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Página SIETE Domingo 17 de julio de 2011 /11
Viaje al CORAZÓN
L A
BOLIVIA
de
R E V I S T A
3
Detenida
en el tiempo
En San José de UchupiamoUchupiamonas, los indígenas crear
on el
crearon
emprendimiento
emprendimiento ecoturístico
Chalalán como un antídoto
para
para frenar
frenar la emigración.
emigración.
Una jov
joven de San José lalava la ropa
ropa en la laguna. Los
pobladores
an la vida
pobladores valor
valoran
en comunidad.
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MIRADAS
VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA
Domingo 17 de julio de 2011
Página SIETE
Domingo 17 de julio de 2011
Página SIETE
VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA
MIRADAS
13
La laguna Chalalán, abundante en peces,
es un remanso de paz en mitad de la selva.
Los pobladores están comunicados con las localidades
vecinas gracias a una radio.
San José de
Uchupiamonas
Un pequeño
punto en el mapa
Benjamín Chávez, periodista
Manuel Seoane, fotógrafo
Robin Mamani, investigador social
Los comunarios estaban
preocupados porque cada vez había menos pobladores. Idearon Chalalán, uno de los destinos
ecoturísticos más exitosos y valorados en el
mercado global.
U
na explanada de hierba y alguno que otro
árbol. Cuatro cruces
de madera pintadas
de blanco que datan
de la época de la Colonia, custodiando las
esquinas. Al oeste,
una iglesia sin párroco y, muy cerca, junto a
una cabaña de jatata, ¡un cepo! También caballos, gallinas y patos como los estantes y pasantes más asiduos del lugar. La tranquilidad
es total y, en medio de ese silencio de granja
adormecida bajo un sol para derretir plomo,
de pronto suena un ring de teléfono y, luego,
el chirrido de un altavoz al encenderse prelu-
Viaje al CORAZÓN
BOLIVIA
de
Página Siete
DIRECTOR: Raúl Peñaranda Undurraga
Jefe de Redacción: Cándido Tancara Castillo
Jefe de Informaciones: Martín Zelaya Sánchez
“
Doña Celestina,
matriarca
matriarca de la
comunidad.
dia el anuncio: “¡Hay llamada telefónica!”. Al
poco rato, de alguna de las calles que desembocan en la plaza, aparece presurosa la persona convocada para recibir su llamada.
En lo alto de una colina perdida en medio
de la selva y flanqueada por ríos y arroyos, se
alza el viejo pueblo de San José de Uchupiamonas, principal comunidad de la etnia tacano-uchupiamona, prima hermana de los
tacano-araonas que habitan el departamento de Beni. ¿Cómo se vive en un sitio así, como detenido en el tiempo, casi sin conexión
con el mundo exterior y donde la gente depende de lo poco que siembra y de lo que sus
animales le provea?
Un día antes, a casi 200 kilómetros al sur,
en una gris mañana de invierno, en el puerto
que luce desolado y triste, las embarcaciones pastan una fría eternidad líquida. Dos
personajes desafían el clima y aguardan erguidos sobre la cubierta de una embarcación. Adalid Macuapa e Iver Queteguari es-
tán a bordo del Chalalán V, un bote amarillo
de madera con un motor fuera de borda de
55 caballos de fuerza. Sus miradas inescrutables y sus gestos desdibujados por la niebla impiden vislumbrar cualquier adelanto
de la travesía a las entrañas de la selva, en la
que, durante los días siguientes, nos embarcaremos juntos.
Ahora estamos en Rurrenabaque, centro
de acción para las incursiones al Parque Nacional Madidi, a las pampas benianas de Reyes y Santa Rosa y a la Reserva de la Biosfera
Pilón Lajas. Como en Uyuni o Copacabana,
la calle principal de la población está llena
de agencias de turismo que ofrecen sus servicios de transporte, guía y hospedaje a miles de turistas que escuchan el llamado de la
jungla. Se ofrecen refugios o campamentos
en sitios más o menos apartados que brindan la posibilidad de caminar por senderos
en medio del monte, observar animales, navegar ríos y nadar en lagunas.
Viaje al corazón de Bolivia es un
proyecto conjunto de Página Siete y
Naciones Unidas.
Revista Miradas
Editor: Marco Zelaya.
Redactora: Amancaya Finkel.
Diseño: Edmundo Morales y Marcelo Mamani.
NNUU
Bolivia
Con la
colaboración de:
Para llegar a San José de Uchupiamonas, los balseros vencen los alborotados rápidos.
Chalalán es un albergue ecoturístico
ubicado a orillas de la laguna del mismo
nombre, ésa que fue explorada por el
célebre investigador Vesti Pakos a principios de los años 90.
Hemos de ir a San José y, para eso, contactamos con personal de la empresa Chalalán,
uno de los proyectos de turismo comunitario más exitosos y selectos del mundo, según revistas especializadas. Para llegar a
Chalalán, se debe navegar seis horas, río
arriba. Se zarpa de Rurre, pasando por San
Buenaventura, en el río Beni, hasta alcanzar
la imponente serranía del Bala. Tras sortear
su famoso estrecho, se ingresa al Área de
Manejo Integrado junto al Parque Nacional
Madidi. Una cabaña de guardaparques,
emplazada en lo alto de una loma, marca el
inicio de un territorio que pretende estar a
salvo de las prácticas contaminantes y depredadoras a las que la vida moderna nos ha
malacostumbrado.
En medio de paisajes espléndidos, luego
de una hora de navegación por el río Beni, se
continúa por el encrespado cauce del Tuichi, un río de aguas frías que baja presuroso
desde las altas cumbres de la cordillera de
los Andes. Y esa navegación fluvial tiene lo
suyo. En esta época del año en que los ríos no
son profundos, la pericia de los motoristas y
sus ayudantes se pone a prueba. Remontar
las aguas de un río como el Tuichi, con agresivos rápidos o cachuelas, o con sectores
donde la profundidad no sobrepasa de los
40 centímetros, se convierte en una verdadera ciencia.
