenios números 87 y 98 se marcan los estándares mínimos internaciones. Aspira así la OIT a formular
un modelo sindical de referencia para los distintos Estados que encuentre una tradición jurídica y una cultura
organizativa definida.
23
MONEREO PÉREZ, J.L: "Modelos sindicales: Función del sindicato y mayor representatividad sindical (Ponencia
general sobre libertad sindical)"..op.cit., páginas 47 y siguientes.
24
En este mismo sentido, las sentencias del TS de 18 de julio de 1997 (RJ 1997\6086) y 21 de septiembre de 1999
(RJ 1999\6727); del TSJ de Valencia 246/2015, de 27 de marzo (RJCA 2015\558).
sindical. De ahí que, la ley imponga unos mínimos a fin de que la actividad que
desempeñan estas organizaciones se desarrolle de forma eficiente y cuente con el
beneplácito de todos los beneficiarios 25 .
En lo que respecta a la exclusividad de los más representativos para participar
institucionalmente en el ámbito de las Administraciones Públicas, el Tribunal
Constitucional entiende que se trata ésta de una facultad que forma parte del contenido a
la libertad sindical (Art. 28.1 CE). Por lo que, los sindicatos más representativos no sólo
gozan de la posibilidad de ejercer libremente sus actividades, sino también de poner en
práctica sus programas de actuación sin que, en ningún caso, los poderes públicos (o la
Administración Pública) interfieran en tales actividades o entorpezca la ejecución de los
programas (TC en sus sentencia de 23/1983, de 25 de marzo y 235/1988, de 5 de
diciembre). Ahora bien, este principio no impedirá que la Administración Pública
promocione el hecho sindical, siempre y cuando lo haga de acuerdo con el mandato
constitucional (arts. 9.2 y 129.2 CE) 26 .
En esta línea, el Constitucional ha avanzado un poco más al entender que aún
cuando la LOLS atribuya la participación institucional a los más representativos, ello no
impedirá que también otros sindicatos (no ostenten dicha condición) puedan representar
a los trabajadores del sector público. Cierto es que esa afirmación del TC se hace,
específicamente, en el sentido de que las Comunidades Autónomas puedan integrar en
sus propios órganos a otros sindicatos que no alcancen las reglas legales de mayor
representatividad (STC 99/1983). Ahora pues, en jurisprudencia posterior ya quedó
patente —la referida al Consejo General de MUFACE, donde el TC estimó que debía
estar presente ANPE, un sindicato meramente representativo en un subsector de la
función pública, la enseñanza, o la referida a los permisos para funciones sindicales
también a ANPE—, que esa interpretación de que el art. 6.3.a) LOLS no concede
derechos exclusivos a los má s representativos constituye sólo una interpretación que
tiene un alcance general, de ahí que no se refiera únicamente a la competencia
autonómica para configurar sus órganos propios. Para integrar a ANPE en el Consejo
General de MUFACE o para concederle permisos para funciones sindicales se reiteró la
interpretación ya formulada en la STC 98/1985: "de lo que se trata es de garantizar la
presencia de éstas (de las más representativas) sin impedir la de otras de suficiente
representatividad en ese concreto ámbito".
El Alto Tribunal defiende, claramente, la figura del sindicato más representativo,
pero también insiste en que la concesión de privilegios a estas organizaciones no ha de
suponer nunca la privación de los medios de defensa de otros sindicatos. Al tratarse de
un problema de igualdad "el análisis adecuado a tal derecho fundamental ha de
constituir en si la diferencia de trato justificada" (TC 98/1985). Por tanto, "es posible
introducir diferencias entre los sindicatos, para asegurar una más eficaz defensa de los
intereses de los trabajadores. La promoción de un cierto modelo sindical, en que se
potencie la existencia de sindicatos fuertes, en contraposición a un sistema de
atomización sindical, puede ser una finalidad legítima, desde el punto de vista de los
25
MONEREO PÉREZ, J.L: "Modelos sindicales: Función del sindicato y mayor representatividad sindical (Ponencia
general sobre libertad sindical)"..op.cit., páginas 29 a 32. MONEREO PÉREZ,J.L y FERNÁNDEZ AVILÉS, J.A: "
La libertad sindical en la doctrina del Tribunal Constitucional", Revista del Ministerio de Trabajo e Inmigración, nº
73, 2008, páginas 256-262.
