/ Radacción y Administración: O U A R E I M , I3 a I Tddf. La Uruguaya 2429-Colonia PRECIO: 3 CEf*T J . G ir e s , a nom b>t de P L A C I D O A. R O D R IG U E Z Aparece los La íeItmcé del poder abre el camino a la libertad El actual organismo social, sujeto a las mismas leyes evolutivas que rigen el mundo orgánico, ha cumplido ya su misión. La burguesía debido a su excesivo desarrollo está fatalmente condenada a desaparecer. Nadie nie­ ga más este hecho que está presente en la mente de todos. Pero el derrumbe de la civilización capitalista y su sustitución por otra, implica algo tan fundamental que su solo pensamiento pone en aprieto a los cerebros más poderosos y más desprejuiciadQS. \ Cuando se ha tratado de construir teorias, de navegar en el ancho cam­ po de las hipótesis, más o menos basamentadas en la realidad de la vida, todos han podido aventurar un juicio, todos han estado en condicio­ nes de decir alg o ; pero ahora no se trata más de editar nuevamente las construcciones admirables que desde Platón a Campanella y desde éste a los modernos reformadores sociales, han venido llenando los libros y las revistas. Se trata, en cambio, de pro­ ceder a la realización de estas teo­ rias, de estas previsiones; se trata de operar, y nó in corpore rile, sino en nuestras propias carnes, en nues­ tro mismo organismo. El cataclismo final—la revoluciónno preocupa tanto a las gentes co­ mo la reconstrucción de la sociedad. Si pudiéramos sincronizar en un mo­ mento determinado todas las volun­ tades para dirigirlas en un sentido preestablecido, la cosa serla suma­ mente fácil y pasaríamos de un es­ tado a otro, sin mayores trastornos y «In algún tropiezo. Pero ¿quién armoniza tantas vo­ luntades? ¿Quién unifica tantos inte­ reses? La cosa se presenta bastante diffcil y nos dá la sensación de en­ contrarnos en un callejón sin salida. Las anteriores revoluciones, por grandes que hayan sido, tuvieron que cumplir una misión mucho más sim­ ple: les bastó derribar el poder exis­ tente y substituirlo por otro. Con una minoría decidida fué posible rea­ lizar todo esto. Los cambios se irra­ diaron desde arriba y cuando no pu­ dieron ser impuestos por la persua­ sión, se impusieron por la fuerza. Asi se explica el periodo más o menos transitorio de las dictaduras militares. Pero ¿es algo semejante lo que buscamos ahora ? ¿ La revolución que se aproxima nos dará solamente la igualdad económica, o junto a ella debemos resolver también un proble­ ma de libertad? La abolición de los privilegios eco­ nómicos no los consideramos suficien­ tes, si junto a ellos no se suprimen todos los otros privilegios. Diremos Marginales MALHECHORES No son éstos los que hacen indirec­ tamente mal. Son los que hacen en forma directa mal y están creyendo que hacen bien. Ni procuran siquiera despojarse de sus prejuicios; se sienten esclarecidos, iluminados, y tienen la audacia de que­ rer poner a otros, cercos de púas.— Tú, tienes que ir por allá. Tú, tienes que hacer asi. Se atreven a salirle a uno con el metro, y no saben escribir una fracción decimal. Pero saben sociología y cosas trascendentales. Orientan a las multitu­ des, aunque esién desorientados ellos mismos. Creen que las ideas son una bolsa de pepas, que se puede vaciar en cualquier rincón. No han concebido nunca el sentido de la responsabilidad y han perdido hasta el pudor de oculterlo. Se proclaman pilotos de la nave libertaria, y con unas rayas mal tra­ zadas, nos hablan de itinerarios. . . i Caramba I ¿Para qué nos habremos envenenado con tantos libros, si hasta ayer fué el único manantial quo aplacó nuestra sed y nuestras ansias, hacién­ donos entrever el porvenir? ¿Para qué? ¿Para después ir por allá y tener que hacer a s i? ¡ M Í .... • t i carácter no se transforma; e s el timbre incontnndlbte de la personalidad. Las ideas, no cembiao; se amplifican, se ' ' al catar de todos tas anhelos. ■ , cea lee piiotosl ante la realidad de un hecho. Sobre todo, cuando ese hecho atentara contra la libertad relativa que existe para di­ fundir una idea, o un periódico En este caso, nosotros, no pondría­ mos uailas a ningún periódico para que circule, pero le meteríamos el escalpelo hasta la médula, sí médula tiene, para uer si hay jugos o aué ¡canejo! tiene. Lo malo, ya se sabe, se pudre de •or sí, pero cuando hay la manifiesta ición de que««r anular, es porque se tim e malogre los fines que persiguen. De otro modo, nos anularía evidencian­ do ideas y no impidiendo el voceo ca­ llejero. Esto es !o que acontece con los Comunistas. Aprovechando que gozan de cierto ascendiente con el gremio vendedores de d ia rio ! les han prohi­ bido terminantemente* vendan el pe­ riódico * Trabajo *. Es t ! santo y seña, dado a ios canillitas. Ayer, dudábamos; hoy ya nó Por eso lo decimos; lo afirman los canillitas, cumpliendo el santo y seña Comunista. ¿Qué dicen ahora? más: la igualdad económica misma no seria posible, si perdurara, des­ pués de la revolución, un solo privi­ legio, cualquiera fuese su índole y su origen. Puede afirmarse entonces, que -si la destrucción y reconstrucción del organismo social ha de efectuarse con propósitos libertarios, la revolu ción ha de suprimir ante todo el po­ der del estado, que es el sostenedor de los privilegios económicos. Y una vez destruido el estado, resulta evi­ dente la reconstrucción de la socied^^R o podrá ser efectuadas más qt^T>or los órganos específicos de la producción: los sindicatos in­ dustriales. He aquí pues, cómo los conceptos se aclaran y cómo fácilmente se ha­ lla la manera de aunar todas las vo­ luntades. Destruidas, aquiladas, las actuales formas de connivencia so­ Martin F ierro . cial, la comunidad se halla en la ne­ cesidad de producir para su propio consumo; y, debiendo organizar la producción, lo hará forzosamente por medio de los órganos más aptos pa­ ra esa función. Y habiendo, la revo­ lución, destruido ya cualquier privi­ Hechos legio, es elemental que la produc­ En la sociedad actual hay doy cla­ ción y el consumo, serán organizados sobre una base de igualdad libertaria. ses de hombres: los que trabajan y los que no trabajan. Son dos clases Conservar, en cambio, el poder del estado, concentrar en sus manos perfectamente calificadas como ene­ todas las fuerzas y dotarlo de un migas. Todos los hombres tienen que ali­ poder omnímodo, sería crear un nue­ vo tirano, nuevos privilegios para mentarse, vestirse, etc., necesidades una casta y una nueva servidumbre vitales que son dé forzosa, de obli­ para la otra; sería traicionar la revo­ gada satisfacción. Y, si todos tienen lución y burlar los propósitos que la necesidad de alimentarse y vestirse, JL si parp alim entara y . ve^tini» habían inspirado. Que los comunistas de hoy—so­ necesario trabajar, dedúcese, que to­ cialistas hasta ayer—aboguen y pro­ dos los hombres deben trabajar, que paguen la creación de un poder se­ el trabajo es realmente una obliga­ mejante, bajo la engañadora denomi­ ción. El sindicalismo revolucionario está nación de dictadura del proletariado se explica; pero que los gremios fundado sobre este hecho,*sobre es­ acepten su tutelaje, que subordinen ta obligación del hombre. Quiere la autonomía de que han gozado este es su ideal—organizar la socie­ hasta ahora, a la voluntad de un pe­ dad de tal modo, que todos los hom­ queño grupo, no es posible explicarlo; bres cumplan con su obligación, tra­ y esa subordinación se explica me­ bajen. Este es el hecho social que nos aún, si se piensa que los sindi­ ól sindicalismo busca: Una sociedad catos, bajo la égida del partido co­ de trabajadores. munista, perderían hasta su propio carácter, él de ser los órganos inte­ La Igualdad grales para regular la producción y La igualdad, tal como el sindicalis­ el consumo. Si nuestra argumentación no bas­ mo la entiende, es la identidad en una obligación: trabajar. tara, está ahí la revolución rusa es­ El sindicalismo todo lo relaciona trangulada por I? dictadura del par­ tido comunista, que demuestra pal­ al trabajo. El concepto de igualdad pablemente como, libertad y estado que el sindicalista enuncia, es un —cualquiera sea su agregado- son concepto qne arranca de un hecho: dos cosas incompatibles. Donde exis­ la identidad de las necesidades. No te el estado existirá siempre la tira­ queremos decir que todos los hom­ nía, el despotismo; sólo la destruc­ bres deben comer igual y vestir del ción del estado abre el camino a la mismo modo; pero sí, que todos los hombres para poder conservar su vi­ libertad. da deben comer, y para evitar en­ fermarse, han de cubrir su cuerpo con géneros, rústicos o finos, pero VADE RETRO de abrigo en invierno que es cuando Los intelectuales trasnochados, enfer­ la naturaleza es más ruda para la vida del hombre. La igualdad, pues, mos de la voluntad y eternos hambrien­ tos de gloria, dicen a menudo, que refiérese a las necesidades vitales, cuando quieren divertirse un rato, lo del alimento, del vestido, etc., etc., y 4 no en lo que tiene relación con un hacen leyendo un periódico escrito por obreros mismo alimento o con un mismo No éncuentran, según ellos, más que vestido. Y si el hombre tiene las mismas incorrecciones de lenguaje y absurdas necesidades vitales, la satisfacción de aspiraciones. Y por último, con la va­ esas necesidades impone las mismas cuidad torpe que los caracteriza, alar­ obligaciones de actividad para satis­ gan el hocico trashumante u estornudan: lartesanos metidos en las Tetrasl Y se facerlas. Hay, pues, igualdad en las necesi­ quedan compungidos. dades, e igualdad en las obligaciones Nosotros, no deseamos hacer lo mismo que su satisfacción dicta. con ellos. Cuando queremos, no reimos, El I. B. G.del Sindicalismo sino saber qué es lo que ven a través La d—Igualdad de sus lentes doctorales, y qué cosas bullen bajo sus bien cuidados pelos Y sin embargo, la desigualdad largos, y no decimos melena porque seria honrarlos, tomamos sus periódicos existe. Unos hombres han maniobra­ do de tal modo, que a pesar de ha­ y sus revistas. ber. reconocido que todos tienen ne­ Las hojeamos y las hojeamos, y francamente, no podemos leerlas. Nos cesidades, consideran bueno eludir las obligaciones que esas necesidades dan arcadas. No vemos más que puro crean. excremento diluido, y confités de almi­ , La preocupación constante en mu­ dón pulverizados. chos hombres, es librarse total o par­ Entonces, hacemos lo que no deseá­ bamos: reírnos. Y arrojamos por ahí, sus cialmente de las obligaciones que las necesidades vitales imponen a todos, periódicos, sus revistas, sus porquerías |VEHflAH IP E A fll y para ello, es preciso recargar a otros hombres con obligaciones dobles o triples. Todos a comer, todos a vestirse; pero no todos a trabajar para que haya alimentos y vestidos. Esta es la desigualdad. La desigual­ El decir de por ahí, no hallará nunca eco en nosotros, foro si, nos pararomos dad, entonces, radica en una cuestión capital, básica; radica en la negación de unos hombres a cumplir con lar Como artesanos y como elemento útil en la actividad social, no nos queda otro recurso que decirles elogiosamente: (Vade retro, andróginos de las letrasI obligación que le imponen sus pro­ pias necesidades; pero como esas propias necesidades deben forzosa­ mente ser satisfechas, se ha hallado que el medio práctico para ello es hacer que los demás hombres cum­ plan las obligaciones que les imponen las necesidades propias y cumplan también, por añadidura, las obligacio­ nes de los otros: trabajar para sí y trabajar también para aquellos que no trabajan. He aquí, pues el fenómeno de la desigualdad. Hay unos hombres que cumplen las propias obligaciones y también las ajenas y, hay otros, que obligan a semejantes suyos a que ha­ gan, en lugar de ellos, lo que ellos debieran hacer. Para obligar a esos otros a hacer lo que no quieren ha­ cer, es que se ha creado una orga­ nización de violencia (Estado-gobier­ no) y con el concurso de esa violen­ cia se han apoderado de los campos y sus frutos, de