Madre Catalina De María, Su Persona y Espiritualidad: Claves para la Labor Educativa Universidad Católica de Córdoba Facultad de Filosofía y Humanidades Licenciatura en Ciencias de la Educación con especialización en Planeamiento, Supervisión y Administración Educativa Madre Catalina De María, Su Persona y Espiritualidad: Claves para la Labor Educativa Asesora del Trabajo Dra. Mónica G. Luque Autor María Fernanda Mulleady e.c.j 2000 AGRADECIMIENTOS Dedico y agradezco la realización de este trabajo a mis padres. A Dios por inspirarme a escoger esta temática, a Madre Catalina por la riqueza y profundidad de su historia, a Madre Carmen por su presencia continua junto a mí, por su vida y sus enseñanzas que me permitieron leer la vida de Catalina de María y me ayudaron a comprender mucho de lo volcado en estas páginas. A la hermana Esilda Bustos por su invalorable trabajo sobre nuestra madre fundadora. A mi comunidad, por su apoyo constante e incondicional; a todos los consagrados y laicos que con sus oraciones, estímulos y fiel colaboración hicieron de este proyecto una realidad. Finalmente a la Universidad Católica de Córdoba por todo lo aprendido en ella y por la oportunidad de elaborar este trabajo final. INTRODUCCIÓN V Ante la oportunidad de realizar el presente trabajo consideramos interesante abordar la persona y espiritualidad de Madre Catalina de María Rodríguez, fundadora y ante todo madre de nuestra joven congregación, para descubrir en ella los criterios, principios o consideraciones que sean significativas para la tarea educativa. Es así, que surge este trabajo titulado: “Madre Catalina de María, su persona y espiritualidad: claves para la labor educativa”. Con el mismo pretendemos adentrarnos en las enseñanzas y el obrar, es decir, en el corazón de esta mujer nacida en el siglo pasado, para traer a nuestros días sus orientaciones, que lejos de llevarnos a posibles anacronismos, creemos revitalizarán y darán una peculiar fuerza a nuestra labor educativa; por otra parte, otorgarán la posibilidad a nuestros centros escolares de profundizar su propia identidad en el legado de su fundadora, para llevar a cabo una tarea educativa católica con un sello propio, y que le confiere características particulares. En definitiva, elaborar un instrumento que sea fruto de una búsqueda, investigación y reflexión, que nos permita en algunos casos volver a nuestra singularidad y, en otros, seguir trabajando desde ella. Desde el punto de vista cristiano, persona y espiritualidad se complementan y explican mutuamente, si entendemos que toda espiritualidad reside en una persona y que toda persona posee una espiritualidad que le es propia, siendo esta última, entre otros aspectos de su ser, la que permite a la persona configurarse como diferente a los demás por la forma en que dicha espiritualidad enriquece su pensar, su sentir y su actuar; es así, que la espiritualidad es aquella que integra y unifica todas las dimensiones de la persona. De hecho, la vida de Catalina de María pone de manifiesto un corazón, una razón y un actuar en sintonía, dándonos a través de su persona y espiritualidad aportes sumamente ricos y valiosos para que nos iluminen en nuestra realidad educativa. Por ello, creemos conveniente, conceptualizar tres dimensiones en torno a las cuales girará nuestra investigación, ellas son persona, espiritualidad, y educación. En principio, sabemos que no es posible arribar a una conceptualización de carácter universal acerca de la espiritualidad, pero siguiendo las afirmaciones de A. Matanic, la entenderemos como “las doctrinas espirituales específicas y VI particulares de diversos santos o distintos fundadores de órdenes religiosas” 1, comprendiéndola en sentido estricto como: “ un particular servicio cristiano de Dios, que acentúa determinadas verdades de la fe, prefiere algunas virtudes según el ejemplo de Cristo, persigue un fin secundario específico y se sirve de particulares medios y prácticas de piedad, mostrando a veces notas distintivas características”2 En segundo lugar, entendemos al término persona, desde el Documento “Educación y Proyecto de Vida”, como: “... una unidad bio-psíquico-espiritual, una presencia consciente y creadora en el mundo, confiada a su libertad y responsabilidad, en medio de otras personas con las que no sólo debe convivir, sino autoconstruirse mediante la interacción con ellas y responder así al llamado de una misión trascendente.”3 En tercer lugar iluminamos el término educación desde las orientaciones del Episcopado Latinoamericano en el Documento de “Puebla” y del Equipo Episcopal de Educación Católica en el Documento “Educación y Proyecto de Vida”. Pues el documento de Puebla nos dice: “El objetivo de toda educación genuina es la de humanizar y personalizar al hombre, sin desviarlo, antes bien, orientándolo eficazmente hacia su fin último que trasciende la finitud esencial del hombre”4 “La educación humaniza y personaliza al hombre cuando logra que éste desarrolle plenamente su pensamiento y su libertad, haciéndolos fructificar en hábitos de comprensión y de comunión con la totalidad del orden real por los 1 MATANIC, A: Espiritualidad en ANCILLI Ermanno, “Diccionario de espiritualidad” Tomo II. Barcelona. Editorial Herder. 1987.Pág 13. 2 Ibídem 3 EQUIPO EPISCOPAL DE EDUCACIÓN CATÓLICA, “Educación y Proyecto de Vida” Editorial CEA, Buenos Aires 1986. Pág. 25. 4 III CONFERENCIA EPISCOPAL LATINOAMERICANA, “La evangelización en el presente y futuro de América Latina” Editorial Episcopado de Chile.1979 Pág. 286 VII cuales el mismo hombre humaniza su mundo, produce cultura, transforma la sociedad y construye la historia” 5 El aporte que consideramos importante para esta última definición del documento Educación y Proyecto de Vida es el siguiente: “La educación ha de ser personalista: ha de fundarse en una adecuada concepción de la persona; personalizada: ha de estar atenta a la idiosincrasia de cada cual en su singular y original presencia en el mundo. Pero en definitiva, y por definición, ha de ser personalizante, centrada en promover y llevar a madurez las notas constitutivas de la persona, considerada por supuesto en profunda interacción con otras personas, ya que sin ellas no logra su desarrollo. El logro consistente y definitivo de la educación no puede ser sino el sentido mismo de la vida, el para qué último de la existencia, que es el encuentro plenificante con Dios...” 6 Desde este marco conceptual realizamos el presente trabajo el cual está orientado por los siguientes objetivos: en principio, conocer la persona y espiritualidad de Madre Catalina de María, a fin de inferir las claves cifradas en su ser que nos orienten en nuestra labor educativa, descubriendo la universalización y actualización de su presencia en nuestra pastoral educativa y de la Educación Católica. Estos objetivos buscaremos alcanzarlos por medio de una investigación teórica y documentada, donde cabe señalar que los aspectos sustantivos del trabajo devienen de fuentes primarias: Cartas y Memorias de la Madre Catalina de María Rodríguez; los Apuntes de la Hermana Ana de la Cruz, por constituir, este último una fuente histórica de primer orden que fue escrita por una contemporánea de nuestra Madre7; la “Positio sobre la vida, virtudes y fama de santidad de Madre Catalina de María Rodríguez” que contiene su biografía documentada y una explicitación de sus 5 6 Ibídem. EQUIPO EPISCOPAL DE EDUCACIÓN CATÓLICA, “Educación y Proyecto de Vida” Editorial CEA, Buenos Aires 1986. Pág. 24 7 Con respecto a esta fuente cabe aclarar que la misma fue escrita originalmente en dos cuadernos con su respectiva numeración cada uno; pero al ser editada para que todas las hermanas tengan acceso a ella se la configuró en un solo tomo dividido en dos partes, donde cada parte posee su propia numeración de páginas. Si bien hubiéramos deseado utilizar los originales, esto resulta imposible en pos de conservar dicho material. Por esta razón trabajamos con la obra como fue editada para el uso de las hermanas, haciendo referencia a I Parte o II Parte según corresponda. VIII virtudes y fama de santidad a través de documentos y testimonios, pues esta biografía fue realizada para introducir la causa de beatificación de Nuestra Madre Fundadora, por lo cual es fruto de una larga y profundizada búsqueda, de una recopilación e investigación histórica de documentos; también recurrimos en algunas oportunidades a la primera historia documentada del origen y desarrollo del Instituto de las Esclavas del Corazón de Jesús escrita por el Padre Blanco en 1930, a pedido de la Madre General Madre Margarita del Salvador Luque. Por la época en que fuera escrita esta biografía, el P. Blanco tuvo la posibilidad de contactarse con una valiosa documentación y con personas que vivieron en tiempos de M. Catalina. Nos motivó a seleccionar estos escritos el hecho de que los mismos nos vinculan en forma directa con nuestra madre fundadora, pues la originalidad de nuestra labor es volver a ella para que nos hable a los educadores de hoy. Para un desarrollo adecuado de nuestras investigaciones y reflexiones hemos estructurado nuestro trabajo en cuatro capítulos, en el primero rescatamos distintos momentos de su vida que nos permiten descubrir su persona, en el segundo capítulo penetramos en su espiritualidad ignaciana, en el tercer capítulo profundizamos algunas claves significativas de su persona, y en el último capítulo transferimos dichas claves extraídas de su persona y espiritualidad a la labor educativa. Antes de comenzar con el desarrollo del presente trabajo, cabe aclarar que el período al que hemos titulado “Inspiración y Fundación del Instituto de Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús”, y que se encuentra dentro del primer capítulo, es más extenso que las etapas que le preceden y en él abordaremos: viudez, inspiración de fundar una familia religiosa, años de luchas y de pruebas, fundación del Instituto de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, la vida en el mismo y la muerte de la Venerable Sierva de Dios Catalina de María Rodríguez. Nos motivó a elaborarlo como un solo y gran período el hecho de basarnos, en forma exclusiva, a partir de la inspiración, en dos fuentes de primer orden como son las “Memorias” de Madre Catalina de María y los “Apuntes” de la Hermana Ana de la Cruz; tomando una tercera bibliografía como la “Positio sobre su vida, virtudes y fama de santidad “ solo en ocasiones donde la misma nos aporta datos que completan IX aquello que deseamos afirmar. Consideramos interesantes algunas aclaraciones sobre estas dos fuentes primarias que son las “Memorias” y los “Apuntes”: 1) Las “Memorias” escritas por la Madre Catalina de María Rodríguez llevaron como título primitivo: “Datos históricos de esta fundación de las Esclavas del Corazón de Jesús”, sugerido por el padre David Luque, pero tal nominación fue dejada de lado y sustituida inmediatamente y de manera unánime por el de “Memorias”, por razones de orden práctico. Con este nombre fueron reconocidas como auténticas, y publicadas desde un comienzo. En ellas nuestra Madre Fundadora relata los hechos que se sucedieron desde la “Inspiración” hasta la construcción de la casa de Villa del Tránsito en 1877.Es importante especificar que tales Memorias las tomamos del libro del Padre Blanco: “Historia del origen y desarrollo del Instituto de las Esclavas del Corazón de Jesús”, porque el mismo hace una copia íntegra, tal como se las conserva en el Archivo de la Casa General del Instituto. 2) Los “Apuntes” escritos por la Hna. Ana de la Cruz Moyano son una fuente que nos conduce en forma directa a la persona de nuestra madre debido a que su propósito al escribir estos Apuntes fue mantener vivo lo que “ella fue”8, por lo tanto, nos permite acceder a su persona quien con ella vivió y, a la vez, le ayudara a escribir sus Memorias. Por otro lado, es importante esclarecer que en esa última etapa, cuando se hace referencia a la Madre se alternan los nombres de Saturnina y Catalina (o Catalina de María); el primero es el que recibiera de sus padres en el Bautismo, y el segundo es el de religión, otorgado por el Padre David Luque poco antes del traslado de la naciente comunidad a la Casa Madre de la Congregación 9. Mas, como una de las principales fuentes a la que recurrimos son las “Cartas” de nuestra Madre Fundadora, consideramos conveniente citar aquello que la licenciada Liliana de Denaro escribe en la introducción del primer tomo de cartas de 8 9 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 31. MOYANO, Op. cit. pág. 76 X Madre Catalina, el Padre David Luque y el Presbítero Bustamante; editado en el año 1993 y titulado: “Fundadores ayer, hoy y siempre. Esclavas del Corazón de Jesús” y dice así: “La Madre Catalina de María escribió en los ratos perdidos a lo largo de los años más activos de su existencia, por lo tanto estas páginas fueron redactadas en condiciones que no permitían la reelaboración ni la posterior lectura de lo escrito. Por ello son las cartas más naturales, espontáneas y accesibles, tornándose en un documento de primera mano, fresco y palpitante. Su ingenuidad literaria, que no quiere decir ausencia de gracia, de dolor y risas contenido, nos deja la impresión de hallarnos ante una mujer del siglo XIX que fue perfeccionando su instrucción, hablando directamente a sus hijas en un lenguaje coloquial y maternal, desgranado mil datos y alusiones que dejan traslucir el ambiente de la Congregación y un capítulo de la historia de la Iglesia de Córdoba. Ni la gramática ni el código de normas sintácticas eran su fuerte, por eso la saltante sorpresa de sintaxis o de asintaxis que parece, pocas veces, incorrecta y no lo es, sino que el idioma le viene estrecho y su ímpetu no le permite mirar atrás” 10 Por último queremos dar comienzo a este trabajo recordando que el propósito del primer capítulo es particularizar etapas y en ellas momentos o hechos que nos permitan perfilar la persona de Catalina de María, por lo tanto, si bien hemos subdividido el mismo en grandes etapas que poseen entre sí un orden cronológico, los hechos extraídos dentro de las mismas no siempre poseen este orden, pues no es nuestro interés escribir su biografía sino que deseamos rescatar aquello que responda al objetivo principal de nuestro trabajo: descubrir las claves cifradas en el ser de Catalina de María para posteriormente volcarlas en la labor educativa. 10 RODRÍGUEZ, Catalina de María, “Fundadores: Ayer, hoy y siempre. Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús (Argentinas).” Epistolario Tomo I, Córdoba, 1994, Págs. 14- 15. CAPITULO I “CATALINA DE MARÍA: SU PERSONA” 12 Para conocer a Madre Catalina de María debemos recrear su historia de vida. En primer lugar hacemos una breve reseña sobre ella, para luego particularizar etapas y momentos significativos de su vida. Breve Reseña Biográfica. “La Sierva de Dios Catalina de María Rodríguez; en el siglo Josefina Saturnina Rodríguez de Zavalía, nació en la ciudad de Córdoba (Argentina), el 27 de noviembre de 1823”.11 Sus padres Hilario Rodríguez Orduña y Catalina Montenegro, que conformaban un hogar profundamente cristiano, la bautizaron ese mismo día en la Iglesia Catedral de Córdoba. Saturnina era la tercera hija del matrimonio, le precedían Manuela y Petrona. Tres años después del nacimiento de la sierva de Dios llegaría María, quien luego se haría llamar Estaurófila; tras la llegada de la misma quedan huérfanas de madre. El dolor volvería a signarla 6 años después al morir su padre, momento desde el cual quedó al total cuidado de sus tías, las del Signo Orduña, quienes se ocuparon de su crianza y formación. Quien asumió con mayor énfasis esta tarea fue Eustaquia del Signo, que tuviera la misma edad de la madre muerta y que llamaban “Mamita Eustaquia”. Esta niña pertenecía a una distinguida familia de la aristocracia cordobesa que vivía una sólida fe cristiana; y la educación que ella recibió fue acorde a dicha condición social y a la realidad de la época, donde la familia cristiana debía defender sus valores en medio de luchas políticas y militares. A los 17 años, contando con el ejemplo de Eustaquia del Signo en la atención de los Ejercicios Espirituales12 que eran dirigidos por los sacerdotes de la 13 Compañía de Jesús, decidió hacer sus primeros EE.EE. Es aquí cuando se despierta su vocación religiosa, mas, no encontró en aquel momento el lugar adecuado donde consagrarse a Dios; pues las únicas familias religiosa existentes en Córdoba, Carmelitas Descalzas y Monjas de Santa Catalina, eran de vida contemplativa y en ellas su aspiración de entregarse a Dios en el apostolado activo no encontraba respuesta. Esto la llevó a dedicarse al servicio de los EE.EE y continuar bajo la dirección espiritual de los sacerdotes jesuitas. En 1848, al ser expulsados los jesuitas de Córdoba, Saturnina toma como director espiritual a un sacerdote del clero secular llamado Tiburcio López, quien ejerciera una fuerte influencia en ella cuando insistentemente la pretende en matrimonio el coronel Manuel Antonio de Zavalía. Al respecto encontramos en la Positio la referencia de este hecho: “El coronel Zavalía, que era amigo del confesor de la joven, le impuso bajo amenazas de suicidio torcer la voluntad de Saturnina para aceptar el matrimonio. Esta conducta provocó en el Sacerdote el temor de una resolución extrema de Zavalía, por lo cual presionó de tal manera el ánimo de la Sierva de Dios, que ella se vio, con las palabras de su director, declarada responsable de la salvación de un alma. Y en una resolución heroica, Saturnina tomó como voluntad de Dios la aceptación del matrimonio con Zavalía.”13 Es así, que en 1852 contrae matrimonio con Zavalía, quien era viudo y tenía dos hijos, Benito y Deidamia, que eran fruto de su primer matrimonio. Saturnina, a quien su única hija le naciera muerta, se dedicó enteramente a ser una verdadera madre para los dos niños. 11 CONGREGACIÓN PARA LA CAUSA DE LOS SANTOS, Prot. N. 110 “Canonización de Sierva de Dios Catalina de María Rodríguez” Positio sobre su vida, virtudes y fama de santidad. Vol. 1. Biografía Documentada, Roma: s/e, 1987, pág. V. 12 Los EE.EE (Ejercicios Espirituales) son prácticas espirituales redactadas por San Ignacio de Loyola hacía el año 1522 aproximadamente. (Nuevo Diccionario de Espiritualidad. Ediciones Paulinas. 1983. Madrid) 13 CONGREGACIÓN PARA LA CAUSA DE LOS SANTOS, Prot. N. 110 “Canonización de la Sierva de Dios Catalina de María Rodríguez” Positio sobre su vida, virtudes y fama de santidad. Vol. 1. Biografía Documentada, Roma: s/e, 1987, pág IV 14 Acompaño a su esposo en todo momento, espiritualmente cuando él se veía involucrado en acciones bélicas y personalmente cuando lo trasladan en 1860 a la ciudad de Paraná, dejando en cada lugar, un testimonio de entrega incondicional en su vida matrimonial y de piedad y celo apostólico, tanto en la sociedad paranense como cordobesa; pues al regresar ,en 1861, a su ciudad natal continua sirviendo los ejercicios espirituales y busca a través de su parentesco con el Presidente de la República, Santiago Derqui, que vuelvan los jesuitas a Córdoba. Zavalía, una vez terminada su actuación política se dedicó a atender una estancia en Córdoba, donde falleciera el 30 de marzo de 1865. Con este acontecimiento Saturnina recuperaba su libertad y la posibilidad de nuevos horizontes se abrían para ella. El 15 de septiembre de 1865, cuando se dirigía como de costumbre a visitar el Santísimo Sacramento expuesto en la iglesia de las Catalinas, se sintió inundada por un fuerte pensamiento, que se convirtió en su “sueño dorado” ,al cual se refirió en sus Memorias: “edificar una casa de Ejercicios, y formar una comunidad de señoras que estuviesen al servicio de ella (...) que observaríamos las Reglas del Instituto de San Ignacio, enseñaríamos la Doctrina los Domingos a las niñas, y asilaríamos a esas mujeres que se lleva a los Ejercicios casi por fuerza y después de concluidos estos(...) causa pena verlas volver a los mismos peligros...”14 Cabe destacar que Saturnina debió caminar siete años marcados por humillaciones, contradicciones y hasta luchas con su entonces director espiritual Dr. David Luque, para poder ver realizada tal inspiración. Finalmente las dificultades se disiparon con la llegada del Padre José María Bustamante, quien alentó a Saturnina y la ayudó a reunir otras socias para fundar la nueva congregación. Así, el 29 de septiembre de 1872, una pequeña comunidad comenzaba sus ejercicios espirituales y con ellos se iniciaba la fundación de una familia religiosa que 14 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 238. 15 desde entonces y hasta nuestros días es un centro de espiritualidad y de comprometida acción apostólica: la congregación de Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús. El Dr. David Luque, quien continuara siendo el director espiritual de quien en vida religiosa se comenzó a llamar Catalina de María, fue nombrado, a pedido ella, por la autoridad eclesiástica director de la nueva congregación. Luego de residir, la reciente comunidad, en dos casas que no satisfacían las necesidades de la misma y a su quehacer apostólico, tomaron, el 1 de marzo de 1875 posesión definitiva de lo que se denomina la Casa Madre del Instituto en Barrio General Paz de la ciudad de Córdoba. Pronto, en 1880, comenzó la expansión del Instituto, con las siguientes fundaciones: En 1880, Villa del Tránsito (Provincia de Córdoba). En 1882, Taller de la Sagrada Familia, en la misma ciudad de Córdoba. En 1886, Santiago del Estero, San Juan y Rivadavia (Mendoza). En 1887, Salta. En 1889, Santa Fe y Tucumán. En 1890, ciudad de Mendoza. En 1891, La Rioja; en 1893, Buenos Aires, y en 1895, San Luis. 15 A poco de cumplirse el aniversario de la fundación del colegio de San Luis (15 de marzo de 1895) Catalina de María se entregaba definitivamente a Su Amo en la Casa Madre de la Congregación el domingo 5 de abril de 1896. Finalmente llegaba al encuentro de Quien siempre fuera su descanso, aun en las tormentas que se le presentaran en la cotidianeidad de la vida. Al morir había cuidado con solicitud del rebaño que Dios le había encomendado; a veces visitando a sus hijas, que en ese momento eran más de doscientas; otras a través de sus cartas, que llegaron a ser más de 1600. A ellas, y a quienes hasta nuestros días nacen del sí que esta mujer diera al proyecto de Dios, les dejó sus últimas palabras que son consideradas su testamento espiritual: “Hijas mías os recomiendo la paz , la obediencia y la santa caridad” 16 15 Cfr. CONGREGACIÓN PARA LA CAUSA DE LOS SANTOS, Prot. N. 110 “Canonización de Sierva de Dios Catalina de María Rodríguez” Positio sobre su vida, virtudes y fama de santidad. Vol. 1. Biografía Documentada, Roma: s/e, 1987, pág.5 16 CONGREGACIÓN PARA LA CAUSA DE LOS SANTOS, Prot. N. 110 “Canonización de Sierva de Dios Catalina de María Rodríguez” Positio sobre su vida, virtudes y fama de santidad. Vol. 1. Biografía Documentada, Roma: s/e, 1987, pág VII 16 Su persona a través de las etapas significativas de su vida Infancia Saturnina, como indicamos en la reseña biográfica, nace el 27 de noviembre de 1823 en el corazón de la República Argentina; tal era la ciudad de Córdoba, núcleo vital, por su religiosidad de las demás provincias, pues “Córdoba: fue la cuna de nuestra cultura y un foco esplendoroso de piedad”, 17que contaba con la fuerza y valía de sus militares, con la inteligencia de sus legistas, con la moral intachable de sus sacerdotes, con almas eminentemente cristianas y religiosas; dotada de todo esto Córdoba contribuyó al enaltecimiento político, cultural y moral de la patria. 18 Esta misma ciudad que no carecía de importancia en los comienzos de la reorganización nacional fue el ámbito donde Saturnina formará su persona, su temple, su corazón. La Hna. Ana nos relata en sus “Apuntes”: “...al mismo tiempo que el reformador Rivadavia hostilizaba a la Iglesia en la Argentina, y en el año 1823 en que se decretaba la supresión de las órdenes religiosas en Cuyo, en ese mismo año nacía la madre Catalina Rodríguez para ser fundadora de una institución religiosa”19 Sí, Catalina estaría llamada a ser luz en las oscuridades sembradas por el laicismo y la decadencia moral, la época y las circunstancias precisaban de personas que lucharan por los valores religiosos y esto precisamente será en su tiempo esta niña que nació y creció en un contexto familiar donde lejos “de contemporizarse con las 17 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pag.21 18 BLANCO, Cfr. Op. Cit. Pág. 22 17 ideas religiosas del moderno socialismo (...) se lo sacrificaba todo” 20 en pos de los ideales de la fe cristiana. De hecho, como nos dice el P. Blanco: “la sangre hidalga que corría por sus venas, debía acrisolar sus valores en la tribulación y el dolor, y su espíritu adquirirá el temple que requieren los destinos para los que la prepara la providencia, en un ambiente de profunda piedad cristiana. Así irá preparando su camino, el Señor que escoge desde la cuna”. 21 Por otro lado, a los dos años se ve privada de la presencia de su madre, mas Dios pondrá en su camino a Eustaquia del Signo; “Eustaquia fue para ella una verdadera Madre y por eso se complacía en llamarla mamita Eustaquia.”22 Junto a ella y a la luz de sus enseñanzas crecerá la pequeña, y quien espiritualmente se constituyó en su madre fue siempre un ejemplo de piedad y de servicio en la atención de los Ejercicios Espirituales. De ella, monseñor Martiarena dirá a Saturnina: “No sabes la madre que has perdido! Era una santa!”23 Seguramente este modelo de santidad y de maternidad marcó profundamente a quien luego Dios iba a constituir como madre y como modelo a seguir. Creemos que no es atrevido afirmar que seguramente en muchos gestos y delicadezas maternales de Catalina se esconderían los de Eustaquia de Signo; así, a quien de niña “la muerte privaba de las ternuras de su madre” 24 Dios le formaría un corazón empecinadamente maternal. Saturnina nació en una época en la cual las familias eran distinguidas “más que todo por su profesión de fe católica y de ostensible piedad”25 .Su familia26, lejos de 19 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág.2 MOYANO, Ibídem 21 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pag.23 22 BLANCO, Op. Cit. pág. 24 23 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág.6 24 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pag.23 25 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos”. I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág3 26 Con el término familia designamos a sus padres y hermanas, como también a la Sra. Teresa Orduña del Signo, tía de Hilario, viuda de Don Juan del Signo; y a Eustaquia del Signo quien era hija adoptiva de Don Juan, pues ellas asumirían la responsabilidad de formar a Saturnina al fallecer su madre, cuando solo contaba con tres años. Luego al fallecer su padre, poco antes de contar con nueve años de edad, quedará a cargo de sus tías Catalina, Ignacia y Luisa Orduña, con quienes vive y conformarán su núcleo familiar desde la infancia. 20 18 escapar a esta característica fue un ámbito para ella de fuerte y sólida contención espiritual. Esto lo podemos apreciar tanto en hechos que acontecían en la misma, como en las enseñanzas que en ella se impartían. De estos hechos y enseñanzas es de destacar que Saturnina, quien naciera el 27 de Noviembre de 1823 fue bautizada ese mismo día “con los nombres Josefa Saturnina en la Iglesia Catedral de Córdoba” 27 ; inmediatez que revela como en este hogar cristiano nacer a la vida era tan importante como nacer a la fe, concepción desde la cual la vida debía ser sostenida por la gracia santificante desde sus comienzos; sin tiempo que inutilizar para ser hija de Dios y miembro de la familia eclesial. La vida sacramental es valorada en el seno de la familia y se manifiesta en las posteriores actitudes de Saturnina, ella misma “contaba a las hermanas que siendo muy pequeña, después de haberse confesado como temiese manchar su alma con alguna falta a causa de la cual no pudiese presentarse tan pura a recibir a su Dios, para evitar o ponerse a salvo de cualquier ocasión, se acostaba a dormir” 28 Esta fe en el Sacramento de la reconciliación, impregnada por la inocencia de una niña, revelaba cuan importante era Dios para ella y como en un sano temor de Dios, Él se había constituido desde su pequeñez en el centro de su ser, en torno al cual se orientarían todas sus acciones. Esta realidad se constata también con respecto al sacramento de la eucaristía. En sus escritos el Padre Blanco cuando habla de la primera comunión de Saturnina nos dice: “La primera comunión fue para ella el comienzo de una nueva etapa de su vida espiritual. Desde entonces se sintió mas íntimamente unida al Señor. Acompañada de su cariñosa mamita se acercaba con frecuencia, con la mayor frecuencia que los tiempos le permitían, al centro de sus amores, para tomar alientos y marchar más denodadamente por el camino de la virtud. El sagrario era para ella luz y calor y vida”. 29 27 BUSTOS, Esilda del Carmen e.c.j: “La mujer que buscó a Dios”. Salta:s/e. 1993.Pag 5 . MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos”. I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág 7 . 29 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pag.35. 