La íeItmcé del poder abre el camino a la libertad

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Radacción y Administración:
O U A R E I M ,
I3 a I
Tddf. La Uruguaya 2429-Colonia
PRECIO: 3 CEf*T J .
G ir e s , a nom b>t de P L A C I D O
A. R O D R IG U E Z
Aparece los
La íeItmcé del poder abre el camino a la libertad
El actual organismo social, sujeto
a las mismas leyes evolutivas que
rigen el mundo orgánico, ha cumplido
ya su misión. La burguesía debido a
su excesivo desarrollo está fatalmente
condenada a desaparecer. Nadie nie­
ga más este hecho que está presente
en la mente de todos.
Pero el derrumbe de la civilización
capitalista y su sustitución por otra,
implica algo tan fundamental que su
solo pensamiento pone en aprieto a
los cerebros más poderosos y más
desprejuiciadQS.
\
Cuando se ha tratado de construir
teorias, de navegar en el ancho cam­
po de las hipótesis, más o menos
basamentadas en la realidad de la
vida, todos han podido aventurar un
juicio, todos han estado en condicio­
nes de decir alg o ; pero ahora no se
trata más de editar nuevamente las
construcciones admirables que desde
Platón a Campanella y desde éste a
los modernos reformadores sociales,
han venido llenando los libros y las
revistas. Se trata, en cambio, de pro­
ceder a la realización de estas teo­
rias, de estas previsiones; se trata
de operar, y nó in corpore rile, sino
en nuestras propias carnes, en nues­
tro mismo organismo.
El cataclismo final—la revoluciónno preocupa tanto a las gentes co­
mo la reconstrucción de la sociedad.
Si pudiéramos sincronizar en un mo­
mento determinado todas las volun­
tades para dirigirlas en un sentido
preestablecido, la cosa serla suma­
mente fácil y pasaríamos de un es­
tado a otro, sin mayores trastornos
y «In algún tropiezo.
Pero ¿quién armoniza tantas vo­
luntades? ¿Quién unifica tantos inte­
reses? La cosa se presenta bastante
diffcil y nos dá la sensación de en­
contrarnos en un callejón sin salida.
Las anteriores revoluciones, por
grandes que hayan sido, tuvieron que
cumplir una misión mucho más sim­
ple: les bastó derribar el poder exis­
tente y substituirlo por otro. Con
una minoría decidida fué posible rea­
lizar todo esto. Los cambios se irra­
diaron desde arriba y cuando no pu­
dieron ser impuestos por la persua­
sión, se impusieron por la fuerza.
Asi se explica el periodo más o
menos transitorio de las dictaduras
militares.
Pero ¿es algo semejante lo que
buscamos ahora ? ¿ La revolución que
se aproxima nos dará solamente la
igualdad económica, o junto a ella
debemos resolver también un proble­
ma de libertad?
La abolición de los privilegios eco­
nómicos no los consideramos suficien­
tes, si junto a ellos no se suprimen
todos los otros privilegios. Diremos
Marginales
MALHECHORES
No son éstos los que hacen indirec­
tamente mal. Son los que hacen en forma
directa mal y están creyendo que hacen
bien. Ni procuran siquiera despojarse de
sus prejuicios; se sienten esclarecidos,
iluminados, y tienen la audacia de que­
rer poner a otros, cercos de púas.— Tú,
tienes que ir por allá. Tú, tienes que
hacer asi.
Se atreven a salirle a uno con el
metro, y no saben escribir una fracción
decimal. Pero saben sociología y cosas
trascendentales. Orientan a las multitu­
des, aunque esién desorientados ellos
mismos. Creen que las ideas son una
bolsa de pepas, que se puede vaciar
en cualquier rincón. No han concebido
nunca el sentido de la responsabilidad
y han perdido hasta el pudor de oculterlo. Se proclaman pilotos de la nave
libertaria, y con unas rayas mal tra­
zadas, nos hablan de itinerarios. . .
i Caramba I ¿Para qué nos habremos
envenenado con tantos libros, si hasta
ayer fué el único manantial quo aplacó
nuestra sed y nuestras ansias, hacién­
donos entrever el porvenir? ¿Para qué?
¿Para después ir por allá y tener que
hacer a s i? ¡ M Í ....
•
t i carácter no se transforma; e s el
timbre incontnndlbte de la personalidad.
Las ideas, no cembiao; se amplifican, se
' '
al catar de todos tas anhelos.
■ , cea lee piiotosl
ante la realidad de un hecho. Sobre
todo, cuando ese hecho atentara contra
la libertad relativa que existe para di­
fundir una idea, o un periódico
En este caso, nosotros, no pondría­
mos uailas a ningún periódico para que
circule, pero le meteríamos el escalpelo
hasta la médula, sí médula tiene, para
uer si hay jugos o aué ¡canejo! tiene.
Lo malo, ya se sabe, se pudre de
•or sí, pero cuando hay la manifiesta
ición de que««r anular, es porque
se tim e malogre los fines que persiguen.
De otro modo, nos anularía evidencian­
do ideas y no impidiendo el voceo ca­
llejero.
Esto es !o que acontece con los
Comunistas. Aprovechando que gozan
de cierto ascendiente con el gremio
vendedores de d ia rio ! les han prohi­
bido terminantemente* vendan el pe­
riódico * Trabajo *. Es t ! santo y seña,
dado a ios canillitas.
Ayer, dudábamos; hoy ya nó Por eso
lo decimos; lo afirman los canillitas,
cumpliendo el santo y seña Comunista.
¿Qué dicen ahora?
más: la igualdad económica misma
no seria posible, si perdurara, des­
pués de la revolución, un solo privi­
legio, cualquiera fuese su índole y su
origen.
Puede afirmarse entonces, que -si
la destrucción y reconstrucción del
organismo social ha de efectuarse
con propósitos libertarios, la revolu
ción ha de suprimir ante todo el po­
der del estado, que es el sostenedor
de los privilegios económicos. Y una
vez destruido el estado, resulta evi­
dente
la reconstrucción de la
socied^^R o podrá ser efectuadas
más qt^T>or los órganos específicos
de la producción: los sindicatos in­
dustriales.
He aquí pues, cómo los conceptos
se aclaran y cómo fácilmente se ha­
lla la manera de aunar todas las vo­
luntades. Destruidas, aquiladas, las
actuales formas de connivencia so­
Martin F ierro .
cial, la comunidad se halla en la ne­
cesidad de producir para su propio
consumo; y, debiendo organizar la
producción, lo hará forzosamente por
medio de los órganos más aptos pa­
ra esa función. Y habiendo, la revo­
lución, destruido ya cualquier privi­ Hechos
legio, es elemental que la produc­
En la sociedad actual hay doy cla­
ción y el consumo, serán organizados
sobre una base de igualdad libertaria. ses de hombres: los que trabajan y
los
que no trabajan. Son dos clases
Conservar, en cambio, el poder
del estado, concentrar en sus manos perfectamente calificadas como ene­
todas las fuerzas y dotarlo de un migas.
Todos los hombres tienen que ali­
poder omnímodo, sería crear un nue­
vo tirano, nuevos privilegios para mentarse, vestirse, etc., necesidades
una casta y una nueva servidumbre vitales que son dé forzosa, de obli­
para la otra; sería traicionar la revo­ gada satisfacción. Y, si todos tienen
lución y burlar los propósitos que la necesidad de alimentarse y vestirse,
JL si parp alim entara y . ve^tini»
habían inspirado.
Que los comunistas de hoy—so­ necesario trabajar, dedúcese, que to­
cialistas hasta ayer—aboguen y pro­ dos los hombres deben trabajar, que
paguen la creación de un poder se­ el trabajo es realmente una obliga­
mejante, bajo la engañadora denomi­ ción.
El sindicalismo revolucionario está
nación de dictadura del proletariado
se explica; pero que los gremios fundado sobre este hecho,*sobre es­
acepten su tutelaje, que subordinen ta obligación del hombre. Quiere
la autonomía de que han gozado este es su ideal—organizar la socie­
hasta ahora, a la voluntad de un pe­ dad de tal modo, que todos los hom­
queño grupo, no es posible explicarlo; bres cumplan con su obligación, tra­
y esa subordinación se explica me­ bajen. Este es el hecho social que
nos aún, si se piensa que los sindi­ ól sindicalismo busca: Una sociedad
catos, bajo la égida del partido co­ de trabajadores.
munista, perderían hasta su propio
carácter, él de ser los órganos inte­ La Igualdad
grales para regular la producción y
La igualdad, tal como el sindicalis­
el consumo.
Si nuestra argumentación no bas­ mo la entiende, es la identidad en
una
obligación: trabajar.
tara, está ahí la revolución rusa es­
El sindicalismo todo lo relaciona
trangulada por I? dictadura del par­
tido comunista, que demuestra pal­ al trabajo. El concepto de igualdad
pablemente como, libertad y estado que el sindicalista enuncia, es un
—cualquiera sea su agregado- son concepto qne arranca de un hecho:
dos cosas incompatibles. Donde exis­ la identidad de las necesidades. No
te el estado existirá siempre la tira­ queremos decir que todos los hom­
nía, el despotismo; sólo la destruc­ bres deben comer igual y vestir del
ción del estado abre el camino a la mismo modo; pero sí, que todos los
hombres para poder conservar su vi­
libertad.
da deben comer, y para evitar en­
fermarse, han de cubrir su cuerpo
con
géneros, rústicos o finos, pero
VADE RETRO
de abrigo en invierno que es cuando
Los intelectuales trasnochados, enfer­ la naturaleza es más ruda para la
vida del hombre. La igualdad, pues,
mos de la voluntad y eternos hambrien­
tos de gloria, dicen a menudo, que refiérese a las necesidades vitales,
cuando quieren divertirse un rato, lo del alimento, del vestido, etc., etc., y 4
no en lo que tiene relación con un
hacen leyendo un periódico escrito por
obreros
mismo alimento o con un mismo
No éncuentran, según ellos, más que vestido.
Y si el hombre tiene las mismas
incorrecciones de lenguaje y absurdas
necesidades vitales, la satisfacción de
aspiraciones. Y por último, con la va­
esas necesidades impone las mismas
cuidad torpe que los caracteriza, alar­
obligaciones de actividad para satis­
gan el hocico trashumante u estornudan:
lartesanos metidos en las Tetrasl Y se facerlas.
Hay, pues, igualdad en las necesi­
quedan compungidos.
dades, e igualdad en las obligaciones
Nosotros, no deseamos hacer lo mismo
que su satisfacción dicta.
con ellos. Cuando queremos, no reimos,
El I. B. G.del Sindicalismo
sino saber qué es lo que ven a través
La d—Igualdad
de sus lentes doctorales, y qué cosas
bullen bajo sus bien cuidados pelos
Y sin embargo, la desigualdad
largos, y no decimos melena porque
seria honrarlos, tomamos sus periódicos existe. Unos hombres han maniobra­
do de tal modo, que a pesar de ha­
y sus revistas.
ber. reconocido que todos tienen ne­
Las hojeamos y las hojeamos, y
francamente, no podemos leerlas. Nos cesidades, consideran bueno eludir
las obligaciones que esas necesidades
dan arcadas. No vemos más que puro
crean.
excremento diluido, y confités de almi­
,
La preocupación constante en mu­
dón pulverizados.
chos hombres, es librarse total o par­
Entonces, hacemos lo que no deseá­
bamos: reírnos. Y arrojamos por ahí, sus cialmente de las obligaciones que las
necesidades vitales imponen a todos,
periódicos, sus revistas, sus porquerías
|VEHflAH IP E A fll
y para ello, es preciso recargar a
otros hombres con obligaciones dobles
o triples. Todos a comer, todos a
vestirse; pero no todos a trabajar
para que haya alimentos y vestidos.
Esta es la desigualdad. La desigual­
El decir de por ahí, no hallará nunca
eco en nosotros, foro si, nos pararomos
dad, entonces, radica en una cuestión
capital, básica; radica en la negación
de unos hombres a cumplir con lar
Como artesanos y como elemento útil
en la actividad social, no nos queda
otro recurso que decirles elogiosamente:
(Vade retro, andróginos de las letrasI
obligación que le imponen sus pro­
pias necesidades; pero como esas
propias necesidades deben forzosa­
mente ser satisfechas, se ha hallado
que el medio práctico para ello es
hacer que los demás hombres cum­
plan las obligaciones que les imponen
las necesidades propias y cumplan
también, por añadidura, las obligacio­
nes de los otros: trabajar para sí y
trabajar también para aquellos que
no trabajan.
He aquí, pues el fenómeno de la
desigualdad. Hay unos hombres que
cumplen las propias obligaciones y
también las ajenas y, hay otros, que
obligan a semejantes suyos a que ha­
gan, en lugar de ellos, lo que ellos
debieran hacer. Para obligar a esos
otros a hacer lo que no quieren ha­
cer, es que se ha creado una orga­
nización de violencia (Estado-gobier­
no) y con el concurso de esa violen­
cia se han apoderado de los campos
y sus frutos, de toda la tierra con sus
productos, con el único objeto de
obligar a los hombres más débiles y
más buenos a trabajar para los más
fuertes y más pillos. Y es contra es­
ta violencia, base de la desigualdad,
y contra esta desigualdad, resutante
del juego de esa violencia, que lucha
el sindicalismo revolucionario, el cual
quiere volver las cosas a un medio
natural, donde cada uno cumpla la
propia obligación : trabajar.