26
STC de 14 de abril, 75/1992.
arts. 7 y 14 de la Constitución. De este modo, los poderes públicos pueden válidamente
potenciar las organizaciones de amplia base territorial y funcional... Esas diferencias
no son lesivas para la libertad sindical en la medida en que estén basadas en criterios
objetivos y sean razonables y adecuadas al fin perseguido" (STC 188/1995).
A este respecto, el TC continua declarando que son criterios objetivos los de
mayor representatividad, representatividad cualificada o implantación. Pero la
objetividad de los mismos no implica que cualquier regulación apoyada en ellos sea
constitucionalmente legítima, pues no lo es la que utiliza tales criterios para establecer
un trato diferente entre sindicatos respecto de materias que ninguna relación guardan
con aque llos (STC 188/1995). Cabe lamentar el hecho que tanto en los sistemas
comparados, como a nivel europeo no se hayan determinado todavía unos criterios
uniformes u homogéneos para la fijación del más representativo. Sin embargo, el
Constitucional ha afirmado que no tiene validez cualquier criterio sino sólo aquél de
carácter objetivo y razonable que sirva para evitar discriminaciones (STC 65/1992).
El ordenamiento jurídico español ha rechazado los criterios genéricos o
abstractos de medición de la representatividad al preferir atenerse a las reglas
específicas de la audiencia electoral (completada por la técnica de la irradiación). A
través de este sistema podrán ser sindicatos más representativos a nivel estatal los que
obtengan, en dicho ámbito, el 10 por 100 o más del total de los votos en las elecciones a
delegados de personal, miembros de los comités de empresa y juntas de administración
en las Administraciones Públicas (Art. 6.1 a) LOLS). A nivel de CCAA ese tanto por
ciento se eleva en un 5% para su consideración (a través del sistema de audiencia
electoral) del más representativo (en total 15%) 27 . Esto significa que (tanto en un caso,
27
Al hilo de este porcentaje, la STC 98/1985 (RTC 1985\98) analiza la posible constitucionalidad o
inconstitucionalidad en el incremento de este porcentaje respecto al previsto para el Estado. Uno de los preceptos
legales tachado de inconstitucional en los recursos de inconstitucionalidad contra la LOLS, promovidos en su día por
el Parlamento Vasco y por el Gobierno Vasco, fue, en efecto, el art. 7.1, que fue impugnado, precisamente, por
atentar al referido pasaje constitucional. Conforme alegaba el escrito de la asamblea legislativa de esa Comunidad
Autónoma, «el incremento en cinco puntos en el porcentaje y la adición del requisito de un número mínimo de
representantes no es sino un obstáculo que impide que dos sindicatos con igual implantación, cada uno en su
respectivo ámbito, reciban idéntico trato de los poderes públicos».
La interpretación adoptada, en este caso, por el Constitucional (TC 98/1985) fue la de entender la plena conformidad
al texto constitucional de las reglas reguladoras de la mayor representatividad sindical en el nivel autonómico. Como
bien razona el TC en este pronunciamiento, un adecuado juicio constitucional de estas mayores exigencias ha de
partir de una doble premisa: de un lado, la equiparación de derechos y funciones entre ambos sindicatos más
representativos, los estatales y los autonómicos, y, de otro, el reconocimiento a estos últimos de una capacidad para
ostentar representación institucional que, sobrepasando su estricto ámbito territorial, se ejerce en el ámbito del
Estado. En atención a este último dato legal, el TC entendió que no resulta irrazonable el establecimiento de esas
condiciones adicionales «que garanticen su relevancia no solamente en el interior de la respectiva Comunidad, sino
también en relación con el conjunto nacional», evitando así «las distorsiones que resultarían de la atribución de los
mismos derechos a sindicatos de distinta implantación territorial y que representen a un número muy distinto de
trabajadores, según la población laboral de las respectivas Comunidades Autónomas». En definitiva, la regulación
responde «a una voluntad del legislador de que los interlocutores sociales, por parte de los trabajadores, lo sean con
el peso adecuado a la realidad global del mundo del trabajo en el marco de la economía nacional» (FJ 14). En este
mismo sentido, las sentencias del TS de 11 de mayo de 2005 (RJ 2005\4659); 7 de julio de 2003 (RJ 2003\6023) y 3
de febrero de 2003 (RJ 2003\5359). Más recientemente, la STJ de Navarra de 23 de julio de 2012 (AS 2013\119).