Adalid Macuapa, un hombre pequeño de
anchas espaldas y un eterno bolo de coca en
la boca, es el motorista más antiguo y experimentado que trabaja en Chalalán desde su
fundación, allá en 1992. Él y su ayudante,
Iver Queteguari, son los encargados de llevarnos río arriba, hasta los territorios de los
tacana-uchupiamonas.
Cuando alcanzamos el cauce del Tuichi,
Queteguari, que oficia de puntero, es decir,
de quien en la proa de la embarcación tiene
a su cargo la vara de profundidad y la pértiga, asume su rol con una solvencia magistral. Sus movimientos semejan los de un director de orquesta que agita la batuta al con-
tinuo ritmo de la velocidad y la sumerge con
gracia en el agua, en busca de los sitios donde las piedras puedan hacer encallar las hélices del motor. En la orilla, abundan unas
pequeñas y pulidas piedras negras que ostentan líneas blancas. Inverso papel pautado a la espera de un copista capaz de traducir en notas el alma del río y el empeño humano por interpretarla.
El Tuichi posee una belleza seductora y
peligrosa. No es posible abandonarse a una
travesía despreocupada, pues en cualquier
momento alguno de los rápidos es capaz de
muchas cosas, desde mojar a los tripulantes
con un latigazo de aguas tormentosas, hasta
volcar la embarcación si la armonía entre la
potencia del motor y el delicado equilibrio
de los pesos no se mantiene. Sin embargo,
verdaderos lobos de mar, si la expresión cabe, los motoristas de la flota Chalalán, compuesta de cinco embarcaciones de escaso
calado, no suelen tener percances y son capaces de transportar sanos y salvos a los turistas que han contratado sus servicios todos los santos días de Dios.
CHALALÁN
Chalalán es un albergue ecoturístico ubicado a orillas de la laguna del mismo nombre,
ésa que fue explorada por el célebre Vesti Pakos a principios de los años 90. Chalalán, sonoro nombre de origen onomatopéyico que
alude al ruido causado por la caída del mena-
CONTINÚA EN LA PÁGINA 14
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VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA
MIRADAS
13
La laguna Chalalán, abundante en peces,
es un remanso de paz en mitad de la selva.
Los pobladores están comunicados con las localidades
vecinas gracias a una radio.
San José de
Uchupiamonas
Un pequeño
punto en el mapa
Benjamín Chávez, periodista
Manuel Seoane, fotógrafo
Robin Mamani, investigador social
Los comunarios estaban
preocupados porque cada vez había menos pobladores. Idearon Chalalán, uno de los destinos
ecoturísticos más exitosos y valorados en el
mercado global.
U
na explanada de hierba y alguno que otro
árbol. Cuatro cruces
de madera pintadas
de blanco que datan
de la época de la Colonia, custodiando las
esquinas. Al oeste,
una iglesia sin párroco y, muy cerca, junto a
una cabaña de jatata, ¡un cepo! También caballos, gallinas y patos como los estantes y pasantes más asiduos del lugar. La tranquilidad
es total y, en medio de ese silencio de granja
adormecida bajo un sol para derretir plomo,
de pronto suena un ring de teléfono y, luego,
el chirrido de un altavoz al encenderse prelu-
Viaje al CORAZÓN
BOLIVIA
de
Página Siete
DIRECTOR: Raúl Peñaranda Undurraga
Jefe de Redacción: Cándido Tancara Castillo
Jefe de Informaciones: Martín Zelaya Sánchez
“
Doña Celestina,
matriarca
matriarca de la
comunidad.
dia el anuncio: “¡Hay llamada telefónica!”. Al
poco rato, de alguna de las calles que desembocan en la plaza, aparece presurosa la persona convocada para recibir su llamada.
En lo alto de una colina perdida en medio
de la selva y flanqueada por ríos y arroyos, se
alza el viejo pueblo de San José de Uchupiamonas, principal comunidad de la etnia tacano-uchupiamona, prima hermana de los
tacano-araonas que habitan el departamento de Beni. ¿Cómo se vive en un sitio así, como detenido en el tiempo, casi sin conexión
con el mundo exterior y donde la gente depende de lo poco que siembra y de lo que sus
animales le provea?
Un día antes, a casi 200 kilómetros al sur,
en una gris mañana de invierno, en el puerto
que luce desolado y triste, las embarcaciones pastan una fría eternidad líquida. Dos
personajes desafían el clima y aguardan erguidos sobre la cubierta de una embarcación. Adalid Macuapa e Iver Queteguari es-
tán a bordo del Chalalán V, un bote amarillo
de madera con un motor fuera de borda de
55 caballos de fuerza. Sus miradas inescrutables y sus gestos desdibujados por la niebla impiden vislumbrar cualquier adelanto
de la travesía a las entrañas de la selva, en la
que, durante los días siguientes, nos embarcaremos juntos.
Ahora estamos en Rurrenabaque, centro
de acción para las incursiones al Parque Nacional Madidi, a las pampas benianas de Reyes y Santa Rosa y a la Reserva de la Biosfera
Pilón Lajas. Como en Uyuni o Copacabana,
la calle principal de la población está llena
de agencias de turismo que ofrecen sus servicios de transporte, guía y hospedaje a miles de turistas que escuchan el llamado de la
jungla. Se ofrecen refugios o campamentos
en sitios más o menos apartados que brindan la posibilidad de caminar por senderos
en medio del monte, observar animales, navegar ríos y nadar en lagunas.
Viaje al corazón de Bolivia es un
proyecto conjunto de Página Siete y
Naciones Unidas.
Revista Miradas
Editor: Marco Zelaya.
Redactora: Amancaya Finkel.
Diseño: Edmundo Morales y Marcelo Mamani.
NNUU
Bolivia
Con la
colaboración de:
Para llegar a San José de Uchupiamonas, los balseros vencen los alborotados rápidos.
Chalalán es un albergue ecoturístico
ubicado a orillas de la laguna del mismo
nombre, ésa que fue explorada por el
célebre investigador Vesti Pakos a principios de los años 90.
