EXCELSIOR Domingo 2 de octubre DE 2016 AJEDREZ Sam Loyd [email protected] @Expresiones_Exc ARTURO XICOTÉNCATL Sunny South, 1885. la jugada clave, imagine ahora la respuesta de las negras y observará que sólo hay una jugada que plantea una seria dificultad de dar el mate al siguiente movimiento. ¿Ya la visualizó? Ahora recuerde la sugerencia atribuida al patriarca Mikhail Botvinnik: salte las piezas mentalmente sin respetar las reglas del ajedrez. Mate en dos movimientos. De no existir la torre, las blancas pueden dar jaque mate en una jugada Cf6++, Dh6++ y Dg8++. Pero la torre existe. El monarca negro está prácticamente asfixiado con el dogal que forman las piezas blancas. Imagine que las blancas ya hicieron La solución Si la torre se mueve sobre la sexta fila el mate se produce de inmediato con 1. Dg8++. Ante eso a las negras sólo les resta hacer la mejor defensa con Tg7. ¿Cómo dar mate en esta posición? Con el Cf6 no, porque deja la casilla de escape h6. Las blancas necesitan realizar una jugada de tiempo con el fin de dar mate en la columna h. Así la jugada clave es 1. Da8! si la torre se mueve a cualesquier casilla de la sexta fila las blancas dan mate con 2. Dg8++. Y si 1. ... Tg7 2. Dh1++. Regrese a 1. ... Tg7 ¡dónde y con qué pieza podrían las blancas dar mate al rey negro? La única pieza que satisface la pregunta es la dama en la columna h. (Saltando da mate) ¿Cómo llegar? mediante 1. Da8.] UNA ESPECIE DE CONSEIL DES ANCIENS Renacen Los Pergaminos El grupo de intelectuales mexicanos fundado por Amado Nervo busca un espacio para hablar, escuchar y entender la actualidad del país > 3 Fotos: Archivo Excélsior ADELANTO PREMIO LIPP Un apodo impuesto de niño POR ROBERTO BARDINI [email protected] Mi nombre es Bugnicourt O’Hara, aunque casi nadie me llama así. Solamente los que escriben en el periódico Zulu Times me nombran de esa manera. Aún mantengo, a pesar de los años, el apodo que me estamparon mis condiscípulos en la infancia: El Gato. Fue en los primeros días de clases, en un enorme edificio gris que se alzaba como un castillo medieval, cuando alguien (creo que Mulligan, el fortachón) dijo que mi pelo, a la luz del atardecer, tenía manchas amarillas y grises como las manchas de algunos gatos. Desde entonces soy El Gato y he consumido más de Publicamos un avance de la novela ganadora del Premio Literario Lipp la Brasserie 2016 la mitad de mis siete vidas. He tenido otros nombres, varios apodos y muchas nacionalidades, todas falsas. Por parte de madre desciendo de irlandeses católicos originarios de Cork, frente al Canal de San Jorge, al sur del río Blackwater y al norte del río Lee, los dos ríos más paralelos del mundo. Cork —me contaba el abuelo William— era la ciudad más importante después de Dublín. Y Dublín, explicaba el abuelo, fue fundada por piratas vikingos de origen danés. Por tus venas corre sangre bárbara, decía. Nací en la Patagonia, en lo que yo llamaba las praderas del granfata Will, porque durante muchos años creí que esa inmensidad que se extendía a partir del río Colorado, entre el Atlántico y la cordillera de los Andes, era de mi abuelo William. Y también creía que en sus dominios —como en los de Carlos V, rey de España y emperador de Nápoles y Sicilia— nunca se ponía el sol. Bugnicourt es el apellido de mi padre, y a mi padre casi no lo recuerdo. O’Hara es el de mi madre —a la que recuerdo un poco más— y es el que decidí usar cuando cumplí veinticinco años. Estrené el apellido después de recibir mi brevet de piloto civil. Todavía conservo un pasaporte argentino de tapas azules y gastadas. Es un pasaporte vencido, deteriorado, lleno de sellos de entrada y salida hacia ninguna parte. La cara del muchacho que está en la fotografía aún no tiene cicatriz en la mejilla, ni arrugas alrededor de los ojos, ni el pelo ceniciento. No tiene ni siquiera mirada de gato y, a juzgar por esa mirada, pareciera que es un tipo que espera algo de la vida. El tiempo, como siempre, se encargó de colocar las cosas en su lugar. Y a mí me colocó en Belice, la ex Honduras Británica, un país de mentira, un país que no existe. Soy –o quizás deba decir fui– aviador. En Argentina, hace años, trabajé como taxi aéreo y fumigador de campos; después, viví desterrado en Paraguay y llevé contrabando, TÍTULO: Un Gato en el Caribe AUTOR: Roberto Bardini EDITORIAL: Resistencia /LIPP, México, 2016. PRESENTACIÓN 10 de oct., 18 hrs, restaurant LIPP la Brasserie (Polanco). Comentan: Xavier Velasco, Josefina Larragoiti y el autor. armas y fugitivos a un lado y otro de la frontera. Mucho tiempo más tarde, en América Central, a bordo de un Cessna 310, fui piloto privado de ciertos empresarios. También transporté mercaderías por