28 19 “Por eso, cuando acompañaba a Eustaquia a oír la santa misa, clavaba la mirada en el sagrario contemplando con los ojos de la fe al dulce prisionero del amor, y volviéndose a su mamita le decía muy quedito al oído: está allí, ¿verdad?”30 Desde una mirada que lo penetra todo, la mirada de la fe, Saturnina comienza a transparentar desde niña que su corazón atesora una agudeza y a la vez una ternura que solo se la da el amor. La oración, sería otro cimiento que desde pequeña se fuera constituyendo y adquiriendo solidez en ella. El Padre Blanco afirma: “Desde las oraciones de la mañana, que balbucían en el regazo de Eustaquia hasta las últimas oraciones de la noche que sellaban sus labios (...), el día se desarrollaba allí en un continuo ejemplo de oración y trabajo” 31. Esta oración que la aprende en compañía de quienes la aman será más adelante lo que constituirá su fortaleza en los momentos de más dolorosa soledad. Oración y trabajo, oración y devoción, en su hogar conoció las devociones al Dulce Nombre de María, a San José y al Divino Niño. Cada novena en preparación de estas fiestas constituían momentos de oración, de ascetismo y de obras de caridad, se fortalecían así en cada una de ellas las relaciones con Dios y los hombres. Esta devociones que acompañan por siempre a Saturnina serán parte de su legado espiritual en el Instituto de las H.H. E.E, mas, un hecho que sorprende es que la más fuerte de estas devociones en el seno de su familia no continúa con un lugar de tal privilegio en la congregación por ella fundada, quizás esto se deba principalmente a dos motivos, por un lado la espiritualidad del Instituto se centra en la devoción al Corazón de Jesús y no al Divino Niño, por otro lado esta festividad se da en una época en la cual los colegios del mismo, que constituyen la mayor parte de sus obras en la actualidad, no se hallan en plena actividad pastoral. Pero esta situación no condice con lo importante que era 30 31 BLANCO, Op. Cit. Pág. 34 . BLANCO, Op. Cit. Pág. 25 . 20 para la fundadora esta fiesta; de hecho el adviento conformó un tiempo que moldeó singularmente su espíritu. “Las particulares mortificaciones y las privaciones colectivas elevadas por la caridad, formaban los pañales con que cada uno de los miembros de la familia había de envolver al Divino Niño, que renacería en sus corazones. Pacticábase en común la novena preparatoria, se abstenían todos de probar las primicias de los árboles frutales hasta el día de Navidad y contribuían con su trabajo personal a la preparación del Belén...”32 “Era una fiesta de familia que se incoaba en el hogar y terminaba en la iglesia, donde todos concurrían para recibir los santos sacramentos”33 Confeccionar los pañales del Niño, era un fin donde piedad y ternura daban sentido a cuanto se realizaba, las oraciones eran un acto de amor y los sacrificios, lejos de ser algo estático y masoquista, poseían el significado que verdaderamente tienen: ser ofrecimientos que se hacen por amor a alguien, de tal forma que en ellos la renuncia se encuentra minimizada por el amor y la búsqueda de lo bueno; así el amor y el bien son quienes movilizan la voluntad en forma positiva; y es por ello que la persona lejos de verse agobiada por sus ofrecimientos, encuentra que los mismos la plenifican y fortalecen. La fiesta navideña comenzaba en el hogar y por esto la familia era verdaderamente esa “iglesia doméstica” de la cual nos habla Juan Pablo II34, donde educar a los hijos es educar a la santidad y donde la calidad de la familia la constituye la formación en los valores que posibiliten vivir el Evangelio. Al respecto encontramos en el Padre Blanco la siguiente afirmación sobre el hogar de Saturnina, donde ella y sus hermanas, 32 BLANCO, Op. Cit. Pág. 25-26 BLANCO, Op. Cit Pág. 26 34 FRATERNIDAD SACERDOTAL SAN JUAN DE AVILA, "Reflexiona con el Papa" Editorial Estel Forja. España 1986. Pág. 209 33 21 “aprendían simultáneamente el amor a Dios, la pureza de la vida y la caridad con que habían de tratar a los hermanos, principalmente a aquellos que la suerte había colocado en inferioridad social”35 Como hemos expresado anteriormente, el Evangelio encontraba en la familia una sólida base humana sobre la cual asentarse, realidad humana que la Sagradas Escrituras revitalizaba y hacían florecer. En este contexto era consecuente comprender que Amar a Dios era amar a los hermanos, y por lo tanto, la esclavitud se hallaba embebida paradójicamente de un sentido de libertad que lo daba justamente el amor. Nos dice el Padre Blanco: “Era la familia antigua, (...) elevada por el cristianismo, en que las diferencias sociales quedaban anuladas por el amor, donde el esclavo miraba por los intereses de la casa como por sus propios intereses, porque los señores los miraban como a sus hijos. Cuando la libertad rompió las cadenas de la esclavitud, no pudo quebrar las del amor, y así nos cuentan los que viven y lo conocieron, que los esclavos de la casa de los Orduña del Signo, que no habían sentido las cadenas de la servidumbre, no quisieron usar los derechos de la libertad, continuando en sus puestos ligados por el reconocimiento y el amor” 36 Este ambiente envolvió los primeros pasos de Catalina de María, en él el amor era el eje sobre el que giraban las relaciones y esto hacía que la esclavitud se entendiera como filiación el servicio como gratitud; con el correr de los años ella será la esclava y el Corazón de Jesús su Señor; sin duda su familia le había dado, sin pensarlo, el verdadero significado de algo que sería la clave de su vida: ser esclava por amor y como respuesta al amor. A la vez, en esta vivencia de justicia social y promoción humana, donde también se cuidaba la delicadeza de los detalles, como por ejemplo: hacer lucir en Navidad a todos sus vestidos nuevos y juntos, sirvientes y amos, cantar y 35 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pag.27 36 BLANCO, Op. Cit Pág. 25. 22 festejar,37 Saturnina aprendió el valor de la dignidad humana que constituye a todos los hombres como hermanos. Luego, ella volcaría esto en su proyecto, buscando a través del mismo promover a todo hombre y atender con particular dedicación a la mujer. Se forjaron, así, en su infancia, como en la de cada hombre y mujer, los cimientos que sostendrán no sólo las estructuras de su persona, sino también las de un Instituto donde muchas personas se consagrarán totalmente a Dios y en el cual otras vendrán a beber de aquella agua que da la vida eterna, la que mana del Corazón de Cristo. Pero aun faltaban las columnas de este edificio espiritual todo consagrado a Dios; ellas se constituirán en su juventud y en largos años de prueba que pasaremos a analizar. Juventud Al leer los Apuntes de la Hna. Ana vemos como en la juventud la educación de la mujer seguía siendo sostenida e impartida primordialmente, tanto en lo humano como en lo religioso, por la familia38, mientras que las asociaciones o instituciones ajenas a la misma solo poseían la función de enriquecerla. Por otra parte, hemos constatado en su infancia la influencia que sobre ella ejerció su mamita Eustaquia, quien, recordemos, era fiel servidora y promotora de los EE.EE; por ello, consecuente con los ejemplos de la misma en 1840, cuando Saturnina contaba con 17 años, realizó sus primeros Ejercicios Espirituales bajo la guía del P. Fermín Moreno en una tanda servida y organizada por la misma Eustaquia del Signo, en ellos siente despertarse en ella la vocación a la vida religiosa. 37 38 BLANCO, Cfr. Op. Cit. Pág. 26. MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 8 23 Mas, Saturnina fue una mujer que por su prudente femineidad llamó la atención primero de su primo Manuel Derqui 39, que “prendado de las cualidades físicas y morales de Saturnina, e ignorando lo que en el corazón de la joven se proyectaba 40, le propuso matrimonio”41; y luego se volcaron sobre ella, en forma, más insistente, los intereses del coronel Manuel Antonio de Zavalía, amigo de la familia Orduña 42. Quien, según relato de la Hna. Esilda Bustos: “habiendo quedado viudo(...) quiso dar una madre a sus pequeños hijos y puso los ojos nada menos que en Saturnina. Como amigo de la familia, buscó la influencia de las tías para inclinar hacía él el corazón de la joven, pero sólo recibió negativas. Ella(...)pensó que desapareciendo de la escena principal se convencería Zavalía de lo firme de su decisión y rechazo. Saturnina pues(...) creyó que lo mejor era recogerse en el colegio de las ‘Huérfanas’(...) Enterado Zavalía de la decisión, buscó(...) un nuevo camino: colocó a su hijita Deidamia en el mismo colegio para tener pretexto de ver a Saturnina cuando visitara a su hija. Tampoco esto tuvo éxito. Saturnina permaneció en su recogimiento hasta el 5 de mayo de 1852. Al día siguiente retiraba también Zavalía a su hija”43 Vemos como Saturnina ponía los medios necesarios para mantenerse firme en su decisión, la cual debía seguramente anclarse en una gran claridad, fruto de un serio discernimiento, que le permitían compaginar la suavidad, la prudencia y la dulzura con una sólida firmeza. Sin embargo, la vida de Saturnina, sufrirá un giro inesperado, pues “el asedio de Zavalía no cesó” 44. Zavalía era un hombre “vehemente, impetuoso, casi irreflexivo”45 que no descansaba 39 “hasta conseguir sus intentos aun a costa de su Manuel Derqui era primo de Saturnina y hermano de Santiago Derqui, que fuera presidente de la República(18601861), ambos eran hijos de Ramona Rodríguez de Derqui, Hermana de Hilario. 40 Recordemos que Saturnina ya había realizado sus primeros EE.EE, donde sintiera el llamado a consagrar su vida totalmente a Dios. 41 BUSTOS, Esilda del Carmen e.c.j: “La mujer que buscó a Dios”. Salta:s/e. 1993.Pag 8. 42 BUSTOS, Op. Cit. Pág. 9 43 BUSTOS, Op. Cit. Págs. 9-10. 44 BUSTOS, Op. Cit. Pág. 10. 24 seguridad personal”46; a la luz de esta descripción es factible comprender la actitud del confesor de la Sierva de Dios, que en ese momento era Tiburcio López 47, quien la obligó “por obediencia a dar su consentimiento” 48e “hizo pesar en su conciencia la salvación de aquella alma”49, la cual ante una nueva negativa amenazó con “quitarse la vida”50. Sobre esto nos refiere la Hna. Esilda Bustos: “en la obediencia a su confesor creyó ver la voluntad divina que quería señalarla con un verdadera cruz, pero cruz que sería el camino para preservar un alma de su perdición. Pronunció su sí, pero físicamente, según se dice, no pudo resistir y cuando vio todo el alcance de su decisión cayo desvanecida. El presbítero López tenía ya el consentimiento que la astucia de Zavalía se había propuesto a toda costa lograr obtener. Éste había ganado su más importante batalla”51 Reaparecen nuevamente en la persona de esta mujer el discernimiento, fuente de decisión y de fortaleza para sostenerse en su opción; renuncia por un bien mayor, que lejos de todo masoquismo es un ofrecer por amor y obedecer a la voluntad de quien será, más allá de los avatares de la vida, el dueño de su ser: el Corazón de Jesús. Luego de sus primeros ejercicios, el padre Moreno le escribirá: “No temas tú serás toda de Dios”. Estas palabras la consolarán cuando se sienta desanimada ante la imposibilidad de ser religiosa.52 Quien renunciara a su sueño de consagrarse solo a 45 CONGREGACIÓN PARA LA CAUSA DE LOS SANTOS, Prot. N. 110 “Canonización de Sierva de Dios Catalina de María Rodríguez” Positio sobre su vida, virtudes y fama de santidad. Vol. 1. Biografía Documentada, Roma: s/e, 1987, pág. 41 46 CONGREGACIÓN PARA LA CAUSA DE LOS SANTOS, Op. Cit. Pág. 41 47 El presbítero Tiburcio López, nació en la ciudad de Tucumán en 1818. Estudió en la Universidad de Córdoba hasta doctorarse en derecho civil y canónico en 1850. Amigo de Zavalía, siendo capellán de la iglesia del Pilar y confesor de la Sierva de Dios, impone su parecer, obligando a la joven a contraer matrimonio. En 1855-56 es rector de la Universidad de Córdoba, en 1859 rector del colegio Monserrat. Nada se sabe sobre la fecha de su muerte. (Positio sobre la vida, virtudes y fama de santidad de la Madre Catalina de Ma. Rodríguez. Pág.40.) 48 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos”. I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág.10 49 MOYANO, Ibídem 50 BUSTOS, Esilda del Carmen e.c.j: “La mujer que buscó a Dios”. Salta:s/e. 1993.Pag 10. 51 BUSTOS, Op. Cit. pág. 11 52 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág.41 25 Cristo en vista a salvar el alma de un hombre se encontraría años más tarde trabajando por la salvación de muchas almas que se santificarían en su obra. Paradójicamente quien un día sacrificara el ser toda de Dios, llevaría en el transcurrir de la historia “que muchas almas fueran todas de Dios” 53 , pero por caminos que solo El podía conocer. Podemos apreciar como se constituyeron así en su juventud algunos de los pilares de esta obra que tallará el mismo Dios y que fueron: su corazón de mujer y la congregación que fundará en obediencia a su Divina Voluntad. Matrimonio (1852 – 1865) Saturnina contrae matrimonio contando ella con 28 años y su esposo con 37 años. Sabemos las luchas interiores que se anidaron en el corazón de esta mujer al dar su consentimiento, recordemos, que fue un momento en que sufrió tal violencia que cayó desmayada a los pies de su confesor 54. Sin embargo, es de suma importancia lo que la Hna. Ana nos dice en sus apuntes: “Más ella decía después que a pesar de haber abrazado el estado de matrimonio sin saber como y tan contra de sus deseos, se creyó en él feliz, comprendiendo que había sido disposición de Dios Nuestro Señor, pero que siempre tuvo envidia a las que se consagraban al divino servicio en la vida religiosa”55. Tal como lo vemos en otros momentos de su vida, se destaca en esta etapa la profundidad de su renuncia, opción que tiene como fundamento un bien mayor y que la lleva a vivirla sanamente. Ante esta situación no dejaba de latir en ella su verdadera vocación; sin duda, Saturnina era totalmente consciente tanto de cuanto dejaba como 53 BLANCO, Ibídem. MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos”. I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 11. 55 MOYANO, Ibídem. 54 26 de aquello que tomaba, por eso se trasluce en su vida matrimonial un compromiso hacia su cónyuge y hacia sus hijos que hizo de su casa un hogar. Por otro lado se percibe en el actuar de esta mujer una confianza, que no sabe de límites, en Dios y sus designios, una confianza pura o, si cabe la expresión, virgen, en la cual se vive seguro que “todo es para el bien de aquellos a los que Dios ama” 56 y de que todo cuanto en la vida permita Dios nos suceda El sacará lo mejor para nuestra persona. Cabe destacar que Manuel Antonio de Zavalía era un hombre que cumplía con sus principales deberes de cristiano, más, contaba con un carácter y una profesión que contrastaban con el de su esposa 57. Al respecto nos relata la Hna. Ana: “Siendo Zavalía de carácter tan violento, muchas veces se mostraba airado y prorrumpía en manifestaciones de ira. ¿Qué hacía ella? Con su cariño, con su amabilidad, con su carácter pacífico, doblegando el de su esposo, con su humildad lo rendía, hasta el caso que, después de uno de esos arrebatos de cólera cuando ella había conseguido calmarlo, el se humillaba y le pedía perdón” 58. Este testimonio nos revela cómo Saturnina vencía el mal a fuerza de bien, combatía lo negativo que las personas o las situaciones le presentaban con lo positivo que había en su persona. Así la violencia era aplacada con su cariño, la prepotencia con su amabilidad, la ira con su carácter pacífico; Saturnina, hacía así presente en su hogar la Misericordia del Corazón de Jesús. Según la Hna. Ana, las contemporáneas a Saturnina afirmaban que era una mujer: “fina, atenta, delicada y cariñosa en prodigar cuidados a su consorte a quien mucho amaba y de quien era correspondida. De esta manera, aunque es cierto que sufría por la desigualdad de caracteres, con todo reinaba en aquel hogar la paz, se vivía en familia, en cordialidad. ¿Por qué? Porque si de una parte se daban motivos, de la otra había tolerancia, había humildad; ella sabía 56 Cfr. Rm 8,23. MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos”. I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 14. 58 MOYANO, Ibídem. 57 27 acomodarse al carácter de su esposo, sabía ceder; sufría, callaba, disimulaba y dando lugar al tiempo y sobre todo con la oración y ferviente plegaria, todo lo conseguía de Dios Nuestro Señor y también de su compañero” 59 Como se percibiera en su juventud, era una mujer que se destacaba por su femineidad, por ser “fina, atenta, delicada y cariñosa” y por la solidez de su vida cristiana que se traducía en su piedad, su abandono en Dios, su paciencia, su humildad, su silencio. Un silencio que lejos de ser signo de debilidad era reflejo de saber tolerar en pos de un bien mayor, dejando de lado discusiones por realidades secundarias o accidentales. Su vida era “orar, callar y sufrir” 60 y esas fueron sus armas más eficaces para adherir su persona a la voluntad de Dios, para luchar por lo esencial. En Saturnina se constata, en ésta como en otras etapas de su vida, que ella, sabe combinar en su persona la dulzura y la firmeza, así lo cuenta el señor Clemente Sañudo, amigo de Zavalía: “ la santidad y seriedad de su esposa nos imponía respeto, porque sabía unir en su trato la cultura y finos modales de una dama de corte con la seriedad y estrictez de una santa”61. Si bien su esposo era de fuerte carácter, no la privó de sus prácticas piadosas y de su labor apostólica en la atención de EEEE y en formar parte de la Sociedad de Beneficencia a la que convocara como una de las fundadoras el Gobernador José Roque Ferreyra en 1855; y aunque a esto último debió negarse por razones de salud pero se comprometió en prestar su colaboración en todo cuanto estuviera a su alcance. Este hecho revela una vez más en ella la humildad tal como la describe Teresa de Avila “Humildad es andar en verdad”. Saturnina es consciente de quien es y de cuanto puede dar. Sabe que negar sus límites entorpecerá la obra lejos 59 MOYANO, Ibídem. MOYANO, Ibídem. 61 CONGREGACIÓN PARA LA CAUSA DE LOS SANTOS, Prot. N. 110 “Canonización de Sierva de Dios Catalina de María Rodríguez” Positio sobre su vida, virtudes y fama de santidad. Vol. 1. Biografía Documentada, Roma: s/e, 1987, pág. 52 . 60 28 de beneficiarla y logra así comprometerse de una forma más eficaz desde sus propias posibilidades. Esta mujer de fines de siglo se nos manifiesta, una vez más, como una mujer sumamente realista, lúcida, atenta a aquellos que requieren de su presencia, en lenguaje corriente la podríamos bien describir como “una mujer con los pies en la tierra”. Esto lo podemos descubrir, entre otros, en el siguiente hecho relatado por la Hna. Ana en sus Apuntes: “La vida de la Señora de Comas estuvo en grave peligro; a la recién nacida la tuvieron por muerta y nadie se preocupó de la hija por atender a salvar la existencia de la madre. Saturnina descubrió que la pequeñita 62 vivía y le prodigó sus cuidados. Debiole por entonces la vida y más tarde vino a ser su hija ingresando en el Instituto” 63. Esto nos muestra como decíamos anteriormente, una mujer lúcida, que pone los medios necesarios para salvar a quien se encuentra en peligro. En referencia a esto, también se encuentran testimonios sobre sus desvelos por sacar de la masonería a un sacerdote con el cual se confesara en Paraná 64; y lo pronta y diligente que fuera al enterarse de la gravedad física de su esposo, situación ante la cual la Hna. Ana nos dice que: “voló hacia el querido paciente65, y que si bien llegó tarde para auxiliar espiritualmente a su esposo, esto fue por la precariedad de los transportes de la época66. Mas no se quedó tranquila y tras la muerte de su esposo, como éste no había podido recibir los sacramentos, ella rezaba y ofrecía sacrificios por el “descanso de una 62 Rosalía Comas de Castillo bautizada en Paraná el 24 de mayo de 1861. Ingresó a la Congregación de las Esclavas en 1883. Falleció en 1918. 63 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos”. I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 15. 64 “En el Paraná se confesó con un sacerdote que estaba afiliado a la masonería... Tuvo ella mucha parte en la vuelta de esa oveja descarriada a su Dios; pues hizo venir a sus expensas, de Buenos Aires al Paraná, un Padre Jesuita para que reconciliase con Dios y con la Iglesia aquella alma, recibiendo su pública retractación” (MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte.Córdoba: s/e. 1914, pág. 16) 65 Manuel Antonio de Zavalía fallece en una estancia en El Tío (Departamento San Justo), Córdoba (MOYANO, op. cit. Pág. 17). 66 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 17. 29 alma que le era tan cara. Mandó asimismo celebrar funerales y misas con el mismo fin”67. Por otro lado, durante su vida matrimonial se perfila una mujer auténtica, que no repara en respetos humanos y que tiene su mirada en lo esencial, lo cual la libera de frivolidades y superficialidades. En referencia a esto comenta la Hna. Ana de la Cruz: “Durante la navegación del Paraná, las señoras hablaban de trajes y aderezos para el gran baile; y al oírlas uno de los señores Ministros dijo: ‘Mientras éstas se preocupan de trajes y de baile les aseguro que Saturnina piensa cuántas misas oirá llegando a Buenos Aires’. Y dice ella que era esto verdad”. Al mismo propósito Zavalía decía a uno de sus compañeros de viaje: ‘Ya verán como lo primero que me va a preguntar cuando lleguemos es qué iglesia queda más cerca para ir a misa’. No se equivocó, apenas llegaron le hizo esta pregunta delante de todos sin el menor respeto humano” 68 Como podemos comprobar ella sigue con una intensa vida sacramental, tal como se le inculcara de pequeña. En realidad, mucho de Saturnina, se gestó en su infancia, de hecho ella será para Benito y Deidamia, lo que Eustaquia del Signo fuera para ella: una madre, tal es así que en su testimonio la Hna. Mercedes Conti nos dice: “Oí comentar a las hermanas que siempre fue muy cariñosa con los entenados (hijastros), y ellos la querían como madre, y que las personas de relación les decían que ellos eran más parecidos a ella en sus modales, que a su padre” 69 Al tomar contacto con estas palabras, podemos reflexionar sobre la importancia de lo que muchos llaman una maternidad o paternidad espiritual, que en 67 CONGREGACIÓN PARA LA CAUSA DE LOS SANTOS, Prot. N. 110 “Canonización de Sierva de Dios Catalina de María Rodríguez” Positio sobre su vida, virtudes y fama de santidad. Vol. 1. Biografía Documentada, Roma: s/e, 1987, pág. 56. 68 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 15-16. 69 CONGREGACIÓN PARA LA CAUSA DE LOS SANTOS, Prot. N. 110 “Canonización de Sierva de Dios Catalina de María Rodríguez” Positio sobre su vida, virtudes y fama de santidad. Vol. 1. Biografía Documentada, Roma: s/e, 1987, pág. 63. 30 más de una oportunidad, sella una impronta en los seres que se atienden más o tan fuerte como la maternidad o paternidad biológica. Además, Saturnina apostó siempre por la vida, mas quien tuviera un corazón decididamente maternal, paradójicamente, no llegó a tener hijos. Sobre esto la Hna. Ana nos dice en sus Apuntes: “Como su generación había de ser espiritual, el primero y único fruto de su matrimonio, que fue una niña, murió antes de nacer, poniendo en grave peligro la vida de la madre”70. Años más tarde, Benito, que contaba con 25 años de edad, contrajo una afección pulmonar que lo puso rápidamente en peligro de muerte. Cuando él supo su situación se preparó en seguida por medio de una buena confesión. Ésto prueba que Benito seguía muchos ejemplos de su segunda madre; quien en ese momento había entrado en EE.EE, pero cuando le avisaron que Benito estaba grave fue con prontitud hacia él; y así pudo este hijo morir en compañía de quien lo cuidara siempre con delicadeza maternal. Saturnina es atenta al más frágil, una mujer de iniciativa que no escatima esfuerzos para auxiliar y salvar al más necesitado, y entiéndase esta “fragilidad” en sentido material, que se reflejará con más fuerza en etapas posteriores (luego hablaremos de ellas) y también frágiles en sentido espiritual: el hecho por el que contrae matrimonio, el trato con el sacerdote masón, el salvar a Rosalía, su preocupación antes y después de la muerte de su esposo, su solicitud a la muerte de Benito. Con su vida, Saturnina nos está marcando un camino cargado con grandes lecciones de humanidad en un profundo seguimiento de Cristo; en los próximos capítulos trataremos de ampliar las orientaciones que ella misma hace para caminar por él desde sus escritos, dejaremos que nos hable con su propia voz. Sin duda, la riqueza de su vida matrimonial no se encuentra desarrollada totalmente por nosotros, simplemente hemos querido tomar hechos ejemplificadores que nos hablan de su espíritu y su pensar, de los principios que la movieron en su vida 70 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 15. 31 y que los queremos traer al presente tales como: profundidad de su renuncia, compromiso en su vida familiar que hizo de su casa un hogar, amor verdadero a su esposo e hijos, una confianza pura y sin límites en Dios, un vencer el mal a fuerza de bien. Su femineidad, su vida de piedad, su abandono, humildad, su silencio signo de fortaleza interior, su fidelidad a los EEEE y su adhesión a los Hijos de San Ignacio. Es una mujer realista, lúcida, que pone los medios necesarios para salvar material o espiritualmente a quien lo necesita. Una mujer auténtica con su mirada en lo esencial que no está sujeta a frivolidades. Es de destacar su ser profundamente maternal que le permite percibir y cuidar al más frágil, a la vez que imprime, en quienes Dios pone en su camino, mucho de su forma de ser. Inspiración y Fundación del Instituto de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús. Saturnina a la muerte de Zavalía se dirige espiritualmente con el Padre David Luque, sigue según sus orientaciones alimentando su vida espiritual y se ocupa durante el año en servir los santos ejercicios. Al escribir sobre esta etapa la Hna. Ana hace referencia a la continua caridad con los pobres ejercitada por la venerable sierva de Dios, a quienes prodigaba el alimento y también sus consejos. Recordemos que el sentido de justicia social es algo que se viene forjando en su corazón desde la infancia a través de algunos ejemplos de su familia. Otra manifestación de su permanente solicitud con los demás es como Saturnina ayudaba a sus amigos, en este caso a una anciana llamada Petrona Centeno, y sobre ello atestigua la Hna. Ana: “... había trabado una íntima amistad: una de esas amistades en que teniendo más parte el espíritu y los 32 intereses del alma que ningún otro, sólo llevan a Dios y a El sólo tienen por fin”71. Este último texto también nos revela la profunda capacidad de amar de nuestra madre, que no teme el brindarse en maduras relaciones fundadas en Dios. Si volvemos la mirada sobre sus Memorias, allí, Saturnina nos relata cómo tras la muerte de su esposo, reaparecen en ella con más ímpetu sus deseos de consagrarse radicalmente a Dios; pero las familias religiosas existentes no la satisfacen, si bien ponía los medios para ser admitida en ellas, su corazón no se alteraba al ser rechazada por su condición de viuda pues no sentía que “tuviera espíritu para esos monasterios”72. Cuando se le sugiere entrar en las Salesas, se niega porque tiene un pensamiento que la satisface totalmente, ella había recibido a 6 meses de morir su esposo, el 15 de septiembre de 1865 camino al Monasterio de las Catalinas, lo que en el Instituto se denomina “la inspiración” y que ella lo llamará “su sueño dorado”, o simplemente “el primer pensamiento”73. Así lo relata ella misma en sus MEMORIAS: “Me vino al pensamiento que tenía un terreno bastante grande en el que se podía edificar una Casa de Ejercicios y formar una comunidad de señoras que estuviesen al servicio de ellas. Me parecía esto fácil contando con tantas personas que tenían iguales aspiraciones a las mías, y daban en inconvenientes para ser admitidas en otros monasterios, se me asociarían; que observaríamos las Reglas del Instituto de San Ignacio, enseñaríamos la Doctrina los Domingos a las niñas, y asilaríamos a esas mujeres que se lleva a los Ejercicios casi por fuerza, y después de concluidos éstos, no se sabe que hacer con ellas y causa pena verlas volver a los mismos peligros, compelidas muchas veces de la necesidad; que con nuestra protección se moralizarían y aprenderían a trabajar, y después de afianzadas en el bien , las casas particulares tendrían donde ocurrir por sirvientas.“74 71 MOYANO, Op. cit. pág. 21. MOYANO, Op. cit. pág. 24. 73 MOYANO, Op. cit. Cfr. Pág. 29. 72 74 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 237-238. 