Número de registro: 21616 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO DIRECTO 340/2006.
Número de registro: 21616
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXX, Julio de 2009
Página: 1707
AMPARO DIRECTO 340/2006. **********
CONSIDERANDO:
QUINTO. En la especie, es importante destacar que cuando se está en presencia de hechos
vinculados con obligaciones derivadas de un acuerdo de voluntades, es preciso atender a las
reglas de interpretación previstas en la ley a efecto de definir cuál es la que debe cumplirse
primero, o si son simultáneas tomando en cuenta si están regidas por un plazo o si, por razón
de su naturaleza y objeto, alguna tenga que realizarse primero, para que pueda llevarse a cabo
la otra, por la interdependencia que existe entre ellas.
También debe considerarse la intención de los contratantes a partir de las cláusulas que no
son dudosas, y respecto de las cuales no hay controversia, para desentrañar el contenido de
aquellas que lo sean, puesto que todas las cláusulas principales, secundarias o accesorias,
forman parte integral del contrato; pero ese análisis únicamente debe observarse cuando se
está en presencia de una acción cuyo ejercicio tiene como finalidad exclusiva la de exigir el
cumplimiento de un contrato o, en su caso, la de reclamar su resolución en términos del
artículo 1949 del Código Civil Federal, que dispone lo siguiente:
"Artículo 1949. La facultad de resolver las obligaciones se entiende implícita en las
recíprocas, para el caso de que uno de los obligados no cumpliere lo que le incumbe.
"El perjudicado podrá escoger entre exigir el cumplimiento o la resolución de la obligación,
con el resarcimiento de daños y perjuicios en ambos casos. También podrá pedir la resolución
aun después de haber optado por el cumplimiento, cuando éste resultare imposible."
De ese artículo se advierte que, en tratándose del ejercicio de una acción tendente a exigir
prestaciones derivadas de un contrato vigente donde se pactaron determinadas obligaciones
recíprocas y simultáneas, el accionante tiene la carga procesal de probar que cumplió, en sus
términos, con las que adquirió dentro del contrato, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo
1797 del mismo código pues la validez y el cumplimiento de los contratos no puede quedar al
arbitrio de cada uno de los contratantes.
De la interpretación literal del artículo en cita también se advierte que la facultad de resolver
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las obligaciones se entiende implícita en las recíprocas, para el caso de que uno de los
obligados no cumpliere lo que le corresponde, y que el actor podrá escoger entre exigir el
cumplimiento o la resolución de la obligación, con el resarcimiento de daños y perjuicios en
ambos casos, estando en aptitud también de pedir la resolución después de haber optado por
el cumplimiento, cuando éste resultare imposible.
También es cierto que se trata de obligaciones recíprocas, cuando ambas partes se
comprometieron a dar, hacer o no hacer. Es decir, son acreedor y deudor al mismo tiempo, ya
que ambos contratantes tienen que cumplir con su obligación, y cuando uno de ellos cumple
y la otra parte no ha cumplido, aquél puede hacer exigible la obligación, y puede optar por el
cumplimiento o por la resolución de la misma, siempre y cuando demuestre que cumplió con
su obligación.
Cualquier obligación puede resolverse porque alguna de las partes no cumpliere con lo que se
comprometió, es decir, se deja al libre albedrío de las partes que ante cualquier falta de
cumplimiento con lo pactado, la parte que resulte afectada o aquella que lo considere
perjudicial a sus intereses puede dar por terminada la obligación adquirida, pero esto
prosperará siempre y cuando la materia del incumplimiento que se denuncia tenga plena
identidad con la obligación pactada en el contrato, pues esa fue la voluntad del legislador al
emplear en el citado artículo 1949 del Código Civil Federal el término "no cumpliere lo que
le incumbe", entendiéndose esto último como aquello que exclusivamente le corresponde a
alguien, por ello, uno de los elementos inherentes a la acción de rescisión, de cumplimiento o
de devolución de determinada cantidad entregada con motivo de la obligación contraída en
un contrato, debe atenderse a lo pactado y si está o no probada la causa que genera la
prestación cuyo cumplimiento se pretende.
