aspectos morfológicos y biológicos de edessa meditabunda (f.)

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ASPECTOS
M O R F O L Ó G I C O S Y BIOLÓGICOS DE EDESSA MEDITABUNDA
(HEMIPTERA, P E N T A T O M I D A E )
(F.)
1
Horacio F. E. Rizzo
2
SUMARIO
El trabajo menciona los principales antecedentes nacionales y extranjeros que existen sobre Edessa meditabunda (F.), así como su distribución geográfica.
En lo concerniente a su ciclo de vida, se observó que
una misma hembra oviposita varias veces llegando a totalizar hasta 70 huevos. Además, se registra la duración de
los distintos estados de desarrollo y de cada uno de los
estadios ninfales, consignándose en todos los casos detalles
sobre su morfología.
Confírmase el número de estadios
ninfales y se establece que, para la altitud de Buenos Aires,
pueden desarrollarse dos o tres generaciones anuales y que
transcurre el invierno en estado adulto.
Se citan, asimismo, numerosas plantas hospedadoras de
esta especie, naturaleza de los daños que ocasiona y sus
enemigos
naturales.
SUMMARY
This paper mentions the principal national and foreign
records of the Edessa meditabunda (F.) and its geographical distribution in the world.
As far as its vital cycle is concerned a female herself
ovipositing many times was observed and it can totalize
up to 70 eggs. Moreover the endurance of the different
stages of development and of each one of the nymphal
instars with addition, in all cases, of their morphology are
recorded.
The number of nymphal instars has been confirmed and it has been established that, for Buenos Aires
latitude, two or three annual generations they can develop
and that they spend the colder months of the year in the
adult stage.
The name of a lot of host plants of this species, the
kind of damage that they produce and their natural enemies
are also mentioned.
INTRODUCCIÓN
mente en laboratorio, las que conjuntamente con una serie,
de datos logrados al examinar el comportamiento de ejemplares hallados en plena libertad sobre flora cultivada y
silvestre y la información obtenida de la bibliografía citada
y consultada, motivan el presente trabajo.
Se trata de una especie observable con frecuencia en
varios países latinoamericanos atacando vegetales diversos.
En la Argentina, donde es conocida vulgarmente como
"alquiche chico", se la encuentra especialmente sobre plantas hortícolas, pero si bien suele estar presente en quintas
y huertas por lo general aparece en poca cantidad, no alcanzando a constituir un problema importante, salvo exeepcionalmente. Además, en dichos lugares comúnmente se
combaten químicamente las plagas y enfermedades lo cual
dificulta su subsistencia.
Sólo algunos años ha causado depredaciones importantes en cultivos de papa argentinos; al respecto Blanchard
(1929) recuerda que en 1898 por efecto de los "alquiches"
se secó el follaje de extensos papales de Balcarce (Provincia de Buenos Aires, Argentina), obteniéndose muy bajos
rendimientos de tubérculos.
En Brasil su denominación vulgar es "chinche hedionda" ("percevejo fedorento"), pues tanto ninfas como adultos segregan una sustancia líquida de olor muy desagradable.
La escasez de trabajos sobre E. meditabunda, en especial atingentes a su ontogenia, constituyó nuestro principal
interés por dicho pentatómido. Así fue cómo hace aproximadamente dos años se iniciaron las observaciones sobre
crías desarrolladas en cautividad a campo y simultánea-
1
Presentado al 1er. Congreso Latinoamericano de Entomología.
Cusco, Perú. 12-18 Abril 1 9 7 1 .
2
Ing. Agr., Profesor Asociado del Departamento de Agricultura,
Orientación Zoología Agrícola, Facultad de Agronomía y Veterinaria, Universidad de Buenos Aires.
ANTECEDENTES
La especie fue descrita originalmente por Fabricius
(1794) quien la denomina Cimex meditabundus, además en
dicha oportunidad consigna su habitat. El mismo autor
(1798 y 1803) posteriormente efectúa agregados descriptivos e incluye nuevamente habitat.
Desde entonces y aún cuando en varios países de América Latina se señala a E. meditabunda como perjudicial
para algunas plantas cultivadas y silvestres, son escasos los
trabajos referidos a la citada especie en particular, resultando aislados y no siempre coincidentes los datos que hacen alusión a su biología.
Seguidamente se mencionan las contribuciones de diversos autores en las cuales consignan información referida
a la especie en cuestión.
De la Sagra (1856), quien la denomina Pentatoma
(Aceratodes) meditabunda, informa sobre su sinonimia, adjunta una brevísima descripción y señala su habitat.
Stal (1868 y 1872) indica sinonimia y patria.
Berg (1878) hace breve alusión sobre su difusión, huéspedes y algunas características de las ninfas.
Silvestri (1901) la cita entre los cuatro insectos que
perjudican al tabaco; la denomina vulgarmente "chinche
del campo", hace una sumaria descripción, informa sobre su
habitat y además habla de su "biografía", daños y "remedios" para combatirla.
Diciembre,
1971
RIZZO:
EDESSA
Pennington (1920) consigna su distribución geográfica
para la Argentina por provincias.
Blanchard (1929) registra a esta especie entre las que
dañan las hojas y tallos de papa. Efectúa compendiosas
consideraciones acerca de su distribución geográfica, otras
plantas hospedadoras, tipo de daños e importancia de los
mismos en la Argentina y aspectos biológicos. El mismo
autor (1939) nombra huéspedes para las provincias de
Cuyo (Argentina) y lleva a cabo sucintas consideraciones
respecto de su morfología, daños y procedimientos de lucha.
Barber y Bruner (1932) en su trabajo adjuntan una
clave para las especies cubanas de Edessa entre las cuales
figura meditabunda F. Además, efectúan aclaraciones acerca de un paratipo macho de Cuba erróneamente clasificado
como E. meditabunda.
Lima (1936 y 1940) hace mención de vegetales hospedadores.
Bosq (1937) informa sobre su área de dispersión, señalándola como muy abundante en buena parte de nuestro
país, perjudicando muchas plantas cultivadas. También
consigna algunos huéspedes y distribución geográfica registrados por otros autores; posteriormente (1940) realiza algo similar.
Monte (1939) efectúa un compendioso estudio relacionado con su morfología y difusión; asimismo, indica huéspedes para Brasil y daños en cultivos de papa argentinos.