toda la tierra con sus productos, con el único objeto de obligar a los hombres más débiles y más buenos a trabajar para los más fuertes y más pillos. Y es contra es­ ta violencia, base de la desigualdad, y contra esta desigualdad, resutante del juego de esa violencia, que lucha el sindicalismo revolucionario, el cual quiere volver las cosas a un medio natural, donde cada uno cumpla la propia obligación : trabajar. El sindicalismo revolucionario, está fundamentado en el principio de que las necesidades vitales imponen obli­ gaciones de trabajo, y que nadie pue­ de eludir tales obligaciones sin come­ ter con ello uno de los más grandes crímenes contra sus semejantes. SOLIDARIDAD LLAMAMOS la atención de tos trabajadores conscientes sobre un de­ ber que a todos corresponde: protes­ tar contra la sentencia que condena a Sacco y Vanzetti, comparteros nues­ tros de Estados Unidos, I. W. W„ a la silla eléctrica. La silla eléctrica es la muerte por electrocución. Sacco y Vanzetti son inocentes del crimen que se les imputa. Quieren los capi­ talistas y gobernantes de Estados Unidos repetir el crimen de Chicago. Quieren matar a dos hombres por­ que son anarquistas, porque son I. W. W., porque eran propagandistas destacados en el campo revoluciona­ rio. Los 1. W. W. de Estados Unidos piden que la acción solidaria de los trabajadores del Uruguay y del Mun­ do sea enérgica en la exigencia de que Sacco y Vanzetti sean liberta­ dos. Hay en este momento un deber único, y es protestar contra los go­ bernantes de Estados Unidos. « La ofensa hecha a uno es la ofensa he­ cha a todos.. No hay que olvidarlo. La idea central del sindicalismo es, pues, organizar de tal modo la socie­ dad, que no haya desigualdad, es de­ cir, quien trabaje mucho y quien nada haga, sino que sea una socie­ dad de hombres trabajadores. J osé T ato Lorenzo. -P U N W JS La racompanaa La burguesía uruguaya, como to­ das las burguesías, canta en todos los tonos las excelencias del patrio­ tismo. Para ella la patria es nuestra se­ gunda madre, por la que debemos estar prontos a sacrificarlo todo: la amistad, el amor, la propia vida. Y cuando los trabajadores cometen la torpeza de creer en sus palabras y después de haber labrado la rique­ za, reciben como premio el desprecio de los que le adularon, y como única recompensa a todos sus afanes, una vida de privaciones y de angustia. Nunca más cierto el adagio que dice: Asi paga el diablo a quien bien le sirve. Loa amoa da 1« Narra Los paisanos de nuestra camparta viven sujetos al más feroz de los feudalismos en estos tiempos de li­ bertad y democracia. La tierra, aqui, como en todas partes donde reina la burguesía no pertenece a los que la trabajan. Es­ tos reciben de ella, no la bendición de sus frutos, que no son para los que los producen, sino para los que viven en el ocio. Para los labradores que la fecun­ dan ella oculta la terrible amenaza de sus elementos que puede tornar estéril la dura labor de todo un arto. Para los otros, los que no la aman, guarda en cambio sus mejores pro­ ductos. ¿Comprenderán algún día los cam­ pesinos que la tierra como todos los medios de producción deben perte­ necer a los que la trabajan? Y si llegan a comprenderlo, ¿se alzarán airados alguna vez contra los usur­ padores, que no tienen ningún dere­ cho a poseerlos? B orgullo da lo# rico« Los grandes mendigos de la socie­ dad, los que no tienen otro valor que el de poseer el dinero, se creen superiores a los que representan en la vida la fuerza propulsora del pro­ greso, y la fuente Inagotable de ri­ queza, los trabajadores. El orgullo ridiculo de los parásitos no les deja ver su propia ruindad Ellos que para todo necesitan de la ayuda ajena. Ellos que viven de la limosna de loa que trabajan, pues­ to que ni e l pan qaa comen son ca­ nias, ¿ea qué puadH faaéar su or- v ie rn e s -F U E G O güilo, si son en la vida los seres más indignos, puesto que no pueden sentir siquiera la íntima satisfacción de la obra realizada ya que su acti­ vidad es infecunda y nada crea? La razón de la fuerza Los trabajadores representan en la sociédad la fuerza actuante que sub­ viene con su trabajo a todas las ne­ cesidades humanas. ¿ Cómo es entonces que siendo los principales factores del bienestar material, sean a la vez los menos tenidos en cuenta, por aquellos que usufructúan la riqueza por ellos pro­ ducida? Por la sencillísima razón de que la masa laboriosa sigue siendo una fuerza ciega, que obedece los dicta­ dos de una voluntad que no radica en ella misma. Quiere decir esto que la clase obrera, si desea entrar en posesión de lo que le pertenece no ha de conformarse con ser una fuerza in­ contrastable, sino ha de gestar una voluntad propia que sepa utibzar sus ingentes energías en beneficio de sí misma. Y entonces no se lamentaría más de su estado, a pesar de que la ra­ zón está de su parte, porque nada ni nadie podrá impedirle su libera­ ción amparada en la razón de su fuerza, que le asegurará la victoria contra todos sus enemigos. Lo* padrea de la patria Si la patria tiene padres, y ella a su vez es nuestra segunda madre, quiere decir entonces que los dipu­ tados son nuestros segundos abuelos. ¿Qué podemos esperar, entonces, de semejantes momias?*’¿No comprenden que por ese sólo hecho no están ca­ pacitados para dirigimos? Ellos viven con cien años de atra­ so en relación a sus conciudadanos. Además, ¿cómo se atreven esos desvergonzados a inferirnos tamaña ofensa como es la de hacernos creer que nuestra segunda madre la patria les debe afelios degenerados y cre­ tinos la existencia? No estamos equi­ vocados entonces al repudiarla, ya ue sus genitores son un portento e perversidad y desvergüenza. Esos señores se equivocaron de ti­ tulo y en lugar de padres de la pa­ tria debieran llamarse canfinfleros de la patria, puesto que viven a su costa. 2 La protesta r ó d entra el rágiasn aasinalista 0,i u iilliili de lai KaraiiacioiiBs Anarquistas de -!f Mentimi Nos resulta sumamente doloroso tener que comprobar las previsiones que nosotros mismos hablamos l»echo: el gobierno inaxlmalista ruso, se ha vuelto un gobierno despótico y tirano como todos los demás. Hoy se protesta universalmente en contra del régimen boltfreviqui, como otrora se protestaba en contra del régimen zarista. Y no son más los pocos teóncos del anarquismos burgués y g ru ñ ó n como ellos decían—los que repudian sus métodos autoritarios y cercenadores de la libertad individual; es el grito unánime de todos los trabaja­ dores del mundo y de todos los re­ volucionarios de Verdad!.. A la larga lista de mártires, vícti­ mas de los gobiernos burgueses, es menester agregar los que está inmo­ lando ahora el gobierno ruso en Moscú, Petrogrado, Cronstandt, etc., etc. Y mientras en Norteamérica se llevan a la silla eléctrica a dos tra­ bajadores, por profesar ideas revolu­ cionarias, en Rusta se les fusila en masa, en los fosos de las prisiones, apagando el estampido de los tiros con el ruido de los motores de los autos blindados !... Los anarquistas de la vecina ori­ lla, imitando a los camaradas de Ale­ mania, España, Italia, Francia y Nor­ teamérica, han lanzado un Vibrante manifiesto, cuya parte más esencial publicamos a continuación. Los anarquistas deí Uruguav de­ ben unir su protesta a la de los anarquistas de todo el mundo. La Alianza Anárquica Internacional tiene la palabra. d o o tro s r e c u r r ir a la h u e lg a d e h a m b re p o r la in h u m a n id ad dei p - t o Nm gun* publicación es permitida, Toda cías# da atuación política lM es nagada. Podas las oi g a n i tetones a n á rq u ic a » ti»u 5»stein á u c a m *nte d e stru id « * , c o m p re n d id a s las a g ru p a c io n e s e d ito ras, las de pi o p a g a iJ a . etc. T o J a ac ció n M u c a u v a d e los a n a rq u is ta s , toda te .u a iiv a d e p r o ­ p a g a n d a i Je o Ogica, y d e o ig a m z a e ió i o D ie ia sin d icalista, so n e*t< anguladas. U ltim am en te, nnoiendo r e a b ie ito io> com ­ p á rte lo s la im p re n ta d e lo* a n a rq u is ta s s in d ic a lista s d a O oios Truda, a e t e c i a d c e d ita r la* oOias d e K io p in k m e , poda lo cuai les h ab ía c o n c ed id o su a p ro b a c ió n ei S -viel d e M oscú, e* t» iu \p ie -» u fu é c la u s u ra d a , sin h a b e r cu m p lid o su com ei i J j , y io m ism o la lip r e u a q u e p o seía e s ta a g ru p a c ió n én Mo*cú. 4 o - T o d o e sto es re a firm a d o p o r c a rta , en p o J e r d e .as a g ru p a c io n e s; d e Rudol 1 , R .e k e r d e A ten ían la; p o r la ac titu d d e la «U non d e los Q oreiot* L'bie.s» (sin d i­ calista) d e A le m a n ia , u e g á .d o se a concoi i ir a M > ■ú,* co m o p ro te s ta c o n tra la* peí se ca c io n es d e los s in d ic a lista s a n arq n ista s en R u sia; p o r ta p ro te s ta g a v ia d a al C o n g re so d e la 1 iiei n acio n al S in d ic a l R »ja p o r la U d in A u . qu.*ca d e F uncía, y por un g 'a n iiiu ln d e ios s in d ic a lista s a n a rq u is ta s d e A le m a n ia i c a i u a d o en B i liu. T odo* e sto s hecho*, d e s g ra c ia d a m e n te , contr m u y en a d a r la i azon a i^» peí sec u e io n e s d e tos g o b iein o * o u rg u e s e s , p u es si taie s he«mus se p ro d u c e n e n Ru sia, m ai p o d e m o s q u e ja m o s d e los hecuo» s e m e ja n te s q u e a uiai io o c u rre n en los p a íse s D urgucaes. E n te n d e m o s q u e e s to s hecho« d e b e n s e r r e p ro b a d o s por todo v e rd a d e ro i e v o ­ lu cio n arlo . lí p ro p io P a rtid o C o m u n ista He aquí el manifiesto: L a s A g ru p a c io n e s q u e subsenhen c re e n dé su J e b e r tam b ién fijai y lla­ m a r la aten ció n s u b te el p um o en q u e d e b e c o lo c a ise lodo v e rd a d e ro rev o lu c ionnrio, re s p e c to a los actos d e p e i-e eución del P n d e r, c u a lq u ie ra que en el »en, o las ra z o n e s o lo» p ie te jtto s d e q u e se a m p a ré . C ón e ste fin, el p re s e n te m am tie -to tie n e p o r o b jeto e x p lic a r a los p in et.i río s los d o c u m e n to s q ue o b ra n en su p o d e r, p a ra justificar su d e - a g ia d o y juicio a d v e rs o al p a rtid o q u e e je rc e la d ic ta d u ra en el b - ta d o so c ia lista en Ru­ sia, en p e t)u icio d e la lib e rta d d e ios re v o lu c ió n a n o s a n a rq u is ta s y d e los e x ­ p u lsa d o s d e o tro s p .iL e s y d e to d a -u actu a c ió n a b so lu ta m e n te, b o rra d a p u f a ctos a rb itra r ia s d el U*úiier, d e m a y o r g ra v e d a d a u n p a ra las p e rs o n a s y las id e a s d e n u e stro s co m p a rte ro s, q u e en lo ' p a íse s b u rg u e se s. tim o s d o cum entos, en q u e nos b a s a ­ m os pava e x p ie s a r una pi o léala tu n d ad a , sin lig e ie z a y sin a p a sio n a m ie n to . C u i n o cuad a a la g r a v e d a d d e n u c i d a s a c u -a c io n e s a un l'o d e r te n id o co m o re voiuciona)io, sOu los sig u ie n te s; l.o —La p ro te s ta d e se is co m p o rtero s a n a iq u is ta s e x p u lsa d o s d e N o t e A m é ri­ ca, a loa c u a le s no se p e rm itió d e s e m ­ b a rc a r en K u-ia, p o r o b ra d e l P a ilid o q u e e stá en el p o d e i, a p e -a r d e se r é s ­ te su pal* d e o n jf d i, y por in lo rm a c io nes d e un a g e n te d e polic ía se c re ta q u e s e a p re s i ró a c o m u n ic a r las id ea s d e e s to s c a m a 'a d a s e x p u lsa d o s d e un p a ís b u rg u é s por su ac tu a c ió n r e v o lu c io ­ na ria . fc,*io* c o m p á rte lo s, e n c e rra d o s én un c a m p o d e c o u c c t i a ción en D an tzig , d e 'd e él han bocho lle g a r mi voz a los sindi a lis ta s a u a iq u i-.ti-, d e A lem an ia. 2'.W—L a rela c ió n del C o m ité p o r ib m em o ria de K ropoikine, e n v ia d a a los p e rió d ico s a n a r q u i s ta , o «jo las ti m as in so sp e c h a b le s do S c h . p u o y A lejan d ro f té ik m é n —e s te últim o b ien uo n o éid o en N orte A m érica, d e d o n d e fu é e x p u ls a ­ d o —, d e c u y a re la c ió n s e d e s p re iu fe q u e el l'o d e r s e n e g ó a p o n e r en lib e rta d a los a n a rq u is ta s p a ta el e n tie rr o d e K ropoik B e, c o n s in tie n d o luego, c u a u d o iban a r e m a r s e to d a s su s c o ro n a s, en p e rm i­ tir la a s is te n c ia d e s ie te d e lo s p reso s, q u e fu e ra n r e in te g ra d o s a la c á rc e l a la te rm in a c ió n d e la c e re m o n ia . 