El sindicalismo revolucionario, está
fundamentado en el principio de que
las necesidades vitales imponen obli­
gaciones de trabajo, y que nadie pue­
de eludir tales obligaciones sin come­
ter con ello uno de los más grandes
crímenes contra sus semejantes.
SOLIDARIDAD
LLAMAMOS la atención de tos
trabajadores conscientes sobre un de­
ber que a todos corresponde: protes­
tar contra la sentencia que condena
a Sacco y Vanzetti, comparteros nues­
tros de Estados Unidos, I. W. W„ a
la silla eléctrica. La silla eléctrica es
la muerte por electrocución. Sacco y
Vanzetti son inocentes del crimen
que se les imputa. Quieren los capi­
talistas y gobernantes de Estados
Unidos repetir el crimen de Chicago.
Quieren matar a dos hombres por­
que son anarquistas, porque son I.
W. W., porque eran propagandistas
destacados en el campo revoluciona­
rio. Los 1. W. W. de Estados Unidos
piden que la acción solidaria de los
trabajadores del Uruguay y del Mun­
do sea enérgica en la exigencia de
que Sacco y Vanzetti sean liberta­
dos. Hay en este momento un deber
único, y es protestar contra los go­
bernantes de Estados Unidos. « La
ofensa hecha a uno es la ofensa he­
cha a todos.. No hay que olvidarlo.
La idea central del sindicalismo es,
pues, organizar de tal modo la socie­
dad, que no haya desigualdad, es de­
cir, quien trabaje mucho y quien
nada haga, sino que sea una socie­
dad de hombres trabajadores.
J osé T ato Lorenzo.
-P U N W JS
La racompanaa
La burguesía uruguaya, como to­
das las burguesías, canta en todos
los tonos las excelencias del patrio­
tismo.
Para ella la patria es nuestra se­
gunda madre, por la que debemos
estar prontos a sacrificarlo todo: la
amistad, el amor, la propia vida.
Y cuando los trabajadores cometen
la torpeza de creer en sus palabras
y después de haber labrado la rique­
za, reciben como premio el desprecio
de los que le adularon, y como única
recompensa a todos sus afanes, una
vida de privaciones y de angustia.
Nunca más cierto el adagio que dice:
Asi paga el diablo a quien bien le
sirve.
Loa amoa da 1« Narra
Los paisanos de nuestra camparta
viven sujetos al más feroz de los
feudalismos en estos tiempos de li­
bertad y democracia.
La tierra, aqui, como en todas
partes donde reina la burguesía no
pertenece a los que la trabajan. Es­
tos reciben de ella, no la bendición
de sus frutos, que no son para los
que los producen, sino para los que
viven en el ocio.
Para los labradores que la fecun­
dan ella oculta la terrible amenaza
de sus elementos que puede tornar
estéril la dura labor de todo un arto.
Para los otros, los que no la aman,
guarda en cambio sus mejores pro­
ductos.
¿Comprenderán algún día los cam­
pesinos que la tierra como todos los
medios de producción deben perte­
necer a los que la trabajan? Y si
llegan a comprenderlo, ¿se alzarán
airados alguna vez contra los usur­
padores, que no tienen ningún dere­
cho a poseerlos?
B orgullo da lo# rico«
Los grandes mendigos de la socie­
dad, los que no tienen otro valor
que el de poseer el dinero, se creen
superiores a los que representan en
la vida la fuerza propulsora del pro­
greso, y la fuente Inagotable de ri­
queza, los trabajadores.
El orgullo ridiculo de los parásitos
no les deja ver su propia ruindad
Ellos que para todo necesitan de
la ayuda ajena. Ellos que viven de
la limosna de loa que trabajan, pues­
to que ni e l pan qaa comen son ca­
nias, ¿ea qué puadH faaéar su or-
v ie rn e s
-F U E G O
güilo, si son en la vida los seres
más indignos, puesto que no pueden
sentir siquiera la íntima satisfacción
de la obra realizada ya que su acti­
vidad es infecunda y nada crea?
La razón de la fuerza
Los trabajadores representan en la
sociédad la fuerza actuante que sub­
viene con su trabajo a todas las ne­
cesidades humanas.
¿ Cómo es entonces que siendo
los principales factores del bienestar
material, sean a la vez los menos
tenidos en cuenta, por aquellos que
usufructúan la riqueza por ellos pro­
ducida?
Por la sencillísima razón de que
la masa laboriosa sigue siendo una
fuerza ciega, que obedece los dicta­
dos de una voluntad que no radica
en ella misma.
Quiere decir esto que la clase
obrera, si desea entrar en posesión
de lo que le pertenece no ha de
conformarse con ser una fuerza in­
contrastable, sino ha de gestar una
voluntad propia que sepa utibzar sus
ingentes energías en beneficio de sí
misma.
Y entonces no se lamentaría más
de su estado, a pesar de que la ra­
zón está de su parte, porque nada
ni nadie podrá impedirle su libera­
ción amparada en la razón de su
fuerza, que le asegurará la victoria
contra todos sus enemigos.
Lo* padrea de la patria
Si la patria tiene padres, y ella a
su vez es nuestra segunda madre,
quiere decir entonces que los dipu­
tados son nuestros segundos abuelos.
¿Qué podemos esperar, entonces, de
semejantes momias?*’¿No comprenden
que por ese sólo hecho no están ca­
pacitados para dirigimos?
Ellos viven con cien años de atra­
so en relación a sus conciudadanos.
Además, ¿cómo se atreven esos
desvergonzados a inferirnos tamaña
ofensa como es la de hacernos creer
que nuestra segunda madre la patria
les debe afelios degenerados y cre­
tinos la existencia? No estamos equi­
vocados entonces al repudiarla, ya
ue sus genitores son un portento
e perversidad y desvergüenza.
Esos señores se equivocaron de ti­
tulo y en lugar de padres de la pa­
tria debieran llamarse canfinfleros de
la patria, puesto que viven a su costa.
2
La protesta r ó d entra el rágiasn aasinalista
0,i u iilliili de lai KaraiiacioiiBs Anarquistas de -!f Mentimi
Nos resulta sumamente doloroso
tener que comprobar las previsiones
que nosotros mismos hablamos l»echo: el gobierno inaxlmalista ruso,
se ha vuelto un gobierno despótico y
tirano como todos los demás. Hoy se
protesta universalmente en contra del
régimen boltfreviqui, como otrora se
protestaba en contra del régimen
zarista.
Y no son más los pocos teóncos
del anarquismos burgués y g ru ñ ó n como ellos decían—los que repudian
sus métodos autoritarios y cercenadores de la libertad individual; es el
grito unánime de todos los trabaja­
dores del mundo y de todos los re­
volucionarios de Verdad!..
A la larga lista de mártires, vícti­
mas de los gobiernos burgueses, es
menester agregar los que está inmo­
lando ahora el gobierno ruso en
Moscú, Petrogrado, Cronstandt, etc.,
etc. Y mientras en Norteamérica se
llevan a la silla eléctrica a dos tra­
bajadores, por profesar ideas revolu­
cionarias, en Rusta se les fusila en
masa, en los fosos de las prisiones,
apagando el estampido de los tiros
con el ruido de los motores de los
autos blindados !...
Los anarquistas de la vecina ori­
lla, imitando a los camaradas de Ale­
mania, España, Italia, Francia y Nor­
teamérica, han lanzado un Vibrante
manifiesto, cuya parte más esencial
publicamos a continuación.
Los anarquistas deí Uruguav de­
ben unir su protesta a la de los
anarquistas de todo el mundo.
La Alianza Anárquica Internacional
tiene la palabra.
d o o tro s r e c u r r ir a la h u e lg a d e h a m b re
p o r la in h u m a n id ad dei p - t o Nm gun*
publicación
es permitida, Toda cías#
da atuación política lM es nagada. Podas
las oi g a n i tetones a n á rq u ic a » ti»u 5»stein á u c a m *nte d e stru id « * , c o m p re n d id a s
las a g ru p a c io n e s e d ito ras, las
de
pi o p a g a iJ a . etc. T o J a ac ció n M u c a u v a
d e los a n a rq u is ta s , toda te .u a iiv a d e p r o ­
p a g a n d a i Je o Ogica, y d e o ig a m z a e ió i
o D ie ia sin d icalista, so n e*t< anguladas.
U ltim am en te, nnoiendo r e a b ie ito io> com ­
p á rte lo s la im p re n ta d e lo* a n a rq u is ta s
s in d ic a lista s d a O oios Truda, a e t e c i a d c
e d ita r la* oOias d e K io p in k m e , poda lo
cuai les h ab ía c o n c ed id o su a p ro b a c ió n
ei S -viel d e M oscú, e* t» iu \p ie -» u fu é
c la u s u ra d a , sin h a b e r cu m p lid o su com ei i J j , y io m ism o la lip r e u a q u e p o seía
e s ta a g ru p a c ió n én Mo*cú.
4 o - T o d o e sto es re a firm a d o p o r c a rta ,
en p o J e r d e .as a g ru p a c io n e s; d e Rudol
1 , R .e k e r d e A ten ían la; p o r la ac titu d d e
la «U non d e los Q oreiot* L'bie.s» (sin d i­
calista) d e A le m a n ia , u e g á .d o se a concoi i ir a M > ■ú,* co m o p ro te s ta c o n tra la*
peí se ca c io n es d e los s in d ic a lista s a n arq n ista s en R u sia; p o r ta p ro te s ta g a v ia d a
al C o n g re so d e la 1 iiei n acio n al S in d ic a l
R »ja p o r la U d in A u . qu.*ca d e F uncía,
y por un g 'a n iiiu ln d e ios s in d ic a lista s
a n a rq u is ta s d e A le m a n ia i c a i u a d o en
B i liu.
T odo* e sto s hecho*, d e s g ra c ia d a m e n te ,
contr m u y en a d a r la i azon a i^» peí sec u e io n e s d e tos g o b iein o * o u rg u e s e s ,
p u es si taie s he«mus se p ro d u c e n e n Ru
sia, m ai p o d e m o s q u e ja m o s d e los hecuo»
s e m e ja n te s q u e a uiai io o c u rre n en los
p a íse s D urgucaes.
E n te n d e m o s q u e e s to s hecho« d e b e n
s e r r e p ro b a d o s por todo v e rd a d e ro i e v o ­
lu cio n arlo . lí p ro p io P a rtid o C o m u n ista
He aquí el manifiesto:
L a s A g ru p a c io n e s q u e
subsenhen
c re e n dé su J e b e r tam b ién fijai y lla­
m a r la aten ció n s u b te el p um o en q u e
d e b e c o lo c a ise lodo v e rd a d e ro rev o lu
c ionnrio, re s p e c to a los actos d e p e i-e eución del P n d e r, c u a lq u ie ra que en el »en,
o las ra z o n e s o lo» p ie te jtto s d e q u e se
a m p a ré .
C ón e ste fin, el p re s e n te m am tie -to
tie n e p o r o b jeto e x p lic a r a los p in et.i
río s los d o c u m e n to s q ue o b ra n en su
p o d e r, p a ra justificar su d e - a g ia d o y
juicio a d v e rs o al p a rtid o q u e e je rc e la
d ic ta d u ra en el b - ta d o so c ia lista en Ru­
sia, en p e t)u icio d e la lib e rta d d e ios
re v o lu c ió n a n o s a n a rq u is ta s y d e los e x ­
p u lsa d o s d e o tro s p .iL e s y d e to d a -u
actu a c ió n a b so lu ta m e n te, b o rra d a p u f
a ctos a rb itra r ia s d el U*úiier, d e m a y o r
g ra v e d a d a u n p a ra las p e rs o n a s y las
id e a s d e n u e stro s co m p a rte ro s, q u e en
lo ' p a íse s b u rg u e se s.
tim o s d o cum entos, en q u e nos b a s a ­
m os pava e x p ie s a r una pi o léala tu n d ad a , sin lig e ie z a y sin a p a sio n a m ie n to .
C u i n o cuad a a la g r a v e d a d d e n u c i d a s
a c u -a c io n e s a un l'o d e r te n id o co m o re
voiuciona)io, sOu los sig u ie n te s;
l.o —La p ro te s ta d e se is co m p o rtero s
a n a iq u is ta s e x p u lsa d o s d e N o t e A m é ri­
ca, a loa c u a le s no se p e rm itió d e s e m ­
b a rc a r en K u-ia, p o r o b ra d e l P a ilid o
q u e e stá en el p o d e i, a p e -a r d e se r é s ­
te su pal* d e o n jf d i, y por in lo rm a c io
nes d e un a g e n te d e polic ía se c re ta
q u e s e a p re s i ró a c o m u n ic a r las id ea s
d e e s to s c a m a 'a d a s e x p u lsa d o s d e un
p a ís b u rg u é s por su ac tu a c ió n r e v o lu c io ­
na ria . fc,*io* c o m p á rte lo s, e n c e rra d o s én
un c a m p o d e c o u c c t i a ción en D an tzig ,
d e 'd e él han bocho lle g a r mi voz a los
sindi a lis ta s a u a iq u i-.ti-, d e A lem an ia.
2'.W—L a rela c ió n del C o m ité p o r ib
m em o ria de K ropoikine, e n v ia d a a los
p e rió d ico s a n a r q u i s ta , o «jo las ti m as
in so sp e c h a b le s do S c h . p u o y A lejan d ro
f té ik m é n —e s te últim o b ien uo n o éid o en
N orte A m érica, d e d o n d e fu é e x p u ls a ­
d o —, d e c u y a re la c ió n s e d e s p re iu fe q u e
el l'o d e r s e n e g ó a p o n e r en lib e rta d a
los a n a rq u is ta s p a ta el e n tie rr o d e K ropoik B e, c o n s in tie n d o luego, c u a u d o iban
a r e m a r s e to d a s su s c o ro n a s, en p e rm i­
tir la a s is te n c ia d e s ie te d e lo s p reso s,
q u e fu e ra n r e in te g ra d o s a la c á rc e l a la
te rm in a c ió n d e la c e re m o n ia .
