JESUIT REFUGEE SERVICE MAYO DE 2016 Número 61 servir La educación abre puertas en África servir JESUIT REFUGEE SERVICE FOTO DE PORTADA Profesores de matemáticas muy atentos durante una formación en Masisi, este del Congo. (Don Doll SJ/JRS) MAYO DE 2016 Número 61 En esta edición Servir está disponible gratuitamente en inglés, español, francés e italiano. El Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) lo publica dos veces al año. EDITORIAL50-25-13 DIRECTOR Tom Smolich SJ KENIA EDITORA Danielle Vella Zerene Hadad DISEÑADOR Malcolm Bonello El Servicio Jesuita a Refugiados es una organización católica internacional creada en 1980 por Pedro Arrupe SJ. Su misión es acompañar, servir y defender la causa de los desplazados forzosos. África Oriental ¿A quién vamos a acudir? 4 Mantener viva la llama de la esperanza 6 Internacional ¿Cuál es el potencial práctico 7 de la educación superior? MALAWI Ahora, soy un líder de la comunidad Internacional Quiero ayudar 10 Camerún Más que educación 12 RDC Una cuestión de supervivencia 14 Zimbabue Más allá del horizonte 17 Zimbabue Un grito desde el corazón 19 Contraportada Llamamiento | Mercy in Motion 9 Jesuit Refugee Service Borgo S. Spirito 4, 00193 Roma, Italia TEL: +39 06 698 68 605 [email protected] www.jrs.net El Papa Francisco declaró 2016 como Año Jubilar de la Misericordia. Durante el mismo, el JRS impulsará la campaña Mercy in Motion para que 100.000 jóvenes refugiados más vayan a la escuela. El JRS está aumentando la cantidad y calidad de sus servicios educativos gracias a la generosidad de amigos y donantes de todo el mundo, que apoyan esta campaña. 2 EDITORIAL 50-25-1 Estimados amigos del JRS, Saludos una vez más desde Roma, y bienvenidos a la edición de primavera de Servir. El título de este editorial no es la combinación de mi candado o el código de la puerta de la oficina del JRS. Es simplemente el porcentaje de refugiados que tienen acceso a los diferentes niveles de educación. Son porcentajes alarmantes: un 50% de los jóvenes refugiados y desplazados tienen acceso a la educación primaria, un 25% a la secundaria, y menos de un 1% a la universitaria o superior. Decir que 50-25-1 me inquieta sería un eufemismo. Todo ser humano tiene derecho a la educación, y los refugiados y desplazados - quizás más que otros - necesitan tener acceso a este derecho más que nunca. Sin educación, será difícil romper el círculo de la violencia y del desplazamiento. Sin educación, los jóvenes se convierten en niños soldados y víctimas de la trata. En estos tiempos en que crece la cifra de refugiados mientras se Rodeado por los miembros del equipo del JRS, el P. Tom saluda al director de la Escuela de Secundaria de Bigiri, en Masisi, este de la R.D. del Congo. (Don Doll SJ/JRS) recortan los presupuestos públicos, la educación suele ser lo primero en caer o recortarse. Esto puede ser una respuesta comprensible a corto plazo, pero ¿qué pasa con los jóvenes a largo plazo? Esta edición de Servir destaca el compromiso del JRS con la educación y con Mercy in Motion, nuestra campaña de fundraising y advocacy para ampliar y mejorar la educación de los refugiados y desplazados. Inspirados por el Año Santo de la Misericordia del Papa Francisco, el JRS quiere ampliar sus servicios educativos a 100.000 refugiados más en 2020. El JRS espera poner su misericordia en marcha de cuatro maneras específicas: 1. Centrar nuestros esfuerzos educativos en los más necesitados, normalmente jóvenes, los 25-1 del 5025-1 del titular. 2. Ampliar y mejorar la formación de los profesores mediante el JRS. Los maestros capacitados son los mejores indicadores del éxito escolar de los niños y jóvenes a los que el JRS acompaña. 3. Ofrecer oportunidades adicionales de educación superior, en particular en la formación de docentes. Queremos educar a más maestros refugiados. Con esta, mejoran sus propias vidas, mantienen a sus familias con un sueldo, y devienen líderes en sus comunidades y hogares futuros. 4. Reforzar la capacidad de JRS para proporcionar estos y otros servicios en el futuro. A medida que lea esta edición, y vea el increíble trabajo que se realiza en lugares como Malawi, Camerún y Congo, espero que piense en formar parte de Mercy in Motion. La educación marca la diferencia. Ayúdenos a hacer del 50-25-1 una estadística del pasado. Recuerde que a usted y a todos los amigos del JRS les tengo en mis oraciones. Gracias por su apoyo a nuestro trabajo. Paz. Tom Smolich SJ | Director Internacional del JRS 3 MERCY IN MOTION KENIA ¿A quién vamos a acudir? Michael Onyango, Director del JRS en Kakuma “Aunque no pueda ver, sé más que muchos de ustedes que sí pueden, y eso es importante para mí”. Rhoda Atong Majok es una refugiada sursudanesa que vive en el enorme y remoto campo de Kakuma, en Kenia. A pesar de ser ciega, sacó buenas notas en la escuela primaria, lo que le permitió pasar a la secundaria. Como Rhoda, la mayoría de los refugiados ven que la educación les abre los ojos de una manera u otra. Rhoda fue a la escuela primaria fuera del campo de Kakuma gracias a un programa de becas del JRS que patrocina a 37 niños con discapacidad o con necesidades especiales de protección. El JRS cubre la matrícula, libros, uniformes, medicinas y transporte, para que vayan a internados especialmente seleccionados. Cada uno agradece a su manera la oportunidad de estudiar. Mary Angel viene de la República Democrática del Congo. Una vez, al verme, Mary Angel se levantó y, agitando sus brazos arriba y abajo, gritó: “Doy gracias al JRS por darme alas para volar”. Mary Angel no tiene parientes en el campamento y ha soportado terribles visicitudes en su joven vida. Pero ahora está feliz de poder aprender. Es más, Mary Angel ha encontrado un hogar lejos de su país en el espacio seguro del JRS, que ofrece protección temporal. El programa de becas y el espacio seguro son parte de un amplio abanico de servicios que ofrece el JRS a los refugiados de Kakuma, que tienen mayores problemas de protección que los demás. Esto sería por alguna discapacidad, problemas de salud mental, o estar en riesgo de violencia sexual. El equipo del JRS gestiona cinco centros que ofrecen educación, habilidades para la vida y formación profesional, con