Revista Iberoamericana de Estudios Revista Ibero-americana de Asia Oriental rediao2009/2 2010/3 de Estudos da Ásia Oriental rediao Revista Iberoamericana de Estudios Revista Ibero-americana de Asia Oriental rediao 2010/3 de Estudos da Ásia Oriental rediao ISSN: 1888-6566 CONSEJO EDITORIAL Isabel Cervera, Mario Esteban, Taciana Fisac, Pilar González España, Ana María Goy, Andreas Janousch, Lin Yue, Gladys Nieto, Kayoko Takagi. ESTA EDICIÓN ESTÁ A CARGO DE PILAR GONZÁLEZ ESPAÑA ASISTENTE EDITORIAL León Llodra y Teresa Hermida (maquetación), Germán Molero (corrección). Centro de Estudios de Asia Oriental, Universidad Autónoma de Madrid, C/ Francisco Tomás y Valiente, 3 28049 Madrid. Tlf.: 91 497 46 95 Email: [email protected], [email protected], CONSEJO ASESOR Flora Botton: Centro de Estudios de Asia y África, El Colegio de México, México Jean-Pierre Cabestan: Centre National de la Recherche Scientifique, Francia Francesca Dal Lago: Universiteit Leiden, Países Bajos Emilio García Montiel: Centro de Estudios de Asia y África, El Colegio de México James Heisig: Nanzan University, Japón Shuhei Hosokawa: International Research Center for Japanese Studies, Japón Kimio Kase: Instituto de Estudios Superiores de la Empresa, Universidad de Navarra Regina Lamas: Bristol University, Reino Unido Ôtaky Mikio: Bunsei University of Art, Japón Madalena Natsuko Hashimoto Cordaro: Centro de Estudios Japoneses, Universidad de Sao Paulo, Brasil Manel Ollé: Universidad Pompeu Fabra, España Gonzalo Sebastián Paz: The Elliot School of International Affairs, George Washington University, Estados Unidos Toshihiro Takagaki: Tokyo University of Foreign Studies, Japón Kanzuei Tokado: Kanda University of International Studies, Japón Alicia Relinque: Universidad de Granada, España www.rediao.org Depósito Legal: M-12224-2011 Imprime: Solana e Hijos, A. G. (Madrid) Revista Iberoamericana de Estudios Revista Ibero-americana de Asia Oriental rediao 2010/3 de Estudos da Ásia Oriental Preliminares 5 Caligrafía de André Kneib Un poema chino Artículos Enka-Kayôkyoku: un instrumento para unificar los sentimientos de los japoneses en la posguerra (de 1945 a 1976) ATZIRI MARIANA QUINTANA MEXIAC 15 Mímesis de la presencia: el teatro coreano y la estética transcultural de Eun Kang ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ 49 Presencia y papel de un clásico de la poesía, el Wakanrôeishû, entre las misiones jesuitas del Japón del s. XVII. Conversión y poesía GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES 89 Imigrantes chineses no Brasil: o caso de São Paulo DANIEL BICUDOS VÉRAS 123 Prensa y poder. Los movimientos de protesta japoneses en The New York Times y The Washington Post (1952-1970) LEÓN LLODRA LÓPEZ 159 Reseñas 191 Libros publicados y tesis doctorales (2009) 211 Normas de publicación 221 PRELIMINARES Esta nueva edición se abre con una entrega del prestigioso calígrafo francés André Kneib, una caligrafía china del carácter 文 wen (“literatura, cultura, civilización”) que imprime la intensidad y la fuerza del trazo, así como su más bello y profundo sentido. La revista que el lector tiene entre sus manos se inicia con un original y novedoso estudio sociológico y textual de Atziri Mariana Quintana Mexiac sobre el enka- kayôkyoku, la “canción popular japonesa” que tanto ayudó a insuflar los ánimos nacionalistas e identitarios de una sociedad de posguerra vencida y deprimida. El segundo artículo, realizado por Rosa Fernández Gómez, aborda el teatro oriental desde una perspectiva de apertura y contraste con Occidente, partiendo del concepto de mímesis aristotélico. Además, por primera vez, se presenta y se expone a la crítica sinológica la obra multicultural de la dramaturga coreana Eun Kang. Así llegamos a la poesía japonesa, tratada en el tercer artículo por Gonzalo San Emeterio Cabañes desde un punto de vista sociológico y pedagógico, en relación con las misiones jesuitas del Japón del s. XVII. Sobre un tema más contemporáneo trata el ensayo de Daniel Bicudo Véras, el estudio sociológico de los inmigrantes chinos en Brasil y, en concreto, en la ciudad de São Paulo, donde ha surgido una nueva comunidad sino-brasileña con influencias recíprocas y trasvases interculturales. Por último, y siguiendo con la edad contemporánea, otro interesante trabajo, de León Llodra López, de perspectiva comparada entre Estados Unidos y Japón, que aborda específicamente los movimientos de protesta japoneses entre los años 1952 y 1970, a través de los periódicos The New York Times y The Washington Post. Como se puede observar, todos ellos son trabajos detallados y minuciosos que tienen en común una misma perspectiva de contraste entre Occidente y Oriente. 6 PRELIMINARES Desde su creación, esta revista es de carácter interdisciplinar y se rige, fundamentalmente, por criterios de rigurosidad en la investigación. Todos los trabajos han sido sometidos a una revisión editorial por parte de los miembros del Consejo de Redacción y de los evaluadores, quienes han valorado la originalidad e interés de los estudios para garantizar la calidad de los mismos. Invitamos, pues, a los especialistas e investigadores que ahondan en cualquiera de los ámbitos del estudio de Asia Oriental, a que nos sigan enviando sus trabajos, con el fin de difundirlos entre los países de habla hispana y portuguesa. EL CONSEJO EDITORIAL jjj Caligrafía de André Kneib RÍO COMPLETAMENTE ROJO ¡Siento tanta furia que se me erizan los cabellos! Aunque en la balaustrada la lluvia comienza a amainar, yo levanto la vista a lo lejos y lanzo un grito iracundo hacia el cielo. ¡Mi corazón está ciego de ira! Con apenas treinta años la gloria de mis hazañas en polvo se ha convertido. En ocho mil lis recorridos ¡he visto tantas lunas y nubes! Y lejos aún del retiro mi joven pelo se ha vuelto ya cano. ¡Qué absurda desgracia! ¡Qué vergüenza! ¡Nuestro emperador Jing Kang * capturado! ¡Qué afrenta no reparada! El fuego de mi resentimiento ¿cuándo se apagará? * Fue el último emperador de los Song del Norte, el que perdió Kaifeng en 1126 y fue capturado por los bárbaros jin. Llevaré carros de combate, arrasaré el paso de las montañas de Helan **. Mis valientes, hambrientos, devorarán a los bárbaros capturados. Mis valientes, sedientos, riéndose y vociferando, beberán su sangre de esclavos. ¡Debo reparar este daño!, ¡reconquistar nuestros ríos, nuestras montañas! Y ofrecer así mis respetos, mis graves y humildes respetos ante las puertas inmensas del cielo. YUE FEI Trad. P.G.E. ** Montaña fronteriza. DOI 10.3994/RIEAO 2010.03.015 Revista Iberoamericana de Estudios de Asia Oriental (2010) 3: 15- 46 ENKA-KAYÔKYOUKU: UN INSTRUMENTO PARA UNIFICAR LOS SENTIMIENTOS DE LOS JAPONESES EN LA POSGUERRA (1945-1976) Atziri Mariana Quintana Mexiac * A mis padres por su apoyo, a Julio César quien, a pesar de la distancia, canta conmigo enka, y a Kazunori por caminar a mi lado. Resumen: En el presente artículo se demostrará que las letras de canciones populares japonesas, enka- kayôkyoku, sirvieron como válvula de escape y como fuente de identidad para los japoneses al final de la Segunda Guerra Mundial. Por medio de una serie de canciones cuyos temas versan sobre las características de algunas ciudades de Japón, se entenderán las condiciones, los sentimientos y * Atziri Mariana Quintana Mexiac es maestra en Estudios de Asia y África por El Colegio de México y en Relaciones Internacionales por la Universidad Hitotsubashi de Japón. 16 ATZIRI MARIANA QUINTANA MEXIAC los sueños compartidos por los ciudadanos japoneses de aquella época. Puesto que este país experimentó de manera muy particular el fin de la guerra, con las bombas atómicas y el fin de muchos símbolos nacionales, la forma que toman expresiones artísticas como la música, son exclusivas de Japón. Por medio de este estudio se intentará llenar el vacío que existe con respecto a la importancia de los estudios de la música popular japonesa. Abstract: This paper will demonstrate that the lyrics of the Japanese popular songs known as enka-kayokyoku served as an outlet and as an identity source for the Japanese people at the end of World War II. By using a selection of songs with lyrics dealing with the identifying characteristics of several well known Japanese cities, the conditions, sentiments and dreams shared by the Japanese people of that era will be better understood. Since this country experienced the end of the war in a unique way, including the atomic bombings and the extinction of many national symbols, the shape of all forms of artistic expression in this era, including music, is exclusive of Japan. This analysis will try to fill the existing gap regarding the relevance of studies on Japanese popular music. Introducción: Tal como sostiene el sociólogo de la Universidad de Tokio, Mita Munesuke 1 , en su obra Psicología social del Japón moderno 2, la música, al igual que muchas otras expresiones artísticas, refleja diversos sentimientos y puntos de vista de la sociedad que las produce y las consume. No solo esto: la música, a lo largo de la historia, también ha servido como ENKA-KAYÔKYOKU 17 instrumento de adoctrinamiento, rebelión, transmisión de noticias y conocimiento. En el caso del Japón contemporáneo, en el que muchas de sus canciones escolares y de guerra llegaron a convertirse en grandes éxitos y objetos promocionales 3 , este papel desempeñado por la música ha sido especialmente relevante. Un buen número de estas canciones y melodías consistían en copias o reinterpretaciones de temas occidentales, pero en otras se procedía, asimismo, a la combinación de estas con la escala musical pentatónica japonesa. Sobre esta base se añadía una letra en japonés, no necesariamente relacionada con la original. Así ocurre, por ejemplo, en la melodía escocesa Auld Lang Syne. Originalmente, esta canción, que era interpretada para celebrar el Año Nuevo en los países angloparlantes, fue reutilizada en Japón, sin que se retocase su melodía, para realizar una versión libre de la letra en japonés4, que se tituló Hotaru no hikari (蛍の光, “Luz de las luciérnagas”). Esta melodía, a pesar de haber sido una de las primeras melodías occidentales que se difundió en Japón durante el periodo Meiji, es reconocida aún en la actualidad por toda la población japonesa, al ser interpretada durante las graduaciones escolares, así como en la víspera del Año Nuevo en la cadena televisiva nacional, NHK. Lo cierto es que muchas melodías importadas de Occidente han servido como música de fondo para la vida de las personas en los diversos momentos históricos que ha atravesado el Japón contemporáneo. Al término de la Segunda Guerra Mundial, muchos de los símbolos que brindaban o hacían sentir unidad a los japoneses vieron mermada su eficacia o se destruyó su significado (Befu, 2001:87). Su ejemplo más relevante es, por supuesto, la 18 ATZIRI MARIANA QUINTANA MEXIAC pérdida de la divinidad del emperador. Asimismo, a la merma de esta influencia contribuyó el temor a que símbolos patrios como la bandera nacional se volvieran objetos de culto para los imperialistas y que estos alimentaran movimientos que, en un futuro, pudieran llevar de nuevo a Japón a un conflicto internacional, por lo que la mayoría de estos objetos desaparecieron de la vida pública en buena medida5. Todo esto hizo sentir a la sociedad japonesa un cierto vacío, puesto que si ya no había una guerra que ganar o un ideal que defender, tampoco parecían permanecer los símbolos que habían unido a los japoneses hasta entonces. Posteriormente, la recuperación económica se volvió la meta fundamental de la sociedad nipona, sin embargo, las dificultades y los sentimientos negativos generados por la guerra permanecieron. En los difíciles momentos de la reconstrucción del país, las canciones conocidas como enka representaron un escape, una fuente de apoyo y de sentimiento de unidad para la sociedad japonesa de posguerra que buscaba un horizonte esperanzador sobre las ruinas. A pesar de la relativa popularidad de las canciones enka entre el público japonés y a que existe un buen número de literatura acerca de este tema, son prácticamente nulas las investigaciones que se han realizado con el objetivo de desvelar su papel en el proceso de reconstrucción de la sociedad japonesa de posguerra. Por el contrario, la mayoría de los autores japoneses se han centrado en analizar el éxito de las creaciones de ciertos compositores (Shinoda, 2007), a discutir los orígenes del estilo y de la denominación enka, dejando de lado el papel jugado por este tipo de música después del fin de la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, ENKA-KAYÔKYOKU 19 Christine Yano (2000, 2003) ha revelado por primera vez al lector occidental la historia y desarrollo de este género musical. No obstante, se centra solamente en el pequeño grupo de canciones enka incluidas dentro de la estricta definición posterior a la década de los ochenta. Es decir, aquellas canciones de amor no correspondido cuyos intérpretes visten kimono. 6 Por lo tanto, el objeto del presente ensayo es mostrar que las canciones populares kayôkyoku (歌謡曲, baladas), muchas de las cuales serían posteriormente clasificadas dentro del género enka (演歌, balada tradicional japonesa), y que hasta la fecha se conocen bajo el mismo nombre, sirvieron como una válvula de escape para los japoneses de entonces. Para esta tarea se hará uso de una serie de canciones cuyos temas versan sobre las características de las ciudades y barrios de Japón, todos ellos lugares representativos en la historia de la reconstrucción. El conjunto de estas composiciones son presentadas por primera vez en castellano7. De igual manera, con excepción de la “Rapsodia de Tokio”, que es parte del estudio de Mita, todas las canciones traducidas en esta ocasión son inéditas en un análisis académico. A lo largo de esta investigación se demostrará cómo las letras y sus intérpretes reflejan las condiciones, los sentimientos y los sueños compartidos por los ciudadanos japoneses, así como los ambientes en los que se movieron durante las tres décadas posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial, reafirmando de un modo u otro su identidad como sociedad y dando la impresión de que estos sentimientos representaban la unicidad de los japoneses. Es decir, que eran una serie de sentimientos exclusivos de esta sociedad y 20 ATZIRI MARIANA QUINTANA MEXIAC compartidos en su interior. Puesto que los japoneses experimentaron de manera muy particular el fin de la guerra, con las bombas atómicas y el fin de muchos símbolos nacionales, la forma que toman expresiones artísticas como la música son exclusivas de Japón. De esta manera se intentará llenar el vacío que existe respecto a la perspectiva en los estudios de la música popular japonesa. 1. ¿Qué es el enka (演歌 8)? Como se mencionó anteriormente, las canciones del género enka reflejaron, y aún reflejan, una parte importante de los sentimientos japoneses de posguerra, específicamente entre los años 1945 y 1976 9, y esa es la razón por la que, en la actualidad, este género se ha llegado a etiquetar como la canción japonesa por excelencia. Sin embargo, enka no surgió como respuesta a las situaciones de ese periodo histórico. Antecedentes de este género músico-vocal pueden encontrarse ya en el siglo XIX. El nombre de enka para referirse a ciertas canciones surge, de hecho, durante el periodo Meiji, cuando la alfabetización era asunto de unos pocos y la transmisión oral se convertía en el mejor medio para dar a conocer ciertos eventos (Soeda, 1963:1). Durante la década de 1880, los movimientos por los derechos populares exigían una menor centralización del poder por parte del gobierno. En su afán por llegar a un mayor número de gente, los activistas utilizaron melodías folklóricas, a las que ponían como letras las noticias o las informaciones que querían difundir. Dainamaito bushi (ダイナマイト節, ENKA-KAYÔKYOKU 21 “La canción de la dinamita”), de la década de 1880, llama al pueblo a pedir que se fortalezca el bienestar público y que sea el propio pueblo quien tenga el poder o, de lo contrario, anuncia que habrá protestas. Posteriormente, con el establecimiento del primer instituto de música en Japón, a estas melodías nativas se fueron anexando tonos occidentales, así como cadencias de marchas marciales. Por ejemplo, Akatombo (赤とんぼ, “Libélulas rojas”) 10, un tema clásico de las canciones folklóricas de Japón, cuenta con un estilo europeo en su melodía. Por otra parte, el gobierno japonés inició investigaciones sobre cómo el gobierno estadounidense utilizaba la música en la educación primaria. Al reconocer su importancia para la transmisión de valores nacionales, músicos y compositores se dieron a la tarea de crear un repertorio musical que englobara una serie de sentimientos y valores que el gobierno quería promover entre la ciudadanía. Durante los periodos de conflicto internacional Meiji, Taishô y Shôwa, era común que las letras de estas composiciones estuvieran repletas de sentimientos nacionalistas o del orgullo que representaba morir por la patria (Ohnuki-Thierney, 2002:130) 11. Con el nuevo siglo, al cambiar las circunstancias de la sociedad japonesa, estas canciones que antes tenían tintes de rebelión o que eran utilizadas para expresar problemas históricos y sociales, empezaron a tomar como temas centrales el amor y la nostalgia, convirtiéndose en lo que después se llamarían baladas o kayôkyoku. Poco a poco, todas estas canciones desempeñarían un papel cada vez más importante para los japoneses, gracias a la influencia de los medios de 22 ATZIRI MARIANA QUINTANA MEXIAC comunicación, así como del perfeccionamiento en la grabación de música y vídeo. Es a partir del periodo Taishô, cuando empieza a ser evidente la mezcla de música occidental y escalas nativas en las canciones modernas de enka. En el periodo Shôwa, los temas más socorridos para este género fueron el amor no correspondido, el amor que fracasa y, fundamentalmente, la nostalgia. Estos temas, así como el modo de interpretación del género enka, serían englobados, junto con otros tipos de canciones, bajo la denominación de kayôkyoku pero, debido a que las fronteras entre enka y otros géneros surgidos en el mismo momento no se encuentran bien definidas, en este ensayo las canciones elegidas se denominarán con el término enka. 12 Las características de las canciones enka son, principalmente, la combinación de instrumentos occidentales con escalas japonesas y las técnicas vocales que tienen como resultado un efecto nostálgico, como si el enka hubiera necesariamente de sonar a viejo. Como ha afirmado Yano, “... la desaparición en el paso del tiempo es parte de su atractivo. Un éxito de 1993 es creado artificialmente para que pueda ser confundido con uno de 1953 fácilmente” (Yano, 2000:3). En ello abunda el empleo, por parte de los cantantes de elementos de la cultura tradicional japonesa, de abanicos y kimonos. Igual que estas melodías son compuestas para dar la impresión de que son tonadas viejas, sus intérpretes crean toda una parafernalia tradicional japonesa exagerada que sirve para que el público no solo sienta que el tiempo se detuvo, sino que el enka refleja los sentimientos nativos de Japón. ENKA-KAYÔKYOKU 23 En particular, los rasgos de las canciones elegidas para su análisis en este ensayo, además de los mencionados anteriormente, son la representación de historias de amor no correspondido, fracasado o nostálgico, así como la aparición de escenas de ciudades con la imagen de modernidad y otras relacionadas con estas. 2. Enka-Kayôkyoku 演 歌 ・ 歌 謡 曲 como instrumento de unidad social Todo lo anterior ha sido considerablemente discutido en la literatura previa. Sin embargo, además de la influencia europea y de ser un género creado (y no natural de Japón, como se pretende hacer creer), enka no se ha analizado desde otro punto de vista. Estas canciones no solo valieron para crear un género musical pseudojaponés, sino como un estandarte de ciertos sentimientos que sí eran naturales del Japón, al ser las reacciones a lo vivido durante el fin de la guerra y posteriormente al mismo. Autores como Wajima (2010) y Yano (2000) afirman que enka es un estilo musical creado para hacer sentir a los japoneses que es algo viejo y original de Japón por medio de sus melodías y canto, supuestamente en la escala musical japonesa. Pese a eso, consideramos que la discusión, más que centrarse en la originalidad de la música, debería estar en el análisis de los mensajes que transmiten estas canciones: el de buscar simpatía entre los japoneses, ya que muchos de sus 24 ATZIRI MARIANA QUINTANA MEXIAC grupos y comunidades quedaron destruidos como consecuencia de la guerra y la migración. A continuación, se tratará de observar el modo en que estas canciones y sus mensajes se convirtieron en una válvula de escape para los japoneses y en una expresión, por tanto, de japonesidad. Es decir, que los japoneses eran capaces de verse como un grupo, a pesar de la desaparición de ciertos símbolos nacionales, gracias a que los sentimientos expresados en este género musical eran compartidos por la mayoría de la población. Como se mencionó anteriormente, la posguerra conllevó la devaluación de muchos símbolos, y fue causa de graves preocupaciones económicas, así como de la emigración de grandes masas de población rural a las metrópolis. La difusión de estas canciones constituyó un bálsamo para las vidas de los atribulados ciudadanos japoneses. Dentro del género enka se compusieron un gran número de canciones que mencionaban las grandes ciudades de Japón, pero otras muchas, en cambio, hablaban de la nostalgia por los lugares de origen de quienes habían emigrado a aquellas desde aldeas o ciudades de reducida población. Las ciudades que se representan en estas canciones no son las ciudades en las que vivían los japoneses de las décadas de los cincuenta o sesenta, ciudades en ruinas o en proceso de recuperación, sino que, por el contrario, son lugares de ensueño, que ofrecen todas las bondades y diversiones de las metrópolis modernas. Como el género exige, estas virtudes se mezclan con la tristeza y las preocupaciones por un amor no correspondido o por el fin de una relación, o con la nostalgia. ENKA-KAYÔKYOKU 25 Algunas de estas canciones no fueron escritas en la posguerra para reflejar la situación de ese periodo, sino que eran composiciones recicladas que encajaban en las condiciones actuales. Esto las volvió a convertir en un éxito inmediato entre el público japonés. Uno de los casos más célebres es el de la canción Tokyo Rhapsody (東京ラプソデ ィ , “Rapsodia de Tokio”), compuesta en el año 1936 e interpretada por Fujiyama Ichiro (藤山一郎). En esta oda a la capital de Japón se expresan claramente las actividades que se podían llevar a cabo en diferentes partes de Tokio y se nos muestra la parte moderna de esta metrópoli, como el jazz13 o las cafeterías de moda, reflejando un sentimiento general de admiración por esta ciudad y lo que ofrecía a sus habitantes. A pesar de haber sido estrenada antes de la guerra, esta canción fue nuevamente popularizada por Misora Hibari (美空ひば り) en la década de 1950 y su éxito se repitió, debido a que seguía reflejando sentimientos existentes en la sociedad japonesa. Tokyo Rhapsody (東京ラプソディ, “Rapsodia de Tokio”) 東 京 ラ プ ソ デ ィ ( Tokyo Rapusodi) 【作詞】門田ゆたか【作曲】 古賀政男 (...) 神田は想い出の街 いまもこの胸にこの胸に ニコライの鐘も鳴る 楽し都恋の都 夢の楽園よ花の東京 “Rapsodia de Tokio” (Letra: Katota Yutaka. Música: Koga Masao). (...) Kanda es el barrio de los recuerdos, aún resuenan en este pecho, en este pecho, las campanas de Nikorai 14. 26 ATZIRI MARIANA QUINTANA MEXIAC 明けても暮れてもうたう ジャズの浅草行けば 恋の踊り子の踊り子の 黒子さえ忘られぬ (...) La capital divertida, la capital del amor, el paraíso de los sueños, Tokio en flor. Si vas a la Asakusa jazzista, amanezca o anochezca, canta. Ni siquiera puedo olvidar el lunar de la bailarina, de la bailarina de mi amor (…) Los japoneses, especialmente los tokiotas que escuchaban esta canción, podían vislumbrar el sinfín de oportunidades que se ofrecían para todos en la capital del país y, al mismo tiempo, los lugares llenos de historia. De esta manera, se hacía una mezcla perfecta entre la nostalgia del pasado y la ilusión hacia el futuro, sentimientos que, sin lugar a dudas, compartía la mayoría de la sociedad japonesa del momento. Kanda era un lugar de intelectuales donde se desarrollaban las nuevas tendencias del pensamiento, los estudios y la formación de la nueva generación estudiantil. Pero también era una zona llena de historia, como refleja la mención al primer templo cristiano ortodoxo en Tokio (Nikorai). Asakusa era la zona moderna, donde el comercio volvía a tomar fuerza y en la que se mezclaban las tradiciones de los comerciantes de la preguerra y la posguerra. Al mismo tiempo, está la idea de la Asakusa tradicional, que tanto para los japoneses de 1936 como para los de 1946 era un punto lleno de atractivos. Mita ha afirmado que “Rapsodia de Tokio, la cual se puso de moda en 1936, fue el último brillo de estas odas a la ENKA-KAYÔKYOKU 27 ciudad…” (Mita, 1993:46); sin embargo, un estudio en profundidad de la cuestión parece demostrar lo contrario, “… conforme Japón inicia su tremendo crecimiento económico en la posguerra, la clase media creció al mismo paso. Como resultado, muchas más canciones buscaron ganarse el gusto de la clase urbana, oficinistas…” (Fujie, 1989:207). Por lo tanto, como seguiremos demostrando, más que una desaparición, se puede hablar de una evolución o cambio en la presentación de las odas a la ciudad. En estas canciones de posguerra no solo se pondrían de manifiesto las características modernas de las ciudades, sino que también se abordarían con mayor claridad los sentimientos de nostalgia y de amor no correspondido. Ya en 1947 otro tema de Fujiyama Ichirô cosechó un enorme éxito radiofónico. En la canción titulada Yume awaki Tokio (夢淡き東京, “Sueños ligeros de Tokio”), podemos encontrar una clara influencia de las marchas marciales que tanta popularidad tuvieron a partir del periodo Meiji. Además, de nuevo, en esta canción aparecen lugares típicos y característicamente modernos, como el Hospital de San Lucas (聖路可, Seiroka 15). 夢淡き東京 (Yume awaki Tokyo) 【作詞】サトウ ハチ ロー 【作曲】古関 裕而 “Sueños ligeros de Tokio” Letra: Satô Hachirô Música: Yuji Extracto Koseki. 28 ATZIRI MARIANA QUINTANA MEXIAC 柳青める日つばめが El día en que reverdecen los sauces, el día en que vuelan l 座に飛ぶ日 golondrinas por Ginza, 誰を待つ心 可愛い ¿A quién espera este corazón detrás de un bonito ventanal? ラス窓 かすむは 春の青空 ¿Lo que se nubla es el cielo azul de la primavera? あの屋根は かがやく 聖路可か ¿Ese techo que brilla es Seiroka? はるかに 朝の虹も A lo lejos aparece también un arco iris matutino. た 誰を待つ心 淡き夢 ¿A quién espera este corazón? Tokio, ciudad de los sueños ligeros. 町 東京 ¿Eres tú de Asakusa? Aquella chica de Kanda. 君は浅草か あの娘 ¿El viento lleva el 神田の育ち 風に通わすか 願う mismo sueño que desean? Se asoma vagamente en el 同じ夢 ほのかに胸に 浮か pecho aquella figura. El rostro teñido del sol del atardecer のはあの姿 mirando las nubes escarlata, 夕日に 染めた顔 茜の雲を 見つめてた ¿Lo lleva el viento? Tokio, la ciudad 風に通わすか 淡き de los sueños ligeros. (...) の街 東京 Al igual que en la canción anterior, Fujiyama Ichirô nos presenta una oda a Tokio en la cual llama la atención sobre algunos parajes que aparecen ya en “Rapsodia de Tokio”, de 1936. Sin duda, estos puntos son los más famosos de la ciudad ENKA-KAYÔKYOKU 29 y, por tanto, aún los oyentes de las provincias podían imaginarlos con claridad y reflejar su admiración y nostalgia hacia Tokio por medio de lugares como el hospital Seiroka, y otros ejemplos del esplendor de Tokio y su naturaleza cosmopolita, todos llenos de significados para la gente de ese tiempo. Por consiguiente, el efecto de estas composiciones no se limitaba a aquellos que migraban a Tokio, sino a gran parte de la población japonesa. Esto hacía posible que el sentimiento de unidad creado por estas canciones fuera compartido por todos aquellos con acceso a la música. El hecho de que los ciudadanos se sintieran identificados con las situaciones expresadas en las canciones, hacía que estas se convirtieran en un éxito inmediato y les sirvieran de apoyo en su vida diaria. Por las letras es fácil suponer que estas canciones iban dirigidas a los jóvenes, pues eran ellos los que abandonaban sus pueblos de origen para emigrar a las grandes ciudades. Con estas canciones, la juventud japonesa encontraba sentimientos comunes y sentía de nuevo una cierta unidad, así como la conciencia de que se estaba creando una nueva imagen de Japón. Es decir, los sentimientos expresados en estas composiciones eran también sus propios sentimientos; por esta razón, muchas de estas canciones se han denominado Nihon no kokoro (日本の心), el corazón de Japón. Se ha afirmado que el concepto de Nihon no kokoro no es más que chovinismo, cuando se utiliza para referirse al género enka y explicar que es un género hecho en Japón para los japoneses, por lo cual otros pueblos no lo pueden comprender por completo. Sin embargo, es importante recalcar que las letras expresan lo que muchos japoneses sintieron en los años posteriores a la guerra. Muchos de los sentimientos que se 30 ATZIRI MARIANA QUINTANA MEXIAC encuentran en sus expresiones artísticas y sociales son ajenos a quien no vivió esa época. Enka es, de alguna manera Nihon no kokoro, no porque los temas de las letras sean exclusivos de Japón, o porque sus melodías utilicen la escala musical japonesa (todo eso puede ser, como afirma Wajima (2010:34), una creación comercial), sino porque esos sentimientos reflejaban ciertamente lo sentido por los japoneses durante el periodo histórico que nos incumbe. Otro grupo de canciones no se ocupaban de hablar de los lugares famosos de la ciudad, sino que reflejaban más claramente la tristeza de quienes habían llegado a las metrópolis, dejando sus antiguas vidas y sus familias. Pero, al mismo tiempo, estas composiciones expresaban los nuevos sueños de esta generación. Así ocurre en Aa Ueno eki, de 1964. ああ上野駅 (Aa Ueno eki) 作詞 関口義明・作曲 井英一 “¡Ah!, la estación de Ueno” 荒 Letra: Sekiguchi Yoshiaki. Música: Arai Eiichi. Extracto どこかに故郷の 香りを のせて 入る列車の な つかしさ 上野は俺らの 心の駅だ くじけちゃな らない 人生が あの日 ここから 始まった Trayendo algo del aroma de mi pueblo natal, qué nostalgia carga el tren que llega. Ueno es la estación de nuestro corazón. Aquí, ese día, mi vida inició. “Papá, como yo me voy, el trabajo de mamá en los cultivos 『父ちゃん 僕がいなく será difícil. En las próximas なったんで 母ちゃんの vacaciones regresaré sin falta. 畑仕事も大変だろうなあ、 ENKA-KAYÔKYOKU 今度の休みには必ずかえ るから、そのときは父ちゃ んの肩も母ちゃんの肩も、 もういやだって いうま でたたいてやるぞ、それま で元気で待っていてくれ よな』 31 En ese momento masajearé tu espalda y la de mamá hasta que digan basta. Hasta entonces, cuídense mucho”. Un buen número de las personas que migraban a Tokio eran originarias de la región de Tohoku, al norte de la isla de Honshu. Por esta razón, la estación a la que siempre llegaban sus trenes era Ueno. Evidentemente, la estación es utilizada como un referente al inicio de una nueva vida en la ciudad. De igual manera, es normal que fuera el símbolo del camino desde casa a Tokio, lleno de recuerdos y “aromas” de los pueblos, como lo afirma el protagonista de esta canción. Además de Tokio y sus suburbios, otras ciudades también aparecen constantemente en este tipo de canciones. Un ejemplo es el de la ciudad de Osaka. Ôsaka Rhapsody (大阪ラ プソディー, “Rapsodia de Osaka”), compuesta en 1976, refleja la modernidad de esta ciudad, de la que se mencionan sus cines, sus luces de neón y sus lugares más representativos. Además, igual que en la mayoría de estas composiciones, a pesar de la tristeza que puedan reflejar (debido al amor fallido...), se han empleado en esta balada melodías y arreglos animados. El amor que fracasa y los recuerdos que aparecen en estas canciones dejan suponer al oyente que sus protagonistas ya se habían establecido totalmente en estas ciudades, tal como fue la práctica mayoritaria de la sociedad japonesa de posguerra. 32 ATZIRI MARIANA QUINTANA MEXIAC Ôsaka Rhapsody ( 大 阪 ラ プ ソ デ ィ ー , “Rapsodia de Osaka”) 大阪ラプソディー 作詞:山上路夫 作曲:猪俣公章 あの人もこの人も そぞろ歩く宵の街 どこへ行く二人づれ 御堂筋は恋の道 映画を見ましょうか それともこのまま 道頓堀まで 歩きましょうか 七色のネオンさえ 甘い夢を唄ってる 宵闇の大阪は づれ恋の街 “Rapsodia de Osaka” Letra: Yamagami Michio Música: Inomata Kôshô Aquella persona, y esta también, deambulan por la ciudad en la noche joven. ¿Adónde irá esa pareja? Midôsuji es la calle del amor. ¿Vemos una película? ¿O caminamos directo hacia Dôtombori? Hasta las luces de neón de siete colores cantan un dulce 二人 sueño. Osaka en la oscuridad de la noche es la ciudad del amor de una pareja. Osaka, por su parte, siempre ha tenido una imagen de modernidad como centro importante de producción. Por esta razón, es relativamente normal que se mencionen atractivos como las luces de neón o los cines. En esta canción, de la década de los setenta, es ya evidente cómo van transformándose los sentimientos de los japoneses, de las ENKA-KAYÔKYOKU 33 canciones nostálgicas de los cuarenta y los cincuenta, a una imagen más moderna de sí mismos. Por otra parte, dentro del estilo enka-kayôkyoku de ciudades, es posible encontrar un ejemplo muy especial. Se trata de las canciones dedicadas a la ciudad de Nagasaki. Quizá porque fue una ciudad que sufrió daños gravísimos durante la guerra y porque su recuperación fue especialmente difícil, en las composiciones acerca de esta ciudad, en muy contadas ocasiones, se habla de la modernidad urbana, seguramente debido al tiempo y dificultad que conllevó su reconstrucción. Por el contrario, abundan las referencias a los tiempos pasados, que sin duda eran vistos como lo mejor de la ciudad. Algo que podía subir el ánimo de su población y de Japón en general. Misora Hibari, la “Reina de la era Shôwa”, nos muestra un ejemplo de enka de Nagasaki en Nagasaki no chôchô san (長 崎の蝶々さん, “La mariposa de Nagasaki”), de 1957. La mezcla de elementos japoneses y occidentales es especialmente evidente porque aparece la melodía del aria Un bel di, de la ópera orientalista Madame Butterfly de Giacomo Puccini, y la melodía tradicional japonesa Sakura, sakura (さ くらさくら, “Cerezo cerezo”) 16. En esta canción, se ilustra el momento en que Nagasaki era el único puerto abierto a la navegación y se habla de lo que podía ser visto allí (barcos, muñecas importadas...), así como de la religión católica. A pesar de no hablar de la situación de posguerra, igual que en las canciones de Tokio y Osaka, sí se refleja lo bueno que existe en la ciudad y cómo esta puede volver a ser un lugar de amor y de sueños. Esta composición, igual que la “Rapsodia de Tokio”, es una readaptación de la canción del mismo título 34 ATZIRI MARIANA QUINTANA MEXIAC (aunque la escritura en caracteres difiere levemente 17 ), Nagasaki no ochô san (長崎のお蝶さん, “La mariposa de Nagasaki”), del año 1939. Sin embargo, la letra sufrió ciertas modificaciones que dan la impresión de una mayor modernidad 18. Nagasaki no ochô san (長崎のお蝶さん, “La mariposa de Nagasaki”) 長崎の蝶々さん 作詞:米山正夫 作曲:米山正夫 肥前長崎 港町 異人屋敷の たそがれ は なぜかさびしい 振袖人形 恋の絵日傘 く るくると 蝶々さん 蝶々 さん 桜の花が 咲く 頃に お船が帰って 来るという 崎 花のロマンス 長崎 長崎 長 港町 “Mariposa de Nagasaki” Letra y música: Yoneyama Masao El puerto de Nagasaki en Hizen. Al atardecer en la casa de los forasteros no sé por qué la muñeca vestida con furisode 19 me hace sentir triste. Chôchô-san, Chôchô-san da vueltas a su sombrilla decorada. Se dice que en la temporada de los cerezos regresará el barco. Romance de flores. Nagasaki, Nagasaki, Nagasaki, ciudad portuaria. ENKA-KAYÔKYOKU 35 Otra de las composiciones que retoman momentos pasados de Nagasaki en la posguerra es Nagasaki no ame (長崎の雨, “La lluvia de Nagasaki”), de 1954, interpretada por Fujiyama Ichirô. En el interior de una historia de amor, la canción recuerda elementos conocidos de esta ciudad, afectada por una de las bombas atómicas. Nagasaki no ame (長崎の雨, “La lluvia de Nagasaki”) 長崎の雨 作詞:丘灯至夫 作曲: 古関裕而 今宵港に聞く雨は 沖の鴎の忍び泣き ジャガタラ文なら片便り 恋の長崎 夜もすがら あゝ 夜もすがら 雨が 降る “La lluvia de Nagasaki” Letra: Oka Toshio. Música: Koseki Yûji La lluvia que se oye esta noche en el puerto es el llanto silencioso de una gaviota en mar abierto. Si procede de Yakarta, es una carta sin respuesta. Nagasaki del amor, toda la noche, 人の儚さ 世の辛さ ¡ah!, durante toda la noche cae 遠くのマリアの鐘もなる 浦上さまなら ロサリオ la lluvia. Lo efímero de las personas, lo の duro del mundo, 涙長崎 夜もすがら あゝ 夜もすがら 雨が a lo lejos suenan las campanas de María 20. 降る Si es un rosario de Urakami, Nagasaki de lágrimas, toda la noche, ¡ah!, durante toda la noche cae la lluvia. 36 ATZIRI MARIANA QUINTANA MEXIAC En esta canción, además de hablarse de una historia de amor, aparecen tres elementos importantes y de gran significación para los habitantes de Nagasaki que vivieron la tragedia de la bomba atómica. El primero es la catedral de Urakami. En el momento del bombardeo, en esta iglesia se llevaba a cabo una misa. La catedral fue destruida casi por completo y resultó afectada una imagen de la Virgen María, que quedó sin cabeza. En segundo lugar, el rosario: otra imagen dramática relacionada con el bombardeo, pues muchos rosarios de los creyentes fueron encontrados fundidos entre sí enmedio de los cadáveres 21. Por último, la lluvia, siempre relacionada con la lluvia negra posterior al lanzamiento de la bomba y que también es mencionada en obras como la novela Lluvia negra (黒い雨, Kuroi ame, 1966), de Ibuse Masuji (井伏鱒二), ambientada en Hiroshima, otro lugar afectado por las bombas atómicas. Sin duda imágenes que reflejaban el dolor del pueblo de Nagasaki y, por tanto, daban forma a sus sentimientos y les hacían sentir parte de un grupo más grande que comprendía lo sucedido. Por último, y más recientemente, estas canciones dan paso a una Nagasaki sin pasado y sin modernidad, con sus lugares típicos, como un lugar recuperado después de la guerra, donde las historias de amor pueden ya volver a surgir, como ocurre en Nagasaki no yoru wa murasaki (長崎の夜はむらさき, “Las noches de Nagasaki son moradas”), de 1970. Nagasaki no yoru wa murasaki (長崎の夜はむらさ き, “Las noches de Nagasaki son moradas”) ENKA-KAYÔKYOKU 37 “Las noches de Nagasaki son 長崎の夜はむらさき 作詞 古木花江 作曲 新 moradas” Letra: Furuki Hanae. Música: 井利昌 Arai Toshiaki 雨にしめった 賛美歌の Empapadas por la lluvia, corren うたが流れる 浦上川よ las canciones de los salmos en el 忘れたいのに 忘れたい río Urakami. の に お も い だ さ せ る Aunque lo quiero olvidar, aunque lo quiero olvidar, todo ことばかり ああ 長崎 長崎の 夜 me lo recuerda. Ah, Nagasaki, las noches de はむらさき Nagasaki son moradas. 