encargo de otros; luego, por mi propia cuenta, nuevamente contrabando, armas y fugitivos. Entre mayo y julio de 1979 participé en la insurrección contra el dictador Somoza en Nicaragua. En tres ocasiones volé a baja altura un Cessna 182 en el Frente Sur, cerca de la frontera de Costa Rica, mientras un muchacho —Joaquín, que ahora debe ser comandante— arrojaba bombas caseras sobre destacamentos de la Guardia Nacional somocista. Con Joaquín, a quien bauticé Joe Zonda, habíamos inventado un sistema de bombardeo precario pero efectivo. Fijábamos las bombas —bidones de gasolina de doscientos litros cada uno— en los extremos de las alas y las dejábamos caer. 2: EXPRESIONES Domingo 2 de octubre DE 2016 : EXCELSIOR El búho RENÉ AVILÉS FABILA TRES PARA LLEVAR [email protected] 1. El suicidio como gran tema literario La mañana del 19 de septiembre de 1974 en las afueras de Buenos Aires se perpetró el secuestro más caudaloso de toda la historia. Los hermanos Jorge y Juan Born —gerentes y herederos de Bunge y Born, el principal consorcio económico de Argentina— salieron de su casa, en un exclusivo barrio, como cualquier otro día: escoltados por guardias de seguridad y siguiendo la ruta de siempre para llegar a su trabajo. Nunca imaginaron que el grupo guerrillero los Montoneros, compuesto por veinteañeros, tenía preparada una coartada para hacerlos cautivos. En menos de cinco minutos, completaron un operativo que implicó el cierre de calles y la desviación de vehículos y un aparatoso choque que culminó con el secuestro de los millonarios, quienes permanecerían nueve meses cautivos. El rescate acabó siendo de 60 millones de dólares, la suma más grande pagada hasta ahora por un secuestro y destapó una serie de intrigas políticas y económicas que cimbraron Argentina. Cuarenta años después, la historia es contada por la periodista María O’Donnell en una suerte de híbrido que mezcla la crónica, el documento y el testimonio. Su libro devuelve por primera vez la voz a Jorge Born, quien habla después de años de silencio. ¿Por qué temerle si es algo natural, como el nacimiento, o quizá pueda ser la respuesta sensata a una vida atribulada? C uando en 1994 apareció mi novela Réquiem por un suicida, finalista del Premio Planeta, editada en Madrid, se la envié a un amigo, que conocí en Chile, el crítico literario John Hassett. Me escribió diciéndome que la leyó con placer, que el tema era inquietante. Con cierta rapidez la obra llegó a cuatro ediciones y una de bolsillo. La crisis económica le puso fin a las buenas ventas. Su precio subió hasta valer una pequeña fortuna en esa época. En México la retomó Nueva Imagen, hoy desaparecida, y la incluyó en la serie de mis Obras completas, que se esfumó al comprarla la empresa Larousse, pues no le interesaban, dijo, las obras de literatos. Salimos, entre otros, José Agustín, Óscar de la Borbolla, Beatriz Escalante y muchos más. Hoy está en el mundo digital, en la Editorial Ink. Hasta ese momento no había tenido problemas para editar. El Fondo de Cultura Económica, cuando el director era Miguel de la Madrid, publicó mi quinto libro en esa empresa: Cuentos de hadas amorosas en la serie Letras Mexicanas, donde apareció mi primer volumen de relatos: Hacia el fin del mundo, junto a El ala del tigre, de mi admirado amigo y maestro Rubén Bonifaz Nuño. Coincidiendo, cumplí veinticinco años como autor del Fondo, la empresa mandó imprimir un cartel con trabajos de Cuevas y organizó una mesa redonda como homenaje, acompañado por Cristina Pacheco, José Luis Cuevas, Griselda Álvarez y el fundador de la Sogem, José María Fernández Unsaín. Pero hablaba yo de la muerte voluntaria como tema literario. En las primeras semanas, Réquiem por un suicida ocupó en México uno de los primeros lugares de ventas, en mi haber, modesta hazaña que sólo he logrado en 1971 con El gran solitario de Palacio. En esos días me tocó dar varias lecturas, entre ellas, una en el Club de Industriales, otra más en la delegación Iztacalco. En el primer sitio, una señora dedicada a los negocios se acercó y me dijo, mostrándome un ejemplar de la novela: “No sabe usted el alivio que me trajo su libro. Mi hija se suicidó y en su novela encontré palabras de amor para la muerte. No debe ser tan terrible si alguien puede enamorarse de ella”. Mientras aquella mujer atribulada hablaba, yo estaba sorprendido de que la literatura sirviera de consuelo. En efecto, yo no trato mal a la muerte, hablo de sus discutibles virtudes y, al contrario de la mayoría, escribo de la belleza que puede significar la muerte, en particular la voluntaria (asistida o no), si existen razones poderosas, enfermedades terminales, por ejemplo. En Iztacalco, un público