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I ; a i i i a i D[ MÉXICO
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SAINT-JOHN PERSE
(1887-1975)
ANS CHRISTIANIÍNDERSEN
805-1875)
BBL OTECA DE MÉX CO
Saint-John Perse
T ",ducción de
Mana Donis
Elogios
Imágenes para Crusoe
T mucción de jorge Zalamea
NÚMERO NOVENTA
Anabasis de Saint-John Perse
NOVIEMBRE-DICIEMBRE DE 2005 • $34.00
PLAZA DE LA CIUDADELA 4. CENTRO HISTÓRICO
DE LA CIUDAD DE MÉXICO. CP 06040.
Carta de Saint-John Perse
TELÉFONOS 9172 4710Y 9172 4712
a Octavio G. Barreda
CORREO ELECTRÓNICO blbme><@correo.conacultagob.mx
CERTIFICADO DE LICITUD DE TITULO NÚM. 6170
CERTIFICADO DE LICITUD DE CONTENIDO NÚM. 4380
CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS
ARTES
PRESIDENTA
SARI BERMÚDEZ
Diálogo de lenguas poéticas
Reflexiones a raíz de un encuentro con
Aimé Césaire en Fort de France
en enero de 2005
DIRECTOR GENERAL DE BIBLIOTECAS
JORGE VON ZIEGLER
T",ducción de Mario Bojórquez
REVISTA BIBLIOTECA DE MÉXICO
DIRECTOR FUNDADOR: JAIME GARCíA TERRÉS t
DIRECTOR: EDUARDO LlZALDE
EDITOR: JOSÉ ANTONIO MONTERO
EDITOR ASOCIADO: MARIO BOJÓRQUEZ
SECRETARIO DE REDACCiÓN: JOSÉ DE LA COLINA
CONSEJO DE REDACCiÓN: JUAN ALMELA. FERNANDO
Entrevista con Aimé Césaire (fragmentos)
T",ducción de Marca Donis
ÁLVAREZ DEL CASTILLO, MIGUEL CAPISTRÁN.
ADOLFO ECHEVERRfA JAIME MORENO VILLARREAL
VíCTOR TOLEDO Y RAFAEL VARGAS
Cuaderno de un retorno al país natal
PROMOCiÓN EDITORIAL: MIGUEL GARCíA RUIZ
DISEflo: PEDRO A GARCíA C.
ASISTENCIA EDITORIAL: MARINA GRAF
Y ANDREA DEL RAZO
ASISTENCIA DE DISEflo E IMPRESiÓN: ZIAN ESCALONA
COMERCIALIZACiÓN Y DISTRIBUCiÓN: RUYSDAEL NAVA
Poemas
T ",duce ión de Enrique Uhn
IMPRESiÓN: GRÁFICA CREATIVIDAD Y DISEÑO, SA DE C.v
PORTADA: Saint-John Perse en Cabo de Homos. 1960.
lA DE FORROS: Almé Césalre
4A DE FORROS: Salnt-John Perse camino al eXIlio. 1940.
Hans Christian Andersen
Obra plástica de Germán Cueto en el
Museo Federico Silva
Los libros alemanes más bellos del 2003
•
BIBLIQTECA
DEMEXICO
La palabra es un tigre en el pastizal del ojo.
La generación poética de los setenta
HENRIEΠE LEVILLAIN*
SAINT-JOHN PERSE
ΤRADuccιόΝ ΟΕ MARTA DONiS
eχcelente Υ generosa relacίόn que mantienen diversas instituciones francesas de la cultura con Bib/ioteca de Mexico
permite que esta ofrezca en este nύmerο a sus lectores un material eχcepcional : cinco capitulos de la biografia de uno
de los mas eminentes poetas modemos: Saint-john Perse, con imagenes ineditas del deslumbrante poeta, por 10 cual
eχpresamos nuestro ilimitado reconocimiento a Henriette Levillain, autora del l ίbro (quien cedίό los derechos de tradυccίόn) , a la Association ρουΓ la diffussion de la pensee franςaίse (Adpf), a la Fondat ion Saint-john Perse (que autοrίΖό
el uso de imagenes de su fondo) Υ con no menor Υ renovado entusiasmo a Mme. Anne du Parquet, responsable del servicio de Ρrοmοcίόn Υ dίfυsίόn de la Adpf, Υ a jacqueline Andre, a cargo de la Mediateca de la Casa de Francia en Meχico.
La
Α
La leyenda de los antepasados
jPolmos!
Entonces te bonobon en el oguo-de-hojos-verdes;
el oguo estobo ούπ verde de sol; Υ los criodos
de tu modre, mujeres re/ucientes, meneobon
sus tibios piernos junto ο ιί, que temblobos ...
(Hoblo de υπο condίcίόn superior de los vestidos,
en el reino de 10 luz girotorio.)
;Polmos!, Υ 10 dulzuro
de υπο vejez de los rοίces .. Ιο tierro
deseό entonces ser mόs sordo, Υ el cie/o mόs profundo,
Υ όrbο/es muy grondes οhί, consodos de oscuros designios,
urdieron υπ pocto inextricoble ...
(He sonodo olgo οsί: υπο residencio seguro
entre telos entusiostos.)
los e/evodos
curvos ce/ebrobon
el comino de ido de vίοs prodigiosos, 10 ίnvencίόn de bόvedοs,
de noves,
Υ 10 IUΖ, fecundo en hozonos mόs puros,
ίnοugurό el blonco reino odonde quίΖό I/eve
υπ cuerpo sin sombro ...
(Hoblo de υπο condίcίόn superior. ontono, entre unos hombres
Υ sus hijos, Υ que moscobon eso hojo.)
Υ
rοίces
Επ
esos dίοs, 10 boco de 105 hombres ero
grove, 105 brozos de 10 5 mujeres
mόs
mόs lentos:
por olimentorse de rοίces como nosotros,
105 grondes onimoles tociturnos se ennoblecion;
Υ los Ρ όrpοdοs se obrίon mucho con mόs oscuridod...
(He sonodo esto, Υ este sueno nos ho consumido sin reliquios.)
Υ
"Para celebrar una infancia".
Eloges, Ο. C. (ρ. 23)
• Henrιette Levlllaln es profesora en la Universidad Paris IV-Sorbonne. Υ auto r a de estudios Υ articulos sobre Salnt-John Perse, entre ellos: Ιε Rituel poe6que de
Sοlnι-jοhn Perse, Galllmard, coll. Idees, 1977: 5ur deux verson ιs. 10 cre060n poetίque chez Sοιnι-jοhn Perse, Jose COrtl . 1987. Ha publlcado estudio s dedicados a Ιο
Prιncesse de CΙeves, de M me . de La Fayette. a las Memolres d Ήοdrιen de Marguerrte Yourcenar. Gallimard, coll. Follotheque Υ al barroco: Qu 'esι-ce que le boroque i . Kllncksleck. 2002. Ha d,r'g,do varιas obras colectivas sob,-e la Guadalupe , sobre la sant idad Autl-ement. sobre Dante Υ sus lectores La L,corne, 200 Ι , sobre
Ιο Poeuque de 10 molSon, Presses de la Sorbonne, 2004, Υ, con M,re,lle Sacotte, Sοιn ι-jοhn Perse ά I'ιjge nucleoire, Kllncksieck, 200S.
2
BibIioteca de Hexico
{1887 Nacimiento en la isla de Guadalupe de de Marie-René Al exis Saint-Leger
Leger. único varón de cinco hijos.} (IX)' [...]
{ I 899 Partida definitiva de la toda familia a Francia, después de más de dos siglos
de haber estado establecida en las islas.} (Xl.)
Las líneas anteriores pueden leerse en la Biografío, de donde se han extraído,
que el poeta octogenario redactó en su totalidad para el volumen de la
Pléiade, y transcriben el texto al pie de la letra. La formulación es impersonal,
el estilo lacónico, no se trasluce ninguna emoción. Es igual algunas páginas más
delante de la misma " Biografía", cuando reniega secamente de la destrucción
de la "Casa" de su infancia,"la Joséphine", a con secuencia de un violento ciclón:
{1 964 Noticias del gran ciclón que asoló la isla Guadalupe: una de las dos ant iguas
plantaciones de la familia del poeta, la casa Lo joséphine, en la cima de Matouba, fue
arrasada.} (XXXIV)
MENTlilERe
ANDERSEN, PERSE,
AIMÉ CÉSAIRE
Tres legendarios escritores ocupan las páginas del presente número: el danés Hans Christian
Andersen, que en el centenario
de su nacimiento sigue siendo
uno de los emblemáticos cuen-
Pero no nos dejemos engañar. En realidad, la salida de la Guadalupe la vivió
el joven Alexis, de doce años, como una pérdida " definitiva", como un ex ilio
sin retorno posible. Ahora bien, aun cuando se rehusó a confesarlo, este
trauma fue el que engendró al poeta.
¿Cuánto valen doce añitos, podrá pensarse quizás, en la vida de un hombre que vivió ochenta y ocho, que asumió las más altas responsabilidades
diplomáticas entre las dos guerras, que después conoció, en junio de 1940,
la doble humillación de la revocación y el ex ilio, y que finalmente recibió el
homenaje más prestigioso que pueda otorgarse a un poeta, el premio
Nobel? ¿Será posible olvidar que el valor de una vida de poeta no se mide
ni en la cantidad de años, ni en los reconocimientos oficiales, sino en el capital de lo imaginario? Ahora bien, es exactamente a los doce años, según la
opinión unánime de los psicólogos, cuanto se construye en forma definitiva
la estructura simbólica del inconsciente. De igual modo, aun cuando SaintJohn Perse se haya prohibido confesar su nostalgia, su obra poética debe una
gran parte de su poder mágico al patrimonio antillano heredado de sus antepasados.
A sí, cuando el joven Alexis Leger trocó la isla t ropical por la ciudad de Pau,
al pie de los Pirineos, los cimientos de su imaginario ya estaban en su sitio.
Sustentado después por la conversación de su madre, que siguió siendo criolla de lengua y de corazón, filtrado e idealizado por la distancia, el recuerdo de
la Guadalupe se transformó poco a poco en leyenda de los orígenes: de los
suyos propios, constituidos por antepasados, nobles y aventureros todos ellos;
de una isla, asimismo, que presentaba a los ojos del niño la perfección de la
forma de una O -" Esta O que tiene ella misma la forma de la isla, ¿no se
encuentra toda ella entera en Gauguin?" (74I )- y que se había convertido
desde el exilio en el arquetipo de la dicha.
Comencemos, pues, por la leyenda fam iliar. La familia Leger se encontró
alrededor de la década de 1880 en la situación crítica que conocieron muchas
grandes familias de blancos cri ollos. La inestabilidad social, debida al derrumbamiento de los precios del azúcar; el hecho de que los industriales
tomaran las riendas de la economía, y el ascenso político de una burguesía de
color condujeron a los más lúcidos a comprender que se había dado vuelta a
la página de la colonización tradicional. Sin embargo, ante el temor de que el
establecimiento en la metrópoli los llevara rápidamente al olvido de toda una
sociedad, muchos de ellos con la edad se sentaron a componer sus árboles
genealógicos y a escribir sus Memorias. Por ser demasiado íntimo, el género de
las memorias no iba con Saint-John PerseoLa genealogía era, aparentemente,
más neutra.Y con todo cuidado, a la edad de ochenta y cuatro años, se tomó
el tiempo de redactar y de comentar su doble ascendencia, Leger y Dormoy,
tistas de la literatura universal; el
poeta francés Saint-John Perse,
desaparecido hace 30 años a los
88, pero que fue legendario en
vi da como lo es el también poeta de lengua francesa Aimé Césaire, nacido curiosamente como el autor de Anóbosis en una
isla antillana (uno en Guadalupe,
el otro en Martinica).
Varias instituciones y personas a las que damos natu ralmente crédito en las páginas correspondientes, han proporcionado a los editores de la revista
el valioso material literario y gráfico que hoy ofrecemos a nuestros lectores.
En lo que a Saint-John Perse se
refiere, hemos dado principal crédito a Henriette Levillain cuyas
páginas dedicadas al poeta son la
brillante introducción al cuerpo
de la revista. Y del propio Perse
(premio Nobel 1960) se incluyen
célebres traducciones de Jorge
Zalamea, así como versiones castellanas de Anóbosis y textos de
Octavio G. Barreda, sabio, generoso y carismático personaje a
quien tuve la fortuna de conocer
en mi juventud. La edición original
de este libro, que Barreda me dedicó en 1957, fue noblemente
sustraída de mis libreros por un
, Las referencias entre paréntesis conresponden a la paginación de la edición de las CEuvres completes
(OC.) de Saint-John Perseo Bibliothéque de la Pléiade. NRF Gallimard (1972) 1982. Recordemos que las
notas de esta edición fueron redactadas en su mayor parte por él y que la composición quedó enteramente a su cargo. Como prueba. están estas primeras líneas que tienen más de leyenda dorada que de
estado civil. El patronímico del poeta es Léger a secas con acento. Saint-Leger Leger es el primer seudónimo elegido como firma de Éloges (19 I 1). Hemos respetado en la presente obra la elección del poeta:
escribiremos Leger sin acento.
3
Biblioteca de México
devoto poeta amigo.
También muy especialmente
agradecemos la colaboración de
nuestro inteligente amigo Phi-
Salnt-John Perse, NewYork 1940. Fotografía de Lucien Aigner
Por esta rama materna, el poeta entiende pues esta,
relacionado con un viejo origen criollo de plantadores y
de altos funcionarios coloniales, origen para el cual la
"casa" constituía el equivalente de un castillo: a la vez una
renta territorial y una superficie social.
Ahí mismo en la Pléiade, la historia de la rama paterna es tan hermosa como la anterior, pero el onomástico
es ahí más fantasioso: un apellido de una "ant igua familia
de origen borgoñón" redundante y aureolado de santidad, Léger Saint-Léger, se transformó una vez que llegó
a las islas en Saint-Leger Leger (sin acento),Y en cuanto
a las mujeres, del lado de la abuela paterna, el origen se
rem ontaría al siglo X II, con un bonito apellido de pájaro:
"castellane de Caille que se volvió simplemente Caille";*
después se decidió la aventura a las islas en 1768, la vida
de propietario de una plantación en la isla de Guadalupe, lu ego en la Martinica para escapar a la guillotina;
una alianza reluciente con la hija de un descendiente del
conde de Leyritz y, para terminar, la compra en 1824 de
un cargo de notario en Pointe-a-Pitre.
En realidad, como toda leyenda, este relato no es ni
totalmente veraz ni totalmente falso, Es una reconstitución selectiva y valorizante, compuesta a partir de hechos exactos, La comparación con el árbol genealógico,
reorganizada recientemente por los genealogistas citados líneas arriba, hace aparecer divergencias y silencios
muy significativos, Por falta de archivos que permitieran
remontarse más atrás, solamente se ha hecho el censo
de cinco generaciones. Parece, pues, difícil acreditar la
doctrina de Perse respecto del origen multisecular de los
diferentes linajes. Tomemos el ejemplo del abuelo Leger;
con vistas a colocarla como preámbulo a la edición de sus
CEuvres Completes, en la Bibliotheque de la Pléiade,
iTranquilícense aquellos que consideren que genealogía y poesía son incompatibles! A decir verdad, comparada con la genealogía establecida recientemente por
especialistas reconocidos en la materia, la investigación
realizada por Saint-John Perse incita más a la imaginación
y al sueño que al rigor científico 2 Con apellidos que parecen no acabar nunca, sus relatos de aventuras peligrosas y salvamentos milagrosos, tienen las características de
una "leyenda dorada". Es aconsejable, por lo tanto, saborearla como un prólogo a la obra poética, más que
buscar en ella un elemento de información biográfica,
Ya se remonte a su ascendencia paterna, ya a la materna, el poeta evoca hechos sorprendentemente comparables: orígenes muy antiguos, borgoñones o provenzales, ennoblecimiento por medio de la tierra, blasones y
nombres que hacen soñar, cadetes aventureros que eligieron espontáneamente partir hacia las islas, guillotinas
que con trabajo se evit aron y partículas camufladas,
alianzas y relaciones muy prestigiosas, Así, el abuelo
materno, Pau l Dormoi, descendería de un "d'Ormois le
Bou rguignon", que supuestamente se instaló en las islas
del Viento en 1750, y cuyos hijos y nietos habrían fundado compañías marítimas, escapado milagrosamente a
naufragios, protegido a una tribu africana, y todo ello sin
que jamás cesara el combate contra los invasores ingleses, Uno de ellos habría incluso encantado a Chateaubriand por su conversación exótica,
Bemadette y Phll'Ppe Rossignol, Ascendance antillaise de Saint-john Perse,
DosSIer núm. 2Joáubre de 1982, Centre de généalogie et d'histoire des isles
d'Amérique, 30 rue Boissiere.750 16 Paris.
¡
• Caille significa codorniz.
4
Biblioteca de México
no t iene nada que ver con al apellido aureolado, Saint-Leger Leger. Nacido
en París, se hizo ahí notario y partió hacia las islas a pesar suyo, probablemente porque quebró después de haber desposado a una muchacha apellidada Cochon D urozoir, cuya madre respondía al apellido igualmente pintoresco de Travers* En lo concerniente al arraigamiento patriarcal mente rural,
comenzó con las compras respectivas, por parte de los dos bisabuelos maternos, de las casas ubicadas en Basse-Terre, en los primeros años del siglo
XIX , y no antes de esa fecha. En conjunto el número de dueños de plantaciones era ahí reducido en comparación con los oficios y carreras vi nculadas
al derecho y al comercio.Y este gran poeta amante del si lencio no nos dijo
que el antepasado Travers de principios del siglo X IX era "vendedor de ultramarinos y confitero" en París, mientras que en los mismos años un Leger era
ahí un buen burgués peletero. En resumen, la familia Leger siguió el itinerario trazado por Balzac, esto es, el de una burguesía que se enriqueció o empobreció en las islas, que se elevó socialmente por la adquisición de explotaciones agrícolas y la gestión de cargos administrativos, pero que no obtuvo por ello blasones y títulos de nobleza. Y los apellidos tan burgueses de
Cochon Durozoir y Travers, como carecían indudablemente de la gracia de
poner a soñar, fueron resueltamente censurados por el poeta.
Pero, ¿por qué haber puesto tanto cuidado en arreglar un pasado que no
tenía nada de deshonroso? ¿Esnobismo estrechamente social o imaginación de
poet a? Si tomamos en consideración las prolongaciones del ensueño genealógico en la poesía, debemos optar por la segunda solución. Es muy propio
de un poeta que se deleite en las etimologías fantasiosas y en el onomástico,
que prefiera las aventuras marítimas y el cultivo de la tierra a los negocios, que
cuenta la Historia como una sucesión de cúspides fo~adas por individuos de
carácter fuerte.
MENTlilERe
lippe Ollé-Laprune, cuyo reciente encuentro con el grande
Aimé Césaire en Fort de France
publicamos en traducción de
Mario Bojórquez.Y de Aimé Césaire no podía faltar algún texto
traducido por el gran poeta catalán Agustí Bartra ( 1908-1982)
que vivió en México largo exil io
y fue amigo de numerosos escritores y colegas de distintas generaciones. Hay que decir que
A imé Césaire no es premio N obel como Perse, pero que ha
sido nom inado por la Academia
Sueca en varias ocasiones.
En la sección final de la revista
publicamos, entre otras cosas,
una reseña de la exposición de la
obra de Germán Cueto en el
Museo Federico Silva de San Luis
Potosí, a la que contribuyó la
Biblioteca de México José Vascon celos, con el préstamo de algunos bustos de ese escultor que
fuera miembro cercano del grupo de "Contemporáneos", y un
ensayo del joven escritor Alí Calderón sobre la generación poética de mexicanos nacidos entre
1970 y 1979, así como una breve
antología de sus trabajos.
Para conmemorar el bicentenario del nacimiento de Hans
Christian Andersen (1805- 1875)
fue inaugurada en la Sala Infantil
de la Biblioteca de México, con la
colaboración de la Embajada de
Dinamarca en México, una exposición bibliográfica e iconográfica
sobre la obra del escritor danés.
En el presente número de la
revista se publica un ensayo de
Alberto Chimal, que fue el curador de la muestra mencionada.
Saint-John Perse y su padne. hacia 1903
• Cochan
significa cerdo. marrano, y por extensión, desaseado, sucio.
ancho de algo, y aparece en diversas expresiones, como
Trovers
significa defecto, anchura, el
ovair /'esprit de crovers (tener el genio atravesadol·
S
Biblioteca de Méx ico
E. L.
B
La leyenda principesca
Pues tú volverás a nosotros, ipresencial , con el primer viento de la tarde.
En tu sustancia y tu carne y en tu peso de mar. ioh, arci lla!, en tu color
de piedra de establo y de dolmen, ioh, mar -entre los hombres engendrados
y sus comarcas
de robles, ¡tú, Mar de fuerza y de labranza, Mar perfumado de entrañas hembras
y de fósforo. en los grandes látigos restallantes del rapto! Mar asible
en el fuego de los actos más bellos del espíritu ... (Cuando los Bárbaros están
en la Corte por
una estancia muy breve, la unión con hijas de siervos, ¿realza con tono muy alto
el tumulto de la sangreL)
"Guíame, placer. por los caminos de todo mar; al estremecimiento de toda brisa
donde el instante se alerta, como el pájaro vestido con su ropaje de alas ...
Voy, yo voy por un camino de alas, donde la misma tristeza no es más que un
ala..
El bel lo país natal es para reconquistarse, el bello país del Rey que él no ha
vuelto a ver desde la infancia,
y su defensa está en mi canto. iOrdena la acción, oh, pífano,
y de nuevo la gracia de un amor que sólo nos dé el poder del Júbilo l "."
"Y vosotros, oh, Sabios, ¿qué sois vosotros pues para reprendernos, oh, Sabios) Si
la fortuna de mar
en su estación aún amamanta un gran poema sin razón, ¿me negaréis
la entrada) Tierra de mi señorío, ique yo entrel, pues no tengo vergüenza alguna
de mi placer ... ''''iAhl, que un escriba se acerque: le dictaré ... " ¿Y quién, pues,
nacido de hombre, se mantendría sin ofensa junto a mi alegría)
-Aquellos que, desde el nacimiento, consideren su conocimiento por encima
del saber.
"Invocación"
Amers, o. C.
pp. 267-268
Por razones que siguen siendo secretas, Saint-John Perse
nunca quiso regresar a Guadalupe. Pero tanto su vi da
como su obra se vieron frecuentadas por la isla natal.
No es casual que el primer pseudónimo, Saint-Leger
Leger, sea un eco del nombre de la isleta Saint- Leger-IesFeuilles, propiedad de la familia Leger, en la que Alexis
pretende haber nacido (es más probable que su madre
haya preferido dar a luz en la casa familiar de Pointe-aPitre ... ). No es tampoco un azar que el segundo pseudónimo evoque, entre otros referentes, una pequeña
isla de las Antillas inglesas, Saint-John. Los nombres de la
isla y del poeta se confundieron, así, en una consagración
reciproca. Más tarde, en la época de su exil io en Estados
Unidos ( 1940- 1957), tomó la costumbre, durante los
tórridos veranos de Washington, de surcar la costa
atlántica; le gustaba particularmente volver a encontrar
la vegetación tropical de Florida, visitar en Georgia
plantaciones para rastrear las huellas de antepasados
emigrados en el siglo XVII I, quedarse en las islas privadas,
estudiar la migración de fragatas y de faetones que le
habían sido íntimos en la ori lla del mar Caribe.
Pero nunca regresó a su isla, y no es porque no la haya
rozado en varias ocasiones navegando en el archipiélago
caribeño. Indudablemente adivinaba que todo había cambiado desde su partida, tanto el paisaje natural como el
social. Los ciclones devastadores habían destruido la
Joséphine. la casa preferida, situada en el frescor del
Matouba. Pero, sobre todo, el tejido social había quedado
desgarrado en su totalidad. El adolescente había dejado
una sociedad recién salida del colonialismo, fundada en
los intercambios de servicios y las re laciones individuales,
en la que el o dio racial y los conflictos de clase aún nO se
habían inventado. Tanto en la linda casa con galería de
Bois-Debout como en la Joséphine, él había sido, como le
confió a Pierre Guerre, el príncipe de un reino matriarcal,
cosmopolita y jerarquizado: la abuela Dormoy, que enviudó en I 890, la guapa madre de Alexis, las cuatro hermanas y las numerosas sirvientas, negras o mestizas, componían en su derredor una pequeña corte de mUJeres. Una
fotografía de la época, conservada en el museo Saint-John
Perse de Pointe-a-Pitre, representa una reunión familiar
en la Joséphine. Sobre un fondo de montañas y de mangles, el pequeño Alexis, vesti do de traje de marino y con
un inmenso sombrero de paja, posa muy orgulloso en la
primera hilera, derecho como una i y rodeado de mUJeres: su madre, sus tres hermanas (en esas fechas, ya había
muerto la cuarta) y su imponente abuela. La delgada silueta del padre se encuentra atrás, en la última hi lera. Esta
imagen de mujeres enérgicas y amorosas, que hacía contrapeso a la de los hombres, más borrosa, fue con seguridad uno de los componentes de la felicidad ligada a la
isla natal.
Brut almente desposeído, el Joven ado lescente de Pau
lo recuerda en el estribillo de "Para celebrar una infan-
Biblioteca de M éxi co
Reunión familiar en La Joséphlne haCia 1890. Salnt-John Perse, niño. con sombrero de paja y vestido de mannento
cla", con una emoción cuya discreción se hace sensible
por el paréntesis. Desde la O de la isla hasta el torbellino de la luz y la parte redondeada del vestido, todo
tenia entonces la forma perfecta del circulo, y de un circulo del que él era el centro:
Es muy probable que Saint-John Perse quisiera continuar
imaginando que una distribución parecida de los papeles garantizarla el orden del mundo, y que deseara conservar intacta la imagen del reino insu lar del que lo hablan despojado. Pero sabia que, si atracaba ahl, el riesgo
era ya no reconocer su hábitat. Por consiguiente, fue
exclusivamente a la escritu ra poética a la que de manera cifrada, mediante formulaciones obl icuas y siempre
distanciadas, le confió el cu idado de ir a su encuentro. Lo
que parece evidente en el caso del primer libro, Éloges,
ha podido demostrarse para el conjunto de la
obra: ' la escritura fue para Saint-John Perse el
med io de concretizar. de una manera distinta
de un regre so flsico, el sueño antillano que lo
habitó toda su vida, el medio de situarse, como
lo dirá en Amers, a la altura del estatus de principe que habla sido suyo:
{H ablo de una condición superior de los vestidos.
en el re ino de la luz giratoria.} (23)
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infancia. y su defensa está en mi canto.} (2 68)
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T611'~¿Y ,:~~_. __ .. _._.. __ ,
Sl~.ñrs IlfI/" illl/:el_ ' ]~;;L _ '
) Véase Renée Ventresque. Les Anolles de SOlnt·John Perseo
L.: Harmattan. 1993.
Pasaporte diplomático, 1918
7
Biblioteca de M éx ico
e
ÉLOGES: EL SECRETO DE LA FELICIDAD
Amé a un caballo -¿quién era? - me miraba
largo tiempo de frente, por debajo de sus mechas,
Los hoyos vivientes de sus narinas eran dos cosas
bellas que ver, con ese agujero vivo que se in~a
arriba de cada ojo,
Cuando había corrido, sudaba: ¡eso es brillar!
-y yo apretaba lunas a sus ~ancos
bajo mis rodillas de niño",
¡Amé a un caballo! -¿quién era? - y a veces
(pues un animal sabe mejor qué fuerzas nos adulan)
alzaba a sus dioses un rostro de bronce: resoplante,
surcado de un peciolo de venas,
"Éloges 11, Éloges,
o. c., p, 34
Sé un hombre de ojos calmos, que ríe,
silencioso y que ríe bajo el ala tranquila de la ceja,
perfección del vuelo (y del borde inmóvil de la pestaña
examina las cosas que ha visto,
tomando prestados los caminos de la mar fraudulenta, , ,
y del borde inmóvil de la pestaña
nos ha hecho más de una promesa de islas,
como aquel que dice a uno más joven: "¡Ya verás!"
y es él quien se entiende con el dueño del buque),
"Éloges 111, Éloges,
o. c., p, 35
Pero el rodeo de un anciano en el ocaso de su vida sólo
logró, a fin de cuentas, componer " imágenes", como las que
uno pega en la pared encima de su cama como recuerdo
de un buen viaje,Y éstas seguían siendo exteriores, colgadas al pasado, tan llenas de polvo como el quitasol de cabra
abandonado en el granero que da título a una de las
Imoges Crusoé, Éstas no logran iluminar el presente, "Para
celebrar una infancia" parece entonces un m ilagro: al cont rario que Crusoe, que había intentado sin lograrlo "resucitar el deslumbramiento perdido", el portavoz del poeta,
que habla ahora en primera persona, se pasea entre el
pasado y el presente sin rupturas, sin discontinuidad,
A veces el pasado en la isla se evoca en presente, como
si los gestos y las palabras de la infancia fueran los de hoy:
" lloró, como cuando lloro en las cuencas de dulces manos
viejas" ," (26) A veces el presente , que esta vez corresponde al tiempo de la enunciación, se proyecta hacia el
pasado y anula la distancia respecto de éste: "Me acuerdo
del llanto", " (26);", , ,Pero por mucho tiempo más tengo
memoria" ," (27),Y este estiramiento del tiempo termina
por revolver todos los puntos de referencia cronológicos:
el futuro de la decisión imperiosa, " Iré", ¿debe entenderse,
por ejemplo, como si citara un propósito respecto de la
isla, o un compromiso tomado por el redactor del poema?
" Llaman, Iré" , H ablo desde el cariño," (25) Y la doble
exclamación que puntúa el poema, "¡Oh!, ¡tengo mot ivos
para celebran", ¿ha de relacionarse con el asombro maravillado del niño ante las cosas bellas y buenas que lo rodean, o acaso caracteriza la elección hecha por el joven de
la palabra celebración? o, más bien, ¿no es el medio de
adherirse hoy día a la disposición tan espontánea a la felicidad que caracterizaba al niño y, de ese modo, de fundir
pasado y presente en un mismo tiempo?
Saint-John Perse se cuenta entre los pocos poetas para
los que la felicidad es una virtud; y, a la inversa, a sus ojos
la tristeza equivale a una enfermedad, En Anobose, propone con una intransigencia sin piedad asesinar al triste:
{Pero si un hombre ve con agrado su tristeza, ¡que se lo
exhiba a la luz del día!, y mi opinión es que lo maten, de
otro modo habrá una sedición,} (96)
o
Exilado en Pau, consciente de que había perdido el paraíso pero al mismo tiempo de que poseía un capital inalienable, buscó con tenacidad descifrar el secreto de esta felicidad ausente, Y la poesía, sólo la poesía, se le presentó
como el instrumento de esta exploración, Aún era necesario restituir la dicha sin caer en la nostalgia lacrimosa del
pasado o en la denigración del presente, Desde los diecisiete años, cuando redactaba " Imágenes para Crusoe"
( 1904), el joven Leger supo que no habria de repetir ni los
acentos lamartinianos de la lamentación ni los sarcasmos
de la revuelta baudeleriana, La voz de la poesía del exilio
estaba, en consecuencia, enteramente por inventar.
Éloges, libro que reúne " Imágenes para C rusoe" ( 1904),
"Para celebrar una infancia" ( 1907), " Escrito sobre la puerta" ( 1908) Y " Elogios" ( 1909), puede leerse desde este
punto de vista como la conquista progresiva de la voz personal del poeta, " Imágenes para Crusoe" evoca la figura
del navegante envejecido, exilado en una ciu dad negra y
grasosa (¿Londres o Burdeos?), y que llora por su isla,
donde el amanecer era tan bello que apagaba la sed,
{Te sabe a fruta verde, con la que se aceda el amanecer que
bebes; y el aire lechoso se enriquece con la sal de los alisios ", } ( 12),
8
Biblioteca de México
Así, desde el momento en que el presente ha estado
embebido de pasado y desde que, por el contrario, el
pasado se ha estirado hacia el presente, este último ha
resistido a la degradación del tiempo, el exi lio ha dejado
de ser una ruptura. Encarecido por el verbo "duraba" , el
imperfecto de la cláusula "Para celebrar una infancia"
aporta un desmentido a la pu lverización del recuerdo,
incluyendo la destrucción de la casa:
el "uvero" en el árbol muerto. Cuando, pese a todo, conservaba " los abutilons" u otras palabras técnicas, después
de ellas venía una aposición descriptiva extraída literalmente, o casi, de un diccionario de botánica:
{Las fiores amarillas-con-manchas-de-un-negro-púrpuraen-la-base, que se usan para la diarrea de los animales con
cuernos }(36)
y, la mayoría de
{Y la casa duraba bajo los árbo les de plumas.} (30)
las veces, como en los versos siguientes,
el término genérico, "cosa", "animal", reemplaza el nombre antillano. En efecto, no se trataba de convocar tal
cosa o tal otra, de pronunciar un nombre u otro de allá,
si no de recuperar la energía de la palabra del Creador:
¿Qué había pasado, pues, entre " Imágenes para Crusoe"
y " Para celebrar una infancia", para que la isla surgiera
súbitamente del exilio como una presencia viviente y ya
no como una patria perdida que se alejaba en medio de
lágrimas? El joven poeta había comprendido lo que sólo
los poetas comprenden, a saber; que la fe licidad no está
encerrada en las cosas, ni en la casa de "Bois-debout", en
este caso, ni en la lujuriante vegetación o la amigable
fauna, ni siquiera incluso en la tierna solicitud del ambiente femenino. Residía en las palabras, los ritmos, las asonancias, en resumen, en la plasticidad de la materia verbal. Sólo ésta, en todas sus formas, podía retener la densidad de las sensaciones de la infancia.