33 De tal modo la embargó esto que durante la visita al Santísimo no pudo hacer otra cosa que pensar en aquello que la satisfacía y en donde ya no encontraba esa falta de espíritu como le sucediera para con los otros monasterios. Decididamente Dios la confortaba a través de este pensamiento, reinando en ella la paz y la confianza. De hecho tal inspiración sería la fuente a la que ella con frecuencia e insistencia debería volver, pues comenzaba para Saturnina un tiempo de grandes pruebas, siete años de luces y sombras, de luchas continuas hasta lograr ver concretado su sueño dorado. Volvamos un momento sobre el mismo, a modo de rescatar elementos que hallamos relevantes, a la hora de constatar si en el tiempo se es fiel al Proyecto que Dios inspirara un día en el corazón de esta mujer cordobesa. Si lo leemos detenidamente vemos que en él está presente el vivir en comunidad, según la espiritualidad Ignaciana, atender casa de ejercicios espirituales, enseñar la catequesis y promover a la mujer desde la fe, sin descuidar lo humano. Ella misma nos dice “causa pena verlas volver a los mismos peligros, compelidas muchas veces de la necesidad.“ 75 Dios le concedía nuevamente a esta alma que era desde siempre toda suya, una compasión embuida de un singular realismo, que junto con percibir la necesidad, la llevaba a vislumbrar posibles soluciones. En sintonía con esta forma de actuar es que atiende a los signos de los tiempos, y por ello la naciente congregación comienza su misión a través de la educación. Vemos así, en su particular manera de responder a la realidad social de su época su permanente su amor y solicitud respecto al frágil y al débil; y como una vez realizada la fundación se revela nuevamente este espíritu maternal que con prontitud percibe la necesidad y ante la misma no puede permanecer tranquila ni inmutable: En referencia a esto hallamos en sus Memorias; y en los Apuntes de la Hermana Ana: “Todas estas inmediaciones estaban muy pobladas por gentes las más pobres y descuidadas”76. “…las hermanas(…)sin exceptuarse la Sra. Rectora, (…)rodeada de chiquillas, no muy atrayentes por cierto a causa de su extremada pobreza, en el vestir y su falta de 75 76 BLANCO, op. cit. pág. 238. BLANCO, José María, Op.cit. Pág. 290. 34 aseo, les enseñaban desde la señal de la cruz, porque nada sabían. 77 “A este tiempo se abrió la nueva escuela(...) Aquellas pobres gentes recibieron como una bendición del cielo el recinto de ciencia y virtud que para sus hijas ofrecía el nuevo Instituto.”78 “¡Ah que grande misión es la nuestra, decía la Madre, llevarle almas a nuestro Señor! ¡Las ricas ya tienen como proporcionarse la educación, pero estas pobrecitas!” 79 Se constata como Catalina y la naciente congregación más allá de compadecerse del pobre y del solo, buscan salvar su carencia material, intelectual y religiosa con obras y gestos concretos, y como no se puede dar hacia fuera lo que no se vive dentro, esta delicadeza era consecuente con el espíritu que nuestra Madre vivió con las hermanas, y que resalta la forma especial de su trato con las enfermas, sobre el mismo nos dice la Hermana Ana en Sus Apuntes: “...Madre Catalina fue eximia en esto, y su maternal solicitud no dejó que desear al respecto.”80 Luego, la misma hermana asienta en sus Apuntes innumerables ejemplos sobre este tema, entre los cuales citamos el siguiente por la alta cuota de humanismo que revela: “Muy querida hija en el Señor, (...) cuánto me aflige su mal estado de salud! Quisiera volar, hija mía, a darle algún alivio…”81 Otras manifestaciones de sus deseos de procurar alivio, de adelantarse para atender las necesidades antes que se lo pidan, de su solidaridad y caridad, que triunfan por sobre la fragilidad de quienes tiene a su cargo y que la llevan a estar en los detalles, 77 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 52. MOYANO, Ibídem. 79 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 85 . 80 MOYANO, Op. cit. pág. 75 . 78 35 se esclarecen en las siguientes expresiones y ejemplos extraídos de los Apuntes de la Hermana Ana: “No puede imaginarse cuanto deseo encontrarme allí para aliviarla…”82 “Si veía que alguna por cortedad y respeto no le pedía, ella le preguntaba que necesitaba.”83 “Nunca, dice una hermana, estábamos mejor servidas que cuando nos servía la Madre Fundadora.”84 “Enfermó Don Juan, el hachador, y la Madre lo supo por la noche; inmediatamente hizo venir a D. Pedro Venier (el quintero) y lo envió con dinero y alimentos a atender a Don Juan. 85 “A su antigua amiga Doña Petronita Centeno…la Madre Catalina le enviaba socorros con frecuencia. ’Ven, Carlota, decía a una de las sirvientas, aunque es ya casi de noche, lleva este dinero a Doña Petronita, pobrecita ¡ tal vez está sufriendo necesidad`. ” 86 Es de destacar que su maternal estilo de conducción comprendía en sí mismo su compromiso de corregir, sobre lo cual ella misma dirá: “No quiero ser perro mudo y cargar con responsabilidades que tenga que dar estrecha cuenta a nuestro Señor.” 87 Por otro lado, descubrimos como toleró y enfrentó con empeño y convicción las situaciones adversas a la consolidación de la obra, transparentando en su vida aquello de San Agustín: “Es necesario hacer todo como si de uno dependiese, consciente que en definitiva todo de Dios depende”. De hecho, entre las dificultades 81 82 83 84 85 86 87 MOYANO, Op. cit. Pág. 80 . MOYANO, Op. cit. Pág. 11. MOYANO, Op. cit. Pág. 37. MOYANO, Ibídem. MOYANO, Op. cit. Pág. 34. MOYANO, Ibídem MOYANO, Op. cit. pág. 2. 36 más fuertes para ella estuvieron aquellas circunstancias donde el Padre David Luque es fuente de desánimo, se vuelve incomprensible para ella, decide ausentarse del proyecto88 cuando es tan riguroso con ella que ni el confesionario es lugar de consuelo y hasta parece que se ha dejado él influenciar por el desprecio que el Sr. Yaniz tenía hacia Saturnina y sus proyectos 89. Ella misma nos dice en sus Memorias: “Parecía que discurría cosas nuevas con que mortificarme cada vez que lo hablaba. Solo Dios sabe cuales fueron mis angustias en este tiempo. No tenía más vida que llorar, pasaba las noches en vela, hundida en cavilaciones y lágrimas sin el más ligero descanso.”90 Estas palabras de Nuestra Madre hacen referencia al año 1871, año en el cual era lógica tal situación espiritual para quien a este punto había tenido que sobrellevar la pérdida de su primer socia en 1867 91, apuros económicos92 y “ la peste desoladora del Cólera”, que le llevó dos de las primeras compañeras de su empresa 93 y que recién culminó en enero de 1868; y también afrontar en 1869 la soledad ante la partida de los P. Escatllar y Garcés sobre lo cual ella misma nos dice: “me causó mucha pena y amargura, pues no quedó ninguno de los que me animaban con sus consejos y con el interés que mostraban por mi proyecto(…) todo parecía haberse acabado para mí”94. En ese mismo año debe enfrentar problemas legales que en esta situación tan desfavorable podían provocar en el Señor Obispo la orden de que abandone esta obra95. A todo esto se suma un artificio propio del mal espíritu cuando desea entorpecer 88 En sus Memorias (BLANCO, op. cit pág. 274) ella relata como a las palabras de consuelo del Padre David Luque le sucedían otras palabras y hechos enteramente contrarios, lo que solo le “servían para mayor cavilación y confusión, pues se había hecho incomprensible. Como este proceder(…)continuase(…)las gentes llegaron a comprender su indiferencia para conmigo…”. “Continuamente me mandaba fuese a otro que me dirigiese en esta empresa” (BLANCO, op. cit pág. 273). 89 “Hubo un cambio general en el Dr. Luque, como si él también hubiese participado de los cuentos(…) ya el confesionario no era para mí un lugar de consuelo sin de martirio.” ( BLANCO, op. cit pág. 272). 90 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág.. 273. 91 Cfr. BLANCO, op. cit pág. 250. 92 Cfr. BLANCO, op. cit pág. 25293 Cfr. BLANCO, op. cit pág. 253. 94 BLANCO, op. cit pág. 262. 95 Cfr. BLANCO, op. cit pág. 265. 37 la obra de Dios y que es la calumnia. La misma estuvo presente en la vida de Saturnina y queremos reflexionar sobre lo sucedido y el proceder de la Madre, pues consideramos arrojará luces a nuestro caminar diario, puesto que a la calumnia solemos hallarla en el quehacer cotidiano y puede llegar a destruir proyectos u obras que si hubieran llegado a su fin habrían sido un beneficio para muchos. Dos grandes calumnias son a las cuales hace referencia la Madre Catalina en sus Memorias. La primera la suscitó el Sr. Yañiz a principios de 1871. Él le había propuesto a Saturnina con gran entusiasmo que asumiera ser la Directora de una casa de Ejercicios que él administraba, pero al poco tiempo de hacerlo se mostró indiferente y comenzó a realizar cambios sobre lo que conversaran en un principio, obligándola a aceptar varias condiciones que al comienzo resultaron incomprensibles para Saturnina, pero luego supo que esto se daba porque el Señor Yañiz se había dejado influenciar por comentarios sobre ella. Esto produjo que nuestra Madre desistiese de tratar con dicho señor y se cortara con el mismo toda relación. De hecho hasta si se encontraban en la calle él la obviaba como si nunca la hubiera conocido. Este suceso no solo dejó trunca la relación con el señor Yañiz, sino que alteró la sostenida con el Padre David Luque y en 1872 afectó al Dr. Don Adolfo Luque, quien, por los comentarios que Yañiz hiciese en reunión de clérigos, temió por su hermana Doña Josefa Luque la cual estaba interesada en asociarse al proyecto. 96 Podemos apreciar como esta calumnia solo dio espacio a una serie de temores y prejuicios que dificultaron la realización de la obra y ocasionaron momentos de gran amargura y angustia en nuestra Madre Fundadora, quien a fuerza de humillaciones y de no dejarse abatir por el desánimo sino que buscando apoyarse en nuevas personas que Dios ponía en su camino 97 logró salir adelante y así el 29 de septiembre de 1872 ver que su sueño dorado era una realidad. La otra gran calumnia fue tras la fundación del Instituto. En Diciembre de 1874 es admitida la Hermana Elisa del Corro con una gran oposición de su familia que dio lugar a una persecución contra la congregación y la Compañía de Jesús. Esta Hermana era huérfana de ambos padres y vivía con dos hermanas mayores que ella; 96 97 Cfr. BLANCO, op. cit págs. 268- 275; 281- 282 . En este caso fue el Padre Bustamante.- 38 por contar con cuarenta años era totalmente libre para tomar la decisión de ingresar a un instituto religioso y en consecuencia también hacerlo. Para evitar momentos de amargura a sus hermanas no se despidió de ellas y se dirigió a la Casa de las Hermanas Esclavas (quienes por su buen espíritu la recibieron sin dote) acompañada de su prima. Cuando sus hermanas se dieron cuenta de lo ocurrido alarmaron a toda la familia, y un primo de ideas muy liberales y periodista “tomó el asunto por suyo para insultar, calumniar y desahogar su odio sectario contra las Esclavas y la Compañía de Jesús.”98 Se llegó hasta suponer que el Padre Bustamante había secuestrado a la Hermana para colocarla en casa de las Esclavas. En ese momento el Padre Bustamante y el Padre David Luque estaban en Tanti redactando Las Constituciones de la Congregación, pero de todo estaban informados por los diarios y cartas que les enviara la Madre Catalina. Ante estos acontecimientos el Padre Bustamante quiso enseñarles a las Hermanas como proceder ante tales circunstancias y de este modo sacar provecho para la vida de cada uno; y lo hizo a través de la siguiente carta que la Madre Catalina cita en sus Memorias, por lo que podemos considerar el gran valor que para ella tuvo, y dice así: “..Dos cosas conviene hacer en estas circunstancias: 1º examinarnos parar ver si hay en nosotros alguna infidelidad para con Dios, o alguna soberbia oculta con la que provoquemos la ira divina; 2º arrepentirnos cordialmente y con toda compunción de nuestras faltas o infidelidades y recurrir con mucha frecuencia al Sagrado Corazón de Jesús para deshaga ésta y las demás tormentas que vengan y convierta en bien de nuestras almas y de toda la Comunidad todas éstas oposiciones y guerras, como lo ha hecho siempre y en todo tiempo con tantas y tan santas Comunidades. El mundo nunca paga sino a sus amigos y los enemigos del mundo son los amigos de Dios. Además, ser discípulos de Jesús y estar a su lado sin sufrir las lijurias y persecuciones, es imposible. Por consiguiente ánimo y confianza en Dios por una parte; y por otra, orar mucho, porque tiempo de prueba, es tiempo de oración99.” 98 99 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 73. BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 307. 39 Mas la tempestad no se calmaba y la misma se acrecentó con la cooperación que el periodista encontró en diarios de Buenos Aires y de Rosario; la Hermana Elisa ante la situación dirigió una carta a la prensa donde relataba la verdad de los hechos y que se publicó en “El Eco” y “Pueblo Católico” que eran periódicos que defendían a la Congregación y La Compañía, pero como esto no detuvo las calumnias fue necesario que el Padre David Luque publicase cuales eran “los fines y objetos benéficos para la sociedad de nuestro Instituto… su marcha progresiva” 100 y cómo personas muy respetables lo apoyaban. También aclaró las medidas correctas y prudentes que permitieron el ingreso de la Hermana. Esto puso fin a la persecución y los comentarios y provocó finalmente el afianzamiento de la obra. 101 Creemos que hay elementos claves, sencillos pero iluminadores en este hecho: en la calumnia se dá una mala interpretación de la realidad y se distorsiona la verdad; se suman a la misma personas que la alimentan, pero buscando desahogar resentimientos o intereses propios, involucrándose en el hecho sin un total conocimiento de él. En ella siempre se da la difamación de una o más personas y obstaculizan el desenvolvimiento de sanos proyectos. A la par de estos aspectos negativos suscita otros positivos si provoca un examen personal de los involucrados y de los acontecimientos o proyectos; este examen deber ser realizado objetivamente sin dar más lugar a los comentarios, para ello es bueno tomar distancia y no dejar de hacer otras cosas que constituyen un bien, - pues uno de los riesgos es que la calumnia, que es una fantasía del agresor nos acapare la atención y las energías, dado lo cual se dejan de realizar cosas que son en sí mismas buenas – y aclarar la situación, si se dan las posibilidades, destacando las fortalezas con los que cuenta la causa que a uno le es propia. Por último es bueno pensar como lo hizo nuestra Madre en otra situación en la que fue injuriada; donde dijo a quien lo hacía que: “el tiempo me vindicaría de la ofensa que me hacía.”102 100 BLANCO, Ibídem. Cfr. MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 72 - 74 y BLANCO, op. cit págs. 306 – 307. 102 BLANCO, op. cit pág. 266. 101 40 Esto no solo nos orienta en situaciones como éstas, sino que nos alienta , pues de estas calumnias como podemos ver resultó una consolidación de la obra y contribuyó, tras la tempestad, al crecimiento de la misma. Durante esta última y gran etapa de su vida, que recordemos comprende desde la inspiración hasta su muerte; experimenta diferentes estados en su espíritu, oscilando entre la consolación y la desolación; conociendo momentos de gran amargura y angustia, hasta el punto que su hermana Estaurófila aflicciones (...) causasen enajenación mental” 103 teme que “las excesivas 104 , vivenciando también otros de suma felicidad y alegría tales como el día de la fundación en septiembre de 1872, la toma de hábito en mayo de 1874 ó el día que hizo sus votos de Pobreza, Obediencia y Castidad afirmando su entrega total y definitiva a Dios en Diciembre de 1875; estos fueron parte del júbilo de Catalina, pues, como dice la Hermana Ana “la adquisición de lo que mucho ha costado es motivo de mucha y muy grande satisfacción!”105. Comprobamos, así, como en la vida de Catalina y de nuestra congregación “está de manifiesto el cuidado que Nuestro Señor tiene y ha tenido siempre de mezclarnos consuelos con las amarguras.”106; y como nuestra madre fue constituyendo en todo momento a Dios como el centro de su vida 107, de quien todo lo espera108, a cuya voluntad se entrega incondicionalmente por que lo ama y esto la lleva a ofrecerle todo su ser, convirtiéndose así la santidad en una de las características de mayor atractivo109 en esta mujer que en el 1800 impregnó con la misma a la sociedad cordobesa y que al fundar esta familia religiosa lo sigue haciendo hasta la actualidad en diferentes lugares de nuestro país; como también en Chile, España y Benín. 103 Como citaramos en el párrafo anterior ésta era una de las personas más cercanas a Saturnina.BLANCO, op. cit pág. 273. 105 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 63. 106 BLANCO, op. cit pág. 305. 107 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 99. Hace referencia a sus palabras antes de morir.108 “Me retiré (…) a esperar en la misericordia de Dios que algún día llenaría los deseos de mi corazón” BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 260.- “Me entregué a Nuestro Señor y esperé de Él el remedio de mi aflicción.” BLANCO, Op. Cit. Pág. 262. 109 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 30: “La Madre Catalina no solo atraía las simpatías por sus dotes exteriores y por el don de gentes que poseía, sino, y más que todo, por la opinión de santidad en que se le tenía.”. 104 41 A lo largo de estas páginas hemos atravesado la vida de Madre Catalina, volviendo una y otra vez la mirada sobre hechos y palabras de ella misma y también sobre los testimonios de quienes tuvieron la oportunidad de caminar en algún momento junto a ella. Al hacerlo experimentamos que Catalina estaba en medio de nosotros y su presencia primordialmente nos habló de una mujer profundamente maternal, que no camina sola sino que lo hace siempre en compañía; que vive como fiel hija de San Ignacio a través de: su continuo discernir la Voluntad de Dios ,la vivencia de los Ejercicios Espirituales y su fervorosa labor misionera; que posee un hondo sentido de justicia social y promoción humana infundido en un ambiente familiar sumamente religioso; una mujer con una rica vida sacramental y que tiene una valoración exquisita de la Eucaristía; con una fuerte vida de oración y de sencillas devociones que desde pequeña conoció; que vive en permanente obediencia y con un gran celo por la salvación de las almas, constituyéndose esto último como la fuente de un fecundo apostolado. También nos reveló su vida: su astucia, lucidez y realismo presentes en cada momento que la llevaron, entre otras cosas, a que su espiritualidad se tradujese en un servicio real a los demás y en una perspicaz humildad; su piedad y femineidad que la constituyen como modelo de uno de los fines que poseen hoy nuestros colegios de “formar la mujer auténticamente femenina y sólidamente cristiana” 110; su amor, renuncia, ofrecimiento y sacrificios como valores fundantes de su espiritualidad; su capacidad de vencer el mal a fuerza de bien; su silencio prudente, propio de los fuertes; su mirada puesta en lo esencial que la liberó de reparar en respetos humanos y de vivir en la frivolidad o superficialidad, forjando en su caminar profundas amistades espirituales; su habilidad para descubrir y seguir la Voluntad de Dios presente en los signos de los tiempos, como también su confianza ilimitada en Aquel que fuera siempre y en todo momento razón de su ser y de su obrar. 110 CONSTITUCIONES Y DIRECTORIO DE LAS HERMANAS ESCLAVAS DEL CORAZÓN DE JESÚS (Argentinas) “Directorio” Nro. 96. Córdoba: s/e. 1995. Pág.132 CAPITULO II “CATALINA DE MARÍA: UNA FIEL HIJA DE SAN IGNACIO” 43 Al comenzar este capítulo consideramos conveniente para comprender la espiritualidad de la hija y consecuentemente saber de su fidelidad o no a la misma, el conocer los rasgos esenciales de su Padre, es decir de San Ignacio de Loyola. Este santo del s. XVI era un caballero y capitán de Loyola que a los 31 años convalece de las heridas de su pierna derecha destrozada en la defensa del castillo de Pamplona contra los franceses. Dadas estas circunstancias, en las cuales se hallaba entre humillado y resignado, intenta evadirse de esta realidad que le ha obstaculizado sus mejores planes, a través de la lectura. Los libros que tiene a mano son la “Vita Christi” del cartujo Ludolfo de Sajonia (+ 1377) y la “Legenda aurea”(que es la vida de los Santos en romances) del obispo Jacobo de Voráigne (+1298). Mediante la lectura de los mismos comienzan a abrírsele nuevos horizontes y a surgir en su interior sentimientos que no conocía. En referencia a esto el santo escribe en su autobiografía: “...y empezó a maravillarse desta diversidad, y a hacer reflexión sobre ella, cogiendo por experiencia que de unos pensamientos quedaba triste y de otros alegre, y poco a poco viniendo a conocer la diversidad de los espíritus, que se agitaban, el uno del demonio y el otro de Dios” 111 Allí le nació el deseo de comenzar una nueva vida . Su primer propósito, en este camino de conversión, fue ir a Jerusalén, lugar de penitencia, de perdón y de renacimiento del hombre nuevo que quiere ser y que ya no puede prescindir del Jesús que ha empezado a conocer. Camino de Jerusalén recala en Monserrat, donde hace confesión de toda su vida y cambia el uniforme de militar por el saco de peregrino. El confesor pone en sus manos un “Ejercitario”, una especie de devocionario, que los monjes utilizaban para instrucción espiritual de los peregrinos. Tres días después Manresa comienza a ser su escuela de entrenamiento espiritual. Allí durante los diez meses últimos de 1522, dedicado a la oración, a la penitencia y a las relaciones de ayuda con otras personas, vive experiencias espirituales de todo tipo, desde grandes escrúpulos 111 SAN IGNACIO DE LOYOLA, “Obras Completas” , Madrid, Editorial Católica, 1977, Pág. 95. 44 hasta iluminaciones interiores que marcan su vida definitivamente. De lo que allí vive, observa, anota y comparte con otras personas, va creciendo el núcleo fundamental del libro de los Ejercicios Espirituales. Un año después, ya en 1524, de vuelta de Jerusalén las notas de su cuaderno seguirán engrosando, para, primero en Barcelona y pronto en Alcalá, ser corregidas sobre la base de las experiencias que van provocando en otros. Luego de una breve estadía en Salamanca decide seguir su formación teológica en París, durante los siete años que permanece allí el texto de los EE.EE quedará totalmente pulido. Los mismos que han sido ayudados por Ignacio, mediante estos “ejercicios”, comenzarán a ayudar a otros con ellos. Cuando años más tarde , Ignacio y nueve universitarios se encuentren en Venecia y Roma y maduren el formar un grupo identificado por una misma intención y proyecto de seguimiento cristiano, que se llamará “Compañía de Jesús”, el libro de los EE.EE será su instrumento básico. El mismo fue aprobado por Pablo III en 1548. Es de destacar, que uno de los acontecimientos que convulsiona, más fuertemente la vida de San Ignacio, hasta convertirse en una de las llamadas fuertes e ineludibles del Señor para él y sus compañeros es la ruptura eclesial producida por la reforma protestante. Por ello su intención profunda con este método de los EE.EE fue contribuir a la regeneración evangélica, persona a persona, de los cristianos. Por otro lado, la necesidad de ayudar a otros que Ignacio siente brotar en su interior, no surge de un discurso teórico- teológico, sino de experimentarse a sí mismo una y otra vez, ayudado por Dios, perdonado, convertido, salvado. Por eso a la hora de ayudar a otros no utiliza ningún discurso filosófico-teológico, ni siquiera vuelca en literatura espiritual sus propias vivencias, como han sentido necesidad de hacer otros, también en parte contemporáneos como Teresa de Jesús, Juan de la Cruz. Hombre de observación y de acción, traduce en método para otros su propio camino interior, sistematiza una serie de “ejercicios” y una serie de observaciones y prácticas para la disposición de quién ha de ejercitarse y la del que ha de ayudarle. Estos EE.EE que surgirán de la propia experiencia espiritual de Ignacio, él mismo los define diciendo: 45 “... por este nombre, (...) se entiende todo modo de examinar la conciencia, de meditar, de contemplar, de orar vocal y mental, y de otras espirituales operaciones, según que delante se dirá. Porque así como el pasear, caminar y correr son ejercicios corporales, por la mesma manera, todo modo de preparar y disponer el ánima para quitar de sí todas las afecciones desordenadas y, después de quitadas, para buscar y hallar la voluntad divina en la disposición de su vida para la salud del ánima, se llaman ejercicios espirituales.”112 Además, los organiza distribuyéndolos en cuatro semanas, no de calendario, sino de unidad de proceso, que se han de aplicar según el ritmo de quien se ejercita; los mismos tienen la riqueza de que la persona se sienta creatura, fruto de un amor gratuito y providente, y advierta que esta llamada a amar, servir y alabar con su vida a su creador. En ellos se descubre la cruda realidad del pecado y se tiene experiencia de la Misericordia de Dios que no deja de salir al encuentro del hombre. Luego, con el corazón purificado, el ejercitante se sitúa ante Cristo Rey Eternal, y consciente de lo que el mundo le ofrece, hace su opción por seguir o no a este Rey que se encarna, vive y se entrega por la salvación de todos los hombres. Realizada la opción, se profundiza en la vida de Jesús a través de la oración, con el objeto de amarlo, seguirlo y testimoniarlo. Ayer como hoy, los EE.EE son una realidad sumamente formativa, un instrumento que si es puesto al alcance de los jóvenes, les permite compartir la experiencia que San Ignacio, Madre Catalina y miles de personas han realizado la experiencia de poder orientar su vida a Dios y según Dios, en medio de las dificultades de la vida cotidiana. La posibilidad de que los jóvenes realicen EE.EE les abre a los mismos los horizontes de su persona y su espíritu que les permite hacer de sus vidas un camino de santidad. Para ellos, como para Madre Catalina, el encuentro con Dios se convierte en misión, la cual se concretará por estados de vida diferentes; para aquella joven que, signada por las enseñanzas de su tía Eustaquia, realizara sus EE.EE a los 17 años, Dios la llamaba a seguirlo desde una entrega radical en la vida religiosa 113, 112 IGLESIAS, Ignacio, “Ejercicios Espirituales”, Madrid, Editorial San Pablo, 1996, Pág. 39. BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Págs. 38; 40. 113 46 para otros jóvenes los caminos serán diferentes, algunos sentirán el llamado a la vida sacerdotal o a un compromiso laical; lo cierto y altamente enriquecedor es que los EE.EE son una vía segura por la cual los hombres pueden ser verdaderos protagonistas de su historia personal de salvación, a través de lo cual se hacen hacedores de la historia de la humanidad. Para seguir profundizando esta temática desde la Persona de Madre Catalina, volvamos sobre ella y sobre la Córdoba de entonces nuestra mirada: hacia fines del siglo XVIII los Padres de la Compañía de Jesús, habían sido expulsados de América, por orden de Carlos III. Nuestra ciudad, era uno de los lugares que enriquecidos en lo cultural y religioso por su presencia, añoraba esperanzada su regreso. La llamada “Docta” o “Pequeña Roma” sabía que dichos títulos los debía, en gran parte, a la labor desempeñada en la Universidad y los Ejercicios Espirituales por los Jesuitas.114 Los deseos de no pocos cordobeses se vieron realizados por Rosas, que buscando la elevación a nivel intelectual de la Argentina, llamó “a los antiguos maestros para que vinieran a ocupar las cátedras que enmudecieran desde su destierro” 115 Así, desde 1839 los jesuitas volvían a residir en la ciudad y su presencia se comenzó a sentir con vehemencia en la sociedad, a través de los santos ejercicios y las misiones. Los primeros, nos dirá el padre Blanco, eran una poderosa palanca para levantar los espíritus contra la decadencia moral y las segundas eran un faro de luz que disipaban las sombras de la ignorancia que envolvían a las almas de la campaña.116 Situados en la Córdoba de 1839, momento en que Saturnina contaba con 16 años, podemos apreciar que esta joven no estuvo ajena a la sana influencia que los sacerdotes jesuitas ejercieran en la provincia; tanto su corazón como la congregación que un día fundara se vieron selladas por el espíritu de los Hijos de San Ignacio; y claramente en ambas los ejercicios espirituales y las misiones serán palancas poderosas y auténticos faros de luz. En 1840, cuando realiza por primera vez los Ejercicios Espirituales los mismos serán para ella una experiencia única, pues en ellos tiene la oportunidad de 114 BLANCO, Cfr. Op. Cit. Pág. 36. BLANCO, Ibídem 116 BLANCO, Op. Cit. Págs. 36-37. 