Un apodo impuesto de niño

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EXCELSIOR
Domingo 2 de octubre DE 2016
AJEDREZ
Sam Loyd
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@Expresiones_Exc
ARTURO XICOTÉNCATL
Sunny South, 1885.
la jugada clave, imagine ahora la respuesta de
las negras y observará que sólo hay una jugada
que plantea una seria dificultad de dar el mate
al siguiente movimiento. ¿Ya la visualizó? Ahora
recuerde la sugerencia atribuida al patriarca
Mikhail Botvinnik: salte las piezas mentalmente
sin respetar las reglas del ajedrez.
Mate en dos movimientos.
De no existir la torre, las blancas pueden dar jaque
mate en una jugada Cf6++, Dh6++ y Dg8++. Pero la
torre existe. El monarca negro está prácticamente
asfixiado con el dogal que forman las piezas
blancas. Imagine que las blancas ya hicieron
La solución
Si la torre se mueve sobre la sexta fila el mate se
produce de inmediato con 1. Dg8++. Ante eso a
las negras sólo les resta hacer la mejor defensa
con Tg7. ¿Cómo dar mate en esta posición? Con
el Cf6 no, porque deja la casilla de escape h6.
Las blancas necesitan realizar una jugada de
tiempo con el fin de dar mate en la columna h.
Así la jugada clave es 1. Da8! si la torre se mueve a
cualesquier casilla de la sexta fila las blancas dan
mate con 2. Dg8++. Y si 1. ... Tg7 2. Dh1++. Regrese a
1. ... Tg7 ¡dónde y con qué pieza podrían las blancas
dar mate al rey negro? La única pieza que satisface
la pregunta es la dama en la columna h. (Saltando
da mate) ¿Cómo llegar? mediante 1. Da8.]
UNA ESPECIE DE CONSEIL DES ANCIENS
Renacen
Los Pergaminos
El grupo de intelectuales mexicanos fundado por Amado Nervo busca
un espacio para hablar, escuchar y entender la actualidad del país > 3
Fotos: Archivo Excélsior
ADELANTO PREMIO LIPP
Un apodo impuesto de niño
POR ROBERTO
BARDINI
[email protected]
Mi nombre es Bugnicourt
O’Hara, aunque casi nadie me
llama así. Solamente los que
escriben en el periódico Zulu
Times me nombran de esa
manera. Aún mantengo, a pesar de los años, el apodo que
me estamparon mis condiscípulos en la infancia: El Gato.
Fue en los primeros días
de clases, en un enorme edificio gris que se alzaba como
un castillo medieval, cuando alguien (creo que Mulligan, el fortachón) dijo que mi
pelo, a la luz del atardecer, tenía manchas amarillas y grises
como las manchas de algunos
gatos. Desde entonces soy El
Gato y he consumido más de
Publicamos un avance de la novela ganadora
del Premio Literario Lipp la Brasserie 2016
la mitad de mis siete vidas. He
tenido otros nombres, varios
apodos y muchas nacionalidades, todas falsas.
Por parte de madre desciendo de irlandeses católicos
originarios de Cork, frente al
Canal de San Jorge, al sur del
río Blackwater y al norte del
río Lee, los dos ríos más paralelos del mundo. Cork —me
contaba el abuelo William—
era la ciudad más importante
después de Dublín. Y Dublín,
explicaba el abuelo, fue fundada por piratas vikingos de
origen danés. Por tus venas
corre sangre bárbara, decía.
Nací en la Patagonia, en
lo que yo llamaba las praderas del granfata Will, porque
durante muchos años creí que
esa inmensidad que se extendía a partir del río Colorado,
entre el Atlántico y la cordillera
de los Andes, era de mi abuelo
William. Y también creía que
en sus dominios —como en
los de Carlos V, rey de España
y emperador de Nápoles y Sicilia— nunca se ponía el sol.
Bugnicourt es el apellido de mi padre, y a mi padre
casi no lo recuerdo. O’Hara es
el de mi madre —a la que recuerdo un poco más— y es el
que decidí usar cuando cumplí veinticinco años. Estrené el
apellido después de recibir mi
brevet de piloto civil.
Todavía conservo un pasaporte argentino de tapas
azules y gastadas. Es un pasaporte vencido, deteriorado,
lleno de sellos de entrada y
salida hacia ninguna parte. La
cara del muchacho que está en
la fotografía aún no tiene cicatriz en la mejilla, ni arrugas alrededor de los ojos, ni el pelo
ceniciento. No tiene ni siquiera
mirada de gato y, a juzgar por
esa mirada, pareciera que es
un tipo que espera algo de la
vida. El tiempo, como siempre, se encargó de colocar las
cosas en su lugar. Y a mí me
colocó en Belice, la ex Honduras Británica, un país de mentira, un país que no existe.
Soy –o quizás deba decir fui– aviador. En Argentina,
hace años, trabajé como taxi
aéreo y fumigador de campos;
después, viví desterrado en
Paraguay y llevé contrabando,
TÍTULO:
Un Gato
en el Caribe
AUTOR:
Roberto Bardini
EDITORIAL:
Resistencia
/LIPP,
México, 2016.
