LA FIGURA DEL SINDICATO MÁS REPRESENTATIVO Y LA CRISIS DE REPRESENTATIVIDAD SINDICAL Belén del Mar López Insua Profesora Ayudante Doctora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social Universidad de Granada 1. CONSTITUCIONALISMO DEMOCRÁTICO-SOCIAL Y REPRESENTACIÓN SINDICAL EN EL ACTUAL CONTEXTO DE CRISIS ECONÓMICA : PANORÁMICA GENERAL La representatividad sindical de los trabajadores constituye, a día de hoy, un problema de gran de transcendencia que sobrepasa todos los niveles políticos, sociales y empresariales. La razón es evidente, se trata ésta de una figura (la del sindicato más representativo) que aparece vinculada no sólo a la negociación colectiva, sino también a las formas de organización en la empresa y a los métodos de interlocución con los poderes sociales 1 . En los últimos tiempos se habla de una “crisis de representatividad sindical” producida a merced de los procesos de “individualización”, “fragmentación” y “descentralización”, que están afectando de lleno al mercado de trabajo. Y es que la necesidad de frenar la fuerte y compleja tensión que se produce entre la centralización y la descentralización, con vistas a lograr un equilibrio (no siempre fácil) entre todos estos niveles, está siendo la principal causa que pone en duda las bases mismas y el papel que desempeñan estas organizaciones 2 . Junto a la lluvia ácida que sobre los sindicatos más representativos ha caído se sitúa ahora un creciente fenómeno de empresarialización de las relaciones laborales, el cual enlaza con las nuevas formas de organización del trabajo, aunque también con las orientaciones flexibilizadoras e individualizadoras que se están impulsando por parte del legislador (tanto internacional, como comunitario y nacional). Lo que está determinando un desconfianza hacia las instituciones de defensa de los trabajadores y su sistema de valores. Paradójicamente, en un constitucionalismo social y democrático en donde debería exigirse la primacía de los valores y derechos fundamentales se está, por el contrario, haciendo va ler las libertades económicas3 y las políticas de austeridad. De ahí que los sindicatos más representativos se vean limitados a la hora de influir en materia socio-política. Espoleada por la situación de crisis económica se refuerza así la centralidad del mercado y se debilita, al mismo tiempo, el sistema de garantías sociales de primer nivel al convertir los intereses colectivos en una individualización del 1 RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez, Granada, Comares, 2014, páginas: VIII y siguientes. 2 MONEREO PÉREZ, J.L: "Modelos sindicales: Función del sindicato y mayor representatividad sindical (Ponencia general sobre libertad sindical)", en VV.AA, MONEREO PÉREZ, J.L (Dir) Los derechos de libertad sindical y negociación colectiva desde una perspectiva comparada, Granada, Comares, 2011, páginas 48 a 69. 3 En esta línea, las sentencias del TSJUE de 11 de diciembre de 2007 (Asunto C-438/05, Caso Finnish Seamen's UnionInternational Transport Workers' Federation contra OÜ Viking Line EestiViking); de 18 de diciembre de 2007 (Asunto C-341-15, caso Laval un Partneri Ltd y Svenska Byggnadsarbetareförbundet, Svenska Byggnadsarbetareförbundets avdelning 1, Byggettan, Svenska Elektrikerförbundet ) y Rüffert (Asunto C-346/06). Para un conocimiento más exhaustivo ver GUAMÁN HERNÁNDEZ, A: "Los límites de la acción sindicial en las situaciones de desplazamiento trasnacional de trabajadores", Revista Doctrinal Aranzadi Social Doctrinal, núm. 22/2007, páginas: 1362-1372. trabajo 4 . En este contexto, los valores de la trabajadores quedan relegados a un nivel inferior debido a que la lógica actual es más la propia de un sistema capitalista de mercado, que de un constitucionalismo social y democrático de derecho (en el sentido que propugna la Carta Magna de 1978- en adelante CE-). El debate abierto en torno al papel que desempeñan los sindicatos más representativos ha provocado profundas brechas en la doctrina científica. Así pues, de un lado, está la tesis de aquellos que abogan por la desaparición de los sindicatos más representativos y, de otro, la de aquellos otros que defienden su mantenimiento 5 . Eso sí, en este último caso, será necesaria la revisión del actual modelo de mayor representatividad a fin de que las funciones de éstos se adecuen, de forma directa y en conexión con los problemas reales que ofrecen las transformaciones sociales contemporáneas, a la defensa de los intereses específicos de los trabajadores 6 . 2. EL SINDICATO MÁS REPRESENTATIVO : ANTECEDENTES , NACIMIENTO Y EVOLUCIÓN. EL MODELO MEDITERRÁNEO DE RELACIONES SINDICALES El sindicato aparece con el sistema capitalista de mercado y la cuestión social obrera , sin embargo, su institucionalización y juridificación no se producirá hasta el nacimiento del sistema democrático 8 . 7 El Constitucionalismo del Estado Social de Derecho determinará una reacción y superación del anterior modelo liberal, el cual dará paso a la creación de un nuevo orden de garantía de los principios y valores fundamentales, a lo que se le añade el proceso de internalización, en general, de las normas laboral y del derecho sindical en particular 9 . 