afectuoso me recibió. Durante las preguntas y respuestas, una mujer joven me preguntó, en clara alusión a Réquiem, si yo amaba o le temía a la muerte. Le dije con absoluta sinceridad que le temía y la detestaba. A mí, como a mi amigo el poeta Marco Antonio Montes de Oca, me gustaría morir sólo por diez minutos. Al final de la plática, la mujer insistió en el tema: ‘’Amo la muerte”. Y eso me dejó pensativo. Mi intención no es invitar a nadie al suicidio. Trato, eso sí, de mostrar a un personaje complejo, sensible y capaz de enamorarse de la muerte a pesar de tener éxito y carecer de males físicos y mentales. ¿Por qué temerle si es algo natural, como el nacimiento, o quizá pueda ser la respuesta sensata a una vida atribulada? Hay una infinidad de escritores que le han dedicado palabras afectuosas o de artistas que han recurrido a ella con cierto placer probablemente morboso. Roland Barthes, en su libro Fragmentos de un discurso amoroso, nos recuerda que el desvelo amoroso fatiga tanto o más que el causado por el trabajo. Werther, el más célebre de los suicidas, el gran personaje de Goethe, padecía ese tremendo insomnio que causa un mal amor. Cuando decide matarse, se acuesta y duerme plácidamente. A decir verdad, jamás he pensado en el suicidio ni deseo estimularlo (no podría soportar en mi conciencia el peso de una muerte). Al escribir Réquiem vi las cosas de modo diferente. Mi deseo era considerar al suicida no como una pérdida irremediable, sino como el encuentro afortunado de alguien que detesta la vida y sus vulgaridades. Ello sin el alivio de la religión y con la certeza de que cualquier cosa es superior a una existencia patética. A diferencia de Dante, mi propósito no era causar el desánimo entre los pecadores, sino mostrarles una estética de la muerte. Hasta para morir se necesita estilo. Imposible olvidar a un personaje de Borges que usé en mi novela, cuchillero: a la hora de agonizar no acepta que le vean en la cara los gestos de dolor y pide que se la cubran. No existe razón para detestar algo tan común como la muerte y si ésta llega de modo voluntario, como modesta victoria de la libertad, el respeto debe ser total: antes hubo una abierta lucha entre el instinto de supervivencia, los valores sociales y religiosos y la inteligencia. ——Luis Carlos Sánchez TÍTULO: El secuestro de los Born AUTOR: María O’Donnell EDITORIAL: Debate, México, 2016; 366 pp. 2. “Los acontecimientos más importantes de la vida no se planifican, sino que nos sobrevienen. Inesperado es el día en el que brota una amistad o un amor; inesperada la hora en la que un ser amado abandona este mundo; inesperado el suceso que nos cambia la vida para siempre”. Las reflexiones que dan forma a este libro no podían ser más pertinentes ahora, pues llevan en su interior el germen de la humanidad (o, al menos, el horizonte ideal al que aspira lo humano... demasiado humano). Buscan, a pesar de encontrarse algo anestesiados en este momento, resaltar, a través del diálogo, los atributos de excelencia de lo que Thomas Mann (al que se le rinde homenaje de muchas maneras en esta obra) llamaba: Adel des Geistes o “nobleza de espíritu”. Rob Riemen (Países Bajos, 1962), ensayista, fundador y presidente del Nexus Institute, publicó originalmente esta defensa de los valores humanísticos clásicos en 2009 como una extensión en la órbita de los propósitos que el foro internacional que preside intenta fomentar en debates filosóficos y culturales. Esta reivindicación que apunta a antiguos logros se vuelve sustancial para la supervivencia. ¡Estas cosas que las grandes empresas suelen arrojar al olvido! ——Mario Palomera Torres TÍTULO: Nobleza de espíritu AUTOR: Rob Riemen PRÓLOGO: George Steiner No existe razón para detestar algo tan común como la muerte. EDITORIAL: Taurus, col. Pensamiento, México, 2016; 192 pp. 3. En la literatura mexicana no hay paragón con la narrativa de Francisco Tario. Destacado sobre todo por sus eficaces y extraños cuentos, también se le puede reconocer por ser un extraordinario novelista y dramaturgo. El descubrimiento de la obra de Tario, en cambio, sí guarda semejanza con el hallazgo de los libros de un escritor siempre extranjero, Wiltold Gombrowicz, y en ambos casos es tardío. Conocida por un grupo de lectores muy reducido, la figura del autor de Aquí abajo permaneció por mucho tiempo desconocida, a pesar de los sesudos textos que le dedicaron autores como José Luis Martínez y Alí Chumacero. Con la presente obra reunida, trabajo de Alejandro Toledo, es posible experimentar una nueva textura de la literatura fantástica y la promesa de un mundo extraño y fascinante del universo Tario. Para redactar tal novela me vi obligado a leer una