115 47 entrar en su propio corazón y mirarse ella y a su entorno desde Dios. Se despierta en ella sus deseos de una entrega radical a Dios, siendo la opción por la vida religiosa el fruto de un serio discernimiento, es decir una decisión realizada en Dios y sostenida por Él. Con respecto a su vocación la misma Saturnina escribirá: “Aunque desde niña había tenido una grande inclinación a la vida religiosa, quiso Nuestro Señor, por medios muy raros colocarme en estado bien diferente, en el cual no pudo extinguirse mi primera vocación..."117 Podemos así, entrever cuan significantes fueron para Saturnina los EE.EE y la presencia de los padres jesuitas en su vida, pues ellos orientaron su espíritu y también pusieron a su alcance criterios sólidos sobre los cuales forjar su persona y sus decisiones. La vida espiritual de esta joven, que se hallaba altamente enriquecida por los EE.EE , se traducía en servicio a los demás, esto lo podemos corroborar al leer los datos censales de la ciudad de Córdoba del año 1840, donde consta que Saturnina ya no residía en la misma casa, ni con el mismo grupo familiar que la acompañara en su infancia; sino que a los 17 años ella vive con tres tías de su padre Hilario, con Catalina de 78, Ignacia de 74 y Luisa de 68 años. Dada las características de este grupo, la Hna. Esilda del Carmen Bustos118comenta en la Positio sobre la vida, virtudes y fama de santidad de la Madre Catalina de María: “En este caso, serían ellas las que podían necesitar de Saturnina, cuya situación no era de envidiar, sino más bien de admirar, por la abnegación que podía exigir de la Sierva de Dios la compañía de las dos ancianas, y una tercera casi en esa edad. También podría uno 117 BLANCO, Op. Cit. Pág. 40. La Hna. Esilda del Carmen Bustos, nacida en río Seco (Córdoba), reside actualmente en la ciudad de Salta en una comunidad de la congregación a la cual pertenece: HH.EE. Dicha congregación la destina en 1979 a investigar sobre la Madre Fundadora Catalina de María Rodríguez, desde el año 1980 hasta 1986 permanece en Roma para redactar la Positio sobre su vida, virtudes y fama de santidad, que debía ser presentada a la congregación para la causa de los santos. En 1988 es nombrada vicepostuladora de la causa y en 1990 presenta la Positio a la Congregación para la causa de los santos. 118 48 preguntarse: ¿ Por qué eligieron a Saturnina, no a las dos mayores?”119 Como vemos en la joven Saturnina se hallan presentes la renuncia por un bien mayor, que es el servicio de quienes la necesitan por ser más frágiles que ella, esto exige de esta mujer amor y sacrificio, ofrecerse desinteresadamente por los demás. Así, los EE.EE son sumamente importantes, pues los mismos llevan a Saturnina como a todo ejercitante a, que se dé una unidad entre lo que descubre interiormente, siente, piensa y obra, siendo consciente que tanto la responsabilidad de discernir y actuar en consecuencia son dones concedidos y sostenidos por Dios en el corazón del hombre, cuando este se abre al querer de Dios. Mas, sigamos avanzando en la historia de esta mujer y descubriremos que la congregación que naciera el 29 de septiembre de l872 con la iniciación de Ejercicios espirituales según el método de San Ignacio 120, comienza a servirlos a mediados de 1873 121 , completándose con este hecho la realización de los tres fines delineados en la inspiración: asilar a los pobres; servir los Ejercicios y enseñar la Doctrina. 122 Los Ejercicios Espirituales eran un apostolado donde Madre Catalina contaba con mucha experiencia, pues desde joven aprendió a servirlos y participó de los mismos. Sobre ello la Hna. Ana cuenta que en los EE.EE nuestra madre, aun antes de fundar la congregación: “Servía la mesa, lavaba los platos, barría los aposentos y cuidaba de las enfermas. y cuando ocurría algún accidente por impresiones nerviosas o comprendía que eran aspavientos infundados, aplicaba el remedio tal cual la enfermedad”.123 119 CONGREGACIÓN PARA LA CAUSA DE LOS SANTOS, Prot. N. 110 “Canonización de Sierva de Dios Catalina de María Rodríguez” Positio sobre su vida, virtudes y fama de santidad. Vol. 1. Biografía Documentada, Roma: s/e, 1987, pág. 24 120 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 285. 121 Lo hacen el 24 de Junio de 1873 a pedido del señor Yañiz y en la casa por él proporcionada, donde Madre Catalina ya había trabajado y sobre la que ella misma dice: “Con el mayo consuelo de mi alma volví a esa casa de todo mi cariño” (BLANCO, op. cit. pág. 292). 122 Cfr. CONGREGACIÓN PARA LA CAUSA DE LOS SANTOS, Prot. N. 110 “Canonización de Sierva de Dios Catalina de María Rodríguez” Positio sobre su vida, virtudes y fama de santidad. Vol. 1. Biografía Documentada, Roma: s/e, 1987, pág. 104. 123 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, Pág. 21. 49 Podemos, así, constatar como Saturnina poseía una gran sensibilidad e intuición, y una gran capacidad para amar, sanar y conducir. Su docilidad para dejarse orientar por Dios, su discernimiento ejercitado y su sentido común le permitían en la cotidianeidad de la vida dar a cada cual lo que necesitaba. Además, en los años de prueba, entre la manifestación de aquel primer pensamiento y la fundación del Instituto, sirve distintas tandas de ejercicios donde comparte su proyecto con distintos Padres de la Compañía 124 y en 1870 el Padre David Luque dispone que realice Ejercicios Espirituales “ con el fin de pedir luz a Nuestro Señor para conocer lo que quería respecto a este obra “125. En el mes de Noviembre de 1865 había tenido oportunidad de dialogar con el Sr. Mariano González, que tenía simpatía por los ejercicios y quien con anterioridad había solicitado la ayuda para servirlos de modo tal que hacía algunos años que trabajaban en eso juntos. En aquel diálogo Saturnina hace afirmaciones importantes sobre los Ejercicios Espirituales, ella lo relata en Sus Memorias: “Le hice ver la necesidad de que se me asociase, porque si él tenía la casa, necesitaba de personas que la administrasen y sirviesen, y ningunas más a propósito que las que se consagrasen a esta ocupación, formando su espíritu y educándose para este destino, lo que daría el mejor resultado en las personas que hiciesen los Ejercicios, pues el ejemplo de aquellas sería para éstas muy edificante e influyente.” 126 Conocedora de este campo apostólico vislumbra la necesidad de personas que se formen espiritualmente y se eduquen para esta obra, pues administrar y servir implicaba ser un buen ejemplo para quienes realizasen los ejercicios; y qué mejor que personas totalmente consagradas a esta ocupación. De hecho una vez realizada la fundación procura formar a las religiosas para este apostolado, pues en esto ella era 124 Por ejemplo los ejercicios dirigidos por el Padre Suáres (Superior Gral. de la Misión en América) en 1866 (Cfr. BLANCO, op. cit. Pág. 242 ); otra en Octubre del mismo año (Cfr. BLANCO, op. cit. Pág. 243 ), entre otros.125 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 267. 126 BLANCO, op. cit. Pág. 241. 50 maestra tanto en lo espiritual como en las cuestiones prácticas. De hecho, hasta el día de la profesión religiosa127, este ministerio ocupó gran parte de su tiempo, 128 y en ellos sus hijas, junto con ella, lo sacrificaban todo 129. Por otro lado las hermanas y quienes colaboran en la fundación, se preparan a momentos decisivos o de opciones relevantes para la historia de la congregación con la realización de Ejercicios Espirituales 130 , tradición que sigue hasta nuestros días, donde en preparación de los capítulos generales 131, las hermanas capitulares se preparan con ocho días de Ejercicios Espirituales y para la profesión perpetua las hermanas lo hacen mediante un mes de Ejercicios Espirituales. Finalmente podemos afirmar que los Ejercicios Ignacianos fueron para la Madre Fundadora, las hermanas, laicos y quienes con ellos se han enriquecido u hoy se nutren, un instrumento a través del cual cada uno, consciente de su condición de criatura y de la transcendencia de Dios, quiere buscar y hallar su divina voluntad. 132 Como ya hemos expresado, en la vida de la venerable sierva de Dios siguió dándose, así como en su juventud133, una estrecha relación con los Padres de la Compañía de Jesús quienes la escuchan, la alientan, la orientan y también se comprometen con el proyecto que ella les revela. Así lo prueban las palabras del Padre 127 Que es el 8 de Diciembre de 1875. Cfr. CONGREGACIÓN PARA LA CAUSA DE LOS SANTOS, Prot. N. 110 “Canonización de Sierva de Dios Catalina de María Rodríguez” Positio sobre su vida, virtudes y fama de santidad. Vol. 1. Biografía Documentada, Roma: s/e, 1987, pág. 113. 129 Esto se encuentra testimoniado en BLANCO, op. cit. pág. 301: “El 15 de junio(…)servimos una data de 390 ejercitantes, y el 28 de julio otra de 430(…) Especialmente en la segunda data fue el trabajo muy pesado(…) Siendo las Hermanas tan pocas(...)era natural que a veces casi desfalleciesen de cansancio(…) Llegó a tanto el peso del trabajo, que de tanto caminar (…) se les llagaron los pies…” 130 Se preparan haciendo Ejercicios Espirituales para la fundación del Instituto (BLANCO, op. cit. pág. 85), para la vestición del hábito en mayo de 1874 (BLANCO, op. cit. pág. 297), el Padre Bustamante no da su respuesta con respecto al proyecto hasta hacer Ejercicio Espirituales ( MOYANO, Op. cit. pág. 35). El Padre David Luque se prepara como Director de la naciente congregación en Ejercicios Espirituales (BLANCO, op. cit. pág. 284). 128 131 Un Capítulo General es la asamblea que representa a todo el Instituto, donde se evalua y proyecta la vida del mismo; se elige a quien conducirá la Congregación por el término de seis años. Como tal, un capítulo general se constituye como un acontecimiento salvífico y eclesial. 132 Esto lo hacen a través de una “doble acción”: la acción de una serie de meditaciones y contemplaciones(…), y simultáneamente con ésta, otra acción más interior, mediante la cual, con la ayuda del que “ da los Ejercicios”, se esfuerza por tomar conciencia de las emociones que su alma experimenta, a fin de conocer, por su medio, la voluntad de Dios.” ( FIORITO M.A. “Buscar y hallar la voluntad de Dios” Tomo 1 Ediciones Diego de Torres, l989, Buenos Aires. Pág. 15). 133 “Los Padres José Fonda, Ildefonso La Peña y Francisco Colldeforns(…)fueron los primeros directores espirituales de la Madre Catalina(…)Los Padres Juan Gandásegui, Mauricio Colldeforns, Martín Piñero (Córdoba) y Fermín Moreno, los dos últimos fueron lo que más la ayudaron en el camino espiritual.” (MOYANO, Op. cit. pág. 91). 51 Suárez, que ante el pedido de Nuestra Madre de que nombrase dos Padres para que ayudasen a llevar a cabo esta obra mientras él estuviese en Europa, le respondió que “ la Compañía entera quedaría encargada de hacerlo”, a lo cual ella agrega en sus Memorias: ”Con tanta generosidad se manejó este respetable Padre” 134; otros sacerdotes jesuitas como el Padre Félix María del Val, que le hace las gestiones en las Monjas Catalinas cuando ella siente renacer su vocación, luego le ofrece hablar con las Salesas y finalmente escucha y la alienta en su proyecto, conectándola con el Sr. M. González que administraba la casa de ejercicios de aquel entonces; el Padre Guarda y Padre Carlucci, con quienes se reanimó el proyecto en 1869 cuando casi se lo daba por caduco135; el Padre Bustamante, quien ocupa un lugar de privilegio porque teniendo ella como referencia que en aquel sacerdote “ la dirección de las almas era su especial vocación”136, le expone en 1872 su pensamiento y la situación poco favorable que sostenía en ese momento con el Dr. Luque, para que él la oriente si debía insistir en llevar a cabo su proyecto o si lo debía abandonar. A esta consulta el Padre, hombre de Dios y discernimiento le responde a sus inquietudes luego de realizar Ejercicios Espirituales137, en los cuales había descubierto que los mismos eran voluntad de Dios y que en todo la ayudaría; siendo así este sacerdote: Padre Cofundador, junto con el Padre David Luque, que si bien no era jesuita “siempre fue muy adicto a la Compañía, y novicio de ella cuando la segunda expulsión” 138; datos que corroboran aquella frase de Ana de la Cruz cuando afirma que el Instituto “tiene la gloria de haber nacido a la sombra de la Compañía de Jesús” 139, y luego agrega: “veremos más de una vez la cooperación de la Compañía, ya ayudando en la fundación de nuevas casas del Instituto, ya en la formación del espíritu religioso de sus miembros como en la dirección de sus colegios, y siendo siempre para las Hermanas Esclavas luz, guía y decididos protectores. 134 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 249. 135 La Madre cuenta en sus Memorias: “La mayor parte del año 69 estuvo el proyecto en animación con la influencia de los Reverendos Padres Guarda y Carlucci”. ( BLANCO, op. cit pág. 266). 136 BLANCO, op. cit pág. 279. 137 BLANCO, op. cit pág. 279-280. 138 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 94. 139 MOYANO, Op. cit. pág. 104. 52 Dignos de especial mención, bajo estos conceptos, son los nombre de los Reverendos Padres Andrés Jofré, Lorenzo Walter, Vicente Campos, Juan Cherta, Agustín Muzas, Martín Raudo, Salvador Barber y Moisés Dávila” 140. Esta relación de Nuestra Madre Fundadora, y los Padres Jesuitas, y éstos últimos con el Instituto por ella fundada reviste una vital importancia no sólo por la ayuda constante que de la Compañía se recibió, 141, sino ante todo por aquello que ella escribe sobre las primeras Santas Reglas redactadas por el Padre Bustamante: “Estas Reglas no eran sino las de San Ignacio, apropiadas a una Congregación de mujeres, siendo en la sustancia las mismas.142” Esto daba razón de una ligazón aún más profunda y significativa con los Hijos de San Ignacio, que explica que nuestra Madre Fundadora, según lo relata la Hermana Ana, días antes de su muerte dijera en reunión de Consejeras 143: “Este Instituto ha nacido en la Compañía y allí permanecerá hasta que nuestro Señor disponga de él.” 144 Reafirmando con estas palabras lo que apunta la Hermana Ana en el primer tomo de sus Apuntes: “La Madre Catalina amaba y amó siempre la Compañía; y deseaba como entrañar en todas y cada una de sus hijas el espíritu de San Ignacio: ‘No os separéis jamás de la Compañía, decía a las Hermanas en cierta ocasión, porque si lo hacéis vais perdidas’”145. 140 141 MOYANO, Op. cit. pág. 105. Motivando a la Hermana Ana a dejar asentada tal relación desde la página 91 hasta la 105 de su segundo Libro de Apuntes, de quienes anteriormente había dicho “la Compañía es el alma y vida de esta obra “ (MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 71). 142 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 317. 143 Las Consejeras son hermanas que colaboran con la superiora en la conducción de la Comunidad, Provincia o Instituto, según corresponda. 144 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 100. 145 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 93. 53 Antes de finalizar con este punto referente a los vínculos existentes entre la Fundadora, nuestra congregación y la Compañía citamos la manera con la cual se presentó a sí misma y al Instituto ante el Padre Luis Perelló, entonces Procurador General de la Compañía de Jesús, cuando estuvo en Roma: “Al presentarse(…)dijo la Madre con mucha gracia: ‘ Las Esclavas del Corazón de Jesús, nietas de San Ignacio’ ‘Somos hijas de la Compañía, fundadas por el Padre Bustamante, así que venimos a ser nietas de San Ignacio.’146 “ Esta afirmación cargada de tanta gracia como de realismo manifiesta el ayer de nuestra congregación, atestiguado en las páginas que preceden y también el hoy de la misma plasmado en el artículo 8 de nuestras actuales Constituciones y que dice así: “La espiritualidad del Instituto deber ser alimentada, como lo fuera desde sus orígenes, por la corriente Ignaciana, especialmente a través de los Ejercicios Espirituales.” 147 Por otro lado, en esa gran etapa que comprende desde el año 1865 hasta 1896 nuestra Madre vivió momentos consoladores y otros de profunda desolación , donde en los de mayor sufrimiento, que ella misma afirma fueron en los años 71 y 72 contó con la presencia de personas que la animaron y consolaron, y en los cuales ella volvía con la memoria a palabras que la estimulaban a seguir adelante. Por ejemplo cuando se suceden a las contrariedades económicas la prueba del Cólera, la Madre en sus Memorias expresa: “No me es posible expresar las impresiones de pesar que recibí con estos acontecimientos.” 148 Agregando antes de finalizar este párrafo que hemos citado, que habían llegado los momentos que un sacerdote jesuita 146 147 149 le anunciara diez meses antes y MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 58. CONSTITUCIONES Y DIRECTORIO DE LAS HERMANAS ESCLAVAS DEL CORAZÓN DE JESÚS (Argentinas) “Constituciones” Art. 8. Córdoba: s/e. 1995. Pág. 20. 54 como sus consejos la iluminaban para seguir; pues en febrero este sacerdote le había dicho: “Mire, señora(...) han de llegar momentos en que le ha de parecer que la cosa está acabada y no hay esperanza alguna para Ud. cuidado con ir a desistir porque Dios la ha de castigar.”150 Como vemos, la Madre Catalina, fiel hija de San Ignacio supo en los momentos de desolación volver sobre los tiempos que fueron consoladores para ella, y también descubrir en las contradicciones los motivos que le dieran un nuevo aliento, 151 poniendo de manifiesto como toda dificultad tiene en sí una veta positiva que lejos de desmoronarla la fortalecía, como ella misma dice “Yo de las mismas desgracias había sacado consuelo.”152 Además, nos parece importante destacar que todas sus Memorias son una escuela donde ella nos da constantes testimonios de discernimiento, convirtiéndose en madre y maestra en vida espiritual quien primero aceptara ser alumna y aprendiz a través de su vida. Surgen en el relato por ella escrito su continua preocupación por hallar y seguir la voluntad de Dios que la lleva a hacer carne las palabras de Casiano V cuando define al discernimiento como: “Sabiduría viva que, en cada caso particular, proyecta la luz del evangelio sobre la situación concreta” 153 Por otra parte, ilumina nuestro trabajo sobre la filiación netamente ignaciana de Catalina la conceptualización que Juan Bautista Scaramelli hace de discernimiento, y que afirma que el mismo es: 148 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 253. 149 Es el Padre Suárez.150 BLANCO, op. cit pág. 249. 151 BLANCO, op. cit pág. 254. 152 BLANCO, op. cit pág. 254. 153 ROSSI, Ángel Sixto, “Conferncia sobre discernimiento”, durante la dirección de EE.EE en noviembre de 1999. Villa Allende (Córdoba) 55 “Juzgar rectamente en uno mismo o en los otros de donde provengan los distintos movimientos del alma, mociones del buen y el mal espíritu” 154 Es decir que el hombre o mujer que, como nuestra madre, pone su vida en clave de discernimiento ignaciano ha de comprender que el mismo implica en primera instancia un “juzgar humanamente bajo la ayuda de Dios”, por ello quien desea hacerlo debe pedir o fortalecer el don de conocer su propio corazón a través de la oración, de la lectura, del consejo. Tal como lo hiciera Catalina, quien ante diversas decisiones o situaciones pedía consejo155, se retiraba a ejercicios espirituales156 o se dejaba iluminar a través de pláticas157. Por otra parte si consideramos al discernimiento como aquella luz que ilumina e indica los caminos y los medios a seguir, el mismo se constituye en primer lugar como una previsión que intuye el mal antes que este se haya declarado; y en segundo lugar en aquella flexibilidad que sabe adoptar el criterio a cada situación distinta, es decir, descubrir qué conviene en cada caso. Ejemplos de esto podemos palparlo en sus cartas: “Hermana María de los Dolores Mi querida y distinguida hija: con mucho gusto recibí su cartita. por ella veo que siempre sigue Satanás empeñado en quitarle la paz para privarla de los progresos en la unión con Dios que haría si no escuchase a este envidioso de nuestra dicha, que con cosas tan insignificantes y sin fundamento ninguno la intranquiliza. De esto no me cabe duda que es así, yo lo miro claro: que no pudiendo sacar ventaja de usted por otro lado, la turba con tonterías. Búrlelo usted siguiendo a ciegas las órdenes de nuestro Padre que al respecto le dé, lo que no le costará nada por la docilidad de su carácter y la fe que éste le inspira, que de este modo volará en la unión con su Divino Esposo. Yo me acuerdo mucho de mi fina hija y recuerdo con consuelo la oración que me ha dicho hace por mí todos los días, añadiendo además que me dé mucho amor a los 154 ROSSI, Ibidem. BLANCO, BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 280. 156 BLANCO, op. cit pág. 267. 155 157 Buenos Aires. BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 308. 56 trabajos y cruces y una gran158 conformidad con la voluntad de Dios. Mucho deseo verla y abrazarla en el Corazón de Jesús. Su Madre Catalina” 159 Cabe destacar que todo discernimiento es un proceso donde primero se da una experiencia sobre algo vivido ( una discusión, oración, inspiración, etc.), luego mi juicio humano lee la experiencia vivida preguntándose por ejemplo: Cómo estoy? Qué estoy sintiendo? (Triste, contento, inquieto...), para finalmente formular un juicio: Esto es de Dios o esto no es de Dios. Esto último es propiamente el discernimiento, y hasta este momento la facultad humana en juego es la inteligencia; mas, el punto que cierra este proceso es la decisión, donde lo que es de Dios lo tomo para seguirlo y lo que no es de Dios lo lanzo, lo dejo, lo quito, dando así paso la inteligencia a la voluntad. Es decir que se concluye con un acto volitivo, tras el cual a de mirar uno los afectos y preguntarse: ¿qué quedó en el alma después de la experiencia vivida?. Llegados a este punto se ha de tener en cuenta que las cosas de Dios dan paz y una paz continua que perdura en el tiempo. Mas, San Ignacio advierte que tanto puede consolar el buen como el mal espíritu, ante lo cual debe atender al discurso de los pensamientos; y si de principio a fin son todo buenos, es señal del buen espíritu actuando en el corazón, pero si termina en cosa mala tal pensamiento es del enemigo. En Madre Catalina descubrimos claramente este proceso en diferentes momentos de su vida, pero es impactante como se constata en aquella experiencia vivida de la Inspiración o Primer Pensamiento, la cual lee desde los movimientos que se dan en su alma y desde la ayuda de quienes Dios pone en su camino; para formular una y otra vez el mismo juicio: Esto es de Dios, y tomar la misma decisión: Lo tomo para seguirlo. Dándose luego aquella paz y certeza de fe que le permitió no desistir en las duras luchas y vivir plena y gozosamente el cumplimiento de su “sueño dorado” , que no fuera otro que la mismísima voluntad de Dios. Por otra parte, es importante considerar que, existe variedad en los estados 158 159 En el original “grande” RORÍGUEZ, Catalina de María, “Fundadores: Ayer, hoy y siempre. Esclavas del Corazón de Jesús (Argentinas)” Epistolario. Tomo I, Córdoba, edición inédita, 1994.Pág Pág.26. 57 del alma, pasando la misma momentos de desolación y de consolación. Siendo características del primero: la oscuridad, turbación, atracción a cosas bajas y mundanas e inquietud por variada y abundante agitación que mueven a desconfianza y a frialdad; en él el alma se encuentra toda floja tibia como separada de Dios. Nuestro enemigo nos pone todos los impedimentos posibles para que nos desviemos de lo que hemos comenzado a trabajar, poniéndonos a veces tristes sin saber por qué estamos tristes. No podemos rezar con devoción, ni hablar ni oír cosas de Dios. Nos sentimos lejos de Dios y solemos pensar, sentir y decir que nada tiene sentido, surgiendo en nosotros una angustiante desconfianza. Además, nos encerrarnos en nosotros mismos, nos cuesta amar, nos sorprendemos no queriendo, se nos hace un suplicio la caridad, los demás pierden importancia y desaparecen de mi corazón, vienen a la memoria fracasos, nos desvalorizamos a nosotros mismos, no sentimos el amor de Dios y todo nos molesta. En la desolación se ve confusamente y es propio cuando estamos en desolación: en primer lugar, la tristeza, la duda, aflicción, falta de fe, esperanza y caridad; en segundo lugar, el hecho de que el mal espíritu caricaturiza la memoria, agrandando lo malo y escondiendo o minimizando lo bueno, en este sentido hace olvidar las gracias recibidas, también procura en esta caricaturización de la memoria sacar a la persona del presente, de tal forma que el pasado se vuelve en ocasiones totalmente atrayente y en otras un tormento, porque se vuelve sobre el mismo lleno de escrúpulos, percibiéndose el futuro radicalmente negativo, lleno de desesperanza, infundiéndose en el alma hasta miedo sobre el mismo. Por lo considerado, es importante señalar que si la tentación o movimientos del mal espíritu en el alma no son detenidos a tiempo, para lo cual es necesario estar atentos a su aparición, estos crecen, se justifican y luego vencerlos producen un gran desgaste de la persona, invirtiendo en la misma fuerzas que se podrían desplegar en las cosas de Dios. En referencia a esto la Hna. Ana escribe como la Madre Catalina advierte lo mismo respecto a la necesidad de desarraigar con prontitud los defectos, asentando en sus apuntes sobre la Madre: 58 “... su máxima favorita era, cortar en un principio lo que más tarde pudiera convertirse en abuso, inobservancia o transgresión de las reglas...”160 Otra característica del mal espíritu es que el mismo no es creativo, no es original, por lo tanto siempre te busca y atrapa por el mismo lado, por el mismo pensamiento. Después de la caracterización del mal espíritu nos parece importante realizar una breve explicación sobre como se lucha contra las tentaciones, al hacerlo veremos como Catalina de María fue fiel a Dios, no por encontrarse libre de obstáculos en su camino espiritual, sino porque supo ante los mismos utilizar las armas necesarias para que la tentación lejos de distanciarla de Dios la arrojara más cerca de Él, constituyéndose así en prueba incuestionable de su incondicional entrega a Dios. Ante la tentación nuestra madre puso siempre los medios para no detenerse en ella y descubrió que época de desolación es tiempo de paciencia, y paciencia esperanzada en un Dios que está fuertemente presente aún cuando parece ausente. Pues la desolación es una bella oportunidad para manifestar nuestra fe en obras diciendo a Dios: “No te siento pero sé que estas”. Esta experiencia la llevó a cimentar en su persona las armas necesarias para que, como dijimos anteriormente, los momentos de lucha y desolación se convertirán en pilares de su unión con Dios. Estas armas o vías de fortalecimiento espiritual fueron: *La humildad, el humilde es una persona que consciente de su contingencia todo lo espera de Dios, Catalina expresa esta actitud bellamente cuando dice en sus memorias: “...no tenía más consuelo en todos los instantes que ocurrir a Dios de quien todo lo esperaba...”161 Más adelante cuando su primer pensamiento le ocupaba tanto tiempo y el Dr. Luque le prohibe que se detuviese en ello al ir a al oración. Ella comenta: 160 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos”. II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 1. BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 261. 161 59 “ Hubo una vez que me sentí tan inclinada a hacerlo (...) que llorando amargamente deposité mi deseo en el Corazón de Jesús...” 162 Como hemos constatado en otros momentos en la humildad de Catalina reside su astucia su mejor arma, sabe que sus fuerzas no bastan, necesita que sea Dios quien obre en su corazón para espiritualmente crecer. Esto también lo enseña a su hija cuando le advierte que es necesario en la tribulación recurrir a Dios, escribiéndole: “Mi muy querida hija, mucho me ha afligido su cartita al ver la tribulación en que se encuentra, pero como se ha dejado turbar no ha atinado con el camino para hallar el panal de miel en el árbol de la Cruz, sin duda que lo habría encontrado, si hubiese buscado su consuelo en nuestro Amo, uniendo sus padecimientos con los de su Divino Corazón. Cuánta paz habría hallado, y cuánto terreno hubiese ganado en el camino del espíritu; no se precisa más que un poquitito de esfuerzo para que nuestro Señor nos salga al encuentro, ayudándonos con sus gracias y auxilios; el que no se hace violencia no entrará al reino de los Cielos. Haga los esfuerzos en el momento de recibir ésta y entréguese en los brazos de su providencia y encontrará consuelo... “163 Además, esa humildad que la llevaba a dar a Dios un lugar de excelencia en su vida, fue la que la llevó a saberse necesitada de los otros y descubrirse servidora de sus hermanos, pues sabía que pedir consejo y tener gestos de servicio eran signos veraces de humildad que fortalecen el espíritu acercándolo a Dios y lo alejan de las trampas en que le quiere enredar el mal espíritu; el cual obra en la soberbia y autosuficiencia, quedando por ello, ciertamente desconcertado y sin fuerza ante el humilde. *Su firmeza y constancia en los propósitos: prueba de esto en la vida de Catalina es como en sus siete años de lucha se mantuvo fiel a su inspiración más allá de las contradicciones, pues bien sabía que en tiempos de desolación o prueba nunca 162 BLANCO, Ibidem. RORÍGUEZ, Catalina de María, “Fundadores: Ayer, hoy y siempre. Esclavas del Corazón de Jesús (Argentinas)” Epistolario. Tomo II, Córdoba, edición inédita, 1994.Pág. 39. 