10 de mayo - día de la afrovenezolanidad

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
GOBERNACIÓN DEL ESTADO SUCRE
DIRECCIÓN DE CULTURA DEL ESTADO SUCRE
DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIÓN Y PLANIFICACIÓN
Lcdo. Manuel Santana Jiménez
C.I. 8.433.933
Promotor Cultural
10 de mayo 2014
1
ÍNDICE
PROLOGO
NTRODUCCIÓN
TRATA DE NEGROS...........................................................................
7
El Genocidio Africano ....................................................................
7
Aculturación y surgimiento de las nuevas culturas africanas.........
8
La esclavitud como institución capitalista ......................................
8
El largo viaje de los buques de ébano ...........................................
9
La Costa Africana ..........................................................................
10
El Infierno en la Tierra ...................................................................
11
INTRODUCCIÓN DE ESCLAVOS EN VENEZUELA
Doscientos Años de Olvido............................................................
12
Ocupación de los primeros africanos que llegaron a Venezuela en
El siglo XVI ....................................................................................
16
Evolución de la Compra-Venta en Venezuela ...............................
18
Actividad Económica del Sistema Esclavista.................................
19
EL CAMINO DE LA ESCLAVITUD ......................................................
21
LA ACCIÓN IDEOLÓGICA DE LA IGLESIA ........................................
22
UNA VISIÓN DEL CIMARRONAJE HISTÓRICO Y CULTURAL DE LOS
AFRICANOS Y SUS DESCENDIENTES .............................................
24
DE LA REBELIÓN DE CARACAS A LA REBELIÓN DE COCOFIO,
CARIDAD GONZÁLEZ Y JOSÉ LEONARDO CHIRINO ......................
28
AFROVENEZOLANIDAD. LA BÚSQUEDA DE LA LIBERTAD EN UNA
SOCIEDAD DE EXCLUIDOS (JOSÉ MARCIAL RAMOS GUEDEZ ....
31
EL CIMARRONAJE DE LA MUJER NEGRA .......................................
32
Lista de Mujeres Cimarronas en los Valles de Barlovento ............
34
LOS GRANDES CACAOS ...................................................................
36
ASPECTOS RELIGIOSOS DE NUESTROS AFRICANOS
2
La Represión inquisitorial de los curanderos .................................
40
La Represión de los Curanderos por el Protomedicato .................
42
Tambores, danzas y ceremonias bajo el mandato del Vaudou .....
42
Sus fiestas .....................................................................................
46
TIEMPOS DE INDEPENDENCIA
El Contexto Político Militar en Venezuela 1810-1823 ....................
47
Participación de negros, mulatos y zambos en la independencia de
Venezuela......................................................................................
48
ASPECTOS CULTURALES DE LA AFROVENEZOLANIDAD
Las manifestaciones culturales afrovenezolanos como aporte y
expresión de la identidad nacional. ...............................................
54
Otros Aspectos Tradicionales ........................................................
57
San Juan y la identidad nacional ...................................................
58
Fe e identidad ................................................................................
59
ENFOQUE ACTUAL ............................................................................
61
LOS NEGROS AFRICANOS RESIDENTES EN CORO ......................
64
MUJERES AFRODESCENDIENTES EN LA LUCHA POR LA TIERRA
68
EN LO EDUCATIVO ............................................................................
71
AUTORECONOCIMIENTO AFRODESCENDIENTES EN VENEZUELA 74
ENDORRACISMO O EL AUTORECONOCIMIENTO ..........................
74
PUEBLOS AFRODESCENDIENTES...................................................
75
LEGADO CULTURAL AFROVENEZOLANO .......................................
76
VOCABLOS DE ORIGEN AFRICANO .................................................
76
AUTORRECONOCIMIENTO SUCRENSE .........................................
77
INTENCIÓN EDUCATIVA ....................................................................
79
AFROVENEZONALIDAD Y SU RANGO CONSTITUCIONAL .............
79
CONCLUSIÓN .....................................................................................
82
BIBLIOGRAFIA ....................................................................................
84
ANEXOS
3
PROLOGO
Nací un 25 de junio de 1962 en la ciudad de Cumaná – Estado Sucre,
desde los 18 años me he desempeñado como un luchador incansable por las
reivindicaciones de los habitantes de las comunidades organizadas de
Cumaná, y por todo aquello que signifique bienestar social y cultural.
A pesar de los años transcurridos, los lazos que me unen a la
afrovenezonalidad me han fortalecido a través del trabajo comunitario y la
investigación cultural, que desde hace años vengo realizando en beneficio de
las comunidades; y son precisamente las necesidades sentidas y la riqueza
histórica, cultural, popular afrovenezolana, lo que me ha llevado a realizar
esta investigación, en honor a justamente, a hombres como José Leonardo
Chirinos y muchos otros.
Es inmensa la riqueza natural y cultural de las comunidades
afrodescendientes, es inmenso el reservorio que poseen estas comunidades,
se ha debido aprovechar esta riqueza cultural para el fortalecimiento de
nuestra Identidad Nacional, no debemos dejar que se destruya lentamente,
porque ponemos en peligro la cultura, la historia de Venezuela, herencia de
las generaciones futuras.
Lcdo. Manuel Santana Jiménez
Promotor Cultural de la dirección de cultura del estado Sucre
Departamento de investigación
4
INTRODUCCIÓN
La historia de Venezuela es la historia de Caracas y sus alrededores,
en la cual, una totalidad que más que nacional, es por, para y desde
Caracas, donde se le resta importancia a los pueblos del interior y su
especificidad. Se ha hecho costumbre juzgar y pensar a Venezuela a través
de Caracas.
No obstante, poco ha aportado esta historia de Caracas al conocimiento
regional, produciendo una corriente de historiadores en ciudades y capitales
de los estados o regiones, que reafirman la visión centralista de la historia,
desde las particularidades municipales o locales, se les considera fuera del
contexto histórico regional o del estado.
En esta historia ha tenido un espacio el caballo y la espada de
determinados próceres; pero, no los indios, negros y campesinos, quienes si
han vertido "sangre, sudor y lágrimas", en su condición de autor y autora de
las condiciones que produce esa historia, que los menosprecia y subordina.
En pocas ocasiones han podido traspasar los umbrales de este ámbito
mitificado y limbo exclusivo de "predestinados a hacer historia del país" para
disfrute y arraigo de la Identidad Nacional.
Los descendientes de indios y negros para reafirmar y conservar su
identidad cultural local, utilizan la tradición oral como única fuente para
transmitir su historia, ésta se apoya en la palabra, esa voz que nace y está
encerrada en lo profundo del ser del cronista oral, la cual, según la tradición
entre los antiguos griegos y civilizaciones africanas y americanas, no pueden
alterar, porque esta violación a la palabra sagrada es una herida mortal a la
razón de ser de la comunidad.
5
En este sentido, producto de esta selección y adaptación de estas
experiencias legadas de variadas culturas, surge nuestra tradición oral, la
cual es menospreciada por nuestros historiadores tradicionales, negándose
su importancia y contribución a la historia regional.
A hora bien, a partir de la entusiasta aprobación de la Constitución de
1999, junto a la alegría de un nuevo proyecto político, social y cultural, de
indiscutible defensa y respeto por los derechos de nuestros pueblos, queda
la duda del reconocimiento constitucional expresado en las especificidades
socioculturales de los pueblos de descendencia africana en la conformación
de un país multiétnico y pluricultural.
Este reconocimiento y auto reconocimiento por parte de la población
venezolana, garantizaría una vía hacia la eliminación del racismo y otras
formas de exclusión social, a la vez que la plena incorporación de los
pueblos afrodescendientes y de su diversidad sociocultural en los distintos
ámbitos de nuestra vida social.
Para ello, he creído necesario alejarnos de una visión " folclorista",
sobre los aportes culturales de la presencia africana en nuestro país,
continuamente presentada únicamente como herencia musical y danzaría.
Sin duda alguna, parte importante de nuestra riqueza sonora y capacidades
de expresión a través del cuerpo, se la debemos a los ancestros africanos,
pero éstas creaciones no son de ninguna manera ni simples, ni ingenuas, ni
azarosas, como tampoco son los únicos aportes de los pueblos
afrodescendientes a la diversidad sociocultural del país. Junto a la música y
la danza de estos pueblos hay una cosmovisión o visión integradora que da
sentido y pertenencia a nuestra existencia humana en este territorio.
6
Los pueblos afrodescendientes en Venezuela hemos invitado a escribir
los artículos desde una mirada endógena, desde el tejido de la diaria, como
quien desea contar su familia, su calle, su plaza y su tierra. Presentamos
narrativas de la vida cotidiana, del día a día, de la forma como se gana el pan
del hogar, las maneras de celebrar el nacimiento de los hijos, el matrimonio
del vecino, la buena cosecha, la cultura en el barrio, la llegada del niño Jesús
o la salida de San Juan de la iglesia con el grito de las comparsas y el salzo
en la cabeza.
Es así, que hablamos de los saberes para cultivar la tierra, cocinar e
ingerir los alimentos, identificar y domesticar las plantas medicinales, curar
enfermedades, junto a oraciones y terapias.
El trabajo de investigación que aún nos queda por delante, es la tarea
de
conocer
con
profundidad
y
hacer
visibles
las
características
socioculturales de los pueblos afrodescendientes, camino necesario para el
reconocimiento y auto-reconocimiento de estas culturas en el país.
Deseo agradecer a quienes escribieron sobre la Afrovenezonalidad que
sirvieron de inspiración para esta investigación, la mayoría, mujeres y
hombres luchadores que hacen vida en las distintas organizaciones y
movimientos sociales de Venezuela, entregadas al estudio, fortalecimiento y
luchas por la dignificación del ser afrodescendientes.
Lcdo. Manuel Santana Jiménez
Cumaná – Edo. Sucre
7
TRATA DE NEGROS
La máquina infernal de la Trata de
negros
estaba
compañías
impulsada
mercantiles
por
que
ostentaban un auténtico monopolio.
El
temible
drama
humano
comenzaba en el cinturón de hierro
de las costas africanas, en las que
salpicadas de factorías y fortines
defensivos, se concentraban los negros capturados, casi siempre de modo
violento, en barrancones inhóspitos.
Aquí se sometían a un riguroso examen anatómico, se regateaba en el
precio y concluía la operación mercantil con el inhumano marcaje con el
hierro rojo vivo. Las penalidades no terminaban con la salida de la tierra
nativa, sino que se multiplicaban en una travesía de unos ocho meses,
hacinados en la sentina de los barcos, en donde se desencadenaban, dada
las condiciones antihigiénicas y las más mortíferas epidemias.
Las rebeliones a que daban lugar estos horrorosos traslados no hacían
otra cosa que avivar la dureza de los negros, que testimoniaban su falta de
escrúpulos con la ejecución de castigos ejemplares.
El Genocidio Africano.
Para África, las consecuencias de la Trata de negros fueron
desastrosas, en primer lugar, supuso una terrible sangría humana de unos
cien millones de personas aproximadamente. No obstante, siendo grave este
gigantesco trasiego de población negra, el trauma ideológico que acarreaba
8
fue mucho peor. En efecto, toda esta mecánica de la Trata lanzo a los
propios negros al abismo insolable de un enfrentamiento fratricida y de una
violencia tribal, azuzada por el intercambio de esclavos por fusiles.
Aculturación y surgimiento de las nuevas culturas africanas
El nuevo mundo soportaría también un dramático proceso de
aculturización, según el cual viejas civilizaciones desaparecerían por
completo ante los golpes inmisericordia de una Europa devastadora. La
pérdida alarmante de poblaciones indígenas echaron por tierra los objetivos
de la política colonizadora. La solución, auspiciada incluso doctrinalmente,
fue el comercio de esclavos negros, gracias a los cuales América contó con
una excelente mano de obra, es decir, tuvo a su disposición uno de los
factores de producción (el trabajo esclavista) para el desarrollo económico
del continente americano, sobre todo, de las áreas brasileña, antillana y parte
del sur de los Estados Unidos.
La esclavitud como institución capitalista
La
esclavitud
considerada
por
la
mayoría
de
los
escritores
hispanoamericanos como expresión de un renacimiento feudal, hoy es objeto
de una interpretación distinta al juzgarse como institución capitalista. Los
esclavos fueron utilizados en la América para las faenas domésticas y para
producir mercaderías comerciales, esencialmente como braceros de las
empresas coloniales: minas, ingenios, plantaciones de cacao, algodón y
cañas de azúcar. La dotación de esclavos en esas empresas económicas
estaba regida por el sistema capitalista.
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El tráfico de negros se organiza en sociedades por acciones o
empresas individuales, que reciben dividendos y se hacen competencia
internacional. Tienen agentes negreros en África, encargados de comprarlos,
importarlos, importador o centrista como lo llaman en las colonias españolas
que lo recibe y los vende. La técnica capitalista es tal, que crean primero las
condiciones del mercado y tipo de actividad a la cual se dedicará el esclavo y
suministran incluso los instrumentos y señalan los cultivos necesarios.
Además, constituyen una potencia marítima y militar.
El largo viaje de los buques de ébano
Una Primera Empresa Transnacional: A partir
del siglo XV se va gestionando, en la vasta
geografía del océano atlántico, la primera
expresión de lo que los economistas del siglo XX
denominarían “Empresa Transnacional”. Aquel
jugoso negocio, consolidado entre mercaderes de Europa, áfrica y América,
recibió el nombre de “Comercio Triangular”.
Este siniestro comercio de hombres y mujeres duraría 4 siglos, durante
los cuales se tráfico con la vida de al menos quince millones de seres
humanos, arrancados de sus raíces y privados de su libertad para
convertirlos en cimientos de un sistema económico de producción que sin
ellos hubiera sido imposible “El Régimen Esclavista”.
Francia dominó la franja territorial que iba desde Mauritania a Sierra
Leona. La costa de oro, el centro más importante durante los dos primeros
siglos y medio fue disputada por los ingleses holandeses y los daneses.
10
La Costa Africana
La llamada costas de esclavos, principal
centro conformado por
Gana, Logo y
Dahomey, correspondió a los portugueses.
El tercer gran centro que ocupó la parte
más pobladas de África, entre la costa de
Nigeria y Camerún, fue explotado por
ingleses y franceses. El último gran centro
de la segunda mitad del siglo XVIII, disputado sucesivamente por ingleses,
portugueses y holandeses, fue la costa comprendida entre Luango y Angola.
Y allí procedía la mayor parte de los esclavos que arribaban a Venezuela.
Desnudos y expuestos como objetos en ventas pasan la primera
revisión por parte de los compradores europeos, examinarán su boca, sus
ojos, medirán su estatura y la longitud de sus extremidades; les harán saltar,
correr “El Buque de Ébano”, debe someterse a los rigurosos controles de
calidad, cualquier falta, un diente que falte, una ulceración, algo que delate
probabilidades de menor rendimiento, se tomará en cuenta para obtener un
descuento del vendedor local. En caso de enfermedades graves o
contagiosas las piezas serán desechadas.
Una vez hecha la selección suben al navío, los hombres más fuertes
son encadenados de dos en dos por los tobillos en la parte delantera, los
niños y las mujeres van amontonados atrás. El recorrido por la costa de
África dura de 3 a 6 meses, el negrero va de rada en rada reclutando
esclavos.
Los socios de negros en la tierra firme aprovechaban el momento para
anunciar la llegada de los nuevos esclavos, cumplido el lapso, una salva de
11
cañón daba por concluida la cuarentena y anunciaba la próxima exposición
ante el público de la mercadería, entonces comenzaba la feria.
De nuevo los africanos serían sometidos a la revisión minuciosa de su
cuerpo, en una tarima que solía instalarse en el puerto. Era un ritual
imprescindible para la venta de las “Piezas de indias”. Este nombre
designaba la medida ideal de siete cuartas, o palmas de altura. Si el
“palmeo” de un individuo no daba la medida exacta se completaba la
dimensión de la mercancía con los “mulequines”, que eran los niños
menores de siete años, o los muleques de 7 a 12 años, o los mulequines
entre los 12 o 16 años.
La edad, la salud, el aspecto, la fuerza física, las fluctuaciones del
mercado y las habilidades para el regateo, tasaban el precio y el destino de
los recién llegados. Un breve lapso de una semana había sido convenido por
los amos para alimentar y reponer a sus nuevos esclavos del agotamiento
producido por el viaje; durante los primeros siete días éstos sólo
descansaban y comían.