PRESENTACIÓN
10 de oct., 18 hrs, restaurant LIPP la Brasserie
(Polanco). Comentan:
Xavier Velasco, Josefina
Larragoiti y el autor.
armas y fugitivos a un lado
y otro de la frontera. Mucho
tiempo más tarde, en América
Central, a bordo de un Cessna
310, fui piloto privado de ciertos empresarios. También
transporté mercaderías por
encargo de otros; luego, por
mi propia cuenta, nuevamente
contrabando, armas y fugitivos.
Entre mayo y julio de 1979
participé en la insurrección
contra el dictador Somoza en
Nicaragua. En tres ocasiones
volé a baja altura un Cessna
182 en el Frente Sur, cerca
de la frontera de Costa Rica,
mientras un muchacho —Joaquín, que ahora debe ser comandante— arrojaba bombas
caseras sobre destacamentos de la Guardia Nacional
somocista. Con Joaquín, a
quien bauticé Joe Zonda, habíamos inventado un sistema
de bombardeo precario pero
efectivo. Fijábamos las bombas —bidones de gasolina de
doscientos litros cada uno—
en los extremos de las alas y
las dejábamos caer.
2:
EXPRESIONES
Domingo 2 de octubre DE 2016 : EXCELSIOR
El búho
RENÉ AVILÉS
FABILA
TRES
PARA LLEVAR
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1.
El suicidio como gran tema literario
La mañana del 19 de septiembre de 1974 en las
afueras de Buenos Aires se perpetró el secuestro
más caudaloso de toda la historia. Los hermanos
Jorge y Juan Born —gerentes y herederos de Bunge
y Born, el principal consorcio económico de Argentina— salieron de su casa, en un exclusivo barrio,
como cualquier otro día: escoltados por guardias de seguridad
y siguiendo la ruta de siempre para llegar a su trabajo. Nunca
imaginaron que el grupo guerrillero los Montoneros, compuesto
por veinteañeros, tenía preparada una coartada para hacerlos
cautivos. En menos de cinco minutos, completaron un operativo
que implicó el cierre de calles y la desviación de vehículos y un
aparatoso choque que culminó con el secuestro de los millonarios,
quienes permanecerían nueve meses cautivos. El rescate acabó
siendo de 60 millones de dólares, la suma más grande pagada hasta ahora por un secuestro y
destapó una serie de intrigas políticas y económicas que cimbraron Argentina. Cuarenta años
después, la historia es contada por la periodista María O’Donnell en una suerte de híbrido que
mezcla la crónica, el documento y el testimonio. Su libro devuelve por primera vez la voz a
Jorge Born, quien habla después de años de silencio.
¿Por qué temerle si es algo natural, como el nacimiento,
o quizá pueda ser la respuesta sensata a una vida atribulada?
C
uando en 1994 apareció mi novela Réquiem por un suicida,
finalista del Premio Planeta,
editada en Madrid, se la envié
a un amigo, que conocí en Chile, el crítico literario John Hassett. Me escribió diciéndome que la leyó con placer, que
el tema era inquietante. Con cierta rapidez la
obra llegó a cuatro ediciones y una de bolsillo.
La crisis económica le puso fin a las buenas
ventas. Su precio subió hasta valer una pequeña fortuna en esa época. En México la retomó
Nueva Imagen, hoy desaparecida, y la incluyó en la serie de mis Obras completas, que
se esfumó al comprarla la empresa Larousse, pues no le interesaban, dijo, las obras de
literatos. Salimos, entre otros, José Agustín,
Óscar de la Borbolla, Beatriz Escalante y
muchos más. Hoy está en el mundo digital,
en la Editorial Ink.
Hasta ese momento no había tenido problemas para editar. El Fondo de Cultura Económica, cuando el director era Miguel de
la Madrid, publicó mi quinto libro en esa
empresa: Cuentos de hadas amorosas en la
serie Letras Mexicanas, donde apareció mi
primer volumen de relatos: Hacia el fin del
mundo, junto a El ala del tigre, de mi admirado amigo y maestro Rubén Bonifaz Nuño.
Coincidiendo, cumplí veinticinco años como
autor del Fondo, la empresa mandó imprimir un cartel con trabajos de Cuevas y organizó una mesa redonda como homenaje,
acompañado por Cristina Pacheco, José
Luis Cuevas, Griselda Álvarez y el fundador
de la Sogem, José María Fernández Unsaín.
Pero hablaba yo de la muerte voluntaria
como tema literario. En las primeras semanas, Réquiem por un suicida ocupó en México uno de los primeros lugares de ventas, en
mi haber, modesta hazaña que sólo he logrado en 1971 con El gran solitario de Palacio.
En esos días me tocó dar varias lecturas, entre ellas, una en el Club de Industriales, otra
más en la delegación Iztacalco. En el primer
sitio, una señora dedicada a los negocios se
acercó y me dijo, mostrándome un ejemplar
de la novela: “No sabe usted el alivio que me
trajo su libro. Mi hija se suicidó y en su novela encontré palabras de amor para la muerte. No debe ser tan terrible si alguien puede
enamorarse de ella”. Mientras aquella mujer
atribulada hablaba, yo estaba sorprendido
de que la literatura sirviera de consuelo. En
efecto, yo no trato mal a la muerte, hablo de
sus discutibles virtudes y, al contrario de la
mayoría, escribo de la belleza que puede significar la muerte, en particular la voluntaria
(asistida o no), si existen razones poderosas,
enfermedades terminales, por ejemplo.
