L`estat del benestar: perspectives de futur

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Conversa
L’estat del benestar:
perspectives de futur
http://www.uoc.edu/symposia/caixamanresa/jornadaeconomia/
cat/gonzalezpujol.pdf
Felipe González i Jordi Pujol
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Conversa
L’estat del benestar: perspectives de futur*
http://www.uoc.edu/symposia/caixamanresa/jornadaeconomia/cat/gonzalezpujol.pdf
Felipe González i Jordi Pujol
Resum
Dins la IX Jornada d’Economia que va organitzar Caixa Manresa el passat 25 de maig de 2004, l’expresident de la Generalitat Jordi Pujol i l’expresident del Govern espanyol Felipe González van participar en una conversa que tenia per títol:
«L’estat del benestar: perspectives de futur». Tots dos van coincidir a afirmar que el model de benestar europeu és el millor
a escala mundial, però que cal remodelar-lo mitjançant el diàleg social i polític per tal que no incentivi polítiques que fomentin la passivitat. A més, també cal adaptar-lo a la nova societat de la informació. Després de fer una breu reflexió històrica sobre la formació de l’estat del benestar, van mostrar la seva perplexitat i preocupació per les polítiques corporativistes que es continuen aplicant a Europa i pel feble paper que exerceix en aspectes com les noves tecnologies, el lideratge
polític, els canvis demogràfics, l’ocupació, les crisis econòmiques i la immigració, entre altres. Una Europa que sembla distreta en aspectes menys pragmàtics, com la creació d’una constitució europea i el repartiment de poder, i que perd força
davant altres continents emergents com l’asiàtic. Per tal de superar aquesta situació greu de l’estat del benestar, cal fer
una revolució cultural europea en tots els àmbits i fer una crida per tal que els polítics la liderin.
Paraules clau
estat del benestar, Europa, crisi, revolució cultural, noves tecnologies, immigració, demografia, diàleg
Presentació
Moderador (Josep Antich)
Molt bon dia a tothom. És per a mi un gran honor moderar
aquesta taula rodona entre l’expresident del Govern espanyol, Felipe González i l’expresident de la Generalitat de Catalunya, Jordi
Pujol. Som afortunats, perquè no es té l’oportunitat de veure i de
sentir cada dia un debat entre el president González i el president
Pujol. Si a més a més el tema del debat és de tanta actualitat com
l’estat del benestar, el plaer de sentir-los és doble.
Sense cap mena de dubte, són dos dels grans polítics espanyols que han existit per a tota una generació, de la qual formo
part. El president González va ser president del Govern des del 1982
fins al 1996. Va fer les grans transicions a Espanya: l’entrada a l’OTAN, l’entrada a la Unió Europea i la consolidació de la democràcia. El president Pujol va ser president de la Generalitat des del 1980
fins al novembre del 2003, en uns moments també de consoli-
dació de la democràcia. Des del meu punt de vista, ha estat el millor
president que ha tingut Catalunya en la seva història.
El debat es pot començar de moltes maneres. Des d’un enfocament més tradicional, més clàssic, dient que si el segle XX ha estat
el segle de l’estat del benestar, el segle XXI serà el segle de la retallada del benestar. O bé –si volem enllaçar amb el que ha dit el
professor Anthony Giddens–, si l’estat del benestar només pot funcionar si la societat està cohesionada, amb la diversitat aquest estat
del benestar acabarà tenint problemes. Aquesta reflexió topa
amb la immigració, que es presenta moltes vegades com la solució a algun dels problemes que té en aquests moments l’estat del
benestar. En fi, cedeixo la paraula al president González en primer lloc, perquè esculli l’enfocament que millor li sembli.
Felipe González
Muchas gracias. Ya saben que tengo la voluntad expresa de provocar, si no se hace muy aburrido. Estoy encantado de hacer un deba-
*Conversa mantinguda en el marc de la IX Jornada d’Economia Caixa Manresa, celebrada a Manresa el 25 de maig de 2004 i organitzada per Caixa Manresa.
Aquesta conversa va ser pronunciada en català i castellà, en funció dels ponents. Per això, en la versió catalana hem optat per mantenir ambdues llengües originals.
© Felipe González Márquez i Jordi Pujol Soley, 2004
© d’aquesta edició: Caixa Manresa i FUOC, 2004
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te con mi amigo el presidente Pujol. Creo que siempre nos divertimos intelectualmente cuando debatimos. Voy a hacer una pequeña advertencia previa. Como esta institución me invitó antes del 14
de marzo, olvídense de qué pasó el 14 de marzo. Yo soy exactamente el mismo antes y después del 14 de marzo. En este sentido,
vivo una situación casi excepcional. Lo más peculiar de lo ocurrido
el 14 de marzo es que los que se han ido no tenían ni idea de que
se iban a ir y los que han llegado, salvo Zapatero, no tenían ni idea
de que iban a llegar. Así que espero que me oigan sin connotaciones añadidas y peligrosas. Sigo hablando en nombre de quien
hablaba antes del 14 de marzo, es decir, en nombre propio. Me apasionan algunas de las reflexiones añadidas por Anthony Guiddens,
pero mi enfoque será más bien para hacer un coloquio con el presidente Pujol y con todos ustedes, si es posible y hay tiempo.
El modelo europeo del estado
del bienestar
Nos planteamos el problema de la sostenibilidad del estado del bienestar. La sostenibilidad tiene dos componentes: uno económico puro
y otro social, que tiene mucho que ver con el económico. Imaginemos un modelo en el que pudiéramos tomar una decisión asumida social y culturalmente de que el 25% del producto bruto que
generásemos, lo dedicaríamos a tres partidas básicas. Primero,
10 ó 10,5 puntos del producto a sostener a una población envejecida, que ya no es de 65 años, porque con las prejubilaciones ya se
es viejo a los 45 –salvo si se es jefe; entonces ya no se es viejo a
ninguna edad. Pero se presume que toda la gente que trabaja para
uno tiene menos de 40. Segundo, imaginemos que dedicamos 7,5
puntos del producto bruto a redistribuir ingresos en la asistencia sanitaria pública. Tercero, lo que nos queda hasta llegar a 25, otros 7,5
puntos de producto, a redistribuir ingresos en materia de educación,
formación, I+D+I, que después tendríamos que decidir si son gastos de inversión o corrientes. Respecto de las cifras actuales, tendríamos mucho margen.
A partir de ahí, haría una primera pregunta para el debate: ¿Si
el producto bruto generado funcionara competitivamente en la
economía global, podría destinarse el 25% a lo que hemos dicho
sin graves riesgos? Mi respuesta personal es que sí, pero resulta
imposible convencer a la gente, porque sociológica y culturalmente
es una batalla perdida. Estados Unidos gasta casi 15 puntos de
producto bruto en el sistema sanitario y excluye a 42 millones de
norteamericanos de cualquier tipo de asistencia sanitaria. Gasta
más del doble del producto per cápita que nuestro propio sistema en asistencia sanitaria, pero no es ni un sistema mejor ni peor.
Como en todas las cosas, Estados Unidos tiene algunas puntas de
tecnología y de capacidad científica y asistencial insuperables. Pero
en la media, no es mejor ni con mucho. Es decir, en lo que afecta a la inmensa mayoría de la población, no sólo no es mejor, sino
que es más deficiente. Y en lo que afecta a la población excluida, no digamos. Pregúntenle al escritor Carlos Fuentes, que estuvo a punto de morir porque se le olvidó la tarjeta de crédito y le
dio un amago de infarto en una calle en Nueva York. Afortuna© Felipe González Márquez i Jordi Pujol Soley, 2004
© d’aquesta edició: Caixa Manresa i FUOC, 2004
damente, llamándose Carlos Fuentes, pudo llamar a un amigo para
que lo avalase. Si no, allí mismo se habría muerto.
Esto tiene mucho que ver con el concepto «modelo europeo
versus modelo americano», donde se tiende a desenfocar los elementos de comparación. En los acuerdos de Lisboa de 2000 se empezaron a analizar cuáles son los elementos que nos distancian de Estados Unidos en términos de eficacia económica, competitividad, sistemas
educativos, etc., y se llegó a unas conclusiones harto conocidas.
Los acuerdos decían que si corregimos los problemas de relaciones industriales en el sentido amplio, la pesadez de nuestro sistema de seguridad social, la rigidez de las relaciones laborales y
demás, Europa en el 2010 será la primera potencia económica y
tecnológica del mundo –aunque no se lo cree nadie. Además,
como estamos un poco distraídos respecto a la importancia de las
nuevas tecnologías, lo cierto es que no se analizó que la peor rigidez del modelo europeo no son las relaciones industriales, sino la
rigidez corporativa en el sentido social, político y económico.
