Exposición - Biblioteca Vasconcelos

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 CATÁLOGO DE
LA EXPOSICIÓN
La exposición ALBERT CAMUS 1913-2013 fue concebida
y desarrollada por la red cultural francesa en el extranjero
por el Institut français, el operador del ministerio de
Relaciones Exteriores para la acción cultural exterior
de Francia. Fue coproducida con las ediciones Gallimard
y la Escuela normal superior de la calle de Ulm y con
el apoyo del INA (Instituto Nacional del Audiovisual),
de la AEFE (Agencia para la Enseñanza Francesa
en el Extranjero), de la Ciudad de Buenos Aires y
del estudio de creación multimedia Cellules.
Textos : Marylin Maeso
Esta versión castellana fue coproducida con la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, la Delegación Cono Sur y el Institut français d’Argentine.
Traductor: Víctor Goldstein.
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Infancia y
juventud argelinas
1913-1934
Se entra en la obra de Camus como en la intimidad
de un hombre. Sus libros tienen la textura sencilla
y solar de su infancia argelina, el ritmo de
sus pasiones y las tensiones insolubles
de sus angustias y sus dudas.
Desde sus primeros años, Albert Camus conserva el recuerdo
agridulce de la pobreza y de las alegrías simples que ofrecen el
mar y los paisajes mediterráneos, dualidad de la belleza del mundo
y de su irreductible parte de sombra: “este mundo de pobreza y de
luz donde viví largo tiempo y cuyo recuerdo todavía me preserva
de los dos peligros contrarios que amenazan a todo artista, el
resentimiento y la satisfacción.” (El revés y el derecho)
Huérfano de padre antes de haber alcanzado su primer año,
agobiado por una tuberculosis que lo acompañará como una
espada de Damocles a todo lo largo de su vida, muy pronto hace
la experiencia de la injusticia, de la insensatez de la existencia
humana y de su vulnerabilidad. Pero el escritor sacará de esto
una irreprimible sed de vivir y de gozar de la vida. “La enfermedad
es una cruz, pero también puede ser una barrera de contención.
Lo ideal, no obstante, sería aprovechar su fuerza y rechazar
sus debilidades. Que sea el retiro que fortalece en el momento
deseado.” (Carnets, 1943)
Detrás de la gran riqueza y la profunda complejidad de la obra se
discierne cierta coherencia en las temáticas que, omnipresentes
bajo su pluma, son la expresión de la fidelidad sin fisuras de
Camus tanto a sus amores como a sus combates. Argelia, tierra
de los orígenes y de las escapadas entre amigos, es celebrada por
su belleza rutilante: es el Reino eterno fuera del cual todo no es
más que exilio. Pero es también el lugar de una injusticia social
escandalosa y la cuna de una población que se muere de hambre.
Camus no dejará de denunciar esa miseria y las desigualdades
inherentes al sistema colonial, ya sea en 1939 en Alger républicain
o a fines de los años cincuenta en L’Express.
Esta rebelión contra la iniquidad donde quiera que se encuentre
es el fermento de todas las luchas en las cuales Camus, artista,
periodista y filósofo, escogió comprometerse. Y la primera de esas
luchas es acaso aquella que llevó a cabo contra sí mismo, contra
las tentaciones persistentes de la desesperación, del abandono y
del silencio. La escritura se convierte entonces en una búsqueda
incansable de equilibrio: a la comprobación de lo absurdo responde
la voluntad de preservar lo que hay de bello y de precioso en este
mundo. “La mayor economía que se pueda realizar en el orden del
pensamiento es aceptar la no inteligibilidad del mundo y ocuparse
del hombre.” (Carnets, 1943)
Lucien Camus, padre de Albert, trabaja para un gran comerciante de vinos de
Argel. En 1914 es enviado a un campo cerca de Mondovi con su primer hijo,
nacido en 1910, y su mujer, embarazada del segundo. Movilizado en el primer
regimiento de los zuavos, ese año no hará la vendimia.
[©coll. Catherine et Jean Camus/Fonds Camus, Bibliothèque Méjanes, Aix-en-Provence]
En el taller de su tío tonelero en 1920. Albert, en el centro, conservará toda su
vida el recuerdo emocionado de la humildad y la grandeza de alma de los trabajadores pobres. “Helicón: Se necesita un día para hacer un senador y diez años
para hacer un trabajador. Calígula: Pero temo que hagan falta veinte para hacer
un trabajador de un senador”. (Calígula)
[©coll. Catherine et Jean Camus/Fonds Camus, Bibliothèque Méjanes, Aix-en-Provence]
Primeras obras
1935-1942
Los escritos de juventud de Albert Camus
son el terreno de una búsqueda de sí mismo.
