La Revolución

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Escuelas Ideológicas
MATERIALISMO
HISTORICO
CURSO MEDIO
- Cuadernillo Nº 6: La Revolución -
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MATERIALISMO HISTORICO N. 6
La revolución
La sustitución de una formación socioeconómica por otra siempre constituye un profundo
cambio cualitativo que revoluciona todos los aspectos de la vida social y ante todo su base y
superestructura. Tales saltos en el desarrollo social se denominan revolución social. El
materialismo histórico tiene dentro de su contenido de estudio investigar y demostrar
científicamente la esencia de la revolución social, su papel en la historia y las leyes que rigen su
surgimiento y desarrollo.
El conocimiento de la teoría de la revolución social constituye una condición indispensable
para la actividad del partido revolucionario de la clase obrera.
1 – La revolución social como sustitución regular de las formaciones socioeconómicas
En la historia de la sociedad hay períodos de desarrollo paulatinos, graduales y períodos
de transformaciones radical-revolucionarios, de ruptura brusca de toda la esfera económica,
política y social. Precisamente, la revolución social es la transformación radical del régimen social,
a través de la cual se realiza la sustitución de una formación socioeconómica por otra.
En el período que media entre el siglo XVI y el XVIII, el régimen social europeo
experimentó cambios revolucionarios, donde el capitalismo, en su etapa revolucionaria desplazó al
feudalismo.
Los ideólogos de la burguesía en su etapa revolucionaria fundamentaron científicamente el
derecho de los pueblos a la revolución. Los tribunos de la revolución francesa de finales del siglo
XVIII – Robespierre, Marat y Saint Just – pronunciaron fogosos discursos en defensa de ese
derecho. Antes aún, Jean Meslier, célebre demócrata revolucionario y comunista utópico, escribió:
“… traten de unirse todos… para sacudirse por entero el yugo de la tiránica dominación de sus
príncipes y de sus reyes: derroquen por doquier estos tronos de injusticia y de impiedad, rompan
todas esas cabezas coronadas, confundan el orgullo y la soberbia de todos los tiranos suyos y no
permitan que reinen sobre ustedes”. Thomas Jefferson, el ideólogo de la revolución
norteamericana decía: “El desarrollo universal de la lumbrera de la ciencia, ha revelado ya a todos
la verdad indiscutible de que las masas de la humanidad no han nacido con sillas en sus espaldas
para que uno pocos privilegiados, espoleándoles, las gobiernen por medio de la ley y a merced de
Dios…” La burguesía en su período ascendente fundamentó el derecho de los pueblos a la
revolución.
Los ideólogos de la burguesía, en la actualidad, en su proceso de descomposición,
consideran que las revoluciones sociales son fenómenos anormales y casuales. Niegan el
carácter objetivo y necesario de los procesos revolucionarios, los asimilan al terrorismo.
Fidel Castro manifiesta: “La revolución, lo creo francamente, no se puede exportar, pero también
creo lo otro; no se puede evitar, nadie puede exportarla ni evitarla...”
La necesidad objetiva de la revolución dividida en clases está condicionada por el hecho
de que las viejas relaciones de producción frenan el desarrollo de las nuevas fuerzas productivas
para eliminar estos obstáculos es necesario que a las fuerzas viejas se le opongan fuerzas
sociales nuevas.
La causa más profunda de las revoluciones sociales radica en la contradicción entre el
desarrollo de las nuevas fuerzas productivas y las relaciones de producción ya caducas.
“Al llegar a una determinada fase de desarrollo – escribió Marx – las fuerzas productivas
materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o,
lo que no es mas que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las
cuales se han desenvuelto hasta allí. De forma que el desarrollo de las fuerzas productivas, estas
relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social...”
Este conflicto económico es la causa más importante de la revolución social o sea el
choque entre las clases. La revolución social es la forma superior de la lucha de clases. Las
clases revolucionarias destruyen la vieja superestructura política y jurídica, y valiéndose del poder,
consolidan la nueva base económica con su correspondiente superestructura. Por eso, el
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problema fundamental para cualquier revolucionario es el problema del poder estatal. Se debe
conquistar el poder político y convertirse en clase dominante.
“El paso del poder del Estado de manos de una clase a la otra clase es el primer síntoma,
el síntoma principal, el síntoma mas importante de la revolución tanto en el sentido estrictamente
científico de este concepto, como en el sentido político práctico” Lenin (Cartas sobre Táctica).