El Infierno en la Tierra
Los esclavos encadenados por el cuello a un largo
palo de madera siguen al mercader africano o árabe,
que los ha obtenido ya sea por medio de raízas
organizadas para la captura, ya sea porque son
prisioneros de guerra. En épocas de hambruna
pueden ser familias que se ofrecen enteras a cambio de alimentos y
vestidos.
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Ya el viaje trasatlántico había sido un suplicio que reduciría la población
de esclavos, unos habían fallecidos por las pestes o por las mismas
condiciones infrahumanas de la travesía, otros se revelaban a bordo
pagando con su vida. De allí en adelante era menester conservar al esclavo.
Conservarlo, como bien de producción que era, justificada por cualquier
acción que impidiera su pérdida. Contra cualquier demanda de piedad en el
trato a estos seres humanos, el utilitarismo económico se imponía como
suficiente disculpa a la crueldad del régimen esclavista.
La vestimenta del esclavo no era menos humillante: consistía en
calzones hasta la rodilla para los hombres y para las mujeres una simple
bata, en ambos casos hechos de coleto o yute que pronto se desgarraba
convirtiendo el vestido en harapos. La alimentación del esclavo provenía de
las “haciendillas” o “carboledillas” que eran pequeños conucos destinados al
auto sustento de sus cultivadores, los propios esclavos.
INTRODUCCIÓN DE ESCLAVOS EN VENEZUELA
Doscientos Años de Olvido
De
acuerdo
a
las
investigaciones
realizadas por Miguel Acosta Saignes, la
primera licencia para transportar a tierra
400 esclavos fue en el año 1525, y fue
otorgada por la Corona Española. En el
año 1527 hay conocimientos sobre
licencias en Cubagua, otorgadas a
Diego Caballero y Alonzo Pedro de Ortiz.
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En el año 1528, se le concede a los Welser la gobernación de
Venezuela, otorgándoles el permiso para introducir al territorio 4000 esclavos
sin el pago correspondiente de derechos. Al año siguiente se autorizó la
entrada de 200 esclavos, exonerada de impuestos. Posteriormente, en el año
1536 se le otorga una licencia para traer 100 negros a la nueva Andalucía,
de los cuales sólo llegaron 80 y fueron trasladados a las minas de Buria.
Estos esclavos se sublevaron años después instados por el negro Miguel.
Hacia la segunda mitad del siglo XVI fue incontable el número de
negros traídos a Venezuela a través del puerto de Borburata. Este tráfico fue
legal, pero también se hizo por medio del contrabando. Los requerimientos
de mano de obra tuvieron que ver con las aspiraciones de los traficantes de
negros por explotar minas en nuestro territorio. El precio de un esclavo en
tierras venezolanas a mediados del siglo XVI era de unos 110 pesos, precio
este fijado por la colonia. En el Puerto de la Guaira había barracas de
“engorde”, donde se pagaba por la “restauración” de los esclavos recién
llegados.
Asimismo, señala Miguel Acosta Saignes en su obra “vida de los
esclavos negros en Venezuela”, que para principios del siglo XVII la
demanda de esclavos fue en aumento, así pues, se incrementó la entrada
de negros. Entre las regiones que recibieron esta mano de obra están: los
Valles Centrales, Coro, Maracaibo y Costas Orientales. El número de piezas
era de unos 500 anual; por el Puerto de la Guaira llegaron 1621 esclavos
originarios de Angola, de 1615 a 1623 arribaron a las costas de Coro y 4825
negros con destino a Coro y Maracaibo.
Con el correr de los años, las importaciones para la venta de negros
alcanzaron el número de 3300. Así como aumentaba la cantidad de “piezas”,
al mismo tiempo continúa el otorgamiento de licencias individuales a los
14
asentistas. Existía también el monopolio de algunas compañías de índole
internacional que buscaban ante todo controlar el tráfico de esclavos. En
nuestro país la demanda de mano de obra esclava estaba en estrecha
relación con el desarrollo agrícola. La introducción de negros continuaba
haciéndose tanto por la vía legal (licencia), como a través de los
contrabandistas. Para 1713 tanto ingleses como franceses continuaban
participando en la venta de esclavos.
Surgen en el siglo XVIII las operaciones de composición de negros a
causa del tráfico clandestino de esclavos promovidos desde las Antillas y
llevando a cabo por los contrabandistas portugueses y franceses. Estos,
luego de introducir las “piezas”, las vendían a personas ligadas a la
burguesía colonial.
Para el asiento inglés, Curaçao se convirtió en una de las más
importantes bases para el comercio de negros, esto debido a su posición
geográfica y a la experiencia de sus negociaciones. Se llegó a conocer una
disposición según la cual se prohibía la entrada a los negros procedentes de
Curaçao a la región de Coro. La compañía de Inglaterra obtuvo este asiento
negrero a principios del siglo XVIII. Se comprometía dicha compañía a
introducir en América 14.4000 esclavos durante 30 años.
La participación de las importaciones del asiento inglés termina en 1750
y desde ese momento se acentúa la intervención de la compañía
Guipuzcoana en el negocio de esclavos en Venezuela.
A mediados del siglo XVIII aumento la entrada ilegal de negros, los
cuales fueron desembarcados en las costas de Coro y Maracaibo. El estado
español concedió licencia para introducir negros esclavos de las Antillas, por
medio de la compañía Guipuzcoana o directamente a los contrabandistas,
15
como efecto se produce el rápido crecimiento de las islas del Caribe. La
compañía Guipuzcoana introdujo la cantidad de 1794 “piezas” hasta el año
1730, aumentando así el tráfico clandestino.
Al llegar la compañía Guipuzcoana (1731), se produce un conflicto entre
ésta y el asiento de Inglaterra. Como consecuencia, no se le permitió
introducir esclavos por el puerto y la costa de Coro. Por esa misma fecha
llegó a Coro proveniente de Curaçao, un buen número de fugitivos, éstos se
establecieron en los sitios donde se necesitaba su mano de obra.
La población negra en nuestro país fue atacada por una epidemia de
viruela y ese momento fue aprovechado por la compañía Guipuzcoana para
aumentar sus solicitudes de importar esclavos. Esta petición de un mayor
número de negros fue aprobada por el Consejo de Indias. De estas
negociaciones la compañía obtuvo beneficios rápidamente. A finales del siglo
XVIII la libertad de introducir negros esclavos no suprimirá el tráfico ilegal ni
la política de asientos regionales, por esta razón aumenta el número de
negros de ilícita entrada en este periodo.
Como ya se dijo, el comercio de esclavos en nuestro país se inicia en el
siglo XVI. Por ser escasa la moneda, se buscaba la manera de hacer posible
la adquisición de negros. Estos llegaron a ser vendidos a crédito y se le daba
al comprador un tiempo prudencial para su pago. También, se inicia el
trueque como un intercambio entre productores y traficantes esclavos.
La real compañía de Guinea será la que obtenga el asiento de negros a
finales del siglo XVII. Desde la isla de Curazao esta compañía enviaba
embarcaciones llena de esclavos hasta las costas corianas. Estas
embarcaciones regresaban a la isla llenas de palo de Brasil, de allí pasaban
a España y a otros puertos. Accionistas de la compañía de Guinea fueron
16
Felipe V, rey de España y Luis XVI, rey de Francia; cada uno recibía la
cuarta parte de los beneficios. Esta compañía recibió el privilegio de
introducir 42000 esclavos en diez años.
El comercio de esclavos se produjo por vía legal y también por el
contrabando. Mientras esto ocurre, se produce la llegada de los primeros
negros fugitivos, este hecho se acrecentó en los años siguientes. Los negros
fugitivos llegaban a las costas corianas en busca de libertad.
La libertad a los negros provenientes de Curaçao fue declarada por la
Real Audiencia de Santo Domingo a principios del siglo XVIII. Dentro de este
grupo de negros arribaron los llamados “Loangos” o “Minas”.
Ocupación de los primeros africanos que llegaron a Venezuela en
el Siglo XVI
La mano de obra africana sustituyó la mano
de obra indígena, ya diezmada por guerras,
plagas y maltratos. Los sobrevivientes,
reducidos a siervos en las encomiendas, a
la
servidumbre
doméstica
en
casas
particulares o a marginales ambulantes en
las nacientes urbes, ya no eran útiles para
el duro trabajo de la plantación. Una vez comprados los africanos vendrían a
servir según sus cualidades y según las necesidades de cada época, en la
explotación de las minas, en las haciendas de cañas, de café, de tabaco, de
añil o de cacao.
No todos y no siempre fueron utilizados los esclavos exclusivamente en
la agricultura. Las mujeres y niños de África se destinaron preferiblemente al
17
servicio doméstico. Los primeros africanos que llegaron a Venezuela en el
siglo XVI, se ocuparon principalmente de la extracción minera y en la pesca
de perlas. Para este siglo, muchos fueron parte de “grupos de defensa” de
los colonos. También sirvieron de mano de obra en la apertura de vías de
penetración, para ello se tuvieron siempre los más duros oficios, incluido el
de verdugo.
Fray Bartolomé de las casas dio testimonio de los maltratos sufridos por
los esclavos indígenas y africanos introducidos en Cubagua en el siglo XVI
para la pesca de perlas, “Muchas veces zambullirse” a la mar a su pesquería
o ejercicio de las perlas y nunca tornan salir, porque los tiburones y marrajos,
que son las especies de bestias marinas crudelísimas que se tragan aún
hombre entero, los comen y matan”
Pronto fueron reemplazados los indígenas por los africanos, y ya en
1591 se editaron disposiciones para evitar la huida de los negros rebeldes,
ordenando el rey que por cada doce (12) esclavos debía haber un español
armado.
En 1528 se prohíbe la Trata de mujeres africanas para el comercio
sexual y la explotación pública de su cuerpo en “condiciones vergonzosas”.
Se establece también, que todo aquel que posean más de cuatro esclavos
estará obligado a tener cepo y cadenas para reprimir sus faltas.
En 1540, interviene nuevamente el rey para prohibir la castración de
fugitivos, aunque el 4 de agosto de 1574, en vista de las acciones de los
cimarrones alzados, se autoriza la horca para aquellos que duren más de
seis meses en rebelión.
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Las ordenanzas de 1784 prohibían el carimbeo, pero más que un
humanitarismo lo que moverá a los amos será el temor de provocar mayores
rebeliones, en medio del fracaso de las políticas fiscales, aunado al
contrabando y a la debacle económica.
Evolución de la Compra-Venta en Venezuela
Las reales cédulas de la corona siempre acudieron prestas a auxiliar a
los colonos. En 1526 se dispone la esclavitud de los hijos de los negros, aun
cuando se haya acogido a la institucionalidad del matrimonio, otras cédulas
de 1527 y 1541 ordenan que los negros que sólo se puedan casar con
negras.
En 1551 se prohíbe el matrimonio entre indios y negros. En 1570 el rey
ordena que los esclavos deben llegar casados y con sus mujeres legítimas.
Otro punto importante para el amo era la discusión entre negros
“bozales” y negros “ladinos”. Los últimos no venían directamente de África,
ya hablaban otro idioma y conocían ciertos mecanismos del sistema, lo que
los hacía muy peligrosos. Muchos de ellos ya habían participado en
alzamientos, por lo que se les debía aislar de los otros esclavos y
mantenerlos bajo constante vigilancia.
Aunque para el siglo XVIII en Venezuela se mantiene casi intacto el
ordenamiento jurídico, los esclavos han pasado progresivamente de la
condición de esclavitud a la de servidumbre. Los ritmos de la oferta y de la
demanda van marcando este paso, lo que no significa que haya cambiado su
estatus mercantil como objeto de uso y de cambio. Ya no son los colonos
españoles sino la burguesía criolla quien regenta el negocio y propicia la
reproducción de los negros para satisfacción de mano de obra del mercado
19
interno. En el marco de este mercado se dan las más curiosas formas de
compra-venta: se venden niños y embarazadas, se rematan familias enteras,
se hacen transferencias y hasta trueques o pagos en especie.
En este contexto, se pone especial cuidado en exponer las “Tachas
públicas y ocultas” de los esclavos en venta. La falta de un brazo, el hábito
de comer barro, haber sido cimarrón, padecer de alguna enfermedad,
pueden constituir una tacha que debe ser soportada a la hora de la venta y
muchas veces constituyen un motivo para rebajar el precio de la mercancía.
Cualquier fraude al respecto servirá de argumento al comprador para
demandar al vendedor.
En este orden, el valor de un esclavo depende de variables cómo la
edad, el rango de mayor valor estaba comprendido entre 20 y 34 años, a los
de 40 años suele considerarse viejos. La abundancia o escasez de mano de
obra esclava también influía en el precio de ventas. Los esclavos eran
consustanciales a la unidad de producción a la cual estaban adscritos, de tal
modo, que no se concebía la venta o enajenación de una hacienda sin su
respectiva mano de obra esclava.
Actividad Económica del Sistema Esclavista
Mujeres, hombres, niños y niñas secuestradas de las civilizaciones
africanas y trasladadas involuntariamente a Venezuela y el resto del
continente, fueron sometidos (as) a la esclavitud. El sistema esclavista se
caracterizaba porque la persona pasaba a ser un objeto más del esclavista.
A los y las africanas les eliminaron sus nombres originales y les colocaron un
nombre católico. Les intentaron eliminar sus religiones, culturas y tradiciones.
Los europeos sabían que esos hombres y mujeres tenían un conocimiento
de la agricultura, el trabajo en las minas de oro y por eso muchos de ellos
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procedían de esas civilizaciones donde habían aprendido técnicas y
aplicación de conocimientos en diferentes áreas productivas.
La mayor actividad económica estuvo centrada alrededor de cultivo,
tratamiento, producción y comercialización del cacao, utilizando como medio
fundamental de producción la mano de obra esclava, en los Valles de
Barlovento.
El trabajo de esclavo en las haciendas y plantaciones son diferentes,
pero no se trata de justificar por eso que el sistema esclavista español era
más benevolente que el anglosajón o francófono, pues en los tres, el esclavo
africano y sus descendientes no eran considerados hombres, sino
“herramientas” de trabajo para las distintas actividades a emprender para los
regímenes coloniales en América. Si en la plantación no se dio la de
arboledilla o conucos para que los esclavos la trabajaran en sus tiempos
libres, en las haciendas, hasta cierto punto constituyó, en realidad, una
nueva forma de explotación de la fuerza de trabajo del esclavo. De los
conucos, el esclavo tenía que sacar para alimentarse y vestirse, pues el amo
no cumplía con estos requisitos establecidos por la legislación española.
Continuaremos utilizando la categoría de “HACIENDA” a lo largo de
nuestro trabajo en concordancia con la calificación que hicieron los
administradores españoles de los siglos XVIII y XIX.
La fuerza básica fundamental del trabajo de la hacienda cacaotera
estaba constituida por los negros esclavos, los cuales fueron introducidos a
la provincia de Venezuela a través de los llamados “ASIENTO DE NEGROS”,
especie de convenio comercial con carácter monopólico que firmaban la
corona española con las llamadas compañías negreras, que se encargaban
de ir a capturar hombres, mujeres y niños del continente africano al sur del
21
Sáhara. Estos asientos negreros fueron cedidos a los portugueses, franceses
e ingleses, en diferentes épocas con carácter monopólico. Los holandeses,
jugaron un papel importante en el suministro de esclavos a la provincia de
Venezuela por vía de comercio ilícito, es decir, por contrato.
Para sustentar este horrible comercio, los asentistas y hacendados
recurrieron a cierta teoría biológica para negar la condición humana de los
pueblos negros africanos “secuestrados” en América. A finales del siglo XVIII
un médico holandés llamado P. Camper daba los siguientes argumentos.
“Utilizando el ángulo facial-medida de la cual era el inventor-para
sus estudios de esqueletos humanos y de monos. Camper llegó a la
conclusión de que el ángulo facial de los africanos se aproximaba más
al de los monos que al de los europeos”
Posteriormente, sus seguidores desarrollaron la tesis de que “los
europeos, en general eran superiores a los africanos, no sólo físicamente si
no también intelectualmente”. De estos argumentos se van a desprender una
serie de estigmas racistas que aún están presentes en nuestra sociedad
venezolana. Estos preceptos conceptuales de la condición del hombre
africano privarían en la mentalidad de los hacendados de los Valles de
Barlovento.