3 .0—L a p ro te s ta d e los a n a rq u is ta s r u ­
sos e le v a d a a L en in y a las v a ria s in s ti­
tu cio n e s r u s a s —o íig m a l en in g lés en po­
d e r d e las a g ru p a c io n e s — se g ú n la cual
los a n a rq u is ta s y anarco-*indiuali>t«B, son
p e rs e g u id o s en M oscú, P e tro g r a d o , K ark o w y o tra s c iu d a d e s de R usia y d e
U k 'a n ia , c a stig á n d o s e le * por su s id ea s
cutí e n c a rc e la m ie n to s a rb ítra n o s , sie n d o
a lg u n o s go lp ea d o s en la prisió n , y d e b ie n ­
A P U N T E S
El amor que pasa
Canta su canción la vida y, como
en mágica fiesta de colores, tíñese el
horizonte de aterciopelados matices,
cual si fuera el sonrojo de natura al
sentir sobre su frente el beso del
amado.
Sajólas copas sombrías de los ár­
boles mezclado al dulce murmurio de
las hojas que se aman, los pajarillos
lanzan sus enamorados trinos, mien­
tras del fondo de los valles sube dul­
cemente, como un divino holocausto,
el perfume de las flores.
Un soplo dulce y embriagador pasa
acariciando las almas, y los corazones
son como nidos amorosos que espe­
ran a los pequeños.
Brilla en los ojos la alegría del vi­
vir y todo lo que nos rodea parece
más bello y más bueno, elevándonos
sobre nuestras propias miserias.
Ya no es negro y sombrío el hori­
zonte de nuestro cielo. Una visión de
ensueño brinda a nuestros ojos un
panorama de ventura en el que rosros encantados nos sonríen, oírecién-
. Una angustia infinita nos invade,
éOai si quisiera ahogamos. Los seres
ytfts' cosas adquieren ante nuestros
ojos formas vagas e imprecisas y es
cfrmo si nos encontraráwtos de pronto
sumergidos en la penumbra.
Sentimos un dolor penetrante, cual
si proviniera de una oculta herkte,
como si algo muy querido se despren­
diera de nuestro propio ser.
Es el amor que huye.
D ESC A LIFIC A C IO N
El cons.j* l»d m l 0» la F. 0 . R. A. Comunista, da Kuardo can
la a»l*rizació» 911a la dió I» reunión da dtlafados raciónalas efectua­
da al sábado*2 0 del comenta, acusa da agentas político* Introducidos
en la o.gania ibán obrera, obrando bajo la respiración da elementos
éntrenos y enemigos da nuestra Federación y da sus principias, a las
indietduos: 3 * » R. Barcas, Nemesio Ciñáis, Jesús Suáret, alejandro
Mba, Enrique (Jarcia Tilomas, Antonio A. Qoncalooz g Sebastián Fe
rrer.
Acusa a los dos últimos Individuos da Habar hedía uso indebido
do su puesto da secretario y prawcratono respactmomenle, mezclando
a la F. 0 R. A Comunista, sin consentimiento del osla consejo fe­
deral, en asuntos contrarios a su organización y a los propósitos anun­
ciados en su carta orgánica.
Como el asunto que determina asta descalificación a s di fndota
delicada, asta consejo federal remitirá m informe o cedo gremio ad*
herido, a fin da justificar asta resolución extrema, y para qua sa juzgue
el procedimiento usado, por dichos agentes políticos, en su obra per­
sonal, usurpando representaciones qae nadie les he conferido g II»*
uando, come consecuencia el desprestigie de le F. a R. A; QemumaM'
y de sus principios revolucionarios.
El proletariado adherido, debo tener en cuihta a los indiuiduos
que hoy desedificamos públicamente y obrar con decisión y energía,
a fin de evitar graves consecuencias pare nuestra organización
El amor que mucre
Ya las últimas hojas rodaron
por el polvo de los caminos. Los ár­
boles esqueléticos alzan al cielo sus
ramas secas como en una impreca­
ción de duelo y de tristeza.
Los últimos cantores abandonaron
la selva y en los nidos cae, como
en el campo, la nieve del invierno,
cubriéndolos con su blanco sudario.
En las almas se ha hecho el silencio
y los corazones han dejado de latir
para el dolor y para ia dicha.
La intrusa parece haber penetrado
en los más ocultos santuarios de la
vida, apagando con su aliento la lám­
para votiva que ardía en sus altares.
El cuervo fatídico de la desolación,
venido dei pais del misterio, nos ha
rozado con sus alas, ensombresiendo
la luz interior que nos guiaba a tra­
vés de las tinieblas, para hundimos
en la espantosa soledad de las cosas
muertas.
Es el amor que muere.
e n I a u n iuH u ión d e r e p i o o a i io* . y
act*rc a r * e a i P o d e r e . R a s la p a r a ili.» iiiL * i . ir *u d e s iu v id d o y su auro» e *a. E n
t o j o i uà sv>, 1.1« u Il U U II'U llO r is eX ltf CI» V,m a
J e u ta i aU1(JM d e q u e no e *là .» de«« UO d e
>u 4 iiin .i y lo* i e p i u cO .i y HO IO* M uepta,
.D em o s q u e e slr t* »»cutaa a*
p u •» si ni
Ululi u s *e h a c e i i m ite il ** v e c e s s in e i p 1 op ú * l IO de* 'U *vilil l i- , io * r.vVOlUUI o il.n IO*
1.« Ile c e * ili 1 Ilio* p a i a v o .v e i la c ò n i i a e»IOS
o re«c o r d à i s c ia s M la llrtil.
-
s u b s c rib e n , d e '­
La* A g ru p a c io n e s q
pué> d e d e ja r c o nsum e d e su s o lid a rid a d
con los p eí 'C g u id o s, t su prole»!** con.* >u sim p a tía con
t ía lo* peí *eguidore:
lu ció 1> S o c ial e n to d o s lo s p aíses,
la R.
voto p a ia q u e s o d ie p a s e ésta
y de
ál so c ia lism o d e E*tado, c re e n un d e b e r
llam ar con u rg en c ia a la p r o p a g a n d a
C o m u n i'ta L io e ita u .t u e u m e n t e d ctim d a
en la *egUMdud d e q u e lo* a c to s d el l'Od e r s •rá i s ie m p ie lo* m ism o*, y q u e »a
no'O lioS a n h e ia u iO . sólo
s o u i.A Ja J qu<* i*
i a o del
pud á e x is tir » j r e l iio í e
p u c o t o t o n e *í pai a l u d a * las c u e -lto . a s , y p.n el i í peto in ú ta o —Sin goD iern o s q u e la* rup iota o, a p re te x to d e ->er
re>p»»'i!*abl»*S d i su u*o o e je rc ic io p a ra
i ó 'i d e d e te rm in a d o o r d e n
lu e o u * eeii v
v aaceió
__............•„ c f c u . i l e llo s lU tt a é s e r lo m á s
iia p o ila m e —d e to d a s la s - n u e iu d e s q u e
húy s o n a i ú e n a z f i a * o f t a d f u W g i a v e m é u t e p o r t>* i n s f i t u l o s ’ c fc i l ’ o d t# , p r i n ­
c i p a l m e n t e l o s i r i ó u u a l e s y i ’t p o l i c í a .
C r e e n q u e no p .ts u
la v i o le n c i a p a r a
d e s t r u i r u n l é g u n e n d e v i o le n c i a , y P *i o im p e ü i i e n e i f u iu r o n u e v o s d o m in a d - o e * ; y q u e l e g a r lo v io le n c ia o r g - n i
z o j a e - d e c i r , io s in m u t o * d e í F .r u e i ,
c o n • M 't r u i n e . i t o y c o m o m e d io d e a ic a n Z o i i.te c o n q u is t a s d e ia n u m a m d a d ,
e * c.n .T e n e i m » *m o c l i c u l o v i c i o s o q u e
m u g í r e g e n e r o - i ó » .a i p u c o lo , t u o i a d e
s o * p a i l a m e m o s , m m i 't i o s , j u e c e s , c a í c o l e r o s o g e n d a i ih e s . l o d o lo q u e l u c i a
d e O s lo e * h e c h o pd i e l p u e O lo , n o * p.t
r e c e la ú n te « , i a i e a l c o n q u is t a l e v m u
c to o a n a , y p o r e so r o c n a z u in o s y t r a t a ­
m o s u e d e * t i u i r la f é e n e l p a r la m e n t o ,
p a r a q u .i la p o n g a n lo s p r o l e t a r i o s en
s u s o . g M iiiz a c io n tB y e n s u a c c i ó n ú n i­
c a m e n te .
Comité A d n ln i á t r a t i v o
BE li REPUBLICAUBENTUM
V*
y B d i to r d<? L A P R O T E S I A V i K i d d N A O u K & .tA . - U r u p o t U d o *L a
A n to r c h a » . - t i r a p o E d i t o r d e « Id e a s» ( L a
P U r a i - e -d a -O jo d e K a i a c io .ic s d e i« t u to n
C o ,n u n is tu A a a r tu is ta A r¿ iitin a - C o .i * e jo
d e K m c i o n e s d e .a » A g. a p . t . i o . i e s A o a r q u is ta * I s r a e l ita * .
U .u o .i v -o .n a n » ta A n a r d u i 't »
L o c a l d é A v e l la n e d a .
t. i¿ a d e E - tiio a c io n
K a e io n a i s t a .
C ira p o E d i t o r » A rjlo a a u ta » A g r u p a c i ó n C o m a li s t a L i o c r l a r l a d e O d r e r o s
B o a ,n s ta S - A g r u p a c i ó n S i n d ic a l L lO c i ta .l »
d e t n p ic a d o s d e c o n c r e to . — A . r u p a c i o u
A . i a r q a i n t t J e O C a r r o c e r o » - A * r a p a j to ti
A l a r q . i i 't n d e O d r e r o » e n C a lz a d o . — .s»;rup .tc io a A n a r a n i s td d e O c a r p i n t e r o s .
A te ­
n e o E s e n c ia » r t x n a m d a d d e l P o r v e n ir » >A v e ­
lla n e d a i — c e n t r o d a E s t a d i o s S o c i a l e s »Keg e n e r a c ió n » td e C a s te ilf n o . - C e n t r o E s t u ­
d i o s S o ia le » . P e d r o K r o p o t k m e » t u u n ú » E s ­
te ). - B i o n o ie c a P o p u l a r « A lo e rd i» ( A v e lla n e ­
da i
A g r u p a c i ó n A i a r Q u i s t i «1 i e r r a y L i­
b e r ta d » — A g r u p a c i ó n A r t í s t i c a « A r t e y N a ­
tu r a » .
El consejo de U F» O. R A. Comunista se ndWere a esta protesta colcotiY.» do »as agrapacione • turnantes, e:i solidaridad na:ia los ca naradas
anarquistas y a.iareo-slodicalistas persegaidos y
encarcelados por el gooierno ooldlieVique.
Bueno* Aires, (A rgentíaai A g o sto 19 JI.
N O T A ------ F e d u n o s a t ».la l.t pí en*«
a n a iq u i-la dpi p aís y del e x tia n |e r o lu
rep i o d u c c i ó i do e sto md»»if»c>lo.
donos la díclia suprema de sus cari­
cias.
Es el amor que pasa.
El amor que huye
Natura se recoge lentamente como
en un velo de tristeza. Es la hora de
la incertidumbre y la melancolía que
anuncia el mortal minuto en que las
ilusiónes se desvanecen.
En e! confín lejano, como notas ala­
das arrancadas al pentágraina de la
universal armonía, las golondrinas se
alejan, peregrinas de la dicha, éfi bus­
ca de nuevos nidos donde Cantar sus
amores.
Ruedan por el polvo de los cami­
nos, ajadas y marchitas las hojas se­
cas, cual ilusiones deshechas, arran
cadas para siempre del corazón de la
naturaleza.
Ya no se escuchan las notas crista­
linas de los alados cantores ni abren
lujuriosas sus corolas las flores del
jardfn.
Se hace la noche en las almas; pier­
den poco a poco su calor de nido los
corazones, y hay una mueca de te<)io
y de a m a r g u e e n los rostros que an­
te s nos alegraron con Su sonrisa.
La eterna canción
En la desolación de las campiñas,
en el hueco vacío de los nidos, en
el yermo de las almas vuelve de
nuevo a rimar su canción la vida.
El bosque se cubre con sus mejo­
res galas, toman las golondrinas al
nido abandonado, y hay un calor
suave que convida a la dicha en to­
dos los corazones.
^
Y así siempre, en el correr del
tiempo, pasan veloces los minutos de
la dicha, las horas largas de la .an­
gustia, y la soledad y el silencio de
las cosas que mueren, para que de
nuevo el. amor, que es la vida, resurja
bello y triunfante de sus propias ce­
nizas.
G e r m in a l .
Agradecimiento
Cúmplenos agradecer al diario co- ,
munista «Justicia», el habernos dedi­
cado una columna y media para ata­
camos. Los ataques de nuestros
adversarlos nos halagan, mientras que
su aprobación nos causaría Un gran
disgusto, porque nos colocarían en
identidad de condición que a un
Tucidides cualquiera.