Las revueltas o rebeliones que dejan intacto el fundamento del dominio de una clase no
son revoluciones. No todo paso del poder de una clase a la otra puede significar una revolución,
solo en el sentido de progreso, de avance histórico es un paso revolucionario. Es erróneo igualar
revolución a lucha armada o guerra civil, si éstas no van signadas a instaurar un nuevo régimen
socioeconómico, no es revolución.
La evolución es una continua y gradual modificación de los diferentes aspectos de la vida
social en los límites de una misma formación socioeconómica. Evolución y revolución están unidos
en lucha, son parte de una misma contradicción. Los cambios evolutivos generan las premisas de
la revolución.
Lenin acerca de reforma y revolución dice: “El concepto de reforma es opuesto, como es
natural al de la revolución. El olvido de esta posición, de esta divisoria entre ambos conceptos,
conduce de continuo a los más grandes errores en todas las disquisiciones históricas. Pero
oposición no es absoluta, esa divisoria no es algo muerto, sino que es una divisoria viva y
movediza, y que hay que saber determinar en cada caso concreto... “
El materialismo dialéctico e histórico no rechaza las reformas, pero las entiende en directa
relación con las perspectivas de la revolución y en última instancia las subordina a la revolución.
Los reformistas aspiran a demostrar que en las condiciones modernas ha desaparecido la
necesidad de la revolución socialista y ha surgido la posibilidad de que el capitalismo se
transforme evolutivamente, por medio de reformas, en socialismo. Dicen que se ha convertido en
“capitalismo popular”, en una sociedad sin explotados ni explotadores. Afirman que el estado
burgués también ha cambiado, que ha perdido su carácter de clase y se ha convertido en un
estado de bienestar universal, capaz de llegar al socialismo, de reforma en reforma. No están
interesados en suprimir la propiedad privada, base del sistema capitalista.
La revolución social es la fase superior que adquiere la lucha de clases. Pero para que se
produzca es necesario que se den ciertas condiciones objetivas sociopolíticas, es decir una
situación revolucionaria.
La situación revolucionaria no depende de la voluntad o del deseo de ciertos grupos o
partidos. Esta situación se caracteriza según Lenin por “... 1) La imposibilidad para las clases
dominantes de mantener inmutable su dominación; tal o cual crisis de las “alturas”, una crisis en la
política de la clase dominante que abre una grieta por la que irrumpe el descontento y la
indignación de las clases oprimidas. Para que estalle la revolución no suele bastar con que “los de
abajo no quieran” sino que hace falta además que “los de arriba no puedan” seguir viviendo como
hasta entonces. 2) Una agravación fuera de lo común, de la miseria y de los sufrimientos de las
clases oprimidas. 3) una intensificación considerable, por estas causas, de la actividad de las
masas, que en tiempo de “paz” se dejan expoliar tranquilamente, pero que en épocas turbulentas
son empujadas por toda la situación de crisis como por los mismos de arriba, a una acción
histórica independiente.
“Sin estos cambios objetivos, no solo independientes de la voluntad de los distintos grupos
y partidos sino también de la voluntad de las diferentes clases, la revolución es, por regla general
imposible...” Lenin “ La bancarrota de la II Internacional”.
Las condiciones para el triunfo de la revolución en América Latina difieren de las
enseñanzas clásicas de los procesos revolucionarios europeos y asiáticos (Rusia, China,
Yugoslavia, Albania, Vietnam, etc.) pues la contradicción principal de las guerras interimperialistas facilitó el trabajo político en el seno de las fuerzas armadas (el pueblo es llamado a
filas) y la unidad del proletariado con otras fuerzas sociales. En América Latina los ejércitos
profesionales son selectos y altamente ideologizados por la clase dominante, es casi inexistente,
el porcentaje represivo que se pase a las filas del pueblo.
La propaganda directa del partido en el seno de la clase obrera en las revoluciones de la
primera mitad del siglo XX, no tenían los avances tecnológicos actuales (radio, TV, Internet, etc.)
de alienación y bloqueo a favor de la clase dominante, siendo entonces, un factor diferente e
importante la vinculación propagandística de la vanguardia con el pueblo.
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Para que triunfe la revolución es necesaria además de las condiciones objetivas
socioeconómicas y políticas, cierta madurez de los factores subjetivos. Se requiere que la clase
revolucionaria posea un determinado grado de conciencia y organización, capacidad para
aglutinar y conducir a sus aliados por el camino de la lucha revolucionaria. Esta organización,
conciencia y capacidad, las inculca en la clase obrera su destacamento de vanguardia, el partido
revolucionario orientado por la ideología de los trabajadores.