infinita bibliografía y a investigar entre suicidas fallidos y personas que habían perdido a un ser querido que optó por ese acto de libertad (la expresión es de Albert Camus). Comencé con El suicidio de Durkheim, que prueba, entre otras cosas, que son los cuerdos y no los locos quienes se matan. En novelas, cuentos y poemas, en la prensa, hallé no cientos, sino miles de suicidas y descubrí que las razones para ello son excesivas y condenadas por las religiones y la sociedad: desde una profunda depresión causada por el fracaso amoroso hasta por la feroz amenaza de una deuda. La mejor la hallé en Kafka: uno de sus personajes se deja morir de hambre en un circo por una simple razón: no le gustaba comer. Mi personaje, aunque triunfador, detestaba vivir. ——Alberto Medrano TÍTULO: Obras completas II. Novela, teatro y textos no coleccionados AUTOR: Francisco Tario EDICIÓN Y PRÓLOGO: Alejandro Toledo EDITORIAL: FCE, México, 2016; 722 pp. —— www.reneavilesfabila.com.mx EL RADAR EXPRESIONES [email protected] @Expresiones_Exc RECOMENDACIONES EFEMÉRIDES El libro Graham Greene, escritor británico Einstein (1879-1995) encarna como pocos el potencial de la ciencia para redefinir nuestra visión del mundo. ARQUEOLOGÍA Un día como hoy, pero de 1904, nació el novelista británico Graham Greene, de quien destacan las obras Historia de una cobardía, El nombre de la acción, Rumor al caer la noche, El tren de Estambul y El ministerio del miedo. Murió el 3 de abril de 1991. Tlaltecuhtli, a una década Hoy cumple ANNIE LEIBOVITZ FOTÓGRAFA ESTADUNIDENSE / 67 AÑOS Es conocida por sus retratos a celebridades; practica fotografía documental y de paisajes. CELEBRIDAD EN SÍ MISMA Expuso en la Galería Nacional de Retratos de Washington D. C. En 2013 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias. TÍTULO: La teoría de la relatividad. El espacio es una cuestión de tiempo EDITORIAL: National Geographic, 2016; 175 pp. Víctor Manuel Torres Coordinador Edgar Hernández Editor Paola Rodríguez Coeditora Visual Para conmemorar los 10 años del hallazgo del monolito de la deidad mexica Tlaltecuhtli, el INAH invita al público a participar en las actividades que se tienen programadas para hoy, 8 y 15 de octubre en el Museo del Templo Mayor. La colosal escultura fue descubierta el 2 de octubre de 2006 por un equipo del Programa Mario Palomera Diseño de Arqueología Urbana del INAH, tras haber estado sepultada por más de 500 años. El monolito, que mide 4.17 x 3.62 metros, con aproximadamente 40 centímetros de espesor y con un peso de casi 12 toneladas, fue descubierta en la intersección de las calles Argentina y Guatemala, en el Centro Histórico. (Notimex) EXCELSIOR : Domingo 2 de octubre DE 2016 EXPRESIONES TERTULIA INTELECTUAL :3 LOS PERGAMINOS Foto: Archivo Excélsior DE ARCHIVO. Una imagen de 1953 donde aparece el grupo que revivió las tertulias; aparecen en la casa de Manuel Horta donde volvieron a reunirse y donde fueron bautizados. POR ANDRÉS BECERRIL [email protected] L os Pergaminos es un grupo legendario de intelectuales mexicanos que desde hace decenios se han reunido para analizar el momento político, económico, social o artístico del país. Lo habían hecho en absoluta discreción, sin ningún fin específico, y en su resurgimiento ahora buscan espacio y ser una especie de Conseil des Anciens. “El objetivo principal de Los Pergaminos es el que los seres humanos persiguen en las épocas convulsas de las sociedades y de las naciones: tener un espacio para hablar, para escuchar, y para entender, sobre todo cuando son épocas en las que casi todos, no hablamos o no escuchamos o no entendemos”, dijo José Elías Romero Apis, vicepresidente de la recientemente constituida asociación civil La Cofradía de Los Pergaminos. El origen de Los Pergaminos es anterior a la Revolución de 1910. Amado Nervo, entonces un poeta consagrado hizo amistad con el médico Ignacio Fernández Ortigoza y su esposa, la pianista Piedad Esperón, padres del entonces niño Ignacio Fernández Esperón, que la historia de México recuerda como Tata Nacho. En casa de los Fernández Esperón se organizaron las primeras tertulias intelectuales del grupo que entonces no tenía nombre. También llegaba Luis G. Urbina, Ángel del Campo Micrós, el poeta Rubén M. Campos y músicos famosos de la época. En 1912, Francisco I. Madero era presidente de México y Ernesto García “El Chango” Cabral, era un joven caricaturista que colaboraba en El Ahuizote y Multicolor Semanario Humorístico Ilustrado. Aunque solía pintar artistas de la zarzuela y el teatro, también se había especializado en ridiculizar a Madero. Cuenta la historia que Madero “becó” a “El Chango” para que siguiera sus estudios en París y así quitarse