La introducción de la fuerza laboral esclava se hacía desde los últimos
años del siglo XVII para las incipientes haciendas y cultivos en Capaya,
Caucagua y Araguita.
EL CAMINO DE LA ESCLAVITUD
Quizás la vía que utilizaron con mayor frecuencia para introducir
esclavos en Barlovento, una vez arribaron legalmente al Puerto de la Guaira,
22
fue a través del mar, aunque ésta tenía sus limitaciones debido al acecho de
los piratas, pero era la más rápida.
“El viaje es peligroso, entre Cabo Codera e Higuerote, hay vulgar
ladronera de corsarios ingleses y holandeses y apresan muchas
embarcaciones… El viaje por tierra costaría mucho más formar los
caminos de Caracas a Guarenas, del río Tacarigua al río Araira, caminos
de cerro, hasta el río Chuspita, playa de Mosquitos y zancudo, valles de
Capeya y Caucagua, calenturas mortales, del río Capuya es grande y
enfadoso, si sale al mar cerca de Cabo Codera e Higuerote, 6 leguas de
playa hasta el río Tuy, caudaloso, otras tantas hasta la laguna de
Tacarigua, otros tantos hasta Uchire”
Este documento del 12 de agosto de 1707, nos deja ver que la vía más
rápida y accesible para introducir a los esclavos en Barlovento, era la
marítima. En esta descripción que hacen los curas sobre la ruta de la Guaira
a Cumaná.
La mayoría de los pueblos barloventeños se quedaron geográficamente
de acuerdo a lo establecido por las leyes de indias, la cual rezaba: “que las
tierras, que hubiera de poblar, tengan buena entrada y salida por mar y
tierra… para que se pueda entrar y salir fácilmente, comerciar, gobernar,
socorrer y defender.
LA ACCIÓN IDEOLÓGICA DE LA IGLESIA
Barlovento fue recibiendo en su vientre gran
cantidad
de
esclavos
de
producción
africana y de las Antillas. El esclavo para el
trabajo en las haciendas tenía que pasar
por un proceso de adaptación mental, tenía
que despojarse de su condición de ser
humano. Luego pasar por una fase de adiestramiento para el trabajo.
23
Para ello, la acción ideológica de la iglesia oficial, fue estratégica para
“despersonalizar” al africano y sus descendientes con la intención que
aceptaran con resignación y sumisión su papel en el cuadro económico
productivo. Por esta tarea la iglesia cobra su “Peaje ideológico”.
Es bueno mencionar, que el Obispo Mariano Martí en una visita a
Manporal en el año 1748 hizo un reclamo a los hacendados de cacao para
que le pagaran una suma de pesos para el adoctrinamiento de los esclavos
en la religión cristiana, exigiéndoles que obligarán a los esclavos a asistir a
misa”. Cruz, látigo y cacao, la Santa Trinidad cayendo con todo su peso
sobre una cosa llamada “Negro”.
El medio de producción por excelencia, el esclavo, vendría entonces a
poblar en un noventa por ciento la totalidad de pueblos y haciendas de
Barlovento. En algunas ocasiones, los hacendados de Barlovento no
pasaban la información total del número de esclavos que tenían en su poder,
para no pagar el derecho de “doctrina” a la iglesia. En estos casos, los curas
precedían a sacar los cómputos de los esclavos por el número de matas de
cacao registrado por el hacendado, partiendo de que a cada esclavo se le
asignaban mil matas.
Razón por la cual la iglesia tenía que estar vigilante de las alteraciones
o modificaciones que en los censos podían hacer los hacendados con
respecto al número de esclavos, pues, de acuerdo a éstos, aumentaba o
disminuía el cobro por su trabajo de adoctrinamiento. La aplicación cotidiana
de la doctrina cristiana hacia los esclavos no era materia fácil y que, por lo
tanto, tenían que exigir sus cobros de “PRORRATEO”
24
Documento del cura de la iglesia Curiepe en el año de 1781
“A instancias del bachiller Don Vicente Seijas, cura que fue
del mismo valle de Curiepe, se hizo el año pasado de 1767,
padrón de la hacienda de cacao que allí se encontraron con
expresión de sus dueños y número de árboles. Practicada esta
diligencia, se procedió igualmente a formar la nota doscientos
sesenta y seis piezas de esclavos que se comportaron con
respecto a cada mil árboles en el lugar de cabezas esclavos, por
no haber tantos cuantos se requieren para sacar el estipendio
asignado al curato. De aquí se ha seguido que en casi trece años
recibió este beneficio no ha podido cobrar ni un maravedí por ser
preciso entrar anualmente al nuevo examen y reconocimiento del
número de árboles de cacao para llevar a ejecución el cobro de
las ocupaciones ministeriales”
Hacendados
Número de esclavos
Don Francisco Tovar
12
Doña María Locobina Sanz
48
Don Diego Tovar
38
Don Antonio Calixto
22
Don Do mingo Monasterio
13
Don José Antonio Hernández
19
UNA VISIÓN DEL CIMARRONAJE HISTÓRICO Y CULTURAL DE
LOS AFRICANOS Y SUS DESCENDIENTES
Muchas fueron las causas que
dieron origen al cimarronaje: la
primera y más valedera, el amor
innato de todo hombre a la
libertad,
25
que
se
encuentra
presente en toda la historia de América donde la lucha entre explotados y
explotadores se manifiesta desde el mismo instante en que chocan la cultura
europea y los aborígenes. A este afán libertario se suman las diversas
culturas africanas, que al hacer causa común con los naturales americanos,
dieron nacimiento a una cultura que euro-afroamericana, cuyas raíces se
extienden de uno a otro extremo de América.
Las rebeliones, como formas de resistencia de los esclavos africanos
sirvieron de antesala a la idea de la independencia de América. Así vemos
como al precursor de la independencia venezolana, Francisco de Miranda se
le extravió el concepto de independencia de la sociedad global colonial, pues
en sus postulados no incluía la libertad de los negros, y ante el levantamiento
de las esclavitudes de la región de Barlovento en el año 1812, prefirió
capitular ante las fuerzas españolas que caer en manos de los esclavos
insurgentes, pues esto podría convertir a Venezuela en una segunda “Haití”.
Al decir de América, Simón Bolívar, le faltó empuje para hacer realidad
sus decretos de abolición de la esclavitud una vez culminada la
extraordinaria Batalla de Ayacucho que selló la independencia de cinco
naciones. También, se le traspapelo las hermosas promesas hechas al líder
haitiano Alejandro Petión quien le suministró hombres, armas y apoyo moral
para el proceso independentista. Bolívar, le ofreció a Petión la libertad de los
esclavos venezolanos por la ayuda recibida. Lamentablemente el libertador
de las Américas tampoco cumplió.
El esclavo cimarrón por un lado, y los amos y autoridades coloniales por
otro lado, fueron agudizando y perfeccionando cada vez más mecanismos de
defensa, pero con ventajas para los segundos. En el decreto de 1687,
firmado por Luis XIV de Francia y conocido con el nombre de “Código
negro”, se recomienda que se castigue al negro cortándole las orejas y
26
marcarle sus hombros con hierro caliente y si reincidía era castigado con la
muerte.
En este contexto, los negros denominados cimarrones tuvieron una
participación importante en esa época. Estos se tornaban más bien
agresivos, motivado sobre todo, por tener que sobrevivir en medio de una
naturaleza más bien inhóspita; además, eran perseguidos de manera
implacable, así pues, estaban llenos de resentimiento hacia los amos.
Desde el siglo XVII, cuando la Trata de Negros Esclavos llega a
convertirse en el motor principal de la vida económica del “Kongo”, las
pequeñas guerras tenían como objetivo principal la captura de hombres para
la comercialización con los europeos y aumentar el poderío del reinado, los
capturados serían vendidos como esclavos.
De estos esclavos capturados en la guerra, muchos ya habían adquirido
una preparación mínima de ofensiva militar. Una de las organizaciones
militares que existían en la antigua región del Congo-Angola era el “Kilombo”.
Constituía el Kilombo el espacio para la formación militar que tenían los
antiguos habitantes del Kongo Dia Ntotela y sus alrededores.
La historia de los afroamericanos y afroamericanas es también la
historia de un genocidio y de una resistencia heroica. Luego de ser
secuestrados, en diversos lugares de áfrica central y obligados a trabajar
como esclavos y esclavas, los africanos, y africanas descendientes
desarrollan múltiples formas de resistencia frente a la salvaje explotación
impuesta por españoles, ingleses, franceses y portugueses. Estas formas de
resistencia son denominadas “CIMARRONAJES”, conjunto de acciones que
realizaban abierta o encubiertamente para luchar por la libertad.
27
El cimarronaje logro desarrollar espacios libertarios en distintos puntos
geográficos del continente donde los esclavos liberados y las esclavas
liberadas vivían en comunidades libres. En estos enclaves, denominados
“Cumbes”, palenques o kilombos, se consolidaron relaciones de ayuda
mutua y cooperación al margen de la sociedad esclavista.
El más notorio de los kilombos es el “Kilombo dos Palmares”, al
nordeste de Brasil, el cual se mantuvo en rebeldía durante casi 100 años.
Esta comunidad de hombres y mujeres libres llegó a contar con un sistema
integral que incluía a ejércitos de defensa, escuelas, producción agrícola y
pecuaria, entre otros.
Entre las cumbes que se conocen en Venezuela, podemos nombrar el
Ocayta (Barlovento), liderado por el negro Miguel; el de Yaracuy, liderado por
el negro Andresote y el de Cata, en la costa de Aragua. Asimismo, es preciso
destacar la extraordinaria lucha que llevó a cabo José Leonardo Chirino,
quien logró estructurar un movimiento libertario armado, y desde las sierras
de Coro proclamó la necesidad de construir una república de iguales en el
año 1795. Más adelante se hará una descripción más detalladas del zambo
José Leonardo Chirino.
Todos estos antecedentes nos confirman que los guerreros capturados
en las guerras internas de esta región de áfrica, trajeron consigo un código
militar que le permitiría reinterpretar y adaptar esos conocimientos en
condiciones geográficas diferentes.
28
DE LA REBELIÓN DE CARACAS A LA REBELIÓN DE COCOFIO,
CARIDAD GONZÁLEZ Y JOSÉ LEONARDO CHIRINO
Para el año 1749, se planifica una rebelión de
negros esclavos en la provincia de Caracas.
El líder de este levantamiento libertario era el
esclavo Manuel Espinoza que vivía en la
ciudad de Caracas. Manuel logró por distintas
vías establecer una red de comunicación
entre los diferentes esclavos de la provincia de Caracas. A pesar de las
distancias ya existentes entre la Guaira y los valles del Tuy o entre Caracas y
Barlovento, creó, audaz e inteligentemente, unos vasos comunicacionales
durante los primeros meses del año de 1748.
La otra, se canalizó a través de la difusión de boca a oído, es decir, la
información acertada del rumor y el secreto de la misma que los diferentes
esclavos debían guardar. En esta segunda vía se fueron sumando esclavos
de las distintas comunidades participantes. Así como también se vincularon
las distintas etnias existentes como los Carabalies, Minas Congos y Luangos.
Al mismo tiempo establecieron responsabilidades en el cuadro de dirección
de la acción de debía darse en los días de la fiesta de SAN JUAN
BAUTISTA.
Transcurrido más de 30 años después de la rebelión de Caracas y muy
concretamente en el año 1795, se va a producir una insurrección de los
negros en Coro, la cual tuvo una influencia directa en la rebelión que había
ocurrido en “Haití” en 1791.
29
En el año 1830, la Constitución de Venezuela, país epicentro de las
independencias de la América hispana, por todos los derechos políticos sólo
a los hombres libres y propietario, excluyó a los negros esclavos y no les dio
la libertad, al contrario, se reprogramaron las políticas de manumisión, es
decir, si antes la libertad, según esta ley, debía dársele a los descendientes
de africanos esclavizados a la edad de 18 años, ahora seria a la edad de 21
años, aumentando a trece años más el secuestro o cautiverio.
La historia internacional y nacional con algunas excepciones, ha sido
concluyente al afirmar que la influencia de carácter externo fueron la causa
principal que provocaron el alzamiento de negros libres y esclavos, y de
algunos grupos de población indígena, que tuvo lugar en el valle de
Curimagua de la sierra de San Luis, en el antiguo Partido de Coro, el 10 de
mayo de 1795.
Es así, que para el año 1795, se sublevaron en
Coro los negros, indios y pardos comandados por José
Leonardo Chirinos. Quienes han oído hablar de la
República, de la Ley de los Franceses, del Código
Negro, de una posible invasión francesa, de una cédula
que concede la libertad a los esclavos y le niegan
vigencia sus amos, en fin, están enterados de ciertos
principios revolucionarios que oyen de los labios de sus
amos y del movimiento ocurrido en Haití.
Los negros esclavos libres se contagiaron de las palabras y
emocionados por el sordo mensaje de rendición que ellos significaban:
libertad, igualdad, comenzaron a levantar ánimos, alimentados en sus
esperanzas por José Leonardo, quien decide encabezar una revuelta para
implementar la “Ley de los Franceses”.
30
El zambo José Leonardo Chirino, influyó notablemente en José Caridad
González, negros de sólida preparación, iniciadores de las primeras
tentativas de influencias, entre el Mariscal Juan Crisóstomo Falcón y el
General Ezequiel Zamora. La revuelta dirigida por José Leonardo Chirinos y
José Caridad González, negros libres influidos por las ideas de la Revolución
Francesa y por la guerra de raza de Santo Domingo, incitaron a los esclavos
y trabajadores de color, trescientos de los cuales se alzaron en rebelión en
mayo de 1795.
Es importante destacar, que la rebelión de Coro tuvo su modelo en la
insurgentica haitiana y presentó como objetivo la liberación de los negros y la
supresión de los tributos indígenas y otros impuestos como el de la alcabala.
El alzamiento de Chirino presentó cabalmente todas las características
de los fenómenos de su clase en Venezuela. Es típico desde su explosión
como determinada por sus ultrajes que colma la paciencia conectada a una
clara lección moral y material; luego su caótico desarrollo, sin programas ni
motivos suficientes, mirados con indiferencia o con aversión por los sectores
sociales, y finalmente ahogado en sangre y perseguido, hasta en sus
mínimas derivaciones para perpetuo escarmiento.
Chirino y su gente, protagonizan una actuación cuyo contenido rebasa
el mero antagonismo socioeconómico, pues además de la libertad de los
esclavos y de la supresión de las odiosas cargas que graban a las clases
sociales desposeídas, proclaman “Ley de los Franceses” y hasta se
pronuncia por el establecimiento de la república, ellos esperaban extender la
revuelta a las provincias y en especial a toda la de Caracas.
Los hechos como el de los negros de Coro se repitieron sucesivamente
en toda la América y sólo expresaban el malestar creciente en la población
31
negra y aborigen en contra de los abusos y arbitrariedades cometidas a
diario por funcionarios coloniales que violaban las disposiciones legales
establecidas por la propia colonia.
Es evidente, que el fin de este alzamiento era formar una “República”,
bajo la inspiración de la “Ley de los franceses” y dar muerte a todos los
blancos. Esto equivalía a la liquidación de las relaciones sociales de
producción esclavistas, la liberación de los grupos y clases sociales sujetos a
las condiciones de explotación que de ella se derivan y la terminación de la
política fiscal española de cobros de tributos y alcabalas, a través del
establecimiento de un nuevo orden político y social dirigido por y para la
gente de color, libre y esclavos.
AFROVENEZOLANIDAD. LA BÚSQUEDA DE LA LIBERTAD EN UNA
SOCIEDAD DE EXCLUIDOS (JOSÉ MARCIAL RAMOS GUEDEZ)
A finales del siglo XVII, observaremos que en la Capitanía General de
Venezuela existía una estructura económica, social y jurídico, política
sustentada en la explotación, sometimiento que ejercían los blancos
peninsulares y criollos (terratenientes esclavistas) en contra de los blancos
de orilla, pardos indígenas y población de origen africano esclavizada. En tal
sentido vemos que en la Capitanía antes mencionada, no llegó a existir un
equilibrio entre las clases sociales, pues fueron constantes los conflictos de
carácter violento, como respuestas a las numerosas injusticias que de una
manera u otra, llevaban a cabo de la corona española como los mantuanos o
“Grandes cacao”.
