DERECHOS HUMANOS Y TRATADOS INTERNACIONALES (Decisión del Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación Penal) Magistrado Ponente: Doctor Alejandro Angulo Fontiveros. BREVES COMENTARIOS ALA INTERPRETACION DE LA SALA PENAL SOBRE EL ALCANCE DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES EN EL RESGUARDO DE LOS DERECHOS HUMANOS. Comentarios: Argenis S. Urdaneta G. Magíster en Ciencia Política U.S.B. SubDirector del Centro de Estudios Políticos y Administrativo de la Facultad de Derecho U.C. VISTOS. Dio origen al presente juicio el hecho ocurrido el 8 de julio de 1999 en la oficina de Tele americanos, ubicada en la calle 67, entre carreras 2 y 3 del barrio Ocumare en la ciudad de San Antonio, Estado Táchira, donde el Distinguido de la Guardia Nacional, ciudadano CÉSAR ANTONIO ACEVEDO BECERRA, revisó el paquete que un individuo (MARCOS ALEXIS RODRÍGUEZ CÁCERES) iba a enviar a la ciudad de Caracas, y en su interior había una sustancia de color amarillento y de olor penetrante, que resultó ser la droga denominada clorhidrato de cocaína. La Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Táchira, a cargo del Juez ponente abogado VÍCTOR HUGO MORA CONTRERAS, el 7 de diciembre de 1999 declaró INADMISIBLE el recurso de apelación interpuesto por el Defensor Definitivo del ciudadano imputado contra la sentencia dictada por el Tribunal Sexto de Primera Instancia en función de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Táchira, extensión San Antonio del Táchira, mediante la cual hizo los siguientes pronunciamientos: 1) Condenó al ciudadano imputado MARCOS ALEXIS RODRÍGUEZ CÁCERES, colombiano, y portador de la cédula de ciudadanía colombiana No. 88.208.537, a cumplir la pena de DOCE AÑOS DE PRISIÓN por la comisión del delito de TRÁFICO DE ESTUPEFACIENTES, previsto en el artículo 34 de la Ley Orgánica Sobre Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas; 2) Ordenó la expulsión del territorio de la República del ciudadano MARCO ALEXIS RODRÍGUEZ CÁCERES, como pena accesoria, según lo previsto en el ordinal 1° del artículo 60 de la Ley Orgánica Sobre Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas; 3) Ordenó la destrucción de cinco kilos con quinientos setenta y un kilogramos de clorhidrato de cocaína; y 3) Exoneró al pago de las costas procesales al referido imputado, de acuerdo con lo establecido en el artículo 281 del Código Orgánico Procesal Penal. Dentro del lapso legal establecido en el artículo 455 del Código Orgánico Procesal Penal, interpuso el recurso de casación el ciudadano abogado JORGE NOEL CONTRERAS MOLINA, Defensor Definitivo del imputado MARCO ALEXIS RODRÍGUEZ CÁCERES. Emplazado el Fiscal Octavo del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira para que diera contestación al recurso, según lo establece el artículo 457 del Código Orgánico Procesal Penal, no lo hizo y el expediente fue remitido a esta Sala de Casación Penal. Recibido el expediente en esta Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, el 23 de mayo del año 2000 se designó ponente al Magistrado Doctor ALEJANDRO ANGULO FONTIVEROS. Cumplidos como han sido los trámites procedimentales se pasa a dictar sentencia en los términos siguientes: RECURSO DE CASACIÓN Sobre la base de lo dispuesto en los artículos 451, 452, 455, 457, 459 y 460 del Código Orgánico Procesal Penal, el recurrente denuncia que la sentencia recurrida infrigió los artículos 8 y 23 del Pacto de San José de Costa Rica; el artículo 4 de la Ley Aprobatoria de la Convención Unica de 1961 sobre Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas, los artículos 26, 49, 51 y el ordinal 1° del artículo 281 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y los artículos 1, 8,12, 13, 33 del Código Orgánico Procesal Penal, el ordinal 5° del artículo 122 " eiusden" artículos 290, 292, y 314 "ibídem" PUNTO PREVIO La Sala de Casación penal aclara en el párrafo anterior se mencionó en segundo término la Constitución, para mantener el orden en que el recurrente hizo la respectiva enumeración. Aclara también que constituye una evidente impropiedad