誰かあなたを 見たとゆ El rumor de que alguien te ha う 噂話が 泣かせる波 visto, el embarcadero que me hace llorar. 止場 おもいこがれて おもい Quemado por los recuerdos, こがれて 待てばやせま quemado por los recuerdos, adelgazo en la espera y en la す ひがみます ああ 長崎 長崎の 夜 envidia. Ah, Nagasaki, las noches de はなみだ Nagasaki son moradas. 霧 に う る ん だ 眼 鏡 橋 El Puente de los Anteojos que se そっとのぞけば あなた nubla, a través del cual veo tu figura. が見える そんな気がして そんな Esa impresión me da, esa 気がして ひとり渡れば impresión me da. Lo cruzo sola y me duele el pecho. 胸いたむ ああ 長崎 長崎の 夜 Ah, Nagasaki, las noches de Nagasaki son moradas. はむらさき 38 ATZIRI MARIANA QUINTANA MEXIAC Se podría pensar que sucedió lo mismo con otras ciudades fuertemente afectadas por la guerra, como el caso de Hiroshima. Sin embargo, no se encuentra ninguna canción que corresponda al estilo odas a la ciudad, ni siquiera después de los bombardeos. La razón de la ausencia de Hiroshima en este género es un punto que queda para su posterior investigación. Quizá esté relacionado con que no cuenta con una historia tan particular como la de Nagasaki, con su pasado como el único puerto abierto a la navegación, lo que la convirtió en un lugar lleno de historias y productos exóticos provenientes del mundo entero. Como se ha mantenido a lo largo de este ensayo, todas estas composiciones presentan una cara amable de las ciudades o resaltan sus características modernas. De esta manera, sin duda, se enviaban una serie de mensajes positivos a la sociedad japonesa que en ese momento se enfrentaba a diversas dificultades. A pesar de que la economía fue mejorando a partir de las décadas de 1960 y 1970, estas canciones continuaron siendo populares y su producción no se detuvo por completo. Esto responde a que en ellas se expresaban sentimientos puramente japoneses, es decir, que un gran número de la población compartía una identificación indeleble a través de estas canciones. Por esa razón, se convirtieron rápidamente en una parte del corazón de Japón, y por ello, en la actualidad, son clasificadas dentro de la música tradicional japonesa. Sin embargo, después del año 1976 es difícil encontrar canciones en las que se retraten las ciudades de Japón de esta manera, así como sentimientos de nostalgia o admiración que den unidad a la sociedad. A partir de entonces se dio paso a ENKA-KAYÔKYOKU 39 canciones más individualistas, con una historia de amor específica. Esto fue debido a que la economía empezó a crecer establemente, haciendo que la unidad del pueblo japonés se concentrara en la búsqueda de esa meta económica, más que en la nostalgia o la migración. Los recuerdos de la guerra también se iban borrando y surgieron nuevos símbolos para Japón. 3. Conclusión Los sentimientos que aparecen en las obras de la cultura popular suelen ser demasiado estereotipados o afectados (Mita, 1992: 5). Sin embargo, si estos encuentran respuesta y apoyo por parte de la sociedad a la que están dirigidos puede decirse que, en el fondo, estas creaciones representan los sentimientos de la mayoría. En los momentos en que las canciones japonesas a las que nos hemos referido fueron estrenadas, sin duda, sirvieron para dar un sentimiento de unidad y solidaridad en una sociedad nipona que había sufrido una crisis en el aprecio de sus símbolos nacionales pretéritos. En este caso, en los años posteriores al final de la guerra, la sociedad japonesa se enfrentaba a diversos problemas y dificultades y a un vacío que pocas o ninguna otra sociedad vivió en ese momento. En la actualidad, el género enka y las tradicionales kayôkyoku, “son principalmente populares entre adultos y ancianos, algunos de los cuales han sido fanáticos desde su juventud, mientras que otros han desarrollado su gusto 40 ATZIRI MARIANA QUINTANA MEXIAC por estos géneros al hacerse mayores. Muchos de estos últimos dicen disfrutar del enka como parte de un cambio general de sus sentimientos hacia algo japonés” (Yano, 2000:6). Ello significa que los sentimientos expresados en estas canciones se entienden como japoneses por excelencia. Asimismo, los seguidores del enka, que han vivido los diversos cambios de Japón durante la segunda mitad del siglo XX, encuentran en estas canciones un reflejo de la nostalgia sentida por los tiempos pasados (Yano, 2000:15). Recientemente, las imágenes de ciudades y la modernidad tal como aparecen en las canciones presentadas en este ensayo, se han ido desvaneciendo. A partir de la década de los ochenta es difícil encontrarnos con una canción que responda al patrón anterior y, si aparece, consiste en una versión de un éxito del pasado. “Enka se ha convertido en una parte del imaginario colectivo de Japón, así como de su memoria histórica. Enka es una historia que los japoneses cuentan acerca de ellos mismos” (Yano, 2000). Con el reciente terremoto y tsunami que ha afectado al norte de Honshu, es de esperar que se reciclen o se hagan nuevas composiciones que enaltezcan las bellezas, tradiciones y otras características de la región de Tôhoku. Especialmente porque, como ya recalcaba Yano (2000:18), esta región constituye una de las que mejor representa la idea de furusato (故郷, lugar natal) en Japón. Y cuenta con un buen número de canciones que tienen como escenario estas ciudades norteñas 22. ENKA-KAYÔKYOKU 41 La importancia del estudio y conservación de estas composiciones se encuentra no solo en la recopilación de un arte popular, nativo y exclusivo de la sociedad japonesa del siglo XX. Su verdadera relevancia reside en el hecho de que en ellas se guardan elementos que, en gran parte, quedan fuera de los estudios históricos. Gracias a este género musical se pueden conocer más profundamente los sentimientos que movieron al pueblo japonés de posguerra, pinceladas de sus vidas diarias que de otra forma quedarían en el olvido. Como muchos compositores del género lo afirman, enka y kayôkyoku representan sentimientos puramente japoneses. Pero no en el sentido de que no tengan influencia extranjera en la música y otros aspectos, sino en que los sentimientos que en ellas se reflejan son exactamente los que los japoneses de las décadas de 1950 a 1970 experimentaron. Pues solo ellos vivieron la guerra y respondieron a la reconstrucción de su país de esa manera. Sin embargo, estas canciones representan una ventana al sentir de la sociedad japonesa de posguerra, no solo para el propio pueblo japonés, sino para el mundo entero. 1 Para efectos del presente artículo, los nombres japoneses se escribirán en el siguiente orden: apellido, seguido del nombre. 2 En su ensayo, Mita estudia los sentimientos y actitudes presentes en la sociedad japonesa de la posguerra. Su trabajo se basa principalmente en el análisis de canciones populares, best-sellers y opiniones que los japoneses expresaban en programas de radio así como en cartas dirigidas a revistas. 42 ATZIRI MARIANA QUINTANA MEXIAC 3 Como en el caso de la dulcería Glico (グリコ), que regalaba un cuaderno con las letras de estas canciones (Ohnuki-Thierney, 2002: 140). 4 No se utilizaban las letras en el idioma original ni sus traducciones directas al japonés ya que, durante el periodo de introducción de estas melodías en Japón, se usaban con un fin educativo y no debían contradecir la moral de entonces (Nakano, 1983: 245). 5 Actualmente, por ejemplo, las universidades nacionales no izan la bandera nacional en sus instalaciones. 6 El concepto de enka era mucho más laxo entre los años cincuenta y setenta; no es hasta los años ochenta cuando las compañías discográficas definen estrictamente el género para que este encajara en una clasificación comercial. 7 La selección de las canciones, sus respectivas traducciones al castellano, así como otras traducciones del japonés al español y del inglés al español son obra de la autora. 8 Enka se traduce comúnmente como balada japonesa. Los kanji que componen su nombre representan el significado, respectivamente, de interpretación y canción. 9 Posteriormente a esa fecha, se dejan de ver canciones de este tipo, quizá porque ya dos generaciones se habían establecido y desarrollado en las ciudades; por lo tanto, quedó la nostalgia de migrar en la memoria de sus padres y abuelos. De igual forma, un nuevo sentimiento común era de mayor importancia: el crecimiento económico. 10 Esta melodía fue compuesta por Yamada Kôsaku, quien fue enviado a Alemania durante el periodo Meiji a estudiar música. Pionero en la introducción de escalas occidentales en la música japonesa y de otros estilos, como la sinfonía y la ópera (Ohnuki-Thierney, 2002:130). 11 Ya que este no es el tema central del presente artículo, solo se menciona este ejemplo. Una recopilación de títulos acerca de este ENKA-KAYÔKYOKU 43 tipo de canciones se puede encontrar en la obra de Ohnuki-Thierney (2002: 130-142). 12 Es común que los mismos intérpretes mezclen estas canciones en sus repertorios. A mediados de la década de los 30 así lo hicieron, por ejemplo, Kitajima Saburô (北島三郎) o Miyako Harumi (都は るみ); y en la década de los 40, Maedera Kiyoko (前寺清子), Mori Shinichi (森進一)o Itsuki Hiroshi (五木ひろし), entre otros. Las baladas populares con melodías occidentales se dividieron en dos tipos. En ese tiempo, entre las llamadas canciones populares o baladas había quienes usaban la escala pentatónica o el kobushi (小 節, falsete): estas fueron nombradas enka. Sin embargo, entre enka y kayôkyoku no existe una división clara, y son las compañías de discos o los propios intérpretes quienes deciden optar por la denominación enka (http://www.m-raiz.net/enka2.html, recuperado el día 9 de marzo de 2011): “…the companies themselves have no clearcut policy as to how they classify different types of kayôkyoku. Rather, songs are placed into categories of kayôkyoku according to who sings them…” (Fujie, 1989:199). 13 El jazz fue, durante la primera parte del siglo XX y hasta entrada la década de los 80, un bien escaso y exclusivo de gente con recursos para importarlo directamente del extranjero, ya que no contaba con buena reputación por parte del gobierno y la sociedad en general. De ahí, la existencia de un fenómeno exclusivo de Japón: las “jazzu kissa” (ジャズ喫茶, cafeterías de jazz), donde más que para tomar algo, los clientes se reunían para escuchar los nuevos éxitos de este género musical, ya que a la mayoría de los fanáticos les era imposible adquirirlos por cuenta propia. 14 Iglesia cristiana ortodoxa rusa, construida por Nikolai Kasatkin. De ahí que se le denomine coloquialmente como Nikorai. . 15 聖路加, Seiroka, en su escritura original. En esta canción cambia un poco el nombre pero la pronunciación es igual, Seiroka, y se refiere a un hospital de beneficencia estadounidense, reflejo del siglo XX y de la influencia exterior. 44 ATZIRI MARIANA QUINTANA MEXIAC 16 Esta melodía, compuesta en el periodo Edo, y popularizada mundialmente a partir de la era Meiji, suele ser considerada un himno popular del Japón. 17 Versión de 1939: 長崎のお蝶さん: Nagasaki no ochô san. Versión de 1957: 長崎の蝶々さん: Nagasaki no chôchô san 18 En la versión de 1939 aparecen aún muchos sustantivos provenientes de la era Meiji, que eran utilizados para referirse a productos provenientes de Europa o Estados Unidos. Para la sociedad de posguerra estos términos podrían ser difíciles de comprender o, posiblemente, trasladaran al público a un pasado demasiado lejano de la ciudad. Entre los términos antiguos se encuentran los siguientes: 伴天連 (bateren, “padre”, en el sentido de sacerdote católico o メリケン meriken, “ estadounidense”). 19 Kimono de mangas largas. 20 En este caso, probablemente, se refiera a las campanas de la catedral de Urakami, fuera de la cual hay una escultura de la Virgen María y ha sido un sello inconfundible de esta catedral desde 1929. 21 Los restos de los rosarios se pueden encontrar en el Museo de la Bomba Atómica, en Nagasaki (長崎原爆資料館 Nagasaki genbaku shiryo kan). 22 Desde los años inmediatos al fin de la Guerra, aparecieron canciones que hablaban de historias de amor fracasado en los paisajes fríos del Norte o el estrecho de Tsugaru, así como de otras características propias de las prefecturas del norte de Japón, como las famosas manzanas de Aomori. Esto obedece a que, debido a las condiciones climáticas del norte, muchos habitantes de estas áreas migraban temporalmente a Tokio antes de la guerra y migraron permanentemente a la metrópolis en la posguerra. ENKA-KAYÔKYOKU 45 Bibliografía Fuentes en lenguas occidentales: Befu, Harumi (2000), Hegemony of Homogeneity, Melbourne: Trans Pacific Press. Fujie, Linda (1989), “Popular Music”, en Handbook of Japanese Popular Culture, ed. R. Powers and H. Kate, Nueva York: Greenwood Press. Kelly, William (1986), “Rationalization and Nostalgia: cultural dynamics of New Middle-Class Japan”, en American Ethnologist, Vol. 13, Nº. 4, pp. 603-618. Nakano, Ichiro (1983), 101 Favorite Songs taught in Japanese Schools, Tokio: The Japan Times. Mita, Munesuke (1996), Psicología Social del Japón Moderno, México: El Colegio de México. Mita, Munesuke (1992), Social Psychology of Modern Japan, Nueva York: Kegan Paul International. Ohnuki-Tierney, Emiko (2002), Kamikaze. 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DOI 10.3994/RIEAO 2010.03.049 Revista Iberoamericana de Estudios de Asia Oriental (2010) 3: 49-86 MÍMESIS DE LA PRESENCIA: EL TEATRO COREANO Y LA ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG Rosa Fernández Gómez * Es necesario indudablemente despertar, reconstituir la víspera de este origen del teatro occidental, declinante, decadente, negativo, para reanimar en su oriente ineluctable de la afirmación. la necesidad J. Derrida Resumen: En el contexto cultual de la antigua Grecia, la noción de mímesis se entendía como actividad ritual en virtud de la cual lo representado venía a la presencia. Solo a partir de la tradición filosófica platónica y aristotélica, la mímesis representativa, en tanto que objetivo primero de un conjunto de artes concretas, pasa a entenderse en un sentido dualista como copia o reproducción de una supuesta realidad externa y previa al arte en sí. A partir del * Rosa Fernández Gómez es profesora de Estética Oriental en la Universidad de Málaga. 50 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ Renacimiento, esta concepción de la representación ejerció una profunda influencia no solo en las artes plásticas sino también en las escénicas, dando lugar al ideal estético del ilusionismo y al denominado “teatro psicologista”. Solo con las vanguardias, se iniciará un rechazo frontal de esta noción de mímesis artística reduplicativa de la realidad. En la teoría teatral, Antonin Artaud es uno de los abanderados de la crítica al teatro burgués decimonónico, donde dicho ideal ilusionista se había materializado y, como otros artistas coetáneos suyos, propone inspirarse en formas artísticas asiáticas. En este artículo, tras exponerse los aspectos más filosóficos de la propuesta teatral de Artaud, con la ayuda de Jacques Derrida, se abordará una descripción del teatro tradicional coreano, tratando de evidenciar la pervivencia en él de elementos que reivindicaba Artaud para su "teatro de la crueldad". Finalmente, se presentará brevemente el trabajo de Eun Kang, dramaturga y directora teatral coreana afincada en España. La estética transcultural de esta autora está impregnada de elementos del teatro tradicional coreano, fusionados con un lenguaje heredero de la vanguardia experimental más cercana al ideario del propio Artaud. Abstract: In Ancient Greek culture, the notion of mimesis was understood as a ritual activity which allowed for the coming to presence of what was represented. Only after the philosophical tradition of Platonic and Aristotelian ascendancy, representative mimesis, understood as the primary aim of a specific set of arts, starts being interpreted in a dualistic sense, as a copy or reproduction of an allegedly external and prior reality. From Renaissance onwards, this notion of representation exerted a deep influence not only in visual arts but also in performative arts, giving rise to the so-called “psychological theatre”. With the twentieth century avant-garde movement, this reproductive notion of mimesis is openly contested. ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 51 In theatrical theory, Artaud criticizes nineteen century bourgeois theatre as a crystallization of this dualistic Western notion of illusionistic mimesis and exalts what he calls “Oriental theatre” as an ideal alternative. This article, firstly, explains philosophical aspects of Artaud’s proposal with the help of Jacques Derrida, and then describes aspects of Traditional Korean theatre that exemplify some of Artaud’s vindications. Finally, it introduces the work of Eun Kang, a Korean playwright and theatre director living and working in Spain. This author’s transcultural aesthetics is deeply influenced by elements of Traditional Korean theatre, reshaped with the language of an experimental avant-garde theatre close to Artaud’s claims. Introducción Cada historia cultural se narra a sí misma a través de una serie de preguntas recurrentes, constantes de su vida intelectual y definitorias de una “idiosincrasia filosófica” subyacente. Ese podría ser el caso de la cuestión central de la mímesis y la representación en general en el pensamiento y la estética occidental, cuyo hilo conductor parte de la antigua Grecia y se despliega en un conglomerado de teorizaciones y prácticas sobre el ámbito de lo sensible, impregnando profundamente la cultura occidental no solo en el ámbito del arte y la estética sino en todas sus manifestaciones 1. Aunque, obviamente, en el gran corpus teórico de la estética asiática también es relevante el problema de la representación, tal vez nos sorprenda constatar que, en él, la cuestión esencial no es de orden psicológico y perceptivo, sino metafísico y poético. En estas culturas, la realidad a imitar o representar no se 52 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ asocia con la apariencia externa de las cosas, sino con su ritmo o espíritu interior (chino qi) y el acto creativo se entiende como un armonizarse con el propio fluir vital 2. Esta radical diferencia de enfoque permite explicar el hecho de que los logros del naturalismo plástico o del ilusionismo psicologista se deban no tanto a un perfeccionamiento técnico sino a un ideal perceptivo concreto en consonancia con una determinada concepción de la realidad, construidos ambos históricamente en una tradición cultural dada: la del Occidente greco-latino y anglo-europeo. Sin embargo, los propios avatares de nuestra historia reciente nos muestran a un Occidente que lucha por desembarazarse de las estructuras dicotómicas de su propia racionalidad conceptual y que, desde las artes, busca inspiración en culturas ajenas a su propio devenir histórico. Las culturas asiáticas han sido en este sentido un manantial inagotable de inspiración masiva para los artistas desde principios del siglo XX a nuestros días 3. El Occidente teórico y normativo olvidó demasiado pronto, o tal vez, como señala Derrida, abortó en la víspera de su origen, la naturalidad del mirar enraizado en un sentimiento de pertenencia al mundo. En su lugar, la racionalidad conceptual proyectó un universo paralelo, administrador de realidad a distancia, por cuya ideal atemporalidad, habría de ser perseguido por las artes imitativas. Siendo las artes escénicas las más cercanas al rito, cuyo ritmo esencial marca todo devenir vital, quisiera centrar mi atención en ellas pues, como señalara Derrida, el gran crítico del pensamiento occidental, “el arte teatral debe ser el lugar primordial y privilegiado de esta destrucción de la imitación”4. ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 53 Frente a la noción de mímesis como reproducción de la naturaleza o réplica de la realidad llevada a cabo por las artes, cabría recuperar el más antiguo sentido griego de la mímesis, donde aún las prácticas del culto ritual no estaban totalmente desligadas de las artísticas, como tampoco lo estaba el logos del mito. Para ello, se podría suprimir el prefijo “re” de la palabra “representación”, que connota la idea de duplicación, repetición y réplica reproductiva. Siguiendo estas premisas, tras situar la cuestión en un plano filosófico, tomaré como punto de partida el célebre texto El teatro y su doble, de Artaud, cuya reivindicación del teatro balinés y el teatro oriental por extensión me servirá de guía inicial. En mi aproximación, entenderé la propuesta teatral artaudiana del teatro de la crueldad como una “mímesis de la presencia”, como un modo de traer a la presencia la propia realidad hecha teatro 5. En una segunda parte, a la luz de la reflexión inicial, me referiré a aspectos concretos de la representación en la teoría y la práctica teatral asiática, en especial a la procedente del teatro coreano. Finalmente, me centraré en la estética teatral de Eun Kang, directora teatral y dramaturga coreana afincada en España, cuyo trabajo es heredero del legado artaudiano dentro del contexto actual transcultural. 1. Representación y presencia en Occidente: del ilusionismo a la crueldad Si gozáramos de la riqueza terminológica del idioma alemán para la filosofía, tal vez podríamos matizar mucho mejor nuestro tema. Hans-Georg Gadamer, que sí podía 54 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ disponer de ella, propone en sus escritos una interesante aproximación al arte desde un enfoque antropológico, relacionándolo con el juego, el símbolo y la fiesta. Desde dicha perspectiva, subraya que la representación es en realidad una “presentación”, “una unificación desde la distancia” 6, que impide la comparación con una supuesta realidad exterior al propio acto “presentativo” 7. Gadamer se posiciona del lado de la imitación como auto-presentación o presentación de la esencia de las cosas, que permite al observador efectuar un re-conocimiento más profundo de sí y de su familiaridad con el mundo; sobre dicha base, se atreverá a proponer como “categoría estética universal” el “antiquísimo concepto de mímesis, con el cual se quería decir presentación (Darstellung) de no otra cosa que de orden. Testimonio de orden: eso parece ser válido desde siempre, en cuanto que toda obra de arte también en este mundo nuestro que se va transformando cada vez más en algo serial y uniforme, sigue testimoniando la fuerza del orden espiritual que constituye la realidad de nuestra vida” 8. Entendida en unos términos tan amplios, dicha categoría estética se vuelve hoy transcultural y, por tanto, aplicable al contexto hibridizado de prácticas artísticas contemporáneas. Concretamente, la mención de “una fuerza de orden espiritual que constituye la realidad de nuestra vida” podría ser un modo adecuado de enfocar mi posterior reflexión. Como se verá, la idea de una “fuerza” entendida como “orden”, que preside tanto el arte como la vida, se aproxima, tanto a nociones metafísicas orientales como a lo que Artaud entiende por “crueldad”, en el sentido de “rigor”, “determinación radical” o “necesidad” que se plasma en la temporalidad sucesiva con el advenimiento del presente. ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 55 Sin embargo, quisiera añadir previamente algo que Gadamer en sus escritos no parece tener especial interés en subrayar y que sí harán Artaud y Derrida: la poca vigencia de dicho modelo “presentativo” o “autorrepresentativo” 9 de la mímesis en gran parte del discurso estético y en la inspiración de prácticas artísticas dominantes, desde Platón hasta bien entrado el siglo XX. En efecto, desoyendo en parte a Gadamer, deberíamos remontarnos al menos a los fragmentos de los pitagóricos para detectar ya que el nacimiento de la escena propiamente dicha, con el surgimiento del espectador (theoros), traerá fatales consecuencias en la historia cultural de Occidente 10 . Richard Shusterman, desde el enfoque pragmatista, crítico con la propia teoría, subraya esta identificación occidental de realidad y estaticismo teórico-contemplativo que tanto ha marcado el devenir de las artes: “el ideal del conocimiento como theoria, el modelo del conocimiento como contemplación distanciada de la realidad más que como interacción activa y reconstrucción de la misma, refleja la actitud de un espectador de un drama o de un observador cualificado de una obra de arte plástica finamente acabada. Del mismo modo, la idea de que la realidad consiste últimamente en formas bien definidas y estables que se ordenan racional y armónicamente y cuya contemplación proporciona un placer sublime sugiere una preocupación con las obras de arte refinadas, una fijación celosa de sus formas claras y contornos definidos, sus duraderas e inteligibles armonías, que las elevan por encima del confuso flujo de la experiencia ordinaria y las vuelve más vívidas, permanentes, atractivas –en un sentido más real– que la realidad empírica ordinaria” 11 . Nuestra vieja metáfora epistemológica del 56 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ theatrum mundi ha obedecido las más de las veces a este modelo del conocimiento como reflejo de una supuesta realidad de formas definidas e inmutables12, mientras que las principales nociones metafísicas orientales pivotan alrededor de principios dinámicos que subrayan el carácter de flujo irreductible de la realidad (tao, qi, dharma, śunyatā, etc.), siendo el arte, en tanto que modo de hacer o camino (coreano y japonés “do”, del chino “dao”), el resultado de la íntima comunión con dicho flujo natural y artístico por antonomasia 13. En el caso de las artes escénicas occidentales es, sobre todo, a partir del Renacimiento cuando se sientan las bases de la concepción del teatro en términos psicologistas, entendido como copia ilusionista de una supuesta realidad humana, externa y preexistente. La distancia de la teoría y del logos conceptual neutralizan el poder afirmador de la vida en el espacio escénico. Este hecho se va a reflejar, en términos arquitectónicos, desde el Renacimiento, con la creación de un edificio cerrado, en cuyo espacio la duplicación negadora de la escena estará garantizada a través de la frontera que instaura el arco del proscenio (del latín “pro-scaena”, lit. “delante de la escena”); el proscenio será a partir de entonces esa especie de marco que produce el efecto de estar mirando por una ventana, como también Alberti defendería en su teoría de la pintura, y que, junto con la importancia creciente del decorado naturalista, se traduciría en la famosa ilusión de la “cuarta pared”. Estas innovaciones en términos de espacio físico fueron acompañadas del protagonismo creciente del diálogo y el lenguaje verbal como equivalente del lenguaje teatral, de la figura del dramaturgo como autor y del texto escrito, y de las ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 57 interpretaciones de los actores de corte psicologista. Todo ello habría de ser concebido como la quintaesencia de la “vida resucitada” 14 en una obra que el espectador contempla a modo de voyeur. Como con el resto de las artes plásticas, el cuestionamiento de este ideal mimético del teatro psicologista que dominó desde el siglo XVII al XIX, vendría provocado por sus epígonos decimonónicos con el teatro burgués realista y naturalista. Contra él dirigió sus dardos Alfred Jarry, inspirador de Artaud. Aunque no será el único en inspirarse en teatros orientales –recordemos la influencia decisiva de la ópera china (xiqu) en Bertolt Brecht 15–, la propuesta de Artaud es rescatada en la postmodernidad por la vehemencia y determinación con la que censuró el abuso de la palabra en el teatro occidental y por, a pesar de todo, seguir reivindicando la posibilidad del teatro como forma de arte enraizada en la vida16. Para ello, empezó denunciando el secuestro, por parte del diálogo y el texto escrito, de lo más genuino del lenguaje teatral, que él relacionaba con cierta alquímica y mística fisicidad orgánica del presente teatral. La tradición occidental, psicologista y logocéntrica, añadirá su comentador Derrida, ha pervertido el hecho teatral al hacerlo depender de una instancia externa dominadora: el texto escrito y la tradición literaria en general. Artaud no propone, sin embargo, la supresión del lenguaje verbal sino concederle el papel de un elemento más entre otros, con el mismo valor que tienen las palabras en los sueños17. Coherentemente, hablará de una “reeducación de los órganos” y propondrá un nuevo pensamiento en todos los niveles de la conciencia, 18 densamente penetrado de la fisicidad conjurada en cada puesta en escena. 58 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ La conocida admiración de Artaud por el teatro balinés y oriental viene dada por esta superación de la mímesis, entendida como copia externa y perceptiva de las cosas y su unidad con el arte vivo de la naturaleza: “El teatro oriental (…) no se ocupa del aspecto exterior de las cosas en un único plano, ni se contenta con la confrontación o el impacto de los aspectos de las cosas con los sentidos, y tiene en cuenta el grado de posibilidad mental de donde nacieron esos aspectos; el teatro oriental participa de la intensa poesía de la naturaleza y conserva sus relaciones mágicas con todos los grados objetivos del magnetismo universal” 19. Estos tipos de teatro son, por ello, perfectamente coherentes con su propuesta de la crueldad entendida como rigor, determinación y necesidad que emergen de la propias coordenadas espacio-temporales, siempre únicas, conjuradas en la escena. Es por ello que la auténtica protagonista del teatro de la crueldad es la mise-en-scène, foco de luz generador del espacio-tiempo en el que adviene la presencia, una en su hic et nunc con el hilo de manifestación de la propia vida. Derrida, refiriéndose a la crueldad, nos recuerda que “su necesidad ineluctable actúa como una fuerza permanente. La crueldad está actuando continuamente” 20. La crueldad, en términos orientales, podría entenderse como afirmación de la paradójica fugacidad y eternidad de cada instante que adviene a la presencia desde el magma del vacío (el tao originario taoísta o el śunyatā budista). De hecho, toda la propuesta artaudiana de reeducación de los órganos de percepción, de apelar a todas las dimensiones de la conciencia a partir de la alquimia teatral que, en su lucha, permite reconciliar y fusionar los opuestos, es también tremendamente oriental en sus planteamientos ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 59 metafísicos. En relación con el poder alquímico de los antiguos ritos mistéricos, afirma Artaud que estos podían “resolver e incluso aniquilar todos los conflictos nacidos del antagonismo de la materia y el espíritu, de la idea y la forma, de lo concreto y lo abstracto, y fundir todas las apariencias en una expresión única que debió ser el equivalente del oro espiritualizado” 21. Tanto Artaud como Derrida subrayan, asimismo, una noción de amplias resonancias en las metafísicas orientales: la de “fuerza”, entendida como lucha y conflicto, motor de la crueldad que emana del propio fluir vital; ritmo de los acontecimientos que, en el rigor de su devenir, son unos y los mismos tanto en la vida como en esa porción de vida que es el acontecer teatral. Si, con Derrida, consideramos el problema de la representación como un “mal endémico” de Occidente, no nos resultará difícil encontrar, como le ocurrió al propio Artaud, rasgos del teatro de la crueldad, no solo en el teatro balinés, sino en formas de teatro asiáticas tradicionales 22. De hecho, las manifestaciones artísticas no occidentales, de cualquier índole o género que sean, lo primero que muestra a aquellos educados en la tradición visual postrenacentista es lo siguiente: que el deseo de resucitar la vida a través de un arte que se oculta a sí mismo, no es una aspiración legítima basada en la universalidad de la percepción sensible humana, sino un reflejo histórico concreto del ideal de la actitud teórica antes señalada, típica de la historia intelectual de Occidente. 60 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ 2. Imitar para alcanzar la flor de la transculturación: el devenir del teatro coreano A juicio de Derrida y otros, la tragedia griega, debido al peso excesivo en ella de la palabra y por las peculiaridades de la propia filosofía griega, no estaba tan cercana a las prácticas escénicas que preconizaba Artaud. Tal vez tampoco lo estaban tanto otras tradiciones, dominadas por el desarrollo de la tradición literaria y el texto escrito, como la india y la japonesa. Así parece evidenciarlo Graham Ley en un estudio que relaciona la Poética de Aristóteles, con el Nāṭ yaśastra de Bharata y con los tratados de teatro de Zeami, sosteniendo que en todos ellos domina un enfoque que podríamos denominar teórico 23. Sin embargo, la fuerte codificación y estilización de la interpretación, el contenido mitológico y religioso, el empleo de la música, el canto y la danza o el uso de máscaras son algunos de los rasgos que les confieren a estas tres tradiciones teatrales de la antigüedad rasgos más o menos difusos de “teatro metafísico”, según la expresión de Artaud. Concretamente, en los escritos de Zeami, el gran teórico del teatro nō japonés, la imitación (monomane) no se entiende en el sentido de un parecido realista, sino en el de captación y reproducción de la esencia de las cosas; la representación deviene, así, un vehículo para lograr lo que se denomina la “flor” (hana) 24. La flor surge en el nō cuando hay frescura y novedad, un efecto que está indisolublemente ligado a lo irrepetible, que diría Derrida, de las circunstancias concretas y únicas que se conjuran en cada acontecimiento (también el teatral) por su propia consistencia fugaz. Zeami se pregunta: ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 61 “¿Qué flor quedará sin deshojarse? Precisamente por deshojarse, cuando llega el tiempo de florecer, resultan novedosas” 25 . Relacionándolo con Artaud, es la noción de crueldad (que el mismo autor asocia al acto ritual por antonomasia: el sacrificio y la muerte)26 la que estaría más cercana a este efecto de novedad e interés que busca Zeami y que tiene su correlato filosófico más claro en la noción budista de “impermanencia” y vaciedad (śunyatā). A la exaltación platónica de las formas definidas (eidos) antes mencionada, habría que contraponer aquí todos los principios metafísicos orientales que ponen el énfasis en el dinamismo y la impermanencia de las formas, tanto taoístas como budistas. Ahora bien, si, como quería Artaud, “el Teatro de la Crueldad mostrará preocupaciones de las masas” 27 y llegará a ellas con “un espectáculo dirigido al organismo entero” 28 , podría pensarse que las refinadas formas teatrales de vastas culturas de tradición literaria como las de China y Japón, que culminan en China con la ópera china (xiqu) 29 y en Japón, con el teatro nō, adolecen de una excesiva estilización codificada; algo que además explicaría su orientación prioritaria al deleite de las élites dominantes. Esto no ocurre tanto en el teatro tradicional coreano, basado en la tradición oral, pues, aún participando de muchos de los rasgos de las artes escénicas vecinas de China y Japón, sin embargo, siempre ha sobresalido por su vivacidad y por conservar elementos de folclorismo popular, al que también era afín el propio chamanismo 30. 