De igual modo debe destacarse que cuando se demandan prestaciones derivadas de un
contrato en el que el cumplimiento de la obligación no es de carácter simultáneo, basta que
esté pactado el cumplimiento previo a cargo de la parte a la que se demanda, para que el actor
no tenga la carga de probar que cumplió a su vez con su obligación a efecto de que prospere
la acción respectiva y, viceversa, si está probado que el actor debía cumplir previamente con
determinada obligación para que su contraparte estuviera en aptitud de cumplir con las que
adquirió, el actor, en términos del artículo 1194 del Código de Comercio, debe probar que sí
cumplió con la obligación a su cargo, para poder exigir el cumplimiento de la obligación
sucesiva a cargo de su contraparte.
La exigencia de que quien demande el cumplimiento de un contrato que contiene
obligaciones recíprocas se allane a la vez a la suya o demuestre que ya cumplió, para que
prospere su acción, es una regla comprendida en el artículo 1949 del Código Civil Federal,
que aplica en tratándose de obligaciones recíprocas y simultáneas, pero no en obligaciones
sucesivas, porque en este supuesto basta que el actor pruebe la existencia de una obligación
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previa a cargo de su contraparte, para que no tenga que demostrar que cumplió con la
obligación que es a su cargo.
Al respecto, este Tribunal Colegiado sustentó un criterio similar al resolver en sesión
celebrada el siete de julio de dos mil, el juicio de amparo directo 11403/99, promovido por
********** y otros, así como el expediente DC. 875/2005, promovido por ********** en
sesión de diez de febrero de dos mil seis, derivando del primer asunto mencionado, la tesis
publicada en la página 1280 del Tomo XII correspondiente al mes de octubre de dos mil, del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, que dispone lo siguiente:
"COMPRAVENTA. OBLIGACIONES SUCESIVAS Y NO SIMULTÁNEAS. PARA QUE
PROCEDA LA ACCIÓN DE RESCISIÓN POR INCUMPLIMIENTO SE DEBE PROBAR
POR LA ACTORA QUE CUMPLIÓ CON LAS OBLIGACIONES A SU CARGO. El
cumplimiento de una obligación no es simultánea sino sucesiva, cuando la vendedora no
tiene la obligación de otorgar la escritura correlativa de la del pago del precio por la
compradora; al pactarse expresamente la forma y tiempo de pago por lo que cada parte debe
cumplir en los términos en que se obligó, sin que su cumplimiento dependa de que su
contraparte cumpla a la vez con las obligaciones que le correspondan. De ahí que para que
proceda la acción de rescisión por incumplimiento, el actor debe probar que cumplió con las
obligaciones a su cargo."
De igual modo se cita la jurisprudencia sustentada por el Cuarto Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito, publicada en la página 407 del Tomo IV correspondiente a
la Materia Civil, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación de los años 1917-1995,
que dispone lo siguiente:
"OBLIGACIONES RECÍPROCAS. MODOS DE ALLANARSE A SU CUMPLIMIENTO.
En las obligaciones recíprocas sólo el que cumple o se allana al cumplimiento puede exigir a
la otra parte lo que le corresponde, siempre que deban llevarse a cabo simultáneamente,
según se desprende de la correcta intelección del artículo 1949 del Código Civil para el
Distrito Federal, pero el allanamiento no debe consistir en la mera expresión de estar
dispuesto a pagar o en la voluntad de hacerlo cuando la otra parte cumpla, pues eso llevaría a
un círculo vicioso, en el que una parte encuentra justificación a su omisión en el
incumplimiento de la otra, y ésta a su vez no tiene responsabilidad de la situación porque el
otro sujeto no da cumplimiento a lo que le corresponde; círculo que sólo se puede romper
mediante la realización de actos positivos, no con meras actitudes de la parte que quiera
poner fin a ese estado incierto, actos a través de los cuales se revele objetivamente y de modo
indudable su voluntad de cumplir aquello a lo que se vinculó, en forma simultánea a lo
exigido de su contraparte, de tal manera que en el caso de no hacerlo, el Juez que conozca del
asunto quede en condiciones de obtener su realización de modo inmediato y directo y sin
necesidad de un procedimiento nuevo de conocimiento o un complejo procedimiento de
ejecución. Estos requisitos pueden quedar satisfechos a plenitud, verbigracia, con el depósito
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de la suma de dinero del saldo adeudado ante una institución de crédito y a disposición de
una autoridad jurisdiccional, o bien, por cualquier otro medio que a juicio razonable del
juzgador reúna las características apuntadas."
Luego, cuando son obligaciones recíprocas, pero sucesivas, debe atenderse a lo demostrado
en el juicio y pactado por las partes, para determinar la procedencia de la acción de rescisión
o cumplimiento que se haya ejercido.