163 60 se debe hacer mudanza sino que se ha de estar en paciencia. Su experiencia la tradujo en enseñanzas a sus hijas a través de sus cartas, en las cuales les dice: “Mucho siento sus trabajos o sufrimientos espirituales y pediré, como me encarga, con empeño por el alivio de ellos (...) Tenga paciencia que los bienes que le han de traer los trabajos son muy grandes...”164 “Mi hija querida en Cristo: Con mucho gusto he leído su cartita, alegrándome al mismo tiempo del provecho que ha sacado de los santos Ejercicios, aunque propiamente el fruto no puede verse sino pasado algún tiempo, pues para esto deben ponerse en practica los buenos propósitos que el Señor inspira en esos días de gracia y bendición para el alma. En cuanto á esto de los propósitos, conviene advertir una cosa, que no es bueno hacer muchos; y así lo enseñan siempre, sino fijarse en dos ó tres puntos principales según la necesidad del alma. Me parece bien que llegado el momento oportuno, procure ejercitar todas las virtudes que me enumera en la suya, pero sobre todo la obediencia y humildad en las cuales quedan encerradas todas las demás, pues el alma que las posee, posee todas las otras. Trabaje pues con animo para que la Madre no tenga que apuntarle ninguna falta de estas en su librito. La bendigo y deseo muy santa. Su pobre madre en el Señor Catalina de Ma.”165 *Su obrar contra la desolación, así cuando el mal espíritu a través de situaciones o circunstancias o personas la llevaba a desanimarse ella obraba por el contrario fortaleciendo su confianza y abandono. Ella misma ante serias dificultades que desmoronaban su “sueño dorado” dice en sus Memorias: “... tampoco me amilanava esta contradicción: (...) quedaba muy contenta sola, en poder de Dios, esperando 164 RORÍGUEZ, Catalina de María, “Fundadores: Ayer, hoy y siempre. Esclavas del Corazón de Jesús (Argentinas)” Epistolario. Tomo I, Córdoba, edición inédita, 1994. Pág. 16. 165 RORÍGUEZ, Catalina de María, Carta a la hna. Rosa del Sacramento el 10 de febrero de 1895, s/e. 61 que algún día, cuando fuese tiempo, me abriría el camino (...) quedándome (...) muy serena y tranquila...”166 De esta manera Catalina vencía a la desolación por su contrario, pues advertía que si dudaba le daba a la tentación entrada en su corazón y en su vida. *Intensificó los siguientes medios: hizo de la tentación materia de oración, examinó su interior para ver los movimientos de su alma, vivió un ofrecimiento consciente y continuo, el cual enseñó a sus hijas en sus cartas: “Tenga mucha fe y constancia en no dejar sin ofrecerle a nuestro Señor ni una hebra de hilo que corte para principiar las costuras, que yo le aseguro que con esto sólo lo hará abandonar el campo y darse por vencido, yo no me olvido de usted ni podría hacerlo aun cuando quisiese”167 Por otro lado Catalina se destacó en recordar los tiempos de consolación, con respecto a ello el P. Rossi afirma que en lo vocacional: “ Una sola experiencia de consolación es suficiente para ser fiel toda la vida. El desafío es recordarla” 168 En este sentido, sin duda, nuestra madre fue fiel aquel primer pensamiento, aceptando el desafío de cada día recordarlo, de a cada momento y en cada gozo como en cada prueba volver al primer amor, a su opción fundamental, que la llevó a transparentar en su vida a la mujer del cantar de los cantares, una mujer capaz de todo por amor, porque vive con la convicción de que “ es fuerte el amor como la muerte” 169 . Si, en la vida de Catalina de María la desolación se hizo presente, como así también la consolación, ese otro estado del alma del cual nos habla San Ignacio, donde el alma se inflama de amor a Dios, aumentan la fe, la esperanza y la caridad. Se siente 166 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 26 167 RORÍGUEZ, Catalina de María, “Fundadores: Ayer, hoy y siempre. Esclavas del Corazón de Jesús (Argentinas)” Epistolario. Tomo II, Córdoba, edición inédita, 1994. Pág. 10 168 ROSSI, Ángel Sixto, “Conferncia sobre discernimiento”, durante la dirección de EE.EE en noviembre de 1999. Villa Allende (Córdoba) 62 alegría, quietud, paz, se va toda turbación. El Señor ilumina y descubre cosas secretas del corazón, se empieza a ver con claridad. Es un tiempo donde todo trabajo es un placer, toda fatiga descanso, toda carga ligera. Este estado del alma se constata en diferentes momentos de la vida de la venerable sierva de Dios, mas al leer sus Memorias ella misma destaca que septiembre fue un mes muy “marcado y privilegiado”170 , es decir un mes de grandes consuelos, pues en el se dan la inspiración en 1865, la consulta al P. Bustamante en 1872, con la posterior fundación del instituto en septiembre de ese mismo año. Por otra parte, es importante reflexionar ¿qué sentido tiene la consolación?. Dios da un mensaje de enseñanza en la consolación y si bien en las desolaciones también hay lecciones estas son de manera indirecta. Por lo tanto la consolación debe ser deseada cuanto que hemos de aprovecharla en nuestra vida, pues toda consolación es una invitación a una entrega mayor. En referencia a este gozar serenamente en tiempos de consolación la madre nos dice en sus cartas: “ El fuego del amor Divino sea en el alma de mi querida negrita hasta que diga como San Francisco Javier: basta, Señor, basta; pues según entiendo por la suya, en la época de los Ejercicios le ha sucedido otro tanto que a ese santo, puesto que los demasiados consuelos que sentía en medio de las tareas, le hacían temer le diese nuestro Señor tanto en esta vida para pagarle lo poquito que hace. Pero sepa mi negrita que esto no sucede con los bienes del alma, porque de éstos mientras más da en esta vida el Señor, es porque en la otra nos reserva la medida colmada, así es que disfrute tranquila todo lo que le den sin decir basta; cuando más dígale a nuestro Señor que le dé a su pobre Madre vieja un poquito de lo que a usted le sobra”171 Además, nos parece oportuno destacar como, se constatan en tiempos de consolación la alegría y el gozo espiritual en forma serena y estable; se amplían las 169 Cantar de los cantares 8,6. BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág 283. 171 RORÍGUEZ, Catalina de María, “Fundadores: Ayer, hoy y siempre. Esclavas del Corazón de Jesús (Argentinas)” Epistolario. Tomo I, Córdoba, edición inédita, 1994. Pág. 36. 170 63 fronteras y se dilata el conocimiento, comprendiéndolo todo con gran lucidez y paz. También desaparecen sugerencias de fracaso y desencanto, se gozan los frutos y se vive en acción de gracias. Estos signos del buen espíritu actuando en su corazón; de hallarse consolada se manifiesta claramente en Madre Catalina en y tras la Inspiración, donde como en toda consolación, Dios le concedió a su corazón alegría honda y gran ánimo, llamándola simultáneamente a abrazar nuevos compromisos. Como ella misma nos dice: “Era grande mi entusiasmo y decisión a pasar por todo para conseguir lo que deseaba, en lo que no tuve jamás la más pequeña alternativa a pesar de las más fuertes contradicciones.“172 Como vemos, Catalina supo vivir los tiempos de consolación con una exquisita prudencia y humildad, que le permitieron reconocerse siempre criatura y maravillarse en todo de la obra del Creador, revelándose así su espíritu propio de una fiel hija de San Ignacio, que encontró en los Ejercicios Espirituales el ámbito donde alimentó de manera singular su relación con Dios y donde aprendió y se ejercitó en el discernimiento llevándolo luego a su vida cotidiana para descubrir a cada paso la voluntad del Señor; para hacer de los tiempos de consolación un compromiso y de la desolación una prueba que lejos de distanciarla de Dios la llevó a afianzar cada vez más el entregarle a Él la vida y ver realizado su proyecto. 172 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930.Pág. 239. CAPÍTULO III “CATALINA DE MARÍA: UN CONDUCIR DESDE LA MATERNIDAD Y EL TRABAJO EN EQUIPO” 65 Recapitulando sobre nuestro trabajo, en el primer capítulo del mismo hemos rescatado diferentes momentos de la vida de la Madre Catalina para extraer de los mismos rasgos o aspectos relevantes de su persona, mientras que en el segundo lo hicimos respecto de su Espiritualidad Ignaciana, en dos de sus puntos más significativos: el discernimiento y los E.E.E.E, como pilares de su vida espiritual que impregnaron el ser y el hacer de la congregación por ella fundada. La profundización de otra dos de sus características es aquello que configura este tercer capítulo, en el cual nuestras expectativas girarán en torno a definirlas y a seguir indagando sobre ellas en los escritos de Madre Catalina; especialmente en sus Memorias, los Apuntes de la Hna. Ana y en sus cartas que constituyen una fuente de primer orden y son, por lo tanto, un material ineludible y de privilegio al desear enriquecer la conceptualización de estas claves inferidas de su vida, para finalmente en el siguiente capítulo volcarnos al ámbito educativo. Entre los rasgos sobresalientes de su persona y espiritualidad, hemos seleccionado para su profundización: 1) la Maternidad como característica personal y como estilo de conducción; 2) el “trabajo en equipo” como una modalidad de afrontar responsabilidades y encauzar la realización de proyectos. Los criterios de esta selección, radican en que ambas se encuentran y sellan singularmente cada etapa de su vida, de forma tal que tras haber investigado sobre ella, decir Madre es decir Catalina; hablar de camino y crecimiento juntos y no aisladamente es hablar de Catalina; así como hemos visto que pensar en hija fiel de San Ignacio es estar pensando en Catalina. Por otro lado, juzgamos altamente significativas estas características para trasladarlas a educación, y así impregnar nuestra labor con el espíritu de esta mujer. Como podemos percibir, el presente capítulo juega, como el anterior, una suerte de nexo donde se seleccionan aspectos de lo elaborado en el primer capítulo para asentar y agudizar la mirada sobre ellos y así consolidarlos y poder luego trabajarlos en el último capítulo , específicamente en el área educativa; de modo tal que logremos nuestro principal objetivo: “conocer la persona y espíritu de Madre Catalina de María” a fin de inferir claves cifradas en su ser que nos orienten en nuestra labor educativa, descubriendo la universalización y actualización de su presencia en nuestra pastoral educativa y de la Educación Católica. 66 Son innumerables las oportunidades en las cuales la Madre Catalina deja avizorar a través de sus escritos su ser profundamente maternal; mas antes de trabajar específicamente sobre ellas, nos parece conveniente presentar qué entendemos por maternidad espiritual; lo hacemos con la colaboración de algunas ideas extraídas de escritos y audios elaborados por el Padre Jesuita Ángel Rossi 173 cuando habla en algunos casos de maternidad consagrada o paternidad espiritual. Al primer texto que citaremos de él lo traemos como un aporte para conceptualizar la maternidad consagrada como rasgo distintivo de su ser, y dice así: “Maternidad de las religiosas y consagradas: mujeres que han puesto su enorme potencial femenino y maternal de ternura y de don en la oración por nosotros desde la soledad del claustro, en la formación de los corazones jóvenes, en el consolar a los enfermos, en el acompañar y en el despedir con dulzura a los moribundos, en el trabajar arduamente junto con los pobres, en el cuidar delicadamente a los ancianos y los niños... ¡Su dimensión de maternidad no sólo no es un estorbo, o un aspecto mutilado, o sutilmente nostalgiado, sino que al contrario, es en ellas una dimensión plenificada y potencializada!. Y por eso mismo uno puede ir a ellas a compartir su dolor, a pedir un consejo, a suavizar una herida, a festejar un éxito o a llorar un fracaso. Y por eso mismo, tiene esa ciencia tan difícil de conseguir, esa intuición de madre y de mujeres de Dios, de pescar lo que necesitamos aunque no se lo digamos. Y entonces saben de palabras o gestos de consuelo justo en el momento en que uno más los necesita, así como saben también de reto bien dado o de llamaditas de atención tierna y firme a la vez. De esa tiradita de oreja, que venida de ellas, tienen fuerza para despertarnos de nuestras somnolencias o hacernos abrir los ojos ante nuestras cegueras, muchas veces 173 Padre Ángel Sixto Rossi. Nació en Córdoba el 11/08/58. En 1976 ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús y el 12 de diciembre de 1986 fue ordenado Sacerdote. Obtuvo su Licenciatura en Espiritualidad en la Universidad Gregoriana de Roma; el tema de su tesis fue “El discernimiento espiritual en San Ignacio”. Actualmente vive en la Iglesia de la Compañía de Jesús en Córdoba, allí atiende pastoralmente el templo y predica E.E.E.E. en distintos lugares del país. 67 buscadas por autoalimentadas.”174 nosotros mismos y Podemos percibir que a medida que uno avanza en la lectura del texto citado se figuran y vienen a la memoria momentos de la vida de Madre Catalina, narrados en el primer capítulo donde estas palabras toman singularmente forma. Pues durante su vida, ella oró por sus hijas, tuvo gestos de ternura, se preocupó por la educación académica y cristiana de niños y jóvenes, tuvo especial delicadeza con los enfermos, acompañó a Benito a morir, se compadeció y atendió con predilección a las niñas pobres, desplegando a cada paso su ser empecinadamente maternal. En este sentido, podemos afirmar que esta mujer tuvo la habilidad de conducir pastoreando, y para comprender el alcance de este término volvemos al P. Rossi que dice: “... pastorear: es cuidar las ovejas, es estar en guardia, en actitud vigilante, es estar dispuesto a afrontar un peligro (...). Significa también observar con agudeza y escudriñar con la máxima atención para que no nos pillen de sorpresa (...) el pastor (...) se apoya en su cayado , pero no pierde de vista en ningún momento su rebaño y el horizonte. (...) significa estar siempre mirando amorosamente las ovejas, cuidándolas. Significa conocerlas y que nos conozcan(...) el fundamento de su autoridad es esta presencia fiel, esta dedicación constante, este cuidado esmerado...”175 Es de destacar, que en nuestra Madre Fundadora es notable este estar atenta a sus ovejas, esta dedicación constante a cada una, esa presencia tan simple como constante que llevaba a las hermanas sentirse muy hijas, conocidas, amadas, cuidadas. Pruebas abundantes de dedicación de “pastora” constan en los Apuntes de la Hna. Ana, donde entre otros, encontramos este ejemplo, que es una indicación dada por la misma madre Catalina, y dice: 174 ROSSI, Ángel Sixto s.j., “Semillas de cielo y tierra”, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1997. Pág. 57 175 ROSSI, Ángel Sixto sj., “En el Amor del Padre”, Editorial Galeón. Pág. 12-13. 68 “A las enfermas no se les haga esperar, cuando necesiten algo y yo esté ocupada, llamen a la puerta, por que para las enfermas, mi puerta siempre estará abierta.” 176 Es inevitable leer este pasaje y que no queden resonando en nosotros palabras como: “al frágil no lo hagan esperar”, “llamen a la puerta”, “para el débil mi puerta siempre está abierta”. No importa el nombre de quien viene, una madre, un pastor, está para quien le necesite, definitivamente su autoridad pasa por “estar”, por su “presencia fiel”. Descubrimos así como en ella su maternidad ha sellado su estilo de conducir la naciente congregación, percibiéndose en esta mujer gestos enriquecedores que llaman la atención, que expresan como Catalina ha podido captar que lo evangélico pasa sencillamente por lo humano y que cuanto ella vivía era ejemplar para sus hijas; veremos esto con claridad si consideramos cuando Nuestra Madre visita por primera vez en 1887 la Ciudad de Villa del Tránsito177 fundada en 1880 y lo que de ello nos relata Ana de la Cruz, pues en su relato se hallan más pruebas de la maternidad de Catalina que le otorgaba una fina atención a cuanto requieren sus hijas y que la llevaba a inculcar en la Superioras sus gestos: “Al día siguiente la Madre les dió una de sus muestras de caridad y maternal ternura(…)llamando a cada una de las Hermanas, fue midiéndoles ‘tricotas de lana que había llevado, diciendo: Estos días pensaba que poderles traer y se me ocurrió comprar estos abrigos de lana. Pobrecitas! ¡ están en un clima tan helado! Cuide, Madre, que tengan los abrigos necesarios.’ Al medirnos las tricotas, dice la que ésto relata, nos tomaba de la mano y examinaba los abrigos que teníamos como pudiera hacerlo la más solícita y cariñosa madre.” 178 Por otro lado, un pastor cuida advirtiendo el peligro, indicando cual es el mejor camino a seguir, por ello quien conduce pastoreando sabe que tiene la responsabilidad de enseñar, de guiar y también de corregir. En referencia a esto encontramos sobre la Madre Catalina en los Apuntes de Hna. Ana: 176 177 178 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, Pág. 82. Hoy Villa Cura Brochero.MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 50. 69 “Nada se escapaba a su mirada y todo era objeto de sus maternales enseñanzas.” 179 Por esta razón enseñaba a sus hijas desde como tratar las puertas, hasta como cuidar sus respectivos crucifijos 180 , con respecto a esto se afirma en los mismos Apuntes: “Al hablar de su celo por la observancia regular, alguien pudiera clasificarlo de exagerado (...) atribuyendo a su carácter vivo y en verdad muy impresionable ciertas minuciosidades que no escapaban a su vista, y que eran objeto de sus enseñanzas y a veces de severas reprimendas; pero débese tener en cuenta…que en los principios habíanse reunido personas, si bien animadas de muy buen espíritu, pero que no tenían la educación y formación especialísimas que deben caracterizar a una(…)religiosa educacionista, responsable de sus actos ante Dios y ante la sociedad.” 181 “Las Superioras, decía en una ocasión, no deben despreciar nada por ser cosa pequeña, por que de lo pequeño se pasa a lo grande, de lo leve a lo grave…” 182 Si bien se exponía a posibles críticas por cumplir con su deber, su manera de corregir tenía en cuenta la integridad de la persona, tanto en el momento de llamar la atención como luego de hacerlo, pues seguía manteniendo con cada una un trato propio de quien olvida para dar una nueva oportunidad. Tales afirmaciones las encontramos en los siguientes textos de los Apuntes: “Cuando reprendía mostraba firmeza, pero jamás hería ni rebajaba la dignidad personal; siempre enérgica, pero fina y delicada, sin ultrapasar jamás los límites de la altura en sus palabras, menos los de la caridad.” 183 “’Por lo mismo que nos amaba como madre, no nos dejaba pasar la más pequeña falta, y aunque lo hacía con 179 180 181 182 183 MOYANO, Op. cit. pág. MOYANO, Op. cit. pág. MOYANO, Op. cit. pág. MOYANO, Ibídem MOYANO, Op. cit. pág. 4. 3 – 4. 1. 5. 70 seriedad y energía, según el carácter de la falta, nunca le oí palabras ofensivas o humillantes’. Hasta aquí la Hermana Vocos.” 184 “Al oírla reprender, sobre todo al tratarse de ciertos puntos de disciplina en que temía se introdujesen algunos abusos, dice una de las Hermanas, nos parecía estar(…)entre truenos y relámpagos, más luego, casi en el mismo momentos, nos hallábamos(…)familiares con ella, y ella con nosotras, llena de amabilidad y cariño, y quedábamos bien persuadidas de que no reprendía llevada de la pasión, sino compelida del deber que pesaba sobre ella.” 185 “He oído a las Hermanas, dice la Hermana Berrotarán, que al corregir se mostraba severa; pero inmediatamente de pasar la corrección, se mostraba madre amorosa.” 186 Este estilo de conducción, donde la corrección es constitutiva del amor, forma parte de un pastorear a sus hijas sin caer en maternalismos que lejos de ayudarlas a crecer las hubiera llevado a infantilismos inútiles. Catalina quería que sus hijas Esclavas fueran fuertes mujeres de Dios capaces de dirigir al rebaño que Él mismo les encomendase. Ejemplificamos esto con el siguiente testimonio: “Otra Hermana refiere que siendo recién profesa la mandaron a dar clase. Se le ofreció una duda y consultó a la M. Vicerrectora, porque la Madre estaba en la sala. Aquella no se atrevió a resolver el caso de la Hermana, así que esta hubo de esperar a que la M. Fundadora saliese de la sala. Al consultarle, le dijo porque no había acudido a la Madre Vicerrectora. Informada de lo que había ocurrido, llamó a la Vicerrectora y en presencia de la Hermana, la mandó a resolverle el caso, y le dijo que si lo hacía bien aprendería a gobernar, y si mal, ella le enseñaría lo que debía hacer en tales casos.” 187 Como vemos nuestra Madre sabía el valor que tenía lo aprendido por propia experiencia y esto le permitió avisorar que su rol era mediar para que su hija comprenda 184 185 186 187 MOYANO, Op. cit. pág. 78. MOYANO, Op. cit. pág. 7. MOYANO, Ibídem MOYANO, Op. cit. pág. 5. 71 si era posible, por sí misma, qué debía hacer; sólo si esto no ocurría ella le señalaría el camino a seguir. Por otro lado, su corazón de madre, revela nuevos gestos de delicadeza y humanidad al estimular a sus hijas valorando sus trabajos, sacrificios, haciéndolas comprender como cada una desde sus capacidades aporta un bien a la obra, animándolas a ser buenas porque sabía reconocer en ellas aquello que tenían de bueno; pero antes de seguir reflexionando dejemos que los testimonios nos hablen: “Cuenta la Hermana Rita Fernández que siendo ella recién profesa, le dijo un día la Madre: ‘Mire, Hermana, la Hermana N. Es muy combatida del sueño en el coro, haga Usted el favor de despertarla, pues queda cerca de ella’. Dijo la Hermana que no se animaba a hacer eso con una Hermana tan respetable y antigua. La Madre insistió en que practicase este acto de caridad, y así tuvo que hacerlo, no sin gran violencia. Ese día(…)llama a la que servía a la mesa y le dice: ‘Lleve este plato a la Hermana Rita y dígale que es para pagarle el vencimiento que hoy ha hecho”. La Hermana quedó mas confundida al ver cómo la Madre por este medio quería animarla y alentarla por los vencimientos.”188 “Este amor que nos tenía, añade, le hacía creer que era mucho lo que hacíamos (trabajábamos). No recuerdo haberle oído decir ni una sola vez: esta Hermana trabaja poco o está de balde.” 189 “No crea, hija mía, que para mí haya separación de hija y entenadas, tanto las de allí como las de aquí, valen inmensamente para mí.”190 “¿Cómo te va con las enfermitas? Cuídalas mucho a todas; no te canses(…) Cuídame mucho a la H. Margarita Ma. para que pueda dedicarse a la atención de las niñas; y así, aunque vos no enseñes, tendrás parte en el bien que ella haga por ese medio”. 191 188 189 190 MOYANO, Op. cit. pág. 34. MOYANO, Op. cit. pág. 78. Esto lo expresó a raíz de que la Hermana Ignacia Vocos le escribiera estando en la Casa de Ejercicios, que las Hermanas de allí eran sus hijas y las que estaban en General Paz como sus entenadas. (MOYANO, Op. cit. pág. 78). 191 MOYANO, Op. cit. pág. 92. 72 Esta Maternidad que la hace mujer compasiva y de consejo hace que desde sus presencia y fortaleza de ánimo deba alentar en sus últimos tiempos a aquel que Dios dispusiese como su compañero de camino, en cuyo recorrido en ocasiones la iluminó y en otras la desalentó, a veces la orientó y otras la humilló, en ocasiones pareció no comprenderla y hasta se alejó, pero luego fue director y padre incondicional de sus hijas Esclavas. El Padre David Luque sufrió grandes desolaciones en sus últimos años que le llevaron durante más de un año pasar la noches en vela, sumergido en la tristeza. Sobre este tiempo encontramos en los Apuntes de la Hermana Ana: “Venía algunas veces a la casa, y la Madre Catalina, habiéndose trocado los papeles, era quien lo alentaba y trataba de reanimar su espíritu abatido. ‘Yo no he hecho nada, nada que me pueda valer para la eternidad’ repetía con frecuencia. Entonces la Madre le enumeraba los trabajos de su vida de labor en el santo ministerio, con lo que en el momento la escuchaba parecía reanimado, volviendo luego a entrar en la noche de la prueba’(…) La Madre le hacía las mismas reflexiones con que él en otros tiempos la alentara, y se empeñaba en demostrarle que sus temores eran infundados…” 192 Por otro lado Catalina es una mujer que no sólo anima a su comunidad y a quienes la rodean sino que, como Buen Pastor, comparte la vida y los trabajos de sus hijas, involucrándose respecto a cada persona y con la obra que tiene a cargo. Esto le permite no sobre exigirles y dar a cada una aquello que necesita para desenvolver mejor sus obligaciones. Para palpar esto en su vida, leamos lo que su hija nos dice: “¿Y qué diremos de la solicitud y ternura con que ella se compadecía y compartía el trabajo de sus hijas? Viérasela con gusto, con su blanco delantal, ya barriendo los corredores y levantando las basuras(…) Más no era esto solo, su solicitud y cuidados por las hermanas eran verdaderamente maternales. Una noche descubrió que varias se acostaban sin cenar(…)prefiriendo el descanso al alimento(…) Al momento de saberlo fue 192 MOYANO, Op. cit. pág. 51. 73 personalmente a la despensa,(…) Y repartió a las Hermanas un ligero alimento. Inútiles fueron los ruegos, las excusas y el alegar razones: su caridad triunfó, y las Hermanas descansaron después de haber tomado alimento.”193 “Cuando se hizo la fundación en Santiago del Estero, escribe la misma Hermana, durante el viaje, en casos en que tenías que marchar a pié, hacía que fuésemos de dos en dos, y como yo no podía seguir el paso de las otras, hizo que ellas se acomodasen al mío, diciendo que así se hacía en la Compañía, que los sanos se acomodaban al paso de los enfermos.”194 “…y tengan cuidado de dar todo lo preciso a las muchachas, porque es un deber de conciencia el atenderlas. Si no se les llenan las necesidades no se les puede exigir trabajo.”195 Este involucrarse le llevó en la conducción del Instituto a buscar el bien de la persona por sobre la obra, sobre el tener y sobre la estructura. Explicitamos estas tres claras opciones, que revelan sus criterios a la hora de decidir, en los siguientes textos extraídos de los “Apuntes”, los cuales debemos leer sin olvidar la época en que se desarrollan: “La H. Tisera refiere que recién profesa ella, le dieron la clase de Historia Patria, en cuyo ramo estaba bien preparada. Luego de dar algunas clases de este ramo, fue a la Madre y le dijo que si a ella le parecía, le diese todos los otros ramos, menos la dicha Historia; porque en la oración(…)va allí Moreno, y Belgrano y Rivadavia, y todas las fechas, y no me dejan hacer oración. La Madre le dijo: ‘Está bien, Hermana, más quiero su espíritu que a la maestra de Historia’; y la retiró de la clase.”196 “La (…) H. Barros refiere que le dijo la Madre no tuviese pena por no haber traído dote al Instituto; que a éste más 193 194 195 196 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 69. MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 76. MOYANO, Ibídem. MOYANO, Op. cit. pág. 11. 74 le convienen sujetos de verdadero espíritu, que los que careciendo de él traen dote.” 197 “En 1894 cuando la Madre Fundadora hacía la visita en la casa de Buenos Aires, una de las Hermanas, le dijo que la H. María andaba triste y que varias veces la habían visto llorando. Enseguida la hizo llamar y le preguntó la causa(…) La Hermana le confesó sencillamente que a ciertas horas sentía(…) verdadera hambre. La Madre, compadecida de su necesidad, con aquella bondad y ternura que la distinguía, le ordenó que cuantas veces sintiera necesidad fuera a la despensa a pedir alimento…”198 Esta mujer que a la hora de tomar decisiones tiene como criterio el que prevalezca el bien de la persona, advierte a sus hijas superioras que: “se ajusten cada día más y más a las(…)Santas Reglas, y las impriman (…) en el corazón de sus súbditas, por medio de la palabra y principalmente por el ejemplo” 199, y ante diferentes faltas les asegura que las mismas no se pueden tolerar en casa religiosa “en donde se enseña y dá educación! “200. La Madre Catalina sabía que la palabra educa con más fuerza en tanto vaya acompañada por un testimonio de vida y que para ser un buen educador es necesario primero ser educados, para poder así presentarse como modelos claros y convincentes. Ella a todas las Hermanas inculcaba a través de su persona aquello que era objeto de sus enseñanzas, y no escapó a ser parte de las mismas su maternidad, lo que podemos apreciar días ante de su muerte cuando al pedirle una Hermana la bendición, ella le responde: “Que nuestro Amo la bendiga a Usted con sus hijas”, que eran las niñas pobres agraciadas 201. Catalina comprendía que cuando por una misión una Hermana se responsabilizaba de una persona o un grupo de personas, éstas automáticamente pasaban a ser sus hijas, por lo tanto objeto de sus preocupaciones. No solo tenemos ejemplos en todo lo expuesto sobre el trato con las Hermanas de cómo Catalina era un verdadero modelo de maternidad, sino también en su relación con las alumnas a 197 198 199 200 201 MOYANO, Op. cit. pág. MOYANO, Op. cit. pág. MOYANO, Op. cit. pág. MOYANO, Op. cit. pág. MOYANO, Op. cit. pág. 15. 76-77. 10. 29. 97. 75 quienes defendía y de las cuales no le pasaban desapercibidas sus necesidades. Para ilustrar estas últimas afirmaciones recurrimos a los Apuntes de la Hermana Ana, que nos dicen: “De las alumnas se mostró siempre abogada, escribe la H. Berrotarán, no se cansaba de encargarnos la caridad con ellas, y la dulzura, suavidad y cultura para tratarlas: ‘Acuérdense, decía, que las pobres llevan la pesadísima cruz de los estudios, en una edad tan necesitada de jugar y de holgar.’ ”202 “Oyendo toser a una niña en el coro, preguntó, ‘¿ A que división pertenece esa niña que tose?. Avisen a la Maestra que la atienda’”.203 Descubrimos, al hacer el recorrido por el corazón profundamente maternal de esta mujer que de tal forma penetró en el de sus hijas, que una vez que no la tuvieron entre ellas volver a estar en los lugares que en oportunidades compartieran y/o donde ella vivía, era un traer con frescura a la memoria del corazón su persona, suscitando un recuerdo agradable cargado de experiencias y enseñanzas. Así en el interior su imagen se convertía en su presencia viva, donde recordarla era sin duda y paradógicamente tenerla y extrañarla. Terminemos reflexionando sobre esto al leer a su propia hija Ana de la Cruz, que al hablar de la pieza de nuestra Madre nos dice: “Sus hijas y todas las que la conocieron y trataron íntimamente con ella, conservarán gratos e íntimos recuerdos al ver esa pieza en donde tantas veces las animó a la práctica de la virtud; en donde otras veces derramó el bálsamo del consuelo en sus almas agitadas por las contrariedades de la vida; en donde recibieron sus maternales enseñanzas, así como sus caritativas correcciones, y en donde finalmente entregó su alma pura en las manos de Dios.”204 202 203 204 MOYANO, Op. cit. pág. 79. MOYANO, Op. cit. pág. 80. MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 79. 76 Esto nos ayuda a pensar en lo importante que es en el evangelizador ser una persona agradable, con quien se tenga el gusto de estar 205 y a quien se considere una dicha el tratar. Esmerarse por ser personas amables, que se esfuerzan cada día en aprender a sostener sus convicciones con tanta firmeza como buen humor 206, hace a un estilo de conducción, un estilo evangelizador por sí mismo y que lo hallamos presente en Madre Catalina, y que se constata en el siguiente testimonio: “ …nuestra Madre en todas sus palabras revela una sencillez y candor como de niño; jamás se le notó la más pequeña intranquilidad, y generalmente hablaba de ese modo chistoso y jovial. En todas sus acciones y palabras mostró una suavidad encantadora, de modo que no podíamos hacernos presentes a ella sin dirigirle palabras de respetuosos cariño y llorar de ternura. Siempre fue agradable en el trato y edificante en sus maneras; pero jamás la vimos más devota, suave y graciosa como en sus últimos días; y sobre todo mostraba un amor grande, intenso, inexplicable a su Instituto.” 207 Esto nos habla de cómo el amor a su congregación era la clave de conducción que ella poseía, sabía que amar al Instituto era amar a cada uno de sus miembros y que los mismos eran ante todo personas; por lo tanto era necesario conservar con ellos en el trato un sano equilibrio tanto en las palabras y hechos, de modo tal, que manifestaran no sólo fortaleza sino también caridad. En definitiva, el que Madre Catalina, como directora o conductora de esta obra fuera una persona a la cual amar, lejos de llevar a los miembros a quedarse en ella, producía en los mismos fuerza en la entrega, alimentando a la vez el sentido de pertenencia, que se consolidaba y vivificaba al tener un modelo al cual seguir, un modelo que era un líder tan entregado a su obra que “al aproximarse el ocaso de su vida se mostraba más amante de sus hijas, 205 Cfr. MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos”. I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 59: “Ni un momento…queríamos perder de estar con ella.” 206 Otra referencia a esto encontramos en los mismos Apuntes cuando dice: “…como siempre, chistosa para hablar, dijo…” (MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 91). Advirtamos que esto deber haber sido notable para que la Hermana Ana lo afirme, porque en la época que ella escribe sus Apuntes no era lo común a la hora de escribir sobre una religiosa, y sobre todo una que debía considerar como un modelo para las demás; el hacer referencia al buen humor en una consagrada. 207 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 93. 77 más interesada en el caro Instituto“208, llevándola tal amor a conducir aún en la enfermedad desde su celda. Así lo manifiesta la Hermana Ana: “ Desde allí, no obstante, todo lo preveía, de todo se informaba, a todo atendía y todas las necesidades remediaba”209 Esto nos da lugar a reflexionar sobre la importancia que tiene en el directivo ser una persona que ama a quienes conduce y que se torna amable a los demás. Este último es también un aspecto significativo si pensamos a quien tiene la misión de conducir, no como una persona aislada sino, como alguien que debe tener la habilidad de trabajar en equipo. En nuestra investigación este es un rasgo relevante, pues al leer la historia de Catalina de María se percibe con prontitud que a este saber trabajar con otras se debe en gran medida, la realización de su sueño dorado: La Fundación del Instituto de las Hermanas Esclavas de Corazón de Jesús; como también el poder sostenerlo y conducirlo. De hecho nuestra Madre Fundadora era una mujer sagaz que buscaba en su entorno los caminos que hicieran posible su proyecto210, era consciente de que sola nada podía y forjó en su espíritu el don de dejarse ayudar, por ello se asesoraba a la vez que se valía y cuidaba de los recursos humanos y materiales211 que Dios ponía en su vida. Testimonio de su humildad que la llevó a consultar y avanzar junto a otros lo encontramos cuando tras la inspiración, transmite este pensamiento a su hermana Estaurófila y luego al Padre David Luque, ella misma dice “tuve que consultar”212. Estos signos de humildad la engrandecen, pues es una mujer que lejos de toda autosuficiencia se deja ayudar, se asesora, toma consejo, pasos necesarios a la hora de poner todo en Dios y discernir cual es Su Voluntad. Es consiente que no puede sola. De hecho es por consejo de su hermana Estaurófila que dá nuevos pasos cuando ésta le dice “Yo, en tu lugar lo consultaría no lo despreciaría.“ 208 209 MOYANO, Op. cit. pág. 87. MOYANO, Ibídem. Se pueden confrontar diferentes ejemplos en: BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”.Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág.. 246, 251, 254, 268. 211 Cfr. BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 249.; MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 75. 212 BLANCO, Ibídem. 210 78 Es decir que toma cuanto consulta y los estímulos recibidos encauzándolos, no para su gloria sino para llevar a su fin la Obra de Dios. Si nos detenemos en los Apuntes de la Hna. Ana, ella confirma esta idea cuando dice: “Al frente ya de la Obra, desplegó la actividad propia de su carácter y de su celo;(…)y mucho llamaba la atención el tino y acierto en el gobierno, y cómo era maestra en la vida religiosa una persona a quien faltaba práctica. Esta no se echaba de menos porque en todo caso de duda era una niña para consultar y someterse al Dr. Luque y al Padre Bustamante, y hasta a las Hermanas” 213. Desde esta modalidad de desempeñar su rol es posible explicar como de quien al ser nombrada Rectora214 expresara: “Me creía incapaz de desempeñar este destino”215, luego sus hijas pudieran decir que el suyo fue “un gobierno sin tacha y todo de Dios”216. Sí, al ser las Hermanas trasladadas de la Casa Madre, el Sr. Director anunció que Saturnina pasaba de ser la Sacristana a ser la Rectora; y en relación a este hecho hay dos puntos importantes a considerar, el primero es que si ella expresó que no se sentía capaz, su comentario no surgía de una falsa humildad pues ya hemos visto en páginas anteriores que era mujer sumamente realista; el segundo es que al leer los Apuntes de la Hermana Ana vemos “como por voto unánime de las Hermanas, el Director nombró Superiora a la Madre Catalina” 217, lo que es muy significativo por la participación que se dá a la comunidad en la decisión; de modo que la misma se sienta involucrada con quien la dirige y se facilite la conducción. Es decir, que sí consideramos estos dos puntos y lo afirmado anteriormente sobre su saber trabajar en equipo, tenemos: una mujer inexperta, una comunidad que la apoya y la habilidad en su persona de consultar y dejarse ayudar en todo, y finalmente el éxito en la conducción de la obra. 213 214 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 51. Esto significaba quedar como Superiora Mayor de la Obra.Cfr. BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 289. 216 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 1. 217 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 51. 215 79 De modo tal, sintió y reconoció la ayuda de los demás, que pretendió dar el título de fundador al Padre David Luque 218, lo cual pone de manifiesto como Catalina valoró todo cuanto el Padre David Luque hizo por el Instituto. Es decir que era una mujer que valoraba el ser y hacer de los demás en la obra que ella lidera. Este “valorar” a la otra persona y descubrir sus capacidades y aportes para la obra, fue uno de aquellas características de su “trabajar en equipo” que llevó por buenos caminos a su proyecto (tan amado por Dios y por ella). Ejemplos sobre este aspecto los encontramos en los Apuntes y en sus Memorias al valorar el trabajo de sus hijas219 en la atención de los Ejercicios Espirituales 220 y en la enseñanza de la catequesis221; que la impartían “ sin descuidar los otros ramos de la educación” 222. También valora, entre otros, el trabajo realizado por el Cura Brochero, destacando de la personalidad del mismo su perspicacia, abnegación y ese involucrarse del cura en el trabajo de los obreros en la realización del camino para llegar a Villa del Tránsito 223, humildad que ella destaca que llevaba a otros a imitarlo 224. Vemos así, como el valorar los dones presentes en los demás alimentó su espiritualidad haciendo crecer en ella diferentes virtudes, y también le permitió delegar en otros aquello en lo cual ella se veía limitada, por ejemplo en lo referente a la Educación, donde se nombra a Hermanas que están mas instruídas para consultar 225; o cuando en los comienzos pide a su hermana Estaurófila, a quien describe de “genio despejado y resuelto” 226, le ayude en la recolección de limosnas; o cuando llamada a juicio por el Señor Obispo por problemas con una de sus primeras socias advierte la necesidad de un abogado y lo busca, pues 218 Refiriéndose al Padre David Luque dice en sus Memorias: “ dar a aquel el título de Padre y Fundador pues en realidad lo era y gravitaba sobre sus hombros toda la responsabilidad desde que había aceptado el título de Director de la obra (BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 310). 219 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 78. 220 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 301. 221 BLANCO, op. cit. pág. 291. 222 BLANCO, op. cit. pág. 290. 223 Hoy Villa Cura Brochero ( Provincia de Córdoba).224 Cfr. BLANCO, op. cit. pág. 318. 225 Cfr. Sobre los Consejos Consultivos : CONGREGACIÓN PARA LA CAUSA DE LOS SANTOS, Prot. N. 110 “Canonización de Sierva de Dios Catalina de María Rodríguez” Positio sobre su vida, virtudes y fama de santidad. Vol. 1. Biografía Documentada, Roma: s/e, 1987, pág. 113 ; y MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 52. 226 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 248. 80 como ella misma lo expresa: “Todo litigio por justo que sea se pierde sino se defiende bien”227. Este ser consciente de cuanto necesitaba ella de los demás, no solo la alejó de ser una mujer autosuficiente, (con lo cual se hubiera ahogado indudablemente el proyecto), sino que le llevó a ser una persona agradecida, de este rasgo fueron testigos sus hijas y nos lo relata la Hermana Ana en sus Apuntes: “‘Era sumamente agradecida, dice la Hermana Berrotarán, y procuraba obsequiar a todas aquellas personas que dispensaban favores a la casa (…)’ Con el mismo fin, y creyendo era el mejor modo de manifestar su gratitud, dio Cartas de Hermandad, a nombre del Instituto, a muchos de estos bienechores, y en cuyo fallecimiento no olvidaba hacer aplicar por ellos los sufragios que las Constituciones prescriben en la muerte de las Hermanas” 228. La gratitud, fue en Catalina una característica que (como muchas otras que hemos descripto en el trabajo) no quedaba en huecas expresiones sino que al surgir un real don y trabajo interior poseía esa fuerza particular que lleva no sólo a admirar sino a imitar lo que uno ve. Así lo expresaban las mismas hermanas que tuvieron el privilegio de vivir con ella: “Un ¡Dios se lo pague! de nuestra Madre(…)cuan grato era, y cómo nos movía a ser también agradecidas”!…229 Otros aspectos significativos que podemos extraer de la vida de nuestra Madre y son interesantes al hablar de “Trabajos en equipo” es: 1) su capacidad de crear un buen clima comunitario hablando bien de todas, 230 lo que permitía trabajar con tranquilidad y con la convicción de que “ a todas llevaba en el corazón”; 227 BLANCO, op. cit. pág. 265. Carta de Hermandad y novenario de misas es una costumbre que perdura en el Instituto hasta nuestros días (MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 35). 229 MOYANO, op. cit. pág. 34. 230 Cfr. MOYANO, op. cit. pág. 26. 228 81 2) su sentido de fraternidad, que antes de que se realizase la fundación provocó que las socias se cuidaran entre sí, tanto a nivel espiritual como material, 231 que considerara que a la comunidad pertenecían los frutos apostólicos de la naciente congregación232 y que motivara a las diferentes casas a ayudarse porque lo que cada una poseía era de todas. 233 3) Su ejercicio del poder, para lo cual aceptó primero ser discípula y no reclamó ningún tipo de puesto, tal como lo constatamos en la fundación del Instituto cuando el Padre David Luque pone al frente de la obra a la Hermana Estaurófila Moncada y se la nombra a Saturnina Sacristana, ante lo cual ella solo expresa: “Yo quedé muy contenta con el oficio y ya no supe más de los asuntos de la casa; casa que recordemos le había costado siete largos años de luchas y sacrificios” 234. Esto pone de manifiesto que su objetivo era ver realizada la voluntad de Dios, pues si al proyecto lo creyese solo suyo se hubiera quedado, sin lugar a dudas, en la frivolidad del cargo; como tampoco hubiera aceptado y aprovechado este ser hija como una ocasión para aprender a dirigir y conducir como una verdadera madre. Consciente, como vemos, de que el poder residía en la humildad de no creerse dueña de la obra es que años más tarde decide rotar a las Hermanas en los oficios 235, y toma como regla que quien se atribuyese algún puesto no era para tal. 236 El poder para ella era un servicio y una misión que solo lograba sobrellevar aceptando una sana 231 Ejemplo de esto es el proceder de nuestra Madre, el Padre David Luque y demás socias al morir doña Genoveva la Torre. Cfr. BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 250. 232 BLANCO, op. cit. pág. 291. 233 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 78. 234 Cfr. MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 43. 235 “Poco tiempo antes de morir dijo que había visto por experiencia que no convenía tener mucho tiempo a las Hermanas en un mismo oficio, [por el peligro de cobrar libertades en la administración de las cosas y tratarlas como dueñas o propietarias”. ( MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 43). 236 Cfr. MOYANO, op. cit. pág. 45: “Supo que en una conversación se había tratado sobre cargos de superioridad y a la Hermana que lo hizo le dijo ¡Pues (…) por eso mismo nunca será Superiora! ( y aunque poseía dones nunca lo fue)”. 82 dependencia de quienes en formación religiosa sabían más 237 y también con la ayuda del Consejo de la comunidad, dándose en ella una sana sumisión y corresponsabilidad. De hecho los Consejos de Comunidad persisten hasta nuestros días y están conformado por la Superiora de la Comunidad, la Hermana Vicaria y la Hermana Secretaria, y ellas deben estudiar las inquietudes, preocupaciones y anhelos de la Comunidad en orden al crecimiento espiritual y cultural de las Hermanas, al apostolado y a la administración económica; y luego evaluar el desarrollo de la vida religioso-apostólica de la comunidad238; al consejo de cada comunidad se lo denomina Consejo Local, al encargado de una Provincia religiosa Consejo Provincial y al que debe acompañar y velar por todo el Instituto Consejo General, el cual cuenta con cinco Hermanas llamadas Consejeras Generales; 4) Su saber escuchar, porque así como fue Maestra porque se arriesgó a ser primero alumna, fue mujer de consejo porque sabía escuchar, lo que le permitió tener más luces y ser una persona comprensiva con quienes a ella se acercaban. 239 En definitiva Catalina siendo elegida por Dios para fundar y conducir a las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, lo hizo caminando junto a sus hijas y compartiendo siempre su vida con los demás. Por ejemplo con su Hermana Estaurófila quien la escuchó, atendió y apoyó240 en momentos de confusión y oscuridad como en tiempo de gozo y de luz, configurándose de esta manera en una compañera incondicional para ella. Bien podemos afirmar que Catalina fue madre, porque supo ser hermana, amiga y ante todo hija; dándose en ella lo que leemos en el siguiente texto de P. Rossi: 237 Cfr. MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 59: “…con que dependencia del Sr. Director y del P. Bustamante, iba introduciendo todo aquello que era conducente a la formación religiosa y a la práctica de sólidas virtudes”. 238 Cfr. CONSTITUCIONES Y DIRECTORIO DE LAS HERMANAS ESCLAVAS DEL CORAZÓN DE JESÚS (Argentinas) “Constituciones” Art. 203 y 206. Córdoba: s/e. 1995. 239 Según testimonio del Dr. Casabal el saber escuchar era característica de Madre Catalina (MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . II Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 32 ). 83 “... esa fuerza de la paternidad expresada en la imagen del papá del hijo pródigo en el cuadro de Rembrandt, comentada hermosamente por Nouwen, cuando hace notar esas dos manos del padre tan clara y misteriosamente distintas: una es una mano fuerte, grandota, de dedos abiertos, la otra es una mano suave, acariciante. La mano fuerte, "paternal" está en línea recta al pie calzado del hijo, símbolo de su parte sana; la mano suave tierna, "maternal", está en la línea directa del pie descalzo y herido, símbolo de la zona frágil, vulnerada, del corazón del hijo.”241 Sí, Catalina fue en la historia y actualmente en la vida de cada esclava, más allá de la conciencia o no de las mismas, como el Padre Misericordioso que se vale de las dos manos para acoger al hijo. Esta mujer no escatimó esfuerzos en poner las dos manos en la obra: potencializando con su mano fuerte lo sano, lo valorable y positivo de cada hija, mientras que con su mano tierna, acariciante, que cobijó la parte débil de cada una, curó sus heridas, perdonó, suavizó las contradicciones. Ella abrazo con las dos manos a sus hijas porque primero ella misma se dejó abrazar por las Manos de Dios Padre, constituyéndose las mismas en la única y verdadera escuela de maternidad. Todo esto configuró su maternidad: incondicional, afectiva y efectiva; que se traduce en cartas como las siguientes: “Hermana María del Rosario El fuego del divino amor anide en su alma mi querida negrita. Con cuanto gusto he recibido sus finas cartitas y qué consuelo me causa ver sus recomendables cualidades mostradas en la constancia y firmeza para escribirme, con la aparente indiferencia que en mí encontraba, por no poder corresponder a su cariño con mis contestaciones. Pero yo esperaba que al buen sentido de mi negrita no se ocultaría que el no hacerlo era por imposibilidad solamente, porque mi deseo quedaba muy mortificado con esta privación, porque mi negrita ocupa un lugar muy distinguido para mí. Esta es la verdad pura y limpia sin mezcla ninguna de otra cosa. No tenga cuidado con su oficio que creo lo desempeñará bien, aun cuando sienta estar sin su Madrecita Carmen, 240 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Págs. 279 ; 238 y 248. 241 ROSSI, Ángel Sixto sj., “En el Amor del Padre”, Editorial Galeón. Pág. 17. 84 pero para ella ha sido un bien muy grande, es digna de envidia. [A] usted por su genio y modo de ser la han de querer todas. Yo quisiera traerlas aquí a las dos, Madre e hijas caídas. Mucho quisiera decirle pero me falta el tiempo. Otra vez tal vez pueda ser más larga mi carta. Su indigna Madre Catalina Esclava del Corazón de Jesús”242 “...Yo también deseé mucho ver a mi negrita que tantas recomendaciones tiene para mí. Qué diera yo por traerla y tenerla conmigo porque en estos tiempos son escasas las negritas colorcito firme. Las hermanas todas la recuerdan con afecto y la saludan como a su hermanita muy querida. No caigo en cuenta por qué se me ha sentido la Hermana Mercedes. Yo soy siempre la misma para ella, la distingo y recuerdo con mucho cariño. A la Hermana Rosa que cuente con la comunión de todas sus hermanas el 21, así lo hacemos con todas las de allí en el cumpleaños. En fin mi negrita, pida mucho por su Madre para que sea santa pronto porque si no es expuesto que el tiempo se acabe sin haber hecho nada. Que Dios nuestro Señor me la bendiga y haga muy santa. Su indigna Madre Catalina Esclava del Corazón de Jesús” 243 Por otro lado, estos párrafos extractados de algunas de sus cartas manifiestan que Catalina es aquel líder cristiano denominado por Nouwen como el “sanador herido” y al cual el P. Rossi, basándose en este autor, describe así: “... el líder cristiano es primeramente un hombre de Dios, un hombre de oración, para hacerse capaz de descubrir en los otros la cara del Mesías, y así hacer visible y creíble en su propio mundo, la compasión de Dios hacia el hombre, como se manifiesta en Jesucristo. (...) este líder es un “sanador herido”, porque va “en fragilidad” : no somos mejores que aquellos a los que llevamos la Palabra ó el consuelo. No somos los “fuertes” 242 RORÍGUEZ, Catalina de María, “Fundadores: Ayer, hoy y siempre. Esclavas del Corazón de Jesús (Argentinas)” Epistolario. Tomo I, Córdoba, edición inédita, 1994. Págs. 48-49. 243 RORÍGUEZ, Catalina de María, “Fundadores: Ayer, hoy y siempre. Esclavas del Corazón de Jesús (Argentinas)” Epistolario. Tomo I, Córdoba, edición inédita, 1994. Págs. 36-37. 85 que se inclinan hacia los “débiles”, no somos los “puros” que se dignan acercase a los “pecadores”. Somos hombres y mujeres pecadores, que confían en la misericordia de Dios y la proclaman, hombres y mujeres frágiles tirados en los brazos seguros del Señor y que queremos decirles a todos que entre esos brazos paternales hay sitio para ellos. (...) hombres y mujeres que sabemos de caídas y “porrazos” pero que en nombre del Señor les decimos a nuestros hermanos : ¡Ánimo, levántate!“.244 En consonancia con este texto descubrimos en nuestra investigación una mujer que fue para la sociedad cordobesa del 1800 este “sanador herido” por ser una mujer de Dios, de oración, que pudo descubrir en cada persona el rostro de Cristo e hizo presente la compasión del Corazón de Jesús socorriendo, como más de una vez lo constatamos en nuestro trabajo, al frágil desde su propia fragilidad. Jamás Catalina se manifestó como quien todo lo puede y menos aún que todo lo sabe. Lo descollante en ella no fue su discurso, eficientisismo ó éxitos inmediatos, lo impactante, aquello que conmueve o moviliza a quien lee su vida es esa líder nata, esa madre-pastora que es presencia fiel y compañera compasiva que se arriesga a padecer con sus hijas. Nos parece enriquecedor el comentario sobre este mismo tema que realiza el P. Rossi por hacerse patente en él la presencia viva de Catalina de María; y dice así: “... Para plasmar esta verdad en un gesto concreto que tenga fuerza de paradigma, Nouwen se vale de una situación humana muy decidora: un hombre gravemente enfermo y solo, que está a punto de entrar a una operación muy riesgosa (...). Y se pregunta: ¿qué es lo mejor que podemos hacer por él(...)? ¿qué puede necesitar ese hombre de nosotros que realmente le sirva para ese momento? Y la respuesta, en síntesis, es que lo que necesita de nosotros es fundamentalmente nuestra ’presencia compasiva’. ‘Que encuentre en un mundo impersonal, que lo hace ‘anónimo’, a un hombre (...) que le diga: ‘ Estaré aquí aguardándote. Espero que no me decepciones’, y le despierte la convicción honda de que vale la pena luchar, porque después de todo ‘alguien lo espera’ ‘. 244 ROSSI, Ángel Sixto sj., “Pequeños gestos con gran amor”. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1999.Pág. 67. 86 Nosotros(...) debemos ser, ese ‘te espero’ para nuestros hermanos, que podrá tomar la forma de oído atento, de mano que aprieta, de sonrisa tierna, o de la confesión sincera de nuestra incapacidad de poder hacer más por ellos que este estarse, amándolos...”245 En este sentido, este último texto confirma que Catalina fue ese líder cristiano que el hombre de hoy necesita, ella fue para sus hijas el oído atento, la palabra de apoyo, la madre capaz de confesar su incapacidad de no poder hacer más que estar amándolas. Su corazón de madre transfiguró todo esto, una y otra vez, en gestos de vida y en cartas como las siguientes, donde les dice y nos dice: “Señorita Doña Carmencita López246 Mi hijita queridísima: recién ayer he recibido tu muy apreciable cartita fecha 23 de setiembre, en circunstancias que me preparaba para escribirte retándote por tu silencio y olvido, el que me tenía muy ofendida, por el grande deseo que tengo de tener continua noticia de ustedes. Muy amargas me han sido las noticias que me das,(...) sin embargo desde el momento que recibí tu carta he redoblado mis súplicas por ustedes y por la otra necesidad que me indicas y seguiré haciéndolo aún en los actos de comunidad con mucho interés. Dile a tu mamá que no haga mucho caso de pequeñeces, porque esto la ha de hacer vivir muriendo. Que se fije solamente en la sustancia de las cosas. (...) Que yo no he dudado nunca que tuviese que sufrir, pero que esperaba que el Corazón de Jesús le diese resignación y valor para soportarlo todo por su amor. (...) No tienes una idea hijita cuánto pesan sobre mí los trabajos y apuros de ustedes, no ceso desde que recibí tu cartita de clamar al Cielo por todos sus apuros. Tanto es lo que pido que creo que cuando reciban ésta ya las habrá consolado nuestro Señor. Dile a tu mamá que inter 247 ella está de vieja buscando anteojos para escribir, yo estoy de niñita aprendiendo la gramática y a escribir también. Creo que si no me equivoco, por esta carta conocerás mis adelantos en mi 245 ROSSI, Ángel Sixto sj., “Pequeños gestos con gran amor”. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1999. Pág. 68. 246 Sobrina, hija de Estaurófila (hermana de la Madre Catalina de María) y de José M. López. Contrajo matrimonio con Rafael Moyano. 247 Frecuentemente utiliza “inter” como “mientras”. 87 aprendizaje. (...) Mi hijita, tus secretos y penas cuéntamelos con confianza, que no sólo me complaces mucho con esto, sino que quedarán muy bien guardados; tú me conoces como soy para esto. Hacen como cinco o seis días que estoy escribiendo ésta, porque son muy’ contados los momentos que tengo y con mucho gusto los he ocupado en conversar con mi hijita, lo que sí quiero, es que ella tampoco se canse de escribir a su tía, que tanto se ocupa de ti. (...) reciban un abrazo de la que las quiere como ninguna. Tu tía Saturnina Rodríguez Casa de las Esclavas del Corazón de Jesús.”248 “Madre María de los Dolores Mi muy querida hija: he recibido su cartita con mucho gusto después de tanto tiempo de silencio, que no me ha sido extraño porque sé cómo son las ocupaciones de los oficios primeros, que no dejan tiempo para nada. Veo por la suya que ha sabido valorar el tamaño de la grande cruz que han puesto sobre sus hombros.(...) La creo muy bien instruida por el Padre (Bustamante) y nuestro Padre sobre la manera de manejarse en su nuevo oficio y después que nuestro Señor no le faltará con sus luces, asimismo yo le daré mis pobrísimas instrucciones, según los casos que se presentaren, por la experiencia que he adquirido en tantos años que llevo la cruz, aunque tan sin provecho mío, ni de las demás que tienen la desgracia de sufrirme...” 249 Llegamos así, al final de este capítulo comprobando como en el corazón y en la vida de esta mujer cordobesa llamada Catalina de María se moldeó la MATERNIDAD como un marcado rasgo de su personalidad y como un estilo de conducción propio, cargado de una femineidad que entremezcló equilibradamente la dulzura y la firmeza, que la llevó a estar atenta a todo, que la impulsó a proporcionar alivio a las “fragilidades” que Dios puso en su camino y que la constituyó en abogada de los débiles desde lo que Nouwen denomina “sanador herido” desde su propia fragilidad. 248 RORÍGUEZ, Catalina de María, “Fundadores: Ayer, hoy y siempre. Esclavas del Corazón de Jesús (Argentinas)” Epistolario. Tomo I, Córdoba, edición inédita, 1994. Págs. 9-12. 