4 RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez... op.cit., páginas: XIII a XCIV. 5 RAMÍREZ MARTÍNEZ, J.A: "La representatividad sindical en la LOLS: 25 años después", Relaciones Laborales, nº 8, sección doctrina, Quincena del 15 al 30 Abril de 2011, Año 27, pág. 347, Tomo 1, Editorial LA LEY. 6 RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez... op.cit., página: XCIX. 7 MONEREO PÈREZ, J.L, MOLINA NAVARRETE, C y MORENO VIDA, Mª.N: Manual de Derecho Sindical, Granada, Comares, 10ª edición, 2015, páginas 33 a 41. 8 La normalización democrática pasó por dos fases: la salida del franquismo (1975 a 1978) durante el período de transición democrática y el nacimiento del sistema democrático. Tras decaer la estructura sindical franquista (sindicato vertical) se pasa a una etapa de legalización de los sindicatos gracias a la Ley Sindical de 1977 (contenido el cual es acorde con el Convenio nº 87 de la OIT), la cual culminará con el reconocimiento del derecho a la libertad sindical en la CE de 1978. El Estatuto de los Trabajadores de 1980 formulará, por primera vez, la representación sindical. Ahora bien, la institucionalización sindical de éstos como organización no se alcanzará hasta la Ley Orgánica de Libertad Sindical de 1985. Ver con más detalle, BAYLOS GRAU, A: "Ley sindical y sindicato más representativo en España", Política y Sociedad, número 5, 1990, páginas 23 a 30. 9 En este sentido, el artículo 23. 4 de la Declaración de los Derechos Humanos de 1948 dispone que: "Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses". En esta misma línea, el Pacto Internacional de Derecho Económicos, Sociales y Culturales de 1966 reconoce en su artículo 8: "1. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar: a) El derecho de toda persona a fundar sindicatos y a afiliarse al de su elección, con sujeción únicamente a los estatutos de la organización correspondiente para promover y proteger sus intereses económicos y sociales. No podrán imponerse otras restricciones al ejercicio de este derecho que las que prescriba la Ley y que sean necesarias en una sociedad democrática en interés de la seguridad nacional o del orden público, o para la protección de los derechos y libertades ajenos; b) El derecho de los sindicatos a formar Federaciones o Confederaciones Nacionales, y el de éstas a fundar organizaciones sindicales internacionales o a afiliarse a las mismas; c) El derecho de los sindicatos a funcionar sin obstáculos y sin otras limitaciones que las que prescriba la Ley y que sean necesarias en una sociedad democrática en interés de la seguridad nacional o del orden Precisamente será en este momento cuando el reconocimiento del sindicato y del derecho a la libertad sindical10 formen parte de dos caras de una misma moneda, erigiéndose así, dentro de la forma política de Estado de Derecho, en pilares centrales de la constitución del trabajo. Es en esta tradición cuando el sindicato encuentra un marco pluralista de reconocimiento de poder de autodeterminación, regulación social y jurídica autónoma 11 . Junto al reconocimiento del sindicato como institución básica del sistema democrático (artículo 7 CE) se produce la subjetivación político-sindical del trabajo, en donde el sindicato está llamado a desplegar una función política y de equilibrio en el marco de las relaciones laborales a través del reconocimiento de determinados derechos (a saber: el derecho a la libertad sindical, el derecho a la huelga y el derecho a la negociación colectiva). En un sistema de neocorporativismo democrático, como es el propio del ordenamiento Español12 , la publificación del sind icato como sujeto sociopolítico viene a atribuirle a éste una doble obligación, de un lado, la de participar en la defensa de los intereses de todos los trabajadores (incluida la institucional en los organismos públicos) 13 y, de otro, la de definir las políticas públicas (artículos 7, 28, 37 y 103.3 CE). Esto dará lugar al surgimiento de la representación sindical y a la selección de la técnica legal de mayor representatividad 14 . A pesar de que la situación, tras la legalización de los sindicatos en 1977, se caracterizaba por un acentuado y disperso pluralismo sindical con tendencias ideológicas, organizativas y estrategias público o para la protección de los derechos y libertades ajenos; d) El derecho de huelga, ejercido de conformidad con las leyes de cada país". 10 El reconocimiento a nivel internacional del derecho a la libertad sindical no se vio consagrado hasta los Convenios de la OIT número 87 (del año 1948) y número 98 (de 1949). La preocupación de la OIT por reconocer este derecho se vio de nuevo consagrado en otros texto normativos (recomendaciones) y convenios publicados con posterioridad. Los principios básicos del derecho a la libertad sindical son para la OIT los de: universalidad, plenitud e institucionalización. 