62 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ ¿Qué elementos podemos encontrar en las formas escénicas tradicionales coreanas para permitirnos hablar de una mímesis de la presencia en lugar de una mímesis logocéntrica? Como también ocurriera en las vecinas China y Japón por efecto de la influencia occidental, la propia historia reciente de las artes escénicas en Corea permite detectar la contraposición que estructura este artículo entre mímesis logocéntrica occidental y mímesis presentativa. La primera llegó a Corea solo recientemente y por vía indirecta, a través de la ocupación de Japón (1910-1945), país que había recibido un profundo influjo occidental en las artes y las humanidades desde finales del siglo XIX. En un segundo momento, desde los años setenta, las prácticas escénicas surcoreanas de tipo más experimental, bajo el influjo de la vanguardia occidental, empiezan a buscar inspiración en su propio teatro tradicional. A continuación detallaré un poco más los elementos del teatro tradicional coreano y su recepción por parte del teatro moderno y contemporáneo. Como señalé más arriba, los grandes principios filosóficos del pensamiento de Asia oriental auspician el entendimiento de la relación del arte y la realidad en términos no-dualistas. Entre los aspectos de práctica religiosa, en los que a menudo se vehiculó este tipo de cosmovisión metafísica más amplia, destaca el culto a los ancestros y la omnipresente creencia oriental en la conexión de la vida y la muerte a través de la pervivencia de los antepasados en forma de espíritus. El teatro artaudiano es en este sentido también una invocación de los espíritus y tiene una importante función exorcizante, estimulando, como él mismo dice, todas las dimensiones de la ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 63 conciencia con objeto de “reencontrar el significado religioso y místico que nuestro teatro ha perdido completamente” 31. El ritual del exorcismo se dio sobre todo en el chamanismo. A diferencia de las prácticas confucianas, taoístas y sintoístas, la religiosidad chamánica enfatiza el poder del ritual para hacer descender a los antepasados, a menudo convertidos en deidades, a través de rituales (gut) en los que el trance y el exorcismo son la actividad fundamental. Si bien en China y Japón el chamanismo perdió pronto la fuerza de sus rasgos más distintivos al mezclarse con otras formas de religiosidad dominante, lo distintivo de Corea ha sido precisamente su pervivencia en un estado más puro, dejando una profunda impronta en sus artes escénicas 32. Como en otras formas de chamanismo, en el muismo coreano, el chamán (mudang), en virtud de su máscara, se desprende de su propia personalidad y, como un actor, hace descender y hablar por medio de él a los espíritus y a las divinidades, siendo puente de conexión –alquímica diría Artaud– entre lo sensible y lo suprasensible, los humanos y los espíritus. Para que dicha conexión sea efectiva y se pueda inducir el estado de trance, elementos escénicos como la música, la danza y el canto, así como la viva interacción con la audiencia, serán decisivos. Por todo lo dicho, el desarrollo de las artes escénicas coreanas, en aquello que puedan tener de más singular, es indisociable de esta forma de religiosidad cuyo componente interpretativo es decisivo. En un acercamiento inicial a su historia, el teatro tradicional coreano presenta muchas claves y elementos de la propuesta artaudiana, empezando por el emplazamiento de los espectáculos que, frente a nuestro teatro de proscenio con sus 64 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ decorados ilusionistas, tendrá lugar normalmente al aire libre (madanggeuk), en plena naturaleza, aprovechando la ladera de una montaña y cualquier espacio llano, o bien en las plazas y los mercados, con escenarios improvisados y móviles (sandae), a veces compuestos simplemente por unas telas y unos palos para delimitar los distintos espacios 33. Esto favorecía que la atención se centrara en la presencia física de los actores, en sus movimientos en un espacio mayormente vacío y convertido en escenario al ser ocupado por sus cuerpos en movimiento. La mise en scène, que tanto protagonismo debería tener según Artaud, saca el máximo potencial de la propia presencia física de los actores a través de todos los espectáculos en los que sus propios cuerpos se ven puestos a prueba con las situaciones de riesgo que suscitan las acrobacias y los malabarismos. La presencia de este tipo de actividades de entretenimiento, que confería a las escenificaciones el carácter de espectáculo total, se puede constatar desde el periodo de los Tres Reinos (57 a.n.e. - 668), debido fundamentalmente a la influencia china, y comprendía: 1. espectáculos acrobáticos y malabares, 2. escenas de magia, 3. representaciones con atuendo animal, 4. malabarismos y trucos con animales, 5. teatro de marionetas, 6. farsas, 7. actos de canto y danza, y 8. piezas musicales. De todas ellas, las farsas y el teatro de marionetas tendrán una gran importancia para el teatro tradicional posterior. Y aunque el teatro tradicional coreano nunca se ha desprendido del todo del trasfondo religioso del que emana, lo que debió suceder, según las hipótesis más convincentes, fue que la coexistencia del ritual chamánico, seguido del espectáculo teatral con medios afines, dio lugar a que, con el ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 65 tiempo, el propio espectáculo fuese más importante que el ritual, perdiendo interés el propio exorcismo, frente a los espectáculos derivados del mismo, en los que, como se ha señalado, tendrían lugar las diversas formas de exhibición de ejercicio físico y de entretenimiento antes mencionadas 34 . Sobre todo desde la dinastía Joseon (1392-1910), a partir de las influencias mencionadas, surge el teatro de máscaras, el que más fama le ha dado a las artes escénicas coreanas. Hay distintos tipos, según las regiones de donde sean originarios, como el Talnori o Talchum (antigua región de Hwanghae-do) 35 o el Bongsandae-nori (regiones de Aeogae y Sajikgol, en Seúl) o el Byeolsandae-nori, una de las muchas variantes de géneros originarios de los alrededores de Seúl. De modo colectivo, a todo este tipo de teatro de máscaras también se le denomina simplemente Talchum. Aunque no podemos estar seguros de si Artaud comulgaría con todos los elementos asociados al carácter popular del teatro de máscaras coreano, al menos podemos encontrar bastantes elementos de los rasgos que él reivindicaba para el teatro de la crueldad 36. Podríamos señalar en este sentido y en primer lugar, en relación con la transmisión oral de estas obras, la no dependencia de un texto escrito prefijado y de la figura del dramaturgo-autor individual; la ausencia de una trama argumental única basada en personajes individuales, la activa participación de la audiencia debido a la inexistencia de la denominada “cuarta pared”, y también cierto aspecto de catarsis colectiva, a través de las emociones liberadas durante la crítica social implícita en la representación. De entrada, se escenificaban en escenarios (sandae) al aire libre (madanggeuk), con una estructura -que el propio Artaud 66 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ defiende en sus escritos- de tipo circular, siendo las coordenadas espacio-temporales de la acción proporcionadas a la audiencia, mayormente por el diálogo de los personajes37. El carácter desenfadado y de entretenimiento, favorecido ya por los números acrobáticos anteriormente mencionados, se acrecentaba por el contenido mismo de las obras, de tipo satírico, y que, al no atenerse a un rígido texto escrito por un autor individual, permitía por ello la improvisación. De un modo más o menos libre se trataban temas ya conocidos por la audiencia, con personajes típicos que representaban estereotipos sociales y de los cuales, mediante la obra, se hacía una crítica social en forma humorística. El principal de estos personajes era el yangban, representante corrupto de la clase dirigente, pero también el monje budista de conducta moralmente reprobable, el anciano que maltrata a su vieja esposa porque ama a una joven concubina, o la dura vida de las clases desfavorecidas. En el contexto de las festividades religiosas destacadas, comenta Jeon Kyung-wook, “el drama de máscara que se ofrecía en medio de estos eventos populares ayudaba a liberar a la gente, al menos temporalmente, del orden existente, liberando conflictos reprimidos y el descontento al hablar, en el marco seguro del entretenimiento, de problemas sociales cuyo tratamiento en la vida ordinaria habría sido tabú. Así podían recuperar un instinto de armonía, al liberar su estrés social a través de la crítica vicaria del teatro de máscaras” 38. Por otra parte, el ambiente desenfadado y de libre improvisación y el hecho de tratar temas cercanos invitaba a que la audiencia participase activamente a lo largo de las piezas, animando a aquellos con los que se identificaban ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 67 y abucheando y criticando a los que representaban a sus enemigos sociales en la vida real. Este tipo de teatro tradicional alcanzó su momento álgido en la época pre-moderna de los siglos XVIII y XIX, siendo a finales del siglo XIX cuando empezó a llegar a Corea la influencia del teatro occidental. En 1902 se construyó en Seúl el primer teatro moderno de proscenio, Hyeobryur-sa. Asimismo, con la forma teatral de origen japonés shinpa, a partir de los años veinte se prepara el terreno para la llegada en los años treinta del realismo de tipo occidental, de la mano de la Asociación de Arte Dramático, una moda que durará hasta los años sesenta. En ese momento irrumpe en Corea el teatro del absurdo y ya en los años setenta se abren nuevas líneas más experimentales e interculturales, culminando en las propuestas, en los setenta y ochenta, de autores como Kim Jung-ok y la productora Lee Byung-bok. Kim Jung-ok realizó en 1984 una adaptación de la obra de Lorca Bodas de Sangre, inspirándose en el legado escénico tradicional coreano que le proporcionaría reconocimiento mundial, llegando a representarse incluso en España. Lee Mee-won señala respecto a estas últimas propuestas más interculturales que “Hoy también se siguen haciendo esfuerzos para revitalizar el espíritu intangible de las formas tradicionales. En el umbral del siglo XXI, los artistas coreanos del arte dramático, deben continuar la búsqueda de la tradición siempre viva, más que pensar en una tradición fosilizada; es una tarea que está directamente conectada con la globalización del teatro coreano” 39. Precisamente, quisiera situar la última parte de mi reflexión en ese escenario globalizado en el que las propuestas de un teatro coreano inspirado en sus propias tradiciones 68 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ escénicas procede de coreanos que se encuentran trabajando fuera de su lugar de origen, y a consecuencia de ello producen una obra en cuyas señas de identidad se da una fecunda hibridación con la cultura de recepción. En el caso al que me referiré a continuación será, concretamente, la española. 3. Nuevas mímesis de la presencia: la estética transcultural de Eun Kang Dragón, dragón mío, ¿cuántos corazones tienes? Hay en tu pecho como un torrente donde yo me voy a ahogar. García Lorca, Así que pasen cinco años Artaud, con espíritu visionario, afirmaba, convencido, que el teatro de la crueldad era el futuro40. En buena lógica, el nuevo teatro intercultural, la antropología teatral y la más reciente etnoescenología, con nombres como Eugenio Barba o Jerzy Grotowski, comparten muchas de las ideas de Artaud. En la misma senda, Peter Brook pertenece a una primera generación de autores teatrales que han experimentado interculturalmente con sus actores, con sus métodos de trabajo y con las obras elegidas, llegando a afirmar que “el hombre es mucho más que aquello que define su cultura; los hábitos culturales inciden de una manera mucho más profunda que la vestimenta que usa, pero aún así no son otra cosa que ropajes a los cuales una cierta vida desconocida otorga corporeidad. Cada cultura expresa una parte distinta del atlas interior; la verdad humana completa es global, y el teatro es el lugar donde se juntan las piezas del rompecabezas” 41. El trabajo de Brook, interesado en cartografiar ese “atlas interior de lo ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 69 humano” con toda la riqueza de regionalismos culturales, era y es, en ese sentido, intercultural. Sin embargo, las coordenadas del proceso de globalización al que antes aludía Lee Mee-won, en su estadio actual, permite que una nueva generación de creadores escénicos reflejen con su trabajo la compleja realidad de hibridación cultural o transculturalidad 42 , a la que están expuestos en sus vidas cotidianas, y hagan con su obra un ejercicio de indagación de su propia identidad. Ese es el caso de la obra de la dramaturga y directora teatral coreana Eun Kang (Seúl, 1971), afincada en España desde 2002 y en cuyos trabajos podemos encontrar rasgos que he venido defendiendo aquí bajo la denominación de “mímesis o teatro de la presencia”, con una importante dimensión transcultural, en la que elementos del teatro tradicional coreano se fusionan con otros de la cultura andaluza (actualmente vive y trabaja en Andalucía) y del mundo globalizado actual. Eun Kang, formada en Seúl, primero en literatura coreana y, posteriormente, en artes escénicas, tanto en Seúl como en España en la modalidad de dirección, desde sus inicios en los años noventa, abordó formas del lenguaje teatral cercanas al teatro experimental. La elegante simplicidad de su puesta en escena y la cuidada iluminación permiten realzar la danza; el gesto, la música y el trabajo de expresión corporal se unen en estrecha simbiosis con el texto43. Precisamente, ese equilibrio que tanto resaltaba Artaud entre las distintas fuerzas expresivas, “sin favorecer a un arte en particular” 44, es una de las claves que me lleva a interpretar su trabajo en clave artaudiana, más allá de las obvias reminiscencias orientales. Este interés por conjugar escénicamente la palabra y el trabajo 70 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ corporal le ha hecho prestar particular atención a las artes escénicas tradicionales de su país, donde la danza, la música y el canto forman una unidad indisoluble con los diálogos. Por otra parte, la ruptura de la cuarta pared se consigue a menudo permitiendo a los actores cambiarse de indumentaria en el propio escenario, así como que sean ellos mismos los que desplacen en el espacio distintos objetos necesarios para el desarrollo de la obra. Puesto que la dimensión más transcultural de su obra se ha producido sobre todo a partir de su venida a España y de sus trabajos con actores españoles, me centraré en estos últimos 45. Todos ellos, tanto por su temática como por su lenguaje teatral, pueden interpretarse como ejercicios de búsqueda de la propia identidad de la autora, en la que sobresalen cuestiones de género, así como aspectos de crítica social y de indagación filosófica acerca del tiempo o de la espiritualidad coreana, tanto chamánica como budista. Estas temáticas entremezcladas no son, sin embargo, elegidas en un sentido creativo totalmente original por parte de la autora, sino que emanan de los propios campos literarios y teatrales en los que se inspira como creadora y como directora, ya sea la mitología coreana (Princesa Bari), ya la tradición oral del teatro de marionetas coreano (Kkoktugaksi nori) o la propia temática de la obra lorquiana (Así que pasen…). Con el monólogo Sopa de mujer, presentado en un certamen contra la violencia de género, Kang supo sacar el mayor partido a su estructura de un solo personaje al establecer este (una joven sensual y provocadora) un seductor diálogo con la audiencia. Con un escueto escenario formado por una mesa, verduras, cuchillos y una gran olla en el suelo, ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 71 la actriz despliega una hilarante reflexión sobre el cuerpo y la naturaleza humana, basada en el doble significado y la insinuación velada, con la que consigue la complicidad del público; en el último momento, tras el anuncio de su propia inmolación, lanza a los miembros de la audiencia una sorprendente y efectiva pregunta acerca de la propia identidad de ellos mismos. La seducción y el protagonismo último del público, la temática del sacrificio en tiempo real, que ahonda en problemas sociales cercanos al propio espectador, el ritmo gestual, la música y la semántica pluridimensional del texto son todos elementos que Artaud defendía, como he señalado previamente. Pero si en esta obra no hay referencias interculturales evidentes, las siguientes a las que me referiré tienen un claro componente intercultural que, para la directora, nace como acto de honestidad con su propia biografía de autora asiática que trabaja en España. Por ello, escogió una obra de García Lorca para representarla con una puesta en escena llena de elementos orientales; y también se atrevió a montar una escenificación de una de las más célebres historias del teatro de marionetas coreano, la historia de Kkotktugashi, en la que abundan los guiños a la propia cultura andaluza de la que el público y los actores formaban parte; su última producción, Princesa Bari, ahonda nuevamente en sus propias raíces coreanas a través de la mitología para volver a retomar cuestiones de género. En estas tres obras me centraré brevemente para comentar aspectos de su trabajo que subrayen una “mímesis transcultural de la presencia”. 72 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ Federico García Lorca nunca podría haber imaginado que algún día su obra Bodas de Sangre sería traída a la presencia por un director teatral coreano, Kim Jung-ok, siendo representada no solo en Corea, sino en la propia España de los años ochenta, cuya audiencia de entonces pudo verla, incluso en Málaga, bajo la clave de un funeral coreano. Dos décadas más tarde, hemos tenido la suerte de ver una obra de Lorca escenificada en España por segunda vez bajo dirección coreana, esta vez la de una mujer, Eun Kang, con un reparto de actores españoles. Creo que, nuevamente, Lorca, sorprendido, se habría congratulado al ver escenificado especialmente aquel fragmento de su texto que, hoy, conjurando cruelmente las coincidencias, se nos aparece como escrito ex profeso para su escenificación transcultural. Cuando, en estas recientes representaciones, los espectadores oímos la frase “Dragón, dragón mío, ¿cuántos corazones tienes? Hay en tu pecho como un torrente donde yo me voy a ahogar”, nos sentimos embargados por la abrumadora presencia escénica de un gigantesco dragón asiático rodeando silenciosamente al personaje que, ataviado al modo de una geisha, profería tales palabras. Pudimos sentir entonces aquello de lo que hablaban Artaud y Derrida: la fuerza poderosa del teatro que, en su ineluctable necesidad, nos hablaba de nuestra propia vida, en este caso, de nuestro presente transcultural. Actores con talento, dirigidos en Málaga por una mujer coreana, representando la obra de Lorca de contenido surrealista Así que pasen cinco años, cuya temática habría agradado al propio Artaud. Recordemos que en su día, este sufrió el rechazo de Breton y los surrealistas, por no considerar estos, a diferencia de Artaud, que ninguna forma de teatro no ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 73 burgués era posible. Un texto teatral surrealista escrito por un dramaturgo de la altura de Lorca, cuya temática es el tiempo, planteada al modo de un sueño solipsista y rebosante de poesía popular, parece que pediría, con el rigor de la crueldad artaudiana, ser representado hoy al modo en el que Eun Kang lo ha propuesto: con actores españoles que, en un escenario semidesnudo, con un vestuario elegante pero austero, dan vida al texto simultaneando su enunciación con la poesía visual de sus cuerpos en movimiento, en una danza sutil de “jeroglíficos vivientes”, que diría Artaud, iluminada por la tenue luz de farolillos orientales y al son de la música compuesta ex profeso por un artista coreano. Es ahí donde se conjuran las circunstancias para producir “figuras del pensamiento”, y donde el entrelazamiento de los cuerpos y las palabras en el tiempo y el espacio “afectan al organismo entero”. Artaud mismo decía que en el teatro de la crueldad, el lenguaje verbal no habría de ser rechazado, sino que tendría el mismo valor que tienen las palabras en los sueños 46. No en vano esta obra es toda ella un sueño de un único personaje, de cuyo monólogo solipsista son fruto todos los demás personajes que aparecen, en un hermoso homenaje a los caracteres de esas formas teatrales marginadas por el teatro del texto como son el payaso, el arlequín o los inquietantes maniquíes, autómatas que aluden al mecanicismo de la propia mente. Otra variante de las posibilidades de hibridación cultural a través del teatro, y que demuestra la versatilidad del estilo y el lenguaje escénico de Eun Kang, es su puesta en escena de la obra de teatro tradicional coreano Kkoktugaksi Nori (“La historia de Kkoktugaksi”). Se trata de una pieza perteneciente al género del teatro de marionetas. Su contenido 74 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ de crítica social en clave satírica abarca todos los personajes típicos del teatro de máscaras tradicional coreano, a cada uno de los cuales se le dedica un acto. Mantienen la unidad temática, apareciendo en todos los actos, el noble anciano (Park) y un músico narrador que, en diálogo con Park y con la audiencia, contribuye al desarrollo de la historia, eliminando la “cuarta pared” y contribuyendo a crear un clima jocoso y desenfadado, al servir de puente para involucrar al público. Los personajes típicos que se parodian son: el noble anciano (Park), su vieja y demacrada esposa (Kkoktugaksi), su amante (joven bobalicona), los monjes budistas lascivos y el gobernante (yangban). A pesar de que la propia historia tradicional está llena de referencias coreanas, como nombres de lugares, rituales y personajes típicos, el intenso esfuerzo de adaptación de la misma se ve favorecido por la propia metodología de trabajo de Kang, quien confiere bastante libertad a los actores para que estos contribuyan a hacer “suyos” los personajes, insertándoles rasgos de la cultura popular local, en este caso andaluza y española. En este sentido, un clímax humorístico se alcanza en la escena en que la amante del noble anciano se lanza sobre la audiencia y, sentada en el regazo de un espectador, le canta una canción popular de la copla española; o cuando en la típica danza entre la anciana y la amante, se entremezcla la música y el baile coreano con el flamenco. La obra, que hasta ahora ha sido representada siempre en interiores, comienza con juegos malabares y acrobacias por parte de todos los personajes, cuyo maquillaje facial recuerda vivamente al de las máscaras tradicionales coreanas, habiendo momentos en la propia obra en la que aparecen personajes con ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 75 esa clase de máscaras. En distintos momentos se repetirán ese tipo de danzas colectivas y festivas que, junto con el enérgico trabajo físico de los actores, ayudará a que la pieza mantenga un ritmo vigoroso afín a su tono jocoso. Con todos estos ingredientes sorprende el mensaje de crítica social, sobre todo centrado en la figura de la anciana Kkoktugaksi, cuyo maltrato a manos de su marido es mostrado sin prejuicios y con una fresca hilaridad. Con Princesa Bari asistimos de nuevo a la puesta en escena de un mito tradicional coreano con temática de género, estando la construcción del guión enteramente a cargo de Eun Kang. En la mitología coreana, Bari es la séptima hija de un rey, que decide abandonarla por no ser varón, y que sobrevive al ser adoptada, por lo que desconoce sus orígenes. Tras muchos avatares, la joven Bari, finalmente, salvará la vida de su madre en una odisea que la convertirá en diosa y en chamana. Además de por los elementos del lenguaje teatral que ya se mencionaron en anteriores obras, esta obra destaca tal vez más que otras por sus alusiones budistas en relación con el problema de la identidad, haciendo partícipe a la audiencia de que, finalmente, “todos somos Bari”. La hermosa reflexión de la protagonista con la que se abre la obra que, más allá de cuestiones de género, nos habla del desarraigo inherente a la mayoría de las personas de nuestro siglo, bien merece ser citada en su integridad: A veces, en la profundidad de la noche, me paro a mirar el cielo y me sorprendo al verme a mí misma dentro de él. No oigo nada, me pongo a temblar de miedo y, de repente, desaparecen 76 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ todos los sentidos. También desaparezco yo, no permanece nada. Solo perdura mi mente, y en medio de ese espacio oscuro e insondable se encuentra ella flotando. Si pudiera ver algo, si pudiera escuchar alguna voz, si pudiera tocar a alguien, entonces, ¿me será posible volver? Si vuelvo, si regreso, ¿podré despertarme de esa profunda noche? Si no mirara al cielo fijamente, no me adentraría en él. Y si no entrase, no temblaría de miedo. Pero el cielo siempre seguiría ahí y yo me quedaría mirándolo. Este peso, continuamente, poco a poco, va aumentando hasta llegar a no poder soportarlo más y hundirme en lo más recóndito de la tierra. Pero si tengo una oportunidad, si me llega mi destino, entonces, creo que podré hablarme a mí misma. Soy Bari. Yo soy Bari. Mi nombre es Bari. Soy la Abandonada. En ese instante podré mirar al profundo y oscuro cielo con todo mi corazón abierto de par en par y, por fin, podré dormir serenamente. Casi al final de la obra, cuando convertida en chamana Bari se dispone a realizar un ritual (gut), hace la siguiente reflexión: “Mirad esta lámpara. Ella sola con su luz ilumina al mundo. Esa es la respuesta que yo siempre he buscado”. Luego, como parte del propio ritual, Bari pronuncia máximas budistas: “El mal no tiene su origen en sí mismo, surge de la mente. Si se elimina la mente, también se eliminará el mal. El auténtico arrepentimiento es la desaparición del mal y la mente ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 77 alcanzando la nada”. Puede parecer una buena manera de encontrar una “respuesta”, por más temporal y provisoria que pueda ser esa indagación constante acerca del sujeto y la propia identidad, a la cual el propio teatro debe servir en última instancia. El dragón lorquiano, por más que para el propio Lorca fuese simplemente una alusión metafórica, inspirada por el humo del cigarro que exhalaba el personaje del jugador de rugby, se ha convertido hoy en una realidad, por lo que respecta a la capacidad para ahogarnos a todos en el torrente sanguíneo que mana de esa multiplicidad de corazones suyos; unos corazones que, a pesar de su diversidad cultural, laten acompasados, impulsados por el aire de una vida, desconocida según Brook, pero común, al fin y al cabo. Las últimas palabras de Bari, en las que de algún modo podemos reconocernos todos, vuelven a hablarnos del corazón, un corazón abierto de par en par por el poder catártico y transformador que entrelaza el teatro y la vida: Soy Bari. Yo soy Bari. Mi nombre es Bari. Soy la Abandonada. Ahora puedo mirar al profundo y oscuro cielo con todo mi corazón abierto de par en par. Finalmente podré dormir serenamente. 78 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ Conclusión A Bari se le brindó la maravillosa oportunidad de salvar la vida de su propia madre y de que, por ello, su padre, culpable de su abandono, le pidiese perdón. Su largo periplo, teñido por la dolorosa experiencia del abandono y el desarraigo, culminaba así con el solaz que proporciona la compasión de sentirse unida a sus congéneres ante la común fragilidad e indigencia. Es tras este tipo de experiencias catárticas, tan asociadas al teatro desde Aristóteles, como podemos superar el miedo y abrazar lo desconocido como parte de nosotros mismos, como parte de ese atlas de la interioridad humana del que hablaba Brook. Así, sin miedo, debería el arte y la filosofía occidental de nuestros días acercarse también a otras filosofías y otras artes que nos enseñen y nos hagan recordar ese antiguo sentido de la mímesis, con cuya defensa abría mi reflexión. Del recorrido realizado podemos concluir que la crisis de la mímesis representativa ha sido una de las claves para explicar el interés creciente de todas las artes contemporáneas por las culturas no occidentales. El teatro parecía llamado a ser el vehículo privilegiado para dicha, en términos derridianos, “clausura de la representación” y, de ahí, el lógico interés de tantos artistas de la escena por el teatro asiático. En este escrito he intentado apuntar a cuestiones filosóficas subyacentes derivadas de la cosmovisión de las culturas de Asia oriental, donde la mímesis podría entenderse, como aquí he tratado de mostrar, más como un “traer a la presencia”, en continuidad con el sutil y natural entrelazamiento entre el arte y la vida. Artaud me ha servido de guía teórico en mi defensa ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 79 de un “teatro de la crueldad” que permanece vivo, tanto en las artes escénicas tradicionales de Corea como en el actual escenario transcultural de las propuestas de nuestros días; así lo he querido dar a entender mediante la alusión al trabajo de la dramaturga y directora teatral Eun Kang. 1 Sobre la profunda dimensión cultural de la representación teatral, Derrida señala: “Esta representación, cuya estructura se imprime no solo en el arte sino en toda la cultura occidental (sus religiones, sus filosofías, su política), designa, pues, algo más que un tipo particular de construcción teatral”, en Derrida, Jacques, La escritura y la diferencia, Barcelona: Anthropos,1989, p. 321. 2 v. Deutsch, Eliot, “Comparative Aesthetics”, en Kelly, Michael (ed.), Encyclopaedia of Aesthetics, New York, Oxford: Oxford University Press, 1998, vol. I, pp. 409-412, especialmente p. 411. 3 En el siglo XX, en el caso de las artes escénicas occidentales influidas por el teatro asiático, además de Artaud en el plano teórico, habría que mencionar como pioneros a Meyerhold o Brecht entre otros, continuados, en la segunda mitad del siglo XX, por una larga lista, entre cuyos nombres clave figuran Peter Brook, Eugenio Barba, Jerzy Grotowski o Richard Schechner. Una nueva disciplina, la antropología teatral o etnoescenología surge como resultado de estos intereses. v. Barba, Eugenio y Savarese, Nicola, El arte secreto del actor. Diccionario de antropología teatral, México: International School of Theatre Anthropology, Librería y Editora “Pórtico de la Ciudad de México”, Escenología, A.C., 1990. 4 5 Derrida, Jacques., óp. cit., p. 321. Para una aproximación a la mímesis clásica en la estética occidental, v. Tatarkiewicz, Wadyslaw, Historia de seis ideas. Arte, belleza, forma, creatividad, mímesis, experiencia estética, Madrid: Tecnos, 1992, pp. 301-345. También, en su Historia de la estética, Madrid: Akal, 1987 (3 vols.), en el volumen I, p. 23, se alude al tránsito de la mímesis expresiva (cercana a lo que yo entiendo aquí 80 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ por “mímesis de la presencia”), a la mímesis representativa: “El primitivo arte expresivo Arístides lo denominó imitación, 'mímesis' (μίμησις) […]. Pero si posteriormente significó la representación de la realidad por el arte, especialmente por el teatro, la pintura y la escultura, en los principios de la cultura griega era aplicado a la danza y designaba algo muy distinto: la manifestación de sentimientos, el hecho de expresarse, la exteriorización de experiencias vividas mediante gestos, sonidos y palabras. Esta fue su acepción primitiva, transformada posteriormente. Significaba imitación, pero en el sentido del actor, no del copista”. Aunque discrepo con Tatarkiewicz respecto a la dicotomía que él establece entre expresión y representación, por considerarla como una simplificación dualista, creo que la idea de fondo a la que se refiere con la idea de mímesis expresiva es parecida a lo que yo quiero dar a entender con “mímesis de la presencia”. 6 Gadamer, Hans-Georg, Estética y hermenéutica, Madrid: Tecnos, 1996, p. 214. 7 v. Gadamer, Hans-Georg, La actualidad de lo bello, Barcelona: Paidós, 1992, y Gadamer, Hans-Georg, Verdad y método, Salamanca: Sígueme, 1975. 8 Gadamer, Hans-Georg, Estética y hermenéutica, óp. cit., p. 93. 9 Artaud, en su reflexión sobre el teatro alquímico, habla de un drama esencial y del teatro como doble del mismo; en este sentido, v. Artaud, Antonin, El teatro y su doble, Barcelona: Edhasa, 1996, pp. 55-60. Derrida se sitúa en una senda similar al defender una “Representación como auto-representación de lo visible e incluso de lo sensible puros” (Derrida, Jacques, óp. cit., p. 326). 10 La oposición entre acción y contemplación atribuida a Pitágoras, con el ideal del theoros o filósofo como ser privilegiado que observa y no actúa, es recogida por Diógenes Laercio en los siguientes términos: “Y comparaba la vida con una fiesta; por tanto, como unos van a ella a luchar, otros a comerciar, y otros, sin duda los mejores, a ver, así en la vida, decía, unos han nacido esclavos de la gloria y cazadores de ganancias y otros, filósofos, deseosos de conocer la ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 81 verdad”, en Tatarkiewicz, Wadyslaw, Historia de la estética, vol. I, óp. cit., p. 95. 11 Shusterman, Richard, Pragmatist Aesthetics. Living Beauty, Rethinking Art, Lanham: Rowman & Littlefield, 2000, pp. 35-36. No resulta extraño que el mismo pensador, defensor de la “somaestética”, haya mostrado un vivo interés por las artes y el pensamiento asiáticos en sus escritos. 12 v. West, William, N., “Knowledge and Performance in the Early Modern Theatrum Mundi”, en Metaphorik.de 14/2008, p. 4 [e-publication en http://www.metaphorik.de/14/West.pdf]. 13 v. el esclarecedor libro de Loy, David, No-dualidad, Barcelona: Kairós, 1999, donde se explica la estructuración de los sistemas de pensamiento advaita vedānta, taoísta y budista bajo el enfoque de la no-dualidad. 14 La expresión la tomo de Bryson, Norman, Visión y pintura. La lógica de la mirada, Madrid: Alianza, 1991. En el primer capítulo, este autor se refiere a la noción de mímesis, entendida como copia perceptiva en pintura, con la expresión de “la actitud natural”. 15 Tras presenciar un espectáculo de ópera china en Moscú por la compañía de Mei Lan-Fang en 1935, Brecht escribió el texto “Efectos de distanciamiento en el arte dramático chino”, v. Brecht, Bertolt, Escritos sobre teatro (vol. 2), Buenos Aires: Nueva Visión, 1983, pp. 213-225. Brecht, a quien también le interesaba romper con la psicologización emocional del teatro, fue subyugado por la ópera china; sin embargo, su teatro épico, por su fuerte carga ideológica en términos de ideales emancipadores, permanecía anclado aún a un plano racional y discursivo que luego Derrida y Deleuze, entre otros, cuestionarán sirviéndose del propio Artaud. 16 En contra de otros manifiestos de vanguardia, dice Artaud: “Aunque hayamos llegado a no atribuir al arte más que un valor de entretenimiento y descanso, y lo hayamos reducido a un uso puramente formal de las formas dentro de una armonía de ciertas relaciones externas, no hemos suprimido por eso su profundo valor 82 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ expresivo; y la enfermedad espiritual de Occidente (el sitio por excelencia donde ha podido confundirse arte con esteticismo) es pensar en la posibilidad de una pintura que sea solo pintura, una danza que sea solo plástica, como si se pretendiera cercenar las formas del arte, cortar sus lazos con todas las actitudes místicas que pueden adoptar ante lo absoluto”, óp. cit., pp. 80-81. 17 Artaud, Antonin, óp. cit., p. 106. 18 Artaud, Antonin, óp. cit., p. 50, pp. 96-98. 19 Artaud, Antonin, óp. cit., p. 84. 20 Derrida, Jacques, óp. cit., p. 320. 21 Artaud, Antonin, óp. cit., p. 60. 22 Obviamente, la historia de las artes escénicas occidentales también está plenamente impregnada de elementos de este tipo que, incluso después del Renacimiento, conviven con el teatro del texto; podríamos tomar como ejemplo más representativo tal vez el de la Comedia Dell’ Arte; v. Barba, Eugenio y Savarese, Nicola, óp. cit., para lo que se refiere a la convivencia de ambas tendencias en Occidente hasta bien entrado el siglo XVIII. 23 v. Ley, Graham, “Aristotle’s Poetics, Bharatamuni’s Natyasastra, and Zeami’s Treatises: Theory as Discourse”, en Asian Theatre Journal, University of Hawai’ iPress, 17.2 (2000), pp. 191-214. El autor concluye que, con diferentes énfasis y estrategias, en las tres tradiciones de teoría de la dramaturgia, la griega, la india y la japonesa, se concede un peso fundamental a la teoría en detrimento de la propia práctica escénica. Así, en la conclusión (p. 209) leemos: “If there is an invitation to apparent addressees in all three bodies of material, it is by no means an invitation to the kinds of artistic initiative that created the form. That theory has its own dynamic of continuity is quite clear, not just from the example of the Poetics in Western thought, but from works in the Sanskrit and Japanese traditions”. ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 83 Zeami, Fushikaden, Tratado sobre la práctica del teatroō Ny cuatro dramas Nō, Madrid: Trotta, 1999. [Edición y traducción de J. Rubiera y H. Higashitani]; v. en el estudio introductorio, pp. 68-70. 25 Zeami, óp. cit., p. 157. 24 26 Dice Artaud: “La conciencia es la que otorga al ejercicio de todo acto de vida su color de sangre, su matiz cruel, pues se sobreentiende que la vida es siempre la muerte de alguien”, en Artaud, Antonin, óp. cit., p. 116. 27 Artaud, Antonin, óp. cit., p. 99. 28 Artaud, Antonin, óp. cit., p. 98. 29 Sobre teoría teatral china, v. Chufang Fei, Faye (ed), Chinese Theories of Theater and Performance from Confucius to the Present [trad. de Faye Chunfang Fei y prefacio de Richard Schechner], Ann Arbor: University of Michigan Press, 1999. 30 Tal vez dicho arraigo popular de lo escénico en Corea contribuya a explicar su particular vigor actual, como demuestra, además de su cine, el hecho de que solo en Seúl haya más de cien teatros concentrados en un solo distrito (Dongsung-dong). Desde los años noventa, con la ayuda de los soportes digitales y la amplificación mediática, ha surgido la denominada “Ola coreana” (Hallyu), moda cultural de lo coreano encabezada por las teleseries dramáticas de corte romántico. 31 Artaud, Antonin, óp. cit., p. 52. También defiende Artaud toda forma de teatro que induzca al trance, v. p. 94. 32 Sobre chamanismo coreano, v. el trabajo de Antonio Doménech en Prevosti i Monclús, Antoni (coord.), Prevosti i Monclús, Antoni, Doménech del Río, Antonio y Prats, Ramón N., Pensamiento y religión en Asia oriental, Barcelona: Editorial UOC, 2005, pp. 257-280. 33 La información acerca del teatro coreano tradicional está tomada principalmente de la excelente monografía de Kyung-wook, Jeon, 84 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ Traditional Performing Arts of Korea, Seúl: Korea Foundation Publications, 2008. En castellano, v. Cid Lucas, Fernando, “Acercando la belleza de Corea: el teatro tal’ nori dentro de las artes escénicas de Extremo Oriente”, en Ojeda, Alfonso e Hidalgo, Álvaro (coords.), Estudios actuales sobre Corea, Granada: Entorno Gráfico Ediciones, 2010, pp. 51-68; y Cid Lucas, Fernando, “Un fino tiralíneas sobre el Talnori: Aproximaciones al teatro tradicional coreano”, en Dionisos, n.