de encima a un severo crítico. En ese destierro, el caricaturista conoció a artistas como Diego Rivera y Gerardo Murillo, Dr. Atl. Pero de quien García Cabral quedó prendado en París fue de Isidro Fabela y Amado Una cofradía que no envejece Siguiendo una tradición de más de 100 años, un grupo de intelectuales se reúne regularmente para discutir los temas de interés nacional Nervo con quienes tuvo una amistad a prueba de todo; al último incluso, le llamaba “hermano”. Signo inequívoco de esa amistad es el apunte que “El Chango” hizo sobre el poeta –el 19 de julio de 1916 cuando ya había dejado París y ambos estaban en Madrid– con la siguiente dedicatoria: “a don Amado Nervo, con todo mi cariño y admiración”. Dos años después, un apunte similar del perfil izquierdo de Nervo se publicó en Revista de Revistas. Para 1917 García Cabral viajo con Nervo a Buenos Aires, en donde sustituyó a Isidro Fabela como ministro plenipotenciario en Argentina y Uruguay. El 24 de mayo de 1919, el poeta murió en Uruguay a los 48 años de edad y apenas el 1 de junio siguiente, García Cabral publicó en el número 474 de Revista de Revistas una sentida pieza dedicada a su “hermano”. En ella dibujó a una mujer vestida de blanco, de cabello largo y negro, doblada de dolor y al pie la leyenda: “edición dedicada a Amado Nervo”. En octubre de 1919 llegaron al puerto de Veracruz los restos del poeta y García Cabral coincidió con otro entrañable amigo de Nervo, Manuel Horta, reportero de El Heraldo de México, un intelectual que había sido estudiante en San Carlos y que ya había publicado dos libros, Vitrales de capilla y Estampas de antaño. En el puerto, los dos terminaron hermanados por la bohemia y la admiración al amigo muerto. Ahí se comprometieron a reunirse al menos una vez al mes. García Cabral era ya estrella en Excélsior cuando Horta llegó a esta casa editorial. Los trabajos del artista brillaban en las portadas de Jueves de Excélsior, primero, y luego en Revista de Revistas, publicaciones que a la postre dirigió Horta, la primera de 1925 a 1929 y la segunda de 1929 a 1982, un año antes de morir. Aunque las reuniones comprometidas en Veracruz no fueron tan periódicas al principio, ni tenían una sede única, los dos se veían frecuentemente y poco a poco fueron invitando a otros amigos. Pero fue a partir de 1953 cuando Horta comenzó a convocar a sus amigos en su propia casa. En el grupo estaba Tata Nacho, que entonces tenía 59 años pero que desde niño había esistido a las reuniones de los amigos intelectuales de sus padres. El compositor de La Borrachita, se convirtió así en el gozne de la tradición que empezaron Los Pergaminos. Un buen día, la esposa de Manuel Horta, María Antonieta Zornoza Laborda (a quien no le gustaban mucho las reuniones de su marido en casa) anunció con jiribilla: ‘Manuel, ya llegaron tus amigos Los Pergaminos’. La deducción que hizo el grupo entrado en años sobre el porqué les dio ese apelativo, fue precisamente por su edad. Ella los veía viejos. Con el tiempo, la señora Zornoza se reunía también con ellos, según una imagen del archivo de Excélsior. Esa tradición que inició Amado Nervo en la casa paterna de Tata Nacho empezó desde hace medio siglo a recuperar el esplendor de los intelectuales de antaño, que quedaron bautizados como Los Pergaminos. José Elías Romero Apis, abogado constitucionalista, recuerda que el grupo, heredero de la tradición que impuso Nervo, estaba integrado por diez personajes: García Cabral, Raúl y Manuel Horta, Mario Moreno Cantinflas, Jesús Palacios, Best Maugard, Adolfo Fernández Bustamante, Pedro Vargas, Jesús Palacios y Mario Talavera. “Han sido muchos los hombres famosos que han estado en el grupo y se han ido renovando generacionalmente; así llegamos a nuestros tiempos donde el grupo ha tenido un resurgimiento vital. Lo integran artistas como Lorenzo Rafael, médicos como Fernando Chico y Ulises Casab, arquitectos como Javier Ramírez Campuzano, filósofos como Alejandro González Acosta, editores como Miguel Ángel Porrúa y abogados y políticos como Augusto Gómez Villanueva, Luis Maldonado, Juan Carlos Sánchez Magallán, y Raúl González Pérez”, cuenta. Recientemente al grupo le dieron una configuración institucional y jurídica como Asociación Civil con el nombre de La Cofradía Los Pergaminos. La preside Lorenzo Rafael Gómez Bustamante, Más de 6 MIL GANADORES por sorteo ¡Para ganar, hay que jugar! El objetivo principal de Los Pergaminos es el que los seres humanos persiguen en las épocas convulsas de las sociedades y de las naciones: tener un espacio para hablar, para escuchar, y para entender, sobre todo cuando son épocas en las que casi todos, no hablamos o no escuchamos o no