“Hoy en día, no hacer una apuesta arriesgada es el riesgo”

Anuncio
16
B i l b ao
2011ko uztaila
“Hoy en día, no hacer una
apuesta arriesgada es el riesgo”
Maite Martínez de Arenaza, artista y ‘alma mater’ de la galería y taller de grabado La Taller
Naiara Baza
INAUGURADA el pasado mes de
septiembre, La Taller –galería y taller de grabado– acoge hasta el 22
de julio la exposición Bilbao.
Ejercicio de estilo. Una muestra
colectiva que reúne las obras que
artistas tanto noveles como consagrados han realizado en este espacio creativo ubicado en el barrio
de Solokoetxe. Alejandro Quincoces, Javier Idirin o Mikel Belakortu son algunos de los nombres que
aparecen en la amplia nómina de
autores y su maestra en estas lides
es la también artista y alma mater
de la galería, Maite Martínez de
Arenaza (Aretxabaleta, 1971).
–¿A qué responde Bilbao.
Ejercicio de estilo?
–La Taller es un espacio para la
gráfica contemporánea, galería y
taller y, como tal, me parecía de
ley organizar una exposición con
la obra de quienes vienen hasta
aquí a practicar el grabado. Elegimos un tema tan cercano y tan lleno de estereotipos como es la ciudad de Bilbao para que cada uno
pudiera, abstrayéndose del tema,
profundizar en su propio estilo. Y
“Quiero que
La Taller
se convierta
en una
plataforma
para otros”
la verdad es que el resultado es
magnífico y muy heterogéneo.
–En los tiempos que corren,
abrir una galería, ¿es una apuesta arriesgada?
–Yo creo que en los tiempos que
corren, no hacer una apuesta
arriesgada es el verdadero riesgo.
Si emprender un proyecto es difícil, sea éste cual sea, ¿por qué no
hacer lo que una quiere de verdad?
–¿Y, de momento, funciona la
apuesta?
–En ello estamos. El nivel de
ventas está renqueante, sin embargo, el soporte económico de La
Taller es el propio taller, las clases
o los auxilios a los artistas. La ga-
lería es meramente el escaparate,
aunque para mí es una gozada mimarlo, dedicarle tiempo, que la
gente entre, vea lo que hacen los
artistas, pregunte precios...
–¿El grabado es caro?
–Uno de mis objetivos es desmitificar precisamente eso. El precio
de una obra se tiene que ajustar a
la trayectoria y a la calidad demostrada y contrastable de cada artista.
En esta muestra, por ejemplo, los
precios oscilan entre los setenta y
los quinientos euros.
–En Bilbao, usted ha expuesto
en la Galería Aritza. ¿No le tienta hacerlo en La Taller?
–No y la explicación es sencilla.
Me da reparo y me parece sospechoso, por ejemplo, el hecho de
que un escritor decida poner en
marcha una editorial en la que publique sus propios textos. Yo no
quiero eso. Yo quiero que La Taller se convierta en una plataforma
para otros, bien para que se formen
o aprendan a manejar las técnicas
de grabado, bien para que exhiban
su trabajo. Y yo creo que la manera más digna de conseguirlo es no
mezclando mi faceta como artista
con mi faceta como galerista.
–¿Ha podido compaginar ambas facetas?
–Si te soy sincera, me faltan horas. Apenas he podido dedicar
tiempo a mi labor creativa desde
que abrí la galería, pero no importa. Ahora mismo estoy centrada en
hacer de La Taller, además de un
espacio formativo y expositivo, un
lugar donde toda manifestación artística contemporánea tenga cabida. Vamos paso a paso y, como
ocurre en el arte, en la puesta en
marcha de un negocio todas las
horas son pocas.
El fotógrafo José Luis Ramírez presenta
‘Mecánica popular’, una obra que rompe
con su característico estilo
La revancha
del color
Autorretrato de José Luis Ramírez, publicado en Mecánica popular
N. B.
DE la mano de la Federación de
Agrupaciones Fotográficas del
País Vasco, José Luis Ramírez
edita Mecánica popular; una obra
en la que –tal y como el veterano
fotógrafo bilbaino afirma– el color “se toma la revancha” tras más
de treinta años especializado en
imágenes en blanco y negro y paisajes. Con lo que consigue “sacarse una espina que tenía clavada”
en este sentido. Y es que el intenso colorido y la sorpresiva composición de muchas de las fotografías que se incluyen, son las
señas de identidad de este volumen que ya podemos encontrar en
librerías al precio de diez euros.
“Contiene imágenes que reflejan temas populares, sencillos y
muy al alcance de la retina del público. Todos ellos encierran algún
componente de mecánica y en
eso, precisamente, radica su nexo
de unión”. Poleas, celosías, arg ollas, maquinarias, péndulos... son
algunos de los múltiples elementos
reflejados y que –estructurados por
parejas– “buscan despertar el interés del público por lo explícito,
lo paradójico o lo curioso de las
imágenes”.
La mirada del paseante
Este proyecto fotográfico –“planteado como un juego de temas, formas y colores a partir de elementos
familiares”– bien podía haberse
editado hace quince o veinte años.
Ya que ésa es precisamente la edad
media de las imágenes. Éstas han
sido captadas a lo largo de las últimas cuatro décadas; “la primera foto es de 1975 y la última del año pasado”. Y la mayor parte de ellas han
sido realizadas en distintos viajes,
con lo que presenta localizaciones
diferentes a las que plagan la obra
de Ramírez; ya que, en esta ocasión, ni Bilbao ni sus estampas por-
tuarias han sido retratadas. “Algunas composiciones son absolutamente caseras, como la de los
alicates, las uvas y las pinzas.
Otras, sin embargo, las he hecho
en plazas y calles de otras ciudades, en sus museos, en comercios, desguaces, etcétera”.
Ejercita, con ello, “la mirada del viajero o paseante”, y obtiene un resultado tan productivo
como el que durante años ha obtenido de otra de sus miradas. La
que el también fotógrafo Carlos
Cánovas– quien firma el prólogo– define como “la seria y rigurosa sobre los paisajes del Nervión o las zonas portuarias de
Bilbao”.
Con Mécánica popular ya son
seis los ejemplares que componen la colección de fotografía
que edita la Federación de Agrupaciones Fotográficas del País
Vasco gracias al apoyo de la Fundación BBK.
Las páginas del libro “buscan despertar
el interés por lo explícito, lo paradójico
o lo curioso de las imágenes”
Alicates y
pinzas,
1992
Descargar