énfasis en artes creativas. Y para quienes necesitan ayuda adicional, fisioterapia y logopedia. El asesoramiento individual y grupal también está siempre disponible. Cada niño tiene un plan de atención individualizado y el objetivo es que puedan asistir a las escuelas oficiales algún día. Manteniéndose ocupado en uno de los cinco centros gestionados por el JRS en el campo de Kakuma, Kenia. (Angela Wells/JRS) 4 KENIA La atenta dedicación del JRS al cuidado y a la educación de los refugiados con discapacidades tiene una doble finalidad: ayudándoles a desarrollar su potencial único, también concienciamos sobre sus capacidades y su derecho a tener oportunidades iguales a las de los demás. Esta concienciación ayuda a reducir la estigmatización de la discapacidad en muchas sociedades, tanto entre los miembros de la familia inmediata como de la comunidad en general. Como proveedores de servicios, creo que debemos preocuparnos por el “valor añadido” a la vida de la persona a la que servimos. Hace poco visité la oficina de protección de la infancia de otra ONG, donde me encontré a un ex alumno que no puede oír ni hablar. Al ver mi identificación del JRS, tomó papel y lápiz y escribió con orgullo: “Soy un hijo del JRS, ustedes me hicieron quien soy. Mire, ahora estoy sentado en una oficina”. Consciente de lo mucho que podríamos hacer ayudando a los niños con discapacidades a continuar su educación, mi corazón se estremece porque sé que ahora mismo no podemos dar más becas por la falta de recursos. Cuando Rhoda vino a la oficina del JRS con Rose, otra refugiada invidente, la coordinadora de educación tuvo que decirles que no podíamos asumir su educación secundaria. Ellas simplemente preguntaron: “¿A quién vamos a acudir?” Esta es una cuestión fundamental que creo que todos nos hacemos en un momento u otro. Pero tal vez los que necesitan más apoyo, en un momento u otro de su vida, se lo preguntan con más frecuencia y con más urgencia. Rezo para que encontremos los recursos para ayudar a Rhoda, Rose y otros refugiados vulnerables que nos llegan con la esperanza de que podamos mostrarles ese camino hacia adelante que les lleve a la vida. MERCY IN MOTION (Angela Wells/JRS) Testimonio Los servicios de salud mental muestran los beneficios de estar juntos y la importancia de cuidar de los demás, especialmente de los más necesitados. Los refugiados vienen de zonas devastadas por la guerra tras perderlo todo. Llegan con terribles recuerdos, recuerdos de sus hogares atacados en mitad de la noche, y de la vida en las zonas de guerra, por lo que su salud mental queda, obviamente, afectada. Siempre recordaré a un hombre de Sudán del Sur que perdió a toda su familia y llegó totalmente traumatizado a Kakuma. Apenas podía hablar. Le acogimos y aconsejamos. Finalmente, se abrió y nos compartió sus heridas y pérdidas. Le buscamos atención psiquiátrica. Se está recuperando y hoy estudia en una escuela de secundaria. Yo también lucho con mis propios traumas. Ayudar a los demás también me ayudó. Solía soñar que bombardeaban el campamento, pero ya aprendí a lidiar con mis miedos de una manera saludable y a influir positivamente en los demás. David Manyang llegó de Sudán del Sur. Ha vivido en Kakuma durante 20 años y trabaja como supervisor de salud mental para el JRS. Al ayudar a personas con discapacidades a desarrollar su potencial único, también concienciamos sobre sus capacidades y su derecho a tener oportunidades iguales a las de los demás 5 MERCY IN MOTION África Oriental Mantener viva la llama de la esperanza Madeline Lacovara copreside la campaña Mercy in Motion, y recientemente se retiró de la junta del JRS USA tras años de servicio. Con su esposo, Philip, ha hecho una generosa donación a los programas educativos del JRS en África Oriental. Ella explica por qué apoya al JRS. Durante gran parte de mi vida profesional, he estado profundamente involucrada en la educación. En mi vida personal, como madre de siete hijos, fui una usuaria de la educación por ellos. La importancia de la habilidad básica de leer, escribir y hacer operaciones aritméticas me quedó aún más clara cuando vi que muchos adultos estadounidenses tenían esas habilidades limitadas. La educación es importante. A menudo, somos lo que podemos hacer. Cuando entré en la Junta del JRS USA, hace muchos años, fue en parte porque entre sus muchos servicios a los refugiados, el JRS veía lo que podía hacer la educación en las personas sin hogar o país. En su ensayo, An Unexpected Lifeline, Gerald Martone cita a una mujer que huyó de Darfur al Chad. Ella dice: “Dejamos atrás todas nuestras posesiones. Lo único que pudimos llevarnos era lo que teníamos en nuestras mentes, lo que nos enseñaron, nuestra educación. La educación es lo único que no pueden arrebatarnos”. ¿Puede alguien de nosotros dudar de la verdad de esta afirmación o no sentir el dolor ante tanta pérdida? La estancia media en un campo de refugiados es de 17 años, según algunas estadísticas, ¿acaso esto no hace que tenga más sentido la enseñanza de los que viven e incluso 6 han nacido allí? En efecto, si has perdido tu hogar, el campamento es tu única esperanza de aprender, de tener esa educación que te ayude a salir algún día y funcionar en el mundo “real”. Las escuelas son vitales para cualquier campamento que no sea un entorno de corta duración. El JRS responde a esta necesidad con escuelas primarias y, cuando es posible, con las de secundaria. Apoyamos los esfuerzos educativos del JRS porque creemos que los jesuitas saben construir espacios educativos eficaces incluso en los entornos más difíciles. En abril, espero viajar a Kenia, reunirme con el P. Endashaw, Director Regional del JRS África Oriental, y ver las escuelas que apoyamos en Nairobi y en el campo de Kakuma. Conocer al P. Endashaw, y disfrutar de su amabilidad y pleno compromiso con su labor, hace que apoyar económicamente el trabajo de su región sea una auténtica alegría. A finales del año pasado, tuvimos el gran privilegio de unirnos a otros amigos del JRS en Roma. El 14 de noviembre, celebramos la fundación del JRS por Pedro Arrupe como respuesta a la crisis de los ‘boat people’ vietnamitas. Hoy, con más de 60 millones de desplazados forzosos