En estas condiciones, por regla general, la prueba de los hechos está a cargo del actor como
requisito necesario e indispensable para la procedencia de su acción y, al respecto, deben
observarse, en la distribución de la carga de la prueba, las reglas establecidas en el Código de
Comercio y, específicamente, en los artículos 1194, 1195, 1196, 1197, 1203 y 1205, que
reflejan los principios dispositivos del proceso mercantil y de igualdad de las partes,
conforme a los cuales, el ejercicio de la acción, su desarrollo a través del proceso, los límites
de la acción y la propia actividad del Juez, se regulan por la voluntad de las partes
contendientes, con las limitaciones impuestas por la propia legislación y que, no obstante que
el actor y el demandado ostenten intereses distintos, ambos tienen el mismo derecho de pedir
justicia y, por tanto, de afirmar y probar los hechos que les interese demostrar al juzgador a
fin de obtener resolución favorable.
En este sentido, la carga de afirmar y probar debe distribuirse entre ambas partes, según los
hechos que quieran sean conocidos por el Juez con el objeto de demostrar la validez de sus
pretensiones; así, por regla general, el actor deberá probar los hechos constitutivos de su
acción y el demandado los impeditivos y extintivos de aquéllos y, cuando se ejerce una
acción sustentada en obligaciones recíprocas y simultáneas contenidas en un contrato,
corresponde al actor probar, que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 1949 del
Código Civil Federal, haber cumplido con las que le correspondían o, en su caso, que el
cumplimiento de sus obligaciones estaba condicionado a la actualización de una obligación o
determinado hecho a cargo de su contraparte, por constituir esos hechos la causa de la acción.
La causa de pedir que deriva de los conceptos de violación, consiste, esencialmente, en que la
parte quejosa atribuye a la Sala responsable que en forma ilegal determinó la distribución de
las cargas probatorias que, en el caso concreto, correspondía a las partes del juicio natural,
porque en el contrato base de la acción se convinieron obligaciones a cargo del actor cuyo
cumplimiento debió probar para que prosperara su acción, además de que ese cumplimiento
generaba que la demandada estuviera en aptitud de cumplir con las que estuvieron a su cargo
y, al no exponerse en la sentencia definitiva reclamada los motivos por los que no se
consideró la naturaleza de las obligaciones convenidas en ese contrato, carece de la adecuada
fundamentación y motivación que en acatamiento al principio de legalidad inmerso en los
artículos 14 y 16 de la Constitución todo acto de autoridad debe contener.
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Por tanto, la parte quejosa sustancialmente hace depender la ilegalidad de la sentencia
definitiva reclamada, en que la Sala responsable no consideró cuál fue en realidad la
naturaleza de las obligaciones convenidas en el contrato base de la acción, pues de haberlo
considerado, hubiera determinado que ante el incumplimiento de la actora en las obligaciones
que adquirió, estuvo impedida para cumplir con las suyas y, por tanto, no hubiera concluido
como lo hizo en torno a la distribución de las cargas probatorias a cargo de las partes del
juicio natural; además que la parte actora y aquí tercera perjudicada no entregó la cantidad de
un millón de pesos, cero centavos, moneda nacional, en la forma y plazos convenidos, y que
tampoco consideró que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 78 del Código de
Comercio, en las convenciones mercantiles las partes se obligan en los términos en que
aparece que quisieron hacerlo.
Sin embargo, con esos argumentos no se desvirtúa una de las consideraciones esenciales que
la Sala responsable sustentó en la sentencia definitiva reclamada, la cual hizo consistir en lo
siguiente:
"... La acción que intenta la parte actora, hoy apelante, es procedente porque ... de los hechos
que fueron sometidos a controversia en el juicio de origen y la contestación que de éstos dio
la parte demandada, se desprende que la litis en primera instancia se integró, entre otros
puntos, con la postura que asumió el actor en el sentido de tener el derecho reobtener (sic) la
devolución de la cantidad de ochocientos mil pesos, por no ser aplicada o utilizada de
conformidad con lo convenido en el contrato de prestación de servicios televisivos sustento
de su acción y, que no obstante de haberla entregado, la parte demandada no cumplió con la
contraprestación convenida; en tanto que la demandada sustancialmente enfrentó esos hechos
con el argumento en el sentido de que los pagos realizados por el actor, por sí solos no
demostraban el cumplimiento de su obligación principal, pues de conformidad con la cláusula
quinta era necesario e indispensable que por lo menos veintiún días con anticipación enviara
la orden de servicios de transmisión, así como el material necesario e indispensable para que
su anuncio se difundiera según sus intereses, ideas y propósitos; destacando la demandada
que del cumplimiento de esa cláusula dependía que cumpliera con lo convenido al constituir
la condición resolutoria a la cual estaba sujeta la contraprestación, por lo que si el reclamo de
la parte actora se hace consistir en el hecho de que habiendo llegado el veinte de febrero de
mil novecientos noventa y ocho, fecha de vencimiento del contrato multicitado, sin que
hubiera utilizado los servicios de transmisión Televisa (sic)..."