el mencionar la Constitución después de cualquier otro dispositivo legal, y que lo propio es mencionarla siempre en su congruo lugar, que no puede ser otro que el primero, puesto que la Constitución es la ley suprema, por imperio de la lógica (tiene que ser -Kelsen- el vértice de todo el ordenamiento jurídico) y de la ley misma expresada en su más alto nivel: así la Constitución manda que "Artículo 7. La Constitución es la norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico. Todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a esta Constitución ". Aquella incongruencia (la de no dar a la Constitución el puesto que le corresponde) pudiera deberse a una confusión que ha venido tomando cuerpo en relación con los acuerdos internacionales y que, por versar sobré un tan delicado cuan obvio problema, ameritarlas consideraciones siguientes: Ha habido una notoria insistencia de la Sala sobre los tratados internacionales sobre derechos humanos, lo cual en principio está muy bien; pero pareciera que a veces en Venezuela se le quisiera dar ahora más importancia a esos tratados que a la propia Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En efecto, en Venezuela ya muchos están creyendo, incluso muy distinguidos abogados penalistas, que hay una supraconstitucionalidad de tales tratados sobre la Constitución. No hay tal: La Sala Constitucional ha decidido que esos tratados son aplicables por mandato de la Constitución. "Artículo 23: Los tratados, pactos y convenciones relativos a derechos humanos, suscritos y ratificados por Venezuela, tienen jerarquía constitucional y prevalecen en el orden interno, en la medida en que contengan normas sobre su goce y ejercicio más favorables a las establecidas por esta Constitución y la ley de la República, y son de aplicación inmediata y directa por los tribunales y demás órganos del Poder Público ". No puede ser "supraconstitucional" sino constitucional, porque la misma Constitución lo ordena cuando haya principios más favorables. Entonces habría la prevalencia, por la remisión que hace la Constitución a esos tratados. Pero esos tratados son aplicables en lo que a la substancialidad se refiere y no respecto a lo procesal o adjetivo, porque sería renunciar a la soberanía. Tales tratados, etc., forman parte del sistema constitucional venezolano por voluntad de la Constitución; pero en caso de que haya una antinomia o colisión con el dispositivo de la Constitución, deberá sin ningún género de duda, primar la Constitución. La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, ha clarificado que esos tratados son aplicables por mandato de la Constitución. Debe recordarse igualmente, que los tratados tienen que ser suscritos y además ratificados por la República: tienen sentido en la medida que la Constitución los acoja. La Constitución se auto derogaría en beneficio de tales tratados si la Asamblea Nacional ratifica un tratado que sea contrario a la Constitución: ésta es la ley suprema y así está ordenado en la misma Constitución.). La Sala advierte: Después del análisis hecho al recurso de casación presentado por el Defensor Definitivo del imputado, esta Sala de Casación Penal observa que es manifiestamente infundado. El recurrente denuncia la infracción de esta serie de textos legales: de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, del Pacto de San José de Costa Rica y del Código Orgánico Procesal Penal; pero no explica cómo el juzgador "a quo" los infringió. Para fundamentar sus alegatos describe todo lo ocurrido a su defendido desde el momento de su aprehensión y expresa que el Tribunal de juicio incurrió en una serie de violaciones de preceptos jurídicos de rango constitucional y procesal. El presente recurso de casación es contra una sentencia de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Táchira, que declaró inadmisible un recurso de apelación contra una sentencia de un Tribunal de Juicio que condenó al imputado MARCO ALEXIS RODRÍGUEZ CÁCERES por la comisión del delito de TRÁFICO DE ESTUPEFACIENTES. No obstante, el recurrente en sus alegatos señala