Otra cuestión que plantea el criterio de mayor representación a nivel autonómico es ¿si puede una organización
sindical que actúa en dos o más CCAA adquirir la condición de más representativa? A este respecto, el Tribunal
Supremo (Sala de lo contencioso-administrativo) en su sentencia de 2 de diciembre de 2013 ha resuelto
afirmativamente esta cuestión, razonando que: «En su perspectiva teleológica, la norma permite considerar como más
representativas a nivel autonómico a las organizaciones sindicales que cumplan los porcentajes de audiencia exigidos
por la legislación en el ámbito de una Comunidad Autónoma. Es decir, podrán ostentar tal consideración siempre y
cuando en una de las Comunidades Autónomas donde se presentan, cuenten con el 15% de representatividad extraído
del número de miembros de comités de empresa, delegados de personal y miembros de los órganos de representación
de las Administraciones públicas. O, dicho en otros términos, la representatividad exigida ha de proyectarse
como en el otro) no se tiene en cuenta el número de afiliados a un sindicato, sino el total
de votos emitidos en las elecciones a representantes legales o unitarios (calculando ese
porcentaje de la suma de votos del sector privado y público) 28 . La razón de porqué en el
sistema de relaciones laborales se recurre a este criterio externo y no al de afiliación trae
su causa en una técnica no sólo jurídica (1), sino también de política sindical (2). En
primer lugar, para evitar el problema estructural de la baja tasa de afiliación a los
sindicatos la LOLS recurre para medir la mayor representatividad (o la influencia
sindical) al sistema de audiencia electoral. Y, en segundo lugar, se busca la promoción
de la concentración (o, desde otro ángulo, se trata de evitar el minifundismo o
atomización sindical -STC 98/1985) y la centralidad sindical.
Para aquellos sindicatos o entes sindicales que no cumplan con los requisitos que
establece la letra a) del artículo 6.1, la LOLS ha establecido la posibilidad de éstos se
federen o confederen con otras organizaciones sindicales que sí acredite tal condición
para que se les reconozca también a aquellos la mayor representatividad (art. 6.1 b)
LOLS). Para el Constitucional, el criterio de la irradiación consiste en un decisión
política no controlable salvo que vulnere la igualdad entre sindicatos. De este modo el
criterio de equivalencia entre representatividad y audiencia no viene roto, sino
complementado por éste de la irradiación en aras a potenciar organizaciones sindicales
de amplia base y reducir una posible atomización sindical; amén, claro es, de que esa
mayor representatividad por irradiación se basa, aunque sea indirectamente, en el
criterio objetivo de la audiencia electoral; es decir, la audiencia de la organización
confederal compleja en la que el ente sindical irradiado se integra (STC 98/1985).
3.2. Los problemas de la concertación social en el ámbito sindical
Finalmente, entre las funciones políticas que le son encomendadas a los
sindicatos más representativos se encuentra la de concertación social. Y es que, entre el
poder normativo del Estado y el poder jurídico-político de la autonomía colectiva se
halla un punto de conexión a través de los pactos sociales (tripartitos) 29 . Siendo,
precisamente, aquí los sindicatos más representativos los que mejor pueden poner en
práctica la técnica del pacto social.
La concertación social constituye un instrumento cooperativo de tripartismo
informal, en donde el acuerdo alcanzado adquiere un carácter político-programático.
Ahora bien, estos pactos carecen de fuerza normativa directa, es por ello que
ulteriormente deban ser plasmados en instrumentos propiamente normativos.
Actualmente, la concertación social se ha convertido en una técnica esencial para la
gobernabilidad del sistema de relaciones laborales en su conjunto y para la contención y
racionalización de la conflictividad laboral30 . Aunque, si bien, ello no impide que los
necesariamente sobre el ámbito territorial de una Comunidad Autónoma aunque la actuación se extienda a más de
una, siempre, claro está, que no se trate de una proyección territorial susceptible de considerarse como de nivel o
vocación estatal» (FD 5.º).