Ogloblin (citado por Bosq 1940) enumera plantas hospedadoras para Loreto (Provincia de Misiones, Argentina).
Lizer y Trelles (1941) resume apreciaciones sobre su
morfología, desarrollo, plantas nutricias y métodos de lucha.
Hayward (1942) menciona vegetales hospedadores para la Provincia de Tucumán (Argentina).
Según Chiesa Molinari (1942), quien la denomina
vulgarmente "chinche de las cortaderas", se encuentra difundida por casi todo nuestro país. Además, habla muy
ceñidamente sobre su morfología, biología, huéspedes, daños y control.
Trujillo Peluffo (1942) cita huéspedes para Uruguay
así como caracteres de formas jóvenes y adultas, datos biológicos y medidas de control.
Quintanilla (1946) consigna sucintamente datos morfológicos y biológicos, plantas hospedadoras, daños y formas de combate.
Piran (1948) registra nuevas procedencias argentinas
de algunos hemípteros, entre ellas E. meditabunda.
McC. Callan (1948) nombra hospederos y localidades
para Trinidad, además efectúa breves comentarios sobre
oviposición y huevos.
Parker, Berry y Silveira Guido (1951-52) hacen referencia únicamente a enemigos naturales.
Mendes (1956) la señala como una de las especies
transmisoras de la putrefacción interna de los capullos del
algodonero en el Estado de San Pablo (Brasil).
Bertels (1956) emite someras consideraciones acerca
de las plantas atacadas, daños y medios de combate en
Brasil, además expone resumidamente su descripción y biología.
Amaral y Navajas (1956) la citan como enemiga del
arroz en el Estado de San Pablo (Brasil).
Para Uruguay, Ruffineíli y Piran (1959) señalan varias plantas hospedadoras y las localidades de dicho país
MEDITABUNDA
(F.)
273
donde recolectaron especímenes, indicando asimismo en qué
colección se encuentran esos ejemplares.
Quintana (1966) informa que el "alquiche chico" se
insinúa desde 1961 como plaga en cultivos de papa del
sudeste de la Provincia de Buenos Aires (Argentina), resultando necesario pulverizar muchos sembradíos para controlarlo.
De Santis y Esquivel (1966) hacen mención de himenópteros parásitos y predatores de la especie en cuestión en
la Argentina.
Quintanilla, Margheritis y Rizzo (1967) registran los
hospederos y departamentos entrerrianos (Argentina) en que
fueron hallados jemplares; los mismos autores (1968) también informan sobre vegetales hospedadores y departamentos de la Provincia de Corrientes (Argentina) en que se
encontró E. meditabunda.
Silva et al. (1968) señalan sus plantas alimenticias,
enemigos naturales y distribución geográfica en Brasil.
Mallea, Màcola y García Saez (1969) hacen referencia
a la distinta susceptibilidad y en determinados casos a la
resistencia, puesta de manifiesto por algunas variedades de
vid europea al ataque de E. meditabunda. Asimismo, consignan plantas silvestres sobre las que invernan en la Provincia de Mendoza (Argentina).
Rizzo (1969) la cita en algunos cultivos de la Argentina.
DISTRIBUCIÓN GEOGRAFICA
De acuerdo a las citas de varios autores E. meditabunda se halla difundida por países de América meridional y
Cuba.
Fabricius (1794) es el primero que informa sobre su
habitat, mencionándola para América meridional. El mismo
autor (1798) luego la nombra particularmente para Cayena (Guyana Francesa), repitiendo más tarde (1803) las
mismas citas en cuanto concierne a su distribución geográfica.
De la Sagra (1856) consigna: "Hállase en las islas de
Cuba y en todas las Antillas".
Stai (1868) registra América insular y Cayena (Guyana Francesa) y luego (1872) Buenos Aires (Argentina),
Río de Janeiro (Brasil) y Cuba.
Berg (1878) además la señala para Bolivia, Paraguay
y Uruguay.
Según Silvestri (1901) está presente en los países de
América meridional desde Guyana. Asimismo, es quien la
cita por primera vez para Misiones (Argentina).
Pennington (1920) la menciona para la Argentina registrándola en estas provincias: Buenos Aires, Catamarca,
Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, La Pampa, La Rio ja,
Mendoza, San Juan, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero y provincias del norte.
Bosq (1937) repite citas de autores anteriores.
Blanchard (1939) la señala para San Juan y Mendoza
(Argentina).
McC. Callan (1948) consigna varias localidades de
Trinidad ubicadas en lugares distantes de su territorio, donde fue hallada la especie.
Silva et al. (1968) indican los estados brasileños donde habita: Amazonas, Espíritu Santo, Guanabara, Minas
Geraes, Para, Pernambuco, Río Grande do Sul y San Pablo.
274
Rev. Per. Entom. Vol. 14, № 2
ANALES ler. CONGRESO LATINOAMERICANO DE ENTOMOLOGÍA
De acuerdo a Piran (dato formulado verbalmente por
dicho entomólogo) su límite meridional lo constituye el
Valle de Río Negro (Argentina).
MATERIALES Y MÉTODO
El estudio ontogénico de E. meditabunda se llevó a cabo en el campo de la Facultad de Agronomía y Veterinaria
de Buenos Aires y simultáneamente en la Cátedra de Zoología Agrícola del Departamento de Agricultura de dicha
facultad, lugar este último donde se efectuaron, asimismo,
las tareas de laboratorio.
Dada la índole de este trabajo resulta de interés consignar que la ciudad de Buenos Aires se encuentra situada
a los 34°34' de latitud S y a los 58°25' de longitud W; su
clima es suave con temperaturas medias que oscilan entre
10,6°C y 23,7°C para el mes más frío y más cálido del año,
respectivamente. La precipitación anual está alrededor de
los 1,000 mm. distribuidos uniformemente en los distintos
meses. Su altura sobre el nivel del mar es de 25 metros.
No se registran nevadas pero sí heladas en otoño, invierno
y aún en primavera. Exceptuando plantas de hojas caducas
en general la vegetación se muestra vigorosa durante todo
el año.
Para alimentar a los especímenes en cautividad, pero
en el campo y con las condiciones remantes en el mismo,
se emplearon plantas de acelga y de tomate. Dichas plantas,
enmacetadas, fueron ubicadas dentro de jaulas prismáticas
de sección cuadrada, de aproximadamente 0,250 m de capacidad, con puerta de vidrio y el resto de alambre tejido
de malla muy fina, lo cual permite una normal aereación e
insolación.