El escritor busca allí un estilo, el hombre un
equilibrio, una medida propicia para temperar
su atracción espontánea por los extremos.
El revés y el derecho es la primera obra publicada de Camus.
Aparece en Edmond Charlot, librero-editor en Argel, en 1937. Frente
a la ambivalencia de una existencia mortal pero bañada de luz se
bosqueja en este compendio el espacio de una lucidez vivible:
“El amor a la vida” reemplaza a “La muerte en el alma”. El viaje
iniciático tiene por teatro privilegiado a Argelia, tierra de belleza
propicia para la meditación poética. Del barrio argelino de Belcourt
a las playas de Tipassa, alberga los lugares queridos de la infancia
y aquellos de los juegos adolescentes: el “[…] mundo amarillo y
azul donde nos recibe el suspiro odorífero y agrio de la tierra de
verano en Argelia” (Bodas).
Es también el momento de los comienzos en el teatro y el
periodismo, dos actividades a las que Camus permanecerá unido
toda su vida. Actúa en el grupo de Radio Alger y funda con su
banda de amigos el Théâtre du Travail y luego el del Équipe en
1936 y 1937. En 1938 es contratado como redactor y reportero
en el recién salido Alger républicain, diario de izquierda dirigido por
Pascal Pia, con quien Camus afianzará unos sólidos lazos.
La extrema violencia de la Primera Guerra Mundial y la amenaza de
un nuevo conflicto, que se perfila desde la llegada de Hitler al poder
en 1933 provocan un cuestionamiento radical del humanismo
tradicional, una “crisis del espíritu”, según las palabras de Paul
Valéry. La obra de Camus expresa esa perturbación del mundo
intelectual francés, de donde surge el sentimiento que habita los
tres textos reunidos por su autor bajo la denominación de “trilogía
del absurdo”: El extranjero, Calígula y El mito de Sísifo.
Al presentar en diferentes aspectos novela, teatro y ensayo,
Camus trata de diagnosticar ese malestar que lo agobia, así como
a sus contemporáneos. El absurdo es un sentimiento de extrañeza
fundamental, un trastorno surgido de la confrontación entre
el silencio pertinaz del mundo y las preguntas de los hombres
sobre el sentido de su existencia. “Este mundo en sí mismo no
es razonable, eso es todo lo que de él puede decirse. Pero lo que
es absurdo es la confrontación de esa irracionalidad y ese deseo
apasionado de claridad cuya llamada resuena en lo más profundo
del hombre.” (El mito de Sísifo)
El extranjero y El mito de Sísifo, ambos aparecidos en Gallimard
en 1942 con cuatro meses de intervalo, hacen que el público
descubra a Camus. Hasta le confieren cierta notoriedad, en una
Francia donde la ocupación por el ejército alemán se endurece y la
Resistencia se despliega.
Doble página interior del primer cuaderno, marzo de 1935 – septiembre de 1937.
Camus anota sus reflexiones, sus impresiones sobre los acontecimientos y los
hombres de su tiempo, bosquejos de sus textos.
[©coll. Catherine et Jean Camus/Fonds Camus, Bibliothèque Méjanes, Aix-en-Provence]
Camus en Orán, 1940-1942.
©coll. Catherine et Jean Camus/Fonds Camus, Bibliothèque Méjanes, Aix-en-Provence]
Los años “Combat”
1943-1948
Cuando estalla la guerra, Camus se ve repartido
entre una aversión espontánea por la violencia
y la convicción igualmente fuerte de que, a menos
que traicione sus propios valores, no puede dejar
de implicarse en la lucha contra el nazismo.
En sus Cartas a un amigo alemán, publicadas clandestinamente en
1943, 1944 y 1945, Camus habla de la aflicción en que lo sumió la
guerra: “Hemos tenido que vencer nuestra afición por el hombre, la
imagen que nos hacíamos de un destino pacífico, esa convicción
profunda en que nos hallábamos de que ninguna victoria paga,
mientras que toda mutilación del hombre no tiene vuelta atrás […].