Ciertamente estaban las palabras de allá, que evocaban una realidad única e irremplazable: los "marangouins", los "catalpas" o los "icacos", "el jarabe de batterie", los "abutilons" o "la hierba-de-Madame Lalie". Pero,
por muy familiares que fueran estos nombres para un
muchacho que había crecido en las islas, a éste no se le
ocultaba el hecho de que tales nombres eran exóticos
para un público metropolitano. Ahora bien, muy pronto
Alexis Leger sintió una gran aversión por "lo novelesco
de los clichés" de la literatura sobre las islas. De este hecho, ciertos términos locales quedaron borrados de la
segunda versión de " Imágenes para Crusoe", otros traducidos en expresiones descriptivas: los "icacos" se
convirtieron en las plantos con silicua, el "catalpa" en el
fruto hueco, los "papavientos tímidos" en dulces animales,
{Nombrando cada cosa, yo recitaba que era grande: nombrando a todo animal. que éste e ra bell o y bueno.}(24)
Por lo demás, es en esta voluntad de sacrificar el placer
inmediato de usar las palabras propias del dialecto isleño,
de escapar a lo pintoresco de ta~eta postal, que provenía
del pensamiento conservador de los blancos criollos y
que el público metropolitano acogía favorablemente,
donde reside la singularidad, el genio tal vez, de Saint-John
PerseTal singularidad, por el contrario, le valió, pese a todo
aquello que lo separaba de los escritores negros o mestizos el ser considerado por la joven literatura antillana de
los años setenta como un antepasado respetable.
Nombrar era, por lo tanto, hacer cualquier otra cosa
que un trabajo de filólogo. La felicidad no estaba, repitámaslo, en la particularidad de cada cosa. Se hallaba en la
posibilidad otorgada al mago de la lengua de reconstruir
un universo en el que circulaba, por la felicidad pasada y
presente, una savia tan vigorosa que incluso daba vida
hasta los límites extremos de ésta: de un poema a otro
del libro Éloges, el olor a madera muerta es "ávido", los
floreros "suntuosos", el "féretro de caoba" de la hermanita muerta " huele bien", y "la sombra y la luz están más
cerca de ser la misma cosa".
A partir de "Para celebrar una infancia", el joven poeta
buscó, pues, idear las herramientas lingüísticas, que no
dejará de perfeccionar en lo sucesivo y que harán posible la reinvención de un universo del lazo que vincula a
todas las cosas vivientes. Como las cosas estaban ligadas
entre sí durante su infancia en las islas, él quiere convencerse de ello; lo estaban sobre todo, y de eso está seguro, en la edad de oro de la humanidad mítica, en este
"entonces" que se convierte , a partir de " Para celebrar
una infancia", en el tiempo del poema: "iPalmas ... ! Entonces te bañaban en el agua-de-hojas-verdes" (23)
Así, a partir del segundo poema de Éloges, "Para celebrar una infancia", el universo se construye bajo nuestros
ojos como una sola frase tejida, o, para decirlo en unas
cuantas palabras, como un texto. La puntuación, al preferir
las prolongaciones a las interrupciones definitivas, privilegia
los puntos suspensivos, las exclamaciones y las comas, los
paréntesis o los guiones. La sintaxis favorece las coordinaciones "y . .. y ... " y las parataxis:" Hace tanta calma y además tant a t ibieza,! hace tanta continuación también."(37)
La gramática verbal juega sobre el presente en el pasado
y sobre el presente de la enunciación, de tal suerte que el
tiempo se estira en un largo presente. Las palabras, al producir finalmente la impresión general de un encantamiento detenido, se responden como en el ejemplo siguiente
TH E WHITE HOUSE
WASHINGTON
Yebruuxy 15, 1944
Dcar Mr. Leger:
1 am g rat eful t e you for your lettor
ot J'anuary 31. 1944 w1 tb whlch wos encloeed
e.n
l nte r e~tlng
stl\dy oC the appllcatl on ot
the Tre veneuc La_ to the situet10n ln Franco
st the time o't l1ber.tlon.
1 am always g l Bd to have the benef lt ot
,out" via.a on mattere arreetlng the interests
of our t_o countrlee.
Very since rel,. y a ure.
lir . Alexla Legor.
3 1 20 R Street NW ••
Washington, D. C.
Carta del preSidente
Rooseve~
a Sajnt-John Pe"e
9
Biblioteca de México
cosas dulces que suplican, como el odio que canto suplica,
dulces como la vergüenza, que tiembla en los labios,'
por medio de asonancias (en ou) y de repeticiones
semánticas (et que supplient, plier, plie) , de rimas internas
(douces) y de sorprendent es regulari dades m étricas, de
cosas dichas de perfil,
ay, dulces, y que suplican, como la voz más dulce del macho
cuando acepta someter su alma ronca a quien doble-
simetrías o de asimetrías rítmicas:
ga . .. }(38)
{La infancia, iamor mío!, es la mañana, son
o
El dilema de Anabase (1924)
En tres grandes estaciones con honor me establezco, auguro mucho
suelo donde he fundado mi ley
Las armas son bellas por la mañana, y el mar. La tierra sin almendras
entregada a nuestras cabeceras
nos vale un cielo incorruptible. Y al sol nadie lo nombra,
pero su poder está entre nosotros.
y el mar por la mañana como presunción del espíritu.
¡Poder., tú cantabas en nuestros caminos nocturnos ... Ante las ideas puras
de la mañana, ¿qué sabemos del sueño, primogenitura nuestra?
¡Por un año más entre vosotros' Maese del grano, maese de la sal,
¡y la cosa pública en balanzas justas'
No llamaré desde lejos a los de otras riberas. No trazaré
grandes
barrios citadinos en las pendientes con el azúcar de los corales.
Pero tengo el propósito de vivir entre vosotros.
En el umbral de las carpas, ¡toda la gloria!, ¡mi fuer.za con vosotros',
y la idea pura, como una sal se reúne en el día .
•
.. .Ahora bien, yo frecuentaba la ciudad de vuestros sueños y me detenía
en los mercados desiertos, puro comercio de mi alma, invisible entre
vosotros y frecuente como un fuego de espinas en pleno viento.
¡Poder. tú cantabas en nuestros espléndidos caminos'...
"En la delicia de la sal están todas las lanzas del espíritu ... Aconsejaré la sal a
las bocas muertas del deseo."
"A quien, alabando la sed, no ha bebido el agua de los sables en un casco,
le doy poco crédito en el comercio del alma ... " (Y al sol nadie lo nombra,
pero su poder está entre nosotros.)
Hombres, gente de polvo y de todas formas, gentes del negocio
y del placer. gente de los confines y gente de otra parte, oh, gente de poco peso en
la memoria de estos lugares;gente de los valles y las planicies, y de las cuestas
más altas de este mundo en el vencimiento de nuestras riberas; husmeadores de
signos, de simientes, y confesores de soplos del poniente, seguidores de pistas, de
estaciones, levantadores de campamentos con el vientito del amanecer; oh, buscadores de aguaderos en la corteza del mundo; oh, buscadores, oh, vosotros que
encontráis razones para iros a otra parte,
vosotros no traficáis con una sal más fuerte cuando, por la mañana,
en un presagio de reinos y de aguas muertas suspendidas en lo alto
sobre los vapores del mundo, los tambores del exilio despiertan
en las fronteras
a la eternidad que bosteza en las arenas .
•
. . . En vestimenta pura entre vosotros. Por un año más entre vosotros.
"Mi gloria está en los mares, ¡mi fuer.za está entre vosotros!
A nuestros destinos prometidos este aliento de otras riberas
y, llevando más allá la simiente del tiempo, el
estallido de un siglo en su punta
con el azote de las balanzas ... "
¡Matemáticas suspendidas en los bancos de safl En el punto sensible
de mi frente donde se asienta el poema, inscribo este canto de todo
un pueblo, el más ebrio,
a
i nuestros astilleros que sacan inmortales carenas!
Anabase 1,
10
Biblioteca de Mé xico
o. c.. pp. 93-94
Tras haber ganado el concurso del Quoi d'Orsoy, Alexis
Leger ingresó en la carrera diplomática Yo a petición suya,
fue enviado a Pekín en 191 6, donde permaneció primero en el puesto de tercer secretario y después de segundo secretario en la legación de Francia, hasta 1921. Por
extraño que parezca, la gestión de los asuntos cotidianos
de la embajada dejó pocas huellas en la "Biografía" del
volumen en la Pléiade.
El único suceso diplomático del que habla es el de la
efímera restauración de la dinastía manchú Gulio de
1917). Encargado de dirigir a la legación, bajo su protección, a la familia del presidente de la República en ejercicio, al joven diplomático le pareció esta época visi blemente regocijante . Le dio sobre todo un inmenso placer
hacer la relación correspondiente a su ministro,
A lexandre Conty. H ay un sabroso re lato, titulado
"Relación respetuosa", donde da cuenta de la alternación de cortesías en torno de un té y de tenaces discusiones, de la reticencia de la señora Li a dejarse convencer. de la impaciencia en cambio de las concubinas y de
sus hijos ilegítimos por subirse a las limusinas, del desorden y la precipitación, de si mulacros de protocolo, y
todo ello acompañado por el estrépito de chicharras y
cuervos. Y el autor que, desde la infancia, había sido un
aficionado a los sobrenombres y que, unos años después, elegiría el pseudónimo más notable de toda la historia literaria, se complacía en esta época en firmar Lei
H i-Ngai, transposición china del apellido Leger (Honneur
RELATIO N RES PE C T U EU SE
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CorrespondenCIa diplomátICa al ministro Kang
firmada con su nombre chino: Le. H.Ngal
rrera diplomática que, cuando uno se compromete con
ella seriamente, amenaza con asfixiar el talento literario, y
el oficio de poeta, que requiere silencio y retiro del
mundo, en su época pasada en China el futuro Saint-John
Perse no había hecho una verdadera elección. Y el dilema
entre la acción y la contemplación, la vida de conductor
de hombres y la caminata solitaria en el desierto, compone la estructura binaria de Anobose.
En momentos nómada, en otros sedentario, a veces
jefe de tribu o fundador de ciudades, el narrador. que
habla en primera persona, titubea entre la jubilación inmediata que procura el arbitraje de la vida pública y la inquieta espera de la producción de la refiexión solitaria. La vida
de conductor de hombres en marcha por el desierto, la
historia de la fundación de ciudades y de constituciones
tiene antepasados ilustres y de relatos fundadores. Aun
cuando no haga jamás una alusión explícita, el narrador de
Anobose reencuentra los grandes temas de los primeros
libros blblicos, la dureza del exilio y la sed en el desierto
de sal, el precio del agua fresca y del grano de cilantro, la
belleza de la generosa Vía Láctea o de las "muchachas perfumadas que se ponían aquellas telas con un soplo". No
obstante, cuando los clamores de la gloria se callan, al día
siguiente de la fiesta de inauguración de la ciudad, y una
vez que el silencio regresa, nace un deseo más secreto: el
de exilarse del poder. transformarse en Extranjero y ponerse a la escucha de las voces del mundo:
o Soint-John Perse, p. 687).
Así de parca como es la memoria biográfica al relatar
su vida diplomática, cuando en cambio habla de su existencia no diplomática destaca aspectos como la doma de
su cabal lo, bautizado Allan, las excursiones a las provincias,
las estancias en Manchuria y la expedición a la Mongolia
Exterior. los encuentros con los mejores sinólogos, y sobre
todo los días pasados, "en una colina, a un día de Pekín a
caballo, que dominaba los primeros caminos de las caravanas hacia el Noroeste de un pequeño templo taoísta
XVIII). Con
abandonado [donde] escribiría Anobose" (O.
todo, no debemos engañarnos al respecto. Entre la ca-
c..
{Al son de las grandes aguas en marcha sobre la tierra,
toda la sal de la tierra se estremece en los sueños.
y de pronto, ¡ah l , de pronto, ¿qué quieren de nosotros estas
voces)} (106)
Paradójicamente, el dilema se resolvió después de su regreso a París en beneficio de la carrera diplomática. Desde
el día de 1922, en la conferencia de Washington sobre la
limitación de armamentos y las cuestiones del Extremo
Oriente, cuando Aristide Briand se fijó en él, hasta el malhadado día de junio de 1940 cuando Paul Reynaud lo destituyó, no dejó de afirmar su autoridad como diplomático
dentro del Quoi d'Orsoy Yo a la inversa, ya no produjo, al
menos oficialmente, ningún otro poema.
Salnt-John Perseo Pekín. 1918. Fotografía S.Yamamoto
11
Bibliote ca de M éxic o
E
Saint-John Perse: un pseudónimo en forma de enigma
El nombre fue elegido no por razones de afinidad,
reminiscencias o referencias de ningún tipo,
tendentes o significar o o sugerir algo intelectual:
fue acogido libremente, eludiendo todo loza racional,
tal como se impuso misteriosamente
01 espíritu del poeta, por razones desconocidos
para él mismo, como en lo antiguo onomóstica:
con sus sOabas largos y breves, sus sOabas fuertes
o mudos, sus consonantes duras o sibilantes,
conforme o los leyes secretos de todo creación
poético.
"Biografía".
Nota, o. C.
p. 1094
mente, eludiendo todo lazo racional, tal como se impuso misteriosamente al espíritu del poeta, por razones
desconocidas para él mismo, como en la antigua onomástica." ( 1094)
Sin embargo, a la manera de toda denegación, esto no
tuvo otro efecto que el de suscitar la incredulidad.
¿Cómo creer que este nombre no signifique nada, que
no se refiera a nada? Y los comentadores, de los más
atendibles a los más disparatados, se han entregado con
delectación al desciframiento del mensaje cifrado. Puesto
que no existe ninguna respuesta definit iva, sólo retendremos las sugerencias más verosímiles.
¿Quién es este santo John? ¿El autor del cuarto
Evangelio y del Apocalipsis, o es Juan de la Cruz, o bien
es otro san Juan?, pero en t al caso, ¿cuál? A menos que
se t rate más simplemente, de la isla de las Antillas inglesas evocada en líneas anteriores, y que el poeta haya
hecho de este modo un rodeo para regresar a la isla de
su infancia que obstinadamente se rehúsa a nombrar.
Pero, ¿por qué usar la lengua inglesa, si él decía que su
única patria era la lengua francesa? ¿Y es compatible esta
elección con el grandísimo temor de "que no parezca
extranjero", que llegó a abreviarlo a parti r de su exili o a
Estados Unidos en St. J. Perse? En cuanto a la silaba
"Perse", ¿a qué podrá referirse? " N ada que ver con el
poeta latino Perse", respond ió secamente el poeta a
aquellos que creían haber encontrado una clave. ¿Se
refiere entonces quizás a Persia? Pero ninguna prueba,
textual o de otro t ipo, garantiza la confiabilidad de esta
interpretación.
Hay pues tantos enigmas que, al no poder resolverlos,
dejan abandonados a su hambre a aquellos a quienes el
misterio desalienta, pero que, por el contrario, hechizan a
aquellos otros que gustan del ensueño onomástico. Estos
últimos, al no poder determinar una significación única,
quizás se vean seducidos por el encanto antiguo de un
ritmo ternario (la cifra tres es un símbolo sagrado) --que
hace eco al primer pseudónimo Saint-Leger Leger-, o
más aún por la orquestación sutil de las sonoridades con
su asociación de acometidas sonoras (sibilante y dentales)
y de finales sordos (nasales y e muda).
De todas las singularidades de Saint-John Perse, no es la
menor la de su grandioso nombre. ¡Cuántos enigmas
insolubles en la elección de estas tres silabas l No le preguntemos al poeta que nos ilumine. Una nota anexada al
volumen de la Pléiade debió parar en seco cualquier tent ativa de elucidación:
" El nombre fue elegido no por razones de afinidad,
reminiscencias o referencias de ningún tipo, tendientes a
significar o a sugerir algo intelectual: fue acogido libre-
-ff.
~:-'"
..,
"'.....
l :ns~~
", '
s·: A o..cu '/l.u:
,._ ...
Mapa de las An~llas francesas. 17 17
12
Biblioteca de México
En la sede diplomática de Pekín
,
\.:._
~ - ----~~---"\
", \
ExpediCión en Mongoha. 1921 . Perse, atrás, sostiene un cráneo de caballo
13
Biblioteca de México
SAINT JO HN PERSE*
ELOGIOS
TRADUCCiÓN DE JORGE ZALAMEA
El sudor se abre una senda fresca. Un hombre solo hundiría
sus narices en el pliegue de su brazo. Esas riberas se hinchen,
se derrumban bajo capas de insectos en absurdos esponsales.
El remo ha retoñado en la mano del remero. U n perro vivo
en la punta de un garfo es el cebo mejor para el tiburón ...
-Me despierto soñando con el negro fruto de la Aniba; con
flores en mazos bajo la axila de las hojas.
Se asan las viandas al aire libre, se mezclan las salsas
y el humo remonta los caminos cauterizados y alcanza
a quien marchaba.
Entonces el Soñador de sucias meji llas
sale
de un viej o sueño todo rayado de violencias, de
astucias y de esplendores,
y ornado de sudores, hacia el olor de la vianda
desciende
como una mujer que arrastra: sus telas, toda su ropa
y sus cabellos deshechos.
v
... Ahora estas quietas aguas son de leche
y todo lo que se derrama en las blandas soledades de la
mañana.
El puente , lavado antes del día, con un agua semejante en
sueños a la mezcla del alba, hace un bello re lato del cielo. Y
la infancia adorable del día, por la espaldera de las lonas
recogidas, desciende a lo largo de mi canto.
11
He amado a un caballo -quién era?- me ha mirado
de frente, bajo sus mechas.
Los palpitantes agujeros de sus narices eran dos
cosas bellas de ver -con ese viviente hueco que se hinche
encima de cada ojo.
Cuando había corrido, su daba: eso es brillar! -y he
oprimido lunas contra sus flancos con mis rodillas de niño...
He amado a un caballo - quién era- y a veces
(pues una bestia sabe mejor qué fuerzas nos ensalzan)
levantaba hacia sus dioses una cabeza de bronce:
resoplante, surcada por un peciolo de venas
Infancia, amor mío, era sólo ésto? ...
Infancia, amor mío ... ese doble anillo del ojo y goce de amar ..
Hay tanta calma y tanta tibieza luego
y tanta continuidad también,
que es extraño estar aquí con las manos sumergidas
en la
facilidad del día ...
Infancia, amor mío, no hay más que cedeL y lo
dije, entonces? ya no quiero ni aun esos lienzos
por remover, en lo incurable, en las verdes soledades de la
mañana ... Y lo dije, entonces? no hay más que servir
como una vieja cuerda... Y este corazón, este corazón,
aqun que se arrastre por sobre los puentes, más humilde y
más salvaje y más,
que un viejo lampazo,
extenuado...
111
Los ritmos del orgullo descienden los morros rojos.
Las tortugas ruedan en los estrechos como astros morenos.
Las radas sueñan un sueño pleno de cabezas de niños ...
Sé hombre de ojos quietos que ríe,
silencioso que ríe bajo el ala quieta de la ceja, perfección
del vuelo (y con el inmóvil borde de la pestaña retorna
a las cosas que ha visto, tomando los caminos del mar
fraudulento ... y con el inmóvil borde de la pestaña
nos ha hecho más de una promesa de islas,
como aquel que dice a alguien más joven: "Ya verás!"
Y es él quien se entiende con el patrón del navío.)
VI
Y otros, a su turno, suben al puente
y yo ruego, de nuevo, que no tiendan las velas ...
pero por lo que hace a esa linterna, bien podéis apagarla ...
Infancia, amor mío l es la mañana, son
cosas dulces que suplican, como el odio de cantar,
dulces como la vergüenza, que t iembla sobre los labios, de
las cosas dichas de perfl,
oh dulces y suplicantes, como la voz más dulce del macho si
consiente en doblegar su alma ronca hacia quien se doblega...
Y ahora os lo pregunto, no es la mañana ... una holgura
del aliento
IV
Azur! Nuestras bestias están plenas de un grito!
Me despierto soñando en el negro fruto de la Aniba
en su cúpula verrugosa y truncada ... Y bien l los cangrejos han
devorado todo un árbol de frutos blandos. Otro está lleno de
cicatrices, sus flores brotaban, suculentas, del tronco.Y otro, no se
puede tocarlo con la mano -como quien toma testigo- sin
que lluevan en seguida esas moscas, colores! ... Las hormigas
corren en opuestos sentidos. Esas mujeres ríen solas entre los
abutilones, esas flores amarillas-manchadas-de-negra-púrpuraen-su-base que se usan contra la diarrea de las bestias cornúpetas ...Y el sexo huele bien
y la infancia agresiva del día, dulce como el encanto que
entreabre los ojos?
VII
Un poco de cielo azulea en el declive de nuestras uñas.
La jornada será cálida en donde se espesa el fuego. He aquí
como será:
* St.-John
Perseo Elogios y otros poemas. versión castellana de Jorge Zalamea.
Bartolomé Costa Amic. editor-impreso~ México. 1946.
un chirri ar en las vorágines escarlatas, el abismo zapateadc
14
B iblio te ca de Méxic o
STo= ]OHN PERSE
ELOGIOS
y otros poemas
Versión castellana de
JORGE ZAJ \ " J. \
l\1EXICO, D. F.
B. COSTA.A!\1IC, EDITOR IMPflrSOR
Apartodo PoslaJ,
lQOI
1946
Sólo cuatro años después de haberse publicado en Francia la primera edición de Elogios, de Saint -John
Perseoy dos antes de que el autor diera por concluida la versión definit iva. la imprimió en México el
benemérito editor Bartolomé Costa-Amic. en traducción cuidadosa de ese leal y atento lector de Perse
que es Jorge Z alamea.
por los búfalos de la alegría (oh alegría inexplicable excepto
por la luzl) Y el enfermo, en el mar; pedirá
que detengan el barco para que puedan auscultarl o.
y gran descanso entonces para todos los de popa, las
embestidas del silencio refluyendo sobre nuestras frentes... Un
pájaro que seguía, su vuelo lo arrastra por encima esquiva el
mástil, pasa, mostrándonos sus rosadas patas de pichón, salvaje como Cambises y dulce como Azuero ... y el más joven de
los viajeros, sentándose de tres cuartos sobre la batayola: "Os
quiero hablar de los manantiales bajo el mar. .." (le ruegan que
cuente).
Entretanto, el navío proyecta una sombra verdeazul,
apacible, clarividente, invadida de glucosas en que pacen
en ágiles bandadas sinuosas
esos peces que se deslizan como el tema a lo largo del canto.
- Ese navío es nuestro y mi infancia no llega a su fin.
He visto muchos peces que me enseñan a nombrar.
He visto muchas otras cosas que sólo pueden ver se en las
altas Aguas; y otras que están muertas; y otras que son fingidas ... Y ni
los pavos rea les de Salomón, ni la flor pintada en el tahalí
de los Ras, ni el ocelote nutrido con carne humana, ante los
dioses de cobre , por Montezuma,
superan en colores
a ese lamoso pez que izaron por sobre la borda para distraer a mi madre que es joven y bosteza.
...Árboles se podrían en el fondo de las caletas de negro vino.
IX
... Oh cesad yal Si continuais hablando de aterrizar.
prefiero decíroslo:
me arrojaré por la borda ante vuestra vista.
y yo, rebosante de salud, veo esto, me acerco
al enfermo y le cuento lo que veo:
y he aquí que me odia.
... La vela dice una seca palabra y vuelve a caer.
Qué hacer?
El perro se echa al agua y le da la vuelta al Arca.
Ceder como la escota.
VIII
Al negociante el porche sobre la mar; y el techo al hacedor de
almanaques!. .. Pero para otro, el velero en el fondo de las caletas de negro vino, y ese olor; ese olor ávido de la madera
muerta que hace pensar en las manchas del Sol, en los astrónomos, en la muerte ...
... Soltad la chalupa
o no la solteis, o decidid si no
que nos bañemos ... Lo mismo me da.
15
Biblioteca de México
al extremo de la calle
escabrosa que, al otro extremo, se amansa entre el polvo
de las tumbas.
(Pues es el cementerio el que, allí, rein~ tan alto, en el flanco de piedra pómez: horadado de camaras, plantado de
árboles que son como lomos de casoares.)
S' JOH"J PERSE
XII
Tenemos un clero, tenemos cal.
Veo brillar las hogueras de un campamento de Soldadores...
- Las víctimas del cataclismo, como bestias desplumadas,
en esas cajas de zinc llevadas por los Notables que regresan de la A lcaldía por la calle mayor encharcada de agua
verde (oh banderas estampadas como lomos de orugas, y
una infancia de negro colgada de borl as de oro l)
son apiladas por un momento en la cubierta plaza del
EXIL
Mercado:
donde erguido
y vivo
y vestido con un viejo saco bienoliente a arroz,
un negro cuyo pelo es lana de cordero negro se engrandece como. un profeta que va a gritar en una concha
- mientras el aborregado cie lo anuncia para esa noche
otro temblor de tierra.
XIII
LES
CAHIERS
MARSEllLE -
DU
SUD
O Cour, du Veux-Port
MCMXLII
La cabeza de pescado se mofa
entre la orina del gato muerto que se hinche -verde
... Toda la intimidad del agua vue lve a soñar en silencio
en las comarcas de la vela.
Hola! es una bella historia la que all í se organiza
- oh espóndeo del silencio prolongado en sus largas!
... y yo que os hablaba, no sé de nada tan fuerte ni
tan desnudo
como, a través del barco, con sus rizos como pestañas
y rozándonos, nuestro límite,
la gran vela irritable color de cerebro.
o malva?
- El pelo, color de carey, es miserable, pegajoso,
como la mecha que ch upa una niñita muy vieja, huesuda, con manos blancas de lepra.
La perra rosa arrastra, en las barbas del pobre , toda
una vianda de tetas. Y la vendedora de dulces
se bate
contra las avispas cuyo vuelo es semejante a las mordeduras del día sobre el lomo de la mar. Un niño ve ésto,
tan bello
que ya no puede cerrar sus dedos ... Pero el coco que
fue bebido y arrojado allí, ciega cabeza clamante liberada del
hombro
aparta del imbornal
el esplendor de las aguas purpúreas recamadas de grasas y de orina, donde trama el jabón como una telaraña .
. .Actos, fi estas de la frente y fiestas de la nuca!. ..
y esos clamores, y esos silencios! y esas noticias en viaje
y esos mensajes por mareas, oh libaciones del día!. .. y la presencia de la vela, grande alma intranquila, la extraña vela, ahí. y cálidamente revelada, como la presencia de una mejilla... Oh
bocanadas!. .. En verdad, habito la garganta de un Dios.
Sobre la calzada de cornalina, una muchacha vestida
como un rey de Lidia.
x
XIV
Para desembarcar bueyes y mulos,
se echan al agua, por sobre la borda, esos dioses vaciados
en oro y pulidos en resinas.
El agua los aplaudel salta l
y nosotros los esperamos en el muelle, levantando varas a
guisa de antorchas; y tenemos los ojos fijos en la estrella de
sus frentes- todo un pueblo desnudo, vestido con su propio
lustre , y sobrio.
Silenciosamente fluye la savia y desemboca en las delgadas riberas de la hoja.
He aquí un cielo de paja al que lanzar. oh lanzar. a
brazo partido la antorcha!
En cuanto a mí, he retirado los pies.
Oh mis amigos, dónde estáis que no os conozco? ..
Tampoco veréis éstor .. puertos crepitantes, bellas aguas de
blando cobre en las que mediodía, desmenuzador de címbalos,
perfora el ardor de su pozo ... Oh, es la hora
XI
Como olas de fondo
sacan de las bodegas grandes hojas onduladas de metal: áridas,
en que en las ciudades abrasadas, en el fondo de los
patios viscosos bajo las espalderas heladas, el agua mana en los
cerrados estanques violada
temblorosas y vertiendo, cautiva, toda una vertiente del cielo.
Para ver. hacerse a la sombra. Si no, nada.
La ciudad está amarilla de rencor. El Sol precipita en las dársenas una querella de t ruenos. Un bajel de frituras zozobra
por las verdes rosas del mediodía ... y el agua desnuda
es semejante a la pulpa de un sueño, y el Soñador está tend ido allí, fijo en el techo su ojo de oro que batalla. . .
16
Biblioteca de México
y el niño que regresa de la escuela de los Padres, afectuoso, rozando la afección de los Muros que huelen a pan
caliente, ve al cabo de la calle en que cruza
el mar más sonoro que una feria de pescado. Y los
odres de azúcar gotean en los muelles de marcasita pintados
con grandes ramajes de petróleo,
y negros portadores de bestias descuartizadas se hincan sobre las baldosas de las Carnicerías Modelo, descansando
un fardo de huesos y jadeos,
y en el centro del Mercado de bronce, alta mansión
colérica en que penden los peces y que se oye cantar en su
lámina de hierro, un hombre glabro, cubierto de amarilla cotonada, lanza un grito: yo soy Dios! y otros: está loco!
y otro invadido por el deseo de matar se pone en
marcha hacia el D epósito de Aguas con tres bolas de veneno:
rosa, verde, índigo.
s' J-P
EXIL
En cuanto a mí, he retirado los pies.
xv
Infancia, amor mío, también he amado la noche: es la
hora de salir.
Nuestras nodrizas han entrado en la corola de los trajes ... y pegados a las persianas, bajo nuestras trenzas heladas,
hemos
visto cómo lisas, cómo desnudas, levantaban a todo
lo alto del brazo el blando anillo de la falda.
Nuestras madres van a bajar. perfumadas con la hierba-de-Madame-Lalie ... Sus cuellos son hermosos. Ve delante y
anuncia: Mi madre es la más bellal -Oigo ya
las almidonadas telas
que arrastran por los cuartos un dulce ruido de trueno. Y
la Casal la Casa? ... salimos de ella!
Hasta el anciano me envidiaría un par de matracas
y el susurrar con las manos como una liana de guisantes, la
guilandina o la mucuna.
por el abra de tela hasta el crinoso lugar entre las dos
tetillas.
y el día ha comenzado, el mundo
Los que son viejos en la comarca sacan una silla al
patio, beben ponches color de pus.
no es tan viejo para haber. de repente, reído ...
XVI
... Los que son viejos en la comarca son los primeros
en levantarse
Es entonces cuando el olor del café sube la escalera.
a abrir los postigos y mirar el cielo, el mar que cambia
de co lor
XVII
y las islas, diciendo: el día será bello a juzgar por esta
"Cuando hayas terminado de peinarme, terminaré de
odiarte:'
El niño quiere que le peinen en el umbral de la puerta.
"No tires así mis cabe llos. Ya está bien con que tengan
que tocarme. Cuando me hayas peinado, te habré odiado. "
Entre tanto, la sapiencia del día toma la forma de un
bello árbol
y el árbol balanceado
que pierde un pellizco de pájaros
escama en las lagunas del cielo un verde tan bello que
no hay nada más verde sino la chinche de agua.
" No tires tan largamente mis cabellos ..
aurora.
De repente es el día l y el zinc de los techos se enciende en el trance, y la rada es entregada a la impaciencia, y
el cielo a la verba, y el Cuentista se lanza a la vigilial
El mar. entre las islas, es rosa de lujuria; su placer es
materia de debate, se le ha obtenido por un lote de brazaletes
de bronce!
Los niños corren a las riberas l Los caballos corren a las
riberas!' .. un mi llón de niños llevando sus pestañas como
umbelas ... y el nadador
XVIII
tiene una pierna en agua tibia pero la otra pesa en una
corriente fría; y las gonfrenas, los ramios,
la acalifa de flores verdes y esas pileas muscosas que
son las barbas de los viejos muros
enloquecen sobre los techos, al borde de las canales,
y ahora, dejadme, voy solo.
Saldré, pues tengo algo que hacer: un insecto me espera para negociar. Me regocijo
con su gran ojo afacetado: anguloso, imprevisto como
el fruto del ciprés.