Reserve «Justicia» tranquilamente
sus elogios para los tránsfugos, abra
sus columnas para acojer todas sus
elucubraciones mentales; nosotros
nos sentimos honrados de no mere*
cer tales honores y de ser llamados
por ella pseudos anarquistas, puesto
que para los comunistas los verda­
deros son los que cambian de casa­
ca a cada fase lunar.
Reciba, pues, nuestro agradecí
miento más efusivo.
Divisas y caudillos*»
En la vida del pueblo trabajador
se observan diariamente ciertas mo­
dalidades que están reñidas con la
lógica y la razón, pero que se acep­
tan por convencionalismo y apatía!
Muchos hermanos nuestros, espe­
cialmente los trabajadores del cam­
po, veneran con fervor las tradicio­
nales divisas y rinden homenaje a
los caudillos. Estos ejercen prepon­
derancia ilimitada, máxime si su si­
tuación económica es desahogada,
aunque carezcan de capacidad inte­
lectual o de mediocre educación.
En política es donde se nota ma­
yormente este contraste. Los caudi­
llos se imponen por sus torpes ma­
ñas y por su desvergüenza. Dominan
cualquier situación y ejercen enorme
influencia en las esferas guberna­
mentales. Manejan a un gran núme­
ro de trabajadores con una facilidad
que desconcierta. Cualquier ilustre
desconocido se hace elegir su repre­
sentante y luego dice due cuida y
defiende sus intereses. Y no hay que
combatirlos. Acostumbrados a que
todos se sometan a sus caprichos,
no aceptan la critica razonada y jus­
ta, porque atenta contra sus privile*
gios.
Y como desgraciadamente, muchos
hombres están educiados para aga­
charse y rendir homenaje a divisas
y caudillos, se sigue, por rutiná esta
obediencia ciega y torpe, sin que un
gesto de Yebeldía se haga sentir va­
lientemente.
Pero esta situación es relativa. El
pueblo productor ha sufrido ya mu­
chos desengaños y despierta de su
modorra. Cuando levante airadamen­
te la cabeza será para desembara­
zarse de todos los zánganos de ta
colmena social.
................
II
FUNDAMENTO Y ACCION
Et sindicato cumple—y si no cum­
ple, hacia ejlo debemos encarrilar
nuestra acción — do» propóOÉre
T o p o a t w funacar H b s tradamentales: el de colocar
baiadores en situación s u p e ^ ^ para
la lucha por la existencia en la ac­
tualidad, y construir la nueva socie­
dad libre, donde puedan los hombres
gozar del pleno producto de sus es­
fuerzos.
Cualquier organización que no
desarrolle un» acción perfectamente
acorde, procurando poner ante los
ojos de los trabajadores un visión
clara y concluyente de su misión
presente y futura;, de su valor social
como factor de riqueza y progreso ;
que no propulse, en suma, el deseo
humano de ser el propio actor de su
felicidad, no cumple los propósitos
esenciales del sindicato. Podrá llenar
otras funciones, y hasta considerarse
como organización útil a la vida y
desarrollo de los trabajadores, pero
la acción, los fines y propósitos, para
ser tenidos con lógica como sindi­
cales, es preciso que satisfagan las
exigencias de una colectividad siem­
pre esclavizada y explotada, tendien­
do, en progresión continua, hada su
completa liberación.
Lo que se denomina «clase traba­
jadora es la consecuencia de una
injusticia social, de una aberración
de los tiempos pasados, sustentada y
sostenida por los privilegiados, mer­
ced a una situación de ignorancia
primero, y de fuerza después. En
una sociedad líbre e igualitaria debe
desaparecer la expreaión "d ase tra­
bajadora* sustituida por ta de hom­
bres.
Demostrar con exactitud esta in­
justicia social, creando los medios de
eliminarla, es el fundamento básico
del sindicato.
Para la demostración lógica y ra­
zonada de los males sociales que
flagelan y entorpecen la humana es­
pecie, deduciendo medio propios de
emancipación, caben en el sindicato
los elementos educacionales, como
ser: las asambleas, los periódicos y
esencialmente, la escuela para los
hijos de los trabajadores y para los
trabajadores mismos, ya sean de ca­
rácter técnicos o puramente instruc­
tivas. Esta acción educacional, serla
la realización de la parte ideológica
y moral del sindicato que, poco a
poco, aunque seguramente, daría co­
mo resultado una nueva y mas fe­
cunda conciencia. Y a mi juicio cons­
tituiría la más intensa y proficua
labor, puesto que capacitaría para
una • acción material * más acorde
con el momento actual, las necesi­
dades de los trabajadores y la cons­
trucción del porvenir.
La acción actual de los sindicatos,
.mejonsta exclusivamente, tiene una
importancia muy inferior a la anterior,
por razones inherentes al mismo es­
tado de ignorancia en que se hallan
los trabajadores, que imposibilita una
acción enérgica en pró de una trans­
formación social verdadera. Casi lo
único que se realiza, gira alrededor
de una minucia en el aumento de
jornal o en la conquista de la ¡orea­
da de 8 horas, conquista por otro la­
do hecha a base de cruentos sacrifi­
cios, cuyas ventajas no compensan ni
remotamente, el esfuerzo realizado.
Esta inaaficiencia que notamos en
los sindicatos es debida sobre todo ■
un error de origen, propio • toda nue­
va institución, caracterizado por no
cumplir máa que fines m ejorólas in­
■ * Mfc
mediatos, sin una visión perfecta de
su verdadera acción futura. El sindí­
calo hasta hace poco, sólo cumplió
funciones defensivas que lo coloca­
ron en uño de los tantos colaboradoniamos al capital.
La acción realizada, no tuvo como
propósito la conqiM » de posidenes
ventajosas para los productores • cos-
w jv m v
M
JUAM PUBBLO.
■
Interpretación Sindical
táSTOR « ttvsrtM C tfel
ijm i
mos productores. Cuando se exigió
una mejora, no se exigió perjudican­
do con su conquista* al capital, sino
por el contrario facilitándole un bene­
ficio mayor, comopor ejemplo, at pe­
dir un aumento en el iornal, siempre
quedó librado al capitalista para au­
mentar también el producto, con lo
cual la mejor, ganada se esfuma en
el aumento de precio de la cosa ela­
borada.
Y hay que tener en cuenta que,
mientras las conquistas obreras no
disminuyan el privilegio capitalista, la
situación de los productores no cam­
bia. Ganarán más, o la jomada podrá
ser más corta, pero la situación de
esclavo y explotado será siempre la
misma; la situación de injusticia so­
cial perdure y la emancipación no se­
rá más que una frase.
Ello fué debido a la creencia aún
arraigada, en la eficacia de la acción
barullenta y de «ejercicio revoluciona­
rio», posponiendo los medios menos
efectistas aunque más electivos, de
la acción educacional con tendencia
a colocar a los obreros en un plano
superior, ya sea por sus conocimien­
tos técnicos, como por su elevación
intelectual.
La conciencia obrera es, y debe
ser, la fuerza motriz y directriz dé­
los sindicatos. La unión, no hay duda,
constituye una fuerza, pero cuaudo
la unión se realiza sobra bases de
conciencia sobre et conocimiento de
la misión que cumple el' trabajo én
la vida y sobre et anhelo de bastarse
a si mismo, entonces la unión adquie­
re el carácter de una fuerza transfor­
madora y et sindicato, toma relieves
de ser ef órgano especifico de hr re­
velación.
Las direcciones extetnas están de
mas y las coerciones internas sobran.
J osé A. G risolIa .
¿HHIKMGIl B MILI K ?
Creemos que la prensa—por ló
menos la nuestra—ha de tener una
misión un poco más alta que la de
desvirtuar los hechos, para poder
sostener más fádlmente una tesis
cualquiera. Creemos que no es ho­
nesto mutilar o adulterar la opinión
de personas que por su inteligencia
y por su influencia pueden torcer el
pensamiento del lector. Creemos que
no es honrado cerrar los ojos ante
la verdad para poder crear el con­
fusionismo, en las ideas con propó­
sitos inconfesados o inconfesables.
Todo esto está aconteciendo con
referencia al actual gobierno ruso.
Con el pretexto de defender I» re­
volución—qne nadie abseliWwente
ataca—se tats lffcan lo* hechos, se
tergiversan los más claros pensa­
mientos de los maestros, se adidtera
la verdad y se cierran las columnas
de los periódicos a los compañeros
más autorizados de aquende y sitende el Océano, para sostener una fic­
ción y una mentira!. . .
En algunos casos—dada la menta­
lidad de fes que tal cosas hacen—
el hecho podo atribuirse a Ignoran­
cia. Pero la ignorancia que a» «nor­
me entre ellos, no lo es en (todos.
Además ¿cómo alegar ignorancia,
cuando se extracta an párrafo, qno,
separado del articulo al q * f pertene­
ce, puede servir a la propia tema, y
luego, se culta él. artfeulo siguiente
que adata y precisa e l »stertorr A
eso no s e te puede llamar Ignoran­
cia, sino picardía y mata te I.
Y cuando esa picarla y esa mata .
fé ta usan personas que - pretendan
dictar a las masas; cuándo esos me­
dios desleales los vemos e n mano»
de tos qne pomposamente t e llammt
puros y honrados, entonce» leñem os
la medida exacto dereu veta» » era l
y comprendemos que selrnneafe e n ­
tre individuos de e sa « taita pneite
tener asidero ta i d « d e ta
- a i
» a ræ æ c a f e
En tama
revolucionarios. Así que para Udes.,
revolucionarios de la sexta jornada
Sh -vio .—Ya le he dicho, compañe­ resulta burdo decir «si los anarquis­
ro* que nosotros, comunistas, deplo­ tas hubiesen hecho la revolución.»
ramos sinceramente el tiempo que
S.—No quiero con esto atribuir a
hemos perdido en politiquerías y en ios comunistas la exclusividad de la
luchas reformistas, ahora...
revolución, pero ¿qué habria sucedi­
Rodolfo.— Se sienten tan revolu­ do si los comunistas no hubiesen or­
cionarios que quieren dictar normas ganizado los guardias rojas, aplasta­
y leyes de cómo y cuándo tendremos do los cuadros defensivos de la bur­
que hace» esta revolución bajo la guesía, concentrada la fuerza de sal­
guia del recién nacido partido comu­ vación en los soviets que son la ex­
presión especifica de los trabajado­
nista.
S.— Tanto como eso, nú. Nos he­ res? Nosotros, los comunistas, y los
mos separado dei partido socialista anarquistas que pensando como nos­
para alejarnos del oportunismo cola­ otros, se han puesto honradamente
boracionista y dar nuestras activida­ de nuestro lado, somos lógicos, con
la férrea lógica del materialismo
des a la R. S. qué se acerca.
R. — Arrivistás siempre. Fueron histórico, muy superior por cierto, a
ustedes tevolucionarios en el periodo la pretenciosa consecuencia de mu­
romántico del 48, colaboracionistas chos anarquistas que en muchos ca­
en el periodo 1 8T 0-I914 en que la sos no hacen más que disfrazar la
burguesía tenia bien asegurado su cobardía moral de no querer reco­
yugo sobre el proletariado, aplaudie­ nocer el propio error.
R.—Es cuestión de cara dura, ca­
ron a la revolución de Kerenski, titabeároft por aquella de Noviembre, son maradas: hace cinco minutos Ud. re­
comunistas revolucionarios, hoy por­ conocía de haber militado en un par­
que es el partido comunista que tido político antirevolucionario. La
Revolución Rusa y el viento de re­
mangonea ^revolución en Rafia.
Vicente.—L’o importante para nos­ vuelta que sopla en todo el mundo,
otros'es que,ellos también quieran con una soberana patada los empuja
la R. S. Para hacer la revolución se hacia nosotros, hacia los empedernidos
« conservadores de la revolución ».
necesitan revolucionarios...
Llegados a medio camino nos llaman
R.
—Si, pero será* bien que sepa­
mos de antemano dónde vamos, si «cobardes» porque no tenemos el
hacia la libertad o hacia la tiranfa, si valor de dar cincuenta pasos atrás
haciendo la revolución emancipare­ para juntarnos con Udes., con los
mos a la humanidad o haremos el puros, con los que encarnan . . . la
juego de unos cuantos^,.
dictadura en Rusia; la dictadura digo.
5.— Y es eso precisamente lo que jam ás la Revolución Social.
no hacen ustedes. ¿Qué pasó en Ru­
V.—Nosotros, los anarquistas par­
sia cuaqdo los comunistas liquidaron tidarios de la dictadura, entendemos
al régimen burgués? La destrucción
con ésta «la concentración de la
del estado fué relativamente fácil. fuerza salvadora en manos de los
Según ustedes, quedaba el camino soviets, de los consejos, de los sin­
abierto para que todos y cada uno dicatos». No hablemos de lo que pue­
fuesen ¡gastes, No hada falta ya ni da pasar en Rusia: admito que allá
Estado ni autoridad.
pueda haber errores.. .
V.—Es Itultfl que hables de Estado
R. - No, compañero, hay que ha­
y de autoridad en ttempo .de revo­ blar de la dictadura rusa, y ¿cómo
nó? Si no hay otra dictadura que dis­
lución...
S.