El propio Lenin alertaba:... la revolución no surge de toda situación revolucionaria, sino de
una situación revolucionaria en la que a los cambios objetivos antes enumerados viene a sumarse
un cambio subjetivo, a saber; capacidad de la clase revolucionaria para llevar a cabo acciones
revolucionarias de masas lo bastante fuertes como para destruir (o quebrantar) al viejo gobierno,
que jamás “caerá”, ni siquiera en las épocas de crisis, si no se le “hace caer”...
Fidel Castro, acerca del papel de las ideas explica: “... las ideas ejercen influencia, ayudan
a la revolución, pero ayudan allí donde hay condiciones para ello... “...Mas tarde o más temprano
se producirán y serán más profundas cuanto más honda e insalvable sea la crisis, que no es
simplemente coyuntural. Ni Cuba puede exportar la revolución, ni Estados Unidos puede
impedirla... “
En el desarrollo de la revolución, los trabajadores en la búsqueda del poder, de la victoria
obtienen éxitos y sufren fracasos, a los períodos de auge revolucionario suceden períodos de
reflujo, de decadencia del movimiento revolucionario.
Los reveses y derrotas temporales no pueden detener el curso histórico de los acontecimientos
revolucionarios y entonces, se prepara una oleada de mayor profundidad y fuerza.
2 - Papel de la revolución social
Las revoluciones sociales aceleran el desarrollo histórico de tal manera, que en pocos
años o meses, se procesan cambios que no se operaron en decenas de años de lucha pacífica.
Marx las calificó de locomotoras de la historia. Las revoluciones solamente destruyen el régimen
viejo. La revolución soluciona la contradicción de sistemas de clases antagónicas que maduraron
durante largo tiempo.
Las revoluciones despiertan energías de las masas, suprimen obstáculos que frenan el
progreso económico, social y político. Cuanto más profunda es la revolución mayor es la
participación de las masas y dialécticamente cuanto más grande sea la participación de las masas
más profundas serán las transformaciones.
3 - Carácter de la revolución
Las revoluciones se distinguen por su carácter y sus fuerzas motrices.
Las fuerzas motrices de la revolución son las clases sociales que la llevan a cabo
Dentro de las fuerzas motrices aparece una clase que conduce, que es hegemónica y
dirigente de las clases y grupos sociales que integran el proceso revolucionario.
Para determinar los tipos de las revoluciones sociales hay que ubicarse en el período
histórico, ver qué régimen se derrota y cual se instaura, qué clase dirige y qué intereses
representa.
La primera fue del régimen de comunidad primitiva al esclavismo (primer sistema dividido
en clases, el estado sustituyendo la organización gentilicia). Se sustituye la propiedad social por la
propiedad esclavista y se avanza en la producción, la cultura, la ciencia, etc.
La segunda es el paso del esclavismo al feudalismo, influido por la rebelión de esclavos,
incapaz de liderar el proceso revolucionario, la lidera la clase de los feudales, en regimenes del
más fuerte y sus vasallos.
El tercer tipo fue la revolución capitalista que sustituye el régimen de servidumbre e
implantó el sistema capitalista. La burguesía domina el estado sustituyen do a feudales, nobles y
terratenientes.
En la revolución burguesa toman parte el campesinado, la pequeña burguesía, y el
proletariado dominando la gran burguesía. Este sistema de producción entrará en un proceso de
descomposición gestando la revolución socialista.
El carácter de la revolución depende de la clase y el régimen de producción que instaura.
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La caracterización de la revolución es compleja, por lo tanto es necesario descomponerla
en partes simples:
1) La revolución en América Latina no tiene que recorrer el proceso democrático burgués
de desarrollo de las fuerzas productivas para luego llegar al socialismo. Las revoluciones de los
países oprimidos por el imperialismo pasan a formar parte de la revolución socialista mundial.
2) La burguesía nacional es débil, con fuertes lazos con el imperialismo y en los momentos
de contradicción con el imperialismo es proclive a la inconsecuencia y traición. El desarrollo de las
fuerzas productivas en los países capitalistas dependientes es una base económica social
suficiente para pegar el salto al socialismo.
3) Los países en vías de construcción del socialismo son solidarios con los procesos
antiimperialistas.