O bien tengo una alianza con las piedras de azules
venas; así, pues, dejadme
sentado, en la amistad de mis rodi llas
pues un viento, el más fresco del año, se levanta en los
estanques de islas que azu lean,
y reventan do sobre esos cayos bajos, nuestras casas,
fluye hasta el seno del anciano
17
Biblioteca de México
SAINT JOHN PERSE*
IMÁGENES
LAS CAMPANAS
Anciano de manos desnudas
repuesto entre los hombres, Crusoe!
llorabas, imagino, cuando desde las torres de la Abadía, como un flujo, se derramaba e l sollozo de las campanas sobre la Ciudad ...
Oh Despojado!
Llorabas recordando los rompientes bajo la luna; los
silbos de más distantes riberas; las músicas extrañas que
nacían y se asordinaban bajo el ala cerrada de la noche ,
semejantes a los encadenados círcu los que son las
ondas de una concha, a la amplificación de clamores bajo
la ma~
EL MURO
Sobre la lumbrera del tenderete - sobre los cubos de
basura del hospicio - sobre el olor de vi no azul del
barrio de los marineros - sobre la fuente que solloza en
los patios de la policía - sobre las estatuas de piedra
mohosa y sobre los perros vagabundos - sobre el chiqui llo que sil ba, y el mendigo cuyas mejillas tiemblan en
la cavidad de las mandíbulas,
sobre la gata enferma que tiene tres plíegues en la
frente,
la noche desci ende, entre el vaho de los hombres ...
- La Ciudad por el río mana hacia el mar como un
abceso ...
Crusoe! Esta noche cerca de tu Isla, el cielo que se
aproxi ma loará al mar, y el silencio multiplicará la exclamación de los astros solitarios.
Corre las cortinas; no enciendas:
El lienzo de muro está enfrente, para conjurar el círEs la noche sobre tu Isla y en su contorno, aqyí y allá,
culo de tu sueño.
donde qu iera se curva el impecable vaso del mar; es la
Pero la imagen lanza su grito.
La cabeza contra una oreja del sillón grasiento, explo- noche color de párpados, sobre los caminos entretejidos
ras tus dientes con tu lengua: el sabor de las grasas y las del cielo y del ma~
Todo es salado, todo es viscoso y pesado como la vida
salsas infecta tus encías.
y sueñas con las nubes puras sobre tu isla, cuando el de los plasmas.
El pájaro se arrulla en su pluma, bajo un sueño aceialba verde crece lúcida en el seno de las aguas misteriotoso; el fruto vano, sordo de insectos, cae en el agua de
sas.
Es el sudor de las savias en exilio, la suarda amarga de las caletas, cavan do su ruido.
La isla se adormece e ntre el circo de vastas aguas,
las plantas silicuosas, la insinuación acre de los manglares
carnosos y la ácida delicia de una negra sustancia en las lavada por cálidas corrientes y grasas lechadas, en la frevainas.
cuentación de légamos suntosos.
Es la miel silvestre de las hormigas en las galerías de l
Bajo los manglares que lo fecundan, lentos peces
árbol muerto.
entre el cieno han descargado burbujas de su cabeza
Es un sabor de fruto verde que acidula el alba que chata; y otros que son lentos, manchados como reptiles,
bebes: el aire lechoso enriquecido con la sal de los ali- velan. - Los légamos son fecundados.-Oye chasquear a
sios ...
las huecas bestias en sus conchas.-Sobre un trozo del
Alegría l oh alegría desatada en las alturas del cielo! Las cie lo verde hay un humo apresurado que es e l enmaratelas puras resplandecen, los invisibles atrios están sem- ñado vuelo de los mosquitos.- Los gri llos bajo las hojas
brados de hierbas y las verdes delicias del suelo se pin- se llaman dulcemente .-Y otras bestias que son dulces,
tan al siglo de un largo día.
atentas a la noche , cantan un canto más puro que el
anuncio de las lluvias: es la deglutinación de dos perlas
LA CIUDAD
hinchendo su go llete amarillo ...
Vagido de las aguas girantes y luminosas!
La pizarra cubre sus techos, o bien la teja en que
Corolas, bocas de moaré: e l duelo que apu nta y se
vegetan los musgos.
ensancha! Son grandes fl ores móviles en viaje, flores
Su aliento se vierte por el tiro de las chimeneas.
vivientes para sie mpre, y que no cesarán de crecer- por
Grasas!
el mundo ...
Olor de los hombres urgidos, como de un soso mataOh el color de las brisas circulando sobre las aguas
dero! agrios cuerpos de las mujeres bajo las faldas!
calmas,
Oh ciudad contra el cielo!
las palmas de las palmeras que se menean!
Grasas, aspirados alientos, y el vaho de un pueblo cony ni un lejano ladrido de perro que signifique la choza;
taminado - pues t oda ciudad se ciñe de inmundicia.
que signifique la choza y el humo de la tarde y las tres
18
Biblioteca de México
piedras negras bajo el olor de pimiento,
Pero los murciélagos cortan la noche blanda con pequeños gritos,
y qué queja entonces en boca del lar, una noche de
largas lluvias en marcha hacia la ciudad, removía en tu
corazón el oscuro nacimiento del lenguaje:
""De un luminoso exilio -y más lejano ya que la rodante tempestad- cómo guardar las vías, oh Señor. que
me habíais entregado?
Alegria! oh alegria desat ada en las alturas del cielo l
",Crusoe! estás ahn Y tu rostro se ofrece a los signos
de la noche, como una invertida palma de la mano,
"",Sólo me dejarás esta confusión de la noche, después de haberme, en un tan largo día nutrido con la sal
de tu soledad,
VIERNES
"testigo de tus silencios, de tu sombra y de tus grandes gritos?"
Risas bajo el sol.
marfil! genuflexiones tím idas, las manos en las cosas
de la tierra",
Viernes! qué verde era la hoja, y qué nueva tu sombra, las manos tan largas hacia la tierra cuando, cerca del
hombre t aciturno, meneabas bajo la luz la azul corriente
de tus miembros!
- Ahora te han obsequiado un rojo andrajo, Bebes el
aceite de las lámparas y robas en la despensa; deseas las
faldas de la coci nera que es gorda y o lorosa a pescado;
miras en el cobre de tu librea tus oJos que se han hecho
embusteros y tu ri sa, vicioso,
- Así te quejabas. en la confusión de la noche,
Pero bajo la oscura ventana, ante el lienzo de muro
frontero, cuando no podías resucit ar el esplendor perdido,
abriendo el Libro,
paseabas un desgastado dedo por sobre las profecías,
y luego, fija la mirada en el espacio, esperabas el instante
de la partida, el levantarse del gran viento que te desellaría de un golpe, como un tifón, partiendo las nubes
ante la espera de tus ojos,
ESCRITO EN LA PUERTA
EL LORO
Honro a los vivos, rostro tengo entre vosotros,
y el uno habla a mi diestra entre el rumor de su alma
Este es otro,
Un marino tartamudo lo había dado a la vieja que lo
vendió, Está sobre el rellano, cerca de la lumbrera, allí
donde se mezcla al negror la sucia bruma del día color
de callejón,
Con un doble grito, a la noche, te saluda, Crusoe,
cuando, subiendo de las letrinas del patio, abres la puerta del pasillo y levantas ante ti el astro precario de tu
lámpara, Vuelve su cabeza para volver su mirada, Hombre de la lámpara l qué quieres de él1., Miras el ojo
redondo bajo el polen averi ado del párpado; miras el segundo círculo como un anillo de muerta savia,Y la pluma
enferma se remoja en el acuoso excremento,
Oh miserial Apaga tu lámpara, El pájaro lanza su grito,
y el otro cabalga los bajeles,
el Caballero se apoya en su lanza para beber
(Sacad a la sombra, sobre su umbral, la si lla pintada del
anciano,)
H onro a los vivos, gracia tengo entre vosotros,
Decid a las mujeres que nutran,
que nutran sobre la tierra ese delgado hilo de humo",
y el hombre marcha entre sueños y se encamina
hacia el mar
y el humo se levanta el extremo de los promont orios,
EL PARASOL DE PIEL DE CABRA
Est á entre el olor agrio del polvo, bajo el alero del granero, Está bajo una mesa de tres patas; está entre la caja
de arena para la gata y el tonel desaherrojado en que se
hacina la pluma,
Honro a los vivos, prisa tengo entre vosotros,
Perros, zus! mis perros, os silbamos",
y la casa cargada de honores y el año amarillo entre
las hojas
nada son para el corazón del hombre si en el lo piensa:
t odos los caminos del mundo nos comen en la mano'
EL ARCO
Ante los sil bos del hogar, transido bajo tu hopalanda
floreada, miras ondu lar las dul ces aletas de la Ilama,- Pero
un chasquido agrieta la cantante sombra; es tu arco, guindado, que se rompe , Y se abre a todo lo largo de su
fibra secreta, como la vai na muerta en las manos del árbol guerrero,
..
LA SEMILLA
En una maceta la enterraste: la purpúrea semilla adherida a tu traje de piel de cabra,
y no ha germinado,
EL LIBRO
D ibUJO de Perse hecho a los I l añas
19
Biblioteca de México
A primera lectura este poema parecerá un tanto oscuro, confuso y sin
enlace alguno. Fácil será catalogarlo
entre los muchos trabajos épatants
aparecidos recientemente. Mas si un
lector empeñoso lo lee y relee vanas
veces, como recomienda Larbaud,
empezará a sospechar y percibir que
el poema tiene una definida aunque
peculiar secuencia y que es una sene
de magníficas imágenes de marchas a
través del Asia Menor, de conquistas
y descubrimientos de vastas regiones, de fundación y destrucción de
ciudades, de civilizaciones y costumbres del antiguo Oriente.
Sin duda esta oscuridad e inconsistencia aparentes débense en parte
a una deliberada supresión de nexos,
de descri pciones superfluas, de lazos
de unión o lo que Lucien Fabre llama
con este motivo "eslabones de la cadena"; pero nunca a incoherencia o
amor por la criptogramia tan en
boga actualmente y que parecen ser
ceptos.Y ciertamente, esta lógica de la
imaginación se precisa en este caso, y
nada como ella para el avalúo del
poema de Perseo Pedir a un trabajo
imaginativo como éste que se sujete a
las reglas de la lógica conceptual, es
inútil y fuera de todo propósito artístico: qué mejor que dejar que las
imágenes caigan en nuestra imaginación sucesivamente, sin preocuparnos
por de pronto de la razón de ser de
cada una de ellas, ni de la aparente
arbitrariedad de su secuencia. Sólo así
se irá desentrañando el corazón del
poema y se comprenderá la distancia
a que está de lo que es realmente
caótico e infantil.
En las líneas precedentes me he
referido a Anabasis como a un
poema. Así es; pues nadie podrá llamar simplemente prosa a la obra de
Perseo Mucho menos aquella dudosa
prosa poético, término que viciosamente diose en aplicar a ciertos perfumados caramelos de fin de siglo.
O CTAV IO
G.
Como toda obra difícil, no han faltado las interpretaciones, la mayor
parte innecesarias e infantiles. La que
nos da Lucien Fabre, no obstante, es
digna de atención y sin duda la más
feliz que se ha encontrado hasta hoy.
Según él, las diez divisiones del
poema pueden titularse así:
Llegada del Conquistador a la ciudad
que ha de construir.
11 Trazo del plano de la ciudad.
111 Consultas con los augures.
IV Fundación de la ciudad.
V Inquietud por nuevos descubrimientos
y conquistas.
VI Maduración de los planes y proyectos
de nuevas conquistas y fundaciones
de ciudades.
VII Decisión del Conquistador de marchar nuevamente.
VIII Marcha a través del desierto.
IX Llegada del Conquistador al umbral
de un nuevo y vasto territorio.
x Aclamaciones, festividades, reposo. y
I
B ARREDA
ANA BASIS
DE SAINT-JOHN PERSE*
por ahora virtudes entre cierta poesía contemporánea. Sin embargo,
este método de abreviaciones, de
pasos imprevi stos de un motivo a
otro sin previa explicación, es todo
un estilo - no muy novedoso por
cierto- que cae precisamente dentro de los propios límites de la poesía verdadera.
En realidad, la oscu ridad o dificu ltad principal de Anabasis, es otra:
el orden en que van sucediéndose y
agolpándose las imágenes o escenas,
el juego de la imaginación del autor,
esa sucesión y torbellino de metáforas imprevistas, esa danza de fiebres.
Una dificultad de orden más que de
línea o fondo.
T S. Eliot, a propósito del poema,
nos vuelve a confirnnar que existe una
lógico de la imaginación, de igual manera que existe una lógica de con• Tomado de ET úETERA. núm. 29. enero-marzo
de 1961. Guadala¡ara. JaliSCO. México.
Anabasis es sencillamente poesía en
prosa, como pudo haberlo sido en
versos. Poesía, no sólo por los métodos que pudiéramos llamar gráficos,
sino también por esa secuencia, esa
lógica de imágenes, ese juego de
metáforas, y sobre todo por ese
tono de declamación ?ese corte de
acentos y pausas y espacios? que
con stituyen indisputablemente las
características de la poesía.
y como todo verdadero poema,
el de Perse está dentro de un marco
- hay todo un propósito, una danzaen el que se han suprimido cuidadosamente detalles ociosos de lógica
conceptual o gramatical para darle
así esa vertiginosa serie de imágenes,
ese maravil loso remolino de metáforas y producir, en el movimiento total, el fin único del poema: una de las
más intensas impresiones poéticas
del Oriente. (Perse es uno de los
orientalistas más famosos, habiendo
vivido en el lejano Oriente, y en los
trópicos, durante largos años.)
20
Biblioteca de México
de nuevo la obsesión de partir: mas
esta vez a través de los mares.
Todo esto sin alegorías o símbolos
entretejidos: meras descripciones casi
objetivas. La simple lectura de esos
títulos bastará para ver que la palabra
anabasis no tiene ninguna referencia
con las marchas de los Diez Mil, ni con
ningún determinado lugar del Asia, y
mucho menos se podría hacer la gráfica de estas migraciones. Pero sólo ha
usado la palabra en el sentido literal
de la misma, a la manera como lo hizo
Jenofonte.
Esta sinopsis de Fabre, que debemos olvidar tan pronto como nos
hayamos familiarizado con el poema,
es suficientemente explicativa y no
creo que haya necesidad de decir
algo más acerca del poema en sí, el
cual se ha llegado a comparar, en
trascendencia e importancia, al trabajo de Joyce, el Anna Livia Plurobe/le.
Anabasis es ya ampliamente conocido en muchos países de Europa.
Entre 105 comentarios o ensayos
que se han escrito sobre él, señalaré
como 105 más importantes la introducción que a la traducción alemana
de Hugo van Hofmansthal y el prólogo de Valéry Larbaud que figura en
la traducción al ruso. El prefacio de T
S, Elliot a la traducción que él mismo
hizo al inglés, contiene también
datos de interés, así como las líneas
informativas que Lucien Fabre le
consagra en Les Nouvel/es Littéroires.
Acerca de esta traducción, sólo
quiero agregar que he respetado
hasta la aparentemente arbitraria
puntuación del original, y que he evitado cuant o me ha sido posible alterar, por medio de sinónimos o términos equivalentes, 50 pretexto de
mayor claridad, el texto de Perse, ya
que el autor ha medido hasta lo infinito el valor y peso de cada cláusula, de cada palabra y de cada coma, De esta manera, posiblemente
choque a muchos que, por ejemplo,
105 signos de admiración e interrogación no vayan de acuerdo con las
reglas - fáciles reglas por otro ladode la gramática castellana oficial, y
que sigan más o menos la más humana y fiexible manera con que se
usan en el francés o inglés. Nuestros
signos tan primitivos y tan poco dúctiles, difícilmente hubieran podido
rendir esa sensació n de fi uidez, de
agua en desliz que tiene el poema en
su idioma original. Creo que esta pequeña alteración no tiene realmente
importancia y evita en cambio que la
atención del lector se distraiga con
multitud de ganchos y bastones, a la
manera de excesivas y molestas señales de tráfico. Hasta la página parecerá más limpia.
SA1NT .J OHN PER,E
AMER5
Portada de Ame", Gallimard, 1957
ANABASIS
CA N TO
Bajo las hojas de bronce nacía un potro, Un hombre puso en nuestras manos
bayas amargas. Extranjero, Que pasaba. Y he aquí que llegan rumores de otras
provinCias a mi gusto", "Te saludo, hija, bajo el más imponente de 105 árboles
del año",
Porq ue el 501 entra al signo del León y el Extranjero ha puesto su dedo en
la boca de los muertos, Extranjero, Que reía. Y nos habla de una hierba Ah l
qué de soplos de provincias l Qué amplitud y bienestar en el camino, y cÓm~
la trompeta alegra mi corazón y la pluma docta en el escándalo del ala'."
"Alma, noble niña, tú tenías tus maneras que no son las nuestras" ,
Bajo las hojas de bronce nació un potro. Un hombre puso en nuestras
manos estas bayas amargas. Extranjero. Que pasaba. Y de un árbol de bronce llega un gran rumor de voces. Betumen y rosas, don del canto l Rayo y fiautas ~n las salas' Ah' qué sensación de holgura en el camino, ha' qué de cosas
al ano, y el Extranjero a su manera por 105 caminos de la tierra l". "Te saludo,
hija, bajo el manto más rico del año".
Al auspicio de tres magníficas estaciones me he establecido dignamente, y
puedo augurar la bondad del suelo donde he fundado mi ley.
Bellas en la mañana las armas y el mar. La tierra sin almendras para nuestros caballos en plena libertad
nos da este cielo incorruptible .Y el 501 no es nombrado, mas su fuerza está
entre nosotros
y el mar en la mañana como una presunción del espíritu.
Fuerza, tú cantabas en nuestras rutas nocturnas l ", En 105 idus puros del día,
qué sabemos del sueño, nuestra herencia?
Todavía un año más entre vosotros! Maese del grano, maese de la sal, y la
cosa pública en fieles balanzas'
No llamaré a las gentes de la otra orilla, No trazaré 105 grandes
cuarteles de las villas sobre las cuestas con azúcar de corales. Sólo tengo
el deseo de vivir entre vosotros,
Gloria al umbral sagrado de las tiendas' mi fuerza entre vosotros' y la idea
pura como una sal dando sus audiencias en la luz del día,
, , ,Es así como yo perseguía la ciudad de vuestros sueños y dejaba en 105
desolados mercados este comercio puro de mi alma, entre vosotros
invisible e insistente a la manera de un fuego de espinas en pleno viento.
Fuerza, tú cantabas en nuestras rutas espléndidas'". "En la delicia de la sal,
qué agitación y tumulto de lanzas". Reviviré con sal las bocas muertas del
deseo'
A aquel que, alabando la sed, no ha bebido en un casco el agua de las arenas,
le fío poco en el comercio del alma"," (Y el 501 no es nombrado, mas su
fuerza está entre nosotros,)
Hombres, gentes de polvo y gentes de todas condiciones, gentes de negocios y desahogo, gentes de las fronteras y gentes de otras partes, oh! gentes
de poco peso en la memoria de estas tierras; gentes de los valles y de las llanuras y de las más altas colinas de este mundo cayendo sobre nuestras riberas; husmeadores de signos, de semillas, y auscultadores de vientos en Occidente; perseguidores de huellas de animales, de estaciones, exploradores que
levantan campamento al primer soplo de la aurora; oh' buscadores, oh'
encontradores de razones para huir siempre,
no traficáis con una sal más fuerte que ésta, cuando, en la mañana, en un
presagio de reinos y de aguas muertas suspendidas altamente sobre 105
humos de la tierra, 105 tambores del destierro despiertan en las fronteras
a la eternidad que bosteza sobre las arenas,
",Con el manto más puro entre vosotros, Entre vosotros por un año más.
"Mi gloria en los mares, mi fuerza entre vosotros'
A nuestro destino prometido este aliento de otras playas, y llevando más
allá las semillas del tiempo, el esplendor de un siglo en pleno apogeo en el fiel
de una balanza","
2'
Biblioteca d e M é xico
Matemáticas pendientes de los bancos de sal!Y en el punto sensible de mi frente, donde el poema se cristaliza, grabo este canto de
todo un pueblo, el más ebrio de delirio,
que arrastra a nuestras playas carenas inmortales!
11
En las tierras más frecuentadas, ahí los silencios más grandes, en las
tierras más frecuentadas de gri ll os al mediodía.
Yo camino, tú caminas por un país de altas laderas cubiertas de
toronjil, donde están tendidas a secar las ropas blancas de los Grandes.
Nosotros, para no hallarla, saltamos la túnica de la Reina, toda de
encajes con dos franjas de color moreno (ah! cómo el cuerpo ácido
de una mujer sabe manchar una túnica en el lugar de las axilas!)
Saltamos también la túnica de Su hija, toda de encajes con dos
franj as de color intenso (ah' cómo la lengua del lagarto sabe atrapar
las hormigas en e l lugar de las axilas!)
y posibl emente aún no termina el día cuando el mismo hombre
ya arde en deseos por una mujer y su hija.
Ri sa sabia de los muertos, dejad que nos monden estos frutos' ...
Cómo! acaso no hay más gracia para e l mundo bajo la rosa silvestre?
Llega, de este lado del mundo, un intenso mal violeta en las aguas.
El viento asciende. Viento del mar: Y la ropa a secar
vuela! Como un sacerdote hecho pedazos ...
Salnt-John Perse en 1954, en la isla Monhegan en el Maine
111
El hombre sale a la cosecha de cebada. No sé qué voz potente ha
hablado sobre mi techo. Y he aquí que estos Reyes se han sentado
a mi puert a.Y el Embajador come en la mesa de los Reyes. (Dejadlos
que coman de mi grano!) El Verificador de pesas y medidas desciende por los ríos enfáticos con toda clase de restos de insectos
y de briznas de paja en las barbas.
Sol, estamos perplejos de ti! Nos has dicho tales mentiras' ... Instigador de pleitos, de discordias' repleto de insultos
y escándalos, oh Revoltoso' revienta la almendra de mi ojo' Mi corazón pía de gozo bajo la magnificencia de la cal, el
pájaro canta: "oh senectud' ...", los ríos en sus lechos como gritos de mujeres y este mundo aún más bello
que una piel de morueco teñida en rojo!
Ha' más generosa la historia de estas hojas al pie de nuestros muros, y el agua más pura que la de los sueños, gracias, gracias le sean dadas por no ser un sueño! Mi alma está llena de desengaños, como el ágil y fuerte mar bajo la
evocación de la elocuencia' El olor penet rante me envuelve. Y la duda se alza de la realidad de las cosas. Mas si un
hombre acaricia su t risteza, traedle a la luz! y mi consejo es que se le mate , porque de lo contrario,
habrá una sedición.
O mejor decidle: has de saber, Retórico! Que nuestras ganancias son incalculables. Los mares furti vos en sus estrechos no han tenido nunca juez más severo! Y el hombre entusiasmado por cualquier vino, con su corazón salvaje y
zumbando como un pastel de moscas negras, empezará a decir cosas como éstas: " ... Rosas, púrpura delicia: la tierra
vasta a mi deseo, y quién fij ará los límites esta noche? ... La viol encia en el corazón del sabio, y quién fija rá ahí los límites en esta noche? ... Y un tal, hijo de un tal, hombre pobre,
llega al poder de los signos y los sueños.
"Trazad las rutas por donde partan las gentes de todas las razas, mostrando ese color amaril lo del talón: los príncipes, los ministros, los capitanes de voces engoladas; todos aquellos que han hecho grandes cosas, y esos otros que
ven en sueños esto o aquello ... El sacerdote ha dictado sus leyes contra el apetito de las mujeres por las bestias. El
gramático escoge el aire libre para lugar de sus disputas. El sastre cuelga de un viejo árbol un flamante hábito de hermosísi mo terciopelo.Y e l ho mbre tocado de gonorrea lava su ropa en el agua pura. Se arroja al fuego la evacuación
del enfermizo y el o lor llega hasta el remador en su banco,
o lor que le deleita".
El hombre sale a la cosecha de cebada. El o lor penetrante me envuelve, y el agua más pura que en Jabal se desliza con rumor de otras épocas ... En e l día más largo del año ya calvo, alabando la tierra bajo las hierbas, yo no sé quién
ha seguido tan estrechamente mis pasos. Y con los muertos bajo la arena y el orín y la sal de la tierra, lo mismo que
con la vaina cuyo,grano ha sido dado a los pájaros. Y mi alma, mi alma vela estrepitosamente a las puertas de la muerte . - Pero di al PnnClpe que calle: clavado, en la lanza en medio de nosotros,
este cráneo de caballo!
22
Biblioteca de México
IV
Así es el mundo y no puedo más que hablar bien de él - Fundación de la ciudad. Piedra y bronce. Fuego de espinas
en el alba
dejaban desnudas estas enormes
piedras verdes y aceitosas como cimientos de templos, de letrinas,
y el marinero en el mar alcanzado por nuestros humos veía cómo la tierra cambiaba hasta la cumbre su imagen
(enormes artlgas vistas desde vanas millas y aquellos trabajos de captación de aguas vivas en las montañas).
Así fue fundada la ciudad y puesta en la mañana bajo las labiales de un nombre puro. En las colinas, los campamentos comienzan a desaparecer! Y nosotros que estamos allá, sobre las crujías,
cabeza desnuda y pies desnudos en el frescor del mundo,
qué tenemos que reírnos, pero qué tenemos que reírnos, en nuestros sitios, del desembarque de un cargamento
de mujeres y de mu las?
y qué hay que decir, desde en el alba, de toda esta gente bajo las velas? -Remesas de harinas que llegan! ... Y los
veseles más altos que Ilión bajo el blanco pavo real del cielo, que después de haber pasado la barra, se detienen
en ese punto muerto donde fiota un asno muerto. (El caso es decidir el porvenir de este río pálido, sin destino,
de un color de saltamontes aplastados en plena savia.)
En el fresco estrépito de la otra orilla, los herreros son maestros de sus fuegosl Los chasquidos de los látigos descargan en las recientes vías carretadas de males incubados. Oh mulas, nuestras tinieblas bajo el sable de cobre! cuatro cabezas reacias al nudo del puño forman un vivo corimbo en el azul del cielo. Los fundadores de asilos reúnense
bajo un árbol y les vienen ideas acerca de los lugares que hay que escoger. Ellos me enseñan el sentido y objeto de
las construcciones: lado adornado, lado ciego; las galerías de laterita, los vestlbulos de piedras negras y las piscinas de
clara sombra para las bibliotecas; los edificios fresquísimos para los productos químicos. Y luego llegan los banqueros
que silban en sus lIaves.Y ya por los arrabales un hombre cantando solo, de aquellos que pintan en sus ceños las cifras
de sus Dioses. (Crepitar incesante de insectos en este lugar de desperdiciosl) ... Y no es el momento de deciros nuestras alianzas con las gentes de la otra ribera; agua ofrecida en odres, prestaciones de animales, para los trabajos del
puerto y los príncipes a quienes se paga en tributos de pescados. (Un niño triste como la muerte de los monos -su
hermana mayor de singular hermosura- nos ofrecía una codorniz en una zapatilla de satín rosa.)
... Soledad l huevo azul que pone un enorme pájaro marino, y las bayas en la mañana todas cubiertas de limones
de oro l - Fue ayer! El pájaro ha volado!
Mañana las fiestas, el clamor, las avenidas plantadas con árboles leguminosos, y los hombres de la limpia arrastrando al amanecer grandes haces de palmas muertas, restos de alas gigantescas ... Mañana las fiestas,
la elección de magistrados del puerto, las vocalizaciones en los arrabales y, bajo las tibias incubaciones de la t ormenta,
la ciudad amarilla, encasquetada en sombra, con los pantalones de sus muchachas fiotando en las ventanas .
. . . En la tercera luna, aquellos que velaban en las crestas de las colinas replegaron sus lonas. El cuerpo de una mujer
fue quemado en las arenas. Y un hombre avanzó a la entrada del Desierto - profesión de su padre: mercader de frascos de perfumes.
V
Para mi alma complicada en remotos asuntos, cien hogueras de pueblos avivadas por el ladrar de perros ...
Soledad l inmoderados partidarios nuestros se jactaban de nuestras hazañas, mas nuestros pensamientos ya acampaban al pie de otros muros ...
"A nadie he dicho que espere ... Os odio a todos, dulcemente ... Y qué puede decirse del canto que nos habéis plagiado? .."
Señor de un pueblo de imágenes conducido a los Mares Muertos, dónde encontrar el agua nocturna que lave nuestros ojos?
Soledad l... Escuadrones de estrellas que pasan al borde del mundo, y arrastran a las cocinas un luminar doméstico.
Los Reyes Confederados del cielo que traen la guerra sobre mi techo y, maestros de alturas, ahí establecen sus
vlvacs.
Dejadme solo con las brisas de la noche, entre los Príncipes panfietarios, en medio de la lluvia de las Biélides! ...
Alma unida en silencio al betumen de los Muertos l nuestros párpados cosidos con agujas l bendita la espera bajo
nuestras pestañas!
La noche da su leche, oh estad alerta! y dejad que un dedo de miel resbale en los labios del pródigo:
.
" .. .Fruto de la mujer, oh, hembra de Sabal ..."Traicionando el alma menos sobria e indignado por las pestilenCias puras
de la noche,
me alzaré en mis pensamientos contra la fuerza del sueño; huiré con las ocas salvajes, en el desabrido olor de la
mañana! ...
- Ha! cuando la estrella germinaba por las noches en las barriadas de las mozas de servicio, sabíamos acaso el gran
número de lanzas nuevas
que ya buscaban en el desierto los silicatos del Estío? ... "Aurora, tú narrabas ..." Abluciones a las orillas de los Mares
Muertos!
aquellos que se han tendido desnudos en la estación inmensa se levantan en multitud sobre la tierra - se levantan
en multitudes y gritan
.
.
_
_
que este mundo está loco!. .. El anciano parpadea en la luz amarilla; la mUjer se estira de una a una;
23
Bibliote ca de M éx ico
y el potro pringoso hunde su hocico barbudo en la mano del niño, que aún no ha pensado en saltarle un ojo",
"Soledad! Yo no he dicho a nadie que espere", Me iré cuando yo quiera, por al lá"," -y e l Extranjero, todo arropado
en sus nuevos pensamientos, se hace todavía de más partidarios por medio del silencio: su ojo está lleno de una
saliva,
y no hay más sustancias de hombre en él.Y en sus semillas aladas, la tierra, como un poeta en sus meditaciones, viaja",
VI
Todopoderosos con nuestros magníficos gobiernos militares, con nuestras perfumadas mujeres vestidas de soplo, estas
telas de seda,
apostamos en altos lugares nuestros cepos de felicidad ,
Abundancia y bienestar. felicidad! De esta manera, por mucho tiempo nuestros vasos en los que el hielo tintinaba,
como Memnon",
y refiejando un haz de luces en los ángulos de las terrazas, grandes bandejas de oro en manos de las doncellas,
segaban el tedio de las arenas hasta la raíz del mundo,
Después vino un año de vientos de Occidente y en nuestros techos lastrados de piedras negras, todo un tema de telas vivas fiotando en la delicia de la amplitud, Los jinetes sobre las crestas de los cabos, asaltados por águilas de luz y nutriendo en la punta de las lanzas las catástrofes puras del buen tiempo, publicaban sobre los mares una ferviente crónica:
Ciertamente! una historia sólo para hombres, un canto de fuerza para hombres, como un tremor del espacio entre
las ramas de un árbol de hierro!. .. leyes promulgadas en las otras orillas, y las alianzas obtenidas por medio de mujeres en el seno de pueblos disolutos; grandes territorios vendidos a gritos de remate en la infiación del sol, las altiplanicies pacificadas y las provincias puestas a precio en el olor solemne de las rosas".
Aquellos que al nacer no han husmeado tales ascuas, qué hacen entre nosotros? y es posible que puedan tener
algún comercio con los seres vivos? "Es asunto vuestro y no mío el de reinar sobre la ausencia"." Para nuestro propio
provecho, los que estábamos allá, forzamos en las fronteras accidentes extraordinarios, y nos dejamos llevar hasta el
límite de nuestras fuerzas; nuestra alegría entre vosotros fue una inmensa alegria:
"Conozco bien esta raza agazapada en las laderas: jinetes desmontados labrando la tierra. Id y decidles: un inmenso peligro está próximo a correr entre nosotros! hechos incontables e infinitos, destructoras y potentes voluntades y el poder
del hombre consumado como la uva en la vid ... Id y decid les claramente: nuestros hábitos de violencia, nuestros caballos
sobrios y ágiles en las semillas de revueltas y nuestros cascos olfateados por el furor del día... En los países agotados en
24
Bibliote ca d e México
las costumbres, y tantas familias por componer a la manera de J·aulas de ,.
·Ib d
que hay que regenerar
.
.
paJaros SI a ores nos
veréis , en toda la diversidad de nuestras
maneras
de
ser,
anmadores
de
naciones
a
la
sombra
de
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. .
os angares, l
ectores
de bulas y decretos en voz alta, y veinte pueblos al abngo de nuestras leyes hablando todas las len
''Y ya sabéis la historia de sus gustos: los caprtanes pobres a lo largo de las vías inmortales Io~unasota··· bl II d
··1d I '
es ega os en
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turbas a saludarnos, to
.. a .a po . aClon Vlrl
. , e ano llevando en sus báculos a sus dioses' y los pn'ncl·p es cal'd os en Ias arenas del Norte, sus hijas tnbutanc;s prodigando nos las seguridades de su fe, y el Maestro que dice: confío en mi suerte ...