En el laboratorio utilizáronse pequeñas jaulas (22 cm.
de largo y de ancho por 26 cm. de altura) de alambre tejido muy fino con puerta frontal de vidrio desplazable
verticalmente y piso de madera; en su interior se colocaron
las plantas alimenticias con su parte basal sumergida en
agua contenida en frascos erlenmeyer de 125 c m de capacidad, al efecto de prolongar la conservación de las mismas.
3
3
Para crías individuales o de parejas resultó más cómodo —principalmente porque se facilita la localización,
observación y manipuleo de los insectos— el empleo de
frascos aproximadamente cúbicos con aristas redondeadas,
de unos 500 c m de capacidad, con tapa a rosca y parte
superior de alambre tejido de malla fina. Como alimento
se les suministró acelga, radicheta o soja, pero sin agua
para así agilizar los trabajos con los especímenes y tornar
más sencilla la renovación del material. Las hojas de los
dos últimos vegetales mencionados, si bien resultan aptas
sufren rápida desecación, no ocurriendo lo mismo con la
acelga que se mantiene turgente por más tiempo.
Como instrumental óptico empleóse una lupa binocular
(6, 12, 25 y 50 aumentos). Para las mediciones el material
fue colocado en portaobjetos sobre la platina de carro de
un microscopio y haciendo uso del vernier de 1/10 de mm.
de éste, empleando 40 aumentos, se registró su desplazamiento por alineación con un retículo ocular.
El método de trabajo seguido, en líneas generales consistió en llevar crías simultáneas de "alquiche chico" en
cautividad a campo bajo condiciones ambientales prácticamente naturales así como en cautividad en laboratorio a las
temperaturas y humedades existentes en el mismo; las observaciones morfológicas y biológicas se complementaron
con las realizadas en ejemplares hallados en libertad y sobre variadas plantas hospedadoras.
Los adultos fueron ubicados por parejas (macho y
hembra) en jaulas o frascos mientras que en el caso de las
ninfas se dispusieron varias en cada jaula o frasco. Las
observaciones se efectuaron diariamente, llevándose a cabo
con mayor frecuencia en los momentos próximos a las
exuviosis.
DESCRIPCIÓN DE LOS DIFERENTES ESTADOS DE
DESARROLLO
Huevo
(Fig. 1)
Esferoidal, de 1,5 mm. de diámetro mayor (altura)
por 1,3 mm. de diámetro menor (ancho) ; color verde claro
observable a través de un corion incoloro, brillante y alveolado. El opérculo se presenta como un imperfecto casquete
esférieo localizándose en el punto de unión con el resto del
corion una serie de diminutas manchas blancas.
Transcurrido poco más de la mitad del período embrionario, a través del corion correspondiente al opérculo, próximas a su borde y opuesta una de otra, se observan dos
manchas pequeñas, rojizas, ligeramente curvas, que corresponden a los ojos de las futuras ninfas; asimismo, ya se
distingue el ruptor ovis color castaño oscuro que por su
forma se asemeja a un ancla.
Estado
Ninfa de primer estadio
Ninfal
(Fig. 2)
3
Las ninfas y adultos recolectados en las recorridas se
dispusieron provisoriamente, para su traslado, dentro de
jaulitas cúbicas de alambre tejido de 10 cm. de lado y
con puerta de hojalata desplazable horizontalmente.
Para anestesiar o dar muerte al material en estudio
se utilizó éter sulfúrico y éter acético, respectivamente.
Cuando fue necesario observar a los especímenes sin adormecerlos, se los dispuso cuidadosamente en el espacio comprendido entre las concavidades de dos portaobjetos excavados.
Forma ligeramente oval de unos 2 a 2,2 mm. de longitud por 1,7 a 1,8 mm. de ancho máximo registrado en
la base abdominal. Coloración general verde clara, translúcida, observable a través de un tegumento incoloro. En
todo el cuerpo —incluyendo antenas y patas— con aumento se localizan muy esparcidos pelos cortos, delgados y claros.
Cabeza con ojos prominentes, carmín brillante. Antenas de 1 a 1,2 mm. de largo, incoloras; el primer antenito
es el más corto de los cuatro, el segundo y tercero son
subiguales (segundo ligeramente más largo) poseyendo el
cuarto la mayor longitud; este último es regularmente ancho en su base aumentando paulatinamente su grosor hacia
distad, para próximo al ápice afinarse y terminar en punta.
Labium incoloro con cerdas bucales castaño oscuras; alcanza
la articulación del tercer par de patas con el cuerpo.
Patas incoloras, tarsos terminados en dos uñas castañas, más oscuras apicalmente, observándose debajo de cada
Diciembre,
1971
RIZZO :
EDESSA
una de ellas un arolio incoloro lo que se repite en los restantes estadios ninfales.
Abdomen verde claro como la cabeza y el tórax. Los
urómeros medianos presentan una formación blancuzca en
la cual se destacan dos angostas franjas transversales amarillas ubicadas en cuarto y quinto urómeros, hallándose sobre cada una de ellas dos ostíolos glandulares.
Ninfa de segundo estadio
(Fig. 3)
Forma ligeramente oval de unos 3 mm. de longitud
por 2,1 a 2,3 mm. de ancho máximo registrado, en la base
abdominal. Coloración ambarina o algo caramelo, translúcida, la que se observa a través de un tegumento incoloro
con puntos excavados castaño oscuros al comienzo y luego
negros y manchas de igual color en diversas zonas de su
superficie.
Cabeza con mancha basal castaña de la que parten tres
líneas de puntos negros; una de éstas, la central, dirigida
rectamente hacia el margen anterior el cual presenta una
marcada escotadura, las otras dos líneas se orientan oblicuamente. Márgenes anteriores de la cabeza, desde la escotadura antes mencionada hasta los ojos, incoloros con ribetes negros. Ojos globosos, prominentes, carmín y brillantes. Antenas de 2 a 2,1 mm. de largo; poseen esparcidos pelos cortos, delgados y claros. El primer antenito
resulta el de menor longitud, los dos subsiguientes son
algo más largos, siendo el cuarto el mayor de todos; dichos
antenitos tienen color caramelo exceptuando el último citado que presenta los dos tercios distales castaño oscuros con
el ápice algo más claro. Labium de coloración similar al
resto con parte terminal negra; alcanza la articulación del
segundo par de patas con el mesotórax. Las cerdas bucales
son oscuras.