En Iztacalco, un público afectuoso me recibió. Durante las preguntas y respuestas, una
mujer joven me preguntó, en clara alusión a
Réquiem, si yo amaba o le temía a la muerte.
Le dije con absoluta sinceridad que le temía y
la detestaba. A mí, como a mi amigo el poeta
Marco Antonio Montes de Oca, me gustaría morir sólo por diez minutos. Al final de la
plática, la mujer insistió en el tema: ‘’Amo la
muerte”. Y eso me dejó pensativo. Mi intención no es invitar a nadie al suicidio. Trato,
eso sí, de mostrar a un personaje complejo,
sensible y capaz de enamorarse de la muerte
a pesar de tener éxito y carecer de males físicos y mentales. ¿Por qué temerle si es algo
natural, como el nacimiento, o quizá pueda
ser la respuesta sensata a una vida atribulada? Hay una infinidad de escritores que le
han dedicado palabras afectuosas o de artistas que han recurrido a ella con cierto placer
probablemente morboso. Roland Barthes,
en su libro Fragmentos de un discurso amoroso, nos recuerda que el desvelo amoroso
fatiga tanto o más que el causado por el trabajo. Werther, el más célebre de los suicidas,
el gran personaje de Goethe, padecía ese
tremendo insomnio que causa un mal amor.
Cuando decide matarse, se acuesta y duerme
plácidamente. A decir verdad, jamás he pensado en el suicidio ni deseo estimularlo (no
podría soportar en mi conciencia el peso de
una muerte). Al escribir Réquiem vi las cosas
de modo diferente. Mi deseo era considerar
al suicida no como una pérdida irremediable,
sino como el encuentro afortunado de alguien que detesta la vida y sus vulgaridades.
Ello sin el alivio de la religión y con la certeza de que cualquier cosa es superior a una
existencia patética. A diferencia de Dante, mi
propósito no era causar el desánimo entre los
pecadores, sino mostrarles una estética de la
muerte. Hasta para morir se necesita estilo.
Imposible olvidar a un personaje de Borges
que usé en mi novela, cuchillero: a la hora de
agonizar no acepta que le vean en la cara los
gestos de dolor y pide que se la cubran. No
existe razón para detestar algo tan común
como la muerte y si ésta llega de modo voluntario, como modesta victoria de la libertad, el
respeto debe ser total: antes hubo una abierta
lucha entre el instinto de supervivencia, los valores sociales y religiosos y la inteligencia.
——Luis Carlos Sánchez
TÍTULO: El secuestro de los Born
AUTOR: María O’Donnell
EDITORIAL: Debate, México, 2016; 366 pp.
2.
“Los acontecimientos más importantes de
la vida no se planifican, sino que nos sobrevienen. Inesperado es el día en el que
brota una amistad o un amor; inesperada
la hora en la que un ser amado abandona
este mundo; inesperado el suceso que nos
cambia la vida para siempre”. Las reflexiones que dan forma a
este libro no podían ser más pertinentes ahora, pues llevan en
su interior el germen de la humanidad (o, al menos, el horizonte
ideal al que aspira lo humano... demasiado humano). Buscan,
a pesar de encontrarse algo anestesiados en este momento,
resaltar, a través del diálogo, los atributos de excelencia de lo
que Thomas Mann (al que se le rinde homenaje de muchas
maneras en esta obra) llamaba: Adel des Geistes o “nobleza de
espíritu”. Rob Riemen (Países Bajos, 1962), ensayista, fundador y presidente del Nexus Institute,
publicó originalmente esta defensa de los valores humanísticos clásicos en 2009 como una
extensión en la órbita de los propósitos que el foro internacional que preside intenta fomentar
en debates filosóficos y culturales. Esta reivindicación que apunta a antiguos logros se vuelve
sustancial para la supervivencia. ¡Estas cosas que las grandes empresas suelen arrojar al olvido!
——Mario Palomera Torres
TÍTULO: Nobleza de espíritu
AUTOR: Rob Riemen PRÓLOGO: George Steiner
No existe razón para
detestar algo tan
común como la muerte.
EDITORIAL: Taurus, col. Pensamiento, México, 2016; 192 pp.
3.
En la literatura mexicana no hay paragón con la narrativa de Francisco Tario.
Destacado sobre todo por sus eficaces y
extraños cuentos, también se le puede reconocer por ser un extraordinario novelista y dramaturgo. El descubrimiento de la
obra de Tario, en cambio, sí guarda semejanza con el hallazgo
de los libros de un escritor siempre extranjero, Wiltold Gombrowicz, y en ambos casos es tardío. Conocida por un grupo
de lectores muy reducido, la figura del autor de Aquí abajo
permaneció por mucho tiempo desconocida, a pesar de los
sesudos textos que le dedicaron autores como José Luis Martínez y Alí Chumacero. Con la presente obra reunida, trabajo de
Alejandro Toledo, es posible experimentar una nueva textura
de la literatura fantástica y la promesa de un mundo extraño y fascinante del universo Tario.