"O bien, vosotros les contareis las cosas de la paz: en los países infestados de bienestar un olor de foro y de mujeres núbiles, las monedas amarillas, sonido puro, manoseadas bajo las palmas, y los pueblos en marcha sob fi rt
.
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.
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especias -<:lotaclones mi Itares, gran tra ICO e In uenClas en las meras barbas de los ríos, el homenaje de un poderoso vecino sentado a la sombra de sus hijas y los mensajes cambiados en laminillas de oro, los tratados de amistad
de delimitación, las convenCiones de pueblo a pueblo para la captación de aguas, y los tributos recaudados en las regi;
nes entuslasmadas l (construcciones de Cisternas, de granjas, de barracas para la caballería -embaldosados de un vivo
azul y caminos de ladrillos rojos -el desahogado y lento desdoblamiento de telas, las confituras de rosas en miel y el
potro que nos ha nacido en:.re los bagajes del ejercito -el desahogado y lento desdoblamiento de telas y, al través de
los espejos de nuestros suenos, el mar que oXida las espadas, y el descenso, una noche, en las provincias marítimas,
hacia nuestras tierras de gran OCIO y haCia nuestras mUjeres
"perfumadas, que nos calmarán con un soplo, estas telas de seda...")
-Así frecuentemente nuestros umbrales acosados por un extraño destino y, en los precipitados pasos del día, de
este lado del mundo, el más vasto, donde el poder se destierra cada noche, toda una vi udez de laurelesl
Pero al anochecer, un aroma de violetas y de tierra húmeda en las manos de las doncellas de nuestras mujeres,
perfumaba nuestros planes de conquista y fortuna
y los vientos acallados recogíanse en el fondo de los golfos del desierto.
VII
No habitaremos siempre en estas tierras amarillas, nuestra delicia ...
El Estío más vasto que el Imperio cuelga sobre las mesas del espacio varios jardines de climas. La tierra vasta en su
área rueda pródigamente su débil ascua cubierta de cenizas. - Color de azufre, de miel, color de cosas inmortales,
toda la t ierra enyerbada alumbrándose con la paja del otro invierno -y de la esponja verde del único árbol, el cielo
extrae su jugo violeta.
Un lugar de rocas de mica l Ni un solo grano en las barbas del viento. Y la luz, como un aceite. - De la fisura de los
párpados me ligo al fil o de las ci mas, y conozco la roca agallada, los enjambres de si lencio en las colmenas de la luz;
y mi corazón cuida de una familia de acridios ...
Camellos dulces en el esquileo, cosidos con cicatrices malvas, dejad que las colinas se encaminen bajo los datos del
sol agrario - dejad que caminen en silencio sobre las incandescencias pálidas de la llanura; y que se arrodillen al final,
en la humareda de los sueños, allá donde los pueblos se aniquilan entre el polvo muerto de la tierra.
Estas son las enormes líneas silenciosas que se dispersan en el azu leo de las viñas improbables La ti erra en más de
un punto madura las violetas de la tormenta; y estas humaredas de arena que se alzan en el sitio de los ríos muertos, como faldones de siglos en viaje ...
Con voz más profunda para los muertos, con voz más profunda en el día. Tanta du lzura en el corazón del hombre, es posible que no llegue a encontrar su medida? .. "Te hablo, alma mía l - mi alma ensombrecida por el perfume
de un caballo!"y algunos grandes pájaros terrestres, navegando en el Oeste , imitan a satisfacción a nuestros pájaros
marinos.
Al oriente del cielo tan pálido, como un lugar santo sellado por la ropa blanca del ciego, nubes estáticas se agrupan en el sitio donde los cánceres del alcanfor y del cuerno giran ... Rachas de humo que un viento nos disputa l la tierra t oda ten sa en sus barbas de insectos, la tierra dando a luz maravillas!. ..
y al mediodía, cuando el junípero hace estallar las lápidas de las tumbas, el hombre cierra sus párpados y refresca
su nuca a t ravés de las edades ... Cabalgatas de sueños en el lugar de los polvos muertos, oh sendas vanas que un
soplo barre hasta nuestros piesl dónde encontrar; dónde encontrar los guerreros que guardan los ríos en sus nupcias?
Al rumor de grandes aguas en desliz sobre la tierra, t o da la sal de la tierra se escalofría en los sueños. Y de pronto, ah! de pronto, qué quieren esas voces? Levantad una multitud de espejos sobre el osario de los ríos, y dejad que
ellos apelen en la secuencia de los siglosl Levantad piedras en mi honra, levantad piedras al silencio; y a la guarda de
estos lugares, cabalgatas de bronce verde por las ampl ias calzadas!..
(La sombra de un gran pájaro me pasa por la cara.)
VIII
Leyes acerca de la venta de jumentos. Leyes nómadas. Y nosotros igualmente. (Color de hombres.)
Estas altas trombas en viaje, nuestras compañeras; clepsidras en marcha sobre la tierra,
.
y los solemnes chubascos, de una sustancia maravil losa, tejid os de polvos e insectos, que persiguen a nuestros pueblos por las arenas como un fuerte impuesto.
(Cuánta ausencia consumada a la medida de nuestros corazones!)
No es que la etapa fuera estéril : al paso de las bestias sin alianzas (nuestros caballos sin tachas ante los oj,os de los
mayores), multitud de cosas llevadas a cabo en las tinieblas del espíritu, -multitud de cosas .ociosas en los limites del
espíritu -increlbles historias seléucidas al rumor de las fron das y la tienra entregada en explicaCiones ...
2S
Biblioteca de México
Expedició n en Mongolia. mayo de 1921
Otra cosa: las sombras -estas prevaricaciones del cielo contra la tierra ...
Jinetes a través de tales familias humanas, en donde los odios silbaban a veces como paros, deberemos agitar nuestros fuetes contra las palabras castradas de la felicidad? - Hombre, has de pesar tu peso con trigo. Un país aquí no es
lo que yo quiero. Qué me ha dado e l mundo que no sea este o leaje de hierbas? ...
Hasta el lugar llamado del Árbol Seco:
y el famélico relámpago me asigna estas provincias en Occidente.
Pero más allá están los grandes ocios, y en una inmensa
tierra de herbajes sin memoria, el año sin amarres ni aniversarios, aderezado con auroras y fuegos. (Matinal sacrificio del corazón de un cordero negro.)
Caminos del mundo, os seguimos. Autoridad en todos los símbolos de la tierra.
Oh Viajero en el viento amari llo, sabor del alma! ... y el grano, dices tú, de la coca de Levante posee, al restregarse l
virtudes embriagantes.
Un gran principio de violencia comandaba nuestras costumbres.
IX
Después de tanto caminar en el Oeste, qué sabíamos de las cosas
perecederas? .. y repentinamente a nuestros pies las primeras humaredas ...
- Mujeres jóvenes! y la naturaleza de un país se perfuma toda:
".. .Te anuncio tiempos de gran calor y las viudas gimiendo por la disipación de los muertos.
Aquellos que envejecen en la costumbre y cuidado del si lencio, sentados en cuclillas sobre las alturas, contemplan
las arenas,
y la celebridad del día en las extrañas radas;
mas el placer comienza a germinar en el vientre de las mujeres, y en nuestros cuerpos de mujeres hay como un
fermento de uva negra, y con nosotros mismos ninguna tregua.
" ... Te anuncio tiempos de gran bonanza y la felicidad de las hojas en nuestros sueños.
Aquellos que conocen los veneros van con nosotros en este exilio; aquellos que conocen los veneros, nos di rán
por la noche
bajo qué manos opr'imidoras de la viña en nuestros vientres
nuestros cuerpos se llenarán de extraña saliva? (Y la mujer se ha acostado con el hombre sobre la hierba' ella se
levanta, arregla su cuerpo en desorden, y el grillo salta en su ala azul.)
,
" .. .Te anuncio tiempos de un gran calor; e igualmente la noche, al ladrar de los perros, trasega su placer en e l vientre de las mUJeres.
Pero el Extranjero vive en su tienda, honrado con quesos y leches, con frutas. Se le ofrece agua fresca
para que enjuague su boca, y lave su rostro y su sexo.
En la noche le llevan hermosas mujeres infecundas (ah l más nocturnas en el día l) Y quizá también en mí satisfaga
su deseo. (Yo no sé cómo trate a las mujeres.)
"...Te anuncio tiempos de una gran bonanza y abundancia de fuentes en nuestros sueños.
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Biblioteca de México
Abre mi boca en la luz. como rίncόn de miel entre las rocas Υ Sr
se encuentra alguna falta en mί. que se me repudre I de 10 contrarιo.
dejame que entre a la tienda. que entre desnuda. ceιτa del cantaro. cabe la ti enda.
Υ companero inseparable del sepulcro. tύ me veras enmudecida
por largo ti empo bajo el arbol-nina de mis venas ... Un lecho de sύ ρlί ­
cas bajo la tienda. la estrella verde en el cantaro. Υ que este ΥΟ bajo
tu dominio i ninguna doncella bajo la tienda a no ser el cantaro de
agua fresca l (Υο se salir antes del alba sin que me srentan la estrella
verde. el gri llo en el umbral Υ el ulular de todos los perros del
mundo.)
J-I.-!. ι?1'1.
'Te anuncio tiempos de gran bonanza Υ la dicha de la noche en
nuestros parpados perecederos ...
pero Ρ ΟΓ ahora aύn es de dίa l "
-Υ de pie sobre el filo resp landeciente del dIa. a los umbr-ales de
una tierra mas casta que la muer-te.
las muchachas orinaban abriendo las telas pintadas de sus mantos.
Χ
Escoge un ancho sombrero con ala facil de d omar~ ΕΙ ojo retlΌcede
mas de un siglo en las regiones del alma. Α traves de la puerta de cal
vrva se ven las cosas de la Ilanura: cosas Ilenas de vida.
excelentes l
~ . . . . . r-{. ....
saσί ficίοs de ροtιΌ S sobre las tumbas de los ninos. ρurίficacίόn de viudas en las IΌsas Υ acumulacιόn de pajaros verdes en las cuadras para honra de los ancianos;
mu ltitud de cosas sobre la tieITa para ο.ίr Υ ver. cosas vivientes entre nosotIΌs 1
celebracίόn de fiestas al aire libr-e conmemorando aniversarros de arboles coΓpulentos Υ ceremonras ρύblιcas en
honor de una chaιτa; dedicato.rias de ρίedι-a s negΓas. perfectamente pulidas. bύsquedas de fuentes en lugar-es muer-tos. consagraciones de telas. clavadas en largas astas. al pie de los desfιladeΙΌS. Υ violentas exclamacro.nes. bajo los
mUΙΌS. por la mutίlacίόn de adultos en pleno so.l. ΡΟΓ la eχhίbίcίόn de sabanas nupciales I
au n otras cosas a la altura de nuestro.s o.jo.s: la limpia Υ cura de las bestias en las baπίadas. la agίtacίόn de las turbas a la mera prese ncia de lo.s trasquilado.res. de los lrmprado.res de cloacas Υ de los castr-adores; especulacio.nes al
soplo de las cosechas Υ las hierbas segadas puestas a airear so.bre lo.s techados; la constι-uccιόn de cercos con tieITa
cocida Υ rOja. de soport ales para tendedero.s de carnes. de galerias para sacerdotes. de capitanIas; los patros enormes
del veterinario: la ρrestacίόn de servicio.s para la manutencίόn de caminos arrίeΙΌS. de caminos zrgzagueantes entre
las gargantas de las sierras; la fundacίόn de ho.spicio.s en solares abando.nados; las escrituras a la Ilegada de las caravanas Υ los lίcencίamίentos de las escoltas en las casas de lo.s cambistas; las popularidades cornenzando. a geΓmιnar bajo
los cobertizos. fr-ente a las cubas de frituras; los pro.testos de tίtulοs de credito: el extermrnio de bestias albrnas. de
gusanos blancos en el suelo.. los fuego.s de espinos Υ espinas en los sitios manchados de mueι-Ιe. la fabι-ίcacίόn de IΊCOS
panes de cebada Υ ajonjolI; α bien de espelta; Υ lo.s humos de la humanidad ΡΟΓ todas partes ...
ha l toda condίcίόn de ho.mbres. con su diversidad de modos Υ maner-as de ser: comedo.res de insecto.s. de frutas
de agua; po.rtado.res de emplastos. de ι-ίqueΖas; Υ el agι-ίcultοr Υ el no.ble a caballo: el acupuntado.r Υ el salinero; el peajero.. el herreΓΟ: ve ndedΟΓes de azύcaι-. de canela. de copas ρaι-a beber de metal blanco Υ de lamρaι-as de cuer-no: el
que hace una vestimenta de cuero. sandalias de madera Υ bo.tones en fo.rma de acertunas; el que labι-a una tιeπa; Υ
los hombres sin nίngύn ofrcio ni benefrcio el ho.rlIbr-e del halcόn. el hοmbΓe de la fiauta. el ho.mbre de las abejas; el
que go.za en el timbre de su voz. el que se ocupa en contemplar una ρίedΓa verde; quren encrende para su pro.pro.
deleite un fuego. con los leno.s de su techo: quien trende sobI'e la t ieITa un lecho de ho.jas ΟIΟΙΌsas. quien se acuesta
Υ reposa; quien piensa en los dibujo.s de cer-amrcas veι-des par'a estanques ο Γecίρίentes de aguas vivas; Υ el que ha vrajado mucho Υ suena nuevamente en ρaι-Ιίι'; el que ha vivrdo en un paIs de Iluvias toITenciales; quien juega a los dados.
a la taba. con lo.s cubrletes; α quren ha extend rdo. en el suelo sus tablas de calculo: el que tiene sus ideas aceιτa del
uso de una calabaza; el que aITastr-a un agurla nιueι-Ιa como una caΓga de lena sοbι-e las huellas de paso.s ( Υ la pluma
se regala. no. se ven de. para guar-necer las fiechas). el que ι-ecoge polen en una vasrja de madera ( Υ mi placer. dice el.
esta en este colo.I' amarrllo): el que come bunuelo.s. gusano.s de plantas. frambuesas; el que gusta inmensamente del
estragόn; el que suena con pimiento.s; ο mas aun. el que mastrca gomas fόsίles. quien Ileva una concha en su ΟΓeja. Υ
el que acecha el perfume de un genro. en las grιetas fι-escas de la piedra; el que prensa en el cuerpo de una mUjer.
hombre lί bίdίnoso: el que ve su alma Γe fiejada en una l amίna; el hο.mbι-e versado. en ciencias. en la onomastica; el favorit o en juntas Υ consejos. el que da nombre a las fuentes; quien dona asrentos ρύblίcos a la sombra de lo.s arbo.les. Υ
lanas tenidas ρaΓa lo.s sabio.s; Υ seIIa en las σuces de lo.s canlinos grandes jarras de bro.nce para la sed; mejoI' dicho. el
que no hace nada. tal el honlbre Υ tal en sus maner-as. Υ cuantos οtΙΌS hombres mas l los que juntan codornices en
los pliegues del teITeno. aquellos que hurgan en las malezas los hueveciIIos con pintas verdes. aquellos que descienden de sus caballo.s ρaΓa Γecoger- cosas. agatas. una predra de color azul pal ido. que luego se talla a la entrada de los
baIT ios (en foι'ma de estuches. de tabaqueras Υ de blΌches. ο de bolitas que los ρaΓalίtίcos ruedan en sus manos);
17
B ibl loteca de f1 exico
aquellos que si lbando pintan cofrecillos al aire libre, el hombre del bastón de marfil, el hombre de la si lla de roten, el
ermitaño de manos de niña y el guerrero licenciado que clava su lanza en el umbral para atar un mono ... ha! Toda
condición de hombres, con su diversidad de modos y maneras de ser; y de repente! aparece en sus ropajes de noche
y tajando redondamente toda cuestión de precedencia, el Contador de Cuentos, que ocupa su lugar al pie del terebinto . .
Oh genealogista en el mercado! cuántas historias de familias y filiaciones?-y que el muerto coja al vivo, como se
asienta en las tablas del legista, si yo no hubiera visto cada cosa en su sombra y en el mérito de su época: los depósitos de libros y anales, los almacenes del astrónomo y la belleza de un sitio de sepulcros, de templos antiquísimos
bajo las palmas, habitados por una mula y tres gall inas blancas- y más allá del círculo de mi ojo, muchas acciones secretas en camino: los campamentos replegados por noticias fuera de mi alcance, las pilladas de las tribus montaraces y
el paso de los ríos en odres; los jinetes portadores de cartas de alianzas, la emboscada en las viñas, las fechorías de
ladrones en los desfiladeros y las maniobras a campo traviesa para el rapto de una mujer; los regateos y las conspiraciones, el acoplamiento de bestias en las selvas ante los ojos de los niños, y convalecencias de profetas en los establos, las conversaciones mudas de dos hombres a la sombra de un árbol ...
pero sobre las acciones de los hombres en la tierra, muchos signos viajando, muchos granos viajando, y bajo el
ázimo del buen tiempo, en un gran soplo de la tierra, toda la pluma de las mieses! ...
hasta la hora del crepúsculo en que la estrella hembra, cosa pura y empeñada en las alturas del cielo ...
Tierra arable del sueño l Quién habla de construir? ?Yo he visto la tierra repartida en vastos espacios y mi pensamiento ahora no es extraño al del marino.
CANTO
Detenido mi caballo bajo un árbol cubierto de tórtolas, si lbo una nota tan pura, que no hay promesas que cumplan
a sus ori llas todos estos ríos. (Las hojas vivas en la mañana son la imagen de la gloria) ...
y no es que un hombre no esté triste, pero si se levanta antes del alba y se mantiene con prudencia en la comunión de un árbol viejo, apoyando su mentón en la última estrella, él contemplará en el fondo del cielo en ayunas grandes y puras cosas que se abren en el placer. ..
He detenido mi caballo a la sombra de este árbol que arrulla; si lbo una nota aun más pura ... y paz para aquellos,
si van a morir, que no han visto este día! Mas de mi hermano el poeta se tienen noticias. Una vez más ha escrito una
cosa muy dulce.Y algunos han tenido de ello conocimiento ...
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Biblioteca de México
CARTA DE
SAINT-JOHN PERSE A
OCTAVIO G. BARREDA*
TRADUCCiÓN DE MARTA DONís
avergonzado por no haber sabido manifestarle lo valioso que fue para mí su pensamiento, todo lo que usted
quiso amablemente ofrecerme de Usted mismo, Poeta.
Pero eran tales los tiempos entonces que terminaron
por sellar mi mutismo.)
¿Qué puede contarme ahora de Usted) ¿Regresará a
los Estados Unidos?¿ Lo hurtará una vez más la diplomacia a las letras) ¿Me ayudará a saber de Usted, como
hombre y como Poeta? He permanecido fiel a la lengua
española, y me gustaría mucho leer algo suyo, incluso
alguna cosa con la que Usted no sea indulgente. ¿Tendrá
Usted conmigo esa confianza, la de hablarme un poco de
Usted? En todas las cosas es necesario odiar la abstracción.
Tamb ién me habría gustado, si hubiese pod ido verlo,
pedirle su mirada sobre el curso de la literatura actual,
Washington, 6 de junio de 1949
2800 Woodley Road, N . W.
Q uerido Octavio Barreda:
El azar de una conversación con uno de sus compatriotas me reveló que estuvo usted en Estados U nidos. Pero no recibí ninguna señal suya.
¿Deberé por ello estar resentido con Usted) A ello
me daría derecho todo el pesar que me embarga. Y es
que siento una amistosa curiosidad hacia Usted desde
que, gracias a Aguilera, recibí inesperadamente su muy
hermosa traducción de "ANABASE". (Siempre me sentí
• ET CU ERA. núm.
29, enero-marzo de 1961, Guadala)ara, Jalisco. México .
29
Bibliote ca de México
Guillén por España, Ungaretti por Italia, desempeñarán
ahí el papel de los hermanos mayores. No se le impondrá ninguna tarea literaria fastidiosa, o ningún estudio
crítico, sino una página libre de si mpatía o de solidaridad
intelectual, del modo y en la forma que le convengan,
desde su perspectiva local. El plazo asignado a las participaciones es el 10 de diciembre; pero si le hiciera falta,
puesto que lo hemos localizado tan tardíamente, transgredir un tanto este límite, ciertamente nos esperaríamos hasta recibir su contribución.
Sea como fuere y si le es posi ble, o no, en tales condiciones, déme nuevas suyas y no me deje sin contacto
con Usted, aunque sea por mi cu lpa.
En todo caso, crea en mi muy si ncera y cordial simpatía, y en mis mejores deseos para su obra y para Usted
mismo.
St-John Perse
Alexis St L. Leger
2800 Woodley Road N. W
Washington, D.
en México y en toda América Latina.
¿Conserva Usted algunos lazos con la vida literaria
francesa) Le he dado su nombre aJean Paulhan, en París,
con ocasión de un número especial de "Cah iers de la
Pléiade", que habrá de consagrárseme como homenaje
literario, y para el que acaban de reunir; en estos días, las
contribuciones de Francia y del extranjero. Cuando le
respond í a Paulhan, insistí en designarlo a Usted como
representante de México, pero sólo pude darle una dirección antigua e indirecta. No su pe si se puso en cont acto con U sted (ni tampoco mi editor de Nueva York,
para un envío personal y firmado de mi último libro
publicado en A mérica: EXILE and other poems).
Si esta carta le llega, a esta dirección nuevamente indirecta, y si Usted tiene humor y tiempo, me daría ciertamente un gusto muy grande si envía cualquier cosa
para el número de homenaje, directamente a Jean
Paulhan (5 rue des Arenes, en Paris); un testimonio suyo,
desde el punto de vista mexicano o hispanoamericano,
sería muy bien acogido en esta publicación de la que se
quiere hacer: según me han dicho, un grupo a la vez,
representativo y simbólico del momento actual. Claudel
y Gide por Francia, T S. Eliot por Inglaterra, Jiménez y
30
Biblioteca de México
e
GERTRLI DIS GAVIDIA
,
DIALOGO DE
LENGUAS POÉTICAS*
La búsqueda de la identidad cultural
y la revisión histórica han sido preocupaciones constantes de los intelectuales de América, acentuadas desde
que comenzó a perfilarse la infiuencia de los Estados Unidos en el resto
del Continente, con la anexión de
Puerto Rico y las Fil ipinas y la ocupación de Cuba. Este interés en
encontrar y definir las características
de un "ser americano", se profundiza
con las dos guerras mundiales que
sum ieron a Europa en el espectáculo de la decadencia y dieron al traste
con su Teoría del Progreso. En ese
momento, también nuestras élites,
tradicionalmente atentas al paradigma europeo, se dieron cuenta de
que, " la vida está en otra parte" y
tornaron sus ojos a América, a sus
segmentos populares, a sus raíces
ancestrales, a sus manifestaciones
culturales enriquecidas sustancialmente con el aporte africano. Pero,
se miraba desde arriba y desde la
distancia y, en el fondo, nuestros intelectuales seguían privilegian do el
progreso tecnológico como índice
del bienestar de un pueblo y buscaban causas: en la raza, en la naturaleza, de nuestro "atraso endémico", La
literatura refiejó estas preocupaciones, en especial la novela y el ensayo.
¿Qué pasó con nuestra poesía?
Digamos, con Octavio Paz y con
Heidegger, que la poesía como lenguaje de "la verdad" del ser, capaz
de desnudar y enmascarar a un
tiempo, o con su capacidad de volver al origen del ser y descubrir en
su propia materia y sustancia las
huellas del devenir de los pueblos y
su diálogo con los dioses, se convirtió aquí y allá, en algunas obras dispersas a lo largo y ancho del continente, en instrumento de aventuras
espirituales, sigilosas y grandiosas de
Agradecemos al maestro Ramón Ordaz su autonzación para reproduCir aquí este ensayo onginalmente aparecido en el número uno de la revista
Podo. Mérida.Venezuela.
búsqueda y exploración y hasta de
invención del ser americano.
¿Cuál es el sentido de nuestra historia? ¿En qué se traduce cotidianamente ese origen, este paisaje, esta
realidad de la ruptura histórica causada por la intromisión de Europa?
¿Qué ha sido de nosotros y cuál es la
herencia que nos legaron nuestros
padres? En pocas palabras, "¿Quiénes
y cuáles somos nosotros?", como se
pregunta Aimé Césaire (19 I 3), poeta
martiniqueño en su celebrado poema
Cohier d 'un re tour ou poys natal
( 1947) Y quien, creando una estética
controversial de la provocación, de lo
chocante y heteróclito, de la inversión
irónica del sentido, respondía gritando: Aborrecedores. Constructores. Traidores. Hechiceros. Hechiceros, sobre to-
do, pues amomos o todos los demonios.
Era la época de la lucha por la subversión del orden social, por la construcción de las independencias africanas,
del enfrentamiento ideológico y de la
violencia verbal, racial, cotidiana.
Así pues, la poesía. La poesía habla
y se dirige al ser verdadero, al recóndito, al oculto y nos revela y desnuda, quienquiera que seamos, atraídos
por ese lenguaje que es un don. La
poesía se mostrará como un medio
más idóneo para expresar no lo preconcebido, no lo que deseamos
escuchar, sino lo que es, el estado
espiritual del ser. En este sentido, nos
proponemos realizar una rápida
exploración de cuatro obras poéticas latinoamericanas, entre las cuales
observamos una relación dialógica
en torno a esos temas fundamentales de la identidad y la historia americanas. En 1907, en el esplendor que
precedió en Europa a la Primera
Guerra Mundial, un descendiente de
los conquistadores franceses del Caribe, elevó su voz en un canto de
nostalgia por la desaparición de esos
reinos llamados plantaciones de esclavos que repetían en menor escala
a las viejas monarquías feudales de
Europa. Se trataba de Éloges, un libro
] I
B i bl iotec a de M éxico
magistral que cantaba desde su propia verdad. Primero en lo real y
luego en la ficción, el hombre americano había sido ignorado. Se celebraba, en cambio, el esplendor del
paisaje, el orden jerárquico y organizado de la plantación y de la casa
grande. Toda la bienaventuranza confiuía en el infante heredero: Si no lo
infancia, ¿qué había entonces allí que
no hoy ohora?/ iLlonurasl ¡Pendientes l
¡AIW / había mós orden Y no había mós
que reinos y confines de luces. Y lo
sombra y lo luz estaban entonces mós
cerco de ser uno mismo coso .. .1 Crecen mis miembros y pesan, nutridos de
edod l No conoceré yo lugar alguno de
trapiches y cañaverales que, para el
suelo de los niños, fuese en aguas vivos
y contantes así distribuido ... A lo derecho se almacenaba el café, o lo izquierdo lo mondioco"
Este poema fascinó a las élites latinoamericanas, desde las riberas caribeñas hasta la Argentina. Se cantaba
y nombraba un paisaje conocido. No
importaba que la verdad apareciera
de cuando en cuando como un latigazo en pleno rostro para recordarnos la exclusión, el sometimiento, Yo
no conocí todos sus voces, y no conocí
todos los mujeres, todos los hombres
que servían en lo alto caso de modera; pero todavía recordaré por largo
tiempo/ unos rostros insonoros, color
de papayo y de hastío, que se detenían
tras nuestros sillas como ostros muertasI
El poeta era también un gran músico, un conocedor de fiara y fauna,
de geología y mares, del movimiento
y los cambios. El mismísimo D iablo
desafiando al payador, al poeta nativo. Posteriormente, en 1924, Perse
publicará el poema Anóbosis, en el
cual, trascendiendo su condición de
pertenencia a la clase colonial antillana y la nostalgia por el mundo pri-
, Salnt-John Perseo Antología poéuco. Buenos Aires,
Compañía General Fabril Edrtora. 1960. p.D.
1 Ibldem. p. 25.
al descubierto: pues no es cierto que lo
obra del hombre ha terminado / que no
tenemos nodo que hacer en el mundo.6
Es importante señalar que el juicio a
que es sometida la cultura Occidental
en el poema de Césaire, es un juicio
poético y filosófico, es un juicio de la
palabra y por lo tanto es simbólico.
No se trata de la muerte sino de la
vida. De lo que se trata es de transformar a la humanidad, puesto que el
problema del colonialismo es el problema central de la civilización occidental, dirá Césaire, más explícitamente en el Discours sur le colonia lisme. ' y en el Cuademo: Escuchad el
mundo blanco / horriblemente cansado
de su esfuerzo inmenso / sus articulaciones rebeldes crujir boja los duras
estrellas / sus rigideces de acero atravezar lo come mística / Escucho sus victorias prodigiosos pregonar sus derrotas
/ Escucho en los coartados grandiosos
su ruin tropezar / ¡Piedad para nuestros
vencedores omniscientes e ingenuos!8
vi legiado y perdido de la plantación,
emprende la celebración de la empresa colonizadora europea y eleva
la conquista al rango de acto definitorio del hombre Occidental.
Esas notas quedarán largo tiempo
vibrando en el aire, hasta que un
poeta afrocaribeño, de las mismas islas de Perse , irrumpe con un ritmo y
una fuerza que desencadenarán toda
una nueva literatura de la Negritud,
en el Caribe, en África. Era la voz de
Aimé Césaire "bella como la flama
del ponche": nosotros cantamos los
ffores venenosos estallando en pra-
deras furibundos; los cielos de amor
segados por embolia; los moñonas epilépticas;el blanco abrazo de los arenas
abismales, los descensos de nóufragos
en los noches fulminados de olores salvajes. 3
La trascendencia de Césaire estriba en su dominio de la palabra poética, en la que se funden voz poética
e individualidad. Su verdad es la del
esclavo y t rasplantado, la del explotado que también t iene exi stencia y
humanidad y que no es simplemente una figura del decorado, sino un
poeta, un gran poeta, el mejor en
lengua francesa de su tiempo, como
lo reconocerá André Breton en un
texto célebre que prologa la primera edición integral en francés del
) Almé Césalre. Cuademo de un retorno 01 país
natol. Ménda UlA. PresentaCión y traducción. G.
Gavldla. Trabalo de ascenso. 1992. p.l l
poema: Entonces, desafiando él solo
uno época en lo que nos parece asistir o lo abdicación total del espíritu ... en
lo que el arte mismo amenazo cristalizar en viejos moldes, el primer aliento
nuevo... es el aporte de un negro. Y es
un negro que manejo lo lengua francesa como no hoy en este momento un
blanco que lo hago'
y para Jean Paul SartreS, la poesía
de Césaire y de los poetas de la negritud sobrepasó el desafío que significaba para ellos expresarse en la lengua de los opresores. Pues ya que el
opresor-conquistador estaba presente hasta en la lengua que hablaban,
ellos hablarían la lengua para destruirla, estrangulando su "blancura". Así, en
la poesía de Césaire se resemantizan
todas las palabras asociadas con la
pareja blanco/negro que recubren a la
vez la división cósmica día-noche y el
conflicto humano del indígena y el
colono, como el del bien y el mal. Así
los sentidos se invierten realizando lo
que fue una de las aspiraciones más
caras de la poesía desde el romanticismo, al revelar la negrura secreta de
lo blanco y la blancura secreta de lo
negro. Pero esta revelación es agresiva pues la negritud se define frente a
Europa para que sus mentiras queden
, Andre Breton. "Un grond poete noir", en Almé
Césalre. Op. Oc.
, Jean Paul Sartre ."Orphée Noir", en Leopold Sédar
Senghor. Anchologle de lo Nouvelle Poésie Negre et
Malgache en langue FroncOIse, Paris. Presses Universrtalres de France, 1972.
32
Biblioteca de México
Cuestión de Occidente si quiere permanecer sordo.
En la Venezuela de los años 60, la
obra de Perse y la de Aimé Césaire,
eran ampliamente conocidas por los
grupos literarios mas importantes
del país. Y es así que dos poetas,
Ramón Palomares, del grupo Sardio y
Rafael Cadenas, de Tabla Redondo,
entran en diálogo con Anóbosis de
Perse y Cuaderno de un retorno 01
país natal, de Césaire. En Cuba, Lydia
Cabrera, había lanzado en 194 I la
primera versión en español del poema cesairiano,9 con prólogo de Benjamín Peret. En Colombia, el poeta
Jorge Zalamea publicó su traducción
de las obras de Perse 'o y en Venezuela, Guillermo Sucre, poeta animador del grupo Sardio, había publicado
una antología de la obra persiana " y
artículos sobre la obra de Césaire .
Desde los tiempos posteriores a la
Independencia, los poetas latinoamericanos segu ían con atención los dictados de la literatura francesa moderna que ahora llegaba por la intermediación de la poesía antillana, con
temas que tocaban vivamente la sensibilidad continental. La conquista y el
mar, los viajes y las fundaciones, la
, Aimé Césaire. Cuaderno .... p. 102
, Aimé Césaire . Oiscours sur le colonialisme.