11 RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez... op.cit., página: VIII. 12 El modelo "mediterráneo" de relaciones laborales y sindicales incluye a los siguientes Estados: Italia, Francia, Portugal, España y Grecia. RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez... op.cit., páginas: XLI a XLIV. 13 STS de 27 de octubre de 2014 (RJ 2015/737): "Las exigencias normativas resumidas traducen el doble significado de constituir una garantía de la representatividad de los participantes y expresan un derecho de los más representativos a participar en la negociación, en orden a asegurar la representación de los intereses del conjunto de los trabajadores y empresarios". 14 Con anterioridad al ET, en efecto, diversas normas utilizaron indistintamente conceptos tales como «representatividad», «suficiente representatividad», «implantación», sin definir con precisión su significado. Fue ya el ET de 1980 el que utilizó el concepto de mayor representatividad (a efectos de trabajos prohibidos a los menores, medidas de fomento del empleo, fijación del salario mínimo, modificación de ampliación o limitación de la jornada de trabajo y de los descansos, o negociación de acuerdos o convenios marco), aunque en estas materias todavía sin fijar su significado; y, para otras cuestiones (legitimación para negociar convenios supraempresariales, representación institucional) estableció la capacidad representativa de los sindicatos en función del porcentaje, y en su caso, del número absoluto de representantes del personal con los que el sindicato contara. Como se puede ver, todavía el ET adolecía de falta de sistematización y precisión. Cuando utilizaba el concepto de mayor representatividad, no lo definía; cuando daba unas definiciones correspondientes (o casi) a los conceptos actuales de mayor representatividad y representatividad suficiente o cualificada, no utilizaba esos conceptos. Ver RAMÍREZ MARTÍNEZ, J.A: "La representatividad sindical en la LOLS: 25 años después"...op.cit., página 354. centrifugas, se pudieron fijar fácilmente, objetiva y razonablemente dos técnicas legales de mayor representatividad 15 , esto es, la audiencia electoral16 y la irradiación17 . En el modelo mediterráneo de sindicalismo reivindicativo, ideologizado en clases y fragmentado, la Ley Orgánica 11/1985, de Libertad Sindical (LOLS) atribuye a la mayor representatividad una singular posición jurídica que va más allá del ámbito contractual y estrictamente profesional. De ahí que el sindicato más representativo, como institución semi-pública y sociopolítica, tenga una labor de tutela de los intereses de los trabajadores en todos los ámbitos de la vida social18 . El "status" privilegiado de la mayor representatividad se traduce en la atribución legal de ciertos poderes: la negociación colectiva con fuerza de ley y eficacia erga omnes; la participación en la determinación de las condiciones de empleo de los funcionarios públicos de las Administraciones Públicas; la facultad de promover elecciones para los organismos representativos en las empresas y presentar candidaturas a los mismos; la participación en los sistemas voluntarios de solución de conflictos y cesión de uso de bienes inmuebles en proporción al score electoral obtenido. A todo éste listado de facultades cabe añadir, aunque no venga expresamente reconocido en el artículo 6.3 de la LOLS, la concertación social ya sea bajo la forma de acuerdos marcos bilateriales entre asociaciones empresariales y sindicatos o con arreglo a los acuerdos tripartitos entre el Gobierno, la patronal y los sindicatos más representativos19 . 3. CRISIS EN EL FUNCIONAMIENTO DE LA REPRESENTATIVIDAD SINDICAL EN EL ACTUAL MODELO NEOCORPORATIVISTA DEMOCRÁTICO En el sistema español de relaciones laborales la gestión de los distintos conflictos de intereses se articulan en torno a tres centros de poder: Estado, patronal y sindicatos. Precisamente, es en este ámbito en donde la correlación entre todos estos se mueve en una situación de equilibrio inestable debido a la existencia de unas reglas de juego, más o menos institucionalizadas, que se encuentran condicionadas por la presencia de: circunstancias políticas, económicas y sociales; un marco organizativo e 15 VALDÉS DAL-RÉ: "Rappresentanza e rappresentatività sindacale in Spagna", Rivista Lavoro e Diritto, 1988, página 505. BAYLOS GRAU, A: Dialogando dalla Spagna sulla rappresentatività sindacale e la costituzionalità democratica in Italia, 2013, página 7. http://www.academia.edu/9190182/DIALOGANDO_DALLA_SPAGNA_SULLA_RAPPRESENTATIVIT%C3%80 _SINDACALE_E_LA_COSTITUZIONALIT%C3%80_DEMOCRATICA_IN_ITALIA 16 La concreción de la audiencia electoral, como criterio para seleccionar al más representativo, se traduce en la búsqueda de dos opciones de política legislativa: a) evitar el minifundismo sindical (o atomización) y b) buscar la centralización sindical. Ver VALDÉS DAL-RÉ: "Sobre las condiciones de acreditación de un sindicato como más representativo de Comunidad Autónoma", Relaciones Laborales, Nº 2, Sección Editorial, Quincena del 16 al 31 Ene. 2011, Año 27, Tomo I, página 17. 17 BAYLOS GRAU, A: "Ley sindical y sindicato más representativo en España"... op.cit., páginas 24 y 25. 