En Europa, las nuevas tecnologías sólo las trabajan unos pocos,
de tal manera que los treinta principales iconos de la economía
europea de hace treinta años son exactamente los mismos que
hoy, mientras que en Estados Unidos, los treinta grandes iconos
de hace treinta años han sido sustituidos por veinte que entonces no existían. Por lo tanto, hay movilidad ascendente y descendiente.
Allí competir significa algo. Que conste que no estoy exaltando
el modelo, pero allí hay movilidad ascendente y descendente y aquí
las cosas, incluso las nuevas tecnologías, sólo las hacen unos
cuantos. En esto estamos de acuerdo todos: políticos de izquierdas y de derechas, financieros y empresarios de derechas, de
izquierdas –los que queden– y sindicatos. En Italia, Francia o Alemania siempre se ha trabajado corporativamente. ¿Cómo no lo
va a hacer Siemens, Deutsch Telecom, France Telecom o Telefónica? Estas son las cuestiones que me preocupan en cuanto al modelo y que no están en la mesa de discusión de Europa.
Cambios demográficos y flujos migratorios
Otro impacto es el demográfico. ¿Cómo compensamos la demografía? Pues analizando traumáticamente los flujos migratorios.
Esto lo compartimos con Estados Unidos e incluso con Canadá.
Es decir, el norte de América dependerá de los cincuenta millones de mejicanos menores de 21 años para sostener el sistema.
Esta es una de las grandes variables estratégicas de Méjico, dentro del Tratado de Libre Comercio del Norte. En general, habrá
muchos flujos de población hacia el norte y deslocalizaciones
hacia el sur. Sin embargo, no se trata como una variable estratégica, sino como una invasión, o como dice Huntignton ahora, como
la nueva amenaza. Antes la amenaza era el conflicto de civilizaciones y ahora es ese tipo de inmigración no integrable. Hace poco
me preguntaron sobre esto. No me irrité tanto como Carlos Fuentes, pero dije: «¿Si no son integrables en el sistema? ¡Que se lo
pregunten al general Sánchez y que no lo manden como general de todas las fuerzas en Irak!». Por lo tanto, tenemos un problema demográfico muy serio.
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Seguiré diciendo cosas que no gustan ser dichas ni oídas en
público. Si la jubilación respondiera al júbilo que a mí me crea estar
jubilado, debería ser tratada como un derecho y no como una obligación. De esta forma, resolveríamos una parte del problema. El
aumento de la esperanza de vida no es sólo un aumento en una
situación de incapacidad a partir de una determinada edad.
Aumenta la esperanza de vida y la capacidad de respuesta de la
gente que ha cumplido una determinada edad y que hace 50, 60
ó 70 años era imposible verlos integrados en el sistema. Ahora se
ha producido un cambio de civilización, de la generación de la inteligencia analógica –a la que pertenezco– a la generación de la inteligencia digital. Las grandes amenazas demográficas con relación
al sistema de pensiones afectarán a los jóvenes de la inteligencia
digital. Los que ya están en la nueva generación, por lo tanto, no
tienen un problema de inadaptación al sistema, sino un problema cultural serio. Parte de la crisis que vivimos desde el año 2000
la ha causado esta moda absolutamente destructiva de no poder
exhibir a gente plenamente capacitada de menos de una determinada edad, al no ser presentables para el sistema, para los
analistas de inversión, para los calificadores de riesgos. Parte del
fracaso que se ha producido en empresas punta de las nuevas tecnologías ha sido debido a la pérdida de una parte del capital
humano y de la experiencia acumulada. Muchos de los despedidos por razones de edad son subcontratados para que ayuden a
salir de la crisis de gestión, que se ha planteado justamente por
haber eliminado ese capital humano acumulado durante años.
Por lo tanto, se debe hacer un tratamiento distinto de la jubilación. El día en que empecemos a pensar que la jubilación es un
derecho y no una obligación, a lo mejor cambiamos un chip
importante en el funcionamiento del sistema. Obviamente, quien
no tiene capacidad, independientemente de la edad, no puede seguir
prestando un servicio, pero quien tiene una determinada edad y
está en plena capacidad creativa y de madurez, tampoco tiene que
dejar de prestarlo –normalmente con cargos a los presupuestos
generales en las prejubilaciones, que alargan enormemente el
período de vida pasiva.
«El día en que empecemos a pensar
que la jubilación es un derecho y no
una obligación, a lo mejor cambiamos
un chip importante en el
funcionamiento del sistema.»
Tenemos un problema con la inmigración. No entraré demasiado en él, sólo lo apunto. Los necesitamos pero lo no los queremos. Además, en el conjunto de España, tenemos un comportamiento de nuevos ricos. Antes queríamos que no maltrataran
a nuestra gente que emigraba. Yo siempre digo: «Traten a los que
llegan ahora como querían que tratasen a sus familias cuando tenían que emigrar». Hay pocas familias en nuestra geografía que no
hayan conocido de una u otra forma algún flujo migratorio, sea
hacia el continente americano o hacia otros lugares. Por lo tanto,
somos un país de emigrantes, mucho más que de inmigrantes, por
lo menos en los últimos siglos. Es verdad que tiene que haber polí© Felipe González Márquez i Jordi Pujol Soley, 2004
© d’aquesta edició: Caixa Manresa i FUOC, 2004
ticas de Estado con relación al tema. La inmigración responde a
una necesidad, pero se utiliza como una desestructuración del mercado de trabajo peligrosa. Como seguimos empeñados en competir por salarios baratos y no por productividades por persona
ocupada crecientes, es decir, por valor añadido, la única manera
que tenemos de suplir la falta de valor añadido es buscando
mano de obra barata, que la encontramos en la emigración, o bien
en la precariedad de los contratos de las nuevas generaciones.
Nuevas tecnologías y empleo
También les hablaré de un último aspecto relacionado, que es el
problema del valor añadido. A pesar de que es un síndrome general, no sé cuánto tiempo puede aguantar un país como el nuestro
sin aumentar la productividad por persona ocupada. Yo creo que
el modelo se está agotando y que la deslocalización continuará si
no aumentamos la productividad por persona ocupada. Para
aumentar la productividad, que tiene mucho que ver con la sostenibilidad del modelo en conjunto, tiene que haber un cambio social
y cultural muy importante. No se soluciona diciendo que se incorporarán nuevas tecnologías, porque no pertenecen a un sector de
actividad, sino que inciden en la totalidad de las actividades económicas, sociales, culturales y comunicativas. Ya no hablamos de
I+D, sino de I+D+I, que debe difundirse por todo el sistema.
«La deslocalización continuará si no
aumentamos la productividad por
persona ocupada y, para aumentar la
productividad, tiene que haber un
cambio social y cultural muy
importante.»
A la gente le preocupa el déficit que genera el presidente Bush
de los Estados Unidos. Yo estoy menos preocupado, créanme. Ha
descubierto a Keynes guerrillero vistiéndolo de uniforme, está haciendo muchísimos gastos, el salto tecnológico que darán será gigantesco y lo difundirán rápidamente en el sistema. Sin embargo, tiene
un endeudamiento enorme. Machado decía que los conservadores
son buenos administradores en su casa. En este caso, Clinton era
el conservador, el buen administrador de su casa. Como decía, ese
inmenso déficit lo pagaremos con ahorros de todo el mundo a intereses negativos o neutrales, insignificantes. ¿Por qué tienen que
estar preocupados? Ya sé que la economía ortodoxa dirá que es
un disparate, que hay un desequilibrio y que cuando pasen las elecciones habrá otra caída, etc. Créanme, no lo creo; probablemente habrá un ajuste de crecimiento. En cambio, aquí aún no nos
decidimos a incorporar las nuevas tecnologías. Como leía en las
páginas económicas de un diario, algunos encargados de introducir elementos de nuevas tecnologías tenían el dinero invertido
en fondos de inversión en vez de gastarlo en agilizar los procesos de adaptación a las nuevas tecnologías.
Finalmente, está el problema del empleo. A mis amigos sindicalistas les rechinará lo que digo. Seguimos discutiendo sobre
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L’estat del benestar: perspectives de futur
el empleo o las relaciones industriales en términos de sociedad industrial y la sociedad industrial se acabó. Estamos ante una fase distinta. Algunas sociedades industriales reciben los flujos de inversión que se deslocalizan en sociedades que ya son algo distinto.