• Césalre. Cuaderno.... p. 91
, Aimé Césaire. Retorno 01 país natol. La Habana,
Ed. Molina y Compañía. Trad. de Lydia Cabrera.
" Saint-John Perse o Anóbasis. Trad . de Jorge Zalamea. Santa Fé de Bogotá Instituto Caro y
Cuervo. 1992
" Guillermo Sucre. Estrechos son los bajeles. Caracas. Ed. SardiO. 1960.
identidad cultural y el futuro de
América, eran temas fundamentales
que circundaban a nuestros poetas.
A ellos se añaden los que les inspiraba el contexto más inmediato que se
vivia por entonces en una Venezuela
que todavia celebraba la caida de la
dictadura de Pérez Jiménez (1958) Y
en la cual la clase política, intelectuales, estudiantes y artistas se habían volcado entusiastamente a programar la Venezuela del futuro.
Es así que, en 1957, poco antes de
la caida de la dictadura, aparece el
poemario El Reino, de Ramón Palomares, joven poeta de 23 años procedente de Escuque, un pueblo de
los Andes trujil lanos. Este libro fue
acogido como un acontecimiento
importante dentro de la literatura
venezolana. Su titulo no deja de sugerir en el espiritu una inspiración
persiana. ¿N o era acaso un reino lo
que cantaba Elogios como el lugar
privilegiado de la infancia de un príncipe? Pero también, ¿no era, lógicamente, la idea de un reino privado,
subjetivo, personal, el sueño utópico
de jóvenes que vivian en una ciudad
opri mida? Aunque fascinado por el
canto persiano, el poeta nativo ejerce la crítica sobre el aspecto considerado central de Anóbasis, la exaltación de la conqu ista como un acto
de nobleza. He aqui lo que dará pie
a uno de los poemas magistrales de
los que componen El Reino: "Conquistas".
Consciente de la trascendencia
de la Conquista para América, Palomares procede al desmontaje total
de la visión exaltadora de esa acción,
haciéndonos vivirla o revivirla desde
su origen para desmitificarla y demostrar que el conquistador paradójicamente está muy lejos de sali r
indemne de su triunfo. El poema dramatiza la acción que es nalTada a
través del diálogo de dos sujetos que
se relacionan entre si como padre e
hijo, subterfugio que sirve para expresar con mayor énfasis la participación plena en la acción de conquista
de los poderes en juego en la nación
española, es decir: la Iglesia, la monarquia y el pueblo, representados
en el padre; y para darle una nueva
dimensión -generacional- a la empresa, con lo cual la conq uista ya no
es solo el atributo de Occidente sino
de la juventud. En el poema, el padre
dirige e impone sus órdenes, la juventud realiza, cumple y obedece,
aun cuando vaya derecho al fracaso
y a la destrucción. El padre es el emisor de la mayor parte del discurso.
De las órdenes detalladas que le da
al hijo, se infiere la narración de la
conquista. Por otra parte, la construcción del poema se fundamenta
en dos discursos sucesivos que mantienen entre sí una relación de antítesis y de reversión del sentido. El
primer discurso, al imperativo, describe el viaje del héroe hacia el oeste, dando cuenta de una destrucción
que rebasa los límites de lo racional.
Se inicia con la frase: Al oeste irós yalli
colocarós tu estandarte. El segundo
discurso, en cambio, relata el regreso
del oeste, en él se invierten los signos del triunfo, y esta inversión, que
se advierte desde la primera frase, se
va a refiejar en la transformación del
héroe en antihéroe. Eres el vagabundo que viene del oeste el sol arrasó con
todos los estandartes. La oscuridad
rodea al personaje marcado ahora
por el estigma de todas las crueldades realizadas, como si las llevara
escritas en el rostro.
La deshumanización del conqu ist ador, su caida en la desesperanza y
la incertidumbre es uno de los efectos radicales que aparecen como
consecuencia de la conquista. El otro
efecto es el que se produce en el
tiempo americano ulterior como
sombra proyectada desde ese origen
traumático, destructor e irónico. Es
como la sombra de la muerte sobre
la vida, la amenaza de la reversión de
todos los procesos, actos, situaciones. As!, el banquete amenaza convertirse en una catástrofe: las casas,
fundadas para la duración, devienen
asentamientos fugitivos; por momentos el Reino, lo es de la incertidumbre y la catástrofe.
Sin embargo, la fe de El Reino está
volcada en la juventud y su utopia es
la de construir un mundo para su
protección y holganza, de manera
que el Nuevo Mundo se aleje cada
vez más de la violencia conquistadora que sacrifica la vida de ambos actores, conquistador y conquistado,
para imponer la muerte y el caos. Un
reino para ti / joven, bello nadador /
para holganza de tus miembros.
Esta utopia, profundamente ligada
al élan vital y, como las primeras utopias modernas, bajo el signo protector de la femineidad, parece rescatar
la idea del regreso a una cultura de
la madre tierra, puesto que su objetivo principal es brindar refugio y
protección al joven para el disfrute
33
Bibliote ca de M éxico
de la vida; sin embargo, la condición
del joven como nadador transforma
radicalmente el medio en el cual se
desenvuelve y transcurre , que ya no
sería la tierra sino el agua. Esta transformación sería una solución simbólica o una respuesta a la consecuencia más importante de la conclusión
del proceso modernizador en Venezuela, cuya modificación más radical
para el ser sería la pérdida del espacio territorial por parte del nativo.
De esta manera, se distancia el sujeto poético de las aspiraciones
hegemónicas que pretenden hacer
de la vida una continua lucha por el
dominio territorial. Escrito durante la
dictadura, El Reino planteaba las críticas y los deseos propios de un joven
poeta que contemplaba con lucidez
el destino y las posibilidades de su
patria. En una época marcada por la
modernización social caótica impulsada por la industria petrolera, y por
la concentración de la riqueza en
pocas manos, el énfasis es puesto en
la juventud depositaria del futuro, en
sus posibi lidades de perfeccionamiento humano y como el protagonista olvidado de una modernización
que no tiene sentido si pretende sacrificar el bienestar de la misma sociedad que la impulsa.
Con Los Cuadernos del Destierro
( 1960), '2 de Rafael Cadenas, se alcanza también una cima en la expresión poética moderna de Venezuela
y se anuncia el pasaje de una literatura del compromiso social, en boga
en los años 60, hacia una literatura
de la subjetividad y de la incertidumbre que se afianzará en el pais a partir de 1968. Esta obra, en claro contraste con la obra poética posterior
de Cadenas por su abundancia verbal y su extensión , recoge la experiencia del destierro del poeta en la
isla de Trinidad durante los años de
1954-1958. El cent ro irradiador de
esta experiencia es el encuentro y la
fascinación de la isla Bienaventurada
y el descubrimiento de la pluralidad
cultural del Caribe, donde el poeta
alcanza niveles inéditos de autoconciencia y reconciliación consigo mismo, así como las fuentes mismas de
inspiración de su creación poética.
El titulo de Los Cuadernos del Destierro plantea una relación dialógica
con Cuaderno de un retorno al país
natal de A imé Césaire, relación que
,¡
Rafael Cadenas. Cuademos del destJerro, Caracas.
Ed. Tabla Redonda. 1960. Para nuestro análiSIS prefenmos trabalar con la verSión onglnal del poema.
resulta confirmada por otras alusiones internas del texto de Cadenas l3
al de Césaire. En ambos casos se
trata de poemas de largo aliento,
aventuras espirituales, viajes de exploración al interior del Yo, que se
sirven de la prosa y el verso libre.
Otro elemento en común es la hibridez de la obra, que combina formas
del poema y de la novela autobiográfica, aunque con un claro predominio del género poético.
Al analizar los t ítulos, en primer
lugar; podemos observar que el recorrido del viaje en ambos casos
sigue caminos opuestos. En el Cuaderno, el sujeto realiza un movimiento de retorno, de regreso al país
donde nació; ello determina la reintegración a la comunidad, que fundamenta la solidez afectiva, psicológica,
mental del sujeto:
Yo llegaría pulido y joven a este país
mío y le diría a este país cuyo limo
entra en la composición de mi carne
"He errado largo tiempo y regreso al
horror abandonado de tus llagas." / Yo
vendría a este país mío y le diría:
"Abrázame sin temor y si solo sé hablar. es por ti que hablaré."'4 El sujeto
de Los cuadernos, por el contrario, ha
sido expulsado del país natal, va en
un viaje de destierro, de separación,
de soledad y ruptura. Es un ser que
padece una situación impuesta. Obligado al destierro, separado, excluido
y segregado. no siente la alegría de la
participación o de la identificación, no
tiene tras de sí ni alrededor de sí el
soporte de una comunidad que le
apoye o con la cual identificarse. Sólo
le queda el camino de la introspección, la exploración de la subjetividad.
Yo, envés del dado, relataré no sin
fabulaciones mi transcurso por tierra de
ignominia, y dulzuras, rupturas y reuniones, esplendores y derrumbes. 15
En oposición a la visión tranquilizante y homogeneizadora de la teoría
del mestizaje y su pretensión de una
mezcla racial y cultural homogénea
en la sociedad latinoamericana, él revela la existencia de una sociedad
compuesta por grupos que guardan
entre sí grandes diferencias raciales,
culturales y jerárquicas. El sujeto poético no puede identificarse plenamente con ningún grupo. Yo pertenecía a
un pueblo de grandes comedores de
serpientes, sensuales, vehementes, silenciosos y aptos para enloquecer de amor.
/ Pero mi raza era de distinto Iinaje./6
Desde el principio del poema, él va
en búsqueda de sí mismo, de su propia
identidad, ¿dónde estaba el rostro que
me legaron mis podres? (... ) Debí admitir.
tras doloroso evidencio, que lo había perdido.! Lo niebla me lo devolvería.17
La heterogeneidad externa, social,
se reproduce en su ser. Un día comenzó lo mudanza de los rostros. Uno
suplantaba 01 otro, sin cese. Tal día fueron cien, tal otro, mil; todos escenifica-
" Cadenas. Op. Gt p.8
continúa degradándose y el sujeto
poético, descendiente americano,
siente vergüenza de todo ello: Entonces yo oculté mi rostro boja mi ala dere-
ban uno danzo de posesos sobre mis
hombros.lB
cho como uno ciudad avergonzado y así
estuve hasta lo hora de morir. 21
La búsqueda de la identidad o del
"rostro", equivale a la búsqueda del
alma y de la cultura perdi da, así pues,
el sujeto deberá recorrer también los
caminos de la historia y. en ese sentido, revivir el suceso más trascendental de la historia moderna americana:
la Conquista. El poema procede a un
acercamiento previo general al tema,
a través de la representación de situaciones de pérdida padecidas por
otros grupos americanos y humanos
en diferentes contextos. Al relatar sus
visiones, el sujeto enfoca en primer lugar a las víctimas: Vi indios piel rojo des-
Sin embargo, la experiencia central
de Los cuadernos de Cadenas es la
recuperación de la unidad, de la identidad, la reconciliación (consigo mismo) que sólo es posible cuando la
ruptura del aislamiento del sujeto en
la isla Fortunata logra la relación mística, la unidad sagrada con el ser complementario y. con ello, la purificación
y la videncia tan solicitada por los
poetas rebeldes franceses, la comprensión de la historia y su t ranscurrir.
tinados de sus praderas, 01 dios Osiris
rodeado de cuervos y al final enfoca a
un conquistador de los tiempos antiguos: (Vi) a un emperador romano con
sus trofeos de vírgenes desnudas y pájaros de remoto plumaje. Inmediatamente después presenta la siguiente escena: Entonces los guerreros se tendieron
01 sol para beber lo luz que esparcían
sus ricas armaduras por el ámbito recuperado de lo selva y los doncellas giraron anhelantes de pasión frente o uno
muerto ballena.19 Así. si Palomares toma en consideración los efectos de la
conquista en la historia ulterior y en la
sociedad, Cadenas fija su atención en
sus efectos en la relación (hombremujer) que garantiza la supervivencia
de la tribu o el grupo. Es fácil sacar las
conclusiones: la conquista produjo la
ruptura de la relación, el hombre
americano en la derrota fue sustitu ido por el conquistador. La mujer pasó
a ser botín de guerra y objeto de
prostitución. En la Conquista se inicia
un proceso de degradación: Yo entré
01 aire de los tiburones cuando unas
" Sobre estas alusiones o llamadas al texto de
Césaire. ver el trabajo titulado: Modernidad e identidad en cuatro obros poéticos Jatinoamericanas. de
G. Gavidia. Mérida. Universidad de 105 Andes.Tesis
de maestría. 2002
.. Césaire. Cuaderno... p.59
sombra de repetidos cocoteros y holgados buques lamían como caballos sus
ijares tristes. Aquello silla de montar
sabía de un jinete de apocalipsis y había cotado gigantes oves que no ven lo
tierra, en el principado más oro que
armadura de los ángeles fieles. / Los
labios habían rendido su tributo o lo
locura y sobre lo areno el tiempo contaba de uno edad que no era tampoco
extensión del paraíso. 20 El guerrero
mujeres se reclinaban lúbricamente o lo
"
"
"
"
Ibid. p. 7
Ibid. p. 9
Id. p. 9
Ibid. p. 18
Uno manzano de luz se reporte en
heridos de cristal. /Los días lucen desterrados. /Todo aquí es génesis. /iOh! azogado pradera, si no sombra de diluvio,
¿qué eras cuando los días no se marchaban 722
Toda la obra posterior de Cadenas se
proyectará así en el diálogo conciliatorio de los amantes, en el discurso
dirigido a ese "tú" profundo que
orientará su obra.
El diálogo de nuestros poetas con
sus pares caribeños ha sido muy creat ivo y fructífero; es interesante observar cómo las distintas voces poéticas
tienen puntos de vista diferentes sobre la conquista, y cómo esos diferentes puntos de vista están en relación
estrecha con las búsquedas del sujeto
escritural y con las condiciones sociohistóricas del momento en que la
obra es producida. De allí que la poesía se revela como uno de los géneros
más apasionantes para el estudio del
ser y la historia americanos y lo será
mucho más a medida que nuevos sujetos americanos tomen la palabra
desde el fondo de su propia y particular experiencia.
20 Ibid. p. 19
" Id. p. 19
2l Ibid. p. 15
34
Biblioteca de México
PHILlP¡ t OLLÉ-LAPRUNE*
REFLEXIONES A RAíz DE UN
ENCUENTRO CON AIMÉ
,
CESAIRE EN FORT DE FRANCE
ENERO DE 2005
TRADUCCiÓN DE MARIO BOJÓRQUEZ
1) Se desprende de Aimé Césaire
una extraña potencia. De baja estatura. de un vigor ejemplar: tiene
en su mirada la maravilla que conservan a veces los creadores insurrectos. aquellos que saben
mantener un asombro profundo
ante el mundo. Vestido de manera
estricta y elegante. tuvo la generosidad de recibirme durante cerca de una hora en su oficina del
antiguo ayuntamiento de Fort de
France en Martinica. Durante este
encuentro. por supuesto demasiado breve. compartió algunos de
sus recuerdos y sus alegrias. sus
cóleras y sus esperanzas. Y luego.
siempre grave. nos ha dejado percibir su asombro ante lo irremediable y la certeza de que los testimonios presentes pesan aún
sobre las humillaciones del pasado. Como si para él la voluntad de
justicia y dignidad para todos fuera una suerte de deber permanente .
2) Césaire es fiel. A sus amigos. a sus
elecciones. a sus textos. y sobre
todo a la historia. Asi siguIó siendo
fiel a su isla y a su pueblo: durante
más de 50 años será su alcalde y
diputado. Por otros ejemplos nos
hemos acostumbrado a desconfiar de los personajes que mezclaron creación artistica '1 práctica
del poder: como si una de sus acti• Agradecemos a Phihppe Olle-Laprune su generoso apoyo para Integrar la sección dedicada a
A lmé Césai re
vidades debia degenerar a la otra.
En Césaire la impresión es totalmente diferente, tanto que queda claro que el profesor es el
complemento del poeta y que el
dramaturgo apoya al politico: estas actividades son las formas diversificadas de una misma voluntad y de una misma palabra. Él lo
habrá dicho y repetido: se lanza
en el teatro ya que quiere que su
palabra llegue hasta otros públicos. Se lanza en la politica ya que
sus ideas no circulan lo bastante
intensamente con su revista Trapiques. Y se lanza en la poesia ya
que no puede hacer de otro modo. Por eso la creación poética es
la primera piedra del edificio
Césaire.
3) Almé Césaire no condesciende
fácilmente a la simpatia. o más
bien no hace nada para parecer
simpático. Viene de un tiempo
donde los escritores existian sólo
POI- sus textos y los politicos tenian a la demagogia por un horror.
En la actualidad, que estamos
acostumbrados nada más que a
ver artistas que sonrien y a diputados que intentan ser agradables,
es extraño enfrentarse a un hombre que no tiene la pasión de
agradar. Digamos que Césaire
tiene sentido de la historia. Él sabe
que las sonrisas del presente no
calman las heridas del pasado y
que el olvido es un crimen que el
Código Civil no puede reparar.
Biblioteca de México
Por sus palabras, por su voz, pasan
los gritos de los hombres anónimos que se acallaron en el fondo
de las bodegas de los barcos
negreros o en las plantaciones
que explotaron a "sus" esclavos.
Césaire es el grito de los que no
pudieron hablar y cuyas voces resuenan sin embargo en las conciencias de los que tienen sed de
justicia. Por estas palabras estranguladas. por estos huérfanos de un
destino tan similar al de sus padres demasiado pronto desaparecidos, por la injusticia fundamental que el comercio triangular
estableció en el marco de la moral
occidental, por la violenCia erigida
como única forma de relación con
el hombre negro, está en su derecho más absoluto de no querer
ser simpático.
4) La imagen es todo y la idea es pobre . Esta constante en la obra
poética de Césaire le da un lugar
extraño en la poesia de lengua
francesa del siglo xx. entre anacrónico e imponente. El tejido de
sus textos es distinto de las Impresiones que dejan los otros
poetas de su tiempo, más sensibles al triunfo del concepto que al
sentido del ritmo y la riqueza de
los paisajes. Especialista de la fauna
y la flora. encuentra en su mediO
ambiente los elementos que saben decir tanto las desdichas del
hombre como el vértigo de la
vida.
Pr,rRlCE LOUls*
ENTREVISTA
CON
,
,
AIME CESAIRE
(FRAGMENTOS)
TRADUCCiÓN DE MARTA DONís
Patrice Louis: Ai mé Césaire, ¿cómo está? Gracias por
recibirme. Es un honor para mí conversar con usted, y en
esta entrevista confrontaremos su obra y su vida con la
historia de la Martinica, de Francia, del mu ndo.
Aimé Césaire: Señor Louis, ese proyecto me asusta.
P. L. : Usted ha vivido todo el siglo xx. Ha est ado en
la po lítica por más de cincuenta años; ha escrito durante
toda su existencia. Esta obra es la que va a servirnos de
hilo conductor. Del primer grito creador a sus obras de
hombre maduro, usted alumbra nuestra historia, usted
nutre nuestra refiexión y nuestro imaginario, usted ha
tenido infiuencia en la acción. Juntos vamos a hojear su
vida, su obra. Señor Césaire, ¿a qué edad escribió usted
su primer poema?, ¿lo recuerda?
A. C.: N o sé, no sé qué responderle. Sólo sé que siempre he si do un ser extraño que exasperó siempre a
todos desde el jard ín de niños, la primaria, la secu ndaria,
el liceo: un ser, para decirlo brevemente, extraño, sí.
Jamás hacía las cosas como todos creían que debían hacerse . . .
Pasé mi infancia en Basse-Pointe y en Lorrain, que son las
costas del norte. Ésa fue mi infancia. Fui a la escuela primaria en Basse- Pointe, Ahí t uve que hacer el curso preparatorio, el curso medio, y llegué a Fort-de-France. Era
el equ ivalente del cuarto año de primaria. Por lo tanto,
yo ya tenía algunas ideas, incluso una personalidad; ya era
un pequeño personaje extraño. Tenían que estar al pendiente de mí, así decían que era. He conservado un
recuerdo muy agradable del pequeño liceo Schcelcher,
con maestros cuyos nombres, hoy día, ya no le dicen
nada a nadie, y luego, hice mi primer año de bachillerato
en el viejo liceo Schcelcher.
P. L.: Pasan los años de la adolescencia, y pront o llegamos a su primera obra, Cohier d'un retour ou poys
noto/* Usted tenía unos vei nte años cuando empezó a
escribirlo, y vei ntiséis cuando se publicó. Fue el libro fu ndador. Su isla, la Martinica, era entonces una colonia.
¿Puede contarnos de la Martin ica de aquel entonces?
A. C.: Pues fue un país donde me sentí solo y deso-
A. C.: N o, no hay que confundir una cosa con ot ra.
rientado muy pronto, a disgusto. Tenía amigos a los que
quería mucho, pero la vida martiniquesa no me agradaba. N o hablo de cuando era muy pequeño; estaba
Basse-Pointe con sus olas inmensas, el paisaje me gustaba mucho. La región de Lorrain con todas sus colinas, no
barrios sino colinas, el taciturno Capot. el sombrío
Carabin y otras más, el mar furioso, el tacit urno Balai, del
ot ro lado, el Macouba, Grand-Riviere. . Fue ese mi paisaje verdaderamente fundament al. Cuando llegué a Fortde-France, me sentí a mis anchas en la primaria. Tenía
maestros y maestras con los que me llevaba bien. Me
acuerdo de una señora ya mayor que se llamaba Asterée
Mo'¡'se. Cuando la volví a ver, veinte años después, en
Fort-de-France - tenía una gran trenza en la espalda-, fui
hacia ella para estrechar su mano, Ella me besó en las
dos mejillas y me dijo: "Hola, alumnito." iY el olumnito era
alcalde de Fort-de- France y diputado de la Martinica!
Esto significa que ella t ambién conservó un buen recuerdo de la época en que estuve en su clase. Puede decirse que esta escolaridad formaba part e de un conjunto
• Patrice Louis. A;mé Césa;re. Renconcre avec un negre {ondamental. Edition
Ar/éa, 2004, Paris, France.
• Cuaderno de un retorno 01 país natal.
P. L.: Era un niño secreto.
A. C.: Sí, claro, debió de haber algo de eso. N o soy muy
versado en el estudio psicológico de los niños. Es cierto
que yo era un t anto diferente, un niño quizá encantador,
quizá irrit ante, todo al mismo tiempo.
P. L.: Y entonces los libros fueron sus mejores compañeros.
A . C.: Se convirtieron en mis mejores compañeros por
las circunstancias.
P. L.: ¿Siente nostalgia de sus primeros años en la Martinica?
37
B iblio te ca de M éx ico
histórico. En esta época, la Martinica era una colonia, una
vieja colonia. La gente tenía un sentimiento, yo no diría
que de abandono, sino un sentimiento profundo de que
había que progresar, que teníamos que subir la cuesta .. .
El sentimiento de que no éramos plenamente lo que
debíamos ser. Muy pronto sentí eso, sí, muy pronto. ¿Por
qué? Otros no lo sentían, pero en mi caso este sentimiento se afirmó aún más cuando llegué a Fort-deFrance.
P. L.: ¿Yeso fue lo que produjo el Cohier, que es un
gran grito de rebelión?
A. C.: Los senti mientos se forman poco a poco. Yo iba
a la escuela de Basse- Pointe, donde tenía muy buenos
amigos, pequeños y buenos camaradas. Yo jugaba generalmente con ellos. Iba de vacaciones al municipio cercano de Le Lorrain, donde vivía mi abuela, Eugénie Macni
- Mamá Nini, como la lIamábamos-.Yo la quería muchísimo. Ella fue quien me enseñó a leer, vari lla en mano; se
llamaba Eugénie y nació bajo el Segundo Imperio. No
puedo quejarme de ella, porque me dio toda la ternura
que tuve, ternura maternal; mi historia personal se forjó
ahí, ciertamente más que en Basse-Pointe, el municipio
de al lado. Tengo la impresión de que en esos dos municipios, y tal vez más en el de Lorrain, por las historias que
Mamá Nini me contaba, se me infundió la sensibilidad
rural martiniquesa, y que, sin ser verdaderamente un
campesino, viví en el contexto campesino.
arléa
mismo, de Eugene Revert (bautizaron con su nombre a
una escuela de Fort-de-France) . Eugene Revert desempeñó un gran papel en mi vida. Antiguo alumno de la
Escuela Normal Su perior, era profesor de historia y de
geografía. Era un hombre bastante particular, un francés,
pero más fundamentalmente un normando. Le importaba mucho hacer sentir que era normando. Si usted quiere, tenía un gran sentido del regionalismo. Para describirlo un poco, cuando le pedía uno que le platicara de
Normandía, le daba un placer travieso contestar: "Pue' ser
que sí, pue' ser que no."* Casi jugaba a ser un campesino
normando. Era realmente muy simpático y muy culto.
Había ido a la guerra, siendo alumno todavía de la Escuela
Normal, lo habían llamado para integrarse en el ejército
y había estado en la campaña de Finlandia, país que conocía bastante bien. Vio el fin del Imperio ruso, y tal vez
incluso el final del Imperio austro-húngaro. Cuando terminó la guerra, lo enviaron a Siria, de la que hablaba
admirablemente. Una vez restablecida la paz, consiguió
un nombramiento en la Martinica. En algunos de mis
ejercicios, notó cosas un tanto peculiares. Un día, me
llamó aparte: "Aimé Césaire, ya terminó sus estudios
secundarios, ¿qué va a hacer después del bachillerato?"
Le respondí viéndolo directamente a la cara: "Ahí está
exactamente el problema." (No le dije eso mirándolo a
los ojos si no a la barba, ya que tenía una gran barba,
como los curas, pero él no tenía nada de cura.) Luego le
dije: "Como usted, profesor." Respondió: "Bueno, está
bien, tienes razón; y creo que te va a ir muy bien. Entonces, si quieres ser como yo, vas a Francia, te inscribes
en el liceo Louis-Ie-Grand, en el primer curso de preparación para la oposición e ingresar en la Normal Su-
P. L.: Y como usted era muy buen alumno, se hizo becario y, realmente, parisiense. ¿Cómo fue que llegó a París?
A. C.: Eso sucedió menos rápido que como usted lo
dice. Había materias, en clase, que yo pasaba muy bien, y
otras en las que no lo hacía nada bien: en matemáticas,
comprendí muy pronto que no tenía faci lidad alguna, no
insisto en eso. Me gustaban mucho las ciencias naturales,
pero algunos profesores abrían campechanamente su
manual de botánica o de biología, y simplemente le leían
a uno un capítulo. Eso no me estimulaba en absoluto,
mientras que las fiares en la naturaleza me encendían.
Aquello era muy desigual. La literatura, el francés y el latín
me chifiaban, porque mi padre me machacaba eso todo
el tiempo. Me hacía leer libros. Me hizo leer la mitad de la
biblioteca del hospital civil, todo Dumas, los novel istas
franceses . . . Amaba profundamente la literatura, especialmente la francesa. Yo tenía también algunos profesores
eminentes, como Louis Achille, que no era uno cualquiera. Estos hombres de color creían tener una misión: elevar al pueblo a un nivel superior de cultura. Cuando llegué a Francia, algunos de mis compañeritos allá se mostraron muy sorprendidos del nivel que teníamos en ciertas materias. Cuando el maestro Achille recitaba un
poema inglés: Long fines of.. [Aimé Césaire recitó en
inglés], yo ya no sé inglés, pero no he olvidado estos versos que me enseñó Achille. Cuando, ya en Francia, llegué
al liceo Louis-Ie-Grand, la primera vez que me interrogó
el profesor de inglés -el maestro Travers era un gran profesor francés, muy eminente-, me miró y me dijo bruscamente: "Usted es de la Martinica. ¿No fue discípulo de
Achille?"Tuve que confesar que sí. Se había dado cuenta
de la marca del maestro. Ahí había una sólida tradición
universitaria, que no debe despreciarse. Me acuerdo, asi-
• En el original "P'tet' ben qu'oui, p'tet' ben qu'non:'
38
Biblioteca de México
perior y en los cursos para entrar en la Escuela N _'rmal
Superior de Letras. Creo que te va a ir bien." Y n .C dio
una notita para el director, que había sido su condiscípulo en la Escuela Normal Superior. Me admitieron de
inmediato. Todavía puedo ver el pasillo donde estaba la
secretaría. Al salir del pasillo, me quedo estupefacto al ver
a un hombre negro bajo, un hombrecito más chaparro
que yo, negro, es decir un Negro. Es un alumno, lleva
puesto un guardapolvo gris y, alrededor del guardapolvo,
un cinturón con un cordoncito de cuyo extremo cuelga
un tintero vacío. En aquel entonces era la gran coquetería de los internos; por lo tanto, eso quería decir que él
era un interno. Yo me había inscrito como externo. Vivía
en la carretera de Bagneux, después de la porte d'Orléons
(siempre he vivido por ah0. Tomaba el tranvía hasta la
~orte d'Or/éons, luego el bulevar Saint-Michel, la calle des
Eco/es y llegaba al liceo. Este valiente Negrito se me acerca y dice: "¿Y de dónde vienes tú, novato?" - Vengo de la
Martinica. -¿Cómo te llamas? -Aimé Césaire, ¿y tú)
- Léopold Sédar Senghor, soy de Senegal. Abre sus brazos,
me abraza y dice: " Pues bien, novato, tú serás mi novato."
Y toda la vida fue así. Nos formamos juntos, leímos
mucho juntos, discutimos mucho juntos, nos peleamos
pero siempre nos contentábamos, y fraternamente, hasta
el fin de su vida.Y fue así como descubrí África en París.
todo estaba bien, luego llegaron las vacaciones largas, y
comencé a fastidiarme en París. No tenía mucho dinero,
y cuando tenía un poco, salía de la Ciudad Universitaria,
iba al Barrio Latino, a Gibert, a las PUF, la gran librería del
bulevar Saint-Michel. Cuando había comprado uno o dos
libros, ya no me quedaba más dinero y regresaba ... Me
acuerdo que un día, después de haber estado en el Barrio Latino, fui a la Comedia Francesa, porque habían
puesto una pieza de Giraudoux, era el último día que
había función. Cuando salí ya no tenía dinero para regresar a mi casa. Voy hasta la porte d'Or/éons y me encontré
con unos amigos, entre los que vi a un muchacho negro
de cabello extremadamente negro, de tez morena, un
muchacho guapo, además. De hecho, iera yugoslavo!
Petar Guberina. Me miró, y de inmediato nos hicimos
amigos. En el restaurante universitario -un gran hangar
donde se vendían los platillos en la barra- , una mesera
me mira, mira luego a Guberina y dice: "¿Nada más van
a comer eso?" -Sí. - Pues no comen nada. -Señora, dice
usted bien, es que somos vegetarianos. Sólo como
legumbres porque soy vegetariano." Ella sonrió; comprendió muy bien que sencillamente no teníamos ni en
qué caernos muertos. Enseguida nos hicimos amigos de
Pierrot Guberina.
P. L.: Evidentemente, adonde quiero llegar es al Cohier
d'un retour ou poys noto/, texto fundador que es imposible no sólo resumir, sino incluso definir.
A . C.: Es cierto. En realidad, creo que, de todo eso
hablaba yo con mis amigos, reflexionaba, preparaba cosas
con calma . . . Eso pasaba, y luego, un buen día, aquello
estalló -no sé por qué-, fue poco más o menos como
una crisis. Así fue como pasó. Con frecuencia hablaba
con Senghor: ¿qué piensas de tal cosa, de la negritud, de
los africanos, de los martiniqueses? H as visto la diferencia que hay, etc. Criticábamos, amábamos, pero discutíamos todos los días .. ¿Qué vamos a hacer) ¿Qué con
Francia?Ya te diste cuenta de cómo nos trata. ¿Qué nos
espera en el porvenir? ¿Adónde vamos? Discutíamos
sobre todo eso. Se cocía a fuego lento. Y entonces, un
buen día, izasl Comprendí que era insoportable, que
necesitaba que eso saliera. ¿Cómo salió Cohier d'un retour
ou poys noto/? De muchas discusiones que tuve en el
barrio latino con Senghor, con mi amigo Léon-Gontran
Damas. Damas era de Guyana. Un día llegó a clase en el
último año de la secundaria; el director abre la puerta y
dice: "Les traigo dos condiscípulos guyaneses, porque no
hay profesores para esta clase en Guyana." Y nos presenta a Auguste Delanon y a Léon-Gontran Damas. Así
fue. Y nos hicimos amigos, tanto, que hasta escribíamos
poemas juntos. Así que, como usted ve, había un mundo
negro cocinándose a fuego lento y que, ciertamente,
estaba en ese estado de ebullición a causa de la guerra.