18 Reconocimiento que ya estaba previsto en la misma Constitución de la OIT (texto que entró en vigor en 1919, pero que ha sufrido varias modificaciones -la última en con motivo de la Enmienda de 1972-) en su artículo 3.5: " Los M iembros se obligan a designar a los delegados y consejeros técnicos no gubernamentales de acuerdo con las organizaciones profesionales más representativas de empleadores o de trabajadores, según sea el caso, siempre que tales organizaciones existan en el país de que se trate". 19 MONEREO PÉREZ, J.L: "Modelos sindicales: Función del sindicato y mayor representatividad sindical (Ponencia general sobre libertad sindical)"..op.cit., páginas 47 y siguientes. institucionalizado; las funciones atribuidas a los agentes sociales y a los poderes públicos y las realmente ejercidas, así como por los procedimientos que articulan sus relaciones mutuas 20 . Se trata éste de un modelo nacional caracterizado por una cultura sindical conflictual, reivindicativa y fragmentada ideológicamente, que desemboca en el pluralismo y que determina la creación de la figura del sindicato más representativo a nivel Estatal y autonómico, a efectos de su participación institucional y acción sindical. No obstante, la LOLS también ha previsto la regulación de las organizaciones suficientemente representativas 21 cuando acrediten una audiencia electoral del 10% de los representantes de personal en un ámbito funcional y territorial específico (Art. 7.2). El modelo español presenta líneas de convergencia con otros sistemas de relaciones laborales europeos (el anglosajón, el germánico y el mediterráneo), fruto no sólo de las tendencias homogeneizadoras en la actuación de la OIT22 , sino también de las respuestas que ante los problemas económicos y tecnológicos presentan los distintos países comunitarios. La similitud de soluciones que ante las dificultades ofrecen las relaciones entre trabajo y capital determinan una predilección hacia la convergencia organizativa. Por lo que, al final, esa tendencia normativa del colectivo europeo acaba presentando rasgos concurrentes, a saber: en cuanto a la precarización del empleo; las políticas de competitividad, crecimiento y empleo; la pérdida de poder de los sindicatos y la descentralización de la negociación colectiva 23 . 3.1. Funcionalidades y disfuncionalidades en el sistema español de mayor representatividad Son dos los puntos críticos que presenta aquí la LOLS: a) Funciones de los sindicatos más representativos y principio de igualdad y, conectado con este apartado, b) Las reglas para la determinación de la mayor representatividad. El marco jurídico que diseña la LOLS (título III) institucionaliza el status quo del sindicato más representativo al concederle efectos beneficiosos para que pueda éste desarrollar la función promocional de acción sindical y efectividad en la defensa tanto de los intereses de los trabajadores, como los de interés públicos (STC 99/1983, de 16 de noviembre)24 . La atribución de un catálogo de funciones privilegiadas, así como el reconocimiento de unas organizaciones sindicales fuertes puede, sin embargo, friccionar con el principio de igualdad y el pluralismo social inherente al derecho a la libertad 20 RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez... op.cit., página: XXVIII. 21 VALDÉS DAL-RÉ: "Sobre las condiciones de acreditación de un sindicato como más representativo de Comunidad Autónoma"... op.cit., páginas 17 y 18. 22 En los Convenios números 87 y 98 se marcan los estándares mínimos internaciones. Aspira así la OIT a formular un modelo sindical de referencia para los distintos Estados que encuentre una tradición jurídica y una cultura organizativa definida. 23 MONEREO PÉREZ, J.L: "Modelos sindicales: Función del sindicato y mayor representatividad sindical (Ponencia general sobre libertad sindical)"..op.cit., páginas 47 y siguientes. 24 En este mismo sentido, las sentencias del TS de 18 de julio de 1997 (RJ 1997\6086) y 21 de septiembre de 1999 (RJ 1999\6727); del TSJ de Valencia 246/2015, de 27 de marzo (RJCA 2015\558). sindical. De ahí que, la ley imponga unos mínimos a fin de que la actividad que desempeñan estas organizaciones se desarrolle de forma eficiente y cuente con el beneplácito de todos los beneficiarios 25 . En lo que respecta a la exclusividad de los más representativos para participar institucionalmente en el ámbito de las Administraciones Públicas, el Tribunal Constitucional entiende que se trata ésta de una facultad que forma parte del contenido a la libertad sindical (Art. 28.1 CE). Por lo que, los sindicatos más representativos no sólo gozan de la posibilidad de ejercer libremente sus actividades, sino también de poner en práctica sus programas de actuación sin que, en ningún caso, los poderes públicos (o la Administración Pública) interfieran en tales actividades o entorpezca la ejecución de los programas (TC en sus sentencia de 23/1983, de 25 de marzo y 235/1988, de 5 de diciembre). Ahora bien, este principio no impedirá que la Administración Pública promocione el hecho sindical, siempre y cuando lo haga de acuerdo