—Si tú te declaras partidario decutir, aquella es un hecho tangible;
Una nueva traición
la dictadura, no veo por qué debes e s a ella que defienden los comuuistas
preocuparte tanto de la palabra Es­ y los «anarquistas que honradamente
tado y autoridad, a menos que no se han puesto del lado de ellos.
pienses en una dictadura que no Cuando los soviets barrieron con el La tnlerslndical de lengua española
tenga autoridad!...
gobierno de Kerenski, no se hablaba
en Francia
V.—Yo concibo la dictadura en de la dictadura, ésta se sobrepuso a
a los sindicalistas del mundo
este sentido: que como serán los aquellos y los aplastó, cortando las
revolucionarios en dar por el sue­ alas de la revolución...
lo con el régimen burgués, debe­
V —Permítame, insisto en que la
CAMARAD AS :
mos de ser también nosotros revolu­ dictadura que nosotros concebimos
.Al abrigo de la represión española
cionarios trabajadores los que hemos debe ser transitoria. ..
contra nuestros hermanos sindicalis­
de tomar la iniciativa de. la organiza­
R.
—Y yo vuelvo a repetir que no
ción de la futura sociedad por medio podemos discutir la dictadura co­ tas de Esparta para forzarlos a cam­
de lo* sindicatos obreros.
mo cada uno la concibe en su cabe­ biar los principios de orientación sin­
R.
—En ti, tal vez podrá haber unaza. Ahi está la dictadura rusa con su. dical, los cuatro delegados al con­
confusión de concepto, o mejor de terror, ahi están los comunistas que greso sindicalista de Mascú, encar­
palabras, pero en Silvio, nó. Los también la aprueban con su terror y gado de contribuir a la fundación de
anarquistas pueden muy bien ser con cárácter transitorio para dejar pa­ la Internacional Sindical Revoluciona­
partidarios de un régimen en que el rir después... no el libre acuerdo, ni ria, han traiciónalo los principios de
proletariado regule por si mismo su el autogobierno.., pero sí, la gran má­ la confederación del trabajo espartóla
y los deseos de ta clase trabajadora
vida por medio de Consejos o de quina estatal... comunista.
Soviets (entiendo por éstos, asocia­
S. —Que asegura las conquistas re­ organizada. Ellos llevaban el mandato
imperativo de defender la autonomía
volucionarias.
ciones de libres productores)...
sindical y bajo ningún pretexto, su­
S.
—-Y eso, instantáneamente, de R.
—Si los soviets llegaron a la ex­
acuerdo con la libertad absoluta! Eso propiación del suelo, del subsuelo, de bordinar el sindicalismo al partido
se podia pensar antes de la Revolu­ las aguas etc. los dictadores comunis­ comunista.
En el caso de que su situación
ción Rusa, pero ahora, con la ver­ tas no creyeron oportuno proceder a
dad palpitante a la vista!...
la abolición de !a propiedad privada. fuera difícil de sostener, frente a las
K.—Vds. a la libertad absoluta no Para ellos era demasiado temprano. concepciones de los demás delega­
Se conformaron con quitar a la bur­ dos, debían abandonar el congreso y
han pensado ni ahora ni nunca.
S.—¿Qué sucedió a la revolución guesía los privilegios políticos. No po­ retomar a Esparta, para continuar la
rusa? El ensueño" anarquista no se dían Votar los burgueses, les quitaron obra de educación y organización,
realizó. Los burgueses, ni los gran­ esa gran satisfacción, pero los dejaron hasta que una comprensión más neta
des, ni los pequeños, se sometieron vivir del trabajo ajeno. Los del par­ del sindicalismo permitiera tentar de
al nuevo régimen. ¿Si ios anarquistas tido Imperante eran y son los chupóp­ nuevo organizarse internadonaimente,
antidictadores hubiesen hecho la Re­ teros y la burocracia que es tan le­ sobre un terreno Federalista econó­
volución, qué habrían hecho frente gitima emanación del proletariado co­ mico.
Apoyándose sobre quien sabe que
a la resistencia primero, y-al contra­ mo lo eran antes los representantes
ataque después, de la burguesía? del pueblo. Y ese proletariado orga­ influencias, estos cuatro delegados,
¿Habrían tal vez predicado la belleza niza todavía huelgas, es victima de han tomado sobre sí la grave respon­
de la vida sin autoridad, ni Estado? los loc-kout y continúa a sufrir bajo sabilidad de firmar una moción refe­
R.—Ante todo, amigo, sepa Vd. las garras del burgués y del partido rente a la orientación sindical que
que la R. S. en Rusia no la han he­ que, según ustedes, afianza las con­ difiere totalmente del método que
anima nuestra C. N. T. y por la cual
cho ni los anarquistas, ni mucho me­ quistas de la revolución.
centenares de nuestros hermanos han
nos los comunistas. La Revolución
S.
—Las conquistas de las más al­
la hizo el pueblo empapado de tas cumbres de la libertad no son po­ pagado con sus vidas la integridad
los principios revolucionarios que fer­ sible de inmediato. Sólo la dictadura de estos principios.
mentaron en gran parte por la le­ puede alcanzarlas; y quien está contra
No es esta la primera vez que en
vadura anarquista y en parte (hablo ésta, en la hora de la batalla final es­ Esparta, con ayuda de circunstancias
de Rusia) por las teorías socialistas. tá contra la revolución.
confusas, ciertos elementos han tra­
En todo el resto del mundo, los co­
R.—Esa es una afirmación que so­ tado de desviar nuestro organismo
munistas de hoy, colectivistas ayer, lamente ios revolucionarios de papel
hacia un reformismo más o menos
han siempre saboteado los principios maché pueden hacer. Honradamente disfrazado; pero, en cada ocasión, la
* » '
dictadura
los anarquistas no pueden apoyar esas
ideas. Los que lo hacen reniegan de
sais principios fundamentales. La dic­
tadura presupone que la R. S. haya
triunfado, porque seria ridiculo pen­
sar en una dictadura proletaria bajo
la reacción burguesa.
Hemos siempre dicho que es im­
posible crear una institución con ei
fin de destruirla; que las instituciones
burguesas no son malas porque sean
malos los individuos que la integran,
sino que son malas en si mismas. ¿No
será la dictadura revolucionaria (lin­
da antítesis!) una patraña igual a la
paz armada de los gobiernos? ¿Qué
nos trajeron los ejércitos sino la gue­
rra? Y en tiempos de la guerra ¿No
se hacia la guerra para matar a la
guerra?
¿No se crearon ejércitos podero­
sos para destruir al poderosísimo
ejército alemán, para luego ir todos
al desarme? ¿Cómo es posible crear
una máquina tan potente para des­
truirse a si mismo? Nosotros decía­
mos que eso era una mentira, un
engaño, y asi ha sucedido; a1 mili­
tarismo alemán se ha sustituido el
francés, reforzando en consecuencia
el navalismo inglés, el japonés, el
americano, etc. Es ley de la natura­
leza: la función crea el órgano. To­
do gobierno se jacta de ser la ema­
nación del pueblo, de defender la
igualdad, la justicia, el derecho, etc.
¿ Cómo puede la dictadura rusa
escaparse a esta ley? ¿Y cuál tiranía
no puede ejercer esta dictadura que
reúne en sus manos tal suma de po­
deres que ni el mismo zar tenia?
S.—Se diría que usted no hablara
de la dictadura proletaria o que usted
no fuese proletario. Como tal a usted
siempre más le conviene nuestra
dictadura que el régimen en que
vivimos.
R.—Desengáñese, soy tan proleta-
rio como usted y revolucionario mu­
Desde el Cerro
cho antes que usted, y tai vez en
estas discusiones no pondriamoa, nos­
otros, tanta pasión si no fuese por LA6 PIEDRAS
los sentimientos de solidaridad que
En todos los tiempos ha sido, la
abrigamos hacia nuestros compañero« piedra,
el arma o la herramienta del
rusos, que soportan todo el peso de que habita las montañas. Los primiti­
la dictadura comunista, con sus per­ vos la tallaron para hacer puntas de
secuciones policiales, cárceles, y
torturas y, además, las calumnias que flechas, puñales otros, raspadores y
hasta hachas con largos cabos de palo.
propagan los comunistas.
¿ — Es que no hay que tragarse El sílex en ese entonces, era como
todo lo que publica la prensa bur­ el acero de hoy, y los hombres lo
guesa, que busca crear el divisionis­ llevaban a sus grutas, a sus cavernas,
mo en el campo revolucionario. Us­ dormían con él empuñado para de­
ted no estuvo allá y no puede saber fender su vida de toda fiera salvaje,
Pasaron tiempos, y las piedras que
lo que hay. Eso es como la cuestión
del hambre que pasa ahora el pueblo ayer tallaron hoy llegaron a pulirlas,
y
construyeron taladros, punzones,
ruso. Son todas mentiras de la bur­
peines y algunos objetos de arte.
guesía...
Pero
apareció el acero, y (a piedra
R,
—Esa es una manera infantil de
destruir argumentaciones. Antes tam­ dejó de ser el puñal, el raspador o el
poco, nunca habíamos estado en peine, y se trocó en la bola arrojadi­
Rusia y sin embargo protestábamos za para el pastor que espanta a todos
de la Urania del zar. Querer negar los lobos, retorna a las majadas de
el hambre de ahora, que es conse­ ovejas o de cabras, en las montañas.
Hoy, es el arma todavía de los
cuencia inmediata del régimen de
Lenine es bastante pueril, máxime muchachos de aldeas o de pueblos
como
este Cerro. Sí, en los casos de
cuando los diarios de ese mismo
partido publican las noticias origina­ revuelta, la piedra silba en la oreja
rias de Rusia y los detalles de la» del milico en las guerrillas, estalla y
gestiones del gobierno bolshevique rempe la crisma o la cucúrbita, al
para la organización de los socorros. carnero o al soplón; y la madre, la
hermana o la novia, la guardan como
S.
—Es mucho más fácil criticar
que accionar. Hubiese querido verlos un recuerdo, como una historia, a la
a Vds. en las dificultades que aqué­ piedra ensangrentada con que ei hijo,
llos lian tenido que capear; a Vds. que el hermano o el novio, mató o hirió
tienen la teoria del azar, del sin mé­ a un traidor, a un enemigo milico...
‘ Otras veces las piedras dé estos
todo...
R —No, ya le he dicho que el Pueblitos, llegan a la ciudad, pasando
hambre es consecuencia directa del de mano en mano, de Vidrio en vi­
régimen autoritario y esto se puede drio, hasta llegar a las grandes y
demostrar; en lo que se refiere al relucientes vidrieras de los burgue­
método, también nosotros lo usamos... ses, que en los primeros de Mayo,
continúan de puerta abierta. Y enton­
S.—¿Seria?
i
R .—Hablaremos de esto en otra ces esos burgueses guardan las piedras
oportunidad. ¡Hasla la vista!
1 también como una historia: la historia
S anta Bárbara "j del vidrio roto; como un recuerdo:
recuerdo de la venganza que hicieron
esos obreros a quienes ellos humillan
todos los días en el tallero la fábrica.
La piedra en esos momentos es
vengidora; sigue siendo siempre el
armo, armo de pueblos rebeldes que
no quieren ser esclavos.
voluntad enérgica de los trabajadores
¿COMO
PACHECO?
los ha arrojado de su camino.
En la actualidad, que nuestros me­
Fueron muchos compañeros los que
jores propagandistas d.M sindicalismo viendo a todos nuestros trabajos di­
han sido asesinados, desterrados o jeron: «Tienen mucho de Pacheco en
deportados, se ensaya nuevamente su estilo y en el modo de atacar*;
cometer una traición.
otros dicen que es lo más malo que
Y bien, con todas nuestras fuerzas tienen; porque aquél se va en floreos
gritamos: No! Ayer como hoy, como como un cantor ¿o guitarra que tie­
mañana, estamos firmemente resuel­ ne pésima voz, y que nosotros ¡señor!
tos, malgrado todos los acuerdos to­ peligramos en quedar posesionados
mados por los apóstatas en Moscú o de sus floreos...
en otro lado, a no dejar desviar un
Algo hay de. allego a Pacheco, es
solo punto, la táctica de nuestra or­ verdad, pero solo en el estilo, vale
ganización.
decir guitarreo; porque llegar a su es­
En Esparta la C. N. T. continuará píritu. .. ¡Cualquiera llega!
por la Via que nuestros antecesores,
Demóstenes, cuando copió ocho
muertos en holocausto de nuestros veces la «Historia del Peloponeso», de
principios de lucha de clase le traza­ Tucídides, era solo para poseer su
ron y que nos lleva rectos a la Re­ espíritu, el griego aquel fué el más
volución Social.
ilustre orador, y este otro ya había
En tanto la organización obrera es­ sido el más grande historiador de to­
partóla. tome una resolución y la ha­ da la Grecia antigua.
ga público contra sus detractores, de­
Pero, ¿llegar a Pacheco, querer
claramos nulos todos los acuerdos y hacer un «Cartel* a su manera, aco­
compromisos que los intrusos hayan gotar a un burgués como él lo hace,
podido firmar a nombre de la Confe­ o cantar sus vidalitas? ¡Es difícil!
deración Nacional del Trabajo Espa­ Antes hay que ser gaucho, cruzar la
ñola.
pampa diez veces, montar en potros,
E l C omité.
pialar baguales y haber estado en la
Pídese la reproducción en la pren­ yerra, metiendo marcas y quitándole
a los toros lo míe les cuelga... Hay
sa sindical.
que ser gaucho!