Para redactar tal novela me vi obligado
a leer una infinita bibliografía y a investigar entre suicidas fallidos y personas que
habían perdido a un ser querido que optó
por ese acto de libertad (la expresión es de
Albert Camus). Comencé con El suicidio de
Durkheim, que prueba, entre otras cosas,
que son los cuerdos y no los locos quienes se
matan. En novelas, cuentos y poemas, en la
prensa, hallé no cientos, sino miles de suicidas y descubrí que las razones para ello son
excesivas y condenadas por las religiones y
la sociedad: desde una profunda depresión
causada por el fracaso amoroso hasta por la
feroz amenaza de una deuda. La mejor la hallé en Kafka: uno de sus personajes se deja
morir de hambre en un circo por una simple
razón: no le gustaba comer. Mi personaje,
aunque triunfador, detestaba vivir.
——Alberto Medrano
TÍTULO: Obras completas II. Novela, teatro y textos no coleccionados
AUTOR: Francisco Tario EDICIÓN Y PRÓLOGO: Alejandro Toledo
EDITORIAL: FCE, México, 2016; 722 pp.
—— www.reneavilesfabila.com.mx
EL RADAR EXPRESIONES
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RECOMENDACIONES
EFEMÉRIDES
El libro
Graham Greene, escritor británico
Einstein (1879-1995) encarna como pocos el potencial
de la ciencia para redefinir nuestra visión del mundo.
ARQUEOLOGÍA
Un día como hoy,
pero de 1904, nació
el novelista británico
Graham Greene, de
quien destacan las obras
Historia de una cobardía,
El nombre de la acción,
Rumor al caer la noche,
El tren de Estambul y
El ministerio del miedo.
Murió el 3 de abril de 1991.
Tlaltecuhtli, a una década
Hoy cumple
ANNIE LEIBOVITZ
FOTÓGRAFA ESTADUNIDENSE / 67 AÑOS
Es conocida por sus retratos a celebridades;
practica fotografía documental y de paisajes.
CELEBRIDAD EN SÍ MISMA
Expuso en la Galería Nacional
de Retratos de Washington
D. C. En 2013 obtuvo el Premio
Príncipe de Asturias.
TÍTULO: La teoría de la relatividad.
El espacio es una cuestión de tiempo
EDITORIAL: National Geographic, 2016; 175 pp.
Víctor Manuel Torres
Coordinador
Edgar Hernández
Editor
Paola Rodríguez
Coeditora Visual
Para conmemorar los
10 años del hallazgo del
monolito de la deidad
mexica Tlaltecuhtli, el
INAH invita al público
a participar en las actividades que se tienen
programadas para hoy,
8 y 15 de octubre en el
Museo del Templo Mayor. La colosal escultura
fue descubierta el 2 de
octubre de 2006 por un
equipo del Programa
Mario Palomera
Diseño
de Arqueología Urbana
del INAH, tras haber estado sepultada por más
de 500 años. El monolito, que mide 4.17 x 3.62
metros, con aproximadamente 40 centímetros de espesor y con
un peso de casi 12 toneladas, fue descubierta en la intersección de
las calles Argentina y
Guatemala, en el Centro Histórico. (Notimex)
EXCELSIOR : Domingo 2 de octubre DE 2016
EXPRESIONES
TERTULIA INTELECTUAL
:3
LOS PERGAMINOS
Foto: Archivo Excélsior
DE ARCHIVO. Una imagen de 1953 donde aparece el grupo que revivió las tertulias; aparecen en la casa de Manuel Horta donde volvieron a reunirse y donde fueron bautizados.
POR ANDRÉS BECERRIL
[email protected]
L
os Pergaminos es
un grupo legendario de intelectuales mexicanos
que desde hace
decenios se han reunido para
analizar el momento político,
económico, social o artístico del país. Lo habían hecho
en absoluta discreción, sin
ningún fin específico, y en su
resurgimiento ahora buscan
espacio y ser una especie de
Conseil des Anciens.
“El objetivo principal de
Los Pergaminos es el que los
seres humanos persiguen en
las épocas convulsas de las
sociedades y de las naciones: tener un espacio para
hablar, para escuchar, y para
entender, sobre todo cuando son épocas en las que casi
todos, no hablamos o no escuchamos o no entendemos”, dijo José Elías Romero
Apis, vicepresidente de la recientemente constituida asociación civil La Cofradía de
Los Pergaminos.
El origen de Los Pergaminos es anterior a la Revolución
de 1910. Amado Nervo, entonces un poeta consagrado hizo
amistad con el médico Ignacio Fernández Ortigoza y su
esposa, la pianista Piedad Esperón, padres del entonces
niño Ignacio Fernández Esperón, que la historia de México
recuerda como Tata Nacho.
En casa de los Fernández
Esperón se organizaron las
primeras tertulias intelectuales del grupo que entonces
no tenía nombre. También
llegaba Luis G. Urbina, Ángel
del Campo Micrós, el poeta
Rubén M. Campos y músicos
famosos de la época.