con el mandato constitucional (arts. 9.2 y 129.2 CE) 26 . En esta línea, el Constitucional ha avanzado un poco más al entender que aún cuando la LOLS atribuya la participación institucional a los más representativos, ello no impedirá que también otros sindicatos (no ostenten dicha condición) puedan representar a los trabajadores del sector público. Cierto es que esa afirmación del TC se hace, específicamente, en el sentido de que las Comunidades Autónomas puedan integrar en sus propios órganos a otros sindicatos que no alcancen las reglas legales de mayor representatividad (STC 99/1983). Ahora pues, en jurisprudencia posterior ya quedó patente —la referida al Consejo General de MUFACE, donde el TC estimó que debía estar presente ANPE, un sindicato meramente representativo en un subsector de la función pública, la enseñanza, o la referida a los permisos para funciones sindicales también a ANPE—, que esa interpretación de que el art. 6.3.a) LOLS no concede derechos exclusivos a los má s representativos constituye sólo una interpretación que tiene un alcance general, de ahí que no se refiera únicamente a la competencia autonómica para configurar sus órganos propios. Para integrar a ANPE en el Consejo General de MUFACE o para concederle permisos para funciones sindicales se reiteró la interpretación ya formulada en la STC 98/1985: "de lo que se trata es de garantizar la presencia de éstas (de las más representativas) sin impedir la de otras de suficiente representatividad en ese concreto ámbito". El Alto Tribunal defiende, claramente, la figura del sindicato más representativo, pero también insiste en que la concesión de privilegios a estas organizaciones no ha de suponer nunca la privación de los medios de defensa de otros sindicatos. Al tratarse de un problema de igualdad "el análisis adecuado a tal derecho fundamental ha de constituir en si la diferencia de trato justificada" (TC 98/1985). Por tanto, "es posible introducir diferencias entre los sindicatos, para asegurar una más eficaz defensa de los intereses de los trabajadores. La promoción de un cierto modelo sindical, en que se potencie la existencia de sindicatos fuertes, en contraposición a un sistema de atomización sindical, puede ser una finalidad legítima, desde el punto de vista de los 25 MONEREO PÉREZ, J.L: "Modelos sindicales: Función del sindicato y mayor representatividad sindical (Ponencia general sobre libertad sindical)"..op.cit., páginas 29 a 32. MONEREO PÉREZ,J.L y FERNÁNDEZ AVILÉS, J.A: " La libertad sindical en la doctrina del Tribunal Constitucional", Revista del Ministerio de Trabajo e Inmigración, nº 73, 2008, páginas 256-262. 26 STC de 14 de abril, 75/1992. arts. 7 y 14 de la Constitución. De este modo, los poderes públicos pueden válidamente potenciar las organizaciones de amplia base territorial y funcional... Esas diferencias no son lesivas para la libertad sindical en la medida en que estén basadas en criterios objetivos y sean razonables y adecuadas al fin perseguido" (STC 188/1995). A este respecto, el TC continua declarando que son criterios objetivos los de mayor representatividad, representatividad cualificada o implantación. Pero la objetividad de los mismos no implica que cualquier regulación apoyada en ellos sea constitucionalmente legítima, pues no lo es la que utiliza tales criterios para establecer un trato diferente entre sindicatos respecto de materias que ninguna relación guardan con aque llos (STC 188/1995). Cabe lamentar el hecho que tanto en los sistemas comparados, como a nivel europeo no se hayan determinado todavía unos criterios uniformes u homogéneos para la fijación del más representativo. Sin embargo, el Constitucional ha afirmado que no tiene validez cualquier criterio sino sólo aquél de carácter objetivo y razonable que sirva para evitar discriminaciones (STC 65/1992). El ordenamiento jurídico español ha rechazado los criterios genéricos o abstractos de medición de la representatividad al preferir atenerse a las reglas específicas de la audiencia electoral (completada por la técnica de la irradiación). A través de este sistema podrán ser sindicatos más representativos a nivel estatal los que obtengan, en dicho ámbito, el 10 por 100 o más del total de los votos en las elecciones a delegados de personal, miembros de los comités de empresa y juntas de administración en las Administraciones Públicas (Art. 6.1 a) LOLS). A nivel de CCAA ese tanto por ciento se eleva en un 5% para su consideración (a través del sistema de audiencia electoral) del más representativo (en total 15%) 27 . Esto significa que (tanto en un caso, 27 Al hilo de este porcentaje, la STC 98/1985 (RTC 1985\98) analiza la posible constitucionalidad o inconstitucionalidad en el incremento de este porcentaje respecto al previsto para el Estado. Uno de los preceptos legales tachado de inconstitucional en los recursos de inconstitucionalidad contra la LOLS, promovidos en su día por el Parlamento Vasco y por el Gobierno Vasco, fue, en efecto, el art. 7.1, que fue impugnado, precisamente, por atentar al referido pasaje constitucional. Conforme alegaba