3 .0—L a p ro te s ta d e los a n a rq u is ta s r u ­ sos e le v a d a a L en in y a las v a ria s in s ti­ tu cio n e s r u s a s —o íig m a l en in g lés en po­ d e r d e las a g ru p a c io n e s — se g ú n la cual los a n a rq u is ta s y anarco-*indiuali>t«B, son p e rs e g u id o s en M oscú, P e tro g r a d o , K ark o w y o tra s c iu d a d e s de R usia y d e U k 'a n ia , c a stig á n d o s e le * por su s id ea s cutí e n c a rc e la m ie n to s a rb ítra n o s , sie n d o a lg u n o s go lp ea d o s en la prisió n , y d e b ie n ­ A P U N T E S El amor que pasa Canta su canción la vida y, como en mágica fiesta de colores, tíñese el horizonte de aterciopelados matices, cual si fuera el sonrojo de natura al sentir sobre su frente el beso del amado. Sajólas copas sombrías de los ár­ boles mezclado al dulce murmurio de las hojas que se aman, los pajarillos lanzan sus enamorados trinos, mien­ tras del fondo de los valles sube dul­ cemente, como un divino holocausto, el perfume de las flores. Un soplo dulce y embriagador pasa acariciando las almas, y los corazones son como nidos amorosos que espe­ ran a los pequeños. Brilla en los ojos la alegría del vi­ vir y todo lo que nos rodea parece más bello y más bueno, elevándonos sobre nuestras propias miserias. Ya no es negro y sombrío el hori­ zonte de nuestro cielo. Una visión de ensueño brinda a nuestros ojos un panorama de ventura en el que rosros encantados nos sonríen, oírecién- . Una angustia infinita nos invade, éOai si quisiera ahogamos. Los seres ytfts' cosas adquieren ante nuestros ojos formas vagas e imprecisas y es cfrmo si nos encontraráwtos de pronto sumergidos en la penumbra. Sentimos un dolor penetrante, cual si proviniera de una oculta herkte, como si algo muy querido se despren­ diera de nuestro propio ser. Es el amor que huye. D ESC A LIFIC A C IO N El cons.j* l»d m l 0» la F. 0 . R. A. Comunista, da Kuardo can la a»l*rizació» 911a la dió I» reunión da dtlafados raciónalas efectua­ da al sábado*2 0 del comenta, acusa da agentas político* Introducidos en la o.gania ibán obrera, obrando bajo la respiración da elementos éntrenos y enemigos da nuestra Federación y da sus principias, a las indietduos: 3 * » R. Barcas, Nemesio Ciñáis, Jesús Suáret, alejandro Mba, Enrique (Jarcia Tilomas, Antonio A. Qoncalooz g Sebastián Fe rrer. Acusa a los dos últimos Individuos da Habar hedía uso indebido do su puesto da secretario y prawcratono respactmomenle, mezclando a la F. 0 R. A Comunista, sin consentimiento del osla consejo fe­ deral, en asuntos contrarios a su organización y a los propósitos anun­ ciados en su carta orgánica. Como el asunto que determina asta descalificación a s di fndota delicada, asta consejo federal remitirá m informe o cedo gremio ad* herido, a fin da justificar asta resolución extrema, y para qua sa juzgue el procedimiento usado, por dichos agentes políticos, en su obra per­ sonal, usurpando representaciones qae nadie les he conferido g II»* uando, come consecuencia el desprestigie de le F. a R. A; QemumaM' y de sus principios revolucionarios. El proletariado adherido, debo tener en cuihta a los indiuiduos que hoy desedificamos públicamente y obrar con decisión y energía, a fin de evitar graves consecuencias pare nuestra organización El amor que mucre Ya las últimas hojas rodaron por el polvo de los caminos. Los ár­ boles esqueléticos alzan al cielo sus ramas secas como en una impreca­ ción de duelo y de tristeza. Los últimos cantores abandonaron la selva y en los nidos cae, como en el campo, la nieve del invierno, cubriéndolos con su blanco sudario. En las almas se ha hecho el silencio y los corazones han dejado de latir para el dolor y para ia dicha. La intrusa parece haber penetrado en los más ocultos santuarios de la vida, apagando con su aliento la lám­ para votiva que ardía en sus altares. El cuervo fatídico de la desolación, venido dei pais del misterio, nos ha rozado con sus alas, ensombresiendo la luz interior que nos guiaba a tra­ vés de las tinieblas, para hundimos en la espantosa soledad de las cosas muertas. Es el amor que muere. e n I a u n iuH u ión d e r e p i o o a i io* . y act*rc a r * e a i P o d e r e . R a s la p a r a ili.» iiiL * i . ir *u d e s iu v id d o y su auro» e *a. E n t o j o i uà sv>, 1.1« u Il U U II'U llO r is eX ltf CI» V,m a J e u ta i aU1(JM d e q u e no e *là .» de«« UO d e >u 4 iiin .i y lo* i e p i u cO .i y HO IO* M uepta, .D em o s q u e e slr t* »»cutaa a* p u •» si ni Ululi u s *e h a c e i i m ite il ** v e c e s s in e i p 1 op ú * l IO de* 'U *vilil l i- , io * r.vVOlUUI o il.n IO* 1.« Ile c e * ili 1 Ilio* p a i a v o .v e i la c ò n i i a e»IOS o re«c o r d à i s c ia s M la llrtil. - s u b s c rib e n , d e '­ La* A g ru p a c io n e s q pué> d e d e ja r c o nsum e d e su s o lid a rid a d con los p eí 'C g u id o s, t su prole»!** con.* >u sim p a tía con t ía lo* peí *eguidore: lu ció 1> S o c ial e n to d o s lo s p aíses, la R. voto p a ia q u e s o d ie p a s e ésta y de ál so c ia lism o d e E*tado, c re e n un d e b e r llam ar con u rg en c ia a la p r o p a g a n d a C o m u n i'ta L io e ita u .t u e u m e n t e d ctim d a en la *egUMdud d e q u e lo* a c to s d el l'Od e r s •rá i s ie m p ie lo* m ism o*, y q u e »a no'O lioS a n h e ia u iO . sólo s o u i.A Ja J qu<* i* i a o del pud á e x is tir » j r e l iio í e p u c o t o t o n e *í pai a l u d a * las c u e -lto . a s , y p.n el i í peto in ú ta o —Sin goD iern o s q u e la* rup iota o, a p re te x to d e ->er re>p»»'i!*abl»*S d i su u*o o e je rc ic io p a ra i ó 'i d e d e te rm in a d o o r d e n lu e o u * eeii v v aaceió __............•„ c f c u . i l e llo s lU tt a é s e r lo m á s iia p o ila m e —d e to d a s la s - n u e iu d e s q u e húy s o n a i ú e n a z f i a * o f t a d f u W g i a v e m é u t e p o r t>* i n s f i t u l o s ’ c fc i l ’ o d t# , p r i n ­ c i p a l m e n t e l o s i r i ó u u a l e s y i ’t p o l i c í a . C r e e n q u e no p .ts u la v i o le n c i a p a r a d e s t r u i r u n l é g u n e n d e v i o le n c i a , y P *i o im p e ü i i e n e i f u iu r o n u e v o s d o m in a d - o e * ; y q u e l e g a r lo v io le n c ia o r g - n i z o j a e - d e c i r , io s in m u t o * d e í F .r u e i , c o n • M 't r u i n e . i t o y c o m o m e d io d e a ic a n Z o i i.te c o n q u is t a s d e ia n u m a m d a d , e * c.n .T e n e i m » *m o c l i c u l o v i c i o s o q u e m u g í r e g e n e r o - i ó » .a i p u c o lo , t u o i a d e s o * p a i l a m e m o s , m m i 't i o s , j u e c e s , c a í c o l e r o s o g e n d a i ih e s . l o d o lo q u e l u c i a d e O s lo e * h e c h o pd i e l p u e O lo , n o * p.t r e c e la ú n te « , i a i e a l c o n q u is t a l e v m u c to o a n a , y p o r e so r o c n a z u in o s y t r a t a ­ m o s u e d e * t i u i r la f é e n e l p a r la m e n t o , p a r a q u .i la p o n g a n lo s p r o l e t a r i o s en s u s o . g M iiiz a c io n tB y e n s u a c c i ó n ú n i­ c a m e n te . Comité A d n ln i á t r a t i v o BE li REPUBLICAUBENTUM V* y B d i to r d<? L A P R O T E S I A V i K i d d N A O u K & .tA . - U r u p o t U d o *L a A n to r c h a » . - t i r a p o E d i t o r d e « Id e a s» ( L a P U r a i - e -d a -O jo d e K a i a c io .ic s d e i« t u to n C o ,n u n is tu A a a r tu is ta A r¿ iitin a - C o .i * e jo d e K m c i o n e s d e .a » A g. a p . t . i o . i e s A o a r q u is ta * I s r a e l ita * . U .u o .i v -o .n a n » ta A n a r d u i 't » L o c a l d é A v e l la n e d a . t. i¿ a d e E - tiio a c io n K a e io n a i s t a . C ira p o E d i t o r » A rjlo a a u ta » A g r u p a c i ó n C o m a li s t a L i o c r l a r l a d e O d r e r o s B o a ,n s ta S - A g r u p a c i ó n S i n d ic a l L lO c i ta .l » d e t n p ic a d o s d e c o n c r e to . — A . r u p a c i o u A . i a r q a i n t t J e O C a r r o c e r o » - A * r a p a j to ti A l a r q . i i 't n d e O d r e r o » e n C a lz a d o . — .s»;rup .tc io a A n a r a n i s td d e O c a r p i n t e r o s . A te ­ n e o E s e n c ia » r t x n a m d a d d e l P o r v e n ir » >A v e ­ lla n e d a i — c e n t r o d a E s t a d i o s S o c i a l e s »Keg e n e r a c ió n » td e C a s te ilf n o . - C e n t r o E s t u ­ d i o s S o ia le » . P e d r o K r o p o t k m e » t u u n ú » E s ­ te ). - B i o n o ie c a P o p u l a r « A lo e rd i» ( A v e lla n e ­ da i A g r u p a c i ó n A i a r Q u i s t i «1 i e r r a y L i­ b e r ta d » — A g r u p a c i ó n A r t í s t i c a « A r t e y N a ­ tu r a » . El consejo de U F» O. R A. Comunista se ndWere a esta protesta colcotiY.» do »as agrapacione • turnantes, e:i solidaridad na:ia los ca naradas anarquistas y a.iareo-slodicalistas persegaidos y encarcelados por el gooierno ooldlieVique. Bueno* Aires, (A rgentíaai A g o sto 19 JI. N O T A ------ F e d u n o s a t ».la l.t pí en*« a n a iq u i-la dpi p aís y del e x tia n |e r o lu rep i o d u c c i ó i do e sto md»»if»c>lo. donos la díclia suprema de sus cari­ cias. Es el amor que pasa. El amor que huye Natura se recoge lentamente como en un velo de tristeza. Es la hora de la incertidumbre y la melancolía que anuncia el mortal minuto en que las ilusiónes se desvanecen. En e! confín lejano, como notas ala­ das arrancadas al pentágraina de la universal armonía, las golondrinas se alejan, peregrinas de la dicha, éfi bus­ ca de nuevos nidos donde Cantar sus amores. Ruedan por el polvo de los cami­ nos, ajadas y marchitas las hojas se­ cas, cual ilusiones deshechas, arran cadas para siempre del corazón de la naturaleza. Ya no se escuchan las notas crista­ linas de los alados cantores ni abren lujuriosas sus corolas las flores del jardfn. Se hace la noche en las almas; pier­ den poco a poco su calor de nido los corazones, y hay una mueca de te<)io y de a m a r g u e e n los rostros que an­ te s nos alegraron con Su sonrisa. La eterna canción En la desolación de las campiñas, en el hueco vacío de los nidos, en el yermo de las almas vuelve de nuevo a rimar su canción la vida. El bosque se cubre con sus mejo­ res galas, toman las golondrinas al nido abandonado, y hay un calor suave que convida a la dicha en to­ dos los corazones. ^ Y así siempre, en el correr del tiempo, pasan veloces los minutos de la dicha, las horas largas de la .an­ gustia, y la soledad y el silencio de las cosas que mueren, para que de nuevo el. amor, que es la vida, resurja bello y triunfante de sus propias ce­ nizas. G e r m in a l . Agradecimiento Cúmplenos agradecer al diario co- , munista «Justicia», el habernos dedi­ cado una columna y media para ata­ camos. Los ataques de nuestros adversarlos nos halagan, mientras que su aprobación nos causaría Un gran disgusto, porque nos colocarían en identidad de condición que a un Tucidides cualquiera. Reserve «Justicia» tranquilamente sus elogios para los tránsfugos, abra sus columnas para acojer todas sus elucubraciones mentales; nosotros nos sentimos honrados de no mere* cer tales honores y de ser llamados por ella pseudos anarquistas, puesto que para los comunistas los verda­ deros son los que cambian de casa­ ca a cada fase lunar. Reciba, pues, nuestro agradecí miento más efusivo. Divisas y caudillos*» En la vida del pueblo trabajador se observan diariamente ciertas mo­ dalidades que están reñidas con la lógica y la razón, pero que se acep­ tan por convencionalismo y apatía! Muchos hermanos nuestros, espe­ cialmente los trabajadores del cam­ po, veneran con fervor las tradicio­ nales divisas y rinden homenaje a los caudillos. Estos ejercen prepon­ derancia ilimitada, máxime si su si­ tuación económica es desahogada, aunque carezcan de capacidad inte­ lectual o de mediocre educación. En política es donde se nota ma­ yormente este contraste. Los caudi­ llos se imponen por sus torpes ma­ ñas y por su desvergüenza. Dominan cualquier situación y ejercen enorme influencia en las esferas guberna­ mentales. Manejan a un gran núme­ ro de trabajadores con una facilidad que desconcierta. Cualquier ilustre desconocido se hace elegir su repre­ sentante y luego dice due cuida y defiende sus intereses. Y no hay que combatirlos. Acostumbrados a que todos se sometan a sus caprichos, no aceptan la critica razonada y jus­ ta, porque atenta contra sus privile* gios. Y como desgraciadamente, muchos hombres están educiados para aga­ charse y rendir homenaje a divisas y caudillos, se sigue, por rutiná esta obediencia ciega y torpe, sin que un gesto de Yebeldía se haga sentir va­ lientemente. Pero esta situación es relativa. El pueblo productor ha sufrido ya mu­ chos desengaños y despierta de su modorra. Cuando levante airadamen­ te la cabeza será para desembara­ zarse de todos los zánganos de ta colmena social. ................ II FUNDAMENTO Y ACCION Et sindicato cumple—y si no cum­ ple, hacia ejlo debemos encarrilar nuestra acción — do» propóOÉre T o p o a t w funacar H b s tradamentales: el de colocar baiadores en situación s u p e ^ ^ para la lucha por la existencia en la ac­ tualidad, y construir la nueva socie­ dad libre, donde puedan los hombres gozar del pleno producto de sus es­ fuerzos. Cualquier organización que no desarrolle un» acción perfectamente acorde, procurando poner ante los ojos de los trabajadores un visión clara y concluyente de su misión presente y futura;, de su valor social como factor de riqueza y progreso ; que no propulse, en suma, el deseo humano de ser el propio actor de su felicidad, no cumple los propósitos esenciales del sindicato. Podrá llenar otras funciones, y hasta considerarse como organización útil a la vida y desarrollo de los trabajadores, pero la acción, los fines y propósitos, para ser tenidos con lógica como sindi­ cales, es preciso que satisfagan las exigencias de una colectividad siem­ pre esclavizada y explotada, tendien­ do, en progresión continua, hada su completa liberación. Lo que se denomina «clase traba­ jadora es la consecuencia de una injusticia social, de una aberración de los tiempos pasados, sustentada y sostenida por los privilegiados, mer­ ced a una situación de ignorancia primero, y de fuerza después. En una sociedad líbre e igualitaria debe desaparecer la expreaión "d ase tra­ bajadora* sustituida por ta de hom­ bres. Demostrar con exactitud esta in­ justicia social, creando los medios de eliminarla, es el fundamento básico del sindicato. Para la demostración lógica y ra­ zonada de los males sociales que flagelan y entorpecen la humana es­ pecie, deduciendo medio propios de emancipación, caben en el sindicato los elementos educacionales, como ser: las asambleas, los periódicos y esencialmente, la escuela para los hijos de los trabajadores y para los trabajadores mismos, ya sean de ca­ rácter técnicos o puramente instruc­ tivas. Esta acción educacional, serla la realización de la parte ideológica y moral del sindicato que, poco a poco, aunque seguramente, daría co­ mo resultado una nueva y mas fe­ cunda conciencia. Y a mi juicio cons­ tituiría la más intensa y proficua labor, puesto que capacitaría para una • acción material * más acorde con el momento actual, las necesi­ dades de los trabajadores y la cons­ trucción del porvenir. La acción actual de los sindicatos, .mejonsta exclusivamente, tiene una importancia muy inferior a la anterior, por razones inherentes al mismo es­ tado de ignorancia en que se hallan los trabajadores, que imposibilita una acción enérgica en pró de una trans­ formación social verdadera. Casi lo único que se realiza, gira alrededor de una minucia en el aumento de jornal o en la conquista de la ¡orea­ da de 8 horas, conquista por otro la­ do hecha a base de cruentos sacrifi­ cios, cuyas ventajas no compensan ni remotamente, el esfuerzo realizado. Esta inaaficiencia que notamos en los sindicatos es debida sobre todo ■ un error de origen, propio • toda nue­ va institución, caracterizado por no cumplir máa que fines m ejorólas in­ ■ * Mfc mediatos, sin una visión perfecta de su verdadera acción futura. El sindí­ calo hasta hace poco, sólo cumplió funciones defensivas que lo coloca­ ron en uño de los tantos colaboradoniamos al capital. La acción realizada, no tuvo como propósito la conqiM » de posidenes ventajosas para los productores • cos- w jv m v M JUAM PUBBLO. ■ Interpretación Sindical táSTOR « ttvsrtM C tfel ijm i mos productores. Cuando se exigió una mejora, no se exigió perjudican­ do con su conquista* al capital, sino por el contrario facilitándole un bene­ ficio mayor, comopor ejemplo, at pe­ dir un aumento en el iornal, siempre quedó librado al capitalista para au­ mentar también el producto, con lo cual la mejor, ganada se esfuma en el aumento de precio de la cosa ela­ borada. Y hay que tener en cuenta que, mientras las conquistas obreras no disminuyan el privilegio capitalista, la situación de los productores no cam­ bia. Ganarán más, o la jomada podrá ser más corta, pero la situación de esclavo y explotado será siempre la misma; la situación de injusticia so­ cial perdure y la emancipación no se­ rá más que una frase. Ello fué debido a la creencia aún arraigada, en la eficacia de la acción barullenta y de «ejercicio revoluciona­ rio», posponiendo los medios menos efectistas aunque más electivos, de la acción educacional con tendencia a colocar a los obreros en un plano superior, ya sea por sus conocimien­ tos técnicos, como por su elevación intelectual. La conciencia obrera es, y debe ser, la fuerza motriz y directriz dé­ los sindicatos. La unión, no hay duda, constituye una fuerza, pero cuaudo la unión se realiza sobra bases de conciencia sobre et conocimiento de la misión que cumple el' trabajo én la vida y sobre et anhelo de bastarse a si mismo, entonces la unión adquie­ re el carácter de una fuerza transfor­ madora y et sindicato, toma relieves de ser ef órgano especifico de hr re­ velación. Las direcciones extetnas están de mas y las coerciones internas sobran. J osé A. G risolIa . ¿HHIKMGIl B MILI K ? Creemos que la prensa—por ló menos la nuestra—ha de tener una misión un poco más alta que la de desvirtuar los hechos, para poder sostener más fádlmente una tesis cualquiera. Creemos que no es ho­ nesto mutilar o adulterar la opinión de personas que por su inteligencia y por su influencia pueden torcer el pensamiento del lector. Creemos que no es honrado cerrar los ojos ante la verdad para poder crear el con­ fusionismo, en las ideas con propó­ sitos inconfesados o inconfesables. Todo esto está aconteciendo con referencia al actual gobierno ruso. Con el pretexto de defender I» re­ volución—qne nadie abseliWwente ataca—se tats lffcan lo* hechos, se tergiversan los más claros pensa­ mientos de los maestros, se adidtera la verdad y se cierran las columnas de los periódicos a los compañeros más autorizados de aquende y sitende el Océano, para sostener una fic­ ción y una mentira!. . . En algunos casos—dada la menta­ lidad de fes que tal cosas hacen— el hecho podo atribuirse a Ignoran­ cia. Pero la ignorancia que a» «nor­ me entre ellos, no lo es en (todos. Además ¿cómo alegar ignorancia, cuando se extracta an párrafo, qno, separado del articulo al q * f pertene­ ce, puede servir a la propia tema, y luego, se culta él. artfeulo siguiente que adata y precisa e l »stertorr A eso no s e te puede llamar Ignoran­ cia, sino picardía y mata te I. Y cuando esa picarla y esa mata . fé ta usan personas que - pretendan dictar a las masas; cuándo esos me­ dios desleales los vemos e n mano» de tos qne pomposamente t e llammt puros y honrados, entonce» leñem os la medida exacto dereu veta» » era l y comprendemos que selrnneafe e n ­ tre individuos de e sa « taita pneite tener asidero ta i d « d e ta - a i » a ræ æ c a f e En tama revolucionarios. Así que para Udes., revolucionarios de la sexta jornada Sh -vio .—Ya le he dicho, compañe­ resulta burdo decir «si los anarquis­ ro* que nosotros, comunistas, deplo­ tas hubiesen hecho la revolución.» ramos sinceramente el tiempo que S.—No quiero con esto atribuir a hemos perdido en politiquerías y en ios comunistas la exclusividad de la luchas reformistas, ahora... revolución, pero ¿qué habria sucedi­ Rodolfo.— Se sienten tan revolu­ do si los comunistas no hubiesen or­ cionarios que quieren dictar normas ganizado los guardias rojas, aplasta­ y leyes de cómo y cuándo tendremos do los cuadros defensivos de la bur­ que hace» esta revolución bajo la guesía, concentrada la fuerza de sal­ guia del recién nacido partido comu­ vación en los soviets que son la ex­ presión especifica de los trabajado­ nista. S.— Tanto como eso, nú. Nos he­ res? Nosotros, los comunistas, y los mos separado dei partido socialista anarquistas que pensando como nos­ para alejarnos del oportunismo cola­ otros, se han puesto honradamente boracionista y dar nuestras activida­ de nuestro lado, somos lógicos, con la férrea lógica del materialismo des a la R. S. qué se acerca. R. — Arrivistás siempre. Fueron histórico, muy superior por cierto, a ustedes tevolucionarios en el periodo la pretenciosa consecuencia de mu­ romántico del 48, colaboracionistas chos anarquistas que en muchos ca­ en el periodo 1 8T 0-I914 en que la sos no hacen más que disfrazar la burguesía tenia bien asegurado su cobardía moral de no querer reco­ yugo sobre el proletariado, aplaudie­ nocer el propio error. R.—Es cuestión de cara dura, ca­ ron a la revolución de Kerenski, titabeároft por aquella de Noviembre, son maradas: hace cinco minutos Ud. re­ comunistas revolucionarios, hoy por­ conocía de haber militado en un par­ que es el partido comunista que tido político antirevolucionario. La Revolución Rusa y el viento de re­ mangonea ^revolución en Rafia. Vicente.—L’o importante para nos­ vuelta que sopla en todo el mundo, otros'es que,ellos también quieran con una soberana patada los empuja la R. S. Para hacer la revolución se hacia nosotros, hacia los empedernidos « conservadores de la revolución ». necesitan revolucionarios... Llegados a medio camino nos llaman R. —Si, pero será* bien que sepa­ mos de antemano dónde vamos, si «cobardes» porque no tenemos el hacia la libertad o hacia la tiranfa, si valor de dar cincuenta pasos atrás haciendo la revolución emancipare­ para juntarnos con Udes., con los mos a la humanidad o haremos el puros, con los que encarnan . . . la juego de unos cuantos^,. dictadura en Rusia; la dictadura digo. 5.— Y es eso precisamente lo que jam ás la Revolución Social. no hacen ustedes. ¿Qué pasó en Ru­ V.—Nosotros, los anarquistas par­ sia cuaqdo los comunistas liquidaron tidarios de la dictadura, entendemos al régimen burgués? La destrucción con ésta «la concentración de la del estado fué relativamente fácil. fuerza salvadora en manos de los Según ustedes, quedaba el camino soviets, de los consejos, de los sin­ abierto para que todos y cada uno dicatos». No hablemos de lo que pue­ fuesen ¡gastes, No hada falta ya ni da pasar en Rusia: admito que allá Estado ni autoridad. pueda haber errores.. . V.—Es Itultfl que hables de Estado R. - No, compañero, hay que ha­ y de autoridad en ttempo .de revo­ blar de la dictadura rusa, y ¿cómo nó? Si no hay otra dictadura que dis­ lución... S. —Si tú te declaras partidario decutir, aquella es un hecho tangible; Una nueva traición la dictadura, no veo por qué debes e s a ella que defienden los comuuistas preocuparte tanto de la palabra Es­ y los «anarquistas que honradamente tado y autoridad, a menos que no se han puesto del lado de ellos. pienses en una dictadura que no Cuando los soviets barrieron con el La tnlerslndical de lengua española tenga autoridad!... gobierno de Kerenski, no se hablaba en Francia V.