Luchamos por ese matiz que separa el sacrificio de la mística, la
energía de la violencia, la fuerza de la crueldad, por ese matiz más
débil todavía que separa lo falso de lo verdadero y el hombre que
esperamos de los dioses cobardes que volveremos a ver”.
Eximido como consecuencia de su salud, Camus no logrará ser
alistado militarmente, pese a dos tentativas llevadas a cabo ante
el Consejo de revisión desde 1939. Es entonces con las armas del
escritor como se compromete a combatir la fuerza bruta y ciega
que se desploma sobre Europa.
En 1943 es contactado por el Comité nacional de la Resistencia.
Provisto de papeles falsos, se le confía el puesto de redactor en
jefe del diario clandestino Combat, cuyo director no es otro que
Pascal Pia, a quien conoció en Argelia algunos años antes. “Tanto
en la guerra como en la paz, la última palabra es de aquellos que
jamás se rinden”, tal es la divisa del diario, tomada de Clemenceau.
Camus redacta artículos comprometidos. Habla de la necesidad
de luchar hasta el final contra la barbarie nazi y la de hacer
justicia castigando a los colaboracionistas que la favorecieron.
Allí también dibuja, para Francia y Europa, un nuevo porvenir que
tuviera en cuenta las enseñanzas de la guerra.
En 1947 aparece La peste, tras un trabajo largo y agotador. Es el
primer enorme éxito de librería de su autor. La obra está ligada
al período de la Ocupación. Camus tematiza allí la necesidad de
la rebelión colectiva y solidaria. Para él el flagelo simboliza todas
las formas de opresión política del siglo xx: tanto el nazismo, el
fascismo, el franquismo como el totalitarismo soviético, que
aparecerá cada vez más al terminar la guerra como la amenaza
principal. “Puede leerse La peste de tres maneras diferentes. Es
a la vez el relato de una epidemia, el símbolo de la ocupación
nazi (y por otra parte la prefiguración de todo régimen totalitario,
cualquiera que fuese) y en tercer lugar la ilustración concreta de
un problema metafísico, el del mal.” (“Carta a Mme. Rieux”, 1948)
En 1943, los principales movimientos de la Resistencia están federados.
A fines de año, el Comité nacional de la Resistencia confía a Camus el puesto
de redactor en jefe de un nuevo diario clandestino: Combat. Papeles falsos
de Albert Camus.
[©coll. Catherine et Jean Camus/Fonds Camus, Bibliothèque Méjanes, Aix-en-Provence]
Rebelión y revolución
1949-1953
The Cold War situation which developed after
the Allied victory had a considerable impact
on the political debate. Camus set himself apart
from the majority of leftist writers who were more
enamored of the USSR.
A comienzos de los años cincuenta la URSS encarna para la
intelligentsia de izquierda la única esperanza de una revolución
a escala mundial. En este punto Camus se pone doblemente en
una situación delicada frente a sus contemporáneos. No sólo
rechaza la lógica de los bloques, estimando que el campo de
las democracias liberales y el de la URSS perpetraron ambos
exacciones inexcusables, y que no puede tratarse de condenar a
uno para absolver al otro, sino que se muestra también muy crítico
para con el régimen soviético. Su desconfianza, por otra parte,
se remonta a su juventud, de ahí la brevedad de su adhesión al
Partido comunista argelino (del que es excluido en 1937). Camus,
así como lo reconoce en un artículo de Combat de septiembre de
1944, no cree “en las revoluciones definitivas”. La cara totalitaria
e inicua enarbolada por el régimen soviético a fines de los años
cuarenta no hace sino corroborar su oposición.