Es probable que según la terminología clásica sean sociedades de
servicio. Por ejemplo, nosotros nos vemos afectados por las oscilaciones del turismo, que es una actividad típica de servicios.
Conviene recordar que el turismo es un consumidor intensivo de
territorio, no es una fábrica de componentes de automóvil, sino
un desplazamiento de flujos humanos muy importante. Piensen
que el turismo consume no menos de 60 servicios, casi 140 en
muchos casos, que nada tienen que ver con la hostelería. ¿Cuántos servicios se verán afectados si hay una crisis en el sector turístico? Los de hostelería, más muchos otros de distintos sectores que
consumen las personas que van a nuestro país.
Hace poco discutía estas cuestiones con el catedrático de Derecho del Trabajo Miguel Rodríguez Piñero, antiguo jefe mío. El
empleo hoy no se garantiza con una legislación protectora y lo lamento, porque he dedicado una parte de mi vida a las relaciones laborales. No conozco a nadie que tome una decisión de contratación
o de despido –salvo por los temores culturales que sigue habiendo– en función del coste que la ley carga por reducción de plantilla. Puede tener en cuenta otras consideraciones, pero aunque el
coste fuera cinco veces más elevado, el mercado siempre premiaría la reducción de plantilla, muy por encima del coste indemnizatorio de la reducción del 20%. Por lo tanto, la protección de la estabilidad del empleo no es un problema estrictamente de regulación.
Es un problema de una sociedad completamente distinta, donde no
existe una formación que dé conciencia a la gente de qué oferta
es cada ser humano y qué valor añade a los demás para tener estabilidad en el empleo, me da igual que sea ingeniero electrónico o
camarero. Si alguien tiene suficiente nivel de formación para conocer estos dos factores, tendrá un grado de estabilidad en el empleo
extraordinariamente importante, e incluso los emprendedores se pelearán por ese tipo de oferta de empleo. Los contratos también
deberían ser entendidos en sus propios términos en una sociedad
de cambio vertiginoso como esta y deberían ser radicalmente distintos a los de la sociedad industrial de hace cincuenta años.
Europa en el mundo
¿Qué es lo que me abruma? Estamos distraídos respecto a un cambio que ya pasó y del que nosotros seguimos hablando como de
futuro. Es el cambio de la sociedad industrial a la sociedad de la
información, correspondiente a la revolución tecnológica y que altera la totalidad de las relaciones humanas. ¿Por qué no va a alterar también las relaciones industriales y de producción? Dicen que
tenemos que hacer un esfuerzo para conquistar el futuro. Yo les
digo que tenemos que hacer un gran esfuerzo y rápido para
recuperar el pasado, porque el futuro ese ya se fue. Tenemos que
adaptarnos rápidamente, no sólo los españoles. En Europa discutimos
cómo se reparte el poder, pero no qué poder queremos para
Europa. Se discute más bien sobre el poder reglamentario, que no
© Felipe González Márquez i Jordi Pujol Soley, 2004
© d’aquesta edició: Caixa Manresa i FUOC, 2004
es muy estimulante. Nunca se discute sobre qué poder de decisión tenemos respeto a la situación en Oriente Próximo, por
ejemplo. ¿Por qué no se discute sobre eso? Porque nuestro poder
es totalmente irrelevante. ¿Qué clase de potencia mundial, y no
digo imperial, quiere ser Europa si no tiene nada que decir? No
digo ya sobre la crisis de Corea, sino sobre los acontecimientos
en Oriente Próximo, que es nuestro parque de vecindad. En fin,
todo suyo, Sr. Pujol.
«En Europa discutimos cómo se
reparte el poder, pero no qué poder
queremos para Europa.»
L’estat del benestar:
perspectives de canvi
Jordi Pujol
Com que el president González entén el català més enllà de la intimitat, jo seguiré parlant en català. Em consta que l’entén i per tant,
endavant. Jo miraré de ser provocador, però no en sé tant com
ell. Per tant, no es divertiran tant. De tota manera, començaré amb
una provocació, que no és meva, perquè, com els he dit, no en
sé gaire. El professor Pedro Nueno té una frase molt agosarada.
Diu: «Podria passar que d’aquí a uns anys, al món hi hagués uns
Estats Units amb una hegemonia tecnològica, econòmica i militar, una Àsia que fos la fàbrica del món i una Europa que fos un
continent ple de vellets atesos per subsaharians i sudamericans,
que de passada els paguessin les pensions». El món podria ser això,
però esperem que no ho sigui. Com a toc d’alarma, crec que val
la pena plantejar-ho.
Un altre punt, no tan provocador, però més reflexiu, és el
següent. Hi ha un moviment, que ha agafat cos aquests últims temps,
que rebutja una sèrie de característiques de la nostra societat i que
es pot englobar sota el nom «Una altra Europa és possible». Davant
d’això, nosaltres necessitem una revolució cultural, com acaba de
dir el president González, però no aquesta revolució, perquè ens cal
oferir certes alternatives. De moment, si no alternatives tècniques,
almenys alternatives en les actituds. Quan es diu «Una altra Europa és possible», jo em pregunto si hi ha algun sistema millor en el
món que el sistema europeu. Un sistema que combini millor la capacitat de crear riquesa, de distribuir-la, de promoure la gent, la igualtat de gèneres, la política mediambiental, el respecte a les minories,
etc. Hi ha algun sistema millor, que tingui a més a més un estat del
benestar tan desenvolupat com el nostre? Hi ha sistemes que tenen
coses millors, el president González n’acaba de dir alguns. Per
exemple, els Estats Units tenen una tecnologia millor i en alguns aspectes els asiàtics deuen tenir coses millors perquè progressen molt més
de pressa. Però en conjunt, valorant els elements positius i negatius, nosaltres tenim un bon sistema. Per tant, hem de veure com
podem conservar-lo i no criticar-lo mitjançant una mena d’estripada que no dóna cap mena d’alternativa i que consisteix en una mena
de destrucció sistemàtica de conceptes i de valors.
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L’estat del benestar: perspectives de futur
«Quan es diu “Una altra Europa és
possible”, jo em pregunto si hi ha algun
sistema millor en el món que el sistema
europeu.»
Volia esmentar el perill que ens prediu en Pedro Nueno i la necessitat d’una reacció, partint de la base que el nostre sistema es bo. No
sabem si serà sostenible, però hem de mirar d’aguantar-ho, no mitjançant una excitació sentimental, sinó afrontant els problemes d’una
manera molt seriosa, tant tècnicament com des del punt de vista de
la revolució cultural que anomenava el president González.
Qüestions més enllà de la Constitució europea
En aquesta línia, jo també voldria insistir en el fet que estem perduts o concentrats en temes que de vegades no són els més
importants. Estem discutint la Constitució europea, que és molt
important, però sense tenir en compte una altra sèrie de problemes que no ataquem. A més, la Constitució, per molt bona que
sigui, no resoldrà per ella mateixa problemes com els que deia el
president González del paper d’Europa en el món, que afecta decisivament la societat del benestar.
En els últims trenta o quaranta anys, la classe política, intel·lectual i mediàtica europea ha comès un gran pecat de frivolitat perquè mai no s’han plantejat el tema demogràfic. Jo potser ho dic amb
un punt d’irritació perquè sí que n’he parlat i he estat objecte de grans
sarcasmes. En general, l’actitud davant les qüestions demogràfiques ha estat d’una gran irresponsabilitat. A molts països mai no s’han
plantejat qüestions com la natalitat i la família. I és clar, això no ho
resoldrà la Constitució. Per exemple, el 30% de les dones alemanyes de fins a quaranta anys afirmen que no volen tenir ni un fill. Tenen
les seves raons, la societat està plantejada d’una manera que explica aquesta reacció, no ho discutiré. No obstant això, si el 30% de
les dones alemanyes no volen tenir ni un fill i l’altre 70% en tindran
entre un i dos, els alemanys podran tenir uns quants vots més o menys
a Europa, però d’aquí a quaranta anys, en comptes de ser vuitanta
milions, en seran trenta. Per tant, la seva capacitat d’influència,
quan es trenquin els anells de continuïtat generacional, serà inferior.
«En els últims trenta o quaranta anys,
la classe política, intel·lectual i
mediàtica europea ha comès un gran
pecat de frivolitat perquè mai no s’han
plantejat el tema demogràfic.»