Si él viera nuestros trabajos diría
que de él no hay nada a no ser las
IM PO RTANTE
intenciones. Y ya lo vemos corregir­
nos, gritarnos, como en un rodeo:
A~LOS COLABORADORES
¡Ché, muchachos, allí no más, tum­
ben pues, doblenlé esa cabeza, pisen
Rogamos a los camaradas que en­ la guampa, y esa cola entre las patas,
vían colaboraciones para “Trabajo1^ voy con la marca y el fierro! Y enca­
jándola sobre el cuadril de la bestia
quieran remitirlas antes del domingo; chamuscando el pelerío hasta llegar en
el
cuero, queda la marca estampada.
de otra manera llegarían tarde y di­
En este caso, Pacheco vendría a
fícilmente podrán ser publicadas en el nosotros, enarbolando un «Cartel» en
periódico de la semana venidera.
el palo de su pluma, y nos diría:
Además, las colaboraciones, deben «Asi se hace ¿vén compañeros? Y
después, dando una vuelta, haciendo
venir con letra clara y sn cuartillas votes su poncho y terciando a la
escritas por un solo lado, tratar de guitarra a su espalda, nos gritaría,
desde encima de su potro: ¿Salud y
asuntos de inferís general y evitar aprendan, muchachos, porque yo ya
me voy yendo!...—J osé M. Fbrreiro.
en lo posible, los ataques personales
Vida Internacional
PRINCIPIOS, OBJETOS Y METODOS
D epartam ento de Servicios Públicos - 600
D E LA I. W. W.
U nión Industrial de empleados de Sanidad
y Salubridad, Número 610
Unión Industrial de Cam ineros y Atendentes d e Parquea, Núm ero 620
Umón in.iu trlal del P rofesorado en G e ­
neral, Sim ilares y Anexos, Número 630.
U sión Industrial de empleados del C u e r­
po de Distribución G eneral, Número 640.
Unión Industrial Empleados del C uerpo
de Utilidades Públicas. Numero 650.
Unión Industrial de A rtistas teatrales, Si­
m ilares y Anexos, Número 660.
C a-i to d as e sta s uniones han progresado
asombrosam ente en el número de sus m iem ­
bros. D e-de el principio de o u e s t'a organi­
zación hemos extendido aproxim adam ente
un millón de c artas a otros tantos miembros
pero (lo todos coutinúan con* nosotros. Muchíai nos de ellos han pasado a o tra s indus­
trias que a nosotros todavía no nos ha sido
posible organizar, otros han abandonado e s ­
te país, un gran número de ello- ha caído
a n l a gran ca* m eería europea y finalmente
, infinidad d e ello* se encuentran esparcidos
Am ericana del Trabajo,
D epartam ento M anufacturero y de
’ Producción G eneral—400
v Unióa<4mlHtfrtal d e Hihidene* y Tejedo­
res. Ném ef» 410.
Unión Industrial de Ebanistas y Sim ila­
res, Número 420.
Unión industrial de Químico», Similares y
Anex os« Número 430.
Unión Induvtrial de M etalórgicos, Núme
Unión IndnstRelde Empleados d e Impren­
ta, Casas Editoriales y Similares, Núm e­
ro 450.
/
•
Unión laduerrial 'del- Ramo de Aumenta­
ción e Industria Tabacalera. Número 460.
Unión Industrial da Trabajadores en PieM
& M
N ta e n r m
U
. *Vitbieroe f Loceros,
D epartam ento de Tramároste y
Comunicaciones -300
Unión Industrial del Transporte Marítimo,
N U¡óañ U dutrial d . F*rr»vl.elo. N * e e
to '
Unión Hidnstrial de Telégrafos, Teléfonos
y Similares, Número SXX
Unión ladestrtaldel T ra sp o rte Municipal.
«» !•«
* • ¿«ttflcJo
s a r i abandonar aaa Irrtaortoa aétoáoa » colocaras a nuestro lado ea Una S o ta * Gran­
de Unión.
•u ro p eas en Ru mayoría han Venido ad o p ­
tando formas semejan* s, tal como ei Sin
dicato Unico en Esparta y Portugal y .as
Federaciones de Industria* a a F ran cia, Ita
lia y o tras regiones. En Rusia la rec o n stru í
clon industrial en su form a p r é d ic a es t a ­
sada en los principios del unioaismo Indus­
trial, con 3.500,600 trabajadoras y produc­
tores organizados industridlinente en Unio­
nes de acuerdo con nuestro pian y con el
objeto de estudiar, organizar y controlar silos
mismos sus respectivas industria-*.
INFLUENCIA DE LA L W. W.
La fuerza numérica de e sta agrupación no
representa correctam e ite el poder del inovimieut > por ia organización industrial de
los tra tala d o re s. M ientras que el cuerpo de
esta orga lizació i es tai Vez relativam ente
pequeho por sí mismo, s i progenie e stá to­
mando posesión del mundo entero
Miembros y fíale« sim patizantes de la I.
W. W , errando cual paria« por luengas
tierras luchando por la miserable existencia,
muchos d e ellos deportados d e p aíses en
los cua es crey ero n en co n trar iioartad y
justici t y otros expulsa loa d e su b a rra n a­
tal. esparcidos p o r todas p artas dei orbe,
han llevado cual modernos apóstoles nues­
tro verbo d e Educación, O rganización y
Em ancipación y los á c ra tas principio« de
eaeetfo libertario Preám bulo, llegando al
d e Anaconda y Atizona, en la monótona
Vi la de los pr »Utico« taliere« detroireflo« de
Henry Ford, en tre los brutalm ente explota
dos pescadores de Alaska tal Cv*n * al calor
d e los toe Jos en las vastas fundiciones de
• G ary, entre los cortadores de cufia dulce
de HaWaii, en las caen as hu leras asturia
ñas, como en el incesante batir en las em ­
pacad »ras de Chic ido a la vez que en el
histórico castil o de Monljuich, en la cárcel
modelo de Cádiz »*n las tétricas maz ñor ras
de LeaVenWorth y en las innumerables e
inqu siioriales prisiones chilena«, en las mo­
derna« urbe« p r »Jetarías de la gran Rusia,
en los*grandes ingenios cubano», en les ex­
tern as pampa« argentinas, en la región pe
troiífica de Tam pico y en los inmenso« y
nó o a campo« agrícolas de la exhuberante C a­
lifornia, —en fin, en tre trabajadores de to ­
das las faenas, en tre p riso n e ro s p di ticos
por d iferen tes causas, en todas la« indus­
trie» y en to la s la» t»err«s ae encuentran
miembros y sirap »tizante«, defensores y pro ­
pagadores de la I. W- W. y »as principios.
Y d Mide n > llegan nuestros compeleros
llegan nuestros heraldos en variada y rica *
profusión de idioma«, anuncia »d > le ráudt
e irresistible proporción de nueátro* idealee d e uno a otro coefin del muodo.
LA I. W. W» Y EL
• SINDICALISM O CRIMINAL •
desarrollo de la misma. M uchos de nuestros
miembros se encuentran encarcelados bajo
tan falso como ridículo pretexto en espera
de sus respectivos juicios, i pero si es que
todavía queda algún sentimiento de justicia
en las cortes de este desdichado país, no
dudamos de que estos cam aradas serán
todos ab-ueltos. ! Nosotros no somos crimí­
nale-! To ios aquellos com pañeros condena­
dos b a j» la ley del espionaje o ia del sind u a lis m o crim in a l no son más ni menos
criminales que lus hug »notes de Francia o
los abolicionistas de e ste paí«. No son otra
cosa que aoetenedorea de un elevado idea­
lism oM IEM B RO S D E LA
. * I. W . W. EN CAR CELADO S
Esparcidos por las cárceles, penitencia­
rías y campo* de detención a todo lo largo
de le república se eacu eo tran desde loe doe
o tres últ»m<>s años aproxim adam ente unos
do« «sil mifcinbros de nuestra nsociacióa
Varios dle ellos están condena Jos a c a ­
dena perpetua, otros de uno a Veinte a to a
de prisión, mientras que el realo permeaec a n enea »celados por ; i«mpo indefiaul» en
espera de aue oorreepoadiente« ju ic io # u ór­
denes para se deportación. A estos ndemprestando toda la ayuda que
_ TRABAJO
LI F. 0 I. II. If SUS EHEMIIOS
No nos torna de s o r p r e s a el dis­
gusto con q u e miran a T r a b a j o lo s
comunistas, al igual q u e lo s demás
políticos. En sus columnas se defien­
den los principios sidicalistas liberta­
rios que excluyen en absoluto la
intromisión de posibles desviaciones
políticas en el seno de nuestra orga­
nización. Más aún, no dejan margen
para que prosperen las ideas autori­
tarias de ciertos elementos seudo
anarquistas, que pretenden conciliar
la idea de gobierno con el espíritu
ampliamente libertario de nuestro
pacto federal, valiéndose para ello del
principio de la dictadura del proleta­
riado, que no es tal, sino la imposi­
ción despótica de un grupo más o
menos numeroso del mismo.
El ataque que llevan a nuestra
hoja los politicos de « Justicia»,
coincide en un todo con el que vie­
nen realizando en contra del Consejo
Federal de la F. Ü. R. U. los com­
ponentes del grupo dictador salido
de nuestras propias filas.
. Sin embargo, en honor a la verdac, debemos confesar que la actitud
de los comunistas aventaja a la de
estos últimos en caballerosidad.
A pesar de injuriarnos, no han lle­
gado, hasta el presente por lo menos,
a esgrimir contra nosotros las armas
viles de la calumnia en cuyo manejo
son maestros lus anarco - dictadores.
Pero lo esencial es que unos y otros
persiguen el mismo fin, supeditar
la organización obrera a la acción de
los politicos, formen estos partidos o
camarillas indefinidas, pero inspiradas
por una idea central, que les es co­
mún a ambos, la de adueñarse del
poder para imponer a los trabajado­
res su soberana voluntad, descono­
ciendo de hecho la voluntad obrera
y la fuerza directriz de su organiza­
ción.
Los políticos y los seudo anarquis­
tas defensores de la dictadura, he
ahi los enemigos de la F. O. R. U, y
de su Consejo Federal, que quiere
librar a la organización obrera de la
influencia de los malos pastores que
de ella pretenden adueñarse.
Ténganlo, pues, en cuenta los tra­
bajadores organizados.
Ei C o n s e jo F e d e r a l .
TRIBUNA UBRE
CARTA ABIERTA
Paysandú,, Ago to 24 1921.
Com pafleros del C. de K. de A Anarquis­
tas. — M ontevideo — jSalud y Anarquía!
En nuesiro -poder, la Vue-tra del 4 de
Agosto, que fué puesta a consideración de
l<>8 Compañeros de esia localidad, en Asainb.ea real zada el 18 del ctv. quienes por
unanimidad, resolvieron ratificarse en lo i x
puesio en nuestra prim era carta. Y ahora,
entrarem os a razonar un poco, ya que los
térm inos en que está redactada la vuestra,
. nos obligan a ello.
Sonto. enemigos de polemizar, sobre un
tema tan discutido y sobie el cual, algunos
compañeros dei rocharon el producto d> su
ingenio; otros, lo obscurecieron con sns so ­
fismas y capciocidades; y los ú ltim o s,-q u e
son los más —lo desfigura'on com pletam en­
te, con sus pomposas y pobrisimas a gu
mentaciones, producto de una crasa y p e­
dantesca ignorancia
P e ro , com o en V uestra c a rta , p a re c é is ein
peñado? en e x p lic a rn o s c o s a s e k m e m a lís im as, que h a c e ru to ’ las -s a b e m o s ; y tam b ién
os p eím itis m a n e ja rla H is to ria a e s c o b a z o s ,
in te rp r e tá n d o la co n un c r ite rio , q u e m ás p a ­
r e c ie r a ia o b ra c t r e b i a l d e un p o .V o ru n io
y ñoño p ro f e s o r h u rg u é -, que la a u d a z y
re a lis ta , "de un p e n s a d o r d e s p re ju ic ia d o ; nos
Vemos en la n e c e s id a d d e ro m p e r n u e s tra
norm a d e c o n d u c ta y re p lic a ro s .
Y bien, al grano. N osotros os decíumos
que como anarquistas, no tenem os porque
propagar la dictadura del proletariado ni
eila debe figurar en las plataform as de nues­
tras instituciones, ya sean culturales o re
Voiuciunarias- Asi lo creem os. Veamos por
qu.:
No es que nos asu-ten las palabras, como
lo pensáis pues estam os cúranos de toda
clase de sustos, ya sean divinos, humanos,
infernales o dictatoriulistas; puesto que te ­
nemos plena confianza en la acción del pue­
blo de estas regiones, que habiendo e je rc i­
tado las más diversas instituciones estatolátricas, encarnadas en el principio burgués,
de gobierno del pueblo por el pueblo, sin
tesis de la> organizaciones dem ocráticas; y
que en la realidad no tué otra cosa, que el
gobierno de una minoría; mañana, cuando
haga ?u revolución, aleccionado por las en­
señanzas que hoy cosecha pondrá todo ?u
empeño en c o itarle las uñas a lo-, nuevos
gobernantes, que, escudados, trós la Vaga y
confusa form ulita ue dictadura del p roleta­
riado, in ten tará erigirse en la nueva casta
privi egiada de los »insustituible-.« y los
«prohombres», ávidos de mando y predomi
nio.
Y por práctica, tan ineficaz como in­
servible-, son para el progre-o social, todos
los organismos fundados s o b ie di-c p inas y
autoritarism os como la dictadura en cu es­
tión, p. se h todo lo que digan en su contra,
sus más sinceros detensores.