Hemos de ir a San José y, para eso, contactamos con personal de la empresa Chalalán,
uno de los proyectos de turismo comunitario más exitosos y selectos del mundo, según revistas especializadas. Para llegar a
Chalalán, se debe navegar seis horas, río
arriba. Se zarpa de Rurre, pasando por San
Buenaventura, en el río Beni, hasta alcanzar
la imponente serranía del Bala. Tras sortear
su famoso estrecho, se ingresa al Área de
Manejo Integrado junto al Parque Nacional
Madidi. Una cabaña de guardaparques,
emplazada en lo alto de una loma, marca el
inicio de un territorio que pretende estar a
salvo de las prácticas contaminantes y depredadoras a las que la vida moderna nos ha
malacostumbrado.
En medio de paisajes espléndidos, luego
de una hora de navegación por el río Beni, se
continúa por el encrespado cauce del Tuichi, un río de aguas frías que baja presuroso
desde las altas cumbres de la cordillera de
los Andes. Y esa navegación fluvial tiene lo
suyo. En esta época del año en que los ríos no
son profundos, la pericia de los motoristas y
sus ayudantes se pone a prueba. Remontar
las aguas de un río como el Tuichi, con agresivos rápidos o cachuelas, o con sectores
donde la profundidad no sobrepasa de los
40 centímetros, se convierte en una verdadera ciencia.
Adalid Macuapa, un hombre pequeño de
anchas espaldas y un eterno bolo de coca en
la boca, es el motorista más antiguo y experimentado que trabaja en Chalalán desde su
fundación, allá en 1992. Él y su ayudante,
Iver Queteguari, son los encargados de llevarnos río arriba, hasta los territorios de los
tacana-uchupiamonas.
Cuando alcanzamos el cauce del Tuichi,
Queteguari, que oficia de puntero, es decir,
de quien en la proa de la embarcación tiene
a su cargo la vara de profundidad y la pértiga, asume su rol con una solvencia magistral. Sus movimientos semejan los de un director de orquesta que agita la batuta al con-
tinuo ritmo de la velocidad y la sumerge con
gracia en el agua, en busca de los sitios donde las piedras puedan hacer encallar las hélices del motor. En la orilla, abundan unas
pequeñas y pulidas piedras negras que ostentan líneas blancas. Inverso papel pautado a la espera de un copista capaz de traducir en notas el alma del río y el empeño humano por interpretarla.
El Tuichi posee una belleza seductora y
peligrosa. No es posible abandonarse a una
travesía despreocupada, pues en cualquier
momento alguno de los rápidos es capaz de
muchas cosas, desde mojar a los tripulantes
con un latigazo de aguas tormentosas, hasta
volcar la embarcación si la armonía entre la
potencia del motor y el delicado equilibrio
de los pesos no se mantiene. Sin embargo,
verdaderos lobos de mar, si la expresión cabe, los motoristas de la flota Chalalán, compuesta de cinco embarcaciones de escaso
calado, no suelen tener percances y son capaces de transportar sanos y salvos a los turistas que han contratado sus servicios todos los santos días de Dios.
CHALALÁN
Chalalán es un albergue ecoturístico ubicado a orillas de la laguna del mismo nombre,
ésa que fue explorada por el célebre Vesti Pakos a principios de los años 90. Chalalán, sonoro nombre de origen onomatopéyico que
alude al ruido causado por la caída del mena-
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Página SIETE
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Página SIETE
VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA
“
VIENE DE LA PÁGINA 13
Una niña, que lleva un recipiente con agua
para su familia, trepa a un árbol.
viajeros que han montado pequeñas tiendas
de plástico sobre balsas de troncos amarrados a neumáticos y se han embarcado en travesías de seis días o más hasta Rurre, desde
sitios tan lejanos como Apolo. Cada tanto se
ven precarios campamentos en la orilla. Son
mineros, pescadores o pobladores que tienen pequeños chacos. Llama la atención el
espíritu de solidaridad y cooperación que
impera en el río. No sólo se saluda a quien
aparece de entre el monte, sino que, ante un
ademán suyo, la embarcación no escatima
esfuerzos para maniobrar y aproximarse a la
orilla donde los tripulantes preguntan si
quien los saludó necesita algo. De ese modo,
la Chalalán V se va haciendo cargo de encomiendas y recados, como un pelícano de pico generoso. Así, por ejemplo, la bolsa que
un muchacho de tez bronceada nos arrojó a
cubierta con la petición de que se la entreguemos a su madre. “¿No es nada que se
quiebre?”, pregunta el puntero. “No” -responde el muchacho- “Son pescados para
que coma nomás”.
EN TIERRA UCHUPIAMONA
Al llegar al puerto, varias personas aguardan a la embarcación. Allí se hacen transac-
RURRENABAQUE
Departamento: BENI
Provincia: JOSÉ BALLIVIÁN
Sección Municipal: CUARTA SECCIÓN
RURRENABAQUE
BRA
BE
SIL
NI
1992 2001 2006 2007 2008 2009
20
2010
9.065 3.668 6.730 17.271 17.823 18.380 18.947
Pobreza por el método de Necesidades Básicas Insatisfechas
1992 2001
Población pobre
6.054 10.645
Población en extrema pobreza 3.020 3.587
Porcentaje de poblacion pobre 85,5 82,5
El muro de una construcción, reforzado con un entramado de palos y resistentes ramas.
El teléfono,
usado por
todos los
comunarios.
Pasajeros de una barcaza
para cruzar el caudaloso río
Beni. El viaje continuará en
bicicleta.
Un bar en la
ribera del
río: oasis
para los
barqueros y
turistas.
Pobreza por el método de Línea de Ingreso (consumo)
2001
Incidencia de la línea de pobreza extrema
41,2
2005
0,660
2004 2005
Cobertura neta educación primaria (%)
87,7% 94,6%
Tasa de término a 8vo. de primaria (%)
68,7% 72,4%
Cobertura neta educación secundaria (%) 52,1% 55,4%
Tasa de término a 4to. de secundaria (%) 48,1% 57,3%
Número edificios escolares
29
32
Relación alumno/ítem
23
23
2006
91,6%
72,6%
57,5%
68,3%
32
23
Educación
2007 2008
94,1% 94,6%
77,9% 87,1%
53,9% 51,7%
51,0% 51,0%
33
33
23
n.d.
ubicado a ocho kilómetros, por esas tuberías de PVC que a menudo presentan problemas de fuga o falta de presión.