como vulnerador de todos esos derechos de su defendido al Tribunal Sexto de Primera Instancia en función de Juicio de la misma Circunscripción Judicial. Los artículos 451 y 454 del Código Orgánico Procesal Penal señalan expresamente cuáles son las sentencias contra las que procede el recurso de casación y no están incluidas las sentencias de los jueces unipersonales ni las de tribunales mixtos. En atención a lo planteado, se desestima por manifiestamente infundado este recurso de casación. Así se decide. Este Tribunal Supremo de Justicia, en atención a lo dispuesto en el artículo 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ha revisado el fallo impugnado para saber si se vulneraron los derechos del imputado o si hubo vicios que hicieran procedente la nulidad de oficio en provecho del reo y en aras de la justicia: considera que ese fallo no está ajustado a Derecho y así lo hace constar. NULIDAD DE OFICIO EN PROVECHO DEL IMPUTADO Y EN INTERÉS DE LA JUSTICIA. Según lo establecido en el artículo 208 del Código Orgánico Procesal Penal, esta Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia procede a declarar la nulidad absoluta de la sentencia dictada por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Táchira porque incurrió en el vicio de inmotivación, ya que el juzgador no expresó las razones de hecho y Derecho que le sirvieron de fundamente a su decisión. El motivo del recurso de casación por falta de motivación está previsto en el artículo 452 del Código Orgánico Procesal Penal, por infracción del ordinal 4° del artículo 365 "eiusdem". En efecto, el Juez al declarar inadmisible el recurso de apelación interpuesto por el Defensor Definitivo del imputado MARCO ALEXIS RODRÍGUEZ CÁCERES, expresó: "...Esta Corte de Apelaciones, para decidir, hace las siguientes observaciones: PRIMERA.- Existe en autos la (SIC) acta que levantara el Tribunal en función de Juicio, cuando se efectuara el proceso en la audiencia pública oral contra el ciudadano colombiano, MARCO ALEXIS RODRÍGUEZ CÁCERES, y en ella están reflejados todos los pasos conforme a la normativa que rige tales actuaciones en materia de administración de justicia penal; así como las anotaciones que el defensor pidiera se dejara constancia. Es decir, tal instrumento documental contiene lo que sucediera en aquella audiencia, y no se halla por algún lugar que se hiciese uso del SANEAMIENTO que el legislador, para pureza de los actos procesales estampara en el artículo 210 del Código Orgánico Procesal Penal. Esta inobservancia oportuna de los vicios procesales, convalida en alguna forma la decisión tomada toda vez que mal puede una alzada sustituir con su decisión la desafortunada actuación en este campo. SEGUNDA. - Como un complemento de lo anterior, esta Alzada anota que no halla por lugar alguno, actuaciones del tribunal que hayan producido indefensión para el procesado, ya que la defensa fue ágil, oportuna y bien llevada (aunque no efectuara reclamo alguno de subsanación en el momento o lapso que prevé la Ley), y así puede asegurarse que tal situación irregular denunciada en el recurso no se dio. Mal por lo mismo puede aceptarse que lo sucedido en el juicio respectivo, se puede subsumir en el texto de lo dispuesto en el ordinal 3 ° del artículo 444 ya citado. Por las razones dadas esta Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Táchira, administrando Justicia en nombre de la República de Venezuela y por autoridad de la Ley, DECLARA INADMISIBLE EL RECURSO DEAPELACIÓN formalizado por el defensor público en nombre y representación de la persona que resultara sentenciada. Una vez cumplidos los trámites procesales de asiento y notificación, mándese lo actuado al Tribunal en función de ejecución a los fines legales pertinentes. Así se decide... ". De la anterior trascripción se evidencia que el Juez no determinó en forma precisa y circunstanciada la fundamentación de hecho y Derecho de su decisión. El Juez para declarar inadmisible el recurso de apelación debe fundamentar su decisión y referirse al recurso planteado, es decir, responderá al recurrente por