Un altre tema important és del creixement econòmic, com ha
dit el president González. Abans el professor Giddens ha dit que
l’estat del benestar a la Gran Bretanya va agafar embranzida
durant la Segona Guerra Mundial, amb en William Beverdidge i
en Max Weber. Després, va evolucionar durant una pila d’anys, a
la Gran Bretanya i a tota Europa, per raons ètiques, polítiques i socials,
però sobretot per una qüestió. Aquest gran desenvolupament de
© Felipe González Márquez i Jordi Pujol Soley, 2004
© d’aquesta edició: Caixa Manresa i FUOC, 2004
l’estat del benestar a Europa es produeix coincidint amb allò que
els francesos anomenen les trente glorieuses, els trenta anys de creixement ininterromput que hi va haver a l’Europa continental i també
a la Gran Bretanya. Afortunadament, en comptes de dedicar el creixement per fer castells per a uns quants que a caçaven la guineu,
es van dedicar a distribuir-lo. Els alemanys van reconstruir el país
i quan el van haver reconstruït, en comptes de quedar-se els diners
uns quants, també els van repartir. Això va ser molt positiu.
El president González ha advertit del problema de quedar-se
enrere en la tecnologia. Per resoldre les qüestions tecnològiques,
necessitem la Constitució, que quedi clar, però sense Constitució
també ho podríem haver fet. També podríem haver engegat els
acords de Lisboa, i fins i tot abans dels acords de Lisboa ja sabíem que teníem un gran repte tecnològic.
També hi ha el problema de la formació. El canceller Schröder
va dir fa poc: «Necessitem crear a Alemanya deu eliteuniversiteter».
És a dir, universitats d’elit. Quan va dir això, tothom se li va tirar a
sobre. Generalment, la majoria de països europeus té més bon
ensenyament primari que no pas el nord-americà, però l’ensenyament europeu no és tan bo en relació als postgraus, a la recerca, a
les especialitzacions, a això que Schröder anomena eliteuniversiteter. El canceller Schröder es deuria veure molt atrapat amb les seves
responsabilitats o molt perdut de cara a les properes eleccions, quan
va dir una cosa plenament impopular. La revolució cultural consistiria a poder dir això sense que l’ataqués tota la premsa i l’oposició.
Segurament, fins i tot els membres del seu mateix partit, per sota
mà, li deurien dir que no ho digués. Necessitem un canvi cultural per
poder dir amb tranquil·litat que a Europa i a Alemanya calen eliteuniversiteter. Jo, personalment, com a president, vaig estimular la
creació d’alguna universitat pública amb una mentalitat elitista. Em
van criticar per totes bandes i ningú no em va defensar, començant
per les mateixes universitats que ja existien.
La immigració és un tema que ja ha tocat el professor Giddens
i el professor García-Margallo. Són temes que tenim damunt la
taula i que també hem de ser capaços d’afrontar més enllà de la Constitució. Ens agradi o no, tant el discurs del president González com
el meu es poden interpretar en clau pessimista. La revolució cultural que necessitem segur que no és la dels que van pel carrer dient:
«Una altra Europa és possible», perquè entre altres coses, una revolució cultural ha de fer propostes. És una altra revolució, molt menys
vendible des del punt de vista del divertiment col·lectiu i dels mitjans de comunicació. Hi ha una falla del món intel·lectual europeu:
és feble. El fet que ara ens ho diguin els americans no ens obliga criticar-ho. En aquest sentit, el professor Giddens és una excepció dins
de l’alt nivell de la intel·lectualitat europea. Anthony Giddens i Tony
Blair han fet una revolució cultural. Ja veurem si se’n sortiran o no,
però diuen coses que no diu la majoria. I ara els en diré alguna.
El diàleg polític i la responsabilitat
com a instrument de canvi
Hem de superar aquesta situació, encara que sigui difícil –i ho és,
perquè comporta un canvi de coses que portem molt arrelades dins.
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L’estat del benestar: perspectives de futur
Ens hem autojustificat molt, però ho hem d’intentar. Alguns països aconsegueixen mantenir viu l’estat del benestar canviant-lo,
no necessàriament a la rebaixa. De vegades sí que rebaixen coses,
però d’altres les milloren, les projecten en el temps o simplement
les remodelen. Per exemple, el professor Giddens abans ha dit que
no és veritat que el model suec sigui un model immutable. El model
suec ha patit molts canvis mitjançant les úniques armes possibles.
Ha mantingut el creixement econòmic, hi ha hagut molt diàleg
social i molt diàleg polític. Un suec em deia una vegada: «És molt
important que el sindicat de treballadors i la patronal s’entenguin,
però de tota manera, la garantia última de les reformes socials que
hem introduït a Suècia ens la dóna l’àmplia majoria parlamentària». Finalment, han de ser els partits polítics qui assumeixin
aquesta responsabilitat. I totes les reformes que han fet a Suècia
han tingut sempre el suport de quatre dels cinc partits que hi ha
al parlament. És a dir, el partit comunista ha quedat fora, però la
resta de partits han votat les reformes, des del partit socialdemòcrata fins al partit conservador, passant pel partit liberal i el
partit de centre, que és l’antic partit agrari.
A Espanya també tenim algun exemple d’entesa, en la qual
tinc la satisfacció de dir que Convergència i Unió i el Partit Socialista hi van col·laborar, i que després també va ser recollida pel Partit Popular, que és el Pacte de Toledo. El Pacte de Toledo és un
bon exemple de com s’han de fer les coses. El nostre partit hi va
jugar un paper important, perquè inicialment la proposta va provenir d’un diputat nostre, Rafael Hinojosa. No podia ser que les
pensions fossin una arma electoral cada quatre anys, així no es
resolia el problema. El Pacte de Toledo és un bon exemple que
ens ha d’omplir no solament de satisfacció, sinó també de confiança. Si hem pogut fer un pacte amb les pensions, també ho hauríem de poder fer amb una altra sèrie de coses. Per tant, hem de
combinar l’experiència pròpia amb la d’altres països, com per
exemple, els països escandinaus.
Dit això, tampoc no em voldria allargar gaire més. Em sembla que serà més important el col·loqui que hi pugui haver entre
tots nosaltres. Com a expresidents que som, les nostres valoracions ara no tenen tant de mèrit, són més complicades quan
afrontes unes eleccions, però convindran que poden ajudar que
els polítics diguin les coses pel seu nom en el terreny econòmic,
tecnològic, polític i també en els valors. En Tony Blair, que és un
polític valent i hàbil, diu: «No podem anar bé si no recordem a la
gent que el responsable de les coses és cadascú». Aquesta és una
apel·lació a la responsabilitat personal. Des de l’Administració, des
de l’Estat, des del Govern, hem d’ajudar a poder lluitar contra els
perills que comporta la vida, l’edat o l’envelliment, la malaltia, l’accident, hem de fer el que calgui perquè la gent pugui estudiar i
formar-se, perquè hi hagi promoció social, osmosi, permeabilitat
social, etc. No obstant això, no hem d’oblidar mai que finalment
cadascú té la seva responsabilitat. Això s’ha de dir, i no és tan fàcil
dir-ho, els ho adverteixo.
Jo, per exemple, cada vegada que inaugurava una escola –i n’he
inaugurades moltes–, feia un discurs que cada vegada, indefectiblement, hi havia algú que atacava. Deia: «Voleu una escola? El
Govern de la Generalitat en aquest cas té la obligació de fer-la, de
© Felipe González Márquez i Jordi Pujol Soley, 2004
© d’aquesta edició: Caixa Manresa i FUOC, 2004
portar els mestres, pagar-los, etc. De cara a la formació dels seus
fills, què és important? Els mestres. El bon mestre sota un pi fa escola. És a dir, el bon mestre pot treballar en una escola amb pocs recursos i els nois aprenen molt; però també pot passar que en una escola estupenda amb molts recursos i mals mestres, els nois no
aprenguin res. Ara, finalment, el responsable més important dels
seus fills no és el president de la Generalitat, ni l’alcalde, ni els mestres, malgrat tot. Són vostès». Cada vegada que deia això, l’endemà, els diaris, uns més que altres, em destrossaven i l’oposició
deia sempre el mateix, ja era una frase estereotipada: «En Pujol renuncia a la seva responsabilitat per incompetència i la vol traslladar als
ciutadans». Jo crec que en Pujol hauria de ser capaç de seguir dient
això. Ara, en Felipe González i jo, com que no tenim tanta responsabilitat,
ho podem dir amb més rotunditat. Hem d’ajudar els que tenen responsabilitats a poder dir coses elementals i bàsiques sense ser atacats. Si no, no tenim societat del benestar.