el escrito de la asamblea legislativa de esa Comunidad Autónoma, «el incremento en cinco puntos en el porcentaje y la adición del requisito de un número mínimo de representantes no es sino un obstáculo que impide que dos sindicatos con igual implantación, cada uno en su respectivo ámbito, reciban idéntico trato de los poderes públicos». La interpretación adoptada, en este caso, por el Constitucional (TC 98/1985) fue la de entender la plena conformidad al texto constitucional de las reglas reguladoras de la mayor representatividad sindical en el nivel autonómico. Como bien razona el TC en este pronunciamiento, un adecuado juicio constitucional de estas mayores exigencias ha de partir de una doble premisa: de un lado, la equiparación de derechos y funciones entre ambos sindicatos más representativos, los estatales y los autonómicos, y, de otro, el reconocimiento a estos últimos de una capacidad para ostentar representación institucional que, sobrepasando su estricto ámbito territorial, se ejerce en el ámbito del Estado. En atención a este último dato legal, el TC entendió que no resulta irrazonable el establecimiento de esas condiciones adicionales «que garanticen su relevancia no solamente en el interior de la respectiva Comunidad, sino también en relación con el conjunto nacional», evitando así «las distorsiones que resultarían de la atribución de los mismos derechos a sindicatos de distinta implantación territorial y que representen a un número muy distinto de trabajadores, según la población laboral de las respectivas Comunidades Autónomas». En definitiva, la regulación responde «a una voluntad del legislador de que los interlocutores sociales, por parte de los trabajadores, lo sean con el peso adecuado a la realidad global del mundo del trabajo en el marco de la economía nacional» (FJ 14). En este mismo sentido, las sentencias del TS de 11 de mayo de 2005 (RJ 2005\4659); 7 de julio de 2003 (RJ 2003\6023) y 3 de febrero de 2003 (RJ 2003\5359). Más recientemente, la STJ de Navarra de 23 de julio de 2012 (AS 2013\119). Otra cuestión que plantea el criterio de mayor representación a nivel autonómico es ¿si puede una organización sindical que actúa en dos o más CCAA adquirir la condición de más representativa? A este respecto, el Tribunal Supremo (Sala de lo contencioso-administrativo) en su sentencia de 2 de diciembre de 2013 ha resuelto afirmativamente esta cuestión, razonando que: «En su perspectiva teleológica, la norma permite considerar como más representativas a nivel autonómico a las organizaciones sindicales que cumplan los porcentajes de audiencia exigidos por la legislación en el ámbito de una Comunidad Autónoma. Es decir, podrán ostentar tal consideración siempre y cuando en una de las Comunidades Autónomas donde se presentan, cuenten con el 15% de representatividad extraído del número de miembros de comités de empresa, delegados de personal y miembros de los órganos de representación de las Administraciones públicas. O, dicho en otros términos, la representatividad exigida ha de proyectarse como en el otro) no se tiene en cuenta el número de afiliados a un sindicato, sino el total de votos emitidos en las elecciones a representantes legales o unitarios (calculando ese porcentaje de la suma de votos del sector privado y público) 28 . La razón de porqué en el sistema de relaciones laborales se recurre a este criterio externo y no al de afiliación trae su causa en una técnica no sólo jurídica (1), sino también de política sindical (2). En primer lugar, para evitar el problema estructural de la baja tasa de afiliación a los sindicatos la LOLS recurre para medir la mayor representatividad (o la influencia sindical) al sistema de audiencia electoral. Y, en segundo lugar, se busca la promoción de la concentración (o, desde otro ángulo, se trata de evitar el minifundismo o atomización sindical -STC 98/1985) y la centralidad sindical. Para aquellos sindicatos o entes sindicales que no cumplan con los requisitos que establece la letra a) del artículo 6.1, la LOLS ha establecido la posibilidad de éstos se federen o confederen con otras organizaciones sindicales que sí acredite tal condición para que se les reconozca también a aquellos la mayor representatividad (art. 6.1 b) LOLS). Para el Constitucional, el criterio de la irradiación consiste en un decisión política no controlable salvo que vulnere la igualdad entre sindicatos. De este modo el criterio de equivalencia entre representatividad y audiencia no viene roto, sino complementado por éste de la irradiación en aras a potenciar organizaciones sindicales de amplia base y reducir una posible atomización sindical; amén, claro es, de que esa mayor representatividad por irradiación se basa, aunque sea indirectamente, en el criterio objetivo de la audiencia electoral; es decir, la audiencia de la organización confederal compleja en la que el ente sindical irradiado se integra (STC 98/1985). 