San José de Uchupiamonas fue fundada
en 1616 por el chiquitano Marcelino Cusirimay y los sacerdotes misioneros franciscanos. Fueron ellos quienes plantaron las cruces de madera que se han ido renovando,
cuando su base se derruía, y mantienen hasta hoy, en la plaza, ese rasgo tan colonial cuyo significado ha pasado de generación en
generación hasta nuestros días. Un símbolo
de la pacificación de este pueblo. “Un pueblo de paz y armonía en la región”, nos explica Zenón Limaco, quien este año oficia
de coordinador entre la comunidad y la empresa de ecoturismo Chalalán.
LECCIONES APRENDIDAS
La falta de servicios básicos y la ausencia
de un camino que pueda ser utilizado por
vehículos motorizados condicionaron desde siempre la precaria vida en la comunidad. Ante esta situación, en la década de
1980 la migración de sus habitantes en busca de mejores condiciones de vida fue intensa, llegando a alcanzar a casi la mitad de la
población. Alarmados ante esa situación,
los sanjosesanos idearon, gestionaron y emprendieron el proyecto ecoturístico Chalalán (cuya historia servicios y demás información está disponible en la página web
chalalan.com), que alcanzó resultados muy
satisfactorios. Hoy, todos los miembros de
CONTINÚA EN LA PÁGINA 16
Género
1992
2001
0,627
Índice de Desarrollo Humano Municipal
1992
0,531
ciones y se entregan algunos encargos. Luego, nos toca caminar un buen trecho de senda que serpentea ascendente hasta la comunidad cuyo trazado urbano alcanza las 20
manzanas, aunque en cada una de ellas no
hay más de cuatro o cinco casas, muchas de
las cuales están hechas de barro y caña brava, pero existen también las construidas
con ladrillo y cemento, que tuvo que ser
transportado a muy alto costo por el río desde Rurrenabaque o a costa de muchos sacrificios, desde San Buenaventura (por la carretera que va a Ixiamas) hasta Tumupasa y,
desde allí, a espalda, los 32 kilómetros restantes por un sendero de monte.
Junto al camino que llega del río hay una
pequeña laguna donde las mujeres del pueblo lavan ropa todos los días y los niños chapalean su alegría en las tardes calurosas. En
sus márgenes, las sendas y todas las calles
del pueblo son una especie de verde prolongación del entorno y los animales transitan
cansinamente como en una inmensa granja
de armoniosa existencia. Los hocicos de los
caballos mantienen a raya la hierba, los cerdos olisquean y se alimentan de los escasos
desechos y las gallinas, seguidas de sus pollos, pasean, convirtiendo esas anchas y desiertas calles en un boulevard de posibilidades orwellianas.
En San José de Uchupiamonas no hay
energía eléctrica y el servicio de agua potable consiste en una red tendida hacia las casas, en cuyos patios hay una pila y acaso una
ducha en cubículos de madera en algún rincón. El agua es traída desde un manantial
Salud
Índice de Desarrollo Humano
Cochabamba
Población
Población total
15
San José de Uchupiamonas fue fundada en 1616 por el chiquitano Marcelino
Cusirimay y los sacerdotes misioneros
franciscanos. Fueron ellos quienes
plantaron las cruces en el pueblo.
San
ta C
ruz
je de cocina al atropellado paso de algún animal de monte a través de un ocasional campamento o al estrépito causado por el vuelco
de una embarcación en los rápidos del río
Tuichi, es sinónimo de un proyecto exitoso
de ecoturismo comunitario, pues el albergue, esmeradamente construido, es eficientemente administrado por los propietarios
del sitio, la comunidad tacano-quechua de
San José de Uchupiamonas.
Chalalán está monte adentro, a dos kilómetros de la orilla del río, en el corazón del
Madidi, una región con riquísima biodiversidad. En su laguna, donde abundan los peces, se puede observar lagartos timoratos, y
al parecer vegetarianos, que a su vez observan imperturbables a los bañistas y nadadores. Ese espejo oval en medio de una tupida
selva, que no cesa de manifestarse día y noche con los sonidos más variados, es surcado
por botes de remos que invitan a la placidez y
el reposo. Aquí y allá hay pequeños muelles
donde hacer puerto para iniciar caminatas
por senderos serpenteantes en medio del
monte. Aves, monos, capibaras, venados o
chanchos troperos son fácilmente observables. Otro tanto ocurre con serpientes, batracios y una variedad abrumadora de insectos, tanto en la laguna como en la selva y el
río. El alojamiento y la comida son estupendos. Pintorescas cabañas con piso y muebles
de mara, paredes de chonta y techo de jatata
son un verdadero oasis en medio de un entorno tan salvaje. Ahí, admirando aquellas
construcciones y degustando frescos pescados y dulces frutas, pasamos una noche, viviendo esa experiencia por la que los turistas
tienen en tan alta estima a Chalalán.
Al día siguiente, muy temprano, partimos
hacia la comunidad de San José de Uchupiamonas, casi 80 kilómetros más al norte. En
ese tramo ya más remoto, y por ello menos
trajinado, somos testigos de los códigos de
vida de quienes habitan las márgenes del río
y sus proximidades. Algunas embarcaciones que navegan aguas abajo transportan a
MIRADAS
2001
Tasa de mortalidad infantil (por mil
99,6 62,3
nacidos vivos)
Cobertura de agua potable (%)
52,1 57,9
Cobertura de servicio sanitario (%)
8,5 20,8
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Cobertura de vacuna pentava74,1 83,6 102,7 85,4
98,1 78,3 82,9
65,2
lente (%)
Cobertura de parto institucional
60,2 69,6 75,4 77,9 74,3
77,7 86,5 70,7
(%)
2007 2008 2009
Cobertura de atención de enfermedades diarreicas
56,1 56,5
61,2
agudas en menores de 5 años (%)
Cobertura de atención de neumonías en menores de 1 año (%)
18,7
12,9 24,3
Porcentaje de mujeres en edad fértil con orientación
27,3
16,9
19,7
en planificación familiar
2004
Brecha de género en la tasa de término a 8vo. de
-1,44
primaria (%)
Brecha de género en la tasa de término a 4to
14,55
de secundaria (%)
2005
2006
2007
2008
2,15
-5,58
-14,00
-30,23
11,78
3,81
-11,28
1,19
Actividades económicas
Actividad económica principal: Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y comercio al por
mayor y menor.