Hi ha un article que els recomano que llegeixin. Es titula «Ética
para una globalización diferente» i el va escriure un filòsof espanyol que es diu José Antonio Marina. Diu que l’estat del benestar
no es pot convertir en l’estat de la comoditat de la gent, ni en l’estat de la renúncia de la responsabilitat de la gent, ni en la renúncia de l’esforç de la gent. És el mateix que diu en Tony Blair, però
en un llenguatge una mica més recargolat i filosòfic. Això és el que
ara ens cal fer i ja veurem com es farà. Aquest tipus de debat l’hauríem de poder fer a molts llocs i amb la màxima rotunditat.
«L’estat del benestar no es pot
convertir en l’estat de la comoditat.»
Fa un moment, comentava amb el president González que em
vaig quedar molt impressionat perquè ara fa vuit dies, la premsa
alemanya va publicar a primera pàgina el discurs del president sortint socialista, que es diu Johannes Rau, home de gran qualitat moral.
Es revoltava contra el pessimisme –perquè a Alemanya n’hi ha molt–
i parlava de la necessitat de reaccionar. L’endemà sortia el discurs
del futur president, que es diu Köhler. Aquest no és socialista, sinó
demòcrata cristià, i deia el mateix: «Si hem de fer cas de l’estat
d’ànim de la ciutadania alemanya, les perspectives són fosques».
A Espanya això no passa, perquè és un país que des de fa 25 anys
progressa, encara estem dins la línia optimista. En canvi, els francesos i els alemanys, que estan molt més amunt que nosaltres, però
encallats, sense saber com solucionar els problemes, han caigut
en un cert pessimisme. Nosaltres hi podríem caure fàcilment, perquè realment les perspectives que tenim com a societat a Europa i a Espanya són complicades. Són absolutament necessàries reaccions fortes contra aquest sentiment pessimista, no ja únicament
polítiques, sinó de caràcter cultural, intel·lectual, moral, social. Crec
que hi ha força gent disposada a fer aquesta revolució cultural que
reclamava el president González. Per exemple, ell ha anomenat
els sindicats. L’evolució que han tingut els sindicats a Espanya en
aquests últims anys és altament positiva. Quan hi ha problemes,
la més alta cúpula sindical té una comprensió més gran que no
pas altra gent teòricament molt més entesa. Per tant, hi ha gent
sensible a aquestes qüestions.
6
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L’estat del benestar: perspectives de futur
Fa molts anys que parlo del fenomen de la immigració i hem
de tenir una política més oberta envers el Tercer Món. Hi ha una
anècdota d’en Felipe González i jo, on jo quedo molt bé i ell també,
per tant l’explicaré. Era cap a l’any 1995-1996, i em va dir: «Jo,
el president del Govern espanyol, he donat el consentiment a un
acord de la Unió Europea amb el Marroc, que requeria que Espanya acceptés l’entrada d’unes quantes tones més de tomàquets i
em trobo que tinc molta oposició. Com que tu sempre t’has mostrat molt sensible amb els problemes del Marroc i creus que hem
de tenir un tracte preferent, saps què podries fer? Anar a defensar aquest acord. Hi haurà una reunió a Madrid, en la qual hi ha
haurà dos notables socialistes, però aniria bé que hi hagués una
persona que ho anés a defensar i que ningú pensés que té connotacions amb el Govern. Hi podries anar tu.» I vaig anar a
defensar la importació de tomàquets marroquins. No em va enviar
a defensar-ho a València, però sí a Madrid. Aquestes actituds són
positives: anar a defensar coses que van una mica en contra
d’allò que és l’opinió immediata de la gent.
De cara a aconseguir una bona convivència com a objectiu final,
hem de veure què passa a Suècia o a Finlàndia, que són països amb
una bona cohesió i diàleg social. Cal que els polítics siguem capaços
d’adaptar-nos per aconseguir aquest diàleg social, per difícil que
sigui. He posat aquest exemple perquè era en un moment que ell
i jo teníem responsabilitats de govern i, per tant, em sembla que
vam estar a l’alçada. I res més. No sé si he provocat prou, però aquí
tenen la meva bona voluntat, gràcies per la seva atenció.
Debat entre els ponents
Felipe González
Me gustaría relacionar dos o tres cosas más. A propósito de los
tomates, la mayor parte de las importaciones que vienen de
Marruecos las producen empresarios mediterráneos y españoles.
Naturalmente, los que se irritan son los que sólo viven de su producción en ese sector.
También quiero decir que no soy pesimista, soy un optimista
escarmentado. Además, no debería ser pesimista, por eso advertí que iba a hablar como si no hubiera ocurrido el 14-M. Me parecería totalmente deshonesto que mis preocupaciones por los
desafíos que tenemos como país o como europeos, a partir del
momento en que se produce un hecho como el 14-M, fueran diferentes. Siguen siendo las mismas, qué le vamos a hacer. ¿Eso quiere decir que no estoy contento con el cambio? Incluso se me ha
quitado de encima un cierto peso, pero a los del PP, más. No creo
que mi aproximación sea pesimista, pero cuando se tiene menos
responsabilidad –que no quiere decir ser irresponsable–, te sientes más obligado a abrir vías de debate, que son más difíciles cuando se está institucionalmente comprometido con la petición de voto.
Por eso, agradezco a Caixa Manresa que haga un debate de este
tipo, porque hay que abrir unas pocas vías de debate muy serias
dentro y fuera de nuestro país. No sólo sobre el bienestar social,
sino también sobre el modelo europeo a seguir.
© Felipe González Márquez i Jordi Pujol Soley, 2004
© d’aquesta edició: Caixa Manresa i FUOC, 2004
Coincido con Jordi Pujol en que este es el mejor modelo de
convivencia que se conoce a escala mundial. No conozco ninguna alternativa mejor en el mundo. Puede que nos pase como a
ese señor al cual los Reyes Católicos –que entonces eran menos
civilizados que él– echaron de Granada, cuando había construido la maravilla de la Alhambra y había llegado a un grado de desarrollo y de bienestar superior en cuanto al modelo de referencia
de la época. ¿Tenemos que preservar el modelo? Sí. ¿Cuáles son
los nuevos desafíos para preservar, modernizar y actualizarlo?
Debemos responder algunas preguntas que no nos hacemos.
¿La redistribución del ingreso que ha supuesto la creación del estado del bienestar es simplemente la aplicación del crecimiento de los
gloriosos años 30, después de la Segunda Guerra Mundial, o es también la causa de ese crecimiento sostenido durante treinta años? Es
decir, ¿el hecho de que se haya redistribuido ingreso en educación,
en asistencia sanitaria, en sistemas de pensiones, no ha sido un factor absolutamente clave para fortalecer ese mercado interno que hoy
es el mercado europeo, y darle solidez a ese crecimiento durante treinta años? Si no respondemos a esa pregunta, trabajamos en el vacío.
Caer en según qué actitudes es una tentación que desarticula
mucho socialmente. Por ejemplo, una persona con un buen puesto de trabajo y que gana mucho dinero, podría pensar que no tiene
necesidad de hacerse cargo de un sistema pesado de seguridad social
que da asistencia sanitaria a un montón de gente que ni siquiera está
dentro del sistema, cuando podría tener su propio sistema personal y familiar en materia de sanidad o educativa y pagar un fondo
de pensiones sin tener que cargar con el resto. Si se aplicaran medidas para cambiar el estado del bienestar, ¿qué consecuencias tendrían desde el punto de vista de la sostenibilidad, no ya del estado
del bienestar, sino del propio modelo económico de crecimiento en
el tiempo? Yo creo que conviene preguntárselo, porque ese es el gran
desafío de América Latina como región emergente, que tiene el mismo
producto bruto que hace veintidós años y ha conseguido el milagro de haberlo distribuido mucho peor que hace veintidós años. O
sea, que la aplicación del neoliberalismo fundamentalista excluyente, en lugar de fortalecer este mercado, lo ha liquidado.
Si dibujamos el mapa del mundo en el futuro, Estados Unidos,
dentro de 20 ó 25 años, a pesar de la desventura en la que está y
en la que nos ha metido a todos en Oriente Próximo, seguirá siendo previsiblemente la primera potencia económica, tecnológica y
militar del mundo. Sin embargo, la segunda potencia económica,
tecnológica y militar del mundo será China. ¿Cuál es la diferencia?
Estados Unidos tendrá el 3,2% de la población mundial, mientras
que China tendrá la cuarta parte de la población mundial. Mucho
antes de ese horizonte, tendrá el doble de producto bruto que hoy.
