ROBINSON CRUSOE

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ROBINSON CRUSOE
Robinson era un joven inglés que deseaba ver mundo. Su familia tenia bastante dinero y les disgustaba la
idea de que Robinson pusiera en peligro su vida en el extranjero, ya que anteriormente un hermano suyo
murió en la guerra.
Sin embargo, un dÃ-a un amigo suyo le tentó a ir en su nave hacia Londres y él sin consultar a su familia
se marchó.
En ese viaje un dÃ-a de tormenta consiguió asustarse mucho y decidió que volverÃ-a a casa, pero a los
pocos dÃ-as de que el mar estuviera en calma se desató una terrible tormenta que les llevó a pique.
Consiguieron salvar sus vidas con la ayuda de un bote, pero por vergüenza a volver a casa y admitir su error
se embarcó en otra nave con destino Guinea donde consiguió aprender reglas de navegación.
A la vuelta, sobre las Islas Canarias, fueron alcanzados por unos piratas que le hicieron esclavo durante dos
años.
Un dÃ-a, salió a pescar con dos hombres a los que engañó para que embarcaran más cosas de las
necesarias y cuando tuvo una oportunidad arrojo a uno al mar y al otro le hizo jurar que lo ayudarÃ-a con sus
planes de recuperar su libertad.
Consiguieron acercarse a la costa y unos salvajes les ofrecieron comida y agua a cambio de un leopardo que
Robinson mató de un tiro.
Vieron un barco y este les acogió ya que se trataba de europeos y navegaron hacia Brasil.
AllÃ- él consiguió formar y mejorar su empresa tabaquera y unos años más tarde se inició en una
travesÃ-a para poder traerse esclavos de Ãfrica.
Cuando se introdujeron mar adentro las tormentas destrozaron parte del barco y este se encalló en el mar. La
única posibilidad de supervivencia era irse en bote hacia tierra que habÃ-an divisado pero las olas volcaron
el bote y casi acaban con la vida de Robinson quien finalmente consiguió llegar a tierra.
Al dÃ-a siguiente exploró la isla y vio que no habÃ-a personas ni animales salvajes.
Pudo ver que el barco aún seguÃ-a encallado en la arena pero esta vez el mar estaba en calma asÃ- que
nadó hacia él. Construyó una balsa con la que salvó dos gatos, comida, armas, herramientas, ropa,
colchones y otras cosas que le ayudarÃ-an en su supervivencia.
Se buscó un lugar apropiado donde instalarse y se construyó una fortaleza que le preservarÃ-a de animales
salvajes o humanos.
Para no perder la noción del tiempo se fabricó en un gran poste un calendario.
Se construyó una cueva subterránea que le servÃ-a de bodega y domesticó y cuidó a una cabra que
anteriormente habÃ-a herido.
Un dÃ-a, mientras estaba en su cueva, un violento terremoto sacudió la isla varias veces asÃ- que decidió
que debÃ-a construir una choza en un sitio descubierto y no bajo el peñasco colgante de la montaña donde
se encontraba actualmente.
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Un dÃ-a, la embarcación volvió a acercarse a la costa y Robinson arrancó todos los trozos que pudo para
poder sacarles partido.
Fue a explorar la isla y encontró numerosos árboles que le proporcionaron alimento asÃ- que pensó en
mudarse pero como aún mantenÃ-a la esperanza de ser encontrado o de que apareciese alguien no se movió
de la costa.
Finalmente domesticó a un cabrito que logró capturar y enseñó a hablar a un loro.
A los dos años, se dio cuenta de que su forma de pensar habÃ-a cambiado y ahora era religioso, leÃ-a la
Biblia que habÃ-a rescatado del navÃ-o varias veces al dÃ-a y se sentÃ-a feliz en esa situación solitaria.
Con barro consiguió fabricar ollas y cacharros que calentó al fuego y se endurecieron, y con ello
consiguió hacerse caldos.
Se empezó a dedicar también al cultivo de la cebada y el arroz.
Empeñó sus esfuerzos en la construcción de una canoa aún sabiendo que no era lo suficientemente
fuerte como para transportarla hasta el agua.