—Yo concibo la dictadura en de la dictadura, ésta se sobrepuso a a los sindicalistas del mundo este sentido: que como serán los aquellos y los aplastó, cortando las revolucionarios en dar por el sue­ alas de la revolución... lo con el régimen burgués, debe­ V —Permítame, insisto en que la CAMARAD AS : mos de ser también nosotros revolu­ dictadura que nosotros concebimos .Al abrigo de la represión española cionarios trabajadores los que hemos debe ser transitoria. .. contra nuestros hermanos sindicalis­ de tomar la iniciativa de. la organiza­ R. —Y yo vuelvo a repetir que no ción de la futura sociedad por medio podemos discutir la dictadura co­ tas de Esparta para forzarlos a cam­ de lo* sindicatos obreros. mo cada uno la concibe en su cabe­ biar los principios de orientación sin­ R. —En ti, tal vez podrá haber unaza. Ahi está la dictadura rusa con su. dical, los cuatro delegados al con­ confusión de concepto, o mejor de terror, ahi están los comunistas que greso sindicalista de Mascú, encar­ palabras, pero en Silvio, nó. Los también la aprueban con su terror y gado de contribuir a la fundación de anarquistas pueden muy bien ser con cárácter transitorio para dejar pa­ la Internacional Sindical Revoluciona­ partidarios de un régimen en que el rir después... no el libre acuerdo, ni ria, han traiciónalo los principios de proletariado regule por si mismo su el autogobierno.., pero sí, la gran má­ la confederación del trabajo espartóla y los deseos de ta clase trabajadora vida por medio de Consejos o de quina estatal... comunista. Soviets (entiendo por éstos, asocia­ S. —Que asegura las conquistas re­ organizada. Ellos llevaban el mandato imperativo de defender la autonomía volucionarias. ciones de libres productores)... sindical y bajo ningún pretexto, su­ S. —-Y eso, instantáneamente, de R. —Si los soviets llegaron a la ex­ acuerdo con la libertad absoluta! Eso propiación del suelo, del subsuelo, de bordinar el sindicalismo al partido se podia pensar antes de la Revolu­ las aguas etc. los dictadores comunis­ comunista. En el caso de que su situación ción Rusa, pero ahora, con la ver­ tas no creyeron oportuno proceder a dad palpitante a la vista!... la abolición de !a propiedad privada. fuera difícil de sostener, frente a las K.—Vds. a la libertad absoluta no Para ellos era demasiado temprano. concepciones de los demás delega­ Se conformaron con quitar a la bur­ dos, debían abandonar el congreso y han pensado ni ahora ni nunca. S.—¿Qué sucedió a la revolución guesía los privilegios políticos. No po­ retomar a Esparta, para continuar la rusa? El ensueño" anarquista no se dían Votar los burgueses, les quitaron obra de educación y organización, realizó. Los burgueses, ni los gran­ esa gran satisfacción, pero los dejaron hasta que una comprensión más neta des, ni los pequeños, se sometieron vivir del trabajo ajeno. Los del par­ del sindicalismo permitiera tentar de al nuevo régimen. ¿Si ios anarquistas tido Imperante eran y son los chupóp­ nuevo organizarse internadonaimente, antidictadores hubiesen hecho la Re­ teros y la burocracia que es tan le­ sobre un terreno Federalista econó­ volución, qué habrían hecho frente gitima emanación del proletariado co­ mico. Apoyándose sobre quien sabe que a la resistencia primero, y-al contra­ mo lo eran antes los representantes ataque después, de la burguesía? del pueblo. Y ese proletariado orga­ influencias, estos cuatro delegados, ¿Habrían tal vez predicado la belleza niza todavía huelgas, es victima de han tomado sobre sí la grave respon­ de la vida sin autoridad, ni Estado? los loc-kout y continúa a sufrir bajo sabilidad de firmar una moción refe­ R.—Ante todo, amigo, sepa Vd. las garras del burgués y del partido rente a la orientación sindical que que la R. S. en Rusia no la han he­ que, según ustedes, afianza las con­ difiere totalmente del método que anima nuestra C. N. T. y por la cual cho ni los anarquistas, ni mucho me­ quistas de la revolución. centenares de nuestros hermanos han nos los comunistas. La Revolución S. —Las conquistas de las más al­ la hizo el pueblo empapado de tas cumbres de la libertad no son po­ pagado con sus vidas la integridad los principios revolucionarios que fer­ sible de inmediato. Sólo la dictadura de estos principios. mentaron en gran parte por la le­ puede alcanzarlas; y quien está contra No es esta la primera vez que en vadura anarquista y en parte (hablo ésta, en la hora de la batalla final es­ Esparta, con ayuda de circunstancias de Rusia) por las teorías socialistas. tá contra la revolución. confusas, ciertos elementos han tra­ En todo el resto del mundo, los co­ R.—Esa es una afirmación que so­ tado de desviar nuestro organismo munistas de hoy, colectivistas ayer, lamente ios revolucionarios de papel hacia un reformismo más o menos han siempre saboteado los principios maché pueden hacer. Honradamente disfrazado; pero, en cada ocasión, la * » ' dictadura los anarquistas no pueden apoyar esas ideas. Los que lo hacen reniegan de sais principios fundamentales. La dic­ tadura presupone que la R. S. haya triunfado, porque seria ridiculo pen­ sar en una dictadura proletaria bajo la reacción burguesa. Hemos siempre dicho que es im­ posible crear una institución con ei fin de destruirla; que las instituciones burguesas no son malas porque sean malos los individuos que la integran, sino que son malas en si mismas. ¿No será la dictadura revolucionaria (lin­ da antítesis!) una patraña igual a la paz armada de los gobiernos? ¿Qué nos trajeron los ejércitos sino la gue­ rra? Y en tiempos de la guerra ¿No se hacia la guerra para matar a la guerra? ¿No se crearon ejércitos podero­ sos para destruir al poderosísimo ejército alemán, para luego ir todos al desarme? ¿Cómo es posible crear una máquina tan potente para des­ truirse a si mismo? Nosotros decía­ mos que eso era una mentira, un engaño, y asi ha sucedido; a1 mili­ tarismo alemán se ha sustituido el francés, reforzando en consecuencia el navalismo inglés, el japonés, el americano, etc. Es ley de la natura­ leza: la función crea el órgano. To­ do gobierno se jacta de ser la ema­ nación del pueblo, de defender la igualdad, la justicia, el derecho, etc. ¿ Cómo puede la dictadura rusa escaparse a esta ley? ¿Y cuál tiranía no puede ejercer esta dictadura que reúne en sus manos tal suma de po­ deres que ni el mismo zar tenia? S.—Se diría que usted no hablara de la dictadura proletaria o que usted no fuese proletario. Como tal a usted siempre más le conviene nuestra dictadura que el régimen en que vivimos. R.—Desengáñese, soy tan proleta- rio como usted y revolucionario mu­ Desde el Cerro cho antes que usted, y tai vez en estas discusiones no pondriamoa, nos­ otros, tanta pasión si no fuese por LA6 PIEDRAS los sentimientos de solidaridad que En todos los tiempos ha sido, la abrigamos hacia nuestros compañero« piedra, el arma o la herramienta del rusos, que soportan todo el peso de que habita las montañas. Los primiti­ la dictadura comunista, con sus per­ vos la tallaron para hacer puntas de secuciones policiales, cárceles, y torturas y, además, las calumnias que flechas, puñales otros, raspadores y hasta hachas con largos cabos de palo. propagan los comunistas. ¿ — Es que no hay que tragarse El sílex en ese entonces, era como todo lo que publica la prensa bur­ el acero de hoy, y los hombres lo guesa, que busca crear el divisionis­ llevaban a sus grutas, a sus cavernas, mo en el campo revolucionario. Us­ dormían con él empuñado para de­ ted no estuvo allá y no puede saber fender su vida de toda fiera salvaje, Pasaron tiempos, y las piedras que lo que hay. Eso es como la cuestión del hambre que pasa ahora el pueblo ayer tallaron hoy llegaron a pulirlas, y construyeron taladros, punzones, ruso. Son todas mentiras de la bur­ peines y algunos objetos de arte. guesía... Pero apareció el acero, y (a piedra R, —Esa es una manera infantil de destruir argumentaciones. Antes tam­ dejó de ser el puñal, el raspador o el poco, nunca habíamos estado en peine, y se trocó en la bola arrojadi­ Rusia y sin embargo protestábamos za para el pastor que espanta a todos de la Urania del zar. Querer negar los lobos, retorna a las majadas de el hambre de ahora, que es conse­ ovejas o de cabras, en las montañas. Hoy, es el arma todavía de los cuencia inmediata del régimen de Lenine es bastante pueril, máxime muchachos de aldeas o de pueblos como este Cerro. Sí, en los casos de cuando los diarios de ese mismo partido publican las noticias origina­ revuelta, la piedra silba en la oreja rias de Rusia y los detalles de la» del milico en las guerrillas, estalla y gestiones del gobierno bolshevique rempe la crisma o la cucúrbita, al para la organización de los socorros. carnero o al soplón; y la madre, la hermana o la novia, la guardan como S. —Es mucho más fácil criticar que accionar. Hubiese querido verlos un recuerdo, como una historia, a la a Vds. en las dificultades que aqué­ piedra ensangrentada con que ei hijo, llos lian tenido que capear; a Vds. que el hermano o el novio, mató o hirió tienen la teoria del azar, del sin mé­ a un traidor, a un enemigo milico... ‘ Otras veces las piedras dé estos todo... R —No, ya le he dicho que el Pueblitos, llegan a la ciudad, pasando hambre es consecuencia directa del de mano en mano, de Vidrio en vi­ régimen autoritario y esto se puede drio, hasta llegar a las grandes y demostrar; en lo que se refiere al relucientes vidrieras de los burgue­ método, también nosotros lo usamos... ses, que en los primeros de Mayo, continúan de puerta abierta. Y enton­ S.—¿Seria? i R .—Hablaremos de esto en otra ces esos burgueses guardan las piedras oportunidad. ¡Hasla la vista! 1 también como una historia: la historia S anta Bárbara "j del vidrio roto; como un recuerdo: recuerdo de la venganza que hicieron esos obreros a quienes ellos humillan todos los días en el tallero la fábrica. La piedra en esos momentos es vengidora; sigue siendo siempre el armo, armo de pueblos rebeldes que no quieren ser esclavos. voluntad enérgica de los trabajadores ¿COMO PACHECO? los ha arrojado de su camino. En la actualidad, que nuestros me­ Fueron muchos compañeros los que jores propagandistas d.M sindicalismo viendo a todos nuestros trabajos di­ han sido asesinados, desterrados o jeron: «Tienen mucho de Pacheco en deportados, se ensaya nuevamente su estilo y en el modo de atacar*; cometer una traición. otros dicen que es lo más malo que Y bien, con todas nuestras fuerzas tienen; porque aquél se va en floreos gritamos: No! Ayer como hoy, como como un cantor ¿o guitarra que tie­ mañana, estamos firmemente resuel­ ne pésima voz, y que nosotros ¡señor! tos, malgrado todos los acuerdos to­ peligramos en quedar posesionados mados por los apóstatas en Moscú o de sus floreos... en otro lado, a no dejar desviar un Algo hay de. allego a Pacheco, es solo punto, la táctica de nuestra or­ verdad, pero solo en el estilo, vale ganización. decir guitarreo; porque llegar a su es­ En Esparta la C. N. T. continuará píritu. .. ¡Cualquiera llega! por la Via que nuestros antecesores, Demóstenes, cuando copió ocho muertos en holocausto de nuestros veces la «Historia del Peloponeso», de principios de lucha de clase le traza­ Tucídides, era solo para poseer su ron y que nos lleva rectos a la Re­ espíritu, el griego aquel fué el más volución Social. ilustre orador, y este otro ya había En tanto la organización obrera es­ sido el más grande historiador de to­ partóla. tome una resolución y la ha­ da la Grecia antigua. ga público contra sus detractores, de­ Pero, ¿llegar a Pacheco, querer claramos nulos todos los acuerdos y hacer un «Cartel* a su manera, aco­ compromisos que los intrusos hayan gotar a un burgués como él lo hace, podido firmar a nombre de la Confe­ o cantar sus vidalitas? ¡Es difícil! deración Nacional del Trabajo Espa­ Antes hay que ser gaucho, cruzar la ñola. pampa diez veces, montar en potros, E l C omité. pialar baguales y haber estado en la Pídese la reproducción en la pren­ yerra, metiendo marcas y quitándole a los toros lo míe les cuelga... Hay sa sindical. que ser gaucho! Si él viera nuestros trabajos diría que de él no hay nada a no ser las IM PO RTANTE intenciones. Y ya lo vemos corregir­ nos, gritarnos, como en un rodeo: A~LOS COLABORADORES ¡Ché, muchachos, allí no más, tum­ ben pues, doblenlé esa cabeza, pisen Rogamos a los camaradas que en­ la guampa, y esa cola entre las patas, vían colaboraciones para “Trabajo1^ voy con la marca y el fierro! Y enca­ jándola sobre el cuadril de la bestia quieran remitirlas antes del domingo; chamuscando el pelerío hasta llegar en el cuero, queda la marca estampada. de otra manera llegarían tarde y di­ En este caso, Pacheco vendría a fícilmente podrán ser publicadas en el nosotros, enarbolando un «Cartel» en periódico de la semana venidera. el palo de su pluma, y nos diría: Además, las colaboraciones, deben «Asi se hace ¿vén compañeros? Y después, dando una vuelta, haciendo venir con letra clara y sn cuartillas votes su poncho y terciando a la escritas por un solo lado, tratar de guitarra a su espalda, nos gritaría, desde encima de su potro: ¿Salud y asuntos de inferís general y evitar aprendan, muchachos, porque yo ya me voy yendo!...