Rosa Cabezuelo

Anuncio
Hola a todos, muy buenas tardes.
Cuando empecé a escribir estas líneas, lo primero que se me vino a la cabeza
fue lo cerca y lejos que me quedaba aquella despedida en Rabanales. Me
parecía mentira que ya hubiesen pasado 10 años… Por Dios, 10 años!! Se dice
pronto...
Hoy de nuevo nos juntamos aquí para celebrar este X Aniversario, para
retomar el contacto con esos muchos compañeros que hace tanto tiempo que
no ves; para hacer por fin un hueco en la agenda y sentarte con esos otros que
no hace tanto, pero con los que no consigues pasar de ese “a ver si echamos
un café”; para recordar aquellos momentos que compartimos juntos y para
contarnos qué tal nos ha tratado la vida durante todo este tiempo, contar
batallitas y, por qué no, ponernos al día de algún que otro chascarrillo...
Si por un momento echamos la vista atrás, veo a un grupo de alumnos que
llega a ETEA un septiembre de 1995. Para muchos era la primera vez que
salían de casa y se instalaban en algún Colegio Mayor; otros buscaban piso
para compartir, y quizás no sería el último que compartirían; sin lugar a dudas,
todos ilusionados porque empezábamos una nueva etapa en nuestra
formación, una etapa universitaria.
Aquello, como todo lo novedoso, sonaba grande, desconocido, sonaba
insuperable, tenía pinta de ser los mejores años de nuestras vidas. Gente
nueva a la que conocer, asignaturas que había que elegir, nuevos profesores,
fiestas, por supuesto... en definitiva, nuevas experiencias inolvidables.
Ahí te das cuenta de que se te quedan grabados en la memoria unos recuerdos
que no imaginabas nunca guardar. Recuerdo la primera vez que Luis Amador
o Ana Hernández nos hablaron de Microeconomía; la forma tan ordenada de
escribir en la pizarra de Mariano Carbonero; las clases de contabilidad de
Magdalena Cordobés o el apasionado Marketing de Rosa Melero; el ritmo de
César Hervás en las clases de Estadística; la forma de transmitir Política
Económica de Gabriel Pérez; el dominio de costes y la relación personal con
Juan Mª Múñoz; los grupos de trabajo preparando los casos prácticos de
Producción y así podríamos estar hablando un buen rato..
El tiempo pasa, y quieras que no, vamos madurando a fuerza de exámenes.
Tus relaciones personales ya no se limitan sólo al círculo de compañeros, sino
que ves que hay profesores que quedan bastante cercanos. Me gustaría
destacar de forma muy especial a Carmen Bustos, por ser una persona tan
especial y tan luchadora y desde aquí mandarle un beso muy fuerte de todos
nosotros.
Las fiestas universitarias no son un mito. Imposible no acordarse cómo
disfrutábamos los peroles en los aparcamientos de ETEA, aquellos jueves
universitarios, la archifamosa agrobarra, las eternas partidas de cartas en la
cafetería.. qué tiempos aquéllos, de verdad!!!
Es curioso cómo bajamos el ritmo de divertimento a medida que nos hacemos
mayores. Sería interesante estudiarlo detenidamente. Seguro que alcanzamos
unas
conclusiones
económico-estadísticas
sorprendentes.
Antes
aguantábamos todo un fin de semana de fiesta, y nuestros fondos propios eran
notablemente inferiores a los actuales –vamos, eran cortos por no decir
ridículos-. Ahora que tenemos mayor poder adquisitivo que entonces, se ve que
disminuye sensible y proporcionalmente nuestro aguante de fin de semana.
Que venga Keynes y nos lo explique.
En fin, que así pasaron los días, las tardes y las noches durante aquellos
maravillosos años; codo con codo, compartiendo momentos de tensión pero
también muchos momentos de alegría. Y digo tensión pensando en la época de
los exámenes, vaya nervios! Más de uno pensaría en cortarse las venas a las
puertas de un examen, pero no podría, porque ese viernes habría agrobarra y
estaría feo dejar tirados a tus amigos. En fin, que qué duro nos parecía
entonces y con qué nostalgia lo recordamos ahora...
Completados todos los cursos, llegó el momento de decirnos ADIOS y de
empezar nuestra andadura en solitario en el mudillo laboral. Bueno, más que
un ADIOS, fue un HASTA LUEGO, ya que creo no nos perdimos de vista del
todo; así, algunos lograron un hueco en Córdoba, y otros en cambio tuvieron
que instalarse en ciudades como Barcelona, Madrid, Sevilla, Málaga… pero
seguimos en contacto...
Unos optaron por las Finanzas, otros por Administración, Auditoría o Marketing.
Destinos diferentes para compañeros con un mismo denominador común: esta
gran fábrica de buenos profesionales que es ETEA, Institución Universitaria de
la Compañía de Jesús. A quien quería agradecer la organización de este acto,
en especial a Salud Millán y a la Asociación de Antiguos Alumnos, por todo el
tiempo dedicado y la ilusión puesta en este Encuentro. Es innegable que la
formación que hemos recibido de este Centro ha estado a la altura y nos ha
conseguido diferenciar del resto. Y no se pueden tampoco negar las bondades
de ese toque humano que se le sabe dar a sus maneras de enseñar. Creo,
sinceramente, que hicimos una buena elección en su momento.
Y para terminar, deciros que me alegra enormemente veros de nuevo en estas
Aulas; creo que a todos nos ha hecho mucha ilusión retomar el contacto con
muchos compañeros y profesores a quienes no veíamos desde hace tiempo y
que de nuevo tengamos una oportunidad para mantener vivo ese contacto.
Y esta noche a disfrutar, a pasarlo bien y a recordar viejos tiempos... Después
de vernos a todos aquí sentados, parece que no han pasado 10 años y
estamos preparados para empezar nuestro primer día de la carrera.
Un abrazo fuerte para todos y HASTA SIEMPRE!!!
Descargar