RECURSO DE SUPLICA. No cabe la menor duda de que nuestros

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817797. . Tercera Sala. Quinta Época. Informes. Informe 1932, Pág. 352.
RECURSO DE SUPLICA. No cabe la menor duda de que nuestros legisladores, al traer a
México el recurso conocido con el nombre de amparo, se inspiraron en la Constitución
Norteamericana, que sólo conocían (así se demuestra en sus estudios), de una manera
superficial, y eso hizo que la institución mexicana difiera notablemente de la norteamericana,
creando un juicio constitucional que muchos han considerado como superior al juicio
constitucional del país vecino. Por el writ of error la Suprema Corte conoce de las causas que
nacen de la Constitución Federal, que son aquéllas, así lo expresa Story, que conciernen a los
poderes conferidos, a los privilegios acordados, a las garantías aseguradas y a las
prohibiciones hechas por la Constitución, independientemente de toda ley establecida. Las
causas que nacen de las leyes de la Unión son aquellas en relación con la legislación del
Congreso, en la esfera de su poder constitucional, sea que las leyes constituyan en todo o en
parte, los derechos, los privilegios, o las garantías de quien las invoque y por lo mismo, el
recurso que se refiere a las causas que nacen de la Constitución, se concreta, exclusivamente,
a las violaciones de la Carta Fundamental y aunque pudiera decirse que constituye una
tercera instancia, pues que las resoluciones de los Tribunales de los Estados, en virtud del ya
indicado writ of error pasan directamente a la Corte Suprema, ésta no tiene más competencia
que la que se refiere al derecho, con el objeto de establecer si se ha violado o no la
Constitución, caso que, ya por este simple hecho, es distinto al establecido por nuestra
Constitución al crear el recurso de súplica, en el que la Corte tiene la amplitud de jurisdicción
que el Tribunal de Segunda Instancia, cuando falla en estos negocios. Es por lo mismo el writ
of error, algo semejante a nuestro amparo directo, en el que sólo se establece la
constitucionalidad o inconstitucionalidad del fallo recurrido, pero sin que tenga la Corte la
amplitud de jurisdicción que en los casos de súplicas. Existe, pues, en México, un recurso, el
de amparo, que tiene el mismo objeto, aunque con distinta tramitación que el writ of error, y
el único punto desemejante con el amparo y semejante con la súplica, es el de que en writ of
error se suspende la ejecución del fallo hasta que sea pronunciada por la Corte la sentencia
correspondiente, en tanto que en el amparo es necesario que se decrete la suspensión del acto
reclamado para que pueda tener lugar y, siendo esto así, es indudable que la súplica no pudo
tener por origen el writ of error norteamericano. El writ of error, según expresan los
tratadistas, tiene un doble objeto: asegurar el imperio de la Constitución en toda la Unión
americana y unificar la jurisprudencia, objetos que se llenan igualmente en nuestra
legislación con el juicio de amparo, cuyo fin esencial es el de que se cumplan los preceptos
relativos de la Constitución General de la República, y después de la reforma de la
Constitución de 1917 al artículo 14 de la misma, sobre todo en materia civil, en la que se
expresa que la sentencia deberá ser conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la ley,
y a falta de ésta, deberá fundarse en los principios generales del derecho, también se llena el
otro objeto indicado, o sea, el de uniformar la jurisprudencia con la interpretación jurídica; y
si ya en nuestro derecho existe este recurso, que llena los objetos del juicio constitucional
norteamericano, no es lógico creer que nuestros constituyentes, al establecer el recurso de
súplica, hayan querido crear una nueva institución similar al amparo, aunque más complicada
que él, tratándose exclusivamente de leyes federales. No existen tampoco en nuestros
precedentes legislativos, elementos para poder juzgar, por medio de la interpretación
auténtica, acerca de los motivos que se tuvieron para crear el recurso de súplica y por eso
necesariamente en las ejecutorias dictadas por esta Tercera Sala, se ha tenido que recurrir a la
interpretación jurídica de la ley, hecha abstracción de precedentes que existieran en las leyes
norteamericanas, y aún en las de nuestro país mismo, en el que, si bien es cierto que en leyes
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817797. . Tercera Sala. Quinta Época. Informes. Informe 1932, Pág. 352.
anteriores a la ley suprema de 1857, se estableció, alguna vez, la tercera instancia en los
juicios, cuando el amparo tomó incremento y se reglamentó entre nosotros, se juzgó que esa
tercera instancia era ya inútil, razón por la cual y con el propósito de no alargar
indefinidamente los negocios, sólo han quedado en nuestras leyes los recursos ordinarios que
consagran los diversos Códigos de Procedimientos y como recurso extraordinario, el de
amparo, con el cual se asegura y garantiza el imperio de la Constitución. La tendencia
procesal de nuestro país, ha sido reducir en lo posible, las instancias de los juicios, ya que
existe el recurso de amparo, por medio del cual se llenan los objetos que se persiguen para la
buena administración de justicia.
Súplica 190-932. Procurador General de la República. 25 de octubre de 1932. La publicación
no menciona la votación del asunto, ni el nombre del ponente.
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