—J osé M. Fbrreiro. en lo posible, los ataques personales Vida Internacional PRINCIPIOS, OBJETOS Y METODOS D epartam ento de Servicios Públicos - 600 D E LA I. W. W. U nión Industrial de empleados de Sanidad y Salubridad, Número 610 Unión Industrial de Cam ineros y Atendentes d e Parquea, Núm ero 620 Umón in.iu trlal del P rofesorado en G e ­ neral, Sim ilares y Anexos, Número 630. U sión Industrial de empleados del C u e r­ po de Distribución G eneral, Número 640. Unión Industrial Empleados del C uerpo de Utilidades Públicas. Numero 650. Unión Industrial de A rtistas teatrales, Si­ m ilares y Anexos, Número 660. C a-i to d as e sta s uniones han progresado asombrosam ente en el número de sus m iem ­ bros. D e-de el principio de o u e s t'a organi­ zación hemos extendido aproxim adam ente un millón de c artas a otros tantos miembros pero (lo todos coutinúan con* nosotros. Muchíai nos de ellos han pasado a o tra s indus­ trias que a nosotros todavía no nos ha sido posible organizar, otros han abandonado e s ­ te país, un gran número de ello- ha caído a n l a gran ca* m eería europea y finalmente , infinidad d e ello* se encuentran esparcidos Am ericana del Trabajo, D epartam ento M anufacturero y de ’ Producción G eneral—400 v Unióa<4mlHtfrtal d e Hihidene* y Tejedo­ res. Ném ef» 410. Unión Industrial de Ebanistas y Sim ila­ res, Número 420. Unión industrial de Químico», Similares y Anex os« Número 430. Unión Induvtrial de M etalórgicos, Núme Unión IndnstRelde Empleados d e Impren­ ta, Casas Editoriales y Similares, Núm e­ ro 450. / • Unión laduerrial 'del- Ramo de Aumenta­ ción e Industria Tabacalera. Número 460. Unión Industrial da Trabajadores en PieM & M N ta e n r m U . *Vitbieroe f Loceros, D epartam ento de Tramároste y Comunicaciones -300 Unión Industrial del Transporte Marítimo, N U¡óañ U dutrial d . F*rr»vl.elo. N * e e to ' Unión Hidnstrial de Telégrafos, Teléfonos y Similares, Número SXX Unión ladestrtaldel T ra sp o rte Municipal. «» !•« * • ¿«ttflcJo s a r i abandonar aaa Irrtaortoa aétoáoa » colocaras a nuestro lado ea Una S o ta * Gran­ de Unión. •u ro p eas en Ru mayoría han Venido ad o p ­ tando formas semejan* s, tal como ei Sin dicato Unico en Esparta y Portugal y .as Federaciones de Industria* a a F ran cia, Ita lia y o tras regiones. En Rusia la rec o n stru í clon industrial en su form a p r é d ic a es t a ­ sada en los principios del unioaismo Indus­ trial, con 3.500,600 trabajadoras y produc­ tores organizados industridlinente en Unio­ nes de acuerdo con nuestro pian y con el objeto de estudiar, organizar y controlar silos mismos sus respectivas industria-*. INFLUENCIA DE LA L W. W. La fuerza numérica de e sta agrupación no representa correctam e ite el poder del inovimieut > por ia organización industrial de los tra tala d o re s. M ientras que el cuerpo de esta orga lizació i es tai Vez relativam ente pequeho por sí mismo, s i progenie e stá to­ mando posesión del mundo entero Miembros y fíale« sim patizantes de la I. W. W , errando cual paria« por luengas tierras luchando por la miserable existencia, muchos d e ellos deportados d e p aíses en los cua es crey ero n en co n trar iioartad y justici t y otros expulsa loa d e su b a rra n a­ tal. esparcidos p o r todas p artas dei orbe, han llevado cual modernos apóstoles nues­ tro verbo d e Educación, O rganización y Em ancipación y los á c ra tas principio« de eaeetfo libertario Preám bulo, llegando al d e Anaconda y Atizona, en la monótona Vi la de los pr »Utico« taliere« detroireflo« de Henry Ford, en tre los brutalm ente explota dos pescadores de Alaska tal Cv*n * al calor d e los toe Jos en las vastas fundiciones de • G ary, entre los cortadores de cufia dulce de HaWaii, en las caen as hu leras asturia ñas, como en el incesante batir en las em ­ pacad »ras de Chic ido a la vez que en el histórico castil o de Monljuich, en la cárcel modelo de Cádiz »*n las tétricas maz ñor ras de LeaVenWorth y en las innumerables e inqu siioriales prisiones chilena«, en las mo­ derna« urbe« p r »Jetarías de la gran Rusia, en los*grandes ingenios cubano», en les ex­ tern as pampa« argentinas, en la región pe troiífica de Tam pico y en los inmenso« y nó o a campo« agrícolas de la exhuberante C a­ lifornia, —en fin, en tre trabajadores de to ­ das las faenas, en tre p riso n e ro s p di ticos por d iferen tes causas, en todas la« indus­ trie» y en to la s la» t»err«s ae encuentran miembros y sirap »tizante«, defensores y pro ­ pagadores de la I. W- W. y »as principios. Y d Mide n > llegan nuestros compeleros llegan nuestros heraldos en variada y rica * profusión de idioma«, anuncia »d > le ráudt e irresistible proporción de nueátro* idealee d e uno a otro coefin del muodo. LA I. W. W» Y EL • SINDICALISM O CRIMINAL • desarrollo de la misma. M uchos de nuestros miembros se encuentran encarcelados bajo tan falso como ridículo pretexto en espera de sus respectivos juicios, i pero si es que todavía queda algún sentimiento de justicia en las cortes de este desdichado país, no dudamos de que estos cam aradas serán todos ab-ueltos. ! Nosotros no somos crimí­ nale-! To ios aquellos com pañeros condena­ dos b a j» la ley del espionaje o ia del sind u a lis m o crim in a l no son más ni menos criminales que lus hug »notes de Francia o los abolicionistas de e ste paí«. No son otra cosa que aoetenedorea de un elevado idea­ lism oM IEM B RO S D E LA . * I. W . W. EN CAR CELADO S Esparcidos por las cárceles, penitencia­ rías y campo* de detención a todo lo largo de le república se eacu eo tran desde loe doe o tres últ»m<>s años aproxim adam ente unos do« «sil mifcinbros de nuestra nsociacióa Varios dle ellos están condena Jos a c a ­ dena perpetua, otros de uno a Veinte a to a de prisión, mientras que el realo permeaec a n enea »celados por ; i«mpo indefiaul» en espera de aue oorreepoadiente« ju ic io # u ór­ denes para se deportación. A estos ndemprestando toda la ayuda que _ TRABAJO LI F. 0 I. II. If SUS EHEMIIOS No nos torna de s o r p r e s a el dis­ gusto con q u e miran a T r a b a j o lo s comunistas, al igual q u e lo s demás políticos. En sus columnas se defien­ den los principios sidicalistas liberta­ rios que excluyen en absoluto la intromisión de posibles desviaciones políticas en el seno de nuestra orga­ nización. Más aún, no dejan margen para que prosperen las ideas autori­ tarias de ciertos elementos seudo anarquistas, que pretenden conciliar la idea de gobierno con el espíritu ampliamente libertario de nuestro pacto federal, valiéndose para ello del principio de la dictadura del proleta­ riado, que no es tal, sino la imposi­ ción despótica de un grupo más o menos numeroso del mismo. El ataque que llevan a nuestra hoja los politicos de « Justicia», coincide en un todo con el que vie­ nen realizando en contra del Consejo Federal de la F. Ü. R. U. los com­ ponentes del grupo dictador salido de nuestras propias filas. . Sin embargo, en honor a la verdac, debemos confesar que la actitud de los comunistas aventaja a la de estos últimos en caballerosidad. A pesar de injuriarnos, no han lle­ gado, hasta el presente por lo menos, a esgrimir contra nosotros las armas viles de la calumnia en cuyo manejo son maestros lus anarco - dictadores. Pero lo esencial es que unos y otros persiguen el mismo fin, supeditar la organización obrera a la acción de los politicos, formen estos partidos o camarillas indefinidas, pero inspiradas por una idea central, que les es co­ mún a ambos, la de adueñarse del poder para imponer a los trabajado­ res su soberana voluntad, descono­ ciendo de hecho la voluntad obrera y la fuerza directriz de su organiza­ ción. Los políticos y los seudo anarquis­ tas defensores de la dictadura, he ahi los enemigos de la F. O. R. U, y de su Consejo Federal, que quiere librar a la organización obrera de la influencia de los malos pastores que de ella pretenden adueñarse. Ténganlo, pues, en cuenta los tra­ bajadores organizados. Ei C o n s e jo F e d e r a l . TRIBUNA UBRE CARTA ABIERTA Paysandú,, Ago to 24 1921. Com pafleros del C. de K. de A Anarquis­ tas. — M ontevideo — jSalud y Anarquía! En nuesiro -poder, la Vue-tra del 4 de Agosto, que fué puesta a consideración de l<>8 Compañeros de esia localidad, en Asainb.ea real zada el 18 del ctv. quienes por unanimidad, resolvieron ratificarse en lo i x puesio en nuestra prim era carta. Y ahora, entrarem os a razonar un poco, ya que los térm inos en que está redactada la vuestra, . nos obligan a ello. Sonto. enemigos de polemizar, sobre un tema tan discutido y sobie el cual, algunos compañeros dei rocharon el producto d> su ingenio; otros, lo obscurecieron con sns so ­ fismas y capciocidades; y los ú ltim o s,-q u e son los más —lo desfigura'on com pletam en­ te, con sus pomposas y pobrisimas a gu mentaciones, producto de una crasa y p e­ dantesca ignorancia P e ro , com o en V uestra c a rta , p a re c é is ein peñado? en e x p lic a rn o s c o s a s e k m e m a lís im as, que h a c e ru to ’ las -s a b e m o s ; y tam b ién os p eím itis m a n e ja rla H is to ria a e s c o b a z o s , in te rp r e tá n d o la co n un c r ite rio , q u e m ás p a ­ r e c ie r a ia o b ra c t r e b i a l d e un p o .V o ru n io y ñoño p ro f e s o r h u rg u é -, que la a u d a z y re a lis ta , "de un p e n s a d o r d e s p re ju ic ia d o ; nos Vemos en la n e c e s id a d d e ro m p e r n u e s tra norm a d e c o n d u c ta y re p lic a ro s . Y bien, al grano. N osotros os decíumos que como anarquistas, no tenem os porque propagar la dictadura del proletariado ni eila debe figurar en las plataform as de nues­ tras instituciones, ya sean culturales o re Voiuciunarias- Asi lo creem os. Veamos por qu.: No es que nos asu-ten las palabras, como lo pensáis pues estam os cúranos de toda clase de sustos, ya sean divinos, humanos, infernales o dictatoriulistas; puesto que te ­ nemos plena confianza en la acción del pue­ blo de estas regiones, que habiendo e je rc i­ tado las más diversas instituciones estatolátricas, encarnadas en el principio burgués, de gobierno del pueblo por el pueblo, sin tesis de la> organizaciones dem ocráticas; y que en la realidad no tué otra cosa, que el gobierno de una minoría; mañana, cuando haga ?u revolución, aleccionado por las en­ señanzas que hoy cosecha pondrá todo ?u empeño en c o itarle las uñas a lo-, nuevos gobernantes, que, escudados, trós la Vaga y confusa form ulita ue dictadura del p roleta­ riado, in ten tará erigirse en la nueva casta privi egiada de los »insustituible-.