3.2. Los problemas de la concertación social en el ámbito sindical Finalmente, entre las funciones políticas que le son encomendadas a los sindicatos más representativos se encuentra la de concertación social. Y es que, entre el poder normativo del Estado y el poder jurídico-político de la autonomía colectiva se halla un punto de conexión a través de los pactos sociales (tripartitos) 29 . Siendo, precisamente, aquí los sindicatos más representativos los que mejor pueden poner en práctica la técnica del pacto social. La concertación social constituye un instrumento cooperativo de tripartismo informal, en donde el acuerdo alcanzado adquiere un carácter político-programático. Ahora bien, estos pactos carecen de fuerza normativa directa, es por ello que ulteriormente deban ser plasmados en instrumentos propiamente normativos. Actualmente, la concertación social se ha convertido en una técnica esencial para la gobernabilidad del sistema de relaciones laborales en su conjunto y para la contención y racionalización de la conflictividad laboral30 . Aunque, si bien, ello no impide que los necesariamente sobre el ámbito territorial de una Comunidad Autónoma aunque la actuación se extienda a más de una, siempre, claro está, que no se trate de una proyección territorial susceptible de considerarse como de nivel o vocación estatal» (FD 5.º). 28 Aunque no es frecuente, este sistema puede dar lugar a que un haya un sindicato con un número alto de afiliados y que, por el contrario, no alcance el carácter de más representativo. Ver MONEREO PÉREZ, J.L: "Modelos sindicales: Función del sindicato y mayor representatividad sindical (Ponencia general sobre libertad sindical)"..op.cit., página 34. 29 30 MONEREO PÉREZ, J.L: Concertación y diálogo social, Valladolid, Lex Nova, 1999, páginas 111-115. RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez... op.cit., página: LXXXV. poderes públicos puedan influir y condicionar la práctica sindical y la estrategia prevista para la negociación colectiva 31 . Ciertamente, si el sindicato más representativo (como portavoz y defensor de los intereses colectivos 32 ) no tiene un programa socio-político perfectamente definido y que responda al problema real de todos los trabajadores, difícilmente podrá cumplir con esa finalidad que tiene encomendada. Por lo que, al final, perderá su razón de ser al ser entonces absorbido por la lógica de la acción política gobernante. El actual modelo promocional del sindicato más representativo y de neocorporativismo presenta, en este punto, muchas dificultades y riesgos para el propio sindicato. Así pues, en primer lugar, cabe referirse a la violenta caída que en el papel político- institucional del más representativo está experimentado en los últimos tiempos33 . Todo ello, por supuesto, motivado por la baja tasa de afiliación, la división sindical y el fuerte intervencionismo estatal. De ahí que, en segundo lugar, éste sufra como principal riesgo su desconexión con la base social que tanto aspira a defender. A todo ello, claro está, se le suman una serie de factores que desembocan en la descentralización y diversificación organizativa 34 . Los cambios que viene sufriendo el sindicato en sus estructura debido a ese fuerte intervencionismo público y las constantes reformas legislativas están determinando importantes modificaciones que pueden resumirse en seis puntos35 . Primero, la crisis organizativa del sindicato ha hecho que éste se desconecte de su base asociativa y de defensa de los intereses colectivos, viendo así incrementado su papel institucional. Es por ello que, en particular, en su nivel central se haya convertido el más representativo en "un gigante con pies de barro". Segundo, el sindicato ha desplazado el centro de su actividad en la empresa hacia el exterior, por lo que olvida sus funciones tradicionales y se ve absorbido por la dinámica político- institucional (crisis de identidad o ideológica). Tercero, se produce una crisis de representatividad, ya que no sólo los afiliados no se ven representados, sino también otros colectivos con intereses sociales (por ejemplo: desempleados y migrantes). Cuarto, los trabajadores son conscientes de que con las últimas reformas legislativas se han eliminado muchas de las ventajas que podían obtener del sindicato, de ahí que se haya producido una "crisis de funcionalidad". Quinto, la asunción por parte de los sindicatos de nuevas actividades determina una actuación muy encima de su nivel de afiliación, lo que ha llevado a plantear una "crisis financiera". Y, sexto, derivado de todo lo hasta ahora expuesto, se produce la sustitución de la "constitución democrático-social" por la "flexible del trabajo" que ahora impera en el sistema de relaciones laborales (crisis institucional). En este sentido, la acción sindical pasa a un segundo plano, siendo pues más difícil de llevar a cabo el método de concertación social. 31 MORENO VIDA, Mª N: Los pactos sociales en el derecho del trabajo, Granada, Universidad de Granada, 1989, página 47. 32 STS de 27 de octubre de 2014, citada anteriormente en la nota al pié número 13. 