Estrategias productivas: Turismo, producción agrícola, cría de ganado vacuno, extracción
de productos forestales.
Fuente:
(1) y (2) Con datos del INE: www.ine.gob.bo
(3) Sobre la base de UDAPE - 2006
(4) Con datos del PNUD - Bolivia
(5) y (6) Sobre la base de datos del Ministerio de Educación: www.minedu.gob.bo
(6) Sobre la base de datos del Dossier Estadístico de UDAPE: www.udape.gob.bo
(7) Sobre la base de Datos de las fichas estadísticas de la Federación de Asociaciones Municipales: www.fam.bo
Elaboración de los datos: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
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Una niña, que lleva un recipiente con agua
para su familia, trepa a un árbol.
viajeros que han montado pequeñas tiendas
de plástico sobre balsas de troncos amarrados a neumáticos y se han embarcado en travesías de seis días o más hasta Rurre, desde
sitios tan lejanos como Apolo. Cada tanto se
ven precarios campamentos en la orilla. Son
mineros, pescadores o pobladores que tienen pequeños chacos. Llama la atención el
espíritu de solidaridad y cooperación que
impera en el río. No sólo se saluda a quien
aparece de entre el monte, sino que, ante un
ademán suyo, la embarcación no escatima
esfuerzos para maniobrar y aproximarse a la
orilla donde los tripulantes preguntan si
quien los saludó necesita algo. De ese modo,
la Chalalán V se va haciendo cargo de encomiendas y recados, como un pelícano de pico generoso. Así, por ejemplo, la bolsa que
un muchacho de tez bronceada nos arrojó a
cubierta con la petición de que se la entreguemos a su madre. “¿No es nada que se
quiebre?”, pregunta el puntero. “No” -responde el muchacho- “Son pescados para
que coma nomás”.
EN TIERRA UCHUPIAMONA
Al llegar al puerto, varias personas aguardan a la embarcación. Allí se hacen transac-
RURRENABAQUE
Departamento: BENI
Provincia: JOSÉ BALLIVIÁN
Sección Municipal: CUARTA SECCIÓN
RURRENABAQUE
BRA
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SIL
NI
1992 2001 2006 2007 2008 2009
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9.065 3.668 6.730 17.271 17.823 18.380 18.947
Pobreza por el método de Necesidades Básicas Insatisfechas
1992 2001
Población pobre
6.054 10.645
Población en extrema pobreza 3.020 3.587
Porcentaje de poblacion pobre 85,5 82,5
El muro de una construcción, reforzado con un entramado de palos y resistentes ramas.
El teléfono,
usado por
todos los
comunarios.
Pasajeros de una barcaza
para cruzar el caudaloso río
Beni. El viaje continuará en
bicicleta.
Un bar en la
ribera del
río: oasis
para los
barqueros y
turistas.
Pobreza por el método de Línea de Ingreso (consumo)
2001
Incidencia de la línea de pobreza extrema
41,2
2005
0,660
2004 2005
Cobertura neta educación primaria (%)
87,7% 94,6%
Tasa de término a 8vo. de primaria (%)
68,7% 72,4%
Cobertura neta educación secundaria (%) 52,1% 55,4%
Tasa de término a 4to. de secundaria (%) 48,1% 57,3%
Número edificios escolares
29
32
Relación alumno/ítem
23
23
2006
91,6%
72,6%
57,5%
68,3%
32
23
Educación
2007 2008
94,1% 94,6%
77,9% 87,1%
53,9% 51,7%
51,0% 51,0%
33
33
23
n.d.
ubicado a ocho kilómetros, por esas tuberías de PVC que a menudo presentan problemas de fuga o falta de presión.
San José de Uchupiamonas fue fundada
en 1616 por el chiquitano Marcelino Cusirimay y los sacerdotes misioneros franciscanos. Fueron ellos quienes plantaron las cruces de madera que se han ido renovando,
cuando su base se derruía, y mantienen hasta hoy, en la plaza, ese rasgo tan colonial cuyo significado ha pasado de generación en
generación hasta nuestros días. Un símbolo
de la pacificación de este pueblo. “Un pueblo de paz y armonía en la región”, nos explica Zenón Limaco, quien este año oficia
de coordinador entre la comunidad y la empresa de ecoturismo Chalalán.
LECCIONES APRENDIDAS
La falta de servicios básicos y la ausencia
de un camino que pueda ser utilizado por
vehículos motorizados condicionaron desde siempre la precaria vida en la comunidad. Ante esta situación, en la década de
1980 la migración de sus habitantes en busca de mejores condiciones de vida fue intensa, llegando a alcanzar a casi la mitad de la
población. Alarmados ante esa situación,
los sanjosesanos idearon, gestionaron y emprendieron el proyecto ecoturístico Chalalán (cuya historia servicios y demás información está disponible en la página web
chalalan.com), que alcanzó resultados muy
satisfactorios. Hoy, todos los miembros de
CONTINÚA EN LA PÁGINA 16
Género
1992
2001
0,627
Índice de Desarrollo Humano Municipal
1992
0,531
ciones y se entregan algunos encargos. Luego, nos toca caminar un buen trecho de senda que serpentea ascendente hasta la comunidad cuyo trazado urbano alcanza las 20
manzanas, aunque en cada una de ellas no
hay más de cuatro o cinco casas, muchas de
las cuales están hechas de barro y caña brava, pero existen también las construidas
con ladrillo y cemento, que tuvo que ser
transportado a muy alto costo por el río desde Rurrenabaque o a costa de muchos sacrificios, desde San Buenaventura (por la carretera que va a Ixiamas) hasta Tumupasa y,
desde allí, a espalda, los 32 kilómetros restantes por un sendero de monte.