En El hombre rebelde, publicado en 1951, Camus denuncia muy
particularmente la mistificación revolucionaria tras la cual, a su
juicio, se refugia la URSS para establecer un régimen policial. Más
globalmente, condena toda justificación ideológica de la violencia:
ésta no puede sino generar una banalización del homicidio masivo
al otorgar una buena conciencia a los verdugos. Se opone a aquellos
que arguyen que a despecho de sus extravíos sólo la URSS encarna
la posibilidad concreta de un nuevo orden de cosas, y apunta al
engaño que consiste en prometer el advenimiento cercano de una
sociedad libre haciendo de una dictadura despiadada la condición
sine qua non de ese renacimiento. “Los proletarios lucharon y
murieron para dar el poder a militares o a intelectuales, futuros
militares, que a su vez los someten.” (El hombre rebelde)
Publicar ese ensayo en 1951 equivalía a tomar posición
explícitamente contra la URSS. Camus padece entonces el
oprobio de una gran cantidad de intelectuales, entre ellos Jeanson
y Sartre en Les Temps modernes en 1952. Camus, ofendido, escribe
una carta a Sartre, que provocará su ruptura. La desilusión de los
intelectuales de izquierda frente a la URSS no se generalizará sino
a partir de 1956. A pesar de algunos apoyos no desdeñables —
René Char ve en El hombre rebelde el mayor libro de Camus, y
Hannah Arendt le dice, en una carta del 21 de abril de 1952: “Leí
El hombre rebelde, que me gusta mucho”—, Camus paga su lucidez
precoz por un verdadero exilio intelectual en el seno de su época,
él que aspiraba a la unidad: “Yo me rebelo, luego nosotros somos”.
(El hombre rebelde)
Junio de 1952, reposición en la prensa de una carta
de Camus al director general de la UNESCO. Allí explica su rechazo
a colaborar con ese organismo “mientras se trate de hacer
entrar a la España franquista en la UNESCO”.
[©Archives Gallimard]
Camus un domingo en el mercado de pulgas, a fines de 1950. “Una prensa
no es verdadera porque es revolucionaria. Sólo es revolucionaria porque es
verdadera”. (Carnets, 1952)
[©coll. Catherine et Jean Camus/Fonds Camus, Bibliothèque Méjanes, Aix-en-Provence]
En nombre de la justicia
1954-1960
En el último período de su vida y de su carrera
de escritor, Camus se siente agobiado por
un aislamiento que el premio Nobel, que le es
atribuido en 1957, no apacigua en nada.
“Asustado por lo que me ocurre y que no he pedido. Y para colmo
de males ataques tan bajos que me oprimen el corazón” (Carnets,
octubre de 1957). Esquivando la notoriedad en provecho de la
responsabilidad se dedica, en su Discurso del premio Nobel, a
recordar los deberes que incumben al escritor: “El artista se forja
en ese ida y vuelta perpetuo de él a los otros, a mitad de camino de
la belleza de la que no puede abstenerse y de la comunidad de la
que no puede separarse”.
Los acontecimientos que sacuden a Argelia a partir de 1954
pondrán radicalmente en entredicho la política colonial de Francia
y la propulsarán a una verdadera crisis política y un conflicto
sangriento. Para Camus se trata de un desgarramiento terrible:
desde los años treinta condena la suerte reservada a los árabes en
Argelia, sobre todo las desigualdades sociales, la representación
política insuficiente, pero sin embargo no puede resolverse a
aceptar la independencia argelina. A su manera de ver, ella significa
el exilio para su familia y sus allegados, franceses de Argelia.
Con el corazón entre dos tierras, entre dos pueblos que él ama y
para los cuales reclama justicia, hasta el final buscará elaborar un
compromiso que les permita vivir juntos. Pero la solución federal
que preconiza es sofocada en un debate intelectual dominado
por la oposición tajante entre partidarios de la independencia
inmediata e incondicional y partidarios del mantenimiento de la
Argelia francesa, cueste lo que cueste.
Una serie de treinta y cinco artículos que Camus publicará en
L’Express, entre el 14 de mayo de 1955 y el 2 de febrero de 1956,
expone muy claramente esa postura por la reconciliación. Él
mantendrá ese rumbo hasta el final, y esto a pesar de sus dudas
crecientes en cuanto a la posibilidad de colmar el foso sangriento
que se profundiza entre franceses y árabes en la tierra argelina.
“Como usted, creo que sin duda es demasiado tarde para Argelia.
No lo he dicho en mi libro […] porque hay que dejarle posibilidades
al azar histórico, y porque no se escribe para decir que todo está
perdido”. (carta a Jean Grenier, 4 de agosto de 1958) Al tiempo que
condena con firmeza la tortura practicada por el gobierno francés,
Camus se ocupa de recordar, contra aquellos que justifican de
manera incondicional los atentados terroristas en nombre de la
lucha contra el colonialismo, que la población francesa de Argelia
está compuesta en cuanto a lo esencial de proletarios, de obreros
y de pequeños funcionarios: “Si se lee cierta prensa, realmente
parecería que Argelia está poblada de un millón de colonos con
fusta y cigarro, montados en un Cadillac”. (L’Express, 21 de octubre
de 1955)
Hasta en la tormenta, a despecho de todas sus vacilaciones y
cuestionamientos continuos (regularmente es aquejado de crisis
de angustia que lo paralizan entre 1957 y 1958), Camus tratará de
permanecer coherente consigo mismo y con los combates de toda
una vida. Siempre es animado por una sed irreprimible de justicia.