El carácter de la revolución tendrá en América Latina:
a) un contenido económico social o sea el conjunto de transformaciones económicas y
sociales para destrabar la crisis estructural del capitalismo dependiente lo que obliga a una
etapa ininterrumpida de liberación nacional y social. Revolución antiimperialista y por el
socialismo
b) El sujeto social del proceso revolucionario o sea las fuerzas motrices estará dirigido por la
clase trabajadora (fuerza dirigente) junto a vastos sectores populares (campesinos,
estudiantes, capas medias, masas indígenas, semiproletarios, masas cristianas,
marginados, etc.) que enfrentarán a las fuerzas opositoras
c) Las tareas de la revolución están en función de las fuerzas motrices, los aliados del
proletariado, el estado de ánimo y de conciencia de las masas. Importa entonces la
vinculación del programa mínimo y el programa máximo que siendo una contradicción,
deberá adecuarse a cada paso táctico-estratégico. Importa articular el discurso para las
masas y el discurso para los cuadros, lo mismo que el programa para las fuerzas motrices
y el programa partidario.
4 - La revolución socialista
La revolución social es el tipo superior de revolución social, pues instaura una era de
eliminación de las clases y el fin del último sistema de explotación: el capitalismo.
Las revoluciones anteriores cambiaban el régimen político, y acomodaban las nuevas
relaciones económicas sustentadas en la explotación de una clase sobre otra.
La revolución burguesa es a partir del desarrollo de estructuras capitalistas en el seno de la
sociedad feudal, en cambio no nacen estructuras económicas socialistas en el seno de la
sociedad capitalista, las estructuras socialistas de producción nacerán después de la revolución
socialista. Esto es fundamental, para fijar claramente las tareas de la revolución social bajo el
capitalismo, el papel que le corresponde a la superestructura (ideología, política, programa,
organizaciones de masas y partido) en el desarrollo de la revolución. La revolución socialista
comienza después que el proletariado conquista el poder político. Hay una revolución económica,
política y cultural.
Como la construcción del socialismo es a partir de la revolución, toma suma importancia la
destrucción del aparato burocrático militar de la burguesía por parte del proletariado.
Las tesis de Marx y Engels en la etapa del estudio del florecimiento del capitalismo
(capitalismo competitivo) donde la revolución debía madurar en los países capitalistas avanzados
en forma combinada, que se confirma con la experiencia revolucionaria en Francia de la Comuna
de París, y que el ejército prusiano estaba vigilante a las afueras de París para que fuera ahogada
en sangre, comprueba que la reacción mundial cuestionaría el socialismo en su sólo país en
aquella época.
Diferente es la etapa del imperialismo como fase superior del capitalismo, analizada por
Lenin, donde existe un desarrollo desigual entre los países capitalistas, con conflictos entre los
mismos por repartos del mundo y la generación de países dependientes de los países metrópolisLas crisis dentro del sistema imperialista, con eslabones débiles en la cadena de opresión
imperialista, hacen surgir saltos revolucionarios en los lugares donde las contradicciones se han
agudizado a niveles antagónicos e irreconciliables.
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Señalaba Lenin “ … el desarrollo del capitalismo sigue un curso extraordinariamente desigual en
los diversos países. De otro modo no puede ser bajo el régimen de producción de mercancías. De
aquí la conclusión indiscutible de que el socialismo no puede triunfar simultáneamente en todos
los países. Empezará triunfando en uno o varios países, y los demás seguirán siendo, durante
algún tiempo, países burgueses o preburgueses…”
Con respecto a los mencheviques y Kaustky que consideraban que la revolución
solamente podría producirse cuando las fuerzas productivas tuvieran su desarrollo superior, Lenin
demostró lo contrario, en una Rusia medianamente capitalista y siendo el eslabón más débil de la
cadena imperialista, lo hicieron posible la guerra, la movilización de las masas y la conducción del
partido revolucionario.
A partir de las tesis de Marx y Engels, las que transformó y no copió en forma mecánica,
elaboró la tesis de la revolución democrático-burguesa en revolución socialista. Señala Lenin: “No
existe una barrera infranqueable – destaca la Plataforma Programática – entre la etapa
democrático –popular antiimperialista y la etapa socialista. Ambas forman parte del imperialismo,
en un proceso único en el que las medidas de liberación nacional y de carácter democrático, que
en ocasiones tienen un matiz socialista – preparan el terreno para las netamente socialistas...”