« y los «prohombres», ávidos de mando y predomi nio. Y por práctica, tan ineficaz como in­ servible-, son para el progre-o social, todos los organismos fundados s o b ie di-c p inas y autoritarism os como la dictadura en cu es­ tión, p. se h todo lo que digan en su contra, sus más sinceros detensores. No nos asustan, pue». las palabras ni las fo»mulitas, en cuya ditusión. pierden triste ­ m ente el tiempo, tantos anarquistas; y co n o ­ cedores profundo , como somos, uel alma popular, de la id osincracia y tradi ión his­ tórica — desfigurada p..r los inte ectuales burgueses - de los pu< bios de Améri a, especialm ente el arge« tino y uruguayo; fac ­ to re s preponderantes éstos que no podemos ni debémos olvidar los revolucionarios a n a rq u is ta . para el mejor éxito de nuestra propaganda ¡.teológica y nuestra acción in­ surreccional y levantisca; es que rechaza­ mos esa declaración, que vosotros estáis einp* ftadós en m antener, ann en contra, de los más prim ordiales recursos de una buena táctica, al mismo tiempo que, en homenaje a un desinteresado y noble espíritu de- s a ­ crificio. C reem os que ia lucha de clases ha sido y es, ¡mañana quien sabe! el poderoso dinamiento que impulsa a la Humanidad, hada sus deslumbrantes destinos; y lucha de c a ­ se, no ea otra tosa que una guerra implacabla, desesperada, hasta el triunfo defini­ tivo da la clase o p rim ía y explotada. D é ah/ que conceptuemos impropio, torpe y ri­ dículo, las preocupaciones de machos aner quistas de ponerle sombrero a un niño sin cabeza, que no o tra cosa viene a se r la tan cacareada dictadura, cuando todavía la revolución, sigue siendo una esperanza. Hoy le toca a la clase trabajadora, el turno de m aterializar una com pleta renova­ ción de todos loa Valores y sistem as exis tentes; claro es que cuando la transform a ción sea realizada, no tendrá consideración ni miramientos con os que pretendan a rr e ­ batarle sus legitimas y sagrada* conquista*. Pero de esto, a organizar desde ya, cuan­ do todav/a no sabem os qué modalidades y características particulares, asumirá la R. Social aqui, una rumbosa y .-portuni-ta dic tadura con toda su funam bulesca carabana de dictadores, comisarios y demás ad ié te 'e s. hay senci.lam ente una trem enda diferencia que no podrán palparla, los que por igno­ rancia la pregonan, o los que la sostienen impelidos p..r una desmedida ambición de aspiraciooes subalternas e inconfesadas. Como an a'q u istas, lo que nos debe inte­ resar ardorosamente, es el n o d o de npresurar la revolución en estos lugares, pues­ to que 'O conseguirem os si nos proponemos alcanzarlo. El m-dio está a nuestro alcance: todo cons ste en realizar una acción sistem ática y coherente, que aplicada con inteligencia, dará los (ruto* deseados Esto es lo que, desgraciadam ente brilla por su ausencia en el anarquism o de am bas orillas del Platal —¡Doloroso es reco ­ nocerlo, pero asi es! Es pues. n«-ce ario, reaccionar en este sentido y organizam os para tal objrto. De ahi que estem os plenam ente de acu< rdo con las bases de la Unió" Anárquica del Litoral, que a nuestro entender, es lo más inteligente y lo inás anárquico que hasta auora >e h zo en America del S rr; in te r­ pretando e n claridad meridiana, el p ensa­ miento madre de la Alianza fraternal; que tantas gloriosas contiendas libró en la é p o ­ ca de la prim era Internacional y tantos lau­ reles le entregó al movimiento Altai quista del mundo. A l >>8 fin es de la re v o lu c ió n , vale m ás un d ía J e re v u e lta q u e d ie z añ o s de p ro p a g an d a, dijo K 'o p o tk in « y no s e eq u iv o c ab a. Con el o se logran so s objetos: I bnsesefta1 practicaim nte al pueblo, cuále- son las arma* que debe emplear. II R o d tar de un prestigio indestructiole en la mentalidad popular, i uestras bellas ideologías, lo cual tendrá una importancia inapreciable para la reorganización de la S ciedad, después de la revolución N<» p e g u n tá is quién ve lará por las conquistas d<- la revolución. P* ro compañeros, ¿para qué e tá la o rg a­ nización sind cal, que es el arma específica de la clase trabajadora? S i lo s a n a rq u is ta s p ro d ig am o s n u estro s m e jo re s en tu s ia s m o s y n u e s tro - n ás viriles e s fu e rz o s , p a r a le v a n ta r una p o d e ro s a org a i/a c ió n o b re ra , im p rim ié n d o le el sello lib e rta rio d e nue tro s p rin cip io s, es p o rq u e aq u ella, r e p re s e n ta la e n c a rn a c ió n má* Ver d u d e ra del p « n sam ien to y las a s p ira c io n e s , q u e p alp itan en el c o r a z ó n d el pueblo; aun c u a n d o él, p o r d iv e rs o s f a c to re s , no p u ed a e x p re s a rlo De acuerdo a nuestro c rite ro . pues, tie ne la organización sindical, la elustic dad s u frie n te y la responsabilidad n e c e s a ia . para asumir de inmediato la reorganización de la sociedad sm agregar e formulitas nuevas, que no hacen o irá cosa, que cas­ tra r y negar ia acc ón revolucionaria de la multitud y la libre iniciativa del individuo. El sindicalismo, pues, tiene sus arm as propias y las empleará, siem pre que sea m eesario detender las conquistas del pro­ letariado. | E sto es tan sabido en tre los anarquistas, que ni vale la pena discutirlo Tam poco creem os sea la revolución un acto de «violencia e-p ntánea* como lo afirm áis—sino el fruio m aduro de un largo y pertinaz proceso preparatorio, que nattt raimtHte sufren, las colectividades huma­ nas Y esto, no puede «repugnar a un sen ­ timiento anarquista-. Al contrario, es una de las lautas dem ostrac .oríes realí imásp que la Vida nos dá, de la verdad incues­ tionable de nuestras ideas No son pues •absurdos escrúpulos» íós que nos hacen rechazar la propaganda en pro de la dicta.iura, sino ia consecuencia con r uestras ideas y la positiva aplicación de ellas, por el pueblo. P o r o tro lado, entendem os no hay causas por qué agreg ar a as if. icas ca ra c te rísti­ cas de iniestia propaganda, anexos que están muy lejos de hace la más factible y más apropiada, que lo que fué i yer y es hoy, dentro de su singular espíriiu de c 'í tica al principio de autoridad y a la pro­ piedad priv.rda. Vuestro fraternalm ente y de la R. S., por los A narquistas de Paysandú, E l S e c r e t a r io . De la F. O. R. U. El Consejo Federal de la F O- R. U- en el deseo de interesar vivamente a la clase trabajadora, sobre el próximo Cor gres. R e­ gional a real zarse, ha resuelto II. var a c a ­ bo en el próximo mes de Se iembre, una serie de conlerencias sobre: Importancia que encierra el C ongreso u b r e r a Regional, lan­ zando así mismo un manif e -to para la cam ­ paña explicando ampliamente la importancia del citado C ongreso y la necesidad im pe­ riosa de qne fuesen delegados propios los asistentes a tan magna asam blea proletaria, Resolvió asi misino, teniendo en cuenta, la confusión lam entable que se hace, al tra tar un p oblem a de general int. rés como es el Sindicato Unico, demo trando con esto que ia . lase trabajad ra, aún no e ha com ­ penetrado bien de tal si tema de organiza­ ción y en su deseo de deiarlo perfectam en­ te ac arado, realizar una serie de co n feren ­ cias en el próximo mes de Setiem bre sobre «Sindicato Unico» Designar un delegado del seno del Consejo Federal, pura ir a d ar dos conferencias en Minas, de acuerdo con lo solicitado por los trabajadores de aquella localidad. E l C o n s e jo F e d e r a l . Pregurititas indiscretas ¿Se puede sab er por qué, a pesar de ha b er resuelto el S U de la Aguja en asam ­ blea plenaria retirar los delegados y «las coi izaciónes» ha ta tanto no renuncie el ac tual consej • federal de la F. O. R. U-, 'la junta central hace declaraciones por la pren­ sa de que ellos no pen aron nunca retirar la c o tiz a có n al comité P ro presos de la F. O R. U ? ¿Puede la junta central pasar por sobre lo resuelto en asam blea plenaria? ¿Se puede saber por qué existiendo algu­ nos miembros de las com «iones técnicas de este sindicato que no concurrieron a ningu­ na reunión, no se dan por cesantes y se llama a los raspectivoa suplentes en su lu­ gar? . ¿Se puede saber también qué interés tie ne c ie 'to miembro de la junta central para querer reconsiderar la no publicación da aviso« ea la revista de eele sindicato? i la respuesta. UNI I JIM. ( r o s u r o ic iL Los sindicatos por ofi.cio S u s defectos ¿Por qué *on perjudiciales las clasifica­ ciones hechas por la burguesía entre lo* trabajad, re* de una indnstr a determinada? Porque ellas obedecen como (lijimos en nuestro núme o an terio r al criterio de cla-e en que la burguesía inspira todos -na actos y porque de un modo directo de origen, en el seno de la clase productora, a inte, eses antagónicos, que solo sirven para hacer ¡m posible, o poco menos, la debida inteligen cia en tre todos y cada uno de los miem­ bros que integran la gran familia proletaria. ¿Coviene a los intereses del proletariado dejar subsistir dentro de su misma o rg an i­ zación de cla-e esas dif<ren d a s, que divi­ den a los trnbaiadores de una misma in­ dustria en diverso* grupos p>ofe ionales con intereses inmediatos opuestos muchas veces los unos a los otros? A nuestro juicio no *ok> no es convenien­ te sino perjudicial en sumo grado ya que la organización obrera debe desenvolverse en un plan» de igualdad pura todo - y cada uno de sus miembros N" pueden por lo tanto admitirse como los m ejores .os métodos hasta ah o a em ­ pleados en nuestras luchas contra el enemi­ go común que nos acecha, y esperan s empre la ocasión propicia para debilnhrnos aún más. y de esa m anera d ar mayor soli­ dez a su inicuo poderío S e h a ie ni cesa ia una completa rev iró n de los valores sindicados, tanto en lo que se refiere a la estru ctu ra exteri r de nu. stra organiza ión corno en l<> que toca al espíritu que debe inspirar t d< s su» actos. La fo> ma ha de contem plar e.i el mayor grado posib e las necesidades de la prooucc ón, cuidando de establecer una e -tre .h a inteligencia y una un.ón tnde-tructibie en tre todo? los trabajadores, organizando s esto* indnst' ialim nte; es decir: ten endo en cu. nta el ram o en el que prestan su concurso y no el ofici ■ que realizan De este modo si un lificarem os el proble­ ma y rt atizarem os en parre, de acuerdo con n u tstia capacidad u. o de los más ardientes p stulados de la clase trabajadora, a igual dad El diario de la F. O R U .* M uchas.son las dificultades con que tro ­ pieza la organización o b rera para llevar a iu practica tan loable iniciativa La propaganda en este sentido ha sido en ext erno deficiente No parece, si o que «I proletariado organ zud • d. la región viera «on diVgusto la existencia de un i.iano ge nuinam ente obrero, qne fuera el portavoz de -us ideales y sus anh. los ¿A qué >e d< be esta apatia? ¿Es que no siente el proletariado de la F. O. R U a necesidad de una pien*o propia? Y si la siente ¿qué es lo qne pone por su parte pa ra llenarla? Por fortuna n.. tod> s lo- traba jadores adolecen de e-a falta Je voluntad. El Vacio lannniable que se sentí.