La rebelión del negro Miguel en minas de Buria (1553), el levantamiento
de Andresote en los valles del Yaracuy (1730-1733), la conjura de los negros
y mulatos de la provincia de Caracas (1749), la insurrección de José
32
Leonardo Chirino en la Serranía de Coro el 10 de mayo de 1795, las
constantes fugas de los negros esclavizados, morenos libres, mulatos y
zambos en río Caribe, Carúpano, Cariaco y Cumaná durante los años 17951796, la compilación de Manuel Gual y José María España ocurrida en la
Guaira en el año 1797, la sublevación de Francisco Javier Pineda en
Maracaibo (1799) y otras donde se destacaron negros cimarrones como
Guillermo Ribas y Miguel Gerónimo Guacamaya, ambos en la subregión de
Barlovento.
Además apreciamos desde el punto de vista histórico, la importancia
que tuvieron las múltiples luchas llevadas a cabo por los africanos y sus
descendientes sometidos a esclavitud en contra de sus amos y de las
instituciones que sustentaban el régimen que los oprimía tanto como mano
de obra productiva o en su mundo cultural-espiritual originario del Continente
Africano.
EL CIMARRONAJE DE LA MUJER NEGRA
La mujer afrosubsahariana, exiliada en contra de su
voluntad, en el calvario del “NUEVO MUNDO” seria
despojada parcialmente de sus valores y creencias, a los
cuales debía renunciar para integrarse involuntariamente
a las nuevas condiciones de vida. El proceso de
desarraigo se había iniciado desde la captura en áfrica y
se institucionaliza en América. Dolorosamente tenía que desprenderse de su
belleza corporal para convertirse en instrumento de trabajo y de reproducción
de nuevos esclavos.
33
El cimarronaje fue una posición que asumió la mujer africana contra las
diferentes modalidades de explotación a que fueron sometidas. A este
proceso de cimarronaje le daremos dos enfoques:
1. El cimarronaje activo; es decir, todas las formas de luchas frontales y
violentas contra la opresión esclavista, tanto en el contexto urbano
como rural. En este cimarronaje, la mujer negra estuvo marcada por
algunos ejemplos significativos que hoy constituyen referencias
obligadas para abordar el proceso libertario de las Américas y el
Caribe de las potencias europeas. Pero las africanas y sus
descendientes conocían el riesgo que corrían al asumir la huida y el
enfrentamiento.
2. El cimarronaje pasivo, entendiéndola como aquellas formas de lucha
que utilizó la esclava para conquistar su libertad o mejorar sus
condiciones de vida, las cuales generalmente se dieron en el marco
jurídico.
Así conseguimos a la mujer cimarrona acompañando al negro Miguel,
en la insurrección de las de Buria, occidente de Venezuela en 1552. Miguel
hizo reina a su mujer en su espacio libertario. Generalmente, cuando se
escribe sobre el Cimarronaje en Venezuela, la participación de la mujer es
relegada a un segundo plano, como sigue se tratase de un ser inerte que
acompañó al hombre cimarrón en sus aspiraciones libertarias.
En diferentes documentos del archivo General de la Nación
(Venezuela), en la sección diversos, para los años 1771 a 1794, aparecen
los nombres de esas fugadas y capturadas en el CUMBE DE OCOYTA,
Tacagua y las que se fugaron sin estar integradas a un grupo en particular.
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Lista de Mujeres Cimarronas en los Valles de Barlovento
Nombres
Lugar
Juana Francisca – con 3 hijos
Cumbe Ocayta
Maria Valentina
Cumbe Ocayta
Manuela Algarin
Cumbe Ocayta
Maria Sojo- con 3 hijos
Cumbe Ocayta
Maria Concepcio- 10 años de huida
Cumbe Ocayta
Maria Ana
Caucagua
Maria Rosa- Huyo de Pto. Cabello y
atrapada en Caucagua
Caucagua
Mariana- Huida del Guapo
Caucagua
Josefina Antonia
Araguita
Maria Sorverina de la Luz
Capaya
Una esclava de Don Bruno Alvarez
Tapipa
Francisca Antonia y su hija
Caucagua
Del cuadro anterior, tomaremos los casos de las cimarronas Marta Sojo,
María Valentina, Juana Francisca y María Algarin. Estas esclavas desde
1769 andaban cimarroneando y repudiaron en el Combe de Ocoyta que
construyó y líderizó el cimarrón Guillermo Ribas (1769-1771). En este
espacio libertario se normalizaron las relaciones de pareja entre cimarrones
de ambos sexos. Así encontramos que Guillermo Ribas estaba establecido
anónimamente con Juana Francisca, el cimarrón Francisco Mina con la
cimarrona María Valentina, Joaquín Nieves con Manuela Algarin y Elendo
Soto con María Sojo.
Estos esclavos cimarrones asumieron el riesgo de libertad, concibiendo
hijos de la libertad, los cuales habían que educar, transmitirles un código
cultural dentro del cual estaría el valor más grande del ser humano: el
35
derecho a vivir con dignidad. Estos niños cimarrones estaban aprendiendo el
oficio de la libertad que le era negada en las haciendas de cacao donde
estaban esclavizados con sus madres sin llevar una verdadera vida familiar.
En el Combe de Ocayta se redescubrió el aspecto familiar conjugándose con
los más grandes sentimientos de solidaridad humana.
También conseguimos a la mujer negra como “expropiadora” de
fanegas de cacao, para venderlas clandestinamente a los contrabandistas,
como fue el caso de la negra Matea, capturada en jurisdicción de Caucagua
en 1795, así a la cimarronera Beatriz capturada por contrabandista en 1693.
Una de las esclavas negras que jugó un papel importante en la historia
de este país, fue la negra Hipólita, que con sus dulces caricias redobla el
amor hacia el Libertador Simón Bolívar ¡y cuan blanca es el alma de la
esclava!, ella vigilaba sus juegos, disculpa sus travesuras, sosegara sus
inquietudes y en las noche pobladas de fantasmas y de miedos infantiles, lo
acuñará en el amplio pecho para atenuar su desvalimiento¡ y qué susto, si en
aquel tiempo a Hipólita alguien le hubiese dicho que tenía en sus brazos al
futuro Libertador de América…!
Entre los castigos que se aplicaban a las cimarrones(as) estaban los
siguientes:
•
El negro o negra que se ausente de su ama por quince días
cumplidos, se le dan cien azotes de la siguiente manera: en la
mañana, el negro o negra lo trasladan a la picota de la ciudad,
amarrado o amarrada, poniéndole un pedestal de cascabeles atado al
cuerpo y de esta manera se le den los cien azotes, después se queda
allí durante todo el día sin que ninguna persona le ayude.
36
•
El negro o negra, que ande ausente y no vuelva a su amo después de
un mes de ausencia, y una vez capturado, se le corta el miembro
genital.
•
La negra que anduviese ausente por tiempo de quince días se le dan
200 azotes.
LOS GRANDES CACAOS
Venezuela, como parte integrante de
América y colonia floreciente del siglo
XVIII, no escapa de las incidencias del
panorama
activamente
económicas,
descrito.
en
las
Participa
interrelaciones
sociales,
políticas
ideológicas, religiosas y culturales que
tienen lugar internacionalmente y que en forma progresiva van configurando
un mundo cada vez más interdependiente del acontecer de los espacios que
anteriormente eran regiones desvinculadas, sin comunicación conciencia
recíproca de existencia y carentes de conciencia recíproca de existencia.
En este sentido, Venezuela al igual que el conjunto colonial americano,
fue creando condiciones para dejar de seguir existiendo como “Colonia” de
segunda. El desarrollo de cultivos autóctonos que adquieren importantes
demandas externas a través del contrabando, hacen posible su inserción en
los mercados internacionales no tradicionales.
En los siglos precedentes al XVIII, las explotaciones venezolanas
registran alrededor de quince productos, pese a que sus volúmenes no son
muy significativos. Esta relación de intercambio producirá una balanza
37
comercial desfavorable y limita la posibilidad de crear excedentes para
alcanzar un crecimiento y desarrollo medianamente importante. Tuvo
Venezuela que esperar la segunda mitad del siglo XVIII, para lograr signos
positivos en su comercio externo.
La crisis del Mercantilismo que a finales del siglo XVII se manifiesta en
forma clara con el “agotamiento” de las fuentes de metales preciosos, es uno
de los factores que obliga a los Borbones a una reorientación de sus políticas
respecto a sus colonias. En esta dirección, los gobernantes franceses habían
introducido cambios en su política económica hacia la producción de
plantaciones (caso Haití) y ese ejemplo fue seguido por monarcas españoles.
Durante el gobierno de Carlos III, se ponen en práctica una serie de
medidas que permitieron a la región de Venezuela pasar hacer foco de
interés para la realización de actividades comerciales, toda vez que sus
condiciones naturales generales favorecían el desarrollo y configuración de
una economía basada en la agricultura de plantación esclavista. Esas
medidas estimularon el cultivo de algunos productos que encontraron una
amplia acogida en el mercado europeo. Tal es el caso del cacao, en torno al
cual, como principal producto de exportación se fue organizando la primera
etapa de la economía agrícola colonial de Venezuela.
Este comercio fortaleció también el intercambio entre Venezuela y
México y profundizó la práctica del contrabando, actividad a través de la cual
los productores venezolanos dedicados a ella, obtuvieron un significativo
excedente económico, que de otra manera no habría podido lograr, en razón
de la prohibición impuesta por el sistema de monopolio comercial español.
De manera tal, la economía de plantación fue el punto ordenador de las
relaciones en torno a la cual se empezaron a profundizar lar grandes
desigualdades sociales iniciadas en América a finales del siglo XV y a
38
fomentarse todo un cuadro de aparentes insalvables contradicciones
políticas, económicas y sociales que impulsaron una cadena de conflictos
sociales reivindicativos a lo largo del siglo XVIII.
Dentro de ese modo referencial de economía colonial, Venezuela
comienza un proceso económico expansivo y paralelamente sus riquezas se
van acumulando cada vez más en pocas manos. El siglo XVIII deja
testimonio de cómo el sistema de composiciones permitió la concentración
de la propiedad territorial en un reducido y pequeño grupo social que el
pueblo llamo “LOS GRANDES CACAO”
La pertenencia, conocimiento y calidad de fruto del cacao, la existencia
de condiciones geográficas favorables y un mercado exterior ávido de
consumo, fueron factores que fomentaron de manera creciente la producción
cacaotera de la colonia venezolana. Se conforman grandes haciendas y
plantaciones dedicadas a la producción de ese rubro. Apropiarse de tierras
aptas y adquirir la mano de obra esclava, fue, sin duda, el paso necesario
siguiente para empezar a producir, en tal sentido, los propietarios
plantadores, la mano de obra esclava y el monopolio de la compañía
Vizcaína constituían, desde las bases productivas hasta la esfera de la
circulación los elementos de aquel el sistema de explotación asentado en
relaciones hostiles y contradictorias. Brotaban así las raíces conflictivas en la
estructura económica de la Venezuela colonial.
Pero no fueron sólo los esclavos negros, sector menos favorecido en
las estructura social de la colonia quienes producen las contradicciones de
clase que se manifestaron durante la etapa de dominación española en
Venezuela, pues, la mano de obra libre, india o de color, también sufrirá los
efectos de las condiciones de explotación en otras actividades productivas
que no obligatoriamente serán los del cacao.
39
En Coro, al igual y que en otras regiones de Venezuela, se conjuga la
utilización de mano de obra esclava libre y servir, tanto en haciendas y hatos,
como en otras actividades productivas. Estos otros grupos de trabajadores
impulsan contradicciones sociales que van hacer fuentes de motines,
alzamientos, descontentos, rebeliones y conflictos en contra de las elites
pudientes españolas.
ASPECTOS RELIGIOSOS DE NUESTROS AFRICANOS
Así con buena aproximación, podemos decir que en las últimas
décadas del siglo XVIII, había en la provincia de Venezuela cerca de 80.000
blancos, 54.000 indios, 54.000 esclavos y 150.000 individuos pertenecientes
a las llamadas “Castas, constituyendo el mayor número de la población y que
eran definidos como pardos”.
Esta categoría de pardos, incluida tanto los mestizos, (unión de blancos
que indios), como los mulatos, (unión de blancos, con negros) y los zambos
(unión de indio con negro). Para la última década de la colonia había en
Caracas cerca de 8000 individuos de origen africano, en gran parte todavía
esclavos, de los cerca de 40000 habitantes.
Considerando que el grupo social dominante está constituido por los
blancos criollos o peninsulares, era el color de la piel lo que determinaba las
posibilidades de acceso social de las varias “castas” además de sus
posibilidades económicas, y estas presionaban y luchaban para ocupar un
mejor lugar social y económico.
40
El aspecto que nos interesa historiar es
el de la medicina, en consideración del
hecho que cada cultura, tanto de origen
indígena, como africana o española
popular, tenían forma propia de atender
la
enfermedad
y
su
curación.
Por
ejemplo, en Caracas había una multitud
de curanderos que ejercían su profesión, a menudo, tanto que los mismos
mantuanos a veces recorrían a ellos.
No obstante, los curas y los médicos universitarios intentaban por todos
los medios prohibir el ejercicio de esta la medicina, a estas figuras expertas
de origen étnico y social diferente. De allí pues, los curas ya veían en sus
curaciones la obra del demonio y los médicos porque consideraban falsas
sus curaciones y, de cualquier manera, reclamaban sólo para así derecho de
sanar.
La Represión inquisitorial de los curanderos
De la represión a los curanderos negros y pardos se encargaron sobre
todo dos instituciones: El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición y El
Protomedicato.
Los primeros tribunales de la inquisición en América son: Lima 1570, y
1571 en México. Las provincias de tierra firme quedaban bajo la jurisdicción
del tribunal de Lima. Sin embargo, las grandes distancias impedían cualquier
actuación efectiva, tanto que en 1610 se creó un nuevo tribunal, el de
Cartagena de Indias. El abanico que las transgresiones denunciales y/o
reprimidas era muy amplio, siendo las más sonadas: herejías, idolatría,
41
brujería, hechicería, blasfemias, libros y pinturas prohibidas, solicitación
sexual de los curas y usura.
Dentro de este orden, veremos algunos casos de curanderos y
curanderas de la provincia de Venezuela, para tener una idea de tipo de
práctica y su represión. El primer caso que citamos ocurre en 1665 en el
pueblo de Indios de Portillo de Carora, donde un negro, presuntamente libre,
es acusado de haber dado muerte a varias personas utilizando yerbas que
según su intención, debían curarlas (El documento se encuentra en el
archivo Arquidiocesano de Caracas)
El hecho de que la actividad curanderil se encuentre reprimida una vez
que sale a la luz pública el fracaso del curandero, puede ser demostrado por
otros casos del mismo tipo a lo largo del siglo XVIII, como el del moreno libre
de nombre Dae Antonio Riverón en 1792, acusado, en un pueblecito de la
costa de Caracas, de ejercer falsamente el papel de médico curandero y
hechicero (Archivo General de la Nación-Caracas)
Los casos citados parecen confirmar los que edictos de la inquisición ya
seguía: las figuras de curador y hechicero se mezclan con facilidad por lo
menos en la percepción de los vecinos y de la “política moral”
institucionalizada. Estas superposición se juntan también con la acusación de
blasfemia y herejía, como en el caso de Francisco Rumbos en el año 1745,
un mulato esclavo de Quibor, a quien se le acusa de pregonar que él era el
Cristo retornado en la tierra poniéndose en una cruz y los indios de Cubira le
besaban la mano para pedir la curación de sus enfermedades (el caso es
reportado por Armila Troconis de Veracochea, 1984)
42
La Represión de los Curanderos por el Protomedicato
Mientras la inquisición continuaba reprimiendo a los curanderos,
acusándolos de brujería, otra institución de control se crea en Caracas, el
Promedicato con jurisdicción en todas las provincias de la Capitanía General
a partir de 1777, destinado a interesarse más o menos de los mismos
expertos curandores, pero desde una perspectiva diferente, el saber médico
de los curanderos, en relación con su origen (universitario o práctico) y la
legalidad de su práctica en el acto curativo.