33 ALBARDÍAZ GARCÍA-PORTILLO, G y DELGADO NUÑEZ, A.A: "Luces y sombras de los sindicatos más representativos en España". http://www.aecpa.es/uploads/files/modules/congress/11/papers/689.pdf 34 RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez... op.cit., página: XCI. 35 RENARD, G: Sindicatos, Trade-Unions y corporaciones, Estudio Preliminar "El sindicalismo y el orden democrático" a cargo de José Luis Monereo Pérez... op.cit., páginas: XCI- CI. 3. CONCLUSIONES El actual modelo de relaciones laborales está alterando las reglas de juego de los sindicatos, debido a la complejidad que en el contexto de referencia se diseña por parte del legislador europeo. El neocoporativismo en el cual se inserta la figura de la mayor representatividad se caracteriza por una debilidad innata e ineficiente para hacer frente a las necesidad sociales de todos los trabajadores en momentos carencia, como son los presentes, de crisis económica. Las prácticas "post- fordista" sitúan en el mercado de trabajo al sindicato en un lugar marginado, haciendo así prevalecer el poder de la empresa frente al de negociación colectiva. Compensada esa posición asimétrica empresarial, asistimos ahora a una des-institucionalización del sindicato más representativo, que se traduce en una pérdida visible de poder y control. La globalización neoliberal ha sup uesto una nueva reordenación jerárquica que ha debilitado al sindicato. Y es, precisamente, ahí cuando los conflictos se han elevado a nivel transnacional, en lugar de centrarse en el ámbito propio del Estado. Por su parte, las reglas que se han marcado a nivel internacional parecen insuficientes para combatir esta crisis de representatividad. De ahí que sean las propias organizaciones supranacionales las que están ahora marcando los objetivos comunes a seguir en un contexto en donde, lamentablemente, las diferencias entre los distintos modelos sindicales se hacen cada vez más visible en el colectivo comunitario. El fomento de las relaciones industriales "sin sindicatos" no parece que sea la alternativa adecuada a la representatividad sindical, máxime si tenemos en cuenta la posición de contrapoder que ocupa el empresario frente al trabajador en la sociedad contemporánea. Desgraciadamente y tras la últimas reformas legislativas, se ha rebajado y esquivado la actuación del sindicato más representativo para que en su lugar se fomenten las formas de gestión y organización empresarial. Por lo que, no sólo se ha desvirtuado el papel de los sindicatos, sino que también se ha desalentado a la clase trabajadora y se han individualizado sus problemas sociales. Indefensos por no ver cubiertos sus intereses colectivos, los trabajadores buscan ahora formar parte de otras clases sociales distintas a aquellas de trabajo subordinado. En este sentido, encuentran su refugio en el autoempleo y el emprendimiento (esto es, la clase media). Ahora bien, cabe preguntarse si con las últimas reformas: ¿no estaremos asistiendo a un cambio sutil y soterrado del modelo de sistema de la Seguridad Social en el que predomine el régimen especial del RETA en detrimento del Régimen General de la Seguridad Social, con las consecuencias que ello conlleva? El sindicato más representativo debe constituir una institución necesaria para el sistema capitalista y más para las funciones que desempeña el Estado. Y es que, sin ellos el Estado no podría realizarse eficientemente esos objetivos "de crecimiento económico y contención social". No obstante, se precisa (a la vista de las nuevas formas de producción) un cambio importante en la acción social que desempeñan estos agentes sindicales. Para lo cual resultará necesario que se conviertan a éstos en sujetos activos de esa gama de poderes privilegiados que le concede la ley y por la cual se les otorga la facultad de desempeñar funciones de representación general en un marco de descentralización del poder del Estado. En esa tensión entre lo viejo (tradición) y lo nuevo (renovación) es en donde debe centrarse la revisión del modelo internacional y europeo de mayor representatividad. Buscando así que éstos incidan más en el ámbito de los problemas colectivos de las empresas, de acuerdo con las transformaciones sociales y tecnológicas, que en cuestiones de carácter político. Ello no debe implicar que la concertación social pierda importancia, pero sí que se enfoque más hacia la defensa de los intereses específicos de los trabajadores. Por esa razón, considero que uno de los aspectos centrales en los que debe incidir el nuevo modelo es en la selección de los más representativos, de modo que las nuevas reglas pivoten en torno a criterios reales (afiliación) y no oficiales (audiencia electoral) más propio de elecciones políticas. En efecto, de lo que se trata no es de sustituir radicalmente el criterio de la audiencia electoral por el asociativo o de afiliación, sino en combinar ambos criterios. Ciertamente, las funciones de concertación social requieren que se unifique n y centralicen los resultados de la negociación, evitando ofrecer un modelo pluridireccional y contrario al beneplácito colectivo. Lo que, sin lugar a dudas, nos acercaría a un modelo de derecho sindical más propio de una constitución democráticosocial, que de una constitución del trabajo flexible.