Junto al camino que llega del río hay una
pequeña laguna donde las mujeres del pueblo lavan ropa todos los días y los niños chapalean su alegría en las tardes calurosas. En
sus márgenes, las sendas y todas las calles
del pueblo son una especie de verde prolongación del entorno y los animales transitan
cansinamente como en una inmensa granja
de armoniosa existencia. Los hocicos de los
caballos mantienen a raya la hierba, los cerdos olisquean y se alimentan de los escasos
desechos y las gallinas, seguidas de sus pollos, pasean, convirtiendo esas anchas y desiertas calles en un boulevard de posibilidades orwellianas.
En San José de Uchupiamonas no hay
energía eléctrica y el servicio de agua potable consiste en una red tendida hacia las casas, en cuyos patios hay una pila y acaso una
ducha en cubículos de madera en algún rincón. El agua es traída desde un manantial
Salud
Índice de Desarrollo Humano
Cochabamba
Población
Población total
15
San José de Uchupiamonas fue fundada en 1616 por el chiquitano Marcelino
Cusirimay y los sacerdotes misioneros
franciscanos. Fueron ellos quienes
plantaron las cruces en el pueblo.
San
ta C
ruz
je de cocina al atropellado paso de algún animal de monte a través de un ocasional campamento o al estrépito causado por el vuelco
de una embarcación en los rápidos del río
Tuichi, es sinónimo de un proyecto exitoso
de ecoturismo comunitario, pues el albergue, esmeradamente construido, es eficientemente administrado por los propietarios
del sitio, la comunidad tacano-quechua de
San José de Uchupiamonas.
Chalalán está monte adentro, a dos kilómetros de la orilla del río, en el corazón del
Madidi, una región con riquísima biodiversidad. En su laguna, donde abundan los peces, se puede observar lagartos timoratos, y
al parecer vegetarianos, que a su vez observan imperturbables a los bañistas y nadadores. Ese espejo oval en medio de una tupida
selva, que no cesa de manifestarse día y noche con los sonidos más variados, es surcado
por botes de remos que invitan a la placidez y
el reposo. Aquí y allá hay pequeños muelles
donde hacer puerto para iniciar caminatas
por senderos serpenteantes en medio del
monte. Aves, monos, capibaras, venados o
chanchos troperos son fácilmente observables. Otro tanto ocurre con serpientes, batracios y una variedad abrumadora de insectos, tanto en la laguna como en la selva y el
río. El alojamiento y la comida son estupendos. Pintorescas cabañas con piso y muebles
de mara, paredes de chonta y techo de jatata
son un verdadero oasis en medio de un entorno tan salvaje. Ahí, admirando aquellas
construcciones y degustando frescos pescados y dulces frutas, pasamos una noche, viviendo esa experiencia por la que los turistas
tienen en tan alta estima a Chalalán.
Al día siguiente, muy temprano, partimos
hacia la comunidad de San José de Uchupiamonas, casi 80 kilómetros más al norte. En
ese tramo ya más remoto, y por ello menos
trajinado, somos testigos de los códigos de
vida de quienes habitan las márgenes del río
y sus proximidades. Algunas embarcaciones que navegan aguas abajo transportan a
MIRADAS
2001
Tasa de mortalidad infantil (por mil
99,6 62,3
nacidos vivos)
Cobertura de agua potable (%)
52,1 57,9
Cobertura de servicio sanitario (%)
8,5 20,8
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Cobertura de vacuna pentava74,1 83,6 102,7 85,4
98,1 78,3 82,9
65,2
lente (%)
Cobertura de parto institucional
60,2 69,6 75,4 77,9 74,3
77,7 86,5 70,7
(%)
2007 2008 2009
Cobertura de atención de enfermedades diarreicas
56,1 56,5
61,2
agudas en menores de 5 años (%)
Cobertura de atención de neumonías en menores de 1 año (%)
18,7
12,9 24,3
Porcentaje de mujeres en edad fértil con orientación
27,3
16,9
19,7
en planificación familiar
2004
Brecha de género en la tasa de término a 8vo. de
-1,44
primaria (%)
Brecha de género en la tasa de término a 4to
14,55
de secundaria (%)
2005
2006
2007
2008
2,15
-5,58
-14,00
-30,23
11,78
3,81
-11,28
1,19
Actividades económicas
Actividad económica principal: Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y comercio al por
mayor y menor.
Estrategias productivas: Turismo, producción agrícola, cría de ganado vacuno, extracción
de productos forestales.
Fuente:
(1) y (2) Con datos del INE: www.ine.gob.bo
(3) Sobre la base de UDAPE - 2006
(4) Con datos del PNUD - Bolivia
(5) y (6) Sobre la base de datos del Ministerio de Educación: www.minedu.gob.bo
(6) Sobre la base de datos del Dossier Estadístico de UDAPE: www.udape.gob.bo
(7) Sobre la base de Datos de las fichas estadísticas de la Federación de Asociaciones Municipales: www.fam.bo
Elaboración de los datos: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
16-17 17-07-11 MIRADAS20110717DOM
16
MIRADAS
VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA
Domingo 17 de julio de 2011
Página SIETE
Domingo 17 de julio de 2011
Página SIETE
MIRADAS
VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA
La quietud y paz insuperables en el lago Chalalán.
El célebre
célebre Estrecho
Estrecho del
Bala, tramo
tramo fluvial de
cachuelas y rápidos.
rápidos.
la comunidad, agrupados bajo la modalidad de una sociedad anónima, perciben los
beneficios que ese emprendimiento les rinde. En temporada turística alta, se puede
llegar a emplear hasta a 40 personas, todos
de San José, en el transporte, preparación
de alimentos (también producidos en la comunidad), limpieza, guías bilingües y otros
servicios. Estos empleos son rotativos y ya
han participado en ellos todos los comunarios en edad de trabajar. De hecho, es ya una
segunda generación de sanjosesanos la que
dirige el proyecto.
Zenón Limaco explica, mientras paseamos
hacia el sitio donde está la cabaña de chonta y
jatata prototipo de las ulteriores en el emprendimiento turístico, y que se mantiene como una muda evidencia del grado de planificación y compromiso con que la comunidad
enfrentó el proyecto, que, no obstante la rentabilidad sostenida de la labor ecoturística, lo
que más se valora de él es el conocimiento adquirido. “Gracias al proyecto turístico, nues-
LOS EQUIPOS
Verde
Benjamín
Chávez,
escritor y
periodista.
