Federico Fernández Christlieb* Como conjunto arquitectónico

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Federico Fernández Christlieb*
C
omo conjunto arquitectónico, Ciudad Universitaria marcó un hito
en la historia del urbanismo mexicano. Como institución cultural,
la UNAM es nuestro gran proyecto educativo y cientifico del siglo xx.
Tanto la nueva institución como su espacio urbano obedecen a un
impulso funcional. a una planeación meditada.
Este impulso comenzó con la obtención de la autonomia en 1929 y
el fin de la tutela estatal sobre la universidad. Como consecuencia,
también sus sedes arquitectónicas obtuvieron independencia. Asi, su
construcción fue concebida en un paraje distante, en el Pedregal de
San Ángel. Si la historia del proyecto coordinado por Mario Pani y
Enrique del Moral es poco conocida, menos lo son los fundamentos
Investigador del Instituto de
Geografla y profesor en las
facultades de Arquitectura
yFilosofía y letras de la UNAM
Úrsula Bernath, reconocida
fotógrafa de origen alemán, ha
captado con su lente la vida de eu.
En este número de la revista
Universidad de México presentamos
20 de sus imágenes, tomadas cuatro
años después de la inauguración,
cuando ya la UNAM funcionaba
de manera regular y su espacio
urbano aún estaba circunscrito al
proyecto original.
urbanisticos en que se sustenta la obra. En este escrito daremos brevemente cuenta de ellos.
Los postulados en que se apoyó el proyecto de cu, inaugurada
parcialmente en 1952, se reconocen ya en la célebre Carta de Atenas
redactada en 1933 por Le Corbusier. En ella se identificaba que las tres
actividades de la sociedad contemporánea se verificaban en tres tipos de espacios: los de trabajo, los de vivienda y los de recreación. Estos
tres espacios debian estar unidos entre ellos por vias de comunicación
que tomaran en cuenta dos diferentes escalas: la del peatón y la de los
vehiculos motorizados. Este planteamiento, en el que se basó el diseño
final, fue concebido por los entonces alumnos Enrique Molinar, Armando
Franco y Teodoro González de León.
Los espacios de trabajo fueron proyectados desde fines de los cuarenta siguiendo otro razonamiento funcional, que se sintetiza en la
frase del entonces rector, el doctor Salvador Zubirán: "Antes de proyec-
Del proyecto original, que preveía
Una amplia zona de viviendas tanto
p~ra profesores como para estudiantes.
5010 se construyó un edificio destinado
a los primeros. El carácter revoltoso
de los estudiantes mexicanos desalentó
a los planificadores, que soñaron hacer
Un campus habitacional como en
algunas universidades europeas
Yestadunidenses.
Foto; Úrsula Bernath, 1958
tar cada edificio es necesario proyectar la institución". Según los académicos de entonces, el saber universal era organizado en dos campos
claramente distinguibles: las ciencias y las humanidades. Por eso, Zubirán
afirmó que la institución y su construcción material debian "reposar
sobre dos pilares fundamentales: la Facultad de Filosofia y Letras y la
Facultad de Ciencias". Si hacemos una lectura de los espacios de trabajo
.Inaugura d os en 1954, encontraremos efectivamente dos torres que dia-
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..., .,
logan de un lado al otro del campus. En la
mitad poniente, donde se ubicaba la Torre
de Humanidades (actual Torre 1), se agrupaban las sedes de Filosofia y Letras, Ciencias
Politicas y Sociales, Jurisprudencia, Arquitectura y Artes Plásticas, además de los institutos de Historia, Derecho Comparado Y
de Investigaciones Estéticas y Filológicas.
Éste era, pues, el polo de las humanidades Y
las artes.
En la mitad oriente se ubicaba la Torre
de Ciencias (actual Torre 11 de Humanidades), que albergaba a los institutos de
Matemáticas, Fisica, Quimica, Geofisica
y Geografia. En torno a la torre estaban dispuestas las sedes de Biologia, Geología,
Física Nuclear, Medicina, Odontologia y
Veterinaria, además, desde luego, de la
Facultad de Ciencias. Éste era el polo científico tanto de la institución como de la
obra urbana.