, Tórax con márgenes libres manifiestamente dentados,
incoloros y ribeteados de negro; en el resto dé la superficie torácica dorsal asimismo se observan manchas castaño
oscuras o negras con puntos excavados de igual color, excepto en la zona central y además en las laterales del pro
y mesonoto. Ventralmente comparte el color general del
cuerpo poseyendo dos líneas curvas, negras y discontinuas
dispuestas longitudinalmente entre los márgenes libres y las
patas. Estas son de color caramelo como las antenas; poseen pelos cortos, delgados y claros, resultando más numerosos y conspicuos en la parte distal de las tibias y en los
tarsos.
Abdomen con manchas centrales negras dispuestas desde su base hasta los urómeros caudales; las tres primeras
son grandes, subiguales (la basal más angosta) disminuyendo de tamaño las demás hacia caudal. Sobre la parte
lateral derecha e izquierda de la segunda y tercera manchas
negras —cuarto y quinto urómeros, respectivamente— hay
una pequeña mácula blanquecina muy nítida con una coma
negra correspondiente a los ostíolos glandulares, existiendo otras dos manchas blanquecinas sobre la mancha negra
basal. Asimismo, entre las tres primeras manchas abdominales negras se observa una mancha blanca y posteriormente también otra de igual color entre la primera de aquellas y el metanoto. Conexivo incoloro y translúcido. En cada urómero, partiendo del margen del conexivo, que es ligeramente dentado y de color negro, se observa un dibujo
MEDITABUNDA
(F.)
275
casi triangular de lados negros y cuya base está dada por
el margen.
Transcurridos unos días de iniciado este estadio el
color general del cuerpo se torna amarillento. En el quinto urómero, a cada lado de los dos ostíolos glandulares
caudales y prolongándose hasta por encima de ellos se observan dos manchas rojizas y posteriormente, entre la primera y segunda mancha central abdominal negra, aparecen
otras dos manchas rojizas.
Ninfa de tercer estadio
(Fig. 4)
Forma oval, de unos 4,6 a 4,9 mm. de largo por 3,4 mm.
de ancho máximo registrado en la base abdominal. Coloración general amarillenta observable a través de un tegumento incoloro y en cuya superficie hay puntos excavados
negros. Márgenes libres de la cabeza, tórax y conexivo,
incoloros con ribetes negros poseyendo asimismo este último color las zonas que delimitan las subregiones torácicas.
Cabeza con los puntos excavados negros dispuestos en
tres líneas que desde la base cefálica se extienden en forma casi paralela hasta aproximadamente la mitad de la
misma; la línea central es gruesa y recta y las dos laterales
finas y ligeramente curvas. Ojos globosos, prominentes,
carmín y brillantes; se encuentran sobre pedúnculos blanquecinos. Antenas de longitud aproximada a los 3 mm.;
poseen esparcidos pelos cortos, delgados y claros. El primer antenito es el menor, los dos subsiguientes más largos
•—segundo mayor que tercero— siendo el cuarto escasamente más largo que el segundo y por consiguiente el que posee la máxima longitud de los cuatro; tienen color caramelo, excepto el cuarto antenito que presenta la mitad
distal castaño oscura con el ápice algo más claro. Labium
también de coloración caramelo, ocn su ápice oscuro al
igual que las cerdas bucales; se extiende hasta cerca de la
articulación del segundo par de patas con el cuerpo.
Tórax con márgenes libres dentados y puntos excavados negros; próximas a la zona central del pronoto se observan dos manchas blanquecinas; el mesonoto tiene dos
pequeñas manchas castañas. Ventralmente la coloración
del tórax es similar a la del dorso, con dos líneas curvas
negras, discontinuas, dispuestas longitudinalmente entre las
patas y los márgenes libres. Patas con características similares a las del segundo estadio.
Abdomen con la primera mancha central blanquecina
brillante rodeada de puntos excavados negros; las dos subsiguientes, castaño anaranjadas, en sus bordes también poseen puntos excavados negros. Las restantes manchas centrales son poco notables. A derecha e izquierda de la segunda y tercera manchas —cuarto y quinto urómeros, respectivamente— hay otra blanquecina brillante donde puede
observarse una especie de coma negra en cada una de las
cuales se halla un ostíolo glandular. Conexivo incoloro y
translúcido, con los dibujos casi triangulares ya mencionados en el estadio anterior ; entre el conexivo y las manchas
centrales se observan unas máculas blanquecinas. Además,
son bien visibles las manchas rojas ya citadas en las ninfas de segundo estadio así como las blancas que separan
entre sí las tres primeras manchas centrales y a la basal
del metanoto. El abdomen ventralmente tiene una coloración amarillenta.
276
ANALES 1er. CONGRESO LATINOAMERICANO DE ENTOMOLOGÍA
Ninfa de cuarto estadio
(Fig. 5)
Forma oval, de 7 a 9 mm. de largo por 5 a 5,5 mm.
de ancho máximo registrado en la base abdominal. Coloración general amarillenta algo ocrácea observable a través de un tegumento incoloro y en cuya superfice hay puntos excavados castaños.
Cabeza con parte anterior incolora, translúcida y con
reducidas áreas blancas; márgenes ribeteados de negro
hasta los ojos que son globosos, prominentes, carmín, brillantes, con pedúnculos blanquecinos. Antenas de unos
4,6 mm. de longitud. Coloración, pilosidad y relación de
tamaño entre los antenitos como en el estadio anterior.
También presentan similares características el labium y las
Rev. Per. Entom. Vol. 14, № 2
cerdas bucales. Ventralmente la cabeza es de coloración
caramelo pálido.
Tórax con márgenes libres incoloros, translúcidos y
ribeteados de negro; además, la zona de unión pro-mesotórax desde el margen libre hacia dorsal y únicamente en
su primera parte, también es negra. En el pronoto hay dos
manchas blancas (observables pero pequeñas en el estadio
anterior) ; en mesonoto centralmente se localizan a simple
vista dos manchas castaño negruzcas, existentes pero poco
visibles durante el tercer estadio. Ya pueden observarse
las pterotecas que extendiéndose hacia caudal cubren parte
del metatórax y del primer urómero. En cada pteroteca
del segundo par hay una mancha oscura. El tórax ventralmente es de color caramelo muy pálido, siendo visibles las
Diciembre,
1971
RIZZO:
EDESSA
MEDITABUNDA
(F.)