En 1958 aparecen sus Réflexions sur la guillotine. Ellas constituyen
el desenlace de largas interrogaciones sobre lo que es la justicia y
lo que no es más que su disfraz. Toma de posición sin apelaciones
en favor de la abolición de la pena de muerte, ellas ponen al día la
paradoja escandalosa de una justicia humana imperfecta y que
sin embargo enarbola una pretensión orgullosa a la infalibilidad,
motivo ya presente en El extranjero y en La peste.
El 4 de enero de 1960, la insensatez de la existencia vuelve a
atrapar a aquel que desesperadamente, como Sísifo, quería dar
sentido a su acción: muere en un accidente de auto en Villeblevin.
Michel Gallimard, también presente en el vehículo, fallecerá cinco
días más tarde en el hospital como consecuencia de sus heridas.
Esta desaparición brutal confiere a la vida de Camus un sabor de
inconclusión: no conocerá el desenlace de la guerra de Argelia, él
que tanto se había implicado en ese conflicto; jamás concluirá esa
búsqueda de sí mismo que constituye El primer hombre, novela
autobiográfica de la que no se recuperarán más que esbozos en
el vehículo accidentado. Las reacciones que suscita la muerte de
Camus manifiestan el impacto innegable que tuvo sobre su época:
Pascal Pia, en un testimonio conmovedor, olvida los desacuerdos
pasados y convoca el recuerdo del compañerismo compartido
con Camus. Jean-Paul Sartre, en un texto más ambiguo, rinde
homenaje a su rectitud y a su determinación, al tiempo que
recuerda subrepticiamente lo que a su manera de ver constituía el
defecto incurable de Camus: su falta de sentido histórico. Ya sea
que se lo admire o se lo desapruebe, se lo respete o se lo humille,
pues, Camus no habrá dejado a nadie indiferente.
Nadie habría podido describir con más tino y fuerza su grandeza
de alma y su humanidad que su más fiel amigo, René Char: “En
él me gustaba la continuidad del sentimiento profundo, la certeza
que implicaba. El rostro privilegiado que de pronto sacaba de su
corazón lo develaba y lo volvía a velar de inmediato. Ni el tiempo, ni
la sombra, ni el humor, depositaban en él su mancha. Observador
de sí mismo sin indulgencia, aplicado y voluntario, no se limitaba
a las apariencias de otro cuyo acceso complace, sin duda porque
no coaccionan a descender más bajo que la insignificante arena
humana”. (Carta a Gaston Gallimard, 29 de mayo de 1962)
Albert Camus, el más joven escritor francés que llega al premio Nobel, recibe
su premio en Estocolmo el 10 de diciembre de 1957. Con un gran asombro
(considera que Malraux lo merecía más que él) se une sobre todo con
Romain Rolland, Roger Martin du Gard, André Gide o incluso François Mauriac.
[©Reportagebild]
Camus muere el 4 de enero en un accidente de ruta. Tenía cuarenta y seis años.
Al día siguiente, la primera plana de Combat, del que fue editorialista hasta 1947,
está cortada en todo su ancho por un “Albert Camus ha muerto”. Debajo vienen
dos artículos a seis columnas, ilustrados por un retrato de Camus y una foto
tomada en las oficinas de Combat, antes del fin de la guerra, donde Camus está
en compañía de Jacques Baumel y André Malraux. Alain Bosquet titula
“Una conciencia contra el caos”, Maurice Clavel “El mejor de los nuestros”,
y prosigue: “Ese nombre a lo alto de esta página [Combat], esa cruz, ese epígrafe
[De la Resistencia a la Revolución]; esa fidelidad tan difícil de sostener; esa
libertad que él convirtió para nosotros en una ley […]. No nos ha abandonado.
La angustia de no ser digno de él, que a menudo nos sobrecogía, nos
atormentará”.[©coll. particulière]
Chronology
1913
7 de noviembre: nacimiento de Albert, segundo hijo de Lucien et Catherine
Camus, en Mondovi, Constantinois, Argelia francesa.