qué el recurso es inadmisible e indicará cuáles fueron los errores en que incurrió el recurrente y que hicieron inadmisible el recurso de apelación. Dado que la sentencia de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Táchira incurrió en el vicio señalado por la infracción del ordinal 4° del artículo 365 del Código Orgánico Procesal Penal, anula dicha sentencia y ordena que el expediente sea remitido al Presidente del Circuito Judicial Penal del Estado Táchira para que, previa constitución de una Sala Accidental de la Corte de Apelaciones, dicte nueva sentencia y prescinda de los vicios que dieron lugar a la presente nulidad. Así se decide. DECISIÓN En mérito de los razonamientos antes expuestos, este Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación Penal, administrando Justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, hace los siguientes pronunciamientos: 1)Declara DESESTIMADO POR MANIFIESTAMENTE INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por el Defensor Definitivo del ciudadano imputado MARCO ALEXIS RODRÍGUEZ CÁCERES; y 2) ANULA la sentencia dictada el 7 de diciembre del año 2000 por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Táchira y ordena remitir el expediente al Presidente del Circuito Judicial Penal del Estado Táchira para que previa constitución de una Sala Accidental de la Corte de Apelaciones, dicte nueva sentencia y prescinda de los vicios que dieron lugar a la presente nulidad. Publíquese, regístrese y remítase el expediente. Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo de Justicia. en Sala de Casación Penal, en Caracas, a los VEINTIÚN (21) días del mes de NOVIEMBRE del año dos mil. Años 191° de la Independencia y 141 ° de la Federación. El Presidente de la Sala JORGE ROSELL SENHENN El Vice-Presidente RAFAEL PÉREZ PERDOMO Magistrado Ponente ALEJANDRO ANGULO FONTIVEROS La Secretaria LINDA MONROY DE DÍAZ Exp. N° 00-00743 AAF/sd BREVES COMENTARIOS A LA INTERPRETACION DE LA SALA PENAL SOBRE EL ALCANCE DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES EN EL RESGUARDO DE LOS DERECHOS HUMANOS Comenzaremos por señalar las consideraciones de Elizabeth Verna (1992; 59), quien nos indica que los pactos internacionales sobre Derechos Humanos surgen por la necesidad de darle carácter obligatorio a la mayoría de los derechos proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos; y ésta, conjuntamente con esos pactos conforman la Carta Internacional de los Derechos Humanos. Asimismo debemos agregar que el movimiento de los derechos humanos va acompañado de la superación del concepto de soberanía, que se ve relativizado con la admisión de limites en el Derecho interno, derivados de compromisos internacionales y de principios universales aceptados por todos los Estados (Ayala Corao; 1996, 743) Por otra parte, cabe señalar el criterio prevaleciente en la Doctrina que es el de la primacía del Derecho internacional sobre el Derecho interno como un parámetro principista básico del Derecho internacional, entendiéndose que todo Estado que da recepción a tratados de derechos humanos incluye, en común con ellos, y con independencia del plano jerárquico en el que sitúa a esos tratados, al principio pro homine en el acervo axiológico de su propia Constitución. (Bidart Campos; 2000, 339 340) Asimismo se destaca en Doctrina la concurrencia del Derecho Constitucional y del Derecho Internacional, por lo que ambos confluyen y se influyen en la promoción, el respeto, la garantía y la protección de los-derechos humanos; y esto permite que en el Derecho interno de muchos Estados, ya sea por disposición constitucional expresa o por interpretación jurisprudencial, sus textos constitucionales en materia de derechos humanos hayan de "ser interpretados o aplicados a la luz de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de los instrumentos convencionales internacionales de los que el Estado concernido es parte" (Gros Espiell; 2000, 316 - 317, 319) Es importante también, tener en cuenta que la aplicación del Derecho internacional de los derechos humanos (tratados ratificados