“
En temporada turística alta, se puede
llegar a emplear hasta a 40 personas,
todos de San José, en el transporte,
preparación de alimentos, limpieza,
guías bilingües y otros servicios.
tros hijos -explica visiblemente emocionadoahora saben más cosas. Han aprendido cómo
tratar al turista y para eso ya saben idiomas,
hotelería y servicios. Tenemos a varios de
nuestros muchachos estudiando en las universidades de La Paz”.
Raúl Navi, el joven treintañero corregidor
de la comunidad, explica cómo los de su generación asumieron la conducción del proyecto. “En una reunión nos dijeron los mayores (gente de alrededor de 50 años) que
ellos habían creado Chalalán y lo habían hecho funcionar. Ahora nos tocaba a nosotros
administrarlo y así lo estamos haciendo. Somos la segunda generación. Pero ahorita no
hay una tercera generación todavía. Se está
formando recién”, explica. Se refiere a los
jóvenes que están cursando estudios en Ia
universidad, en las escuelas hoteleras y en
los institutos de idiomas de La Paz y otros
sitios del país.
“Aquí en San José -afirma Zenón Limacoestamos muy agradecidos con las ONG y las
instituciones de cooperación. Gracias a
ellas hemos conseguido todo lo que tenemos. El agua, el proyecto turístico, algunos
Actualmente en viaje
El cepo en
plena plaza
de San José, resabio
de tiempos
felizmente
pasados.
Una niña
del pueblo y
su caballo;
por doquier,
se ven animales de
granja.
VIENE DE LA PÁGINA 15
Un pahuichi a orillas
de la laguna, con el típico techo
de hojas de
palma.
baños para las viviendas y nuestra peladora
de arroz que la obtuvimos junto a Conservación Internacional y la GTZ (hoy GIZ). Así
las señoras ya no tienen que pelar a mano”.
En general, los pobladores de San José,
tanto adultos como ancianos, y hasta los
más jóvenes, están contentos con esa actividad de turismo comunitario que los hizo conocidos dentro y fuera de las fronteras nacionales. “Tuvimos y aún tenemos algunos
problemas -explica Raúl Navi-, pero así
siempre es cuando hay mucha gente involucrada. No se puede contentar a todos. Pero,
a pesar de eso, la comunidad ya sabe, y lo ha
comprobado, que Chalalán es algo bueno”.
Y es que, como reza el viejísimo adagio popular: la unión hace la fuerza.
Precisamente ésa parece ser una de las
lecciones aprendidas por los pobladores de
San José: la comunidad en su conjunto hizo
frente al éxodo y la posible extinción de su
comunidad, al afrontar el desafío del turismo comunitario como una estrategia de supervivencia. Exactamente igual a como hicieron sus mayores, cuando enfrentaron y
sobrevivieron al acoso de los indios chamas. Así lo recuerda doña Celestina Palenque Macuapa, una sanjosesana de 87 años
que, en su adolescencia, fue testigo del proceder siempre unido de los pobladores de
San José que, para protegerse de las incursiones de los ruidosos y flechadores chamas, iban juntos a todas partes.
“Hacíamos los chacos todos juntos, uno al
lado del otro -recuerda doña Celestina-, a todas partes caminábamos juntos porque juntos uno puede salvarse”. Y quizás sean dos
los sonidos que ella, que tiene un hijo trabajando en Chalalán, evoque y recuerde siempre como los más gratos de su vida. El primero, el estallido del certero tiro de la escopeta
pitón con que su abuelo, don Salvador Macuapa, en pleno enfrentamiento, dio muerte
al líder de los chamas provocando su desbande definitivo. El segundo, ya lo sabemos,
el estropicio de ollas o el vuelco de la balsa.
Ojalá, como sucedió con aquel lejano escopetazo, el “chalalán” de ahora ponga en fuga
las amenazas y la pobreza huya en desbandada “huehué, huehué, huehué, diciendo”.
Manuel
Seoane,
fotógrafo.
Robin
Mamani,
investigador social.
Rojo
Próximos viajeros
El futuro de
la colectividad depende de la
nueva generación.
Álex Ayala,
periodista.
Juan Gabriel Estellano,
fotógrafo.
Daniel Platt,
investigador social.
Azul
Liliana Carrillo,
periodista.
Noelia Zelaya,
fotógrafa.
Tania Sossa,
investigadora social.
17
16-17 17-07-11 MIRADAS20110717DOM
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MIRADAS
VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA
Domingo 17 de julio de 2011
Página SIETE
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Página SIETE
MIRADAS
VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA
La quietud y paz insuperables en el lago Chalalán.
El célebre
célebre Estrecho
Estrecho del
Bala, tramo
tramo fluvial de
cachuelas y rápidos.
rápidos.
la comunidad, agrupados bajo la modalidad de una sociedad anónima, perciben los
beneficios que ese emprendimiento les rinde. En temporada turística alta, se puede
llegar a emplear hasta a 40 personas, todos
de San José, en el transporte, preparación
de alimentos (también producidos en la comunidad), limpieza, guías bilingües y otros
servicios. Estos empleos son rotativos y ya
han participado en ellos todos los comunarios en edad de trabajar. De hecho, es ya una
segunda generación de sanjosesanos la que
dirige el proyecto.
Zenón Limaco explica, mientras paseamos
hacia el sitio donde está la cabaña de chonta y
jatata prototipo de las ulteriores en el emprendimiento turístico, y que se mantiene como una muda evidencia del grado de planificación y compromiso con que la comunidad
enfrentó el proyecto, que, no obstante la rentabilidad sostenida de la labor ecoturística, lo
que más se valora de él es el conocimiento adquirido. “Gracias al proyecto turístico, nues-
LOS EQUIPOS
Verde
Benjamín
Chávez,
escritor y
periodista.