28
Aunque no es frecuente, este sistema puede dar lugar a que un haya un sindicato con un número alto de afiliados y
que, por el contrario, no alcance el carácter de más representativo. Ver MONEREO PÉREZ, J.L: "Modelos
sindicales: Función del sindicato y mayor representatividad sindical (Ponencia general sobre libertad
sindical)"..op.cit., página 34.
29
30
MONEREO PÉREZ, J.L: Concertación y diálogo social, Valladolid, Lex Nova, 1999, páginas 111-115.
RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden
democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez... op.cit., página: LXXXV.
poderes públicos puedan influir y condicionar la práctica sindical y la estrategia prevista
para la negociación colectiva 31 .
Ciertamente, si el sindicato más representativo (como portavoz y defensor de los
intereses colectivos 32 ) no tiene un programa socio-político perfectamente definido y que
responda al problema real de todos los trabajadores, difícilmente podrá cumplir con esa
finalidad que tiene encomendada. Por lo que, al final, perderá su razón de ser al ser
entonces absorbido por la lógica de la acción política gobernante.
El actual modelo promocional del sindicato más representativo y de
neocorporativismo presenta, en este punto, muchas dificultades y riesgos para el propio
sindicato. Así pues, en primer lugar, cabe referirse a la violenta caída que en el papel
político- institucional del más representativo está experimentado en los últimos
tiempos33 . Todo ello, por supuesto, motivado por la baja tasa de afiliación, la división
sindical y el fuerte intervencionismo estatal. De ahí que, en segundo lugar, éste sufra
como principal riesgo su desconexión con la base social que tanto aspira a defender. A
todo ello, claro está, se le suman una serie de factores que desembocan en la
descentralización y diversificación organizativa 34 .
Los cambios que viene sufriendo el sindicato en sus estructura debido a ese
fuerte intervencionismo público y las constantes reformas legislativas están
determinando importantes modificaciones que pueden resumirse en seis puntos35 .
Primero, la crisis organizativa del sindicato ha hecho que éste se desconecte de su base
asociativa y de defensa de los intereses colectivos, viendo así incrementado su papel
institucional. Es por ello que, en particular, en su nivel central se haya convertido el más
representativo en "un gigante con pies de barro". Segundo, el sindicato ha desplazado el
centro de su actividad en la empresa hacia el exterior, por lo que olvida sus funciones
tradicionales y se ve absorbido por la dinámica político- institucional (crisis de identidad
o ideológica). Tercero, se produce una crisis de representatividad, ya que no sólo los
afiliados no se ven representados, sino también otros colectivos con intereses sociales
(por ejemplo: desempleados y migrantes). Cuarto, los trabajadores son conscientes de
que con las últimas reformas legislativas se han eliminado muchas de las ventajas que
podían obtener del sindicato, de ahí que se haya producido una "crisis de
funcionalidad". Quinto, la asunción por parte de los sindicatos de nuevas actividades
determina una actuación muy encima de su nivel de afiliación, lo que ha llevado a
plantear una "crisis financiera". Y, sexto, derivado de todo lo hasta ahora expuesto, se
produce la sustitución de la "constitución democrático-social" por la "flexible del
trabajo" que ahora impera en el sistema de relaciones laborales (crisis institucional). En
este sentido, la acción sindical pasa a un segundo plano, siendo pues más difícil de
llevar a cabo el método de concertación social.
31
MORENO VIDA, Mª N: Los pactos sociales en el derecho del trabajo, Granada, Universidad de Granada, 1989,
página 47.
32
STS de 27 de octubre de 2014, citada anteriormente en la nota al pié número 13.
33
ALBARDÍAZ GARCÍA-PORTILLO, G y DELGADO NUÑEZ, A.A: "Luces y sombras de los sindicatos más
representativos en España". http://www.aecpa.es/uploads/files/modules/congress/11/papers/689.pdf
34
RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden
democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez... op.cit., página: XCI.
35
RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden
democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez... op.cit., páginas: XCI- CI.
3. CONCLUSIONES
El actual modelo de relaciones laborales está alterando las reglas de juego de los
sindicatos, debido a la complejidad que en el contexto de referencia se diseña por parte
del legislador europeo. El neocoporativismo en el cual se inserta la figura de la mayor
representatividad se caracteriza por una debilidad innata e ineficiente para hacer frente a
las necesidad sociales de todos los trabajadores en momentos carencia, como son los
presentes, de crisis económica.