La presencia de los Negros en el mundo se nos había
revelado con la cantidad de muertos que habían caído:
los Negros americanos, Countee Cullen, Langstone
Hughes ... Fue en ese momento cuando descubrimos la
literatura negra americana. Éramos jóvenes entonces, en
París, en el Barrio Latino, y créame, eso tenía efectos singulares en nosotros, lo que es muy, pero muy importante. Discutíamos mucho, y la vida pasaba ... No es divertida realmente la vida de un estudiante negro. En el liceo,
19
Biblioteca de M éxico
P. L.: Cuéntenos de su encuentro, en la
carretera, con una señora que veía a un
negro por primera vez en su vi da.
A. C.: Pierrot Guberina estaba muy sorprendido de mi conocimiento de la historia
de su país. No se daba cuenta de que nosotros habíamos recibido cur sos de historia
muy superiores a los suyos sobre el Medio
Oriente, el Cercano Oriente, la historia de
los serbios, de los croatas, del Imperio, sobre
todo en clase de filosofía y en el úttimo año
de la secundaria. El gran fenómeno era la
aparición de naciones nuevas; todo eso nos
lo habían enseñado muy bien, y con detalles
que Pierrot no conocía o había olvidado. En
todo caso, no estaba perdido, porque un día
en que yo me fui a pasear a una de las islas
- me parece que estaba enfrente de Venecia,
una serie de islas increíbles, un verdadero
archipiélago- y que Pierrot se quedó con su
familia, miré el paisaje un poco hacia la derecha y hacia la izquierda, y, bruscamente, en
un valle más abajo, en la canretera, vi que
pasaba una señora, una campesina que empujaba un borriquillo cargado. Había ido a
hacer sus compras al pueblo y regresaba
con sus provisiones. Me ve, me mira de hito
en hito, totalmente estupefacta, y oigo que
dice: "iVrog vrog!" Sabía bastante croata para comprender
que vrog significa "diablo". Vrog en eslavo, en ruso, es el enemigo, y uno pasa muy rápido de la idea de enemigo -que
es lo que sucedió en el croata- a la idea más general de
enemigo del género humano, es decir, el diablo: vrog. Entonces, imagínese usted que el diablo se rió y le respondió
[Césoire lo dice en crooto]: "Es cierto, querida, ¿quién te lo
dijo?"Y entonces la mujer huyó enloquecida. Dejó todo y
se puso a correr ... iFue increlble! Se había encontrado al
diablo; le había hablado al diablo, y el diablo le había contestado. Cuando yo iba de regreso a casa de Pierrot, a un
kilómetro o dos, un señor, muy amablemente, me suelta
esta frase: "iEh, eh! (influido por el inglés americano) , eh,
negro!" (Ciertamente había hecho lo América) Y me hace
una señal. Me acerco y me pregunta:"¿De dónde es usted?"
Le respondo más o menos bien en mi inglés, y él me invita
a tomar un trago. Era difícil rehusarse, yo no bebo mucho,
pero en fin, era un signo de amistad. Me voy con él y bebo
lo que me da. Él bebió bastante. Era un aguardiente de ciruela - no, nada menos que de arroz fermentado. Me termino mi copa, le agradezco y regreso a la casa. Cuando llegué, toda la familia estaba reunida en la orilla de la carretera:"Ljubo, Ljubo (Aimé), ¿dónde estabas?"Y por primera vez
respondí en croata.Y ellos exclamaron: "iExtraordinario, fantástico l iYa habla croata, habla croata!" Entonces respondí:
" No soy yo el que habla croata, sino que es el aguardiente
de arroz fermentado en mí el que lo habla." Nos reímos
mucho y me fui.
P. L.: A quel yugoslavo se lo llevó de vacaciones a su casa.
A. C.: Sí, nada menos que me invitó. Y entonces me
narró la increlble historia de Yugoslavia, ies fantástica! Por
mi parte, le conté un poco de la historia de las Antillas,
y nos hicimos muy amigos. Sabía latín, e intercambiábamos reflexi ones. Llegaron las vacaciones: "¿Regresas a
tu casa?". Él era de Zagreb, en Dalmacia, y yo de las
Antillas. Una semana después, me escribió: "Aimé, te
estás aburriendo ahora: en París, no hay nadie.Te espero
en Zagreb tal día." Casi me dio el número del tren. Me
dije: "Está chiflado éste: apenas conozco Francia, ¿y voy a
ir a Yugoslavia?" Me escribe de nuevo, y heme en Yugoslavia. Estaba deslumbrado. Es un país extraordinario.
Descubrí la costa dálmata, que me recordó un poco los
acantilados de Carbet, ' había una luz fantástica. Toda la
familia me esperaba en el andén. Me dieron una recámara en el primer pi so, abro la ventana, iah! Me digo:
"iQué paisaje, es maravi lloso! Pierrot, ¿cómo se llama esa
isla de allá - Martiniska. iMartiniskal Pero, traducido, eso
quiere decir san Martín: ies la Martinica l" Partí hacia
Yugoslavia y ¿qué descubro? La Martinica, adonde no
había puesto un pie desde hacía cinco años. No tenía
suficiente dinero para regresar a la Martinica, isólo el suficiente para llegar a Martiniska, en Yugoslavia l Esa noche
misma, me instalé en una mesa, delante de la ventana y
escribí: "Cahier d'un retour au pays natal". D icho de otro
modo - es casi como ficción- , llegando a Yugoslavia, me
imaginé que llegaba a la Martinica .. . Y fue así como
comencé a escribir Cohier d'un retour ou poys notol.
Yugoslavia es un país que me gusta mucho; simpaticé
mucho con la gente, y, al cabo de dos semanas, chapurreaba el yugoslavo, no siempre muy bien, pero lo suficiente para hacerme entender y asombrar a la gente.
P. L.: Nous sommes de ceux qui disent non el I'ombre .. *
A. C.: Nous so mm es de ceux qui disent non (; /'ombre . Y
, Municipio martlnlqués de la Costa norcaribeña.
• Somos de los que dicen no a la sombra.
40
Biblioteca de México
era cierto; además todo eso nos afectaba
mucho . . .
,
P. L.: Lombre
gagne ... **
A . C.: Por supuesto: L'ombre gagne. Los alemanes estaban en París, para decirlo todo
en una palabra... Donde miremos gana
terreno la sombra. Uno tras otro se apagan los
fogone s. El círculo de sombra se estrecha, entre
gritos de hombres y rugidos de fieras. Con
todo, somos de los que dicen no a la sombra.
Sabemos que la salvación del mundo depende
también de nosotros. Que la tierra necesita a
cualquiera de sus hijos. Los más humildes [al
decir esta palabra, Aimé Césaire pone el
índice en el corazón]. La sombra gana terreno ... ¡Ay!, toda la esperanza no está de más
para mirar al siglo a la cara! Los hombres de
buena voluntad crearán una nueva luz para el
mundo. Ésa era la convicción que queríamos
afirmar. Y resulta que Bret on estaba de paso
por la Martinica. Estaba despavorido, y este
texto cayó en sus manos; quiso conocer a
quien lo había escrito.
P. L.: Breton estaba de camino al exilio
hacia América, y fue totalmente azaroso
que, buscando un listón para su hija, se encontrara su
revista en el escaparate de una mercería. Deseó conocerlo en el acto. ¿Cómo fue ese encuentro?
A . C .: Fue muy senci llo . . A quello le interesó de inmediato. Pero, al mismo tiempo que me descubría, yo a
mi vez descubría el surrealismo, porque, hasta entonces,
yo tenía una visión un tanto académica del surrealismo.
En el liceo, el surrealismo se ten ía por una cosa un poco
deschavetada, un movimiento de vanguardia. A partir de
aq uel momento, comencé a leer algunos escritos surrealistas. Escuchaba lo que decía André Breton y me decía
a mí mismo: " Mira nada más, hago surrealismo si n saberlo, porque, en realidad, lo que el surrealismo busca es
mandar al demonio todo lo convencionaL" ¿Y qué tienen
los martiniqueses de convencionales? Entonces me dije:
" Mandemos al caraja todos los convencionalismos: el
francés de salón, las imitaciones martiniquesas de la literatura francesa, todo ese lado satirizado ... ¡Enviemos
todo eso al cesto de basural ¡Excava dentro de ti! ¡Anda,
ve y hurga, hurga más, más! Y cuando hayas buscado y
rebuscado adent ro, algo encontrarás . .. ¡Encontrarás al
Negro fundamental!"
P. L.: Estos últimos años no ha publicado nada. ¿Quiere
decir eso que no ha escrito nada?
A . C.: Ya veremos. Lo que pasa es que no tengo mucho
tiempo.Y.luego, están también mis ocupaciones, mi salud,
todo eso tiene que ver. Escri bo en cualquier parte, ¿sabe?
Guardo algunos apuntes en el bolsillo, que mi secretaria
registra de vez en vez. No les entiende mucho, pero, en
fin, eso se hace así. En el coche, a veces llego a escribir, y
luego, un buen día, retomo todo eso, lo releo, lo pongo
más o menos en forma ... Es un poco así como se han
hecho las cosas hasta ahora. Pero tengo la sensación de
que no va a continuar por mucho tiempo. Es t odo.
P. L.: ¿Tendremos algún día la dicha de leer nuevas obras
de Aimé Césaire 7
A. C.: Pues no sé. Tengo muchas anotaciones, muchos
borradores . .. Miro todo eso de cuando en cuando.
¿Merecerá todo eso la publicación? No tengo idea.
P. L.: En el mundo entero lo celebran, y usted es consciente de ello. ¿T iene la sensación de que en su país lo
reconocen y entienden?
A. C .: No estoy segu ro. Desde hace mucho tiempo, me
da la impresión de que soy una especie de singularidad
en este país. A quí se les atraviesa siempre en el cuello
algún Césaire. Hace siglos que estoy consciente de eso
y que he tomado partido. ¿A qué se debe? No cabe
duda que soy una especie de rebelde. En la escuela primaria, ya tenía yo esta singularidad, al igual que en el
liceo, en t odos lados . . .; pero, al mismo tiempo, sentía
que en reali dad yo "expresaba" a este pueblo mucho
mejor que la mayor parte de los que lo integran. Siempre es la misma historia: el yo profundo y el yo superficial. Creo que soy profundamente antillano, y tal vez eso
moleste a muchos de nuestros compatriotas que viven
más o menos - son diversos los grados- en la enajenación. Ésa es la impresión que tengo.
P. L.: Permítame insistir en los malentendidos que
podría haber entre los martiniqueses y usted. En términos generales, lo adulan -si n compartir, necesariamente
ni sus puntos de vista ni sus ideas. .. ¿Lo hace sufrir esto?
"*Lo sombro gono terreno.
41
Bibliot eca de México
A. c.: No, tomo nota de e ll o, y me digo que, después
de todo, es natural.
P. L.: Aimé Césaire, ¿cómo debe interpretarse esta frase
de "Moi, laminaire";* "Me ha quedado del rebaño la larga
trashumancia' '?
A. C.: Me parece muy clara. El rebaño es la muchedumbre, la masa, las masas negras. Así es como veo la
historia martiniquesa, como una trashumancia; gente que
fue deportada de su país a otro país... Es una trashumancia, sí, y yo hago lo mejor que puedo para guiar a
esas masas. Tal vez sea un poco pretencioso, pero en fin,
es lo que he querido hace~ [Lee "Hors des tours étrangers", poema del li bro Ferrements J:**
Pueblo mío
(Pero aq uel día yo me sentía con mucha amargu ra en
los debates pol íticos.)
pueblo mío
cuando
fuera de los días extranjeros
germines una cabeza muy tuya sobre tus hombros
renovados
y tu palabra
el despido enviado a los traidores
a los maestros
el pan restituido la tierra lavada
la tierra concedida
cuando
cuándo pues dejarás de ser el juguete sombrío
en el camaval de otros
~ en los campos de otro
con abanico anticuado
mañana
para cuándo mañana pueblo mío
la derrota mercenaria
terminada la fiesta
pero el rubor del Este en el corazón del caña coro
pueblo de mal sueño roto
pueblo de abismos remontados
pueblo de pesadillas domadas
pueblo nocturno amante de los furores del trueno
mañana más alto más suave más vasto
y la marejada torrencial de las tierras
con el arado salubre de la tempestad
Eso lo dice todo, ¿no! Pero hay que comprenderlo. Es la
historia martiniquesa, y ésa es mi decepción del presente martiniqués. Pero es también la esperanza de una vida
nueva, aun cuando, claro está, siempre exista la tempestad y el volcán no esté lejos.
• Yo. lamlnana .
•• Grilletes.
42
Biblioteca de México
AlMt CÉSAIRE*
CUADERNO DE UN RETORNO
AL PAÍS NATAL
T R A D U C C I Ó N DE AGUSTÍ BARTRA
A l final del amanecer..
Vete, le decía yo, jeta de polizonte, jeta de vaca, vete detesto a los lacayos del orden y a los abejorros de la esperanza.Vete
mal amuleto, chinche de frailuco. Luego yo me volvía hacia
paraísos perdidos para él y para sus allegados, más tranquilo
que el rostro de una mujer que miente, y allí mecido por los
efluvios de un pensamiento nunca cansado, alimentaba al viento, desataba los monstruos y escuchaba subir por el otro lado
del desastre un río de tórtolas y de tréboles de la sabana que
llevo siempre en mis profundidades a una altura inversa a la del
vigésimo piso de las casas más insolentes y por precaución contra la fuerza putrefacta de los ambientes crepusculares, recorrida noche y día por un sagrado sol venéreo.
Al final del amanecer abrotoñado de ensenadas frágiles las
Antillas hambrientas, las Antillas picadas de viruelas, dinamitadas de alcohol, encalladas en el cieno de esta bahía, en el polvo
de esta ciudad siniestramente encalladas.
Al final del amanecer la extrema, falaz y desolada escara
sobre la herida de las aguas; los mártires que no atestiguan; las
flores de la sangre que se marchitan y se esparcen en el viento inútil como chillidos de loros parleros; una vida vieja y mentirosamente risueña, con los labios abiertos por angustias
desafectas; una vieja miseria pudriéndose bajo el sol, silenciosamente; un viejo silencio estallando de pústulas tibias, la
de orgullo, en esta ciudad inerte, esta muchedumbre al lado de
su grito de hambre, de miseria, de rebeldía, de odio, esta
muchedumbre tan extrañamente charlatana y muda.
En esta ciudad inerte, esta extraña muchedumbre que no se
hacina, no se mezcla: hábil en descubrir el punto de desajuste,
de huida, de escabullimiento. Esta muchedumbre que no sabe
hacer muchedumbre, esta muchedumbre, uno se da cuenta de
ello, tan perfertamente sola bajo el sol, semejante a una mujer
toda ella se hubiese creído entregada a su cadencia lírica, que
interpela bruscamente a una lluvia hipotética y le intima la orden
de no caer; o a un signo rápido de una cruz sin móvil visible; o
a la animalidad súbitamente seria de una campesina que orina
de pie, con las piernas separadas y rígidas.
En esta ciudad inerte, esta muchedumbre desolada bajo el
sol, sin participar en nada de lo que se expresa, se afirma, se
libera en la plena luz de esta tierra suya. Ni en la emperatriz
Josefina de los franceses que soñaba muy alto por encima de
la negrería. Ni en el liberador inmovilizado en su liberación de
horrible inanidad de nuestra razón de ser
Al final del amanecer sobre este más frágil espesor de tierra que deja atrás de modo humillante su grandioso porvenir
-los volcanes estallarán, el agua desnuda se llevará las manchas
maduras del sol y no quedará más que un hervidero tibio
picoteado de pájaros marinos- la playa de los sueños y el
insensato despertar
Al final del amanecer esta ciudad llana -expuesta, caída de su
sensatez, inerte, sofocada bajo su fardo geométrico de cruz que
eternamente recomienza, indócil a su suerte, muda, contrariada
de todas maneras, incapaz de crecer conforme al jugo de esta
tierra, perpleja, cercenada, menoscabada, en ruptura de fauna y
de flora.
Al final del amanecer esta ciudad llana -expuesta...
Y en esta ciudad inerte, esta muchedumbre vocinglera que
tan asombrosamente pasa al lado de su grito como esta ciudad al lado de su movimiento, de su sentido, sin inquietud, al
lado de su verdadero grito, el único que se le hubiera querido
oír gritar porque es el único que se siente suyo; porque se le
siente habitar en ella en algún refugio profundo de sombra y
* A i m é C é s a i r e , Cuaderno de un retorno
al país natal, p r ó l o g o y t r a d u c c i ó n d e A g u s t i
B a r t r a . Editorial E r a . M é x i c o 1969, 132 pp. E r a p r e p a r a u n a nueva edición de esta o b r a
q u e a p a r e c e r á e n los p r ó x i m o s meses.
B i b l i o t e c a de M é x i c o
CUADERNO
DE U N
RETqi^O
piedra blanqueada. Ni en el conquistador. Ni en este desprecio, ni en esta libertad, ni en esta audacia.
lical restituido a su frági l esplendor, el pan, y el vino de la complicidad, el pan, el vino, la sangre de los esponsales verídicos.
Al final del amanecer, esta ciudad inerte y sus allendes de
lepras, de consu nciones, de hambre, de miedos agazapados en
los barrancos, de miedos posados en los árboles, de miedos
cavados en el suelo, de miedos a la deriva en el cielo, de miedos amontonados y sus humaredas de angustia.
y esta alegría antigua que me trae el conocimiento de m i
actual m iseria, un camino giboso que se zambu lle en una hon donada donde esparce algunos bohíos: un cam ino infatigable
que carga a toda velocidad contra un morro en cuya cima se
hunde brutalmente en una poza de casas patonas, un camino
que sube locamente y desciende temerariamente, y la osamenta de madera cómicamente sostenida sobre minúsculas
patas de cemento que yo llamo "nuestra casa", su tocado de
chapa que ondula al sol como una piel puesta a secar, el comedor, el piso basto donde brillan cabezas de clavos, las vigas de
abeto y de sombra que recorren el techo, las fantasmales sillas
de paja, la luz gris de la lámpara, aquella barnizada y rápida de
las cucarachas que zumba hasta hacer daño...
Al final del amanecer, el morro olvidado, que no se acuerda de saltar.
Al final del amanecer, el morro de pezuña inquieta y dócil
-su sangre palúdica arrolla al sol con sus pulsos recalentados.
Al final del amanecer, el incendio reprimido del morro,
como un sollozo que se ha amordazado al borde de su estallido sanguinario, en busca de una ignición que se escabulle y
se desconoce.
Al final del amanecer, el morro acurrucado delante de la
bulimia al acecho de rayos y molinos, lentamente vomitando
sus fatigas de hombres, el morro solo y su sangre derramada,
el morro y sus vendajes de sombra, el morro y sus regueros
de miedo, el morro y sus grandes manos de viento.
Al final del amanecer, este más esencial país restituido a mi
glotonería, no de difusa ternura, sino la atormentada concentración sensual de la gorda teta de los morros con la accidental palmera como su germen endurecido, el goce entrecortado de los torrentes y, desde Trinidad hasta Grand-Riviere, la
gran lamedura histérica del mar.
y el tiempo pasaba de prisa, muy de prisa.
Habían pasado agosto, en que los mangos se empavesan
con todas sus lúnulas, septiembre el comadrón de ciclones,
octubre el incendiario de cañas, noviembre que ronronea en
las destilerías, era la Navidad que empezaba.
Al final del amanecer, el morro famélico y nadie sabe mejor
que ese morro bastardo por qué el suicida se ha asfixiado con
la comp licidad de su hipogloso echando para atrás su lengua
para tragárse la: por qué una mujer parece hacer el muerto en
el río Capot (su cuerpo luminosamente oscuro se organiza
dócilmente a la voz de mando del ombligo) pero ella no es
más que un fardo de agua sonora.
y ni el maestro en su clase, ni el sacerdote en el catecismo
podrán sacar una palabra a ese negrito soñoliento, a pesar de
la manera tan enérgica con que ambos tamborilean sobre su
cráneo rapado, porque es en los pantanos del hambre donde
se ha hundido su voz de inanición (una palabra-una-sola-palabra y os-libro-de-Ia-reina-Blanca-de-Castilla, una-pala-bra-unasola-palabra, ved-ese-pequeño-salvaje-que-no-sabe-ni -unode-Ios-diez-mandamientos-de-Dios)
porque su voz se olvida en los pantanos del hambre,
y no se puede sacar nada, verdaderamente nada, de
ese pequeño granuja,
salvo un hambre que ya no sabe trepar por las jarcias de su
voz un hambre pesada y floja,
un hambre enterrada en lo más hondo del Hambre de ese
famélico morro.
A l principio la Navi dad se había anunciado con un picoteo
de deseos, una sed de ternuras nuevas, un retoñar de sueños
imprecisos, luego había vo lado de súbito con el roce violeta de
sus grandes alas de alegría, y entonces había en el pueblo su
vertiginosa caída que hacía estallar la vida de los bohíos como
una granada demasiado madura.
La Navidad no era como todas las fiestas. No le gustaba
correr por las calles, ni bailar en las plazas públicas, ni instalarse en los caballos de madera, ni aprovecharse del barullo para
pellizcar a las mujeres, ni lanzar fuegos artificiales frente a los
tamarindos. La Navi dad tenía agorafobia. Lo que necesitaba
era todo un día de ajetreo, de preparativos, de guisos, de limpiezas, de inquietudes.
por-miedo-de-que-eso-no-baste,
por-miedo-de-que-eso-falte,
por-miedo-de-que-no-se-aburran,
Al final del amanecer, la varadura heteróclita, las hediondeces
exacerbadas de la corrupción, las sodomías monstruosas de la
hostia y del victimario, los mamparos infranqueables del prejuicio
y de la tontería, las prostituciones, las hipocresías, las lubricidades,
las traiciones, las mentiras, las falsedades, las concusiones -el ahogo de las cobardías insuficientes, el entusiasmo sin fatiga de brotes
supernumerarios, las avideces, las histerias, las perversiones, las
bufonadas de la miseria, las lisiaduras, las comezones, las urticarias,
las hamacas tibias de la degeneración.Aquí el desfile de los risibles
y escrofulosos bubones, los engordes de microbios muy extraños,
los venenos sin alixitéreo conocido, las sanies de llagas muy antiguas, las fermentaciones imprevisibles de especies putrefactibles.
Al final del amanecer, la gran noche inmóvil, las estrellas más
muertas que un balafo roto,
luego por la noche una pequeña iglesia que no intimidaba, que
se dejaba llenar benévolamente de las risas, los cuchicheos, las
confidencias, las declaraciones amorosas, las murmuraciones y
la cacofonía gutural de un chantre muy animoso y también de
alegres compadres y despreocupadas comadres y bohíos de
entrañas ricas de suculencias, y nada cicateras, y se encierran
allí unos veinte, y la calle está desierta, y el pueblo no es más
que un ramo de cantos, y se está bien dentro, y se come bien,
y se bebe regocijadamente, y hay morcilla, de esa estrecha de
dos dedos que se enrolla voluble, larga y apretada, la que sabe
a tomillo, la violenta de incandescencia pimentada, y café
ardiente y anís azucarado y ponche con leche, y el sol líquido
de los rones, y toda clase de cosas buenas que os imponen
autoritariamente las mucosas o bien os las destilan en deleites,
o tal vez os las tejen de fragancias, y se ríe, y se canta, y los
estribillos suben hasta perderse de vista como cocoteros:
el bulbo terático de la noche que ha germinado con nuestras bajezas y nuestros renunciamientos.
ALELUYA
y nuestros gestos imbéciles y locos para hacer revivir la sal-
KYRIE ELEISON .... LEISON ... LEISON ,
picadura de oro de los instantes favorecidos, el cordón umbi-
CHRISTE ELEISON ...LEISON ...LEISON
44
Bibliote ca de Méxi co
A IMÉ CÉSAIRE*
POEMAS
TRADUCCiÓN DE ENRIQUE LlHN
SUPERVIVENCIA
CíRCULO NO VICIOSO
Te evoco
platanero patético agitando mi corazón desnudo en el día
salmodiante
te evoco
viejo hougan de las montañas sordas de la noche
justo la noche que precede a la última
y sus redobles de fastidio golpeando en la poterna loca
de las
ciudades enterradas
pero no es este más que el preludio de los bosques en
marcha
por el cuello
sangrante del mundo
es mi odio singular
derivando sus icebergs por el aliento de las verdaderas
llamas
dadme
ah dadme el ojo inmortal del ámbar
sombras y tumbas de granito escuadrado
pues la ideal barrera de los llanos húmedos y de las hierbas
acuáticas
escucharán en las zonas verdes
los trujamanes del olvido anudándose desanudándose
y las raíces de la montaña
alzando la raza real de los almendros de la esperanza
fio recerán en los senderos de la carne
(el dolor de vivir de paso como una tempestad)
mientras que en la enseña del cielo
un fuego de oro sonreirá
al canto ardiente de las llamas de mi cuerpo
Pensar es demasiado ruidoso
con demasiadas manos empujé demasiados abejorros
En lo demás no me he equivocado nunca
Los hombres no me han decepcionado jamás ellos tienen
miradas que los desbordan
la naturaleza no es complicada
son justas todas mis su posiciones
fructuo sas todas mis implicaciones
Ningún círculo es vicioso
hondón
de nudoso no hay nada fuera de mis rodillas, y se hunden
pedregosas
en el trabajo
de los otros y en su sueño
HIJO DEL RAYO
Y sin que ella se dignara seducir a los carceleros
en su blusa se ha diluido un ramo de pájaros moscas
han germinado en sus orejas retoños de atolones
me habla en una lengua tan dulce que para empezar
no comprendo nada pero a la larga lo adivino
que la primavera llegó a contracorriente
que toda sed ha sido saciada que el otoño nos ha
reconciliado
que en pleno mediodía han fiorecido las estrellas en la
calle y
que sus frutos cuelgan al alcance de la mano
MISSISSIPPI
Hombres lástima que no veáis que mis ojos recuerdan
frondas y banderas negras
que asesinan a cada pulsación de mi s pestañas
SOL YAGUA
Mi agua no escucha
mi agua canta como un secreto
mi agua no canta
mi agua exu lta como un secreto
mi agua trabaja
y a través de toda caña exulta
hasta la leche de la risa
mi agua es un niño pequeño
mi agua es un sordo
mi agua es un gigante que te sostiene un león sobre el
pecho
oh vi no
vasto inmenso
por el basi lisco de tu mirada cómplice y suntuosa
Hombres lástima que no veáis que nada veis
ni siquiera la bella señal de ferrocarril que
hacen bajo mis párpados los discos rojos y negros de la
serpiente coral
que mi munificencia enrosca en mis lágrimas
Hombres lástima que no veáis cómo al fondo del retículo
en que el azar ha empozado nuestros ojos
hay quien espera un búfalo ahogado hasta la empuñadura
de los ojos
del pantano
Hombres lástima que no veáis que no podéis
impedirme construir en cantidad suficiente
islas de cabeza de huevo de cielo fiagrante
*
Alme Cesalre. Poesías. selección y prólogo de Ennque Llhn. Casa de las
A méricas. La H abana. Cuba. 1969.
45
Biblioteca de Méxi co
')2
GOLFO n¡,; MÉJICO
y
MAR DE LAS ANTILL AS
bajo la calma ferocidad del geranio inmenso de nuestro
[sol
dejamos los ojos en suspenso
y nativa
desanudando en toda su extensión el dolor
ll oramos
LA RUEDA
La rueda es la más bella invención del hombre y la
única
el sol gira
la tierra gira
tu rostro gira en torno al eje de tu cuello cuando lloras
pero vosotros minutos no enrolléis en la bobina de
vivir la sangre ya lamida
el arte de sufrir aguzado como muñones de árbol por los
cuchillos del invierno
la corza ebria de sed
que me pone sobre el brocal inesperado tu
rostro de goleta desmantelada
tu rostro
como un pueblo dormido al fondo de un lago
y que renace el día de la hierba y el año
germina
CUERPO PERDIDO
Yo que Krakatoa
yo que mucho mejor que el monzón
yo que pecho descubierto
yo que cicloneo
yo que balo mejor que una cloaca
yo que fuera gama
yo que zambeze o frenético o rombo o canlbal
quisiera ser más y más humilde y terrero
siempre más llano sin vértigo ni vestigio
caer hasta perderme
en la viviente sémola de una tierra toda entrega
Afuera una bella bruma en lugar de atmósfera,
inmaculable
cada gota de agua transfigurada en sol
cuyo nombre el mismo para todas las cosas
sería REENCUENTRO TOTAL
Y así fuera imposible no confundir el paso
de una estrella con el de una esperanza
o un pétalo de fiam boyán
o un refugio submarino
que recorren las llamas de las medusas-aurelias
La vida pienso entonces me bañaría entero
mejor la sentina en el roce en la mordedura
tendido vena venir por fin hacia mí los olores en libertad
BLUES DE LA LLUVIA
Aguacero
buen músico
al pie de un árbol desnudo
en medio de las armonías perdidas
al alcance de nuestras memorias deshechas
en nuestras manos derrotadas
y de pueblos de fuerza extraña
46
Biblioteca de México
del carnaval de los otros
o en los campos del extraño
el anticuado espantapájaros
mañana
ah cuando mañana pueblo mío
la derrota mercenaria
terminada la fiesta
pero la rojez del este en el corazón del cañaveral
pueblo de un pesado sueño interrumpido
pueblo de abismos remontados
pueblo de pesadillas sojuzgadas
pueblo nocturno amante de los furores del trueno
mañana más dulce mañana más alto mañana más grande.
como man os auxi liadoras
que se abrirían paso en mí
meciendo largas cabelleras
más largas que este pasado que no puedo abarcar
apárten se cosas háganle lugar
lugar a mi reposo oleaje en que se espuma
mi terri ble cresta de raíces anclantes
que buscan en qué hundirse
cosas sondeo sondeo
yo el cargador soy el carga-raíces
peso y violo y misterio
y ombligueo
Ah quién hacia los arpones me devuelve
soy muy débil
si lbo si yo si lbo antiguas cosas
serpientes cosas cavernosas
Yo oro y viento paz allá
y contra mi hoci co inestable y fresco
y contra mi cara corroída aplasta
tu frío rostro de risa deshecha.
El viento ay lo escucharía aú n
negro negro negro desde lo profundo
del cielo inmemorial
un poco menos fuerte que hoy en día
pero no obstante demasiado fuerte
y ese loco au llido de perros y caballos
que él lanza en nuestra persecución siempre cimarrona
pero a mi vez al aire
lanzaré un grito y tan violento
que voy a agujerear el cielo por completo
y por mis ramas desgarradas
por el surtidor insolente de mi fuste herido y solemne
CANTINELA
Es esta delgada película que flota entre los remolinos
del viento
sedimentada apenas por el mar
es este gran encabritarse de los cabellos de la tierra
detenidos en último momento a un sobre salto del
[abismo
es esta arena negra que bulle cuando la arcada del
[abismo
es este deslizarse de la serpiente obstinada que abandona
el naufragio
esta bocanada de astros que se vuelve a vomitar bajo la
especie de un pastel de luciérnagas
esta piedra sobre el océano lamiendo con su baba
una mano temblorosa para las aves de paso
Aquí sol y luna
son las dos ruedas dentadas sabiamente engranadas
de un tiempo que nos tritura con ferocid ad
es este malestar
esta cloaca
este sollozo de corales
el fundi rse del cielo memorable
hasta en el cebo de nuestros corazones rojos al alba
este pico de ave carnicera que destroza el pecho
inhospitalario
bozal y lodazal
es este mosquerío que blasona al mediodía el cielo de
nuestros negros
corazones rampantes
este rapto
atraco
a saco
esta tierra.
Daré a las islas orden de ex istir
LEJOS DE LOS DíAS EXTRANJEROS
Pueblo mío
cuando
del otro lado de los días extranjeros
retoñes tú una cabeza bien tuya sobre tus espaldas
renovadas
y tu palabra
la licencia expedida a los traidores
a los amos
el pan restituido la tierra purificada
la tierra liberada
cuando
cuándo pues dejarás de ser el juguete sombrío
47
Biblioteca de México
ALBERTO CHIMAL
HANS CHRISTIAN
ANDERSEN
(1805-1875)
El impulso (primera versión)
Se cuenta que Hans Andersen, zapatero, lloró en una ocasión al conocer
a un estudiante joven y vivaz. A Hans
Christian, su hijo, le explicó que él
" debía haber sido" como aquel
muchacho, en vez de un artesano
humilde y mísero en Odense, el pueblo donde vivía la familia. Pero
Dinamarca entera estaba en crisis
-eran los últimos años de las guerras
napoleónicas- y Andersen padre
terminó, en 1815, por dejar hasta su
oficio y enrolarse en el ejército: el
hijo de un granjero le pagó para que
tomara su sitio y lo librara así del servicio militar.
La compañía de Andersen padre
no tuvo tiempo de pelear de veras,
pues Napoleón fue derrotado ese
mismo año, pero el hombre volvió a
Odense quebrantado por las privaciones de la vida en campaña y
murió luego de una enfermedad
prolongada. La madre -Anne Marie
Andersdatter. iletrada y carente de
recursos- se esforzó por mantenerse junto con su hijo: se dedicó a lavar
ajeno, volvió a casarse y. decepcionada por las pobres calificaciones de
Hans en la escuela, lo puso a trabajar. Él, por su parte, intentó una fuga
como la que nunca logró su padre.