En 1912, Francisco I. Madero era presidente de México
y Ernesto García “El Chango”
Cabral, era un joven caricaturista que colaboraba en El
Ahuizote y Multicolor Semanario Humorístico Ilustrado.
Aunque solía pintar artistas de
la zarzuela y el teatro, también
se había especializado en ridiculizar a Madero.
Cuenta la historia que Madero “becó” a “El Chango”
para que siguiera sus estudios
en París y así quitarse de encima a un severo crítico. En
ese destierro, el caricaturista
conoció a artistas como Diego
Rivera y Gerardo Murillo, Dr.
Atl. Pero de quien García Cabral quedó prendado en París
fue de Isidro Fabela y Amado
Una cofradía
que no envejece
Siguiendo
una tradición
de más de
100 años,
un grupo de
intelectuales
se reúne
regularmente
para discutir
los temas
de interés
nacional
Nervo con quienes tuvo una
amistad a prueba de todo;
al último incluso, le llamaba
“hermano”.
Signo inequívoco de esa
amistad es el apunte que “El
Chango” hizo sobre el poeta
–el 19 de julio de 1916 cuando
ya había dejado París y ambos estaban en Madrid– con
la siguiente dedicatoria: “a
don Amado Nervo, con todo
mi cariño y admiración”. Dos
años después, un apunte similar del perfil izquierdo de
Nervo se publicó en Revista de
Revistas.
Para 1917 García Cabral viajo con Nervo a Buenos Aires, en
donde sustituyó a Isidro Fabela
como ministro plenipotenciario en Argentina y Uruguay.
El 24 de mayo de 1919, el
poeta murió en Uruguay a los
48 años de edad y apenas el
1 de junio siguiente, García
Cabral publicó en el número 474 de Revista de Revistas
una sentida pieza dedicada a
su “hermano”. En ella dibujó
a una mujer vestida de blanco, de cabello largo y negro,
doblada de dolor y al pie la
leyenda: “edición dedicada a
Amado Nervo”.
En octubre de 1919 llegaron
al puerto de Veracruz los restos del poeta y García Cabral
coincidió con otro entrañable amigo de Nervo, Manuel
Horta, reportero de El Heraldo de México, un intelectual
que había sido estudiante en
San Carlos y que ya había publicado dos libros, Vitrales de
capilla y Estampas de antaño.
En el puerto, los dos terminaron hermanados por la
bohemia y la admiración al
amigo muerto. Ahí se comprometieron a reunirse al menos
una vez al mes.
García Cabral era ya estrella en Excélsior cuando Horta llegó a esta casa editorial.
Los trabajos del artista brillaban en las portadas de Jueves
de Excélsior, primero, y luego
en Revista de Revistas, publicaciones que a la postre dirigió Horta, la primera de 1925
a 1929 y la segunda de 1929 a
1982, un año antes de morir.
Aunque las reuniones comprometidas en Veracruz no
fueron tan periódicas al principio, ni tenían una sede única,
los dos se veían frecuentemente y poco a poco fueron
invitando a otros amigos. Pero
fue a partir de 1953 cuando
Horta comenzó a convocar a
sus amigos en su propia casa.
En el grupo estaba Tata
Nacho, que entonces tenía
59 años pero que desde niño
había esistido a las reuniones
de los amigos intelectuales de
sus padres. El compositor de
La Borrachita, se convirtió así
en el gozne de la tradición que
empezaron Los Pergaminos.
Un buen día, la esposa de
Manuel Horta, María Antonieta Zornoza Laborda (a quien
no le gustaban mucho las reuniones de su marido en casa)
anunció con jiribilla: ‘Manuel, ya llegaron tus amigos
Los Pergaminos’. La deducción que hizo el grupo entrado en años sobre el porqué
les dio ese apelativo, fue precisamente por su edad. Ella
los veía viejos. Con el tiempo, la señora Zornoza se reunía también con ellos, según
una imagen del archivo de
Excélsior.
Esa tradición que inició
Amado Nervo en la casa paterna de Tata Nacho empezó
desde hace medio siglo a recuperar el esplendor de los
intelectuales de antaño, que
quedaron bautizados como
Los Pergaminos.
José Elías Romero Apis,
abogado constitucionalista,
recuerda que el grupo, heredero de la tradición que impuso Nervo, estaba integrado
por diez personajes: García
Cabral, Raúl y Manuel Horta,
Mario Moreno Cantinflas, Jesús Palacios, Best Maugard,
Adolfo Fernández Bustamante, Pedro Vargas, Jesús Palacios y Mario Talavera.
“Han sido muchos los
hombres famosos que han
estado en el grupo y se han
ido renovando generacionalmente; así llegamos a nuestros tiempos donde el grupo
ha tenido un resurgimiento vital. Lo integran artistas
como Lorenzo Rafael, médicos como Fernando Chico
y Ulises Casab, arquitectos
como Javier Ramírez Campuzano, filósofos como Alejandro González Acosta, editores
como Miguel Ángel Porrúa y
abogados y políticos como
Augusto Gómez Villanueva,
Luis Maldonado, Juan Carlos Sánchez Magallán, y Raúl
González Pérez”, cuenta.
