Romance de doña Alda

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ROMANCERO VIEJO. SUEÑO DE DOÑA ALDA
COMENTARIO DE TEXTO.
El texto que se nos propone comentar es Sueño de doña Alda, romance que pertenece al grupo denominado
Romancero Viejo. El Romancero Viejo, lo conforman diferentes romances elaborados durante la edad media
y cuyo origen está estrechamente relacionado, según Menéndez Pidal, con los cantares de gesta y la poesía
épica; siendo los romances un fragmento de éstos. Se vinculan también los estos romances con la lírica
popular o tradicional pues comparten características estilísticas.
Los romances, de original transmisión oral y autor anónimo se recogen en el Cancionero de Romances que
data del siglo XVI.
El Sueño de doña Alda es un romance épico y corresponde al ciclo carolingio, es decir, se narran sucesos
relacionados con Carlomagno y sus conquistas. Por lo tanto tienen una procedencia francesa. Los romances de
este ciclo, cómo veremos posteriormente, se caracterizan por el mayor lirismo y la aparición de diferentes
elementos fantásticos, ausentes en otros poemas de origen español.
El romance que comentamos se ambienta en la época de conquistas de Carlomagno (s.VIII), concretamente
cuando éste es derrotado al proponerse conquistar Zaragoza. El prometido y amante de la protagonista del
romance, Roldán, muere en la lucha y el romance los sitúa en el momento en el que Alda sufre un sueño de
alto contenido simbólico donde se augura la desgracia.
Refiriéndonos a la estructura interna del romance, debemos destacar primeramente que el romance es sin lugar
a dudas un romance−cuento. Por lo tanto debemos dividir el romance en tres partes preestablecidas: la
introducción, el nudo y finalmente el desenlace.
La introducción la encontramos comprendida entre los versos 1−14. En esta parte se sitúa al lector, u oyente,
en un lugar determinado , París y se describe el ambiente dónde se encuentra doña Alda y sus damas. A
continuación se anuncia que doña Alda se ha dormido, pero poco después despierta horrorizada por un sueño
que ha tenido. En esta parte pues, se plantea la situación, se introduce al lector al lugar dónde suceden los
hechos y se presentan los personajes (doña Alda y sus trescientas damas). Se introduce también aquí a Roldán
y se menciona que existe una relación entre éste y doña Alda.
La parte que corresponde al nudo es aquella que se desarrolla entre los versos 15−26 y en este fragmento se
describe cómo es el sueño que tanto ha asustado a doña Alda y la interpretación que hace la camarera1
augurando la muerte de don Roldán.
El sueño narrado por doña Alda, relata un simbólico episodio: doña Alda se ve a sí misma en un monte
desierto y allí observa cómo un azor es perseguido por una águila que posteriormente lo atrapa. En éste
momento el azor se introduce bajo el brial de doña Alda, anhelando protección. A pesar de esto, el águila
consigue hacerse con el azor y lo destroza.
Una vez relatado el sueño, la camarera interpreta el sueño, y le comunica a doña Alda su interpretación;
asociando el azor con el amante don Roldán se descifra la muerte de don Roldán. Después de esta explicación
doña Alda promete recompensar a la camarera.
Finalmente, el desenlace se concentra en los versos 27−29, y narra el postrero episodio. Por la mañana le
llegan a doña Alda una cartas ensangrentadas donde se anuncia la muerte de don Roldán en la batalla de
Roncesvalles. Se confirman así el vaticinio de la camarera. Es en este momento donde encontramos el
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momento álgido del romance, el momento donde las sospechas se confirman de una manera certera.
Si aludimos al estilo o estructura interna del romance comentamos inicialmente la métrica.
El romance sigue un esquema métrico que se caracteriza por la tirada de versos hexadecasílabos que se
dividen en dos hemistiquios octosílabos. La rima es asonante y regular, exceptuando los versos 10, 20 y 27,
dónde la rima se sale de la norma.
En el romance, el argumento expuesto con anterioridad, se narra utilizando una amplia diversidad de figuras
retóricas o recursos estilísticos.
Encontramos por un lado un paralelismo localizado en los versos 3−4 que posiblemente ayudarían al juglar a
recordar el romance. La misma situación se repite en los versos 6−7.
Observamos también la abundancia de hiperbatones, en los versos 1,8,27,28,29. Todos estos casos otorgan al
romance una mayor literalidad, y dan un carácter arcaizante.
En los versos 9 y 14 hallamos una derivación, todas ellas relacionadas con el sueño.
Vemos también una hipérbole en el verso 11 los gritos daba tan grandes que se oían en la ciudad. Aquí el
objetivo es simplemente la dramatización y la llana exageración.
A parte de todas estas figuras retóricas encontramos otros recursos:
Diferentes fórmulas se distribuyen en el romance siendo la primera aquélla que hallamos en el verso 1 En
París está doña Alda.... Esta formula de introducción al relato situar al lector−oyente en un lugar determinado,
donde a posterirori se desarrollará la trama.
En el verso 12 y 21 nos topamos con otra fórmula, esta vez de introducción al diálogo Allí hablaron sus
doncellas (12), Allí hablo su camarera (21). Estas fórmulas a la vez que introducir el dialogo cumplen una
función de actualización, pues traslada al lector al momento dónde se inicia el diálogo. En estos mismos
versos, descubrimos también verbos dicendi, que cumplen la misma función que la fórmulas de introducción
al diálogo.
Una vez comentadas las formulas debemos prestar atención a otros elementos que deben ser mencionados.
Para comenzar comentaremos las diferentes formas verbales que encontramos en las diferentes partes del
romance. En la introducción( v1−14) abunda el presente y el pretérito imperfecto simple de indicativo. Estos
tiempos verbales actualizan la acción y corresponden a la función introductiva por la que se caracteriza el
fragmento. En la siguiente parte, el nudo (v15−26) destacan los pretéritos perfectos, tiempo propio de la
narración, función primordial de este trozo. Por último en los tres versos que conforman el desenlace (v.27,28
y 29) se mezclan los tiempos citados antes.
Reiterando lo dicho en el inicio del comentario, este romance contiene alto significado simbólico; el sueño, un
elemento sobrenatural, pues se predicen sucesos de los que no se tenían constancia. Esto, propio de los
romances del ciclo carolingio, crea una aura de misticismo que envuelve el sueño y a su vez la camarera que
lo descifra.
Por consiguiente y a modo de conclusión sería correcto afirmar que el romance Sueño de doña Alda es uno de
los mas característicos romances carolingios , el cual narra una situación más o menos fantástica recurriendo
al simbolismo y una abundancia de recursos que le otorgan un lirismo especial.
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Camarera: Mujer de respeto entre las que sirven en las casas principales.
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