Era, en cierto modo, su herencia:
el zapatero, autodidacta, había procurado instruirlo mediante la lectura
de la Biblia, de Los mil y uno noches,
de las comedias de Ludvig HoIberg;
también le había ayudado a construir
un teatrino, para jugar con marionetas (Anne Marie pensó por un tiempo en volverlo aprendiz de sastre,
por su habilidad para hacer los vestidos de sus muñecos), y lo había llevado a ver actores de verdad: nada
menos que el Teatro Real de
Dinamarca, llegado al escenario de
Odense, el único en todo el país
fuera de la capital.
Todo esto había fascinado al
pequeño Hans, cuyo t alante era imaginativo y muy impresionable, y
quien se decidió por las artes y por
el camino que le conocemos: su partida a Copenhague, las intentonas
sobre el escenario, las privaciones y
las humillaciones sufridas por su fealdad y su afeminamiento, el modo
milagroso como logró abrirse paso
entre la burguesía de la ciudad y
obtener patrocinios para su educación, la búsqueda constante de favores y conocidos que le permitieran
continuar su trabajo literario. Pero a
esa historia sabida, al ascenso social y
a la incomodidad del descastado,
que también son las de la Sirenita, el
Patito Feo y muchos otros personajes del escritor. debe agregársele
otro matiz.
El primer libro publicado de Andersen, Intentos juveniles (1822), fue
un arranque en falso como los de
muchos otros autores. Era una serie
de textos que homenajeaban -o plagiaban- a B. S. Ingemann y otros
escritores de la naciente "Edad de
Oro" de las letras danesas, pero
estaba firmado con el seudónimo
Wi lliam Christian Walter. que era
nombre de pretensiones elevadísimas. William en honor de Shakes-
48
Biblioteca de México
peare y Walter por Walter Scott: dos
descubrimientos literarios que Andersen no habría podido hacer
nunca sin el impulso, rencoroso y
fru strado, de su padre, quien por el
contrario había desaparecido por
entero del "nombre artístico" de su
hijo. Una posible interpretación es
que éste debía (re) descubrirse por
medio del muerto, como le ocurre a
la protagonista de El niño en lo
tumbo, una de sus ficciones más sentidas y perturbadoras. El origen no
podía separarse del destino y Hans
Christian Andersen sería siempre,
aun en sus momentos de mayor
vanidad, aun en los salones de los
reyes y los notables, el habitante de
Odense.
La vida literaria
En El cuento de mi vido (1855), An dersen recuerda su proyecto de ir a
buscar fortuna en Copenhague y relata:
-¿Qué será de ti allá? -preguntó mi
madre.
-Me volveré famoso - respondí, y
le dije lo que había leído sobre hombres notables venidos de hogares
pobres-o Primero tienes que pasar
por una cantidad terrible de adversidades -le dije- y entonces te vuelves
famoso.
El que me conducía era un impulso inexplicable. Lloré, supliqué, y finalmente mi madre cedió, pero primero
mandó a buscar a ( ... ) una supuesta
"mujer sabia" ( ... ) y la puso a leerme
el futuro en un mazo de cartas y en
restos de café.
-Tu hijo será un gran hombre
-dijo la vieja gitana-, y en su honor
todo Odense quedará iluminado algún día.
Mi madre lloró al oír esto, y ya no
tuvo nada en contra de que yo me
fuera de la casa.
CIudad de Odense
La estampa podna ser el otro lado
de la historia, tan fé rt il para el psicoanálisis, del niño pobre que t ri unfa en
el mundo de la riqueza y los adultos.
¿Qué habría pasado si la gitana
hubiese desaconsejado la partida?
¿Lo habrían dejado ir su madre y lo
que quedaba de su familia? ¿H asta
dónde será éste, como la llegada del
Teatro Real a Odense, un aviso providencial para la vida de Andersen y
para la literatura de Occidente?
Por otro lado, lo más razonable es
dudar de la historia entera y atribuirla al narcisismo del escritor, quien
dependió casi toda su vida del favor
de otros y no perdía ocasión de promover su trabajo, su figura de literato y lo extraordinario de ambos. Esta
cualidad agradará también a los psicoanalistas, porque es un atisbo de
una personalidad más compleja que
la del mero entertoiner (Harold
Bloom, en un ensayo, da a esta imagen falsa la cara de Danny Kaye,
quien interpretó a Andersen en una
blanda película de Hollywood) dedicado a distraer a los niños y a contar
mentiras inocuas.
Por ejemplo, un rasgo de los estudios andersenianos del que aún se
habla poco -y menos entre nosotros- tiene que ver con el trajinar del
escritor en la vi da literaria de Dinamarca, no menos cosmopolita, díscola ni maldiciente que la de cual-
quier otro lugar de Europa. En ella
hay, como es de suponer, no sólo si nsabores de melodrama, si no t ambién
otros conflictos. Obsérvese, digamos, el fragmento que sigue: provie ne de "Reseña", un poema que
Andersen escribió en 1830, cuando
tenía 25 años y debía, como el resto
de su generación, "romper lanzas"
contra autores y comentaristas adversos:
El sol de la tarde colorea tierra y
mar con tonos de rosa,
pero ¡ah'. la monotonía llega de
inmediato, al igual que mi cólera.
Sea lo que sea, el sol no es muy
original:
tes de cuantos se han escrito sobre
él. A partir de 1840 (como ha dicho
el andersen ista Johan de Mylius) "los
cnticos hacen fila para alabar el trabajo del poeta, qu ien ya ha establecido su nombre y probado su habilidad" con textos muy superiores a
"Reseña", pero Andersen persistió
en su obsesión por el reconocimiento hasta el final de su vi da. Hay
muchas anécdotas sobre su búsqueda de los famosos y su contagio:
Andersen escribió sobre su encuentro de iguales con Dickens, pero no
sobre las cinco semanas que pasó en
la casa del escritor inglés, interpretando muy libremente un ofrecimiento de hospitalidad.
todo el tiempo sale por el este, se
pone en el oeste, ¡por favor!
El impulso (segunda versión)
Entonces aparecen las estrellas de
la noche, pero ¡demonios!,
brillan pero son frías, no dan calor
ni vienen coloreadas.
Canta un ruiseñor. diestramente
(. .. )
[pero] ¿por qué no canta de día?
(. .. )
Las olas crecen pero demasiado:
necesitan moderación;
la escena tiene un toque de genio
pero le falta mi aprobación.
Andersen no vio, no podía ver, que
aquellos comentarios que tanto le
disgustaban senan los más interesan-
49
Biblioteca de México
El Romanticismo, que en el resto de
Europa marcó de forma incontestable la literatura al comienzo del siglo
X IX , está disminuido en Dinamarca
-al menos, desde el punto de vista
de nosotros, lectores abúlicos del
siglo XXI- por el mismo Andersen y
por Sl2lren Kierkegaard, tal vez los
dos daneses más eminentes; gracias
al trabajo de ambos, la "Edad de
Oro" es más un signo de sus propias
originalidades que de acuerdo con
cualquier otra de las grandes figuras
y escuelas de su tiempo. Pero hay,
como en el episodio que antecede,
una raiz comύn Υ mas antigua de
A ndersen Υ los romanticos: su mundo no es cristiano (al contrario del
de Kierkegaard), Υ no esta subordinado a las pretensiones Υ apetencias
del rac ionalismo.
Sus imagenes centrales - sus mitos- son paganas Υ animistas: sobre
todo, de una forma de animismo
popular entre los hombres Υ mujeres
de la Europa del medievo Υ de epocas aύn mas tempranas. Para Andersen , al contrario de 10 que creyeron los escritores Υ fiιό sοfοs de la
lΙ ustrac ί όn, el universo Υ la naturaleza
no pueden ser patrimonio de 10
humano: no le pertenecen, no pueden controlarse ni domarse, porque
la especie humana es sόlο una mas
en un cosmos donde todas las cosas
estan provistas de conciencia, de
vo luntad Υ de instinto. Por esto, en
los cuentos, hablan los animales Υ
tambien los objetos de uso diario,
conspiran los adornos de porcelana,
aguantan Υ mueren los imperturbables so ldaditos de plomo.
Hay ange les, hay deνοc ίόn por el
Ν ί πο Je s ύ s , hay un cielo en ocasiones, pero los Juicios de las potencias
celestiales son tan contundentes Υ
terribles como los de los antiguos
dioses del rayo Υ de las aguas, Υ no
siempre tienen justίfιcacίόn desde el
punto de vista de la moral de su
tiempo (ni del nuestro) , que les queda chica ο que no los alcanza cuando sus personajes Υ sus tramas se
hunden en 10 desconocido. A si, en
Los zopotillos rojos la redenc ίό n sόlο
puede lIegar despues de que la nina,
condenada por su trato con el mal,
paga dejandose cortar ambos pies,
que se quedan bailando dentro de
los zapatos magi cos. Asi, ΕΙ corΟΖόn
de υπο modre plantea un di lema
etico que no puede resolverse sin
perdida ni sufrimiento (( puede el
hiJo muerto regresar, si el ύnίco
modo de hacerlo es que la madre se
sacri fιque en su lugar, dejandolo νίνο
pero huerfano Υ desamparad0 7), Υ
aun en las hi stori as mas famosamente amables se asoma 10 siniestro: la
cara de los poderes que aguardan
mas alla del circulo de luz de las hogueras.
En esto podria verse, tal vez, la otra
parte de la eχperiencia formativa de
Andersen , quien conοcίό teχtos clasicos pero tambien las consejas populares, Υ muchas veces terrorifιcas, de los
habitantes mas humildes de Odense, Υ
quien tuvo incluso su Ρ Γο ρίο contacto,
directo, con la locura en su abuelo
paterno, un alelado que vagaba por las
calles del pueblo Υ era, para los suyos,
una fuente de pena Υ de νergϋenΖa.
Para el escritor, todos los hombres
son como ese loco, ο tal vez como
ninos, atados al vaiven de fuerzas que
no comprenden Υ a las que tampoco
importan demasiado; en eso, tal vez,
esta 10 mejor Υ 10 mas perdurable de
su reCUΡeracίόn del mundo de la
infancia, que sόlο cuando somos adultos podemos imaginar como un sitio
de ignorancia Υ de pureza. Andersen
no es, por supuesto, un escritor para
ninos en el sentido estrecho que
damos hoy al termino: esta mas cerca
de Gogol que de Edward Lear Υ de
Victor Hugo que de J. Κ. Row ling.
Por otra parte, t ambien hay bondad en el misterio: una dulzura eχtra­
na, a veces de un esplendor intolerable por deslumbrante, que Andersen descubre en quienes sufren Υ que
los dioses ven tambien, aqui Υ alla. ΕΙ
hodo del sούco entra Υ sale del cuento que el vieJo escritor refιere al nino,
Υ en el que se ve el transcurrir sereno, gustoso, leνemente aburrido, de la
vida del pequeno, ο de los dos, ο de
millones. En ΕΙ componero de vioje, el
joven Juan, pobre como tantos otros
heroes andersenianos, entrega sus
ύ ltίm as monedas para que dos ladrones no profanen una t umba, Υ la recompensa por su generosidad es el
afecto de un amigo casi omnipotente,
que actύa sin que Juan 10 sepa Υ le
procura el bien enfrentandose contra
fuerzas tremendas que nada tienen
que ver con el Antiguo ni con el Nueνο Testamento. (Quienes son estos
seres que Andersen jamas justifιca 7
(Por que otorgan Ρrοteccίόn Υ conocimiento aqui Υ no en otros cuentos?
Quien sobe. Estas son las dos palabras
que Andersen parece pronunciar con
mas variadas entonaciones, desde aliνίο hasta horror, mientras sus personaJes avanzan por un universo νίνο,
eterno como 10 humano nunca podra
serlo.
Los cuentos
Ι.
Recorte en papel rea lIzado por Andersen
50
Bibliote ca de
M έox i c o
(eηumeracίόη)
Un total de 2 Ι 2 cuentos, de los
que 156 se publicaron durante su
vida, son la obra conocida de
H ans Christian Andersen.
ΕΙ
2. D e el los, un punado ha t rascendi do la propia autoria de quien lo s
escrib iό, Υ se recuerdan como
parte de la cu lt ura de Occidente
(ο del in consc iente colectivo) Υ
(uen(Q de mI vIdo de Andcr·sen
aun co mo frases hechas, verdades
de for ma ya inapelable:
2. Ι Α tod os nos sati sface que el emperador est e desnud o, Υ
2.2. N adi e ignora que el patito puede
ser, en verdad,
un cl sne,
3. ΕΙ re sto se encuentra en antologIas
de acceso mas ο menos difίc i l , en
las que casi nunca se encontraran
las cartas, los poemas, los libros de
viaJe Υ teat ro: el trabaJo olvidado
de uno de los escritores mas prol ίfι cos de su t iempo, Υ uno que
siempre d eseό ser conocido como
novel ista Υ dramat urgo "serio",
4. Α est a iro nia primera (Andersen
dedi c ό mu cho mas tiempo a la
escritu ra de esos teχtos menores
que a sus cuentos) debe agregarse la del azar de su di fu s iό n por el
mund o: el danes es una lengua de
pocos habl antes, reconocida pre ci samente por Andersen Υ muy
po cos mas, Υ asi resu lta que las
traducciones de ΕΙ ruisenor, Νίco­
lοsίn γ Νίco lοsόn ο Ιο reino de los
nieves son la ύnica posibilidad de
51
BibIiote ca de M exico
su conoc imient o para la m ayo lΊ'a
de sus lectores,
5. U n eχa m e n siquiera s up e rfιci a l de
esas trad ucc iones es pasmoso:
aύ n mas numerosas qu e las discrepancias ent re los manuscritos
del Rey Leor, ο que los rrores n
las primeras ediciones del Porodiso
de Lezama Li ma, las adiciones, su presiones, interpolac iones, malas
l ectυras, tran sposiciones de sentido Υ hasta de palabras Υ parrafos
so n el ύnico rasgo constant e de
lo s A nderse n en todas las lenguas
Υ rormatos,
6. Unas veces los personajes ο el
narrador habl an de mas para satisracer apetencias de un momen ιο ο de una cu ltura (ο de un estudio de mercado). ο cambian los
matices ο pasan sobre ellos; otras,
las mas, hablan menos de 10 que
su aut or original pretendIa que
hablaran,
7. Si a l gύn d ίa se pierden los archivos
Υ las bibliotecas de la propia Dina marca, los Ρa Ι eόgra fο s del futuro
tendran mil versiones diferentes
de don de escoger, Υ
Se pasarán la vida en la busca de
una sola voluntad entre todas
ellas o, por el contrario,
7.2. Llegarán a la conclusión de que
nunca hubo ningún An dersen:
que, como Homero o como
Vyasa, fue tan sólo el nombre que
un momento de la historia eligió
para su tradición oral, informe y
mutable.
7./.
8. Evidentemente, la belleza del tex-
to en danés, que quienes lo leen
consideran signo de una maestría
sin igual, se perderá tras semejante catástrofe.
9. Es un peligro que corren todos los
escritores (o una certeza que
deben aceptar): los re súmenes y
las adaptaciones tardan siempre
más en llegar al olvido.
Niños y adultos
En este año, que se cumplió el bicentenario de su nacimiento, Andersen
llega hasta nosotros en un estado
triste. Por un lado, sus cuentos nunca
han sido más recortados, adaptados,
endulzados para subordinarlos a un
gusto ñoño, según el cual los niños
son criaturas incapaces de comprender sino una fracción de lo que está
al alcance de un ser humano "normal", adulto y productivo. El problema es, en el fondo, insoluble: la popularidad de Andersen en el pasado es
signo de que algo decía para lectores
de todas las edades, y la popularidad
actual de textos mucho más simples,
mucho menos profundos - incluyendo las versiones innumerables de
An dersen " para niños", con vi ñetas y
bisi1abos en 18 puntos-, es signo de
que la situación es distinta ahora y
aun los seres más productivos tienen
dificultades con El trompo y lo peloto,
o Lo sirenito.
Hay otro hábito aún peor: las
"conclusiones espeluznantes" que se
extraen sobre la vida de cualquiera,
siempre que sea célebre, y que en el
caso de Andersen ha llevado a muchos de sus comentaristas - en el
fondo, menos interesados en el escritor que en su aniversario cerrado,
y en aprovecharlo- a las mismas estaciones: la madre acaso prostituta, el
padre acaso putativo, el niño acaso
homosexual, el adulto también: miles
de palabras sobre las decepciones
amorosas y ninguna sobre los textos,
salvo como fuente de pistas sobre la
sordidez habitual, que nos permita
reducir al creador a nuestra propia
condición mi serable , para mejor
negar la existencia de sus dones.
El que éstos puedan advertirse
incluso así: incluso en resúmenes
morosos e interesados, aun a pesar
de las lecturas ineptas y morbosas es
una prueba más del milagro constante y casi siempre ignorado. Hans
Christian Andersen bien podría trascendernos y encontrar; en otro momento, lectores más dignos.
52
Biblioteca de México
Fachada del Museo en San LUIs Potosí
,
OBRA PLASTICA DE
,
.
GERMAN CUETO EN EL
MUSEO FEDERICO SILVA*
El Museo Federico Silva. Escultura
Contemporánea, de la ciudad de San
Luis Potosí, cumpl ió en septiembre
pasado su segundo aniversario, lapso
que obliga a analizar lo que se ha
hecho hasta ahora: a la fecha se han
realizado I 3 exposiciones en las cuales han participado 57 de los más
destacados escultores de nuestro
país, entre los que se puede mencionar desde decanos maestros de la
escultura como Ángela Gurría, Juan
Soriano y Vicente Rojo, hasta jóvenes
talentos como Jorge Yázpik, Yolanda
Gutiérrez, Gilberto Esparza y César
Martínez.
El museo mantiene también un
constante programa de actividades
colaterales, en este lapso se han lIeva-
do a cabo 38 conferencias; 22 conciertos; 5 presentaciones de libros; 37
func iones de cine en su Cineclub; 2
talleres de verano y un coloquio con
artistas plásticos locales.
Con motivo del aniversario se
MUSEO
FEDERICO
fSC U l T U l A
SILVA
C O NT(M 'O .,!,Nf A.
2°
ANIVERSARIO
E XPOS IC iÓN I NVITA D A
GERMÁN CUElO
LA MEMORIA COMO VANGUARDIA
septitmbre 2005 · enero 2006
• Se pueden encontrar datos sobre ésta y otras
exposiciones. así como del pnopio museo. en su
sit io web: www.museofedericosilva.com
53
Biblioteca de México
inauguró una exposición dedicada al
maestro Germán Cueto, uno de los
más grandes escultores mexicanos
del siglo xx quien no ha tenido la
difusión que la genialidad de su obra
merece. La muestra la conforman
alrededor de 150 piezas entre máscaras, pinturas, relieves, documentos
y principalmente, tal como es la vocació n del museo, escultura. Asimi smo, forma parte de la exposición la
serie de 12 bustos de filósofos y
escritores clásicos que real izó para la
Biblioteca de México y que se integra al patrimonio de esta institución.
En la obra de Germán Cueto destaca la búsqueda constante y la experimentación con mucho muy diversos
materiales y técnicas. Cueto vivió el
periodo de la Revolución Mexicana
junto con una generación de artistas
que buscaban y proponían cambios
en los programas académicos y en los
estilos y formas de difusión del arte.
Dentro de tal ambiente se relacionó
con intelectuales y artistas de comunes inclinaciones sociales, pero al
mismo tiempo de diferentes y hasta
encontradas posturas estéticas. Así, lo
vemos participar con los estridentistas
que, bajo la convocatoria del poeta
Manuel Maples Arce, tomaron como
sede El Café de Nadie para realizar
exposiciones y eventos con infiuencia
del futurismo italiano. En ese entonces
54
Biblioteca de México
Cueto interpretó la modernidad a t ravés de contrastes cromáticos y de
máscaras que retrataban el gesto facial
de algunos de sus amigos, usando matel-iales que entonces eran considerados como de poca dignidad artística: la terracota o el papel maché.
Años más tarde, a principios de la
década de los treinta, durante su estancia en París se integró al grupo
Cerc1e et corré, en el que participaban
artistas de la talla de Joaquín TorresGarda, Mondrian y Kandinsky La infiuenci a del medio seguramente fue
una fértil fuente de inspiración para
e l artista, a quien buena parte de los
críticos e historiadores de arte consideran como el puente entre la escuela clásica y el modernismo.
La exposición permanecerá abierta hasta enero de 2006 en la planta
alta del museo, que se adecuó para
albergar la obra de Germán Cueto;
en la planta baja se puede apreciar el
acervo permanente del museo, integrado por obra del maestro Federico Silva.
LOS LIBROS ALEM
,
MAS BELLOS DEL 2
3
Con este nombre y con la colaboración del Goethe-Institut Mexiko y
la
Feri a del
Lib ro
de
Frankfurt
(Frankfurt Buckmesse) se inauguró el
6 de octubre de 2005, en la Sala de
Expos iciones
de
la Biblioteca de
México, la exposición bibliográfica que
permanecerá abierta hasta el 6 de
noviembre del presente año.
En esta muestra se exhiben 56 de
los
libros premiados que se se-
leccionaron de un total de 876 que
concursaron en la Feria. Los reconocimientos se otorgaron por los atributos editoriales y tipográficos de cada
SS
Biblioteca de México
volumen, en lo que se refiere a calidad
de impresión, papel, forros, ilustraciones, tipografía, belleza de diseño,
armonía entre contenido y forma,
etcétera.
Los libros exhibidos corresponden a
las más diversas materias: científicos, técnicos, infantiles, manuales, catálogos de
arte, de poesía y ficción, de curiosidades
científicas, folletos y publicaciones periódicas y vo lúmenes para bibliófilosTodos
ellos, y como inicio de una colaboración
que se presume duradera entre las instituciones mex icana y alemana, y merced a la intercesión amable de la directora del Centro de Información del
Goethe Institut Mexiko, Eva María
Hackenberg, han pasado a formar parte
para su consulta del Fondo Reservado
de la Biblioteca de Méx ico.
56
Biblioteca de México
AL!
C A LDERÓN"-
LA PALABRA ES UN TIGRE
EN EL PASTIZAL DEL OJO
LA GENERACiÓN POÉTICA
DE LOS SETENTA
11
La historia de la poesía mexicana es la de una desmesura.
Sus protagonistas son innumerables, muchos los libros de
éstos y la totalidad de los poemas imposible de cuant ifi car
Cada día la suma crece y se dispara casi al infi nito. Por tal
motivo, la critica y los estudiosos de la lit el-atu l-a han deci dido analizar nuestra poesía a la luz del operativo concepto de generación, entendido éste no como aquel grupo
de individuos nacidos durante un ciclo de quince años, a
la manera de José Ortega y Gasset. sino como un conjunto de sujetos nacidos en una década determinada; la
poesía reciente de México ha sido tipificada de acuerdo
con esta convención. Tal vez este fenómeno dio inicio con
la antología Poetas de uno generación (1940- I 949), de
Jorge González de León, con prólogo de Vicente Quirarte.
En ella se agrupa a poetas nacidos en los cuarenta. Entre
ellos podemos contar a Marco Antonio Campos, Eisa
Cross, Francisco Hernández, David Huerta y Ricardo
Yáñez. La antología Poetas de uno generación (1950- I 959)
de Evodio Escalante, reúne a los poetas nacidos en la
siguient e década. Esta tradición es continuada por la antología Eco de voces, de Juan Carlos H. Vera, publicada en
2004, en donde se convoca a cien poetas nacidos entre
1960 y 1969. Las muestras de poesía que antologan a los
poetas nacidos en los setenta intentan recuperar la generación de quince años y la lista de los ahí reunidos se inicia, invariablemente, con Jorge Fernández Granados
(1965) para concluir ya sea con Juan Pablo Vasconcelos
(1978) o con Hernán Bravo Varela (1979).
Toda historia literaria presupone una antología inminente, pensaba Alfonso Reyes. Por lo anterior, estos trabajos, además de funcionar como un efectivo medio de
legitimación, también muestran uno imagen del paisaje
poético y una tradición literaria. Las recopilaciones ya citadas han desempeñado, sin duda, esa labor
Las antologías que recuperan la generación de poetas
novísimos son El manantial latente de Ernesto Lumbreras
y Hernán Bravo; Árbol de variado luz de Rogelio Guedea;
y Mós vale sollozar afilando lo navajo, de Cuiria ediciones,
con prólogo de Eduardo Langagne.
En el estudio y clasificación de la poesía mexicana, en
ensayos criticos, reseñas o antologías, puede variar la aplicación pero nunca el uso del concepto de generación. En
este texto abordamos, mediante un breve muestrarib y
ciñéndonos a tal convención, a los poetas mexicanos
nacidos entre 1970 y 1979.
Los poetas nacidos en los setenta son también
conocidos como " la generación de Ti erra Ad entro" , pues
fue bajo el auspici o de esta revist a y de su fond o editori al que su obl-a fue difund ida por pl-imera vez a lo largo
del país. No por nada aparecieron, bajo este mismo sello
editori al , las antologías de poesía Poetas de Tierra Adentro
I y 1/, con se lección y prólogo de Héctor Carreta, y Poetas de Tierra Adentro fll, de Thelma Nava, publicadas en
199 1, 1994 Y 1997 re spectivamente . Este di sti nt ivo de
"generaci ón de Tierra Adentro", sin embargo, es I-educido y limitado; no describe , en sentido estri cto, a los poetas nacidos durante los setenta.'
En 2002 Conaculta publiCÓ la antología El manantial
latente. Muestra 'de poesía desde el ahora 1986-2002,
donde se recoge, a gusto de los antologadores, además
de la poesía de algunos autores de los sesenta, el trabajo de los supuestos 22 mejores poetas de los setenta en
México. El trabajo crítico que antecede a los poemas,
aunque rebasa por momentos los límites de lo ridículo, '
ofrece un panorama amplio respecto a la poesía joven,
sus influencias, los libros más leídos por ellos, sus poetas
predilectos,' etcétera.
Simultáneamente con El manantial latente y sin contacto alguno con sus antologadores, Rogelio Guedea
publicó en la Universidad de Colima, en 2003, el libro
Árbol de variado luz.Antología de poesía actual 1992-2002.
Esta publicación, con mayor seriedad critica, reúne a 17
poetas nacidos durante los setenta, así como algunas
notas respecto a sus poéticas y visión sobre la poesía.
En 2004 apareció el libro Mós vale sollozar afilando lo
navajo. Antología extraoficial de poesía, que recopila poemas de 23 poetas de los setenta que no habían sido
debidamente reconocidos a pesar de los varios rasgos
de calidad de sus obras.
, Poco a poco estos poetas se legitiman. Esta legitimación. sin embargo. no en
todas las ocasiones está sustentada en la inmanencia del texto artístico. Al
trascender este ámbito tal legitimidad se desvirtúa y genera. como ya lo ha
hecho en el pasado con varios personajes. poetas inflados que no son. de ningún modo. portavoces del espíritu y la sensibilidad de nuestra época. Esta
corrupción crea un prestigio deslavado y raído.
¡
Los antologadores de El manantial latente . de manera irresponsable y teóri-
camente poco lúcida, descalificaron a más de 170 autores nacidos en los setenta llamándolos "poetas en ciernes". Más que una muestra de poesía. esta
antología parece el intento de afinmación y autolegitimación de un grupo cultural determinado.
) Según los datos arrojados por una encuesta de El manantial latente, los poetas más leídos por estos autores son, en otros idiomas, Dante, Rimbaud, Eliot
• Alí Calderón. Becario de la primera generación, en el área de poesía, de la
Fundación para las Letras Mexicanas. Ganador del Premio Interuniversitario
y Pessoa y, en nuestra lengua, Góngora, Quevedo, Vallejo y Paz. Los poetas
mexicanos más frecuentados por esta generación serían. el propio Paz,
de Ensayo del estado de Puebla, en 2003. Fue merecedor del Premio Nacional
Gorostiza y López Velarde. Para ellos, los poetas vivos más reconocidos son,
de Poesía Ramón López Velarde en 2004.
David Huerta, AIí Chumacero y Eduardo Uzalde.
57
Biblioteca de México
IV
111
Más allá de la gran diversidad y pluralidad de esta generaci ón, pueden advertirse rasgos comunes en la obra de
los poetas. Se trata de una generación que tiene aún,
como diría Harold Bloom, a Octavio paz como padre
poético. Su influencia es todavía una losa pesada y una
guía ineluctable: la ex plotación de la imagen continúa
siendo lopis onguloris de la composición; El orco y lo lira
es el texto crítico de cabecera y, se comparte con el
padre el noble anhelo de universalidad. La casi totalidad
de los poetas esconde, bajo el maquillaje y la preciosa
máscara del cosmopolitismo: el doloroso y sutil yugo de
la colon ialidad del saber. En este sentido, más allá del
marxismo ortodoxo de Ó scar de Pablo, no se observa
en esto s autores una preocupación manifiesta por la realidad social y su t r ansformación.
Formalmente, según Heriberto Yépez, " la poesía mex icana, sobre todo la más joven, aquella que podríamos
llamar Generación de Tierra Adentro, tiende a ser conservadora" (Yépez, 2004: 142). En los poetas de la generación de los setenta no se encuentra todavía un manejo
dúctil de la lengua. Por ello reconocemos, contrastando
con poetas de los cuarenta o cincuenta, el poco trabajo
innovador, sobre todo en lo que se refiere a la sintaxis.
Esta pobreza de construcción se evidencia, como en ningún otro momento, cuando se introducen comparaciones al discur so. El fastidioso y casi soez uso del adverbio
"como " se ha convertido en un lastre lamentable de
nuestra poesía, con sus pocas y afortunadas excepciones,
por supuesto. Podemos hablar de una generación, nuevamente , bajo el signo del escepticismo. En este sentido,
seguimos a Jorge Fernández Granados cuando afirma,
como rasgo esencial de la poesía joven de México, el
cansancio estético.
Es digna de resaltar, asimismo, la tendencia en estos
poetas a desaparecer las marcas del sujeto de la enunciación. Este tipo peculiar de focalización torna el texto
impersonal e intelectualista. Por otro lado, en algunos
miembros de la generación se puede advertir claramente la intención de crear textos emotivos, intensos, de
tono confesional, en donde el aspecto esencial es radicalmente opuesto al anterior; se t r ata de textos en los cuales, en lugar de desaparecer, el sujeto lírico se afirma.
Podemos preguntarnos también, ¿dónde tiene sus raíces el discurso de estos poetas? La respuesta, por supuesto, es muy compleja, pero un acercamiento a su elucidación sería referirnos a los creadores mexicanos vivos
que han ejercido, ya sea mediante talleres literarios o la
simple lectura, una influencia en la poética de los autores
de los setenta. Éstos serían David Huerta, Eduardo Milán,
Ricardo Yáñez, Saúl Ibargoyen, Juan Domingo Argüelles,
Eduardo Langagne, José Vicente Anaya e incluso los poetas de la generación inmediatamente anterior como Jorge Fernández Granados y Mario Bojórquez.
Luigi Amara sostiene que la cultura popular de nuest r a época es más influyente que la tradición poética.
Puede ser, pero la continuidad de esa tradición es ineluctable.
• "La debilidad clásica, casi congénita. de la conciencia nacional de los países
subdesarrollados no sólo es la consecuencia de la mutilación del hombre
colonizado por el régimen colonial. Es también el resultado de la pereza de la
burguesía nacional, de su limitación, de la formación profundamente cosmopolita de su espíritu:' (Fanon, 1973: I 36)
Los poetas de la generación de los setenta son numerosos. Hay, sin embargo, un grupo de autores más o menos
bien definido. Se trata de aquellos que han publicado en
editoriales de prestigio, han obtenido diferentes premios y
se mantienen vigentes en revistas, periódicos o suplementos culturales, en pocas palabras, los que poco a poco van
legitimando su quehacer. Pero a esta legitimación, por
supuesto, no siempre es inherente la calidad. El reconocimiento de una obra poética depende más de la difusión y
promoción cultural, del amiguismo y el respaldo de una
mafia o grupo de poder, que de los propios méritos del
texto. Son muchos los poetas de los setenta que, en el
interior del país, están produciendo buena poesía.
A pesar de ello, la poca información y la soberbia de
los críticos, poetas e instituciones culturales del centro,
mantiene a estos autores en el ostracismo.
A continuación un brevísimo muestrario de los poetas de esta generación. Esta relación no es definitiva ni
tiene la intención de instaurar o excluir a los poetas nacidos en los setenta.Tiene el propósito, más bien, de presentar rápidamente algunas nuevas voces de la poesía
mex icana.