277
líneas curvas negras que en forma discontinua están dispuestas longitudinalmente entre las patas y los márgenes
libres, existiendo otras similares próximas a ellas. Patas
con características idénticas a las de las ninfas de tercer
estadio.
El abdomen posee coloración amarillenta pero con ligero tinte verdoso hacia el conexivo y hacia caudal. Dentro
de cada dibujo triangular negro del conexivo se observa
una mancha blanquecina, además, existen otras máculas de
igual color entre las del conexivo y el diseño del centro
abdominal. Este último complicado diseño en líneas generales es similar al que presentan las ninfas de tercer estadio. Coloración ventral del abdomen crema, algo verdosa
hacia la periferia.
longitud oscila entre los 11,8 y 12,2 mm. (excepcionalmente hasta medio milímetro más o menos) y el ancho máximo
entre 6,2 y 6,9 mm., rara vez hasta medio milímetro más,
encontrándose localizado en el primer urómero. En las
hembras la longitud varía entre los 12 y 13 mm., excepcionalmente hasta 13,3 mm; el ancho máximo oscila entre
7 y 7,7 mm. existiendo ejemplares de 6,6 y otros en los
que contrariamente llega a 7,9 mm. Dorso de color verde
—excepto el abdomen que es castaño oscuro brillante y su
conexivo verdoso— con pequeños puntos excavados castaño rojizos y hemiélitros y alas membranosas castaños. Ventralmente es ocrácea amarillenta brillante, coloración que
comparten los ostíolos glandulares y los estigmas, observándose puntos excavados castaños más notables en tórax
que en abdomen.
Ninfa de quinto estadio
Cabeza aproximadamente triangular, con márgenes libres blanuecinos. Ojos compuestos negruzco brillantes,
globosos, si bien la cara posterior —contingua al margen
anterior del pronoto— es aplanada y blanquecina. Dos ocelos rojizos ubicados sobre protuberancias blancuzcas entre
los ojos compuestos y ligeramente por detrás de los mismos. Antenas implantadas entre el labro y los ojos compuestos, color caramelo brillante, con cerdas cortas y claras. Miden 6 a 6,5 mm. de largo poseyendo el antenito basal más ancho que los demás aumentando en longitud del
primero al quinto. Labro blanco sucio; labium tetrarticulado, caramelo claro brillante, con cerdas bucales oscuras, llega próximo a la articulación del segundo par de patas con el cuerpo.
Pronoto con márgenes libres blanquecinos como en
la cabeza y una mancha clara poco notable en su parte
anterior. Mesoescutelo en forma de cuña, alcanza la membrana de los hemiélitros.
Patas caramelo claro brillante, excepto coxas y trocánteres que son de color marfil; tarsos trímeros, pretarsos
con dos uñas cortas, curvadas, con parte terminal negra
y dos arolios. Poseen cerdas cortas, claras y oscuras, siendo más conspicuas en la parte distal de las tibias y en el
primer tarsómero. Por delante de la articulación de cada
pata con el cuerpo se observa una línea negruzca así como otras dos, ligeramente curvas, entre las patas del primer par y el margen anterior del protórax.
(Fig. 6)
Forma oval, aplanada, de 9,5 a 10,5 mm. de largo por
unos 6,5 a 7 mm. de ancho máximo registrado en la base
abdominal. Coloración general amarillenta tanto dorsal
como ventralmente, algo verdosa en las proximidades de los
márgenes torácicos y del conexivo, que son incoloros. En
el tegumento hay puntos excavados castaño claros siendo
negros los adyacentes al conexivo. Entre la base cefálica
y los ojos compuestos pueden observarse, dentro de unas
áreas blanquecinas, dos pequeñas manchas rojizas que
constituirán los ocelos en el insecto adulto. Antenas de
aproximadamente 6 mm. de largo. Relación de tamaño
entre los cuatro antenitos como en cuarto estadio; los tres
primeros son de color caramelo claro, si bien tel tercero es
castaño en su mitad distal; el cuarto presenta coloración
caramelo clara en su base y castaña muy oscura el resto,
excepto el ápice que es claro. Poseen esparcidos pelos cortos, delgados y claros. Ojos y aparato bucal como en las
ninfas de cuarto estadio.
Tórax con las manchas blancas del protórax y las dos
negras del mesotórax, ya observables anteriormente. Pterotecas bien notables observándose en las correspondientes a
los hemiélitros una conspicua mancha negra angulada con
vértice hacia el centro, acompañada hacia anterior por unas
líneas de puntos negros dispuestas longitudinalmente. También se encuentra presente la mancha oscura en la región
interior de cada una de las tecas alares del segundo par,
pero promediando el estadio desaparece. Patas y líneas
ventrales negras como en ninfas de cuarto estadio.
Diseño del dorso abdominal similar al que poseen las
ninfas de cuarto estadio. En el conexivo los bordes negros ya son más marcados, notándose también una franja
clara contigua a dichos bordes. Las manchas blancas del
conexivo y las ubicadas entre éste y el centro abdominal
son más pequeñas y menos nítidas.
Hacia el final del estadio el insecto por lo general va
adquiriendo una coloración verdosa; además, las pterotecas están más desarrolladas y en ellas va desapareciendo
la mancha negra angulada quedando solamente una especie de coma.
Adulto
(Fig. 7)
Cuerpo oval, ligeramente convexo en el dorso y algo
más en la región ventral. La medición de numerosos especímenes de ambos sexos indica que en los machos la
Algunas
características
los
diferenciales entre
distintos estadios
las
Ninfas
de
Ninfas de primer estadio:
Verdes con una mancha
amarilla en el dorso del abdomen; unos 2 mm. de longitud.
Ninfas de segundo estadio: Color ambarino o caramelo pálido hasta promediar el estadio para luego adquirir una coloración amarillenta. Forma ligeramente oval;
unos 3 mm. de largo.
Ninfas de tercer estadio:
Color general amarillento.
Forma oval; dorsalmente algo más aplanadas que las de
segundo estadio. Longitud de unos 4,7 mm.