Los curanderos capitalinos eran de origen diferente, mezclándose en la
misma definición, tanto los populares de origen indígena y africanos, como
los blancos españoles o de otras naciones europeas que ejercían en
Caracas una medicina más o menos popular oculta, derivada de los libros de
popularización de la medicina que circulaban abundantes o por haber servido
como ayudantes de algún médico o en el hospital de San Pablo.
Tambores, danzas y ceremonias bajo el mandato del Vaudou
Traídos de Senegal, Costa de Marfil, Dahomey,
Angola, Mozambique y Sudán, entre otras
naciones,
los
secuestrados
africanos
son
subyugados al trabajo a lo largo de la costa
atlántica, desde Norteamérica hasta Argentina,
incluyendo América central, tanto continental
como insular, desde donde son expandido en
las zonas internas del continente americano, aunque la mayoría de la
población inmigrada sobrevive en países como: Cuba, Haití, Brasil, Panamá,
Colombia y Venezuela lugares en los que, a pesar de la prohibición de las
muestras de manifestaciones culturales africanas dictaminada por las
43
autoridades por medio del Code Noir, en 1685, donde se, incluso con la
muerte comienzan a poner de manifiesto, en las noches, cuando los
esclavizados pueden descansar: las danzas, ceremonias, rituales y cantos
que evocan el añorado continente africano.
Ya en América no se cuenta con los mismos árboles y otros materiales
necesarios para la construcción de los instrumentos musicales africanos, el
ingenio cobra fuerza y se toman los que están a la disposición, lo cual implica
una suerte de adaptación a los nuevos modelos americanos. Así, por
ejemplo, la marimba, cuyo antepasado es el Xilófono africano, construido
originalmente con materiales muy distintos a lo que brinda el medio ambiente
americano. De igual manera son utilizados cilindros, conos, barriles, y una
serie de materiales como el cuero, la madera, entre otros, los cuales son de
gran utilidad para las construcciones de un instrumento o bastante
significativo para las prácticas religiosas africanas: “El tambor”.
Los tambores, en sus diversas manifestaciones, son empleados en
varias funciones relacionadas con los ritos sagrados de origen africano,
como por ejemplo: podemos destacar el camdomiblé, la macumba, el lucumi
o el vaudou. Al ritmo de tambores las deidades danzan y consiguen su
presencia en las tierras americanas velando a través del médium por la vida
de sus hijos africanos.
En Haití, país declarado tras la victoria independentista de 1804, como
“La Primera República Negra”, una de las formas de resistencia y práctica,
fue el Vaudou haitiano, que se ha extendido a otras latitudes donde oriundos
de este país se localizan, de manera que se ha diseminado en Jamaica,
Curaçao y parte de los Estados Unidos, entre otros.
44
El Vaudou es un viajero que acompaña a los esclavizados africanos en
la larga travesía a bordo de los “Barcos Negreros”. Al llegar a las tierras que
actualmente constituye en Haití, esta creencia o práctica religiosa se
enriquece con los aportes criollos y europeos que le imprimen un politeísmo
heredado primordialmente de Benen (antiguo Dahomey). Este culto ancestral
se focaliza en genios y dioses homenaje a los “Loas” que trascienden en el
alma la forma material humanos o animales, en un acto de fe donde los
“Houngan” y los boko, es decir, los sacerdotes y los médium, se convierten
en verdaderos canales de comunicación entre seres trascendentales y los
terrenales.
A pesar de la imposición del catolicismo como religión “obligatoria y
oficial”, la cantidad de adeptos del “Vaudou” siguen realizando sus calendas
y sus rituales amparándose bajo un manto de creencias, los: Santos y
Santas católicos que no es otra cosa que enmascarar su verdadera práctica
de fe, de allí la presencia de figuras “católicas” dentro de los altares Vaudou,
cómo pueden ser las de: San Pedro, San Juan, Santa Bárbara, San
Sebastián, la Virgen María, quienes obedecen a características africanas que
desde ese momento se tornan en afroamericanas.
La religión católica, aunque con sus particularidades, ritos propios
adaptados, reconstruidos con muchos de allá y algo de aquí. Esta herencia
cristiana nos viene dada por la grandeza cristiana de Santos y Santas
africanas y afrodescendientes que vivieron su fe con heroicidad hasta el
punto de ser considerados dignos de imitación para todos los cristianos del
mundo: San Carlos Luanga y sus compañeros, Santa Anuarita, San Martín
de Porras, San Benito de Palermo, Santa Josefina Bakhita, San Efigenio de
Etiopía reina y Mártir, entre otros y otras.
45
Sus fiestas
Unas de las preocupaciones más importantes
de las autoridades coloniales eran controlar las
fiestas organizadas por sectores populares
(afrodescendientes)
que
se
consideraban
como contrarios a la moral, las buenas
costumbres
y
al
orden
social
siendo
catalogadas como “relajos”. De esa forma intentaban mantener la paz y la
“moralidad cristiana”, por esa razón las clases dominantes realizaban
celebraciones donde eran excluidos los miembros de esas clases inferiores.
Pero esas restricciones nunca surtieron efectos y los excluidos siguieron
festejando y mostrando las riquezas culturales de esa sociedad, aunque al
estallar la guerra de independencia estas actividades se vieron mermadas
por la conflictividad típica de esos sucesos.
Para 1810 la mayoría del población no
era ni blanca, ni nacida en España, ni
blanca nacida en América, sino que
provenía del mestizaje. Como ejemplo
tenemos: que para ese año en la
Capitanía General de Venezuela el 50%
de la población estaba constituida por
pardos (término utilizado para dominar
el grupo racial de la mezcla de negro
con blanco), mientras los blancos nacidos en España, los blancos criollos,
además de los mestizos (como se conocía al grupo proveniente de la mezcla
de blancos, indios) constituía el 25%, el restante 25% estaba conformado por
los negros esclavos y los indios. Un aspecto a destacar es que para esa
46
época la provincia tenía aproximadamente más de un millón de habitantes,
siendo los pardos el grupo más numeroso, pero a su vez uno de los más
excluidos.
TIEMPOS DE INDEPENDENCIA
En Venezuela la lucha en pro de la
emancipación nacional desencadenaría
numerosos enfrentamientos armados, los
cuales se prolongaron durante trece años
(1810-1823), convirtiéndose dicho país a
lo largo de toda su geografía en un
sangriento campo de batalla. Además, tales conflictos tuvieron un carácter de
guerra civil y social, donde adquirió especial relevancia el problema de los
negros, mulatos y zambos sometidos a esclavitud, quienes se incorporaron al
bando de los realistas como al de los patriotas.
Cabe considerar, que en el periodo citado los sectores pertenecientes a
las clases sociales dominantes, esclavistas, de filiación monárquica o
independentista, se opusieron a la abolición de la esclavitud, aunque el
Libertador Simón Bolívar, en el año de 1816, promulgó dos decretos
abolicionistas (Carúpano, 2 de junio
y Ocumare 6 de julio) y solicitó la
liberación de los esclavos en el Congreso de Angostura (1819) y en el
Congreso de Cúcuta (1821).
Tales esfuerzos chocaron con los intereses de los propietarios de los
seres humanos y sus descendientes sometidos al régimen de la esclavitud,
decidieron en muchas ocasiones, optar por imponerse a la vida militar como
soldados u oficiales, principalmente, en el ejército patriota donde aspiraban
obtener su ansiada libertad.
47
Por otra parte, no podemos olvidar que muchos de los esclavos
liberados en los campos de batalla, después que finalizó la guerra por la
independencia, fueron reclamados por sus antiguos amos y en varias
ocasiones el Estado venezolano puso en práctica el pago de una
indemnización
y, en otros casos, dichas personas tuvieron que esperar
hasta el año 1854, cuando el Presidente General José Gregorio Monagas
aprobó la Ley de Abolición de la esclavitud en nuestra nación.
El Contexto Político Militar en Venezuela 1810-1823
Con la pérdida de la Segunda República, específicamente hacia los
años 1815 a 1818, la situación geopolítica, económica y social de Venezuela
entro en una nueva fase, en su lucha contra la hegemonía del Imperio
Español, todo ello debido a la presencia en nuestro territorio de un ejército
venido directamente desde la metrópolis (abril de 1815), el cual fue dirigido
por Pablo Morillo, quien como jefe expedicionario, gobernador y capitán
general de Venezuela, logro entre otras cosas, internacionalizar el conflicto
bélico y derrotar transitoriamente a algunos grupos patriotas y ocasionar el
destierro de varios de los máximos oficiales independentistas, tal como
ocurrió con Simón Bolívar, quien se vio obligador a
viajar a la Nueva
Granada, luego a Jamaica y posteriormente a Haití, país en donde obtiene la
ayuda del Presidente Alexandre Petión (1770-1818), quien generosamente le
suministró organizar dos expediciones: la primera, la de Los Cayos, que
desembarco en la Isla de Margarita, en el mes de mayo de 1816, y luego, en
diciembre del mismo año, las segunda expedición de Jacmel, también
destinada a la reconquista de las costas del oriente venezolano.
Para 1816 Venezuela aun arrastraba consigo el problema de la
esclavitud; sin embargo el régimen esclavista para el año antes mencionado,
había sufrido un conjunto de modificaciones ocasionadas por el impacto de la
48
guerra en contra de la Corona Española y los cambios legislativos que
ocurrieron durante ese periodo, tal como lo podemos apreciar, al tomar en
consideración que en 1810 la Junta Suprema de Gobierno que se instaló
después de los acontecimientos del 19 de Abril, prohibió la trata de negros
esclavizados, pero no se planteó nada en relación con la abolición de la
esclavitud.
Participación de negros, mulatos y zambos en la independencia de
Venezuela
Vemos que la guerra en pro de la independencia de
nuestro país se realizó con la participación de todo los
grupos étnicos que existían para dicha época; blancos
criollos, blancos peninsulares (europeos), blancos de
orillas (canarios), negros, mulatos, zambos (esclavizados o
libres) e indígenas. No obstante, en la historiografía
venezolana, en muy pocas ocasiones se mencionan a los próceres o
heroínas pertenecientes a la llamada “gente de color”, destacando que
muchos de ellos y ellas ofrecieron su vida o sufrieron múltiples heridas,
cuando como soldados u oficiales actuaron en diferentes batallas u otro
enfrentamientos bélicos durante el período de 1810-1823.
Por ello surge la necesidad de destacar a un grupo de negros, mulatos
y zambos quienes se afiliaron a la causa patriota, buscando no solamente su
ansiada libertad, sino también algunos beneficios en lo económico, social y
político-militar. Algunos de estos personajes fueron:
− Pedro Camejo o Negro Primero (San Juan de Payara, estado Apurebatalla de Carabobo, 24 de Junio de 1821). El Negro Primero pasaría
a la inmortalidad durante la acción de Carabobo en 1821. En medio
49
del difícil acceso de la vanguardia de caballería a la llanura, bajo fuego
nutrido del enemigo, Páez vio venir en repliegue al Negro Primero. En
respuesta a su reproche, Pedro Camejo habría dicho “Mi general,
vengo a decirle adiós porque estoy muerto”. El general José
Antonio Páez, en su momento comentó, que este personaje fue
esclavo de Don Vicente Alonzo, quien permitió que fuese reclutado
por el ejército realista donde le ofrecieron la posibilidad de obtener un
uniforme y dinero.
− Leonardo Infante (Chaguaramal, jurisdicción de Maturín, estado
Monagas, 1798 – Bogotá 26 de marzo 1825). Hijo de negros libres, se
incorporó en el año de 1813 al ejército patriota. Estuvo con el general
José Antonio Páez, en la Campaña del Guárico 1818.
− Juan José Rondón (Santa Rita de Manapire, estado Guárico, 1790 –
Valencia, estado Carabobo, 20 de julio 1822). Se señala que sus
padres fueron esclavos. En el año 1814 abandonó las filas realistas y
se incorporó al ejército patriota bajo el mando del general Pedro
Zapata. Participó en la Batalla de la Hogaza (Guárico, 2 de diciembre
de 1817).
− José Ascensión Farreras (Angostura, actual ciudad Bolívar, 1785 a
enero de 1865). Sus padres fueron esclavos.
− José Joaquín Veroes (San Felipe, estado Yaracuy 1739 de enero a
1855). Su padre Antonio Veroes, fue descendiente de negros
africanos. Desde el año de 1810 estuvo afiliado al ejército
independentista, participó en la expedición militar que dirigió el
brigadier Francisco Rodríguez del Toro, en la ciudad de Coro y en las
50
diferentes campañas bélicas de la Primera República de Venezuela
(1811 – 1814).
− Juana Ramírez (La Avanzadora)
(Chaguarama,
estado Guárico,
1790 – Maturín, estado Monagas 1856). Según testimonios orales fue
hija de un hacendado blanco con una negra esclavizada. Ha sido
considerada como la “Tropera” más destacada de la independencia de
Venezuela, pues fueron múltiples sus servicios como enfermera,
cocinera, encargada de la vigilancia de los armamentos y de los
prisioneros. En muchas ocasiones participó en operaciones bélicas,
como lo ocurrido en la Batalla de Alto de los Gobos (25 de marzo de
1813)
− Marta Cumbale (Guiria, estado Sucre, San Francisco en jurisdicción
de Maturín, estado Monagas, 28 de diciembre de 1864). Su familia
estuvo integrada por descendientes de africanos esclavizados y otros
en situación de manumisión. Esta heroína lucho al lado de patriotas en
los campos de Charaguamal y se afilio al grupo de mujeres que dirigió
Juana Ramírez en Maturín entre los años 1811-1814.
− José Laurencio Silva (El Tinaco, estado Cojedes, 7 de septiembre de
1791 – Valencia, estado Carabobo, 27 de febrero de 1873). Sus
padres pertenecieron al grupo de los pardos y fueron pequeños
propietarios en jurisdicción de El Tinaco durante los años 1810-1824.
− José Tomas León (Valles de Aragua). Fue
esclavo de Eustaquio
Machado, propietario de una hacienda de trapiche de caña de azúcar
en jurisdicción de la Victoria. En el año de 1818 se integra al ejército
patriota y participa en las Batallas de Semen o de la Puerta, en Ortiz
51
− José Bolívar (Alto Llano de Guárico - Bogotá, 1828). Esclavo de la
familia
Bolívar,
liberado
por
nuestro
Libertador.
Participó
en
numerosas batallas al lado de Simón Bolívar. Oficial de caballería del
ejército de Venezuela.
− José Palacios (San José de Tiznado, estado Guárico, 1770 – Caracas,
1842). Fue esclavo de la familia Palacio Blanco y luego obtuvo su
libertad. Según la tradición y testimonio de la época, fue mayordomo,
ayudante y edecán de Simón Bolívar desde 1803, hasta el día de su
muerte el 17 de diciembre de 1830.
− Jorge Bolívar. Fue esclavizado por la familia Bolívar en San Mateo,
valles de Aragua. Subteniente de milicias en el bando patriota,
participó en las campañas de la Nueva Granada, Ecuador, y en la
Batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824
− Julián Infante (Altos Llanos del Guárico, 1783, Chaguaramas, estado
Guárico). Hijo de padres esclavizados. Participó en numerosas
batallas en pro de la independencia de Venezuela.
− José Antonio Andujár (Guiria, estado Sucre). Obtuvo el grado de
Sargento e intervino en varias operaciones militares llevadas a cabo
por el ejército patriota.
− Y, los esclavizados de las haciendas situadas en la costa de
Carúpano, quienes se incorporaron al ejército de Simón Bolívar el 1 de
junio de 1816, tal como nos señala la Gaceta de Caracas del 20 de
noviembre del año aludido.
52
Por último, quiero señalar que con la anterior síntesis biográfica de
próceres negros, mulatos y zambos nacidos en Venezuela, no pretendo
agotar toda la información que al respecto existe sobre dicha materia, en
esta ocasión solamente realizo una muestra significativa relacionada con tan
importantes personajes y hechos históricos, generalmente omitidos en
nuestros anales patrios.
Es de hacer notar, que el aporte de la raza negra en Venezuela debe
destacarse por el conjunto de realizaciones y contribuciones en todas las
ramas, tanto de la economía, cultura y las artes. El negro desde su llegada
como esclavo, contribuyó en la economía venezolana a través de su trabajo
en las minas y en las industrias.