en el mundo, vemos cuán visionario fue Arrupe. El Papa Francisco nos recibió en audiencia con palabras inspiradoras y una gran ternura. El Papa con compasión y misericordia pidió a los convocados que tomásemos la cruz de nuestros hermanos y hermanas desplazados. Nos instó a mantener viva la llama de la esperanza, y dijo: “Para los niños obligados a emigrar, las escuelas son lugares de libertad... dar a un niño una banca en la escuela es el mejor regalo que se le puede hacer”. Es un honor y un privilegio para nosotros apoyar la educación de los niños y los esfuerzos del JRS de “mantener viva la llama de la esperanza”. Respondimos al llamado de Francisco con alegría. El Superior General de los jesuitas, P. Adolfo Nicolás SJ, entre Madeline Lacovara y su esposo Philip. (Jacquelyn Pavilon/JRS) Internacional MERCY IN MOTION Refugiados del campamento de Dzaleka, en Malawi, celebran su graduación, gracias al programa JRS/JC:HEM. (Gushwell Brooks/JRS) ¿Cuál es el potencial práctico de la educación superior? Boom Martínez SJ, Coordinador Internacional del JRS en Educación “Educación para la decepción definitiva...” Esta frustrante afirmación aparece en un examen global del ACNUR de 2011 de la educación de los refugiados, que señala tanto a “altos funcionarios del ACNUR como a refugiados”. La acusación es grave. La realidad cambia de un lugar a otro, con variaciones en la disponibilidad y calidad de la educación entre regiones y lugares de desplazamiento, especialmente para las niñas y en la secundaria. Depende mucho de las condiciones, las actitudes y los recursos disponibles. Esto explica por qué el JRS insiste en hacer todo lo posible para mejorar la calidad y el alcance de sus servicios de educación. Si mil y un retos ya limitan el acceso de los refugiados a la enseñanza primaria y secundaria, imagínense a la educación superior. Solo el 1% de los refugiados en todo el mundo, ya vivan en campamentos o en áreas urbanas, consigue llegar. El JRS lleva animando mucho tiempo a los refugiados a que vayan a la universidad, por lo general con becas y formación online. Sin embargo, en los últimos años, nuestros esfuerzos se han sistematizado y ampliado, gracias a la alianza con Jesuit Commons: Higher Education at the Margins (JC:HEM: Educación Superior en los Márgenes). Hemos visto que si bien los refugiados que completan las diplomaturas y los cursos certificados celebran haber tenido esta oportunidad, debemos evitar que nuestra educación superior no conduzca a la “decepción final”. Después de todo, las calificaciones no valen mucho si te llevan a un callejón sin salida, si no te ayudan a conseguir una plaza en alguna universidad local competitiva en el país de acogida, si no te permiten salir del campamento, o si es casi imposible encontrar empleo. Esto no quiere decir que debamos descartar ofrecer una educación superior. Al contrario, debemos hacer lo posible para ayudar a los refugiados a superar las barreras que les impiden seguir con su educación y sus vidas. Así, por ejemplo, vimos que un criterio de cualquier programa de educación superior del JRS debe ser que las universidades locales reconozcan sus certificados. 7 MERCY IN MOTION Internacional El JRS siempre ha hecho hincapié en la formación de maestros y ahora queremos consolidar nuestra experiencia en una oferta que se adapte a nuestros refugiados docentes en todo el mundo 8 La enseñanza de idiomas es otro ejemplo del potencial práctico de la educación superior. Muchos de nuestros cursos empiezan con el aprendizaje del inglés o francés como un prerrequisito. Esto ayuda a los refugiados porque estos idiomas aumentan sus posibilidades de entrar en la universidad, encontrar trabajo, integrarse mejor en su país de acogida, o su reasentamiento en un tercer país. Lo que tratamos de hacer es dar a los refugiados algo tangible mediante nuestras iniciativas de educación superior, lo que mejora su calidad de vida como individuos, familias y comunidades aquí y ahora, y les da esperanzas para el futuro. Como JRS, creemos aportar un valor añadido, una dimensión que enfatiza unos valores arraigados en nuestra fe cristiana: justicia, paz, solidaridad y compasión por los “últimos” de entre nosotros. Hicuburundi Herménégilde, que se graduó en humanidades gracias al JRS - JC:HEM en Dzaleka, Malawi, lo resumió muy bien: “El curso cambió mi vida. Todo lo que hago ahora lo vinculo a la máxima de ‘no hacer a los demás lo que no que no quieras que te hagan a ti’. Voy a ayudar a generar liderazgos mostrando a la gente lo que podemos hacer para vivir en paz”. Esto es de gran importancia porque la realidad pasada y presente de los refugiados en todo el mundo está marcada de una manera u otra por tensiones profundas, hostilidad y violencia. Piensen solo en la explotación de las diferencias religiosas y étnicas que hay en la raíz de tantos conflictos que hoy generan refugiados, y cómo afectan a la acogida que los refugiados reciben en países de acogida suspicaces. Si van a construir un futuro mejor, los refugiados necesitan prepararse para comprender, articular, e influir positivamente en su entorno. Aquí, entra en juego un abanico de habilidades: crear espacios compartidos, evaluar y resolver conflictos, consolidar la paz, comunicación, incidencia política y liderazgo, entre otros. Otra forma en la que nuestros programas de educación superior pueden ser útiles es haciendo que los refugiados ameriten ser contratados, que puedan elegir y encontrar un trabajo que les convenga. Muchos de los cursos que ofrece actualmente el JRS con JC:HEM, conocidos como Módulos de Aprendizaje al Servicio de la Comunidad (CSLT, por sus siglas en inglés), pretenden crear empleos en los campamentos, ya sea en el JRS o en otros organismos. Pero no se trata solo de crear empleo, sino también de empoderar a los refugiados y mejorar la calidad de vida de su comunidad, garantizando que los servicios que reciban sean realmente profesionales. Pongamos el caso de la formación de maestros: una de las razones por las que la educación de los refugiados se siente a veces como decepcionante es porque los maestros - por causas ajenas a su voluntad – están poco cualificados y sin preparación. Un sólido programa de