No nos asustan, pue». las palabras ni las
fo»mulitas, en cuya ditusión. pierden triste ­
m ente el tiempo, tantos anarquistas; y co n o ­
cedores profundo , como somos, uel alma
popular, de la id osincracia y tradi ión his­
tórica — desfigurada p..r los inte ectuales
burgueses - de los pu< bios de Améri a,
especialm ente el arge« tino y uruguayo; fac ­
to re s preponderantes éstos que no podemos
ni debémos olvidar los revolucionarios
a n a rq u is ta . para el mejor éxito de nuestra
propaganda ¡.teológica y nuestra acción in­
surreccional y levantisca; es que rechaza­
mos esa declaración, que vosotros estáis
einp* ftadós en m antener, ann en contra, de
los más prim ordiales recursos de una buena
táctica, al mismo tiempo que, en homenaje
a un desinteresado y noble espíritu de- s a ­
crificio.
C reem os que ia lucha de clases ha sido
y es, ¡mañana quien sabe! el poderoso dinamiento que impulsa a la Humanidad, hada
sus deslumbrantes destinos; y lucha de c a ­
se, no ea otra tosa que una guerra implacabla, desesperada, hasta el triunfo defini­
tivo da la clase o p rim ía y explotada. D é
ah/ que conceptuemos impropio, torpe y ri­
dículo, las preocupaciones de machos aner
quistas de ponerle sombrero a un niño sin
cabeza, que no o tra cosa viene a se r la
tan cacareada dictadura, cuando todavía la
revolución, sigue siendo una esperanza.
Hoy le toca a la clase trabajadora, el
turno de m aterializar una com pleta renova­
ción de todos loa Valores y sistem as exis
tentes; claro es que cuando la transform a
ción sea realizada, no tendrá consideración
ni miramientos con os que pretendan a rr e ­
batarle sus legitimas y sagrada* conquista*.
Pero de esto, a organizar desde ya, cuan­
do todav/a no sabem os qué modalidades y
características particulares, asumirá la R.
Social aqui, una rumbosa y .-portuni-ta dic
tadura con toda su funam bulesca carabana
de dictadores, comisarios y demás ad ié te 'e s.
hay senci.lam ente una trem enda diferencia
que no podrán palparla, los que por igno­
rancia la pregonan, o los que la sostienen
impelidos p..r una desmedida ambición de
aspiraciooes subalternas e inconfesadas.
Como an a'q u istas, lo que nos debe inte­
resar ardorosamente, es el n o d o de npresurar la revolución en estos lugares, pues­
to que 'O conseguirem os si nos proponemos
alcanzarlo.
El m-dio está a nuestro alcance: todo
cons ste en realizar una acción sistem ática
y coherente, que aplicada con inteligencia,
dará los (ruto* deseados
Esto es lo que, desgraciadam ente brilla
por su ausencia en el anarquism o de am
bas orillas del Platal —¡Doloroso es reco ­
nocerlo, pero asi es!
Es pues. n«-ce ario, reaccionar en este
sentido y organizam os para tal objrto.
De ahi que estem os plenam ente de acu< rdo con las bases de la Unió" Anárquica del
Litoral, que a nuestro entender, es lo más
inteligente y lo inás anárquico que hasta
auora >e h zo en America del S rr; in te r­
pretando e n claridad meridiana, el p ensa­
miento madre de la Alianza fraternal; que
tantas gloriosas contiendas libró en la é p o ­
ca de la prim era Internacional y tantos lau­
reles le entregó al movimiento Altai quista
del mundo.
A l >>8 fin es de la re v o lu c ió n , vale m ás un
d ía J e re v u e lta q u e d ie z añ o s de p ro p a g an
d a, dijo K 'o p o tk in « y no s e eq u iv o c ab a.
Con el o se logran so s objetos: I bnsesefta1 practicaim nte al pueblo, cuále- son
las arma* que debe emplear. II R o d tar de
un prestigio indestructiole en la mentalidad
popular, i uestras bellas ideologías, lo cual
tendrá una importancia inapreciable para
la reorganización de la S ciedad, después
de la revolución N<» p e g u n tá is quién ve
lará por las conquistas d<- la revolución.
P* ro compañeros, ¿para qué e tá la o rg a­
nización sind cal, que es el arma específica
de la clase trabajadora?
S i lo s a n a rq u is ta s p ro d ig am o s n u estro s
m e jo re s en tu s ia s m o s y n u e s tro - n ás viriles
e s fu e rz o s , p a r a le v a n ta r una p o d e ro s a org a i/a c ió n o b re ra , im p rim ié n d o le el sello
lib e rta rio d e nue tro s p rin cip io s, es p o rq u e
aq u ella, r e p re s e n ta la e n c a rn a c ió n má* Ver
d u d e ra del p « n sam ien to y las a s p ira c io n e s ,
q u e p alp itan en el c o r a z ó n d el pueblo; aun
c u a n d o él, p o r d iv e rs o s f a c to re s , no p u ed a
e x p re s a rlo
De acuerdo a nuestro c rite ro . pues, tie
ne la organización sindical, la elustic dad
s u frie n te y la responsabilidad n e c e s a ia .
para asumir de inmediato la reorganización
de la sociedad sm agregar e formulitas
nuevas, que no hacen o irá cosa, que cas­
tra r y negar ia acc ón revolucionaria de la
multitud y la libre iniciativa del individuo.
El sindicalismo, pues, tiene sus arm as
propias y las empleará, siem pre que sea
m eesario detender las conquistas del pro­
letariado. | E sto es tan sabido en tre los
anarquistas, que ni vale la pena discutirlo
Tam poco creem os sea la revolución un
acto de «violencia e-p ntánea* como lo
afirm áis—sino el fruio m aduro de un largo
y pertinaz proceso preparatorio, que nattt
raimtHte sufren, las colectividades huma­
nas Y esto, no puede «repugnar a un sen ­
timiento anarquista-. Al contrario, es una
de las lautas dem ostrac .oríes realí imásp
que la Vida nos dá, de la verdad incues­
tionable de nuestras ideas No son pues
•absurdos escrúpulos» íós que nos hacen
rechazar la propaganda en pro de la dicta.iura, sino ia consecuencia con r uestras
ideas y la positiva aplicación de ellas, por
el pueblo.
P o r o tro lado, entendem os no hay causas
por qué agreg ar a as if. icas ca ra c te rísti­
cas de iniestia propaganda, anexos que
están muy lejos de hace la más factible y
más apropiada, que lo que fué i yer y es
hoy, dentro de su singular espíriiu de c 'í
tica al principio de autoridad y a la pro­
piedad priv.rda.
Vuestro fraternalm ente y de la R. S., por
los A narquistas de Paysandú,
E l S e c r e t a r io .
De la F. O. R. U.
El Consejo Federal de la F O- R. U- en
el deseo de interesar vivamente a la clase
trabajadora, sobre el próximo Cor gres. R e­
gional a real zarse, ha resuelto II. var a c a ­
bo en el próximo mes de Se iembre, una
serie de conlerencias sobre: Importancia que
encierra el C ongreso u b r e r a Regional, lan­
zando así mismo un manif e -to para la cam ­
paña explicando ampliamente la importancia
del citado C ongreso y la necesidad im pe­
riosa de qne fuesen delegados propios los
asistentes a tan magna asam blea proletaria,
Resolvió asi misino, teniendo en cuenta,
la confusión lam entable que se hace, al tra
tar un p oblem a de general int. rés como es
el Sindicato Unico, demo trando con esto
que ia . lase trabajad ra, aún no e ha com ­
penetrado bien de tal si tema de organiza­
ción y en su deseo de deiarlo perfectam en­
te ac arado, realizar una serie de co n feren ­
cias en el próximo mes de Setiem bre sobre
«Sindicato Unico»
Designar un delegado del seno del Consejo
Federal, pura ir a d ar dos conferencias en
Minas, de acuerdo con lo solicitado por los
trabajadores de aquella localidad.
E l C o n s e jo F e d e r a l .
Pregurititas indiscretas
¿Se puede sab er por qué, a pesar de ha
b er resuelto el S U de la Aguja en asam ­
blea plenaria retirar los delegados y «las
coi izaciónes» ha ta tanto no renuncie el ac
tual consej • federal de la F. O. R. U-, 'la
junta central hace declaraciones por la pren­
sa de que ellos no pen aron nunca retirar
la c o tiz a có n al comité P ro presos de la
F. O R. U ?
¿Puede la junta central pasar por sobre
lo resuelto en asam blea plenaria?
¿Se puede saber por qué existiendo algu­
nos miembros de las com «iones técnicas de
este sindicato que no concurrieron a ningu­
na reunión, no se dan por cesantes y se
llama a los raspectivoa suplentes en su lu­
gar? .
¿Se puede saber también qué interés tie
ne c ie 'to miembro de la junta central para
querer reconsiderar la no publicación da
aviso« ea la revista de eele sindicato?
i la respuesta.
UNI
I JIM.
( r o s u r o ic iL
Los sindicatos por ofi.cio
S u s defectos
¿Por qué *on perjudiciales las clasifica­
ciones hechas por la burguesía entre lo*
trabajad, re* de una indnstr a determinada?
Porque ellas obedecen como (lijimos en
nuestro núme o an terio r al criterio de cla-e
en que la burguesía inspira todos -na actos
y porque de un modo directo de origen, en
el seno de la clase productora, a inte, eses
antagónicos, que solo sirven para hacer ¡m
posible, o poco menos, la debida inteligen
cia en tre todos y cada uno de los miem­
bros que integran la gran familia proletaria.
¿Coviene a los intereses del proletariado
dejar subsistir dentro de su misma o rg an i­
zación de cla-e esas dif<ren d a s, que divi­
den a los trnbaiadores de una misma in­
dustria en diverso* grupos p>ofe ionales
con intereses inmediatos opuestos muchas
veces los unos a los otros?
A nuestro juicio no *ok> no es convenien­
te sino perjudicial en sumo grado ya que
la organización obrera debe desenvolverse
en un plan» de igualdad pura todo - y cada
uno de sus miembros
N" pueden por lo tanto admitirse como
los m ejores .os métodos hasta ah o a em ­
pleados en nuestras luchas contra el enemi­
go común que nos acecha, y esperan s empre la ocasión propicia para debilnhrnos
aún más. y de esa m anera d ar mayor soli­
dez a su inicuo poderío
S e h a ie ni cesa ia una completa rev iró n
de los valores sindicados, tanto en lo que
se refiere a la estru ctu ra exteri r de nu. stra organiza ión corno en l<> que toca al
espíritu que debe inspirar t d< s su» actos.
La fo> ma ha de contem plar e.i el mayor
grado posib e las necesidades de la prooucc ón, cuidando de establecer una e -tre .h a
inteligencia y una un.ón tnde-tructibie en tre
todo? los trabajadores, organizando s esto*
indnst' ialim nte; es decir: ten endo en cu. nta el ram o en el que prestan su concurso
y no el ofici ■ que realizan
De este modo si un lificarem os el proble­
ma y rt atizarem os en parre, de acuerdo con
n u tstia capacidad u. o de los más ardientes
p stulados de la clase trabajadora, a igual
dad
El diario de la F. O R U
.* M uchas.son las dificultades con que tro ­
pieza la organización o b rera para llevar a
iu practica tan loable iniciativa
La propaganda en este sentido ha sido en
ext erno deficiente No parece, si o que «I
proletariado organ zud • d. la región viera
«on diVgusto la existencia de un i.iano ge
nuinam ente obrero, qne fuera el portavoz
de -us ideales y sus anh. los
¿A qué >e d< be esta apatia? ¿Es que no
siente el proletariado de la F. O. R U a
necesidad de una pien*o propia? Y si la
siente ¿qué es lo qne pone por su parte pa
ra llenarla? Por fortuna n.. tod> s lo- traba
jadores adolecen de e-a falta Je voluntad.
El Vacio lannniable que se sentí.< lia veni
do a llenar o en p arte «Trabajo- que «a el
resultado de un conjunto de Voluniades pro
letarias, dispue to a m antener bien alto el
pendón de las ■eivind caciones obrerus y a
defender a la F. O R. U. d« los continuos
ataques de sus en. m gv s los capitalistas y
los políticos.
P ero esto no basta. Hay que sacar el día
rio de la F. O, R U cuanto ante*
A la obra, pues, i
Carta de un marinero
A m is c a m a ra d a s de la F. .p. M
No me ha gustado nunca faltar a mi pa
labra y menos en estos momentos, en que
pienso poner ciertas co as en claro, para
bien de todos nosotros.
Os hablaba en mi prim era de nuestra de
sorganización y del anhelo existente en mu
d io s de jos explotados marítimos y portua
rios o sea la adhesión a la F. o . R. U.
Rt pasando el periódico «Trabaj >» he leído
la ii.iv iativa de de los curbonetos de Betla
Vista de form ar el Sin icato Unico del
T ransporte de L arg a y D escarga, en el cual
estarem os incluidos asi mismo, n> solros, me
llené de a egría al leer esto, pero ensegui
da una nube de pesar se reflejo en mi sem ­
blante.
N uestra F. O M no va a apoyar eso, co
mo no apoyó otras tuntas cosas bu en as, y
sabéis por qué? por que el C. F. y C. A. no
van a querer, es lastimoso d tc ir.o , pero es
cierto.
Somos doblememente esclavos compañe
ros, mis puños se crispan al pensar esto,
somos esclavos de la burguesía y el pen­
sar de cié. tos individuos, que ha tiempo, que
por decoro, por decencia, no debían pisar
más los umbrales de nuestra querida F. OM. pero los garbanzos, c u is ta m uiho g a­
narlos, ustede- lo -aben, y a esos
a esos
le caen de arrib a.