entendemos”. JOSÉ ELÍAS ROMERO APIS ABOGADO el vicepresidente es Romero Apis, el secretario general, Luis Maldonado y en la directiva están Eduardo Carpizo McGregor, Sánchez Magallán, González Acosta y el sacerdote jesuita Luis Barrera. En el 2001, Raúl Horta presentó un libro para recordar a los continuadores de la tradición de Nervo. En el ejemplar se pueden ver las fotos de distintos personajes que en la segunda mitad del siglo XX fueron Pergaminos. Ahí están los testimonio de Andrés Henestrosa, el matador Silverio Pérez, el publicista Eulalio Ferrer y de Gilberto Figueroa, el legendario gerente de la cooperativa Excélsior, entre muchos otros. Apis subrayó que Los Pergaminos es un grupo de intelectuales que no necesariamente busca tener una misma voz, pues “prácticamente todos tienen una resonante voz propia en sus especialidades, la pintura, la escultura, las letras, la oratoria; todos tiene su propia tribuna y auditorio, pero creo que esto y su carácter pluridisciplinario hace que siempre nos llevemos algo nuevo en cada reunión”. “Por ejemplo si se toca algún tema que incide con lo teológico, tenemos ahí teólogos y filósofos que nos pueden explicar algo que quizá nos costaría trabajo entenderlo; si el problema es del orden jurídico, constitucional, hay abogados que podemos darnos unos minutos para explicarlo”. Los Pergaminos es un grupo que comparte sus puntos de vista y aunque se llama La Cofradía, dijo Apis, sus reuniones no son clandestinas ni conspiratorias. “Se llama cofradía por darle un sentido amistoso, no es una secta, pero tampoco nos reunimos para fiestas”. En todo caso, puntualiza su presidente Lorenzo Rafael, somos una especia de Consejo de Ancianos. 4: EXPRESIONES Café París EDUARDO GARCÍA A. [email protected] Reivindicación de los clásicos En la carrera de caballos de la narrativa se ve a todo tipo de competidores avorazados. L os grandes autores clásicos de los siglos pasados siguen siendo tan actuales, ricos, libres, variados, rebeldes y juguetones, que su lectura es no sólo un placer sin parangón, sino un ejemplo para todos nosotros los escribidores en esta época de proliferación novelística y escritural sin precedentes. Volver a Dostoievski, Stendhal, Sterne, Melville, Kafka, Roth, Musil, Mann y Broch, entre otros muchos, es una delicia que nos confirma la alegría de ser antes que todo lectores, de saber que en las bibliotecas tenemos ventanas variadas y amplias con vista hacia la vida y la muerte de todos los siglos, hacia el auge y la caída de las civilizaciones, en escenarios y paisajes cambiantes y fascinantes. Hasta finales del siglo XX los escritores de novelas eran por lo regular escasos, muchos de ellos autores de pocas novelas, pero con el advenimiento de la informática y la facilidad que otorga a los escribidores aficionados para manipular e incluso corregir sus manuscritos, centenares, tal vez miles de personas quieren probar suerte en el género. A esto se agrega el hecho de que después del éxito mundial del Nobel colombiano García Márquez o de la gloria y fama de otros latinoamericanos del boom, muchos creen de manera ingenua en que escribiendo novelas pueden lograr rápida fama, dinero y poder, lo que lleva a que muchos poetas terminen volviéndose novelistas que entran a competir en la carrera hípica en que se ha convertido el ejercicio literario en América Latina y el mundo. Ahora, además de los poetas, quieren convertirse en novelistas reinas de belleza, periodistas, futbolistas, militares, peluqueros, mafiosos y todo aquel que cuente con una computadora y un buen corrector ortográfico, y por ende cada año aumenta la lista de novedades y la cantidad de manuscritos que circulan en concursos y antesalas de las editoriales. La facilidad con que se pueden hacer autoediciones (en papel o virtuales) que circulan en la red, hace que la profesión sea ya geométrica en el ámbito de la lengua castellana, compuesto por unos 500 millones de hispanohablantes. Como la novela es ahora más que nunca una industria y el autor un producto que debe promocionarse, en la carrera de caballos de la narrativa se ve a todo tipo de competidores avorazados en una guerra sin fin a la caza de premios, promociones y pasarelas en la feria de vanidades, sin la cual la obra no existe o no circula. Cada autor novel en Colombia es lanzado siempre por los comerciantes de la edición como el sucesor de García Márquez y así podemos ver en la actualidad a decenas de herederos patentados del Nobel recorriendo las ferias de libros de ciudad en ciudad, poniendo pecho orondos como si estuvieran ya a punto de obtener la gloria infinita del dicharachero y bigotón autor oriundo de Aracataca. El silencio del sabio y la soledad