formación de maestros mejorará más que cualquier otra cosa la calidad de los otros servicios de enseñanza ofertados, desde el nivel preescolar para arriba. El JRS siempre ha insistido en la formación docente y queremos consolidar nuestra experiencia con una oferta que se adapte a nuestros maestros refugiados en todo el mundo, basado en nuestra misión de acompañar, servir, y defender. En suma, queremos que nuestros programas de educación superior sean lo más relevantes y útiles posibles para los refugiados que los toman y para sus comunidades. No aspiramos a que sean una solución a todos sus males, pero debemos hacer lo que podamos para darles una buena educación que les ayude a desarrollar su potencial para vivir la vida plenamente. MALAWI MERCY IN MOTION Ahora soy un líder comunitario Masumbuko Ramazan Lubunga Cuando llegué a Malawi, no sabía si podría rehacer mi vida de nuevo, tras lo frustrante que fue perder todos mis documentos académicos. Pero gracias a los módulos ofrecidos por el JRS y JC:HEM, especialmente los de comunicación comunitaria y periodismo, artes escénicas, paz y resolución de conflictos, pude volver a empezar. Lo que he aprendido es un arma no solo para mí: mis estudios me han convertido en un trabajador de la comunidad. Me las ingenié para poner en marcha una radio en el campo, con dos altavoces, un amplificador y dos micrófonos. Esa idea se hizo realidad porque tenemos un transmisor y todos los materiales necesarios. Es algo simple pero útil para la comunidad. Creé el primer grupo de teatro permanente para el cambio en la comunidad de Dzaleka, formando a 15 jóvenes. Además, he creado el grupo de música Étoiles de la Paix (Estrellas de la paz), que ya ha participado en eventos nacionales. Ahora dirijo el Club Infantil de las Artes, que creamos en 2015. Este club es un servicio importante porque, aparte de promover y desarrollar su talento, les ayuda a desafiar y cambiar esos comportamientos difíciles que pudieran tener ante sus familias y otros. Además, el club permite forjar relaciones entre los huérfanos, los menores no acompañados, y el resto de la comunidad. Estamos dando voz a los niños, que a menudo no la tienen, sobre todo si están solos y vulnerables. También trato de ser la voz de los sin voz en mi trabajo voluntario como movilizador comunitario con otra ONG, defendiendo ante los responsables del campamento a otros refugiados, y creando lazos entre la comunidad y las organizaciones que trabajan en el campo de Dzaleka. Así es como las habilidades que estamos aprendiendo cambian esta comunidad día a día. Me considero un líder de la comunidad, y me pregunto: si yo no me implico, ¿cómo puedo esperar que nada cambie? Es mi responsabilidad compartir mis conocimientos con los demás. Niños jugando en Dzaleka. Uno de los proyectos de Masumbuko es el Club Infantil de Artes. (Giulio D’Ercole/JRS) 9 MERCY IN MOTION Internacional El Saint George College de Zimbabue acogió una actividad de Mercy in Motion. Quiero ayudar La campaña Mercy in Motion está inspirando a personas de todo tipo a hacer algo esperanzador, significativo y transformador en esta crisis de refugiados sin precedentes en el mundo. No es solo una campaña de captación de fondos. Hay mucho que hacer: voluntariado, apoyo a los refugiados en su país, eventos en su parroquia o escuela... Para animarle, le compartimos algunas iniciativas. ZIMBABUE Una respuesta generosa Zerene Haddad del JRS Internacional escribe: Zimbabue podría no parecer el lugar ideal para pedir a la gente que participe en una campaña de captación de fondos: el desempleo es alto, el costo de vida es aún mayor, y la mayoría de la gente tiene problemas para llegar a fin de mes. Sin embargo, cuando tuvimos la oportunidad de hablar de Mercy in Motion, ni lo dudamos. El St George’s College es una escuela jesuita de secundaria de Harare. Oficialmente, está entre las 10 mejores de África. Me invitaron a 10 dar el discurso de clausura en una ceremonia para los estudiantes que terminaron sus proyectos de servicio, un experimento de inmersión con gente de escasos recursos. Les hablé de St Michael, otra escuela de secundaria, a 560 kilómetros del prestigioso y privilegiado St George, en un campamento de refugiados. Son pocos los zimbabuenses que saben de la existencia del remoto campo de Tongogara, el área oficial designada para los refugiados que viven en Zimbabue. El resultado de este discurso de siete minutos me sorprendió. Antes de terminar la ceremonia, uno de los padres pidió a los presentes que contribuyeran de forma inmediata. Los padres hicieron fila para hablar conmigo. Algunos querían saber cómo participar directamente, otros dejaron sus tarjetas de visita con un “Por favor, llámeme, quiero ayudar” escrito en el reverso. De golpe, conseguimos más de 500 dólares en efectivo, y se hizo una donación de 20.000 dólares en libros de texto. ¡Y las ideas siguen llegando! Internacional INDIA Deja que brille tu luz En la Universidad Loyola de Chennai, India, se pide a los estudiantes que vivan según el lema de la escuela: ¡Que brille la luz que hay en ustedes! (Mt. 5:16). Al hacerlo, se convierten en haces de esperanza que contribuyen a la liberación de los demás. En el espíritu de este lema y de la tradición jesuita, estudiantes y personal acogerán un evento especial de Mercy in Motion para presentar el clamor de los refugiados en todo el mundo, incidiendo en su derecho a acceder a una educación EE.UU. de calidad. Este evento se llevará a cabo con motivo del Día Mundial del Refugiado, 20 de junio. Entre las propuestas hay un seminario, testimonios, un festival de cine y una exposición fotográfica. Los organizadores esperan ayudar a que la universidad mire hacia dentro - la cuestión de los refugiados en la India - y hacia afuera, para comprender el fenómeno más ampliamente y enfatizar el papel transformador de la educación en los refugiados aquí y allá. Si quiere formar parte de la promoción de un evento similar en su escuela, colegio o universidad, por favor, póngase en contacto con Jill, en [email protected] Conciertos para los refugiados Emmylou Harris, la cantante y compositora estadounidense ganadora de trece premios Grammy, que encabezó los Conciertos por un