ASPECTOS CULTURALES DE LA AFROVENEZOLANIDAD
La cultura adquiere formas diversas en el
tiempo y en el espacio y se manifiesta en
la pluralidad de sus expresiones y entre las
sociedades y grupos. Esta multiplicidad de
formas y contenidos se conoce como
diversidad
cultural,
y
en
si
misma
constituye un patrimonio común para la humanidad, ya que es origen y motor
de intercambios, innovaciones y creatividad.
Ante lo anterior, nos encontramos con que la historia cultural de
Venezuela está colmada de particularidades y diferencias que han dado pie
a la conformación de multiplicidad de identidades, que se manifiestan en
diversas expresiones , formas de vida y paisajes culturales a lo largo y ancho
del país; manifestaciones existentes desde tiempos ancestrales, así como en
53
la actualidad. Como ejemplo emblemático de esta diversidad está la gran
variedad de elementos culturales tangibles e intangibles, característico de la
población afrovenezolana, tanto en el pasado como en el presente.
Estos elementos han sido consecuencia de los aportes que los primeros
africanos provenientes de diversos grupos del conjunto nigerio-congoleño,
que trajeron consigo la resemantización de esas expresiones ya emplazadas
en estas tierras, así como de las nuevas construcciones culturales
desarrolladas a lo largo del tiempo.
La definición constitucional de Venezuela, como una nación multiétnica
y pluricultural representa una ruptura con respecto al modelo de EstadoNación configurado en la ideología política del mestizaje, y como ya han
señalado algunos autores de lo hispánico mestizo como paradigma cultural
necesario para el logro de la civilización y del proceso. Esta apertura tiene un
buen aliado en el complejo pero creciente orden mundial, en el que
paradójicamente a los paradigma de la globalización, muchos movimientos
sociales están conceptualizando y desarrollando la instrumentación política
de sus identidades étnicas y culturales.
En este contexto, los afrovenezolanos como diversas comunidades y
organizaciones afrodescendientes de América están considerando cada vez
más, que el éxito de sus demandas estará garantizado, no solo tras la
consolidación del autoreconocimiento de su condición de afrodescendientes,
sino también tras una profunda interpretación de su pasado y del desarrollo
de proyectos sociales y políticos de cara al futuro.
Los paradigmas, así como los caminos que muchas de las
comunidades afrovenezolanas mantienen en pro de la consecución de
reivindicaciones dentro de los espacios que conforman la nación, también
54
están demostrando que es equivoca la consideración de la relación entre la
diversidad cultural y el Estado-Nación como adverso e irreconciliable. Caso
contrario, cada vez es más aceptado que la cohesión e integración de estos
elementos, no solo es posible, sino necesario, las diferencias culturales.
LAS
MANIFESTACIONES
CULTURALES
AFROVENEZOLANOS
COMO APORTE Y EXPRESIÓN DE LA IDENTIDAD NACIONAL.
Siempre hemos pensado al hacer referencia
del arribo de los españoles a nuestro
continente, se debe hablar del “Encuentro
de tres mundos”: el indígena, el europeo y
el africano.
En este contexto, los afrovenezolanos recibieron de los europeos, los
siguientes los elementos culturales: el idioma, la religión, costumbres, poesía
e instrumentos musicales. De ellos, se produce una mezcla, pero también
una erradicación, el sonido del tambor africano fue sustituido por la guitarra
que le facilitaría aún más a los españoles su trabajo religioso, permitiendo el
subyugamiento de la raza negra.
En el caso de los negros sometidos a la esclavitud, la esposa del amo
rezaba y con ella los siervos, y ésta también lo llevaba a la obediencia, almas
sumisas y fácilmente doblegadas ante el temor de Dios. Unidos a la oración y
a cambio de la música del tambor africano, surge la salve, el pasacalle, la
pavana, el romance y el estribillo.
55
De España llegó el verso y la oración cristiana, que luego el negro unía
a la música del cinca y medio, la tambora serrana, la chatarra, el pandero.
Otros instrumentos empleados fueron: el cuatro y el violín, los capachos e
instrumentos de madera tallada para producir diferentes sonidos.
Utilizando el verso octosílabo (presente en los primitivos romances que
los conquistadores trajeron a América), los negros alegraban y aún lo hacen
en sus fiestas patronales, la navidad, Año Nuevo, novenarios (de santos y
muertos),
velorios
de
angelitos,
entre
otros.
Los
afrovenezolanos
acostumbraban elaborar una flauta con planta denominada carrizo,
ejecutaban diferentes sonidos con la misma. Al cilindro del carrizo (mide 50
cm de largo) le hacían perforaciones en forma de zigzag.
Así tocan y cantan el “Pasacalle” ritmo lento, solo se toca por navidad
que se atribuye al paso del parihuela, ejecutado por cuatro hombres, quienes
llevan en hombro un enfermo, un muerto, al amo y van al mismo paso guiado
éste un pujido que lleva el movimiento.
La pavana: los negros asocian este ritmo al látigo que le echaban los
amos a sus siervos y esclavos. Es una música lenta y grave, se toca
con los instrumentos que se mencionaron antes. En relación al origen
de este ritmo, nace en la región del tinglado, se le llama “manda”,
pavana, una “pela” donde se acostumbraba azotar a los esclavos,
Cuando el amo se ponía la capa, siervos, manumisos y esclavos,
temblaban al temor del látigo de siete puntas.
Romance: composición que presenta la misma estructura de las
traídas
por
los
españoles,
número
indeterminado
de
versos
octosílabos, rima asonante en los versos pares y libres, los impares se
56
canta en diciembre y tiene como motivo la celebración de estas
fiestas.
Estribillo: se canta luego de cualquiera de los tres ritmos antes
señalados.
Salve: es de tono triste, se canta en las fiestas patronales como
saludo al Santo Patrono y como rito, en los novenarios, se saluda y se
canta a la virgen.
Décima: los negros siempre acostumbraron a componer y cantar las
décimas en la forma de “corrida” y “con lamento”, otras veces las
escribían en forma de “copla”. A través de la décima se trasmiten
diversos sentimientos y actividades: se le canta a Dios, a la Virgen, a
la Cruz de Mayo, a la Siembra, al amor, a la alegría, a la tristeza y a
los dones recibidos.
Viviendas: las características de sus viviendas eran construidas con
hierbas guinea, cocuiza brava y mansa (con espinas y sin ellas). La
cocuiza presenta la particularidad de que al cortarla expulsa un líquido
que si toca la piel produce picazón y hace que se desprenda la capa
más superficial de la piel. En la construcción también se utilizó carrizo,
cañizo y caña brava para hace envarrillado, este envarrillado puede
ser para techar o para paredes (bahareque). Se llama embutido a la
primera parte del bahareque, la segunda se llama pañote, el cual se
prepara con hierbas, paja y se bate hasta que de “punto” (llámese así
a la mezcla que toma aspecto de “melao”), se le agrega la hierba
“zorra bien picadita”.
Es común en las mujeres afrovenezolana que utilizaran la piedra de
moler. Esta se monta sobre un pie triangular de madera. Los palos del
57
triángulo median unas 4 pulgadas de grueso, un metro y medio de largo por
80 cm de alto. Para moler se empleaba una mano de piedra de
aproximadamente 15 cm de grosor, con ella se muele maíz pilado, aliños,
frutas, verduras (para hacer dulce).
También con nuestros afrovenezolanos nace el fogón de leña, el cual
mide unos 90 a 80 cm de alto, un metro y medio de largo, 80 cm de fondo.
Se construía de bahareque con piedra, para cocinar se colocaban 3 piedras
grandes que soportaban el peso de las ollas, budares, entre otros. También
dos piedra pequeñas (al frente de tres grandes) para recostar la arepa que
termina de cocinarse al rescoldo de las brasas. Muchas personas construían
o colocaban por encima del fogón una troja para guardar los productos de la
cosecha (maíz, auyama, granos y hasta para secar el café en concha).
Otros Aspectos Tradicionales
Los primeros negros establecieron en estas tierras fábrica de tambores
de diferentes tamaños con el cañón de la cocuiza. Al fabricarlos de diversas
dimensiones buscaban obtener diferentes sonidos. Del mismo material
fabricaban el pandero.
Nuestros afrovenezolanos en algunas poblaciones como Macuquita
(Edo. Falcón) rinden culto a San Miguel y la Virgen del Carmen, cuyas fiestas
patronales se celebran el 29 de septiembre. Durante la celebración (los
rezos) se toca el violín, cinca y medio, la tambora, el cuatro, maracas y se
improvisan los rezos dirigidos al Santo Patrono. En época de navidad, la
parranda acostumbra visitar casa por casa y entonar pasacalles, estribillos,
décimas y cantos alusivos a la fecha que se celebra.
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San Juan y la identidad nacional
Cada año en el mes de junio los medios de difusión
masiva despliegan sus reportajes acerca de las
llamadas fiestas del solsticio de verano, entre ellas
una de las más renombradas es la fiesta en honor a
San Juan Congo o San Juan Bautista, especie de
santo patrón del mundo afrovenezolano, en la zonas de: Distrito capital,
Miranda, Vargas, Aragua, Carabobo, Yaracuy, Guárico y en algunas
localidades del estado Sucre.
Podríamos enumerar un sinfín de significado y hablar largo y tendido de
la importancia del culto a San Juan, era la vida del afrodescendientes, de sus
comunidades y de la nación venezolana. Toda su reafirmación cultural, su
reencuentro con mamá África, orgullo por su negritud, y todo lo que ella
encierra.
Las fiestas de San Juan, el espacio ideal para el reencuentro en el
término etnoculturales de los afrodescendientes. En San Juan no hay
incomodidad con lo llamado “negroide”, se oyen expresiones como calienta
sol, que el negro es fresco”, orgullo de ser negro para cantar y bailar, el
tambor para mostrar su devoción al Santo y su cultura.
En las fiestas en honor a San Juan están presente, tres elementos
fundamentales que forman parte de la vida espiritual del afrodescendiente: la
fe, la música y la danza. Sin lugar a duda, la fe es la columna vertebral de las
comunidades afrodescendientes, ese conjunto de creencia donde convergen
lo indígena, y lo católico popular de lo español amalgamado por lo africano
que subyace en todos los órdenes de su vida material y espiritual.
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La música y la danza, además de ser una expresión estética y artística,
son vehículos para expresar la fe, para conectarse con lo santo y deidades
objeto de su fe. Estos son elementos de humanización para superar la
barbarie de la esclavitud, el desarraigo y, hoy para superar las nuevas
formas de esclavitud y sus mecanismo de la dominación como desesperanza
aprendida, la descalificación, el endorracismo, la vergüenza étnica, que
desde siglo utilizan las clases dominantes a través de sus poderes para
mantenerlos subyugados, atados a una situación de indignidad.
Por último, el arte que se expresa en el vestuario del santo, los
celebrantes en los altares, en la ornamentación de calles y templos, es uba
expresión humana para la reivindicación y dignificación del sujeto, para
combatir la invisibilización. Fe en que San Juan les concederá el favor
pedido, alegría y agradecimiento en el pago de promesas cumplidas y la
mejor forma de expresarla es con su música y su danza, la que le hizo mamá
África.
Fe e identidad
Fiesta en honor a San Juan en Curiepe, tan
nombradas como vapuleada, convertida en
falso hecho “turístico”, con cuyo remoquete
han querido solapar el verdadero sentido de la
fiesta.
La
comunidad
curiepera
viene
realizando esta fiesta desde su fundación y
han tenido suficiente fuerza y voluntad para
irse adaptando a las diferentes etapas y
situaciones por las cuales ha pasado la comunidad y el país (colonial, las
dictaduras y las democracias participativas) y salir airosos, fortalecidos.
Siempre realizada con el concurso de sus hijos e hijas, lo cual le da un gran
60
bagaje para asumir la democracia participativa y protagónica, si en algún
lugar y acontecimiento en concreto esta postulado constitucional es en
Curiepe y en todas las fiestas que se realizan en Venezuela en honor a San
Juan Bautista o Congo.
En Venezuela, siendo aun una sociedad racista, clasista neoliberal, con
valores capitalismo, como el individualismo, el dinero, muy a pesar de estos
antivalores, aun se mantienen vivas las tradicionales fiestas de San Juan,
donde se reafirman los valores de la solidaridad, el compartir, donde lo
colectivo es fundamental y que años tras años reafirman todo aquello que
ellos (los egoístas, los mezquinos) quieren negar, como el hecho cultural que
conjuga el sentido de la comunidad, sus valores más caros y profundos. Un
país sometido de transculturización, mediante la enajenación de su historia y
de su cultura, requiere de aquellos espacios que le ofrecen al necesario
reencuentro con su historia, con sus raíces.
Ahora bien, la afrovenezonalidad constituye un conjunto de valores y
acciones socio-culturales y político-jurídicas, que se encuentran integrados
en forma definitiva al proceso histórico de nuestro país; pues los africanos y
sus descendientes nos han dejado múltiples aportes en la conformación de la
identidad de Venezuela, tal como lo podemos observar en el mestizaje
étnico, la gastronomía, las artes plásticas, la literatura oral y escrita, los
topónimos, la fundación del pueblo (cumbes y rochelas) heroínas y héroes en
la guerra de la independencia, la lexicografía, las fiestas tradicionales (San
juan Bautista, 23, 24 y 25 de junio), San Benito (diciembre-enero), San
Efigenio (2 de septiembre), San Antonio de Padua y el Tamunangue (13 de
junio), el Corpus Christi y los Diablos Danzantes (junio), las Locaimas en el
día de los inocentes. Los Boleros en Caucagua y comunidades adyacentes
(28 de diciembre), la Parranda de los Negros en Altagracia de Orituco, los
Velorios de Cruz de Mayo, los Negros Kimbaganos en la Fiesta de san Juan
61
en Lezama, religiosidad popular y culto a deidades africanas (santuarios y
sus vinculación con prácticas espirituales), el uso de plantas medicinales,
leyendas y mitos, instrumentos musicales (tambores, marimbas carángano).
Danzas (el Calipso del Callao, peinado de clinejas)
Destacamos que los múltiples elementos de nuestra africanidad, se
encuentra presente tanto en la época colonial, como en la guerra de la
independencia, hasta llegar a la modernización del Estado venezolano y los
diferentes
problemas
que
han
ocasionado
la
exclusión
de
los
afrodescendientes.
ENFOQUE ACTUAL
El 10 de mayo se celebra en toda Venezuela el día de la
Afrovenezolanidad, o día de la Negritud, Diaspano o Afrodescencia, tres
términos que tienen una visión distinta según las investigaciones de Reinaldo
Bolívar (Viceministro de Relaciones Exteriores para África de la República
Bolivariana de Venezuela), donde hace un análisis explicativo de los tres
conceptos, por ejemplo el término “Negro”, que en África no es rechazado,
porque allá, incluso, de las 54 banderas existentes deben haber unas 15 que
tienen una franja negra y para ellos significa “Tierra y Pueblo”.
Además, en diversos países de África hay varias terminologías que
significa como “Negro” o “Cara Pintada”, por ejemplo, en Etiopia son los
“hombres de cara pintada”, es decir oscuro, de hecho a comienzo del siglo
XX a todos los africanos les decían etíopes. Sudan, el nombre de este país
del África del Este, en su lenguaje significa “Negro”. En Guinea, nombre de la
nación de África Occidental, de acuerdo con su investigación podría significar
“Negro”, “Mujer negra bonita”. Eso quiere decir, que el término “negro” no les
desagrada; el problema está en que los occidentales lo fueron actualizando y
62
relacionando con lo malo, lo oscuro, lo maligno, lo cual lo convirtió en
peyorativo, en ofensa; la lista negra, las aguas negras, lo que también tiene
algunas contradicciones porque a las mujeres les gusta mucho el color negro
para vestir, a los diplomáticos también.
Otras personas dicen que no hay seres humanos negros porque eso
obedece a una piel pigmentada que no tiene nada que ver con el color. Sin
embargo, hay muchos que se asumen “Negros” o “Negras”, africanos que lo
aseveran. De hecho, existió lo que se llamaba el poder negro, Leonardo
Senaghor, presidente fundador del Senegal, conocido como el poeta de la
negritud. Introdujo en los años 60 este movimiento, incluso en sus escritos
describe a la mujer negra desnuda. Ese “Black Power” en los Estados Unidos
todavía existe.