Ninfas de cuarto estadio: En líneas generales bastante parecidas a las de tercer estadio, si bien tienen coloración amarillenta algo ocrácea y dos manchas negras perfectamente visibles en mesonoto, presentes pero no tan nítidas en ninfas de tercer estadio. Además, poseen mayor
278
ANALES 1er. CONGRESO LATINOAMERICANO DE ENTOMOLOGÍA
tamaño (unos 8 mm. de largo), dorsalmente son ligeramente más aplanadas y ya se observan pterotecas.
Ninfas de quinto estadio: Coloración general amarillenta, algo verdosa marginalmente. De mayor tamaño (alrededor de 10 mm. de largo) y dorsalmente más aplanadas
que las de cuarto estadio con las que podrían llegar a confundirse, pero el tercer antenito es castaño en su mitad
distal, en cambio es totalmente de color caramelo en las del
estadio anterior. Entre los ojos compuestos y la base cefálica y dentro de unas áreas blanquecinas se observan dos
pequeñas manchas rojizas que constituirán los ocelos del
adulto. En cada teca correspondiente a los hemiélitros hay
una conspicua mancha angulada de color negro con vértice hacia el centro acompañada de otras líneas de puntos
negros. Además, las pterotecas están más desarrolladas.
Se asemejan a las correspondientes al quinto estadio
de Nezara viridula ( L . ) , pero a simple vista pueden diferenciarse rápidamente teniendo en cuenta que éstas últimas dorsalmente son muchos más convexas y en su conexivo
presentan manchas semicirculares de color carmín claro
(Rizzo, 1968), las cuales no existen en las nifas de E. meditabunda.
OBSERVACIONES
BIOLÓGICAS
La cría de E. meditabunda se llevó a cabo repetidas
veces lo que permitió registrar diversos datos biológicos
referentes a la citada especie.
El desarrollo de las nifas en cautividad no ofreció mayores dificultades, excepción hecha de las de quinto estadio que en algunas ocasiones murieron a los pocos días
de alcanzado el mismo, habiendo resultado imposible llegar a determinar la causa. En otras oportunidades sucumbieron próximas a transformarse en adultos, cuando lo estaban haciendo o apenas alcanzando el estado imaginal.
Asimismo, cabe consignar como dificultad, la escasez de
especímenes existentes en le época fría.
El acoplamiento se efectúa por oposición que es el
modo más frecuente en los hemípteros terrestres. Dura un
período de tiempo variable —registramos de 8 a 13 horas
continuadas— repitiéndose normalmente la cópula después
de efectuada cada oviposición, aunque pueden copular más
de una vez antes de comenzar a colocar huevos. Los primeros acoplamientos primaverales, es decir entre adultos
que han transcurrido en diapausa sexual la época fría, se
producen a comienzos de octubre. Además, fueron observados adultos en cópula en noviembre, diciembre, febrero
y marzo.
El número de días que media entre cópula y oviposición es muy variable, pero por lo general es de tres a cinco días, si bien algunos factores climáticos, principalmente temperatura ambiente, pueden disminuir dicho lapso de
tiempo, o por el contrario aumentarlo hasta prácticamente
el doble.
Colocan los huevos en el envés de las hojas de sus
plantas hospedadoras, generalmente en número de 14 en cada postura —a veces 13 ó excepcionalmente 12— adheridos unos con otros y perfectamente ordenados en dos hileras contiguas de igual número de unidades cuando la
cifra es par. Por lo común oviponen varias veces —unas
cinco— en un lapso de 10 a 20 días, pudiendo una hembra totalizar hasta aproximadamente 70 huevos.
Rev. Per. Entom. Vol. 14, № 2
El período embrionario frecuentemente dura entre 4 y
8 días; en muy pocas oportunidades se registraron 3 1 / 2
días y en algunas 9 y aún 10 días. Promediando el período
embrionario, o más comunmente cuando han transcurrido
unas 2 / 3 partes de dicho período, a través del opérculo
comienzan a observarse dos pequeñas manchas rojizas que
se tornan cada vez más intensas y que constituyen los ojos
de las futuras ninfas. Para que se produzca la eclosión el
"ruptor ovis" hace saltar el opérculo del resto del corion
siguiendo una línea circular. Para el mismo grupo de huevos
la eclosión ocurre en forma casi simultánea, produciéndose
normalmente el total de los nacimientos. Acaecida la eclosión las ninfas se quedan sobre los coriones o se disponen
a los lados de ellos, permaneciendo inmóviles durante la
mayor parte de este estdio, resultando mínima su alimentación. El primer estadio generalmente dura entre 3 1 / 2 y
7 días y con condiciones menos favorables hasta unos 11
días, no observándose en las ninfas apreciables cambios de
coloración.
La duración del segundo estadio ninfal por lo general
oscila entre 10 y 14 días; existiendo condiciones menos favorables se puede extender hasta unos 20 días. Estas ninfas poseen bastante movilidad dispersándose por el vegetal.
La extensión del tercer estadio varía entre los 5 y 13
días, sólo excepcionalmente algo más; con condiciones ambientales muy favorables lo común son 5 a 8 días.
El cuarto estadio ninfal frecuentemente se extiende
de 12 a 16 días aunque cabe consignar que se registraron
desde 9 hasta 27 días.
Con respecto al quinto estadio lo común es que dure
entre 18 y 23 días si bien puede acortarse ligeramente
con condiciones muy favorables y ser apreciablemente mayor cuando éstas por el contrario no lo son.
De acuerdo a lo citado el desarrollo ninfal dura entre 48 y 73 días cumpliéndose en la mayoría de los casos
entre los 50 y 65 días, lo cual depende de las condiciones
ambientales reinantes.
En lo concerniente a los adultos, la longevidad varía
notoriamente de acuerdo a la generación que se considere
pues la que se desarrolla o las que se desarrollan durante
la temporada primavero-estival tienen vida relativamente
corta ya que los machos mueren después de varios acoplamientos y las hembras van dejando de existir una vez finalizadas las porturas. En cambio, los adultos de la última
generación viven parte del otoño, todo el invierno y un
período prolongado de la primavera pues recién en esta
última estación del año abandonan su diapausa sexual y
comienzan a copular tras lo cual y a veces con diferencias
en tiempo muy marcadas entre los diferentes individuos,
van desapareciendo.