249 RORÍGUEZ, Catalina de María, “Fundadores: Ayer, hoy y siempre. Esclavas del Corazón de Jesús (Argentinas)” Epistolario. Tomo I, Córdoba, edición inédita, 1994. Pág. 47 88 Sumándose, a su ser madre que potencializa y cura; a su estilo de conducir pastoreando siendo presencia fiel que siempre vela, su indiscutible capacidad de “trabajar en equipo”, la cual partió ante todo de esa humildad que le fue propia y que le permitió: reconocer sus propias limitaciones y posibilidades, valorar los dones de quienes la rodeaban, dejarse ayudar y no privarse de consultar y asesorarse; crear un clima fraternal hablando bien de cada uno, sabiendo escuchar a los demás y procurando que todos se cuiden desinteresadamente entre sí. Finalmente podemos concluir que Catalina logró crear un estilo propio de conducción donde los sellos característicos estuvieron dados por la MATERNIDAD y el TRABAJO en EQUIPO. CAPITULO IV “CATALINA DE MARÍA: UN CAMINO ACTUAL PARA LA EDUCACIÓN DE HOY” 90 En sintonía con lo reflexionado en el capítulo anterior, afirmamos que en nuestra labor educativa, día a día Dios pone ante nosotros “fragilidades”, que difieren en edades y en las problemáticas que poseen, pues las encontramos en profesores, padres, alumnas. Si seguimos el ejemplo de Saturnina y el sentir de la Iglesia es necesario reconocer que nuestro compromiso más fuerte ha de ser con el más débil. Si miramos al interior de nuestros centros educativos las debilidades más notorias, no por ello las únicas la presentan nuestros alumnos. Llegados a este cuarto capítulo podríamos, como escuela católica y como hijos de Catalina, hacernos algunas preguntas ¿nos responsabilizamos de las fragilidades que Dios pone a nuestro cargo? ¿cómo vivimos nuestro compromiso con los más frágiles? ¿a quiénes consideramos frágiles?. Sólo encontraremos respuestas a estas preguntas si consideramos a nuestros alumnos y demás miembros de la comunidad educativa, personas, y si hemos tomado conciencia que al pertenecer a esta familia de Madre Catalina asumimos el compromiso de “restaurar el Rostro de Cristo en los hermanos” 250 Ella, aceptó el desafío de restaurar el Rostro de Cristo en los débiles de su tiempo, sin esperar a que todo se diera fácilmente para emprender el camino de la santidad, nuestra madre supo descubrir al Corazón de Jesús en su situación real, en aquellos a quienes el mismo Dios ponía en su camino; testimonio de esto es lo que ella misma escribe en sus Memorias: “se pudieron admitir otras niñas pobres y huérfanas, sumamente necesitadas de asilo y protección.” 251 “Esta niña, a quien por su extremada pobreza y orfandad habíamos asilado en nuestra casa”. 252 De hecho, actualmente también encontramos pobres, débiles y huérfanos que necesitan de otras Catalinas que den sus vidas por ellos. Con respecto a esta situación actual nos parece importante reflexionar sobre el siguiente texto del P. Rossi: 250 CONSTITUCIONES Y DIRECTORIO DE LAS HERMANAS ESCLAVAS DEL CORAZÓN DE JESÚS (Argentinas) “Constituciones” Art. 1. Córdoba: s/e. 1995. Pág. 17. 251 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 291. 252 BLANCO, op. cit pág. 293. 91 “...El Papa tiene una frase muy fuerte, hablando de este fin de siglo y del milenio, dice que "uno de los dramas más grandes de este tiempo es la orfandad". Y agrega algo muy duro: "...la peor de las orfandades, que es la orfandad 'con padres vivos"'. Y es cierto que vivimos en un mundo muy huérfano, muy solito, muy desprovisto de ternura. Todas esas rebeldías y manifestaciones indiscretas o agresivas de los jóvenes; que tanto les achacamos, no son sino un grito, un pedido descarado o tácito de paternidad, de ternura, de cariño. Quizás a nivel de la educación -sin pretender dar una respuesta técnica o de especialista- por reacción a ciertas formas de ser padre o maestro, que no eran sino autoritarismos opresores y asfixiantes hemos pendulado a un trato, a una pedagogía de una mucha mayor libertad, de mucha más comunicación, lo cual por supuesto es muy positivo, pero que muchas veces ha sacrificado en pro de un trato más de "amigos", más cercano, nada menos que la misión de ser padres y de ser madres, y creo que hay que convencerse que los hijos y los alumnos además de cercanos, de amigos, también y antes que nada necesitan de nosotros la paternidad y la maternidad, de lo contrario y es lo que muchas veces advertimos, terminan siendo tan libres como huérfanos...”253 En relación a esta reflexión estamos convencidos que el corazón de Catalina de María no dejaría de vibrar y auxiliar a los pobres y huérfanos de hoy, es más, sabemos que ella sin lugar a dudas camina con nosotros como educadores, porque hoy como ayer esta mujer apostaría a la educación como vía para el crecimiento humano y cristiano. Y asumiría este compromiso educando, liderando como una madre que, lejos de sacrificar su maternidad en autoritarismos o amiguismos inútiles, es una referencia afectiva y de seguridad sólida que da su vida en la tarea de potencializar las posibilidades de sus hijas y de sanar sus heridas. Como bien dice el P. Rossi sobre el catequista y que es absolutamente aplicable al educador católico 254: 253 ROSSI, Ángel Sixto sj., “Pequeños gestos con gran amor”. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1999. Pág. 11. 254 Para que sea más comprensible cambiamos del texto original el término catequista por el de educador católico. 92 “...El educador católico comparte con el Padre esto de "dar vida" a sus chicos. Da la vida, en primer lugar, porque enseña a Cristo y Cristo es "el Camino, la Verdad y la Vida", por lo tanto, entrega la Vida con mayúscula, que es lo más grande que alguien puede dar a los demás. Pero también da su vida. Ser educador católico es quizás una de las cosas más difíciles porque entrega aquello de lo que vive y si no, no es educador católico, será un administrador de conceptos, será un buen vendedor incluso, pero no un educador católico, un evangelizador. El educador católico entrega aquello de lo que vive y de alguna manera, al entregarlo, él muere. Muere de cansancio, muere en la preparación, muere en el sufrimiento compasivo para con sus chicos. El educador católico dá de lo que sobreabunda en su corazón...” 255 De hecho, para dar la Vida con mayúsculas y la vida con minúsculas, el camino según el estilo de Catalina de María, es volver o entrar al Corazón de Cristo mediante los Ejercicios Espirituales. En este sentido, creemos que es importante tener en cuenta los siguientes elementos extraídos de su historia: espíritu ignaciano, ejercicios espirituales, labor misionera, porque han de estar presentes en las obras de la congregación fundada por ella, como también en los proyectos educativos e itinerarios formativos de nuestros colegios. Así como las siguientes características: amor, renuncia, ofrecimiento, sacrificio, que las encontraremos en diferentes momentos de su vida y serán fundantes en la espiritualidad de la familia religiosa que formó. En definitiva, nos parece importante rescatar estos elementos por la permanencia que tienen en la vida de Catalina , en el Instituto de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús y por considerarlos relevantes para la formación tanto de quienes son responsables de la educación como del educando. Por otra parte, la educación , desde los inicios de nuestra congregación es un hecho relevante y un desafío ante y sobre todo evangelizador. Para reflexionar sobre esto nos parece importante, por una particularidad que en él surge y que es relevante para nuestro trabajo, citar como relata la Hermana Ana la inspiración; quien la describe como un cuadro y dice así: 255 ROSSI, Ángel Sixto sj., “En el Amor del Padre”, Editorial Galeón. Págs. 8-9. 93 “En el cuadro se destaca en lugar de preferencia, la conversión del pecador, por medio de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, luego la moralización de la mujer extraviada, que habiendo vuelto sobre sí en los santos ejercicios, quiere perseverar en el buen propósito; la niñez que necesita nutrirse con la enseñanza de los principio de nuestra santa religión; y finalmente la juventud que corre peligro de caer en las redes de satanás. Esto de jóvenes preservadas, la Madre no lo apunta en sus Memorias; pero es cierto que fue lo primero que realizaron admitiendo a Jesús Alvarez y Secundina Rodríguez cuando estaba en la casa de Ramallo. Por ello empezaron su misión. Así que, Santos Ejercicios, Asilos, Catecismo a los niños y jóvenes preservadas, he aquí el Gran Cuadro…”256 Más adelante, la Hermana Ana escribe en sus apuntes que la Madre siempre expresó el deseo de que se pusiera empeño en las obras que el Señor le manifestara en su primera inspiración: “los Santos Ejercicios, los Asilos y el Catecismo de los Domingos a las niñas”257. Luego reafirma esta idea con el siguiente testimonio de la Hna. María Inés Pastrana: “Nuestra Madre, en más de una ocasión manifestó que el fin de la fundación no habían sido los Colegios, sino los Ejercicios, los Asilos y la enseñanza del Catecismo a las niñas(…). Pero tanto ella como del Dr. Luque tuvieron especial predilección y cariño por las pobrecitas hijas del pueblo, y más de una vez manifestó el Fundador que no por tener Colegios de pensionistas se habían de descuidar los otros fines”258. Nos parece importante el aclarar esta situación, en donde si bien el fin de la inspiración no fueron los colegios, la naciente congregación lo primero que hace es dedicarse a la educación. Nos dice la Madre en sus memorias: “Nuestro Director deseoso no solo de la santificación de nuestras almas sino también la de los prójimos, hizo que 256 257 258 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 27. MOYANO, Op. cit. Cfr. Pág. 84. MOYANO, Op. cit. Cfr. Pág. 85. 94 admitiésemos dos niñas pobres y huérfanas para que se educasen en nuestra casa…”259. Si uno sigue leyendo en las Memorias de nuestra Madre la próxima referencia, después de la citada, que se hace sobre la misión que enfrentaron en aquellos primeros tiempos es también sobre los colegios y dice así: “Como (…) todas esas inmediaciones estaban muy pobladas por gentes las más pobres y descuidadas, muy luego se llenó la escuela, pasado de 100 el número de alumnas que se educaban, y todas gratuitamente(...). Las maestras pusieron todo el empeño posible para instruirlas en la Doctrina Cristiana, sin descuidar los otros ramos de su educación.”260 Como es de notar, se habla de como conjuntamente se impartían en los establecimientos de las Esclavas no sólo catequesis sino otros ramos; por lo tanto, se confirma que los colegios fueron siempre parte de nuestra misión; los cual no nos debe extrañar, si consideramos la persona de Madre Catalina, mujer de discernimiento, el cual le posibilita no atarse a su primer pensamiento y a la vez ser profundamente fiel al mismo, pues no solo capta la voluntad de Dios en la “inspiración” que Él le suscita, sino también en los “signos de los tiempos”, lugar desde el cual Dios mismo la llama. Mujer, como reiteradamente hemos dicho, de hondo corazón maternal que estuvo atenta a la voz de Dios en los signos de los tiempos, sobre todo a aquellos que surgían de los más débiles y necesitados. Reflejo fiel de este responder a dichos signos es el haber prodigado, con la ayuda de sacerdotes, la catequesis a los niños, tan necesitado de instruirse en la Doctrina Cristiana como las niñas, siendo sólo estas últimas quienes aparecen en forma explícita en la inspiración. Testimonio de lo reflexionado es lo que ella misma nos relata en “Sus Memorias”: “Los Domingos por la tarde se llamaba la campana, y se reunían en la Capilla un crecido número de niñas, a las que enseñábamos la Doctrina concurriendo a esta todas 259 BLANCO, José María: “Historia del Instituto de las Esclavas”. Tomo I. Buenos Aires. Imprenta de Amorrortu. 1930. Pág. 287. 260 BLANCO, op. cit. pág. 290. 95 las Hermanas. En las clases que estaban algo independientes de las demás de la casa enseñaba el Sr. Director a los niños, y otras veces el Padre Bustamante, y cuando ni uno ni otro podían, enviaba el P., Hermanos de la Compañía”.261 La Hermana Ana al relatar esto en “Sus Apuntes” deja asentados los frutos evangelizadores de este hecho diciendo: “El Catecismo reportó en ambos sexos frutos de moralidad e instrucción”262. Se esclarece, haciéndose visible ante nuestra mirada, lo que la Hermana Ana revela como central en la inspiración, ella afirma que aquel 15 de septiembre de 1865 el Señor la había hecho a Saturnina “depositaria de su voluntad, encarnando en su espíritu la obra salvadora de la sociedad, y el pensamiento magno de cooperar con Dios a la salvación de las almas “263. La fundadora consiente de que el punto neurálgico de aquel sueño dorado es la gloria de Dios y la salvación de las almas, sabe insertar en él figuras que no lo alteran sino que lo conforman cada vez más a la voluntad de un Dios, que como dijimos anteriormente, sigue hablando a su corazón en las necesidades de la realidad social de su tiempo; a lo cual ella siempre responderá sin violar la identidad de la obra a su cargo. Ella leal receptora del carisma fundacional, defendió al mismo plasmado en las Reglas del Instituto, tanto en la apertura de la misión de la congregación, como también a la hora de tener que cerrar una obra que, si bien a ella le agradaba, no se identificaba con los fines que eran propios del Instituto 264. Vemos como la Sierva de Dios, lúcida ante la realidad de su tiempo vislumbrará en la educación un medio privilegiado de humanización y de 261 262 263 264 BLANCO, Ibídem. MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 81. MOYANO, Op. cit. pág. 30. Esta obra a que se hace referencia es el Taller de la Sagrada Familia, que las Esclavas asumen el 29 de Abril de 1882 en obediencia al Obispo de Córdoba, el Siervo de Dios, Fray Mamerto Esquiú, que consistía en principio en un lugar donde se diera trabajo a las mujeres pobres, al lado del cual se levantaría una Capilla para las necesidades espirituales de los obreros y sus familias, y entre el taller y el Templo una escuela que beneficiaría a los hijos de aquellos. Pero sucedió que “la imperiosa necesidad de establecer un colegio que señalase la presencia de las Esclavas en su apostolado propio y ayudase económicamente al taller, tropezó con la pertinaz negativa del señor Piñero, donante del edificio” (Positio 143), ante lo cual la Venerable Sierva de Dios constata la imposibilidad de que sus hijas sigan a cargo de dicha obra retirándolas de la misma en Enero de 1889.- 96 evangelización. Pues “en una sociedad (...), caracterizada por transformaciones cada vez más rápidas y profundas” 265, se hace necesaria en la vida de toda persona la figura de la escuela como un “lugar de humanización mediante la asimilación de la cultura” 266 , como nos dice el documento Educación y Proyecto de Vida: "la escuela (...) es (...) el ámbito específico de formación integral de la persona humana, a través de la comunicación sistemática y crítica de la cultura. En razón de ello a la vez que cultiva(...) las facultades intelectuales, desarrolla las capacidades de recto juicio,(...) promueve el sentido de los valores,(...) fomenta el trato(...)"267 Es importante destacar que al hablar de la formación religiosa de Saturnina la Hna. Ana de la Cruz afirma: “En la ciencia religiosa no dejaba que desear la instrucción de Saturnina. Ciertamente que no sabría decirnos cuántos son los huesos del esqueleto humano ni cuales sus nombres; pero con el Catecismo (...) en la mano, podría enseñar a más de un libre pensador el problema tan obscuro para ellos de la creación del primer hombre por Dios, y no la del primer embrión por la famosa teoría de las evoluciones. No les explicaría el desarrollo de un vegetal ni la metamorfosis de una crisálida, pero con la Cartilla de los Santos Ejercicios en la otra mano, les haría saber que ‘El hombre ha sido criado para alabar y servir a Dios, y mediante esto salvar su alma.’ En suma, de instrucción, tenía la necesaria; y en la ciencia religiosa abundaba y podía ser maestra.” 268 Podemos reflexionar sobre esta afirmación y descubrir como la Sierva de Dios había comprendido las claves del mensaje cristiano, a través de una espiritualidad profundamente ignaciana, y desde ellas podía iluminar la realidad y orientar así según el Evangelio las enseñanzas de las ciencias humanas. Tal como hoy nos pide la Iglesia 265 SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, “La escuela católica”, Buenos Aires, Ediciones Paulinas,1977, Pág. 10. 266 SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, Op. Cit. pág. 14. 267 EQUIPO EPISCOPAL DE EDUCACIÓN CATÓLICA, “Educación y Proyecto de Vida” Editorial CEA, Buenos Aires 1986. Pág. 24 268 MOYANO, Hna. Ana de la Cruz: “Apuntes biográficos” . I Parte. Córdoba: s/e. 1914, pág. 8. 97 en su Documento Escuela Católica: que los maestros de nuestros centros escolares católicos posean “una visión cristiana del mundo y de la cultura, y una pedagogía adaptada a los principios evangélicos”269, es decir que los formadores de los centro educativos posean una cosmovisión cristiana de las ciencias, conscientes que los mismos han de ser ante todo testimonio del Evangelio, por lo tanto expertos en humanidad y claros anunciadores de Cristo en sus enseñanzas, sea cual fuere la ciencia desde la cual han de formar. Se necesitan personas que continuamente se capaciten, tanto en su dimensión científica, pedagógica como en su dimensión religiosa. Sí, nuestros educadores cristianos, para serlo plenamente, han de tener conciencia clara de lo que la Iglesia entiende por educación, por ello retomamos la definición, ciertamente iluminadora sobre el tema, que apuntamos en la introducción del trabajo, extraída de las orientaciones del Episcopado Latinoamericano en el Documento de “Puebla” y del Equipo Episcopal de Educación Católica en el Documento “Educación y Proyecto de Vida”. Pues el documento de Puebla nos dice: “El objetivo de toda educación genuina es la de humanizar y personalizar al hombre, sin desviarlo, antes bien, orientándolo eficazmente hacia su fin último que trasciende la finitud esencial del hombre”270 “La educación humaniza y personaliza al hombre cuando logra que éste desarrolle plenamente su pensamiento y su libertad, haciéndolos fructificar en hábitos de comprensión y de comunión con la totalidad del orden real por los cuales el mismo hombre humaniza su mundo, produce cultura, transforma la sociedad y construye la historia” 271 El aporte que consideramos importante para esta definición del documento Educación y Proyecto de Vida es el siguiente: “La educación ha de ser personalista: ha de fundarse en una adecuada concepción de la persona; personalizada: ha de estar atenta a la idiosincrasia de cada cual en su 269 SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, “La escuela católica”, Buenos Aires, Ediciones Paulinas,1977, Pág. 39. 270 III CONFERENCIA EPISCOPAL LATINOAMERICANA, “La evangelización en el presente y futuro de América Latina” Editorial Episcopado de Chile.1979 Pág. 286 271 Ibidem. 98 singular y original presencia en el mundo. Pero en definitiva, y por definición, ha de ser personalizante, centrada en promover y llevar a madurez las notas constitutivas de la persona, considerada por supuesto en profunda interacción con otras personas, ya que sin ellas no logra su desarrollo. El logro consistente y definitivo de la educación no puede ser sino el sentido mismo de la vida, el para qué último de la existencia, que es el encuentro plenificante con Dios ...”272 En este marco eclesial debe leer y hacer una realidad, cada integrante de la comunidad educativa, lo que es fruto de la espiritualidad de nuestra fundadora y que es aquello que en el ideario de nuestra congregación nos dice cuando nos habla específicamente de los colegios. Él mismo se comprende mediante los siguientes gráficos: INSTITUTO HERMANAS ESCLAVAS DEL CORAZÓN DE JESÚS “AMOR REPARADOR QUE RESTAURA EL ROSTRO DE CRISTO EN EL HERMANO” PROYECTO DE PASTORAL EDUCATIVA ASISTENCIAL MISIONERA COLEGIOS HOGARES CENTROS DE MISIÓN CASA DE EJERCICIOS COLEGIOS C A S A S 272 EQUIPO EPISCOPAL DE EDUCACIÓN CATÓLICA, “Educación y Proyecto de Vida” Editorial CEA, Buenos Aires 1986. Pág. 24 99 FINALIDAD: Formación integral de la persona, mediante un proyecto inspirado en el Evangelio, conforme a las orientaciones de la Iglesia y en el carisma del Instituto. Formar un pensamiento reflexivo, a través de la asimilación crítica y sistemática de la cultura, promoviendo una intervención transformadora y responsable en el mundo. DESTINATARIOS AMBIENTE AGENTES RESPONSABLES Niños, niñas, adolescen- Vocación específica para tes, jóvenes de los niveles Ambiente Educativo caracterizado por: Clima de familia. Inicial, Confianza, Comprometido EGB, Polimodal, libertad respon- sable. Superior no Universitario. con el crítico en carisma del Instituto. Respeto a sí mismo, a los demás enseñar y aprender. y a las normas de convivencia. Reflexivo y relación a su tarea. Con capacidad para tomar Colaboración. Atmósfera animada por un decisiones prudentes. espíritu evangélico de fraternidad. Creativo y entusiasta. Búsqueda permanente de la Coherente entre lo que verdad. piensa, cree y vive. Investigación, reflexión y construcción y elaboración de Respetuoso diferencias individuales. propuestas y alternativas. LíNEAS DE ACCIÓN: Selección y formación de profesionales competentes en la búsqueda y promoción del saber. Atención a educación personalizada y personalizante. Apertura e integración de niños con necesidades especiales. Promoción de las diversas potencialidades en aras a un proyecto personal de vida.. Profundización en la vida espiritual a través de: Momentos de oración. Ejercicios Espirituales Celebraciones litúrgicas. Mes del Sagrado Corazón y Mes de María de Integración de las familias en la Comunidad Colegial. Integración en las obras y movimientos apostólicos de la Iglesia Local. Revisión permanente de la práctica institucional. Apertura y proyección de los Colegio a las obras de apostolado y caridad. las 100 Al leer el presente ideario, como también cuando uno toma conocimiento del ideario y proyecto educativo del Instituto273, descubre que están cifrados en este ideario, no sólo una forma particular de hacer presente, desde un carisma específico, el amor de Cristo, sino que tras la investigación realizada podemos afirmar que a través de él, o mejor dicho, en él late a más de un siglo de su muerte el corazón de una mujer que apostó su vida a evangelizar desde la educación en clave de Amor y Reparación. Amor y Reparación, que desplegó en la historia conduciendo la obra que Dios confió entre sus manos desde una forma de dirigir o de ejercer la autoridad caracterizada por su ser profundamente maternal y su capacidad de complementarse en las tareas con otros. Sí, a poco más de un siglo de su muerte urge en nuestros centros educativos transparentar el estilo de esta mujer, y estamos convencidos que esto es posible, si sellamos desde su persona y espiritualidad lo que hoy llamamos: liderazgo, equipos de conducción, trabajo en equipo; tarea que resulta muy simple, cuando confrontamos estas temáticas con su vida y sus escritos. De hecho, hoy se nos habla de la importancia del liderazgo en la educación como la vía para que se dé realmente una educación de calidad. El doctor Manuel Álvarez nos dice al respecto que el líder educativo debe poseer: “...Carisma: El líder transformacional posee un prestigio ganado por su bien hacer que le confiere respeto y autoridad y le permite entusiasmar y transmitir confianza a sus profesores. Este tipo de directivos escolares usan la estrategia denominada ‘consideración individual’, que consiste en dedicar tiempo y atención a las necesidades y diferencias individuales de los profesores (seguidores en ese caso). Esto quiere decir que la relación y comunicación del líder y sus colaboradores es personalizada, ascendente y tiene en cuenta los intereses personales de cada uno de sus profesores, intentando armonizarlos con su visión y los objetivos del centro. Usa también la estrategia de ‘estimulación intelectual’. Parte del principio de sus colaboradores son gente inteligente y sobre este principio se relaciona con ellos 273 Adjuntamos el ideario educativo y el proyecto educativo de la congregación en el anexo del presente trabajo , por la relevancia que el mismo tiene para nuestro tema. 101 intentando estimular todas sus potencialidades para la creatividad, la innovación, el cambio, como elementos claves de la calidad total. Mediante la estimulación intelectual, el liderazgo transformacional intenta desarrollar profesionalmente a su gente. Capacidad de construir un ‘liderazgo compartido’ fundamentado en la cultura de la participación. Crea condiciones para que sus seguidores colaboren con él, en la definición de la misión, les hace partícipes de su visión y crea un consenso sobre los valores que deben dar estilo a la organización. Este planteamiento le lleva a delegar su autoridad entre el profesorado para que desarrollen su propio liderazgo en relación con sus alumnos e incluso con sus compañeros en los equipos que coordinan. Considera el ‘trabajo en equipo’ como una estrategia importante que produce la sinergia necesaria para conseguir mejores resultados a la organización. Este tipo de líder dedica tiempo y recursos a la ‘formación continua’ de sus colaboradores como medio fundamental de crecimiento personal y forma de implicarles en la aplicación de las nuevas tecnologías a su trabajo.(...) El líder transformacional considera que desempeña un rol simbólico de autoridad que le permite ser el ‘representante institucional’ de la organización y, como tal, debe dar ejemplo de trabajo duro, disponibilidad y honestidad en sus actuaciones, que deben ser coherentes con la visión , misión y valores de la organización. Un aspecto considerado fundamental en la teoría de Bass sobre este tipo de liderazgo es ‘la inspiración’. La capacidad de innovación y creatividad es una de las características propias del líder transformacional, sin ella no es fácil comprender el clima de desarrollo organizacional del que es deudor. Inspiración supone reflexión, aceptación del cambio y del riesgo que todo cambio lleva consigo. Cuando Bass se refiere al espacio específico de la educación añade otro factor: ‘Tolerancia psicológica’. Se supone que el liderazgo de los centros docentes se inscribe en lo que podríamos llamar espacio de interacción turbulenta que genera grandes dosis de ansiedad, por el tipo de relación tan personal que se establece tanto entre los mismos enseñantes, como entre éstos y sus alumnos. No en vano la relación es el instrumento básico de enseñanza-aprendizaje. En este clima es fundamental que el líder no sólo posea sino que manifieste grandes dosis de sentido del humor, que 102 atempera y relativiza las situaciones de conflicto y tensión...”274 Si bien el texto citado puede parecer un poco extenso, lo citamos en su totalidad por encontrar en el mismo reflejada la forma de obrar de Madre Catalina. El mismo autor presenta el siguiente cuadro que nos parecer esclarecedor de cuanto M. Catalina se asemeja, y su vida nos invita a imitar, un estilo de liderazgo transformacional y no burocrático. El esquema es el siguiente: LIDER BUROCRATICO LIDER TRANSFORMACIONAL Ejerce liderazgo transaccionalLe preocupan los papeles.Dirige desde el pasado de la ley.Calidad es procedimiento.Influye en sus subordinados por el prestigio del conocimiento de la ley. Relaciones verticales, descendientes.Los profesores son funcionarios. Ejerce gestión administrativa.Crea cultura de la normaTrabajo por departamentos.Representa a la Administración Se centra en el desarrollo de estructuras.No selecciona al persona, se lo encuentra. Ejerce liderazgo transformacionalLe preocupan las personas.Dirige hacia el futuro. Es visionario.Calidad es satisfacción del cliente.Influye en sus colaboradores porque es capaz de ilusionarlos con su visión. Relaciones horizontales, ascendentes.Los profesores son profesionales.Ejerce liderazgo compartido.Crea cultura de la creatividad.Trabaja en equipo.Representa a la comunidad socialSe centra en el crecimiento del persona. Selecciona al personal con criterios profesionales desde la visión. Cuando abordamos este tema desde la perspectiva del Hermano Eugenio Magdaleno275, encontramos que él nos dice que el docente ha de ser líder y transformador, porque el docente es pionero de la calidad educativa si trabaja con una ilusión grande, con un gran amor a los chicos y con una fe en que la educación da la calidad total a la vida del hombre. Siendo sólo los utópicos capaces de dar una educación de excelencia, de enseñar con alegría y esperanza, desde gestos y sentimientos reveladores de paternidad y maternidad, sin lo cuales no hay educación. 274 ÁLVAREZ, Manuel, “El liderazgo, de la calidad total”, Barcelona, Editorial Praxis, Págs. 96-97. Las ideas del Hno. Magdaleno son extraídas de la conferencia: “El docente, líder y transformador”, dada por el mismo, en el Consudec de febrero del 2000, a rectores de todo el país. 275 103 Por otro lado en revistas sobre dirección y gestión se hace énfasis en los “equipos de trabajo”, las mismas nos dicen: “...El modelo educativo para la nueva escuela implica la movilización de una estructura inmensa, en la que están involucrados numerosos actores. Se trata de un aprendizaje colectivo, de toda una organización que aprende a "aprender con otros". En este contexto, los equipos de trabajo pasan a ser una herramienta más que válida para alcanzar la participación de los diversos actores en el proceso de transformación educativa. Sin embargo, que la comunidad educativa participe en los procesos de reorganización escolar no implica que lo realice de una manera aislada e independiente. Será el director el promotor de esta participación, desempeñando un rol abarcador que sea capaz de coordinar, orientar y movilizar las tareas de otros en equipos de trabajo. Además, la normativa vigente contempla la participación del directivo en equipos de trabajo entre colegas. Como vemos, la responsabilidad del directivo se orienta: de la escuela hacia adentro, y de la escuela hacia afuera.