Recientemente al grupo
le dieron una configuración
institucional y jurídica como
Asociación Civil con el nombre de La Cofradía Los Pergaminos. La preside Lorenzo
Rafael Gómez Bustamante,
Más de
6 MIL GANADORES
por sorteo
¡Para ganar, hay que jugar!
El objetivo principal de Los
Pergaminos es el que los
seres humanos persiguen en
las épocas convulsas de las
sociedades y de las naciones:
tener un espacio para hablar, para
escuchar, y para entender, sobre
todo cuando son épocas en las
que casi todos, no hablamos o no
escuchamos o no entendemos”.
JOSÉ ELÍAS ROMERO APIS
ABOGADO
el vicepresidente es Romero Apis, el secretario general, Luis Maldonado y en
la directiva están Eduardo
Carpizo McGregor, Sánchez
Magallán, González Acosta y el sacerdote jesuita Luis
Barrera.
En el 2001, Raúl Horta
presentó un libro para recordar a los continuadores
de la tradición de Nervo. En
el ejemplar se pueden ver las
fotos de distintos personajes
que en la segunda mitad del
siglo XX fueron Pergaminos.
Ahí están los testimonio de Andrés Henestrosa,
el matador Silverio Pérez, el
publicista Eulalio Ferrer y de
Gilberto Figueroa, el legendario gerente de la cooperativa Excélsior, entre muchos
otros.
Apis subrayó que Los
Pergaminos es un grupo de
intelectuales que no necesariamente busca tener una
misma voz, pues “prácticamente todos tienen una resonante voz propia en sus
especialidades, la pintura, la
escultura, las letras, la oratoria; todos tiene su propia tribuna y auditorio, pero creo
que esto y su carácter pluridisciplinario hace que siempre nos llevemos algo nuevo
en cada reunión”.
“Por ejemplo si se toca
algún tema que incide con
lo teológico, tenemos ahí
teólogos y filósofos que nos
pueden explicar algo que
quizá nos costaría trabajo
entenderlo; si el problema
es del orden jurídico, constitucional, hay abogados que
podemos darnos unos minutos para explicarlo”.
Los Pergaminos es un
grupo que comparte sus
puntos de vista y aunque se
llama La Cofradía, dijo Apis,
sus reuniones no son clandestinas ni conspiratorias.
“Se llama cofradía por darle un sentido amistoso, no
es una secta, pero tampoco
nos reunimos para fiestas”.
En todo caso, puntualiza su
presidente Lorenzo Rafael,
somos una especia de Consejo de Ancianos.
4:
EXPRESIONES
Café París
EDUARDO
GARCÍA A.
[email protected]
Reivindicación
de los clásicos
En la carrera de caballos de la narrativa se
ve a todo tipo de competidores avorazados.
L
os grandes autores clásicos de los siglos pasados siguen siendo tan actuales, ricos, libres, variados, rebeldes y juguetones, que su lectura es
no sólo un placer sin parangón, sino un ejemplo
para todos nosotros los escribidores en esta época de proliferación novelística y escritural sin precedentes.
Volver a Dostoievski, Stendhal, Sterne, Melville, Kafka,
Roth, Musil, Mann y Broch, entre otros muchos, es una
delicia que nos confirma la alegría de ser antes que todo
lectores, de saber que en las bibliotecas tenemos ventanas
variadas y amplias con vista hacia la vida y la muerte de todos los siglos, hacia el auge y la caída de las civilizaciones,
en escenarios y paisajes cambiantes y fascinantes.
Hasta finales del siglo XX los escritores de novelas eran
por lo regular escasos, muchos de ellos autores de pocas
novelas, pero con el advenimiento de la informática y la facilidad que otorga a los escribidores aficionados para manipular e incluso corregir sus manuscritos, centenares, tal vez
miles de personas quieren probar suerte en el género.
A esto se agrega el hecho de que después del éxito mundial del Nobel colombiano García Márquez o de la gloria y
fama de otros latinoamericanos del boom, muchos creen de
manera ingenua en que escribiendo novelas pueden lograr
rápida fama, dinero y poder, lo que lleva a que muchos poetas terminen volviéndose novelistas que entran a competir
en la carrera hípica en que se ha convertido el ejercicio literario en América Latina y el mundo.
Ahora, además de los poetas, quieren convertirse en novelistas reinas de belleza, periodistas, futbolistas, militares,
peluqueros, mafiosos y todo aquel que cuente con una computadora y un buen corrector ortográfico, y por ende cada
año aumenta la lista de novedades y la cantidad de manuscritos que circulan en concursos y antesalas de las editoriales. La facilidad con que se pueden hacer autoediciones (en
papel o virtuales) que circulan en la red, hace que la profesión sea ya geométrica en el ámbito de la lengua castellana,
compuesto por unos 500 millones de hispanohablantes.