Esta especie transcurre toda la temporada fría en estado adulto reparada de las rigurosidades climáticas invernales bajo corteza semidesprendida de árboles y arbustos, entre pasto seco, hojarasca u otros residuos vegetales,
debajo de maderas, tejas o chapas de techos, etc. En ese
período del año resulta difícil lograr ejemplares encontrándoselos nuevamente con cierta asiduidad recién en el mes
de setiembre.
A continuación se registran los diferentes estados de
desarrollo dé E. meditabunda y los meses en que ellos
fueron hallados en el campo:
Diciembre,
1971
RIZZO :
EDESSA
Huevos: Enero, febrero, marzo, octubre, noviembre y
diciembre.
Ninfas de primer estadio: Enero, febrero, marzo, abril,
octubre, noviembre y diciembre.
Ninfas de segundo estadio:
abril, noviembre y diciembre.
Enero,
febrero,
marzo,
Ninfas de tercer estadio: Enero, febrero, marzo, abril,
noviembre y diciembre.
Ninfas de cuarto estadio: Enero, febrero, marzo, abril
y diciembre.
Ninfas de quinto estadio: Enero, febrero, marzo, abril
y diciembre.
Adultos: Todos los meses del año (muy escasos ejemplares en junio, julio y agosto).
Resulta evidente la superposición de los distintos estados
de desarrollo así como de los diferentes estadios ninfales.
Esto es debido, principalmente, a que la activación y cópula primaveral no ocurre en todos los ejemplares adultos
simultáneamente y a las varias posturas que con diferencias
de días, a veces semanas, coloca cada hembra, lo cual trae
aparejados nacimientos escalonados.
Tanto ninfas como adultos son sumamente hediondos
—aún más que otros hemípteros— lo que al igual que en
los demás gimnoceratos se debe a la cimicina que segregan sus glándulas odoríferas. Dicha secresión aumenta si
el insecto es inquietado y entonces el olor se intensifica.
En Argentina para E. meditabunda frecuentemente se
ha citado una sola generación anual; sobre la base de observaciones a campo y de laboratorio nosotros registramos
anualmente más de una general, desarrollándose a la latitud de Buenos Aires dos o tres generaciones por año.
PLANTAS HOSPEDADORAS
Se trata de una especie polifitófaga por lo cual puede
hallarse en órganos aéreos de diversos vegetales cultivados
y silvestres.
Berg (1879) como hospederos consigna granadillo (Solanum bonariense L . ) .
Silvestri (1901) la señala como perjudicial para el
tabaco (Nicotiana tabacum L . ) .
Blanchard (1929) entre sus plantas alimenticias menciona papa (Solanum tuberosum L.), granadillo y otras
solanáceas y agrega que además ataca hortalizas y viñedos
y a veces aún suele invadir árboles frutales.
Moreira (1929) la registra perjudicando tabaco, al
igual que Lima ( 1 9 3 6 ) , mientras que Ferreira Lima (en
Lima 1936) la señala sobre naranjo (Citrus sinensis L.),
todos para Brasil.
Según Bosq (1937) daña variadas plantas cultivadas,
especialmente hortícolas y tabaco.
Blanchard (1939) para las provincias de Cuyo (Argentina) habla de ciruelo (Prunus domestica L . ) , vid (Vitis vinifera L.) y otros frutales, y además de cortadera
(Gynerium argenteum N s . ) , planta común en los bordes de
las acequias cuyanas.
Monte (1939) para Brasil consigna papa, tabaco y
naranjo, y para el mismo país Jaimiro Gómez (en Lima
1940) nombra dalia común (Dahlia variabilis Willd.).
MEDITABUNDA
(F.)
279
Ogloblin (citado por Bosq 1940) obtuvo ejemplares de
girasol (Helianthus annuus L.) en Loreto (Provincia de
Misiones, Argentina).
Hayward (1942) para Tucumán (Argentina) indica
soja (Glycine max L.).
Para Chiesa Molinari (1942) resulta perjudicial en
cultivos de papa, pimiento (Capsicum. annuum L.) y tomate (Lycopersicum esculentum Mili.) ; asimismo la observa
en viñedos y otros frutales pero sin causarles mayores perjuicios. Además, habla de su abundancia sobre las cortaderas que flanquean el Río San Juan (Provincia de San
Juan, Argentina).
Trujillo Peluffo (1942) como hospederos para Uruguay
cita plantas silvestres, vid y otros frutales, hortalizas, etc.
Quintanilla (1946) menciona solanáceas, entre ellas
diversas hortalizas, plantas ornamentales y también vid y
otros frutales.
McC. Callan (1948) para Trinidad nombra a esta especie como frecuente en todos sus estados de desarrollo
sobre Hibiscus y soja. Además, registra berenjena (Solanum melongena L.), una variedad de poroto (Phaseolus
vulgaris L.) y salvia negra.
Amaral y Navaja (1956) señalan a este pentatómido entre los insectos de los arrozales en San Pablo (Brasil).
Bertels (1956) en Brasil la halló atacando solanáceas
cultivadas y silvestres entre las cuales prefiere Solanum
gracile Dun.; también fue encontrada sobre girasol.
Ruffinelli y Piran (1959) para el Uruguay citan varias
plantas cultivadas, especialmente solanáceas (papa, tabaco
y tomate).
Quintana (1966) expresa que el "alquiche chico" se
insinúa como plaga en cultivos de papa del sudeste de la
Provincia de Buenos Aires (Argentina) desde 1961.
Quintanilla, Margheritis y Rizzo (1967) mencionan como huéspedes para la Provincia de Entre Ríos (Argentina),
abrojo grande (Xanthium cavanillensii Schauw.), acelga
(Beta vulgaris L . ) , alfalfa (Medicago sativa L . ) , batata
(Ipomoea batatas L.), frutilla (Fragaria chiloensis Duch.),
girasol, maíz (Zea mays L . ) , poroto, soja, sorgo granífero
(Sorghum caffrorum Retz), tártago
(Ricinus communis
L.), tomate, trébol blanco
(Trifolium repens L.), trigo
(Triticum
aestivum
L.)
y zapallo
(Cucúrbita
máxima
Duch.).
