Carta a los monitores de mi hijo en el campamento de futbol - T-oigo

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Carta a los monitores de mi hijo en el campamento de futbol
Queridos monitores,
¡Vais a pasar unas semanas maravillosas en el campamento en compañía de mi hijo,
James, de 12 años esta segunda quincena de julio! En esta carta quiero explicaros
como es mi hijo y lo básico que debéis de saber sobre su pérdida auditiva, sus
audífonos, y unos consejos prácticos.
James es un niño muy fácil, muy sociable, buenísimo deportista, muy popular con los
chicos y chicas. Saca buenas notas en el colegio, se atreve con todo, y se esfuerza por
hacer lo mejor que pueda. Casi no se nota que no oye como los demás, que lleva
audífonos porque él no se ve diferente que los demás, a pesar de su pérdida auditiva.
Con los audífonos oye casi como un niño normoyente, aunque sin los audífonos no
puede mantener una conversación, pero sigue siendo un niño guapo e inteligente,
capaz de meter muchos goles!!!
Su primer idioma es el inglés y va bastante bien en español. (Entiende todo, sobretodo
siempre habla sobre el Real Madrid siempre en español.) Va a un colegio bilingüe y
hablamos inglés en casa. El motivo de enviarle el campamento, a parte de practicar su
deporte favorito, es la inmersión total en el idioma español. Siempre hay que
hablarle en español.
James no dice muchas veces cuando no oye ni entiende. Cuando le conoces, verás que
es muy comunicador, pero no da ninguna importancia que una pila de sus audífonos
esté agotada. Si pierde unas instrucciones que se da al grupo de niños, suele seguir a
los demás. Pero se puede equivocar. En casos importantes, sobretodo relacionados
con su seguridad, hay que observarle y darle instrucciones personalmente. En estos
casos, conviene tener a un amigo o monitor que le explique personalmente lo que se
les ha contado al grupo, si les imparten información en un grupo grande, si está lejos
de la persona que la imparta, hay ruido de fondo, como música, o mucho ruido de los
niños. De todas formas, es mejor darle la opción de sentarse cerca al interlocutor, en
primera fila cuando les den instrucciones.
Para que James te entienda mejor, no hace falta hablarle mas fuerte, ni gritarle,
nunca. Entiende mejor si estas cerca y te ve la cara, y le hablas en una voz normal.
Con la distancia y el ruido oye menos. En la cancha no suele tener problemas. Es de
los mejores jugadores de su equipo, y entiende lo que le dice su entrenador.
Por la noche, en la oscuridad, no puede apoyarse con lectura labial, y le cuesta mas
entender. Hay que hablarle de cerca, pero no encima. Solo es necesario repetir de
forma educada y sin llamar la atención de los demás niños.
Para dormir él se quita los audífonos. Cuando no tiene los audífonos puestos, le suelo
hablar cerca del oído en un tono normal y me entiende perfectamente. Sin los
audífonos no oye nada. ¡No tiene ningún problema para dormir!
Sus aparatos
James lleva 2 audífonos. Sabe cuidarlos pero estaría bien contar con una mínima
supervisión.
-A diario, hacer que James compruebe las pilas por la mañana antes de salir. Pueden
durar hasta 5-6 días. Conviene llevar una rueda de pilas en la mochila por si acaso.
James sabe cambiar las pilas sin ninguna ayuda.
-Como con todo aparato electrónico, no se pueden sumergir los audífonos en el agua.
No hay que dejarle a James caer ni ser empujado en la piscina con los audífonos
puestos. No echarle aquí encima de la cabeza para refrescarse.
-¿Qué pasa si los audífonos se caen al agua? Hay que quitarlos, intentar secarlos como
pueda con una toalla. ¡Nunca con calor como secadora ni microondas!!! Abrir la
puerta de los audífonos, sacar la pila y ponerlos en la cajita con pastilla anti humedad.
Durante unas horas, James no oye obviamente y habrá que ayudarle que haga alguna
actividad no basada en la audición, pero puede correr, como el futbol, nadar, etc.
-Después de bañarse necesita tiempo mínimo para secarse bien los canales auditivos
antes de que él se ponga sus audífonos, para así evitar un otitis.
James lleva los audífonos puestos SIEMPRE. Excepto cuando se baña o duerme.
En estos casos James sabe guardarlos en su cajita con una pastilla anti-humedad,
completamente cerrada y fuera del sol, en su mochila. Deben de estar en un lugar
seguro donde otros niños no los pueden tocar ni mojar.
Otros niños
James va a un colegio internacional con 60 países representados donde celebran las
diferencias y predican la tolerancia. Nunca ha tenido jamás un problema con otros
niños por su perdida auditiva, y por ello tiene mucha confianza en si mismo. Si los
otros niños preguntan por los audífonos, hay que decirle, tranquilamente,
¿Tu conoces a algún niño con gafas? No ve tan bien como tu y utiliza gafas para ver
mejor. Pues lo mismo. James no oye tan bien como tu y utiliza audífonos para oír
mejor.” No hay que decir nunca que James es sordo. Se identifica como una persona
oyente.
Bueno, ya me he enrollado bastante. Hay que recordar que los audífonos valen 6000
euros, pero incluso no tienen precio porque sin ellos, James no tiene una vida normal,
como tiene ahora. No los hemos perdido nunca.
Quiero decir que no hemos tenido estos problemas nunca pero todos ellos pueden
pasar. Ante la duda, siempre llamarme, y si realmente se estropean los audífonos, se
acercará mi marido al campamento con otros audífonos. Siempre mejor llevar un solo
audífono que ninguno. Si James se queja de otitis, también, llamarnos.
Tengo toda la confianza que lo vais a pasar estupendamente. Agradezco esta
consideración especial y cariño que le vais a dedicar.
Os mando un fuerte abrazo,
Dale Sindell
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