Queridos hermanos: Este primer domingo de octubre nos ofrece dos

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Queridos hermanos:
Este primer domingo de octubre nos ofrece dos motivos de oración y de reflexión: la
memoria de la Virgen María del Rosario, que se celebra precisamente hoy, y el compromiso
misionero, al que está dedicado de manera especial este mes.
La imagen tradicional de la Virgen del Rosario representa a María que en un brazo lleva
al Niño Jesús y en el otro presenta la corona del Rosario de santo Domingo. Esta imagen
significativa muestra cómo el Rosario es un medio donado por la Virgen para contemplar a Jesús
y, al meditar en su vida, amarle y seguirle cada vez más fielmente.
Es la consigna que la Virgen ha dejado en sus diferentes apariciones. Pienso, en
particular, en las de Fátima, acaecida hace 90 años, a los tres pastorcillos, Lucia, Jacinta y
Francisco, en las que se presentó como «la Virgen del Rosario», recomendó con insistencia el
rezo del Rosario todos los días, para alcanzar el final de la guerra.
Nosotros también queremos acoger la maternal petición de la Virgen,
comprometiéndonos a rezar con fe el Rosario por la paz en las familias, en las naciones y en todo
el mundo.
Ahora bien, sabemos que la auténtica paz se difunde allí donde los hombres y las
instituciones se abren al Evangelio. El mes de octubre nos ayuda a recordar esta verdad
fundamental a través de una movilización que busca promover el anhelo misionero en cada
comunidad y a apoyar el trabajo de sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos que trabajan en las
fronteras de la misión de la Iglesia.
Con especial cuidado nos preparamos para celebrar el próximo 21 de octubre la Jornada
Misionera Mundial, que tendrá como tema «Todas las Iglesias para todo el mundo». El anuncio
del Evangelio es el primer servicio de la Iglesia a la humanidad para ofrecer la salvación de
Cristo al hombre de nuestro tiempo, humillado y oprimido de muchas maneras, y para orientar
cristianamente las transformaciones culturales, sociales y éticas que tienen lugar en el mundo.
Este año hay un motivo más que nos lleva a un renovado compromiso misionero: el
quincuagésimo aniversario de la encíclica «Fidei donum» del siervo de Dios Pío XII, que propuso
y alentó la cooperación entre las Iglesias para la misión «ad gentes» [a lo pueblos, ndt.].
Me gusta recordar también que hace 150 años partieron hacia África, precisamente hacia
el actual Sudán, cinco sacerdotes y un laico del Instituto del padre Mazza de Verona. Entre ellos
se encontraba san Daniele Comboni, futuro obispo de África central y patrono de esas
poblaciones, cuya memoria litúrgica se celebra el próximo 10 de octubre.
A la intercesión de este pionero del Evangelio y de otros numerosos santos y beatos
misioneros, en particular a la protección de la Reina del santo Rosario, encomendamos a todos
los misioneros y misioneras. Que María nos ayude a recordar que todo cristiano está llamado a
anunciar el Evangelio con la palabra y la vida.
[Al final del Ángelus el Papa saludo a los peregrinos en varios idiomas. En español,
dijo:]
Saludo con afecto a los fieles de lengua española. Queridos hermanos: En este domingo
en que celebramos la fiesta de la Virgen del Rosario os invito a rezar cada día, con más piedad
y devoción, esta tradicional oración mariana, y que la contemplación de los principales misterios
de la vida de Nuestro Señor Jesucristo aumente en nosotros la fe, la esperanza y la caridad. ¡Feliz
domingo!
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