º 1, 2007, pp. 25-32. También, v. el número monográfico sobre artes interpretativas de la revista Koreana del verano de 1997, especialmente el artículo de Mee-won, Lee, “Las raíces y transmisión de las artes interpretativas coreanas”, pp. 16-21. 34 v. Kyung-wook, Jeon, óp. cit., p. 71. 35 Para un tratamiento más detallado de los mismos, v. artículos de Fernando Cid Lucas, óp. cit. 36 Aunque no sea el lugar para profundizar sobre este delicado asunto, que dividió a las propias vanguardias, en un artículo he defendido, desde un punto de vista filosófico, la dimensión estética de las manifestaciones artísticas populares en general.V. Fernández, Rosa, “La estética invisible del arte popular”, en : L. Puelles Romero y R. Fernández Gómez (eds.), Estetización y nuevas artes. Suplemento 13 de Contrastes. Revista Internacional de Filosofía, Departamento de Filosofía, Universidad Málaga, 2008, pp. 41-54. 37 Artaud preconizaba un “espectáculo giratorio” con objeto de evitar las barreras arquitectónicas tradicionales que impiden que la obra llegue plenamente al público; v. Artaud, Antonin, óp. cit., p. 97. 38 39 Kyung-wook, Jeon, óp. cit., p. 116. Mee-won, Lee, óp. cit. p. 21. Además de su revitalización por parte del teatro coreano contemporáneo más experimental, paralelamente, a partir de los años sesenta es de señalar la protección de la que han gozado las artes escénicas tradicionales por parte del gobierno surcoreano, con el reconocimiento de muchas de ellas como “patrimonio cultural inmaterial”. Un proyecto online, donde se detallan dichos patrimonios escénicos coreanos y que ha recibido el ESTÉTICA TRANSCULTURAL DE EUN KANG 85 patrocinio de la Fundación Korea, es el realizado por el investigador Mauricio Martínez; v. http://www.rutadeseda.org/corea/teatro.html. 40 Artaud, Antonin, óp. cit., p. 99. 41 Brook, Peter, Provocaciones. 40 años de exploración en el teatro (1946/1987), Buenos Aires: Fausto, 1992, pp. 148-149; v. también Brook, Peter, El espacio vacío. Arte y técnica del teatro, Barcelona: Ediciones Península, 1997, p. 97, texto continuador del de Artaud y donde al hablar del “teatro inmediato” hace una defensa de un tipo de teatro afín a la noción de mímesis presentativa que aquí vengo defendiendo. 42 Empleo el término “transculturalidad” en el sentido que le da el filósofo Wolfang Welsch; v. Welsch, Wolfgang “Transculturality. The Puzzling Form of Cultures Today”, en Featherstone, Mike and Scott, Lash (eds.), Spaces of Culture: City, Nation, World, London: Sage, 1999, pp. 194-213. 43 En el campo de la creación dramática, Eun Kang tiene trabajos realizados en Corea, algunos con galardones importantes, como La historia de Dunge Dunge (1993), Espejismo (1999), Espejismo 2 (1999) La manera de comer bien un full course. Happy Birthday two (1999), Wonderful Sushi (2001), Hit and Run (2001) y Fuimos a la tienda de pollo asado (2005, 2009), Al otro lado de los recuerdos (2010). En España, sus montajes con la compañía Mu Teatro comprenden los siguientes títulos: Sopa de mujer (autora y directora, 2006), Gaviota (adaptación libre de la obra homónima de A. Chéjov, 2008), Kkoktugaksi Nori (2008, 2010), Así que pasen (adaptación libre de Así que pasen cinco años, de García Lorca, 2009, 2011) y Princesa Bari (autora y directora, 2010). 44 En El teatro y su doble, óp. cit., p. 103, como parte del primer manifiesto de la crueldad, leemos: “Sería vano decir que incluye la música, la danza, la pantomima, o la mímica. Es evidente que utiliza 86 ROSA FERNÁNDEZ GÓMEZ movimientos, armonías, ritmos, pero solo en cuanto concurren a una especie de expresión central sin favorecer a un arte particular”. 45 v. la página web www.muteatro.weebly.com. 46 de Artaud, Antonin, óp. cit., p. 97. su compañía, MuTeatro: 89 DOI 10.3994/RIEAO 2010.03.89 Revista Iberoamericana de Estudios de Asia Oriental (2010) 3: 89-120 PRESENCIA Y PAPEL DE UN CLÁSICO DE LA POESÍA, EL WAKANRÔEISHÛ, ENTRE LAS MISIONES JESUITAS DEL JAPÓN DEL S. XVII. CONVERSIÓN Y POESÍA Gonzalo San Emeterio Cabañes * Resumen: En el presente artículo se analiza la presencia de una obra poética, creada en el periodo Heian, dentro de un entorno tan dispar como son las misiones jesuitas en el Japón de finales del Periodo de Guerras Intestinas. Basándonos en estudios sobre el tema y fuentes históricas de la época, se intentará aclarar no solo qué aspectos de la obra fueron utilizados sino, además, entrever las influencias de la cultura japonesa en la actividades editoriales de las misiones. Abstract: In this article I discuss the presence of a poetic work created in the Heian period within an environment as different as the jesuit missions in Japan at the end of Civil Wars Period. Based on * Gonzalo San Emeterio es investigador en la Universidad de Osaka. 90 GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES previous studies on the subject and historical sources of the time, I will try to clarify not only which aspects of the work were used, but also suggest influences of japanese culture in the publishing activities of the missions. Introducción Con la llegada de Francisco Xavier y los jesuitas a Japón comienza un periodo de culturización en ambas direcciones. Los intentos de proselitismo por parte de los jesuitas suponen no solo un intento de introducir con mayor o menor éxito las aptitudes, mentalidades y estructuras sociales de la cristiandad católica, sino también una absorción de la filosofía, cultura y literatura autóctonas. Si bien esta absorción tenía, en un primer momento, una función puramente utilitarista (la de facilitar el acto proselitista y la de desmontar la lógica de la predicación budista, cuyos miembros no permanecieron impasibles ante la perspectiva de perder el monopolio espiritual), a esta misma se le superpuso (aunque nunca fue eclipsada) un mutuo interés por los aspectos culturales de la otra parte. Con el fin de profundizar en la mentalidad y el idioma de Japón, los jesuitas realizaron una serie de publicaciones orientadas al aprendizaje de los mismos. Uno de los resultados de este proceso es el Rôyei Zafit, un texto que podría traducirse como “Poemas para cantar y frases de cartas para escribir”. La doble funcionalidad que denota el título esconde, sin embargo, cinco obras diferentes 1: EL WAKANRÔEISHÛ 91 1. El primer volumen (de un total de dos) de un clásico libro de poemas medievales japoneses: el Wakanrôeishû (和漢 朗詠集), que podría traducirse como “Compendio de poemas chinos y japoneses para cantar” y que abarca cuatrocientos poemas de diferentes estilos. 2. Kusôkanarabinijo (九想歌並序), un breve compendio de cincuenta y cinco poemas sobre la descomposición del cuerpo, entremezclados con poemas de temática Muyô (無常) o no permanencia de las cosas. 3. Zahitsushô (雑筆抄), que abarca trescientas setenta y cinco frases y palabras de uso general para la redacción de cartas. 4. Jitsugokyô (実語教), una pequeña obra que comprende un conjunto de dichos y refranes para la vida diaria y la educación de los jóvenes. 5. Un conjunto, sin título aparente, de seis cartas de personajes históricamente famosos, tanto chinos como japoneses. No es esta la única obra superviviente de las actividades misioneras europeas en el Japón de la postrimerías del s. XV y comienzos del XVI, pero sí es el único libro con un papel predominante de la poesía que ha sobrevivido a la posterior persecución del cristianismo en Japón 2, a lo que se añade el hecho de que se encuentra en España, almacenado en la biblioteca del monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Poco se sabe de los avatares de este libro, impreso en Nagasaki en 1600, y de cómo pudo terminar en los almacenes del monasterio. Es muy probable que llegase junto con su compañero de estantería: la versión japonesa del libro Guia do Pecador, del dominico Luis de Granada, obra salida de la 92 GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES misma imprenta en 1599 y que fue muy utilizada por los misioneros de la época. Sí se sabe que fue redescubierto por Paul Pelliot en 1928 e, independientemente, por Kimura Tsuyoshi en 1930 3. Curiosamente, la obra parece haber llamado poco la atención a los historiadores españoles. El único estudio que menciona, con un mínimo de extensión, la obra es el de Gregorio Andrés, que la incluye junto con Guia do Pecador en su artículo “Los libros chinos de la Real Biblioteca de El Escorial” 4 como “extra” del mismo; y, además, nos indica que se trata de una obra “de un valor extraordinario”. Desgraciadamente, no desvela el origen, ni aclara al lector dónde radica ese extraordinario valor. En este artículo me propongo centrarme en la presencia, dentro del Rôyei Zafit, del Wakanrôeishû, obra que compone casi dos terceras partes del total, introduciendo la misma e intentando aclarar las funciones por las que fue seleccionada, a qué clase de personas estaba orientada dentro del ámbito misionero y qué clase de alteraciones se realizaron para adaptarla a las necesidades de la época. Los motivos que me llevan a seleccionar este texto es el hecho de que se trata de la única obra poética que se conserva de las actividades misioneras en Japón, con el elemento añadido de estar escrita en el idioma y alfabeto autóctono, y que se trata de una obra clásica de la literatura japonesa poco conocida en Occidente. Los únicos textos, hasta la fecha, que presentan unas características similares y que fueron seleccionados igualmente para su impresión son el Taiheikinukisho 太平記 抜書 (extractos del Taiheiki, crónica épico-militar del s. XIV) y el Heike Monogatari 平 家 物 語 , crónica épica del EL WAKANRÔEISHÛ 93 enfrentamiento entre dos clanes del s. XII. Es necesario indicar que, en esta última obra, no se respetó el alfabeto japonés y está escrita en caracteres romanos imitando la fonética del idioma nativo. 1. Wakanrôeishû: su entorno original El Wakanrôeishû es una selección de poemas chinos y japoneses en dos volúmenes, de los cuales el Rôyei Zafit solo conserva el primero. La obra presenta tres tipos de poemas: 1) Poemas de estilo chino 5 realizados por poetas continentales, con un aplastante número de poemas de la mano de Bái Jūyì 白 居 易 , probablemente el poeta chino más influyente en la cultura japonesa. 2) Poemas de estilo chino realizados por poetas japoneses (con autores de la talla de Sugawara no Michizane 菅原道真 o Ki no Haseo 紀長谷雄). 3) Poemas de estilo japonés (en su mayor parte extraídos de clásicos como el Manyoushû 万葉集 o el Kokinwakashû 古今和歌集). Bebiendo de la tradición de la época que lo vio nacer, el primer volumen divide los poemas por estaciones, base fundamental del código poético del periodo Heian 6 (desde finales del s. VIII hasta finales del s. XII). A su vez, dentro de cada estación se presentan una serie de tópicos estacionales (generalmente relacionados con la naturaleza, siendo sus figuras más emblemáticas las flores del ciruelo o el sauce para 94 GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES la primavera, la flor de loto o la luciérnaga para el verano, el crisantemo o el rocío para el otoño y la nieve o la escarcha para el invierno). El segundo volumen presenta un conjunto de tópicos relacionados con la vida diaria cortesana, la naturaleza y los sentimientos humanos (desde el viento y las nubes hasta los viajes y la nostalgia). Al final de cada poema viene escrito el autor original del mismo. Es necesario destacar que, en el caso de la versión presentada en el Rôyei Zafit, el nombre de cada autor no ha sido incluido. La selección de los tópicos y poemas que compone el Wakanrôeishû fue realizada por Fujiwara no Kintô 藤原公任 en 1015, con motivo del enlace de su hija con el poderoso Fujiwara no Norimichi藤原教通, como regalo de bodas para su nuevo yerno 7. Hablamos, por tanto, de un compilador más que de un autor. Fujiwara no Kintô fue, además de un miembro de la familia más poderosa de la época, un reconocido poeta y artista que vivió los años dorados de la cultura noble y ociosa del periodo Heian. Pero la característica que convierte al Wakanrôeishû en una obra universal dentro de la cultura japonesa es el hecho de ser el primer texto que trata por igual poemas de estilo chino y de estilo japonés 8. Hasta su creación, era habitual una separación estricta de ambos géneros, considerando los poemas chinos en una posición culturalmente superior, dado que implicaban el conocimiento del que, en aquellas fechas, era el lenguaje erudito por antonomasia: el chino clásico o kanbun 漢文. Una brillante selección de poemas, tanto chinos como japoneses, apadrinada por un genio del gusto artístico del momento, así como un conveniente sistema de clasificación temático para los poetas que busquen inspiración, no tardó en convertir al EL WAKANRÔEISHÛ 95 Wakanrôeishû en una obra de obligada referencia, trascendiendo el gusto de la nobleza cortesana y conquistando también un espacio entre la nueva élite militar de etapas posteriores, convirtiéndose en un texto recurrente en las obras de teatro Nô 9. Ahora bien, las aplicaciones que se le fueron dando al texto no quedaron fijas con el paso de los años. Las referencias a la vida y las tradiciones reflejadas en la poética, la brillante selección de poemas y ejemplos de rimas y la existencia de muchas obras que analizaban su contenido y lo interpretaban10, transformaron el texto, a principios del periodo Kamakura (ss. XII-XIV), en una de las “cuatro obras clásicas para la educación” 11. Es decir, su contenido era lo suficientemente accesible como para que los jóvenes del momento pudiesen iniciarse en el uso de la poesía y adquiriesen el conocimiento sobre las tradiciones reflejadas en cada uno de los versos, conocimiento necesario para vincularse con la élite local. Es este tipo de doble percepción de la obra, educativa y social, con la que se encuentran los misioneros cuatrocientos años más tarde. 2. El Wakanrôeishû en un nuevo contexto Grandes cambios separan el entorno cortesano y monástico en el que se forjó el Wakanrôeishû del de su impresión en la Nagasaki de 1600. El nuevo marco de fondo de esta obra es el de unos misioneros europeos que llevan ya más de cincuenta años en un Japón en vías de unificación, tras un siglo de guerras intestinas. Las casi ingenuas miradas que 96 GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES se lanzaban ambos mundos en un principio han ido alterándose con los roces diplomáticos y los conflictos económicos y culturales, hasta desembocar en el decreto de prohibición del cristianismo de 1587 y en las persecuciones de 1597. Así pues, el Rôyei Zafit es una obra que pertenece ya a una etapa conflictiva y cargada de tensiones. Etapa que, en contraste, se superpone con una década dorada de impresión y publicación en un intento desesperado, por parte de los europeos, por hacerse comprender y por tornar la situación a su favor dentro de una sociedad que no los necesitaba. Figura clave de esta rica política de impresión es la del conocido Alessandro Valignano, jefe de las misiones jesuitas en Japón entre 1591 y 1604. Este jesuita de carácter humanista subrayó, en su conocido “Sumario de las cosas de Japón”, la necesidad de poner énfasis en el estudio del lenguaje y la cultura local, así como de adaptarse a la etiqueta y costumbres japonesas 12, a la par que establecía una red de seminarios y escuelas con los que crear un cuerpo de nativos, apto y educado, para la propagación de la fe: Ha de haber una escuela de niños [en Japón], a los cuales se ha de enseñar a leer y escribir en japón [japonés], y con el tiempo se ha de procurar de irlos enseñando a leer y escribir en latín, para que puedan leer nuestros libros 13. Sin embargo, es solo en 1591, con la llegada de una imprenta de manufactura europea a Japón y el comienzo de las primeras publicaciones, cuando los jesuitas de la época se centran en buscar una manera efectiva de expresar la fe EL WAKANRÔEISHÛ 97 cristiana, que incorpore el espíritu japonés y que resuene con sus ideales culturales 14. Para ello, surge la necesidad de crear un corpus de libros que permitiese, por un lado, transmitir la lengua y el alfabeto japoneses, así como nociones de su cultura a los Padres europeos y, por otro, el de enseñar las triquiñuelas de la retórica japonesa a los Hermanos, miembros japoneses de la orden. Es aquí donde surge el Wakanrôeishû como una obra efectiva y con larga tradición para el aprendizaje del altamente recargado japonés escrito. Si bien solo podemos especular sobre las diversas aplicaciones que tuvo esta obra dentro de las escuelas cristianas de la época, de cuya vida y metodología poca información se ha salvado, nada impide pensar que los jesuitas abordasen la obra siguiendo las dos funciones, educativa y social, anteriormente existentes en la tradición japonesa y que se abordan con mayor profundidad a continuación. Función educativa En ausencia de fuentes históricas directas, lo primero que podemos hacer, para comprobar si el texto era utilizado para el aprendizaje entre los jesuitas y japoneses cristianos, es cotejar el uso dado a otras obras similares impresas en el mismo contexto. En este caso, la versión jesuita del Heike Monogatari, impresa en 1592, se presta como una valiosa prueba a añadir, dado que cuenta con un prefacio explicativo. Escrito por Fabian Fukan (un japonés miembro de la orden), en japonés con caracteres latinos, en su interior podemos leer: 98 GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES Si un carpintero quiere construir una casa, en primer lugar adquiere las herramientas, y si un pescador piensa ir a pescar, se retira y teje sus redes sin descanso; de igual manera, nosotros para transmitir el mandato del Cielo debemos dominar las palabras y conocer las costumbres de este país. Es por este motivo que tenemos la intención de transcribir con caracteres de nuestro país libros de Japón que nos ayuden en la empresa e imprimirlos. Tú (en referencia a Fabian Fukan), escoge esos libros y transcribe 15. Este fragmento nos revela, por un lado, que el seleccionador del Heike Monogatari fue un miembro japonés de la Orden. No disponemos de una información similar respecto al Wakanrôeishû, pero es muy probable que la obra también fuese seleccionada por un japonés. ¿Quién mejor conocedor y transmisor de las costumbres y tradiciones que un habitante del país? Por otro lado, revela la política de adopción de obras autóctonas para el aprendizaje del idioma por parte de los misioneros europeos. Ahora bien, es necesario señalar el hecho de que la obra se encuentra transcrita en caracteres latinos. Dado que el Heike Monogatari se imprimió en las primeras etapas de la imprenta (1592), esto puede deberse a la necesidad de aprender en primer lugar la lengua hablada, de manera que los misioneros pudiesen comunicarse rápidamente con sus contertulios más próximos. ¿Podemos considerar que el Wakanrôeishû, escrito enteramente en japonés, ocupaba un papel educativo similar al del Heike Monogatari? Una respuesta posible a esta pregunta la ofrece la inexistencia, EL WAKANRÔEISHÛ 99 dentro de la obra, del nombre del autor de cada poema 16. ¿Qué necesidad había de eliminar esta información? Lo cierto es que esta supresión no es una característica original de la edición jesuita. Entre los periodos Heian y Kamakura aparecen numerosos ejemplares de la obra en la que no están anotados los nombres de los autores. La razón por la cual no se añadían dichos nombres radica, según varios investigadores, en que la obra se centraba en los propios poemas, en el uso del pincel sobre el papel y en los caracteres 17. No era tan importante saber quién era el autor de la obra sino conocer el poema y escribirlo adecuadamente. Es decir, el texto se utilizaba como medio para aprender a escribir grácilmente los caracteres chinos y japoneses, a la par que se expandía el conocimiento poético. Aunque no hay referencias históricas explícitas que demuestren esta función como manual poético y caligráfico dentro de las misiones, Doi Tadao aporta una valiosa información al presentarnos una carta del padre Matheus de Couros sobre el seminario de Arima, fechada el seis de Agosto de 1603 en Nagasaki 18. En ella, el Padre hace referencia a la selección de dos Hermanos japoneses, especialmente dotados para dar clases con “algunos Livros de Japam”, para que los alumnos dominen sus expresiones elegantes, mejoren sus capacidades de predicación, y aprendan a escribir textos y cartas. Doi Tadao establece que uno de estos libros debió ser el Rôei Zafit. De ser su suposición correcta, podríamos decir que mientras que el Heike Monogatari estaba orientado al aprendizaje del japonés hablado, el Wakanrôeishû jugó un papel educativo diferente, orientado al dominio de los alfabetos chino y japonés, así como del japonés escrito, rico en expresiones poéticas. 100 GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES Función social Trascendiendo el mero aprendizaje del idioma, la poesía, de por sí, era un elemento importante dentro de las relaciones sociales y culturales del Japón de la época. Considerando la tendencia de los jesuitas a convertir a la élite para poder transmitir la fe a las masas, existía la necesidad de cortejar y mantener contacto con la nobleza19. Contacto para el cual, más allá de saber expresarse en el idioma y adaptarse a sus gustos, se convertía en una necesidad esencial. Ni que decir tiene que los jesuitas eran conscientes del papel de la poesía en la vida, tanto de la nobleza cortesana como de la nobleza militar. Así por ejemplo, el jesuita João Rodrigues, que tuvo un importante papel como intérprete de figuras clave en el Japón de la época, al señalar en su Historia da Igreja do Japao 20 los diez tipos de habilidades más apreciadas por la élite cortesana, entre las que se puede destacar el tiro con arco, tocar la flauta o la cacería, destaca el arte de la poesía encadenada. Es esta, sin duda, una de las actividades que encajan con mayor facilidad en el perfil, mayoritariamente intelectual, de los jesuitas. Motivo por el cual, el mismo João Rodrigues creó, en su Gramática da Lingua Japoa (publicada en Nagasaki en 1604), una introducción a la poesía china y japonesa. Introducción en la que pueden observarse cinco ejemplos tomados del Wakanrôeishû 21 y que nos indican que el estudioso jesuita trabajaba con el mismo. De igual manera, el texto juega también un papel importante dentro del teatro Nô y el Kôwakamai, manifestación de la cultura de la élite militar de la época y que tampoco pasó desapercibida a los ojos de los EL WAKANRÔEISHÛ 101 jesuitas 22. Como ya se ha indicado en el punto anterior, la obra tiene la capacidad de establecer un vínculo entre las dos élites existentes en la época: la élite cortesana (impotente a nivel político, pero con un papel importante a nivel cultural) y la élite militar (verdadera clase dominante del país) 23, por lo que el conocimiento de la obra podría haber garantizado a los Padres y a los Hermanos un elemento de conexión con la flor y nata de la sociedad. Chieko Irie Mulhern considera, además, que la obra pudo ser utilizada por los misioneros para crear literatura “pseudo-clásica” japonesa con fines proselitistas, como por ejemplo otogi-zôshi ( historias cortas ) 24. Si bien no podemos llegar a confirmar este punto, dado que no han sobrevivido textos relacionados; dentro de la ya mencionada Gramática da lingua Japoa se pueden ver referencias a la existencia de más de diez extintas obras de manufactura cristiana pertenecientes a este género 25 , por lo que la posibilidad de que el Wakanrôeishû sirviese, no solo como elemento de vinculación con la élite, sino también como apoyo para la creación de literatura proselitista, es un elemento más a tener en consideración. Recapitulando los elementos presentados en este apartado, podemos señalar que esta obra fue seleccionada dentro del entorno jesuita (aunque no necesariamente por un europeo) por su carácter educativo y social; utilizándola, por un lado, para aprender el idioma y el alfabeto, siguiendo así la tradición educativa autóctona y, por otro lado, como base para vincularse con las élites y, quizá, para crear una literatura que facilitase el proceso de expansión de la fe cristiana entre las clases cultas. Ahora bien, llegados a este punto, es necesario 102 GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES plantearnos si el texto fue aceptado manteniendo su contenido original o si se realizaron algunas modificaciones para adaptarlo a los gustos y necesidades de los misioneros. 3. Política de adaptación de la obra Ya en 1583, Alessandro Valignano advierte del riesgo de que puedan llegar libros con información conflictiva para los miembros de la Compañía: Parece cosa conveniente y necesaria que se hagan libros particulares en todas las ciencias para los japones[es], en los cuales se enseñe simplemente lo substancial de las cosas y las verdades puras bien fundadas con sus pruebas, sin referir otras opiniones diversas y peligrosas ni herejías que contra ellos hubo 26. Aquí el autor hace referencia a los libros que llevan de Europa 27, sin embargo, el mismo procedimiento se desarrolla sobre los textos japoneses utilizados en seminarios y colegios. Naturalmente, los libros estaban sujetos a la supervisión de la Inquisición. No existiendo una figura inquisitorial en Japón, los manuscritos de los libros para publicar debían ser enviados a la colonia portuguesa del Índico, Goa, donde se encontraba el tribunal inquisitorial más cercano. Esto implicaba no solo un retraso en el proceso de publicación, sino también una absurda burocracia, debido a que no existía gente en los tribunales inquisitoriales capaz de entender el chino o el EL WAKANRÔEISHÛ 103 japonés en el que estaban escritos los libros. No fue hasta 1595, tras varias quejas y comentarios a lo largo de quince años, cuando se estableció una excepción papal que eliminaba esta obligación 28. Así pues, podemos decir que el Rôyei Zafit no tuvo que pasar por manos inquisitoriales. No obstante, la obra presenta un proceso de adaptación y alteración que, podemos suponer, debió ser obra de los propios Padres y Hermanos que trabajaron sobre el mismo. El proceso de adaptación que tuvo lugar en el Wakanrôeishû puede dividirse en dos tipos: por un lado un proceso de adaptación ideológica, alterando aquellos contenidos que eran heréticos o inaceptables para la moral que predicaban los misioneros. Por otro lado, un proceso de adaptación estética, consecuencia de la absorción y amalgamación de elementos característicos de la cultura japonesa y de la tecnología europea, proceso cuya función era hacer que el texto fuese más atractivo de cara al público. Adaptación ideológica Al tratarse de una época particularmente sensible para la cristiandad católica, por el desarrollo del protestantismo, es natural pensar que los miembros de la Compañía debieron cargar, tijera en mano, contra aquellos poemas relacionados con los cultos paganos y las creencias politeístas que tanto abundaban, y abundan, en Japón. Sin embargo, resulta interesante señalar cómo muchos elementos de corte ritual y folclórico han sido respetados dentro de la obra. Así, por ejemplo, una tradición ritual de origen cortesano, que estaba muy expandida entre la población, el Nenobi (literalmente 104 GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES “primer día del ratón del Año Nuevo”) 29 , reflejada en el siguiente poema de Sugawara no Michizane (菅原道真), no fue suprimida del listado temático. 倚松樹以摩腰 習風霜之難犯也 Al acercarme a los pinos y apoyar la espalda, se transmite la resistencia al viento y a la escarcha. 和菜羹而啜口 期気味之克調也 30 Al beber el caldo hecho con los primeros brotes, espero confortar mi ánimo. El poema retrata un ritual en el que se expulsan los malos augurios y se celebra una próspera vida yendo al campo para tocar las ramas de los pinos jóvenes y recolectar los primeros brotes de hierba, con los que, posteriormente, se realizaba un caldo, símbolo de prosperidad 31 . Otro ejemplo más provocativo, por hacer referencia al politeísmo original del archipiélago, fue igualmente tolerado: ねぎごとも きかず荒ぶる 神たちも 今日 はなごし と人はいふなり 32 Incluso los dioses que alborotan y no escuchan las plegarias, hoy permanecen tranquilos durante el ritual de verano, comenta la gente. Podemos deducir de la presencia de este tipo de poemas que las creencias y rituales de corte popular, con unas raíces más ambiguas, no se veían como una potencial amenaza. De igual manera, han pasado desapercibidos elementos taoístas EL WAKANRÔEISHÛ 105 como los del siguiente poema, del poeta Wáng Wéi(王維), del periodo Tang: 春来遍是桃花水 不弁仙源何処尋 33 Al llegar la primavera, por todas partes (fluye el) agua con las flores de melocotonero. Así no puedo distinguir dónde está la tierra de los Inmortales, ¿a quién debería preguntar? En el mismo texto se juega con la idea del flujo del río, en cuyo origen está la tierra de los Inmortales, epítome de las creencias taoístas, en la cual crecen los melocotones que otorgan la inmortalidad. Sin embargo, un poema de autor desconocido y aparentemente inocuo, como el siguiente, desaparece de la selección: あらたまの 年も暮るれば 作りけむ 罪も 残らず なりやしぬらむ 34 Al terminarse el año, todos los pecados cometidos, ¿podría ser que desaparecieran? De igual manera, un poema de Bái Jūyì también ha desaparecido: 香火一炉灯一盞 白頭夜礼仏名経 35 Quemo incienso, enciendo la vela votiva; con el pelo cano (por la edad) paso la noche recitando el Sutra de los Nombres de los Buddhas. 106 GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES Ambos poemas hacen referencia a la tradición del Butsumyôe仏名会, ritual de recitación, que tiene lugar a partir del día diecinueve de diciembre y durante tres jornadas, de los nombres de los tres mil buddhas, con el objeto de purificarse de todos los pecados cometidos durante el año 36. De hecho, el Wakanrôeishû original presenta al final de la estación de invierno el tópico “Butsumyôe” con cuatro poemas, entre los que se encuentran los dos arriba presentados. Por el contrario, en la versión jesuita, este tópico, los poemas relacionados con el mismo y la referencia en el índice han desaparecido. Ahora bien, no podemos apresurarnos a concluir que los misioneros veían concretamente en el budismo a su enemigo, ya que, al revisar los capítulos centrales, se pueden encontrar algunos poemas de temática budista. Dentro del tópico veraniego “tomar el fresco”, por ejemplo, tenemos el siguiente poema de Bái Jūyì: 不是禅房無熱到 但能心静即身涼 37 No es que al monje zen no le llegue el calor (del verano), es sencillamente su capacidad para mantener su corazón sereno (y alcanzar la iluminación) la que mantiene su cuerpo fresco. Dentro del tópico “flor de loto”, símbolo también del verano, el siguiente poema de Minamoto no Tamenori (源為): 経為題目仏為眼 知汝花中植膳根 38 En el título del sutra aparecen los ojos de Buddha; solamente tú, entre todas las flores, haces brotar este karma. EL WAKANRÔEISHÛ 107 Es este un poema de difícil interpretación. Los “ojos de Buddha” son, en realidad, una metáfora de la flor de loto. El título del sutra mencionado corresponde al Hokekyô 法蓮経 o Sutra del Loto, dentro de cuyo título aparece el carácter “loto” 蓮. Así pues, solamente el loto, entre todas las flores, tiene un karma tal que le permita aparecer en el nombre de un sutra. Y, finalmente, dentro del tópico “plantas de jardín”, símbolo del otoño, el siguiente poema de Sugawara no Michizane: 曾非種処思元亮 為是花時供世尊 39 Antaño, al plantar, no pensaba en la flor del clavel, (ahora) al florecer, ofrezco (las flores) a Sakyamuni. El poeta Sugawara no Michizane fue condenado al exilio al sur de Japón. En este poema, el autor compara su vida despreocupada antes de su exilio y su situación desesperada en el momento de la composición, lejos de su amada capital. Ante la presencia de semejante amalgama de poemas de corte religioso, politeísta y budista, hecho que contrasta con la evidente censura realizada sobre el último tema del primer volumen (butsumyôe), ¿cómo podemos explicar la política de adaptación realizada en el Wakanrôeishû? Doi Tadao explica este misterio, indicando que una obra como esta debió ser seleccionada por su universalidad y, por tanto, los compiladores optaron por alterar lo mínimo posible el texto, prescindiendo del tema del butsumyôe, por 108 GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES encontrarse situado al final y ser fácil de eliminar 40. Desde mi perspectiva, la respuesta es un poco más compleja. En primer lugar, podemos justificar la presencia de poemas relacionados con creencias populares y rituales, vinculados en su mayoría con el sintoísmo y el taoísmo, porque estos no tenían unas estructuras jerárquicas sólidas que pudiesen ejercer una oposición considerable al cristianismo católico de los jesuitas. Es más, el sintoísmo como tal no contaba con textos exegéticos propios, y el taoísmo, si bien una parte de su tradición sí se había extendido a lo largo y ancho de la sociedad japonesa, amalgamado con las leyendas y folclore popular, no contaba con un “cuerpo físico” en forma de instituciones estables para defenderse. Por otro lado, respecto a la presencia de algunos poemas de temática budista dentro del texto, debemos hacer notar que el número de los mismos es muy escaso. Es más, es probable que el primer poema de corte budista presentado, en el que aparece un sacerdote zen, no fuese completamente entendido por los compiladores dado que, si buscamos la expresión “sacerdote zen” 禅 房 dentro del diccionario jesuita por excelencia de la época, encontramos la confusa definición “casa quieta” 41. Esto se debe a que esta acepción se estableció, muy probablemente, consultando el Rakuyôshû 落葉集, un diccionario de caracteres chinos editado por los jesuitas donde el término “zen” 禅 viene definido como “tranquilo” y el término “monje” 房 como “casa”. Además, si probamos a buscar el término Sakyamuni 世尊 que aparece en el tercer poema, nos encontramos con que ni siquiera aparece en el diccionario, por lo que cabe la posibilidad de que este poema tampoco fuese bien comprendido. Solo nos queda el segundo EL WAKANRÔEISHÛ 109 poema, donde aparece el término “buddha” 仏 , definido peyorativamente en el diccionario jesuita como “ídolo”. Es este, sin embargo, un poema de complicada interpretación, en el que el término “buddha” es, además, utilizado como metáfora de la flor de loto, motivo por el cual pudo fácilmente no disparar las alarmas de los censores. Ahora bien, mayor peligro presenta el juego de poemas relacionados con el ritual Butsumyôe, encajados dentro de un tópico que no hace referencia a una idea religiosa abstracta, sino a un ritual habitual entre los nobles para la absolución de los pecados. Recordemos que en la época de la Contrarreforma la idea de pecado 42 era esencial en el cristianismo. El proceso de comunicar los pecados al confesor, recibir su absolución y cumplir la penitencia era, además, una fuente de poder y control para el sacerdote. Por tanto, cualquier sugerencia a un sistema alternativo de purificación podía suponer una reducción del poder del pastor sobre su rebaño. Es, a mi parecer, esta idea del budismo como alternativa para la absolución, y no el budismo en sí el elemento que ha sido suprimido dentro de la obra. Podemos, por tanto, concluir este apartado de adaptación ideológica señalando que, si bien existía cierta tolerancia y no se buscaba la estricta supresión de los elementos religiosos autóctonos, el proceso de censura de esta obra poética se aplicó con especial severidad en aquellos poemas que combinaban explícitamente rituales relacionados con la purificación. A pesar de ello, es muy posible que el relativamente escaso número de referencias religiosas y otros temás polémicos para la mentalidad cristiana de la época fuese un factor más a tener en cuenta a la hora de seleccionar el 110 GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES primer volumen del Wakanrôeishû para la publicación en la prensa jesuita. Además, podemos encontrar en relación con esta neutralidad una buena razón para la inexistencia del segundo volumen de la obra en el catálogo de impresiones jesuitas; dado que, en este último, centrado en la vida cotidiana, se presentan tópicos poéticos hasta cierto punto comprometidos, como gijo 妓女 o “cortesanas”, yûjo 遊女o “mujeres de entretenimiento” y sake酒 43. Elementos nada neutrales que, sin duda, no habrían sido tolerados por los misioneros de la época. Adaptación estética Adaptar una obra a un propósito no implica solamente limar aquellas asperezas de contenido que puedan dar origen a posteriores conflictos ideológicos o doctrinales. De la misma manera, la adaptación también abarca aquellas medidas que permitan, desde una perspectiva externa, ser más accesible o crear una sensación agradable, con el fin de que se abran sus páginas con una perspectiva positiva hacia la propia obra. Se puede considerar que en el Wakanrôeishû de los jesuitas y, por extensión, en todo el Rôyei Zafit, tuvo lugar también una adaptación estética. Al observar las páginas de la obra desde cierta distancia, uno puede percatarse de que los Fig.1 caracteres se estiran y se alargan en algunos momentos, se acortan y encogen en otros. En algunos casos, incluso, los caracteres tienden a tocarse entre sí, algo EL WAKANRÔEISHÛ 111 extremadamente raro en una prensa tipográfica, y es que la obra juega con el dominio estético de los caracteres con un determinado objetivo: acomodarse al gusto de un lector acostumbrado no tanto a las impresiones de caracteres, sino a las líneas sinuosas y estilizadas de la caligrafía 44. La imprenta jesuita estaba formada por tipos móviles, esto es, cada carácter se grababa o tallaba en un pequeño rectángulo de metal o madera, denominado “tipo”, el cual a su vez se colocaba en una matriz, siguiendo el conocido modelo de Gutenberg. La sucesiva alineación de caracteres, formando líneas y párrafos, componía una página, la cual se insertaba en el marco para su posterior impresión. Sin embargo, como consecuencia de esta matriz, cada letra impresa mantiene un tamaño en proporción a las demás letras y una distancia calculada. Esto crea una sensación de simetría que, ante nuestros ojos, acostumbrados a la prensa actual, puede resultar habitual, pero que no lo era entre la gente de la época. En cuanto a la impresión de esta obra se puede percibir, especialmente en el caso del alfabeto fonético hiragana, un esfuerzo para que el acabado de cada uno de los caracteres coincida con el comienzo del próximo carácter, permitiendo simular un pincel que recorre toda la frase, levantándose un mínimo número de veces del papel y creando formas alargadas o achatadas, sin estar atrapadas en unas dimensiones específicas (puede verse como ejemplo la frase de la fig. 1 あしたよりまたるる物, donde se ha intentado conectar los caracteresた,よyり, así comoまconた, る y ゝ 45). Si bien el acabado es bastante imperfecto, no siendo posible compararlo con las impresiones autóctonas y contemporáneas realizadas en Saga, al sur de Kioto, esta adaptación puede verse especialmente en los cinco caracteres 112 GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES centrales de la primera página, los cuales fueron tallados dentro de un solo marco con el fin de que se respetasen al máximo las conexiones entre los mismos. También puede verse en algunas expresiones de dos o tres caracteres, como kotoni ことに, kotoshi ことし o hakari はかり 46, grabados dentro de un mismo tipo, rompiendo el concepto de un carácter por tipo; expresiones que, en el trazo con pincel, suelen simplificarse en un conjunto de líneas estilizadas 47. De igual manera, los caracteres chinos fueron también grabados en su expresión más circular y sinuosa (denominada sôsho 草 書), elección que, desde una perspectiva técnica, dificulta el proceso de tallado sobre madera. Destacan igualmente la presencia de varios caracteres con patrones de dibujo diferentes (como el carácter “primavera” 春 , que es representado con tres patrones diferentes, o el hiragana “ ne” ね, con dos patrones diferentes; v. Fig. 2 Distintas formas de escribir 春 fig. 2). (superior) y ね (inferior). La adopción de estos patrones sinuosos refuerza la teoría antes expuesta de que el texto fue utilizado para el aprendizaje caligráfico de los caracteres autóctonos. Pero el esfuerzo, tanto técnico como económico, que implica intentar imitar los trazos de pincel en una imprenta de la época hace pensar que, entre los Padres y Hermanos, existía una conciencia de la importancia de la forma y aspecto de los EL WAKANRÔEISHÛ 113 caracteres que no existía en Europa. Una conciencia adquirida de la cultura anfitriona. Conclusión La edición del Wakanrôeishû, creada en las misiones jesuitas del Japón de principios del s. XVI, tuvo dos funciones principales: por un lado, una función educativa, al ser una obra utilizada tanto para el aprendizaje de los caracteres chinos y japoneses como de las bases de la poesía clásica, tan apreciada durante la época. Por otro lado, una función social, al ser la poesía un elemento importante dentro de las relaciones con la élite de la época. A este último punto se le añade la posibilidad de que los contenidos también fuesen utilizados para la creación de una literatura de corte proselitista, ajustada a los gustos de la época. El aprovechamiento realizado de la obra muestra que la política de los misioneros jesuitas fue lo suficientemente flexible para adoptar modelos educativos y artísticos autóctonos, entre los que se encuentra la adaptación de los caracteres creados para la imprenta, con el fin de imitar los trazos del pincel. Pero no fue suficiente para evitar censurar parte de la obra. Censura que, a diferencia de lo que se podría esperar, no estaba orientada tanto a la supresión de creencias autóctonas como a la de los rituales de purificación de los pecados, los cuales podían implicar una interferencia directa con las actividades misioneras. 