y en vigencia) permite a los jueces utilizarlo para precisar, reforzar y ampliar la protección constitucional (Gros Espiell; 318) En ese orden de ideas vale la pena recordar que bajo el régimen de la Constitución de 1961, por vía jurisprudencial (CSJ 31 - 01 - 91) ya se le reconocía rango constitucional a los derechos derivados de los tratados internacionales; al efecto comenta Carlos Ayala Corao (1996, 762) que "la consecuencia de dicha tesis doctrinal y jurisprudencial es que los derechos humanos reconocidos en instrumentos internacionales gozan del atributo de ser derechos `inherentes a la persona humana' y, por ende, deben ser considerados implícitamente como derechos humanos constitucionales". Asimismo considera que la "constitucionalización de los derechos humanos" (influencia del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y recepción del Derecho Internacional en el Derecho Constitucional) refuerza su valor y protección en el Derecho interno a través de los mecanismos de la jurisdicción constitucional. En este sentido entendemos y destacamos la importancia de la cláusula abierta contenida en el artículo 50 de la Constitución de 1961 (equivalente al artículo 22 de la vigente) que permitía el reconocimiento de los derechos aún cuando no estuvieren listados en el texto constitucional. Por su parte Ricardo Combellas (2000; 63) plantea que la Constitución de 1999 incluye como valor superior: la preeminencia de los derechos humanos, lo que los dota de un rango de superioridad, pues son la positivación de valores recogidos por la Constitución, los derechos humanos son superiores a la Constitución, tienen jerarquía supraconstitucional. La Constitución vigente al igual que la de 1961 reconoce de forma abierta los derechos humanos, como inherentes a la persona, acordes a su dignidad, ellos valen independientemente de su reconocimiento expreso por la Constitución (art. 22); a esto debemos agregar el reconocimiento como constitucionales de aquellos derechos recogidos por los tratados, pactos y convenios internacionales suscritos y ratificados por Venezuela (art. 23 ). Según Combellas (ibid) podemos hablar "de un principio implícito de subordinación de la Constitución a los derechos humanos" (los subrayados son nuestros). Su preeminencia los dota de un sistema de protección que no se agota en las garantías del ordenamiento interno, sino que se amplía a los sistemas de protección internacional, tal como se plantea en el artículo 31 de la Constitución (Combellas; 2000, 64) Todo este sentido de progresividad nos lleva a compartir con Gros Espiell (2000, 319) que "suprimidos obsoletos criterios, con la vista puesta en la mejor y más efectiva acción para la defensa de los derechos de la persona humana, objeto y fin del Derecho todo, este camino permite vislumbrar fórmulas más efectivas y eficaces para lograr la realidad viva de la vigencia de los derechos de la persona humana, en el marco del orden jurídico" Por todo lo antes expuesto, no deja de sorprendernos la interpretación que, en la decisión que comentamos. de fecha 21 -11- 00, hace la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia acerca del alcance o fuerza de los tratados internacionales contentivos de derechos humanos con relación a nuestra Constitución. Al efecto en la decisión se expresa que "... los tratados son aplicables por mandato de la Constitución, por lo que no puede entenderse que hay una supraconstitucionalidad de tales tratados sobre la Constitución, como pareciera que se quisiera dar ahora más importancia a esos tratados que a la propia Constitución". Por otra parte aclara la Sala que "... esos tratados son aplicables en lo que a la substancialidad se refiere y no respecto a lo procesal o adjetivo, porque sería renunciar a la soberanía. Tales tratados forman parte del sistema constitucional venezolano por voluntad de la Constitución, pero en caso de que haya una antinomia o colisión con el dispositivo de la Constitución, deberá sin ningún genero de dudas, primar la Constitución". Finalmente señala el Alto Tribunal que "La Constitución se auto