(...) El trabajo en equipo puede implicar una dificultad si no se advierten las diferencias entre repartir y delegar las tareas. Delegar es otorgar autonomía para la resolución de las tareas; implica tener confianza en la capacidad de otras personas para resolver; supone no temer a la iniciativa y a la innovación. Pero por otro lado, y aquí es donde la función de el director cobra fuerza, la delegación requiere una constante supervisión de las tareas. Un directivo que ejerce una supervisión constructiva será aquel que mire la tarea para reorganizarla, comparando lo realizado con los objetivos prefijados; aclarando aquellas dudas que van surgiendo en el trabajo de todos los días.” 276 Otro aporte muy interesante e iluminador sobre este tema del trabajo en equipo y de cómo liderar un equipo nos dice: "... un equipo lejos de ser un grupo de individuos juntos por azar, un equipo consiste en un pequeño número de personas con destrezas complementarias y comprometido 276 Revista Zona Dirección. Suplemento de Zona educativa. Buenos Aires. Febrero de 1997 104 con el logro de un objetivo común. El número reducido de miembros lo hace flexible, la complementariedad de destrezas le da la habilidad para producir resultados, y el compartir objetivos le da propósito y dirección. Por supuesto que aún el mejor equipo ocasionalmente enfrenta obstáculos descorazonados. Pero casi siempre un equipo hábil, focalizado y entusiasta encuentra el modo de sobrepasar los más grandes desafíos.(...) (...)El liderazgo de un equipo es un arte único, sutil,(...) la modestia es un fundamento sólido para el liderazgo de un equipo. Los mejores líderes saben que no tienen todas las respuestas - de manera que no insisten en darlas. No creen tampoco ser los únicos calificados para tomar todas las decisiones, de modo que no las toman. Los lideres exitosos realmente creen que no pueden tener éxito sin las contribuciones de todos y cada uno de los miembros del equipo. Para facilitar estas contribuciones, tratan de clarificar el propósito del equipo, de construir su compromiso y confianza, de fortalecer sus destrezas, y de remover los obstáculos que se interpongan en el camino al éxito. Además, los líderes saben que ellos también son miembros del equipo. Más que simplemente entrenar a los demás, ellos mismos realizan una parte importante del trabajo."277 Al leer estos textos sobre el liderazgo como gestión y los equipos de trabajo, es inevitable pensar en Catalina, a la vez que cuando uno se interioriza de su vida no puede dejar uno de transportarse mentalmente a los conocimientos que sobre estos temas se tengan y realizar tan obvias relaciones. Sintiéndose uno impulsado a profundizar sobre dichos temas como una manera segura de traer a Catalina al hoy o descubrir una vez más su vigencia y la actualidad de su mensaje. Ella decía “ tenemos a la niñas... para formarles el corazón”. Pensemos en nuestros ámbitos educativos al leer esta frase y veremos que Catalina está viva entre nosotros, si en medio de tantos cambios educativos no se nos pierden el corazón de nuestras alumnas, de nuestros docentes, de cada una de las familias que como colegio cobijamos. Catalina sigue educando con nosotros si descubrimos que mucho de lo que hoy se nos pide, entre otros aspectos, el liderazgo y trabajo en equipo, es un camino 277 KATZENBACH, Jon; SMITH, Douglas, “La Sabiduría de los Equipos”. s/e. 105 que una mujer cordobesa del 1800, con una profunda espiritualidad ignaciana, ya se atrevió a recorrer. CONCLUSIONES 107 Llegados a ésta última instancia de nuestro trabajo donde, bajo la protección de Catalina de María, hemos interiorizado su vida, persona y espiritualidad, somos conscientes que arribamos al final de un camino para emprender uno nuevo camino: el de nuestras propias vidas, el de nuestra labor educativa cotidiana; pero ahora somos caminantes con sus maletas cargadas de las enseñanzas de una mujer-consagrada con la que recorrimos un trayecto con diferentes momentos, que lo fueron enriqueciendo y le fueron dando forma. En un primer momento buscamos y logramos descubrir su persona y espiritualidad en general, revelándosenos como una mujer profundamente maternal, que no camina sola sino que lo hace siempre en compañía; que vive como fiel hija de San Ignacio a través de: su continuo discernir la Voluntad de Dios ,la vivencia de los Ejercicios Espirituales y su fervorosa labor misionera; que posee un hondo sentido de justicia social y promoción humana infundido en un ambiente familiar sumamente religioso; una mujer con una rica vida sacramental y que tiene una valoración exquisita de la Eucaristía; con una fuerte vida de oración y de sencillas devociones que desde pequeña conoció; que vive en permanente obediencia y con un gran celo por la salvación de las almas, constituyéndose esto último como la fuente de un fecundo apostolado. También nos reveló su vida: su astucia, lucidez y realismo presentes en cada momento que la llevaron, entre otras cosas, a que su espiritualidad se tradujese en un servicio real a los demás y en una perspicaz humildad; su piedad y femineidad que la constituyen como modelo de uno de los fines que poseen hoy nuestros colegios de “formar la mujer auténticamente femenina y sólidamente cristiana”278; su amor, renuncia, ofrecimiento y sacrificios como valores fundantes de su espiritualidad; su capacidad de vencer el mal a fuerza de bien; su silencio prudente, propio de los fuertes; su mirada puesta en lo esencial que la liberó de reparar en respetos humanos y de vivir en la frivolidad o superficialidad, forjando en su caminar profundas amistades espirituales; su habilidad para descubrir y seguir la Voluntad de Dios presente en los signos de los tiempos, como también su confianza ilimitada en Aquel que fuera siempre y en todo momento razón de su ser y de su obrar. 278 CONSTITUCIONES Y DIRECTORIO DE LAS HERMANAS ESCLAVAS DEL CORAZÓN DE JESÚS (Argentinas) “Directorio” Nro. 96. Córdoba: s/e. 1995. Pág.132 108 Tras la profundización en su persona decidimos, en un segundo momento, volver nuestra mirada sobre su espiritualidad profundamente ignaciana, que la orientó a encontrar en los Ejercicios Espirituales el ámbito donde alimentó de manera singular su relación con Dios y donde aprendió y se ejercitó en el discernimiento llevándolo luego a su vida cotidiana para descubrir a cada paso la voluntad del Señor; para hacer de los tiempos de consolación un compromiso y de la desolación una prueba que lejos de distanciarla de Dios la llevó a afianzar cada vez más el entregarle a Él la vida y ver realizado su proyecto. Luego volvimos nuevamente sobre su persona pero para adentrarnos en dos claves que nos parecieron sumamente significativas: su maternidad y su trabajo en equipo, llegando a comprobar como en el corazón y en la vida de esta mujer cordobesa llamada Catalina de María se moldeó la MATERNIDAD como un marcado rasgo de su personalidad y como un estilo de conducción propio, cargado de una femineidad que entremezcló equilibradamente la dulzura y la firmeza, que la llevó a estar atenta a todo, que la impulsó a proporcionar alivio a las “fragilidades” que Dios puso en su camino y que la constituyó en abogada de los débiles desde su propia fragilidad, lo que Nouwen denomina un “sanador herido”. Sumándose, a su ser madre que potencializa y cura; a su estilo de conducir pastoreando siendo presencia fiel que siempre vela, su indiscutible capacidad de “trabajar en equipo”, la cual partió ante todo de esa humildad que le fue propia y que le permitió: reconocer sus propias limitaciones y posibilidades, valorar los dones de quienes la rodeaban, dejarse ayudar y no privarse de consultar y asesorarse; crear un clima fraternal hablando bien de cada uno, sabiendo escuchar a los demás y procurando que todos se cuiden desinteresadamente entre sí. Estos momentos o paradas fueron configurando o dando lugar a la cuarta última de ellas donde pudimos volcar estas claves: espíritu ignaciano, maternidad y trabajo en equipo, al ámbito educativo. Sabemos que el alcance de estas claves y la amplitud de lo educativo es ilimitado, por lo tanto imposible de abarcar en la realización de nuestro trabajo; pero nos sentimos satisfechos de haber planteado la posibilidad real de enriquecer nuestra identidad educativa desde el estilo de Catalina de María si nos comprometemos a: 109 impregnar nuestros colegios con una espiritualidad ignaciana, educando para ello en el discernimiento y estimulando o procurando a los integrantes de la comunidad educativa a participar en ejercicios espirituales; conducir desde un liderazgo sellado por lo maternal y por la capacidad de constituir e integrarse en equipos de trabajos. Creemos que al finalizar esta investigación, lejos de alejarnos del título planteado: “Madre Catalina de María, su persona y espiritualidad: claves para la labor educativa”, lo hemos cargado de sentido al haber logrado alcanzar los objetivos que nos habíamos propuesto: en principio, conocer la persona y espiritualidad de Madre Catalina de María, a fin de inferir las claves cifradas en su ser que nos orienten en nuestra labor educativa, descubriendo la universalización y actualización de su presencia en nuestra pastoral educativa y de la Educación Católica. Observamos que esto nos fue posible por una adecuada selección de las fuentes que nos brindaron la oportunidad de escuchar la propia voz de Catalina de María; descubriendo que al conocer y profundizar en las mismas es inevitable sentir la presencia viva de esta mujer: consagrada, madre y educadora. Cabe aclarar, que si bien sentimos que nuestras expectativas, con respecto a este trabajo las hemos alcanzado, advertimos que la vida de Catalina de María entusiasma de tal forma que se convierte en una fuente inagotable, donde, sin lugar a dudas sus hijas esclavas, y todo hombre, debemos volver una y otra vez para iluminar y orientar nuestras vidas y la historia. Pues el Señor esculpió en ella los caminos que hombres y mujeres pueden hoy seguir para ir a Él, para vivir en santidad. Bien podemos concluir que Catalina: hija de San Ignacio, Madre y compañera de camino, como María y tantas mujeres santas que hicieron historia, señaló con su vida las claves que mas allá de toda ley han de estar presentes en la EDUCACIÓN, las claves que solo nacen de la entrega y el amor. ANEXOS 111 IDEARIO Y PROYECTO EDUCATIVO Hnas. Esclavas del Corazón de Jesús (arg.) 1. FINALIDAD La razón de ser de las Obras dirigidas por las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús se funda en la misión salvífica de la Iglesia. Está señalada claramente por la Madre Fundadora: “Nos consagraremos al serviciodel prójimo en la parte más interesante y descuidada que es lo relativo a su salvación”. “...propagar el Culto del Corazón de Jesús a cuyo honor está dedicada esta Institución”. (Introducción Directorio, pág. 88) “El fin de nuestros Centros Educativos es la formación integral de la persona mediante un proyecto inspirado en el Evangelio conforme a las orientaciones de la Iglesia y al Carisma de la Congregación”. (Const. Art. 84) 2. “La DESTINATARIOS misión específica de nuestros Colegios es formar la mujer auténticamente femenina y sólidamente cristiana”. (Direct. N° 94). Aunque nuestros Centros de Enseñanza están abiertos a todas las clases sociales, nos dedicaremos preferentemente a la educación de niñas pobres conforme al espíritu de Nuestra Madre Fundadora y a la opción preferencial de la Iglesia. (Lc. 4, 18; Const. Art. 85; Puebla 707, 1043, 1141) 3. FUNDAMENTOS 3.1. CONCEPTO DE HOMBRE “Lo que caracteriza a la persona es ser una unidad bio-psíquica-espiritual, una presencia consciente y creadora en el mundo, confiada a su libertad y responsabilidad, en medio de otras personas con las que no sólo debe convivir, sino 112 autoconstruirse mediante la interacción con ellas, y responder así al llamado de una misión trascendente”. (E.P.V. N° 30) “El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo Encarnado” ...“Cristo devuelve al hombre la semejanza divina, deformada por el pecado”. (Cf.G.S.22; R.H.8; Puebla 331) 3.2. CULTURA Abarca la totalidad de la vida de un pueblo: conjunto de valores que lo animan, desvalores que lo debilitan. Comprende las formas a través de las cuales aquellos valores o desvalores se expresan y configuran (costumbres, lengua, instituciones, estructuras de convivencia social, etc. (Cf. Puebla 386 y 387) La Iglesia cuando anuncia el Evangelio y los pueblos acogen la fe, se encarne en ellos y asume su cultura. Este principio de encarnación se concrete en criterios particulares: la evangelización de la Iglesia consolida y fortalece “los gérmenes del Verbo” presentes en las culturas. (Cf.G.S.57 d, f ) al proponer la Buena Nueva denuncia y corrige la presencia del pecado y antivalores en las culturas. (D.P. 400 – 405). 3.3. EDUCACIÓN “Es la actividad humana cuyo objetivo es humanizar y personalizar al hombre, orientándolo eficazmente hacia su último fin, para que desarrolle plenamente su pensamiento y libertad, haciéndolos fructificar en hábitos de comprensión y de comunión con la totalidad del orden real, por los cuales humaniza su mundo, produce cultura, transforma la sociedad y construye la historia. (D.P.1024;1025). 3.4. ESCUELA CATÓLICA La escuela es el ámbito específico de humanización, de formación integral de la persona humana mediante la asimilación sistemática y crítica de la cultura. (E.C.26; E.P.V. 93). 113 Lo que define a la Escuela Católica es la referencia a la concepción cristiana de la realidad en forma explícita y compartida por todos los miembros de la Comunidad Escolar. (E.C. 33; 34; 36 y 37). 3.5. COMUNIDAD EDUCATIVA Es el conjunto de estamentos, alumnos, padres, profesores, entidad promotora y personal no docente, relacionados entre sí por un proyecto de vida en común. (Cf. E.P.V. 78 y 79; D.R.E.C. 32). “Cada Colegio debe constituirse en una comunidad educativa que transmita los valores evangélicos. Proclamen el mensaje de Cristo por la palabra, la caridad fraterna, el espíritu de libertad y la solidaridad con los más desposeídos.” (Const. Art. 87) “La Comunidad Religiosa debe constituir el núcleo vital que haga de la escuela, además de un centro educativo, una comunidad de fe y una comunidad apostólica. (Const. Art. 88) 4. ESTILO EDUCATIVO CONGREGACIONAL 4.1. CARISMA El Carisma de la congregación de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús compromete a la Hermana a enfocar su vida, objetivos, acciones, programas, en la línea del amor Misericordioso y Reparador del Corazón de Jesús que según enseñanzas de los Fundadores puede concretarse en las siguientes palabras: “Miren a sus alumnas como la porción de la viña que el Señor les ha confiado para cultivarla: hagan pues,lo posible para que ellas salgan santas y dediquen todas sus fuerzas a conseguir este grandioso fin. (Reglam.Gral.de N.P.David Luque, para los Colegios; Const. Art. 76 y 78; Direct.2 y 3). “Formen esos tiernos corazones al molde de ese mismo Divino Corazón a quien tenemos la dicha de estar consagradas” (N.M.F.Ct.328,V) 114 4.2. PRINCIPALES VALORES Y CRITERIOS QUE SE DESPRENDEN DEL ESTILO Formacion Integral en la que “se ilustre la mente, se forme la voluntad en el bien y la virtud y se dirija el corazón al único y trascendente objeto: Dios” Conocimiento y amor sincero de las alumnas. Ambiente de respeto por la persona, amor a la verdad, confianza y libertad. Presencia educadora que se traduzca en - permanente actitud de acogida y acercamiento - compartir intereses apoyando las buenas iniciativas - ayudar en la maduración humana y en la apertura a valores evangélicos. Apertura apostólica a las necesidades de la sociedad y de la Iglesia. Amor especial a las alumnas materialmente pobres. Formación en un modo de orar correcto y devoto, no multiplicando prácticas sino fomentando el fervor. Inculcar la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y a la Sma. Virgen. Educación en y para el diálogo y la responsabilidad. Amor y paciencia con las alumnas difíciles como nos ama y sufre el Señor. Oportuna corrección de las faltas con suavidad y firmeza, sin humillar. Sanciones justas. “Buscar los medios más suaves primero y sólo en caso que se vea resistencia portarse con más energía.” N.M.F. Separación de una alumna, cuando el bien de todas lo exija. N.M.F Búsqueda de formas de estimulo apropiadas. Educación en las buenas lecturas. Empeño en mantener el orden y la disciplina. Formación en la urbanidad y el aseo. (Cf. R. Gral. del P. D. Luque; Cartas de N.M.F. 45, Vol.VI; 2l6, Vol.V; 371; Vol.V; 402, Vol VI; 15, Vol VI; 16, Vol. III;19, Vol. V; 60, Vol. VI; 156, Vol. VI; 296, Vol. V; 301, Vol. VII; 371, Vol V. Cartas del P. Bustamante: 10, a, Vol.I; l06, c, Vol. I. Constituciones: Introduc. Colegios y Art.72, 79, 80, 84 y 85. 115 Directorio: Nº 79, 86, 93, 99 y 103.) 4.3. LA ESCLAVA EDUCADORA La Hermana Esclava Educadora “debe constituirse en un ejemplo de madurez humana y cristiana para que puedan las educandas aprender según el modelo de su maestra” N.M.F. pide y confía en la Gracia para la eficacia del apostolado. es fiel a la vida espiritual. celosa en hacer conocer y amar al Corazón de Jesús es fiel en el cumplimiento de todos sus deberes. Es puntual con sentido de dependencia en la relación con superioras y respectivas autoridades abierta al diálogo con sus Superioras y Co-Hermanas y con capacidad para trabajar en equipo testigo de unidad, manteniendo siempre con sus Hermanas un trato respetuoso y cordial colaboradora y continuadora de la obra de las demás responsable de su perfeccionamiento humano-profesional animadora, que privilegia permanentemente la Catequesis y Pastoral con espíritu maternal y disponible en una actitud de servicio, sin exclusivismos presente con calidad educadora con estabilidad de espíritu y capacidad para tomar prudentes decisiones fuerte para sobrellevar las dificultades con espíritu de fe, reparación y celo apostólico ejemplo de sencillez y austeridad reservada con los problemas y faltas de las alumnas, hablándolos sólo con quien corresponda con un porte exterior digno de una Religiosa. (Cf. R. Gral P. D. Luque. N.M.F. Carta 1 Vol. III, 3º parte P. Bustamante, Cartas 6,b; 39, Vol. I,2º parte, Vol. I, 2º p.; 70, b. Vol. I, 2º p. 108, b, Vol. I, 2º p.; 371, Vol. V; 53, b. Vol .1, 2º p. Constituciones, Art.69, 70 y 7l Directorio, Nº 20, 21, 45, 56, 76, 78, 87, 95, 116 100 y 149.) 117 PROYECTO EDUCATIVO 1. DEFINICION INSTITUCIONAL La Escuela del Instituto de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús (Arg.) fundada por la Madre Catalina de María Rodríguez, tiene su fin educativo basado en la formación integral de la persona humana, se organiza teniendo en cuenta el Reino de Dios y tiene sus signos o expresiones en: a) SERVICIO b) FRATERNIDAD c) ANUNCIO d) VIDA DE PIEDAD, atenta a los criterios emanados del Equipo de Pastoral Educativa del Instituto. La Escuela organiza acciones de: a) servicio educativo de calidad con docentes, alumnos, padres, etc., promoviendo una educación integral (en lo físico, ético, religioso, intelectual, estético, social) con la presencia evangelizadora de la Religiosa. b) fraternidad, donde el AMOR sea signo de vida evangélica en la convivencia de todos los estamentos de la Comunidad Educativa. Para ello realiza convivencias locales, interprovinciales, regionales, etc., con: padres alumnos docentes religiosas no docentes. Estas acciones ayudan a la comunión fraterna en la vida diaria y son a su vez, celebración de la experiencia del Amor de Dios entre nosotros. c) anuncio, se realiza por: organización de la catequesis en todos los niveles, de acuerdo a las orientaciones de la Iglesia y de la Congregación; Jornadas y Cursos de formación de docentes laicos para que asuman el aprendizaje, en sí mismo evangelizador; 118 formación permanente de la religiosa para ejercer su misión evangelizadora. Cada Colegio organizará: pautas para seleccionar el personal acciones permanentes de formación del mismo, para que expresen testimonio de vida cristiana y compromiso con los Objetivos Institucionales. acciones que promuevan la veneración de nuestros fundadores como modelos de vida. d) vida de piedad, la Escuela organiza: momentos diarios de espiritualidad retiro espiritual celebraciones litúrgicas celebración del Mes del Corazón de Jesús celebración del Mes de María espacios para la vida sacramental 1) 2. ESTILO DE FORMACION A) OBJETIVO TENDENCIA promover una educación integral inspirada en el Evangelio. orientaciones de la Iglesia y Carisma de la Congregación. 2) formar a nuestras alumnas en el Amor misericordioso y reparador del Corazón de Jesús. 3) garantizar la experiencia de Comunidad Educativa que ofrezca una educación de calidad. 4) fomentar una especial atención hacia los más pobres. 119 B) PERFILES B.1.- PERFIL DEL ACCIONES compromiso en acciones de servicio EDUCANDO y apostolado. abiertos a lo trascendente acciones que promuevan el orden, que vivan la caridad alegres y esperanzados el cuidado, sobriedad y sencillez en con capacidad de diálogo el uso de los elementos materiales, generosos, solidarios, justos para bien de toda la comunidad. dinámicas de integración con la apostólicos comunidad educativa. con adhesión y compromiso eclesial acciones responsables y libres asimilar crítica y creativamente la cultura respetuosos de su cuerpo como expresión de su interioridad. la encargados de curso, asesores, humildes, austeros, sobrios de de Religiosa, Profesores jefes, tutores, constantes en el estudio capaces orientadoras sacerdotes. transformar los viajes de egresados en viajes de estudio, convivencias, campamentos, misiones. 120 B.2.- PERFIL plan DOCENTE coherente con de formación los valores orden a: espiritualidad evangélicos, expresada a través de: anuncio de la Palabra convivencia actitud de diálogo preparación profesional. Equipo servicio y oración capacidad profesional e inquietud por con los objetivos con esperanza cristiana que haga vivir caridad que misericordioso a exprese los amor alumnos y acciones con docentes, alumnos, no Departamento de la fe: organiza la respetuoso de1 personal de sus alumnos con capacidad de amistad recto en el juzgar y en el actuar con espíritu de trabajo. Departamento de Materias Afines: desde las asignaturas, además de sus funciones especificas. elección de los docentes del Consejo comunidad educativa y coordina coordina síntesis entre cultura y fe la alegría en la tarea educativa paciente Pastoral: educación sistemática de la fe. institucionales con de docentes, padres ,etc. perfeccionarse identificado y acompanamiento a los docentes en abierto a lo trascendente vida ACCIONES DEL ritmo Asesor del Rector. encuentros de oración, retiros, convivencias. participación comprometida en actividades con alumnos, padres, etc. 121 B.3.- PERFIL DE Reuniones: PADRES primeros ACCIONES LOS responsables de la informativas pedagógicas educación de sus hijos comprometidos con los Objetivos formativas Convivencias Institucionales conscientes que la función educativa Comisión Unión de Padres de de la familia debe ser coherente con Familia: coordina toda la acción de los criterios y valores de la Institución los padres participantes de las actividades programadas por la Escuela acogedores de las orientaciones educativas - formativas del Colegio 3. ESTILO DE ENSEÑANZA Nuestros Institutos tienen los siguientes niveles de enseñanza Pre-Primario Primario - Básico Medio Terciario Auxiliar de Enfermería Academias El nivel Medio con las siguientes Modalidades: Bachillerato Común Bachillerato con Orientación Docente Bachillerato Mercantil Perito Mercantil Maestro Mayor de Obras 122 El nivel Terciario con las siguientes Modalidades: Profesorado de Enseñanza Primaria Profesorado de Ensefianza Primaria y Maestra Catequista Profesorado Pre-Escolar Profesorado de Actividades Prácticas y del Hogar Las Academias con las siguientes Modalidades: Manualidades Peluquería Cocina y repostería Cotillón La acción educativa es ejercida a nivel de Conducción por los siguientes roles: Rectora Directora Responsable del Equipo de Pastoral Director de Estudio Coordinador Pedagógico (Nivel Terciario) Representante o Apoderado Legal Los directivos procurarán organizar sus Consejos Asesores, organismo de consulta o asesoramiento en las funciones específicas del Rector o Director. No toma decisiones y colabora en lo referente al Currículo Escolar. La organización técnico - pedagógica de la escuela tendrá en cuenta:centros de interés, áreas de aprendizaje, materias afines, según los niveles y coordinados por quien corresponda. La orientación educativa está coordinada por la Rectora o Directora y realizada por los Equipos Docentes con los Profesores consejeros o tutores, el Maestro titular del curso, etc. El Estilo Educativo del Instituto está en la línea de la Educación Personalizada. 123 El estilo de aprendizaje tiene en cuenta el protagonismo del alumno, la participación activa y creadora, la estimulación de las operaciones de pensamiento, el trabajo cooperativo y compartido, generando habilidades para la información, elaboración y expresión. Criterios de evaluación. Evaluar es comparar en qué medida los resultados del aprendizaje se ajustan a los objetivos propuestos y formular un juicio de valor que orienta hacia la profundización, recuperación, corrección u otra alternativa. Es un proceso continuo y formativo. 4. ESTRUCTURAS DE PARTICIPACION: A) EN CADA UNIDAD ESCOLAR Equipo de Pastoral: integrado por: Superiora de la Casa, Rectora, Directora, Capellán, Responsable del Departamento de la Fe, Vice-Directora, Directora de Estudios, Coordinadora Pedagógica, Asesor Pedagógico, Representante Docente de cada Nivel, un miembro de la U.P. de F., un miembro de la Comisión de Ex-alumnas, Presidenta del Centro de Estudiantes o Delegadas de Curso (a las mismas se las llamará a las reuniones cuando se crea conveniente). Serán elegidos por cada estamento. Consejo Asesor de nivel: Rectora y Directora designadas por la Congregación, y Docentes. Centro de Estudiantes o Delegados de Curso: integrado por alumnos elegidos por sus pares, coordinados por la Rectora o quien ella designe del Personal Docente. Asociación de Ex-alumnas: asesorada por una Religiosa y coordinada por la Comisión Directiva, elegida en Asamblea. Unión Padres de Familia: asesorada por la Superiora de la Casa y coordinada por una Comisión Directiva, elegida en Asamblea. B) EN LA CONGREGACIÓN 124 FUPECJ (Federación Uniones de Padres Esclavas del Corazón de Jesús): asesorada por un miembro del Consejo General y coordinada por una Comisión Directiva elegida en Asamblea. Equipo Pastoral Educativa: integrado por miembros del Consejo General y una Hermana delegada por cada Provincia Religiosa. Equipo Pastoral Vocacional: integrado por un miembro del Consejo General y una Hermana delegada por cada Provincia Religiosa. B.4.- PROYECCION COMUNITARIA Trabajos en Barrios Integración Parroquia y Diósesis Acciones misioneras con participación de varios Colegios Etc. BIBLIOGRAFÍA 126 ÁLVAREZ, Manuel, “El liderazgo, de la calidad total”, Barcelona, Editorial Praxis. BLANCO, José María, Historia del Instituto de las Esclavas, Buenos Aires, Imprenta de Amorrortu, 1930. BLANCO, José María, La Madre Catalina de María Rodríguez, Buenos Aires, Imprenta Amorrortu, 1930. BRUNO, Cayetano s.d.b., Madre Catalina de María Rodríguez, Rosario, Editorial David Luque, 1995. BUSTOS, Esilda del Carmen e.c.j, La mujer que buscó a Dios, Salta,1993. CONSTITUCIONES Y DIRECTORIO DE LAS HERMANAS ESCLAVAS DEL CORAZÓN DE JESÚS (Argentinas). EQUIPO EPISCOPAL DE EDUCACIÓN CATÓLICA, “Educación y Proyecto de Vida” Editorial CEA, Buenos Aires 1986. FRATERNIDAD SACERDOTAL SAN JUAN DE AVILA, "Reflexiona con el Papa" Editorial Estel Forja. España 1986. IGLESIAS, Ignacio, “Ejercicios Espirituales”, Madrid, Editorial San Pablo, 1996. KATZENBACH, Jon; SMITH, Douglas, “La Sabiduría de los Equipos”. s/e. 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Juventud 23 ................................................... .......................................... 2.2.3. Matrimonio (1852 – 1865) 26 ................................................... .............. 2.2.4. Inspiracion Hermanas y Fundacion Esclavas del del Instituto Corazón de de las Jesús ................................................... 32 130 ................................ 3. CAPITULO II: “Catalina de María: una fiel hija de San 43 Ignacio” .............................. 4. CAPÍTULO III: “Catalina de María: un conducir desde la maternidad y el trabajo en equipo” 65 ......................................................... ...................................................... 5. CAPITULO IV: “Catalina de María: un camino actual para la 90 Educación de hoy” ...... 6. CONCLUSIONES 10 ......................................................... 7 .......................................... 7. ANEXOS 11 ......................................................... 1 .................................................... 7.1. Ideario y Proyecto Educativo: Hnas. Esclavas del Corazón de Jesús (arg.) ..... 7.2. Proyecto 11 2 Educativo ...................................................... 11 7 .................................. 8. BIBLIOGRAFÍA ......................................................... 12 5 131 ............................................ 9. ÍNDICE ......................................................... ........................................................ 12 9