De esas consideraciones se desprende que la Sala responsable consideró que la causa de pedir
la devolución de la cantidad de ochocientos mil pesos, cero centavos, moneda nacional, que
la actora entregó a la parte demandada por virtud del contrato base de la acción, consistió en
que éste venció el veinte de febrero de mil novecientos noventa y ocho, y la cantidad no fue
aplicada o utilizada en términos de lo convenido.
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Esa consideración de la Sala responsable, por la que fijó la litis de primera instancia, no es
enfrentada por la parte quejosa, toda vez que la argumentación que plantea la centra en la
naturaleza de las obligaciones que, en su opinión, se convinieron en el contrato base de la
acción y de ahí hace derivar la carga de la prueba que correspondía a las partes; pero de
ningún modo controvierte la forma como la Sala fijó la litis de primera instancia en el sentido
de que la cantidad de dinero reclamada por la parte actora derivaba de que el contrato venció
sin que se hubiesen utilizado los servicios contratados, por lo que dicha consideración al no
ser controvertida debe seguir rigiendo el sentido de la sentencia definitiva reclamada y, con
base en ella, resolver la controversia del presente juicio de amparo integrada con las
consideraciones sustentadas en el fallo reclamado y los conceptos de violación expresados en
su contra.
Es importante destacar que la entrega de la cantidad de ochocientos mil pesos, cero centavos,
moneda nacional, por parte del actor a la parte demandada, es una cuestión probada en el
juicio natural, en términos del hecho número VII de la demanda y de su contestación, así
como de la prueba confesional a cargo de las personas morales demandadas, desahogada el
dos de junio de dos mil cuatro en los medios preparatorios a juicio tramitados en el
expediente 387/2004 del índice del Juzgado Vigésimo Sexto de lo Civil del Distrito Federal.
Asimismo, la parte demandada reconoció haber recibido tal cantidad de dinero, y su defensa
la encaminó en el sentido de pretender demostrar que fue el actor quien incumplió con las
obligaciones que adquirió al celebrar el documento base de la acción.
Además, la parte quejosa al inicio de su segundo concepto de violación, reconoce que la
cantidad de ochocientos mil pesos, cero centavos, moneda nacional, reclamada, sí fue
entregada, respectivamente, a la parte demandada, pues así se desprende de la siguiente
manifestación:
"... la responsable se constriñe en determinar sin base alguna, que las demandadas dejaron de
hacer y cumplir sus obligaciones y esta determinación carece de soporte legal en juicio y ni
siquiera llega a esta conclusión la responsable mediante un estudio de las pruebas y
elementos que obran en juicio, sino que su resolución se apoya (sic) en el dicho de las partes,
pero se abstiene de relacionarlo con lo estipulado en el contrato para arribar a una conclusión
certera; por lo que su argumento y motivo expuesto en la sentencia es totalmente erróneo, ya
que en la especie y de la simple lectura de las cláusulas que reconocieron ambas partes en los
medios preparatorios a juicio, se establece claramente que el hoy tercero perjudicado se
obligó en el inciso marcado con el número I romano, a cubrir la cantidad de $1'000,000.00
(un millón de pesos 00/100 M.N.), según se pactó en la cláusula primera del básico y,
cumplir con su obligación de enviar la orden de transmisión correspondiente a la publicidad
contratada con al menos 21 días de anticipación (cláusula quinta) lo que en el caso que nos
ocupa, se abstuvo de hacer, puesto que solamente entregó la cantidad de $600,000.00
(seiscientos mil pesos 00/100 M.N.) a la quejosa ********** y la suma de $200,000.00
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(doscientos mil pesos 00/100 m.n.) a la quejosa ********** quedando de manifiesto que el
hoy tercero perjudicado se abstuvo de realizar cabalmente los actos a los que se obligó en el
documento base ..."