De todas maneras, el investigador piensa como una persona que
asume la terminología “Negro” o “Negra”, lo hace por el color de la piel, o por
una reivindicación social. Esta la diáspora africana donde históricamente
están incluidas aquellas personas que salieron de Etiopia, que nos engloban
a todos nosotros, ya que provenimos de ellos, de África, y a medida que va
dando la dispersión geográfica, con los cambios del clima, la piel fue
adaptando su pigmentación. Por eso el investigador sostiene, que todos
descendemos de África, no importa el color de la piel, y en este sentido, el
término afrodescendiente es más amplio que un color.
Teniendo en cuenta que cuando hablamos de afrodescendientes, nos
referimos a los subsaharianos, que han resistidos en toda América Latina y el
Caribe, que han mantenido los principios de sus valores socioculturales,
tanto en la música como en la expresión religiosa, al vestir, la forma de ser,
tradiciones gastronómicas y otros aspectos que han sabido conciliar con
otras culturas, por ejemplo la típica fiesta de San Juan que es una síntesis de
63
la cultura occidental impuesta por los españoles en sus fiestas católicas y los
esclavizados y sus descendientes, quienes la adaptaron a su propia
idiosincrasia, que tal vez no le cantan a San Juan sino a Elegua.
El cultivo de arroz, tal como se hace en América, proviene de África, las
casas prefabricadas, esa manera rápida de armar las viviendas con madera,
aún presente en la costa atlántica de los Estados Unidos, en Curaçao o en
Aruba, es una usanza típica africana, porque ellos por los avatares de la
naturaleza u otros elementos, se tenían que mudar, entonces
desarmaban
la casa y se la llevaban para otra parte. La misma utilización del bahareque
es una construcción africana. De igual modo existe una cultura sobre el uso
medicinal de las hierbas que están presentes hoy en día como herencia
africana.
Hoy en día hay una gran discriminación subjetiva, la cual es notable en
los medios de comunicación donde los afrodescendientes y mestizos son
relegados a un plano secundario y terciario, en países como Venezuela,
porque sí nos referimos a Estados Unidos vemos que existe una
discriminación tanto hacia los negros como hacia los latinos, se constata por
ejemplo en la manera como los medios invisibilizan los logros de la
afrodescendencia, no los presentan o los incluyen en el patrón de la
clasificación de la belleza del ser humano, ya que los publista no consideran
las personas negras (comerciales). Esto también se confirma en los temas
abordados por estos medios, incluso aquí en Venezuela, donde se ven pocos
programas dedicados al África, lo cual pasa en muchos países, de la misma
manera está presente en la sociedad, hay sitios que seleccionan personas
para trabajar y al ver las fotos las discriminan.
En la educación signos vigentes en los pensum, donde no se
incorporaron a los grandes héroes y heroínas afrodescendientes, parte de los
64
esclavizados, son tan grandes como Francisco de Miranda, pero los que
dominan las editoriales educativas dejan de lado el aporte de la negritud
como los de José Leonardo Chirino.
Otra manera de ver la discriminación es la reducción de los
esclavizados, sólo como mano de obra, máquinas que construyen. pero se
invisibiliza. Algunos investigadores (historiadores) piensan que la primera
maestra de Bolívar fue “Matea”, así como de la importancia de la negra
Hipólita, a quien él llamó “mamá”, según Reinaldo Bolívar; el Libertador
Bolívar estaba muy sensibilizado, jugaba con los hijos de Hipólita en las
cuadras, esto no se difunde y allí hay una discriminación en el campo
educativo que aún no se ha corregido.
Para ello, en Venezuela se creó la comisión contra la discriminación,
adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Educación, con la misión de
cumplir estos compromisos, pero falta acciones muchos más, es perentorio
que los pensum educativos nos hagan ver mucho más ese aporte de la
africanidad.
LOS NEGROS AFRICANOS RESIDENTES EN CORO
La población negra de origen africano que llega a
Venezuela en la época colonial tuvo diversas procedencias.
La clasificación de estos grupos ha sido realizada
principalmente a partir de los rasgos culturales que
identifican sus orígenes ancestrales.
En nuestro país son pocos los estudios que sobre los negros africanos
que entraron al territorio, estos se han realizado a partir de fuentes históricas
documentales. Pero con dificultades para el estudio de documentos de
65
tiempos coloniales, debido a que sólo en 1777 quedó unificado el territorio
que había de constituir la república.
Diversas porciones dependieron de jurisdicciones distintas, por lo cual
no abundan entre nosotros los documentos del siglo XVII y aun menos del
siglo XVIII. Sin embargo, se encuentran listas diversas de gentilicios de
esclavos, aparte de que en fuentes variadas se nombran, en forma aislada,
las procedencias de numerosos africanos, entre ellas: en comunicaciones de
autoridades, en estamentos, en documentos de ventas, se pueden encontrar
numerosos gentilicios.
En Coro, buena cantidad de información documental, sobre todo, la
correspondiente a las testamentarias de las principales familias poseedoras
de mayores recursos económicos en esta región, en la época colonial,
indican la procedencia o gentilicio de la población negra-africana que fue
introducida en la jurisdicción como principal fuerza de trabajo.
Por ejemplo, en testamento de María de Sangrones, fechada el día 29
de octubre de 1772, propietaria de la posesión “La Chapa”, localizada al sur
veracidad de Coro, se registra un número de esclavos criollos y africanos que
así lo demuestra: “Negros” primeramente Francisco, mayoral de dicha
hacienda (se refiere a la Chapa) de Angola; Diego, mulato criollo; Juan
Francisco, negro inglés; Juan Antonio, negro Costa Caravali; Francisco
Antonio, negro Costa Macamba; un negro nombrado Diego de Costa Angulu.
También en Coro encontraron estas etnias africanas asentamientos o
comunidades de cumbes y cimarrones, las cuales se constituían con
miembros de esclavos que llegaban a Venezuela fugados desde la isla
holandesa Curazao, importante mercado negro del Caribe.
66
Por último, resulta interesante la referencia contenida en el testamento
de Don José Antonio Zárraga en el que se registra los bienes que quedaron
en esta ciudad de dicho Don José Antonio, constante del inventario que corre
desde el folio ocho hasta el principio del once, los que se entregaron ha
dicho apoderado habiendo sido llamado por sus partidas y sólo faltaron, el
criado Thomacito de edad de 55 años. El otro negro Antonio Manuel, prófugo
de la isla de Curazao tampoco fue entregado.
A propósito de la insurrección de los negros de Curimagua, dirigida por
José Leonardo Chirino, varios de los informes elaborados en las
averiguaciones de lo sucedido, relatan el antecedente de un pleito por las
tierras de la Chapa y Macuguita entre el mismo Juan Antonio Zarraga y los
negros curazoleños que habitan en estos lugares. En esto por unidad, los
loangos libertos fueron defendidos por José Caridad González.
A partir del año de 1810, encontramos que la Junta Suprema de
Gobierno que se instaló en la ciudad de Caracas con motivo a los
acontecimientos del 19 de abril, decidió, entre otras cosas, prohibir la Trata
de esclavizados en la Capitanía General de Venezuela, pero no planteo
nada en relación con la abolición de la esclavitud. Posteriormente, en el año
de 1812, durante la Primera República, vemos que la Cámara de
Representantes del Estado Soberano de Caracas y el Generalísimo
Francisco de Miranda cuando sintieron amenazada la estabilidad del
gobierno patriota, promulgaron un decreto en el mes de junio del año aludido,
en el cual se decidió otorgar la libertad a mil esclavos siempre y cuando
estos se incorporarán al ejército republicano.
Más adelante, apreciamos que el Libertador Simón Bolívar inicia una
campaña abolicionista en el año 1816, la cual plasmó en dos decretos
emitidos el 2 de junio del año antes mencionado, el primero en Carúpano y el
67
segundo en Ocumare de la Costa. Ambos decretos fueron elaborados como
respuesta a una promesa realizada al General Alejandro Petión – Presidente
de Haití.
En 1819, el Libertador en su discurso de Angostura, planteó: “que la
libertad absoluta de los esclavos era tan necesaria como su propia vida y la
de la república”. En el Congreso de Cúcuta, realizado en 1821, nuevamente
Bolívar solicita la abolición definitiva de la esclavitud.
Nueve años después, el 2 de octubre de 1830, el General José Antonio
Páez promulgó una nueva Ley de Manumisión, la cual tuvo un carácter más
conservador que la anterior, ya que se promulgó la edad de 21 años para
que los manuvisos pudieran lograr su completa libertad.
Asimismo, vemos que el periodo de 1831-1854, hubo múltiples
esfuerzos en pro de la abolición de la esclavitud en nuestro país, los cuales
chocaron con los intereses económicos-políticos de los grupos sociales
dominantes de la época.
Ahora bien, apreciamos que después de 1854, los antiguos esclavos y
los manuvisos continuaron formando parte del peaje y de los jornaleros en
las áreas rurales del país y muchos de ellos lograron participar como
aprendices-ayudantes en los oficios artesanales en los centros urbanos, sin
olvidar que también fueron soldados y oficiales en numerosas guerras civiles
y montoneras que ocurrieron a lo largo del siglo XIX en Venezuela.
Igualmente, vemos que los descendientes de africanos en nuestra
nación a lo largo del siglo XIX sufren los impactos del racismo y la
discriminación étnica, por lo tanto, la lucha contra la exclusión debe ser
permanente, sobre todo en el campo educativo y cultural.
68
MUJERES AFRODESCENDIENTES EN LA LUCHA POR LA TIERRA
En Latinoamérica y en Venezuela diversas mujeres han participado en
movimientos y organizaciones sociales, cuyos objetivos han sido recuperar
tierras improductivas y luchar en contra de estas formas de exclusión
patriarcal; sin embargo, tradicionalmente las mujeres han sido relegadas a
papeles secundarios, debido a que sólo son reconocidas como asistentes o
proveedoras de alimentos y agua en las luchas por la tierra. Asimismo, las
mujeres no han sido incluidas para acceder a las tierras recuperadas y pocos
títulos han sido adjudicados a mujeres jefas de hogar.
A consecuencia de esta situación de doble exclusión, tanto de género
como de condición étnico-racial, el Cumbe de mujeres afrodescendientes del
municipio Veroes del estado Yaracuy, decidió tomar la iniciativa de rescatar
tierras para el desarrollo productivo y educativo de la región y garantizar la
seguridad alimentaria de sus familias. En este ensayo examinaremos
particularmente la lucha colectiva del Cumbe Reina Giomar y sus avances en
el rescate de tierras en el municipio Veroes.
En 1989 también se libró una ardua lucha en la comunidad de
Palmarejo, liderizada por un grupo de hombres, mujeres y jóvenes
afrodescendientes con el objeto de recuperar más de mil hectáreas que
habían sido usurpadas por un terrateniente de la región.
Con la Revolución Bolivariana el escenario de la luchas por la tierra ha
sido cambiado radicalmente, ya que existe un nuevo marco jurídico y político
que sustenta y apoya los procesos de rescate y distribución de tierras
ociosas para los y las campesinos. En el año 2005, la República Bolivariana
de Venezuela, particularmente el Instituto Nacional de Tierras, concluyó que
las ventas efectuadas por los comuneros afrodescendientes de Veroes
69
carecen de validez jurídica, ya que legalmente estas propiedades comunales
son intransferibles. Luego de largas batallas jurídicas, políticas y físicas, las y
los afrodescendientes de Veroes han logrado rescatar más de 110.000
hectáreas de tierra que anteriormente pertenecían a sus ancestros
comuneros.
Hoy día muchas cooperativas agrícolas y comités de tierras en la región
se han articulado en el Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora y el
Movimiento Regional Campesino “Jirajara”, llevando en alto el legado
zamorano: “Tierras y hombres libres” e impulsando la ayuda de profundizar la
revolución agraria. Este frente de organizaciones campesinas no sólo lucha
por profundizar la redistribución de la tierra sino también por romper con las
transnacionales de alimentos y fertilizantes y su política de dependencia y
monopolio.
En el municipio Veroes, específicamente en las comunidades de Agua
Negra, Palmarejo, El Chirino y Farriar, la mayoría de las luchas por la tierra
ha sido liderada por hombres, pues las presiones sufridas en décadas
anteriores por parte de las autoridades del Estado y del sicariato eran tan
fuertes y crueles, que en la mayoría de los casos a las mujeres no les era
permitido ocupar las tierras en forma continua, ni portar armas para su
defensa.
En abril del 2007, el movimiento de mujeres afrodescendientes Reina
Giomar, inspirado por esta gran cimarrona de origen africano, se organizó
con el fin de alcanzar medios sostenibles para el trabajo agrícola y garantizar
la sustentabilidad de las familias de la región. Este grupo conformado por 20
mujeres, en su mayoría de la comunidad de Farriar, se había organizado en
el año 2006 como una cooperativa mixta dedicada a la fabricación de
uniformes escolares para las escuelas de sus comunidades.
70
Con el impulso y apoyo estratégico de Cumbe de Mujeres
Afrodescendientes y la Red de Organizaciones Afrovenezolanas, este
movimiento inició una campaña en contra de la inequidad de género, la
discriminación racial y la explotación de clases, que viven a diario muchas de
las mujeres en el municipio Veroes.
De esta manera, fomentaron el proceso de autoreconocimiento de
muchas mujeres como afrodescendientes, aspirando así reforzar los valores
identitarios, históricos y culturales de las familias de origen africano de la
región.
Las participantes de este movimiento varían en edad y ocupación;
algunas habían participado anteriormente en otras organizaciones y comités
de tierras, siendo completamente excluidas de los procesos de repartición de
tierras. Otras, siendo jefas de hogar se veían obligadas a trabajar como
domésticas en San Felipe, a fin de mantener a sus familias. Muchas de estas
mujeres tienen gran experiencia en el trabajo comunitario, algunas participan
en cooperativas otras apoyan la larga lucha de las Organizaciones
Comunitarias de Vivienda (OCV) o son voceras activas del consejo comunal
de Farriar. Todas ellas se identifican como “Cimarronas Afrodescendientes”,
unidas por la lucha común de alcanzar su independencia productiva, la
reivindicación de sus derechos como mujer y una vida digna para sus
familias.
Este grupo de mujeres activas ha hecho visible en sus discursos y
acciones la necesidad que tienen las Afrodescendientes campesinas de
tener acceso a la tierra. Su propuesta también enmarcada en el discurso
reivindicativo de la Revolución Bolivariana y zamorana también evoca los
propósitos de la Ley de Tierra de 2001.
71
En la actualidad, existen acciones encaminadas asistir las demandas de
las comunidades afrovenezolanas y valorar nuestros aportes y nuestro
patrimonio, respetando nuestras múltiples particularidades y nuestras formas
de organización, pero cualquier acción es insuficiente mientras no exista
conciencia de todas las instancias públicas y privadas y que ésta sea
articulada como un cuerpo de leyes y un sistema judicial que vele por el
cumplimiento de las mismas.
No obstante, la responsabilidad debe ser asumida equitativamente por
las instituciones, por todos y todas, inclusive las empresas privadas que
importan imaginarios comerciales foráneos e ideologías macabras que le
otorgan preeminencia a los ojos rubios, los cabellos rubios y la cultura del
plástico que se relacionan directamente con los antivalores del capitalismo
devastador y excluyente.
Por otro lado, la industria del juguete ha devorado los estudios de lo
lúdico, proponiendo a los niños(as) modos de vida que alimentan
negativamente su imaginación que es la fábrica de sueños para el futuro de
nuestra sociedad. De esta forma, se ha proporcionado un distanciamiento de
los juegos tradicionales, la experiencia de compartir con los padres la
historia, los mitos y los saberes que hoy están mortalmente intervenidos y
afectados por la cultura “Barbie” o los juegos de guerra como rituales
perennes con la violencia, sumado a ello un desprecio por todo lo que se
exprese remanentes de tradición o esa diversidad de la que somos hijos.
EN LO EDUCATIVO
Los niños, las niñas y los jóvenes venezolanos(as), sufren esta realidad
devoradora que es reforzada por las comiquitas, la televisión por cable y
lamentablemente por cierta literatura infantil con contenidos, o peor aún,
72
made in Venezuela, donde se reproduce en serie ideológica inservible, tanto
para la mujer como para el hombre nuevo del socialismo bolivariano.