114 GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES Ahora bien, es necesario señalar que no se han encontrado referencias suficientes para poder hablar de efectos o reacciones de la población japonesa, o al menos de la élite cultural, ante el uso de esta obra por parte de los misioneros. Esto podría deberse a la rápida supresión del cristianismo, establecida por el nuevo gobierno centralizado de Japón en 1613, trece años después de la publicación de la obra, perdiendose así los posibles frutos del uso de la misma tanto entre las fuentes europeas como entre las fuentes japonesas. 1 Doi, Tadao 土井忠生, Yasokaihatsukeichôgonen-Wakanrôeishû 邪蘇会板慶長五年・倭漢朗詠集 [Edición jesuita en el quinto año de Keicho del Wakanrôeishû], Kioto: Kiotodaigakukokubungakukai, 1964, pp. 2-4. Doi Tadao, al establecer esta edición, hace notar también la presencia de dos folios utilizados como forro de las portadas del libro, que debieron pertenecer a otra obra de anterior publicación. 2 Laures, J., Kirishitanbunko 吉利支丹文庫 [Textos cristianos], Tokio: Rinsenshoten, 1940, p. 100; Kornicki, Peter, The Book in Japan, Honolulu: Hawaii Press, 2001, p. 126. Desgraciadamente, el número total de libros que salieron de la imprenta, así como el número de ejemplares de cada edición siguen siendo desconocidos. 3 Laures, J., Kirishitanbunko 吉利支丹文庫 [Textos cristianos], Tokio: Rinsenshoten, 1940, pp. 66-67. La portada del texto tiene dos sellos circulares del monasterio de El Escorial y uno más en la última página. Las fotos de los años treinta aportadas por Doi Tadao muestran que el sello izquierdo y el de la última página no estaban en aquel momento. Doi Tadao 土 井 忠 生 , Yasokaihatsukeichôgonen-Wakanrôeishû 邪蘇会板慶長五年・倭漢 朗詠集[Edición jesuita en el quinto año del periodo Keichô del Wakanrôeishû], Kioto: Kiotodaigakukokubungakukai, 1964, p. 1. 4 Gregorio, Andrés, “Los libros chinos de la Real Biblioteca de El Escorial”, en Missionalia Hispanica, XXVI, n. 76, p. 121. EL WAKANRÔEISHÛ 115 5 Se ha optado en este artículo por utilizar las expresiones “poema de estilo chino” y “poema de estilo japonés” en aras de la sencillez. Entenderemos por “poemas de estilo japonés” los clásicos tanka (poesía corta) con composición 7-5-7 7-7. En el caso de los “poemas de estilo chino”, la acepción es más heterogénea, existiendo en esta obra combinaciones de 2 versos con 4 y 6 caracteres separados, así como un verso con 7 y 7 caracteres. No son estos poemas completos, sino ku 句, secciones poéticamente independientes que en grupos de cuatro forman un poema completo. Estos ku suelen extraerse del poema y escribirse aparte, en función del criterio del compilador, por ser particularmente conmovedores o expresivos. Muchas veces el resultado de la separación de estos versos de sus compañeros naturales y de su contexto generan una alteración en el significado del poema; alteración de la que disfrutaban los cortesanos de la época, dado que añadía un elemento personal a la obra. En ningún caso era considerado plagio. Esta obsesión por poemas breves pero intensos no pasó desapercibida a los misioneros. Para detalles sobre la rima v. Harich-Schneider, Eta Roei, The Medieval Court Songs of Japan, Tokio: Sophia University Press, 1965 y Duthie, Torqil, Poesía clásica japonesa, Madrid: Trotta, 2005. 6 Duthie, Torqil, Poesía clásica japonesa, Madrid: Trotta, 2005, p. 30. 7 Existen otras teorías respecto a las circunstancias de su creación, pero todas coinciden en una fecha aproximada entre 1015 y 1018. Ichiko, Keiji (ed.), Nihonkotenbungakudaijiten,日本古典文学大辞 典 , [Gran diccionario de literatura clásica japonesa], Tokio: Iwanamishoten, 1985, vol. 6, p. 344. 8 Ichiko, Keiji(ed.), Nihonkotenbungakudaijiten,日本古典文学大辞 典 , [Gran diccionario de literatura clásica japonesa], Tokio: Iwanamishoten, 1985, vol. 6, p. 344. 9 Solo dentro de la impresión realizada por los jesuitas se pueden señalar 37 poemas habituales en las obras de teatro Nô. 116 GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES 10 Denominadas chûshakusho 注釈書 (comentarios sobre una obra). A falta de otras fuentes, la existencia de media docena o más de este tipo de textos es un buen indicador de la popularidad de una obra en un periodo determinado. 11 Denominadas Shibu no dokusho 四部の読書。Las otras tres obras son: Senjimon 千字文, traducido en nuestro país como El clásico de los mil caracteres; Mogyû 蒙求, que podría traducirse como “Lo que buscan los ignorantes” y Hyakunijûei 百二十詠, traducible como “Ciento veinte poemas para cantar”. Todas ellas son de carácter educativo, moral y poético. Sobre el papel del Wakanrôeishû como libro educativo dentro de la tradición medieval japonesa, v. Satô Michio 佐藤道生, Wakanrôeishû, shogakushohe no michi『和漢朗詠集』、幼学書への道, [Wakanrôeishû, el camino hacia un libro educativo], Wakanhikakubungaku 和漢比較文学, 36, 2006, pp. 35-36. 12 Alvarez-Taladriz, José Luís, Sumario de las cosas del Japón (ed. original 1583), Tokio: Sophia University Press, 1954, pp. 150-161. 13 Ibíd. p. 151. 14 Farge, William J., The Japanese Translations of the Jesuit Mission Press 1590-1614. De imitatione Christi and Guía de Pecadores, Lewiston, N.Y.: Edwin Mellen Press, 2002, p. 3. 15 Komei Takayosi, 亀 井 高 孝 , Sakata Yukiko, 阪 田 雪 子 , Habianshô Kirishitanban Heike Monogatari ハビヤン抄キリシタ ン版・平家物語, Kichikawakôbunkan, 1980, p. 4. 16 Conviene aclarar que, en las versiones más antiguas del Wakanrôeishû, los nombres de los autores estaban indicados al final de cada poema. 17 Miki Masahiro, 三木雅博, Wakanrôeishû to sono kyôju 和漢朗 詠集とその享受, Benseisha, 1996, pp.151-157. EL WAKANRÔEISHÛ 117 18 Doi, Tadao, 土井忠生, Kirshitanbunnkennko キリシタン文献考 [Sobre los textos cristianos], Tokio:Sanshodo, 1963, pp. 51-52. 19 La generalización de esta política de conversión ha sido puesta en cuestión en los últimos años, al existir notables casos, como el de las misiones jesuitas en China, donde la mayor parte de los convertidos eran de origen plebeyo. En todo caso, no puede negarse la interacción de los jesuitas con la élite a través de libros y de discusiones intelectuales; v. Brockey, L. Matthew, Journey to the East -The Jesuit mission to China, 1579-1724, USA: Harvard University Press, 2007, p. 289. 20 Rodrigues, Joao, Nihonkyôkaishi 日 本 教会 史[Historia de la Iglesia en Japón], vol. 2, p. 37. 21 Cooper, Michael, “The Muse Described: 'Joao Rodrigues'. Account of Japanese Poetry”, en Monumenta Nipponica, vol. 26, 1/2, 1971, pp. 55-75. 22 Proverbial es el gusto de Oda Nobunaga, uno de los grandes unificadores de Japón a través del teatro Nô y el Kôwakamai. De igual manera, Luis Frois señala el gusto de la población por estas manifestaciones culturales: Frois, Luis, Nichioubunkahikaku 日欧文 化 比較 [ed. en japonés del Tratado em que se contem muite abreviadamente algumas contradicoes e diferencas de custumes antre a gente de europa e esta provincia de Japao (1585)], Tokio: Iwanamishoten, 1991, pp. 616 - 617. 23 A diferencia de otros textos publicados, como el Heike Monogatari o el Taiheiki Nukisho, que estaban orientados exclusivamente al gusto de la élite militar. 24 Irie Mulhern, Chieko, “Cinderella and the Jesuits. An Otogizoshi Cycle as Christian Literature”, en Monumenta Nipponica, vol. 34. N.º 4, 1979, p. 440. 25 Doi, Tadao, “Das Sprchstudium der Gesellschaft Jesu in Japan im 16. Und 17. Jahrundert”, en Monumenta Nipponica, vol. 2, 1939, p. 448. 118 GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES 26 Alvarez-Taladriz, José Luís, Sumario de las cosas del Japón (1583), Tokio: Sophia University Press, 1954, p. 171; Boxer, C.R., The Christian century in Japan, Manchester: Carcanet, 1951, p. 190. 27 Con potenciales elementos conflictivos, como las referencias al pasado politeísta de Europa contenidas en los clásicos (Aristóteles, Cicerón, etc.), o información relacionada con otras Órdenes de la cristiandad (especialmente las mendicantes), que podía causar “confusión”; v. Elison, G., Deus Destroyed, USA: Harvard University Press, 1988, p. 65. 28 Moran, J. F., The Japanese and the Jesuit, London: Routledge, 1993, pp. 146-149. 29 El Nenobi hace referencia al primer día del año, que coincide con el “ratón” dentro del zodiaco chino. Esta festividad sobrevive todavía hoy en día en varias regiones de Japón. Suzuki, Tomitsu, 鈴木 棠三, Nihonnennchûgyôjijiten 日本年中行事辞典[Diccionario de rituales anuales japoneses], Japan: Kadokawashoten, 1977, p. 128. 30 Sugano Hiroyuki (ed.), 菅野礼行, Wakanrôeishû, 和漢朗詠集, Shin-nihonbungakutaikei, Japan: Shogakukan, 1999, p. 31-32 (Rôyei Zafit, G-IV-54, folio 3, anverso, línea 5). 31 Ibíd. pp. 31-32. 32 Ibíd., p. 101 (Rôyei Zafit, 33 Ibíd., p. 36 (Rôyei Zafit, G-IV-54, folio 3, reverso, línea 1). 34 Ibíd., p. 209. 35 Ibíd., p. 208. 36 G-IV-54, folio 8, reverso, línea 7). Kokushidaijitenhenshuiinkaihen, 国 史 大 辞 典 編 集 委 員 会 編 , “Kokushidaijiten” , 国 史 大 辞 典 [Gran diccionario de historia japonesa], Japan: Kichikawakobunko, 1984, p. 128. EL WAKANRÔEISHÛ 119 37 Sugano Hiroyuki (ed.), 菅野礼行, Wakanrôeishû 和漢朗詠集 [Wakanrôeishû], Shin-nihonbungakutaikei, Japan: Shogakukan, 1999, p. 97 (Rôyei Zafit, G-IV-54, folio 8, anverso, línea 12). 38 Ibíd., p. 105 (Rôyei Zafit, G-IV-54, folio 9, anverso, línea 4). 39 Ibíd., p. 163 (Rôyei Zafit, G-IV-54, folio 13, reverso, línea 14). 40 Doi, Tadao 土井忠生, Yasokaihatsukeichôgonen-Wakanrôeishû 邪蘇会板慶長五年・倭漢朗詠集[Edición jesuita en el quinto año de Keichô del Wakanrôeishû], Kioto: Kiotodaigakukokubungakukai, 1964, p. 5. 41 Rodrigues, Joao, Paribon Nippojisho パ リ 本 日 葡 辞 書 [Vocabulario da Lingua Japoa (1603)], Tokio: Benseisha, 1976, p. 140. 42 Si bien existen diferencias entre el concepto de “pecado” en la religión cristiana y el de tsumi 罪 en la religión budista, en el diccionario japonés-portugués contemporáneo al Wakanrôeishû la palabra tsumi viene definida como “peccado”. Por lo que podemos suponer que los jesuitas unificaron ambos conceptos o no fueron conscientes de la diferencia de matiz; v. Rodrigues, Joao, Paribon Nippojisho パリ本日葡辞書[Vocabulario da Lingua Japoa (1603)], Tokio: Benseisha, 1976, p. 248. 43 Sugano Hiroyuki (ed.), 菅野礼行, Wakanrôeishû 和漢朗詠集 [Wakanrôeishû], Shin-nihonbungakutaikei, Japan: Shogakukan, 1999. Sake: v. p. 255; sanji: v. p. 303; butsuji: p. 308; sô: p. 316; gijo: p. 368; yûjo: p. 375. 44 Shigetomo Koda aprecia este proceso de adaptación ya en obras publicadas en el año anterior (1599), así como en la Guia do pecador que puede verse en el monasterio de El Escorial: “Notes sur la presse jesuite au Japon et plus spécialement sur les livres imprimés en caractères”, en Monumenta Nipponica, vol. 2, n.º 2, 1939, p. 380. 45 Rôyei Zafit, folio 4, reverso, línea 10. 120 GONZALO SAN EMETERIO CABAÑES 46 Doi, Tadao 土井忠生, Yasokaihatsukeichôgonen-Wakanrôeishû 邪蘇会板慶長五年・倭漢朗詠集[Edición jesuita en el quinto año de Keichô del Wakanrôeishû], Kioto: Kiotodaigakukokubungakukai, 1964, p. 3. 47 Aclarar que la escritura cursiva conectada en hiragana e impresa ya existía en Japón antes, mediante el tallado directo de toda la página sobre una superficie de madera. La novedad radica aquí en el esfuerzo por interconectar caracteres tallados independientemente. Más datos referentes a las características de impresión de la prensa jesuita, en Laures, J., Kirishitanbunko 吉 利 支 丹 文 庫 [Textos cristianos], Tokio: Rinsenshoten, 1940, p. 18; Shigetomo, Koda, “Notes sur la presse jesuite au Japon et plus spécialement sur les livres imprimés en caractères”, en Monumenta Nipponica, vol. 2, n.º 2, 1939, pp. 374-385; Doi, Tadao, 土井忠生, Kirshitanbunkenkô キ リシタン文献考[Sobre los textos cristianos], Tokio:Sanshodo, 1963, p. 21. DOI 10.3994/RIEAO 2010.03.123 Revista Iberoamericana de Estudios de Asia Oriental (2010) 3: 123-157 IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: O CASO DE SÃO PAULO Dr. Daniel Bicudo Véras * Resumo: O objetivo deste artigo é fornecer um panorama da imigração chinesa para o Brasil, um dos maiores receptores na América Latina. Estima-se que 35 milhões de chineses ultramarinos vivam em 150 países. Mais de 2.800.000 se estabeleceram na América Latina e o Brasil é o lar de 200,000. Há três hipóteses básicas: 1) Internamente, na China existem fatores econômicos, políticos, culturais e demográficos que obrigam parte de sua população a partir; 2) O Brasil, por sua vez, pelo desenvolvimento de seus mercados, torna-se um polo de atração de pessoas do mundo inteiro, incluindo os chineses; 3) Com a imigração, a sociedade brasileira adquire influências chinesas e surge a comunidade * Daniel Bicudo Véras é doutor em Ciências Sociais pela Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (2008). Atualmente trabalha na Hubei University, China. 124 DANIEL BICUDO VÉRAS sino-brasileira, daí decorrendo transformações culturais. A metodologia consistiu em pesquisa da literatura histórica e teórica, documentos oficiais e imprensa. Ademais, foram realizadas cinco entrevistas em profundidade com imigrantes chineses em São Paulo, em 2006. Abstract: This article aims to provide a panorama of Chinese immigration to Brazil, one of the biggest receivers in Latin America. About 35 million overseas Chinese are estimated in 150 countries. More than 2.800.000 have settled in Latin America and Brazil is the home of 200,000. There are three basic hypotheses: 1) Internally, in China there are economic, political, cultural and demographic factors that compel part of its population to leave; 2) Brazil, in turn, for the development of its market, becomes a pole of attraction for people from all over the world, including the Chinese; 3) With immigration, Brazilian society receives Chinese influences and the Sino-Brazilian community appears, triggering cultural transformations. The methodology consisted of historical and theoretical literature research, official documents and the press. Furthermore, we performed five in-depth interviews with Chinese immigrants in São Paulo, in 2006. Introdução Este artigo é sobre a imigração chinesa no Brasil, com destaque para a experiência de São Paulo. Supõe-se que 35 milhões de chineses ultramarinos vivam em quase 150 países. IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 125 O Brasil é o lar de cerca de 200.000, metade dos quais está na região metropolitana de São Paulo. A América Latina como um todo abriga mais de 2.800.000. Além de permitir uma melhor visualização do deslocamento populacional, da política económica e da globalização, isto permite identificar as relações entre este quadro global, a composição da sociedade brasileira, e a complexidade de sua identidade. Levantam-se, assim, três hipóteses básicas: 1) Internamente, na China há fatores econômicos, políticos, culturais e demográficos que obrigam parte de sua população a emigrar; 2) O Brasil, por sua vez, pelo desenvolvimento de seus mercados, torna-se um polo de atração para pessoas do mundo inteiro, incluindo os chineses; 3) Como resultado dos movimentos anteriores, surge a comunidade sino-brasileira em São Paulo, Brasil, onde pode-se verificar o impacto desta imigração, principalmente no tocante a transformações culturais. A metodologia consistiu em pesquisa bibliográfica histórica e teórica, além de documentos (estatísticas governamentais, entre outros) e informações da imprensa. Além disso, no caso brasileiro os arquivos do Museu da Imigração de São Paulo, de 1997 a 2003, contêm entrevistas com chineses que vivem no Brasil 1 . Ademais, realizamos cinco entrevistas em profundidade com imigrantes chineses em São Paulo, em 2006. Buscamos entrevistados de diferentes origens, de modo que seus perfis pudessem refletir, mesmo precariamente, a multiplicidade da diáspora. Os entrevistados 126 DANIEL BICUDO VÉRAS falaram sobre questões relacionadas às hipóteses acima. A pesquisa também foi enriquecida por conversas informais com brasileiros e chineses, e no caso da terceira hipótese, documentação por fotografias, coleta de documentos e visitas a locais onde seria visível a influência chinesa na cidade de São Paulo e arredores. Reuniões e comemorações da comunidade sino-brasileira foram registradas. Para a análise de dados sobre a conceituação da diáspora, os referenciais teóricos de Stuart Hall 2, Adam McKeown 3, entre outros, foram levados em conta. A obra de Abdelmalek Sayad 4 foi importante sobre a questão da condição do imigrante. O conceito de "exército industrial de reserva" 5 e as teorias de Paul Singer 6 e Herbert Klein 7 tiveram papel fundamental na explicação dos movimentos populacionais. O pensamento de Jeffrey Lesser 8 sobre a construção de uma nova identidade brasileira, de modo a incluir também os asiáticos e seus descendentes, deve ser destacado. A tradição ocidental sempre considerou a China como um lugar distante, não só academicamente. Não é por acaso que ela é considerada como pertencente ao Extremo Oriente. Por razões históricas - rota de navegação, interesses económicos, grande explosão demográfica, tensões políticas e culturais – o Oriente tem sido, ao mesmo tempo que atraente para o Ocidente, uma região de expulsão para parte da população local. Edward Said 9 retrata um processo de construção simbólica do Oriente pelo Ocidente desde remotos tempos coloniais - e quanto esta imagem alimentou e foi alimentada pela imaginação. Para os pesquisadores ocidentais, dizer qualquer coisa sobre a China exige o cuidado extra de se IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 127 auto-examinar dentro desta tradição, a fim de evitar cometer os erros e os preconceitos mais freqüentes da história. Basicamente, existem dois tipos de forças que operam no processo de migração. Elas são as forças de atração (pull) e de repulsão (push) 10. Neste caso, o continente americano na virada do século XIX para o XX teve grande força de atração por suas terras abundantes, escassez de força de trabalho e uma industrialização em desenvolvimento. Na ocasião, a Ásia (especialmente o Japão e a China) e a Europa, por sua vez, foram os lugares que obrigaram parte de sua força de trabalho a emigrar, pois tinham alta densidade demográfica, escassez de terra e uma mudança econômica da agricultura para a indústria que deixava de fora milhares de pessoas que não encontravam trabalho. Elas compunham o que Marx 11 chamou de "exército industrial de reserva". As ondas e os movimentos migratórios são, portanto, em grande medida condicionados à demanda de trabalho em diferentes regiões do globo. O Brasil constituía um espaço vazio a ser explorado, mesmo após séculos de sofrimento para a mão de obra africana escravizada. As Américas (Meizhou em chinês significa "belo continente") tornavam-se então terras de esperança para muitos - incluindo os chineses. 1. A china expulsa Os chineses já vinham se espalhando pelo mundo, constituindo uma verdadeira diáspora. A dispersão, além da existência de uma mitologia coletiva sobre a terra de origem e a idealização do retorno são atributos comuns às diásporas12. 128 DANIEL BICUDO VÉRAS Assim como ocorre em outros grupos migratórios, os chineses se deslocam a fim de satisfazer uma demanda de trabalho (pull/ - push). Com a maior população do planeta, em sua terra natal têm que enfrentar fatores determinantes para o deslocamento, principalmente nas províncias de Guangdong (Cantão) e Fujian. Essas regiões, na costa chinesa (sudeste), apresentam características especiais. Por um lado, no final do século XIX elas tornaram evidente a decadência da dinastia Qing, com superpopulação, pobreza generalizada e caos social. Por outro lado, esta região oferecia aos seus habitantes meios para se aproveitar da economia do Pacífico em transformação, e um certo grau de estabilidade e de oportunidade - que são essenciais para a emigração, especialmente em bases familiares 13 . Por todas estas razões, estas duas províncias vizinhas são as maiores fontes de emigrantes chineses, inicialmente escravizados e negociados pelos portugueses e holandeses, sob a forma de coolies no final do império chinês 14. Os grandes movimentos populacionais chineses tradicionalmente apresentam uma tendência para o leste, a partir de regiões inóspitas e desertas para regiões economicamente prósperas e superpovoadas na costa (como Fujian e Guangdong) 15. E é a partir dessas regiões ricas em oportunidade que estas populações saem para outros países. Com perfis diferenciados, os chineses ocupam primeiramente o Sudeste da Ásia, nas Filipinas, Indonésia, Malásia, Tailândia e Cingapura, por exemplo. Vão para outros continentes depois. Fossem voluntariamente emigrados ou escravizados, os emigrantes eram vistos pelo império chinês como traidores do país. Mesmo atualmente a emigração é um assunto delicado na IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 129 China, uma vez que demonstra que muitos tiveram que sair buscando melhores condições de vida (que a terra de origem não foi capaz de promover), ou por discordância ideológica (evidenciando a falta de liberdade). No final do século XIX, no entanto, como o governo chinês começou a receber remessas de dinheiro dos emigrantes, surgia uma nova classificação e redefinição de identidades. Os chineses ultramarinos começaram a ser bem vistos (como benfeitores da pátria) e apareceram as seguintes categorias: • • • Zhongguoren - os chineses, por assim dizer, que vivem na China e têm nacionalidade chinesa; Huaren ou huaqiao - os chineses nascidos no país, mas que vivem no estrangeiro, muitos dos quais detendo passaportes de outras nacionalidades; Huayi - os estrangeiros de origem chinesa. Essas identidades 16 ajudam a lidar com a vergonha de se deixar a pátria. Como os chineses da diáspora nunca o deixam de ser, eles não constrangem o governo, à medida que lhe preservam a “face”. O Estado sempre teve um papel preponderante na construção da identidade chinesa 17 , e os chineses da diáspora, mesmo não sendo mais cidadãos chineses, no nível simbólico permanecem de alguma forma sujeitos à autoridade do país 18. Por razões culturais, a ligação com a terra de origem os faz ajudá-la, através do envio de dinheiro. Como a história tem mostrado, este será um importante ativador da economia chinesa, combinado a um nacionalismo artificial construído para a consolidação da identidade do país. 130 DANIEL BICUDO VÉRAS O Estado chinês conseguiu criar uma identidade comum para um povo tão diverso. Unificados pela força, 56 grupos étnicos com seus próprios idiomas e costumes começaram a ter as mesmas identificações em um território de dimensões continentais. Se no presente a China Continental tem 1,285 bilhão de pessoas e Taiwan, 22 milhões19, todos eles se vêem como a "Grande China", juntamente com os huaren e huayi, pela força da presença governamental 20 - algo peculiar à diáspora chinesa. A diáspora chinesa não é, portanto, homogênea. Diferentes perfis profissionais (coolies, empresários, intelectuais, comerciantes, boatpeople, etc), identificações políticas (Taiwan, República Popular da China, etc.), minorias e as cidades de origem serão de grande influência nas identificações. Mesmo aqueles que deixam a China com identidades similares, nos países de acolhimento podem mudar, como mostra Wang 21 . Este autor mostra alguns tipos de mentalidade dos huaren: a mentalidade do estrangeiro; a acomodação (mudança de planos - com as complicações na China, os estrangeiros têm que se estabelecer onde estão); a assimilação total (a vergonha da própria origem); o orgulho étnico e a luta pelos direitos civis; ou as populações desenraizadas (a “fuga de cérebros "). Após séculos de supremacia econômica, a decadência da Dinastia Qing trouxe humilhações aos chineses – sendo a mais difícil delas a transferência de Hong Kong ao Reino Unido pela derrota na Guerra do Ópio. Todo esse cenário político e as condições socio-económicas expulsavam parte da população, que partia em condições variadas. A República da China (1911-1949) não trouxe alívio às condições de vida dos IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 131 chineses. Neste período, o país não só entrou numa guerra civil, o conflito entre os nacionalistas e os comunistas, como também enfrentou as invasões japonesas da década de 1930. Os estrangeiros continuavam na China, com seus interesses comerciais e concessões. A partir de 1949, a China passou a ser governada por uma nova proposta social, a República Socialista. Também foi um grande marco para a retomada da emigração, desta vez com um perfil diferenciado. Na Revolução Chinesa, famílias ricas fugiram para Taiwan e outros lugares a fim de proteger os seus bens e escapar da perseguição política. É por isso que a partir desta data ouviu-se falar mais de empresários chineses se estabelecendo em outros lugares. Segundo o entrevistado Padre Pedro Jim Ming Siao (Padre Pedro) 22, pelo fato do país entrar num período de isolamento, a emigração na China Continental foi reduzida significativamente. Como ele diz, no Brasil das décadas de 1950, 60 e 70, havia mais imigrantes vindos de Taiwan, pois a ilha era mais aberta, um ponto de saída. Entretanto, em Formosa havia a ameaça constante de guerra e invasão por parte de Pequim. Este foi um forte fator para a emigração de formosinos. Na década de 1950, a população da República Popular da China, um país então extremamente fechado, tinha menos condições para emigrar. Estavam ocupados lutando contra dificuldades. O Grande Salto para a Frente, tentativa de Mao Tsé-tung de tornar o país auto-suficiente, acabou levando-o ao colapso da economia. De 1958 a 1961 o país passou por um período de fome que resultou em milhões de mortos. Na década seguinte, com a luta entre a facção do presidente Mao e a dos dirigentes do Partido Comunista, o país endureceu ainda 132 DANIEL BICUDO VÉRAS mais politicamente. Como resultado, de 1966 a 1976, houve a Revolução Cultural, com a perseguição aos intelectuais. Mesmo assim, muitos deles conseguiram sair do país, o que transformou a diáspora chinesa substancialmente. Essa elite intelectual revitalizou as comunidades chinesas no exterior, levando a cultura letrada chinesa para os países aonde iam, melhorando ali o status dos imigrantes chineses como um todo 23. Após a morte de Mao em 1976 e a prisão do chamado "bando dos quatro", Deng Xiaoping iniciou as reformas econômicas e a abertura em 1978. Neste período, houve um abrandamento da política e um aumento do número de emigrantes, de bolsas de estudo e oportunidades no exterior. Com o crescimento econômico, houve uma atmosfera de esperança, mas o entusiasmo durou apenas até o final da década de 1980, quando setores da população exigiram uma abertura política que acompanhasse o ritmo das mudanças econômicas. Houve protestos, tendo o mais conhecido deles terminado no massacre de civis na Praça Tian’anmen em 1989, pelo exército. O acontecimento causou a saída de muitos intelectuais 24 e custou ao país represálias internacionais. O país levou algum tempo para se recuperar do choque, mas no início dos anos de 1990 a República Popular da China já retomava seu crescimento. Story 25, McKeown 26 e outros singularizam a diáspora chinesa como o grande impulso para o crescimento econômico chinês. Os huaren e huaqiao, tão celebrados desde o império com suas remessas de dinheiro, tornaram-se a partir de 1978 os principais investidores no país. Por causa deles, a República Popular da China (R.P.C.) passou a receber altos IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 133 investimentos estrangeiros. Por que, entretanto, investir em um país do qual tiveram de fugir décadas antes? Porque se sentem seguros com um crescimento econômico sob controle estatal rígido, especialmente sobre os trabalhadores. A diáspora é também organizada globalmente. Houve movimentos pelos direitos civis nos Estados Unidos na década de 1960 e desde então a organização da diáspora chinesa pode ser vista em todo o mundo 27. Comparativamente ao que aconteceu em termos económicos, a República Popular da China abriu muito pouco politicamente. O país tem sido muito criticado por isso, por não adotar um modelo democrático do tipo “ocidental”. Além disso, a República Popular da China é criticada por tirar proveito da força de trabalho barata - mas normalmente o alto poder de compra do renminbi não é levado em conta, e o capitalismo mundial também faz uso dessa força de trabalho estabelecendo empresas internacionais na China. Ademais, comparativamente, outros países também podem ser chamados exploradores da força de trabalho. Internamente, o crescimento económico transforma radicalmente a sociedade. Na República Popular da China pode-se dizer que há um processo de “latino-americanização” já em curso. Isto quer dizer que o país começa a enfrentar os mesmos problemas que já vêm afetando os países latino-americanos, devido à crescente desigualdade entre ricos e pobres. A sociedade chinesa já e tornou mais violenta do que era. Além disso, as classes médias e altas estão cada vez mais descontentes com os níveis salariais para posições altamente qualificadas e com os altos impostos (e mesmo extorsão, em alguns casos). Estes têm sido fatores recentes de emigração destes setores. A perseguição política 134 DANIEL BICUDO VÉRAS para alguns grupos e censura na internet ainda continuam. Estes fatores também contribuíram para a “fuga de cérebros” 28. Ainda é muito difícil estimar quantos chineses ultramarinos existem. Chu Wan Tai os estima em 70 milhões 29, e Chin 30 fala em cerca de 55 milhões. A Academia de Ciências Sociais de Pequim, por sua vez, estima-os em 35 milhões 31. Esta disparidade tem muitas causas, como a adoção de diferentes nacionalidades pelos chineses, muitas deles múltiplas, para não mencionar a situação irregular e clandestina dos chineses no estrangeiro. Por uma série de razões económicas, esta imigração clandestina é mesmo esperada nos países ricos (como mão de obra barata, por exemplo) - e os chineses, bem como outros grupos migratórios, participam neste processo. Miller 32, Taylor 33, Lee 34 e Chin 35 descrevem as redes contemporâneas que alimentam o tráfico ilegal de chineses, com a participação dos “cabeças-de-cobra” e coiotes. Fujian, anteriormente um grande fornecedor de mão de obra coolie, é o ponto de saída do tráfico ilegal de pessoas. A região continua a exercer a sua força de expulsão. No entanto, nas últimas décadas, a China apresentou também movimentos no sentido oposto, como os de atração, de prósperos chineses ultramarinos que agora querem aproveitar o crescimento da terra natal - estes são os guiqiao ou repatriados 36, ou haigui 37. Em geral, as forças de expulsão estão relacionadas às oportunidades da China: justamente quando há mais crescimento económico e abertura política, as pessoas saem mais. IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 135 2. O brasil atrai O continente americano, por sua vez, desde o seu achamento pelos espanhóis em 1492, ao longo dos séculos seguintes foi se constituindo historicamente como um polo de atração de população. Assim como no caso da China, as visões que a Europa tinha sobre a América Latina envolviam interesses políticos, econômicos e estéticos - e até mesmo fantasias utópicas. Um "novo mundo", ou "admirável mundo novo", como representado pela ilha de A Tempestade 38, um lugar para recomeçar - algumas vezes "atraente", algumas vezes "repugnante". O Continente sempre fôra entendido como um lugar para a exploração comercial ou militar, inspirando obras de arte e narrativas que alimentavam a imaginação europeia como um lugar exótico, distante, utópico e, ao mesmo tempo, selvagem 39. Conforme visto anteriormente, todo o cenário político de decadência da Dinastia Qing e as novas condições socio-económicas expulsavam parte da população, que partia em condições variadas 40. Os coolies exerceriam atividades de mineração na Califórnia, na África do Sul e no Chile; também atividades agrícolas na América Central, no Peru (lá, como extratores de guano) e no Brasil (onde a iniciativa não deu certo). Nos Estados Unidos, no Canadá e no Panamá trabalharam na construção das ferrovias. Estes trabalhadores enfrentam tratamento hostil, como o Ato de Exclusão de Chineses dos E.U.A., lançado em 1882 - e racismo em muitos desses lugares. Enquanto isso, na Indonésia, nas Filipinas, na Tailândia, no México e na Jamaica, os chineses 136 DANIEL BICUDO VÉRAS estabeleceram-se como uma poderosa burguesia comercial, muitas vezes alcançando poder político. No entanto, ali também eles foram vítimas de crimes de ódio - nestes casos, pelo poder e status alcançados, e por serem vistos como "estrangeiros". Os deslocamentos migratórios das Américas sempre foram circulares e contínuos 41 . O número de chineses em todos os países do continente americano tem aumentado desde o século XIX, devido à expansão do capitalismo na região. Na área do comércio, hoje em dia esta migração exibe numerosos êxitos. Uma realidade bem diferente da do século XIX, em que os chineses vinham suprir mão de obra em plantações, especialmente no Caribe e no Peru. Para Morimoto 42 , hábitos, rostos e sobrenomes asiáticos são inseparáveis das populações latino-americanas, sendo já parte de suas características. Mas para a configuração de hoje, a autora destaca a existência de migrações voluntárias – baseadas em decisões individuais e familiares, como no caso dos comerciantes chineses desde o século XX -; e as migrações forçadas, decorrentes de guerras, perseguições, semi-escravizações, como no caso dos coolies no século XIX. Este, a propósito, foi o século que testemunhou a maior migração da história, em que 50 milhões de europeus se fixaram nas Américas até as primeiras décadas do século XX. Tais países, então convertidos em provedores de matérias-primas e produtos agrícolas, atraíram mão de obra europeia e asiática. No caso dos coolies do século XIX, o maior país receptor foi o Peru (90.000), e o Panamá aparece em posição de destaque. Porém ao contrário da migração europeia, a de IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 137 origem asiática não foi planejada, desejada e tampouco concordou com os ideais raciais das elites dos países latino-americanos da época. Com efeito, tais populações enfrentaram preconceito e mesmo atos de exclusão na região. Acima de tudo, entretanto, falavam mais alto os interesses vinculados à exportação e dos importadores de mão de obra. Atividades agrícolas e de construção de estradas de ferro realmente obtiveram avanço, mas as condições desumanas do tráfico e do trabalho levaram a pressões contrárias e o fim oficial do tráfico coolie em 1874 43 , mas que iria durar efetivamente até 1920 44. Fazer um quadro estimativo do número de chineses na América Latina é difícil por não haver um levantamento sistematizado, padronizado, feito nos mesmos anos, com a mesma metodologia para todos os países. Adicionam-se a estes fatores problemas anteriormente mencionados, tais como imigração ilegal, sub-registro, obtenção de múltiplas nacionalidades, miscigenação, entre outros. Por isso o mais próximo que se pode chegar são quadros estimativos, que muitas vezes se baseiam em dados bastante conservadores, que deixam de fora também a parte ilegal, clandestina – que não pode ser ignorada. Por vezes também os governos não coletam tal informação, deixando a tarefa para organizações externas. O quadro abaixo é uma aproximação neste sentido: Quadro estimativo – chineses na América Latina e Caribe, século XXI 45 Brasil 200,000 (1) Peru 60,000 (oficial) (1) Venezuela Quase 60,000 (1) 138 DANIEL BICUDO VÉRAS Suriname 40,000 (2) Paraguai 40,000 (1) Argentina Mais de 30,000 (1) Panamá 30,000 (1) Costa Rica 20,000 (1) Equador 16,500 (1) México 10,000 (1) Guatemala 7,000 (1) Chile 4,000 (1) Cuba 3,700 (1) Nicarágua 3,580 (1) Colômbia 3,580 (1) Guiana 3,000 (1) Bolívia 2,000 (1) El Salvador 700 (1) Haiti 200 (1) Barbados 50 (1) TOTAL 2,804,330 Para a Biblioteca del Congreso Nacional de Chile 46, o Brasil tem a maior concentração de chineses da América Latina, em termos absolutos. Obviamente, consideram-se aqui apenas pessoas registradas como chinesas, deixando de lado as miscigenações ocorridas em outros países, como o Peru, em que a proporção de sino-descendentes na população em geral resulta até maior do que no Brasil. Além de ser um polo de atração de população, o Brasil tem sido, desde os tempos IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 139 coloniais, um local privilegiado para o encontro com a Índia, o Japão, a África e a China. Esse contato privilegiado foi devido à mobilidade do colonizador português, que frequente e facilmente circulava entre Ásia, África e América, promovendo o intercâmbio de pessoas, bens, plantas, animais, artes e costumes. Os jesuítas também circulavam entre estas regiões a fim de realizar a dupla missão de Portugal: civilizadora e comercial. Além disso, um tipo de comércio informal entre as regiões foi iniciado, em desobediência a Portugal, que proibia o comércio direto entre elas. Assim, nenhum outro ponto das Américas teve tanta influência de China, Japão e Índia como o Brasil 47. Após séculos de força de trabalho africana escravizada, capturada à força no continente de origem e mantida em cativeiro no Brasil, o país estava pensando em novas formas de força de trabalho no século XIX, por pressões externas e mudanças econômicas internas. O ano de 1812 marca o início oficial da imigração chinesa ao Brasil, quando o rei D. João VI autorizou a entrada de 2.000 ao Brasil para plantações experimentais de chá no Rio de Janeiro. Destes 2.000, apenas 400 vieram, e a iniciativa foi frustrada48. Adotou-se, então, um modelo em que o branco europeu, especialmente de origem latina e católica, ocupava uma posição de destaque, trazendo-se trabalhadores de várias partes do mundo. Quando as elites brasileiras tiveram que considerar a alternativa de trazer trabalhadores asiáticos, o que iria contrariar o modelo a ser buscado, começaram as discussões acerca da identidade nacional 49. Os asiáticos eram considerados "mais dóceis" e poderiam ser "lucrativos" (comercializados como coolies) – mas, assim como visto em outros países, punham em risco a 140 DANIEL BICUDO VÉRAS identidade nacional desejada, no sentido do "branqueamento" da população. Além dos europeus, os trabalhadores asiáticos foram amplamente utilizados no Brasil, de fato. As experiências iniciais de chineses foram infrutíferas, resultando em fugas, suicídios e desaparecimento de trabalhadores. Além disso, a decadência do império Qing levou à interrupção deste fluxo para o Brasil 50. Os chineses foram, assim, preteridos em relação à força de trabalho japonesa agrícola a partir de 1908. Desta forma, a imigração japonesa tornou-se o paradigma de imigração asiática para o Brasil 51. E muitos asiáticos no Brasil, fossem eles chineses ou de outros países, acabaram sendo transformados involuntariamente em "japoneses" no senso comum. São Paulo especificamente, pelas mudanças provocadas pela economia cafeeira e a industrialização, tornou-se um caldeirão multicultural. Entre 1881 e 1914, aproximadamente 4 milhões de estrangeiros imigraram para o Brasil 52. Os chineses continuaram vindo - especialmente depois de 1950, por conta das próprias condições sócio-políticas da China. Eles então eram mais vistos em centros urbanos, vindos da China meridional. Nos anos de 1950, mais taiwaneses entraram no Brasil (devido à maior abertura da ilha na ocasião). Como a imigração chinesa no Brasil foi majoritariamente composta de iniciativas individuais, as cidades do sudeste brasileiro ofereciam mais oportunidades a estes chineses, trabalhadores do ramo de serviços e com perfil mais empreendedor – bem diferente das propostas originais de imigração asiática para a América Latina. Se dos anos de 1950 ao fim da década de 1970 a entrada de formosinos predominou no Brasil, a partir do fim dos anos de 1980 até hoje predomina IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 141 a entrada de chineses continentais, em conexão direta com o clima político do país asiático (como observado pelo Padre Pedro, épocas de maior ou menor abertura política refletem-se no fluxo de chineses de Taiwan ou China Continental). Cada vez mais chineses continentais entram no Brasil, e num grau muito maior do que os taiwaneses. Em termos relativos, no Brasil, entretanto, não foram tão numerosos, especialmente se considerarmos que a população brasileira é de 169,6 milhões 53. O fator econômico certamente tem um grande peso para determinar migrações, porém não é o único. Guerras (ou ameaças de), dissidências políticas e perseguições são fatores que levam muitos a sair da China – todos auxiliados por um maior grau de mobilidade e conectividade global, facilitado por cada vez mais modernos meios de comunicação e transporte. Estes, por sua vez, vêm em resposta às necessidades do capitalismo contemporâneo. Redes sociais, familiares, e infelizmente redes de tráfico de pessoas são também alimentadoras das mudanças sócio-culturais. Contemporaneamente, o Brasil ainda atrai muitos imigrantes, como os africanos subsaarianos, os bolivianos 54, os haitianos - e os próprios chineses. No entanto, hoje o Brasil, assim como outros lugares da América Latina, apresenta uma tendência oposta à do início do século. Sales 55, entre outros 56, agora se referem ao Brasil como um país de emigração. Brasileiros têm partido desde a "década perdida" dos anos de 1980, preferindo submeter-se a trabalhos não-qualificados no exterior 57. Os Estados Unidos, Portugal e Japão são alguns dos mais importantes destinos dos emigrantes brasileiros. Segundo a Organização para a Cooperação e o Desenvolvimento 142 DANIEL BICUDO VÉRAS Económico (OCDE), o brasileiro é o povo ocidental que mais migra para o Japão - já formando uma comunidade de 313 mil imigrantes 58 . Em 2002, apenas nos Estados Unidos, havia 783.602 brasileiros; no Paraguai, 378.247; em Portugal, 85.567; na Itália, 67.187 - de acordo com o Ministério das Relações Exteriores do Brasil. Em 2003, um êxodo de 2 milhões de brasileiros foi observado, um terço dos quais em situação clandestina. Estima-se que 100 mil brasileiros deixem o país a cada ano. As remessas que esta "diáspora brasileira" envia de volta para casa atingiram a marca de US$ 4,6 bilhões em 2002-1% do PIB brasileiro 59. 3. Os sino-brasileiros A diversidade da diáspora chinesa em todo o mundo também pode ser vista no Brasil. Entre os dados e depoimentos coletados no Brasil, percebe-se uma forte identificação com a cidade natal, refletida na alta quantidade de associações baseadas no nível local, não na China como um todo. O problema politico entre a República Popular da China e Taiwan também migrou ao Brasil. Os huaren ainda sofrem forte influência do seu Estado de origem 60 no tocante a identidades, mesmo no Brasil. Isto resulta em certa desunião da colônia chinesa, com alguns setores defendendo a posição de Taiwan, outros defendendo a China continental. Isto pode ser percebido em certos episódios envolvendo comemorações na cidade de São Paulo, e à medida que existem jornais de São Paulo em língua chinesa com posicionamentos contrários (Jornal Chinês e Jornal Americana), e o contrangimento de IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 143 todos os meses de outubro, nos quais duas datas nacionais são comemoradas (dia 01 pelos comunistas e dia 10 pelos taiwaneses). Tudo isto reflete o quanto falta coesão aos sino-paulistanos (chineses de São Paulo). Além de serem comparativamente poucos, eles imigraram por iniciativa individual, em ondas de diferentes épocas e origens. Outros grupos, como os japoneses por exemplo, haviam tido alta participação governamental em sua imigração, vieram em grandes ondas e maior quantidade – o que os tornou mais coesos e unidos. Considerando os dados oficiais (Censo Demográfico do Governo Brasileiro do IBGE de 1991), os chineses pertencem ao Grupo IV da classificação de Veras 61, não tão numerosos quanto outros grupos majoritários (italianos, portugueses e japoneses). O Grupo IV compõe até 10% da população estrangeira da Região Metropolitana de São Paulo. Chineses continentais e de Taiwan, se somados (6.540, correspondendo a 2,09% da população estrangeira), ainda são menos numerosos do que os coreanos na região (7.423, correspondendo a 2,38%). Os imigrantes chineses estão distribuídos por todo o oeste, sudoeste e região central da cidade de São Paulo, e as maiores concentrações estão nos distritos Liberdade, Santo Amaro, Lapa, Sé, Moema, Cambuci, Morumbi, Jardim Paulista, Vila Mariana e Itaim Bibi. Os bairros do oeste e do sudoeste são ocupados por chineses que vieram antes de 1970, a maioria dos quais eram profissionais e grandes investidores. De maneira geral, o bairro da Liberdade também abriga a maior e mais antiga concentração de chineses em São Paulo. Em São Paulo, entretanto, não há nada semelhante a uma 144 DANIEL BICUDO VÉRAS Chinatown, um bairro específico para os chineses. Enfim, a distribuição espacial dos chineses segue a mesma dos japoneses. Aos distritos mencionados acima, podem-se adicionar Aclimação e Vila Olímpia 62. James Lee Hoi On também adiciona os bairros de Pinheiros, Santa Cecília e Brooklyn como sendo de concentração de chineses 63. Para Padre Pedro, a distribuição dos chineses está mais de acordo com a classe social da família, em particular, do que com o caráter chinês propriamente dito. Negawa 64 aponta o bairro da Liberdade como o bairro oriental de São Paulo, mas não como território chinês. Lá, pela arquitetura e estilo importados do Japão, um “simulacro do Oriente” é construído, mas no qual os orientais habitam, de fato. Os chineses, por seu caráter e histórico de comércio, são extremamente móveis. Vivem não só lá, mas também em outras partes. Por serem uma migração predominantemente urbana e com forte componente comercial e empreendedor 65 , os chineses são atraídos pelas oportunidades que a economia de São Paulo oferece neste sentido. É uma cidade com uma desenvolvida economia de comércio, indústria e serviços. Outras cidades brasileiras, entretanto, especialmente no sul e sudeste do país, ainda que em menor escala, também oferecem oportunidades atraentes aos chineses. Quando se trata de dados não-oficiais, as estimativas sobre a quantidade de chineses no Brasil ainda são muito díspares, havendo grande amplitude entre elas. Enquanto a Biblioteca del Congreso Nacional de Chile66 os estima em 200.000, a Overseas Compatriot Affairs Commission, R.O.C. 67 e Lawrence Phi 68 acreditam haver entre 100.000 e 150.000 chineses no Brasil, assim como Wong Sun Keung69. IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 145 James Lee Hoi On, por sua vez, os estima em cerca de 100 mil - dos quais, 80% estariam estabelecidos no estado de São Paulo, nas cidades de São Paulo, Campinas, Jundiaí, Osasco e Barueri 70 . Estas são muito diferentes, especialmente se comparadas às da Revista Ponte, publicação sino-brasileira de Campinas-SP, que os estima em 150 mil famílias em São Paulo, 600 famílias de Campinas e 200 famílias em Mogi das Cruzes e Suzano 71 . No entanto, pesquisas não oficiais mencionadas por Bellini 72 lembram cerca de 250 mil chineses e descendentes no Brasil, 190 mil dos quais residentes em São Paulo. Sobre este assunto, os números oficiais são muito menores do que as estimativas de indivíduos e entidades chinesas no Brasil. Isto, portanto, reflete a situação da diáspora chinesa no mundo como um todo, o que torna mais difícil a precisão. Além disso, como visto acima, o ramo da diáspora que rumou ao Brasil tem um caráter fragmentado, disperso e desconexo, vindo em ondas de diferentes temporalidades, e com múltiplas identidades. Entretanto, muitas são as contribuições dos chineses a São Paulo. Além das inúmeras lojas de chineses, o perfil empreendedor dos imigrantes se faz conhecido pelas famílias Wey, Phi e Sieh, por exemplo, e as empresas Braswey, Brasfanta, Wow, Luca, Mônica Flautas, Moinhos Pacífico, etc. Sobre a parte científico-acadêmica, nas universidades, especialmente com os chineses que vieram muito jovens ou os de segunda geração (huayi), a colônia também deu grande contribuição. Os chineses transformaram radicalmente a culinária (à medida que trouxeram novos ingredientes e sabores através de seus restaurantes), as técnicas terapêuticas (acupuntura e acupressão, por exemplo) e artes marciais (kung fu / tai chi chuan) no Brasil. Na política, 146 DANIEL BICUDO VÉRAS William Woo e Roger Linm, de partidos de diferentes orientações, representam a comunidade. Na Igreja, Padre Pedro e Bispo Yu Ping - este, servindo na Amazônia 73 prestam assistência. Nas artes, Chang Dai-Chien produziu no Brasil (mais especificamente na cidade de Mogi das Cruzes, estado de São Paulo), grande parte de suas peças - e cursos de caligrafia e pintura chinesas se multiplicaram. Em sua pesquisa sobre a vida associativa dos chineses em São Paulo, Shyu 74 constata a existência de 115 instituições e 16 escolas de língua chinesa. À medida que muitas destas instituições são ligadas à cidade natal, à vila local, e não à China como um todo, isto pode sugerir uma diversidade de identidades entre os sino-brasileiros. Politicamente, algumas delas têm orientações bastante diferenciadas – umas defendendo a independência de Taiwan, e outras defendendo a posição de Beijing sobre o assunto. Apesar da grande influência da cultura brasileira sobre os chineses em São Paulo - na alimentação, na religião, na língua e na integração das novas gerações, existe ainda uma forte herança da China rural. Atualmente, o crescimento econômico da China deu aos chineses e descendentes de São Paulo um papel de destaque, à medida que eles podem ajudar muito na ponte das relações entre Brasil e China. Muitos trabalham como jornalistas, intérpretes, assessores, etc. Para muitos entrevistados chineses, os brasileiros são pessoas agradáveis, "sem preconceitos", que vivem "para o hoje", mimam os filhos e gostam de relaxar. O país também é visto por eles como uma terra de paz e esperança, um novo país, em construção, com tanto por se fazer. Para Severino Cabral, do IBECAP, os chineses se sentem bem no Brasil por não sentirem ali discriminação de cor ou credo IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 147 político-religioso, tendo membros da comunidade chinesa êxito não só no comércio, como até nas forças armadas brasileiras 75, governo, ciência e outras áreas. Conclusões No jogo das forças envolvidas no processo da globalização, atração e repulsão são importantes no processo de migração, e isto pode ser verificado em certa medida na imigração chinesa ao Brasil. Na primeira metade do século XX a abundância de pessoas no país asiático e a riqueza de terras encontrada em terras americanas encontraram uma complementação mútua de suas necessidades econômicas naquele momento histórico. E isso teve um impacto sobre a cultura das duas regiões, assim como pode-se dizer também que suas culturas têm uma relação complementar. Por suas características, a comunidade chinesa no estrangeiro constitui uma diáspora, e o Governo Chinês continua a desempenhar um papel decisivo na construção da identidade dos chineses ultramarinos (por exemplo, definindo-os como os chineses no exterior; quer huaren ou huayi). Essa relação e a transformação social são dinâmicas, sendo agora o Brasil e a América Latina polos de repulsão de força de trabalho, e China de atração de retornados. A idealização do retorno é uma realidade do pensamento do imigrante, e isto foi verificado nesta pesquisa de uma maneira bastante particular no caso brasileiro. Voltar à China? Nenhum dos entrevistados demonstrou esta intenção - a não ser de férias, ou para um 148 DANIEL BICUDO VÉRAS projeto específico de curto prazo. Apesar dos casos bem conhecidos de guiqiao ou haigui (retornados), a maioria dos retornos à China dão-se sob a forma de investimentos 76. Na antiga relação Brasil-China, uma complementação mútua pode ser vista. Ambos os países compartilharam a presença portuguesa, o que permitiu o intercâmbio histórico, e atualmente existe uma comunidade sino-brasileira, especialmente na Região Metropolitana de São Paulo, devido às oportunidades de comércio e indústria que a cidade oferece, visto que a imigração chinesa no Brasil é predominantemente urbana e com forte caráter empreendedor, o que transformou a cultura brasileira de forma significativa. O Brasil é parte da diáspora chinesa, de fato, e embora haja uma herança chinesa e preservação de costumes, não há nenhum pedaço da China transplantado ao Brasil. Algo de novo surgiu, uma comunidade que também é brasileira, afinal, e que é chave para a compreensão e a amizade entre os dois países. . 1 Museu da Imigração, Série Depoimentos. Setor de História Oral, Depoimentos coletados por Sônia de Freitas, São Paulo: Museu da Imigração, 1997-2003. 2 Hall, Stuart y Sovik, Liv (ed.), Da diáspora: Identidades e mediações culturais, Belo Horizonte, Brasília-DF: UFMG, UNESCO, 2003. 3 McKeown, Adam, “Conceptualizing Chinese Diasporas, 1842 to 1949”, The Journal of Asian Studies, 58, N.º 2 (maio) (1999), pp. 306-337. 4 Sayad, Abdelmalek, A imigração. Ou os paradoxos da alteridade, São Paulo: USP, 1998. IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 149 5 Marx, Karl, O capital – Crítica da Economia Política, 2.º vol., cap. XXIII, São Paulo: Nova Cultura, 1985. 6 Singer, Paul, Economia política da urbanização, São Paulo: Brasiliense, 1973. 7 Klein, Herbert, “Migração internacional na história das Américas”, en Boris Fausto (ed.), Fazer a América, São Paulo: EDUSP, 2000, pp. 13-32. 8 Lesser, Jeffrey, A negociação da identidade nacional: imigrantes, minorias e a luta pela etnicidade no Brasil, São Paulo: UNESP, 2001. 9 Said, Edward, Orientalism, New York: Vintage Books, 2003. 10 Conforme em Klein, “Migração”; Paiva, Odair da Cruz, Breve história da Hospedaria de Imigrantes e da imigração para São Paulo, série Resumos, n.º. 7, São Paulo: Governo do Estado de São Paulo, Secretaria de Estado da Cultura, Memorial do Imigrante/ Museu da Imigração, 2000; e em Singer, Economia. 11 Marx, O capital. 12 Sobre diásporas, conferir Hall, Da diáspora; McKeown, “Conceptualizing”; Safran, William, “Diasporas in Modern Societies: Myths of Homeland and Return”, Diasporas: a Journal of Transnational Studies 1 (1) (1991), pp. 149-179; e Sayad, A imigração. 13 McKeown, “Conceptualizing”. 150 DANIEL BICUDO VÉRAS 14 O tráfico de coolies durou de 1840 a 1920 - Yang, Alexander Chung Yuan, “O comércio dos ‘coolie’: 1810-1920”, defensa de tesis, Universidade de São Paulo, 1974. 15 A despeito da atual “marcha rumo ao oeste”, na qual o desenvolvimento se dá em direção ao oeste do país, com a população Han ocupando áreas nas quais ainda não são maioria. 16 Wei-Ming, Tu, “Chapter 1 – Cultural China: The Periphery as the Center”, en Tu Wei-Ming (ed.), The Living Tree: the changing meaning of being Chinese today, Stanford: Stanford University Press, 1994, pp. 1-34. 17 Hutington, Samuel P., O choque das civilizações e a recomposição da ordem mundial, Rio de Janeiro: Objetiva, 1997. 18 Um fato de grade impacto sobre as identidades dos huaren e huayi foi o fim da Lei da Dupla Cidadania adotada pela República Popular da China em 1980. Para muitos deles renunciar à cidadania chinesa e adotar uma nova foi motivo de agonia - Li, Victor Hao, “Chapter 10 – From Qiao to Qiao”, en Tu Wei-Ming (ed.), The Living Tree: the changing meaning of being Chinese today, Stanford: Stanford University Press, 1994, pp. 213-220. 19 Editora Abril, Almanaque Abril 2002, São Paulo: Abril, 2002. 20 Hutington, O choque das civilizações. 21 Wang, L. Ling-chi, “Chapter 9 – Roots and the Changing Identity of the Chinese in the United States”, en Tu Wei-Ming (ed.), The Living Tree: the changing meaning of being Chinese today, Stanford: Stanford University Press, 1994, pp. 185-212. IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 151 22 Uma referência histórica no tocante à imigração chinesa no Brasil pelo seu papel ativo na comunidade sino-brasileira de São Paulo por mais de 50 anos. 23 Gungwu, Wang, “Chapter 6 – Among Non-Chinese”, en Tu Wei-Ming (ed.), The Living Tree: the changing meaning of being Chinese today, Stanford: Stanford University Press, 1994, pp. 127-147. 24 Schwarcz, Vera, “Chapter 3 – No Solace from Lethe: History, Memory, and Cultural Identity in Twentieth-Century China”, en Tu Wei-Ming (ed.), The Living Tree: the changing meaning of being Chinese today, Stanford: Stanford University Press, 1994, pp. 64-87. 25 Story, Jonathan, China: a corrida para o mercado, São Paulo: Futura, 2004. 26 McKeown, “Conceptualizing”. 27 Kwong, Peter, Forbidden Workers: Illegal Chinese Immigrants and American Labor, New York: The New Press, 1997. 28 BBC - British Broadcast Corporation, The, “China sofre pior fuga de cérebros do mundo, diz relatório”, BBC (2007), www.bbc.co.uk/portuguese/noticias/story/2007/02/070213_chinafug acerebrosfn.shtml. 29 Museu da Imigração, série Depoimentos. N.º 80. Entrevistado: Chu Wan Tai. 30 Chin, Ko-Lin, Smuggled Chinese. Clandestine Immigration to the United States, Philadelphia: Temple University Press, 1999. 31 BBC, “China sofre”. 152 DANIEL BICUDO VÉRAS 32 Miller, Mark J., “Illegal Migration”, en Robin Cohen (ed.), The Cambridge Survey of World Migration, Cambridge: Cambridge University Press, 1995, pp. 537-540. 33 Taylor, Lawrence D., “Chinese Smuggling across the U.S.-Mexican Border, 1882-1916”, en Theo Crevenna (ed.), Annual Proceedings from the Rocky Mountain Council of Latin American Studies, Albuquerque: Latin American Institute of the University of New Mexico, 1992, pp. 93-107. 34 Lee, Erika, “Enforcing the Borders: Chinese Exclusion along the U.S. Borders with Canada and Mexico, 1882-1924”, Journal of American History, 89 (1) (2002), pp. 54-86. 35 Chin, Smuggled Chinese. 36 BBC - British Broadcast Corporation, The. “‘Milagre econômico’ atrai imigrantes de volta para a China”, BBC (2002), http://www.bbc.co.uk/portuguese/noticias/2002/021023_chinasapato. shtml; e conferir também Gungwu, “Chapter 6”. 37 Haigui, ou “tartarugas marinhas”, são os chineses ultramarinos que, após um período no exterior, voltam à China, ou “nadam de volta para casa”. Em 2007, apenas em Shenzhen, 10.000 retornados haviam sido contados, de acordo com Ximin, Han, “City registers 10,000th haigui”, Shenzhen Daily, Shenzhen, 22 de agosto de 2007, p. 3. 38 Shakespeare, William, A tempestade, Rio de Janeiro: Lacerda Ed., 1999. IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 153 39 Como descrito em Galeano, Eduardo, Os nascimentos (Memória do fogo, vol. 1), Porto Alegre: L & PM, 2010; e em Schivelbusch, Wolfgang, Historia de los estimulantes, Barcelona: Anagrama, 1995. 40 Conferir: Chou, Diego Lin, Los chinos en Hispanoamérica, San José de Costa: FLACSO, 2003; Banco Interamericano de Desarrollo (ed.), Cuando Oriente llegó a América; Contribuciones de inmigrantes chinos, japoneses y coreanos, Washington, D. C.: Banco Interamericano de Desarrollo, 2004; Hui, Ong Jin, “Chinese Industrial Labour: coolies and colonies”, en Robin Cohen (ed.), The Cambridge Survey of World Migration, Cambridge: Cambridge University Press, 1995, pp. 51-56; Leite, José Roberto Teixeira, A China no Brasil. Influências, marcas, ecos e sobrevivências chinesas na sociedade e na arte brasileiras, Campinas: UNICAMP, 1999; Wei-Ming, “Chapter 1”; e Yang, “O comércio”. 41 Siu, Lok, “Capítulo 4 – Panamá. El ferrocarril, la tienda y el barrio”, en Banco Interamericano de Desarrollo (ed.), Cuando Oriente llegó a América; Contribuciones de inmigrantes chinos, japoneses y coreanos, Washington, D. C.: Banco Interamericano de Desarrollo, 2004, pp. 79-98. 42 Morimoto, Amelia, “Introduction”, en Banco Interamericano de Desarrollo (ed.), Cuando Oriente llegó a América; Contribuciones de inmigrantes chinos, japoneses y coreanos, Washington, D. C.: Banco Interamericano de Desarrollo, 2004, pp. 1-12. 43 Ibídem. 44 Yang, “O comércio”. 45 Fontes: Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, “Chinos en Latinoamerica”, Biblioteca del Congreso Nacional de Chile (2008): http://asiapacifico.bcn.cl/reportajes/chinos-en-latinoamerica; Romero, 154 DANIEL BICUDO VÉRAS Simon, “With Aid and Migrants, China Expands Its Presence in a South American Nation”, The New York Times, 10 de abril (2011): http://www.nytimes.com/2011/04/11/world/americas/11suriname.ht ml?_r=1. 46 Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, “Chinos en Latinoamérica”, Biblioteca del Congreso Nacional de Chile (2008), http://asiapacifico.bcn.cl/reportajes/chinos-en-latinoamerica. 47 Leite, A China no Brasil. 48 Freitas, Sônia Maria de, “Capítulo 5 – Brasil. Desde Hong Kong a São Paulo”, en Banco Interamericano de Desarrollo (ed.), Cuando Oriente llegó a América; Contribuciones de inmigrantes chinos, japoneses y coreanos, Washington, D. C.: Banco Interamericano de Desarrollo, 2004, pp. 99-114. 49 Conferir Freitas, Sônia Maria de, “Falam os imigrantes: armênios, chineses, espanhóis, húngaros, italianos de Monte San Giacomo e Sanza, lituanos, okinawanos, poloneses, russos, ucranianos. Memória e diversidade cultural em São Paulo”, defensa de tesis, Universidade de São Paulo, 2001; Freitas, “Capítulo 5 – Brasil”; Leite, A China no Brasil; Lesser, A negociação; e Mendonça, Salvador, Trabalhadores asiáticos, New York: Novo Mundo, 1879. 50 51 Conferir Freitas, “Capítulo 5 – Brasil”; e Yang, “O comércio”. Sakurai, Celia, “Capítulo 7 – Brasil. De los primeros inmigrantes a los dekasegui”, en Banco Interamericano de Desarrollo (ed.), Cuando Oriente llegó a América; Contribuciones de inmigrantes chinos, japoneses y coreanos, Washington, D. C.: Banco Interamericano de Desarrollo, 2004, pp. 137-160. 52 Paiva, Breve história. IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 155 53 Dados do Governo Brasileiro, 2000, apud Editora Abril, Almanaque Abril 2002. 54 Jornal O Estado de São Paulo, São Paulo, 10 de dezembro de 2004, pp. H3, H5; 20 de março de 2005, p. A22; 12 de março de 2006, pp. C1, C3, C4, C5; 18 de março de 2006, p. A36. 55 Conferir Sales, Teresa, “A legitimidade da condição clandestina”, Travessia – Revista do Migrante, Ano XI, n.º. 30, Jan.-Abr. (1998), pp. 13-16; e também da mesma autora, Brasileiros longe de casa, São Paulo: Cortez, 1999. 56 Travessia – Revista do Migrante, Ano VIII, N.º 21, Jan.-Abr. (1995). 57 Sales, Brasileiros longe de casa. 58 BBC - British Broadcast Corporation, The. “Fluxo para países ricos cresceu 10% em 2005, diz OCDE”, BBC (2007), http://www.bbc.co.uk/portuguese/reporterbbc/story/2007/06/070625 _relatorioocdeebc.shtml. 59 Jornal International Press, “Outros Brasis”, Jornal International Press, Tokyo, 10 de janeiro de 2004, p. B8. 60 61 Hutington, O choque das civilizações. Veras, Maura Pardini Bicudo, “Estrangeiros na metrópole: espacialização, trajetórias e redes de sociabilidade dos imigrantes em São Paulo”, São Paulo: CNPq, Relatórios Parcial e Final de Pesquisa, de 1 de maço de 1999 a 28 de fevereiro de 2001 (inédito). 156 DANIEL BICUDO VÉRAS 62 Jornal Folha de São Paulo, “Chineses no Brasil”, Jornal Folha de São Paulo, 31 de janeiro (2007), http://www.folha.uol.com.br. 63 Museu da Imigração, série Depoimentos, N.º 84. Entrevistado: James Lee Hoi On. 64 Negawa, Sachio, “Formação e transformação do bairro oriental: um aspecto da história da imigração asiática da cidade de São Paulo, 1915-2000”, defensa de tesis, Universidade de São Paulo, 2000. 65 De Freitas, conferir “Falam os imigrantes”; e “Capítulo 5 – Brasil”. 66 Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, “Chinos”. 67 Overseas Compatriot Affairs Commission, R.O.C., “The Ranking of Ethnic Chinese Population”, Overseas Compatriot Affairs Commission, R.O.C. (2005), http://www.ocac.gov.tw/english/public/public.asp?selno=1163&no= 1163&level=B. 68 Museu da Imigração, série Depoimentos, N.º 258. Entrevistado: Lawrence Phi. 69 Museu da Imigração, série Depoimentos, N.º 88. Entrevistado: Wong Sun Keung. 70 Freitas, “Capítulo 5 – Brasil”, p. 103. 71 Revista Ponte, “Quem somos”, Revista Ponte, 18 de outubro (2007), http:// www.revistaponte.com.br/quemsomos.htm. 72 Bellini, Nilza, “Apetite de dragão: Brasil descobre a China e reforça laços culturais e comerciais”, SESC-SP – Serviço Social do IMIGRANTES CHINESES NO BRASIL: SÃO PAUL0 157 Comércio – São Paulo (2006),http://www.sescsp.org.br/sesc/rev istas_sesc/pb/artigo.cfm?Edicao_Id=207&breadcrumb=1&Artigo_I D=3269&IDCategoria=3541&reftype=1. 73 CNBB – Conferência Nacional dos Bispos do Brasil, “Um bispo chinês na Amazônia”, Revista Missões, 03 de setembro (2007), http://www.revistamissoes.org.br. 74 Shyu, David Jye, “Estudo da linguagem na comunidade chinesa em São Paulo – Influência da língua portuguesa e do dialeto taiwanês na língua oficial”, defensa de tesis, Universidade de São Paulo, 2000. 75 76 Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, “Chinos”. Story, China. DOI 10.3994/RIEAO 2010.03.159 Revista Iberoamericana de Estudios de Asia Oriental (2010) 3: 159-189 PRENSA Y PODER. LOS MOVIMIENTOS DE PROTESTA JAPONESES EN THE NEW YORK TIMES Y THE WASHINGTON POST (1952-1970) León Llodra López * Resumen: La historia contemporánea japonesa se ha visto, sobre todo tras la Segunda Guerra Mundial, muy influida por Estados Unidos. Este país, durante su período de ocupación en Japón, introdujo valores democráticos y creó la base para el establecimiento de una sociedad civil fuerte, ávida de libertad tras el período militarista anterior. La apertura política fue también una oportunidad para la difusión de las doctrinas socialistas en el archipiélago, hecho que asustó a Estados Unidos al ver peligrar el símbolo de su control sobre Japón: el Tratado de Seguridad Estados Unidos-Japón. El temor de los Estados Unidos frente a las movilizaciones sociales japonesas, que exigían cambios no gratos para la nación americana, * León Llodra es doctorando en el departamento de H.ª Contemporánea y en el Centro de Estudios de Asia Oriental de la UAM. 160 LEÓN LLODRA LÓPEZ se reflejó de manera clara en dos de los periódicos de mayor tirada estadounidenses: The New York Times y The Washington Post. Abstract: Japanese modern history has been heavily influenced by the US, especially after the WWII. The so-called American occupation of Japan introduced democratic values and set the basis for the establishment of a dedicated civil society, eager for freedom after the Imperial militaristic governments. However this democratizing period also led to the spread of socialist doctrines in the country, a process that frightened the US as it was a threat for its control after the occupation period: the Japan-US Security Treaty. This paper tries to identify this process and belief of threat through the analysis of media taking as a case study how the signing of the treaty and the Japanese social movements were portrayed by The New York Times and The Washington Post. Introducción El devenir histórico japonés se ha visto muy influido por los Estados Unidos desde mediados del siglo XIX: primero tenemos su papel crucial en el proceso de apertura del Shogunato Tokugawa en 1854, con el episodio de los barcos negros del Comodoro Perry y, después, con la ocupación norteamericana como mando de la SCAP (Supreme Commander of the Allied Powers) tras la Segunda Guerra Mundial. En los siete años que duró el período de ocupación estadounidense en Japón (1945-1952), Estados Unidos modificó profundamente las formas políticas, institucionales, PRENSA Y PODER 161 sociales y económicas japonesas. De hecho, para muchos autores, el que Japón iniciara su emancipación del poder americano en una situación estable se debió a que, al contrario que durante la dirección de McArthur (1945-1951), bajo mandato de Ridgway (1951-1952), se consideró que debía fomentarse la recuperación económica y política del país nipón; siendo mejor tenerlo como un aliado que hundirlo como país para evitar una futura amenaza 1. En el aspecto institucional, el poder político norteamericano tuvo una influencia directa en la redacción de la constitución japonesa de 1947, símbolo de la superación de su pasado militarista y de su entrada en la esfera democrática (y, de paso, en el bloque capitalista). Además, Estados Unidos impuso algunas directrices en lo referente a la libertad de expresión que iban dirigidas a controlar la opinión pública para ensalzar los valores democráticos y a intentar hacer olvidar la catástrofe de la guerra2. En efecto, esta censura aplicada a medios como el cine, la radiodifusión, la televisión o la literatura, contribuyó a acentuar el clima de rechazo al período militarista anterior y creó un contexto idóneo para que la sociedad civil japonesa se fortaleciese como agente social3. Por otro lado, ya incluso antes de que acabara su período de tutela sobre Japón, Estados Unidos se dio cuenta de que había creado una situación en la que, al surgir esta nueva sociedad japonesa con ansias de libertad, se daba cabida a que los movimientos sociales influidos por el socialismo y el comunismo expresasen sus ideales. Esta preocupación se constata tanto en los periódicos norteamericanos como en la correspondencia entre mandos de la SCAP y la clase política japonesa 4. 