1914
El padre es movilizado en el primer regimiento de zuavos, la madre se reúne
con su familia en Argel con sus dos hijos. Herido en la batalla del Marne,
el padre muere el 11 de octubre en el hospital militar de Saint-Brieux.
1923
En la escuela comunal de la calle Aumerat, el maestro de Albert,
Louis Germain, presta atención en él, y lo ayudará a obtener una beca
para entrar en el Grand Lycée de Argel.
1924-1928
Años de liceo. Al contacto con sus compañeros de clase, Camus toma
conciencia de su diferencia, de la pobreza de su familia.
1930
A la vuelta de las vacaciones entra en clase de Filosofía.
En diciembre estadía en el hospital, donde le diagnostican una tuberculosis.
Su tío Acault lo recibe al salir. De regreso en el liceo al siguiente año, será
discípulo de Jean Grenier en la clase de filosofía.
1932
De marzo a mayo Camus publica sus primeros artículos en la revista Sud,
animado por Jean Grenier y sus estudiantes.
En octubre entra en primera superior (clases preparatorias literarias).
1934
Publica informes de exposiciones pictóricas en Alger-Étudiant y paralelamente
da cursos particulares para financiar sus estudios de filosofía en la universidad.
En junio se casa con Simone Hié.
1935
En junio Camus obtiene su licencia de filosofía. Comienza a tomar notas en
cuadernos que se convertirán en los Carnets. Bajo la influencia de su amigo
Fréminville, adhiere al Partido comunista argelino, del que será excluido dos
años después. En el otoño, creación del Théâtre du Travail, que agrupa
a intelectuales y trabajadores amigos de Camus.
1936
En abril, la creación de Rebelión en Asturias es anulada por el intendente
de Argel, simpatizante del franquismo. En mayo Camus obtiene su diploma de
estudios superiores de filosofía con una memoria sobre Plotino y San Agustín.
Camus y Simone Hié se separan en septiembre.
1937
Camus publica en Jeune Méditerranée textos sobre Argelia y el destino
reservado a los indígenas. Apoya el proyecto Blum-Violette. En mayo,
publicación de El revés y el derecho en Charlot, editor-librero en Argel.
Encuentro con Francine Faure. Al romper con el partido comunista
argelino, Camus pretende fundar un teatro libre y no partidario:
el Théâtre du Travail se convierte en el Théâtre de l’Équipe.
1938
Publicación de Bodas, siempre en Charlot. Tras la visita médica
obligatoria, le rechazan el derecho de pasar la oposición de filosofía
en virtud de sus antecedentes de tuberculosis. En octubre entra en
Alger républicain, diario que reivindica la herencia del Frente popular,
donde conoce a Pascal Pia.
1939
En junio Camus publica en Alger républicain once artículos surgidos de un
reportaje efectuado en Cabilia. Trabaja en el manuscrito de El mito de Sísifo.
Termina Calígula en julio y piensa consagrarse a la escritura de El extranjero.
En septiembre Francia declara la guerra a Alemania. Camus se convierte
entonces en redactor en jefe de Soir républicain, que reemplaza progresivamente
a Alger républicain y será prohibido por la censura en 1940.
1940
En marzo, Camus deja Orán para dirigirse a París y entra en Paris-Soir,
donde se encuentra con Pascal Pia. La capital está ocupada por el ejército
alemán. El diario se refugia en Lyon. El 3 de diciembre se casa con Francine
Faure. Cuando pierde su empleo a causa de las restricciones presupuestarias
del diario, vuelve con su mujer a Orán.
1942
Camus deja Argelia para hacer una estadía en el Panelier. En mayo,
El extranjero aparece en Gallimard. En octubre le tocará el turno a
El mito de Sísifo. Ocupación de la zona libre. Camus trabaja en el manuscrito
de La peste, entre el Haute-Loire y París. Piensa ya en escribir un “ensayo sobre
la rebelión”, que se convertirá en El hombre rebelde.
1943
En junio se encuentra con Sartre y Simone de Beauvoir en el ensayo general
de Las moscas. Lector en Gallimard (noviembre). Dirección clandestina de
Combat (octubre). Trabaja en el manuscrito de La peste durante una nueva
estadía en el Panelier.