Para que esto suceda la fuerza hegemónica en ambas etapas debe ser la clase obrera
En América Latina movimientos revolucionarios y partidos comunista pro-soviéticos,
separaron y separan los procesos democráticos-burgueses de la revolución socialista en dos
etapas, dejando la revolución socialista para un horizonte lejano, en una perpetua acumulación de
fuerzas, permitiendo la hegemonía de la primera etapa en manos de una burguesía nacional o
nacionalismos castrenses, postergando la revolución social y empantanándose en la charca
electoralista de la “profundización de la democracia participativa”.
Esta discusión acerca de etapas separadas y etapas ininterrumpidas fueron debatidas en
el movimiento revolucionario en la década del 60, a raíz de la revolución cubana. Esta discusión
fue el centro de la reunión en La Habana en 1967, (en medio de golpes militares en el continente)
de la Conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), que se pronunció a
favor de las tesis de etapas ininterrumpidas, el papel potencialmente traidor de las burguesías
nacionales y el desarrollo de la lucha armada como medio fundamental hacia la toma del poder
por el proletariado (tesis guevaristas). En esa reunión los secretarios de los PCU uruguayo y
chileno Arismendi y Corbalán consiguieron que se votara que Chile y Uruguay serían excepciones
a los golpes de estado, por la estabilidad democrática de los procesos chileno y uruguayo y la
vocación democrática de las fuerzas armadas. Lo sucesos de los golpes de estado de Chile y
Uruguay en 1973 derrumbaron las tesis de ambos partidos comunistas.
La teoría de la revolución socialista integra postulados acerca de los factores objetivos y
subjetivos de la revolución, sobre la alianza obrero-campesina y sobre la vinculación del
movimiento obrero con los procesos de liberación nacional.
Los factores objetivos de la revolución se dividen en estructurales y su opuesto los
coyunturales.
Son factores de crisis estructurales extranjerización y desintegración de la economía
nacional con los lazos de dependencia, que provoca agudización entre los sectores económicos
tradicionales y los modernos, entre la ciudad y el campo, entre los integrados al sistema y los
marginados; entre centros de progresos y periferia estancada, entre los “booms” económicos y el
inmovilismo social; un desarrollo que no contempla los intereses de la sociedad nacional,
creciente presencia de los monopolios extranjeros; aumento de las carencias sociales,
analfabetismo, falta de empleo, bajos salarios, asentamientos por falta de vivienda mientras se
potencian los privilegios de clase.
Todos estos elementos provocan estrechez de mercado interno que frena el crecimiento
productivo. El cercenamiento de los derechos democráticos, el papel del estado oprimiendo va
horadando la base social del régimen de explotación, que en algunos países se suma la
explotación de siglos a las masas indígenas u originadas en la esclavitud con sus rebeldías y
revueltas históricas.
Entre los factores coyunturales es preciso discernir las internas de las externas.
Son factores coyunturales internos: crisis económica coyuntural (crisis financiera del 2002 en
Uruguay, en el 2000 en la Argentina, etc.) o una herencia de una crisis coyuntural mundial (crisis
del precio del petróleo) o sequía terremoto, guerra, etc; agudización de tensiones entre las clases
(terratenientes-campesinos sin tierra); fruto de sequías o inundaciones aumento desmesurado de
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los precios de artículos de primera necesidad; masacres o represiones a movimientos populares;
agudizaciones de luchas entre sectores de la clase dominante, entre el gobierno y la Iglesia;
resquebrajamientos y luchas internas dentro del sector represivo; etc.
Son factores coyunturales externos: el triunfo de un proceso revolucionario (Cuba); una
crisis económica coyuntural en todo el sistema capitalista (crisis en la década del 70 por los
precios del petróleo); crisis entre el gobierno local y los países imperialistas; atención del
imperialismo en otros lugares que le obliguen una mayor dedicación de esfuerzos económico
militares (Vietnam, Irak); solidaridad con el movimiento revolucionario (Urss y China con Vietnam),
luchas entre las potencias imperialistas (Primera y Segunda Guerras Mundiales), etc.
5 - La revolución socialista y el proceso revolucionario mundial
La revolución socialista no es un fenómeno nacional, está unido y en lucha, como
contradicción no antagónica al proceso revolucionario internacional. La revolución socialista en un
país tiene un compromiso internacionalista, que no significa su exportación. La victoria del
socialismo en un país o pocos países es la base del desarrollo socialista a nivel mundial.