Las prácticas "post- fordista" sitúan en el mercado de trabajo al sindicato en un
lugar marginado, haciendo así prevalecer el poder de la empresa frente al de
negociación colectiva. Compensada esa posición asimétrica empresarial, asistimos
ahora a una des-institucionalización del sindicato más representativo, que se traduce en
una pérdida visible de poder y control.
La globalización neoliberal ha sup uesto una nueva reordenación jerárquica que
ha debilitado al sindicato. Y es, precisamente, ahí cuando los conflictos se han elevado a
nivel transnacional, en lugar de centrarse en el ámbito propio del Estado. Por su parte,
las reglas que se han marcado a nivel internacional parecen insuficientes para combatir
esta crisis de representatividad. De ahí que sean las propias organizaciones
supranacionales las que están ahora marcando los objetivos comunes a seguir en un
contexto en donde, lamentablemente, las diferencias entre los distintos modelos
sindicales se hacen cada vez más visible en el colectivo comunitario.
El fomento de las relaciones industriales "sin sindicatos" no parece que sea la
alternativa adecuada a la representatividad sindical, máxime si tenemos en cuenta la
posición de contrapoder que ocupa el empresario frente al trabajador en la sociedad
contemporánea. Desgraciadamente y tras la últimas reformas legislativas, se ha rebajado
y esquivado la actuación del sindicato más representativo para que en su lugar se
fomenten las formas de gestión y organización empresarial. Por lo que, no sólo se ha
desvirtuado el papel de los sindicatos, sino que también se ha desalentado a la clase
trabajadora y se han individualizado sus problemas sociales. Indefensos por no ver
cubiertos sus intereses colectivos, los trabajadores buscan ahora formar parte de otras
clases sociales distintas a aquellas de trabajo subordinado. En este sentido, encuentran
su refugio en el autoempleo y el emprendimiento (esto es, la clase media). Ahora bien,
cabe preguntarse si con las últimas reformas: ¿no estaremos asistiendo a un cambio sutil
y soterrado del modelo de sistema de la Seguridad Social en el que predomine el
régimen especial del RETA en detrimento del Régimen General de la Seguridad Social,
con las consecuencias que ello conlleva?
El sindicato más representativo debe constituir una institución necesaria para el
sistema capitalista y más para las funciones que desempeña el Estado. Y es que, sin
ellos el Estado no podría realizarse eficientemente esos objetivos "de crecimiento
económico y contención social". No obstante, se precisa (a la vista de las nuevas formas
de producción) un cambio importante en la acción social que desempeñan estos agentes
sindicales. Para lo cual resultará necesario que se conviertan a éstos en sujetos activos
de esa gama de poderes privilegiados que le concede la ley y por la cual se les otorga la
facultad de desempeñar funciones de representación general en un marco de
descentralización del poder del Estado.
En esa tensión entre lo viejo (tradición) y lo nuevo (renovación) es en donde
debe centrarse la revisión del modelo internacional y europeo de mayor
representatividad. Buscando así que éstos incidan más en el ámbito de los problemas
colectivos de las empresas, de acuerdo con las transformaciones sociales y tecnológicas,
que en cuestiones de carácter político. Ello no debe implicar que la concertación social
pierda importancia, pero sí que se enfoque más hacia la defensa de los intereses
específicos de los trabajadores. Por esa razón, considero que uno de los aspectos
centrales en los que debe incidir el nuevo modelo es en la selección de los más
representativos, de modo que las nuevas reglas pivoten en torno a criterios reales
(afiliación) y no oficiales (audiencia electoral) más propio de elecciones políticas. En
efecto, de lo que se trata no es de sustituir radicalmente el criterio de la audiencia
electoral por el asociativo o de afiliación, sino en combinar ambos criterios.
Ciertamente, las funciones de concertación social requieren que se unifique n y
centralicen los resultados de la negociación, evitando ofrecer un modelo
pluridireccional y contrario al beneplácito colectivo. Lo que, sin lugar a dudas, nos
acercaría a un modelo de derecho sindical más propio de una constitución democráticosocial, que de una constitución del trabajo flexible.
Descargar