162 LEÓN LLODRA LÓPEZ Paradójicamente, esta sociedad libre y democrática que Estados Unidos se había esforzado en crear para asegurarse un nexo con Asia, se sublevará contra las imposiciones norteamericanas una vez emancipada. Así, la mayoría de las causas de protesta de la sociedad civil japonesa, con sus numerosos grupos de movilización social, estarán, durante las décadas de 1950 y 1960, relacionadas con las movilizaciones en contra de los intentos de control estadounidenses sobre el archipiélago 5. En este sentido, y entrando ya en materia acerca de lo que queremos tratar en este artículo, entre 1952 y 1970 será el Tratado de Seguridad Estados Unidos-Japón, símbolo de control del primero sobre el segundo, el punto de fricción más importante entre el gobierno japonés y la sociedad civil en este país. Este Tratado se firmó en 1952, y debía ratificarse cada diez años. En él, Estados Unidos se aseguraba, entre otras cosas, el establecimiento de bases militares en el archipiélago japonés y determinados privilegios económicos. Esta posición dominante era necesaria para vigilar el avance del comunismo en Asia, sobre todo durante la guerra de Corea (1950-1953). Pues bien, el descontento resultante de la firma del Tratado de Seguridad y la lucha por su anulación fue la punta de lanza de las movilizaciones sociales japonesas. Este sentimiento se extendió, en 1960, por la mayor parte de la opinión pública y propició la dimisión del primer ministro Nobusuke Kishi. No obstante, la ratificación del Tratado en 1970, durante la administración Sato, significó el inicio de la PRENSA Y PODER 163 casi desaparición de los movimientos de protesta sociales japoneses 6. En este artículo, a través del análisis de la prensa norteamericana, nos acercaremos a la percepción y a la preocupación estadounidense ante la escalada de protestas en contra de la ratificación del Tratado de Seguridad, y la evolución que en ella se percibe sobre la importancia de Japón como aliado en Asia. Pensamos que la forma en que las noticias sobre este tema son dadas, la frecuencia de aparición, y su posición en la publicación, pueden ser un indicativo válido para medir, por un lado el sentir generalizado de la opinión pública sobre este tema y, por otro, un eco de cómo se siguen estos acontecimientos desde las sucesivas administraciones presidenciales norteamericanas. Si consideramos esto, también podríamos ver si realmente estas protestas fueron tomadas por Estados Unidos como un factor a tener en cuenta para cambiar algunas de sus políticas respecto a Japón, más allá de cuestiones meramente políticas o económicas que pudieran ser tratadas entre ambos países 7; por otro lado, sabemos, en cualquier caso, que, sobre todo a finales de la década de 1960, el núcleo de la movilización social japonesa formada por el movimiento estudiantil o Zengakuren, buscaba una exposición directa en los medios que le ayudara a mantener una presencia de cara a la opinión pública8. El factor mediático puede ser un punto importante a tener en cuenta para enriquecer el estudio de las relaciones entre ambos países durante este período inmediatamente posterior al final de la ocupación norteamericana en Japón. Para ello, nos serviremos, como fuente primaria, de lo publicado sobre este tema en las páginas de dos de los 164 LEÓN LLODRA LÓPEZ principales periódicos estadounidenses, tanto por tirada como por influencia: The New York Times y The Washington Post. Como sabemos, The New York Times es uno de los periódicos con mayor prestigio internacional. Con una marcada tendencia progresista, esta publicación, nacida en 1851, cuenta con una media de 800.000 ejemplares de tirada diaria, y se distribuye en unos 350 mercados a nivel mundial 9. The New York Times comenzó a tener nombre en el ámbito internacional a partir de 1912, cuando inició su cobertura de noticias internacionales, dándole un gran prestigio el seguimiento de ambas guerras mundiales. Este diario, haciendo gala de una gran independencia, ha mantenido diversas pugnas con las diferentes administraciones presidenciales, siendo de las más importantes la desclasificación de los Pentagon Papers, relacionados con la guerra de Vietnam, o su lucha para concluir el Patriot Act de Bush. Su fama está avalada, además, por los 104 Premios Pulitzer que tiene en su haber hasta hoy10. Por su parte, The Washington Post es el mayor y más antiguo periódico que existe actualmente en Washington D. C., siendo fundado en 1877. Tradicionalmente de tendencia liberal, este periódico ha ido acercando su línea ideológica a posturas algo más conservadoras en los últimos años, siendo incluso identificado como periódico neoconservador 11. No obstante, en la década de 1970, muchos medios conservadores lo criticaban llamándolo el “periódico oficial del Partido Comunista Soviético” 12 . Sin embargo, este diario es más famoso por su papel en el destape del escándalo Watergate a principios de los 70, convirtiéndose la publicación en un icono del periodismo de investigación. PRENSA Y PODER 165 1. Diferentes percepciones entre 1950 y 1970 Si analizamos los artículos publicados por The New York Times y The Washington Post, encontramos una clara diferencia de contenido y fondo entre los publicados antes de 1960 y los Fragmento del artículo 2 Nations Sign Security Pact que se publicaron Keeping U.S. Units in Japan(NYT). después. Así, en septiembre de 1951 aparece por primera vez, en The New York Times, un artículo donde se informa sobre la futura firma del Tratado de Seguridad entre Estados Unidos y Japón. En él se habla principalmente de la equidad entre las dos naciones y la importancia de la presencia de Estados Unidos en la zona, de cómo se han firmado acuerdos similares con otros países de la región Asia-Pacífico, y se hace una pequeña referencia a la amenaza rusa, ya que “Japón y la U.R.S.S. aún no han firmado un acuerdo de paz…” 13. Sin embargo, se percibe en todo momento un tono de superioridad estadounidense ante Japón. El periódico deja claro que el Tratado se firmó entre el primer ministro japonés, Shigeru Yoshida, y el secretario de estado Dean Acheson (y no el presidente de los Estados Unidos), o que el punto del Tratado 166 LEÓN LLODRA LÓPEZ que más se detalla es la posibilidad de que las tropas estadounidenses puedan estar indefinidamente en el archipiélago, desarrollando muy poco otros aspectos. Es de especial mención el hecho de que se dé por sentado, sin que se especifique en el Tratado, el no rearme de Japón (y su consiguiente dependencia de EE. UU. en lo referente a la defensa); aspecto impuesto por los norteamericanos durante el período de ocupación 14. En referencia a este mismo asunto, The Washington Post, al hablar de la firma de este Tratado, sigue en parte la línea de The New York Times. Así, no se estudian en profundidad los artículos del Fragmento del Artículo: Japan Agrees to U.S. Force For documento, Defense After Treaty: Japan Agrees To U.S. Troops (WP). centrándose principalmente en el hecho de la inexistencia de un ejército japonés y la necesidad de la protección estadounidense. No obstante, es de resaltar que, a diferencia del primero, en The Washinton Post no se detalla quiénes son los cargos firmantes; además, se recalca en todo momento que la existencia de tropas norteamericanas en el archipiélago es una petición expresa de Japón 15. PRENSA Y PODER 167 La década de los cincuenta fue un período de cambios en la vida política Fragmento del artículo U. S.-JAPAN MISSION ON PACT japonesa. FORECAST (NYT). Parte de la oposición política se activó, comenzando a criticar al partido en el poder, el Partido Liberal Demócrata, por determinadas concesiones referentes a la pérdida de soberanía territorial y económica que no aparecen especificadas en el Tratado firmado en 1952, pero que se han resuelto favorablemente del lado estadounidense. Un ejemplo interesante es el de la existencia de las tropas estadounidenses en el archipiélago bajo el comandante Garrison, y su posible superioridad en lo referente a la jurisdicción militar en el archipiélago frente a las fuerzas japonesas. Cuestiones que tienen respuestas ambiguas por parte del ejecutivo japonés, con Yoshida al frente, que no contempla enfrentarse con la administración Truman para resolverlas 16. Pero hay otras críticas por parte de la oposición japonesa. También se cuestionará la actuación del gobierno al permitir a las tropas norteamericanas estar fuera de la jurisdicción japonesa a la hora de ser juzgadas por delitos cometidos en territorio nipón; aunque se hable de la posibilidad de que Estados Unidos acepte que la justicia japonesa pueda juzgar a soldados norteamericanos por “ crímenes graves” 17. Esto se trata en un artículo del The New York Times de febrero de 1952, en el que, no obstante, no se 168 LEÓN LLODRA LÓPEZ termina de especificar si oficialmente se ha cerrado ese acuerdo, aún cuando su titular es “Accord is Reached on U.S.-Japan Pact” (“Se alcanza un acuerdo en el Pacto Estados Unidos-Japón”). Así mismo, no se hace mención en la noticia a las protestas ciudadanas (no ya de movimientos organizados, ni de estudiantes, ni de comunistas), de las ciudades o pueblos donde están asentadas las bases norteamericanas, sobre la conducta de las tropas allí destacadas 18. En este mismo contexto, The Washington Post va más lejos, no solamente nos informa del descontento generalizado de determinados sectores de la sociedad japonesa con algunos puntos acordados en el Tratado de Fragmento del artículo: Anti-American Feeling Is Seething Seguridad, sino in Japan (WP). que pasa a hablar directamente de que un “sentimiento antiamericano está surgiendo en Japón…”. Además, en esta noticia, se nos detallan aspectos concretos que generan este sentimiento en la opinión pública japonesa: las limitaciones impuestas por los Estados Unidos en cuestiones de comercio exterior, la existencia de tropas estadounidenses, o la sensación de sentirse más un satélite que un aliado. Por último, es de destacar que en el citado artículo sí encontramos referencias al movimiento estudiantil como foco de protesta y su vinculación con la ideología comunista 19. PRENSA Y PODER 169 Ya en 1958 se publicó un artículo en The New York Times donde se habla de la llegada, tras siete años, del período de ratificación del Tratado de Seguridad entre ambos países. Aquí ya percibimos un cambio en la consideración respecto a la importancia de Japón como nación, que comienza a ser vista con cierta equidad. Se acepta la Fragmento del artículo DIET PROCEEDINGS HALT (NYT). existencia de una desigualdad en el Tratado y la necesidad de mayor equilibrio entre las partes. Vemos, por primera vez, que ambos países usan interlocutores de igual rango para tratar este asunto, quedando la percepción del primer ministro japonés, en este momento Nobusuke Kishi, y del presidente estadounidense, Dwight D. Eisenhower, al mismo nivel, al promulgar un comunicado conjunto en junio de 1957. Se hace también, por primera vez, una referencia directa a la presión de la oposición y de la clase financiera para que el gobierno japonés exija la revisión del Tratado y una mayor equidad; el artículo identifica ya al Partido Socialista Japonés como principal fuerza contraria al Tratado20. No obstante, hay un silencio significativo respecto de las movilizaciones estudiantiles (que sabemos que existían) en contra del Tratado de Seguridad, y el hecho de que la 170 LEÓN LLODRA LÓPEZ oposición realmente no quería una revisión del Tratado, sino la no ratificación 21. Menos atención presta a estas primeras conversaciones entre Estados Unidos y Japón sobre la futura ratificación del Tratado de Seguridad The Washington Post, que solo dedica una pequeña columna en su edición del 5 de octubre de 1958. No obstante, ahora sí se identifican las partes reunidas (Fujiyama y McArthur), y se ponen de manifiesto las demandas del gobierno japonés para revisar el Tratado y firmar una ratificación más beneficiosa y equilibrada para ambas partes22. En 1960 se ratifica el Tratado de Seguridad entre Estados Unidos y Japón, hecho que produjo una movilización social sin precedentes en el Japón contemporáneo, que sobrepasó el ámbito de los partidos, de las agrupaciones, de los movimientos de protesta social instituidos y de las ideologías. Para evitar la presión de la oposición, el primer ministro Kishi tuvo que realizar la votación de la ratificación desalojando a los diputados socialistas y comunistas, por lo que las protestas posteriores clamaban, más que contra el Tratado, contra los métodos antidemocráticos utilizados. De hecho, aunque no se consiguió la anulación de la ratificación y el Partido Liberal Demócrata sería reelegido en noviembre de 1960, estas protestas crearon la conciencia de que los ciudadanos japoneses, superando los marcos ideológicos y la tutela de la clase política, podían defender los valores democráticos; y, además, supusieron la dimisión del primer ministro Nobusuke Kishi 23. De nuevo se produjeron silencios significativos, ya que toda esta realidad no aparece reflejada en la prensa estadounidense, que tan solo hace referencia a las protestas PRENSA Y PODER 171 perpetradas por “estudiantes de ultra-izquierda pertenecientes al Zengakuren”, dejándose de lado la realidad de la implicación de otros actores sociales en el rechazo al Tratado de Seguridad 24. En la mayoría de los artículos publicados por The New York Times y The Washington Post a lo largo de la década de los sesenta se hace referencia a las protestas y movilizaciones japonesas relacionándolas con la peligrosa infiltración comunista en Asia, pero de esto hablaremos más detenidamente en el siguiente epígrafe. Antes de terminar este apartado, quisiéramos resaltar cómo en relación con la ratificación del Tratado en abril de 1960, la prensa norteamericana no hace referencia al episodio de la maniobra política realizada por Nobusuke Kishi, antes comentado, reduciendo lo ocurrido a la “afilada oposición de comunistas y socialistas”, no pudiéndose transcribir la sesión porque no existían “grabaciones por el intenso ruido”25. Además, como veremos a continuación, es importante señalar que se percibe un cambio de consideración respecto de Japón, siendo visto ya como un aliado vital en la región Asia-Pacífico, a cuyo gobierno hay que apoyar para evitar un fortalecimiento de las tendencias de corte socialista. En los artículos de la década de 1960 que tratan este tema, vemos que ya se especifican con más detalles los puntos del Tratado 26 ; o se publica la agenda de la administración Eisenhower, dándole especial atención a todo lo relacionado con el Tratado de Seguridad 27. 172 LEÓN LLODRA LÓPEZ Por primera vez, se suscita la necesidad de ceder en determinadas cuestiones de soberanía respecto de la presencia de tropas norteamericanas en el archipiélago, uno de los temas que más Fragmento del artículo Washington Proceedings unen a la sociedad (NYT). civil japonesa a la hora de promover las protestas; y, por otro lado, se transmite el hecho de que el país nipón comienza a considerar necesaria cierta potencia militar para ocupar un lugar de importancia real en el panorama internacional 28. Sin embargo, lo más llamativo de estos años, en comparación con la década anterior, es la campaña de fortalecimiento de la imagen de un personaje concreto dentro del panorama político japonés: el primer ministro, a partir de 1965, Eisaku Sato. Encontramos un artículo de la filial japonesa de The New York Times (un artículo de siete páginas, el más largo de todos los consultados), escrito por el corresponsal de origen japonés Takasho Oka, en el que se ensalza la figura del primer ministro. Se destaca el carácter constante y trabajador de Sato, su aguante ante los ataques de los “estudiantes comunistas radicales”, y su implicación en la resolución de los problemas de soberanía derivados de la presencia norteamericana en Japón y el paso a dominio PRENSA Y PODER 173 japonés del archipiélago de Ryu Kyu (Okinawa) 29 ; la resolución de este asunto a favor de Japón cuando se ratificó el Tratado en 1970, fue una de las claves por la que la opinión pública valoró la figura de Sato. The Washington Post también se suma a esta tendencia, y escribe varios artículos sobre la figura de Eisaku Sato; destacando, por ejemplo, el de la edición de mayo de 1964. Si bien esta noticia no es tan amplia como la del The New York Times, se ensalza de forma grandilocuente la figura del nuevo primer ministro japonés, destacándose valores como su proamericanismo, sus principios conservadores, o su defensa del Tratado de Seguridad. Es de destacar, además, que se le sitúa muy por encima de sus predecesores (que no olvidemos eran todos de su mismo partido, el Partido Liberal Demócrata), resaltando su mano dura e intolerancia con los movimientos de izquierda en su país 30. 2. El comunismo y el miedo Como señalamos en el epígrafe 2, la mayoría de los artículos publicados en la década de 1960 en The New York Times sobre temas relacionados con el Tratado de Seguridad y las protestas que este suscitó, usan la amenaza comunista en Asia como causa de la eclosión de los movimientos sociales, siempre reducidos a los ataques violentos del movimiento estudiantil radical de izquierdas, al que identifican con algo peligroso y perjudicial, tanto para Japón como para Estados Unidos. 174 LEÓN LLODRA LÓPEZ Así, en el artículo de The New York Times del 27 de abril de 1960 acerca de la ocupación del edificio de la Dieta, se insiste en que las protestas de 1960 fueron llevadas a cabo por un bloque homogéneo de izquierdas radical, el People’s Council Against the Ratification of the Titular del Artículo: Japanese Rioters Security Teatry (Ampo Protest U.S. Pact (NYT). Jōyaku Kaitei Soshi Kokumin Kaigi), en el que se unen sindicatos y estudiantes de ultraizquierda, secundados por el Partido Socialista y el Partido Comunista 31. Sin embargo, esta fue la única vez que se presentó al movimiento como algo diverso y heterogéneo. Así, tanto en el resto de este artículo como en los publicados posteriormente, se describió al movimiento estudiantil como homogéneo y, sobre todo, exclusivamente como un movimiento radical de izquierdas. Es de remarcar la simplificación que se hace de la naturaleza de los movimientos de protesta que participaron en contra de la ratificación en 1960, ya que, lejos de ser solamente de izquierdas, el People’s Council Against the Ratification of the Security Teatry, incorporaba elementos sociales y sindicales que no tenían afiliación comunista. Además, en las manifestaciones también fueron activos grupos como el Voiceless Voices (Koe Naki Koe no Kai), formado íntegramente por individuos de PRENSA Y PODER 175 diferente extracción social, cuya única ideología era la defensa de la democracia 32. Hay que decir que el Zengakuren estaba constituido por asociaciones de estudiantes de todo Japón, que, si bien seguía una línea de ideología socialista, estaba formado por varias facciones, muchas de las cuales no eran radicales33. En este artículo, además, el redactor pone de relieve la oposición de los dos principales países comunistas a la injerencia estadounidense en la soberanía japonesa: “… The Soviet Union and Communist China, on the other hand, have warned Japan repeatedly on the danger of her military alignment with the United States…” 34. Este se convertirá en el discurso general a la hora de informar acerca de las movilizaciones sociales en Japón, que, para The New York Times, se reducirán al intento, por parte de agrupaciones comunistas de estudiantes, de socavar la autoridad japonesa, al conseguir la dimisión del primer ministro Nobusuke Kishi 35 y entorpecer la labor estadounidense de defensa del archipiélago frente a la amenaza comunista rusa y china 36. A la hora de hablar de las movilizaciones que se produjeron, ya no solo en 1960 en contra de la ratificación del Tratado, sino a lo largo de esa década, The Washington Post realizó una cobertura mucho más amplia. No obstante, encontramos un tono marcadamente alarmista, hablando más directamente de la vinculación del movimiento estudiantil con el comunismo y la amenaza exterior en la difusión de estas ideologías. Así, en su edición del 20 de junio de 1960, el periódico informa también de cómo el primer ministro Nobusuke Kishi ha conseguido pasar en la Cámara Alta la 176 LEÓN LLODRA LÓPEZ ratificación del Tratado de Seguridad. Es de remarcar cómo el redactor habla de la reacción de los principales partidos opositores al Tratado, el Partido Comunista y el Partido Socialista, en términos de “enfurecimiento”, llegando a “patear las puertas de la Cámara”. De igual manera que en The New York Times, se habla del Council Against the Ratification of the Security Treaty y del Zengakuren, aunque aquí se les trata de manera separada y calificando a los segundos de “fanáticos de Izquierda”; sin embargo, en esta noticia, aunque tampoco se informa de la maniobra política de Kishi para poder aprobar la ratificación, sí se habla más concretamente de las críticas de la oposición, que tachan de inconstitucional el procedimiento en que esta medida fue sacada adelante 37. La forma en la que The Washington Post vincula siempre a los movimientos de protesta contra el control norteamericano en territorio japonés con la amenaza comunista, y los reduce a las movilizaciones llevadas a cabo por el Zengakuren, se puede seguir en Titular del Artículo: Reds Try to Woo Japanese Youth (WP). varios titulares como, por ejemplo: “Reds Try to Woo Japanese Youth”, donde se describe cómo la ideología comunista se está extendiendo de manera alarmante por la juventud japonesa38; o “The Left Isn’t Right in Japan”, que informa sobre la vinculación directa de los líderes de izquierdas con la Unión Soviética y el debilitamiento de los partidos de izquierda en la Dieta 39. PRENSA Y PODER 177 La vinculación entre lo que para Estados Unidos era el preocupante avance del comunismo y los movimientos sociales en Asia aparece también de forma nítida en un artículo de junio de 1960 titulado “CHALLENGE IN ASIA: Communists Use Varied Tactics Along Rim From Mideast to Korea”, en el que, aprovechando el episodio de las protestas antiratificación en Japón, se dibuja un mapa del avance del comunismo en Asia, la amenaza china y la infiltración de sus agentes en Vietnam, Filipinas, Taiwán y, por supuesto, Japón40. Este artículo es sintomático, porque se percibe claramente el discurso que Estados Unidos plantea para conseguir aliados en Asia frente al bloque soviético; se describen los métodos totalitarios y crueles de este tipo de Fragmento del artículo CHALLENGE IN ASIA: Communists Use regímenes Varied Tactics Along Rim From Mideast to Korea (NYT). para convencer a países en vías de descolonización de situarse bajo la tutela estadounidense, con el fin de conseguir crear un estado bajo los principios de la libertad y de la democracia. En 1970, año de la segunda ratificación del Tratado de Seguridad, The New York Times perfila un panorama en el que las protestas en contra de la ratificación parecen ser ya llevadas a cabo por una minoría de “Estudiantes radicales, grupos moderados de izquierdas y movimientos pacifistas” 41, mientras la mayoría de la población acepta el Tratado, aunque 178 LEÓN LLODRA LÓPEZ un 42 % abogue por su “gradual disolución en el futuro” 42. Además, se pone de manifiesto que los principales interesados en que no se llevase a cabo la ratificación del Tratado eran los regímenes comunistas de China, Corea del Norte y Vietnam, quienes buscarían la desaparición de la influencia estadounidense en Asia para que así el comunismo aumentara aún más su dominio en la zona 43. El mismo discurso sigue The Washington Post en su artículo “Japan’s Fiery Student Militants Divided and Isolated”, donde se informa del final de la ocupación de la Universidad Imperial de Tokio y la radicalización y aislamiento del movimiento estudiantil, al que da casi por desaparecido tras los arrestos en masa, consecuencia de la nueva política de mano dura del gobierno japonés 44. Conclusión Las movilizaciones sociales que tuvieron lugar en Japón entre 1950 y 1970 fueron recogidas por la prensa estadounidense de manera distorsionada, ya que solo eran reducidas a movilizaciones violentas en contra de su injerencia en Japón, simbolizada en la firma del Tratado de Seguridad en 1952 y sus posteriores ratificaciones. Nada se dice de su diversidad y, sobre todo, de la implicación real que tuvo, fuera de tutelas ideológicas exclusivas del comunismo o el socialismo, la sociedad civil japonesa, en contra de lo que para ellos, en particular en 1960, fue una violación de los principios democráticos que con tanto entusiasmo habían abrazado tras la ocupación norteamericana. PRENSA Y PODER 179 Tampoco se mencionan otras protestas de grupos pacifistas en contra de episodios como, por ejemplo, la guerra de Vietnam, o la respuesta al mayo del 68 francés que tuvo lugar en Japón. Se puede constatar cómo en los artículos de prensa se refleja una clara evolución de la posición estadounidense frente al Japón. En 1952 todavía se aprecia una cierta condescendencia en la forma de tratar al país nipón. Es a partir de la década de 1960 cuando aparece ya como un aliado al que hay que conceder ciertas reivindicaciones, para mantener la fortaleza ante la percepción de la opinión pública del gobierno amigo del Partido Liberal Demócrata, evitando así el fortalecimiento de la influencia comunista entre la población. Además, podemos afirmar que el interés que despiertan estas movilizaciones aumenta en la década de 1960 ya que, tanto en The New York Times como en The Washington Post, los artículos relacionados con este tema aumentan de manera palpable, tanto en cantidad como en calidad del análisis (es decir, que en los artículos parece que se intenta hacer un análisis más cualitativo, sin quedarse únicamente en la simple exposición de datos o descripción de sucesos). Por otro lado, debemos añadir también que, aunque en general las noticias sobre las movilizaciones japonesas aparecen siempre entre las primeras páginas de la sección internacional, en la década de 1960 encontramos incluso noticias en portada que se desarrollan de nuevo más adelante, otro indicador de que el interés por este tipo de noticias crece. Si damos por válida la hipótesis de partida de que la prensa puede ser un buen indicador de, por un lado, la percepción de la opinión pública y, por otro, del eco de determinadas directrices políticas llevadas a cabo en este caso 180 LEÓN LLODRA LÓPEZ por los Estados Unidos, quizás podemos afirmar que la sociedad norteamericana tenía cierto interés por los acontecimientos aquí tratados y que, verdaderamente, el gobierno estadounidense sí tenía cierta inquietud ante la expansión de la ideología comunista y socialista en Japón 45. Por lo tanto, la presión de los movimientos sociales japoneses, a cuyo frente encontramos al Zengakuren, una amenaza potencial a ojos de Estados Unidos en cuanto a infiltración de la doctrina comunista en la opinión pública, aceleró el proceso de consecución de la soberanía total del gobierno japonés frente a Estados Unidos. Es decir, creemos que el gobierno norteamericano, de no haber existido grandes movilizaciones sociales, habría tardado más en establecer mayores condiciones de equidad entre ambos países, a la hora de ir ratificando el Tratado de Seguridad a lo largo de las décadas. Así lo demuestra el hecho de que, ya en 1960, pero, sobre todo, ante la amenaza de la gran movilización que se suponía iba a tener lugar en el año 1970, como resultado del estado de madurez que había alcanzado la sociedad civil japonesa, Estados Unidos comienza a acceder a determinadas peticiones de la clase política y económica japonesa46. El punto culminante de este proceso lo encontramos en el momento de ratificar el Tratado en 1970, cuando el primer ministro Sato consiguió de la administración Johnson la vuelta a la soberanía japonesa de Okinawa, asegurándose así un gran apoyo de la opinión pública, que repercutirá, paradójicamente, en el debilitamiento de los movimientos de protesta en contra de la ratificación. En ningún caso estamos afirmando que The Washington Post y The New York Times sigan una línea PRENSA Y PODER 181 ideológica marcada directamente por el gobierno de los Estados Unidos, más aún teniendo en cuenta que ambas publicaciones eran, sobre todo en estos momentos, de marcada línea progresista. No obstante, en referencia a las movilizaciones sociales japonesas de estos años, sí que siguen un discurso anticomunista, que podríamos comparar con el utilizado por Estados Unidos en el contexto de la Guerra Fría. 1 Hood, Christopher P., The Politics of Modern Japan: Critical Issues in Modern Politics, New York: Routledge, 2008. 2 Hirano, Kyoko, “The Japanese tragedy: censorship and the American Occupation”, Radical History Review, 41 (1988), pp. 67-92. 3 Braw, Monica, The Atomic Bomb Suppressed: American Censorship in Occupied Japan, New York: East Gate Books, 1991. 4 Es interesante ver, por ejemplo, la carta que Mc Arthur envía al primer ministro Yoshida en 1950, instándole a una purga comunista en la clase política japonesa. V. http://www.ndl.go.jp/modern/e/img_l/M009/M009-002l.html. 5 Laquer, Walter y Mosse, George L., Generations in Conflict, London: Weidenfeld and Nicolson, 1970. 6 Kelman, Peter G., “Protesting the National Identity: The Cultures of Protest in 1960s Japan”, defensa de tesis, Universidad de Sydney, 2001. 7 Está claro, y esto también se puede ver reflejado en algunos de los artículos mostrados aquí, que no solo en Japón la sociedad civil se oponía al control norteamericano. Sobre todo, al principio, durante la 182 LEÓN LLODRA LÓPEZ primera década de entrada en vigor del Tratado, agentes del sector económico y de la oposición política también presionaron al gobierno para adoptar una posición más firme a la hora de defender los intereses japoneses frente a la injerencia estadounidense. No obstante, esta presión quedó un poco en segundo plano entrando ya en la década de 1960, siendo llevada casi por completo por la sociedad civil. Hood, Christopher P., The Politics of Modern Japan: Critical Issues in Modern Politics, New York: Routledge, 2008. 8 Smith, Henry, “The Origins of Student Radicalism in Japan”, Journal of Contemporary History, Vol. 5, n.º 1, (1970), pp. 87-103. 9 “Did You Know? Facts about”, The New York Times, 03/2010: http://www.nytco.com/pdf/DidYouKnow_March2010_FINAL.pdf. 10 Enciclopedia Británica online: http://www.britannica.com/EBchecked/topic/412546/The-New-York -Times. 11 Como, por ejemplo, se debatía en el programa de Chris Matthews del 26/03/2009 en la NBC (http://www.msnbc.msn.com/id/17798805#.TrLHCN7ryYE). 12 Bruce Bartlett, “Partisan Press Parity?”, The Washington Post, 13 de marzo de 2007 (http://www.washingtontimes.com/news/2007/mar/13/20070313-090 315-7881r/). 13 “2 Nations Sign Security Pact Keeping U.S. Units in Japan”, The New York Times, 9 de septiembre de 1951, pp. 1 y 28. 14 Ibídem, p. 28. PRENSA Y PODER 183 15 “Text of U.S.-Japanese Pact”, The Washington Post, 9 de septiembre de 1951, p. 5. 16 “U. S.-Japan Mission on Pact Forecast”, The New York Times, 20 de febrero de 1952, p. 3. 17 “Accord is Reached on U.S.-Japan Pact”, The New York Times, 27 de febrero de 1952, p. 3. 18 Kelman, Peter G., “Protesting the National Identity: The Cultures of Protest in 1960s Japan”, defensa de tesis, Universidad de Sydney, 2001, p. 68. 19 “Anti-American Feeling is Seething in Japan”, The Washington Post, 12 de octubre de 1952, p. 3. 20 “U. S., Japan Agree to Treaty Talks”, The New York Times, 12 de septiembre de 1958, p. 4. 21 Kelman, Peter G., “Protesting the National Identity: The Cultures of Protest in 1960s Japan”, defensa de tesis, Universidad de Sydney, 2001, p. 72. 22 “U.S., Japan Will Draft New Treaty”, The Washington Post, 5 de octubre de 1958. 23 Kelman, Peter G., “Protesting the National Identity: The Cultures of Protest in 1960s Japan”, defensa de tesis, Universidad de Sydney, 2001, p. 102. 24 “Japanese Rioters Protest U.S. Pact”, The New York Times, 27 de abril de 1960, p. 1. 184 LEÓN LLODRA LÓPEZ 25 “Diet Proceedings Halt”, The New York Times, 22 de abril de1960, p. 6. 26 “Points of U.S.-Japan Treaty”, The New York Times, 17 de junio de 1960, p. 8. 27 “ Washington Proceedings”, The New York Times, 7 de junio de 1960, p. 12. 28 Trumbull, Robert, “Size of Military Debated in Japan”, The New York Times, 27 de junio de 1965, p. 2. 29 OKA, Takashi, “As the Japanese say”, The New York Times, 16 de noviembre de 1969, pp. 49-56. 30 “Eisaku Sato is Japan’s New Prime Minister”, The Washington Post, noviembre de 1964, p. 9. 31 “Japanese rioters protest U.S. Pact”, The New York Times, 27 de abril de 1960, pp. 1 y 7. 32 Kelman, Peter G., “Protesting the National Identity: The Cultures of Protest in 1960s Japan”, defensa de tesis, Universidad de Sydney, 2001, p. 65. 33 Passin, Herbert, “The Sources of Protest in Japan”, The American Political Science Review, 56. 2 (1962), pp. 391-403. 34 “Japanese rioters protest U.S. Pact”, The New York Times, 27 de abril de 1960, pp. 1 y 7. 35 Trumbull, Robert, “Leftists Protest”, The New York Times, 23 de junio de 1960, pp. 1 y 8. PRENSA Y PODER 36 185 Ibídem, p. 8. 37 “Treaty Laws Pass Japan Upper House”, The Washington Post, 20 de junio de 1960, p. 7. 38 “Red Try to Woo Japanese Youth”, The Washington Post, 4 de noviembre de 1962. 39 “The Left Isn`t Right in Japan”, The Washington Post, 16 de julio de 1962. 40 Durdin, Tilman, “CHALLENGE IN ASIA: Communists Use Varied Tactics Along Rim From Mideast to Korea”, The New York Times, 19 de junio de 1960, p. 3. 41 “Protest in Japan Go On After U.S. Pact Extension”, The New York Times, 24 de junio de 1970, p. 3. 42 Ibídem, p. 3. 43 Ibídem, p. 3. 44 “Japan’s Fiery Student Militants Divided and Isolated”, The Washington Post, 21 de junio de 1970. 45 Esto, además, se puede constatar en la ya citada correspondencia entre la clase política de ambos países, o en hechos comprobados, como la financiación y asesoramiento que la CIA dio al Partido Liberal Demócrata japonés para asegurarse un aliado en el poder. Weiner, Tim, “C.I.A. Spent Millions to Support Japanese Right in 50's and 60's”, The New York Times, 9 de octubre de 1994. 186 LEÓN LLODRA LÓPEZ 46 Kelman, Peter G., “Protesting the National Identity: The Cultures of Protest in 1960s Japan”, defensa de tesis, Universidad de Sydney, 2001, p. 105. Bibliografía Fuentes bibliográficas Hirano, Kyoko, “The Japanese tragedy: censorship and the American Occupation”, Radical History Review, 41 (1988), pp. 67-92. Hood, Christopher P., The Politics of Modern Japan: Critical Issues in Modern Politics, New York: Routledge, 2008. Kelman, Peter G., “Protesting the National Identity: The Cultures of Protest in 1960s Japan”, defensa de tesis, Universidad de Sydney, 2001. Laquer, Walter y Mosse, George L., Generations in Conflict, London: Weidenfeld and Nicolson, 1970. Passin, Herbert, “The Sources of Protest in Japan”, The American Political Science Review, 56. 2 (1962), pp. 391-403. Smith, Henrry, “The Origins of Student Radicalism in Japan”, Journal of Contemporary History, Vol. 5, n.º 1, (1970), pp. 87-103. PRENSA Y PODER 187 Sunada, Ichiro, “The Thought and Behavior of Zengakuren: Trends in the Japanese Student Movement”, Asian Survey, 9.6 (1969), pp. 457-474. Fuentes primarias “Accord is Reached on U.S.-Japan Pact”, The New York Times, 27 de febrero de 1952, p. 3. “Anti-American Feeling is Seething in Japan”, The Washington Post, 12 de Octubre de 1952, p. 3. “Diet Proceedings Halt”, The New York Times, 22 de abril de1960, p. 6. “Eisaku Sato is Japan’s New Prime Minister”, The Washington Post, noviembre de 1964, p. 9. “Japan Agrees to U.S. Force For Defense After Treaty: Japan Agrees To U.S. Troops”, The Washington Post, 27 de febrero de 1952, p. 2. “Japan’s Fiery Student Militants Divided and Isolated”, The Washington Post, 21 de junio de 1970. “Japanese rioters protest U.S. Pact”, The New York Times, 27 de abril de 1960, pp. 1 y 7. 188 LEÓN LLODRA LÓPEZ “Points of U.S.-Japan Treaty”, The New York Times, 17 de junio de 1960, p. 8. “Protest in Japan Go On After U.S. Pact Extension”, The New York Times, 24 de junio de 1970, p. 3. “Red Try to Woo Japanese Youth”, The Washington Post, 4 de noviembre de 1962. “Text of U.S.-Japanese Pact”, The Washington Post, 9 de septiembre de 1951, p. 5. “The Left Isn`t Right in Japan”, The Washington Post, 16 de julio de 1962. “Treaty Laws Pass Japan Upper House”, The Washington Post, 20 de junio de 1960, p. 7. “U. S., Japan Agree to Treaty Talks”, The New York Times, 12 de septiembre de 1958, p. 4. “U. S.-Japan Mission on Pact Forecast”, The New York Times, 20 de febrero de 1952, p. 3. “U.S., Japan Will Draft New Treaty”, The Washington Post, 5 de octubre de 1958. PRENSA Y PODER 189 “Washington Proceedings”, The New York Times, 7 de junio de 1960, p. 12. Durdin, Tilman, “CHALLENGE IN ASIA: Communists Use Varied Tactics Along Rim From Mideast to Korea”, The New York Times, 19 de junio de 1960, p. 3. OKA, Takashi, “As the Japanese say”, The New York Times, 16 de noviembre de 1969, pp. 49-56. Trumbull, Robert, “Size of Military Debated in Japan”, The New York Times, 27 de junio de 1965, p. 2. Trumbull, Robert, “LEFTISTS PROTEST”, The New York Times, 23 de junio de 1960, pp. 1 y 8. DOI 10.3994/RIEAO 2010.03.191 Revista Iberoamericana de Estudios de Asia Oriental (2010) 3: 191-208 RESEÑAS Yasheng Huang, Capitalism with Chinese Characteristics: Entrepreneurship and the State, New York: Cambridge University Press, 2009, 366 pp. ISBN: 10 0521898102. Capitalism with Chinese Characteristics no intenta, como podría sugerir su título, descifrar la fórmula mágica del desarrollo económico de China, sino que se trata de una monografía que quiere reinterpretar el crecimiento económico chino durante el período post-Mao, y mostrar la realidad menos conocida por los economistas occidentales: el hecho de que las políticas chinas no eran más favorables en los años 90 que en los años 80 al sector privado rural, el principal motor del crecimiento económico durante la primera década de las reformas. Como profesor de economía política, Yasheng Huang abandona el análisis cuantitativo de los datos macroeconómicos, la metodología deductiva (inference-based), para evaluar las consecuencias de las reformas chinas. A través de la observación directa y el examen de los documentos políticos y otros datos socio-económicos, Huang convierte su libro en un ejemplo que muestra la importancia de la construcción previa de la realidad cultural y política, antes de iniciar las investigaciones pertinentes. 