derogaría en beneficio de tales tratados si la Asamblea Nacional ratificara a un tratado que sea contrario a la Constitución" Tal parece que esta interpretación obedeciera a una reacción regresiva de la Sala ante la clara progresividad expresada en la intención del constituyente que se evidencia del texto de la Exposición de Motivos, cuando señala que "... en el caso de que un tratado internacional suscrito y ratificado por Venezuela reconozca y garantice un derecho humano, en forma más amplia y favorable que la Constitución, prevalece en todo caso el instrumento internacional y debe ser aplicado en forma preferente, directa e inmediata por los tribunales y demás órganos del Estado" De ese texto se nos evidencia que la preeminencia de los tratados internacionales deriva del reconocimiento y garantía más amplia y favorable, por lo que nos resulta definitivamente incomprensible la expresión según la cual en caso de antinomia o colisión deberá primar la Constitución, y menos comprensible aún considerar que se trataría de una auto derogatoria de la Constitución el caso de la ratificación de un tratado que sea "contrario a la Constitución", pues ningún tratado que establezca derechos no listados en la Constitución, podría ser contrario a ella, una Constitución que se caracteriza por la ampliación de la lista de derechos. Pero resulta de mayor preocupación la situación planteada como consecuencia de las declaraciones de la ex candidata presidencial del Perú, Lourdes Flores, de visita en Venezuela, que generó una respuesta fuerte del Presidente de la República con amenaza de posible expulsión de extranjeros que hablen mal del Gobierno; y a esos efectos referimos a las consideraciones recogidas en nota periodística (El Nacional; 12 - 06 - 01) de conocidos especialistas como José Guillermo Andueza, quién manifestó que el Presidente pudiera echar mano de la Ley de Extranjeros (1938), pero en ningún caso podría desconocer que Venezuela es signataria del Pacto de Derechos Civiles y Políticos, según el cual una expulsión debe llevarse a cabo conforme a la ley y a las garantías fundamentales relativas al debido proceso, "los tratados internacionales están por encima de la Constitución y mucho más sobre la Ley de Extranjeros". Y nos hacemos la pregunta: ¿podría, la Sala Constitucional, en el caso de ser necesario la intervención del Tribunal Supremo de Justicia, ratificar el criterio comentado? Con respecto a esto, podríamos abrigar la esperanza de un criterio diferente de la Sala Constitucional; pues nos llama favorablemente la atención que los días 14 y 15 de junio se haya realizado una jornada, con el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) dirigida a los abogados que laboran en el TSJ, sobre el tema: Aplicación del Derecho Internacional de los Derechos Humanos en el ámbito interno, con la participación de expertos nacionales y del exterior. Prof. Argenis S. Urdaneta G. Centro de Estudios Políticos y Administrativos. Facultad de Derecho U.C. REFERENCIA BIBIOGRAFICA AVALA CORRO, CARLOS Jerarquía de los instrumentos internacionales sobre derechos humanos. En: El Nuevo Derecho Constitucional Latinoamericano. Vol. II. Fundación Konrad Adenauer, CIEDLA, Asociación Venezolana de Derecho Constitucional, COPRE Caracas. 1996. BIDART CAMPOS, GERMÁN El futuro del Constitucionalismo y sus posibles proyecciones hacia el sistema de derechos. En: Constitución y Constitucionalismo hoy (Cincuentenario del Derecho Constitucional Comparado de Manuel García-Pelayo). Fundación Manuel García-Pelayo. Caracas. 2000 COMBELLAS LARES, RICARDO Derecho Constitucional. Una introducción al estudio de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Mc. Graw Hill. Caracas. 2000 GROS ESPIELL, HECTOR Los derechos humanos. Tendencias actuales y previsibles del Constitucionalismo. En: Constitución y Constitucionalismo hoy (Cincuentenario del Derecho Constitucional Comparado de Manuel García-Pelayo). Fundación Manuel García-Pelayo. Caracas. 2000 VERNA DE BRICEÑO ELIZABETH Presencia de los derechos humanos. Universidad católica Andrés Bello. Caracas. 2000