El proceso revolucionario mundial tiene varias direcciones:
a) los países socialistas para edificar el socialismo
b) la lucha de la clase obrera en los países capitalistas desarrollados (imperialistas o no)
c) los procesos de liberación nacional de los países dependientes, colonizados o
semicolonizados.
Vivimos bajo la contradicción fundamental de la lucha del socialismo contra el capitalismo que
abarcará todo el período histórico desde el principio hasta el fin de la contradicción.
Para nuestros pueblos, que se encuentran sojuzgados y oprimidos por el imperialismo, la
contradicción principal que incide sobre la fundamental para hacerla avanzar es la lucha de
liberación nacional y social contra el imperialismo.
6 - Vía no pacífica y vía pacífica de la revolución
En la historia de la lucha de clases se distinguen períodos revolucionarios y períodos
pacíficos. Los períodos revolucionarios son cortos y tempestuosos comparados con los períodos
pacíficos o no revolucionarios. “La revolución es la decuplicación o centuplicación del número de
hombres capaces de librar una lucha política, pertenecientes a la masa trabajadora y oprimida,
antes apática” “Pequeños partidos con una línea justa pasan a ser conductores de millares de
personas” (Lenin).
Algunos partidos pueden permanecer en la ilegalidad o simplemente desaparecer de la
escena política, pero cuando sobreviene la reanimación, cuando comienza un nuevo ascenso
revolucionario, esas fuerzas políticas fundamentales vuelven sin falta a ponerse de manifiesto.
Puede ocurrir que lo hagan bajo otra forma, bajo otro nombre, pero su actividad tiene el mismo
carácter y la misma orientación mientras las tareas objetivas de la revolución no sean resueltas”
Los períodos ordinarios es donde no existe una acción política abierta de las masas, no se
produce ningún cambio sustancial, arrastran su carga en silencio en luchas aceptadas por las
clases explotadoras como huelgas a reivindicaciones económicas, lucha parlamentaria, etc.
Las fases revolucionarias son los pasos de una época de desarrollo pacífico a una época
revolucionaria. Se distinguen los períodos pre-revolucionarios, que son los que preceden al parto
revolucionario. Es un período de ascenso de luchas de masas y donde se empiezan a crear los
órganos de masas revolucionarios. En estos períodos las masas necesitan respiros, las luchas
son por oleadas, pues se agotan y necesitan cobrar fuerzas.
En el período revolucionario estalla la insurrección de masas y aparece el partido de
vanguardia que fue preparando el levantamiento. De no cristalizarse el proceso revolucionario
deviene en contrarrevolución, aunque las condiciones objetivas subsistan.
Esta contradicción responde a las formas de la revolución. Si existe la forma violenta para resolver
la contradicción antagónica e irreconciliable, unida y en lucha está la no violenta.
Como las masas son las protagonistas de los cambios sociales, las acciones de masas
violentas están unidas y en lucha con las acciones no violentas de las masas, por la ley dialéctica
de lucha y unidad de los contrarios.
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El carácter de la forma de lucha viene dado por el tipo de contradicción. Si la contradicción
es antagónica e irreconciliable, como lo es el imperialismo y la liberación de los pueblos, su
resolución será por métodos violentos.
Existirá, un método fundamental violento y todos los demás serán secundarios para
potenciar el principal. La elección del método no responde a la coyuntura internacional o la
correlación de fuerzas, responde a la ideología revolucionaria, lo que sí responde es la
instrumentación de la resolución, donde debe ser tenida en cuenta la coyuntura y la correlación de
fuerzas.
Carlos Marx, en El Capital, plantea: “La fuerza es la comadrona (partera) de toda sociedad
vieja que lleva en sus entrañas otra nueva”.
Las clases revolucionarias han recurrido a los medios de violencia debido a la furiosa resistencia
de las clases agonizantes de la sociedad: “Cuantas menos probabilidades tiene la clase o la capa
social de defender su dominación, tanto más propensa está a recurrir a medidas terroristas”
(Plejanov).
Si un pueblo realiza acciones crueles, estas obedecen a un yugo mucho más cruel que ha
sufrido durante siglos y sigue sufriendo. La violencia revolucionaria es la contramedida contra la
fuerza de la reacción. La violencia en forma de insurrección armada, guerra civil, está relacionada
inevitablemente con los torrentes de sangre humana, la muerte masiva de personas, las
destrucciones de valores materiales y espirituales.