192 RESEÑAS Su primera observación es el deterioro del bienestar de los chinos (especialmente el de los habitantes rurales) en los años 90. En comparación con lo que se realizó en los 80, el coeficiente de Gini aumentó, la tasa de alfabetización disminuyó, los servicios de salud menguaron, y los ingresos de los hogares disminuyeron proporcionalmente, teniendo en cuenta que en la economía nacional el PIB continuaba creciendo en los años 90. Su marco de análisis, que estudia el desarrollo económico cualitativo al lado del cuantitativo, permite una comprensión más objetiva de la economía china, por la razón de que China no es solamente la segunda economía más grande por su PIB, sino también un país en desarrollo que se enfrenta con los desafíos clásicos: la gran población rural, la desigualdad ciudad/campo, un mercado financiero poco sofisticado y la represión financiera. Debido a ser un país rural en vías de industrialización, las reformas en el campo merecen una atención particular. La segunda observación de Huang es el dinamismo del sector privado rural en los años 80. A través de la clarificación de la definición de las TVE (Township and Village Enterprises), pone la luz sobre lo engañoso de la traducción de este concepto chino en inglés. La sigla TVE no alude únicamente a las empresas colectivas cuya propiedad está en manos de la autoridad del pueblo y de la aldea, sino que acoge todos los tipos de empresas según estas localizaciones (situadas en pueblos y en aldeas), incluyendo las empresas realmente privadas. El fenómeno del crecimiento de las TVE es, en efecto, una historia de la emergencia del espíritu empresarial en el campo. Huang nos presenta una selección de documentos políticos para ilustrar cómo la liberalización RESEÑAS 193 financiera se inició y se realizó por el gobierno central en los años 80 a favor del sector privado, y cómo una protección mínima de los empresarios individuales trajo consigo unas consecuencias económicas enormes en la China rural, gracias a esa economía planificada menos sofisticada allí establecida. Las observaciones directas permiten al autor suponer: 1) el desarrollo del sector privado rural determina el bienestar general; 2) la propiedad privada, la liberalización financiera y la protección del derecho de propiedad constituyen los pilares institucionales de este desarrollo. Huang presenta luego su argumento más importante, que cuestiona la singularidad de China por el gradualismo de sus reformas. El mejoramiento del bienestar en los años 80 es debido al liberalismo direccional (directional liberalism) hacia las instituciones eficientes. El cambio de la dirección de las reformas en los años 90 explicó la decadencia del bienestar. El proceso de reforma en China no fue incremental o lineal. La inconsistencia política de la dirección de las reformas se explicó por el cambio de liderazgo central. El evento de Tian’anmen de 1989 se considera como el punto de viraje. La sustitución de Zhao Ziyang y Hu Yaobang por Jiang Zemin y Zu Rongji significó también la sustitución de las reformas enfocadas en el campo por las orientadas a las ciudades. Huang presenta los datos entre 2001 y 2005 y expresa un optimismo por la vuelta al liberalismo direccional bajo la dirección de Hu Jiangtao y Wen Jiabao, quienes llegaron al poder en 2001 y transferirán la autoridad a la próxima generación de líderes en 2012. A pesar de la abundancia de la información ofrecida por sus estudios empíricos, los argumentos de Huang están 194 RESEÑAS basados en premisas muy concretas: empresas privadas rurales (no incluyendo el sector privado urbano), el sector manufacturero (no incluyendo la industria de servicios) y la liberalización financiera (no incluyendo otras políticas acerca del sector privado). Sin tener en cuenta estas limitaciones, la suposición de la regresión general de las políticas en los años 90 sería engañosa. En efecto, a pesar de la regresión financiera en el campo, se constatabaa la sazón la profundización de las reformas en otras áreas favorables al sector privado, como la liberalización de los precios, la coordinación mediante el mercado, el reconocimiento constitucional de la importancia de la economía privada y la mejor protección del derecho a la propiedad privada (reconocido por el propio autor). De este modo, la tesis principal de Huang se refiere precisamente a la causalidad entre la liberalización financiera y el desarrollo de las empresas privadas industriales y rurales. En el marco del análisis de Huang, la liberalización financiera se considera como el factor determinante de la inversión privada en bienes raíces. El autor comete el error que él mismo declara al inicio que hay que evitar. De la evolución de las inversiones en bienes raíces por los empresarios privados, el autor deduce que la inversión aumentó de resultas de las políticas financieras liberales, y que la inversión disminuyó a causa del control financiero. Sin embargo, la literatura sobre la liberalización financiera en los países desarrollados revela que dicha liberalización sigue a menudo al crecimiento económico. En otros palabras, la liberalización financiera no es la razón, sino el resultado del crecimiento económico. Hay dos maneras de definir la liberalización RESEÑAS 195 financiera: por un lado, la liberalización iniciada por el gobierno, representada por la determinación de los tipos de interés mediante el mercado; por otro lado, la descentralización de la estructura financiera, con las innovaciones de los agentes económicos individuales. Huang confunde estos dos conceptos sin hacer la distinción suficiente. En primer lugar, considera la distribución de los créditos bancarios a las TVE como una forma de la liberalización iniciada por el gobierno. ¿Pero es esto así? Utilizando los mismos datos, observamos la distribución desequilibrada de los créditos dentro de las empresas privadas. La mayoría de los créditos estaban concedidos a empresas cuyos propietarios tenían relaciones personales con funcionarios de bancos estatales, o con funcionarios locales. Los créditos bancarios no estuvieron distribuidos a través del sistema de mercado, sino a través de las clases políticas, creando un tipo de “crédito político”. En este sentido, la reforma bancaria en los años 90, con el objetivo de transformar los bancos estatales en bancos comerciales, era un avance muy importante hacia la liberalización financiera. En segundo lugar, el autor ha exagerado el papel jugado por el gobierno en el proceso de diversificación financiera. Varias formas de organizaciones financieras privadas se establecieron en el nivel administrativo bajo, iniciadas por empresarios privados con apoyo de funcionarios locales y sin reconocimiento del centro. Por eso, lo que el gobierno central hizo acerca de las innovaciones institucionales populares fue la formalización ex poste, en lugar de la iniciación ex ante. La diferencia esencial entre los años 80 y los 90 es la postura del gobierno central respecto de las innovaciones institucionales, adaptadas 196 RESEÑAS constantemente a la realidad económica. La innovación inducida (induced innovation) se sustituyó por la innovación forzada (imposed innovation). A raíz de eso, el gobierno chino ha adoptado la teoría tradicional de la profundización financiera (financial deepening), que ignora la imposibilidad de satisfacer las necesidades financieras diversificadas de los agentes económicos heterogéneos por un sistema financiero centralizado. El ambiente político liberal en los años 80 favoreció ciertamente el respeto y la tolerancia de las iniciativas individuales. El control financiero en los años 90 ha cambiado esta tendencia y ha bloqueado la continuación de la diversificación financiera. Por lo tanto, llegamos a una conclusión similar a la de Huang, pero siguiendo un razonamiento diferente. Aún así, Yasheng Huang describe perfectamente lo que tuvo lugar en la China rural durante las primeras dos décadas de las reformas. Capitalism with Chinese Characteristics es el libro indispensable para los especialistas sobre China y para los que les interesa el desarrollo económico. La lectura es fluida y agradable, sin necesidad de conocimientos matemáticos ni económicos. La ausencia de modelos científicos sofisticados no afecta a la calidad de la investigación. El autor nos presenta datos convincentes para defender sus tesis, aunque a veces se echa en falta cierto rigor metodológico. YUE LIN Universidad Autónoma de Madrid RESEÑAS 197 Mishima, Yukio, Los años verdes, Madrid: Cátedra, 2009, 258 pp. ISBN: 978-84-376-2587-4 y Mishima, Yukio, El color prohibido, Madrid: Alianza, 2009, 560 pp. ISBN: 978-84-206-4901-6 En 2009 han aparecido en el mercado editorial español las traducciones de dos novelas escritas por un joven Mishima Yukio: Los años verdes (ed. orig.: Ao no jidai青の時代, 1950) y El color prohibido (Kinjiki 禁色, 1953). En ambos casos, se trata de traducciones directas y realizadas en colaboración por una traductora japonesa (cuyos nombres transcribimos como aparecen en sus obras, con el orden alterado, para asimilarlo al español. en el que el nombre propio es seguido por el apellido) y un responsable español: Rumi Sato y Carlos Rubio en el primer caso, y Keiko Takahashi y Jordi Fibla, quienes ya habían dado a la imprenta en 2004 su traducción directa de El rumor del oleaje (Shiosai 潮 騒 , 1954), en el segundo. Asimismo, resulta destacable el carácter pionero de estas publicaciones en Occidente. Si la traducción de Ao no jidai permanecía inédita en lengua occidental hasta la fecha, la traducción al español de Kinjiki es la primera en serlo del texto en su integridad. La antigua traducción al inglés, debida a Alfred H. Marks (Forbidden Colors, Alfred A. Knopf, 1968), había aparecido mutilada por su responsable. En el caso de Los años verdes, además, como perteneciente a la colección «Letras Universales» de la editorial Cátedra, el volumen se presenta con un prolijo estudio introductorio, siendo su responsable el cotraductor de la novela, Carlos Rubio. Llama la atención la extensión de esta introducción, que alcanza las sesenta y dos páginas, ante la inexistencia de tratamiento 198 RESEÑAS alguno de nuestro narrador en el voluminoso ensayo publicado por el propio Rubio en 2007, dedicado a la historia de la literatura japonesa 1. Algo que diagnostica el creciente interés de las editoriales por el lanzamiento de las obras de Mishima en lengua española. Los años verdes, escrita cuando Mishima contaba veinticinco años de edad, toma como detonante un acontecimiento real y próximo en el tiempo, pero como en otras ocasiones en las que Mishima se inspira en escándalos políticos o financieros, se dedica a un escrutinio de la personalidad de sus protagonistas. Así, el personaje en torno al cual gira la novela, Kawasaki Makoto 川崎誠, constituye un trasunto de la personalidad de un estafador que existió en el Japón de la época, quien se suicidaría en 1949, tras destaparse su trama fraudulenta. La novela está escrita tan solo un año después de la muerte del embaucador, y resulta interesante comprobar la cercanía de Mishima con su protagonista. En efecto, Makoto es casi coetáneo del narrador, tan solo dos años más joven que su protagonista. Y con él compartirá formación y algunos rasgos físicos (notablemente, su palidez, y sus comparativamente menores desarrollo muscular y destreza deportiva), presentes en otros trasuntos del narrador y que serán definitorios de la complejísima personalidad del escritor y de su subsiguiente voluntad de superación marcada por el exceso. El camino fraudulento de Kawasaki acabará por ser descubierto (es algo que no describe el autor, pero que considera inminente cuando concluye la novela), pero antes de 1 Rubio, Carlos, Claves y textos de la literatura japonesa. Una introducción, Madrid, Cátedra, 2007. RESEÑAS 199 andarlo, vejará cada una de las instituciones vertebradoras de la identidad social en un tiempo en el que los valores de los abuelos 2, como confiesa explícitamente el narrador, parecen estar amenazados en el Japón de la expansión militarista y de la subsiguiente derrota bélica (años de la infancia y de la juventud del protagonista, respectivamente). De ello da cuenta la certeza de que el descubrimiento de la estafa conducirá a Makoto al suicidio, como él mismo confiesa en el relato, como último acto de desprecio y de ultraje al deber social. No todos los personajes quedarán, empero, losados por el soberbio cinismo y por la inquina irritantemente desapasionada del protagonista, en la que no parece manifestarse evolución alguna y, en efecto, Mishima, en el prólogo de la novela, presentará a su personaje como un hombre que desconoce la duda 3. Hay cosas, como se dice comúnmente, que el dinero no puede comprar, una lección que, ni siquiera cuando es ya demasiado tarde, el protagonista está dispuesto a admitir. Como obra literaria, Los años verdes presenta un orden teleológico que, de puro evidente, resulta tal vez artificioso en exceso. Un orden que se sigue sin establecer lazo empático alguno con la deriva del protagonista. Con la petulancia propia de los aforismos de los que gustaba el joven Mishima, la obra está dotada, sin embargo, de la iluminadora, excepcionalmente dotada, capacidad metafórica del autor. 2 Quienes creían, como afirma al comienzo del capítulo primero, en la intrínseca relación entre conocimiento (chishiki 知識) y virtud (dôtoku 道 徳). 3 Lo que no equivale a decir “sincero”. El kanji con el que se escribe el nombre de pila del protagonista, Makoto 誠, es, precisamente, el que significa “sinceridad”. Un concepto crucial en el ideario ético del último decenio de Mishima, cuyo abrazo nacionalista de carácter nostálgico le conducirá al suicidio. 200 RESEÑAS Sin el menor deseo de contemporizar con su protagonista, Mishima adelanta algunas claves de su diagnóstico (lejos siempre de la propaganda, lo que le ha cosechado críticas no acertadas sobre su condición autista de la sociedad) de una sociedad empeñada en la ilusión de una prosperidad que no existe. Cómo si no puede explicarse el hecho de que un esclavo de la razón se arroje a un negocio que sabe tarde o temprano condenado al fracaso y que le conducirá al suicidio. La vocación de Makoto no es sino nihilista: una sed de venganza que introduce la debacle en un sistema que detesta, pero sin la esperanza de abrazar un orden mejor. El color prohibido, publicada en 1951, sirve a Mishima para establecer otra vuelta de tuerca respecto del tratamiento de la condición homosexual que había protagonizado su Kamen no kokuhaku (Confesiones de una máscara, 1949). Pero si, en aquella ocasión, la escritura se caracterizaba por su carácter confesional y en primera persona, en Kinjiki alcanza una naturaleza que, sin abandonar al mismo tiempo una esfera de profunda reflexión estética, presenta un carácter de mayor empaque social. No en vano, una de las características más celebradas de la obra sea su esclarecedor retrato del mundo homosexual de Tokio, con posterioridad a la derrota japonesa de la Segunda Guerra Mundial. Como reza un pasaje de la obra, los homosexuales “con el secreto orgullo de ser los representantes de la decadencia, se habían aprovechado del desorden para cultivar violetas oscuras y delicadas en un terreno resquebrajado” (p. 133). Dos son sus personajes principales, un joven de extraordinaria hermosura, como destacan todos los personajes de la narración, Minami Yûichi 南悠, y un escritor que se sabe RESEÑAS 201 acabado, Hinoki Shunsuke 檜俊輔, un inconfeso misógino que trama dañar a las mujeres sirviéndose de aquel, un efebo que no las ama. De este modo, en el origen de una trama de consecuencias nefastas para una pléyade de personajes secundarios, se encuentra la venganza. Después de haberse travestido en mujer en su novela Ai no kawaki 愛の渇き (Sed de amor, 1950), alcanzando un retrato prodigioso de una mujer insatisfecha, resulta pasmosa la profundidad con que Mishima crea un personaje masculino en su senectud con tamaña verosimilitud. El color prohibido ofrece un amplio número de disquisiciones de carácter estético, que no enturbian el seguimiento del desarrollo de los movimientos de sus personajes y que ofrecen interesantes claves sobre la consideración mishimiana de su generación literaria (un joven prodigio que mira desdeñoso a la amplia mayoría de los autores japoneses de más edad) y que insiste ampliamente en hacer referencias al decadentismo europeo y, en su extremo opuesto, a la idealización de la edad clásica griega. Sensiblemente, y como ocurre habitualmente en su producción literaria, resultan más numerosas las alusiones de Mishima (y Los años verdes no es en modo alguno una excepción) a la literatura occidental que a la autóctona. Asimismo, es particularmente interesante apreciar el modo en que algunas de las tramas motrices de esta novela serían retomadas con posterioridad por el Mishima último. Muy en especial, la relación de sus dos personajes protagonistas, el de un escritor que adopta (aunque no legalmente) a un joven, parece prologar el vínculo (en esta ocasión jurídico) que se establecerá entre un abogado sin hijos, Honda Shigekuni 本多繁邦, y el joven 202 RESEÑAS Yasunaga Tôru 安永透 en el cuarto volumen de su tetralogía, Tennin gosui 天人五衰 (La corrupción del ángel, 1970), escrita el año de la muerte por evisceración del autor. Jóvenes ambos, Yûichi y Tôru, ejercen una fascinación sobre sus responsables y coinciden en mostrarse ajenos a las estructuras morales que parecen haber castrado a sus postizos tutores. Es en la fatal evolución de los sentimientos que despierta en Shunsuke el efebo Yûichi, quien llega a revelarse, muy unamunianamente contra la inteligencia rectora del escritor, donde se halla uno de los argumentos más apurados de El color prohibido, una novela que a fuerza de un estilo metafórico, meditado y consciente de los mil vuelcos que las acciones individuales producen en la sociedad, se aparta de todo punto de la naturaleza folletinesca y sensacionalista que por su argumento podrían haber corrido el riesgo de ofrecer. Para concluir, aunque ninguna de estas novelas haya sido adaptada cinematográficamente, como ha ocurrido con otras obras del autor o en aproximaciones a su vida, lo que da buena cuenta de la extraordinaria presencia e influencia de Mishima en la cultura japonesa contemporánea, El color prohibido ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de una forma de expresión vanguardista nipona, el ankoku butô 暗 黒舞踏. Y es que, nada menos que el primer espectáculo sensu stricto de este arte escénico convulso y desgarrado recibió la inspiración de la novela, de la que adoptó su título, asimismo. Nos referimos al mítico Kinjiki, de Hijikata Tatsumi 土方 巽, estrenado en 1959. JULIO CÉSAR ABAD VIDAL Universidad Autónoma de Madrid RESEÑAS 203 Zhang, Jie, Faltan palabras, Barcelona: Editorial Miscelánea, noviembre 2009, 336 pp. ISBN: 978-84-937228-3-8 Zhang Jie es una de las escritoras más importantes de la actualidad china. Nacida en 1937 en Pekín, los cambios políticos que se vivieron en la China de principios del siglo XX durante la era maoísta la llevaron de su puesto en la Administración a un periodo de reforma forzoso en los campos. Una de las mujeres más importantes que contribuyeron a transformar la literatura de su país, no solo fue candidata al Premio Nobel de Literatura, sino que además es la única que puede vanagloriarse de haber recibido dos veces el prestigioso Premio Mao Dun 4. Hoy por hoy, es una autora consagrada y reconocida de forma internacional, no solo gracias a los diversos galardones con los que ha visto premiada su carrera 5, sino también por su activa presencia en conferencias académicas y foros internacionales. Prueba de ello es su posición como miembro honorario de la American Academy and Institute of Arts and Letters. En Faltan palabras, novela con pinceladas autobiográficas, desarrolla la historia de tres generaciones de mujeres 6 de una misma familia que, unidas por el elemento 4 Fundado por el afamado escritor Mao Dun y patrocinado por la Chinese Writers Association, tiene como intención fomentar y premiar la creación de novelas. Se otorga cada cuatro años, siendo el primero 1982. Zhang Jie lo recibió por primera vez en 1985 por Heavy Wings, y en 2005 por Faltan palabras. 5 Como el Malaparte Literary Prize de Italia, que obtuvo en 1989. 6 A menudo se ha tachado a Zhang Jie de elaborar una literatura de corte feminista. Paradójicamente, la autora ha reconocido en entrevistas que no se identifica con este apelativo, considerando su trabajo como contrario a las injusticias sociales, entre ellas las relacionadas con el género. 204 RESEÑAS común de una existencia plagada de sufrimientos, vivieron entre el convulso periodo de finales de la dinastía Qing, la República de China y la fundación y primeras décadas de la República Popular de Mao Zedong. El objetivo, lejos de quedarse en un retrato familiar, es recoger y mostrar las tragedias y la lucha sufridas por la población de diversos estratos sociales durante esta época de la historia de China. Una descripción para la que, según la opinión de la propia autora, las palabras no son suficientes, carecerían de sentido, al ser incapaces de englobar el alcance completo de lo ocurrido. La trama se inicia cuando la afamada escritora Wu Wei, mujer en apariencia fuerte e independiente, enloquece de forma repentina. Recién divorciada del gran amor de su vida, Hu Bingchen, alto funcionario del gobierno comunista, y con un fuerte sentimiento de culpabilidad, la locura se vuelve para ella una tabla de salvación al ser incapaz de soportar una realidad que no ha hecho sino herirla desde que nació. A partir de aquí la historia de su madre, Ye Lianzi, y su abuela, Mohe, las penurias sufridas por las tres durante los periodos de guerra (el hambre, el frío, el dolor, el sentimiento de abandono y de desarraigo) se entremezclarán con las experiencias de Wu Wei en una espiral inconexa para forjar el destino compartido por las tres mujeres: manipuladas, humilladas y maltratadas por sus hombres y el entorno social. La obra, que en el original chino consta de cuatro volúmenes (el último publicado en 2002), es una traducción indirecta del inglés a partir de una reelaboración y simplificación de la novela hecha por la autora. Las transcripciones están todas realizadas en el sistema de RESEÑAS 205 transcripción fonética pinyin. En cuanto a las notas a pie de página, su totalidad en la versión en español procede del traductor. Su presencia se agradece, pues en su mayoría se refieren a aclaraciones sobre referencias a otras obras, tradiciones, cultura material y sucesos concretos que pueden contribuir a que el lector poco familiarizado con ellos se pierda en el tiempo. Asimismo hay que destacar algo que resulta de gran utilidad a la hora de abarcar el vasto periodo histórico al que se hace referencia: el glosario incluido al final del libro, cuyos términos aluden a personajes y eventos fundamentales para comprender lo que se nos cuenta. En este sentido cabe decir sin ninguna duda que Faltan palabras no es una lectura de fácil aproximación para los no iniciados en la historia y la cultura china. Aunque la novela aparece dividida en siete capítulos, su estructura resulta sorprendente e innovadora, ya que no revela una separación marcada entre episodios concretos. Es más, curiosamente, el lector llega a acomodarse a un ritmo de lectura ininterrumpida en el que dicha separación pasa desapercibida, siendo más importante la subdivisión interna de los capítulos, que la autora emplea para cambiar el punto de vista de un asunto determinado, establecer un reflexión relacionada con él o hablar de otro distinto. Lo interesante de esta estructura interna, cuyo narrador es omnisciente, es que las trayectorias de Wu Wei, Ye Lianzi y Mohe son contadas entrelazándose entre sí. La historia no forma un marco cronológico concreto, sino que este se extrae de lo que parecen ser hechos sueltos y puntuales que supusieron cambios importantes en la vida de una, y que conectan con momentos determinados de la vida de otra de 206 RESEÑAS ellas 7. Esto crea una visión temporal donde todo se diluye como una neblina de carácter casi cinematográfico en un tiempo cíclico, donde todo vuelve de forma recurrente. Se forma así un contexto que explica la carga que están obligadas a soportar estas mujeres, como una herencia genética de tinte naturalista que pesa en forma de maldición. El registro empleado, elegante, de sintaxis concisa, directa y carente de adornos superfluos es, a la vez, poético y sensorial, algo que resalta el atractivo de la obra. Pese a sus descripciones exactas, la sensación es la de estar caminando por un mundo onírico donde se combinan sueños y pesadillas: los recuerdos de una persona, recogidos a través de los monólogos de los protagonistas y sus preguntas retóricas. Este lenguaje se combina a su vez con lo coloquial e incluso vulgar de la expresión de ciertos personajes, aportando mayor realismo y naturalidad al texto, anclándolo en lo mundano. La novela es una muestra excelente del contraste existente en la cultura china desde los inicios del siglo XX, donde se combinan valores y actitudes modernos con aspectos tradicionales. Esto se observa en dos perspectivas. La primera parte de la propia cultura, pues en la obra abundan proverbios y fragmentos de poesía, novelas y obras de teatro clásicas procedentes de dinastías como la Tang, Yuan, Ming y Qing, que enriquecen el texto y le aportan profundidad. La segunda vertiente tiene que ver con los personajes y sus contradicciones internas, divididos entre los nuevos valores aportados por la influencia occidental y la Revolución, y las 7 Por supuesto esto tampoco contribuye a una lectura clara para un lector no familiarizado, pues se añade a la problemática histórica antes comentada. No obstante, aporta un toque único y original que fomenta el interés de la novela. RESEÑAS 207 costumbres tradicionales profundamente arraigadas. Entre estas cabe destacar el concepto nuclear de familia o la importancia de la honorabilidad y el recato en la actitud de la mujer, pese a la supuesta igualdad de sexos que otorgaba la ideología comunista. En el propio estilo de la autora se encuentran vestigios de la tradición literaria china, pues los sentimientos de las mujeres de la obra hacia el mundo que les ha tocado vivir son enfatizados a partir del empleo simbólico de los elementos que las rodean. Toda la escenografía es una manifestación que realza la crudeza de sus experiencias. En contraposición, la unión mística con la naturaleza será un símbolo de la comprensión del camino y la vida, aportando fortaleza y consuelo en los momentos de angustia. Los temas abarcados por la novela son innumerables y derivan del crispado contexto histórico, político y social en que se desarrolla la trama. De ese contexto surge con fuerza la idea del cambio que afecta a hombres (siempre en constante evolución) y a situaciones, siendo el azar y la suerte determinantes de la vida del ser humano. El futuro aparece como algo incierto en toda su extensión, ligado a las decisiones impulsivas que son las que cambian de forma radical (para bien o para mal) el mundo de una persona. Los peligros de moverse en regímenes como el nacionalista o el comunista se reflejan en situaciones que revelan la fugacidad del poder y la inseguridad social, determinadas por las purgas y la reeducación política. La extrema pobreza y las dificultades de la vida en el campo serán agravadas por los problemas políticos y la guerra, la cual es retratada por la autora como algo irracional, un desperdicio de 208 RESEÑAS vidas, consecuencia del afán de los hombres por mostrar su superioridad y su valía. De este modo, Mohe, casada con un hombre al que nunca amó y explotada por su familia política; Ye Lianzi, abandonada por su marido, sin medios para subsistir y con una hija a su cargo; y Wu Wei, que sufrió de pequeña la pobreza y ya adulta una relación obsesiva con Hu Bingchen, basada en las apariencias y la incomprensión; serán tan solo medios de los que Zhang Jie se sirve para mostrar las penalidades de la población china. Gestada y forjada a lo largo de años, Faltan palabras se presenta como una obra sólida, coherente y de sensibilidad exquisita que, sin aspavientos ni dramas grandilocuentes, conforma un manifiesto de las incongruencias de la guerra y los conflictos políticos a partir de la cotidianeidad y el día a día reflejado en los recuerdos de sus personajes. Un planteamiento que desvela una interesante pregunta: hasta dónde llegan hoy día esos mismos problemas y contradicciones, pese a la progresiva modernización de la sociedad. AINHOA ZALABARDO MESA Universidad Autónoma de Madrid LIBROS PUBLICADOS EN EL AÑO 2009 CHINA AA.VV., Yaoshan Weiyan, Yunyan Tansheng, Dongshan Liangjie, (Dichos y hechos de tres maestros chan chinos, Textos de la tradición zen), trad. Villalba, Dokushô, Madrid: Miraguano, 2009. ANÓNIMO, Vientos de Oriente: antología de cuentos cortos chinos, selección de Harry J. Huang, Madrid: Popular. 2009. Bauer, Wolfgang, Historia de la filosofía china, trad. Romero, Daniel, Barcelona: Herder, 2009. Cheek, Timothy, Vivir con la reforma china desde 1989, Barcelona: Intermon Oxfam, 2009. Chen, Ge, [et ál.], La niebla de nuestra edad: 10 poetas chinos contemporáneos, trad. Martín Ríos, Javier y Ye, Fan, Ficciones Libros, 2009. Confucio, Analectas, trad. Cabrera López, Néstor, Madrid: Popular, 2009. Cortés Moreno, Maximiliano, Fonología china, Barcelona: Herder, 2009. 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Las colaboraciones recibidas serán sometidas a una revisión editorial por parte de los miembros del Consejo de Redacción y de dos evaluadores externos que valorarán la originalidad, interés y calidad del manuscrito. Las autores podrán recibir un resumen de los informes presentados por los evaluadores, indicándoles la manera de subsanar deficiencias o realizar los cambios que se soliciten. 3. Los originales presentados no deben haber sido publicados anteriormente ni estar en vías de publicación. 222 NORMAS DE PUBLICACIÓN 4. Se remitirá al autor un juego de pruebas, que deberán ser corregidas en un breve tiempo. En esa corrección no se podrán introducir modificaciones sustanciales en el texto. 5. El autor recibirá separatas y ejemplares del número en el que se publique su artículo. Normas de presentación: 1. Los originales se enviarán en soporte informático (preferiblemente Word) a: [email protected] O en versión impresa (formato A4, tipo Times New Roman 12 e interlineado 1,5) a: Revista Iberoamericana de Estudios de Asia Oriental, Centro de Estudios de Asia Oriental, Universidad Autónoma de Madrid, calle de Francisco Tomás y Valiente, n.º 3, 28049 Madrid, España. 2. Artículos: no excederán de 25 páginas computarizadas (formato A4, tipo Times New Roman 12 e interlineado 1,5). Se presentarán con una cabecera en la que aparecerá el título en el idioma original, seguido, por este orden, del nombre del autor, la universidad o institución a la que pertenece, y su dirección electrónica personal. Seguirá un resumen del contenido (en torno a 150 palabras) en el idioma del texto, y en inglés. 3. Reseñas: no excederán de 5 páginas computarizadas. Estarán dedicadas a la presentación, resumen y evaluación de obras relacionadas con el área de Estudios de Asia Oriental publicadas en español o portugués. NORMAS DE PUBLICACIÓN 223 4. Se adoptará, para las notas al final de texto, el siguiente sistema de cita bibliográfica: ·LIBROS: En lenguas occidentales: Apellido del autor, Nombre del autor, Título del libro, Ciudad: Editorial, Año, p./pp. número de página. Ejemplo: Nieto, Gladys, La inmigración china en España: Una comunidad ligada a su nación, Madrid: Catarata, 2007, pp. 710. En lenguas asiáticas: Apellido y Nombre del autor en transcripción seguido del apellido y nombre en caracteres, Título del libro en transcripción seguido del título del libro en caracteres [traducción del título entre corchetes], Ciudad: Editorial en transcripción, Año, p./pp. número de página. Ejemplo: Lü Shuxiang 吕叔湘, Zhongguo wenfa yaolüe 中國文法要略 [Sumario de gramática china], Shanghai: Shangwu, 1956, p. 45. ·CONTRIBUCIONES A LIBROS COLECTIVOS: En lenguas occidentales: Apellido del autor, Nombre del autor, "Título", en Nombre y Apellido del editor o coordinador (ed.), Título del libro colectivo, Ciudad: Editorial, Año, p./pp. número de página. 224 NORMAS DE PUBLICACIÓN Ejemplo: Jordan, David K., "Changes in Postwar Taiwan and Their Impact on the Popular Practice of Religion", en Stevan Harell y Ch&uumln-chieh Huang (eds.), Cultural Change in Postwar Taiwan, Boulder: Westview Press, pp. 137-160. En lenguas asiáticas: Apellido y Nombre del autor en transcripción seguido del apellido y nombre en caracteres, "Título en transcripción" seguido del título en caracteres ["traducción del título entre corchetes"], en Apellido y Nombre del editor o coordinador (ed.), Título del libro colectivo en transcripción seguido del título del libro colectivo en caracteres [traducción del título entre corchetes], Ciudad: Editorial, Año, p./pp. número de página. Ejemplo: Hamashima Atsutoshi 浜島敦俊, "Kinsei Kōnan Riō kō" 近 世江南李王考 [“Investigación de los Li y Wang de Jiangnan in el período moderno temprano”], en Umehara Kaoru (ed.), Chūgoku kinsei no hōsei to shakai 中國近世の法制と社會 [Boletín de investigación del departamento de literatura de la universidad de Aoyama], Kyoto: Kyoto daigaku jimbun kagaku kenkyūjo, 1993, pp. 511-541. ·ARTÍCULOS: En lenguas occidentales: Apellido del autor, Nombre del autor, "Título del artículo", Título de la revista, Número (Año), p./pp. número de página. Ejemplo: Zhou, Xiaoming, "Japan´s Official Development Program: Pressures to Expand", Asian Survey, 31.4 (1991), pp. 340-351. NORMAS DE PUBLICACIÓN 225 En lenguas asiáticas: Apellido y Nombre del autor en transcripción seguido del apellido y nombre en caracteres, "Título del artículo en transcripción" seguido del título del artículo en caracteres [“traducción del título entre corchetes”], Título de la Revista en transcripción seguido del título de la revista en caracteres, Número (Año), p./pp. número de página. Ejemplo: Ōgami Masami 大上正美, "Shō Kai ron" 鍾會論 ["Sobre Zhong Hui"], Aoyama gakuin daigaku bungakubu kiyō 青山 學院大學文學部紀要, 30 (1988), pp. 17-29. ·ARTÍCULOS EN REVISTAS ONLINE: En lenguas occidentales: Apellido del autor, Nombre del autor, "Título del artículo", Título de la revista, Número (Mes, Año), dirección electrónica. Ejemplo: Díaz Vázquez, Julio A., "China – América Latina", El Economista de Cuba, 307 (2007), http://www.eleconomista.cubaweb.cu/2007/nro307/china.html. En lenguas asiáticas: Apellido y nombre del autor en transcripción seguido del apellido y nombre en caracteres, "Título del artículo en transcripción" seguido del título del artículo en caracteres ["traducción del título entre corchetes"], Título de la revista en transcripción seguido del título de la revista en caracteres, Número (Mes, Año), dirección electrónica. Ejemplo: Shirō Inoue, Chāruzu シロ- イノウエ, チャ-ルズ, "Figurality 226 NORMAS DE PUBLICACIÓN (Keizōsei) to kindai ishiki no hatten" Figurality (形象性) と 近代意識の発展, ["Figuralidad (Keizōsei) desarrollo de la conciencia moderna"], Nihon kenkyū 日本研究, 34 (Marzo, 2007), http://202.231.40.34/ jpub/pdf/js/IN3401.pdf. ·ARTÍCULOS DE PERIÓDICOS: En lenguas occidentales: Apellido del autor, Nombre del autor, "Título del artículo", Nombre del periódico, Ciudad, día de mes de año, p./pp. número de página. Ejemplo: Pérez, Alonso, "El presidente de China agradeció un mensaje del vicepresidente", Diario La Nación, Buenos Aires, 24 de agosto de 1945, p. 1. En lenguas asiáticas: Apellido y nombre del autor en transcripción seguido del apellido y nombre del autor en caracteres, "Título del artículo en transcripción" seguido del título en caracteres ["traducción del título del artículo"], Nombre del periódico en transcripción seguido del nombre del periódico en caracteres, Ciudad, día de mes de año, p./pp. número de página. Ejemplo: Zhang, Chen 张 沉, "Zhong A xin shangyue. Tanpan jijiang junshi" 中 阿 新 商 约 。 谈 判 即 将 竣 事 ["Nuevo Acuerdo Comercial Argentino-Chino. Inminente final de negociaciones"], Minbao 民報, Taipei, 17 de enero de 1947. NORMAS DE PUBLICACIÓN 227 ·TESIS DOCTORALES: En lenguas occidentales: Apellido del autor, Nombre del autor, "Título de la tesis doctoral", defensa de tesis, Nombre de la universidad, año. Ejemplo: Mezcua López, Antonio José, "El concepto de paisaje en China", defensa de tesis, Universidad de Granada, 2007. En lenguas asiáticas: Apellido y nombre del autor en transcripción seguido del apellido y nombre del autor en caracteres, "Título de la tesis doctoral en transcripción" seguido del título de la tesis doctoral en caracteres ["traducción del título de la tesis"], defensa de tesis, Nombre de la universidad en transcripción seguido del nombre de la universidad en caracteres, año. Ejemplo: Nishie, Kiyotaka 西江清高, "Seishū ōchō no seiritsu to sono bunkateki kiban" 西 周 王 朝 の 成 立 と そ の 文 化 的 基 盤 ["Formación de la dinastía Zhou del Oeste y su base cultural"], defensa de tesis, Jōchi Daigaku 上智大学, 1999. ·PONENCIAS, CONFERENCIAS O CONGRESOS: En lenguas occidentales: Apellido del autor, Nombre del autor, "Título de la ponencia", ponencia presentada en Nombre de la reunión, congreso o conferencia, Ciudad, País, día de mes de año, p./pp. número de página. 228 NORMAS DE PUBLICACIÓN Ejemplo: Relinque Eleta, Alicia, "De consejeros y galantes cortesanos. La concepción de la poesía en China y Japón", ponencia presentada en el Foro Español de Investigación sobre Asia Pacífico, Congreso, Granada, España, 18 de septiembre de 2006, pp. 207-217. En lenguas asiáticas: Apellido y nombre del autor en transcripción seguido del apellido y nombre del autor en caracteres, "Título de la ponencia en transcripción" seguido del título de la ponencia en caracteres ["traducción del título de la ponencia"], ponencia presentada en Nombre de la reunión, congreso o conferencia en transcripción seguido del nombre de la reunión, congreso o conferencia en caracteres [traducción del nombre de la reunión, congreso o conferencia], Ciudad, País, día de mes de año, p./pp. número de página. Ejemplo: Chen Jie 陈 介 , "Zhongguo yu Agenting chengli waijiao guanxi zhi jingguo" 中国与阿根廷成立外交关系之经过 ["Proceso de establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Argentina"], ponencia presentada en Lianheguo guoji zuzhi dahui Zhongguo daibiaotuan 联合国国际组织大会中 国 代 表 团 [Delegación China en la Conferencia de las Naciones Unidas de Organización Internacional], San Francisco, Estados Unidos, 28 de mayo de 1945, pp. 1-2. 5. Cuando se repita una referencia bibliográfica, se resumirá con Autor (sin nombre), Título abreviado (cursiva para libros, comillas (¨¨) para artículos y contribuciones en libros colectivos), pp. número de página, en el caso de una publicación en lenguas occidentales; y con Apellido y Nombre del Autor en transcripción, Título abreviado en transcripción (cursiva para libros, comillas (¨¨) para artículos y contribuciones en libros colectivos), pp. número de página, en NORMAS DE PUBLICACIÓN 229 caso de publicaciones en lenguas asiáticas. Cuando la referencia completa o resumida aparezca en la nota inmediatamente anterior, se empleará Ibídem, p./pp. número de página. 6. Los sistemas de transcripciones de lenguas asiáticas usados son: Chino: Hanyu pinyin Japonés: Hepburn reformado Coreano: McCune-Reischauer