1944
Camus demuestra su adhesión a la Resistencia por los artículos que publica en
el diario Combat. Publicación simultánea de Calígula y de El malentendido
en mayo. Creada en junio, El malentendido será prohibida en julio por los nazis.
Liberación de París el 25 de agosto por las tropas aliadas. En octubre comienza
la controversia de Camus (Combat) con Mauriac (Le Figaro) sobre el destino que
debe corresponderle a los colaboracionistas.
1945
El 8 de mayo Alemania capitula. Inmediatamente se producen motines en
Argelia, de los que Camus dará cuenta en Combat. El 6 de agosto, una bomba
atómica es arrojada sobre Hiroshima. Camus reacciona de inmediato,
el 8 de agosto, en un artículo de Combat que denuncia la amenaza nuclear.
El 5 de septiembre, Francine da a luz a gemelos, Catherine y Jean.
1946
En marzo Camus parte hacia los Estados Unidos, donde dicta una serie de
conferencias. En agosto termina La peste, durante una estadía en Vendée en
casa de la madre de Michel Gallimard. En noviembre conoce a René Char,
quien se convertirá en su “mejor amigo”.
1947
Tras haber tomado la dirección de Combat en marzo, Camus dimite
finalmente en junio. Publicación de La peste el 10 de junio.
1948
Creación de Estado de sitio el 27 de octubre en el teatro Marigny.
El 13 de diciembre, durante un mitin organizado en la sala Pleyel por el RDR,
Camus pronuncia un discurso titulado “El artista es el testigo de la libertad”.
1949
En abril crea la revista Empédocle con René Char.
Entre julio y agosto, serie de conferencias en América del Sur.
El 15 de diciembre, creación de Los justos en el teatro Hébertot.
1950
Entre enero y junio, Camus hace varias estadías, en los Alpes Marítimos,
por su salud. En junio, publicación de Actuelles, Chroniques 1944-1948.
1951
El 18 de octubre, publicación de El hombre rebelde.
1952
Apoyo a los republicanos españoles en un llamado lanzado en la sala Wagram,
el 22 de febrero. Mayo-junio: polémica entre Camus, Jeanson y Sartre en
Les Temps modernes alrededor de El hombre rebelde. En noviembre, Camus dimite
de la UNESCO como consecuencia de la adhesión de la España franquista.
1953
En junio, publicación de Actuelles II, Chroniques 1948-1953.
A partir de noviembre, esbozos de El primer hombre.
1954
En febrero, publicación de El verano. Serie de atentados en Argelia
(“Toussaint rouge”).
1955
El 31 de marzo se proclama en Argelia el estado de excepción.
Después de un viaje a Grecia, Camus entra en L’Express en mayo. Redacta
artículos sobre la situación argelina, el racismo, la condición obrera…
1956
El 22 de enero, en una atmósfera tensa, Camus lanza en Argel un llamado
por una tregua civil. Dimisión de L’Express el 8 de febrero. Francia apela
al contingente para la pacificación en Argelia, luego vota los poderes especiales
en marzo. Publicación de La caída en mayo. En noviembre, los tanques
soviéticos entran en Budapest para sofocar los motines. Camus denuncia
la maniobra en un artículo de Franc-Tireur.
1957
En junio-julio, publicación de las Réflexions sur la guillotine en la NRF.
El 16 de octubre conceden el premio Nobel a Camus. Lo recibe en
la ceremonia oficial, el 10 de diciembre, en el ayuntamiento de Estocolmo.
1958
Junio: publicación de Actuelles III. Chroniques algériennes. Camus compra
una casa en Lourmarin, en el Vaucluse, acercándose así a René Char.
1959
30 de enero: Creación de Los poseídos, adaptación de la novela
de Dostoievski, en el teatro Antoine en París.
1960
Camus muere el 4 de enero en un accidente de auto.
La exposición ALBERT CAMUS 1913-2013
es una creación del Departamento lengua francesa,
libro y saberes y del Departamento digital
del Institut français.
8-14 rue du Capitaine Scott, 75015 Paris
www.institutfrancais.com
Presidente, Xavier Darcos
Directora general delegada, Sylviane Tarsot-Gillery
Secretario general, Pierre Colliot
Departemento Lengua francesa, libro y saberes
Director, Christophe Musitelli
Directora adjunta, Judith Roze
Concepción y puesta en marcha del proyecto:
Nicolas Peccoud, responsable de las ediciones
Departmento Digital
Director, Guillaume Duchemin
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