Refiriéndose a la resistencia feroz de la burguesía ante el triunfo de la Revolución de
Octubre, Lenin señalaba con gran agudeza: “… incluso la lucha contra los explotadores la
extrajimos de nuestra experiencia. Si a veces se nos condena por ella, podemos decir: señores
capitalistas, los culpables son ustedes. Si no hubiesen opuesto una resistencia tan salvaje,
absurda, insolente y desesperada, si no se hubiesen coaligado con la burguesía de todo el
mundo, la revolución habría revestido formas más pacíficas. Ahora, después de haber repetido la
furiosa acometida que se ha descargado sobre nosotros por todas partes, podemos pasar a otros
métodos, porque ya no actuamos como un círculo pequeño, sino como un partido tras el que
marchan millones de hombres…”
Al respecto también señaló Lenin: “esta verdad histórica es la siguiente: en toda revolución
profunda la regla es que los explotadores que durante bastantes años conservan de hecho sobre
los explotados grandes ventajas, opongan una resistencia larga, porfiada y desesperada. Nunca
(…) se someten los explotadores a la voluntad de la mayoría de los explotados antes de haber
puesto a prueba su superioridad en una desesperada batalla final, en una serie de batallas”
Lenin señaló que la clase obrera prefería tomar el poder por vía pacífica “… pero renunciar
a la toma del poder por la vía revolucionaria sería, por parte del proletariado, tanto desde el punto
de vista teórico como desde el punto de vista práctico y político, una locura: no sería más que una
vergonzosa concesión a la burguesía y a todas las clases poseedoras…”
Revolución y contrarrevolución
Durante su desarrollo, la revolución debe enfrentar y aplastar la contrarrevolución. Lenin
afirmaba: “…las revoluciones políticas son inevitables en el proceso de la revolución socialista,
que no debe considerarse un acto único, sino una época de violentas conmociones políticas y
económicas, de lucha de clases enconadas hasta el extremo de guerra civil, de revoluciones y
contrarrevoluciones”
Por su contenido la contrarrevolución tiene carácter regresivo; trata de preservar o
restaurar el régimen social caduco que ha sido destruido por la revolución.
El problema fundamental de la contrarrevolución, igual que el de toda revolución, es tomar
el poder político y para lograr esto recurre a diversas formas de lucha, es decir, guerras civiles,
actos de sabotaje, bandidismo, intervenciones extranjeras, bloqueos, etc.
El peligro de la contrarrevolución se acrecienta bajo el período de transición, con equilibrio
de fuerzas; si la contrarrevolución no encuentra una resistencia capaz de frenarla, hace todo tipo
de intentos para aprovechar la inestabilidad política a favor de sus intereses. Las clases
contrarrevolucionarias son una minoría insignificante y tratan de dividir las fuerzas revolucionarias
para ganarse una base mas amplia, utilizando el engaño, la demagogia, chantajes, etc. También
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aprovechan los errores de las clases revolucionarias y las desviaciones de derecha e izquierda de
los grupos revolucionarios.
Las clases y gobiernos revolucionarios deben aislar a los contrarrevolucionarios de las
masas, profundizando la revolución
7 - La revolución y la guerra
El materialismo dialéctico e histórico descubrió las verdaderas causas y la esencia de las
guerras. Las guerras son producto únicamente de la sociedad de clases antagónicas y de los
intereses de las clases explotadoras.
Por eso hay que analizar por qué se hace la guerra, qué clases la hacen y qué fin político
persigue, pues todas las guerras no son iguales. Hay guerras justas e injustas, hay guerras
progresistas y guerras reaccionarias.
Todas las guerras que participe el imperialismo contra los países socialistas, los pueblos
coloniales y los trabajadores de sus propios países son guerras injustas (guerras contra Irak,
Palestina, El Líbano, Afganistán, Colombia, etc). Las guerras injustas son la continuación por otros
medios de la política imperialista.
La guerra está unida y en lucha con la paz. Para consolidar la paz, es preciso declarar y
practicar la guerra contra todo régimen de explotación y opresión. Las guerras justas son las que
luchan por el socialismo, por la liberación nacional y la eliminación de la explotación capitalista.
Lenin previó en la primera guerra mundial, que el desarrollo de las técnicas de guerra
pondrían en peligro la supervivencia de la humanidad, por lo que la coexistencia pacífica sería
inevitable entre regímenes socialistas y capitalistas, pero rechazando todas las cláusulas de
bandidaje y violencia y practicando el internacionalismo proletario en todas guerras de liberación
nacional y social contra el imperialismo, al no poderse liberarse simultáneamente la humanidad
del capitalismo.