mundo sin minas antipersona , se ha comprometido con una serie de conciertos para apoyar Mercy in Motion. Muchos de los artistas que ofrecieron su tiempo y talento contra las minas antipersona participarán en la gira Lampedusa: Conciertos para los refugiados. Durante años, Harris aprovechó su fama para Europa MERCY IN MOTION involucrar a músicos y actores en la campaña contra las minas. Cuando, en diciembre de 1997, la Campaña para la Prohibición de las Minas Antipersona recibió el Nobel de la Paz, Harris fue invitada a actuar en la ceremonia del premio en Oslo. Para Lampedusa: Conciertos para los refugiados, el JRS quiere añadir nuevos talentos al programa. Esta gira acústica está prevista para octubre en diez ciudades de los EE.UU. Si quiere formar parte de la promoción o apoyo a estos conciertos, por favor, póngase en contacto con Gail en [email protected] (Jack Spencer) Exalumnos aprenden de los refugiados La Unión Mundial de Exalumnos de los Jesuitas (WUJA) reúne tradicionalmente a los antiguos estudiantes de las escuelas y universidades de la Compañía de Jesús, en torno a temas relacionados con los valores promovidos por la misma. Como parte de la campaña Mercy in Motion, el JRS colabora con la WUJA planificando el Encuentro Europeo de la Unión de septiembre de 2016. Tras una peregrinación por Italia siguiendo los pasos de San Francisco, exalumnos de toda Europa se encontrarán para entender en profundidad la crisis mundial de los refugiados y discernir sobre su responsabilidad a la luz de esta. El JRS está ayudando a elaborar la programación, enfatizando cómo el acceso a la educación es la esencia de este entendimiento. Los miembros de la WUJA también tendrán la oportunidad de conocer y escuchar a refugiados que viven en Roma. Para más información, visite www.wuja.org 11 MERCY IN MOTION Camerún Más que educación La Hna. Jéline Giris es una de las tres Hermanas Misioneras Maristas que forman parte de un proyecto educativo del JRS en el este de Camerún. El objetivo es ayudar a la Diócesis Católica de Batouri a poner en marcha cinco escuelas de primaria en los pueblos de Boubara y Kette, que acogen a refugiados de la República Centroafricana. La misión se inició a principios de 2015. La Hna. Jéline nos comparte su visión de Mercy in Motion. Mercy in Motion: la imagen que me viene a la cabeza es la de una rueda de coche girando, en movimiento hacia adelante, no muy rápido pero que avanza pase lo que pase. Nuestra participación en las escuelas en Boubara y Kette ha sido algo así. Arrancábamos, teníamos algún contratiempo, nos deteníamos, y volvíamos a comenzar. Hemos tenido frustraciones; sin embargo, hemos seguido avanzando lentamente. Fuimos a las aldeas, conocimos a las personas con las que íbamos a trabajar y a las autoridades. No fue fácil, y cada una de nosotras dependía mucho de su fuerza interior para seguir creyendo en el proyecto que habíamos aceptado cumplir como JRS. Así que fue una gran lucha al principio. Y seguimos intentándolo y, casi un año más tarde, las cosas ya están saliendo bien. Como JRS, nos involucramos porque los colegios acogieron a los niños refugiados. Cuando fuimos por primera vez a las escuelas, había dos o tres maestros para más de 600 o 700 niños en condiciones deplorables La Hna. Jéline (con una mochila verde) en la escuela católica de Kette, este del Camerún. 12 y de hacinamiento. Más de 200 niños en aulas construidas para 40 o 50. Muchos se sentaban en el suelo: ¡no en esteras, en el suelo! Apenas había cuadernos para los niños o libros de texto para los profesores. Una vez trajimos al P. Eric, el director del JRS en África Occidental, de visita. En un aula, cuando saludó a los 258 alumnos y les pidió sentarse, educadamente le respondieron: “Je m’assieds sur le banc” (Me siento en el banco). Antes, nunca había prestado atención a lo que decían cuando les pedíamos que se sentaran. Ahora se me rompe el corazón cada vez que escucho a los de primer grado diciendo que están sentados en el banco cuando no lo están. Los niños no deberían estudiar en estas condiciones. Muchos abandonan: se van o faltan a menudo. Esto es a lo que nos enfrentamos. Hasta ahora, hemos contratado a Camerún MERCY IN MOTION La Hna. Regina Missanga sirve en el JRS en Masisi, este de la RDC (Don Doll SJ) Punto de información Las congregaciones religiosas, especialmente de mujeres, han trabajado con el JRS casi desde sus inicios hace 35 años. El JRS expresa un profundo agradecimiento a las hermanas, que encarnan la llamada del Papa Francisco a la misericordia, al dedicar sus vidas a acompañar, servir y defender los derechos de los refugiados. Ahora más que nunca, necesitamos que los religiosos y las religiosas se involucren en la misión del JRS. Si su congregación religiosa está interesada en colaborar con el JRS, por favor, póngase en contacto con Ken Gavin SJ en [email protected]. 15 maestros, estamos renovando las aulas, comprando más pupitres, y distribuyendo materiales de enseñanza. Mercy in Motion trata, en parte, de trabajar junto a los refugiados y las comunidades locales para encontrar soluciones adecuadas que ayuden a mantener a sus hijos en la escuela. Pero es mucho más que eso. Mercy in Motion también trata de ser solidarios con los refugiados, acompañarlos y escuchar sus historias. Quizás no consigamos hacer grandes cosas, pero solo con nuestra presencia podemos sanarles y mostrarles que hay personas que se preocupan. En las afueras del pueblo de Kette, hay un asentamiento informal llamado Betania, con casi 1.500 refugiados. El día que fuimos a hablarles sobre “la importancia de la educación para todos”, nos encontramos con gente muy hambrienta, que no había recibido sus raciones de comida. No solo los hombres vinieron ese día, también las mujeres llegaron en masa. Este fue nuestro día más duro, porque lo último que los refugiados querían era escuchar cuán importante era la educación para ellos. Así que les mostramos nuestra seria preocupación por su hambre, simplemente escuchando y estando con ellos. Los acompañamos en ese momento tan difícil. Prometimos averiguar por qué no habían recibido sus raciones del ACNUR ese mes, y lo hicimos. Creo que ese día nos ganamos su respeto y confianza. Cuando volvimos a tener una reunión en la escuela primaria pública de Kette, muchos de los refugiados de Betania estaban allí. Tanto la comunidad refugiada como local necesitan nuestra ayuda y nosotros tratamos de hacer lo posible para ayudarles a convivir en armonía y mantener viva la esperanza, al compartir la misericordia, el amor y la compasión de Dios con ellos. 