Los mismos autores (1968) consignan para la Provincia de Corrientes (Argentina), abrojo grande, acelga, achicoria (Cichorium intybus L . ) , algodonero (Gossypium hirsutum L.), arroz (Oryza sativa L . ) , girasol, lechuga (Lactuca sativa L . ) , poroto, tabaco, tártago y tomate.
Según Silva et al. (1968) los vegetales hospedadores
en Brasil son: acelga, algodonero, arroz, berenjena, Citrus
spp., chayóte (Sechium edule Swartz.), chícharo (Lathyrus
sativas L . ) , dalia común, Datura sp., girasol, mandioca
(Manihot utüissima P o h l ) , melón
(Cucumis meló L . ) ,
papa, pimienta (Piper nigrum L.), pimiento, revienta caballo
(Solanum aculeatissimum Jacq.), soja, Solanum gracile Dun., Solanum paniculatum L., tabaco, tomate y zapallo.
Rizzo (1969) al citar los insectos que perjudican algunos cultivos de la Argentina la señala para girasol, lechuga, papa, tabaco y tomate.
Mallea, Macóla y García Saez (1969), además de varios cultivares de vid europea, entre sus hospederos regis-
280
ANALES 1er. CONGRESO LATINOAMERICANO DE ENTOMOLOGÍA
Rev. Per. Entom. Vol. 14, № 2
tran flora natural como hinojo silvestre (Foeniculum vul­
gar e Mili.), cortadera (Cortaderia selloana Schult.) y tam­
ENEMIGOS NATURALES
bién "algunas cactáceas que crecen en las faldas de los
cerros de la margen derecha del río Mendoza".
No hemos hallado parásitos ni predatores de esta especie; sólo en muy aisladas ocasiones observamos ejemplares
adultos con un huevo blanquecino, a veces varios, adherido
al pronoto.
Para la Argentina, De Santis y Esquivel ( 1 9 6 6 ) citan
Bicyrtes discisa
(Tachenberg),
(Hymenoptera, Sphecidae)
y Trissolcus caridei Bréthes
(Hymenoptera, Scelionidae).
Parker, Berry y Silveira Guido (1951-52) mencionan
Neobrachelia sp. y Xenopyxis edessae Tns. (Díptera, Larvaevoridae) como parásitos de adultos de E. meditabunda
en el Uruguay.
Silva et al. (1968) para Brasil, como parásitos consignan Telenomus sp. y Trissolcus sp. (Hymenoptera, Scelionidae).
En el campo de la facultad obtuvimos ejemplares sobre acelga, achicoria, alfalfa, belladona (Atropa belladona
L . ) , berenjena, cáñamo (Cannabis sativa L . ) , cortadera,
dedalera (Digitalis purpurea L . ) , girasol, granadillo, haba
(Vicia faba L . ) , hinojo, lengua de vaca (Rumex crispus
L . ) , malva (Malva sylvestris L . ) , papa, Raphanus raphanistrum L., salvia (Salvia coccínea Juss., S. officinalis L . ) ,
sésamo (Sesamum indicum L . ) , soja, tabaco, topinambur
(Helianihus tuberosus L.) y zapallo.
DAÑOS
Edessa meditabunda, al igual que las demás chinches
fitófagas, inyecta su saliva tóxica y extrae jugos saviales
de la planta en que se hospeda, lo cual a ésta le ocasiona
perjuicios cuya intensidad depende del número de ejemplares que se encuentren alimentando en cada una de ellas
así como de la especie vegetal en cuestión y del órgano
de que se trate.
Por lo común no se producen ataques masivos aunque
puede haberlos, observándose un número variable de ejemplares en algunas de las plantas. Principalmente se hallan
en las hojas resultando dificultoso determinar los daños y
más aún evaluarlos, para lo cual en determinados cultivos
sería necesario llevar a cabo ensayos comparativos de rendimiento empleando plantas testigo, exentas de chinches y
grupos de atacadas por diferente número de estos insectos.
CONCLUSIONES
El estudio realizado permite establecer las siguientes
conclusiones:
9
l — U n a hembra ovipone en varias oportunidades llegando a totalizar hasta 70 huevos; cada desove consta de
14 huevos, a veces 13 o excepcionahnente 12.
9
2 —Con condiciones ambientales favorables para su
desarrollo, el período embrionario dura entre 4 y 8 días y
el stado ninfal entre 50 y 65.
3°—Se confirma la existencia de cinco estadios ninfales.
9
Se ha observado generalmente que, cuando existen ataques intensos a plantas de papa, éstas pueden llegar a secarse adquiriendo una coloración parduzca, presentándose
como quemadas, disminuyendo notoriamente el rendimiento
en tubérculos.
Silvestri (1901) considera que la succión de savia en
plantas de tabaco puede provocar un agotamiento en las
mismas, cuya intensidad varía de acuerdo a la cantidad de
chinches que las atacan. Sin embargo, considera a esta
especie como insecto accidental en dicho cultivo industrial.
4 —-A la latitud de Buenos Aires (Argentina) normalmente se cumplen dos o tres generaciones anuales.
5°—Transcurre la temporada invernal en estado adulto.
9
6 —Los cultivos hortícolas son los hospederos más frecuentes.
9
7 —Sólo ocasionalmente causa perjuicios que sobrepasan el umbral de daño económico.
AGRADECIMIENTO
Según Blanchard (1939) en verano acuden en mangas
a las viñas agrupándose en los retoños tiernos que entonces
se marchitan. Además, en ciruelos y otros frutales a veces
determinan "deformaciones semejantes a las que origina el
pulgón lanígero".
A la dibujante técnica señora Sara Kahanoff, quien
efectuó los diseños que ilustran este trabajo.
De acuerdo a Trujillo y Peluffo (1942), en el Uruguay
puede ocasionar daños apreciables en forma directa, además
de servir como agente vector de ciertas bacterias que causan
enfermedades tales como la virosis de la papa y el tomate.
BIBLIOGRAFÍA
Mendes (1956) consigna que esta especie es una de
las transmisoras de la putrefacción interna de los capullos
del algodonero en el Estado de San Pablo (Brasil), habiéndose identificado en varios casos a Nematospora gossypii como organismo causante de dicha putrefacción.
Mallea, Macóla y García Saez (1969) han observado
que de las variedades de Vitis vinifera L., la Malbeck es
resistente al ataque de E. meditabunda, mientras que las
otras variedades manifiestan diferente susceptibilidad.
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