del retiro están prohibidos. El autor debe estar aquí y allá mostrándose en La novela es presentaciones, hablando y opinando de esto o de ahora más aquello, futbol, moda, polí- que nunca tica, culinaria. Sin descanso debe estar el escritor fren- una industria. te a la pantalla para que lo vean y debe sonar cada día, semana, mes, año, para existir en esa pasarela de la moda donde surgen y desaparecen nombres como vilanos al aire. Todos ellos viven en el delirio total, la megalomanía, la hipomanía, sin saber que la gloria de ese Nobel de Aracataca será irrepetible y que la proliferación novelística en el ámbito castellano ha devaluado para siempre el género, en una fenomenal implosión que proyecta una inmensa polvareda de historias banales y artificiales. Nada que ver con ese antiguo mundo de los novelistas escasos de otros tiempos, cuando los autores eran titanes perseguidos, triunfantes y fracasados a la vez, mártires míticos que realizaban sus grandes obras con paciencia en largos periplos humanos en los que la vida y la obra hacían bloque con la historia. Tal fue el caso de figuras como Tolstoi, Hugo, Balzac, Flaubert, Dickens, Twain, Mann, Faulkner, Hemingway o los grandes novelistas austrohúngaros, autores de novelas enormes y a veces ilegibles por las que daban la vida como sísifos cargando la gigantesca esfera. Los grandes autores clásicos de otros tiempos solían vivir largas travesías del desierto, extensos exilios y a veces eran tocados por la locura o la enfermedad como Hölderlin, Nietzsche y Virginia Woolf y trasegaban su genio en altos sanatorios alpinos o infames y húmedos puertos o villorrios perdidos que figuran en las obras de ese otro gran fracasado latinoamericano que fue Juan Carlos Onetti. La gloria y la posteridad en muchos de esos casos se dio mucho tiempo después de muertos, cuando la historia y la vida, la sucesión de desastres, el entreveramiento de catástrofes y guerras añejó obras que fueron escritas en la soledad y el silencio en décadas sombrías o luminosas de vida y verdad. Nada de eso ocurre ahora. Los autores en esta era de velocidad frenética y de codicia desenfrenada por el éxito quieren la fama y la gloria ya y para lograrlo están dispuestos a correr a toda prisa, a publicar borradores que ni siquiera han dejado descansar un tiempo en las gavetas de sus escritorios. El oficio de leer y pensar en silencio, el arte de vivir la vida como una experiencia larga, fecunda y valiosa, el talento de saber esperar con paciencia, calibrar y experimentar por medio de la observación parecen sumergidos ahora en esa búsqueda angustiosa de notabilidad y en la obligación de estar conectados todo el tiempo con la actualidad sin mirar atrás ni adelante. Por eso leer a los clásicos de todos los tiempos es una imperiosa necesidad que nos muestra que todo ya fue dicho mil veces por otros grandes autores que desde Homero hasta Virgilio y desde Horacio hasta Dante, Cervantes o Chateaubriand trasegaron largas vidas que no fueron nada fáciles y estuvieron llenas de silencios e intensas respiraciones frente al esplendor de la naturaleza y el cosmos. Domingo 2 de octubre DE 2016 : EXCELSIOR SELVA ALMADA Escribir no es martirizante La narradora argentina charló con Excélsior acerca de la aparición de su selección de narraciones cortas El desapego es una manera de querernos POR LUIS CARLOS SÁNCHEZ [email protected] Antes que un suplicio, escribir es para Selva Almada (Entre Ríos, Argentina, 1973) un gozo. “Muchas veces leo, y es un lugar bastante común, que los escritores digan que les tortura escribir, que es una angustia, por supuesto hay momentos de incomodidad y siempre digo que lo mejor que me puede pasar como escritora es sentirme incómoda escribiendo, pero la escritura para mí siempre es un lugar de mucho disfrute y de mucha felicidad”, cuenta. Selva comenzó tarde en la escritura y si bien ya era una lectora apasionada, jamás pensó dedicar su vida a escribir. “No era que cuando estuviera chica escribiera o ya supiera que quería ser escritora; escribía cuando me lo mandaban en la escuela, y las maestras decían que lo hacía bien pero no era algo que me interesara en el sentido de que quisiera ser escritora”, dice. Pero desde la aparición de su novela El viento que arrasa (2012) se convirtió en una autora a la que nadie ignora en Argentina. A México acaba de llegar y lo hace con una selección de narraciones cortas titulada El desapego es una manera de querernos (Random House, 2016). En el libro se reúnen Niños, que apareció como un solo título en 2005; Chicas lindas, En familia e Intemec, todos compuestos de pequeñas narraciones que conforman un sólo cuento; así como una colección de Relatos dispersos, escritos