Como la novela es ahora más que nunca una industria y
el autor un producto que debe promocionarse, en la carrera
de caballos de la narrativa se ve a todo tipo de competidores
avorazados en una guerra sin fin a la caza de premios, promociones y pasarelas en la feria de vanidades, sin la cual la
obra no existe o no circula. Cada autor novel en Colombia es
lanzado siempre por los comerciantes de la edición como el
sucesor de García Márquez y así podemos ver en la actualidad a decenas de herederos patentados del Nobel recorriendo las ferias de libros de ciudad en ciudad, poniendo pecho
orondos como si estuvieran ya a punto de obtener la gloria infinita del dicharachero y bigotón autor oriundo de Aracataca.
El silencio del sabio y la soledad del retiro están prohibidos. El autor debe estar
aquí y allá mostrándose en La novela es
presentaciones, hablando
y opinando de esto o de ahora más
aquello, futbol, moda, polí- que nunca
tica, culinaria. Sin descanso
debe estar el escritor fren- una industria.
te a la pantalla para que lo
vean y debe sonar cada día, semana, mes, año, para existir en esa pasarela de la moda donde surgen y desaparecen
nombres como vilanos al aire.
Todos ellos viven en el delirio total, la megalomanía, la
hipomanía, sin saber que la gloria de ese Nobel de Aracataca será irrepetible y que la proliferación novelística en el
ámbito castellano ha devaluado para siempre el género, en
una fenomenal implosión que proyecta una inmensa polvareda de historias banales y artificiales.
Nada que ver con ese antiguo mundo de los novelistas escasos de otros tiempos, cuando los autores eran titanes perseguidos, triunfantes y fracasados a la vez, mártires míticos
que realizaban sus grandes obras con paciencia en largos
periplos humanos en los que la vida y la obra hacían bloque con la historia. Tal fue el caso de figuras como Tolstoi,
Hugo, Balzac, Flaubert, Dickens, Twain, Mann, Faulkner,
Hemingway o los grandes novelistas austrohúngaros, autores de novelas enormes y a veces ilegibles por las que daban la vida como sísifos cargando la gigantesca esfera.
Los grandes autores clásicos de otros tiempos solían vivir
largas travesías del desierto, extensos exilios y a veces eran
tocados por la locura o la enfermedad como Hölderlin,
Nietzsche y Virginia Woolf y trasegaban su genio en altos
sanatorios alpinos o infames y húmedos puertos o villorrios
perdidos que figuran en las obras de ese otro gran fracasado
latinoamericano que fue Juan Carlos Onetti.
La gloria y la posteridad en muchos de esos casos se dio
mucho tiempo después de muertos, cuando la historia y la
vida, la sucesión de desastres, el entreveramiento de catástrofes y guerras añejó obras que fueron escritas en la soledad y
el silencio en décadas sombrías o luminosas de vida y verdad.
Nada de eso ocurre ahora. Los autores en esta era de velocidad frenética y de codicia desenfrenada por el éxito quieren la fama y la gloria ya y para lograrlo están dispuestos a
correr a toda prisa, a publicar borradores que ni siquiera han
dejado descansar un tiempo en las gavetas de sus escritorios.
El oficio de leer y pensar en silencio, el arte de vivir la vida
como una experiencia larga, fecunda y valiosa, el talento de
saber esperar con paciencia, calibrar y experimentar por medio
de la observación parecen sumergidos ahora en esa búsqueda
angustiosa de notabilidad y en la obligación de estar conectados todo el tiempo con la actualidad sin mirar atrás ni adelante.
Por eso leer a los clásicos de todos los tiempos es una
imperiosa necesidad que nos muestra que todo ya fue dicho mil veces por otros grandes autores que desde Homero
hasta Virgilio y desde Horacio hasta Dante, Cervantes o
Chateaubriand trasegaron largas vidas que no fueron nada
fáciles y estuvieron llenas de silencios e intensas respiraciones frente al esplendor de la naturaleza y el cosmos.
Domingo 2 de octubre DE 2016 : EXCELSIOR
SELVA ALMADA
Escribir no es
martirizante
La narradora argentina charló con Excélsior acerca de la aparición de su
selección de narraciones cortas El desapego es una manera de querernos
POR LUIS CARLOS
SÁNCHEZ
[email protected]
Antes que un suplicio, escribir es para Selva Almada (Entre Ríos, Argentina, 1973) un
gozo. “Muchas veces leo, y
es un lugar bastante común,
que los escritores digan que
les tortura escribir, que es una
angustia, por supuesto hay
momentos de incomodidad
y siempre digo que lo mejor
que me puede pasar como escritora es sentirme incómoda
escribiendo, pero la escritura
para mí siempre es un lugar
de mucho disfrute y de mucha
felicidad”, cuenta.
Selva comenzó tarde en
la escritura y si bien ya era
una lectora apasionada, jamás pensó dedicar su vida a
escribir. “No era que cuando
estuviera chica escribiera o
ya supiera que quería ser escritora; escribía cuando me lo
mandaban en la escuela, y las
maestras decían que lo hacía
bien pero no era algo que me
interesara en el sentido de que
quisiera ser escritora”, dice.
Pero desde la aparición de su
novela El viento que arrasa
(2012) se convirtió en una autora a la que nadie ignora en
Argentina.
A México acaba de llegar y
lo hace con una selección de
narraciones cortas titulada El
desapego es una manera de
querernos (Random House,
2016). En el libro se reúnen
Niños, que apareció como un
solo título en 2005; Chicas
lindas, En familia e Intemec,
todos compuestos de pequeñas narraciones que conforman un sólo cuento; así como
una colección de Relatos dispersos, escritos en diferentes
momentos desde 2005 hasta
2014.