Es decir, en el año 2013, con la tasa de crecimiento actual, tendrá
el doble de producto bruto que hoy, que a la vez es el doble del
que tenía hace diez años. Cuando llegue el año 2013, China tendrá el producto per cápita que tenía en 1850. No me he equivocado de fecha ni de siglo. Además, consumirá más del doble de la
energía no renovable que consume ahora, mucha más que Estados Unidos. Será una potencia económica tecnológica y militar
que consumirá más de la cuarta parte de la energía. La otra cuarta parte, la consumirá Estados Unidos. Puede que Europa pueda garan7
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L’estat del benestar: perspectives de futur
tizar fuentes de suministro para consumir el 20%, ya lo veremos.
Y puede que Japón, también. Muchas veces nos han contado el cuento de la caperucita roja y del lobo. Al final, vendrá el lobo cuando
más distraídos estemos. En algún momento tendremos una crisis
de oferta en serio, no por manejos de la OPEP, sino por un crecimiento de la demanda exponencial en áreas tan importantes como
China. Pakistán y la India son potencias nucleares y la línea de fractura que se produce en toda la zona energética no pasa sólo por
Irak y por Arabia Saudí, sino que sigue hacia el Cáucaso.
«Dentro de 20 ó 25 años, la primera
potencia económica, tecnológica y
militar del mundoseguirá siendo,
previsiblemente, los EE.UU; sin
embargo, la segunda será China.»
¿Qué papel tiene Europa en ese mundo que se avecina?
¿Cómo define su política exterior y de seguridad? ¿Cómo define
su poder económico y tecnológico? ¿Cómo mantiene los elementos
de cohesión y es capaz de dar un salto cualitativo desde el punto
de vista tecnológico? La cohesión del futuro no se realizará
mediante las autovías de cemento, sino mediante las nuevas tecnologías. Por lo tanto, no se dedicarán esfuerzos para fondos estructurales destinados a cemento, pero sí para políticas que sean
capaces de convertirnos en una potencia tecnológica. Y por lo tanto,
una potencia capaz de añadir valor y de mantener la cohesión social.
¿Cuál es el problema en Europa? Que no se discute de eso. Se
ha debatido mucho sobre la Constitución, pero, ¿qué poder queremos para que Europa sea relevante en la globalización? En eso
no perdemos el tiempo discutiendo. Sabemos que no queremos
competir con Estados Unidos como potencia militar. A mí me parece muy bien. Ni se quiere ni se puede, salvo si se quieren perder
las elecciones. No hay ni un sólo modelo de servicio militar obligatorio en Europa, se ha puesto de moda que todos sean servicios militares profesionales. Los últimos que quedábamos illo
tempore defendiendo lo contrario éramos Helmut Kohl y yo, ni
siquiera Jordi Pujol. Menos mal que en España el cambio lo hizo
la derecha. Lo hace la izquierda y nos habrían acusado de traición
a la patria y no sé cómo la liberaríamos. Ahora estamos sin sistema de defensa, no tenemos capacidad para reclutar a 80.000 soldados. Por lo tanto, tenemos que activar los consulados en América Latina para ofrecer esos puestos a los latinoamericanos.
Entonces sí que les daremos permiso de trabajo, cuando acaben
el período de prestación de servicio y juren lealtad a la bandera
–que cada día es más grande y que no es la suya, por cierto.
«La cohesión del futuro no se realizará
mediante las autovías de cemento,
sino mediante las nuevas
tecnologías.»
No nos tomamos en serio el cambio de modelo, Europa no piensa en su papel en la seguridad internacional, en su función económica y tecnológica como continente. Cada vez que tenemos un
© Felipe González Márquez i Jordi Pujol Soley, 2004
© d’aquesta edició: Caixa Manresa i FUOC, 2004
problema empresarial grave, como el de Almston, la solución tiene
que ser corporativa. Tiene que arreglarlo el estado francés, con el
apoyo de los sindicatos y de todo el empresariado francés, no mediante una fusión, ni la reestructuración de la empresa, ni la búsqueda de ahorros en el mercado, por lo tanto privados, para relanzar
la empresa. Está claro que la empresa en pañales no se conserva,
es mentira. Si hacemos una inversión de 3.000 millones de euros,
dentro de diez años habrá otro plan de reestructuración de otros
10.000 millones más. ¿Cuándo podrán estos grandes iconos de la
economía europea trabajar en campo abierto? Por no hablar de
la economía española. Hay unas pocas empresas con inversiones
fantásticas, que son un oligopolio de oferta para nuestro mercado, que no sé si resistirían trabajar al descubierto, con una competencia real, tanto en el sistema financiero, como en los sectores
industriales, las nuevas tecnologías, etc. Tengo la tentación de
pensar que algunas no lo resistirían porque andan demasiado distraídas con pocas inversiones y con demasiados analistas financieros
al frente. La definición de Europa en el mundo es muy inquietante. Europa no puede conformarse con ser el mejor modelo de hedonismo decadente que se ofrece a un ciudadano para vivir bien. Tiene
que comprometerse incluso para seguir siendo el mejor modelo y
tener capacidad de influir en las decisiones mundiales.
«Europa no puede conformarse con
ser el mejor modelo de hedonismo
decadente que se ofrece a un
ciudadano para vivir bien.»
Jordi Pujol
En Felipe González ja ho ha dit tot. M’ha agradat molt això que
ha dit que l’estat del benestar ha estat un factor de creixement econòmic formidable. És a dir, al començament, si no hi hagués hagut
creixement econòmic, potser no hauria existit l’estat del benestar,
però després, en canvi, aquest estat del benestar ha propulsat el
creixement. Explicaré una anècdota de les beceroles de l’estat del
benestar als Estats Units, durant la Gran Depressió. El president Roosevelt tenia una política keynesiana de despesa i obra pública, però
no del tot, com ara veuran. La Gran Depressió va situar molts americans en un nivell de pobresa. Això vol dir que centenars de milers
d’americans anaven cada dia a buscar sopa calenta a una sèrie de
llocs de distribució de menjar que hi havia a totes les ciutats americanes. Amb el pas del temps, l’economia va començar a reaccionar,
va baixar l’atur i el Govern d’en Roosevelt va decidir que aquests
ajuts es podien acabar. Tinguem en compte que això no era estat
del benestar, era assistència, caritat. El secretari d’Estat d’Economia, que es deia Morgan, va recomanar que aquells diners es
dediquessin a l’economia, ajudar a la gent s’havia d’acabar perquè es perdien diners. Aleshores, van suprimir l’ajut, però desenes
de milers de persones continuaven anant a buscar el plat de sopa.
Llavors, en Keynes li va enviar una carta a en Roosevelt, en la qual
li deia una cosa molt important: «No s’equivoqui. Vostès no tenen
un problema de sobreproducció, sinó de poc consum.»
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QXP Gonzalez 35 10/09/04 09:35 Página 9
L’estat del benestar: perspectives de futur
Felipe González
Claro. De falta de demanda.
Jordi Pujol
Per tant, si volen que l’economia reaccioni, han d’ajudar la gent
a sobreviure, com a mínim. I en fi, facin totes les mesures socials
que permetin un increment de consum. En Keynes estava d’acord
amb en Ford, que va impulsar l’economia americana a base de fer
més fàcil el consum, en aquest cas el consum de cotxes. En Ford
i en Keynes devien tenir unes procedències molt diferents, però
punts de contacte. Dic això, perquè es pensa que amb l’estat del
benestar l’economia queda atrapada i frenada. Pot quedar atrapada si ho fem malament. El professor Giddens sempre diu que
la política fiscal no es pot fer només pensant en termes socials,
sinó també en termes econòmics. Si hi ha d’haver competitivitat,
s’ha de combinar l’acció social i el creixement econòmic. En canvi,
jo sí que hi creia en allò de Lisboa. Jo em vaig llegir l’acord i vaig
dir: «Anem bé». El problema és que no ho hem fet. Perquè Europa pugui tenir un paper en el món com a actor mundial i no com
a subjecte passiu, ens falta lideratge polític.
«Perquè Europa pugui tenir un paper
en el món com a actor mundial i no
com a subjecte passiu, ens falta
lideratge polític.»
tat això, té raó, Europa s’ha d’unir». D’aleshores ençà sóc europeista. Al cap d’uns anys, els europeus ens vam començar a unir.
I llavors vam dir a en Churchill, que tornava a ser president del govern
britànic: «Churchill, ja ens estem unint, ja pot venir». I ell que contesta: «No, us heu d’unir vosaltres». Aquest és el problema anglès.
Si no, en Tony Blair és un polític capaç amb prou pes a Europa. N’hi
ha d’altres, però de països més petits. Jo sempre dic que un bon
polític és en Juncker, però és clar, és president de Luxemburg.