en diferentes momentos desde 2005 hasta 2014. En todos está el ritmo de la provincia argentina, aunque ella dice que creció en “la provincia de la provincia”. Almada nació en un pueblito llamado Villa Elisa que le marcó para siempre: “Ahí nací y viví hasta el fin de la adolescencia, quizás los 17 años, era un pueblo muy chiquito del interior, no sólo de Argentina, sino del interior de la provincia, de pocos habitantes, en esa época era prácticamente campo, mis padres tenían la casa y estaba Foto: Toamada de Facebook/de Selva Almada Selva Almada irrumpió en la no ficción en 2014, con Chicas muertas, un libro de crónicas. Muchas veces leo que a los escritores les tortura escribir. La escritura para mí siempre es un lugar de mucho disfrute.” SELVA ALMADA ESCRITORA a la periferia del pueblo, en esa época mi infnacia estuvo muy relacionada con la naturaleza, con andar por ahí”. Los relatos de Almada contienen siempre esos días de la infancia, de los niños de campo que corren libremente y que comienzan a interrogarse por lo que sucede con los grandes, de los adultos, o quienes comienzan a volverse grandes, y su incapacidad para suprimir la melancolia, para sanar las heridas de una niñez en la pobreza, contemplativa. Siempre está también la muerte como una condición natural que se convierte en algo extraordinario, en un motivo para llorar, donde parece no pasar nada. “En esa época los chicos andábamos bastante solos, no estaban (los papás) tanto con el ojo encima como pueden estar ahora, así que fue TÍTULO: El desapego es una manera de querernos AUTOR: Selva Almada EDITORIAL: Random House, México, 2016, 294 pp. una infancia de mucho juego en los descampados. Tuve una infancia bastante varonera, rodeada de varones, recién cuando entré a la escuela comencé a tener amigas mujeres y me alejé un poco de los juegos más rudos y de las cosas que hacían los varones: subir a los árboles, pescar, cazar arañas”, dice la autora. La brevedad también parece natural en Almada. Dice que le gusta corregir mucho y siempre trata de “elegir muy bien lo que quiere contar”. Los más aventurados la comparan con Juan Rulfo. Para ella, el jalisiciense es un autor al que siempre hay que regresar, como sucede con Horacio Quiroga o Haroldo Conti. ¿Pero qué se necesita para escribir un buen relato?, se le pregunta. “No me inscribo en la tradición del cuento más clásico, de ese que tiene un desenlace sorpresivo; a mí me gusta más el relato abierto, que no necesariamente tiene que terminar con bombo y platillo, sino que simplemente termina y podría seguir quizás, con el que uno se queda con más preguntas que respuestas. Para mí lo importante de un relato es el clima, la atmósfera, aun cuando las situaciones pueden ser pequeñas e insignificantes”. GUANAJUATO Arranca hoy el Cervantino 44 EFE [email protected] Guanajuato se prepara para el arranque del Festival Internacional Cervantino (FIC), la gran fiesta en honor al Manco de Lepanto, cuya programación se viste de gala para conmemorar el 400 aniversario de la muerte del autor, con España como país invitado. Los teatros, auditorios y plazas de la capital de Guanajuato se convertirán, a partir de hoy y hasta el próximo 23 de octubre, en un hervidero cultural en el que convivirán disciplinas de lo más variadas que propondrán una revisión de la obra de Cervantes. Las cifras no dejan duda: con 700 actividades a cargo 38 PAÍSES participan en la programación del Cervantino. de tres mil 500 artistas de 38 países, esta 44 edición será la “mayor celebración del mundo” alrededor del nacido en Alcalá de Henares en 1547, como aseguró el director del festival, Jorge Volpi. Cervantes será ahora sacado a las calles de Guanajuato de la mano del Teatro de la Abadía (España) y el Teatro Universitario de la Universidad de Guanajuato, quienes representarán sus ocho entremeses, además de uno que se le atribuye. Las representaciones de la obra dramática del autor se completarán con Numancia, presentada por la Compañía Nacional de Teatro, y por sus comedias, incluidas en el proyecto Cervantes Off, que echará mano de géneros como el teatro físico, el clown o el cabaret. Otras producciones, como Las bodas de Cacho el Rico (Compañía Teatral del Norte) o Barataria, Estado de México, dirigida por Benjamín Cann, trasladarán el universo del Quijote al México contemporáneo, trazando paralelismos que pondrán en duda si lo que hay encima del escenario es la realidad o la ficción. Las líneas que escribió Cervantes sonarán a ópera, música de cámara y orquestal, jazz e incluso a rap. Con su Réquiem para Cervantes, el conjunto de música antigua La Grande Chapelle concederá al autor la música que habría merecido en su entierro.