“
En temporada turística alta, se puede
llegar a emplear hasta a 40 personas,
todos de San José, en el transporte,
preparación de alimentos, limpieza,
guías bilingües y otros servicios.
tros hijos -explica visiblemente emocionadoahora saben más cosas. Han aprendido cómo
tratar al turista y para eso ya saben idiomas,
hotelería y servicios. Tenemos a varios de
nuestros muchachos estudiando en las universidades de La Paz”.
Raúl Navi, el joven treintañero corregidor
de la comunidad, explica cómo los de su generación asumieron la conducción del proyecto. “En una reunión nos dijeron los mayores (gente de alrededor de 50 años) que
ellos habían creado Chalalán y lo habían hecho funcionar. Ahora nos tocaba a nosotros
administrarlo y así lo estamos haciendo. Somos la segunda generación. Pero ahorita no
hay una tercera generación todavía. Se está
formando recién”, explica. Se refiere a los
jóvenes que están cursando estudios en Ia
universidad, en las escuelas hoteleras y en
los institutos de idiomas de La Paz y otros
sitios del país.
“Aquí en San José -afirma Zenón Limacoestamos muy agradecidos con las ONG y las
instituciones de cooperación. Gracias a
ellas hemos conseguido todo lo que tenemos. El agua, el proyecto turístico, algunos
Actualmente en viaje
El cepo en
plena plaza
de San José, resabio
de tiempos
felizmente
pasados.
Una niña
del pueblo y
su caballo;
por doquier,
se ven animales de
granja.
VIENE DE LA PÁGINA 15
Un pahuichi a orillas
de la laguna, con el típico techo
de hojas de
palma.
baños para las viviendas y nuestra peladora
de arroz que la obtuvimos junto a Conservación Internacional y la GTZ (hoy GIZ). Así
las señoras ya no tienen que pelar a mano”.
En general, los pobladores de San José,
tanto adultos como ancianos, y hasta los
más jóvenes, están contentos con esa actividad de turismo comunitario que los hizo conocidos dentro y fuera de las fronteras nacionales. “Tuvimos y aún tenemos algunos
problemas -explica Raúl Navi-, pero así
siempre es cuando hay mucha gente involucrada. No se puede contentar a todos. Pero,
a pesar de eso, la comunidad ya sabe, y lo ha
comprobado, que Chalalán es algo bueno”.
Y es que, como reza el viejísimo adagio popular: la unión hace la fuerza.
Precisamente ésa parece ser una de las
lecciones aprendidas por los pobladores de
San José: la comunidad en su conjunto hizo
frente al éxodo y la posible extinción de su
comunidad, al afrontar el desafío del turismo comunitario como una estrategia de supervivencia. Exactamente igual a como hicieron sus mayores, cuando enfrentaron y
sobrevivieron al acoso de los indios chamas. Así lo recuerda doña Celestina Palenque Macuapa, una sanjosesana de 87 años
que, en su adolescencia, fue testigo del proceder siempre unido de los pobladores de
San José que, para protegerse de las incursiones de los ruidosos y flechadores chamas, iban juntos a todas partes.
“Hacíamos los chacos todos juntos, uno al
lado del otro -recuerda doña Celestina-, a todas partes caminábamos juntos porque juntos uno puede salvarse”. Y quizás sean dos
los sonidos que ella, que tiene un hijo trabajando en Chalalán, evoque y recuerde siempre como los más gratos de su vida. El primero, el estallido del certero tiro de la escopeta
pitón con que su abuelo, don Salvador Macuapa, en pleno enfrentamiento, dio muerte
al líder de los chamas provocando su desbande definitivo. El segundo, ya lo sabemos,
el estropicio de ollas o el vuelco de la balsa.
Ojalá, como sucedió con aquel lejano escopetazo, el “chalalán” de ahora ponga en fuga
las amenazas y la pobreza huya en desbandada “huehué, huehué, huehué, diciendo”.
Manuel
Seoane,
fotógrafo.
Robin
Mamani,
investigador social.
Rojo
Próximos viajeros
El futuro de
la colectividad depende de la
nueva generación.
Álex Ayala,
periodista.
Juan Gabriel Estellano,
fotógrafo.
Daniel Platt,
investigador social.
Azul
Liliana Carrillo,
periodista.
Noelia Zelaya,
fotógrafa.
Tania Sossa,
investigadora social.
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MIRADAS
VIAJE AL CORAZÓN DE BOLIVIA
Domingo 17 de julio de 2011
Página SIETE
Una de las
cruces de
los franciscanos, en el
bello atardecer de la
localidad
sanjosesana.
Alternativas contra
la migración
S
Después de la tormenta.
Una de las calles, con el sendero de los viandantes.
i bien San José de Uchupiamonas, por estar
ubicada en el Área de Manejo Integrado del
Madidi, posee ciertas características restrictivas en cuanto a la actividad económica, existe
al menos un par de alternativas para evitar la migración de los pobladores que, si bien se detuvo a partir del éxito de Chalalán, persiste aún como amenaza latente.
Por un lado, la tradicional actividad de la agricultura, en una tierra donde las condiciones de fertilidad permiten sembrar y cosechar una gran variedad
de productos (plátano, arroz, yuca, caña de azúcar,
tomates, maní y pepino). Los métodos utilizados son
tradicionales hasta el grado de que se sigue practicando viejos ritos relacionados con la siembra, como
aquel de pelar el maní y echar sus cáscaras por los
senderos y caminos para que, al ser pisados por la
gente, garanticen una buena cosecha. O el de la siembra de la yuca, ritual que comprende la quema de
huesos de animales en algún extremo de la plantación, para que el olor de esas cenizas dote al ambiente de ciertas peculiaridades propicias para la extracción de un buen producto, así como también el hecho
de verter un poco de miel de caña en las semillas, buscando impregnar de dulce sabor al tubérculo.
La extracción de oro es otra actividad realizada por
los sanjosesanos. El río Tuichi posee oro en chispa,
que es lavado por algunas familias como los Velasco,
en extenuantes jornadas que requieren montar campamentos a orillas del río, junto a los sitios favorecidos por el dorado metal, al que, con ayuda del azogue, se le da forma circular hasta alcanzar los 10 ó 20
gramos antes de ser comercializados en Rurrenabaque.
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