Felipe González
Totalmente cierto.
Jordi Pujol
Ja veieu que tinc simpatia per en Blair. ¿Per què ho deia, això?
Felipe González
Lo anterior lo decía porque no es marxista; no cree que la cantidad da siempre calidad.
Jordi Pujol
No lo soy. Blair tampoco lo es.
Felipe González
En eso está de acuerdo con Aznar.
Felipe González
Yo creo que ni tan sólo ha leído a Marx.
Jordi Pujol
Ens falta lideratge. Ara seré molt imprudent: crec que l’únic polític europeu d’entre els presidents de govern que és valent i capaç
de plantar cara és en Tony Blair. Però en Tony Blair té un problema: és anglès. I els anglesos sempre són a dins i a fora. Jo em vaig
fer europeista l’any 1946, quan tenia 16 anys, perquè hi va haver
un anglès que em va enganyar.
Jordi Pujol
Wilson Churchill decía que no había leído a Marx: «¿Yo, leer a Marx?
¿Un tomo así de tremendo, que luego a la segunda línea ya hay
una nota de pie de página que dura dos páginas? No, hombre, no.»
Torn de paraules
Felipe González
Moderador
Un inglés rodeado de escoceses.
Como ustedes saben, este debate es seguido en directo a través
de Internet...
Jordi Pujol
Va ser en Churchill. Jo era molt jovenent, però llegia el diari –en
això sempre he estat precoç. I aleshores vaig llegir un discurs d’en
Churchill, que deia: «Europa s’ha d’unir». Jo vaig pensar: «És veri© Felipe González Márquez i Jordi Pujol Soley, 2004
© d’aquesta edició: Caixa Manresa i FUOC, 2004
Felipe González
¡Haberlo advertido antes!
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L’estat del benestar: perspectives de futur
Moderador
...en colaboración con la UOC y se retransmite en directo por la
televisión de Manresa. A través de estos dos conductos o canales, se han formulado a los ponentes tres preguntas relacionadas
con el estado del bienestar.
Maria de Palamós pregunta a los dos ponentes: «Se reclaman
más recursos para mejorar las prestaciones del estado del bienestar,
pero no se habla de gestionar más eficazmente los recursos existentes. ¿Por qué los políticos no tienen la valentía de exigir un mejor
funcionamiento de la administración funcionarial y burocratizada, que malbarata muchos de los recursos recaudados mediante
los impuestos?».
Jordi Pujol
tener acceso cualquier parlamentario, sin necesidad de una oficina
de presupuestos. Además, nos ahorraríamos un montón de preguntas
orales y escritas que no sirven para nada, sólo para que las eluda el
ministro correspondiente, sea de un partido o del otro, casi todas referidas al presupuesto: «¿Quién se llevó la contratación? ¿Cuánto
tiempo tarda? ¿Cuándo va a llegar el AVE a Barcelona?» Nunca. Tal
como va la ejecución presupuestaria, nunca. Yo le dije a Jordi que
llegaría en el 2007 y me dijo: «Anda, no exageres, será en el 2005.»
Ya nos acercamos al 2005 y va veremos. No hemos sabido comprender
ni el valor democratizador de trabajar en abierto a través de los sistemas que nos ofrecen las nuevas tecnologías, ni el inmenso ahorro
de coste que suponen, ni la transparencia que se gana. Las nuevas
tecnologías nos permitirían dar un salto exponencial en la administración de los recursos, pero cada vez que alguien se siente nombrado
jefe de tribu se pone seis plumas y quiere tener muchos indios. Si no,
¿qué jefe de tribu va a ser?
Es la crítica que nos hacen siempre.
«No hemos sabido comprender el
valor democratizador de trabajar en
abierto a través de los sistemas que
nos ofrecen las nuevas tecnologías.»
Felipe González
Yo, que llevo más tiempo fuera del poder, diría: «amén». No sé
qué dirá Jordi, pero yo estaría de acuerdo. Sin embargo, querría
añadir dos claves por donde se podría indagar una respuesta seria
a esta cuestión, que, sin duda alguna, no es sólo de volumen de
recursos, sino de una buena administración de los mismos. En primer lugar, el bienestar social es la redistribución del ingreso como
técnica para mantener la cohesión social. La redistribución de la
renta como técnica que, a veces, sirve para modular presiones salariales directas que encarecen el coste laboral unitario. Por lo tanto,
la redistribución del ingreso, algo que empezó a hacer Tony Blair
y que no profundizó, debería hacerse evitando las trampas de la
pasividad para el mantenimiento de un sistema productivo eficiente.
El gran problema no es cuánto se ingresa, sino cuánta pasividad
genera una ineficiente redistribución del ingreso. Dicho en otros
términos, si tengo treinta años y hay un tipo de seguridad social
que me permite estar 30 ó 40 ó 50 meses seguidos con unas prestaciones de desempleo con las que puedo vivir fantásticamente bien
en las Canarias, ¿por qué voy a estar trabajando en Hamburgo con
el frío que hace? Se tendría que eliminar el tipo de redistribución
que crea pasividad y sustituirlo por otro que cree incentivos.
En segundo lugar, vuelvo a dar un toque de atención. Estamos
muy distraídos respecto a la revolución tecnológica. Por ejemplo, se
habla de la necesidad de hacer una oficina presupuestaria para saber
los costes de funcionamiento del aparato funcionarial del Estado. Está
en el programa de mi partido, así que no lo puedo reprochar. Por
primera vez en España tendremos una oficina presupuestaria en el
parlamento. Me parece muy bien, pero la terminología que utilizamos es de hace más de cincuenta años. La oficina presupuestaria sería
prescindible si simplemente se pudiera hacer un seguimiento en
línea de cada comisión parlamentaria, no sólo de la totalidad del presupuesto, si no de cada una de las partidas presupuestarias, de su
ejecución, de la contratación... Consistiría en un sistema de conexión
en Intranet, si no se quiere ser demasiado transparente, al que podría
© Felipe González Márquez i Jordi Pujol Soley, 2004
© d’aquesta edició: Caixa Manresa i FUOC, 2004
Jordi Pujol
Aquesta senyora té raó. Suposo que hi ha la tendència natural,
quan a un se l’anomena cap de negociat o president de govern,
de complicar les coses sense adonar-se’n. Kafka ja havia escrit sobre
això fa molts anys i en Larra, al 1840, també. Hi ha una tendència de l’Administració a embolicar-se, a mantenir la seva parcel·la
de poder d’aquesta manera. Ara bé, no és una tasca fàcil, perquè
la complexitat de l’Administració és molt gran. És veritat que
amb les noves tecnologies, per exemple, es poden millorar moltes coses, però de tota manera, la complexitat persisteix.
Compte, però. De vegades, qui complica l’Administració és la població. A Europa i a Catalunya hi ha una població molt proteccionista,
que vol que es passin molts filtres abans que una cosa no pugui tirar
endavant. És a dir, tothom considera impresentable que es triguin
quatre anys a fer una carretera, però quan aquesta carretera passa
per un camp o jardí propi, s’utilitzen tots els recursos per endarrerir-ne la construcció. Jo he estat president del 1980 al 2003. Quan
el 1980 dèiem que faríem una carretera, al cap de sis mesos ja estava feta. Llavors, la oposició i els diaris van criticar el sistema i el procediment es va complicar per la pressió de la població i també per
Europa. Europa és una complicació tremenda. Qualsevol cosa que
vols fer ha de passar per Brusel·les, i els processos s’allarguen mesos
i mesos. A més, hi ha nous conceptes amb una força enorme –de
vegades jo crec que excessiva–, que abans no existien, com són les
polítiques mediambientals. Si passa una sargantana, la carretera ja
no pot passar per allà i s’ha de desviar. Després hi ha al·legacions.
Hem passat dels 15 dies per a al·legacions a dos mesos. En definitiva, no ho fem prou bé, deu ser un mal bastant general i alguna
culpa en tenim els polítics que hi hem estat durant aquests anys, però
jo demano que la població també comprengui què comporta tenir
el 100% de garanties en tot. És a dir, si analitzem els problemes que
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L’estat del benestar: perspectives de futur
hem tingut amb el traçat del TGV, veurem que una part de la culpa
de l’endarreriment retràs és nostra, de la societat, dels ajuntaments
i de la Generalitat, perquè s’han esgotat tots els recursos possibles.
Felipe González
Menos el ministro de Fomento, todos los demás son culpables.