1970
(Guadalupe, Nuevo León) ha sido
becaria del Centro de Escritores de Nuevo León, merecedora del Premio Regional de Poesía Joven 1995 y el Premio Poesía Joven de Monterrey 1993. Es una poeta artificiosa en el
mejor sentido, con imágenes en ocasiones crudas (heredas una
ciudad viniéndose gris sobre tu cuerpo) pero que ha logrado
varias virtudes en uno.de sus mejores poemas, paul celan y alto
OFELlA PÉREZ SEPÚLVEDA
el pensamiento como
u;' árbol:
Ningún testigo, Celan
ha de arrebatar esta hendidura,
este clamor irreversible que es la espera.
En vano afilamos nuestros cuerpos.
Porque ninguno empuja el marco de la puerta,
ninguno desatornilla las ventanas,
mucho menos asalta el correo con postales y boletos.
Venir desde la noche con el frío consenso de nombres
que pasan como hojas de afeitar en las esquinas de tu brazo,
justo en el ángulo de los días y la dicha.
Qué agónica presencia la del arpa que tensa te combate.
(Pérez Sepúlveda, 1997: 60)
MÓNICA NEPOTE' (Guadalajara) . Su poesía es musical (A esta
mujer la sangre se le fuga / en un torrente de tardes en el pasto)
y sus mejores poemas son aquellos que, haciendo desaparecer
al yo lírico y recurriendo a los versos largos, presentan ese tono solemne y sobrio que dota a sus textos de gran atractivo;
El escalador
Su lenguaje esquivo se adivina en las plantas maltratadas.
Cuidadoso, deposita pasos en la tierra y nace el muro,
[delicada
s Libros: Trozos de noche herido e Islorio.
58
Biblioteca de México
insinuación al descenso.
Tuve esa novia,
Bicho que se adhiere a las cosas tibias. Maleante de la
una tan dulce que
yo gastaba mi puño en robos
[sombra
ensimismada. Dedos que ocultan objetos en las bolsas,
de chocolate para ella
y hasta rogué olvidarme
[chucherías
que se le unen y son suyas.
de lo que soy ahora: sí,
como árbol seco
Mago de la fuga. Destripa los sueños de muchachas suaves;
descubrirlo es la cicatriz más ardiente del desvelo.
pedí que me talaran con su amor
(Guedea, 2003 87).
Ella tenía ese nombre feo, los
hombros anchos, ella era
(Colima) es un poeta de amplio trabajo. En
SERGIO BRICEÑO'
200 I se hizo merecedor del Premio Internacional de Poesía
muy bajita, pero reía de un modo
Salvador Díaz Mirón. Una de las vetas de su poesía, la amoro-
que la volvía más alta,
y había nacido en el desierto de Mayrán;
sa, mediante la connotación, es decir. la matización afectiva,
consigue aprehender lo poético.
por las mañanas estudiaba para ser
secretaria,
No tengas prisa
con sus hombros tan anchos y las uñas
cuando haya una mujer
esmaltadas de violeta y amarillo.
Siente cómo en su garganta
y fuimos muy felices, hasta que me dejó
se atora tu mirada
para casarse con el chofer que hoy la maltrata.
(Herbert, 2002, 30)
Habla quedo cuando
con ella hables
Este tipo de poesía, dentro de la misma generación, es trabajada
por Guillermo Carrera (Ciudad de México, 1974) en Repugnan-
tes ángeles humanos, de ediciones Alfo~a.
Inhala su perfume
y observa la manera
en que mueve sus labios
si algo dice
LUIS VICENTE DE AGUINAGA'
(Guadalajara), también con gran
prestigio y presencia en el medio literario fue , en 2004, el primero de la generación de los setenta en ganar el Premio Na-
Hay un acento en su lengua
cional de Poesía Aguascalientes. Escribe una poesía que, en
que te recuerda el mar
algunos momentos, se acerca a la sensibilidad del igualmente
tapatío Ricardo Castillo. Aunque también aborda temática-
En lo que su vestido
mente el fracaso y la desolación de la vida cotidiana echando
no alcanzó a cubrir
mano del humor. su discurso se cifra en un registro lingüístico
imagina tu mano
más elevado. Sus temas, igualmente, son diversos.
Muerda sus pechos tu vista
Dos coches
Tiene otra carne su carne
Entre dos coches
acaso mal estacionados, o bien, o no me importa,
paso apenas, ladeándome,
y alcanzo el otro lado de la calle
Algo que a ti perteneció
así es que en ella piérdete
al alcanzarte a ti, que me llamabas
y sin dejarla hablar
desde que no había coches, o calles, o no tendría por qué
mantenla en su silencio más lascivo.
importarnos.
(Briceño, 2003: 20)
Dos coches, Bien o mal
habrá quien los encienda, los conduzca,
Otros poetas nacidos en 1970 son María Vázquez Valdés,
Víctor Ortiz Partida, Refugio Pereida.
se deje conducir sobre sus ruedas
y llegue aquí, diciéndose: "Llegamos".
1971
Uno y otro
llegaron tal vez juntos, juntos
JULlÁN HERBERT'
habrán salido de la misma casa
(Acapulco) es uno de los poetas con mayor
prestigio de esta generación. Después de haber sido becario
o se habrán desprendido, hace un millón de años,
del FONCA en varias ocasiones y haber publicado distintos
de un mismo hierro primigenio.
poemarios, su voz se aprecia sólida y original. Su poesía, aun-
Por eso tan reunidos.
que formalmente poco cuidadosa, alcanza lo poético y lo consigue tornando lírico lo habitual. Al crear en sus textos lJna
Por eso, junto a ti,
ala
sin calle, o sí, o ya no me importa,
microhistoria, sus poemas son herederos, si bien no concien-
espero que no dejes de llamarme.
especie de historiografía de la vida cotidiana, algo cercano
temente, de Chetumal Bay Anthology de Luis Miguel Aguilar:
• Libros: Corazón de agua negra: Catorce Fuerzas: Ella es Dios; Náqar.
, Libros: Claves de Alejandría: Chili hardcore; El nombre de esta casa: El cielo es
el naipe; La resistencia.
, Libros: Noctambulario; Nombre: Piedras hundidas en las piedras; El agua circular; La cercanía.
59
Biblioteca de México
LUIGI AMARA
Otr'OS poetas de 197 I son Su sana Zal'agoza,
(Ciudad de MéXICO) Estudió filo-
Gaspal' Orozco y Estr'ella del Val le.
sofla Ademas de habel' Sido becano de distintos pl'ogramas en dlvel'sas ocasiones ha Sido
1972
ganadol' del PI'emIO NaCional de Poesla Joven
Ellas Nandlno. en 1998, aSI como del Cellamen
Intemaclonal de Poesk1 Manuel Acuiia en 1995.
DANIEL TELLEZ
Su poesla esta cel'CJna al pensamiento onental
grupos
y
(Ciudad de MéXICO), alejado de
mafias cultu l'aJes, fue mel'ecedor del
e In'pl'egroada por' una especie de poetlo del
Pr'emlo Nacronal de Poesla Joven Ellas Nandlno
\\u .',el, de la l'laCClon. Basados en la cUidadosa
en 200 I por- el poemano El arre oscuro. Hay en
sus textos cler'to coqueteo con el neobarToco y (
detenida obsel' ¡aclon del mundo, sus poemas hacen caSi una
una sensación de lo Intnncado:
I'enexlón fenomenologlca.
El paróSlto
De ralces surTado canta seco, ariJol de octu-
Nada como el deleite de contemplar la acción
bre exhala
desmenuza en el espacio de la Iluvra a la or-illa
y no movel' un dedo:
estar' completamente absor-to
y en silenCIO
Siguiendo el hilo del evento mas nrmio.
todo es de simulacr'o desvarío. Pl aya ver-de
abr-e el agua
siembr'a de pr-ofundidad el r-umor del polen
único cardumen etrli co habítame
verd es arrugas confundan el recuerdo de la sangre
Nada co mo apoyar el rostro en el marco del vaho,
detenida.
con boca, frente y manos cual siniestras ventosas,
(Té ll ez, 2004 27)
mirar la gente que cruza,
sucediendo despacio:
Tal vez este barroquismo se aprecie mejor en las siguientes
la distorsión de la calle en las gotas del vidrio.
estrofas:
Estoy vivien do el gozo de un bostezo mu y largo.
Contento en mi postura,
Cangrejo de despeñadero en los fiordos
en la pesantez de mi carne,
también
En horma de tierra albardonada
nada se escapa, con nada se interfiere,
alineado en barrancas y tiene cámara con branquias
me place la manera en que me pego al vidrio,
cómo el cuerpo se adhiere,
se adelgaza:
Con retruécanos y criptogramas Bebra monta
sonriendo inútilmente
una brama entre arbustos espinosos y
me descubro t ranslúcido.
yermas extensiones áridas
hacia la página occisa y capital
(Lumbreras/ Bravo Varela, 2002: 243)
(Téllez,2004b 65)
MARÍA RIVERA "
(Ciudad de México) ha sido
becaria de distintas instrtuciones, entre ellas
Llaman la atención los numerosos poetas de la generación de
del Centro Mexicano de Escrrtores en el
los setenta cercanos al neobarroco que tienen como referen-
periodo 2000-2001. En 2000 obtuvo el Pre-
te obligado y básico a José Lezama Lima. Pero ¿por qué esa fas-
mio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino.
cinación por el barroco? AlejO Carpentie~ al respecto comen -
En 2005, con el poemario Hoy batallas, fue
ta: "¿Y por qué es América Latina la tierra de elección del
merecedora del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, Su
barroco? Porque toda simbiosis, todo mestizaje, engendra un
poesía muestra una sensibilidad exquisrta y fina, Su verso es lím-
barroquismo" (Carpentie~ 1980: 54). Dado lo anterior puede
pido y bien trabajado, domeñado por una solemnidad a medio
esbozarse que el apego al neobarroco es más una cuestión
camino, por su fuerza y autoridad, entre los discursos mftico y
ontológica que estética."
poético:
ALEJANDRO PALMA"
(Estado de México), con dos poemarios
Bajo el árbol de la noche la escritura fragua la luz,
publicados, ha construido una voz poética de norma coloquial.
consume la piedra que sostiene el mundo,
Su trabajo aborda seriamente la experimentación para reco-
El párpado, donde eres signo sin sonido, escribe
rrer los caminos de la antipoesía, Sus poemas muestran desen-
Este tiempo no es el tiempo, es
canto, desilusión, una visión dolorosa y casi grotesca sobre el
gota aterida que lenta se desangra,
mundo, El humor patético y la constante sensación de estar
fuera de lugar crean una poesía sin asidero:
dice,
día: viste mi noche con antorchas, dame
Lo mano sobre
la mirada, el orden, la precisión:
La sinceridad nada en tu bebida
el instante va, viene, puebla ya otra tarde,
tu seno
" Libros: El aire oscuro.
" Todo fenómeno en América Latina debe ser estudiado bajo la lupa de la
colonialidad. Enrique Dussel, al pensar la filosofía de la liberación, ha dicho que
" es necesario formular una estética popular más allá de la publicidad y la
moda, como arranque de la liberación del signo y como expnesió n de su
cohenencia neal" (Dussel, 200 1: 151). En este sentido, el neobarroco pareciera ser el fundamento de esa estética de la Iiberadón, en franca oposición al clasicismo helénico y al neoclasicismo de raigambne modema
" Ubros: Inédito; Nuncamente.
Atada está mi mano y mi escrrtura, mide ya
su íntimo naufragio,
(: 262)
, Ubros: El dedr y la mancha; El cazador de grietas; Pasmo.
" Ubros: Trasladón de dominio; Hay batallas.
60
Biblioteca de México
aún no aprendemos a usar las uñas
BaJo los astros miro
los búhos que tiemblan.
t u lengua se enreda por todas partes
mientras mis alas bai lan colgadas
enseñan esa parte de los su eños
con nocturnas sendas.
de las espinas de tu ramal
paranoia:
(Venegas. 2000 I 2)
mi muerte en pedazos
deliciosa
GABRIEL BERNAL GRANADOS (Ciudad de MéxIco) es poeta.
traductor. ensayi sta y ha cultivado tamblen el afOrismo. Fue
simplemente genial.
JORGE ORTEGA "
(Palma. 2003: 22)
becarla del FideicomiSO Nacional para la Cultul'a Méxlco-
(Mexicali). autor de varios poemarl os. es un
Estados Unidos. Su mejor poesía muestra la vll1:ud de la clal-Idad y la mesura:
poeta bastante original. Su poesía. próxima al neobarroco. es
un canto épico. cu lto y formalmente límpido. El tono narrativo
Piensa la fiar
de los poemas y sus referentes cu lturales. que indudablemen-
para sus adentros
t e reca rgan el sentido del t exto. vuelven atractivos sus versos.
El mundo se bifurca
y pal1:e en dos una cirue la
Yo. Jean Froi ssart. canón igo y tesorero
de la abadía de Chimay.
Es un ámbar que se abre
un error en la escritura
lego mis nobles y escasas pertenencias
a los vientos de t oda Europa:
este que veis aquí. reducido a nada. labrado
Mas el signo caligráfico
por la minería de la congoja.
desmiente la palabra aquella que es la fi ar
anduvo a pierna erguida notariando los picachos
Tensa la simiente cuando no rompe la cuerda
de la gesta:
este que ve is ahora. sarniento perdigón
no se arroba ni un instante
de ensoñaciones.
Coincide con la veta vertical
ta ñó su gait a ante los hombres más refinados
sut il cual suspi cac ia incierta.
de Occidente:
(Lumbreras! Bravo Varela. 2002: 31 1)
soy el que a la mañana siguiente ordenó izar
los estandartes
en la albahaca atmosférica de enero. cua ndo
D e 1973 tam bién son los poetas D olores D orantes, Luis
los zaga les
vo lvían de sus majadas con los cestos tu llidos
Enrique del Ángel y Pedro Guzmán.
1974
de ciruela.
(Lumbreras! Bl'avo Varela. 2002: 286)
LUIS FELIPE FABRE"
(Ciudad de México) ganó el premio de la
Otros poetas nacidos el mismo año son Rocío Cerón. A le-
revista Punto de Partida en 1995. Su poesía es diferente: susten-
jandro Tarrab y Kenia Cano.
tado en el humor. su discurso pretende, mediante procedim ient os poco comunes como una cita bibliográfica o una enumeración de incisos, acaso construir la poesía. Sus textos, alejados de
1973
todo lirismo y cercanos al pensamiento automático, zigzaguean y
RICARDO VENEGAS "
(San Lui s Potos0. además de ser director
exploran caminos ignotos para acceder a lo poét ico.
de la revista Mala vida. ha publicado en algunas de las mejores
revistas del co ntinent e. Ulrika de Colombia por ejemplo: su
poesía puede con siderarse un canto místico:
En el bosque andas tú
con la paloma y el murciélago.
tendida en la verdura que resopla
donde un leopardo de la sed
ondea el agua con su lengua:
el verano es la isla
del mar embravecido,
un canto en la corteza de los pinos
que entierran sus raíces
al corazón del suelo.
Investigación de mercado
Una moneda, por el amor de Dios, una moneda,
que el dinero es el t ema del mendigo y el mendigo
es el tema de esta investigación: ¿si el mendigo tuviese dinero
hablaría de asuntos menos mundanos? Pero he aquí
un tintinear de monedas en el interio r de una lata
de sardinas sin sardinas. ¿Y las sardinas7
Baratas y nutritivas: ricas en hierro, vitamina A y fósforo.
Un paladar exquisito diría que la sardina tiene un ligero
dejo a:
Metal sobado. b) Dinero rancio. c) Desayuno de mendigos.
¿Un mendigo es básicamente una alcancía?
(: 345)
ÁLVARO SOLis" (Villahermosa) estudió fi losofía y es
A donde vayas t ú
se manifiesta el bosque . ..
becario de la primera generación de la Fundación
para las Letras Mexicanas. En 2003 ganó el Premio
de Poesía José Carlos Becerra de Tabasco. Sus
" Libros: Crepitadones de Junio, Deserdón de los hábitos; Baladas para combatir
la inanidón.
" Libros: El silendo estó solo; Signos celestes; Caravana del espejo; Destierros de
la voz.
" Libros: De persiana que se abre; Simuladones.
" Libros: Vida quieta.
" Libros: También soy un fantasma .
61
Biblioteca de México
mas son pr'ofundamente emotrvos. con la cUriosa viriud de vol-
y la he encontl'ado en otms labios que descubro
ver~ por' alguna extraña r'azón. dl'amático y dolor'oso todo aque-
por la calle
y la he besado en otms rostms ligel'am ente fríos
llo que enuncia. Su lenguale es cálido y su discul'so nos deja.
como lector'es. con esa sensacrón de humedad de una tarde en
los manglar'es. La largueza de su ver'SO. además. impl'ime ciel-to
debo confesar que he sali do a oscuras de su cuel'po
tono solemne a su poesl'a
a cazar otms cuerpos
y en esos cuerpos sin lamentos ella está
Hay esbozos de dolor pintados en las escamas del viento
más pmfunda t odavía
puenos acnstalados que se asoman por' los vanos de las
[pue r'tas
como si esa carne extl'aña conoc iel'a ya
más cercana sin saberlo
el I'umbo de mis manos.
(Guedea. 2001 21,22)
y vanos suplicios de qUienes han sido condenados pOI' la
[melancolía a
(Ciudad de México) estud ió perio -
esparcll' sus penas
La ensoñación reSide en el astuto esparCimiento de los
[espermas
JORGE ARTURO SÁNCHEZ
en la pmgenle que se albol'ota pOI' las tardes con la llu via y
[en la sequía
dad, su poesía busca siempre la palabra exacta y el concepto
pl'eciso. Tal vez en sus poemas podamos ver ya los fl'utos de
con las tardes de quema de basura y de mosquitos
aquel trabajO de traducción del Haiku. para incorpo rarlo defi-
dismo en la UNAM Es becario de la pl' imera generación de la
Fundación para las Letras Mexicanas. Sustentada en la breve-
nitivamente a nuestra tradición. hecho por José Vi cente Anaya.
[enquistados en la piel
tal'des que se pmlongan hasta bien entl'ada la
[Impaciencia
Conseja
hasta el sudor seco de las pieles
Con el corazón hay que ser congruente
esas planicies que se extienden hasta los confines de la voz
ponerle una cadena
más allá de los pita les
y sacarlo a paseal'
de los ladndos de perros que salen al encuentro de los
dos o tres veces por semana
[solita l'ios
pal'a que no o lvide
de la somb,'a que se piel'de en los caminos
que tiene que olvidar.
antes que el calol' penetre los poms de las hOjas
de los
[hombres
(AAW" 2004 23)
de las mandarinas y los naranjales
También de 1974 son los poetas Hel'iberto Yépez. Armando
de las iguanas que son ram as que se mueven.
H aro Márquez. César Si lva Márquez y Mónica González.
(Solís. 2003 6)
1975
ROGELlO GUEDEA '
(Colima) es autor
(Chiapas). Su poesía es de una gran
de varios poemarios y de la antología
VíCTOR GARciA VAzQUEZ'o
Árbol de variado luz. Antología de poesía
invocación y el manejo que hace de la imagen es casi insupe-
mexicano actual 1992-2002. En 2001
rable dentro de esta generación. Es un poeta renexivo en el
ganó el Premio de Poesía Rosalía de
sentido de Dámaso Alonso. pues pone la técnica al servicio de
Castro. Guedea apnehende lo poético
la intuición. En sus versos la selva. el erotismo y el amor son
mediante la connotación. El lenguaje de
construidos por un lenguaje pleno de candor:
sus poemas es sencillo y cargado de
emotividad (que revivo yo el amor en mí/
Un Jaguar bañado de sol pasa corriendo entre tus piernas.
que se enrede en el aire/ y que me asfi-
En tu espalda se esconde una manada de venados,
xie). discurso directo pleno de tensión; se trata de una poesía de
Parvadas de loros sobre tu hombm inventan el verde ,
la experiencia. del amor. de la vida.
Canto verde, tierra verde: aire y sueños verdaderos.
Descienden
Debo confesar que la he visto desnuda
las serpientes de tu pelo
buscando las liebres que anidan en tu cadera,
dormir con la luz encendida
derrotada al fondo de la cama sucia
En tu ombligo se esconden los lagartos.
entre las colchas manchadas por pleitos anteriores
Es un hervidero de vida el valle de tu cuerpo,
Tierra fértil. explosión de vidas: tierra de alegría.
debo confesar que otras bocas han pronunciado
sus más austeras cicatrices
(García. 2003: 5)
y se han burlado conmigo de todas las lluvias
que carga tan lloradas
BALAM RODRIGO
(Vi lla Comatitlán, Chis.) cursó la licenciatura
y la han maltratado como a una perra sarnosa
y la maestría en Biología en la UNAM, además de contar con
debo confesar que también desnuda se levanta
te, lo llevó a la poesía, En 2004 fue merecedor del Premio
estudios teológicos, Su cercanía a la naturaleza, invariablemenpara ir al baño
Chiapas de Poesía Raúl Garduño. Como casi todos los poetas
fronterizos del sur, Balam Rodrigo encuentra en la naturaleza
y lee las cartas que le escribo cuando no estoy
no sólo el brillo de la idea de lo bello sino, incluso, auténtico
cuando de algún modo me ausento
sustento ontológico, Su poesía t iene la profusión de la selva y
aquella sensación barroca de nuestro paisaje:
" Lrbros: Los dolores de lo come: Mrentros olvido: Senos sones y otros huapan,
guitos.
lO
Libros: Tejidos: Raíces de tempestad.
62
Biblioteca de M éxico
Rumiar con los belfos prestados de la bestia el hábit o lunar
rsomorfía, de la gran tensron e rntensldad en el plano de la forma
que gangrena nuestras hor-as, nuestro cuer-po despoJo de
del contenido'
amaranto en la rivera, hierba Impasible del que gime y del
que verba: Crotalarias baJo mi lengua, hormrgas lluvia sobr"e
En ese Ciego rmpu/so
la ceiba, untada espina la del aire en las hendas que me
El OJO
agrietan,
só lo está enfer-mo,
(Balam Rodrrgo, 2004' 43)
nublado pOr- un trempo,
En el momento en que todo se rlum lna,
Igualmente nacidos en 1975 son los poetas Lour-des Range l y
deja su ceguel"a atr-ás
Federico V ite ,
e Inicia el I"econocimlento de su verdugo:
1976
m uere la neblina
y lo difuso del paisaJ e,
PABLO MOLlNET
(Ciudad de México) es editor y beca,-,o de
la segu nda generaCión de la Fundación para las Letras
A sí el corazón,
Mexicanas, En 1998 obtuvo el Premio N acional de Poesía Ra-
en ese ciego Impulso
món López Ve larde POI- el poemario Poemas del jardín y del
t ambién sabe detener el galope,
baldío, Su poesía es luminosa y cálida,
cambiar la direCCión de su disparo
y entender" el bnllo de los cuel'pos
Ningún hombre fue amado POI- más ligera,
aun en lo más o scuro de la entraña, (Inédito)
por más transparente
virgen de las aguas,
Nacidos en 1977 son los poetas
E. Olái z y la ganadora del
Pr-emio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino 2003, Gabnela
Soy un árbol que ilumina
AguilTe Sánchez,
una amarill a ingravidez de mariposas,
1978
Este temblor. esta levedad
me t añe como el Sol
OMAR PIMIENTA
trozos de vi dr io en el baldío,
Estudia en la Un iv~rsi d ad Estatal de San D iego, Además de
¿Abrazo una co lumna de perfume.
a la de El nombre de esto coso de Julián Herbert y al poema
una fuente fugitiva?
"Autogol" de Ricardo Castillo,
escribil~
(TiJuana) es un poeta de cu ltu l-a fronteriza,
instala, Su poesía, de corte narrativo, está muy ce rcana
No me supe pobre
A mitad de los años 80 mi familia estrenó vajilla de filos
hasta que tuve entre las manos
d orados y denso decora do de fiares,
el agua viva que es también su ca ra,
N unca com imos Juntos,
Todo lo hallo lastimoso,
Po r esos mismos años me vestía de camufiaje
la tez pálida del mundo,
desde las botas hasta la boina,
su corazón de rosa incinerada,
Coleccionaba cartitas de baseball como un junkie
y m iraba las caricatura s con fe de ciego,
Roce crista lino,
apenas distinto del silencio,
Mi hermano Marcos. el mayo r. hacía cosas al otro lado
ocho horas diar ias por qui nientos dólares semanales,
(Molinet. 2002 36)
Mi hermana. Teresa, rizaba su pelo y delineaba sus ojos
Nacidos en el m ismo año son los poeta s Elvia Navar ro, Édgar
como Madonna;
Valencia y Claudia Puente ,
nunca compró ninguno de sus discos,
1977
decoradas con tenues imágenes de paisajes y nubes,
Escuchaba El Andariego mientras escribía en su diario de hojas
JAIR
CORTÉS"'
Don Marcos perdió un dedo en una máquina trabajando
(Calpulalpan, Tlax.)
[para
ganó en 1999, el Premio de Poesía
Dolores Castro y el Premio de
US Elevators
Poesía Joven de Tamaulipas, Es autor
de seis poemarios y becario de la
Carlos. mi otro hermano, escondía sus libros bajo el asiento
primera generación de la Fundación
mientras cruzaba a la escuela con pasaporte,
para las Letras Mexicanas, La poesía
de Jair Cortés es cerebral. intelec-
Mi madre leía la revista Hola para comentamos a cada uno lo
tu a . sin descuidar por ello la en;o-
que le pasaba a la familia real o a Julio Iglesias y terminaba
ción, En sus textos se advierte un
diciendo: pobres de los Kennedy estón malditos,
(AA,W. 2004 36)
ritmo que llega a ser vertiginoso.
producto. de acuerdo a la ley de la
En 1978 también encontramos a poetas como Iván Treja. Juan
Pablo Vasconcelos y H ugo G arcía Manríquez,
" Libros: Poemas del jardín y del baldío,
" Libros: Tormental; A la luz de la sangre; A por de piel; Despersario; Nubes despiertas; Contromor,
63
Bibliot eca de M éxico
Lumbr-eras. publicó la antologla El manantial latente. Muestra de
poesia mexicano desde el ahora: 1986-2002. Bravo Varela es un
1979
ÓSCAR DE PABLO
(Crudad de Méxrco) estudió Ciencras Po-
poeta de gran ofrcio y madurez. sin gran emotividad o ideas
deslumbrantes, pero SI con gr-an conciencia de la forma:
litrca5 en la UN."'r1. Es becar'ro de la pnmer-a generacrón de la
Fu ndacron par'a las LeVas Mexrcanas En 2004. con el poemar'io
Los endemoniados. obt uvo el Pr-emro Nacronal de Poesla Jove n
Refractada en el aista l, otra figura.
Elras Nandrno. Óscal' de Pablo r-ecurr'e a la Irter'atura com-
A una fiam a, en el gradiente de su tinta,
pl'ometrda pal-a constr-urr- su unrverso poétrco. Pem en sus tex-
se le aplica una música de fiautas
tos. ademas. se ad,iel-te gr'an interés pOI' la for-ma, par-
y al momento de aleJar'se en tenue vaho,
ticular-mente por' el endecasllabo. Su poesla no sólo se adscnbe
artrcula y desvanece el alquimista
a la temano sOCIal srno que busca, prrmordialmente. la mela n-
abedules, pasadrzos con espeJos.
colra como estado de ánrm o:
" En la sombr-a no hay más luz que en sus inicios".
y al decrr drcha sentenc ra desde el templo
santiago
nada sigue al surtidor srno penumbras
es mar'tes otr'a ve z! otr-a vez llueve
de los pájar-os y gr-ecas a distancia.
(Br-avo Vare la, 2004 15)
es santr ago de chile y es rnvremo
tú camrna s como un árDol srn sombr-a
absor-ta en el silencro/ inexor'able
Otros poetas nacidos en 1979 son Francisco Meza. Gustavo
como una sola nota sostenrda
A latorre, Veró nica Estay, Ana Cinthya Ur-ibe, Úlber Sánchez
es mar-tes otr-a vez! otra vez llueve
Ascencio. Daniel Zetina y Luis O vidio Rlos.
el crelo enorme nada vientre arriba
trrste y azul mucho antes de SI m ismo
BIBLIOGRAFíA
yo sé que donde estés/ en cualquier parte
AAW. 2004, Mós vale sollozar afilando lo navaja. Antologia
será también inviemo y será martes
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ser'ás agua de estrella desde nunca
serás amarga niebla hasta perderte
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del ojo). Este poeta se muestra no sólo como dueño de sus recursos sino como poseedor
de un registro lingüístico elevado,
CULTA.
Molinet. Pablo, 2002, Poemas del Jardín y del baldio. México,
Mi muchacha crece en el más alto grado del fuego, Su des-
Alfo~a,
nudez es la medida de todas las cosas. En la simetría del
hombro la noche confinma su divina arquitectura,
Palma, Alejandro, 2003, Inédito. Puebla, BUAP/ LunArena.
Eléctrica nube del azoro. cielo cargado de silencios precisos.
Pérez Sepúlveda, Ofelia, 1997, Cuartos privados. México, FONCA
Toda la noche llueve,
Nuevo León.
Solís, Álvaro, 2003, También soy un fantasma. Villahermosa,
(Alcaraz. 2002: 17)
Gobierno del Estado de Tabasco,
HERNÁN BRAVO VARELA,"
T éllez, Daniel, 2004, El aire oscuro, México, FETA.
además de su trabajo como traduc-
tor y ensayista, ha publicado tres poemarios, En 1999, con
2004b,"D entro" en: Tierra Adentro 130- 13 1. México.
Oficios de ciego pertenencia, obtuvo el Premio Nacional de
Yépez, Heriberto, 2004, "Muerte crítica de la poesía en
México" en: Alforja XXVIII. México,
Poesía Joven Elías Nandino. En 2002, en coautoría con Ernesto
Libros: Los endemoniados.
Libros: Lo muso enfermo,
" Libros: Oficios de dega pertenenda; Nueve poemas; Úlmlllión,
lJ
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64
BIbIloteca ele Múleo
;i Consejo Nacional pnrnln Culturo y te/te, o.tf0VésiMnIlte^^
)inoniGico en México se complacen en invlfuile o Id e/po'iciofi
. 3 •fiíli!»,^;-/ é,/:vv:í' J ; , - í fe.-iH^&js' «i. M j ' - i * " " .
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imaginación y maestría de tiliritero y cuentacuentos
EspQsición
bibliogfoficíJ'
5 de no«ietnb(e de 2Üüi ul 3Ü de eneio de 2081
México, D f , 2005 • Ploza de lo Cuidodelo 4
Centro Histórico «Metro Boldeíos • 91 72 4 7 1,2
UCONACULTA
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ura y las Artes, a través d *
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Archivos
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La Presarví'•cMn da la Memoria
Audiovisual enta1«
I Digital
'A- C u r s o s talleres
i Del 11 a l l f de n o v i e m b r e de l O O f
Documentación de archivos
de televisión
Branko Bubenlk,TV Archive HRT, Croacia
Catalogación de acervos sonoros
Lourdes Ayluardo, Radio Educación.
México
Sergio Sandoval. Radio Educación, México
educativo
•dtam
de archivos audiovisuales
Tedd Urrws, NRK. Noruega
Documentadón audiovisual para
la producción de informativos
IHans Fríedrík Dhal, Universidad de Oslo,
l-i
Noruega
DIgItalización de acervos sonoros
en una fonoteca naclonai
Stefano Cavaglieri, Fonoteca Nacional
de Suiza
Documentación de documentos
Conservación preventiva de
materiales sonaros y audiovisuales
Dietrich Schüller. Phonogrammarchiv
de Austria
Femando Osorio, Radio Educación, México
Uneamientos para la transferencia
analógico digital de arclúvos
Tutonal impartido por Kevin Bradley,
Archivo Nacional de Imagen y Sonido,
Australia
Duración: curso, 20 horas; tutorial, 6 horas
Costos: curso. SiOCia tutorial, $ 1 0 0 0
IvánTrujiBo Bolio, Director de la Filmoteca
de la UNAM, México
ación y gestión de archivos
ale
Soiange Zúniga, profesora, consultora en
conservación preventiva para bibliotecas,
archivos y museos, Brasil
I
Coni
Inscripciones en nuestra página web:
www.radlaeducaclon,edaiiix
oanlostels.: 15001062 y ISOO1063
Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografla
del Instituto Nacional de Antropología e Historia
lÁCONACULTA
Radio
Educación
Programa Nacional
hÁcÍÁ ÚnVÁIs dVÚctÓrÉs
REVISTADEL4
ra
A l poeta indiviso le toca testificar entre nosotros la doble vocación del hombre.Y levanta ante el espíritu un espejo más sensible a sus posibilidades espirituales. En su mismo siglo evoca una
condición humana más digna del hombre original.Asocia, en fin,
con mayor intrepidez el alma colectiva a la circulación de la
energía espiritual en el mundo... Frente a la energía nuclear,
¿bastará la lámpara de barro del poeta para su intención? - S í , si
del barro se acuerda el hombre.Y, para el poeta, es bastante con
ser la mala conciencia de su tiempo.
Saint-John Perse
Alocución al recibir el P r e m i o N o b e l el 10 de diciembre de 1960.
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