La coexistencia pacífica entre sistemas opuestos está unida y en lucha con la no
coexistencia pacífica entre sistemas.
La coexistencia pacífica rige entre países capitalistas y países socialistas, partiendo de la
base que el imperialismo no respetará nunca los acuerdos de coexistencia y que toda concesión
de los países socialistas terminará en un fortalecimiento imperialista o hasta la propia regresión
del socialismo al capitalismo. La coexistencia pacífica no rige en ningún país que no haya tomado
el poder el proletariado, donde exista imperialismo que oprime o burguesía que explota. La
expresión de la negación de la coexistencia pacífica de los países socialistas con los países
capitalistas se basa en el internacionalismo proletario militante, en una efectiva solidaridad con los
pueblos en lucha contra el imperialismo y el apoyo a los trabajadores contra las burguesías de los
países metrópolis.
En la jerarquía de contradicciones, tendremos:
La primera o primigenia es la del hombre contra la Naturaleza y esta no es antagónica, o
sea que tenga que desaparecer uno de los polos. La lucha contra la Naturaleza es a partir de
transformarla pero preservándola, existe comunidad de intereses.
La lucha contra la naturaleza engendra dos sistemas económicos, unidos y en lucha, el
capitalismo y el socialismo. Estos sistemas son antagónicos e irreconciliables, pues uno está
basado en la explotación del hombre por el hombre y el otro está basado en la eliminación de la
explotación. La resolución de esta contradicción es violenta y la violencia tomará múltiples
métodos y caminos (guerras mundiales, chantajes nucleares, bloqueos, apoyos a diferentes
bancos en guerras civiles; en organismos internacionales, enfrentamientos ideológicos, políticos,
diplomáticos, culturales, etc.; habrá avances y retrocesos).
La resolución violenta de esta contradicción está unida y en lucha con la no violenta.
La parte de la resolución no violenta, es la coexistencia pacífica entre los países con
sistemas diferentes.
El sistema imperialista es una contradicción entre los países imperialistas con los países
oprimidos. Esta contradicción se dirime por la violencia, el aspecto no violento que está unido y en
lucha, es a partir del triunfo de la liberación social que permite subir un escalón en la jerarquía de
las contradicciones (países de distinto sistema económico). El internacionalismo proletario es la
expresión permanente de la solidaridad con los pueblos en lucha. Estos pueblos en lucha,
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mediante la utilización de la guerra como resolución de la lucha contra el imperialismo abarca el
plano ideológico, económico, social, político, militar, diplomático, etc.; el internacionalismo
proletario ejercido por los países en construcción del socialismo deben asumir esos aspectos de la
guerra.
En algunos países la guerra de agresión imperialista tomará aspectos parciales como en
Cuba (bloqueos, diplomacia); en otros como Colombia (ingerencia en asuntos internos y apoyo
militar); en otros intervención militar genocida (Irak, Afganistán, Haití), en otros penetración
económica, bases militares y sostén a gobiernos obsecuentes (Israel, Egipto, Nigeria, Taiwán,
Corea del Sur, Panamá, Puerto Rico, etc.). Todos estos métodos y vías de penetración y agresión
imperialista a diferentes países, son las razones por las cuales el internacionalismo proletario
militante le compete a todas las fuerzas revolucionarias del mundo y es parte indisoluble de las
luchas populares de liberación nacional y social.
---------------------------------BIBLIOGRAFIA
Enemigos, aliados, frente político – Marta Harnecker
La revolución social, Lenin y América Latina – Marta Harnecker
Materialismo histórico – Chernokov
Cuatro revoluciones en América Latina – David Tieffenberg
Manual de Filosofía Marxista Leninista – materialismo Histórico _ La Habana – Cuba
Crisis y alternativas revolucionarias en América (I) – Casanova, Marini, Vasconi y Harnecker
Fundamentos de Filosofía- Afanasiev
Conceptos elementales de materialismo histórico- Marta Harnecker
Qué es materialismo histórico – Sidorov
Fundamentos del materialismo dialéctico e histórico – Spirkin y Yajot
Polémica acerca de la línea general del movimiento comunista internacional (Coexistencia pacífica) – Respuesta del
Comité Central del Partido Comunista Chino
Obras de Marx y Engels
Obras de Lenin
Obras de Plejanov
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