Jordi Pujol
L’endarreriment de la construcció del tram de la N-II entre Cervera
i Igualada és culpa de tothom, menys del ministre de Foment. Al final,
la possibilitat de recurs per part de la societat és tan gran que es va
portar als tribunals i un jutge va decidir per on havia d’anar la carretera, cosa que considero una aberració i que obliga a una reflexió.
Felipe González
Cada uno en su papel, claro.
Moderador
Andreu, de Manresa, le pregunta al presidente González que si
tuviera que privatizar alguna partida de las que conforman el estado del bienestar en estos momentos, cuál sería y por qué.
Felipe González
Es una buena pregunta. Hay una tendencia, que es algo más que
una moda, hacia la privatización. Es decir, los poderes públicos se
retiran de la generación directa de producto bruto, que queda en
manos de actores privados. Esa tendencia ha llegado a servicios
públicos que podíamos considerar esenciales, en el sentido de que
responden a derechos previamente reconocidos. Ahí es donde más
resistencia ofrecería a privatizar. Me refiero a la educación, a
pesar de que tengamos el sistema mixto, o a la sanidad.
Sin embargo, los servicios públicos que no responden a derechos reconocidos previamente como derechos universales, como podrían ser las telecomunicaciones o los también llamados monopolios
históricos o naturales, no creo que haya ningún inconveniente en
privatizarlos. Puede que con la privatización se gane eficacia en la
prestación del servicio, aunque no está garantizado. Por lo tanto,
retiraría la actividad pública, pero no el papel de regulador, que no
sería de tenedor de la acción de oro, ni de entrometerme en quién
tiene que ser el presidente de una determinada compañía por proximidad en el pupitre infantil... El regulador no puede de ninguna
manera renunciar a su capacidad y a su responsabilidad.
Les pondré un ejemplo brutal, para aclarar lo que quiero decir.
En España, la extracción de recursos energéticos obviamente no depende del Estado. De las dos grandes compañías que se dedican al petró© Felipe González Márquez i Jordi Pujol Soley, 2004
© d’aquesta edició: Caixa Manresa i FUOC, 2004
leo y al gas, una de ellas ha renunciado a la exploración, porque tiene
una alianza con una compañía francesa que ya explora. Por lo tanto,
tenemos una gran «potencia» que se dedica a todo el ciclo, como
es Repsol. ¿El Estado no debería preocuparse, dentro de unos años,
de una futura crisis de oferta por la superación de la demanda? ¿Qué
garantías tenemos de suministro energético a medio plazo? Obviamente, nadie le pedirá explicaciones a un empresario privado que
tiene que optimizar sus resultados empresariales, por lo menos
desde el punto de vista del ciudadano. En una crisis energética, se
pedirán explicaciones a los gobernantes, centrales o autonómicos.
Después nos tendríamos que meter en el presupuesto, partida por partida y decidir cuáles son francamente ineficaces. Como
dicen los mejicanos, quien vive fuera del presupuesto, vive en el
error. Por eso la mayoría quiere vivir en el presupuesto, porque
sabe que después es casi imposible salir de él. Narcís Serra lo comprobó cuando fue ministro de Defensa. Estar en el presupuesto
español, europeo o autonómico es como tener un banco pintado en la mili. Lo pinta uno, le pone un vigilante para que nadie
se manche y veinte años después siguen vigilando el puñetero banco
sin saber por qué se hace una guardia inútil. Nadie más volvió a
sentarse en ese banco, porque el primer soldado al que le dieron
la orden, la transmitió. Por lo tanto, de bancos pintados tenemos
los presupuestos llenos y cualquiera que haya trabajado en la Administración lo sabe. Hay que ver la cantidad de razones que recibe uno para que nadie se apee del presupuesto. En el fondo, hay
una tentación clientelar inevitable. Este es el drama.
¿Debemos privatizar la sanidad, porque ahora está de moda
hacerlo? No creo que gastemos menos producto bruto per cápita con la sanidad privatizada. Sin embargo, si alguien me demuestra que se garantiza la universalidad del servicio y que además el
coste, en términos de producto bruto y en eficiencia de la prestación de servicio, es comparable al público, no estoy casado con
el servicio público inexorablemente.
Moderador
Molt bé, moltíssimes gràcies. En nom de Caixa Manresa, que ha
organitzat aquest acte, agraïm al president González i al president
Pujol que hagin participat en aquest debat.
Enllaços relacionats
IX Jornada d’Economia de Caixa Manresa
http://www.caixamanresa.es/jornadaeconomia
Acords de Lisboa (Conclusions de la Presidència del Consell Europeu de
Lisboa, 23 i 24 de març 2000)
http://www.europarl.eu.int/summits/lis1_es.htm
Pacte de Toledo (documentació recollida al diari El Mundo)
http://www.el-mundo.es/
economia/pactotoledo/pactotoledo1.html
[data de publicació: agost de 2004]
11
QXP Gonzalez 35 10/09/04 09:35 Página 12
L’estat del benestar: perspectives de futur
Si vols citar aquest document, pots fer servir la següent referència:
GONZÁLEZ, Felipe; PUJOL, Jordi (2004). «L’estat del benestar: perspectives de futur» A: IX Jornada d’Economia de Caixa Manresa (2004: Manresa) [document en línia]. Caixa Manresa. [Data de consulta: dd/mm/aa]
http://www.uoc.edu/symposia/caixamanresa/jornadaeconomia/cat/gonzalezpujol.pdf
Jordi Pujol i Soley
Expresident de la Generalitat de Catalunya
Llicenciat en Medicina per la Universitat de Barcelona. Degut a la seva destacada militància antifranquista, fou condemnat
a set anys de presó el 1960, dels quals va complir dos anys i mig de condemna. Durant la dècada de 1960, va col·laborar en
la creació de la Gran Enciclopèdia Catalana, així com en la creació de la Banca Catalana l’any 1962, de la qual va ser vicepresident executiu. També va col·laborar a dinamitzar infraestructures culturals i socials. L’any 1974 va passar definitivament
a l’àmbit polític al fundar Convergència Democràtica de Catalunya, del qual va ser secretari general del 1976 al 1989. Després de les primeres eleccions democràtiques del 1977 i amb el restabliment de la Generalitat, Jordi Pujol va ser anomenat
conseller de govern provisional de la Generalitat del 1977 al 1980. Alhora, també va ser cap del grup parlamentari de Convergència i Unió al Congrés dels Diputats de Madrid. L’any 1980 va ser elegit president de la Generalitat, càrrec que va ocupar fins el 2003, després de ser reelegit consecutivament els anys 1984, 1988, 1992, 1995 i 1999. Del 1988 al 1992 va ser
vicepresident de l’Assemblea de les Regions d’Europa, institució de la qual va ocupar la presidència del 1992 al 1996. El 2003
es va retirar i va deixar el lideratge del partit. És autor de molts llibres i ha rebut títols honorífics d’institucions i governs de
la Gran Bretanya, França, Bèlgica, Espanya, els Estats Units, Xile, Canadà, Portugal i Mèxic.
Felipe González Márquez
President de la Fundació Progreso Global
Expresident del Govern espanyol
Llicenciat en Dret per la Universitat de Sevilla, especialitzat en qüestions laborals. El 1964, va afiliar-se al Partit Socialista Obrer
Espanyol (PSOE), quan era un partit prohibit a Espanya i va acabar sent-ne secretari general del 1974 al 1997. Va ser el candidat número u per Madrid al Congrés de Diputats a les primeres eleccions generals de juny de 1977 i des de llavors ha estar
diputat en totes les legislatures fins l’abril del 2004. L’any 1982 va ser elegit president del Govern espanyol, càrrec que va
ocupar fins l’any 1996, després de guanyar les eleccions generals el 1986, el 1989 i el 1993. Sota el seu mandat, Espanya
va entrar a la llavors anomenada Comunitat Europea el 1986. Va ser vicepresident de la Internacional Socialista de 1978 a
1999 i forma part de la comissió Progreso Global per a la renovació de la Internacional Socialista des de setembre de 1996.
El 1996 també va ser anomenat representant personal del president de l’Organització per a la Seguretat i la Cooperació Europea (OSCE) per tal d’encapçalar una delegació conciliadora en el conflicte de la República Federal de Iugoslàvia. Ha rebut
molts premis honorífics de prestigi internacional, entre els qual destaca el Premi Carlemany, concedit l’any 1993 per la seva
contribució europea. És president de la fundació Progreso Global des de setembre de 1997 i actualment dirigeix i participa
en seminaris i conferències i també fa col·laboracions periodístiques.
© Felipe González Márquez i Jordi Pujol Soley, 2004
© d’aquesta edició: Caixa Manresa i FUOC, 2004
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