13 MERCY IN MOTION República Democrática del Congo Una cuestión de supervivencia Martin Bahati SJ, Director del JRS en los Grandes Lagos Pascal vive en el campamento Kilimani en Masisi, en el este de la República Democrática del Congo (RDC). Terminó la escuela secundaria con éxito gracias al apoyo del JRS, que pagó la mitad de sus estudios. Muestra orgulloso su diploma cual tesoro encontrado en una isla en medio de la nada. Este valioso pedazo de papel, que no es más que un papel, lo guarda celosamente como si fuera de oro. Franck tiene 17 años. Ha estado en muchos campamentos por culpa de los continuos conflictos en Masisi. De un campo a otro, ya ni sueña en ir a la escuela: no hay ni tiempo ni seguridad para eso. La suya ha sido la escuela de la vida en de aquí para allá, por selvas y montañas, contemplando la naturaleza y el canto de los pájaros. Hoy, a punto de entrar en la edad adulta, su vida tiene poco significado para él. No sabe leer ni escribir. Aprender carpintería en uno de los centros de formación del JRS parece ser la única esperanza de hacer algo con la juventud y la vida de Franck, siempre y cuando no ocurra nada que perturbe la aparente calma en la región, como las próximas elecciones en el Congo y Ruanda. La mayor preocupación y deseo de Franck es llegar a ser un carpintero competente que haga buenas sillas, sólidas camas y armarios de calidad. A veces, se deja llevar por la ira porque no tuvo una vida estable ni pudo hacer la primaria. Pero entonces, como dice Franck cuando vuelve en sí mismo: “Siempre hay alguien peor que yo, así es la vida”. ¿Esto es vida? Así es la vida en el este de la RDC, sacudida por guerras internas y externas desde hace casi tres décadas. Los muchos niveles de violencia que desgarran la región han provocado el desplazamiento de un sinnúmero de personas en los últimos años, entre ellos a muchos que buscan un lugar más seguro en Un campamento para desplazados internos en Mweso, este de la RDC. (Don Doll SJ/JRS) 14 República Democrática del Congo la misma área. Hay más de un millón de desplazados en las provincias orientales de Kivu Norte y Sur. En Kivu Norte, donde está el JRS, se calcula que hay 744.500 desplazados. La vida es muy difícil en los campamentos donde viven los desplazados. Hay miseria y falta de todo: salud, educación, seguridad, alimentos, agua. Las necesidades son múltiples y diversas. Cuando se satisface una, surge otra, a veces más importante que la primera. Es muy difícil llevar una vida equilibrada y decente en tales condiciones. La familia y las dinámicas comunitarias son frágiles. Los niños no pueden seguir un programa escolar normal. Y los niños que no van a la escuela, por la inseguridad y los desplazamientos frecuentes, son presa fácil. Uno de los peligros es el reclutamiento por parte de los grupos armados que inundan las zonas rurales y selvas del Congo. Y así el círculo vicioso continúa. La ignorancia se ceba en tanta gente joven, que en el peor de los casos los lleva a luchar, empujándoles a la barbarie y al asesinato. Solo la educación puede marcar la diferencia Hay muchas necesidades urgentes que claman su cumplimiento. Sin embargo, en el estado actual de los Grandes Lagos, y esto significa no solo el conflicto del Congo, sino también la violencia en Burundi, y la aparente calma en Ruanda, solo la educación puede marcar una diferencia real. Podemos dar a los desplazados alimentos, construirles cabañas, u ofrecerles atención médica y psicosocial. Pero si no les enseñamos a reflexionar de forma crítica, a discernir sobre el mundo que les rodea, y si no les ayudamos a ser independientes, los estaremos condenando a ser, no por su culpa, parásitos perpetuos en vez de personas libres que se valen por sí mismas. Y fracasaríamos a la hora de hacer frente a las raíces del problema. Por eso, el JRS ofrece la posibilidad de la educación, pagando la escolarización de los niños desplazados, formando a maestros y construyendo escuelas. Hacemos un trabajo que correspondería al gobierno de la provincia y no a las ONG humanitarias. Sin embargo, no pudimos permanecer indiferentes ante el sufrimiento de tanta gente, así que asumimos hacer lo que esté a nuestro alcance. En Goma, Masisi, y Mweso, Kivu Norte, el JRS promueve la educación de calidad en primaria y secundaria y, combinando el aprendizaje online y presencial, también la universitaria. Y tenemos programas de formación profesional. Invertir en los jóvenes en esta “tierra de nadie” es una tarea cada vez mayor que pide más medios de los hoy disponibles. Pero con fe y entusiasmo, podemos hacer nuestra parte para cambiar el mundo. Hay casos de éxito en el campo de la educación. Por ejemplo el de Augustin, un inspector de educación en Goma. Tras vivir como refugiado durante 11 años en un campo en Uganda, y beneficiarse de las oportunidades educativas del JRS, regresó al Congo, donde se hizo MERCY IN MOTION Una escuela apoyada por el JRS en Goma, este de la RDC. (Don Doll SJ/JRS) Los niños que no van a la escuela por la inseguridad y el desplazamiento frecuente son presas fáciles 15 MERCY IN MOTION República Democrática del Congo inspector de educación secundaria. Augustin no solo es autosuficiente, sino que también ayuda a los niños desplazados con problemas para acceder a la educación. Él está devolviendo a una comunidad que sufre la ayuda salvadora que recibió del JRS. Necesitamos una educación basada en valores En una región sumida en conflictos interétnicos, donde la gente a veces se odia a muerte, surge la pregunta: ¿qué educación podemos dar a los nacidos en esta violencia? ¿Qué educación podemos ofrecer a los niños soldados, a los niños desplazados una y otra vez? Una sociedad en conflicto desde hace décadas tiene serios problemas para decidir qué valores aprender y enseñar, ya que cada grupo entiende que sus valores son lo