< lia veni do a llenar o en p arte «Trabajo- que «a el resultado de un conjunto de Voluniades pro letarias, dispue to a m antener bien alto el pendón de las ■eivind caciones obrerus y a defender a la F. O R. U. d« los continuos ataques de sus en. m gv s los capitalistas y los políticos. P ero esto no basta. Hay que sacar el día rio de la F. O, R U cuanto ante* A la obra, pues, i Carta de un marinero A m is c a m a ra d a s de la F. .p. M No me ha gustado nunca faltar a mi pa labra y menos en estos momentos, en que pienso poner ciertas co as en claro, para bien de todos nosotros. Os hablaba en mi prim era de nuestra de sorganización y del anhelo existente en mu d io s de jos explotados marítimos y portua rios o sea la adhesión a la F. o . R. U. Rt pasando el periódico «Trabaj >» he leído la ii.iv iativa de de los curbonetos de Betla Vista de form ar el Sin icato Unico del T ransporte de L arg a y D escarga, en el cual estarem os incluidos asi mismo, n> solros, me llené de a egría al leer esto, pero ensegui da una nube de pesar se reflejo en mi sem ­ blante. N uestra F. O M no va a apoyar eso, co mo no apoyó otras tuntas cosas bu en as, y sabéis por qué? por que el C. F. y C. A. no van a querer, es lastimoso d tc ir.o , pero es cierto. Somos doblememente esclavos compañe ros, mis puños se crispan al pensar esto, somos esclavos de la burguesía y el pen­ sar de cié. tos individuos, que ha tiempo, que por decoro, por decencia, no debían pisar más los umbrales de nuestra querida F. OM. pero los garbanzos, c u is ta m uiho g a­ narlos, ustede- lo -aben, y a esos a esos le caen de arrib a. P or h. y ba-ia, siento que me llaman a mis tareas. M arinero del Cabotaje. A mis compañeros los tranviarios A los ■•talúigicos en general L<>s com pañeros no deben olvidar que a e»te llamado debe r« sponder todos los o b re 'o s que trabajen en las siguit-nt.s r a ­ ma : m ecánicos, gasistas y hojalateros, brunceros, fundidoras calderero-, herrado­ res de caballos h errero s de obras, relojeros, joyeros y plateros. A las compañeras Resolución de los gremios R. Obrero* Yeseros R U - Lom psfk El gt emio de O Yes. ros pone en vuestro c»<nocimi«nto que en su última asam blea Ge neral efectuada el 24 del cíe , después de un largo debate, ap ueba la siguiente moc ón : R etirarse de esa Federación hasta tanto no renencle el Consejo Federal. Sm otro motivo os saluda cordialm ente ed nhmbre de e»te gremio. EL SE C R E T A R IO . Un tranviario de la Est Agtaciada. La húelga Si los trabajado« es en vez de p reo cu p ar­ se de desprest giar al comp. fie««» de causa o de trabajo, o bien del último chi-m e c ir­ culante en la organización, se preocuparan un p<>co más de aquellos problem as socia­ les que directam ente le afectan , hubiera po­ dido evitar?«, más de cu atro desastre» h a­ bidos últimam ente en la organización obre­ ra, y que han redundado en la b ancarrota y desmoraliza, ión com pleta de más da un gremio, antes reb. Ida y aguerrido, hoy te ­ m eroso y de-organizado. Actualmente se lleva a cabo una coastroverai-« asenta en el diario «Tribuna Obre­ ra« de Buenos Airea, sobro ai team que me sirve de epigrafe, eatre dos compañero* o cu 'to s-p a ra alqnaóe—bajo al '‘ da Xáaara y Abad de Santiilán No voy * ontrar yo >«ui a tugar, li tar■aaatoa dal ubo o dal otio, paio al «alara I Este im portante gremio, en su afan de llevar la organización a todos los tra b a ja ­ dores p. rieneci« ntes a este ramo, han de­ cidido realizar un ciclo de conferencias que se llevarán « cabo en diferenies lugares. Así se hace obra. O. Pintores En la última asam blea real zada por este g-emio, resolvieron c< tizar m ensualmente con $ lu, par» el periódico «Trab-.jo». A d h e s ió n dt R Emplead— 2 _ e a l gru po j El Comité R eorganizadorr de d< este ieiportante gremio, resolvió en sa i____________ realizar asamblea el día 5 del corriente, en el *oc#* **** dentro Internacional Rio Negro 1W0 a las 20 y 30. Ningún empleado debe faltar a esta cita de honor Carboneros de Bella Vista La sociedad de resiten cia de O- Carbo •»«ros de Bella Vi-ta, invita a t«»daa los organiiacioaes de la República del Urogoay, para que hagan asambleas y conferencia* coa el fia.d e poder realizar na mitia de protesta ea contra del gobierno norteameri­ cano que pretende llevar a la ai la eléctrica a do- de luiestroe mejores compañeros, en pleno siglo donde ae blasona de civilización, pues hay que hacer algo: seria ana vergüen za que aquí p. rmanecié<araos tmpas bles donde en todos loe paisas del mundo se prepara un intenso movimiento iateraadoaal. H y que tratar de evitar que la burguesía le quite la vida a dos compañeros, jóvenes luchadore que han hecho enormes sacrificios para «onquistar la libertad de loe trabaiadores de todo el universo. , E» nuestra dlllms ..am b les efectuada si 12 de Ago-to del corriente, acordó por ma y. na de »oto-, one el Con»e|o PeJeral de •a F O. R. U., no ha violado en foram alguna el pacto Pederal; más, ba Interpretado fielmente el artfcul.. « o . Por lo tanto, reí teramo- nuestra confíenla a to d o-lo- m íese beo que integran el C o n -ejo d t la P.O R U. Cam arada Dolad a un lado la- latrígaIA traba lar por la Revoludda b a c ía II EL SE C R ETA R IO Montevideo Ago to 15 de 1881 Balines i i la valida riillzKi i km (Icio ti «Tnkiji* i i ii Clin Tu•™ «Aívili*, il Lums 22 «• Agosto di i921 ENTRADAS ~ ~ Entrada* vendidas...................... ... | 86 86 SA U D A S Alquiler del local y Cintas . . $ 55 00 Ee rm * ° ' • - . . . . « 600 P ro g ra m a ......................................... .............. ^ Suma . . . I " .! ? * ' d il servicio domestico Com pañeras, yo no sabré escribir mucho. n' decir lindos discursos, pero si sé com p render . uando con nosotras se juega y se *c. mete una arb trarieJad insoportable En una de nuestras ultimas asambleas, non bramos una s e .re ta ría y una tesoiera, ella- d<- acuerdo con las facultades que se le confieren a tono miembro de Comisión, fueron a la F. O R U. f pidieron ayuda, que enseguida se la dieron - com» e ra su d e b e r—y mandó del« gado a nuest a renn ón Pues Di. n, esto por lo visto, no les a g ra ­ dó •« la enfe mera Julia F ernandez V a la oí adora d« I P. Com unista Julia AréVaío que se m olestaron en yran e y cuando se fué el delegado de la F O R. U la tal Fernández <lió por disuelta nue>tra comisión, d ciendo que eüa iba a seguir al frente de nuestro Sindicato. -Desde cuándo esa atribución? Esto es una cachetada que nos ha da o en la cara a nosotc-'s, y no d« bemos soportarla; a man­ d ar en su casa, qne to que nosotros acordamo- nosotros debemos deshacerlo y no una Juana de afuera. S irv ienta . S. d t el domingo 4 do Setiembre e Oe • » « de » embone en el locol eodel. Rio N O , INOi orrito uet a t a . Lonsiotrtcto* ooi p iM O <*• renuncia del Consejo Federal, hecho por le Federación de Picapedreros de Montevi­ deo ; circular de la FrdaracMe Obrera Marftiaa sobre unificación del proletariado, Congreso O brero; asuntos varios. A la Fe de ación da Picapedreros de Montevideo y al Sindicato Unico de la Aguja se lea seca rece el envío de un delegado. LA COMISION Mosaístas y Anexos Ante el momento hi tóricam ente im borra­ ble que atraviesa la hum n dad. ante el en cru eurniento de la lucha ent e el capital y el trabajo y ,a manera nsis'en te en que su desarrollo llama a os hombres que an­ helan má- libertad y m is pan para sus hijos, lo trabajadores metalúrgicos de esta región no pueden s u - ta e r s e al cumplimiento del ineduiudib e deber que la» circunstancias les han impuesto. I as co n sid erad , nes que sugieren los probl. mas que en la actualidad -e hallan en tren de solución, dt muestran claramente que es por la unión y la solidaridad de los tra ­ bajadores que se d ará fin a este régimen de explotación y de crimen. P ara tra ta r y can N ar id. as sobre asun­ tos relacionad s con la buena m archa de nuestro sindicato quedan invitados todos los ob eros met. lurgic s en gen. ral para la gran u ambiea plenaria que se rea izará el día -ába io 5 de Setiem bre, a las 21 en pun to en el local de Río Negro 118Ü. LA COMISION 0brcros Mun(clp,| es C am aradas: En el *tro número de «Traba jo», o» decía algo, de lo que a mi p arecer e stá mal. que se haga en nuestra ent dad; hoy os quiero decir «igo más; p a ie c e hasta m entira qt.e sú n d o nuestra emidod un Sin­ dicato de R esistencia al Capital y al Estado, vale decir r, volncionario, no nos acordemo» de la entidad madre, de la F. O R U. tan siquiera p ara los c o n fe re n c ia , pues he po diuo constatar qne desde hace uno- 5 mes .s , no se llama un delegado a la F O. R U pero si se llama a los político- del P«»r tido Com unista y a cierto s anarquistas que lo que menos tienen es de taUs. ¿De quién es la culpa? Del C. Fed eral de nuestra entidad o de nosotros? Yo cr»o que e - de no otros, que no los llamamos al o r­ den por e -to - olvido* imperdonables, que pueuen encubrir una m sla intención. ra lo i. decirte • mía cam arades d e esta que es uei I* P»i>* estudiar a te trmm IL» huelga! p6co tiene que estudiar, dlrdn algunos sim plista., el p atrda nos infiera ua u ltra K necesitam os uoos vintenes méa. la m ayoría del personal estd conform e coa sa llr a la calle, pues a ella vamos y he ahi la hue ga declar ada. I Pobres hermanos m íos! He shí precise mente la cause de tentoe reveces sufr d >•, he ahí ia causa de nuestra dtsorganiz ción Acordaos de que Alejandro el Qrande, solía d e c ir : « No es el número de guerras, lo que hace a mis enemigos ; lo qne me da poderío. es el número d e victorias cooquis tsd as > ____ ______________ _ une huelge N osotros entes de d eclerer en un determi ado t-*~ taller--------------o casa deberemos tener en cuenta : El e-píritu más o menos rebelde de los que en esa casa o taller trabajen. El estado de fuerzas coa que cuenta a su vez la en idad a que pertenecem os. El estado de la organización de loa g re ­ mios afines, a los efectos de la solidaridad. El aumento de trabajo o disminución en esa rama Si es conveniente la huelga, fuera o den tro del taller, casa o fábrica Rapidez en a sola. ión del coaflicto. C ircun-taucias adversas, que dicho c on­ flicto pueda crear Com batir el problema de la desocupación. Indole moral de la mi-ma. Seguro estoy que si tuviéramos en cuenta esto- facto ies ¡o tro s López cantarían i y pu ¡éramos d re ir com.» Alejandro, al ser tem ido-, que lo éram o- por nuestras victo rías y no por nue?tras guerras. J u a n .F . C a b a l l o * 88 85 S u p e r á v i t ........................... r - 4 0 5 Gran rifa 1 tuificfi di »Tnkijt- Tren val loaos p rem io s J o un corte casimir extranjero. 2 o un co rte pentalón. 5..» un sillón mimbre. Saldrán f vorecida* las persona* que no sean loe b lelo* cuyas trra cifras *ean iguales a la- tres ú timas cifras de lo* premios mayores de la lotería del Hospital de Candad de Montevideo, de la útima jugada de mes de Setiembre de 1821. Precio del boleto 0 30 Todo compañero que quiera retirar talo, arios de la Rifa, puede hacerlo en la brevedad posible, en Cuareim 1581. E l C om ité A d m in is tr a tiv o . Administrativas El b a la n c e d e T R A B A JO no ha sido publicarlo por cu lp a d e los com pañero« q ue no h an d e v u e lto los ta lo n a rio s q ue tie n e n en su poder; s e n e c e s ita n sin fal­ ta esos ta lo n a rio s p a ra el S á b a d o 3. No o lv id a rse . IN TER IO R P a ysandú: R e c ib im o s g iro con dos pe. sos; el p re c io d e su scrip ció n e s d e Q.QQ. P ró x im a m e n te irá carta. De San José: C o m p a ñ e ro R. A 'to r g a : E n b r e v e va c a rta . A G E N T E S D E L IN T E R IO R P a y s a n d ú (C e n tro In te rn ac io n a l): D S e ro y J. B e -sio . S a n Jo sé: R o b e rto A s to rg a y J. C R o ­ dríguez. M ines: D orotoo Ju n cal. S a n C arlos: J. E rfas. S a n ta L u d a : D. V illa rria l. Flor id*: N icasio F. G anch. Salto: T o m á s F ra n co . L o s c o m p a ñ e ro s d el In te rio r q u e q u ie ­ ra n s e r a g e n te s d e TR A B A JO , p u e d e n m a n d a rn o s n o m b re y dirección. A L O S S U S C R IP 1 0 B E S S e pid e a los c o m p a ñ e ro s, q u e d e je n el iitip o ite d e la s u s c r td d ó n e n su s r e s ­ pe c tiv o s dom icilios, p a ra fa c ilita r la c o ­ b ran z a e d ito r d e S i Vd., camarada, desea form ar parte de la Agrupación Editora, pan­ de firm ar e l cupón adjunto, remitiendo a l mismo tiempo la cuota de t 0 50, que es la fija d a como cotización m ensual aparte de la suscripción. También puede enriam os sa dirección para inscribirlo como sascriptor o paquetero. « T R A B A JO , hará una obra de renovación, defendiendo los print del sindicalism o libertario y combatiendo todas tas desrieeümes u h' dones que am enazan a l proletariado. ____ , EL aCOMITE PROVISORIO. O U R O N Camaradas d el Semanario « TR A B A JO : Sírvanse anotarme como dicho objeto, adjunto t 0.50 1 esa * A g ru p e d ó m I* ¡ Nombre..........— ................. ........... ........... .— ................... * ; Calle in<miah'aÉ«iiiimiiun» » E dito*. Om ---------------- ------------------- ‘