Además, la Sala responsable también determinó que procedía declarar fundada la acción de
devolución de dinero, con base en la siguiente consideración: "... sin que obsten en contrario
las excepciones y defensas ... la excepción de plazo vencido es infundada porque el reclamo
de la parte actora solamente se hace consistir en el hecho de que habiendo llegado el veinte
de febrero de mil novecientos noventa y ocho, fecha de vencimiento del contrato multicitado,
sin que hubiera utilizado los servicios de transmisión televisiva, las empresas demandadas
deben devolverle las sumas depositadas, por lo que reclama la devolución de las sumas que
depositó por no haber utilizado ella los servicios televisivos ..."; ante esa consideración, la
parte quejosa tenía la carga de exponer datos y motivos concretos con los que demostrara que
no obstante el vencimiento del contrato sin haberse prestado los servicios contratados,
incluso, por no haberse recibido la orden respectiva, sí procedía retener la cantidad de dinero
que recibió por motivo de la celebración del contrato de prestación de servicios base de la
acción, el cual venció el veinte de febrero de mil novecientos noventa y ocho, sin que se
hubieran utilizado los servicios contratados.
Es así, porque, en la especie, si la Sala determinó que la devolución de la cantidad reclamada
procedía porque el contrato había vencido y los servicios por los que fue celebrado no se
utilizaron, la quejosa tenía la carga de demostrar la existencia de determinado acuerdo de
voluntades que generara la retención o pérdida parcial o total del dinero que reconoció haber
recibido o, en su caso, el fundamento legal que lo autoriza a retener esa cantidad, no obstante
que sí recibió esa cantidad de dinero por virtud de la celebración de un contrato de prestación
de servicios que está vencido y que no se prestaron los servicios objeto del contrato.
Consecuentemente, si la parte quejosa limita su planteamiento a demostrar la naturaleza de
las obligaciones convenidas en el contrato basal, vinculando esas obligaciones con la carga
de la prueba que correspondía a las partes, es claro que no desvirtúa la consideración esencial
sustentada en la sentencia definitiva reclamada, consistente en que la devolución de dinero se
basó en que el contrato ya no estaba vigente y los servicios contratados no fueron utilizados,
por lo que esa consideración al no estar desvirtuada debe seguir rigiendo el sentido de la
sentencia definitiva reclamada en el presente juicio de amparo.
Finalmente, debe indicarse que en los términos en que fue celebrado el contrato base de la
acción, básicamente el actor a cambio de entregar una cantidad de dinero determinada, estaría
en aptitud de obtener la prestación de los servicios objeto del contrato; esto es, que las
prestadoras del servicio tendrían el derecho a gozar o disponer de esa cantidad siempre y
cuando se hubieran prestado los servicios; sin embargo, como éstos no se concretaron y la
parte quejosa no demuestra el título generador del derecho del que hace depender la retención
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de tal cantidad, es claro que no justifica los motivos por los que el actor no esté legitimado
para reclamar su devolución.
En las narradas condiciones, al no estar demostrada la inconstitucionalidad de la sentencia
definitiva reclamada, deberá negarse el amparo y protección de la Justicia de la Unión.
Por lo expuesto, fundado, y con apoyo, además, en los artículos 76 a 79, 184, 188 y 190 de la
Ley de Amparo, se resuelve:
ÚNICO.-La Justicia de la Unión no ampara ni protege a ********** y ********** contra
los actos que reclamó de la Séptima Sala Civil, así como del Juez y actuarios adscritos al
Juzgado Cuadragésimo de lo Civil, todos del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal, consistente en la sentencia definitiva de diez de abril de dos mil seis, dictada en el
toca 2896/2005, deducido del juicio ordinario mercantil número 192/2005, promovido por
********** en contra de la parte quejosa, así como en su ejecución.
Notifíquese; con testimonio de la presente resolución, devuélvanse los autos originales de
ambas instancias al lugar de su procedencia y, en su oportunidad, archívese este expediente
como asunto concluido.
Así, lo resolvió el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, por
unanimidad de votos de los señores Magistrados, presidente Neófito López Ramos, Benito
Alva Zenteno y Víctor Francisco Mota Cienfuegos. Fue ponente el primero de los
nombrados.
Conforme a lo previsto en los artículos 8, 18, fracción II y 21 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, 47 del reglamento de la
mencionada ley, así como 2, fracciones XXI y XXIII, y 8 del Reglamento de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal para la aplicación de la
Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta
versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o
confidencial.
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