En todos está el ritmo de
la provincia argentina, aunque ella dice que creció en
“la provincia de la provincia”.
Almada nació en un pueblito llamado Villa Elisa que
le marcó para siempre: “Ahí
nací y viví hasta el fin de la
adolescencia, quizás los 17
años, era un pueblo muy chiquito del interior, no sólo de
Argentina, sino del interior
de la provincia, de pocos habitantes, en esa época era
prácticamente campo, mis
padres tenían la casa y estaba
Foto: Toamada de Facebook/de Selva Almada
Selva Almada irrumpió en la no ficción en 2014, con Chicas muertas, un libro de crónicas.
Muchas veces leo que a los escritores
les tortura escribir. La escritura para mí
siempre es un lugar de mucho disfrute.”
SELVA ALMADA
ESCRITORA
a la periferia del pueblo, en
esa época mi infnacia estuvo
muy relacionada con la naturaleza, con andar por ahí”.
Los relatos de Almada
contienen siempre esos días
de la infancia, de los niños de
campo que corren libremente y que comienzan a interrogarse por lo que sucede con
los grandes, de los adultos, o
quienes comienzan a volverse grandes, y su incapacidad
para suprimir la melancolia,
para sanar las heridas de una
niñez en la pobreza, contemplativa. Siempre está también
la muerte como una condición natural que se convierte
en algo extraordinario, en un
motivo para llorar, donde parece no pasar nada.
“En esa época los chicos
andábamos bastante solos,
no estaban (los papás) tanto
con el ojo encima como pueden estar ahora, así que fue
TÍTULO:
El desapego es una
manera de querernos
AUTOR:
Selva Almada
EDITORIAL:
Random House,
México, 2016, 294 pp.
una infancia de mucho juego en los descampados. Tuve
una infancia bastante varonera, rodeada de varones, recién cuando entré a la escuela
comencé a tener amigas mujeres y me alejé un poco de
los juegos más rudos y de las
cosas que hacían los varones:
subir a los árboles, pescar, cazar arañas”, dice la autora.
La brevedad también parece natural en Almada. Dice
que le gusta corregir mucho y
siempre trata de “elegir muy
bien lo que quiere contar”. Los
más aventurados la comparan con Juan Rulfo. Para ella,
el jalisiciense es un autor al
que siempre hay que regresar, como sucede con Horacio
Quiroga o Haroldo Conti.
¿Pero qué se necesita para
escribir un buen relato?, se
le pregunta. “No me inscribo en la tradición del cuento
más clásico, de ese que tiene
un desenlace sorpresivo; a mí
me gusta más el relato abierto,
que no necesariamente tiene
que terminar con bombo y
platillo, sino que simplemente termina y podría seguir quizás, con el que uno se queda
con más preguntas que respuestas. Para mí lo importante de un relato es el clima, la
atmósfera, aun cuando las situaciones pueden ser pequeñas e insignificantes”.
GUANAJUATO
Arranca hoy el Cervantino 44
EFE
[email protected]
Guanajuato se prepara para
el arranque del Festival Internacional Cervantino (FIC), la
gran fiesta en honor al Manco
de Lepanto, cuya programación se viste de gala para conmemorar el 400 aniversario
de la muerte del autor, con España como país invitado.
Los teatros, auditorios y
plazas de la capital de Guanajuato se convertirán, a partir
de hoy y hasta el próximo 23
de octubre, en un hervidero
cultural en el que convivirán
disciplinas de lo más variadas
que propondrán una revisión
de la obra de Cervantes.
Las cifras no dejan duda:
con 700 actividades a cargo
38
PAÍSES
participan en la
programación
del Cervantino.
de tres mil 500 artistas de 38
países, esta 44 edición será la
“mayor celebración del mundo” alrededor del nacido en
Alcalá de Henares en 1547,
como aseguró el director del
festival, Jorge Volpi.
Cervantes será ahora sacado a las calles de Guanajuato de la mano del Teatro de
la Abadía (España) y el Teatro
Universitario de la Universidad de Guanajuato, quienes
representarán sus ocho entremeses, además de uno que
se le atribuye. Las representaciones de la obra dramática
del autor se completarán con
Numancia, presentada por la
Compañía Nacional de Teatro,
y por sus comedias, incluidas
en el proyecto Cervantes Off,
que echará mano de géneros
como el teatro físico, el clown
o el cabaret.
Otras producciones, como
Las bodas de Cacho el Rico
(Compañía Teatral del Norte)
o Barataria, Estado de México, dirigida por Benjamín
Cann, trasladarán el universo
del Quijote al México contemporáneo, trazando paralelismos que pondrán en duda si
lo que hay encima del escenario es la realidad o la ficción.
Las líneas que escribió
Cervantes sonarán a ópera,
música de cámara y orquestal, jazz e incluso a rap.
Con su Réquiem para Cervantes, el conjunto de música
antigua La Grande Chapelle
concederá al autor la música que habría merecido en su
entierro.
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