Conservó las pieles de todos los animales que habÃ-a matado y con ellas se confeccionaba sobreros, ropas y
una sombrilla que le protegÃ-an de la lluvia y el sol.
Se construyó una pequeña piragua que por sus dimensiones no le permitÃ-a hacer un largo viaje pero si
dar un rodeo alrededor de la isla. Esto le supuso un gran peligro ya que el mar abierto estaba lleno de
corrientes y remolinos que le hicieron creer que no volverÃ-a a su isla y le alejarÃ-an, pero afortunadamente
consiguió volver.
Reunió un montón de cabras mediante trampas y las domesticó y de estas consiguió extraer leche.
Un dÃ-a, descubrió en la arena una huella humana que era más grande que la suya y eso le preocupó. Se
encerró en su casa durante varios dÃ-as temiendo ser encontrado por salvajes pero cuando se repuso y fue a
inspeccionar la isla encontró un montón de huesos humanos y pensó que eran canÃ-bales asÃ- que
durante meses iba a lo alto de la colina a observar si volvÃ-an.
Más tarde, cambio de mentalidad y pensó que él no era nadie para juzgarlos y eso era sólo trabajo de
dios, por lo tanto trato de ocultarse en sus salidas.
Cortando madera descubrió una cueva con difÃ-cil acceso que encontró perfecta para esconderse y
decidió transportar ahÃ- sus armas y la pólvora.
Un dÃ-a, avistó fuego en la playa y con el catalejo observó que se trataba de un grupo de salvajes
comiendo restos humanos. Pero pronto estos se marcharon en sus canoas.
Un dÃ-a de tormenta, escuchó el disparo de un cañón de un navÃ-o, lo observó con el catalejo e hizo
fuego para que pudieran verle pero estos sólo enviaban señales de socorro y Robinson descubrió que el
barco estaba atrapado y parecÃ-a que no habÃ-an supervivientes.
Encontró un marinero que habÃ-a traÃ-do la marea, asÃ- que decidió ir con la piragua hacia el barco.
AllÃ- encontró varios hombres muertos y un perro que junto con otras cosas de valor transporto a la isla.
Un dÃ-a, observó a más salvajes, unos treinta hombres alrededor del fuego. Vio que habÃ-a dos hombres
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dentro de una canoa que eran los que iban a servir de alimento a estos. Uno de ellos murió abatido y el otro
comenzó a correr y dos hombres le persiguieron, Robinson aprovechó para ayudarle asÃ- que tiró a uno
de los hombres y al otro le disparó y llamó la atención del fugitivo. Enterraron a los dos salvajes para que
no fuesen descubiertos y el salvaje le juro lealtad a Robinson.
Viernes, que asÃ- es como Robinson le llamó al salvaje, indico que debÃ-an comerse a los salvajes que
habÃ-an enterrado pero Robinson descartó totalmente esa idea,
Robinson comenzó a enseñarle a hablar, a comer carne que no fuera humana y el funcionamiento de las
escopetas. Pronto Viernes consiguió ayudar a Robinson con las tareas domésticas y Robinson comenzó a
evangelizarlo.
Un dÃ-a, conversando con Viernes acerca de Europa y la vida de las personas en Inglaterra y de cómo
habÃ-a llegado hasta ahÃ- Viernes le dijo que más hombres blancos habÃ-an naufragado en su nación y
que no tenÃ-an problemas en su convivencia con los salvajes. Robinson tenia intención de acudir a aquella
nación para encontrar a los hombres y poder salvarse asÃ-, que construyó con Viernes una piragua. A esta
le añadió un mástil, velas y un timón y le enseño a Viernes a usarlos.
Pero un dÃ-a llegaron tres canoas. Les observaron y vieron que estaban haciendo un festÃ-n e iban a comerse
a un europeo entonces Viernes y Robinson mataron a los salvajes a tiros y liberaron al preso español.
Cuatro consiguieron escapar asÃ- que fueron en su busca y cuando llegaron, Viernes encontró a su padre.