Niños y niñas rubios, en historias, cuentos y poemas escritos con un
español afectado, atendiendo las mitologías estereotipadas de los cuentos
de hadas, que a menudo las editoriales al publicarlos, ni se molestan en
contextualizar, eso frente al hecho realista de que son escasos las
poblaciones donde los niños y niñas, aun no pueden comprar libros (tampoco
existe el liberador hábito de la lectura).
Este inventario de comercio involuntario, o no,
hace que nuestros
niños, niñas y adolescentes afrovenezolanos(as) sientan vergüenza frente a
la cultura de sus padres y sus abuelos, que está estigmatizado en la
selección de los contenidos e ilustraciones de los textos publicados por estas
editoriales, y más aún, se mantiene profundamente ausente del Currículo
Académico de nuestra educación, en el cual ya se ha hecho sistemática la
exclusión.
En este punto se hace necesario reconocer la importancia de fortalecer
un sistema para formar y educar a los niños, niñas y adolescentes de estos
grupos étnicos, especialmente, a través de valores socialistas, ya que
ellos(as) son bombardeados(as) por la irresponsable industria cultural, la
propaganda barata y están expuestos(as) a las reducciones del mercado
consumista.
Las autobiografías, las recetas, los cuentos que funden las costumbres
a una inmensa tradición y las historias de protagonista de la vida cotidiana de
las comunidades; requiere trabajar la literatura bajo estas perspectivas
etnológicas y hacer una etnoliteratura que hable a todos los ciudadanos(as).
Una literatura que registre la presencia y las formas de estar de unos
73
venezolanos y venezolanas que lleven en su sangre la estirpe de los Orishas
del patrón Yoruba, y que torne espacios para leer y escuchar la voz de los
afrodescendientes en tanto sujetos creadores, capaces de articular un
pensamiento que los haga visibles desde sus riquezas y no como personas
en cuerpos, caderas, manos o bocas carnosas.
Es bueno reflexionar en un proceso político incluyente como lo es
nuestro proyecto revolucionario, ¿Por qué no aparecen los afrovenezolanos
o afrodescendientes en la Constitución más avanzada del mundo? Una vez
más quedaron invisibilizados. ¿Por qué sería? ¿Será que nunca han visto a
un negro o una negra este país? ¿Será que nunca han oído hablar de los
tambores de San Juan? Podemos disertar sobre el tema, de una forma
solidaria y en colectivo, plantearnos infinidades de interrogantes sobre el por
qué del olvido, por decir lo menos, y especular sobre un sinfín de repuestas
acerca de esta exclusión y sus consecuencias, una situación de exclusión,
contraria al espíritu bolivariano, democrático
y humanista que alienta
muestro proceso de refundación republicana.
Bajo el manto del mestizaje pocos se detienen a mirar las diferencias
étnicas, no sólo existentes entre indígenas y criollos (ésta ha sido la única
diferencia aceptada), agrupando a los afrodescendientes dentro del mundo
criollo, mestizo, quedando así invisibilizada su historia y su cultura (material,
intelectual y espiritual), sus aportes al proceso de conformación de la patria
bolivariana, descalificando y estigmatizando sus lenguajes, sus costumbres,
sus
valores,
sus
ecológicamente,
saberes,
sus
y
maneras
instituciones
para
económicas
relacionarse
y
social
socioculturales,
y
su
religiosidad, su estética y su arte, su manera de entender el mundo. Ergo,
entonces, dónde queda lo multiétnico y lo pluricultural, dónde la equidad y la
justicia, cómo hacer realidad lo democrático, participativo y protagónico
cuando la justicia social y la igualdad, sin discriminación ni subordinación
74
alguna. Todos principios fundamentales consagrados en el preámbulo
constitucional (Investigadora: Cosimira Monasterio, Museo Nacional de las
Culturas)
AUTORECONOCIMIENTO AFRODESCENDIENTES EN VENEZUELA
Los valiosos aportes históricos, sociales y culturales heredamos
del mágico universo africano.
El legado de los diversos grupos étnicos traídos a esta tierra de gracias
como esclavizadas, hoy día forma un patrimonio incuestionable y sumamente
rico, convirtiendo el territorio venezolano en una nación bendecida, nutrida de
procesos históricos complejos, saberes ancestrales fascinantes, diversos
lenguajes, múltiples maneras de asumir y entender la sacralidad, con
costumbres
transmitidas
de
generación
en
generación
arraigadas
profundamente en el sentir colectivo, una estética vibrante y una
espiritualidad, una manera especial de absorber y comprender el mundo.
Elementos todos que constituyen una identidad venezolana multidimensional
describiéndonos claramente como un pueblo afrodescendiente y amerindio.
Saberse negra y negro, sentirse negro, pensar y actuar como negro, no
es nada fácil, sobre todo si se pertenece a una sociedad donde el racismo y
la discriminación son el Elegua que acompaña a un negro, más sí es para
cerrar o para abrir los caminos.
ENDORRACISMO O EL AUTORECONOCIMIENTO
En las familias venezolanas, el tema de ser negro no era objeto de
conversación, la escuela como fuente alterna, presentaba y reforzaba
75
elementos ilustrativos en los textos con la figura de una mujer negra, con un
bulto en la cabeza, o un hombre negro encadenado. En la televisión la gente
negra no desempeñaba papeles protagónicos, ni salía en comerciales, ni era
dueño de las mansiones que aparecían en las novelas. El reconocimiento
conlleva a una aspiración literaria que abarca múltiples significados: lo
religioso, lo cultural, la faena diaria y la relación con el medio ambiente, entre
otros aspectos ineludibles de lo vital, son asumidos por las comunidades
afrodescendientes para reunir las voces de una tradición ancestral renovadas
en el ejercicio de la afirmación de la afrodescendencia y en la ferviente
vocación comunitaria.
El mejor ejemplo de preservación de la cultura afrovenezolana, es
gracias a la tradición oral, así como a la importancia histórica y económica
del cacao en las haciendas. Los afrovenezolanos recrean día a día sus
prácticas sociales, económicas, religiosas y festivas como lo hacían sus
antepasados.
El autoreconocimiento es el proceso mediante el cual hacemos
conscientes y contravalores que orientan nuestra conducta, la adaptación de
los rasgos físicos y pedagógicos, qué nos definen como persona, valorando
las fortalezas históricas y culturales de ser afrodescendientes.
PUEBLOS AFRODESCENDIENTES
1. Zulia (Municipio Sucre)
2. Falcón (Regiones costeras serranías)
3. Yaracuy (Municipio Veroes)
4. Carabobo (Patanemo, Cumboto, Borburata)
5. Aragua (Regiones costeras)
6. Vargas (Toda la región)
76
7. Miranda (Regiones costeras y valles)
8. Sucre (Golfo de Paria y Cariaco)
9. Guárico (Altagracia de Orituco, Municipio Lezama)
10. Bolívar (El Callao)
LEGADO CULTURAL AFROVENEZOLANO
1. El hábito de algunas mujeres de fumar con la candela del
cigarro dentro de la boca.
2. Loanguitos: son tejidos que se hacen en el cabello a
manera de peinado.
3. La carga de bultos y cestos sobre la cabeza.
4. Culo e puya: este tambor que se sostienen entre las
piernas para su ejecución es similar al engoma del
Congo.
5. El pilón, es usado aún hoy día en la preparación de
algunos alimentos venezolanos.
VOCABLOS DE ORIGEN AFRICANO
Como parte de nuestra herencia Afro, los venezolanos hemos
incorporado a través del tiempo múltiples vocablos de origen africano. A
continuación presentamos algunas palabras de uso cotidiano:
•
Achantarse: conformarse, aguantarse, resignarse.
•
Bichoronga: cosa insignificante, despreciable, aplicado también a
personas.
77
•
Burundanga: menjunje, rebullicio, desorden, guisote.
•
Cháchara: (chanchero). Conversación sin sentido, conversador vacuo.
•
Escachaladra: desordenada, extravagante.
•
Esguañanga: destrozar, desgarrar.
•
Funir: castigar, hacer mal.
•
Guarandinga: rebullicio, brollo.
•
Guarapo: bebida, refresco.
•
Macuto: población váguense, mara o curiel de fibras del campesino.
•
Malembe: despacio, suave, canto profesional para San Juan.
•
Mondongo: plato criollo.
•
Piche: cosa fermentada o descompuesta.
•
Sancocho: salcocho, cocido.
•
Tacagua: pulpería, bodega.
•
Tamunangue: manifestación musical y danzaría venezolana.
AUTORRECONOCIMIENTO SUCRENSE
Campoma. Ubicada cerca del golfo de Cariaco
en
el
estado
Sucre,
es
una
comunidad
afrodescendiente que ha conservado hasta hoy
día su legado cultural africano. Este legado se ve
reflejado en sus producciones socio culturales
tangibles e intangibles, en sus imaginarios simbólicos colectivos, así como en
las tareas que comprenden para su sustento cotidiano.
Las actividades económicas fundamentales del pueblo de Campoma
son la agricultura, la pesca y la artesanía. Los trabajos artesanales como
esteras y petates se realizan con junco o enea, materia prima básica que las
mujeres extraen de la laguna. En este paraje de venezolano nació hacen casi
78
siete décadas Berta Cova, afrodescendiente, exponente sin parangón de sus
raíces africanas.
Yaguaraparo: Situadas cerca del Golfo de Paria,
fue fundada en 1760 por misioneros capuchinos,
con una población de indígenas guaraunos, cerca
de la desembocadura del río del mismo nombre. La
importante raigambre africana en su cultura popular
esta presentada en lo que se ha llamado muy propiamente el tambor de
Yaguaraparo. Con este nombre se designa no sólo el instrumento de
percusión, sino también un baile que tiene lugar en diciembre y que puede
durar hasta el día de Santa Inés, que es el 21 de enero. También se
escenifica durante las ferias tradicionales del 24 de junio. Esta manifestación
cultural fue traída por los afrodescendientes de la isla de Trinidad. Su
originalidad con respecto a otras manifestaciones culturales del venezolano
es notable; sin embargo, conserva algunas similitudes con el baile del tambor
de Barlovento, estado Miranda, y las zonas costeras, celebrado en honor a
San Juan.
Cabe mencionar, que uno de sus más connotados cultores e intérprete
del tambor de Yaguaraparo, es Luis guerra, quien lo aprendió a ejecutar bajo
la enseñanza de su padre Domingo Aguilera. Sus hijos también siguen su
tradición. Según estos afrodescendientes, sus antepasados africanos, fueron
procedentes de los pueblos del Congo, Angola y Guinea.
En consecuencia, espero que en el marco de los 500 años de la ciudad
de Cumaná, en el 2015, se revivan estos sucesos históricos sobre la
afrovenezonalidad, dándole una referencia actualizada y libertaria a nuestros
afrodescendientes. Uno de los grandes retos de la Revolución Bolivariana
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debe ser saldar la deuda histórica con la población afrodescendiente y su
autodefinición a través de la Constitución Bolivariana de Venezuela.
INTENCIÓN EDUCATIVA.
Promover con esta investigación espacios formativos que posibiliten el
fortalecimiento y consolidación de una educación emancipadora y liberadora,
basada en la identidad nacional, el conocimiento, la cultura, en la
cotidianidad de las comunidades afrodescendientes como pobladores de la
nación venezolana.
AFROVENEZONALIDAD Y SU RANGO CONSTITUCIONAL
La definición constitucional de Venezuela, como una
nación multiétnica y pluricultural representa una
ruptura con respecto al modelo de Estado-Nación
configurado en la ideología política del mestizaje, y
como ya han señalado algunos autores de lo hispánico
mestizo como paradigma cultural necesario para el
logro de la civilización y del proceso. Esta apertura
tiene un buen aliado en el complejo pero creciente orden mundial, en el que
paradójicamente a los paradigma de la globalización, muchos movimientos
sociales están conceptualizando y desarrollando la instrumentación política
de sus identidades étnicas y culturales.
En este contexto, los afrovenezolanos como diversas comunidades y
organizaciones afrodescendientes de América están considerando cada vez
más, que el éxito de sus demandas estará garantizado, no solo tras la
consolidación del autoreconocimiento de su condición de afrodescendientes,
80
sino también tras una profunda interpretación de su pasado y del desarrollo
de proyectos sociales y políticos de cara al futuro.
Los paradigmas, así como los caminos que muchas de las
comunidades afrovenezolanas mantienen en pro de la consecución de
reivindicaciones dentro de los espacios que conforman la nación, también
están demostrando que es equivoca la consideración de la relación entre la
diversidad cultural y el Estado-Nación como adverso e irreconsitible. Caso
contrario, cada vez es más aceptado que la cohesión e integración de estos
elementos, no solo es posible, sino necesario, las diferencias culturales.
En este contexto, la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela de 1999, traza las líneas que define a nuestra sociedad como un
universo democrático, ampliamente participativo, donde todos los y las
ciudadanos asuman el carácter protagónico que ella demanda; ello sin
descontar que esa misma constitución consagra el talante multiétnico y
pluricultural que da cuenta de nuestra población.
Es por ello que hablan hoy de pueblos indígenas y no de pueblos
indios. Al hablar de comunidades y cultura afrovenezolana y no de pueblos
negros, asistimos a un racionamiento parcial, pero no menos significativo de
la diversidad cultural de la que estamos hechos, en una gesta que dignifica
nuestra realidad social y verdadera historia como República Bolivariana de
Venezuela.
No obstante, durante estos 13 años, los movimientos afrovenezolanos
han batallado para lograr notoriedad en el plano de las políticas públicas,
partiendo de los mismos derechos establecidos en dicha constitución. Las
propuestas de los afrovenezolanos están centradas en darle como una
nueva redacción al preámbulo donde se incluya el siguiente texto: “El
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sacrificio de los y las negros africanos y sus descendientes para lograr
la independencia plena del país”. Al mismo tiempo se trata de crear un
capítulo especial dedicado a las comunidades afrovenezolana, resaltando el
respeto a su espiritualidad, protección de las tierras ancestrales y ecológicas,
reconocimiento de los aportes culturales e históricos al currículo educativo de
nuestro país.
82
CONCLUSIÓN
El ver culminado este trabajo de investigación, el cual representa un
importante triunfo y una satisfacción de estímulo permanente para mí y los
creadores, trabajadores y hacedores culturales del patrimonio cultural, pues
esto constituye un gran aporte a la identidad y a la memoria de nuestro
pueblo.
Quiero dejar claro que durante los últimos trece años, nuestras luchas
contra el olvido y la exclusión han sido analizadas por parte del Estado
Bolivariano mejor que en cualquier otra época histórica, sin embargo, la
resistencia de las instituciones burguesas y el modelo cultural de dominación,
aún vigentes, conspiran contra la lucha, contra la discriminación racial y el
racismo en Venezuela. Los pueblos indígenas y afrodescendientes forman
parte estructural de la clase explotada en esta sociedad, pero producto de
circunstancias históricas específicas padecimos por 500 años. Requerimos
de políticas específicas que permitan crear condiciones jurídicas y ejecutivas
acordes con nuestras realidades.
¡Mamá África!: Hace miles de años en las sabanas orientales de África,
nuestros antepasados se pusieron de pie y echaron a andar. Desde tierras
africanas se inició el poblamiento de la tierra. Nació allí la humanidad con su
creatividad científica y artística, dando origen a algunas de las primeras
civilizaciones y fecundando los otros continentes. Pero el animal que un día
irguió, se hizo hombre y se fue, volvió convertido en bestia para poner al
África de rodillas.
El hombre blanco trajo el racismo, el esclavismo, el colonialismo, el
capitalismo y otras manifestaciones de la pura animalidad del ser humano,
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para ensañarse con criminal impulso matricida, contra del territorio que le dio
la vida. Hoy el Continente Africano espera la oportunidad de levantarse otra
vez y volver más humana la humanidad.
Por: Lcdo. Manual Santana Jiménez
84
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Dirección de Turismo (FOMTUR). (Mayo, 2008). Guía Turística del Estado
Sucre. Gobernación del Estado Sucre. Cumaná
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ANEXOS
ENCUENTROS CON LA AFROVEVEZOLANIDAD
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MUJERES AFROVENEZOLANAS
88
DANZAS Y MUSICA AFROVENEZOLANAS
89
ARTESANIA Y COCINA AFROVENEZOLANA
90
CULTORES AFROVENEZOLANOS
91
GASTRONOMIA Y DULCERIAS AFROVENEZOLANA
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96
97
98
99
100
Descargar