mejor, despreciando lo demás. Una educación de calidad basada en valores eleva el espíritu, introduce nuevas perspectivas, va más allá de los prejuicios, y conduce a la vida. El JRS está convencido de que solo una educación que fomente la convivencia pacífica y la prosperidad personal puede formar ciudadanos capaces de poner a la región de nuevo en marcha. Este tipo de educación desafía directamente la actual situación, porque propone la transición del odio al amor, de la guerra a la reconciliación, del engaño a la verdad, del prejuicio a la libertad y de la desconfianza a la convivencia pacífica. Una oportunidad para la paz Todas y cada una de las oportunidades dadas a los jóvenes de los Grandes Lagos de acceder a una buena educación es una oportunidad para toda la región. Una oportunidad para la paz y la reconciliación. El camino es largo y difícil, pero el JRS ya ha dado algunos pasos reales hacia adelante. Al fin y al cabo, cualquier viaje comienza con un primer paso. Lo que hacemos puede parecer insignificante e insuficiente pero son semillas de esperanza para las generaciones venideras. Los jóvenes que van a la escuela, los que están capacitados en carpintería, sastrería, albañilería, peluquería, restauración y panadería, llevan en ellos la semilla de una sociedad reconciliada y sin conflictos. Esta generación ha conocido la angustia de la guerra y ha pagado el precio de la violencia. Ha llorado mucho, y ahora se está secando sus lágrimas, para ponerse a trabajar, y aprender del pasado. Se dice que “nadie puede ver bien hasta que sus ojos no han llorado”. Creemos firmemente que la educación abrirá los ojos de miles de personas como Pascal y Franck. Y así, como JRS, vamos a seguir más y más con lo que sabemos hacer mejor: ¡vamos a educar! Una escuela apoyada por el JRS en Goma, este de la RDC. (Don Doll SJ/JRS) 16 Zimbabue MERCY IN MOTION Recibiendo un masaje facial en el campamento de Tongogara, Zimbabue: este pequeño lujo es posible gracias a la formación profesional apoyada por el JRS. (Zerene Haddad/JRS) Más allá del horizonte Zerene Haddad, Coordinadora Internacional de Fundraising del JRS Oculto a la vista, sin ningún tipo de valla o de entrada, justo al lado de la principal vía de comunicación que une Zimbabue a Sudáfrica, se encuentra el campamento Tongogara. Entre el Save River Nature Conservancy, donde los animales salvajes campan libremente, y fincas expropiadas ahora vacías, este lugar es el hogar de más de 10.000 refugiados. Establecido en los 80, Tongogara albergó a refugiados mozambiqueños durante su guerra civil. Ahora es el hogar de congoleños, ruandeses, burundeses, etíopes, somalíes y gente de todo el África subsahariana. Muchos nunca han visto el país al que llaman “patria”. Nacieron y se criaron en el campo de Tongogara, sin electricidad, sin agua corriente, sin una ciudad cercana, rodeados por el polvo y el calor permanente. Algunos niños nunca han salido del campamento. Muchos ancianos morirán y serán enterrados en el cementerio, apenas más allá de los límites del campo, para siempre en el exilio. Paseando por el campo, una fina capa de polvo cubre mis pies, y el sol hace que busque la sombra de los árboles cada vez que puedo para darme un respiro. Los niños que regresan de la escuela me adelantan, unos se protegen del sol con sus paraguas, otros corren a casa. Su curiosidad es descarada. Están encantados con mi presencia, enseguida hacen bromas a mi costa, y tienen ganas de charlar. Los adolescentes pueden estar aislados del mundo, pero desean formar parte de él luciendo peinados de moda. Miran series de televisión en portátiles conectados a los transformadores enchufados a los generadores. Todo vale para mantenerse al día del mundo exterior. Me atrevo a acercarme a un grupo que está ensayando para el coro de la iglesia. Tienen un teclado y unas baquetas con las que siguen el ritmo sobre un banco de madera. Su música tiene un inconfundible aire congoleño, que te hace pensar que van a ir a una sala de baile, y no a un servicio de la iglesia. El griterío de un partido de fútbol en la televisión de un quiosco cercano lo cubre todo cuando alzan sus voces, llenando el aire y ahogando 17 MERCY IN MOTION Zimbabue Saliendo de la escuela: estos niños regresan a sus hogares en el campamento de Tongogara al finalizar su jornada escolar. (Zerene Haddad/JRS) cualquier otro sonido, para luego desvanecerse. Mis días en Tongogara pasan entre una barahúnda de encuentros que estoy ansiosa por mantener, para reflexionar en las próximas semanas, y que dejaron una marca imborrable en mí. Me encuentro con Patrick, el exprofesor de economía que ahora gestiona nuestra biblioteca, imparte clases a adultos y escribe poesía; Rose, que vino con todos sus hijos al África austral en busca de seguridad, y que da nuestro curso de cosmetología; Leonard, con su deseo de viajar, sus dobles maestrías, el amor por los clásicos griegos y su afición por citar textos latinos. Luego estaba la señora que me gritó porque su ración del Programa Mundial de Alimentos era insuficiente y que, ante la sequía que se avecinaba, estaba preocupada por cómo alimentar a su familia. Y así podría seguir. Es cruel que la gente deba resignarse a una vida de espera – dependiendo del capricho de muchas burocracias - en un lugar que a primera vista parece un desierto. 