Ayudaron a los dos hombres a llegar a su casa pero como estos eran incapaces de subir por las escaleras
Viernes y Robinson construyeron una choza fuera.
Cuando se recuperaron, Robinson pensó en ayudar al resto de españoles que se encontraba en la otra isla y
asÃ- tener una posibilidad de poder volver a casa, pero antes agrandaron el cultivo y Robinson mandó al
padre de Viernes y al español a hablar con ellos para ver si aceptarÃ-an salvar sus vidas a cambio de
obedecer a Robinson y servirle.
Robinson y Viernes se quedaron en la isla y vieron como un navÃ-o inglés llegaba con once pasajeros y
tres prisioneros. Robinson aprovechó un descuido de los otros y fue a hablar con los prisioneros y les
ofreció armas y ayuda a cambio de que le obedeciesen y le ayudasen a volver a casa. El resto se percataron
de la muerte del capitán por el disparo asÃ- que acudieron pero Robinson les dijo que les salvarÃ-a la vida si
permanecÃ-an atados de pies y manos escondidos, y estos aceptaron.
Eran los dueños de la nave y su tripulación se habÃ-a amotinado contra él Robinson le dijo que le
salvarÃ-a la vida si le llevaba gratuitamente a Inglaterra y bajo su autoridad y ellos aceptaron.
Robinson les ofreció las armas y ellos ataron a los amotinados. Tres de ellos imploraron misericordia por lo
tanto se les perdono con la condición de estar atados de pies y manos también.
TodavÃ-a quedaban veintiséis hombres a bordo del navÃ-o. Estos hicieron señales a la chalupa de la
playa pero al ver que esta no respondÃ-a botaron otra chalupa desde el navÃ-o hacia la costa.
Cuando llegaron y vieron la barca completamente vacÃ-a se marcharon, pero cambiaron de opinión, dieron
media vuelta y unos bajaron a tierra a buscar a sus camaradas mientras otros permanecieron en la
embarcación.
Viernes y el segundo capitán se pusieron a gritar y fueron en su busca mientras Robinson y el capitán se
enfrentaron a los de la playa que enseguida se rindieron. Cuando el resto que habÃ-a salido tras los gritos
regresaron sin haber encontrado a sus camaradas vieron que no habÃ-a nadie en el barco ni en la playa les
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sorprendieron y les mataron.
Al resto los condujeron hacia la cueva atados y el capitán exigió a cinco de ellos ayuda para abordar el
navÃ-o y amenazo con matar al resto si les defraudaban.
Abordaron el barco y consiguieron hacer prisioneros y matar al resto. Una vez consiguieron recuperar el
barco,
Decidieron dejar a los rehenes en la isla ya que era el único modo de salvar sus vidas. Pero al dÃ-a siguiente
dos de aquellos hombres se quejaron de que sabÃ-an que les matarÃ-an en la isla y por lo tanto preferÃ-an
regresar y ser juzgados en Inglaterra.
El 19 de diciembre de 1686 Robinson abandono la isla en la que habÃ-a permanecido veintiocho años y
llego a Inglaterra en 1687.
Cuando volvió a Yorkshire su familia habÃ-a muerto excepto dos hermanas y dos hijos de uno de sus
hermanos.
Le fueron devueltos todos sus bienes y su hacienda de Brasil y después de poner en orden sus negocios en
Lisboa partió hacia Francia y allÃ- unos lobos se abalanzaron sobre el guÃ-a pero Viernes los mato.
Cruzaron una zona cubierta de nieve y rodeada de bosque y salieron unos lobos y los dispararon y se
marcharon los que no murieron.
Por la noche, formaron un triángulo ya que se vieron rodeados de lobos y les dispararon y encendieron la
pólvora provocando asÃ- la muerte y huida de mucho lobos.
Consiguió llegar a Caláis y desde ahÃ- partir hasta Inglaterra donde se casó y tuvo tres hijos.
Poco después regresó a la isla con su sobrino y encontró a los españoles que se habÃ-an hecho con el
poder de la isla.
Luego se marchó a Brasil y les envió mujeres y animales de granja.
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