la rosa purpura del cairo

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LA ROSA PURPURA DEL CAIRO
FILMA CANALES
El arte de la representación
es, ante todo, un juego Juego
de ingenio intelectual, de sorpresa, de situaciones inesperadas en este caso. Nos disponemos a participar y gozar en la
dinámica del humor "a lo
Alien" cuando el imaginario
explorador Tom Baxter le guiña el ojo desde la pantalla a
la romántica espectadora Cecilia, adicta del cine en los
años 30. Para deleite de nuestra imaginación el explorador
desciende a la platea y se escapa hacia la vida real con
Cecilia. ¿Qué descuido en su
construcción como personaje
permitió esa mínima dosis de
libertad no autorizada por el
actor-creador?
Aparentemente, lo b á s i i o
del juego-conflicto eslá en el
romance entre la ingenua Cecilia y su caballeroso galán
ideal, pero luego se observan
las posibilidades que presenta
la presencia de éste, como un
cuerpo extraño en la sociedad, produciendo una confrontación con todos sus códigos:
valor del dinero, reglamentos
de cortesía, convenciones del
amor en el "jet set"... ";Es
fascinante que después que
ustedes se besan, no se apague la luz en un fundido!",
comcnla el personaje, que
observa con inicies sus experiencias en la vida real.
Las insólitas preguntas que
hace éste sobre la materni
dad, sobre Dios, y el irreverente comentario que pone en
sus labios Woody Alien al relacionarlo con sus producto
res Trvine & Sacks, llegan a
los límites del absurdo en la
casa de las prostitutas, y del
humor negro en sus limosnas
a los cesantes con billetes de
utilería.
Lo más creativo de este
filme es indudablemente el
guión de tipo pirandelliano,
que se complica admirable524
mente en la expresión cinematográfica. Las salidas y entradas de la pantalla hacia el
color de la realidad; las discusiones entre el público y los
actores desesperados porque
podrían apagar el proyector y
ellos desaparecerían, mientras
el explorador quedaría vagando como fantasma por el mundo; los celos del actor hacia
el personaje creado por él,
son algunas de las extraordinarias sugerencias de lo absurdo en el cine. También lo
es la posibilidad que tiene Cecilia de entrar a la pantalla y
vivir la aventura glamorosa
en su propio elemento: habla
por un teléfono blanco, bebe
Glnger-AIe en vez de champaña y su presencia en la pantalla agudiza la inestabilidad de
los actores y de los productores-inversionistas. ¡Chistes in
tclectualcs con que satiriza
Woody Alien desde la tribuna
de la pantalla!
Mucho se comentará sobre
la evasión en el cine durante la Gran Depresión; sobre la
contradicción entre ideal y
realidad, sobre la fascinación
de lo imaginario y los peligros de los medios AV en las
personas débiles. Nosotros
quisiéramos referirnos, más
bien, a la influencia de las
realizaciones h u m a n a s con
torcidos propósitos y al daño
que producen las desproporciones. Cuando nos sentimos
satisfechos de nuestros proyectos, organizaciones y creaciones, tal vez podríamos re
cordar que "toda planta que
no haya sido plantada por el
Padre Celestial será arrancada de raíz. Perdurará sólo
aquello que se encuentre en
el nivel profundo del ser, lo
bien hecho, lo verdadero, de
formas y medidas perfectas.
Cecilia vivió desproporcionadamente la ilusión de una vida falsa que le ofrecía el cine,
pero una pequeña dosis deesa
ilusión le habría venido bien
para animar con un loque de
poesía la terrible muerte gris
de su matrimonio. Todo es un
asunto de equilibrio. Para su
conmovedor encanto, su necesidad de soñar y a todos los
que, en algún momento de la
vida nos hemos identificado
con ella, la Palabra de Dios
ofrece su misericordia en el
Libro de Sabiduría: "Con todo, no merecen éstos tan grave reprensión, pues tal vez
caminan desorientados buscando a Dios y queriéndole
hallar. Como viven entre sus
obias, se esfuerzan por conocerlas y se dejan seducir por
lo que ven. ¡Tan bellas se presentan a los ojos!".
También hay un problema
de superficie y profundidad.
El hombre y la mujer de hoy
se hallan continuamente estimulados para reaccionar hacia lo exterior, el oropel de la
apariencia. Esto es utilizado
como un poder por los que
manejan los medios AV y es
el nivel superficial en que
transcurren nuestras relaciones con los demás. Si incursionáramos hacia el micromundo del espíritu —tan rea]
como es el físico de los átomos— descubriríamos que enn amos en el terreno donde
germina la expresión artística
y se da la única posibilidad de
entendernos unos con otros.
Teilhard de Chardin decía que
la comunicación en la persona es radial, no tangencial: es
de centro a centro. Cecilia y
el actor real, Gil, tuvieron ese
momento al compartir una
canción en alegría. Ella lo reconoció por intuición, pero él
lo perdió. Luego ambos quedaron en la superficie de la
imagen como ilusión masiva.
M\ emisor sigue creando falsos mensajes y el receptor el
engaño. D
MENSAIE. N? 341, DICIEMBRE
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