P or h. y ba-ia, siento que me llaman a
mis tareas.
M arinero del Cabotaje.
A mis compañeros los tranviarios
A los ■•talúigicos en general
L<>s com pañeros no deben olvidar que a
e»te llamado debe
r« sponder todos los
o b re 'o s que trabajen en las siguit-nt.s r a ­
ma : m ecánicos, gasistas y hojalateros,
brunceros, fundidoras calderero-, herrado­
res de caballos h errero s de obras, relojeros,
joyeros y plateros.
A
las compañeras
Resolución de los gremios
R. Obrero* Yeseros
R U - Lom psfk
El gt emio de O Yes. ros pone en vuestro
c»<nocimi«nto que en su última asam blea Ge
neral efectuada el 24 del cíe , después de
un largo debate, ap ueba la siguiente moc ón :
R etirarse de esa Federación hasta tanto
no renencle el Consejo Federal.
Sm otro motivo os saluda cordialm ente
ed nhmbre de e»te gremio.
EL SE C R E T A R IO .
Un tranviario de la Est Agtaciada.
La húelga
Si los trabajado« es en vez de p reo cu p ar­
se de desprest giar al comp. fie««» de causa
o de trabajo, o bien del último chi-m e c ir­
culante en la organización, se preocuparan
un p<>co más de aquellos problem as socia­
les que directam ente le afectan , hubiera po­
dido evitar?«, más de cu atro desastre» h a­
bidos últimam ente en la organización obre­
ra, y que han redundado en la b ancarrota
y desmoraliza, ión com pleta de más da un
gremio, antes reb. Ida y aguerrido, hoy te ­
m eroso y de-organizado.
Actualmente se lleva a cabo una coastroverai-« asenta en el diario «Tribuna Obre­
ra« de Buenos Airea, sobro ai team que me
sirve de epigrafe, eatre dos compañero*
o cu 'to s-p a ra alqnaóe—bajo al
'‘
da Xáaara y Abad de Santiilán
No voy * ontrar yo >«ui a tugar, li tar■aaatoa dal ubo o dal otio, paio al «alara
I
Este im portante gremio, en su afan de
llevar la organización a todos los tra b a ja ­
dores p. rieneci« ntes a este ramo, han de­
cidido realizar un ciclo de conferencias que
se llevarán « cabo en diferenies lugares.
Así se hace obra.
O. Pintores
En la última asam blea real zada por este
g-emio, resolvieron c< tizar m ensualmente
con $ lu, par» el periódico «Trab-.jo».
A d h e s ió n
dt R Emplead— 2 _ e
a l gru po
j
El Comité R eorganizadorr de
d< este ieiportante gremio, resolvió en sa i____________
realizar asamblea el día 5 del corriente, en
el *oc#* **** dentro Internacional Rio Negro
1W0 a las 20 y 30.
Ningún empleado debe faltar a esta cita
de honor
Carboneros de Bella Vista
La sociedad de resiten cia de O- Carbo
•»«ros de Bella Vi-ta, invita a t«»daa los organiiacioaes de la República del Urogoay,
para que hagan asambleas y conferencia*
coa el fia.d e poder realizar na mitia de
protesta ea contra del gobierno norteameri­
cano que pretende llevar a la ai la eléctrica
a do- de luiestroe mejores compañeros, en
pleno siglo donde ae blasona de civilización,
pues hay que hacer algo: seria ana vergüen
za que aquí p. rmanecié<araos tmpas bles
donde en todos loe paisas del mundo se
prepara un intenso movimiento iateraadoaal.
H y que tratar de evitar que la burguesía
le quite la vida a dos compañeros, jóvenes
luchadore que han hecho enormes sacrificios
para «onquistar la libertad de loe trabaiadores de todo el universo.
, E» nuestra dlllms ..am b les efectuada si
12 de Ago-to del corriente, acordó por ma
y. na de »oto-, one el Con»e|o PeJeral de
•a F O. R. U., no ha violado en foram alguna el pacto Pederal; más, ba Interpretado
fielmente el artfcul.. « o . Por lo tanto, reí
teramo- nuestra confíenla a to d o-lo- m íese
beo que integran el C o n -ejo d t la P.O R U.
Cam arada Dolad a un lado la- latrígaIA traba lar por la Revoludda b a c ía II
EL SE C R ETA R IO
Montevideo Ago to 15 de 1881
Balines i i la valida riillzKi i km
(Icio ti «Tnkiji* i i ii Clin Tu•™ «Aívili*, il Lums 22 «•
Agosto di i921
ENTRADAS
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Entrada* vendidas...................... ...
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SA U D A S
Alquiler del local y Cintas
. . $ 55 00
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• - . . . . «
600
P ro g ra m a ......................................... .............. ^
Suma . . .
I " .! ? * '
d il servicio domestico
Com pañeras, yo no sabré escribir mucho.
n' decir lindos discursos, pero si sé com
p render . uando con nosotras se juega y se
*c. mete una arb trarieJad insoportable
En una de nuestras ultimas asambleas,
non bramos una s e .re ta ría y una tesoiera,
ella- d<- acuerdo con las facultades que se
le confieren a tono miembro de Comisión,
fueron a la F. O R U. f pidieron ayuda,
que enseguida se la dieron - com» e ra su
d e b e r—y mandó del« gado a nuest a renn ón
Pues Di. n, esto por lo visto, no les a g ra ­
dó •« la enfe mera Julia F ernandez V a la
oí adora d« I P. Com unista Julia AréVaío que
se m olestaron en yran e y cuando se fué el
delegado de la F O R. U la tal Fernández
<lió por disuelta nue>tra comisión, d ciendo
que eüa iba a seguir al frente de nuestro
Sindicato.
-Desde cuándo esa atribución? Esto es una
cachetada que nos ha da o en la cara a
nosotc-'s, y no d« bemos soportarla; a man­
d ar en su casa, qne to que nosotros acordamo- nosotros debemos deshacerlo y no
una Juana de afuera.
S irv ienta .
S. d t
el domingo 4 do Setiembre e Oe • » « de
» embone en el locol eodel. Rio N O , INOi
orrito uet a t a . Lonsiotrtcto* ooi p iM O
<*• renuncia del Consejo Federal, hecho por
le Federación de Picapedreros de Montevi­
deo ; circular de la FrdaracMe Obrera Marftiaa sobre unificación del proletariado,
Congreso O brero; asuntos varios. A la Fe
de ación da Picapedreros de Montevideo y
al Sindicato Unico de la Aguja se lea seca
rece el envío de un delegado.
LA COMISION
Mosaístas y Anexos
Ante el momento hi tóricam ente im borra­
ble que atraviesa la hum n dad. ante el en
cru eurniento de la lucha ent e el capital
y el trabajo y ,a manera nsis'en te en que
su desarrollo llama a os hombres que an­
helan má- libertad y m is pan para sus hijos,
lo trabajadores metalúrgicos de esta región
no pueden s u - ta e r s e al cumplimiento del
ineduiudib e deber que la» circunstancias
les han impuesto.
I as co n sid erad , nes que sugieren los probl. mas que en la actualidad -e hallan en
tren de solución, dt muestran claramente que
es por la unión y la solidaridad de los tra ­
bajadores que se d ará fin a este régimen
de explotación y de crimen.
P ara tra ta r y can N ar id. as sobre asun­
tos relacionad s con la buena m archa de
nuestro sindicato quedan invitados todos los
ob eros met. lurgic s en gen. ral para la
gran u ambiea plenaria que se rea izará el
día -ába io 5 de Setiem bre, a las 21 en pun
to en el local de Río Negro 118Ü.
LA COMISION
0brcros Mun(clp,| es
C am aradas: En el *tro número de «Traba
jo», o» decía algo, de lo que a mi p arecer
e stá mal. que se haga en nuestra ent dad;
hoy os quiero decir «igo más; p a ie c e hasta
m entira qt.e sú n d o nuestra emidod un Sin­
dicato de R esistencia al Capital y al Estado,
vale decir r, volncionario, no nos acordemo»
de la entidad madre, de la F. O R U. tan
siquiera p ara los c o n fe re n c ia , pues he po
diuo constatar qne desde hace uno- 5 mes .s , no se llama un delegado a la F O. R
U pero si se llama a los político- del P«»r
tido Com unista y a cierto s anarquistas que
lo que menos tienen es de taUs.
¿De quién es la culpa? Del C. Fed eral de
nuestra entidad o de nosotros? Yo cr»o que
e - de no otros, que no los llamamos al o r­
den por e -to - olvido* imperdonables, que
pueuen encubrir una m sla intención.
ra lo i.
decirte • mía cam arades d e esta que es uei
I* P»i>* estudiar a te trmm
IL» huelga! p6co tiene que estudiar, dlrdn
algunos sim plista., el p atrda nos infiera ua
u ltra K necesitam os uoos vintenes méa. la
m ayoría del personal estd conform e coa sa
llr a la calle, pues a ella vamos y he ahi
la hue ga declar ada.
I Pobres hermanos m íos! He shí precise
mente la cause de tentoe reveces sufr d >•,
he ahí ia causa de nuestra dtsorganiz ción
Acordaos de que Alejandro el Qrande,
solía d e c ir : « No es el número de guerras,
lo que hace a mis enemigos ; lo qne me da
poderío. es el número d e victorias cooquis
tsd as >
____ ______________
_ une huelge
N osotros
entes de d eclerer
en un determi ado
t-*~ taller--------------o casa deberemos
tener en cuenta :
El e-píritu más o menos rebelde de los
que en esa casa o taller trabajen.
El estado de fuerzas coa que cuenta a
su vez la en idad a que pertenecem os.
El estado de la organización de loa g re ­
mios afines, a los efectos de la solidaridad.
El aumento de trabajo o disminución en
esa rama
Si es conveniente la huelga, fuera o den
tro del taller, casa o fábrica
Rapidez en a sola. ión del coaflicto.
C ircun-taucias adversas, que dicho c on­
flicto pueda crear
Com batir el problema de la desocupación.
Indole moral de la mi-ma.
Seguro estoy que si tuviéramos en cuenta
esto- facto ies ¡o tro s López cantarían i y
pu ¡éramos d re ir com.» Alejandro, al ser
tem ido-, que lo éram o- por nuestras victo
rías y no por nue?tras guerras.
J u a n .F . C a b a l l o
*
88 85
S u p e r á v i t ........................... r - 4 0 5
Gran rifa
1
tuificfi di »Tnkijt-
Tren val loaos p rem io s
J o un corte casimir extranjero.
2 o un co rte pentalón.
5..» un sillón mimbre.
Saldrán f vorecida* las persona* que no
sean loe b lelo* cuyas trra cifras *ean
iguales a la- tres ú timas cifras de lo* premios mayores de la lotería del Hospital de
Candad de Montevideo, de la útima jugada
de mes de Setiembre de 1821. Precio del
boleto 0 30 Todo compañero que quiera
retirar talo, arios de la Rifa, puede hacerlo
en la brevedad posible, en Cuareim 1581.
E l C om ité A d m in is tr a tiv o .
Administrativas
El b a la n c e d e T R A B A JO no ha sido
publicarlo por cu lp a d e los com pañero«
q ue no h an d e v u e lto los ta lo n a rio s q ue
tie n e n en su poder; s e n e c e s ita n sin fal­
ta esos ta lo n a rio s p a ra el S á b a d o 3. No
o lv id a rse .
IN TER IO R
P a ysandú: R e c ib im o s g iro con dos pe.
sos; el p re c io d e su scrip ció n e s d e Q.QQ.
P ró x im a m e n te irá carta.
De San José: C o m p a ñ e ro R. A 'to r g a :
E n b r e v e va c a rta .
A G E N T E S D E L IN T E R IO R
P a y s a n d ú (C e n tro In te rn ac io n a l): D
S e ro y J. B e -sio .
S a n Jo sé: R o b e rto A s to rg a y J. C R o ­
dríguez.
M ines: D orotoo Ju n cal.
S a n C arlos: J. E rfas.
S a n ta L u d a : D. V illa rria l.
Flor id*: N icasio F. G anch.
Salto: T o m á s F ra n co .
L o s c o m p a ñ e ro s d el In te rio r q u e q u ie ­
ra n s e r a g e n te s d e TR A B A JO , p u e d e n
m a n d a rn o s n o m b re y dirección.
A L O S S U S C R IP 1 0 B E S
S e pid e a los c o m p a ñ e ro s, q u e d e je n
el iitip o ite d e la s u s c r td d ó n e n su s r e s ­
pe c tiv o s dom icilios, p a ra fa c ilita r la c o ­
b ran z a
e d ito r d e
S i Vd., camarada, desea form ar parte de la Agrupación Editora, pan­
de firm ar e l cupón adjunto, remitiendo a l mismo tiempo la cuota de t
0 50, que es la fija d a como cotización m ensual aparte de la suscripción.
También puede enriam os sa dirección para inscribirlo como sascriptor o
paquetero.
« T R A B A JO , hará una obra de renovación, defendiendo los print
del sindicalism o libertario y combatiendo todas tas desrieeümes u h'
dones que am enazan a l proletariado.
____ ,
EL aCOMITE PROVISORIO.
O U R O N
Camaradas d el Semanario « TR A B A JO :
Sírvanse anotarme como
dicho objeto, adjunto t 0.50 1
esa
*
A g ru p e d ó m
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Nombre..........— ................. ........... ........... .— ...................
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