18 Sin embargo, gracias a gente como Patrick, Rose y Leonard, Tongogara renace. Florece con su presencia. No pueden evitar su sufrimiento, pero eso no les condiciona. Cada día, cerca de 2.000 niños dan un paso de esperanza, yendo y viniendo de las escuelas de primaria y secundaria, con sus mochilas y libros, su locuacidad y vivacidad. Los 400 adultos inscritos en formación profesional emanan una admirable tenacidad. Están dispuestos a aprender un oficio que les ayude a ganarse la vida, salir de la dependencia de la ayuda, y recuperar la dignidad y el orgullo perdidos en algún lugar en su viaje por África. Las mujeres, que viajan 80 km. al pueblo más cercano a intercambiar y hacer negocios para mantener a sus familias, son las estrategas de la comunidad. El hecho de que las comunidades locales vecinas dependan de la economía de los refugiados para sostenerse y sobrevivir es un testimonio de la innovación y el éxito de los proyectos de medios de vida. Los refugiados venden sus propios productos azadas, carretillas, cajas, ropa y muebles sencillos - y ofrecen servicios como peluquería, manicura y pedicura, discretos lujos cotidianos. Nosotros, como JRS, nos esforzamos por satisfacer las necesidades de los refugiados de Tongogara, comprometidos con ellos y delegando responsabilidades a los líderes de la comunidad. Impulsamos programas de medios de vida y de formación profesional en cooperación con la comunidad, bajo su dirección, con la supervisión de nuestro personal. La escuela secundaria está dirigida por el JRS junto con la arquidiócesis católica local y con personal predominantemente de Zimbabue muy preocupado por su papel en la vida de sus estudiantes. Cuando me fui de Tongogara, y vi los restos de las antiguas granjas, me pregunté si así sería el futuro de los refugiados: una árida extensión sin fin. Me pregunté: ¿estamos haciendo lo suficiente para cambiar esa esterilidad, para cultivar algo que crezca de nuevo en este paisaje? ZIMBABUE MERCY IN MOTION Un grito desde el corazón El impacto de la educación sobre la realidad de los refugiados no se limita a los servicios a las personas directamente afectadas. La educación es necesaria para que otros puedan aprender sobre esta realidad. Los mejores maestros son los propios refugiados. Patrick Kwambi Kabeya, que vive en el campamento de Tongogara, Zimbabue, y que fue perseguido en su país, la República Democrática del Congo, por expresar sus opiniones políticas en el campus donde era profesor, nos comparte algunos pensamientos. Normalmente, es la intolerancia de cualquier tipo la que al final lleva a los refugiados a dar el paso drástico de huir de su país para solicitar asilo en otro. Por desgracia, muy a menudo, allí también les reciben con intolerancia. En algunos países, las connotaciones de palabras como “solicitante de asilo” y “refugiado” han cambiado, y ahora evocan solamente desconfianza y desprecio. En marzo y mayo de 2015, se produjeron ataques xenófobos en Sudáfrica, confirmando una vez más la tendencia de la intolerancia contra los refugiados. No es fácil ir con la etiqueta de “refugiado” o de “solicitante de asilo”. Pero, por desgracia, no tenemos elección. Es difícil de entender a menos que te pongas en nuestra piel. Esto empeora cuando la gente es incapaz de verte como nosotros mismos nos vemos. ¿Sabes por qué hubo ataques xenófobos contra los refugiados en Sudáfrica? Porque los refugiados son considerados intrusos, y hay quien cree que los refugiados no son seres humanos con derechos. Creen que los refugiados no son iguales a ellos. Me dio mucha pena cuando vi las imágenes de los ataques xenófobos. Me avergoncé de mi condición, y con el aumento de los disturbios violentos, me volvió a la memoria toda mi vida como refugiado. Me di cuenta de que no somos nada ante el odio insensato del mundo. Lloré amargamente, lamentándome por mí mismo y por las víctimas de la xenofobia. No podía hacer nada para ayudar, ni tenía nada para detener la locura, así que me decidí a escribir. Escribí una colección de poemas. Cada estrofa, palabra, y letra es la expresión de mi oposición contra ese huracán llamado xenofobia. Los refugiados somos también seres humanos; merecemos respeto y consideración. Olvídate de perdonar Débil, sin fuerzas Morir era mi elección Compañero de la muerte Cruel elección. Olvídate de perdonar Mi error Ser un refugiado, Que muere en la calle; ¿Te gustaría ser Como yo? No voy a durar En el suburbio Playa de Durban Todo trastornado Por unos ruines vándalos. La turba alegre Felices como necios Querían mi alma Mi cuerpo enfermo Nadie Podía detener a los necios Nadie Rescataría mi alma Olvídate de perdonar El necio fascista Vivo Yo, muerto, lapidado Desnudo, violado En la calle. Patrick Kwambi Kabeya Patrick (dcha.) responde a uno de los estudiantes del curso de informática para adultos. 19 MERCY IN MOTION Algo para pensar tomando una taza de café. Solo la mitad de todos los niños refugiados están matriculados en la escuela primaria. Uno de cada cuatro refugiados se estima que hoy va a la escuela secundaria. Solo el 1% de los refugiados llega a la educación universitaria. Aquí en la Oficina Internacional del JRS en Roma, nos encanta nuestro café. Mientras esta edición de Servir va a imprenta, estamos en Cuaresma, un tiempo en el que una de las costumbres más comunes es el ayuno o “renunciar a algo”. No estamos sugiriendo dejar el café. Lo que queremos es mostrarle cómo pequeños gestos cotidianos de muchos pueden marcar una gran diferencia. Imaginemos que todos los que lean Servir contribuyen con lo que cuesta una taza de café al día durante una semana. O el costo de otro capricho. Puede que no parezca mucho a la luz de las necesidades de millones de refugiados. Bueno, piense en esto. Un kit de escuela de 25 dólares permite que un niño en Maban, Sudán del Sur, pueda ir a la escuela primaria durante un año. Una beca de un año para que un refugiado curse una diplomatura en Dzaleka, en Malawi, cuesta 550 dólares. Mediante muchos pequeños gestos, grandes cosas pueden llegar a ser posibles para los refugiados a través de la campaña Mercy in Motion. Confiamos en tener noticias suyas pronto… ¡pero, por favor, antes termine su café! Jesuit Refugee Service Borgo S. Spirito 4, 00193 Rome, Italy TEL: +39 06 698 68 605 Para más información, póngase en contacto con Jill, en [email protected] Visite jrs.net para leer los últimos informes y jrs.net/donate para hacer un donativo online o haga una transferencia a la siguiente cuenta: Titular de la cuenta: JRS Banco: Banca Popolare di Sondrio Swift Code/BIC: POSOIT22 IBAN para Euros: IT 86 Y 05696 03212 000003410X05 IBAN para USD: IT 97 O 05696 03212 VARUS0003410 En algunos países, usted se puede beneficiar de deducciones fiscales donando a través de nuestras contrapartes. Nuestra web se lo explica con más detalle. ¡Gracias! Dirección del remitente Jesuit Refugee Service Malta St Aloysius Sports Complex, 50, Triq ix-Xorrox, Birkirkara, Malta Servir es editado, producido e impreso en Malta (por favor, devuelvan también las direcciones obsoletas) (Don Doll SJ/JRS) Llamamiento