En el tránsito entre ambos polos se ubicaron aquellas disciplinas que atañen directamente a la vida del hombre, pero cuyo
sustento epistemológico no está disociado
de las ciencias duras: la Escuela de Economia,
en el costado norte, y la de Ingeniería, en el costado sur.
Sólo dos edificios tienen mayor presencia que las torres de Ciencias
y de Humanidades: la Rectoría y la Biblioteca Central, depositarios
respectivos del poder administrativo y del saber impreso.
Hasta aqui hemos dado cuenta del área de trabajo.
Tanto el área de vivienda como la de recreación estaban separadas
de la anterior para no interferir en sus actividades, tal como lo proponla la Carta de Atenas. Los edificios para residir estaban proyectados
hacia el sur de Ciudad Universitaria. En la parte donde actualmente se
encuentra la Facultad de Contaduría y Administración estaban contempladas las residencias estudiantiles, divididas en tres ámbitos:
mujeres, hombres y estudiantes extranjeros. Cruzando la avenida
Insurgentes se hallaba el área residencial para maestros. Como se sabe,
de esta área no se levantó sino un multifamiliar, míentras que en la
parte estudiantil el proyecto fue suspendido por temor a perder el control sobre los distintos grupos de estudiantes que pudieran formarse.
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El área recreativa estuvo compuesta de campos deportivos (futbol,
futbol americano, beisbol, softbol, voleibol, basquetbol y tenis), de
una piscina olimpica, de magníficos frontones, de un impresionante
estadio de exhibición, de varíos auditorios y teatros, de un gimnasio y
de un club central (cafetería). Este último edificio fue el único de los
espacios recreativos que se ubicó en el interior del área de trabajo,
precisamente para vincular a los alumnos de todas las carreras.
En el proyecto original estaba contemplado que los estudiantes y
maestros salieran de sus residencias, hicieran algún deporte, comieran
en el club central y realizaran sus actividades académicas en las facultades, escuelas e institutos. Se trataba de que llegaran desde la cama
hasta el salón a pie, sin necesidad de cruzar una sola calle ni de encontrarse con ningún automóvil. Por su parte, los que venían de afuera en
automóvil tampoco verían las filas de peatones aguardando su turno
para cruzar, simplemente porque, como lo sugería la Carta de Atenas,
peatones y automovilistas circularían por circuitos diferentes. Todavía
es posible salir del frontón cerrado, pasar por la Facultad de Derecho y
llegar al Estadio Olimpico franqueando a desnivel 14 carriles para autoEl Estadio Olfmpico fue inaugurado
en 1952 para albergar los 1I Juegos
Juveniles. A esta sede se trasladó
inmediatamente el encuentro anual
de futbol americano entre la UNAM y
el Politécnico. que no había tenido
sede fija. Aquf debutó
profesionalmente nuestro equipo de
futbol en la segunda división, en
1954. Foto: Úrsula Bernath, 1958
móviles. Las únicas zonas donde el peatón y el tripulante de un vehículo son la misma persona, fueron los estacionamientos del estadio y de
las distintas escuelas, así como la terminal de autobuses urbanos que
comunicaba con México, ubicada, hasta hace unos años, a un costado
de la zona comercial (al sur de Rectoria).
Para concluir, diremos que después de la primera etapa de construcción de Ciudad Universitaria vinieron otras. ~stas obedecíeron a
un impulso también funcional, pero siguieron preceptos de otra época, en la cual el espacio urbano dejó de pertenecer a la dimensión del
cuerpo humano. Ser funcional en las décadas siguientes fue inconcebible sin los vehículos automotores. Las vialidades de cu se planearon
desde entonces a partir del uso del automóvil. La parte urbana del
campus creció y se hizo incaminable. No hubo ya pasos a desnivel ni
circuitos separados entre universitarios a pie y universitarios motorizados. Todo cruce se convirtió en un punto de conflicto.
Al mismo tiempo, la UNAM entró en un proceso de especialización
del saber que requirió la fundación de nuevas dependencias académicas y administrativas. A su vez, la matrícula estudiantil creció y las
aulas y bibliotecas se multiplicaron ocupando partes hasta entonces
yermas del Pedregal de San Angel. U
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